Ratzinger y Habermas

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Olano-Garca, Hernn Alejandro Resea de "Dialctica de la secularizacin. Sobre la razn y la religin" de Joseph Ratzinger y Jrgen Habermas Dkaion, Vol. 22, Nm. 17, diciembre-sin mes, 2008, pp. 349-353 Universidad de La Sabana Colombia
Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=72011607018

Dkaion ISSN (Versin impresa): 0120-8942 [email protected] Universidad de La Sabana Colombia

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DIALCTICA

dE LA SECULARIZACIN.

SOBRE

LA RAZN Y LA RELIGIN

HERNN ALEJANDRO OLANO-GARCA


UNIVERSIDAD DE LA SABANA [email protected]

DIALCTICA dE LA SECULARIZACIN. SOBRE


LA RAZN Y LA RELIGIN
D KAION , ISSN A O 22 - -N M . 17 - 349-353 - CHa, COLOMBIa - DIcIEMBRE 2008 A O 22 - NM0120-8942, . 17 - CHa, C OLOMBIa D IcIEMBRE 2008

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Joseph Ratzinger y Jrgen Habermas, Dialctica de la secularizacin. Sobre la razn y la religin, Madrid, Editorial Encuentro, 2006. 72 pp.

El nombre de este libro, Dialctica de la secularizacin. Sobre la razn y la religin, al igual que sus autores, nos hara pensar en un texto que estara por fuera del contexto jurdico; sin embargo, recoge aspectos fundamentales para la Ciencia Poltica y el Derecho Constitucional. El libro recoge un dilogo que tuvo lugar en la Academia Catlica de Baviera en la tarde del 19 de enero de 2004, cuando Jrgen Habermas, exponente de lo que se conoce como el pensamiento laico de raz ilustrada, comparti sus ideas con el por entonces cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregacin de la Doctrina de la Fe, y hoy Sumo Pontce de la Iglesia catlica. Ese da, cada uno de los dos present una ponencia inicial y luego se desarroll un coloquio con los asistentes. Habermas, quien se haba declarado carente de odo musical para la religin, es conocido por su tica del discurso, sobre la cual se construye un pluralismo que permite realizar un dilogo en pie de igualdad. El tema propuesto a Habermas fue el de fundamentos prepolticos del Estado democrtico?, con el cual quiere poner en duda la capacidad del Estado consti tucional democrtico de recurrir a sus propias fuentes para generar sus presupuestos normativos, as como la sospecha de que depende de tradiciones autctonas, cosmovisivas o religiosas, y en cualquier caso de tradiciones ticas vinculantes para la colectividad tambin ajenas a l mismo. Ya desde nales de 2001, haba identicado este tipo de sociedades como las postseculares, trmino con el cual se refera a las sociedades pluralistas que autnomamente se han dotado de un Estado neutral respecto de las distintas cosmovisiones a las que se adhieren sus ciudadanos, aclarando el modo como han de convivir y cooperar los ciudadanos creyentes y no creyentes. La clave est, segn Habermas (que creo no han encontrado sus netos seguidores de algunos despachos de la Corte Constitucional colombiana), en que en los debates pblicos que afecten a las creencias religiosas de un sector de la ciudadana, el Estado habra de mantenerse equidistante, sin prejuzgar a favor de una u otra parte. De hecho, esa equidistancia no se ha respetado plenamente, como el mismo Habermas lo ha advertido, ya que hasta ahora, los ciudadanos que pro-

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En un Estado democrtico de derecho una ley que hiciera del derecho al voto una obligacin sera en cualquier caso un elemento tan extrao como una solidaridad impuesta por la ley. A los ciudadanos de una comunidad liberal slo puede superponrseles una disponibilidad para responder en caso necesario de conciudadanos extraos, que adems permanecern en el anonimato, as como la disponibilidad para asumir sacricios por el bien comn.

Y agrega: El Estado concebido democrticamente no slo garantiza la negacin de libertades para sus ciudadanos, preocupados por su propio bienestar, sino que en la medida en la que emite libertades comunicativas mueve a los ciudadanos a participar en el debate pblico sobre temas que afectan al conjunto de la sociedad. En tercer lugar, desarrolla Si se rompe la cohesin social, reforzando la naturaleza laica del Estado democrtico constitucional y agregando: El respeto, que es consecuencia directa de ese abstenerse de hacer un juicio, se basa en la estima hacia personas y formas de vida cuya integridad y autenticidad nace evidentemente de sus creencias religiosas. Luego, Habermas concluye cmo deberan relacionarse entre s los ciudadanos creyentes y no creyentes, a travs del concepto de tolerancia y neutralidad cosAKAION O 22 NM.0120-8942, 17 - CHa, CA OLOMBIa -N D IcIEMBRE 2008 D ,ISSN O 22 M . 17 - 349-353 - CHa, COLOMBIa - DIcIEMBRE 2008

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movisiva del poder estatal, que debe garantizar las mismas libertades ticas para todos los ciudadanos y por tanto Los ciudadanos secularizados, en cuanto que actan en su papel de ciudadanos del Estado, no pueden negar por principio a los conceptos religiosos su potencial de verdad, ni pueden negar a los conciuda danos creyentes su derecho a realizar aportaciones en lenguaje religioso a las discusiones pblicas. La conclusin de la intervencin de Habermas fue racional: supuesto que la sociedad postsecular tiene el mayor inters en defender la igual dignidad de sus miembros, por qu habra de ignorar los recursos para esta tarea que le brinda la sabidura moral decantada en las tradiciones religiosas? Por su parte, el por entonces prefecto de la Congregacin para la Doctrina de la Fe, Joseph, cardenal Ratzinger, present como ponencia Lo que cohesiona el mundo. Las bases morales y prepolticas del Estado. Como es bien sabido, Ratzinger es un gran telogo que subraya continuamente el papel que en su obra desempea la razn en el seno del cristianismo, en cuya esencia est el reivindicar la dignidad de la razn humana. Es sin embargo muy importante ver cmo Ratzinger aborda el tema de Poder y derecho, manifestando como tarea concreta de la poltica poner el poder bajo el escudo del derecho y regular as su recto uso. No debe tener vigencia el derecho del ms fuerte, sino ms bien la fuerza del derecho. Frase sabia, pues Ratzinger refuerza que el poder ejercido en orden al derecho y a su servicio est en las antpodas de la violencia, entendida como poder sin derecho y opuesto a l. De ah que sea importante para cada sociedad que el derecho y su ordenamiento estn por encima de toda sospecha, porque slo as puede desterrarse la arbitrariedad y se puede vivir la libertad como libertad compartida. Ratzinger se reere en su intervencin al contexto histrico presente y a las exigencias que de l se derivan. Y, en cuanto a la democracia, expresa que opera de acuerdo con el principio de las mayoras, pero la historia nos ensea que tambin las mayoras pueden ser ciegas e injustas y, a su vez, pueden ignorar los derechos legtimos de las minoras. La historia da buena prueba de ello, enfatiza el prelado. A la pregunta se puede seguir hablando de justicia y de derecho cuando, por ejemplo, una mayora, incluso grande, aplasta con leyes opresivas a una minora religiosa o racial?, expresa que con el principio mayoritario queda siempre abierta la cuestin de las bases ticas del derecho, la cuestin de si hay o no algo que no puede convertirse en derecho, es decir, algo que es siempre injusto de por s, o viceversa, si hay algo que por naturaleza es siempre indiscutiblemente segn el derecho, algo que precede a cualquier decisin de la mayora y que debe ser respetado por ella.

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Contina con las nuevas formas de poder y nuevas cuestiones sobre su ejercicio, en las que expresa que cuando se trata de la relacin entre poder y derecho, y de las fuentes del derecho, hay que analizar tambin el fenmeno del poder en s mismo, aludiendo a los desafos que brotan de las nuevas formas de poder que se han desarrollado en la ltima mitad del siglo XX y hasta la actualidad. Sobre el particular dice una frase apocalptica y actual:
Ahora lo que nos atormenta ya no es tanto el miedo a un gran conicto, cuanto el miedo ante un terror omnipresente capaz de golpear y actuar en todas partes. Como se ve, el hombre no necesita un gran conicto para hacer el mundo inhabitable. Los poderes annimos del terror, que pueden estar presentes por doquier, son tan fuertes que persiguen a cada uno hasta dentro de su cotidianidad; y nos hallamos ante la amenaza de que unos criminales puedan tener acceso a los grandes potenciales de destruccin y hagan que el mundo se precipite en el caos, fuera de los ordenamientos polticos.

En el siguiente captulo echa un vistazo a los presupuestos del derecho: derecho naturaleza razn, analizando entre otros los principales aspectos del Ius Gentium desarrollado por Francisco de Vitoria, y pasando luego al Ius naturae, Derecho natural cuyo ltimo elemento son los derechos humanos, los cuales:
no son comprensibles si no se acepta previamente que el hombre por s mismo, simplemente por su pertenencia a la especie humana, es sujeto de derechos, y su existencia misma es portadora de valores y normas que hay que descubrir, no que inventar. Quizs hoy habra que complementar la doctrina de los derechos humanos y los lmites del hombre, y esto podra ayudar a replantear en otros trminos la cuestin de si puede existir una razn de la naturaleza y por consiguiente un derecho de la razn aplicable al hombre y a su lugar en el mundo.

El ltimo captulo de la ponencia de Ratzinger se titula La interculturalidad y sus consecuencias, dimensin en la que le parece indispensable ahondar para plantear las cuestiones fundamentales acerca del hombre, que no se puede entablar pura y simplemente entre cristianos ni nicamente dentro de la tradicin racionalista occidental, pues tambin analiza el mbito cultural islmico, as como el hinduismo y el budismo, completando el panorama con las culturas tribales africanas y tambin las culturas tribales latinoamericanas, incitadas por ciertas teoras cristianas. En la conclusin de su ponencia, el actual Benedicto XVI recalca la importancia de la esencial relacin complementaria entre razn y fe, de modo que pueda crecer un proceso universal de puricacin en el que al nal puedan resplandecer de nuevo los valores y las normas que en cierto modo todos los hombres conocen o intuyen, y as pueda adquirir nueva fuerza efectiva entre los hombres lo que mantiene cohesionado al mundo. 353
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