Historia Del Urbanismo. 7. Siglo XX
Historia Del Urbanismo. 7. Siglo XX
Historia Del Urbanismo. 7. Siglo XX
Paolo Sica
Historia
del' urbanismo
Publicado por Gius. Laterza & Figli Spa Primera edicin 1978 Segunda edicin 1981
Instituto de Estudios de Administracin Local Santa Engracia, 7. Madrid-10 ISBN: 84-7088-275-9 Depsito legal: M. 16.707-1981 Impreso en Closas-Orcoyen, S. L. Polgono Igarsa Paracuellos del Jarama (Madrid) Printed in Spain
Captulo 1
La formacin del urbanismo, como disciplina autnoma, entre los siglos XIX y XX
El funcionamiento del sistema econmico mundial experimenta una sensible evolucin en el ltimo cuarto del siglo XIX. Para comprender el clima en el que va cobrando forma el aparato instrumental de la moderna disciplina urbanstica resulta importante resaltar algunos de los elementos de dicha evolucin. En 1873 tiene lugar la primera crisis mundial de superproduccin en el campo de la siderurgia y de los textiles: a partir de esta fecha el objetivo principal de la gran industria ya no estar constituido nicamente por el aumento a toda costa de la produccin, sino ms bien por el incremento de los consumos y de la extensin espacial del mercado. A partir de 1880 muchos pases continentales adoptan una serie de medidas que afectan de modo obligatorio al comercio internacional. En Alemania, en 1879, industriales y agricultores coinciden en la reclamacin de tarifas proteccionistas ; Francia aumenta sus propios aranceles aduaneros en 1881 y, pocos aos despus, revisa por completo su propio sistema arancelario; entre 1880 y 1890 otros pases, como Italia, Austria y Rusia, elevan sus propias tarifas arancelarias sobre las importaciones. A partir de 1900 hasta en Inglaterra surgen dudas sobre la posibilidad de mantener el sistema tradicional librecambista respecto de los intercambios internacionales. De este modo va desapareciendo la perspectiva -que desde 1860 pareca cada vez ms plausible, al irse multiplicando los tratados comerciales bilaterales d e liberalizacin- de aproximacin al modelo del laissez-
cloruro clcico, del tabaco, de los textiles. La elaboracin y puesta a punto de tcnicas de gestin empresarial complejas y sofisticadas forman parte del proceso de concentracin industrial tendente a neutralizar el aumento de los gastos generales, repartindolos respecto de una produccin mucho ms amplia. A un capitalismo que se encamina hacia formas de organizacin completamente nuevas, caracterizadas por la presencia cada vez ms penetrante de los monopolios, corresponde tambin una problemtica diversa de las concentraciones urbanas y de las articulaciones territoriales. En el interior de los grandes centros, las funciones directivas, pblicas y privadas, y las actividades financieras y comerciales, en su incontenible proceso de concentracin, reclaman espacio, accesibilidad, economas externas; por otro lado, los medios tecnolgicos, de tipo nuevo y viejo, han consolidado ya complejas redes organizativas, cuyo crecimiento -ya sea por la necesidad de espacios cada vez mayores, ya por la inflexibilidad de la lgica interna de cada sistema- provoca conflictos que resultan casi insolubles a postevioh, a no ser mediante enormes inversiones, pero que, metdicamente coordinados previamente, pueden restituir mayores niveles de eficacia y determinar menores costes de gestin. En la corona perifrica de las ciudades, el aumento de la movilidad y la disponibilidad de la energa elctrica -que entra en el proceso industrial a partir de 1890- hacen entrever la posibilidad de una parcial indiferencia de las localizaciones productivas respecto de la centralidad, lo que comporta una separacin espacial entre gestin y produccin. Las mismas masas residenciales, solicitadas por impulsos internos hacia nuevos consumos, o abrumadas por los intensos procesos de transformacin funcional, tienden a redistribuirse por arcos cada vez ms vastos, conforme a un movimiento centrfugo: la poblacin de los distritos exteriores comienza a crecer con ndices bastante superiores a los que corresponden a las reas centrales, en las que ya hacia finales del xrx
se advierte en muchos casos una sensible disminucin de poblacin. A nivel territorial, la tasa de conjunto del crecimiento fsico y humano de las mayores reas urbanizadas, crecimiento particularmente rpido en presencia de una base industrial o terciaria slida, da lugar, en torno a 1880, a la aparicin de regiones metropolitanas en Gran Bretaa, en los Estados Unidos y en algunas reas de Alemania, Francia y Blgica.. La naturaleza de la aglomeracin fsica ya no resulta claramente verificable en trminos formales y estructurales simples, y aparece fraccionada en numerosos subsistemas institucionales, mientras que el aparato productivo se revela complejo en sus ciclos, en sus estratificaciones histricas, en sus articulaciones espaciales y en sus fases temporales. La misma correspondencia entre entidad fsica y ' ordenacin poltico-ins titucional, si se mantiene firme e ntegra por debajo de un cierto nivel de la jerarqua urbana, entra en crisis en los sistemas que proceden o vienen determinados por la organizacin del territorio. Hasta que tiene lugar la manifestacin de estas mutaciones, el control pblico sobre la ciudad ha podido ejercitarse de manera indirecta mediante vinculaciones bastante limitadas impuestas al libre uso de la propiedad privada y a la libre iniciativa individual (en gran parte, a travs de las normas de higiene y reglamentacin de la edificacin), habindose podido llevar a la prctica las transformaciones ms importantes de los centros urbanos en ejecucin de planes de reestructuracin y modernizacin ad hoc, de iniciativa pblica o privada, aunque generalmente realizados por el capital privado, excepcin hecha de algunas instalaciones tecnolgicas, algunos equipamientos colectivos o algn complejo monumental. Ahora, en cambio, la poltica d e control indirecto se ampla y se hace ms eficaz, las actuaciones pblicas tienen que ir ms all de la simple praxis de un ciclo excepcional de grandes obras, o deben trascender de la mera ordenacin estticomonumental de los lugares centrales de la
ciudad, o de simples realizaciones aisladas y definidas. Se presenta, en suma, un marco de actuacin ms amplio para las administraciones pblicas, que resulta necesario para no esterilizar, de hecho, los esfuerzos ya acometidos bajo la solicitacin de la opinin pblica reformista con vistas a corregir y mejorar las condiciones en que se desenvuelven los sectores ms desequilibrados e incontrolados de la ciudad industrial. Pero la exigencia de un mayor control pblico es sentida tambin por la parte ms necesidaavanzada del capital industrial. des de la produccin, del intercambio y del consumo, del reclutamiento de la fuerza de trabajo, plantean problemas de naturaleza que pocos aos antes era inco,ncebible. Las econoLas externas de que haba disfrutado la produccin en el momento del primer despegue industrial, vinculadas a las estructuras geogrficas y urbanas ya existentes y a ventajas financieras coyunturales o circunstanciales, se encuentran ahora en un punto de inflexin de rendimiento, vindose puestas en peligro por la mutacin de las condiciones imperantes en la ciudad. A una distinta disponibilidad del territorio, que ha de realizarse, sobre todo, con nuevas redes infraestructurales (pero con un nivel suficiente de coordinacin con todos los aspectos del uso del espacio), se pide, incluso en una perspectiva a corto plazo, la preparacin de las localizaciones alternativas necesarias para el reciclaje productivo, de forma que, conjuntamente, permitan una autofinanciacin mediante el aprovechamiento de las reas centrales, que ahora han adquirido excepcionales valores de posicin. El gran capital, pues, puede apuntar ya hacia una estabilizacin del beneficio a largo plazo; y en tal sentido, ms que continuar haciendo hincapi en la explotacin miope de las estructuras existentes, con sus mrgenes usurarios de economas externas, l o importante es evitar que las potencialidades productivas y de intercambio se vean frenadas por unas condiciones demasiado deficientes o atrasadas , tanto en lo que respecta a la organizacin del
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territorio y el mercado como a las impuestas por la renta inmobiliaria bruta. Ms en general, puede decirse que el capital ms avanzado tiene que pasar d e !la simple edificabilidad de los terrenos a una renta que apunta hacia valores de posicin. En suma, que si en sus primeras fases de desarrollo la empresa capitalista vena a concretar, sobre todo, la exigencia de romper el modelo urbano preexistente (para lo que resultaban adecuados los instrumentos de intervencin directa, la misma falta de control y la impreparacin de los entes administrativos pblicos), ahora el crecimiento anrquico de la ciudad crea el peligro de que se coloquen nuevamente en contradiccin empresa y territorio: el inters del capital apunta en esta fase hacia instrumentos de recomposicin del sistema urbano y territorial que garanticen, cara al futuro previsible, certidumbres y programas adecuados para conseguirlas. Y sta es tambin la condicin que se requiere para afrontar el desarrollo de las fuerzas obreras -consecuencia de la concentracin del capital y del aumento de la conciencia d e clase frente a la explotacin- en una situacin en que la reproduccin de la fuerza de trabajo ya no puede fundarse en la satisfaccin de un mnimo biolgico, sino que requiere una ampliacin de los consumos en los sectores residencial, educativo y de la previsin social. Se hacen precisas respuestas nuevas y ms pertinentes a la demanda social, con vistas a atenuar los conflictos de clase y a potenciar el mismo rendimiento productivo. Por otra parte, las mismas innovaciones tecnolgicas que han transformado el ciclo productivo son transferibles tambin, al menos en parte, a la organizacin del territorio. En el momento en que se produce, a finales de siglo, la segunda revolucin industrial, nacen tambin nuevas posibilidades de produccin de formas espaciales, gracias a la aplicacin de las nuevas tecnologas, d e los transportes, de la distribucin de la energa elctrica, de la posibilidad de almacenamiento y de conservacin de los productos. Concentracin y dispersin, de este modo, se hacen posibles a
niveles cuantitativos y cualitativos incomparablemente superiores a los del perodo precedente, y las ca,denas de relaciones funcionales establecidas anteriormente pueden ser objeto de una total transformacin. Se trata de poner remedio a la crisis de los viejos sistemas de control espacial recurriendo a dos direcciones distintas y complementarias: de un lado, modificando y potenciando la organizacin administrativa del territorio; de otro, elaborando teoras, metodologas y tcnicas especficas de formalizacin y construccin del espacio fsico. Entre los lmites temporales del perodo que estamos examinando se producen cambios sustanciales en las administraciones pblicas de los Estados de mayor desarrollo capitalista e industrial, en los que ya a finales de siglo penetra y se asienta en las viejas estructuras una burocracia destinada ahora formalmente a los sectores de la planificacin urbana y territorial. Mediante formas que tienden a generalizarse, se apunta hacia la reorganizacin institucional del espacio metropolitano, a travs de anexiones e incorporaciones en torno a los ncleos centrales donde es dbil la consistencia poltico-administrativa . de las unidades menores, o bien a travs de consorcios y asociaciones, all donde existen unas tradiciones ms consolidadas de autonoma: ,a tales formas de fusin o de coordinacin sigue de cerca la reestructuracin de los aparatos tcnico-organizativos tradicionales. En un cuadro general que presencia el fenmeno de una convergencia centrpeta sobre el Estado de sectores anteriormente antagnicos respecto de la tutela y la orientacin estatales, se afirma por vez primera en muchos pases la exigencia de intervenciones e iniciativas centrales, sustradas a la autonoma local y atribuidas a instituciones de competencia territorial, conforme a una determinada jerarqua de poderes. El raising de estos sectores organizativos al nivel del gobierno central guarda relacin con la necesidad de conseguir una gestin ms homognea del territorio, a los fines de lograr una mejor
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distribucin de conjunto de las inversiones y una mayor eficacia del intercambio a escala metropolitana y regional. Queda atribuida a los rganos locales -segn modalidades de control indirecto o a travs de la intervencin directa- la gestin de polticas espaciales de incidencia decisiva sobre el territorio (zoning, planes reguladores, polticas de creacin de infraestructuras, polticas asistenciales y relacionadas con la educacin, transportes urbanos), donde encuentran un amplio margen de operabilidad los intereses de la renta inmobiliaria, la acumulacin de plusvalor, la reproduccin controlada de las relaciones de produccin y la defensa de particularismos sociales de clase y de status. En las ciudades se modifica la organizacin de los servicios gestionados por los particulares o entidades privadas: las compaas que hasta entonces han venido prestando en forma competitiva estos mismos servicios (suministro de agua, luz, gas, servicios contra incendios, transportes locales de diverso tipo) comienzan ahora a fusionarse, en los dos ltimos decenios del siglo XIX, para eliminar el riesgo que suponen unas inversiones cada vez ms costosas, como consecuencia de la complejidad creciente de los dispositivos tecnolgicos a emplear y ante la exigencia, ya advertida, de conseguir una racionalizacin de la gestin. Tales formas de monopolio van seguidas por una progresiva tendencia a la municipalizacin de los servicios, favorecida incluso por las propias compaas a causa de la gradual reduccin de los beneficios que tiene lugar como consecuencia de los controles cada vez ms estrictos impuestos por los poderes pblicos respecto del nivel de remuneracin de las prestaciones, as como por las administraciones locales y las corrientes progresistas que tienden a superar la ptica del beneficio, estrecha y espacialmente selectiva, de las empresas privadas. En su forma ms corriente, la municipalizacin tiene lugar mediante la concesin de competencias y atribuciones sectoriales a entidades constituidas al efecto, que se organizan con presupuestos y aparatos tcnicos de carcter vertical.
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Apenas si hace falta recordar aqu que la ampliacin de la intervencin del Estado y del poder pblico -y la consiguiente generalizacin de la municipalizacin de los servicios bsicos- no tiene nada que ver con una intervencin en las relaciones de produccin, ni afecta sustancialmente a los mecanismos que determinan y refuerzan las desigualdades sociales. La misma municipalizacin de los servicios -que, en principo, se presenta como una sustraccin a la ley del mercado de algunos elementos organizativos y de funcionamiento de la ciudad- viene condicionada por el sistema general y, de hecho, sirve de instrumento funcional para la reorganizacin de ste: efectivamente, por un lado, las administraciones y los entes pblicos se ven obligados a encontrar en el mbito del mercado libre del suelo las reas indispensables para la prestacin de los servicios pblicos de los que se han convertido en productores institucionales (escuelas, viviendas populares, equipamientos), y de otro lado, las intervenciones efectuadas, puntuales o en red, se constituyen en potente factor de revalorizacin de la misma propiedad inmobiliaria.
El mismo urbanismo como disciplina autnoma -Stadtebau, City planning, uvbanisme-, como inventario de instrumentos emprico-cientficos destinados a proporcionar una sntesis propositivo-operativa de la evolucin y transformacin de la ciudad, nace tambin de las duras contradicciones que ofrece la realidad urbana y social, a travs de la formacin de un cuerpo de operadores especializados, de variada extraccin cultural, empeados en el frente tcnico-poltico, a nivel de las administraciones pblicas, en el seno de grupos promocionales y reformistas, en la prctica privada, y ms tarde, en las instituciones profesionales y en las universidades. Son diversas, d e unos a otros pases occidentales e incluso en el interior de cada uno de ellos, las lneas de enfoque metodolgico de la nueva disciplina que arranca de aquellos campos sectoriales de intervencin que han
constituido hasta entonces un terreno de primera aproximacin en el curso del XIX para los sondeos d e algunas polticas de neutralizacin de los efectos socialmente detestables de la ciudad industrial (desde el movimiento en favor de los parques urbanos hasta el movimiento en pro del housing, es decir, de la vivienda popular; desde ,el perfeccionamiento de las reglamentaciones higinico-sani tarias hasta las teoras historicistas de la esttica urbana; desde la maduracin de las tcnicas de elaboracin de los planes de ensanche hasta la formulacin de diagramas y esquemas sintticos; desde la economa urbana hasta la generalizacin de los instrumentos legislativos). Y es natural, por tanto, que las propuestas que brotan del debate planteado en los aos situados a caballo de los dos siglos -en el momento, tambin, en el que las disciplinas relacionadas con el medio urbano se mueven en bsqueda de una credibilidad cientfica, es decir, en favor de la posibilidad de reducir el cuadro problemtico a trminos simples, en pro de la linealidad de las soluciones y de la constancia de los resultados factibles- resulten, como hemos de ver, bastante desiguales, en escala, objetivos y calidad: desde la codificacin, puramente de manual libresco, de los elementos de la ciudad, al anlisis histrico que instrumentalmente tiende a poner de relieve la aptitud o la adaptabilidad de los modelos del pasado respecto de funciones que ya han experimentado una transformacin, en una combinacin del diseo y de las formas acadmicas con las nuevas tecnologas ; desde propuestas de nuevos ingenios o instrumentos tecnolgicos aptos para renovar interiormente la ciudad decimonnica, a la individualizacin de formas de crecimiento y de articulacin estructural para organismos externos e independientes de los centros tradicionales; desde modelos interpretativos, a modelos positivos de racionalizacin funcional; desde las tcnicas de control del uso del suelo, hasta una filosofa gerieral de la planificacin. Precisamente por su heterogeneidad, este material puede ser clasificado y ordenado de
modos muy diversos, como ocurre en las numerosas historias que de la ciudad y el urbanismo se han escrito; nuestra exposicin estar dirigida prevalentemente hacia el examen de las reas culturales nacionales, por ms que no se descuiden tampoco las posibles vinculaciones comunes que, particularmente en este perodo, se refuerzan y se estabilizan. Puede observarse, en cualquier caso, cmo algunas de estas propuestas no aparecen interesadas en modo alguno en modificar los trminos de la praxis corriente, sino ms bien en potenciarla e incluso institucionalizarla; otras, en cambio, como pueden ser las de Arturo Soria y Mata, las de Ebenezer Howard y las de Tony Garnier, tienden a someter a discusin las modalidades - e n conjuntode formacin de la ciudad, asentndose, de este modo, sobre un terreno capaz de dar lugar a ulteriores desarrollos y avances. En el primer grupo entran aquellas metodologa~ que se aplican a la formulacin del plan urbano de crecimiento-transformacin de la ciudad. En la prctica seguida en la situacin preindustrial y protoindustrial, eran sobre .todo las actuaciones e intervenciones dirigidas a cualificar y a orientar, como resultado concreto, el uso y la gestin del espacio; ahora se trata de dar a todo esto una regla general, criterios de previsin, equilibrios espaciales preconstituidos, en los que se avengan y concierten las exigencias del sistema econmico en todo su conjunto (y, en funcin de ello, tambin de las clases subalternas) con los intereses directos y especficos de los operadores sobre el suelo. Se abre camino la idea de que el ambiente puede ser controlado con un plan completo en su estructura y en todos y cada uno de sus detalles, a travs de una realizacin ms o menos diluida en el tiempo, pero de cualquier forma coordinada, mediante el control de la dimensin de la poblacin. El plan, por tanto, asumir, como dato objetivo, el modelo existente de estratificacin de las funciones econmicas y el planteamiento estructural correlativo, en la consabida combinacin ortogonal-radial (la condicin d e ortogonal como forma parti-
cularmente funcional respecto al aprovechamiento del suelo, y la radialidad que subraya el carcter centrpeto del mercado inmobiliario y la concentracin de las funciones privilegiadas) ; es decir, que el plan no podr agotarse en la indicacin de una hipottica e incontrolada forma de ciudad, o de un simple marco o esquema de parcelacin, sino que deber entrar en el fondo de los aspectos de relacin de los diversos sectores organizativos, ahora institucionalizados. El plan es el caamazo, el esquema bsico de una configuracin de volmenes y de espacios, pero tambin, y sobre todo, de una terica eficiencia de los medios capaces de asegurar el funcionamiento d e una ciudad. Y stos ya no lo son solamente las calles (el servicio pblico ms antiguo, contrapuesto, aunque solidario, a la parte privatizada de la ciuda,d), sino que ahora comprenden tambin la red de abastecimiento de aguas (desde la fuente de captacin hasta el mismo usuario, con las necesarias conexiones intermedias), el sistema de alcantarillado y eliminacin de aguas residuales (desde el usuario hasta su dispersin), las redes de suministro de energa y los sistemas de comunicacin (los transportes pblicos, los ferrocarriles, etc.) . Del segundo grupo forman parte aquellas formulaciones que parten de la crtica de algunos de los elementos bsicos de la prctica corriente, para contraponerles una explcita alternativa, en clave metodolgica o en clave espacial, rechazando la lgica, que continuamente se reproduce a s misma, de la acumulacin inducida por la renta inmobiliaria. Son propuestas expresadas inevitablemente a travs de modelos>> globales, congruentes y ptimos, de organizacin urbana y de ocupacin del territorio, que presuponen una verdadera revisin, ms que una simple adecuacin, del cuadro institucional vigente. Por otra parte, si bien las orientaciones y los objetivos son diversos, es comn, en cambio, el sustrato ideolgico de estas elaboraciones. En la recomposicin y en el proyecto del orden espacial termina por surgir la imagen d e una ciudad en la que los desequilibrios
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inducidos por el sistema econmico resultan contrastados y atenuados en virtud de una determinada organizacin racional del espacio, en el momento mismo en que se aceptan todos los presupuestos estructurales sobre los que se funda el sistema de las relaciones sociales. Puede repetirse aqu que la idea de resolver mediante la planificacin urbana las contradicciones de clase aparece, de hecho, unida a la ideologa urbanstica desde los inicios mismos de la disciplina; y que sta entra en juego como protagonista institucional del desarrollo, en pro de la reorganizacin productiva de la ciudad y del territorio, en el momento en que tiende a alterarse el equilibrio de las relaciones econmicas. El plan, o el modelo alternativo, intervienen para estabilizar una serie de funciones, para codificar precisamente los d e s sociales (la residencia para las distintas clases, la produccin, la mejora bio-psico-fsica, etc.); y sucede, puesto que la divisin social del trabajo es indispensable para la produccin y el mercado, que las partes as definidas se hacen solidarias por efecto de las grandes infraestructuras de enlace de los transportes y del fenmeno simblicamente dominante d e la movilidad. E incluso puede decirse que las varias ciudades ideales implcitas en las diversas posiciones culturales expresadas no se realizan en modo alguno en cuanto tales. Pero si la incidencia de las teoras y de los instrumentos es mnima, resulta, en cambio, muy cualificada, y cada vez, paulatinamente, codificada con mayor precisin, la relacin establecida entre los operadores que actan dentro del sistema. En conjunto, se llega a elaborar una serie d e prcticas de gestin que, planteadas desde el punto de vista del inters colectivo, estn llamadas a resolver los conflictos entre los diversos agentes individuales del desarrollo y coordinan las actuaciones pblicas y las privadas, dan certeza al mercado de la edificacin y sirven, en suma, para corregir los desequilibrios y las disfunciones del sistema vigente. En las pginas que siguen examinaremos las contribuciones tericas elaboradas en los
pases occidentales ms importantes, en un intento de definicin d e los aspectos operativos del urbanismo, junto a algunas realizaciones significativas planteadas, iniciadas o completadas en los aos anteriores a 1915. Este bagaje tcnico-disciplinar, sin embargo, tan slo en parte puede explicar la revolucin cultural acaecida en la primera posguerra (si bien continuar orientando en gran medida los concretos desarrollos experimentados por la urbanizacin), revolucin que tiene sus races tambin en la renovacin de la prctica de la arquitectura, en el debate sobre las artes aplicadas y en la produccin de las vanguardias figurativas, fenmenos que tienen lugar en los mismos aos. Razn por la cual se hace tambin necesaria una rpida sntesis de estos hechos, que recogeremos en la parte final de este Captulo.
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La formacin del urbanismo, como disciplina autnoma, entre finales del XIX y la primera guerra mundial
En el Reino Unido, donde los efectos de la revolucin industrial se han dejado sentir con notoria anticipacin respecto de las dems naciones capitalistas en vas de desarrollo, los movimientos reformistas comienzan a actuar en el curso del siglo XIX desde los aos treinta, siguiendo algunas lneas operativas que ya hemos tratado de analizar en otros volmenes de esta obra: desde el movimiento en favor de los parques urbanos (Public Walks Mouement) ' hasta los progresos de la ingeniera y de la legislacin sanitaria (iniciados por obra de Chadwick y perfeccionados por una serie de sucesivas Acts parlamentarias) 2, pasando por la reforma de la vivienda (que
' Cfr.
glo
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desciende de los stands de las Grandes Exposiciones para plasmarse en las industrial villages y llegar hasta la realizacin de las primeras barriadas de iniciativa pblica construidas en el rea londinense) 4. Es dentro de la experiencia madurada en estos campos donde se precisan en Inglaterra los primeros logros especficos de la disciplina urbanstica -en los organismos sanitarios de condado, en otros entes pblicos, en las sociedades cooperativas, en la actuacin del capital privado ms avanzado- y donde se experimentan las primeras formas de control del crecimiento- de la ciudad industrial (ordenanzas de la edificacin, nivel de calidad edificativourbanstico, ordenaciones morfolgicas) . Hacia el ltimo decenio del siglo, siguiendo el camino marcado por las primeras urbanizaciones suburbanas nacidas de la iniciativa de la clase medioburguesa, las temticas aireadas por los crticos victorianos de la metrpoli industrial y por los reformistas socialradicales se mueven en torno a la hiptesis de los garden suburbs, a realizar conforme a principios cooperativistas, a base del empleo de capitales con modesta tasa de beneficios y aprovechando la nueva movilidad que ofrecen los transportes rpidos capaces de prestar servicio a un vasto arco de la periferia urbana. Precisamente en este contexto nace en Inglaterra una idea simple y sugestiva que -en el marco de .un panorama bastante rico de enunciados tericos, propuestas y realizaciones- aparece destinada a predominar ampliamente a lo largo de los tres primeros decenios del nuevo siglo, tanto en Europa como en los Estados Unidos: la ciudad-jardn. Pocas veces como en esta ocasin, en la historia de las ideas sobre la ciudad, resultan las esperanzas y las tendencias del pblico tan felizmente acordes con las sensaciones transmitidas por los aspectos ms llamativos de una propuesta. Pocas veces un programa-proCfr. Ibid., vol. 2.", pgs. 909-919. Cfr. Ibid., vol. le0, pgs. 118-21, y vol. 2.", pginas 1153 y sigs.
yecto ha conseguido resumir (aunque sea, bien visto, con una simplificacin un tanto tosca) los elementos ms significativos, aunque tambin bastante contrastados entre s, de una tradicin cultural de varios decenios de vida, hasta el punto de generar en pocos aos un fuerte movimiento de opinin. El autor de la propuesta de la ciudad-jardn, Ebenezer Howard, haba nacido en Londres en 1850. A la edad de poco ms de veinte aos se traslada a los Estados Unidos, donde con algunos amigos intenta poner en marcha una empresa agrcola, emplendose despus como cronista en la ciudad de Chicago. A partir de 1879, tras su retorno a Inglaterra, mientras trabaja en la profesin periodstica, se mueve dentro de la rbita de las corrientes socialistas moderadas, conoce a los esposos Webb y a G. B. Shaw, entrando en contacto con problemas y experiencias que le servirn de inspiracin y documentacin de sus ideas. En 1898 Howard publica una obra titulada Tomorrow: A Peaceful Path to Real Reform s , llamada a convertirse en el mayor condensador ideolgico del debate sobre la ciudad durante, al menos, tres decenios. Tomorrow es un volumen bastante modesto, ilustrado con pocos grficos en forma de ideogramas que sirven para apoyar eficazmente las argumentaciones contenidas en el texto, constituido por una larga demostracin plena de fervor idealista, pero al propio tiempo llena tambin de buen ,sentido, moderacin y meticulosa perspicacia. Por identidad de temperamento, Howard se expresa con un lenguaje y unas argumentaciones realmente cautivadores para el middle class man: la mayor parte del libro est dedicada a ilustrar el presupuesto financiero preventivo de la nueva ciudad, con las tonalidades propias de una
Londres, 1898; reimpresa cuatro aos despus con el nuevo ttulo de Garden Cities of Tomorrow. La primera traduccin italiana de la obra es la pu. blicada con el ttulo de L'idea della citti giardino, Bolonia, 1962 (precedida de un ensayo original de P. L. Giordani), seguida de una reimpresin de 1972, con el nuevo ttulo de La citti giardino del futuro.
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responsable leccin de economa domstica. Las consideraciones de partida de Howard arrancan de la observacin directa de la realidad inglesa, con un razonamiento elemental, ilustrado luego sintticamente en el conocido diagrama de los tres imanes. Dos fuerzas dominantes -observa Howard- han dirigido hasta ahora las tendencias del asentamiento de la poblacin inglesa: de un lado la ciudad, donde la oferta de trabajo, la facilidad de los intercambios y la presencia de tecnologas avanzadas van acompaadas por el alto nivel de los alquileres, la falta de condiciones higinicas adecuadas, la degradacin de muchos barrios residenciales y la contaminacin del aire que se respira; de otro lado el campo, donde los recursos ambientales quedan sin utilizar por efecto de la deficiencia o carencia total d e equipamientos, de la pobreza de la vida asociada y del bajo nivel de los salarios consecuencia de una insuficiente demanda de trabajo. Para desbloquear esta situacin de contraste es preciso encontrar una tercera alternativa, dotada de un poder de atraccin superior al desarrollado por las dos tendencias actuantes, y ello tan slo es posible a condicin de que esta tercera va sea capaz de capitalizar los aspectos positivos de la ciudad y del campo, eliminando, en cambio, los aspectos negativos de una y otro. Esta tercera va existe -afirma Howard-, y consiste en la construccin de asentamientos planificados conforme a un modelo de ciudad-jardn, que comprenda precisamente todas las ventajas de la ciudad y del campo y que aparezca depurado de todos sus inconvenientes (fig. 1): una ciudad, segn la dePero en realidad, no existen solamente dos alternativas, como siempre se supone -vida urbana y vida rural-, sino que hay todava una tercera, en la cual coinciden en una perfecta combinacin todas las ventajas de la vida ciudadana ms exuberante y activa y todos los encantos y bellezas del campo; y la certeza de poder vivir esta vida constituye e1 imn que dar lugar a los resultados por los que todos nosotros estamos luchando: el espontneo movimiento de la poblacin desde nuestras superpobladas ciudades hacia el corazn mismo de nuestra buena madre tierra, fuente, a la vez, de vida,
finicin sinttica que hubo d e usar el propio Howard, proyectada para una residencia y una industria sana; [que] tiene una dimensin que hace po,sible un nivel pleno de vida social, pero que excede del mismo; [que] est circundada por un cinturn agrcola; y [en la cual] el total de los terrenos es de propiedad pblica o de propiedad indivisa de la propia comunidad. Pero para afirmarse concretamente, para convertirse en un modelo urbano realmente alternativo respecto de la metrpoli concentrada, la ciudad-jardn debe demostrar que puede ser, no solamente una inversin provechosa en el plano social, sino tambin un producto financieramente factible y econmicamente competitivo respecto de-los modos corrientes de produccin de la ciudad. Para conseguir estos objetivos, la ciudadjardn debe, en primer lugar, quedar exenta de la hipoteca que suponen los altos valores del suelo propios de las aglomeraciones urbanas; es decir, ha de construirse sobre terrenos adquiridos a precios agrcolas, con autonoma de las ciudades existentes y fuera de la corona espacial afectada por la renta de posicin. En segundo lugar, es preciso controlar la formacin de los beneficios inmobiliarios surgidos con el transcurso del tiempo como consecuencia de la propia construccin de la ciudad y, puesto que el aumento del valor del suelo en relacin con su urbanizacin es un hecho inevitable, es necesario que tal plusvalor, derivado en realidad del trabajo de la comunidad-jardn en su conjunto, no resulte privatizado, sino que vaya a acrecer el patrimonio de la propia comunidad 7. Es
felicidad, riqueza y poder. E. Howard: La citt2 giardino del futuro, cit., pg. 5 . ' Si, como es visto, la presencia de una poblacin numerosa confiere al suelo un fuerte valor adicional, ciertamente que toda migracin de poblacin, a escala apreciable, hacia un rea determinada, determinar un aumento proporcional del valor del terreno ocupado, siendo obvio que este incremento de valor, con un poco de previsin y precaucin, puede lograrse que pase a ser propiedad de la misma poblacin inmigrante. Ibid., pg. 20.
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Figs. 1-5. Los imanes de Howard; la ciudad-jardn en la franja agrcola y el diagrama de un sector planimtrico del asentamiento urbano; la ciudad-jardn y la ciudad central, y el diagrama de las ciudades satlites de Londres.
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decir, que hay que garantizar el control pblico del suelo, actuando de modo que ste siga quedando en manos de la comunidad (la Sociedad para la ciudad-jardn), con cesin a los particulares, tan slo, del derecho de superficie por un nmero determinado de aos, a utilizar en base a un plan preciso fijado para el asentamiento y previo el abono, como contrapartida, de un canon de arrendamiento. Los ingresos de la administracin de la ciudad-jardn, que derivan exclusivamente del percibo de las cuotas asignadas a los cesionarios de los derechos de superficie, quedan destinados al pago de los intereses asignados a las acciones de la sociedad, a la constitucin de un fondo de amortizacin para los acreedores, a financiar la ejecucin y gestin de las obras pblicas y, en fin, a sufragar la asistencia social, las medidas de previsin por desgracias, etc. El prototipo cuantitativo pensado por Howard se alza sobre una extensin de 6.000 acres, de los cuales 5.000 se destinan a constituir una franja agrcola externa con un asentamiento de 2.000 habitantes, y 1.000 al ncleo urbano residencial y a las actividades industriales y artesanales, con un asentamiento de 32.000 personas y una demidad de 60 habitantes por hectrea. El modelo as configurado ha de considerarse como un prototipo medio equilibrado, no superable ,en s, pero repetible hasta el infinito (es decir, la posible ampliacin se realiza por ncleos autnomos sucesivos). Howard considera que justamente esta dimensin es la que eleva al mximo las ventajas sociales y la que constituye un empeo financiera y empresarialmente realista, y sobre esta base demuestra que los trabajos y obras pueden incluso proceder por sectores de forma equilibrada en el tiempo, haciendo hincapi en una estrecha comparacin con las condiciones corrientes del mercado del suelo, de los alquileres, de los costes de distribucin de la produccin hasta el consumidor, para deducir de aqu la competitividad de la produccin agrcola e industrial del modelo y
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la conveniencia del asentamiento residencial planeado. Para reforzar y va4orizar su propuesta, Howard la ilustra con un diagrama orientativo (que ha de adaptarse, como l mismo se apresura a repetir ms de una vez, a las circunstancias geogrficas del caso concreto). Se trata de un modelo circular-radial de organizacin de los 1.000 acres urbanos que abarcan un permetro de cerca de 1.200 metros de radio: seis boulevard de 36 metros de anchura atraviesan la ciudad dividindola en sectores iguales; en el centro se sita un parque de cinco acres y medio de extensin, circundado por los principales edificios pblicos; en torno a stos se desarrolla una corona circular de 58 hectreas de zona verde y destinada tambin a instalaciones deportivas, rodeada por una galera acristalada (el <#alacio de Cristal) que en parte funciona como equipamiento comercial y en parte constituye una exposicin permanente de los productos de la ciudad. La corona sucesiva, siempre procediendo hacia el exterior, aparece ocupada por casas unifamiliares, estando atravesada por el centro por la Grand Avenue circular de casi 130 metros de anchura, constituyendo propiamente una calleparque, en cuyo margen interior se cuenta con seis espacios especiales destinados a las escuelas pblicas y con algunas reas asignadas a los edificios para el culto. Las viviendas que dan a la Grand Avenue constituyen una sucesin continua de crescents; la totalidad del rea residencial comprende 5.500 lotes edificables de una superficie media de 6 X 40 metros. En fin, en el anillo ms exterior del diagrama aparece dispuesta una franja industrial poco profunda, dotada de suministro de energa elctrica y enlazada mediante ramales adecuados a la lnea frrea principal. Ms all de las reas industriales se asientan las actividades productivas agrcolas, en un vasto greenbelt exterior. Otro diagrama aclara el nivel superior de la organizacin territorial mostrando seis ncleos reagrupados en torno a una ciudad central con una cifra de poblacin de 58.000 habi-
tantes, en la que se concentran algunos servicios especializados ( figs . 2-5). Dado que, en realidad, Howard se muestra bastante ms interesado en la estructura de la empresa que debe realizar y gestionar la ciudad que en los resultados formales del proyecto, el mismo anlisis d e su diagrama sirve para confirmar los caracteres tpicos de su bsqueda emprica y su excepcional intuicin de publicista. El diagrama est destinado, en parte, a persuadir a sus interlocutores con las imgenes ms sugestivas que puede ofrecer una experiencia consolidada de la ciudad burguesa (el Crystal Palace, la Grand Avenue con sus crescents), mientras que, tambin en parte, puede ser interpretado en funcin d e alusiones simblicas (sobre todo, entiendo yo, la solucin del centro, punto de mxima concentracin de los valores inmobiliarios en la ciudad real, y aqu liberado al transformarse en un parque vaco). As, Carlo Doglio, en un agudo ensayo publicado en 1953 ', resume los puntos ms caractersticos que dan cuerpo a la idea urbanstica d e Howard, citando los siguientes: inmigracin planificada, Imite a la dimensin de la ciudad, amenidad de los lugares, relacin entre ciudad y campo, control por medio del plan, divisin en barrios, propiedad unificada de los terrenos, empresas municipales y cooperativas. Y si bien la propuesta puede encuadrarse, sobre todo, en el marco de la difusa sensacin de alarma y preocupacin de la sociedad victoriana tarda por la ingobernabilidad creciente de Ia ciudad industrial, no es menos cierto que resulta indispensable investigar las fuentes del modelo para esclarecer por completo su significado (y el mismo Howard no deja de sealar esas fuentes con precisin puntual, convencido de que ello ha de contribuir a demostrar en la ciudad~jardnla conclusin natural de una precisa lnea del pensamiento
C. Doglio: L'equiuoco della cittd giavdino, Npoles, 1953 (nueva edicin, Florencia, 1974). Amplios extractos, tambin, en la revista Urbanstica, 13, 1953.
reformista anglosajn) '. En particular, Howard reconoce su deuda respecto de Henry George y los temas debatidos por el reformismo ingls (la nacionalizacin del suelo urbano, la lucha contra la propiedad inmobiliaria), respecto d e J. Buckingham (por lo que se refiere a las exigencias de equilibrio entre trabajo agrcola y trabajo industrial), respecto de Wakefield (por las teoras sobre la colonizacin sistemtica) y respecto de A. Marshall (por la idea de una migracin forzada desde Londres hacia el exterior). El estmulo a la sntesis propositiva de un nuevo tipo de organizacin urbana, social y productiva viene dado, en cambio, por la obra de Bellamy Looking Backward (de 1889), que, aunque inspirada en una visin del futuro que ciertamente no es compatible con la de Howard, desarrolla sin embargo algunas propuestas de base -la presencia benfica del progreso tecnolgico, el igualitarismo, la difusin generalizada de las calidades ambientales de la ciudad- ciertamente sugestivas para la tica d e la ciudad-jardn. A tales elementos podemos aadir otros, referibles a la formacin cultural de Howard: el conocimiento de la escena norteamericana, las tendencias en marcha en favor de la huida suburbana, los movimientos en pro del reforzamiento del papel atribuido a los poderes pblicos. E incluso el recuerdo del Morris de News from Nowhere (en otros lugares la ciudad invade el campo, aqu el campo debe invadir la ciudad), no menos que el tema d e la fusin campo-ciudad, que Howard consigue presentar casi como una figura dialctica. En fin, tampoco son nuevas en la escena inglesa las propuestas de
. .. quisiera hacer ver cmo este esquema [ ...] ha de imponerse especialmente a la atencin del pblico por cuanto combina los aspectos ms sobresalientes de otros esquemas anlogos, propuestos en diversos perodos, y los combina de tal modo que permite asegurar los mejores resultados de cada uno de ellos, eliminando los peligros y las dificultades que en aqullos -a veces, incluso en el pensamiento de sus autores- podan advertirse distinta y claramente. E. Howard, op. cit., pg. 92.
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asentamientos descentrados para descongestionar la metrpoli lo, mientras que la idea de la gemacin defendida por un cinturn exento de edificacin le viene sugerida a Howard -lo que l, una vez ms admite explicitamente- por el plan elaborado para la ciudad de Adelaida, en Australia. De todos estos precedentes, y de la tensin ideal que proviene de los reformadores del socialismo precientfico de Owen y de Fourier, Howard elimina los aspectos polticos ms radicales. Mientras se alinea junto a los utopistas al considerar que la. fuerza del ejemplo es la carta que ha de dar el triunfo a sus propuestas de reforma, da por descontado un sistema social fundado en la libre iniciativa y en el beneficio, concentrando sus esfuerzos sobre la correccin de los defectos que el desarrollo capitalista ha generado por induccin en la organizacin espacial. El colectivismo queda abolido, como la direccin pblica de la produccin agrcola. En cambio, captada la preferencia burguesa por la residencia unifamiliar, Howard sistematiza sus principios de realizacin y consigue indicar de manera convincente una forma de produccin urbana sustrada a la hipoteca que supone el precio del suelo y referida al coste efectivo d e ejecucin y de gestin, sugiriendo al propio tiempo la idea de una comunidad espacial equilibrada y distinta de la ciudad existente. Para dar fuerza al movimiento, Howard no piensa en iniciativas ,desde el vrtice, desde arriba, sino que revaloriza el papel de la opinin pblica, papel concebido prevalentemente como libertad de asociacin individual y como capacidad de ((iniciativa privada de los usuarios. Para las clases medias burguesas, el gran atractivo del sistema de Howard est justa'O En 1845 un tal Moffat, arquitecto londinense, haba propuesto el asentamiento de 350.000 personas en poblados extensivos establecidos dentro de un radio de diez millas del centro de Londres. La noticia la recoge A. W. Brunt: Experiments Sixty Years Ago, en The Garden City, New Series, volumen 1, pg. 131.
mente en la reduccin al nivel ms elemental de la ideologa de algunas de las ideasgua del reformismo socialista: la fusin entre ciudad y campo, el equilibrio entre la produccin agrcola y la produccin industrial, la salud del cuerpo junto al trabajo intelectual, la cooperacin comunitaria compensada por la privacy de la casa unifamiliar. Muchas de estas sensaciones y sentimientos se transmiten intuitivamente a travs del nombre mismo de ciudad-jardn, y entre el gran pblico -aunque tambin entre los estas ideas resultan propios arquitectosasumidas con desfiguracin de su propia coherencia interna, en sntesis (bien entendido, dentro de los lmites que hemos descrito). La parte que resulta ms sugestiva para los operadores pblicos y privados y para el pblico no es tanto el criterio general que inspira a Howard, como la morfologa y la tipologa especfica del asentamiento (la casa aislada y su composicin en un tejido ms libre y diverso), es decir, un modo de vida, generalizable con independencia del esquema terico, d e la lgica del balance econmicofinanciero y del mismo presupuesto bsico de la eliminacin de la renta inmobiliaria 'l. El xito del mensaje de Howard es inmediato, tanto en el Reino Unido como en el resto de Europa y en Norteamrica. Tomorrow se traduce ya al francs en 1902, mientras que en otros pases numerosos opsculos y otras publicaciones divulgativas dan a conocer el pensamiento del autor, aunque
" Entre la amplsima bibliografa existente sobre el pensamiento y la obra de Howard y sobre la evolucin del movimiento en favor de la ciudadjardn, sealemos: R. Sennet: Garden Cities in Theory and Practice, Londres, 1909; D. McFadyen: Sir Ebenezer Howard and the Tow Planning Movement, Manchester, 1933; F. J. Osborn: Green-belt Cities, Londres, 1946; C. B. Purdom: The Building of Satellite Towns, Londres, 1949; D. AndrielIo: Howard o dell'utopa, Npoles, 1964; W . Ashworth: The Genesis of Modern British Town Planning, Londres, 1965; W. L. Creese: The Search for Environment: The Garden City Before and After, New Haven-Londres, 1966.
Figs. 6-8. B. Parker y R. Unwin: planta general de Letchworth, planimetra de un sector residencial (Bird's Hill) y del rea central.
Figs. 9 y 10. Vista del centro de Letchworth y vista general de la ciudad y del territorio circundante.
a menudo de manera bastante imperfecta. En los aos sucesivos se forman asociaciones nacionales para la propaganda del movimiento de la ciudad-jardn en Francia, Alemania, Holanda, Blgica, Espaa, Polonia, Checoslovaquia y Rusia. Incluso en los Estados Unidos nace en 1906 una Garden City As-socia tion of America. En Inglaterra, donde desde 1899 se ha constituido una Garden City Association que bien pronto supera el millar de adheridos, Howard se dispone rpidamente a acometer la primera iniciativa concreta: en 1902 funda la Garden City Pioneer Company con un capital de 20.000 libras esterlinas, y procede a la adquisicin de una finca de 3.818 acres en Hertfordshire, a unas 34 millas de Londres, sobre la Great Northern Railway. En este punto la Garden City Pioneer Company se transforma en la First Garden City Ltd., que se registra con un capital de 300.000 libras esterlinas. La sociedad, a causa de la insuficiente venta de obligaciones, se ve forzada a hipotecar provisionalmente una parte de sus terrenos y a demorar el pago de dividendos. Pero a pesar de las dificultades, y gracias a tales arreglos econmicofinancieros, pueden iniciarse las obras de urbanizacin. Los 3.800 acres del territorio de Letchworth (este ,ser el nombre de la primera garden-city) se dividen en dos sectores, el rea urbana, de 1.200 acres, y el cinturn agrcola, de 2.600 acres: son dimensiones, como puede observarse, ms limitadas que las indicadas en el programa terico, al que se aproxima en cambio el nmero de los habitantes, fijado en 30.000 personas, sobre la base de una densidad de edificacin de 12 casas por acre. El plan del asentamiento, debido a los arquitectos Raymond Unwin y Barry Parker (figs. 6-8) tambin difiere bastante del esquema descrito por Howard: es sta una circunstancia que, como ya se ha dicho, el mismo Howard ha prevkto, pero que aqu parece traducirse en un empobrecimiento de las solucion&. Faltan los elementos tipolgicos cualificantes del centro,
y la planta radial, con el Broadway apuntado hacia la estacin, tampoco consigue enuclear la cualidad urbana ni reflejar los acentos corales de la comunidad ,imaginada por Howard; el ferrocarril atraviesa la ciudad cortndola en dos partes, y la industria se concentra en ambos lados de la lnea frrea, en las zonas orientales. Bastante ms estudiadas resultan las ordenaciones residenciales, p1aneada.s conforme a una reglamentacin edificativa muy minuciosa en cuanto se refiere a sus prescripciones ambientales. A pesar de las numerosas campaas de promocin, entre las cuales cabe recordar la celebracin de dos exposiciones pblicas -la primera de 1905, patrocinada por un peridico local para seleccionar el mejor proyecto de cottage de coste no superior a 150 libras esterlinas (el premio se otorga a P. Houfton), y la segunda celebrada en 1907, para talleres artesanales y pequeas fbricas-, la construccin de Letchworth procede ms bien con lentitud, porque las industrias tardan en instalarse en la zona y los habitantes parecen retraerse ante la distancia que separa a la ciudad del centro de Londres. En 1910 se han construido 1.157 casas y tiendas por particulares o asociaciones cooperativas, as como 19 industrias; pero el cinturn agrcola an no est planificado. En su aspecto externo, Letchworth va configurndose como asentamiento extensivo de casas unifamiliares, en la lnea de las soluciones tradicionales, a base d e cottages, corrientes en la edificacin privada inglesa del perodo, mientras que los edificios pbIicos y las mismas edificaciones industriales aparecen ms bien inspirados en un eclecticismo convencional (figs. 9-10). Si bien algunos de los principios generales que inspiran la primera ciudad-jardn se corresponden bastante fielmente con las premisas del programa -como ocurre con el rgimen de propiedad colectiva de los terrenos, cedidos en arrendamiento por perodos d e 99 o de 198 aos, y con el equilibrio, sobre el papel, d e las funciones (residencial, artesanal-industrial, agrcola)-, faltan otros,
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como pueden ,ser el de la autonoma productiva y, por consiguiente, el de independencia con respecto a la ciudad central para los empleos laborales, o el de la relacin ciudadcampo, que no puede llegar a instituirse como elemento orgnico, aunque slo sea dentro de los lmites de la correlacin howardiana, sino meramente como hecho ambiental externo (desde el punto de vista econmico la franja agrcola es un fracaso, y tan slo acta como defensa del crecimiento indiscriminado). La misma vitalidad escasa del desarrollo inicial de Letchworth, y la incierta respuesta del pblico (es decir, del mercado) -que pronto hace que parezca improbable el interclasismo auspiciado por Howard (solamente puede optar por residir en la ciudad-jardn quien dispone de los medios financieros adecuados)-, hacen dudosa la posibilidad de acabar con el modelo de crecimiento acumulativo de la metrpoli y ponen en peligro la tentativa de corregir las caractersticas del mercado inmobiliario. Como hemos de ver, en la posguerra, con el segundo experimento llevado a cabo en Welwyn, se lograr corregir algunos de los defectos del primero, e incluso infundir a la empresa un mayor dinamkmo en la realizacin, pero al precio de renunciar a una al.ternativa real, a escala territorial, respecto de la red de los asentamientos existentes. Con el encauzamiento de la empresa de Letchworth, la idea de la ciudad-jardn acenta su poder de captacin entre los especialistas, los empresarios y el gran pblico: las repercusiones sobre la calidad y cantidad de las iniciativas son inmediatas, si bien, como veremos, siguiendo una direccin que en lugar de hacer propias las indicaciones bsicas d e Howard en pro de una alternativa a la ciudad monocntrica, se inclina ms bien a potenciar y perfeccionar el crecimiento urbano por barrios suburbanos extensivos. Un grupo restringido de intrpretes rigurosos de las ideas de Howard considera que a travs del mecanismo poltico-administrativo delineado por ste ha de resultar posible el dar
una respuesta general y unvoca a todos los problemas de expansin de la ciudad y de planificacin del territorio; un sector bastante ms considerable de los operadores y del pblico, por el contrario, se las arregla con xito para captar y aprovechar los elementos de la propuesta que resultan ms fciles y sugestivos de aplicar. De hecho, los trminos de garderz suburb o de garderz city se aplican tambin, de ahora en adelante, a las urbanizaciones suburbanas planificadas, sin referencia adecuada al modelo descentrado howardiano, a sus tipologas especficas, a la dimensin de la iniciativa, ni a la frmula cooperativista (fig. 11). Entre las asociaciones promotoras que se muestran activas en este terreno- en los primeros quince aos del siglo est la Garden City Association (rebautizada ms tarde con el nombre de Garden City and Town Planning Association), fundada en 1899 para estimular la aplicacin de las ideas howardianas, y cuyos fines expresos, por lo dems -que resuenan continuamente en la activa propaganda desarrollada en los mayores centros del Reino Unido-, inciden sobre un mbito de experiencias muy diversificado, que va desde-la correcta planificacin de asentamientos urbanos y rurales hasta la formacin de new towrzs (en la lnea marcada por Letchworth), pasando por la creacin de garden suburbs, la construccin de poblados industriales, la adquisicin de espacios abiertos y el alejamiento de las industrias respecto de las reas de congestin. Ms interesado, de modo ms directo, por el problema especfico de la residencia en las grandes ciudades se muestra el National Housing and Town Planning Council, que desde 1900 desarrolla una notable actividad de publicacin de manuales y opsculos y de organizacin de convenciones, reuniones y exposiciones. Entre estas ltimas son de sealar las tres cottage exhibitions celebradas entre 1907 y 1910 en Sheffield, en Newcastle y en Swansea sobre terrenos municipales, destinadas a transformarse seguidamente en pequeos barrios residenciales (figs . 12-14).
Fig. 11. A. R. Sennet. Plan de una ciudad-jardn para 15.000 habitantes (1905). Figs. 12-14. Planimetras de las Cottage Exhibitions de Swansea, Sheffield y Newcastle.
La Sheffield Cottage Exhibition se organiza en 1907, tras la celebracin de un concurso nacional en el que triunfan los arquitectos A. Harvey (autor del ensanche de Bournville) y A. McKewan, sobre unos terrenos de 24 acres de extensin en los que se levanta un total de 42 cottages: los solares correspondientes son asignados en arrendamiento por 200 aos; las viviendas se distribuyen en tres clases atendiendo a su coste (175, 200 y 225 libras). Caractersticas anlogas tienen tambin las otras dos exposiciones, la de Newcastle (arquitectos Watson y Scott) y la de Swansea (arquitectos Crossland y Waterhouse). El denominado Co-partnership Tenants Council, en cambio, responde a la finalidad
de promover la formacin de sociedades constructoras sobre base cooperativa, con baja participacin de capital inicial, para actuar sobre terrenos propiedad de la sociedad, o sobre terrenos cedidos en arrendamiento por otras sociedades o trusts. La correspondiente entidad financiera es la Copartnership Tenants Ltd., constituida en 1906 y registrada conforme a la Industrial and Provident Societies Act de 1893, con objeto de proporcionar asesoramientos a los proyectos de nuevas barriadas, de asegurar capitales a las empresas y de facilitar el suministro de materiales de construccin al por mayor. Una resea de las realizaciones llevadas a cabo entre 1900 y 1915 debe abrirse con
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Figs. 15-17. Planimetra g e n e r a 1 de Hampstead Garden Suburb, vista del centro y vista area de conjunto.
una referencia al barrio de Hampstead, y no solamente por su prioridad en el tiempo, sino tambin por la alta calidad de los resultados y por su xito como empresa, circunstancias que lo convierten inmediatamente en punto de referencia, como prototipo de garden suburb de feliz ejecucin, alternativa en muchos aspectos respecto de la primera garden city. Hampstead nace en torno a 1906 sobre 240 acres d e terreno boscoso en Hampstead Heath, al norte de Londres, por iniciativa del Hampstead Garden Suburb Trust: en esta zona, de fcil enlace con el centro de la ciudad mediante la Northern Line del metropolitano (Euston-Charing Cross) y servida por la estacin de Golders Green, la sociedad se propone dar vida a un suburbio modelo para 8.000 habitantes, con amplia dotacin de espacios abiertos y con una disposicin bien estudiada de los cottages dentro de una gran variedad de lotes y de tipos edificativos capaces de interesar a estratos sociales bien diferenciados. Para proyectar el conjunto se llama a Raymond Unwin, que cuenta para ello con la colaboracin de su colega Barry Parker y con el aseso,ramiento de Edwin Lutyens. El asentamiento se basa en una proporcin mxima de ocho casas por acre (cerca de 70 habitantes por hectrea), en la aplicacin de distancias prefijadas entre las casas, en una meticulosa reglamentacin de los jardines privados, de los parques y de los espacios libres comunes, y en una hbil valorizacin de los caracteres de un paisaje placenteramente movido; Lutyens se encarga, con un planeamiento moderadamente acadmico, del trazado del centro comunitario, constitui,do por una plaza con dos iglesias y determinados equipamientos colectivos (figs. 15-17). Tras la construccin de algunas viviendas debidas a iniciativas privadas aisladas, intervienen en Hampstead tres sociedades cooperativas, la Hampstead Tenants Ltd., la Second Hampstead Tenants
Ltd. y la Garden Suburb Development Company (Hampstead), y en poco tiempo se completa el barrio, adquiriendo el carcter exclusivista de lugar de residencia para una burguesa rica 12. En diversas partes del Reino Unido se registran igualmente tentativas y realizaciones empresariales del mismo tipo. En Manchester, donde Unwin y Parker han preparado en 1903 una exposicin bajo el ttulo de Cottages near a Town dentro de la Northern Workers' Guild Exhibition, nace la barriada de Burnage Garden Village (figs. 18-19), sobre la base de un proyecto de J. H . Hargreaves de 1907, ulteriormente modificado, caracterizado por la existencia de una serie de casas adosadas con sus fachadas dando a un anillo viario, trazado en torno a un espacio equipado para actividades colectivas 13. Entre Manchester, Middleton y Rhodes se planifica el suburbio o colonia de Alkrington conforme a un diseo de Thomas Adams caracterizado por un trazado de calles mixtilneo, con numerosas referencias a la tradicin inglesa. Adams, llamado despus a jugar un papel d e gran relieve en los Estados Unidos tras el primer conflicto mundial, es autor en este perodo de otras numerosas obras: para la Bristol Garden Suburb, una public comlpany fundada en 1909, proyecta una barriada situada en torno a la Shirehampton Station, en la orilla Norte del ro Avon; elabora los diseos para la urbanizacin de los 160 acres edificables de GlvnCory, un estate (finca) de 300 acres situado
l2 Cfr. H. Barnett: The Story of the Growth of the Hampstead Garden Suburb, 1907-28, Londres, 1928 (?); F. M. L. Thompson: Hampstead, Building of a Borough, 1650-1914, Londres, 1914; W . A. Eden: Hampstead Garden Suburb, 1907-1957, en aJourna1 of the RIBAD, octubre de 1957. l3 Cfr. M. Harrison: Burnage Garden Village. An Ideal for Life in Manchester, en Tow Planning Reviewp, julio de 1976.
Figs. 18 y 19 (en la pgina opuesta). Burnage Garden Village, en Manchester: planimetra de 1907 y vista. Figs. 20-22. Planimetras de Knebworth Garden Village, Woodlands y Glyn-Cory.
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a siete millas de Cardiff, para un total de 1.400 casas y una cifra de poblacin comprendida entre las 5.000 y las 6.000 personas, conforme a una planta caracterizada por el trazado de tres cvescents concntricos atravesados por una ancha avenue que lleva al centro de la barriada l4 (fig. 22); cerca de Stockport, en Cheshire, realiza el Newton Moor Estate, remitindose una vez ms a los mdulos empleados en Alkrington. Dentro de estas mismas tendencias deben citarse tambin aqu los contemporneos barrios de fbrica, a partir de las ampliaciones de Port Sunlight y de Bournville, pasando por la fundacin de Earswick, al que ya se ha hecho alusin anteriormente, hasta llegar a Hull Garden Village, promovido por el indus trial James Reckitt ; de particular relieve, en esta misma lnea, es el complejo de Woodlands, debido al esfuerzo de una singular figura de planner, Percy C. Houfton, estando destinado a los empleados de la explotacin minera de Brodsworth Main, con sus mil cottages dispuestos alrededor de un ncleo colectivo, el sano trazado en amplias cadencias formales y la rrvenue central de 120 pies de anchura (fig. 21). Desde el punto de vista de la dimensin, dos realizaciones se distinguen de las dems, hasta el punto de alcanzar la medida de verdaderas y propias new towns a la escala indicada por Howard. La primera es el Knebworth Garden Village (fig. 20), un gran complejo situado a caballo de la Great Northern Railway y de la London Road, que en ese punto serpentea siguiendo el filanco de la lnea frrea. Recomponiendo el conjunto de las primeras construcciones alzadas ya al Este del ferrocarril, Thomas Adams y Lutyens preparan un plan de amplios vuelos, previsto para cerca de 6.400 viviendas y una poblacin total de 30.000 residentes, sobre la base de una densidad media de ocho caeste tipo de urbanizaciones en Gales, cfr. T. A. Lloyd: The Wels Town Planning and Housing Trusts and Its Affiliated Societies, en Town Planning Review, abril de 1952.
sas por acre. Las secuencias de detached houses a lo largo d e las mallas viarias, con amplios espacios abiertos en el interior de las manzanas, constituyen el sistema morfolgico elegido, segn la personal esttica de Adams, en el que destaca la red viaria primaria ennoblecida por un denso arbolado continuo (vase, en particular, la desviacin de la London Road incorporada como eje interior principal de la parte oriental del complejo). Los nudos equipados (plaza trapezoidal en la parte occidental, con el paseo de acceso, y plaza intermedia sobre la London Road), probablemente segn indicaciones de Lutyens, son tratados, en cambio, con sistemas continuos de tevvaces. Se permiten un cierto nmero de industrias a uno y otro lado de la va frrea, en las reas meridionales del asentamiento Notable inters ofrece, incluso por los mecanismos procedimentales que se emplean en ella, la planificacin e introduccin en el mercado de otra vasta rea suburbana de Londres, e1 complejo integrado por Ruislip Manor y Ruislip-Northwood, sobre la directriz de expansin occidental d e la metrpoli. Ruislip Manor es un estate de 1.300 acres de terrenos boscosos al oeste de Harrow, que ahora resultan muy apetecibles, tras la electrificacin del Metropolitan y de la District Railway y la apertura de la Great Central y la Great Western. La intencin de la sociedad constituida para la revalorizacin residencial del lugar (Ruislip Manor Ltd.) no es otra que la de dar vida a una ciudad satlite equipada: el primer paso consiste en convocar un concurso nacional que lleva a seleccionar, entre las 62 propuestas presentadas, el proyecto de los arquitectos A. y J. Soutar, que constituir despus, con algunas modificaciones, el plan de ejecucin. En la misma poca el Council de Ruislip-North-
" Para
l5
P. Abercrombie: Modern Town Planning in England. A Comparative Review of ~Garden City Schemes in England, en Town Planning Review~, abril y julio de 1910.
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wood decide acogerse a las disposiciones de la reciente Housing and Town Planning Act de 1909 para proceder a la elaboracin de un plan regulador para un rea de casi 6.000 acres que comprende los terrenos de la Ruislip Manor Ltd. Surge de aqu un plan integral unitario, un joint pvoject, sancionado por una reunin d e administradores y de propietarios celebrada en noviembre de 1910: la extensa rea, servida por seis estaciones del metropolitano, queda atravesada de Norte a Sur por el complejo 'de Ruislip Manor, en cuyo centro la Metropolitan Railway accede a proporcionar una nueva parada de la lnea (figs. 23-24); el plan aparece calibrado con arreglo a diversas densidades edificativas (1.310 acres a razn de cuatro casas por acre, 660 acres a seis casas por acre, 2.000 acres a ocho casas por acre, 2.180 acres a doce casas por acre; por funciones, la residencia unifamiliar ocupa 5.750
acres, las actividades comerciales y terciarias 250 acres, las industrias 45 acres). En 1913 se inicia ya la urbanizacin primaria con el trazado de m6s de dos kilmetros de calles y un total de 7 5 acres urbanizados; ya est en funcionamiento la nueva estacin y se han levantado 142 construcciones. En la posguerra la creciente urbanizacin llegar a aproximarse gradualmente a las previsiones del plan 16. Junto al Garden City Movement y al Housing Reform Movement, hay otra tendencia que se mueve ms bien hacia la formulacin d e una legislacin urbanstica general. Podemos identificar esta posicin en la obra de Thomas Coglan Horsfall, de Manl6 Vase, a este propsito, W. Thompson: The Ruislip-Northwood and Ruislip Manor Joint Town Planning Scheme, en Town Planning Review, abril de 1913.
chester, una de las figuras ms representativas de los orgenes del Town Planning Movement ingls 17. Horsfall est convencido de que dentro del marco del vigente sistema legislativo ingls, sectorial y particularista, es imposible llevar a la prctica una gestin urbana eficiente y, en particular, establecer una disciplina del crecimiento residencial; partiendo de la experiencia adquirida durante un viaje a Alemania efectuado en el 97, que le permite tomar contacto con los planes reguladores en vigor en las ciudades alemanas, escribe un ensayo, bajo el ttulo The Example of Germany, publicado despus, en 1904, como suplemento de la encuesta realizada por T. R. Marr sobre la situacin de la vivienda en Manchester y Salford. Este trabajo de Horsfall, junto con la influencia ejercida por otras experiencias destacadas, como la obra desarrollada por el Birmingham City Council y la actividad desplegada por el presidente del Housing Committee, John Ne ttlefold 18, aparecen directamente vinculados a la aprobacin de la primera Town Planning Act de 1909. Justamente, el informe de las conclusiones obtenidas en otro viaje de estudio a las ciudades alemanas, efectuado en 1905 por una representacin de tcnicos del Housing Committee, es el que constituye, en 1907, la pieza o documento clave que sirve de base para la redaccin del citado texto legal. Debe observarse, en todo caso, que la Town Planning Act de 1909, si bien nace por efecto de la necesidad de establecer criterios generales de planificacin, aparece sin embargo fuertemente influenciada por las condiciones reales de la produccin urbana fomentada por las nue" A este respecto, J. P. Reynolds: Thomas Coglan Horsfall and the Town Planning Movement in England, en Town Planning Review, abril de 1952. Vase, adems, T. C. Horsfall: Improuement of Dwellings and Surroundings of the People, Manchester, 1905. l8 Entre las obras de J. S. Nettlefold, sealamos: A Housing Policy, 1905; Slum Reform and Town Planning.. ., etc., Birmingham, s. f .; Practica1 Town Planning, y Practica1 Housing, Londres, 1910.
vas teoras urbansticas y en particular por las tendencias favorables al g,arden subuvb 19. Puede completarse el cuadro hasta aqu delineado aludiendo a la actividad de algunos de los profesionales y estudiosos que trabajan en estos aos. Figuras como las de Raymond Unwin, Barry Parker y Thomas Adams, de los que ya hemos hablado, y como las de Patrick Abercrombie y Patrick Geddes, nos sitan ante una prctica que dista mucho de ser unvoca y ante un planteamiento terico muy rico en temas, capaces despus de evolucionar y adaptarse, sin mutaciones bruscas, al cambio de las condiciones profesionales en el transcurso de un largo perodo de tiempo: tanto Unwin como Abercrombie seguirn ejerciendo un papel central en Inglaterra durante el perodo d e entreguerras, influyendo directamente, incluso, sobre el acontecer urbanstico de la segunda posguerra, mientras que volveremos a encontrar a Thomas Adams empeado, entre 1923 y 1931, en los Estados Unidos, en la redaccin del plan regional de Nueva York. Raymond Unwin (1863-1940) es un producto tpico de la middle-class victoriana, crecido en contacto con las ideas de Ruskin y de Morris, pero ms directamente inclinado a dedicarse a la prctica profesional. Desde 1896 a 1914 da vida a una slida partnership con Barry Parker, con el cual firma gran nmero de proyectos arquitectnicos y urbansticos, sin renunciar, al propio tiempo, a profundizar en una orientacin propia, metodolgica y poltica, desde su escrito Cottage Plans and Common Sense, publicado en 1902 dentro de la serie de los Fabian Tracts, con el cual se destaca como uno de los mximos exponentes del Housing Movement, hasta el bien conocido Nothing Gained by Overcrowding, de 1918, en el que trata de demostrar que las densidades urbanas eleval9 En sustancia, la ley es un intento de imitar para un uso ms general algo que se haba manifestado para atender a los gustos de unos pocos grupos privilegiados. W. Ashworth, op. cit., pg. 187. De la evolucin de la legislacin urbanstica inglesa hablaremos ms ampliamente en el captulo VI. .
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Fig. 25. P. Abercrombie y otros: plan para el rea central de Dublin, en una elaboracin de 1916.
das no derivan de condiciones objetivas, sino de opciones precisas de la especulacin 20. Para Unwin la obra de Howard no es un relmpago en el camino de Damasco, y mientras proyectando Letchworth con su socio Barry Parker da forma concreta al pensamiento de Howard, en su prctica corriente no se vincula jams a sus hiptesis de fondo, dedicndose ms bien a desarrollar modelos organiza tivos aplicables al crecimiento perifrico. Para Unwin, la periferia es el mbito en que el planificador puede intervenir fundiendo la efficiency con la menity, conforme a un principio todava identificable de coherencia formal, como soporte de un tejiCfr. R. Unwin: Cottage Plans and Common Sense, Londres, 1902; Town Planning in Practice, Londres, 1909 (trad. italiana, La pritica della progettazione urbana, Miln, 1971); Nothing Gained by Ouercrowding, Londres, 1912.
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do de mutuas relaciones sociales, de un pattern of life, la comunidad de barrio constituida por ncleos de viviendas unifamiliares agregadas mediante sapientes ordenaciones paisajsticas, en la lnea de la tradicin pictrica de los parques naturalistas. Este es, en germen, el principio de la neighborhood unit y de un crecimiento orgnico y celular de la ciudad, considerado como respuesta adecuada a los nuevos niveles dimensionales de la metrpoli, y capaz de salvaguardar la definicin formal de la expansin, evitando el sprawl, la proliferacin indistinta y catica de la periferia *l.
2' Sobre la obra de Unvin, vanse: W. H. Thompson: Sir Raymond Unwin, en Journal of the RIBA, julio de 1940; B. Parker: Tbe Life and Work of Sir Raymond Unwin, en Town Planning Review, julio-agosto de 1940; W. L. Creese: The Planning Theories of Sir Raymond Unwin, 1863-
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Figs. 26 y 27. L. Brandt. Proyecto de ordenacin de la franja litoral de Southport, planta y vista (hacia 1911):
Hace referencia a un mbito ms amplio de intereses Patrick Abercrombie, cuyas posiciones howardianas y unwinianas parecen unilaterales y, de cualquier modo, inadecuadas para afrontar las novedades tcnicas y organizativas de la metrpoli. Y, mientras alienta y difunde personalmente las experiencias inglesas y europeas de la garden city y del suburb 22, no se olvida d e desarrollar tambin aquellas temticas que se refieren al control arquitectnico unitario de las estructuras urbanas centrales ms directamente exigidas por las transformaciones econmicas de las grandes ciudades, control vuelto a proponer con un ropaje tan brillante como el de las formulaciones americanas de la City Beautiful, conocidas parcialmente en Inglaterra desdc finales de siglo y discutidas despus en 'una confrontacin directa en la Conferencia convocada por el Royal Institute of British Architects en Londres en 1910. Precisamente Abercrombie, con Adshead, Reilly y Mawson, es uno de los profesores de la School of Civic Design instituida en la Universidad de Liverpool en 1909 por iniciativa de Lord Lever, y en cierto sentido se encuentra en una posicin alternativa respecto de las lectures profesadas por Unwin
1940, en Journal of the American Institute of Plannerw, noviembre de 1964; de este mismo autor: The Legacy of Raymond Unwin: A Human Pattern for Planning, Cambridge, Mass., 1967. U Cfr. la nota 15 y, adems, P.' Abercrombie: Some Notes on German Garden Villages, en Town Planning Review, octubre de 1910.
en la Universidad de Birmingham en 1910. Esta orientacin de Abercrombie, que tiene una correspondencia en el favor con que se vuelven a proponer en Inglaterra algunos de ,los mdulos de la City Beutiful (figuras 26-27), puede verse plasmada en su idea de proceder a una nueva lectura de las transformaciones decimonnicas de ciudades y capitales europeas, estimulada con sus artculos publicados en la Town Planning Review a partir de 1910 23, as como en su (fig. 25): una misma prctica pr~fesional*~ lnea que, por otra parte, parece rechazar el academicismo de un Inigo Triggs, que se presenta como portavoz aislado del clsico culte -de l'axe 25. Con una dedicacin todava ms sorprendente que la de Unwin,
* De P. Abercrombie, vanse: Vienna as a Example of Town Planning. The Ringstrasse, en Town Planning Review, octubre de 1910; Brussels. A Study in Development and Town Planning, en Town Planning Review, julio y octubre de 1912, y enero de 1913; Berlin: Its Growth and Present State, en Town Planning Review, octubre de 1913 y enero y abril de 1914; A Note on Lille, en Town Planning Review, octubre de 1914. " A este propsito, cfr. Dublin Town Planning Competition, en Town Planning Review, abril de 1917. " 1. Triggs: Town Planning. Past, Present and Possible, Londres, 1909; d r . P. Sica: L'immdgine della cittd da Sparta a Las Vegas, Bari, 1970, pgina 192. Es significativo, en cambio, que de los estudios de Abercrombie publicados en la Town Planning Review y a que nos hemos referido en las notas precedentes se hayan excluido precisamente las alusiones a las transformaciones haussmannianas de Pars.
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Abercrombie orientar en la posguerra su actividad operativa y de estudioso hacia los contenidos propios de la planificacin urbano-territorial y regional. Todo el perodo que hemos considerado coincide con la actividad desarrollada en Gran Bretaa por Patrick Geddes (18541933). Pero Geddes puede ser definido, ms que como especialista del urbanismo, como patriarcal y proftica figura de social scientist que sita en el centro de su visin filosfica una equilibrada y coherente organizacin del ambiente fsico y humano. Para poner de relieve la amplitud de sus fuentes culturales y de sus experiencias resulta particularmente til -tambin en su caso- el hacer una breve sntesis de los datos biogrficos ms des tacados. Geddes, escocs, parte de los estudios biolgicos, siguiendo las enseanzas de las teoras evolucionistas de T. H. Huxley; seguidamente, en Pars, entra en contacto con ideas sociolgicas y, en particular, con el pensamiento de Le Play, del que toma la conviccin de la necesidad de una medicin precisa de los fenmenos sociales. Su matrimonio con Anne Morton, una colega de Octavia Hill en los trabajos realizados on the field en los slums londinenses, le orienta hacia el conocimiento directo de la realidad urbana. A partir de 1880 hace de Edimburgo su residencia permanente y la base de sus estudios y expediciones, y all se empea en la actividad social y en la investigacin llevada a cabo en la Outlook Tower, un observatorio cvico concebido tambin como museo viviente de la ciudad, donde confluyen y se confrontan pasado, presente y futuro, geografa e historia, vida local y contexto regional; y punto de referencia para la educacin de la conciencia cvica (figuras 28-29). En las reuniones estivales promovidas por Geddes en Edimburgo participan? entre otros, Kropotkin, Rclus y el socilogo francs Desmolins, seguidor de las teoras de Le Play y a quien Geddes haba conocido ya en Pars. A continuacin, Geddes, en los
Estados Unidos, entra en contacto con las aportaciones ms significativas del progresismo norteamericano (Veblen, Dewey) . En 1904 publica su City Deuelopment: A Study
of
el primer trabajo en que presta atencin directa al campo del urbanismo y que constituye despus la memoria o informe que presenta al concurso para el plan de Dunfermline 26; en los aos siguientes se destaca por una serie de contribuciones al estudio de algunas ciudades britnicas (Edimburgo, Dubln). En la primera Town Planni,ng Conference, organizada en gran parte por Raymond Unwin y celebrada en 1910 en la Royal Academy por el Royal Iastitute of British Architects (RIBA), Geddes presenta el fruto de las investigaciones llevadas a cabo en la Outlook Tower, que contrastan marcadamente con las monumentales perspectivas del plan de Burnham para Chicago; el largo trabajo sobre Edimburgo, que marca una fecha en la investigacin de base para los estudios de la planificacin urbana (figs. 30-31)) sirve despus de ncleo de una exposicin sobre las ciudades y sobre la planificacin urbana, exposicin inaugurada en Chelsea en 1911 y vuelta a montar despus, sucesivamente, en Edimburgo, Dubln, Belfast y, finalmente, en Gante ". En 1914 Geddes es invitado a visitar la India, donde trabaja como plannev en la redaccin de esquemas reguladores para algunas ciudades, y como profesor de Civics and Sociology en la Universidad de Bombay 28. P. Geddes: City Development. A Study of Parks, Gardens and Culture Institutions ( A Report to the Carnegie Dunfermline Trust), Edimburgo, 1904 (trad. italiana, Citt2 in evolurione, Miln, 1970). Entre las dems obras de Geddes, citamos:
Sunday Talks with My Children, Londres, 1905, y Town Planning in Patiala State and City. A Report to H. H . the Mahraja of Patiala, Lucknow, 1922. P. Geddes: Two Steps in Civics: d i t i e s and Town Planning Exhibitiom and the nl?ternational Congress of Citiem, Ghent International Exhibition 1913, en Town Planning Review*, abril de 1913. Cfr. J. Tyrwhitt, H. Lanchester y A. Geddes: Patrick Geddes in India, Londres, 1947.
CAYERA OSCURA
BELVEOERF
EDIYBUROO
SCOLIA
LiNauAaam
EUROPA
MONDO
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Geddes concibe la planificacin urbanstica no como una tcnica esclerotizada de parcelacin del espacio, sino como el crecimiento continuo, fsico y social de un conjunto humano. La concepcin de esta creacin permanente, de esta continuidad del desenvolvimiento histrico, de una tendencia hacia formas orgnicas cada vez ms maduras, le viene sugerida a Geddes por una trasposicin al campo de las ciencias urbanas de las teoras del evolucionismo biolgico, corregidas por los principios lamarkianos sobre el papel activo de los organismos en la formacin del medio ambiente, y por una acentuacin de los elementos que subrayan la prevalencia de la cooperacin sobre la competicin. De tal presupuesto surge, por un lado, la conviccin de que existe una naturaleza o un alma profunda de la ciudad, de una semilla de eu-topa, cuya existencia embrionaria debe fomentarse para que emerja y se desarrolle (por ello, por ejemplo, la crtica de Geddes al utilitarismo de los business-men y de los industriales se basa en la acusacin de que defienden intereses demasiado sectoriales y restringidos, y por tanto de que se desvan respecto de aquel orden natural de la ciudad que lleva inscrito en su seno un desarrollo ideal); de otro lado, la necesidad para quien opera sobre el territorio de poseer un conocimiento cientfico y profundo de los conjuntos humanos e histrico-geogrficos (y en tal sentido la aportacin de Geddes resulta fundamental para el desarrollo y enriquecimiento de la interpretacin y la lectura de los fenmenos urbanos, en funcin de una asuncin consciente y razonada del ambiente en el cuadro de la organizacin humana) 29.
El estudio de la ciudad [. . . ] debe afectar a todos los aspectos, contemporneos e histricos, de la vida de la ciudad. Debe ser geogrfico y econmico, antropolgico e histrico, demogrfico y euge-
El papel del planner, en este punto, es el de un evocador, el de un sacerdote (nos quedamos a punto de decir que el de un brLjo, y quiz tal definicin nos vendra permitida por los mismos rasgos irracionalistas que en Geddes enlazan con la filosofa del hinduismo), investido de la misin, no de crear objetivos, ni d e aplicar apriorsticamente modelos confiando en la regla de clculo y el comps, sino de desvelar, de discernir un diseo ya existente. No puede sorprender, pues, que las nociones innovadoras introducidas por Geddes en la disciplina urbanstica no consistan tanto en instrumentos operativos puntuales o ingeniosidades y dispositivos especficos, como en una serie de intuiciones cognoscitivas que, en gran parte, han de volverse a considerar y elaborar solamente algunos decenios despus: el nacimiento de la megalpolis, ya anunciado en las conurbaciones inglesas, las fases estructuralmente distintas de la revolucin industrial (paleotcnica, neotcnica), la afirmacin de la dimensin social y tica de la regin (fig. 32). Geddes capta tendencias en marcha, ms que hechos ya institucionalizados, correlaciones ms que datos simples, fenmenos ms que objetos. Por ello, su anlisis se aparta de los de la mayor parte de sus contemporneos; y su enseanza -aunque tras su muerte declina bien pronto la sugestin carismtica inspirada por su figuratendr eco en Amrica como una de las fuentes de inspiracin de las concepciones historiogrficas y de la filosofa regionalista del planning de Lewis Mumford 30.
nsico, y as sucesivamente; pero, sobre todo, debe fundir todos estos anlisis, considerndolos como otros tantos aspectos de la ciencia social, en el nuevo concepto de "ciencia cvica9'. P. Geddes: Citt2 in evoluzione, cit., pg. 253. 30 Sobre la vida y la obra de Geddes pueden verse: A. Defries: The Interpreter: Geddes, the Man and bis Gospel, Londres, 1927; P. Boardrnan: Pa-
Figs. 28-32 (en la pgina opuesta). La Outlook Tower de Patrick Geddes en Edimburgo, vista y alzado, con indicacin de la distribucin de los pisos-museo; un ejemplo de beautification ambiental segn indicaciones de Geddes; la seccin del vaileo.
Figs. 33 y 34. Las propuestas de E. Bruch para nuevos modelos de edificacin en masa, indicada para sustituir a las Mietkasernen. Figs. 35 y 36. Los modelos de descentralizacin de
Como hemos tenido ocasin de ver en el primer volumen dedicado al siglo XIX, los impulsos iniciales de una teora de la ciudad industrial se manifiestan precisamente en Alemania con el debate que gira en torno al plan regulador para Berln redactado por Hobrecht entre los aos 58 y 62. Crticas y proposiciones que no provienen de los operadores tcnicos ni de los administradores de la ciudad, sino del reformismo de los pensadores sociales, llevan en s, por ello, una cierta medida de tensin ideolgica que se expresa en la indicacin de modelos alternativos, por ms que aparezcan descritos muy sumariamente en vez de ser mensurados y expresados en un diseo. Ya a
trick Geddes: Maker of the Future, Chape1 Hill, 1944; G. L. Pepler: Geddes' Contribution to Town Planning, en Town Planning Review, abril de 1955; P. Mairet: Pionew of Sociology. Tbe Life and Letters of Patrick Geddes, Londres, 1957; W . Lesser: Patrick Geddes: Tbe Practica1 Visionary, en Town Planning Review, julio de 1974.
partir de mediados de siglo el reformistaconservador Victor Aim Huber, muy preocupado por la cuestin de la vivienda obrera y dispuesto a combatir los excesos de la especulacin del suelo y el sistema de las casonas de vecindad en alquiler (Mietkasernen), haba sostenido la necesidad de crear en torno a la ciudad asentamientos satlites a una distancia correspondiente al trayecto ferroviario que se efecta en un cuarto de hora; Ernst Bruch recomienda la creacin de unidades de habitacin y barrios orgnicamente equipados alrededor de grandes espacios libres (figs. 33-34), y con Julius Faucher vuelve a dar .resonancia al tema de una descentralizacin por ncleos satlites semirurales, o colonias suburbanas, de carcter extensivo, separados del centro por franjas de parque sin edificar (fig. 35). Las mismas orientaciones son mantenidas con vigor por August Orth a partir de 1879, con su concepcin de un plan de expansin ntimamente integrado en la estructura de los transportes urbanos de masas (fig. 37). En estos autores se repite una y otra vez la referencia a la experiencia londinense, caracterizada en gran parte por la urbanizacin pri-
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vada de estates descentrados y a menudo separados del casco urbano edificado ". En este sentido, una de las contribuciones ms singulares -singular tambin porque, aunque ajeno al ambiente estrictamente profesional, constituye sin embargo, en muchos aspectos, un primer texto orgnico de tratamiento de los problemas urbansticoses el ensayo publicado en Leipzig en 1874 bajo el ttulo Die Gropstadte in ihrer W06-
nungsnot und die Grundlagen einer durchgreifenden Abhilfe. Este escrito, cuyo autor
prefiere esconderse bajo el seudnimo de Arminius, es en realidad obra de una condesa septuagenaria, Adelheid Dohna-Poninski, residente desde mucho tiempo atrs en Viena, donde ha podido observar los resultados del concurso del ao 58 para la reestructuracin de la ciudad, habiendo vivido despus en Londres, donde entra en contacto con el movimiento en pro de la reforma de las viviendas dirigido por Lord Shaftesbury. El ensayo en cuestin se sita dentro d e esa lnea conservadora-reformista, tpica de numerosos movimientos intelectuales decimonnicos (a los que se adscriben tambin en Alemania Huber y Bruch), de la que comparte la preocupacin por la creciente represin de las fuerzas del trabajo y la idea d e una gestin iluminada por parte de estratos aristocrticos; el exordio contiene, precisamente, una concreta referencia al ensanche de Viena (en cuya realizacin, a juicio de la autora, se han ignorado completamente las exigencias de las masas populares) que sirve de introduccin a una crtica radical del crecimiento arbitrario de las ciudades industriales, que con excesiva frecuencia contradice las reglas ms elementales de un desarrollo ordenado. De aqu deduce la propuesta, ,referida en particular al caso de Berln, de un modelo de desarrollo metropolitano caracterizado por un anillo interior de zonas verdes, debidamente equipado, de propiedad pblica, situado entre la masa p-
trea de la ciudad antigua y los suburbios de la primera expansin, y por otro anillo exterior, de media milla de profundidad, en el que puede permitirse la construccin de pequeos ncleos habitados y de equipamientos colectivos, pero del que deben quedar excluidas las actividades productivas. Ms all de este segundo cinturn defensivo podrn surgir ncleos satlites debidamente dimensionados y equipados (fig. 36). En el interior del casco viejo d e la ciudad, las zonas libres quedarn sometidas a prescripciones vinculantes de salvaguardia. Los desarrollos urbanos sern controlados mediante reglamentaciones de la edificacin, planes particularizados y vinculaciones especficas; el equilibrio de la economa urbana podr asegurarse mediante un rgimen de tasacin basado en los valores reales de mercado de los edificios y del suelo. Como expresin de la amplitud alcanzada por el debate planteado en torno al tema de la ciudad industrial, cabe recordar la propuesta de modelo terico d e desarrollo elaborada en 1896 por el periodista y publicista Theodor Fritsch (1852-1933). La propuesta de Fritsch, publicada en Leipzig en su trabajo titulado D e Stadt der Zukutrft, puede encuadrarse tambin en el vasto filn constituido por esa literatura social que se remite a los primeros proyectos de colonizacin interior, de los que vuelve a tomar los puntos bsicos, sintetizndolos en un esquema racional (figs. 38-40). El punto de partida sigue siendo todava la crtica al crecimiento espontneo de la ciudad, que se considera como causa de la degradacin del medio ambiente y de la poblacin urbana: por el contrario, el principio de racionalidad de la produccin industrial se extiende desde el objeto a la ciudad, conforme a un plan preestablecido '*. Aun admitiendo la posibi32 La mente humana se aplica al perfeccionamiento incluso de la cosa ms pequea, desde el botn para pantalones hasta el alfiletero, desde el taco de billar hasta el portaplumas*, mientras que hasta ahora nadie ha pensado todava en la mejora y en la ordenacin racional de las cosas ms grandes [ ...1,
'' Cfr. Paolo Sica: Historia del urbanismo. El Siglo X I X , cit., vol. 1, pg. 263.
Figs. 38-40. La ciudad del futuro de T. Fritsch (1896): un diagrama de base, una versin ms elaborada y un esquema con las Fabrikuorstadten satlites.
lidad de adaptar su esquema al crecimiento de las ciudades existentes, Fritsch lo considera en particular en funcin de la edificaen la construccin de la ciudad conforme a un plan preestab1ecido.u T. Fritsch: Die Stadt der Zukunft, Leipzig, 1896, pg. 98.
cin de nuevas ciudades autosuficientes. Aceptada como dato de hecho la estratificacin social por clases, Fritsch propone una subdivisin en diversas zonas residenciales, con densidad creciente hacia el exterior, en torno a un por monumentales, destinados a funciones repre-
sentativas; cuas de verde interrumpen las zonas edificadas, dotando al sistema de espacios libres, ms amplios conforme va creciendo la densidad. El sistema radial-circular viene reforzado por un anillo ferroviario sobre el que pueden articularse las industrias (en una de las versiones de su modelo, la 11nea frrea atraviesa, siguiendo las mrgenes de un canal de servicio, ncleos de Fabrikvorstadten, separados de la ciudad central mediante una frondosa franja ininterrumpida de parque natural). La afirmacin de fondo de la propuesta est en la exigencia de asegurar que la propiedad del suelo, en su totalidad, quede atribuida a la administracin )pblica, a la que se reserva la facultad de cesin de los derechos de edificacin por perodos de tiempo de 60, 90 y 120 aos. Pese a esta ltima consideracin, puede decirse que, si se excepta la posicin de outsider de su autor, nos parece que son escasos sus puntos de contacto con la formulacin bastante ms conocida del ingls Howard -que es dos aos posterior-, por
ms que a veces se asimile a sta impropiamente el modelo de Fritsch. Por lo dems, el escaso xito de Fritsch, si se compara con la enorme fortuna de que goza la idea de la ciudad-jardn, puede achacarse no solamente a su escasa propensin al proselitismo, sino tambin a su incapacidad para suscitar en el pblico una carga ideolgica tan estimulante como la provocada por Howard, adems, naturalmente, de la falta de concrecin de una adecuada y plausible base empresarial. De diversa naturaleza sern los diagramas y los modelos elaborados ms tarde por autores como Eberstadt y Wolf (figs. 41-42), encaminados sobre todo hacia un proceso de clarificacin funcional y estructural de la metrpoli, o bien a proporcionar representaciones sintticas de determinadas propuestas de desarrollo. El establishment tcnico-disciplinar se forma en Alemania hacia mediados de los aos setenta, con las primeras elaboraciones sistemticas maduradas a partir de la experien-
cia directa que se obtiene del trabajo desplegado sobre los tableros de dibujo y las mesas de despacho de los estudios profesionales privados y de las oficinas y centros municipales relacionados con la edificacin (a los que a partir de 1890 se confiar casi por entero la planificacin urbana); y precisamente a partir de las operaciones concretas de gestin de la ciudad se pone en marcha el esfuerzo mayor encaminado a imponer un orden, una regla, una certidumbre, a la ciudad industrial y a sus mecanismos de desarrollo. La necesidad de contar con planes directores generales de transformacin y de expansin, su funcin e instrumentacin y la plataforma institucional, legislativa y normativa, son los temas centrales en torno a los cuales se consolidan, al propio tiempo, la teora y la prctica de la ciudad, encaminadas ambas a salvar o mejorar, a diversos niveles, las crecientes antinomias planteadas entre iniciativa privada e inters pblico, entre composicin esttica y organizacin funcional, planificando al mismo tiempo el control y la estratificacin social a los nuevos niveles de concentracin humana, sobre la base de elementales presupuestos sociolgicos. Sin someter a discusin los modelos compositivos tradicionales, se trata de analizarlos, enriquecerlos y sistematizarlos a la luz de las nuevas exigencias de funcionamiento de la metrpoli industrial, facilitando su empleo a un nmero bastante mayor de operadores pblicos y privados, segn reglas simplificadas. Los tcnicos, los ingenieros y los arquitectos no asumen en ningn otro pas un papel tan difuso y continuo en la planificacin urbana como en Alemania, donde elaboran las formas de control sobre varios aspectos de la edificacin y sobre el mismo ambiente industrial, a diferencia de lo que ocurre en las dems naciones industrializadas de Occidente -y en particular en el mundo anglosajn-, donde la actividad edificativa corriente, canalizada por leyes y reglamentos de eficacia indirecta, domina el crecimiento de las ciudades, mientras que solamente determinados sectores
(parques, barrios suburbanos burgueses, centros representativos) quedan sometidos a la criba de una actividad de proyecto ms cualificada. En el mismo ao en que ve la luz en Leipzig la obra del annimo Arminius se rene en Berln la Asamblea general de los arquitectos e ingenieros alemanes (Verband deutscher Architekten -und IngenieurVereine), de la que surgen las primeras afirmaciones de carcter general en apoyo de la necesidad de formular planes directores de ampliacin d e las ciudades y en la que se postula una divisin de competencias entre actuacin pblica y actividad empresarial privada, atribuyndose a la primera la responsabilidad respecto del plan de conjunto de la vialidad y de la creacin de un cuerpo de normas higinico-sanitarias, y a la segunda las operaciones de ejecucin de parcelaciones. Entre los especialistas que participan en la reunin berlinesa, el ms destacado y competente es Reinhard Baumeister (18381917)) ingeniero y urbanista, autor de numerosos planes directores de ciudades alemanas, especialmente en la regin de Baden, y profesor d e la Technische Hochschule de Karlsruhe, a quien hay que considerar autor del primer manual completo de urbanismo, por su trabajo publicado en Berln en 1876 con el ttulo de Stadterweiterungen in technischer, bazlpolizeilicher uvcd wirtschaftlicher Beziehung 33. En el texto se afrontan orgnicamente las problemticas relativas a la formacin de los planes reguladores, se especifican las soluciones tcnicas particulares, se exponen las disposiciones y los reglamentos municipales y, en fin, se examinan las cuestiones econmicas ligadas al desarrollo urbano. La afirmacin de la inevitabilidad del plan como instrumento de orden econmico, garanta del valor de la propiedad inmobiliaria y d e su estabilidad, se sostiene
Una traduccin parcial de la obra de Baumeister, junto a textos escogidos de Stbben, Gurlitt y Eberstadt, pueden verse en G. Piccinato (ed.): La costrurione dell'urbanistica, Germania, 1871-1 914, Roma, 1974.
Figs. 43-45. El mtodo de Stbben: cruce viario a dos niveles en Marsella, parque urbano en Magdeburgo y ordenacin del parque d'Avroy y boulevards adyacentes en Lieja (de Der Stadtebau).
Figs. 46 y 47. La actividad profesional de Stbben: proyecto de transformacin del fuerte de Deurne en ciudad obrera, y ordenacin de las fortificaciones de Amberes (sector oriental).
sobre una base metodolgica, ya muy rigurosa, que incluye la indagacin preliminar acerca de la estructura de la poblacin, el censo de la industria y del comercio, de las importaciones y las exportaciones, y los datos sobre el trfico y sobre la actividad edificativa en marcha 34. Con el texto de Baumeister se sientan las premisas necesarias para la unificacin y generalizacin de la praxis urbanstica al nivel de las administraciones locales. Joseph Stbben (1845-1936) es, sin duda, el terico y el operador ms prestigioso en% Si el plan director de Baumeister (Stadtplan) tiene como finalidad la de regular el crecimiento "natural" de la ciudad, es decir, la de eliminar las causas artificiales que se oponen a un crecimiento de la ciudad por reas concntricas, es claro que eso es tambin, por su propia esencia, "eine Aufgabe der Bodenparzellierung" (una subdivisin del terreno en lotes), en cuanto que "los particulares, en calidad de propietarios del suelo y de promotores de empresas de construccin, son los ejecutores reales de la expansin urbana". Es decir, el Stadtplan es el instrumento que regula la construccin de la ciudad sobre la base de la propiedad privada del suelo. M. Folin (con prlogo de H. Hnard): Alle origini dell'urbanistica. La costrurione della metropoli, Padua, 1972, pg. 20.
tre los tcnicos pertenecientes a las asociaciones profesionales alemanas que funcionan en el perodo que va de 1880 a l,a primera guerra mundial. Desarrollando su actividad primeramente en Berln y despus en Aachen, se gana una amplia notoriedad en toda Alemania con su proyecto de 1881 triunfador en el concurso nacional para la redaccin del plan de expansin de la ciudad de Colonia. De 1890 es su obra enciclopdica
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Figs. 48 y 49. R. Eberstadt. Modelo urbano radial para la ordenacin de las zonas verdes, y su aplicacin al caso de Berln.
necesarias, as como de la organizacin de las zonas verdes y parques. Provista de un inventario inagotable de material ilustrativo, unificado y decantado grficamente ( figs . 4345), la obra de Stbben es, en gran parte, una seleccin y discusin de organizaciones urbanas tpicas, sobre todo decimonnicas, propuestas explcitamente como modelos resolutivos para una serie de ordenaciones interiores y exteriores de las ciudades, vistas por categoras de problemas. Si bien no faltan referencias precisas al modelo global de la organizacin urbana, la enorme influencia ejercida por Stbben se debe, precisamente, a su capacidad de aislar referencias adecuadas para soluciones tcnico-estticas especficas, inmediatamente aplicables, exentas de veleidades y de dudas ideolgicas, que reflejan la imagen de la competencia profesional y acreditan la certeza de los resultados. De esta forma, Der Stadtebau resulta ser toda una verdadera summa d e la ciudad decimonnica europea, y puede considerarse que representa y pone el broche final a todo el perodo que precede al Movimiento Moderno 35.
,
Como parte de su compromiso y esfuerzo de publicista y terico (reflejados en los numerosos ,escritos acogidos por las revistas de arquitectura y de arte urbano), Stbben desempea un papel de primersimo orden cuando participa en los ms importantes congresos de urbanismo (desde el de Bruselas de 1898 hasta la convencin reunida en Gante en 1913, pasando por la conferencia del Roya1 Ins titute of British Architects celebrada en Londres en 1910); como tcnico, se ocupa de los planes reguladores de una treintena de ciudades alemanas (entre las que se cuentan, adems de Colonia, Darmstadt, Dsseldorf, Heidelberg, Posen, Wiesbaden) y elabora esquemas de planificacin y presta asesoramientos para algunas ciudades extranjeras ( Amberes, Lyon, Luxemburgo, Madrid, Roma, etc.), aportando soluciones que se consideran ejemplares y que, por ello, ejercen una profunda influencia en la prctica urbanstica, sobre todo en los pases de la Europa central 36 (figs. 46-47).
Cfr. G. Piccinato (ed.), op. cit., pgs. 482-83. Para la presencia de las ideas de Stbben en Italia en la primera posguerra, vanse los artculos publicados entre los aos 22 y 25 en la revista Archi-
Figs. 50 y 51. Esquema del plan de Fassbender para Viena (1893); un diseo-proyecto de O. Wagner para la Karlsplatz ( 1909).
Si la figura de Stbben constituye el punto de referencia y de conclusin de la praxis d e proyecto d e la ciudad burguesa decimonnica, en el conjunto de la obra de Rudolph Eberstadt, profesor de economa en la Universidad de Berln y hombre profundamente interesado por la cuestin de la vivienda dentro del marco general de los problemas urbanos (figs. 48-49), puede individualizarse el punto quiz ms maduro de reflexin sobre los aspectos que enlazan la praxis urbanstica y la economa de la ciudad, punto en que se condensan las experiencias y las elaboraciones tericas derivadas de ms de cuarenta aos d e crecimiento urbano en Alemania. Con su obra ms importante, Handbuch des Wohnungswesens und der Wo6nungsfrage, publicada en Jena en 1909 (y reeditada en 1910, en 1913 y en 1920, lo que constituye buena prueba de su xito), Eberstadt analiza el problema d e la formacin de los precios en las reas urbanas, la praxis del plan regulador y la seleccin de
tettura e arti decorative*: Lo sviluppo dell'arte ediliria delle cittd in Germania, noviembre de 1922; L'ampliamento di Anversa, octubre de 1923; 11 piano regolatore della cittd del Lussemburgo, febrero de 1924; La vegetazione nella cittd, noviembre de 1925.
las formas de habitacin que la misma lleva consigo, el crdito inmobiliario y cuestiones concomitantes, para despus pasar revista a algunas de las experiencias ms significativas de la actividad edificativa no especulativa en Alemania y en el extranjero. Y conste que algunos de sus anlisis al respecto, particularmente los que se refieren a la naturaleza y efectos del mercado de la edificacin en una, ciudad de expansin, resultan ser, incluso considerados hoy da, de un sorprendente realismo crtico libre de prejuicios. Las numerosas reuniones de todo tipo organizadas a partir de 1900 en las principales ciudades alemanas, y que culminan en las exposiciones de Berln de 1910 y de Dsseldorf de 1911-12 37, permiten confrontar ade37 Cfr. el apartado g) de este mismo epgrafe 2, y las notas 84 y 85 de este captulo 1 . Junto a los estudiosos y tericos del Stadtebau hay que recordar la obra de decenas y decenas de tcnicos empeados, con amplia preparacin cientfica, en la puesta a punto de las teconolgas urbanas, un sector en el que Alemania se encuentra en vanguardia del mundo occidental. Sealemos, aunque solamente a ttulo indicativo: M. Niemann: Die Versorgung der Stadte mit Leuchtgas, Stuttgart, 1897; 0. von Miler y A. Hassold: Die Versorgung der Stadte mit Elektricitat, Darmstadt, 1897; M. Mattersdorff : Stadtische Verkehrsfragen, Berln, 1907; 0. Lueger: Die Wasserversorgung der Stadte, Leipzig, 1908; . E.
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Figs. 52-57. La obra de Camillo Sitte. La leccin de la historia: el proyecto de G. Semper para el Zwinger, en Dresde; la piazza dei Signori en Vicenza; la catedral de Salzburgo y la zona adyacente. Las propuestas: planta modelo para un complejo de edificios pblicos; proyectos para la ordenacin de las zonas de la Votivkirche y del Rathaus, en Viena.
cuadamente las polticas urbanas y territoriales desarrolladas por las administraciones locales y por los Lander, facilitando el control sistemtico de sus objetivos, instrumentos y soluciones. Tambin en Austria, como en Alemania, las primeras elaboraciones tericas y metodolgicas de la disciplina urbanstica surgen en relacin con las transformaciones operadas en Viena desde 1857 hasta el final del siglo, de manera muy particular a partir del concurso de 1893. El tema de la GvoPstadt
Koch: Die stadtische Wasserleiterung.. ., Jena, 1911;
r o m o resolucin en una unidad de conjunto de los aspectos estticos, tcnicos y sociales d e la ciudad metropolitana- emerge de las propuestas de Wagner y de Fassbender (figs. 50-51). Ms tarde, Otto Wagner, en su escrito de 1911 Die GroPstadt, reanuda y desarrolla su visin urbana, llevando sus estudios precedentes hacia la formulacin ms rigurosa de un modelo: su esquema d e ordenacin general, el proyecto de distrito para una cifra de poblacin de 100.000 a 150.000 habitantes, sus refinadas composiciones de perspectivas areas, nos muestran su esfuerzo evidente por absorber todava en una ciudad monumental, orgnica respecto de la concepcin imperial de la capital austrohngara y ordenada por instru-
mentos institucionales y tcnicos puestos a punto ahora (expropiacin, instalaciones tecnolgicas, transportes, normalizacin), los impulsos incontenibles del crecimiento gigantesco de la metrpoli. Camillo Sitte (1843-1903) introduce una precisa orientacin cultural tendente a poner en tela de juicio y a someter a discusin los criterios dominantes en la prctica atecnicista de los urbanistas alemanes. Viens, director de la Escuela imperial y real del arte industrial de Viena, dotado de una amplia preparacin historicista, Sitte publica en 1889 una obra titulada Der Stadtebau nach seinen knstlerischen Grndsiitzen, en la que analiza minuciosamente los caracteres de la ciudad medieval y se muestra a favor de un modelo de desarrollo basado en los mismos principios compositivos y de vialidad 38 (figuras 52-54). La polmica iniciada por Sitte -uno de cuyos objetivos inmediatos es la ordenacin urbanstica del Ring viens, realizada a base d e grandes parmetros, con grandes masas de edificacin, a su juicio sin la debida mediacin con la trama urbana 39 (figs. 55-57)- va encaminada, sin embargo, con carcter ms general, a criticar la rigidez, la penuria tecnicista y la ambigedad de los planes de expansin alemanes, a los que Sitte acusa de excesiva subordinacin a los problemas tcnicos (sobre todo al de trfico) y de falta de consideracin para con los resultados ambientales de la composicin. La concepcin espacial de Sitte, influida por los estudios contemporneos de Hermann Maertens sobre la apreciacin visual del medio ambiente fsico 40, apunta hacia una composicin concatenada y orgnica de las secuencias edificadas, basada en el rechaC. Sitte: Der Stadtebau nach seinen knstlerischen Grndsatzen, Viena, 1899 (trad. italiana, L'arte di costruire le citt2, Miln, 1953). Cfr. P. Sica: Historia del urbanismo. El siglo X I X , cit., vol. 1, pgs. 313-17. 40 Cfr. H. E. Maertens: Optisches Mass fr den Stadtebau, Bonn, 1890. A Maertens se refieren tambin Stbben y otros tericos del urbanismo alemn.
zo del edificio aislado, de la lnea recta, de la uniformidad de los planos, de la geometra del trazado y de reglamentaciones abstractas de la edificacin, fundndose, en cambio, en la consideracin de las particularidades topogrficas, de las relaciones dimensionadas entre las edificaciones, de disimetra y variedad, que han de valorizarse recurriendo a una forma de proyecto plani-volumtrica antes que bidimensional. La vigorosa contestacin del urbanismo meramente ingenieril o monumental termina por poner en duda la reduccin forzada de la ciudad antigua a los esquemas de la ciudad burguesa decimonnica, sin que resulten de aqu, sin embargo, alternativas operativas concretas para la ciudad moderna. La visin de Sitte, efectivamente, se centra por entero en una recomposicin figurativa plena de efectos perceptivos calculados, de escorzos y de ambientes cerrados, en la que se pretende diluir y enmascarar, bajo los signos del historicismo, los nuevos sistemas funcionales (el trfico, los nuevos equipamientos) y los dispositivos de control elaborados por la reciente disciplina urbanstica (el zoning, los ndices de edificabilidad, los reglamentos de la edificacin), resucitando el sentido de la Gemeinsch~ftmedieval. Es una contribucin que -derivada de un anlisis parcial y tendencioso- puede traducirse en una serie de principios inmediatamente ~plicablesa una escala espacial bastante reducida, pero que resulta inevitablemente inadecuada para afrontar los problemas que se plantean a escala metropolitana (con una feliz definicin irnica, Giedion llamar a Camillo Sitte troub~dourdel urbanismo). De cualquier modo, precisamente por este hecho, y porque sus tesis explicitan exigencias culturales bastante difundidas en el ambiente burgus, el impacto de la obra de Sitte es muy profundo, incluso fuera del mundo de lengua alemana, sobre toda una generacin de urbanistas. En Alemania, el favor con que se acogen sus enseanzas da origen a una verdadera escuela que se dedica a profundizar en el estudio de sus aportaciones
Figs. 58-62. La influencia de Sitte: plan de K. Henrici para Dessau; la Arnulfstrasse y la Prinzregentenstrasse en el plan para Munich de T. Fischer; un sector del plan regulador de Stuttgart elaborado entre 1860 y 1870, y las correcciones introducidas por T. Fischer (1902).
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Figs. 63 y 64. El trazado del plan regulador de un suburbio de Darmstadt y e1 proyecto de reforma elaborado por F. Puetzer.
tericas y que intenta llevarlas a Ja prctica en la elaboracin de proyectos. Seguidores de Sitte son Cornelius Gurlitt (autor del ensayo Uber Baukunst, publicado en Berln en 1904, de clara impronta sittiana, con el relieve que se da a la cuestin del trazado sinuoso o rectilneo de la malla viaria), T. Goecke (colaborador de Sitte en la fundacin y redaccin del peridico Der Stadtebaw), K. Henrici, que se cuenta entre los primeros en experimentar en algunos barrios las teoras sittianas, y T. Fischer, del que puede recordarse aqu que es encargado desde 1893 de la supervisin de la amplia' cin de la ciudad de Munich. Particularmente indicativos son, en este sentido, dos proyectos urbansticos interesantes, uno el de Henrici para Dassau (1890, no ejecutado) y otro e1 de Fischer para Munich (1893): en e1 primero, que es ulterior en un solo ao a la publicacin de Der Stadtebau, el centro del barrio viene marcado por un sistema de plazas y de edificios pblicos cuida-
dosamente insertos en espacios calibrados, las arterias viarias se ensanchan en los puntos de confluencia, mientras se procura evitar el cruce entre calles secundarias, con el desplazamiento d e los ejes y el cierre de las perspectivas (fig. 58); en el segundo, ganador del concurso nacional convocado para la redaccin del plan de Munich, resulta todava ms clara la tentativa de recuperar en una arteria de trfico moderna las caractersticas espaciales y las .secuencias de la calle antigua (aqu, en los nuevos ejes d e la Arnulfstrasse, entre el ferrocarril y el canal de Nymphenburg, y de la Prinzregentenstrasse, al otro lado del Isar), a travs de algunos expedientes tpicos, como la curva de la calle, las rupturas o cortes, los fondos de cierre, los ensanches y los estrechamientos de la seccin (figs. 59-60). Pero - c o m o decimos- si se excepta algn caso aislado de repulsa tajante, como puede ser el del historiador del arte Albert Brinckmann -interesado sobre todo en los problemas de compo-
Figs. 65-70 (en la pgina opuesta). El suburbio-jardn de Hellerau (Dresde), planta y vista de la maqueta; colonia Romerstrasse, en Ulm, planta y vista; ciudad-jardn de Karlsruhe, y ciudad-jardn Werderau, en Nuremberg-Schweinau, planimetras.
Figs. 71-74. Planimetra de la Gartenvorstadt de Marienbrunn; planta y detalle de la ciudad-jardn de Mannheim Waldhof y vista del valo interno.
Figs. 75 y 76. Una versin del Centro Mundial de las Comunicaciones, ambientado en la desembocadura del Tber; planta del Parque de Mara Luisa, en Sevilla, de J. C. N. Forestier.
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sicin de la gran escala de la arquitectura clsica-, las ideas de Camillo Sitte encuentran una acogida favorable en el ambiente alemn e incluso en el europeo, y se traducen en una serie de aplicaciones concretas (figs. 6 1-62). Incluso Stbben Jas enjuicia positivamente, aunque sea sin dejar de mostrar ciertas reservas sobre su unilateralidad (en particular, Stbben no considera que el edificio aislado venga condenado sin apelacin por la historia); el mismo Le Corbusier habr de confesar que durante algn tiempo se ha sentido sugestionado por Sitte en sus primeras reflexiones sobre la arquitectura 41. Por otra parte, si las ideas sittianas pueden identificarse claramente en las operaciones de modificacin y renovacin de algunas partes de los centros antiguos (y a tal efecto, por citar tan slo dos ejemplos importantes, nos remitimos a los casos del corte de la Monchebergstrasse, en Hamburgo, ejecutado por Schumacher, y de la calle 19 de Junio, en Estrasburgo) 42, en los barrios perifricos extensivos vienen a confluir, entre 1900 y 1915, con las tendencias estticas romnticotardas y paisajsticas que en Alemania son reflejo de las teoras de la garden city y del garden suburb, asimiladas gracias a las estrechas relaciones instauradas con ' el ambiente ingls a travs de la obra de Muthesius, o simplemente a travs de las revistas especializadas y de los congresos internacionales 43. Desde los primeros aos del nuevo siglo, la Deu tsche Gartenstadt-,Gesellschaft se dedica a hacer propaganda de pequeas aglomeraciones residenciales con jardn: ejemplos de este tipo de realizaciones los tenemos en el
41 Sobre Camillo Sitte y su obra terica y prctica, cfr. el exhaustivo estudio de G. R. Collins y C. Grasemann Collins: Camillo Sitte and the Birth of Modern City Planning, Londres-Nueva York, 1965. 42 Cfr. P. Sica: Historia del urbanismo. El siglo X I X , cit., vol. 1 , pgs. 284-87 y 295. '' Pero vase tambin la contribucin ms tarda de H. E. von Berlepsch-Valendis: Die Gartenstadtbewegung in England, Ihre Entwicklung und Ihr Jetriger Stand, Munich, 1912.
ncleo suburbano construido en Darmstadt por F. Puetzer, formado por casas aisladas, con sus calles moderadamente curvilneas adaptadas a la configuracin del paisaje (figs. 63-64); en Dresde, en el barrio de Hellerau, situado sobre la Dresdenerstrasse, en los municipios de Klotzsche y Rahnitz (figs. 65-66), proyectado por H. Tessenow en 1909 para alojar a los empleados de la Deutsche Werkstatten y terminado en el ao 17 44; en Ulm, en la pequea colonia de la Romerstrasse (figs. 67-68); en Karlsruhe, con el ,asentamiento levantado junto a la Herrenalberstrasse, en Karlsruhe - Rppur (1909) (fig. 69); en Nuremberg, con el barrio de Wenderau, sobre la Reichdsdorferstrasse, en Schweinau (1911) (fig. 70); o con la barriada construida por los Krupp en Margaretenhohe, junto a Essen, segn proyecto de G . Metzendorf, .realizacin a la que ya hemos tenido ocasin de referirnos anteriormente y que constituye el ejemplo de gala de las Arbeiterkdonien de la gran industria alemana 45. Otras dos realizaciones, bastante importantes por distintos aspectos, son las llevadas a cabo en Leipzig y en Mannheim. L a primera, el suburbio-jardn de Leipzig-Marienbrunn, destaca por su carcter programtico y demostrativo, al surgir en el marco de una exposicin de la edificacin prevista para 1913. Desde 1910 se decide aprovechar esta ocasin para construir en los terrenos de la exposicin un asentamiento ejemplar que sirva de apoyo y estmulo al movimiento de la Gartenvorstadt: sobre una parcela de ocho hectreas, y mediante la constitucin de una sociedad de responsabilidad limitada, se construye la barriada a bajo coste, con casas en grupos y en hileras que se ceden en arrendamien to (fig . 7 1) . El municipio concede un prstamo hipotecario al 4 por 100 en cuanta de hasta el 85 por 100 del valor
" J. T. Klaber: The Garden City of Hellerau, en Architectural Record, febrero de 1914. 45 Cfr. P. Sica: Historia del urbanismo. El siglo X I X , cit., vol. 1 1 , pgs. 938 y sigs.
de los inmuebles. En la barriada se construyen tambin un hotel, una sala de lectura y un gimnasio dotado de loca le,^ para sesiones de fisioterapia. En Mannheim, el asentamiento satlite levantado sobre la Waldstrasse, en MannheimWaldhof, cuyas obras se inician en 1912, es importante por su situacin descentrada, a un kilmetro de la estacin suburbana de Waldhof, lindando con el bosque de Kafertal y a cinco kilmetros del centro de la ciudad. En 1911 se firma un contrato de enfiteusis con la administracin pblica respecto de un terreno de 20 hectreas de extensin: el proyecto prev la construccin de casas de dos plantas con un mximo de tres viviendas cada una y dotadas de jardines privados de 150 a 300 metros cuadrados (con una densidad media de 35 viviendas por hectrea), tiendas de artculos de primera necesidad y equipamientos colectivos. Despus de la guerra se le aade hacia el Norte una segunda parcela. Tanto una como la otra parte del plan de conjunto se ordenan conforme a una figura geomtrica regular, tratndose de conseguir efectos ambientales calculados en los paseos arbolados y en el gran trazado ovalado central (figs. 72-74). Algunos de los equipamientos previstos no llegan a ejecutarse y no se consigue poner en funcionamiento la lnea de tranvas que haba de llegar hasta la barriada.
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En Francia, la reflexin terica sobre los problemas generales del urbanismo se ve, en cierto modo, ahogada por el predominio de los mtodos directos de tipo haussmanniano y por el peso de la misma tradicin clsica. El bastin del academicismo es la cole des Beaux Arts, dominada en la ltima parte del siglo por Guadet, que sigue enseando todava composicin arquitectnica conforme a una versin apenas puesta al da de los principios de Francois Blondel. Los ejercicios y
prcticas sobre temas de composicin urbana siguen marcados todava por la tradicin clsica: los concursos que se organizan y celebran en la Academia dan lugar a una serie de complejos simtricos gigantes, y los nuevos contenidos no pasan de ser afirmaciones puramente nominales (por ejemplo, el concurso Chenavard de 1900, en el que Jaussely propone una Plaza del pueblo en la capital de un gran Estado democrtico en la lnea de la City Beautiful, proyecto que sin duda tienen muy presente Hbrard y Anderson en su megalomana escenogrfica titulada Centro mundid de las Comunicaciones; fig. 75). La sucursal de la cole des Beaux Arts es la Accademia di Villa Medici, en Roma: la lista de nombres de los arquitectos-urbanistas que consiguen el Prix de Rome en torno a los aos del cambio de siglo (Tony Garnier en 1899, Eugkne Bigot en 1900, Henry Prost en 1902, Lon Jaussely en 1903, Ernest Hbrard en 1904) nos coloca ante una muestra cualificada de lo que constituye la nueva generacin, educada en la norma acadmica, pero tambin, en medida diversa, dispuesta a proceder a una puesta al da de los contenidos y a una ampliacin del mtodo. Prost, Hbrard y Jaussely son los mismos que en 1911 se convierten en promotores, junto con el alcalde de Lyon, Edouard Hrriot, de la fundacin de la Socit des architectes~urbanistesfrancais: todos ellos empeados en una intensa actividad profesional dentro de su patria, en el extranjero y en las colonias (pueden recordarse, por el momento, tan slo en el perodo inmediatamente anterior 31 conflicto mundial, los logros conseguidos por Prost y por Jaussely en los concursos internacionales de Amberes y de Barcelona, as como los proyectos de parques urbanos realizados por J .-C.-N. Fores tier en Sevilla 46; fig. 76).
46 De Forestier hay que mencionar la obra Grandes villes et systemes de parcs, de 1904, con la que el autor trata de difundir en Francia el movimiento en favor de los parques urbanos. Cfr. H. Prost:' Hommage 2 Forestier, en Urbanisme, nms. 3-4, 1952.
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Figs. 77-81. Los estudios de Hnard: vista del carrefour 2 girations, planta y vista de1 carrefour 2 voies superposes, puente en X sobre el Sena, y propuesta para la utilizacin de la Galeries des Machines como hangar de dirigibles.
Pero de las mismas filas de la cole des Beaux Arts proceden tambin dos arquitectos y urbanistas como Eugkne Hnard (que pertenece a la generacin precedente) y Tony Garnier que, sin sustraerse a las hipotecas estilsticas o compositivas impuestas por una tradicin consolidada, se distinguen no obstante por una capacidad autnoma de penetracin de los fenmenos urbanos y de puesta en prctica de invenciones morfolgicas o metodolgicas, aunque sea conforme a dos tendencias diferentes entre s y casi contrapuestas. Graduado como arquitecto en 1880, empleado en el departamento municipal de Obras pblicas de Pars desde 1882, interesado desde el inicio de sus actividades profesionales en los grandes temas urbanos (propuestas y proyectos para las dos Exposiciones universales parisinas de 1889 y 1900) y participante asiduo en los primeros
congresos de urbanismo, Eugkne Hnard (1849-1923) publica entre 1903 y 1909 ocho fascculos bajo el ttulo tudes sur les transf ormations de Paris. Sus esfuerzos se orientan esencialmente hacia una serie de investigaciones tipolgicoformales que, rechazando el recurso a la parcelacin, constituyan indicaciones para una reorganizacin realmente incisiva de la ciudad decimonnica. A veces, Hnard elabora sus dispositivos sin referencia situaciones particulares (como en el carrefour 2 girations, o en el carrefour 2 voises superposes; figuras 77-79), aunque con ms frecuencia prefiere desarrollarlos en el interior de las estructuras vivas de las ciudades. As, analiza en esquemas diagramticos el funcionamiento y las estructuras de algunas ciudades europeas, Mosc, Berln, Londres, Pars, tratando de hallar esquemas tericos de posible racionalizacin y equilibrio entre centralidad y circularidad.
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Pars es el objeto privilegiado de su inters y esfuerzos, y el campo de comprobacin de sus elaboraciones tericas. Para Pars, Hnard pone a punto algunos proyectos de soluciones puntuales para determinados nudos o sectores urbanos, como en el caso del puente en X sobre el Sena, entre la cabecera del Louvre y el Institut de France (fig. 80), o en la propuesta de transformacin del Champ de Mars, para su utilizacin como aeropuerto urbano, y de la adyacente Galerie des Machines, construida para la Exposicin de 1889, con objeto de dedicarla a hangar de dirigibles (fig. 81). Otros de sus esquemas, en cambio, tratan de ordenar e implicar a la estructura toda de la ciudad (figs. 8285): se trata, por ejemplo, de trazar una segunda croise, de apoyo a la realizada por Haussmann, y un cinturn perifrico de asentamiento~de carcter lineal, dos proyectos que, de algn modo, pueden considerarse tericamente -aunque no contextualmentecomplementarios. Con la croise, Hnard pretende realizar, respecto del modelo haussmanniano, un reforzamiento del siste. ma de penetracin por los cuatro puntos cardinales hasta el nudo funcional interior del Palais Royal, modificado y adaptado como infraestructura de articulacin a caballo de la nueva arteria Este-Oeste. El sistema lineal perifrico parte de la idea de la posibilidad de reutilizacin de la franja correspondiente a las fortificaciones del Segundo Imperio, previndose su desmantelamiento: una serie de parques aparecen enlazados entre s por segmentos de bouleuards 2 redalzs, en los cuales el canal de trfico queda encuadrado por la repeticin de un tipo de edificacin con lnea de fachada en greca; donde, sin embargo, la tipologa del redans no nace a partir del interior de la clula residencial ni como consecuencia de una distinta funcin organizativa de la arteria tradicional, sino
que parece motivada, sobre todo, por la voluntad de romper la forma continua de la edificacin, en funcin de lograr una esttica urbana distinta, una relacin visual ms articulada, dentro de la dinmica del recorrido y de la alternancia rtmica entre zonas verdes y edificios. La necesidad de conseguir una mayor eficacia en el trfico y en los cambios de direccin -aspiracin que impregna, como tema central, casi toda la obra de Hnardse traduce tambin en otra propuesta muy conocida, referida a la creacin de un tramo viario urbano a varios niveles, adaptable a cualquier tipo de concentracin de volmenes y de actividades de aprovechamiento del suelo ( figs . 86-87): un dispositivo tipolgico cuya conveniencia econmica defiende Hnard, entendiendo que es de aplicacin incluso en el interior de las ciudades antiguas 47. Hnard, con su adhesin sin reservas al positivismo cientfico de fin de siglo y con una feliz intuicin de los intereses de ,la burguesa capitalista ms avanzada, analiza los problemas mecnicos de organizacin de la metrpoli decimonnica y busca las correspondientes soluciones en una modernizacin de la estructura tradicional mediante la aplicacin de .las nuevas tecnologas. Su concep47 En el caso de Pars, dado un coste de 140 francos por metro cuadrado (excluidas las canalizaciones, a cargo de las compaas concesionarias), toda la obra puede ser llevada a trmino, segn Hnard, afectando a una superficie total de viales de 1.500 hectreas, con un gasto de 2.100 millones de francos, a repartir a lo largo de un perodo de cien aos, con un presupuesto de gastos de 21 millones anuales (sobre un total de 350, a que ascienden los gastos corrientes totales de la ciudad). Cfr. E. Hnard: Rapport sur l'auenir des grandes uilles, en Actes du premier Congres lnternational de lJUrbanisme, Londres, 1910, cit. en F. Choay, op. cit., pgina 320. Entre las obras de Hnard, cfr. Etudes sur les transformations de Paris, Pars, 1903-1909.
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Figs. 82-85 (en la pgina opuesta). Los planes de Hnard para Pars: plan general de la nueva Grande de la ciudad con el paseo exte~ & e y vista del-rea de-cruce a la a1t;ra del Palais ~ o ~ plano l; rior 2 redans, y planimetra de un tramo del paseo.
cin de la ciudad, por vivaces y verstiles que sean sus invenciones, puede reducirse, sustancialmente, a una multiplicacin de los canales de la distribucin, en el marco de una total, aunque acrtica, fe en las potencialidades resolutivas de una circulacin exdtada. Precisamente por su entrega total a la adecuacin de la ciudad burguesa decimonnica, el trabajo de Hnard nos parece de tipo retrospectivo, de signo opuesto, en tal sentido, a la sucesiva obra de Le Corbusier
"'.
Hijo de un diseador textil, nacido en Lyon en un barrio obrero, Tony Garnier (1869-1948) permanece fiel durante toda su vida a los ideales populares y socialistas y al compromiso pblico en favor de su ciudad. Su educacin y formacin se desenvuelve conforme a la forja acadmica: diez aos en la cole des Beaux Arts de Pars y, despus, todava algunos aos ms en la Academia francesa de Roma. Durante su permanencia en Roma, mientras se dedica a la recuperacin, interpretacin y reconstruccin de los monumentos de la Antigedad, Garnier comienza tambin a estudiar, a partir de 1901, el problema de una posible organizacin racional de la ciudad moderna 49. Garnier est convencido de que la fundacin de las ciudades nuevas, as como la expansin de las ciudades existentes, se debern sobre todo a las necesidades de la produccin industrial; por lo tanto, al presentar una propuesta referente a una ciudad de base industrial avanzada (fig. 88) aspira a entrar en el examen de un caso problemtico generalizable de organismo urbano. Al propio
48 Sobre Hnard, vanse: P. M. Wolf: Eugene Hnard and the Beginnings o/ Urbanism in Paris, 1900-1914, Nueva York, 1968; y E. Hnard: Alle origini dell'urbanistica. La costruzione della metropoli, cit. Adems, G. Bardet: Un prcurseur: Eugene Hnard, en L'Architecture d'aujourd9hui, marzo de 1939. '' C. Pawlowski: Tony Garnier et les dbuts de l'urbanisrne fonctionnel en France, Pars, 1967, pgina 80 (trad. italiana, Tony Garnier: le radici del f unzionalismo, Faenza, 1976).
tiempo, Garnier advierte la necesidad de ajustarse a una situacin real, y extrae valiosas sugerencias de las condiciones territoriales y productivas tpicas de la cuenca lionesa, que se reflejan luego en las coordenadas estructurales de su propuesta terica. La ciudad industrial de Garnier se sita a orillas de un ro, sobre una meseta entre colinas; una gran planta metalrgica para la produccin de tubos, mquinas-herramienta y automviles funciona gracias a la fuerza motriz que le proporciona una central elctrica alimentada por una presa de embalse; en el territorio circundante aparecen ubicadas ex1 plotaciones agrcolas de grandes dimensiones, donde se desarrollan en forma industrializada actividades ganaderas y de cultivo, probablemente de gestin pblica, coordinadas con la vida y los consumos urbanos (Garnier ejemplifica en algunos dibujos y planchas estas exploitations agvicoles; fig. 98). A orillas del arroyo afluente del ro, aguas arriba de la ciudad nueva, se encuentra un ncleo urbano antiguo, que, por otra parte, aparece ,acompaado tambin por otros elementos urbanos preexistentes dispersos por el territorio. La ciudad nueva se compone de dos partes principales, separadas entre s: los barrios residenciales, con sus servicios propios, y las reas industriales. Tanto el sistema residencial como el industrial aparecen concebidos como trazados sobre ejes ortogonales, si bien con ligera diferencia en su respectiva orientacin. El ferrocarril, que en el tramo de aguas abajo sigue la lnea del ro, pasa despus por las inmediaciones de la ciudad antigua, mientras que la estacin se sita como nudo de articulacin entre sta, la parte residencial moderna y las reas industriales. Con autonoma y fuera del ncleo urbano se ubican otros equipamientos, en primer lugar los hospitales, luego los mataderos, el cementerio, etc. En cambio, faltan en el plan (sin que tal ausencia pueda considerarse casual) iglesias, cuarteles e instalaciones de defensa. La dimensin del asentamiento queda fijada en 35.000 habitantes, pero Garnier, a diferencia de Howard, no
Figs. 86 y 87. La calle actual y la calle futura, segn las propuestas de Hnard.
insiste sobre el nmero cerrado de ,su tipo de ciudad, y considera posible su acrecentamiento gradual y planificado. Del propio carcter de la ordenacin general deducimos ya intenciones metodolgicas precisas. La ciudad vieja se deja intacta, aunque sin quedar marginada de los nuevos desarrollos efectuados, mientras que el alejamiento establecido entre las distintas partes tiende a afirmar tericamente el principio d e separacin funcional y, al mismo^ tiempo, a hacer posible el crecimiento de cada uno de los sectores. Estas indicaciones se precisan ms al analizar con detalle los diversos elementos constitutivos de la propuesta. El sector residencial (figs. 89-91) est constituido por una barriada alargada, casi un sistema lineal, formado por manzanas regulares y atravesado en toda su longitud por una avenida central destinada a los medios pblicos d e transporte, ms ancha que las calles paralelas adyacentes. Las manzanas, de 150 x 30 metros, aparecen distribuidas en lotes de 15 metros de lado; las calles trazadas en direccin Norte-Sur tienen 20 metros de anchura, las que discurren en direccin Este-Oeste son de 13 19 metros de
ancho, plantadas de rboles a lo largo de uno solo de sus lados. La tipologa edificativa se presenta en forma sistemtica, en un estudio de elementos acoplables, si bien Garnier, en su primera versin del proyecto, se niega a tomar en consideracin edificios de altura superior a dos plantas (y esta parte de su trabajo de investigacin, que despus se ver corregida en las variantes de 1917, con la aparicin d e edificios d e cuatro plantas, revela la dependencia del autor respecto de las teoras, compartidas tambin por el socialismo refo,rmista, sobre la vivienda obrera unifamiliar). Es abolida la calle bloqueada por la serie d e fachadas en lnea continua (lo que Le Corbusier llamar rue corridor), y las viviendas adosadas entran en una composicin regular con las zonas verdes pblicas y privadas; la exposicin es racional y se eliminan los patios cerrados. Con la aplicacin repetida del mismo criterio edificativo, la ciudad residencial ofrece en toda su extensin una densidad uniforme, sustrayndose a la tirana piramida1 de los valores del suelo (la total disponibilidad del suelo constituye uno de los presupuestos bsicos del proyecto).
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La misma claridad ejemplar surge tambin del tratamiento de que son objeto los equipamientos sociales (figs. 92-96): las escuelas se disponen conforme a un ritmo determinado por la intensidad de la poblacin; los equipamientos del centro expresan el programa social y cultural de la Cit industrielle, inspirado en esos principios de gestin pblica y en ese culto al trabajo que son patrimonio del socialismo iluminado de principios de siglo: aparecen el servicio de la organizacin obrera, una Bolsa del trabajo, las salas de reunin de los sindicatos y de las sociedades, la oficina de correos, el dispensario mdico y la casa de reposo para invlidos; y los museos, con sus colecciones histricas, arqueolgicas y botnicas. En los edificios del centro la atipicidad de las soluciones permite una ejemplificacin puntual del aprovechamiento de las nuevas posibi,lidades tecnolgicas (cubiertas en voladizo, grandes espacios difanos cubiertos, etc.); la estacin de viajeros se distingue por una torre alta, nico elemento del conjunto con valor explcitamente simblico. Una parte de los equipamientos quedan descentrados (el hospital, el cementerio, los acueductos, las instalaciones de depuracin de aguas y los elementos de evacuacin de la red de alcantarillado que van a dar al ro). El hospital, en particular, constituye uno de los puntos de fuerza del proyecto, con el centro de helioterapia en el que se emplean formas arquitectnicas de gran simplicidad y rigor funcional. La ciudad aparece dotada de trasportes pblicos mediante la instalacin de una lnea de tranvas destinada a prestar en el futuro, adems, funciones de enlace in termunicipal, pero siempre sin dejar de ser accesible a los peatones gracias a la ordenacin par-
ticular de que es objeto el barrio residencial y al amplio uso que se hace, en los edificios pblicos del centro, del piso bajo libre. Las industrias, cuya parte ms sugestiva est constituida por la zona de los altos hornos (fig. 97), estn servidas por un complejo sistema ferroviario enlazado a la red regional. La ciudad de Garnier nos ofrece, en una secuencia no polmica y casi calmosamente narrativa, la profundizacin en las temticas nodales planteadas por la ciudad industrial en el estadio de desarrollo de comienzos del siglo xx y la superacin de la conflictividad en un modelo organizativo preciso, casi cientfico; una especie de catlogo razonado que constituye, quiz, la sntesis ms avanzada de las nuevas posibilidades de organizacin urbana que se haya elaborado con anterioridad a la Carta de Atenas 'O. Si las soluciones planimtricas y las ejemplificaciones ilustrativas de carcter tipolgico pueden circunscribirse en gran parte dentro de la herencia formal de lo acadmico, la obra de Garnier, no obstante, puede ser interpretada como gran ejercitacin me todolgica, como leccin cuyas enseanzas pueden recogerse no solamente atendiendo al conjunto, sino tambin descomponiendo este conjunto en una serie de sectores (y la posibilidad de tal descomposicin constituye, justamente, la primera
'O Por ello, no puede sorprender el juicio positivo que le merece a Le Corbusier, habitualmente tan poco benigno con las propuestas de los predecesores y de los contemporneos: Una tentativa de ordenacin y una combinacin de soluciones utilitarias y de soluciones plsticas. Una regla unitaria distribuye en todos los barrios de la ciudad la misma seleccin de volmenes esenciales y fija los espacios en armona con las necesidades de orden prctico y las solicitaciones de un sentido potico propio del autor. Le Corbusier: Vers une architecture, Pars, 1958, pg. 38.
Fig. 88 (en la pgina opuesta). Planta de la Cit industrielle de Garnier: 1 . Ciudad vieja; 2. Estacin central; 3. Barrios residenciales; 4. Centro de la ciudad; 5. Escuelas primarias; 6. Escuelas profesionales; 7. Hospital; 8. Estacin; 9. Zona industrial; 10. Estacin industrial; 11. Cementerio; 12. Mataderos. Figs. 89-91. El barrio residencial, planimetra; las habitations en commun, planta; vista de la zona residencial.
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Figs. 92-96. La ciudad de Garnier: planta y vista del centro cvico; la estacin ferroviaria; planta y vista de la escuela.
Figs. 97 y 98. Los altos hornos de la zona industrial; y planimetra y vista de una exploitation agricole.
de esas enseanzas). Al propio tiempo, el proyecto es capaz de poner el acento, tanto implcita como directamente, sobre los vnculos que existen entre poltica y urbanismo, entre condiciones institucionales y posibilidades operativas 'l. La propuesta de la Cit industrielle, puesta ya a punto, prcticamente, en 1904 y publicada ese mismo ao en la revista La construction lyonnaiseo, permanece totalmente ignorada hasta su segunda publicacin en 1917 '*, lo que se debe, entre otras razones, a la circunstancia d e que Garnier no acompaa su empeo militante de arquitecto con igual actividad de propagandista de .sus ideas. En su presentacin de 1917 se introducen algunas modificaciones e integraciones en el proyecto originario, especialmente en el cen51 Buscando las ordenaciones 'que mejor satisfagan las necesidades materiales y morales del individuo, nos hemos visto inducidos a crear reglamentos que se refieren a tales ordenaciones, es decir, reglamentaciones de trfico, ordenanzas sanitarias, etc., y a suponer ya realizados ciertos progresos de orden social que podran traducirse en una aplicacin corriente de aquellos reglamentos que, en realidad, las leyes actuales no autorizan en modo alguno todava. Cit. en C. Pawlowski, op. cit., pg. 77. T. Garnier: Une cit industrielle, tude sur la construction des villes, Pars, 1917.
tro equipado y en las instalaciones deportivas, as como en lo referente a la previsin de equipamientos comerciales. La variacin ms importante es, no obstante, la relativa a la sustitucin d e las casas aisladas por edificios de cuatro plantas en hilera, lo que comporta un aumento de la densidad residencial. Aunque sin cambiar sustancialmente el planteamiento de su esquema, Garnier parece dar acogida a instancias bastante precisas de los avances ms recientes, corrigiendo los puntos ms dbiles de su organizacin urbana, en los mismos aos en que trabaja en .su obra Grands travaux de la ville de Lyon (publicada en 1920), que constituye un desarrollo ms amplio de los temas de la ciudad industrial y una aplicacin de su teora a un caso concreto En 1925, con ocasin de la primera exposicin retrospectiva de su obra, se pone debidamente de relieve la actividad pionera desplegada por Garnier en el campo del urbanismo 54.
53 T. Garnier: Les grands travaux de la ville de Lyon, Pars, 1920 (con prefacio de E. Herriot). 54 Sobre Garnier, vanse los recientes estudios de C. Pawlowski, op. cit., y D. Wiebenson: Tony Garnier: The Cit industrielle, Londres, 1971. Adems, S. Tentori: Garnier tecnico e poltico della citta industriale, en Casabella, septiembre de 1961.
En Francia, dentro del cuadro cultural delineado, es escasa, y no est exenta de incomprensiones y equvocos, la penetracin de las ideas ms vivas que agitan a Europa en estas fechas y de las mismas teoras de la ciudad-jardn. En tal sentido, es tpico el caso de Georges Bnoit-Lvy, que por lo dems es uno de los pocos operadores que se muestran abiertos a los contactos y a las novedades exteriores: durante un viaje a Inglaterra para visitar Port Sunlight y Bournville, BnoitLvy descubre la Garden City of Tomovrow; en 1904 escribe su ensayo La cit-jardin, con el que aspira a convertirse en el divulgador en Francia del movimiento de Howard. En realidad, Bnoit-Lvy no llega a captar la verdadera novedad de la concepcin howardiana, que viene a asimilar a una variante, ms al da, de las industrid villages, desnaturalizando sus objetivos al proponerla como instrumento directo de racionalizacin del trabajo y de la produccin Ms tarde, Bnoit-Lvy se adhiere al movimiento de la ciudad lineal, del que en la posguerra se convertir en uno de los propagandistas ms convencidos y activos (fig. 99).
En los dems pases europeos son bastante ms limitadas las contribuciones tericas a la resolucin de los problemas de la ciudad, las
La Asociacin de las ciudades-jardn, compuesta por personas competentes en materia de organizacin del trabajo y de higiene social, se pone a disposicin de los industriales para darles todas las informaciones que pudieran desear en cuanto respecta a sus fbricas y a la higiene de sus asentamientos obreros [ . ..l. Organizar el trabajo industrial y agrcola de modo que proporcione a los directores de las empresas beneficios equitativos y seguros, que procure a los operarios los medios necesarios para vivir en condiciones normales, y que garantice a todos los habitantes el bienestar, la seguridad y la salud. G. Bnoit-Lvy: La Cit-jardin, Pars, 1904, cit. en F. Choay: L'urbanisme. Utopies et ralits, Pars, 1965, pgs. 221-22.
aportaciones a la profundizacin metodolgica del urbanismo en cuanto disciplina autnoma y las realizaciones concretas, con la nica excepcin del caso aislado de la ciudad lineal del espaol Arturo Soria y Mata. En algunos pases el relativo retraso existente en las dimensiones de la urbanizacin y en la organizacin del capital y de la clase obrera puede explicar esta opacidad y atraso del cuadro institucional de la ciudad burguesa; en otros, como en Blgica, se manifiesta ms bien una especie d e vasallaje cultural, articulado por reas lingsticas. El paso de la praxis ms habitual de intervencin sobre los centros urbanos (derribos y reconstrucciones, cortes de ejes viarios, insercin de polos monumentales) a alternativas definidas de crecimiento urbano aparece siempre caracterizado por vacos y deficiencias institucionales y metodolgicas que ni siquiera las ilusiones del
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barrio suburbano y de la ciudad-jardn consiguen llenar; solamente en Holanda tiene lugar un decidido cambio de orientacin a partir de 1900, antes en el plano de una profunda reforma tcnico-administrativa que en el plano operativo. Al igual que Howard, tampoco Soria y Mata (1844-1920) - e l hombre al que se atribuye la paternidad de otro movimiento en auge a partir de los primeros aos del siglo xx, el movimiento de la ciudad lineales un urbanista militante. Soria y Mata se nos presenta tambin como figura tpica de intelectual del siglo XIX, inclinado al experimentalismo y a una especulacin elemental, dilettante genial y eclctico, y progresista. Da fe de ello su actividad en los ms diversos campos: intenta fundar en Madrid una escuela neo-pitagrica, estudia una reforma de las sociedades autnomas, proyecta redes telefnicas, inventa un dispositivo automtico para un sealar las crecidas -de los ros. ~ u r a n t e largo perodo, desde 1880, aproximadamente, hasta el final de su vida activa, se ocupa de cuestiones relacionadas con la administracin pblica de Madrid, desde los servicios de tranvas hasta las instalaciones de trada de aguas, pasando por los temas relativos a la edificacin. La primera descripcin de la ciudad lineal aparece en marzo de 1882 en el diario madrileo El Progreso. Soria y Mata denomina as a una estructura urbana estrechamente correlacionada con un sistema de transportes rpidos (figs. 100-104): la longitud de la ciudad lineal puede ser tericamente infinita (de Cdiz a San Petersburgo, dice Soria y Mata), mientras que su anchura debe quedar, por el contrario, rigurosamente limitada para garantizar que en cualquier punto de la franja se d una relacin constante con la espina dorsal de las comunicaciones. De esta manera, cualquier sector de la ciudad puede mantenerse en contacto con el campo, y viceversa: por la distribucin de los equipamientos que deriva directamente del modelo elegido, el campo puede experimentar en mayor medida
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los efectos y los beneficios de la ciudad. Las ventajas de la organizacin interior son evidentes, porque la ciudad lineal, puesto que nace conforme a una morfologa estructuralmente compatible con el medio m,s revolucionario puesto a su disposicin por la tecnologa, es decir, el ferrocarril, se presta fcilmente a la disposicin en grandes franjas Iongitudinales de todas las canalizaciones que son necesarias a la ciudad moderna (entre las que se comprenden el vapor destinado a la calefaccin de las viviendas y de las cocinas y un tubo neumtico para la distribucin del correo) 56. El trasfondo poltico-ideolgico de la propuesta ha de buscarse en las teoras de la distribucin igualitaria del suelo, concebido como fuente primaria de productividad y de riqueza y, segn su difusin, de democracia social (Soria se encuentra muy prximo a las posiciones de Henry George, cuando stas comienzan a ser conocidas en Europa). En relacin con la poltica urbana, en particular, Soria y Mata confa en que el sistema de proyeccin del crecimiento urbano sobre el territorio pueda nivelar el valor de los terrenos, aproximndolo al valor agrcola. En el plano morfolgico-estructural, la ciudad lineal (la ciudad vertebrada), a la vez que puede hacerse cargo, segn su autor, del futuro crecimiento de la ciudad, tambin puede combinarse fcilmente con la jerarqua urbana existente (las ciudades invertebradas), situando a estas ltimas en los vrtices de un sistema nacional de triangulacin del territorio (cuyos lados estarn constituidos, precisamente, por tramos de ciudad lineal). Enunciada en los trminos de un esquematismo ingenieril-empresarial -que tiene puntos de
56 Una recopilacin de escritos de Arturo Soria y Mata, y un amplio cuadro de su obra, en G. R. Collins y C. Flores (eds.): Artuvo Soria y Mata. La citti lineare, Miln, 1968, con extensa bibliografa. Adems, G. R. Collins: La Ciudad Lineal de Madrid, en Journal of the Society of Architectural Historians, mayo de 1959; F. de Tern: Revisin de la Ciudad Lineal. Arturo Soria, en Arquitectura, diciembre de 1964.
contacto, ms que con la cultura regionalista, con el ecumenismo saintsimoniano-, es sta una idea que tiene el mrito de romper racionalmente con el proceso habitual y consolidado de crecimiento urbano y que volver a ser tomada en consideracin, en trminos anlogos, en algunas investigaciones y experiencias desarrolladas entre 1920 y 1940. Como hemos visto en otro lugar de esta obra, Soria y Mata, tras haber constituido en 1894 una Compaa Madrilea de Urbanizacin, intenta aplicar su modelo lineal al hinterland de Madrid con un proyecto que se basa en la creacin de una lnea de transportes pblicos insertos en una gran avenida arbolada a lo largo d e la cual se sitan tambin, separadas entre s, las vas de circulacin correspondientes a los vehculos privados, las bicicletas y los peatones; al sistema central se acoplan perpendicularmente, a uno y otro lado, una serie de calles transversales al servicio de grandes manzanas distribuidas en solares alargados ". La labor de propaganda desarrollada por Soria y Mata en pro de la formacin de un movimiento de opinin favorable a la realizacin de ciudades lineales se inicia en 1897 con la publicacin de la revista La Ciudad Lineal, que lleva el subttulo de Revista cientfica de higiene, agricultura, ingeniera y urbanizacin. A partir de este momento, y sobre todo en los aos que van de 1905 a 1930, son numerosos los proslitos del movimiento en favor d e la ciudad lineal y muchas las variantes propuestas para la aplicacin del modelo (figs. 105-107). En 1909 el ingls J. W. Petavel elabora un esquema de expansin de las ciudades por brazos radiales lineales; objetivos de colonizacin agrcola tiene, en cambio, el proyecto de Edgar Chambless, de 1910, que puede encuadrarse entre las temticas propias de la Amrica agraria y que viene constituido por una especie de falansterio lineal infinito, escandido por mercados y edificios pblicos y superpuesto a
Cfr. P. Sica: Historia del urbanismo. El siglo XIX, cit., vol. 1 , pgs. 355-57.
un sistema de transportes sobre monorral; tambin el ingeniero chileno Carlos Carvajal Miranda elabora una versin de la ciudad lineal en funcin de la colonizacin agrcola en su pas (colonias obreras agrcolas a lo largo de las lneas de comunicacin principales); en la posguerra, H. Gonzlez del Castillo propone modelos d e ciudades lineales en la Exposicin de la R,econstruccin celebrada en Bruselas en 1919. El ms conocido de los seguidores de Soria y Mata es, quiz, el francs Georges Bnoit-Lvy, al que ya nos hemos encontrado antes como ambiguo mantenedor en Francia de las teoras de la ciudad-jardn; seguidamente, Bnoit-Lvy intenta una fusin entre ciudad-jardn y ciudad lineal, porque est convencido, incluso, de la sustancial coincidencia de objetivos d e ambas formulaciones. En 1924 Bnoit-Lvy expone su proyecto de ciudad lineal ante la Sociedad de Naciones; en 1927 solicita su aplicacin a la expansin de Pars; en 1928 funda la Asociacin internacional de ciudades lineales, prosiguiendo despus, durante muchos aos todava, sus actividades como animador decidido del movimiento 58. Otra figura significativa en el panorama europeo preblico es la del belga Charles F. G. Buls (1837-1914). Perspicaz conocedor de las ciudades europeas, en su condicin de burgomaestre de Bruselas desde 1881 a 1899 se ocupa de la restauracin de las zonas ms antiguas de la capital que haban quedado al margen del primer ciclo de las grandes obras decimonnicas (gracias a l se salva el rea de la Grand'Place, de la rue du March-auxHerbes y del March-aux-Poulets). Haciendo uso de sus experiencias personales y aprovechando las aportaciones de Viollet-ledDuc, de Stbben, de Gurlitt y de Sitte, Buls llega a elaborar una teora propia de la restauracin urbana, que responde a la idea de oponerse estratgicamente a la prctica predominante
A este propsito, G. R. Collins: Cities on the Line, en Architectural Review, noviembre de 1960.
Figs. 105-107. Vista de la Roadtown de Edgar Chambles (1910), plan de un asentamiento para sistemas lineales de M. Hastings (1909-1919) y plano de la ciudad lineal belga propuesta por H. Gonzlez del Castillo (1919).
de los derribos y de las destrucciones indiscriminadas del tejido urbano antiguo: es la teora de la liberacin de los monumentos antiguos y de la aclaracin edificativa, con la que se pretende dar una respuesta de conjunto -cultural, funcional e higinica- a los problemas de adecuacin y transformacin de los ncleos antiguos en relacin con las necesidades de la vida moderna. La obra principal de Buls, Esthtique des villes, de 1893, traducida al alemn en el 98, al ingls en el 99 y al italiano en 1903 (con la adicin de un captulo sobre Roma), ejercer, junto con los ulteriores escritos del autor, una marcada influencia sobre Gustavo Giovannoni, que recoger y profundizar los temas de Buls 59.
Cfr. C. F. G. Buls: Esthtique des villes, Bruselas, 1893 (trad. italiana, Estetica della citt2, Roma,
En todos los dems pases de la Europa occidental es evidente, en los primeros quince aos del nuevo siglo, una renovacin de algunos aspectos de la prctica urbanstica, aunque limitada en gran medida a los programas de expansin perifrica. Se trata, sin embargo, de realizaciones aisladas, que nacen de la ocasional preferencia de algn empresario o promotor, o impulsadas por sociedades cooperativas, y en las que slo excepcionlamente y de modo desenfilado colaboran las administraciones pblicas; o bien de realizaciones que pueden encuadrarse en circunstancias particulares (tal es el caso de algunas villes de uacan1903). Son de sealar, entre otros, los siguientes escritos de Buls: La Restauvation des monuments anciens, Bruselas, 1903; Esthtique des villes: l'isolement des vieilles glises, Bruselas, 1910.
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ces, como la cit jardin bdnaire de Le Zoute, cerca de Ostende). En un catlogo sin pretensiones exhaustivas pueden incluirse los dos barrios-jardn de Enskede y Bromma, en las inmediaciones de Estocolmo (en formacin entre 1904 y 1910)) la colonia de Grondalsvaenge, cerca de Copenhague 60 (realizada en 1911 en terrenos de propiedad municipal, destinada a las capas superiores de la clase obrera; fig. 108), la barriada de Pedralbes, en las afueras de Barcelona; el pobladojardn proyectado por A. Vesnin para Niklskoie, junto a Mosc, en 1908, y el otro anlogo de V. N. Semenov, realizado cerca de la estacin Prozorvskaia en 1912 (figs . 11011I ) , as como el charbonnage de Winterslag, en Blgica (19 12; fig. 109); tambin en Suiza se dan proyectos (fig. 112) o resultados parciales (y, a tal propsito, puede recordarse tambin el proyecto de ciudad-jardn elaborado por el joven Le Corbusier para La Chauxde-Fonds; figs. 115.1 16). Se distingue de estas experiencias la obra de Berlage -de la que ya hemos hablado en relacin con el plan para las zonas Sur de Amsterdam 61-, que aspira a buscar una solucin netamente urbana al problema de la expansin de una gran ciudad y, al mismo tiempo, a caracterizar el agregado fsico conforme a una dosificacin de renovados equilibrios funcionales y espaciales (articulacin orgnica de las residencias, atribucin de dimensiones y distribucin de los equipamientos colectivos, recomposicin de una relacin cualitativa entre planteamiento viario y arquitecturas).
e)
LA
NUEVA DISCIPLINA
En Italia el perodo giolittiano aparece caracterizado por instancias nuevas, que incluyen un inters creciente por intervenciones urbansticas ms avanzadas. A la presencia de los socialistas y de los bloques radicalpopulares en la direccin de la cosa pblica en los entes locales y, aunque indirectamente, a nivel nacional, corresponde una fase de evolucin de las estructuras del capitalismo que plantea el problema de la expansin de los consumos, de la ampliacin de la instruccin pblica, de la produccin edificativa a bajo costo y de ,la dotacin de toda una serie de equipamientos diversificados y cualificados. (Qu acogida tienen en Italia las primeras elaboraciones disciplinarias organizadas que se manifiestan en los pases occidentales de desarrollo capitalista ms avanzado? Ciertamente, no puede afirmarse, en absoluto, que la clase de los polticos y de los tcnicos ita,lianos no est informada y aparezca aislada del contexto tcnico-cult,ural al que acabamos de pasar revista, ni que no existan algunas tentativas originales de adaptacin de estas tendencias. Y sin embargo, aunque en un cuadro econmico no tan estimulante (es decir, en el dcalage del desarrollo industrial del capitalismo nacional), resultan legibles los mismos problemas urbanos y sociales, pero no como elementos estructurales del desarrollo, que sea preciso modificar lo ms rpidamente posible para garantizar 14 continuidad del sistema, sino como consecuencias circunstanciales del mismo retraso general del pas, transitorias en s mismas, o respecto de las males es todava posible un margen de espcranza. En tal situacin de pobreza o retraso de motivaciones autnomas, es natural que falte a la cultura italiana una produccin crtica original capaz de dirigir la confrontacin con las hiptesis ms avanzadas que se elaboran en los dems pases; y tambin es natural que esta carencia sea sustituida por la
Cfr. S. Rasmussen: Neighborhood planning. Theory and Ideal, en Town Planning Review, enero de 1957. 61 Cfr. P. Sica: Historia del urbanismo. El si, pgs. 347-48. glo XIX, cit., vol. 1
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Figs. 108-114. La ciudad-jardn en Europa: colonia Grondalsvaenge, en Copenhague (1911); charbonnage de Winterslag, en Blgica (1912); proyecto para el poblado-jardn de Niklskoie, junto a Mosc (1908); poblado-jardn en los alrededores de Mosc (1912); proyecto de ciudad-jardn en las inmediaciones de Berna (1911); proyecto de capital mundial (K. P. C. de Bazel, 1905); planimetra del pobladojardn Heyplaat, en Rotterdam.
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Figs. 115 y 116. Le Corbusier, proyecto de ciudadjardn para La Chaux-de-Fonds, planta y vista (1914).
tendencia a una moderada receptividad, al menos por parte del ala burguesa culturalmente progresista 62. La citt2 moderna de Antonio Pedrini, de 1905, obra escrita con la intencin de conseguir una difusin masiva y dirigida, en particular, a ingenieros, tcnicos sanitarios, departamentos tcnicos y organismos especializados de las administraciones pblicas, viene a ser, en ,la prctica, un manual de ingeniera sanitaria, caracterizado por un positivismo rido y mecnico, que se las ingenia para proporcionar -junto a ,un cmulo mal ordenado de informaciones- un cuerpo de nociones tcnicas para prevenir o solventar los inconvenientes de la ciudad industrial, por lo que se refiere al alumbrado pblico, al alcantarillado, a los planes urbanos, a los barrios obreros, a los edificios, a las tecnologas de
Carlo Carozzi y Alberto Mioni sealan la continua referencia acrtica a las experiencias que se van realizando en el extranjero, experiencias que se aceptan sin ms como verdaderos modelos, dotados de validez cultural autnoma respecto de las situaciones econmicas y los contextos histricos que los haban determinado, a los que en seguida se trata de prestar odos, aplicndolos a nuestros problemas. En esta falta de una "lnea italiana" original, el urbanismo se alinea, pues, junto a otras disciplinas, como la sociologa o la poltica econmica. C. Carozzi y A. Mioni: L'Italia in formazione, Bari, 1970, pginas 430-31.
la vivienda (figs. 117-118). Tanto en la articulacin de las partes como en el tratamiento de cada uno de los temas concretos, el texto de Pedrini es fiel reflejo de las exigencias y ,las preocupaciones de higiene materia1 y social que agitan a las clases dirigentes de la poca, y al mismo tiempo expresa tambin la conviccin de que existe la posibilidad de ordenar y resolver las contradicciones de la ciudad mediante un cuerpo de tcnicas adecuadas (j3. Aristide Caccia, que publica diez aos despus que Pedrini su obra Costruzione, trasf ormazione ed ampliamento delle citt2, nos ofrece una sntesis inspirada directamente en la obra de Stbben, de la que su texto es, en amplias partes, una transposicin aeconmiOchenta y siete ciudades italianas son clasificadas mediante una argumentacin comparativa atendiendo a la forma de la planimetra o mapa (rectangular, triangular, cuadriltero irregular, poligonal, dodecgono irregular, etc.), a la orientacin de las calles, al nmero de las plazas ms importantes, a los cursos de agua que las a'traviesan y a otras notas particulares (ciudad cerrada o ciudad abierta). De los planes reguladores se dice, entre otras cosas: La ordenacin de una ciudad que haya de hacerse en breve tiempo y por razones higinicas, exige lo que se denomina plan de derribos; si tal ordenacin debe hacerse dentro de un perodo de veinticinco aos, ser necesario entonces lo que se llama plan regulador. Cfr. A. Pedrini: La citt2 moderna, MiIn, 1905, pgs. 194-202 y 205.
ca, parcial y bastante modesta con respecto al original, incluso con sus ilustraciones vueltas a dibujar desmaadamente (fig. 119). Las tres partes principales del texto de Caccia se refieren, como indica el propio ttulo de la obra, a la construccin de las ciudades (una sntesis histrica y, al mismo tiempo, una clasificacin por tipos que comprende los dos tercios del texto, siguiendo ms directamente todava las lneas trazadas por Stbben), a su transformacin (con ejemplos orientados ahora, preferentemente, a la propia casustica nacional) y a su ampliacin (unas pocas pginas sumarias, en las que se ofrece al lector poco ms que una clasificacin de los barrios de expansin, tomada d e Buls) 64. Otras contribuciones ms profundas proceden, en todo caso, de campos marginales, como sucede con los est$udios econmicos y jurdicos en que aparece ms consolidada la tradicin cultural. Ya en 1882, con su Teoria della traslazione dei tributi, Pantaleonia realiza observaciones bastante precisas sobre la renta de posicin urbana 65; ms tarde, Luigi Einaudi examina los efectos de los impuestos sobre el mercado urbano 66; y las mismas medidas de Giolitti sobre reas edificables dan lugar a otras contribuciones de estudio en este campo. Entre los estudiosos de la demografa, Giorgio Mortara lleva a cabo un anlisis proM Los nuevos barrios se clasifican en comerciales, industriales, administrativos, de estudios, populares, de la burguesa, de la aristocracia. Cfr. A. Caccia: Costruzione, Trasformazione ed ampliamento della citth, compilato sulla traccia del Stadtebau de J. Stbben, Miln, 1915. El pequeo volumen se completa con un captulo dedicado a las disposiciones legislativas, con otro que trata de los planes reguladores assmicos (en realidad, cuatro pginas en que se resumen las memorias de los entonces recientes planes de reconstruccin de Messina y de Reggio Calabria tras el terremoto de 1908) y, finalmente, con una ltima parte sobre los planes reguladores coloniales (tan slo pgina y media causpiciando la renovacin edificativa de TrpoIi y Bengasi). 65 Pantaleoni: Teora della traslazione dei tributi, Roma, 1882. " L. Einaudi: Studi sugli effetti delle imposte, Turn, 1902.
fundo del desarrollo d e las ciudades italianas 67. Nitti y otros meridionalistas examinan con perspicacia los desequilibrios territoriales del Mezzogiorno; y otros estudios anlogos aparecen en los volmenes de la Nuov a ~ n t o l o ~ a Colajanni, . que conoce las obras de Booth, d e Meuriot, de Vandervelde, en un ensayo de amplios vuelos sobre las relaciones entre economa y territorio, enfoca con precisin las causas estructurales de la inmigracin, la contraposicin ciudad-campo y la decadencia continuada de la importancia de da tierra en el clculo y en la produccin de la riqueza. Desde el punto de vista de una madurez terica, tienen, en cambio, mayor relieve ciertas orientaciones que pueden captarse en los escritos de algunos de los arquitectos de la nueva generacin y, en particular, de Gustavo Giovannoni y de Marcello Piacentini, atrados ambos por el debate que se abre en el ambiente romano tras la redaccin del plan regulador de Sanjust de 1911. De Giovannoni es preciso recordar aqu, al menos, el artculo aparecido en 1913 en la Nuova Antologa bajo el ttulo de IZ diradamento edilizio nei vecchi centrj, cuyo material, aumentado y reelaborado, vendr a formar parte ulteriormente de una obra bastante ms ambiciosa. En dicho artculo, Giovannoni se pronuncia terminantemente en contra de los derribos puestos de moda por la retrica edificativa y por la especulacin privada para aduearse de los terrenos centrales)), y en relacin con las soluciones previstas por el plan Sanjust para el barrio del Rinascimento y para la va dei Coronari (fig. 120), critica la ilusin que supone el pensar que el saneamiento de una zona pueda docalizarse en una lnea: defiende, por el contrario, la teora del saneamiento conservador basado en la aclaracin edificativa, es decir, con eliminacin de los aadidos dbiles o impropios impuestos ulteriormente al trazado originario del tejido urG. Mortara: La popolazione delle grandi citth italiane, Turn, 1908.
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bano. El carcter progresivo de esta teora, en relacin con el momento histrico en que se enuncia, est en la superacin de la solucin de continuidad entre monumento y estructura urbana, afirmada tericamente y en la prctica en el curso del siglo XIX. Con la extensin del concepto de monumento al conjunto urbano y con la aplicacin al conjunto de la metodologa de la restauracin cientfica, se subrayan de algn modo el valor de los ambientes menores y la necesidad de su mantenimiento orgnico en la articulacin funcional de la ciudad moderna. Tambin Marcello Piacentini encuentra en el plan regulador de Roma de 1911 el punto de partida para formular algunas reflexiones bastante interesantes en su escrito Sulla conservazione delle bellezze di Roma e sullo suiluppo della citti moderna, de 1916, que acompaa a la propuesta para la realizacin de un barrio comercial y de negocios a lo largo de la va Flaminia, en torno al puente del Risorgimento, y para la creacin de un gran anillo de circunvalacin con varias hileras de rboles y ms de 50 kilmetros de circuito, para enlazar un sistema de zonas verdes constituido por algunas villas patricias y por los nuevos parques del Trionfale y de la Porta Maggiore. Piacentini, en sustancia, niega la posibilidad de un aggiornamlento indefinido de la estructura fsica de la ciudad antigua y afirma, en cambio, la necesidad de la separacin -si no de una rupturaespacial y metodolgica, que pueda permitir el dar vida a una metrpoli autnticamente adecuada a las necesidades del tiempo presente (Dejemos la ciudad vieja tal y como se encuentra, y desarrollemos en otra parte la nueva). Conforme a esta tesis, que ser la propia de una parte del Movimiento Moderno (y d e la que, en cambio, el mismo Piacentini renegar en su obra de urbanista posterior a 1926), la ciudad vieja queda destinada al recogimiento, la meditacin y el xtasis: una conclusin que, por otra va, viene a coincidir con las exigencias expresadas por Giovannoni, segn una lnea de defensa ciertamente culturalista y aristocrtica, pero que no deja de tener relieve en
el momento en que continan reproducindose las operaciones sobre centros antiguos, a travs de los saneamientos dispuestos por las denominadas leyes de Npoles. En los aos que preceden a la primera guerra mundial .se producen, de hecho, mutaciones graduales en las modalidades de crecimiento de las ciudades, cuyos ejemplos ms felices, desde el punto de vista ambiental, son aquellos que tienen lugar all donde se concentran iniciativas burguesas homogneas y donde, a veces, por darse una coincidencia entre una moderada explotacin del suelo y una cierta unidad tipolgica y estilstica, se producen resultados aceptables (prescindiendo de su naturaleza clasista y, por tanto, de la relacin que se establece con la ciudad). Mientras tanto se verifica un perfeccionamiento de los instrumentos tcnicos: en los planes de fin de siglo, por influencia sobre todo de los manuales alemanes, entran en circulacin dispositivos ms articulados de control de la ciudad (el zoning, la tipologa, etc.), que gradualmente van transfirindose a los departamentos municipales competentes, en una lenta puesta al da de la prctica de gestin urbana. A partir de 1900 se advierten tambin en Italia los ecos del movimiento en favor de la ,ciudad-jardn. El carcter de estas propuestas, sustancialmen te ajeno al ambiente cultural italiano, si bien no excluye un cierto grado de adhesin a las ideologas progresistas o, al menos, al movimiento cooperativista 68, hace desde luego que las repercusiones ms directas, aunque todava muy limitadas, afecten a las iniciativas empresariales ms libres de prejuicios en la bsqueda de nuevos horizontes para el mercado de la edificacin. En la prctica no tiene lugar ninguna profundizacin
Confrntese, a este propsito, R. Badoglio: Una cittd ideale (la cittd giavdino), en Nuova Antologa, vol. 216, 1907; 1 . Casali: Tipi originali di casette popolavi e di villini econhzici, Miln, 1909; A. Schiavi: Le case a buon mercato e la cittd giardino, Miln, 1911. La revista Le case popolari e la citti giardino sale en Miln a partir de 1903.
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- B, Pndiglioni tritiquil;, - C, Pndigliani semi-agitati fD, fcgione sucidi ed epilettici - E, Seztotie agitati e furiosi - F, Sezione infemi pamlitici - G , Chiesa bagni - , Cenerstori e lavonderin a F;lpcm - 1, Cucina e servizi genernli - H , Sczione contrgiosi - L , idem.
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Fig. 91.
Figs. 117-119. Un poblado obrero y la planimetra de un hospital (del manual de Pedrini); cruce en bayoneta de lneas de tranvas (de la obra de Caccia). Figs. 120 y 121. Proyecto de Giovannoni para la va dei Coronari, en Roma; el plan de Milanino, en una versin de 1911.
de la propuesta howardiana conforme a las lneas originarias que la caracterizan; y si se excepta el Milanino de la Unin cooperativa milanesa (fig. 121) - c a s o en que al menos la dimensin empresarial y la formulacin del plan resultan ser francamente valientes-, lo que queda no es ms que el slogan publicitario superficial, que coincide con la aspiracin a la residencia autnoma descentrada. Sigue en pie la tendencia al abandono de las formas compactas de expansin de la ciudad y en favor de las bajas densidades, de la casa unifamiliar aislada y dotada de jardn privado: lo que supone ms una cuestin de graduacin morfolgica del espacio edificado que de impulso a una orientacin distinta del diseo urbano. Todo ello, no obstante, no deja de tener consecuencias para la cultura urbanstica italiana, que, en la ,superacin -que ya se perfila de hecho- de la antigua contraposicin entre ciudad y territorio, comienza ahora a someter a examen aspectos menos circunscritos de la organizacin .espacial y a afrontar los temas d e la articulacin y .la relacin recproca de las funciones, de la enucleacin de la expansin por barriadas, de la descentralizacin.
Delineando e.1 arrollador proceso de urbanizacin que acompaa a la formacin de la Amrica urbano-industrial hemos aludido ya anteriormente a las hiptesis expresadas por la cultura reformista en los Estados Unidos a lo largo del siglo xrx, segn lneas que discurren, por decirlo as, dentro de la tradicin y la ideologa propiamente americanas. En el movimiento en favor de los parques urbanos y los parkways, que en gran parte se identifica con la figura y la obra d e Frederick Law Olmsted, la naturaleza y el Zmdsmpe constituyen la medida de la reconciliacin entre ciudad indmtrial y sociedad, civil, dando lugar no solamente a realizaciones en s mismas excepcionales, sino tambin a una serie de
tcnicas especfi,cas de control y organizacin de la ciudad. El movimiento en favor d e los parques urbanos ,se inserta, sin solucin de continuidad, en el contexto ms amplio del Conservation Movement, que se afirma en los aos del primer Roosevelt haciendo surgir la exigencia de un control pblico de los recursos y de los equilibrios m's complejos a escala territorial; y se proyecta, como veremos, en aquellas teoras del regionalismo que vuelven 'despus a proponerse una vez ms como base de reequilibrio de las grandes reas metropo1itana.s69. En el ltimo decenio del X I X la ideologa del planning encuentra un momento de trabazn con el movimiento d e la City Beautiful (figs. 122-125), nacido oficialmente en Chicago en torno a la Exposicin colombina de 1893 como forma de recuperacin del proyecto arquitectnico a escala urbana, y que atraviesa su fase de mayor tensin prctica e ideolgica entre 1900 y 1910, para comenzar a declinar a partir de esta ltima fecha 70. El plan de Burnham y Bennet para Chicago de 1909, que por muchos aspectos debe considerarse como la mxima expresin de k City Beautiful, contiene ya los elementos precisos para una superacin de aquellas posiciones. Superacin, sin embargo, que solamente se producir muy gradualmente, por ms que un balance de la planificacin urbana en los Estados Unidos elaborado, en 1917, en el que se incluye una resea de planes de ordenacin de ms d e 200 ciudades americanas, hace hincapi todava en el impacto de la City Beautiful (proyectos d e centros cvicos, Capttols, hkefronts, accesos ulicos) 71, y por ms que
69 Por lo que se refiere al movimiento de los parques urbanos y en favor de la City Beautiful, nos remitimos a P. Sica: Historia del urbanismo. El siglo XIX, cit., vol. 1 1 , pgs. 657-69. 'O Pueden indicarse, como expresiones tpicas de este perodo, las obras de C. M. Robinson: The Improvement of Towns and Cities, Nueva York, 1901, y Modern Civic Art, or the City Made Beautiful, Nueva York, 1903. 'l G. Ford (ed.): City Planning Progress in the United States, Washington, 1917.
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Figs. 122-125. Un dibujo ilustrativo del plan de Burnham para Chicago de 1909; vista del centro de Cleveland, ordenado conforme a un plan de 1902; planta y vista del centro de San Diego, segn un proyecto de John Nolen (1907).
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la monumental publicacin de Hegemann y Peets, de 1922, que lleva por ttulo Civic Art, se presenta todava no solamente como un enorme compendio de las experiencias de la City Beautiful, sino incluso como propuesta operativa de conjunto en tal tendencia, que excluye orientaciones alternativas, comprendida la tradicin romntica anglo.sajona, que es objeto de duras crticas ". De cualquier modo, ya antes de 1910 no tarda tampoco en manifestarse una actitud crtica respecto del modo, que se juzga parcial y escasamente incisivo, en que el movimiento de la City Beautiful se propone afrontar los problemas urbansticos. Si bien la conviccin de Burnham de que los resultados estticos rinden ms que cualquier otra commodity en funcin de la manipulacin del consenso social y poltico, conserva para los administradores y los tcnicos una indudable fascinacin, no aparece en cambio igualmente convincente el principio de la equivalencia entre orden fsico y orden social, explciiamente afirmado por el movimiento de la City Beautiful. Segn los crticos ms autorizados, las graves descompensaciones internas de la metrpoli escapan a los instrumentos limitados y superficiales de la esttica urbana: frente a la anarqua de las transformaciones de la ciudad, que viene acentundose por efecto de la utilizacin de los medios privados de transporte y de la extemin de los suburbios perifricos, las espectaculares escenografas monumentales de la City Beautiful ponen de manifiesto todas sus veleidades e insuficiencias, mientras se acenta la exigencia de controles mnimos ms capilares, de la reduccin de las puntas extremas de degradacin fsica, de la organizacin de conjunt'o de la relacin entre sector pblico y sector privado, de la
eficiencia y de la prestacin productiva de la ciudad. Los progresos hacia una articulacin ms amplia y una mayor eficacia de los instrumentos de la planificacin urbanstica se van produciendo a travs de diversas contribuciones, en las que aparecen empeados, desde el propio punto de vista disciplinar, expertos de la administracin pblica, especialistas en temas sanitarios, managers, tcnicos y urbanistas, mientras que otras aportaciones provienen de asociaciones pblicas, de fundaciones privadas y de los gobiernos de los Estados. En 1909 tiene lugar un acontecimiento importante, cual es la celebracin de la primera National Conference on City Planning and the Problems of Congestion, reunida en Washington con amplia participacin de especialistas en problemas urbanos; a partir de esta fecha se institucionalizan este tipo de encuentros que se irn desarrollando cada ao en una ciudad distinta y una vez, al menos, en Washington durante el perodo de mandato de cada presidente. George Kessler, Lawrence Veiller, Virgil Bogue, Frederick C. Howe 73, Benjamin Marsh ", Edith E. Wood, Nelson P. Lewis ", Charles M. Robinson 76, Edward M. Basset, Harland Bartholomew y John Nolen 77 son algunos de los leaders ms destacados del movimiento del planning en estos aos. En el plano tcnico y en el poltico, a travs de los canales de la prensa, las
73 F. C. Howe: European Cities at Work, Nueva York, 1913. 74 B. C. Marsh: An Introduction to City Planning: DemocracyJs Challenge to the American City, Nueva York, 1909. Sobre la obra de Marsh, cfr. H . A. Kantor: Benjamin Marsh and the Figth over Population Congestion, en Journal of the American Institute of Plannerw, noviembre de 1974. 75 N. P. Lewis: Planning the Modern City, Nueva York, 1916. 76 De C. M. Robinson deben recordarse, adems de las ya citadas, estas obras: The Cal1 of the City (1908) y City Planning, Nueva York, 1916. J. Nolen: Replanning Small Cities, Boston, 1912. Sobre la obra de John Nolen, figura bastante importante entre 1905 y 1930, vase J. L. Hancock: John Nolen and the American City Planning, Filadelfia, 1964.
W. Hegemann y A. Peets: The American Vitruvius: an ArchitectJs Handbook of Civic Art, Nueva York, 1922. Los autores pretenden atribuir a esta ambiciosa obra (gran formato, casi trescientas pginas y 1.200 figuras) un papel programtico similar al desempeado ms de dos siglos antes en Inglaterra por el Vitruvius Britannicus de Campbell.
convenciones y los movimientos de opinin, se delinea un cuadro complejo de tendencias, con diversidad d e orientaciones en funcin de los nuevos equilibrios sociales exigidos en el uso de la ciudad y del territorio por la progressive era, cuadro del que resulta imposible aqu el proporcionar un balance, ni aun sinttico, por lo que para una profundizacin del tema nos remitimos a estudios ms especfico,~ 78. La Ciudad Eficiente, la Ciudad Prctica, la Ciudad Funcional, vienen a ser las consignas que sustituyen al acento colocado antes prevalentemente sobre los aspectos del decoro urbano por parte de la City Beautiful, y cuyos ecos recoge la historiografa como expresin dominante en el perodo que va de 1910 al New Deal. Uno de los ms ardientes defensores de la necesidad de adoptar una actitud cientfica respecto del planntng -todava inactual por la incapacidad de correlacionar el proyecto dibujado con la informacin tcnico-estadses George B. Ford, que colabora ya tica "en el libro de Marsh d e 1909 y cuya preparacin de estudioso une, a la formacin recibida en la cole des Beaux Arts de Pars, un ttulo de ingeniero mecnico. Ford est convencido de que la planificacin urbanstica puede transformarse mediante un procedimiento emprico en ciencia exacta, y de que a partir de un examen completo y profundo de 40s datos debe derivarse una, y slo una lgica y convincente solucin d e los proble-
78 G . Ciucci, F. Da1 Co, M. Manieri-Elia y M. Tafuri: La cittd americana dalla guerra civile al New Deal, Roma-Bari, 1973; vase, sobre todo, M. Scott: American City Planning since 1890, Berkeley-Los Angeles, 1969. 79 La falta de preparacin de los arquitectos para utilizar el material estadstico resulta manifiesta, por ejemplo, durante el desarrollo de la tarea encomendada por la New Haven Civic Improvement Commission a Olmsted, hijo, y Cass Gilbert, incapaces de conciliar su propio trabajo con el complejo de datos elaborados por el socilogo R. M. Byrnes, cuya colaboracin ha sido recabada por ellos mismos.
mas considerados ' O . Tras las argumentaciones de Ford es posible captar, sin duda, el eco del gran xito obtenido por esa racionalizacin de la produccin que se conoce bajo el nombre de taylorismo y que precisamente en los aos en torno a 1910 se ve perfeccionada y teorizada: si el campo de aplicacin de los principios de la organizacin cientfica del trabajo puede extenderse incluso a la administracin y gestin de la ciudad, entonces t,ambin el hombre de negocios -el ms importante de los tax-payers- podr ser convertido al ideal de la planificacin. Las exigencias expresadas por Ford, si bien no pueden tener todava un reflejo prctico inmediato, constituyen, d e todos modos, un soporte vlido para todos cuantos se aprestan a encuadrar la actividad urbanstica en un contexto institucional ms estable: como es el caso de Robert U. De Forest, vicepresidente de la Russell Sage Foundation, que mantiene la necesidad de crear comisiones urbansticas permanentes a nivel de las administraciones municipales, que no vengan obligadas a su disolucin al finalizar el perodo de la legislatura correspondiente; y de F. Shurtleff, quien en una encuesta sobre el estado de la planificacin en Estados Unidos realizada a partir de 1910 por iniciativa de Olmsted y publicada en 1914, pone de manifiesto las divergencias existentes en las legislaciones de los diversos Estados, la incompatibilidad d e los procedimientos y la falta de informacin recproca entre territorios y entidades locales limtrofes *l. Precisamente en estos aos surgen tendencias orientadas hacia cambios administrativos y nuevas formas de gestin municipal. Tras el maremoto que asola en 1900 el centro de Galveston, en Texas, destruyendo una tercera parte de sus edificios, interviene el Estado nombrando de oficio una comisin, compuesG. B. Ford: The City Scientific, en cProceedings of the Fifth National Conference on City Planning, Chicago, 1913. F. Shurtleff: Carrying out the City Plan, Nueva York, 1914.
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ta por cinco hombres de negocios, para que se haga cargo de las tareas relacionadas con la reconstruccin durante todo el perodo de emergenci,a. Es sta la forma denominada de Commi,ssion Government, conforme a la cual la administracin aparece dirigida por un grupo de expertos con plenos poderes, sin depender de un alcalde electo (esta solucin se aplica tambin ulteriormente en algunas ciudades del Midwest y del West). En 1914 se experimenta en Dayton otro sistema que consiste en confiar la gestin tcnica a un manager, designado por el Consejo electo; en 1918 tal solucin se perfecciona en el caso de Staunton, en Virginia, donde al manager se le designa adems un grupo de colaboradores tcnicos que se ponen al frente de cada uno de los departamentos sectoriales de 1.a administracin municipal. En los aos sucesivos esta forma gerencia1 que se modela conforme a criterios propios de la gestin empresarial (y que, no casualmente, aparece apoyada por los business-men y por las clases profesionales) es adoptada en cierto nmero de municipios menores (y entre los aos veinte y treinta, incluso por Cleveland, Kansas City y Cincimati). Un efecto sucesivo de este tipo de organizacin tomado de la estructura propia de la corporation privada es la creacin de las diversas agencias metropolit~anas,destinadas a transformarse en entes autnomos ~d hoc, dotados de amplios poderes de planificacin, por encima de las respectivas circunscripciones municipales (e incluso por encimsa de los lmites estatales) y a veces en contradiccin con ellas. El caso ms conocido es el de la Port of New York Authority, creada en 1921 por los Estados de Nueva York y New Jersey para planificar las actividades y los equipamientos relacionados con el funcionamiento del puerto del Hudson, organismo financiado primeramente a base de crditos con cargo a los presupuestos de los dos gobiernos estatales y posteriormente autofinanciado mediante*la emisin de obligaciones y la recaudacin de derechos de peaje y de tasas sobre las instalaciones portuarias. Resulta superfluo ob,ser-
var que la instauracin de una homologa entre los mtodos de gestin de la ciudad y los mtodos operantes en las corporations encaja completamente -frente a un pblico tericamente indiferenciado- con las componentes del poder econmico. L,a gradual conversin de las administraciones locales en favor de la planificacin urbana aparece documentada por la e1,aboracin de planes reguladores generales en ms de cien ciudades americanas durante el perodo comprendido entre 1907 y 1917, si bien la ratificacin legal de las reglamentaciones urbansticas sigue tropezando todava con fuertes .resistencias. Por tal ,razn hay que estimar que constituye un momento importante la adopcin de una reglamentacin de zoning por parte de la ciudad de Nueva York en 1916, a instancias y gracias a los estudios de E. M. Basset. La ordenanza de Nueva York, que nace con la finalidad de proteger a la propiedad inmobiliaria en las reas residenciales de la middle class frente a la invasin de las industrias y el comercio, vincula una parte de las reas de Manhattan a destinos funcionales especficos (residencia, comercio), estableciendo en las distintas zonas, en relacin con la anchura de las calles, alturas variables para las edificaciones, susceptibles de incrementarse con el progresivo retranque0 de las lneas de fachada (setback) 82. Siguiendo este ejemplo, otros Estados (y entre los primeros, los de Wisconsin, Minnesota e Illinois) autorizan a sus municipios a imponer restricciones de zoning incluso en defecto de plan regulador, y los poderes pblicos relativos *alland-use y a la imposicin de reglamentaciones de la edificacin se convierten en un hecho consumado y admitido, al menos tericamente (en realidad, todava en los aos veinte y hasta el New Deal, algunas sentencias de los tribunales estatales se pronunciarn en favor de recursos interpuestos por particulares contra las vinculaciones impuestas al uso del suelo). Al mismo
Cfr. P. Sica: Historia del urbanismo. El siglo
1 1 , pgs. 708-10.
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Figs. 126 y 127. El ncleo suburbano de Forest Hili, cerca de Nueva York: vista area y planimetra general.
tiempo, la generalizacin del zoning, que nace como una especie de compromiso entre la propiedad inmobiliaria y las exigencias de racionalizacin de las ciudades, representa tambin .un momento de freno y de entumecimiento del movimiento d d planning respecto de los fermentos brotados del debate entre los arquitectos y los urbanistas en los dos decenios que preceden al estallido del conflicto mundial 83. La renovacin de la prctica urbanstica en los aos de la progressive age se efecta a travs del conocimiento de las realizaciones europeas de los primeros aos del nuevo siglo y, en particular, de los programas de los movimientos en favor de la ciudad-jardn. En 1907 nace una Garden City Association of America que sirve para divulgar los objetivos y las teoras de Howard, de Unwin, de Thomas Adams. De este modo las tendencias suburbanas, ya presentes en gran medida en las mayores metrpolis americanas, pueden ser encuadradas en una perspectiva de planificacin que viene en cierto modo a completar
83 Vase tambin, a este respecto, T. H. Logan: The Americanization of German Zoning, en Journal of the American Institute of Plannerw, octubre de 1976.
el conjunto de las polticas de control urbano que tienen en la City Beautiful y en el zoning instrumentos de empleo prevalente en las reas crticas de los dowtowns. El principio del descentramiento, surgido como alternativa lgica a la congestin promiscua, se traduce ahora en m a metodologa positiva, que puede aceptarse como propia por un amplio frente de operadores pblicos y privados, administradores, empresarios, promotores, arquitectos y usuarios. Una realizacin importante -que tiene incluso el valor de prototipo, porque se destaca de las numerosas imdustrial villages construidas en los mismos aos, y que refleja tambin un cambio de actitud empresarial y profesional- es el barrio suburbano de Forest Hill Gardens, construido en 1910 por la Russell Sage Foundation segn proyecto de Frederick Law Olmsted, .hijo, y Grosvenor Atterbury (fiigs. 126-127). Forest Hill Gardens surge en Long Island como un model suburb de Nueva York, en torno a una estacin ferroviaria suburbana, dotado de todos los equipamientos comunitarios y caracterizado por un alto nivel de calidad edificativa, garanta que ahora requiere el sector de la demanda social que puede expresarse gracias a su propio poder adquisitivo.
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En 1916, en Cleveland, se repite el ejemplo de Forest Hill con la construccin de la barriada suburbana de Shaker Heights, promovida por empresarios privados (los industriales del ferrocarril Van Sweringen), sobre 256 acres de terrenos perifricos enlazados a la ciudad mediante una lnea de transportes rpidos montada expresamente para ello. El plan d e Shaker Heights apunta hacia la calidad ambiental y recurre a una oferta diferenciada de parcelas y de tipologas habitativas (desde el bloque de apartamentos hasta las casas unifamiliares aisladas), dejando a los particulares la eleccin de los modelos y del estilo de las viviendas, bajo el control de una comisin de arquitectos.
g)
Los
INSTRUMENTOS DE D I F U S I ~ N
A partir de 1900 se intensifican los intercambios de experiencias y se abre un debate y una confrontacin sobre los mtodos y las finalidades de la nueva disciplina: los congresos y los seminarios cientficos, la formacin de asociaciones, las exposiciones, la publicacin de manuales y revistas de urbanismo y la institucin de cursos de city planning en las universidades, sancionan ahora el reconocimiento y la legitimidad del urbanismo como disciplina autnoma. La primera revista urbanstica es La Ciudad Lineal 84 (fig. 129), publicada por iniciativa de Soria y Mata en Madrid en 1897, con el fin de difundir el particular sistema de desarrollo urbano constituido por la ciudad lineal y que despus, en 1902, se abre
tambin a la consideracin de aspectos ms generales de la planificacin. En enero de 1904 ve la luz la revista Der Stadtebau (fig. 128), con sede en Berln y Viena, dirigida por Camillo Sitte y T. Goecke, que continuar publicndose hasta 1930. En el mismo ao, en octubre, sale en Londres la revista Garden Cities and Town Planning. En los aos siguientes proliferan las nuevas publicaciones peridicas especializadas : la Stadtebauliche Vortrage (Berln, 1908), The American City (Nueva York, l9O9), la Town Planning Review (Liverpool, 1910). La primera revista francesa es La Cit-jardin (Pars, 1912), seguida muy pronto por La vie urbaine (Pars, 1919); desde 1919 se publica en Bruselas La Cit. Entre los concursos urbansticos internacionales tienen particular resonancia los de Barcelona (L. Jaussel~, l9O3), Amberes (H. Prost, 1910), Canberra (W. B. Griffin, 1911), Dubln (P. Albercrombie, 1912) y Berln (J. Hansen, 1910). Congresos y exposiciones nacionales e internacionales se celebran, sobre todo, en Austria, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos. Ya en 1903 tiene lugar en Dresde una exposicin sobre las ciudades alemanas y sus planes reguladores En Dsseldorf y en Darmstadt, en 1904 y 1905, respectivamente, se celebran exposiciones y reuniones sobre el tema de los parques pblicos. En Viena se rene en 1908 un congreso, que aparece dominado todava por la personalidad de Otto Wagner. En Berln en 1910 y en Dsseldorf en 1911- 12 tienen lugar exposiciones de urbanismo y arte urbano, seguidas de importanEn ~ . Intes publicaciones de d i ~ u l g a c i n ~
Sobre la exposicin de Dresde de 1903, vase R. Wuttke: Die deutschen Stdte, Leipzig, 1904. 86 Sobre las exposiciones de Berln y Dsseldorf, cfr. W. Hegemann: Der Stadtebau nach Ergebnissen der Allgemeinen Stadtebau-Ausstellung, Berln, 1911 y 1913; trad. italiana, Catalogo delle esposizioni internazionali di urbanistica, Berlino 1910, Dsseldorf 1911-12, publicacin de la que recomendamos su introduccin, debida a D. Calabi y M. Folin.
" Naturalmente, ya desde algunos aos antes las revistas de arquitectura tratan saltuariamente y de pasada aspectos urbansticos. Adems de las publicaciones peridicas de ingeniera e ingeniera sanitaria, pueden recordarse, por ejemplo, The American Architect (Nueva York, l876), Arte italiana decorativa e industriale (Roma-Venecia, 1890), The Architectural Record (Nueva York, 1891), The Journal of the Roya1 Institute o British Architects (Londres, 1893), Architektur und Bautechnik (Viena, 1895), Der Architekt (Viena, 1895), Emporium (Brgamo, 1895), etc.
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3 .J a h r a a n ~
1906
GOECKE. BcrUn.
glaterra se desarrollan dos conferencias internacionales sobre plannhg promovidas en 1906 y 1910 por el Roya1 Institute of British Architects: la segunda es particularmente importante por la presencia, como personalidades de mayor prestigio, de Geddes, Howard, Stbben y Burnham. En el congreso se produce una animada polmica entre las tendencias romntico-sociolgicas de Geddes y de Howard y la concepcin de la City Beautiful, mientras Stbben hace una exposicin de los resultados obtenidos en Alemania como sntesis entre las tcnicas de tipo acadmico (concretadas en la obra d e Haussmann) y las nuevas corrientes de la ciudad-jardn, del baelorrio suburbano, del landscape. ~ u r n h a m gia el renacimiento urbanstico americano y habla con entusiasmo de la positiva actitud promocional de los hombres de negocios, que est generando posibilidades inesperadas en el plano de la reorganizacin de la ciudad, pero que tambin es capaz de sacar a la luz la enor-
me dimensin que en Norteamrica tiene el problema urbano. De la reunin surge la iniciativa de convocar el concurso internacional de Canberra, que se celebra al ao siguiente 87. En 1913 se celebra en Gante el primer Congreso y Exposicin comparada de las ciudades, y se funda la Union Internationale des Villes. En Amrica se desarrolla una exposicin de la actividad urbanstica en Boston, en 1909 (que despus se presenta tambin en Berln y en Dsseldorf), y tienen lugar convenciones nacionales de urbanistas, que se celebran anualmente con carcter regular, a partir de la Conferencia nacional del City Planning reunida en Washington en 1909. Las actas y resultados de casi todas es-
'' Las actas del congreso estn recogidas en Transaction of the Town Planning Conference, Londres, 1911. Un encuadre histrico-crtico preciso puede verse en M. Manieri-Elia: Per una cittd imperiale, en la obra colectiva La cittd americana, cit., pginas 129-34.
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tas reuniones circulan ampliamente entre los tcnicos y los administradores. Otra confirmacin de la consolidacin del aparato disciplinar y del reconocimiento de un papel profesional especfico aparece constituida por la introduccin de cursos de urbanismo en los programas universitarios. Ya hemos hablado de la ctedra de Civic Desing inaugurada en 1909 en la Universidad de Liverpool y de los cursos profesados por Raymond Unwin en Birmingham; en Alemania, a partir de 1908, se celebra anualmente un seminario sobre problemas urbansticos en Charlottenburg, a cargo de J. Brix y F. Genzmer; en los Estados Unidos se instituye en Harvard, en 1909, un primer curso universitario sobre los fundamentos del urbanismo, y apenas ocho aos despus ya existen sus buenas once universidades norteamericanas que ofrecen cursos orientados al estudio de la planificacin urbana 88.
3. La renovacin de la Arquitectura, el debate sobre las artes aplicadas y el nacimiento de los movimientos vanguardistas en Europa
Si las disciplinas de organizacin de conjunto del espacio se forman y se instituyen proyectando tcnicas ms refinadas y flexibles de control de los procesos de reestructuracin productiva y, por ende, de la dinmica de crecimiento urbano, la Arquitectura, por su parte, ha de confrontarse directamente con la ciudad industrial. No se trata de una metfora: las personalidades que en estos aos se empean en desbloquear a la Arquitectura de la estril sucesin de reuivds estilisticos pretenden ensayar las posibilidades alternativas del lenguaje capaz de dar forma al espacio urbano, o al menos tratan de fijar sus imgenes puntuales o la coralidad del conjunto, si
Vase, a este respecto, F. J. Adams y G. Hodge: City Planning Instruction in the United States: The Pioneering Days, 1900-13-30, en Journal of the American Institute of Planners, febrero de 1965.
bien buscan tambin un nuevo equilibrio entre proyecto y produccin, entre creatividad y reproducibilidad tcnica. Las breves referencias que aqu hacemos -remitindonos a estudios ms profundos y conocidos para una valoracin ms responsable de estos movimientos- nos parecen, sin embargo, indispensables para reconstruir las fases de un proceso que constituye premisa esencial del gran proyecto de renovacin que se vive inmediatamente despus del conflicto mundial. En los aos noventa cobra forma en Blgica, y bien pronto se extiende a toda Europa, la oleada impetuosa del Art Nouveau, con el ascenso de las ~ersonalidadesde Vctor Horta y de Henry van de Velde. Como primer movimiento que nace como contestacin de las formas tradicionales -con las obras, con la propaganda, las teoras y las enseanzas-, el Art Nouveau constituye a un tiempo la superacin del cerrado conformismo acadmico, o del ciego t2tonnement del eclecticismo, y la ltima tentativa de sistematizacin coherente de un lenguaje estilstico que apunta hacia la calidad de los productos frente a su mercantilizacin, a su transformacin en pura mercanca, atribuida a ultranza a la decadencia de los valores espirituales. En el ao 1897 Horta realiza en Bruselas su obra maestra, la Maison du Peuple (figs. 130-13l ) , utilizando el nuevo lenguaje para un destinatario, el Sindicato de trabajadores socialistas, que parece encarnar las instancias sociales ms avanzadas del momento histrico. Van de Velde, inclinado mayormente a teorizar didcticamente su trabajo, abre al ao siguiente en Uccle, en las inmediaciones de Bruselas, un taller de artes aplicadas, y sita en el centro mismo de sus investigaciones el principio de colaboracin entre proyecto artstico e industria, en funcin de una produccin en serie, consiguiendo superar en este terreno los resultados logrados por los precedentes ingleses de las Arts and Crafts y, en particular, la obra de William Morris (figs. 132-134). No hay pas europeo en el que, como respuesta a ,la solicitacin del Art Nouveau, del modernismo, no exista al menos una capa o
e construction et d'ornementatio
Broderics
Vitraux
ri-dcrsur.
Figs. 130 y 131. V. Horta, Maison du Peuple, en Bruselas, vista exterior y sala de reunin. Figs. 132-134. La obra de H . van de Velde: el manifiesto del taller de Uccle; una serie de cubiertos diseada en 1902-1903; un arreglo de mobiliario realizado en Chemnitz en 1904.
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sector de las lites intelectuales que no se vea envuelta en el ansia de esta renovacin formal, aunque sea con enfoques distintos y con intensidad variable. A menudo estos impulsos se reciben superficialmente, sin una profundizacin de las razones de que proceden, y se resuelven en una llamarada efmera o en una actitud genrica de reivindicacin de las libertades creativas individuales; pero, tambin con frecuencia, es precisamente el espacio vaco dejado por el agotamiento del Art Nouveau el que prepara el terreno y abre el camino a experiencias sucesivas. Por lo dems, en todos y cada uno de los pases las razones del Art Nouveau se confrontan co9 las tendencias que surgen por todas partes induciendo a una subversin del gusto, al anlisis del lenguaje, a la investigacin del dato racional, al enunciado de los contenidos de un programa social. En Espaa, los arquitectos catalanes exentos de prejuicios fuerzan el lenguaje y las mismas leyes constructivas en imposibles pastiches eclcticos de gran efecto provocativo, y las obras de Gaud llevan a trmino una operacin de extraordinaria tensin, sin va de salida y sin retorno (figs. 135-136). En Francia, Guimard utiliza los signos del Art Nouveau para ennoblecer las entradas del metropolitano parisino, y Anatole de Baudot armoniza trinos eclcticos y novedades estructurales, mientras Perret verifica el arte de construir a la luz de las tecnologas ms avanzadas del hormign, con claridad geomtrica y con sentido del justo peso d e la materia (figs. 137-138). En Escandinavia, Eliel Saarinen y Ragnar Ostberg llevan adelante anlogos procesos de renovacin, con una mayor condescendencia para con un cierto naturalismo romntico, en el que reabsorben los acentos eclcticos. En Holanda, Hendrik Petrus Berlage, al definir las cualidades de base de la Arquitectura, insiste en la importancia de la concepcin espacial, del tratamiento de las masas murales, del empleo de sistemas proporcionales, de la reduccin de la decoracin: su concreta adhesin al movimiento de renovacin de la ciudad burguesa, d e la que es expresin bien
significativa el edificio de la Bolsa de Amsterdam (1898-1903), se busca precisamente en el mbito del lenguaje neo-romntico libremente asumido, en la honestidad de las estructuras y en la sinceridad de los materiales (figs. 139-140). Y solamente en el perodo de posguerra se podr medir hasta qu punto su enseanza, junto con el conocimiento de la obra de F. L1. Wright, podrn influir en diversas direcciones sobre los tanteos e investigaciones de los ms jvenes. En Viena domina la personalidad de Otto Wagner, profesor desde el 94 en la Academia de arte; en su obra ms conocida, la Caja de Ahorros de Viena, de 1905 (figuras 141-142), alcanza el ideal figurativo simplificado que Wagner proclama en su ensayo Moderne Architektur, del 95. Al maduro rigor profesional de Wagner se contrapone la desenfrenada vitalidad expresiva de Josef Maria Olbrich y de Josef Hoffmann, los dos artistas ms importantes de la Sezession, el movimiento fundado en el 97 y directamente vinculado a las experiencias del Jugendstil internacional (figs. 143-144). Al estilo de Olbrich y Hoffmann, que reaccionan frente al academicismo oficial acentuando el preciosismo colorista de las superficies, las fantasas lineales de los paneles y de las vidrieras y la gama inagotable de los detalles decorativos, Adolf Loos contrapone una nocin de la arquitectura como pura expresin de la utilidad. En nombre de esta concepcin en su celebrrimo trabajo Ornamento y crimen, de 1908, Loos niega toda legitimidad histrica a las investigaciones estilsticas, a las artes aplicadas, al derroche y a la disipacin de la creatividad individual 89. Sus constmcciones posteriores a 1908 reflejan claramente este programa cultural (figs. 145146): en el edificio de la Michaelerplatz, . el enrarecido neoclasicismo de la base guarda an una cierta homologa con el carcter pluriforme d e los signos d e la ciudad, pero d e
Cfr. A. LOOS: Parole nel uuoto, Miln, 1972. El artculo Ornament und Verbrechen puede encontrarse en Casabella, nm. 233, 1959.
todos modos aparece dominado por la escandalosa desnudez del bloque de las cuatro plantas superiores. En la villa Steiner de la St.-Veit-Gasse y en la villa de la Sauraugasse, con sus simples volmenes blancos en1.ucidos, interrumpidos por las aberturas geomtricas, se ha consumado por completo esta sustitucin de valores 'O. Las nuevas instancias planteadas por el capitalismo avanzado y por la industria afectan, sobre todo en Alemania, al mundo de la produccin esttica, poniendo al descubierto y haciendo surgir una serie de problemticas crticas que en los dems pases -salvo puntas que emergen aisladamenteaparecen todava, en gran parte, encubiertas o retrasadas por una prctica profesional paralizada en el limbo de la academia, tendente a defender la autonoma de la arquitectura insistiendo ciegamente en la separacin conceptual y de competencias entre determinantes tecnolgico~constructivas de los edificios y elaboracin de las soluciones formales.
Para una ampliacin de las referencias que aqu hacemos y para los aspectos de que nos ocupamos en las pginas siguientes, nos limitamos a remitirnos a la abundantsima historiografa general sobre el tema, y en particular a las siguientes obras: N. Pevsner: Pioneers of Modern Movement from William Morris to Walter Gropius, Londres, 1936 (trad. italiana, Miln, 1945) y, del mismo autor, The Sources of Modern Architecture and Design, Londres, 1968 (trad. italiana, Turn, 1969); R. Banham: Theory and Design in the First Machine Age, Londres, 1960 (trad. italiana, Bolonia, 1970); R. De Fusco: Storia dell'architettura contemporhzea, Roma-Bari, 1974; L. Benevolo: Storia dell'architettura moderna, cit.; B. Zevi: Storia dell'architettura moderna, Turn, 1950, nueva edicin revisada, Turn, 1975; M. Tafuri y F. Da1 Co: Architettura contemporhzea, Miln, 1976. Un panorama ilustrativo de las obras de arquitectura y artes aplicadas del Jugendstil puede verse en G. Massobrio y P. Portoghesi: Album del Liberty, Roma-Bari, 1975.
En Alemania este avance se ha visto posibilitado por las mismas estructuras estatales que con frecuencia ofrecen a los artistas alemanes o europeos de vanguardia puestos de responsabilidad en las escuelas tcnicas, o bien por la proteccin y los encargos que ofrecen los ricos mecenas y el gran capital industrial. El arquitecto austriaco Josef Maria Olbrich es llamado a Darmstadt en 1899 por el gran duque Ernst Ludwig von Hessen para constmir una villa para los artistas (Casa de los artistas, 1901-1908, y Palacio de exposiciones, 1907; fig. 147); tambin trabaja en Alemania otro austriaco, Josef Hoffmann, fundador d e .la escuela artesana de Viena de la Wiener Werkstatte. En 1902 Henry van de Velde es llamado por el gran duque de Sajonia-Weimar para dilrigir el Instituto de arte de Weimar (fig. 148), destinado a realzar el nivel d e la produccin de las industrias locales de artes aplicadas 'l; Peter Behrens dirige desde 1903 la Escuela de artes aplicadas de Dsseldorf; en Berln se m,uestra muy activa la Gewerbeschule, dirigida por Bruno Paul; en Dresde la Deutsche Werkstatte, dirigida por Karl Schmidt, basa sus enseanzas, desde 1906, en el concepto de produccin en serie; Richard Riemerschmidt colabora en la organizacin de la Mnchner Werks tat ten fir Handwerkskunst, de la que es nombrado director en 1913. Igualmente significativo es el hecho de que en 1906 se llame al mismo Behcrens para ocupar el cargo de asesor artstico de la AEG, encomendndosele la supervisin o proyecto, personalmente, d e la produccin del gran Konzern de la electrici4d y, en particular, sus nuevas fbricas. El acuerdo de traer a Behrens a la AEG es obra de Emil y Walter Rathenau, los ms destacados ex-
'' De los escritos de H. van de Velde contamos, en traduccin italiana, con Per il nuovo stile, Miln, 1966.
Figs. 135-140 (en la pgina opuesta). Antonio Gaud: vista de la casa Mil (1905) y patio de la casa Batll; Auguste Perret: garaje en la me Ponthieu (1905) y casa en la me FranMin, en Pars (1903); Hendrik Petrus Berlage: interior del saln central y vista exterior de la Bolsa de Arnsterdam (1898-1903).
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Figs. 141 y 142. 0. Wagner, fachada principal y saln interior de la Caja de Ahorros de Viena (1905).
Figs. 143-146. J. Hoffmann, palacio Stoclet, en Bruselas; J. Olbrich, edificio de la Sezession en Viena; A: Loos, el edificio de la Michaelerplatz y la casa Steiner.
Figs. 147 y 148. J. Olbrich, entrada de la Ernst-Ludwig-Haus, en Darmstadt (1901); H. van de Velde, el edificio de la Escuela de arte de Weimar (1906). Figs. 149-152. P. Behrens, Turbinenfabrik de la AEG en Berln (1908), y depsito de agua en Frankfort (1911-1912); Max Berg, el Jahrhunderthalle de Breslau (1912-1913), exterior e interior.
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ponentes de esa oligarqua dirigente y empresarial que interpreta las exigencias de renovacin del gran capital orientndolo hacia un papel de gua y de control cultural de los fenmenos de produccin y socializacin de la civilizacin industlrial. Esta es una perspectiva que Walther Rathenau tratar de aplicar a la direccin de la economa de guerra y que reanudar despus de la derrota en su tentativa de volver a examinar y recuperar los valores de la cultura burguesa en el seno de un sistema econmico en el que la iniciativa privada est llamada a superarse y a contrastarse a s misma, sosteniendo al aparato pblico y regenerndose en el objetivo bsico de la racionalidad del desarrollo. A la luz de tales consideraciones, resulta todava ms importante la presencia, en el estudio de Behrens, alrededor de 1910, de Walter Gropius, de Ludwig Mies van der Rohe y del mismo Le Corbusier. La produccin arquitectnica ms avanzada de estos aos refleja el carcter problemtico y el experimentalismo de las nuevas instancias polticas y culturales, sobre todo en los compromisos solicitados por las nuevas funciones industriales y terciarias desarralladas en los grandes centros del capitalismo maduro, que ofrecen ocasiones para d empleo de soluciones tipolgicas y estructurales que llevan a nuevos desarrollos del lenguaje expresivo. Peter Behrens ( 1868-1WO), ilustrador y pintor, llegado a la arquitectura en torno a 1900, acepta estas exigencias en su empleo de volmenes simplificados y regulares, de gran eficacia expresiva (Turbinenfabrick de la AEG, en Berln, d e 1908)) unificando y repitiendo, cuando resulta necesario, los motivos clsicos de las decoraciones, y realizando la sntesis ms acabada de los ideales del renacimiento industrial (figuras 149-150). De un realismo totalmente antittico respecto de las redundancias de la arquitectura oficial guillermina, aunque no inmune a veces a ciertos signos de eclecticismo, dan cumplida prueba arquitectos como Alfred Messel, Hans Poelzig (fig. 153)) Max Berg (Jahr-
hunder thalle de Breslazx, 1912-1913 ; f iguras 151-152) y Paul Bonatz, que en 1913, con su estacin ferroviaria de Stuttgart, emplea por vez primera una composicin asimtrica de masas que no tiene correspondencia alguna en la tradicin de los edificios de carcter representativo (fig. 154). Walter Gropius proyecta en 1911 y realiza en 1913, en Alfeld an der Leine, con la colaboracin de Adolf Meyer, la fbrica de calzado de la Fagus-Werke, un edificio industrial de disposicin planimtrica elemental, resuelta volumtricamente en una composicin equilibrada, aunque distando mucho de ser unitaria, de los cuerpos de fbrica, pero en el cual el marcado efecto de ruptura formal de algunas soluciones deriva del intento preciso de valorizar los nuevos materiales de construccin (figs 155-156). A slo cinco aos del proyecto de la Turbinenfabrick de Behrens, la Fagus-Werke de Gropius completa un decisivo paso ideolgico y conceptual, que constituir un punto de referencia obligado en la actividad de proyecto de los aos veinte: de ser el solemne templo del trabajo, el edificio industrial ha pasado a ser el utensilio eficaz de la produccin, que dude en sus formas esenciales a la mxima economa de las inversiones en capital fijo, respondiendo a la idea de eliminacin de los despilfarros en los espacios y en los tiempos de labor y explotacin. Otros arquitectos, como Tessenow en Berln, Schumacher en Hamburgo , Bestelmeyer en Dresde y Ficher y Kreis en Dsseldorf, se ven influenciados por estas nuevas tendencias, aun permaneciendo sustancialmente ajenos al proceso de renovacin. Tambin en las obras de edificacin corriente se manifiesta una progresiva decantacin de los aparatos estilsticos (casas obreras del suburbio-jardn de Dresde-Hellerau, de Tessenow; suburbio de Berln-Falkenberg, de Taut) , pretendida a veces a travs de una especie de eco de formas populares, como en la obra de Paul Schultze~Naumburg, que ms tarde ha de ser uno de los ms intransigentes adversarios del Movimiento Moderno.
Figs. 153-156. P. Poelzig, edificio industrial en Posen (1911-1912); P. Bonatz y F. Scholer, la estacin de Stuttgart (1913-1916); W. Gropius, Fagus-Werke, en Alfeld (1911-1913), planta y vista.
Los fermentos de la cultura de vanguardia tienen un centro de verificacin y debate en el seno de la Deutscher Werkbund, la asociacin fundada en 1907 para reunir a los diversos operadores artsticos interesados en la produccin para promover una renovacin esttica del objeto de elaboracin masiva y para revalorizar las exportaciones alemanas en el mercado internacional. La fundacin de la Werkbund ha de atribuirse en gran parte a las presiones de Hermann Muthesius, enviado ya a Londres, como miembro de la embajada alemana, desde 1896 hasta 1903, para estudiar diseo industrial y arquitectura, y autor en 1905 de una obra en tres volmenes, Das Englische Haus, en la que recoge el fruto de sus experiencias
,
inglesas =, ,que le sirven de orientacin incluso en su labor de arquitecto (las viviendas construidas en Berln, aparte de la noble escala empleada, exhiben precisamente esa clida simplicidad constructiva tpica de la arquitectura domstica anglosajona; figura 157). Pero Muthesius, defensor de una actitud de adhesin fctica a la concrecin objetiva de la realidad (Sachlichkeit), se muestra interesado sobre todo, por llevar esta concepcin al campo de los utensilios de uso comn operando una distincin precisa desde el punto de vista esttico entre la produc92 Entre los numerosos escritos de Muthesius, cfr. Kultur und Kunst, Jena, 1904, y Kunstgewerbe und Architektur, Jena, 1907.
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Figs. 157-160. Una villa construida por H. Muthesius en Berln; las construcciones de la exposicin de la Werkbund en Colonia. de 1914: el teatro de H. van de Velde, el edificio de Gropius y el pabelln de vidrio de B. Taut.
cin manual-artesanal y la produccin mecnica: esta ltima, que es la nica que puede dar una respuesta adecuada a las exigencias de la economa alemana, no supone ni implica la eliminacin del momento creativo individual, sino que comporta la superacin del arte como dominio de la actividad fantstica por encima de las funciones, y delinea el desarrollo de una objetiva realidad tcnico-funcional de los objetos de uso corriente en la produccin seriada de elementos estndard cada vez ms perfeccionados. Las ideas de Muthesius, y las expresadas contemporneamente en igual sentido por Fritz Schumacher, coinciden con las expectativas de una gran parte de los industriales; divulgadas en forma de programa por vez primera en el congreso de la Werkbund de 1911, vienen a agitar las aguas de la asociacin, orientada hasta entonces genricamente hacia la problemtica morrisiana; y preparan la inflamada confrontacin de posiciones que se produce tres aos despus en la Exposicin de la Werkbund en Colonia, sobre
el teln de fondo de algunas realizaciones significativas que recomponen, en cierto modo, una sntesis de las tendencias que miden sus fuerzas en Alemania en vsperas del conflicto (el edificio de Gropius para la administracin de una industria, el teatro de van de Velde el pabelln de vidrio de B. Taut, inspirado en la literatura utpicovisionaria de Paul Scheebart; figs. 158-160). En Colonia, el duro debate que se plantea sobre la naturaleza de la produccin industrial y sobre el papel del operador artstico (y, por tanto, sobre la orientacin poltica de la Werkbund), enfrenta a Muthesius, a la sazn decidido defensor de la exigencia de una rigurosa estandarizacin (Typisierung), con la mayora de los arquitectos presentes. Contra las tesis de Muthesius, resumidas en un documento de diez puntos que se hace circular en la asamblea, se alinean, entre otros, Taut, Poelzig, Obrist y, con especial fuerza, van de Velde (que haba sido el primero de todos en exaltar el papel de la mquina y de la produccin industrial,
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en cierto modo contraponindolo al arte, pero que ahora aparece preocupado por los peligros de un posible ahogamiento de las facultades creadoras individuales bajo el peso del predominio de esquemas y normas excesivamente rgidas). Gropius -autor, ya en 1910, de un escrito dirigido a Emil Rathenau, en el que se subrayaba la capacidad de la industria para garantizar un producto racionalizado de alto nivel, susceptible de responder perfectamente a las intenciones del designer- no parece interesado ahora en exasperar las posiciones opuestas, que quiz considera en algn modo compatibles, pero tambin l, se opone a Mathesius, ya sea porque estima probablemente que su lnea radica1 aparece vinculada a una visin poltica demasiado contingente, ya sea porque est ntidamente convencido de la funcin del artista como creador de formas, y de la forma como sntesis resolutiva de las contradicciones histricas de la sociedad 93. En los diez aos anteriores a la primera guerra mundial se prepara en Europa una revolucin decisiva en las artes figurativas, muy particularmente en la pintura, que lleva a trmino ese proceso de revisin de las leyes tradicionales de la representacin que se haba iniciado con los movimientos artsticos de la segunda mitad del siglo XIX. Si este trnsito ha sido preparado por el impresionismo, es tambin contra el impresionismo contra el que se dirigen las investigaciones y tanteos que se llevan a cabo entre 1905 y 1914, por considerrsele como extremo depositario e intrprete de ese consenso para con la realidad que ahora, por diversas vas, se estima
93 Sobre las vicisitudes de la Werkbund antes de la guerra y su importancia respecto de la ulterior evolucin de la arquitectura en Alemania, vase M. Franciscono: Walter Gvopius e la cveazione del Bauhaus, Roma, 1975, con una amplia introduccin d e F. Da1 Co. Cfr., adems, 50 Jahre Deutschev Werkbund, Berln-Francfort, 1958, y J. Posener: Anfange des Funktionalismus. V o n Avts and Crafts zum Deutschen Werkbund, Berln-Francfort, 1964.
precisamente que constituye el obstculo ms embarazoso que impide un anlisis exento de prejuicios de las convicciones tericas, de los hbitos visuales y de la invencin formal. Y si bien solamente en la posguerra podr operarse un nuevo y fecundo contacto entre las vanguardias artsticas y la arquitectura, con el intercambio de experiencias y con la integracin de los campos de actividad, no es menos cierto que esta posibilidad no es ms que el resultado lgico de la disolucin de las jerarquas y de la autonoma tradicional que ha ido madurando en estos aos. La abrogacin del consenso para con la realidad, del que ya hemos hablado, concluye un recorrido crtico-disciplinar que se produce en el seno de las artes figurativas pero que tambin guarda .relacin con un marco cultural ms amplio y hace referencia - e n este aspecto, con una analoga con los fermentos que agitan e impulsan las experiencias de la arquitectura-, en fin, a la insatisfaccin y al malestar respecto de la sociedad burguesa-capitalista, y a las contradicciones cada vez ms speras que se producen entre las ideologas oficiales y la lgica de su orden interno. En Francia, en el Sdon d'Autornne de 1905 exponen los fauves, entre los que se cuentan Derain, Marquet, Matisse, Rouault y Vlaminck; dos aos despus ven la luz los primeros trabajos de Picasso y de Braque, y nace el movimiento cubista en el que destacan Lger, Gris, Gleizes y el grupo de los Duchamp -Marcel, Gaston (Jacques Villon) y Raymond (Duchamp-Villon)-, que ejercer una particular influencia sobre las investigaciones de la nueva arquitectura (figuras 161-162). En Alemania, como resultado del movimiento de protesta frente al positivismo de la cultura oficial, se forma en 1905, en Dresde, el grupo Die Brucke (El Puente; figs. 163164) 94,por iniciativa de los pintores Kirchner, Bleye, Heckel y Schmidt-Rottluff, al que muy pronto se adhieren tambin Nolde y
94 Cfr. V. Apolionio: Die Brcke e la cultura dell'espressionismo, Venecia, 1952.
Figs. 161 y 162. P. Picasso, retrato de D. H. Kahnweiler, 1911; F. Lger, Mujer en azul, 1912. Pechstein (Kirchner se destaca por su adhesin al tema de la metrpoli, del que nos ofrece en su pintura una sntesis crtica, en ciertos aspectos paralela al lcido diagnstico de Simmel); en 1911 Die Brcke se traslada a Berln, donde, dos aos despus, se disuelve. En el mbito de las indagaciones expresionistas -pero ms inclinado hacia un afinamiento de las experiencias sensibles, a una purificacin asctica o lrica d e los resultados, y en tal sentido distante y casi opuesto a las deformadas y nerviosas alucinaciones de los pintores de Die Brcke- se mueve tambin el grupo denominado Dev Blaue Reiter (El Caballero Azul; fig. 165) ", fundado en Munich en 1911 por Kandinsky y Franz Marc, al que se adhieren Kubin, Feininger y Paul Klee.
95 K. Lankheit (ed.): Der. Blaue Reiter. Herausgegeben uon Wassily Kandinsky und Franz Marc, Munich, 1965.
En Holanda, entre 1910 y 1914, trabaja ya Pet Mondrian, con su gradual y rigorista proceso de superacin del arte romntico y descriptivo encaminado hacia un abstractismo pictrico objetivo (fig. 166). En Rusia, tras la fallida revolucin de 1905, se muestran muy activos numerosos grupos de vanguardia: Larinov y su mujer Natalia Goncharova fundan en 1909 el rayonismo, del que trazan un manifiesto en 1913; en este mismo ao Malivich ha sido ya captado por las experiencias suprematistas (fig. 167), orientndose hacia la superacin de toda relacin con lo real (el manifiesto del suprematismo, publicado en San Petersburgo en 1915 con la colaboracin de Maiakovski, define el movimiento como la supremaca de la sensibilidad pura en las artes figurativas); Tatlin, ya prximo a Malivich, alejndose del suprematismo, expone en 1915 sus apinturas en relieve, composiciones inspiradas en las tcnicas y en los materiales modernos.
Figs. 163-165. E. L. Kirchner, frontispicio y programa del grupo Die Brcke, 1906; V. Kandinsky, dibujo para el catlogo del grupo Der Blaue Reiter, 1912.
El movimiento dad, fundado en 1916 en Zurich por Tristan Tzara en el Cabaret Voltaire -lugar de reunin de numerosos exponentes de la intelligentsia europea refugiados en Suiza por los avatares de la guerra-, propone un diagnstico extremo a los otros movimientos de vanguardia: en diez aos se ha quemado todo espacio practicable para el trabajo intelectual, no quedando ms que el rechazo de todo principio codificado, de la misma comunicacin la exaltacin del gesto en menoscabo de la obra, de la accin respecto de la contemplacin, de la provocacin respecto del razonamiento. En Italia, el contacto con la cultura europea se reaviva en los primeros aos del siglo gracias a la presencia de algunas minoras intelectuales de las nuevas generaciones que se encuentran en condiciones de calibrar el inmovilismo provinciano de la realidad nacional. La Crtica, revista fundada por Benedetto Croce en Npoles en 1903; el Leonardo, fundado en Florencia por Papini en el mismo ao, y ms tarde, tambin en Florencia, La
Voce, de Prezzolini (1908), y Lacerba, de Soffici y Papini (1913), son los vehculos a travs de los cuales se introducen en la cultura italiana temas de fondo de economa, de sociologa, de filosofa, d e literatura y de arte, y gracias a los cuales se dan a conocer al pblico los nombres de Sorel, de James, de Bergson, de los pintores cubistas, de los poetas simbolistas franceses; si bien el ansia de llenar en poco tiempo este vaco aparece en los grupos florentinos totalmente impregnada de impulsos iconoclastas hacia la realidad presente y la tradicin, ms que de una razonada asimilacin y seleccin de los nuevos logros del pensamiento; y as, las afirmaciones violentas y perentorias, las actitudes agresivas, de burla o de desprecio, y la desenvoltura eufrica d e los juicios terminan por desembocar en una oscilacin ideolgica, tan acrtica como efmera, entre elementos dispares y contrarios, que no pueden reconducirse a una sntesis cultural y poltica. El futurismo, el nico movimiento de vanguardia de resonancia europea, tambin nace en este clima ideolgico de rebelin en el que
Figs. 166 y 167. P. Mondrian, Composicin en lnea y color, 1913; K . Malivich, Circulo negro (hacia 1913).
se proyectan la intolerancia y la impaciencia frente a la estrechez de miras de la situacin cultural y al retraso tcnico de la Italia burguesa d e comienzos del siglo xx. El manifiesto de fundacin del futurismo, redactado por Filippo Tommaso Marinetti y aparecido en el diario parisino Le Figaro el 11 de febrero de 1909, proclama una completa renovacin de todas las actividades artsticas y de las formas expresivas, incluso una ruptura definitiva con el pasado bajo el signo de la modernidad, del dinamismo, de la mquina 96;
96 Reproducimos los pasajes del Manifiesto de Marinetti que resultan ms significativos en nuestro contexto: C.. .] 4) Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido con una belleza nueva: la belleza de la velocidad. Un automvil de carreras con su cap adornado con grandes tubos parecidos a serpientes de hlito explosivo ..., un automvil rugiente, que parece correr bajo los estampidos de la metralla, es ms bello que la Victoria de Samotracia. [ . . .] 10) Nosotros queremos destruir los museos, las bibliotecas, las academias de todo tipo, y combatir contra el moralismo, el feminismo y contra toda vileza oportunista o utilitaria. 11) Nosotros cantaremos a las grandes multitudes agitadas por el trabajo, por el placer o por la rebelin; cantaremos a las mareas multicolores y polifnicas de las revoluciones en las capitales modernas; cantaremos al vibrante fervor nocturno de los arsenales y los astilleros, incendiados por violen-
otros manifiestos -en los que las negaciones prevalecen, por contenido y claridad, sobre las afirmaciones positivasintroducen el programa del movimiento en los diversos campos de la actividad artstica (Manifiesto. de los phtores futuristas de 1910, Manifiesto de los msicos futuristas de 1911, etc.). La resonancia internacional del futurismo es inme,diata, y no solamente por la intensa labor de propaganda desarrollada por Marinetti, sino tambin porque las atrayentes tesis del movimiento estimulan con efectos diversos las expectativas y las insatisfacciones de los estratos intelectuales europeos. A la Rusia zarista llegan ya los impulsos del futurismo entre 1909 y 1910, con algunos ar-
tas lunas elctricas; a las estaciones voraces, devoradoras de serpientes humeantes; a las fbricas, colgadas de las nubes por los hilos retorcidos de sus humos; a los puentes que parecen gimnastas gigantes a caballo de los ros, relampagueantes al sol con brillo de cuchillos; a los buques arriesgados que husmean el horizonte; a las locomotoras de amplia coraza que trepidan sobre las vas, como enormes caballos de acero embrdados con tubos, y al vuelo centelleante de los aeroplanos, cuyas hlices rugen al viento como banderas y parecen aplaudir como una muchedumbre entusiasta. Cit. en M. De Micheli: Le avanguardie artstiche del Novecento, Miln, 1966, pgs. 370-71.
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Figs. 168 y 169. U. Boccioni, Bottiglia-Tavola (1912); C. Carri, Dipinto parolibero (1915).
tculos publicados en peridicos de opinin; en su viaje del ao 14 a Mosc y Leningrado, Marinetti ser objeto de una acogida no demasiado favorable, pero tambin es cierto que al da siguiente de la Revolucin de Octubre, Maiakovski se mostrar dispuesto a reconocer elementos afines en el plano de la bsqueda esttica entre las vanguardias soviticas y el futurismo italiano, aunque sea negando todo paralelismo ideolgico. Ecos de las bsquedas y las afirmaciones de los futuristas se volvern a hallar filtrados en la obra y en la potica de una parte de la vanguardia europea en los aos a caballo de la guerra, desde De Stijl a Mendelsohn, a Le Corbusier. En Italia, el epicentro de la actividad futurista se identifica con Miln donde trabajan Boccioni y CarrA (figs. 168-169), sede de esa burguesa empresarial exponente de un capitalismo avanzado, que no duda en proclamarse decididamente intervencionista (y los futuristas afirman, por boca de Carra, que el
burgus favorable a la guerra es, ciertamente, ms revolucionario que el denominado revolucionario neu tralis ta) 97; en Florencia, tras speras divergencias iniciales, Soffici se convierte en 1912 81 futurismo, arrastrando luego consigo, poco a poco, al grupo de Lacerba. Pero los futuristas operan un poco en todas las ciudades mayores italianas, convocando al pblico a una serie de citas provocadoras (las veladas futuristaw), que dan ocasin, entre violentas disputas, a la lectura
97 En este clima maduran, junto a las polmicas antiburguesas, la fraseologa expeditiva y efectista y los temas ideolgicos que recoger a manos llenas el fascismo, a la bsqueda de su propio origen cultural y terico (el racismo, el antisocialismo, la guerra como acto quirrgico, el nacionalismo). Los escritos de algunos de los mximos artistas futuristas, como puede ser el caso del ensayo Pittura Scultura futuvista, publicado por Boccioni en 1914, o del librito Guerrapittura, publicado por Carri en 1915, rebosan de tales elementos ideolgicos y expresivos que el futurismo ofrece a la revolucin fascista.
de manifiestos y de textos poticos, a ejecuciones musicales y a exposiciones de obras plsticas. El tema de la ciudad, empleado ya en el manifiesto marinettiano como ejemplar paradigma de dos civilizaciones en oposicin, vuelve a aparecer en seguida en los escritos y en las invectivas de los futuristas, como objeto polmico expresivo de los valores burgueses consolidados por la tradicin. Clebre se hizo, y ha seguido sindolo, el discurso de Papini contra Roma -pronunciado en febrero de 1913 en el teatro Constanzi, entre clamores indescriptibles, silbidos y risas en la sala-, que resume en una cida requisitoria, al nivel de la pillera histrinica, algunos de los motivos ms vlidos de crtica ya desarrollados por el radicalismo laico de fin de siglo contra el conformismo oficial, la retrica acadmica y los manidos clichs del provincianisPapini dedica otros mo romntico tardo
98 NO esperis que yo suelte ahora una especie de canto provinciano de amor por el alma de la ciudad de la que partieron las guilas imperiales a la conquista del mundo y donde quedaron de guardia los gansos. Muy al contrario. Desde hace muchsimos aos siento por Roma una repulsin que en ciertos momentos casi Llega al odio. No por Roma ciudad, entendmonos, que tiene plazas y edificaciones bellsimas, sino por lo que Roma representa en el pensamiento, en el arte y en la historia de Italia [...l. Hoy, tras cuarenta y tres aos de acicalamiento, todava no han sabido hacer de este santuario catlico y nacional una verdadera ciudad moderna. Hoy, la Italia de Cavour venida a Roma no ha sabido hacer otra cosa que erigir en la piazza Venezia esa chapucera clsica y barroca que es el monumento al rey Vctor Manuel, ese enorme urinario de lujo que abraza dentro de sus columnatas blancas a un bombero dorado y a una multitud de estatuas banales hasta la imbecilidad, y ha plantado junto al Tber ese Palacio de Justicia en el que tan slo ha sido grande la rapacidad de los contratistas. Quin me desmentir si declaro que Roma ha sido siempre, espiritualmente hablando, una estretenida? Esta ciudad que es todo pasado, en sus ruinas, en sus plazas, en sus iglesias; esta ciudad saqueadora que atrae como una ramera y que contagia a sus amantes la peste del arqueologismo crnico, es el smbolo peligroso de todo lo que en Italia obstaculiza el resurgir de una mentalidad nueva y original. Aqu, en Roma, se congregan, como en propio terre-
dos discursos, .respectivamente, a Florencia y a Venecia, consideradas, junto con Roma, como cunas institucionales del pasadismo (de Venecia, definida por Apollinaire como el sexo femenino de Europa, los futuristas querran hacer una ciudad industrial y militar, que pueda dominar el mar Adritico, gran mar italiano) Desde 1914 entre las filas de los futuristas milita tambin un arquitecto, Antonio Sant2Elia (1888-1916), perteneciente ya al grupo milans Nuove Tendenze, no muy alejado de la influencia del movimiento de Marinetti; en la primera exposicin de arte del grupo Nuove Tendenze, celebrada en Miln en mayo de aquel ao, Sant'Elia expone 16 dibujos, junto a otros tres de su colega Mario Chiattone, haciendo que vayan precedidos de un prefacio programtico (el Mensaje sobre la arquitectura). En cuanto a su formacin estilstica, Sant'Elia ha partido de un eclecticismo convencional (chotelito moderno de 1911, publicado en ila revista Le case popolari e la citth giardino; villa realizada en las inmediaciones d e Como), para orientarse .luego hacia una elaboracin del lenguaje expresivo prxima a los secesionistas vieneses (diseos para el cementerio de Monza d e 1912, para la estacin central de Miln, para la Caja de Ahorros de Verona) o hacia la inspiracin directa en las obras d e Olbrich (sede de la Societi dei commessi, en Como, de 1913-11914).Sin embargo, en los dibujos presentados a la exposicin de .Miln estas influencias aparecen
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no abonado, todas las academias de todos los pases; aqu han venido a inspirarse todos aquellos que no saben ver ms bellezas que la de las ruinas y las galeras; hacia aqu miran todos los restauradores de las cosas muertas: del imperio, de la iglesia, del clasicismo. G. Papini: Esperienza f uturista, Florencia, 1919, pgs. 67-69. 99 La cita es del manifiesto Contro Venezia passatista, escrito en abril de 1910 par Marinetti, Boccioni, Carrh y Russolo. Cfr. M. Drudi Gambillo y T. Fiori (eds.): Archivi del futurismo, Roma, 195862, pg. 19. Vase tambin, en esa misma obra, pgina 23, el Manifeste futuriste contre Montmartre, de A. F. Mac Delmare y Marinetti.
Figs. - 170-175. Antonio Sant'Elia: central elctrica, tres dibujos de la CittA Nuova (1914), proyectos de un hangar para aeronaves y de una central elctrica.
Figs. 176 y 177. M. Chiattone, construcciones para un metrpoli moderna (1914) y catedral (1914).
ya decantadas y preparan su adhesin al futurismo, marcada por la publicacin, en agosto de 1914, en la revista Lacerba, del Manifiesto de la arquitectura futurista. Sant'Elia, ya en el Mensaje, se pronuncia por un rechazo tajante de toda forma de renovacin epidrmica de la prctica de la arquitectura, afirmando, en cambio, que el momento histrico presente, con sus conquistas tecnolgicas (el perfeccionamiento de los medios mecnicos, el empleo racional y cientfico de los materiales), excluye una posterior rotacin de modas estilsticas e impone con la fuerza de los hechos la necesidad de recomenzar desde el principio. En el Manifiesto estas mismas argumentaciones resultan ms estrechamente conexas con la terminologa enftica del fu turismo, mediante interpolaciones y sugerencias de Marinetti. Los casi 250 dibujos dejados por Sant'Elia (figs. 170-175), realizados en pocos meses de trabajo (en julio de 1915 se alista como voluntario y muere en accin de guerra al ao siguiente), desarrollan las formas y los contenidos de la Ciudad Nueva, con particular re-
ferencia a los equipamientos tecnolgicos de gran escala (estaciones, aeroes taciones, hangares, silos, fbricas, catedrales, puentes, etc., adems de grandes edificios verticales de viviendas u oficinas). En una tensin lineal simplificada, en el nfasis vertical de los volmenes, en los cuerpos oblicuos y elpticos, se reabsorben las consonancias con el clima figurativo del secesionismo tardo y del expresionismo, en una adhesin a esa esttica de la dinmica a la que se demanda la carga destructiva enunciada por el manifiesto, no sin que se advierta, sin embargo, la exigencia de un control positivo sobre la forma de la metrpoli, de ndole totalmente opuesta a las confusas y desordenadas improvisaciones verbales marinettianas. Por otra parte, los proyectos elaborados por Sant'Elia terminan por eludir la problemtica de la ciudad contempornea y la misma indagacin de las potencialidades de las nuevas tecnologas, ofrecindonos tan slo de tales aspectos un aura pictrica distante, o bien singulares prefiguraciones iconolgicas. Como se ha sealado en ms de una ocasin
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-por vez primera, por Robert van't Hoff, en el comentario a un dibujo aparecido en la revista De Stijl en 1919-, Sant'Elia no nos ha dejado una planta o una seccin transversal de sus edificios, ni siquiera un modelo general de su Citti Nuova: la red de las intercomunicaciones en altura y en superficie es, evidentemente, el presupuesto y el mdulo-forma de la invencin tipolgica, y sin embargo las directrices horizontales parecen cortarse sin contacto, contrayendo las imgenes en la visin esttica de fragmentos autnomos . La enigmtica inconclusin de estas indagaciones dar llugar a las inconsistentes discusiones de los aos del fascismo, en que se har de Sant'Elia un precursor de las invenciones del Movimiento Moderno y en particular de Le Corbusier, o por el contrario, un combatiente proto-fascista por la cau-
sa de una arquitectura moderna nacional 'OD. En la lnea de Sant'Elia se mueve tambin Mario Chiattone, que se inspira inicialmente en un lenguaje figurativo lrico-expresionista, para arribar seguidamente a imgenes de una compostura esttica prenovecentista; y que, sin embargo, tambin nos transmite, en algunos de sus dibujos, composiciones de conjunto realmente sugestivas y originales lo' (figuras 176-177).
'O0 Cfr. M. Drudi Gambillo y T. Fiori (eds.), op. cit.; U. Apollonio: Antonio Sant'Elia, Miln, 1958; L. Caramel y A. Longatti (eds.): Antonio Sant'Elia, Como, 1962. Vase adems el nmero de abril-mayo de 1971 de la revista Controspazio, dedicado al futurismo, y en particular M. De Micheli: L'ideologa politica del futurismo, y E. Crispolti: L'idea dell'architettura e dello spazio urbano nel futurisrno. 'O' Cfr. G. Veronesi: Disegni di Mario Chiattone, 1914-191 7, en Comuniti, marzo-abril de 1962.
Captulo 1 1
La arquitectura y el urbanismo
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templada con extrema sospecha por la burguesa conservadora y violentamente hostigada por el capital internacional. En Occidente, los profundos impulsos revolucionarios de las masas no son suficientes para constituir la base necesaria para la subversin de las estructuras existentes, a pesar de las sacudidas y crisis que se suceden en numerosos pases europeos. Alemania, en la ruina de la derrota, es escenario de una serie de revoluciones y de choques frecuentes en las ciudades ms importantes; en Finlandia se producen desrdenes y represiones; en Hungra tiene lugar la instauracin de un gobierno comunista con Bela Kun en 1919, seguido por la dictadura de Horthy; en Italia se suceden las huelgas y los duros conflictos laborales; en Bulgaria estalla una revolucin comunis ta en 1923, rpidamente sofocada. En los aos que siguen a la terminacin del conflicto, comunismo y socialdemocracia, en una lnea de ruptura que poco a poco va hacindose ms profunda, luchan por la supremaca en la mayora de los Estados europeos, a la bsqueda de nuevos equilibrios socioeconmicos, que no guarden relacin con la inadecuacin de las viejas estructuras. El sistema productivo, sometido a una aceleracin frentica en los Estados empeados en el conflicto, experimenta en la inmediata posguerra una dura paralizacin (empobrecimiento de los medios de produccin, retraccin de la demanda y del capital), agravada por la desmovilizacin, que coloca en el mercado de trabajo un excedente de millares y
rnillares de brazos. La reorganizacin subsiguiente tiene en cuenta, conforme a la ptica del capital, las experiencias de la economa de guerra puesta en prctica en Alemania por \Valter Rathenau, en Inglaterra por Lloyd George y en Francia por Albert Thomas, con formas de planificacin industrial concertada para hacer frente a la situacin de emergencia planteada. La reestructuracin del capital se lleva a cabo en el marco de las nuevas formaciones democrtico-nacionales -excepcin hecha de la Unin Soviticay bajo el signo de la supremaca de los Estados Unidos, que sacan provecho de la disgregacin y recomposicin del sistema econmico mundial, viniendo a sustituir, en su papel hegemnico, a los pases europeos que hasta entonces haban ocupado tal posicin. Estos ltimos, transformados en el mercado mundial de acreedores en deudores, tienen que hacer frente a sus nuevas condiciones de inferioridad recurriendo a nuevos emprstitos, limitaciones del consumo, gravosas polticas fiscales y elevacin de las tarifas aduaneras. El nuevo planteamiento de las relaciones econmicas internacionales, complicado por la restitucin de los prstamos blicos entre gobierno y gobierno y por la cuestin de las reparaciones impuestas a Alemania, hace que resulte muy precaria la misma recuperacin que tiene lugar en torno a 1924. Uno de los problemas ms inmediatos y de mayor alcance en el cuadro de la reconstruccin econmica y en el terreno de la planif icacin urbanstica viene constituido por la cuestin de la vivienda. A la grave insuficiencia existente ya antes de la guerra se aade ahora el acuciante aumento de la demanda en cantidad y en calidad, la destruccin de una parte del patrimonio edificativo, el peso de los desequilibrios y de los desplazamientos territoriales determinados por la produccin de guerra, la paralizacin de la industria de la construccin, la dificultad de reabsorcin de los desmovilizados y el aumento de los ndices de nupcialidad y de natalidad. En todos los pases, incluso en los que no han
sufrido destrucciones masivas, se agrava la relacin entre alquileres ( o costes medios de construccin) y salarios, disminuyendo la capacidad econmica de amplios estratos sociales para acceder al mercado libre de la vivienda. El sistema adoptado en una primera instancia por muchos gobiernos europeos para hacer frente a esta grave situacin -es decir, el bloqueo de los alquileres- tiene como consecuencia la retraccin de la oferta de capital privado (nada propenso, desde siempre, a la construccin de casas econmicas) incluso en el sector de la edificacin residencial de calidad media, y la concentracin de las inversiones en el mercado de lujo, que queda excluido de la poltica de imposicin de precios mximos. La cuestin de la vivienda se plantea ahora a gran escala en todos los pases industrializados y con elevados niveles de urbanizacin, con una importancia antes desconocida incluso para las clases medias, y en conexin con la demanda de ms amplios consumos urbanos. Planos econmicos para la construccin de viviendas de bajo coste forman parte de los programas polticos de los partidos socialistas o laboristas que acceden al poder; en casi todos los pases se crean o se potencian organismos y entidades competentes especficamente en materia de edificacin, se ponen a punto programas financieros de apoyo en este campo a los entes pblicos y a los mismos particulares, y se fomenta la inversin del ahorro en el bien-casa. Es una prueba de realismo por parte de los gobiernos burgueses, por ms que falte toda voluntad de socializar la produccin, y los esfuerzos realizados se declaran coherentes con el objetivo de recuperacin econmica, por el estmulo que ejercen sobre diversos sectores de la industria, y con la finalidad de conseguir una estabilidad poltica, por el freno que suponen frente a la desocupacin y por el impulso que dan a la posibilidad de acceso a la propiedad de la vivienda por parte de las capas sociales econmicamente ms dbiles. Al colocar en primer plano estos aspectos de la situacin de los aos veinte no se pre-
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tende ofrecer una interpretacin unidireccional y simplificada de vicisitudes complejas y dramticas, a travs de las cuales se realizan mutaciones de gran alcance incluso a nivel de la organizacin territorial y urbana, que todava estn, en parte, por estudiar, en su interdependencia con la evolucin de los sistemas econmicos y polticos; sino ms bien anticipar la relevancia que tiene un campo de intereses que sigue siendo trmino de confrontacin prioritario de las elaboraciones que aqu debemos considerar y que es el nico sector en el que se consigue, al menos en parte, operar de modo concreto. En la arquitectura de la casa y en el problema planteado por una demanda social masiva es donde las investigaciones y las intuiciones de los aos preblicos -la alternativa a la ciudad decimonnica estudiada por los urbanistas, la cuestin del producto en serie, las nuevas tecnologas puestas a punto por la industria, las indagaciones formales de los movimientos vanguardistas- pueden encontrar un terreno comn de experimentacin y de profunda renovacin. Sobre la vivienda, como elemento bsico concreto de la comunidad y de la ciudad del hombre, es sobre la que se proyectan, por parte sobre todo de los artistas, de los arquitectos y de los urbanistas, las esperanzas de una regeneracin y de un nuevo equilibrio social. La implicacin de la cultura occidental en el trauma social de la primera posguerra viene expresada por un dato comn a todas las manifestaciones creativas: la reaccin contra la guerra, contra los errores y los horrores de una sociedad injusta y sanguinaria. Incluso las corrientes que no ven otra alternativa que la de un ataque violento a las superestructuras culturales y a las instituciones de la sociedad burguesa -casi para completar las destrucciones materiales originadas por la guerra- actan tambin conforme a una especfica intencionalidad tica y social del arte: incluso cuando, llevando al extremo las actitudes ms radicales del irracionalismo y la espontaneidad de los aos de guerra,
proponen como objeto de su propia actividad la angustia de la destruccin, el caos, el naufragio de la razn. A nuestro lado de esta vertiente, una parte ms consistente de la cultura europea sustancia, en cambio, su propio compromiso tico y poltico en torno a una actitud aconstructiva, al trabajo concreto de recomposicin de los procesos productivos, a una nueva definicin de tareas y cometidos, y a la formulacin de programas, en un panorama que se presenta muy rico en articulaciones, oposiciones y tangencias. La primera consecuencia de esta voluntaddeber de reconstruccin tica de la sociedad civil consiste en que el rea histrica que constituye su sujeto y su objeto ya no es el individuo, sino la colectividad (la comunidad, el pueblo, las masas; las fuerzas del trabajo), con la que se inicia un dilogo, segn la tradicin de un cierto socialismo humanista: y todo ello, si bien desplaza el papel del artista y de sus prestaciones, lo expone tambin a despiadadas contradicciones, que pueden resumirse en el dilema entre individualidad y sociedad orgnica, entre divisin del trabajo y superacin de la misma. En segundo lugar, el orden nuevo, el horizonte futuro de la sociedad renovada, no puede brotar ms que de la colaboracin y de la sntesis de las actividades productivas del hombre. Este es un punto que no puede dejar de dar lugar a actitudes diversas, porque trae a colacin la relacin entre arte e industria, entre produccin artstica y produccin econmica, entre papel creador del artista y presencia de la mquina. La relacin a instaurar entre el papel del trabajo intelectual y el binomio mquina-industria constituye, efectivamente, uno de los nudos conflictivos ms agudos de la cultura positiva de la posguerra: en un mbito amplio del pensamiento europeo permanece viva la urgencia de abrir un proceso a la civilizacin industrial del capitalismo, que a travs de la crtica del tecnicismo se traduce en un programa de recuperacin de valores comunitarios, populares o populistas, con el re torno nostlgico al corporativismo
y a la cooperacin, o bien con la aspiracin a un orden clsico y tradicional, concebido como me ta-historicidad preburguesa. La mquina no solamente va ms all de toda responsabilidad moral y puede convertirse en instrumento de opresin y de dominio (como lo han demostrado cumplidamente los acontecimientos de la guerra), sino que puede tambin paralizar y anular el impulso individual, expropiando al hombre de sus valores y al operador artstico de su cometido de depositario de la sntesis, de su papel de fovnz-giver, llamado a la direccin de la vida social. Pero, por otra parte, la mquina se presenta bajo el aspecto de sirena tentadora, generosa en promesas y certidumbres: representa la ecuacin ms econmica entre fines y medios, y por lo tanto est en condiciones de proporcionar una respuesta adecuada a la sociedad del gran nmero, ofrecindose como factor de igualitarismo en la compaginacin que ha de darse entre necesidades y productos; y no slo esto, sino que la mquina es tambin un formidable agente de renovacin del patrimonio formal, que propone su propia esttica, expresada, mediatizada o mitigada por las experiencias de la vanguardia, y recuperable como lenguaje y, quiz tambin, como valor; la mquina, en fin, remite directamente, por su propia naturaleza, por su racionalidad, a la ciencia y a la dignidad de la teora. Por qu no pensar en una mquina-produccin concorde con las formas existentes de produccin conforme a un orden racional, aplicada al modelo de las necesidades de la sociedad humana, sometida a la funcin-gua del arte o, en sentido ms lato, a un proyecto humanstico intencionado? Estos son algunos de los temas centrales en torno a los cuales gira la parte ms viva del pensamiento de la posguerra en la Europa central, con mayor tensin en los pases lacerados por las consecuencias de la derrota militar, y en la Unin Sovitica, en una situacin en la que la subversin poltica propone ya un campo de gran potencial abierto a la intervencin y a la experimentacin con vis-
tas a la realizacin de la sociedad socialista. Para llevar a trmino este proyecto no existe un nico camino. Tratando de clasificar las formas de valoracin del trabajo intelectual respecto de la produccin, Manfredo Tafuri ha identificado tres tendencias operantes en los aos veinte: junto al proyecto de los formalistas, que reconocen la relativa autonoma del trabajo intelectual y optan por revolucionar el lenguaje dejando sin prejuzgar los trminos de su empleo, los surrealistas, por el contrario, identifican el trabajo intelectual con la intervencin poltica directa. Para crear un puente entre estas dos actitudes contrapuestas aparecen los artistas constructivistas, los arquitectos de las administraciones socialdemcratas y de las centrales sindicales de la Repblica de Weimar, y los proyectos de transformacin de las ciudades elaborados por Le Corbusier l .
l a [ . . . 1 donde el formalismo -y con l las vanguardias abstractas, en todos los sectores de la comunicacin visual y literaria- se configuran como esci~elade trabajo sobre el lenguaje, el surrealismo -y con l todas las vanguardias comprometidastiende a plantearse como intervencin poltica toutcourt. Dicho en otras palabras: nos encontramos ante dos tendencias que se perpetuarn, hasta hoy, siguiendo dos direcciones diversas y complementarias: 1) De un lado est el trabajo intelectual que se reconoce a s mismo, esencialmente, como trabajo, no susceptible, pues, precisamente, de referencia a un movimiento revolucionario; la autonoma de tal trabajo se reconoce explcitamente como relativa: solamente el destinatario poltico o econmico ser el que pueda dictar un sentido a las elaboraciones de las disciplinas intelectuales; 2) De otro lado est el trabajo intelectual que se niega a s mismo como tal y se plantea como pura ideologia; que aspira a sustituir a la organizacin poltica, o a celebrarla o criticarla desde dentro. Siempre, de cualquier modo, con el objetivo de salir del trabajo productivo y de situarse frente a ste como su conciencia crtica. Se plantea, pues, el problema de la mediacin entre estas dos actitudes. Este es el gran tema de Benjamin, del arte y de la arquitectura constructiva, de las tcnicas de gestin socialdemcrata de la ciudad, de las utopas urbansticas de la cultura centroeuropea de los aos treinta. M. Tafuri: Progetto e utopa, Bari, 1973, pgs. 62-63. Vase tambin, a este propsito, del mismo autor: Teorie e storia dellJarchitettura, Bari, 1968.
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Este es, precisamente, el sector que ocupar mayormente nuestra atencin en los epgrafes siguientes, a travs de una rpida sntesis de las contribuciones ms importantes del pensamiento centroeuropeo, mientras que, por razones de economa de exposicin, remitiremos a algunos de los Captulos sucesivos tanto el examen de los movimientos de vanguardia en la Unin Sovitica como la referencia a las aportaciones ms marginales de los dems pases occidentales '. Pero antes de seguir adelante parece oportuno tambin que tratemos de completar el cuadro histrico general en el que se inscriben, sobre todo en la segunda mitad de los veinte aos de entreguerras, las problemticas urbanas, para esclarecer desde ahora las dificultades evidentes, de nat,uraleza econmica y poltica, que se oponen a una aplicacin ms difundida de los renovados horizontes metodolgicos madurados en los aos veinte. Si se examinan, antes incluso que las vicisitudes de la arquitectura y del urbanismo, los acontecimientos polticos y econmicos comprendidos en los dos decenios que mePueden indicarse ya algunos de los textos generales correspondientes al perodo que consideramos, que debemos aadir a los ya sealados en el Captulo anterior: J. M. Richards: A n Introduction t o Moderr~ Architecture, Londres, 1940 (trad. italiana, Bolonia, 1966); S. Giedion: Space, Time and Architecture, Cambridge, Mass., 1949 (traduccin italiana, Miln, 1954); A. Whittick: European Architecture of Twentieth Century, Londres, 1950-53; J . Joedicke: Geschichte der moderner Architektur, Stuttgart, 1958 (trad. italiana, Florencia, 1960); R. Banham: Theory and Design in the First Machine Age, Londres, 1960 (trad. italiana, Bolonia, 1970); V. Scully: Modern Architecture, Nueva York, 1961 (trad. italiana, Miln, 1963); G. C. Argan: Progetto e destino, Turn, 1965; P. Collins: Changing Ideals in Modern Architecture, Londres, 1965 (trad. italiana, M.iln, 1972); M. Ragon: Histoire mondiale de l'architecture et de l'urbanisme moderne, Tournai, 1972 (trad. italiana, Roma, 1974); D. Sharp: A V i sual History o/ Twentieth Century Architecture, Norwich, 1972. Para los manifiestos y programa, vase U. Conrads: Programme und Manifeste zur Architektur des 20. Jahrhunderts, Berln, 1964 (trad. italiana, Florencia, 1970).
dian entre ambas guerras mundiales, nos percataremos de que en casi todos los pases del mundo occidental este lapso de tiempo puede distribuirse, con toda razn, en dos fases distintas, que tienen su punto de articulacin en torno a 1930. Ciertamente que cuanto ocurre en el plano poltico en algunos pases, por ejemplo en Italia y Checoslovaquia, o en Francia, no puede encajarse fcilmente en este esquema; pero en otros pases, en cambio, el punto de inflexin, 1930, va seguido de mutaciones bastante imprevistas de la situacin interior: la toma del poder por Hitler en Alemania, el perodo staliniano en la Unin Sovitica, la misma crisis del laborismo en Inglaterra, la administracin demcrata en los Estados Unidos. En el plano econmico, esta valoracin resulta, en cambio, por lo general, ms pertinente. La gran crisis del 29 demuestra la incapacidad del sistema econmico liberal para prevenir el desempleo a gran escala, la mala distribucin de la renta y la insatisfaccin de las necesidades de una amplia masa de personas, y todo ello incluso en presencia de altos niveles de desarrollo tecnolgico; y la crisis envuelve en un proceso de profunda revisin a las estructuras econmicas y productivas, modificando sus tancialmente el papel atribuido al Estado. En los Estados Unidos, donde repentinamente se derrumba el andamiaje del laissez-faive, arrastrando tambin en su cada la imagen del Estado como espectador y tutor impasible del equilibrio que se realiza a travs del mercado, se abre el camino a la reestructuracin capitalista por medio de una serie de instrumentos institucionalizables, surgidos de las duras necesidades impuestas por una situacin de emergencia, pero aplicados y mantenidos con pragmtica determinacin, en funcin de un modelo de desarrollo distinto; en Inglaterra, un economista genial, John Maynard Keynes -atento crtico ya de la actitud anacrnica, desde el punto de vista econmico, mantenida en la Conferencia de Versalles por las naciones occidentales a la hora de organizar
General Theovy of Employment, Intevest and Money (1936), consigue formular no solamente nuevas teoras sobre los factores y la dinmica del desarrollo econmico, sino tambin, y al propio tiempo, el mismo papel que corresponde desempear a los poderes pblicos en el equilibrio del Estado capitalista. En Rusia, entre el 28 y el 32, entra en funcin el primer plan quinquenal, centrado en la reorganizacin de algunos sectores industriales bsicos destinados, sobre todo, a producir precisamente bienes de produccin; estos objetivos vuelven a proponerse tambin por el segundo plan ( 1933-37), aunque equilibrados por una mayor atencin al suministro de bienes de consumo. En Alemania la solucin de la crisis, a la luz del nuevo curso de los acontecimientos polticos, se efecta dentro de las estrechas mallas de la ideologa del nazismo y sobre la base de una racionalizacin de la produccin con vistas a la preparacin blica. Pero tambin en otros pases, incluso donde la experiencia del liberalismo quiz est an lejos de haber agotado todas sus capacidades potenciales, encuentra cada vez mayor crdito el inters por un modelo de desarrollo fundado en una planificacin nacional concertada, con una marcada acentuacin del papel intervencionista del Estado, y en la divisin internacional del trabajo '. Por otra parte, las estrategias que surgen de la crisis -para la superacin de la depresin y, ms en general, para asegurar el control de las fluctuaciones de la economa a corto y a largo plazo- desplazan todo el inters de los gobiernos hacia los niveles macroeconmicos dependientes de la gestin pblica (formacin de la renta nacional, inversiones) y hacia los instrumentos de poltica monetaria. Con Keynes tiene lugar un giro importante en el pensamiento econmico,
A este propsito, cfr. R. Mariani: L'rdine nuouo e l'economa del grande spazio, en I1 Mulino, marzo-abril de 1975.
echndose abajo la vieja concepcin del equilibrio que haba de buscarse por medio de polticas deflacionistas, en favor de una revitalizacin de los consumos y de la actividad empresarial a travs de la intervencin pblica y de la financiacin en dficit; la teora del tipo de inters se convierte en instrumento sensible y refinado. Dentro de este panorama puede explicarse el declive de las perspectivas abiertas por las investigaciones ms avanzadas de la arquitectura y del urbanismo de los aos veinte. La importancia del cadre de uie, el inters concedido a los aspectos ms destacados de la poltica de la vivienda y de la ciudad, aparecen ahora subordinados dentro de los objetivos y prioridades de los programas en curso: los costes de la reproduccin de la fuerza de trabajo, uno de los factores histricos de la cada tendencia1 de la tasa del beneficio, se reducen a nuevas dimensiones o se ponen en funcin del arreglo de la crisis (el sector de la edificacin entra en juego como pura cantidad, como elemento de la dinmica del sistema); el desarrollo urbano cuenta tan slo como una variable del ndice de desarrollo de todo el ciclo econmico; el territorio resulta relevante en funcin de la accesibilidad-distribucin de los recursos a gran escala, ms all del proceso atomizado de las decisiones de localizacin espacial. De hecho, en muchos pases desde antes de 1930, con el progresivo deterioro de la situacin econmica y poltica, pierde fuerza o se interrumpe del todo la experimentacin en el campo de la arquitectura y del urbanismo que haba caracterizado al decenio precedente, tanto en los pases occidentales europeos como en la Unin Sovitica. En los Estados Unidos pueden aislarse algunas expresiones ciertamente singulares en el terreno del housing, que, sin embargo, si se ponen en relacin con las decisivas intervenciones llevadas a cabo sobre las instituciones del Estado, revelan su funcin francamente demostrativa o de propaganda frente a la opinin pblica -bastante ms del propio Estado como sujeto activo de la gestin, que
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de renovadas opciones en el campo de la planificacin de las ciudades- y el peso totalmente insignificante que tienen en el plano cuantitativo. En conjunto, las aplicaciones ms felices en el sector de la planificacin urbana tienen lugar en pases, como Holanda y Escandinavia, donde -no por casualidadgobierna la socialdemocracia hasta el comienzo del segundo conflicto mundial, consiguiendo reducir la conflictividad social en el marco de una sociedad capitalista del bienestar, pero tambin, en definitiva, actuando en condiciones muy particulares, que no pueden reproducirse en otras partes.
2.
a)
En el terreno cultural de principios de nuestro siglo, tan rico en solicitaciones fecundas, experimentan un marcado impulso en Holanda las orientaciones que cobran cuerpo durante los ltimos aos de guerra en torno a las revistas Wendingen y De Stijl. Ambos movimientos se apoyan, en cierto modo, en la difcil enseanza de Berlage ', si bien los arquitectos del primero de dichos grupos se muestran interesados por desarrollar algunos elementos formales de sus investigaciones arquitectnicas, mientras que los artistas del grupo De Stijl, partiendo ms bien de algunas afirmaciones tericas del maestro, abren un campo de experimentacin que se intenta situar en una posicin de explcita ruptura con las actitudes operativas tradicionales y con las formas del pasado.
Sobre Berlage, cfr. J. Gratama: Dr. H. P. Berlage, Rotterdam, 1925; J . Havelaer: Dr. H. P. Berlage, Amsterdam, 1922; P. Singelenberg: Berlage, Amsterdam, 1969, y del mismo autor: Berlage, Idea and Style, Amsterdam, 1971. Algunos artculos de Berlage en G. Grassi: Immdgine di Berlage, en d a sabella, nm. 249, 1961.
Los arquitectos que se encuentran al frente de de la revista Wendingen -Michel Klerk, P. L. Kramer, H. T. Wijdeveld, J. M. van der Mey y, algo ms marginalmente, M. Staal-Kropholler- aparecen ms directamente vinculados a las experiencias preblicas, que enriquecen ahora integrando en ellas aportaciones formales que cabe referir a la persistente influencia de F. L1. Wright (sobre cuya obra la revista publica numerosos artculos e incluso un volumen fuera de serie; fig. 178)) a los estudios de E. Mendelsohn (que se mantiene en contacto con Wijdeveld y que es invitado a profesar una conferencia en Amsterdam) y a la misma influencia del neoplasticismo. El campo de aplicacin favorito es el de la edificacin residencial, caracterizada por el empleo de materiales simples y por la utilizacin de un estilo a la vez popular y refinado, rico en invenciones plsticas y en hbiles variaciones formales, que dan la impresin de ser modeladas una por una en el curso de la construccin (de aqu que no deba sorprendernos que las realizaciones de la Escuela de Amsterdam susciten algunas crticas por las licencias individualista~que se juzgan por algunos costosas e inadecuadas, como en el caso de la barriada de Spaarndam, por lo que respecta a los alojamientos populares). De la obra de los maestros de Wendingen se desprende la apasionada bsqueda de un escenario urbano en el que la impetuosa individualidad corp6rea de los edificios concretos se componga en una coralidad persuasiva y coloquial (figuras 179-180); lo que constituye la contribucin ms significativa de los proyectos de conjunto a escala urbana estudiados para Amsterdam por Theo van der Wijdeveld: el plan de racionalizacin y expansin de 1919 (figs. 181-182) y la ordenacin prevista para un gran complejo teatral (Groote Volkstheater) que habra alterado, de realizarse, toda una zona de Amsterdam, haciendo desaparecer gran parte del Vondelpark, transformado en majestuoso paseo de acceso al teatro, flanqueado por edificios de treinta pisos en forma de carena de buque (fig. 183).
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Tras la muerte de De Klerk, acaecida el ao 23, declina la poca creativa de la Escuela de Amsterdam, para cerrarse despus rpidamente con el transcurso de pocos aos ms 5. El movimiento De Stijl se funda en Laren, en 1917, por un grupo de artistas entre los que se cuentan los pintores Theo van Doesburg, Piet Mondrian y Bart van der Leck, y lo sarquitectos J. J. P. Oud, Robert van't Hoff y Jan Wils; en ese mismo ao ve la luz en Leyden la revista del mismo nombre, que muy pronto abre sus pginas a una colaboracin internacional muy cualificada (figura 184). A pesar de los influjos de las doctrinas espiritualistas y teosficas de que parten algunos de los protagonistas de De Stijl, los primeros manifiestos programticos del movimiento (de 1919, 1920 y 1921) ponen en claro su neta oposicin al individualismo artstico de los romnticos y a su mundo figurativo: la superacin del arte como representacin debe llevarse a cabo no solamente a travs de la sustitucin de las formas naturales por las formas geomtricas, sino tambin mediante la bsqueda de principios objetivos de determinacin y unificacin del espacio segn leyes creativas derivadas de un principio constante. En relacin con el proceso de conocimiento abierto por tales premisas, la expresin subjetiva se reputa descarriada, y efectivamente el neoplasticismo -que es la frmula sinttica que define el campo de indagacin del grupo- apunta a la unidad de la produccin artstica segn un mtodo compositivo de inflexible rigor formal, en el que se pretende racionalizar los principios expuestos por el cubismo a la luz de la nueva visin de un mundo denominado por la presencia de la mquina (la mquina -afirma van Doesburg- es la espiritualizacin de un organismo e induce a
Una documentacin en G. Minnucci: L'abitazione moderna popolare in Olanda, Roma, 1926; y J. J. Vriend: The Amsterdam School, Amsterdam, 1970. Adems, G. Canela: L'epopea borghese della scuola di Amsterdam, en Casabela, abril-mayo de 1957.
una disciplina del espritu: una disciplina colectiva, que sepulta al antiguo individualismo). Mondrian, el exponente quiz ms representativo del movimiento, construye sobre sus telas, a travs de una bsqueda metdica, lmpidos equilibrios de campos cromticos y de particiones compositivas (fig. 185). Pero Mondrian advierte que el lugar de nacimiento del nuevo estilo, as como el destino-muerte de la obra de arte, estn en la metrpoli y, en su ensayo titulado Casa, calle, &dadJ proclamar precisamente al neoplasticismo como elemento constructivo de la metrpoli 6 . Con los estudios de descomposicin y ensambladura de planos realizados en 1920 por van Doesburg en colaboracin con van Eesteren, se traduce explcitamente al espacio, entre escultura y construccin, el proceso de abstraccin que lleva desde las formas naturales a las formas geomtricas, proceso abierto por Mondrian, con la acentuada reduccin a lo esencial de los elementos constitutivos de la arquitectura, es decir, los planos horizontales y verticales ( figs. 189-190). Los arquitectos tratan de traducir en realidad construible o construida los fundamentos de la indagacin, y si bien las casas de Robert van't Hoff, con sus evidentes sugerencias wrightianas, preceden en el tiempo a la constitucin del grupo De Stijl e incluso sirven para orientar las temticas de ste (fig. 191), las obras de Oud, de las que hablaremos ms adelante, s que recogen con extrema minuciosidad algunas de las indicaciones de fondo del movimiento. Por lo dems, casi todos los miembros del grupo De Stijl se muestran de acuerdo en atribuir a la arquitectura un
Sobre Mondrian, cfr. 0. Morisani: L'astrattismo di Piet Mondrian, Venecia, 1956 (con textos del autor); M. Seuphor: Piet Mondrian, Londres, 1957; C. L. Ragghianti: Mondrian e larte del X X s?colo, Miln, 1962; F. Menna: Molzdrian, cultura e poesia, Roma, 1962. Sobre van Doesburg, cfr. J. Balieu: Theo van Doesburg, Studio Vista, 1974. Y adems, B. Zevi: L'insegnamento critico di Theo van Doesburg, en Metron, febrero de 1952.
Se JMRQANO No. 6.
JUIYI 1Q22.
PROUN
Figs. 184-187. La produccin de De Stijl: una cubierta de la revista con un proun de El Lissitzky; P. Mondrian, dibujo del 28; T. van Doesburg, composicin en blanco y negro (1918); H. Richter, tres momentos de la composicin Schwer-Leicht.
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Figs. 188-190. G. van Tongerloo, composicin (1919); T. van Doesburg y C. van Eesteren, estudios para una casa (1923) y maqueta de la casa Rosenberg (1923).
Figs. 191-194. R. van't Hoff, villa en Huis ter Heide, 1916; G. Rietveld, but'aca rojo-azul (1918)) exterior e interior de la villa Schroder en Utrecht (1924).
papel central en el proceso de bsqueda y de individualizacin de las leyes de composicin del ambiente humano. Alrededor de 1921 el movimiento De Stijl -que nunca ha llegado a constituir una unidad orgnica de trabajo, a pesar de los esfuerzos de enlace entre sus diversos elementos realizados por van Doesburg- atraviesa una fase de reestructuracin. Abandonan el grupo van der Leck, van Tongerloo, van't Hoff, Wils, Kok, Huszar y el mismo Oud, que ya desde 1918 se encuentra absorbido por sus tareas profesionales como arquitectojefe de la ciudad de Rotterdam; el mismo Mondrian, que se retirar oficialmente del grupo el ao 25, reside en Pars desde 1919 y desde entonces ha dejado ya de ser miembro activo de la organizacin. Junto con Gerrit Rietveld, unido al grupo desde el 18, van Doesburg queda convertido en el ms importante lder del movimiento, del que entran a formar parte Cor van Eesteren, ganado en Weimar en el 23, el alemn Hans Richter, dos miembros del grupo G de Berln, Friedrich Kiesler y Warner Graeff, y, por un perodo breve aunque bastante significativo, el ruso El Lissitzky. La nueva fase del grupo se caracteriza sobre todo por la actividad internacional de van Doesburg, con sus viajes por Europa (Pars, Praga) y con sus contactos con los dadastas, con el grupo italiano Valori Plastici y con De Chirico, con los representantes de L'Effort Moderne de Pars y con los exponentes del grupo Sept Arts, de Victor Bourgeois, en Bruselas. En 1922, como consecuencia de la invitacin que le formula Gropius, tienen lugar los contactos de van Doesburg con la Bauhaus que marcan el punto de referencia de una influencia del neoplasticismo holands sobre la Escuela de Weimar, como lo prueba, entre otras cosas, la sucesiva publicacin en la coleccin de los Bauhausbcher, que dirigen Gropius y Moholy-Nagy, de tres pequeos volmenes redactados, respectivamente, por Mondrian, Oud y el mismo van Doesburg. En ese mismo ao tienen lugar tambin los intercambios ms fructferos con El Lissitzky,
verdadero agente de difusin en la Europa occidental de las investigaciones y trabajos desarrollados por los arquitectos soviticos; a este autor y a sus dibujos (los proun, objetos elementales, prototipos de una nueva esttica compositiva) se dedican dos nmeros de De Stijl en 1922. Precisamente con El Lissitzky firma tambin van Doesburg el Manifiesto Constructivista Internacional, que sin embargo no tiene consecuencias concretas en el plano organizativo, como ocurre en cambio con un nuevo manifiesto publicado en 1924 por van Doesburg, van Eesteren y Rietveld bajo el ttulo Vlers une construction collective, que no contiene en realidad elementos nuevos. En torno a 1925 la importancia de De Stijl va decayendo, si bien la revista sigue adelante con sus publicaciones hasta 1928 *. Entre los arquitectos que giran en torno a De Stijl las personalidades de mayor relieve son J. J. P. Oud, Cor van Eesteren y G. Rietveld. De los tres, Rietveld .es el nico que intenta, en sus obras arquitectnicas y en sus prototipos de mobiliario, una traduccin precisa, y casi didctica, del principio de la descomposicin de los planos formulado por van Doesburg: en la clebre butaca rojo-azul nos ofrece una composicin plenamente expuesta en su estructura, objetivada, imagen de una esencialidad casi matemtica (fig. 192), mientras que la casa Schrtidet, en trecht, proyectada el ao 24, constituye el ejemplo ms completo de arquitectura realizada, ntimamente (y casi escolsticamente) inspirada en los principios cannicos del movimiento (figs. 193-194). Van Eesteren, colaborador de van Doesburg en los estudios plsticos efectuados alrededor de 1920, es capaz ya en 1925, con su triunfante participacin en el concurso internacional para la ordenacin de la Unter den Linden, en Berln (en colaUna antologa de De Stijl puede verse en
H. L. C. Jaffe: De Stijl, Amsterdam, 1971; vase, adems, B. Zevi: Poetica dell'architettura neoplhtica, Turn, 1974. Sobre la obra de Rietveld, vase T. M. Brown: The Work of G. Rietveld, Utrecht, 1958.
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boracin, una vez ms, con van Doesburg), de ofrecernos una impecable composicin articulada de volmenes en una secuencia urbana, con un proyecto que, por muchos de sus aspectos, se nos presenta como uno de los ms densos en problemticas y anticipaciones de los que aparecen en los aos veinte '' (figs. 195-199); pocos aos ms tarde volveremos a encontrar a van Eesteren ocupando un puesto de gran responsabiildad, como arquitecto-jefe de ese plan de expansin de Amsterdam del 35 que constituye una etapa esencial -e incluso nica- de la planificacin urbana durante los dos decenios de entreguerras ". Oud, por su parte, aparece
lo En el proyecto de la Unter den Linden aparecen aludidos ya casi todos los .problemas que tendr que afrontar la arquitectura moderna siempre que trate de insertarse en un sector urbano altamente caracterizado como puede ser el de las zonas centrales de las grandes ciudades: la posibilidad o la necesidad de aceptar las grandes alineaciones viarias, la contraposicin formal con los edificios histricos que hay que salvar o que englobar en la nueva composicin, la ordenacin por grandes masas, identificada en volmenes simples y esenciales, integrados entre s conforme a dos o tres reglas elementales: cuerpo alto porticado contrapuesto a cuerpos bajos continuos, insercin de una torre como punto foca1 del sistema. Aparece aqu, en germen, todo el problema de las funciones escasamente individualizadas en las zonas centrales, para las que se asignan a los diversos edificios de la composicin de conjunto determinadas cantidades, cuya validez no viene dada por necesidades intrnsecas de este o de aquel edificio, sino por una relacin compositiva que afecta a una parte de la ciudad, de modo que expresndola se pretende influir sobre la transformacin de toda la ciudad. Esta es la raz del town design, de sus contradicciones y de sus posibilidades. Es el perfil que cuenta, con un destino genrico: los cuerpos bajos quedarn destinados, en su mayor parte, a las actividades comerciales (ms posibilidades de cambios en el interior de la edificacin, etc.); los bloques altos albergarn oficinas, que en su construccin ms al da exigen tambin una cantidad genricamente determinada de metros cuadrados. Unos y otros, con los pocos elementos compositivos considerados, modificarn el aspecto de la calle. C. Aymonino: LJabitazione razionale. Atti dei Congressi CIAM, 1929-1930, Padua, 1976, pgs. 43-44. l1 Cfr. R. Blijstra: C. Van Eesteren, Amsterdam, 1971.
ocupado ya desde 1918 en su labor de arquitecto de la ciudad de Rotterdam (puesto que ocupar hasta el ao 33)) lo que limita su colaboracin concreta con el grupo De Stijl; de todos modos, sus indagaciones formales, aun adaptndose a los principios del movimiento, recogen de ste, sobre todo, la exigencia de rigor geomtrico y de disciplina estilstica (figs. 200-202). Si se excepta su proyecto de fbrica del 19, bastante prximo a las anlogas investigaciones de van Doesburg, con su composicin libre y asimtrica y su dinamismo plstico, sus estudios para el ~trand-boulevardse orientan ya hacia esa temtica de la repeticin rtmica de unidades de base en complejos homogneos, resuelta por medio de un perfecto equilibrio de los elementos en juego, que ser desarrollada luego en los barrios de Rotterdam que se enfrentan con acuciantes problemas de costes y de suelo, y que ms tarde volver a ser adoptada en el Weissenhof de Stuttgart 12.
NIA: L.A S I T U A C I ~ N CULTURAL A PARTIR 1918 Y EL NACIMIENTO DE LA BAUY DE LOS HAUS;LA OBRA DE GROPIUS
ARQUITECTOS ALEMANES
Tras el hundimiento del Imperio y la disolucin de la sociedad guillermina, en una Alemania enseoreada por fermentos polticos radical'es y revolucionarios, los intelectuales de vanguardia, que han vivido las tensiones del perodo preblico y la tormenta de la guerra, se sienten movidos a redefinir el campo de los nuevos valores del arte y de su propio papel, para tratar de insertarse en el proceso de reconstruccin tica, social y
H. R. Hitchcock: J. J. P. Oud, Pars, 1931, y G. Veronesi: J. J. P. Oud, Miln, 1953. Sobre los
personajes, las realizaciones y el cuadro general de la actividad urbanstica en Holanda, indicamos desde ahora la obra fundamental de G. Fanelli: Architettura, edilizia, urbanistica. Olanda 1917-1940, Florencia, 1978.
" Sobre la
A R C W T K C T C. VAN E E O T L R E N
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Figs. 195-199. C. van Eesteren, la actividad urbanstica anterior al plan de Amsterdam: concurso para la ordenacin de la Unter den Linden, en Berln, axonometra, planimetra y alzado (1925); axonometra de un barrio de negocios (1927); concurso para edificacin del Rokin.
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Figs. 200-202. La investigacin de J. J. P. Oud: proyecto para una fbrica en Purmerend (1919); caf De Unie en Rotterdam (1922); proyecto de casas en serie en la playa (1917).
material del pas. El ansia por liberarse de la oscura consciencia del pasado en funcin de una palingnesis social puede quedar reflejada en la propuesta, plena de valor simblico, formulada por Hans Kampffmeyer en 1918 para la construccin de toda una ciudad como monumento a la recuperacin de la sociedad alemana, en lugar de tantos monumentos conmemorativos dedicados a los cados en el conflicto 13. En torno a 1918, en muchos centros de Alemania se forman grupos y asociaciones de artistas que se proponen establecer un enlace directo entre actividad potica y accin poltica: en Berln, algunos artistas dan vida al Arbeitsrat fr Kunst, otros se renen para formar el Novembergruppe; asociaciones parecidas se constituyen tambin en Munich (Arbeitsausschuss der bildenden Kunstler), en Francfort (Freier Bund zur Einbrgerung der bildenden Kunst), en Dsseldorf (Das junge Rheinland), en Bielefeld (Der Wurf).
l3 Cfr. H.Kampffmeyer: Friedenstadt. Ein Vorschlag f i r ein deutsches Kriegsdenkmal, Jena, 1918.
El centro ms dinmico de renovacin cultural es sin duda la ciudad de Berln. El Novembergruppe es una asociacin de intelectuales y artistas radicales, escritores, pintores, msicos y arquitectos (entre los que se cuentan Taut y Gropius), que se muestran a favor de ala unin con el pueblo, en la profunda revolucin poltica, social y moral que espera a la nueva Alemania. El Arbeitsrat fr Kunst, del que Walter Gropius es cofundador y despus, en 1919, incluso presidente, agrupa a pintores como Nolde, Feininger y Pechstein, escultores como Kolbe y Marks, arquitectos como Bruno Taut, Bartning, Hilberseimer, los hermanos Luckhardt y Mendelsohn, y el crtico Adolf Behne 14. El programa de la asociacin prev una arquitectura vinculada al pueblo, en funcin de la cual se delinea ya, a finales de 1918, por el arquitecto Otto Bartning, un proyecto de rel4 Respecto de la importacia de A. Behne, cfr. M. Franciscono, op. cit., y A. Behne: Der Moderne
Figs. 203-208. Las investigaciones de B. Taut: dos dibujos de su obra Alpine Architektur; una ilustracin sacada de Die Auflosung der Stadte; planta y perspectiva de un edificio de la Stadtkrone; y perspectiva del centro de la ciudad, de la obra D i e Stadtkrone.
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forma de la instruccin artesanal y artstica; pero para explicar el papel social de la nueva arquitectura muchos de los adheridos al Arbeitsrat adoptan, en sus escritos y en sus obras, smbolos y metforas de carcter visionario y utpico (como lo demuestra una exposicin del grupo celebrada en 1919), que recogen la herencia del movimiento expresionista anterior a la guerra, de reaccin frente a la aridez moral de la sociedad burguesa y de protesta contra su opresivo y humillante conformismo. La actividad del arquitecto Bruno Taut entre los aos 18 y 20 resulta perfectamente indicativa del clima ideolgico que se vive en estos aos, y ello, entre otras razones, porque el ardiente arrojo de sus convicciones no deja de ejercer una profunda influencia sobre un amplio sector del pensamiento alemn contemporneo, en un momento en que no solamente se manifiestan las ms libres expresiones fantsticas, sino en que cobran vida tambin iniciativas orientadas precisamente hacia los aspectos de la produccin artstica, como es el caso de la Bauhaus. En 1919, en su obra Alpine Architektur, Taut publica una serie de dibujos coloreados realizados en los dos aos anteriores (figs. 203204) que nos muestran su visin de una ciudad incontaminada que crece sobre los picos de una montaa encantada, proliferando las conexiones orgnicas o cristalinas 15. Un ao despus vuelve a estas temticas en una nueva serie de dibujos recogidos en Die Auflosung der Stdte para describir profticamente el paisaje de una Europa renacida, formada por comunidades urbanas difusas, dominadas por luminosas casas del pueblo de grandes superficies acristaladas, sobre el teln de fondo del paisaje esculpido propio de la arquitectura alpina l6 (fig. 205). El volumen DIe Stadtkrone, que completa en 1920 la triloga de las obras de Taut, ofrece elementos de mayor concrecin, como puede advertirse en
Taut: Alpine Architektur, Hagen, 1919. B. Taut: Die Auflosung der Stadte, etc., Hagen, 1920.
l-.
unos dibujos ya ms controlados que nos muestran un plano urbano caracterizado por una emergencia foca1 de edificios comunitarios dispuestos con arreglo a los dos ejes de un cuadriltero y coronados por una torre acristalada l7 (figs. 206-208). Pero si en esta ltima obra puede entreverse, quiz, una polmica ms directa respecto de la prctica urbanstica corriente c a r e n t e de toda cualidad emblemtica, de un centro, de una cconfiguracin-, el contenido ideolgico de fondo no cambia. Taut, a travs de otra metfora, alude tambin aqu a la estrecha conexin que existe entre expresiones urbanas y nueva civilizacin: la fraternidad entre los pueblos y la regeneracin espiritual de la comunidad orgnica del hombre, idealmente liberada de los egosmos y del peso de la propiedad privada, encuentran su expresin en la ciudad-catedral de cristal que proyecta hacia lo alto sus formas gtico-expresionistas, conciliacin de 10 singular y de la humanidad, resultado de una obra colectiva de ejecutores unidos bajo la direccin de un arquitecto demiurgo, intrprete del nuevo sistema de valores espirituales y materiales. La inspiracin de la obra de Taut en la posguerra arranca de los aos de la Werkbund y de sus contactos con Scheerbart 18, pero el nuevo momento poltico acenta ahora el mensaje proftico de sus palabras y el papel ideolgico-mesinico atribuido al operador artstico. Prximos a la literatura y a las imgenes de Taut trabajan de modo continuado en este mismo perodo -o bien se expresan de modo ms episdico- artistas como Obrist, como Finsterlin (con su Casa del arte de 1919-1920; figs. 209-210) 19, arquitectos como Poelzig (teatro de Berln, de
B. Taut: Die Stadtkrone, Jena, 1920. Sobre el papel de Scheerbart, cfr. U. Kultermann: Paul Scheerbart und die Architektur im 20. Jahrhrrndert, en Handbuch des Bauwesens 1963, Stuttgart, 1962. Para las influencias ejercidas sobre Taut, cfr. Frhlicht, 1920-1922, Miln, 1974. l9 Sobre Finsterlin, cfr. H. Finsterlin: Idea dell'architettura (Architektur in seiner Idee), ed. cuidada por F. Borsi, Florencia, 1969.
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1919: fig. 211; proyecto de un teatro para Salzburgo, de 1920-21: fig. 212; y escenografa para la pelcula El Golem de Paul Wegener), Luckhardt y Mendelsohn. Eric Mendelsohn ( 1887-1953), discpulo de Theodor Fischer en Munich, es autor, entre el 14 y el 19, de una serie de diseos de arquitecturas fantsticas a gran escala (figs. 2 13-2l5), en los que las reminiscencias futuristas se combinan con la potica expresionista, en el dinmico alargarse de los edificios horizontalmente, a lo largo de sus ejes longitudinales; la torre Einstein, construida por Mendelsohn en Potsdam entre 1919 y 1921, es la primera traduccin de estos estudios en una arquitectura concreta, con su plstica vigorosa en movimiento y la misma violencia llevada al material y a las tecnologas tradicionales con las que se realiza zo ( figs. 2 16217). En 1919 Walter Gropius es autorizado por el gobierno socialdemcrata de SajoniaWeimar para fundar en la capital de la Repblica una Escuela de educacin artstica y de proyecto, unificando las dos instituciones de este gnero existentes en la ciudad, la antigua Academia de bellas artes y la Escuela de artes aplicadas fundada por Henry van de Velde en 1903. La nueva Escuela unificada, que toma el nombre de Bauhaus [Das staatliche Bauhaus Weimar 1, hereda los locales de los otros dos institutos e incluso algunos miembros de sus respectivos claustros docentes. El punto de partida inicial de Gropius no es otro que el de conseguir un renacimiento de la profesionalidad artesana y una estrecha integracin entre artes menores, decoracin y arquitectura, en funcin de una renovacin,
20 Entre las obras de carcter general, U. Conrads y H. G. Sperlich: Phantastische Architektur, Stuttgart, 1960; F. Borsi y G. K. Koenig: Architettura dellJespressionismo, Gnova-Pars, 1967.
tanto metodolgica como formal, de la actividad de proyecto, que debe ponerse en contacto directo con las exigencias vitales de la sociedad. Es ste un dato del debate habitualmente planteado en Alemania, que desde tiempo atrs subraya el principio de la integracin de las artes en el producto arquitectnico ( y es tambin un postulado del Arbeitsrat fr Kunst, de cuyos objetivos puede convertirse la Bauhaus en instrumento didctico). La Bauhaus, comunidad de artistasartesanos, est concebida no slo como una especie de prefiguracin de la ms amplia comunidad ideal y orgnica de una sociedad que ha superado la divisin tcnica del trabajo (la oposicin entre trabajo intelectual y trabajo manual, que remite al conflicto histrico entre capital y trabajo), sino que aspira tambin a ser su polo formativo y directivo. El programa de Gropius comprende un vasto campo de intereses relacionados con la actividad de proyecto, desde las artes decorativas al artesanado, a los prototipos reproducibles: no se niega, en principio, el contacto con la industria, pero el acento cae marcadamente sobre la produccin artesanalZ1.La misma cubierta del primer opsculo
21 En el prlogo del programa de la Staatliche Bauhaus de abril del 19 se afirma, entre otras cosas: iTodos nosotros, arquitectos, escultores, pintores, debemos volver al artesanado! Porque no existe un "arte de profesin". No existe ninguna diferencia sustancial entre artista y artesano. El artista no es sino la potenciacin del artesano. En raros momentos de luz que trascienden de la voluntad del individuo, la gracia del cielo hace florecer por su mano, inconscientemente, el arte; pero en todo artista debe haber, para ello, una base de capacidad tcnica y artesanal. Aqu se encuentra el origen de la imaginacin creativa. iFormemos, pues, una nueva corporacin artesana sin aquella divisin de clases que quera erigir un muro arrogante entre artesanos y artistas! Nosotros, todos juntos, debemos querer, pensar y crear la nueva construccin del futuro, que ser nica en su estructura: arquitectura, es-
Figs. 209-217 (en la pgina opuesta). H. Finsterlin, idea para una casa del arte, planta y fachada (1919-20); H. Poelzig, Grosses Schauspielhaus, en Berln (reconstruccin, 1919), y proyecto para el Mozarteum de Salzburgo; E. Mendelsohn, tres dibujos, planta y vista de la Torre Einstein, en Potsdam (1920-21).
de propaganda de la Escuela, diseada por Lyonel Feininguer y realizada empleando la tcnica xilogrfica (fig. 218), confirma la adhesin a las orientaciones que prevalecen en los crculos berlineses, y en particular al Arbeitsrat fr Kunst, con un grabado que nos ofrece un claro eco de la imagen de una catedral gtica scheerbatiana. Por lo dems, Gropius, para la formacin del profesorado de la Bauhaus, acude en parte al grupo Der Sturm, es decir, a elementos que se sitan, ms o menos marcadamente, en la esfera de influencia del movimiento expresionista, y en parte al Novembergruppe y al Arbeitsrat fr Kunst, llamando en el 19 no slo a Feininger, sino tambin a Gerhard Marcks, y en el 20 a Georg Muche, Oskar Schlemmer y Paul Klee; mientras que, recordando sin duda sus anteriores contactos con el crculo viens de Alma Mahler, invita igualmente al pintor suizo Johannes Itten, fundador en la capital austraca de una escuela de arte independiente. Por otra parte, las elecciones que Gropius efecta indican su voluntad de excluir de la enseanza de la Escuela de Weimar a las tendencias ms radicales, empeadas en la participacin directa en el terreno del choque poltico, tendencia de Gropius que responde a la idea de garantizar la mxima autonoma e independencia a la investigacin y a la docencia. En el plano didctico las consecuencias del mtodo Bauhaus son muy importantes. La eliminacin de la divisin insti tucional entre produccin artesanal y produccin artstica comporta tambin el abandono de la distincin entre enseanza terica y actividad prctica: el conocimiento de la naturaleza de los materiales, capaz de desarrollar los sentidos
cultura y pintura, creadas por millares de manos de artesanos, ascendern hacia el cielo como smbolo cristalino de una nueva fe inminente. Ms adelante, en la exposicin del programa, se afirma que la Escuela est a la bsqueda de un contacto constante con los exponentes ms destacados del artesanado y de la industria de la regin. Cit. en Controspazio, nmero especial dedicado a la Bauhaus, abril-mayo de 1970, pgs. 116-17.
de la percepcin bio-psicolgica para alcanzar una sntesis cognoscitiva de pensamiento y trabajo, sustituye a la tradicin acadmica (figura 220); se lleva a los estudiantes a repensar los valores de las formas y de las funciones prescindiendo de las convenciones establecidas y dejando a un lado las inhibiciones derivadas de nociones apriorsticas; por ello, incluso la historia del arte, como historia de los estilos, es abolida, siendo sustituida por el conocimiento activo de los mtodos de trabajo y de las tcnicas en su evolucin histrica. Estos presupuestos fundamentales -que, fijados en el programa inicial, se mantienen luego durante todo el perodo de vida de la Bauhaus- se ponen en prctica ya en el curso preparatorio de la Escuela, el Vorkurs, organizado desde un principio por Itten ** y convertido despus en punto de convergencia y sntesis crtica de numerosas contribuciones. Al cabo de los seis meses que dura el Vorkurs, los estudiantes han de afrontar tres aos de estudios en una de las tcnicas productivas, para concluir su preparacin dedicndose a temas de proyeccin arquitectnica. Con el tiempo se ampla la oferta de cursos en artes aplicadas (tipografa) y en otros campos de la expresin artstica (escenografa, coreografa, fotografa). Artistas alemanes y extranjeros son invitados a dar conferencias y dirigir debates en la Escuela. La primera fase de actividad de la Bauhaus, aunque abierta a las experiencias de indagacin de diversas tendencias, aparece influida en gran parte por los temas del expresionismo. Itten, para estimular la capacidad creativa de sus alumnos, indica entre las fuentes de inspiracin a que puede acudirse la obra de los primitivos y de los msticos alemanes. Y el mismo Gropius, aunque con ei equilibrio que ser tpico de su magisterio docente y profesional dentro y fuera de la Bauhaus, se orienta entre los aos 21 y 22
Cfr. J. Itten: The Foundation Couvse at the Bauhaus, en Education of Vision, ed. preparada por G. Kepes, Nueva York, 1965.
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Figs. 218-220. La cubierta de L. Feininger para el primer programa de la Bauhaus (1919); el sello de la Bauhaus desde el 19 al 21; estudio de materiales en el Vorkurs bajo la direccin de J. Itten.
Figs. 221-226. W. Gropius, detalle de la casa Sommerfeld (1920)) el monumento a los cados de Marzo, planta y vista; maquetas de casas stndard realizadas en la Bauhaus (1921); vista y planta de la Haus am Horn (1923).
Figs. 227-231. P. Klee, Mecnica de un barrio urbano (1928) y Beride ciudad acutica (1927); V . Kandinsk~, En el cuadrado negro (1923); Moholy-Nagy, Z I I (1925); J. Albers, Fuga (1925).
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hacia investigaciones formales de tendencia expresionista (casa Sommerfeld, monumento a los cados de Marzo en Weimar; figs. 221223). Para Gropius, de todos modos, las indagaciones de la Bauhaus tienen como fin ltimo la arquitectura, y en tal sentido va precisndose su cometido docente: a falta de otras ocasiones de trabajo concreto, los grupos de estudio del instituto realizan en el 22 una serie de proyectos de edificacin residencial, que son exhibidos en una exposicin pblica 23 (fig. 224); y en el 23 se lleva a cabo un prototipo edificativo, el de una vivienda decorada y amueblada, que queda tambin abierto al pblico como exposicin permanente (Haus am Horn; figs. 225-226). Hacia 1923 la organizacin de la Bauhaus experimenta un giro, con la superacin, como se la ha llamado, de la fase romntica. Los cambios que se introducen tienen una de sus motivaciones en la confrontacin con las realizaciones e indagaciones que se desarrollan en el resto de Europa (la Maison Citrohan de Le Corbusier es conocida en Alemania ya desde el 21, mientras que en el 22 la presencia de van Doesburg en Weimar refuerza la influencia de la vanguardia holandesa). Pero se da tambin la exigencia, advertida por Gropius, de aproximar la experimentacin a ocasiones operativas ms concretas (en el momento en que est para cerrarse el perodo ms crtico de la economa alemana), recuperando ese contacto entre indagacin cientfica y produccin industrial que ya haba reclamado Muthesius en el seno de la Werkbund en 1914 y que haba permanecido en la sombra durante los primeros aos de actividad de la Bauhaus. Del mismo ensayo de Gropius del 23, titulado
Idee und Aufbau des staatlichen Bauhauses in Weimar '" que se centra en el planteaCfr. Stautliches Bauhaus in Weimar, Munich, 1923 (documentacin crtica de la primera exposicin de la Escuela). 34 Cfr. M. Gropius: Idee und Aufbau des staatlichen Bauhaus in Weimar, Munich, 1923, ampliamente citada en L. Benevolo: Storia dell'architettura moderna, cit., pgs. 456-58.
miento del mtodo didctico de la Escuela en esa fecha, surge con claridad la necesidad de buscar un equilibrio entre el mundo de la produccin y el mundo del proyecto, entre industria y sociedad, a travs de la mediacin profesional del tcnico y del arquitecto; se suelen indicar como antecedentes significativos de esta orientacin de la Bauhaus los artistas y los tericos que sobre estas fechas se presentan como pioneros de tal tendencia (Ruskin y Morris, van de Velde, Olbrich, Behrens) y el movimiento de la Deu tscher Werkbund. Los hechos ms importantes que acompaan a esta evolucin son el recambio del profesorado a partir del 23, el traslado de la Bauhaus a Dessau en el 24 y la construccin de su nueva sede entre el 25 y el 26, la publicacin de la serie de los Bauhausbiicher a partir del 25 y el inicio de relaciones ms orgnicas con la produccin industrial, en el marco de una concreta labor operativa. La renovacin del profesorado se verifica con la presencia de artistas como Kandinsky y Moholy-Nagy, y con la designacin de algunos docentes formados en la propia Escuela -entre los que pueden citarse a Marcel Breuer, Josef Albers y Herbert Bayer-, mientras se apartan de la docencia Itten y Gerhard Marcks. Albers y Moholy-Nagy sustituyen a Itten en el Vorkurs, en el que durante un breve perodo de tiempo colaboran tambin Klee y Kandinsky. Es sobre todo la obra de Klee, Kandinsky, MoholyNagy, Albers y Schlemmer la que viene a cualificar las investigaciones estticas de la Bauhaus. Paul Klee, encargado durante algn tiempo del Vorkurs y despus del curso de teora de la forma, prosigue sus estudios de definicin y construccin del espacio tridimensional, a travs de una serie de experiencias didcticas (figs. 227-228) que quedarn resumidas, en parte, en el ensayo titulado Paedagogisches Skizzenbuch, publicado el ao 26. Kandinsky, de regreso ya de su intensa actividad desarrollada en Mosc desde el final de la guerra hasta el ao 22, se
empea en anlogas indagaciones (fig. 229), si bien a un nivel superior de abstraccin (Punkt und Linie zu Flache, 1925). MoholyNagy (desde el 23) y Albers (desde el 25) renuevan el curso de iniciacin, liberndolo de las inclinaciones msticos-esotricas de 1tten y orientndolo hacia una investigacin ms rigurosa sobre la naturaleza de los materiales, sobre la funcin de la luz y sobre los principios formales de la composicin, desarrollada mediante el empleo de elementos diversos, desde el cartn a la madera, pasando por el aluminio, el vidrio, la chapa y el alambre (figs. 230-231); en particular, Moholy-Nagy, madurado en el seno del ala moderada del constructivismo, pero dinmicamente receptivo de experiencias diversas, juega un papel importante en la formacin estilstica de la Bauhaus madura y en la difusin de su planteamiento didctico, con su ensayo Von Material zu Architektur (publicado en la serie de los Bauhausbcher en 1929) Schlemmer, invitado en su condicin de escultor, se ocupa principalmente, no obstante, de las actividades teatrales, en una serie de aplicaciones de gran relieve, llevando las investigaciones de los distintos ateliers a confluir en el espacio plstico-visual del escenario y realizando, en cierto modo, esa colaboracin de las artes que Gropius destinaba idealmente a la construccin de la arquitectura y de la ciudad. En 1924, tras las agrias polmicas suscitadas por los ambientes tradicionalistas y reaccionarios de Weimar contra el profesorado y los estudiantes de la Escuela, y despus de la victoria de la derecha en las elecciones de febrero de ese ao para el Landtag de Turingia, Gropius decide el traslado de la Bauhaus a Dessau, en las cercanas de Berln, aceptando la invitacin recibida del alcalde von Hesse. En un primer momento la Bauhaus se aloja en locales provisionales, pero ya en el 25 se inicia la construccin de la nueva sede, proyectada por Gropius e
S. Moholy-Nagy: Moholy-Nagy. Experiment in Totality, Cambridge, Mass., 1969.
inaugurada en diciembre del siguiente ao (figs. 232-237). El edificio se presenta como un complejo unitario, pero articulado dinmicamente en volmenes correspondientes a las diversas funciones (las escuelas, los talleres y laboratorios, las oficinas administrativas, los ambientes de uso comn, el bloque de las habitaciones-estudio para los estudiantes), y constituye un ejemplo excepcional de composicin tridimensional, en el que los principios de la nueva arquitectura y sus cualidades de organizacin del espacio se manifiestan de manera evidente en el dosificado equilibrio de conjunto y en la misma insercin, inteligente y mesurada, de una solucin urbana, como sucede con el cuerpo en puente que identifica y distingue las dos partes funcionales de la edificacin y cualifica el paso a nivel del suelo. Las cuatro edificaciones destinadas a viviendas del director y los profesores de la Bauhaus surgen de la misma relacin con el ambiente exterior. En Dessau se inicia tambin, en 1925, un sistemtico renacimiento didctico y de difusin exterior de las experiencias de la Escuela, con la publicacin de la serie de los Bauhausbcher ( fig . 238), encabezada por el ensayo de Gropius Internationale Architektur y proseguida hasta 1932 con sucesivas contribuciones, con ttulos de autores como Klee, Mondrian, van Doesburg, Moholy-Nagy, Kandinsky, Oud y Malivich, entre otros, hasta un total de catorce obras
as La lista completa comprende: W. Gropius: Internationale Architektur, Munich, 1925; P. Klee: Paedagogisches Skizzenbuch, 1925; A. Meyer: Ein Versuchshaus des Bauhauses in Weimar, 1925 (sobre la Haus am Horn); O. Schlemmer: Die Bhne im Bauhaus, 1925; P. Mondrian: Neue Gestaltung, 1925; T . van Doesburg: Grundbegriffe der neuen gestaltenden Kunst, 1925; varios autores: Neue Arbeiten der Bauhauswerkstatten, 1926; L. MoholyNagy: Malerei, Photographie, Film, 1926; V . Kandinsky: Punkt und Linie zu Flache, 1926; J . J . P. Oud: Hollandische Architektur, 1926; A. Gleizes: Du Cubisme, 1928 (reimpresin); K. Malivich: Die gegenstandlose Welt, 1930; W . Gropius: Bauhausbauten in Dessau, 1931 (presentacin de la nueva
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En el traslado de la Escuela al suburbio industrial berlins de Dessau, Gropius ha entrevisto ciertamente la posibilidad de establecer contactos ms inmediatos y provechosos con el mundo de la produccin. Para Gropius, la frmula programtica arte y tcnica, una nueva unidad ha sustituido ya al binomio arte y pueblo que apareca en la base del primer manifiesto del Arbeitsrat fr Kunst, y en la Bauhaus se ha agotado ahora la actitud romntico-populista de los primeros aos weimarianos: se abre ya un ciclo fecundo de investigacin sobre modelos-prototipos, utilizables por la produccin en serie, para atender al conjunto de las necesidades de la vida cotidiana 27, desde el mobiliario de Breuer en tubo de acero 28 (fig. 239) a los objetos de Noholy-Nagy, pasando por los tejidos procedentes del atelier de Albers, las cuberteras, las vajillas, la tipografa y los affiches publicitarios. Algunos de estos prototipos son adquiridos por la industria para su produccin en serie, y
sede de la Bauhaus); L. Moholy-Nagy: Von Material ru Architektur, 1932. Otras obras anunciadas en su da -entre las que se cuentan un ensayo de Behne sobre la Unin Sovitica y trabajos de Kurt Schwitters, de Klee, de Le Corbusier, de Marinetti y de Prampolini- no llegaron a publicarse nunca. 27 Gropius, incluso a la luz de las investigaciones sucesivas, dir en el 35: En la medida en que constituye un modelo ms acabado que todos los prototipos de los que deriva, un stndard aceptado es siempre el formal denominador comn de todo un perodo. La unificacin de los componentes de la arquitectura debera contribuir a dar a nuestras ciudades esa homogeneidad saludable que es el signo, justamente, de una cultura urbana superior. Una prudente limitacin de algunos tipos stndard de edificios aumenta su calidad y disminuye su coste, elevando al proplo tiempo el nivel social de la poblacin en su conjunto [...l. La repeticin de elementos estandardizados y la utilizacin de materiales idnticos en los diversos edificios se traducirn, en nuestras ciudades, en una unidad y sobriedad parangonables a las que la uniformidad en el vestir ha introducido en la vida social. W. Gropius: The New Architecture and the Bauhaus, Londres, 1935, pgs. 39-40. * Sobre la obra de Breuer, vase P. Blake: Marcel Breuer Architect and Designer, Nueva . York, 1949.
de este modo los derechos de patente garantizan la entrada de nuevos fondos en la Escuela. La arquitectura, que corona el plan de estudios de la Escuela, se ensea en el estudio de Gropius: a partir de la composicin de elementos-tipo (Einzel-Raumkorper) para distimos grupos edificativos y diversas funciones, se va precisando un inters predominante por !os problemas de la residencia y de la composicin urbanstica en la perspectiva de la puesta a punto en el empleo de un nmero limitado de elementos stndard normalizados, de alto nivel tcnico y cualitativo y de bajo coste. En el sector de la edificacin residencial una primera experiencia prctica -con la que se presenta la posibilidad de aprovechar a una escala mayor las tcnicas perfiladas gracias a los proyectos de laboratorio (Haus am Horn) y las realizaciones aisladas de los alojamientos para los profesores de la Bauhaus- est constituida por la barriada Torten, en Dassau, cuya realizacin es encomendada a Gropius por la Reichsforchungsgesellschaft. En el complejo, formado por 3 16 unidades (figs. 240-242), terminado el 28 y amueblado en gran parte con los productos de serie de los propios talleres de la Bauhaus, se emplea un sistema constructivo a base de paneles prefabricados. Menos feliz es la solucin urbanstica, vinculada ya por la previsin inicial de casas unifamiliares con huerto-jardn, que Gropius no logra modificar. De aqu deriva una evidente descompensacin entre los tipos edificativos, cuidadosamente analizados, y la organizacin general, desarticulada y carente de fuerza; ni el ordenado recurso a la complementariedad entre una red de viales mayor y otra de servicio, ni la convergencia de la mayor hacia un ideal centro colectivo de la barriada, donde se levanta el edificio de tres plantas de la cooperativa, resultan suficientes para crear un riguroso principio de referencia para la organizacin de los elementos temticos. En 1928 Gropius decide dejar la Bauhaus para dedicar mayor esfuerzo al ejercicio de la profesin, tratando de poner en prctica
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INTERNATIONALE
ARCHITEKTUR
8" "O"..".,."..,
Figs. 232-237 (en la pgina opuesta). M. Gropius, la Bauhaus de Dessau: planimetra, vista de la maqueta, el paso superior entre los dos cuerpos o alas mayores, vista en escorzo, la fachada de vidrio corrida de los talleres y axonometra de las viviendas de los profesores. Figs. 238-242. La produccin de la Bauhaus: la primera y la ltima pgina del Bauhausbuch nm. 1, en presentacin preparada por L. Moholy-Nagy; la silla plegable de M. Breuer (1924-25); el conjunto residencial Torten, en Dessau (1926-28): planta, esquema axonomtrico de las casas del 28 y vista de la barriada con la cooperativa de consumo.
Figs. 243 y 244. H. Meyer, planta y vista de la escuela de la Federacin general de los sindicatos alemanes, en
las ideas maduradas en los ltimos aos de docencia. Sin embargo, sobre tal decisin pesan tambin los crecientes enfrentamientos con los estudiantes, que tienden a forzar las distintas instancias que Gropius ha sabido mantener tenazmente en equilibrio. El mismo Gropius indica, para que le suceda en la direccin de la Escuela, el nombre de Hannes Meyer, que ya trabaja en su seccin de arquitectura y que por su actitud de correcto racionalista -acreditada, entre otras cosas, por el reciente proyecto presentado al concurso para el palacio de la Sociedad de Naciones en Ginebra de 1926-27- le parece capaz de controlar las posiciones centrfugas manifestadas en el seno de la Bauhaus. Como director de la Bauhaus, Meyer trata de resolver las crecientes contradicciones, por una parte reforzando la enseanza tcnicocientfica de la arquitectura, reclutando para ello arquitectos como L. Hilberseimer, H . Brenner y M. Stam, y, por otra, optando por una nueva lnea poltica de relaciones directas con el mundo del trabajo, reclamada por los estudiantes de izquierdas. El proyecto de la escuela de Bernau ( 1928-1930; figuras 243-244), realizado en colaboracin con los estudiantes, en el que se tratan de precisar las nuevas modalidades de organizacin y de vida de una comunidad escolar, constituye una de las obras subsiguientes a los nuevos contactos establecidos con los sindicatos y las cooperativas obreras. No obstante, en el plano didctico, la actitud de Meyer, antittica respecto de cualquier experimento pedaggico del tipo de los plantea-
dos y desarrollados por Itten y por Albers, y simplificadora de las mismas tendencias de Gropius respecto de la arquitectura, lleva a la radicalizacin de los conflictos internos, a disensiones con Kandinsky - y - al abandono de Schlemmer, que se produce a continuacin del alejamiento de Bayer, de Breuer y de Moholy-Nagy; mientras que la nueva orientacin en la gestin de la Escuela -el estudio por cuadrillas verticales , la reduccin al mnimo de la seleccin, la organizacin poltica de los estudiantes comunistas- crea perplejidades y resentimientos en el claustro de profesores, y comienza a preocupar a las autoridades de Dessau, obligadas a desplegar toda su hostilidad para enfrentarse con la oposicin de los grupos reaccionarios, en medio de las difciles circunstancias generales que van preparando la cada de la Repblica de Weimar. La situacin interna de la Bauhaus se le escapa de las manos a Meyer, y a pesar de que l mismo, para salvar su posicin, dispone la disolucin de las clulas comunistas, en 1930 es relevado de su cargo, sin tan siquiera ser previamente consultado, por el burgomaestre Hesse, que lo sustituye en la direccin por Mies van der Rohe 29. La calculada eleccin como nuevo director de la Bauhaus de Mies van der Rohe, el autor del monumento a los mrtires espartaquistas, no sirve para calmar las aguas en la Escuela y, segn las palabras del propio Gro29 Sobre la obra de Meyer, vase F. Da1 Co (ed.): H. Meyer. Architettura o rivoluzione. Scritti 19211945, Padua, 1969.
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pius, es necesaria la ayuda de la polica para restablecer un mnimo de disciplina 30. Con el alejamiento de los estudiantes extremista~ puede reanudarse la actividad docente; la reorganizacin del curso de los estudios que se lleva a cabo bajo la direccin de Mies se sigue basando en la importancia atribuida a la seccin de arquitectura, en la que prosiguen las investigaciones tipolgicas, estructurales y formales sobre la edificacin, y en la que Hilberseimer va elaborando sus estudios sobre esquemas urbansticos seriados y tipificados a distintas escalas (proyecto terico para la transformacin de Dessau en ciudad lineal, de 1932). Pero, ante el creciente avance del nacionalsocialismo, los das de vida de la Bauhaus estn ya contados: el ao 32, cado el Consejo municipal de Dessau en manos de una mayora nazi, la Escuela se ve obligada a trasladarse a Berln, donde al ao siguiente es definitivamente disuelta. Como hemos de ver ms adelante, tal hecho es el resultado inevitable de la campaa de oposicin conservadora orquestada ya desde los tiempos de Weimar y constituye, al propio tiempo, el primer acto de depuracin por parte del nazismo de las expresiones de la cultura moderna en Alemania. En sus catorce aos de existencia, a travs de su formacin y evolucin, la Bauhaus desarrolla y difunde un patrimonio de proposiciones tericas, de conocimientos y de productos de diseo y proyecto que hacen de ella momento crucial de la civilizacin del siglo xx. La riqueza de esta produccin brota de la misma evolucin de la orientacin didctica de la Escuela, de sus mismos conflictos y de su dialctica cultural interna, as como de su capacidad para atraer y utilizar a algunos de los artistas ms representativos de la generacin que trabaja a caballo de la primera guerra mundial, y para orientar sus
En una carta fechada en noviembre de 1963, dirigida a T. Maldonado, de la que se da cuenta en Controspazio, nmero especial citado, pg. 106.
diversas contribuciones; a todos estos factores, junto a su labor constante de propaganda y difusin, a la influencia ejercida por la prestigiosa sede de Dessau, a la fama personal de Gropius y a sus mismas vicisitudes polticas 31, hasta el ostracismo de los conservadores y su supresin por parte de los nazis, se deben el xito de la Bauhaus y su creciente notoriedad. Y as, la idea de un espacio rectangular, modular, mensurable, que caracteriza gran parte de la arquitectura desde el ao 20 al 30, y las mismas expresiones formales de las obras realizadas, se identifican, generalizando y simplificando, con el estilo Bauhaus, por ms que tengan su origen en una pluralidad de centros de investigacin. El mismo partido nazi considerar inevitable golpear, ante todo, a la propia Bauhaus, en cuanto smbolo de las aspiraciones ms avanzadas de la sociedad moderna, convirtindola as en diana, en punto central, de un blanco ms amplio. Y si bien todas sus vicisitudes, analizadas atentamente, no nos ofrecen ahora una trayectoria simplificada y rectilnea, no deben tampoco determinar que coloquemos en un
31 La historia de la Bauhaus -se ha dichoes un drama en tres actos, como lo es la historia de Alemania a partir de la firma del tratado de Versalles y hasta el nombramiento de Hitler como canciller del Reich. El paralelismo es sorprendente y a duras penas se puede resistir la tentacin de establecer una relacin causal entre ambos procesos. He aqu las tres fases de la Bauhaus: 19191924/25: Weimar, la poca de Gropius, el expresionismo tardo y su conflicto con el naciente racionalismo; 1925-1930: Dessau, la poca de Gropius y de Meyer, la esperanza racionalista y su conflicto con los residuos de la fase precedente; 1930-1933: Dessau-Berln, la poca de Mies van der Rohe, el racionalismo y su conflicto con el incipiente irracionalismo. Las tres fases de Alemania son stas: 1919-1924: el caos, el desempleo, el asesinato poltico; 1925-1929130: la prosperidad engaosa del plan Dawes, de los crditos internacionales y de la racionalizacin industrial; 1930-1 933: de nuevo el caos, el paro y el asesinato poltico. T. Maldonado, en un artculo aparecido en la revista Ulm de septiembre de 1963, vuelto a publicar en el citado nmero especial monogrfico de la revista Controspazio, pgs. 103-04.
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segundo plano esas adquisiciones y logros fundamentales con los que la Bauhaus -a travs, ciertamente, de la obra de su fundador, incluso despus de la clausura de la Escuela- incide directamente en la cultura europea y occidental, en la teora y en la prctica de la arquitectura y del urbanismo. Las afirmaciones iniciales -el nexo entre enseanza terica y actividad, prctica, la relacin con el mundo del trabajo y sus tcnicas- se precisan en el momento en que se concreta y destaca la exigencia de la entrada de la arquitectura en el proceso productivo y en la economa de conjunto de la vida social. De aqu deriva la importancia atribuida a la relacin de equilibrio entre cualidad y cantidad, necesario en la produccin masiva en serie que comporta una aplicacin completamente distinta respecto de la tradicin de las energas y competencias tcnicoartsticas, llamadas a ejercitarse sobre la base de la puesta a punto y el perfeccionamiento de prototipos reproducibles en un nmero indefinido de ejemplares; y de aqu deriva tambin la continuidad de las experiencias de diseo que, superando las divisiones convencionales de mtodo y de valor entre objeto, mobiliario, arquitectura y urbanismo, abarcan el entero universo de los objetos, reconociendo no obstante los diversos niveles de formacin y de traduccin en realidades de las instancias consideradas (los distintos vencimientos, como dice Benevolo), que dependen de las variables circunstancias de las situaciones histricas especficas a.
32 Sobre la Bauhaus, cfr. W. Gropius: The New Architecture and the Bauhaus, cit.; H . Bayer, W. Gropius e 1. Gropius : Bauhaus 1919-1928, Nueva York, 1938; H.-M. Wingler: Das Bauhaus, 1919-1933, Weimar, Dessau, Berlin, Bramsche, 1962 (con la bibliografa ms completa existente sobre el tema); L. Hirschfeld-Mack: The Bauhaus. A n
La obra de Gropius, si bien no puede identificarse por entero con la Bauhaus, resulta, sin embargo, difcilmente separable de sta. Gropius es el alma y gua moral de la Escuela, en ella selecciona y ordena las contribuciones individuales hacia una decantacin de aportaciones divergentes, operando en el seno de un grupo de artistas y profesores orientado, en cualquier caso, a conseguir una revalorizacin de la autonoma del arte, pero por otro lado tampoco receloso frente a cuanto significa traduccin operativa de las investigaciones y experiencias. Uno de los legados ms importantes dejados por Gi,opius consiste precisamente en sus excepcionales dotes de maestro y de organizador de un trabajo colectivo, dotes que brotan de su conviccin de que es posible educar al individuo en funcin de las necesidades de la comunidad y, por tanto, de que en el campo disciplinar de la arquitectura es posible formar la nueva clase de tcnicos que sean capaces de renovar la produccin y de crear las condiciones precisas para el progreso de la vida asociada 33. El esfuerzo conIntroductory Suruey, Londres, 1963; L. Lang: Das Bauhaus 1919-1933. Idee und Wirklichkeit, Berln, 1965; W . Scheidig: Le Bauhaus de Weimar, 19191924, Leipzig, 1966; G. Naylor: The Bauhaus, Londres, 1968; varios autores: Ba'uhaus 1919-1929, Pars, 1969; M . Franciscono, op. cit. Vanse adems los nmeros especiales de las revistas LYArchitecture d'aujourd'hui, febrero de 1950, y Controspazio, cit. 33 Afirma Argan: Es imposible, en la historia de Gropius, separar el momento terico del momento creativo o del momento pedaggico: cada uno de sus edificios, de sus programas urbansticos, de sus intervenciones prcticas y, polmicas en favor de una renovacin radical de los mtodos productivos de la arquitectura y de las artes aplicadas, o en pro de una reforma de la enseanza formal, es a la vez formulacin terica, aplicacin prctica y acto creativo. Es un temperamento positivo, hoy se dira extrovertido, que quiere a toda costa actuar en el terreno concreto de lo contin-
Figs. 245-252 (en la pgina opuesta). W . Gropius y otros, planta del barrio Dammerstock en Karlsruhe; planta de la Siemensstadt, en Berln, y vista de los edificios proyectados por Gropius; W. Gropius, casa prefabricada ampliable, vista y plantas; estudios para la barriada de Spandau-Haselhorst, casa alta (axonometra y planta) y casa baja.
tinuo de sntesis, de reduccin de los vectores centrfugos respecto del ncleo racional de la investigacin aplicada, la oposicin a los extremismos de las vanguardias (ejemplificada por el progresivo distanciamiento de los temas del expresionismo y por las irreductibles divergencias con van Doesburg) y a los desequilibrios de la ecuacin entre cualidad-invencin y cantidad-stndard, tienen una consecutiva correspondencia en el rechazo de la implicacin poltica directa, condicin, segn Gropius, indispensable para hacer ms apremiante y eficaz el empeo cultural. Detrs de esta incapacidad de ilusin -como la define Argan-, detrs del rechazo de la adhesin pasional a los impulsos de un idealismo subjetivista y de una militancia poltica declarada, est la confianza humanista en la autoridad de la razn incorporada a los objetos, a la arquitectura y a la ciudad, para modificar la sociedad ordenndola. Los trabajos -o muchos de ellos- desarrollados en la prctica profesional de Gropius durante su permanencia en la Bauhaus y despus de salir de sta (concursos, proyectos, realizaciones), por ms que vengan determinados por las ocasiones concretas del encargo, tambin pueden considerarse como complementarios de su obra de terico y de maestro. Y en este sentido cabe considerar, sobre todo, los proyectos para los complejos residenciales de Dammerstock, en Karlsruhe
gente. Sabe que la estricta lgica formal encuentra, en la crisis de los valores de la historia, fuerza de ultima ratio; y si ninguna civilizacin es ya posible en funcin de principios estables, sino solamente en la claridad y en la firmeza de los actos, su aspiracin no es otra que la de operar en lo ms vivo de una situacin dada, con la oportunidad y la exactitud de una intervencin quirrgica. La racionalidad ya no es una gua o una luz que venga de lo alto, sino una tcnica infalible; la condicin que la justifica es la constatacin de la crisis, que es ante todo crisis del sentimiento; de aqu el continuo trnsito desde el puro racionalismo al puro pragmatismo, la sustancial identidad de proceso artstico y proceso crtico, de actividad creativa y de actividad didctica. G. C. Argan: Walter Gropius e la Bauhaus, Turn, 1951, pg. 12.
(1929), y de la Siemensstadt, en Berln (1929-30), as como los proyectos para Spandau-Haselhorst y para el Wannsee, en Berln, que no pueden considerarse desligados de la actividad de indagacin desarrollada en relacin con los CIAM. En el caso del barrio de la colina Dammerstock de Karlsruhe (fig. 245), cuyo proyecto se adjudica por concurso, Gropius invita a colaborar con l a los autores de algunas de las soluciones premiadas o ms destacadas, entre quienes se cuentan A. Fischer y O. Haesler; el proyecto definitivo aplica con continuidad la orientacin ptima respecto de la luz solar y la misma relacin entre viviendas y espacios exteriores; las variables introducidas en el tejido se refieren al empleo de bloques de edificacin de distintas alturas (de dos a cinco pisos) y a la posicin nodal de los edificios, que se disponen en los puntos de articulacin -al .contrario de lo que es normal en los suburbios self -con tained anglosajones-, como elementos concretos de enlace con la ciudad y como alusivas indicaciones de una extensin a sta del mismo principio de composicin espacial. Esta bsqueda de integracin con el tejido urbano, aunque precaria como consecuencia de las dimensiones limitadas de los nuevos asentamientos, se intenta tambin en el caso de la Siemensstadt, proyectada con la colaboracin de O. Bartning, F. Forbat, H . Haring, H . Henning y H. Scharoun (figs. 246247). Entre el 29 y el 3 1, siguiendo tambin la lnea de los intercambios de experiencias dentro y fuera de Alemania, Gropius profundiza sus estudios sobre tipologas edificativas, enlazando la indagacin experimental, en las alternativas que en ese momento constituyen uno de sus nudos problemticos, con una intervencin concreta. En 1929 presenta al concurso convocado para el proyecto de la barriada Spandau-Haselhorst de Berln una solucin basada en una gama de tipologas diversas (figs. 250-252), con casas que van desde una a doce plantas (es el tema que desarrollar despus, todava con una actitud
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Figs. 253-258. W. Gropius: casas lameliformes a orillas del Wannsee, vista axonomtrica, planta del sptimo piso y de la terraza de cubierta (1931); proyecto para una Academia de filosofa en Erlangen (1923); Oficina del trabajo, en Dessau (1928-29); Totaltheater proyectado para E. Piscator, axonometra (1926).
crticamente muy abierta,. en la reunin de los CIAM de Bruselas en el ao. 30); para el tipo de la casa alta se ponen a punto por vez primera bloques residenciales de once pisos servidos por ascensores y por pasos horizontales comunes. Ms tarde, en las casas de estructura de acero proyectadas a orillas del Wannsee (1931; dos bateras de ascensores y escaleras que sirven a viviendas de dimensiones superiores a la media), se dedica particular atencin a las plantas atpicas (piso bajo, con el lugar de aparcamiento de autos, el sptimo piso, con el restaurante y los jardines colgantes, y la terraza, con gimnasio y solarium), no sin dar acogida a algunas de las indicaciones ofrecidas por la insistente predicacin de Le Corbusier (figuras 253-255). A la tipologa de la casa de una planta (cuya legitimidad en situaciones particulares ha admitido Gropius en su intervencin de Bruselas) se dedican los estudios del 31 realizados para la Hirsch Kupfer un Messingwerke A. G. (figs. 248-249) con vistas al proyecto de una vivienda ampliable, basada en un sistema de construccin por elementos prefabricados (paneles de madera autoportantes revestidos exterior e interiormente). Junto a las realizaciones y a los proyectos de construcciones residenciales hay que considerar igualmente las propuestas de equipamientos atpicos, no ajenas a los temas generales de la indagacin sobre los ordenamientos urbanos M (figs. 256-258): las oficinas del trabajo construidas en Dessau (1928-29) y los proyectos para el teatro de Piscator (teaEl nfasis expresivo de estos edificios, con estructuras oblicuas, complejas y voluminosas, con elementos rotantes y fachadas con escaleras y rampas vistas, es sin duda complementario del rigor y de la simplicidad de la edificacin residencial, que se reduce a la repeticin de pocos tipos edificativos uniformemente orientados. Los edificios pblicos, de hecho, son los puntos principales de las ordenaciones urbanas, donde se concentran los valores singulares, representativos, expulsados del tejido residencial durante el proceso de normalizacin. L. Benevolo: Storia dell'architettura moderna, cit., pgina 559.
tro total, 1926) y para el teatro de Jrkov (1931) ". Cuando la Escuela de Gropius se traslada a Dessau, Berln es e1 centro de elaboracin ms fecundo de investigaciones arquitectnicas de toda Alemania, en el momento en que a los protagonistas ms jvenes de los movimientos intelectuales de los primeros aos de la posguerra se les ofrecen continuamente encargos profesionales pblicos y privados, que les llevan a medir sus fuerzas con los representantes de las generaciones ya consolidadas. El ao 25 se forma en Berln, para difundir los principios de la nueva arquitectura, el grupo Der Ring, integrado por arquitectos modernos de diversas tendencias (Gropius, Mies van der Rohe, Bruno y Max Taut, Erich Mendelsohn, los hermanos Luckhardt, Hans Scharoun, Poelzig, Bartning, Hilberseimer y otros): la asociacin -cuyo nombre viene a indicar explcitamente la idea de trabajo en comn, sin un lder y con exclusin de jerarquas internas- organiza en los aos siguientes algunas exposiciones, publica un ensayo de Taut y se encarga de la redaccin de una seccin de la revista Beuwelt; algunos de los miembros de Der Ring dan vida ms tarde a los CIAM, en unin de otros arquitectos europeos. Pero, de cualquier modo, aparte de los lazos profesionales y de las convergencias tcticas, el balance de estos aos se presenta muy articulado y contradictorio, marcado por una sutil dialctica -entre los distintos protagonistas y en el mismo seno de la evolucin personal de cada uno- cuyos trminos se explicitan, sobre todo, a travs de las obras proyectadas y ejecutadas, ms que mediante la confrontacin de las posiciones manifestadas. Para reconstituir ahora algunos de los elementos de esta situacin, aunque no sea ms que en
35 Respecto de la obra de Walter Gropius, adems de los trabajos ya citados sobre la Bauhaus, pueden verse: S. Giedion: Walter Gropius, Pars, 1931; G . C. Argan: Walter Gropius e la Bauhaus, cit.; H . Gilbert: The Synthetic Vision of Walter Gropius, Johannesburg, 1959.
Figs. 259-265. L. Mies van der Rohe: proyecto de rascacielos para la Friedrichstrasse, perspectiva y planta (1919); rascacielos en acero y vidrio, perspectiva y planta (1921); edificio de oficinas en hormign armado (1922); vista y planta de la casa rural de ladrillo (1923).
forma de sntesis simplificada, pueden servir las siguientes alusiones a la obra de algunos de los protagonistas ms destacados. Ludwig Mies van der Rohe (1886-1969), discpulo de Behrens antes de 1915, milita tambin en las asociaciones berlinesas de cuya tendencia avanzada (N~vember~ruppe, seccin de arquitectura dirige; grupo de la revista G), en estrecha relacin con las vanguardias europeas. Los proyectos para dos rascacielos en vidrio, preparados para la exposicin del Novembergruppe (1919, en la Friedrichstrasse, y 1921, sin localizacin precisa; figs. 259-262) aparecen influidos, aunque slo sea indirectamente, por la visin de Taut (la arquitectura de cristal), y el mismo
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Mies, en su presentacin en la revista Frhlicht, pone en relacin la novedad del diseo con las nuevas tcnicas adoptadas y con los principios estructurales empleados. En el sucesivo proyecto para un bloque de oficinas en hormign armado y cristal (fig. 263), la estructura es llevada a exhibirse provocativamente -una Maison Domino agigantada-, instaurando una relacin ambigua con la ciudad; ms tarde, en el 28, los fotomontajes fotogrficos para la composicin estudiada para la remodelacin de la Alexanderplatz (fig. 283) y para un edificio acristalado a construir en la Leipzigerstrasse, vuelven a indagar la presencia de la arquitectura en la metrpoli, y parecen proyectarse en un des-
Figs. 266-273. L. Hilberseimer: estudios para la ciudad vertical, axonometra y perspectiva; la transformacin de Dessau en ciudad lineal, situacin de hecho y proyecto (1932); estudios sobre densidades edificativas (192931); la reestructuracin de Chicago, dos fases intermedias del proceso, y esquema urbano general (ulterior
Figs. 274-278. E. Mendelsohn: el Berliner Tageblatt, vista y fachada (1922); grandes almacenes Cohen y Epstein, en Duisburg (1926); grandes almacenes Petersdorff, en Breslau (1927); la Columbushaus, en Berln (1931).
encantado y enigmtico enrarecimiento sobre el paisaje urbano, muy lejos del contemporneo criterio de un Behrens, de Scharoun o de los Luckhardt (figs. 281, 282 y 284)) o de la programtica y neutra serialidad de Hilberseimer (figs. 279-280). Entre el 23 y el 28 se comprenden los proyectos y las realizaciones de la casa rural de ladrillo (figuras 264-265) y de la casa rural en hormign armado, de las villas de Gben y Krefeld, del pequeo conjunto de casas populares de la Afrikanischerstrasse ( 1925), en un abandono o en una progresiva evasin de los modos neoplasticistas. Al proyectar el edificio realizado en la exposicin Weissenhof (organizada por la Werkbund en Stuttgart en 1927, de la que hablaremos ms adelante). Mies participa en una de las experiencias ms destacadas de la vanguardia, con un proyecto que si por una parte refleja uno de
los momentos ms significativos de su potica personal, por otra se adhiere tambin positivamente a los programas de indagacin desarrollados en Europa en el campo de la edificacin de masa 36. Ludwig Hilberseimer ( 1886-1967)) miembro ya del Novembergruppe y del grupo Der Ring, y profesor de la Bauhaus del 28 al 32, tambin se muestra atento desde los primeros aos de la posguerra a los temas de la gran ciudad. Sus estudios del perodo 1920-27 (manzana para el concurso convocado por la revista Bauwelt el ao 23, proyecto del 27 para la Hallesches Tor; figuras 279-280) encuentran un momento de coagulacin en el ensayo titulado GrobPara la obra de Mies, vase: P. Johnson: Mies van der Rohe, Nueva York, 1953; A. Drexler: Mies van deu Rohe, Nueva York, 1960.
de los edificios, a travs de una ordenacin de la ciudad existente por niveles sucesivos de transformacin a partir de las infraestructuras (la arteria de trfico, con sus ramificaciones, los edificios administrativos y comerciales, las zonas verdes), consideradas unitariamente como armazn portante de la ciudad y del campo, para constituir una estructura elsticamente dimensionable ( figs. 27 1-273). La simplificacin de la organizacin a su nivel tcnico-distributivo y la organizacin seriada eliminan toda presencia, incluso marginal, de la arquitectura a. Despus del ao 20 tambin a Eric Mendelsohn (1887-1953) se le ofrecen las primeras ocasiones profesionales importantes (la torre Einstein de Potsdam, punto de conclusin de las investigaciones desarrolladas durante los aos de guerra). Las obras sucesivas, que a partir del 25 le vienen aseguradas a Mendelsohn por sus vnculos con los grupos judos de la alta finanza -sobre todo por lo que respecta a los grandes almacenes realizados en varias de las mayores ciudades alemanas-, le enfrentan con los problemas de racionalizacin y flexibilidad de los edificios, resueltos con un mayor equilibrio compositivo entre el movimiento genrico de la invencin y la prolongada continuidad de las superficies horizontales, en una sntesis de gran efecto y de notable influencia sobre la arquitectura europea y americana de los aos comprendidos entre el 30 y el 40 (figs. 274278). En el concurso para la ordenacin de la Alexanderplatz, del 29, en el que triunfa Behrens, Mendelsohn nos ofrece un interior enteramente circular, proyectando el entorno
L. Hilberseimer: T h e New City, Chicago, 1944,
y T h e New Regional Pattern, Chicago, 1949. En
Figs. 279-284 (en la pgina opuesta). Las propuestas para Berln: L. Hilberseimer, proyecto para la Hellesches Tor (1927) y propuesta para la City (1930); P. B~hrens,un dibujo para la ordenacin de la Alexanderplatz (1929); H . Scharoun, ordenacin del rea de la Jaegerstrasse (1927); L. Mies van der Rohe, proyecto de reordenacin de la Alexanderplatz (1929); W. y H. Luckhardt, proyecto de reordenacin de la Alexanderplatz (1929).
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Figs. 285-288. H. Poelzig, sede administrativa de la IG-Farben, en Francfort (1928-31); H. y W. Luckhardt, casas en estructura de acero (1927); P. Behrens. fbrica de tabacos en Linz (1930-35); H. Scharoun, edificio de la Siemensstadt (1927).
de la plaza como una cortina continua de' edificios, adhirindose a la pica metropolitana del nuevo capitalismo alemn surgido de la crisis 39. Las arquitecturas de Mendelsohn son expresivas de una vivaz dialctica que lleva a la confrontacin entre las personalidades ms destacadas operantes en Alemania en los aos veinte y al anlisis de las nuevas problemticas abiertas por la Neue Sachlichkeit. Incluso los autores a la sazn ya confirmados, como Hans Poelzig y Peter Behrens, se hacen eco de las estimulaciones originadas por el nuevo clima cultural, aunque sin llegar
39 Sobre la obra de Mendelsohn, vanse: A. Whittick: Erich Mendelsohn, Londres, 1949; B. Zevi: Erich Mendelsohn, en Metron, nm. 49-50, 1954, y sobre todo, del mismo autor, Erich Mendelsohn, Opera completa. Architettura e immagini architettoniche, Miln, 1970; adems, S. King: The Drawings of Erich Mendelsohn, Berkeley, 1969.
nunca a adherirse a ellas en profundidad (vanse, del primero, el enorme complejo de la 1. G. Farben, en Francfort, de los aos 28-29, fig. 285, y la Haus des Rundfunks berlinesa, del 29, y del segundo la fbrica Hoechst, en Francfort, fig. 287); algunos de los ms jvenes que han pasado por las experiencias expresionistas, como Hans y Wassili Luckhardt (fig. 286), y sobre todo Hugo Hiring y Hans Scharoun, abandonan los elementos fantstico-utpicos de sus primeros proyectos, pero parecen reacios a eliminar toda raction potique de. sus obras de este perodo, e insertan en los planeamientos planimtricos y en las volumetras ahora codificadas, a menudo con indudable maestra, los rasgos polmicos de variaciones formales y de acentuaciones plsticas, en la mayor parte de los casos limitadas al tratamiento mural en superficie (bloques de la Siemensstadt de Haring y de Scharoun, fig. 288; edificios
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de viviendas de Scharoun en la exposicin de Breslau del 28-29) 40. En la lnea de profundizacin cientfica de las modalidades habitativas, en sus factores tanto dimensionales como cualitativos, y en relacin con las opciones econmicas asumidas por el gobierno socialdemcrata, se puede insertar la obra de Alexander Klein (18791961)) nacido en Odessa y ejerciente en Rusia hasta 1920, fecha en que se traslada a Berln. Klein lleva sobre sus espaldas una formacin eminentemente acadmica, que slo en parte consigue superar (fig. 289)) pero a partir de 1927 se siente atrado por las investigaciones sobre el problema de la vivienda, en el desempeo de su cargo de consejero para la edificacin en Berln, en el seno de la RFG (Reichsforschungsgesellschaft fr Wirtschaftlichkeit im Bau und Wohnungswesen, es decir, el organismo oficial estatal de investigacin sobre los problemas econmicos y constructivos de la edificacin residencial). Su mtodo de estudio, publicado en el 28, se basa en una recopilacin y catalogacin de tipos edificativos y en la elaboracin de series grficas comparativas. La definicin de algunos coeficientes de medida -Betteffect, efecto-lecho, relacin entre superficie cubierta y nmero de camas; Nutzeffect, efecto de utilizacin, relacin entre superficie til y superficie cubierta; Wohneffect, ndice de espacio habitable, relacin entre superficie de estar y de alcobas y superficie cubierta- proporciona los criterios valorativos de la eficiencia de prestacin de cada alojamiento. Las planimetras se ordenan despus para formar tablas sinpticas (fig. 290) en las que conforme a la abscisa varan el desarrollo de fachada y la profundidad del cuerpo de fbrica a igualdad de superficie, y conforme al eje de ordeCfr., sobre los hermanos Luckhardt: U. Kultermann: Wassili und Hans Luckhardt, Tubinga, 1958; sobre Haring: H. Lauterbach y J. Joedicke: Hugo Haring. Schriften, Entwurfe, Bauten, Stuttgart, 1965; sobre Scharoun: Varios autores: Scharoun, Roma, 1969.
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nadas la superficie y el desarrollo de fachada a igualdad de profundidad del cuerpo de fbrica (los ejemplos mejores se estima que son los que aparecen dispuestos siguiendo la diagonal de la tabla, puesto que corresponden a un mayor equilibrio de los factores distributivos y funcionales respecto de los costes). Otra serie de indagaciones desarrolladas por Klein, que podemos considerar como una aplicacin a la residencia de los principios del taylorismo, toman en consideracin la economa de los recorridos tpicos en el interior de la cdula edificativa, en relacin con las diversas funciones y con la disposicin y arreglo del mobiliario (figura 295). Tras llegar a estos resultados, Klein se propone recopilar y ordenar la enorme cosecha de observaciones recogidas en una Enciclopedia del urbanismo y la edificacin residencial, de la que tan slo se publica el primer volumen, del 34, con el ttulo Das Ein familienhaas-Sdtyp (La casa uni familiar del tipo orientado al Sur). De su actividad como proyectista en Alemania debe recordarse, sobre todo, la Gross-Siedlung de BadDiirrenberg, iniciada en las inmediaciones de Leipzig el ao 27 (figs. 29 1-294), con empleo de tipos de alojamiento diversos, de una o dos plantas, y superficies de solar variables, desde 41 a 85 metros cuadrados 41. Los experimentos llevados a cabo por Klein tienen mucho en comn con los estudios sobre topologa de la vivienda desarrollados por los arquitectos europeos partcipes en las sucesivas reuniones de los CIAM --como hemos de ver ms adelante-, con las investigaciones promovidas en Rusia por la OSA [Asociacin de arquitectos contemporneos] y por el Stroikom de la RSFSR [Comit para la edificacin, de la Repblica socialista federativa de los Soviets de Rusia], y con las
41 A. Klein: Das Einfamilienhaus-Sdtyp. Studien und Entwrfe mit grundstzlichen Betrachtungen, Stuttgart, 1934. Sobre la obra de Klein vase: M. Baffa Rivolta y A. Rossari (eds.): Alexander Klein. Lo studio delle piante e la progettazione degli spazi negli alloggi minimi. Scritti e progetti da1 1906 al 1957, Miln, 1975.
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investigaciones operativas planteadas en las administraciones ms comprometidas en la realizacin de programas de construccin de viviendas populares a nivel masivo (sobre todo Francfort, Hamburgo, Berln y Magdeburgo, en Alemania; Rotterdam, Amsterdam y Estocolmo, en el resto de Europa), tema del que nos ocuparemos en los Captulos siguientes.
El tema de la vivienda y de la ciudad domina todo el perodo de sesenta aos de actividad de Le Corbusier y constituye la elaboracin prcticamente exclusiva de los aos comprendidos entre 1920 y 1945: no solamente con los proyectos y las obras realizadas, sino tambin a travs de una serie de definiciones rigurosas, a veces unilaterales y dogmticas, a veces expresadas de manera provocativa, pero siempre concebidas para hacer surgir de la problemtica del presente -con ilimitada e inquebrantable fe en la razn, y en la racionalidad, del hombrelos elementos de un nuevo marco ambiental, sistemticamente controlado. Nacido en Suiza, en La Chaux-de-Fonds, en 1887, Charles Edouard Jeanneret (llamado Le Corbusier) desarrolla un periodo de apprentissage como diseador en el estudio de Perret entre 1908 y 1909; en 1910-11 se traslada a Alemania, donde seguramente tiene conocimiento del debate planteado sobre la arquitectura y sobre las artes aplicadas, y en torno a las ideas de Muthesius sobre la Typisierung. En Pars, al finalizar la guerra, Le Corbusier surge como figura de primer orden entre los artistas de vanguardia: de su militancia, junto a Amde Ozenfant, en el movimiento del Purismo es fruto el manifiesto Apres le Cubisme, redactado en 1918 con ocasin de una exposicin de los purist a ~ ;al ao siguiente Le Corbusier, tambin
con la colaboracin de Ozenfant y con la ayuda financiera de algunos industriales como Voisin y Pleyel, inicia la publicacin de la revista L 'Esprit Nouveau, abierta a diversas contribuciones, pero con exclusin de las posiciones tericas menos constructivas. El manifiesto purista es ya revelador de la actitud de Le Corbusier, incluso en un momento en que su inters aparece dirigido cn buena parte a la pintura (fig. 296); prueba de ello es el acento puesto sobre la compatibilidad entre arte y ciencia y sobre la investigacin en los dos campos de invariantes, ms que sobre hechos expresivos excepcionales y accidentales *'. Las pinturas de Le Corbusier de estos aos, a la bsqueda de cuna escala de formas elementales y de una escala paralela de colores sistemticos para que el artista pueda utilizar {(racionalmente estos medios clasificados, sondean el mundo de los objetos, desnudndolos de su materialidad para buscar en ellos principios universales, es decir, objetivos, que hagan posible en perspectiva el trnsito hacia un retorno a la funcin. Llevado al mundo de la produccin, esto significa serialidad ilimitada, derivada de prototipos de alto nivel cualitativo (los puristas aluden a una ley de la seleccin mecnica, anloga al principio darwiniano respecto de la naturaleza, segn la cual todo objeto, en su forma y en su prestacin, tiende a la mxima utilidad y economa). Dentro de tal ptica se sita tambin la labor crtica desarrollada conjuntamente con Ozenfant -aunque sea entre divergencias cada vez mayores de puntos de vista- desde las pginas de L'Esprit Nouveau, con la refrenada po4"El purismo no expresa variaciones, sino la invariante. La obra no debe ser accidental, excepcional, impresionista, inorgnica, contestataria ni pintoresca, sino, por el contrario, general, esttica, expresiva de lo invariable. A. Ozenfont y S. E. Jeanneret: Apr2s le Cubisme, Pars, 1918, pg. 59.
Figs. 289-295 (en la pgina opuesta). La obra de A. Klein: viviendas en Berln-Wilmersdorf; los estudios sobre tipologas edificativas; el barrio de Bad Drrenberg, junto a Leipzig, vista, planta y maqueta de una vivienda (hacia 1930); las investigaciones funcionales sobre el alojamiento.
Figs. 296-299. Le Corbusier: estudio para el cuadro Violon Vertical, 1922; el Partenn y el Delage Grand Sport, 1921 (de Vers une architecture); E. Freyssinet, hangar en Orly, 1916; G. Mattk Truco, la pista sobre la cubierta de los talleres de la Fiat en el Lingotto (1920-23).
lmica contra las vanguardias contemporneas y con las crticas dirigidas al cubismo, centradas en los resultados excesivamente personalistas de tales tendencias, y al grupo De Stijil, acusado de ir perdiendo la nocin de las formas concretas de los objetos. Le Corbusier se distancia tambin de la primera Bauhaus weimariana (aunque no dudar en defenderla con ocasin de los ataques que recibe la Escuela por parte del gobierno conservador de Turingia, e incluso dando cabida en su revista a un artculo de Gropius); muy duro es, en cambio, su rechazo de obras como el teatro de Poelzig para el Festival
de Salzburgo, o de los proyecto de Taut y de Finsterlin, a los que considera irracionales y populistas, anttesis de ese retorno a las reglas en el que Le Corbusier ve la nica posibilidad de salvacin para la civilizacin contempornea 43; entre los pocos edificios que le merecen una apreciacin positiva estn el hangar de Freyssinet en Orly y, sobre todo, el establecimiento industrial
43 ES significativa, en cambio, la publicacin en el 21 de un ensayo de M. Rathenau escrito en el 18. Cfr. W. Rathenau: Critique de l'esprit allemand, en L'Eprit Nouveau~,nm. 10, 1921.
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turins del Lingotto construido para la FIAT por el ingeniero Matte Truco (figs. 298-299). Estos son los aos en que Le Corbusier estudia el diseo de las mquinas semovientes -buques, automviles, aeroplanos-, los espacios habitables que la industria produce en gran nmero de ejemplares de serie: productos tecnolgicos en los que la analoga que puede establecerse con la vivienda (machine 2 habiter) no ha de entenderse mecnicamente al nivel de las modalidades de produccin, sino como expresin racional de una funcin exactamente definida, adems de ser categoras espaciales arquitectnicamente organizadas a la escala de lo colectivo 44. En el 23 Le Corbusier publica el primero de sus trabajos de difusin de sus ideas, con el ttulo Vers une architecture, obra de carcter fragmentario que, por lo dems, recoge en gran parte escritos anteriores del autor aparecidos en L'Esprit Nouveau, y en la que a lo largo de una rpida disgresin histrica, metodolgica y programtica, se pasa revista a los fenmenos de la arquitectura y de la ciudad. El recurso a la historia se utiliza para arrojar luz sobre los problemas contemporneos, para ver si es verdad que en cualquier poca vital de la humanidad el espritu nuevo, el signo de los tiempos, se ha caracterizado por expresiones creativas disciplinadas por una serie de normas invariantes (y una de estas invariantes es el empleo del ngulo recto). Del conjunto de los ensayos contenidos en el volumen y de su mismo y provocativo aparato ilustrativo -como en el polmico emparejamiento del Partenn con el auto Delage Grand Sport (fig. 297), y en la ltima ilustracin del libro, una pipa inglesa ofrecida al lector sin comentario alguno (pero que implcitamente se muestra como objeto llegado a la perfeccin de su forma44 G. Gresleri: Leggiamo L'Esprit Nouveau, en Parametro, septiembre-octubre de 1976, pgina 23. Todo el nmero est dedicado a un examen puntual de la revista. Cfr. adems R. Gabetti y C. M. Olmo: Le Corbusier e L'Esprit Nouveau, Turn, 1976.
funcin)surge la concepcin de una actividad de proyecto potencialmente resolutiva de todas las contradicciones de la sociedad, arraigada en la fe en el progreso cientfico y en la racionalidad industrial, extendida a todo el campo de los instrumentos del hombre. La obra tuvo gran resonancia, y se tradujo al alemn en el 26 y al ingls en el 27 45; entretanto, en el 25, con su nueva obra Urbanisme, Le Corbusier ha reanudado las temticas relativas a la ciudad, con una amplia ilustracin de sus proyectos coetneos. Su inters concreto por el proyecto, que se ha manifestado ya con el prototipo estructural de la Maison Domino del 14 y con la ejecucin de la villa de Chaux-de-Fonds del 17 (inspirada todava en las obras de Perret, y no inmune a los ecos acadmicos y a las impresiones tradas de la Werkbund de Colonia), encuentra confirmacin con la Maison Mono1 del 19, con la Maison Citrohan del 20 y con los immeubles-villas del 22. El prototipo de la Maison Domino, proyectado en el 14 y presentado como esqueleto de soportes de hormign armado y de tableros de piso enlazados por una escalera, proclama, no tanto la posibilidad de las nuevas tecnologas constructivas, como la renovacin de los mtodos de proyecto y de produccin. En una escansin planimtrica, estructural y espacial que nos coloca, en su extrema. esencialidad, ante dos niveles superpuestos y disponibles, definidos por un mdulo fijo (mientras un mdulo distinto determina el enlace vertical entre las dos plantas), la desnuda armazn de la Maison Domino hace vislumbrar la posibilidad de una concreta y cualificativa presencia de un uso y de una arquitectura, y al propio tiempo de
45 La traduccin alemana de Vers une architecture lleva por ttulo Kommende Architektur, Stuttgart, 1926; la inglesa el de Towards a New Architecture, Londres, 1927. Para. la primera traduccin italiana hay que esperar hasta 1973 (Miln). Para Urbanisme, cfr. The City of Tomorrow, Nueva York, 1927; Stadtebau, Stuttgart, 1929; Urbanistica, Miln, 1967.
Figs. 300-305. La estructura de la Maison. Domino, y ensamblaje del prototipo en un esquema de barrio; planta libre y posibles soluciones planimtricas.
Figs. 306-309. Planta y vista del pabelln de L'Esprit Nouveaufi; distribucin en alvolos de los immuebles-villas, axonometra.
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una colocacin en las coordenadas del espacio, ms amplio, de la ciudad (figs. 300-305). De estas posibilidades, las clulas de las casas Mono1 del 19 constituyen una posibilidad ms, y la Maison Citrohan del 20 una determinacin precisa, es decir, un prototipo reproducible con las tcnicas industriales de masa, al menos como montaje de elementos corrientes en el mercado tecnolgico (la referencia a una marca de automviles, la Citroen, es explcita). El modelo de la casa-estudio, tan comn en Pars en estos aos, especialmente en los ambientes artsticos frecuentados por Le Corbusier, se convierte en la maisonoz~til, la maison-type de posible aplicacin para la solucin de las necesidades residenciales a nivel masivo. El immeuble-villa, que lleva fecha del 22 y aparece inserto en la Ville contemporaine pour 3 millions d'habitants, consiste en una multiplicacin en sentido horizontal y vertical, para un complejo de 120 alojamientos, de una clula-espacio residencial (un tipo Citrohan modificado), segn un principio compositivo rico en desarrollos potenciales; pero este proyecto, en relacin con la dimensin asumida por la agregacin, experimenta tambin con algunos hechos innovadores de carcter colectivo, como la cubierta-solarium (figuras 308-309). Una clula del proyecto de edificios-villa del 22 est constituida por el pabelln que Le Corbusier presenta en la Exposition des Arts Dcoratifs del 25 en Pars 46 (figs. 306-307): y aqu la novedad de la propuesta (respecto de las construcciones acadmicas, pero tambin en relacin con otras de tendencias ms actuales, como el pabelln holands de J. F. Staal, realizado en el estilo de la escuela de Amsterdam, o como el pabelln austriaco de J. Hoffmann, o incluso como el extraordinario pabelln ruso de Mlnikov) est en la presentacin tan antidecorativa de una vivienda stndard, de un prototipo de vida domstica, definido
46 Para una resea de la Exposicin, cfr. R. Rapini: Le arti a Parigi nel 1925, en aArchitettura e arti decorative, abril de 1925 y enero de 1926.
hasta el menor detalle del mobiliario, constituido por objetos-tipo de serie (las sillas Thonet), para formar un ambiente homogneo, en una articulacin programtica con el espacio natural (el rbol que se deja crecer dentro de la arquitectura, que en su artificiosidad viene a ser metfora de un equilibriointegracin ms realista y complejo entre naturaleza y arquitectura que ha de realizarse a escala urbana). En el 26 Le Corbusier, en un escrito redactado conjuntamente con P. Jeanneret , enuncia los principios de la nueva arquitectura, los llamados cinco puntos, que comprenden los pilotis [pies derechos exentos en el piso bajo], las terrazas-jardn, la planta libre, el ventanal en longitud [fajas continuas de antepechos] y la fachada libre. Pero si los cinco puntos se aplican en primer lugar a la arquitectura, tambin se traducen estructuralmente en un tipo de ciudad diverso, excluyendo la insercin del edificio en las mallas bloqueadas en la metrpoli decimonnica: la ville Savoye, proyectada tres aos ms tarde (figs. 310-311), que es casi la automtica traduccin de los cinco puntos en un manifiesto construido, no es desde luego una ciudad en metfora, pero ciertamente tampoco es una escultura aislada; es, en realidad, una estructura fsica cuyos criterios compositivos son programtica y estructuralmente coherentes con una nueva organizacin urbana. Esta concepcin nueva de la ciudad, implcita ya en los elementos constitutivos, es elaborada por Le Corbusier entre el 21 y el 22, con el proyecto para la Ville contemporaine pour 3 millions d'habitants, nacido como respuesta polmica a la peticin de proyectar una fuente decorativa que habra de exponerse en el Salon d'Automne de Pars del 22 (figs. 312-315). La Ville contemporaine pretende constituir un gran exploit demostrativo presentando un modelo posible (contemporneo o actual, precisamente, no meramente futurible, enteramente rea. lista en sus contenidos) que debe actuar como instrumento crtico implcito, tanto res-
pecto de la ciudad real (con la inadecuacin de su trama viaria, con la conmixtin irracional de las funciones, con el nivel decadente del crecimiento urbano, con su insuficiente dotacin de equipamientos pblicos, con las condiciones antihiginicas del habitat), como respecto de las propuestas formuladas hasta entonces para resolver las deficiencias y errores de sta (desde las teoras de Sitte a las tendencias de la ciudad-jardn, sobre todo en la interpretacin dominante del barrio suburbano). Justamente la ciudad existente, y las teoras que la mantienen con vida, resultan anacrnicas, son ellas las que se encuentran precisamente fuera de la historia, del espritu nuevo que Le Corbusier discierne en las fuerzas y en las posibilidades ms vivaces de la sociedad. Los puntos en que se basa el modelo de la ville contemporaine son: un trazado viario racional, normalizado respecto de las diversas utilizaciones; un centro comercial, directivo, y de grandes servicios; una oferta residencial urbana y una franja de residencias suburbanas (ciudad-jardn), con sus propios equipamientos, en equilibrio con un tejido de espacios abiertos arbolados; una zona de reserva de suelo con vistas a la expansin futura. La ciudad est constituida por una ordenacin central rectangular fijada por dos arterias ortogonales que se prolongan hacia el exterior del sistema, asegurando una amplia toma del territorio, por una red intermedia de viales en ngulos de 45 grados, de
enlace de los barrios entre s y con la franja verde extraurbana, y por una cuadrcula de vas locales de servicio; hacia el exterior del conjunto central y ms all del cinturn verde se disponen las ciudades-jardn y las zonas industriales. El ncleo del sistema aparece dominado por 24 edificios de planta cruciforme de 60 pisos, para albergar las actividades terciarias, administrativas y directivas; hacia el Oeste aparece dispuesto el centro cvico, al que se une un parque urbano definido en mdulos por la cuadrcula viaria, pero tratado en su conjunto conforme a un diseo naturalista. Una serie de niveles distintos sirven para clasificar el trfico en el baricentro del sistema, con arreglo a las diversas funciones (trfico areo, trfico motorizado rpido, lneas frreas nacionales). Alrededor del rea directiva se extienden las residencias, constituidas por los sistemas edificativos de los immeubles-villas, de doce pisos (es decir, seis dobles plantas), articulados en parte con independencia de la malla viaria, en formacin 2 redents, o bien en amplios cuadrilteros en alvolos. En las zonas 2 redents tiene lugar una aplicacin ms rigurosa de los nuevos principios distributivos, con la eliminacin de la rue corridor y la posibilidad de acceso mecanizado a los bloques en puntos terminales; en todas partes se establece la libertad de la circulacin peatonal en los espacios abiertos arbolados y equipados. Con la utilizacin de este tipo edificativo y de su particular articulacin urbana,
Figs. 312-315. La ville contemporaine, planta general y detalle del centro; vista del eje central y de la zona residencial.
las aspiraciones tradicionales de la burguesa, expresadas en la tendencia a la autonoma suburbana y a la casa unifamiliar, encuentran aqu una singular mediacin, asegurada por el alto grado de aislamiento y de privacy, y al propio tiempo de eficiencia y de economa de las estructuras colectivas (la densidad llega a los 300 habitantes por hectrea, a pesar de que el rea cubierta por las construcciones no supera el 15 por 100 del total). El alcance del proyecto de la ville contemporaine puede medirse fcilmente comparndolo con las propuestas anlogas inmediatamente precedentes, o de esos mismos aos, con los dibujos de Sant-Elia, con la misma cit industrielle de Garnier, cuya publicacin en forma definitiva tan slo es de cuatro aos antes, o con el estudio de Perret del 22 para una ciudad de edificios en forma de torre (rechazado por Le Corbusier como afuturismo muy peligroso), o incluso con las propuestas, algo posteriores, de Andr Lurgat. La ciudad nueva parece apta para operar una transformacin completa de la vida asociada, sobre todo por lo que respecta a las soluciones ofrecidas a la residencia de masa, aunque tambin el trabajo y el desplazamiento son objeto de una colocacin funcional ms precisa, en la que se superan los despilfarros y las fricciones de la ciudad existente. Este instrumento, por lo dems, no solamente es demostrativo por lo que enuncia, sino tambin por todo lo que implica, como puede ser, por ejemplo, una nueva gestin administrativa de la ciudad, el dominio pblico del suelo (al menos en el momento de su paso controlado de 1.0 rural a lo urbano), el empleo de las tcnicas de ordenacin del espacio por grandes parmetros, la racionalizacin del conjunto y la coordinacin de los capitales. Una aplicacin de los principios y de los elementos de la ville contemporaine se presenta el ao 25 en la Exposition internationale des arts dcoratifs, en la rotonda anexa al pabelln de L'Esprit Nouveau, como fruto de una investigacin financiada por el constructor de automviles Voisin,
interesado desde el principio de la posguerra en transformar parte de sus actividades para dedicarse al sector de la edificacin industrial. El plan Voisin (figs. ,3 16-318) prev una radical reconstruccin de cerca de 240 hectreas del centro de Pars, para la formacin de un barrio residencial, articulado sobre un eje primario Este-Oeste (entre la rue des Pyrainides, la plaza circular de los Champs Elyses, la gare St.-Lazare y la rue de Rivoli), caracterizado por la presencia de inmmeublesvillas, y de un barrio comercial, a caballo de un eje secundario, desde el Sena hacia el Norte (entre la place de la Rpublique, la rue du Louvre, la gare de 1'Est y la rue de Rome), en el que se levantan los rascacielos de planta cruciforme. Se salvan de la demolicin de gran parte del Pars histrico algunos episodios monumentales, como el Louvre y la place Vendome, a veces trasladados de su ubicacin originaria, y dejados como testimonios arqueolgicos en medio de amplias reas de parque. El efecto de shok que Le Corbusier pretende conseguir con este proyecto experimental se confirma con las encendidas polmicas que surgen en torno a la Exposicin. Le Corbusier, en sus respuestas, niega haber querido realmente prefigurar una solucin definitiva del problema del desarrollo de Pars, y afirma que lo que ha deseado no ha sido otra cosa que abrir la discusin sobre el destino de la ciudad; no obstante, no deja de mantener su conviccin del absoluto realismo de la propuesta y del rendimiento econmico de la operacin. A nosotros, estas polmicas, al igual que las crticas dirigidas a la coherencia de la solucin general o de algunos de sus detalles, nos interesan bastante menos que la leccin metodolgica que puede extraerse de esta provocativa demostracin por reduccin al absurdo en que consiste el plan Voisin: es decir, la oposicin irreductible entre las estructuras antiguas, que se han de destruir ntegramente ( o que han de ser ntegramente conservadas), y la ciudad moderna, la ville-outil, que debe nacer dentro de la autonoma de sus leyes internas,
Figs. 316-318. Le Corbusier. El plan Voisin, propuesta de reestructuracin del centro de Pars (1925): plano, axonometra de la City y vista.
para poder desarollar al mximo su capacidad de satisfacer un arco ms amplio de exigencias del hombre. Entre ambos trminos no puede existir ms que un solo trmino de correlacin y de fusin, como confrontacin de estructuras de conjunto, con propias atribuciones especficas, que han de buscarse sobre todo a la escala de toda la articulacin territorial, de las infraestructuras, de los sistemas de zonas verdes y del paisaje. La serie de los proyectos urbanos de gran dimensin se enriquece con otras contribuciones en los aos treinta. Sigue tratndose de soluciones aplicadas a grandes metrpolis, pero que en este caso valen tambin por las indicaciones generales que de ellas derivan. Los primeros esquemas son elaborados para Buenos Aires, Ro de Janeiro, So Paulo (figura 319)) Montevideo y Bogot, con oca-
sin de un viaje que Le Corbusier efecta por Amrica Latina en el 29. En Ro, por ejemplo, un tramo serpenteante de autopista de varios kilmetros de longitud que discurre sobre la cubierta de un bloque continuo de viviendas, a treinta metros sobre el nivel del suelo, enlaza las diversas reas funcionales de la ciudad (la costa, el interior, el centro comercial, la universidad, el aeropuerto, el puerto). Entre el 30 y el 34 Le Corbusier desarrolla este tema para la ciudad de Argel, con el proyecto Obus (destinado a hacer trizas, de una vez por todas, las routines administrativas y a instaurar en el urbanismo las nuevas escalas de dimensiones exigidas por las realidades contemporneas; figs. 320322). Aqu la estructura residencial continua que sostiene la autopista y une los dos su-
Figs. 319-322. Proyecto para el centro d So Paulo; proyecto Obus para la ordenacin de Argel: vista, plano general y perspectiva de la autopista sobre los techos de las edificaciones (cfr. fig. 299).
burbios extremos de Argel -St.-Eugene y Hussein-Dey-, a una altura sobre el suelo que oscila entre los 40 y los 60 metros, se presenta en s misma como una nueva ciudad en forma de cinta, un retculo tridimensional en el que pueden ordenarse en fases sucesivas las clulas residenciales, montadas por cuenta de los particulares, hasta una dimensin correspondiente a los 100.000 habitantes; otro barrio, para 200 .O00 habitantes, situado en Fort 1'Empereur y compuesto plsticamente a base de formas curvilneas, queda unido por un ramal viario a la ciudad de los negocios, que cobra forma en los terrenos de la Marine, en una zona destinada a ser reestructurada. El plan Obus constituye uno de los vrtices mximos de la investigacin de Le Corbusier: la construccin de la ciudad nueva se efecta mediante el injerto en el
interior de la ciudad decimonnica c o m o si de un trasplante biolgico se tratase- de nuevos elementos vitales, a la escala de los instrumentos tecnolgicos actuales. El organismo que de ello deriva resulta excepcionalmente amplificado en sus grados de libertad y de disfrute: opciones residenciales, visin, paisaje y movimiento se integran en un ciclo en el que desarrollo vital y formas no se contradicen, sino que se estimulan y se reproducen recprocamente. Los planes para las ciudades sudamericanas se ejecutan entre los aos 30 y 40, desde el proyecto para la ciudad universitaria de Brasil, redactado en colaboracin con algunos arquitectos de Ro de Janeiro (1936), al plan director de Buenos Aires (1938); los estudios sobre Argel se reanudan en 1938-42 con el plan de detalle para el rea de la Ma-
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rine. Dentro del mismo decenio son igualmente importantes el proyecto de urbanizacin de la orilla izquierda del Escalda, en Amberes, nacido de la participacin en un concurso internacional (1933), y el plan elaborado para la ciudad de Nemours, en Argelia, entre Orn y Tremecn (1934). Seguidamente Le Corbusier tampoco duda en aprovechar cualquier ocasin parcial que se le ofrece para tratar de fomentar y provocar procesos ms generales, como tiene oportunidad de hacer con la ordenacin propuesta para el rea de la Porte Maillot parisina, que arranca de la construccin de un monumento al general Foch, o con el proyecto del 36 para uno de los ilots insalubres de la capital (fig. 324). En el 37, bajo el patrocinio de los CIAM, Le Corbusier intenta la construccin de una unit d'habitation para 4.000 residentes en la Exposicin internacional de la vivienda: la idea no es otra que la de mostrar el edificio en sus fases sucesivas de construccin, para favorecer el conocimiento por parte del pblico de los fines y de las soluciones que ofrece la nueva arquitectura (verdadera leccin de biologa de la arquitectura; figs. 325-326). Pero tambin esta oportunidad se malogra: en un primer momento las autoridades parisinas parecen dispuestas a destinar al proyecto el rea del bastin Kellermann -el nico tramo que queda al sur de Pars, cerca de la ciudad universitaria, de la vieja lnea de fortificaciones-, pero, cuando el programa ya ha sido puesto a punto, se retira el permiso concedido y a Le Corbusier no le queda otra salida que realizar un pabelln de lona en la Porte Maillot en el que expone sus soluciones urbansticas para la ciudad 4'7. La investigacin experimental, no vinculada a ninguna situacin preconstituida, no es jams abandonada por Le Corbusier porque le permite -con carcter complementario respecto de la investigacin aplicadadesarrollar a fondo proposiciones metodol47 Vase el nmero de febrero de 1935 de L'Architecture d'aujourd'hui.
gicas y operativas que, tanto en Francia como en otras partes, se anticipan evidentemente a la realidad de su tiempo. En 1935 se publica el proyecto de la Ville radieuse, presentado ya anteriormente al CIAM de Bruselas (fig. 323); mientras que en 1942-43, con las investigaciones desarrolladas para el grupo de la Ascoral (Assemble des constructeurs pour une rnovation architecturale), Le Corbusier afronta esquemas organizativos a escala territorial, que despus se recogen y difunden en la publicacin de 1945 que lleva por ttulo Les trois tablissements humains (fig. 327). El sistema de los tres asentamientos humanos est constituido por las unidades de produccin agrcola, por la ciudad lineal industrial y por la ciudad radiocntrica de los intercambios. En la ciudad lineal el sistema de comunicaciones constituye el eje bsico de un asentamiento organizado, en relacin con la utilizacin productiva de los recursos naturales: las fermes radieuses, unidades cooperativas de produccin, y los ateliers industriales se colocan manteniendo una relacin orgnica con la residencia, mientras que los ncleos existentes se convierten en polos acumuladores-difusores de know-how y de management, de cultura y de informaciones. La oposicin entre ciudad y campo no se diluye, sino que se concibe de otra manera, en una malla de escala geogrfica en la que estn presentes las condiciones a l nivel de las estructuras fsicas imaginadas- necesarias para la reduccin de los desequilibrios tradicionales del territorio, de las relaciones subalternas, de las alineaciones. A esta excepcional actividad de reflexin y de experimentacin, desarrollada siguiendo las vas paralelas de la arquitectura y del urbanismo, no se corresponden en todo el perodo que va del ao 20 al 40 ms que algunas realizaciones aisladas aunque importantes, de edificios concretos (las residencias y villas privadas, la Cit du Refuge de 192933, en Pars, la Casa de Suiza en la ciudad universitaria de Pars de 1930-32, el Centrosoys construido en Mosc entre el 28 y el 35). La nica ocasin concreta para expe-
Figs. 323-326. La ville radieuse, fotografa de la maqueta; propuesta para el ilot insalubve de Pars; vista y planimetra de la propuesta de Le Corbusier para la la Exposicin de 1937. Fig. 327. Le Corbusier, dibujo para Los tres asentamientos humanos: 1. La unidad de cultivo agrcola; 2. La ciudad lineal industrial; 3. La ciudad radiocntrica de los intercambios. Figs. 328 y 329. La barriada de Pessac, planimetra y vista durante las obras de construccin.
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rimentar soluciones ms generales se la ofrece a Le Corbusier en el 25 el complejo residencial de Pessac, en las inmediaciones de Burdeos (figs. 328-329), si bien a una escala bastante alejada de la prefigurada por sus proyectos contemporneos y dentro de un marco econmico bastante estrecho, respecto a espacios y costes. El encargo proviene de Henri Fruges, un excntrico industrial de Burdeos conquistado por la lectura de Vers une mchitecture e interesado en dar vida a un moderno barrio de fbrica para alojar a los empleados y obreros de su empresa; Le Corbusier, por su parte, proyecta sobre el modesto lotissement de Pessac todas sus propias ansias experimentales, tratando de elevarlo a la categora de modelo ejemplar, sugestivo en sus dispositivos de composicin, exacto en las soluciones tipolgicas, innovador en los mtodos constructivos. De aqu surgen retrasos, adaptaciones y contrastes, tanto en la fase de proyecto como en la de ejecucin, dificultades que se deben en gran parte a la resistencia ofrecida por los intereses creados 48; los nuevos mtodos de construccin intranquilizan a las empresas locales, mientras que la venta de las casas tropieza con dificultades, por su elevado precio, por la distancia que hay de Pessac al centro y por la falta de agua potable 49. La excepcional importancia de la obra de Le Corbusier, en su conjunto, puede apreciarse ya considerando las ilustraciones y las
4"Primero, los empresarios de la zona perturbados en sus routines; despus, los arquitectos furiosos (simplemente). Se lleg a soliviantar la opinin pblica; y la opinin pblica puede dejarse soliviantar hasta un punto inconcebible. Si Pessac se hubiera construido en las proximidades de Pars nada de esto habra ocurrido nunca, porque los parisinos no se dejan engatusar tan ingenuamente. Muy pronto se nos deneg, al municipio, a la prefectura y a la sociedad suministradora, ihasta la posibilidad de traer el agua potable a la nueva urbanizacin! Le Corbusier: Quand les cathduales taient blanches, Pars, 1937, pg. 23. 49 Cfr. B. Brace Taylor: Le Corbusier e Pessac, Roma, 1973, una puntual reconstruccin de este caso.
descripciones de los proyectos que hemos examinado hasta aqu. Su produccin se impone por la claridad ejemplar de cada prueba y de cada imagen, y supera, a una distancia astronmica, a cualquier otra experiencia contempornea en el mesurado ambiente francs de su poca (figs. 330-334), mientras se mueve en un mbito enormemente ms amplio que el rigurosamente delimitado de Gropius y de los racionalistas alemanes y holandeses. Y sin embargo, Le Corbusier, por sus grandes cualidades receptivas y comunicativas, se encuentra en condiciones de poner en relacin experiencias diversas, y a la misma tradicin francesa con el Movimiento Moderno. La excepcionalidad de los resultados formales y de los ingenios tipolgicos no queda cerrada en un mbito personal, sino que atrae y provoca toda una cadena de ecos y de respuestas, y logra garantizar un estmulo continuo del debate y de la indagacin, que se traduce, a su vez, en garanta de un nivel ms elevado de resultados. Partiendo de la conviccin de que las inmensas posibilidades positivas ofrecidas por la tecnologa y por la industria de la era de la civilisation machiniste no encuentran correspondencia alguna en la construccin del ambiente habitado del hombre, la investigacin de Le Corbusier tiende a individualizar las condiciones de organizacin de la ciudad moderna -sobre la base de una antropologa esquemtica, referida a las necesidades primarias del hombre y a las funciones elementales del orden social existente-, con vistas a poner a punto los mismos elementos necesarios para intervenir sobre la ciudad existente. Los puntos esenciales de esta indagacin, como se ha visto, estn presentes en la obra de Le Corbusier desde el inicio de los aos veinte, y van integrndose, componindose y enriquecindose de alternativas y de soluciones, con arreglo a una serie de invenciones sucesivas y de aportaciones coherentes entre s y directamente coordinadas por mbitos escalares complementarios, desde la clula habitativa a la estructura urbana: lo que signi-
Figs. 330-334. A. Perret, ciudad vertical (1922); A. Lurcat, ciudad vertical (1930); H. Sauvage, casa de viviendas en Pars, seccin transversal y vista; proyecto de un complejo residencial junto al Sena.
fica que incluso el fragmento tipolgico, si bien constituye una especie de repliegue escalar debido a la especificidad de los contenidos en estudio o a las limitaciones operativas, se carga no obstante de la misma amplitud horizontal metodolgica de los proyectos de mayor empeo; y que, por el contrario, incluso las sntesis ms excepcionales, como el proyecto Obus para Argel, incluyen y reabsorben, dentro de sus macroestructuras de incidencia geogrfica-territorial, dentro del entero paisaje, todo el esfuerzo analtico que las ha acompaado o precedido. Ms an, las variaciones formales y compositivas que a cualquier escala animan e impulsan a las obras de Le Corbusier -en un equilibrio siempre controlado entre la norma invariante y la especificidad de la invencin propia de toda intervencinresultan tanto
ms sorprendentes y sugestivas cuanto ms obstinadamente enraizadas aparecen en el mismo conjunto de premisas, en el mismo proceso crtico de transformacin de lo real. Y, en esta misma clave de interpretacin, es bastante significativo, tras las grandes sntesis de los planes urbanos de los primeros aos treinta, el empeo de medirse de nuevo, para atemperarse a ella, con la sufrida casustica de la Carta de Atenas, que Le Corbusier redacta en primera persona para su publicacin, aunque lo haga conservando el anonimato, recuperando y recomponiendo as los resultados del CIAM del 33. Del balance total de los resultados de las elaboraciones de los dos decenios de entreguerras, tan slo a la visin de la ciudad expresada por Le Corbusier es posible atribuirle un nivel de congruencia con la evolu-
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cin econmica del capital y con los avances tecnolgicos producidos en el mismo perodo. Para Le Corbusier la ciudad, solamente operando a este nivel, puede significar, como producto, una equilibrada distribucin de bienes y servicios, mientras que como instrumento de produccin, como capital fijo, puede convertirse en factor esencial de productividad, de ahorro, de trabajo, de eficiencia. Por ello, a este nivel, la arquitectura puede actuar como transformacin-satisfaccin de la sociedad humana, y como tal es una alternativa de la revolucin, si es verdad que las perturbaciones sociales son au fond, une question de logis 50. Y sta es la razn de que Le Corbusier, por ms que manifieste en numerosas ocasiones su genrica adhesin a los ideales democrticos, no dude en dirigirse a cualquier tipo de poder constituido, ya sea ste ejercido por los Soviets o por
Para esclarecer este. punto reproducimos aqu, de entre las innumerables citas que podran entresacarse de los escritos de Le Corbusier, el tajante comentario contenido en Urbanisme respecto de las crticas recibidas desde posiciones opuestas al plan Voisin: Muy poco hace falta para orse llamar revolucionario. Modo elegante, pero eficaz, para distanciar de una sociedad absorbida por entero en la conservacin de su propio equilibrio a los animadores qu llevan en s el elemento perturbador [ . . . ]. Como compensacin, despus de la revolucin de Mosc, es un pecadillo habitual de los moscovitas -de all y de aqu- el atribuirse exclusivamente a s mismo el calificativo de revolucionarios. Todo lo que no ha sido previamente seleccionado por ellos, quedando ostentosamente adornado con la autntica etiqueta, es slo burgus, capitalista y banal [...l. Yo tena muy a gala el no salirme del plano tcnico. Soy arquitecto y no estoy dispuesto a hacer poltica. Que cada uno en su propio campo, segn la ms rigurosa especializacin, lleve sus propias soluciones a sus extremas consecuencias [ ... ]. El progreso econmico y social deriva de problemas tcnicos resueltos felizmente. El presente estudio ha pretendido simplemente formular una solucin clara: valga lo que valga. No puede encuadrarse bajo ninguna etiqueta, no va dirigido ni a la saciedad burguesa capitalista ni a la 111 Internacional. Es una obra tcnica. Y que no se esperen de m, como del Ejrcito de Salvacin, declaraciones en la plaza pblica. No se revolzrciona haciendo las revoluciones. Se revoluciona aportando soluciones. Le Corbusier: Urbanistica, Miln, 1967, pgs. 289-90.
los representantes del capitalismo ms avanzado, individualizando en la autoridad la nica posibilidad que se ofrece a la colectividad: convencido como est de que en el seno de cualquier sistema econmico-poltico la evidencia y la incidencia de los cambios cualitativos operados por la revolucin de la arquitectura son capaces de neutralizar o de plantear en trminos completamente distintos la misma conflictividad social, las relaciones entre las clases y entre capital y trabajo 'l.
d)
La recproca confrontacin de experiencias, el trabajo coordinado, la actividad de propaganda y de difusin de las ideas a travs de realizaciones concretas y los concursos pblicos constituyen, para los arquitectos que se consideran parte activa del Movimiento Moderno, instrumentos y canales privilegiados de verificacin interna y de consolidacin de las relaciones con el pblico. La ocasin para una de las demostraciones ms directas de la nueva arquitectura -ms incisiva que el impacto iconogrfico que es posible conseguir a travs de las revistas, y que la influencia ejercida por los ensayos tericos- se ofrece por vez primera con la exposicin del Weissenhof, organizada en Stuttgart el ao 27 por la Deutscher Werkbund y financiada en parte por la RFG, y que por quienes participan en ella tiene carcter internacional (adems de los arquitectos aleNO existe un estudio exhaustivo de conjunto sobre la obra de Le Corbusier. En su defecto, entre los numerosos estudios aparecidos, cfr. S. Giedion: Le Corbusier et l'apchitecture contemporaine, Pars, 1930; M . Gauthier: Le Corbusier ou l'nrchitecture au service de l'homme. Pars, 1944; S. Papadaki: Le Corbusier, Architect, Painter, Writer, Nueva York, 1948; J. Alazard: Le Corbusier, Florencia, 1951. Sigue siendo fundamental la recopilacin de la Oeuvre complete publicada en varios volmenes por Girsberger, Zurich.
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Figs. 335-337. La exposicin Weissenhof de Stuttgart: maqueta del primer proyecto de conjunto de Mies van der Rohe (1925); dos vistas del complejo.
Figs. 338-341. Plano de la exposicin organizada por la Werkbund en Stuttgart: 1. Mies van der Rohe; J. J. P. Oud; 3. Victor Bourgeois; 4. A. G. Schneck; 5. Le Corbusier; 6. W . Gropius; 7. L. Hilberseimer; B. Taut; 9. H . Poelzig; 10. R. Docker; 11. M. Taut; 12. A. Rading; 13. J.. Frank; 14. M. Stam; 15. Behrens; 16. H. Scharoun; vistas del bloque construido por Mies van der Rohe, de las casas en hilera M. Stam y de una de las dos casas de Le ~ o r b u s i e r .
2. 8. P. de
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manes, provinientes en gran parte de las filas del grupo Der Ring, se invita a proyectar edificios concretos o grupos de viviendas a Le Corbusier, a los holandeses Oud y Mart Stam, al belga Victor Bourgeois). Mies van der Rohe, invitado el ao 25 a hacerse cargo de la ordenacin general del rea de la exposicin, se encuentra ante la necesidad de asegurar una unidad de conjunto al complejo en cuestin, pero sin conocer previamente, ms que de una forma vagamente aproximada, las soluciones correspondientes a los edificios concretos a levantar, que todava se encuentran en fase de proyecto. Evitando todo tipo de veleidad academicista, Mies intenta organizar la composicin del conjunto, que se extiende por la ladera de una colina, conforme a una serie de categoras de bloques paralelepipdicos, de terrazamientos y de espacios abiertos (fig. 335); sin embargo, esta primera idea pierde, en parte, su fuerza en el proyecto definitivo y en la ejecucin, por el predominio de viviendas unifamiliares o reunidas en pequeos grupos (cosa que se decide as para favorecer la cesin de las construcciones a los particulares al finalizar la exposicin); de esta manera viene a faltar una estrecha correlacin volumtrica entre las partes del complejo, para dar lugar a un efecto ms pintoresco y libre, y a una disposicin del tejido viario ms convencional (figuras 336-337). De todos modos, si bien cada edificio constituye inevitablemente una especie de pabelln autodemostrativo, la exposicin se rige en su conjunto por una sustancial homogenidad de su inspiracin y de sus objetivos (figs. 33834 1). As, mientras Gropius, trabajando sobre dos casas unifamiliares, prosigue sus intervenciones sobre la coordinacin modular en orden a la seriacin productiva, Le Corbusier trata de experimentar, aunque sea de un modo un poco forzado, con los puntos enunciados anteriormente por l, aplicndolos a una casa en estructura de acero que comprende dos viviendas gemelas, y a otra vivienda, en cambio, que viene a desarrollar el tipo Citrohan; Oud, en una sucinta composicin planivolu-
mtrica, perfecciona la tipologa de las casas de dos plantas en hilera; ms excntricas son las aportaciones del anciano Behrens, que parece hacerse eco de acentos tradicionales, y, por razones opuestas, del joven Hans Scharoun, que se complace en cambio en un plasticismo refinado. Un resultado de magistral dominio del tema es el logrado por Mies van der Rohe en su bloque abierto de cuatro plantas, que corona desde el punto ms alto el conjunto de la exposicin: con un esqueleto estructural en metal, con las cocinas y los servicios proyectados en unidades susceptibles de produccin industrial y con las soluciones planimtricas variadas de los apartamentos, el bloque de Mies constituye un hito significativo en su labor de investigacin personal, pero adems es tambin uno de los tipos ms caracterizados, en estas fechas, en cuanto respuesta a los problemas de la vivienda de masa. La exposicin del Weissenhof, presentada por Mies van der Rohe en su discurso inaugural como una etapa de la gran lucha en pro de un nuevo modo de vivir, y visitada diariamente por 20.000 personas, constituye un momento importante de afirmacin entre el gran pblico del gusto propio de la arquitectura moderna y de fomento del conocimiento de sus posibilidades. En 1930 la Werkbund presenta en el Grand Palais de Pars la produccin moderna de Alemania. Esta vez es Gropius el encargado de la preparacin de la exposicin, para lo que requiere la colaboracin de Bayer, Breuer y Moholy-Nagy. La exposicin est constituida por una serie de interiores de viviendas (que idealmente forman parte de un bloque de diez plantas) arreglados con muebles y objetos de serie, y sirve para poner de manifiesto el alto nivel alcanzado por las investigaciones ms recientes que se estn desarrollando en Alemania (fig. 342). Gran parte de este mismo material vuelve a exhibirse en la Bauhausstellung de Berln del ao siguiente, enriquecida con otros elementos, como la casa-modelo diseada por Mies van der Rohe. En 1932 se celebra otra exposicin de carcter internacional en Viena, promovida tam-
Figs. 342-345. La sala preparada por Gropius en la Exposicin de Pars de 1930; planta de la exposicin de la Werkbund en Viena (1932), las casas en hilera de J. Hoffmann y las casas de G. Rietveld.
bin por la Werkbund (figs. 343-345). Repitiendo el modelo organizativo de Stuttgart, las aportaciones individuales se coordinan con objeto de formar un pequeo conjunto residencial, con viviendas aisladas o en hilera. Junto a los arquitectos austriacos, que estn en franca mayora (Hoffmann, Loos, Strnad, Holzmeister, etc.), participan tambin el alemn Haring, el francs Lurcat, Gabriel Guevrekian, que a la sazn trabaja en Pars, y el holands Rietveld; de los Estados Unidos se invita a R. Neutra y A. Grnberger. Pero el balance de la Wurkbundsiedlung vienesa resulta, en conjunto, decepcionante, y denuncia un punto de pausa en las temticas del Movimiento Moderno, incluso un verdadero paso atrs respecto de la exposicin Weissenhof de cinco aos antes, con la que resulta inevitable establecer una comparacin 52.
De esta experiencia no resulta ninguna contribucin importante a la solucin de los problemas tcnicos y econmicos de la edificacin popular, sino tan slo una indicacin en favor de las casas bajas y de las barriadas extensivas, contrapuestas
Ocasiones singulares de comparacin, difusin y propaganda las constituyen tambin los grandes concursos internacionales de arquitectura y de urbanismo que tienen lugar en los aos crticos de gestacin y de afirmacin del Movimiento Moderno, El concurso de 1922 para el edificio del Chicago Tribune)), en Chicago, da lugar a una manifestacin bastante significativa de la arquitectura americana y constituye, al propio tiempo, una especie de prisma a travs del cual contemplar las investigaciones europeas de principios de la posguerra, captadas en un momento excepcional de transicin: tras los proyectos que obtienen los primeros premios -el de Hood y Howell, muy hbil, que luego ser ejecutado fielmente, y el de Eliel
a los bloques intensivos construidos en el decenio anterior por la administracin vienesa; tal preferencia, en 1932 y en un ambiente alemn, tiene un evidente significado social, de renuncia a la integracin de los barrios obreros en la ciudad y de evasin hacia la periferia semi-rural. L. Benevolo: Storia dell'architettura moderna, cit., pg. 606.
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Figs. 346-349. El concurso para la sede del Chicago Tribune: proyectos de B. Bijvoet y J. Duiker, de M. Taut, de L. Hilberseimer y de W. Gropius.
Figs. 350-353. El concurso para el palacio de la Sociedad de Naciones en Ginebra: el proyecto de H . Meyer, el primer proyecto de Le Corbusier y el proyecto academicista del italiano Broggi; vista del conjunto realizado.
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Saarinen, segundo premio, que proyecta un compacto y refinado bloque edificativo-, miden sus fuerzas las vanguardias radicales alemanas y holandesas, desde Gropius a los hermanos Taut, pasando por Hilberseimer, Loos y Duiker (figs. 346-349). Al margen y ms all del orden de los premios, que responde a un resultado enteramente realista y consecuente dentro de la evolucin de la arquitectura del rascacielos en Norteamrica, no parece que las tendencias de estos ltimos arquitectos sean apreciadas debidamente por el jurado, pero de todos modos siguen siendo muy significativas por lo que tienen de clarificacin de las posiciones respectivas, en una especie de dilogo interno dentro del movimiento europeo 53. Cinco aos despus, en el concurso para el palacio de la Sociedad de Naciones que ha de construirse en Ginebra, entre las innumerables soluciones neo-clasistizantes de los 377 proyectos presentados, destacan las propuestas del holands Wijdeveld, del suizo Hannes Meyer y, sobre todo, el comprometido complejo estudiado por Le Corbusier y Pierre Jeanneret ( figs. 350-352). La solucin de Le Corbusier articula el edificio en el paisaje segn una composicin volumtrica que trata de responder a los requisitos derivados de las diversas funciones del complejo, mediando entre la frontalidad monumental del bloque de la sala de Asambleas, en el eje de la entrada, y el ala asimtrica de los edificios del Secretariado ". Tras la decisin salomnica del jurado de premiar nueve proyectos de inspiracin distinta, comprendido el de Le Corbusier, 1.a seleccin de un rea algo ms alta, colina arriba, da ocasin a una segunda redaccin de los proyectos premiados, a la que sigue la decisin de confiar definitivamente la ejecucin de la obra a P. Nenot, J. Vago, C. Lefebvre y C. Broggi. La solu53 NOS remitimos al documentado y sugestivo anlisis de M. Tafuri: La montagna disincantata, en la obra colectiva La citti americana, cit. Cfr. R. Papini: L'architettura europea al concorso di Ginevra, en {(Architettura e arti decorative, septiembre-octubre de 1927.
cin final (fig. 353), redactada por estos cuatro arquitectos, se inspira en la composicin de los dos proyectos sucesivos de Le Corbusier, provocando una spera polmica e incluso la accin judicial contra la Sociedad de Naciones por parte del arquitecto francs, al que no puede satisfacer este implcito reconocimiento a posteriori del hecho en cuestin 55. El concurso internacional convocado por el gobierno de la URSS en 1935 para la construccin del nuevo palacio de los Soviets, en Mosc, es objeto de una calurosa acogida, por lo que a participacin se refiere, entre los arquitectos europeos, que consideran tal acontecimiento como ocasin realmente decisiva, de enorme importancia poltica y cultural. Adems de los arquitectos soviticos envan tambin sus proyectos Gropius, Le Corbusier, Mendelsohn, Poelzig y Perret. Le Corbusier propone una excepcional insercin, en el panorama del centro histrico de Mosc, de una estructura en la que la
65 A nuestra distancia temporal -afirma Beneeste incidente resulta muy instructivo para volla historia de las relaciones entre el Movimiento Moderno y el pblico. La demostracin de Le Corbusier, que se funda en ventajas funcionales, objetivas y controlables, no se ha perdido ni mucho menos, ni siquiera entre sus propios adversarios, pero ha sido aceptada por partes separadas: s a las ventajas funcionales, no al nuevo lenguaje arquitectnico que las mismas comportan. El concurso de la Sociedad de Naciones, si bien se resuelve materialmente en una derrota de los arquitectos modernos, viene a dar, sin embargo, un golpe de gracia, moralmente, al prestigio de la academia. Situados ante un problema concreto, con condicionamientos tcnicos y econmicos ms bien estrictos, los arquitectos academicistas se muestran incapaces de resolverlo de modo satisfactorio. Han tenido que hacer una neta distincin entre valores tcnicos y artsticos, haciendo ostentacin de defender a stos contra aqullos, y han terminado por revestir de formas clasistizantes un organismo funcional tomado de prestado: y as, aislando la consistencia real de su aportacin, han demostrado su vanidad, porque no han logrado hacer un edificio bello, ni siquiera pasable, y, sin embargo, han agravado sus costes con insulsas cornisas e intiles espesores murales, en pura prdida . L. Benevolo: Storia dell'architettura moderna, cit., pg. 513.
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Figs. 354-358. El concurso para el palacio de los Soviets en Mosc: los proyectos de W. Gropius, de A. Perret y de E. Mendelsohn; el proyecto presentado por Le Corbusier, vista de la maqueta y diseo del ambiente.
disposicin simtrica de la planta y el juego de los volmenes y de las estructuras expuestas, de sabor constructivista, que rivalizan desde lejos con las cpulas del Kremlin, se recomponen en un escenario animado, de riqusima intensidad de disfrute visual y ambiental. Gropius se inclina por una solucin ms convencional, centrando en torno a una generatriz circular los diversos cuerpos de fbrica por sectores radiales acoplados; Perret disea un Foro de medida clsica, dosificando en la nodalidad equilibrada de los volmenes que fijan y concretan el corte planimtrico abierto en diagonal hacia el Moskova; Mendelsohn, esta vez, se lo juega todo en favor de la compenetracin de dos volmenes esen-
ciales, confiando el resultado expresivo al contraste de las formas y a la grandiosa sala de Asambleas interior (figs. 354-358). Este concurso, que se celebra en un momento delicado de la evolucin, de la arquitectura sovitica, tambin concluye con el predominio de las soluciones ms tradicionales ", no obstante las apreciaciones favorables distribuidas indiscriminadamente por el jurado entre las propuestas de distinto signo que destacan dentro de la amplia participacin de concursantes. El desengao sufrido por los arquitectos modernos, junto a las di5Q este propsito, vase ms adelante el Captulo IV, epgrafe 2, e).
ficultades que surgen en la Unin Sovitica en esas fechas, se contarn entre las causas que contribuyen, como hemos de ver seguidamente, a que no llegue a celebrarse en Mosc el IV Congreso de los CIAM. En 1928, Le Corbusier y un grupo de colegas franceses piden autorizacin a la .condesa Hlene de Mandrot para organizar en su castillo de La Sarraz, junto al lago Lman, un congreso de los arquitectos modernos. En junio de ese mismo ao, en La Sarraz, bajo la presidencia del anciano arquitecto suizo Karl Moser y con participacin de arquitectos de todos los pases europeos (con excepcin de Inglaterra), se fundan los CIAM (Congres Internationaux d'Architecture Moderne), que se proponen llevar a cabo una labor de estudio y de difusin del Movimiento Moderno en un momento en que la critica y la historiografa estn ya en condiciones de efectuar un primer balance del mismo 57. Este primer congreso preparatorio sirve para programar las actividades de los aos sucesivos, si bien Le Corbusier expone inmediatamente un borrador de discusin articulado en seis puntos (la tcnica moderna y sus consecuencias, la estandardizacin, la economa, el urbanismo, la educacin de la juventud y la realizacin: arquitectura y Estado). La declaracin de conclusiones de los participantes, que revela claramente la directa intervencin del mismo Le Corbusier, dedica un prrafo sinttico a las funciones de la pla5Y Entre los textos que ven la luz entre el 26 y el 32 hay que registrar, sobre todo, los siguientes: L. Hilberseimer: Internationale neue Baukunst, Stuttgart, 1926; G. A. Platz: Die Baukunst der neuesten Zeit, Berln, 1927; P. Meyer: Moderne Architektur und Tradition, Zurich, 1928; H . R. 1-Iitchcock: Modern Architecture, Romanticism and Reintegration, Nueva York, 1929; B. Taut: Die neue Baukunst in Europe und Amerika, Stuttgart, 1929; M. Malkiel - Jirmounsky: Les tendences de l'architecture contemporaine, Pars, 1930; S. Cheney: The New World Architecture, Londres, 1930; Fillia: La nuova architettura, Turn, 1931; A. Sartoris: Gli elementi dell'architettura razionale, Miln, 1932.
nificacin urbanstica, vista como trmino de un proceso de transformacin de la prctica operativa de la arquitectura Las reuniones de los aos siguientes, del 29 al 33, se organizan precisamente teniendo presentes los niveles crecientes de complejidad de los asentamientos humanos: es decir, partiendo del balance definitivo de las investigaciones y de las cuestiones todava planteadas sobre el problema del alojamiento de masa, para llegar, a travs del examen de las agregaciones en unidades de barrio, hasta la consideracin ms amplia de los organismos urbanos. En 1929 el 11 Congreso, organizado por Ernst May en Francfort, tiene por objeto la vivienda mnima: se confrontan los resultados conseguidos en los diversos pases (fig. 359), pero sobre todo en Alemania, proponindose como objetivo la definicin de los requisitos esenciales de la residencia de masa en el marco de la intervencin pblica en orden a la solucin general del problema de la vivienda. El minimum es, justamente,
El urbanismo es la planificacin de los lugares y de los ambientes diversos que deben albergar el desarrollo de la vida material, sentimental y espiritual en todas sus manifestaciones, individuales y colectivas, y comprende tanto los asentamientos urbanos como los rurales. El urbanismo ya no puede estar sometido exclusivamente a las reglas de un esteticismo gratuito, sino que tiene naturaleza esencialmente funcional. Las tres funciones fundamentales de cuyo cumplimiento debe preocuparse el urbanismo son: 1) habitar, 2) trabajar, 3) distraerse. Sus objetivos son: a) el destino del suelo, b) la organizacin de los transportes, c) la legislacin. Las tres funciones indicadas no vienen facilitadas por el estado actual de los asentamientos. Las relaciones entre los diversos lugares en que se ejercitan deben volverse a calcular, para establecer una justa proporcin entre volmenes construidos y espacios libres. El reparto desordenado del suelo, fruto de las parcelaciones, de las ventas y de la especulacin, debe ser sustituido por un sistema racional de reagrupacin de fundo~.Esta concentracin, base de todo urbanismo que responda a las necesidades presentes, asegurar a los propietarios y a la comunidad la distribucin equitativa de los plusvalores derivados de las obras de inters comn realizadas. Cit. en L. Benevolo: Storia dell'architettura moderna, cit., pg. 535.
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Fig. 359. La comparacin entre alojamientos y tipos de edificacin efectuada en la reunin del CIAM 11 en Francfort .
la condicin civil a la que se refiere el ambiente de vida de la sociedad de masas e n primer lugar la clase obrera, destinataria ideal y privilegiada, aun cuando sea tcitamente, de los arquitectos modernos-, en una equilibrada economa de todos aquellos factores en juego que caracterizan la realizacin y el disfrute de los alojamientos. Los resultados y proyectos expuestos en Francfort se presentan en planimetras dibujadas a la misma escala y con las mismas indicaciones grficas, precisamente para centrar la atencin sobre los trminos objetivos de la organizacin del alojamiento sin dejarse distraer por consideraciones formales y, de cualquier otro modo, ajenas al tema propuesto. Entre las intervenciones habidas, la breve comunicacin de May con la que se abre el congreso (El alojamiento para el nivel minimo de vida) plantea el problema general, subrayando la dificultad de efectuar estudios exactos sobre el tema y propiciando la colaboracin interdisciplinar en este campo. Gropius, en su comunicacin (Los presupuestos
rie de funciones que en el pasado le eran peculiares y -en el marco de una progresiva nivelacin de las exigencias de los individuos- la independencia creciente de la mujer y la necesidad de liberar su existencia de la subordinacin a la vida domstica; de aqu derivan presupuestos y condiciones para la definicin de la vivienda stndard, a la que hay que asegurar valores ptimos de higiene y habitabilidad sin recurrir a la praxis habitual -y considerada inevitable- de la casa unifamiliar con jardn. El informe de Le Corbusier y Pierre Jeanneret (Anlisis de los
Figs. 360-363. El CIAM 111 (1930) de Bruselas: comparacin de dos soluciones planimtricas para un barrio, los costes de construccin al variar el nmero de plantas, comparacin entre dos esquemas de urbanizacin, relacin entre altura de los edificios y soleamiento, segn el conocido esquema de Gropius. Figs. 364 y 365. El CIAM IV del 33: las plantas, con indicaciones grficas unificadas, de Amsterdam y Los Angeles, sometidas al examen de los congresistas.
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tructivos e higinico-funcionales de la vivienda 59. En el siguiente congreso, el 111, organizado por Victor Bourgeois en Bruselas en 1930, se discuten los mismos criterios de racionalidad y economicidad de la intervencin en relacin con el barrio (figs. 360-363)) realizndose de este modo ese paso hacia la ciudad que se completar en el congreso del ao siguiente. Bohm y Kaufmann, colaboradores de May, exponen un anlisis comparado verificado por los departamentos tcnicos del municipio de Francfort (Anlisis
de los costes totales de la construccin de edificios de dos a doce plantas) sobre la base
de esquemas de urbanizacin alternativos y de un nmero variable de plantas, aunque siempre en funcin de ndices de utilizacin constantes, traduciendo los resultados en variaciones de los costes de urbanizacin y de construccin. Gropius, en una comunicacin fundamental (Construcciones bajas, medias o altas?), lleva a cabo un minucioso examen de las ventajas y los inconvenientes econmicos y sociales de la casa baja (unifamiliar) y de las casas de vecindad (bloques), para pasar .despus a discutir el nmero ptimo de plantas de los edificios construidos en altura. La crtica de la proliferacin de la casa unifamiliar y de la idea de que solamente sta puede garantizar un pleno desarrollo fsico y espiritual va acompaada de una revalorizacin de la edificacin en bloques altos, considerada, no en la perspectiva histrica de la ciudad especulativa, sino en el marco de la organizacin racional del barrio. El ptimo de plantas es, en cambio, un problema econmico, que puede variar de uno a otro caso concreto, y cuyo lmite est en el punto en que el incremento de los costes de construccin ya no resulta compensado por el ahorro en los costes correspondientes al terreno y a la urbanizacin; por ello, se ponen en tela de juicio los lmites genricos
59 Las actas del Congreso de Francfort se publicaron en Die Wohnung fr das Existenzminimum, Frandort del Main, 1930.
y rgidos de altura, que son sustituidos por ndices volumtricos de zona. En sus conclusiones, Gropius se muestra posibilista en relacin con ].a vivienda unif amiliar en de terminadas situaciones (si bien remacha la idea de que el objetivo de una adecuada poltica urbanstica debe ser la descongestin, y no la disolucin, de las ciudades) y contrario a los edificios de altura intermedia, mientras insiste en la economicidad y en la eficiencia de los bloques de 10 12 pisos, aunque lo haga remitiendo la opcin decisiva a los condicionamientos ideolgicos y polticos. Son tambin importantes, aunque lo sean en planos bastante distintos, las intervenciones de K. Teige, de Praga, y de Le Corbusier. Teige, en su comunicacin (El problema de
las viviendas de las capas sociales situadas al mnimo nivel de vida), no sin una vena de
pesimismo, verifica un anlisis, sinttico pero correcto, de los fenmenos en marcha en la ciudad occidental, aludiendo a los resultados de la edificacin subvencionada en los diversos pases, a la actividad empresarial privada vinculada a las leyes del beneficio y a la prctica de las operaciones de saneamiento por razones higinicas que vienen a expropiar a las capas populares que viven en los centros antiguos. Por ello, entiende que la solucin de los problemas del alojamiento de masa, si se plantea a escala urbanstica, no puede prescindir de la efectiva realizacin de una relacin aceptable entre nivel del salario y cuanta del alquiler. Le Corbusier, en su intervencin (La parcelacin del suelo urbano), tambin ampla el tema que tienen delante los congresistas, presentndolo como contraposicin entre la ciudad-jardn, expresin de un individualismo disipador, y la concentracin urbana, desarrollo del espritu social y de la voluntad colectiva; y, tras sacar a relucir la inevitable relacin entre esfera sociopoltica y soluciones tcnicas para la ciudad, delimita el rea de competencia de los arquitectos refirindola a la demostracin concreta de las posibilidades y de las urgencias de orden arquitectnico y urbanstico, manifestando su confianza en una respuesta
poltica adecuada a las nuevas exigencias, para desbloquear el orden institucional vigente y, en primer trmino, el rgimen privatista del suelo 60. Ms marginal es la contribucin de Richard Neutra, que expone las razones de mercado que hacen de la casa unifamiliar el tipo de edificacin ms difundido en Estados Unidos (rapidez de construccin, fcil colocacin en el mercado mediante el pago a plazos -y, por tanto, menores riesgos para los empresarios- y ms fcil adaptacin a la demanda) 'jl. El tema previsto para el congreso de 1932 es Die Konstvuktive Stadt; la eleccin de la sede del Congreso, Mosc, se justifica por la enfebrecida actividad que se despliega en estos aos en la Unin Sovitica, donde el plan quinquenal prepara la realizacin de centenares de ciudades nuevas, con la colaboracin de arquitectos occidentales, y donde las ciudades histricas resultan afectadas por ambiciosos programas de renovacin. La comisin internacional de los CIAM estrecha sus relaciones con Ginzburg y Kolly, as como con May, Schmidt y Stam, que trabajan en la Unin Sovitica, mientras se establecen criterios unificados representacin del material cartogrfico a exponer en el congreso, las dimensiones de dibujos y diseos y los
60 Por lo que respecta a nosotros, arquitectos y urbanistas, debe efectuarse una transformacin radical como resultado de nuestras demostraciones y, por otro lado, como programa para nuestras obras: la concentracin de la propiedad del suelo en manos colectivas, verdadera revolucin del concepto sagrado de propiedad. En este punto, debemos demostrar (y conseguir que as se admita en gran medida) que ningn urbanismo moderno puede actuar sin tal concentracin. La propiedad se ha desmenuzado de manera indefinida. El Cdigo consagra el carcter inalienable de la propiedad; y as, la propiedad dividida, que favoreci quiz (y slo en apariencia) a los pequeos propietarios aislados, condena inapelablemente al fracaso a cualquier tentativa de mejora colectiva. Le Corbusier: La parcellizzazione del su010 urbano, en C. Aymonino (ed.): L'ahitazione razionale. Atti dei Congressi CIAM 1929-13-30, Padua, 1971. Las actas del Congreso de Bruselas pueden verse en Rationelle Bebauungswesen, Stuttgart, 1931.
colores y signos convencionales a emplear (figs. 364-365). Entre tanto, en la Unin Sovitica parecen acentuarse los ataques a los arquitectos modernos, haciendo prever un giro oficial en cuanto a orientaciones culturales, coincidiendo con los resultados del concurso celebrado para el proyecto del palacio de los Soviets, un tanto dramatizados por parte de los arquitectos occidentales; la fecha del congreso se retrasa a la primavera del 33. En diciembre del 32, mientras en Alemania se precipitan los acontecimientos que configuran la nueva situacin poltica (en octubre los nazis han cerrado autoritariamente la Bauhaus), van Eesteren y Giedion se trasladan a Mosc para organizar la reunin, y all pueden confirmar personalmente las dificultades surgidas; en la primavera del 33 las autoridades soviticas hacen saber que no se encuentran en condiciones de preparar el congreso antes del siguiente ao. En este punto, descartada la idea de reunir a los miembros del CIAM en Varsovia, Argel o Miln (donde debe desarrollarse la Triennale), se acepta la propuesta de Breuer de convocar el IV Congreso en forma de viaje de trabajo a bordo de un buque en travesa desde Marsella a Atenas. El viaje se inicia en Marsella el 29 de julio, en el barco Patris I I D , con la participacin de cerca de cien delegados, pero con la ausencia de Gropius, Breuer y los arquitectos soviticos; por 1 talia intervienen Bottoni, Pollini, Terragni y Bardi. Durante la travesa se mantienen numerosas reuniones y se hace un balance de las condiciones de hecho en que se encuentran los centros urbanos, a travs de los ejemplos de 34 ciudades que se examinan sobre la base de una cartografa unificada (dos mapas a escala 1 : 10.000, el primero para documentar la residencia, las actividades productivas y las zonas pblicas equipadas, y el segundo para el examen del trfico y de la red de viales; y otro mapa a escala 1:50.000 en el que se representa la ciudad con sus agregados inmediatos, los enlaces extraurbanos y las caractersticas orogrficas y paisajsticas). Es lo
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que Le Corbusier define como una biologa del mundo, un cuadro objetivo de las vinculaciones estructurales e institucionales, una sntesis de las problemticas planteadas. Falta, en cambio, casi por completo, una confrontacin de las experiencias concretas de planificacin, y tampoco se trata de enunciar programas, cosa que se deja para un congreso sucesivo. En Atenas, donde todo este material se expone en las salas del Politcnico, se celebran reuniones oficiales, pronunciando conferencias van Eesteren, Giedion y Le Corbusier. Durante el viaje de regreso se intenta sacar algunas conclusiones del trabajo desarrollado: nace as un documento de constatacionew (que precisamente denuncia la voluntad de limitarse a los aspectos analticos de los problemas urbanos, sin tratar de delinear los elementos de una poltica urbans tica comn) En este sentido, no hace ms que aplazarse una verdadera conclusin. Que ver la luz ocho aos despus, en Pars, con la difusin del documento annimo que lleva por ttulo La Carta de Atenas 63,precedido de un noble prefacio firmado por el escritor Jean Giraudoux ". La Carta de Atenas, que tras
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1933, los nmeros de septiembre de 1933 y de mayo de 1934 de la revista Quadrante, y adems el reciente nmero monogrfico de Parametro de diciembre de 1977. 63 Cfr. Urbanisme des CIAM. La Charte dJAthknes, Pars, 1943 (traduccin italiana, La Carta d'Atene, Miln, 1960). NO hablamos del cielo -comienza diciendo Giraudoux-, para el cual no hay mtodo que valga. Pero puesto que todo hombre posee la Tierra y todo ciudadano posee su Pas, con el mismo ttulo que todos los dems hombres o ciudadanos, no existe poltica humana y nacional ms que en la ambicin de hacerles fcil y real el ejercicio de esa igualdad. A cada hijo que nace, la Patria le debe el mismo don de bienvenida: ella misma, en su conjunto, sin restricciones, y una Patria grande no se distingue solamente por la grandeza de su naturaleza y de su espritu, sino tambin por la posibilidad de acercamiento a quienes la forman y por la facilidad concedida a stos para que disfruten de ella. Por otra parte, solamente en tal condicin,
el anonimato esconde la inagotable iniciativa de Le Corbusier, denuncia incluso la mano de ste en la compaginacin y en la formulacin de los 95 puntos doctrinales y programticos, que engloban algunas de las cconstataciones del 33. A una primera parte que enuncia algunas observaciones generales sobre los centros urbanos y los mbitos regionales de competencia (desde el punto 1 al punto 8) sigue una segunda parte (del 9 al 70) sobre el estado crtico actual de la ciudad en la que se pasa revista a los cuatro sectores de la organizacin urbana definidos por Le Corbusier (vivienda, tiempo libre, trabajo y trfico) y a los problemas de los centros histricos, acompaando la denuncia de las insuficiencias existentes de una serie de peticiones (debemos exigir); la tercera parte (del punto 71 al 95) contiene los puntos doctrinales que se corresponden parcialmente con las constataciones del 33. Si se exceptan las afirmaciones relativas al patrimonio histrico -en las que, quiz por vez primera en el seno de las indagaciones del Movimiento Moderno, se precisa el principio de la conservacin ntegra o de un juicio circunstanciado sobre su sustitucin-, no existen en la Carta de Atenas elementos de novedad respecto del pasado. Pero este documento sobre la construccin de la ciudad moderna -escrito cuando media Europa se encuentra bajo el tiro de las bateras y sufre los bombardeos areos- es importante precisamente porque no constituye ni un manifiesto ni un prontuario de diagramas o de modelos tericos, sino que se limita a fijar una serie de principios bsicos: una especie de cdigo de comportamiento y una indicacin de mtodo para los urbanistas, una pista u orientacin para las investigaciones y una plataforma para las intervenciones concretas. A partir del 33 la actividad de los CIAM disminuye, como consecuencia de las dificulsustrados, pues, sus propios tesoros a relicarios y peregrinaciones, la Patria se vuelve hacia la vida cotidiana con sus certidumbres y hacia el porvenir con sus aventuras. Prefacio de Jean Giraudoux a La Carta dJAtene, trad. italiana cit.
tades internas y externas con que tropieza el movimiento. El V Congreso se celebra en Pars el ao 36, sobre el tema de la vivienda y el tiempo libre (la correspondiente documentacin, recopilada por Le Corbusier, se publica al ao siguiente con el ttulo Logis et loisirs) ". El VI Congreso, cuya celebracin estaba prevista en Estados Unidos, se ve frustrado por el comienzo de la segunda guerra mundial 66.
Volviendo a examinar el conjunto de las investigaciones que hasta la redaccin de la Carta de Atenas se orientan, a las diversas escalas, hacia la construccin de la ciudad, podemos tratar de deducir el significado y la metodologa de la <<ciudad racionalista que se perfila, ms all de la fragmentariedad de las hiptesis y de las realizaciones, en una sntesis ideal de convergencia sobre algunos presupuestos comunes. Qu compromisos regulan la definicin de los esquemas y de los tipos de intervencin para la ciudad moderna? Qu relacin se quiere establecer entre la organizacin del espacio y la fenomenologa de la vida social? Segn la concepcin de Gropius, de Le Corbusier y de los arquitectos de los CIAM, la arquitectura est integrada en tanto en cuanto sea coherente con el desarrollo evolutivo de los procesos vitales biolgicos y sociolgicos del hombre y con las funciones de la sociedad. La arquitectura es la traduccin inmediata de los comportamientos humanos y sociales: traduccin cuantitativo-cualitativa que depende, por tanto, no de una representacin pasiva de la realidad, no de una asuncin de los niveles distorsionados de
B y f r . Logis et loisirs, Pars, 1937. Otros congresos CIAM se celebrarn en Bridgewater, en 1949 en Brgamo, en Hoddesdon, en 1953 en Aix-en-Provence, en Dubrovnik y, finalmente, en 1959 en donde se disuelve la organizacin.
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la demanda social, sino de la individualizacin correcta de las necesidades. Es preciso poner orden tanto respecto de las necesidades como respecto de la realidad fsica: la exigencia de una clasificacin simple es el punto crucial de transicin desde una anarqua fsica y social a un equilibrio tico-existencial que constituye, por s mismo, condicin imprescindible de la nueva polis de la era moderna. Viene a ser la sociologa elemental de Gropius, que se atiene a los resultados cientficos obtenidos por el estudioso alemn Mller-Lyer, expuesta en el curso de su intervencin en el CIAM 11 de Francfort; es tambin la distribucin cuatripartita de las actividades humanas mantenida por Le Corbusier y expresada despus con el mismo carcter apodctico y absoluto en sus proyectos experimentales. Identificado un modelo de individuo, con sus necesidades cuantificables -segn el axioma igualitario de la unidad bio-psicolgica de todos los hombres, que por otra parte tiene la funcin histrica de poner en crisis viejos parmetros ideolgicos de juicio-, se describen sus comportamientos tpicos, para deducir de aqu espacios-funciones que resulten congruentes con ellos. Incluso la familia y los grupos humanos se estudian bajo el signo de lo biolgico, ms que bajo el aspecto de lo poltico: la sociabilidad, la politicidad, no se asumen como elementos problemticos, en continua conflictividad, sino como expresin de funciones que trascienden de los propios individuos. El hombre, la sociedad, se presentan ahora verdademente ccarentes de historia, pero no tanto en el sentido de que los modelos que los encuadran afirmen su existencia en un limbo impreciso o en una realidad no plausible, sino ms bien por el hecho de que se tratan de esquematizar y de hacer absolutos los parmetros de esta realidad: es decir, se refiere el hombre biolgico a la satisfaccin de necesidades antes negadas por la historia, pero se tiende a considerar a estas ltimas como elementos separados y objetivos; mientras, de manera determinista, se aslan las funciones de la
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sociedad humana, en el seno, ciertamente, de la civilizacin contempornea, pero separndolas de las incoherencias y de las contaminaciones en cuyas redes se han visto cogidas para hacerlas converger en actividades separadas espacial y temporalmente. Es evidente que el sistema social vigente, despojado de sus contradicciones contingentes, consideradas como nica negatividad del desarrollo, y anticipado en su propia racionalidad interna, sigue siendo el punto de referencia de esta construccin terica; es natural que en la lnea de esta actitud cientfico-positivista la divisin del trabajo se presente no tanto como un dato incontestable, o que se da por supuesto, de la sociedad industrial, sino ms bien como un paradigma ejemplar con el que confrontar la arquitectura y la ciudad. Este paso del Movimiento Moderno, el anlisis de las necesidades y su clasificacin tipolgica, es quiz la nica va, en aquel momento histrico, para recuperar sin incertidumbres una visin lcida de la realidad; pero resulta inevitable que este programa se ponga en prctica y se objetivice -en los proyectos, en las realizaciones, en su difusin terica- con una especie de reduccin en cuanto a la misma densidad de los contenidos de la indagacin y respecto de sus mismos mrgenes de posibilismo. Ahora podemos tratar de recapitular los pasos ms significativos conseguidos por el Movimiento Moderno, siguiendo las huellas de estas premisas. Hay que volver a insistir aqu en la definicin de los varios niveles de estudio y en sus relaciones orgnicas internas: la clula habitativa, las tipologas edificativas, el barrio residencial, la ciudad. Este es un dato casi constante de la investigacin, tanto cuando su recorrido procede de lo particular a 10 general, como sucede en la obra de Gropius y de los arquitectos alemanes, como cuando se nos muestra aparentemente destruido por la evidencia alcanzada por la sntesis formal-estructural a gran escala, como es el caso de algunos de los proyectos ms notables de Le Corbusier.
En esta articulacin de niveles, la residencia tiene el puesto de honor. Se trata de esclaracer los trminos de la estructura de la unidad de habitacin, en la conviccin de poderla decantar a partir de las sedimentaciones histricas y de los hbitos de la prctica profesional, para llegar a los principios bsicos de la organizacin del espacio. Se estudian y se confrontan las disposiciones interiores de los apartamentos, las relaciones de compatibilidad entre las varias funciones elementales y los recorridos que de ellas derivan, y las economas de gestin y de manutencin, en un equilibrio entre costes y prestaciones; cuantificados los volmenes y las dimensiones, se profundiza en los estudios sobre insolacin, sobre ventilacin, sobre la disposicin del mobiliario, sobre los bloques de los servicios interiores y sobre una serie de parmetros que inciden marcadamente sobre las condiciones de utilizacin en relacin con la escala reducida de los ambientes considerados. Desde la definicin de las clulas elementales de base, escalarmente crecientes en funcin de las dimensiones prevalentes de las unidades familiares, se llega, mediante agregaciones en vertical o en horizontal, y mediante la introduccin de elementos de conexin y de servicio comn inter-alojamientos (entradas, escaleras, corredores, galeras, ascensores), a individualizar una serie de tipologas edificativas especficas (edificios unifamiliares en hilera, edificios de varias plantas, aislados o en lnea, casas altas, etc.), cuyas capacidades y posibilidades organizativas de conjunto (relaciones con los~accesos viarios, densidad edificativa de los bloques y, por ende, densidad de poblacin) se ponen de manifiesto mediante verificaciones suceslvas. El siguiente paso, lgico y prctico, afecta a ia composicin de la residencia en la ciudad y conduce a posibilidades nuevas, que en parte derivan de las hiptesis iniciales: all donde las enucleaciones tipolgicas puestas a punto tienden ya estructuralmente a contestar los modelos de agregacin tpicos
de las ciudades tradicionales, su utilizacin radical y casi diagramtica excluye todo posible compromiso. Desvinculando urdimbre viaria y tipos edificativos se rompe una asociacin tradicional sobre la que se ha fundado la ciudad decimonnica: en lugar de un canal que hace promiscuos todos los recorridos y que subordina la residencia a las funciones fuertes, es decir, a las comerciales y terciarias, que monopolizan o absorben el espacio pblico, se proponen composiciones articuladas donde se recuperan valores residenciales complementarios de la vivienda y jerarquas espaciales precisas entre funciones privadas residenciales y funciones pblicas, de signo distinto pero homogneamente orientadas a lo social. Las funciones pblicas, es decir, los servicios generales necesarios para la vida colectiva, encuentran dimensiones y espacios precisos, dejan de estar subordinadas a decisiones tomadas a posteriori y, por tanto, tampoco quedan sometidas a recuperaciones de espacios casuales en las mallas sofocantes de la ciudad, disponiendo en cambio de una sede funcionalmente identificada, adaptada a su cualificacin especfica. De este proceso surge esa dimensin ms fcilmente mensurable y tipificable a la escala intermedia de la organizacin urbana: el barrio, en el que las funciones sociales, sobre todo, pueden ser clasificadas y analizadas cientficamente en su naturaleza y exigencias, y pueden ser llevadas a soluciones ambientales controladas a travs de su correspondiente traduccin espacial. Hasta este punto, hasta la organizacin de la dimensin del barrio, este proceso puede ser controlado en la prctica. Sin embargo, ms all de tal frontera el terreno sigue quedando todava inexplorado, salvo por lo que se refiere a algunos sondeos verticales. La construccin de la ciudad, que en la praxis urbanstica decimonnica tarda (Stbben, por citar un nombre) ,se concretaba en la trada solar-manzana-ciudad (legible en ambos sentidos), en el planteamiento del Movimiento Moderno se ha traducido ya en la secuencia clula-tipo edificativa/barrio/ciu-
dad; no obstante, mientras que en la prctica tradicional la relacin interna entre los tres niveles se esclareca en trminos absolutamente funcionales y homogneos, segn el modo de produccin capitalista, en las investigaciones del Movimiento Moderno la relacin barrio-ciudad, ltimo paso de una cadena de niveles congruentes y no indiferentes entre s, queda totalmente por explicitar y por verificar 67. Ciertamente, el mtodo de composicin aplicado a las Siedlungen puede estar pensado como dispositivo abierto para implicar a toda la ciudad y concebido para racionalizar los efectos de la concentracin humana de la metrpoli industrial, pero queda en las mrgenes de sta como producto realizado, que tampoco se completa en explcitas formulaciones ulteriores, capaces de precisar tambin la relacin, con el plano terico, con la ciudad antigua, que entre tanto permanece abandonada a procesos de recomposicin y de reagregacin funcional que acentan la lgica capitalista de divisin del espacio urbano. El material producido por los estudios ms rigurosos y avanzados de estos aos -ilustrado en parte en los prrafos anteriores de nuestra exposicin y en parte examinado al considerar las realizaciones llevadas a cabo en cada uno de los pases concretos, cosa que se hace en los Captulos sucesivos- constituye, de todos modos, una conquista fundamental y representa un paso
[ . . . 1 la definicin de los elementos parece por ahora el paso decisivo, porque sirve para romper los hbitos heredados de la cultura tradicional; as, el Movimiento Moderno, en un primer momento, se ve inducido a subestimar los problemas de la composicin de conjunto que se concibe como un proceso casi deductivo de montaje. Este defecto de experiencia se corrige cuando se llega a compromisos o empeos concretos; pero entre tanto el Movimiento Moderno deja de ejercer una accin de encuadramiento urbanstico propiamente dicho, mientras est en marcha una masiva actividad que cambia el rostro de las ciudades europeas. L. Benevolo: Storia dell'architettura moderna, cit., pgina 549. Vase tambin, a este respecto, L. Benevolo, T. Giura Longo y C. Melograni: La progettazione della cittd moderna, Roma-Bari, 1977. .
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decisivo, incluso por el empeo de verificacin puesto en prctica en concretas situaciones poltico - administrativas, donde ello resulta posible. Creemos que es posible reconocerlo as, aunque sea sin ocultar las ambigedades y contradicciones que surgen, en el origen mismo de la indagacin, de las interdependencias establecidas entre nuevo modo de habitar y exigencias de la reproduccin en el mbito de la estructura econmica dominante "; como tambin de la desnaturalizacin y de la reduccin de gran parte de aquellos resultados a travs de la fcil rigidizacin de una metodologa tendencialmente abierta en una preceptiva reifincante (que vuelve a conciliarse, en muchos aspectos, con la prctica tradicional), que luego se convierte en premisa para el saqueo sistemtico y la desviacin en sentido nico de los nuevos niveles de economa de la vivienda y, por tanto, de la nueva relacin entre costes y beneficios, en funcin de unos mrgenes mayores de beneficio inmobiliario y de la produccin de la mercanca-casa 69.
m Afirma, acertadamente, Emilio Battisti: Al nivel tipolgico de la clula y del barrio, la contradiccin caracterstica viene representada [ .. . ] por la diferencia existente entre el valor del trabajo que los miembros de la familia prestan para llevar adelante directamente la gestin familiar, sustrayendo tal trabajo, que se desarrolla en el interior de la casa, a las leyes del mercado, y el valor del trabajo que los miembros de la familia realizan para adquirir los recursos necesarios para encomendar a otros, en todo o en parte, aquella tarea. Y aade: La clula de habitacin tipo aparece dimensionada para un modelo de familia que est ntegramente consagrada al trabajo dependiente: sanciona la familia obrera y no slo el origen salarial de su propia renta; sanciona y hace considerar el trabajo de la mujer, reduciendo al mnimo los problemas de administracin y manutencin domsticas. Lleva al exterior del espacio habitado una serie de tareas que constituan la sustancia de la "economa domstica" y proclama el valor de servicio colectivo de sta. E. Battisti: Avchitettuva, ideologa e scienza, Miln, 1975, pgs. 47 y 43. 69 Valga por todos el ejemplo de la reduccin de los stndards de los alojamientos que los racionalista~haban situado dentro de un discurso complejo, en el que entraban la redencin de la condicin femenina, una renovada eficiencia del aloja-
new towns.
De las corrientes del pensamiento anglosajn nacen algunas hiptesis metodolgicas y de intervencin que se aglutinan para formar una direccin que podemos definir genricamente como de urbanismo orgnico, pero en cuyo seno tambin cabe contar aportaciones de pensamiento bastante diversas entre s, por un lado tendentes a contraponerse a las formulaciones del urbanismo racional (y especialmente a Le Corbusier)
miento mismo y la tentativa de colocar el discurso de la "minimizacin" en el mbito de la reivindicacin de la casa para todos, es decir, en el mbito de una solucin general del problema de la vivienda, y que, en cambio, aislado de su contexto, ha quedado reducido a menudo a esquematizaciones banales, siendo utilizado a todos los niveles de la especulacin del suelo y de la construccin dentro de la lgica del aumento de los beneficios y las rentas. A. Rossari: Gli studi di Alexandev Klein e il movimento vazionalista, introduccin a la obra de A. Klein: Lo studio delle piante e la pvogettazione degli spazi negli alloggi mnimi, cit.
Figs. 366 y 367. Disposicin planimtrica en cul-de-sac en la Melbourne Court, en Welwyn, y vista de la Handside Close. Figs. 368-371. C. A. Perry, planta de una neighborhood unit (1929); E. G. S. Eliot, plano terico de una neighborhood unit; planta de Radburn con indicacin de las unidades vecinales, y planimetra de un grupo de viviendas.
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y por otro, en cambio, propensas precisamente a integrar los resultados de ste. Las premisas de que parten estas tendencias pueden referirse a las temticas antimecanicistas de la sociologa norteamericana (que no son independientes de los precedentes constituidos por una cierta direccin de las teoras sociales alemanas de finales del XIX,a cuyo efecto se puede recordar el nombre de Tonnies, por ejemplo) y, en el plano disciplinar, en trminos muy generales, a las primeras experiencias del garden suburb. La tesis central de esta teora concreta en la familia la unidad de base, como institucinmicrocosmos que estructura las agrupaciones humanas y que constituye el elemento natural de control social en un mbito ms amplio localizado en el vecindario (neighborhood), en el que se instituyen las relaciones entre las unidades familiares: la prueba ex contrario de esta presuncin la proporciona la desintegracin de la vida institucional que se manifiesta en las reas degradadas (en los slums) como consecuencia de las insuficiencias o de las violaciones de la cualidad del espacio de relacin. El socilogo Charles Horton Cooley, autor de un texto de notable influencia, Social Organization, publicado en Nueva York en 1909, pone en relacin, por ejemplo, el crecimiento de los ndices de criminalidad, no solamente con la degradacin en s del ambiente de vida (una conclusin que ya haban hecho suya los pensadores sociales burgueses desde mediados del XIX en adelante), sino tambin, y sobre todo, con el grado de desorganizacin social de las reas urbanas 70. Ms en general, se argumenta que los valores codificados de la sociedad son puestos en peligro por la relaEn relacin con la explicitacin de estas teoras podemos reconocer con claridad, en el apostolado sobre el terreno de algunos reformadores decimonnicos, como Jane Addams en Chicago, Octavia Hill y el cannigo Barnett en Londres, una funcin de animacin social de la vida de los barrios proletarios, orientada a la reconstruccin del tejido social, ms que del fsico, de la ciudad industrial.
jacin de las relaciones primarias (la Gemeinschaft de Tennies) y por la acentuacin de relaciones impersonales en torno a las instituciones secundarias. En Inglaterra, el ideal de un neighborhood plannizg basado en una hiptesis interclasista, en la cooperacin entre grupos sociales e individuos de diversa extraccin de clase y distintas capacidades profesionales -como antdoto de la oposicin entre las clases, de la divisin del trabajo y de la segregacin espacial que en la ciudad es, con frecuencia, su resultante-, es cultivado ya por Howard y asume contornos ms precisos en la obra de Unwin. En Estados Unidos es posible identificar ya una aplicacin de este concepto en el suburbio de Forest Hills, en Long Island, proyectado a partir de 1910 y cuya realizacin es patrocinada por la Russell Sage Foundation; mientras, por otro lado, un concurso de ideas convocado poco antes de 1915 por el Chicago City Club, para la definicin orgnica de un sector de 640 acres de la ciudad, ofrece ya elementos precisos de enucleacin funcional de una zona residencial 71. El mrito del perfeccionamiento de esta idea en los aos veinte se suele adjudicar a Clarence A. Perry, que formula y define el concepto de unidad vecinal (neighborhood unit) en el sptimo volumen de su Regional Survey of New York and Its Environs, para desarrollarlo despus, diez aos ms tarde, en su Housing for the Machine Age. Los contenidos sociolgicos a que hemos aludido se amplan en la formulacin de Perry, enlazndose con una serie de conceptos tcnicofuncionales, como puede ser la relacin entre estructuras del trfico (canales) y residencia, y entre esta ltima y equipamientos colectivos. Los requisitos de la neighborhood unit se identifican por las funciones sociales localizadas que pueden definirse en relacin con las necesidades de la vida cotidiana de la familia: escuelas elementales, pequeos
Cfr. A. Yeomans (ed.): City Residential Land Development, Chicago, 1916.
parques y playgrounds, tiendas de mbito local y ambiente residencial (bajo esta ltima expreSin se alude a la calidad de la arquitectura, a la disposicin de las calles, al arbolado de los espacios libres, en las calles y en los patios, y a la disposicin y el retranqueo de los edificios). Las dimensiones del vecindario habrn de calcularse, por tanto, teniendo en cuenta la poblacin escolar elemental, su permetro ser definido por las calles mayores (arteria1 roads), sus espacios libres habrn de organizarse destinndose a parques o a actividades deportivas, los equipamientos comunes (escuelas y otras instituciones compatibles) se reagruparn en un rea central, a no ms de 400-800 metros de distancia de las residencias, y las tiendas de artculos de primera necesidad se dispondrn en la periferia de la aglomeracin, en las proximidades de los centros comerciales y de servicios de otras neighborhood units. La red de viales externa y la de penetracin habrn de dimensionarse en funcin de las respectivas cargas de trfico previstas; los equipamientos colectivos sern accesibles a pie desde las viviendas, evitndose de modo riguroso cualquier tipo de interferencia con el trfico mecanizado. Perry, para ilustrar su punto de vista, proporciona tambin una serie de esquemas planimtricos y, en particular, muestra una aplicacin del principio de la unidad vecinal a una gran manzana urbana, tpica de la cuadrcula ortogonal de las ciudades norteamericanas (figura 368): el agregado orgnico posible mediante una actuacin planificada se pone de manifiesto por virtud del recorrido sinuoso de las calles interiores de servicio, con lo que el conjunto se desvincula de la rigidez del permetro que lo circunda, dando lugar a unos efectos paisajsticos que culminan en la ordenacin de los equipamientos colectivos 72.
C. Perry: The Neighborhood Unit. A Scheme of Arrangenzent for the Family Life Conzmunity, en A Regional Plan of New York and Its Environs, volumen VII, Nueva York, 1928.
El principio de la unidad vecinal es experimentado ya a finales de los aos veinte por el grupo de la Regional Planning Association of America, con el asesoramiento de Perry, en la barriada de Sunnyside Gardens, en Long Island (1924-28), y en el suburbio de Radburn, en New Jersey, iniciado en el 28, destinado a una poblacin de cerca de 7.500 personas, conforme a la dimensin de los distritos escolares previstos por las autoridades de Nueva York (figs. 370-371); en este ltimo caso, incluso, se alcanza un resultado ciertamente ejemplar que viene a establecer un canon cualitativo al que con frecuencia tratarn luego de aproximarse otras iniciativas anlogas. Ms tarde, los model suburbs de la Resettlement Administration establecidos en las inmediaciones de Washington, Cincinnati y Milwaukee sern tambin dimensionados y construidos conforme a esta misma hiptesis. En Inglaterra, la neighborhood unit se utiliza, entre otras ocasiones, en el proyecto para el gran complejo residencial de Wythenshave, cerca de Manchester (ms de 5.500 acres de terreno y cerca de 100.000 habitantes previstos). En este principio terico y metodolgico los urbanistas de la escuela anglosajona ven la ms eficaz respuesta prctica al gigantismo y a la ineficiencia de la- metrpoli superconcentrada; Mumford analiza sus posibilidades en funcin de la descongestin de las grandes reas urbanas y de la descentralizacin de algunas funciones terciarias; otros proponen su empleo incluso en la recualificacin y en la reestructuracin de las reas degeneradas del interior de la ciudad (ste ser el punto de vista adoptado por el plan de Londres de Forshaw y Abercrombie de 1943) 73.
'13 A este respecto, adems de las fuentes ya citadas, cfr. R. L. Reiss: Development by cul-de-sec, en {(Architect's Journal, noviembre de 1927; W. Russel Tylor: The Neighborhood Unit Principle in Town Planning, en Town Planning Review, julio de 1939; R. Calandra: La teora americana della neighborhood unit, en Metron, enero de 1946; L. Mumford: The Neighborhood and the Neigh-
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Para sus defensores ms convencidos, el barrio autnomo no es solamente un instrumento organizativo elemental, sino que puede y debe ser tambin un principio de organizacin y estructuracin formal de toda la metrpoli. Esta afirmacin implica el esclarecimiento de las modalidades de agregacin de las unidades vecinales en la estructura ms compleja de la ciudad, agregacin que no puede tener lugar de una forma mecanicista, con una indefinida adicin de elementos primarios hasta formar galaxias interminables, aunque no sea ms que porque estos elementos no incluyen ni toman en consideracin, como se ha visto, una serie de conexiones externas (como la que se da entre residencia y trabajo), cuya definicin es, en cambio, esencial para el funcionamiento del organismo urbanoy4. Por otra parte, al mismo nivel de la neighborhood unit quedan por analizar ms profundamente, como advierte el propio Mumford, algunos interrogantes tericos (el grado de autonoma) y tericoprcticos (la cuestin de la integracin social) 75. Es clara, por otro lado, la sugestiva fascinacin de esta formulacin, destinada a ejercer una persistente influencia, que a un cmodo dispositivo de referencia para la orgaborhood Unit, en Town Planning Review, enero de 1954. Y adems, F. y G. Gordon: Community Centres, Londres, 1946; J . Dahir: The Neighborhood Unit Plan: Its Spread and Acceptance, a Selection Bibliography, Nueva York, 1947. 74 Vase, en este sentido, A. Perelli: Poetiche del planning contempor2ne0, en Casabella, nmero 292, octubre de 1964, que incluye la visin urbanstica de Gropius dentro de la corriente orgnica. m A este propsito baste recordar cmo en Estados Unidos la National Association of Real Estate Boards -la asociacin para la defensa y revalorizacin de la propiedad inmueble- propone incluso que los neighborhood districts se conviertan en elementos institucionales de gestin de la ciudad (distritos sanitarios, de servicios, fiscales), o sea, en la prctica, en jaulas o prisiones sociales estabilizadas. La neighborhood unit se contempla, pues, con la misma ptica que el zoning, es decir, como factor de definicin del valor de la propiedad.
nizacin de determinados niveles espaciales asocia el renacimiento de la ideologa comunitaria, despojada de su utopismo -y en cierta medida de su anti-urbanismo sutila la luz de una metodologa emprico-cientfica orientada a la cuantificacin de los datos y a la constancia de las relaciones. Dan testimonio de ello, adems de las orientaciones ms responsables, incluso algunas degeneraciones ingenuas o falseadoras de esta formulacin. En este sentido valga citar, por todas ellas, la versin del urbanismo orgnico elaborada por el francs Gaston Bardet, ejemplo lmite, quiz, de legitimacin abstracta e inconsistente de elementos discontinuos y limitados del anlisis sociolgico. Bardet identifica, como mbito histrico de coincidencia entre espacio fsico y espacio social, tres chelons communautaires, tres niveles de organizacin comunitaria (el nivel patriarcal, constituido por un grupo de familias unidas por una solidaridad biolgica y por una estrecha contigidad fsica; el nivel domstico, integrado por cierto nmero de familias, de 50 a 100, reunidas por la convergencia econmica de los aprovisionamientos de artculos de primera necesidad para el mnage; y el nivel parroquial, la barriada de 3.000 a 5.000 habitantes que se aglutina en torno a un elemento espiritual, alrededor de un centro simblico-institucional de vida en comn, en este caso la parroquia), y los vuelve a proponer como orden jerrquico bsico de su ciudad imaginaria, conforme a una visin lastrada por hipotecas ideolgicas tan pesadas como retardatarias 76. En la ptica de las indagaciones orientadas a analizar las relaciones ptimas entre funciones y estructuras fsico-espaciales -y con frecuencia dentro de la corriente ideolgica que une la ciudad-jardn, el principio de la neighborhood unit y el descentramiento planificado- podemos incluir los estudios propositivos de organizacin urbana de conjunto
m Cfr. G . Bardet: Pierre sur pierre, Pars, 1948, en parte recopilacin de diversos ensayos de poca anterior.
(figs. 372-378). Paul Wolf, por ejemplo, en sus trabajos de investigacin publicados el ao 19, presenta un esquema para una triple ciudad-jardn de 100.000 habitantes, formada por tres unidades distintas enlazadas por sus ejes primarios a un foro central; el tejido urbanizado aparece formado por viviendas de dos plantas, reforzado por casas de cuatro pisos dispuestas a lo largo de las calles principales ' l . El esquema del americano Mhitten, del ao 23, apunta a un descentramiento de la ciudad central mediante ncleos satlites autnomos, en una ejemplificacin en la que cobran marcado relieve las infraestructuras de los transportes de masa. Adolf Rading propone un crecimiento territorial equilibrado mediante el bloqueo del desarrollo impuesto a la ciudad centra1 (1924). La singular propuesta de E. Gloden para una colonizacin planificada (1923) se basa, en cambio, en clulas urbanas diferenciadas por funciones (ciudad administrativa, ciudad acadmica, ciudad del comercio al por mayor, centro artesanal organizado en el ncleo medieval restaurado, ciudad-estacin), enlazadas en forma de red dentro de un territorio salvaguardado para su destino a la produccin agrcola. Raymond Unwin, sin duda con un ojo puesto en el caso de Londres, se preocupa una vez ms de subrayar la conveniencia del desarrollo por satlites, racionalizando la ciudad central con la previsin de una zona industrial servida por el ferrocarril, y enlazando los centros residenciales autosuficientes con el centro de los servicios comerciales y terciarios a travs de los barrios perifricos de primera expansin. Ms ingenuo es el esquema de la model town designed for traffic expuesto por A. T. Edwards el ao 30, a base de sectores radiales ampliables hacia el exterior a lo largo de arterias
P. Wolf: Stadtebau, Leipzig, 1919.
de diversa capacidad. En estos aos se ponen tambin a punto esquemas similares, ms o menos conocidos, por parte de E. De Groer, T. Adams y otros; dentro de esta categora de propuestas podemos incluir tambin la ciudad lineal de Miliutin y el plan de Le Ccrbusier para los tres asentamientos humanos 78. Como puede comprenderse fcilmente, se trata en la mayora de los casos de aserciones sistemticas que llevan a sus consecuencias extremas, en trminos lgico-estructurales, un determinado principio organizativo de la ciudad (el trfico, las funciones reducidas a trminos simples, etc. ): propuestas congruentes que, por una parte, tienen el valor de sistema cognoscitivo de la realidad y, por otra, el de modelos con. los que confrontar el irracional desarrollo urbano, con la idea de reducir los riesgos que ste comporta y de planificar un equilibrio. Aunque respecto de las investigaciones que parten de la organizacin de la residencia y de los servicios para integrar sus resultados en organizaciones ms complejas -dejando, por lo dems, una zona de sombra en cuanto atae a la definicin de los niveles metropolitanos superiores-, los estudios de este tipo, si bien se analizan, mientras se preocupan de un equilibrio de conjunto, ignoran, en cambio, cuanto se refiere al orden interno de las partes funcionales.
4.
Las actuaciones sobre la ciudad y la planificacin urbanistica en los dos decenios de entreguerras
.Cmo podemos valorar la produccin arquitectnica y la actividad urbanstica del perodo comprendido entre las dos guerras?
m A este respecto puede verse T. A. Reiner: Utopa e urbanistica, Padua, 1967.
Figs. 372-378 (en la pagina opuesta). Modelos tericos de ciudad elaborados por P. Wolf (1919), R. Whitten (1923) y A. Rading (1924); los esquemas de colonizacin de E. Gloden, fragmento de aglomeracin y esquema regional (1923); esquema de organizacin propuesto por R. Unwin (1919-22); la model-town de A. T . Edwards (1930).
tamente por el Estado. Pero asistimos igualmente a aplicaciones desviadas y parciales de los mtodos del racionalismo y de las mismas temticas del barrio suburbano derivadas de la corriente de la ciudad-jardn -en funcin del mercado y junto a la praxis tradicional-, en el crecimiento perifrico de la ciudad: algunos criterios de racionalizacin de los tipos edificativos y de organizacin del tejido urbano estudiados por el Movimiento Moderno sirven para perfeccionar la extraccin del plusvalor del suelo, mientras que los mdulos de la ciudad-jardn, desligados de toda perspectiva de aligeramiento de la ciudad monocntrica, vienen a caracterizar a algunas expresiones de la periferia de la burguesa media. No obstante, el impacto de las investigaciones del Movimiento Moderno se advierte en la consideracin, cada vez ms consciente, de los elementos que caracterizan a la vida colectiva, como son los equipamientos escolares o los centros de barrio, aunque todo ello se realiza conforme a una gama de soluciones diversas, segn las particularidades locales, los hbitos y costumbres, y las posibilidades concedidas por las reglamentaciones vigentes y por la presencia de la iniciativa pblica 'O. En las intervenciones a mayor escala llevadas a cabo en los centros antiguos prevalecen criterios de proyecto todava ms tradicionales, all donde continan proponina0 Comenta Giuseppe Samonh: Se fue creando, de hecho, en el desarrollo de la ciudad, una grave discrepancia cualitativa entre las estructuras realizadas por las corrientes racionalistas en un campo limitado, en el que fue posible hacer prevalecer una revisin de las tipologas edificativas, fundadas ahora en valores que asuman las formas concebidas como expresin inmediata de relaciones espaciales correspondientes a determinadas funciones, y todas las dems estructuras ms extendidas, en las que prevalecieron los intereses del mundo oficial, que penetraba ampliamente en toda obra de la actividad urbanstica con sus criterios restringidos y actuaba por ignorancia, por presuncin escptica, descuidando las instancias ms generales e importantes que la renovacin de la ciudad iba planteando. G . Samoni: L'urbanistica e lJavvenire delle citth, Bari, 1960, pgs. 78-79.
181
dose derribos y demoliciones por directrices (en Madrid, en Bruselas, etc.); en tales supuestos puede apreciarse, si acaso, que en la rgida recompactacin de la malla urbana, por lo regular afectada por los plusvalores de densidad edificativa que son premisa y consecuencia de estas operaciones, la mediacin academicista pierde el papel formalizador a escala urbana que con tanto esfuerzo ha mantenido a todo lo largo del siglo XIX. La sustitucin de partes enteras de tejido urbano para introducir elementos nodales de carcter, por lo general, terciario, resulta, en conjunto, infrecuente, y ha de referirse a formas particulares de concentracin del capital o del poder poltico (Estados Unidos, Inglaterra, la Italia fascista); en cambio, es habitual la reconstruccin edificio por edificio, o por incorporaciones de propiedades, de las reas centrales, con una acentuacin incontrolada del proceso de terciarizacin en la inmensa mayora de los casos. Son bastante raras las intervenciones planificadas de saneamiento urbano con aclaracin de las manzanas, reconstrucciones parciales o restauraciones; por tal razn, el saneamiento del centro de Kassel se convierte en punto de referencia obligado en la literatura especializada; mientras, en Italia, en vsperas ya de la segunda guerra mundial, pueden sealarse dos aplicaciones, aunque un tanto desfiguradas, de las teoras de Giovannoni en los proyectos de saneamiento de las ciudades viejas de Bari (que no pasa del papel) y de Brgamo (que slo se ejecuta parcialmente) 'l. Esta permanencia -o evolucin naturalde la praxis tradicional no nos impide, sin
Esta praxis hibrida se refleja en ciertos manuales de carcter mixto en auge en este perodo. Citemos, al solo ttulo de ejemplo: C. B. Purdom: Town Theory and Puactice, Londres, 1921; E. Joyant: Trait d'urbanisme, Pars, 1923; A. Rey, J. Pidoux y C. Barde: La science des plans des villes, Pars, 1928; M . Dikansky: La ville moderne, Pars, 1927. Para una resea de planes reguladores del perodo, hasta el 35, puede verse B. Schwan: Stadtebau und Wohnungswesen deu Welt, Berln,
embargo, reconocer tambin aqu los elementos de novedad sedimentados, incluso en sus mismas contradicciones, por decantacin de los logros metodolgicos ms avanzados de la primera posguerra. En la planificacin urbana se generaliza el empleo del plan regulador y se perfeccionan sus dispositivos de aplicacin. La forma especfica asumida por el plan es ahora la de una organizacin por reas (en vez de la prevalente organizacin por elementos y configuraciones espacioplanimtricas, como en los planes decimonn i c o ~ ) ' ~es , decir, por sectores espacio-funcionales que tienen por objetivo el distinguir las diversas funciones, regulando en relacin con ellas el uso del suelo, mediante ndices o tipologas edificatorias, para armonizarlas en un organismo unitario. La clave de esta formulacin viene constituida precisamente por la zonificacin por funciones (residencia, industria, servicios generales, etc.), si bien conviene observar que se consigue aplicar solamente a las previsiones de crecimiento, mientras que por lo general se da por fijo e inmutable (es decir, no modificable ni tan siquiera sujeto a mutacin) el estado de hecho de la ciudad existente. Para que la congruencia recproca de las funciones sea realizable es preciso que cada funcin sea, ante todo, congruente en s misma, es decir, que resulte exactamente proporcionada a la realidad existente, o mejor, a su proyeccin evolutiva: he aqu que ahora el aparato analtico ya empleado en las formulaciones ms avanzadas de la prctica decimonnica tarda (y sobre todo en Alemania y en Inglaterra) se ve potenciado, ya sea ensaqchndose sus fronteras (es decir, tomando en consideracin los datos fsicos, geolgicos, climticos, edafolgicos, etc.), o bien incluyendo dentro de ellas indicaciones de previsin cara ;i1 futuro (en los sectores estadstico-demogrLa definicin en G. Di Benedetto: Intuoduzione all'urbanlstica, Florencia, 1977, del que hemos sacado algunas sugerencias para esta parte de nuestra exposicin y al que nos remitimos para un examen ms amplio de la cuestin.
1935.
Figs. 379 y 380. Anlisis funcional y topografa social de una ciudad francesa, elaborados por G. Bardet en 1936.
fico, econmico-productivo, etc.; figs. 379380). Esta ampliacin de la base cientfica del plan aparece como una conquista preciosa y lleva a menospreciar o a ignorar los aspectos dinmicos de esta realidad, asumida de manera positivista en una determinacin doblemente esttica, o sea, en la regularidad, que se da por descontada, de la evolucin de cada sector sometido a examen, y sobre todo considerando el plan como marco espacial de ordenacin, pero intrnsecamente pasivo y subordinado respecto de aquella realidad. Este carcter de prefiguracin de conjunto de una forma-estructura de la ciudad, que se declara como objetivo ad qzlem de convergencia y de organizacin de toda iniciativa pblica y privada -por ms que se vea inevitablemente desmentido por los procesos econmicos de produccin del espacio, por las insuficiencias del gasto pblico, por la anarqua constante de las opciones individuales y por las incertidumbres de la normativa jurdica-, no deja de dar lugar, sin embargo, a una articulacin del plan en dos niveles, al venir acompaado el plan general
de planes particularizados de actuacin, correlacionados con el primero en la intencionalidad de las opciones, pero en cierta medida dotados de un margen de autonoma respecto de las fases temporales y las posibilidades de formalizacin espacial de las alternativas, y en definitiva respecto de la concrecin de las instancias del mercado. Es el reconocimiento de un elemento procesal, de apertura respecto de la rigidez de la presunta congruencia del planteamiento estructural general; pero al propio tiempo es un elemento que deriva tambin de la madurada conviccin, filosfica adems de metodolgica, de una correlacin biunvoca, todava de tipo esttico ms que dialctico, entre las partes y el todo, de la posibilidad cientfica de descomponer el conjunto en una serie de elementos simples para recomponerlos despus en un resultado total. Por otro lado, aunque sea con destacadas excepciones, en muchos pases en grado avanzado de desarrollo surge una disposicin a afrontar en el plano poltico el nudo fundamental de la cuestin constituido por el ordenamiento privatista de la propiedad in-
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mobiliaria, nudo cuya disolucin a nivel terico se ha identificado, sin posibilidad de apelacin, como condicin precisa para la racionalidad del orden urbano y del mismo desarrollo capitalista; la cuestin de la remuneracin de las vinculaciones y, con carcter ms general, de la aplicabilidad y de la funcin social de la expropiacin, se considera como elemento de equilibrio, en general, de las relaciones entre renta y beneficio, es decir, de equilibrio en el desarrollo de los diversos factores del capital, como asimismo de equilibrio entre actuacin pblica y actuacin privada en la construccin de la ciudad. Decae el principio de la mxima valorizacin de la propiedad inmueble en cuanto nico medio de construccin de la ciudad; dicha propiedad sigue siendo un agente muy importante en la determinacin de las opciones posibles y en la construccin material de la ciudad, pero en el terreno de los principios queda subordinada ahora a la actuacin o intervencin pblica (posibilidad de imponer determinadas vinculaciones, expropiacin forzosa, etc.), que encuentra su convalidacin en la legislacin y en los planes. La ratificacin de la expropiacin como elemento de actuacin del plan se asegura en la prctica al ente pblico en algunos pases (como Holanda), y en otros aparece prevista a nivel legislativo (por ejemplo, en la misma Italia, con la ley del 42); en otros casos se delegan en entes autnomos amplias facultades de expropiacin, con vistas al suministro de bienes especficos o a la prestacin de servicios sociales 83.
m Y no tiene mucha importancia que el nuevo peso de la presencia pblica se manifieste todava en formas no coordinadas, a travs de intervenciones sectoriales, mal enlazadas a la estructura urbana de conjunto; lo que cuenta es la proporcin de las iniciativas y su capacidad de incidir, al menos en parte, sobre el mecanismo general de la urbanizacin, y sobre todo su capacidad para proponer finalidades diversas y ms amplias. La administracin pblica, en suma, se presenta tambin a nivel urbano como el candidato ms idneo para asegurar una expansin programada, es decir, racionalizada, a travs de la oportuna integracin del
Finalmente, para entender cabalmente la razn de que se vayan profundizando las disfunciones operativas, hay que dejar constancia de que, con posterioridad a la segunda guerra mundial, tendr un notable peso la acentuacin de aquella diversificacin ( o distanciamiento) institucional, slo excepcionalmente paliada por dispositivos de planificacin concertada, entre la atribucin de poderes de planificacin a los entes locales y la potenciacin de la produccin de bienes y servicios concretos propios de la organizacin civil (la vivienda de bajo coste, la sanidad, las infraestructuras) por parte del Estado, conforme a una divisin vertical por rganos de competencia.
5. Las aportaciones de los sectores especializados al conocimiento del territorio: la sociologia, la economia espacial, la geografia y la historia urbana
Para completar el cuadro que estamos delineando es preciso mirar tambin ms all de la prctica concreta de las intervenciones sobre la ciudad que se verifican en el perodo que consideramos en este volumen, para captar el sentido de una evolucin de conjunto de la disciplina urbanstica que madurar sobre todo en la posguerra, modificando o ampXando sus fundamentos tericos, sus instrumentos metodolgicos y sus esquemas operativos, y para captar el sentido mismo de las operaciones de anlisis y de planificacin llevadas a cabo sobre el territorio en su conjunto. Nuevas metodologas de indagacin y de conocimiento de los fenmenos urbanos y territoriales surgen en los aos veinte como aplicaciones especficas de tcnicas elaboradas, o en vas de formacin, en sectores ya consolidados de las ciencias humanas, la economa, la geografa, la estadstica, la socioproceso de produccin del espacio en el ms amplio proceso productivo capitalista . G. Di Benedetto, op. .cit., pg. 24.
loga, la historia, la administracin pblica. No hay nada todava que autorice a hablar, enjuiciando estas experiencias en relacin con las disciplinas propias del design, de la existencia de un trabajo interdisciplinar, y mucho menos de una distribucin coordinada de las competencias para integrar una sntesis unitaria. Las orientaciones predominantes de la arquitectura y el urbanismo han recibido las indicaciones de la medicina social y de la higiene ambiental, o han partido, desde Gropius a Perry, de elementales supuestos sociolgicos, tratando, en fin, de poner de manifiesto la necesidad de introducir modificaciones en el aparato institucional del rgimen del suelo; pero, de cualquier modo, se han mostrado inevitablemente reticentes frente a la posibilidad de renunciar a la posicin de autonoma histricamente atribuida al diseo como elemento resolutivo de la organizacin, y no slo morfolgica, de la ciudad. Por otra parte, las nuevas competencias son expresin de una divisin del trabajo intelectual que puede enlazarse, por un lado, a la creciente sectorializacin institucional de la investigacin y, por otro, al control autnomo de una parte de los sectores del capital sobre los procesos econmicos y sociales; y como tales, no solamente nacen inicialmente sin ninguna vinculacin directa con la prctica oficial de construccin de la ciudad, aunque sea confrontndose con sus efectos fenomnicos, sino que con frecuencia emplean incluso un lenguaje distinto, al que aquella prctica permanece impermeable. La exigencia de soldar estos bloques separados de competencias, articulando el planning conforme a niveles mltiples de definicin y programacin espacial-temporal de las intervenciones, en las que puedan confluir las aportaciones especializadas, encuentra en el perodo de entreguerras un terreno, cuando menos, de provocacin en los estudios regionales verificados sobre todo en Inglaterra y los Estados Unidos, dos pases en los que -entre otras cosas, y no por casualidad- es bastante
menor la incidencia de la matriz ideolgica del racionalismo. Entre los precedentes significativos de la sociologa urbana en el siglo XIX pueden indicarse las obras de los estudiosos alemanes (de Tonnies a Simmel) y los atisbos de Durkhein. Pero en un sentido ms especfico, cuando se habla de los orgenes de fa sociologa urbana se est haciendo referencia a la escuela de Chicago y a las teoras ecolgicas puestas a punto por Park, Burgess y McKenzie. Estimulado por las denuncias de los muckrakers, y tras haber ampliado sus estudios en Alemania con Windelband y Simmel, Robert E. Park es llamado en 1913 al departamento de sociologa de la Universidad de Chicago, al que tres aos despus llega tambin Ernest M. Burgess. Park y Burgess se proponen estudiar el ambiente humano de la ciudad, tratando de precisar, considerando la ciudad como un laboratorio social, las leyes y las modalidades de la distribucin de la poblacin en el territorio. En 1925 se publica un libro escrito por ambos estudiosos, en colaboracin con Roderick D. McKenzie, bajo el ttulo The City, que en parte recoge ensayos y trabajos publicados ya con anterioridad 84. La definicin que da Park del objeto de estudio -es decir, la ecologa humanapone de manifiesto la dependencia del trabajo respecto de los precedentes europeos de Darwin y de Haeckel, con la trasposicin al campo de los estudios sociolgicos de conceptos inicialmente empleados en biologa. Park identifica en la ciudad una serie de reas naturales con caracteres sociolgica o funcionalmente homogneos, a menudo con neta delimitacin espacial, como resultado de una competicin por el uso de los recursos fsicos y de la atribucin de valor que a ellos refieren los diversos grupos sociales, como resultado, en suma, del poder de los
Cfr. R. E. Park, E. W. Burgess y R. D. McKenzie: La cittd, Miln, 1967.
185
grupos en trminos econmicos y polticos 85. Pero Park integra el principio de la competicin entre los grupos sociales con el de la cooperacin interna entre los individuos que componen cada uno de esos grupos: y a partir de aqu Park pone de relieve las constantes que definen la identidad de grupo, los sistemas de valores internos que caracterizan a las reas naturales. Burgess ilustra el proceso natural de distribucin de la poblacin y de las actividades en un centro urbano con un diagrama en forma de anillos concntricos, a partir del ncleo central formado por las reas comerciales ms preciadas: desplazndose sucesivamente hacia el exterior se encuentra primero un rea de transicin ocupada por empresas comerciales y pequeas industrias, luego un rea residencial obrera, seguida de un rea residencial de nivel elevado y finalmente de una zona de residentes caracterizados por sus desplazamientos pendulares cotidianos, zona situada en reas suburbanas y de suburbios satlites (fig. 381). Burgess en85 Pueden interesar las observaciones de Park sobre las relaciones entre plan regulador y articulacin espontnea de la ciudad: El plan regulador [...] fija lmites y confines, establece en trminos generales la colocacin y el carcter de las construcciones ciudadanas e impone dentro del rea urbana una disposicin ordenada a los edificios erigidos por la iniciativa privada o por la autoridad pblica. Dentro de las limitaciones prescritas, de cualquier modo, los inevitables procesos de la naturaleza humana vienen a conferir a estas reas y a estos edificios un carcter que resulta menos fcilmente controlable. Por ejemplo, en nuestro sistema, fundado en la propiedad individual, no es posible determinar por anticipado la medida de concentracin de la poblacin que se tendr dentro de cualquier rea concreta. La ciudad no puede establecer los valores del terreno, respecto del cual abandonamos en gran parte a la iniciativa privada la tarea de determinar los lmites de la ciudad y la posicin de sus barrios residenciales e industriales. Los gustos y las ventajas personales, los intereses profesionales y econmicos, tienden indefectiblemente a separar -y, por tanto, a clasificar- a la poblacin de las grandes ciudades. De este modo la ciudad adquiere una organizacin y una distribucin de la poblacin que no han sido proyectadas ni controladas. R. E. Park, op. cit., pg. 8.
cuen tra una correspondencia de es te diagrama en la organizacin del rea de Chicago. Las investigaciones iniciadas por Park, Burgess y McKenzie se convierten en punto de referencia obligado de los anlisis sociolgicos de las comunidades urbanas, y en este aspecto, segn el consenso o el disenso a que dan lugar, provocan un notable florecimientos de-estudios importantes sobre la realidad urbana en Norteamrica 86. Un aspecto ms directamente conexo con la disciplina urbanstica es el que se refiere, en cambio, a las formulaciones que de ella derivan a propsito de las estructuras organizativas y funcionales de las ciudades. Por ejemplo, algunos es tudiosos tratan de contraponer a las teoras interpretativas de Burgess (consideradas demasiado elementales) hiptesis correctoras; poco antes de la segunda guerra mundial, Homer Hoyt formula la teora del desarrollo por sectores, llegando a la conclusin de que las reas industriales los ejes de tienden a constituirse siguiendo comunicacin y que en relacin con esta distribucin las reas residenciales se disponen en forma de sectores de arco, en particular cerca de los centros comerciales: en el interior de estos sectores circulares es donde se produce el fenmeno de la estratificacinmovilidad hacia el exterior de las clases de mayor renta En el 45 C. D. Harris y E. L. ~11-man reelaboran las observaciones - precedentes, exponiendo una teora del desarrollo por ncleos de funciones especializadas (residencia, comercio al por menor y al por mayor, administracin, recreo, etc. ; figura 382)88.
86 Citemos, al solo ttulo de ejemplo, entre los primeros estudios los siguientes: F. M. Thrasher: The Gang: a Study of 1313 Gangs in Chicago, Chicago, 1927; L. Wirth: The Ghetto, Chicago, 1929; H . Zorbaugh: The Goal Coast and the Slum, Chicago, 1929; R. y H. Lynd: Middletown: A Study in Contemporary Culture, Nueva York, 1929. H. Hoyt: The Structure and Growth of Residential Neighborhoods in Americalz Cities, Washington, 1939. C. D. Harris y E. L. Ullman: The Nature of Cities, en The Annalw, vol. 242, 1945.
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Las ltimas contribuciones citadas, si bien pueden enlazarse a las matrices de la ecologa urbana, se insertan tambin, por otro lado, en las corrientes de las teoras de la localizacin y de la economa espacial, que perfeccionan sus propios instrumentos en relacin, sobre todo, con las investigaciones llevadas a cabo respecto de los asentamientos industriales y comerciales. Las primeras expresiones de una teora de la localizacin industrial se inician con los estudios de Alfred Weber expuestos en Uber den Standort der Industrien, trabajo publicado en 1909 *'. La hiptesis general de Weber sobre la minimizacin de los costes de produccin se verifica a la luz de los factores territoriales: coste de los transportes de las diversas materias primas desde los lugares de origen hasta la fbrica, y de los productos terminados desde la fbrica hasta el lugar de consumo (en su forma ms elemental, para dos lugares de aprovisionamiento y un lugar de consumo, la resultante viene expresada por un tringulo localizador; figura 383), y coste del trabajo, a los que se aade la variable del ahorro de aglomeracin (economas externas, integracin horizontal y vertical de la produccin) Siguiendo las huellas de Weber, destacan tambin las aporRecurdense las elaboraciones pioneras de von Thnen (Der isolierte Stadt.. . etc., Hamburgo, 1926), pero ya bastante avanzadas, de las que hemos hablado en Historia del urbanismo. El Siglo X I X , l.", pgs. 240-41. Precedentes importantes son tambin los estudios de J. G. Kohl: Der Verkehr und die Ansiedlungen.. . etc., Leipzig, 1841, para la indagacin de las relaciones entre la ciudad y su traspas natural, y los de C. H . Cooley: The Theory of Transportation, en Publications of the American Economic Association, mayo de 1894, para las relaciones entre los transportes y la armazn urbana. 90 A. Weber: Uber den Standort der Industrien, Tubinga, 1909.
taciones de A. Pred6hlg1, que establece una distincin entre factores extraeconmicos y factores econmicos (renta del suelo, costes tcnicos de produccin y costes de transporte), y de H. Ritschl, que pone de manifiesto la existencia de un abanico ms amplio de variables de localizacin, actuando cada una de ellas en razn de sus costes especficos =. Movido por intenciones de inmediata operatividad, August L,osch publica en 1939 un tratado bastante ms exhaustivo, que viene a recoger toda la literatura especializada anterior, encuadrando sistemticamente la materia en toda la riqueza de sus articulaciones e interdependencias 93.
91 A. Predohl: Das Standortsproblem in der Wirtschaftstheorie, en Weltwirtschaftl. Archiv, XXI, 1925. 92 H. Ritschl: Reine und Historische Dynamik des Standortes der Erzeugungszweige, en Schmoller's Jahrbuch, 1927. 93 A. Losch: Die raumliche Ordnung der Wirtschaft, Jena, 1939. Comienza Losch precisando los que considera conceptos y problemas fundamentales: ubicaciones, sus relaciones de situacin, su forma (puntos, superficies), sus influencias (entre empresas concurrentes, entre empresas similares); territorios econmicos, confines entre territorios simples y entre sistemas de territorios. Se tratan despus los dos problemas de la formacin de las ubicaciones: lugar y origen de las ciudades (Stadt, una aglomeracin puntiforme de ubicaciones n o rurales) y de las zonas econmicas (Grtel). Y a continuacin se examinan en particular los dos sectores de la Standortlehre industrial y de la agraria, para llegar finalmente al planteamiento de las ecuaciones generales de equilibrio entre ubicaciones de la produccin, ubicaciones del consumo y relaciones recprocas. La segunda parte se ocupa de las "regiones econmicas" (Wirtschaftsgebiete): primero en condiciones simples (mercados, redes de mercados, sistemas de redes, redes de sistemas) y bajo el influjo de condiciones ms complejas (diferenciacin econmica, natural, humana, poltica); y luego sintticamente, tal y como se presentan en la realidad emprica, orgnicas y caticas. La tercera parte se ocupa del comercio, que se funda en la tendencia
Figs. 381-385 (en la pgina opuesta). La estructura de la ciudad por anillos, segn la hiptesis de E. W. Burgess, y su comparacin con la teora de los sectores y la de los ncleos mltiples; el tringulo localizador de A. Weber; distribucin terica de los centros de servicio regionales, y modelo hexagonal de las reas de servicio; la aplicacin realizada por W. Christaller a una regin de la Alemania meridional.
SECTOR THEORY THRZE GENERALIZATICNS OF THE INTERNA1 STRUCTURE O F ClTlES DlSTRlCT Centrol 8usineu Diitrict Wholesale Light Manufocturing Low-clou Residentiol 4. Madium-class Residentiol 5. High4asa Residential 6. H e a y Monufacturing 7. Outlying B~sineia Diitrict 8. Reiidentiol Suburb 9. lndustriol Suburb 10. Commuten' Zone
1. 2. 3.
v
ZONA D E I L A V O R A T O R I PENDOLARI
CDH-ELU
1945
HETZ
Las mismas teoras de la localizacin, pero examinadas tomando como base de la observacin los asentamientos urbanos, son objeto de la obra de Walter Christaller (figs. 384385). Dando por descontado el presupuesto de que una cierta dimensin de hinterland productivo constituye el soporte vital esencial de cualquier concentracin urbana, Christaller estudia las funciones asumidas por la ciudad y las relaciones que se instauran con el territorio circundante 94: la ciudad es un polo de prestacin de servicios centralizados (funciones centrales), cada uno de los cuales, en razn de su dimensin y/o especializacin, afecta a su propia regin complementaria de influencia. En condiciones tericas, cada localidad debera ser el centro de servicio de un rea circular (o mejor, hexagonal) de territorio definido. En una aplicacin de la teora a las regiones de la Alemania meridional, Christaller clasifica por categoras las localidades centrales en funcin de su dimensin, desde el nivel mnimo de un rea de territorio servida por el Marktort (pueblo con mercado, de 800 habitantes, que presta servicio a 45 kilmetros cuadrados de territorio y a 2.700 habitantes) hasta el lmite superior del Landeshauptstadt (cabecera regional de 300.000 habitantes, que presta servicio a 32.400 kilmetros cuadrados de territorio y a 2.025.000 habitantes). A los modelos interpretativos de Christaller siguen, en Estados Unidos, hacia finales de los aos treinta, los primeros estudios de M. Jefferson, de E. Ullman y de G. K. Zipf, que enriquecen el campo con ulteriores hiptesis tericas (basic-non basic concept para las funciones econmicas ; rank-size rule, etc. ) y nuevas metodologas operativas, para dar lugar despus a una serie de investigaciones
aplicadas 95. Aqu, por lo dems, se mantienen vivos intereses anlogos hasta 1920, es decir, desde que el economista Richard T. Ely, conocedor y estudioso de las investigaciones llevadas a cabo en Alemania a comienzos de siglo, funda en la Universidad de Wisconsin el Institute for Research in Land Economics and Public Utilities, trasladado despus, en 1925, a la Northwestern University de Chicago. El predominante inters por los fenmenos de la economa urbana que es propio de los aos 1925-32 (anlisis de los mecanismos institucionales de la urbanizacin, anlisis de mercados, tendencias de asentalniento, polticas fiscales, desplazamiento de las actividades comerciales, etc.) % va seguido, con la depresin y la poltica gubernativa del New Deal, por una ampliacin del mbito de los estudios al territorio agrcola, a la utilizacin de los recursos, a los problemas de la conservacin, a la electrificacin rural y a las migraciones interiores; las numerosas contribuciones que ahora convergen sobre el mbito urbano registran tambin un desplazamiento de los contenidos hacia el housing, hacia la industria de la construccin, hacia el tema de la
al equilibrio de la divisin (territorial) del trabajo. Una cuarta parte se dedica an a esclarecer las precedentes aportando una ulterior serie de ejemplos y comentarios. Cfr. U. Toschi: Geografa econbmica, Turn, 1959, pgs. 25-32. 94 W. Chris taller: Die zentralen Orte Sddeutschland, Jena, 1933.
95 Cfr. M. Jefferson: The law of the Primate City, en Geographical Review, XXIX, 1939; E. Uiman: A Theory of Location for Cities, en dmerican Journal of Sociology, XLVI, 1940-41; G . K. Zipf: National Unity und Disunity, Bloomington, 1941. Nos remitimos a los textos especficos de carcter general, por ejemplo: H. M. Meyer y C. F. Kohn (eds.): Readings in Urban Geography, Chicago - Londres, 1959; B. Secchi: Anilisi delle strutture territoriali, Miln, 1965. 96 Cfr., por ejemplo, R. T. Ely, M. L. Shine y G . S. Wehnvein: Outline of Land Economics, Ann Arbor, 1922; H. B. Dorau y A. G. Hinman: Urban Land Economics, Nueva York, 1928; H. James: Land Planning in the United States for City, State and Nation, Nueva York, 1926; C. Woodbury: Apartment House Increase and Attitudes T'oward Home Ownweship, Nueva York, 1926; y adems el estudio que forma parte del vol. 1 de la obra Survey of New York and Its Environs, Nueva York, 1927, bajo el ttulo Some Speculations Regurding the Economic Basis of Urban Concentration.
189
propiedad de la vivienda y hacia la localizacin de los empleos industriales 97. En Inglaterra son de destacar los estudios sobre localizacin industrial de P. Sargant Florence, M. P . Fogarty y S. R. Dennison 98, ms importantes como anlisis de campo que en su perfil terico (una excepcin en este sentido la constituyen las inves tigaciones de H. W. Robinson sobre la economa . De de la industria de la construccin) " tono menor y ms aisladas son las contribuciones procedentes de los dems pases europeos 'O0. La historiografa urbana logra algunos de sus resultados ms significativos en Francia, sobre todo por el impulso que imprime a este tipo de estudios Marcel Poete (18661950), que en fecha tan temprana como la de 1904 crea en la Bibliothkque de Travaux Historiques de la Ville de Paris un curso de historia sobre la ciudad de Pars, y que en 1907 y 1908 organiza una serie de exposiciones del material recogido. En 1914 el seminario se transforma en ctedra de historia de Pars, en la cole Pratique des
97 Cfr. W. J. Reilly: T h e Luw of Retail Gravitation, Nueva York, 1931; H . Bartholomew: Urban Land Uses... etc., Cambridge, Mass., 1932; W. H . Newman: T h e Building Industry and Business Cycles, Cambridge, Mass., 1935; C. Goodrich: Migration and Economic Opportunity, Filadelfia, 1937; E. M. Hoover, Jr.: Location Theory and the Shoe and Leather Industries, Cambridge, Mass., 1937; C. Abrams: Revolution in Land, Nueva York, 1939; H. Hoyt: T h e Structure and Growth of Residentia1 Neighborboods in American Cities, Washington, 1939; M. Weimer y H . Hoyt: Principles o f Urban Real Estate, Nueva York, 1939; C. D. Long, Jr.: Building Cycles and the Theory of Inuestment, Princeton, 1940. Cfr. S. R. Dennison: T h e Location of Industry and the Depressed Areas, Oxford, 1939. 99 H. W. Robinson: T h e Economics of Building, Londres, 1939. 'O0 Sealemos los trabajos sobre localizacin industrial elaborados por el francs R. Blanchard:. La gographie de l'industrie, Montreal, 1934, y por el sueco T. Palander: Beitrage zur Standorttheorie, Uppsala, 1935. Para el caso de Italia, en este sector, cfr. F. Milone (ed.): La localizzazione della industria in Italia, Roma, 1937.
Hautes tudes, ctedra que ocupa Poete hasta 1948. En el curso de su larga actividad de investigacin, Marcel Poete elabora un mtodo de indagacin histrica fundado en la observacin de los hechos y en una actitud filosfica no muy alejada, en ciertos aspectos, de la orientacin marcada por Patrick Geddes, pero en el cual el evolucionismo biolgico aparece integrado con la leccin de Bergson, orientado hacia el descubrimiento de las interrelaciones entre los .datos fsicoambientales y el lan vital de la sociedad humana 'O'. Son numerosas las contribuciones coetneas en el campo de la topographie historique, los ensayos en materia de geografa urbana (entre los que se cuentan los estudios pioneros de R. Blanchard sobre Grenoble) 'O2 y de geografa humana, que llevan a interpretar en trminos histricos las interrelaciones entre poblacin y territorio 'O3. La historiografa general cuenta con las obras fundamen0 4 tales de Pirenne sobre la ciudad medieval ' y con la amplia sntesis, en numerosos volmenes, de Pierre Lavedan, que comienza a publicarse a partir de 1926 'O5. Fuera de Francia aparecen tambin monografa~de historia urbana de notable importancia (entre las cuales estn el estudio de 'W. Hegemann sobre Berln y el trabajo de S. E. Rasmussen sobre Londres) 'O6, y la gran
'O1 Cfr. M. Poete: Une vie de cit: Paris de sa naissance 2 nos jours, Pars, 1924-31; Introduction 2 l'urbanisme, Pars, 1929; Paris et son uolution cratrice, Pars, 1939. 'O2 R. Blanchard: Grenoble, tude de gographie urbaine, Pars, 1912. 'O3 Cfr. P. Vida1 de la Blanche: Principes de gographie humaine, Pars, 1922; A. Demangeon: P r o b l h e s de gographie humaine, Pars, 1942; J . Brunhes: La gographie humaine, Pars, 1942. H . Pirenne: Medieval Cities: Their Origins and the Reviual of Trade, Princeton, 1925. 'O5 P. Lavedan: Iiistoire de l'urbanisme, Pars, 1926-52; del mismo autor: Gographie des uilles, Pars, 1936. 'O6 W. Hegemann: Das steinerne Berlin. Geschichte der grossten Mietkasernenstadt der Welt, Berln, 1930 (trad. italiana, Miln, 1975); S. E. Rasmussen: London the Unique City, Londres, 1934.
sntesis de Lewis Mumford, The Cul~ureof Cities 'O7. Esta ltima obra, a diferencia de la de Lavedan, se presenta como una lectura apasionada, y con una clara orientacin, de la relacin existente entre sociedad y ciudad, concebida para extraer de la leccin de la his' 0 7 L. Mumford: The Culture of Cities, Nueva York, 1938 (trad. italiana, Miln, 1954); contiene adems una rica bibliografa de estudios de muy diverso contenido y enfoque respecto de la ciudad.
toria la medida de un empeo prctico en el presente, y no como inventario de soluciones formales, sino como actitud tica de promocin y de ampliacin de los valores corgnicos de la existencia humana, y de rechazo de la barbarie; obra que, justamente por esto, en los aos situados a caballo de la segunda guerra mundial ha tenido una excepcional importancia formativa para toda una generacin de arquitectos y urbanistas.
Captulo 1 1 1
El
de franco repliegue. Los partidos burgueses no hacen acto de presencia ms que marginalmente, mientras los industriales, obligados a reconocer oficialmente a los sindicatos, parecen dispuestos a aceptar las demandas de los trabajadores. Por otra parte, la fuerte socialdemocracia alemana, vinculada como est estrechamente a las orientaciones de la Segunda Internacional (es decir, aparte de las distintas posturas personales, ms o menos destacadas, de sus lderes, identificada tambin con un papel de partido garante de la defensa de los derechos de la clase obrera dentro del Estado capitalista burgus), no est en condiciones de aprovechar adecuadamente las oportunidades polticas que este momento crucial le ofrece. La izquierda comunista de los espartaquistas (contraria, al menos por lo que a sus cabezas ms inteligentes se refiere, a formas que impliquen una aventura arriesgada, aunque tampoco falten en su seno elementos que aspiran a forzar a toda costa la accin revolucionaria) otorga su pleno apoyo a la gestin popular, pero los funcionarios socialdemcratas, por su desconfianza respecto de los consejos populares, se sienten impelidos a considerar a este rgimen como algo totalmente transitorio, mantenindose a la espera de una Asamblea nacional elegida. El Consejo nacional de los comisarios del pueblo, en el breve perodo en que se mantiene en el poder, se limita a emitir una serie de decretos que ratifican el fin de las formas ms arcaicas de explotacin de la clase obrera y de los
campesinos (instauracin de la jornada de ocho horas, abolicin del trabajo servil en los campos, institucin de formas de asistencia a los parados, etc.), sin tener la capacidad suficiente para modificar de algn modo los mecanismos econmicos vigentes: renuncia a ocuparse de la reforma de los grandes latifundios de los Junkers al este del Elba y a sentar las bases de la socializacin de la industria minera que tiene sus feudos ms importantes en el rea del Ruhr; mientras, en el plano del ordenamiento constitucional, confirma casi sin excepciones el vigente particularismo estatal y, sobre todo, consiente la supervivencia de Prusia dentro de las estructuras del Reich. El 19 de enero de 1919 se celebran las elecciones para la Asamblea constituyente, que arrojan el resultado de 14 millones de votos en favor de los socialdemcratas y los socialistas independientes, 6 millones para los partidos de centro y 4,5 millones (tan slo un quinto del total) para los partidos conservadores. La Asamblea nacional, reunida en Weimar, da vida a una Repblica constitucional electiva, sostenida por los socialdemcratas y por los sindicatos, y denunciada, en cambio, por los espartaquistas de Karl Liebknecht, Rosa Luxemburg y Franz Mehring como rgano de la contrarrevolucin. En la insurreccin obrera que estalla inmediatamente en Berln son asesinados Liebknecht y la Luxemburg; en marzo se combate todava por las calles de la ciudad, pero pronto la sublevacin es truncada por el ejrcito y por los cuerpos francos, los ncleos armados formados ex profeso para combatir a los obreros. Con una dura represin concluye igualmente la cada del gobierno rojo de Munich en el mes de febrero. La Repblica socialdemcrata de Weimar nace, por tanto, en una situacin interna de grave tensin e incertidumbre. El apoyo prestado por los jefes militares y conservadores contra la revolucin social es un elemento de grave contradiccin para un partido que afirma inspirarse en los intereses de los trabajadores. La nueva Constitucin
alemana, elaborada por el jurista liberal Hugo Preuss (Estado unificado con amplia autonoma de los Estados regionales, comprometidos a respetar el sufragio universal y formas de gobierno local republicanas; poder legislativo encomendado a un Reichstag elegido conforme al sistema proporcional), marca su impronta sobre el aparato administrativo, jurdico y militar del viejo Reich. La misma eleccin de la capital, WJeimar, que enlaza con la tradicin humanstico-iluminista de Goethe y de Schiller, parece querer indicar simblicamente el establecimiento de una prudente distancia respecto de las masas populares de Berln, ms que la ruptura con el anterior rgimen prusiano. Tampoco se introducen mutaciones reales en las estructuras y en las relaciones de produccin. Los acuerdos de gobierno haban previsto la institucin de consejos obreros de fbrica, pero stos se constituyen sin que se les atribuya realm,ente ningn poder sobre la gestin de la produccin, como sucede tras la incierta tentativa obrera llevada a cabo el ao 19 en los sectores de la industria del carbn y de la potasa; los programas de socializacin, insistent,emente reclamados por las masas obreras y previstos en la misma Constitucin, que contempla la {{transferencia al dominio comn de las empresas econmicas que se consideren adecuadas para tal fin-, no llegan a aplicarse, ni tan siquiera en la forma de una nacionalizacin de las mayores industrias o de una planificacin de las actividades econmicas por parte del Estado. En 1923 se disuelve incluso, sin consecuencias, la Zentralarbeitsgemeinschaft, fundada el ao 18 por empresarios y representantes de los trabajadores de las industrias alemanas. La Repblica de Weimar se presenta como una especie de compromiso, de bases muy frgiles, que ve cmo se alinean, de un lado, los estratos burgueses y pequeo-burgueses junto a las fuerzas del capital -que ac.eptan por oportunismo un rgimen democrtico, a pesar de considerarlo lesivo, en ltimo extre-
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mo, para sus propios intereses-, y de otro los sindicados y las fuerzas de la izquierda moderada que, a pesar de su posicin mayoritaria y de su genrica aspiracin a una transformacin de las estructuras econmicas y sociales, no saben elaborar un programa concreto para incidir decididamente sobre el bloque de poder existente, que incluso piensan en poder controlar liberndose de sus propios sectores ms radicales. Por ello, el decenio de la gestin weimariana, si bien satisface en un genrico cuadro democrtico las exigencias de rejuvenecimiento y de racionalizacin del aparato poltico-administrativo gracias a los esfuerzos de los cuadros ms avanzados de la burguesa, deja libre un amplio espacio a la recuperacin y maduracin de fuerzas contrarias que, finalmente, sabrn aprovechar la cada de la Repblica. Ciertamente, estas debilidades aparecen indisolublemente ligadas a las circunstancias internacionales, que frenan los programas y condicionan la recuperacin econmica. El aumento de la necesidad de aprovisionamientos del exterior, tras la prdida de los territorios polacos, de la Alsacia-Lorena y de las colonias, y al mismo tiempo la disminucin de las materias primas en el interior a causa de las agitaciones obreras, son circunstancias desfavorables que afectan gravemente a la economa alemana. La insuficiencia de las reservas de oro para mantener el equilibrio la balanza comercial se ve agravada por las duras exigencias de reparaciones de guerra que provienen de los aliados, lo que d,etermina fatalmente una progresiva devaluacin de la moneda alemana. Este fenmeno, favorecido por grupos de especuladores, llega a adquirir un carcter desastroso entre 1921 y 1923 (respecto del marco-oro, el marco-papel pasa del valor de un cuarto en el 19 al valor de cuatro diezmilsimas en el 23). Como consecuencia de la inflacin consiguen enormes beneficios, adems de los poseedores de bienes reales, sobre todo las empresas financiadas con prstamos y obligaciones hipotecarias, que logran liberarse de sus deu-
das, producir con salarios reales bajsimos y aumentar sus propias ventas en el exterior; en cambio, se ven duramente afectados todos los empleados de renta fija, el pequeo ahorro, los obreros y los pensionistas. El paso del perodo de inflacin al de estabilizacin de los aos 23-29 se realiza tambin en beneficio del gran capital alemn e internacional. El plan Dawes, que pone fin a la larga controversia mant,enida con la Entente, viene, en sustancia, a transformar una poltica de reparaciones, orientada en particular en beneficio de Francia, en un verdadero negocio para la gran finanza internacional y sobr,e todo estadounidense. El ingente emprstito de 800 millones de marcos-oro concedido a Alemania para reequilibrar su economa, estabilizar el curso de la moneda y conseguir la nueva afluencia de dinero fresco e inversiones desde el exterior, se traduce en un fuerte impulso a la recuperacin productiva, pero tambin en una clara dependencia respecto del capital industrial-financiero americano, dependencia qu,e se expiar duramente durante la gran crisis del 29. Con la recuperacin, el capitalismo alemn, aprovechando la existencia de una slida organizacin de base y de cuadros tcnicos y obreros especializados, puede reanudar y reforzar la tendencia preblica favorable a la creacin de grandes trusts industriales. En 1925 se crea la 1. G . Farben, el gran crtel de la industria qumica, con una produccin que se extiende por diversos sectores, desde los fertilizantes a la fotografa y a las materias plsticas; al ao siguiente se constituye el Konzern siderrgico de la Vereinigte Stahlwerke A. G., del que entran a formar parte las acereras Thyssen, Stinnes, Phoenix A. G. y Otto Wolf; el Wiking Konzern domina la industria nacional del cemento, y el Siemens Konzern la industria elctrica; ricos magnates como Hugo Stinnes poseen intereses en vastos sectores de la industria y de los servicios del pas. Algunos de estos grupos estn ligados a los partidos de extrema derecha y a los crculos militares, y finan-
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cian y favorecen, desde su misma aparicin, la consolidacin del nazismo. En el momento de la crisis, con el cese de las inversiones de ultramar y la cancelacin de gran parte de los prstamos ya concedidos, la flexin de la produccin industrial y el aumento impresionante del desempleo (que pasa del 14,6 por 100 del total de la fuerza de trabajo en el 29, al 22,7 por 100 en 1930, al 34,7 por 100 en el 31 y al 44,4 por 100 en el 32) revelan dramticamente la precariedad y la unilateralidad de la recuperacin econmica conseguida a partir del 25. Con la crisis vuelve tambin a radicalizarse la situacin poltica: la socialdemocracia se muestra incapaz de impedir que los efectos de la depresin se vuelquen sobre las capas populares, y al aproximarse la confrontacin decisiva con el nacionalsocialismo ya no consigue establecer relaciones concretas con su propio electorado, mientras agudiza su oposicin al partido comunista, lanzado ya por su parte a un choque frontal. El partido nazi, en cambio, encuentra en las dificultades econmicas un apoyo decisivo, incrementando su propia penetracin, sobre todo en el campo, donde a la tradicional actitud conservadora vienen ahora a sumarse los efectos del hundimiento del precio de los productos agrcolas en el mercado mundial. El gobierno de1 diputado catlico del centro Heinrich Brning desautoriza ya en gran parte al Reichstag. El mariscal Hindenburg, reelegido en la consulta presidencial del 32, prepara el entierro del rgimen democrtico al designar al barn Franz von Papen para que se ponga al frente de un gabinete de concentracin nacional dominado por exponentes de la nobleza y del gran capital industrial. El 30 de enero de 1933, Hindenburg confa el mximo puesto ejecutivo del Reich a Adolfo Hitler, que rene en el nuevo a sus ms ntimos colaboradores, junto a los representantes del poder econmico y militar. Apenas un mes despus, el 28 de febrero, con la abolicin de los artculos de la Constitucin de Weimar que garantizaban las libertades cvicas fundamentales,
la dictadura se convierte ya en un hecho incluso formalmente consumado l. La actividad constructiva y urbanstica del perodo weimariano se inscribe precisamente -es decir, con una puntual correspondencia de fases temporales- en ese ciclo de avatares econmicos que va desde la situacin iniciada por el conflicto mundial hasta la depresin del 29-33. La guerra ha dejado en Alemania, en los centros medianos y grandes, la habitual secuela de penuria de alojamientos, agravada coyunturalmente por la paralizacin de la actividad edificativa desde el 16 en adelant,e, y por la inmigracin desde el campo a las ciudades estimulada por los empleos en la industria blica. En las situaciones ms crticas de la posguerra, la poblacin se ve obligada a someterse a arr,eglos de emergencia que la fuerzan a alojarse en barracones y otras construcciones de fortuna, y hasta en vagones de ferrocarril y en coches fuera de uso de las lneas de tranvas. El bloqueo de alquileres y rentas d,ecretado el ao 17 paraliza toda posible propensin a las inversiones de capital en este sector, cuyas condiciones econmicas de conjunto, por otra parte, tampoco dejan entrever una recuperacin prxima. La demanda de una socializacin del adepatrimonio r,esidencial existente -y, ms, de la industria de la construccin y de la produccin de la ciudadse presenta, pues, como algo que dista mucho de estar injustificado; efectivamente, ya en diciembre de 1918, en el Congr.eso general de los consejos de obreros y soldados celebrado en el Parlamento de Berln, la socializacin del sector de la edificacin es materia de un debate, del que, no obstante, surgen, ms que propuestas concretas, la reticencia y la impreparacin de la clase dirigente socialdemcrata en este orden de cosas. En el mismo perodo interviene tambin el Arbeitsrat fr
E. Eyck: Storia della repbblica di Weimar, 19181933, Turn, 1966; y A. Rosenberg: Storia della
repbblica di Weimar, Florencia, 1972.
' Entre
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Kunst con un documento propio, firmado, entre otros, incluso por Gropius, los hermanos Taut y Poelzig, en el que se pide el reconocimiento del carcter pblico de todo tipo de actividad edificativa, tanto estata1 como privada y se reclama una administracin unitaria de todos los barrios ciudadanos, de los transportes pblicos y de las ; pero el amaglomeraciones extraurbanas~ plio planteamiento del programa en cuestin evita proporcionar cualquier tipo de indicacin pr,ecisa sobre procedimientos de socializacin y apunta, en cambio, a asegurar espacio y ocasiones de intervencin a los arquitectos y a los artistas que comparten los ideales de una nueva tica social. Despus de la eleccin de Weimar de la Asamb1,ea nacional, se constituye en Berln una comisin tcnica encargada de dictaminar, tras un estudio a fondo de la cuestin, sobre el tema de la vivienda y su posible socializacin. El relator de la comisin, Martin Wagner (responsable de la divisin de urbanismo del municipio de Schoneberg, en el cinturn berlins, y que seguidamente ocupar el mismo cargo en la administracin del propio Berln), una vez obviadas las dificultades con que tropezaba la socialdemocracia para llevar a cabo su propio programa histrico, y llamados los tcnicos a asumir las responsabilidades d,e su propio papel en la organizacin de la oferta pblica y en la mediacin con los usuarios constituidos por las masas populares, pasa a valorar las alternativas concretas de accin sobre la base de un documento publicado por el lder socialista Karl Kautsky en febrero del 19. Descartadas dos posibilidadmesopuestas -una, la construccin de viviendas por parte de empresarios privados, aunque asumiendo una serie de compromisos mediante los acuerdos adecuados (solucin que se considera contraria a la concepcin socialista), y otra la nacionalizacin o la municipalizacin de la industria de la construccin (solucin que se considera demasiado onerosa, atendida la experiencia prctica del pasado reciente en otros sectores)-, Wagner invita a profun-
dizar en la tercera hiptesis de Kautsky, es decir, la de la realizacin de programas edificativos municipales a cargo de cooperativas de construccin administradas por los propios trabajadores del sector. La institucin de sociedades de construccin socializadas y autnomas ofr,ecen la ventaja, segn Wagner, de eliminar la figura del empresarioespeculador privado, asegurando al mismo tiempo formas de concurrencia y de eficiencia capaces de garantizar una buena relacin de rendimiento entre inversiones y producto terminado, as como una variedad de experimentacin en funcin de la evolucin tcnico-econmica de bien-casa y de la demanda social. El informe de la comisin tcnica del 19 es importante para entender el particular -y reducido- alcance de la socializacin de la vivienda y el gran desarrollo del sistema de cooperativas financiadas, muchas de las cuales pert,enecen a los sindicatos, que se muestran muy activas, no slo en Berln (donde bajo la direccin de Wagner el fenmeno se presenta con gran auge), sino tambin en gran parte de las dems ciudades alemanas. No obstante, es preciso aludir tambin al modo en que la produccin edificativa pblica se inserta en la recuperacin econmica general que se inicia en 1934. Hasta el 24 la produccin de viviendas se estanca. Las pocas realizaciones llavadas a cabo fatigosamente ponen de manifiesto el predominio de Siedlungen de baja densidad, con frecuencia de carcter semi-asistencial, destinadas a veteranos de guerra y a familias numerosas, constituidqs por casas unifamiliares con huerto-jardn alineadas a lo largo de los viales, con un nivel bajo de confort y carentes de equipamientos colectivos '. De este tipo son las barriadas de la
Un texto explicativo de las ventajas que ofrecen estos esquemas edificativos, publicado en 1921, enumera: limitados costes de urbanizacin, eliminacin de los gastos de establecimientos y entretenimiento de los verdes decorativos, la posibilidad de un sano trabajo de jardinera en las reas libres, en lugar de las habituales diversiones de
Hilfswerk Borsig A. G. prximas a la estacin de Heiligensee, en Berln (1922-23), el barrio de Langenhorn, en Hamburgo (191922), el barrio de la sociedad de utilidad pblica situado junto al Nordfriedhof, en Colonia (iniciado en el 21), y la colonia de Heimat-Erde, en Mulheim-Heissen ( 19l82O), construida por una cooperativa de la vivienda en la que participa la casa Krupp; en otros lugares, como en Munich, aunque ms raramente, surgen tambin conjuntos residenciales de este tipo, tanto en el tejido ms interior de las ciudades como en sus zonas de expansih. A partir del 24 se produce una fuerte r,ecuperacin del sector de la construccin, cuando del ingente aflujo de crditos del exterior de que se dispone tras el saneamiento de la economa alemana Dor efecto del plan Dawes se benefician en gran medida, adems del capital privado, los propios Lander y los municipios, a pesar de las limitaciones que el ministerio de Finanzas del Reich trata de imponer. Contemporneamente, la intensificacin de la presin fiscal y, en particular, el establecimiento de un impuesto sobre la renta inmobiliaria en cuanta del 10 por 100 (Hauszinssteuer), que despus se eleva hasta el 15 por 100 y en algunos casos hasta el 20 por 100, gravamen destinado a financiar la construccin de obras pblicas ( 1924), hacen posible un considerable gasto de los entes locales en la edificacin residencial y en obras pblicas. La feroz oposicin de los economistas liberales a lo que ellos consideran como un derroche de capitales en equipamientos superfluos para la clase obrera 3, no debe hacer perder
J .
de vista la complementariedad, ms que el paralelismo, que se .establece de hecho entre la actuacin pblica y los procesos puestos en marcha por el gran capital industrial privado. La industria utiliza los emprstitos recibidos para reestructurarse y para racionalizar la produccin, aumentando los lmites del beneficio mediante la mecanizacin (maximizacin de los beneficios, y no reduccin de los precios al consumo, mantenidos artificialmente altos en los principales sectores productivos gracias a la formacin de crteles y al establecimiento de aranceles proteccionistas que reducen la competencia extranjera), mientras que el gasto pblico en el sector de la edificacin de masa f i n a n c i a d o tambin, en gran medida, por el crdito exterior- ampla la oferta de trabajo, reduciendo el desempleo y la conflictividad social, y estimula la demanda de productos de serie. Desde el 24 en adelante, como se ha dicho, la produccin pblica de alojamientos y equipamientos puede recuperar su pleno ritmo, cubriendo en parte las deficiencias cuantitativas acumuladas por el distorsionado desarrollo de la primera fase de la urbanizacin decimonnica y por la inactividad casi completa del sector de la construccin en el ltimo decenio. En el sector de la edificacin residencial ms del 70 por 100 del producto se debe al concurso del capital pblico; a los conjuntos residenciales vienen a aadirse escuelas, instalaciones depor tivas
Main, Landmann, en el debate del Verein fr Sozialpolitik de Zurich de 1928, explic que resultaba del todo indiferente que se introdujera o no capital extranjero en Alemania para la instalacin de una central electrica o de un hospital. (Y se comprender el motivo de su oposicin.) La realizacin de nuevas obras, de cualquier tipo que fuesen, significaba trabajo para los obreros; lo que los municipios ahorraban en capital con el veto opuesto a los prstamos del extranjero lo deban invertir seguidamente en el mantenimiento de la pobIacin desocupada. El relator del debate, profesor Bonn, en cambio, defina este sistema -el prevalerse de la poltica de prstamos para poner remedio al desempleo- como de "media inflacin". E. Eyck, op. cit., pgs. 468-469.
la gran ciudad y el despertar de un saludable sentimiento patrio, la limitacin de los gastos domsticos que se consigue con el cultivo de huerta y frutales y la cra de animales de corral y hasta el aligeramiento y la reduccin de los gastos de alcantarillado mediante la utilizacin de las sustancias de desecho domstico en el abonado del huerto. Citado en K. Wachter: Wohnen in der Stadtischen Agglomeration des zwanzingsten Jahrhunderts, Stuttgart, 1971, pg. 48. El primer burgomaestre de Francfort del
Figs. 386 y 387. Vista y planimetra de la Siedlung Rundling, en Leipzig-Lossnig (H. Ritter, 1930).
y comerciales, hospitales y parques pblicos. Frecuentemente, todo ello se realiza con la participacin -y a veces con la presencia en puestos de responsabilidad dentro de las administraciones locales y r.egionales- de los arquitectos modernos: Martin Wagner es asesor en materia de edificacin y urbanismo en Berln, Bruno Taut desempea cargos directivos en Magdeburgo entre el 21 y el 23, Ernst May puede realizar entre el 26 y el 30 en Francfort una serie de conjuntos residenciales importantes d,entro del marco de un plan urbanstico general, Mies van der Rohe dirige un proyecto del Weissenhof en Stuttgart ; otros, como Gropius, Haesler y Scharoun, desempean un papel relevante en toda una serie de realizaciones pblicas. Todo cuanto se ha puesto a punto gracias a las investigaciones individuales y colectivas llevadas a cabo hasta 1925 pasa, en muchos casos, a formar parte integrante de los instrumentos de intervencin, pudiendo consolidarse y perfeccionarse dentro de los propios departamentos tcnicos municipales que se encuentran ms al da; e incluso la r,enovacin terica y metodolgica madurada en el seno de la Bauhaus encuentra tambin una aplicacin concreta y una posibilidad experimental al nivel de las administraciones locales, que en su mayora se encuentran firmemente en manos del partido socialdemcrata y que, a pesar de las
inciertas vicisitudes por las que atraviesa el poder central ya desde el 25, consiguen llevar adelante c o n una continuidad a veces ejemplar, y hasta la toma del poder por el nazismoun programa de intervenciones de considerable alcance. Las soluciones urbansticas y la arquitectura del movimiento moderno se imponen sin esfuerzo en las ciudades ms industrializadas, si bien los nuevos mtodos se estudian y difunden tambin a nivel nacional: incluso poco antes del advenimiento del nazismo, el organismo estatal para la investigacin en materia d.e vivienda y construccin (Reichsforschungsgesellschaft) publica una serie de estudios experimentales sobre los nuevos mtodos constructivos basados en la unificacin y en la prefabricacin aplicadas a la edificacin '. Y sin embargo, a pesar del prestigio de la nueva arquitectura, la parte ms considerable de la produccin edificativa permanece impermeable a las hiptesis operativas ms avanzadas, o traiciona sus pr,esupuestos (figuras 386-387). La mayora de los tcnicos y operadores se adhieren de forma puramente superficial a la renovacin metodolgica desarrollada en los centros ms vitales del pas, aproximndose sin entusiasmo a los ideales democrticos y reformistas de las adminisEs preciso remitirnos aqu al apgrafe 2, b) del segundo Captulo.
Figs. 388-393. Plan regulador de Kiel (1922); esquema de expansin de Francfort basado en el Trabantenprinzip; diagrama de la Gran Colonia: los centros satlites de gravitacin centrpeta y los ncleos de desarrollo autnomo; Colonia, una propuesta de expansin por franjas lineales; Dortmund, esquema de organizacin funcional-estructural de la ciudad y de los barrios suburbanos.
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traciones locales y de las centrales sindicales, que tratan de matizar con sus propios orgenes culturales y con una velada nostalgia por el orden social e ideolgico que ya se han llevado los vientos de la gu,erra y de la revolucin, y al que se aferran sin medias tintas las doctrinas reaccionarias e irracjonalistas. En torno a 1930, con la llegada sbita de la crisis econmica, se dejan a un lado los mtodos de la arquitectura nueva: ante el desempleo creciente se pone en duda la oportunidad de proseguir las investigaciones sobre la industrializacin, justificndose el retorno a la arquitectura tradicional por la necesidad de multiplicar los puestos de trabajo. Muchos de los proyectos en marcha, como los del barrio Haselhorst ,en BelnSpandau, el de la colonia Dammerstock en Karlsruhe y el de la barriada Rotemberg en Kassel, quedan interrumpidos. Para el desarrollo capitalista y sus crisis peridicas, la edificacin y el urbanismo vuelv.en a convertirse explcitamente en medios, y no en fines. El programa lanzado por el gobierno Brning en el 31 para la realizacin de pequeas Siedlungen rurales para obreros en paro cierra definitivamente, con una especie de retorno a los orgenes, el breve ciclo vital de la arquitectura de Weimar, incluso ant.es de la dramtica cada de la Repblica democrtica '. En el quinquenio de mayor prosperidad econmica, del 24 al 29, las realizaciones en el sector de la residencia y de los equipamientos colectivos consiguen resultados bastante notables en la ordenacin de partes urbanas concretas. Pero sin embargo no logran modificar la organizacin de conjunto de las ciudades, ni las componentes estructurales que determinan aqulla, favoreciendo quiz peligrosas ilusiones sobre el alcance del contenido social y poltico de las operaciones efectuadas. La poltica urbanstica, y la misma poltica del alojamiento de masa,
"fr., sobre todo el perodo, M. Tafuri: Socialdemocrazia e citta nella Germania d i Weimar, en Contropiano, 1971, nm. 1.
aparecen limitadas por la imposibilidad de disponer de instrumentos adecuados de control del suelo: las iniciativas de reforma propuestas en este sector -el proyecto de ley del Land prusiano tendente a promover la planificacin territorial mediante el instrumento de la expropiacin, y el del Reich presentado el ao 26 para la reforma general son bloqu,eadas o del rgimen del suelorechazadas por los intereses opuestos de los propietarios inmobiliarios y de las empresas privadas de construccin. Numerosas ciudades elaboran esquemas directoxs o anteproyectos de planes reguladores generales (fig. 388), aunque el grueso de la actividad urbanstica es objeto de control mediante planes particulares, planes de sector, planes de r,eestructuracin edificativa y planes de expansin urbana. Las exigencias de racionalizacin de los sistemas de transporte y de la organizacin de conjunto del territorio llevan a revisar las estructuras administrativas (est.e es el caso de Hamburgo) o a introducir esquemas de referencia a escala metropolitano-regional (estudios de Machler para el caso de Berln). A escala urbana, pero poniendo al da el planteami,ento tradicional, algunos planes reguladores intentan proporcionar un modelo general de referencia para la actividad constructiva que se va explicando a travs de polticas sectoriales: en tal objetivo aparece empeado Ernst May en Francfort, aprovechando incluso sus propios conocimientos sobre las experiencias anglosajonas; y en esta direccin se mueven en los ltimos aos de la Repblica de Weimar las indicaciones tericas, en favor de una expansin por ncleos satlites (Trabantenprinzip) o por franjas, por barriadas autnomas de fuerte integracin entre residencia y trabajo, reservando los centros para sede de las actividades terciarias y de las residencias con,exas con ellas (figuras 389-393).
Cfr. G. Schroder: Probleme des Landesplanung, en Wasmuth Monatshafte fr Baukunst, 1931.
Una tentativa importante de control planificado de un vasto territorio productivo conforme a un plan regional es la llevada a cabo por la Mancomunidad de los municipios de Renania-Westfalia para la cuenca del Ruhr (Siedlungsverband Ruhr-Kohlenbezirk), constituida con arreglo a la ley prusiana de mayo de 1920 y que comprenda 18 distritos urbanos (entre ellos los de Essen, Dortmund, Duisburg, Bochum, Gelsenkirchen) y seis distritos rurales, con una extensin de ms de 4.500 kilmetros cuadrados y ms de cuatro millones de habitantes. La Mancomunidad, con sede central en Essen, es administrada por una asamblea constituida en su mitad por los representantes de los entes locales designados sobre una base proporcional al nmero de habitantes, y en su otra mitad por los representantes del capital y del trabajo de los distintos sectores productivos concretos. Entre las competencias de este organismo se cuentan la redaccin de planes de alineacin y de planes reguladores generales con indicaciones de zonificacin (Wirtschaftspliine), la aprobacin y la modificacin de los planes de los entes locales, la promulgacin de reglamentaciones en materia de disciplina de la edificacin, la formacin d,e zonas de reserva y de sectores sometidos a determinadas vinculaciones, y, finalmente, la construccin de nuevas viviendas conforme a la ley prusiana de 1904. El plan redactado por H. Schmidt el ao 26 proporciona criterios para establecer las dimensiones del crecimiento de los centros existentes, perfila un sistema general para la red de carreteras que completa las vas de comunicacin existentes salvaguardando zonas linea1,es (Verkehrsbander) destinadas a albergar haces integrados de transportes (lneas frreas, carreteras-autopistas, canales) y vincula a usos agrcolas y a la constitucin de parques una vasta zona libre, en extensin de un tercio de todo el territorio (figuras 394-395). Siguiendo el ejemplo de la Mancomunidad del Ruhr, en los aos siguientes tiene lugar la formacin de anlogas asociaciones
territorial-administrativas con vistas a disponer de instrumentos de planificacin comunes (figs. 396-397), aunque en la mayora de los casos no llegan a tener consecuencias operativas porque no llega a atriburseles personalidad jurdica propia.
2.
Como ya hemos visto en el volumen dedicado al siglo XIX, la poderosa expansin de la capital prusiana se ha caracterizado por la compacta urbanizacin producida en torno a los ncleos histricos de los siglos XVII-XVIII, realizada dentro de las lneas del plan Hobrecht mediante la edificacin de las tradicionales Mietkasernen de patios cerrados que venan reguladas en las ordenanzas edificatorias dictadas por el Departamento de polica. La construccin de un sistema de transportes de modalidades mltiples -tranvas de traccin animal y electrificados de circulacin en superficie, ferrocarril elevado, ferrocarril subterrneo, ferrocarriles urbanosha terminado por agregar, en una dimensin ms amplia, a las reas centrales las de los municipios perifricos, en fuerte expansin desde finales de siglo, a menudo con una repeticin apenas atenuada de los caracteres morfolgicos de Berln, permitiendo un alto grado de eficiencia funcional y de movilidad entre centro y suburbios y entr.e zonas residenciales y zonas industriales. Ante la pragmtica realidad de este desarrollo urbano y de su estructuracin, al propio tiempo rgida y articulada, el movimiento en favor de una poltica urbanstica ms orgnica -desde las crticas al plan de Hobrecht hasta la ordenanza de la edificacin del Departamento de polica y el concurso para el Gran Berln de 1910se ha orientado, sobre todo, hacia una modificacin de las condicio&s habitativas, aunque con resultados concretos bastante limitados.
201
Figs. 394-397. Los estudios efectuados por la Siedlungsverband Ruhr-Kohlenbezirk, centros urbanos y franja productiva, y la red de carreteras del plan regional; el distrito econmico del Rin y el Main, jerarqua de los centros urbanos y propuesta de reequilibrio mediante la descentralizacin.
En la posguerra los anteriores objetivos vuelven a adoptarse y a proponerse a distintos niveles; en un primer momento, cuando las posibilidades operativas son todava muy limitadas, con el predominio de una serie de propuestas urbansticas o arquitectnicas experimentales o de carcter amplio, y ms tarde, bajo la direccin de Martin Wagner, con el paso a una serie de realizaciones importantes, sobre todo en el campo de la edificacin residencial. En 1920 se constituye la unidad administrativa del Gran Berln como resultado de la fusin de ocho municipios urbanos, 59 municipios rurales y 27 distritos. Para la coordinacin de la actividad urbanstica de los 20 nuevos distritos en que queda ahora dividido todo este territorio se crea el Ente
administrativo del Gran Berln: las directivas asumidas se refieren a indicaciones de zoning de carcter general, a la realizacin de asentarnientos planificados y al establecimiento de comunicaciones rpidas, incluso al servicio de los ncleos ms perifricos; una nueva ordenanza de la edificacin viene acompaada de una mayor precisin de las caractersticas de cada zona establecindose hasta once categoras- y de un programa para dotar a la ciudad de equipamientos, parques y reas forestales. Contemporneo de la constitucin del Gran Berln es el plan elaborado en 1920 por Martin Machler en el que se traza un esquema territorial-regional de la metrpoli. Se trata de un plan prospectivo, no basado en anlisis preliminares de previsiones,
Figs. 398 y 399. El proyecto de reordenacin de Berln de Martin Machler: diagrama general y propuesta de un eje direccional Norte-Sur en el centro de la ciudad.
que podemos denominar utpico, y no tanto por la falta de una adecuada relacin con instrumentos incluso sectoriales de control, cuanto por el clima de tensin ideal en el que se inscribe, que viene a ser el mismo clima vagamente mesinico del Arbeitsrat k r Kunst y sobre todo de los .escritos de Taut 7. El esquema circular diagramtico
H e aqu las palabras con que Machler describe su plan desde las pginas de Frhlicht: I-Ioy no tenemos todava la posibilidad de ofrecer el exacto clculo matemtico de la superficie que ser necesaria para garantizar este preciso desarrollo de Berln. Pero, a partir de la perceptibilidad de tales necesidades y de la valoracin del escaso material estadstico de que disponemos, podemos definir una media orientativa de dicha superficie de la metrpoli. [. . . ] Una vez establecidas a grandes rasgos la planta y sus distribuciones, todos los hombres del futuro alemn debern emplear sus fuerzas, sus conocimientos y sus posibilidades en la gigantesca tarea de la creacin de la nueva metrpoli de Berln, construida conforme a un proceso orgnico y armonioso. Sin embargo, esta tarea solamente podr realizarse si la nueva poca es una poca de
que ofrece el plan de Machler (fig. 398), concebido como indicacin de una estructura de conjunto a controlar mediante las infraestructuras, el empleo del zoning y la distribucin de los servicios sociales y de la residencia, pr,esenta un radio total de 50 kilmetros y comprende una superficie de cerca de 7.800 kilmetros cuadrados. El esquema define un sistema de centralidad (centro representativo, cultural y comercial, verdadera Stadtkrone de la ciudad) incluido en un radio de cinco kilmetros; ms all de
reconstruccin, y no slo en sentido traslativo, sino, sobre todo, en el sentido propio del trmino. Se trata de una obra arquitectnica, pero no en el sentido de construcciones singulares, sino en el sentido de una creacin arquitectnica unitaria, en la que la construccin singular sea clula de una gran estructura arquitectnica adecuadamente articulada, y en la que esta estructura constituya a su vez un organismo vital en el interior del gran tejido celular comunitario que es el Estado. Cfr. M. Machler: Le funzioni della metropoli tedesca, en B. Taut: Frhlicht, 1920-1922, Miln, 1974, pgs. 1934-94.
203
l, adems de una corona de reserva de suelo con un radio mximo de 10 kilmetros a contar desde el centro, se disponen los sectores residenciales, industriales y de produccin agrcola de directo inters para el abastecimiento de la ciudad., La zona industrial se despliega a lo largo de un eje NoroesteSudeste, apoyndose en los dos subcen tros de Oranienburg y Konigs-Wusterhausen, mientras que el eje residencial de las zonas destinadas a los empleados del sector terciario y a la burguesa (los barrios industriales se conciben tambin como mbitos de asentamiento de la residencia obrera) sigue la directriz Nordeste-Sudoeste y se apoya por el Sudeste en Potsdam. El sistema de transportes se articula en varios ejes radiales que se unen al norte y al sur del ncleo central mediante dos terminales enlazadas entre s por un ferrocarril subterrneo, con eliminacin de las estaciones de cabecera. Para las reas centrales, el pIan Machler sugiere la concentracin en un rea especializada de todas las funciones del gobierno y de la administracin central ( fig. 399). El esfuerzo de sntesis efectuado por Machler no pasa de ser, de todos modos, poco ms que un documento cultural de los aos de principios de la posguerra, por su misma falta de elaboracin, como ya hemos indicado, de instrumentos especficos de actuacin, de una valoracin de los modos y de las fases de intervencin, y de elementos para una verificacin del modelo. Disposiciones ms concr.etas son las que llevan a la creacin de un Departamento central de urbanismo en 1922, para coordinar unitariamente las transformaciones de la ciudad, con particular referencia a las zonas industriales, al rea de la Exposicin y a la construccin
Si se confrontan las indicaciones de Machler con el subsiguiente plan para el Berln nazi elaborado por Speer (epgrafe 3, d, de este Captulo), no resulta difcil apreciar una cierta afinidad inquietante, que a duras penas puede circunscribirse dentro de los lmites de la vocacin de una parte determinada de la estructura urbana.
de viviendas; y las que determinan la aplicacin de una nueva ordenanza de la edificacin, en vigor desde 1925, para el rea urbana, con especificacin de alturas, tipos de edificacin y densidades, que viene a suplir en parte la falta de un verdadero plan regulador (figs. 439-440). En estos anos el mayor empeo de la administracin berlinesa aparece orientado hacia la edificacin residencial y 1%lucha contra la renta inmobiliaria, aunque sea tratando siempre de evitar el tener que recurrir a la expropiacin forzosa. Apoyan a la municipalidad en el desempeo de su cometido las cooperativas de edificacin declaradas de utilidad pblica, en, lo que respecta a las construcciones econmicas, entidades entre las que se cuentan la GSW (Gemeinntzige Siedlungs- und Wohnungsbaugesellschaf t Berlin), qu,e el ao 25 absorbe a todas las sociedades de la ciudad de Berln y las propiedades inmuebles de las anteriores sociedades asistenciales, la GAGFAH (Gemeinntzige A.G. fr Anges tellen-Heimstat t.en), la GEYUOBAG (Gemeinntzige Wohnungsbau A.G. GrossBerlin) y la DEGEWO (Deutsche Gesellschaft zur Forderung des Wohnungsbaus Gemeinntzige A.G.), fundada en 1924 como cooperativa de empleados. Ms importante es la GEHAG (Gemeinntzige HeimstattenAktiengesellschaft ), constituida el ao 24 como consecuencia de la fusin de las anteriores empresas con participacin accionarial de los sindicatos socialistas berlineses y de la Wohnungsfrsorge-gesellschaf t. Cofundador e inspirador de la actividad de la GEHAG es Martin Wagner, a la sazn director del departamento de construccin de la circunscripcin de Berln-Schoneberg y convencido partidario de la organizacin de los trabajadores del ramo en asociaciones cooperativas en rgimen de cogestin y participacin en los beneficios empresariales, conforme a los programas de la socia!democracia. A l se debe el nombramiento de Bruno Taut como director de la sociedad el ao 24, cargo que Taut conservar hasta el 33, contribuyendo a realzar
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Figs. 400-408. Los primeros barrios de Berln: Siedlung Lindenhof (M. Wagner, 1918-19), planimetra correspondiente a su estado actual, vista area, las residencias y la casa para solteros proyectada por B. Taut; Siedlung Tempelhofer-Feld (F. Brauning, 19231, planta y fachada de las edificaciones; planta de la Cecilien Garten Siedlung (1922); dos vistas de la Siedlung de Kopenick (O. R. Salvisberg, 1921-22).
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Figs. 409-412. GroBsiedlung Britz (M. Wagner y B. Taut, 1925-27): planimetra general, vista area, perspectiva a ras de tierra de la herradura central y dos planimetras tpicas de las edificaciones. Figs. 413-415. Siedlungen Onkel Toms Htte y Fischtalgrund, de la GAGFAH y de la GEHAG (M. Wagner, B. Taut, O. R. Salvisberg, H. Haring, 1926-31), planimetra general y vistas de Ias barriadas.
la labor de la GEHAG mediante el empleo de metodologas y tcnicas de vanguardia. Hasta 1925 -mientras se completan algunos complejos residenciales ya iniciados antes de la guerra (Gartenstadt Staaken, de P. Schmitthenner, por ejemplo)- las intervenciones concretas tienen un carcter disperso y heterogneo, y aparecen inspiradas en gran medida por los modos y formas tradicionales, como en los casos del Lindenhof, en Berln-Schoneberg (M. Wagner, 1918-19; figuras 400-403) o de la Siedlung Cecilien Garten ( H . Lassen y P. Wolf, iniciada en el 22; fig. 406), con sus viviendas bajas reunidas en torno a amplios patios, del complejo de Heiligensee, de H. Jansen (1924), ms parecido a una colonia agrcola que a una barriada urbana, de la Tempelhofer-Feld Siedlung (Brauning, 1923; figs. 404-405), vinculada a los modelos ingleses, o de la Siedlung realizada por Salvisberg en el suburbio de Kopenick (figs. 407-408). A partir del 25, desde el momento en que resulta posible utilizar para la edificacin residencial una parte sustanciosa de los ingresos procedentes de la exaccin del Hauszinsstezl.er [impuesto sobre las rentas inmobiliarias], se inicia la construccin de grandes complejos residenciales, algunos de los cuales comprenden ms de 4.000 alojamientos y hasta una cifra de r,esidentes del orden de los 30.000 habitantes. La GEHAG realiza la Hufeisen GroPsiedlung en Berln-Britz a partir del ao 25, segn proyecto de Taut y Wagner, que hacen uso del tipo edificatorio de tres plantas con escalera de servicio para dos apartamentos por planta, repetido en serie continua conforme a una disposicin caracterizada por la existencia de amplios patios abiertos en torno a un bloque central en herradura (figs. 409-412), y adems la Onkel Toms Htt.e en Zehlendorf ( H . Haring, O. Salvisberg y B. Taut, 1926-31; figs. 413415), la Siedlung Eichkamp en Charlottenburg (B. Taut, 1926-27; fig. 425), la Wohnstadt Carl Legien en Prenzlauer Berg (B. Taut y F. Hillinger, 1929-30; figs. 416417) y la Afahof en Treptow (L. Forstner,
1930-31). Los niveles de calidad de la cooperativa se aproximan a los de los complejos residenciales realizados en Francfort: en los nuevos barrios se rechaza ahora la tradicional disposicin en manzanas compactas y cerradas, y entre los presupuestos de proyecto se incluyen la produccin y realizacin en serie y una cuidadosa experimentacin de los elementos tcnicos y constructivos, si bien las composiciones de conjunto tienden a mediar las escansiones repetitivas y a romper las dimensiones de las barriadas estableciendo sistemas morfolgicos a veces heterogneo~,o caracterizados por episodios atpicos (como en el Laso del recinto en forma de herradura de la Grosse Siedlung Britz, de Taut). Por otras cooperativas se construyen tambin algunos complejos residenciales importantes ( Siedlung Frei Scholle, de B. Taut, 1924-26 y 1929-31, figs. 418-19; Siedlung Friedrich-Ebert, de P. Mebes y P. Emmerich, 1929-31, figs. 426-427, etctera; adems de la gran barriada de Reinickendorf en Wittenau, con ms de 1.O00 viviendas realizadas entre el 25 y el 30, perfectamente equipada; figs. 428-430), aunque con gran frecuencia en forma ms tradicional (figs. 421-424). La intervencin ms significativa por parte privada es la colonia de la Siemensstadt, iniciada el ao 27 por una sociedad constituida ya antes de la guerra por el poderoso grupo Siemens para proporcionar alojamientos a sus propios operarios; constituye, ciertamente, el ejemplo ms ilustre de toda Alemania en que el gran capital recurre a los arquitectos modernos (en este caso a Gropius, Scharoun, Haring y Bartning). En el complejo de la Siemensstadt, efectivamente, se superan las anteriores experiencias berlinesas, todava ligadas parcialmente en sus esquemas planimtricos a los ejemplos anglosajones. La organizacin general de la barriada se busca ms bien a travs de un enlace con las infraestructuras existentes, una calle curvilnea de unin con el centro de Berln y un ramal de la lnea ferroviaria; el ferrocarril es sobrepasado por un eje via-
Figs. 416-419. Dos vistas de la Siedlung Carl Legien (B. Taut y F. Hillinger, 1929-30); planta y vista de la Siedlung Freie Scholle (B. Taut, 1924-26 y 1929-31). Fig. 420. La expansin de Berln entre los aos 20 y 40, y los barrios ms importantes surgidos en 10s aos veinte en el cinturn berlins: 1. Lindenhof (1918-21), 2. Cecilien Garten (1922-26), 3. Heiligensee ( 1924), 4. Tempelhofer-Feld (1924-27), 5. Schollenhof (1924-31), 6. Hufeisensiedlung Britz ( 1925-31), 7. Afrikanischerstrasse (1926-27), 8. Eichkamp (1926-27), 9. Onkel Toms Htte (1926-31), 10. Siemensstadt (192830), 11. Carl Legien (1929-30), 12. Haselhorst (1930-34).
Figs. 421-424. La edificacin de la GAGFAH: viviendas de la Siedlung Fischtalgrund; grupo de edificaciones en la Margaretenstrasse, planta y dos vistas.
rio en direccin Norte-Sur, en el que se injertan por el Sur el complejo proyectado por Scharoun y por el Norte los bloques diseados por Gropius. Se eliminan los patios interiores, las soluciones tradicionales en T y en U, y los ngulos muertos; la distancia entre los bloques de apartamentos de cuatro plantas viene determinada por las exigencias de iluminacin (lo que equivale a establecer un ndice territorial preciso); las tipologas edificativas aparecen estandardizadas, pero no impiden enriquecimientos figurativos, ms rigurosos en las soluciones de Gropius y con una dosis mayor de complacencia en los bloques de Scharoun (figs. 246-247). En los mrgenes del sector de que se han encargado Gropius y sus colaboradores, la Siemensstadt aparece integrada por los bloques de H. Hertlein y de F. Forbat (figs. 431-433). A partir del 27, cuando Martin Wagner asume el cargo de director del departamento central para la edificacin del municipio de Berln, se produce una tentativa de coordinacin de toda la actividad edificatoria dentro del marco de una expansin planificada
de la ciudad. Aunque sin llegar jams a la formulacin de un plan preciso, los proyectos y las obras realizados o encarrilados por Wagner tocan todos los sectores de la organizacin urbana, desde la residencia en las reas centrales terciarias hasta los equipamientos pblicos (proyectos de escuelas, hospitales, edificios para la administracin municipal, baos pblicos en el Wannsee a lo largo de una amplia curva del ro Havel, inicio de las obras del centro de ferias y exposiciones de Witzleben, figs. 437-38); el ao 29 se delinea tambin un sistema de parques para el rea metropolitana. En una situacin ms compleja y en una dimensin que cada vez resulta ms difcil de controlar, Wagner intenta repetir la experiencia de May en Francfort, tratando sobre todo de encuadrar la oferta residencial dentro de un organismo urbano que se vaya coordinando y reorganizando en una estructura metropolitana cada vez ms diversificada y estratificada (figs. 441-442). La revista Das Neue Berlin difunde los proyectos y las realizaciones de la administracin berlinesa.
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m W. Bning
m O R. Salvisberg
0 B. Ahrends
Figs. 425-436. Las otras Siedungen berlinesas: vista de la Siedlung Eichkamp (B. Taut, 1926-27); vista (P. Mebes y P. Emmerich, 1929-31); complejo de Reinickendorf (1929-30), edificios de O. R. Salvisberg y W. Bning; planimetria completa de la Siemensstadt, edificios de H . Hertlein y F. Forbat; complejo de Spandau-Haselhorst (1930-32), un bloque de F. Forbat, planimetria general y edificios de P. Mebes y P. Emmerich.
y planta de la Siedlung Friedrich-Ebert
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NEUE BAUORDNUNG
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Para el perodo 1924-31, el balance de conjunto del sector de la residencia resulta notablemente favorable, tras la construccin de los ltimos barrios planeados por la administracin democrtica (por ejemplo, el de Spandau-Haselhorst, de F. Forbat, P. Mebes, P. Emerich y otros, 1930-32; figs. 434436); de casi 150.000 viviendas construidas en Berln, el 90 por 100 han sido subvencionadas mediante emprstitos pblicos, y ms del 20 por 100 han sido realizadas por sociedades promovidas y dirigidas por la propia administracin local; cerca de 15.000 viviendas son obra de los proyectistas modernos. En 1931 se observa una marcada flexin en la produccin, seguida de una ligera recuperacin en 1933 y luego por un incremento ms lento, para llegar en los aos de la guerra, prcticamente, a un total estancamiento. Tras el advenimiento del nazismo, en el 33, continan en escena la GSW, como empresa nica de la ciudad de Berln, y la GEHAG, convertida ahora en sociedad dependiente del Frente alemn del Trabajo (Deutsche Arbeitsfront ). Se observa a partir de este momento una mayor heterogeneidad de los programas, que en parte se ajustan a los criterios ya aplicados anteriormente (por ejemplo, la GSW realiza de este modo la barriada de la Sudgauer Strasse en Zehlendorf en los aos 34-35) y en parte se adaptan a las indicaciones en favor de Siedlungen rurales perifricas de bajsima densidad; hasta el momento en que, en relacin con las obras que se inician en la nueva capital del Reich, cobra todo su auge la construccin perifrica cerrada, aunque con dotacin de amplios patios-jardn (Grazer Damm) '.
Sobre la actividad de edificacin en Berln, cfr. Geschichte des gemeinntzigen Wohnungs-
El centro de Berln es objeto de numerosas propuestas de modernizacin y de reestructuracin. Desde el 19 se elaboran proyectos para edificios concretos -que en gran parte no pasan del papel-, como los de los teatros de Poelzig y de W. Luckhardt y el del primer rascacielos en vidrio de Mies van der Rohe (figs. 259-260). El ao 20 se celebran dos concursos, uno para la solucin del ngulo comprendido entre la Bellevue Strasse y la Victoria Strasse, y otro para el edificio de la Friedrichstrasse situado delante de la estacin. En los aos sucesivos se formulan propuestas a mayor escala: tras la solucin presentada por van Doesburg y van Eesteren en el concurso para la reestructuracin de la Unter den Linden, significativa como intento de hbil mediacin entre permanencia y renovacin ( figs. 195-197), aparecen los proyectos de Hilberseimer para la Hallesches Tor (1927), los estudios de Haring para la zona situada en torno al Reichstag (1927) y entre el 29 y el 31 las propuestas de los hermanos Luckhardt, de Mies y de Mendelsohn para la reordenacin de la Alexanderplatz, y las de Breuer y el mismo Mendelsohn y de los hermanos Luckhardt para la Potsdamerplatz (figs. 271276). Pero en conjunto, si bien el centro de Berln constituye un sugestivo espacio experimental para algunos de los proyectos ms significativos de los arquitectos modernos entre el 20 y el 30 (en una acentuacin de motivos expresionistas, que se sitan en el mismo cuadro mental en el que se encontraba operando Machler), en el plano urbanstico estas propuestas no ponen de manifiesto ms que la intencin de llegar a una reestructuracin de la ciudad decimonnica
u;irtschaft in Berlin, Berln, 1957; sobre la labor de la GEHAG, cfr. Gehag, Gemeinntzige HeimStatten-Aktiengesellschaft, 1924-1957, Berln, 1957.
Figs. 437-442 (en la pgina opuesta). M . Wagner y H. Poelzig, proyecto del centro de exposiciones de Berln; M. Wagner y R. Ermisch, proyecto de un centro recreativo a orillas del Wannsee; la normativa de las ordenanzas de la edificacin y la divisin en zonas vigentes en 1925; plano del metropolitano berlins en 1928, y las zonas de influencia de la ciudad ms all de sus confines municipales.
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Figs. 443-446. Vista de la Alexanderplatz en 1932, con los edificios de Behrens; los grandes almacenes Warenhaus-Karstadt en la Hermann-Platz, en la zona meridional de la ciudad; planta y vista de la maqueta (primera versin) del complejo Woga, construido por E. Mendelsohn en las inmediaciones de la LehninerPlatz en 1926-28.
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en trminos formal y funcionalmente ms al da, y las mismas contribuciones innovadoras se quedan en la superficie, condicionadas por la falta de un cuadro de conjunto sufi- ' cientemente atendible. Aparte de los dos nuevos edificios de Behrens en la Alexanderplatz, remodelada con ocasin de la construccin del ferrocarril subterrneo de la BVG [ Berliner Verkehrs-Aktiengesellschaft ] (figura 443), y de un edificio de Mendelsohn en la Potsdamerplatz, poco es lo que se realiza en relacin con las precedentes propuestas, por ms que los intereses inmobiliarios y del gran capital invaden el centro de Berln con intervenciones masivas, confirmando en l las estructuras preexistentes: la city berlinesa se afirma y consolida entre la puerta de Oranienburg y la Belle Alliance Platz (hoy, Mehringplatz), entre la Alexanderplatz y el Tiergarten, contando con algunos polos subordinados en la Augusta-Victoria Platz (hoy, Breitscheidplatz) y al Nordeste de la Kurfrstendamm (grandes almacenes, hoteles, teatros, cines); mientras que en las reas intermedias y en los sectores suburbanos tambin resultan cualificados algunos nudos equipados comerciales y terciarios de gran importancia (figs. 444-446). La adecuacin de las estructuras de los transportes de masa se lleva a cabo entre los aos 18 y 45 mediante la ampliacin del ferrocarril subterrneo, con prolongacin de las lneas A y B y de las lneas autnomas C y D (cerca de 10 kilmetros de trayecto aadidos entre el 22 y el 30); en 1930 se inaugura una nueva lnea (lnea E), que va desde la Alexanderplatz al Friedrichsfelde (zona de Lichtenberg). El 26 tiene lugar la municipalizacin, por adquisicin directa, del ferrocarril elevado y del metropolitano, que tres aos despus se fusionan, dando lugar a la Sociedad annima del trfico berlins (BVG, Berliner Verkehrs-Aktiengesellschaft), que consigue mejorar notablemente los trazados y las estaciones (Friedrichstrasse, Alexanderplatz). Las lneas ferroviarias urbanas se electrifican entre los aos 29 y 33. En el 23 se inaugura el puerto interior de We-
sthafen, que permite incrementar el transporte fluvial de mercancas. El 24 comienza a funcionar el aeropuerto de Tempelhof, que en 1928 ser ampliado y transformado lo.
Desde antes de la guerra la ciudad de Francfort ha desarrollado ya una slida tradicin en el terreno de la intervencin pblica y en el del control y organizacin de la actuacin privada. Bajo la direccin del alcalde Adickes, cuyo nombre ha quedado indisolublemente unido a la aprobacin de una nueva ley que ha permitido frenar la especulacin del suelo y ha hecho posible una expansin 'ms ordenada de los ncleos habitados, la administracin municipal ha acometido una amplia labor de adquisicin de terrenos urbanos y extraurbanos para el establecimiento de nuevos asentarnientos y equipamientos colectivos. En los primeros aos de la posguerra tambin en Francfort atraviesa la actividad edificatoria una dura fase de estancamiento. Es a partir del ao 24, al iniciarse la recuperacin econmica general, cuando con la eleccin del alcalde Ludwig Landmann, decidido defensor de la directa intervencin pblica en la planificacin y construccin de la ciudad, se abre el perodo de las grandes realizaciones de Francfort durante la Repblica de Weimar. Landmann llama al arquitecto Ernst May para que se haga cargo de la direccin del departamento municipal de obras y construcciones, otorgndole seguidamente un apoyo incondicional durante todo el tiempo en que desempea el puesto (hasta 1930). May cuenta ya en su activo con una larga labor profesional en el campo
lo Sobre el perodo, cfr. E. M. Hajos y L. Jahn: Berliner Architektur der Nachkriegzeit, Berln, 1928; H . Johannes: Neues Bauen in Berlin, Berln, 1930; Bauen Seit 1900, Berln-Francfort-Viena, 1963; Berlin und seine Bauten, Berln-Munich, 1964. Por lo que respecta al nivel regional, F. Leyden: GrossBerlin. Geogvaphie der Weltstadt, Breslau, 1963.
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Figs. 447-450. Dos Kleinsiedlungen proyectadas por E. May en Silesia; el proyecto presentado al concurso para el plan regulador de Breslau, planimetra general y esquema organizativo.
urbanstico y de la edificacin, en cuyo desarrollo ha tenido ocasin de comprobar y estudiar algunas de las ms significativas experiencias europeas de los aos situados a caballo de la guerra: tras un perodo pasado con Raymond Unwin en Inglaterra (que le ha llevado a un conocimiento directo del movimiento en favor de la ciudad-jardn), ha trabajado en Silesia, entre los aos 19 y 25, formando parte de un organismo dedicado a la construccin de asentarnientos rurales (Schlesicher Heimstatte; figs. 447-438). En el 21 May se ha destacado por su participacin en el concurso convocado para la redaccin del plan regulador de Breslau, con un proyecto basado en una articulacin perif-
rica de barrios de 100.000 habitantes cada uno, autosuficientes incluso administrativamente, dispuestos a lo largo de una frontera circular a casi veinte kilmetros de distancia del centro urbano, del que aparecen separados por un cinturn verde por el Sur y por el ro al Norte, enlazados entre s y con el centro mediante una red de transportes rpidos (figs. 449-450); este plan, identificado programticamente por el mismo May con el lema satlite, constituye un precedente importante de la labor que va a desarrollar en Francfort a partir del 24. En su cargo de director de la actividad municipal de edificacin, May cuenta en realidad con atribuciones muy amplias, con ta-
Figs. 451-454 (en la pgina opuesta). Dos vistas de la Siedlung Bruchfeldstrasse, el espacio interior de los bloques de viviendas y el centro social (E. May y C. H Rudloff); las viviendas de la Siedlung Hohenblick (E. May y C. H. Rudloff).
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Fig. 455. Planimetria de Francfort con las barriadas construidas o proyectadas en los aos veinte; en particular: 1. Westhausen, 2. Praunheim, 3. Romerstadt, 4. Hohenblick, 5. Bornheimer Hang, 6. Helierdorf, 7. Riedhof Oeste, 8. Riedhof Este, 9. Bruchfeldstrasse, 10. Ciudad-jardn Goldstein.
reas que incluyen la preparacin de un plan regulador general, el proyecto de conjuntos de viviendas populares y la direccin de la sociedad constructora ms importante de Francfort, propiedad en gran parte de la misma administracin local; adems, entre sus competencias de control y gestin se cuentan tambin la supervisin de la edificacin subvencionada (aunque sea de modo indirecto, es decir, a travs del dictamen favorable a la obtencin por los interesados de prstamos municipales o federales) y la responsabilidad de la aplicacin de las ordenanzas de edificacin y de las prescripciones relativas al amueblamiento urbano, fijo o provisional. En 1925, con base en determinados clculos estadsticos de previsin de la demanda de alojamientos, se redacta un plan decena1 de produccin de viviendas, que es revisado y ajustado a las nuevas demandas en 1928. Para financiar la actividad de construccin se emplean los ingresos derivados del impuesto sobre localizaciones, adems de los prstamos concedidos por la municipalidad y por la Caja de Ahorros de Francfort, garantizados por hipotecas constituidas sobre las propias construcciones (segn el balance general, el 45 por 100 de los prstamos se conceden a cooperativas, el 30 por 100 a dos sociedades constructoras municipales, el 25 por 100 al departamento municipal de edificacin y el resto a empresarios privados). Respecto de la poltica del suelo, se recurre a los terrenos de propiedad municipal y a la expropiacin de nuevos terrenos edificables. Las primeras obras promovidas por la administracin municipal de Francfort son las de construccin de dos complejos residenciales, la Siedlung Bruchfeldstrasse, en el cuadrante Sudoeste de- la ciudad, y la Siedlung Hohenblick, hacia el Norte ( figs. 45 1-454). A partir de este momento May se adhiere sin reservas a las nuevas formulaciones de Gropius y de los dems arquitectos modernos, que tienen sus reflejos incluso en las expresiones de la arquitectura; un efecto de ruptura de estas primeras obras viene cons-
tituido por el uso de cubiertas horizontales y por el empleo de superficies geomtricas sin salientes ni aleros; menos radical es la disposicin planimtrica, con el empleo de patios en forma de U. En 1926 se redacta un esquema de plan regulador, que define una ordenacin orgnica y de conjunto de la expansin residencial. En su esquema, el plan de. May combina algunas tendencias de la cultura alemana de la poca (en particular, las enseanzas de Schumacher) con sus propias concepciones tericas (Breslau), tratando de que resulten adecuadas como solucin concreta, simplificadas y operativamente factibles por sectores institucionales: la apertura de un frente de asentamientos independiente de la ciudad vieja, en una cadena de comunidades suburbanas separadas entre s por franjas de zonas verdes o por cuas de terrenos cultivados, a una distancia de cinco o seis kilmetros del centro comercial, resulta favorecida por la existencia de una red adecuada de transportes y por el dominio pblico de parte de los terrenos precisos, pero sobre todo es el fruto de una explcita alternativa respecto de la concentracin de la ciudad existente y de su periferia decimonnica ( fig. 455). La continuidad de la expansin perifrica prevista en el plan del 26 se pierde en gran parte como consecuencia del carcter fragmentario de algunas intervenciones y de la falta de ejecucin de otras, si bien un tramo orgnico de estas previsiones llega a realizarse con la ejecucin del proyecto del valle del Nidda, al norte de la ciudad, donde se levantan las grandes Siedlungen Praunheim, Hedderheim (Romerstadt) y Westhausen, planificadas por el departamento municipal de construcciones ( Stadtischen Hochbau amtes), con la colaboracin de diversos arquitectos. Los terrenos precisos se han obtenido, en parte, gracias a la desecacin de algunos sectores pantanosos de propiedad municipal y mediante la expropiacin de fincas privadas en el caso de Westhausen; el complejo residencial comprende cerca de 4.000 viviendas ,( 1.440 en Praunheim, cons-
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truidas entre 1926 y 1930 por el municipio de Francfort ; 1.220 en Romerstadt, barriada edificada ,por la Gartenstadt A.G. entre el 27 y el 29, y 1.520 en Westhausen, construidas por la Gartenstadt A.G. y por la Nassauische Heimstatte entre el 29 y el 31), en edificios de dos y cuatro plantas, con amplios espacios colectivos para zonas verdes pblicas y equipamientos (Praunheim y Romerstadt cuentan con 50-60 viviendas por hectrea, apareciendo construida el 17 por 100 de la superficie total, mantenindose para espacios libres el 50 y el 55 por 100, respectivamente; Westhausen, con 95 viviendas por hectrea, ofrece una superficie construida equivalente al 16 por 100 del total y espacios libres en proporcin del 62 por 100); la amplia curva del ro y el verde paseo construido a lo largo de su orilla constituyen el tema de enlace que caracteriza al conjunto residencial. Cada barriada est dotada de tiendas de artculos de primera necesidad, y Romerstadt y Praunheim cuentan cada una con su escuela. Las manzanas de edificios estn servidas por una instalacin central de calefaccin, y algunos grupos de viviendas disponen de lavanderas colectivas (figs. 456460 y 461-465). Otras barriadas importantes son las Siedlungen Bornheimer Hang, Hellerof (fig. 467) y, al sur del Main, Riedhof, construidas ms dentro de la periferia de Francfort (fig. 466), con dimensiones que oscilan en torno a las 1.O00 viviendas cada una de ellas; a estas colonias se aaden una docena de conjuntos residenciales menores. Uno de los rasgos que caracterizan la aportacin de May en relacin con las nuevas unidades urbanas es la continuidad de la labor de proyecto a todos los niveles operativo~,desde las soluciones tecnolgicas y constructivas, desde el diseo de interiores al del barrio, hasta el establecimiento de las relaciones del barrio con la ciudad. Al nivel de la vivienda se ponen a punto series completas de clulas habitativas (fig. 469), componible~en diversas tipologas (de una planta, de dos plantas, con escalera central, con
galeras corridas); la adopcin de un tipo de cocina por elementos adaptables construidos en serie (conocida .despus con el nombre de Frankfurter Kiiche; fig. 470) constituye un precedente significativo para el estudio de la estandardizacin de los elementos del equipamiento tecnolgico de la vivienda "; en Praunheim (como ya se haba hecho antes en Hohenblick) se emplea un tipo de construccin mediante paneles prefabricados de hormign, experimentando as, aunque no sin dificultades de muy diversa especie, con otro de los presupuestos bsicos de la investigacin propia del Movimiento Moderno (fig. 471). La elaboracin de una serie de diagramas sirve para evaluar los beneficios y ventajas de la orientacin de las edificaciones en relacin con el sol, y lleva a la conclusin de que en la latitud de Francfort la mejor disposicin de las viviendas es la que prev que los cuartos de estar y las cocinas se orienten hacia el Oeste, mientras las alcobas y los servicios higinicos quedan orientados al Este. La construccin de las distintas barriadas ofrece la oportunidad de llevar a cabo una experimentacin de agregaciones tipolgicas y composiciones urbanas diversificadas, desde las animadas y fluidas secuencias de la Siedlung Romerstadt, a la colonia Riedhof, de F. Roeckle, con su mayor grado de densidad determinado por su proximidad a la ciudad, pasando por la ordenada geometra de la Siedlung Hellerof, proyectada por Mart Stam, y por la denominada ciudadjardn Goldstein, de May y Schwagenscheidt (figura 468), prevista para 30.000 personas y que no llega a realizarse, en la que se lleva a sus extremas consecuencias el proceso de exclusin rigurosa de elementos naturalistas, para combinar trazado viario y unidad edificativa segn mdulos y jerarquas sucesivas.
Segn las afirmaciones del propio May, mientras que una sola cocina de Francfort del tipo empleado en la Siedlung Westhausen vendra a costar unos 395 marcos, gracias a su produccin en serie se haba conseguido rebajar su precio hasta los 238,50 marcos.
Figs. 456-460. E. May, ordenacin de conjunto de las tres barriadas, Romerstadt, Praunheim y Westhausen, construidas a lo largo del valle del Nidda; vista area y vistas de las viviendas de la Siedlung Romerstadt.
Figs. 461-467 (en la pgina opuesta). Planimetra de la Siedlung Praunheim (E. May, H. Bohm y E. Kaufmann), y dos vistas de la misma; planta y vista de la Siedlung Westhausen (E. May y H. Bohm); planta de las Siedlungen Riedhof-West (E. May y F. Roeckle, 1927-30) y Hellerof (M. Stam, 1929-31).
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Para las intervenciones en las reas centrales y con objeto de evitar que las expansiones externas se conviertan en oasis aislados del contexto urbano- May esquematiza un mtodo de transicin desde las densas manzanas decimonnicas a un sistema de construcciones en lnea. En un plano ms general, se apunta por vez primera hacia una correlacin de 1.0s barrios dentro de un sistema de conjunto, y tambin por vez primera se intenta afrontar la relacin entre residencia y trabajo, jams tocada antes en la praxis administrativa; por otra parte, son numerosos los equipamientos colectivos y las obras pblicas que se realizan al mismo tiempo que las barriadas residenciales (fig. 472). La revista Das Neue Frankfurt (fig. 473), que se publica entre el 26 y el 30, no solamente cumple la funcin de comentar y divulgar las realizaciones municipales, sino que sirve tambin para abrir un amplio debate cultural a nivel europeo, al dar cabida en sus pginas a colaboraciones y aportaciones del ms alto nivel. La actividad del municipio de Francfort prosigue incluso despus de 1930, ao en que May se traslada a la Unin Sovitica a invitacin del gobierno de este pas, para proyectar algunas ciudades nuevas en Siberia. A pesar de las dificultades que plantea la situacin econmica, sus colaboradores pueden completar, al menos en parte, los proyectos que se encontraban en fase de ejecucin, hasta la llegada al poder del nazismo, consiguiendo que el total de viviendas construidas entre el 25 y el 33 ascienda a las 15.000 unidades, cifra equivalente a ms del 90 por 100 del total de la produccin residencial del perodo. De este modo, la experiencia de Francfort adquiere un gran valor demostrativo, no solamente por los nuevos mtodos operativos adoptados, sino tam-
bin por haber invertido la tradicional relacin de subordinacin de la edificacin pblica respecto de la privada. La obra de May y las realizaciones de Francfort constituyen una muestra ejemplar, que no se repite, de la poltica urbana de la poca de Weimar; en el control -.perfecto en este caso, aunque siempre sectorialdel ciclo de la residencia, contrapuesto a la imposibilidad de actuar sobre el organismo urbano en su conjunto (desde- la renta del suelo a la localizacin de las actividades productivas), queda reflejado en el interior de una ciudad el ilusorio compromiso socialdemocrtico que en el orden econmico y poltico general delega en las administraciones locales la tarea de la redistribucin -segn equilibrios indudablemente avanzadosde la renta nacional o del plusvalor social, pero dejando la palanca clave del sistema en manos del capital. May es lcidamente consciente de estas contradicciones (que quiz constituyen uno de los factores que le impulsan a intentar la aventura sovitica), pero por otra parte conserva una confianza sin quiebras en la capacidad de los instrumentos tcnico-disciplinarios de la nueva arquitectura para convertirse en gua y modelo del sistema, evitando sus rgidos condicionamientos iniciales y redimindose de su propia marginalidad estructural. Estas realizaciones, en cambio, como en las dems ciudades alemanas, quedan fatalmente interrumpidas, como primer elemento variable del sistema econmico, en el momento de la crisis; una variable en relacin con la cual el sistema tan slo coyunturalmente se siente representado por la ciencia de la arquitectura, como quiz puede deducirse de la transformacin de la Siedlung Goldstein en el perodo nazi, en el que pasa de modelo formal de plan urbano a colonia rural, con 10 que sus habitantes
Figs. 468-473. (en la pgina opuesta). Planimetra de la Siedlung Goldstein (E. May y TU. Schwagenscheidt, 1930); algunos de los tipos planimtricos elaborados en Francfort; vista de la ~FrankfurterKche; empleo de los sistemas de prefabricacin; la Grossmarkthalle (M. Elsaesser, 1927-28); una cubierta de la revista Das Neue Frankfurt.
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HAMBURG
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tuvieron que compensar las disminuciones salariales experimentadas con una economa parcial de subsistencia agrcola ".
La experiencia de Hamburgo en el perodo comprendido entre las dos guerras puede estudiarse como muy significativa de temticas territoriales y urbanas que, de forma ms circunscrita y menos evidente, son comunes, no obstante, a muchas ciudades alemanas de tipo medio: de una parte, en Hamburgo puede seguirse con extrema claridad ese proceso que entre las dos guerras lleva a muchas ciudades alemanas a intentar una recomposicin territorial en el mbito administrativo y de la gestin urbanstica; de otra, las polticas desarrolladas en estos aos, centradas en la exigencia prioritaria de la casa econmica, se desenvuelven en una sustancial continuidad de inspiracin y de soluciones tipolgicas respecto del perodo preblico y, aunque sea en la medida permitida por la recesin econmica, de los aos siguientes a la cada de la Repblica de Weimar. Esta continuidad viene asegurada por la presencia y por la fecunda actividad desarrollada en Hamburgo, en su calidad de superintendente de la edificacin, por Fritz Schumacher, cuya participacin en la poltica urbanstica de la ciudad a partir de 1905 ya hemos tenido ocasin de ver, con sus
l2 Sobre Francfort, para este perodo, vanse: Das Wohnungswesen der Stadt Frankfurt am Main, Francfort, 1930; W. Bangert: Baupolitik und Stadtgestaltung in Frankfurt am Main, Wrzburg, 1937; G . Grassi (ed.): Das Neue Frankfurt 1926-1931, Bari, 1975. Sobre May vase la monografa de J. Buekschmitt: E. May, Stuttgart, 1963; y adems, M. Tafuri: E. Muy e l'urbanistica razionale, en <Lomunitb, octubre de 1964.
obras realizadas en las reas centrales (aperturi! de la Monchebergstrasse, 1908-13), con la ordenacin del Stadtpark (1909) y con sus proyectos para la expansin extensiva de la periferia (ciudad-jardn de Volksdorf y complejo de Alsterdorf ) 13. Percatado de la creciente insuficiencia de la jurisdiccin administrativa de la ciudad de Hamburgo en relacin con la dimensin y con la dinmica del rea econmica de gravitacin directa de la ciudad, Schumacher somete a las autoridades gubernativas centrales su proyecto para una ampliacin de los lmites institucionales del municipio, que supone la incorporacin de los distritos de Altona y Harburg y de las isla del Elba. La comisin nombrada para proceder a la definicin de la nueva configuracin territorial solicita previamente la elaboracin de una serie de planes de carcter tcnico, sectoriales pero coordinados entre s, mientras subraya la necesidad de contar con una unidad geogrfica como base de .la nueva organizacin: surge as la concepcin de un Gran Hamburgo, como entidad administrativa orgnica. Los estudios de Schumacher verificados entre los aos 20 y 30 para el desarrollo racional de la conurbacin hacen referencia precisamente a esta nueva dimensin econmica l4 ( figs. 476-477). En espera de la formacin de un nuevo ente de gestin, las administraciones de las circunscripciones limtrofes proceden a concluir acuerdos recprocos para el control de mbitos espaciales y de servicios especficos. Particularmente importante es la constitucin
l3 Cfr. P. Sica: Historia del urbanisnzo. El Siglo X I X , l.", Madrid, 1981, pgs. 281-87. l4 Cfr. F. Schumacher: Aus der Arbeit des Hamburgisch-Preussischen Landesplanung - Ausschusses, en Wasmuth's Monatshefte fr Baukunst, 1931, pginas 381-84.
Figs. 474-478 (en la pgina opuesta). Hamburgo, la Comunidad portuaria establecida en 1929; el rea de Hamburgo en 1937 (superficie rayada) y despus de esta fecha (lmites en trazo ancho); las distancias-tiempo desde el centro de la ciudad, y esquema de Schumacher para la expansin de Hamburgo; la Chilehaus de F. Hoger (1922-26).
Figs. 479-487 (en la pgina opuesta). La edificacin residencial en Hamburgo: complejo de la Pinneberger Chaussee, en Altona, planta y vista (F. R. Ostermeyer, 1926-28); complejo Fritz-Eber-Hof, vista y planta (F. R. Ostermeyer, 1929); vista de un bloque de viviendas de Oelsner en Altona; complejo de la Jarrestrasse, axonometra y vista (K. Schneider, 1928); complejo de la Habichplatz, planta y vista (K. Schneider, 1927-28). Figs. 488-494. El gran conjunto residencial de Hamburgo-Barmbeck: las previsiones del plan regulador y la revisin de Schumacher, el plan de ejecucin, vista area; plan originario y plan modificado de un sector de la barriada, vista area y a ras del suelo (H. y O . Gerson, 1928). Figs. 495 y 496. Escuelas en Heimsbttel y en Winterhude, de F. Schumacher.
de la Comunidad porturaria de Hamburgo (figura 474), preparada por Schumacher e instituida en el 29, que comprende Hamburgo, Altona, Wandsbek y Harburg-Wilhemsburg. La Comunidad portuaria es el precedente directo del Gran Hamburgo, entidad constituida en 1937 mediante la unin de las cuatro ciudades de Hamburgo, Altona (danesa hasta 1864, prusiana despus), Wandsbek y Harburg-Wilhemsburg, y de 26 municipios rurales: una administracin nica asume todas las funciones hasta entonces desarrolladas por comisiones paritarias competentes en sectores especficos (fig. 475). Siguiendo las huellas de la exigencia manifestada en Hamburgo, entre los aos 20 y 30 se generaliza tambin en otras ciudades la idea de proceder a la revisin de las circunscripciones administrativas, si bien se observa una falta de unidad de puntos de vista en cuanto a los criterios a adoptar en cada caso concreto (reas econmicas, de trfico, de homogeneidad tnica o histrica). Encarrilada la solucin de la cuestin territorial y afirmado el carcter metropolitano de la ciudad y su puerto, tras el retorno de Schumacher, que en el 23 se haba trasladado a Colonia, se afronta tambin a gran escala el problema de la produccin edificativa de masa. La respuesta al problema de la vivienda popular se basa en la construccin de barrios equipados, frecuentemente de notables dimensiones, segn la frmula casi constante de series de edificios de cuatro o cinco plantas dispuestos de manera que definan patios libres de uso comn; se trata de una alternativa que se plantea morfolgicamente como racionalizacin de la ciudad demiconnica, mientras que las soluciones tcnicas y formales siguen ajustadas, conforme a las preferencias de Schumacher, a la tradicin hamburguesa del ladrillo, apenas tocada por el clima del expresionismo arquitectnico
representado visiblemente en Hamburgo por la clebre Chilehaus de Fritz Hoger (192226; fig. 478). Vanse las obras de F. R. Ostermeyer (barrio de la Fuhlsbttelerstrasse, del 26, barrio de la Pinneberger Chausee en Altona, del 26-28, barrio Fritz-Ebert-Hof en la Friedensallee-Roonstrasse, tambin en Altona, del 29; figs. 479-482), de Oelsner en Altona (fig. 483) y sobre todo los complejos residenciales de K. Schneider (barrio de la Habichtplatz, construido en el 27-28 tras la celebracin de un concurso resuelto en el 26, barrios de la Possmoorweg, del 28, y de la Jarrestrasse, del 28; figs. 484-487). Uno de los resultados ms importantes del decenio comprendido entre el 20 y el 30 es el barrio de Hamburgo-Barmbeck, realizado en colaboracin por numerosos arquitectos, entre los que se cuentan H . y O. Gerson, C. Blohm, K. Schneider, H . J. Jannke, H . Richter y el mismo Schumacher (figs. 488494). Del 28 al 30 la produccin edificativa alcanza sus puntas mximas, con cerca de 10.000 alojamientos por ao. La labor de coordinacin y de gestin desarrollada por Schumacher se ve completada por el proyecto de los correspondientes equipamientos colectivos, en particular de las instalaciones escolares l5 (figs. 495-496).
La administracin municipal de Magdeburgo, el ao 21, coloca a Bruno Taut al frente del servicio de obras pblicas de la ciudad. En los dos primeros aos en que
'"obre Hamburgo, F. Schumacher: Das Werden einer Wohnstadt. Bilder vom nezlen Hamburg, Hamburgo, 1932; B. Stud y H . Olsen: Hamburg, die Geschichte einer Stadt, Hamburgo, 1951.
Figs. 497-504 (en la pgina opuesta). Las realizaciones en la ciudad de Magdeburgo: el plano de la ciudad, una casa con la fachada pintada por Oskar Fischer; planta y fachada del pabelln de la agricultura y la ganadera (B. Taut); planta y vista del conjunto residencial de la Diesdorferstrasse (H. Ruhl y G . Gauger, 1927); dos edificios de J. Goderitz, la Stadthalle (1927) y un hospital (1926-28).
Figs. 505-509. Las obras de O. Haesler en Celle: planimetra y vista de la Italienischer Garten Siedlung; un complejo escolar; tipos edificativos y vista de la Siedlung Georgsgarten.
Taut desempea la direccin del servicio, organiza un departamento para el control urbanstico de la ciudad, elabora los puntos esenciales de un plan regulador (fig. 497) en el que se prevn parques y equipamientos pblicos ( figs. 499-500)) y proyecta complejos residenciales para trabajadores, junto a edificios para actividades colectivas y un palacio de asambleas. La revista Frhlicht -que dirige el propio Taut y que en el otoo del 21 traslada su redaccin a Magdeburgoviene a dar testimonio de esta actividad y refleja la evolucin que se va operando en el pensamiento de Taut y que va de la participacin en las vanguardias berlinesas a la preocupacin por los problemas concretos del planeamiento urbano le.
'"fr. B. Taut: Frhlicht, 1920-22, cit., con una introduccin de G. Samona. Vase, en particular,
Figs. 510-516 (en la pgina opuesta). Colonia, esquema de F. Schumacher para el rea interior de la lnea de fortificaciones; planta y vista de la Siedlung Kalkerfeld; los complejos residenciales de Koln-Mlheim y de Koln-Zollstock; esquema de conjunto y plan de detalle para la ordenacin de los parques de circunvalacin de T. Nussbaum.
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Figs. 517-522. Planta de la Siedlung Wallmer, en Stuttgart (1929-30), y de la Siedlung Am Dickelsbach, en Duisburg (1926); planta y vista de la Siedlung Erlenhof, en Mannheim (F. Mndel, 1926-27); planimetra de la exposicin de Breslau, y vista de un bloque de A. Rading. Figs. 523-525. Planta de un complejo residencial en Munich; planimetria y vista de una barriada de casas de construccin municipal en Nuremberg.
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de la GEHAG; tras su partida, en los aos que van del 24 al 30, su sucesor, Johannes Goderitz, consigue utilizar los estudios elaborados anteriormente, realizando los programas principales ya iniciados. El municipio se asegura la mayora de la participacin accionarial en la Sociedad magdeburguesa para la construccin de pequeas viviendas, creada ya. antes de la guerra como resultado de la fusin de una serie de sociedades menores, que de este modo se convierte en intrprete de la poltica urbanstica de la administracin local, desarrollando a partir de 1925 una intensa actividad edificatoria. La realizacin ms importante de estos aos es la Siedlung Gross-Diesdorferstrasse (figs. 501502), construida entre el 27 y el 28, con un total de 2.000 viviendas, aunque tambin son numerosos los equipamientos colectivos llevados a trmino en este perodo l7 (figuras 503-504). En 1923 Otto Haesler construye en Celle, cerca de Hannover, uno de los primeros barrios de Alemania en que se evidencian palpablemente las influencias de la experimentacin que se lleva a cabo en la Bauhaus; se trata del pequeo ncleo de la Siedlung Italienischer Garten (figs. 505-506). El mismo Haesler proyecta tambin para Celle otros grupos menores de viviendas, una escuela (figura 507), los edificios para albergar determinados servicios y en 1924 la Siedlung Georgsgarten, que repite las formas estereomtricas de la Italienischer Garten y ofrece en su disposicin planimtrica elementos de marcada innovacin, con las edificaciones en formacin abierta en bloques paralelos (figuras 508-509). En Colonia el arquitecto Fritz Schumacher es llamado el ao 20 por el burgomaestre Adenauer para que acte como asesor en la resolucin del concurso convocado para la construccin de un rescacielos simblico y en la redaccin del proyecto, bastante ms
l7
concreto, de ordenacin de un amplio tramo del anillo interior a la lnea de las fortificaciones del siglo XIX,en el rea de Ehrenfeld, siguiendo la directriz de expansin hacia el Oeste. Schumacher realiza un plan detallado de parques urbanos y zonas residenciales con iglesias, escuelas, equipamientos de diversos tipos y una nueva estacin: se recoge y vuelve a proponerse aqu la experiencia decimonnica stbbeniana, con una parcial atenuacin de los ndices volumtricos y con una distribucin espacialmente cualificada de los servicios colectivos (fig. 510). Entre las nuevas barriadas realizadas deben citarse las Siedlungen Karkefeld, Koln-Mlheim y KolnZollstock, proyectadas por los arquitectos W. Riphahn y C. M. Grod, con topologas y sistemas de parcelacin ms actualizados (figuras 51 1-514). Entre el 20 y el 30 se inicia tambin un plan general para el sistema de zonas verdes, limitado primeramente a los jardines de tipo decorativo diseados dentro de las mallas del primer anillo de expansin de Stbben y a las obras posteriores a 1910 llevadas a cabo en este mbito por el superintendente de jardines Encke (Vorgebirgspark, Blcherpark, Humboltpark, etc.). La nueva ordenacin afecta a las franjas exteriores de las fortificaciones decimonnicas (figuras 515-516) e incluye una serie de parques plurifuncionales, enlazados por un lado con las reservas de terrenos boscosos de que dispone el municipio y por otro con la ciudad, a travs de canales verdes, en el marco general de un plan director para la Gran Colonia puesto a punto por el asesor del departamento de urbanismo Arntz, con la colaboracin del propio Schumacher. La supervisin del proyecto de los parques corre a cargo del arquitecto T. Nussbaum 18. Tambin en otras ciudades se da vida a nuevos barrios residenciales que toman como modelo las realizaciones de Wagner en Berln y las de May en Francfort. En Stuttgart,
la Cfr. T. Nussbaum: Weltstadtgrn der Kolner Wald- und Wiesengrtel, en Stadtebau, 1931,
pginas 41-48.
Figs. 526-530. El saneamiento del centro de Kassel: la zona antes y despus de la operacin; el corte dc la arteria principal desde la Martinplatz al Altmarkt, y el aislamiento de MarstaU antes y despus de las obras; vista de la nueva arteria principal desde el Altmarkt.
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adems del prestigioso complejo residencial del Weissenhof, financiado en parte por la RFG y del que ya hemos hablado en el Captulo anterior, se construye en 1929-30 la Siedlung Wallmer (fig. 5 17); en Leipzig surge la Wohnstadt Neu-Gohlis; tambin pueden citarse otros ejemplos aislados de este tipo en Dsseldorf, en Duisburg (figura 518)) en Karlsruhe (Siedlung Dammerstock), en Rahenow (Siedlung Friedrich-EbertRing, de O. Haesler, 1928-29) y en Manheim (figuras 519-520). En Breslau, donde se vive una situacin cultural animada por la presencia de Max Berg, que desempea el cargo de Stadtbaurat, de Oskar Schlemmer, a la sazn organizador de la seccin teatral de la Bauhaus, de Adolf Rading y de Hans Scharoun, son episodios de cierto relieve la Siedlung Zimbel, del 29, y del mismo ao la pequea exposicin organizada por la Werkbund con la colaboracin, entre otros, de Rading y de Scharoun (figs. 521-522). En Hannover, en cambio, la episdica presencia de van Doesburg y de El Lissitzky no consigue sacar a la ciudad de su clima tradicional. Tambin en Dresde, en Nuremberg y en Munich, al igual que en muchos centros menores, los viejos mtodos siguen vigentes (figs. 523-525)) con permanencia de los planteamientos urbansticos y las tipologas ms habituales (tejados en vertiente, ventanas de diseo rstico, etc.) 19. Respecto de la ciudad de Kassel hay que citar el plan de saneamiento del centro histrico llevado a cabo el ao 26, operacin,
l9 As se haca tambin en grandes ciudades, como en Dsseldorf, y todos los esfuerzos se encaminaban a dar a las casas un aspecto antiguo, mediante los tejados muy pendientes, de tejas, las impostas y a veces incluso por medio de detalles medievales o barrocos. Para acentuar el aspecto tradicional, las casas se reagrupaban a menudo en torno a una plaza escalonada de aire rstico: en conjunto, todo este tipo de construcciones representaba un gran esfuerzo por atribuir a las expansiones urbanas de ciudades grandes y medias un aspecto de pueblo o de ciudad pequea. B. MiIler - Lane: Architettura e poltica in Germania 1918-1745,Roma, 1973, pg. 124.
tan radical como aislada, de intervencin sobre el tejido urbano antiguo, que une a la permanencia de criterios decimonnicos novedades metodolgicas y procedimentales de relieve. El proyecto, que afecta a toda la ciudad medieval que se alza sobre ambas orillas del Fulda, se basa esencialmente en la demolicin de las construcciones surgidas en el interior de la amplia malla de sus manzanas, en la apertura de una calle principal EsteOeste (la nueva Marktstrasse, entre el Altmarkt y la Martinplatz) y en el aislamiento del edificio de la Marstall, en el lado Norte; el tejido as aclarado se presenta todava definido por la edificacin en cortina de sus mrgenes, pero con amplios espacios abiertos dentro de las manzanas (figs. 526-530). El valor de esta realizacin, por lo dems, no ha de verse solamente en algunos de los objetivos perseguidos por el proyecto tcnicourbanstico (que por vez primera afecta a un vasto muestrario homogneo de tejido urbano, sin recurrir a las demoliciones en tapiz), sino tambin en el empleo de todos los medios legislativos y de todos los dispositivos econmicos de que dispone la administracin municipal, adaptados caso por caso a cada una de las situaciones concretas planteadas (subvenciones concedidas a los particulares para su manutencin, condicionadas a la demolicin de las construcciones llamadas a desaparecer; demoliciones acordadas de edificio por la Baupolizei respecto de los edificios inseguros o ruinosos; ;econstruccin de algunas partes a costa del propio municipio); en gran medida estas obras son subvencionadas con cargo a los fondos obtenidos durante el perodo de vigencia de una supertasa sobre los alquileres. Por otra parte, el Sanierungsplan de Kassel se desarrolla como operacin tcnicamente autnoma y viene a denunciar una serie de problemas no resueltos; y si bien las personas desalojadas pueden ser trasladadas a viviendas de nueva construccin situadas en la periferia de la ciudad, no es menos cierto que el conjunto de la operacin se traduce tambin en una eviden-
te potenciacin de los valores inmobiliarios y que viene a abrir el camino a la excesiva terciarizacin del centro 'O.
3. La Alemania nazi
La inestabilidad poltica y las polmicas internas de los partidos democrticos, la exasperacin nacionalista provocada por el tratado de paz y la prdida de las colonias, y la crisis econmica del 29, a la vez que contribuyen a desintegrar las estructuras de la Repblica alemana, constituyen el terreno adecuado en que puede alimentarse el nacionalsocialismo, haciendo apelacin a una cierta tradicin germnica -desde la exaltacin romntica al militarismo, desde el irracionalismo antipositivista al antisemitismo, al mito pangermanista y racial- y contraponindola al penoso presente que ofrece la Repblica de Weimar. Las fuerzas liberales y democrticas tampoco son capaces de oponer un frente unido de resistencia ante el indudable poder de captacin de esta ideologa, que, tanto en sus expresiones ms crudas como en sus manifestaciones revestidas de respetabilidad cultural, demuestra que ejerce una marcada influencia sobre todo un sector de la pequea y media burguesa. Entre las fuentes doctrinarias contemporneas que sirven de base a la ideologa nacionalsocialista destaca la sntesis filosfica de altos vuelos de Oswald Spengler, Der Untergang des Abendlandes (La decadencia de Occidente), aparecida entre el 18 y el 22: una obra de gran impacto, en la que se delinea, a la luz de unos recursos histricos cautivadores, una sucesin de estadios de la civilizacin occidental, encaminada fatalmente hacia su decadencia t r a s la revolucin tecnolgica y la subsiguiente fase de democracia
20 Cfr. G. Jobst: Sanierung der Altsdat in Kassel, en Wasmuth's Monatshefte fur Baukunst~,1933.
capitalista-, y que slo podr salvarse de su apocalipsis con la aparicin de un muevo Csar, capaz de redimir a pueblos y naciones. El nazismo puede deducir de la obra de Spengler mltiples elementos doctrinarios de gran importancia -la exaltacin del vnculo orgnico entre el individuo y la tierra que ha sido disuelto por el nomadismo intelectual de la civilizacin urbano-industrial, la crtica del capitalismo y de la plutocracia, el totalitarismo como salvacin de la civilizacin-, ponindolos al servicio de su propia tica social. Junto a las teoras de Spengler son importantes tambin los escritos de Arthur Moeller van den Bruck, y sobre todo el Das Dritte Reich de 1923, en el que se auspicia precisamente una sntesis entre socialismo y nacin, y se atribuye a Alemania un papel decisivo en Europa; y los de Ernst Jnger ( I n Stahlgewittern, de 1920, Die totale Mobilmachung, de 1930, Der Arbeiter, de 1.932)) en los que se delinea la visin de una sociedad militarizada. Junto a estas obras generales que iluminan un destino de Alemania frente a la disolucin de la civilizacin provocada por el capitalismo, por el maquinismo y por la aparicin de las grandes masas en el escenario de la historia, estn tambin las contribuciones tericas de quienes apoyan el movimiento, como Gottfried Feder, Walter Darr y Alfred Rosenberg, dedicados a la elaboracin del programa del partido en algunos sectores especficos. Rosenberg, colaborador de primera hora de Adolfo Hitler, destaca como terico y legitimador del racismo (Der Mythus des 20. Jahrhunderts, de 1930) en su visin histrica dominada por una lucha primigenia entre la raza aria nrdica y la raza semtica; Feder, considerado por Hitler como uno de los tericos ms influyentes del nacionalsocialismo, con su
Der Deutsche Staat auf nationaler und sozialer Gvundlage (1923)) traza los rasgos caracters ticos del Estado corporativo, afirmando la funcin social de la propiedad privada, indispensable para la definitiva superacin de la lucha de clases.
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Todava ms importante, desde nuestro punto de vista, es Darr, colaborador de Hitler y ministro de Alimentacin y Agricultura del 33 al 42, intrprete de las tendencias ms radicales del retorno a la tierra. En los escritos de Darr (Das Bauerntum als Lebensquelle des novdischen Rasse, de 1929, y Neundel aus Blut und Boden, de 1930) se funden poltica econmico-social y elementos racistas; defensor de las teoras del determinismo geogrfico y de la presencia sobre el suelo alemn de una aristocracia campesina cuya existencia hay que garantizar y reforzar con una poltica de control eugensico, Darr desempea una parte fundamental en la afirmacin de la ideologa oficial anti-urbana del nazismo, que no slo tendr repercusiones significativas en el plano urbanstico, sino que supondr tambin un marcado impulso de las miras imperialistas del nazismo respecto de los territorios orientales. El programa social de Darr, caracterizado por el slogan convencional Sangre y Tierra y basado en las insistentes argumentaciones sobre la inferioridad de las razas nmadas y la superioridad espiritual de los pueblos sedentarios, apunta a la desintegracin de los latifundios de la Alemania oriental, que debern ser sustituidos por un tejido de propiedades pequeas y medianas de cultivadores directos de la tierra. La crtica y el rechazo violento del marxismo y del capitalismo liberal occidental han sido uno de los temas de fondo de la ideologa oficial del nazismo en los aos que preceden a la conquista del poder. En realidad, las relaciones entre el nazismo y el gran capital alemn, iniciadas en 1923 con la primera subvencin concedida a Hitler por el magnate de la industria pesada Fritz Thyssen, jams han sido puestas en peligro por las filpicas anticapitalistas de los exponentes ms autorizados del movimiento. La postura de Thyssen ha sido imitada por otros industriales y hombres de negocios (como Hugo Stinnes, o el editor Bruckmann, de Munich), que confan en la capacidad del
nacionalsocialismo para favorecer sus intereses de clase; tales apoyos, incluso, se han hecho ms frecuentes y convencidos tras la crisis del 29, ante las incertidumbres de los partidos democrticos y la posible eventualidad de agitaciones y levantamientos obreros, momento en que la gran industria se inclina en favor de la perspectiva de un Estado autoritario capaz de neutralizar los impulsos destructores y las reivindicaciones de los trabajadores. .A ,partir del 33, los fermentos anticapitalistas presentes en algunos sectores revolucionarios del movimiento y aludidos incluso por algunos puntos del programa del partido en sus primeros aos de vida -la estatalizacin de los crteles, la expropiacin de los latifundios-, son acallados, y el nico elemento que queda en tal sentido es el principio genrico, escasamente comprometedor, de la prevalencia de los fines pblicos de la actividad econmica sobre los privados. Como se ha sealado en ms de una ocasin, de los dos trminos de la alianza entre nacionalismo y socialismo proclamada por el NSDAP [Nationalsozialistische Deu tsche Arbeiterpartei], si el primer trmino es insuficiente para describir la realidad del movimiento, es cierto que el segundo queda privado totalmente de cualquier tipo de correspondencia real con las relaciones de produccin y con la vida social del pas. De hecho, el Consejo general de la economa alemana, instituido por Hitler en julio de 1933, cuenta entre sus miembros con algunas figuras de primera importancia en el mundo industrial, como pueden ser el magnate de la industria qumica Bosch, de la IG-Farben, Karl Friedrich von Siemens, Vogler, de la Vereinigte Stahlwerke, Gus tav Krupp y, naturalmente, Fritz von Thyssen. Ms tarde, conforme a los principios del corporativismo, los intereses de los distintos grupos econmicos capitalistas son organizados por una ley de noviembre de 1934 en seis Reichsgruppen (de la industria, del. comercio, del artesanado, de la banca, de los seguros y de la energa); a la Cmara econ-
mica del Reich, presidida en Berln por un alto representante de la industria electroqumica, corresponden en el resto del pas dieciocho cmaras regionales, colocadas bajo el control de industriales, financieros y jerarcas del partido. Las fuerzas del trabajo se encuadran en el Deutsche Arbeitsfront, que viene a sustituir a los suprimidos sindicatos democrticos, de los que hereda incluso el patrimonio inmobiliario y de instalaciones; pero los sindicatos se conciben por el partido nazi como rganos corporativistas de indoctrinacin y regimentacin de la clase obrera (los soldados trabajadores), de exaltacin de los valores patriticos y morales del trabajo, y de eliminacin de la conciencia de clase, mientras la negociacin de los contratos colectivos se confa a fiduciarios nombrados por el Canciller. El segundo plan cuatrienal anunciado por Hitler en 1936 (que sigue a los cuatro aos que van del 32 al 36, oficialmente definidos como primer plan cuatrienah por a cuya cabeza se la propaganda nazi) -y coloca a uno de los hombres ms eficaces del partido, Hermann Goering, titular tambin del cargo de ministro de la Aeronutica y jefe de la Luftwaffees esencialmente un programa econmico general que tiene como finalidad el conseguir la independencia respecto del exterior de la produccin alemana en los sectores clave. El plan, en su conjunto, indica una serie de objetivos, entre los que se cuenta la preparacin militar, a conseguir a travs de una coordinacin tcnica y una racionalizacin de las capacidades productivas y de las relaciones de produccin existentes, ms que con instrumentos extraordinarios de intervencin. Son stas las bases de esa poltica de autarqua que, undada en las exigencias de una economa de guerra, lograr notables resultados en cuanto a la explotacin minera y de carburantes y en la produccin de materias sintticas, determinando en cambio un freno de la produccin de bienes de consumo que denuncia la presin que se ejerce sobre el nivel de vida
de los trabajadores, atestiguada, por otro lado, por la contencin o incluso la disminucin de los salarios reales. En este perodo de tiempo alcanza precisamente sus ndices ms altos el proceso de concentracin capitalista y de cartelizacin de los intereses privados 'l; una excepcin parcial viene constituida por la creacin de algunas empresas pblicas, entre las cuales cabe recordar la Reichswerke Hermann Goering, dedicada a la explotacin de los minerales de hierro, que bien pronto conseguir ponerse a la altura de los grandes crteles del sector metalrgico-mecnico, absorbiendo algunas industrias confiscadas a propietarios judos y, tras la toma de Austria, el complejo industrial de la Alpine Montan-Gesellschaft 22.
DEL
NACIONAL-
En los aos de su formacin, el nazismo no llega a desarrollar de manera explcita una posicin propia, original y unitaria, sobre los problemas de la produccin artstica e intelectual, y de modo ms especfico sobre
21 Segn los datos que aporta Bettelheim, el aumento del capital medio de las sociedades annimas entre los aos 33 y 43, el incremento de los dividendos en el mismo perodo y la reduccin del nmero de sociedades (que pasan de 10.437 en el 31 a 5.404 en el 42) vienen a ilustrar suficientemente este fenmeno, que va acompaado tambin de la disminucin de la pequea y mediana industria y de las empresas artesanales. Un ltimo dato significativo: en el 42, 108 sociedades annimas, es decir, el 2 por 100 del total, poseen el 59 por 100 del capital accionarial. Datos ms analticos revelan que las puntas ms altas del fenmeno se dan en el sector extractivo, en la siderurgia y en la industria qumica. Cfr. Bettelheim: L'conomie allemande sous le nazisme, Pars, 1946, pgs. 62-63. ' V a s e , sobre este punto, la sntesis general de E. Collotti: La Germania nazista, Turn, 1962. Sobre las premisas polticas e ideolgicas del nacionalsocialismo, cfr. G. L. Mosse: T h e Crisis of German Ideology. Intellectual Origins of the Third Reich, Nueva York, 1964 (trad. italiana, Miln, 1968).
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la arquitectura y sobre la ciudad. Dicha posicin va precisndose ms bien de modo emprico, primero a travs de la oposicin a las expresiones de las vanguardias artsticas y de la arquitectura del movimiento moderno, expresiones de algn modo afiliadas ideolgicamente a la Repblica democrtica de Weimar, y ms tarde, una vez conquistado el poder, como respuesta a las exigencias, que distan mucho de ser homogneas, planteadas por la nueva direccin poltica. La arquitectura del Movimiento Moderno, desde sus primeras manifestaciones, es acogida con reserva y hostilidad por las corrientes que encarnan la reaccin cultural y poltica. Esta oposicin se difunde y organiza ms a partir del 26, cuando en muchas ciudades alemanas aparecen los primeros barrios modernos. Las polmicas suscitadas pretenden atacar lo que parece una concepcin decididamente favorable a una plena y consciente vida urbana, para contraponerle la visin de una Alemania patriarcal y rural, favorable al retorno a las tradiciones culturales alemanas: son afirmaciones que se apoyan en una lnea de desenvolvimiento del pensamiento alemn que se ha mostrado activa a lo largo de todo el siglo XIX y que ha reverdecido en la sntesis spengleriana, que ve las causas de la decadencia de los pueblos, que marchan hacia su au todes truccin, en los desequilibrios socioculturales provocados por las grandes concentraciones urbanas y en el distanciamiento de la concepcin primigenia que identifica tierra y pueblo. Basndose en los argumentos de Spengler, Emil Hogg, profesor de arquitectura en Dresde, define la nueva arquitectura como nmada, provocadora de un cierto sentido de desarraigo, de empobrecimiento espiritual, de proletarizacin; le hace eco el arquitecto Schultze-Naumburg, particularmente activo en el frente conservadurista, que ve en la nueva arquitectura alemana la decadencia racial del pueblo. Para fundamentar el retorno a las expresiones de la sociedad rural, Schultze-Naumburg escribe el ao 26 su Abc des Bauens, un manual en que se
estudian los sistemas constructivos tiadicionales; el 28 publica los dos ensayos -Arte y raza y El aspecto de la casa alemana- que le convierten en principal abanderado de las realizaciones conservadoras. Las tesis contenidas en el primero, de carcter verdaderamente panfletario, vinculan la degeneracin de la arquitectura alemana, expresada por el Movimiento Moderno, a la decadencia racial; en el segundo se insiste en los aspectos deficientes de la nueva cultura arquitectnica, comparndolos con los mejores ejemplos de la casa tradicional alemana Estas tesis dan lugar a una serie de polmicas que afectan a varios aspectos especficos de la nueva arquitectura w. A Schultze-Naumburg se debe tambin la fundacin del grupo llamado Block (antittico al Ring de los arquitectos modernos), del que entran a formar parte profesionales y profesores de tendencia conservadora, como Schmitthenner y Bestelmeyer. A estos argumentos de orden filosfico se aaden otros de carcter ms descaradamente poltico: el suizo de lengua alemana Alexander von Senger, en dos escritos de los aos 28 y 31, Krisis der Architektur y Die Brandfackel Moskaus (La crisis de la arquitectura, y La tea incendiaria de Mosc) califica las nuevas obras de bolchevismo arquitectnico (definicin que se repetir frecuentemente despus en las publicaciones reaccionarias), y bordea los lmites del terrorismo ideolgico sugiriendo que el movimien23 La casa alemana da la' sensacin de surgir de la tierra misma, como un producto natural, como un rbol que hunde sus races en la profundidad del suelo y forma un todo con l. Esto es lo que nos da el sentido de la patria (Heimat), de vinculacin con la sangre y con la tierra (Erde): para un cierto tipo de hombres [ello es] condicin de su vida y significado de su existencia. Cfr. P. Schultze - Naumburg: Das Gesicht des deutschen Hauses, Munich, 1929, pg. 90, cit. en B. MillerLane, op. cit., pg. 154. 24 Por ejemplo, las polmicas suscitadas sobre la cubierta plana, forma oriental que tsn slo se adapta a los pases meridionales, anloga a las que se desarrollan en Iitalia. Cfr. B. Miller-Lane, op. cit., pgina 135.
to en favor de la arquitectura moderna forma parte de un complot internacional de inspiracin comunista. Tampoco faltan en esta poca afirmaciones interesadas sobre las consecuencias econmicas de las opciones constructivas y es tils ticas: los tradicionalistas tratan de ganarse el favor de las autoridades municipales y de los constructores, sosteniendo que la nueva arquitectura est llamada a provocar un aumento del paro obrero y la quiebra de muchas empresas 25. Si hasta la crisis econmica del 29 es verdad que estas teoras no encuentran un amplio crdito cultural ni poltico, no es menos cierto que a partir de tal fecha, en cambio, su penetracin aumenta considerablemente, desde el momento en que el partido nazi, lanzado ya a ia escalada del poder, comienza a convertirse instrumentalmente en portavoz en clave poltica de las ideas de los arquitectos y de los crticos conservadores. El debate sobre la Bauhaus ya haba puesto suficientemente de manifiesto la importancia de la arquitectura y el urbanismo respecto del ordenamiento poltico-social; y el nazismo es constitutivamente adverso a la orientacin dada a la arquitectura por la enseanza de Gropius, ligado indirectamente al programa poltico socialdemcrata, y derivada de un diagnstico preciso, aunque de tipo idealista, de las condiciones en que viven las masas obreras en Alemania. La cruzada contra la nueva arquitectura es impulsada y dirigida, de modo particular, por Rosenberg, fundador en 1928 de la Kampfbund fr deutsche Kultur, una asociacin de propaganda de las actividades culturales del partido nazi; y desde 1930 no faltan ya inquietantes anticipaciones concretas de intransigencia cultural y poltica. Ese mismo ao, bajo el gobierno de derechas de Frick en Turingia, Otto Bartning y todo el claustro docente de
Estas tesis tienen cierto xito entre empresarios e industriales. Por ejemplo, los constructores de tejados se muestran particularmente obstinados contra la renovacin de la arquitectura y en numerosas ocasiones atacan ,en sus rganos de prensa la barbaridad de la cubierta plana.
la Escuela de arquitectura de Weimar son des ti tuidos de sus pues tos, colocndose en la direccin de la Escuela a Schultze-Naumburg, que se apresura a hacer que blanqueen inmediatamente los murales de Schlemmer existentes en los edificios en que haba tenido su sede la Bauhaus. Y el blanco principal de la reaccin es, precisamente, la Bauhaus, que desde los tiempos de Weimar, como hemos visto, era objeto ya de un odio visceral y de furibundas polmicas. A comienzos del 32, desde el momento en que el Consejo municipal. de Dessau cae en manos de una mayora nazi que haba incluido entre los objetivos de su campaa electoral la liquidacin de este peligroso foco comunista, los das de vida de la Bauhaus estn ya contados. La oposicin, todava viva, de las fuerzas democrticas consigue retrasar la decisin hasta octubre del mismo ao, fecha en que se cierra la Bauhaus, destinndose sus edificios a escuela del partido nazi (una de las primeras medidas adoptadas para exorcizar la imagen del glorioso centro de la arquitectura consistir en imponer la construccin d e un tejado en vertientes en el ala correspondiente a los alojamientos). Algunos profesores y estudiantes, trasladados a Berln, an mantienen en pie la enseanza bajo la direccin de Mies van der Rohe, a pesar de las intimidaciones de que son objeto por parte de la Gestapo, hasta que, pocas semanas despus del otorgamiento de plenos poderes a Hitler, en abril del 33, la Bauhaus es definitivamente suprimida. Es una decisin que, con los precedentes del caso, haba que dar por supuesta, pero que de todas formas viene a reiterar la voluntad del nacionalsocialismo de reprimir las expresiones ms libres de las artes y del pensamiento, y de imponer una direccin oficial a la produccin cultural. Tras algunas tentativas infructuosas de Mies van der Rohe por llegar a un acuerdo con Rosenberg (que condiciona cualquier concesin al definitivo despido de Kandinsky y de Hilberseimer), en agosto queda disuelto tambin el claustro de profesores.
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Al cierre de la Bauhaus se aade la depuracin o la marginacin de los arquitectos identificados genricamente como modernos, que son separados de los puestos docentes y de los cargos de responsabilidad tcnico-administrativa en los entes y organismos pblicos. Hans Sharoun y Adolf Rading son relevados de sus puestos en la Academia de arte de Breslau, Walter Curt Behrendt pierde su cargo en el departamento de la edificacin de la administracin estatal prusiana y Wilhelm Kreis cesa en la direccin del Instituto de los arquitectos alemanes, el Bund deutscher Architekten. Los departamentos tcnicos de las administraciones municipales son prcticamente desmantelados por decisiones autoritarias: Martin Wagner es alejado de Berln, Martin Elsaesser de Francfort, Goderitz de Magdeburgo. Igual suerte espera a las sociedades cooperativas de construccin, que son absorbidas por las organizaciones de! partido, comenzando por la GEHAG. En el plano organizativo, para hacer posible que el partido ejerza un control riguroso sobre las diversas expresiones de la actividad artstica, se crea en noviembre del 33 la Reichskulturkammer, organismo colocado bajo la dependencia directa del .ministro de Propaganda, al frente del cual est Goebbels. La Reichskulturkammer se organiza en cmaras, dedicada cada una de ellas a un ramo distinto de la actividad artstica, que funcionan tambin como estamentos profesionales en que todos los artistas vienen obligados a inscribirse para poder desarrollar su propia labor. Los nazis, sin embargo, tras haberse desembarazado de los arquitectos de Weimar, como polticamente contrarios, y despus de haber desmantelado la organizacin pblica de construccin de viviendas populares, se abstienen de asumir oficialmente una postura de censura decidida contra las expresiones de la arquitectura del. Movimiento Moderno. Goebbels no estima necesario que se malgasten energas en una campaa orientada contra el nuevo estilo, e incluso llega, con su actitud hbilmente calcu-
lada, a inspirar ciertas ilusiones a los artistas modernos; hasta junio de 1934 numerosos crticos y arquitectos -entre los que se cuentan Luckhardt, Wagner, Haring y el mismo Gropius- dirigen escritos y alegatos a Goebbels en favor del reconocimiento del arte y de la arquitectura moderna, intentos destinados fatalmente al fracaso, a pesar de las polmicas internas que suscitan entre los propios grupos nazis. Las fuertes reacciones de la Kampfbund y la toma de posesin del propio Fhrer en Nuremberg cierran definitivamente la cuestin. Gropius, Mies van der Rohe, Wagner, Mendelsohn, Hilberseimer, Haring, Luckhardt y Haesler quedan ahora excluidos hasta de la actividad profesional, y muchos de ellos abandonan la Alemania nazi: Gropius emigra rpidamente a Inglaterra, Mendelsohn a los Estados Unidos, y otros, como Mies van der Rohe, se marchan ms tarde, entre los aos 35 y 38. De los que permanecen en su patria, los ms conocidos, como Haesler, se retiran del ejercicio de la profesin hasta 1945. Quitados de enmedio los ms destacados exponentes del Movimiento Moderno y reconocido por todos el decisivo alcance ideolgico de la arquitectura, queda an por resolver la cuestin de las formas expresivas que de manera mejor sean capaces de interpretar los objetivos del nuevo acontecer poltico, sobre todo con vistas al amplio programa de obras pblicas que el rgimen pretende poner en marcha. La Kampfbund, que desde 1933 publica la revista Deutsche Technik, dirigida por Gottfried Feder (y que cuenta con la colaboracin, entre otros, incluso de profesionales bas tante conocidos, como T. Fischer, F. Schumacher y F. Hoger), y que refuerza sus filas con las adhesiones de Schmitthener, Bestelmeyer y Senger, se manifiestan a favor de una explcita condena de cualquier residuo del Movimiento Moderno y de la imposicin de una lnea estilstica precisa, que viene a identificarse, conforme a las orientaciones ya defendidas durante los aos
de Weimar, en un retorno a la tradicin popular. Goebbels, por su parte, prefiere rendir tributo, al menos formal, a la libertad de experimentacin y de inspiracin, y evita un pronunciamiento tajante de la Reichskulturkammer. Por otra parte, dentro de los mismos cuadros nazis existe, al menos en 1933, una lnea de intereses culturales todava vinculada a la tradicin de la vanguardia (y en particular a la herencia de Die Brcke y de Der Blaue Reiter), por parte de grupos de estudiantes guiados por el pintor O. A. Schreiber, fundador despus del movimiento El Norte. Es el mismo Hitler, en el congreso del NSDAP celebrado en Nuremberg, en septiembre del 34, el que rechaza esta aislada posicin liberalizante, negndose al propio tiempo tanto a la restauracin propuesta por Rosenberg como al calculado posibilismo de Goebbels. En realidad, en el enfrentamiento de estas dos alternativas predominantes ser la Kampfbund la que lleve la peor parte, quedando progresivamente descalificada hasta su absorcin por la Kraft durch Freude, una organizacin filial del Deutsche Arbeitsfront, transformndose de hecho en una asociacin de importancia secundaria en la direccin de los asuntos culturales, por ms que Rosenberg siga manteniendo, a ttulo personal, una posicin de prestigio ante el Fhrer. Las preocupaciones que mueven al Fhrer a evitar cualquier atribucin de potentes privilegiadas y a imponer una alineacin oficial muy definida han de referirse, por un lado, a la intencin de dejar un margen mnimo de disponibilidad, en trminos de gusto y de tendencias, respecto de actitudes operativas diversas, en una situacin que culturalmente dista mucho de ser homognea, y aunque sea excluyendo desde luego cualquier tipo de concesin a la herencia weimariana; por otro lado, a la necesidad de disponer de un abanico de posibilidades entre las que ir eligiendo, caso por caso, las soluciones ms convenientes, sobre todo en orden a las exigencias planteadas por la arquitectura celebra-
tiva nacional. Hitler, personalmente, muestra un inters directo por la arquitectura, que le induce a aventurarse en una serie de ejercitaciones personales ( figs. 53 1-532): sus preferencias se orientan hacia el arte clsico, o mejor an, griego (producto de pueblos arios y nrdicos); entre los artistas muestra su predileccin por Semper, T. Hansen, Polaert y los neo-barrocos Hermann Helmer y Ferdinand Fellner, muy activos en los aos a caballo de 1900. Hitler reafirma en numerosas ocasiones el papel poltico de la arquitectura y del urbanismo, como lo hace el ao 37 en un discurso a los afiliados al partido, a quienes-recuerda que los monumentos expresan -y, al mismo tiempo, forman- la voluntad colectiva de un pueblo, contribuyendo a la unidad poltica de la nacin y perpetuando su grandeza para la posterioridad 26. En el plano urbanstico, Hitler muestra su predileccin por la gran dimensin monumental, por la axialidad de la perspectiva, por la potencia del espacio inmenso que aniquila y exalta; le impresiona Pars, entre las capitales europeas, por la amplitud de las ordenaciones haussmannianas . En realidad, la cuestin del estilo arquitectnico se resuelve bastante ms en el plano prctico que en el terico, conforme a la identificacin de una afinidad entre funciones-instituciones y determinados caracteres simblicos y estilsticos, que se refieren a momentos diversos de la tradicin alemana, o que resultan de una reelaboracin eclctica
26 LOS monumentos contribuyen a la unificacin poltica y al reforzamiento de nuestro pueblo: en la sociedad alemana estn llamados a convertirse en un elemento determinante para hacernos sentir con orgullo que pertenecemos a un todo nico. A. Hitler: Rede auf der Kulturtagung, en Reden des Fhrers am Parteitag der Arbeit 1937, Munich, 1937, pg. 48. Y ms adelante: Tal demostracin visible de las elevadas cualidades de un pueblo perdurar, como lo demuestra la historia, durante milenios, como testimonio incontrovertible, no solamente de la grandeza de un pueblo, sino tambin de su mismo derecho a existir. Cfr. R. Monning (ed.): Adolf Hitler form Speeches, 1933-1938, Berln, 1938, pg. 83. Ambas citas en B. Miller-Lane, op. cit., pg. 243.
241
Figs. 531-538. Dos dibujos de Hitler, para un arco de triunfo y para una gran cpula en Berln (1925); P. L. Troost, el palacio del Jefe del gobierno (Casa Parda) en Munich, 1936; C. Klotz, proyecto de Casa de la ciencia para el Arbeitsfront; H . Giesler, escuela del partido nazi en Chiemsee; planta y vista de la Ordensburg Vogelsang (C. Klotz); interior de uno de los locales de reunin del partido.
Figs. 539-541. Un pabelln y una ensea publicitaria del Arbeitsfront; edificio industrial de la Mannesmann-
y reactualizada de stos. Soluciones estrictamente complementarias, y que no se contradicen entre s, que se justifican en una caracterizacin por gneros de la intervencin estatal, en el mbito de la misma ideologa. En la arquitectura urbana representa tiva, que tiene el cometido de cualificar los centros del poder, es el propio Hitler quien indica las directrices a seguir, a partir de la construccin de la Casa del arte alemn de Munich, proyectada por P. L. Troost con la colaboracin, segn se afirma expresamente, del dictador (y presentada a veces, sin ms, como obra de este ltimo), iniciada en el 33 (fig. 533). Hitler, que se complace en afirmar que ha cultivado la prctica de la arquitectura desde sus aos juveniles, se toma a pecho sobre todo, ms que cualquier opcin particular estilstica, la escala monumental de los edificios pblicos, destinados a expresar la heroica voluntad colectiva del podero del Reich y de su pueblo (ms tarde disear tambin algunos proyectos de improbable realizacin, como el de un monumento al partido, a erigir en Berln, de casi 230 metros de altura, y el de una estacin para Munich de un kilmetro y medio de dimetro). De todos modos, el estilo sabiamente elaborado por Troost para la Casa del arte alemn, inspirado en un tajante y simplificado neoclasicismo shinkeliano, constituye el prototipo que ser adoptado despus a mayor escala
por .speer, para las grandes obras llevadas a cabo en Nuremberg, Berln y las dems ciudades alemanas. Gran parte de la actividad edificatoria promovida por la Hitler Jugend y por el Arbeirsfront que preside Robert Ley cae dentro de una acepcin particular de la arquitectura, a la que queda referida la realizacin de una serie de edificios-escuela para los dirigentes del movimiento (Ordensburgen), de las sedes del partido nazi, de los centros comunitarios y de las exposiciones propogandsticas (figs. 534-540): obras inspiradas en gran parte en un conglomerado de elementos dispares de la tradicin alemana, desde las fortificaciones militares a la arquitectura romnicomedieval, desde el eclecticismo romntico decimonnico hasta el estilo nrdico-tirols, que vuelve a proponerse incluso para los interiores a base de obra de carpintera y paredes desnudas en los que destacan las insignias del partido. Una lnea intermedia, de compromiso, que desle los modos expresivos del Movimiento Moderno en versiones eclcticas, con resonancias de los autores de principios del xrx (Messel, Bonatz, etc.), es adoptada por los arquitectos que ya entre los aos 20 y 30 se situaban en una posicin neo-academicista -como Tessenow, Schmitthernner, Bestelmeyer, Holzmeister y Fahrenkamp- y que en esos aos realizaban numerosos encargos
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de proyecto de obras pblicas y privadas. Se llega aqu, en cualquier caso, a un tratamiento estilstico casi incoloro, con ausencia de toda complacencia decorativa, como ocurre con los pesados edificios encargados por Goebbels a Ernst Sagebiel para la Luftwaffe en Berln. Formas francamente modernas aparecen en algunas realizaciones donde prevalece el empeo tecnolgico o estructural, y en algunos ejemplos de la arquitectura industrial (fig. 541)) como pueden ser las edificaciones de la Hermann-Goering-Werke, construidos por la empresa de Herbert Rimpl. En fin, los modelos de la casa rural-artesana1 germnica, tan del gusto de tantos arquitectos de la Kampfbund, se emplean ampliamente en la edificacin residencial unifamiliar privada y, como hemos de ver, segn una precisa intencin programtica, en las Siedlungen perifricas que constituyen el tipo predominante de expansin urbana en Alemania desde el 33 en adelante
c)
PLANIFICACI~N Y COLONIZACI~N
TERRITORIO
DEL
Los ambiciosos programas de colonizacin y planificacin del territorio del Reich prometidos por el partido en los aos de escalada del poder no se eluden ahora. La visin social de Darr, aun cuando ideolgicamenEl texto ms especfico sobre los aspectos de que tratamos en estas pginas es el de B. MillerLane: Architettura e politica in Germania, cit., al que nos hemos referido en gran medida. Para un cuadro ms general, vanse tambin: E . Wernert: LJart dans le I I I e Reich. Une tentative dJesthtique dirige, Pars, 1936; P. O. Rave: Kunstdiktntur im Dritten Reich, Hamburgo, 1939; H . Lehmann-Haupt: Art undev a Dictatovship, Nueva York, 1954; F. Stern: T h e Politics of Cultuval Dispair, Berkeley, 1961; F. Roh: Entartete Kunst. Kunstbarbarei im Dritten Reich, Hannover, 1962; H . Brenner: Die Kunstpolitik des Nationalsozialismus, Reinbeck, 1963 (trad. italiana, Bari, 1965); J. Wulf (ed.): Die bildenden Knste i m Dritten Reich. Ein Dokumentation, Reinbeck, 1966; A. Taut: Architektur irn Dritten Reich, 1933-194.5, Berln, 1967 (trad. italiana, Miln, 1976).
te conforme con las orientaciones generales del nazismo, con sus distorsiones racistas e imperialistas, ser rechazada por Hitler (aunque los argumentos que le sirven de base volvern a emplearse, ante la inminencia de la segunda guerra mundial, para afirmar la necesidad de un espacio vital hacia el Este); abandonada toda reforma del latifundio y, por consiguiente, dejados a un lado los planes de colonizacin de los territorios orientales, la poltica agraria y rural del nazismo se reduce a la adopcin de las medidas que en el plano jurdico sirven para asegurar al primognito la propiedad indivisa de los predios rsticos hasta una extensin de 125 hectreas, as como a la prohibicin impuesta a los campesinos de vender las tierras de su propiedad y a los dueos de tierras, en general, de desahuciar a sus colonos y arrendatarios. Tampoco puede entrar en una fase concreta de realizacin el plan de redistribucin de la poblacin metropolitana surgido en la mente de Gottfried Feder para instaurar una poltica demogrfica de reforzamiento de la raza. Es verdad que se ponen a punto una serie de investigaciones metdicas para demostrar que resultan excesivos los costes de las grandes ciudades y para experimentar formas alternativas de asentamiento, vinculadas ms directamente a la produccin industrial y agrcola: alrededor del ao 35 aparece en las revistas de arquitectura la propuesta de un poblado creciente formado por anillos concntricos cortados por radiales, previsto inicialmente para 100 familias campesinas y 200 artesanas y obreras, para crear un ciclo econmico completo (fig. 544); y quiz no sea ste el primer parto ideolgico en tal direccin. El mismo Feder, en su condicin de profesor de la Technische Hochschule de Berln, organiza un centro de estudios territoriales y urbanos, y publica una serie de trabajos sobre el tema. En uno de sus escritos, el titulado Arbeitstatte-Wohnstatte, de 1939, como conclusin de una serie de entrevistas mantenidas con ms de 90.000 obreros de la capital, viene a demostrarse que
el tiempo que se pierde en Berln en los traslados casa-lugar de trabajo, excluidos los trayectos efectuados a pie o en bicicleta, equivale a sus buenas 1.368.000 horas diarias, cifra que sobre la base de una planificacin racional de los asentamientos podra reducirse en dos tercios, con un ahorro de milln y medio de marcos por da, cantidad suficiente para construir 46.000 nuevas viviendas por ao (figs. 542-543), ofrecindose adems todo un catlogo de los perjuicios biolgicos, econmicos, morales y fsicos que derivan de la mala organizacin de la residencia. En un segundo escrito, tambin del 39, Die Neue Stadt auf Sozialer Grundlage, se proponen modelos de asentamientos ptimos refirindose a los resultados de un concurso convocado para la construccin de una ciudad satlite de 20 .O00 habitantes (proyectos de G. Hahn, H. Killus y otros; fig. 546). Heinz Killus, en un artculo del ao 40, volviendo al mismo tema, interviene para delinear una composicin ideal de la ciudad por sucesivos mbitos organizativos y espaciales exactamente correspondientes a la organizacin jerrquica del partido (los ncleos, es decir, las unidades base de barrio de 2.000 a 6.000 habitantes seran homlogas a los Ortsgruppe, los cuadros zonales del partido); se especifican despus las densidades y los servicios, contrastando tambin el esquema con la organizacin de la defensa antiarea (auspiciando la circularidad de las instalaciones y de las estructuras en red, para garantizar el servicio incluso en el caso de que se produzca una interrupcin en un punto; figura 545) En conclusin, la propensin
28 Cfr. H. Killus: Der Totalitatsgedanke in Neuen Stadtebau, en Wasmuth Monatshefte fr Baukunst und Stadtebau, abril de 1940.
a estudiar el problema de la Neue Stadt nazi en el plano disciplinar tan slo produce una serie de modelos de asentamiento carentes de elementos originales, que pretenden inspirarse en el Burg rural germnico y que inevitablemente configuran un tejido de edificacin residencial de baja densidad, recogido en torno a un centro jerrquicamente predominante, ocupado por los edificios e instituciones del partido, y que no tienen ningn tipo de sucesiva aplicacin concreta, por ms que pueda reconocrseles alguna afinidad con ellos a los planes para el trazado de las dos ciudades obreras de la Hermann-Goering-Werke y de la Volkswagen, respectivamente ". De este modo, la promocin de esa burguesa agrcola (Ackerbiirgertum) que habra debido constituir el nervio de la saciedad nazi queda confiada a la construccin de los burgos agrcolas perifricos, situados entre la ciudad y el campo. Como se recordar, ya en el 31, durante el gobierno Brning, con el cambio de actitud de las fuerzas polticas y en una coyuntura econmica muy deteriorada se haba dado vida a un programa de casas unifamiliares para desempleado~situadas en zonas perifricas y dotadas de pequeas parcelas cultivables de huerto 30, subordinando la financiacin pblica al cumplimiento de tales condiciones, adems del compromiso por parte de los futuros destinatarios de contribuir con su trabajo a la construccin de las viviendas, evalun29 Sobre este punto, cfr. C. F. Otto: City-Planning Theory in Nationalist-Socialist Germany, en Journal of the American Society of Architectural 1-Iistorians, marzo de 1965. 30 Cfr. L. Piccinato: Le colonie agricole per i disoccupati, en Architettura, abril de 1932.
Figs. 542-547 (en la pgina opuesta). Dos ilustraciones de la obra Arbeitstatte-Wohnstatte de G. Feder: los recorridos casa-trabajo de los obreros de la fbrica C. Lorenz en Berln-Tempelhof, y la comparacin entre una buena y una mala organizacin de las relaciones casa-trabajo; vista del poblado creciente; esquema de articulacin en ncleos para una ciudad de 50-100.000 habitantes, segn H. Killus; esquema de asentamiento de Kuhn-Frohlich (de Die Neue Stadt, de G. Feder); una propuesta para la ordenacin perifrica de las ciudades (A. Zona urbana edificada; B. Zona semi-rural; C. Zona rural con parcelas de 24 hectreas; D. Zona de pequeas explotaciones agrarias).
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247
dose el trabajo prestado como cuota del capital invertido en las obras 31. Con la afirmacin del nazismo, este precedente histrico -que trastocaba por completo las orientaciones prevalentes en las Siedlungen urbanas edificadas por las administraciones
31 H e aqu algunas de las directivas impartidas por el gobierno de Brning: El Reich concede prstamos amortizables a inters reducido, a los municipios y agrupaciones de municipios, para la construccin de colonias suburbanas destinadas a los desempleados. Los terrenos de las colonias deben ser muy extensos para hacer posible que los productos de la tierra ayuden considerablemente a satisfacer las necesidades alimentarias de las familias, de modo que dentro de un plazo breve pueda prescindirse de la asistencia social a los parados. La extensin de cada parcela individual ser, como mnimo, de 600 metros cuadrados, y, como mximo, de 5.000 metros cuadrados; [...l. Adems de los desempleados, se deben admitir tambin en las colonias los obreros que trabajan en rgimen de jornada laboral reducida; no obstante, los desocupados temporalmente y las familias numerosas deben gozar de prioridad. [...] El territorio debe estar situado de manera que quienes habiten en l puedan reanudar su actividad principal o accesoria apenas lo permitan las condiciones econmicas. Las viviendas deben construirse con gran sencillez y con empleo de materiales locales. Los sistemas constructivos deben estudiarse de manera que la mayor parte de las obras puedan realizarse por los propios interesados, que all deseen establecerse. Los gastos de construccin de la casa.y del arreglo del pequeo huerto, comprendido el coste del terreno, no deben superar los 3.000 marcos. Una parte de este gasto debe ser aportada en forma de trabajo por el obrero que all se establece. Cit. en F. Fariello: Le colonie rurali perifkriche, en Architettura, octubre de 1937. El texto prosigue indicando las dimensiones de la casa (un cuarto de estar de 12-14 metros cuadrados; una alcoba de 9-12 metros cuadrados; dos dormitorios pequeos; un local para los animales de corral; los espacios necesarios para guardar los utensilios de trabajo, los piensos y los productos obtenidos). Cfr. tambin L. Dodi: Quartieri operai. Forme e tendenre attuali dei quartieri suburbani gervzanici, en Urbanistica, marzo de 1935.
locales socialistascobra nueva vida con toda la legitimidad que en la nueva situacin deriva del contexto ideolgico que hemos examinado (fig. 547). Esta poltica edificatoria es convalidada ahora mediante la observacin de que en las regiones de Alemania de industria descentrada (Baden-Wrttemberg, Silesia) las consecuencias del desempleo se han visto mitigadas gracias a las especiales condiciones de vida del obrero, o sea, gracias a la posibilidad de autosuficiencia alimentaria; si bien el rgimen nazi modifica algunas de las directrices en que se basa la constmccin de las Siedlungen rurales, dando preferencia a los trabajadores en paro en condiciones de entregar aportaciones dinerarias, adems de su propio trabajo, para la realizacin de sus viviendas. En relacin con estas orientaciones surgen multitud de estudios para la determinacin de las dimensiones econmicas de las parcelas agrcolas adscritas a la casa, de la distribucin de los cultivos de subsistencia y de la magnitud del trabajo cotidiano necesario para la produccin hortcola y agraria z (fig. 548). Sin embargo, ms importantes son las iniciativas que se toman en el plano propagandstico, en un intento de reSegn algunos de estos estudios, una familia de colonos formada por 4-5 personas que pretenda satisfacer la mitad de sus necesidades de alimentacin a base del cultivo agrcola necesita disponer de una superficie total de no menos de 3.700 metros cuadrados, distribuida de este modo: para el jardn, 650 metros cuadrados, subdivididos as: 300 para legumbres y fruta, 150 para jardn y flores, 50 para el gallinero, 150 para la casa y los viales; para los terrenos de cultivos agrcolas: 500-600 metros cuadrados para patatas; 600 para la patata necesaria para la cra del cerdo, 400 para el nabo y la remolacha (parte del pienso de una cabra); 1.600 para el cultivo de cereales y plantas forrajeras (centeno, cebada, etc.). Cfr. F. Fariello, artculo citado.
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Figs. 548-554 (en la pgina opuesta). Estudio de los cultivos hortcolas para las parcelas de la Siedlung rural; planta y vista de la barriada experimental Ramersdorf, en Munich; planta y vista del poblado modelo construido en la exposicin de Dsseldorf; colonia Stotteritz, en Leipzig, y distribucin de conjunto de los asentamientos creados en el exterior de la ciudad.
Figs. 555-561. Colonia Am Sommerwald, junto a Pirmasens, planta y vista; colonia Adolf Hitler, en Ludwigshafen, planta y vista; plantas de la colonia Britz, junto a Berln, y de la colonia Goldstein, en Francfort del Main; vista de la Dauerkleingarten-Siedlung Rebberge, en Berln.
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coger indicaciones y consensos para organizar un programa sistemtico de construccin de viviendas populares. A comienzos del 34 la Werkbund, reorganizada ahora con elementos del partido, realiza la Siedlung Kochenhof, preparada por Schmitthenner, en Stuttgart, no lejos de la Siedlung Weissenhof, precisamente para contraponer la nueva visin nacional-popular a las construcciones mecnicas y fras de la arquitectura internacional; pero la iniciativa en cuestin, debido a las sordas polmicas internas del propio rgimen sobre las orientaciones estticas del nuevo curso de los acontecimientos (que vienen a dejar en mal lugar a Schmitthener, vinculado a la Kampfbund de Rosenberg), no recibe ms que escasa publicidad. El primer manifiesto oficial de propaganda de la lnea del partido en el sector de la vivienda popular lo constituye, en cambio, la Siedlung Ramersdorf, construida tambin en el 34, en la periferia de Munich: se trata de una exposicin permanente de la casa nacionalsocialista, constituida por una barriada modelo de cerca de 150 casas unifamiliares, levantadas en grandes parcelas dotadas de jardn, en torno a una franja de parque de uso comn; en las inmediaciones del barrio se alza un pabelln donde se exhiben plantas-tipo de hotelitos rurales, as como modelos de ordenaciones ambientales y de disposicin de interiores ( figs. 549-550). La construccin del nuevo asentamiento de Ramersdorf es acogida por la prensa oficial con gran despliegue de titulares; los crticos del rgimen, contraponiendo esta realizacin a la del Weissenhof, saludan en aqulla el nuevo papel fundamental que juega el movimiento nazi en favor del retorno a la tierra. Ulteriormente se celebran otras exposiciones de este tipo, con la construccin de barriadas residenciales permanentes: en el 37 en Dsseldorf (figs. 551-552) y en el 38 en Francfort. En la exposicin de Munich el municipio de Leipzig ha presentado ya un balance de 560 viviendas rurales construidas y de otras tantas en curso de construccin, en peque(
os ncleos centrifugados hacia el horizonte extremo de la ciudad (figs. 553-554). En los aos sucesivos se multiplican estas realizaciones: se trata, por lo general, de asentamiento~ de modesta entidad, de no ms de 50 100 casas unifamiliares, slo relativamente enlazados de modo orgnico a los planes urbanos, porque, entre otras cosas, para ahorrar al mximo en los costes generales y de urbanizacin, se explotan indiscriminadamente los terrenos de dominio pblico, municipales o esta tales, disponibles, o bien se organizan las Kleingartensiedlungen situndolas a lo largo de las calles y vas perifricas secundarias. Las viviendas son tambin modestas, de tipo tradicional, a veces adosadas dos a dos especularmente, con tejados en vertiente (ningn alemn que se respete quiere vivir bajo una cubierta plana), repetidas en hileras prolongadas, con huertos privados de dimensiones variables, desde 500 a 5.000 metros cuadrados (figuras 555-561). Resulta totalmente ftil, si no es a mero ttulo de ejemplo, el aislar, dentro de esta produccin, expresiones singulares o tpicas. Solamente conviene recordar que algunas de estas realizaciones se deben a las cooperativas de edificacin que funcionaban ya en la Alemania weimariana, sustradas en el ao 34 a las administraciones locales e incorporadas a un ente nacional dependiente del gobierno federal (vase el caso de la colonia Britz, cerca de Berln, construida por la GEHAG entre el 32 y el 34), otras al Arbeitsfront y otras a los mismos municipios, como complemento o modificacin de los programas ya puestos en marcha (vase, en tal sentido, el nuevo planeamiento de la Siedlung Goldstein, en Francfort, preparada ya por May y sus colaboradores). Al margen y ms all de la penetrante celebracin ideolgica orquestada con base en los motivos de la salud de la raza y del retorno a la tierra 33, las Rand33 He aqu como describe Rigotti, basndose en los textos de las publicaciones oficiales, la Dorfsiedlung Langenhorst realizada junto a Velbert, en
Figs. 562-567. El plano de las Reichsau~obahnen en 1938; el enlace de las autopistas en torno a Colonia; vista de un puente y dibujo de P. Bonatz para un viaducto; bifurcacin y centro de servicio; la entrada de la autopista en Mannheim.
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para la urbanizacin de la isla de Rgen como colonia de vacaciones. El sistema de autopistas se plantea e inicia en el 34, tras la aprobacin de la ley del 26 de marzo del mismo ao, que disciplina la motorizacin y el uso de las vas pblicas urbanas y extraurbanas 34. En la red que enlaza los principales centros de Alemania se definen, aproximativamente, dos directrices Norte-Sur: la primera que va desde Munich a Nuremberg, Bayreuth, Jena, Leipzig, Berln y Stettin, y la segunda desde Munich a Augsburgo, Ulm, Stuttgart, Karlsruhe, Dortmund, Francfort, Colonia, Essen, Hannover y Hamburgo; y una directriz Este-Oeste que desde Gleiwitz, en el extremo del territorio incrustado entre Polonia y Checoslovaquia, lleva hacia Breslau, Berln, Hannover, Essen y Colonia. A pesar de las afirmaciones, ms o menos episdicas, de la eficacia del sistema de autopistas a los fines de descentralizacin, el sistema aparece orientado en funcin de las necesidades productivas y de la estrategia militar del Reich, con su centro de control establecido en la capital y estableciendo un cerco a Checoslovaquia ( fig. 562). La meticulosa realizacin de las Reichsautobahnen (figuras 563-567) se lleva a cabo mediante una estrecha colaboracin entre ingenieros y tcnicos paisajistas, con un particular estudio dedicado a los enlaces con las redes urbanas de viales de los centros ms importantes, a las construcciones especiales (puentes monumentales, travesas a desnivel, etc.), a las instalaciones de explotacin del sistema (casas de peones camineros espaciadas a distancias de 40 a 60 kilmetros, para entretenimiento y limpieza) y a las instalaciones destinadas al pblico (lugares de abastecimiento, de estacionamiento y de servicio, talleres de reparacin, etc.) 35.
Cfr. G. Schroder: .Kraftverkehv und Raumordnung, en Deutsche Bauzeitung, abril de 1936. 35 Cfr. F. Tamms: Die Hochbauten nn der Reichsautobahnen. Die Brcken der Rechsautobahn, y B. Wehner: Die Betviebsanlagen un dev Reichsau-
2.52
Figs. 568-573. La evaluacin de las alternativas de asentamiento de la ciudad de la Hermann-Goering-Werke, y proyecto para el Standort 111; planimetra de la ciudad; los tipos edificativos adoptados; perspectiva area del complejo y perspectiva del centro representativo.
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En 1938 la Reichswerke Hermann-Goering, el ejemplo ms clamoroso de la nueva aristocracia industrial nacida de la mezcolanza entre el partido nazi y el mundo de los negocios 36, ha elevado ya a los 400 millones de marcos su capital inicial de cinco millones; en esta misma poca surge la idea de crear una gran ciudad del trabajo planificada para albergar a los obreros de la zona minera del coque de Salzgitter, en las inmediaciones de Brunswick, donde la empresa tiene su mayor centro de explotacin de metales ferrosos y sus instalaciones de laminado. La dimensin de la nueva ciudad Hermann-Goering se fija en torno a los 130.000 habitantes, para formar junto con los asentarnientos dispersos existentes un complejo de 300.000 habitantes. El programa de estudio se inicia conforme a una ptica de organizacin cientfica de la produccin y del trabajo: la ciudad deber levantarse en las proximidades de los establecimientos industriales, cuidando especialmente la ordenada comunicacin entre zonas de residencia y zonas de trabajo, y la integracin con los trficos de largo recorrido y con las autopistas, as como con las nuevas lneas ferroviarias Brunswick-Hildeshein y Brunswick-Kreiensen. Una primera evaluacin de localizaciones alternativas considera cinco reas dispuestas en torno a los lugares de produccin, para las que se redactan otros tantos planes urbanos: luego, entre las zonas 1, 11 y 111, en posicin ms favorable respecto de los vientos dominantes, y las zonas IV y V, que se encuentran en relacin ms directa con los centros de Brunswick y Wolfenbttel, la eleccin recae sobre la localidad 1, por tenerse en cuenta tambin que en ella el terreno es casi llano, muy favorable a una rpida ejecucin de las obras (figuras 568-569). El planeamiento se caracteriza por la existencia de un ncleo central formalizado de
tobahn, ambos artculos en Wasmuth Monatshefte fr Baukunst und Stadtebau, julio de 1938. E. Collotti; op. cit., pg. 126.
planta en cmz, circundado por un anillo de viales ordinarios al que se adapta una lnea de tranvas destinada al transporte de los trabajadores hasta los establecimientos industriales; al propio tiempo dicho anillo crea una franja discontinua de zonas verdes, ms all de la cual se extienden los suburbios de planteamiento ms libre. El eje ideal de Sudoeste a Nordeste recoge el triple haz de vas ms importantes de enlace con las infraestructura~y con los centros .urbanos existentes (la superior enlaza con la autopista Hannover-Berln, la intermedia conduce al acceso Norte de las fbricas y hacia Brunswick, y la meridional lleva a la entrada Sur de las fbricas y a la autopista HamburgoHarz); el eje de Noroeste a Sudeste apunta, en cambio, hacia la estacin ferroviaria. El plan de zonificacin prev la concentracin de los edificios administrativos en la plaza principal, dominada por la Volkshalle, la distribucin racional de los equipamientos colectivos de barrio y el establecimiento de una zona deportiva en el valle del Fuhse; los barrios residenciales cuentan con casas de tres pisos a lo largo de las calles ms importantes y presentan una densidad decreciente hacia el exterior (figs. 570-573). La planificacin sigue las directrices personales de Goering, con la labor de coordinacin a cargo del presidente del Land de Brunswick y la redaccin tcnica del proyecto encomendada al arquitecto Herbert Rimpl, que cuenta con la colaboracin de H . Fuller, W. Hebebrand, W. Kirchner, W. Kleinertz, E . Kleinschmidt y W. Tralau. La guerra interrumpe la construccin, apenas iniciada, de la ciudad de Goering, cuyo proyecto, no obstante, sigue siendo plena expresin de algunos de los elementos bsicos del ordenamiento nacionalsocialista: valorizacin de la tica del trabajo y del deber a la luz de los ideales corporativos, seleccin de una clase obrera especializada, eficiencia productiva, carcter compacto y organizado del cuerpo social, mediacin anti-urbana y centralidad de un poder jerrquico-autoritario, domesticidad y ritual de masas. Esta es la
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Figs. 574 y 575. Planimetra de la ciudad obrera de la Kraft durch Freude Wagen; plan de urbanizacin de la costa de la isla de Rgen.
ciudad ideal, modlica, que el nazismo querra destinar a los soldados-trabajadores elegidos del pueblo alemn, mientras las industrias aeronuticas y de fabricacin de las V-2 surgen en torno al Lager de Buchenwald, y las instalaciones de la IG-Farben y de la Krupp proliferan junto a Auschwitz para explotar el trabajo forzado de los deportados y los judos 37. No lejos de la ciudad de la HermannGoering-Werke, en las inmediaciones de Hannover, se funda en 1938 Volksburg, como centro de produccin del Volltswagen, el auto utilitario prometido por Hitler al pueblo alemn volviendo a poner en marcha un plan presentado desde el 34 por el constructor Ferdinand Porsche (el proyecto hitleriano, en cambio, se encuadra, una vez ms, dentro del marco de la racionalizacin de la produccin blica, y no sin desconcertantes rasgos de demagogia poltica) S. Surgido en
Cfr. Die Stadt dev Hermann-Goering-Wevke, en Stadtebau, septiembre de 1939. S Collotti recuerda la colosal compaa propagandstica puesta en marcha para la presentacin previa del Volkswagen (lanzada por el director del
el cruce del eje Ruhr-Berln con el eje Hamburgo-Sajonia, en las inmediaciones de la lnea frrea Hannover-Berln y de la autopista, Volltsburg se presenta como un agregado centrado en torno a un ncleo cvico, con un despliegue en anillos envolventes y concatenados, y con la fbrica colocada al otro lado de la va frrea (fig. 574). Hasta la cada de la Alemania nazi tan slo se han podido construir 2.350 viviendas; el programa de construccin, modificado y ampliado, se reanudar en la posguerra. La organizacin Kraf t durch Freude -especie de Educacin y Descanso-, instrumento de primera lnea del consenso y de la integracin obrera en la mquina social nacionalsocialista, convoca en 1936, dentro de
Arbeitsfront, Robert Ley): quien desease el utilitario deba anticipar una contribucin proporcional a su salario o estipendio. El resultado de esta operacin fue que, efectivamente, centenares de miles de personas cayeron en la trampa tendida por Hitler, Funk y Ley, y se comprometieron a pagar semanalmente un tributo extraordinario de 5 marcos; fondos que, en realidad, slo sirvieron para financiar la produccin de vehculos ligeros para la Wehrmacht. E. Collotti, op. cit., pgs. 141-42.
"
7cc
igs. 576-582. La Nueva Cancillera de Berln, fachada al patio interior y detalle decorativo (A. Speer); iaqueta del complejo y vista de la fachada del Reichsbank que da al Spree; maqueta del edificio del Lufthrtministerium; planimetra y vista de la maqueta del aeropuerto de Tempelhof.
Figs. 583-589. Las grandes instalaciones berlinesas para las Olimpiadas del 36 (W. March): planimetra general y vista area; la entrada del Campo de Mayo; planta de la villa olmpica; teatro al aire libre e instalaciones para las pruebas d e natacin; vista de la Academia del Reich.
257
sus programas de organizacin del tiempo libre de los trabajadores alemanes, un concurso para la creacin de una ciudad balnearia con capacidad para 25.000 personas en la costa oriental de la isla de Rgen, en el mar Bltico. El proyecto, del que son autores el ingeniero C. Klotz y el arquitecto Putlitz (fig. 575), prev una cinta de bloques residenciales de cinco pisos, dispuestos paralelamente a la playa y a una distancia de unos 150 metros de la lnea del mar, en un desarrollo total de ms de cuatro kilmetros y medio; el conjunto cuenta, a intervalos regulares, con diez centros equipados, dotados de restaurantes y salas de lectura y reunin, que avanzan hacia el mar perpendicularmente respecto de la alineacin residencial, y aparece cortado en el centro por una inmensa plaza de gala en la que se levanta la gran sala de fiestas. El proyecto, luego abandonado, constituye un ejemplo bien significativo de las tcnicas de propaganda y de regimentacin colectiva del nazismo 39.
d) EL
NAZISMO
EN
LAS
CIUDADES:
DEL
NUREMBERG Y A
LOS
LOS PROYECMA-
TOS
PARA
DEMS
CENTROS
ilustre del estilo de la arquitectura heroica oficial, tajante y fro en su ejecucin, cargado de smbolos y alegoras nazis, que el autor volver a repetir despus en el pabelln germnico de la Exposicin de Pars de 1937. La celebracin en Berln de los juegos olmpicos del 36 es aprovechada tambin por el Fhrer como ocasin preciosa, no slo para imponer a los dems pases la perentoria realidad de la perfecta organizacin alemana (con una operacin de indudable terrorismo psicolgico), sino tambin para dar cuerpo a un muestrario significativo de las nuevas concepciones urbansticas aplicadas a la capital4'. A esta finalidad responde el complejo de edificaciones estudiado por el arquitecto Werner March, ubicado en las zonas orientales de Berln, que comprende el Estado olmpico, el Estadio de natacin, el Campo de Mayo y la torre-campanario, el teatro al aire libre, el edificio de la Academia del Reich y la villa olmpica 41 (figuras 583-589). Pero ni siquiera estos resultados, aunque prestigiosos, ni las otras obras en marcha en la capital (Ministerio de la Luftwaffe en la Leipzigers trasse, fig . 580, renovacin de la sede del Reichsbank, figs. 578-579) son suficientes para satisfacer las ambiciones de
40 Una vez decidido que los Juegos olmpicos haban de celebrarse en Alemania, el ministerio del Interior del Reich me someti algunos planes para la construccin de un estadio en Berln. Se trataba de dos presupuestos previos: uno por un gasto de un milln cien mil marcos, el otro por un importe de un milln cuatrocientos mil. Me parece que ninguno de los autores de estos proyectos se haba dado cuenta, realmente, de que los Juegos olmpicos constituan para nosotros una ocasin verdaderamente nica, por una parte, de obtener divisas extranjeras y, por otra, de acrecentar nuestro prestigio en el exterior. Todava me parece estar viendo la cara que pusieron mis interlocutores cuando les comuniqu mi intencin de aprobar un primer libramiento de 28 millones de marcos para la construccin del estadio olmpico. Estadio que, efectivamente, nos ha costado 77 millones. A. Hitler: Convevsazioni segvete, Npoles, 1954, pg. 453. 41 P. Marconi: 1 1 foro sportivo germhzico a Berlino. Avch. Wevner Mavch, en Architettura, octubre de 1936.
YORES
Vuelta a su papel de capital de Alemania bajo el signo de la svstica, la ciudad de Berln constituye para el Fhrer el lugar elegido para la aplicacin del simbolismo poltico de la arquitectura y el urbanismo, en funcin de la centralizacin del ordenamiento estatal y del mando totalitario. El primer signo de la presencia nazi es la construccin de la nueva Cancillera ( figs. 576-577), proyectada por Albert Speer, que en 1935, a la muerte .de Troost, se convierte, con apenas treinta aos, en el arquitecto de confianza del dictador; se trata, quiz, del producto ms
Cfr. E. Bender: Das Seebad der Zwanrigtausend. Die Entwvfe fr das KdF-Bad auf Rgen, en cDeutsche Bauzeitung, septiembre de 1936.
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Figs. 590 y 591. Las propuestas de O. Biel para la reordenacin del centro de Berln: planta general y tramo del eje Norte-Sur a caballo del ro Spree.
Hitler. La reordenacin de Berln como capital nazi del Reich ha sido ya objeto de algunos estudios entre los aos 35 y 37: el arquitecto Otto Biel, por ejemplo, con una propuesta autnoma, ha previsto la formacin de una colosal Stadtkrone representativa colocada a caballo del Spree, sobre ejes ortogonales, caracterizada por la presencia de un enorme complejo destinado a las manif estaciones oficiales, de un kilmetro de lado, y separada del resto de la ciudad por un anillo continuo de zonas verdes (figuras 590-591). Pero en el 37 vuelve a ser Speer, cuyas excepcionales dotes de organizador va descubriendo el Fhrer, quien es nombrado Generalbauinspektor para la reordenacin de la Reichshauptstadt, con la misin de redactar inmediatamente un plan monumental de reestructuracin nazi de Berln. Las ideas del Fhrer al respecto son clarividentes, aunque elementales. El ejemplo a reactualizar en los trminos propios de un rgimen totalitario del siglo xx, multiplican42 Cfr. O. Biel: Ein Beitrag zur Neuordnung der Berliner Innenstadt, en Deutsche Bauzeitung, mayo de 1937. As, la concepcin de la capital del Reich -afirma el autor, concluyendo su exposicin de presentacin del proyecto- aparece como un smbolo, parangonable a la Rueda Solar del Norte, con el cruce de los ejes en los puntos cardinales, inscrita, conforme a la voluntad y al sentimiento de la raza nrdica, en el universo de un orden trascendente. ,
do sus dimensiones, no es otro que el de Pars, si bien un estmulo directo proviene tambin, posiblemente, de las grandes obras que Mussolini ha ordenado efectuar en Roma, conocidas en Alemania a travs de la propaganda oficial 43. El mismo proceso temporal de ejecucin del plan, previsto para un plazo superior a los veinte aos (a concluir en 1960)) en un momento en que las capacidades de realizacin del rgimen van siendo cada vez ms potentes y cuando los ejrcitos alemanes se preparan para la Blitz-Krieg, nos indica con suficiente claridad cules son las ambiciones del dictador. Segn sus planes, al vencimiento del programa se habrn completado los proyectos militares y los urbansticos, y Berln, con el nuevo nombre de Alemania, ser ya la capital de una Europa enteramente sometida y nazistizada. Los plenos poderes otorgados a Speer respecto de la nueva capital del Reich se refieren tanto a la ordenacin de la parte monumental, con los elementos arquitectni43 LO que en Berln es feo, lo suprimiremos. No habr nada que nos parezca demasiado bello para adornar a Berln. Quien entre en la Cancillera del Reich debe experimentar la sensacin de que entra en la morada del dueo del mundo 1.. .] Debemos construir en tales dimensiones que, en comparacin, San Pedro y su plaza parezcan de juguete! Como material, utilizaremos el granito [ . . . l . Berln ser algn da la capital del mundo. A. Hitler : Conversazioni segrete, cit ., pgs. 89-90.
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NtUGESTALTUNG BERL
Figs. 592-596. El plan de A. Speer para Berln (1939): planteamiento general, el nuevo eje triunfal N o r t e s u r , la plaza circular y los nuevos edificios en el centro de la ciudad, planimetra y vista de la maqueta.
Figs. 597-599. El Berln de Speer: fotomontaje en perspectiva de la ordenacin de conjunto, vista de la maqueta de la sede del Mando supremo del ejrcito, y fotomontaje en el que pueden apreciarse la gran cpula en proyecto, la puerta de Brandeburgo y la Cancillera.
cos y de diseo urbano que la definen, como a la organizacin de conjunto de la metrpoli (residencias, industrias, sistemas de trfico urbano), con excepcin de la red ferroviaria, que contina dentro del mbito de competencias de los ferrocarriles estatales. Speer, para la reestructuracin del sistema de transportes de masa y para el trazado de las vas de circulacin, cuenta con la colaboracin del urbanista Leibbrandt . Speer adopta los criterios de axialidad y de monumentalismo propios de la tradicin acadmica, definiendo un sistema interior de dos ejes cardinales cruzados, que combina despus con un planteamiento radial-anular de las zonas de expansin de la metrpoli (figuras 592-596). La directriz este-oeste del sistema monumental interior resulta del reforzamiento y de la prolongacin del tramo de la Unter den Linden, mientras que el eje norte-sur, nuevo cardo de la planta urbana,
discurre hacia el norte de la nueva estacin meridional, junto a la cual deseara edificar Hitler un inmenso arco triunfal de 120 metros de altura con los nombres esculpidos de los soldados alemanes cados en la Gran Guerra, 1.800.000. En el cruce con la Potsdamerstrasse se abre una plaza circular de 210 metros de dimetro, flanqueada por edificios representativos capaces de acoger a las organizaciones centrales del partido y otras funciones directivas; junto a la plaza se alza el gigantesco complejo del Mando Supremo de las Fuerzas Armadas. Prosiguiendo hacia el norte, el cardo corta al decumano de la Unter den Linden-Charlottenburger Chaussee un poco ms all de la puerta de Brandeburgo, y termina hacia el norte con un enorme pabelln destinado a la celebracin de los congresos del partido, de 400 metros de lado, frente a la plaza de las Asambleas: la sala del edificio debera
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alcanzar una capacidad suficiente para 150.000 personas y habra de estar coronada, segn los diseos del propio Fhrer, por una gigantesca cpula de 250 metros de dimetro, capaz de contener varias veces dentro de s a la misma baslica de San Pedro de Roma (figs. 597-599). Al norte del cauce del Spree, ensanchado y rectificado, se coloca otro complejo monumental destinado a albergar el Regimiento de la Guardia, frente a una amplia superficie de agua. Se proyecta un sistema de instalaciones deportivas, el Reichssportfeld, debido al arquitecto Werner March, llamado a situarse en la directriz este-oeste, al norte del Grnewald, englobando las instalaciones ya existentes y el Estadio olmpico; se sitan otros edificios a lo largo del lado inferior del Tiergarten. De todo el megalmano proyecto de Hitler y Speer tan slo pueden llegar a iniciarse la rectificacin del tramo del Spree que corresponde al proyectado Gran Pabelln, la expropiacin de los terrenos destinados a las instalaciones ferroviarias, un tramo de la directriz viaria que va desde la puerta de Brandeburgo a la Reichskanzlerplatz y una parte del sistema anular exterior (el quinto anillo perifrico, con un total de 128 kilmetros de viales, comprendidos los enlaces con el sistema de las autopistas alemanas). En el 38 tiene lugar, adems, la construccin de las nuevas edificaciones del modernizado aeropuerto de Tempelhof 44 (figs. 58 1-582), y en ese mismo ao se procede al traslado de la columna triunfal situada frente al Reichstag, que se coloca ahora dentro del Tiergarten, en una nueva ambientacin ulica. En febrero del 42 las obras quedan prcticamente interrumpidas, en el momento en que el Generalbauinspektor Albert Speer es nombrado ministro de Armamentos, cargo en el que dar una esplndida prueba de su capacidad y eficacia, consiguiendo triplicar la produccin de material blico entre los
Cfr. E. Costa: La ricostruzione dell'aeroporto di Tempelhoj, en Architettura, abril de 1939.
aos 42 y 44 45. En cuanto a Berln, la ciudad sufrir enormes daos en los ltimos meses de la guerra: el 20 por 100 de los edificios de la capital quedan destruidos o daados de modo irreparable, otro 10 por 100 de ellos se ven afectados gravemente (en los barrios cntricos la devastacin total llega al 41 por 100). Al terminar el conflicto, 75 millones de metros cbicos de escombros cubren la ciudad, y ms del 32 por 100 de las viviendas han desaparecido o resultan totalmente inhabitables. La poblacin, que era de 4.300.000 personas, queda reducida a 2.800.000. Ms de un milln y medio de habitantes han muerto o han abandonado la capital 46. Por lo que respecta a la ciudad de Nuremberg, elegida como sede oficial de las peridicas concentraciones masivas del partido, se decide la construccin de un complejo unitario de carcter monumental capaz de constituir el marco escenogrfico adecuado para los desfiles de las juventudes hitlerianas, para las evoluciones gimnsticas y militares y para los encendidos discursos del Fhrer 47. La realizacin de este primer pro4"obre Albert Speer, cfr. F. Borsi: L'architettura e il nazismo. Alber Speer: il Generalbauinspektor del Terzo Reich, en Controspazio, diciembre de 1939. 4 V o b r e el urbanismo en Berln y en las dems ciudades alemanas bajo el Tercer Reich, vanse: L. Brett: The Architecture of Authority, en Architectural Review, mayo de 1939; L. Lenzi: AYchitettura del Terzo Reich, en Architettura, agosto de 1939; y las dos obras de A. Speer: Neue deutsche Baukunst, Berln, 1943, y Au coeur du Troisieme Reich, Pars, 1971. 47 Las manifestaciones de masas no solamente refuerzan al individuo, sino que lo cautivan y convencen, contribuyendo a crear el espritu de cuerpo. El hombre que, como primer representante de una nueva doctrina, se siente expuesto, en su empresa y en su fbrica, a serias molestias e incomprensiones, tiene necesidad de sentirse fortalecido por la conviccin de ser miembro y adalid de una gran comunidad. Y tan slo una manifestacin de masas puede darle la impresin de la existencia de esta comunidad. A. Hitler: La mia battaglia, Miln,
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Figs. 600-603 (en la pgina opuesta). Las obras de reordenacin de Nuremberg: maqueta del complejo, una vista del Zeppelinfeld, una parada militar ante el Fhrer en la Luitpoldarena, y un detalle decorativo de estas ltimas instalaciones. Figs. 604-607 (en la pgina opuesta). Las obras de Munich: planimetra (1. Konigsplatz; 2. Casa del Fhrer; 4. Oficinas administrativas; 5. Templetes de entrada; 6. Casa Parda); vista de la maqueta a lo largo de la Arcisstrasse; vista de uno de los templetes dedicados a los cados de la Revolucin, y vista de los templetes levantados a lo largo de la Arcisstrasse.
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Figs. 608-612 (sobre estas lineas). Planimetra y vista de la maqueta de la nueva ordenacin del centro de Dresde, segn proyecto del arquitecto Wilhelm Kreis; la intervencin sobre el centro de Weimar, planimetra general y detalle de la plaza Adolf Hitler; proyecto para el concurso de trazado de la nueva Adolf Hitler Platz sobre un nuevo eje, entre Elbefeld y Barmen.
ducto a gran escala de las concepciones urbansticas del nacionalsocialismo es tambin la primera obra de conjunto del joven arquitecto Albert Speer, muy apreciado por Goebbels como escengrafo de las ceremonias del partido y por ello recomendado ahora a Hitler. El proyecto se articula en torno a un gran paseo de desfiles y paradas de dos kilmetros de longitud y de 60 metros de anchura, que enlaza los diversos equipzmientos necesarios (figs. 600-603): el Campo de Marte, para los desfiles de la Wermacht, el campo Zeppelin y la Luitpoldarena para las reuniones de masas al aire libre, el palacio de Congresos, con un saln principal capaz para 50.000 personas, y el Estadio Germnico, que conforme a las indicaciones del Fhrer debera tener capacidad para 400.000 espectadores (con unos terrenos de juegos con dimensiones del orden de 380 por 150 metros). De todo el complejo proyectado, el palacio de Congresos tan slo se ha iniciado cuando estalla la guerra, mientras que en el 38 se haban acabado ya la Luitpoldarena y el Zeppelinfeld, con capacidad para ms de 1O0 .O00 espectadores, con un planeamiento escenogrfico de las tribunas, delimitadas por el inmenso prtico horizontal interrumpido en el centro por el podio del dictador, con el contrapunto de los grandes mstiles verticales que sostienen los estandartes con la svstica germnica. Los peculiares efectos teatrales obtenidos mediante el empleo de elementos clasistizantes, simplificados por una estilizacin rigorista, tendrn tambin otras aplicaciones en las sucesivas obras del rgimen. En Munich, la Konigsplatz de von Klenze se termina bajo el Reich por el arquitecto Troost, que procede a la ordenacin del lado
oriental mediante la demolicin de los edificios existentes y la construccin de dos bloques rgidos, en correspondencia con la Gliptoteca y la Galera de Arte, destinados a la Casa del Fhrer y a las oficinas administrativas del NSDAP. Frente a los Propileos de Klenze se construyen dos templetes simtricos que marcan la entrada desde la Kardinenplatz y desde el centro de la ciudad (figuras 604-607). En Dresde se proyecta una reordenacin debida al arquitecto Wilhelm Kreis: se trata de una plaza de grandes proporciones (AdolfHitler-Platz) unida a la Rathaus Platz por un eje de un kilmetro de longitud que termina sobre el fondo de la Torre de la Juventud del Reich. La plaza aparece circundada por tres de sus lados por edificios de arquitectura uniforme, destinados a las actividades y reuniones de las organizaciones del partido nazi (figs. 608-609). Tambin se celebran concursos y se elaboran proyectos para las ciudades menores (como puede ser el concurso para la ordenacin del complejo Elbefeld-Barmen-Wppertal; fig. 612). La ex capital, Weimar, tanipoco puede escapar, naturalmente, a un proyecto de reestructuracin del centro destinado a imprimirle un semblante nazi 48, elaborado por el arquitecto Hermann Giesler, que reagrupa en torno a la prevista Hitlerplatz los nuevos edificios de la Casa del pueblo, de las sedes del Arbeitsfront y del partido, y el palacio del gobierno local (figuras 610-611).
48 [.. .] razones higinicas, de trfico y polticas imponan la necesidad de dar al turista la sensacin clara de que haba ocurrido algo nuevo, grandioso y heroico. L. Lenzi: Architettura del Terzo Reich, citada.
Captulo IV
El
1. Las condiciones politicas y econmicas. Del comunismo de guerra a la N. E. P. y a los planes quinquenales
Al final de las hostilidades interiores y exteriores que han seguido a la Revolucin de Octubre, Rusia se encuentra en un estado de crisis extrema: la red de transportes ha quedado parcialmente fuera de servicio, la industria est paralizada, la produccin agrcola aparece fuertemente disminuida y la poblacin se ve sometida a niveles precarios de mera subsistencia, y hasta de -hambre. Lenin, el artfice principal de la Revolucin, ha instaurado durante los aos de la guerra un sistema de colectivizacin obligatoria, con confiscacin de tierras, bancos, ferrocarriles, minas, etc., sin ningn tipo de indemnizacin a sus antiguos propietarios, y con requisa de mercancas y productos agrcolas, en un esfuerzo de movilizacin total de las energas nacionales. En 1918 se nacionalizan las industrias principales y seguidamente, en 1920, la totalidad de las empresas mecanizadas de ms de cinco obreros y las empresas no mecanizadas con ms de diez operarios. Este es el denominado comunismo de guerra, un golpe decisivo a la propiedad privada de los medios de produccin, que abole de hecho el mercado como mecanismo regulador de la economa; una poltica intransigente, dictada por la gravedad de la situacin politica y militar, pero que no deja de provocar tensiones inevitables en amplios estratos de la poblacin, sobre todo entre las masas campesinas.
En 1921, acabadas las hostilidades y eliminado el peligro de la reaccin blanca, Lenin se da cuenta de que el rpido proceso de colectivizacin desencadenado por el comunismo de guerra debe atenuarse e incluso interrumpirse, para evitar ms graves desgajamientos internos entre las clases sociales. La consolidacin del poder pasa por la urgente reconstitucin de la eficiencia del aparato productivo nacional; para el relanzamiento de la agricultura, con objeto de hacer frente a los consumos ms elementales de las ciudades y de garantizar la misma supervivencia del pas, resulta necesario recuperar el apoyo y el consenso de las masas campesinas, que tan slo han aceptado el comunismo de guerra de modo muy reacio y por temor a una posible restauracin del rgimen derrocado; se estimula la produccin manufacturera, ponindola en condiciones de suministrar en plazos breves los bienes ms esenciales de produccin y de consumo. Pero todo ello lleva consigo la necesidad de conceder un cierto margen a permanencias sociales y a modos de produccin pre-revolucionarios, a los kulaks, a los comerciantes, a las empresas medianas y pequeas y al beneficio privado. La nueva poltica econmica (NEP = Nvaia Ekonomicheskaia Politika), que modifica radicalmente la orientacin precedente, liberalizando de nuevo una parte de las actividades primarias y secundarias, es la respuesta tctica a esas necesidades acuciantes, surgida del realismo poltico de Lenin. Se restituye a los campesinos un cierto grado
de autonoma, como productores independientes; en lugar de la requisa total del excedente agrcola, se prefiere ahora aplicar un impuesto en especie, proporcional a la produccin de las fincas, dejando a los productores en libertad de comerciar con sus excedentes en el mercado. Vuelven a fomentarse las actividades propias de las empresas pequeas y de tipo artesanal, y se areprivatizan casi 4.000 fbricas, con un total de 68.000 operarios. En agosto del 21 las grandes empresas son reunidas por sectores en consorcios monopolsticos: primero le toca el turno a la industria alimentaria, luego a la industria minera y despus a la mecnica; un decreto del mes de abril del siguiente ao obliga a los consorcios a actuar con base en los criterios del mercado. De esta manera, a travs de los impuestos sobre los beneficios de los trusts y de las contribuciones fiscales de diverso tipo que gravan a los campesinos, pueden comenzar a afluir a las cajas del Estado los capitales necesarios para la realizacin de obras pblicas y para el reforzamiento del aparato burocrtico-administrativo. Con la poltica de la NEP, descrita por algn autor como la fase de hissez-faire del comunismo, se abre en la Unin Sovitica una situacin bastante compleja, en la que coexisten, en un equilibrio muy difcil, monopolios de Estado, empresas privadas, comerciantes, masas obreras urbanas, explotaciones agrcolas colectivas, campesinos grandes y pequeos propietarios, economa agrcola de subsistencia y mano de obra asalariada. Vuelve a reaparecer, en formas nuevas, la lucha de clases, en el choque que enfrenta a los managers rojos con las masas urbanas empeadas en reivindicaciones salariales y que lleva a la disminucin de los beneficios de los trusts, a pesar de las mediaciones intentadas por los sindicatos instaurados por el partido; y en los contrastes y oposiciones entre kulaks y mano de obra campesina. Los aos que van del 23 al 28 se caracterizan por continuas agitaciones obreras, por las huelgas, por una economa condicionada por incertidumbres y estrangula-
ciones, y comprometida constantemente por los altos ndices alcanzados por la inflacin. La superacin de la NEP se va preparando a travs de las discusiones sobre las alternativas posibles dentro del nuevo decurso histrico, en las que se oponen la izquierda de Trotski y el centro encabezado por Stalin. En el seno de esta dinmica poltica es donde cobran cuerpo tres orientaciones distintas acerca de la transicin desde la NEP a la nueva fase econmica del sistema sovitico. La derecha del partido, encabezada por Bujarin, remitindose a las etapas recorridas por el capitalismo occidental en la formacin de la acumulacin originaria de los recursos, propende a una lenta evolucin de la NEP, con un reforzamiento de la iniciativa privada, campesina y artesanal, destinada a constituir la base de la acumulacin precisa de capital para las inversiones industriales, llamadas a llevarse a la prctica conforme a un equilibrio calculado de la evolucin de los sectores productivos. La izquierda, por medio de las teorizaciones de su representante ms importante, E. Preobrazhenski, se manifiesta a favor del abandono inmediato de la NEP y de sus desviaciones del comurismo, y propone un riguroso control de la economa, en funcin de un desarrollo en breve plazo, a etapas forzadas, netamente desequilibrado en beneficio de la industria y a costa de todos los dems sectores. El centro staliniano no quiere avalar expresamente a ninguna de estas dos lneas de pensamiento, pero se va orientando en favor de un control efectivo y de una estatalizacin total de la economa, cancelando el espacio que pudiera quedar al mercado, dentro del cuadro general del reforzamiento del aparato del partido y de la eliminacin de toda posible oposicin. El plan quinquenal de desarrollo econmico, con el que se lleva a efecto la superacin de la NEP, viene a constituir, por ello, la afirmacin de una lnea poltica precisa, que desde el 27 en adelante se impone con fuerza, con su lgica cada vez ms apremiante, sobre la tumultuosa realidad social sovitica.
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El inicio de los primeros estudios sobre la planificacin del desarrollo econmico se remonta a los aos del comunismo de guerra, con los cometidos de coordinacin de la economa atribuidos al Consejo del trabajo y la defensa (STO), y con la supervisin y el control de los precios encomendados al Consejo superior de Economa Nacional (VSNKH, al que se adscriben consejos econmicos regionales, los SNKH). En 1920 se crea una Comisin estatal para la electrificacin (GOELRO), con la misin de proceder a la individualizacin y censo de las fuentes de energa elctrica, al estudio de una red de distribucin y a la construccin de centrales de produccin. El plan de esta Comisin, que dar lugar en diez aos a la construccin de una treintena de centrales elctricas, pone sobre el tapete, sin embargo, la exigencia de disponer de anlisis territoriales precisos y de objetivos generales de planificacin, a estudiar en al marco de polticas regionales; utilizndose en gran parte conocimientos y evaluaciones ya disponibles, se identifican dos lneas bsicas de comunicacin y de desarrollo para el inmenso territorio de la URSS, concretadas en las directrices que se articulan sobre los trazados ferroviarios Donbss - Mosc - Leningrado y Kuzbss-Urales-Mosc ( figs. 6 13-614). Tras un ao de actividad, el GOELRO se fusiona con la Comisin estatal de planificacin (GOSPLAN) constituida en 1921, a la que se asigna la tarea de conseguir una reorganizacin planificada de la economa; en los cuadros del GOSPLAN, integrados inicialmente por unas cuarenta personas (nmero que en el 23 se eleva ya a cerca de 300 miembros), actan economistas, ingenieros, especialistas en estadstica y tcnicos de los diversos sectores. A partir de los primeros estudios verificados por el GOSPLAN surge ya el problema de la individualizacin de las regiones econmicas del pas con vistas a la mejor utilizacin de los extraordinarios recursos existentes (fig. 6 15): haciendo hincapi en los criterios de integracin productiva, de autosuficiencia y de
divisin territorial del trabajo, el mtodo seguido por el GOSPLAN sirve para definir los lmites de las regiopes econmicas (12 en la Rusia europea y 9 en la Rusia asitica) y para identificar en el interior de cada una de ellas las localizaciones potencialmente preferenciales y el conjunto de las redes de servicio; en este cuadro general, ya a comienzos de !os aos veinte, se ponen en marcha los programas especficos encaininados a la explotacin de los yacimientos de hierro de los Urales (que llevarn a la construccin de Magnitogorsk) y del Kuzbss. Al GOSPLAN se encomienda una reforma de los rganos, de los niveles y de las competencias territoriales, desde la provincia al distrito rural, que responde a la importante funcin de asegurar, a travs de la nivelacin administrativa, un grado homogneo de control poltico (y, en efecto, las prerrogativas decisorias locales quedarn despus vacas de contenido real, como consecuencia del establecimiento de una direccin econmica fuertemente centralizada). En diciembre del 27, en el mismo XV Congreso del partido que sanciona la expulsin de Trotski y de 75 miembros de la oposicin, se anuncia oficialmente la elaboracin de un plan econmico quinquenal. En esta fecha se encuentran ya en marcha los estudios paralelos y concurrentes del VSNKH para la confeccin de un programa especfico para el sector sidero-metalrgico, y del GOSPLAN para la elaboracin de un plan econmico general, estudios que reflejan las respectivas y distintas orientaciones de ambos institutos, formado el primero por jvenes economistas bolcheviques y el segundo, en gran parte, por tcnicos de extraccin burguesa. La ptica adoptada por el GOSPLAN, que se apoya en los datos estadsticos de los primeros aos de estudio, de los que en el 25 se ha publicado ya un primer balance general, deja entrever una sustancial desconfianza en la posibilidad de con tras tar las leyes econmicas tradicionales, y tampoco consigue superar la visin de una economa predominantemente campesina, con-
Figs. 613-615. Plan de electrificacin de la zona de Mosc (1920); el sistema de produccin y distribucin de energa elctrica en la Rusia europea, en los aos cuarenta; la distribucin en regiones econmicas del territorio de la Unin Sovitica en los aos 1926 y 1946.
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siderando incluso precario y de escasa influencia el desarrollo industrial conseguido con la NEP; el VSNKH, en cambio, apunta hacia una rpida industrializacin, invirtiendo las relaciones existentes entre produccin agrcola y manufacturera. Ante las perentorias proyecciones del VSNKH, consideradas con gran favor por el establishment del partido, el GOSPLAN revisa y actualiza sus estudios, presentando dos hiptesis diversas para el programa de industrializacin incluido en el plan quinquenal, una mnima, basada en previsiones ms cautas de la evolucin econmica, y la otra mxima, realizable en una coyuntura excepcionalmente favorable. La adopcin por parte del Soviet Supremo de la ms comprometida de las dos variantes -adaptada, adems, a los datos elaborados por el VSNKH- se explica por la preponderancia de las razones polticas sobre las econmicas. El despegue forzado de la industria pesada (opcin asumida, en realidad, segn las indicaciones de la izquierda radical) y la colectivizacin de los campos no solamente constituyen un relanzamiento de la produccin, sino que suponen tambin la supresin de la economa campesina de la NEP y la activacin de una relacin distinta entre la clase obrera y el Estado. El evolucionismo de los marginalistas mencheviques del GOSPLAN y las mismas interpretaciones de Preobrazhenski se ven superados por el apriorismo de las decisiones polticas y por las intervenciones de ruptura operadas en todos los sectores de la economa. Esta racionalidad poltica, antes que econmica, de las decisiones hace que la adopcin del primer plan quinquenal de 1928-33 constituya un punto de referencia que no puede subestimarse a la hora de interpretar, desde este momento en adelante, algunos aspectos centrales de la vida interna de la URSS. Con la decadencia gradual del sistema de mercado en relacin con la ejecucin de los objetivos del plan, se restringe y desaparece el margen disponible para las formas de dialctica poltica y cultural pro-
pias del perodo de la NEP y, en particular, para el debate orquestado por los grupos de vanguardia. El rgimen staliniano apunta a una conduccin unificada, dirigista, de la vida nacional, que no prev tercera va alguna entre consenso total y autoexclusin del sistema l . Objetivo declarado del plan es el distribuir el crecimiento econmico y social por todo el pas, favoreciendo un mayor equilibrio entre las diversas regiones y unas mejores condiciones de vida; pero el problema de la eleccin entre inversiones para bienes de produccin o para bienes de consumo se ha resuelto ya en favor de la primera posibilidad. El plan quinquenal organiza la economa industrial en dos sectores: el grupo correspondiente a la industria pesada, minera, siderrgica y metalrgica, al que se destinan los 314 de las inversiones totales (aunque algunos autores estiman que esta proporcin asciende al 82 por 100), y el grupo de la industria ligera, al que va el resto de los capitales disponibles. La prioridad concedida a la realizacin de las grandes instalaciones productivas lleva a definir la poltica de los kombinat, centros integrados
Son muy numerosas las obras disponibles, incluso en lengua italiana, sobre las vicisitudes econmicas y polticas de la Rusia sovitica. Podemos citar: C. Bettelheim: L'conomie sovitique, Pars, 1950; A. Baykov: Lo sviluppo del sistema econdmico soviitico, Turn, 1952; M. Dobb: Storia dell' economa sovi?tica, Roma, 1957; S . N. Prokopovic: Storia econbmica dell'Urss, Bari, 1957; varios autores: La rivoluzione permanente e il socialismo in un solo paese, Roma, 1963; E. H. Carr: Storia della Russia Souiitica, Turn, 1964; C. Bobrowski: La formazione del sistema econbmico sovietico, Miln, 1965; R. W. Campbell: Soviet Economic Power: Its Organizatiola, Growth and Challenge, Londres, 1967; N . Bucharin y E. Preobrazenskij: L'accumulazione socialista, Roma, 1969; A. Ehrlich: Il dibattito sovi2tico sull'industrializzazione. Bari, 1969; R. Di Leo: Operai e sistema sovietico, Bari 1970; A. Nove: Storia econbmica dell'Unione Sovi& tica, Turn, 1970; E. Preobrazenskij: Della NEP al socialismo, Miln, 1970; N. Spulber (ed.): La strategia sovi&ica per lo suiluppo economico, Turn, 1970; R. W. Davies: Le origini della pianificazione souittica, Turn, 1972.
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Figs. 616 y 617. La red ferroviaria al este de Mosc en 1920 y en los aos cincuenta.
de explotacin intensiva de los recursos, localizados en funcin de las fuentes energticas, los transportes, los servicios y las condiciones geogrficas. De los cuatro tipos de regiones econmicas identificadas sobre la base de las actividades existentes y potenciales (industriales, agrcolas, mixtas y de produccin de madera), son sobre todo las reas de destino industrial las llamadas a transformarse e integrarse rpidamente en el ciclo productivo del pas, conforme al esqueleto bsico ya definido por los dos ejes LeningradoMosc - Ucrania y Mosc-Urales-cuenca de Kuznetsk; el proyecto ms destacado de la fase inicial de industrializacin es el de construccin del Ural-Kuznetsk-Kombinat (UKK), puesto a punto ya con base en las primeras hiptesis del plan del GOELRO. La preeminencia del sector minero-siderrgico viene
atestiguada por el hecho de que 13 de las 16 reas industrializadas que experimentan una marcada evolucin demogrfica a partir del 26 caen dentro de esta categora econmica (solamente las regiones de Kev, Novosibirsk y Tashltent destacan por las actividades de transformacin de productos agrcolas, por los sectores textiles y por la industria ligera). Las nuevas infraestructuras ferroviarias se construyen tambin en funcin, sobre todo, del transporte de las materias primas y de los productos industriales acabados, como es el caso de la lnea Kandagach-Gurvey, en el Turkestn, para el petrleo; de la lnea desde Karagand hasta el lago Baljach, para el carbn y el cobre; de la lnea Akmolinsk-Kartal~,para el transporte del carbn a Magnitogorsk, y de las nuevas lneas de la Siberia occidental, de los Urales (desde Chelibinsk a Magnitogorsk y
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Orsk) y de la Rusia septentrional (KonoshaKotlas-Vorkuta); solamente algunos tramos de nueva construccin, como las lneas que van del Turkestn a la Siberia occidental, la Tatarsk-Pavlodar y la Kazn-Sverdlovsk, sirven preferentemente al mercado agrcola (figs. 616-617). Algunos datos de conjunto nos ofrecen el cuadro general de los resultados conseguidos en el 33. La produccin de energa elctrica se duplica, se ponen en marcha nuevas explotaciones mineras, nuevas instalaciones petrolferas y nuevos altos hornos, en proporcin del 25 por 100 de los ya existentes; la produccin de la industria bsica supera los objetivos fijados, aunque los suministros de carbn, de acero y de hierro colado quedan por debajo de las previsiones. En cambio, desciende peligrosamente la produccin agrcola, hasta dar lugar a una grave escasez entre el 32 y el 34, disminuyen los consumos y se reducen los niveles de vida, incluso por lo que se refiere a las disponibilidades de vivienda '. En conjunto, si bien una serie de circunstancias que derivan de las difciles condiciones de la economa mundial entran en juego para modificar el cuadro de las previsiones -no se verifica la hiptesis de obtencin de elevados crditos de los pases desarrollados, y desciende la demanda exterior de los productos alimen tarios sovi ticos-, puede decirse que el pas da pruebas de una gran capacidad organizativa y productiva, precisamente en los aos en que los pases occidentales se ven duraniente afectados por la depresin 3 .
Dado el sistema de balances empleado, ni tan siquiera se plante la hiphtesis de sacrificar una mina o una fbrica para construir barrios obreros, o para potenciar la industria textil, por lo cual a partir de 1930, y hasta los aos sesenta, el nivel de vida y de consumo de la fuerza de trabajo de la segunda potencia industrial del mundo se ha quedado en los porcentajes propios de los pases subdesarrollados. R. Di Leo: Dalla NEP al Piano, en la obra colectiva Socialismo, cittd, architettura, URSS, 1917-37, cit. pg. 31. Sobre este tema, cfr. H. Chambre: L'amnagement du territoire en URSS, Pars, 1959; P. George:
Las orientaciones del primer plan quinquenal se ven tambin confirmadas, en parte, por el segundo, destinado a cubrir el perodo 1933-37, que se propone sin embargo objetivos ms contenidos y que asigna una proporcin mayor de inversiones a la produccin de bienes de consumo (por ejemplo, la inversin en el sector de la vivienda se triplica respecto de la correspondiente al perodo 1929-33, si bien los programas de construccin se refieren muy particularn~ente a los asentamientos de nueva formacin). Todo ello, por lo dems, no altera sustancialmente las condiciones de financiacin de la acumulacin de capital, fundada en los salarios reales, en la contencin drstica de los consumos y en la poltica de precios controlados. La situacin internacional, en la que se perfila ya la agresividad del nazismo hitleriano, induce a modificar el cuadro general de la planificacin, desplazando una parte de las inversiones hacia la produccin de armamentos y hacia la industria qumica y mecnica. Las preocupaciones militares y de defensa se hacen an ms acuciantes en el 38, el ao en que debera iniciarse el tercer plan quinquenal: se revisan ahora los objetivos generales, a la bsqueda de un mayor nivel de autosuficiencia regional. Conforme a esta ptima, se corrige la delimitacin administrativa de las grandes regiones, en funcin de un equilibrio de los recursos bsicos, y se trata de frenar el crecimiento demogrfico de las ciudades mayores (Mosc, Leningrado, Kev, Jrkov, Rostov, Gorlti, Sverdlovsk) y de forzar el desarrollo de las regiones orientales extremas, que se encuentran fuera del radio de accin de las fuerzas areas de los potenciales invasores. La guerra, de heGeografia econhmica delllUnione Soviitica, Turn, 1960; y los ensayos breves de E. Thiel: T h e Power Industry in the Soviet Union, en Economic Geography, abril de 1951; D. B. Shimkin: Economic Regionalisation in the Soviet Union, en Geographical Review, octubre de 1952; T. Shabad: Soviet Economic Regionalisation, en Geographical Review, abril de 1953.
272
273
cho, dar lugar a la aceleracin del impulso de industrializacin orientado hacia el Este, con el alejamiento de las f:ibricas de los centros ms prximos a la frontera europea (ms de 1.300 establecimiento industriales, comprendidas las importantes industrias electrnicas de Leningrado, se trasladan hacia los Urales, el Turkestn, la regin del Volga y la Siberia occidental).
2.
a)
LA P R O D U C C I ~ N ARTSTICA Y LA
REVOLUCIONARIA
FORMA-
La Revolucin de Octubre, con la realidad de sus profundas mutaciones polticas y sociales, y con la perspectiva-de la edificacin del socialismo, parece abrir a los artistas, a los arquitectos y, en general, a los exponentes de la cultura, una amplia esfera de accin, destinndoles, incluso antes que a la realizacin de tareas concretas, a desempear un papel general preciso en el seno de la sociedad sovitica. Tanto los academicistas como los protagonistas de la vanguardia preblica se ven forzados ahora a reconsiderar las posiciones mantenidas con anterioridad a la revolucin, los primeros con los encargos recibidos de la aristocracia y del poder zarista, los segundos con su militancia en los grupos radicales de incitacin y de renovacin intelectual, desarrollada en contacto con los movimientos europeos (pueden recordarse aqu la participacin de Kandinsky en la exposicin del Blaue Reiter celebrada en Alemania en diciembre de 1911, el encuentro de Tatlin con Picasso en el 13 y el viaje de Marinetti a Mosc y San Petersburgo en el 14). Desde los primeros meses de 1918, Malivich, Kandinsky, Tatlin y Maiakovski, en su calidad de miembros de la seccin de artes figurativas del Norkompros (el Comisariado del pueblo para la educacin), decla-
ran que el arte de vanguardia es la autntica expresin del bolchevismo. Anatoli Lunacharsky, primer comisario para la cultura, fomenta la labor de ruptura de los artistas modernos y de los futuristas, confindoles puestos directivos en las escuelas estatales y en la universidad: Malivich es nombrado profesor de la Academia de bellas artes de Mosc y luego de la de Vtebsk, donde tambin ensea Marc Chagall, que seguidamente pasa a ocupar la ctedra de pintura de la Escuela de artes aplicadas de Mosc, y en el 24 se convierte en director del Instituto para el estudio de la cultura artstica de Leningrado; Kandinsky es profesor en Mosc, funda la Academia de ciencias artsticas y se ocupa de la organizacin de los museos; muchos otros artistas ocupan tambin puestos oficiales. Las corrientes que se identifican en el rechazo del arte tradicional -por formacin ideolgica y por un fcil trnsito psicolgico favorecido por las resistencias ofrecidas por los conservadores- llegan a madurar la conviccin de que les corresponde un papel histrico propio dentro de la compleja realidad revolucionaria de los das del comunismo de guerra: un servicio a la revolucin que aparece dominado por la urgencia de objetivar en la colectividad las esperanzas y los entusiasmos del hombre nuevo, nacidas en el seno de los pequeos grupos de vanguardia, con la representacin simblica de los contenidos de la revolucin, con la produccin de espacios y objetos, con la arquitectura, con la construccin de la ciudad. En un primer momento, que corresponde a los aos del comunismo de guerra, dentro de las acuciantes limitaciones impuestas por una situacin econmica muy precaria, la produccin artstica no puede hacer ms que limitarse a una funcin propagandstica, celebrativa y pedaggica, que, por lo dems, responde puntualmente a las primeras indicaciones proporcionadas por el mismo Lenin. Entre el 18 y el 20 la actividad de los artistas se orienta hacia el manifiesto mural, la decoracin urbana (en Vtebsk, Chagall de-
Figs. 619-624. Embarcacin y tren de propaganda; cabalgata en favor de la produccin en Petrogrado y montaje escenogrfico en la plaza del Palacio de Invierno para la celebracin del primer aniversario de la Revolucin; El Lissitzky, carteln de propaganda ante una fbrica de Vtebsk (1919); L. Popova y A. Vesnin, Propaganda area (1920).
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cora la plaza principal, y los estudiantes de la Escuela de bellas artes pintan los muros de las casas bajo la direccin de Malivich; Mosc se embellece con pinturas y relieves), los viajes de embarcaciones y trenes de propaganda (verdaderos manifiestos mviles, que pueden llegar hasta las ms remotas provincias del Don, del Turkestn, del Cucaso, con frescos en que se representan escenas violentas o patticas, con episodios de herosmo popular, con las caricaturas satricas de los contrarrevolucionarios) y los ambientes de las manifestaciones y celebraciones de masas. Las fiestas populares y las reuniones del partido sirven para explicar las nuevas orientaciones sociales y polticas, mediante escenas y representaciones coreogrficas y con el empleo de dispositivos escenogrficos a veces imponentes, como el realizado para el primer aniversario de la revolucin en la inmensa plaza del Palacio de Invierno de Petrogrado (figs. 619-624 y 626). El teatro, en las plazas y en locales cerrados, hace revivir los acontecimientos revolucionarios, proporciona indicaciones sobre las nuevas experiencias de vida o incluso da directamente consejos sobre higiene pblica (fig. 627). Hay, en fin, una produccin de arquitecturas simblicas o demostrativas, que prescinde de los medios reales de que se dispone y que vale sobre todo como demostracin de la creatividad ilimitada que el nuevo decurso social puede hacer posible. ~~~l~~ expresa en dimensiones gigantescas la dinmica de la revolucin y su naturaleza dialctica, con el monumento dedicado a la 1 1 1 Internacional, de 1920 (fig. 625), concebido como una espiral ascendente de estructuras metlicas, que debera superar la altura de la torre Eiffel, y dentro de cuyos engranajes giran a distinta velocidad los ambientes de reunin
Estos ambientes aparecen colocados verticalmente uno sobre el otro, circundados por varias armaduras armnicas entre si. Gracias a un mecanismo especial deben mantenerse constantemente en movimiento, pero cada uno de ellos a velocidad distinta. El ms bajo tiene forma de dado y ha de efectuar un giro sobre s mismo en un ao; servir
Adems de esta produccin efmera y de esta arquitectura de papel existe tambin un marcado empeo orientado hacia los objetos de uso corriente (incluso los utensilios cotidianos, con su novedad formal, pueden constituir un vnculo de difusin mediata de las ideas): Tatlin y Rdchenko, abandonando la pintura, se proclaman artistas productores; con ellos, los hermanos Stenberg, Kostin, Denisovsky y Ekster disean objetos para la vida de todos los das, desde utensilios domsticos a vestidos. Estos primeros esfuerzos plantean inevitablemente el problema de establecer una relacin ms precisa y fecunda entre creacin artstica y sociedad socialista, que salga de las improvisaciones individuales y efmeras para insertarse directamente en la produccin. Los constructivistas cierran filas en favor de una participacin colectiva en los procesos productivos, fundando en Mosc, en el 22, el Injuk (Instituto de cultura artstica). N. A. Ladovsky trata de explorar los fundamentos cientficos de la composicin formal, enlazando con las elaboraciones de
a las funciones legislativas; en l tendrn lugar las conferencias de la Internacional, las sesiones de los congresos, las asambleas. El ambiente intermedio tiene forma piramidal y efecta un giro sobre s mismo cada mes; en 61 han de reunirse 10s rganos administrativos y ejecutivos. El ambiente situado ms alto, de forma cilndrica, efecta un giro sobre ,i mismo ,,da dia; destinado a fines de informacin y propaganda, a oficina de noticias, a sede de publicaciones peridicas y a la difusin de manifiestos; en l han de instalarse el telgrafo, la radio y un equipo de proyecciones cinematogrficas [...l. Todo el monumento reposa sobre dos ejes en estrecha relacin recproca. En la direccin de estos ejes se efecta, por una parte, un movimiento hacia arriba, que por otro lado es cortado en cada uno de sus puntos por el movimiento de las lneas en espiral. El encuentro de estos dos movimientos dinmicos, de naturaleza contradictoria, debera expresar justamente la destruccin, pero las espirales retorcindose hacia lo alto producen una imagen dinnima movida por un sistema de ejes que se cortan, eternamente tensos ... V. Tatlin, citada en V. De Feo: URSS, architettura 1917-1936, Roma, 1963, pgs. 15-16.
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los poetas cubo-futuristas y de los estudiosos del lenguaje 5. El Lissitzky desenvuelve sus investigaciones sobre los proun, y trata de trasferir la experiencia constructivista a la vanguardia internacional a travs de sus contactos con De Stijl, Moholy-Nagy y Mies van der Rohe. Los protagonistas de las investigaciones polticamente ms comprometidas de la vanguardia cuentan desde el 23, como instrumento de su lucha, con el ~ e f el , frente de izquierda de las artes, que agrupa a futuristas, productivistas, directores de cine y hombres de teatro, todos ellos a favor de una prole tarizacin del trabajo intelectual ( d a s calles son nuestros pinceles, las plazas nuestras paletas, es una de las clebres afirmaciones de Maiakovski, la magntica personalidad que es el gua reconocido del grupo), y que pretenden disponer de las nuevas tcnicas de la visin y del lenguaje expresivo para ponerlas al servicio de las transformaciones sociales, como papel concreto y especfico, acabado, del producto artstico; por ello, sostienen una batalla dursima contra cuantos niegan al arte cometidos polticos directos, contra quienes, en los avatares de la revolucin, se muestran dispuestos tan slo a aprovechar la ocasin de contar con y prefieren un pblico nuevo y distinto limitarse a la transformacin de los contenidos, para establecer a travs de la continuidad formal con el pasado el coloquio con las masas-, contra las resistencias acadmicas y contra el burocratismo que la direccin poltica duda en desaprobar. Pero ya desde el ao 20 la contraposicin entre el Manifiesto del constructivismo de Rdchenko
Sobre la escuela del formalismo sovitico y sus relaciones con las vanguardias figurativas, cfr. V. Ehrlich: 11 formalismo russo, Miln, 1966; 1. Ambrogio: Formalismo e avanguardia in Russia, Roma, 1968; y M. Tafuri: 11 socialismo realizzato e la crisi delle avanguardie, en la obra colectiva Socialismo, cittd, architettura. URSS 1917-1937, cit.
y la Stepanova y el Manifiesto del realismo de Naum Gabo viene a indicar la existencia de una divergencia interna en el seno de la vanguardia que en s misma es expresin de las dificultades con que tropieza la superacin del papel tradicional del intelectual. Y si por un lado Gabo y Pevsner, desde una posicin idealista, preocupados sobre todo por la prdida de la autonoma disciplinar, critican despiadadamente las ilusiones y los mitos polticos de la izquierda, por el otro, contra las manifestaciones esteticistas del compromiso poltico, pero ms todava contra la irreductible actitud totalizante del trabajo intelectual, se desarrollan posiciones crticas que, como la de Alexi Gan, proclamando la lucha del arte y preconizando su fin como actividad especfica perteneciente al pasado burgus, entrevn como inevitable la transformacin del artista en un tcnico organizador. Sobre estas bases ir desenvolvindose durante ms de un decenio la constante y dramtica confrontacin de posiciones dentro de los grupos y las instituciones, en un enfrentamiento pleno de desgarros, esperanzas, renuncias, superaciones y recuperaciones. La actitud de los polticos en los primeros aos veinte aparece inspirada por la preocupacin de evitar la exasperacin de los conflictos, pero sin recurrir a la censura oficial de ninguna de las posturas contrapuestas: el mismo Lenin, hasta su muerte, mantiene un gran equilibrio respecto de la vanguardia, ciertamente teniendo que superar sus propias inclinaciones estticas, en favor de la conviccin del carcter positivo que tiene la dialctica interna de las clases $ara la construccin de la sociedad socialista; y en esta misma lnea trata de moverse durante algn tiempo Anatoli Lunacharsky, situado al fren? te del ministerio de Educacin y Cultura. Ser la propia lgica de la evolucin econmica y poltica de la Unin Sovitica hacia los aos treinta la que cerrar el debate te-
Figs. 625-627 (en la pgina opuesta). V. Tatlin, proyecto de monumento a la 111 Internacional, 1919; El Lissitzk~,proyecto para una tribuna (1920); A. Vesnin, escenografa para El hombre que fue jueves (1923).
Figs. 628-632. Proyecto para un mercado temas Barshch y Siniavski (1926); proyecto investigaciones plsticas desarrolladas en la de carrera en el Vjutemas de V. Teplitzki;
central en Mosc, tesis fin de carrera de los estudiantes del Vjufin de carrera de 1. Krassilikov, Sede central de los sindicatos; Escuela de arte de Leningrado; Palacio del Trabajo, proyecto fin M. Barshch y Siniavski, el Planetarium de Mosc (1928).
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rico y vendr a cancelar las hiptesis operativas de las vanguardias en el campo de la arquitectura y del urbanismo. Precisamente en este campo, la vivacidad del debate cultural -que se inicia y precisa a partir del 23- viene testimoniada por la presencia de grupos, escuelas, asociaciones e instituciones que se muestran muy activas en las ciudades ms importantes, as como por las propuestas tericas elaboradas y por el volumen y la calidad de los resultados obtenidos en el terreno de los proyectos. Mosc es el epicentro de la produccin cultural. En Mosc subsiste la MAO, la Asociacin de los arquitectos moscovitas, fundada en el siglo XIX y en cuyo seno perduran tendencias contradictorias (durante algn tiempo, junto a los academicistas y tradicionalistas, forman parte de ella incluso arquitectos radicales, como Ginzburg), mientras que las tendencias ms avanzadas encuentran expresin en el Vjutemas, la Escuela de artes y oficios de Mosc, creada por el Estado en 1920 unificando la vieja escuela de arquitectura y las primeras escuelas surgidas de la revolucin. Centro de formacin de los jvenes arquitectos soviticos y, al propio tiempo, palestra donde se dilucidan algunas de las controversias ms acaloradas entre formalistas y productivistas, el Vjutemas, por su gnesis, por sus premisas tericas y por la organizacin de sus enseanzas, presenta algunos puntos de contacto con la Bauhaus. Su finalidad institucional, la enseanza de una preparacin artstica para al industria, se despliega a travs de un plan de estudios de cuatro aos (luego de cinco, a partir de 1926), con un primer ao concebido como curso preparatorio, tras el cual debe optarse por una de las especializaciones (arquitectura, esttica industrial, artes grficas, tejedu- . ra, cermica, pintura, escultura). El primer curso sirve para orientar a los estudiantes en el conocimiento de los materiales, mediante elementales ejercitaciones compositivas, mientras que en los cursos ulteriores se
pasa al estudio y proyecto de los objetos, en la perspectiva de una sntesis entre arte e industria. En la seccin de arquitectura del Vjutemas desempean una labor docente algunos de los protagonistas ms caracterizados del debate planteado en torno a la arquitectura en los aos veinte: M. Ginzburg, A. Vesnin, N. Ladovsky, K. Mlnikov; pero el sector ms vivaz de la Escuela es, quiz, la seccin de esttica industrial, que funciona bajo la direccin del pintor constructivista Rdchenko y con la colaboracin de El Lissitzky y de Tatlin. En el 25 tiene lugar una primera exposicin de las obras de los alumnos de la seccin metales y madera (Metkaf) y de la seccin interiores y mobiliario (Devmet), dirigida por El Lissitzky, en la que se dejan sentir las influencias holandesas y alemanas absorbidas por el maestro. No obstante, tan slo en el 27 se mantendrn contactos directos entre la Bauhaus y el Vjutemas (que a partir de ese ao se denomina Vjutein); en el 29 ser Hannes Meyer quien proponga un intercambio de estudiantes, aunque esta iniciativa no tendr xito como consecuencia de su destitucin; en el 31 se celebrar en Mosc una exposicin de la Escuela de Dessau, cuando ya es inminente su desaparicin '. La produccin del Vjutemas y de los dems Institutos soviticos de arquitectura juega un papel importante en la renovacin del gusto y de la misma prctica de la arquitectura; y algunos de los jvenes arquitectos graduados en estos centros de enseanza tambin tienen ocasin de realizar, incluso antes del 30, obras realmente significativas (figs. 628-632). La primera agrupacin de arquitectos progresistas que surge en la posguerra es la ASNOVA (Asociacin de los nuevos arquitectos), fundada el ao 23 bajo la direccin de Ladovsky y de la que forman parte tambin Mlnikov y El Lissitzky. Diversiticada
= Cfr. S. Bojko: 11 Vchutemas, originalita e connessioni di un'esverienza didattica in URSS, en Controspazio~, abril-mayo de 1970.
en su composicin interna, la ASNOVA, aunque plenamente adherida a las nuevas temticas sociales, se muestra a favor de una autonoma disciplinar de la arquitectura y la actividad de proyecto. Ya en el 25 una serie de desidentes de la ASNOVA fundan la OSA (Asociacin de los arquitectos contemporneos, que a partir del 31 adopta las siglas SASS); forman parte de la OSA los hermanos Vesnin, M. Ginzburg, M. Barshch, G. Vegman, A. Brov, A. Gan, los hermanos Glosov, N. Kolly (colaborador de Le Corbusier en el proyecto del Centrosoys), 1. Milinis, G . Orlov, A. Pasternak y M. Siniavski; otros miembros trabajan en Leningrado, Jrkov y Kev. En su perodo de vida (del 25 al 32), la OSA se caracteriza por ser el grupo ms vivaz de la vanguardia sovitica, en cuyo seno surgen y maduran las instituciones y las experimentaciones ms avanzadas y significativas, desde las investigaciones sobre la vivienda socialista hasta las nuevas formulaciones en materia de reordenacin urbana y territorial. Los arquitectos de la OSA tratan de apoyar la investigacin arquitectnica sobre bases cientficas (indagaciones sobre la economa de los edificios, de Kraslnikov y Komarova; estudios sobre prefabricacin y standardizacin), cuentan con su propio rgano de propaganda y difusin, polmico y activo, la revista aSovreminnaia Arjitektura [Arquitectura contempornea], dirigida por M. Ginzburg y los hermanos Vesnin, y se mantienen en contacto con las corrientes de la arquitectura europea. En el 28 y en el 29 la ASNOVA sufre otras secesiones, primero con la fundacin de la Asociacin de arquitectos y urbanistas (ARU), que pretende establecer una relacin ms directa entre produccin arquitectnica y urbanstica, de un lado, y planificacin econmica del pas, de otro; y luego con la constitucin de la VOPRA (Asociacin de los arquitectos proletarios), dirigida por S. K. Alabian, que predica una arquitectura ms prxima a las masas, dirigiendo violentas crticas a las otras tendencias y grupos,
a los que acusa de trotskismo y de ideologismo pequeoburgus; su produccin es ms bien discontinua y heterognea, pero en muchos aspectos anticipa ya ese eclecticismo neo-acadmico, tendente a recuperar la capacidad coloquial de las formas, que ser propio de mediados de los aos treinta '.
6 ) LAS PRIMERAS
NUEVA
MANIFESTACIONES
DE LA
A partir del 23 -cuando llega al ejercicio de la actividad profesional una nueva generacin de operadores educados en los debates de la vanguardia-, el cambio de las condiciones polticas exige una actitud distinta de los arquitectos. El manifiesto debe ser sustituido por un compromiso sobre temas concretos de la reconstruccin y la organizacin de la nueva sociedad sovitica, con un mayor empeo en la difusin entre toda la poblacin de los beneficios que la ciudad capitalista reservaba antes exclusivamente a las clases ricas. Tras las invenciones nacidas para celebrar el advenimiento de la revolucin c o m o puede ser el monumento dedicado a la 111 Internacional, de Tatlin-, las manifestaciones ms importantes de la nueva arquitectura sovitica son el Palacio del Trabajo de los hermanos Vesnin, del 23, considerado como
Sobre la nueva arquitectura sovitica, en relacin con los temas de que nos ocupamos en estas pginas y en las sucesivas, vanse los siguientes textos generales: V. De Feo: URSS, architettura 1917-1946, citada; M . Gibellino Kransceninnicova: L'architettura russa nel passato e nel presente, Roma, 1963; C. Gray: Pionieri dellJarte in Russia, 18631922, Miln, 1964; A. Kopp: Ville et rvolution, Pars, 1967; El Lisitskij: La ricostruzione dell'architettura in Russia 1929, Florencia, 1969; V . Quilici: LJArchitettura del costruttivismo, Bari, 1969 (nueva edicin, Bari, 1978). Y adems las numerosas monografas aparecidas en las revistas Casabella, nm. 262, 1962, ~(Architecture d'aujourd'hui, nmero 147, 1967, y Architectural Design, febrero de 1970.
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el primer producto del constructivismo arquitectnico, los pabellones de la Feria agrcola de Mosc, tambin del 23, y -an ms importante a nivel internacional- el pabelln de la URSS en la Exposicin de las artes decorativas de Pars del 25, diseado por Mlnikov. Hay que destacar las circunstancias en que la nueva arquitectura puede irse afirmando, en una confrontacin tajante con el frente de los academicistas, quienes, a partir del 25, an sin abandonar la profesin, se alejan paulatinamente de la batalla de las ideas. Para el Palacio del Trabajo de Mosc se convoca un concurso nacional; forman parte del jurado los acadmicos Schsev y Joltovsky, muy activos ya antes de la revolucin, que otorgan el primer premio al proyecto tradicionalista de Trotski, atribuyendo el tercer puesto al proyecto de los hermanos Vesnin, que confa su fuerte carga innovadora a la evidencia de la armadura estructural en hormign armado (figs. 633-635). La comisin encargada de resolver el concurso para los babellones de la Exposicin agrcola de Mosc tambin est formada por acadmicos, pero en este caso el triunfo lo consiguen los jvenes, por ms que luego los edificios realmente ejecutados sean proyectados por tradicionalistas. En fin, por lo que respecta al pabelln sovitico en la Exposicin de las artes decorativas de Pars, se convoca un concurso por invitaciones, abierto casi exclusivamente a los arquitectos modernos: el pabelln proyectado por Mlnikov tendr una gran importancia a la hora de consolidar en Europa, entre la vanguardia occidental, la imagen de un pas revolucionario que avanza por el camino de la renovacin social y de las libertades expresivas (figs. 636-637). A partir de este momento se hace muy fecunda la produccin proyectual, aunque solamente en una parte mnima consiga traducirse en realizaciones. Desde el 25 la investigacin se orienta sobre todo hacia el tema de los condensadores sociales, definidos como aquellos equipamientos de base de la vida asociada destinados a desarrollar los
presupuestos de la sociedad socialista (como, por ejemplo, los clubs obreros, las escuelas, las bibliotecas, los teatros, la rinidad residencial); el club obrero, en particular, se concibe como lugar centra1 de maduracin y contacto de la clase obrera, alma de la colectividad, fbrica social, segn la defini-. cin de El Lissitzky. En los clubs obreros los arquitectos tratan de interpretar funcionalmente las exigencias de las asambleas de trabajadores, de los grupos de trabajo, del tiempo libre en comn, mientras que en la carga expresiva conferida a los nuevos edificios resulta evidente el esfuerzo por expresar la novedad de la sociedad transformada, de la vida socialista (figs. 638-643). Mlnikov se muestra particularmente activo en este sector y entre el 27 y el 29 proyecta sus buenos siete clubs obreros (de los que se realizan seis). Entre los ms notables de los construidos en Mosc son de sealar el Club Zuiev (1. Golosov, 1928)) el club de la fbrica Kautchuk (Mlnikov, 1927)) el club Russakov (Mlnikov, 1927) y el club de la fbrica Lijachev (Vesnin, 1930-37)) todos ellos con una fuerte carga monumental y una acentuacin emblemtica que parecen querer redimir, con sus tensiones, la imposibilidad de intervenir por el momento con transformaciones ms incisivas sobre las estructuras urbanas heredadas (slo ms tarde vuelve a tomarse la idea del club obrero en un contexto de temticas ms amplias, cuando Leondov, en su proyecto del 29, por lo dems viciado por un notable nivel de abstraccin, trata de ensayar todas sus posibles implicaciones urbansticas). Tambin sobre los temas de la residencia se inician estudios sistemticos a partir de 1925. Estas investigaciones responden a razones objetivas determinadas por la continua afluencia migratoria a las ciudades, que se acenta con la recuperacin econmica, agravando la penuria de viviendas, y a la que tan slo se puede hacer frente estableciendo sistemas de cohabitacin y reduciendo al mnimo el espacio habitativo per capita; pero parten tambin de una crtica precisa
Figs. 633-637. Proyecto para el Palacio del Trabajo de N. Trotski (1923) y proyectos de L. A. y V. Vesnin, y de A. Kuznekov y S. Toporova; planta y vista del pabelln de la Unin Sovitica, de K. S. Mlnikov, en la Exposicin internacional de artes decorativas de Pars (1925).
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Figs. 638-643. J. Glosov, Crculo de los trabajadores municipales de Mosc (1928); K. S. Mlnikov, club de los tranviarios de Mosc (1929), y club Kautchuk, de Mosc (1927); J. Lanzov, proyecto de club de barrio; 0. Stapran, A. Subin y A. Drnitrev, planta y vista del proyecto de un club obrero en Mosc.
del alojamiento burgus tradicional (y de la forzada autonoma que otorga al ncleo familiar respecto del cuerpo social), as como de la adhesin a la legislacin sobre la familia en vigor desde el 19. En efecto, la primera fase de la investigacin, hasta el 25, se ha movido sobre todo en torno a una revisin de los modelos burgueses, aunque tampoco hayan faltado, ya desde los aos del comunismo de guerra, precedentes e inicios de innovacin: en 1919, en el programa de convocatoria de un concurso (que luego no llega a efectuarse) para la realizacin de un barrio modelo en las inmediaciones de Mosc, se definen tipos edificativos que indican claramente los nuevos objetivos de la poltica urbanstica, previndose entre los equipamientos pblicos (guarderas, escuelas, salas de reunin y de actividades docentes relacionadas con las exigencias de alfabetizacin, centro comercial, etc. ) incluso lavanderas, baos y cocinas pblicas, para estimular la experimentacin de modelos alternativos de vida asociada; y en el 21, una comisin tcnica encargada de proyectar las nuevas ciu4ades obreras de Kaschirsk, Kiselievsk y Kojuhov, en torno a la central elctrica de Kiselievsk, ya haba puesto a punto proyectos residenciales en los que se prevean dormitorios y servicios comunes. Y precisamente sobre estos puntos se impulsa a fondo el anlisis: de una parte, se estudian las clulas edificativas unif amiljares, y de otra, se buscan nuevas modalidades de agregacin de los alojamientos, sometiendo a discusin, muy particularmente, el papel que corresponde a determinados equipamientos tradicionalmente considerados interiores de la vivienda y que, aunque formen parte en sentido estricto del ciclo residencial, pueden concentrarse en instalaciones de uso colectivo.
En 1925 el Mossoviet convoca un concurso para el estudio de tipos edificativos mejorado~,y al ao siguiente la revista Sovreminnaia Arjitektura~ verifica una encuesta sobre la vivienda obrera a la que sigue despus la convocatoria de un concurso dentro de la propia OSA. A continuacin de estas iniciativas y en relacin con la inminente entrada en funcionamiento del primer plan quinquenal, en 1928 tambin el Stroikom de la RSFSR (Comit para la edificacin, de la Repblica socialista f edera tiva sovitica de Rusia) organiza una seccin de investigacin, bajo la direccin de Ginzburg, para llevar a cabo una serie de estudios sobre la vivienda conforme a criterios de normalizacin planimtrica y tipolgica ( figs. 644-647). Los estudios efectuados por esta seccin del Stroikom parte de la consideracin de un coeficiente de economa como relacin entre superficie til y volumen construido, establecido con base en seis categoras de clulas habitativas: las clulas A y B se basan en el empleo del hueco de escalera al servicio de dos viviendas por planta, las clulas C, D, E y F son servidas mediante enlaces horizontales (galeras o corredores interiores). La clula de tipo A se presenta como una racionalizacin de los tipos corrientes en la edificacin subvencionada sovitica, mediante la compactacin de los bloques de servicio y el establecimiento de dimensiones calculadas con ms precisin para los dems locales; la clula de tipo B introduce la variable de una altura reducida de los locales de servicio (hasta los 2,20 metros), con una ulterior reduccin del volumen y un aumento del coeficiente de economa, que pasa del 7 al 12 por 100; de forma anloga, la clula tipo C es una variante racionalizada de los ejemplos corrientes en galera o corredor, mientras que las clulas de los tipos D y E, para las que se prev un
Figs. 644-651 (en la pgina opuesta). Las investigaciones del Stroikom sobre la residencia: las clulas tipo A, B, E y F ; K. A. Ivanov, F. A. Terejin y P. 1. Smolin, plantas y seccin transversal tipo de una casa-comuna proyectada para su construccin en Leningrado (1928); A. Fufaev, planta y vista de la casa colectiva de la cooperativa Dukstroi, en Mosc (1927).
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recorrido nico de servicio cada dos o cada tres plantas, respectivamente, aseguran mayores mrgenes de economa; la clula tipo F, en fin, utiliza un solo recorrido de servicio para tres plantas, con altura neta de slo 2,25 metros para los corredores, los locales de servicio y una de las alcobas, aprovechando de este modo tres niveles respecto a los dos de los locales de estar y consiguiendo as los mximos coeficientes de economa. A las aportaciones del Stroikom han de aadirse las propuestas formuladas por quienes participan en los concursos de la OSA y los resultados de otras investigaciones anlogas desarrolladas en el mbito universitario. A partir de estas primeras indicaciones, los miembros de la OSA elaboran el principio de la vivienda colectivista, la casa-comuna [ dom-Komuna 1, basndose quiz en ideas ya latentes en parte en las primeras investigaciones de Le Corbusier (immeubles-villas, del 22), con calles interiores o recorridos en galera al servicio de varias plantas, y equipamientos colectivos englobados en el interior del edificio, a la bsqueda de un nuevo equilibrio entre las superficies reducidas al mnimo de las clulas familiares y la amplia dotacin de servicios generales, que favorecen los intercambios sociales y la liberacin de la mujer respecto de sus obligaciones domsticas (figs. 648-649). Entre los tericos del nuevo modo de vida familiar, Larin subraya la idea de una mayor eficacia productiva: colectivizando los servicios, eliminando parte del trabajo domstico, pueden liberarse tiempos y energas individuales susceptibles de aplicarse a la produccin; otros piensan en la casa-comuna en funcin, sobre
todo, del tiempo liberado para el desarrollo de actividades de ocio, colectivas e individuales. Algunos proyectos (hermanos Vesnin, Glosov y otros) son el reflejo de modelos habitativos que dan por totalmente superada la concepcin familiar tradicional, con la colectivizacin de casi todas las funciones domsticas, hasta llegar al estadio supercolectivista de Kuzmin, con clulas individuales de pocos metros cuadrados de extensin para adultos, y dormitorios colectivos para los nios. Una expresin de estas orientaciones ideolgicas es la construccin en 1928-29 del complejo del Narkomfin en el paseo Novinsky de Mosc, proyectado por Ginzburg y Milinis, que puede albergar 195 familias, con un total de ms de mil residentes (figuras 652-657). En el bloque alargado, que emplea pies derechos exentos en la planta baja, fachada libre y huecos al exterior en franjas corridas, las clulas habitativas servidas por un corredor continuo aparecen dotadas todava de cocina individual, pero de modo que las viviendas puedan ser fcilmente transformadas si el caso lo requiere (el edificio se presenta como forma de transicin entre los hbitos sociales heredados del pasado y la comuna residencial perfecta); los servicios comunes (cocina y restaurante de planta) se llevan a los extremos del bloque, mientras que en un cuerpo separado, accesible mediante una comunicacin cubierta desde la primera planta, se concentran los locales colectivos para los servicios ms especializados (gimnasio, guardera, biblioteca).
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* Como es sabido, estas tentativas estn relacionadas con las nuevas investigaciones y el debate referente a la libertad sexual, la familia y el matrimonio, que tienen lugar en los primeros aos postrevolucionarios, por parte de estudiosos como el jurista Hoichbarg y la poltica sovitica Alexandra Kollonti. Cfr. W. Reich: La rivoluzione sessuale, Miln, 1963; y J. Stora-Sander (ed.): Alexandra Kollontai. Marxisme et ruoltrtion sexuelle, Pars, 1973.
El prevalente inters de las investigaciones y realizaciones en este campo por los elementos del alojamiento y por su composicin en unidades de habitacin colectivas (figs. 650-651 y 658-659) deja, en cambio, inexplorada la consecuente valoracin de los resultados al nivel de la organizacin urbana (y, de hecho, las comunas residenciales se proponen indiferentemente incluso en el seno de ordenaciones urbansticas totalmente tsa-
Figs. 652-657. M . Ginzburg, 1. Milinis y S. Projorov, unidad residencial del Narkomfin, en Mosc (192'3): planimetra general, plantas de las clulas de habitacin, una de las fachadas, maqueta de las clulas, vista y perspectiva general.
Figs. 658-661. 1 . Nikoliev, la casa-comuna para los estudiantes del Instituto textil de Mosc (1929); K. Alabian, maqueta de casa-comuna para Erivn, Armenia; M. Barshch y V. Vladimirov, proyecto de casa-comuna para la seccin del Stroikom (Mosc, 1928), planta y axonometra.
dicionales). Una excepcin notable est constituida por el proyecto de casa-comuna elaborado por M. O. Barshch y V. Vladimirov para las oficinas de Stroikom (figs. 660-661). Calculado para 1.680 residentes, con clulas individuales reducidas a nueve metros cuadrados, pero compensadas por una amplia dotacin de locales comunitarios y espacios exteriores equipados, este proyecto se presenta tipolgica y formalmente como un mdulo componible que deja entrever posibilidades de una rica articulacin a nivel urbano (obsrvese, en particular, cmo la supermanzana, casi cuadrada, es atravesada por una vialidad continua que pasa por debajo del bloque ms alto).
La lnea de investigacin sobre mnimos de habitacin y sobre la casa-comuna como elemento de organizacin de la sociedad socialista -que en muchos aspectos ha llevado a los arquitectos soviticos a una posicin ms avanzada respecto a cuanto se va elaborando contemporneamente en los pases centroeuropeosse agota sbitamente alrededor de 1930, ya sea como consecuencia de un replanteamiento interno del propio grupo de la OSA, o bien como resultado de la intervencin en el tema de la direccin del partido comunista. El primer nmero del ao 1930 de la revista de la OSA sale a la calle conteniendo una violenta crtica contra la casa-comuna, definida como casa de ve-
cindad obrera modernizada '; el mismo ao se hace pblica una resolucin del Comit central del partido condenando sin medias tintas el utopismo abstracto de los idelogos como Sabsvich y Larin, causa de descrdito para la idea misma del modo de vida socialista lo.
Ahora estamos desilusionados a propsito de esta denominada "comuna" que priva al obrero del espacio habitual a que tiene derecho para transformarlo en corredores y pasajes cubiertos. La "comuna-mentira" que tan slo permite al obrero dormir en su alojamiento. La "comuna-mentira" que reduce el espacio vital y el confort (que obliga a hacer cola en los lavabos, en el W. C., en los vestidores, en el comedor) comienza a suscitar la inquietud de las masas trabajadoras. Cfr. el editorial publicado en Sovreminnaia Arjitektura, 1930, nm. 1-2, reproducido en P. Ceccarelli (ed.): La costruzione della citt2 seviitica 1929-31, Padua, 1970, pg. 60. lo El Comit central, en su resolucin del 16 de mayo de 1930, se expresa as: [. . . ] paralelamente al movimiento en favor de un modo de vida socialista, algunos camaradas (Sabsvich, Larin) han lievado a cabo tentativas extremistas, carentes de fundamento, semi-fantsticas y, por ello, extremadamente perjudiciales, a fin de superar "de un solo salto" los obstculos que surgen en el camino de la transformacin del modo de vida en sentido socialista: obstculos que tienen sus races, de un lado, en el retraso econmico y cultural del pas, y de otro, en la necesidad, en las condiciones actuales, de consagrar la parte esencial de los recursos disponibles a la industrializacin acelerada del pas: nico medio de constituir las bases necesarias para conseguir una transformacin radical del modo de vida. Y a tales tentativas por parte de ciertos militantes, que esconden su oportunismo bajo una "fraseologa de izquierdas", van unidos los proyectos que en estos ltimos tiempos han aparecido en los medios de difusin [...] que prevh la realizacin inmediata y la transformacin en servicios pblicos de todo lo que constituye el modo de vida de los trabajadores: alimentacin, alojamiento, educacin de los nios, separndolos de sus progenitores, supresin de los hbitos y del modo de vida familiar, prohibicin autoritaria de la preparacin en familia de las comidas, etc. La realizacin de estas concesiones peligrosas y utpicas, que no tienen en cuenta ni los recursos materiales con que cuenta el pas, ni el grado de preparacin de la poblacin, llevara a gastos extraordinariamente elevados y a un profundo descrdito de la misma idea de transformacin del modo de vida en sentido socialista. Del peridico Pravda de 29 de mayo de 1930, reproducido en P. Ceccarelli, op. cit., pgs. 149-50.
Hasta el 28 la prctica urbanstica ha afectado tan slo a la reconstruccin y ampliacin de las ciudades existentes, midiante la aplicacin de modelos susceptibles de ser reconducidos a la orientacin de la ciudadjardn. Ha faltado una relacin estrecha entre las investigaciones de vanguardia y los problemas concretos de organizacin de la ciudad, con independencia del posible impacto de las arquitecturas aisladas, y aparte de alguna excepcin, como pueden ser la presencia de Mlnikov en el concurso de 192223 para el proyecto de dos barriadas de Mosc (Simonovsky y de la calle Serpujvskaia), con un proyecto futurista que por otra parte pone de manifiesto la distancia a que se est con respecto a los resultados alcanzados en esos mismos aos en cuanto al lenguaje de las artes figurativas libres (figura 662); o las elaboraciones de El Lissitzky para la ordenacin a lo largo del primer anillo de circunvalacin de Mosc de una serie de rascacielos, del 23 al 26 (figs. 663665), propuesta a la que no puede negarse su capacidad de formulacin de un principio organizativo e interpretativo de la estructura de la capital, traducindolo en imgenes sugestivas, pero que por ahora no pasan de constituir un episodio aislado. Las gigantescas inversiones programadas por el GOSPLAN para la industrializacin del pas, y en particular para la urbanizacin de las regiones orientales mediante una red de infraestructuras y de asentamientos, exigen una aplicacin ms rigurosa de los arquitectos a la resolucin de los problemas de la organizacin urbana y territorial. La constitucin de la ARU (Asociacin de los arquitectos urbanistas) como filial de la ASNOVA, que tiene lugar el ao 28, es fiel reflejo precisamente de tal exigencia y supone al propio tiempo una clara indicacin de la predisposicin de las autoridades polticas en igual sentido. De aqu derivan una serie de contribuciones experimentales, nacidas predominantemente en el seno del Vju-
Figs. 662-667. K. Mlnikov, proyecto presentado al concurso para la barriada de la calle Serpujvskaia de Mosc (1922-23); El Lissitzky, proyecto de rascacielos (1923-26), ubicacin en Mosc a lo largo del anillo de los boulevards interiores, y ambientacin en la puerta Niktskaia; N. Ladovsky, proyecto para el ncleo de Kostino (1929); V. Lavrov, proyecto de ciudad socialista (1928).
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Figs. 668-671. Las propuestas de los disurbanistas: M. Barshch y M. Ginzburg, el plan de reconstruccin Mosc-ciudad verde (1930), esquema territorial general, parte del sistema viario y del sistema de alojamientos individuales, detalle del acoplamiento entre sistema de viales y residencias, elementos residenciales. Figs. 672 y 673. Esquema general de los servicios de un sector de la ciudad lineal segn las tesis de los disurbanistas, y sector tpico de un tramo de territorio.
temas, en las que se transparenta la voluntad de quemar etapas en ].a investigacin, recuperando el terreno perdido y asimilando en parte los presupuestos de que parten las investigaciones centroeuropeas, para orientarlos seguidamente en funcin de las exigencias de un modelo de ciudad socialista. La toma de conciencia de una casustica concreta en las pruebas de laboratorio desarrolladas sobre los elementos constitutivos de la ciudad no cambia la cualidad de los resultados obtenidos, que apuntan hacia una dinmica contraposicin planimtrica y volumtrica de formas, funciones y tipos edificativos concebidos para provocar la implicacin del usuario, para identificarlo con el empeo de edificacin de la nueva sociedad (figs. 666-
sobre la distancia) ". En las diferencias que se manifiestan en el interior del grupo, algunos de los constructivistas, como Sabsvich y Vesnin (los urbanists\s), piensan en partir de una desagregacin de las ciudades existentes sobre la base de los elementos fundamentales del sistema de vida colectivizada (la
l1 Afirma Sabsvich: Debemos dejar de proyectar grandes ampliaciones de las ciudades existentes [...]. Debemos elaborar inmediatamente planes que no se refieran a la futura expansin, sino a la descentralizacin de nuestras ciudades. Ciertamente, todos estos problemas son difciles. La economa del pasado nos arrastra por el camino de la localizacin de los establecimientos industriales y del desarrollo urbano seguido por el capitalismo. Este camino, para quien no mira ms all de sus narices, parece el ms idneo y el ms econmico [ ...] , pero lo que desde el punto de vista de la economa privada parece ser ms conveniente, en un ltimo anlisis, desde el punto de vista de la economa colectivizada, resulta ser lo menos conveniente. Todo proceso de desarrollo tiene su propia lgica implacable, y por ende, tambin la tiene el desarrollo de las ciudades conforme a la concepcin capitalista, desarrollo que hasta hoy hemos seguido tambin nosotros y que incluso nos empuja en esa direccin para el futuro. Debemos rechazar este criterio, destruir las ligaduras que nos atan a l y contraponerle la edificacin planificada de los nuevos centros urbanos de tipo socialista C...]. El esquema de descentralizacin de la gran ciudad contempornea puede considerarse en trminos de gradual organizacin en torno a ella -conforme a un plan preestablecido y sobre un territorio de 30-50 kilmetros de radio- de nuevos centros habitados de concepcin socialista, en los que deben construirse tambin nuevas plantas industriales, que hoy aparecen ligadas de una u otra forma a las grandes ciudades existentes. Estos centros socialistas deben ser tambin el centro organizativo de grandes establecimientos agrcolas, creados mediante la colectivizacin de las explotaciones campesinas circundantes, y deben constituir, en fin, el lugar de trabajo para los obreros de esos grandes establecimientos agrcolas. Estos nuevos asentamientos deben tambin irse convirtiendo gradualmente en centros culturales: en ellos han de construirse, efectivamente, esos nuevos institutos culturales cuya localizacin se proyecta hoy en las ciudades existentes. A ellos pueden irse transfiriendo tambin paulatinamente los organismos administrativos (entre ellos las sedes centrales) que actualmente se concentran en nuestras grandes ciudades. L. M. Sabsvich: Il problema della citta, en P. Ceccarelli: La costruzione della cittd sovi& tica, cit.
667).
No obstante, la direccin ms innovadora y radical del urbanismo sovitico de los aos situados en torno a 1930 hay que referirla a los grupos constructivistas-productivistas de la OSA, cuyo campo de intereses se aparta sbitamente de la investigacin sobre el nuevo modo de vida a travs de la vivienda, para orientarse hacia la definicin de estructuras territoriales adecuadas a los principios de la sociedad socialista: un sector en el que son bien explcitas las indicaciones crticas y las propuestas contenidas en una parte de los textos clsicos del marxismo. En el mismo nmero de la revista de la OSA en que aparecen las crticas a la casa-comuna se enuncian tambin los principios fundamentales de la nueva ciudad socialista; tomando al pie de la letra las tesis engelsianas del Anti-Dhring, en las que se pronostica -con la eliminacin del modo de produccin capitalista- el fin inevitable de la oposicin entre ciudad y campo, se rechaza la concentracin tradicional de los centros urbanos, para propugnar una nueva distribucin de las personas y las actividades en el territorio, por sistemas equilibrados, dispuestos sobre elementos de articulacin y servicio, enlazados con la produccin y alimentados por sistemas de transporte capaces de asegurar un alto grado de movilidad entre las diversas partes (la victoria
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fbrica-cocina, los equipamientos colectivos, las comunas); en cambio, los denominados disurbanistas (Ojitovich, Ginzburg, Barshch, Pasternak, Vegman, Sokolov, Vladimirov) propugnan una alternativa bastante ms radical respecto de la ciudad existente, considerada irrecuperable como forma capitalista de asentamiento, llamada a ser sustituida por estructuras de asentamiento en forma de cintas. Segn Ojitovich, el terico ms importante del movimiento, los trazados de distribucin de la energa elctrica en las nuevas regiones deben ser los canales a lo largo de los cuales puede moverse y avanzar la colonizacin territorial. Esta es la ocasin para crear un nuevo tipo de ciudad que evite al mismo tiempo la aglomeracin concentrada y la dispersin o el aislamiento del ncleo habitado en el campo. La residencia, aun siguiendo basada en la clula mnima y dependiente de la organizacin colectiva de los servicios, puede distribuirse a lo largo de los ejes de los sistemas de transporte mecanizado, en unidades ms pequeas y repetidas (los disurbanistas no son necesariamente defensores del edificio unifamiliar; en muchos de sus proyectos se manifiesta ms bien una tendencia al empleo de tipologas diversas). Entre los proyectos ms importantes nacidos de esta visin ideolgica pueden citarse los planes para Magnitogorsk y para Mosc ciudad verde, que constituyen justamente dos casos caractersticos de aplicacin de criterios propios del disurbanismo a una ciudad de nueva creacin y a un gran centro ya existente, respectivamente. Al delinear en 1929 el plan para la reconstruccin socialista de Mosc (figs. 668671), Ginzburg y Barshch parten de un anlisis de las tendencias manifiestas en la capital, habitada ya por dos millones de personas, afectada por enormes problemas de organizacin urbanstica y que sufre una grave crisis de viviendas, al borde de una crisis funcional para el previsible caso de un aumento de la poblacin y de una difusin mayor del medio de transporte privado. Ante
la perspectiva de las ingentes inversiones necesarias para corregir una situacin tan comprometida y destinada a agravarse, los dos arquitectos consideran ms oportuna la gradual descentralizacin de las actividades productivas y de la poblacin, que deben redistribuirse siguiendo ejes territoriales equipados, mientras que el centro de la ciudad podr conservarse como parque-museo dotado de equipamientos de tipo cultural y administrativo. El programa, aunque muy sugestivo, tiene para sus mismos autores, no obstante, mero valor demostrativo 12, y en realidad no difiere de otras ejemplificaciones anlogas provinientes del grupo de los disurbanistas, estudiadas sin referencia directa a contextos territoriales identificables (figuras 672-673). La ciudad de Magnitogorsk, programada como uno de los objetivos ms importantes del primer plan quinquenal en relacin con las previsiones de explotacin de los grandes yacimientos de hierro de los Urales, cons'2 Barshch y Ginzburg, en su Memoria, afirman: En este momento nos vemos obligados a utilizar la superficie de las construcciones ya existentes, pero no debemos invertir el ms mnimo capital en las actuales estructuras de Mosc, limitndonos a esperar pacientemente el agiotaje natural de los viejos edificios, el transcurso del perodo de amortizacin, tras el cual se derribarn casas y barrios. Este es el proceso indoloro de saneamiento de la ciudad de Mosc. Dejaremos intactas, pero prestndoles especial atencin, las partes ms antiguas y caractersticas de la ciudad vieja: el Kremlin; porciones limitadas del Mosc cortesano, con las callejuelas y los palacetes del Arbat y la parte de Prechistenka; las zonas comerciales del Zarjad, de la Zamoskvrieschia, del mercado de Mjasnitskaia y la zona obrera de la Krsnaia Prsnia. Todo lo dems debe ser sistemticamente transformado en un gran parque, en el que se dispersarn los pocos organismos administrativos restantes, los institutos cientficos y las escuelas superiores al servicio de la poblacin de Mosc, las salas de conciertos, los estadios, las piscinas, los zoolgicos, los jardines botnicos, los invernaderos y los hoteles destinados a los turistas. M. Barshch y M. Ginzburg: La Cittd Verde. La ricostruzione socialista di Mosca, en asovreminnaia Arjitektura, 1930, nm. 1-2; reproducido en P. Ceccarelii, op. cit., pgs. 189 y siguientes.
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Figs. 674-677. M. Barshch, V. Vladimirov, O. Ojitovich y N. Sokolov, propuesta d e plan para Magnitogorsk, 1930: planteamiento general, esquema de los asentamientos residenciales, los elementos stndard de la vivienda y detalle de la zona central con la terminal ferroviaria. Figs. 678 y 679. La propuesta d e la OSA: esquema general del plan y planta de la zona residencial.
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Figs. 680-685. Los estudios de N. M. Miliutin: esquema del plan para Magnitogorsk (1. Ferrocarril; 2. Industria; 3. Zona verde; 4. Residencia; 5. Hospital; 6. Direccin del viento dominante) y propuesta de Miliutin (1. Ferrocarril; 2. Industria; 3. Zona verde; 4. Arteria de trfico; 5. Residencia; 6. Parque; 7. Ro Ural; 8. Ro Volga; 9. Direccin del viento dominante; 10. Centro cvico); plan de las fbricas de tractores de Stalingrado (1. Residencia; 2. Zona verde; 3. Industria; 4. Ferrocarril; 5. Ro Volga; 6. Parque) y esquema reorganizado conforme al funcionamiento en lnea (1. Residencia; 2. Zona verde; 3. Industria; 4. Ferrocarril; 5 . Ro Volga; 6. Direccin del viento dominante); esquema de las instalaciones de la fbrica de automviles de Nizegorod (1. Industria; 2. Residencia; 3 . Parque; 4. Ro Oka)y propuesta para una reorganizacin en lnea (1. Residencia; 2. Industria; 3. Parque; 4. Zona verde; 5. Ro Oka).
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los ejes de transporte y a veces una enrarecida enucleacin de polos nodales con soluciones de un formalismo injustificado; la relacin entre residencia y trabajo no recibe respuestas convincentes, y queda difuminada, de manera imprecisa, tras la fcil mitificacin de la movilidad, de la victoria sobre la distancia; pero todava se profundiza menos en la relacin entre ciudad y campo, enunciada en trminos voluntaristas y asumida tan slo emblemticamente por la propuesta espacial. En otro plano de enjuiciamiento, en relacin con la situacin econmica de la Unin Sovitica en los aos treinta, todava resulta ms evidente la abstraccin de las propuestas disurbanistas con respecto a las problemticas reales de la poca. Como se ha visto, las condiciones econmicas de la URSS han requerido, desde el comienzo de la recuperacin de la inmediata posguerra, la masiva utilizacin de las ciudades heredadas del zarismo, como precioso e indispensable patrimonio de capital fijo, aunque en parte, ciertamente, anticuado y costoso; mientras que, en orden a la construccin de nuevos centros o a la ampliacin de los centros existentes, las limitaciones econmicas se hacen todava ms acuciantes, una vez hecha la eleccin en favor de la prioritaria concentracin de las inversiones en los sectores de la industria pesada. La opcin en favor de la industrializacin-urbanizacin garantiza, a igualdad de capital empleado, ndices ms altos de productividad y costes inferiores; la movilidad de la fuerza de trabajo es un elemento esencial dentro del ciclo productivo, es decir, la movilidad entre los diversos sectores y sobre todo desde la empresa agrcola a la fbrica, y no por cierto, como piensan los disurbanistas, entendida como ubicuidad, como superacin de la distancia o como oscilacin pendular. Dadas estas premisas, resulta inevitable la reiterada acusacin de ideologismo que se imputa a los disurbanistas por el aparato oficial de un partido que va imponiendo, cada vez ms, su propia funcin de nico garante
del proceso de avance hacia el socialismo y, por tanto, de la naturaleza socialista de la ciudad sovitica; aunque tambin cabe reconocer que las tesis disurbanistas son deformadas artificiosamente para poderlas anular ms fcilmente sin que dejen residuos, suprimiendo incluso los aspectos correspondientes al debate sobre las tcnicas y las formas ms apropiadas de organizacin territorial. Y, en efecto, esta ltima llamarada ideolgica de la vanguardia, esta frontera extrema ( o ltimo refugio) de la prefiguracin de la realidad, acaba convirtindose en expresin de una contestacin de la poltica oficial del partido y que en trminos ms generales suena como crtica -con sus propias parbolas alternativas respecto de la organizacin espacial existente y la prctica urbanstica oficial- a la falta de solucin, en trminos innovadores, de los problemas de la nueva sociedad socialista. En este sentido, la clausura autoritaria del debate d e c r e t a d a implcitamente en un primer momento por la resolucin del 15 de junio de 1931 del Pleno del Comit central del partido sobre la economa urbana de la ciudad de Mosc y de los dems centros de la URSS, y reiterada despus en declaraciones autorizadas de los miembros ms influyentes del partido 15es parte de una actitud ms general, referida a los estudios sobre el nuevo modo de vida y, ms tarde, como se ver en las pginas siguientes, a las posiciones de los arquil3 Vase la crtica destructiva de Kaganvich en un libro publicado el ao 32 en Francia: Nuestras ciudades han desempeado un papel particularmente revolucionario: han llevado a las grandes masas campesinas a la grandiosa lucha histrica contra el capitalismo. Este papel ha sido desempeado por las grandes ciudades y, en primer trmino, por Leningrado y Mosc. Esta es la razn de que las charlataneras sobre el redimensionamiento o la liquidacin de estos centros no merezcan ni la ms mnima atencin [...] (El disurbanismo) es una solemne tontera. L. M. Kaganvich: L'urbanisme souitique, Pars, 1932, pg. 112. Cfr., a este propsito, adems de las obras ya citadas,, F. Da1 Co: 11 non problema della cittd socialista, en Contrapiano, nm. 3, 1970.
Figs. 686 y 687. E. Mendelsohn, fbrica textil Krsnoie Znamia de Leningrado (1925); Le Corbusier, el Centrosoys de Mosc (1929).
Figs. 688 y 689. Equipo de E. May, Standardgorproiekt, estudios de Kvartali para Makiievka (1932); esquema de organizacin de la ciudad sovitica.
tectos europeos que operan en Rusia y al papel expresivo y formativo que se atribuye a la arquitectura.
d)
LA CONTRIBUCI~N DE
EUROPEOS
LOS ARQUITECTOS
Otra componente, la presencia de arquitectos europeos en la URSS, se inserta tambin, en torno a 1930, en el conflicto que opone entre s a las ideologas urbansticas de la vanguardia sovitica y al poder econmico-poltico. La actividad de los arquitectos occidentales en Rusia data en realidad de mediados de la dcada de los aos veinte, a partir del tratado ruso-alemn de 1925: en
este ao Mendelsohn proyecta la fbrica textil de Krsnoie Znamia, en Leningrado (figura 686)) el 28 Le Corbusier recibe el encargo de proyectar el Centrosoys de Mosc, cuyo diseo entrega al ao siguiente (figura 687). La revolucin socialista, como se ha dicho, haba engendrado grandes esperanzas entre los intelectuales de Occidente, en medio de las contradicciones que se entretejen, en los aos de la inmediata posguerra, entre lucha poltica y trabajo de la vanguardia; lo que explica tambiin, ms tarde, la participacin en concursos, las visitas y la intensificacin de los intercambios culturales. Sin embargo, lo que ocurre en 1930, con el reclutamiento de arquitectos europeos
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para acelerar la realizacin del programa de industrializacin-urbanizacin del primer plan quinquenal, es un hecho que trasciende de las meras iniciativas episdicas y personalistas de los aos precedentes; entre los casi 150 tcnicos que llegan de la Europa occidental, los alemanes forman el contingente ms numeroso, con un grupo de veinte personas encabezado por Ernst May (W. Hebebrand, M. Stam y otros), con Martin Wagner, Hannes Meyer, Bruno Taut y G. Hassenpflug . Por parte del gobierno sovitic0 se deja sentir indudablemente la necesidad de cubrir una falta real de personal especializado y la conviccin de poder aprovechar as -a los fines de conseguir una mayor economa de tiempos de proyecto y de costes de ejecucin- unos mtodos ya comprobados (sin dispersin de esfuerzos), capaces de traducir en los trminos espaciales propios del capitalismo avanzado el programa de infraestructuras territoriales que resultan necesarias para conseguir un desarrollo basado en la eficiencia productiva de la gran industria en los territorios vrgenes de las regiones orientales; pero probablemente concurre tambin la intencin de contraponer a las evanescentes fantasas de los urbanistas soviticos la concrecin de una experiencia madurada en un decenio de resultados palpables, cortando de este modo un debate que se considera inconsistente e improductivo, adems de peligroso. Por su parte, May y sus colaboradores aceptan con entusiasmo esta proyeccin de su actividad hacia una tierra extranjera, en la certidumbre de poder aplicar en ella los resultados de las investigaciones urbansticas en marcha, al margen de las contradicciones y de los compromisos propios del sistema capitalista. Es el momento en q w la crisis econmica se abate sobre la Europa occidental (y sobre todo en el caso de Alemania, donde la situacin poltica se oscurece ms cada da que pasa), y las oportunidades de trabajo profesional se hacen precarias y escasamente satisfactorias; se piensa que quiz pueda restablecerse la continuidad de las
experiencias acometidas reanudndolas en un pas que, a travs de la planificacin econmica y territorial, va haciendo frente a la gigantesca tarea de dar vida dentro de sus fronteras al modelo socialista. En tal situacin resulta inevitable que, a pesar del esfuerzo por aproximarse a la realidad econmica sovitica y al dato productivo como base obligada de la construccin de la ciudad socialista (muchos, como May, advierten, por ejemplo, la subordinacin de la edificacin residencial a la fbrica, y tienen una nocin bastante clara de su cometido meramente tcnico de ejecutores del plan), se verifique una superposicin abiertamente ideolgica de orientaciones y soluciones sobre una realidad poltica y econmica en gestacin no suficientemente preparada para acogerlas; que se tienda, en particular, a identificar tout court con el mandato econmico ese orden positivo del espacio geomtrico y armnico, escandido por series jerrquicas y elementos tipificados, que constituye el patrimonio ms consistente de las investigaciones efectuadas en la propia patria. Reunidos en equipos de proyecto junto con los arquitectos soviticos pertenecientes a los institutos estatales de planificacin de Mosc, o presentes directamente en los lugares de ejecucin de las obras, los arquitectos occidentales colaboran en la preparacin de los planes correspondientes a decenas de ciudades (solamente May, con su equipo, es encargado de la transformacin de 30 centros urbanos y de la elaboracin de planes para ms de 60 ciudades nuevas, entre las que se cuenta Magnitogorsk), estudian proyectos stndard para tipologas residenciales colectivas y para equipamientos sociales, y contribuyen a poner a punto el mtodo de organizacin de la ciudad por kvartali y mikroraioni que luego quedar ratificado como procedimiento corriente de planeamiento urbano l6 (figs. 688-689).
l6 Cfr. la obra contempornea de R. Wolters: Spezialist in Sibevien, Berln, 1933.
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Los contrastes de los proyectistas occidentales con la burocracia sovitica -que examinaremos sobre el fondo del debate general sobre la arquitectura y el urbanismo, que va exasperndose progresivamente y prepara un giro decisivo y sin apelacin posible- parecen madurar en las resistencias opuestas al compromiso repetido de las propias concepciones sobre la calidad y la economa del espacio, en la falta de realismo y de predisposicin a englobar en el plan las contradicciones de la realidad, los retrasos, los desajustes, el criterio soberano de la productividad: a un May, por ejemplo, le resulta difcil poder aceptar que los barracones obreros de Magnitogorsk, que impiden la ejecucin de las composiciones ordenadas de su proyecto y la normalizacin de los tipos edificativos, subsistan en la situacin en que acta el nico existen2 m i ~ i m u m posible. En una segunda fase van a ser objeto de ataques y censuras precisamente los aspectos de simplificacin extrema del lenguaje, la unificacin de los stndards y las escansiones repetitivas de los espacios; y esta actitud corresponde a una fase de evolucin, dentro de la praxis del plan econmico y poltico del partido, del significado mismo de la nueva ciudad socialista, que ya no se contempla solamente -como era el caso en el momento del despegue productivo- como una funcin variable de la fbrica, como apndice de sta sin identidad propia, sino como expresin destacada de la cultura sovitica, como plenitud de las manifestaciones institucionales de la vida socialista. Cuando A. Mostakov, en 1937, escribiendo en una revista de arquitectura, coloca en cabeza de su artculo el ttulo El y innoble legado del arquitecto Ernst May para entonces hace ya tres aos que May ha abandonado la Unin Sovitica-, no est tratando de buscar una cabeza de turco, sino
que pretende, sobre todo, imponer y reforzar, incluso al nivel del planeamiento urbano, las directrices oficiales del partido ya aceptadas y convalidadas en cuanto respecta a las expresiones de la arquitectura.
e) LA
CONDENA
DE LAS EXPERIENCIAS
DE
LA VANGUARDIA Y LA E L E C C I ~ N DE LA
A comienzos de los aos treinta se asiste a un reflujo rpido -y pronto a la desaparicin total- de los movimientos de vanguardia en todos los campos, desde la literatura a las artes plsticas y el urbanismo. La resolucin de 1930 del Comit central del partido condena ya, de hecho, como utpica y reaccionaria, la actuacin en favor de la transformacin del cuadro ambiental tradicional, que se remite a un tiempo indeterminado. En 1932, por decisin poltica de la cspide del poder, son unificadas las asociaciones literarias y artsticas; como resultado de la fusin de las distintas organizaciones de arquitectos se forma la Unin de Arquitectos de la URSS, en la que durante algn tiempo se mantienen, aunque atenuadas, tendencias diversas, si bien el predominio corresponde a los academicistas ( Iofan, Joltovsky , Gelfreich, Rudner ). El acontecimiento que ms que cualquier otro identifica, tanto dentro como fuera de la URSS, el decidido cambio de orientacin que se produce a partir de 1930 es el concurso para la construccin del nuevo Palacio de los Soviets de Mosc, convocado en 1932 (figs. 690-695), para el que se requiere explcitamente a los concursantes que la monumentalidad, la simplicidad, la integridad y la elegancia de la concepcin arquitectnica reflejan cumplidamente la grandeza y la su-
Figs. 690-697 (en la pagina opuesta). El concurso para el Palacio de los Soviets de Mosc (1923): el proyecto de M. Ginzburg, fotografa de la maqueta y planta; una perspectiva de la propuesta de J. B. Van Loghem; proyecto del equipo de la ASNOVA; proyecto de J. Zoltovski y proyecto de B. Iofan; la versin definitiva del proyecto de Iofan, vista y seccin transversal del edificio.
Figs. 698-704. El retorno de la arquitectura tradicional en la URSS: B. M. Iofan, pabelln sovitico en la Exposicin interna,cional de Pars (1937); A. V. Schsev, el Mausoleo de Lenin en la Plaza Roja de Mosc (1929) y el Instituto Marx-Engels-Lenin en Tiflis (1938); K. S. Alabian y V. N. Simbirtzev, planta y vista del teatro del Ejrcito Rojo, en Mosc (1940); casa de apartamentos en Tbilisi, Georgia, 1. S. Kusnetsov, sanatorio del Comisariado de la industria pesada en Sochi, en el Cucaso.
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blimidad de la construccin sovitica 17. Participan 160 concursantes, 136 soviticos (entre los que se cuentan los equipos de la ARU, de la ASNOVA, de la SASS, de la VOPRA, adems de arquitectos muy conocidos como Schsev y Ladovsky) y 24 extranjeros (entre ellos, Gropius, Le Corbusier, Perret, Mendelsohn y Poelzig; figs. 354358). El jurado dedica sus mayores alabanzas a B. M. Iofan, un arquitecto que milita en la VOPRA, al americano H . O. Hamilton y a N. B. Zoltovsky, destacando tambin el proyecto de Le Corbusier, que sita al mismo nivel que el del acadmico italiano Brasini; pero en la prctica la resolucin definitiva se remite a un ulterior concurso de segundo grado, que se celebra el ao 33, reservado a doce de los partcipes en el concurso anterior. En mayo del 33 es seleccionado el proyecto de Iofan como base para una reelaboracin ejecutiva ( figs. 696-697), en la que el autor contar con la colaboracin de los arquitectos Schuk y Gelfreich. Considerado en su primera versin del propio Iofan -que se nos presenta como una reelaboracin en clave monumental de elementos clasicistas y de la tradicin constructivista, no carente, sin embargo, de inters-, el proyecto triunfador constituye un repliegue clamoroso hacia la lnea del monumentalismo acadmico: se trata de un edificio colosal en forma de pirmide escalonada, que sirve de soporte a una estatua de Lenin que se eleva hasta casi los 420 metros de altura '". Siguiendo las huellas de este xito, mientras la realizacin del Palacio de los Soviets marca la transicin lg, Iofan, convertido en abanderado de las nuevas orienl7 A. Voyce: Russian Architecture, Nueva York, 1948, pg. 146.
taciones oficiales de la arquitectura stalinista, es autor tambin del pabelln sovitico en la Exposicin internacional de Pars del 37 (figura 698), caracterizado por un enftico dinamismo de terrazas sucesivas, que llevan hasta un gigantesco grupo escultrico (formado por un obrero y una koljosiana que avanzan blandiendo una hoz y un martillo, smbolo de la impetuosa emancipacin del pueblo): los veinte aos de la toma del poder por los Soviets se celebran mediante esta estructura monumental que refleja muy bien, en comparacin con el pabelln de Mlnikov realizado en Pars doce aos antes, los cambios acaecidos en la situacin interna de la URSS. Iofan, en colaboracin con Alabian, es autor tambin del pabelln realizado en la Exposicin internacional de Nueva York del 39. Junto a Iofan, cabe recordar tambin a Zoltovsky, quiz el ms culto de los arquitectos academicistas, autor, entre otras obras, del edificio palladiano de apartamentos de la calle Moskvskaia, del 34; y sobre todo a Schsev, autor en los aos veinte del mausoleo de Lenin, una obra sobria y feliz, compuesta de masas simplificadas, y que despus se inclina por falseamientos estilsticos cada vez ms pesados, en los edificios para el Comisariado de Agricultura (1933), en el Hotel Mosc (1935 y en el Instituto MarxEngels-Lenin de Tiflis (1938), por el que obtiene en el 41 el premio Stalin (figs. 699700). Los resultados del concurso para el Palacio de los Soviets marcan, de todos modos, la fecha de inicio del predominio, prcticamente indiscutido, de los arquitectos acadmicos (figs. 701-704), que en el decenio precedente se haban mantenido siempre cuidadosamente alejados de las polmicas artsticas, dispuestos al compromiso y hasta dispuestos a corregir los excesos de su propia formacin clasicista. El ao 34 se crea la Academia Sovitica de Arquitectura, mientras se denuncia a las vanguardias como supervivencia cultural e ideolgica del pasado
Un comentario significativo es el de M. Piacentini: Un grande avvenimento auchitettonico in Russia: il palarro dei Soviet di Mosca, en Architettura, marzo de 1934. lg La construccin del Palacio de los Soviets quedar despus interrumpida por efecto de las acontecimientos blicos, terminando por ser abandonada. En la posguerra, sobre los cimientos del enorme complejo, se construir una gran piscina al aire libre.
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burgus, tachndose de formalismo reaccionario a cuanto guarda relacin con las investigaciones del constructivismo y con las aportaciones de la arquitectura europea; se indica la inspiracin clsica como la versin ms pertinente, en el campo de la arquitectura, del realismo socialista que debe orientar toda la produccin artstica, conforme a una afirmacin que luego ser proclamada oficialmente en el primer congreso de los arquitectos soviticos celebrado en el ao 1937m. Las razones de un rechazo tan claro de toda experiencia de investigacin y, por el contrario, de una orientacin oficial tan unvoca y terminante, son ciertamente complejas. No falta, probablemente, en las autoridades soviticas, la preocupacin por la evidencia del retraso tecnolgico y por la impreparacin del personal tcnico y de los cuadros intermedios, circunstancias que hacen incompatibles con la realidad tcnicoeconmica a gran parte de las formulaciones ms avanzadas; y existen tambin, sin duda, opciones econmicas ahora maduras que no permiten emplear energas y capitales en una larga investigacin de base en funcin del producto residencial y del cuadro de vida en su conjunto, que es hacia donde precisamente se orientan predominantemente las propuestas de la vanguardia. Pero estas carencias objetivas tan slo en parte sirven para explicar el fracaso y la sbita supresin de la investigacin, as como el clima de restauracin que se crea a continuacin; es preciso considerar tambin, como factor determinante, la presencia de una direccin poltica centrada en torno a la persona de Stalin, tendente a la realizacin efectiva de una monoltica dictadura del proletariado, que no puede por menos de considerar peligrosas las dispersiones, las incertidumbres. los brotes de maximalismo extremo y las fracturas difcilmente soldables de la dialctica cultural que se despliega en el seno de
20 Cfr. S. Breines: First Congress o f Soviet Architects, en Architectural Record, octubre de 1937.
las asociaciones profesionales, con su pretensin, por parte de cada una de ellas, de ser la intrprete elegida y exclusiva del modelo futuro de la sociedad socialista. Por otra parte, si bien este debate ha tendido a desarrollarse siempre lejos de las masas y al margen del trabajo productivo, lo cierto es que sus resultados concretos, susceptibles de verificacin en la produccin de la arquitectura, pueden comprometer la relacin misma del partido con una base culturalmente impreparada. Por el contrario, las expresiones de la arquitectura pueden hacerse orgnicamente adecuadas a los objetivos polticos de conjunto del plan; y antes que negar la superestructura de las formas, lo que se hace es invertir su significado, subordinndola funcionalmente a la gestin del sistema econmico, como factor de control de la clase obrera y de todo el cuerpo social. Ms all de toda justificacin oficial aducida para valorizar las opciones acadmicas 21, el realismo se identifica con la arquitectura tradicional clsica o popular, porque sta es capaz de adaptarse a los hbitos, a las emociones y a los sentimientos de las masas: es el vehculo ms adecuado de la comunicacin institucional, de la mediacin entre clase y partido, de la evocacin de la conciencia
ES verdad, si nos atenemos a las palabras de Lunacharsky (ya comisario sovitico para Educacin), que aquellas democracias [las de la Grecia clsica] se basaban en la esclavitud, a pesar de lo cual merecan la favorable consideracin de Marx por la libertad y las pluriformes realizaciones que permitan a los ciudadanos de las repblicas en cuestin. Lunacharsky considera a fondo las numerosas razones de la imposibilidad e incongruencia de un trasplante ntegro de las formas arquitectnicas helenas a la URSS. No olvida las respectivas diferencias de clima, las diferencias de dimensiones de los Estados, la diversidad de las respectivas exigencias y de la escala de las edificaciones; y tampoco pasa por alto las diferencias en cuanto a mtodos constructivos y en cuanto a caractersticas de los materiales, aunque de todos modos encuentra en aquella "cuna de la civilizacin y del arte" muchos elementos valiosos, capaces de inspirar y servir de orientacin al desarrollo de la a~quitectura en Rusia. A. Voyce, op. cit., pg. 149.
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frente a los valores, de la participacin y de la superacin ideolgica de las relaciones materiales de produccin, ratificado por el uso y por la disponibilidad de signos conocidos y prestigiosos, en otro tiempo monopolizados por las clases dominantes ".
El rgimen zarista y la guerra civil dejan a las ciudades de Rusia en condiciones muy precarias. Al nivel de retraso existente en Mosc y en el resto de las ciudades antes de la insurreccin (falta total o parcial de alcantarillado, de suministro de agua, de iluminacin, de aceras, de adoquinado en las calzadas, etc., adems de la insuficiencia de equipamientos sociales) se aaden despus las destrucciones y los saqueos sufridos. En los aos del comunismo de guerra la actividad administrativa se desenvuelve en condiciones de emergencia, pero despus la radical mutacin del sistema poltico y econmico hace posible la aprobacin de una serie de leyes y medidas que, tanto a corto como a largo plazo, parecen destinadas a incidir profundamente en la organizacin urbana. Siguiendo el precedente de algunas disposiciones de 1917, una ley de febrero de 1918 abole la propiedad privada del suelo, y otra ulterior, de agosto del mismo ao, sanciona la posibilidad de la expropiacin generalizada de edificios y terrenos en las ciudades de ms de 10.000 habitantes, atribuyendo al Soviet respectivo el derecho de edificacin; de ahora en adelante, los ocupantes de las viviendas, ex propietarios e inquilinos, tienen la consideracin de arrendatarios de la administracin local, y los nuevos niveles de los alquileres se fijan en
Cfr. la obra colectiva Socialismo, cittd, avchitettuva. URSS, 1917-37, cit., y tambin F. Da1 Co: Architettuva sovi?tica e stalinismo: il destino delle avanguardie, en Contropiano, nm. 3, 1969.
proporcin a los metros cuadrados concedidos, no pudiendo superar, en todo caso, la cuanta equivalente a la dcima parte de la renta total familiar. Desde los primeros tiempos de la nueva orientacin poltica el problema ms urgente se concreta en la distribucin socialmente equitativa del patrimonio existente, resuelto mediante la asignacin en uso de las viviendas no utilizadas o mal utilizadas y con el reparto lo ms equitativo posible de los ndices de ocupacin de los alojamientos (esta es la posicin que haba mantenido Engels y que vuelve a ser puntualmente aceptada por Bujarin y Preobrazhenski en su obra El ABC del comunismo) 23. Por otra parte, las contradicciones de la NEP llevan bien pronto a revisar las disposiciones ms intransigentes del 17 y del 18: desde el 19 al 22 se aprueban los decretos de reprivatizacin del patrimonio edificativo (disposiciones que, de hecho, tan slo afectan a una parte de las edificaciones urbanas) y de restablecimiento del derecho privado a edificar. Por lo que respecta a la actividad urbanstica, se va iniciando, aunque muy lentamente, una gestin coordinada de las actuaciones, a pesar de que algunas disposiciones sobre planificacin de las ciudades estn ya en vigor desde finales de 1918, y de que en el 22 otra ley establece ya la obligatoriedad de elaboracin de planes reguladores. La actividad de los primeros .aos afecta sobre todo a la reconstruccin o a la reorganizacin de las reas urbanizadas, o a la construccin de barrios concretos, y deja un amplio margen a la improvisacin y a la sectorialidad de los programas. Hacia finales de los aos veinte, con la evolucin experimentada por la situacin econmica del pas, con la puesta en marcha del primer plan quinquenal y con el incremento de la demanda de fuerza de trabajo industrial, se produce un desplazamiento masivo de la poblacin rural del campo
23 Cfr. N. Bucharin y E. Preobrazenskij: L'ABC du Communisme, Pars, 1963 (cap, XVII, La question du logement).
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Fig. 705. El crecimiento de las ciudades de la Unin Sovitica entre 1926 y 1939.
a la ciudad (en cuanta que se calcula en casi 25 millones de personas en el perodo que va del 26 al 39)) dirigido en parte hacia las ciudades nuevas de los Urales, de Siberia, del Asia central, y en parte hacia los centros de formacin antigua (fig. 705). Las cifras demogrficas de 1939 indican que 12 ciudades superan ya el medio milln de habitantes (contra slo cuatro en 1914): est a la cabeza Mosc con 4.137.000 almas, seguida por Leningrado (3.191.000), Kev (846,000), Jrkov (833.000), Bak (809.000), G o r k i (644.000), Odessa (604.000)) Tashkent (585.000), Tbilisi (519.000) y Rostov (510.000). Pero todava resulta ms significativa la comparacin con los datos del 26 respecto de las ciudades intermedias (el nmero de centros con ms de 100.000 habitantes aumenta de 31 a 81 entre los aos 26 y 39), as como la interpretacin de esos mismos datos con respecto
a las actividades econmicas de los diversos centros (las ciudades en que predominan las actividades industriales ven incrementada su poblacin durante este perodo en un 184 por 100, proporcin a la que corresponde un 69 por 100 en el caso de las ciudades de base comercial-terciaria, con excepcin de las capitales poltico-administrativas de algunas Repblicas, como pueden ser Erivn, Tashkent, Alm-At y Uln-Ud, en las que se dan ndices de urbanizacin ms altos). Entre los centros ms dinmicos se cuentan Stalin, en el Donbss, rea minera e industrial; Stalingrado, en el Volga; Sverdlovsk, centro de la zona industrial de los Urales; Novosibirsk, centro administrativo de la regin minera e industrial del Kuzbss; Voronez, centro industrial y ferroviario; Gorki Yaroslav e Ivanovo, en el distrito industrial central situado al nordeste de Mosc; Gorki (la antigua Nizhni Nvgorod) experimenta en doce
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aos un incremento prodigioso de poblacin, pasando de 222.000 a 644.000 habitantes 24. La dinmica de crecimiento de los centros urbanos existentes y el programa de industrializacin forzada de los territorios orientales plantean la exigencia de una racionalizacin y estabilizacin de la prctica urbanstica. Mientras que para la ejecucin del programa extraordinario de creacin de nuevos asentamientos se refuerzan los medios orgnicos disponibles, recurrindose en gran parte, como hemos visto, al reclutamiento de tcnicos extranjeros, tambin para muchas de las ciudades histricas ms importantes se crean, a partir de 1930, colectivos estables de planificacin, bajo el control, cada vez ms estricto, del partido (en Mosc operan A. Schsev, N. Kolly, 1. Formin, V. Semenov, 1. y P. Glosov, K. Mlnikov y S. Chernysev; en Leningrado, L. Ilin, L. Rdnev, E. Levinson, G. Simonov y A. 01). A partir de 1935 las directrices adoptadas en el plan regulador de Mosc se toman como pauta para el planeamiento de las ciudades soviticas. El mismo Semenov, uno de los principales autores del plan, resumir as estos principios bsicos, diez aos ms tarde: la necesidad de relacionar adecuadamente la dimensin de la urbanizacin con las previsiones demogrficas; la realizacin de los servicios cvicos en el interior de las zonas residenciales, con inclusin entre tales servicios de las funciones culturales y polticas, mediante la definicin de la supermanzana o kvartal como unidad de construccin de la ciudad con un equilibrio entre residencia y servicios locales, y del distrito residencial o microraion como ensamblaje de varias supermanzanas, con establecimiento de los equipamientos colectivos de orden superior; la eliminacin de la diferencia entre ciudad y campo, no sobre la base de modelos especficos, sino a travs del reCfr. J. Soulas: Le dveloppement des grandes villes de Z'URSS au premier plan quinquennal, en Annales de gographie, 1938, pgs. 400-405; C. D. Harris: The Cities of ihe Soviet Union, en . aGeographica1 Review, enero de 1945.
equilibrio de los servicios y de los equipamientos; la verificacin de los proyectos edificatorios en relacin con las opciones generales fijadas en el plan; el respeto de las caractersticas geogrficas y de la naturaleza histrica de la ciudad, y la asimilacin de las tradiciones nacionales de la poblacin como componente de las soluciones arquitectnicas y urbansticas. La ciudad, segn afirma finalmente Semenov, deber concebirse como una unidad orgnica, cuya centralidad queda confirmada; la actividad de proyecto habr de tener siempre en cuenta las exigencias del confort y la conveniencia de utilizar proyectos-tipo, a la luz de los principios del realismo-socialista y del desarrollo de la crtica y la autocrtica. Entretanto, incluso a la luz de una consolidacin institucional, se ratifican algunas modalidades de realizacin de las componentes arquitectnicas y tipolgicas de la ciudad. En torno a 1930-31, con la implantacin de la enseanza obligatoria, se formulan proyectos-tipo para la arquitectura escolar. El ao 40 se aprueban las tipologas residenciales, que por lo que respecta a los edificios de varias plantas se estabilizan en bloques de 4-5 pisos sin ascensores, con resultados cualitativamente inferiores a los ejemplos corrientes de la arquitectura centroeuropea, y a menudo realizados con fachadas recargadas de intiles exhibiciones academicistas 25.
b)
Y LAS PROPUESTAS
PARA
La ciudad que los Soviets heredan al da siguiente de la Revolucin de Octubre est constituida todava, sustancialmente, por el agregado orgnico medieval, en el que los
25 Cfr. M. F. Parkins: City Planning in Soviet Russia, Chicago, 1953; una relacin contempornea en italiano es la de F. Fariello: L'urbanistica e l'abitazione in Russia, en Architettura, septiembre de 1936. Vase tambin la exhaustiva obra de V. Quilici: Citt2 russa e citt2 sovi2tica, Miln, 1976.
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Figs. 706 y 707. V. D. Kokorin y N. J. Kolly, poblado obrero del Kasrskoi GES (1919-21); L. Vesnin.* blado obrero para los trabajadores -de 10; taller& de reparacin de locomotoras de Podolski (1922).
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Figs. 708-710. B. Sakulin, esquema de organizacin del territorio de Mosc (1918), y esquema de distribucin de la poblacin en los territorios de la Rusia europea (1922); a la derecha, el plan de descongestin de Mosc mediante ciudades satlites estudiado por el Mossoviet (1919).
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desarrollos del XVIII,del XIX y de principios del xx no han incidido de modo profundo, si no es por cuanto afecta al nuevo planteamiento estructural y funcional determinado por la presencia del ferrocarril, y por las proliferaciones perifricas, sobre las que se han ejercido las primeras tentativas epidrmicas de importacin de los modelos europeos. En el clima de la revolucin, a la fascinante tarea de la apropiacin popular de la ciudad burguesa, de sus servicios y de sus espacios, se unen las primeras hiptesis embrionarias de planificacin socialista. Y es natural que el impulso hacia la reutilizacin de las estructuras construidas implique tambin, en una primera fase, el proyecto de refuncionalizacin de los modelos europeos ms al da: sobre todo si se considera que las temticas del barrio extensivo y de la ciudad-jardn pueden ser asumidas como una alternativa plausible respecto de las condiciones de vida en que se ha desenvuelto el proletariado con anterioridad a la revolucin, por lo que parecen prestarse, al menos como momento experimental y provisional, a su adecuacin a los principios del nuevo ordenamiento social, a la exigencia de una dotacin ms amplia de espacios y servicios colectivos, y a la integracin entre ciudad y campo. En este perodo son numerosos los barrios y poblados obreros que nacen en las proximidades de las industrias manufactureras situadas en el exterior de la ciudad, y que tienden a poner en relacin las modalidades de la ideologa suburbana occidental con el principio de la colectividad socialista : desde el complejo residencial del Kasrslcoi GES, de V. D. Kokorin y N. J. Kolly (1919-21; fig. 706), al realizado junto a 10s talleres de reparacin de locomotoras de Podolski, diseado por L. Vesnin (1922; figura 707) y a las ciudades-jardn de Sokol (N. V. Markovnikov, 1923-25) y de Dukstroi (V. 1. Venderov, 1924-25). Precisamente para disciplinar estas iniciativas, entre los aos 18 y 20 se establecen normas precisas sobre la edificacin.
Por otro lado, desde los aos del comunismo de guerra, se inician estudios para la elaboracin de un plan de conjunto de la capital, estudios de cuyo desenvolvimiento nos vamos a ocupar seguidamente hasta llegar a la aprobacin del plan del 35. La urgencia de dar forma a la ciudad que, tanto para la Unin Sovitica como para el resto del mundo, es la sede central del socialismo -renovndola en sus nuevos significados y en sus estructuras, pero valorizando tambin los elementos ms destacados de su historia-, constituye el tema central de estas elaboraciones, que oscilan, segn las ocasiones, entre modelos de uso territorial e imgenes urbanas, vindose frenadas inicialmente por una evidente impreparacin tcnica y resultando a menudo discutibles, bien por el intento de trasplante mecnico de hiptesis ajenas o inadecuadas, o bien por la proyeccin, a veces deformante, de las tensiones de la vanguardia. A pesar de todo, esta continua secuencia de propuestas, dispares en sus contenidos y en sus orgenes, sirve para aportar alguna luz tanto al mbito de los cuadros tcnicos como de los ambientes polticos, e incluso para clarificar las relaciones recprocas entre estas dos esferas decisorias. Hemos visto la influencia que ejercen las temticas de la ciudad-jardn sobre los primeros fenmenos de crecimiento urbano de la capital en la posguerra. A modelos esencialmente consistentes en la fundacin o incentivacin de ncleos satlites se refieren tambin los primeros esquemas de plan general, como es el caso del elaborado por B. Sakulin en 1918 (fig. 708), que considera la totalidad del rea de gravitacin de Mosc, dotndola de una distribucin de infraestructura~radiales y anulares de transporte (un proyecto posterior del mismo Sakulin, del 22, extender este concepto a toda la regin central de la Rusia europea al Sur del Volga, fig. 709; tambin en este caso el elemento base del asentamiento de la poblacin es la ciudad-jardn, mientras que el elemento infraestructura1 est constituido
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Figs. 711-714. S. Schestakov, plan para el Gran Mosc (1925); Le Corbusier, esquema del plan para Mosc (1931); M. Krov, parque de la Cultura y del Reposo (1929), plan general de Mosc y vista de la ordenacin propuesta para la colina Lenin.
por sistemas distintos de comunicacin, por va terrestre y acutica, coordinados entre s). Un proyecto ms proporcionado en las dimensiones y bastante ms realista en sus previsiones es la propuesta de plan general de descongestin de la ciudad estudiado el ao 19 por el ateliev de arquitectura del Soviet de Mosc (Mossoviet), conforme al cual toda una constelacin de centros satlites se apoya en las vas radiales de entrada existentes (fig. 7 10). Respecto de las zonas estrictamente urbanas hay que recordar aqu el plan preparado por A. Schsev y B. Korsunov para el Mossoviet entre los aos 18 y 20, al que sigue
en el 23 el plan de Schsev para el Nuevo Mosc, conforme al cual el desarrollo inmediato de la capital se organiza por franjas sucesivas servidas por lneas de tranvas y la expansin ms externa mediante la previsin de ciudades satlites; este ltimo documento sirve de referencia a las disposiciones normativas del 25 dictadas para disciplinar la edificacin en funcin de la divisin de la ciudad en seis zonas y para afirmar el principio de salvaguardia de las reas histricas ms significativas y apreciadas 26.
26 Una relacin contempornea hasta estas fechas es la de T. Gelman: The Planning of Moscow, en Town Planning Reviewo, julio de 1924.
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En 1925 S. Schestakov redacta un esquema de plan para la reconstruccin y expansin de Mosc (fig. 711) que es presentado al Soviet de la capital, donde resulta bien acogido: el modelo, al que se adapta el sistema ferroviario, confirma la estructura radiocntrica de la ciudad, aligerndola en sus perspectivas de crecimiento mediante franjas lineales radiales de parque y un greenbelt externo; el zoning se aplica de manera intransigente y esquemtica, conforme a cuatro funciones esenciales. A estas tesis tcnicamente correctas, aunque retrasadas respecto de sus modelos occiden tales, podemos contraponer o tras propuestas que ven la luz entre los aos 24 y 29 y que por su naturaleza, en cierto modo provocativa, constituyen un elemento de aceleracin del debate en curso: en efecto, por una parte aplican por primera vez a la situacin moscovita algunos temas de reflexin propios de las investigaciones de la vanguardia, y por otra colocan en primer plano la cuestin de la imagen urbana de la capital, ya sea a travs de algunas interpretaciones personales de los modelos de concentracin o descentralizacin, o bien a travs de una profunda modificacin de los tradicionales mecanismos de revalorizacin. El Lissitzky, en sus estudios del 24, imagina una consolidacin de la circunvalacin interna de Mosc, disponiendo una serie de rascacielos en forma de puente en las plazas y en las explanadas nodales en que aqulla es atravesada por las vas radiales (figs. 663-665); en 1929 M. Krov proyecta un parque, Hamado de la Cultura y del Reposo, en torno a la capital, encuadrando en un esquema de expansin por anillos sucesivos algunos polos plurifuncionales equipados, que en las selecciones tipolgicas, en la rtmica escansin de los elementos construidos y de los naturales, y en la misma grafa lecorbusieriana, . nos presentan una sugestiva integracin de estructura y paisaje (figs. 713-714); el mismo ao 29 Ginzburg y Barshch presentan su proyecto terico Mosc-Ciudad Verde, que delinea sobre el territorio sinuosas franjas
residenciales, entre reas naturales y zonas equipadas (figs. 668-671). Las polmicas surgidas en torno al proyecto de Ginzburg y Barshch (en las que participa incluso Le Corbusier) se plantea en un momento particularmente crtico de la fase de institucionalizacin del debate general sobre el plan regulador, debido tanto al estmulo provocado por la puesta en marcha del primer plan quinquenal como al hecho de que a partir de 1930 se va haciendo cada vez ms acuciante la necesidad de contar con un instrumento codificado para la ordenacin urbanstica de la ciudad. En una resolucin del pleno del Comit central del partido de junio de 1931 se delinea un cuadro de conjunto, que recapitula los resultados parciales conseguidos en algunos sectores de la economa urbana, pero que al mismo tiempo pone al descubierto las deficiencias todava sin resolver y las carencias acumuladas de tiempo atrs. La poblacin ha crecido en ms de milln y medio respecto de los niveles de 1920, llegando ahora a la cifra de 2.800.000 habitantes, debido al fuerte aumento de la inmigracin determinada por la recuperacin industrial. Las condiciones de vida son cada vez ms deficientes: a pesar de que la construccin entre el 26 y el 31 de 5.000 edificios de viviendas ha servido para atender las necesidades de alojamiento de 450.000 personas, lo cierto es que el 62 por 100 de las casas son todava de madera y que en un 58 por 100 carecen an de suministro directo de agua; solamente 627 kilmetros de calles, de un total de cerca de un millar, aparecen con dotacin de red de alcantarillado. Adems, estn por resolver todava, en el plano cuantitativo, los problemas generales de abastecimiento de agua, energa elctrica y gas Le Corbusier, trasladado a Mosc en 1929 para entregar su proyecto del Centrosoys, tiene ocasin de conocer el plan Mosc-Ciudad Verde de Ginzburg y Barshch; en un
Cfr. la obra colectiva La costruzione della citti sovietica, 1929-31, cit., pgs. 152 y sigs.
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Figs. 715-718. El plan de E. May para el Gran Mosc (1931): esquema general, las fases de la descentralizacin planificada, detalle planimtrico de uno de los Kombinat, y la ordenacin del rea central.
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primer momento establece una dura polmiC a con Ginzburg, criticndole su adhesin a las teoras disurbanistas, y luego, en el 31, en respuesta a un cuestionario que le someten las autoridades moscovitas, enva una propuesta, sintetizada en veinte dibujos, en la que profundiza, conforme a su habitual procedimiento, en el tema de la capacidad de funcionamiento de un dispositivo estructural congruente, para tratar de comprobar despus su aplicabilidad al caso de Mosc (figura 712). -se trata, en sustancia, de un a proyecto de ciudad nueva -superpuesta la antigua, de la que tan slo se conserva el complejo del Kremlin-, organizada sobre dos ejes perpendiculares mayores, definido el primero como eje cultural y el segundo como eje administrativo (una planta que, en ciertos aspectos, hace recordar la Ville contempovaine o el Plan Voisin). En 1931 la direccin de la Oficina del de plan de Mosc invita a siete equipos arquitectos (encabezados por los europeos E. May, H. Meyer y K. Meyer, y por los soviticos G. Krasin, Kratiuk y N. Ladovsky, adems del grupo de la VOPRA) a presentar propuestas para la reestructuracin de Mosc, incluso que comporten amplias demoliciones y reconstrucciones; los proyectos se exponen el ao 32, entre alabanzas y polmicas, y parecen poder constituir posibles puntos de apoyo para el futuro plan de la capital. La solucin ms profunda es probablemente la estudiada por Ernst May (figuras 715-718): May imagina un organismo continuo que se articula en forma estelar sobre el antiguo centro urbano, en ncleos dispuestos en racimo sobre una estructura portante (los kombinat, unidades de 100.000 a 150.000 habitantes). Los racimos de kombinat, autosuficientes a los niveles intermedios, se integran entre s en una estructura de conjunto mediante un sistema de comunicaciones coherente con el nuevo modelo. El paso de la ciudad centralizada a la ciudad radial-nuclear-lineal se planifica por fases temporales sucesivas: el centro histrico, sustrado a la residencia, se va transformando
poco a poco en centro directivo de toda la nacin y en lugar bien equipado de la ciudad; la conmixtin de funciones se decanta liberando los ejes de desarrollo, materializando una zona productiva contigua al centro directivo e individualizando las ramificaciones del nuevo modelo; las zonas verdes se van constituyendo paulatinamente, por fases, como estructura destinada a integrar el sistema. Los pasos estructurales, momentos de construccin de la ciudad nueva, son, no obstante, estadios equilibrados que pretenden responder a las exigencias de una transformacin gradual, sobre la base de grupos de kombinat cada vez ms inmediatamente adyacentes a la ciudad vieja. El proyecto de Hannes Meyer (fig. 719) asume las mismas indicaciones de fondo aceptadas por May, pero propugna un reforzamiento de la directriz en valle que se dirige hacia el Sudeste, articulando en ella seis distritos internos de elevada densidad (cerca de 700 habitantes por hectrea) y diez distritos exteriores destinados a la expansin con una densidad intermedia (300 habitantes por hectrea); Kurt Meyer adopta una medida cuantitativa ms realista y un modelo ms compacto, haciendo que destaque, sobre todo, en su planteamiento conceptual, el papel de Mosc como capital poltica del pas (figura 720). Ms vinculadas a hiptesis radicales y dinmicas aparecen las propuestas que provienen de los equipos soviticos (figuras 721-724): y no tanto el esquema radial-lineal de Krasin como el proyecto de Kratiuk, con su previsin de expansin de las funciones terciario-directivas hacia el Nordeste conforme a un sistema lineal creciente integrado en franjas residenciales, y sobre todo como los proyectos del grupo VOPRA y de Ladovsky. El primero traduce abstractamente en trminos estructurales una rgida individualizacin de las funciones, segn coordenadas cartesianas; el segundo centrifuga unidireccionalmente la estructura histrica, definiendo una forma de crecimiento en parbola, en la que el vrtice y fulcro del sistema est constituido por el rea di-
Figs. 719-724. Los proyectos para el Gran Mosc: esquemas, por este orden, de las propuestas de H. Meyer, de K. Meyer, de Krasin, de Ladovsky, de Kratiuk y del equipo VOPRA (segn Quilici). rectivo-poltica, mientras que las actividades productivas, la residencia y las mismas actividades terciarias se expanden por franjas contiguas siguiendo el vector Noroeste. Entre el 32 y el 35 el agitado proceso de las vicisitudes urbansticas moscovitas llega a un punto de definicin que en muchos aspectos trasciende de la situacin particular de la capital y se transforma en referencia fundamental para la evolucin sucesiva, al menos durante un par de decenios, de la arquitectura y del urbanismo soviticos. En este perodo de tiempo se desarrolla y concluye el concurso internacional para el Palacio de los Soviets (con un resultado que restringe el amplio espectro de opciones de las investigaciones arquitectnicas, sancionando una lnea oficial del partido, incluso en relacin con la presencia cualificada de los arquitectos del Movimiento Moderno) y se llega a la aprobacin del plan general regulador (que, no slo emblemticamente sino tambin por la validez general asignada a los principios en que se basa, viene a convertirse, como se ha dicho, en punto de referencia obligado para el planeamiento urbano de las dems ciudades de la URSS). Mientras se desarrolla el concurso por invitaciones convocado el ao 31 por la direccin de la Oficina del plan de Mosc, el mismo Mossoviet, por su cuenta, se propone poner a punto un plan oficial, utilizando su propio staff de tcnicos, encabezado por los arquitectos V. N. Semenov y S. Chernyshev, a quienes por lo general queda referida la paternidad de este instrumento urbanstico. Cuando ya estn avanzados los estudios y los levantamientos de base, las directrices fundamentales del plan se establecen en el curso
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de una reunin celebrada en julio del 34 en el Kremlin, en la que intervienen, entre otros, incluso Stalin y Kaganvich. En esta ocasin Stalin recuerda las ventajas econmicas que ofrecen las ciudades centralizadas, desautorizando una vez ms implcitamente a los tericos del disurbanismo, y traza un cuadro de las mejoras funcionales y estticas que es preciso introducir en la capital. Con el plan regulador general que se aprueba oficialmente en 1935 (figs. 725-727) se pone fin, de hecho, al largo y atormentado dilogo entre las autoridades polticas y los urbanistas europeos y soviticos, inicindose la construccin programada de la ciudad. El plan se basa en estos principios generales: la poblacin de la ciudad no deber superar los cinco millones de habitantes; la superficie afectada (poco menos de 30.000 hectreas en 1935) habr de duplicarse; las arterias centrales existentes y las mayores en proyecto habrn de tener, por trmino medio, una anchura no inferior a 30-40 metros; se reconstruirn o reordenarn 26 plazas principales; los barrios residenciales tendrn unas dimensiones ajustadas a una superficie comprendida entre las 10 y las 16 hectreas, con casas de cinco-seis pisos; se confirmarn las reas industriales existentes; se crear, ms all del rea de la futura expansin, un cinturn protector de parques y bosques, de una profundidad de unos 10 ltilmetros. La estructura portante del plan se confa a dos arterias perpendiculares entre s, en direccin Nordeste-Sudoeste y Noroeste-Sudeste, que se cortan idealmente en el Kremlin, que de este modo se pone en relacin con los cuatro cuadrantes de la ciudad. El plan, en sus lneas maestras, acepta las premisas generales de algunas de las elaboraciones precedentes, aunque sea descartando, en general, las indicaciones formales, y convalida el modelo tradicional, centrpeto, de la estructura urbana moscovita, planeando el crecimiento futuro con base en un sistema de vialidad anular y ejes radiales, y en soluciones edificativas por intervenciones compactas, uni-
das a la previsin de amplios parques y reas equipadas. Con evidente concesin a temas ulico-monumentales de impronta acadgmica (de la Plaza Roja arranca un eje en direccin Sudoeste, de ms de 20 kilmetros de longitud, escandido por plazas y conjuntos monumentales), se sientan no obstante las bases de un programa de renovacin a largo plazo, que procede paralelamente a la reestructuracin de las reas centrales y a la construccin-descentralizacin de la periferia, y que en la posguerra arrojar unos resultados comparables, al menos en parte -desde el punto de vista organizativo, si no tipomorfolgico-, con los conseguidos en Londres. En particular, el barrio (kvartal) se toma como unidad de construccin del plan (en su equilibrio entre cantidad residencia1 y elementos de la vida asociada), y varios barrios vienen a constituir un distrito urbano (mikvoraion), dotado de equipamientos de nivel superior. Una resea, aunque no sea ms que sinttica, de cuanto se ha realizado hasta el ao 40 puede darnos una idea de la entidad de los esfuerzos dedicados a la capital sovitica, tanto ms extraordinarios si se tienen en cuenta la inactividad y la impreparacin que caracterizan a los aos anteriores a la revolucin. En el perodo comprendido entre la Revolucin de Octubre y la entrada en vigor del plan del 35, junto con cuanto se realiza en el sector residencial i n s u f i c i e n t e respecto de la demanda, pero siempre de gran empeo de conjunto-, cabe citar los progresos efectuados en las infraestructuras de base: entre el 13 y el 31 la red de tranvas pasa de 262 kilmetros de recorrido a 422, la red de distribucin de agua potable de 537 a 805 kilmetros, la red de alcantarillado de 447 a 627 kilmetros, la red de distribucin de energa elctrica es incrementada en un 34 por 100 y se extiende por vez primera a las zonas perifricas; los servicios sociales y culturales (instruccin elemental, media y superior), los parques y la red sanitaria re-
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Figs. 725-727. V. N. Semenov y S. Chernyshev, el plan de Mosc de 1935; el eje monumental que arranca del Palacio de los Soviets; el plano expuesto al pblico.
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Fias. 728-730. B. Velikovski, oficinas del Mostorg, 1925-27; A. L. y V. Vesnin, almacenes Mostorg, 1927; P.-G~OSOV, la sede del diario Pravda, 1929-35.
gistran un incremento muy notable. Adems de los clubs obreros de que ya hemos hablado, entran en juego nuevos equipamientos para constituir puntos de enlace y de organizacin del tejido urbano, y con frecuencia para sentar las bases de ulteriores desarrollos de mayor empeo; y algunas de estas arquitecturas vienen a testimoniar el ansia de renovacin de los aos de la NEP, incluso en la diferencia, a menudo evidente, que se da entre soluciones y nivel de la realizacin tcnica (Instituto de' Mineraloga de V. Vesnin, del 24, edificio de la organizacin comercial Gostorg de Velikovski, del 25-27, sede de Izvestia de Barkin, del 2527, Instituto Electrotcnico de Gladkov y Melman, del 27, almacenes Mostorg de los hermanos Vesnin, del 27, Instituto de la industria textil de Nikoliev y Fisenko, del 28, edificio de Pravda de Glosov, del 29-35, Casa del Estudiante de Nikoliev, del 30, etctera; figs. 728-730). Con la puesta en marcha del plan se abre una fase de transformaciones de la estructura urbana (figs. 731-740): en el centro de Mosc se abre la gran plaza Manizhnaia, en torno a la cual se sitan nuevos edificios pblicos, entre los que se cuentan el palacio del Soviet de los Ministros (N: Langman) y el Hotel Moskv (A. Schsev); adems de la plaza Manizhnaia se reestructuran otros nudos importantes del rea central
(Teatrlni proizd, Ojotni riad, plazas Nvaia y Straia), para formar un sistema de espacios pblicos. Algunas calles importantes -como la calle Gorki, segn proyecto de A. Mordinov y P. Kraslnikov, y la Bolshia Kalzskaia, parte ahora de la perspectiva Lenin, segn proyecto de A. Golch, A. Mordinov y V. Skosyrev- se reordenan y reconstruyen con nuevos inmuebles de ms plantas (para el ensanche de la calle Gorki de 16 a 60 metros se desplazan mediante rodillos movidos elctricamente algunos de los edificios histricos ms importantes, entre ellos un hospital construido hacia mediados del XIX).Todo el anillo de la circunvalacin Sadvoie Kalts [Anillo de los Jardines) se reordena mediante ensanches y reconstrucciones de numerosos tramos de calles y de las plazas; ms all del mismo se insertan lbs radiales exteriores, como el Leningradski Prospikt, que es prolongacin de la calle Gorki a partir de la estacin de Bielorrusia. Y a pesar de que algunos de los proyectos ms importantes estudiados en los aos treinta no pueden despus ejecutarse (figs. 741-143), ser sobre este robusto entramado sobre el que surgir en los aos siguientes a la segunda guerra mundial una serie de arquitecturas monumentales que, conjuntamente con los sectores residenciales, definirn plenamente la forma y la imagen urbana de la capital.
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Figs. 731-737 ( e n la pgina opuesta). Las transformaciones de Mosc; el ensanche y ordenacin de la calle Gorki: planimetra (1. Plaza del Picadero y de la Revolucin; 2. Plaza Sovitskaia; 3. Plaza Pushkin; 4. Plaza Mayakovski; 5 . Plaza de la estacin de Bielorrusia); embocadura de la calle Gorki antes y despus de las obras; la estatua de Mayakovski y la plaza Mayakovski; la plaza Pushkin y la plaza Sovitskaia. Figs. 738-740. Las transformaciones de Mosc. La reconstruccin del cinturn de circunvalacin, Sadvoie Kalts [Anillo de los Jardines]: planimetra general ( l . Plaza de la Insurreccin; 2. Plaza Mayakovski; 3. Plaza Bolshia Koljzhnaia; 4. Plaza Lermontvskaia; 5. Plaza Tangnskaia; 6. Plaza Dobrinnskaia; 7. Plaza Octibrskaia; 8. Plaza Krmskaia; 9. Plaza Zubvskaia; 10. Plaza Smolinskaia), y dos vistas.
Figs. 741-743. Los proyectos de A. L. y V. Vesnin, de 1. Leondov y de 1. A. Formin para el Narkomtiazhprom (Comisariado del pueblo para la industria pesada), en Mosc. Figs. 744-747. La construccin del metropolitano: estacin de la plaza Smolinskaia y estacin junto a la vieja Biblioteca Lenin; dos interiores.
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Fig. 748. Perspectiva de la zona Oeste de Mosc desde las reas centrales, con el Palacio de los Soviets.
En 1935 entra en funcionamiento la primera lnea del metro poli tan^^^, realizada con la colaboracin de numerosos artistas y arquitectos, entre quienes se cuentan N. Kolly, L. Ladovsky e 1. Formin, una obra que la clase dirigente desea presentar como uno de los smbolos ms llamativos de una distinta cualidad del gasto pblico (figs. 744747) y que, no obstante, aun en sus excesos decorativos, constituye un elemento esencial del programa general de reconstruccin y mejora de Mosc (en la fecha en que la Unin Sovitica entra en la guerra estarn en funcionamiento 40 kilmetros de lneas); el ao 37 se termina el canal MoskovaVolga (fig. 783), una infraestructura muy compleja, de notable importancia funcional y en cuya realizacin colaboran tcnicos y arquitectos; se construyen nuevos puentes sobre el Moskova (Krymski, Bolshi, Kaminni, Moskvriechki, Ustinski); se materializa el sistema de parques (Gorki, Izhmailovski, Sokolncheski, Krsnaia Priesnia), y
28 A este propsito, cfr. 1. M. Kaganvich: Der Bau der Untergrundbahn und der Stadtplan Moskaus, Mosc-Leningrado, 1934.
se realizan una serie de equipamientos culturales, escolares y deportivos ". LAS DEMS CIUDADES DE LA UNIN SOVITICA Y LAS INTERVENCIONES TERRITORIALES
C )
En Leningrado, como en Mosc, la actividad urbanstica procede al principio por realizaciones parciales y puntuales, aunque desde mediados los aos veinte se encuentra ya en estudio, a cargo de L. A. Ilin, un plan regulador general. Es objeto de importantes obras el rea del Moskovski-Narvski Raion, prxima a la puerta de Narva, en funcin sobre todo del programa de construccin de las viviendas obreras destinadas a las grandes fbricas Putilov. La ejecucin de las obras se lleva a cabo siguiendo las indicaciones a que se ha llegado tras la celebracin de un concurso para la ordenacin de con29 Sobre la evolucin urbanstica de Mosc, vanse A. Rodin: Moscow of Tomorrow, Mosc, 1932; T . Kholodny: Moscow Old and New, Mosc-Leningrado, 1933; E. D. Simon: Moscow in the Making, Londres, 1937.
Figs. 749-755. Dos proyectos para el barrio Moskovski-Narvski, en Leningrado, planimetra, vista de la calle Traktrnaia, un bloque edificado en la perspectiva Krov; las obras de Leningrado, y plan de reconstruccin, de Baranov (1943).
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junto de la zona y para el establecimiento de nuevas tipologas residenciales (figs. 749750)) concurso ganado por los arquitectos Gegello, Nikolski y Simonov: en la avenida Traktrnaia, en sentido perpendicular a la perspectiva Stachek, se inserta una serie de bloques desviados, que convergen en una amplia plaza semicerrada (figs. 751-752). Esta es la primera de una serie de actuaciones urbansticas que afectan a la perspectiva Stachek, reordenada entre el 25 y el 34, con la construccin del edificio del Palacio de la Cultura (tras el concurso ganado por Gegello y Krichevski), de un complejo escolar y de la sede del Soviet de distrito (segn proyecto de Trotski) ". Tambin en otras partes de la ciudad los complejos pblicos de nueva planta se consideran como elementos de organizacin de los centros de barrio (fig. 754). En cambio, hasta 1936 no se completa la redaccin del plan regulador (L. Ilin y V. Vitman) que orienta las expansiones futuras siguiendo las directrices mayores, hacia el Sur, el Sudeste y el Sudoeste, confirmando el modelo radial existente. Una variante elaborada en los aos 38-39 por Baranov trata de profundizar la vinculacin existente entre las reas centrales y las perifricas, y alude a sucesivos desarrollos -urbanos hacia el Neva y el litoral bltico. Baranov ser tambin el autor del plan de reconstruccin redactado en 1943 (fig. 755). En la Rusia central se elaboran planes reguladores en Gorki (Solofenko), Kazn (NoEl caso de la avenida Traktrnaia ofrece, en este sentido, una solucin vlida -en cuanto la proyecta a una dimensin urbana- a la cuestin planteada por el tipo de la comuna de habitacin, que, proponindose como microcosmos social, pretende resolver dentro de s misma los mayores problemas de la vida cotidiana (y, por tanto, incluso los de alimentacin, educacin, etc.), as como establecer una norma de comportamiento vlida para todos los habitantes, con el fin de "educarlos" en el colectivismo y en la cooperacin. Lo que comporta, naturalmente, el riesgo de una institucionalizacin forzada de los mismos comportamientos, el riesgo de su aceptacin sin sentido crtico alguno. V. Quilici: Cittd russa e cittd ~ovi2tica, cit., pgina 189.
SOV) y Cheliabinsk (Vitman). Tambin se ponen a punto planes reguladores para las mayores ciudades de las repblicas federadas, en Bielorrusia (Minsk, a cargo de los arquitectos Schsev, Mordinov, Semenov y Kolly), en Georgia (Tbilisi, de Malozemov y Kurdijan), en Armenia (Erivn, de Malozemov y Zargrian; Kirovakn y Leninakn) y en Azerbaijn (Bak, fig. 756, Kirovabad y Najichevn). En Ucrania, en Crimea y en el Cucaso se reconstruyen y se organizan las localidades balnearias y de descanso (plan de la costa del Mar Negro, de Ginzburg); en las repblicas del Asia central se planifica el rea industrial de Tashkent. Por lo que respecta a las ciudad,es mayores existentes, se confirman las estructuras centrpetas precedentes (a pesar de las reconstrucciones, a menudo ingentes), pero cambia el valor de las partes concretas de la ciudad y su recproca relacin. En particular, la concentracin comercial es sustituida por la organizacin poltico-administrativa (conforme al nivel jerrquico establecido) y se multiplican los equipamientos pblicos. Las exigencias higinicas, de seguridad social y de empleo del tiempo libre tienen su reflejo en la organizacin urbana, de la que son elementos constantes de referencia los paseos arbolados y los parques de la cultura (figuras 757-758). A los edificios pblicos se atribuye la misin de cualificar e identificar los centros de las ciudades y de los barrios; de este modo surgen con frecuencia, hasta comienzos de los aos treinta, complejos edificados muy singulares (a este respecto no puede omitirse la cita del imponente palacio de las Industrias de Estado d,e Jrkov, construido por cuenta del Giprograd segn proyecto de Serafimov y Kravets, y formado por un conjunto de edificios unidos por pa-. sajes elevados, en torno a una vasta plaza; figuras 759-761) y, ms tarde, realizaciones inspiradas en el empleo de las formas y los estilos de las culturas regionales, con arcadas ogivales, columnatas, etc., incompatibles con la adopcin de tcnicas constructivas modernas y econmicas, pero que reflejan
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Figs. 756-758. A. P. Ivanitzky y otros, plan regulador de Bak (1927); un proyecto para la nueva universidad de Alm-At; la avenida de la Revolucin de Vornezh. Figs. 759-761. S. Serafimov y S. Kravets, oficinas de las industrias estatales en Jrkov (1925-33), vista general, planimetra y detalle.
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un programa de insercin de la ciudad en el cuadro histrico y geogrfico respectivo (es evidente, sobre todo en los centros y poblados de la Rusia asitica, el esfuerzo encaminado a eliminar la contraposicin entre barrios europeos y barrios orientales). Los nuevos barrios residenciales estn formados, por lo general, por edificios plurifamiliares, en bloques o manzanas cerradas; a veces, en los asentamientos menores, aparecen viviendas unifamiliares. Desde el punto de vista cuantitativo sigue en una situacin extremadamente precaria la residencia, porque las proporciones de produccin edificativa previstas en el sector de la vivienda resultan insuficientes para absorber las consecuencias del fenmeno migratorio (incluso a los bajsimos niveles de superficie habitable per capita que se establecen), que tanto los planes reguladores como los organismos pblicos tratan, aunque con escaso xito, de limitar al mximo 31.
A la reconstruccin y a la ampliacin de las ciudades existentes (algunas de las cuales son radicalmente transformadas, como es el caso de Dushambe, capital del Tadzhikistn, que de ser un simple poblachn pasa a convertirse en pequea pero bonita ciudad extensiva) hay que aadir las decenas y decenas de centros de nueva creacin: Stalin, Makievlta, Karagand, Magnitogorsk, Dzerzhinek, Bereznik, Nibinogorsk, Nvaia Kajovka, Novo-Volynsk, etc., se planifican, por regla general, previendo un crecimiento gradual hasta el lmite de 50.000 y 100.000 habitantes, con trazado en planta geomtrica de tipo tradicional y barrios regulares perifrico~; de dimensiones ms reducidas son las denominadas ciudades agrcolas (agro31 Todava falta, en realidad, una exploracin exhaustiva de las estructuras urbanas que nacen en la Unin Sovitica como consecuencia de las nuevas condiciones econmicas, adems de las formas especficas de los nuevos asentamientos; y en particular del papel y la misma presencia de los nuevos instrumentos tecnolgicos de masa empleados, as como de las mismas supervivencias capitalistas.
grod), normalmente comprendidas entre los 5.000 y los 10.000 habitantes, que funcionan como centros de servicios para reas mucho ms amplias del territorio. En la prctica, los nuevos asentamientos se caracterizan por una cierta continuidad y gradualidad de dimensiones. Los primeros programas para la construccin de Magnitogorsk se remontan a 1923; pero tan slo con la puesta en marcha del primer plan quinquenal entra en fase operativa el programa de urbanizacin del rea, que se convierte en mbito de pugnas entre distintas propuestas de modelos de organizacin urbana. Los planes directores para la nueva ciudad puestos a punto entre los aos 28 y 30 por 1. Leondov, por el grupo de la OSA (Barshch, Vladimirov, Ojitovich, Sokolov y otros) y por el Stroikom, constituyen variaciones del principio disurbanista de la ciudad en forma de cinta; Miliutin, en su estudio sobre los principios de la planificacin socialista, analiza los inconvenientes de algunas de esas propuestas (enormes distancias entre lugares de trabajo y de residencia, excesiva extensin de la red viaria, etctera) y ofrece su propio esquema alternativo por franjas funcionales contiguas; alrededor del ao 30 el Gosproikt (Oficina central de proyectacin) proporciona un cuadro orientativo para la organizacin de la ciudad, fijando algunos elementos de referencia (edificios residenciales de cuatro-cinco plantas para solteros y familias, con mnimos bastante bajos de superficie til por residente; amplia gama de equipamientos colectivos, desde clubs obreros a escuelas, teatros, etctera), e indica como modelo urbano una estructura radial-lineal abierta. Poco despus de su llegada a la Unin Sovitica, Ernst May asume la responsabilidad del plan de Magnitogorsk bajo la dependencia del Chekombank (Banco para la economa municipal), con un primer proyecto basado en la aplicacin de los criterios elaborados en su ltima fase de actividad en Francfort (figura 762). Entre tanto, en 1930 una compaa norteamericana se ha hecho cargo de la rea-
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Figs. 762-769. Equipo de E. May, primer plan para Magnitogorsk (1930); plan de 1932 y propuesta de 1933; instalaciones industriales de Magnitogorsk; esquema del plan de May y planta definitiva con las zonas urbanas de la orilla derecha; planimetra y vista de un barrio residencial de la orilla derecha.
Figs. 770 y 771. E. May, plan de Tirgan (1930-31); H. Meyer, plan para Goiki del Kama (1932).
Figs. 772-775. La ciudad nueva de Avtostroi, para las fbricas de la Ford situadas cerca de Niihni-Nvgorod: plan de Nizhni-Nvgorod y Avtostroi, plan de E. May (1930-31<),planimetra de un sector del plan y vista area del conjunto.
lizacin de las instalaciones industriales (figura 765); dos aos despus trabajan ya en la construccin de los enormes talleres unas 100.000 personas -tcnicos, obreros, kulacs expropiados e inurbados-, que se alojan en tiendas de campaa, barracones y otras construcciones de fortuna, mientras van surgiendo junto a las fbricas las primeras barriadas residenciales. Para hacer frente al problema planteado por la dificultosa y lenta realizacin de las zonas residenciales de la ciudad, circunstancia que est a punto de originar la crisis del programa primitivo, May elabora sucesivos proyectos de variante (figs. 763764): en febrero del 33, un par de meses despus de vencido el ltimo plazo fijado por las autoridades, presenta el esquema definitivo, aprobado slo en parte, en el que se ratifican los sectores que ya se encuentran en avanzada fase de realizacin, mientras que ,en julio siguiente la labor de May resulta ya desaprobada en la prctica; es ignorada otra variante presentada, y una decisin gubernativa dispone precisamente el desplazamiento de las zonas residenciales previstas desde la otra orilla del ro Ural a la orilla derecha, trastocando las primitivas indicaciones oficiales en favor de un contacto inmediato entre fbrica y residencia (figs. 766767). Al propio tiempo se abandona tambin la eleccin morfolgica de bloques en lnea, en favor de un sistema de manzanas con patio conforme a un trazado axial-reticular z (figuras 768-769).
Cfr., para enjuiciar mejor estas vicisitudes, V. Quilici: Citt2 russa e citta souietica, cit., pginas 238-46. Sobre Magnitogorsk, J. Scott : Magnetic City, Core of Valiant Russia's Industrial Might, en National Geographic Magazine, mayo de 1943.
Sobre la base de las mismas orientaciones adoptadas en los primeros proyectos para Magnitogorsk, Ernst May, con su equipo, elabora tambin los planes para Kuzneck (1930), para Tirgan (1930-31; fig. 770)) para Stschglovsk (1930-31) y para Avtostroi, la ciudad satlite de Gorki a orillas del Volga (1930-31; figs. 772-775). Conforme a principios similares se redactan los planes reguladores de que se hace cargo Hannes Meyer (Gorki del Kama, 1932, fig. 771; Birobidzhn, 1933-34; Karagand). En Stalingrado se trata de organizar la ciudad en torno a las gigantescas fbricas montadas por los tcnicos americanos. A un primer proyecto que prev un desarrollo lineal a lo largo del curso del Volga, en una franja de 42 kilmetros de longitud, sigue una propuesta de articulacin, en dimensiones ms realistas, de ncleos residenciales de 75 .O00 a 90.000 habitantes alrededor de los complejos de produccin. El plan de V. N. Semenov y D. M. Sobolev (1929) organiza el agregado urbano por distritos residenciales de 6.500 habitantes y con aplicacin del principio de la supermanzana equipada. Por lo que respecta a la ciudad de Novosibirsk, un plan de 1930, debido a Babenkov, Vlasov y Poliakov, adopta una combinacin de ejes principales en ngulo de 45", superpuestos a una malla secundaria ortogonal (con resonancias que nos recuerdan la Ville contempotwine de Le Corbusier), con rigurosa aplicacin de los principios del zoning, tanto a nivel urbano como en el interior de las zonas residenciales, dando lugar a una feliz adaptacin de elementos tradicionales y procedimientos ms actualizados (figuras 776-778). En 1933 el holands Mart Stam se encarga del planeamiento de la ciudad nueva de
Figs. 776-783 (en la pgina opuesta). Plan de Novosibirsk (Babenkov, Vlasov y Poliakov, 1930), axonometra de un sector de la ciudad y planimetra de las instalaciones deportivas y los parques; M. Stam y colaboradores, plan para Makievka (1933); Giprogor, la tercera variante para el plan territorial de Bak (1932); V. Vesnin, con la colaboracin de S. Andreievski, N. Kolly y G . Orlov, la presa del Dniper (1929); Varentsov. Lavrov v Milovanov, perspectiva de un sector de Nvoie Zaporzhie, el asentamiento construido junto (19373; plan del canal ~ o s c entre , el Moskova y el valga. a la
Makievka, dentro del cuadro de la urbanizacin de la cuenca del Donbss: sobre el pequeo centro rural existente se inserta un retculo de viales que se convierte en soporte de una organizacin por kvartali racionalmente dimensionados segn variantes tipolgicas y agregativas (fig. 779). Entre los instrumentos urbansticos regionales que corresponden al primer plan econmico quinquenal cabe recordar aqu el plan para la regin de Bak. El plan nace en 1932 por iniciativa de la empresa estatal Az-Neft y del Consejo municipal de Bak, que encargan al Giprogor de Mosc (Instituto Estatal de Urbanismo) un estudio general del rea: colaboran en el mismo, bajo la direccin del arquitecto Semiarov-Prozherovski, economistas, tcnicos en transportes, expertos en problemas petrolferos, agronomistas, arquitectos y urbanistas. El plan, que inicialmente considera, entre otras cosas, la construccin de cinco nuevas ciudades con una cifra de poblacin comprendida entre los 60.000 y los 80.000 habitantes (fig. 780)) se lleva despus a la prctica con amplias modificaciones respecto del proyecto originario. Entre las obras de carcter territorial hay que situar en un primer plano de importancia la presa del Dniper, en Ucrania, construida entre el 27 y el 32, fuente energtica para la alimentacin de toda la Rusia meri-
dional, convertida en uno de los smbolos ms destacados de la planificacin sovitica y que se anticipa al primer plan quinquenal para convertirse despus en uno de los elementos bsicos del mismo. Las obras de la central del Dniper son dirigidas por un ingeniero, A. V. Vinter, que cuenta con la colaboracin de un grupo de arquitectos modernos (Andrievski, Kolly, Korchinski y Orl o ~ encabezados , por V. Vesnin), triunfadores en el concurso convocado para la elaboracin del proyecto de las obras arquitectnicas del complejo (figs. 781-782). En el segundo quinquenio, con la potenciacin de la poltica de electrificacin, se construyen en todo el pas ms de 22 centrales hidroelctricas. Otras obras dignas de mencin, entre las muchas realizaciones importantes para la potenciacin de la estructura territorial, son, por ejemplo, el canal navegable Moskova-Volga, que enlaza la capital con el Bltico, el Mar Blanco y el Caspio, y que sirve adems para resolver el problema de abastecimiento de agua de la ciudad (fig. 783); y, en conexin tambin con las obras de Mosc, el gaseoducto Saratov para el transporte y distribucin del gas de uso domstico (con una red de ms de 500 millas de desarrollo), comenzado a construir en los primeros aos cuarenta.
Captulo V
del rgimen
Con la rpida transicin de la euforia de Vittorio Vneto al estado de nimo de la victoria mutilada)), el fin de la guerra hace que vuelvan a surgir acerbamente los desgarros sociales que se haban manifestado en los aos inmediatamente anteriores al conflicto mundial. Las aspiraciones, a menudo confusas y carentes de estrategia, de las masas obreras y campesinas, el descontento generalizado de los ex-combatientes, las insatisfacciones de los intelectuales y las preocupaciones de la pequea y mediana burguesa se agudizan en las espiras de la crisis econmica y de la inflacin, y entre las graves incertidumbres y dudas de los gobiernos liberales ante la situacin poltica, tanto interior como internacional. Las autoridades legtimas pagan estas dudas y vacilaciones con una prdida gradual de consenso general, mientras el movimiento obrero se ve afectado por una spera dialctica como consecuencia de la cual terminar por formarse, en el congreso de Livorno, .a comienzos del 21, el pequeo Partido comunista; en cambio, el movimiento fascista va consiguiendo, de cuantas ocasiones se le ofrecen, elementos de unificacin en su organizacin interna y apoyos crecientes del exterior. El punto de inflexin de la situacin poltica italiana puede fijarse en el momento de la ocupacin de las fbricas en septiembre de 1920: tras el fracaso de los motines obre-
ros, el fascismo, acentuando las acciones de sus escuadras, consigue ampliar sus bases en las ciudades, en provincias y en las zonas rurales, y con la marcha sobre Roma del 22 impone su presencia en el gobierno central. Este acontecimiento marca el inicio del ataque a las instituciones liberales, conducido sin ningn tipo de consideracin, mediante el uso combinado de legalidad y de violencia: la aprobacin en el 23 de la ley electoral Acerbo, la declaracin de expiracin del mandato de los diputados de los dems partidos y la supresin del periodismo independiente en el ao 26 son los pasos decisivos que llevan a la dictadura, a los que sigue inmediatamente la penetracin capilar de las instituciones del partido en la organizacin poltica, administrativa y, civil, al lado o por encima de las instituciones del Estado. El Gran Consejo del Partido fascista es una innovacin constitucional que incluso puede llegar a interferir a !as mismas instituciones monrquicas; la milicia fascista queda unida al ejrcito, al igual que los tribunales especiales quedan adscritos a la magistratura ordinaria y que los federales de los partidos son asimilados a los prefectos del Ministerio del Interior. Una ley del 26 confiere al Jefe del gobierno la facultad de dictar decretos con fuerza de ley; a nivel local, los alcaldes electivos son abolidos, siendo sustituidos por alcaldes de directa designacin gubernativa. Los numerossimos estudios disponibles sobre los orgenes ideolgicos del fascismo y su afirmacin, sobre sus relaciones con las
fuerzas sociales y sobre su <{cultura', concuerdan en subrayar la falta de un sistema doctrinal coherente y unificado, sustituido por una compleja sntesis funcional de formas y contenidos de muy diversa extraccin; y, por otro lado, ponen de relieve el constante divorcio, en los aspectos ms cualificados de la vida pblica, entre su ideologa y su praxis, entre sus consignas y sus estrategias operativas. Aqu vamos a aludir seguidamente a aquellos elementos de elaboracin terica -por lo dems, centrales en la ideologa de conjunto del movimiento- y a aquellos avatares de la accin econmica y social a los que han de reconducirse las polticas y las intervenciones que guardan relacin con las transformaciones urbanas y territoriales. Si en la fase de aproximacin al poder la falta de una rigurosa conceptualizacin, la afirmacin del. primado de la accin sobre la reflexin y el pragmatismo instintivo (e incluso la polmica y el escarnio con respecto a cualquier forma de pensamiento disciplinado) podan constituir una ventaja para el partido, a partir del 26, en cambio, surge la
l Entre las obras ms importantes de carcter general de la prolfica historiografia sobre el fascismo, podemos sealar: P. Alatri: Le orgini del fascismo, Roma, 1956; L. Salvatorelli y G . Mira: Storia d'ltalia nel periodo fascista, Turn, 1956; A. Aquarone: L'organizzazione dello Stato totalitario, Turin, 1965; G. Perticone: La politica italiana dal, primo al secondo dopoguerru, Miln, 1965; R. De Felice: Il fascismo. Le interpretazioni dei contemporanei e degli stdrici, Bari, 1970; del mismo autor: Antologia su1 fascismo. 11 giudizio politico, Roma-Bari, 1977, y Antologa su1 fascismo. Il giudizio stbrico, RomaBari, 1977; G . Carocci: Storia del fascismo, Miln, 1972; B. King: Il fascismo in Italia, Bolonia, 1973; G. Quazza (ed.): Fascismo e societd italiana, Turn, 1973; E. Santarelli: Storia del fascismo, Roma, 1973, y tambin Il fascismo. Testimonianze e giudizi stbrici, Messina-Florencia, 1973; A. Glucltsmann: Fascismo: il vecchio e il nzlouo, Milan, 1974; W . Reich: Psicologia di massu del fascismo, Miln, 1974; A. Lyttelton: La conquista del potere. Il jascismo da1 1919 al 1929, Roma-Bari, 1974; P. V. Cannistraro: La fabbrica de1 consenso: fascismo e mass media, RomaBari, 1975; E. Gentile: Le origini dell'ideologia fascista ( 1718-1725), Roma-Bari, 1975; A. Tasca: Nascita e avuento del fascismo. L'ltalia da1 1718 al 1722, Roma-Bari, 1976.
necesidad inaplazable de delinear con ms claridad una plataforma ideolgica a la que poder referir el programa de desarrollo del nuevo orden fascista. El 26 de mayo de 1927, da de la Ascensin, Mussolini pronuncia en la Cmara de Diputados un largo discurso, cuidadosamente preparado, en el que define por vez primera los objetivos generales de la poltica fascista. En el discurso de la Ascensin, el Duce parte de un examen de la situacin del pueblo italiano desde el punto de vista de la salud y de la raza, deduciendo de aqu un cuadro general bastante gris de la realidad imperante; acto seguido establece una elemental ecuacin entre potencia poltica y potencia demogrfica, y denuncia en la civilizacin contempornea* y, en parte, en el urbanismo industriala que constituye uno de sus caracteres peculiares, el atentado ms grave infligido a la sanidad moral y a la fecundidad de la estirpe (aunque de forma subordinada -lo que constituye de por s un dato no carente de significacin-, tambin se reputa responsable del decrecimiento demogrfico a la pequea propiedad rural). Cerrando esta malla de presunciones y corolarios apodcticos, Mussolini deduce de ellos la exigencia de contar con una poltica combinada de descongestin de las ciudades y de ruralizacin (excepcin hecha de las industrias sanas, es decir, de las que trabajan en la agricultura y en el mar), comprometiendo en tales objetivos el programa futuro del partido y del gobierno. En los mismos aos, de forma bastante menos clamorosa, desde el pacto del palacio Vidoni del 25 hasta la publicacin de la Carta del trabajo de abril del 27, van delinendose en los rganos institucionales y en el aparato jurdico los rasgos caractersticos de un orden corporativo que, conforme a un equilibrio paritario entre capital y trabajo, aparece destinado en teora a controlar las relaciones de producciGn y a planificar todas las actividades econmicas. El descenso de los ndices de natalidad y los parmetros del crecimiento urbano no justifican, en realidad, las alarmistas conclu-
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siones a que se llega respecto del destino de la nacin italiana, tal y como lo ve Mussolini, de cuya impresin se hacen eco inmediatamente los retricos del rgimen. Se trata ms bien de una problemtica de importacin, desarrollada en un debate suscitado y mantenido en Francia y en Alemania, por ms que ya hubiera tenido alguna acogida puramente ocasional en Italia antes de la guerra; pero de todas formas constituye ahora una plataforma fecunda en el plano propagandstico, porque da ocasin a Mussolini de recuperar -adaptndolas con poco esfuerzo a la situacin italiana- sntesis filosficas ya confeccionadas de carcter bien sugestivo, como la del Untevgang des Abendlandes (La decadencia de Occidente) dictada por Oswald Spengler el ao 18 y convertida en texto primario de inspiracin del nacional-socialismo alemn (por lo que tampoco resulta sorprendente que el propio Mussolini se encargue de hacer traducir al italiano una obra de interpretacin ms especfica del apocalipsis occidental, debida a Richard Korherr y aparecida en Alemania con prefacio del propio Spengler, redactando por s mismo una introduccin al texto) Traducida en los trminos polticos de la Italia de la posguerra, la eleccin de una prolfica sociedad rural y de una restauracin del primado del campo sobre la ciudad, a la vez que refleja la hostilidad latente que sienten el fascismo y su jefe hacia la clase obrera urbanizada, sirve tambin para facilitar el consenso de los intereses agrarios, de la pequea burguesa de empleados y comerciantes, y del mismo proletariado agrcola, volviendo a proponer la imagen retrospectiva paleocapitalista de un mundo modificado ahora por la realidad del capitalismo industrial; por otra parte, es una eleccin que puede ser ampliamente justificada a los ojos de la opinin pblica por la grave situacin de crisis en que se encuentra la economa del campo; siendo as, finalmente, que los acreditados valores del ruralismo -y de
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R. Korherr: Regresso delle nascite: morti dei popoli, con prefacio de B. Mussolini, Roma, 1928.
modo particular la estabilidad de la concepcin familiar-patriarcal, microcosmos de jerarqua y autoridad- pueden proyectarse fcilmente en favor del propsito expansionista del rgimen. La poltica rural fascista cobra cuerpo a travs de una serie de instrumentos legislativos, de asignaciones presupuestarias, de incentivos econmicos y de intervenciones terri toriales, bajo la presin constante de una penetrante accin propagandstica desarrollada con todo lujo de medios. Los rasgos caractersticos de la cultura oficial se difunden en la teorizacin de este aspecto de la poltica fascista con un ardor y una entrega no inferiores a los dedicados a la exaltacin de los valores nacionales y de la romanidad (un tema con el que, naturalmente, no faltan innumerables puntos de contacto: puede recordarse, al solo ttulo de ejemplo, la solemne conmemoracin del bimilenario de Virgilio, el poeta del Imperio y de los campos, celebrado con amplitud de medios e iniciativas en Roma, en Npoles y en Mantua, donde Arnaldo Mussolini llega a plantar un bosquecillo formado por las plantas citadas en las Gergicas). La batalla del grano, campaa lanzada el ao 27, aspira a intensificar la produccin cerealista mediante la concesin de incentivos y subsidios a la mayor productividad por hectrea. Pero el empeo del rgimen en este sector se manifiesta sobre todo en la labor de bonificacin de tierras y de revalorizacin agrcola. Desde 1923 el capaz economista y agronomista Arrigo Serpieri, en su calidad de subsecretario de Economa Nacional, haba acometido ya un estudio profundo de la situacin de los campos italianos, poniendo a punto ese concepto de bonificacin integral que, innovando el planteamiento tradicional -limitado hasta entonces a labores de desecacin, drenaje y reordenacin del suelo-, tomaba ya en consideracin formas programadas de puesta en cultivo de terrenos incultos, de colonizacin y de revalorizacin intensiva de los cultivos: con las nuevas leyes aprobadas el ao 24, que hacan obligatorias
las mejoras en las zonas destinadas a saneamiento y bonificacin de los terrenos, Serpieri apuntaba a obtener la venta de las tierras por parte de los grandes propietarios latifundistas absentistas que no estuviesen conformes en actuar por cuenta propia, para conseguir as una redistribucin de la propiedad agrcola ms adecuada a las necesidades generales. Tras la puesta en marcha de la poltica <auralista se aprueba la ley de diciembre de 1928 (denominada Ley Mussolini~o de la bonificacin integral) que regula los procedimientos a seguir para la ejecucin de las obras de bonificacin de inters nacional, con aportacin de fondos del Estado hasta del 75 por 100, y para las de inters local, con subvencin pblica del orden del 30 al 50 por 100; inmediatamente los gastos en este sector crecen considerablemente, pasando de los 182 millones de liras del ao 27 a los 258 millones del ao siguiente. Pero entre tanto, la orientacin del rgimen, abandonando las aspiraciones reformistas de Serpieri, se ha ido adaptando a los intereses de los propietarios agrarios; es ya una orientacin a la que el mismo Serpieri acaba por plegarse (aunque se ,encuentre ya en una posicin bastante subordinada, hasta su marginacin definitiva de la esfera del poder a comienzos del ao 35)) y que, como hemos de ver, no se ver contradicha ni siquiera por la intervencin ms representativa y cualificada acometida por el Estado, es decir, por la actuacin de revalorizacin y mejora de la llanura Pontina confiada a la Opera nazionale combat tenti. En cuanto a la poltica anti-urbana podemos decir que esta tendencia se refuerza con acentos cada vez ms intransigentes a partir del discurso del 26, potenciando las motivaciones sociales con argumentos de naturaleza econmica. En una entrevista concedida al Popblo d'Italia en noviembre del 28, Mussolini reafirma la necesidad de adescongestionar despiadadamente~ las ciudades y, en todo caso, de impedir la urbanizacin: en esta ocasin la preocupacin aducida para justificar tal opcin resulta ser la precaria situacin del mercado de la edificacin, ante la inmi-
nente perspectiva del desbloqueo de los arrendamientos. A dicha entrevista sigue inmediatamente la promulgacin de la ley de 24 de diciembre de 1928 que faculta a los prefectos para dictar ordenanzas tendentes a limitar el aumento de la poblacin urbana: derivan de aqu una serie de disposiciones locales de carcter, en mayor o menor grado, represivo (en Miln, por ejemplo, se establece que los trabajadores con menos de tres aos de residencia en la ciudad no podrn tener acceso a las viviendas populares construidas por el IACP; en otros casos se prev incluso la repatriacin forzosa a los lugares de origen). Estas disposiciones culminan en las medidas adoptadas en 1939 contra la urbanizacin, fuertemente limitativas de la libertad de trabajo, especialmente para las categoras sociales menos favorecidas, los trabajadores marginales, los desempleados, los braceros, etctera, quienes precisamente tan slo pueden esperar una mejora de su situacin econmica mediante su traslado a un rea productiva ms dinmica. Con arreglo a la ley del 39, efectivamente, tan slo queda autorizado a trasladar su residencia a una ciudad cabecera de provincia, o a municipios de poblacin superior a los 25.000 habitantes, o a localidades de notable importancia industrial, quien est en condiciones de demostrar que se ve obligado a hacerlo as por exigencias de su carrera, profesionales o de empleo, e incluso tales motivos se consideran insuficientes si el interesado no puede garantizar preventivamente que posee los adecuados medios de subsistencia. La ley, adems, prohibe a los trabajadores agrcolas el inscribirse en las oficinas de colocacin en solicitud de empleo de tipo diverso, incluso dentro de los propios municipios en que residan. Los resultados conseguidos por la poltica agrcola y por la poltica anti-urbana del rgimen -al menos si se comparan con las consignas continuamente reiteradas por la propaganda fascistase revelan, en resumidas cuentas, como decepcionantes. El oneroso legado dejado en el sector agrcola por los gobiernos liberales no basta para justificar
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el arrinconamiento de toda reforma de las estructuras, la falta de evolucin de los modos de produccin y de la mecanizacin, ni la escasa atencin prestada a los niveles de productividad; el latifundio extensivo sigue constituyendo una parte proporcionalmente considerable del suelo cultivado, mientras cada ao centenares de pequeas propiedades son incautadas por el Fisco por insolvencia de sus dueos; tampoco mejoran las condiciones generales en que se desenvuelven los productores rurales, que siguen siendo muy precarias, aparte de algunas mejoras conseguidas en el sector de la asistencia social; incluso el xito de la batalla del grano, que determina entre los aos 25 y 35 un notable aumento de la produccin y la reduccin, en el mismo periodo, de un 75 por 100 de las importaciones, pierde dimensiones si se pone en relacin con la disminucin de los consumos per capita y con la flexin de las cosechas de otros cultivos, y sobre todo con los costes de produccin. Por el contrario, como hemos de ver, la accin de freno de la urbanizacin, obviamente ineficaz en los centros ms destacados de desarrollo industrial, ante la falta de una estrategia de control espacial de las inversiones productivas, resulta contrarrestada por las polticas de intervencin directa pblica y privada, por la libertad que se deja a la especulacin del suelo y por los mismos instrumentos de planificacin elaborados. El fracaso del ruralismo y del anti-urbanismo ha de ponerse en relacin, sin embargo, no solamente con la incapacidad de frenar y redimensionar los privilegios y los beneficios especficos dominantes en los dos sectores (renta agraria y renta inmobiliaria urbana), sino tambin, en el cuadro de conjunto de la poltica econmica desarrollada a lo largo de estos veinte aos, con el peso que asume el establishment industrial dentro del bloque de poder sobre el que se articula el rgimen. La aceptacin de la posicin subalterna reservada a la industria en el plano de la ideologa oficial sirve para esconder, por el contrario, de un lado la red de relaciones cada
vez ms estrechas que el rgimen instaura con los intereses industriales -entre los que destacan, en ntima conexin con las actividades financieras, los grupos oligoplicos septentrionales del acero (la nueva Ansaldo nacida del salvamento operado en el 23), de la electricidad (Edison), de las fibras (Snia Viscosa), del caucho (Pirelli), de la industria qumica (Montecatini) y del automvil (Fiat)-, y de otro lado los procesos ingentes de transformacin estructural que se operan en el curso de estos veinte aos, sobre todo con posterioridad a la crisis de 1929-30. Al breve perodo de liberalizacin dirigido por el ministro De Stefani (1924-25) siguen las medidas adoptadas bajo la direccin de Giuseppe Volpi, orientadas en gran parte a la proteccin dirigista de las industrias nacionales. En esta coyuntura de reflujo de la poltica de relanzamiento liberal es en la que el fascismo, dominadas y absorbidas las asociaciones sindicales existentes, trata de traducir en nuevos elementos institucionales los principios de la colaboracin de las clases, en funcin de una economa organizada por obra de los mismos productores, bajo la alta direccin y el control del Estado. La ordenacin de las nuevas relaciones formales entre capital y trabajo conforme a la doctrina corporativista delineada por el jurista Alfredo Rocco, tendente a la superacin del liberalismo y del socialismo, se confa a las corporaciones, organismos de categora a los que debera competir la planificacin consensual de la economa, ejercida sobre base paritaria por parte de todos los componenies del proceso productivo 3 . En realidad, marginadas las puntas integralistas del sindicalismo fascista, en las relaciones entre trabajadores y patronos las corporaciones se transforman en instrumentos de contencin, e incluso de valoracin, de las reivindicaciones obreras, ante la diferencia que se da entre el peso real de los intereses empresariales (de represenSobre el papel de Alfredo Rocco, cfr. A. Ungari: Alfredo Rocco e l'ideologa giurdica del fascismo, Brescia, 1963.
tacin directa) y los escasos reflejos que tienen las instancias de base de los trabajadores (cuyos representantes son nombrados desde arriba, y no por eleccin directa); mientras, por otra parte, las corporaciones dejan totalmente de cumplir su cometido econmico, papel que es asumido, en cambio, por el gran capital industrial y por los tradicionales rganos burocrticos de la administracin del Estado. El Consejo nacional de corporaciones, instituido en 1930, no pasa de ser un rgano marginal en la vida econmica y poltica del pas, que ni tan siquiera es consultado con ocasin de la constitucin del IMI (Istituto mobiliare italiano, 1931) y del IR1 (Istituto per la ricostruzione industriale, 1933) -entidades, ciertamente, que distan mucho de ser corporativas, y que incluso con tras tan sus tancialmente con los principios del corporativismo-, que interviniendo en el saneamiento del sistema bancario y en la institucionalizacin de la prctcia del salvamento o apuntalamiento de los sectores estratgicos del desarrollo industrial, marcan el punto de entrada permanente del Estado en la participacin o plena posesin de numerosos complejos productivos importantes y abren el camino a una especie de co-direccin estatalprivatista de la economa. Mientras siguen resonando las estereotipadas celebraciones de la sociedad rural, el Estado italiano, de ese modo, identifica gran parte de sus propios intereses vitales con los intereses de los mayores carteles financieros e industriales, consolidando las alianzas de estas fuerzas con las articulaciones del poder burocrtico y contribuyendo a impulsar la racionalizacin de la produccin y a formar un estrato dirigente y una clase obrera ms adecuados a los nuevos objetivos productivos y que no desmayarn en su empuje ni tan siquiera en la fase autrquica de la economa italiana 4.
A este propsito, cfr. W. GuGin: Fascismo e gran capitale, Miln, 1956; E. Rossi: Padroni del
vapore e fascismo, Bari, 1966; P. Melograni: Gli industriali e Mussolini, Miln, 1972. Para los aspectos econmicos, cfr. S. La Francesca: La poltica econdrnica del fascismo, Roma-Bari, 1976.
Las transformaciones urbanas y territoriales de los aos 1920-40 dejan profundas y desiguales huellas del marcado contraste que se da entre contenidos doctrinarios y estructuras econmicas y sociales, contraste del que hemos querido anticipar aqu algunos temas de fondo. Y ello es as tambin porque la demanda de las instituciones, de las fuerzas econmicas y de los grupos sociales, articulada en una realidad nacional que dista mucho de ser homognea, se infiltra igualmente al nivel ideolgico de las competencias de los operadores encargados de traducirla en arquitecturas y en sistemas espaciales. Por ello, antes de proseguir y profundizar en las temticas y en las realizaciones de los dos decenios fascistas, convendr traer a colacin algunos aspectos ms singulares y caractersticos de la cultura arquitectnica y urbanstica italiana, en el momento en que Italia, solicitada desde dentro y desde fuera a desempear un propio y concreto papel productivo, se ve atravesada por los ecos de esa renovacin radical de las ideas, de los contenidos y de los mtodos que llevan adelante las vanguardias europeas en la primera posguerra.
2.
Y PERMANENCIAS a) RENOVACI~N
CIN CON EL RGIMEN
L E S E N LA ARQUITECTURA, E N SU RELA-
FASCISTA
En este lugar no podemos hacer una exposicin exhaustiva del debate en que se ven implicados grupos y tendencias diversas acerca del significado di la nueva arquitectura (a cuyo fin es preciso remitirse a los numerosos trabajos publicados sobre el tema '), pero s
Cfr., entre otros, M. Tafuri: Ludovico Quaroni e lo sviluppo dell'avchitettura moderna in Italia, Miln, 1964; C. De Seta: La cultura architettonica in Italia tra le due guerre, Bari, 1972; E. Bonfanti y M. Porta: Citti, museo, architettura. Il grupo BBPR nella cultura architettonica italiana, 1932-1970, Florencia, 1973.
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nos parece oportuno hacer un breve resumen de sus episodios ms importantes, a la luz de algunas observaciones de carcter general, sobre todo por lo que respecta a las relaciones con el rgimen fascista y con el Movimiento Moderno. Conviene recordar, en primer trmino, que la llegada al poder del fascismo es anterior al conocimiento y afirmacin en Italia de la arquitectura moderna, que se difunde precisamente dentro ya del nuevo acontecer poltico; y, en segundo trmino, que el ncleo ideolgicamente ms avanzado del fascismo no se presenta en modo alguno como un sistema esttico, sino como movimiento que se reputa promotor de una movilizacin de los esfuerzos e incluso de una revolucin. La componente neo-hegeliana del fascismo (o, si se quiere, la racionalizacin del fascismo en trminos neo-hegelianos) entrelaza la idea del orden social con el principio de una actividad revolucionaria: revolucin moral del individuo y de la nacin, dos polos de los que el Partido es elemento intermediario y catalizador. En relacin con los orgenes del movimiento en favor de la arquitectura moderna en Italia, es previa la observacin de que esa tendencia no cobra forma como movimiento autnomo, sino como conocimiento reflejo, retrasado y aproximado de cuanto se va elaborando en Alemania, en Francia, en Holanda y en los dems pases europeos. Todo ello comporta el predominio inicial de una asimilacin externa de modos formales y de metodologas operativas, ancladas genricamente en algunas de las orientaciones generales del Movimiento Moderno, pero separadas de los contenidos ms radicales implcitos en sus posiciones innovadoras, y ms todava del duro esfuerzo que ha debido desarrollarse en el seno de aquellas elaboraciones. A tal circunstancia hay que aadir la separacin de hecho que se da entre las diversas componentes que actan en las artes figurativas en Italia, donde los grupos de las vanguardias europestas renen conjuntamente a pintores, decoradores y escultores, e incluso a los arqui-
tectos; en cambio, son precisamente los representan tes de las nuevas tendencias pic tricas -en particular, los futuristas y los pintores del grupo aValori plistici-, y no los arquitectos, los que establecen contactos con De Stijl y con L'Esprit Nouveau. Por otra parte es digno de tenerse en cuenta que por este lado llegar a la arquitectura moderna una contribucin crtica y operativa ms bien escasa: y si algunos de los futuristas, como Marinetti, Prampolini y Fillia -cuya relacin con el fascismo no carece, en muchos aspectos, de analogas respecto de la que mantienen los arquitectos progresistas-, no dejarn de desarrollar una obra extempornea de flanqueo y apoyo, lo cierto es que de ella no derivar ninguna aportacin realmente sustancial, no pasndose, si acaso, de ambiguas implicaciones: los futuristas tienden a identificar con su propio movimiento a cualquier arquitectura moderna, pseudomoderna o simplemente extravagante, pero permanecen ajenos a las motivaciones que exceden del nivel expresivo de las obras, o a la batalla antiacadmica '. De aqu que una historia paralela de las artes y de la arquitectura en Italia pueda resultar, ciertamente, til para individualizar la gnesis de las diferencias y las facetas de una situacin cultural en el fondo rica y articulada en sus premisas, en contingencias polticas y en sus resultados, pero debindose tener en cuenta que el desarrollo del debate sobre la arquitectura moderna en el perodo de entreguerras puede seguirse provechosamente, sobre todo, examinando las posiciones mantenidas por sus protagonistas directos, sus nudos problemticos y sus ambiguas relaciones con las oposiciones culturales y con el rgimen fascista. El aggiornamento de los modos de la arquitectura que se verifica en Italia en los primeros aos de la posguerra, restringido a los dos centros de Roma y Miln, no llega
Sobre este tema, del que aqu no nos podemos ocupar ms ampliamente, vase el nmero monogrfico de la revista Controspazio de abril-mayo de 1971.
Figs. 784-789. A. Limongelli, estudio de rascacielos; P . Ascheri, el patio de los vidrieros en el concurso para el barrio artesano de Roma (en colaboracin) y la casa de trabajo para los ciegos de guerra; G. Muzio, casa en el barrio Moscova de Miln, 1921; G. De Finetti, casa de la Meridiana en Miln, 1925; G. Ponti y E. Lancia, casa en la va Domenichino de Miln, 1930-31. Figs. 790-794 (en la pgina opuesta). L. Figini y G. Pollini, proyecto de cochera para automviles (1927)
y proyecto para una sede del Dopolavoro (1927); L. Figini, G. Frette, A. Libera y G. Pollini, la casa elc-
trica en la Exposicin de Monza de 1927; G. Terragni, dibujo para la casa de viviendas Novocomun, 1927; L. Baldessari, L. Figini y G. Pollini, oficinas De Angeli Frua en Miln, 1930-32.
a efectuar una revisin de la prctica profesional ni a establecer un juicio distinto sobre el papel y las perspectivas que corresponden a la disciplina. En Roma se desarrollan las limitadas elaboraciones de P. Aschieri y A. Limongelli ' (figs. 784-786), mientras Marcello Piacentini, ya conocido por algunas obras de molde acadmico realizadas entre 1905 y 1915, se aproxima, hacia 1920, al estilo viens de comienzos del siglo xx, no sin suscitar alguna que otra polmica inspirada en un cierto tradicionalismo nacionalista '; en los mismos aos Brasini difunde sus escenografas urbanas neopiranesianas [Giambattista Piranesi, grabador y arquitecto italiano del XVIII] ; en 1919 se funda la Escuela Superior de Arquitectura, donde Gustavo Giovannoni, A. Foschini, V. Fasolo y V. Morpurgo estabilizarn estas tendencias orientadas hacia un pesado academicismo. En Miln algunos arquitectos (C. Muzio, G . De Finetti, P. Portaluppi, E. Lancia, G. Ponti, O. Cabiati, A. Alpago Novello) proponen una versin ms cauta y estilsticamente refinada de los modelos tradicionales: De Finetti mira hacia las obras de Loos, tratando de hacer de mediador de sus formas en el recuerdo del neoclasicismo lombardo (fig. 788); Muzio, autor de una casa en la va Moscova muy elogiada por Piacentini, justifica este retorno a la regla acadmica en el campo de las experiencias arquitectnicas y urbansticas alegando la necesidad de orden y de mtodo (figura 787); algunos de estos arquitectos, como Cabiati, 'Buzzi, Fiocchi y, sobre todo, Gio Ponti, se harn intrpretes ms tarde, entre la clientela burguesa de Miln, de una estuCfr. R. Papini: Il concorso per il quartiere dell'artigianato in Roma, en aArchitettura e arti decorative, octubre de 1926. Lanse, por ejemplo, estas consideraciones de Ojetti: La sala del cine [ .. . ] de la plaza de San Lorenzo en Lucina es [...] bonita, cmoda y orgnica, especialmente por el empleo lgico que se hace del hormign, pero con algn fatal recuerdo austroalemn, recuerdo que, como era natural, enfad a mucha gente que, en Roma, quiere sentirse totalmente romana, incluso en el cine. U. Ojetti: I nani fra le colonne, Miln, 1920, pg. 77.
diada fusin de algunos elementos del movimiento moderno con la arquitectura tradicional (fig. 789). Para encontrar en Italia un primer enlace con el Movimiento Moderno internacional es preciso esperar hasta diciembre de 1926, cuando el grupo de arquitectos formado ese ao, el Gruppo 7 (G. Figini, G. Frette, S. Larco, G. Pollini, C. E. Rava, G. Terragni y U. Castagnola, este ltimo sustituido en el 27 por A. Libera), comienza a hacer pblicas sus propias tesis en el primero de los cuatro artculos-manifiesto aparecidos en la Rassegna Italiana. El programa del grupo, en realidad, se presenta ya cargado de ambigedades y de limitaciones respecto de las premisas del Movimiento Moderno, en el momento en que se adhiere al nuevo estilo como expresin de nuestro tiempo y de las nuevas condiciones polticas del pas, ignorando en cambio la problemtica central de la vivienda de masas como paso obligado para llegar a prefigurar una nueva organizacin de la ciudad y de la vida cvica. Tambin se afirma, incluso, la continuidad con la tradicin de la renovacin estilstica : la arquitectura moderna se ve, sobre todo, como una necesidad impuesta por las nuevas tecnologas, como la del hormign armado (que se considera susceptible de alcanzar una mentalidad clsica). Uno de los puntos potencialmente ms fecundos de las tesis del Gruppo 7, sobre el que con ms frecuencia insisten los redactores del programa, el de la renuncia al individualismo en funcin de la produccin en serie, es objeto en realidad de escasa profundizacin y aparece concebido, probablemente, en el sentido de una homogeneidad estilstica del producto arquitec tnico. Entretanto, mientras aparecen los primeros proyectos y se realizan las primeras obras de Terragni y de Pagano (figs. 790-794), los grupos de arquitectos que se van constituyendo en algunos de los mayores centros urbanos confluyen en el denominado Movimiento Italiano en favor de la Arquitectura Racional (MIAR) y presentan los resultados de las
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nuevas investigaciones en dos exposiciones celebradas en los aos 28 y 31. Con ocasin de la segunda, P. M. Bardi -volviendo a tomar la orientacin indicada en un escrito suyo aparecido el 30 de enero en LYAmbrosiano bajo el ttulo Architettura arte di Statointenta establecer un enlace ms directo con el rgimen fascista, afirmando con vigor en su Rapporto su11'architettura, dirigido a Mussolini, la idea de que la nueva arquitectura, y slo ella, est en condiciones de interpretar la revolucin en marcha del fascismo y de traducir en realidades los nuevos ideales sociales. Sin embargo, la investidura esperada por Bardi no es otorgada, a pesar de ser publicado su Rapporto por las Edizioni di Crtica Fascista; mientras, la falta de apoyo del Sindicato nacional de arquitectos a la corriente de los innovadores -a la que se opone el programa del RAMI (Raggruppamento Architetti Moderni Italiani), tendente a conseguir un compromiso entre tradicin y tendencias modernas- provoca el fracaso de la lnea poltica del MIAR. Los xitos parciales del ao siguiente, que coincide con el dcimo aniversario de la marlos equilicha sobre Roma, no desc~m~ponen brios perseguidos por el rgimen fascista, mientras se acentan resistencias y polmicas, si bien el grupo toscano consigue la importante victoria en el concurso para el proyecto de la estacin de Florencia (ratificada ms tarde por la autorizada aprobacin del propio Duce '), la exposicin de la Revolucin registra una amplia presencia de las nuevas generaciones y, en fin, algunos arquitectos moEn junio del 34, al recibir a los autores del plan de Sabaudia y a los de la estacin de Florencia, Mussolini afirma: Tengo que precisar, de manera inequvoca, que yo soy partidario de la arquitectura moderna, de la de nuestro tiempo [...l. Sera absurdo pensar que nosotros, hoy en da, no pudisemos tener nuestro propio pensamiento arquitectnico; es absurdo no desear una arquitectura racional y funcional, propia de nuestro tiempo. Cada poca nos ha dado su arquitectura funcional: incluso los monumentos de Roma, que nosotros estamos volviendo a desenterrar hoy, respondan tambin a su propia funcin ... Citado en A. Muoz: Roma di Mussolini, Miln, 1935, pg. 445.
dernos proyectan, junto con otros academicistas, la ciudad universitaria de Roma. Despus, el ao 33, la preparacin de la Triennale milanesa, con la realizacin de una serie de construcciones experimentales en el parque del Sempione en torno al palacio del Arte de Muzio, viene a constituir una primera toma de contacto con un pblico de masas, siendo saludada o considerada como una afirmacin efectiva de los arquitectos racionalistas; si bien no dejan de sealarse, en comparacin con el prototipo constituido por el proyecto del Weissenhof de Stuttgart -adems de su retraso temporal-, la menor homogeneidad cualitativa y de inspiracin de las construcciones expuestas, su poco orgnica diseminacin en el parque y su carcter puramente provisional, y el predominio de las viviendas unifamiliares y de los edificios con un destino especial lo (figs. 795-800). As pues, si bien la arquitectura moderna se ha convertido en pocos aos en interlocutor cultural vlido, cambiando los trminos del debate en curso, no han faltado tampoco confusiones y oscilaciones en su seno, ni ataques y tentativas de falseamiento o de anexin l . En las polpor parte de la oposicin '
O ' Cfr. el nmero especial de la revista Domus de junio de 1933. l1 Aislamos aqu, entre las innumerables referencias que podran extraerse de las publicaciones de la poca, dos posiciones significativas que reflejan las resistencias opuestas a la afirmacin de la arquitectura moderna: la repulsa de Caronia-Roberti, inspirada en la identidad tradicin-nacionalismo, y la tentativa de conciliacin de Pera, aunque sea en el marco de una absorcin de lo nuevo en la historia. Para Caronia, la tica del arquitecto fascista es, sobre todo, de vigilancia rigurosa contra las influencias exteriores: He aqu [ ...] una tarea -escribe-, por decirlo as, de defensa del arquitecto fascista: ste debe considerarse movilizado en una especie de milicia de fronteras para luchar contra las impoytaciones, contra los exotismos deformadores del espritu de la raza, contra la amenaza de esa internacional que nosotros rechazamos con todas nuestras fuerzas, porque queremos ser y permanecer, sobre todo y celosamente, italiansimos. [. . .] Al igual que los Romanos hicieron de sus monumentos el signo imperecedero de su mejor siglo y un instrumento eficaz de exaltacin imperial, del mismo modo nosotros, los fascistas, queremos que monumentos nues-
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micas que se suscitan sobre el significado de la nueva arquitectura, los mejores arquitectos de las jvenes generaciones no dudan en dejarse implicar en polmicas marginales, rebatiendo una por una las acusaciones dirigidas contra los productos de la nueva arquitectura -su aspecto utilitarista y mecnico, su frialdad, su internacionalismo-, a veces con calculada ingenuidad, a veces con una tctica abiertamente oportunista. El debate desemboca fatalmente en un choque de tendencias dentro del rgimen, del que todas y cada una de las partes tratan de presentarse como el
tros, de nuestros das y de carcter absolutamente itlico hablen y sigan hablando en el futuro de nuestra era, y que sean instrumento de exaltacin y de propaganda de la poca fascista, verdadero fundamento de la nueva civilizacin. S. Caronia-Roberti: Architettuva ed etica fascista, Palermo, 1934, pgs. 24 y 31. En este mismo escrito el autor cita como autocrtica ejemplar del arquitecto fascista el caso de Carlo Polii, que, siendo triestino irredento ((hay aqu una censura crtica indirecta a Pagano?), haba estudiado en Munich y en sus primeras obras, a pesar de haber estudiado apasionadamente los monumentos italianos, dejaba traslucir todava su preparacin alemana; de lo que se daba cuenta y se lamentaba. Habindoseme encargado la revisin de un proyecto suyo, le suger algunas leves modificaciones de detalle, a lo que me respondi que: "aceptaba mis modificaciones como verdaderas y propias nacionalizaciones de su proyecto" (pg. 36). Y he aqu ahora lo que, en cambio, dice L. Pera: He considerado la Arquitectura pisana -comienza afirmando- con el espritu del arquitecto moderno; es decir, observndola conforme a los conceptos del racionalismo contemporneo y presentndola en forma comparativa (pg. 3). En el curso del anlisis se descubre que el racionalismo no es un hallazgo de los arquitectos modernos (pg. 8)) y que la diferencia est en el hecho de que en tiempos pasados se haca racionalismo sin saberlo (pg. 9). Despus el hilo del razonamiento basado en la correspondencia entre forma y funcin se interrumpe, afirmndose que la Arquitectura pisana, en cuanto se la considere como necesidad de expresin plstica de fuer-, zas sociales en desarrollo, como "voluntad creativa" de un pueblo, como "ambicin de definir colectivamente la grandeza heroica" de un ciclo histrico, obedece de modo absoluto a la ley que el racionalismo se impone, porque es justamente la expresin materializada del grado de civilizacin del pueblo de Pisa y de su potencialidad poltica y cultural (pgina 33). L. Pera: Il razionalismo e l'architettura pisana, Pisa, 1936.
intrprete ms autntico y autorizado, sin que, no obstante, los exponentes del movimiento moderno tengan la capacidad suficiente para ir ms all de una contraposicin de niveles formales, para enlazar su propia accin con las premisas ideolgicas de las que ha nacido la nueva arquitectura. El rgimen, por su parte, en la persona del mismo Mussolini, fomenta el pluralismo superestructural de este debate, que le permite moverse dentro de una actitud de equidistancia, o de mediacin o incluso de carcter pendular, que no siempre consigue ocultar una cierta desconfianza de fondo respecto de las motivaciones y los mtodos de los arquitectos modernos, por ms que stos proclamen en toda ocasin su disposicin a colaborar. En los encargos oficiales ms importantes, hbilmente dosificados entre los representantes de las diversas corrientes, y en las heterogneas colaboraciones en comn - d e las que los episodios ms destacados son la ciudad universitaria de Roma y la Exposicin universal del 42-, modernos y tradicionalistas construyen conjuntamente la ciudad fascista, a menudo aproximando sus respectivas posiciones culturales en el contacto reciproco y en las mediaciones de compromiso. Compromiso que incluso parece consolidarse, desplazando su eje hacia una aceptacin ms general de los cnones del monumentalismo acadmico, a partir del 37, con el comienzo de las tareas de preparacin de la E 42, saludada con iguales auspicios por los artculos editoriales de Casabella, la revista milanesa dirigida ahora por Pagano, y de Architettura, la revista romana de Piacentini. Pero precisamente a partir de este episodio -cuando con la presin nacionalista, y por efecto del mismo impacto de las orientaciones asumidas por la arquitectura oficial de Estado en la Alemania nazi, se hace ms evidente la subordinacin de la cultura a la ideologa-, algunos de los protagonistas de ms elevado rigor moral e intelectual, como Pagano, sabrn extraer despus, en los aos de guerra, ms o menos aisladamente, las consecuencias de conjunto derivadas d e una ilusin que dur casi veinte aos.
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Figs. 795-800. La V Trienal de Miln del 33: planimetra; G. Pagano, F. Albini, R. Camus, G. Mazzoleni, G. Minoletti y G. Palanti, casa con estructura de acero; L. C. Daneri y L. Vietti, casa con estructura de acero; L. Figini y G. Pollini, villa-estudio para un artista; E. Griffini, E. Faludi y P. Bottoni, casa para vacaciones junto al mar; L. Baldessari, pabelln de la prensa.
b) Los
A partir de la esquemtica ilustracin del nacimiento y desarrollo del movimiento en favor de la arquitectura moderna en Italia puede deducirse ya la riqueza que ofrece una confrontacin polmica de posiciones, sufrida en algunas casos de forma casi dramtica, en el mbito de ese pluralismo controlado, hecho de golpes y contragolpes calculados, sobre el que se apoya el totalitarismo fascista y del que forma parte, quiz, esa misma polarizacin de orientaciones ideolgicas opuestas
radicadas en los dos centros constituidos por Roma y Miln, un esquema crtico que difcilmente puede eludirse cuando se intenta hacer un balance de las vicisitudes experimentadas por la arquitectura italiana entre las dos guerras. Seleccionar algunas voces destacadas de este debate es algo que puede servir para enriquecer los contornos de ste, a condicin, naturalmente, de que no se las separe de su propio contexto de conexiones; incluso porque -hay que sealarlo as- una valoracin ms amplia y profunda de este perodo histrico debera tener siempre en cuenta otros mbitos culturales e institucionales que toda-
va no han sido suficientemente examinados por parte de la investigacin especializada 12. En el frente del establishment oficial directamente vinculado a los ambientes culturales y polticos de la capital destacan las figuras de Marcello Piacentini y Gustavo Giovannoni: hombres muy distantes entre s, por temperamento e intereses, pero llamados, de modo distinto, y con frecuencia conjuntamente, a gestionar en toda Italia muchas de las ms importantes opciones urbansticas de estos dos decenios. Piacentini, que ya con anterioridad al conflicto mundial alcanza gran notoriedad con ocasin de los dos concursos, de primero y de segundo grado, de 1906 y 1908, para la ordenacin del nuevo centro de Brgamo, se responsabiliza despus de la construccin de las edificaciones levantadas en la Exposicin romana de 1911 y del pueblo italiano exhibido en la Exposicin de San Francisco de 1915. Tras un perodo de inspiracin vienesa (cine Corso en Roma, cine Savoia en Florencia de 1920-22, hipdromo de Villa Glori en Roma de 1920), se hace intrprete d e una lnea oficial de restauracin clsica (figuras 801-803) y se le encarga, por ello, la realizacin de una serie de trabajos en gran parte por cuenta de la administracin pblica y, por tanto, a menudo de gran relieve e incluso a veces decisivos, en el marco de las ordenaciones urbansticas, aunque parciales, de algunas ciudades italianas; entre los que se pueden recordar la ordenacin de la exaplanada del Bisagno en Gnova, en 1924, con la piazza della Vittoria, los edificios porticados y el arco de Triunfo, la reestructuracin del centro de Brescia (1929), el palacio de Justicia
Habra que examinar, por ejemplo, la posicin de los ministros y de los funcionarios de los Ministerios ms directamente interesados en las opciones y decisiones urbanas y territoriales; al igual que la poltica de los Istituti case popolari de los centros urbanos ms importantes, el papel desempeado por el INU [Istituto Nazionale di Urbanistica] y por los diversos sindicatos, el sistema de enseanza de la arquitectura y el urbanismo en las Facultades de Ingeniera y de Arquitectura, etc., entre otros aspectos y facetas interesantes.
de Miln (1932-40), el proyecto, tambin en Miln, del rea d e la piazza Diaz (1934-38), la reconstruccin de la va Roma de Turn (1934), la apertura de la va della Conciliazione (1936-50) y el plan de la E 42 en Roma (1937-40) y los proyectos para la va Grande en Livorno (194 1) 13. En la arquitectura del (perodo fascista Piacentini desempea un papel de mediador entre las instancias de los arquitectos ms jvenes, partidarios del Movimiento Moderno, y las exigencias de la cultura oficial y de los polticos; as, en el concurso para la nueva estacin de Florencia se alinea en contra de los academicistas (y en particular contra Ojetti, con quien mantiene despus una polmica), aunque con ms frecuencia lo que hace es amortiguar los tonos del debate y tratar de desviar sus objetivos directos. Expresin tpica de esta actitud es el pequeo volumen Architettura d'oggi, publicado en 1930 14, en el que Piacentini resea toda una serie de obras de inspiracin diversa -desde proyectos de los arquitectos soviticos, de Gropius, de Mies van der Rohe, de Duiker, de Oud, de Perret y de Le Corbusier, hasta obras de los eclcticos y de los academicistas-, entre las que destacan las de Paul Bonatz (se dedican tres ilustraciones a la estacin de Stuttgart), Kreis, Fahrenkamp y B6hm 15. El mismo oportunismo desenvuelto caracteriza tambin a las ideas de Piacentini sobre la ciudad, desde sus lcidas afirmaciones crticas sobre el plan para Roma de Sanjust, en favor de una defensa integral de los ncleos
l 3 Entre los proyectos urbansticos realizados en el extranjero, vase M. Piacentini y V. Morpurgo: Proget o per l'uniuersit2 del Brasile a Ro de Janeiro, en &chitettura, septiembre de 1938. l4 M. Piacentini: Architettura d'oggi, Roma, 1930. Sobre el mismo tema, M. Piacentini: Prima Internazionale architettonica, en Architettura e arti decorative, agosto de 1928, ensayo seguido pocos meses despus, en la misma revista, por el artculo Problemi reali, pi& che razionalismo preconcetto, noviembre de 1928. l5 Entre los italianos-se citan Alpago-Novello, Cabiati, Ferrazza, Betta, Calza Bini, Di Fausto, Fasolo, Foschini, Limongelli, Morpurgo, Muzio, Ponti e Lancia, Portaluppi.
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Figs. 801-805. M. Piacentini, hipdromo de Villa Glori en Roma (1920)) boceto para el hotel degli Ambasciatori en Roma (1925-27) y fachada principal de la Casa de .los Mutilados, tambin en Roma (1925-28); G. Giovannoni, proyecto para el barrio del Rinascimento (1920) y proyecto de escuela elemental en Monterotondo (1921).
antiguos -idea que vuelve a repetir en la posguerra con la propuesta de creacin de un nuevo centro de la capital hacia el Este, y con el apoyo (prestado al grupo de los jvenes urbanistas romanos-, hasta su partici.pacin en la redaccin del plan de Roma del 31, su teorizacin de las iniciativas culturalmente ms reaccionarias del rgimen y su directo compromiso con los intereses de la especulacin inmobiliaria y del gran capital financiero. Casi omnipresente en las comisiones y jurados encargados de enjuiciar los ms importantes concursos nacionales de urbanismo y de arquitectura, Piacentini se encuentra en condiciones de ejercer con mucha frecuencia un control directo sobre las opciones de planeamiento, interviniendo de vez en cuando para corregir o matizar las soluciones, e incluso a veces (como en Brescia), sustituyendo a algn proyectista en la ejecucin de las realizaciones definitivas 16. A la vivacidad intelectual y a la despreocupacin de Piacentini, Gustavo Giovannoni opone una seria formacin de investigador y una consistente cultura histrica. Como arquitecto, Giovannoni es autor de algunos proyectos escasamente significativos (fig . 80.5)) mientras que en su obra de proyectacin urbanstica, desarrollada en un perodo bastante breve, destacan el plan de la ciudad-jardn de Montesacro ,(1920) y el del barrio de la Garbatella en Roma (del mismo ao, en colaboracin con Piacentini): obras que, con todas sus limitaciones, vienen a evidenciar esa tenue relacin con una lparte de las experiencias europeas que Giovannoni ha mantenido en su condicin de estudioso de la arquitectura en los primeros aos del siglo, a la bsqueda de un razonado encuadre de principios y d e mtodos. Giovannoni, remitindose a la praxis adoptada en las ciudades alemanas y a las teoras de Charles Buls, ha profundizado, sobre todo, en la teora de la aclaracin edile Sobre Piacentini, vanse L. Angelini: Per un'affermazione di nuova architetttrra italiana, en Emporium, mayo de 1918; y A. Muoz: Marcello Piacentini, en aArchitettura e arti decorative, septiembreoctubre de 1925.
ficativa, en una serie de artculos ,de revista que despus, en 1931, resumir en su obra
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saneamientos urbanos P i a c e n t i n i a la cabeza- no pierden ocasin de rendir el obligado tributo expreso a la enseanza de Giovannoni, numen tutelar de la salvaguardia de los valores histricos y artsticos de las ciudades italianas; por otra, el propio Giovannoni, a pesar de las reticencias y las discrepancias, autoriza, y con frecuencia se presta a comentar favorablemente -con alguna que otra reserva puramente marginal-, decenas de proyectos que contradicen terminantemente el sentido de sus principios tericos. De este modo, la figura y la obra de Giovannoni vienen a ser indicativas, no solamente del fracaso de una hiptesis cultural (como lo es la que constituye, quiz, la nica aplicacin acabada: el plan de Petrucci para el casco viejo de Bari), sino tambin del despreocupado empleo de esta hiptesis por parte de los intereses creados, tanto econmicos como polticos. En su dilatada actividad como asesor en las mayores operaciones de transformacin de los centros histricos, aunque sea mantenindose continuamente perplejo e inseguro frente a las destrucciones programadas y reticente en cuanto a los excesos de la misma retrica de la arquitectura monumental, de hecho avala toda la actividad oficial del rgimen. Su obra de estudioso y de terico, a la que Giovannoni se dedica exclusivamente a partir de mediados de los aos veinte, tiene una considerable importancia, reforzada por su condicin de profesor y decano de la Facultad de Arquitectura de Roma, orientado conforme a una lnea netamente conservadora y de decidida aversin a todas las experiencias de la arquitectura moderna. En los ltimos aos del fascismo, esta ciega oposicin a lo nuevo y a cuanto significa experimentacin lleva a Giovannoni a un compromiso poltico todava ms manifiesto: como cuando, en el ensayo L'Architettura come volont2 costruttiua del genio romano e itdico, exalta, en un apasionado excursus, el Genio Italiano de la arquitectura, contemplado a travs del prisma de un idealismo suprahistrico, mientras combate, supera y absorbe las influencias extran-
jeras, reelabora, lucha contra herejas interiores y exteriores, y triunfa siempre 18; o como cuando se complace en citar incluso, en un artculo aparecido en la revista Palladio ( ien el ao 1943! ), el Mein Kampf hitleriano en apoyo de la necesidad de recurrir a los ejemplos del clasicismo en tanto no se afirme slidamente una arquitectura de caracters ticas ne tamen te nacionales l'. En la poca de actividad del Grupo de los urbanistas romanos aparecen vinculados a Piacentini algunos arquitectos jvenes como Luigi Piccinato y Eugenio Fuselli, interesados desde los comienzos de su carrera profesional en elaborar una concepcin ordenada y racional de la ciudad y del territorio. Piccinato, en el esquema que estudia para Roma (y en los coetneos elaborados para Ass y para Padua), acoge la idea de un modelo de desconcentracin urbar,\a pensado para conseguir una redistribucin de las funciones directivas y terciarias y para lograr una utilizacin ms adecuada de los ambientes antiguos, y hasta 1930, ao en que se funda el Istituto nazionale di urbanistica (INU), se cuenta entre los primeros en mantener la necesidad de conseguir una normalizacin de la prctica ' urbanstica mediante una nueva ley que establezca la obligatoriedad de la redaccin de planes reguladores a distintas escalas, atribuyendo a la rigurosa ejecucin del plan fsico la capacidad de forjar el nuevo orden cvico y econmico de la sociedad". En el 33 Ful8 Cfr. G. Giovannoni: L'architettura come vol0nt2 costruttiva del genio romano e itdico, Roma, 1940. La ltima parte del ensayo, dedicada a celebrar la obra del fascismo, se suprime en la reimpresin aparecida en la recopilacin Architettura di pensiero e pensieri sull'architettura, Roma, 1945. l' Cfr. G . Giovannoni: Restauro dei monumenti e urbanistica, en Palladio, 1943, fasc. VII. Sobre Giovannoni, lanse tambin las pginas de C. De Seta en La cultura architettonica in Italia tra le due guerre, cit., pgs. 271-75, y la nota necrolgica de B. Zevi: Gustavo Giovannoni, publicada en Metron, nm. 18, 1947. 20 Vase L. Piccinato: 11 momento urbanistico alla Prima Mostra Nazionale dei Piani Regolatori, en Architettura e arti decorative, enero-febrero
selli intenta definir los instrumentos urbansticos de planeamiento a gran escala, planteando el problema de la elaboracin de un plan de utilizacin del territorio nacional, y delineando con precisin el concepto de regin orgnica respecto de los mbitos territoriales definidos por los lmites administrativos vigentes 21. En el mbito romano deben recordarse tambin los estudios con vistas a difundir las experiencias europeas contemporneas que se realizan en los aos veinte por Gaetano Minnuccia y en los aos treinta por Giuseppe Samoni, con su ensayo del 35 en el que nos ofrece una resea de las realizaciones conseguidas con posterioridad a la primera guerra mundial ".
La urgencia por enlazar las experiencias propias con el movimiento europeo se advierQ de 1930. Del mismo Piccinato, vase tambin la voz Urbanistica de la Enciclopedia Italiana, y el manual Urbandstica, Roma, 1945. E. Fuselli: Urbanistica di Mussolini: il piano regolatore nazionale, en Quadrante, noviembre de 1933. G. Minnucci: L'abitazione moderna popolare nell'architettura contenzporinea olandese, Roma, 1926, adems de los artculos publicados anteriormente en Architettura e arti decorative: Moderna architettura olandese, julio de 1924, Edilizia cittadina e piani regolatori (11 Congresso di Amsterdam, 2-7 luglio), octubre de 1924, y Moderna architettura olandese, octubre de 1924. Para las escasas contri. buciones informativas sobre las realizaciones efectuadas en los pases extranjeros, aparte de los artculos de Casabella y, ms saltuariamente, de Domus, cfr. G. Rigotti: I nuovi quartieri operai a Stoccolma, en Urbanistica, marzo-abril de 1934; del mismo autor: I borghi operai, ibid., enero-febrero de 1936, y tambin I borghi dalle Siedlungen alle Greenbelt Towns, ibid., enero-febrero de 1937; F. Fariello: L'urbanistica e l'abitazione in Russia, en Architettura, septiembre de 1936; P . Carbonara: L'edilizia popolare negli Stati Uniti d'America, en Architettura, enero de 1939; A. Della Rocca: 11 movimento urbanistico nei paesi nordici, en curbanistica, septiembre-octubre de 1939. En este sentido puede sealarse tambin el volumen de P . Carbonara: L'Architettuva in America, Bari, 1939. 23 G. Samonh: La casa popolare, Npoles, 1935, obra reimpresa recientemente con el ttulo La casa popolare degli anni Trentu, Venecia-Padua, 1973.
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aparece menos sujeta a las sante ms -y ciones y a las censuras de los idelogos del partido fascistaen el ambiente milans, tanto por lo que respecta a las orientaciones disciplinares como a las contribuciones crticas y polmicas de Persico y Pagano, de las que arranca y cobra cuerpo, en torno a la revista Casabella, una precisa lnea ideolgica sobre el papel que corresponde a la arquitectura. En el clima de escasa informacin y de mera aproximacin que impera en la Italia de estos aos -del que son reflejo la abundancia y la deficiente calidad de las publicaciones y las numerosas revistas especializadas en temas de decoracin, arquitectura y urbanismodestaca entre los aos 30 y 40 la revista Casabella, fundada en Miln en 1928 24. A partir del 30 es redactor y co-director de Casabella Edoardo Persico (1900-1936), educado en los ambientes antifascistas turineses y empeado entre los aos 20 y 24 en una labor poltica, dedicndose despus a la actividad de crtico de arte y de literatura. Persico, con su colaboracin en Casabella, define su propio campo de intereses en torno a la crtica de los fenmenos relacionados con la arquitectura, terreno al que puede aportar la contribucin de su amplio bagaje cultural, mostrando una particular atencin por todo cuanto acaece fuera de las fronteras italianas. Persico mira justaLas cabeceras de mayor relieve en actividad durante estos veinte aos -fuente importantsima, aunque parcial, de informaciones sobre las posiciones oficiales mantenidas en este perodo- estn constituidas por las revistas Architettura e arti decorative (1921-31)) dirigida por Giovannoni y Piacentini, como rgano del Sindacato Nazionale Architetti, transformada despus en Architettura (1932-43)) bajo la direccin de Piacentini; Domus (iniciada en 1928 y que todava se sigue publicando), dirigida por Gio Ponti, portavoz de un posibilismo equidistante entre las diversas corrientes culturales; y Urbanistica (1933-4.5))de Betta y Melis. Menos importantes son la Rassegna di architettura (1929-40) y Polgono (1923-31);Quadrante (1933-36)) dirigida por Bardi y Bontempelli, ha publicado, en su breve perodo de vida, algunos artculos de notable inters.
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mente a Europa, o mejor, a la parte de Europa en que la exigencia de renovacin de las formas artsticas y culturales revela un vnculo directo con los ideales y los programas de transformacin socia1 25: desde las pginas de Casabella y de otras revistas, y con sus conferencias, comentando los hechos de la arquitectura moderna y los personajes y acontecimientos que constituyen sus contornos, Persico construye por fragmentos su propio discurso poltico coherente, conducido frecuentemente a travs de alusiones y afirmaciones que todava estn por sondear en sus implicaciones, no debidas solamente al clima poltico imperante, sino tambin a su propia eleccin moral de utilizar la arquitectura como espejo y metfora de una situacin ms general de la sociedad italiana. Algunas de sus intuiciones nos sorprenden todava por su extraordinaria oportunidad y agudeza, como cuando, comentando la Triennale milanesa del 33, que para muchos constituye una segura afirmacin de los arquitectos modernos, viene a denunciar su balance de resultados que estima realmente involutivo 26. Estos tez= Ciertamente, la Europa a que l se refera era una "regin del espritu" tan seleccionada que resultaba, para los ms, bastante menos fcil de hallar que una Europa plena de apenas encubierta sim. pata, cuando no de abierta admiracin y envidia, para el rgimen fascista. E. Bonfanti y M. Porta, op. cit., pg. 4. 26 Para nosotros, el "racionalismo" italiano ha muerto. Nacido como necesidad artificiosa de novedad, o como imitacin del extranjero, jams ha tenido .inters sino como documento acreditativo de una inquietud espiritual que no ha conseguido establecer con coherencia los trminos del problema. En el extranjero, el "racionalismo" ha sido un movimiento fecundo en ideas y experiencias, y ha renovado las bases ms profundas del gusto europeo; en Italia, en cambio, se ha dispersado en la retrica de las polmicas, por lo que, en resumidas cuentas, de tanta guerra no queda ms que el recuerdo de algn escritor brillante y de algn que otro propsito paradjico. La verdad es que el "racionalismo italiano" no ha nacido de ninguna exigencia profunda, sino de posiciones dilettantes, de mero aficionado, como el europesmo de saln del "Grupo 7", o de pretextos prcticos de los que aparecen excluidos cualesquiera motivos de interioridad tica [ .. .]; la polmica ha creado solamente aspiraciones confusas, como la de la
mas se tocan de nuevo en Punto ed a capo per l'architettura, el ms largo de los ensayos escritos por Persico, caracterizado por una toma de conciencia an ms lcida de la inconsistencia que tienen las frmulas adopt-adas para conferir una identidad y una razn de ser a la nueva arquitectura, all donde, a su juicio, la respuesta est en un enlace directo entre produccin de la arquitectura y exigencias reales del pas 27. Siguiendo el camino abierto -por Persico, y frente a la progresiva clausura de perspectivas impuesta por el fascismo, los colaboradores ms asiduos de Casabella sabrn extraer la conclusin, casi inevitable, de que la batalla en pro de la arquitectura pasa
"contemporaneidad", y la de la "moralidad", sin ningn apego a los problemas reales y sin ningn contenido verdadero. La guerra entre "racionalistas" y "tradicionalistas" se ha resuelto, de este modo, en un dilogo vaco e inconsistente en el que los interlocutores adversarios daban muestras de la misma impreparacin terica y de la misma incapacidad para resolver el problema de una arquitectura que no sea estril ni falseadora de la realidad [...]; las aspiraciones a un estilo moderno se han reducido a una serie de compromisos [.. .], sin embargo, la actitud inicial del racionalismo viene a indicar que esta exigencia tambin es viva en Italia, y que encontrar su solucin adecuada cuando los artistas consigan vencer el contraste entre las premisas p la prctica, y no teman parecer demasiado intrasigentes, en un clima esttico que se contenta con frmulas genricas y con toscas transacciones. E. Persico: Gli architetti italiani, en L'Italia letteraria, 6 de agosto de 1933, incluido en E. Persico; Tutte le opere (1923-1935), edicin a cargo de G. Veronesi, Miln, 1964, pgs. 145-47. 27 En Italia no se han entendido, ni quiz se podan entender, estos valores. De la arquitectura alemana, e incluso de Le Corbusier, solamente se ha aceptado el formalismo polmico; para el que la tesis "racionalista" se resuelve siempre en una mera reaccin frente a la indiferencia de los adversarios. El "racionalismo" italiano es necesariamente refractario al mpetu de las tendencias europeas,' parque jams se ha depositado fe en l. Y as, del europesmo del primer "racionalismo" se ha pasado, con fra inteligencia de las situaciones prcticas, a la "romanidad" y a la "mediterraneidad", hasta la proclamacin ltima de la arquitectura corporativa. E. Persico: Punto ed a capo per l'architettura, en Domus, noviembre de 1934.
por la accin poltica. Giuseppe Pagano proseguir la enseanza de Persico a la muerte de ste, en una labor de adhesin y contestacin insistente dentro del propio partido fascista, ms tarde tratando de apoyar las corrientes de izquierdas, al menos culturalmente ms avanzadas, y siempre manteniendo una dura polmica contra el monumentalismo y la retrica (la vida contra la academia), afirmando el valor de la produccin en serie 28, de la simplicidad de los medios y de los resultados en funcin de la demanda social expresada por las clases que trabajan, en nombre del orden colectivo de la ciudadz9. En las polmicas verbales, la
28 En el campo de la tcnica edificatoria, el proceso de revisin en favor de un enlace ms intenso y ms lgico entre industria y construccin tiene lugar en muchos sectores y partiendo de diversas consideraciones. La primera razn es la econmica, es decir, el ahorro de tiempo y dinero. La segunda es tcnica, o sea, el mejoramiento de las condiciones generales y particulares de la construccin. La tercera es social, es decir, conservar a casas con idntico destino la identidad de su aspecto exterior. Ante tales razones, el arquitecto moderno, que no vive ajeno a los problemas reales de la economa, reacciona tratando de encontrar algunas soluciones prcticas que concilien su inspiracin artstica con la realidad de la vida. La solucin ms elemental viene representada por el intento de normalizar los elementos que componen la construccin, de manera que resulte econmica la produccin, perfecta la ejecucin y fcil el montaje. G. Pagano: Le costruzioni in serie, en Casabella-Costruzioni, diciembre de 1939. 29 Delineando las condiciones precisas para un correcto desarrollo de la ciudad, Pagano afirma: d . Eliminar, en cuanto sea posible, la propiedad privada de las zonas de la periferia, e impedir que la propiedad privada que an pueda existir en esas zonas se venda a terceros sin previa autorizacin del municipio, al que, en todo caso, deberan reservrsele los derechos de tanteo y retracto. 2. Crear alrededor de la ciudad zonas de propiedad municipal, mediante permutas, compraventas o expropiaciones. 3. Arrendar estos terrenos a los particulares, por perodos prefijados y conforme a modalidades reguladas por planes temporales que inviten a la construccin por tiempo limitado. 4. Vender definitivamente los terrenos cuando la zona est urbansticamente definida y slo en el caso de que est acabado, cuando menos, el proyecto de toda una manzana. G. Pagano: U n sistema per lJaccrescimento orginico delle cittd, en Casabella, junio de 1935.
estrategia de Pagano consiste en apoyarse siempre en los mismos elementos doctrinarios de la ideologa fascista, para plegarlos despus a sus propias razones ideales; del mismo modo, en su actividad profesional acepta con entusiasmo las temticas oficiales del rgimen -con la excepcin del concurso para el Palazzo del Littorio, junto al Coliseo, siendo el nico de los arquitectos italianos destacados que juzga dicho proyecto como totalmente inaceptable-, tratando luego de modificar sus premisas en sus resultados crticos o en los proyectos; y as acta desde el encargo de proyecto de la ciudad universitaria de Roma, desarrollado bajo la direccin de Piacentini, hasta en su participacin en la Triennale de Miln del 36 sobre la arquitectura rural italiana (un tema elegido por las jerarquas fascistas por razones de oportunismo populista, dentro del marco de la poltica de ruralizacin), donde propugna la comprensin inteligente de la racionalidad de los contenidos y de los medios de esas expresiones menores ", pasando tambin por el plan urbanstico
30 El tema oficial interesa a Pagano, de un lado, para insistir en su empeo a favor del movimiento moderno (reafirmando la funcin como fundamento lgico-esttico de la arquitectura), y de otro, para polemizar contra las posiciones idealistas de los arquitectos y de los historiadores del arte: La historia de la arquitectura se ocupa, casi sin excepciones, de la arquitectura estilista, es decir, de aquella forma del arte de la edificacin que se considera digna de atencin por su valor intencionalmente esttico y francamente orientado hacia formas decorativas. En la historia de la arquitectura estudiamos, por lo general, la historia del gusto arquitectnico a travs de las formas ulicas adoptadas por las construcciones mayores: los templos, las iglesias, los palacios. Las razones tcnicas, las relaciones de tradicin formal y las influencias de carcter econmico y funcional que hayan podido originarse no interesan, en la mayora de los casos, ni al mundo de los estudiosos ni al de los propios artistas. En el examen de la arquitectura estilista nos interesa enormemente el "cmo", pero no el "porqu". Aceptamos el hecho consumado y analizamos la creacin del genio como una manifestacin del gusto, como una expresin libre del espritu al margen de cualquier relacin con las razones prcticas del fenmeno constructivo. Por el hecho de que el inters crtico de los estudiosos de la arquitectura dirige su atencin tan slo a la
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para la Exposicin Universal de Roma del 42. Sin embargo, justamente a continuacin de las desilusiones sufridas en estas experiencias, Pagano abandona toda esperanza de desplazar el eje impuesto por la dictadura y hasta de hacer coincidir su visin tica con los objetivos de una corriente rebelde en el seno del partido. Esta sufrida maduracin es la que lo lleva, a partir del 8 de septiembre del 43, a las filas de la Resistencia y, finalmente, a los campos de concentracin alemanes. Sus vicisitudes personales trascienden, ciertamente, en esta conclusin, del temple moral que anima el trnsito histrico de la arquitectura en Italia entre los aos 27 y 40, pero parece que sirven de testimonio de las convicciones ideales de Persico sobre la imposibilidad de que la nueva arquitectura crezca fuera de una sociedad libre y ordenada 31. Del grado ms alto de circulacin de las ideas que es posible en el ambiente milans de los aos treinta dan testimonio tambin el vivo inters que all se siente por Europa (en el mbito cultural de Miln operan Pollini, Bottoni y T&ragni, los nicos representantes italianos en el Congreso del CIAM del 3 3 ) 32 y la misma orientacin de las investigaciones tericas que all se realizan. Los estudios de E. A. Griffini sobre la vivienda racional enlazan con los ejemplos de los CIAM y de Klein, tratando de contrastar en el plano de la objetividad de la investigacin la distincin corriente entre casa-vivienda acomodada [casa d i civile a b i t a z i o n e ] y casa popumxima conclusin edificativa de los diversos perodos, no podemos ni queremos enlazar estas conclusiones con aquellas premisas puramente utilitarias e inicialmente constituidas por exclusivas superaciones del hecho estructural, econmico y funcional. G. Pagano y G. Daniel: Architettura rurale italiana, Quaderni della Triennale, Miln, 1936, pgs. 7-8. 31 Sobre la obra de Pagano, vanse, principalmente: C. Melograni: Giuseppe Pagano, Miln, 1955; C. De Seta (ed.): Giuseppe Pagano. Architettura e citt2 durante il fascismo, Roma-Bari, 1976; y el nmero monogrfico de la revista Pariimetro de abril de 1975. Cfr. G. Pollini: La citt2 funzionale, il IV Congresso Internazionale di Architettura Moderna, en Urbanistica, mayo-junio de 1934.
lar 33; ms tarde, sobre este mismo tema especfico, aparecern los estudios de 1. Diotallevi y F. Marescotti, presentados por sus autores bajo un ttulo bien significativo, como repertorio sistemtico de las visiones de renovacin propues tas por los grandes arqui tectos europeos , ejemplificacin de un elemento esencial en la formulacin de la casa del maana 34. En este contexto debe recordarse tambin la encuesta sobre la residencia obrera realizada en la provincia de Miln por los arquitectos Pucci y Bottoni 35 (figs. 806-807). En el campo de la enseanza universitaria, la labor docente de Cesare Chiodi, profesor de planeamiento urbano y despus de urbanismo en la Facultad de Ingeniera, aunque inspirada en una consideracin prevalentemente tecnicista de los problemas urbanos, parte de una amplia y actualizada base informativa, enriquecida por un texto publicado el ao 35, L a cittd m o d e r n a , que en nada desmerece si se le compara con las anlogas sntesis histricas de los manuales aparecidos en esos mismos aos en Europa (figs. 808810).
Ms bien escasas, fechadas todas hacia finales de los aos treinta y circunscritas al rea milanesa, son las contribuciones de investigacin en el sector de la vivienda de masa y de la organizacin de la ciudad, sector en el que se observa -ms que en los resultados de la arquitectura en general, que son mejores- una marcada diferencia respecto de las experiencias ms destacadas del Movimiento Moderno en Alemania, en Holanda, en Rusia e incluso, desde un punto de vista or33 E. A. Griffini: Costruzione razionale della casa, Miln, 1931 (notablemente ampliada en las ediciones posteriores). 1. Diotallevi y F. Marescotti: Ordine e destino della casa popolare, risultati e anticipi, Miln, 1941. 35 De P. Bottoni, vase tambin el texto Urbanistica, Miln, 1938, publicado en los Quaderni della Triennale. 36 Cfr. C. Chiodi: La citt2 moderna, Miln, 1935.
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ganizativo y dimensional, en el resto de Europa. No obstante, deben recordarse, en este sentido, el barrio obrero de Rebbio (1938)) concebido como satlite de la ciudad de Como, proyectado por Sartoris y Terragni y que no llega a realizarse (figs. 81 1-814))y los barrios descentrados de Miln proyectados durante la guerra por Albini, Bottoni, Camus, Cerutti, Fabbri, Mazzocchi, Minoletti, Palanti, Pucci y Putelli por cuenta del Istituto case popolari, que tampoco llegan a ejecutarse. A Gardella, Albini, Minoletti, Pagano, Predaval y Romano se debe el proyecto Milano verde de 1938 (figs. 815-817)) una propuesta de reestructuracin y reorganizacin de la zona Sempione-Feria de Miln, cuyo significado provocativo no desmerece si se le compara con las orientaciones urbansticas ms avanzadas de la Europa de esa poca. En la misma lnea, aunque metodolgicamente ms riguroso, se encuentra el proyecto Citta ovizzontale de Pagano, Diotallevi y Marescotti, de 1940, el experimento quiz ms interesante de estos veinte aos, el nico en el que, entre otras cosas, se busca una estrecha coordinaproyecto (las cin entre las di.versas escalas de viviendas unifamiliares en L, las manzanas, el conjunto urbano). De esta propuesta los autores proporcionan dos ejemplos, un complejo de unidades de habitacin de cerca de 7 .O00 habitantes, sin ubicacin definida, y una aplicacin experimental en el centro de Miln, en la zona del Corso Garibaldi (figuras 818-819): aqu el contraste con la ciudad decimonnica adquiere un marcadsimo relieve, tanto por el empleo provocativo de las casas de una planta (que sin embargo permiten una densidad de 250 habitantes por hectrea) como por la ntegra sustitucin del tejido urbano, excepcin hecha de algunas preexistencias histricas (Brera, S. Marco, S. Simpliciano) que quedan englobadas en el
nuevo sistema. En este singular proyecto vuelven a proponerse los ejemplos polmicos de Le Corbusier sobre la relacin entre ciudad moderna y ciudad histrica, y la serialidad y el montaje caractersticos de algunos estudios de Hilberseimer. Anlogo en sus intentos metodolgicos -por la misma perentoriedad del modo de entender la relacin con el pasado- puede considerarse el plan del 36 para la ciudad de Aosta de G. L. Banfi, E. Peressutti y E. N. Rogers, que proponen una ciudad residencial geometrizada, mediante la sustitucin completa del tejido antiguo, alrededor de los monumentos mayores (fig. 820); este estudio forma parte del plan general del Valle de Aosta encargado al equipo BBPR36bis por Adriano Olivetti, un trabajo modesto en cuanto a sus problemticas de fondo, pero comprometido en cuanto se refiere a las cuidadosas indagaciones preliminares llevadas a cabo y a su correcto planteamiento metodolgico 37. Sin referencia, en cambio, a un contexto histrico concreto surgen los estudios de Giuseppe Vaccaro, publicados en el 37, que desarrollan una formulacin tipolgica inusitada (la denominada casa en colina), capaz, segn el autor, de reunir las ventajas que ofrece la vivienda aislada con la mayor economa que permiten los bloques colectivos: en este caso se busca la organizacin urbana en la alternancia de sistemas edificatorios y zonas equipadas, conforme a un modelo de expansin lineal continua* aplicable a las ciudades
36 bis Se trata del equipo profesional, de fama ,internacional, constituido en 1934 por los arquitectos Ludovico Barbiano di Belgioioso, Enrico Peressutti y Ernesto N. Rogers, y del que tambin form parte, hasta su muerte en 1945, Gian Luigi Banfi (N. del T.). 37 Cfr. E. Bonfanti y M. Porta, op. cit.
Figs. 806-810 (en la pgina opuesta). Dos documentos fotogrficos de la encuesta sobre las viviendas obrera; en la provincia de Miln realizada por Pucci y Botoni; tres grficos del texto La citti moderna de C. Chiodi, 1935. Figs. 811-814. Barrio obrero de Rebbio, junto a Como, de G. Terragni y A. Sartoris, 1938: situacin general, planirnetra y dos perspectivas.
Figs. 815-817. F. Albin, 1 . Gardella, G. Minoletti, G. Pagano, G. Predaval y G. Romano, Miln Verde, 1938: primera fase de ejecucin de la barriada, fase final y vista del conjunto.
Figs. 818 y 819. G. Pagano, 1. Diotallevi y F. Marescotti, Ciudad horizontal, 1940: variantes de la vivienda-tipo en relacin con el nmero de residentes, y aplicacin a la zona del Corso Garibaldi de Miln.
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Figs. 820-824. G. L. Banfi, E. Peressutti y E. N. Rogers, plan para la ciudad de Aosta, 1936; G. Vaccaro, la casa en colina, 1936: maqueta del esquema tipolgico; perspectiva en escorzo: seccin y una planimetra de unidad edificativa; y planimetra de un barrio.
Figs. 825 y 826. G. Fiorini, dos vistas de la ciudad formada por rascacielos, 1932.
existentes (figs. 82 1-824). Por el contrario, las intuiciones de Guido Fiorini, partiendo del desarrollo de una idea estructural, se traducen en una formulacin urbana vinculada a la influencia de los ambientes neo-futuristas, con los que el autor mantiene contacto (figuras 825-826).
LASOBRAS P ~ B L I C A SY
LA P O T E N C I A C I ~ N
D E LAS INFRAESTRUCTURAS
En la reorganizacin econmica y productiva de la nacin, querida por el rgimen fascista, se reserva un papel importante a las obras pblicas, en el sector de los equipamientos y de las infraestructuras urbanas y territoriales. En el plano econmico, estas obras pueden tener marcada incidencia en el descenso del nivel de desempleo, que se ha visto agravado por la retraccin de la demanda americana de mano de obra (1921-24) que durante decenios ha constituido una vlvula de escape para los excedentes italianos de fuerza de trabajo, y despus por la crisis internacional del 29, cuyas consecuencias, como se ha dicho, sufre tambin Italia. Pero la evidencia de unos resultados espectaculares e inmediatos en este sector quiere convertirse tambin en uno de los argumentos palpables de credibilidad del rgimen, frente a la lentitud y las indecisiones caractersticas de la Italia liberal en las realizaciones anteriores a la primera guerra mundial (casos del monumento a Vctor Manuel y del Palacio de Justicia, en Roma, por no citar ms que dos ejemplos bien conocidos); y se trata, adems, de presentar en pocos aos el aspecto tangible de una nacin renovada en una serie de testimonios monumentales, en un conjunto de smbolos, en un estilo propio. Esto
38 Cfr. G. Vaccaro: Una nuova cocenzione edilizia che risponde a un problema uitale, en Domus, mayo de 1937; La casa a collina e la citt2 con case a collina. Arch. Gitiseppe Vaccaro, en Architettura, noviembre de 1937.
explica los gravosos compromisos asumidos en los aos que preceden a la crisis econmica en la realizacin de obras pblicas ordinarias y extraordinarias, y la tentativa de mantener en actividad este sector incluso despus de 1930, cuando la coyuntura econmica aconseja el fomento del empleo en trabajos que requieren baja cualificacin para mitigar el paro, y cuando las necesidades polticas imponen la urgencia de destinar ingentes capitales a las inversiones coloniales y a la preparacin de la guerra. Las carreteras, las autopistas, la racionalizacin y la electrificacin de los ferrocarriles y la reestructuracin de los puertos constituyen las intervenciones ms importantes sobre las redes infraestructurales. En 1928, cobrada conciencia del creciente desarrollo de la motorizacin privada y de la necesidad de proceder a una reordenacin de la viabilidad nacional, se constituye, conforme al modelo de los Ferrocarriles del Estado, la Azienda autbnoma strade statali (AASS) para la construccin y gestin de la red primaria (carreteras de primera clase, rebautizadas ahora con el nombre de carreteras estatales, con un desarrollo total de ms de 20.000 kilmetros). Al ao siguiente la AASS presenta un programa de reconstruccin de cerca de 6.000 kilmetros de trazado, a ejecutar en seis aos, que lleva a la definicin de la red principal italiana anterior a la segunda guerra mundial (entre las arterias principales ejecutadas se cuentan las denominadas Tirrenia, Jnica, Adri tica y Gardesana occidental). En 1930 las estadsticas ponen de relieve la existencia de un volumen de trfico sobre el territorio nacional equivalente a seis veces el que exista antes de la guerra; en este mismo ao se unifica la sealizacin de carreteras y se aprueba el primer Cdigo de la Circulacin (Cbdice della Strada). La red italiana de autopistas (rete autostradale), que viene a alterar por vez primera el predominio histrico mantenido por los transportes ferrovariarios, debe su origen a la labor de promocin desarrollada por el empresario e ingeniero milans Piero Puricelli, que ya
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Figs. 827-832. La construccin de la red italiana de autopistas: las autopistas construidas en el periodo fascista, puente de hormign en la Miln-Brgamo junto a Crespi d'Adda, viaducto en la Brescia-Brgamo a la altura de Palazzolo sobre el Oglio, y entrada de la autopista Miln-Laghi en Miln; las obras de la red ferroviaria: subestacin de Aulla para la electrificacin de una lnea frrea, y entrada del tnel de Vernio en la lnea direttssima Bolonia-Florencia.
en el ao 21 obtiene autorizacin para la construccin de arterias rpidas especializadas. En rpida sucesin se llevan a cabo entre 1925 y 1935 la Miln-Laghi (84 km., 192526), la Miln-Brgamo (50 km., 1927)) la Roma-Ostia ( 21 km., 1929)) la Npoles-Pompeya (23 km., 1929), la Brgamo-Brescia (47 kilmetros, 1931), la Miln-Turn (127 km., 1932)) la Florencia-Mar (81 km., 1933), la Padua-Mestre (24 km., 1933) y la GnovaSerravalle (50 km., 1935); todas son autopistas de peaje, con entradas y salidas controladas, de un solo carril en cada sentido de marcha, con un trazado total de ms de 500 kilmetros realizados hasta 1935 (figs. 827830), y reguladas con base en una concesin administrativa por cincuenta aos a favor de grupos empresariales privados (con excepcin de la Roma-Ostia y de la Gnova-Serravalle, construidas y administradas por la AASS). Como resulta evidente, el nudo ms importante del sistema italiano de autopistas se articula al servicio del sistema productivo del rea milanesa y de la directriz Miln-Turn: la autopista de los Lagos (autostrada dei Laghi) nace por iniciativa de un comit especial constituido el ao 22 bajo el patrocinio del Touring Club, que luego da lugar a la Societi Anbnima Autostrade (el tramo MilnVarese est ya abierto en el 23, el tramo Linate-Como en junio del 25 y el ramal Gallarate-Sesto Calende en septiembre del 26); la Miln-Brescia es financiada por dos empresas distintas, el tramo Miln-Brgamo por los grupos econmicos bergamascos y el tramo siguiente por el municipio de Brescia; la importante Turn-Miln (con un trfico de 350.000 vehculos al ao en el momento de su apertura y de 600.000 en 1938) es financiada por una sociedad turinesa en la que destaca la participacin del capital aportado por la FIAT. Las arterias menores, entre Roma y Ostia, entre Npoles y Pompeya y entre Florencia y el mar, dejan entrever, en cambio, la intervencin de motivos de prestigio o de clientela, en el marco de intereses tursticos (pinsese, en el caso de la Florencia-mar, en la preferencia concedida al enlace con Via-
reggio, en vez de la unin con el puerto de Livorno). En su conjunto, la poltica del Estado en el sector de las carreteras y autopistas -muy avanzada, en muchos aspectos, en nuestro pas- puede contemplarse tambin en relacin con los intereses ligados a la motorizacin privada por parte de los grandes grupos industriales del automvil, del cemento y del caucho; el agotamiento del ciclo de estas obras poco despus de 1930 ha de ponerse en relacin, en cambio, con la crisis internacional, con la autarqua econmica y con la produccin blica. La red ferroviaria es reforzada y simplificada entre los aos 20 y 40, mediante la realizacin de algunas lneas di~ettisime,la Gnova-Tortona (1922), la Verona-Isola della Scala (1924)) la Roma-Npoles a travs de la llanura Pontina (1927) y, en fin, con la obra de mayor relieve llevada a trmino bajo el fascismo, la Florencia-Bolonia. La electrificacin progresa considerablemente, sobre todo entre 1930 y 1940, una vez que la espina dorsal del sistema ferroviario italiano, la lnea Miln-Npoles, ya haba quedado electrificada a partir de 1922. En total, en los veinte aos del fascismo se ponen en funcionamiento ms de 5.000 kilmetros de nuevos tendidos ferroviarios; tambin se introducen otras mejoras en el material rodante (figs. 831-832). El sistema de infraestructuras portuarias se potencia con la ampliacin de los puertos de Catania y Bari (1919), de Gnova, Palermo y Livorno (1923), de Npoles y Trieste (1924)) de Civitavecchia y Ravena (1925), de Marghera (1917-26).
b) LAS BONIFICACIONES
PONTINA A LAS
ISLAS
DE TIERRAS Y LOS
INTERVENCIONES EN LAS
La cuestin campesina y, ms en general, el desarrollo y la adecuacin de la economa agrcola forman parte de esa herencia, ya histrica, de problemas que los anlisis sociales y polticos han colocado numerosas ve-
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ces en el orden del da -pinsese en el dilatado debate meridionalista de comienzos de siglo-, sin que, no obstante, las clases burguesas dirigentes hayan sabido elaborar ni realizar una poltica orgnica de actuacin al respecto. Insertando este sector en su programa poltico-social y aportando al mismo, por todos los medios propagandsticos posibles, su propio capital ideolgico, el fascismo se ve impulsado a intervenir ante la perspectiva de hacer presa en un ambiente de trabajo desilusionado por decenios de promesas incumplidas y considerado todava, con razn o sin ella, ampliamente inmune -a diferencia de lo que ocurre con la clase obrera urbana- a los principios del socialismo y del marxismo. Esta perspectiva se ve reforzada por el hecho de que los gobiernos y los partidos burguesesliberales se han mostrado, incluso en la posguerra, impreparados y titubeantes en este sector clave de la vida nacional. En la perspectiva de la revalorizacin agrcola acometida por el fascismo, el hecho ms importante, en la fase final del primer conflicto mundial, ha sido la creacin de la Opera nazionale combattenti (ONC) por decreto de 1917. Las funciones de este organismo, que inicia su actividad oficial en 1918, se orientan a favorecer la ocupacin productiva de los ex-combatientes gracias a medidas de carcter financiero y patrimonial. A tal fin se autoriza a la ONC para constituir un patrimonio propio en el sector agrario, incluso a travs de la expropiacin de tierras que no estn racionalmente explotadas, o de latifundios, con vistas a la formacin y revalorizacin de empresas agrcolas. Organizacin de vrtice, sustrada a cualquier tipo de control por parte de los sindicatos, preocupada por frenar las iniciativas autnomas de tipo cooperativista de los licenciados del ejrcito o, al menos, por seleccionarlas en funcin de su conformidad con su propia orientacin poltica, la ONC, en el momento en que el fascismo se instala en el poder, todava no ha comenzado a operar en concreto, aunque aparece ya dotada de una considerable reserva
financiera y de un patrimonio inmobiliario ciertamente notable. Entre tanto, a partir del 23 la poltica agrcola es objeto de una revisin con arreglo a nuevas bases. Es esencial el cambio de orientacin que se efecta a travs de la evolucin del concepto de bonFfica (bonificacin de tierras) con la transicin a ese tipo de poltica territorial que se denominar bonifiea integrale (bonificacin integral, por contraposicin a la mera bonificacin hidrulica, de avenamiento e irrigacin): es decir, una intervencin que no comporta solamente el saneamiento hdrulico de los terrenos, sino que sirve tambin para introducir una distinta distribucin de las propiedades rsticas y para promover la repoblacin forestal y la puesta en cultivo de tierras antes baldas. Mediante una sucesin de decretos de los aos 23, 24 y 25 vienen a modificarse concretamente los criterios operativos vigentes hasta entonces; el 28 la ley Mussolini, o legge della Bonifica integrale, establece un plan financiero para el sector para un perodo de catorce aos, que debe comenzar a funcionar a partir de 1930; en el 33, en fin, un ltimo decreto reordena orgnicamente todo el sector, sancionando la prioridad de los objetivos de colonizacin sobre los higinicos e hidrogeolgicos, estableciendo la competencia del Estado respecto de las bonificaciones ms importantes (de primera categora), que han de llevarse a cabo mediante entidades y consorcios creados al efecto. El mrito del nuevo encuadramiento terico-programtico y legislativo de la materia ha de atribuirse en gran parte al especialista Arrigo Serpieri, quien, en su condicin de subsecretario de Economa Nacional para las bonificaciones, es autor tambin de un plan general de los territorios que han de beneficiarse de esta poltica. Para organizar 1.a colonizacin de los distritos saneados y mejorados se crea, a partir de marzo de 1926, un Comit permanente para las migraciones interiores, que luego pasa a depender del Ministerio de Obras Pblicas (1928) y ms tarde, en 1930, del Jefe del Gobierno, es decir, de Mussolini en persona. Un proyecto
de ley del mismo ao autoriza la transferencia de fuerza de trabajo entre las diversas regiones de la pennsula, con el objetivo de sustraer poblacin a las zonas con exceso de mano de obra para distribuirla en aquellas otras donde se produce una demanda de trabajo no satisfecha. Con el nuevo apoyo prestado a los planes de revalorizacin agrcola, los consorcios privados vuelven a operar en comarcas como el Ravennate, el Ferrarese y el Bolognese, mientras que, por su parte, los entes pblicos ya instituidos al efecto -entre los ms importantes se cuentan el Ente Tre Venezie y el Ente Maremma, y sobre todo la ONC- llevan tambin a cabo sus primeras intervenciones en los territorios de su respectiva competencia. La ONC, en particular, al encomendrsele el ms prestigioso programa pblico de colonizacin, el de bonificacin de los marjales Pontinos (Agro pontino), y con las otras iniciativas ya acometidas, se convierte en instrumento importante de los fines del rgimen, estando llamada a desempear, hasta 1943, un papel de gran relieve en la vida social italiana, en el planeamiento territorial agrario, en las bonificaciones y en la planificacin de obras pblicas, de complejos de fincas rsticas y de ncleos urbanos (fig. 833). Con la bonificacin y colonizacin del Agro romano [las marismas del Lacio], el fascismo realiza su obra ms significativa de transformacin territorial bajo control pblico, en el marco de la formacin de esa pequea propiedad campesina que se sita en el centro de su programa social. Son suficientemente conocidos los motivos que impulsan al nuevo rgimen a empearse precisamente en el territorio P'ontino en una experiencia que tiene el carcter de punta de lanza, demostrativa de la eficacia y del dinamismo del nuevo acontecer poltico, y prueba de su capacidad para galvanizar a la propia organizacin estatal. La cuestin del Agro romano es considerada por la opinin pblica como una herencia sin resolver, no slo de los gobiernos liberales, sino de la misma admi-
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nistracin papa1 anterior a la Unificacin; por lo que los resultados obtenidos en la batalla contra el parasitismo latifundista pueden reconocerse, no solamente mediante la confrontacin con la realidad anterior a las intervenciones, sino tambin recurriendo a una perspectiva histrica ms amplia (figs. 834-835). Por otra parte, la regin tiene una densidad de poblacin bastante baja, con una media general de siete habitantes por hectrea, contando con amplias comarcas desiertas, en parte propiedad de entidades y de dominio pblico, mientras que los propietarios privados se caracterizan por su absentismo o, en todo caso, por su escaso inters en actuar por propia iniciativa (ciertamente, tampoco la expropiacin afecta a beneficios llamativos, al estar constituidas las rentas reales tan slo por la actividad de pastoreo). Adems, la proximidad del Agro a la capital es un factor que facilita la publicidad de los resultados conseguidos y -en una relacin ideal de complementariedad con las grandes obras de la Roma fascista- la demostracin de la versatilidad del rgimen en su forma de enfrentarse con la problemtica urbana y territorial, en sus nuevos y variados aspectos, con soluciones propias y originales. En estrecho contacto con las instancias directoras del rgimen, la ONC es el organismo tcnico-administrativo que se responsabiliza de la operacin, casi en su totalidad: estn en sus manos el plan territorial, las obras de bonificacin, la puesta en cultivo de los terrenos hasta ahora incultos, la construccin de los nuevos poblados (borghi), la reorganizacin administrativa provincial y municipal, el control de la actividad econmica y las relaciones con los colonos. Bastante ms extemporneas -y vinculadas a la iniciativa personal de Mussolini- son las circunstancias que llevan a individualizar el nmero y la distribucin sucesiva de los centros mayores, que a menudo se deciden y anuncian por el propio Duce incluso antes de que se haya llegado a una seleccin definitiva de su ubicacin. Por otro lado, entre tales centros tan slo Pontinia es proyectada por los departa-
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mentos tcnicos de la ONC, mientras que el proyecto de Littoria se confa a proyectistas de fuera por encargo directo, y en los casos de Sabaudia, Aprilia y Pomesia se recurre a la convocatoria de concursos nacionales 39. Con las dos leyes de 1910 y 1919 ya se haba tratado de impulsar la iniciativa privada hacia la construccin de poblados rurales (borgate ruralia) y de obras de urbanizacin en el Agro romano, en las proximidades 'de la capital. La ONC, en los mismos inicios de su actuacin, procede a la confiscacin de terrenos mediante la cesin de los mismos por parte del Estado o de otros entes pblicos, o mediante expropiacin forzosa a los dueos particulares; en una segunda fase, definidos los lmites territoriales de la intervencin -en una circunscripcin que por el momento comprende reas a revalorizar con ms de 60.000 hectreas de terrenos incultos y en parte boscosos, entre Cisterna y Terracina-, se redacta un plan tcnico de saneamiento hidrulico precedido por una serie de meticulosos estudios hidrogeolgicos y sobre el'estado de los terrenos. Las obras de bonificacin, con el trazado de los canales y los primeros rellenos y desecaciones, se inician en 1926; en 1930 se procede al desmonte, mientras se va delineando la estructura de la red viaria principal y secundaria. Las obras avanzan rpidamente, con empleo de grandes recursos humanos: 25.000 obreros, alojados en barracas, aparecen empeados en un dursimo esfuerzo, tanto ms penoso por cuanto que las obras de desecacin, de canalizacin de las aguas y de preparacin del suelo se efectan con mtodos e instrumentos bastante primitivos (figs. 836-838). En 1932 los primeros colonos entran en las fincas que les son asignadas, con lo que concluye la primera fase de las obras, que comprende 1.350 fincas y 10 poblados, con la cabecera de provincia establecida en Littoria; el ao 33 se termina la segunda fase (850 fincas y 8 poblados) y el 35 la tercera (1.097 fincas y 4
39 Vase, a este propsito, la estimable aportacin de R. Mariani: Fascismo e cittd nuove, Miln, 1976.
poblados). Una cuarta comarca en la provincia de Roma, con el centro de Pomezia, vendr a formar parte del complejo pontino en 1939. El balance de conjunto de las infraestructuras, al final de las obras, puede sintetizarse en estas cifras: 2 .O00 kilmetros de canales y 900 de carreteras, adems de los poblados y centros construidos (fig. 839). La articulacin del asentamiento humano refleja el intento de crear una estable estructura social-productiva campesina, vinculada a la tierra por una propiedad inmobiliaria unifamiliar y al aparato institucional por una serie de lugares colectivos capaces, en conjunto, de neutralizar la atraccin ejercida por la gran ciudad, mediante una oferta bien dimensionada de servicios sociales estrictamente compenetrados con la red organizativa del partido fascista; articulacin que se expresa, en sus crecientes niveles de complejidad, en la triada jerrquica finca-poblado-ciudad (podere-borgo-cittk). Los predios o fincas tienen unas dimensiones comprendidas entre las 5 y las 30 hectreas (con una media de 15 hectreas y a veces con hazas de menos de 5 hectreas en las zonas de regado); las casas de los colonos (case colbniche), dotadas de estructuras de servicio, se construyen a lo largo de las carreteras y vas de comunicacin, en filas regulares. Al servicio de una poblacin de alrededor de 100 familias se levantan los borghi, concebidos como centros de explotacin agraria, establecidos en los cruces de la nueva red de caminos menores y con frecuencia surgidos a partir de los mismos lugares donde se haban centralizado las obras de bonificacin, ampliados despus por la ONC mediante la creacin de depsitos de la maquinaria agrcola, almacenes y silos, y dotados de equipamientos administrativos y sanitarios, con la casa del Fascio y con la iglesia. Las ciudades, en fin, de dimensiones comprendidas entre los 3.000 y los 5.000 habitantes (salvo el caso de Littoria, cabecera de provincia), surgen en debida correspondencia con los puntos de mayor fuerza de la red de infraestructuras: su funcin preeminente de centros adminis-
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Figs. 833-835 ( e n la pgina opuesta). Los distritos de bonificacin de tierras en Italia alrededor de 1930; las condiciones del Agro romano antes de las bonificaciones; inundacin en la zona de Piscinara, junto a Terracina, y vista de una casa hecha de barro y paja. Figs. 836-838. Las obras en el Agro pontino: una draga efectuando trabajos de drenaje, la excavacin de los canales, una de las casas destinadas a los colonos de la ONC. Fig. 839 (abajo en las d o s pginas). La puesta en cultivo del Agro pontino tras las obras de bonificacin.
trativos, tcnicos y representativos viene definida por un programa detallado de los equipamientos necesarios, acompaado de una serie de prescripciones relativas a la densidad de poblacin y a las tipologas residenciales 40. En abril de 1932 el Duce, en el curso de una visita a las zonas de las marismas para inaugurar las obras efectuadas hasta' el momento, anuncia la construccin de un centro estable de 5.000 habitantes que tomar el nombre de Littoria y cuya edificacin habr de iniciarse inmediatamente. Littoria surgir sobre el solar de uno de los ncleos obreros preparados en la primera fase de las operaciones de bonificacin, el denominado il Quadrato~. En un brevsimo espacio de tiempo se prepara un plan de construccin, cuya redaccin se confa a un profesional que goza de la confianza del rgimen, el arquitecto Oriolo Frezzotti, propuesto por el honorable Calza Bini, secretario del Sindicato nacional de arquitectos. El esquema de Frezzotti, con su planta en telaraa radiocntrica, responde a un modelo convencional que, de todos modos, se adapta bastante bien a la idea de expresar la convergencia del territorio sobre el centro representativo de la nueva ciudad. Por lo
40 En el programa elaborado por la ONC: la lista o catlogo comprenda todo: estructuras administrativas, como la Casa consistorial (con "torre littoria"); estructuras polticas y sindicales, como la Casa del Fascio, las sedes de la ONC, etc.; estructuras representativas (las plazas y las explanadas para asambleas y reuniones), religiosas (iglesia, campanario, baptisterio, casa del prroco y guardera infantil), militares (cuarteles de carabineros y de la milicia), escolares (escuelas elementales y de formacin profesional, ONR), asistenciales (hospital, ONMI), comerciales (matadero, mercado cubierto, tiendas con prticos, bancos, etc.), de servicios (Correos y Telgrafos, telfonos), para el tiempo libre (crculos de empleados y dependientes, bar, caf, restaurantes, un hotel, un cine-teatro), deportivas (campos de juego para chicos y adultos), etc. Tales estructuras aparecan con dimensiones proporcionadas a la poblacin de cada municipio, rigurosamente establecida a priori por el plan territorial. A. Mioni: Le trasformazioni territoriali in Italia nella prima etd industriale, Padua, 1976, pgs. 257-58.
dems, a Frezzotti no se le pide originalidad ni investigacin metdica, sino tan slo el cumplimiento de unos plazos de ejecucin lo ms ajustados que sea posible al ritmo fascista que deber imprimirse a toda la realizacin de la obra. Al autor del plan general se le confa tambin el proyecto de los edificios pblicos ms importantes, conforme a un programa que despus marcar tambin el camino a seguir en la construccin de las sucesivas ciudades del Agro 41. Las obras avanzan febrilmente desde junio a diciembre del mismo ao (figs. 840-845), mientras va constituyndose el nuevo trmino municipal con territorios sustrados a los municipios limtrofes de Cisterna y Sermoneta: el 18 de diciembre Mussolini puede inaugurar solemnemente la primera ciudad surgida de las tierras pantanosas, y aprovecha la ocasin para anunciar la construccin de dos nuevos centros, Sabaudia y Pontinia. En diciembre de 1934 Littoria se convierte en cabecera de provincia y sede del Ispettorato generale dell'Agro pontino, asumiendo un papel preeminente como centro del rea de bonificacin. Como consecuencia de la nueva funcin asumida, en 1935 se elaborar, por el mismo arquitecto Frezzotti, un plan de ampliacin que refuerza el sistema radiocntrico-anular inicial, llevando las previsiones de asentamiento de poblacin hasta la cifra de 50.000 habitantes a. En abril de 1933 la ONC convoca un concurso nacional para el proyecto de la segunda ciudad pontina, Sabaudia, junto a la nueva
41 Entre las numerosas exposiciones acerca de la fundacin de Littoria podemos sealar las siguientes: V. Orsolini Cencelli: Littoria e la bonifica dellJAgro pontino, en Gerarcha, 11, 1932; La nuova cittd di Littoria nellJAgro pontino. Arch. Oriolo Frezzotti, en Architettura, septiembre de 1933; C. Cecchelli: Le metropoli dell'Agro polztino: Littoria, en Emporium, octubre de 1933. Cfr. G. Nicolosi: Le case popolari di Littoria nel quadro degli attuali orientamenti della edilizia popolare in Italia, en Architettura, enero de 1937, y Case di abitazione a Littoria. Architetti Mario Paniconj y Giulio Pediconi, en Architettura, agosto de 1940.
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lnea litoral, en el punto en que se encuentra con las carreteras militares 53 y 54: se prev para el centro una poblacin de 5.000 habitantes, fijndose en unas 20.000 almas la correspondiente a toda la circunscripcin municipal que habr de constituirse a base de algunos territorios hasta entonces pertenecientes a los trminos municipales de Cisterna, Terracina, Sezze y S. Felice al Circeo. En mayo del mismo ao, entre los trece proyectos presentados al concurso se seleccionan tres para pasar a un concurso de segundo grado, en el que resulta triunfador un grupo de arquitectos jvenes (Gino Cancellotti, Eugenio Montuori, Luigi Piccinato y Alfredo Scalpelli) que han seguido atentamente las investigaciones que en esos aos se llevan a cabo en Europa. Y efectivamente, en su propuesta, en comparacin con el anterior proyecto para Littoria, se evidencia la bsqueda de una solucin ms articulada, tanto en la distribucin de los edificios pblicos como en la seleccin de las tipologas residenciales y en el trazado de los viales (figuras 846-850). Por tales caractersticas Sabaudia ser considerada p o r las corrientes antiacadmicas de la crtica contempornea e incluso por una parte de la historiografa posterior- casi como contrapuesta a las dems ciudades pontinas, como uno de los puntos ms firmes de la nueva cultura urbanstica y arquitectnica: valoracin excesiva que no resiste una crtica desapasionada y que solamente tiene sentido en el seno de la dialctica cultural a que se tiende en aquellos aos. Tampoco resultara difcil poner de relieve -ciertamente junto si la omisin de todas las atrivialidades y de los rasgos ms caractersticos de la arquitectura oficial- no solamente la adhesin sustancial a las hiptesis socioeconmicas de partida del programa, sino tambin su traduccin en temticas tipolgicas y espaciales asumidas de un modo ms bien convencional (la separacin funcional entre plaza cvica, plaza religiosa y plaza del mercado; la conciliacin entre sistema edificativo cerrado, sistema abierto y viviendas aisladas). La fundacin oficial de Sabaudia, con la
colocacin de la primera piedra, tiene lugar el 5 de agosto de 1933, antes incluso de que se haya resuelto el concurso de segundo grado. El complejo es inaugurado demaggicamente el 15 de abril del siguiente ao, fecha en que ni tan siquiera los edificios ms importantes se han terminado 43. En el caso de Pontinia, para la cual la ONC decide aprovechar la labor de su propio departamento tcnico, el plan es redactado por el ingeniero A. P'appalardo, que cuenta con la colaboracin de Frezzotti. El resultado es una solucin en planta geomtrica atravesada por ejes diagonales, con una capacidad prevista de 3.000 habitantes (fig. 851). El proyecto y la fundacin. del ncleo se llevan a cabo en 1934, la inauguracin oficial tiene lugar en diciembre de 1935. El nuevo trmino municipal se constituye a base de territorios hasta entonces pertenecientes a los municipios de Sezze, Priverno y Terracina 44. En el caso de Aprilia, destinada a surgir en el cruce del eje principal del Agro con la carretera de Anzio, se vuelve a la prctica del concurso nacional, que se convoca en 1935: la poblacin prevista ser tambin de 3 .O00 habitantes y el carcter del nuevo centro habr de ser francamente agrcola. Entre los diecisiete proyectos presentados, en enero de 1936 (figs. 852-853), el jurado designado
43 Sobre Sabaudia, G. Pensabene: Sabaudia, en Casabella, octubre de 1933; L. Piccinato: Il significato urbanistico di Sabaudia, en Urbanistica, enero-febrero de 1934; M. Piacentini: Sabaudia, en Architettura, junio de 1934; P. Vago: Sabaudia, en LIArchitecture d'aujourd'hui, julio de 1934; y adems: Nuovi edifici a Sabaudia. Architetto Angelo Vicario, en Architettura, abril de 1935; Nuovi edifici a Sabaudia. Arch. Oriolo Frezzotti, en Architettura, mayo de 1935; Nuovi edifici a Sabaudia. Dott. arch. Gino Cancellotti, Eugenio Montuori, Luigi Piccinato, Alfredo Scalpelli, en Architettura, septiembre de 1935. Una relacin vista desde Inglaterra es la de W. Dougill: T w o New Towns in Italy. Littoria and Sabaudia, en Town Planning Review, junio de 1936. 44 Sobre Pontinia, cfr., sobre todo, el nmero especial de diciembre de 1935 de La Conquista della Terra.
Figs. 840-845. Planimetra de la primera fase de las obras en el Agro pontino; la primera ciudad nueva del Agro, Littoria: planimetra general, la ciudad en construccin en 1932, vista area en 1940, dos arquitecturas de O. Frezzotti (ayuntamiento y cuartel de la milicia fascista). 1:igs. 846-850 (en la pgina opuesta). La realizacin de Sabaudia: dos de los proyectos presentados al concurso nacional, planimetra del proyecto triunfador de G. Cancellotti, E. Montuori, L. Piccinato y A. Scalpelli, y dos vistas areas.
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Figs. 851-857. Las otras ciudades del Agro pontino: planimetra de Pontinia; planimetra y maqueta dcl proyecto presentado al concurso para Aprilia por F. Fariello, S. Muratori, L. Quaroni y E. Tedeschi; plai~ regulador de Aprilia de C. Petrucci, L. M. Tufaroli, E. F. Paolini y R. Silenzi, y dos vistas de la ciudad; plan regulador de Pomezia.
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al efecto premia los redactados por el grupo compuesto por los arquitectos Petrucci, Tufaroli, Paolini y Silenzi, particularmente gratos en las altas esferas del rgimen; una polmica suscitada por Piacentini sobre los resultados del concurso es bien pronto acallada. El pequeo ncleo -en el que se advierte, como en el caso de Pontinia, la influencia del proyecto para Sabaudia- presenta una configuracin compacta, definida por una arteria de circunvalacin que envuelve por tres lados al centro representativo, delimitado hacia el Este por una franja de zonas verdes pblicas (figuras 854-856). La inauguracin tiene lugar el 18 de noviembre de 1937. El territorio del trmino municipal se obtiene desgajndolo de la circunscripcin administrativa de la propia Roma 45. Pomezia, la quinta ciudad de nueva fundacin, por su ubicacin a las puertas de Roma, se destina, conforme al programa oficial, a ser la puerta de entrada del Agro redimido, en relacin tambin con la expansin de Roma hacia Ostia. La ONC convoca un concurso en el 37 que, tras una primera fase de seleccin, lleva al ao siguiente a que se confe la ejecucin de la obra al mismo grupo triunfador en el concurso para el proyecto de Aprilia, tambin en esta ocasin en contra de las preferencias personales de Piacentini, que ha formado parte del jurado encargado de resolver el concurso. El plan, concebido para la ya habitual previsin de 3.000 habitantes, se articula en la composicin de un sistema lineal mayor (en el que puede vislumbrarse el recuerdo de alguna que otra Siedlung semiurbana), sobre el que se acopla en T un sistema secundario, generando en el punto de encuentro el centro representativo (fig. 857 ). La inauguracin de Pomezia tiene lugar el 29 de noviembre de 1939; el nuevo trmino municipal se integra con territorios pertenecien45 Sobre Aprilia, cfr. M. Piacentini: Aprilia, en Architettura, mayo de 1936; A. Melis: 11 concorso per il piano regolatore di Aprilia, en Urbanistica, nov,iembre-diciembre de 1936; Aprilia realizzata, en Urbanistica, mayo-junio de 1938; Aprilia, en Architettura, julio de 1938.
tes hasta entonces a la circunscripcin administrativa de Roma 46. La bonificacin de los marjales pontinos constituye el xito ms celebrado de la poltica territorial del fascismo, magnificado por una eficaz labor de propaganda, tanto en el interior como en el exterior del pas, que sabe presentar con gran nfasis las realizaciones arquitectnicas, el respeto de los plazos previstos para las obras, la vida serena y laboriosa de los colonos en las tierras redimidas, los resultados econmicos obtenidos y los efectos positivos de la operacin respecto del desempleo existente: en una palabra, la capacidad del rgimen para planificar orgnicamente economa, sociedad y territorio. Pero es, sobre todo, este juicio de conjunto el que es preciso desmontar, incluso admitiendo que quepa acreditar al rgimen la capacidad de llevar a efecto una intervencin pblica de transformacin territorial de dimensiones jams intentadas antes en Italia, movilizando en ella un ingente esfuerzo organizativo. Operacin ordenada desde las alturas en su fase decisoria y ejecutiva, la bonificacin de los marjales pontinos se ve marcadamente condicionada tambin por los fuertes intereses ideolgicos y polticos que el propio rgimen le atribuye. Con respecto a los objetivos econmicos generales, la empresa del Agro pontino no constituye, en realidad, ni un episodio de reforma agraria ni un relanzamiento productivo de la agricultura: con la exclusin de alternativas distintas (por ejemplo, de ingentes intervenciones tcnicas y de reordenacin de la propiedad en el latifundio meridional), esta opcin demuestra precisamente la extrema cautela del rgimen en relacin con la gran propiedad rstica (las bonificaciones pontinas suponen, incluso, una revalorizacin en la dotacin de infraestructuras para aquellas pro46 Sobre Pomezia, cfr. A. Melis: 1 1 concorso per il piano regolatore di Pomezia, en Urbanlstica, julio-agosto de 1938, y P. Marconi: Concorso peu il piano regolatore di Pomezia, en Architettura, septiembre de 1938.
piedades latifundistas que quedan excluidas de las medidas de expropiacin); es irrelevante la contribucin a la intensificacin productiva, en razn de la ptica de produccin cerelaista adoptada y de la baja cualificacin tecnolgica de la intervencin, en la que el trabajo constituye todava el factor ms importante Tampoco salen bien las cuentas respecto de la difcil coyuntura del mercado de trabajo, pues si bien el rgimen consigue presentar las grandes obras del Agro como medida eficaz contra la desocupacin, que va en aumento desde el 26 y alcanza su vrtice en el 33 con cerca de 1.300.000 parados, lo cierto es que en ese mismo ao todos los trabajos de bonificacin, de iniciativa pblica y privada, en marcha en Italia emplean un contingente de mano de obra equivalente tan slo al 6 por i @ O de la fuerza de trabajo desocupada. En el plano de los objetivos sociales, la apresurada seleccin de las familias acampesinas, efectuada a menudo sobre la base de consideraciones polticas, da lugar a la presencia de una poblacin a veces impreparada para el laboreo agrcola y, en todo caso, poco dispuesta a adaptarse a unas condiciones del trabajo de explotacin que resultan bastante gravosas y duras, sobre todo inicialmente: los colonos se reclutan mediante un duro contrato de aparcera en el que las modalidades previstas para la redencin de la propiedad resultan muy arduas como consecuencia del
47 En comparacin con el lento proceso secular de intensificacin por medio sobre todo de mtodos artesanales de produccin, una empresa como la de la bonificacin de los marjales pontinos, al sur de Roma, en los aos treinta, constituye en realidad un episodio totalmente secundario del desarrollo agrcola italiano, especialmente por cuanto que se llev a cabo en el marco de la campaa lanzada por el rgimen fascista en favor del aumento de la produccin de cereales, incremento considerado como objetivo principal de la poltica agrcola: una poltica que bien poco se preocupaba de la tendencia lgica hacia un ulterior proceso de intensificacin. F. Dovring: La trasformazione dell'agricoltura europea, en La rivoluzione industriale e i suoi suiluppi, en la Storia Economica di Cambvidge, Turn, 1974, pgina 673.
escaso rendimiento econmico de la produccin (a pesar de los incentivos psicolgicos de los que tan amplia publicidad se hace), que deriva, a su vez, como ya hemos dicho, de la excesiva importancia conferida a los cultivos cerealistas; adems, algunas clusulas contractuales entran en juego para vincular pesadamente la libertad de la familia, en particular en los casos en que se prohbe modificar el nmero de los componentes de la unidad de colonizacin sin previo acuerdo con la ONC, excepcin hecha de la evolucin demogrfica natural. Y, en efecto, los informes de la ONC sealan con frecuencia la falta en muchos colonos de una conciencia rural, ya sea porque son de ascendencia artesana o porque no consiguen desprenderse de una mentalidad salarial fuertemente arraigada. Alrededor de 1940 se hacen cada vez ms frecuentes los episodios de intolerancia y de rebelin debidos a la explotacin, a la desilusin que generan las promesas incumplidas y al deficiente comportamiento de los funcionarios del partido. Las caractersticas de los asentamientos reflejan con fidelidad la mezcolanza ideolgica que sustancia los parmetros econmico-sociales de la operacin, desde la toponimia modelada conforme a asonancias latinizantes y con resonancias de las vicisitudes de la patria en armas (borgo Bainsizza, borgo Sabotino, borgo Piave, etc.), hasta las soluciones estudiadas para los ncleos mayores, modelos urbanos por su carga figurativa, pero contenidos en sus dimensiones, en una especie de congelado equilibrio entre monumentalismo y ruralismo, entre presencia ins titucional y espontaneidad orgnica no aldeana: espacios y funciones que de cualquier modo afirman -ms que la posibilidad de favorecer las necesidades de intercambio y de asociacin de los trabajadores- la realidad de las asambleas oficiales y de las instituciones del rCgimen, y de la propaganda machacona y demaggica que de ellas emana. Los aspectos emblemticos ms representativos de la colonizacin constituyen de todos modos un vehculo seguro del inters autntico que las
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Figs. 858-861. Guidonia, la ciudad del aire: planimetra general, vista de la entrada a la plaza con la Torre Littoria situada a la derecha, el edificio del ayuntamiento en la plaza central, y vista de la iglesia de la Madonna di Loreto. Fig. 862. Una lmina del plan paisajstico del Circeo.
bonificaciones pontinas suscitan en el exterior, fomentado por la hbil propaganda fascista, aunque en el fondo son, sobre todo, los elementos polticos de este episodio de planificacin territorial los que parecen aludir a un nuevo modelo de gestin del Estado en el momento en que, tras la crisis econmica mundial, las naciones capitalistas se encuentran a la bsqueda de nuevas formas de responsabilidad de los rganos pblicos en el campo de la planificacin fsico-econmica, aptas para recomponer las bases vacilantes del sistema liberal; mientras que al propio tiempo, en otro frente, el de la Alemania hitleriana, las ciudades nuevas y las explotaciones agrarias del territorio pontino se interpretan como autorizada confirmacin indirecta de la poltica agrcola del nacional-socialismo '*. Dentro del cuadro general de las obras acometidas en el Agro pontino pueden mencionarse tambin otras dos realizaciones del rgimen, la fundacin de la ciudad nueva de Gui,. donia y la creacin del Parque nacional del Circeo. Guidonia, la ciudad del aire, destinada a convertirse en ncleo residencial d e l personal militar y civil adscrito al aerdromo de Monte Celio y al vecino centro experimental aeronutico ", situada a una treintena de kilmetros al norte de Roma siguiendo la va Tiburtina, es inaugurada por el Duce en octubre de 1937, constituyndose en trmino municipal con los territorios sustrados a los vecinos municipios de Monte Celio, Tvoli y S. Angelo Romano. El plan, previsto para
48 Para las referencias aparecidas en la prensa diaria de los pases extranjeros, cfr. R. Mariani, op. cit., pgs. 179-82. Adems: R. Sterling Frost: The Reclamation of the Pontine Marshes, en Geographical Review, octubre de 1934; R. Jacquard: L'assainissement des Marais Pontins, en Annales de Gographie, septiembre de 1936. Un nuevo examen reciente del tema en R. L. Gentilcore: Reclamation in the Agro Pontino, en Geographical Review, julio de 1970. 49 La ciudad se dedica a la memoria del general de aviacin Guidoni; las calles reciben todas el nombre de pioneros y hroes de la aviacin, incluidos Archita da Taranto y Leonardo da Vinci.
un mximo de 4.000-5.000 habitantes, no difiere mucho de los realizados para las ciudades pontinas, con su planta ortogonal, con la plaza cvica dominada por la torre Littoria y distinta del centro religioso, situado en las pendientes del Monte Celio, y con sus bloques de edificios colocados en parte en lnea continua al borde de la carretera y en parte aislados en series; se nota, en cambio, en comparacin con los centros del Agro, el intento de dar vida a una arquitectura de expresin moderna, que se considera ms adaptada a las particulares funciones del asentamiento 50 (figuras 858-861). El autor del plan y de los proyectos de edificacin es el arquitecto Alberto Calza Bini, con la colaboracin de Giorgio Calza Bini, Gino Cancellotti y Giuseppe Nicolosi, mientras que la ejecucin de las obras se confa al Istituto autbnomo case popolari de Roma. El Parque Nacional del Circeo se crea en 1934, afectando a fines de salvaguardia de la flora y fauna locales cerca de 3.200 hectreas que abarcan la Selva di Terracina, las pendientes del promontorio del mismo nombre y una parte del litoral (la disposicin en cuestin, coetnea a la de creacin del Parque Nacional del Stelvio, sigue la lnea iniciada en el 22 con la formacin de los Parques Nacionales del Gran Paradiso y de los Abruz20s). No obstante, a tales premisas no corresponde despus un empeo serio de estudio y de defensa activa de los equilibrios ecolgicos del parque; por el contrario, el destino cturstico atribuido a Sabaudia lleva, alrededor de 1940, a la elaboracin de un plan paisa50 Puesto que Guidona alberga una poblacin que ya no es rural, sino de soldados, estudiosos y tcnicos, as como obreros, de la ms moderna de las armas de guerra, es lgico que en ella pueda apreciarse el tono de su arquitectura, alejado de cualquier rusticismo, francamente moderno, aunque sin concesiones a una moda pasajera: sobrio, distinguido, seorial, aunque sea dentro del marco de una severa economa. Guidonia. La citti dell'aria, en Architettura, abril de 1938. Cfr., adems, F. Fariello: La chiesa della beata Vrgine di Loreto in Guidonia. Arch. Giorgio Calza Bini, en Architettura, marzo de 1940.
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jstico (fig. 862) que -acometido en aplicacin de lo dispuesto en la ley de 1939 sobre salvaguardia de las bellezas naturales-, aunque descartando la presencia de grandes concentraciones de asentamiento humano, se presenta en realidad como instrumento de revalorizacin de la zona costera situada por debajo de la lnea de los 300 metros de cota, en funcin de un turismo de lite 51. Se persigue tal objetivo mediante la construccin de una franja litoral desde la Torre Paola a la Torre Vittoria, en la que se enclavan los ncleos urbanizados, y la creacin de una panormica superior, sobre la lnea de los 200 metros de cota; adems de las villas dispersas se sugiere la constitucin de agregados en serie de tipo mediterrneo. En el segundo decenio de vida del rgimen fascista las inversiones de capital en las operaciones de bonificacin de tierras experimentan en todas partes un fuerte aumento: de los dos millones de hectreas afectadas por estos trabajos en 1930 se pasa a los ms de cinco millones de hectreas en 1938. A la empresa pontina vienen a sumarse las importantes bonificaciones llevadas a cabo en la Emilia y en el delta del Po (bassa Val Padana), las de Coltano, junto a Livorno, y las de la marisma toscana, las del rea del Volturno (fig. 863), del Sele y de algunas zonas de Cerdea. Y sin embargo, incluso en aquellos casos en que se plantean objetivos de redistribucin de la poblacin sobre la base de asentamientos programados, faltan en cambio los caracteres incisivos y emblemticos que hemos visto antes en las obras del Agro pontino ".
51 Los asentamientos previstos se reservan al turista de excepcin, en la idea de que las bellezas naturales solamente pueden conservarse a condicin de mantener alejadas las grandes corrientes tursticas. Cfr. P. Catalano y E. Tedeschi: Il piano paesistico del Circeo, en Urbanistica, septiembrediciembre de 1943. a J. S. Cohen: U n esame statistico delle opere di bonifica intraprese durante il regime fascista, en L'economia italiana l86l.J 940, edicin cuidada por G. Toniolo, Bari, 1973.
En la costa occidental de Cerdea, a 80 kilmetros de Cagliari e inmediatamente al este de Oristano, se bonifica, entre los aos 33 y 35, una vasta zona pantanosa de cerca de 10.000 hectreas, regada por los ros Mogoro y Santa Ana. Al trmino de las obras se asientan en el distrito 4.000 habitantes, que provienen de diversas partes de Italia y que en su mayora quedan empleados en 240 predios entregados en rgimen de aparcera, por un total de cerca de 5.600 hectreas de tierras de cultivo. En el centro del nuevo distrito, constituido en trmino municipal en 1930, surge Mussolinia (figs. 865-867)) en las mallas regulares de la cuadrcula ortogonal formada por las carreteras construidas con la bonificacin, pero con una distribucin improvisada y casual de los edificios pblicos, en parte de estilo (ayuntamiento, iglesia) y en parte inspirados en un modernismo eclctico (casa del Fascio, casa de la GIL) 53. Las mismas deficiencias -que pueden atribuirse a la redaccin meramente aproximativa de los planes y a la improvisacin de la fase de ejecucin- se repiten en los nuevos centros rurales de Villaggio Giuriati y de Fertilia (figura 864). Este ltimo es el municipio rural creado en las mrgenes de la zona de bonificacin de Nurra, a poca distancia de Alghero, constituido por el Ente de colonizacin de la regin de Ferrara y que comprende ms de un centenar de casas de colonos: en el proyecto, el centro est formado por un poblado de escasa densidad de edificacin dispuesto en torno a una vasta plaza abierta al mar. Ya en los ltimos aos de la guerra se lleva a cabo una tentativa tarda con la idea de colonizar y revitalizar los grand6s latifundios de Sicilia, cuya extensin se estima todava, en 1940, en cerca de 500.000 hectreas, lo que equivale a una cuarta parte de la totalidad del territorio de la isla. Por ley de 2 de enero de 1940 se constituye el Ente de colonizacin del latifundio siciliano, al que se atribuyen cometidos de
S. Rattu: Mussolinia di Sardegna, en Urbanistica, enero-febrero de 1939.
Figs. 863-867. Las bonificaciones y las puestas en cultivo en el llano del Volturno; el plan del nuevo centro de Fertilia; Mussolinia, planimetra del asentamiento, la Casa del Fascio y vista area de la zona bonificada.
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Figs. 868-871. Las tentativas de colonizacin del latifundio siciliano: plano del borgo Antonino Cascino y vista axonomtrica del borgo Fazio; vista de la iglesia, con la casa del prroco, del borgo Schirb; sede del PNF y tiendas artesanas en el borgo Bonsignore.
asistencia tcnica y financiera, y de verdadera y propia colonizacin. De la asignacin total de 1.000 millones de liras, 400 millones se destinan a obras pblicas en los distritos de bonificacin, incluidos los centros rurales de colonizacin, y 600 millones a subvencionar obras acometidas por los particulares. Se redacta rpidamente un programa general de actuacin que es ratificado por un decreto ministerial del mes de abril siguiente, establecindose as las normas relativas a la puesta en cultivo de las tierras mejoradas (dimensin de las parcelas agrcolas, de las casas de los colonos y de los equipamientos con ellas relacionados); se prev que los centros rurales se siten en posicin baricntrica respecto de un rea de cerca de 10.000 hectreas (es decir, de casi 5 kilmetros de radio) para un total de casi 240 predios de 25 hectreas cada uno (por cuanto que, por trmino medio, tan slo
6.000 de las 10.000 hectreas resultan ser cultivables). De este modo, sobre cada centro viene a gravitar por trmino medio una poblacin de cerca de 1.500 personas. El pueblo (borgo) comprende la iglesia y la casa del prraco, la casa del Fascio, el cuartel, la clnica, locales para artesanos, la casa de comidas (trattoria), la farmacia, la oficina del Ente di colonizzazione, una fuente pblica. .. Antes del colapso econmico y militar del 43 se llegan a realizar ocho poblados, distribuidos en ottas tantas provincias de la isla: borgo A. Fazio (en la provincia de Trapani, proyectado por el arquitecto Epifanio), borgo G. Gattuso (Caltanissetta, arq. Caracciolo), borgo A. Cascino (Enna, arq. Marletta), borgo A. Rizza (Siracusa, arq. Gramignani), borgo S. Giuliano (Messina, ing. Baratta), borgo P. Lupo (Catania, ing. Marino), borgo G. Schirb (Palermo, arq. Manetti Cusa) y
borgo A. Bonsignore (Agrigento, arq. Mendolia). Los modelos empleados repiten en cierto modo las precedentes experiencias de las bonificaciones pontinas (figs. 868-871). En cambio, en el plano econmico y en el de la colonizacin, el fracaso es en este caso completo, hasta el punto de que las casas preparadas por el Ente de colonizacin ni tan siquiera llegan a ocuparse. La falta de previsin de un plan de infraestructura al servicio de la produccin (sobre todo en cuanto respecta al hallazgo de las adecuadas fuentes hdricas y a su ordenada utilizacin), la inexistencia de asistencia tcnica, la irracional diseminacin de las intervenciones y la seleccin de tierras marginales -elementos todos ellos que dependen una vez ms de la falta de voluntad y de claridad poltica respecto de los intereses econmicos creados- son factores que no pueden realmente abrir perspectiva alguna concreta en favor de una correccin del sistema predominante de agricultura extensiva ".
AREASINDUSTRIALES
ROS
C )
Y POBLADOS OBRE-
A continuacin del perodo de restauracin del libre cambio a comienzos del rgimen, y siguiendo el camino trazado por las medidas anti-coyunturales de la crisis de 1929-30, los aos treinta se caracterizan por la reorganizacin de una poltica econmica dirigida, en parte, utilizando el aparato administrativo del Estado y en parte haciendo uso de los nuevos organismos como el IMI [Istituto mobiliare italiano] y el IR1 [Istituto per la ricostruzione industriale 1, y estimulando la actividad de los consorcios y de las entidades sectoriales. Se trata de una poltica que, pasando por encima del ordenamiento corporativista constituido por el rgimen, marca sin embargo la intervencin en la economa de la empresa
54 Cfr. P. Carbonaia: La colonizzazione del latifondo siciliano, en Architettura, mayo de 1941; y M. Accascina: I borghi di Sicilia, en el mismo nmero de Architettura.
estatal y de formas organizativas fundadas en una alianza entre grupos burocrticos y grupos empresariales privados; falta, por otra parte, la formulacin de un plan econmico de conjunto, y las mismas intervenciones territoriales, de forma que no difieren de las llevadas a cabo en el-perodo prefascista, aparecen informadas por motivaciones extemporneas, entre las que, junto a los criterios de productividad, aparecen tambin -a veces, hasta prevalecer- consideraciones de oportunismo poltico o de clientela socioeconmica. La institucin de las zonas industriales -uno de los instrumentos de mayor incidencia entre los empleados por el rgimen para canalizar la accin del Estado (a travs de la expropiacin de enteros distritos productivos, y de la aplicacin de facilidades fiscales, subvenciones y exenciones de derechos de aduanas)- puede quedar referida en algunos casos a objetivos precisos de naturaleza poltica (Fiume, por decreto del 27 ; Tries te-Monfalcone-Muggia-Aurisina-Pola, por decreto del 28; Bolzano, por decreto del 34) y en otros a la presencia de un potente aparato jerrquico local del partido (Livorno, por decreto del 29; Ferrara, por decreto del 36); respecto de las reas industriales de Roma (decretos del 35 y del 41)) de Apuania (del 38; figura 872) y de Palermo (del 40), encontramos que concurren factores diversos. En el caso de Apuania, el objetivo determinante de crear alternativas econmicas a la gravsima crisis de ia industria del mrmol y de neutralizar el peligro de reacciones destructivas de la clase obrera, se encuadra en una situacin infraestructural que se estima favorable, por la existencia de recursos energticos, del puerto de Carrara, de la lnea frrea Gnova-Roma y de la carretera estatal Aurelia; tampoco faltan aqu instancias de clientelismo loca1 55. Desde el punto de vista urbanstico, la
Identificables en la persona de Sebastiani, secretario poltico de Mussolini, originario de Massa. Cfr., a este propsito, A. Predieri: LJorganizzazione corporativa dello Stato e la Toscana, en la obra colectiva La Toscana nel regime fascista (1922-1939), Florencia, 1971.
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poltica de las zonas industriales se resuelve en la seleccin de localizaciones, que se verifica de manera verticista, y en la sucesiva elaboracin de planes autnomos de sector, dado que la necesidad residencial para la mano de obra se considera en todo caso satisfecha por los centros urbanos existentes (exceptuada la situacin particular que ofrece el ncleo habitado de Marghera, en el rea del puerto industrial de Venecia) 56. Solamente hacia finales de los aos treinta -en el marco de la poltica de autarqua y de la bsqueda de una mejor explotacin de los recursos energticos propios- se procede al proyecto y realizacin de algunos poblados planificados, situados en las inmediaciones de los lugares de extraccin, en zonas deshabitadas o muy descentradas. Esta nueva orientacin empresarial se ha hecho posible gracias a la concesin a las industrias mineras del mismo tipo de facilidades que se otorgan a los Institutos autnomos de la vivienda popular para la construccin de residencias obreras. La nueva ciudad de Carbonia, en la provincia de Cagliari (figs. 873-875)) aparece programada como centro y cabecera del vasto distrito industrial previsto en el Iglesiente [regin minera del S.O. de Cerdea] , donde la explotacin del subsuelo se inicia en el 36, tras la constitucin de la Azienda carboni italiana. Despus del 37 se redacta el plan de la ciudad por los arquitectos Cesare Valle e Ignazio Guidi, concebido para una cifra total de poblacin del orden de los 20.000 habitantes: el proyecto ejecutivo, que modifica un estudio anterior, trata de adaptar a la movida orografa del terreno una red viaria elemental, organizando el agregado urbano en franja, en tres subconjuntos enlazados a la estacin ferroviaria de Sulcis por tres vas principales en las que se concentran, dentro de la zona edificada residencial, los equipamientos colectivos. Se proporcionan viviendas de tres categoras diferentes, para los mineros, para los empleados administrativos y para los directivos; en el centro principal intermedio
surgen los edificios pblicos ms importantes, la iglesia, el hotel, la sede del partido, la escuela elemental. Las arquitecturas, realizadas por los dos autores del plan y por el arquitecto Montuori, resultan en todo caso decorosas (la escuela de Valle y Guidi, el grupo de casas de Montuori), aunque realizadas con gran economa, con un empleo limitado del hormign armado y con sujecin de los criterios constructivos a las exigencias de la ms intranEsta exagerada sigente autarqua edificatoria~. economa en el gasto se advierte sobre todo en las zonas residenciales obreras, con sus calles interiores estudiadas con la idea exclusiva de economizar, como vas de direccin nica y de un solo carril, con su incompleta urbanizacin y con una evidente pobreza de calidad ambiental y de servicios. Estas deficiencias -adems de los precisos lmites ideolgicos que imponen la dispersin y el aislamiento de las casas y que incluso excluyen la embrionaria densidad social de las ciudades pontinas- hacen de Carbonia un poblado inhspito y alienante, en medio del paisaje desnudo de las montaas de Iglesias 57. No llega a realizarse, en cambio, el asentamiento para mineros de Porto Scuso (figura 876)) estudiado por Pagano y Predaval para un total de ms de 18.000 habitantes, con caracteres netamente urbanos (amplia gama de equipamientos, ferrocarril, puerto, densidad de 135 habitantes por hectrea), y que a pesar de los inevitables condicionamientos impuestos por la ideologa oficial del rgimen (casas para obreros, casas para empleados, hotelitos para directivos, bloques de viviendas de alquiler) constituye uno de los proyectos ms notables de barrio organizado preparados antes de la ltima guerra. Mejores que Carbonia resultan los ncleos de Arsia y Pozzo Littorio, construidos por la Azienda carboni italiana en Istria y proyectados, respectivamente, por los arquitectos G. Pulitzer-Finali y E. Montuori. El poblado de Arsia se extiende entre la montaa y la
57 Cfr. Carbonia, nuova citth della Sardegna, en Architettura, septiembre de 1940.
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Figs. 872-878. La zona industrial de Apuania; la nueva ciudad minera de Carbonia, en Cerdea: planimetra general, vista general del poblado y vista del centro, con el Dopolavoro y la Casa del Fascio; planta general del poblado obrero de Porto Scuso; el ncleo de Pozzo Littorio, planimetra y vista axonomtrica dcl centro cvico.
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carretera estatal, con el centro cvico reunido en torno a una plaza prxima a la entrada de la mina, y con las viviendas para cuatro ncleos familiares, en dos plantas, alineadas a lo largo de dos calles de servicio (figs. 879881). Pozzo Littorio, prximo al centro de Albona, a siete kilmetros de Arsia, destinado a albergar a las familias de los 600 obreros de la mina, presenta una neta separacin entre la zona residencial obrera y los hotelitos de los directivos, situados al lado opuesto a la entrada de los pozos de explotacin; el barrio obrero aparece, en este caso, recogido en torno al centro, con edificios ms altos, de tres plantas, 27 apartamentos y tres huecos de escalera, y edificios de dos plantas, cuatro apartamentos y huerto-jardn dispuestos en las mrgenes del barrio. En el centro colectivo, la casa del Partido con la achaparrada torre littoria, la iglesia, la escuela, el mercado, el cine y la policlnica consiguen formar un espacio de aire rural, agradablemente orquestado (figs. 877-878).
ciones distintas, cuando no opuestas, que han de asumirse, respectivamente, para la capital y para las dems ciudades italianas 59. La fuerza del nmero es una prerrogativa que
59 Del discurso de Bottai conviene recoger un largo prrafo: El urbanismo [...] es la menos abstracta de las ciencias, la ms condicionada por la vida poltica del pas [...l. Hace falta llevar, decididamente, el urbanismo al plano de la poltica. La urbs, la ciudad, debe ser considerada como elemento funcional de la Nacin. Hace falta estudiar cul sea, en una determinada Nacin, en un determinado momento histrico, la funcin que ha de asignarse a la ciudad, e incluso en este aspecto es preciso tambin distinguir una ciudad de otra. Porque es cierto, por ejemplo, que la orientacin general del Rgimen Fascista es contraria al fenmeno de la urbanizacin, pero tambin es verdad que el Rgimen, a menudo a travs de la palabra misma de su Jefe, ha manifestado su complacencia al ver crecer la ciudad de Roma. Y ello porque nosotros reconocemos a la ciudad de Roma una funcin de Capital, que tambin se expresa y manifiesta a travs de la fuerza de su nmero. As pues, mientras podemos desear que el fenmeno de la urbanizacin que todo lo inunda se detenga en ciertos centros de nuestro Pas, no podemos dejar de desear que la ciudad de Roma adquiera tambin la fuerza del nmero, ese peso especfico en la vida nacional que la ponga realmente en condiciones de asumir y desempear su funcin de Capital. Bastara citar, como ejemplo, cul ha sido la importancia de Pars en la formacin histrica de la nacin francesa: es decir, cul ha sido la contribucin que la ciudad de Pars ha dado a la unidad francesa; debiendo preguntarnos si no es posible, incluso, que el retraso en la formacin unitaria de nuestro Pas desde septiembre de 1870 a la Marcha sobre Roma de 1922 se haya debido tambin al hecho de que Roma siguiese siendo, tambin numricamente, una ciudad de segundo orden entre las dems ciudades italianas, que haban tomado una marcada delantera sobre ella. Esta consideracin demuestra la necesidad de plantear los problemas urbansticos, siempre, en el plano poltico. El urbanismo fascista determinado por la poltica del rgimen exige, como poltica de vigor y de unidad, que se confiera una importancia urbanstica cada vez mayor a la ciudad de Roma, que se perfeccionen sus equipamientos, que se quiera que Roma posea todos los requisitos propios de una gran ciudad moderna, para que pueda desempear as su funcin de capital de Italia y para que sea capaz, el da de maana, de asumir la funcin, que todos nosotros le auspiciamos, de Capital del mundo moderno. G. Bottai: Discorso p~onunciato alla Sapienza per l'inaugurazione del Primo Congresso Nazionale di Urbanistica, en Poltica fascista delle arti, Roma, 1949, pgs. 98-100.
4.
DE IDEOLOGA Y a) ELEMENTOS
En un discurso pronunciado en abril de 1937 ante quienes participan en el primer Congreso nacional de urbanismo, el ministro Bottai se considera capacitado para emitir un juicio de conjunto sobre la poltica urbanstica nacional en relacin con las ciudades. En sus afirmaciones quedan resumidas una posicin terica y una serie de experiencias de ms de un decenio de actuacin: resumen del que surge con claridad no solamente el papel preeminente que desempea la ciudad de Roma en la concepcin poltica nacional (e incluso, en ese momento, del Imperio), sino tambin la presencia de dos orientaE. Montuori: Il piano regolatore di Pozzo Littorio (Arsia), Istria, en Urbanistica, septiembrediciembre de 1942.
Figs. 879-881. El centro minero de Arsia: planimetra general, vista general y vista del centro cvico.
las directrices del rgimen reservan exclusivamente a la capital, por ms que este crecimiento deba planificarse atendiendo a la particular naturaleza representativa de la ciudad, excluyendo un crecimiento productivo e industrial proporcionado a su efectiva dimensin. Las dems ciudades, si bien en ciertos aspectos deben modelarse conforme al ejemplo de la capital (romanidad de las intervenciones, modos de transformacin), por lo dems deben diferenciarse de ella por la puesta en prctica de una poltica de contencin del crecimiento, en armona con los programas de fomento de la ruralizacin y de rechazo de la metrpoli. La poltica anti-urbana y de valorizacin de lo rural, que constituye en el plano ideolgico uno de los temas fundamentales de la visin fascista, tiene aqu, pues, una importante excepcin, en principio, en cuanto respecta al caso de Roma. Por otra parte, incluso al nivel de' los enunciados programticos, los presupuestos generales de la poltica social fascista resultan contradichos en ms de una ocasin: entran en juego, en este marco ge-
neral, la atencin prestada al municipalismo, tanto en cuanto a su base histrica (ms o menos ligada al pasado romano) como respecto de sus contenidos econmicos y sociales, el clientelismo determinado por los intereses creados (sobre todo los del capital inmobiliario) y la voluntad de galvanizar el gregarismo de partido en sus centros regionales y provinciales. Y por encima de todo est, en fin, la misma exigencia del rgimen de estampar su propio sello sobre la realidad fsica de Italia: cosa que, ciertamente, puede tratarse de conseguir a travs de las obras pblicas y de la actividad de planificacin a todos los niveles, pero que se evidencia de modo muy particular, maximizando la relacin entre inversiones y resultados, a travs de intervenciones tpicamente urbanas, llevadas a cabo en el corazn de los ncleos histricos o, al menos, en nudos densamente estructurados. Si Roma ha dado, como afirma Mussolini, el ejemplo viril, las dems ciudades seguirn el mismo camino; y la propaganda del rgimen no deja pasar ocasin alguna de hacer sentir la presencia del ritmo
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fascista de renovacin y reconstruccin que se expande de un extremo a otro de la pennsula, que casi se transforma as en un gigantesco taller de obras ". As pues, tras el rechazo oficial de lo urbano y la exaltacin de la vida rural, no solamente se ocultan los datos reales del proceso de urbanizacin, sino tambin las mismas tendencias urbanocntricas de gran parte de la poltica de obras pblicas que el rgimen, con su desenvuelto pragmatismo, permite y fomenta. Esta centralidad del problema urbano en el programa fascista, con su contorno de arraigados intereses prcticos e ideolgicos, no encuentra realmente ninguna formulacin exhaustiva y original en el plano terico-poltico, ni tampoco precisin y continuidad de orientaciones en cuanto se refiere al gasto pblico y a la poltica de los municipios y de los entes estatales, e incluso, hasta el 42, ni tan siquiera en la misma legislacin. En las pginas que siguen nos proponemos documentar las oscilaciones, las aproximaciones y las discontinuidades, forzosas o calculadas, de la poltica urbana del fascismo, aislando sintticamente algunas de sus lneas bsicas: la actitud para con la propiedad inmueble y la poltica de la vivienda popular -instrumento de control y de orientacin potencialmente muy importante-, la prctica de convocatoria de concursos para la elaboracin de los planes reguladores -un aspecto de la confrontacin cultural avalada y promovida por el rgimen- y la elaboracin de la ley urbanstica del 42 (que de algn modo viene a dar conclusin perentoria, aunque tarda -e incluso con ciertos elementos de ambigedad-, a la praxis institucionalmente discrecional vigente hasta ese momento en cuanto se refiere a la redaccin de los instrumentos urbansticos).
60 Para el Duce, todo el Reino es romano, como lo es hoy todo el Imperio. Desde Gnova a Turin, a Miln,, a Venecia, a Bolonia, a Florencia, a Npoles, a Bari, a Brndisi, a Cagliari ..., el pico y la pala, y el palustre del constructor no descansan. P. Orano, en el prlogo a B. Mussolini: 1 lavori ptibblici, Roma, 1937, pg. 10.
La actitud del fascismo frente a los problemas del mbito urbano debe examinarse teniendo en cuenta tanto la poltica de control fiscal y legislativo de la propiedad urbana, como la actividad promovida en la esfera de competencia de los existentes Istituti per le case popolari y las medidas adoptadas para fomentar la produccin edificativa con idea de hacerla accesible a amplios estratos sociales formados por empleados y por la pequea burguesa. De aqu surge un vaivn oportunista de medidas y disposiciones, frecuentemente contradictorias, tendentes a equilibrar los impulsos provinientes de partes sociales y sectores diversos, en relacin con los cuales el fascismo trata de ampliar su propia base de consenso: a partir de la concesin de satisfacciones ms o menos marginales a los propietarios de bienes races -alternadas con tentativas de estabilizacin de precios y alquileres-, se trata de buscar una posible solucin en el control de las generalizadas tendencias a la urbanizacin, expediente este ltimo ms dilatorio que resolutivo y, por lo dems, contrarrestado por el favorecimiento, de diversas maneras, de la posibilidad de acceso a la propiedad de la vivienda. Para valorar las medidas adoptadas respecto de la propiedad inmueble urbana es preciso remitirse previamente a las disposiciones establecidas con anterioridad, durante la guerra mundial y el trmino de la misma, por el Estado liberal: cuando menos al decreto de diciembre de 1917 que estableca el derecho de prrroga de los arrendamientos manteniendo los niveles vigentes de los alquileres hasta dos meses despus de concluida la paz, plazo seguidamente prorrogado en el 19 hasta el 31 de julio de 1921 para contener las tensiones sociales de la posguerra, mientras se pretende estimular la construccin de casas populares eximiendo de impuestos por diez aos a las construcciones terminadas dentro del 21 y por seis aos a las acabadas dentro del 25. En 1920 otro decreto dispone el retorno gradual a la libertad de contratacin de los arrendamientos, pero aplazando el trmino de entrada en vigor,
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en ciertos casos, hasta mediados del 23: provocando as contrariedades y violentas protestas por parte de los dueos de fincas, seriamente preocupados incluso por la mera aparicin de hiptesis de socializacin del derecho a la vivienda o de municipalizacin de las reas edificables, tesis surgidas en el seno de las administraciones socialistas ms avanzadas o de !as ligas y asociaciones de inquilinos. El fascismo, a su llegada al poder, se encuentra ante estas tensiones opuestas, que trata de neutralizar no tanto a travs de un compromiso concertado entre las partes, sino ms bien mediante una alternada sucesin de medidas legislativas. Las veladas promesas de abolicin de todo control sobre los alqui. leres hechas a los propietarios se materializan en un decreto de desbloqueo promulgado el 23, mitigado por la posibilidad de obtencin de prrrogas hasta el 26, a solicitar a unas comisiones arbitrales designadas al efecto. Pero ya en el 24, y tambin despus, en el 26 y el 27, se conceden ulteriores dilaciones en la efectividad de los desahucios, y en el mismo ao 27 se impone por ley una reduccin de cerca del 10 por 100 de los alquileres, en el marco de la estabilizacin de la lira. El 28, en fin, se dedice la liberalizacin casi total de la contratacin, que debe ser efectiva para mediados de 1930; pero a la efectividad del desbloqueo sigue una reduccin forzada de los alquileres en el 34, un emprstito obligatorio impuesto a los propietarios en el 35 y otro bloqueo bienal decretado en el 36 y a continuacin prorrogado hasta desembocar en el congelamiento dispuesto para el perodo blico. Para compensar, en parte, los efectos de esta poltica, que penaliza las expectativas de la vieja propiedad inmueble urbana -no sin permitir al propio tiempo su fuerte revalorizacin-, se ponen en marcha paralelamente disminuciones de los impuestos extraordinarios en las grandes ciudades y se amplan las exenciones fiscales en favor de los edificios de nueva construccin, de los reconstruidos y de los saneados en alguna forma,
exenciones a las que en el 28 se seala un plazo de vigencia de veinticinco aos. La misma crisis econmica del 29 tiene unos efectos en el sector inmobiliario urbano bastante menos graves de los que origina en los otros ramos de la actividad productiva, entre otras circunstancias como consecuencia de una propensin coyuntural de los capitales a desplazarse hacia las inversiones inmobiliarias; y precisamente en estos aos, la propiedad inmueble, con la acentuacin de la relacin de integracin entre renta inmobiliaria y beneficio, con el reforzamiento del crdito a largo plazo y con la generalizacin de la modalidad del condominio para la que se promulgan nuevas disposiciones, experimenta un importante proceso de recomposicin y de evolucin estructural, que el rgimen de librecambio posterior a la segunda guerra mundial sabr aprovechar plenamente 61. En el sector de la vivienda popular, ya los gobiernos liberales de la primera posguerra haban tratado de estimular la recuperacin de la actuacin pblica: tal era la orientacin del Texto Unico de noviembre de 1919, presentado por el gobierno Nitti, que dispona el otorgamiento de nuevas asignaciones de fondos en favor de los entes pblicos de construccin de casas econmicas y de los
Como lo resume Lando Bortolotti: La propiedad inmueble urbana -o mejor: su aspecto esencial, la renta inmobiliaria- se presentan hacia finales del perodo fascista y en los veinticinco aos siguientes con caracteres notablemente diferentes a los que haban tenido "los propietarios de casas" de la primera posguerra. Aquel estrato de rentistas, que haba visto en el fascismo su tabla de salvacin, resulta en realidad desautorizado y empobrecido, mientras da pasos de gigante la integracin entre renta y beneficio en las empresas constructoras. En tal modificacin juega un papel esencial la expansin y generalizacin del sistema del condominio, junto a la consiguiente expansin del crdito a la edificacin; o dicho en otras palabras, junto a la afirmacin y al creciente peso especfico de un nuevo mecanismo de acumulacin de capitales, a travs de la actividad edificativa. L. Bortolotti: La proprieta edilizia e il fascismo, en astudi stbricin, ao XII, octubre-diciembre de 1971. Vase tambin el recentsimo ensayo del mismo autor, Storia della politica edilizia in Italia, Roma, 1978.
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municipios, y que conceda al efecto exenciones fiscales por plazos muy largos. El fascismo introduce en la praxis de los ICP [ Istituti case popolari ] importantes modificaciones estatutarias que tienden a desmovilizar el patrimonio inmobiliario, en algunos casos no despreciable, constituido ya en los pocos aos de vida de estas entidades, para tratar de favorecer una difusin ms capilar de la vivienda en propiedad inclu'so entre las capas menos pudientes de la saciedad. El 25 se dicta una medida que dispone la abolicin de la inalienabilidad e indivisibilidad de las propiedades de estos entes pblicos que haba impuesto con carcter obligatorio el Texto Unico del 19, y el ao siguiente un decreto-ley asigna fondos estatales a la construccin de casas populares destinadas a su venta inmediata o a ser asignadas con pacto de venta futura. Se trata de una disposicin que coloca en situacin de desventaja a los usuarios ms pobres, que no estn en condiciones de pagar conjuntamente el importe del alquiler y el de la amortizacin del capital; pero que, sobre todo, reduce los mrgenes de maniobra de la gestin pblica, anulndole otras posibilidades alternativas respecto de la propiedad privada en virtud de la consistencia de un patrimonio inmobiliario inalienable, mientras restaura la privatizacin integral del tejido urbano residencial. Por lo dems, el rgimen fascista no apunta exclusivamente hacia los ICP en su poltica de la vivienda. Desde el 24 se ha operado ya una eleccin precisa en favor de la produccin ampliada de unidades residenciales de masa a medio y bajo coste, con la fundacin del Istituto nazionale case per gli impiegati statali (INCIS); con una formulacin que extiende a todo el territorio nacional un tipo de actuacin adoptado ya con xito en Roma, el Instituto en cuestin controla y organiza las asignaciones y crditos pblicos, encaminndolos hacia las categoras intermedias de personas de rentas fijas clasificadas por estratos profesionales de usuarios (casas para magistrados, para ferroviarios, para mutilados, etctera), conforme a una orientacin moti-
vada por la necesidad de adaptar la actividad edificativa a las exigencias particulares de cada una de estas categoras, pero que apunta en realidad, fundamentalmente, a la formacin de un estrato social propietario que se sienta solidario con el rgimen, aunque internamente pueda aparecer dividido por delimitaciones corporativas bien precisas. En 1937, cuando la promulgacin de las leyes sobre la autarqua provoca una acusada retraccin de la industria de la construccin, se opera un giro en las orientaciones de la edificacin urbana de masa, con el anuncio por parte de Mussolini de un programa de construccin de viviendas de carcter extensivo y semi-rural que ha de llevarse a efecto mediante la creacin de las denominadas ccasas popularsimas '". Enunciados programticos para una actividad de los entes pblicos que debe ser solidaria con la poltica de desurbanizacin han precedido ya, al menos en un decenio, a este giro 63, pero sin que todava se haya ejecutado en tal sentido ningn plan concreto, ni a nivel general ni para cualquier ciudad aislada, permaneciendo an la actividad de los entes pblicos condicionada por la oportunidad, ms o menos casual, de encontrar el necesario suelo edificable, y caracterizada, en cualquier modo, por orientarse prevalentemente hacia tipos edificativos plurifamiliares. Y en realidad, incluso el pronunciamiento del 37 en favor de las viviendas popularsimas, si bien tiene alguna tras62 Algunas referencias en: D. De Simone: Le case popolarissime, Roma, 1937; Consorzio nazionale fra gli Istituti fascisti per le case popolari: Le case popolari (norme e tipi di carattere generale), Roma, 1937; A. Lamaro: La casa per le masse e l'ideologia fascista, Miln, 1941. 63 El presidente del ICP de Roma, el arquitecto Calza Bini, en una entrevista concedida al "Giornale d'Italia" en marzo de 1928, declaraba que "los grandes institutos de construccin de viviendas populares debern tratar de llevar a la periferia, e incluso ms all, a todos aquellos que no tengan necesidad de permanecer en la ciudad, volviendo as a atraer a la tierra y al amor a la tierra a quienes, desdichadamente, se han alejado de ella". Cit. en L. Bortolotti: Livorno dal 1748 al 1958. Profilo stbrico-urbanistico, Florencia, 1970, pg. 349.
cendencia prctica en la construccin de los ltimos poblados protegidos de la capital [borgate romane], tampoco tiene una aplicacin efectiva, agotndose sus consecuencias ms bien en el relanzamiento de esa publicidad anticuada que vuelve a proponer la aversin, tantas veces manifestada, hacia las condiciones y criterios habitativos definidos por el Movimiento Moderno, contrarios al carcter patriarcal de la casa italiana 64,por contraponerle extemporneamen te elementales modelos de poblados rurales (fig. 882)) a imitacin quiz de estudios anlogos llevados a cabo en Alemania en el mbito de la ideologa nazi del retorno a la tierra 65, pudiendo documentarse en todo caso el hecho de que de ellos se deriven y acepten sugerencias e indicaciones concretas 66. En realidad, son las condiciones materiales y la especfica base econmica de las distintas ciudades las que predominan a la hora de orientar los proyectos concretos y las aplicaciones especficas; una prueba de ello la tenemos en las ltimas
Parece necesario defender y conservar [...] rechazando [ . . . 1 las consecuencias del internacionalismo que tiende a desvalorizar la casa en favor de diversiones o formas de vida colectivas [ . ..] la casa demasiado pequea no es adecuada para las reuniones familiares, para la vida ntima que prefiere el reposo entre las paredes domsticas a las distracciones en lugares pblicos; porque la casa estrecha no puede constituir la ciudadela inexpugnable de los hbitos, de las costumbres, de los recuerdos, de los sentimientos, de los principios. F. Aguzzi: La corsa al pid piccolo, comunicacin presentada al Convegno lombardo sobre el tema La casa popular en sus aspectos higinico-sociales, en Atti del convegno, Miln, 1936. Vase, como caso lmite, el. opsculo de G. Patrizi: Il uillaggio fascista, Roma, 1938. Patrizi propone una solucin exquisitamente corporativista para el desarrollo de los barrios perifricos, basada en cuna figura geomtrica, que ya por s misma habra de expresar un orden nuevo. Y que se prestara, por otra parte, a una extrema economa de viales, a una facilsima reglamentacin del trfico, a una mayor abundancia de zonas verdes, a una distribucin racional de los servicios y a una fcil vigilancia por parte de los agentes de polica y de los rganos del Partido. Cfr., por ejemplo, S. Molli: L'orto nella casa operaia, en Urbanistica, mayo-junio de 1937.
orientaciones adoptadas por el IACP de Miln, con el proyecto de las cuatro ciudades satlites a situar en Vigentino, Niguarda, Lambrate y en direccin a Legnano (figs. 883888)) casos en que la denominacin oficial de poblados semi-rurales [bovgate semirurali] parece esconder, en realidad -incluso en relacin con la naturaleza de las soluciones adoptadas-, un proyecto bastante orgnico de descentramiento dirigido de la clase obrera en el territorio, llamado a acompaar, o incluso precisamente a anticipar, a la reestructuracin-relocalizacin de la gran industria milanesa. La gran difusin del instrumento del concurso pblico para la formulacin de los planes reguladores urbanos (adems de las obras de arquitectura) no tiene, probablemente, posible parangn en ningn otro pas europeo durante este perodo, ni tampoco, por lo que respecta a la misma Italia, en los perodos correspondientes a los diversos regmenes polticos que preceden y siguen al fascismo ".
67 Seguidamente ofrecemos una relacin de artculos que se refieren a concursos o a elaboraciones por encargo de planes reguladores para aquellas ciudades que no son objeto de estudio independiente en la segunda parte de este Captulo. Esta lista, aunque desde luego sea incompleta -por cuanto se limita a las dos revistas principales, Architettura y Urbanistica-, puede servir, no obstante, para dar una idea del volumen de la actividad desarrollada en este sector, adems de constituir, en todo caso, un cierto material de referencia y documentacin. Y en este sentido, pueden verse: G. Navoni: 11 concorso per il piano regolatore di Grosseto, en Architettura e arti decorative, octubre de 1928; P. Marconi: Il concorso per il piano regolatore della citti di Foggia, ibid., octubre-noviembre de 1929; N. de R.: 11 concorso per il piano regolatore della citti e della marina di Pisa, ibid., abril de 1931; M. Paniconi: Concorso per il piano regolatore di Faenza, en Architettura, marzo de 1932; P. Marconi: Concorso per il piano regolatore di Peruggia, ibid., agosto de 1931; L. Piccinato: Il piano regolatore di Chianciano. Dott. arch. Gino Cancellotti, ibid., febrero de 1933; M. Paniconi: Il piano regolatore di Fiuggi. Arch. Marzo Paniconi, ibid., mayo de 1933; L. Piccinato: Il concorso del piano regolatore di Verona, ibid., agosto de 1933; M. Paniconi: Piano regolatore di Castelfusano. Arch. Concezio Petvucci, ibid.,
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Este activismo -que se explica por la voluntad del rgimen de afirmar y difundir sus propias capacidades de realizacin, de ensanchar el mbito del consenso aceptando de manera posibilis ta una confrontacin tericamente abierta y amplia en el plano cultural y de encubrir opciones polticas autoritarias con una especie de homenaje externo a la libertad de ideas de individuos y gruposesconde, en cambio, en el terreno de los hechos, un sustancial inmovilismo y conservadurismo en el plano cultural y poltico. En primer lugar, los concursos se proponen sin contar previamente con una base aceptable de
septiembre de 1933; L. Piccinato: 11 piano regolatore di Benevento. Arch. Luigi Piccinato, ibid., diciembre de 1933; S. Molli: I1 piano regolatore di Benevento del dott. prof. arch. Luigi Piccinato, en Urbanistica, enero-febrero de 1934; A. Pica: Concorso nazionale per il piano regolatore di Pavia, en Architettura, marzo de 1934; F. Reggiori: Il concorso per il piano regolatore di Busto Arsizio, ibid., abril de 1934; S. Molli: 11 concorso per il piano regolatore di Busto Arsizio, en Urbanistica, mayo-junio de 1934; A. Cian: Concorso per il piano regolatore di Paua, ibid., mayo-junio de 1934; F. Reggiori: 11 concorso per il piano regolatore di Monza, en Architettura, abril de 1934; L. Dodi: Il piano regolatore di Salsomaggiore dell'ing. prof. Cesare Chiodi, en Urbanistica, julio-agosto de 1934; L. Piccinato: Concorso per il piano regolatore di Castelfranco Emilia, en Architettura, agosto de 1934; Cmcorso per il piano regolatore di Monreale, en Urbanistica, septiembreoctubre de 1934; R. Fagnoni: 11 piano regolatore di Faenza, ibid., septiembre-octubre de 1934; 11 concorso per il piano regolatore di Piacenza, ibid., septiembre-octubre de 1934; F. Reggiori: Concorso per il piano regolatore di Gallarate, en Architettura, noviembre de 1934; A. Cian: Il piano regolatore di Imperia, en Urbanistica, noviembre-diciembre de 1934; L. Moretti: Concorso per il piano regolatore e di ampliamento di Piacenza, en Architettura, enero de 1935; P. Marconi: Concorso per il piano regolatore di Novara, ibid., marzo de 1935; A. Melis: 11 piano regolatore di Vigevano, en Urbanistica, enero-febrero de 1936; M. Paniconi: 11 piano regolatore di Sassari, en Architettura, julio de 1936; V. Civico: Urbanistica dei centri minori, il piano ' regolatore di Sassuolo, en Urbanistica, julio-agosto de 1936; A. Midana: Il piano regolatore di Imperia, en Architettura, agosto de 1936; A Melis: Concorso nazionale per il progetto di piano regolatore e di ampliamento della cittd di Pistoia, en Urbanistica, septiembre-octubre de 1936; G. Rigotti:
conocimiento de datos relativos a la situacin de hecho, o sin la previsin de proyecciones temporales capaces de constituir, al menos, una referencia comn para los participantes; en segundo lugar, los resultados se ven orientados o frenados en la instancia de enjuiciamiento por el proceder de comisiones, de funcionarios y de expertos de alta categora administrativa, a travs de cuya mediacin es fcil mitigar o embotar el impacto de las posiciones crticamente ms atentas y avanzadas (algunos personajes del establishment cultural del rgimen, a cuya cabeza se encuentran los dos acadmicos Giovannoni y Piacentini, desConcorso per il piano regolatore di Belluno, ibid., septiembre-octubre de 1936; N. de R.: Piano regolatore esecutivo di Imperia. Arch. A. Susini, ing. N . Gandolfo, en Architettura, diciembre de 1936; L. Piccinato: 11 concorso per il piano regolatore di Pistoia, ibid., diciembre de 1936; M. Paniconi: Concorso per il piano regolatore di Belluno, ibid., mayo de 1937; V. Civico: 11 concorso di Savona, en Urbanistica, julio-agosto de 1937; V. Civico: Un piano regolatore, una variante, una piazza, ibid., enero-febrero de 1938; C. Calcaprina: Concorso per il piano vegolatore di Savona, en Architettura, agosto de 1938; A. Melis: Concorso per il piano regolatore di Rieti, en Urbanistica, septiembreoctubre de 1938; 11 concorso per il piano regolatore di Alessandria, ibid., enero-febrero de 1939; A. Melis: Piani regolatori esecutivi. Novara, Vigevano, Suvona, Pordenone, ibid., marzo-abril de 1939; G. Petrucci: Piano regolatore di Chieti scalo, ibid., mayojunio de 1939; S. Molli: 11 piano regolatore di Zara, ibid., julio-agosto de 1939; L. Quaroni: Concorso per il piano regolatore di Pordenone, en Architettura, diciembre de 1 9; G. Calcaprina: Concorso per il piano regolatore de a cittd di Rieti, ibid., abril de 1940; C. Petrucci: Sassari, il progetto del piano regolatore di mdssima, en Urbanistica, mayo-junio de 1940; 11 concorso per il piano regolatore della cittd di Omegna, ibid., septiembre-octubre de 1940; P. Carbonara: Progetto di mdssima per il piano regolatore di Sassari, en Architettura, diciembre de 1940; G. Roisecco: 11 piano regolatore di Pola. Arch. Luigi Lenzi, ibid., diciembre de 1940; L. Lodi: 11 concorso per il piano regolatore di Lecco, en Urbanktica, enero-febrero de 1941; Concorso per il progetto del piano regolatore di Biella, ibid., enerofebrero de 1941; P. Marconi: Piano regolatore di ampliamento di Rieti, en Architettura, marzo de 1941; G. Borrelli De Andreis: 11 nuovo piano regolatore di Zara, capitule della Dalmazia, en Urbanistica, julio-agosto de 1942.
Figs. 882-888. Una propuesta para un poblado fascista; los barrios satlites proyectados para Miln por F. Albini, P. Bottoni y colaboradores: dislocacin de los barrios (1. C. Ciano, en Legnano; 2. A Mussolini, en Vigentino; 3 . Oberdan, en Lambrate; 4. Italo Balbo, en Niguarda), planimetrias de los barrios Mussolini, Oberdan y Balbo, y dos vistas del barrio Ciano en Legnano.
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empean esta funcin de arbitraje autorizado y casi inatacable de las orientaciones de la planificacin urbana en Italia); la misma difusin y publicidad de los resultados proyectuales, tal y como se refleja en las pginas de las revistas especializadas, se lleva adelante conforme a las temticas ms equvocas, haciendo caso omiso de cualquier empeo cultural realmente interesante e incluso reduciendo, en vez de acentuarlas, las diferencias de planteamiento que se dan entre las diversas contribuciones. Adems, en el iter inmediatamente subsiguiente al concurso se ratifica la recuperacin burocrtico-verticista de la gestin urbanstica, mediante la reelaboracin en comn de proyectos clasificados ex-aequo, a travs de una nueva redaccin oficial confiada a los departamentos tcnicos municipales o mediante la designacin de un supervisor o de un nuevo proyectista autnomo de confianza del rgimen, que a veces suele ser incluso algn miembro de la comisin encargada de juzgar el concurso (a este respecto, valga por todos y muy por encima de todos los dems ejemplos posibles, el caso del hbil acaparador de cometidos que es Placentini). De cualquier modo, la imposibilidad en que se encuentran los arquitectos de controlar y coordinar las diversas fases de actuacin de sus propias propuestas, priva a stas de toda posibilidad de efectiva incidencia en el terreno tanto prctico como terico, aunque sea dentro del limitado mbito en que se mueven los encargados de la ejecucin de las obras. Pero, incluso haciendo caso omiso de tales limitaciones evidentes, cabe afirmar que tampoco los arquitectos y los urbanistas se muestran capaces de utilizar esta praxis como vehculo crtico o como base dialctica de experimentacin. Aparte de algunas excepciones aisladas, los frutos de los concursos pblicos no van ms all de la praxis habitual de la redaccin de oficio o. por encargo de los planes reguladores, prctica que soporta todava la pesada carga determinada por las soluciones acadmicas a la escala intermedia entre arquitectura y urbanismo, mientras la expansin urbana combina elementos tpicos
de la praxis decimonnica tarda con esquemas ms actualizados derivados de las teoras de la ciudad-jardn o de aplicaciones improvisadas de criterios de molde racionalista. Con mucha frecuencia la deformante atencin prestada a los problemas de la vialidad se pone en relacin con una definicin sumaria de zonas funcionales caracterizadas por una regulacin rudimentaria de ndices, alturas o tipos edificativos 68. En algunos casos las propuestas de modelos alternativos nacen mecnicamente en homenaje a las directivas oficiales, como en el caso del plan regulador de Foggia, en que la convocatoria del correspondiente concurso, publicada el ao 28, tras las primeras declaraciones apodcticas de Mussolini sobre la descongestin de las cuidades, requiere que se prevean poblados rurales, puntualmente diseados por los concursantes, que permitan al ncleo urbano expansiones compactas en mancha de aceite; tan slo hacia finales de los aos treinta surgen tentativas de estudiar formas de organizacin urbana, por barrios, por directrices o por ncleos satlites, de los que se ofrecen ejemplificaciones .tipolgicas y morfolgicas que, en su intento de verificar y componer las premisas y los resultados de las investigaciones a las diversas escalas, pueden ser concebidas como elementos interlocutores de solicitacin de una actitud distinta de gestin de la ciudad (figuras 889-894). Si las contribuciones tericas y metodolgicas resultan modestas, igualmente decepcionantes son los programas generales. La misma definicin de la ciudad corporativa, que no deja de tener su momento pasajero de
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... preocupada solamente de la viabilidad -afirma Pagano-, la parte grfica del Plan regulador no entra en juego ms que para determinar el perfil interior de la acera; ms all de esta lnea, imperan casi siempre el capricho, la ignorancia y el negocio especulativo [ ... l. Cuando se produce el crecimiento de una ciudad con estos resultados, aparentemente generosos para con la libertad individual, pero en realidad anrquicos, antisociales y carentes de coherencia con la ms elemental ley del orden, quisiramos combatirlo ... G. Pagano: Un sistema per l'acrescimento orginico delle citta, cit.
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notoriedad cuando nace por obra del grupo BBPR con ocasin del concurso en el que participa en colaboracin con otros arqui tectos para la redaccin del plan regulador de Pava de 1932 (fig. 895), es objeto de sucesivas reiteraciones, en un par de artculos aparecidos en la revista Quadrante y en la comunicacin presentada por aquel mismo grupo al Congreso Internacional de arquitectos celebrado en Roma en 1935 69, para quedar reducida despus a una mera frmula, :. una simple consigna sin verdadero contenido; o mejor, a expediente, dudoso en s mismo, susceptible de encuadrarse en el marco de la tentativa de la intelligenisia de los arquitectos modernos de dar peso a su propio papel como operadores, en este caso apropindose, para transponerlo al plano disciplinar, de uno de los conceptos-gua de la ideologa fascista, tratando de enlazar racionalismo y corporativismo~a ttulo de conclusin de un desenvuelto excursus histrico que delinea una oposicin entre el anarquismo individualista de la decadencia medieval, del romanticismo y del liberalismo, y el orden geomtrico de las concepciones propias de una colectividad organizada jerrquicamente, desde los romanos al fascismo 70. Una frmula, y un
69 Cfr. E. N. Rogers y G . Ciocca:' La citt2 corporativa, en Quadrante, febrero de 1934; y L. B. Belgioioso y G. L. Banfi: Urbanistica corporativa, ibid., agosto-septiembre de 1934. En el campo urbanstico, el esquema de la ciudad regular es la manifestacin de una colectividad organizada jerrquicamente, orientada y guiada por una mentalidad ordenadora C...] Cuando no existe, o cuando llega a faltar, un organismo estatal o una organizacin social totalitaria, el desorden se impone sobre el poder ordenador del hombre: la ciudad, como un rbol, crece aadiendo una casa a otra, un patio a otro, sin otra ley que la de la necesidad individual [ ...1 La ciudad romntica [ . . .1 debe ce-
expediente, que Persico sabe sealar inmediatamente como el ltimo disfraz del racionali smo italiano, como repertorio de lugares comunes, como improvisacin de idelogos en el vaco. La ampliacin de los poderes pblicos de control del territorio es ratificada por algunas disposiciones del 22 dictadas para la tutela de las bellezas naturales y de los monumentos de inters histrico, que son como un anticipo de la ley del 39, importante por la facultad que concede a las Soprintendenze de formular sus propios planes de tutela territorial, aunque todava inspirada en criterios abstractos y sectoriales de valoracin. Pero es sobre todo la aprobacin de la ley urbanstica del 42 la que marca un verdadero hito en la legislacin italiana en la materia, viniendo a evidenciar la voluntad del rgimen de ordenar y reforzar las posibilidades de gestin pblica de las ciudades y territorios. El problema de la necesidad de contar con una ley urbanstica general, orgnica y unificadora ha salido a la luz pblica como consecuencia de la misma exigencia de adoptar caso por caso innovaciones importantes en los
der el puesto a la nueva ciudad, que, consciente de su propio ser, distingue netamente, como en la actividad del hombre, trabajo y descanso: el verde de la naturaleza se alternar con la casa en el esquema geomtrico, conforme al cual la libertad individual queda salvaguardada en el marco de una clara organizacin colectiva [ ...1 El Estado corporativo, asigna una funcin precisa a los factores de la vida social, poltica y econmica de la Nacin, encuadra a los individuos en una trabada unin nacional, para potenciar al mximo el rendimiento de cada uno. [ ...] Por ello, el Estado organizar corporativamente el urbanismo de modo que los planes reguladores concretos sean emanacin de un plan regulador de la Nacin. L. B. Belgioioso y G. L. Banfi: Urbanistica corporativa, cit.
Figs. 889-895 (en la pgina opuesta). Grupo Cancellotti, Fuselli, Lenzi, Montuori, Nicolisi, Piccinato, Scalpelli y Valle, proyecto presentado al concurso para el plan regulador de Arezzo, primer premio; C. Chiodi y G . Merlo, concurso para el plan regulador de Bolzano, segundo premio ex-aequo; grupo Chiodi, Merlo y Brazzola, concurso para el plan regulador de Foggia, tercer premio ex-aequo, planimetra general y planta de una borgata; grupo Petrucci, Susini, Tufaroli y Paolini, concurso para el plan regulador de Foggia, segundo premio, planta y vista axonomtrica de una borgata ruvale; grupo Banfi, Belgioioso, Peressutti y Rogers, concurso para el plan regulador de Pava.
aspectos operativo y jurdico respecto de la ley vigente de 1863, como sucede con ocasin de la aprobacin de los planes reguladores de las mayores ciudades italianas: Florencia (1924), Miln (plan zona1 del 28 y plan del 34), Roma (1931), Gnova (1932) y Npoles (1934). As, por ejemplo, en el plan de Miln del 28 para la ordenacin del rea comprendida entre el corso Vittorio Emanuele y la piazza Beccaria, se concede al municipio la facultad de expropiacin de las reas laterales de los nuevos viales y se corrigen las modalidades de valoracin de las indemnizaciones, mientras que en el plan regulador del 31 se viene a sancionar, entre otras cosas, la importante distincin entre plan general normativo (piano generale di mhsima) y planes detallados de actuacin (piani particolaregginti di attuazione), que despus ser recogida por la ley del 42. En el informe presentado a la Cmara por el ministro Gorla, proponente de la ley, en junio del 42, se indican las defici,encias existentes en la legislacin vigente a la sazn -y a las que el nuevo instrumento legislativo pretende poner remedio-, sealndose la falta de atribuciones de las administraciones municipales para prever reas destinadas a instalaciones de inters colectivo, la inactual distincin entre plan regulador de la edificacin y plan de ampliacin, la ausencia de todo tipo de consideracin por los aspectos de orden esttico, histrico y artstico, la imposibilidad de formacin de un patrimonio municipal de suelo y la falta total de vinculaciones de zonificacin. El nuevo dispositivo legal, en realidad, es bastante ms que una mera respuesta puntual a tales deficiencias concretas, y se presenta con un carcter exhaustivo y articulado en la previsin de diversos niveles de planeamiento (desde el plan territorial de coordinacin al plan regulador general y los planes reguladores particulares), en cuanto a las modalidades de actuacin por parte de los entes pblicos, en las normas que regulan el conjunto de la actividad edificatoria y en la obligacin que impone de redactar ordenanzas municipales de la edificacin.
La decisin de-.proceder a la elaboracin y aprobacin de una ley urbanstica general ha sido presentada por algunas como una maniobra de la gran industria capitalista en favor del beneficio y en menoscabo de la renta, en el momento en que se disgregan los intereses, originariamente conjuntos, de los propietarios agrarios y de la burguesa industrial, y aprovechndose para ello de las circunstancias creadas por la coyuntura blica. En realidad, esta interpretacin, por sugestiva que sea, parece demasiado radical y esquemtica y desde luego no tiene en cuenta la concurrencia, tambin en este caso, de una multiplicidad de referencias culturales e ideolgicas, aunque luego arriben todas a una redaccin tcnica y sucinta en la ley, que resulta bastante coherente y unitaria. Y si el dispositivo de las operaciones escalares prefigurado por la ley es capaz de permitir de manera realista una mejor organizacin de conjunto de la ciudad -asegurando, pues, un mejor rendimiento y mayor eficacia a la produccin, as como una reduccin de los costes de gestin racional del territorio-, pero tambin permite limitar tericamente la renta inmobiliaria -reequilibrando, pues, la dinmica de los costes sociales y favoreciendo, por ejemplo, el acceso a mayores consumos-, tampoco puede olvidarse la importancia que atribuye al nuevo dirigismo verticista del rgimen y a su programa de creciente control social 71; ni la forma en que hace madurar una ideologa del plan y sus correspondientes problemticas en un sector de la cultura profesional, entre los arquitectos y los urbanistas de las nuevas generaciones, e incluso de las intermedias, que se aprestan efectivamente a un debate decidido, al que da acogida la Crtica fascista de Bottai cuando es ya inminente la aprobacin de la ley 72. Y tampoco pueden ignorarse,
71 En este sentido, no es casual la referencia a las experiencias alemanas. Cfr. La disciplina delle dree urbane in Germania e le proposte dell'lstituto Nazionale di Urbanistica in materia, en Urbanistica, julio-agosto y septiembre-octubre de 1941. 72 Vanse G. Michelucci: Funzione sociale dell'urbanistica, concetti fondamentali, en Crtica fascista,
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en otro orden de cosas, para atenuar la imagen rigorista de este instrumento legislativo, las disposiciones de carcter discrecional que el mismo contiene, aplicables en funcin de mediaciones concretas (en particular, la f acultad -y no la obligacin- de formar el plan regulador, salvedad hecha de los catlogos obligatorios impuestos ministerialmente, y las posibilidades implcitas de proceder a efectuar parcelaciones en defecto de un plan detallado, previa autorizacin del municipio). As, la ley puede ser legtimamente presentada como instrumento de la poltica oficial de desurbanizacin (sin que puedan ser consideradas como puramente instrumentales las declaraciones formuladas a tal propsito) 73, mientras que, por otro lado, con la terica actuacin a travs de planes particulares y de la expropiacin, puede ser considerada como factor importante de racionalizacin urgente y dirigida de la funcin social de la propiedad privada del suelo en el interior de las concentraciones urbanas. Tampoco resultara impropio, en el fondo, considerarla como instrumento potencial de realizacin de aquella definicin, que ya ha quedado vaca de contenido, de la ciudad corporativa, en la que los arquitectos racionalistas entrevean confusamente - e n su esfuerzo por traducir en analogas congruentes las consignas de la poltica social del rgimen- una exigencia de control y de coordinacin rigurosos del desarrollo urbanstico, as como una divisin de cometidos y funciones entre ciudad y campo.
19 de enero de 1942; V. Testa: La distribuzione della popolazione, ibid., 1 de febrero de 1942; V. Civico: Funzione sociale dell'architettura. L'urbanistica come problema nazionale, ibid., 1 de marzo de 1942; M. Piacentini: Funzione sociale dell'urbanistica. Problemi sociali dell'urbanistica, ibid., 15 de marzo de 1942; E. Detti: Funzione sociale dell'urbanistica. Fini dell'urbanistica moderna, ibid., 15 de abril de 1942; A. Melis: Funzione sociale dell'urbanistica. Limiti dell'urbanistica, ibid., 1 de mayo de 1942. 73 Vase la anticipacin de A. Calza Bini: 11 piano territoriale come strumento della politica fascista del disurbanamento, en Urbanistica, enero-febrero de 1941.
De tal posibilidad potencial, sin embargo, no disponemos de ninguna verificacin concreta. La ley del 42 comenzar a aplicarse realmente tan slo despus de la guerra, en el marco de un rgimen econmico distinto, y de hecho permanecer inoperante durante mucho tiempo respecto de las afirmadas urgencias impuestas por la reconstruccin y la recuperacin productiva, en el mbito de la nueva integracin que se establece entre renta y beneficio, del favor otorgado ahora a una concepcin librecambista del uso del suelo y de la incapacidad poltica, tcnica y financiera de las administraciones pblicas.
Al tratar de valorar las determinantes y las modalidades de los procesos de transformacin urbana en el perodo que consideramos, debemos referirnos, por un lado, a los parmetros cuantitativos de crecimiento espacial que pueden ponerse en relacin de congruencia con el crecimiento demogrfico y, por otro lado, a las mutaciones operadas en la articulacin funcional y estructural de los ncleos urbanos por efecto de la redistribucin de los equilibrios internos relativos a las diversas actividades presentes (productivas, residenciales, comerciales, financieras, de mando poltico e institucional, etc. ). Debe observarse, ante todo, que la base de crecimiento demogrfico que afecta con distinta intensidad a la red. de las ciudades italianas entre 1901 y 1921, en funcin tambin de la acentuada industrializacin acaecida en los aos del gobierno Giolitti y de la guerra -como puede advertirse, en particular, en los polos ms destacados de las regiones septentrionales-, va seguida, en los dos decenios sucesivos, por un perodo de deceleracin del fenmeno, que puede atribuirse a una coyuntura econmica de menor dinamismo, o en cualquier forma afectada por procesos de reconversin productiva, ms que a la explicitacin de polticas de reequilibrio territorial, por ms que sta sea la lnea que el rgimen
fascista hace suya. Considerando toda la perspectiva histrica de nuestro siglo, ms all y ms ac de los dos decenios que aqu examinamos ahora, puede afirmarse que en el perodo fascista no nos encontramos ante impulsos exagerados de urbanizacin (en particular, si se considera la restriccin que se impone a la emigracin transocenica a comienzos de los aos veinte); hasta tal punto que en cierto nmero de centros el incremento de poblacin resulta directamente atribuible a los ndices demogrficos naturales, o incluso se mantiene por debajo de stos. Esto no quita, sin embargo, para que entre el 21 y el 36 la poblacin clasificable como urbana aumente, en conjunto, en ms de dos millones de almas, y para que en la franja superior del entramado urbano tales incrementos puedan interpretarse como directa o indirectamente correlacionados con la expansin de las actividades productivas. Una confrontacin, dentro de ese mismo intervalo temporal, entre las diez ciudades italianas mayores nos presenta a la cabeza los aumentos de poblacin de Roma ( +74 por IOO), seguida por Miln ( + 3 6 por 100), Bolonia ( + 3 2 por 100), Turn ( + 2 5 por 100), Gnova y Venecia ( +17 por 100) y Florencia ( +14 por 100); casi estacionarias aparecen Palermo y Npoles ( 3 por 100 y 1 por 100, respectivamente), mientras que Catania se muestra en regresin (-7 por 100). Es decir, entre las aglomeraciones urbanas mayores -aparte del caso de la capital, totalmente excepcional, como ya hemos indicado-, las ciudades del tringulo industrial, junto con Bolonia, siguen siendo todava los elementos propulsores del sistema territorial (mientras que en Venecia el crecimiento demogrfico ha de atribuirse al despegue econmico del nuevo centro industrial de Marghera-Mestre, englobado en la circunscripcin municipal en el 26): en Miln, en el decenio 1330-40, el saldo activo de urbanizacin de la poblacin asciende a cerca de 20.000 personas al ao, con flujos migratorios provinientes de Lombarda, de la Emilia y del Vneto. Entre las ciudades intermedias, muestran elevados ndices de crecimiento, en
particular, Verona, La Spezia, Bari, Taranto y Reggio Calabria. Menos fciles de cuantificar son los impulsos que modifican la distribucin de las funciones urbanas, traducindose en sustanciales mutaciones de destino y, a veces, en radicales transformaciones del ordenamiento fsico: la competicin por los mbitos espaciales a los que pueden atribuirse los ms altos potenciales de valorizacin de la renta y del intercambio, as como los ms destacados valores estratgicos de predominio ideolgico, arrastra consigo, en una cadena de ajustes y repercusiones, a los sectores intermedios y a los ms dbiles de la organizacin social. Las diversas posibilidades de convertibilidad del patrimonio edificativo existente, propio de todo centro urbano (por sustitucin de funciones o por transformacin de estructuras), entran en juego para dar una respuesta a estas solicitaciones favorables a la revisin de las jerarquas tradicionales. Qu aportacin especfica ofrecen los instrumentos de planificacin y de intervencin a esta dinmica de fuerzas en accin? Y cules son las orientaciones y los modelos que estos instrumentos inducen? Es preciso observar, en primer lugar, que la elaboracin de los planes urbansticos no deja entrever objetivos de contencin de la expansin urbana, y que solamente en muy contados casos alude a programas de descentramiento o de ruralizacin. Los numerosos planes reguladores que consiguen alcanzar su sancin legal l4 raramente excluyen una marcada fermentacin
'74 Para el perodo 1929-1938 la revista Urbanistica daba esta lista: 1929, Arezzo; 1930, Bolzano, Cagliari, Pisa; 1931, Faenza, Gnova centro; 1932, Catania, Gnova-Este, Peruggia, Verona; 1933, Busto Arsizio, Castelfranco Emilia, Monreale, Monza, Novara, Padua, Pava, Piacenza, Sabaudia, Savona, Terni, Tirrenia, Tortona; 1934, Aosta, Como, Gallarate, Imperia, Mantua, Mestre, Potenza, Rmini, Sassari, Vigevano; 1935, Belluno, Pistoia, Pordenone, Savona, Treviso; 1936, Aprilia, Forli; 1937, Castellammare di Stabia, Pomezia, Rieti; 1938, Alessandria, Bolonia, Casale, Lodi, Palermo. Cfr. La mostra di Roma e l'attuale livello dell'uvbanistica italiarza, en Urbanistica, noviembre-diciembre de 1937. Pero vase tambin nuestra resea contenida en la nota 67.
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Figs. 896-898. Plan regulador y de ampliacin de la ciudad de Piacenza, y jo, el plan regulador de Pava (arquitecto Morandotti, 1933).
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perifrica en mancha de aceite, con elevadas densidades de uso del suelo y, en cambio, con exiguas reservas de espacios equipados y zonas pblicas verdes o deportivas; las normas sobre construccin en terrenos rsticos, ms all de la periferia edificada -desligada por ciertos elementos previstos y por oportunas vinculaciones colaterales-, parecen orientadas, ms que nada, a permitir de cualquier modo la mxima libertad a la propiedad privada del suelo (fisg. 896-898). La actuacin incierta y compromisoria de los instrumentos de planificacin y, en general, el crecimiento urbano, confirman tales apreciaciones. Y si bien los Istituti case popolari, una vez asumidos los objetivos del descentramiento, tratan de llevar a cabo intervenciones puntiformes ms all de los 1mites del suelo urbanizado de las ciudades o incluso en pleno campo, tales tentativas caen dentro, en realidad, de la estrategia de segregacin social (caso ejemplar, en este sentido, es el de las borgate romane), dependiendo de la calculada falta de competitividad del ente pblico con respecto a la actividad privada, y viniendo a funcionar, en fin, como sondeo-piloto con vistas a una ampliacin del valor de la renta inmobiliaria mediante la creacin de infraestructuras elementales proporcionadas gracias a inversiones pblicas. All donde la periferia se cualifica en funcin de un particular tejido extensivo, como sucede en ciertas ciudades de tipo medio de la Italia septentrional, ello tiene lugar por motivaciones inmanentes a la demanda habitativa, al mercado y a la estructura de la empresa constructora, y no en virtud de una poltica urbana preordinada y coherente. As, en conjunto, la expansin de las ciudades se va confirmando conforme a un modelo centrpeto en el que la homogeneidad de la mancha de aceite slo resulta interrumpida por alguna que otra penetracin viaria preferencial, por las caractersticas orogrficas, por la edificacin a lo largo de las vas radiales o por algn equipamiento de nueva construccin. Muchos planes reguladores urbanos (podemos citar, entre otros, los de Roma, Miln y Bolonia)
conservan su vigencia legal durante mucho tiempo, incluso despus de la cada del rgimen -y proyecta una larga sombra tambin sobre los nuevos instrumentos elaborados en la posguerra-, precisamente en virtud de los concretos intereses inmobiliarios a que responden. El plan regulador, ms que un factor de orientacin y control de las transformaciones de las ciudades, es, pues, con gran frecuencia, un soporte genrico y dbil de la iniciativa privada, de una serie de prcticas urbanas y de gestin sectorial, y de la poltica de obras pblicas de las administraciones locales y centrales. En este sentido, las obras de urbanizacin primaria y de vialidad desarrollan, en el fondo, la misma funcin institucional de los planes por lo que respecta a la expansin urbana, mientras que una anloga funcin de promocin y de consolidacin del crecimiento y de las transformaciones en marcha se confa a la realizacin puntual de edificaciones y complejos equipados. Junto a las obras de carcter exclusivamente celebrativo, que vienen a dar testimonio de la vaca grandilocuencia, de la superchera ideolgica y de la llamativa ostentacin del poder, aparece tambin una consistente oferta de edificios administrativos destinados a los organismos estatales, a Casas del Fascio y otras actividades del partido; adems de equipamientos recreativos y de instalaciones para espectculos deportivos, concebidos predominantemente para crear episodios cualificados y vistosos, ms que para asegurar niveles generalizados de consumos populares 75. Entre las obras de tipo
l5 Afirma, a este propsito, Bortolotti: De los 200 edificios pblicos construidos en el primer decenio fascista a cargo del Ministerio de Obras Pblicas, unos 69 estaban destinados a los cuerpos armados de polica y de la Guardia de finanzas, 45 eran edificios militares, 15 edificios carcelarios, 6 edificios para comandancias de marina y milicia portuaria; tan slo 7 eran edificios universitarios y cientficos, y 6 institutos botnicos, de silvicultura y similares. Verdad es que sucesivamente vinieron las "ciudades universitarias" de Roma y de Miln, pero se trataba en todo caso de obras que despertaban un cierto clamor, que cubran situaciones de atraso y
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asistencia1 realizadas por el Estado se da gran impulso a la construccin de colonias de mar y de montaa, en las costas y en el interior del pas 76 (figs. 899-902).
deficiencias de conjunto. En el primer decenio fascista la edificacin escolar (universidades excluidas) totaliz menos del 1 por 100 del gasto efectuado en obras pblicas. Respecto de los ltimos aos, basta leer la lista de las obras pblicas terminadas, o las pendientes de inauguracin cada ao el 28 de octubre, aniversario de la "marcha sobre Roma": en ella encontramos, junto a las viviendas populares (no demasiadas, y no excesivamente populares, muchas veces) y a los hospitales y sanatorios (la lucha contra la tuberculosis, casi exclusivamente curativa, recibi un notable impulso), toda una sarta de sedes del Fascio, "sagrarios" (es decir, sepulcros de "mrtires fascistas", o acaso de cados en la guerra mundial, como es el caso del monstruo que se edific en Redipuglia), "case littorie", sedes de agrupaciones de barrio, casas de la madre y del nio, comandancias militares, etc. L. Bortolotti: Storia della poltica edilizia in Italia, cit., pgs. 155-56. 76 Para documentar los concursos y realizaciones de obras pblicas respecto de las ciudades medianas o pequeas que no son objeto aqu de tratamiento particular, sealaremos, refirindonos tan slo a las pginas de la revista piacentiniana Architettura, los siguientes ttulos entre los aos 33 y 41: Concorso per il palazzo dell'Economia corporativa di Pesaro, abril de 1933; Concorso per la nuova sede del Consiglio Provinciale dell'Economia corporativa di Teramo, enero de 1934; Colonia marina X X V I I I ottobre per i jigli degli italiani all'estero a Riccione, octubre de 1934; Concorso per la casa Littoria di Asti, octubre de 1934; Concorsi per il palazzo sede degli uffici governativi a Cremona, Brescia e Brgamo, mayo de 1935; P. Marconi: Scuola elementare a Fano. Arch. Mario De Renzi, febrero de 1936; C. Petrucci: L'bpera San Michele Arcdngelo a Foggia. Arch. G . Petrucci, enero de 1937; G. Minnucci: Le nouve stazioni ferroviarie di Siena e Reggio Emilia. Arch. Angiolo Mazzoni, marzo de 1937; M. Pa.: La nuova stazione di Viareggio, mayo de 1937; P . Ma.: Palazzo dell'Economa corp'orativa di Pesaro. Architetti Mario Paniconi e Giulio Pediconi, octubre de 1937; Tre case della gioventh italiana del Littorio in Romagna. Arch. Cesare Valle, marzo de 1938 (se trata de edificios construidos en Predappio, Forlimpopoli y Savignano); La nuova casa della G I L a Verona. Arch. Ettore Fagiuoli, febrero de 1940; A. M. Degli Innocenti: Il concorso per la casa Littoria di Empoli, octubre de 1940; Concorso per il palazzo del Governo di Savona, octubre de 1940; La casa della G I L di Modena. Arch. Enrico Del Debbio e ing. Carlo Tinozzi, marzo de 1941.
En una relacin igualmente ambigua y evasiva con los instrumentos generales de ordenacin se encuentran los planes-proyecto de intervencin encaminados a la reconstruccin de porciones determinadas del tejido urbano en el interior de los centros histricos, y que hay que contar entre las operaciones ms ingentes o, al menos, ms significativas llevadas a cabo durante el perodo fascista. En este aspecto, el fascismo se apresta a reemprender y completar un .proceso que, iniciado en la Italia pos-unitaria y humbertina en los centros mayores, va extendindose ahora tambin a las ciudades menores. Saneamiento higinico y descentramiento (sfollamento, descongestin) son las consignas oficiales que animan a estas operaciones, indicadas caso por caso como objetivos o como instrumentos '77. El criterio de seleccin de las reas a sanear se basa casi exclusivamente en la presencia de elevadas densidades de poblacin (en algn caso acompaadas tambin de altos ndices de morbilidad que se valoran de forma totalmente acrtica) y, de forma subordinada, en una sumaria evaluacin del envejecimiento de la edificacin. Sin complicadas profundizaciones ni evaluaciones demasiado sofisticadas, la demolicin integral se indica no solamente como la va ms directa, sino tambin como el nico remedio adecuado. El parmetro de la densidad de poblacin coincide, naturalmente, con las reas ms populares; de esta forma, la demolicin, mientras viene a reparar aparentemente una carencia ambiental, en realidad lo que hace es romper y dispersar el tejido social de ese proletariado urbano que, segn las propias palabras del Duce, segua mostrndose en gran parte ajeno, cuando no irreductiblemen te contrario, al nuevo rgimen. Este es el hecho ms impresionante y ms
77 Segn Albertini, ingeniero-jefe del Departamento de Urbanismo de Miln y redactor del plan regulador, tan slo con los derribos se poda conseguir un saneamiento efectivo, suponiendo la demolicin de las edificaciones y la deportacin de los habitantes. Cfr. C. Albertini : Risanamento, en La casa, noviembre de 1931.
Figs. 899-902. Las obras pblicas del rgimen: el edificio de Correos y Telgrafos en la va Chiodo de La Spezia, el palacio de la Ecoma Corporativa en Pesaro, el palacio del Gobierno en Pescara, la torre de la colonia martima de Massa.
decididamente nuevo e n relacin con las operaciones anlogas de la poca humbertina- de las obras acometidas en los aos del fascismo: el carcter de depuracin poltica encubierta 18.
NO se trata de un cotejo puramente analgico. Un nmero de la vieja revista Urbanistica -como recuerda Italo Insolera en un artculo aparecido en ComunitA- recoga, en la seccin Planes reguladores y edificacin (marzo-abril de 1943), estas noticias: Toda la prensa diaria ha dado cuenta de la gran redada efectuada por las policas francesa y alemana -ms de diez mil agentes han participado en la operacin- en el barrio del puerto de Marsella, en el que tena su guarida la ms poderosa organizacin de la delincuencia europea. La ocupacin de Francia por las tropas del Eje ha permitido cortar de raz, finalmente, este autntico cncer que amenazaba con provocar graves daos a la nacin francesa e incluso a toda Europa: sin incidentes -el despliegue de fuerzas armadas ha impedido cualquier veleidad de resistencia-, todos los malhechores de ambos sexos, que haban convertido la zona en su cuartel general, han sido capturados y puestos a disposicin de la Justicia, mientras que las personas honradas han sido realojadas en barrios y viviendas cuidadosamente predispuestos al efecto. Una vez val8
Al mismo tiempo, la renovacin tiene un importante valor de recuperacin de reas para el mercado edificativo, o pretende crear las premisas necesarias para ello, como lo deciado el barrio de todos sus habitantes, se ha llevado a cabo, en el curso de pocas horas, una de las ms gigantescas "operaciones" de saneamiento urbansticohiginico que recuerda la historia del urbanismo: exceptuada la primera fila de las casas, tan caractersticas, que dzn al paseo martimo, el ayuntamiento y algunos otros elementos de valor histricoartstico, todo el denssimo amasijo de edificios se ha hecho saltar por los aires con dinamita. La grandiosa operacin ha sido confiada a las enrgicas facultades del teniente alemn Braune, que en tiempo de paz perteneca al departamento tcnico del plan regulador de Berln. Cfr. 1. Insolera: L'insegnamento delle citti: il decennio dell'antistoria (1930-1940)) en Comunith, nm. 109, mayo de 1963. Naturalmente, como no deja de poner de relieve Insolera, el barrio saneado era el ms popular de la ciudad, donde ya pocos das despus de la ocupacin alemana se haba iniciado la resistencia. El nmero citado de la revista Urbanlstica inclua dos fotografas, una de la destruccin producida por las minas alemanas y otra de la maqueta del plan de aprovechamiento edificativo de la zona.
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muestran los volmenes y las morfologas que se emplean en la reconstruccin, y de manera indicativa las mismas densidades de poblacin elevadas que se recomponen en las nuevas manzanas. Liberado del incmodo obstculo de las casas viejas, el suelo se ajusta, como por milagro, al valor que la centralidad de su situacin le atribuye. Los terrenos expropiados, transferidos al dominio pblico, vuelven a cederse, a precios a veces muy modestos (para favorecer la rpida terminacin de las ordenaciones edificativas), a bancos y saciedades constructoras que con ello obtienen beneficios enormes. Y mientras el Estado se hace cargo de las demoliciones, el rgimen se asegura el espacio necesario para levantar algunos edificios destinados a albergar sus instituciones, dejando el resto a la actividad privada; las reconstrucciones prevn, sobre todo, edificios representativos, administrativos, comerciales y de viviendas de lujo. Tambin en este caso, pues, nos encontramos dentro de un proceso de reforzamiento de la centralidad urbana: a la destruccinreconstruccin programada se le asigna un papel piloto de ruptura, al que ha de seguir una destruccin cada vez mayor de las antiguas estructuras, que si no se centra necesariamente en la renovacin fsica, se realiza al menos a travs de una terciarizacin de los usos del suelo. En cambio, no queda efectivamente garantizada la operacin complementaria de descentramiento; las lindas casitas rodeadas de verdor y las alegres barriadas que los discursos oficiales aseguran que se encuentran en fase avanzada de construccin para dar nuevo alojamiento a los desplazados del centro, no pasan casi nunca del papel, o bien se convierten en realidad demasiado tarde, cuando los habitantes expulsados de sus antiguos hogares han ido a aumentar la densidad de poblacin de otras zonas cntricas y populares, agravando las condiciones en que stas se encuentran. Muchos derribos son operaciones ya del todo autnomas inicialmente, decididas al margen de cualquier plan de conjunto, con base en un plan particular aprobado por decreto especial; pero in-
cluso cuando se prevn en los planes reguladores, las transformaciones internas pierden, en la fase de ejecucin, esa cierta medida de organicidad, aunque vandlica, que los vincula al modelo general urbano, para asumir el carcter de reestructuraciones autnomas de partes limitadas del tejido. Estos planes-proyecto no solamente no compensan, sino que denuncian y agravan la falta de una real planificacin urbana. Las consecuencias de estas operaciones de saneamiento llevadas a cabo en el perodo fascista se advertirn en todo su alcance -en la prctica administrativa y en la realidad econmica- en el momento de la recuperacin posterior a la guerra, cuando incluso los planes no iniciados todava o que haban quedado interrumpidos se reanudan y se llevan a trmino.
POSGUERRA. EL
DESMAN-
Para plantear el tema de forma ms fcil y clara es posible articular en tres fases distintas la evlucin urbanstica de Roma entre 1918 y 1943: la posguerra prefascista, del 18 al 25; los aos que van del 25 al 37, que giran en torno a la preparacin y redaccin del plan del 31, perodo en que se comprenden las realizaciones monumentales ms significativas del rgimen fascista; y el perodo 1938-43, en el que se completan las grandes obras acometidas, pero que tambin nos permite apreciar un cambio sensible en las orientaciones del planeamiento, centradas ahora en torno a la idea de una Roma Imperial y dominadas por la realizacin de la E 42, con el impulso que se imprime a la directriz de expansin hacia el mar. Naturalmente, la soldadura interna entre las distintas fases aparece asegurada por una continuidad de referencias a diversos niveles, por los intereses econmicos prevalentes en la ciudad -es decir, en el
plano urbanstico, por las caractersticas de su crecimiento- y por los contenidos ideolgicos asumidos -o sea, por las propuestas formales desarrolladas en los proyectos y en los planes-; pero tambin, por muchos aspectos que no pueden ignorarse, y sin quitar nada a la especificidad y a la originalidad de la Roma fascista, la praxis urbanstica de estos veinte aos nos' remite bastante ms atrs en el tiempo, hasta el perodo giolittiano y humbertino, al igual que tambin se proyecta, naturalmente, hacia adelante, dejando sentir sus efectos hasta bien entrada la segunda posguerra. La administracin romana que sucede en 1914 al Bloque radical viene actuando desde tiempo atrs con la idea de librarse del plan regulador Sanjust de 1909, que constituye una vinculacin bastante precisa para la revalorizacin indiscriminada del suelo urbano. En 1916 se nombra una comisin de tcnicos, entre los que se cuenta Giovannoni, para elaborar un informe sobre la validez del plan y sobre las perspectivas de la poltica urbanstica de la capital. El informe, redactado el ao 18, dirige su atencin, sobre todo, al problema del centro histrico, pronuncindose, conforme a las orientaciones ya expresadas por Giovannoni en los aos anteriores, en favor del principio d e ' respeto ntegro de los ambientes antiguos, ulicos o populares, que han de salvaguardarse, restaurndolos y restituyendo a las correspondientes zonas edificadas unas condiciones de vida ms higinicas y humanas. Es la primera vez en que una afirmacin de este tipo se mantiene con tal claridad, tras la actuacin de los derribos previstos en los planes decimonnicos: y sobre esta base la comisin ataca al plan Sanjust, no parco, por cierto, en nuevas previsiones destructivas para el centro histrico. Pero una declaracin autorizada de la insuficiencia del plan es justamente lo que con ms urgencia interesa a la administracin romana -dirigida a la sazn por el prncipe Colonna y evidentemente prxima a los mayores intereses inmobiliarios-, para abrogar, de Derecho o de
hecho, su vigencia. Este es un objetivo al que, de uno u otro modo y ms all de las legitimaciones culturales, es posible aproximarse ya en 1920, a travs de otras vas convergentes, incluso ms inmediatas: la alteracin de las disposiciones del plan relativas a las tipologas y la construccin de barrios enteros programados fuera de los lmites del plan. El plan de 1909, como se recordar, admita tres tipos de edificios con idea de reglamentar la expansin urbana, definidos con precisin por la ordenanza general de la edificacin (relativa a las construcciones dentro del rea afectada por el plan) y por otra ordenanza especial (,redactada en consonancia con la ley Giolitti de 1907 y relativa a los nuevos barrios y viviendas de nueva construccin, tanto dentro como fuera del mbito del plan): los fabbricati (bloques), los villini (hotelitos) y los giardini (jardines). Para los primeros se especificaba una altura mxima de 24 metros, los hotelitos deban estar constituidos por dos plantas sobre el piso bajo, con jardn, y los solares destinados a cgiardini tan slo podan edificarse en proporcin de 1/20 de su superficie total. Las presiones para aumentar los ndices de edificabilidad, surgidas al da siguiente de la aprobacin del plan, consiguen verse formalmente ratificadas por un real decreto de 1920 que, partiendo de la agudsima crisis de la vivienda, permite en las reas destinadas a hotelitos la construccin de bloques en altura hasta de 19 metros, dejando a salvo parciales sopvalevazioni que hagan armnico y variado el perfil del edificio, a juicio de la administracin municipal (es decir, se trata de edificios de 19 metros de altura ms un tico), con una distancia mnima entre s de 5,80 metros. Estas disposiciones, de carcter inicialmente transitorio y que deban quedar derogadas hacia mediados de 1922, resultan despus prorrogadas por dieciocho meses, hasta finales del 23, y luego, temporalmente, hasta 1925, fecha en que, arrinconado ya oficiosamente el plan de 1909, quedan de hecho en vigor y terminan por incorporarse al sucesivo plan de 1931.
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Esta variacin en la normativa no solamente constituye en su conjunto un enorme premio a la renta inmobiliaria, sino que adems sienta las premisas de un desarrollo edificativo anormal y desequilibrado, llevando a que se insista en estructuras y volmenes en cuanta superior al triple, sobre el mismo tejido conexivo definido sobre la base de la normativa establecida anteriormente, sin que se tome en consideracin ninguna variacin en la zonificacin o en la vialidad. Ello se debe tambin a que estas medidas se introducen en un momento en que la actividad edificativa acusa ya una sensible recuperacin, relanzada por efecto de los acuerdos estipulados caso por caso entre la administracin y los particulares, en los que se eluden las posibles aportaciones de mejora; poco despus, en el 23, viene a aadirse la exencin por veinticinco aos concedida a toda construccin de nueva planta, sin vinculacin alguna a las prescripciones del plan regulador. Desde 1920 en adelante m i e n t r a s van inicindose o completndose algunas de las zonas previstas en el plan Sanjust (figs. 903904)- precisamente algunos programas coordinados de carcter pblico o semipblico hacen caso omiso o incumplen abiertamente los presupuestos establecidos en el instrumento urbanstico vigente. A 1920 se remonta el inicio de la ciudad-jardn A n i e n e ~(llamada despus corrientemente Monte Sacro), nacida fuera de los lmites del plan por iniciativa de un Consorzio citti giardino entre cuyos componentes figura tambin, junto a intereses de naturaleza privada, el Istituto case popolari. El proyecto, debido a Gustavo Giovannoni, responde a la idea del barrio-jardn -en aquellos aos, en el centro mismo del debate europeo, dentro de la perspectiva del descentramiento- y constituye, en la situacin italiana de la poca, una de las tentativas ms convincentes de ambientacin, con su trazado de viales curvilneos, sus tipologas a base de hotelitos, su baja densidad, su adaptacin al paisaje en colina del otro lado del ro Anio y por su mismo destino a la clase media y su posicin netamente descentrada respecto de
los ltimos extremos de la periferia de Roma, con la que el barrio aparece enlazado mediante un puente en torno al cual se concentran los servicios necesarios (figs. 905-906). Pero la perspectiva de realizar un verdadero garden suburb demuestra ser muy poco realista en la situacin romana: Monte Sacro se ve bien pronto rodeado por el crecimiento en mancha de aceite de la ciudad -que justamente con su presencia ha contribuido a canalizar la expansin en esa directriz-, perdiendo la autonoma con que precisamente se haba querido caracterizarle; la sustitucin de los hotelitos (oillini) por sp&azinea (quintas, palac e t e ~ )cambia por completo su naturaleza y su aspecto, adems del nivel funcional de conjunto. En una direccin opuesta -hacia el Sur, ms all del Testaccio, y fuera tambin de los lmites del plan regulador vigente- surge, segn proyecto de Giovannoni y Piacentini, el nuevo barrio de la Garbatella (figs. 907910). Responde, una vez ms, al principio de creacin de una unidad descentrada y autnoma, anloga en este sentido a la del Monte Sacro, pero difiriendo de ste, en cambio, por lo que respecta a su destino y nivel social: la Garbatella se construye por el Istituto case popolari para acoger chabolistas y personas sin hogar; ms tarde se alojarn all las familias expulsadas del centro histrico como consecuencia de los derribos y reconstrucciones que se llevan a cabo en l. Y es entonces cuando, modificndose el plan inicial, se aumenta la densidad del complejo residencial con la construccin de alojamientos colectivos y edificios de viviendas de ms plantas, aproximando su carcter al de los barrios urbanos construidos en esos mismos aos por el Istituto case popolari" (figuras 91 1-913).
* Cfr. 1. Costantini: Le nuove costruzioni dell'lstituto per le case popolari in Roma. La borgata giardino Garbatella, en {{Architettura e arti decorative, noviembre de 1922; L. Piccinato: Il nouvo quartiere della Garbatella in Roma dellJIstituto delle case popolari di Roma, en Domus, febrero de 1930; N. de R.: Casette modello costruite dallJlstituto per
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Figs. 903-906 (en la pgina opuesta). Vista desde arriba del barrio delle Vittorie, y vista de la piazza Mazzini; planimetra de la Ciudad-jardn Aniene (Monte Sacro) en 1931 y fotografa area.
Figs. 907-913. Primer proyecto de la barriada de la Garbatella, estado del barrio en 1931 y dos vistas de las primeras construcciones (acceso a la piazza Brin y piazza Brin); planimetra del barrio Trionfale y dos vistas de los edificios de la segunda fase.
Teniendo en cuenta los resultados obtenidos por la comisin de 1916-18, se constituye en 1923 otra comisin, esta vez con la misin de poner a punto una revisin del plan Sanjust; tambin forman parte de ella, junto a algunos miembros de la administracin capitolina y a otros tcnicos, Giovannoni y Piacentini. Fruto del trabajo de los expertos es la, denominada Variante general, terminada el 26, documento que, aunque jams llegar a ser oficialmente aprobado, servir a los administradores para orientar la actividad edificativa evitando cualquier referencia al plan legalmente en vigor todava. El modelo de una decidida proyeccin del centro de la ciudad hacia el Oeste, mantenido desde tiempo atrs por Piacentini, encuentra aqu su confirmacin al preverse una concentracin a la expansin residencial en ese sector, que sin embargo se ve agravado por una edificacin intensiva. Respecto de las transformaciones internas, adoptada en principio la intangibilidad del centro antiguo, la variante introduce de hecho una serie de ensanches y derribos en los Foros Imperiales, en la piazza Madama y en el Tritone, adems de una paralela al Corso; los mismos criterios se aplican tambin, de uno u otro modo, al barrio del Rinascimento, para e'l que Giovannoni consigue imponer sobre el papel su concepcin del aclaramiento de la edificacin. Con la disolucin del Parlamento en 1925 y la afirmacin sin oposicin del rgimen fascista, una disposicin de carcter nacional abole el carcter electivo de las administraciones locales, sustituyendo la figura del antiguo alcalde elegido (sindaco) por la del nuevo podesta, de nombramiento gubernativo. En el caso de Roma, donde desde el ao 23 el municipio viene regido por un comisario,
le case popolari di Roma alla borgata giardino Garbatella*, en ~Architctturae arti decorative, enerofebrero de 1930. Para otros barrios del ICP romano, cfr. A. Calza Bini: Le nuove costruzioni dell'lstituto per le Case popolari in Roma al quartiere Trionfale, ibid., marzo de 1924; M. Munari: Il quartiere Trionfale 2 . O a Roma e l'attivita dell'lstituto case popolari, en Edilizia popolare, marzo-abril de 1972.
una ley del 25 coloca la ciudad bajo la autoridad de un gobernador (governatorato) dependiente del Ministerio del Interior y dotado de atribuciones formalmente inapelables, que comienza a actuar a partir del 1 de enero de 1926. Durante todo el resto del perodo que consideramos, con la sola y breve interrupcin del 35 al 37 en que ejerce el cargo el ministro Bottai, el gobierno de Roma se mantendr firmemente en manos de hombres procedentes de las filas de la aristocracia, personalmente vinculados a intereses inmobiliarios (el prncipe Potenziani, el principe Boncompagni-Ludovisi, el prncipe Colonna, el prncipe Borghese) ' O .
Ya hemos hablado de la posicin particular que la capital ocupa en la estrategia del fascismo: el control que Mussolini se reserva respecto de las cuestiones ms importantes del urbanismo nacional, desde la renovacin de los centros menores hasta las obras de bonificacin, se hace todava ms directo y asiduo en el caso de Roma, donde se concentran los propsitos ms espectaculares y demos trativos del poder poltico. Forzando los procedimiento y el ritmo temporal de la prctica administrativa y burocrtica, aprovechando y plegando a sus interpretaciones las ideas de los arquitectos, de los arquelogos y de los academicistas italianos, orientando los instrumentos del planeamiento para luego trastocarlos con nuevos programas extempor n e o ~ y acallando toda suerte de crticas y polmicas internas, el Duce une a su nombre la paternidad de la nueva Roma fascista.
80 Para la actividad municipal hasta el ao 30, vame: L. Maroi: L'attivitd edilizia a Roma nel 1928, en Capitolium, 1929, pgs. 44-49, y F. M.: Un ventennio di attivita edilizia a Roma, ibid., pginas 482-88.
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Si bien una improvisacin verticista y autoritaria orienta gran parte de las decisiones, por ms que la convalidacin y el asentimiento de Mussolini resultan motivados en ocasiones por el oportunismo o por opciones puramente empricas y ocasionales, a pesar de que la literatura plebiscitaria y acrtica que acompaa a las realizaciones esconde en su verbosidad declamatoria las tensiones, las oscilaciones y las complejas relaciones que incluso en este caso subyacen bajo los resultados logrados por los tcnicos y los arquitectos, lo cierto es que el hablar de una Roma de Mussolini nos parece, incluso hoy, aunque sea a la luz de un juicio crtico muy discutido, de lo ms justo y legtimo. Al papel central que se atribuye a Roma en la mstica fascista no puede dejar de corresponder una transformacin profunda de sus estructuras fsicas, hacia una dimensin simblica que haga presente y tangible, en el corazn mismo de su fuente de inspiracin, el impacto de la revolucin fascista. El fascismo sale de las indecisiones del perodo precedente, forzando la visin latina y romana d s la ciudad, en una subordinacin completa de la ciudad real a la ciudad triunfal. Con la actitud del fascismo respecto de Roma asistimos quiz al ejemplo del mayor relieve ideolgico jams atribuido a una expresin urbana en el curso de la historia; claro est que si este juicio hubiese de depeader tan slo de las realizaciones operadas podra ser discutible; pero si junto a los proyectos y a las realizaciones consideramos tambin la enftica mitologa de masas que se hace girar en torno a los valores simblicos de la romanidad y el uso que de ella se hace en la propaganda a todos los niveles de la organizacin humana, no cabe duda de que aquella afirmacin no puede verse desmentida. Los restos del pasado romano se convierten en la principal fuente ideolgica del rgimen. La arqueologa de Roma ya no es ahora un mero texto de referencia cannica para la arquitectura, ni un simple cdigo de sistemas estilsticos, ni un repertorio de reglas; es ms bien una religin poltica, un mensaje
nacional, una fuente de modelos de comporl . Todo cuanto alguna vez haba tamiento ' sido considerado como papel instrumental del pasado para la afirmacin de los derechos del hombre y despus para la idea de nacionalidad-, vuelve a proponerse ahora como espejo, y como justificacin, de la voluntad de poder de una nacin y hasta de una raza. Por ello, las estratificaciones seculares de la historia de Roma no se encuentran en un plano de paridad: la Roma cristiana y la Roma postunitaria solamente son el puente que une los dos vrtices extremos de la historia de la ciudad, que se reflejan el uno en el otro, la Roma de los Csares y la Roma fascista. Valorizar los restos de la primera Roma con los criterios urbansticos de la Roma fascista, quitando de en medio todo lo que obstaculice la realizacin de las escenografa~ monumentales queridas por el rgimen, constituye el tema central de las transformaciones de la capital, ejemplo viril para las dems ciudades italianas m.
Entre las muchas posibles citas de los textos de los idelogos fascistas, cabe elegir sta: El Sepulcro de los Escipiones y la va Apia no son solamente monumentos. Sacados de nuevo a la luz, son un libro de la raza: la biblia romana, que hace falta saber leer y en la que es preciso saber inspirarse. Los templos republicanos del Largo Argentina hablan a nuestro intelecto como las pginas de Livio hablaban al espritu proftico de Maquiavelo. Qu es la religin? Un veligare a los Hombres con Dios. El medio es la accin, la obra, el acto magnnimo. Y qu acto puede ser ms magnnimo que el de cooperar a la grandeza de la Patria, al triunfo de la estirpe? A la elevacin de nuestra propia gran familia, la Nacin? La religin, por lo tanto - c o m o advertan Maquiavelo y Livio, como nos lo advierten los sagrados monumentos de la Repblica-, es un monumento ideal de la Poltica. Como afirmaba Mazzini -y hoy confirma Benito Mussolini-, religin y poltica deben ir compaginadas y no pueden combatirse o desconocerse entre si. P. Napoli: Avte e architettuva in regime fascista, Roma, 1938, pg. 96. 82 Nosotros nos contentamos -afirma el senador Pietro Fedele en un discurso pronunciado en 1935 en el Parlamento- con ver la llamada Roma pintoresca en las estampas de Pinelli, y la Roma desaparecida en las acuarelas de Rosler-Franz. Cit. en F. P. Mul: La parola al piccone, en <dapitoliuma, octubre de 1934.
Adecuada a esta concepcin de la ciudad de Roma resulta tambin la reconciliacin concordataria sancionada con una Iglesia concebida como fuerza de orden y de prestigio. Poniendo fin a la tradicin laica de la Italia unitaria, el Concordato viene ms a reforzar que a atenuar el carcter y el significado de Roma para los fines de la poltica fascista. La disposicin del Concordato sobre el carcter sagrado de la Ciudad Eterna comporta el compromiso del gobierno italiano de impedir cuanto pueda oponerse a ese papel de la capital. Compromiso que dista mucho de ser mal visto: sobre la sacralidad jams surgirn discrepancias entre el papado y el gobierno fascista, estimulado, en todo caso, a afirmar con mayor fuerza todava su propia e ideal sacralidad laica, y al propio tiempo contento de poseer una justificacin externa para su poltica de freno de la industrializacin de la urbe y para reforzar su carcter administrativo, burocrtico y representativo. No puede evitarse el reconocer en la apertura de la va della Conciliazione -como, por lo dems, parece indicarlo ya el mismo nombre de la nueva calle- la materializacin simblica del acuerdo establecido entre gobierno italiano y Vaticano 83. Mussolini afronta muy pronto la cuestin de la transformacin urbanstica de Roma. En un discurso pronunciado en el Capitolio [el palacio de la municipalidad] el 31 de diciembre de 1925, con ocasin de la toma de posesin del primer gobernador de Roma, el industrial Ignazio Cremonesi, el Duce indica a la administracin capitolina un programa imponente de transformaciones urbanas, a realizar en el trmino de cinco aos. La esencia del programa est constituida por la demolicin de todo cuanto, construido en los
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siglos de la decadencia, todava oscurece los grandes monumentos milenarios de la romanidad, que deben volver a descollar, como gigantes, en su soledad (desde la piazza Colonna, por una gran abertura, deber hacerse visible el Panten). En el grandioso cuadro no faltan referencias a un programa popular (casas, escuelas, baos, jardines) como apndice a las consignas impuestas para la transformacin ulica de la capital 84. Los plazos temporales previstos por Mussolini no resultan, ciertamente, realistas ni siquiera para el nuevo ritmo fascista de ejecucin de los programas, pero s que actan en una doble direccin: por un lado contribuyen a estimular numerosas propuestas para las transformaciones de Roma con la ptica de un nuevo plan regulador o de una renovacin funcional o monumental por secRecogemos in extenso este significativo fragmento de prosa mussoliniana: iGobernador! Mis ideas son claras, mis rdenes son precisas. Estoy plenamente convencido de que se convertirn en realidad concreta. En un plazo de cinco aos Roma deber ofrecerse como algo maravilloso a los ojos de todas las gentes del mundo: vasta, ordenada y poderosa, como lo fue en los tiempos del primer Imperio de Augusto. Vosotros continuaris liberando el tronco de la gran encina de todo cuanto todava la afea y ensombrece: abriris espacios libres en torno al templo de Augusto, alrededor del Teatro Marcelo, del Capitolio, del Panten. Todo lo que creci a su alrededor en los siglos de la decadencia, debe desaparecer. Dentro de cinco aos, desde la piazza Colonna, por una gran abertura, deber hacerse visible la mole del Panten. Vosotros liberaris tambin de las construcciones parsitas y profanas a los templos majestuosos de la Roma cristiana; los monumentos milenarios de nuestra historia deben alzarse, como gigantes, en la soledad y el aislamiento necesarios. As, la tercera Roma se expandir por otras colinas, a lo largo de las orillas del ro sagrado, hasta las playas del Tirreno. Vosotros eliminaris de las calles monumentales la estulta contaminacin de las lneas de tranvas, pero a la vez daris modernsimos medios de comunicacin a las nuevas ciudades que surgirn, en forma de anillo, en torno a la antigua: una va rectilnea que deber ser la ms amplia del mundo llevar el mpetu del Mare Nostrum desde la Ostia resurgida hasta el corazn mismo de la ciudad donde vela lo ignoto. Daris casas, escuelas, baos, jardines y campos de deportes al pueblo fascista que trabaja.
83 El artculo 1 del Concordato dice as: En consideracin al carcter sagrado de la Ciudad Eterna, sede episcopal del Sumo Pontfice, centro del mundo catlico y meta de peregrinaciones, el Gobierno italiano procurar impedir que tenga lugar en Roma cualquier acto o manifestacin pblica que se oponga a dicho carcter.
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Figs. 914 y 915. La Roma monumental de A. Brasini: propuesta de ordenacin del barrio Flaminio, y propuesta para la ampliacin de la piazza Colonna, unida a la piazza Montecitorio y enlazada con el Panten.
Figs. 916-919. Las propuestas del grupo La Burbera: el centro monumental situado en el cruce de las nuevas arterias Norte-Sur y Este-Oeste, dos vistas; la reordenacin de la piazza Colonna con su enlace al Panten, y la ordenacin prevista para los Foros Imperiales.
tores o por puntos por otro, convalidan y amplan el programa municipal de obras de liberacin y valorizacin de los restos romanos que se encuentra en marcha ya desde el ao 24, cuando se dan los primeros golpes de pico alrededor de los mercados trajanos. En la historia urbanstica de la Roma postunitaria no faltan, como ya hemos visto en otro lugar, ejercitaciones y propuestas personales y extemporneas, traducidas en diseos y elaboraciones grficas: unas veces constituyen episodios sin ms consecuencias, que no van ms all de la crnica efmera, otras dan ocasin a que se despierte el inters y a que surja el debate. Las ordenaciones triunfalistas imaginadas bajo el signo de un gigantismo neopiranesiano [G. Piranesi, grabador y arquitecto italiano del XVIII] por el acadmico Armando Brasini para la reconstruccin de los puntos nodales del centro histrico, resultan interesantes, sobre todo, como precedente significativo de algunos proyectos ulteriores: para la Spina dei Borghi, Brasini imagina una enorme y densa columnata monumental desde piazza Pa hasta la plaza de San Pedro, mientras en una perspectiva area nos presenta la ampliacin de la piazza Colonna, unida a la piazza Montecitorio y a la piazza di Pietra, con una nueva calle de enlace con el Panten 86 (figs. 916-919). En 1928, en la primera reunin del Istituto di studi romani, el abogado Virgilio Testa, estudioso de los problemas urbansticos, presenta una propuesta de expansin hacia el mar, dando acogida a la instigacin del Duce, precisamente cuando se encuentran en fase de terminacin las obras de la carretera que conduce al lido de Ostia 87. Alrededor del 26 Piacentini publica su propio plan para la
85 Cfr., por ejemplo, T. V.: La sistemazione del centro di Roma, en Capitolium, junio de 1925; 1. Costantini: Progetto per una nuova va del Quirinale, ibid., diciembre de 1926. 86 D. Delle Santi: L'bpera del Governo Fascista a Roma, en Capitolium, marzo de 1928. 87 Cfr. V. Testa: La costruzione di un qaartiere lineare a Roma, en Roma, agosto de 1928. Testa propone la adopcin del modelo de la ciudad lineal de Soria y Mata.
Gran Roma (figs. 920-925) que, al tiempo en que contempla una serie de intervenciones internas, incluso serias, de acabado y retoque (reordenacin de la pjazza Navona, aislamiento del Augustaeum, ordenaciones de la va Zanardelli, de la Argentina y del barrio del Rinascimento, apertura de nuevas calles, como la que debe unir en lnea recta la piazza Venezia y la va Nazionale), tiene el mrito, no obstante, de mantener una clara proyeccin de la ciudad hacia el sector radial oriental, planteada sobre la base del monumental viale della Vittoria que desde la estacin Termini se inserta directamente en la Casilina y aparece enlazado, mediante una bifurcacin, a la estacin, descentrada y transformada en estacin de trnsito en el marco de una reordenacin de las infraestructuras ferroviarias 88. El nuevo eje director, que ordena al sudeste de la Termini el centro monumental moderno (Foro Littorio), se prolonga en la direccin opuesta hacia el centro antiguo, atravesando la piazza S. Bernardo, enlazando mediante una am,plia curva con la piazza Barberini, pasando por debajo del relieve de Trinith dei Monti, prosiguiendo a lo largo del margen de villa Medici y desembocando en el lpiazzale Flaminio. Un monumentalismo de gran academia, pero que desciende a los trminos poco habituales de una concepcin ms compleja de la ciudad, para enunciar una alternativa estructural y funcional que no carece de elementos de conexin orgnica con el territorio 89.
Un proyecto para el desplazamiento de la estacin Termini -que, no obstante, se conservaba como estacin de cabecera- haba sido estudiado en el 25 por Coppede y Ugolotti. Cfr. L'aruetramento della stazione di Termini, en Capitolium, 1925-26, pginas 610-15. Cfr. M. Piacentini: Per la Grande Roma, en Capitolium, 1925-26, pgs. 413-20; A. Nezi: Le sistemazioni metropolitane. La Grande Roma di Marcello Piacentini, en Emporium, abril de 1926. Vase, en coincidencia con las propuestas de Piacentini, pero con tentativas de teorizacin, D. Barbieri: Peu la Grande Roma. Formazione e sviluppo delle grandi cittd moderne, Roma-Miln, 1927. Sobre este debate, vanse tambin: Appio Secondo: La ricostruzione del centro di Roma, en Capitolium,
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Los estudios de Brasini y de Piacentini son importantes porque constituirn los ncleos inspiradores de dos propuestas ms orgnicas y coordinadas presentadas el ao 29, con ocasin de una reunin de la International Federation for Housing and Town Planning celebrada en Roma en septiembre de ese ao. Bajo la direccin de Piacentini, el Gruppo urbanisti romani, compuesto por jvenes licenciados de la Escuela de Arquitectura abierta en Roma poco antes de 1920 (entre los que se cuentan Cancellotti, Fuselli, Lenzi, Nicolosi, Piccinato, Scalpelli y Valle), plantea su intervencin sobre la base de una proyeccin planificada de la ciudad hacia el Este, en el marco de un descentramiento por distritos que se mueve conforme a la directriz dei Castelli: rehusando recurrir a la fcil sugestin de las imgenes, el estudio de los Urbanisti romani trata de profundizar en un nuevo modelo de funcionamiento y desarrollo de la capital (figs. 926-929). En contraposicin con el Gruppo urbanisti romani, otro grupo de proyectistas, reunido bajo la y encabezado denominacin de La B u r b e r a ~ por Gustavo Giovannoni, grupo ya bastante conocido por su orientacin academicis ta y superficialmente innovadora (Aschieri, Del Debbio, Fasolo, Foschini, Limongelli y otros), .elabora un proyecto de inspiracin monumental concebido sobre todo para conferir una nueva imagen, una nueva forma urbis fascista, al centro antiguo (figs. 916-919): se trata, en el plano urbanstico, de una propuesta para romanizar Roma, insertando a la fuerza en el tejido de las reas centrales un sistema de cardo y decumano caracterizado en la interseccin de los dos ejes por la apertura de una gran plaza mediante la demolicin de algunas manzanas. El padre espiritual del grupo La Burbera es, evidentemente, Brasini : basta examinar la solucin Pantenpiazza Colonna -ya aludida por Mussolini en su discurso de 1925 en el Capitolio (no
1925-26, pgs. 97-105, y G. Giovannoni: Ricostruzione del vecchio centro di Roma o descentramento?, ibid., pgs. 221-25.
sabemos si precisamente con base en un conocimiento directo del proyecto de Brasini del 16)- para darse cuenta de que no es ms que una nueva proposicin, apenas retocada, de la invencin brasiniana. Pero, en todo caso, la confrontacin de posiciones que se produce en la citada reunin del 29 resulta particularmente interesante, tanto porque las dos soluciones propuestas definen dos modalidades y dos orientaciones netamente diversas, y en ciertos aspectos opuestas, de poltica urbanstica, como por el mismo papel asumido por ambos jefes oficiales de grupo, Piacentini y Giovannoni. El proyecto del grupo de los aurbanistas romanos revela intereses y dimensiones a escala urbano-territorial y, aunque no carezca de soluciones internas de tipo tradicional, se esfuerza por delinear una estructura realmente alternativa a la codificada por una praxis de muchos aos y por la ltima Variante general de 1925-26; las soluciones del grupo La Burbera no salen del mbito del centro antiguo, sobre el que proyectan no solamente toda su carga destructiva, sino tambin la gravitacin concntrica de la ciudad decimonnica y moderna (poco tiempo despus volveremos a encontrar algunos de sus puntos de vista, como por ejemplo la solucin sugerida para los Foros Imperiales, simplificada y podada de redundancias arquitectnicas, en las grandes obras mussolinianas) . O ' Piacentini, al dirigir la valiente propuesta del grupo aurbanistas romanos, nos ofrece en este caso una prueba de coherencia con sus propias tesis mantenidas anteriormente, adems de clarificar inteligen90 Vase R. Pacini: Il futuro Piano Regolatore di Roma nei progetti del gruppo degli urbanisti romani e del gruppo degli architetti della Burbe~a, en cRassegna di architettura, 1929, pgs. 408-25. Para noticias sobre la exposicin del 29, cfr. V. Testa: La prima Mostra Nazionale delle abitazioni e del Piani Regolatovi, en Capitolium, 1929, pgs. 48997; La Mostra del Governatorato di Roma, ibid., pginas 498-501; L. Piccinato: Il momento urbanistico alla prima Mostra nazionale dei piani regolatori, en Architettura e arti decorative, enero de 1930; R. Pacini: La Mostra dei piani regolatori a Roma, en Emporium, noviembre de 1929.
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Figs. 920-923 (en la pgina opuesta). La Gran Roma de Piacentini~:el Foro Littorio en Termini, vista de un lado del Foro Littorio, y embocadura de la nueva va Barberini desde la piazza S. Bernardo; el plan para la Gran Roma. Figs. 924-929. Otras dos lminas del proyecto de Piacentini: esquema del nuevo centro y rectificacin de la va Nazionale; el plan del cGruppo urbanisti romani: esquema de las arterias de trfico, solucin del nuevo centro, detalle del rea central y el nuevo viale Mussolini.
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Figs. 930-932. El plan regulador de 1931: plano de conjunto, detalles de las ordenaciones previstas entre el Augusteo y TrinitA dei Monti, y entre piazza Venezia y el Coliseo.
temente los problemas urbansticos con que se enfrenta la capital: de su aproximacin a los jvenes urbanistas romanos -muy pronto traicionada, como hemos de ver, en la formulacin del plan regulador del 3 1- quedar sin embargo algn lazo que volver a surgir con calculada prudencia en ulteriores ocasiones. Por el contrario, Giovannoni reniega de hecho, por vez primera sin ninguna especie de mixtificacin, de sus convicciones tericas acerca de la aclaracin urbanstica, tras haber optado por ponerse de parte de los acadmicos para no avalar las tesis de los grupos innovadores y, al propio tiempo, para no perder contacto con el mbito del poder decisorio. Poniendo fin a la fase de las propuestas no oficiales, el governatorato instituye en marzo de 1930 una comisin encargada de redactar el nuevo plan regulador. Forman parte de ella, junto a los representantes de los organismos capitolinos y bajo la presidencia
del gobernador, prncipe Boncompagni-Ludovisi, los arquitectos Brasini, Piacentini, Giovannoni, Bazzani, Calza Bini y Del Bufalo. Quedan excluidos, en cambio, los arquitectos de La Burbera y los jvenes del grupo Urbanis ti romani. El plan regulador, entregado a Mussolini el 28 de octubre de 1930, es aprobado en mayo del ao siguiente por el Consejo Superior de Antigedades y Bellas Artes y por el Consejo Superior de Obras Pblicas (figuras 930-932). De las ideas de Piacentini -el tcnico ms autorizado de cuantos forman parte del grupo de proyectistas-, aparecidas ya en sus escritos y en la Variante, y confirmadas en el plan de los aurbanistas romanos, tan slo queda en la nueva redaccin la reordenacin de las actividades directivas en la zona de las instalaciones ferrovarias de la estacin Termini, desplazada en direccin Sudeste dentro del marco de una completa reorganizacin, en pasos subterrneos,
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del sistema ferroviario; pero incluso esta solucin acaba por ser suprimida en el momento de la aprobacin definitiva del plan, cuando se poda considerablemente la ordenacin ferroviaria, quedando excluida de este modo la posibilidad de formacin del nuevo centro directivo. Por lo que respecta al centro histrico, el nuevo plan sigue las consignas oficiales de la poltica del rgimen: y si bien no hace que el Panten resulte directamente visible desde la piazza Colonna -como se deca en las primeras indicaciones del Duce-, prev en cambio un vasto programa de derribos, entre los que destacan las intervenciones a realizar en el barrio del Rinascimento, la reestructuracin de la piazza Venezia y la apertura de la nueva paralela al Corso. En fin, por lo que respecta a la expansin urbana, sta viene caracterizada por un desarrollo continuo y montono, sin episodios de relieve, con marcado predominio de zonas de edificacin intensiva; constituyen la excepcin las zonas libres del parque arqueolgico, al Sur, de un parque pblico en la villa dei Giordani y la conservacin de dos villas privadas, la villa Doria Pamphili al Oeste y la villa Ada al Norte. Por aadidura, tras cuatro aos de vigencia, el plian se ve fuertemente comprometido por la introduccin de' una nueva norma que autoriza la construccin de ncleos edificados fuera de los Imites del mismo, norma destinada a tener una importancia decisiva en la construccin desordenada de la periferia. Tambin las modalidades de gestin entrarn en juego para premiar los intereses de la propiedad del suelo y de las empresas constructoras. Para fomentar la produccin privada se aprueba una ley sobre las denominadas casas convenidas (case convenzionute~),que a cambio del compromiso de bloqueo de los alquileres por el irrisorio perodo de cinco aos otorga, como compensacin del lucro cesante, una sustanciosa subvencin por cada vivienda arrendada. La nueva periferia, ampliamente construida con empleo del expediente de las casas convenidas, ir configurando un agregado ur-
bano montono y catico, destinado a albergar a los estratos de empleados pertenecientes a la pequea y media burguesa: extendindose desde el populoso barrio africano, obra en parte de la Societi Generale Immobiliare, hasta el barrio de la piazza Bologna, la barriada de Prenestino y toda la zona a extramuros de la porta Maggiore y de la porta S. Giovanni. Esta periferia, dejada a la iniciativa de los constructores privados, no parece tener gran peso en las preocupaciones de la administracin capitolina, demasiado ocupada con las grandes obras llevadas a cabo en las reas l . centrales ' Desde el 24 la labor de liberacin de las antigedades romanas de entre los restos que las ensombrecen avanza guiada por los arquelogos Antonio Muoz y Corrado Ricci, con una regularidad que no se ve afectada por la formulacin del nuevo plan, inspirada sobre todo en la idea de valorizacin monumental de construcciones singulares, aisladas, restauradas y, a veces, regularizadas. Falta en cambio todo criterio sistemtico de estudio y registro de cuanto va desapareciendo en el curso de las demoliciones y de cuanto, sacado a luz por las excavaciones, es despus daado o vuelto a cubrir como consecuencia de las exigencias impuestas de ordenacin y arreglo urbano de los elementos monumentales singulares: lo que supone un balance de graves prdidas, incluso desde este punto de vista, para la historia de Roma y para la misma arqueologa. A las obras de carcter arqueolgico se suman despus los derribos
91 Sobre el plan regulador de 1931, vanse, ante todo: Governatorato di Roma: Piano regolatore di Roma 1931, Miln-Roma, 1932; D. Angeli: 11 piano regolatore di Roma, en Nuova Antologa, marzo de 1932; V. Testa: L'urbanistica e il piano regolatore di Roma, en Capitolium, agosto de 1932; A. Bianchi: 11 nuouo piano regolatore di Roma, en Emporium, octubre de 1933. Adems, L. Lenzi: T h e New Rome, en Town Planning Review, mayo de 1931; y, para ciertos aspectos particulares, L. Piccinato: Le zone verdi nel nuouo piano regolatore di Roma, en Capitolium, mayo de 1931; C. Valle: Per il piano regionale di Roma, ibid., junio de 1931,
Fig. 933. Sntesis de las grandes obras realizadas en el centro histrico de Roma durante el perodo fascista.
Figs. 934 y 935. La zona del Capitolio [Campidogliol y de los Foros, antes y despus de las transformaciones efectuadas.
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Figs. 936-942. La liberacin de los Foros: las reas comprendidas entre piazza Venezia y el Coliseo, antes y despus de los derribos efectuados para la realizacin de la va dell'Impero; dos vistas de la va dell'Impero; la va del Mare con el aislamiento de los templos de Vesta y de la Fortuna Virile; la va del Mare a la altura de la Roca Tarpeya, y la colina Capitolina desde la piazza Montanara.
para la apertura de nuevos y ms amplios trazados viarios, y para la reordenacin monumental de zonas particulares de la vieja Roma (fig. 933). Antes de examinar con ms atencin algunas de estas grandes obras resulta oportuno indicar su desnuda secuencia cronolgica, para poder enterarse del alcance de conjunto de esta actividad que se desarrolla sin tregua. En 1924 se inician las demoliciones entre el Vittoriano [el monumento a Vctor Manuel 111 y el Coliseo, para sacar a la luz del da los Foros de Trajano, de Csar y de Augusto; el 25 comienzan las demoliciones entre el Tber y ,el arco de Jano para el aislamiento de los templos de Vesta y de la Fortuna Virile y la ordenacin de la va Zanardelli; el 26 se inician las obras de liberacin del teatro de Marcelo y se redacta el proyecto para la apertura de la va Barberini, cuyas obras se terminarn seis aos despus; el 27, demoliciones y aislamiento en la zona de la va di Torre Argentina para sacar a luz los templos republicanos; el 28, demoliciones al oeste del Capitolio entre el Ara Coeli y el teatro de Marcelo, excavaciones en el Foro de Nerva y primera idea de la va dell'Impero; el 32 se promulga el decreto de demolicin de la zona comprendida entre el Corso, la va della Frezza, la va Tomacelli y el Tber, para la realizacin del Augusteo, cuyas obras se iniciarn dos aos despus; el 33, inauguracin de la va dei Trionfi; el 35, proyecto para el corso Rinascimento, inicindose las demoliciones el ao siguiente en la piazza S. Apollinare y en la piazza S. Andrea della Valle; el 36, demoliciones para la ordenacin de la piazza Nicosia; el 37, primer golpe de pico de Mussolini para la demolicin de la spina dei Borghi y para la apertura del eje Castel Sant'Angelo-San Pedro; el 38, ensanche de la va delle Botteghe Oscure y demoliciones en la va Giulia a la altura de S. Giovanni dei Fiorentini 92.
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Una de las obras ms celebradas del rgimen es la apertura de la va dell'Impero, inaugurada el 28 de octubre de 1932, en el dcimo aniversario de la marcha sobre Roma. En pocos aos, a partir del 24, sin excesivos estudios ni evaluaciones preliminares, excavando 300.000 metros cbicos de terrenos, de masas tobceas y de construcciones antiguas, y demoliendo 5.500 unidades de habitacin, se abre a travs de los Foros una ancha avenida (viale) rectilnea entre la piazza Venezia y el Coliseo conforme a un plan ya presentado en los primeros aos del siglo por Corrado Ricci, el autor ms importante de las ordenaciones arqueolgicas romanas. En este caso, la intacta amenidad de los Foros, en su continuidad, es la que paga la apertura de una perspectiva imperial: de los 76 .O00 metros cuadrados de superficie excavada, sus buenos 64.000 son despus vueltos a cubrir Para el trazado de la nueva arteria. La va del Imperio, encuadrada por un arco del Coliseo y adaptada al ritmo del paso de las quadrate legioni~,se convertir en una de las imgenes ms habituales de la propaganda fascista, presente siempre en los manifiestos, en los libros escolares y en las tarjetas postales. Sobre el muro que sirve de contrafuerte hacia el Palatino se fijar un mapa en mrmol del Mediterrneo, en el que se muestra el Imperio romano en el pice de su podero, a modo de augural incitacin a la expansin del imperio fascista 03.
pero, en Urbanlstica, septiembre-octubre de 1937; y, una vez ms, el fascculo especial de la revista Architettura del ao 1936. Acerca del impacto de las realizaciones fascistas sobre los observadores extranjeros, cfr. J. Patric: Imperial Rome Reborn, en National Geographic Magazine, marzo de 1937; y G . Bardet: Une nouvelle ?re romaine sous le signe du faisceau, la Rome de Mussolini, Pars, 1937. 93 Cfr. G. Q. Giglioli: Il foro di Augusto, en Capitolium, 1926-27, pgs. 395-402; C. Ricci: II Mercato di Traiano, ibid., 1929, pgs. 541-55. Para el proyecto originario de V. Fasolo, vanse F. P . M u k : Per lJallacciamento dei Fori Imperiali col Colosseo, en Capitolium, 1930, pgs. 378-88; y A. Muoz: La va dell'lmpero e la va del Mare, ibid., noviembre de 1932, y V a dell'Impero, en Emporium, octubre de 1933. Respecto a la difu-
A. Muoz: Roma di Mussolini, Miln, 1935; V . Civico: LJattualit2 urbanistica: Roma capitule dellJIm-
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La va dell'Impero se inserta en el cuadro ms general del aislamiento del Capitolio y del Palatino, y de la ordenacin del Foro Itlico, de la apertura de la va del Mare, del trazado de la va dei Trionfi y del encuadramiento del Vittoriano (figs. 934-942). La va del Mare, que va desde la piazza Venezia al Lungotevere Aventino, comporta una serie de demoliciones entre el arco de Jano y el Tber, el aislamiento del templo de la Fortuna Virile y del templo de Vesta, y la liberacin del teatro de Marcelo, con la destruccin del barrio de piazza Montanara; la ordenacin del rea situada en torno al Vittoriano -prevista por el plan de 1909 y por la Comisin real del 19 con soluciones todava relativamente contenidas, y por el plan del 31 mediante la construccin de dos pabellones laterales en exedra- se lleva a cabo, en cambio, mediante la completa demolicin de las manzanas comprendidas entre la piazza S. Marco y la piazza Ara Coeli, haciendo desaparecer para siempre el recogido ambiente en forma de embudo de esta ltima, indisolublemente unido hasta entonces al planteamiento dado por Miguel Angel a la plaza del Capitolio 94; la va dei Trionfi se saca de la existente va di S. Gregorio mediante desbanques y ensanches, y desplazando hacia una posicin desenfilada la meta sudante, una tpica ruina romana ilustrada ya por Piranesi, para
sin en revistas especializadas extranjeras, cfr. G. Calza: T h e V a dell'Impero and the Imperial Fora, en Journal of the RIBAD, marzo de 1934. Vanse C. Cecchelli: Arx Terrarum, en Capitolium, 1926-27, pginas 10-19 y 201-09, y G. Giovannoni: Attcrno al Campidoglio. Per la chiesa di S. Rita da Cascia, ibid., 1929, pgs. 593-605 (esta iglesia fue reconstruida algunos aos despus en un tramo que sigui en pie de la va montanara); A. Muoz: V a dei Monti e va del Mare, Roma, 1932; A. Bianchi: 11 centro di Roma. La sistemazione del Foro Itdico e le nuove ve del Mare e dei Monti, en Architettura, marzo de 1933; y tambin de A, Muoz: La va dei Trionfi e l'isolamento del Campidoglio, en Capitolium, noviembre de 1933; G . Giovannoni: La sistemazione del Foro Boario e del Velabro, ibid., 1936-37, pgs. 516-30; A. Bianchi: La sistemazione della Bocca della Verit2 e del Vela%ro, ibid., pgs. 573-91.
conseguir el espacio necesario para los desfiles ceremoniales del rgimen 95. En el cuadro de los escenogrficos arreglos de los Foros se inserta el episodio del concurso nacional para el proyecto de la Casa Littoria, destinada a albergar el museo de la Revolucin Fascista, junto con la Direccin Central y otros organismos del partido: episodio que constituye una de las ocasiones celebrativas ms acariciadas por el rgimen desde la conclusin de las obras de la va del Imperio, para disponer, en el centro de una de las reas histricas excepcionales de la capital, entre el Coliseo y el mausoleo humbertino, el nuevo punto monumental principal de la Roma fascista; se trata, pues, de llevar el signo de la arquitectura del rgimen al ambiente de los Foros, para consumar la solemne y simblica cita entre Fascismo y Romanidad ( figs. 943-946). El planteamiento triunfalista no prescinde de una participacin plebiscitaria, pues junto a los intrpretes oficiales de los arcos y las columnas se cuenta tambin con el asentimiento de las filas de los arquitectos modernos, con la sola excepcin de Pagano, que en un artculo, en forma de dilogo, publicado en la revista Casabella en julio del 34, critica la ,eleccin del rea y razona cumplidamente su abstencin (. ..sobre ese solar no se puede construir el palazzo del Littorio. Simplemente por estos). El resultado del concurso confirma la exactitud de las previsiones de Pagano: el jurado, integrado por Piacentini, Bazzani, Brasini, Calza Bini, Portaluppi y el profesor Muoz -adems de los honorables Starace y Marinelli, en representacin del partido fascista-, se limita a seleccionar un numeroso grupo de proyectos que pasan despus a una exposicin piblica, en la que aparecen incluidas en un mismo paquete las soluciones propuestas por Terragni, por el grupo Banfi-Belgioioso-Figini-Peressutti-Pollini-Rogers y por el grupo MontuoriPiccinato, junto a las de Copede, las de Fa95 Cfr. A. Muoz: V a dei Trionfi. lsolamento del Campidoglio, Roma, 1933; y La uia del Circo Mhssimo, en Capitolium, octubre de 1934.
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Figs. 943-946. Algunos proyectos presentados al concurso para el palazzo del Littorio: proyecto B B P R-Danusso-Figini-Poilini, proyecto PiccinatoMontuori, proyecto Libera, proyecto Palanti.
solo, las del Del Debbio-Foschini-Morpurgo o incluso el proyecto de Ferrati, que lleva al torren monumental un par de arcos que pretende significar la M de Mussolini %. En 1932 se aprueba el decreto que dispone las demoliciones en la zona comprendida entre la va del Corso, la va Tomacelli y la va della Frezza, para aislar las ruinas del mausoleo de Augusto: el mismo Mussolini da el primer golpe de pico el 22 de octubre de 1934, y a partir de este momento las obras proceden con rapidez, haciendo desaparecer 27.000 metros cuadrados de viejas edificaciones, sustituidas por las tristes e inspidas fachadas de Vittorio Ballio-Morpurgo ( figs. 947-949). No muy lejos de all otras demoliciones con96 Vanse el nmero especial de la revista Architettura de 1934 y A. Cuzzer: 1 gralzdi concorsi, en La Casa, nm. 6 . s.a.
siguen espacio en el 36 para la ejecucin del proyecto de Piacentini para la piazza Nicosia 97. En el 36 comienzan tambin las obras de ejecucin del corso del Rinascimento segn proyecto de Arnaldo Foschini ( figs. 950-951), que responden a la idea de hacer ms fcil el enlace entre el barrio de Prati y el corso Vittorio Emanuele; se derriban los edificios de la piazza S. Andrea della Valle y de la piazza S. Apollinare, quedando incorporada
97 Cfr. V. Testa: Attuazione del piano regolatore di Roma: zona dell'Augusteo, en Capitolium, marzo de 1933, y La sistemazione del Mausoleo di Augusto, ibid., mayo de 1935; E. Ponti: Come sovse e come scomparse il quartieve attorno al Mausoleo di Augusto, ibid., mayo de 1935; Q. R.: La sistemazione della zona circostante Z'Augusteo, en Architettura, fascculo especial de 1936; V. Morpurgo: La sistemazione augustea, en Capitolium, marzo de 1937.
Figs. 947-949. El aislamiento del Augustaeum [el templo levantado en honor de Augusto], segn proyecto de V. Ballio y Morpurgo: planimetra de la obra, una vista de la maqueta y fotografa area del conjunto. Figs. 950 y 951. Las obras del corso Rinascimento (A. Foschini): un primer plano de las demoliciones y reconstrucciones, y un diseo de proyecto del autor. Figs. 952 y 953. La ordenacin del castillo de Sant' Angelo (A. Spaccarelli): el grandioso conjunto, antes y despus de las obras.
la piazza Madama al tramo intermedio de la nueva arteria 98. En la orilla derecha del Tber tienen lugar otras obras ingentes, iniciadas con la ordenacin del mausoleo de Adriano [el castillo de Sant 'Angelo ] segn proyecto del arquitecto Attilio Spaccarelli. Si bien el plan regulador del 3 1 prevea solamente la regularizacin del rea exterior al cinturn defensivo de Po IV, el proyecto Spaccarelli del 33 afecta tambin al interior, con demolicin de todas las construcciones menores para conseguir que resalte la mole del edificio (en el curso de la ejecucin. de las obras son derribados incluso los cuarteles de Urbano VIII, cuya conservacin se haba previsto inicialmente en el proyecto). Los huertos y el arbolado dispuestos libremente por los terrenos circundantes son sustituidos ahora por una plantacin regular a lo largo de los cuatro paseos interiores trazados en torno a la mole del edificio principal, llevndose a cabo en conjunto una tpica operacin de decoracin urbana 99 (figs. 952953). Quiz sobre la base de este precedente, Spaccarelli se asocia a Marcello Piacentini para el proyecto, bastante ms comprometido, de la demolicin de la spina dei Borghi para lograr el acceso desde el Castel Sant'Angel0 a la plaza de San Pedro: se trata tambin de una obra no prevista por el plan del 31, que no deja de suscitar francas oposiciones incluso en la prensa diaria y contra la que se pronuncia el mismo Giovannoni. El proyecto es presentado a Mussolini y seguidamente al Papa en junio de 1936, y al ao siguiente pueden iniciarse ya las obras de demolicin: desaparece as uno de los lugares ms fasci98 Sobre las vicisitudes del corso del Rinascimento, cfr. P. M.: 1 1 Coyso del Rinascimento, en ~Architetturap, fascculo especial de 1936; A. Foschini: 11 Corso del Rinascimento, en Capitolium, febrero de 1937; Ceccarius: Batte il piccone tra corso Vittorio Emanzlele e Tor Sanguigna, ibid., febrero de 1937. 99 Vanse, a este propsito, P. Marconi: Sistemazione della Mole Adriana, en Architettura, agosto de 1934; Ceccarius: L'isolamento della Mole Adriana, y A. Spaccareii: 11 piano e i lauori di assestamento, ambos artculos en Capitolium, mayo de 1934.
nantes de la vieja Roma, con sacrificio de la iglesia de la Annunziatina, de S. Lorenzuolo y de otras edificaciones de notable inters histrico. El proyecto definitivo puesto a punto por el Governatorato -y que slo ser llevado a trmino despus de la guerra- regulariza mediante nuevas alineaciones las fachadas de los dos frentes opuestos del Borgo Vecchio y del Borgo Nuovo, no paralelos entre s y considerados de edificacin demasiado modesta en relacin con la solemnidad que corresponde a la nueva arteria. Objeto de discusiones y criterios encontrados es la solucin para la desembocadura en la plaza de San Pedro: entre la propuesta de construccin de un tramo de columnatas de entrada y la simple regularizacin de los edificios existentes en el punto de conjuncin con la plaza, se opta en definitiva por la construccin de dos bloques terminales laterales con prticos en saledizo sobre la lnea frontal de la calle (los cpropileos~), como forma de liberar la visual de la cpula y de marcar una separacin calibrada entre la va della Conciliazione y la plaza. Con este proyecto destructivo toma cuerpo el documento quiz ms significativo de la incultura urbanstica oficial de los aos del fascismo: una intervencin motivada nicamente por la voluntad de prestigio del rgimen, con la que se incide en un rea hasta entonces intacta desde los aos humbertinos, destruyndose su integridad social (figs. 954-958). Detrs del particular y altsimo significado espiritual que los cronistas interesados atribuyen a esta obra, se explicita el abrazo oficial entre el fascio y el altar, entre dos jerarquas suficientemente avispadas para saber enmascarar sus propias desconfianzas recprocas en el momento en que el rgimen fascista (cuya orientacin respecto de la religin y la Iglesia catlica ha sido siempre ambigua y contradictoria) se deja llevar hacia actitudes racistas y se muestra tolerante con la mstica de un neopaganismo de prestado. Si queremos complacernos en correspondencias emblemticas no tenemos ms que considerar, como algo que excede con mucho de una necesidad objetiva, el hecho de
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que las obras de la va della Conciliazione, que permanecen interrumpidas como consecuencia de la guerra, se terminan despus de la cada del fascismo, para el jubileo de 1950 'O0. Estas obras no agotan la serie de realizaciones y propuestas que afectan a las reas consolidadas ' O ' (figs. 959-961 ). A aqullas hay que aadir, de cualquier modo, las de construccin de nueva planta de edificios y complejos equipados. Por lo que respecta a la nueva ciudad universitaria de Roma (para la que ya existe un viejo proyecto redactado, entre otros, por Giovannoni), en el 32 se confa la labor de proyectacin a un grupo formado por Piacentini, Aschieri, Foschini, Michelucci, Pagano, Ponti y Rapisardi: el resultado, dados los contrastes y los compromisos que derivan de las distintas orienta' O 0 Vanse M. Piacentini y A. Spaccarelli: Dal Ponte Elio a S. Pietro, en Capitolium, enero de 1937; API: La sistemazione della zona da1 Ponte S. Angelo alla piazza S. Pietro, en Illustrazione vaticana, octubre de 1937; y, sobre todo, G. Tardini: Basilica Vaticana e Borghi. Dati sthrici, Roma, 1938 (con amplia bibliografa). Una relacin posterior a la conclusin de las obras en la posguerra: H. Lemaitre: L'amnagenzent des acces 2 Saint-Pierre de Rome, en La vie urbaine, enero-marzo de 1951. 'O1 Sobre las diversas propuestas que -a menudo veleidosamente- surgen de iniciativas personales de arquitectos concretos o grupos de arquitectos, vanse: V. Civico: Roma, la nuova arteria attraverso la Roma del Rinascimento secondo il progetto Civico-Lavagnitzo, en Urbanistica, marzo-abril de 1936; Varios autores: Per la creazione di un ntlovo centro monumentale dell'urbe, Roma, 1937; M . Gai y E. Natale: Trasversale nel quartiere del Rinascimento, en Urbanistica, enero-febrero de 1937; V. Civico y R. Lavagnino: Per la nzigliore sistemazione delle zone cerztrali di Roma. Il nuovo tridente di piazza Venezia recproco di quello di piazza del Popolo, ibid., marzo-abril de 1937; V. Civico y R. Lavagnino: Per la realizzazione dell'attraversamento Jondamentale estouest: la parallela avia Nazionale, ibid., mayo-junio de 1938; S. Tadolini: Una strada veloce da piazza Barberini a piazza SS. Aphstoli, ibid., noviembrediciembre de 1938; La sistemazione dei riori Campitelli-S. Angelo a Roma, ibid., mayo-junio de 1940; M. Zocca: La mostra dei progetti per la sisternazione urbanistica dei monumenti romani, en Palladio, 1940, fascculo 11; A. Petrignani: La II mostra delle sistemazioni urbanistiche, ibid., 1941, fascculo IV.
ciones presentes en el seno de este heterogneo grupo, responde a un predominio del planteamiento acadmico del conjunto sobre las soluciones particulares, en cualquier caso estimables, de algunos de los edificios concretos (figs. 962-965); por otra parte, la labor de los proyectista modernos, y en particular la de Pagano, influencia de algn modo las soluciones de los acadmicos (Piacentini, por ejemplo, renuncia a su primera versin del edificio de las oficinas del Rectorado, concebido inicialmente como una torre monumental de diez pisos, en favor de efectos ms contenidos) 'O2. Un complejo en el que el trazado acadmico de la planta se combina con las opciones formales y figurativas de la arquitectura y la ornamentacin es el Foro Mussolini, un gran centro deportivo equipado que nace como ampliacin del programa inicial de construccin de una Academia Fascista de educacin fsica. El plan general, que afecta a una extensin de 85 hectreas situada en la especie de ensenada que forma el Monte Mario bajo la villa Madama, ha sido elaborado por el arquitecto Del Debbio en 1928, corregido despus en el 30 y revisado una vez ms en el 32, para ponerlo en relacin con el acceso constituido por un nuevo puente que se prev construir sobre el Tber (el actual. puente del Duque de Aosta); Del Debbio realiza la Academia de Educacin Fsica y el estadio dei Marmi, una construccin agonab neo-antigua decorada con una pesada estatuaria; el ingeniero Constantini construye el estadio Olmpico y los campos de entrenamiento de tenis, y el arquitecto Moretti es autor de la Casa delle armi y del proyecto para el piazzale dellYImpero ' O 3 (fips. 966-969).
'O2 Cfr. R. Pacini: La citti universitaria di Roma, en Architettura, agosto de 1933; Fr. E.: Die zuknftige Universitatsstadt in Rom, en cDeutsche Bauzeitung, noviembre de 1933; R. Ceccherini: Dallo Studiurn Urbis alla Citt2 degli Studi, en <Lapitolium, y la reciente reconstruccin de G . Caniggia: La cittd universitaria di Roma, en La Casa, nmero 6, s.a. lo3 Cfr. M. Piacentini: 11 Foro Mussolini in Roma, en Architettura, febrero de 1933; M. Paniconi: Criteri informatori e dati su1 Foro Mussolini, ibid.,
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Figs. 954-958. La apertura de la va della Conciliazione: dos proyectos para la nueva arteria, una maqueta para mostrar la solucin adoptada con los propileo~de entrada; la zona de los Borghi, antes y despus de la intervencin. Figs. 959-961. Algunas propuestas no realizadas: plan de reconstruccin del barrio del Celio, proyecto de ordenacin monumental del templo de Minerva Medica, propuesta para el establecimiento de un enlace entre la Argentina y piazza Venezia.
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Figs. 962-965. La ciudad universitaria: planimetra y vista general, el Rectorado y la plaza central segn el primer proyecto, y vista del edificio del Rectorado construido.
En el rea del Foro Mussolini $e sita tambin la Casa Littoria, cuya realizacin haba quedado suspendida tras el poco afortunado concurso del 34: se trata ahora de una decisin personal del Duce, que viene a anular tambin los resultados de otro concurso convocado para la ordenacin del rea comprendida entre el viale Aventino y Ia va della Marmorata 'O4. La ejecucin de la Casa Littofebrero de 1933; y Organizzazione e caratterstiche tcniche dell'bpera, ibid., febrero de 1933; P. Ma.: Lo stadio olmpico e i canzpi di allena?ize?ztoper il tennis al Foro Mussolini in Roma. Jng. Costantino Costantini, ibid., febrero de 1935; P. Marconi: La casa delle arwi al Foro Mussolini. Arch. Luigi Moretti, ibid., agosto de 1937; P . Marconi: 11 piazzale dell'lnzpero al Foro Mussolini in Roma. Arch. Luigi Moretti, ibid., septiembre-octubre de 1941. ' 0 4 M. Piacentini: 11 progetto definitivo della Casa Littoria a Roma. Arch. E. Del Debbio, A. Foschini, V . Morpurgo, en Architettura, noviembre de 1940.
ria de Del Debbio, Foschini y Morpurgo quedar interrumpida por la guerra, y despus de concluida sta, al terminarse las obras, quedar destinada a albergar el Ministerio de Asuntos Exteriores (fig. 970). Entre las obras llevadas a cabo en los ltimos aos deben recordarse tambin el complejo de Cinecitta y los edificios del Centro experimental de cinematografa y del Istituto nazionale Luce 'O5
' O 5 P. Carbonara: 11 complesso edilizio e la vita di cinecittd, in Roma, en Architettura, abril de 1943; P. Marconi: Jl centro sperimentale di cinematografa in Roma. P. Aschieri, G. Capponi y A . Valente, ibid., P. C.: La nuova sede dell'Istituto nazionale Luce, ibid. Para otras realizaciones y concursos del perodo que consideramos, vanse: N. de R.: La Casa madre dei mutilati in Roma dell'arch. Marcello Piaceiztini, en cArchitettura e arti decorative, junio de 1929; N. de R.: Concorso per il progetto della Casa dello Studente in Roma, en Architettura, abril de 1933; M. Piacentini: 11 tem-
Figs. 966-969. El complejo del Foro Mussolini: ordenacin general, vista area de la Academia y del piazzale dell'Impero, vista de la Academia y estadio dei Marmi. Figs. 970-973. El palacio Littorio (actual Farnesina) de V. Ballio-Morpurgo, E. Del Debbio y A. Foschini; vista de la ordenacin de Cinecitti (G. Peressutti); las obras de la nueva estacin Termini (A. Mazzoni): ordenacin planimtrica y maqueta del edificio.
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(figura 971); los primeros trabajos de construccin de la nueva estacin Termini, proyectada en un pesado estilo acadmico por A. Mazzoni ( figs. 972-973 ), quedan interrumpidos por la guerra. El nacimiento de los caseros o poblados perifricos ( b o r g a t e perifi.riche), abusivos u oficiales, no es un fenmeno que se produce en la primera posguerra. Los grupos de chabolas y dems construcciones de fortuna en los terrenos incultos y sin edificar situados ms all del lmite edificado de la ciudad se han ido formando ya hacia finales del siglo XIX, en los aos de la fiebre de edificacin y en que se efectan numerosas obras pblicas en la capital; y el poblado de porta Metronia, realizado en torno a 1910, es ya en aquellas fechas un asentamiento programado, concebido para albergar a la poblacin marginal de Roma con el mnimo compromiso de gasto. A partir de 1920 la proliferacin de chabolas abusivas y dems construcciones semiprovisionales que se intensifica a lo largo de las vas pblicas radiales como consecuencia, entre otros factores, de una persistente inmigracin espontnea desde todos los puntos de la provincia, plantea a las autoridades capitolinas graves problemas de decoro y de orden pblico, justamente en el momento en que se trata por todos los medios de valorizar el carcter fascista y el prestigio de la Ciudad Eterna 'O6. Adems, la necesidad de una polpio votivo internazionale della pace dedicato al Sacro Cuore di Cristo Re. Arch. Marcello Piacentini, ibid., septiembre de 1934; N. de R.: Colonia elioterpica dell'opera Nazionale Balilla a Roma, ibid., enero de 1935; M. Paniconi: Concorso per l'auditorium di Roma, ibid., diciembre de 1935; M. Zanetti: Concorso per il Ministero dell'Africa Italiana, ibid., noviembre de 1939; 11 concorso per il nzinistero degli Affari Esteri in Roma, ibid., noviembre de 1940. lo6 En un informe redactado en 1929 y dirigido al gobernador de Roma, se propone trasladar a los inmigrados y a los desempleados a terrenos propiedad del Governatorato situados en campo abierto y no visibles desde las grandes arterias urbanas, donde se les permitira construir sus viviendas con los materiales de las construcciones demolidas. Adop-
tica de construccin de viviendas para los estratos ms pobres viene reclamada urgentemente por el impresionante aumento del nmero de los expulsados del centro y de las personas sin hogar como consecuencia de las ingentes obras acometidas en el centro antiguo. La alteracin de las caractersticas originarias del complejo residencial de la Garbatella, con la insercin de albergues populares y de bloques de edificios de elevada densidad con idea de aumentar la capacidad de la barriada, es una de las primeras medidas de emergencia que se adoptan. Pero desde el 24 en adelante (y sta es la fecha en que se inician las excavaciones en los Foros Imperiales) comienza ya a cobrar cuerpo una poltica oficiai tendente a la realizacin de bovgate popolari, conforme al criterio de proceder a una dispersin por el territorio, en recproco aislamiento, de agrupamientos de casas muy modestas, carentes, por lo general, de los adecuados servicios interiores y de equipamientos de barrio, construidas a toda prisa y de mala manera (fig. 974). La serie de los POblados ( b o r g a t e ) oficiales se inicia con el de Acilia, construido en el ao 24 a quince kilmetros del centro, hacia zonas todava paldicas, para albergar a los habitantes expulsados de las reas de los Foros de Csar y de Trajano. Entre el 28 y el 30 se trazan otros tres poblados, destinados a acoger a los residentes desplazados de las zonas del Capitolio y de la Argentina: S. Basilio, entre la va Tiburtina y la va Nomentana; Prenestina, a lo largo de la va del mismo nombre (figura 977); y Gordiani, entre la va Prenestina y la Casilina (figs. 975-976). El nivel de habitabilidad es todava peor que el de los ejemplos precedentes, las viviendas, con frecuentando tal disposicin sera posible constituir, con escaso gasto, verdaderos poblados rurales, con una poblacin de 1.000 a 1.500 personas, bajo la vigilancia de un puesto de Carabineros Reales y de la Milicia Voluntaria para la seguridad nacional. Cfr. Relazione per il 1929 a S. E. il principe Francesco Boncompagni Ludovisi, Gover~zatore di Roma, del delegato ai servizi assistenziali del Governatorato, Raffaello Ricci, en Capitolium, marzo de 1930.
Figs. 974-981. Las borgate de Roma: plano de localizacin de los poblados perifricos construidos entre el 28 y el 40 (1. Primavalle; 2. Tufello; 3. Val Melaina; 4. S. Basilio; 5. Pietralata; 6. Tiburtino 111; 7. Prencstina; 8. Centocelle; 9. Borgata Alessandrina; 10. Gordiani; 11. Tor Pignattara; 12. Quadraro; 13. Tor M;i rancio; 14. Trullo); planta y vista d e la borgata Gordiani, vista de la borgata Prenestina; la ubicacin dc las borgate Quarticciolo y Primavalle junto a los fuertes militares; planimetra d e los poblados d e Pietralat;~ y S. Maria del Soccorso.
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Figs. 982-985. Planta y vista de la borgata intensiva del Quarticciolo; proyectos para la borgata de Primavalle y para la de Magliana Nuova.
cia, cuentan con un solo cuarto, y los servicios higinicos y el agua potable se utilizan en comn. En S. Basilio se experimenta un tipo edificativo semi-rural, dotando cada casa de un espacio exterior privado para el cultivo de un huerto, propsito que no pasa del papel ante la falta de preparacin y la miseria de los habitantes del barrio 'O7. Entre el 33 y el 40 se prepara otra serie de poblados perifricos : Trullo, Pietralata, Tufello, Val Melaina, Primavalle, Tor Marancio, Quarticciolo; cinco de ellos edificados, y no por casualidad, junto a otros tantos acuartelamiento~militares (figs. 978-979). En comlo7 Sobre el tema, cfr. G. Berlinguer y P. Della Seta: Borgate di Roma, Roma, 1960; F. Ferrarotti: Roma da capitule a periferia, Bari, 1970. Por el contrario, un testimonio de la poca, edulcorado y paternalistamente engaoso, en G. Ceroni: Una giornata ad Acilia, lJagreste borgata delle famiglie numerose, en Capitolium, abril-mayo de 1940.
paracin con las barracas de una planta de S. Basilio, de Prenestina y de Gordiani, aqu se produce un cambio perceptible de orientacin hacia un mayor aprovechamiento del suelo, con la construccin de viviendas menos precarias y con previsin ya de algunos servicios colectivos. Tufello, Val Melaina y Quarticciolo ( figs. 982-983) se construyen desde un principio a base de edificios de cuatro a siete plantas; otros ncleos, como S. Maria del Soccorso y Pietralata (figs. 980-981), se realizan inicialmente con viviendas de dos plantas y despus se amplan con bloques de tres o cuatro pisos. Es tpico tambin, en este sentido, el caso del poblado de Primavalle (1937)) surgido en torno a un pequeo asentamiento de casitas para desahuciados y de dormitorios colectivos establecidos por el Gouevnatovato de la ciudad (fig. 982): el proyecto inicial, que prevea la reestructuracin del asentamiento mediante la construccin de
edificios plurifamiliares y la creacin de una corona exterior de viviendas unifamiliares con huerto, resulta despus transformado en el plan ejecutivo y todava es objeto de notables modificaciones en su ejecucin concreta, con aumento del nmero de plantas y de los ndices de densidad de los bloaues residenciales y sin que lleguen a realizarse los servicios colectivos 'O8. El ao 40 se proyecta un ltimo poblado perifrico, el de Magliana Nuova (fig. 985)) que debe construirse en la orilla derecha del Tber, a la altura de la E 42, donde se llevan conmen a cabo ya las obras de la ~ x ~ o s i c i morativa del vigsimo aniversario del Fascismo '"
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EL PROYECTO DE
A partir de 1938 comienza a advertirse en las jerarquas ms autorizadas del rgimen fascista un claro sentido de insatisfaccin ante las inciertas pers~ectivasurbansticas de la capital, sensacin agudizada por las renovadas ambiciones que despierta la proclamacin del Imperio. Las transformaciones interiores, casi todas llevadas ya a trmino en estas fechas, han creado, con la va dei Trionfi y la va del Imperio, dos ejes escenogrficos de gran prestigio para el ritual celebrativo del rgimen, cuyo mayor brillo, no obstante, deriva de los elementos ambientales preexistentes -el paisaje de naturaleza y ruinas clsicas comprendido entre el Celio y el Palatino, el arco de Tito, el Coliseo, la columna Trajana o, incluso, el monumento decimonnico dedicado
' O d P. O.Rossi: Dove non c'e pi& la cith: nascita e sviluppo della borgata dl Primavalle, en Parametro, marzo de 1976. lo9 Cfr. L. Quaroni: La Magliana Nuoua, una borgata operaia alle porte di Roma. Arch. Mario De Renzi, en Architettura, abril de 1940. Sobre el ICP romano, vase tambin: Recente at~ivitadell'lstituto fascista nuthnomo per le case popolari di Roma. Cenni generali sull'hpera dell'lstituto, ibid., agosto de 1941.
a Vctor Manuel 11-, sin que cuenten con ningn episodio cualifica tivo de arquitectura fascista, tras el arrinconamiento en que ha quedado el resultado del concurso para el Palazzo del Littorio; entre las realizaciones nuevas -es decir, las que no derivan del rejuvenecimiento destructivo del centro histrico- tan .slo pueden contarse edificios singulares o complejos con un destino definido, como las instalaciones deportivas del Foro Mussolini y la ciudad universitaria; la periferia moderna est constituida por la agregacin intensiva de las barriadas de empleados y de la pequea burguesa, y en los mismos barrios altos, entre el Flaminio y los Parioli, faltan enriquecimientos significativos recientes de la estructura urbana; en fin, el plan de expansin en mancha de aceite del 31, empeorado por las sucesivas violaciones de su normativa, no permite entrever ninguna orientacin clara para la expansin urbana, salvo la tendencia genrica, falta de soluciones y de instrumentos adecuados, al ensanche de la ciudad hacia los Castelli y el mar. La idea de preparar una Gran Exposicin, a celebrar el 1942, para conmemorar dignamente el vigsimo aniversario de la conquista del poder por el fascismo, idea debida probablemente al mismo Mussolini, se intuye ahora como excepcional ocasin de hacer concreta y creble una revisin de la estructura del plan regulador, cualificando precisamente la expansin de la ciudad. Y es natural, descartadas algunas propuestas que apuntan a la preparacin de la Exposicin en zonas que todava insisten en el centro histrico (se habla del Foro Mussolini, o del Gianicolo), que cobre consistencia, entre las diversas alternativas, la que vuelve a proponer las antiguas aspiraciones, jams actualizadas pero de vez en cuando reverdecidas, en favor de un crecimiento urbano hacia el litoral tirreno 'lo.
11 Cfr., por ejemplo, despus de las sugerencias de Virgilio Testa de las que hemos hablado, G . Giovannoni: L'espansione di Roma verso i colli e verso il mare, en Roma, enero de 1934; y A. Bianchi: 11 Lido di Roma e lo sviluppo di Roma verso il mare, en Capitolium, junio de 1937.
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En las intenciones de Mussolini -y de los urbanistas y administradores que tienen un peso determinante en la poltica romana-, el gran centro de la E 42 debe constituir el elemento cardinal de un sistema que derive del ncleo monumental romano-fascista del centro antiguo (Foros y zona arqueolgica) y que se proyecte despus hacia el mar, como ncleo bsico de partida del futuro impulso de edificacin desde esa parte. La futura metrpoli que ir de Roma a Ostia sancionar simblicamente, al asomarse al Mare Nostrum, la aspiracin a la hegemona sobre el Mediterrneo (fig. 986). Para la preparacin y realizacin de la E 42 [ E.U.R. =Exposizione Universale di Roma] se constituye un Ente autnomo que encomienda la redaccin de un plan general a los arquitectos Pagano, Piacentini, Piccinato, Rossi y Vietti. Para el rea seleccionada, situada al sur de Roma, en la zona de Tre Fontane, se prev la creacin de un complejo en parte de carcter permanente, destinado a formar, al trmino de la exposicin, no slo el esqueleto, sino tambin el ncleo ya en funcionamiento de un nuevo barrio. En marzo del 37 est ya dispuesto un anteproyecto que afecta a 400 hectreas de superficie; un mes despus se dispone ya de la maqueta y de las elaboraciones grficas (figs. 987-990). El proyecto se basa en el eje de la va Imperiale, que partiendo desde la piazza Venezia y tras atravesar las reas arqueolgicasadebe enlazar Roma con la E 42 y, despus, con el mar. En el proyecto inicial de la Exposicin estn presentes ya las exigencias celebrativas del programa, a las que se pliegan las soluciones urbansticas, que hacen uso de ejes de perspectiva, de simetras ,mayores y menores, y de edificaciones monumentales; las mismas disimetras insertas para animar algunas soluciones parciales, o como homenaje a criterios compositivos ms actualizados, no resultan incisivas ni convincentes. En conjunto, la propuesta no consigue establecer una precisa unidad ambiental y figurativa: el empleo promiscuo de ejes monumentales y de articulaciones ms variadas, es, en parte,
resultado del contraste planteado entre una trama potencial urbano-residencial y una serie de edificios celebrativos, y en parte compromiso derivado de la diversa inspiracin de los autores del plan. De todos modos, el acuerdo entre los proyectistas parece todava perfecto, y en mayo del 37 Pagano puede hablar, en las pginas de Casabella, de una colaboracin total y verdaderamente eficaz en la marcha y direccin de los estudios. La impresin de que los arquitectos modernos consiguen controlar la situacin parece confirmada, por lo dems, por el hecho de que se les confe el asesoramiento en proyectos de edificios singulares o de partes del complejo (a Pagano la exposicin de la industria, a Piccinato la parte residencial, a Rossi los equipamientos de recepcin, a Vietti el parque de atracciones). Sin embargo, incluso el escaso margen de autonoma concedido a las actitudes innovadoras en el seno de la cultura fascista resulta incmodo para el establishment conservador romano, por los intereses econmicos que ya se proyectan sobre el programa y por las ambiciones de demiurgo de Piacentini, situado ahora en la cspide de su poder poltico por sus relaciones con el gobierno, con el Sindicato de arquitectos fascistas, con los Ministerios de Obras Pblicas y de Instruccin Pblica, con la Facultad de Arquitectura y con la organizacin burocrtica del Ente autnomo: al menos, as deben interpretarse la designacin de Piacentini como director general del proyecto de la E 42 y la reelaboracin del plan, bajo. su supervisin, por el servicio de arquitectura del Ente. El nuevo esquema de 1938, en el que el nombre de Piacentini precede al de los arquitectos ms jvenes nombrados jefes de grupo, supera las incertidumbres del planteamiento precedente gracias a su propia coherencia acadmica (fig. 991): el esquema general se ha ampliado y robustecido, se ha hecho ms cuadrado y ms rgido, ms denso de simetras cruzadas conforme a las dos directrices ortogonales; los elementos paisajsticos naturales se han desplazado todos hacia las mr-
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Figs. 986-990 (en la pgina opuesta). La realizacin de la E 42: la situacin de la Exposicin con respecto a la ciudad y al mar; el primer proyecto de 1937: planimetra, vista de la maqueta con los edificios cn torre en la va Imperiale, y dos perspectivas. Figs. 991-998. La realizacin de la E 42. Proyecto del 38, de Piacentini y del departamento tcnico de la Exposicin; los proyectos presentados a diversos concursos: el Palacio de Recepciones y Congresos (Fariello, Muratori y Quaroni); vista de la piazza Imperiale (Fariello, Muratori y Quaroni); vista de la piazza della Romaniti (Aschieri, Bernardini, Pascoletti y Peressutti); el palazzo della Civilti Italiana (Banfi, Belgioioso, Peressutti y Rogers; en el centro, a la izquierda); los edificios del INPS y del INA (Muzio, Paniconi y Pediconi); edificio para la piazza delle Forze Armate (Figini y Pollini; abajo, a la derecha); el palazzo della Civilti Italiana (Albini, Gardella, Palanti y Romano).
genes del conjunto, las secuencias edificadas se han abreviado y aparecen descompuestas en bloques aislados. Es un esquema que, por sus vinculaciones internas y por su monumentalidad capaz de sugerir un centro imperial de una ciudad fascista, casi puede garantizar por anticipado, junto a los destinos especficos asignados a cada una de las partes concretas, esos resultados de grandilocuente expresividad plenamente romana que Piacentini espera de las arquitecturas destinadas a materializarlo, para las que se apunta hacia una adhesin plebiscitaria entre las nuevas promociones de arquitectos italianos a travs del mecanismo de los concursos nacionales '". Con los concursos se consigue, efectivamente, la participacin de los mejores arquitectos de las nuevas generaciones (figs. 992998): el Palacio de Recepciones y Congresos se encomienda a Adalberto Libera, el Palacio de la Civilizacin Italiana a Monaco y La Padula, la plaza Imperial a Fariello, Muratori, Quaroni y Moretti, los edificios de la plaza de las Fuerzas Armadas a De Renzi, Figini y Pollini, y as sucesivamente; en la lista de quienes reciben encargos de ejecucin de obras aparecen los nombres de Albini, Gardella, Minoleti, Luccichenti, Monaco, Bottoni, Lingeri, Terragni, Banfi, Belgioioso, Peressutti y Rogers. Incluso los grupos con criterios ms al da se pliegan a-una actitud de interpretacin
111 Cfr. A. Brischi: L'E 42, en La Casa, fascculo nm. 6, L'architettura moderna in Italia, Roma, s.a., pgs. 308. Aade Bruschi: En el plan todo pareca encajar y repetirse: cada edificio tena su simtrico; cada volumen reclamaba su correspondiente volunmen; cada eje viario, cada lmite de plaza, tenan su fondo correspondiente; toda perspectiva apareca reclamada por una perspectiva equivalente; todo edificio encuadraba una visin grandiosa; cada rbol, cada desnivel, eran empleados en el intento de adecuarse a la ley del proyectista smbolo de una ley poltica autoritaria (ibid.).
de la arquitectura moderna en clave acadmica, sometindose a todas las limitaciones derivadas de las tcnicas a emplear: algunos de ellos, como el grupo BBPR, Figini y Pollini, Quaroni, se adaptan a la lgica rnonumentalista; otros, como Albini, Gardella, Palanti, Romano y Minoletti, consiguen sustraerse parcialmente a ella, sin ir mucho ms all de la omisin de los signos acreditados de la romanidad. Pagano, en los nmeros de <Lasabella de enero y febrero de 1941, expresa abiertamente su desilusin y su resentimiento. Los propsitos de Piacentini han logrado su objetivo, y la E 42 viene a ser su inacabada obra maestra poltica lr2. Se convoca un concurso para la ordenacin de la va Imperiale que, prolongando la va dei Trionfi, debe atravesar la muralla Aureliana y entrar en la Exposicin (figs. 9991.002); otra va pblica llevar a esta arteria el trfico proviniente de la orilla derecha del Tber, a travs de un puente situado a la altura de la baslica de San Pablo. Sin embargo, en el 41, con la angustiosa prolongacin de la guerra, no hay ms remedio que abandonar las grandes obras de la E 42 (figura 1.003). El prncipe Borghese, gobernador de Roma, nombra entonces una comisin de expertos para que elabore un nuevo programa urbanstico que, planificando la zona comprendida entre la ciudad y el mar, debera recomponer, en el cuadro de la expansin urbana, el rea de la Exposicin; al frente de la comisin est Piacentini, libre esta vez de interlocutores de prestigio y de peso, con
112 Sobre todo el asunto de la E 42, nos remitimos a V. Civico: Fattori e aspetti urbanistici dellJEsposizione del 1941 a Roma, en Urbanistica, enero-febrero de 1937; Elementi su1 progetto di mdssima del piano regolatore dell'Esposizione Universale di Roma, ibid., mayo-junio de 1937; Quattro concovsi appalto su1 Tevere a Roma, en {(Architettura, febrero de 1940; y adems, al fascculo especial de esta misma revista de diciembre del 38.
Figs. 999-1.004 ( e n la pagina opuesta). La ordenacin de la va Imperiale: planimetra, una propuesta presentada al concurso y dos soluciones para la plaza situada a la altura de la Garbatella; el palazzo della CiviltA, de B. La Padula, uno de los pocos edificios ya terminados en el momento de suspensin general de las obras; vista de la E. U. R. en la posguerra.
la nica excepcin del acomodaticio Giovannoni. Los estudios concluyen con la redaccin de una Variante general 1941-42 que da acogida a los intereses inmobiliarios polarizados en los ltimos aos del rgimen en torno a la E 42: la directriz de la va Cristoforo Colombo, que atravesando la Exposicin se dirige hacia el mar, constituye el instrumento ms evidente de dicha circunstancia '13. Se interrumpe as, calladamente, el programa que hubiera debido marcar el apogeo de la visin romana del rgimen, la demostracin ms espectacular de sus capacidades de realizacin y, al propio tiempo, el relanzamiento urbanstico de la capital en el consenso casi plebiscitario a los arcos y a las columnas por parte de los arquitectos italianos de todas las tendencias. Las modernas ruinas del fascismo en el rea de las Tre Fontane, melanclicamente asomadas a la campia ostiense, se convertir en uno de los fondos predilectos de los primeros directores de cine neorrealistas de la posguerra. Pero su extraamiento no estar destinado a durar mucho tiempo: las inversiones efectuadas entre los aos 38 y 42, junto con las ltimas orientaciones asumidas por el plan, se vern abundantemente capitalizadas por la renta inmobiliaria y por los intereses con ella conexos en los aos cincuenta (fig. 1.004).
6 . La evolucin urbanistica de las ciudades mayores en el periodo comprendido entre las dos guerras mundiales
Para examinar las vicisitudes de la ciudad de Miln entre los aos 18 y 43 es preciso seguir a la vez las directrices desplegadas en
113 Sobre las vicisitudes urbansticas de Roma durante el fascismo, vanse M. Piacentini y P. Guidi: Le vicende edilizie di Roma da1 1870 ad oggi, Roma, 1952; F . Castagnoli, C. Ceccheli, G. Giovannoni y M. Zocca: Topografa e urbanistica di Roma, Bolonia, 1958; 1. Insolera: Roma moderna, Turn, 1962; L. Quaronni: Immagine di Roma, Bari, 1969. Para muchos aspectos, son importantes las publicaciones del Instituto de Estudios Romanos.
mltiples campos de actividad paralelos, aislndolas unas veces y ponindolas en relacin otras: la evolucin y el reforzamiento del aparato industrial tras el estancamiento de la posguerra, la concentracin en la ciudad de poderosos intereses financieros, la poltica edificativa de la administracin socialdemcrata hasta el ao 23, la cuestin del nuevo plan regulador general, los planes particulares y las intervenciones de transformacin sobre el centro histrico en las que las concepciones monumentales se compenetran con la renta inmobiliaria y con la estratificacin de la organizacin terciaria, y las transformaciones experimentadas por la periferia a partir del ao 30 (la ampliacin de los servicios, la poltica de la vivienda, el descentramiento productivo, las infraestructuras). Y detrs de todas estas cuestiones y circunstancias est la vivacidad de una situacin cultural que cuenta entre sus instrumentos ms avanzados con la revista Casabella, con las exposiciones de la Trienal y con los grupos de los arquitectos racionalistas en contacto con los CIAM europeos, pero que adems se presenta muy rica en iniciativas y en posiciones autnomas que contrastan marcadamente con el clima academicista romano. La retraccin productiva acusada entre el ao 20 y el principio del 22 (en que se pasa de 15.000 a 135.000 parados) va seguida de una recuperacin sostenida, favorecida por la reaccin positiva de los mecanismos de acumulacin tradicionales inducidos por la poltica de molde liberal del Ministerio De Stefani, y facilitada por la misma diversificacin de la industria milanesa, que se revela como factor de estabilidad por las posibilidades que ofrece de compensacin entre sectores en decadencia (textiles y metalurgia) y sectores en expansin. En estos aos se establecen slidos vnculos entre la derecha econmica y el rgimen (la Confindustria, conviene recordarlo, nace en el 19 a partir de la Asociacin de sociedades annimas, y en ese mismo ao se funda en el Crculo de industriales el fascio milans de combate). Los mayores grupos indutriales extienden sus actividades por
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Figs. 1.005-1.007. La distribucin de las industrias en el territorio mrlans en 1940; las factoras de la PireIli en la Bicocca; la evolucin del fenmeno migratorio en Miln.
Figs. 1.008-1.012. Los barrios populares de la posguerra en Miln: planimetra de la barriada del Campo dei Fiori (1919), vista del barrio Gnova situado en la puerta del mismo nombre (1920-24) y vista del barrio del Campo dei Fiori en la segunda posguerra; planimetra y tipos de edificacin del poblado de la Saciedad cooperativa La Postelegrafnica (G. Broglio, 1919).
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toda 1.a conurbacin milanesa, abriendo as un ciclo que no se interrumpir durante todo el perodo que consideramos (fig. 1.OO5): la Montecatini, el poderoso trust de la produccin qumica, instala sus fbricas en el 20 en Bovisa, en el 25 en Linate, despus en Rho, en Cesano Maderno, en Bruzzano y en el mismo trmino municipal de Miln (Farmitalia, 1935); la Snia Viscosa, fundada en Turn, abre instalaciones fabriles en Cesano Maderno, en Paderno Dugnano, en Varedo, en Magenta; la Pirelli multiplica sus filiales en el exterior (Argentina, 1917; Brasil, 1929; Blgica, 1936; creacin del holding Pirelli en Suiza en el 39)) consiguiendo enormes beneficios con el desarrollo de la motorizacin, y en el 43 descentraliza sus propias instalaciones trasladndolas a Monza (fig. 1.OO6); la Magneti Marelli explota el sector en expansin de los aparatos de radio, concertando su actuacin con toda una serie de empresas menores; entre las industrias alimentarias del dulce se abre camino la Motta, fundada en el 19 y transformada en sociedad annima en el 30. En el territorio conservan notable importancia las industrias textiles tradicionales, al lado de las cuales se consolidan tambin nuevos sectores de la produccin comercial, en Brianza, en Lecco (Moto Guzzi), en el Varesotto, en las regiones de Sondrio y Brgamo. Entre las empresas comerciales adquiere importancia nacional la Rinascente de los hermanos Bocconi, reestructurada en el 17 y que a partir del 20 abre grandes almacenes en Turn, Gnova, Bolonia, Florencia, Roma, Npoles y Palermo y da vida en el 28 a la taliano Milasociedad Upim (Unico Prezzo 1 no), que en el 34 se fusiona con la propia Rinascente; y en el 31 entra en el mercado la Standa (S. A. Magazzini Standard), que muy pronto abre filiales en Venecia, Turn, Gnova, Ancona, Roma y Npoles (el ao 38 fucionan quince grandes almacenes Standa). Junto al capital industrial, tiene lugar despus el imponente desarrollo del capital financiero, con el impresionante ascenso entre el 19 y el 27 de la Banca Commerciale Italiana (Comit), verdadera central de control de decenas
y decenas de empresas en las que estn representados todos los sectores productivos, y que despus, en el 33, como consecuencia de la crisis del 29, ser adquirida por el Estado, junto con el Banco de Roma y el Crdito Italiano, en el momento de la constitucin del IR1 [Istituto per la ricostruzione industriale]. Y precisamente sobre el teln de fondo de este intransigente predominio del capital industrial, financiero e inmobiliario, y de la exigencia de ordenacin del asentamiento de amplias masas de fuerza laboral (figura 1.007), han de interpretarse las vicisitudes del desarrollo urbano de Miln desde el final de la guerra hasta la cada del fascismo.
En la inmediata posguerra, la administracin municipal socialista trata de promover una poltica edificativa tendente a hacer frente a la grave escasez de viviendas de bajo coste. Fracasa 1.a tentativa de apoyar esta poltica con nuevos instrumentos fiscales cuando se rechaza la propuesta del consejero Turati en favor de una elevacin de los alquileres ms bajos, bloqueados desde antes de la guerra, con la contrapartida de una detraccin de los 314 del aumento para constituir un fondo especial municipal destinado .a la construccin de casas populares y econmicas, preferiblemente en rgimen de propiedad indivisa e inalienable l14. No obstante, la administracin favorece la actividad del ICP y de las cooperativas, mediante la concesin de reas
114 En comparacin con la fuerte imposicin progresiva en vigor en Viena, esta propuesta era muy Iimitada y adecuada para no asustar ni tan siquiera a la pequea propiedad burguesa; sin embargo, a causa de la amplia reaccin de temor suscitada en amplios sectores de la poblacin, fue rechazada en la primera discusin, a pesar de la mayora socialista existente en el Consejo municipal. Esta fue una -y no de las ms importantes- ocasiones perdidas por los socialistas en estos aos, en unos momentos en que las clases obreras podan ser orientadas hacia la toma del poder: el no haber sabido aprovechar tal ocasin de enseorearse de la situacin result determinante para facilitar al fascismo su escalada del poder. D. Franchi y R. Chiumeo: Urbantstica a Milano in regime fascista, Florencia, 1972, pg. 156.
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Figs. 1.013-1.018 (en la pgina opuesta). La ampliacin del territorio municipal ratificada en 1923; el concurso de 1926-27 para la redaccin del plan regulador de Miln: proyecto Portaluppi-Semenza, esquema general y detalle de las zonas occidentales; el proyecto Alpago-Novello, De Finetti, Muzio, Ponti y Reggiori; el proyecto Chiodi, Merlo y Brazzola, planta general y detalle de las zonas nororientales. Figs. 1.019-1.021. El plan Albertini: planta general, el plan para las reas centrales y detalle de las reas de expansin hacia el Oeste.
edificables a precios inferiores a los del mercado y de exenciones de arbitrios y consumos sobre los materiales de construccin, mientras al propio tiempo consigue incrementar las adquisiciones de terrenos para ir engrosando el patrimonio municipal de suelo iniciado ya a partir de 1906. En 1919 el Istituto case popolari de Miln inicia la construccin de cuatro complejos residenciales equipados (Campo dei Fiori, figs. 1.008-1.010; Baravalle; Gran Sasso; y Tipolo), a los que siguen despus los barrios Vittoria, Gnova (fig. 1.009) y Magenta, mientras se proyectan tambin los barrios de Friuli, Pascoli, Botticelli, Del Sarto y Monza, cuyas obras se inician en el 24, ya bajo el nuevo rgimen fascista. En estos aos adquieren tambin gran desarrollo las iniciativas cooperativas (poblado de la Sociedad constructora cooperativa La Postelegrafbnica, con 283 apartamentos, proyectado por G. Broglio; figs. 1.011-1.012). En 1923 quedan anexionados a Miln once trminos municipales de su corona perifrica, entre los que se cuentan Affori, Baggio, Lambrate, Musocco y Niguarda (fig. 1.013). Tal medida hace que pronto resulte inadecuado el plan regulador en vigor, que es de 1912. Por el momento no se hace otra cosa que constituir una comisin, presidida por el asesor para asuntos de edificacin, Cesare Chiodi, que emite un informe sobre la situacin urbanstica general en el que, inspirndose en parte en las teoras de la ciudad-jardn, se critica el monocentrismo del ncleo de cabecera territorial y la concentracin en el centro de todos los servicios mayores de la ciudad. Algunos aos ms tarde se procede a convocar un concurso nacional para la redaccin O 18): del nuevo plan regulador ( figs. 1.O 14-1. en la primavera del 27 las propuestas presentadas son enjuiciadas por una comisin de la que forman parte, entre otros, Arnaldo Mussolini (hermano del Duce), Ugo Ojetti, Piacentini, el arquitecto Stacchini, autor de la estacin, el pintor Mario Sironi y el escultor Wildt, adems de un cierto nmero de funcionarios. Tres son los proyectos premiados: el primer premio se otorga al proyecto Por-
taluppi-Semenza, que se caracteriza por establecer una radical reestructuracin del centro en funcin de un mayor aprovechamiento econmico. El segundo, premio (Alpago-Novello, De Finetti, Muzio, Ponti y Reggiori), en cambio, corresponde a un proyecto basado en una solucin ms cauta y equilibrada del sistema del trfico y en el principio del descentramiento; el proyecto que recibe el tercer premio (Chiodi, Merlo y Brazzola) parte de la consideracin de las relaciones con el territorio y trata de poner freno a la urbanizacin en mancha de aceite mediante la previsin de barrios satlites. El proyecto triunfador, presentado al concurso bajo el lema Cih per amor, interpreta de cerca las instancias del capital inmobiliario milans al que sus dos autores estn ligados, y es tambin el esquema que en los aos subsiguientes influir directamente en la redaccin del plan regulador oficial de 1930-34. Su idea de fondo es la de poder adecuar indefinidamente la estructura antigua, en todas sus partes, a las exigencias de la vida moderna, acentuando las funciones de Miln como ciudad de los negocios, a travs de una gran cantidad de intervenciones sobre el centro, estableciendo elevadsimas densidades de edificacin 115 (hasta los 265.000 metros
'15 El centro ir agrandndose poco a poco, pero ms como aglomeracin de ciudad de negocios que de viviendas, y por consiguiente sta debera ser precisamente la tendencia a favorecer [...] El resto de la ciudad, hasta la lnea de las murallas espaolas (i Bastioni), se convertir en un conjunto de estructuras destinadas a oficinas, con grandes tiendas y un trfico muy denso, para el que sern necesarios bien pocos elementos reguladores [ ...] Consecuentemente, hemos previsto un cierto nmero de calles de treinta metros para despejar el centro por completo. Las nuevas calles, por lo dems, son necesarias tambin para hacer frente a las necesidades planteadas, por una parte, por la circulacin automovilstica, y por otra para revalorizar las reas centrales, que ahora estn mal utilizadas [...] pues cuando se limitan las anchuras de las calles es imposible aumentar las alturas de los edificios, con lo que tiene lugar un deficiente aprovechamiento de conjunto. De la memoria aneja al proyecto Cib per amor de Portaluppi-Semenza, cit. en L. Berni, P. Farina y A. Grimoldi: Ascesa e declino di una cittd borghese, en Le arti, marzo
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cbicos por hectrea, segn se ha calculado). Adems de las actuaciones en el centro, se prev una enorme expansin perifrica, muy tupida de mallas viarias, pero carente -y no por casualidad- de cualquier tipo de previsin de zonificacin, incluso restringida a las solas reas industriales, con la idea de eliminar cualquier especie de vinculacin respecto de la utilizacin del suelo ante cualquier tipo de demanda edificativa, y con el -propsito de favorecer las localizaciones productivas, que se encuentran a la bsqueda de movilidad y de economas externas. El mbito del plan aparece cerrado por una gran circunvalacin protegida por un cinturn verde (en realidad, una franja que tan slo tiene una profundidad de 100 a 300 metros) y por la previsin de un metropolitano de 126 kilmetros de lneas. El nuevo plan regulador de Miln es elaborado por el ingeniero Albertini, jefe del departamento tcnico municipal, publicndose en dos tiempos, por partes separadas (figuras 1.019-1.021). En 1930 ve la luz el plan regulador de la zona interior a la primera lnea de fortificaciones (los Navigli), que afecta a cerca del 1/14 del total del territorio municipal: el criterio determinante adoptado es el de una consistente reorganizacin de las reas centrales, con el fin de facilitar los enlaces con la estacin ferroviaria y la periferia, mediante el ensanche de las radiales (directrices Piazza Duomo-Verziere-corso di Porta Vittoria, piazzale Libia-viale Lazio, porta Ludovica-S. Ce1so.-S. Nazaro, Porta TicinesePorta Genova-centro, va Mac Mahon-piazzale lega Lombarda) y la .creacin de un anillo interno. En el 3 1 se publica el plan de ampliacin de la ciudad, que afecta a la zona exterior a las murallas espaolas (los Bastioni, o segunda lnea de fortificaciones), en extensin de cerca del 80 por 100 del trmino municipal: una parcelacin en alfombra en
de 1974. Sobre el concurso del 27, vase M. Piacentini: 11 concorso nazionale per lo studio di un progetto di piano regolatore e d'ampliamento per la cittd di Milano, en Architettura e arti decorative, noviembre-diciembre de 1927.
todas las directrices, sin valoracin alguna de las caractersticas de la expansin ni de la naturaleza de la ciudad en sus diversas zonas. Descartando todo tipo de restriccin o afectacin del uso del suelo, la fina malla del plan, que acaba con un anillo de circunvalacin que sigue aproximadamen te el lmite exterior del rea afectada, se considera como uniformemente edificable, excepcin hecha de la posibilidad de la formacin de nuevos centros, aunque falta cualquier tipo de indicacin de zonificacin, que se considera imposible de proponer. En conjunto, los dos planes, del 30 y del 31, que sern aprobados al mismo tiempo por el Ministerio correspondiente, revelan, tanto en su diseo como en su normativa y en las observaciones de apoyo contenidas en la memoria aneja, una actitud quiz no superada de sumisin al estado de hecho y a las fuerzas econmicas predominantes, y de desconfianza en la actuacin pblica: la tendencia centrpeta de la ciudad se considera, en todos y cada uno de sus aspectos, como elemento que no solamente es imposible contener, sino que ni tan siquiera se puede reglamentar l16; de aqu se deduce la necesidad de facilitar el acceso a los organismos pblicos, lo que basta para declarar inevitable la formacin de una nueva red viaria, imponindola por encima del respeto a los ambientes tradicionales; se considera que el factor social casa, es decir, el problema de la vivienda, resulta insoluble, a no ser que se ofrezcan estmulos a las nuevas
116 ... la zona urbana de Miln est circundada por un vasto territorio que, desde ahora, ha entrado ya en el ciclo de la especulacin del suelo. No se trata ya de terrenos agrcolas de los que se p.ueda disponer con relativa libertad, sino de reas que han pasado ya de mano en mano, revalorizndose como terrenos edificables, como consecuencia de su proximidad a la gran ciudad o a sus suburbios. El introducir en esta red de negocios, tan entretejida ya, la perturbacin que inevitablemente genera el zoning, que devala un rea al limitar en ella la edificacin y valoriza otra al autorizar un grado considerable de aprovechamiento, no ha parecido, en el estado de cosas actual, conveniente. C. Albertini, en la memoria aneja al plan, cit. en D. Franchi y R. Chiumeo, op. cit., pg. 97.
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guerras mundiales
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Figs. 1.027-1.030 (en la pgina opuesta). La ordenacin del largo S. Babila: planes del 31 y del 34, la demolicin de la Galera De Cristoforis, el rascacielos de la Snia Viscosa (1936) y el palazzo del Toro (1938) en la piazza S. Babila. Figs. 1.031-1.037. Las reas comprendidas entre la piazza della Scala y S. Babila, antes y despus de las intervenciones para la construccin del corso Littorio (hoy Matteotti); la piazza degli Affari: variante del 31, ordenacin del 40 y vista del Banco de Roma; el Palacio de Justicia (M. Piacentini): ubicacin en el tejido edificado y vista del edificio. Figs. 1.022-1.026 (en la pgina opuesba). El rea situada al sur del Duomo, los proyectos de ordenacin del 28 y del 32, y el proyecto ejecutivo del 37; un proyecto de O. Cabiati para una torre littoriap en el rea de la Minica Lunga (premiado en el 35) y un proyecto de Portaluppi-Muzio-Magistretti-Griffini del 37 para los lados Sur y Oeste de la piazza del Duomo.
construcciones ; sobre todo, alegando como justificacin la incapacidad econmico-presupuestaria del municipio, en vez de reducir los programas e imponer vinculaciones ms rgidas, se prefiere multiplicar las posibilidades de lucro privado para hacer ms apetecibles las intervenciones prefiguradas en el plan. De donde resulta que el plan aparece concebido como programa indicativo (di massima) O, al menos, como programa susceptible de las variantes que pueda requerir el cambio de la situacin; o sea, que se afirma explcitamente que el plan no es otra cosa que el instrumento catalizador del beneficio privado. Orientacin que tampoco consiguen modificar las disposiciones legales con las que el plan es aprobado, en conjunto, en febrero del 34. Por ello, no puede sorprender que, conforme a esta ptica de fondo, se considere como mera contradiccin irrelevante la praxis de proceder a una compilacin de ajustes de planificacin por zonas especiales antes incluso de preparar la definicin del instrumento general, prctica mantenida incluso despus de la aprobacin del plan a nivel municipal. Siguiendo la lnea de un primer convenio estipulado en el 23 para la reconstruccin de la zona comprendida entre el corso Vittorio Emanuele, la va Agnello y la va Radegonda, a partir del 30 se aprueban sucesivamente los planes para las reas situadas al sur, al este y al nordeste de la piazza del Duomo, para la zona del Palacio de Justicia y para el barrio de los negocios. Las propuestas relativas a las reas situadas en torno a la catedral (Duomo) vienen motivadas oficialmente por el propsito de proceder a la definitiva terminacin de la piazza del Duomo, que deber convertirse en una plaza tranquila, de descanso, mediante un descentramiento del trfico, que deber llevarse hacia las plazas vecinas, obtenidas mediante demoliciones y aclaraciones del tejido edificado. Uno de los sectores del tejido a reestructurar est constituido por las reas situadas al sur de la plaza, donde estn ubicadas importantes compaas financieras (figs. 1.022-
1.026). Conforme a las primeras propuestas, toda la zona debera articularse sobre la nueva plaza Diaz, estrecha y alargada, flanqueada de prticos, que habra de ponerse en comunicacin con la piazza del Duomo a travs de un pasaje cubierto. Con esta operacin se resolvera tambin el problema de la Miinica Lunga, el ala que queda del patio del Palacio Real, que a los manacos de la simetra no les parece aceptable '17. Tras una serie de arreglos y compromisos entre la administracin y los representantes de la propiedad de los terrenos y edificios sobre las formas, los volmenes y las alturas de la nueva ordenacin, se llega en 1934 al acuerdo de convocar un concurso pblico en el que se sugiere, entre otras cosas, el tema de una torre littoria* destinada a cerrar la Minica Lunga y a regularizar por esa parte la plaza. El concurso, a pesar de la elevada participacin conseguida, no tiene xito, y la cuestin se dilucida ahora mediante la contratacin directa con los grupos financieros dueos de estas reas, para los que el arquitecto Piacentini proyecta los edificios: en 1937, cuando ya se ha iniciado la construccin de algunos edificios,. la piazza Diaz cambia una vez ms de forma y queda enlazada con la piazza del Duomo mediante una calle, encuadrando de este modo, por el otro lado de la plaza, la entrada monumental de la Galera y del Mengoni, conforme a una solucin muy del agrado de los propietarios de los inmuebles. En ese mismo ao se convoca todava un concurso en el que se invita a someter proyectos para completar la parte meridional de la plaza, es decir, precisamente la desembocadura de la piazza Diaz en la del Duomo, con previsin de una doggia-arengavio que deber sustituir al extremo de la Miinica Lunga, que entretanto ha sido parcialmente demolida. En esta ocasin se requieren tambin propuestas para la ordenacin del edificio situado al fondo de la plaza (que a la sazn aloja a las Cor117 Cfr. F. Reggiori: Il concorso per la Torre Littoria sul1'~reu della M2nica Lunga), di Palarzo Reale in piazza del Duomo a Milano, en Architettura, agosto de 1935.
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porazioni) y de la piazza Mercanti, propsito que luego no tendr consecuencia alguna. Entre los mejores proyectos presentados se efecta un concurso de segundo grado, en el que obtiene el primer premio la solucin ofrecida por Portaluppi-Muzio-Magistret ti-Griffini. Otro tema que urge a la administracin milanesa es el del enlace de la piazza della Scala con el largo S. Babila (figs. 1.O3 11.O32 ). Tras considerar diversas soluciones alternativas que proponen distintas alineaciones, en 1940 se llevan a cabo las obras de trazado de la nueva calle. Mucho ms dificultosas son las vicisitudes que experimenta el planeamiento del largo [explanada] S. Babila (figs. 1.027-1.030),que se pretende transformar en una gran plaza: de las numerosas propuestas presentadas, que no es necesario examinar aqu con detalle, surge esencialmente, en el momento de la realizacin, la idea de llevar a cabo una decidida alteracin de la topografa y de la forma de la ciudad, con la constitucin de un nudo comercial y de trfico enteramente monopolizado por bancos, oficinas y compaas de seguros, con elevadsima densidad de edificacin (la torre situada en el ngulo que forma S. Babila con el actual corso Matteotti tiene una altura de casi 60 metros). La ordenacin de S. Babila estar an por ultimar cuando estalla la segunda guerra mundial ''*. Un tercer ncleo afectado por un plan ejecutivo de carcter particular es el del rea situada alrededor de la Bolsa, al oeste de la piazza Cordusio, donde despus de la guerra se consolida uno de los nudos financieros de la ciudad, con la instalacin de bancos y otros institutos de crdito (figs. 1.033-1.O35). Un plan especial de 1928 da lugar a una variante del 31, hasta que la zona cobra forma de acuerdo con el proyecto redactado por el arquitecto Paolo Mezzanotte para el nuevo Palacio de la Bolsa, en el que se prev tam' 1 8 Cfr. La sistemazione della zona di S. Babila a Milano, en Urbanistica, mayo-junio de 1938; y N. de R.: 11 pnlazzo del Toro in piazza S. Babila a Milano. Arch. E. Lancia e iag. R. Merendi, en Ar-
bin la readaptacin de los edificios contiguos. Seguidamente, la operacin iniciada con el plan especial lleva a una reconstruccin solar por solar en las calles adyacentes. Entre la Banca d'Italia y Correos sobresale en forma de torre el edificio del Banco de Roma, que aporta la nota ms tpica de la arquitectura fascista. Para la construccin del nuevo Palacio de Justicia de Miln, que debe llevarse a cabo en una zona comprendida entre el corso di Porta Vittoria y la va S. Barnaba, se convoca en 1929 un concurso, pero ninguno de los proyectos presentados se estima digno de ejecucin. Seguidamente, despus de que el Sindicato nacional fascista de arquitectos formula algunas observaciones al respecto, y tras introducir una modificacin en el trazado de las calles y estipularse los correspondientes acuerdos con los dueos de los inmuebles afectados, se confa a Piacentini la redaccin del proyecto en cuestin (figs. 1.0361.037). El conjunto de la intervencin comporta la reestructuracin del corso di Porta Vittoria (con la construccin de un barrio de lujo) y del Verziere '19. Otro importante tema urbano que preocupa a la administracin milanesa es el de la ordenacin de las reas situadas alrededor de la nueva estacin ferroviaria, el mastodntico monumento que viene a cerrar, con retraso, la serie de realizaciones de la Italia humbertina. Algunos proyectos de mediados de los aos veinte y los resultados del concurso convocado para el plan regulador de 1926-27 ofrecen, en este sentido, una gran variedad de soluciones, tanto para el enlace directo entre la estacin y la circunvalacin de los Bastioni, como para una eventual penetracin en el ncleo histrico hacia el rea del Castello [el castillo de los Sforza]. Se lleva a cabo de este modo la gran obra de rectificacin de la va Pisani, en torno a la cual, con el alejamiento de las industrias existen119 R. Calzini: Il palazzo di Giustizia di Milano, arch. Marcello Piacentini, en Architettura, enero-
febrero de 1941.
Figs. 1.038-1.042. Proyecto del arquitecto Stacchini y del departamento tcnico del Municipio para la ordenacin del entorno de la nueva estacin y su enlace con el centro, planimetra y vista perspectiva; dos soluciones para la va dei Giardini (la calle se construir despus con un trazado ms desplazado hacia el Este en su tramo intermedio); una vista reciente de la estacin central y de la actual va Pisani.
tes y la reparcelacin de los terrenos edificables, comienza a formarse un ncleo de actividades directivas; hacia el interior, este eje es despus prolongado hasta llegar al Largo Cairoli, mediante los derribos efectuados para el trazado de la va De Marchi y de la va dei Giardini (figs. 1.038-1.042). En cambio, son demolidos y parcelados los terraplenes de la vieja lnea frrea que discurra a lo largo de los Bastioni, abandonndose las propuestas que pretendan utilizar estos terrenos para el tendido de un sistema de trenes suburbanos, resultando con ello favorecida la propia administracin ferroviaria, que aspira a obtener grandes beneficios con la venta de esos terrenos. Las ingentes demoliciones y el paralelo y continuo proceso de terciarizacin de las
reas centrales, con la consiguiente expulsin de las capas populares, adems del aumento migratorio de la poblacin (la media anual de llegadas, que en el perodo 1921-25 es de 17.754 personas, aumenta a 32.170 en 1926-30, a 39.344 en 1931-35 y a 41.705 en 1936-40)) determinan la aparicin de una difcil coyuntura en el sector de la vivienda popular de masa, a pesar del fuerte incremento experimentado por el mercado privado de la edificacin. Con gran retraso respecto del volumen de la demanda se desarrolla la produccin de viviendas del IACP milans, que sin embargo se caracteriza por una actividad de conjunto que, en el plano cuantitativo, es muy superior a la de las dems ciudades italianas en este mismo perodo (figura 1.044). Para alojar a los desahuciados por las primeras demoliciones del Verziere
Figs. 1.043-1.046. Vista de la barriada de S. Siro (1931-50); el conjunto de las intervenciones del IACP milans hasta 1937; planimetra del proyectado barrio Duce; vista del barrio Filzi, proyectado por Albini, Camus y Palanti (1936).
Figs. 1.047 y 1.048. Vista del rea de la Feria en 1940; planimetra del parque Lambro.
y de S. Babila, el Instituto construye, entre el 25 y el 27, los barrios ultrapopulares de Regina Elena y Solari, y entre el 26 y el 29 el barrio XXVIII Sertembre; entre el 26 y el 31, con la emisin de un emprstito en ttulos hipotecarios, financia la construccin de algunos complejos residenciales de casas econmicas (Romagna, Lipari, Donatello, Giovio, etc.), para su cesin en rgimen de amortizacin; en el 29, en previsin del desbloqueo de los alquileres, se inicia la construccin de dos casas-dormitorio para personas desahuciadas. A partir de 1930, a la realizacin de los barrios de Alzaia Pavese (1930-34), Argonne (1930-34) y Diaz (193138), sigue la de la amplia barriada de S. Siro (iniciada en el 31 y terminada despus de la guerra; fig. 1.043), formada por grupos distintos de viviendas (proyectos Albini-PalantiCamus, de C. y M. Mazzocchi, etc.), en algunas de las cuales se evidencia ya una actualizacin tcnico-formal, aunque se mantenga una excesiva densidad en las manzanas edificadas ''O. Hacia finales de los aos treinta, junto a esquemas rutinarios (barrio Carabelli del 39 y barrio Lorenteggio de 1939-43)
Cfr. F. Reggiori: Il concorso per il quartiere S. Siro dell'lstituto delle case popolari di Milano, en Architettura, enero de 1933.
y superando orientaciones netamente regresivas (proyecto del 36 para el barrio Duce -luego abandonado-, para el aislamiento de familias tuberculosas; fig. 1.O45) '"l, es cuando se efectan las mejores realizaciones y propuestas del IACP inilans: el barrio Filzi, en el viale Argonne, del 37 (fig. 1.046), segn proyecto de Albini, Palanti y Camus (del que ya se haba presentado un elementotipo en la VI Trienal del 36, como ejemplo de vivienda obrera), es uno de los pocos complejos residenciales que en Italia adopta abiertamente modos racionalis tas conorme a criterios de proyectacin en serie, por ms que aparezca construido en un sector urbano inadecuado; una evolucin positiva de estas orientaciones queda reflejada en los proyectos para cuatro barrios descentrados en el hinterland milans, con un total de 45.000 cuartos habitables, conforme a un ambicioso programa que despus se abandona como consecuencia de la guerra
121 En el centro del barrio las manzanas aparecan dispuestas de modo que su planta formase la palabra DUCE. Contra este colapso de incompetencia protestaron airadamente Pagano, desde las pginas de Casabella, y otros arquitectos milaneses. la Para otros barrios, cfr. Quartiere di case popolari Padre R. Giuliani a Milano. Arch. Cesare e
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Entre los equipamientos urbanos ms importantes llevados a trmino en estos dos decenios deben recordarse la Universidad Catlica del Sacro Cuore, construida en el 35 segn proyecto de Muzio , ' 2 1 y la Universidad Bocconi, diseada por Pagano y Predaval y realizada entre el 37 y el 41; y tambin los mataderos y el mercado de carnes (1929), el aeropuerto Forlanini ( 1934-37), el puerto de escala para el amerizaje de hidroaviones (1934, transformado y equipado luego como instalaciones de recreo y disfrute del tiempo libre) y los parques Lambro (de 78 hectreas; figura 1.047) y Solari. Es importante la realizacin de la Feria de Miln, creada en 1920 por iniciativa de un grupo de industriales y albergada antes en algunos barracones levantados entre porta Venezia y porta Nuova; en el 23 la Feria se traslada, ya como organizacin permanente, al rea de la piazza d2Armi,donde se disponen los adecuados pabellones destinados a los distintos sectores comerciales y productivos. De los 1.233 expositores de 1920 (de los que 265 son extranjeros), la Feria pasa a los 5.485 en 1937 (1.747 extranjeros); la afluencia de visitantes en este ltimo ao es de 2.267.000 personas (fig. 1.047). En 1938 se celebra un concurso de ideas para la nueva ordenacin de las instalaciones en la zona comprendida entre S. Siro y el piazzale Accursio, opera' 2 1 cin que luego no se lleva a cabo . La red de infraestructuras de comunicacin se refuerza con la apertura de las primeras autopistas, la Miln-Laghi, la que va a Brgamo y Brescia, y la de Turn, de las que ya hemos hablado anteriormente. Resultan infructuosas, en cambio, las tentativas de construccin de un canal navegable de enlace
Maurizio Mazzocchi, en Architettura, agosto de 1941; N. de R.: Quartiere di abitazione a Milano per famiglie di lauoratori aventi numerosa prole, ibid., junio de 1942. 123 F. Reggiori: l collegi dellJUniuersit2 Catthlica del Sacro Cuore a Milano, en Architettura, junio de 1935. '"* A. Melis: Il concorso per il piano regolatore della nuova Fiera di Milano, en Urbanistica, julioagosto de 1938.
con el Po, a pesar de los numerosos proyectos que son objeto de consideracin ( 1918: creacin de la Azienda portuale de Miln; 1925: creacin en Venecia de la Societi italiana di navigazione; 1932: variante Premoli; 1941: institucin del Consorzio per il canale navigibile Miln-Cremona-Po) lZ.
Turn supera el difcil trnsito a la economa de paz experimentando una violenta transformacin de sus estructuras productivas, orientadas ya anteriormente por la presencia de la gran industria, que convierte a la ciudad en punto clave del sindicalismo italiano en la primera posguerra ( 112.O00 afiliados a la Confederazione del lavoro turinesa en 1918, y ms de 20.000 obreros en huelga en las agitaciones del 21). La quiebra de centenares de empresas pequeas y mediano-pequeas por efecto de la crisis o su absorcin por los grupos monopolistas tienen su correspondencia en las dificultades que experimentan tambin algunas industrias mayores, como la SIP, la Savigliano y la misma Fiat, que se ven obligadas a recurrir al capital extranjero. La Fiat logra hacer frente con xito a la crisis, y se impone como la mayor industria del rea turinesa. En el 22, el ao en que la produccin desciende a su nivel ms bajo (del orden de la mitad, respecto de los casi 20.000 vehculos fabricados en el 17), la sociedad da empleo a 16.000 obreros; pero bien pronto, con la absorcin de la Spa y la Rapid (dos empresas de construcciones autora Sobre las vicisitudes de Miln, adems de los textos ya citados, vanse S. Deila Morte y O. Lissoni: La Milano voluta da2 Duce a la vecchia Milano, Miln, 1935; F. Reggiori: Milano 1800-1943. Itinerario urbanistico-edilizio, Miln, 1947; L. Dodi: LJurbanistica milanese da1 1860 al 1945, en Urbanistica, nmeros 18-19, 1956; V. Vercelloni: Storia urbanistica di Milano: 1922-4,', en Casabella, julio de 1961; G. De Finetti: Milano, costruzione d i una cittd, Miln, 1969; E. Dalmasso: Milano capitale econdmica d'ltalia, Miln, 1972.
Figs. 1.049-1.052. Ubicacin de las mayores industrias turinesas, con indicacin de la posicin de los nuevos establecimientos del Lingotto; las factoras de la Snia Viscosa en Settimo Torinese, con el poblado Gualino, y vista de las viviendas; el gran complejo del Lingotto, en una foto de los aos veinte. Figs. 1.053-1.059 (en la pgina opuesta). El puente Prncipe di Piemonte, sobre el Po (Pagano y Levi Montalcini, 1925-28), vista de la Exposicin internacional de 1928 y proyecto del pabelln de la Qumica, de G. Pagano; vista de la zona del puente de las Molinette (abajo a la izquierda, el complejo del hospital Maggiore di S. Giovanni Battista); el estadio municipal construido segn proyecto de Fagnosi y Ortensi (1933); planimetra de un barrio del IACP turins (hacia 1920) y vista de una barriada residencial realizada en torno a 1925.
movilsticas, la primera de ellas adquirida a la Ansaldo tras la ruina del coloso empresarial genovs), con el lanzamiento de nuevos modelos de gran xito (el 501, el 505, el 510 y el 509), con la publicidad derivada de ! a actividad deportiva y con las ventas en piblica subasta administradas por la Sava (la sociedad creada expresamente para este fin), la empresa de Agnelli vuelve a dominar el sector de las construcciones metlicas y mecnicas. En el 27 ms de 47.000 de los 55.000 automviles fabricados en Italia salen de las factoras de la Fiat; de ellos, ms de 28.000 se exportan, constituyendo un porcentaje superior al 80 por 100 del total de las exportaciones de este sector. Tambin es notable la produccin de material rodante de ferrocarriles, de aeronaves comerciales y de grandes motores para buques. A travs de la Sita, la Fiat se asegura la gestin de los transportes en toda la pennsula, mientras que el desarrollo de sus participaciones financieras (en la Ilva, en el Lloyd Triestino, en la Montecatini, en la Terni, por citar tan slo las empresas mayores) viene asegurado por la Ifi-Fiat, creada para cuidarse de los intereses accionariales y para dirigir las sociedades dependientes. Por debajo del coloso que es la Fiat, la estructura productiva salida de la crisis posblica se presenta todava bastan te diversificada, con las industrias de material elctrico (Savigliano), con la sociedad elctrica SIP (empresa piamontesa, segundo grupo en importancia del sector en Italia, tras la Edison milanesa), con las industrias alimentarias del dulce (Talmone, Miriondo, etc.) reagrupadas en la Unica, que administra una cadena de tiendas especiahadas en toda Italia, y sobre todo con la Snia, del industrial Gualino, reestructurada bajo la nueva denominacin de Snia-Viscosa, que opera en el sector de las fibras artificiales; en el sector automovilstico an resiste la Lancia, que tiene sus fbricas en Borgo S. Paolo. El nivel de concentracin del capital se pone de relieve tambin por el peso de la fuerza de trabajo empleada en las empresas, en una fase caracterizada por una notable renovacin tecnolgica: en
el 27, el 36 por 100 de los obreros se encuentran empleados en empresas con ms de 250 operarios, y el 45 por 100 en empresas de 10 a 250 operarios; en esa misma fecha la industria mecnica da ocupacin a 44.546 trabajadores ' " 6 . Los procesos de reestructuracin y de relocalizacin de la gran industria (figs. 1.0491.052) pueden simplificarse gracias a la construccin de las nuevas instalaciones de la Fiat. En 1916, cuando la industria de los Agnelli experimenta una fuerte expansin productiva por efecto del aumento de los pedidos de material blico por el Estado, se decide el desplazamiento de las factoras hacia la zona de Lingotto, fuera de las barreras de arbitrios y consumos, y bien servida por la red ferroviaria de mercancas. Nace en esta ocasin el establecimiento industrial en varias plantas proyectado por el ingeniero Giacomo Matt-Trucco e inaugurado en 1923, una construccin que ser muy apreciada por Le Corbusier por la extraordinaria disposicin, sobre la cubierta, de la pista automovilista de pruebas, de 24 metros de anchura, con curvas de un radio exterior equivalente o superior a los 35 metros y con un desarrollo medio del circuito de ms de un kilmetro l Z 7 . El paso sucesivo, planeado ya en el 26 con la adquisicin de los primeros terrenos, es la construccin de las nuevas factoras de Mirafiori, iniciadas el 38, tras el viaje efectuado por Giovanni Agnelli a Detroit en el 34 para hacerse una idea, de manera directa y personal, de las tecnologas de produccin ms al da y para examinar de cerca las modalidades de la poltica empresarial de viviendas y servicios para los trabajadores. El nuevo complejo de Mirafiori, proyectado por Vittorio
Cfr. P. Gabert: Turin, uille industrielle, Pars, 1964. l Z 7 Como ya se ha dicho en otro lugar, Le Corbusier publica una fotografa de esa pista en el volumen Vers une architecture, y de ella recibe algunas sugerencias para los planes de Ro de Janeiro y de Argel. Sobre el Lingotto, cfr. G. Levi: Il Lingotto, storia di un quartiere operaio (Torino, 1922-1973), Turn, 1974.
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Bonade-Bottino, adopta ahora una disposicin horizontal de las instalaciones fabriles, ms adaptada al empleo de la cadena de montaje; la pista de pruebas se sita a ras del suelo, flanqueando las edificaciones fabriles. De otra de las mayores industrias turinesas, la Snia Viscosa del industrial Gualino, debe recordarse el poblado obrero que se levanta junto a los imponentes establecimientos de produccin construidos en una localidad descentrada, en Abbadia di Stura, en direccin a Miln .'21 Los cambios en la economa turinesa y ia evolucin de las lites dominantes que se producen en la primera posguerra tienen tambin su correspondencia en la composicin de las fuerzas culturales, que se encuentran igualmente en una fase evolutiva compleja. E n los sectores profesionales de la arquitectura, junto a los herederos de la tradicin de principios de siglo (como el ingeniero Chevalle~, discpulo de Ceppi, profesor de la Facultad de Ingeniera y titular del estudio de proyectacin ms importante de Turn), maduran tambin fuerzas ms jvenes, abiertas a instancias diversas y alimentadas por la cultura crtica de intelectuales como Gramsci, Gobetti y el mismo Persico, que se esfuerzan por introducir en su trabajo nuevos mtodos e hiptesis de investigacin: Pagano, que trabaja en Turn hasta su traslado a Miln, Levi-Montalcini, Cuzzi, Aloisio, Be tta y Sartoris, muy activo en Turn hasta 1930 y divulgador de las experiencias del Movimiento Moderno. Estas fuerzas, no obstante, permanecen en una posicin marginal respecto de la dinmica ms acuciante de la ciudad, desconectadas de los centros econmicos dominantes: el mismo proyecto de sntesis orgnica entre gran capital y cultura ms
Cfr. Snin-Viscosa, Miln, 1935, y Snia-Viscosa, 1929-1939, dieci anni di attivita, Miln, 1939. Sobre el poblado de la Snia, vase A. Abriani: Manutenzione sociale e poltica della casa nellJItalia jascista. LJesempio della Snia-Viscosa a Torino, en la obra colectiva Torino, 1920-36, Turn, 1976.
avanzada, bajo la ensea de un mecenazgo iluminado, que puede atribuirse al gran financiero e industrial Gualino (que tanto acude a los servicios profesionales de Pagano, aunque tambin recurra a los de Busiri-Vici), no consigue suscitar un terreno colectivo de intenciones, acuerdo y programas, y decae hasta desaparecer, incluso antes de que se extinga la buena estrella poltica de su autor. E n el frente profesional, los encargos ms importantes que proceden de la administracin municipal, del Estado, de las grandes empresas industriales y de los grupos financieros -que han venido a sustituir a la alta burguesa-, encuentran una relacin ms fcil e inmediata con una clase ms annima de tcnicos y de ingenieros, que se ve llevada a insertarse sin dilaciones en una nueva concepcin de la divisin y organizacin del trabajo l Z g . Por lo dems, las mismas vicisitudes del desarrollo urbano de Turn entre 1920 y 1940, si se excepta la reconstruccin de la va Roma, nos ofrecen, ms que una serie de episodios destacados, una actividad continua de potenciacin y composicin del aparato infraestructural existente, junto a la expansin urbana, en parte organizada a lo largo de directrices adoptadas con anterioridad y en parte dirigida por la relocalizacin industrial. El plan regulador anterior a la guerra mantiene su vigencia, aunque sea con algunas variantes y con modificacin de la normativa de la edificacin. Entre las mayores intervenciones operadas en este perodo estn: la construccin de los tres puentes sobre el Po, el Vittorio Emanuele 111, el Prncipe di Piemonte (segn proyecto de Pagano y Levi Montalcini; fig. 1.053) y el Ferdinando di Savoia, con ocasin de la Exposicin. celebrada en el Valentino en 1928 (proyectado por Chevalley y Pagano; figs. 1. O X l .O55) 130;
A este propsito, R. Gabeti y C. Olmo: Cultura edilizia e professione dellJarchitetto: Torino anni '20-30, en la obra colectiva ya citada Torino, 1920-36. 130 Cfr. A. Melis: L'esposizione di Torino del 1928, en {(Architettura e arti decorative, abril de 1928.
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las obras efectuadas en la red ferroviaria, con el rebajamiento del nivel. del tendido viario en los tramos comprendidos entre la estacin de porta Nuova y Borgo S. Paolo y porta Susa, y con la construccin de travesas y pasos superiores; la realizacin de numerosas obras pblicas (entre ellas, instalaciones deportivas 131 y el nuevo Policlnico en las Molinette; figs. 1.056-1.O.%'); y la considerable ampliacin de la red de viales (con la apertura, entre otras cosas, de una vialidad de penetracin hacia las colinas orientales).
El proyecto de ensanche de la va Roma, que se remonta a los aos subsiguientes a la unificacin italiana, se haba vuelto a proponer oficialmente en 1914 por iniciativa del departamento tcnico del municipio, que presenta un plan que despus vuelve a considerarse en la posguerra. Un decreto de 1930, que establece los criterios a seguir en la intervencin, fijando la nueva anchura de la calle, pone en marcha la construccin de los primeros edificios debidos a la iniciativa privada en el tramo comprendido entre la piazza Castello y la piazza S. Carlo. Para contrastar con una alternativa precisa las orientaciones de la administracin pblica, que se consideran demasiado agnsticas respecto de los resultados estticos de la iniciativa, un grupo de arquitectos turineses del MIAR formado por Pagano, Levi-Montalcini, Cuzzi, Aloisio y Sottsass redacta en 1931 el proyecto de remodelacin unitaria que constituye el primer ejemplo en Italia de un diseo a escala urbana de gusto y planteamiento modernos, aunque sea sobre una planta tradicional (figuras 1.060-1.062). El proyecto evidencia un seguro conocimiento de los ejemplos de similares actuaciones de los arquitectos berline131 G.M.: 11 nuovo stadio del Littorio a Torino, en Architettura, abril de 1933.
ses y, en particular, de los temas compositivos de Mendelsohn, como se pone de manifiesto en las fachadas que dan a la piazza Castello y en los edificios adosados a las iglesias gemelas que se alzan en el lado sur de la piazza S. Carlo. La memoria aneja al proyecto viene a ser una demostracin de los criterios empleados, dirigida a las fuerzas econmicas turinesas, incapaces de aprovechar adecuadamente las oportunidades de inversin y de obtencin de beneficios en la promocin de un centro comercial y terciario que slo la nueva arquitectura, con una solucin unitaria y racional, puede hacer posible la. Como consecuencia del inters suscitado por el proyecto de Pagano y sus colegas, el podeirtd suspende la reconstruccin del segundo tramo de la va Roma (desde la piazza S. Carlo a la piazza Carlo Felice), para el que se convoca despus un concurso nacional (en el 33; figs. 1.063-1.067))que concluye sin un triunfador nico, con la asignacin de dos premios ex-aequo (grupo Ortensi-Michelazzi y grupo Melis-Molli-Morelli-Dezzutti-De Rege-Bardelli). Del proyecto se hace cargo, en definitiva, Piacentini, en su condicin de asesor del municipio: la solucin urbanstica adoptada convierte en realidad la continuidad del corredor cubierto peatonal entre las dos plazas terminales, creando un largo monumental definido por dos bloques simtricos a espaldas de las iglesias de San Carlos y Santa Cristina '" (figs. 1.068-1.071).
Cfr. Va Roma-va Nuova, en Casabella, julio de 1931. Vase tambin C. De Seta (ed.): Giuseppe Pagano, Architettura e cittd durante il fascismo, cit., pgs. XXVI-xxvrz. 133 Cfr. Concorso per il secondo tratto di va Roma in Torino, en Urbanistica, marzo-abril de 1934; P. Marconi: 11 concorso per il piano regolatore del secondo tratto di va Roma a Torino, en Architettura, mayo de 1934; La ricostrurione del secondo tratto di va Roma a Torino, ibid., junio de 1939. Adems, A. Cruzzer: I grandi concorsi, en
Figs. 1.060-1.067 (en la pgina opuesta). El proyecto para la va Roma, de Pagano, Cuzzi, Levi-Montalcini, Aloisio y Sottsass: planimetra y dos perspectivas; el concurso de1 33: axonometra del proyecto Grassi-Passanti-Perona-Ferroglio, proyecto Melis-Molli-Morelli-Dezzutti-De Rege-Bardelli, proyecto de Sottsass, planimetra al nivel de la calle y subsuelo del proyecto Colonnetti-Del Giudice-Vannacci-Acineli.
Gnova, el tercer polo del tringulo que el primer despegue industrial ha hecho surgir en las regiones noroccidentales italianas, tambin acenta con los acontecimientos blicos el fuerte proceso de concentracin capitalista, para sufrir despus las inevitables consecuencias de la crisis social y productiva de la posguerra. Tambin aqu, el coloso industrial que se convierte en epicentro de la crisis -la Ansaldo-, con su imperio productivo ramificado en los sectores de la energa elctrica, de la minera, de la siderurgia, de las industrias mecnicas y de los astilleros -y alrededor del cual gravitan como satlites incluso las industrias medianas y pequeas que quedan fuera de su directo control-, aparece vinculado estrechamente con una potencia financiera, el Banco de Descuento, una de las mayores centrales de inversin de capitales en la produccin de guerra. Con la presencia de la Ansaldo y del nuevo trust de la Ilva, el aparato productivo de reciente formacin de la industria siderrgica y mecnica domina ahora en el rea ligur-genovesa las actividades portuarias-mercantiles y sus correspondientes servicios, e induce comportamientos ms conscientes y organizados de las masas obreras en el curso de los conflictos que enfrentan capital y trabajo en los aos en que el fascismo est preparando ya su escalada a la cspide del Estado. Reducida al silencio la conflictividad obrera con la llegada del fascismo, y arreglada la crisis de la Ansaldo y del Banco de Descuento con la liquidacin de las actividades en prdidas y la formacin de una nueva Ansaldo que resulta posible gracias a la intervencin de socializacin del dficit por parte del Estado (que se limita a retener un paquete minoritario de las acciones), Gnova se convierte en uno de los polos urbanos y productivos de la nacin en que se hacen ms
LJarchitettura moderna in Italia, La Casa, nm. 6, s.a.; R. Gabetti y L. Re: Via Roma Nuoua a Torino, en Torino, julio-octubre de 1969.
evidentes las conexiones entre el rgimen y el gran capital. E n esta perspectiva podemos explicarnos la afirmacin en las esferas dirigentes locales de la idea de crear una entidid de nuevas dimensiones, estrechamente integrada a nivel territorial y productivo, que se explicita en la frmula de la Gran Gnova y que lleva en 1926 a la anexin a la ciudad de los municipios suburbanos de Levante, hasta Nervi, y de Poniente, hasta Voltri, con inclusin del Val Polcevera y del valle del Bisagno, zona considerada como paso obligado para satisf acer esta necesidad econmica e histrica . E n cambio, vuelve a estar dentro de las contradicciones peculiares que se dan en el seno del bloque de poder econmico y poltico t a n t o a nivel nacional como local- el hecho de que no se aproveche la ocasin que ofrece la renovada realidad administrativa de la Gran Gnova para iniciar la transformacin racional de un territorio que se dispone a constituir, cada vez ms, una unidad productiva continua: los ncleos anexionados pasan a ser un incremento perifrico de las reas centrales, dando lugar solamente a una ampliacin de los intereses de la clase empresarial y de la propiedad inmobiliaria. Lo que es consecuencia, en suma, de la incapacidad de estas fuerzas para gestionar sus propios intereses con una perspectiva a largo plazo, equilibrando los posibles conflictos recprocos, como lo demuestra el hecho de que, por ejemplo, ese nudo crtico de los problemas urbansticos genoveses que aparece constituido, a escala territorial, por el adecuado destino y planificacin del Polcevera, se abandone a las iniciativas ms anrquicas, mientras todas las energas se emplean en revalorizar, mediante intervenciones planificadas, las zonas del centro y las directivas y residenciales que se extienden hacia el Este, impetuosamente lanzadas al mercado de la edificacin en los aos que preceden a la primera guerra mundial. De este modo, el perfil de la evolucin urbanstica genovesa entre los aos 20 y 40 vuelve a pasar por un proceso de depresin en lo que a moda-
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Figs. 1.068-1.071. La construccin de la va Roma: planimetra ejecutiva, los bloques edificados en la placita interior segn la ordenacin dispuesta por Piacentini, y dos vistas de los edificios circundantes.
lidades institucionales se refiere, pero con resultados, en conjunto, bastante menos dinnlicos es tructuralmente, reiterando algunas orientaciones del perodo anterior a la guerra: a falta de un plan regulador general, el planeamiento de la ciudad queda confiado a la elaboracin de planes especficos de zona (Piccapietra, Foce, Albaro, expansin oriental), promovidos en este caso a travs del expediente, ideolgicamente muy fructfero, del concurso pblico, y que solamente son susceptibles de transformase en documentos oficiales a travs de largas gestiones y mediaciones desarrolladas en las oficinas municipales, pese a lo cual raramente se traducen en una actuacin puntual. Desde 1921 se encuentra en estudio, en las correspondientes dependencias del municipio, un plan de grandes obras para los barrios
centrales de Piccapietra y S. Vincenzo, con el objetivo de aligerar los puntos crticos de congestin del trfico urbano. Sin embargo, solamente en 1931, para tratar de buscar un compromiso aceptable entre las varias propuestas autnomas presentadas entre tanto en para la reestructuracin del centro -y relacin con la inminente apertura del pasaje constituido por la galera Cristoforo Colombo, que enlaza la piazza Vittoria con la piazza Dante-, se convoca un concurso nacional para la ordenacin de las zonas de Piccapietra y S. Vincenzo, de toda el rea situada al sur de la va XX Settembre y de las reas orientales hasta el Bisagno: se trata tan slo de un sector de la estructura urbana, porque quedan excluidos el centro histrico y las zonas perifricas interiores y las que se extienden hacia Albaro, a pesar de lo cual, a las propuestas del concurso y a los docu-
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Figs. 1.072-1.077 (elz la pgiiza opuesta). El proyecto Viale-Zappa presentado al concurso para el plan regulador de Gnova (1931) y la zona de Piccapietra segn el proyecto Daneri-Ferrari; planimetra del plan regulador de Gnova elaborado en 1932 (1. Piccapietra; 2. Piazza S. Vincenzo; 3. Piazza Dante; 4. Piazza della Vittoria; 5. Piaza al Mare, la Foce; 6. Piazza De Ferrari; 7. Mercato dei Fiori; 8. Pescheria); solucin para la piazza Dante, planimetra, estudio para los rascacielos de dicha plaza y comparacin con el Empire State Building. Figs. 1.078 y 1.079. Los rascacielos de la piazza Dante en construccin, y vista de la plaza.
mentos y elaboraciones que de l resultan, todos se refieren, desde ese momento en adelante, considerndolos como el plan regulador de Gnova. La comisin encargada de fallar el concurso (de la que forman parte, entre otros, Marcello Piacentini y el ingeniero Cesare Albertini, autor del plan regulador general de Miln) otorga el primer premio al proyecto del ingeniero A. Viale y del arquitecto G. Zappa, el segundo a los ingenieros C. Daneri y L. Ferrari y el tercero a los arquitectos E. Griffini y P. Bottoni y al ingeniero M. Pucci. Los diversos proyectos ofrecen respuestas bastante similares en lo sustancial, orientadas esencialmente a constituir una amplia y fluida continuidad viaria en sentido transversal y longitudinal -a costa de grandes derribos en el centro ms antiguo de la ciudad-, cualificando al mismo tiempo los nudos y vacos resultantes como polos de la organizacin terciaria urbana (fig. 1.072). En este sentido puede advertirse en el proyecto de Daneri y Ferrari, muy elogiado por el gran inters edificativo de las ordenaciones dispuestas, la previsin
de un rascacielos en la zona de Piccapietra, en el centro de un rea directiva, circundada de manzanas bastante densas con patio interior (fig. 1.073): quiz una especie de globosonda no casual, para tantear las reacciones oficiales de las altas esferas del rgimen, en respuesta a esas aspiraciones a una profunda mutacin del papel de la ciudad, en trminos de dinmica y de escala norteamericanas, que son comunes a la ideologa burguesa de los intereses capitalistas del tringulo industrial; se trata de una connotacin que volveremos a ver multiplicada en el plan ejecutivo, por ms que despus se vea destinada a no pasar del papel la. Tras las polmicas suscitadas por el Sindicato de arquitectos sobre la legitimidad
Vale la pena fijar la atencin sobre el tema del rascacielos, que aqu se nos presenta con atrevida elegancia, porque en Gnova, ms que en cualquier otra ciudad de Italia, las singul.arsimas condiciones de la edificacin local, adems de otras notas anlogas tradicionales, permiten que se examine este problema con elementos positivos de conveniencia. E. Fuselli: Il concorso per il piano regolatore della citt2 di Genova, en Architettura, febrero de 1932.
de los resultados del concurso, al ser autor del proycto triunfador el ingeniero Viale, que es tambin el jefe del departamento tcnico municipal, se redacta en pocos meses por el municipio un plan regulador ejecutivo oficial, que es aprobado en septiembre de 1932 (figs. 1.O74-l.O77). Llevando a cabo casi un compendio de las soluciones surgidas del concurso, el plan viene a confirmar el enlace Norte-Sur desde la piazza Corvetto al puerto, as como sus buenas tres travesas en sentido Este-Oeste (el tramo piazza CorvettoPiccapie tra-galera de la Acquasola-va S. Vincenzo, el tramo constituido por la paralela a la va S. Lorenzo desde piazza Cavour hasta la piazza Dante y por la galera subterrnea bajo la colina de Carignano, y finalmente la circunvalacin que da al mar). Se trata de una actuacin que afecta a un gran volumen de tejido edificado, como se pone de manifiesto, en particular, con la gran densidad que ofrecen las reas situadas a caballo de la directriz de las viejas murallas (viale IV Novembre, corso Podesth) y en la previsin de una paralela a la va S. Lorenzo, por ms que su posicin se haya determinado, segn se afirma, conforme al trazado de menor resistencia arqueolgica 135; el epicentro de las transformaciones urbanas es la piazza Dante -polo del siglo xx alternativo respecto del decimonnico constituido por la piazza De Ferrari-, caracterizada por la presencia de cuatro rascacielos estudiados por
13j La nueva calle har que resulte fcilmente accesible la zona monumental y valorizar las iglesias de S. Donato, S. Agostino, la Torre degli Enbriaci, SS. Cosimo e Damiano y S. Torpete; para no alterar el marco ambiental de la zona, el Plan regulador excluye las demoliciones en profundidad y, en consecuencia, la construccin de nuevos edificios en las mhgenes de la calle, y tan slo permitir la reconstruccin de las fachadas y la restauracin de las casas que se levantan a uno y otro lado [...] pero ciertamente el beneficio econmico de la nueva obra se extender ampliamente a las zonas adyacentes donde el incremento de los valores inmobiliarios promover toda una vasta operacin de saneamiento y restauracin de las viejas construcciones. E . Fuselli: Il piano regolatore di Genova, en cArchitettura, diciembre de 1932.
el arquitecto Morozzo della Rocca 136. Arrinconada la idea de la paralela a la va S. Lorenzo, la piazza Dante constituir en los aos siguientes la realizacin ms prestigiosa de las incluidas en el plan (figs. 1.O78-1.O79). En torno al plan regulador del 32, dentro y fuera de sus lmites, girarn los planes ejecutivos de detalle, los concursos y las propuestas de los aos sucesivos: para el rea de la Foce, para el centro histrico, para la zona de Piccapietra, para la expansin que sigue la directriz oriental. En 1934 se celebra un concurso para la ordenacin de uno de los puntos nodales de la zona, ya ampliamente urbanizada, situada en torno al Bisagno: la piazza della Foce. Otro concurso, algunos aos antes, haba llevado ya a definir la ordenacin de la piazza della Vittoria, frente a la estacin de Brignole, donde Piacentini haba realizado, en 1924, el arco monumental del mismo nombre; siendo ahora el mismo Piacentini quien recibe el encargo del proyecto, aunque el que redacta sufrir despus muchas modificaciones en la fase de ejecucin (figs. 1.080-1.083). Para el complejo de la Foce se otorga el primer premio al proyecto presentado por R. Morozzo della Rocca y B. Ferrati, y el segundo al grupo formado por C. Daneri y A. Bagnasco 137 (figuras 1.084-1.O87). Seguidamente es Daneri quien realiza el imponente complejo residencial-hotelero de la desembocadura del Bisagno, modificando las indicaciones del plan regulador en lo que respecta a una serie de edificios con terrazas, aportando una solucin ms gil y de mayor rendimiento econmico,
136 La presentacin grfica de esta ordenacin en las pginas de la revista Architettura de diciembre de 1932, nos ofrece los perfiles de los rascacielos de la piazza Dante junto a la sgona, a la misma escala, del Empire State Building, que en aquellos aos se encuentra en construccin. Es una comparacin muda, pero significativa en su ambigedad de lectura, que por un lado nos indica la diversidad de escala de las dos soluciones, y por el otro la coloca en el mismo plano, asimilndolas. l 3 I Cfr. Ma. Pa.: Concorso per la sistemazione della piazza della Foce a Genova, en Architettura, noviembre de 1934.
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Figs. 1.089-1.092. El plan de saneamiento del centro antiguo, de P. Barbieri (1937); un plan para Piccapietra (hacia 1935), el plan definitivo redactado en 1938 por el departamento tcnico municipal y vista de la ordenacin prevista.
con bloques separados y emparejados que emergen, por as decirlo, de plataformas formadas por los pisos bajos, destinados a tien(fig. 1.088). das y oficinas lJ8 En 1937 el arquitecto Barbieri pone a punto un proyecto para el centro antiguo, como propuesta a insertar en el mbito del plan regulador (fig. 1.089): inspirado, en algunos aspectos, en las teoras de Giovannoni, se propone el saneamiento higinico, la aclaracin ambiental, el alejamiento del trfico de paso y la facilitacin de la circulacin de penetracin, a la vez que una definicin de reas directivas y residenciales. Ello no quita
P. Nervi: La nuova piazza al mare alla foce di Genoua, en Architettura, julio de 1938.
para que al ao siguiente se presente una propuesta totalmente contradictoria con la anterior, para el trazado de una paralela a la va Garibaldi sobre la actual va della Maddalena. En 1938 vuelve a proponerse por el departamento tcnico municipal un plan particular, con el carcter de actuacin incluida en el mbito del plan del 32; para el rea de Piccapietra (figs. 1.090-1.O92), solicitada todava por poderosos intereses inmobiliarios, vuelve a actualizarse, ms o menos disfrazada, una antigua propuesta del ao 14, debida al ingeniero Gamba, el autor de la va XX Settembre y del puente monumental, para establecer un enlace subterrneo, bajo la explanada de la Acquasola, entre la estacin, la
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Figs. 1.093-1.095. La ordenacin del sector de Priaruggia, Sturla, Quarto y Quinto segn el proyecto presentado al concurso por el grupo Daneri, Ferrari, Morozzo della Rocca, Vietti, Viale y Zappa, y un ejemplo de tipologas para la zona de hotelitos; el plan regulador para la zona de Albaro redactado por el departamento tcnico municipal de Gnova en el 36.
piazza Corvetto y la piazza De Ferrari, con una malla viaria enriquecida con sistemas continuos porticados; las ilustraciones grficas que acompaan al proyecto nos indican, no obstante, la total adhesin de las soluciones propuestas a los criterios monumentalis tas ms caractersticos de los ltimos aos del rgimen, as como las elevadsimas densidades de edificacin que habran de resultar de su puesta en prctica. Para definir los criterios de la expansin urbana y para disciplinar sus actividades, se convoca en 1931 un concurso nacional de ideas en el que se requiere que los participantes proporcionen indicaciones para las reas que siguen la directriz oriental, en los sectores de las colinas que dan al mar, pertenecientes a los antiguos trminos municipales de Quarto, Quinto, Nervi y S. Ilario. Entre los diez proyectos presentados prevalece la solucin estudiada por el grupo de C. Daneri, L. Ferrari, R. Morozzo della Rocca, L. Vietti, A. Viale y G . Zappa, cuyos elementos caractersticos vienen constituidos por la concreta definicin de las infraestructuras (duplicacin de la Aurelia por la parte alta, dejando la va existente como espina dorsal de organizacin de la malla residencial; previsin de un ferrocarril metropolitano de trazado independiente, en parte subterrneo y en parte flanqueando la lnea frrea existente) y por una divisin en zonas de diversa edificabilidad (villas, hotelitos, ncleos, etc. ), disciplinadas por unas ordenanzas de la edificacin bastante articuladas (figs. 1.093-1.094). El concurso, sin embargo, no consigue plasmarse en un documento oficial: solamente en 1936, y de forma limitada a la zona de Albaro, en el tramo que va desde S. Nazaro a Boccadasse, se pone a punto, por una comisin formada por representantes de los sindicatos y de los organismos municipales y gubernativos, un plan particular que viene a sustituir al que todava se encontraba en vigor y que era de 1914 (fig. 1.095); este plan, en sustancia, confirma las lneas maestras del precedente, comprendida la arteria central, no realizada, que flanquea las calles existentes
de Albaro y Pisa, si bien reduciendo su anchura de 40 a 22-25 metros; y especifica con ms detalle los tipos edificativos y la normativa a aplicar (villas, hotelitos, palacetes, quintas, edificios colectivos de viviendas -a los que se permiten alturas hasta de 40 metros-, casas populares y edificios industriales) 13'. Siguiendo la pauta marcada por estos instrumentos, pues tos a punto tan dificultosamente, Gnova incrementa y hace ms denso su tejido edificado, sobre todo en el valle del Bisagno y hacia la colina de Albaro, sin que se produzcan transformaciones significativas de estructura. Aparte de algunos equipamientos colectivos, entre las mayores obras efectuadas en los veinte aos que consideramos hay que citar la galera entre la Zecca y la piazza Corvetto, construida entre el 22 y el 28, que enlaza ms directamente los dos extremos de la ciudad, y muy particularmente las dos estaciones; no se ejecuta, en cambio, un proyecto preparado para la construccin de un metropolitano, que es objeto de estudio en el 34. La potenciacin del puerto -siempre en el centro mismo de la vida genovesa- se efecta mediante la prolongacin del dique exterior entre el 20 y el 30, y sucesivamente con la construccin de nuevas drsenas (drsena Vittorio Emanuele, drsena Mussolini); en el puerto viejo se construye otro dique seco [bacino di carenaggio], y en 1930 entra en funcionamiento la nueva estacin martima 14"; e1 muelle viejo se dota de los equipamientos necesarios para el atraque de los nuevos trasatlnticos.
Las vicisitudes urbansticas de Venecia tras la primera guerra mundial han de considerarse
1 3 ~ Vase M. De Rege: Il nuovo piano regolatore e di ampliamento di Albavo, Genoua, en Urbank-
tica, enero-febrero de 1937. 140 Cfr. P. Ma.: Stazione Marittima Andrea Doria a Genova. Arch. Luigi Vietti, en Architettura, noviembre de 1933.
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Figs. 1.096-1.OW. La zona industrial de Venecia-Mestre: planimetra del barrio obrero-jardn de Marghera, vista de Marghera sobre el teln de fondo de la laguna, y plan regulador de Mestre redactado por el departamento tcnico municipal de Venecia.
en el marco ms amplio del excepcional territorio que circunda la ciudad, con su laguna, las islas y la tierra firme. Y sin embargo, los procesos de urbanizacin, basados en intervenciones productivas sectoriales y en planes urbansticos no ligados a programas financieros y econmicos, acentan la diferencia fsico-funcional que separa a Venecia de su periferia y preparan as futuros desequilibrios, llevando al establecimiento de dos rbitas en posicin, con la marginacin y la lenta decadencia, en este caso, de las extraordinarias preexistencias del centro histrico: fenmeno respecto del cual resultan marginales incluso los programas destinados a fomentar el papel cultural activo de la ciudad (como es el caso de la institucin en el 32 de la mostra del
Cine) y a renovar su funcin econmica (apertura del Casino en el 36), dos iniciativas que llevan, entre el 20 y el 40, a la urbanizacin del Lido. La Sociedad del puerto industrial de Venecia, que se constituye inmediatamente despus de la guerra por iniciativa de poderosos grupos industriales y financieros venecianos, consigue que se le otorgue la concesin de las obras del puerto, a realizar conforme a un plan que prev la apertura de un canal entre Marghera y Venecia (canal Vittorio Emanuele, inaugurado el 22)) la construccin de una vasta zona industrial y la realizacin de barrios residenciales para la mano de obra (figura 1.096). Las industrias que van a instalarse en la tierra firme parecen crear una
alternativa respecto de las presiones ejercidas sobre la ciudad lagunar. En el 26 la nueva realidad territorial resulta sancionada por la absorcin por parte de Venecia de los trminos municipales de Mestre, Favaro, Zelarino y Chirignago. Al ao siguiente se redacta un plan urbanstico para la zona de Marghera en el que se prev la creacin de una ciudad-jardn para 3 O .O00 habitantes destinada a los trabajadores de la nueva zona industrial (figs. 1.097-1.O98): de hecho, a pesar del nombre, un vasto barrio obrero, separado del centro de Mestre por la presencia del ferrocarril y planeado conforme a un esquema radiocntrico y sobre un eje arbolado, pero sin una cualificacin funcional ni una correlacin morfolgica precisa con la edificacin. El desarrollo de Marghera y la generalizacin del transporte sobre neumticos llevan en 1932 a la realizacin del puente que constituye la autopista translagunar segn proyecto elaborado entre el 28 y el 30, que prev el trazado de la nueva infraestructura en paralelo con el ferrocarril. Al igual que haba sucedido con ocasin de la apertura de la lnea frrea, el puente no deja de solicitar adecuaciones internas de la antigua estructura de Venecia, lo que determina la construccin en el 33 de la estacin-garaje de automviles [autorimessa], seguida algunos aos despus por la reconstruccin de la estacin ferroviaria 141, la apertura del Rio Nuovo y el ensanche del Rio Ca'Foscari; en cambio, en contra da las esperanzas de los administradores venecianos, se acentan los intereses que tienden hacia la tierra firme. El fuerte desarrollo experimentado por Mestre lleva ya, alrededor de 1930, a la saturacin del primer distrito industrial, lo que induce a la administracin a convocar un concurso nacional para la ordenacin conjunta del rea de Mestre y Marghera. El material presentado al concurso, que se cierra el ao 34, previa141 Cfr. U. Nebbia: Autorimessa a Venezia, en Casabella, noviembre de 1934; M. Paniconi: Concorso per la nuova stazione di Venezia, en Architettura, noviembre de 1935.
mente reelaborado por el departamento tcnico municipal (fig. 1.099)) sirve para la redaccin de un anteproyecto de plan para el saneamiento y ampliacin del ncleo edificado de Mestre, caracterizndose por la previsin de un crecimiento compacto hacia la laguna y el puertecito de S. Giuliano. En 1939 se elabora un plan de saneamiento para la ciudad histrica, tras los estudios eectuados por el higienista Raff aele Vivanti y la promulgacin de la ley de 21 de agosto del 37 sobre salvaguardia del carcter lagunar y monumental de Venecia. El plan considera una serie de mejoras de la vialidad peatonal, nuevas soluciones para la vialidad acutica con la reapertura de canales ya existentes y la bsqueda de nuevas reas residenciales para atenuar los altos ndices de hacinamiento de la poblacin (zonas Cannaregio y S. Marta, creacin de bolsas) 142.
El segundo y el tercer decenio del siglo xx marcan una acusada evolucin de la vida econmica y social de la ciudad. Se apagan los ecos culturales ms vivos de la generacin de los primeros aos del siglo, animados por los nombres de Oriani, Carducci, Panzacchi y Pascoli, y se atenan los caracteres ligados al servicio y beneficio de una economa preponderantemente agraria, con la proliferacin
142 Sobre Venecia, vanse los artculos publicados por D. Torres en la revista Urbanistica entre los aos 38 y 40: La legge per Venezia del 21 agosto 1937, n. 1901, enero-febrero de 1938; 11 problema urbanistico di Venezia quindici anni fa, noviembrediciembre de 1939; 11 problema urbanistico di Venezia. Organizzazione gerrchica delle comunicazioni, enero-febrero de 1940; 11 problema urbanistico di Venezia. Le iree costruibili di Venezia e dintorni, marzo-abril de 1940; 11 problema urbanjstico di Venezia. Lo sviluppo della citt in terraferma, julioagosto de 1940; 11 problema urbanistico di Venezia. La sistemazione urgente de la viabilitd interna e pella delle piu importanti zone dell' antica citti, noviembre-diciembre de 1940. Nos remitimos, adems, al nmero monogrfico de la revista Urbanistica de enero de 1968, nm. 52.
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inconexa de las manufacturas perifricas. Esta imagen del pasado -si no esta realidad- es sustituida despus bruscamente por la de la Bolonia littoria, con la transicin, al da siguiente a la primera guerra mundial, desde el socialismo maximalista al fascismo, que encuentra aqu uno de sus modelos ms tpicos de apropiacin poltica de la organizacin urbana mediante la articulacin de los fascios de distrito que controlan, desde su posicin estratgica, las reas ms infectas de la ciudad, bajo el mando del federale Arpinati y de la sede del partido, situada en la va Manzoni. Incluso el repertorio iconogrfico tiende a reinterpretar las jerarquas y los signos institucio'nales del pasado, hasta el punto de que las dos torres de la piazza Ravegnana se cargan, en la publicstica del rgimen, de una nueva agresividad fascista. En la estructura y en la forma de la ciudad no se manifiestan, sin embargo, alteraciones decisivas: a la modestia de las iniciativas de edificacin programadas (de las que puede ser un ejemplo la ciudad-jardn de la sociedad cooperativa ((11 Littorale; figs. l . 1001.101) y al habitual empeo que el rgimen pone en la realizacin de algunos equipamientos de prestigio (el estadio, la Universidad) 143, corresponden, por otro lado, la prdida gradual o el desplazamiento de las funciones ms singulares ,(el empleo de prticos, las tiendas
143 G. Vaccaro: Edificio per la Facolta di Ingegneria all'Uniuersitd di Bologna, en Architettura, marzo de 1936.
y almacenes, los mercados populares) y el hecho de que se completen las directrices planteadas en el XIX (la circunvalacin alrededor de las murallas, los trazados interiores). Es bien significativo, en cambio, que una de las primeras iniciativas proclamada a los cuatro vientos a nivel nacional, a travs de la convocatoria de un concurso, sea la de la edificacin de una nueva fachada para la iglesia de S. Petronio, ejercitacin totalmente inactual que luego no pasa de las pginas de las revistas de arquitectura 144;y que se proceda, incluso antes de comenzar a elaborar el nuevo plan regulador, a la ordenacin de la va Roma, un legado del plan de 1889 que requiere una nueva definicin. El concurso que tiene por objeto la ordenacin de la embocadura de la va Roma frente a la piazza Malpighi y la remodelacin de las reas adyacentes es convocado por el podestd de Bolonia en noviembre de 1936 y se resuelve en el mes de marzo del ao siguiente (figs. 1.102-1.lO6). La situacin que los concursantes tienen que organizar y transformar -para crear, conforme a las premisas establecidas en las condiciones del concurso, un nudo monumental y funcional al final de la va Ugo Bassi- se ha visto comprometida, en parte, como consecuencia de la construccin reciente del edificio del Gas, con su inld4 Cfr. M. Piacentini: 11 concorso nazionale per la facciata di S. Petronio a Bologna, en Archi+ettllra, julio de 1935.
Figs. 1.102-1.107 (en la pgina opuesta). El concurso para la ordenacin de la va Roma: situacin del rea; propuesta del grupo Pini-Susini-Vitellozi-Rabbi, planimetra y vista de la torre separa-trfico situada entre la va S. Felice y la va del Pratello; grupo Bertocchi-Bottoni-Giordani-Legnani-Pucci-Ramponi, planimetra y (abajo) perspectiva axonomtrica; abajo, a la izquierda, la reconstruccin de la zona en la posguerra. Figs. 1.108-1.114. Planta de las variantes y adiciones efectuadas en el plan de 1889; el concurso para la redaccin del plan regulador de Bolonia, 1939: planimetra general, planta y vista del barrio del Sudoeste en el proyecto presentado por el grupo Marconi; planta y vista de los barrios de Levante en el proyecto del grupo Calza Bini-Della Rocca-Guidi-Lenti-Sterbini-Zella Milillo.
congruente fachada cncava ld5. De los tres proyectos premiados ex-aequo por el jurado (del que tambin forma parte Piacentini), el primero, obra de los arquitectos Pini, Susini y Vitellozzi y del ingeniero Rabbi, traduce las ingentes demoliciones previstas en un tridente viario potenciado, en abierta simetra con el nudo opuesto de porta Revegnana, acentuada por la torre separa-trfico que se alza entre la va S. Felice y la va del Pratello; a un principio similar responde el proyecto del arquitecto Degli Innocenti, que liberando el tejido adyacente mediante ensanches y demoliciones, deja intacta, en cambio, la cua edificada situada entre la va del Pratello y la va S. Felice, situando una torre littoria)) en el lado norte de esta ltima; B'ertocchi, Bottoni, Giordani, Legnani, Pucci y Ramponi, autores del tercer proyecto, parten de un anlisis exhaustivo de la consistencia edificativa y social del rea, para proponer, no obstante, una intervencin de sustitucin radical que, en parte, interpreta y reconstituye morfolgicamente el tejido antiguo por manzana y, en parte, lo renueva, concentrando las residenCias n el lado oriental de la va Roma en tres bloques de muchas plantas, de 60 metros de altura. Como resulta evidente, aparte de toda consideracin cualitativa, las tres soluciones aparecen viciadas por la forzada autonoma (tanto funcional como morfolgicoespacial) que deriva de la falta de un cuadro de previsiones, aunque no sean ms que orientativas, a escala urbana. A partir de tales deficiencias -mientras se aplaza toda decisin sobre la ordenacin de la va Roma, que despus, en 1940, desemboca en una proposicin de compromiso que constituir una incmoda herencia para las administraciones del perodo posterior a la guerra- surge la exigencia de dar curso a la redaccin de un plan regulador ' 4 1 general .
ld5 M. Paniconi: Palazzo del Gas a Bologna. Arch. A. Legnani e Ing. L. Petvucci, en Architettura,
Tambin en este caso recurre la administracin municipal a la va del concurso pblico, que se convoca en enero de 1938: dentro del genrico marco informativo del estado de hecho que se comunica a los concursantes destaca la previsin de un incremento demogrfico, para los treinta aos de validez del plan, comprendido entre 150.O00 y 200.000 habitantes. La comisin designada para fallar el concurso, de la que forman parte el arquitecto Piacentini y el ingeniero Chiodi, examina los nueve proyectos presentados (figuras 1.108-1.114) y concede el primer premio al del grupo integrado por A. M. Degli Innocenti, D. Filippone, G. Riccardi, C. Vannoni, M. Zocca y, como cabeza de grupo, el arquitecto P. Marconi. El plan del grupo Marconi viene a resumir, aplicndola a un centro de notables dimensiones, una praxis de ordenacin tecnicista del crecimiento y de las transformaciones urbanas, interpretadas y garantizadas por una adhesin a las tendencias espontneas ya evidenciadas, confiadas a una malla de parcelacin tendente en cualquier caso a asegurar la inmediata practicabilidad del plan; al acrtico y satisfecho empirismo de las soluciones propuestas para el planeamiento fsico, afrontadas por sectores (liberacin de los monumentos, vialidad, barrios, etc.), corresponde un agnosticismo de fondo respecto de las necesidades colectivas y de la consideracin de los factores de la dinmica del desarrollo. Por lo que hace a la vialidad principal el plan establece una separacin del trfico pesado respecto del ligero y veloz, canalizando el primero hacia una va perifrica para camiones que discurre por la parte interior del trazado ferroviario, derivada de la Emilia a la altura de Borgo Panigale, volviendo a confluir con ella en S. Lazzaro, y destinando al segundo dos arterias de penetracin internas, aprovechando tramos preexistentes, situadas al norte y al sur de la directriz va Rizzoli-va Bassi. El ensanche se contiene al norte por la va
de 1937; y tambin P. Carbonara: Concorso per un pvogetto di sistemazione della nuova va Roma a Bologna, en Architettura, noviembre de 1937.
enero de 1937. 146 Vase A. Melis: 11 concorso pev un progetto di sistemazione della nuova va Roma e della zona adiacente a Bologna, en Urbanistica, julio-agosto
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perifrica destinada a los vehculos pesados, y se desarrolla en direccin sudeste y sudoeste, previndose la creacin de dos grandes reas residenciales: el barrio del sector occidental aparece organizado sobre una cuadrcula con injertos de sabor ligeramente romntico, atravesada por un sistema de cardo y decumano sobre el que se asienta una zona edificada adaptada a un ritmo de grandes bloques, sobre el teln de fondo del santuario de S. Luca; en el arco oriental surgir un barrio de peso equivalente pero de carcter ms popular. Para las reas centrales se indican demoliciones y aclaraciones fundamentadas en exigencias higinicas, de trfico y de valoracin de los monumentos (palazo Bentivoglio, iglesia de San Pablo, baslica de San Esteban). Ms problemticas y menos convencionales son las soluciones propuestas por los grupos clasificados en el segundo y el tercer puesto (G. Calza Bini, A. Della Rocca, 1. Guidi, E. Lenti, G. Sterbini, P. Zella Milillo; y V. Civico, L. Dodi, D. Ortensi, C. Perelli, G . Rabbi, G . Sacchi, C. Tornelli), en el caso del primero de ellos, aparte de otros motivos, por su aventurada propuesta de favorecer la futura edificacin conforme a una ptica de descentramiento por comunidades perifricas, caracterizado por episodios edificativos controlados por un diseo que adopta los ndulos compositivos del racionalismo internacional; y en el caso del segundo de dichos grupos, en cambio, por la contencin y comedimiento de las intervenciones previstas, tanto en el centro histrico como en las zonas de expansin. Un plan bastante equilibrado, redactado conforme a un planteamiento actualizado que parece remitirse al conocimiento de los principios rectores de la Carta de Atenas -en la solucin dada al crecimiento urbano, por ncleos autnomos tendencialmen te identificados por cuas de zonas libres-, es el elaborado por el grupo clasificado en cuarto lugar (P. Bottoni, G . L. Giordani, A. Legnani, M. Pucci) 147.
14' Cfr. A. Melis: Concorso per il progetto di massima .del piano regolatore di Bologna, en Ur-
Tras la conclusin del concurso, se invita a los representantes de los grupos premiados a contribuir a la redaccin del plan particularizado definitivo estudiado por la administracin municipal, con la asesora general a cargo del arquitecto Marconi. En relacin con este cometido, Marconi presentar ms tarde un proyecto propio de reestructuracin del rea de la plaza de la estacin '48.
En la posguerra la frgil economa de Florencia sufre una crisis en los sectores tradicionales del artesanado y en sus escasas industrias, que, como la Galileo, han disfrutado durante breve tiempo el estmulo producido por los pedidos blicos. Los movimientos de ocupacin de fbricas en el 20 y los desrdenes del 21 debidos al asesinato del secretario del partido comunista Spartaco Lavagnini por parte de los fascistas, son expresin de las exasperadas tensiones de estos aos que tan slo la consolidacin del nuevo rgimen conseguir sofocar. En el perodo fascista Florencia consolida sus funciones de ciudad de burguesa media, artesanal y de servicios, a cuyas caractersticas corresponde un cierto tipo de cultura provinciana -aunque a veces sofisticada-, expresada en la bohemia florentina de las Giubbe Rosse [casacas rojas], por la presencia de un literato como De Robertis y por la actividad de importantes casas editoras como la Vallecchi y la Sansoni, esta ltima controlada por Giovanni Gentile, filsofo y ministro de Educacin Nacional. El impgilso dado al turismo con la institucin del Mayo musical florentino a partir de 1930 se explica fcilmente en el marco de una valorizacin de la funcin cultural de la ciudad que acredita el mito de un liderazgo intelectual, que solamenbanlstica, enero-febrero de 1940; G. Roisecco: Concorso per progetto di m2ssima del piano regolatore di Bologna, en ~Architettura~, abril de 1941. 148 Progetto di sistemazione per la piazza della stazione a Bologna. Arch. Plinio Marconi, en Architettura, mayo de 1943.
Figs. 1.115-1.122. El plan regulador de Florencia de 1915-24: planimetra del barrio industrial de Rifredi
y una vista del aspecto futuro de la zona industrial; el concurso para la nueva estacin: los proyectos de B. Ferrati y de G. SamonA; el proyecto del grupo Toscano, vista desde arriba y vista del interior y el exterior
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te tiene un puesto real en la coreografa del municipalismo nacional fascista, al margen de las actitudes enfticas y retricas ms rimbombantes en auge ahora en Italia. En este clima se sita la poltica urbana de los aos del fascismo, conforme a una doble lnea de accin: de un lado, la promocin de los intereses inmobiliarios, del otro la realizacin de espectaculares complejos de equipamien tos representativos y funcionales. El primero de tales objetivos aparece perfectamente garantizado por el plan regulador compilado en 191.5 por el departamento de vas pblicas del municipio bajo la supervisin de un ingeniero especializado en acueductos, y aprobado en 1924 (fig. 1.115): si el plan Poggi poda ser definido como plan de ampliacin, el nuevo instrumento en vigor puede ser descrito como plan de relleno, al determinar la ocupacin total del espacio comprendido entre la ciudad antigua y las colinas ms prximas (entre otras cosas, prev la parcelacin incluso del Campo di Marte, la nica rea libre que ha conseguido establecer la ciudad en su expansin). Mallas ms tupidas hacia la zona de Gavinana, un poco ms anchas hacia Legnaia y todava ms anchas hacia Rifredi: los problemas se reducen a una cuestin de dimensiones, pero no de estructura. Faltan por completo una lectura y una visin con perspectiva de futuro, es decir, capaces de crear las premisas necesarias de una nueva estructura de soporte y de establecer una relacin clara entre la ciudad y su territorio. La falta de seleccin con vistas a la expansin o, al menos, de ejes viarios que puedan constituir directrices espaciales preferenciales, incrementan sin alternativas posibles la gravitacin de las nuevas aglomeraciones sobre el sistema anular de los viales. Incluso las soluciones ms interesantes adoptadas para la ordenacin ferroviaria (supresin de la lnea FlorenciaPisa en el tramo interior al barrio de S. Jacopino, y del ramal Florencia-Roma desde S. Salvi a la va Vittorio Emanuele) no pasan de ser simples expedientes para ganar amplias reas para la expansin indiferenciada de la malla residencial. Por otra parte, en el curso
de la actuacin del plan se renuncia a utilizar, precisamente, su parte ms positiva, o sea, la facultad de expropiacin concedida al ente pblico en la redaccin de los planes particularizados. Tan slo una zona de la ciudad muestra las huellas de una intervencin planificada de iniciativa pblica: se trata de un rea con destino residencial-industrial en Rifredi, realizada a travs de expropiaciones, sobre la base de un plan particular redactado en 1916 (figs. 1.116-1.117)) sumario en la planta pero correcto en cuanto a las dimensiones de los servicios, y justamente orientado respecto de la directriz de expansin natural de la ciudad hacia el Oeste. El plan del 24, a pesar de que alrededor del 34 se promueven algunos estudios sobre ' 4 1 permanecer en vigor casi hasel tema , ta 1960, guiando la expansin exterior de la ciudad. Pero los aos del fascismo no pasan sin dejar la huella de una actuacin gravosa sobre las estructuras antiguas, con la operacin de saneamiento del barrio de Santa Croce, no prevista por el plan del 24. Anticipado ya por una propuesta del arquitecto Fagnoni de 1928, de inspiracin vagamente giovannoniana, y fundamentado oficialmente en razones higinicas, el plan de saneamiento en cuestin nace como consecuencia del habitual favorecimiento de los intereses inmobiliarios y de una confusa voluntad de modernizacin de las estructuras urbanas, a travs de un proyecto del departamento tcnico municipal redactado el ao 36, que prev, para cuando se concluyan las obras, la remodelacin integral de las manzanas sobre la misma malla viaria ampliada (figs. 1.1231.125). A diferencia de lo que ocurre con o tras intervenciones coetneas sobre centros histricos, que por regla general incluyen la creacin de ncleos de edificios pblicos y representativos, en este caso no se prev ms que una compacta utilizacin del suelo, excepcin hecha del modesto vaco de la piazza Ghiberti. Incluso el resultado concreto de la operacin es incierto y parcial,
149 Vanse los estudios Peu la Firenze futura, Florencia, 1934.
Figs. 1.123-1. W . Las estadsticas de mortalidad del municipio de Florencia; el proyecto Fagnoni para el saneamiento de Santa Croce (1928-30) y el proyecto del departamento tcnico municipal; la casa del Fascio Dante Rossi, una de las primeras construcciones realizadas tras las demoliciones; el gran vaco creado donde se inicia la va Pietrapiana, en la posguerra.
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dado que el plan termina por demostrar su falta de motiva.cin respecto de las mismas capacidades efectivas que, en aquel momento, ofrecen los intereses inmobiliarios: tan slo algunos de los solares liberados por la operacin de saneamiento llegan a completarse, desde el punto de vista edificativo, durante el perodo de veinte aos que consideramos; los dems huecos abiertos por el pico y la pala solamente se rellenarn bien avanzada la posguerra, con la entrada en juego de una serie de equipamientos terciariosO'' (figuras 1.126-1.127). Entre las realizaciones notables en el sector de las obras pblicas hay que recordar, en primer trmino, la construccin, casi contempornea, del Estadio Berta ''' -importante por las pioneras soluciones tcnico-estructurales empleadas por Pier Luigi Nervi- y de la estacin de Santa Mara Novella, que constituye una de las afirmaciones ms afortunadas de la arquitectura moderna en Italia durante el perodo fascista y, desde luego, la primera en una obra pblica de estas dimensiones. La construccin de la estacin es uno de los pocos acontecimientos locales que alcanzan en estos aos relieve a nivel nacional, insertndose en el cuadro general como un momento spero de choque entre los defensores de la nueva arquitectura funcional y los partidarios de las exigencias monumentales y representativas: en el concurso nacional del 33, fallado por una comisin heterognea, prevalece el criterio de Piacentini sobre la pertinaz oposicin de Ojetti, otorgndose la victoria al proyecto ms feliz de los presentados (figs. 1.118-1.122), casi inmune a todo residuo academicista, elaborado por el grupo encabezado por Michelucci '*.
150 R. Fagnoni: La sistemazione edilizia a scopo di visanamento della zona di S. Croce a Firenze, en Urbanlstica, mayo-junio de 1936; e 1. Insolera: LJinsegnamento delle citti: gli sventramenti a Firenze, en Comunitb, octubre de 1962. lS1 Cfr. G. Michelucci: Lo stadio Giovanni Berta in Firenze delling. Pier Luigi Nervi, en {(Architettura, marzo de 1932. 1 concorso per la stazione di Firenze, en Cfr. 1 Architettura, abril de 1933; R. Pacini: La stazione
Entre las dems obras realizadas s e c u n darias en relacin con las reprimidas problemticas sociales y con respecto al mismo planeamiento urbanstico de la ciudad, pero que nos indican adecuadamente el clima cultural de la poca- pueden citarse la sede de la Escuela de guerra area en las Cascine, de R. Fagnoni, y la casa de la GIL, en la piazza Beccaria: dos edificios que, con las ocupaciones de espacios libres o zonas verdes que comportan, demuestran una vez ms la incapacidad de salir de la lgica de utilizacin de las estructuras ya existentes, erosionndolas y empobrecindolas '53. A lo largo de todo este perodo cobran forma, a partir de una expansin sin vigor, 10s nuevos barrios del Romito, de piazza Vieusseux, de Cure, del Campo di Marte, de Gavinana. Es escasa la evolucin del sector productivo e industrial: las pocas empresas diseminadas en el interior de la ciudad y en sus mrgenes, y los mismos ncleos mayores (Pignone, Rifredi), no bastan todava para modificar la fisonoma de conjunto de una ciudad de servicios y de residencia -que encuentra la justificacin econmica de su crecimiento en los mecanismos de la renta inmobiliaria-, ni para hacer mella en el compacto mundo rural que la circunda '54.
di Firenze di Santa Maria Novella, ibid., abril de 1936. Una puntual reconstruccin del concurso puede verse en L. De Luigi: La stazione di Firenze, en La Casa, nmero 6, sea., con amplia bibliografa. 153 Para otras realizaciones, vanse: S. M.: Concorso per la nuova sede della Mostra mercato dell'artigianato di Firenze, en Architettura, enero de 1939; y La sede della Mostra mercato dellJartigianato a Firenze. Architetti Sirio Pastovini y Mario Pellegrini, ibid., septiembre de 1940. l" Para las vicisitudes urbansticas de Florencia en el perodo fascista, vanse: Varios autores: Firenze: sviluppo e problemi urbanistici, en Urbanm. 12, 1953; E. Detti: Firenze scomparsa, nistica~, Florencia, 1970; G. Fanelli: Firenze, architettura e citti, Florencia, 1973. Para una descripcin general del perodo, vase, zdems, la reciente obra de M. Palla: Firenze nel regime fascista (1927-1734), Florencia, 1978.
Por ms que la cuestin de Npoles sea oficialmente una de las preocupaciones dominantes de las altas jerarquas del rgimen, la consolidacin del fascismo no logra poner orden en la compleja situacin de la ciudad, ni tampoco da lugar a una renovacin de las clases dirigentes locales. Tras la destitucin del ltimo alcalde elegido, Raff aele Argiulli, que al menos haba luchado por hacer frente al problema alimentario y de la vivienda de las clases pobres en la primera posguerra, la designacin del duque de Bovino como podestd de Npoles, al que ayudan en el ejercicio de su cargo otros dos patricios, Niutta y Maresca di Serracapriola, viene a poner de relieve, con palmaria evidencia, la conciliacin que se ha producido entre la revolucin fascista y los viejos notables locales. Es fiel espejo de una continuidad de actitudes del pasado humbertino y borbnico la misma presencia en Npoles del prncipe heredero y de la princesa Mara Jos de Brabante. El aislamiento de los antifascistas liberales y crocianos [Benedetto Croce, que se neg a colaborar con el fascismo y redact el Manifiesto de los intelectuales antifascistas] , y de algunas fuerzas vivas de la cultura napolitana, deja a las clases dirigentes y a las masas populares sin otras posibilidades de mediacin que el paternalismo, la corrupcin y el gregarismo de partido. La aversin a los programas a largo plazo impuestos por planes reguladores con fuerza de ley es el tema que caracteriza la poltica urbanstica napolitana durante los aos del fascismo. Los intereses creados, el gobierno en la sombra y la inercia administrativa y burocrtica son factores que hacen vanos los esfuerzos -probablemente poco convencidos y, desde luego, estudiados con escasa profundidad desde el punto de vista tcnico- que se producen en esta direccin: se prefiere suplir la falta de una perspectiva unitaria de desarrollo con planes particulares autnomos y con la puesta en prctica de un ingente programa de obras
pblicas de ampliaciones urbanas, reestructuraciones internas y construccin de nuevos equipamientos pblicos. Esta poltica extempornea, fundada en gran parte en una serie de arquitecturas y realizaciones de prestigio -pero distante de los problemas ms graves de eficiencia de la ciudad e incapaz de elevar los niveles mnimos de vida de la poblacin-, resulta en cambio muy provechosa para el rgimen, para los notables locales y para los intereses que giran en torno a la renta inmobiliaria. Al gasto necesario para favorecer los ms elementales consumos urbanos de las masas se antepone cuanto afecta al papel que se supone corresponde a una ciudad que es puente entre Italia y los dominios africanos, papel ratificado por su puerto de funcin colonial y por el imponente programa de la Mostra d'oltremare [Exposicin de Ultramar]. Tampoco puede sorprendernos, en fin, que el plan que por ltimo se aprueba en vsperas de la guerra constituya un instrumento en gran medida permisivo y discrecional, que queda despojado de verdadero contenido por la flexibilidad oportunista de sus disposiciones normativas. En 1918 se ampla el territorio administrativo de Npoles con la anexin de algunas reas hasta entonces pertenecientes a los trminos municipales de Barra, S. Giovanni a Teduccio y Ponticelli. Pero la propuesta, al afio siguiente, de adoptar nuevamente el plan regulador redactado el ao 14 por el ingeniero De Simone cae en el vaco, a pesar del parecer positivo emitido por una comisin constituida al efecto en el seno del Colegio de ingenieros y arquitectos de Npoles. Entre tanto la expansin de la edificacin se reanuda siguiendo las lneas de tendencia naturales, con una acentuada presin hacia las zonas occidentales hacia las que se orienta la demanda de las clases pudientes y de la burguesa media. Mientras, en abril del 25, se abre la galera de la piazza Sannazzaro, por cuenta de la Societh Laziale, concesionaria del nuevo barrio de Fuorigrotta. Ante este precario estado de cosas, carac-
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Figs. 1.128-1.132. La tercera zona de saneamiento del rione Carita, planimetra, vista de la piazza Carita con el nuevo edificio delle Assicurazioni [Seguros]; el edificio de Correos y Telgrafos; plan de actuacin de la sociedad constructora Laziale en Fuorigrotta, y vista de las demoliciones efectuadas en la piazza Leopardi hacia finales de los aos treinta.
Figs. 1.133-1.137. La expansin de Npoles hacia el Este: vista del viale Agusto en el rione Flegreo, vista de la Mostra d'oltremare, la piazza deil'Impero; el plan regulador para las reas comprendidas entre Fuorigrotta y Bagnoli, parte Nordeste y parte Sudoeste.
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terizado por la inercia de la gestin y por la proliferacin de iniciativas pblicas y privadas sin marco alguno de referencia, el gobierno fascista, mediante una ley especial de agosto de 1925, crea un Alto Comisariado para Npoles, con la misin de coordinar la realizacin de las obras pblicas ejecutadas por el Estado, favorecer el descentramiento y ordenar el sistema de vialidad. Para desempear este puesto se designa a Michele Castelli, administrador capaz, procedente de las filas giolittianas, que durante un decenio condicionar la vida econmica y administrativa de la ciudad, dando lugar a una serie de iniciativas dispares de las que nos puede informar el balance definitivo de gastos correspondien te al perodo 1924-34 155. Castelli, de todos modos, no se apresta con el mismo entusiasmo a definir un instrumento urbans tic0 actualizado, que quiz considera demasiado embarazoso para el libre juego de su propia autonoma administrativa; de hecho, el informeprograma presentado el ao 26 por una comisin de estudio presidida por Gustavo Giovannoni y constituida con la misin de poner a punto los criterios informadores para la redaccin de un nuevo plan regulador general, no da lugar a ningn resultado concreto. Por el contrario, a partir de esta fecha se multiplican las iniciativas sobre problemas y sectores especficos. En primer lugar, ajustndose al procedimiento habitual en estos aos (seguido ya en los casos de Roma, Miln y Gnova), entre el 26 y el 36 se aprueban planes particulares para ordenaciones parciales de barrios, que se ejecutan seguidamente, en todo o en parte (rione Sannazzaro-Posillipo del 26, rione Arenella del 26, rione S. Lucia-monte Echia-Pizzofalcone del 28, rione Amedeo-Piedigrotta, redactado el 29 para la zona de la nueva estacin de Margellina); otras obras realizadas
155 Treinta y cuatro millones para edificios militares, cuatro cuarteles y el arsenal, 10 millones en obras de restauracin (teatro S. Carlo, Museo Nazionale, Museo della Floridiana), siete millones para el alcantarillado, dos millones y medio para restauracin y ampliacin de edificios escolares ya existentes.
en estos aos afectan precisamente a las reas de expansin, hacia el Oeste, en torno al Vomero (va Aniello Falcone, va Gigante, va B. Caracciolo, etc.), y hacia el Este (la va Ferraris, como enlace del centro con la autopista Npoles-Pompeya, abierta alrededor del ao 30; la prolongacin del corso Meridionale, al norte de la estacin). Hacia Fuorigrotta se consolidan las zonas edificadas ( figs. 1.1311.132)) en dependencia respecto del polo industrial de la Ilva, aunque con. intervencin tambin del Isti~uto case popolari (rione Miraglia, de 193d). Tambin es considerable el catlogo de las obras realizadas sobre estructuras existentes y para la ejecucin de nuevos equipamientos, financiadas y efectuadas por el Estado o por la administracin municipal, entre el 26 y finales de los aos treinta. El puerto es ampliado con las nuevas instalaciones efectuadas en el sector comercial y de pasajeros, y con el desarrollo del sector industrial, reestructurndose por completo la amplia franja que forma el frente de la ciudad, no sin intervenciones sobre el tejido adyacente; en el 33 tiene lugar la adjudicacin por concurso de las obras de la nueva estacin martima (molo angioino), que hace tabla rasa de las instalaciones preexis tentes, situndose como elemento terminal, dando al mar, de la decimonnica piazza del Municipio: el autor del complejo, inaugurado en 1936, es el acadmico Cesate Bazzani, que obtiene el encargo de proyecto previa anulacin del resultado de un concurso celebrado con anterioridad lS6. Al norte del Municipio y al este de la va Roma se acta en profundidad sobre el tejido edificado mediante la operacin de bonifica [saneamiento] del rione [barrio] Carita, conforme al plan elaborado por el ingeniero Sarnelli (figs. 1.128-1.130): los ampiios vanos libres abiertos con el nuevo trazado viario (va Diaz, que viene a completar, hasta la va Roma, el ramal superior del bidente que se separa del trazado rectilneo en la piazza
156 N. de R.: Concorso per la nuova stazione marittima per passeggeri a Napoli, en Architettura, nov.iembre de 1934.
Bovio-va Battisti) tienen su correspondencia en la marcada densificacin de las manzanas con la construccin de los edificios de la Provincia, del Instituto fascista de Previsin Social y de Correos y Telgrafos (un bloque moderno, del que es autor el arquitecto Vaccaro), que acentan la centralizacin de los servicios de utilidad pblica ' '. Para facilitar la circulacin entre la riviera de Chiaia y el puerto, se construye el tnel de la Vittoria bajo el promontorio de S. Lucia, que entre tanto ha sido rectificado y rellenado hasta el mar, construyndose en l nuevos edificios de patio cerrado que ocultan visualmente al antiguo pueblecito de pescadores de Pallonetto. Completan esta serie de obras la construccin del estadio Ascarelli y de la piscina XVIII Ottobre, de los mercados agrcola, del pescado y de ganado, y el inicio de las obras del hospital del Scudillo, que dar origen a la organizacin de una zona hospitalaria ms amplia al norte de la ciudad; conviene recordar aqu, en fin, la organizacin de la Mostra d'oltremare, entre Fuorigrotta y Agnano e l e m e n t o cualificante de la nueva Npoles que se va proyectando hacia el sudeste del centro antiguo (figs. 1.133-l.l37)-, concebida para celebrar los fastos imperiales del rgimen, como Trienal de las realizaciones coloniales, papel que tan slo puede desempear durante tres meses, a causa del estallido de la guerra lS8. En 1934 se encomiendan los estudios para la redaccin de un nuevo plan regulador a una con~isinnombrada por la administracin sobre base corporativa (forman parte de ella representantes de la Unin fascista de industriales, del Sindicato de ingenieros, del Sindicato de transportes y de la Fondazione politecnica per il Mezzogiorno d91talia); los trabajos de la comisin, concluidos en 1936, se entregan,
l5I G. Vaccaro: Edificio per la poste e telegrafi di Napoli. Architetti Giuseppe Vaccaro e Gino Franzi, en Architettura, agosto de 1936. lS8 Cfr. La prima mostua Triennale delle Terre Italiane d'Oltrenzare a Napoli, en Emporium, agosto de 1940; P. Marconi: La prima mostra delle Terre Italiane d'Oltremare, en Architettura, enero-febrero de 1941.
para su prosecucin, a la junta municipal de edificacin, cautorizada para asumir nuevas competencias especiales en el mbito urbanstico ' " .El nuevo plan aprobado en 1939, tericamente basado en las recomendaciones de Giovannoni, pretende limitar las intervenciones sobre el centro histrico, aunque sin renunciar a un enlace Este-Oeste de trazado irregular, conseguido mediante ensanches y aclaraciones en el tejido edificado. Carente de una reglamentacin propia de la actuacin, y confiado a la elaboracin ms puntual de planes ejecutivos particulares (indispensables para una correcta interpretacin de las particularidades orogrficas del territorio, pero jams cumplidos efectivamente), el plan del 39 ser considerado vlido, de manera aproximativa, en la zonificacin que establece -una vez pasada la coyuntura de la guerra y las destrucciones-, con el apoyo, como nico instrumento de control, del dubitativo reglamento de la edificacin del 35, debilitado adems por las amplsimas facultades de derogacin otorgadas al podestk '".
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Figs. 1.138-1.143. Dos vistas de las demoliciones efectuadas en el rione Albergheria; demoliciones e11 el rione S. Giuliano; el tejido edificado, antes y despus de las transformaciones operadas en el rione Conceria; el edificio de Correos, de Mazzoni.
Figs. 1.144-1.150. El Banco.de Sicilia (Caronia-Roberti) y el Palacio de Justicia (E. y G. Rapisardi); el concurso para la redaccin del plan regulador: dos versiones del nuevo centro poltico y comercial, con relleno total o parcial de la baha, segn el proyecto del grupo Caracciolo; el esquema general del plan presentado por el grupo Susini; planimetra y vista de una ordenacin propuesta en torno al teatro Massimo.
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decimonnicas de Palermo, que han tenido sus episodios de mayor relieve en el corte de la va Roma (que se llevar a trmino el ao 26) y en los saneamientos de los rioni de S. Antonino, S. Vito, S. Giuliano y de la Concera. Tampoco en este caso puede permanecer el rgimen indiferente ante la precariedad de una situacin urbana en la que se agravan los problemas de las clases sociales marginadas, ni ante la magnfica ocasin que se le ofrece de demostrar sus propias capacidades organizativas, llevando rpidamente a trmino las obras ya planteadas en los decenios precedentes y ampliando los programas de intervencin. El Gobierno, por un decreto-ley de 26 de mayo de 1926, asigna sus buenos 270 millones de liras a la ciudad de Palermo, de los que 105 se dedican a operaciones de saneamiento: uno de los artculos de la citada disposicin invita al municipio a presentar un plan general en el que se encuadren los proyectos parciales previstos o en vas de ejecucin. El tema, discutido en una reunin de tcnicos y administradores celebrada en el 27, queda, no obstante, arrinconado: tambin en este caso vuelve a producirse la habitual separacin -institucional, adems de temporal, de fases- entre los saneamientos, considerados como operaciones de urgencia, y el plan general, que tan slo ser objeto de consideracin en 1939. A partir del 27 se inician las demoliciones de una vasta rea del barrio de Albergheria -del que slo se libra poco ms que la arteria central del mismo nombre-, del rione Conceria d o n d e se trata de soldar la va Maqueda y la va Roma con un ncleo enteramente nuevo situado al sur de la va Bande las diera (corte de la va Napo1i)-, manzanas adyacentes al teatro Massimo y de las que dan a la estacin (para realizar la embocadura monumental a la va Roma, tras el concurso ganado en el 22 por el arquitecto G. Capitb, una obra que ser llevada a trmino entre el 33 y el 36). El balance de las demoliciones es imponente (figs. 1.138-
1.142): un estudio estadstico del 28 confirma todava la existencia en el centro histrico de ms de 10.000 catoi (en su 65 por 100 constituidos por un solo local) que dan alojamiento a ms de 30.000 personas, con elevadsimo~ndices de densidad habitativa; las cifras oficiales del 35 denuncian la destruccin de ms de 10.000 unidades de habitacin y de 5.000 catoi, con ms de 35.000 personas expulsadas de sus hogares. Pero, a pesar de ello, no se procede a definir al mismo tiempo una solucin al problema de la vivienda popular: volviendo a seguir una direccin iniciada ya como consecuencia de las grandes obras decimonnicas que comienzan con la construccin del teatro Massimo, las operaciones de saneamiento se utilizan sobre todo para introducir en el centro histrico nuevas edificaciones destinadas a albergar funciones directivas (edificios de la Caja de Ahorros; galera y edificios de la va Napoli; palacio de Correos, de Mazzoni, 1928-35, figura 1.143; Delegacin provincial de Obras Pblicas, 1931-34; Banco de Sicilia, de Caronia-Roberti, 1932-38, fig. 1.144; Cuartel de bomberos; edificio del cuerpo de ingenieros civiles; Palacio de Justicia, de E. y G . Rapisardi, 1938-57, fig. 1.l45) la'. Surgen, en cambio, nuevos barrios hacia la periferia (Borgo Nuovo, Olivuzza, Perez, barriadajardn del Littorio). La comisin encargada de fallar el concurso para el plan regulador de Palermo, convocado en el 39, concede tres primeros premios ex-aequo a los proyectos de los grupos Caracciolo, Filippone y Susini, y un segundo premio al grupo Airoldi 162. En el balance del concurso (figs. 1.146-1.150), junto al intento de esclarecer el modelo de organizacin territorial de la ciudad (travesas Norte-Sur, penetracin desde el Oeste, directrices de expansin, ubicacin de los grandes equipamienCfr. S. Muratori: Concorso per il nuovo palazzo di Giustizia di Palermo, en Architettura, noviembre de 1938. Cfr. el nmero de la revista Urbanistica de noviembre-diciembre de 1941, dedicado al concurso para el plan regulador de Palermo.
tos) y de encontrar soluciones particulares correctamente estudiadas, vuelven a proponerse actuaciones destructivas (demolicin de manzanas, derribo de la auxiliar al norte de la va Maqueda, simtrica a la va Roma, una previsin tolerada evidentemente por Gustavo Giovannoni, que forma parte de la comisin), o programas de valorizacin monumental (plaza ulica en torno al teatro Massimo, o nuevo centro administrativo en la cala del puerto, previo su relleno total o parcial, para seguir el mito fascista del retorno al mar de la ciudad). Tras la interrupcin originada por la guerra, los estudios del plan regulador se reanudarn en la posguerra con un proyecto municipal del 47 en el que se recuperan, despojndolas no obstante de sus previsiones ms improbables, algunas de las sugerencias derivadas del concurso 163.
a) ALGUNAS REALIZACIONES
SIGNIFICATIVAS
Los estudios efectuados en Brescia entre el 21 y el 28 para la redaccin de un nuevo plan regulador y de ensanche, y la misma celebracin de un concurso pblico en el 27 con este fin, no llevan a ningn resultado prctico en el plano tcnico y administrativo; en cambio, un encargo ejecutivo confiado a Piacentini para la reconstruccin del centro urbano nos revela la direccin en que se mueven los intereses concretos de los administradores y de las fuerzas econmicas lB4. El plan redactado por Piacentini se desarrolla sin correlaciones orgnicas con el resto de la ciudad, por ms que los crticos ofi163 Sobre Palermo, vase G. Pirrone: Palermo, la sua storia e i stroi problemi, en Urbanistica, octubre-diciembre de 1950; y, del mismo autor, Palertno, Palermo, 1971. P. Marconi: Concorso per il piano regolatore della cittd di Brescia, en aArchitettura e arti decorative, febrero de 1928; L. Lenzi: Brescia, Italy. National Compe~itionfor the Replanrzing o f Brescia, en Town Planning Review, julio de 1928.
Figs. 1.151-1.154. El plan para el centro de Brescia, vista del Torrione, la zona demolida y vista area de laordenacin de conjunto.
En Brgamo se concluyen en los aos veinte, tras una larga gestacin, las obras de ordenacin del centro de la ciudad baja, iniciadas a continuacin del concurso que en 1907 ha dado notoriedad a Marcello Piacentini. Durante la guerra, Piacentini prepara el plan general, ocupndose tambin de los proyectos de todos los edificios ms importantes: la Torre de los Caidos, la Banca d'Italia, el Crdito Italiano, la Banca Bergamasca, la Banca Popolare, el Palacio de Justicia y la serie de edificios porticados que se levantan a lo largo del Sentierone, realizados despus por una Societi per la riedificazione della Fiera
Emporium, mayo de 1930; R. Pacini: La sistemazione del centro di Brescia dell'arch. Marcello Piacentini, en Architettura, diciembre de 1932.
[Feria]. En un cuadro urbanstico ya definido por la estructura misma de la ciudad, la solucin piacentiniana inserta una mezcolanza de acentos de molde todava decimonnico, extraa al nuevo momento cultural italiano, pero totalmente adecuada al carcter de acabado de la ciudad burguesa, en la introduccin y en la referencia a la ciudad alta 167 (fi167 Sobre la ordenacin del rea de la Feria llevada a cabo por Piacentini, vase el articulo del propio Piacentini: Il nuovo centro di Brgamo, en Emporium, agosto de 1924; y, adems, G. Muzio: Espansione e sistenzazione delle cittd. La ricostruzione dellJdrea della fiera nel centro di Brgamo, ibid., diciembre de 1925; A. Nezi: Sistemazioni urbane e questioni edilizie: i progetti per Brgamo, ibid., enero de 1930; R. Papini: Brgamo rinnouata, Brgamo, 1929.
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DI T E R R E N O
F DIFICI D I CARATTERE MONUMENTALE ESiBQLN CASE DA RIPORMARSI PER RISANAMENTO n DA RICOSTRUIRSI TOTALMENTE
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guras 1.l35-l.l57). La piazza Littoria (hoy piazza della Liberta), conseguida gracias a la destruccin del viejo hospital existente en la piaaza Baroni y cerrada por la Casa Littoria, obra de A. Bergonzo (1939), completa sacia el Sur el complejo de Piacentini, integrndolo segn los cnones del monumentalismo fascista (figs. 1.158-1.159). Mientras se llevan a cabo todava las obras de la ciudad baja, el ao 26, y por iniciativa del Rotary Club, se convoca un concurso nacional para la redaccin de un plan de saneamiento de la ciudad vieja, para el que el Municipio proporciona algunos documentos de apoyo, con una tabla en que se recoge el censo de las casas inhabitables y de las que necesitan obras de saneamiento. El concurso se cierra en el 27, pero seguidamente se abandona cualquier tipo de actuacin concreta hasta el 33: en este ao se redacta un anteproyecto de plan de actuacin, cuya definicin ejecutiva se confa al ao siguiente al ingeniero L. Angelini. El plan, aprobado en el 35, adopta los criterios giovannonianos de aclaracin interior de las manzanas, de cauta liberacin de partes monumentales y de sustraccin de superficies de solar marginales en cada manzana para crear espacios y ensanches de calles: un elemento temtico aparece constituido por la penetracin peatonal abierta desde el Mercato delle Scarpe hasta la va Lupo y, por tanto, hasta la piazza Vecchia. El Municipio promueve las mejoras y los proyectos arquitectnicos mediante la redaccin de cuatro planes particulares y detallados (que luego modifica en algunos puntos, como consecuencia de las contrapropuestas formuladas por los propietarios afectados), y lleva a cabo las expropiaciones y las transformaciones necesarias, utilizando para ello
168 L. Angelini: Una sistemazione urbarzistica a Brgamo, en Urbanistica, marzo-abril de 1937.
una asignacin estatal de casi 11 millones de liras; se reembolsa a los particulares del 30 por 100 de los gastos efectuados en la ejecucin de las obras que les corresponde sufragar. Esta es, en la historia de las ciudades italianas hasta el ao 45, junto con la ms modesta actuacin efectuada en el barrio del Salicotto de Siena, la nica realizacin promovida y dirigida a travs de una tentativa metodolgicamente correcta de efectuar una lectura capilar del tejido y con una actitud de respeto sustancial a los elementos ambien6 ' (figs. 1.160-1.163). tales preexistentes 1 En Padua se inician en 1918 los estudios correspondientes a un plan regulador para el saneamiento y la ordenacin de los barrios centrales y para la construccin de una barriada urbana en la localidad de Vanzo, dentro de la ciudad amurallada. La consideracin de dos zonas solas de la ciudad fuera del encuadramiento general (figs. 1.164-1.l65) pone de manifiesto inmediatamente la naturaleza enteramente instrumental del programa en cuestin, concebido en funcin de concretos intereses sectoriales. El proyecto para las zonas centrales, aprobado el ao 22, sienta las bases para una reconstruccin compacta del rea actualmente cubierta por las calles Duca d'Aosta, Verdi, Risorgimento, Baiamonti, Busonera y Martiri della Liberta y por la piazza Insurrezione: con la demolicin del barrio de Santa Lucia desaparecen, adems de un tejido ambientalmente apreciable, las casas de Andrea Mantegna y de los Savonarola, que son sustituidas por las nuevas edificaciones que albergan a la Cmara de Comercio y al Instituto de Previsin Social.
1 6 % . Angelini: 11 piano di risanamento di Brgamo Alta, en Urbanistica, marzo-abril de 1936; y del mismo autor: Il piano di risanamento di Brgamo Alta. Le opere realizzate e in corso, ibid., mayojunio de 1943.
Figs. 1.155-1.163 (en la pgina opuesta). El centro de la ciudad baja de Brgamo: el plan de Piacentini, vista area de la ordenacin efectuada, la Torre de 10s Cados, planimetra de la piazza Littoria y vista de la Casa Littoria; el saneamiento de la ciudad alta de Brgamo: la parte central de la zona afectada, solucintipo de una manzana, la solucin de la embocadura de la va Donizetti desde el Mercato delle Scarpe, antes y despus de la liberacin de un solar.
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Figs. 1.164 y 1.165. Padua, plano de las reconstrucciones efectuadas al este de la piazza Garibaldi; vista de la proyectada ciudad-jardn d e Vanzo.
Figs. 1.166-1.170. Bolzano, plan d e ensanche (de Piacentini), planta y maqueta de la piazza della Vittoria, y dos vistas d e la plaza.
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Contemporneamente a las demoliciones interiores tiene lugar la gradual realizacin de la ciudad-jardn de Vanzo, una barriada extensiva de burguesa media proyectada por el arquitecto Peressutti para la Anbnima padovana edilizia, que viene a saturar la zona comprendida entre el Prato della Valle y el tramo de murallas urbanas que se extiende a lo largo del Bacchiglione . ' 7 1 Tras algunas propuestas para la formacin de un instrumento ms vlido de control de las transformaciones urbanas (propuestas, por lo dems, de nivel mediocre, incluida la formulada por el grupo Urbanisti romani, que no difiere mucho, en sustancia, de las orientaciones oficiales), la administracin municipal organiza en el 32 un concurso para la elaboracin del plan regulador general, que se desarrollar dos aos despus 171. Pero hasta el 42, despus de una laboriosa dosificacin y seleccin entre las soluciones de los diversos proyectos premiados, no se consigue poner en marcha un plan definitivo. Lo que no impide que, en el mismo perodo de tiempo, se efecten intervenciones importantes en la ciudad: desde la apertura de la va Luca Belludi, que mediante el derribo del frente septentrional del Prato della Valle pone en comunicacin a este ltimo con la baslica de S. Antonio, hasta el trazado del corso Milano, como enlace entre el centro y la porta Savonarola, un dispositivo que se inserta con retraso en el contexto de la reestructuracin de las reas centrales (las obras apenas si se han iniciado cuando estalla la guerra). La ciudad de Bolzano, transferida a Italia al finalizar la guerra mundial, se convierte
Cfr. A. Nezi: Sistemazioni urbane e questioni edilizie: Padovn, il piano regolatore e la zona monurnentale, en Emporium, marzo de 1927. 171 P. Marconi: Concorso per il piano regolatove di Padova, en Architettura, febrero de 1935. Para algunos aspectos concretos, vanse tambin F. Fariello: Concorso per la sistemazione edilizia della R. Universita di Padova, ibid., septiembre de 1934; y G. Tombola: Sistemazione urbanistica della stazione ferroviaria di Padoua, en Urbanistica, enero-febrero de 1942.
inevitablemente en mbito de grandsimo inters para el rgimen fascista. Completar la conquista militar por medio del consenso, la promocin econmica y la dominacin ideolgica resulta una opcin poltica obligada que se lleva adelante utilizando mltiples instrumentos: desde la italianizacin de toda la toponimia de la ciudad y de la regin, a la importacin de colonos y funcionarios italianos para contrarrestar la mayora tnica alemana e imponer la lengua de los vencedores, pasando por la institucin de una zona industrial especial (decreto de 28 de septiembre de 1934). Tambin la arquitectura, naturalmente juega su papel. Esta ciudad, de aspecto y de tradiciones nrdicas, tendr tambin sus columnas y sus arcos: en el 28 -segn proyecto de Piacentini, con esculturas de Wildt, Andreotti, Dazzi y Canonica- se erige, frente al puente Claudio construido sobre el Talvera, entre Bolzano y el suburbio de Gries, el monumento a la Victoria, ((admonicin perenne al extranjero, del que se dice que el propio Mussolini ha ideado y diseado las columnas fascistas. Algo despus, en 1929-30 se celebra un concurso para la redaccin del plan regulador de la ciudad 172, pero luego, una vez ms, es Marcello Piacentini, considerado como el intrprete ms autorizado de la italianidad, el llamado a definir las soluciones ejecutivas que se aprueban en el 34: la parte ms significativa de su programa es el desarrollo de la ciudad ms all del Talvera, hasta Gries, a lo largo de la directriz abierta por el arco de la Victoria (la va Littoria, que atraviesa una plaza elptica y va despus a enlazar con la existente piazza Grande Italia de Gries); el arco de la Victoria aparece aglobado con un contexto de edificios monumentales, realizados despus segn el proyecto del propio Piacentini (figs. 1.166-1.170).
172 Cfr. P. Marconi: Concorso per il piano regolatore di Bolzano e Arezzo, en cArchitettura e arti decorative, agosto de 1930. 173 Vase N. de R.: L'ampliamento nord di Bolzano. Arch. Marcello Piacentini, en ~Architettura~,
Como capital de la provincia en que ha nacido el Duce, la ciudad de Forli no puede permanecer ajena al activismo de los cuadros de la jerarqua fascista, que en parte responde tambin al objetivo de intervenir para contener la depresin de las tradicionales actividades productivas manifestadas en el perodo preblico, orientando los intereses y los capitales hacia las inversiones inmobiliarias y en la industria de la construccin. Entre las intervenciones llevadas a cabo en el ncleo histrico destacan las obras efectuadas en la cntrica piazza Saffi, parcialmente reconstruida conforme a un plan del ingeniero F. Botteri del 28 y otro plan posterior, del 31 (figura 1.171): en los lados norte y noroeste de la plaza se derriban casas y palacios para dejar espacio al edificio de Correos y a la edificacin en que han de instalarse las Oficinas pblicas del Estado, esta ltima proyectada por C. Bazzani y realizada entre el 34 y el 36; en el lado este, con la demolicin de la Prefectura se libera el claustro de S. Mercuriale; tambin en el lado sudeste se llevan a cabo demoliciones y reconstrucciones "'. En 1927 se pone a punto, para el ensanche exterior, un primer plan regulador de la ciudad que afecta a una superficie de ms de 200 hectreas hacia el Este, con una planta regular atravesada por diagonales : el elemento central del plan es una plaza ulica situada en el cruce del d e c u m a n o , prolongacin del eje del corso Vittorio Emanuele, con el cardo, constituido por el viale XXVIII Ottobre ( o viale Mussolini), que se dirige hacia la estacin ferroviaria ( fig. 1.172). Salvo por lo que respecta a la previsin de la zona industrial, situada al otro lado de la va frrea,
febrero de 1939; N. de R.; G l i edifici della nuova piazza della Vittoria a Bolzano, ibid. 174 Cfr. R. Fregna: Forli, citt2 del Duce. Da1 1. ' dopoguerra alla crisi del '29, en ParAmetro, nmero 14, junio de 1972.
y a la indicacin del destino que corresponde a las edificaciones en el nuevo piazzale della Vittoria y en el viale XXVII Ottobre -edificios representativos y de oficinas-, el plan no define una zonificacin precisa; pero el intento de concentrar hacia el Este, en un nico campo espacial, toda la potencialidad de crecimiento, delineando en sustancia la yuxtaposicin de una nueva ciudad al centro antiguo, nos revela suficientemente la ambicin y el alcance estratgico del plan (ulteriormente revisado, con ms indicaciones de zonificacin, pero sin llegar a cambiar sus trminos de fondo). La piazza della Vittoria quedar circundada de edificios pblicos, entre los que destaca el Colegio aeronutico Bruno Mussolini, construido, segn proyecto de C. Valle, entre el viale XXVIII Ottobre y la va Roma 175 (fig. 1.173). La especial consideracin del rgimen por la ciudad del Duce se confirma con los dems equipamientos pblicos de prestigio que se llevan a trmino o se inician durante este perodo 176.
Desde los primeros aos de vida del rgimen, el fascismo dedica una atencin particular a la ciudad de Livorno (modernizacin del puerto, creacin de una zona industrial especial), atencin que paulatinamente se va haciendo todava ms solcita en los aos treinta. Conviene recordar, para explicar esta circunstancia, que Livorno ha sido, en Italia, la cuna del ,partido comunista, nacido en 1919
M. Piacentini: Collegio aeron2utico Bruno Mussolini della giouenth italiana a Forli. Ing. Cesare Valle, en Architettura, marzo de 1938. 176 Cfr. N.de R.: Casa Balilla di Forli. Ing. Cesare Valle, en Architettura, enero de 1934; Ma. Pa.: Casa Balilla di Forli. Iag. Cesare Valle, ibid., julio de 1936; N. de R.: Sede dell'lstituto tzazionale fascista di previdenza sociale a Forli. Arch. Cesare Valle, ibid., marzo de 1938; P. Carb.: Progetto del Palazzo di Giustizia di Forli., ibid., noviembre de 1938.
Figs. 1.171-1.173 (en la pgina opuesta). Forl'i, plan para la reestructuracin de la piazza Saffi, el plan regulador, y vista de la piazza dela Vittoria. Figs. 1.174-1.176 (en la pgina opuesta). Livorno, el plan regulador del 27, los chalets del viale Italia y el primer plan de saneamiento de Piacentini.
de la escisin del partido socialista; y que, por otro parte, en Livorno es muy influyente la riqusima familia Ciano, estrechamente ligada al rgimen -al que debe en gran parte su fortuna- y ms tarde emparentada con el Duce. La entrada en vigor en el 27 de un plan regulador general ( fig. 1.174), macroscpico en sus previsiones de crecimiento (que incluso duplica la ciudad existente, tendiendo a la saturacin completa del rea interior al trazado de la lnea frrea Gnova-Roma), sirve no obstante para asegurar a la ciudad un desarrollo bastante ordenado, que va producindose conforme a la natural seleccin de clase, a la que contribuyen iniciativas tanto pblicas como privadas. Hacia la estacin y las reas industriales se orientan las intervenciones del Istituto case popolari; en las zonas que dan al mar se autorizan parcelaciones para la construccin de villas y chalets burgueses, hasta llegar a Antignano (figura 1.175). En 1935 el Municipio consigue adquirir la extensa villa Fabbricotti, cuyos terrenos, en gran parte, se parcelan despus, conforme a un trazado de viales en cuadrcula, con una serie de tipos edificativos diferenciados; en la edificacin predomina el chalet grande (palazzina), cualificndose as el nuevo barrio, que es ocupado por estratos de clase media y altos empleados. Tambin Livorno desarrolla su programa de grandes obras en las zonas centrales. El ciclo se inicia con algunas demoliciones llevadas a cabo en el 31 en las inmediaciones del Duomo, en el barrio del Casone, del siglo XVII, donde se construyen el palacio de Correos y el Monte dei Paschi, y donde se realiza, con fondos provinciales, una especie de galera monumental; en el 33 las demoliciones se prosiguen en la va S. Francesco. En el 35, en cambio, el departamento tcnico municipal elabora un verdadero plan de remodelacin del centro que afecta a cuatro
zonas edificadas, dos en torno al Duomo y dos en el rea del antiguo hospital y junto a la drsena, estas ltimas llamadas a dejar espacio libre para la construccin del palacio del Gobierno. Una subsiguiente modificacin, introducida el ao 38, aumenta el peso de las intervenciones con la apertura de dos calles paralelas a la va Grande (a la sazn corso Vittorio Emanuele), que apuntan hacia el Duomo (una de ellas, llamada Nuovo Corso, que va desde el Duomo a la piazza delle Erbe, est provista de prticos); el plan se completa con una plaza de asambleas situada frente al palacio del Gobierno. Las polmicas que suscita el nuevo plan acaban por determinar el aplazamiento de su aprobacin; y cuando, en el 41, el Consejo Superior de Obras Pblicas devuelve al Municipio, con algunas observaciones, el material de estudio remitido, la administracin municipal considera necesario recabar el asesoramiento de un experto de notoria fama en materia de urbanismo. Siguiendo el camino que le es habitual, Marcello Piacentini entra en esta combinacin. Tras efectuar una revisin del proyecto municipal ( fig. 1.176), Piacentini se decide en favor de un planteamiento diverso y ms ambiciosamente destructivo, que considera en este caso la completa reestructuracin de la va Grande y de la piazza del Voltone, para crear en la primera de ellas un teln de fondo de perspectiva monumental; volviendo a tomar una idea ya formulada anteriormente, se prev tambin la particin en dos de la piazza Grande, con la construccin de un edificio que mira al Duomo. El programa de Piacentini, sin embargo, queda sin efecto como consecuencia del inicio del conflicto blico mundial; en la posguerra se volvern a tener en cuenta, parcialmente, algunas de sus orientaciones 177.
177 Cfr. A. Sirnonini: Livovno. Andisi, necessita, avvenire, en Urbanistica, marzo-abril de 1942;
Figs. 1.177-1.182 (en la pgina opuesta). Un plan para la hipodamizacin de la ciudad vieja de Bari, planimetra y vista; planimetra del plan Petrucci y diseos para la ordenacin del acceso desde la va Sparano y de la plaza de detrs de la catedral; planimetra del plan de Brndisi del 36, con los saneamientos previstos.
La atencin de los administradores de Bari sigue fijndose tambin, en la primera posguerra, en el problema del saneamiento de la ciudad vieja, tema que ya anteriormente se haba situado en el centro de los intereses locales. Tras un plan, tan curioso como carente de criterio, de completa hipodamizacin [Hipdamo de Mileto, al que se atribuye la introduccin sistemtica del plano en cuadrcula en el urbanismo griego] de la palepolis, redactado por dos tcnicos locales y que de las preexistencias histricas tan slo salva la Catedral, S. Nicola y S. Pietro '18 (figuras 1.l77-1178), el Ministerio de Obras Pblicas encomienda en 1930 el estudio de los criterios generales del saneamiento a una comisin de la que forman parte Giovannoni y Calza Bini; un ao despus, el encargo de elaborar el plan de saneamiento queda confiado al arquitecto Concezio Pe trucci. Petrucci trata de articular sus propuestas sobre la base de individualizar dos arterias en cruz que atraviesen el tejido de la ciudad vieja en las direcciones Norte-Sur y NoroesteSudeste, haciendo suyos los criterios giovannonianos de la aclaracin (figs. 1.1791.181), de una manera que es acogida como aplicacin correcta y fiel de la teora del maestro '". Pero, en realidad, el proyecto evidencia, junto a las limitaciones de tales criterios, una defectuosa comprensin de los mismos: si resulta fcil convenir en la novedad de los escorzos y las visuales, e incluso en las circunscritas mejoras higinicas que pueden conseguirse con las aclaraciones propuestas, no es menos cierto que todo ello se
adems, L. Bortolotti: Livorno da1 1748 al 1958. Profilo stdrico-urbanistico Florencia, 1970. SUS autores, considerando que la Bari Vieja "es la mayor de las porqueras higinico-edificativas y el mayor obstculo al ulterior desarrollo de nuestra ciudad", y estando "convencidos de que las grandes soluciones no se afrontan con medias tintas, siendo conscientes del momento revolucionario (!)" que vivan y que a su juicio permita "todas las audacias", descartaban cualquier solucin de derribo, "que en ningn caso hubiera sido la solucin ideal", para proponer "la integral de la demolicin y la reconstruccin''. D. Di Bari: Bari: vicende urbanistiche del centro stdrico (1867-1967), Bari, 1968.
logra al precio de producir una alteracin ambiental que aparece viciada inicialmente por una eleccin funcional apriorista (los canales de trfico) y por el recurso a una distincin acadmica entre edificios dotados de calidad artstico-ambiental y edificios carentes de tal calidad. De este modo, el plan Petrucci demuestra ser una mediocre va de compromiso; y mientras erosiona la integridad de las estructuras antiguas, deja sin resolver los problemas del saneamiento, sin que tampoco sea capaz de asegurar mejores niveles de eficiencia funcional. El plan, aprobado en el 31, pero no ejecutado, se insertar despus en el plan regulador general redactado en la posguerra por Calza Bini y Piacentini. Si bien el plan de saneamiento queda arrumbado, se llevan a cabo, en cambio, una serie de obras de importancia menor en torno al ncleo histrico de Bari: a partir del 30 se prolonga el paseo de circunvalacin por la lnea del mar, realizndose el tramo oriental (lungomave Colombo); en el 39, conforme a un decreto de modificacin que afecta a las reas del margen sudeste de la ciudad vieja, se ordena la desembocadura hacia el mar del corso Vittorio Emanuele, completndose as la ordenacin definitiva del paseo martimo. En el perodo fascista se realizan numerosas obras pblicas ''O, adems de la ordenacin de la Feria del Levante (1930) y de la reestructuracin del puerto, con la construccin del gran espign exterior situado en el extremo de la palepolis, destinado a proteger el nuevo puerto surgido entre esta ltima y 1n punta de S. Cataldo, al Este. En 1927 Brndisi se convierte en capital de provincia. Se trata de una decisin que
Cfr. M. Paniconi: Piano regolatore della cittd vecchia di Bari, en Architettura, abril de 1932. '*O Cfr. N. de R.: Palazzo delle Poste e Telegrafi a Bari e a Savona, en Architettura, noviembre de 1934; N. de R.: Palazzo delle Opere Ptibliche in Bari. Arch. Carlo Vannoni, ibid., enero de 1935; C. Petrucci: Nuova sede della Facoltd di Giurisprudenza e di Economia e Commercio della R. Uniuersita di Bari. Arch. Concezio Petrucci, ibid., septiembre de 1937.
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viene a sancionar una fase de transformacin de la ciudad, a la que el fascismo confa el enlace martimo con las escalas portuarias coloniales o semi-coloniales del Mediterrneo (Albania, islas del Egeo, Etiopa); y ve acentuarse su papel de centro terciario y de servicios, mientras crece su poblacin por efecto de la inmigracin. El ncleo central se transforma, primero con la sustituicin de funciones (entidades pblicas que ocupan los edificios civiles y religiosos), despus con las nuevas construcciones (Correos, Banco de Npoles, hoteles). El panorama del puerto se enriquece con una estructura en forma de timn de nave que constituye el monumento dedicado al Marinero Italiano la', para cuya realizacin se haba convocado un concurso en el 32. En 1934 el Municipio formula un plan de expansin y de aclaraciones interiores (figura 1.182): con estas ltimas, consideradas indispensables para el ,saneamiento, sobre todo social, de la ciudad la" se trata de definir un sistema de vas pblicas a travs del centro histrico, desde el Seno di Ponente al Seno di Levante, que integre el trazado decimonnico que se dirige desde la estacin al puerto; se prevn derribos de numerosos edificios en los barrios de las Sciabiche y de S. Pietro degli Schiavoni. El plan se lleva a efecto parcialmente, con destruccin del barrio de las Sciabiche y la ordenacin de la piazza di Santa Teresa, a la que se dota de unas escalinatas que descienden hacia el mar. Las reales exigencias locales quedan subordinadas -o incluso se ignoran por completo- a las inter1 8 ' Cfr. R.: 11 concorso per il monumento al Marinaio Italiano in Brindisi, en Architettura, septiembre de 1932. 1 8 ' En la relacin aneja al plan del 34 se lee: . .. los derribos de casuchas viejas determinarn la descongestin de poblacin rural de la ciudad, llevndola hacia la periferia y a las zonas prximas a la campia, donde se alojar en caseros ms adecuados a sus particulares exigencias que las hacinadas viviendas de los barrios centrales, que actualmente originan graves inconvenientes, al dificultar la realizacin de los servicios de polica urbana en la forma que sera adecuada al tenor de vida ms racional y decoroso propio de una ciudad capital de Provincia.))
En Varese, a un plan regulador de 1916 (ensanche de las calles centrales Rezzano y Verbano, prolongacin de la calle Carreggia para formar un barrio obrero hacia la estacin del ferrocarril) sucede otro plan del 29, elaborado por V. Morpurgo, en el que se prevn remodelaciones interiores en la piazza Monte Grappa, en la va Volta y en el corso Roma, para crear una directriz de circulacin rpida desde el viale Magenta a la va Aguggiari; las modificaciones de este plan introducidas en el 31 llevan a la redaccin de un proyecto detallado (ingeniero Alliaud) sobre cuya base se lleva a trmino la ordenacin de la piazza Monte Grappa, tras la celebracin en el 34 de un concurso nacional lU (figs. 1.183-1.184). En Como, un programa de reconstrucciones intensivas del centro histrico, puesto a punto en 1919-23 por los ingenieros Catelli y Giussani, prev, entre otras cosas, demoliciones y derribos en torno a la piazza del Duomo, el trazado de una calle rectilnea desde el Duomo a S. Eusebio, el ensanche de las calles Garibaldi, Boldoni y Luini, y la apertura de otros tramos viarios menores. Los resultados del concurso nacional del 34, convocado para la redaccin del nuevo plan regulador y en el que triunfa el grupo Bottoni Dodi - Giussani - Lingeri - Pucci - Terragni Uslenghi, son luego reelaborados y formalizados por el departamento tcnico municipal: se reduce la entidad de las intervenciones en las reas centrales, aunque conservando la previsin de ensanche de la va Luini y de la va Independenza, concebidas, respectivamente, como cardo y decumano de la ciudad amurallada ( fig. 1.186).
183 Cfr. La sistemazione architettonica della piazza Monte Grappa, en Casabella, septiembre de 1934; Ma. Pa.: Concovso per il progetto degli edifici, e di sistemazione della piazza Monte Grappa in Varece, en Architettura, febrero de 1935.
Figs. 1.183-1 .l88. Varese, planimetra, con los edificios realizados en la piazza Monte Grappa, y vista de la plaza; Trento, el monumento a Cesare Battisti; Como, el plan de saneamiento del rione Cortesella; Trieste, plan de saneamiento; Fiume, plan de saneamien to.
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En el 34 tiene lugar un concurso para la redaccin del nuevo plan regulador de Mantua: en homenaje a los criterios vigentes de revalorizacin monumental, el proyecto triunfador propone, entre otras cosas, el aislamiento de la iglesia de Sant'Andrea, obra de Alberti 184. En Trento, las intervenciones de este perodo, concebidas para imprimir sobre la ciudad y su territorio el sello del rgimen fascista, llevan a la ordenacin del rea de la estacin (arquitecto Mazzoni) y de la piazza Raffaello Sanzio (arquitecto Libera); en el centro se llevan a cabo algunos derribos en las inmediaciones de la piazza Italia, con la construccin de la Casa del Fascio y del palacio de Correos. Desde las alturas de las colinas del otro lado del Adigio, el monumento dedicado a Cesare Battisti domina el panorama de la ciudad 185 (fig. 1.185). En Treviso, la administracin municipal afronta el saneamiento del barrio de S. Nicolb, encomendando el proyecto a los arquitectos Piccinato y Torres y al ingeniero Candiani; coetneamente se prev la creacin de un barrio suburbano para dar alojamiento a las personas que queden sin hogar como consecuencia de la operacin de saneamiento ls6. En Trieste se realizan importantes obras
la4 E. Fuselli: 11 concorso nazionale per il piano regolatore di Mantova, en Architettura, octubre de 1935. la5 Cfr. L. Piccinato: Problemi di edilizia a Trento, en Architettura, mayo de 1932; P1. Ma.: Edificio scolastico a Trento. Arch. Adalberto Libera, ibid., agosto de 1935; P. Carb.: La nuova stazione di Trento, ibid., febrero de 1938; P. Holzhauser y G. Marcheggiani: Inchiesta edilizia sulle cittd italiane: Trento, en Casabella, nm. 225, 1959. Adems, M. Paniconi: Monzmento a Cesare Battisti a Trento. Arch. Ettore Fagiuoli, en Architettura, agosto de 1935. 186 Cfr. Varios autores: Progetto esecutivo per il piano regolatore del quartiere di S. Nicolo a Treviso, en Urbanistica, julio-agosto de 1936; L. Piccinato: 11 risanamento del quartiere S. Nicdo in Treviso e il villaggio suburbano delle Due Colombe per l'alloggiamiento degli sfrattati. Arch. Duilio Torres, Luigi Piccinato e ing. Luigi Candiani, en Architettura, agosto de 1937
en el puerto, tras la creacin de la zona industrial por una ley especial del 28; el antiguo organismo administrativo de los Magazzini generali, en funciones desde los tiempos de la gestin aus triaca, se transforma en el 3 1 en Ente autnomo del puerto. En 1934 se aprueba un plan para la ciudad vieja, para la bonificacin de las zonas centrales y para la valorizacin del teatro romano (fig. 1.187); en .el curso de estos dos decenios se realizan nuevos equipamientos pblicos y celebrativos, entre ellos la Casa del Fascio 187. Tambin en Fiume, como en Bolzano, Trento y Trieste, el fascismo est empeado en borrar recuerdos de la anterior administracin austrohngara. Por estos motivos se sustituye el plan regulador vigente desde 1917, aunque resulta satisfactorio la, por un proyecto de saneamiento del centro basado en el trazado de dos travesas aproximadamente perpendiculares entre s (obtenidas mediante derribos orgnicos , segn la enseanza de Giovannoni) y en la ampliacin de las plazas del Duomo, de S. Vito y de las Erbe (figura 1.188). En Parma se elabora un vasto plan de saneamiento para la zona del Oltretorrente, considerada, por su resistencia al fascismo, como verdadero cubil de revoltosos que es imprescindible eliminar, destruyendo su unidad interna y desperdigando a la poblacin por diversos lugares de la periferia (figs. 1.1891.l9O). La intervencin en cuestin viene avalada, naturalmente, por algunas encuestas realizadas previamente sobre la situacin higinica de la zona; las facilidades financieras concedidas a los empresarios privados hacen posible una reconstruccin bastante rpida
Cfr. N. de R.: 11 monumento ai caduti di Trieste, en Architettura, noviembre de 1935. lB8 El plan del 17 estaba concebido con suficiente organicidad y con una cierta grandiosidad de lneas [...] pero el viejo plan ya no poda seguir siendo utilizado, salvo a riesgo de falsear la funcin y las caractersticas de la Fiume italiana y fascista, avanzada y centinela en la otra orilla del Adritico. Del Notiziario de la revista Urbanistica, mayojunio de 1936.
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de las reas afectadas, que adquieren en seguida un tono de burguesa media lag. En Rmini, donde el ao 33 se erige una estatua de Csar en la plaza del mismo nombre para conmemorar el paso del Rubicn lW, las intervenciones urbansticas de mayor entidad son el saneamiento del Borgo S. Giuliano, aprobado el ao 34 (con demoliciones de edificios para revalorizar el acceso al puente de Tiberio), y la liberacin del arco de Augusto (figs. 1.191-1.192), obra en la que el propio Duce da el primer golpe de pico en el 36, impartiendo al mismo tiempo disposiciones para que se defina lo ms pronto posible el proyecto ejecutivo de ordenacin de las zonas adyacentes, que todava se encuentra pendiente de estudio (el rea en cuestin terminar por ordenarse con la apertura de una plaza annima, pero despus, en la posguerra). En Lucca se realiza la remodelacin de la va Beccheria y, mediante algunas demoliciones, se construyen en el centro antiguo el
la9 Vanse A. Cortesi, G. Gambirasio y M. Tiella: Inchieste edilizie sulle citta italiane: Parma, en Casabella, nm. 218, 1958; y Atti del Convegno su1 Centro Stbrico, Parma, 1968. lgO Primer camisa negra de la historia: as llama a Csar el jerarca Emilio Bodrero, en inevitable paralelo con Mussolini, cuando en el discurso de inauguracin del monumento se complace en subrayar todo el ntimo valor que tiene el acto, como cosa nuestra actual, contempornea, como hecho, no de la historia, sino de la vida misma, no solamente por la anologa de circunstancias, de acontecimientos, de disposiciones y, sobre todo, del hombre que realiz entonces y el que realiza ahora labor tan prodigiosa, sino tambin porque todo ello nos permite, gracias a la suprema grandeza de la obra de Benito Mussolini, experimentar el orgullo de sentirnos, ms que nunca, herederos, legtimos y primognitos, de Roma. F. Sapori: IZ fascismo e Z'arie, Miln, 1943, pginas 62-63.
nuevo edificio de Correos, el palazzo Littorio y la Casa del Mutilado (fig. 1.193). En Siena se intenta llevar a cabo el saneamiento higinico y ambiental del pequeo barrio del Salicotto, con un proyecto de aclaracin del tejido urbano estudiado por el correspondiente departamento municipal, sobre la base del respeto a la planta y volmenes existentes y de la conservacin d,e las caractersticas sociales de la zona ( fig . 1.194). El Municipio se hace cargo de las ordenaciones viarias y de los servicios pblicos, as como de la demolicin de las construcciones consid,eradas antihiginicas; las expropiaciones precisas se realizan sin tener que recurrir a la ley de Npoles. El plan, aprobado el ao 28 y controlado en su ejecucin por la Soprintendenza ai Monumenti, queda interrumpido por la guerra. En Ancona se plant,ean e inician numerosas obras: la ampliacin del puerto entre los aos 30 y 40, el plan de saneamiento de los rioni de Porto, S. Pietro y Montirozzo, la ordenacin de la Porta Pa y del arco de Trajano (que mediante la demolicin de una serie de casas deber ser visible incluso desde el mar) y la construccin de diversos equipamientos nuevos, como el palazzo del Littorio (hoy Ayuntamiento) y el edificio de Correos. Hacia el Este se abre la directriz de expansin del viale della Vittoria, que se injerta en la piazza Cavour. En Terni, ya desde comienzos de los aos veinte, se vuelve a operar sobre el centro histrico: el arquitecto Bazzani prepara las modificaciones a introducir en la piazza del Pbpolo, donde construye el edificio de Correos y Telgrafos sobre el solar de la iglesia de S. Giovanni Decollato (figs. 1.195-1.l96). En el 31 tiene lugar un concurso nacional para la redaccin del plan regulador general,
Figs. 1.189-1.197 (en la pgina opuesta). Parma, las barricadas del Oltretorrente en 1922, y plan de saneamiento del Oltretorrente; Rmini, el arco de Augusto antes de su liberacin, y propuesta de ordenacin del conjunto; Lucca, las demoliciones y reconstrucciones en la va Beccheria; Siena, plan de saneamiento del barrio del Salicotto; Terni, el edificio de Correos y Telgrafos (de Bazzani, propuesta de Bazzani para la piazza Vittorio Emanuele, y plan regulador de Bravetti-Lattes-Staderini, ganador del concurso nacional convocado al efecto.
Figs. 1.198-1.205. Aquila, los nuevos edificios de la va S. Bernardino; Lecce, la ordenacin de la piazza S. Oronzo; Taranto, situacin de la ciudad vieja, plan de saneamiento y plan regulador de ampliacin; Messina, el concurso para la reconstruccin de la Palazzata, una propuesta de Libera y Ridolfi, planimetra y vista del proyecto triunfador, del grupo Samoni.
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en el que triunfa el grupo Bravetti-LattesStaderini, con un proyecto (fig. 1.197) que, con modificaciones, ser aprobado en 1937: con las habituales concesiones a intiles operaciones int,eriores de reestructuracin viaria y monumental (la previsin de una arteria al Sur, para el enlace con la va Flaminia, simtrica respecto del corso Ticito que discurre por el Norte; y la apertura, todava ms injustificada, de un tramo de calle desde ,el centro hacia el anfiteatro), el plan de 1931-37 se opone, en cambio, hacia el exterior, a una expansin indiscriminada, intentando organizar ncleos adecuadamente dimensionados. En los mismos aos, pero en contraste con el plan regulador, se pone a punto tambin un plan de saneamiento del barrio de S. Tommaso-S. Caterina, (debidamente aprobado, pero no ejecutado despus). Prosiguen, no obstante, las intervenciones monumentalistas y especulativas: Bazzani concluye en 1940 su actividad en Terni construyendo los edificios del Istituto Nazionale Assicurazioni. La guerra afecta gravemente a la ciudad: en este caso las destrucciones ocasionadas por los bombardeos resultarn mucho ms graves que los daos producidos por el rgimen fascista lgl. En Aquila se ensancha el corso Vittorio Emanuele 11 y se procede, a partir del 34, a la demolicin de las edificaciones comprendidas entre la va Masciocchi y la va S. Bernardino, para realizar en las reas as liberadas el complejo monumental porticado del Istituto Nazionale Assicurazioni, terminado ya durante la guerra (fig. 1.198). Un proyecto no ejecutado prev el encuadramiento de la escalinata de acceso a la iglesia de S. Bernardino entre volmenes de edificios simtricos la. En Lecce se elabora un plan regulador y de ensanche en el 35, caracterizado por prever una expansin compacta contenida por una
lgl Cfr. E. Fuselli: Il concorso per il piano vegolatore di Terni, en Architettura, febrero de 1934; Terni e il uso piano regolatore, en Urbanlstica, marzo-abril de 1934. lg2 Cfr. G. Stokel: La forrnazione di una cittd del fascismo: 1'Aquila del corso Federico I I , en Parhmetro, septiembre-octubre de 1976.
circunvalacin externa continua, y de aclaraciones y ensanches de calles en el interior de la poblacin, con vistas a ,establecer, entre otras cosas, un enlace directo entre la estacin y el centro. En la piazza di S. Oronzo se efecta la excavacin de los restos del teatro romano, al que no se duda en adosar un alto edificio porticado de fachada curva (figura 1.199). En Taranto, cuya economa se beneficia con la existencia del puerto militar, se estudia en el 34 un plan de saneamiento para la sustitucin ntegra de una parte del centro antiguo, plan que luego no tiene xito; quedar desatendido, en lo sustancial, el caligrfico plan de expansin para la ciudad nueva elaborado en los mismos aos (figs. 1.2001.201). En 1929 vuelve a cobrar vigencia en Messina la idea de proceder a la reconstruccin de la Palazzata, que haba sido destruida por el terremoto de 1908. La convocatoria, muy estricta, del concurso convocado ese ao establece la altura de los edificios, su disposicin en cuerpos separados y las principales caractersticas de su arquitectura. Entre los 29 proyectos presentados (figs. 1.202-1.205) obtiene el primer premio el redactado por el grupo compuesto por Autore, Leane, Samoni y Viola, basado en el establecimiento de trece manzanas, interrumpidas por un paseo central de 60 metros de anchura, en correspondencia con el palacio municipal, que se levanta en la plaza que hay detrs. Los edificios, en gran parte sede de dependencias administrativas, instituciones bancarias y compaas de seguros, son construidos por los mismos autores del proyecto triunfador, individualmente o asociados; dentro de los lmites pesados del tema, el resultado es aceptable, por la continuidad de la secuencia y por la digna composicin de las arquitecturas lg3. Piacentini
lg3 Cfr. P. Marconi: Il concorso narionale per il progetto della nuova Palazzata di Messina, en Architettura e arti decorative, agosto de 1931; y F. Tentori: Giuseppe Samond e la Palazzata di Messina, en Casabella, nm. 227, 1959.
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est presente en Messina con la construccin del nuevo palacio de Justicia lg4. Durante todo el perodo fascista la ciudad de Siracusa permanece sin contar con un instrumento de control urbanstico; el plan regulador preparado en el 33 no es aprobado despus por las autoridades ministeriales porque se le considera gravemente lesivo para la importante zona arqueolgica situada al norte de la ciudad. En cambio, se lleva a -efecto la apertura de la va del ~ i t t o r i o (el actual corso Matteotti), mediante una serie de derribos que desde el templo de Apolo apuntan directamente hacia el corazn del Ortigia, dando lugar a un eje de actividades terciarias flanqueado por edificios de oficinas. Ante el xito de tal obra se considera seguidamente la posibilidad de reestructurar tambin, por entero, el barrio de la Graziella, pero el proyecto en cuestin no pasa de las meras intenciones. Con amplia participacin se celebra en el 32 en Catania un concurso para la redaccin del plan regulador lS5; el documento que subsiguientemente se redacta en el 34 por una comisin formada por el arquitecto Giovannoni, el arquitecto Fichera y el ingeniero Fusco, orienta la expansin residencial hacia el cuadrante nororiental, intentando liberar la ciudad del dogal formado por el trazado ferroviario que la separa del mar; en el centro antiguo prosiguen las obras de aclaracin y demolicin (fig. 1.206). Tambin en Cagliari se organiza un concurso para la redaccin del plan regulador (1930) '%; las propuestas que de l derivan
lW N. de R.: 11 palazzo di giustizia di Messina dellJarch. Marcello Piacentini, en ~Architettura e arti decorative, abril de 1929. lQ5 C. S.: Concorso per il piano regolatore di Catania, en Architettura, septiembre de 1932. Adems, G. Nicotra: Catania. 11 giardino Bellini e la sistemazione di una zona urbana a sud, en Urbanistica~,marzo-abril de 1938. l m Cfr. F. Luraghi: Esito del concorso per il
parecen exceder del potencial econmico de la ciudad (masiva expansin hacia el interior y hacia el paseo martimo, ampliacin del rea portuaria). En estos veinte aos se llevan a cabo, sobre todo, obras de acabado y de ordenacin. En Sassari se celebra, sin xito, en el 33 un concurso nacional para la redaccin del plan regulador. El plan estudiado en el 39 por el arquitecto Petrucci prev, entre otras cosas, ingentes intervenciones en el baricentro de la ciudad vieja para la formacin de una plaza destinada enteramente a edificaciones pblicas y de carcter representativo lg7 (figura 1.207). Otras numerosos ciudades menores e intermedias, como Alessandria, Brunico, Cremona, Ferrara, Mdena, Iesi, Pesaro, Ascoli Piceno, Avellino, Benevento, Catanzaro y Enna, se ven tambin afectadas por intervenciones interiores de remodelacin ( figs. 1.208-1.214), a menudo limitadas a manzanas concretas aisladas o partes de manzanas lg8.
8.
a) LA
ITALIA
FASCISTA
Los precedentes -muy significativos en el plano poltico e ideolgico- de la actitud del fascismo respecto de la expansin colonial
piano regolatore della citth di Cagliari, en Architettura e arti decorative, noviembre de 1930. Adems, S. Rattu: Sistemazioni urbanistiche di Cagliari; il terrapieno, en Urbanistica, mayo-junio de 1938; A. Melis: Le torri e i bastioni a Cagliari, ibid., marzo-abril de 1940. lg7 Cfr. S. Rattu: Sassari: il piano di risanameflto del centro della citti uecchia, en Urbanistica, julioagosto de 1939. lg8 Para una resea general, cfr. 1. Insolera: LJinsegnamento delle citth. Il decennio dell'antistoria (1930-40), cit.
1
Figs. 1.206-1.214 (en la pgina opuesta). Catania, plan de saneamiento del rione Antico Corso; Sassari, el proyecto para la piazza, del Littorio; Ferrara, un plan no ejecutado para el saneamiento de la zona de S. Romano; Mdena, los saneamientos efectuados entre las calles Ganaceto y Ruini; Iesi, un plan no ejecutado de derribos en el centro; Benevento, la ordenacin del rea del arco de Trajano segn el plan Piccinato; Enna, la intervencin para la construccin del palacio del Gobierno, planimetra y maqueta.
nos remiten a los aos de la campaa de Libia (e incluso, ms hacia atrs, a las empresas africanas de Crispi, a las que ya se ha aludido en otro lugar de esta obra). En los aos giolittianos la oleada de propaganda nacionalista cobra nuevo vigor, dejando escaso margen a las valoraciones serenas y documentadas sobre la oportunidad de una reanudacin de la accin colonial, ante la explosin enftica de un patriotismo emotivo e intolerante. A travs de una copiosa literatura cientfica y pseudocientfica, Libia -hacia donde se orientan las apetencias coloniales italianas, sobre todo desde que, a partir de 1905, el Banco di Roma consigue asegurarse en el pas algunas concesiones mineras- se describe a la opinin pblica como una especie de tierra de promisin, frtil y de enormes riquezas potenciales, tanto agrcolas como del subsuelo, destinadas, por su pasado y por su presente, a su dominacin por Italia. Por el contrario, se censuran, como inspiradas por un idealismo derrotista y carentes de realismo poltico, las repetidas denuncias formuladas por una parte considerable de los socialistas, y por un radical como Salvemini, contra las mixtificaciones histricas y geogrficas lg9. Algunas figuras influyentes de la literatura se hacen eco tambin de la propaganda poltica: D'Annunzio y el mismo Pascoli se muestran decididamente favorables a la poltica de conquista colonial "O.
lg9 En los artculos publicados en Unitb en 1912: Erodoto e Plinio nazionalisti ( 6 de enero); Archeologia tripolina (17 de febrero); Come si fabbrica una tevra promessa ( 8 de junio); LJacqua a Tripoli (23 de noviembre). El lector podr encontrar estos artculos reunidos en el volumen de G . Salvemini: Come siamo andati in Libia e altri scritti da1 1900 al 1915, Miln, 1963. En una de las tragedias de D'Annunzio, Pih che lJamore, escrita alrededor de 1906, el protagonista Corrado Brando (nombre que habla por s mismo) no tiene otra aspiracin que la de superar en gloria y valor a los grandes exploradores italianos del continente africano, y se expresa as: Tengo mi pensamiento, e incluso tengo mi imperio, una palabra romana que hay que hacer itlica: Teneo te, Africa. Las palabras en latn de esta frase proftica se estamparn en lo alto del saln de ventas de la
Ciertamente no resulta sencillo ocultar las dificultades que ofrece la colonizacin y valorizacin del territorio libio, salvo que se empleen afirmaciones desprovistas de todo escrpulo. Corradini, en L'ora di Tripoli, presenta a rabes y turcos como los devastadores de la obra de los griegos y los romanos en Africa, y compartiendo este punto de vista se sostiene, desde muy diversos ngulos, que con el retorno de los pueblos latinos aquellas tierras volvern a ser frtiles y pobladas. Por lo que respecta a los rabes, una parte de la prensa, incluso la que parece ms seria, no duda en aconsejar, sin medias tintas, su exterminio, mientras que, como alternativa, para hacer posible una ocupacin italiana con suficiente grado de penetracin, se admite tambin la va legal, mediante una oportuna interpretacin de las normas " l . jurdicas ' Con tales precedentes, y en el clima psicolgico que se ha creado en Italia como conExposicin del libro colonial fascista, celebrada en Roma, en el palacio de Exposiciones, en la primavera de 1936. De Pascoli es bien conocido, sobre todo, el discurso La grande proletaria si e mossa, publicado en el peridico La Tribuna del 27 de noviembre de 1911, y en el que, volviendo a tomar elementos procedentes de otros escritos anteriores y sobre la base de consideraciones proporcionadas por Corradini, transfera a la escala de las naciones la idea y la terminologa de la lucha de clases. "O' Como puede saberse por el relato de un diario de la poca, en el Congreso de los juristas italianos celebrado en Roma en noviembre de 1911 . . . Filomussi Guelfi, aplaudidsimo, ha desarrollado su idea sobre la necesidad de atribuir la propiedad del suelo en Tripolitania al Estado Italiano, y ello en base al concepto inspirador de las Leges Agrariae de la Roma antigua, conforme a las cuales el cultivador de la tierra no era ms que un usufructuario y, por tanto, en caso de cultivarla mal, deba ser destituido por el Estado y reemplazado por otra persona que desempease mejor su cometido. Siendo los rabes, en su mayora, psimos cultivadores, la aplicatoriedad de tal concepto jurdico resultara muy conveniente. Cfr. F. Michels: .LJimperialismoitaliano, Miln, 1914, pgina 131, nota. Michels no deja de sealar que si se diese valor a una norma de esa especie, resultara bastante embarazosa la posicin de muchos latifundistas italianos del Medioda del pas, propietarios de enormes extensiones de tierras incultas.
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Figs. 1.215 y 1.216. Las filiales del Banco di Roma al servicio del mperio; las revistas de propaganda colonial.
secuencia del arreglo posblico de los intereses de los pases vencedores en la contienda, el fascismo se orienta bien pronto hacia una enrgica reanudacin de las actividades de valorizacin de las colonias. Aunque no pueda subestimarse la relacin que evidentemente se da entre esfera poltica, intereses financieros y beneficios coloniales ( fig. 1.2 15), conviene advertir que para el rgimen el empeo puesto en las posesiones de ultramar constituye, sobre todo, la ocasin deseada para llevar a efecto una demostracin de su eficacia organizativa: Italia debe marchar ahora a las colonias determinada a una accin de intransigente gestin fascista, para demostrar dentro del propio pas -frente a las objeciones de los anticolonialistas- las ventajas polticas y econmicas que ofrece un gobierno autoritario, y respecto del extranj,ero -en especial, respecto de los pases que desde tiempo atrs se encuentran en cabeza
de los imperios coloniales- para poner de relieve sus capacidades realizadoras y pacificadoras~ y el definitivo acceso de la nacin italiana al rango de gran potencia. Muy particularmente, el control de Libia y de las islas del Egeo tiene un notorio valor poltico y estratgico para la ampliacin de la presencia italiana en el Mediterrneo (fig. 1.216), al que Mussolini se refiere con el apelativo de Mare Nostrum. Desde 1924 la poltica de reorganizacin de las colonias cobra una orientacin ms dinmica, conforme a tales lneas d,e actuacin. Se enva a personalidades relevantes del partido para ocupar los cargos de gobernadores en Trpoli, en Asmara, en Mogadiscio. Se crean o se potencian las estructuras administrativas y financieras, as como las instituciones civiles en el campo de la educacin escolar y en el de la sanidad; se organizan manifestaciones rituales que confirman
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Figs. 1.217-1.222. La arquitectura colonial: palacio del Littorio en Bengasi, edificio de Correos en ApoUonia, una Casa del Fascio en Somalia, el teatro de Bengasi (de Piacentini y Piccinato), una iglesita del arquitecto Rava en Suani Ben Adem, y casas populares (de Di Segni) en Trpoli.
la presencia italiana, como pueden ser la Feria o el Gran Premio automovilstico de Trpoli. Se redactan los primeros planes reguladores de los centros ms importantes y se promueven las realizaciones de infraestructuras y de obras pblicas, tanto urbanas como territoriales. Se trata de favorecer la presencia de empresas agrcolas e industriales. Los gastos coloniales pasan, de los 107 millones de liras de 1921; a los 530 millones de 1930. Tambin se favorece por el gobierno fascista la exploracin del Africa septentrional (las investigaciones y excavaciones de las ciudades muertas de Sabratha, Leptis Magna, Cirene), no slo como demostracin de la amplitud
de intereses a que responde la presencia italiana, sino tambin, y sobre todo, para subrayar la legitimidad de sta. Las crnicas no omiten el poner de relieve un hecho como el descubrimiento de una estela de mrmol en la que se contiene el testamento de Tolomeo Neteros en favor de Roma. La arquitectura y la planificacin urbana juegan en todo este panorama un importante papel material e ideolgico: organizacin del trabajo, separacin de clases y de razas, por un lado, consenso y espejo del poder, por el otro. La tcnica mimtica de la arquitectura y la de imposicin del estilo fascista al paisaje colonial son dos facetas de la dominacin
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que conviven sin dificultad alguna: ello hace posible que junto a un improbable eclecticismo extico, generalmente de inspiracin morisco-veneciana, desplegado a manos llenas, sobre todo en los equipamientos pblicos destinados a la poblacin local, o junto al clasicismo monumental de los centros urbanos, surjan tambin productos modernos o, ms frecuentemente, pseudo-modernos, que encuentran una posible base de referencia en la tradicin mediterrnea 'O2 (figs. 1.2171.222).
A la reanudacin imperialista de la guerra de Etiopa corresponde un viraje en las orientaciones de la poltica colonial, que ahora se inclinan hacia un racismo de imitacin -aunque no por ello menos siniestro que su modeloy hacia un nacionalismo insolente, templado bajo el signo de la romanidad y capaz de trastocar por completo, mediante una descarada propaganda ideolgica, sectores cada vez ms amplios de la cultura nacional. El decreto-ley de 19 de abril de 1937, que castiga con reclusin de uno a cinco aos a los ciudadanos italianos que mantengan relaciones de ndole conyugal con personas nativas del Africa Oriental italiana (art. l o ) , viene a ser la primera expresin jurdica de la defensa a ultranza de la estirpe itlica y del racismo colonial. Tras este primer paso viene despus un decreto-ley de enero del 39 que, como consecuencia de la proclamacin de ~ i g i acomo parte del territorio nacional (octubre del 38), concede una ciudadana especial a los libios: expediente con el que en realidad se niega a los nativos africanos la mayor parte de los derechos correspondientes a la ciudadana italiana, imponiendo
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Architettuva libiche degli arch. Cado Enrico Raua e Sebastiano Larco, en Architettura, septiembre de 1931; F. Reggiori: Avchitettuve per la nostva mnggiore colonia, en Dedalo, 1931; B. M. Apolloni: L'attzcale momento edilizio della Libia, en Architettura, diciembre de 1937; P. Marconi: L'avchitettura nella colonizzazione della Libia. Opere dell'arch. Giovanni Pellegvini, ibid., diciembre de 1939.
una serie de restricciones que hacen que la norma implantada resulte bastante ms retrgrada que la adoptada por Francia para Argelia e incluso que la establecida por Portugal en los casos de Angola y Mozambique (la concesin de la ciudadana especial, que no es automtica, sino que se examina en cada caso previa solicitud, aparece subordinada al cumplimiento de numerosas condiciones cautelares, y tan slo comprende la posibilidad de acceso a la carrera militar en unidades libias, de ejercicio del cargo de pode.& en los municipios libios o de asesor en los municipios de poblacin mixta, y el derecho a llevar armas). De la subordinacin ideolgica de la cultura a la razn de Estado y de partido pueden recordarse aqu algunas expresiones relativas a los estudios y a las disciplinas de la arquitectura y de la planificacin del territorio, advirtiendo que el fenmeno afecta, casi sin excepcin, a las reas ms diversas de la produccin intelectual. En cierto sentido podemos fechar en este campo la ampliacin programtica del activismo cultural (con anterioridad centrado casi exclusivamente en la acrtica exaltacin de la romanidad) coincidiendo con la aparicin del primer nmero de la revista Palladio, nacida el ao 37 como resultado del primer Congreso nacional de historia de la arquitectura, y que se inicia precisamente con una serie de trabajos dedicados a Etiopa. En los aos sucesivos, conforme se va acercando la entrada en guerra de Italia, este tipo de orientacin se hace cada vez ms explcita, hasta el punto de aparecer como consecuencia de un programa calculado en funcin de una reivindicacin territorial legitimada por antiguas -cuando no prehistricas- presencias culturales. Desde Malta a la Suiza italiana, desde Canda a Tunicia, las reliquias monumentales romanas, las obras que an perduran de la empresa que fueron las Cruzadas y de la accin de las repblicas marineras, y los testimonios de la hegemona veneciana, se presentan como carne viva de la nacin, como miembros que hay que volver
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a unir al cuerpo de la madre patria "'. El mismo Giovannoni, en el editorial de presentacin del nmero de 1940 de la revista Palladio, dedicado a la presencia italiana en el Mediterrneo, concluye por defender un derecho imprescriptible de la Historia y de la estirpe al retorno a Italia de regiones enteras, una vez colonizadas '"*. Se trata del mismo derecho que el historiador Gioacchino Volpe parece fundamentar, con carcter ms general, en el trabajo de los italianos emigrados al extranjero 'O5, y que el gegrafo Tallarico, con afirmaciones ms grotescas, refiere a la predestinacin telrica~de terminada por la configuracin de la pennsula itlica "'.
m3 <Estos irrebatibles documentos de una civilizacin italiana, tan prxima en el tiempo y tan actual en sus valores, son segura confirmacin de la legitimidad de la accin que, victoriosamente emprendida, sellar la integrided de nuestro mar, restituyendo a Italia la isla mediterrnea. V. Mariani: Malta (Carauaggio-Mattia Preti), en Le arti, 11, 1940. Vanse adems : P. Romanelli : I monumenti romani della Tunisia, en Palladio, 1940; E. Clausetti: Le fortificaxioni venete in Candia, ibid.; G . Giglioli: 11 trofeo di Augusto alla Turbia, ibid. <(Ennuestra Revista, que [ ...1 pretende ilustrar los monumentos italianos, para crear en torno a ellos conciencia y afecto, para demostrar cun grande e ininterrumpido medio son para atestiguar todava el ser de una civilizacin dominadora, hemos querido dedicar un nmero, casi por entero, a las obras arquitectnicas situadas en regiones que debern reintegrarse a Italia en virtud de los derechos imprescriptibles de la Historia y de la estirpe. G . Giovannoni, en Palladio, 1940. G. Volpe: Su la soglia del nuovo impero mediterrdneo, en Le arti, 11, 1940. Sobre estos temas, cfr. H . Millon: T h e Role of History of Architecture in Fascist Italy, en Journal of the Society of Architectural Historians, marzo de 1965, del que hemos tomado algunas de las referencias contenidas en nuestro texto. 206 Pases achaparrados y cuadrados los primeros [los pases centroeuropeos]; pas el italiano esbelto y alargado: de conformacin esttica aqullos, de carcter dinmico ste; y si, como algn antropogegrafo sostiene, la expresin del relieve geogrfico es ndice a veces de las cualidades del pueblo que lo habita, entonces Italia, esbelta y alargada, forjada en forma de quilla, como nave en movimiento, es precisamente la que se apresta a partir, para ir a otros lugares a efectuar conquistas. El articulista llega a
En el campo de los estudios de planificacin, la conquista de Etiopa da lugar a una intensificacin del inters por el urbanismo colonial. Y as -y no por casualidad-, el primer Congreso nacional de urbanismo, que se celebra en Roma en abril del ao siguiente, dedica una sesin de trabajo al urbanismo colonial. No se trata de una simple relacin o informe sobre las realizaciones y programas en marcha: las comunicaciones oficiales y las intervenciones en el debate indican que se trata de buscar una solucin terica del problema -es decir, que se intenta establecer el tipo peculiar de colonizacin que corresponde al Imperio fascista-, si bien, conforme a las apreciaciones dominantes, todava se estima que no carece de inters la leccin francesa ,en Marruecos, con base en la cual se vuelven a proponer en los aos sucesivos estudios e informes 'O7. La colonizacin, bien o mal, ha superado ya la fase del despegue administrativo; de ahora en adelante deben aplicarse mtodos e instrumentos racionales de planificacin, para que no se repitan en el futuro los errores que, por las prisas, por el desorden y por la falta de urbanistas en los departamentos tcnicos coloniales, hubo que lamentar en los primeros aos de dominacin italiana en Trpoli, Bengasi y Mogadiscio~ 'O8. Junto a contribuciones que se proponen, aunque sea de modo genrico, restituir a la obra italiana en Africa el valor de una presencia civilizadora, con cierta medida de moderala conclusin de que la conquista de Africa se basa en dos grandes destinos "primigenios" [ ...1: el destino ancestral de la raza C...] nacida originariamente en las alturas de Africa ( ? ) y la configuracin geogrfica de Italia que buscaba desde siempre a Africa [...] con la voz telrica de su propio destino. G. Tallarico: LJItalia in Africa per diritto biologico, editora1 de la {(Gazzetta del Popolo. 207 En particular, E. Forno: Su alcune architettura coloniale straniere, en Architettura, enero de 1938; C. Valle: La legislarione urbanistica nel Marocco Francese, en Urbanistica, marzo-abril de 1938; del mismo autor: Urbanistica coloniale francese in Africa, en Architettura, mayo'de 1938. Cfr. Atti del I Congresso Nazionale di Urbanistica, Roma, 1937, vol. 1, primera parte (Le direttive generali).
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Figs. 1.223-1.226. Algunos esquemas de Bafile para la construccin de poblados indgenas en Etiopa.
cin y de conciliacin paternalista, se enuncian tambin, quiz por ver primera, principios organizativos formulados brutalmente con base en las teoras racistas. Entre las propuestas ms radicales, sin perfrasis alguna, para la colonizacin abisinia, destaca la de Bafile (figuras 1.223-1.226): su idea para una serie de poblados de nueva construccin parte de la premisa de la necesidad de someter a vigilancia militar a los indgenas. Se trata, ms que de nuevas aglomeraciones humanas, de modelos racionales de campos de concentracin, en los que pueden conseguirse, sin duda alguna, el desarraigo de las poblaciones respecto de su ambiente natural de vida y la disgregacin de sus estructuras sociales, como auspicia el autor de la propuesta "'.
209 NOS convendr edificar los nuevos lugares de modo que el indgena sea desarraigado de los actuales "focos de infeccin" y acabe, l mismo, por emigrar a los nuevos poblados, ms como husped que como dueo, previamente seleccionado y controlado. Dejamos hablar al autor de tales propuestas porque stas representan, aunque sea con el carcter de punto lmite, el fondo brutal y represivo a que llega la ideologa racista del colonialismo fascista: En el campo del urbanismo colonial, el problema militar es una cuestin fundamental. Terminadas las operaciones de guerra, la necesaria depuracin y el asentamiento definitivo no pueden realizarse sino a travs de un largo perodo de paciente labor. Es pura ilusin el pensar que el impulso de la nueva vida de los colonizadores pueda apasionar hasta tal punto a los indgenas como para que adquieran de repente un concepto distinto de sus enemigos de ayer, para que les cobren afecto y para que abandonen sus tradiciones y sus viejos sistemas, abrazando los nuevos. Este es un milagro que jams se ha producido en el mundo y que no cabe esperar que se produzca en
Las sugerencias de Bafile no se aplican en la prctica, pero el criterio de segregacin racial, extendido a todos los aspectos organizativos, entra ya de forma explcita en las directrices impartidas por el rgimen para el Africa Oriental italiana "lU, y resulta asumido
Abisinia, donde existe una poblacin salvaje, habituada a vivir de la rapia y del bandidaje, azuzada contra los blancos por una propaganda secular. Se aconseja la intervencin en los poblados existentes: Los pueblos que existen, sean pequeos o grandes, son focos de infeccin, cmulos de suciedad, donde se conservan con fanatismo tradiciones y supersticiones que jams podran hacerse desaparecer. En su tucul es donde el indgena se siente conservador. Sera un error unir las ciudades metropolitanas a estos focos de infeccin, a estos centros donde existe toda una red de parentelas, de tradiciones, de dependencias, de supersticiones y de fanatismos. La respuesta, por lo tanto, consiste en crear agregados urbanos y rurales fcilmente defendibles respecto de posibles agresiones del exterior, fciles de vigilar y dominar por su propia configuracin interior [...] una disposicin panptica de la red de calles que irradie exclusivamente de dos fortines supondra una garanta de un completo control [ . . . l . Y tanto mejor desde el punto de vista militar: la red de calles de la aglomeracin urbana absolutamente sometida a vigilancia, el permetro del ncleo inexpugnable [ .. . ] pocas armas oportunamente emplazadas y adecuadamente protegidas podran impedir cualquier tipo de ofensiva, ataque o agresin. Unas pocas atalayas seran suficientes para observar cualquier movimiento o desplazamiento [ . . .] contando con la eficaz iluminacin de proyectores para la vigilancia nocturna. En todos los centros [...] el barrio indgena se situar a una distancia de unos 500 metros del ncleo metropolitano, separado de ste por una franja verde, reforzada siempre que sea posible con un curso de agua, de la que deber excluirse en todo
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igualmente, como no caba por menos que esperar, en los planes reguladores elaborados para las ciudades abisinias .
Con el acuerdo ratificado en Locarno en 1912 se sanciona el reconocimiento de la soberana italiana sobre Libia y el Dodecaneso; ese mismo ao el gobierno italiano crea el Ministerio de Colonias. La administracin de Libia, no obstante, tras los gastos ingentes ocasionados por la guerra, no tiene unos inicios felices, por ms que en Trpoli, desde 1914, despus de la reordenacin catastral de los terrenos del patrimonio nacional en torno a la ciudad, tienen lugar las primeras asignaciones a ciudadanos italianos de lotes de tierras de 5 a 50 hectreas. La guerra de 1915-18 detiene el proceso de organizacin de la colonia (dividida en dos agobiernos, el de Tripolitania, con su capital en Trpoli, y el de Cirenaica, con la capital en Bengasi) e incluso restringe la zona efectivamente controlada por las autoridades militares italianas. De este modo, cuando en 1921 el conde Giuseppe Volpi llega a Tripolitania como tercer gobernador civil de esta provincia, la ocupacin italiana aparece todava limitada al rea de Trpoli, a la zona de Homs y a la exigua franja costera que comprende algunos oasis mayores. Es precisamente Volpi quien inicia la reconquista territorial, ocupando en febrero de 1922, con los solos medios de que se dispone en la colonia, el centro de Misurata, empresa que le valdr despus el
caso cualquier tipo de vivienda y donde, como mximo, podr autorizarse la construccin de algn que otro edificio con destino especial. El mismo barrio indgena deber quedar siempre a sotavento y bajo impluvio con respecto a los barrios metropolitanos, y se enlazar mediante una va de trnsito independiente a aquellas otras zonas en que el elemento indgena pueda ser utilizado (zonas industriales, hortcolas, e t c . ) . ~ Varios autores : Opere per l'organirrazione civile in Africa Orientale Italiana, Roma, 1939, pgina 159.
otorgamiento de su ttulo honorfico. En junio del 25 es nombrado gobernador de Tripolitania el jerarca Emilio De Bono; y hasta 1928, despus de una serie de expediciones militares, no puede llevarse la ocupacin efectiva hasta la lnea del paralelo 29'", y solamente en el 31 quedar desarmado y sometido el Fezzn [la regin S.O. de Libia]. El traspas de la Cirenaica es reconquistado tambin lentamente bajo el mando de los gobernadores Bongiovanni, Mombelli y Teruzzi entre los aos 23 y 30. La obra efectiva de colonizacin del territorio de Libia se inicia, en la prctica, durante el gobierno del conde Volpi di Misurata en Tripolitania. Tras la afectacin al patrimonio pblico nacional de todos los terrenos incultos respecto de los que los nativos no puedan hacer valer ttulos de propiedad privada, se procede a las asignaciones de lotes de tierras de labor, en rgimen de concesin, a empresas privadas dotadas de considerables medios de inversidn, segn un decreto de febrero de 1923, que establece tres tipos de concesin (mediante el pago de un canon anual y con facultad de acceso a la propiedad tras la puesta en cultivo de las tierras, mediante la adquisicin inmediata del dominio pleno o en simple arrendamiento). Esta es la fase en que tiene un neto predominio el latifundio capitalista: Volpi mantiene estrechas relaciones con los grupos de las altas finanzas italianas y, por otra parte, est convencido de que la presencia de grandes sociedades especulativas resulta necesaria para dar un inicio seguro a la obra de revalorizacin agraria. En efecto, la parte ms importante de las asignaciones de tierras efectuadas desde el 14 al 25, con un total aproximado de 33.400 hectreas, va a parar a manos de pocas empresas explotadoras, y una sola sociedad, la SIBA, cuenta con concesiones en cuanta que gira en torno de las 10.000 hectreas (figs. 1.227-1Z 9 ) . La sustitucin de Volpi por el general De Bono coincide con el intento de promover resultados ms consistentes desde el punto de vista econmico, mediante una ampliacin ms capilar de los canales de crdito en favor
Figs. 1.227-1.231. Las concesiones de tierras en las cercanas de Trpoli hacia 1930; dos vistas de una explotacin agrcola fortificada en El Merg, cerca de Barce; la concesin agraria de la Unin colonial italorabe en Guarscia, y vista del poblado.
de los colonos, tras haber podido constatar que la orientacin precedente supona el riesgo de fomentar el acaparamiento de tierras, no siempre acompaado de la puesta en cultivo y mejora de las mismas, y a veces de extensiones desproporcionadas a las efectivas disponibilidades financieras del concesionario. Caractersticas no muy diferentes ofrece tambin, hasta estas fechas, la colonizacin agrcola que se lleva a cabo en Cirenaica: paralelamente a la operacin de afectacin al dominio pblico nacional de las tierras incultas, que se lleva a cabo sobre todo entre los aos 26 y 27 (bien mediante expropiacin por causa de utilidad pblica, o por adquisicin directa a los indgenas, o previa indemnizacin por la prdida de los derechos de uso y disfrute), tienen lugar entre el 22 y el 26 algunas concesiones importantes (entre las que pueden
citarse las de la Unin colonial italo-rabe, que construye el pequeo poblado de Guarstia, y las de la Sociedad toscana de empresas coloniales; figs. 1.230-1.231); pero slo en el 27, con e l aumento de las -contribuciones, se produce algn incremento en el nmero de las empresas. Estos objetivos genricos de contencin del latifundio asumen una orientacin ms precisa en la poca del gobierno Badoglio, que se inicia a finales del ao 28, cuando el rgimen se separa de los criterios de una colonizacin econmica con control limitado del Estado, en favor del principio de una colonizacin demogrfica planificada y asistida por el Estado. Este es un tema que ya desde estos aos aparece inserto hbilmente en el contexto social italiano, cuando aumenta la desocupacin como efecto de la drstica
limitacin de la inmigracin en los Estados Unidos (dato, este ltimo, que ser recogido, entre otros, por el fascismo como elemento de apoyo a sus propias tendencias expansionistas) y como consecuencia de las vicisitudes econmicas interiores e internacionales. Entre las medidas que se ponen en prctica est la de promover la actividad del Comit de colonizacin, creado en 1928 como organismo de asesoramiento en todos los problemas relacionados con la revalorizacin agraria, y que cuenta para ello con el apoyo que le presta el Instituto agrario experimental de Sidi Mesri, establecido a cinco kilmetros de Trpoli, dotado de campos de experimentacin, viveros, huertas, instalaciones de transformacin de productos y otros servicios. Entre tanto entra en vigor el decreto de 1928 que disciplina el crdito agrcola, y que mientras indica concretamente las obras para las que se autoriza a los particulares a solicitar subvenciones y prstamos, encomienda al gobierno colonial la realizacin de las obras de inters pblico. De todos modos, una estadstica del 31 pone de manifiesto que todava predomina en Tripolitania la gran empresa explotadora: junto a la ya citada SIBA (en quiebra despus, tras el parcial fraccionamiento de sus tierras en lotes de extensin intermedia) pueden recordarse tambin las concesiones otorgadas a los industriales De Micheli (con 3.500 hectreas, de las que ulteriormente cerca de 2.000 pasan de nuevo al patrimonio pblico), a la sociedad annima La Bonificatrice (3.500 hectreas), a la empresa de los hermanos Cal6 (3.000 hectreas), a la sociedad annima La Fondiaria Lbica (2.160 hectreas), a la Fatma, S. A. (1.885 hectreas) y al mismo conde Volpi (1.000 hectreas). Un verdadero viraje operativo se hace posible con la creacin por un decreto del 11 de junio de 1932, del Ente para la colonizacin de Cirenaica (transformado despus en Ente para la colonizacin de Libia), al que se encomienda la tarea de proceder a la puesta en cultivo de tierras y al desarrollo de una labor de mejora agraria de carcter puramente po-
p u l a r ~ ,iniciando un programa en tal sentido que afecta a una extensin de 900.000 hectreas. El Ente inicia inmediatamente sus actividades en el Ybel cirenaico, afectando al patrimonio nacional ms de 420.000 hectreas de tierras, de las cuales cerca de 50.000 resultan aptas para el cultivo agrcola, tras haber acallado mediante una indemnizacin de pocos millones de liras las pretensiones de los indgenas a seguir disfrutando de sus antiguos derechos de pastos; se ponen en marcha distritos de bonificacin de tierras en Barce El-Garib, Zavia Beda y Tavia Zert, y en 1933 comienzan a surgir los poblados agrcolas de Luigi Razza, Beda Littoria, Luigi di Savoia y Giovanni Berta (a los que sigue en el 36 el de Umberto Maddalena), hacia los cuales se canaliza el traslado de un primer contingente de familias de colonos desde la Puglia (el ao 31 se ha instituido en Trpoli un departamento del Comisariado para las migraciones y la colonizacin interior). Entretanto se procede a la construccin de obras pblicas, con la realizacin de equipamientos civiles e instalaciones de servicios en los centros mayores, con la intensificacin del tendido de nuevos ramales ferroviarios y de la construccin de carreteras, con la apertura de nuevos pozos y con la adecuacin de las estructuras portuarias. Este programa experimenta un relanzamiento a finales del 33, cuando uno de los jerarcas fascistas ms prestigiosos y dinmicos, el quadrumuiro Italo Balbo, sucede a Badoglio en la direccin de la colonia. Una de las obras ms cacareadas del rgimen, la carretera litoral que va desde el confn tunecino a Egipto -un trazado de 822 kilmetros, con 65 casas de peones camineros y un arco monumental- se ejecuta precisamente durante el perodo de gestin de Balbo (del que tomar su nombre oficioso . inauguracin de esta cade va ~ a l b I a )La rretera da ocasin a Mussolini para efectuar su segundo viaje a Libia, hbilmente orquestado por la propaganda del partido, cuyo momento, culminante lo constituye la ceremonia que se desarrolla el 18 de marzo de 1937 en Trpoli, en el curso de la cual, entre una
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Figs. 1.232-1.238. La colonizacin planificada en Libia: distribucin de los centros en Tripolitania y Cirenaica, el sector Mari0 Gioda del poblado Crispi, vista del poblado Crispi, la casa Littoria del poblado Bianchi, plan de colonizacin correspondiente al poblado de Beda Littoria y al poblado de Breviglieri.
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muchedumbre que aplaude a rabiar y en presencia de 2.000 soldados indgenas a caballo, algunos notables rabes hacen donacin simblica al dictador de una espada del Islam (fabricada en Florencia). En 1938 los resultados econmicos y demogrficos, aun a costa de un gasto pblico cada vez ms ingente, van mejorando: las cifras oficiales informan de la presencia de 13.000 colonos, ya inmigrados al Africa mediterrnea italiana, de los cuales 2.400 se han establecido en los poblados cirenaicos y el resto en explotaciones agrarias y poblados de Tripolitania, cerca de Horms, Misurata y Tigrinna. Este balance permite a Balbo la formulacin de un nuevo programa de inmigracin forzada, a realizar en un bienio mediante la formacin de una serie de caseros agrcolas, de cerca de 3.400 nuevas explotaciones, y con el asentamiento de otros 20,000 colonos. La ejecucin del programa se confa al Ente para la colonizacin de Libia y al Instituto nacional fascista de Previsin Social. En cuanto a las modalidades de participacin de los colonos se prev un ciclo que pasa por una fase de trabajo asalariado, luego por otra que supone el establecimiento de un rgimen de aparcera durante un perodo 'de cinco aos y, finalmente, por otra de acceso a la propiedad mediante amortizacin en un plazo que va de veinticinco a treinta aos. Los nuevos poblados rurales [borgate rurali] surgen en Cirenaica (los tres centros de D'Annunzio, Battisti y Oberdan, proyectados por el arquitecto Di Fausto, y el de Baracca, proyectado por el arquitecto Pellegrini) y en Tripolitania (los de Crispi, segn proyecto de Di Segni y Pellegrini; Giordani, proyectado por Di Fausto; y Gioda y Oliveti, proyectados por Di Segni, que vienen a sumarse a los poblados de Breviglieri y Bianchi, ya iniciados con anterioridad). Los elementos de organizacin de estos poblados estn constituidos por los edificios representativos y por los equipamientos de servicio, conforme a una tcnica ya experimentada en las ciudades de las zonas de bonificacin de la llanura
pontina: iglesia, Casa del Fascio, escuela con alojamiento para el maestro, ambulatorio, cuartel de carabineros, oficina de Correos, mercado y, a veces, hostelera-fonda; bastante similar, aunque a escala ms reducida, es tambin la articulacin morfolgica y tipolgica de los ncleos en cuestin, en los que se emplean predominantemente formas amediterrneam realizadas en mampostera blanqueada con cal. Falta, en cambio, una distribucin proporcionada de poblacin en el centro del ncleo, puesto que los colonos aparecen repartidos, casi en su totalidad, por las zonas puestas en cultivo (figs. 1.2321. D a ) . El 3 de noviembre de 1938 diecisiete buques que han zarpado de Gnova -la denominada flota del trabajo*, segn los habituales slogans de la retrica fascistadesembarcan en la cuarta orilla italiana, es decir, en el puerto de Trpoli, cerca de 15.000 colonos que han de trasladarse a las fincas que les han sido asignadas. Su reclutamiento se ha efectuado en 39 provincias italianas por el Comisariado para la emigracin interior, siguiendo criterios muy selectivos para reducir al mnimo las posibles dificultades de ambientacin, que podran resultar perjudiciales pra el xito de la operacin. Se ha otorgado preferencia, sobre todo, a los pequeos propietarios y a los aparceros, que son atrados a las nuevas tierras por mejores perspectivas de trabajo y bienestar. A lo largo de 1939 los organismos de colonizacin realizan un tercer grupo de poblados (Garibaldi, Marconi, Micca, Corradini y Tazzoli en la Libia occidental, Mameli, Filzi y Sauro en la Libia oriental), adems de cerca de 1.500 casas para colonos destinadas a albergar a otra masa de inmigrantes que llegan en el mes de noviembre del mismo ao. Al propio tiempo, junto a la colonizacin metropolitana se desa.rrolla tambin una colonizacin musulmana en las tierras puestas en explotacin distribuidas alrededor de algunos poblados de la zona costera (Fager, Zahra, Mansura, Chadra, Nahiba y Gedi-
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Figs. 1.239-1.245. La nueva Trpoli: el monumento a los Cados, de Brasini; el palacio del gobierno; el plan regulador de Trpoli y la ordenacin prevista para el rea situada ante la residencia del gobernador; un proyecto del arquitecto Di Fausto para la plaza de la Catedral; vistas del paseo martimo Conte Volpi y del autdromo.
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da, en la Libia oriental, Mahamura y Naima en la Libia occidental) ''l. Trpoli, con sus 25.000 habitantes en el momento de la ocupacin militar en 1911 (de los que 4.000 son italianos), es la mayor ciudad de la colonia y, por tanto, la que es objeto de ms atenciones por parte de los gobernantes italianos. Pero poco es lo que se realiza en ella antes del 22, fecha en que se asienta all la sede del gobierno Volpi, si se exceptan los acuartelamientos de las tropas, algunas obras en el puerto y la restauracin del arco de Marco Aurelio, que se lleva a cabo entre el 14 y el 18; un plan regulador redactado antes del 22 queda, en la prctica, sin ejecutar, salvo en algn aspecto mnimo, y es sustituido por planes de parcelacin o por planes especficos de expropiacin. Durante la etapa del gobierno Volpi se inicia un programa de obras pblicas y de ordenaciones urbanas que comprende la construccin del paseo martimo en torno a la ciudad vieja, con el monumento a los cados italianos cuya ejecucin se confa a Brasini (una pesada rotonda con ocho contrafuertes; fig. 1.239))la restauracin del Castillo (realizada tambin por Brasini) y la construccin del palacio de Justicia. La sede del gobierno es obra, en cambio, del arquitecto Meraviglia-Mantegazza (1924-30; fig. 1.240); el gobernador Volpi Di Misurata, el hombre de las grandes ideas y
Sobre los diversos aspectos de la colonizacin italiana en Libia, vanse, adems de las obras generales citadas: G . Narducci: Storia della colonizzazione della Cirenaica, Miln-Roma, 1942; M. Finocchiaro: La colonizzazione e le trasformazioni fondiarie in Libia attraverso le sue fasi, 1914-1966, Roma, 1966; V . Roberti: La archittetura libica e i nuovi centri agricoli, en Emporium, diciembre de 1938; P. Carbonara: Recenti aspetti della colonizzazione demografica della Libia, en Archi.tettura, abril de 1939; E. Zimmerle: Libysche Kolonisation, en cWasmuths Monatshefte fr Baukunst, octubre de 1939; M. Gutierrez Spadafora: Aspetti e realizzazioni dell'Ente per la Colonizzazione della Libia, en Oltremare, octubre-noviembre de 1942. El inters que ofrecen las iniciativas italianas en la Alemania nazi aparece documentado en O. Schmieder y H. Wilhelmy: Die Faschistische Kolonisation in Nordafrika, Leipzig, 1939.
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de las grandes vas pblicas 212,toma posesin de nuevo edificio para convertirlo inmediatamente en el centro representativo del podero poltico y cultural italiano '13. El arquitecto Florestano Di Fausto, gran constructor de embajadas y consulados italianos, sustituye al arquitecto Limongelli, a la muerte de ste, como asesor en cuestiones de arquitectura del Municipio de Trpoli, y, entre otras cosas, redacta un proyecto (fig. 1.243) para la fachada de la nueva catedral (erigida entre el 23 y el 28), englobando el edificio en una ordenacin porticada de la plaza en que se levanta; sobre este tema tambin se convoca un concurso pblico en 1930 "14 Entre las realizaciones ms significativas del rgimen hay que recordar igualmente la preparacin de la Feria de Trpoli y la construccin del autdromo (fig. 1.245). Alrededor de 1930 se somete a estudio un plan regulador general de la ciudad (arquitectos Alpago-Novello, Cabiati y Ferrazza) con el fin de recomponer las proliferaciones edificativas, ms bien inorgnicas, que se han producido hacia el Este y hacia tierra adentro, en el Sur (figs. 1.241-1.242). Se respeta sustancialmente la ciudad vieja (si se exceptan algunas limitadas intervenciones de demolicin y el aislamiento del arco de Marco Aurelio), rodeada en parte por el despliegue envolvente de la ciudad italiana que se pro"2 Cfr. R. Calzini: Da Leptis Magna a Gadames, Miln, 1926 (introduccin). G . . . el conde Volpi pens que la residencia del gobernador deba ser capaz de influir, con el lujo razonable de la vida representativa, a travs de la solemnidad de las recepciones, de las comidas y de las fiestas oficiales, sobre la mentalidad rabe, proclive a reconocer el poder de la riqueza. En A. Piccioli: La nuoua Italia dJOltremare, Miln, 1933, pg. 862. Puede consultarse el texto de Piccioli como cuadro indicativo de noticias sobre el tema. 214 Cfr. Il progetto per il concorso della piazza della Cattedrale di Tripoli, en {(Architettura e arti decorative, agosto de 1930; 11 concorso per la sistemazione di piazza della Cattedrale in Tripoli, ibid., mayo de 1931. 215 Cfr. 11 padiglione del Governatorato di Roma alla Fiera di Tripoli, en Architettura e arti decorative, julio de 1929; 11 nuovo autodromo di Tripoli, en Architettura, febrero de 1935.
Figs. 1.246-1.248. La nueva Bengasi: el plan regulador de Alpago-Novello, Cabiati, y Ferrazza; una vista del barrio italiano en el centro antiguo; y vista del paseo martimo (lungomare) de la Victoria, con la Catedral.
yecta con trazados en cuadrcula. Desde la piazza Italia, nudo de articulacin situado al sur del Castillo, parten dos ejes principales: el corso Vittorio Emanuele, en direccin Sudeste -y en el que se levantan el palacio de Justicia, la central de Correos, el Ayuntamiento y el Banco de Npoles-, que termina en la residencia del gobernador, tras atravesar la plaza de la Catedral; y el corso Sicilia, en direccin Sudoeste, que ms all de la zona de la Feria comercial cruza el viale Petrarca, avenida que sirve de enlace entre la piazza Brighenti y la estacin. Una transversal interior y otra de contencin, ms perifrica, aseguran los enlaces semi-anulares de las zonas edificadas exteriores, mientras que a lo largo del puerto el lungonzave Volpi (al que dan el teatro Miramare, la Banca d'Italia y un Grand Hotel de formas orientales) se prolonga hacia el Este, en direccin al oasis de Tagiu1 6 (fig. 1.244). ra '
En Bengasi las primeras obras de cierto relieve se llevan a cabo entre 1922 y 1930. En esos aos se equipa y organiza el centro representativo italiano en la zona que da al puerto, prosiguindose as el envolvimiento de la ciudad. indgena iniciado ya desde las primeras construcciones efectuadas y desde el establecimiento de las primeras instalaciones militares situadas al Norte (acuartelamiento Torelli) y al Sudeste (Mando de tropas, centro de automovilismo, sanidad, etc. ). El elemento ms importante del centro italiano est constituido por la piazza del Re, arbolada, a la que da el palacio del Gobierno "', y a la que va a confluir el corso Italia, eje de los equipamientos civiles ms iinportantes de la ciudad. La piazza del Re queda enlazada, mediante la va Roma y la va Briccola, con la piazza del Municipio, que queda dentro de la ciudad rabe, donde se alza el nuevo Ayuntamiento italiano.
N. de R.: Resideuza del Governatorato della Civenaica a Bengasi, degli arch. Ottavio Cabiati e Guido Ferrazza, en Architettura e arti decorative, julio de 1931.
En 1932 se redacta un plan regulador general de la ciudad y de sus expansiones (figura 1.246)) estudiado por los arquitectos Alpago-Novello, Cabiati y Ferrazza, autores ya de la Catedral, en la piazza Mirtiri Fascisti. El plan inserta, sobre el eje de la va Scerif y de la paralela que resulta de la prolongacin del corso Italia, el tema de organizacin de la ciudad nueva europea, como soldadura entre la vieja Bengasi y el suburbio de Berca, a travs del istmo comprendido entre la salina della Punta, al occidente (transformada en el anillo de la drsena industrial y de amarre), y la salina Selmani, al Este. La fusin de los tres sectores en un conjunto armnico es ms bien, en realidad, el resultado de un englobamiento estrecho de los elementos preexistentes en la ciudad moderna, en particular mediante el envolvimiento -y, al mismo tiempo, la segregacin- del barrio rabe. A este intento declarado de segregacin puede atribuirse tambin el ensanche de la va Aghib, lnea de sutura de la poblacin indgena, as como la obra, bastante contenida, de saneamiento del centro antiguo -ciertamente, no ms drstica que la que imponen los planes contemporneos para las mismas ciudades italianas-, con la prevista reconstruccin-ampliacin del acceso a la piazza del Municipio (va Roma y va Briccola), donde se prev un tramo porticado. En el istmo y en Berca se repite el mismo atropello, con la apertura de zonas de construccin intensiva. El subsiguiente proceso de crecimiento confirma estas premisas, con las diversas acentuaciones que los intereses pblicos y privados imprimen al desarrollo urbano (figuras 1,247-1.248).Al reforzamiento de la zona moderna que se levanta sobre el puerto viejo -con la construccin de una cortina de edificios al oeste del lungomare Regina Margherita, con el cierre de la piazza del Re al construirse el nuevo teatro proyectado por Piacentini y Piccinato, y con la parcelacin del cementerio, atravesado antes por la va Roma (zona en la que se levantan el Istituto Nazionale di Assicurazioni, el Istituto della Previ-
denza Sociale, la Cassa di Risparmio, la Assicurazioni generali, la Banca d'Italia y Correos)- corresponde la incierta definicin de las reas perifricas, Se llevan tambin a cabo obras notables en el puerto, desfavorecido hasta entonces por sus escasos calados, para adecuar su necesaria eficacia a su favorable ubicacin geogrfica (Bengasi es, en la prctica, el nico puerto urbano existente a la sazn en el arco del Mediterrneo entre Alejandra, en Egipto, y Trpoli), con la construccin de un nuevo espign exterior protegido, hacia la lnea de los 15 metros de calado 'la.
En las islas del Egeo las mayores atenciones del gobierno italiano -y, despus, del nuevo rgimen fascista- se dedican concretamente a la isla de Rodas, considerada importante, sobre todo, por su posicin geogrfica, adems de estimarse susceptibles de aprovechamiento desde el punto de vista turstico. En la isla se reorganiza el rgimen de aguas y se repara y ampla notablemente la red de carreteras, de manera que resultan accesibles con vehculo de motor todos los centros habitados. En tal sentido, las fuentes oficiales de la poca, refirindose a las obras efectuadas en Rodas por el rgimen, hablan de la construccin de 447 kilmetros de carreteras en 1935 (de ellas, 130 asfaltados), comparndolos con los 29 kilmetros que se encontraban en funcionamiento en el momento de la ocupacin italiana. En la capital de la isla, Rodas, tras las restauraciones que se han ido efectuando desde 1913 (fundacin en 1916 del Museo arqueolgico, gracias a la labor de Amedeo Maiuri, en el Hospital de los Caballeros de Malta), va cobrando forma, sobre todo durante el gobierno Lago (desde 1923), la ciudad Cfr. N. Galimberti: La nuova Bengasi, en Urbanistica, julio-agosto de 1934.
Figs. 1.249-1.251. Rodas: la expansin de la edificacin, el plan regulador, la zona italiana sobre el puerto del Mandracchio.
italiana (figs. 1.249-1Z l ) . Con tal nombre tan slo se indica, en realidad, el paseo martimo que bordea el puerto resguardado del Mandracchio, es decir la amplia avenida del Foro Ithlico con la secuencia de edificios, de estilos diversos, proyectados en gran parte por el arquitecto Florestano Di Fausto, que prcticamente monopoliza los encargos profesionales en la circunscripcin del gobierno del Egeo '19; separndose de la ciudad vieja, hacia el Norte, Di Fausto realiza el Mercado, inspirado racionalmente en modelos de arquitectura oriental y coronado por una cpula verde, el Crculo de Italia, el Palacio de Justicia, con el estilo de la arquitectura romana del XVI, la Casa del Fascio, la iglesia de S. Giovanni dei Cavalieri, el palacete del obispo latino, el palacio del Gobierno, en gtico veneciano, y, en fin, la Comandancia de Marina. Ms all del puerto del Mandracchio se va desarrollando la zona balnearia y turstica, con el hotel delle Rose situado en el centro de un parque. En una zona situada al sudoeste de la ciudad amurallada, entre las torres de Espaa y de Santa Mara,
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se construye, proyectada tambin por Di Fausto, la casevma Regina, inaugurada el 26, que exhibe en su fachada dos medallones con las efigies de Csar y del Duce. Respecto de las dems islas del Dodecaneso, solamente en Cos se lleva a cabo alguna intervencin urbanstica, con la ordenacin, tambin en este caso, de un paseo martimo (Foro Ithlico) al sudeste del centro viejo; las dos construcciones mayores realizadas por el gobierno de las islas son el palazzo della Reggenza y el de la Podestera, ambos de Di Fausto, autor igualmente de la iglesia catlica del Agnus Dei. En Leros, en una profunda baha de la isla, los italianos instalan la base naval de Porto Lago, dotada de dique seco *O.
Hasta el inicio de las operaciones logsticas de la guerra etope, el empeo demostrado por el fascismo en la revalorizacin econmica de Eritrea es ms bien modesto, aunque en todo caso mayor que el de los precedentes
Cfr. M. Parodi: L'hpeua del regime nell'sola di Rodi, en Rivista delle colonie~,marzo de 1940.
Figs. 1.252-1.258. Plano de Masawlva, y vista del centro de la ciudad vieja; plan de Asmara, vista de la zona de hotelitos y una ordenacin monumental con fuente; vista panormica de Agordat y plan regulador para el ensanche de Assab.
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Figs. 1.259-1.265. La presencia italiana en Somalia: las concesiones de tierras en el distrito de Genale, y la presa de Genale; los terrenos puestos en cultivo por la SAIS en las inmediaciones del poblado Duca degli Abruzzi, y una foto de los indgenas trabajando en las concesiones; Mogadiscio: los ncleos de Amaruini y Scingani entre los que surge la ciudad italiana, el primer plan regulador y (encima de estas lneas) vista del centro de la ciudad tomada con ocasin de la visita efectuada por el Prncipe de Piamonte en marzo de 1928.
gobiernos liberales, y se refiere sobre todo a los centros urbanos a los que se dirige casi exclusivamente la inmigracin italiana, determinando tambin las primeras tentativas de bonificacin y colonizacin del llano de Tessenei, donde en 1928 se inauguran las concesiones de tierras irrigadas gracias a la represa de un canal derivado del ro Gasc. En Masawwa (Massaua) tiene lugar una rpida reconstruccin de la poblacin tras el terremoto de 1921, operacin que se promueve mediante la concesin de prstamos y subvenciones a los particulares y a las empresas privadas. A partir del 29 se efectan obras de potenciacin del puerto, para hacer posible el atraque de buques de gran tonelaje. El incremento de las actividades comerciales y militares entre el 34 y el 37, al convertirse la ciudad en base principal de aprovisionamiento para las operaciones de guerra, y el crecimiento de la poblacin que de tal circunstancia deriva (15.000 habitantes en 1938), se .disciplinan mediante algunos planes urbansticos de ordenacin preparados para las diversas zonas en que se articula la ciudad: circunvalacin en la isla de Masawwa, trazado de un barrio residencial en la isla de Taulud, construccin de instalaciones industriales en la pennsula de Gherar, creacin de nuevas zonas industriales descentradas en Archico-Gurgussum y reordenacin de los poblados eritreos ms prximos, los de EdegiBehrai y Amatereh, y del ncleo ms interior de Otumlo (figs. 1.232-1.253). Tambin en Asmara se acenta notablemente el desarrollo urbano en los aos treinta, con la llegada de millares de funcionarios, militares y obreros italianos que acompaan a los cuerpos expedicionarios (la poblacin llega casi a los 100.000 habitantes en 1938). El plan regulador estudiado por el arquitecto Vittorio Cafiero, y luego revisado en el 38, no .consigue disciplinar adecuadamente el desarrollo de los suburbios provisionales que surgen en torno a los ncleos edificados ms compactos de las reas centrales y a lo largo de las arterias que los atraviesan. Se realizan entonces las arterias de circunvalacin, los
mercados generales, el mercado indigena, la mezquita y cuatro poblados obreros (Mussolini, Razza, De Cristoforis y Toselli). La ciudad queda definida en diversos barrios, un ncleo administrativo y comercial en torno a la piazza Roma, entre el viale Mussolini, el curso del torrente Mai Beli y el rea del parque del Gobierno, el sector del nordeste en torno a la piazza Italia, surgido en la primera fase de la ocupacin italiana, y el barrio situado al sur del viale Mussolini, en torno a la piazza Vittorio Emanuele 111; hacia el sudeste, sobre los altos de Ghezza Banda, se extiende el barrio europeo del mismo nombre, formado por hotelitos con grandes jardines. El casco indgena de la poblacin queda confinado hacia el norte, ms all del viale Milano (figs. 1.254-1.256). Se elaboran planes de alineacin y de expansin para los centros menores (Agordat; figura 1.257) y para el puerto de Assab (ingeniero G. Ferrazza; fig. 1.258).
En Somalia, la reconquista italiana, con la definicin y estabilizacin de los lmites de la colonia, se completa bajo el gobierno de Cesare Maria De Vecchi di Val Cismon (192328). Durante estos mismos aos tiene lugar tambin el esfuerzo ms notable de colonizacin agrcola planificada a lo largo del curso del Uebi Scebeli. En el distrito de Genale, en los alrededores de la villa costera de Merca, se crea en 1912 la Azienda Agrcola Sperimentale, cuyas actividades se desarrollan considerablemente gracias a la construccin en el ro de una presa de embalse, iniciada en 1924 e inaugurada dos aos despus: el canal De Vecchi, derivado aguas arriba del embalse, alimenta una serie de colectores para la irrigacin de las concesiones (con un total de cerca de 30.000 hectreas), donde se cultivan algodn, ssamo, caa de azcar y tabaco. En la margen meridional de la zona de las
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concesiones surge el pequeo centro de Vittorio d'Africa, sede del Consorcio de colonizacin de Genale, donde se ubican tambin algunas instalaciones para la elaboracin y transformacin de productos agrcolas (figuras 1.2.59-1.260). Ms importante es el poblado Duca degli Abruzzi (9.000 habitantes hacia 1930, de los que 200 son italianos), situado a unos 60 kilmetros en lnea recta al norte de Mogadiscio. Es el centro de colonizacin creado por la Sociedad agrcola italo-somal (SAIS), fundada en Miln en 1920 por Luigi di Savoia, duque de los Abruzos, que es concesionaria de ms de 25.000 hectreas a orillas del Uebi Scebeli. Las obras de represa y embalse de las aguas del ro, terminadas en 1923, marcan el inicio de un plan racional de bonificacin y valorizacin agraria que se desarrolla mediante la subdivisin de la concesin en explotaciones y fincas, con la construccin de carreteras de servicio (145 kilmetros hasta 1938) y de casas de labor aisladas, y con creacin de ncleos habitados (figs. 1.2611.262). El laboreo de las tierras se confa a colonos indgenas, cerca de 2 .O00 familias, que se hacen venir desde las regiones vecinas; a los colonos se les entregan pequeos lotes de tierras, de una hectrea de extensin, que han de dedicarse en su mitad a cultivos de subsistencia para las familias y en su otra mitad al cultivo del algodn, cuya cosecha ha de cederse sin compensacin alguna a la sociedad; adems, los colonos trabajan tambin, por un salario bajo, en los cultivos generales de la empresa (caa de azcar, cacahuete, algodn, mandioca, ricino, agave, pltano), cuyos productos son tratados despus en los establecimientos de transformacin (desgranado y prensado del algodn, laboreo del cacahuete, fbrica de aceites). Al lado de la SAIS se instala tambin, ms tarde, la Sociedad azucarera somal, constituida igualmente a iniciativa del duque de los Abruzos y dependiente del Consorcio nacional de productores de azcar de Gnova = l .
Cfr. P. Barile: Colonizzazione fascista nella Somalia meridionale, Roma, 1937.
Mogadiscio, la capital, es el nico centro urbano de la colonia (cerca de 30.000 habitantes entre los aos 30 y 40). En torno a los dos sectores indgenas de la ciudad vieja, Amaruini y Scingani, surgen, en estilo moro o rabe-normando, las nuevas construcciones destinadas al gobierno y a las oficinas administrativas, y los equipamientos colectivos de la comunidad italiana (palacio del Gobierno, Banca d'I talia, Teatro, Catedral -de 1925-28, que tiene por modelo el duomo de Cefalh-, la Casa del Fascio del 38), que se levantan sobre los dos ejes principales ortogonales del viale Regina Elena y del viale Vittorio Emanuele 111; este ltimo separa a los dos ncleos indgenas, discurriendo en direccin a la costa. Un primer plan regulador y de expansin estudiado alrededor del ao 30 prev la ampliacin de la ciudad, mediante nuevas manzanas regulares, hacia el Este y hacia el Oeste, entre la costa y la lnea de colinas que se alzan tierra adentro ( figs. 1.263-1.265).
DE
C O L O N I Z A C I ~ N PARA
Desde 1932 las miras expansionistas del fascismo se orientan a la conquista de Abisinia, ltima regin del continente africano no dominada todava por ninguna nacin europea: un Estado pobre y primitivo que el negus Hail Selassi, que ocupa el trono desde 1930, trata dificultosamente de consolidar, superando los conflictos tribales, organizando por vez primera estructuras institucionales centralizadas y permanentes con el apoyo de consejeros suecos y belgas, y otorgando concesiones y contratas a empresas inglesas. Mussolini inicia las primeras operaciones militares a finales del 35; tras una primera fase de la campaa, un tanto incierta, dirigida por De Bono, el mariscal Badoglio vence en pocos meses la dbil resistencia de los abisinios, conquistando la capital, Addis Abeba. El 9 de'mayo de 1936, desde el balcn de la
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piazza Venezia, el Duce puede anunciar la proclamacin del Imperio 'u. A partir de este momento se inicia la labor de valorizacin de Africa Oriental, acometida con impaciencia e improvisacin, en el marco de la agravacin de las tensiones internacionales. En un artculo directamente inspirado por Mussolini que aparece publicado en el Pbpolo d'Italia del 12 de mayo del 36 se augura ya un porvenir fustico de trabajo y prosperidad para el nuevo Imperio. En teora, desde el 1." de julio del 36 est ya en marcha un plan, a ejecutar en seis aos (es decir, que debera concluir el 42, coincidiendo con la conmemoracin de los veinte arios del rgimen), por un importe total de 12.000 millones de liras, para la construccin de carreteras, obras portuarias e hidrulicas, instalacin de centrales hidroelctricas, telgrafos, telfonos, explotaciones mineras, para la edificacin urbana, para la colonizacin, la bonificacin de tierras y la repoblacin forestal. Un sector del plan se refiere a la ejecucin de los planes reguladores de los centros principales y, en particular, del correspondiente a la capital, Addis Abeba. En un editorial de la revista Architettura de mayo-junio del 36 se hace un llamamiento a los arquitectos italianos, para promover con calor la creacin de un plan regulador general del Imperio. La retrica del nacimiento de las ciudades del desierto es el leit motiv que vuelve a repetirse una y otra vez, desenfrenadamente, en decenas y decez2 El Imperio fascista ser el Imperio del trabajo. Despus de catorce aos de formidables obras pblicas en el interior, el pueblo italiano est perfectamente preparado y equipado para desarrollar un programa de grandes realizaciones en Etiopa, que comprender carreteras, vas frreas, escuelas, hospitales, acueductos, bonificaciones de tierras, ordenaciones justas, obras de higiene y de asistencia humana. Cit. en L. Preti: l ~ n p e r ofascista, africani ed ebrei, Miln, 1968, pg. 68.
nas de publicaciones oficiales y semi-oficiales, renovando el mito de los marjales pontinos. E n cambio, no se acomete ningn clculo econmico que merezca tal nombre, ni para especificar la entidad de las inversiones necesarias para cada tipo de actuacin, ni para evaluar la rentabilidad del gasto en trminos de puestos de trabajo o de renta global, y mucho menos para establecer una comparacin con las inversiones productivas efectuadas en la madre patria, por sectores adlogos o alternativos "'. Los planes de colonizacin que el Ministerio del Africa Italiana (creado el ao 37 y muy pronto asumido por el mismo Mussolini) comienza a estudiar para Etiopa hacia 1938 intentan generalizar las ltimas experiencias obtenidas en Libia: junto a la pequea colonizacin (lotes de tierras de 10-15 hectreas concedidos a licenciados del ejrcito y obreros que han intervenido en la campaa de Etiopa), se apuntan esencialmente a una colonizacin demogrfica planificada, dirigida por Entes autnomos a los que corresponde organizar el traslado de colonos desde Italia, por grupos regionales, controlndolos y prestndoles asistencia en las fases iniciales de su asentamiento. Las primeras entidades de este tipo que se constituyen son las denominadas aRomagna d'Etiopia, con una concesin en el Uoggherh (Asmara), Veneto d'Etiopiao, en el Gimma (Galla y Sidama), y Puglia d'Etiopia, en el Cercer (Harar); tambin la Opera nazionale combat tenti obtiene concesiones y organiza explotaciones agrcolas en Oletta y en Bisciofth. Otras posibles formas de valoriSegn Preti, el asentamiento de mil campe-. sinos en Etiopa vena a costar, al menos, de cinco a diez veces ms que la creacin en el territorio nacional de un nuevo establecimiento industrial que diese trabajo a un nmero igual de obreros. L. Preti: op. cit., pg. 67.
Figs. 1.266-1.271 ( e n la pgina opuesta). Las grandes carreteras del Imperio; la situacin de Addis Abeba en el momento de la conquista italiana, planimetra (1. Colina de S. Giorgio; 2. Pequeo Ghebbi; 3. Gran Ghebbi; 4: Estacin), vista del rea situada alrededor de la iglesia de S. Giorgio y vista del Gran Ghebbi; esquema del primer plan de Guidi y Valle, y planta de la zona monumental.
zacin y explotacin del pas quedan comprendidas en la colonizacin de tipo capitalista confiada al gran capital privado, y en la colonizacin de tipo industrial desarrollada por compaas concesionarias para la transformacin industrial de los productos agrcolas o minerales (por lo que respecta a este ltimo sector, se verifican algunas investigaciones por entidades y sociedades que se dedican a la prospeccin de los recursos del subsuelo en el Tigr, en torno al lago Tana, en Dessie, en Lechemti, en Giggica). Entre tanto se inician las obras de construccin de la red de carreteras -cuyo plan se dice que ha sido trazado personalmente por el Duce-, llamada a integrar el dbil sistema de vas de comunicacin existente ( fig. 1.266); para la adecuacin de la red ferroviaria, constituida en toda el Africa Oriental por slo tres lneas (la Masawwa-Asmara-Agordat-Biscia, la Mogadiscio-Villaggio-Duca degli Abruzzi y la Addis Abeba-Djibouti), se prev como obra de ejecucin prioritaria el enlace de Addis Abeba con el puerto de Assab, para el que se anuncian ya importantes obras de reestructuracin. Por lo que respecta a la planificacin urbana, en diciembre del 37 el portavoz ms autorizado de la arquitectura del rgimen dedica casi todo un nmero a ilustrar los planes reguladores de las ciudades principales del Africa Oriental, acompaados de las memorias redactadas por sus respectivos autores, si bien se trata, ms que de programas ponderados seriamente, de meras lucubraciones de gabinete, que bien pronto debern ser objeto de radical revisin, atribuyndoseles nuevas dimensiones, comenzando por el plan correspondiente a la capital 224. Entretanto, mientras se fomenta el traslado de los colonos, de obreros y de otros operadores econmicos (las fuentes oficiales in224 El mismo editorial de presentacin advierte que es claro que, dados los numerosos elementos de incertidumbre existentes, no puede hablarse de planes reguladores definitivos, de suerte que los pro: yectos aqu presentados tan slo pueden tener el valor de programas preliminares. Cfr. Momento urbanistico e architettonico delllImpero, en Architettura, diciembre de 1937.
dican, con orgullo, en el 38, que casi 100.000 italianos trabajan ya en Etiopa), el gobierno comienza a distribuir cantidades ingentes de fondos para la realizacin de obras pblicas en los centros habitados y en el resto del territorio, mediante contratas, muy remunerativas, concertadas con empresas privadas. El comienzo de la guerra frena primero y trunca despus los programas del Gobierno fascista. En el momento de la ocupacin italiana, Addis Abeba no es ms que un abigarrado poblachn habitado por algunas decenas de miles de personas, mal cohesionado y dbilmente estructurado. Al ministro Bottai, que lo sobrevuela en un avin militar, le parece un agregado urbano formado enteramente al azar. Una especie de enjambre de tuculs y de alojamientos hechos de arcilla y ramas se extiende en torno a alguna que otra manzana aislada formada por construcciones de mampostera y alrededor de algunos monumentos dispersos (figs. 1.267-1.269): el Gran Ghebbi imperial (una serie de construcciones de distintos estilos destinadas a la corte y a los servicios administrativos) se ha ido desarrollando a partir de 1890; el nuevo Ghebbi es de 1934; estn tambin los edificios del parlamento y de las legaciones diplomticas, algunas iglesias y misiones, y la estacin ferroviaria, construida el ao 29, tras la llegada del ferrocarril en el 17. Hasta el perodo comprendido entre los aos 20 y 30 no se ha inaugurado el acueducto que abastece de agua a los edificios imperiales y a algunas fuentes pblicas; el alumbrado elctrico y el telfono tan slo funcionan en los edificios ms importantes; la poblacin carece de sistema de alcantarillado. En el 36 se inician ya los primeros estudios para la elaboracin de un plan regulador, por parte de una comisin de tcnicos del Govevnatorato de Roma, por ms que todava no se hayan disipado ciertas dudas acerca de la oportunidad de establecer la capital en una zona tan interior del pas, que por consiguiente depende para su subsistencia de la
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masiva importacin de toneladas y toneladas de mercancas de todo tipo, desde la carne enlatada a la leche condensada, pasando por la pasta, el aceite, el cemento y la madera, imprescindible estos dos ltimos elementos para llevar a cabo las construcciones precisas. Las indecisiones del gobierno italiano se dejan a un lado cuando en el 37 comienza a circular en la Sociedad de Naciones la propuesta de ratificar la conclusin del conflicto italoetope con la cesin de todo el pas a Italia, salvo una porcin del mismo, el territorio situado en torno a la vieja capital, Addis Abeba, constituida as en un pequeo Estado autctono bajo la soberana de Ras Tafari (Hail Selassi). Ante tal perspectiva, en ese mismo momento Addis Abeba es proclamada oficialmente capital del Imperio 225. El plan regulador redactado por Ignazio Guidi y Cesare Valle se propone traducir en previsiones espaciales la frmula del paralelismo entre la vida de los nacionales y la de los indgenas a que deben adaptarse las relaciones entre conquistadores y ocupados. Los dos arquitectos piensan poner en prctica este criterio aprovechando la configuracin natural del lugar y superponiendo la nueva ciudad sobre el ncleo existente: la neta separacin entre barrios indgenas y barrios italianos queda garantizada por los profundos lechos de los torrentes Kortumi y Gamelk; hacia el Este, a la izquierda de Gamele, surgir el barrio italiano, hacia el Oeste, a la derecha del Kortumi, el barrio indgena; para mayor seguridad, la zona comprendida entre ambos cursos de agua quedar destinada a centro comercial, accesible por un lado para los residentes italianos y por el otro los indgenas. La calidad de las soluciones arquitectnicas y espaciales marcar todava ms las distancias entre las dos ciudades paralelas 226. La ciudad italiana nacer sobre un
225 C. Poggiali: Albori dell'lmpero. LJEtiopia como 2 e come sari, Miln, 1938, pgs. 340-41. La insercin del nuevo centro entre los edificios que ya representaban la mayor expresin del dominio de la dinasta abisinia, reafirma la total
eje Norte-Sur que conecta el nuevo con el viejo Ghebbi, inserta en su vrtice superior sobre una plaza rectangular que agrupa a los edificios gubernativos a la sombra de una Torre Littoria y al palacio del virrey, con la explanada que se extiende ante l, destinada a las paradas militares; ms abajo se situar el barrio directivo-administrativo, y ms al sur, en correspondencia con el viejo Ghebbi, surgirn complejos monumentales simblicos destinados a exaltar la fundacin del Imperio, aunque todava pendientes de su concreta definicin. La ciudad indgena, en cambio, estar constituida por un agregado de poblados diferenciados por raza y religin. Por lo dems, la zona comercial de filtro -de la que quedar aislada la iglesia de S. Giorgio, encuadrada por una escarpadura del terreno y por una serie de terrazas de acceso- se organizar tambin conforme a una divisin entre mercado indgena y mercado europeo, sirviendo de sutura entre ambas zonas el complejo de los suk 227 (figs. 1.2701.27 1). Este plan evidencia inmediatamente su inaplicabilidad : distancias demasiado onerosas entre los complejos pblicos y la estacin ferroviaria, pendientes excesivas de las reas a urbanizar, subestimacin de los elementos preexistentes, aun reconociendo su efectiva debilidad. El segundo plan regulador, redactado en el 38 (fig. 1.272)) abandona a los indgenas, casi por entero, la ciudad vieja (en la que ya se han producido las primeras intervenciones edificativas), y desplaza la ubicacin de la ciudad nueva hacia las reas ms libres y llanas situadas al sur, en torno a la estacin. Una composicin de conjunto ms rigurosa y ajustada adopta, no obstante, los mismos criterios de individualizacin de las partes y de segregacin funcional que
superposicin italiana sobre la antigua dominacin.
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Figs. 1.272 y 1.273. El plan definitivo para Addis Abeba y fotografa de la maqueta del nuevo Ayuntamiento proyectado por Marconi.
haban caracterizado al plan precedente. La ciudad italiana se plantea ahora sobre dos ejes rectilneos principales: el Grande Viale Imperiale, que enlaza, escenogrficamente, la residencia del virrey, enclavada en el solar del viejo Ghebbi, con el centro gubernativo y poltico; y el viale Mussolini, que arrancando de la estacin (desplazada hacia la parte baja) atraviesa la zona de los grandes negocios y lleva a la plaza del ayuntamiento y al rea comercial. Los dos ejes son atravesados, casi perpendicularmente, en su punto medio por la transversal Gimma-Dessie, que lleva, hacia el Este, a los barrios residenciales extensivos y semi-extensivos, al centro deportivo y a la zona hotelera, y hacia el Oeste a las reas industriales, a los barrios obreros y al aeropuerto. Tambin en este caso la zona de los mercados funciona como filtro entre esta parte de la ciudad y el sector indgena, organizado en una serie de barrios de parcelacin menuda, destinados a los diversos grupos tnicos (eritreos, somales, rabes, abisi-
nios), segn precisas indicaciones normativas (un preciso y geomtrico plano de razas, como puede leerse en la relacin que del nuevo documento urbanstico hacen sus propios autores) "'. El planteamiento racial del plan se traduce esta vez en una solucin tcnica precisa. La ciudad indgena, autnoma en sus equipamientos (iglesias, hospital), no mantiene ms que una relacin indirecta y tortuosa con el centro nacional, y queda enlazada, con independencia de ste, a la zona industrial y a la estacin (separada de la italiana y materialmente ahogada en el interior de la zona industrial). Raza a civilizar y raza civilizadora: las soluciones de perspectiva y ceremoniales -aunque no carentes de indecisiones, advertibles en la deficiente solucin de la relacin entre los dos ejes temticos principales- exaltan el poder fascista en la
228 Cfr. Annali dell'Africa Italiana, ao 11, Roma, 1939.
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Figs. 1.274-1.280. Esquema d e Bosio para Gondar y vista perspectiva de las ordenaciones propuestas; anteproyecto d e plan para Dessik, primer plan para Dire-Daua y plan de Adama; planes para Harar y Nefasit.
articulacin de sus funciones y jerarquas. Sobre el papel, el plan regulador de la segunda capital del Imperio, Addis Abeba, nos vuelve a ofrecer el ltimo fruto -fruto otoal y un poco pasado- de esa poca del imperialismo triunfal que est ya a punto de arrumbarse, ante la nueva orientacin hacia formas de colonialismo ms dctiles y eficaces. Aprobada la ejecutoriedad del plan, se pasa a la redaccin de los planes particulares de actuacin y se inician las obras de ordenacin del sistema viario, mientras se procura trasladar a los indgenas a barriadas de alojamientos preparados apresuradamente, para poder desalojar las reas edificables hasta entonces afectadas por la presencia de aqullos. En una primera fase se construyen poblados modestos tratndose de imponer a los nativos unos alquileres proporcionados al coste de construccin, despus se deja que sean ellos mismos los que construyan en la zonas previstas sus propios alojamientos de paja y hojalata. En el ao 40 se han elaborado ya algunos proyectos de edificios pblicos, entre ellos el del nuevo ayuntamiento (fig. 1.273), redactado por el arquitecto Plinio Marconi "O. Pero ste es uno de los ltimos aspectos de la obra de planificacin urbanstica de la capital del Imperio. Otros numerosos planes urbansticos se redactan para las ciudades menores del Africa Oriental, para Gondar, Gimma y Dessi2 (proyectos originales del arquitecto G . Bosio, luego reelaborados), para Harar, Dire-Daua y Adama (ingeniero G . Ferrazza) y para los ncleos menores (por los departamentos gubernativos; fig. 1.280). Como en el caso de Addis Abeba, las formulaciones iniciales, demasiado optimistas -a veces, incluso tcnica y formalmente avanzadas-, se reducen por regla general a elementales esquemas organizativos, funcionales en cuanto factor de coagulacin de las entidades de mando institucional de los ncleos existentes, que se
Cfr. M. Piacentini: Il municipio di Addis Abeba. Arch. Plinio Marconi, en Architettura, abril de 1940.
entrevn no sin un cierto recuerdo de las agregaciones formales ya empleadas en las ciudades nuevas construidas en el territorio nacional. El arquitecto Gherardo Bosio estudia un plan para Gondar (figs. 1.274-1.275) con la idea de convertir la ciudad en centro regional con una poblacin europea de 10.000 habitantes, previendo que pueda llegar a ser un nudo ferroviario importante para todo el comercio etope con el Sudn. Los criterios monumentalistas resultan atenuados como consecuencia de la dificultad de adaptacin a la atormentada altimetra del terreno, y el mismo centro representativo aparece fraccionado en polos (piazza del Governo, piazza del Tribunale, piazza del Podesti, piazza del Fascio). Respecto de los barrios indgenas, se propone su reestructuracin (casero de Denis2 Seghkr) o su expropiacin y traslado de sus habitantes (ncleo de Asasub). El apreciable estudio morfolgico para la adaptacin al paisaje de diversas tipologas edificativas residenciales se traduce, sin embargo, en una incongruente e improbable superposicin de elementos sobre la realidad del tercer mundo etope. El plan ser revisado y reelaborado por los departamentos locales correspondientes En Dessi; se emplea un esquema lineal todava ms terico, sobre el que se articulan los edificios gubernativos y comerciales (figura 1.276); el barrio indgena queda separado del nuevo centro por la accidentada orografa del lugar. Las nuevas construcciones, en cambio, tendern a concentrarse en torno a la encrucijada de confluencia de las vas de comunicacin regional existente (piazza Littorio), o a levantarse siguiendo la directriz de la carretera que va a Asmara 231. En Gimma, la propuesta de crear un centro urbano de 12.000 habitantes, que se presume de carcter residencial comercial*,
230 G. Bosio: Progetto di massima del piano regolatore di Gondar, en Urbanistica, mayo-junio de 1937. 231 G. Bosio: Schema di piano regolatore della citti di Dessi;, en Urbanistica, mayo-junio de 1937.
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da lugar a la formacin de cuatro zonas diferenciadas (extensiva, semi-extensiva, comercial y de los negocios); mientras la zona industrial y las viviendas obreras adyacentes habrn de dislocarse hacia la parte baja de la ciudad, a sotavento y en posicin desenfilada de las vistas; y el barrio indgena quedar separado de la ciudad blanca. Tambin este plan es revisado y modificado ulteriormente. En Harar, un centro con algunas decenas de miles de habitantes, el plan regulador resulta ms pragmtico al establecer la inmediata yuxtaposicin entre la ciudad vieja y la
expansin planificada; con previsin para esta ltima c o m o suele ser habitual en la prctica- de un trazado en cuadrcula regular para las zonas terciarias y comerciales, y otro algo ms libre para las reas residenciales (figura 1.279). En Dire-Daua, la autonoma de la ciudad nueva, situada al oeste del barrio indgena, aparece asegurada en cambio por el uadi Dacciatu (fig. 1.277); la disposicin de la cuadrcula viene definida por la lnea frrea. Ms esquemticos son los planes de los centros de Adigrat (ingeniero Gamba) y Adua (ingeniero Delfini), y los de Adama (fig. 1.278) y Cheren.
Captulo VI
1. El Reino Unido
a)
LA S I T U A C I ~ N GENERAL,
CIPLINARES
LA E V O L U C I ~ N
En Inglaterra los programas del partido conservador, en la inmediata posguerra, se orientan hacia el estmulo de la recuperacin econmica en un marco general dominado por el principio de libre empresa. El Labour Party, por su parte, ofrece un programa vinculado todava a las propuestas planteadas por los fabianos a principios de siglo; es decir, un programa de objetivos socialistas a largo plazo y de una accin poltica desarrollada a travs de medios democrtico-parlamentarios (y la aplicacin de este programa se hace incluso ms moderada cuando en 1924 el partido laborista accede al poder). De cualquier modo, la Housing Act de 1924, seguida de un acuerdo sindical con los administradores municipales, puede considerarse como el primer esfuerzo eficaz para poner a las autoridades locales en condiciones de producir viviendas a bajo coste. La depresin del 29 se abate sobre Inglaterra con efectos verdaderamente desastrosos, producindose precisamente despus de un perodo de difciles alternativas econmicas y de niveles de desempleo ya altos: por la estructura liberal de su economa y por los estrechos vnculos que sta mantiene con el capital americano, la nacin inglesa se encuentra ms expuesta a la crisis que los dems pases. Resultan particularmente afectadas las industrias del carbn y del acero, y el desem-
pleo alcanza niveles altsimos a partir del ao 31 (en Newcastle, el paro es del orden del 80 por 100 en los astilleros navales, del 50 por 100 en las construcciones mecnicas, del 43 por 100 en las industrias metalrgicas y del 40 por 100 en el sector de la minera) l. Los laboristas, incapaces de captar y asumir las indicaciones innovadoras de Keynes, no saben oponer a la crisis ms que las insuficientes armas de la ms ortodoxa poltica financiera, y en el 31 pierden las elecciones generales, debiendo entregar el gobierno a los conservadores, que gradualmente van preparando la recuperacin, poniendo en prctica un control ms estricto de la economa. En los aos de la guerra, el Labour Party, reorganizado, reelabora su estrategia en el terreno de la poltica econmica y social, de la forma en que se recoge expresamente despus en el manifiesto publicado en 1945 con el ttulo Afrontemos el futuro, que contiene ya los elementos precisos para la construccin de un welfare state capitalista controlado por el Estado en los sectores clave de la econol Ciertos pequeos centros de Gales, donde el desempleo haba llegado al 80 por 100 de la poblacin obrera, ofrecan el espectculo elocuente de una miseria inmvil y sin esperanza. Imagnense, a lo largo de los valles encajonados donde las aglomeraciones humanas se suceden en series interminables, el aspecto desolador de los talleres desiertos, de los pozos cegados, de los aparejos y mecanismos inmovilizados que van enmohecindose y pudrindose. Viendo estas fbricas en ruinas, estas techumbres cadas, estas ventanas cegadas y estos vidrios rotos, se hubiera dicho que el horror de la guerra haba pasado por all. M. Pollet : Probl~mesconomiques anglais, Argel, 1943, pg. 43.
ma (nacionalizaciones del Banco de Inglaterra, de la produccin de combustibles, de la electricidad, de los transportes interiores; control de los alquileres y de los precios de los inmuebles, produccin de viviendas de bajo costo, planificacin de las inversiones y de la localizacin industrial, lucha contra los desequilibrio~ territoriales; expansin de los servicios civiles, servicio sanitario nacional, legislacin completa en materia de seguridad social). Programa que, aunque en parte modificado despus en sus dimensiones, guiar la accin de los laboristas durante los primeros aos de la segunda posguerra. Para entender el desenvolvimiento del pensamiento urbanstico ingls en los aos que siguen a 1918 no puede dejarse de hacer referencia a los trminos del debate surgido ya entre 1905 y 1915, como consecuencia, sobre todo, de las teorizaciones e iniciativas de Howard. Los partidarios del movimiento en favor de la ciudad-jardn tratan de insertar sus propuestas en los programas de reorganizacin de la posguerra, esforzndose en pro de un relanzamiento de sus iniciativas. Howard y sus ms prximos colaboradores -C. B. Purdom, F. J. Osborn, W. C. Taylor- fundan en 1918 el New Town Group para hacer propaganda de la aplicacin generalizada de la idea de la Garden city; y seguidamente pasan a realizar un segundo experimento con la creacin de Welwyn. Aprovechando la ocasin de la venta en pblica subasta de algunas propiedades situadas en Hertfordshire, Howard se asegura en 1919 la adquisicin de casi 1.500 acres de terrenos para la construccin de una segunda ciudad-jardn; otras adquisiciones sucesivas le permiten llegar a un total de 2.377 acres, y de este modo, en abril de 1920, puede constituirse la Welwyn Garden City Ltd., con un capital social de 250 .O00 libras esterlinas; para dirigir el departamento de planificacin de la sociedad se llama al arquitecto Louis de Soissons. En este caso, el rea afectada se encuentra solamente a veinte millas de Lon-
dres, atravesada, como Letchworth, por la Great Northern Railway. La planta de la ciudad estudiada por Louis de Soissons muestra una cuidada articulacin de las partes en torno al nudo ferroviario, punto central de convergencia de cuatro subsectores del asentamiento: en el arco sudoeste se encuentra situado el centro cvico, en el arco sudeste el rea destinada a la industria. Los barrios se organizan conforme al habitual sistema de hotelitos aislados o en hilera, en series de dimensiones reducidas, ligeramente retranqueados respecto de la alineacin de las calles, o dispuestos en torno a penetraciones en cul-de-sac. La cifra de poblacin se prev en 40.000 personas, y en cuanto al grado de utilizacin del suelo vuelven a proponerse los generosos standards propios de una comunidad extensiva de buen nivel econmico: 1.298 acres se destinan a fines residenciales y a los espacios de manzanas, 170 acres a la industria, 80 al centro cvico y comercial, 150 a escuelas y 72 aparecen ocupados por la lnea ferroviaria y sus instalaciones; a parques y al cinturn verde exterior se destinan 608 acres. La posicin ms cercana a Londres de la nueva gardencity, si bien permite una preparacin y ejecucin ms fcil de la iniciativa, crea en cambio una mayor dependencia de la oferta de empleos, sobre todo terciarios, del centro de Londres, lo que atribuye a Welwyn el carcter de ciudad satlite, de integracin residencia-trabajo reducida. Las dificultades experimentadas en Letchworth se salvan en Welwyn aplicando una solucin que ahora resulta ya bastante alejada del programa inicial de Howard, de tan improbable viabilidad (figs. 1.281-1.286). Por lo dems, el ocaso de la hiptesis originaria de Howard, alternativa de la metrpoli existente, deja detrs de s una herencia
Cfr. L. de Soissons y A. Kenyon: Site Planning in Practice at Welwyn Garden City, Londres, 1927; y los artculos de L. de Soissons: Recent Work at Welwyn Garden City, en ((Architect's Journal, agosto de 1925; F. J. Osborn: Recent Work at Welwyn, ibid., noviembre de 1927.
Figs. 1.281-1.286. La realizacin de Welwyn: planimetra general, estado de la urbanizacin en 1922 y en 1933, vista del centro, vistas de los ncleos de Dellcott Close y Goblins Green.
slida que, desarrollada en el plano terico entre los aos 20 y 40, incidir, como hemos de ver, sobre la formulacin del plan del Gran ~ondres redactado en los aos de la segunda guerra mundial, e incluso, despus de la guerra, sobre el programa de las new towns. Uno de los artfices ms importantes de una elaboracin pragmtica de las premisas howardianas es Raymond Unwin, protagonista central de un cierto sector del debate europeo que se .desarrolla entre los aos 20 y 30: habiendo entrado en los aos de la guerra al servicio del Ministry of Munitions para hacerse cargo de los acuartelamientos militares, a la terminacin del conflicto se nombra a Unwin Chief Technical Officer de construccin y planificacin en el Ministry of Health, puesto de alta responsabilidad desde el que puede desplegar una actuacin de programacin y orientacin de estudios e investigaciones en el campo urbanstico. Y si en la preguerra Unwin haba dedicado sus esfuerzos a experimentar una traduccin realista de la ideologa de la garden city en el interior del barrio suburbano, ahora orienta sus posibilidades y capacidades hacia la bsqueda de equilibrios urbanos de conjunto que se resumen en el principio del descentramiento por ncleos satlites relativamente autnomos. En los veinte aos que median entre las dos guerras la dimensin corriente de la intervencin pblica sigue siendo la del barrio urbano y suburbano, favorecida por toda una serie de leyes (ley Addison de 1919, ley Chamberlain del 23, ley Wheatley del 24, ley Greenwood del 30) que prevn la distribucin de crditos y facilidades para la residencia de nivel de calidad controlado. Gradualmente, sobre todo despus de las pruebas efectuadas en Radburn, Estados Unidos, los departamentos tcnicos de condado ponen a punto el criterio de la neighborhood unit como elemento de referencia de la planificacin urbana, para indicar una unidad territorial identificada por sus caractersticas fsicas y sociales equilibradas (poblacin de 4.000 a 10.000 habitantes, equipamientos en un radio abarcable con un recorrido a pie de 10-15 minutos,
centro de barrio). Los criterios compositivos siguen siendo los de la tradicin paisajstica suburbana (incluso ms tarde, cuando se conocen los mtodos del M~vimientoModerno, los planes de los barrios ingleses rechazan la subordinacin rgida a la orientacin, o la repeticin que deriva del empleo de mtodos constructivos unificados). Implcitamente esta praxis genera una filosofa de la planificacin por composicin de unidades menores como elementos de base de entidades ms vastas, conforme a un proceso molecular de agregacin en el que parecen perderse la percepcin de la gran escala de la ciudad y el control de los fenmenos de carcter metropolitano '. Prosiguen entre tanto los estudios sobre el housing, con un trabajo de recapitulacin y seleccin de las experiencias tradicionales 4 ; solamente a partir de 1930 tienen lugar nuevas experiencias en este campo, como consecuencia de la difusin de los ejemplos ms actualizados alemanes y holandeses, y de la obra de arquitectos extranjeros (pinsese en el paso de Gropius por Inglaterra, y en las realizaciones del grupo Tecton dirigido por el ruso B. Lubetkin y formado por A. Chitty, L. Drake, M. Dugdale, V. Harding y D. Lasdun, al que se deben las casas altas de Highpoint en Highgate, en Londres, de 1935-38, y el Finsbury Health Center de 1938-39; figuras 1.287-1.289).Los arquitectos modernos fundan despus el grupo MARS (Modern Architecture Research Society), constituido como seccin inglesa de los CIAM. Cfr., a este propsito, el epgrafe 3 del Captulo 1 1 . En cuanto a los estudios de estos aos, pueden verse, entre otros, J. J. Clarke: The Housing Problem: Its Growteh, Legislation and Procedure, Londres, 1920; H. R. Aldridge: The National Housing Manual, Londres, 1923; H . Barnes: Housing: The Facts and the Future, Londres, 1923; G. W. Clark:
The Housing of the Working Classes in Scotland,
Glasgow, 1931; T . Adams: Economic Density of Low-cost Housing in England, en R. M. Whitten y T. Adams: Neighborhoods of Small Homes, Cambridge (Mass.), 1931; J. R. H. McDonald: Modern Housing, Londres, 1931. Sobre la reestructuracin de las reas degradadas, cfr. Council for Research and Housing Construction: Slum Clearance and Rehousing. First Report, Londres, 1934.
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1,
Figs. 1.287-1.289. Grupo Tecton: los inmuebles de Highpoint en Highgate: planimetra general y vistas de Highpoint 1 y de Highpoint 11.
Entre tanto progresa la legislacin urbanstica. La Town Planning Act de 1909, aprobada tras un largo debate en el Parlamento ingls, era un instrumento calibrado para controlar solamente la expansin exterior de las ciudades, ajustndose as a las tendencias existentes entonces; a pesar de ello, la ley ha tenido consecuencias modestas, sea por su carcter meramente discrecional, sea por los complicados procedimientos administra tivos que establece, o bien porque los rganos administrativos competentes no haban sido dotados de facultades de expropiacin respecto de los terrenos destinados a la expansin, por lo que no pudieron configurar un patrimonio municipal de suelo. En efecto, de los 172 planes autorizados, solamente 13 han sido realmente estudiados y puestos en vigor (figura 1.290). En 1919 las exigencias posblicas de viviendas de bajo coste, resumidas en la consigna Homes for Heroes, impulsan a modificar la ley anterior mediante la promulgacin de una nueva Housing and Town Planning Act que, a la vez que hace obligatoria la elaboracin del plan regulador para los ncleos urbanos de ms de 20.000 habitantes, trata de agilizar los procedimientos a seguir
en la redaccin y aprobacin de los planes. Pero tambin en este caso la impreparacin y la indecisin de las administraciones frenan la eficacia de la ley: en 1928 ms de la tercera parte de los 262 entes locales obligados a la formacin de planes todava no han cumplido esta obligacin; y en 1932 tan slo se han aprobado 94 planes. Llegados al gobierno los laboristas, se estudia un proyecto de ley urbans tica como complemento legislativo de una Housing Act aprobada en 1930 (Greenwood Act), que por vez primera admite la posibilidad de concesin de subvenciones estatales para operaciones de saneamiento urbano y para el realojo de los habitantes expulsados de sus hogares como consecuencia de ellas. Hostigado como caballo de Troya del socialismo por los sectores ms conservadores del Parlamento, o simplemente por su posible incidencia negativa sobre el gasto pblico en el acuciante marco de la crisis econmica, el hecho es que el proyecto en cuestin, como consecuencia de la cada del gobierno laborista, no logra completar los pasos necesarios para su aprobacin. Y la sucesiva Housing and Town Planning Act del 32, apoyada por el Town Planning Institute ingls y tambin, entre otros, por un defensor desde tiempo
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atrs de los beneficios que supone la planificacin urbanstica, Neville Chamberlain, si bien refuerza las atribuciones de las local authorities (considrese, por ejemplo, la institucin del Interim development control, es decir, la posibilidad de prohibir las construcciones cuando se est a la espera de la elaboracin de un plan), luego deja en gran parte sin contenido sus posibilidades operativas, con el establecimiento de restricciones y cautelas de diversa ndole. Por otra parte, a partir precisamente de esta fecha, la actitud de sospecha mantenida generalmente hasta entonces respecto de la planificacin urbana y territorial se modifica y se invierte gradualmente a lo largo de los aos treinta: ante la capacidad atribuida a los regmenes autoritarios para planificar racionalmente economa y territorio, ante los mismos resultados conseguidos por las administraciones democrticas en los Estados Unidos y, ms tarde, ante la coyuntura blica, la idea del plan gana terreno sensiblemente en el seno de los grupos polticos dominantes, hasta afirmarse slidamente, a niveles muy avanzados, en la praxis y en la legislacin en los aos que van del 40 al 47 '. Para comprender este proceso no pueden olvidarse los progresos madurados en el campo terico y metodolgico del anlisis y de las tcnicas de planificacin territorial. En cierto sentido puede decirse que el inicio de estas tendencias ha de relacionarse tambin con las formulaciones de la ciudad-jardn: mientras que en las experiencias de la expansin suburbana tan slo se captaba un aspecto exterior y reductivo de la enseanza de Howard, en el sector de la planificacin regional tiene gran peso la idea del descentramiento
Cfr. H. Chapman: The Town and Country Planning Act, Londres, 1933. Ms en general, A. Verneuil: La lgislation sur l'urbanisme en GrandeBretagne, Pars, 1948.
planificado, expresada con tanto vigor en las pginas de Tomorrow. A partir de 1920 vuelve a adoptarse el principio del descentramiento y de la distribucin equilibrada de la poblacin: pero surge la conviccin de que un programa de tal naturaleza no puede concebirse, en modo alguno, como una operacin autnoma en el espacio, sino que debe examinarse er! el marco de una poltica econmica nacional; y que, por tanto, la planificacin de nuevos asentamientos o la nueva distribucin de los asentamientos existentes ha de venir precedida por un conocimiento profundo de los recursos naturales, de las redes de los transportes y de la dislocacin de las reas industriales 6 . Otros estudios afirman la exigencia de una recomposicin del aparato institucional administrativo 7 . Estas contribuciones tericas, en un primer momento, son elementos propios tan slo de una minora de tcnicos, pero muy pronto se ampla la convergencia cultural, mientras se hacen posibles conexiones con el poder poltico que tienen reflejos directos en la sucesiva legislacin urbanstica. En la Local Government Act de 1929 se considera ya la posibilidad de establecer planes regionales mediante la asociacin de varios condados, y este principio se reitera en 1932 con la promulgacin de la nueva Town and Country Planning Act. En estos mismos aos comienzan a aparecer los primeros trabajos especficos de anlisis regional (figs. 1.291-1.295), como el Survey de la regin del East Kent, un rea donde la presencia de las minas de carbn ha provocado
Cfr. H. Warren y W. R. Davidge (eds.): Decentralization of Population and Industry: a New Principle in Town Planning, Londres, 1930. Por ejemplo, C. B. Fawcett: The Provinces of England, Londres, 1919; G. D. H. Cole: The Future of Local Government, Londres, 1921; W . A. Robson: The Development of Local Government, Londres, 1931.
Figs. 1.290-1.295 (en la pgina opuesta). La planificacin urbana y regional en Inglaterra: el plan de Sheffield sobre la base de la Ley de 1909; los planes regionales en estudio en Inglaterra y Gales en 1923; p!an regional del distrito de Brighton y Hove (R. A. Hudson); plan regional del rea de Cambridge, clasificacion de los centros (1934); plan regional del rea de Doncaster, clasificacin de los pueblos (1932); plan regional del rea de Leeds y Bradford, reas construidas y espacios abiertos (1937).
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una concentracin industrial integrada, y para la cual P. Abercrombie y J. Archibald, encargados de la del plan, desarrollan previsiones cuantitativas para un perodo de treinta aos y discuten los problemas relacionados con el asentamiento humano En general, el anlisis, y ms todava las propuestas, resultan bastante rudimentarios, y las conclusiones se hacen derivar de un cuadro esttico de la realidad tomada en consideracin. Adems, estas primeras aportaciones no producen efecto alguno sobre las' situaciones Ieales y sirven, sobre todo, para demostrar la necesidad del transcurso de- bastante tiempo para que las ideas sobre la planificacin y los instrumentos de intervencin se conviertan en patrimonio que resulte, de algn modo, utilizable '.
Cfr. P. Abercrombie y J. Archibald: East Kent Regional Planning Scheme. Preliminary Survey, Liverpool, 1926; y Final Report, Canterbury, 1928. Adems: P. Abercrombie: The Development of East Kent, en Journal o the RIBA, mayo de 1927. Entre los numerosos regional schemes podemos indicar: W . R. Davidge: Report on the Regional Planning of West Kent, Londres, 1927; R. Bruce: The North-East Lancashire Joint Town Planning Advisory Committee Regional Planning Report, Manchester, 1929; T. Adams, W. H. Thompson y M. Fry: North-East Kent Regional Planning Scheme, Londres, 1930; P. Abercrombie y B. F. Brueton: Bristol and Bath Regional Planning Scheme, Liverpool, 1930; T . Adams, W. H. Thompson y M. Fry: SouthEast Sussex Regional Planning Scheme, Londres, 1931; y los articulas de S. L. G. Beaufoy: The Regional Planning of South-East England, en Town Planning Review, noviembre de 1932 y mayo de 1933; S. D. Adshead: The South Essex Regional Planning Scheme 1931, Londres, 1931; P. Abercrombie, S. A. Kely y T. H. Johnson: Sheffield and District Regional Planning Scheme, Liverpool, 1931; Earl of Mayo, S. D. Adshead y P. Abercrombie: Regional Planning Report on Oxfordshire, Oxford, 1931; P. Abercrombie y H. Johnson: The Doncaster Regional Planning Scheme, Liverpool, 1932; P. Abercrombie y S. A. Kelly: Cumbrian Regional Planning Scheme, Liverpool, 1932; Leicester Regional Town Planning Joint Advisory Comrnittee: Regional Planning Report, Londres, 1932; W . R. Davidge: Cambridgeshire Regional Planning Report, Cambridge, 1934; W . H. Thompson: Somerset Regional Report, Londres, 1934; W . G. Holford y W. A. Eden: The Future of Merseyside: Town and Country Planning Schemes, Liverpool, 1937.
La conviccin de la necesidad de un desarrollo planificado se ve reforzada como consecuencia de la grave depresin de los aos treinta, que afecta seriamente a algunas de las estructuras ms anticuadas del Reino Unido, poniendo de relieve la necesidad de proceder a una reestructuracin productiva; algunas de las regiones ms afectadas por la recesin son calificadas como reas deprimidas por el Ministry of Labour o por comisiones especiales de encuesta. No tienen xito las presiones ejercidas por un movimiento creado en el 33 para propugnar la construccin de cien new towns en el marco de una poltica de desconcentracin industrial. Sin embargo, mientras van surgiendo nuevas iniciativas en favor de la planificacin correcta de la produccin (el Team Valley Estate, realizado en el 36 en la zona de Newcastle, es el ms conocido de los ncleos industriales experimentales 'O; figs. 1.296-1.237))se precisa tambin el inters de los polticos y de los organismos administrativos del Estado por los problemas de la ordenacin territorial, y numerosos rganos gubernativos intervienen en temas relacionados con la planificacin nacional. En 1936 Sir Malcolm Stewart, comisario para las Areas Especiales, expresa su conviccin de que el crecimiento desordenado de la regin de Londres representa un error que es preciso corregir, y de que ha de valorarse cada vez ms la hiptesis de frenar, o incluso bloquear, el proceso de industrializacin. Como consecuencia de tales circunstancias y consideraciones, el Gobierno instituye una Comisin Real para el estudio de estos temas, ms conocida con el nombre de Comisin Barlow. La Comisin Barlow emite en 1940 un informe recogiendo las conclusiones obtenidas de los estudios realizados (fig. 1.298). Atribuidas las causas de los problemas, segn una ptica bastante convencional, a la imprevista urbanizacin sufrida por Inglaterra durante el ltimo siglo, la Comisin Barlow critica la falta de una autoridad central autnoma
lo Cfr. The Team Valley. Trading Estate County Durham, en Journal of the RIBA, febrero de 1937.
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Figs. 1.296 y 1.297. Team Valley Estate: vista de conjunto y plan de W. Holford ejecutado en 1936 (1. Ro Team; 2. Edificios pblicos; 3. Entrada principal; 4. Estacin de autobuses; 5. Hotel; 6 y 7. Establecimientos industriales; 8. Estacin ferroviaria; 9. Zonas verdes; 10. Instalaciones deportivas; 11. Ferrocarril).
A W D SHOP 1931
Figs. 1.298 y 1.299. Una lmina del Barlow Report (el empleo en la industria extractiva, en las manufacturas y en los servicios en 1931) y otra del Scott Report (distribucin de los empleos infra-retribuidos).
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encargada de la planificacin de las opciones de alcance nacional o regional, y del control de los planes elaborados por las autoridades locales,, y pide, en consecuencia, la constitucin de organismos que acten con plena independencia respecto de los ministerios tradicionales y con amplios poderes de intervencin. Pero la importancia de la Comisin Barlow ha de verse, sobre todo, en la naturaleza de las medidas propuestas, que apuntan expresamente a la redistribucin de las fuentes de trabajo industrial y a la construccin de ciudades nuevas dotadas de amplia autonoma respecto de los centros consolidados, adoptando la forma de ciudad-jardn o ciudad satlite, solucin que se sugiere muy particularmente para el caso de Londres y de sus seis condados (Home Counties). En las conclusiones de la Comisin Barlow se inspiran en parte las premisas de partida del plan de Sir Patrick Abercrombie para el Gran Londres, en cuanto se refiere al descentramiento por sistemas urbanos planificados ". En vista de lo' resultados obtenidos por la Comisin Barlow, en el 41 se constituyen dos comisiones conjuntas: la Comisin Scott (figura 1.299), a la que se encomienda el examen de la situacin de los asentamientos agrcolas y de las reas rurales, con el fin de delinear las condiciones de compatibilidad con las reas industriales 12, y la Comisin Uthwatt, encargada de estudiar soluciones adecuadas para una reglamentacin ms actual del rgimen del suelo (gravamen sobre las plusvalas e indemnizaciones) 13.
l1 Cfr. Roya1 Cornmission on Distribution of Industrial Population: Report, HMSO, 1940. l2 Cfr. Ministry o Works and Planning, Committee on Land Utilization in Rural Areas: Report, HMSO, 1942. l3 Cfr. Ministrv of Works and Planning, Expert Committee on Compensation and Betterment: Report, HMSO, 1942.
Las recomendaciones de la Comisin Barlow tienen pronto consecuencias concretas, determinando una reorganizacin de la estructura administrativa. A partir de 1940, todava en plena guerra, la mayor responsabilidad de las actividades de planificacin se sustrae a la competencia tradicional del Minis try of Health, para encomendarse a un Ministerio de Obras y Construcciones que despus, en 1943, queda desdoblado mediante la creacin de un Ministerio separado de .Planificacin Urbanstica (Ministry of Town and Country Planning). En fin, con la promulgacin de la Town and Country Planning Act de 1947, la planificacin urbanstica se convierte en actividad institucional obligatoria de los Consejos de condado.
b)
LONDRES.CONSOLIDACI~N CENTRAL
DESCENTRAMIENTO P L A N I F I C A D O E N EL
20 Y 40. LA P L A N I F I C A C I ~ N DEL REA LONDINENSE, H A S T A EL PLAN PARA EL GRANLONDRES Desde los ltimos aos del XIX, Londres ha ido acentuando marcadamente los caracteres de una conurbacin metropolitana compleja y estratificada, con la terciarizacin de la City y, en cierta medida, del West End, con la proliferacin de su industria dispersa y de su puerto comercial y, sobre todo, con el ingente fenmeno de un overspill residencial que, favorecido por una red de medios de transporte cada vez ms eficaz e integrada, ha podido afectar a una considerable proporcin de la middle class y hasta de la aristocracia obrera. En la transicin desde la ciudad mercantil-artesanal-burguesa de comienzos del siglo XVIII a la ciudad burguesa-capitalista de principios del xx, jams se ha preparado plan urbanstico alguno para controlar su
Figs. 1.300-1.304 (en la pgina opuesta). Los cambios de la distribucin de la poblacin en Londres, de los aos 11 al 21, del 21 al 31 y del 31 al 51 (cada punto representa un aumento de 100 personas, las reas rayadas representan las zonas donde se registra una disminucin de poblacin; la lnea de trazo grueso indica el lmite de la conurbacin del Gran Londres); una ilustracin grfica del Bressey-Lutyens Report (1937); una vista del tpico ribbon development especulativo.
desarrollo urbano; y sin embargo, en todo este arco de tiempo, de las problemticas en esta metrpoli inmensa han nacido hiptesis y experiencias singulares e importantes para la gestin capitalista de la ciudad, desde los parques urbanos a los garden suburbs y a las teoras del descentramiento regional de Howard. En el perodo que consideramos en estas pginas, este carcter de laboratorio experimental de la conurbacin londinense, con el tradicional empirismo de sus soluciones, no queda en modo alguno desmentido; pero las hiptesis que se ofrecen, en una lnea de sustancial continuidad con el pasado y en relacin con el desarrollo real del territorio, terminan por converger en la definicin de instrumentos legislativos y operativos que encuentran un punto de soldadura hacia finales de la ltima guerra mundial, cuando la capital del Reino Unido sienta las bases, a diversos niveles, de su ciclo ms reciente de desarrollo urbanstico. La cifra de poblacin del Greater London pasa de los 7,5 millones de personas en 1921 a los 8,2 millones en 1931, hasta llegar a los 8,7 millones en 1939. El crecimiento suburbano que de aqu deriva (figs. 1.3001.302) aparece sostenido, en parte al menos, por la ampliacin, mejora y coordinacin de la red de los transportes de masas: las extensiones del metropolitano afectan en particular a la Nothern Line (hasta Edgeware, hacia el norte, en 1922-24, y hasta Morden, hacia el sur, en 1926) y a la Picadilly Line (hasta Cockfosters, hacia el norte, en el 33, y hasta Uxbridge y Hounslow, hacia el oeste). En el mismo perodo se procede a la electrificacin de las lneas frreas suburbanas (Southern Railway, y Metropolitan Railway hacia el norte): desde 1933 la utilizacin de los transportes rpidos hace posible la extensin del rea del mercado londinense de trabajo hasta un radio de 120 kilmetros, hasta Brighton y Hove. Adems, el control que ejerce el metropolitano londinense sobre las compaas de autobuses favorece la coordinacin de ambos medios de transporte. Con la generalizacin del automvil privado espera
tambin un papel muy importante a las comunicaciones de superficie; y sin embargo, con excepcin de la construccin de un tramo de la Western Avenue (que atraviesa una de las mayores reas industriales de la conurbacin) y de la North Circular Road, no se efecta ninguna adecuacin importante del trazado viario, a pesar de que no faltan algunas indicaciones en favor de planes de conjunto a tal respecto, como las ofrecidas por el Bressey-Lutyens Survey del 37, realizado por el Ministry of Transport l4 (fig. 1.303). Son deficientes tambin las disposiciones especficas de control, y hasta la promulgacin de la Ribbon Development Act de 1935 la construccin en franja siguiendo el trazado de las vas pblicas es la regla corriente (figura 1.304), sin que estn en vigor normas adecuadas para la separacin en los nuevos asentamientos del trfico local y del trfico de travesa. Las consecuencias de todo ello se advierten claramente en el carcter particular que es propio de la urbanizacin en este perodo: con respecto a la configuracin estelar perifrica de la conurbacin londinense, tal y como se presentaba al comenzar el primer conflicto mundial, el perodo de entreguerras se caracteriza por el relleno de los sectores intermedios todava libres, mediante trazados viarios radiales o tramos anulares de enlace entre las radiales mayores, al margen de un plan de conjunto. El mayor contingente de esta expansin aparece constituido por la residencia suburbana, que aumenta en proporcin superior al crecimiento de la poblacin, por los acentuados fenmenos de redistribucin territorial y por la preferencia otorgada a la vivienda unifamiliar (entre el 21 y el 39, un perodo en el que la poblacin, como se ha dicho, experimenta un incremento de 12 0 0 .O00 unidades, el nmero de nuevas viviendas consl4 Cfr. Sir C. Bressey y Sir E. Lutyens: Highway Development Survey 1937 (Greater London), Londres, 1938. A tal propsito, W. R. Davidge: The Highway Development of Greater London. A First Impression of the Bressey-Lutyens Report, en Journal o the RIBA, mayo de 1938.
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truidas es de casi 1.300.000); y a pesar de la crisis econmica, precisamente en los aos treinta se asiste a un boom en el rea londinense, ya sea porque la edificacin se convierte en vlvula de escape para las inversiones privadas, o bien como consecuencia del descenso del coste de la mano de obra (figura 1.305). La produccin debida a la especulacin privada sita en un segundo plano, cuatitativamente, a la oferta pblica, dando lugar a una tupida cadena de dovmitory settlemelzts con una densidad regular de 12 casas por acre (cerca de 26 por hectrea), aprovechndose del sistema de pago a plazos con entrega inicial mnima del 25 por 100 del importe de la obra (fig. 1.306). En conjunto, es ms bien modesta la proporcin de viviendas producidas por las autoridades locales del rea de Londres, constituyendo la aportacin mayor, que llega a casi los tres cuartos del total, la realizada por el London County Council (LCC), tanto en forma de bloques de flats como de cottage estates, la mayora de las veces situados fuera de los lmites del condado, con localizaciones evidentemente condicionadas por el mercado del suelo y por la falta de un plan general (figura 1.307). Entre 1920 y 1933, en el perodo de su actividad ms intensa, el LCC construye cerca de 70.000 viviendas de bajo coste 15. Entre las operaciones llevadas a cabo en las reas centrales del Condado pueden recordarse la realizacin del Ossulston Estate, de profundos patios circundados por edificios de cinco plantas, derivado de la reestructuracin de un rea degradada (figs. 1.3081.309), y la construccin del barrio de baja densidad edificativa levantado en la zona de Notting Hill Gate (fig. 1.310); entre los mayores complejos suburbanos surgen, en cambio, el Downham Estate, en Bromley, iniciado el ao 25, con una poblacin reLa fuente ms fiable es: London County Council: Housing, Londres, 1927; y Housing, Londres, 1930.
l5
sidente de cerca de 32.000 personas (figura 1.311)) el Watling Estate, en Hendon, preparado en el 27 y en seguida habitado por 18.000 personas, y el St. Helier Estate, en Carshalton, iniciado en 1930 y con capacidad para albergar a ms de 40.000 personas. De excepcional importancia por sus dimensiones es la ciudad satlite de Becontree (IlfordDagenham-Barking), concebida para 25.000 viviendas y para un total de 112.000 habitantes (recurdese, a ttulo de comparacin, el nmero ptimo de 32.000 habitantes indicado por Howard para sus gavden cities autosuficientes): los pasos iniciales de Becontree se remontan a 1919, cuando el LCC adquiere 3.000 acres de terrenos en los condados de Ilford, Dagenham y Barking, e inicia el proyecto del enorme complejo con base en el principio organizativo de la unidad vecinal. A pesar de las graves deficiencias que pueden observarse tanto en algunas de las soluciones especficas del proyecto como en los procedimientos de ejecucin (el LCC no est autorizado a construir escuelas y servicios s ~ ciales, con lo que las nuevas barriadas carecen durante mucho tiempo de tales equipamientos) y no obstante la relacin establecida entre los nuevos asentamientos y los lugares de trabajo, y en particular con los empleos industriales -relacin primero deficitaria y Bedespus dejada enteramente al azar-, contree representa de todos modos un esfuerzo empresarial notable, ciertamente rico en enseanzas para las experiencias sucesivas (figura 1.312). A partir de 1Y 18 no se abre ninguna directriz industrial nueva, pero tienen lugar incrementos distribuidos, debidos a la atraccin de industrias ,de servicio y de manufacturas para la produccin de consumo corriente, en la franja industrial del West London, en el Lee Valley y en las reas ms interiores de formacin antigua (Victorian Belt; fig. 1.313) 16.
l6 Cfr. D. H. Smith: The Industries of Greater London, Being a Survey of the Recent Industrialization of t h Northern and Western Sectors of Greater London, Londres, 1933.
Figs. 1.305-1.311. La expansin residencial de Londres entre 1918 y 1939, y un tpico suburbio construido por la inciativa privada en los aos treinta; los complejos residenciales construidos por los entes pblicos entre 1918 y 1939; el Ossulston Estate del London County Council, vista y planta; un barrio del London County Council en el rea de Notting Hill Gate; planimetra de un barrio situado en Downham.
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Figs. 1.312 y 1.313. La barriada de Becontree, proyectada y ejecutada por el London County Council, planimetra; la distribucin de las industrias en el rea londinense entre los aos 30 y 40. , Figs. 1.314-1.316. Edificio de la compaia de los ferrocarriles subterrneos en Tothill Street ( ~ d a m s Holden y Pearson); la nueva sede del London County Council; el Peter Jones Store (W. Crabtree y C. H . Reilly, 1938).
En el centro, el proceso de terciarizacin lleva a un reforzamiento de las infraestructuras del intercambio (una cuestin que preocupa durante largo tiempo a las autoridades londinenses es la de la reconstruccin del Charing Cross Bridge) l7 y de los ganglios institucionales de las actividades pblicas y privadas, desde las sedes de algunos equipamientos cientficos (Medical Research Council, de 1920, London University) l8 a las oficinas de organismos gubernamentales (British Boadcasting Corporation, 1926; British Overseas Airways Corporation, 1939) y a las sedes de los principales bancos, de los grandes trusts (Unilever) y de los peridicos (edificios del Daily Telegraph y del Daily Mail), as como a una considerable cantidad de oficinas privadas; el LCC construye su cuartel general en County Hall. La presencia de algunos edificios de estilo moderno, si bien constituye una alternativa formal y visual respecto del pomposo y pesado clasicismo de la nueva edificacin terciario-representativa, por lo dems es efecto exclusivamente de operaciones puntuales de demolicin-reconstruccin. En Londres no hay nada que sea similar a las inquietudes de renovacin de la metrpoli terciaria que tan vivas son en Berln entre los aos 20 y 30, ni hay nada tampoco que se asemeje a las escenografas axiales todava en auge en las ordenaciones propuestas para Pars (figs. 1.3 14-1.3U ) . El plan del Condado de Londres y el plan del Gran Londres, elaborados en los aos de la guerra, a pesar de aparecer unidos a la decidida voluntad de reconstruccin y de relanzamiento econmico de la ciudad tras las devastaciones originadas por las bombas alemanas, nacen en cierto modo como consecuencia de una acumulacin de experiencias cuyo desarrollo tiene su origen precisamente a partir de finales del siglo XIX e incluso, en
l7 A. Tristan Edwards: Charing Cross Bridge and Its Environs, en Town Planning Reviewn, diciembre de 1929. l8 C. Holden: The University of London, en Journal of the RIBAD, mayo de 1938.
la prctica, a partir de la fecha de creacin del London County Council (1889). Volver a recordar todos los pasos sucesivos de este proceso puede servir, una vez ms, para comprobar el sentido que tiene una actitud ideolgica y operativa tendente de modo constante a equilibrar intereses creados e impulsos objetivos de renovacin, razonada adecuacin de los instrumentos y reformas institucionales. Alrededor de 1890, Lord Meath, a la sazn presidente del Parks and Open Spaces Committee del London County Council, a su regreso de un viaje por las ciudades americanas en el que ha tenido ocasin de apreciar los resultados del Park Movement, sugiere la idea de enlazar mediante un sistema de avenu,es and approaches los parques y los espacios pblicos existentes en la ciudad de Londres. Del ao siguiente es un requerimiento del LCC al Committee para que someta al Parlamento el problema del control del crecimiento urbano londinense; y cuando en 1901 el parlamentario William Bu11 publica en un nmero de la revista The Sphere el esquema de un park belt de media milla de profundidad en torno a Londres, ms all de la periferia edificada, Lord Meath replica en la misma revista presentando una propuesta anloga, orientada hacia la creacin y salvaguardia de parques y de recreational Zands (figura 1.317). El tema aparece ahora claramente planteado, y en 1911 George L. Pepler, aunque sea partiendo de consideraciones distintas, es decir, de los efectos que produce la congestin del trfico en las reas centrales de Londres, propone la creacin de un parkway circular con un radio de cerca de diez millas a partir de Charing Cross, defendido por una zona verde no edificada 19: se trata de un cinturn de terrenos de 400 metros de profundidad al que debe acoplarse un haz de comunicaciones rpidas (carreteras, lneas ferroviarias y de tranvas) que adems de desviar el trfico
le G. L. Pepler: A Belt of Green Round London, en Garden Cities and Town Planningn, 1911.
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de travesa habra de tener como objetivo el de actuar como primer elemento ordenador de un crecimiento urbano organizado por garden suburbs (en el fondo es una aplicacin del principio de la ciudad lineal, adaptado a la situacin inglesa, con una vinculacin ms dbil entre lneas de transporte y residencia; figs. 1.317-1.318). Una propuesta anloga o, cuando menos, orientada hacia los mismos objetivos, pero rica en anticipaciones, es la formulada por Arthur Crow (fig. 1.319) en favor de nuevos enlaces rpidos entre el centro de Londres y una periferia llamada a incrementarse mediante la creacin de diez Cities of Health (que Crow indica en relacin con el desarrollo de los ncleos de Barnet, Bromley, Croydon, Dartford, Epping, Epson, Romford, Uxbridge, Waton y Watford, siguiendo una lnea situada a cerca de 14 millas de Charing Cross); cada una de estas ciudades, destinada a reunir una poblacin de cerca de medio milln de habitantes, habra de quedar enlazada a las dems por la Great Ring Avenue, una arteria de 150 metros de anchura y 88 millas de desarrollo. Durante la primera guerra mundial, en fin, se prepara un plan de promocin del Greater London por un grupo de arquitectos y urbanistas pertenecientes a la London Society y publicado en 1919 (fig. 1.320): minuciosamente detallado, el plan se basa en un esquema de circulacin defendido por una red de parques unidos por parkways y por zonas de recreational land 20. La fase de las propuestas no oficiales se cierra con la difusin de la idea de C. B. Purdom, contenida en el volumen de 1921 Town Theory and Practice, en favor de la realizacin de 21 ciudades-jardn a unas 30 millas de la City (fig. 1.321) 'l.
Cfr. Sir A. Webb: The London Society's Map, with the Proposals for the Improvement of London, en cGeographica1 Journal, 1918. Vanse tambin los artculos de S. D. Adshead: The Town Planning of Greater London After the War, en Town Planning Review, abril de 1917 y marzo de 1918. 21 C. B. Purdom (ed.): Town Theory and Practice, Londres, 1921. Purdom subraya en este trabajo la importancia de la idea de la ciudad-jardn a escala regional.
En 1926 el Minister o Health, Neville Chamberlain, pide al LCC que estudie un plan para los espacios abiertos del rea del Gran Londres. Al ao siguiente Chamberlain instituye el Greater London Regional Planning Committee, y en el discurso de constitucin insiste sobre el tema de un desarrollo programado del rea londinense, por new towns o ciudades satlites separadas de la metrpoli por un green belt de uso agrcola. En el 29 el Greater London Regional Planning Committee publica su primer informe -debido en gran parte a Raymond Unwin, que forma parte del mismo como asesor tcnico-, en el que se desarrollan una serie de consideraciones sobre la ineludible necesidad de contar con algunas decenas de millas cuadradas de espacios recreativos para la poblacin de la capital, sobre el crecimiento urbano diseminado y sobre las atribuiciones institucionales necesarias al Comit para poder acometer una accin eficaz de planificacin Ms importante es la contribucin de Unwin en el Second Report, hecho pblico en 1933, en el que se pasa revista, en estrecha interdependencia, a los problemas del crecimiento del rea londinense: se delinea un plan regional en dos elaboraciones grficas, la primera relativa a la nueva estructura viaria propuesta, basada muy particularmente en un sistema de parkways, y concerniente la segunda a las lneas generales del crecimiento urbano, con previsin de un cierto nmero de ncleos satlites. Un cinturn de conexin de espacios libres, equipados o destinados a zona verde, se combina con los dos sistemas precedentes, en funcin de un amplio desgentramiento residencial de la metrpoli, que por vez primera aparece como uno de los objetivos del plan regional ( fig . 1.322).
zz Cfr. Greater London Regional Planning Committee: First Report, Londres, 1929. Cfr. tambin R. Unwin: Regional Planning with Special Reference to the Greater London Regional Plan, en Journal of the RIBA, enero de 1930. 23 Greater London Regional Planning Cornmittee: Second Report, Londres, 1933.
GEORGE PEPLER
: PROPOSED
Figs. 1.317-1.323. Los esquemas para la ordenacin del Gran Londres: los green belts propuestos por W. Bull, Lord Meath y G. Pepler; seccin del parkway de Pepler; Ia propuesta de Crow; e1 plan de la Greater London Society (1914-18); el diagrama de C. B. Purdom; la propuesta de Unwin del 33 y el plan de R. Hardy-Syms del 34.
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Figs. 1.324 y 1.325. Los terrenos adquiridos hasta 1962 por aplicacin de lo dispuesto en la Green Belt Act de 1938, y vista de un tramo del green belt en las inmediaciones de Harfield, en Hertfordshire.
El plan de Unwin no tiene consecuencias inmediatas a nivel ministerial, e incluso la misma comisin, por falta de la adecuada dotacin econmica, queda disuelta (formada nuevamente, con distinta constitucin, en el 34, contando como asesor con la participacin de R. Hardy-Syms, es disuelta de nuevo en el 36; fig. 1.323). En el 37 se constituye otro grupo de estudio de las lneas directrices de una poltica regional (Standing Conference on London Regional Planning), con participacin de representantes de las autoridades locales regionales; en el 39 esta comisin persuade al Ministry of Health sobre la conveniencia de preparar un plan regional, pero los estudios consiguientes no pueden llegar a iniciarse a causa de la guerra 24. En cambio, se revela como decisiva la fuerza de las argumentaciones de Unwin para la administracin londinense, tras la victoria del Larbour Party en las elecciones del condado de Londres y su conquista del rgano tcnico de ste, el LCC. En el 35 el LCC lanza su
Cfr. D. Thomas: London's Green Belt. The Evolution of an Idea, en aGeographica1 Journal, nmero 129, 1963; y, del mismo autor, The Green Belt, en J. T. Coppock y H. C. Prince (eds.): Greater London, Londres, 1964, y London's Gyeen Belt, Londres, 1970.
propio plan para el Green Belt, acompaado de una serie de medidas financieras bajo la forma de grants a los condados adyacentes para la adquisicin de terrenos de propiedad privada no urbanizados y dedicados a parque. El inmediato xito de esta iniciativa -en los primeros catorce meses se aprueba la adquisicin de ms de 28 millas cuadradas de territorio, en gran parte en los condados de Buckinghamshire, Essex y Middlesex- marca el comienzo de una nueva fase de las vicisitudes urbansticas de la regin londinense, que pronto obtiene su necesaria sancin con la promulgacin de la Green Belt (London and Home Counties) Act de 1938, que concreta los mtodos de salvaguardia y de utilizacin de este nuevo patrimonio pblico de suelo (figs. 1.324-1.323). En este difundido sentido de conciencia de la necesidad de revisar y racionalizar el sistema econmico-terri torial -pero tambin de incertidumbre acerca .de las modalidades concretas de la accin poltica- se encuadra la obra de Sir Patrick Abercrombie llevada a Cabo en la metrpoli londinense, En los aos en que la c i t y of ~~~d~~ prepara Un esquema para la de las zonas centrales destruidas por la guerra, Aber-
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Figs. 1.326-1.330. El plan para el Condado de Londres: el anlisis social de los barrios y esquema del plan; dos esquemas tericos de ordenacin de una zona residencial, con densidades de poblacin, respectivamente, de 100 y de 136 personas por hectrea; proyecto para los barrios de Shoreditch y Bethnal Green.
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crombie se encuentra empeado en una actividad desarrollada a los dos niveles superiores de la planificacin urbanstica, trabajando en la redaccin del plan para el condado de Londres y del plan para el Gran Londres. En 1941 el Minister of Works and Buildi n g ~interesa del LCC la preparacin de un plan para el condado de Londres: J. H. Forshaw, arquitecto-jefe del Council, y Abercrombie, en calidad de asesor del mismo, concluyen en el plazo de dos aos los trabajos correspondientes al encargo que se les ha confiado (figuras 1.326-1.330)) basando las soluciones del plan en el principio de una reorganizacin por barrios, tendente a favorecer la descongestin del Condado mediante la dislocacin hacia el exterior de las industrias inadecuadas y de fracciones proporcionales considerables de habitantes '. Entre tanto, en el 42 el gobierno ingls, a travs del Minister of Works and Planning, que ha heredado del Minister of Health las competencias en materia de planificacin, encarga al propio Abercrombie, con aprobacin de la Standing Conference on London Regional Planning, la preparacin de un plan para el Gran Londres. Nace as, en estrecha conexin con el grupo tcnico de la Standing Conference, el Greater London Plan de 1944, publicado al ao siguiente y que abarca los territorios correspondientes a 143 autoridades locales, comprendiendo un total de 2.599 millas cuadradas en el exterior del County of London 26. Abercrombie, cuando se apresta a acometer su labor, tiene ante s la slida tradicin howardiana, los esquemas de la London Society, los estudios de Unwin y la obra en marcha del LCC; adems de las indicaciones contenidas en los tres informes Barlow, Scott y Uthwatt. En efecto, las ideas-gua del plan del Gran Londres, sintetizadas en cinco puntos, adecuan los programas urbansticos del rea metropolitana londinense a las conclusio25 J. H. Forshaw y P. Abercrombie: County of London Plan, Londres, 1943. 26 P. Abercrombie: Greater London Plan, 1944, Londres, 1945.
nes de la Comisin Barlow, en una coordinacin con los objetivos ya expresados por el plan del condado: a) bloqueo de los asentamiento~industriales en el rea del Gran Londres; b ) descen tramien to residencial-industrial desde el rea central hacia el exterior; C ) disminucin de conjunto de la poblacin; d) mantenimiento del papel internacional del puerto de Londres; e) aumento de las atribuciones de control de la planificacin fsica y de los valores del suelo. El plan establece, fuera del condado de Londres, cuatro franjas concntricas con destinos especficos: el anillo suburbano interior (inner suburban ring), que incluye las reas ya urbanizadas y con ndices elevados de densidad situadas en torno al condado de Londres, que ser preciso aclarar y aligerar mediante reconstrucciones debidamente dimensionadas de las zonas daadas por los bombardeos alemanes; el anillo suburbano (suburbalz rilzg), hasta el lmite exterior situado a 12 millas de Charing Cross, edificado ya en parte, que deber ser estabilizado en sus funciones residenciales e industriales; el cinturn verde (green belt ring), ms all del segundo anillo y con una profundidad media de cinco millas, que comprende reas en gran parte adquiridas conforme a la G r e m Belt Act de 1938, asignadas esencialmente a los usos propios del aprovechamiento del tiempo libre, y en el que los centros existentes tan slo podrn experimentar incrementos limitados, estrictamente determinados por el aumento de la demanda social; y el anillo exterior (outer country ring), destinado todava a fines prevalentemente agrcolas, y al que deben canalizarse las proporciones de poblacin que conviene descentrar (por un total que supera el 1.000.000 de personas, integradas, segn los clculos efectuados, por 6 18.O00 unidades provinientes del centro, segn el plan del condado, y 4 15.000 procedentes de reas congestionadas de la conurbacin), mediante la construccin de ocho ciudades satlites, para las que se sugieren diez posibles localizaciones (fig. 1.331).
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HATFIELD
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Figs. 1.331-1.336 (en la pgina opuesta). El GreaterLondon Plan de P. Abercrombie: los cuatro rings y el sistema principal de vialidad; las propuestas ejemplificadas: integracin y extensin de un asentamiento rural-industrial en Hatfield, esquema de conjunto y detalle; una neighborhood para 12.000 personas en West Ham, en el inner urban ring; esquema de la new town de Ongar. Figs. 1.337-1.342. Las ejemplificaciones del plan de Abercrombie, una ciudad lineal industrial en el Lee Valley y un centro recreativo en Broxbourne; el green belt propuesto en el plan del 44, y las new towns de la regin londinense (1. Indicadas en el Greater London Plan; 2. Otras new towns; 3. Indicadas en el Greater London Plan, pero no aceptadas); una perspectiva del plan de improvements de la Roya1 Academy (ordenacin del rea de Picadilly Circus); esquema del plan del grupo MARS.
En el conjunto propuesto, green belt ring y outer country ring constituyen los elementos, ya conocidos, de un dispositivo que, en su funcionamiento coordinado, resulta ser originalmente innovador. El greelz belt se acepta como instrumento de control urbanstico-edificativo conforme a los principios expuestos por Unwin y segn las indicaciones del Informe Scott sobre la utilizacin de las reas rurales por franjas productivas equipadas en torno a las grandes ciudades; sin embargo, Abercrombie incrementa su profundidad y prescribe la exclusin de algunos tipos de actividades rurales, como la ganadera y el pastoreo, menos adecuadas para que resulten compatibles con la presencia de usos del suelo ya urbanos; adems, descarta la hiptesis de la afectacin general al dominio pblico de toda esta enorme extensin de suelo -aunque, eso s, sin excluir la transformacin en terrenos de propiedad pblica de aquellas zonas que ofrezcan un mayor inters paisajstico o permitan una favorable utilizacin del suelo para la localizacin de equipamientos colectivos- y prev su mantenimiento como zona sin edificar mediante el establecimiento de normas de especial salvaguardia ( fig. 1.339). En cuanto a las new towns programadas, cuya filiacin arranca de una cadena de formulaciones que, por gradaciones sucesivas, se remonta hasta Howard, se indica que deberan surgir como parte de un proceso de planeamiento que no apunta a la disolucin de Londres, sino incluso al reforzamiento de sus funciones, a modo de confirmacin del esquema concntrico tradicional y como racionalizacin de sus partes (fig. 1.340). Un sistema de anillos de circulacin sirve a la ordenacin territorial del Gran Londres, en parte con elementos ya existentes (como el anillo A subarterial, de enlace de las terminales ferroviarias, y el anillo B, todava dentro del rea del condado), o que habr que integrar (anillo C, constituido en parte por la existente North Circular Road, que ser preciso completar en su arco meridional), o que ser necesario realizar ex novo (anillo D,una autopista urbana de circulacin
rpida y de trazado circular). Del anillo D arrancan una serie de nuevas radiales de carcter nacional, mientras que en su interior se aprovecha, previa mejora, la malla de viales existente. Las vas anulares ms exteriores tienen la funcin, sobre todo, de enlazar entre s las radiales orientadas hacia el centro y de evitar el trfico de travesa desde extremos opuestos de la conurbacin (figura 1.332). La red ferroviaria se potencia mediante lneas radiales y un nuevo anillo circular. El valor metodolgico y programtico del plan de Abercrombie en relacin con la futura poltica urbanstica del rea metropolitana (y ms en general, de la nacin) aparece confirmado por las ejemplificaciones de proyectos que lo acompaan: desde propuestas formuladas a la escala de barrio (una solucin para una neighborhood de 12.000 personas en West Ham, en el Inner Urban Ring, figura 1.335; y otra, tambin en West Ham, para dos neighborhoods de 8.000 personas cada una), hasta las referentes a asentamientos industriales (modelo de crecimiento para la ciudad rural-industrial de Hatfield, de 9.000 a 20.000 personas, con dos neighborhoods conjuntas; figs. 1.333-1.334))pasando por las relativas a equipamientos a escala urbana (centro recreativo equipado en Broxbourne; figura 1.338) o territorial (parque en Lee Valley; fig. 1.337)) y por la ejemplificacin de una de las nuevas ciudades satlites. El plan del Gran Londres indica esta solucin para Chipping Ongar, un pueblecito con una poblacin de 3.000 habitantes situado a 21 millas de Charing Cross (fig. 1.336): el esquema propuesto, a adoptar como gua para las nuevas ciudades satlites de la corona metropolitana, prev la creacin de seis neighborbood units de 10.000 personas, con densidad neta media de 30 personas por acre, en torno a un centro cvico y cerca de un rea industrial, con previsin de un sistema de parques de conexin interior. De la poblacin total del conjunto, prevista en 60.000 habitantes, 54.300 deben provenir del programa de descentramiento territorial preparado.
555
Con el plan de Abercrombie la cultura urbanstica inglesa lleva a cabo una sntesis eficaz de las ms actualizadas soluciones disciplinares surgidas en el seno de la cultura anglosajona, experimentadas primero aisladamente, en ocasiones diversas, y empleadas ahora con la oportunidad temporal y con la autoridad institucional que derivan de las exigencias de la reconstruccin posblica y de las mismas posibilidades ofrecidas por las destrucciones sufridas. En comparacin con semejante empeo de coherencia me todolgica y de realismo, parecen bastante menos vitales algunas otras propuestas, como la del London Regional Reconstruction Committee del RIBA -por 10 dems, no muy alejada, en algunos puntos, de las premisas utilizadas por Abercrombie-, por no hablar de las disecadas utopas academicistas que vuelven a proponerse en el plan para la reconstruccin de las reas centrales de Londres elaborado por la Royal Academy (a la sazn presidida por Sir Edwin Lutyens), en el que las simetras ms obvias se introducen forzadamente en el tejido urbano 27 (fig. 1.341). Tampoco pasa de un nivel exquisitamente cultural, y de un significado contingente de provocacin, el inters que ofrece el plan elaborado por la Modern Architecture Research Society (denominado plan del grupo MAR&; figura 1.342))basado en una espina dorsal comercial-industrial dispuesta a lo largo del curso del Tmesis, en la que se injertan brazos residenciales lineales en sentido Norte-Sur, separados por espacios libres equipados; se estudia muy particularmente la red de comuniciaciones, junto con las modalidades de crecimiento del sistema 28.
27 Para esta propuesta, cfr. L. Brett: The New Haussmann, en aArchitectura1 Review, enero de 1943. 28 Cfr. A. Korn y F. J. Samuely: A Master Plan for London, Based on Research Carried Out by the Planning Committee of the MARS Group, en Architectural Review, nm. 91, 1942. Para una confrontacin de los diversos planes, cfr. E. C. Kent y F. J. Samuely: Physical Planning: A Method of Comparative Analysis on London Plans, en Architect's Journal, nm. 100, 1944.
El plan de Abercrombie, remitido hacia finales del 44 al Minister o Town and Country Planning, responsable a la sazn en materia de urbanismo, y retocado en algn que otro detalle, es aprobado, en sus lneas generales, en el 46. Al propio tiempo, en el mismo ao 46 se constituye un New Towns Committee para afrontar la cuestin de las ciudades satlites dentro del cuadro de los objetivos nacionales de descentramiento planificado: con rapidez fuera de lo habitual.-lo que, sin embargo, confirma la urgencia del problema y la maduracin de las premisas polticas en que puede basarse su resolucin-, en agosto del 46 se promulga la New Towns Act que prev la institucin de Deuelopment Corporations autnomas para la realizacin de cada new town. Se imparten disposiciones meticulosas -en las que se atienden indicaciones ya contenidas en el Informe Scott (terrenos casi llanos, de fcil accesibilidad, de baja productividad agrcola, dotados de reservas hdricas, apetecibles para las empresas industriales privadas, etc.)- para la seleccin de las oportunas localizaciones (con base en el principio de la baja productividad agrcola de los terrenos a urbanizar se rechazarn dos de las selecciones preliminares de localizacin propuestas por Abercrombie, White Waltham, en Berkshire, y Meopham, en Kent). Crawley, Harlow, Stevenage y Heme1 Hempstead son las primeras realizaciones de la serie de las new to w londinenses 29.
La ciudad de Manchester pone en marcha en 1926 la construccin de un gran sector suburbano situado ms all del ro Mersey, en terrenos obtenidos, en parte, gracias a una
2 9 Cfr. F. J. Osborn: Green-belt Cities: The British Contribution, Londres, 1946. Del mismo autor, New Town After the War, Londres, 1942. Sobre el tema, cfr. P. Merlin y P. Guertin: L'urbanisme dans la rgion de Londres et l'amnagement du territoire, Pars, 1967; M. Teodori: Architettura e cittd in Gran Bretagna, Bolonia, 1967.
Figs. l .343-1.349 (en la pgina opuesta). Manchester, el barrio de Wythenshawe: planimetra de una neighborhood unit y vista de un sector; Liverpool: localizacin de los barrios de Speke (1) y de Kirby (2), planimetra del barrio de Speke y vista de la maqueta; una reestructuracin urbana en St. Andrews Gardens
(1933-38).
Figs. 1.350-1.355. Birmingham: suburbio de Weoley Castle y barrios de Meadway Lea Hall y Kents Moat; dos proyectos presentados al concurso para la reconstruccin de las zonas centrales, celebrado en 1928; Glasgow: Penilee Estate y vista de un tenement block del Pollok Estate.
donacin privada y, en parte, comprados por el municipio, para constituir en conjunto el Wythenshawe Ward, un patrimonio de suelo de casi 5.000 acres (cerca de 2.400 hectreas). La barriada de Wythenshawe es planificada por Barry Parker como rea satlite contigua a nuevas instalaciones industriales, para una poblacin de ms de 40.000 personas. El gran complejo (figs. 1.343-1.345) se basa en el establecimiento de una separacin y seleccin de los trficos, en el principio de la neighborhood unit, en la creacin de una completa gama de equipamientos sociales y en el empleo del landscaping para obtener una variedad de soluciones en relacin con una escansin del tejido moderadamente acadmica; ms de 40 acres se destinan a la industria, mientras el centro cvico ocupa 62 acres. Se trata de favorecer la coexistencia de clases diversas al aportarse capital privado adems del pblico; en efecto, el Council construye una parte de las viviendas, dejando una cierta cantidad de parcelas a los empresarios privados. En Wythenshawe la idea de la ciudad-jardn se presenta con nuevas dimensiones, en su misma proximidad al centro de Manchester: y sin embargo, se trata de un resultado importante, porque es el primer experimento de descentracin planificada que se lleva a cabo fuera de Londres, gestionado por una administracin pblica 30. En Liverpool la realizacin ms importante es la del barrio industrial de Speke, iniciado a partir del ao 30 (figs. 1.346-1.348). Del total de sus 2.200 acres, 626 se destinan a la industria (a travs del arrendamiento de los terrenos), 626 a la residencia (en cuanta prevista de 6.000 unidades de habitacin, por un total de 25.000 habitantes), 430 a instalaciones aeroportuarias, 100 a instalaciones ferrovariarias y ms de 700 a espacios de uso pblico; al comenzar la guerra el barrio tan slo aparece construido en una cuarta parte de su extensin. En el centro urbano se verifican tambin importantes obras de sustiCfr. W. Dougill: Wythenshawe. A Modera Satellite, en Town Planning Review, junio de 1935.
tucin de reas degradadas, con realizacin de complejos residenciales pblicos de bajo l . coste ' En Birmingham se proyecta en 1922-23 el Sheldon Estate, barriada prevista para ms de 40 .O00 habitantes, construida sobre una planta de tres mallas cuadradas, con 283 acres de terrenos industriales, 300 acres destinados a equipamientos colectivos y zonas verdes pblicas, y con una densidad residencial de 10 a 12 unidades edificativas por acre (al iniciarse la guerra la barriada aparece todava, en gran parte, sin edificar). Son notables igualmente los barrios perifricos de Meadway Lea Hall y de Kents Moat (fig. 1.351), as como el ncleo suburbano surgido en los terrenos de Weoley Castle Estate (fig. 1.350), con un total de 312 acres, ms de 2.700 viviendas, un rea central de servicios pblicos y gran parte del suelo destinado a usos colectivos. El centro urbano de la ciudad -no sin una precisa relacin con estas expansiones externas- se somete a un ulterior proceso de terciarizacin y modernizacin: con el concurso celebrado en 1927-28, a cuyos resultados se da amplia publicidad (figs. 1.3521.353), la administracin municipal de Birmingham retorna a la tica de la civit responsability que tanta trascendencia haba tenido en los dos ltimos decenios del siglo XIX ? Otros complejos de dimensiones notables se construyen en Glasgow (Penilee Estate, 1.900 apartamentos; Pollok Estate, 750 acres y ms de 5.000 unidades de habitacin, seis centros comerciales y el 50 por 100 del rea destinado a usos pblicos; figs. 1.354-1.355),
31 Cfr. Slum Clearance in Liverpool, en Journal of the RIBAD, octubre de 1935; Redevelopment o/ Central Areas in Liverpool, ibid., enero de 1939. M. Dougill: Birmingham Civic Centre Competition. A Criticism o/ the Designs, en Town Planning Review, julio de 1928; del mismo autor: Concorso internazionale per la sistemazione edilizia del centro di Birmingham, en aArchitettura e arti decorative, febrero de 1929. Respecto de las transformaciones de Birmingham en el siglo xrx, cfr. P. Sica: Historia del urbanismo. El siglo X I X , volumen l.", Madrid, 1981, pgs. 142-146.
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Figs. 1.356-1.359. Nottingham: vista y planimetra del barrio de la Lenton Abbey, y planimetra del WoUaton Park Estate; Leicester: plan originario del Braunstone Estate.
en Leicester (Braunstone Estate, 1.200 acres, ms de 4.300 viviendas, de las cuales ms de una tercera parte se dedican a realojar a las familias desplazadas del centro como consecuencia de una operacin de slum clearance llevada a cabo) 33, en Nottingham (barrio de la Lenton Abbey y, sobre todo, el Wollaton Park Estate, 93 acres destinados a fines residenciales dentro de una gran propiedad de
Cfr. A. T. Gooseman: Leicester, Urbam Im provement Schemes, en Town Planning Review, junio de 1935.
33
744 acres de extensin total, convertida en parque pblico; figs. 1.356-1.338) y en Edimburgo (West Pilton Estate) 34.
Un panorama de las realizaciones pblicas en el campo de los barrios planificados desde 1920 a 1940 nos lo ofrece S. Gale: Modern Housing Estates, Londres, 1949.
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2.
Francia
Las enormes prdidas humanas derivadas de la guerra, las destrucciones fsicas, las transformaciones aceleradas de las relaciones de fuerza entre las clases y la creciente industrializacin, hacen que, tambin en Francia, se planteen en primersimo plano urgentes problemas sociales que las viejas fuerzas dirigentes tan slo parcialmente estn preparadas para afrontar y resolver. Las orientaciones de la burguesa media y alta se expresan, en el plano econmico, en los crteles industriales de los sectores extractivos y metalrgicos, y, en el plano poltico, en la formacin del movimiento en favor de una nueva derecha nacionalista que encuentra terreno abonado entre los elementos tradicionalmente conservadores de la sociedad francesa, la Iglesia, el Ejrcito, la vieja aristocracia, pero de una manera en que, haciendo ostentacin de un anticapitalismo de fachada (y no sin inspirarse incluso en algunas afirmaciones propias del primer fascismo), consigue tambin atraer a su rbita amplios estratos de las categoras de los pequeos comerciantes y de los artesanos. Los estables lazos mantenidos por estas fuerzas con el aparato econmico-financiero permiten condicionar a los gobiernos de centro-izquierda que se forman en el 24, haciendo fracasar sus tmidos propsitos reformistas: sta es, precisamente, la experiencia sufrida por el Cartel des Gauches sostenido por radicales y socialistas, que cae en las sucesivas elecciones del 28. Francia sufre la crisis mundial del 29 con retraso y de forma ms atenuada que los dems pases occidentales: cosa que se explica por la existencia de estructuras productivas ms arcaicas en algunos sectores, por la competitividad sin obstculos que mantienen en los mercados exteriores algunos de sus productos y por el retorno a su patria de muchos trabajadores extranjeros, lo que limita con-
siderablemente el desempleo. Con la acentuacin, hacia mediados de los aos treinta, de los efectos de la crisis, vuelven a proponerse por parte de los grupos socialistas programas inspirados en una planificacin y una socializacin de algunos sectores de la economa, mientras resurgen las imgenes cautivadoras de un orden nuevo, que generalmente se busca en las formas propias del corporativismo, considerado como sistema social capaz de superar la anttesis capitalismo-socialismo (O de conciliar ambos extremos). Frente a las ms virulentas y provocativas manifestaciones de los grupos de derechas, se constituye el Rassemblement Populaire (Front Populaire), con un programa de defensa de las libertades institucionales y de reformas en el plano econmico. La victoria del Frente popular en las elecciones del 36 ir seguida de un ao de difcil gobierno, para ser reabsorbida despus por el reflujo de los gobiernos radicales de cen tro-derecha. Ante los problemas ms urgentes -la reconstruccin de algunos centros, la cuestin de la vivienda, la expansin de los consumos y la recuperacin de la industria de la construccin-, el fin de la guerra plantea a Francia la necesidad de revisar sus propios mtodos de gestin urbana y territorial. Las grandes obras interiores en las ciudades, instrumento casi exclusivo de intervencin bsica hasta los ltimos aos del XIX, ya no son capaces de constituir un instrumento operativo convincente, y van siendo sustituidas por otras concretas alternativas culturales, legislativas y organizativas. Los aos de la posguerra, en este sentido, constituyen un perodo de notables empeos prcticos y tericos, por ms que sus resultados aparezcan en buena medida parciales e inciertos. Junto a las primeras experimentaciones de la vanguardia, que tienen en la obra de Le Corbusier su frontera ms avanzada, el debate cultural se desenvuelve en el seno de las instituciones fundadas antes de la guerra (la Socit Francaise des Urbanistes, muy activa desde 1911, el Muse Social, con su Comisin
561
de higiene urbana y rural) y de otras de nueva creacin (Union des Villes et Communes de France, Association des Cits-jardin de France), que aspiran a aproximar la prctica urbanstica a las experiencias que en Europa parecen orientarse principalmente hacia la recuperacin econmica y la reconstruccin de las ciudades. En este contexto resulta relevante la obra de Henri Sellier, alcalde del municipio de Suresne, en la banlieue parisina, afiliado a la Asociacin francesa de la ciudad-jardn y miembro del Consejo general del Sena desde 1910 a 1941 (y presidente de esta organizacin en el 27 y en el 28). Sellier, ya antes de la guerra, ha estado empeado en una actividad de fomento de la construccin de viviendas baratas (HBM, Habitations A Bon March) en el rea de Pars, con base en la idea de aproximar en lo posible inversin privada e iniciativa pblica; a l se debe, despus de la guerra, el desarrollo de un proceso de clarificacin, racionalizacin y adaptacin de la ptica de la ciudad-jardn a la produccin edificativa de masa. Sellier acepta la solucin de la ciudad-jardn como ccellule sociale complete, en la que pueden estar representadas todas las categoras sociales [ . ..], desde las ms pobres hasta las que gozan de una cierta riqueza, y trata de modificar gradualmente, pero sin concesiones, la tendencia contraria a la vivienda plurifamiliar 35. El resultado ms avanzado de este esfuerzo ser la realizacin de complejos residenciales alrededor de Pars y la institucin de una vinculacin concreta, aunque episdica, entre actuacin pblica en el campo de la edificacin de masa y produccin de vanguardia, contando para ello con la colaboracin de M. Lods y de E. Beaudouin, miembros activos de los CIAM, que participan en el
35 De H. Sellier, adems de sus numerosos ensayos y artculos, vanse: Les banlieues urbaines, Pars, 1920; Rapport au nom de la Commission des Habitations Ouvri&es, Pars, 1921; La crise du logement et l'interuention publique dans I'agglomvation parisienne, Pars, 1921; y, en colaboracin con A. Bruggeman, Le problime du logement, Pars, 1930.
proyecto del ncleo de Drancy-La Muette, en las inmediaciones de Pars. Resultado tanto ms notable si se considera que, frente a las resistencias opuestas por los ambientes academicistas y ante las insinuaciones ms o menos groseras acerca de los contenidos polticos de la nueva arquitectura 36, los arquitectos modernos, y el mismo Le Corbusier, no consiguen superar las iniciativas puramente personales ni logran que sus propios mtodos se pongan en contacto con experiencias sociales ms amplias 37. En este sentido, a la participacin de Beaudouin y Lods puede t el unirse tambin la obra de Andr L u r ~ a en municipio rojo de Villejuif, junto a Pars, que lleva a la realizacin de un ejemplar complejo escolar (fig. 1.366). La produccin legislativa entre los aos 19 y 30, indicio de una difundida exigencia del establecimiento de reglas generales y unvocas para el control de la urbanizacin, es la prueba, al mismo tiempo, con su sustancial fracaso en el plano prctico, de que los intereses dominantes en este sector estn en condiciones de neutralizar y eludir cualquier tentativa de limitacin de sus privilegios. Una primera ley de marzo de 1919 obliga a la formacin de planes reguladores municipales (plans d'amnagement) en todas las ciudades de ms de 10.000 habitantes, en los municipios del Departamento del Sena, en las localidades de ms de 5.000 habitantes cuya cifra de poblacin hubiere crecido en ms del 10
3 6 Entre las reacciones incontroladas desencadenadas por la arquitectura de Le Corbusier, en el clima de aguda tensin social que agita a Francia, pueden recordarse las acusaciones de fascismo que parten en 1929 de las columnas de L9Humanit; o las denuncias, ms frecuentes, de su presunto comunismo, repetidas a ultranza por el publicista A. De Singer en su Le Cheval de Troie du Bolchevisme, publicado en el 31; para los lectores de Le Figaro, en fin, la obra del maestro suizo, juzgada salomnicamente, no es ms que una colusin del bolchevismo y el capitalismo. Cfr. J. Piret: L'opinion et l'urbanisme (1913-1964)' en la obra colectiva L'urbanisation fran~aise,Pars, 1964, pg. 291. 37 Sobre la obra de Le Corbusier, cfr. el epgra1 . fe 2, c ) , del Captulo 1
por 100 en el ltimo decenio, en las estaciones tursticas y balnearias, y en las localidades de inters histrico o paisajstico (para las que habra de confeccionarse el oportuno catlogo): el plan debe incluir todos los elementos esenciales para un programa de urbanizacin (vas pblicas, espacios pblicos, zonas verdes, reas para servicios colectivos) y debe ir acompaado de un reglamento de actuacin; se reserva a los prefectos la autoridad para requerir un estudio de conjunto que afecte a varios municipios y para constituir oficialmente syndicats de communes; los planes debidos a la iniciativa privada deben depositarse previamente en los oportunos organismos municipales. El completo fracaso de las disposiciones del 19, ya sea por la falta de financiacin a los municipios para llevar a cabo los estudios pertinentes de planificacin, o bien por l a ausencia de sanciones para las transgresiones cometidas por los particulares, induce a la elaboracin de una segunda ley, aprobada el ao 24, que extiende la obligacin de redaccin del plan a todos los municipios en crecimiento, previa decisin de los rganos superiores, y que subordina la concesin de los permisos de parcelacin otorgados a los particulares a la aprobacin previa por parte de una Comisin de Departamento y del propio Prefecto: pero tambin la nueva ley consigue unos resultados bastante parciales, porque la propiedad privada conserva todava un buen margen de juego para aprovechar las lagunas existentes en la instrumentacin jurdica y las derivadas de la falta de preparacin y de la complicidad de las autoridades pblicas. Tras una serie de aos de improvisacin y anarqua -durante los cuales las iniciativas privadas utilizan preferiblemente la cobertura de las sociedades annimas y del capital bancario- viene la ley Sarraut, de marzo de 1928, aunque ofrece un carcter ms bien retrospectivo; en efecto, la ley regula la urbanizacin primaria y secundaria de los lotissements trazados a partir del final de la guerra, imputando su coste, por mitades, al Estado y a los habitantes del
lugar, reunidos en sindicatos creados de oficio. En torno a 1935 se produce un relanzamiento de la planificacin urbanstica conforme a una perspectiva territorial ms compleja, aunque caracterizada como de costumbre por una articulacin burocrtica y verticista. El decreto especial del 32 relativo a la planificacin de la regin de Pars, del que hablaremos seguidamente, ampla su mbito de vigencia al resto de Francia, con previsin de projets rgionaux d'urbanisme, planes directores cuya elaboracin corresponde a los Comits Rgionales, autorizados a proporcionar un cuadro general de disposiciones de zonificacin, de prohibiciones de uso y de vinculaciones de diversos tipos; los municipios comprendidos en los permetros de los planes regionales pueden ser invitados a formar un plan propio que, de cualquier modo, debe quedar sometido a la aprobacin del Comit. Cualquier iniciativa queda siempre subordinada a la aprobacin prefectoral. Las subsiguientes normas legislativas, promulgadas en los aos de la guerra, se sitan ya en la perspectiva de la reconstruccin. En octubre del 40 se publica la ley para la reconstruccin de las reas destruidas por la guerra, que aporta un instrumento innovador con la institucin de associations syndicales de propietarios de una misma rea urbana para llevar a cabo programas de remembrement et reconstruction. Entretanto se crea un Comisariado tcnico de Reconstruccin Inmobiliaria, transformado al ao siguiente en Comit Permanente de ordenacin, modernizacin y extensin de las ciudades, dependiente de la Direccin de asuntos departamentales y municipales del Ministerio del Interior: de las prefecturas dependen el cumplimiento de la obligacin que tienen los municipios de redactar sus planes, las declaraciones de utilidad pblica, la aprobacin de las parcelaciones, la autorizacin para la formacin de planes regionales y las medidas de financiacin. La ley de 15 de junio de 1943, en fin, recoge en un texto nico todas las disposiciones maduradas con anterioridad,
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Figs. 1.360-1.365. El plan regulador de Reims (G. B. Ford); remembrement urbain de una parte de la ciudad de Rethel, en las Ardenas, conforme a la ley del 19: preexistencias e intervencin; planes reguladores de Orlans y de Poitier, de A. Agache, y plan regulador de Perpin, de A. Dervaux.
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introduciendo algunas innovaciones: la planificacin se articular en circonscriptions d'urbanisme, en que queda distribuido todo el territorio nacional, en groupements d'urbanisme para municipios adyacentes y en projets d'amnagement communaux; la autorizacin para construir es el instrumento indispensable de actuacin de los planes; se especifica la gratuidad de las vinculaciones pblicas y se prevn medidas de salvaguardia previas a la entrada en vigor del plan 38. Los primeros planes establecidos sobre la base de la ley del 19 constituyen, por regla general, una ordenacin esttico-funcional de las poblaciones existentes, con escasa consideracin de los problemas del crecimiento urbano. Un caso particular de aplicacin de la ley es el que se refiere a los planes de reconstruccin de las ciudades daadas por la guerra (figs. 1.360-1.362): entre ellos destaca el plan de Reims, con sus amplios boulevards y la completa liberacin de la catedral, redactado por el arquitecto americano G. B. Ford (dentro del programa de ayudas ofrecidas por los Estados Unidos a las ciudades francesas daadas por la guerra) Con la ley del 24 se produce una expansin de la actividad de planificacin urbana, y muchas de las ciudades mayores tratan de preparar planes de amnagement et d'extension; por ms que tales
38 A este propsito, puede consultarse la obra colectiva L'urbanisation francaise, cit. 39 A este propsito, A. C. Holliday: T h e Rebuilding o f Reims, en Town Planning Review, marzo de 1921. Sobre la reconstruccin de las ciudades francesas daadas por la guerra, cfr. C. Vallaux: Les cits dvastes par-la gurre. Peronne, en La vie urbaine, 1919; L. Jaussely: Les cits dvastes par la guerre. U n concours de plan de uille. La reconstitution de Chauny et de sa rgion, ibid.; A. C. Holliday: T h e Rebuilding of Chauny, en Town Planning Review, julio de 1921; C. Vallaux: Les cits dvastes par la guerre. tudes de gographie urbaine. Montdidier, en La vie urbaine, nmero 14, 1922.
planes revelan despus escasas posibilidades concretas de convertirse en instrumentos realmente incisivos de control y se limitan a constituir un inerte soporte administrativo de las actividades de las empresas de construccin y de los particulares (figs. 1.363-1.365). Ms frecuente todava es que falte precisamente una continuidad suficientemente plausible entre los planes y el conjunto de los fenmenos de urbanizacin, y que las administraciones urbanas prefieran ms bien, abandonada la onerosa prctica de los grands travaux d'urbanisme, dedicarse a programas de travaux d'quipements, equipando centros y periferias en funcin de las nuevas necesidades de la concentracin humana e industrial. Una incidencia bastante mayor sobre los ritmos y las modalidades de urbanizacin entre las dos guerras tienen, en cambio, los dispositivos legislativos concebidos para la financiacin del acceso a la pequea propiedad (coronados por la ley Loucheur de 1928), que a la vez que constituyen una ayuda sustancial a una cierta capa de la pequea burguesa de empleados y obreros especializados, en el plano urbanstico son tambin responsables, sobre todo a largo plazo, de la aparicin de una serie de problemas nuevos del desarrollo. El crecimiento de las ciudades francesas en este perodo aparece dominado por consistentes expansiones suburbanas de carcter extensivo, los lotissements pauillonaires, favorecidos por las leyes de fomento de la construccin de habitations 2 loyer modr: una casual y a menudo imprevista utilizacin de las reservas perifricas, que si bien sirve para evitar las puntas patolgicas de la crisis de la vivienda, agrava en cambio la ya bien acusada insuficiencia de equipamientos colectivos y de la misma urbanizacin primaria. Entre las iniciativas planificadas en los aos de la posguerra debe recordarse la actividad
Figs. 1.366-1.371 (en la pgina opuesta). Vista de conjunto del complejo escolar construido en Villejuif segn proyecto de A. Lur~at;la ciudad-jardn de Umgemach, en Estrasburgo; planimetra y vista de la Cit-jardin du Chemin Vert, realizada por el Foyer Rmois; esquemas generales de planeamiento de las cits-jardins de Lille-Dlivrance y de Tergnier, construidas por los Chemins de Fer du Nord.
desarrollada por las oficinas departamentales de las cHabitations ? i Bon March: adems de los complejos residenciales realizados en el rea de Pars, pueden sealarse las citsjardin del departamento de Seine-et-Oise en Argenteuil, Versalles y Saint-Germain-enLaye. A travs de iniciativas de distinta naturaleza surgen la cit-jardin Ungemach en Estrasburgo (1927) y los barrios del Foyer Rmois en Reims (figs. 1.367-1.369). El ms importante de los complejos del Foyer Rmois, una sociedad annima fundada en 1912, es el de la ciudad-jardn del Chemin Vert (1922-24), construida para 3.500 habitantes segn proyecto de Auburtin, tpicamente orientada conforme a los modelos anglosajones, en la que asumen una notable importancia los equipamien tos colectivos 'O. En la difundida prctica del barrio suburbano entran tambin los centros construidos por la Compagnie des Chemins de Fer du Nord, que realiza las cits de Longueau, Tergnier y LilleDlivrance, con un total de 11.000 unidades de alojamiento, terminadas entre los aos 19 y 25 'l (figs. 1.370-1.371); a la iniciativa de la Compagnie des Chemins de Fer du Nord se deben tambin algunas realizaciones del capital industrial (Compagnie Miniere, industrias metalrgicas del Doubs, Sociedad Michelin en Clermont-Ferrand).
Las vicisitudes urbansticas de Pars entre los aos 20 y 40 pueden servir para documentar la realidad de la cada vez ms amplia divergencia entre el ritmo y la naturaleza de las transformaciones territoriales, de una parte, y el aparato institucional de los instrumentos de control e intervencin directa, de otra. Dimensiones y sistemas de relaciones a
40 Cfr. H . S.: Le Foyer Rmois, en La vie urbaine, nm. 18, 1923. 41 Cfr. Album des cits jardin du Chemin de Fer d u Nord, Pars, 1921.
escala metropolitana entre Pars y los municipios suburbanos aparecen ya fijados por las reestructuraciones ferroviarias del Segundo Imperio, que acompaqn coetneamente a las grandes obras haussmannianas, si bien tan slo despus de la primera guerra mundial tiene lugar una fuerte proyeccin de la poblacin hacia ms all de la primera franja de banlieue. Por otro lado, al vaco dejado en el plano operativo por el abandono de las tcnicas haussmannianas de intervencin no corresponde la elaboracin de instrumentos ms flexibles y ms adecuados a la programacin, antes que a la proyectacin fsica, de la capital, de manera que la misma definicin del sistema de transportes de las lneas subterrneas tiene el valor de instrumento destinado a posteriori a satisfacer la insaciada hambre de movilidad determinada por la segregacin funcional de los sectores y por la terciarizacin del centro urbano. Examinando el perodo de entreguerras se obtiene la impresin de encontrarse ante un conjunto de intenciones episdicas y no trabas entre s, que, segn las ocasiones, se refieren a la residencia, a los transportes, al saneamiento de los barrios histricos, a las ordenaciones monumentales, etc., a las que corresponde una ocupacin igualmente casual y catica del territorio, abandonado en esta fase, sin mediaciones, a las leyes de la privatizacin y del beneficio. En torno a 1910 se abre una plataforma de debate -aunque sea ms bien insegurasobre el destino urbanstico de Pars y en particular sobre las perspectivas de reconstruir una unidad orgnica entre las reas centrales, en fuerte progresin terciaria, y el cinturn perifrico de los municipios suburbanos, cada vez ms afectado por una urbanizacin residencial en alfombra, de baja densidad y de mediocre nivel de estructuras equipadas. Proponiendo el aprovechamiento de la disponibilidad de los terrenos militares del cinturn de fortificaciones que est a punto de desmantelarse, Hnard haba indicado en su da la conveniencia de ordenar cerca de 400 hectreas de nuevos parques que
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Figs. 1.372-1.374. El concurso para el plan de Pars: proyecto triunfador, de Jaussely, Expert y SoIIier; planteamiento de conjunto y detalle del proyecto de los arquitectos Berrington y Faure-Dyjarric.
Figs. 1.375-1.377. La Cit-jardin du Grand Paris: proyecto de conjunto, y detalles de la zona industrial y del Centro social.
habran de alternarse con amplias franjas de zonas edificadas de enlace entre la ciudad y su banlieue. Como se recordar, en 1911 se haba constituido una Commission d'extension de Pars, con la misin de proponer las directrices a seguir en la planificacin del crecimiento metropolitano. A poco de concluirse el conflicto mundial, tambin en Pars -cuya poblacin ha crecido en ms de 300.000 unidades entre 1915 y 1918, en un perodo de estancamiento de la industria de la construccin- se manifiesta una acusada falta de viviendas, que vuelve a requerir una serie de propuestas urbansticas. Cabe citar en primer lugar, inmediatamente despus de la publicacin de la ley del 19, el concurso nacional para la redaccin del plan regulador del Gran Pars, que tiene su origen tambin en la decisin de desafectar a fines militares el gran cinturn defensivo construido alrededor de la ciudad durante los aos del Segundo Imperio. La convocatoria del concurso define tres temas distintos: la reestructuracin interior de la ciudad, la valoracin y destino del rea de las fortificaciones, y la planificacin de cits-javdin perifricas. El proyecto triunfador, de Jaussely y Sollier, propugna -conforme a un punto de vista que es comn a las dems aportaciones sealadas (Auburtin, Agache, Parenty, Redont, Grber)- una reestructuracin completa de los servicios y de las infraestructuras a escala territorial (fig. 1.372); una propuesta, la del ingls A. Berrington (figs. l.373-1.374), sugiere el establecimiento de una serie de cadenas de ciudades-jardn a lo largo de las lneas frreas principales trazadas alrededor de Pars 42. En 1919-20 alcanza notoriedad tambin
Sobre el concurso de Pars, vanse L. Bonnier: L'esthtique et lJarchitecture dans le concours pour le plan d'amnagement et d'extension de Paris, en La vie urbaine, 1920; J. N. Forestier: Les Parcs, les espaces libres au concours pour le plan d'amnagement et d'extension de Paris, ibid.; G. Bechmann: L'art de l'ingnieur au concozrrs pour le plan dJamnagement et dJextension de Paris, ibid.; A. Berrington: The Paris Competition, en Town Planning Review, diciembre de 1920; M. P.: II concorso per il nuovo piano regolatore di Parigi, en Architettura e arti decorative*, julio-agosto de 1921.
el proyecto de un grupo de arquitectos (Rutt, Bassompierre, Sirvin, Paret-Dortail), denominado de la Cit-jardin du Grand P a r i s ~ en , el que se estudia la urbanizacin de toda la franja meridional de la ciudad ms all del permetro de las fortificaciones que van desde Sceaux a Vlizy, con destino residencial, industrial y de centro social equipado 43 (figuras 1.375-1.377). Estos dos episodios no tienen consecuencias inmediatas, pero de cualquier modo constituyen los antecedentes del plan Prost para el rea metropolitana parisina y del programa de construccin de viviendas pblicas puesto en prctica por el Departamento del Sena, empresas ambas que maduran luego en relacin con la fuerte recuperacin de la urbanizacin que tiene lugar hacia mediados de los aos veinte.
A finales del ao 22 se abre un ciclo de impetuoso crecimiento suburbano cuando, disparada ya irresistiblemente la demanda de alojamientos y agotados los compromisos de obra de las compaas constructoras parisinas en la reconstruccin de las ciudades y los pueblos devastados por la guerra, algunas grandes empresas inmobiliarias proceden a la adquisicin, ocupacin y parcelacin acelerada y sumaria de extensas superficies de suelo en los alrededores de Pars. Prsperas fincas agrcolas de 200 300 hectreas, todava en plena eficiencia productiva, situadas en el territorio de los municipios de banlieue, se ven rpidamente cubiertas por una interminable diseminacin de casas unifamiliares, ofrecidas por las compaas constructoras a los adquirentes mediante formas de crdito con reembolso en cinco o seis aos: una proporcin considerable de la pequea burguesa y de los asalariados que trabajan en las reas centrales accede a esta oferta residencial que se desarrolla a lo largo de las directrices preferenciales que han comenzado a delinearse
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Figs. 1.378-1.381. Las variaciones de la poblacin en el rea metropolitana de Pars de 1926 a 1931, la parcelacin residencial existente en la corona suburbana en 1946, ejemplo de parcelacin dispersa en la cercana de Villejuif (1, canteras; 2, terrenos militares y servicios pblicos; 3, espacios construidos antes de 1914; 5 , 1mites de la parcelacin), y distribucin de la ciudad jardn realizada en el Departamento del Sena.
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Figs. 1.382-1.388. La ciudad-jardn del Departamento del Sena: planes de los ncleos de Dugny, ArcueilCachan y Stains, vistas de los suburbios de Stains y de Drancy, planimetra y vista de la cit jardin de St. Gervais-Pantin-Les Lilas. Figs. 1.389-1.393 (en la pgina opuesta). La ciudad-jardn del Departamento del Sena: planimetra y vista del complejo residencial de Suresnes; primer proyecto y plan de realizacin de la ciudad-jardn de PlessisRobinson, y vista de conjunto.
desde mediados del siglo XIX,hacia'el Norte, hacia el Este y hacia el Sur, a lo largo de la va frrea de Orlans. Ms de 10.000 hectreas, para un total de 700.000 habitantes, se urbanizan entre 1920 y 1930, cuando la poblacin de Pars aumneta en otro 1.000.000 de almas (figs. 1.378-1.380). Se trata de un proceso anrquico y precario de ocupacin del territorio, respecto del cual la ley del 19 resulta ser completamente ineficaz, anlogamente a lo que ocurre con la sucesiva ley del 24, que subordina la concesin de los permisos de parcelacin a la aprobacin por parte de una comisin del departamento y del prefecto, pero que ofrece escasas garantas para asegurar un nivel decente de urbanizacin primaria y secundaria, y que, en cambio, produce el efecto de elevar el coste del suelo y de multiplicar el contencioso entre empresarios, adquirentes y administraciones pblicas. Frente a esta febril actividad de las empresas privadas son muy escasos los frutos recogidos por la actuacin pblica. El Consejo general del Departamento del Sena trata de plantear una poltica inmobiliaria con la imposicin de gravmenes sobre el plusvalor del suelo, pero todos los esfuerzos que se hacen en tal sentido terminan por fracasar, ante el empuje de los intereses contrarios del capital inmobiliario. Tras este fracaso, el Departamento del Sena se repliega en una poltica de adquisicin directa de su patrimonio de reas edificables perifricas, siendo ayudado en este empeo por la Oficina departamental de las Habitations i Bon March que, dirigida por el infatigable Henri Sellier, ha iniciado ya, desde finales de 1916, un programa de adquisicin de fincas agrcolas enteras y que en estos aos consigue hacerse duea de 370 hectreas de terrenos para destinarlas a la construccin de nuevas barriadas populares. En total, entre estas adquisiciones y otras de menor entidad, se trata de un millar de hectreas que resultan controladas, al menos originariamente, por la iniciativa pblica: en apariencia, todo un xito, pero en realidad poca cosa, si se compara lo conseguido con las exigencias de asentamiento que plantea la
conurbacin parisina, calculadas en cerca de 13.000 hectreas entre 1911 y 1931 44. Los terrenos de propiedad municipal se utilizan para la construccin de complejos residenciales pblicos, las denominadas ciudades-jardn, por cuenta de los propios servicios tcnicos de la HBM (Habitations i Bon March) del Departamento del Sena (figura 1.381); la etiqueta de ciudad-jardn se aplica en este caso inicialmente a barriadas de baja densidad y de extensin modesta, mientras que en un segundo momento, en torna a 1930, se modifican estos criterios, proyectndose complejos equipados de edificios de varias plantas, concebidos como polos de crecimiento perifrico y destinados a establecer un principio de organizacin dentro de las reas parceladas anrquicamente en los aos precedentes. El comienzo de esta evolucin Se manifiesta a travs de los barrios de Dugny (proyectado en 1919 por Bassompierre, De Rutte y Sirvin, al norte de Le Bourget, para un total de 1.400 habitantes), de Stains (de 1919, proyectado por Gonnot y Albenque sobre unos terrenos de 27 hectreas, con destino a una poblacin predominantemente obrera), de Drancy (1920, de Bassompierre y De Rutte), de la Cit-jardin des Lilas (1920, de Pelletier y Teisseire), de Champigny (1922, de Pelletier y Teisseire) e incluso de Arcueil - Cachan (Payret - Dortail), Gennevilliers, Bagnolet, etc.: todos son ncleos que, por lo general, comprenden de 1.200 a 1SO0 habitantes y que responden a modelos ingleses, con marcado predominio de las viviendas unifamiliares aisladas o en lnea (figs. 1.3821.386). Una segunda fase, que se inicia a partir del 22, marca ya un cambio en favor de la vivienda colectiva y de una mayor consistencia y organizacin de las intervenciones (Suresnes, proyectado por Mistrasse y Quonian en 1922, y Pr-St. Gervais-Pantin-Les Lilas, proyectado por F. Dumail, de 1924; figuras 1.387-1.390); una tercera fase iniciada
44 Cfr. H. Sellier: Cits-jardin et groups d'habitations de Paris et d u Dpartement de la Seine, en La vie urbaine~,agosto-octubre de 1923.
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hacia 1928 ve progresar una racionalizacin del espacio del barrio en el marco de una dotacin ms amplia de equipamientos y, al mismo tiempo, una renovacin y una mejora de los modelos de los alojamientos. Esta transicin desde la segunda a la tercera fase puede apreciarse sin dificultad en el barrio de Plessis-Robinson (figs. 1.391-1.393), iniciado en 1924-25 con un primer sector de 220 alojamientos en pequeas construcciones dispuestas libremente en el terreno y ampliado despus, entre el 32 y el 35 (arquitecto Payret-Dortail), hasta abarcar 65 hectreas y 5.000 unidades de habitacin, conforme a una configuracin ms ordenada e intensiva, a lo largo de la lnea del metropiltano. A Plessis-Robinson, destinado a funcionarios y profesionales liberales, se aade en la zona sur de Pars (en parte, ejecutando las indicaciones de la Citjardin du Grand Paris) el barrio de ChatenayMalabry (de Bassompierre, Arfidson, De Rutte y Sirvin; figs. 1.394-1.396), construido entre el 31 y el 33, con un total de 56 hectreas y 4.000 viviendas, y dotado de numerosos equipamientos colectivos debidos a la labor incansable de Henri Sellier. Entre los complejos de la segunda fase, adems de las realizaciones ms heterogneas de Boulogne-surSeine, de Charenton y de Maison Alfort, son muy notables, por sus innovaciones tcnicas y urbansticas, dos barrios de modestas dimensiones proyectados por E. Beaudouin y M. Lods: en el primero de ellos, la Cit du Champs des Oiseaux, en Bagneux, de 193032, los dos arquitectos, en colaboracin con Freyssinet, introducen por vez primera mtodos de prefabricacin e industrializacin (figura 1.401); el segundo de estos barrios, la Cit de la Muette,, en Drancy, de 1932-34 -de cerca de 10 hectreas, 1.250 viviendas y 440 habitantes por hectrea, constituido por bloques de 16 plantas de estructura metlica y paneles de hormign, con cuatro viviendas por planta, y que entran en composicin con casas de tres plantas agrupadas y con los equipamientos colectivos-, debe considerarse, en su conjunto, el ms conseguido en Francia con la aplicacin de
los principios del Movimiento Moderno (figuras 1.397-1.400). Los organismos departamentales del Sena realizan entre los aos 20 y 30 cerca de 18.000 viviendas; otros programas, incluso ya en fase de proyecto, deben abandonarse, como sucede con el barrio de la Bek-Epine, previsto para cerca de 30.000 habitantes, para cuya construccin se firma el correspondiente acuerdo en 1931, quedando despus prcticamente ahogada esta iniciativa por efecto de la lentitud administrativa, de los conflictos de competencia y del comienzo de la crisis econmica. En conjunto, el total de viviendas construidas por la iniciativa pblica en la regin de Pars asciende a cerca de 85.000 unidades, construidas en parte por las oficinas HBM de las administraciones perifricas y en medida ms considerable por los servicios de la HBM de la Ville de Paris, a los que se deben un buen nmero de los 40.000 alojamientos que vienen a ocupar los terrenos de las viejas fortificaciones, una vez desembarazados de los millares de chabolas all levantadas, que son urbanizados entre los aos 20 y 32, crendose una franja compacta de edificios de varias plantas 45 (fig. 1.402). El gran crecimiento perifrico de Pars no solamente es consecuencia del aumento de la poblacin, sino tambin del xodo continuo que tiene lugar desde las reas centrales. Las administraciones del perodo preblico han dejado un legado de numerosos programas de reconstruccin de los Zlots insalubres del centro histrico, pero cuando estos programas se reanudan en 1920 (fig. 1.403), las asignaciones de fondos disponibles son modestas, siendo tambin muy limitados los resultados (tan slo uno de los i b t s ser demolido en el perodo comprendido entre las dos guerras). Por otra parte -a pesar del bloqueo de los alquileres durante los aos de guerra y de la promulgacin de una ley del 24 que trata de poner freno a las transformaciones de destino
45 Un panorama de las realizaciones del departamento del Sena puede verse en la revista Urbanisme~,septiembre-octubre de 1932.
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de los edificios, para evitar el cambio de los fines residenciales a otros usos alternativos-, el proceso de concentracin de las actividades terciarias ha ido aumentando, junto con el incremento de las actividades productivas especializadas (artculos de lujo, vestido, publicidad) que constituyen una de las tradiciones de la capital francesa. Tambin algunas de las ricas reas occidentales de la ciudad se ven afectadas por este fenmeno: el eje 'de los Champs Elyses va cambiando su propio carcter por efecto de una marcada invasin del terciario, mientras la edificacin caracterstica de la alta burguesa va completando las manzanas situadas en torno al Bois de Boulogne. El impulso que este eje directivo imprime a la directriz Oeste determina incluso la convocatoria de un concurso de ideas para la ordenacin de la zona comprendida entre 17toile y la place de la Dfense (figuras 1.404-1.407), con resultados casi invariablemente caracterizados por un rebosante exhibicionismo de gvandeuv acadmica 46. Pocas son tambin las realizaciones programadas ms circunscritas, casi todas patrocinadas por la autoridad pblica, en las que se manifiesta, sobre todo entre los afios 30 y 40, una rgida cerrazn respecto de las expresiones de la arquitectura moderna. Podemos recordar aqu el complejo de la ciudad universitaria y las instalaciones destinadas a las Grandes Exposiciones (Arts dcoratifs del 29, Exposicin colonial del 31, Exposicin Universal del 37). La ciudad universitaria va cobrando forma a partir de 1922, al sur del parque Montsouris, aprovechando tambin un tramo de las viejas fortificaciones abandonadas, en una extensin de cerca de 40 hectreas (fig. 1.408): tras el grupo inicial de
46 Cfr. H. Prost: Le concours d'ides pour l'amnagement de lJAvenue entre 1'toile et la place de la Dfense, en Urbanisme, abril de 1932.
edificios construidos por la fundacin Emile Deutsch de la Meurthe a imitacin de los colleges ingleses, a partir de 1927 comienzan a surgir una serie de casas para los estudiantes de las distintas nacionalidades; en el grupo de los pabellones que se insertan, conforme a una parcelacin del suelo ms bien mecnica, a lo largo del boulevard Jourdain, dominados por la Maison Internationale (1935, construida gracias a una donacin de J. D. Rockef eller ), constituye una excepcin el esplndido Pavillon Suisse realizado en 1930-32 por Le Corbusier, por encargo del Comit de las universidades suizas ( fig. 1.409). Con ocasin de la Exposicin colonial del 3 1, preparada en el parque de Vincennes, se ordena el complejo del Jardn zoolgico y se construye el Muse des Colonies a la entrada del parque (hoy Muse des Arts Africains et Ocaniens), proyectado por los arquitectos Laprade y Jaussely. El peso del establishment acadmico vuelve a manifestarse en el concurso convocado para la sustituicin del palacio del Trocadro con ocasin de la Exposicin Universal del 37: intilmente formula Le Corbusier hiptesis distintas como posibles alternativas de los programas inicialmente preparados; intil es tambin el escrito redactado por un grupo de artistas y literatos de vanguardia condenando el proyecto ejecutivo del Palais de Chaillot debido a J. Carlu, L. A. Boileau y L. Azma, de corte acadmico-monumental (figura 1.410). Con la Exposicin del 37, Francia ofrece un marco adecuado a los pabellones de Speer, para la Alemania hitleriana, y de Jofan, para la Unin Sovitica, en los que se expresa, a su mximo nivel, la recuperacin academicista operada en los dos pases ms avanzados en las investigaciones de la arquitectura moderna entre los aos 20 y.30. En esta misma ocasin se realiza tambin el complejo neo-monumental del Muse
Figs. 1.394-1.401 (en la pgina opuesta). Planimetra y vista de la ciudad-jardn de Chatenay-Malabry, y vista del edificio en torre; plan general de la Cit de la Muette, en Drancy, un diseo de Beaudouin y Lods para el barrio, los edificios en construccin (son visibles las estructuras metlicas de los bloques en torre), y vista panormica desde arriba del complejo en construccin; una vista del barrio de Champs des Oiseaux, en Bagneux.
Figs. 1.402-1.409. Las parcelaciones intensivas de iniciativa privada y pblica en las reas del viejo cinturn defensivo de Pars; el cuadro de 10s iiotr insaiubres segn un estudio de 1918; el concurso para la expansin Oeste: ordenacin de la place de la Dfense en el proyecto de Lesage y Miltgen, ordenacin de la Porte Maillot en el proyecto de Mallet-Stevens, plaza monumental en la Dfense de Molini, Nicod y Barbaud, y una ordenacin ulica del puente de Neuilly; planimetra del complejo de la Ciudad universitaria y vista del pabelln suizo de Le Corbusier.
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Figs. 1.410 y 1.411. Plano general del Palais Chaillot (J. Carlu, L. H. Boileau y L. Azma), y vista del Muse d'Art Moderne (J. C. Dondel, A. Aubert, P. Viard y M. Dastuge).
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d'Art Moderne de la Ville de Paris y del Muse National d'Art Moderne, entre el quais de New York y l'avenue du Prsident Wilson (figura 1.411). Los nicos efectos que ha tenido el concurso de 1919 para el Gran Pars han sido los requerimientos dirigidos a los municipios exteriores de la aglomeracin invitndoles a preparar sus propios planes reguladores, y la creacin por parte del prefecto del Sena, a sugerencia ds Sellier, de una Direccin de l'extension de Pars, con el fin de coordinar la redaccin de los planes. En 1928 el presidente de la Repblica Raymond Poincar crea, en el Ministerio del Interior, un Comit suprieur de l'amnagement et de l'organisation gnrale de -la rgion parisienne. Una de las secciones del comittiene la misin de centralizar y orgnnizar los estudios de los planes regul&es d e los municipios de la regin; seccin de la que forma parte tambin Henri Prost, de regreso de su misin de varios aos en Marruecos junto al mariscal Lyautey. $e prepara una exposicin actualizada de la situacin de hecho, que pone de manifiesto la ingente extensin territorial ocupada por la residencia dispersa y la destruccin de gran parte de las reservas de bosques del traspas, y se consideran los proyectos existentes preparados por las administraciones estatales y, en particular, los programas confeccionados por el servicio de Ponts et Chausses. Por una ley subsiguiente, de 14 de mayo de 1932, se autoriza
la formacin de un Plan Directeur metropolitano para todo el Departamento del Sena y para todos los trminos municipales de los departamentos de Seine-et-Oise y de Seine-etMarne que estn comprendidos dentro de un radio de 35 kilmetros desde el centro de la capital; pero, paradjicamente, el rea afectada, que comprende sus buenos 656 municipios, excluye precisamente el territorio de la ciudad de Pars, que el Consejo municipal reserva celosamente a sus propias competencias. Pocas semanas despus de la publicacin de la ley sobre el Plan Directeur, Prost es designado jefe del departamento de urbanismo, como responsable ante el Comit. Dentro del plazo previsto, es decir, dos aos despus de la entrada en vigor de la ley, se entregan al ministro del Interior, Albert Sarraut, los estudios sobre la regin parisina. El conjunto de los elementos elaborados limita su parte programtica a dos sectores: la definicin de perimitres d'agglomration destinados a indicar las zonas propuestas para una urbanizacin complementaria, capaces de reequilibrar los valores del suelo, de permitir un cuadro de previsiones para las administraciones municipales y de preservar las reas libres residuales y, en particular, las dotadas de valores ambientales; y, en segundo lugar, la previsin de un esqueleto bsico de autoroutes de circulacin rpida -para facilitar el trfico entre el centro, la banlieue y la red nacional de carreteras-, en el que destacan cuatro autopistas radiales y una va
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Varr ROUEN
Figs. 1.412-1.417. Los estudios para el plan de Pars: lmina del plan directeur de la regin parisina; el sistema de accesos a la capital; la Autoroute de I'Ouest, planimetra y dibujo en perspectiva; la Autoroute du Sud. Planimetra general del plan de ampliacin de la red del metropolitano de Pars.
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Figs. 1.418-1.421. Lyon, el barrio de los tats-Unis (T. Garnier, 1920-28): plano de conjunto, dibujo en perspectiva, plano de uno de los edificios segn la publicacin Gronds trauaux de la Ville de Lyon, y vista de uno de los bloques del barrio.
Figs. 1.422-1.426. Lyon, planimetras y dos vistas del barrio de Villeurbaine; plan de espacios verdes de la ciudad, y plan para una circumliaison de las vas radiales de acceso.
Triunfal como continuacin del eje de lYtoile. Las indicaciones del plan se completan con una serie de vinculaciones generales y de recomendaciones relativas a la previsin y realizacin de la red de infraestructuras (figuras 1.412-1.416). A causa de las lentitudes de procedimiento y de las cautelas y sospechas de las municipalidades interesadas, el plan no se aprobar hasta el mes de junio del 39, mediante un decreto-ley. De las obras programadas, puede completarse antes del comienzo de la segunda guerra mundial la autopista del Oeste; pero en el 44, hacia finales de la guerra, el Plan Directeur de Pars resultar ya prcticamente inservible. As pues, en los veinte aos que van del 20 al 40 la poltica urbanstica general se limita a marcar el paso, en una situacin econmica que en el curso de los aos treinta se va haciendo ms difcil cada vez; y mientras se hace ms lenta la produccin edificativa pblica y privada, se agudizan en cambio los problemas que derivan de la falta de una programacin territorial a escala urbana, en un rea caracterizada por una acentuada decantacin espacial de la divisin del trabajo (ya en estos aos se calcula que existe una pendularidad de desplazamientos diarios del orden de las 350.000 unidades). Los asentamientos exteriores permanecen, a menudo, desconectados y al margen de todo enlace funcional con los lugares de trabajo, como resultado de la falta de previsin de las infraestructuras adecuadas; y toda una serie de propuestas especficas relativas al centro urbano -como pueden ser la cuestin de los aparcamientos subterrneos, planteada ya en el 29 por el prefecto de Pars, o la insercin de dos arterias de circulacin rpida, para el trfico automovilstico, en el propio cauce del Sena, por debajo de los quais- se quedan en una fase preliminar de estudio, entre otras razones porque son de difcil valoracin fuera del marco de unas previsiones ms generales, aunque sean esquemticas. Y viceversa, aunque sea con dificultades, se opera en algunos sectores de la organizacin urbana existente:
terminacin del Metro conforme a un plan aprobado el ao 36 que prev nuevos tramos dentro del permetro urbano y hacia la banlieue (fig. 1.417); racianalizacin de la red ferroviaria, construccin de equipamientos hospitalarios y escolares, organizacin de los servicios tcnicos ms importantes.
En Lyon se completa el valiente programa de amnagement et extension de la ciudad iniciado ya, como se recordar, por el alcalde Edouard Herriot con la colaboracin de Tony Garnier. Los Grands Travaux lioneses apuntan hacia la racionalizacin de la ciudad existente, actuando sobre el sector de los grandes equipamientos pblicos y de la residencia popular. La clara individualizacin de las exigencias funcionales de la ciudad se traduce en un esquema coordinado que, en sus aspectos tcnicos especficos y en su programa social, supera a todas y cada una de las soluciones precedentes. Del 18 al 35 se llevan a trmino el Estadio municipal ( 1913-18), con capacidad para cerca de 30.000 espectadores, una construccin en la que vuelven a aflorar ciertas tendencias celebrativas del maestro francs y de su educacin ulica y clasistizante; los mataderos de la Mouche (1908-24), el monumento a los Cados en el parque de la Tete d 7 0 r (1924), la central telefnica (1927), el hospital de la Grange Blanche ( 1911-27), con su racional solucin en pabellones, la escuela de artes textiles de la Cruz Roja (1930-33) y, en fin, el barrio de los tats Unis (1920-35; figs. 1.4181.421). En este barrio Garnier puede volver a poner en prctica sus estudios precedentes sobre la residencia, iniciados en la poca de la Cit Industrielle, aunque sea tambin en este caso dando por descontada -a pesar de los lmites definidos de su aplicacinuna sensible divergencia entre las intenciones de proyecto y su traduccin ejecutiva: en la publicacin de los Grand Travaux, el barrio presenta un trazado lineal, servido por cuatro
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Figs. 1.427-1.431. Plan de amnagement de Lille (J. Grber y M. Cordonnier); proyecto de J. Grber para el plan regulador de Marsella, plano de conjunto y detalle de la red de viales en el rea central; la expansin de Tours (1. Estado de la ciudad en 1850; 2. Expansin compacta, 1850-1919; 3. Expansin discontinua, 1850-1919; 4. Saturacin, 1919-1939; 5. Urbanizacin dispersa, 1919-1939; 6 . Expansin 1939-1962) y de Toulouse (1. Centro histrico; 2. Expansin en el siglo XIX; 3. Barrios extensivos construidos hasta 1920; 4. Barrios de casas unifamiliares; 5. Zonas industriales; 6 . Zona universitaria; contorneados en trazo grueso se indican los primeros grands ensembles realizados en la segunda posguerra).
vas pblicas paralelas, con edificios de tres o cuatro plantas y apartamentos de dos, tres y cuatro habitaciones; la ejecucin del proyecto tiene lugar de forma modificada y empobrecida, con soluciones ms corrientes y con un fuerte aumento de la densidad. A pesar de tales deficiencias, el barrio de los tats Unis sigue siendo, en cierto sentido, modlico; a l puede contraponerse, aunque no sea ms que para medir la distancia recproca que los separa, el barrio del municipio suburbano de Villeurbaine, construido en 1934 por M. L. Leroux ffigs. 1.422-1.424): un conglomerado compacto de 2.000 viviendas concentradas en seis hectreas (con una densidad de 1.100 habitantes por hectrea), en el que la composicin acadmica y un gratuito hibridismo de formas -sustradas en parte a las investigaciones del Movimiento Moderno, con fines de actualizacin superficial del gusto- cubren el suelo disponible con el mximo aprovechamiento posible. En los aos treinta Lyon revisa el plan regulador; de esta poca son el censo y el programa de zonas verdes, y una propuesta para el trazado de un boulevard de circunvalacin destinado a enlazar las radiales regionales que entran en la ciudad (figuras 1.425-1.426). En Lille, despus de la guerra, se desmantelan finalmente las obras de fortificacin que rodean a la ciudad y se hacen desaparecer las servidumbres militares existentes; el proyecto de Grber y Cordonnier, triunfador en el concurso convocado para la ordenacin general de la ciudad, define las lneas directrices del nuevo plan en una serie de anillos concntricos de circulacin, en parte utilizando las reas, ya libres, de las fortificaciones (figura 1.427). En Marsella, un crecimiento al azar, de relleno de cuencas de valle y de ocupacin de terrenos en las colinas y en la costa, se combina con algunas intervenciones programadas en el sector de los equipamientos y de la vivienda de iniciativa pblica. La administracin municipal confa a algunas sociedades inmobiliarias la construccin de barriadas de viviendas de bajo coste destinadas a
realojar a los habitantes expulsados del centro como consecuencia de las ltimas obras de reordenacin llevadas a cabo, pero tal operacin resulta despus fracasada por efecto del nivel que alcanzan los precios de arrendamiento, inaccesibles para las clases pobres a pesar de los topes mximos fijados. Poco despus de 1930, J. Grber redacta un plan de amnagement et d'extension que subraya y refuerza el papel de las infraestructuras productivas y del intercambio 4 7 ( figs. 1.4281.429). En Tours, en torno al centro antiguo y a los barrios decimonnicos que surgen ms all del boulevard Branger-Heurteloup (barrios Rabelais, des Prbendes, Pascal, La Fuye), se desarrolla la periferia de principios del siglo xx hacia el Oeste y el Sur, hasta el ferrocarril, en forma de urbanizacin ms desordenada, incongruente en los trazados, morfolgicamente desigual y pobre en cuanto a dotacin de servicios. Entre los aos 19 y 40 se saturan los barrios de la primera corona, que se expanden, en parte, conforme a un damier de tipo decimonnico, aunque no sin alguna que otra excepcin, como puede ser el barrio a la inglesa de Cottage Park, en la zona de St. Cyr-sur-Loire. La armadura de conjunto sigue subrayada todava por las ms antiguas vas rurales de aproximacin al centro viejo: es ms bien la calidad residencial la que diferencia las expansiones perifricas por clases y status, con los municipios exteriores septentrionales de St. Cyr, St. Symphorien y Ste. Radegonde ocupados por la periferia burguesa de los comerciantes y los profesionales liberales, y con la zona de Val (barrios de St. Pierre-des-Corps y La Riche) poblada por el proletariado fabril y atormentada por la presencia de la lnea frrea (figura 1.430). En Tours la ley del 19 no llega a tener aplicacin alguna, confirmndose una inercia y una imprevisin no son infre47 Cfr. J. GrCber: Ville de Marseille. Plan d'amnagernent et d'extension, Pars, 1933. Sobre el desarrollo de la ciudad vase la serie de artculos de G. Rambert: L'agglomration marseillaise. tude de gographie urbaine, en La vie urbaine, 1919-21.
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Figs. 1.432 y 1.433. La expansin urbana de Le Mans (1. Planta romana; 2. Permetro urbano en 1850; 3. Expansin 1850-1919; 4. Expansin 1919-1930; 5. Las cits construidas entre 1919 y 1939; 6. Expansin 1939-1962; 7. Las cits construidas entre 1939 y 1962; 8. Expansin 1919-1962; 9. Zonas industriales); plan de Jaussely para Grenoble (1922) despus de las modificaciones introducidas por R. J. Prud'homme (1928).
cuentes en las somnolientas ciudades francesas de provincias. Se distinguen de la incontrolada proliferacin de las construction Loucheur -aparte de las excepciones constituidas por algunas cits patronales de pequeas dimensiones- las viviendas populares realizadas por la seccin local municipal de las HBM, creada por la ley Ribot del 22 y que en el 31 lograr llevar a trmino la cit Jolivet, un conjunto de 73 alojamientos en el barrio de La Fuye 48. Tambin en Toulouse, tras los barrios de casas unifamiliares en manzanas en tablero de ajedrez de edificacin cerrada aparecen, a poco de terminar la guerra, extensas aglomeraciones de casas aisladas (8.000 pavillons se construyen solamente entre el 29 y el 39, como resultado de la promulgacin de la ley Loucheur). Las nicas construcciones en altura son las HBM del Grand Rond 49 (figura 1.431).
Cfr. Y. Babonaux: Tours, en la obra colectiva L'urbanisation f rancaise, cit., pgs. 49-74. 49 P. George: Toulouse, en L'urbanisation fran~aise, cit., pgs. 75-83.
Un caso singular en el perodo de entreguerras es el del crecimiento de Le Mans, debido al fuerte desarrollo de las industrias mecnicas y al que no es ajena la poltica de descentramiento asumida en el marco de la defensa nacional, con base en la cual, por ejemplo, se instalan en Le Mans los establecimientos de construcciones aeronuticas Gn6me-et-Rh6ne. En 1936, para alejar parte de la propia produccin dei rea caliente de las huelgas parisinas, la Renault abre sus talleres en la ciudad de Le Mans, en terrenos adquiridos en 1920i22. La nueva oferta de empleo y el rpido aumento de poblacin que ello determina se encuentran, sin duda, en el origen de una serie de cits de casas unifamiliares independientes o adosadas (St. Georges-du-Plain, Pontlieue, de l'Abri, de la Poussinikre, de la Briqueterie), realizadas incluso por las propias empresas industriales (cit de Pied Sec del Atelier de Fabrication, cit des Pins de la Gn6me-et-Rh6ne 50; fig. 1.432).
Cfr. Y. Babonaux: Le Mans, en L'urbanisation francaise, cit., pgs. 41-48. Adems, J. Gouthier :
Otro caso interesante de ciudad media que experimenta entre ambas guerras un vigoroso desarrollo de las actividades productivas es el de Grenoble, que se convierte en centro de organizacin del turismo alpino del Delfinado y de la Saboya, pero que tambin es capaz de aunar una ptima dotacin hotelera y unas pujantes instituciones universitarias y cientficas con una eficiente estructura industrial capaz de aprovechar la presencia de una mano de obra especializada proviniente de la tradicional base artesanal de la ciudad. El crecimiento demogrfico es excepcional (de los 87.000 habitantes del ao 31 pasa a los 150.000 de comienzos de la segunda guerra mundial, y eso sin contar los trminos municipales perifricos que forman parte de la aglomeracin): al mismo corresponde tambin un crecimiento urbano que se orienta conforme a soluciones urbansticas adecuadas y a una clara organizacin funcional (figura 1.433)) con el viejo centro situado en la orilla izquierda del Isere y dominado por el fuerte ds l a Bastille, en la orilla derecha, que se consolida como rea comercial y de servicios administrativos con el polo de la place Grenette y con la zona de la estacin, mientras las industrias, situadas inicialmente a lo largo de la lnea frrea, se canalizan despus hacia la llanura del Drac y del Isere, tras las obras de regularizacin de los dos ros 51. 3.
a)
Holanda
LA
S I T U A C I ~ N GENERAL Y LAS TENDENCIAS OPERATIVAS E N EL CAMPO DISCIPLINAR DEL TORIAL
URBANISMO;
Incluso los pases que no se ven envueltos directamente en el conflicto mundial, como es el caso de Holanda, advierten tambin, de
Naissance d'une grande cit: Le Mans, au milieu du X X siecle, Pars, 1953. 51 Cfr. P. George: Grenoble, en L'urbanisation cit., pgs. 84-94. fran~aise,
modo diverso, las consecuencias de la conflagracin en el plano econmico (inflacin, aumento de precio de los materiales e incremento de los costes de construccin, etc.). Holanda, hasta el 24, se resiente tambin de la ocupacin francesa del Ruhr y de la crisis de la produccin alemana, que utiliza los canales y los puertos holandeses para sus trficos comerciales; seguidamente, a partir del 24, con la recuperacin productiva se inicia un perodo de prosperidad que se prolonga sin dificultades hasta el 31, mantenido tambin por los elevados beneficios coloniales obtenidos en estos aos. El gobierno de coalicin nacional que se forma tras las elecciones del 33 consigue asegurar al pas un equilibrio poltico estable hasta el momento de la ocupacin nazi, mzntenindose alejado de los extremismos de la derecha y de la izquierda, por lo dems de escaso peso. Los acontecimientos internacionales de la inmediata posguerra influyen tambin en Holanda sobre el debate cultural: grupos de intelectuales radicales, anarquistas, cristiano-socialistas, etc., siguen con atencin la revolucin popular en Rusia y las tentativas de algunos sectores revolucionarios que tratan de imponer en Holanda un rgimen de tipo sovitico (huelgas y revueltas de Rotterdam, que durante algunos das permanece en manos de los obreros). De tal situacin agitada son buena expresin las numerosas asociaciones culturales y de opinin fundadas en las ciudades ms importantes. La accin del grupo De Stijl, recogiendo en parte las difundidas aspiraciones a la renovacin tica y social, intentar transformar los objetivos orientndolos hacia una actitud distinta del quehacer artstico y profesional, imponiendo los resultados de sus propias investigaciones en el escenario europeo 52: pero un examen ms penetrante y circunstanciado del animado tejido cultural de estos aos revela la existencia de un espectro muy articulado de posiciones, de las que De Stijl tan slo es una de las puntas ms destacadas.
52 A este propsito, cfr. el epgrafe 2, a), del Captulo 11.
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Figs. 1.434 y 1.435. Plan para una ciudad satlite de Amsterdam en el Gooi (Keppler y De Miranda, 1926), y plan de expansin de Utrecht de H. P. Berlage (1920).
En el proceso de revisin de la prctica urbanstica, son objeto de especial aprecio, en los primeros aos de la posguerra, las teoras ms actuales de cuo anglosajn, que afectan a las orientaciones adoptadas por los pases vecinos, Francia y Blgica, acuciados a la sazn por agudos problemas urbanos. En el Congreso de la International Federation for Town & Country Planning and Garden Cities, celebrado en Amsterdam en el 24 y que tiene por objeto el estudio del plan regional de las grandes ciudades y del problema de los parques urbanos, intervienen activamente, entre otros, Unwin, Abercrombie, Adams y Purdom, as como los americanos Shurtleff y Goodrich. Las temticas de las ciudades satlites y de las ciudades-jardn, que se plantean en las comunicaciones presentadas al Congreso, son acogidas, sin embargo, con algunas reservas por una parte de los arquitectos holandeses, por entender que no se adaptan a la particular situacin del pas, tan densamente poblado y cuyos centros aparecen caracterizados por su mutua interaccin en toda una serie de relaciones complejas (fig. 1.434). Las conclusiones posibilistas adoptadas a este respecto por el Congreso ponen marcadamente
de relieve la exigencia de establecer un enlace entre planificacin territorial y planificacin urbana. Contando con una tradicin ya experimentada y aceptada, renovada con la Woningwet (Ley de la vivienda) de 1901, que es uno de los hitos fundamentales de su prctica urbanstica, Holanda se encuentra en condiciones de planificar con orden y sin traumas su produccin edificativa, consiguiendo componer d crecimiento urbano en planes coherentes, y mediando siempre entre la actualizacin de los organismos funcionales y el recurso a soluciones compositivas, arquitecturas, materiales y expresiones de tipo ms tradicional. Todo ello se lograr mediante una integracin flexible de instrumentos de distinta escala, desde los planes ejecutivos para sectores urbanos hasta los planes de ordenacin regional 53 (fig. 1.435).
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53 Sobre el debate cultural y sobre las realizaciones del perodo, cfr. G. Fanelli: Architettuva moderna in Olanda, 1900-1940, Florencia, 1968, y fundamentalmente: Architettura, edilizia, uvbanistica. Olanda, 1917-1940. Adems, R. Blijstra: LJurbanisme aux Pays-Bas depuis 1900, Amsterdam, 1963; sobre el housing en el primer decenio posblico, cfr. la obra
En el mbito de la planificacin territorial el resultado de mayor relieve es, sin duda, la colonizacin del mar del Zuiderzee, la colosal obra tantas veces programada desde la primera mitad del siglo XIX y luego otras tantas veces aplazada por dificultades de naturaleza tcnica o poltica. Un plan de saneamiento definitivo se pone a punto hacia 1900 con los estudios realizados por el ingeniero Cornelius Lely, pero poco es lo que se hace hasta 1916, fecha en que una marea excepcionalmente alta que provoca la inundacin de extensas zonas de la Holanda septentrional determina la aceleracin de las fases de actuacin del programa. Si bien entre los objetivos primarios del plan, que afecta a un total de casi 250.000 hectreas (fig. 1.436), se cuentan la defensa del suelo y el incremento de las tierras de cultivo de elevada productividad, lo cierto es que en un balance global se tienen en cuenta tambin otros efectos: la intensificacin de los intercambios entre las ciudades, la mejora de los transportes por vas acuticas y la recuperacin y potenciacin de las ciudades muertas del Zuiderzee. Despus de la guerra el conjunto de los objetivos previstos ir amplindose hasta comprender tambin la previsin de equipamientos colectivos de aprovechamiento del tiempo libre en el Randstad Holland. De inters no secundario son la organicidad y la racionalidad del programa y de las fases de realizacin del proyecto, ejecutado por una sociedad constituida expresamente para la realizacin de las grandes obras, la MUZ (Sociedad para las obras del Zuiderzee ). Las obras se inician con la construccin del dique principal de cierre del Zuiderzee (192735), de ms de 32 kilmetros de longitud, entre la Frisia occidental y la Frisia oriental. El gran dique tiene una altura media de 7,20 metros por encima del nivel de la marea media, una anchura de 90 metros a nivel del
colectiva 'Arbeider~wonin~en in Nederland, Rotterdam, 1921; y Nederlandsch Instituut voor Volkshuisvesting en Stedebouw: De Woningwet 1902-1923, Arnsterdam, 1930.
mar y un espacio til superior de 32,50 metros de ancho que comprende el trazado de una carretera de mucho trnsito de 6 metros de anchura y una pista para bicicletas de 1,50 metros, y que incluso admite la posibilidad de instalar una lnea frrea de doble va. Con esta operacin se forma en el interior del antiguo Zuiderzee el lago de agua dulce llamado Ijsselmeer, cerrado por el Este y por el Oeste por dos grupos de esclusas. Se pasa despus a la fase de preparacin y planificacin del suelo, con la creacin de un primer plder experimental de slo 40 hectreas en Andijk, como centro de observacin de las propiedades qumicas del suelo, de los agentes biolgicos y de los microorganismo~, as como para la seleccin de los cultivos que resultan ms adecuados. Mientras se estudian' y analizan los resultados del plder de Andijk, se prepara el gran plder de Wieringermeer ( l93O), de 20.000 hectreas de extensin, equipado con 90 kilmetros de canales principales, 140 kilmetros de acequias de desage, 1.000 kilmetros de canales de irrigacin y 250 kilmetros de carreteras (figs. l .437-1.438). Con el cierre mediante 22 kilmetros de diques perifricos se completa en ocho meses la desecacin del terreno, a lo largo de 1930, siendo preciso bombear 600 millones de metros cbicos de agua. Tras el acondicionamiento del suelo se inicia la construccin de los asentamientos (figuras 1.439-1.441): Slootdorp en 1931, Middenmeer en 1932, Wieringerwerf en 1933 ; se establecen tambin pequeas localidades situadas en relacin con la ubicacin de los equipamientos mecnicos del plder (estaciones de bombeo, esclusas) ". La colonizacin del plder del Nordeste, con una superficie de cerca de 48.000 hectreas, se inicia en 1937 con la construccin de los diques, que se terminan en 1940; las obras de drenaje se concluyen en 1942, ya en plena ocupacin alemana del pas. El plano
Sobre los poblados del Zuiderzee, cfr. Nederlandsch Instituut voor Wolkshuisvesting en Stedebouw: Het Nieuwe Land: De Opbouw de Wieringermeer, Amsterdam, 1932.
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de parcelacin del distrito (fig. 1.442) aparece constituido por unidades mnimas de base de 24 hectreas, de 8 0 0 300 ~ metros, limitadas por tres de sus lados por canales; la mitad de la anchura de la parcela-tipo corresponde a la distancia ptima establecida entre los colectores de drenaje que se han tendido en el subsuelo; las parcelas se agrupan en trminos y aparecen dispuestas en retculo en funcin de la red de canales y colectores (una primera lnea de parcelas se establece en los lmites del plder en sentido perpendicular a los diques de contencin; fig. 1.443). El anlisis edafolgico dicta las tcnicas ms apropiadas de drenaje para cada tipo de suelo y al mismo tiempo define el programa de cultivo agrcola, conforme a seis categoras de aprovechamiento de las tierras establecidas en relacin con la cantidad de terreno dedicado al cultivo. Las dimensiones de las explotaciones varia desde un mnimo de 12 hectreas (superficie mnima rentable para un ncleo familiar de tipo medio) a un mximo de 60 o algo ms, para algunas fincas adminis tradas directamente por el Estado . Un aspecto particular del plan del plder es el que se refiere a la construccin de los centros habitados. Corrigiendo el sistema adoptado en el caso del Wieringermeer, donde no se haba previsto ningn centro de categora superior a la de distrito, el plan del plder del Nordeste fija la capitalidad de la zona en el asentamiento central de Emmeloord, con cerca de 10.000 habitantes, alrededor del cual se disponen, en corona, siguiendo una circunferencia de 5-7 kilmetros de radio, los ncleos habitados menores (Nagele, Tollebeek, Marknesse, etc.), de cerca de 2.000 habitantes. En Emmeloord .tienen su sede las dependencias bugernativas, las asociaciones profesionales, los bancos, las escuelas secundarias y profesionales, y las tiendas y almacenes; todos los poblados se construyen conforme a un modelo anlogo, con una plaza situada en el centro, alrededor de la cual se levantan los edificios pblicos (fig. 1.444). Para las casas de campo de los colonos se emplean dos o tres tipos edificatorios bastante
simples, construidos con elementos pref abricados. A diferencia de lo que ocurra con los programas ejecutados hasta 1918, la gestin de la colonizacin la lleva ahora directamente el Estado, que acomete una primera fase de puesta en cultivo de las tierras mediante la organizacin de explotaciones colectivas, procediendo despus a la distribucin de las mismas en predios y a su ulterior arrendamiento, previa una seleccin ciudadosa de los colonos, a cuyo efecto se valoran su grado de preparacin tcnica (es indispensable que estn en posesin de un ttulo de estudios en agricultura), sus antecedentes de buena conducta y sus disponibilidades de suficiente capital; un Crdito agrcola facilita la concesin de prstamos a tipos bajos de inters. El arrendamiento de las fincas se otorga por plazo de doce aos, pero en funcin de su buena administracin y cultivo las concesiones vienen a ser prcticamente hereditarias. En el plano administrativo, tras depender inicialmente el Wieringermeer de la Administracin estatal, en 1946 se procede al nombramiento de un Consejo municipal consultivo; a partir de 1950 tendr lugar la eleccin del Consejo de plder por sufragio universal, y ms tarde el plder quedar fraccionado en cuatro municipios que se administrarn autnomamente. Despus de la guerra, efectuada ya la colonizacin del plder del Nordeste, se inician las obras de los nuevos plders de Oostelijk Flevoland (1957; 54.000 hectreas) y de Zuidelijk Flevoland (1968; 43 .O00 hectreas). En conjunto, segn lo previsto, se consigue un aumento del territorio nacional de ms de 200 .O00 hectreas, extensin que corresponde a una dcima parte del total de tierras de cultivo del pas. De esta forma llegar a trmino una obra de gran complejidad, objeto de una planificacin tecnocrtica caracterizada por altos niveles de preparacin cientfica y de eicacia ejecutiva, mediante la cual una nueva unidad territorial, productiva y social, rigurosamente controlada en su desenvolvimiento,
Figs. 1.436-1.441. Las operaciones de bonificacin del Zuiderzee: el plan general con indicacin de los cuatro plders, planimetra del plder del Noroeste (Wieringermeer), vista de las obras de acondicionamiento del suelo en el interior del sistema de diques, las primeras casas de colonos del plder, planimetra de un sector del asentamiento central del plder (segn proyecto de Granpr Moliere), y planimetra del poblado de Slootdorp.
Figs. 1.442-1.444. Planta del plder del Noroeste, la preparacin del terreno con los canales y las conducci&es subterrneas de drenaje, y vista area del poblado d e Ens en 1947.
b)
LAS VICISITUDES
TERDAM
URBAN~STICAS DE
AMS-
El gran esfuerzo de planificacin urbana efectuado por el Municipio de Amsterdam entre los aos 20 y 40 puede calibrarse atendiendo a los programas y realizaciones que afectan al centro antiguo, a la actividad edificativa pblica y privada, a la construccin de nuevos barrios y, en fin, a la redaccin del plan regulador general de 1934. Si bien hasta comienzos de los aos treinta el nivel de acabado tcnico de las intervenciones en cada
Sobre el acondicionamiento del Zuiderzee, vanse: K.Jansma: T h e Drainage o f the Zuider Zee, en aGeographica1 Review, octubre de 1931; P. Pinchemel: Le polder du Nordest (Pays-Bas), en Annales de gographie, septiembre-octubre de 1953.
uno de los sectores es notable, en cambio son ms bien dbiles las inmediatas correlaciones entre stos; pero del proceder de la actividad privada y pblica no dejan de extraerse las conclusiones metodolgicas y prcticas que llevarn despus a considerar el plan general como referencia capital, aun cuando flexible e integrable, de toda operacin de transformacin urbana. Desde los aos de la guerra se operan ya algunas reestructuraciones importantes en la ciudad vieja (fig. 1.445). En 1916 se inicia la reconstruccin de una serie de manzanas del barrio hebreo de Vilenburg que comprenden 368 viviendas insalubres (a parte de los expulsados se les asignan viviendas en el barrio del Afrikaanschebuurt, y a otra parte de ellos se les aloja provisionalmente hasta que posteriormente pueden ser realojados definitivamente en las nuevas casas); entre el 28 y el 29 se sanea el barrio de Valkenberg, introduciendo en l algunos equipamientos p-
Figs. 1 . 4 6 - 1. 4 X . La evolucin urbanstica de Amsterdam entre los aos 20 y 40: la demolicin de un edificio insalubre en el centro viejo; planimetras de los barrios de Buikslooterham (1917), Transvaalburt (1918-30), Indischeburt (situacin en 1917) y Biuksloot (1930), vista del barrio de Watergraafmeer (Betondorp, 1922-25), y planimetra del barrio de Nieuwendam (1926-27).
Figs. 1.452-1.458. La realizacin del barrio de Amsterdam-Sur: vista de conjunto, planimetra y vista de un grupo de viviendas de De Klerk, planimetra del sector comprendido entre el Amstellaan y el An~stel,viviendas de De Klerk en la Henriette Ronerplein, edificio de G. J. Rutgers entre la Rijnstraat y la Amstelkade, edificio de la Takstraat en el complejo residencial obrero De Dageraad, de P. L. Kramer.
blicos (en este caso una parte de los terrenos es utilizada por constructores privados); en 1930 se interviene sobre las manzanas de las calles Ridder y Jonker, en las que desde tiempo atrs 548 viviendas haban sido declaradas inhabitables. Los datos de partida de estas reestructuraciones son de tal magnitud que resulta imposible realojar inmediatamente a todos los residentes desplazados, aunque por regla general no se procede a ninguna intervencin sin antes contar con alguna garanta de que existe un nuevo arreglo posible, por ms que tampoco sean ajenos a estas operaciones fines de saneamiento social 56 y de lucro privado mediante la destruccin y sustitucin ambiental 57. Junto a las intervenciones de transformacin del tejido urbano tienen lugar tambin ensanches y modificaciones de calles; desde 1919 a 1928 una Comisin nacional de proteccin de los bienes ambientales procede a la redaccin de un inventario provisional de los inmuebles de valor histrico y artstico. Con la reactivacin econmica que se inicia a partir de 1920 se hace posible una intensa produccin de edificacin residencial de tipo medio y popular, en parte debida a la iniciativa pblica y en parte a los empresarios privados. Como sucede tambin en otras ciudades holandesas, la administracin municipal de Amsterdam practica una poltica pblica del suelo: el Municipio compra o expropia los terrenos destinados a la expansin y los prepara para su urbanizacin (canales, alcantarillado, puentes, carreteras, parques y parterres), volvindolos a ceder seguidamente en arrendamiento a los promotores interesados, conforme a un principio puesto en prctica ya desde 1896 con el fin de canalizar hacia la propia colectividad el incremento de valor
56 Amsterdam, como otras ciudades holandesas, mantiene colonias para familias asociales, que son poco menos que ghettos vigilados. En el 26 se terminan dos grupos de alojamientos de este tipo, Asterdorp y Zeeburgerdorp, que luego, durante la ltima guerra, sern demolidos. 57 Sobre la renovacin de los barrios viejos, cfr. Municipal Housing Department: Slum Clearance in Amsterdarn, Amsterdam, 1930.
del suelo debido al crecimiento urbano; los arrendatarios, por su parte, gozan de la ventaja -muy importante, sobre todo, para las empresas pequeas y para las cooperativasde limitar sus gastos de inversin. El Consejo municipal modifica en numerosas ocasiones las condiciones generales de los contratos, que finalmente se orientan hacia el arrendamiento perpetuo con revisin cada cincuenta aos del precio y dems obligaciones derivadas del contrato. Por lo que respecta a las modalidades de la expansin urbana, la municipalidad de Amsterdam procede mediante planes particularizados de urbanizacin, siguiendo directrices que parecen implicar, por partes, a casi todo el arco de traspas disponible, desde las zonas al norte del Ij a las reas del sur, para las que durante los aos de la guerra se ha aprobado un plan definitivo de Berlage: son orientaciones que, ledas en su conjunto, parecen aludir a una operacin de descentramiento por ncleos contiguos o satlites parcialmente equipados, sin que, no obstante, se disponga de una formulacin explcita en tal sentido ni se haya intentado una racionalizacin de conjunto con tal fin (figs. 1.446-1.451). Hacia el Este, ms all del Amstel, se construye el barrio Africano, con alojamientos en parte realizados por el Municipio y en parte por una fundacin hebrea, para albergar a los expiilsados de Vilenburg; al Nordeste se abre la ciudad-jardn de Oostzaan (1921), destinada a los obreros de los astilleros navales, un barrio extensivo completamente dotado de equipamientos y constituido por algunos centenares de construcciones ligeras sobre cimientos de hormign; hacia el Norte en el 26 se completa la otra ciudad-jardn (Nieuwendam), que comprende viviendas destinadas a la clase media y a la aristocracia obrera, el barrio de Buikslooterham (que incluye tambin algunas casas para ancianos) y el barrio de Nieuwendammerham, con caractersticas similares a las del anterior. Los criterios de asignacin de las viviendas aparecen regulados por disposiciones que establecen un orden de prioridad que coloca en primer lugar a las
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familias que se han visto obligadas a abandonar un barrio sometido a operaciones de saneamiento, en segundo lugar a las familias que ocupan una vivienda insalubre y en el tercero a las que habitan en viviendas donde se da un verdadero hacinamiento 58. Hacia el Sur, a partir de 1924, sobre el planeamiento de Berlage se completa el barrio del Amstel, en gran parte construido por empresarios privados y destinado a las clases medias, y que constituye una de las realizaciones ms significativas de la primera posguerra, con su trazado basado en la tradicional dependencia entre canales viarios y formacin edificativa, en una relacin totalmente renovada por las amplias cadencias espaciales y por la generosa mediacin de los espacios arbolados (figs. 1.452-1.438). En el barrio del Amstel trabajan M. De Klerk (Stalinlaan, 1922), P. L. Kramer, J. F. Staal (casa alta en Victorienplein ), M. Staal-Kropholler, G. J. Rutgers, H. T. Wijdeveld y otros; a pesar de la dependencia de los edificios respecto de la disposicin urbanstica, las soluciones de los apartamentos consiguen tambin una precisa claridad funcional, mientras las expresiones formales de las arquitecturas concretas -caracterizadas a veces por un empleo excesivo de variaciones particulares, en el uso de una decoracin totalmente confiada a las plsticas ondulaciones de las paredes en ladrillo, a las divisorias con ventanas y a los perfiles de las cubiertas y tejados- resultan contenidas por la unidad de los materiales y por la altura constante de los edificios; de todo ello deriva un ambiente sugestivo, a escala humana, que celebra el ascenso de la lite obrera y de los empleados a un nivel y a un hbito de vida burgueses 59.
City of Amsterdam: Amsterdam: Development of the Town Housing Improvement, Amsterdam, 1924. 59 El barrio fue construido con singular grandiosidad por la unidad figurativa que resulta del conjunto de los grandes paseos arbolados y de los bloques de edificios todos iguales, que constituyen todava, en su armoniosa fusin, uno de los ejemplos ms vlidos y sugestivos de arquitectura residencial de Europa. El diseo planimtrico de este barrio,
Los proyectos privados para el Amstel y para los dems barrios son controlados por el Municipio a travs de su revisin por parte de una comisin cualificada de arquitectos, que en algunos casos llega a proporcionar indicaciones especficas y vinculantes para la definicin de las diversas zonas del plan o para determinados aspectos de las soluciones arquitectnicas. Proyectistas de reconocida competencia (como De Klerk, Kramer, Rutgers y otros) son llamados para disear, a veces por designacin del propio Municipio, las fachadas de los edificios construidos con arreglo a las planimetras empleadas por los empresarios y promotores particulares. Se presta particular atencin a las plazas pblicas, elementos centrales de organizacin de los barrios, para cuya ordenacin se convocan concursos o se establecen normas ms severas de revisin de proyectos (plaza del barrio de Amsterdam-Oeste, Mercatoplein, etc.). El plan regulador general que el Municipio de Amsterdam comienza a estudiar en 1934 constituye un cambio de orientacin en la poltica urbanstica que sigue inmediatamente a la valoracin crtica del proceso de expansin por barrios y que deriva de la necesidad, cada vez ms patente, de contar con un planeamiento ms general de los problemas urbansticos (hay que advertir que ya desde S 321 la municipalidad se ha asegurado administrativamente un territorio de ms de 17.000 hectreas mediante la absorcin de casi 13.000 hectreas de plders rurales perifrico~,y que esta expansin requiere una escala distinta de previsiones e interdependencia~;a la vez que el continuo incremento del patrimonio municipal de suelo ofrece prome tedoras perspectivas operativas; fig . 1.460).
considerado por algunos ms bien extrnseco y formalista en el trazado en Y de su arteria fundamental y en la consiguiente disposicin de la trama viaria que con ella se coordina, tiene [ . . .] el mrito de favorecer esa unidad que todava hoy es atributo esencial de la vida cvica y que ya no vuelve a encontrarse en los barrios racionalistas y en los actuales con igual fuerza expresiva. G. SamonA, op. cit., pg. 96.
Figs. 1.459-1.461. El plan de expansin de Amsterdam hacia el Norte de J. Boterenbrood (1923); la extensin del patrimonio municipal de suelo en la segunda posguerra; el plan regulador general de Arnsterdam de 1935.
Figs. 1.462-1.464. Las obras de movimientos de tierras en el lago de Sloterpas (en la parte de arriba de la foto se ve un sector del barrio de Bosch-en-Lommer), maqueta del nuevo barrio de Slotermeer, y vista de los barrios de expansin en la parte occidental de Amsterdam realizados en la posguerra (arriba, en el centro, el barrio de Slotermeer).
La difundida conciencia de esta exigencia se revela en algunas propuestas generales elaboradas hacia la mitad de los aos veinte, como el plan de J. Boterenbrood para el Gran Amsterdam del 25, basado en la idea de establecer un enlace orgnico entre el centro y las zonas situadas al norte, al otro lado del Ij, hacia las que se vuelca, duplicndose, la ciudad histrica (fig. 1.459); o como el sucesivo plan del 26, preparado por A. W. Bos, director del departamento municipal de obras pblicas. Las crticas suscitadas por este proyecto oficial (en particular, por la falta de un serio anlisis de base) resultan bastante importantes como premisa para el planteamiento de los estudios del plan del 34. En este aspecto, resulta decisiva, de cualquier modo, la eficaz organizacin tcnica de la administracin municipal, que se concreta con la creacin en 1928 del departamento de urbanismo, a cuyo frente se coloca, como director, al ingeniero L. S. P. Scheffer, que cuenta con la colaboracin de Th. K. van Lohuizen, como encargado de los anlisis, y desde 1929 con la de C. van Eesteren, como arquitecto-jefe del plan. El plan regulador general adoptado por el Consejo municipal en 1935 (fig. 1.461) se basa, ante todo, en un cuadro completo de datos analticos (lo que, para este perodo, constituye por s mismo en Europa un importante resultado metodolgico) y, por consiguiente, en una profunda valoracin de los factores de desarrollo econmico y demogrfico que inciden sobre el crecimiento de la ciudad; una amplia memoria programtica ilustra los criterios generales de planeamiento y los diversos aspectos de las soluciones particulares adoptadas. Descartando la hiptesis de un crecimiento impreciso e indefinido, una primera fase de las investigaciones se encamina a definir la nueva dimensin demogrfica de la ciudad, evaluada en un mbito commendido entre 900.000 y 1.100.000 habitantes. El plan aparece dimensionado para una lo que representa un de 96-000 aumento de casi 300.000 sobre la cifra de
los realmente existentes ( Ams terdam alcanza en 1935 la cifra de 750.000 habitantes). A partir de esta hiptesis se deduce inmediatamente el clculo de las necesidades residenciales: considerando una disminucin de la magnitud familiar hasta el ndice de 3,37 personas por familia (respecto del ndice existente de 3,74) resulta que a la demanda de alojamiento deber hacerse frente con la previsin de 84.000 nuevas viviendas, a las que deben aadirse otras 13.460 para compensar las demoliciones por saneamiento, ms otras 12.000 que se han de destinar a los ncleos familiares que abandonan, obligada o espontneamente, las reas centrales como consecuencia del proceso de terciarizacin que afecta a las mismas. En el clculo se computan tambin las 1.370 viviendas ya existentes en las reas de expansin previstas por el plan. En la alternativa entre desarrollo centrado en su conjunto y amplio descentramiento territorial con barrios espacialmente independientes, prevalece la primera de estas hiptesis en razn a la fuerte concentracin de los empleos en el centro histrico: dejadas a un lado las hiptesis de ciudades-jardn o ciudades satlites, para no exacerbar los fenmenos de pendularidad, e incluso las propuestas de Le Corbusier en favor de una neta contraposicin entre la ciudad nueva y la antigua, se opera en cambio en el sentido de conseguir una expansin compacta, de carcter semi-intensivo, definida funcionalmente con precisin, manteniendo la continuidad con la estructura existente, por barrios a los que se atribuye un alto grado de coherencia interna y de identificacin espacial, separando las diversas zonas residenciales mediante franjas equipadas de zonas verdes ".
60 En el 34 Scheffer afirma: La preocupacin por encontrar una forma adecuada para la futura expansin, en la que sea posible concretar al mximo la idea de la ciudad descentralizada eliminando de esta solucin SUS posibles desventajas, se desprende claramente de nuestro plan general. Los barrios residenciales situados ms all del rea urbana aparecen concebidos por grandes unidades, como complejos ms o menos autnomos, separados entre s por
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Examinemos ahora el modelo de desarrollo propuesto por el plan en los elementos que lo definen. La nueva previsin residencial se orienta hacia el abanico territorial que se extiende desde el Oeste hacia el Este, con una cierta tendencia a intensificar la directriz Oeste, mientras se bloquea la expansin hacia el Norte, limitndola al estado de hecho, para evitar unos flujos ms altos de migraciones diarias a travs de la cuenca portuaria. Con la potenciacin del puerto, las industrias nuevas se sitan a lo largo del eje del Nordzee Kanaal, donde se refuerza el sistema de los docks (las reas industriales, a las que corresponde segn el plan una dimensin de 150 hectreas, se amplan despus hasta las 500 hectreas); hacia el Sudeste se destina otra zona productiva a industrias que carecen de vinculaciones funcionales con el puerto, mientras que hacia el Sudoeste se prev la creacin de una zona industrial limpia. La red de comunicaciones cuenta entre sus elementos principales con la construccin de un tnel bajo el Ij y con la completa reestructuracin del sistema ferroviario de circunvalacin en trazado elevado sobre los diques, con pasos inferiores para las vas de trfico mecanizado; hacia el Sur se ampla el aeropuerto de Schiphol. Para obviar la falta de reas de parque en las proximidades de la ciudad, el plan prev la creacin de un gran bosque-parque hacia el Sur (el Bosque de Amsterdam), de casi 900 hectreas de extensin, con capacidad para 30/4O.OOO personas al da, dotado de un canal para la prctica del remo, de un lago de 90 hectreas para el deporte de la vela y de otras instalaciones deportivas. El plan, por lo dems, se caracteriza sobre todo por el tejido continuo de la expansin residencial, definida por un mdulo base compositivo-organizativo de infraestructuras y
amplias reas recreativas de terrenos abiertos [ .. . 1, pero enlazados tambin entre s lo ms estrechamente posible [...] y, a su vez, conectados a la ciudad antigua. L. P. S. Scheffer: Algeemen uitbreidingsplan van Amsterdam, Amsterdam, 1934, cit. en N. Luning Prak: Die Entwicklung des Neues Bauens, en Bauen '20-40, Arnsterdam, 1971.
equipamientos. Se distinguen dos tipos de conjuntos residenciales: a espaldas de la ciudad estn los barrios de mayor densidad, con exclusin casi total de casas unifamiliares, hacia la parte de dentro de una lnea frrea de circunvalacin que seguidamente va a utilizarse para los transportes pendulares; en el exterior se sitan los barrios de densidad ms baja, a una distancia mxima del centro de diez kilmetros, para responder tambin a las tendencias residenciales suburbanas de tipo no intensivo. Las unidades de barriada la expansin son, por regla general, de 10.000 viviendas (35.000 habitantes, considerando una media de 3,5 personas por familia), pero con una oferta que vara en cuanto a las dimensiones de los alojamientos. El tipo edificativo predominante es el de la casa en hilera, de cuatro plantas, con la excepcin de las de una planta destinadas a los ancianos y, en algunos casos, de los bloques de casas altas. La proporcin del 35 por 100 prevista para las casas unifamliares se reducir despus a una cifra no superior al 20 por 100 como consecuencia del creciente coste de los terrenos y de las construcciones 61. De la actuacin del plan, a la que se da curso inmediatamente, se hace cargo en su conjunto la administracin municipal, en atencin sobre todo a las importantes obras que suponen la preparacin de las reas para los distintos barrios, del parque y del lago, que requieren una cierta complementariedad de las operaciones a realizar : el acondicionamiento de los terrenos para la expansin exige un milln de metros cbicos de arena, transportada en parte por un conducto derivado de las drsenas portuarias del canal del Norte y en otra parte obtenida gracias a la excavacin que es preciso efectuar para rebajar el terreno con objeto de crear el lago artificial del Sloterpas (90 hectreas de superficie) en el sector occidental de expansin
61 Sobre el plan de Amsterdam, cfr. W. Dougil: Amsterdam. General Extension Plan, en Town Planning Review, junio de 1936; A. Korn: A New Plan for Amsterdam, en aArchitectura1 Review, junio de 1938.
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Figs. 1.465-1.469. El concurso de 1933-34 convocado por el municipio de Amsterdam para la definicin de nuevas tipologas edificativas: el proyecto de J. H. van den Broek, planimetra y perspectiva; proyecto de G. T. Rietveld, fachada y planta de las viviendas; el barrio de casas-torre de J. B. van Loghem; proyecto de G. Versteeg, planimetra, axonometra y planta de las viviendas.
(figura 1.462). El parque de Amsterdam Bos se ordena con criterios cientficos, basados en cuidadosos estudios geo-ecolgicos, con empleo de elementos compatibles con el habitat de las tierras de los plders. Finalmente se pasa a la construccin de los primeros barrios residenciales: en el 35 se da comienzo ya al complejo de Bosch-en-Lommer, al oeste de la ciudad, segn proyecto del departamento tcnico municipal, con un total de cerca de 10.000 viviendas dispuestas en edificacin abierta, y que se terminar en 1938 62; en el 38 se prepara el plan para la zona de Slotermeer, estudiado con empleo de una serie de maquetas y perspectivas interesantes, tambin con unas dimensiones que se aproximan a los 10.000 alojamientos, subdividido en siete ncleos menores, dotado
62 Cfr. The Amsterdam Boschplan, en Journal of the RIBAD, mayo de 1938.
cada uno de ellos de un centro comercial, y atravesado por franjas de zonas verdes en direccin Este-Oeste (figs. 1.463-1.464). Por los mrgenes de variabilidad dejados a los proyectos ejecutivos de edificacin, as como por la amplitud de las soluciones generales, el plan de Amsterdam del 34 demuestra su fcil capacidad de actualizacin y de adaptacin a los cambios tcnico-econmicos sobrevenidos despus de la guerra; en particular, la red viaria de circulacin rpida puede ser transformada despus en una serie de autopistas libres de cruces con las vas pblicas ordinarias. Al margen de las vicisitudes del plan regulador conviene recordar tambin el concurso convocado en el 33 y resuelto en el 35 para la definicin de nuevas propuestas de tipos de edificacin, sobre la base de un programa para un barrio de viviendas populares con una
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superficie de 300 X240 metros. Los 92 proyectos presentados, clasificados conforme a seis categoras tipolgicas, ofrecen un notable abanico de soluciones, entre las que se distinguen las de van Tijen, las de van den Broek, las del grupo de A. Staal, las de Rietveld, etc.; los resultados del concurso, no utilizados en aquel mismo momento, constituyen despus una experiencia preciosa para la construccin de los barrios residenciales realizados en la posguerra (figs. 1.465-1.463).
En Rotterdam la expansin urbana se presenta con carcter bastante sostenido, en relacin con la creciente actividad del puerto, que en 1938 accede al primer puesto, por volumen de trfico, entre los puertos europeos: el suburbio de Vreewijk pasa de los 4.000 habitantes de 1920 a 17.000 en 1933; Blijdorp y Bergpolder, reas todava sin edificar en el ao 20, alcanzan cada una de ellas los 10.000 habitantes en el 30; anlogos ritmos de crecimiento se producen en zonas todava ms perifricas, como Hillegersberg, Schiebroek y Overschie. Entre las primeras barriadas planificadas de iniciativa privada son de sealar las nuevas expansiones de Beukelsdijk y Vreewijk: este ltimo barrio, de casas unifamiliares, con una densidad de 40 viviendas por hectrea y un total de cerca de 3.000 alojamientos, se proyecta en 1921 por Granpr Molikre, por cuenta de una sociedad constructora, dentro de los trminos de la esttica suburbana, en una evidente bsqueda de equilibrio entre tradicin y renovacin (figs. 1.470-1.471). Se deben, en cambio, a la iniciativa pblica algunas de las realizaciones ms significativas del movimiento moderno holands, como los barrios proyectados por Oud, el arquitecto perteneciente al grupo De Stijl cuya colaboracin se ha asegurado la municipalidad de Rotterdam: en el barrio de Tusschensijken de 1920-21, constituido por manzanas alargadas en patios cerrados, Oud racionaliza la vivienda de tradicin holandesa ( figs. 1.472-1.473); el
barrio de Oud-Mathenesse, del 22, previsto originariamente, con carcter provisional, sobre un rea triangular difcil, se resuelve por Oud mediante una disposicin planimtrica articulada sobre distintos ejes de simetra, mientras que la solucin tipolgica sigue siendo bastante tradicional, aunque fundamentada en un empeo de proyecto extremadamente riguroso (figs. 1.474-1.475); en el barrio de Kiefhoek, construido del 25 al 29, Oud desarrolla con bastante mayor rigor planimtrico y tipolgico-formal la . vivienda unifamiliar de dos plantas (tambin aqu, no obstante, el complejo aparece rgidamente vinculado por las preexistencias, que hacen que se prefiera una planta ms bien tradicional y que limitan la intencin de utilizar con constancia geomtrica y seriada el tipo edificativo elegido). En Hoek van Holland, a poca distancia de Rotterdam, Oud realiza en el 24 el barrio del mismo nombre, en el que dos cuerpos, cada uno de 16 alojamientos en dos plantas, aparecen compuestos en un complejo orgnico, unificado por el mirador continuo de los apartamentos superiores y definido por las tiendas en chafln redondeado (figs. 1.476-1.478). Junto a las obras de Oud es digno de mencin en Rotterdam el barrio construido en Spangen por M. Brinkman a partir de 1920, caracterizado por edificios con apartamentos en la planta baja y en el primer piso y con viviendas duplex en las dos plantas superiores, servidas por un amplio balcn corrido que funciona como galera colgante ms que como simple elemento de acceso a los alojamientos, con un resultado espacial y ambiental extremadamente rico en valencias y relaciones
63 Afirma Fanelli: En la compleja y significativa conexin de todas las partes se realiza una equilibrada relacin entre la vida de cada vivienda y la entera unidad residencial [ . . .] cada detalle est concebido para cualificar una necesidad del residente [ .. . ]. La experiencia de Brinkman tiene un valor absoluto que la impone como referencia importante, con implicaciones que todava hoy son actuales en la problemtica de la cultura urbanstica contempornea. [ .. . ] En cuanto a una posible colocacin de la experiencia de Spangen en el panorama holands de estos aos, se ver que, respecto de los celebrados barrios de Oud [ ...] , no se puede dejar de reconocer
Figs. 1.470-1.478. Los nuevos barrios de Rotterdam: plano y vista area de Vreewijk (Granpr Moliere); plano y vista del barrio de Tusschensijken (J. J. P. Oud, 1922-24); plano y vista de Oud-Mathenesse (J. J. P. Oud, 1922-24); planimetra, vista de conjunto y detalle del barrio de Kiefhoek (J. J. P. Oud, 1925).
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Figs. 1.479-1.482. J. J. P. Oud, barrio de Hoek van HoUand (1924): planimetra general y (abajo) planta de dos tipos de viviendas, y dos vistas.
Figs. 1.483-1.487. El barrio Spangen de Rotterdam (J. A. Brinkman, 1919-20): planimetras de la planta baja y al nivel de las galeras, y vista; planimetra de la casa alta Bergpolder, vista de la casa alta del Plaslaan, y comparacin entre las planimetras de las viviendas de esos dos edificios.
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Figs. 1.488-1.491. La Haya, barrio obrero de Laawijk, viviendas del barrio Daal en Berg, planta y vista del barrio Duindorp.
Figs. 1.492-1.495. Hilversum, ayuntamiento (W. M. Dudok, 1923-24), un rea de los nuevos barrios realizados por el municipio Y por sociedades de edificacin. dos escuelas de M. M. Dudok (escuela de la Rembrandt-
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(figuras 1.483-1.484); y adems la casa lamelar de apartamentos de W. van Tijen, J. A. Brinkman y L. C. van der Vlugt (1934) en el barrio del Bergpolder, constituida por un con accesos en cuerpo aislado de 10 ~ l a n t a s , corredor y ascensores, construida con estructura de acero y elementos prefabricados montados a pie de obra (esta experiencia se desarrolla despus por van Tijen y Maaskant en el 38 con la casa alta de Plaslaan; figs. 1.4851Mi'). En La Haya en 1918 se estudian los planes para los barrios residenciales de Laawijk, de Trekweg al Sudeste, de Spoorwijk al Sudoeste y de Duindorp en las inmediaciones de Scheveningen; son numerosos los complejos residenciales que se realizan por sociedades privadas (figs. 1.488-1.491). Entre el 20 y el 21 se construye el barrio de Papaverhof segn proyecto de Wils, al que luego seguirn otras realizaciones similares. Los resultados de un concurso del 21 para la ordenacin de la parte occidental de la ciudad vuelven a incorporarse en 1927 a un nuevo plan formalizado; Berlage se ocupa en el 30 de un esquema de expansin general. Una experiencia singular de gestin urbanstica en una ciudad menor es la que tiene lugar en Hilversum, donde en 1915 el municipio llama al arquitecto Dudok para cubrir el puesto de director de servicios pblicos. Dudok se propone reorganizar la ciudad existente y ampliarla conforme al criterio de expansin extensiva y sobre todo con un estndar elevado en la produccin arquitectnica (figuras 1.492-1.495). Siguiendo sus directrices trabaja un grupo de arquitectos jvenes, y el mismo Dudok proyecta y realiza una serie de escuelas y de equipamientos diversos, grupos de viviendas y, en fin, del 24 al 31, su obra ms conocida, el edificio del Ayuntamiento. El plan regulador general adoptado
a la experiencia de Brinkman una intensidad estructural, una visin espacial y una carga de inters sociolgico que tienen implicaciones mucho ms notables y, en todo caso, que no pueden ser ignoradas. G. Faneili: Architettura, edilizia, urbanistica. Olanda 1917-1940, cit., pgs. 139-40.
en el 34 fija un techo de 100.000 habitantes para la futura expansin, con el fin de salvaguardar el carcter tan particular de la ciudad y de su paisaje. Eindhoven, centro industrial del Brabante Septentrional, prximo a la frontera con Blgica, es una ciudad que ha crecido por sucesivos saltos, en funcin de las ampliaciones y reestructuraciones de la industria local ms importante -que casi se identifica con la propia ciudad-, es decir, el gran complejo de fabricacin de material elctrico de la Philips. En 1920, cuando tiene lugar la fusin administrativa de Eindhoven con los seis municipios exteriores hasta entonces independientes, la poblacin total alcanza los 45.000 habitantes; en 1935, cuando cuenta ya con ms de 100.000 habitantes, la ciudad aparece enormemente extendida porque las 12.O00 viviendas construidas en el breve plazo de quince aos estn constituidas sobre todo por casas unifamiliares, por lo que ocupan amplias extensiones de terreno. Por otra parte, el plan que prepara en 1930 J. M. De Casseres se aplica a un organismo urbano muy articulado, de baja densidad y con amplios espacios libres en el interior de la trama de asentamiento: razn por la cual, entre otras, se ofrecen las condiciones precisas para prever una clara clasificacin y organizacin jerrquicas de la vialidad y una zonificacin definida, conforme a un modelo centrpeto de claridad casi diagramtica. El trfico se resuelve mediante algunas vas anulares interiores y una circunvalacin exterior que sirve de enlace entre las numerosas vas radiales. El rea para la expansin industrial, que deja gran espacio para las futuras exigencias de la Philips, es resultado de la ubicacin de las instalaciones existentes, de la presencia de un viejo canal y de otro canal previsto para el' futuro; se preparan planes particulares detallados para las zonas de Schhot en Ven, Gestel-Strijp y Tengelre, conforme a un procedimiento de actuacin que es comn a todo el plan. Los cauces del Dommel y del Tolgelreep definen una amplia franja de parque, tema naturalista que atraviesa el territorio de Nordeste a Sud-
Figs. 1.496-1.499. Eindhoven, vista de las fbricas Philips, grfico de encuadramiento territorial del plan regulador de De Casseres, las previsiones para el ncleo urbano, y plan particular detallado para el barrio nororiental.
oeste, al que se aplica el principio de conservacin integral, excepto por lo que se refiere a la previsin de un complejo de instalaciones deportivas ( figs. 1.496-1.499). El plan de expansin de Eindhoven est destinado a insertarse en el plan regional de los territorios sudorientales del Brabante Septentrional, redactado por ! a propia administracin de la ciudad 64.
4. Blgica
En Blgica, el primer pas en sufrir la violencia de la guerra, desde 1915 existe ya un programa de reconstruccin de las ciudades destruidas en la fase inicial del gran conflicto mundial (Dinant, Lovaina, Ypres y otras menores) 65; en febrero de 1915, como resultado del movimiento de solidaridad internacional nacido de la conmocin suscitada por la invasin alemana, se convoca ya en Londres una conferencia a tal efecto por la
65 G. Topham Forrest: The Rebuilding of Ypres, en Journal of the RIBAn, diciembre de 1923.
Cfr. J. M. De Casseres: Eindhoven, Holland. The Planning of an Industrial Town, en Town Planning Review, junio de 1935.
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Union Internationale des Villes y la Garden Cities and Town Planning Association. Este empeo programtico -acometido, antes del final del conflicto, a nivel de estudio por comisiones bilaterales que inician sus trabajos en los pases aliados de Blgica (sobre todo en Inglaterra, Holanda y Francia)- no deja de plantear una serie de interrogantes acerca de los mtodos y las modalidades de intervencin (reintegracin historicista o desarrollo ex nouo, exigencia de un plan general, nivel del control pblico, etctera). Por otra parte, al finalizar la guerra, ante la destruccin de casi 200.000 alojamientos, resulta igualmente viva la exigencia de una produccin masiva de viviendas de bajo coste. A este objetivo responde la creacin en 1919 de la Socit Nationale des Habitations ?i Bon March, para ayudar financieramente, mediante prstamos a inters reducido, a las sociedades y empresas de construccin. En este clima se refuerzan en Blgica las influencias de los movimientos europeos, activos ya antes de la guerra, desde las experiencias de la vecina Holanda a las teoras de la ciudad-jardn: esta ltima hiptesis es, precisamente, la que parece polarizar los temas socialmente ms avanzados t a n t o en funcin de la reconstruccin como de los programas de edificacin popular- en torno a la ideologa de un socialismo humanitario-paternalista que hace del foyer unifamiliar, de un ambiente residencial grato y esencialmente anti-urbano, uno de los puntos de referencia de la renovacin de la sociedad. La opcin favorable a la ciudad-jardn se reitera en una ulterior conferencia sobre Habitations Bon March promovida en 1920 por la Union des Villes; y conforme a estos ptincipios se realizan los nuevos asentarnientos de las zonas en reconstruccin, como son la ciudad-jardn de Batavia, junto a Roulers (de R. Verwilghen, A. Pompe y F. Bolson, de 1920)) el barrio Ezelbrug, junto a Menin, de 1921, y las ciudades-jardn de Kafvaart y Ligy, junto a Ypres (la primera de R. Acke, 1921, figura 1.500; la segunda de R. Verwilghen, 1922); como los nuevos barrios de expansin
de otras ciudades, en Herenthals (A. Puissant, 192 1), en Auderghem (Vanderslagmolen y Verbist, 1921), en Hemixen (Cols y De Roeck, 1922), en Hoboken (M. van Rompaey, 1921) y en Ganshoren (J. Ghobert, 1922); o como los poblados industriales construidos, conforme a una tradicin que se remonta a los ltimos aos del XIX, por las Socits de Charbonnages en Eysden (fig. 1.501)) Hechteren-Zolder, Waterschei y Zwartberg. Esta misma orientacin, que aparece influida por las contemporneas teoras de R. Unwin, se auspicia tambin para la expansin de las grandes ciudades. Verwilghen, en su intervencin en el congreso de la International Federation for Town & Country Planning and Garden Cities celebrado en Amsterdam en 1924, afirma que debe adoptarse la ciudad-jardn como elemento bsico de un descentramiento planificado ligado al sistema de los transportes, a distancias determinadas por tiempos aceptables para el desplazamiento pendular, y delinea un diagrama terico de desarrollo urbano; L. van der Swaelmen aplica estos principios a la capital, Bruselas, valorizando la ubicacin posible de un cinturn de barrios satlites 'j6; el mismo van der Swaelmen y H . Hoste intentan poner en prctica una aplicacin en clave regional del modelo de baja densidad con la ciudad-jardn de Klein Rusland, concebida como elemento de un sistema industrial lineal a lo largo del canal Gante-Terneuzen. En este sentido, las cits-jardins de Bruselas, a que nos hemos de referir ms adelante, figuran entre los proyectos ms importantes realizados entre los aos 20 y 30. En el marco de las ocasiones profesionales que ofrecen los barrios residenciales suburbanos es donde se desarrolla, sobre todo la confrontacin entre los arquitectos de formacin tradicional, que tienen sus modelos en el cottage anglosajn y en la esttica unwiniana del suburb, y los modernistes como V. Bourgeois, J. Eggericx y H. Hoste, que a partir del 26 introducen las hiptesis metoDe L. van der Swaelmen hay que citar la obra Prliminaires d'art ciuique, Leyden, 1916.
dolgicas adoptadas por el Movimiento Moderno. La actualizacin de los modernistas, llevada con cautela al principio, se hace ms rigurosa hacia 1930, cuando precisamente en Bruselas se celebra el tercer congreso de los CIAM en el que Le Corbusier expone por primera vez los principios de la Ville Radieuse. Desde 1930 aparecen una serie de propuestas tericas a escala urbana tendentes a ensayar las teoras del zoning, la relacin entre viviendas, servicios e infraes tructuras, y las hiptesis del crecimiento urbano, ahora con rechazo radical de las hiptesis de la ciudad-jardn y de la casa unifamiliar aislada; propuestas como las de V. Bourgeois para Bruselas (del 30 es el proyecto del nouveau quartier para una zona industrial lineal situada a lo largo del canal de Willebroek, tambin del 30 es el proyecto del barrio enlazado con la nueva estacin internacional, y del 31 es el esquema de zoning para la Gran Bruselas; figs. 1.502-1.505))como la de S. Jasinski para la creacin de un barrio administrativo en Bruselas, como las posteriores presentadas al concurso de Amberes de 1933 y las formuladas despus por H. Hoste y P. A. Michel para Brujas, que combinan, segn destinos funcionales especficos, los modelos de la Siedlung y de la Ville Radieuse (fig. 1.506). La gran crisis, interrumpiendo los canales de financiacin destinados a la vivienda a bajo coste, corta de raz toda posibilidad de experimentar en concreto estas orientaciones sobre la base de programas globales coordinados 67. En Bruselas las transformaciones operadas en el perodo 1920-40 afectan a dos frentes de intervencin vinculados entre s dentro del proceso de estratificacin y seleccin funcional de la capital: la reestructuracin de las reas centrales y la imponente expansin perifrica. El primer grupo de obras completa el ciclo de renovacin comenzado a partir de la mitad del siglo XIX siguiendo el ejemplo de Pars:
Sobre estos aspectos, cfr. M. Smets: L'avnement de la Cit-jardin en Belgique. Histoire de lJhabitat social en Belgique de 1830 d 1930, Bruselas, 1977.
forman parte de esta operacin las ingentes obras efectuadas en la zona comprendida entre la place Royal, la rue Royal, la colegiata de los Santos Miguel y Gdula y la Grand'Place, con la apertura de la rue Cardinal Mercier; y el importante proyecto de jonction mediante lnea subterrnea entre la gare de Midi y la gare Bruxelles-Nord, cuya ejecucin se terminar en los aos cincuenta, con demolicin de decenas y decenas de edificios en la superficie '' (figs. 1.507-1309). Entre los barrios suburbanos figuran en primer plano las ciudades-jardn de Le Logis, Floral, Kapelleveld, Puits Noires y la CitModerne de Berchem-St. Agathe. Las cuatro primeras barriadas citadas, que comprenden un total de 2.400 alojamientos, surgen en el cuadrante sudorienta1 de la ciudad segn proyecto de conjunto debido a L. van der Swaelmen: Le Logis y Floral se componen de varios ncleos (Le Trapeze, L'Entonnoir, Le Plateau, Le Carr), individualizados mediante el aprovechamiento de las particularidades del terreno, y enlazados entre s por boulevards (figs. 1.510-1.513); Kapelleveld (500 viviendas) se distingue por su considerable dotacin de equipamientos y por la presencia en el centro del complejo de cuatro torres de apartamentos de cinco plantas ( figs. 1.5141.516). Participa en gran medida en el proyecto de las viviendas J. Eggericx, que aporta su conocimiento directo de los garden suburbs ingleses y el gusto por el ambiente pintoresco. En la zona Noroeste de Bruselas surge la Cit Moderne de V. Bourgeois (1922-25; figuras 1S17-1.520)) una barriada de dimensiones bastante ms modestas, que se presenta como trmino de compromiso y de transicin entre
L. Verniers: Les transformations de Bruxelles et l'urbanisation de sa banlieue, depuis 1795, Leau, 1934; P. Abercrombie: Bruxelles. tudes de dveloppement et du trac urbain, Bruselas, 1935; M . Vanhamme: Bruxelles capitule. uolution de la ville de 1830 2 nos jours, Bruselas, 1947; J. L. Berbier: Brussels Repanned. The Mont des Arts, en Journal o the RIBAD, abril de 1957; M. Mathieu: La jonction Nord-Midi. Ses consquences pour la gographie urbaine de Bruxelles, en Bulletin de la Socit Royales Belge de Gographie, marzo de 1961.
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Figs 1,500 y 1.501. La cit-jardin de Kalfvaart en Ypres (R. Acke, 1921), y la cit-jardin de la Socit des Charbonnages du Limbourg en Eysden.
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Figs. 1.507-1.509. Bruselas, las reas centrales con el trazado de la jonction subterrnea entre la gare Nord y la gare de Midi (en superficie de trazos se indica el tejido urbano sustituido); la situacin del rea comprendida entre Santa Gdula y la Place Royal, antes y despus de las obras de ordenacin. Figs. 1.510 y 1.511. Las barriadas de Le Logis y Floral, planimetra y vista de un sector.
Figs. 1.512-1.520 (en la pgina opuesta). Viviendas de dos plantas en Le Logis y edificio en altura de J. Eggericx (1927-30); proyecto de un edificio de apartamentos de H . Hoste en el suburbio de Kapellveld, planimetra de Kapellveld y vista de una vivienda diseada por P. Rubbers; V. Bourgeois, barriada de La Cit Moderne: planimetra, vista de conjunto, vista del edificio central de tres plantas y de un grupo de viviendas.
Figs. 1.521-1.526. El concurso de Amberes de 1933: proyectos de A. Gutton, del grupo Viret-Marmorat-Monnoyer, y de L. Stijnen; vista y planimetra del proyecto presentado por Le Corbusier en colaboracin con Hoste y Locquet; vista perspectiva de la ordenacin propuesta por E. Envaux y Heymans.
la esttica suburbana todava dominante y las exigencias de tipificacin y racionalizacin de los procedimientos constructivos y compositivos, visibles sobre todo en la plaza central, con los bloques laterales 2 redents de dos plantas y con el edificio nodal de tres pisos. En Amberes el episodio ms importante se refiere al programa de urbanizacin de la orilla izquierda del Escalda, segn un proyecto que vena acaricindose desde varios decenios atrs. En 1933 se convoca un concurso internacional de carcter promocional, cuyos re-
sultados constituyen uno de los momentos ms importantes de verificacin y confrontacin a nivel urbano de la cultura europea hacia mediados del perodo de entreguerras, con la participacin, entre otros, de Le Corbusier, en colaboracin con Hoste y Locquet 69 (figs. 1S21-1.526).
Cfr. A. Gutton: La Nouvelle Anvers. Amnagement de la vive gauche de Z'Escaut, en La vie urbaine, julio de 1933; H. Reichow: Dev Plan Einer Neustadt Antwerpen, en Wasmuths Monatshefte fr Baukunst, 1933.
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5. Austria
De la derrota en la Gran Guerra, cuya consecuencia es la desmembracin del gran Imperio aus trohngaro, Austria sale profundamente modificada en cuanto a las dimensiones de su territorio y la magnitud de su poblacin. Las cifras hablan por s mismas: el viejo Estado monrquico comprenda una extensin de 676.6 15 kilmetros cuadrados con 51.390.000 habitantes, mientras que la nueva Repblica se ve reducida a 83.833 kilmetros cuadrados con una poblacin, en 1926 de 6.280.000 almas. De esta cifra de poblacin casi una tercera parte (1.800.000) se encuentra en Viena, mientras que la segunda ciudad de la Repblica, Graz, tan slo cuenta con 158.000 habitantes. Econmicamente, la vitalidad de la nueva nacin austriaca es bastante precaria, como consecuencia de la prdida de los vastos territorios del Este, de los yacimientos carbonferos de Moravia, de la mayor parte de las reservas de materias primas y de los puertos adriticos. Polticamente se produce una anmala dicotoma entre la capital y el resto del pas, situacin que tan slo en parte se logra subsanar con el ordenamiento administrativo federal: el bloque agrario-campesino y pequeoburgus de la provincia tiene su expresin, dentro del gobierno central, en el partido cristiano-social, sobre el que ejerce una fuerte influencia el aparato de la Iglesia catlica; el par tido socialdemcrata abandona la coalicin gubernamental tras su derrota en el tema de la socializacin de la industria carbonfera y de algunos trusts como la AlpineM~ntan~esellschaft, y tras el fracaso de la legislacin sobre nacionalizacin de empresas, mientras que en las elecciones correspondientes a la circunscripcin de Viena, celebradas en 1920, obtiene una arrolladora victoria. A partir de este momento la capital emprende un camino autnomo y contrapuesto al que sigue el conjunto del nuevo Estado austriaco. Los dirigentes socialistas, que han optado por un gobierno elegido democrticamente, rechazando las hiptesis de una Repblica soste-
nida por los consejos de fbrica y por los consejos de campesinos, han conseguido, no obstante, conservar el favor de la clase obrera, y con base en tal consenso se encuentran en condiciones de llevar adelante una poltica social bastante avanzada y que, de algn modo, constituye tambin un punto de referencia para el movimiento socialista de los dems pases democrticos. En la isla vienesa el partido socialista podr as empearse en la construccin de su polis proletaria, mientras fracasan por completo los programas de reforma agraria que deberan haber sido, en el campo, el elemento correspondiente a la labor de socializacin llevaba a cabo en Viena: las comunidades de cultivadores y ganaderos, invocadas por el lder socialdemcrata Otto Bauer, se quedan en simple hiptesis terica que no consigue abrirse camino ni tan siquiera entre las clases campesinas lo. Si de los restos desmembrados del Imperio de los Habsburgo la nueva Austria no es ms que un pobre mun, en el que es preciso reconstruir con gran esfuerzo un cierto equilibrio, su capital es el elemento en el que, ms que en cualquier otro, la cada del Imperio ha
En 1925 Otto Bauer propuso un esquema de comunidades locales basadas en el sistema de propiedad en comn de la tierra; deban comprender, sobre todo, pequeos cultivadores y dueos de ganado dedicados a la industria ganadera, y habran de sostenerse, en la mayor proporcin posible, en la explotacin en comn de la tierra, y en cuanto se refiere al crdito y a la venta de los productos, en la constitucin de cooperativas, con la sola exclusin de la venta de los cereales, que seguira siendo monopolio del Estado. Los socialistas no tuvieron jams oportunidad de realizar este plan, que,,por otra parte, tampoco les report grandes consensos entre los propios campesinos. siguieron siendo un partido urbano, estrechamente aliado a los sindicatos, que consegua obtener la adhesin de casi todos los obreros y em; pleados de la ciudad, pero que no dispona de una base suficiente para asegurarse la mayora parlamentaria a escala nacional. G. D. H. Cole: Storia del pensiero socialista, Bari, 1972, vol. IV, 1, pg. 261. Sobre los aspectos generales de la vida poltica y econmica de Austria en la primera posguerra, cfr. J. Braunthal: La tragedia dell'Austria, Florencia, 1951, y G. Marramao: Austromarxismo e socialismo disinistra fra le due guerre, Miln, 1977.
hecho decaer las razones vitales de un desarrollo secular. La desastrosa situacin de la economa pone al descubierto los desequilibrio~ acumulados por el transcurso del tiempo, sobre todo en la ltima fase del impetuoso crecimiento decimonnico, que ha exaltado las funciones terciarias del antiguo centro, comprimiendo en cambio en un amplio arco exterior los consumos sociales cotidianos: la disminucin del nmero de habitantes, por ejemplo, que es consecuencia de que se haya puesto fin al papel burocrtico-administrativo de la gran capital, no alivia en modo alguno las precarias condiciones de alojamiento de la mayora de la poblacin (fig. 1S27). Ya durante la guerra, con el bloqueo de los alquileres y con la prohibicin del desahucio (medidas adoptadas en 1917 y 1918), se ha pretendido atenuar de algn modo la crisis creciente de la vivienda. Pero en diciembre de 1919 el Consejo de Estado se ve obligado a promulgar un decreto por el que se autoriza, en determinadas condiciones, la requisa de las viviendas superfluas; este decreto ser utilizado ampliamente por la administracin socialdemcrata tras su victoria por gran mayora en las elecciones de 1920, disponiendo la requisa, entre los aos 19 y 25, de casi 45.000 alojamientos (adems de cerca de 25 .O00 habitaciones o cuartos independientes), de los cuales ms de la mitad se requisan en 1921, y que se destinan para realojar a las personas sin hogar que se encuentran en peores condiciones. Con la requisa de viviendas, la administracin socialista no ha hecho otra cosa, en la prctica, que aplicar valerosamente la bien conocida proposicin de Engels sobre la socializacin del patrimonio edificativo existente. Pero tales medidas tan slo constituyen una poltica de emergencia, y van seguidas adems por un empeo positivo de ampliar la oferta residencial. La vigorosa accin pblica en el
campo de la edificacin de masa viene facilitada, por lo dems, por una poltica de adquisicin de suelo para constituir un patrimonio pblico que la mupicipalidad ya haba iniciado antes de la guerra y haba proseguido en la posguerra, lo que determinar que el patrimonio de suelo, cifrado en 4.690 hectreas en 1918 (casi una quinta parte del total de la superficie del trmino municipal), llegue a las 8.000 hectreas en 1929 (el 30 por 100 de la extensin del trmino municipal). En el programa de socializacin expuesto por Otto Bauer en 1919 en su escrito Der Weg zum S o z i a l i s m u s -que es texto primario de referencia para una exacta comprensin de la poltica urbana de los socialdemcratas en la capital-, la vivienda ocupa un lugar central: la obligada imposibilidad de controlar el capital productivo y la negativa a apoyar formas de conflictividad permanente entre capital y trabajo, y mucho menos a avalar perspectivas revolucionarias -en una actitud constantemente condicionada por la situacin poltica y econmica de Austria en Europa-, inducen a centrar el programa en la gestin de los equipamientos colectivos y de los servicios prestados en la fbrica y en la ciudad, donde la cuestin de la vivienda pasa a un primer plano de importancia; el derecho a la casa, destinado a convertirse en factor importante de la socializacin del capitalismo, se ver favorecido por una amplia aplicacin de un sistema justo de expropiacin '71.
A SU administracin [de los consejos] -afirma Bauer- se confiarn todas las instituciones de la fbrica creadas en beneficio de los obreros, como las casas obreras, las cocinas comunes y comedores, las cajas de ayuda y los economatos La direccin tcnica debe reservarse a elementos tcnicos que tengan la necesaria preparacin terica y prctica, para no comprometer la produccin. La direccin econmica ha de quedar excluida de la competencia de los comits, porque una empresa no debe ser administrada en inters exclusivo de sus opera-
r...].
Figs. 1.527-1.533 (en la pgina opuesta). Viena, la situacin de la vivienda en 1934; planimetra de la Kleingartensiedlung de la Hoffingergasse y vista de una colonia de casas con huerto; A. Loos, un dibujo, planime tras de las viviendas y axonometra del barrio Heuberg (1921-23); maqueta presentada al concurso para el Otto Haas-Hof.
CIJ
Prlmo plano
Plano terreno
En cambio, en el momento en que Bauer escribe aparece abierta a discusin la cuestin de las modalidades y formas de intervencin. En 1920, a pesar de encontrarse ya iniciado el complejo del Me tzleins taler-Hof en el Margaretengrtel, todava no se han clarificado las directrices de la poltica edificativa municipal; por el contrario, la administracin se orienta todava en el sentido de favorecer la constitucin de cooperativas interesadas en la realizacin de pequeos barrios semi-rurales, en cierto modo ratificando y racionalizando as una praxis improvisada adoptada ya en los aos de la guerra con la concesin de parcelas de terrenos pblicos a las familias necesitadas (en 1920 casi 250 hectreas situadas en las zonas extremas de la ciudad resultan ocupadas como consecuencia de tales disposiciones, asentndose en ellas un total de 70.000 habitantes). A partir de 1920 se constituyen algunas decenas de cooperativas, reunidas en una entidad central, la Hauptverband fr Siedlungswesen, que pueden recurrir al Fondo federal (que deriva del viejo Fondo imperial de ayuda a la construccin de viviendas) y a un Fondo municipal constituido con las cantidades procedentes de la recaudacin de impuestos corrientes y tasas especiales; en los contratos de asignacin de crditos se requiere la disponibilidad del 10 por 100 del importe de las obras y se exige una cierta prestacin de trabajo por parte de los beneficiarios y futuros residentes. Los asentamientos previstos son del tipo de las Wirtschaftssiedlungen (pequeos grupos de viviendas alrededor de una explotacin agrcola, como colonias, en parte, autosuficientes para
rios, sino en el de toda la colectividad. Y sigue diciendo, en relacin con la gestin colectiva de la residencia: Los comits de inquilinos, constituidos ante todo con este fin [conservacin y limpieza de la casal, asumirn gradualmente otros cometidos, como, por ejemplo, el de construir cocinas comunes, lavanderas, salas de recreo y de estudio para nios y adultos, [. . . ] y el de colocar concretamente al personal necesario en la cocina, en la lavandera, al cuidado de los nios [...l. Los inquilinos sufragarn los gastos consiguientes en proporcin a la renta que paguen. 0. Bauer : La realizzazione del socialismo, Citta di Castello, 1920, pgs. 31-32 y 45.
una serie de consumos), o de las WohnsiedHungen (barriadas-jardn de casas unifamiliares con huerto de 400 y 500 metros cuadrados); la municipalidad arrienda los terrenos a bajo precio por sesenta o setenta aos; los planes consiguientes deben ser aprobados por el Stadtbauamt. Son tpicos de esta fase los barrios rurales de Hoffinger Gasse y de Rosenhgl 72 (figs. 1.528-1Z 9 ) . El nombramiento en 1920 de Adolf Loos como arquitecto-jefe del Departamento de edificacin pblica del Municipio de Viena no parece apuntar todava a la idea de corregir esta orientacin -que, por lo dems, el mismo Loos favorece-, sino, en todo caso, al propsito de asumir un control directo de la misma, eliminando de ella los impulsos meramente espontneos. Pero desde finales del ao 20 hasta el principio del 23 maduran rpidamente las opciones de poltica urbana de la administracin socialdemcrata: y en este perodo, si bien se construyen todava algunas Siedlungen de casitas pequeas, tan slo se realizar ya, en parte, uno de los barrios proyectados por Loos, el de Heuberg (figuras 1.530-1.532), mientras se arrincona el proyecto para el barrio Lainz, al irse perfilando la completa mutacin de orientaciones que en el 23 llevar a la municipalidad a lanzar un programa masivo de construcciones populares basado en el modelo del Hof, transformado en super-bloque equipado, idea a la que el mismo Loos terminar por adherirse, aunque sea despus de efectuar tentativas experimentales de diferente orientacin en el campo de la edificacin intensiva (figura 1.533). La poltica de requisa de viviendas y de proteccin de los inquilinos resulta superada de golpe por un amplio programa positivo que prev la construccin de 5.000 alojamientos al ao, capaces de proporcionar vivienda adecuada a ms de 75.000 personas en el primer quinquenio; en el 27 este prol2 Sobre este perodo, cfr. L. Thompson: Housing and Land Settlement in Vienna, en Town Planning Review, mayo de 1922; y adems, H. Kailbrnner: Le petit jardinage a Vienne, en La vie urbaine, junio de 1922.
Figs. 1.534-1.536. Planimetra de un sector del Pestalozzi-Hof; piscina del complejo residencial Fuchsenfeld; y parvulario del Karl Marx-Hof.
grama resulta incrementado, para fijarse despus, para el quinquenio siguiente de 192833, en un contingente de 30.000 viviendas. Semejante empresa puede afrontarse gracias a la reforma del sistema impositivo sobre los inmuebles de propiedad privada, que tiene lugar justamente en febrero del 23, y con cuya recaudacin puede cubrirse hasta el. 40 por 100 de los gastos de inversin. A partir de este momento los esfuerzos realizados en este campo por el Municipio de Viena en favor de la edificacin de casas populares son continuos y sostenidos: del 26 al 33 el porcentaje de la inversin en este sector respecto del total del gasto pblico aparece comprendido entre el 70 y el 90 por 100. Bajo la direccin del alcalde Karl Seitz se organiza una seccin especial de arquitectura, mediante la cual el Municipio proyecta directamente los nuevos complejos residenciales
o controla los proyectos de los arquitectos independientes, que en gran nmero y por grupos participan en el programa de la administracin (entre los proyectistas est, adems de Loos, Peter Behrens, que estudia un modelo de unidad residencial escalonada, que luego no llega a aplicarse) 73. La localizacin de los Hofe, en el interior y en perfecta adaptacin a las lneas de la ciudad decimonnica, tiene lugar aprovechando reas residuales no edificadas, recomponiendo las mallas definidas por el plan regulador y evitando por regla general el recurrir a demoliciones de reas construidas; de este
. .
73 Cfr. A. Rossi: Peter Behrens e il problema dell'abitazione moderna, en Casabella, nm. 240, 1960; en el mismo nmero de esa revista aparece tambin el artculo de P. Behrens: Il Comune di Vienna come committente di costruzioni, reproducido de Bauwelt, nm. 41, 1928.
modo los nuevos barrios asumen el carcter de puntos urbanos principales situados a la altura de la periferia intermedia de la ciudad, a menudo a lo largo de las mayores directrices del trfico (fig. 1.537). La construccin en monobloque cerrado permite, en relacin con las reas, conseguir densidades edificativas bas tante altas, con concentracin de algunos centenares de alojamientos (Karl MarxHof, 1.382 viviendas; Sandleiten-Hof, 1.587 ; George Washington-Hof, 1.O85; Rabenhof, 1.109; Engels-Platz, 1.467; Karl Seitz-Hof, 1.173); pero el empleo de modelos tradicionales, que permite prescindir de las restricciones impuestas por la renta inmobiliaria, se combina aqu, en una vigorosa composicin ambiental, con la generosa dotacin de los servicios colectivos integrados en el interior de los bloques, desde las escuelas a las lavanderas pblicas, a las cocinas colectivas y a los espacios equipados comunes (figs. 1.5351.536). La superficie ocupada por los edificios no supera nunca el 50 por 100 del total del solar, a menudo desciende a menos de su 40 por 100 y, a veces, como en el caso del Karl Marx-Hof, apenas si llega al 30 por 100. Si nos referimos a las tipologas adoptadas en las viviendas y a los sistemas de proyecto y de construccin, destaca la ausencia de investigaciones especficas en este sector y la falta de elementos realmente innovadores respecto de los stndards desarrollados por los contemporneos modelos alemanes, holandeses, soviticos y anglosajones ( fig. 1534). Una cierta unificacin, que deriva de algunos criterios adoptados en el programa general, se refleja en la dimensin reiterada' de los apartamentos (de 38 metros cuadrados en la primera fase de actuacin, de 40, 49 y 57 metros cuadrados a partir de 1927), pero las soluciones compositivas impiden una rigurosa repeticin tipolgica y a veces crean descompensaciones y arreglos forzados en la distribucin interior 14. El bajo nivel de innovacin
74 {(Efectivamente, ninguna de las casas de vecindad realizadas es un "modelo" de residencia para todos, como los que vena elaborando en ese mismo
tecnolgica de los elementos del alojamiento, y los mtodos tradicionales de construccin, si bien responden a la voluntad de absorber proporciones importantes de mano de obra, tambin permiten, sin dificultad, las variaciones expresivas que hacen de estos complejos los monumentos residenciales de la clase obrera austriaca 15. .Un examen conjunto de los mayores Hofe de la Viena roja nos da la razn de la unicidad de una experiencia que sublima, por as decirlo, condiciones y vnculos que son propios de una situacin urbana especfica y de una particular coyuntura econmica, en el proyecto de una ciudad socialista en la que la calidad de la vida asociada, popular y coral, posible a travs de la redistribucin del producto social, alude, aunque sea un poco patticamente, a un trabajo liberado de la sujecin o sumisin al capital. Vanse,
perodo el Movimiento Moderno; en ellas no se da la tesis de fondo de que, a travs de la organizacin y la ordenacin de la clula habitativa en organismos arquitectnicos de tipo nuevo, se podra llegar a realizar una ciudad nueva, un arreglo urbano alternativo respecto de las ciudades existentes. C. Aymonino: L'abitazione razionale, cit., pg. 30. l5 Impedir el despego de las masas respecto del partido, emplear una fuerza de trabajo genrica y medios de produccin anticuados en una masiva actuacin gestionada por el Municipio en el campo de la edificacin, hacer de tal poltica de la vivienda, concebida coetneamente como volante de recuperacin econmica y como afirmacin del "derecho a la casa", una imagen del "trabajo socialista", son objetivos ntimamente unidos entre s. [...] La "nueva Viena" no ser una ciudad globalmente afectada por nuevas funciones que exijan directamente su reestructuracin general o traigan a colacin sus relaciones con el territorio, sino que ser una especie de ciudad-exposicin, una suerte de gigantesca "exposicin" de la nueva tica proletaria encastillada en las viviendas obreras. As pues, nada de proyecto global de "ciudad alternativa". Solamente la realizacin parcial -obligatoriamente parcial- de una pica socialista, de una pica de la "democracia residencial" obrera. M. Tafuri: Austromarxismo e citta. Das vote Wien, en Contropiano, nm. 2, 1971. Nos remitimos a este fundamental trabajo de Tafuri para el anlisis amplio de las races ideolgicas del experimento de la Viena roja, as como para la interpretacin del programa socialdemcrata en clave de utopa regresiva.
'
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Fig. 1.537. La distribucin en la ciudad de las barriadas de la Viena roja: 1. Karl Marx-Hof; 2. Sandleiten-Hof; 3. Bebelhof, Liebknechthof, Lorenzhof, Frolichhof; 4. Fuchsenfeldhof, Am Fuchsenfeld; 5. MetzIeinstaler-Hof, Reumanhof, Julius Popp-Hof, Herweghhof, Matteottihof ; 6. George Washington-Hof; 7. Rabenhof; 8. Beerhof, Janecekhof; 9. Otto Haas-Hof, Winarskyhof, Gerlhof ; 10. Engels-Platz; 11. Paul Speiser-Hof; 12. Karl Seitz-Hof.
Figs. 1.538 y 1.539. Planimetra del grupo del Otto Haas-Hof (A), Winarsky-Hof (B) y Gerlhof (C), y vis-
ta del Winarskyhof.
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Figs. 1.540-1.547. Planimetra del grupo del Metzleinstaler-Hof (A), Reumanhof (B), Julius Popp-Hof (C), Herweghof (D) y Matteotti-hof (E); planimetra, vista de detalle y vista de conjunto del Reumanhof; planimetra del Rabenhof y del Sandeleitenhof, vista de un edificio del Rabenhof, y panormica del Sandleitenhof.
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entre los complejos mayores, el grupo del Otto Haas-Hof (de Dirnhuber, Schuster, Loos y Lihotzky, del 24), del Winarskyhof (de Behrens, Frank, Hoffmann, Strnad y Wlach, del 24) y del Gerlhof (de Ried, 1930), con los bloques compactos en sus superficies murales que se cierran sobre s mismas o se conectan a los equipamientos existentes (figuras 1.338-1.539); o el grupo del Metzleinstaler-Hof (de Kalesa y Gessner, iniciado el 19), del Reumannhof (Gessner, 1924)) del Julius Popp-Hof (Schmid y Aichinger, del 25), del Herweghhof (Schmid y Aichinger, del 26) y del Matteottihof (tambin de Schmid y Aichinger, 1926)) del que se pone de manifiesto su toma de la ciudad, por ms que se haya efectuado en tiempos distintos, en el nudo situado entre el Margaretengrtel y la Fendingasse (figs. 1.540-1.543), una solucin que vuelve a presentarse en el Rabenhof (Schmid y Aichinger, 1925; figuras 1.544 y 1.546) y en el Sandleitenhof (Hoppe, Schonthal, Matuschek, Theiss, Jaksch, Krauss y Tolk, 1924; figs. 1.545 y 1.547); el Karl Seitz-Hof (Gessner, 1926), en el que el semicrculo monumental de entrada multiplica y acenta la unitaria autonoma del conjunto, desplegndola en un horizonte panormico (figs. 1S48-1.549); el George Washington-Hof (de Krist y Oerley, 1927), en el que la amplia dotacin de espacios abiertos se conjuga equilibradamente con las , rozar moderadas alturas de los - b l ~ q u e shasta la fusin naturalista (figs. 1.550-1.551); el gran conjunto cuadriltero del Bebelhof (Ehn, 1925), con la fachada monumental que da en , el grupo del ~ i e b k a la ~ t e i n b a u e r ~ a s s e nechthof, Lorenzhof y Frohlichhof (figuras 1.552-1.553); o la Engelsplatz (Perco, 1930), el ltimo gran complejo donde a la habitual disposicin planimtrica y a la exaltacin de los elementos temticos de entrada y de paso, con una concentracin de los elementos atpicos, se contrapone un tratamiento ms abstracto y repetitivo de los bloques residenciales ( figs. 1.554-1.555). Pero el complejo con el que idealmente se identifica la imagen de la Viena roja es el Karl Marx-Hof,
proyectado por Karl Ehn en 1927 en el extremo norte de la ciudad, junto al Danubio, a lo largo de la Heiligenstadterstrasse ( figs. 1.5561.559). De un rea total de poco ms de 15 hectreas y media, los bloques residenciales ocupan una superficie de 28.750 metros cuadrados, es decir, poco ms del 18 por 100 de la extensin total disponible, con sus 1.382 viviendas para ms de 5.000 personas. Los bloques cerrados, alargados y desviados telescpicamente, envuelven a dos -grupos escolares y de equipamientos, en correspondencia con la Halteraugasse y con la Strasse-zumSportplatz, que se prolongan como travesas del complejo para la circulacin rodada. En posicin ligeramente asimtrica con respecto al baricentro del Hof, puesto que se sita en el mismo eje de la Heiligenstadt Bahnhof, se abre una gran plaza, la Karl Marx-Platz, donde el tema compositivo adopta una fortsima caracterizacin expresiva y plstica, con los grandes arcos rebajados de las plantas bajas y las torres subrayadas por la presencia de galeras o logias que resaltan marcadamente en la planta superior de las fachadas: un Foro en el que el nfasis del epos proletario llega a su punto lgido, contraponindose a la plenitud coloquial de los patios interiores equipados y arbolados 76. Los imponentes resultados de la poltica socialdemcrata -en el 33, en el momento de la cada del partido y de su poltica, la administracin municipal posee y administra 66.000 viviendas populares y un gran nmero de servicios pblicos e incluso de tiendasdejan poco espacio a otras intervenciones urbanas, incluso en el mismo sector de los equipamientos colectivos (los baos pblicos construidos en Amaliendad, de Schmalhofer y Nadel, del 27, y el estadio de O. E. Schweizer, del 31, se cuentan entre las pocas obras realizadas en el perodo). A diferencia de lo que ocurre en la Repblica de Weimar, donde, especialmente en Berln, las nuevas experiencias de la edificacin residencial se
Cfr. D. Brooke: The Karl Marx-Hof, Vienna, en Journal of the RIBA, agosto de 1931.
62 1
Figs. 1.548-1.555 (en la pgina opuesta). Planimetra del Karl Seitz-Hof y vista de la plaza circular; planitnetra del George Washington-Hof y detalle de un edificio; planimetra del grupo del Bebelhof (A), Liebknechthof (B), Lorenzhof (C) y Frolichhof (D), y planta del patio del Bebelhof; planimetra y vista del complejo de la hngelsplatz. Figs. 1.556-1.559. El Karl Marx-Hof: planimetra de conjunto, vista de un patio equipado, la fachada del edificio que da a la estacin ferroviaria y vista del frente interior que da a la Karl Marx-Platz.
insertan en un proceso coherente de reestructuracin capitalista y, por ende, de profundas transformaciones urbanas, en Viena no se toca la estructura de la ciudad: las grandes intervenciones residenciales -en el mismo contraste que se establece entre continuidad formal respecto del pasado e innovacin de modelos organizativos- vienen a introducir las cualidades urbanas que la democracia proletaria puede desarrollar, alterando profundamente su imagen de conjunto. Entre tensin ideal y renuncia, la Viena roja constituye la expresin ms significativa de la valorizacin tica del papel que corresponde a la clase obrera, dentro de los lmites, no slo objetivos, que ofrece una situacin histrica compleja en la que se resuelve, en una agitada posguerra, una de las vas hacia el socialismo intentadas en el mbito de una rigurosa prctica institucional 77. De la inefi77 La tentativa de mejorar una evolucin histrica, sin generar fracturas radicales entre dimensin residencial y lugares celebrativos, entre investigacin simblico-espacial y edificacin de masa, constituye una experiencia que se inserta en el proyecto ms amplio de una utopa de la continuidad, traducida concretamente en una especfica perspectiva poltica, en las actuaciones edificativas de la "Viena roja". Y precisamente en esta perspectiva, en la que, por lo dems, coexisten exaltacin monumental y empirismo tipolgico, se individualizan en medida ejemplar las primeras resistencias ideolgicas frente a una rendicin incondicional de la investigacin arquitectnica ante el proceso de marginacin capitalista del contexto urbano. El rechazo de los modelos urbanos inaugurados por el movimiento moderno, ms que representar una recuperacin nostlgica del pasado, con el que, por lo dems, la experiencia austriaca ha tenido que confrontarse necesariamente, viene a definir una difcil y problemtica transicin desde una especfica condicin poltico-econmica hasta su directa gestin institucional y prctico-normativa. La dificultad de precisar, en el marco de las vicisitudes austriacas, el papel del Estado, la funcin de la lucha de clases, con sus niveles de integracin en el aparato institucional, determina tambin las dificultades objetivas de la situacin histrica en que las opciones del socialismo austriaco se orientan hacia la individualizacin de una posicin igualmente distante del bolchevismo sovitico y de la socialdemocracia alemana. M. Monticchio, trabajo mecanografiado en curso de impresin. Al doctor Maurizio Monticchio debo algunas preciosas sugerencias cr-
cacia de este programa para cubrir sin contradicciones los objetivos propuestos nos habla, en el plano de la evolucin urbanstica de Viena, la misma imposibilidad de controlar las tendencias al crecimiento urbano sostenidas por la iniciativa privada; y en el plano econmico ms general, su misma funcin objetiva de sostn del capital productivo 78. Y sin embargo, es la precipitacin de los acontecimientos que vienen a trastocar la situacin poltica la que cierra bruscamente la experiencia vienesa: tras la resistencia por los obreros organizados frente a las bandas nazis, los socialistas son excluidos del Municipio para ser sustituidos por un comisario gubernativo que con una de sus primeras disposiciones pone fin a la poltica de edificacin pblica ".
6. Espaa y Portugal
En el ao 31, con la cada de la dictadura militar de Primo de Rivera y la instauracin
ticas y bibliogrficas sobre las vicisitudes urbansticas de la capital austriaca en los aos veinte. Para la financiacin de la construccin de las viviendas en Austria, se parti de la consideracin de que un pas como Austria, cuya industria depende de las exportaciones en un 70 por 100 y que, por otro lado, debe importar un porcentaje muy elevado de los suministros de alimentos y casi la totalidad de las materias primas para su industria, con excepcin de la madera y del hierro, solamente poda competir manteniendo bajos los salarios, y que los salarios podan mantenerse bajos tan slo si los alquileres pagados por los apartamentos ms modestos, tanto en casas viejas como nuevas, aparecieran fijados en cuantas considerablemente por debajo de las que se pabagan antes de la guerra. A. Jaenicke, en B. Schwann: Stadtebau und Wohnungswesen der Welt, Berln, 1935, pg. 303. Sobre las realizaciones efectuadas en la capital austriaca en el perodo considerado, vanse: R. Danneberg: Vienna under Socialist Rule, Viena, 1928; Die Wohnungspolitik der Gemeinde Wien, Viena, 1929; Das Neue Wien, 1926-1928, Viena, 1929; R. Brouillet: L'volution d'une grande cit et les pvobl2mes actuels de l'urbanisme, en Annales de Gographie, noviembre de 1934; H. Bobek y E. Lichtenberger: Wien. Bauliche Gestalt und Entwicklung seit der Mitte des 19. Jahrhunderts, ColoniaGraz, 1966; 0. M. Ungers y J. Schlandt: Die Wiener Superblocks, Berln, 1969.
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Figs. 1.560-1.563. Madrid, vista de la avenida de Jos Antonio (Gran Va) desde la calle de Alcal, y vista area en la que puede apreciarse la fuerte densificacin del tejido urbano; la localizacin de las colonias rurales de la periferia de la ciudad, y fotografa de la colonia Buenavista.
de una Repblica parlamentaria, se abre en Espaa una fase de renovacin de la vida social. En el 32 las Cortes consiguen promulgar unas medidas de reforma agraria parcial, con expropiacin de los mayores latifundios y la consiguiente distribucin de las tierras entre los campesinos; se concede una mayor autonoma a Catalua y a las provincias vascongadas, restituyndoles prerrogativas de las que haban sido desposedas por la dictadura militar. Al establecimiento de un gobierno conservador desde finales del 33 a finales del 35 (bienio negro) sigue la victoria, en febrero del 36, del Frente Popular, en el que se integran los partidos ms importantes que representan a la clase obrera y campesina. El Alzamiento en Marruecos y en algunas ciudades espaolas en el 36 supone el inicio de la guerra civil, que durar tres
aos, para desembocar en la definitiva consolidacin de la dictadura franquista. En el plano cultural, el pas, en conjunto, permanece bastante marginado del debate europeo, con la excepcin de una minora de vanguardia que, en el marco de las esperanzas suscitadas por la Segunda Repblica, encuentra entre los aos 32 y 37 motivaciones precisas para defender su propia funcin ideolgica y disciplinar. Los elementos de conexin que determinan esta actitud, en cuanto se relaciona con el urbanismo, son la conferencia pronunciada en 1928 por Le Corbusier en Barcelona, a invitacin del entonces estudiante J. L. Sert, y la presencia de Fernando Garca Mercadal en el acto fundacional de los CIAM, en La Sarraz, en ese mismo ao. Tras la fundacin en 1929 del GATCPAC (Grup d'Arquitectes i Tecnis Catalans per al
Progres de I'Arquitectura Contemporhnia), la organizacin catalana de los arquitectos modernos, se forma en 1930 un grupo nacional (GATEPAC, Grupo de Arquitectos y Tcnicos Espaoles para el Progreso de la Arquitectura Contempornea), adherido a los CIAM, que publica su propia revista de vanguardia bajo el ttulo de A. C. (Actividad Contempornea); pero, como hemos de ver, se deben sobre todo al GATCPAC las profundizaciones ms interesantes en el terreno de la arquitectura y el urbanismo. Con la agudizacin de los conflictos internos en el seno de las formaciones de izquierdas, con las fases ms sangrientas de la guerra civil y con la llegada de Franco al poder, el Movimiento Moderno se disuelve prcticamente. Su canto de cisne es la realizacin del pabelln espaol en la Exposicin internacional de Pars del 37 -diseado por Sert, exiliado ya de Barcelona, con su familia, desde el 36-, donde Picasso, con su Guernica, denuncia en vano las atrocidades de los bombardeos nazis en Espaa. Los arquitectos que sobreviven a la guerra civil revelan la sustancial superficialidad de su propia adhesin a la arquiO . Sin imponer una contectura internacional ' creta ideologa del rgimen, las autoridades fomentan el recurso a la tradicin constituida: el Escorial se convierte en modelo de inspiracin de algunas arquitecturas representativas (estilo neo-herreriano nacional), mientras adquieren tambin un crdito pasajero las formas de la arquitectura nazi de Speer y los compromisos pseudomodernos de Piacentini. En la posguerra llegan a su maduracin en Madrid las expresiones retrasadas de la capital burguesa europea, que se resumen en la Gran Va (despus Avenida de Jos An'O Cfr. O. Bohigas: Arquitectura espaola d e la Segunda Repblica, Barcelona, 1970.
tonio), comenzada en 1916 y terminada en 1930, que pone en comunicacin el eje NorteSur del Prado con la plaza de Espaa y el Palacio Real: es la materializacin de una gigantesca operacin de especulacin inmobiliaria que incide extensa y profundamente sobre el tejido compacto, pero homogneo, de las reas circundantes, escenario de las ejercitaciones grandilocuentes de la arquitectura de nouveaux riches de la gran finanza y de la alta burguesa madrileas ( figs. 13601.561). Entre tanto, hacia la extrema periferia se construyen en estos mismos aos una serie de poblados populares por iniciativa del Ministerio de Trabajo (Seccin de casas baratas, econmicas y rurales), con frecuencia carentes de equipamientos y servicios (figs. 1.5621.563). Con la llegada del franquismo parecen reforzarse estas tendencias, como consecuencia tambin del incremento de los empleos terciarios y del incipiente proceso de industrializacin, que estimulan la urbanizacin de masas considerables de fuerza de trabajo rural, o su traslado a la gran ciudad desde los centros menores (en el perodo comprendido entre las dos guerras mundiales se duplica la poblacin de la capital). Hacia el Norte se planifica un rea para la ubicacin en ella de los ministerios en relacin con la nueva estacin de Chamartn, a la que se enlazan, mediante un trazado electrificado subterrneo, las lneas ferroviarias que unen el norte y el sur del pas; mientras la especulacin desfigura el centro antiguo, los barrios pobres se extienden por la periferia en condiciones primitivas y verdaderamente desoladoras. Barcelona refuerza sus estructuras sobre la poderosa base del plan de Cerd, sin avatares de particular relieve hasta el ao 30; la Exposicin universal del 29, organizada en el Muntjuich, materializa las aspiraciones acadmicas presentes en los esquemas de planifi-
Figs. 1.564-1.571 ( e n la pgina opuesta). El plan territorial de Catalua; proyecto del GATCPAC para la reconstruccin de la Diagonal y para la Ciutat de Repos; planimetra del Pla Macid; planimetra y (debajo) vista area de la casa Bloc; la propuesta de un nuevo mdulo de crecimiento urbano comparado con la malla del plan Cerd; una perspectiva del Pla Marcii.
cacin dilucidados en los aos anteriores a la Gran Guerra (entre los edificios de la Exposicin destaca, por sus excepcionales cualidades innovadoras, el pabelln alemn diseado por Mies van der Rohe). La concesin entre el 31 y el 32 de la autonoma general a Catalua y la constitucin del gobierno autnomo (Generalitat), en manos de la mayora radical, parecen capaces de imprimir un giro a la gestin urbana. Expresin de las nuevas orientaciones polticas es la redaccin de un plan territorial de la regin, puesto a punto en el 32 por N. M. Rubio i Tuduri, que delinea algunos criterios de ordenacin, salvaguardia y desarrollo del conjunto de los recursos naturales y de los asentamientos humanos (figura 1.564). Respecto de la ciudad de Barcelona figuran en primer plano los estudios, propuestas y realizaciones del GATCPAC (del que forman parte, entre otros, J. L. Sert y J. Torres Clav), no solamente porque ponen en relacin con los avances culturales europeos los ambientes histricamente ms dinmicos e independientes de elaboracin de la arquitectura ibrica, sino tambin porque, adhirindose a un marco poltico progresista, saben recoger instancias ya maduras de la problemtica urbana y consiguen explicitarlas en proyectos que afrontan y relacionan los momentos esenciales del control y de la gestin urbana, desde la renovacin del centro antiguo hasta la edificacin residencial, la reestructuracin de las lneas de crecimiento de la ciudad y la imagen de un asentamiento alternativo, aunque no sea ms que para un destino especial. El documento ms importante que refleja esta actividad es el Pla Macid, desarrollado con carcter promocional, contando con el asesoramiento de Le Corbusier, a continuacin de los proyectos parciales de urbanizacin de la Diagonal, de saneamiento del sector medieval del Barrio Chino y de creacin de la Ciutat de Repos (figuras 1S65-1.566). El Pla Macid (figuras 1.567-13 7 1 ) engloba los elementos precedentes con la previsin de un saneamiento higinico-edificativo del centro histrico y de una nueva cualificacin de los equipamientos
sociales, y con la definicin de la expansin urbana a travs de un mdulo de sustitucin de la malla del plan Cerd (del que el nuevo mdulo -de 400 metros de lado, un mltiplo de la particin de las manzanas ms adaptado a los grandes bloques edificados y a la solucin de los problemas de trfico- vuelve a tomar, exaltndolas, las cualidades originarias de organizacin espacial abierta; fig. 1.570)) previendo tambin la creacin de un nuevo centro directivo para las dependencias y oficinas de la Generalitat y proyectando una Ciudad de reposo situada a lo largo del litoral suroccidental, junto a Cas telldefels, en terrenos de propiedad municipal, destinada a la asistencia a la infancia, a los ancianos y a los enfermos. El cambio de orientacin poltica de 1933-35, que lleva a la suspensin temporal de la autonoma regional catalana, bloquea las iniciativas del Pla Macia; pero entretanto se encuentra ya en curso de construccin la Casa Bloc (figs. 1.568-1.569))un gran complejo residencial situado en el suburbio obrero de Sant Andreu (1934-36) realizado por el GATCPAC por cuenta del ICAF, instituto dedicado a la prevencin del desempleo: aqu el empleo de tcnicas avanzadas de construccin en acero se combina con la novedad del tipo edificativo en bloque de planta en greca formado por ms de 200 viviendas duplex servidas por galeras corridas, y que deberan ir acompaadas de baos pblicos, piscina, servicios escolares y club obrero; la referencia, en el plano formal, a los elementos de la Ville Radieuse puede justificarse incluso por la elevadsima densidad obtenida, superior a los 1.100 residentes por hectrea, que sin embargo no compromete la existencia de amplios espacios descubiertos libres o equipados. En el 36, restablecida la autonoma catalana con el establecimiento del Frente Popular, se recupera el Pla Macii, que se adopta como pauta para los programas urbansticos de la ciudad. Por otra parte, las decisiones polticas y econmicas, una vez iniciada la guerra civil, polarizan la atencin y el mayor inters de la Generalitat, relegando los proyectos urbansticos a un segundo
Figs. 1.572 y 1.573. Maqueta de B. Parker para la ordenacin de la plaza Dom Pedro IV de Oporto, y vista de la plaza.
plano. El Consejo de Eeconoma hace pblico un plan de transformacin socialista de la regin, basado en un decreto de colectivizacin y control obrero, y en otro decreto ulterior (junio de 1937) de municipalizacin de la propiedad urbana. Con la marcha de Sert y con la aceptacin de encargos organizativos por parte de Torres Clav en la administracin municipal y en la Escuela de Arquitectura, toca a su fin el GATCPAC. Los difciles momentos de emergencia y movilizacin son testigos tambin de la acumulacin de iniciativas de au togestin, planificacin y control, dentro del marco de contrastes cada vez ms agudos entre los grupos de carcter anarquista, los sindicatos y los partidos oficiales de izl . quierdas ' En Portugal, tras el golpe militar del 26, accede al poder en el 29 Oliveira Salazar, que instaura en el pas una rgida dictadura. En Lisboa el ministro Duarte Pacheco, hacia finales de los aos treinta, acomete un ensanche de la ciudad conforme a criterios escenogrficos propios de comienzos de siglo. En Oporto, entre el 23 y el 29, se ordena el centro terciario y comercial, con la plaza Dom Pedro IV (hoy da Liberdade) y la avenida dos
81 Un cuadro sinttico informativo, ilustrativo y bibliogrfico, en Hinterland, nm. 1, diciembre de 1977. Cfr. tambin F. Mintz: L'autogestion dans lJEspagne ruolutionnaire, Pars, 1970.
Aliados, segn proyecto del ingls Barry Parker (figs. 1.572-1.573); en el 39 las autoridades municipales confan la redaccin del plan regulador al arquitecto Marcello Piacen tini
7.
Suiza
Desde comienzos de siglo las predominantes influencias francesas y alemanas han empezado a difuminarse en una variedad mucho mayor de aportaciones, en la que las temticas de la expansin suburbana y las teoras sittianas parecen chocar con algunas tendencias locales. En este sentido, la obra de Camille Martin, traductor de los escritos de Sitte, y la de Hans Bernoulli, profesor de urbanismo en Zurich desde antes de la primera guerra mundial, abren el camino al ciclo de experiencias y de relaciones que se desenvuelve hacia mediados de los aos veinte en torno a la figura de Karl Moser, decano del Movimiento Moderno en Suiza: Moser, precisamente, es nombrado presidente de honor en el primer congreso de los CIAM, en La Sarraz, organizado por iniciativa de Le Corbusier. La revista ABC se convierte en rgano de difusin de las experiencias ms avanzadas. Esta reno82 Cfr. V. Civico: Elementi e dati sull'urbanistica portoghese, en Architettura, diciembre de 1939.
Figs. 1.574-1.582. Zurich, las primeras colonias perifricas construidas en la posguerra: localizacin, vista de la colonia Riedtli, planimetra y vista de los bloques de la Limmatstrasse; la barriada Neubhl, planimetra, vista general e interior de una vivienda; Ginebra, una colonia suburbana construida por una sociedad cooperativa, y vista de la Cit Vieusseux. Figs. 1.583-1.590 Braillard) y plan rrio Hirzbrunnen sicin de Basilea
(en la pgina opuesta). Ginebra, la reconstruccin del barrio de St. Gervais (propuesta de del Groupe Gnevois; Basilea, Siedlung Freidorf de H. Meyer, planimetra y vista, y bade H . Bernoulli, planimetra y vista area; planta y vista del barrio construido en la Expode 1930.
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vacin de los mtodos y del gusto, que procede sin laceraciones, ostracismos ni violentas polmicas entre distintas tendencias, puede seguirse perfectamente, sobre todo, a travs de la observacin de los asentamientos residenciales planificados, con frecuencia de inicia tiva cooperativista 83, siempre de dimensiones modestas, con los que las ciudades suizas afrontan el problema general de la crisis de la vivienda y disciplinan las particulares exigencias de su propio crecimiento urbano, sostenido por una organizacin tcnico-operativa muy avanzada en el campo de las infraestructuras y de los servicios (urbanizacin primaria, transportes, equipamientos colectivos). La legislacin urbanstica, perfeccionada en 1930, introduce con carcter obligatorio el zoning en los planes reguladores. En Zurich se celebra en 1918 un concurso nacional para la redaccin del plan regulador de la ciudad; pero las primeras intervenciones concretas de la administracin aparecen constituidas por una serie de colonias construidas en el arco noroccidental de la ciudad, en forma de bloques de cuatro o cinco plantas, aislados o del tipo del Hof (figs. 1.5741.577); en el 24 H. Bernoulli construye la Wohnkolonie de la Hardtumstrasse. Con respecto a estos ejemplos, se registra un neto cambio de orientaciones en el conocido asentamiento llevado a cabo por el Werkbund suizo en el Neubhl en 1929-32 (P. Artaria, M. E. Haefeli, C. Hubacher, W . M. Moser, E . Roth, H . Schmidt y R. Steiger), que hace propios. los modelos difundidos por la investigacin internacional ( figs. 1.578- 1.580): la barriada, dispuesta sobre las faldas de una colina, combina diversos tipos de edificacin, con predominio de las casas unifamiliares de dos plantas en bloques en hilera con jardn delantero; la homogeneidad del conjunto se ve reavivada por el desvo de las unidades de habitacin determinado por la pendiente del terreno; el cuidado estudio de los detalles y el refinado preciosismo de los interiores conSobre la edificacin cooperativista, cfr. R. Walter: Die Gemeinntxigen Baugenossenscha ften der Schweiz, Zurich, 1929.
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tribuyen a hacer de este ncleo, modesto en 'sus dimensiones, uno de los mejores ejemplos europeos del perodo comprendido entre las dos guerras 84. Ginebra consigue superar la difcil situacin de aislamiento mantenida durante la guerra y la primera posguerra (supresin de facilidades, cierre de bancos) con una recuperacin de sus relaciones internacionales que tiene su episodio ms importante en la decisin de establecer en la ciudad la sede de la Sociedad de Naciones (el concurso internacional que sigue a tal decisin constituye uno de los momentos ms tormentosos del choque de posiciones entre los arquitectos modernos y el establishment acadmico; figs. 350-353). Los modelos edificativos que caracterizan a las transformaciones urbanas y a la expansin de la ciudad emplean, junto a los grandes inmuebles de apartamentos, las posibilidades que ofrecen los asentan~ientosde baja densidad (ciudad-jardn de la avenue d'Aire, de 1920-23, proyectada por C. Martin y A. Noechel, ncleos de la Ligue du Coin de Terre, etctera; fig. 1.581). En 1930-31 nace la Cit Vieusseux (Braillard, Gampert, Baumgartner, Vincent y Mezger), construida por la Socit Cooperative d'Habitation y por la Fondation pour la Vieillesse, con seis unidades edificativas de cuatro plantas sobre pilotis, para 244 viviendas, y cuatro unidades de tres plantas para 165 mini-apartamentos, dotada de equipamientos cooperativos y servicios centralizados 85 (fig. 1.582). E n 1931 se estudia un plan de remodelacin del barrio de St. Gervais con la idea de conseguir una revalorizacin del suelo y de realizar un acceso ms directo entre la estacin Cornavin y la ciudad vieja. En oposicin al proyecto oficial se formulan algunas propuestas por parte de grupos autnomos de arquitectos: M. Braillard, miembro de la Comisin oficial, renuncia a su puesto en la misma para presentar su propio plan, ulteriormente aceptado y modificado por
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E. Roth: Interner Wohnungswechsel in Einer Siedlung, en Werk, enero de 1954. 85 A. Hoeckel: L'habitation 2 Geneve, en Werk, octubre de 1952.
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la Comisin; otro numeroso grupo de arquitectos, reunidos bajo la denominacin de Groupe Gnevois pour la Reconstruction de la Rive Droite, elabora una propuesta de conjunto ex tendiendo el rea de intervencin a todo el sector comprendido entre el puente de la Coulouvreni2re y el parque de Mon Repos, y adoptando las sugerencias de Le Corbusier sobre la construccin de una serie de bloques alineados en serie (figs. 1.5831.584). Se formulan tambin, sin xito, una serie de propuestas para la reconstruccin parcial de la ciudad vieja (1920, 1930, 1937). En Basilea surge el Freidorf Muttenz, proyectado por Hannes Meyes para la Unin de cooperativas suizas de consumo y realizado entre 1919 y 1921 (figs. 1.5851.586))con un planeamiento de rigurosa racionalizacin de la tradicin decimonnica, renovado por una generosa dotacin de espacios no edificados y por la ordenada funcin atribuida a las componentes ambientales 87. El barrio Hirzbrunnen, en cambio, nace como consecuencia de una iniciativa empresarial de los arquitectos H. Bernoulli y A. Knzel, que adquieren la propiedad perifrica del mismo nombre, situada en la carretera principal que va a Riehen, en la directriz favorecida por la nueva estacin ferroviaria de Baden; la construccin del complejo es llevada a cabo despus por algunas cooperativas de construccin, para las que Bernoulli se hace cargo del plan de conjunto mientras Knzel se ocupa de los aspectos econmicos y financieros (figs. 1.587-1S 8 8 ) . La terminacin del barrio tiene lugar entre el 24 y el 30, sobre la base de construcciones aisladas o en serie, de dos plantas, y con integracin de algunos equipamientos colectivos, entre los que se cuentan las tiendas y un Kindergarten subvencionado por el Estado
86 P. Bradley: Planning Geneva, Switzerland, en City Planning, julio de 1933. 87 J. Gubler: Le Freidorf Muttenz de Hannes Meyer, en Werk, abril de 1973. 88 Cfr. Das Hir~brunnenquartier in Basel, en Werk, septiembre de 1930. Sobre la situacin urbanstica de Basilea en los aos treinta, vase F. Lodewig: Die Bedeutung dev Grnanlagerz, en Merk, abril de 1939.
En comparacin con estos modelos de tipo tradicional destaca el barrio construido para la exposicin de 1930, que se ajusta, en las soluciones planimtricas y tipolgicas, a las indicaciones ms actualizadas de los CIAM (figuras 1.589-1.590). 8.
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Con su relativa estabilidad poltica, la ausencia de conflictos graves internos, el predominio de una cierta clase media y la especializacin de su produccin, Suecia, Dinamarca y Noruega consiguen superar sin grave dao los difciles aos de la posguerra y, luego, a partir de 1930, de la depresin mundial. A continuacin de la crisis, los partidos de la socialdemocracia escandinava conquistan la mayora parlamentaria, en Dinamarca en el 3 1 (tras un breve parntesis en el 24), en Suecia en el 32 y en Noruega en el 34. Los gobiernos socialden~cratas controlan la crisis, aunque aceptando tambin un dficit temporal en sus presupuestos (como es el caso de Suecia) para combatir el desempleo, para poner en prctica seguidamente un moderado programa de nacionalizacin (que queda limitado a los casos de ineficacia o de monopolio por parte de las empresas privadas) y una serie de medidas -seguridad social, sistema de pensiones, seguros obligatoque rios, sistema fiscal progresivo, etc.tienden a evitar las excesivas desigualdades y apuntan hacia un sistema eficaz de welfare state que parece indicar una posible tercera va ante la neta contraposicin planteada entre capitalismo y comunismo. En este modelo trata de inspirarse tambin, en parte, Finlandia, aunque sea en el mbito de una situacin poltica y social menos estable y en unas condiciones econmicas bastante menos favorables. Tambin la poltica urbanstica aparece orientada por una controlada intervencin pblica en la edificacin y en el crecimiento de las ciudades, al margen de esquemas rgidos y prefijados. As, la depresin y la consiguiente cada de los valores inmobiliarios
Figs. 1.591-1.596. Plan regulador de Uppsala (iniciado en los aos veinte); planimetra y maqueta de un barrio de expansin diseado por U. Ahrn en 1929; esquema regulador de la ciudad de Estocolmo en 1928; planimetra y vista del barrio de Valhailavagen, al nordeste de la ciudad.
Figs. 1.597-1.605 (en la pgina opuesta). Los barrios de Estocolmo: planimetra de un complejo residencial en la zona de expansin al oeste de la ciudad (Konradsberg, Marienberg, Rolambshon), del barrio de Norr Malarstrand y del barrio de Ringvagen; asentamiento residencial de la cooperativa Forbundet y bloques colectivos a orillas del lago Malar; planimetras de un bloque de viviendas con equipamientos colectivos (S. Markelius); vistas de los barrios de Kungsklippan y de FredhaU-Traneberg.
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dan ocasin a que las administraciones locales incrementen, mediante adquisiciones efectuadas en el mercado libre, su ya considerable patrimonio de suelo en las reas suburbanas: en los aos treinta, Estocolmo llega a poseer 8.000 hectreas de terrenos, y Helsinlti ms de 5.000; Oslo dispone de una dotacin de terrenos libres equivalente en extensin al doble de las superficies ya construidas de la ciudad, mientras que el municipio de Copenhague posee ms de una tercera parte de los terrenos urbanos y suburbanos destinados a la expansin de la edificacin. Desde los aos de la posguerra es muy elevada la produccin de viviendas pblicas de bajo coste y de casas subvencionadas, y aparece muy difundido el empleo de cooperativas, vinculadas frecuentemente, como ocurre en Suecia, a las organizaciones sindicales. Las aplicaciones concretas se caracterizan por la adopcin emprica de los modelos del Movimiento Moderno, tanto en lo que respecta al empleo de los tipos de edificacin como en lo que se refiere a las ordenaciones urbansticas, en una mediacin con las formas tradicionales que sabe aprovecharse de una base organizativa consolidada y eficaz. Las ciudades suecas se caracterizan por un crecimiento bastante consistente, pero ordenado, de los suburbios perifricos, con aplicacin, en dimensiones reducidas, de las frmulas de la ciudad-jardn (las villastad). En 1931 se da nueva formulacin a la ley que regula el planeamiento urbanstico -que estaba en vigor desde 1907-, invitndose a las ciudades mayores a redactar su respectivo plan regulador. Las orientaciones de proyecto que arrancan de la tradicin acadmica (figura 1.591) resultan modificadas hacia 1930 con la introduccin de los criterios de racionalizacin y de economicidad de los parmetros recurrentes (figs. 1.592-1.593) que, sobre todo en el campo de la residencia de masa, en contacto directo con las posibilidades de realizacin y sin ninguna sobrecarga ideolgica ms o menos gravosa, caracterizan a la produccin sueca y, ms en general, de
los Pases Escandinavos, sin solucin de continuidad entre 1930 y 1960. En Estocolmo, la redistribucin de la poblacin a lo largo de las franjas y las directrices exteriores se debe en parte a la actividad de sociedades financieras y empresariales privadas y en parte a la actuacin de cooperativas de edificacin entre las que destaca la HSB, constituida en 1924 89. En el articuladisimo arco exterior de la ciudad a l norte del Norrmalm, en el Ostermalm, en la isla de Kungsholmen, en el Sodermalm- surgen numerosos barrios (Ringvagen, Norr Malarstrand, ciudad-jardn de Valhallavagen, Kingsklippan, etc.; figs. 1.595-1605): se trata, con frecuencia, de complejos de edificios de tres a cinco plantas en los que el empleo de elementos estandarizados y la economa de las soluciones planimtricas de las viviendas se traducen en una considerable reduccin de los costes que permite la recuperacin de amplias superficies libres para su destino a actividades colectivas ' O . Por lo dems, la gil distribucin perifrica de los asentamiento se ve enormemente facilitada por el imponente patrimonio pblico de suelo acumulado por el municipio de Estocolmo a partir de los primeros aos del siglo xx e incrementado poco a poco hasta llegar a superar en 1939 las 9 .O00 hectreas. La continua utilizacin de este patrimonio pblico para la construccin de nuevos barrios residenciales (desde 1925 a 1935 cerca del 5 5 por 100 del total de las viviendas de nueva planta se han construido sobre terrenos municipales) no lleva consigo la enajenacin de la propiedad pblica, sino que implica simplemente la concesin del derecho de superficie.
Cfr. Swedish Cooperative Union, etc.: Housing, Estocolmo, 1949 (sobre la K. F. Kooperativa Forbundet); U. Alm: Cooperative Housing in Sweden, Estocolmo, 1939. Sobre las realizaciones en el sector del housing en Suecia, algunas fuentes informativas contemporneas estn constituidas por la revista Byggmastaren, por las publicaciones de la HSB y por los catlogos de la Exposicin de Estocolmo de 1930. 90 F. Fariello: L'espanrione della citt2 di Stoccolma verso la periferia, en Architettura, julio de 1938.
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Figs. 1.606-1.612. El concurso para el rea del Norrmalm: el proyecto de A. Lilienberg de 1928, la solucin planimtrica del proyecto de A. Virgin y T. Bergentz, planta y vista perspectiva de variante de la solucin de P. Wolf y H. Richter, el esquema enviado por Le Corbusier; la propuesta de P. Hedqvist del 42, y la solucin ofrecida por el departamento tcnico municipal en el 43.
Figs. 1.613-1.621. Copenhague, plan territorial de vialidad (1926) y plan del 36 para los parques y los espacios abiertos; un esquema del plan de los dedos cuya elaboracin se inicia en el 45; K. Fisker, dos planimetras para barriadas de casas unifamiliares en hilera, planimetria y vista de un bloque de patio central y varias plantas; A. Jacobsen, vista y planimetra de las viviendas del barrio de Bellavista (1934).
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En 1928 ve la luz pblica un esquema de plan regulador general estudiado por el arquitecto Lilienberg, director de la seccin de urbanismo del departamento tcnico municipal ( fig. 1. > N ) . Las previsiones de Lilienberg tienen una marcada incidencia sobre las mallas del centro comercial y terciario, el Norrmalm, atravesado por una arteria rectilnea capaz de'asegurar la ms fcil comunicacin de ,direccin Norte-Sur ( fig. 1.606): ste es un antiguo nudo de la capital sueca al que ni tan siquiera los proyectos decimonnicos han conseguido dar solucin y que ahora vuelve a plantear problemas, agravados por el intenso proceso de terciarizacin que invade a la ciudad, cuanto ms se abren unas fciles perspectivas residenciales en su exterior. Pocos aos despus (1931-33) se celebra sobre este tema un concurso internacional de ideas, al que la crisis econmica por que atraviesa Europa asegura una extraordinaria acogida, con ms de 300 participantes y ms de 100 variantes propuestas. Son tres los proyectos que obtienen ex-aequo el primer premio: el de B. S. Hume y R. C. Erith, el de C. W . G. Platt y J. M. Gates, y el de A. Virgin y T. Bergentz (fig. 1.607); este ltimo grupo, por pertenecer uno de sus componentes al departamento de urbanismo de la ciudad, queda despus excluido del concurso y es sustituido por el grupo formado por P. Wolf, H . Richter y S. Brolin, que ha concursado con una de las soluciones formalmente ms desarrolladas, concebida para promover un aprovechamiento intensivo del suelo de las reas centrales (reestructuracin de la Sveavagen con bloques para oficinas de 18 plantas; figs. 1.608-1.609).Entre los participantes en el concurso se encuentra tambin el joven Aalto y Le Corbusier; este ltimo presenta una propuesta paradjica y provocativa (figura 1.610), en la que imagina la superposicin sobre la edificacin existente en el Norrmalm y en el Sodermalm de dos gigantescas unidades residenciales de 170.000 y l . 100.000 habitantes '
Sobre el concurso para la ordenacin del Norrmalm, cfr. M. Pfannschmidt: Internationaler Ideen-
Despus del concurso la cuestin vuelve a manos del departamento de planificacin de la ciudad, que publica seguidamente su propio plan para el Norrmalm, adoptando en gran parte los criterios de Lilienberg; pero al mismo tiempo aparecen algunas contrapropuestas autnomas, como las de los arquitectos Tage William-Olsson y Paul Hedqvist ( fig. 1.6 11). Precisamente, las indicaciones ofrecidas por Hedqvist servirn de base para la redaccin del plan ejecutivo en la posguerra, despus de definirse en el ao 40 el recorrido que ha de hacer el metropolitano a travs del Norrmalm (fig. 1.612). Y justamente en el metropolitano (tunnelbana) las importantes obras efectuadas a partir del 50 en el Norrmalm encontrarn un elemento orgnico de continuidad e integracin con los nuevos suburbios planificados de Blackeberg y Vallingby al Este y de Hagersten, Hogdalen, Hokarangen y Bagarmossen al Sur ". En Dinamarca la legislacin urbanstica se actualiza con la promulgacin de las disposiciones de 1925 y de 1939. La ley del 39, que obliga a todas las ciudades de ms de 1.O00 habitantes a la redaccin de su plan regulador, no puede dar todos sus frutos antes de la guerra; pero los estudios que como consecuencia de su promulgacin se comienzan a poner en marcha, especialmente tras la creacin de un Centro dans de investigacin urbanstica (Dansk Byplanlaboratorium), se traducirn en la posguerra en planes operativos, como en el caso de Copenhague.
wettbewerb Stockholm--Norrmalm, en Deutsche Bauzeitung, febrero de 1934; J. Jaenecke: Der Stockholmer Wettbewerb fr die Umgestaltung der Stadtteils Norrmalm, en Wasmuths Monatshefte fr Baukunst, 1934; G . Rigotti: Concorso per il piano regolatore di Nedre Norrmalm a Stoccolma, en Urbanistica, julio-agosto de 1934. 92 Sobre Estocolmo, vanse tambin: S. de Geer: Greater Stockholm. A Geographical Interpretation, en ~Geographical Review, octubre de 1923; W. William-Olsson: Stockholm: Its Structure and Development, ibid., julio de 1940; Y. Larsson: Building a City and a Metropolis. T h e Planned Development of Stockholm, en Journal of the American Institute of Planners, noviembre de 1962.
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Figs. 1.622 y 1.623. Un proyecto de concurso de S. Pedersen para la nueva Universidad de Oslo; el esquema viario del plan regulador de la ciudad de 1934.
Incluso faltando planes reguladores propiamente dichos, el crecimiento de las ciudades se desenvuelve conforme a mdulos regulares, sostenido tambin en este caso por la intensa actividad desarrollada por las cooperativas de edificacin. En Copenhague se interviene para controlar la expansin urbana mediante una serie de planes sectoriales (un esquema para la vialidad principal de 1926, figura 1.613; y un plan de zonas verdes y reas libres a salvaguardar puesto a punto en 1936, fig. 1.614; respecto de este ltimo estudio de carcter sectorial, determinante para el ulterior plan de los dedos cuya elaboracin se inicia en el 45, fig. 1.615, es de sealar la labor desarrollada por el urbanista y estudioso S. E. Rasmussen, profundo conocedor de las experiencias inglesas); en el campo de la residencia de masa es importante la obra de Kay Fisker, que evoluciona, partiendo de una formacin acadmica, hacia una diestra simplificacin de modos expresivos (figs. 1.616-1.619). Alumno de Fisker es Arne Jacobsen, cuyo singular barrio Bellavista, construido en las inmediaciones de c o penhague en el 34 (figs. 1.620-1.621))ha de incluirse entre las dos expresiones ms destacadas' en este sector, por la capacidad que demuestra su autor para conciliar el rigor de la investigacin tipolgica con la franca
apertura hacia una articulacin ambiental del edificio 93. En Noruega se promulga en 1932 una ley general sobre la construccin. La actividad en el mbito de la edificacin subvencionada es, cuantitativamente, bastante considerable, si bien los criterios de proyecto son bastante menos avanzados que los de los dems pases escandinavos. El tradicionalismo del ambiente noruego se refleja tambin en la capital, Oslo, en los proyectos academicistas del arquitecto S. Pedersen para la nueva Universidad (fig. 1.622), para el rea de la estacin o para los nuevos barrios residenciales, que, por lo dems, se insertan en un proceso de consolidacin metropolitana cuyas exigencias se advierten a ms de un nivel. La ciudad elabora en el 34 un anteproyecto de plan regulador (figura 1.623)) encuadrado en un programa ms general que comprende los centros vecinos de Aker y Baerum N.
93 Cfr. L. Lenzi: L'architettura di oggi in Danimarca, en {(Architettura*, octubre de 1940. Para el perodo considerado pueden verse los nmeros de los aos treinta de la revista Arkitekten, publicada en Copenhague. N Cfr. H . Hals: Fra Christiania ti1 Stor-Oslo. Et forslag general-plan for Oslo, Oslo, 1929. Adems, Oslo Kommun,ale Boligrad: Boligarbeidet gjennen tyve &, 1911-1931, Oslo, 1932.
KULOSAARI BRAND0
Figs. 1.624-1.632. E. Saarinen, plan para el Gran Helsinki y esquemas de descentramiento planificado para Helsinki y Tallin; los proyectos para tres barrios descentrados, Kulosaari, Reijola y Meilahti; A. Aalto, el barrio residencial anexo a la fbrica de Sunila (1937-39): planimetra general, planta y seccin de una vivienda, y vista.
Figs. 1.633-1.635. Axonometra y vista de las casas escalonadas de A. Aalto en Kauttua (1937-40), y plan regulador de Rovaniemi (1945).
Tambin en Finlandia, en 1931, se promulga una ley urbanstica, que refuerza los instrumentos institucionales en el marco de una prctica ya orientada hacia el control pblico de la expansin urbana. En la capital, Helsinki, el episodio ms notable est constituido por el plan de Eliel Saarinen elaborado en 1918, cuyo esquema afecta a todo el amplio territorio municipal. Saarinen, seguidor de Sitte y heredero de la tradicin romntica, ofrece aqu un modelo de desarrollo abierto a gran escala que constituye, quiz, la aplicacin ms inteligente y avanzada del conjunto de los instrumentos metodolgicos elaborados antes de la guerra. Saarinen entrev un Gran Helsinki)), basado en una arteria que atraviesa todo el hinterland de la ciudad y sobre la cual se encastra un sistema de ciudades-jardn separadas del centro por un greenbelt. Es la primera vez que la idea howardiana recibe una aplicacin especfica a una ciudad de grandes dimensiones, afectando al todo el arco de su desarrollo (figs. 1.624-1.626); en este caso tam-
poco se produce una contraposicin neta y abstracta entre el nuevo y el viejo sistema, sino ms bien una integracin equilibrada de ambos, que sabe aprovechar igualmente la nueva articulacin prevista para las infraestructuras bsicas. La estacin ferroviaria, desplazada tierra adentro, es tambin el punto de referencia de los ejes viarios Este-Oeste y Norte-Sur, pasando a constituir el centro infraes tructural del nuevo sistema 95. El plan de 1918 no llega a convertirse nunca en instrumento oficial, aunque no deja de ejercer influencia sobre la poltica urbanstica ulterior, sobre todo en cuanto respecta a la tendencia a realizar barrios descentrados, adoptada por la administracin municipal de Helsinki, que se convierte ella misma en protagonista del crecimiento urbano de la ciudad (figuras 1.627-1.629). El mejor resultado de esta actividad es la realizacin de la primera ciudad-jardn, la de Kapyla, un suburbio re95 A. De Caprariis: Eliel Saarinen. U n insegnamento ancora valido, Npoles, 1965.
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sidencial construido entre 1920 y 1925. Un complejo notable, de finales de los aos treinta, es la villa olmpica para los Juegos previstos para 1940, proyectada por los arquitectos H . Ekelung y M. Valikangas. En este contexto se inserta la obra de Alvar Aalto, de importancia decisiva para el desarrollo del repertorio de la arquitectura del Movimiento Moderno en Finlandia: en el campo de las investigaciones sobre la vivienda econmica, Aalto est presente con la realizacin del barrio residencial anexo a la fbrica de Sunila (1936; figs. 1.630-1.632) y con el proyecto para las casas obreras de la fbrica de papel de Kauttua (1938; figs. 1.633 y 1.634); ms tarde se ocupa tambin de proyectos a escala urbana y regional, con la preparacin del plan regulador para Rovaniemi (1945; figs. 1.635) y con el programa de actuacin en el valle del ro Koteniaki ( 1943).
directivo de la ciudad (1928-29; fig. 1.636)) y el proyecto para un barrio residencial con edificios altos aislados, directamente vinculado a las hiptesis de Le Corbusier, realizado en 1930 por un grupo de arquitectos del Frente de izquierdas checoslovaco adheridos a los CIAM (P. Bcking, J. Gillar, A. Miillerova, J. Spalek; fig. 1.637). Praga, donde se producen algunas de las manifestaciones ms interesantes de la nueva arquitectura, es objeto de numerosas propuestas de intervencin (figura 1.638); a partir de 1935 una serie de transformaciones afectan en profundidad a un considerable sector de las reas centrales, siguiendo los mezquinos criterios del trazado de arterias mediante el derribo del tejido antiguo (fig. 1.639). Entre los acontecimientos urbansticos ms significativos del perodo se cuentan los de la ciudad de Hradec Krilbve, en Bohemia, donde, gracias a la mayor autonoma administrativa otorgada por la nueva Constitucin checoslovaca, puede materializarse una fructfera colaboracin, establecida ya antes de la guerra, entre el alcalde F. Hulrich y el arquitecto J. Gociir. El plan regulador redactado por G O C en ~ 1923 (fig. 1.640) recompone la morfologa urbana, caracterizada por las proliferaciones caticas de principios del siglo xx, articulando sobre el trazado, todava libre, de las fortificaciones (en una evidente aplicacin del ejemplo de la Viena imperial) una serie de equipamientos colectivos, en gran par(escuelas ~ te proyectados por el mismo G O C superiores, iglesias, edificios administrativos; figuras 1.641-1.642)) y ordenando en formas regulares la periferia residencial por enucleaciones definidas. Se trata de un resultado que pone en relacin elementos de la tradicin compositiva y arquitectnica eclctica (desde Wagner al Art Nouveau y al expresionismo alemn) con las ms recientes aportaciones de la cultura centroeuropea 96.
Cfr. C. Mazzocchi: L'architettura in Cecoslovacchia. Josef Goc&, en Rassegna di architettura~, septiembre de 1931.
Figs. 1.636-1.642. Proyecto de concurso para la ordenacin de un barrio de Praga situado al norte del centro antiguo (J. Krejcar, 1928-29); un barrio residencial proyectado por el Frente de izquierdas (P. Bcking, J . Gillar, A. Mllerova y J. Spalek, 1930); proyecto para el centro histrico de Praga del grupo SIA, y planimetra con los cortes viarios efectuados a partir de 1935 (en gris); J. Gocar, plan regulador de Hradec Kralbve (1923), el gimnasio estatal (1924-26) y el edificio de la direccin de los ferrocarriles del Estado (1933-34).
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En los aos treinta tienen gran resonancia las realizaciones planificadas de la empresa Bat'a en la ciudad industrial de Zln, que surge en Moravia, en un valle de la vertiente occidental de los Crpatos. La industria del calzado de la familia Bat'a, nacida como negocio familiar de confeccin de sandalias de madera, ampla sus dimensiones y diversifica su produccin despus de la primera guerra mundial bajo la direccin de Thomas Bat'a (a los calzados se aaden ahora los neumticos para automviles y aviones, el linleo y los productos textiles). La extraordinaria expansin del pequeo centro de Zln, que el ao 35 llega a los 40.000 habitantes, es un aspecto tan slo del florecimiento y de la organizacin del gran trust: al mismo viene a aadirse la gestin completa del ciclo reproductivo obrero con la construccin de barrios de viviendas, escuelas elementales, medias y profesionales, hospitales, hoteles de varias plantas, un cinematgrafo e instalaciones deportivas; en segundo lugar, surge tambin un proyecto social de amplio alcance que implica al operario en la produccin a travs de una distribucin de los beneficios en cuanto superan determinados lmites cuantitativos prefijados por la empresa y a travs de la creacin de un accionariado de fbrica del que quedan excluidas las personas ajenas a la empresa; adems, el planeamiento urbano y los sistemas residenciales se organizan conforme a criterios ms actualizados de planificacin mediante la continua labor de un departamento tcnico especializado (figuras 1.643-1.646), pero recurrindose tambin a concursos de ideas para la ordenacin de los nuevos barrios urbanos (incluso Le Corbusier elabora en el 35 un proyecto de conjunto para la ciudad; fig. 1.647) 97. En esta organizacin cientfica y totalitaria, que apunta sin vacilaciones a un modo de vida urbano (en Zln, contrariamente a lo que ocurre en tantos y tantos ejemplos de la
97 E. J. Margold: Beamtenwohnungssiedlung der Bat'a-AG in Zlin, en aDeutsche Bauzeitung, julio
tradicin paternalista de las company towns, queda excluido el recurso al huerto-jardn como forma de autosubsistencia), el elevado nivel de calidad de las viviendas y de los equipamientos colectivos se hace posible gracias a la competitividad de los productos de la empresa y a los bajos salarios abonados a los obreros, por lo dems en relacin favorable respecto de los alquileres (el precio del arrendamiento anual de tres habitaciones y sus servicios equivale al salario correspondiente a 185 horas de trabajo); adems, la Bat'a financia sus realizaciones con capital propio, produce sus propios materiales y los elementos edificativos unificados de sus complejos residenciales, y efecta las obras por contrata empleando el sistema de destajo. En su perodo de mxima expansin, la Bat'a abre sucursales y colonias obreras en otros pases europeos (Holanda, Alemania, Yugoslavia, Inglaterra) 98. En Hungra, la sacudida revolucionaria de Bla Kun no deja de polarizar las tendencias ms vivas hacia la renovacin de la cultura local: entre los arquitectos, Jozsef Vago y Lajos Kozma intentan convertirse en intrpretes, en las organizaciones profesionales y en los ambientes de la Universidad, del nuevo acontecer poltico, pronto truncado por la dictadura de Horty. La contrarrevolucin poltica vien2 acompaada, en una primera fase, por una pesada reaccin cultural que tan slo se mitiga hacia finales de los aos veinte (en el 28 F. Molnar puede estar presente, como delegado hngaro, en La Sarraz; ms tarde, la revista Tr s Forma puede comenzar a difundir las ideas de la arquitectdra moderna). En los aos sucesivos se produce una situacin contradictoria, con la posicin marginal de los grupos radicales y con la asuncin de los descubrimientos de lxico y tipolgicos del racionalismo por parte de los arquitectos que desempean puestos oficiales y que pueden
98 El experimento Bat'a se propone como modelo en J. L. Sert: Can Our Cities Survive?, Cambridge, 1947, pg. 145.
de 1936.
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Figs. 1.643-1.647. El plan regulador del valle de Zln; dos vistas del centro de Zln y vista de un barrio residencial; el proyecto de Le Corbusier para el valle de Zln (1953).
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Figs. 1.648-1.651. Dos perspectivas del proyecto de J. Vago presentado al concurso para la modernizacin de Budapest (plaza de la estacin y bulevar de Atila); un proyecto para el centro de Bled (Yugoslavia), y proyecto un- sector de expansin de Liubliana.
asegurarse los encargos del rgimen ". El concurso para la transformacin de la capital, Budapest, celebrado hacia mediados de los aos treinta -en el que participa tambin J. Vago, exiliado ya en Francia desde el principio de la dictadura de Horty y que figura entre los vencedores del concurso para el proyecto de la sede de la Sociedad de Naciones en Ginebra-, revela, por lo dems, las incertidumbres que caracterizan a esta fase de la cultura hngara (figs. 1.648-1.649). Los fermentos culturales europeos tienen en Yugoslavia un peso mucho ms marginal, por ms que su influencia pueda apreciarse, sobre todo, en los centros ms importantes,
99 Alguna noticia al respecto, en F. Lembo y S. Castellana: Da dove viene lJurchitettura unghere-
Belgrado, Zagreb y Liubliana, con la adopcin de modelos urbanos eclcticos o tardos (figuras 1.650-1.651). En Grecia, como en los dems pases balcnicos, son inexistentes o muy dbiles los ecos culturales procedentes de las naciones ms avanzadas de Europa; los arquitectos y los urbanistas invitados como asesores o ejecutores de planes de transformacin urbana (a veces a travs de canales .diplomticos) importan, por lo gperal, tcnicas y mtodos de origen acadmico, adecuados, por lo dems, al nivel productivo del pas y a las exigencias del poder poltico local. En Atenas, los aos que van del 20 al 40 se caracterizan, en gran parte, por la imponente corriente migratoria de los fugitivos procedentes del Asia Menor (a partir del 21))
Figs 1.652-1.657. Atenas, las colonias de refugiados construidas a partir de 1922 (el rea urbanizada en ese ao aparece contorneada por lnea de puntos) y el plan de la barriada Germnika (1922); Salnica, el plan de Hbrard para la zona central y el tejido urbano preexistente destruido por el incendio del 17; plan general y vista actual de la calle porticada Aristteles, realizada tras la reconstruccin.
que da lugar a que surjan una serie de asentamiento~y campamentos preparados apresuradamente en Ia extrema periferia urbana (figuras 1.652-1.653). Mientras que la capital aparece carente por completo de iniciativas programadas, merece atencin, en cambio, en esta perspectiva, la total reconstruccin de la parte baja de Salnica (Tesalnica) conforme al plan del arquitecto francs Hbrard, despus de liberada la ciudad del dominio turco en 1912. La operacin de reedificacin resulta facilitada por un violento incendio que en agosto de 1917 deja a 70.000 personas sin hogar, destruyendo gran p a r e de los barrios residenciales musulmanes y dejando inclume poco ms que algunos de los monumentos bizantinos ms importantes. Un aspecto singular del programa de reconstruccin, confiado por el gobierno griego a una comisin de urbanistas ingleses y franceses, viene constituido por la elaboracin de un instrumento jurdico especial, denominado justamente ley urbanstica de Salnica, que permite a la administracin pblica llevar a cabo una intervencin en profundidad, sin condicionamientos por parte de los detentadores de la propiedad privada del suelo. La ley, ante todo, prohbe la reconstruccin o reparacin de cualquier edificio antes de que se redacte el nuevo plan; establece seguidamente el principio de que procede llevar a cabo una reconstruccin basada en principios urbansticos racionales, en la que se reconoce a los propietarios el derecho de prelacin sobre sus propios terrenos y la posibilidad de percibir una cierta proporcin del plusvalor derivado de la nueva ordenacin; un elemento innovador es la obligada participacin en una asociacin comn de todos los propietarios cuyas fincas estn comprendidas en el mbito del plan, con asignacin a cada uno de ellos de una cuota accionarial proporcional al valor de su predio, a determinar median te certificacin expedida por un grupo de expertos. Tras la aprobacin del plan, los terrenos de la Asociacin de propietarios habrn de parcelarse, valorarse y ponerse en uenta, con reserva de un derecho de tanteo
en favor de los antiguos dueos, pero con prohibicin tambin de que vuelvan a venderse durante un plazo mnimo de tres aos. Los adquirentes que forman parte de la Asociacin entran en posesin de sus solares mediante la restitucin de una cuota proporcional de sus acciones a la sociedad. El exceso derivado de la venta del total de los terrenos se reparte despus, en un 50 por 100 entre los miembros de la Asociacin, mientras que el 50 por 100 restante va a parar a las arcas municipales. Con la ayuda de este instrumento legislativo resulta posible realizar, casi ntegramente, el acadmico plan de Hbrard redactado en 1918 (figs. 1.654-1.657): aprovechando los episodios monumentales que se han salvado del incendio como focos de un retculo ortogonal cortado por algunos ejes jerrquicamente preeminentes y por una serie de radiales, el plan lleva, en conjunto, a una reordenacin satisfactoria del organismo urbano, desde el punto de vista funcional y de localizacin de las reas equipadas; por el contrario, bastante menos felices son algunas de las soluciones particulares adoptadas (por ejemplo, los monumentos existentes, generadores temticos del plan, quedan circundados y. ahogados por la annima edificacin especulativa de tipo residencial y comercial) 'O0. En Turqua, donde la revolucin de Kemal Atatrk logra entre los aos 20 y 23 imponerse, venciendo las ltimas resistencias ofrecidas por el sultn Mahomet VI, apoyado por las grandes potencias, el esfuerzo de modernizacin del pas afecta profundamente tambin a la organizacin de las ciudades ms importantes. Se elaboran nuevos instrumentos legislativos modelados siguiendo el ejemplo de los pases occidentales y se crea un Banco de los Municipios para la financiacin de las obras de transformacin; se instituye, en fin, una seccin de urbanismo en las escuelas de Ingeniera y de Bellas Artes de Ankara, aun' O 0 Cfr. J. W. Mawson: The Salonika Town Planning Act, en Town Planning Review, diciembre de 1921.
que despus los ambiciosos planes de las nuevas clases dirigentes se confiarn, en su mayora, a tcnicos y urbanis tas occidentales. Ejemplo representativo de la renovacin del pas es la ciudad de Ankara, a la que se traslada la capitalidad del Estado por decisin de Atatrk, el 1." de octubre de 1923. Se trata aqu de crear, junto a la antigua ciudadela otomana surgida sobre la ciudad romana, las funciones y las estructuras polticas y administrativas del Estado. Un primer proyecto estudiado en 1925 por C. Lorcher, miembro de la comisin de edificacin del municipio de Estambul, prev la soldadura de la ciudadela con la estacin ferroviaria, disponiendo los edificios pblicos sobre una serie de terrazas preparadas en las pendientes de la ciudadela (fig. 1.658); pero se trata de un plan modesto, que parece insuficiente en su misma previsin de dimensiones (cerca de 200.000 habitantes), y pronto queda arrincoo ' . En 1928 una comisin instituida para nado l controlar los planes de desarrollo de las ciudades turcas organiza un concurso pblico para la redaccin del plan de la capital, en el que destaca el nombre del arquitecto berlins Hermann Jansen, que luego se quedar en el pas como ejecutor del programa urbanstico y como asesor del gobierno turco hasta 1939, ocupndose, entre otras cosas, de todo el distrito de Ankara y de la ordenacin de algunos centros menores (Tarso, Adana). El plan de Jansen (figs. 1.639-1.663) consc?lida la ciudad vieja y fija en el rea casi llana situada en torno a la estacin el nudo de desarrollo de la ciudad nueva, asentada sobre dos directrices perpendiculares entre s, calcadas sobre el trazado de los antiguos caminos caravaneros (los actuales Hipodrom Caddesi-Talatpasa Bulvari, y Atatrk Bulvari). La ciudadela queda comprendida en el cuadrante nororiental, mientras que en el noroccidental se prev la realizacin de un complejo de equipamientos pblicos (estadio, hipdromo, parque Gen~lik,etc.) y a caballo de la
' O ' Cfr. C. Ch. Lorcher: Der Neue Bebauungsplan fr Angora, en Wasmuths Monatshefte fr Baukunst, 1925.
directriz meridional se disponen las funciones gubernativas y administrativas 'O2. En el 3 1 tiene lugar un concurso internacional para la realizacin del nuevo Palamento nacional (figuras 1.664-1.663); un concurso posterior, en el 42, se dedicar al monumento-mausoleo del padre de la Patria, Atatrk 'O3. El urbanista francs Henri Prost, en los aos en que se ocupa en los estudios sobre la regin parisina, es invitado por el gobierno turco a participar en un concurso para la redaccin del plan de Estambul, en unin de Agache. Prost, que se ve obligado a rechazar la oferta, es designado ms tarde, tras la conclusin de hecho del concurso con un fallo nulo, como experto que ha de participar en la redaccin del plan de la ciudad, a elaborar con la colaboracin de los servicios tcnicos municipales. Tras un ao y medio de estudios se ponen a punto los elementos directores del plan: el trazado del bulevar Atatrk es una de las soluciones ms importantes de las que se indican, previndose para el enlace de las reas centrales terciarias de la ciudad vieja con los barrios residenciales del Cuerno de Oro; en torno al mismo se organizan las previsiones para las diversas partes de la ciudad, la ordenacin del parque arqueolgico sobre el solar de la antigua Bizancio (la explanada a la que sirve de fondo la Mezquita Azul; fig. 1.668)) la liberacin del acueducto romano, la reestructuracin del rea del puente de Galata (figs. 1.666-1.667) y la ordenacin de la plaza Taksim, en el barrio de Beyoglu (Pera), ms all del Cuerno de Oro, con una esplanade cuyos espacios se obtienen mediante la demolicin de viejos acuartelamientos (fig. 1.669). Las tcnicas del aislamiento de los monumentos, de los derribos y de la creacin de perspectivas panormicas
'O2 A. Cuda: Ankara 1935, en cDeutsche Bauzeitung, enero de 1936. 1 concorso internazionale Cfr. M. Piacentini: 1 pel monumento all'Ataturk Kemal Pascd ad Ankara, en Architettura, noviembre de 1942. Sobre la capital turca vase tambin el documentado trabajo de Akgura: Ankara et ses fonctions urbaines, en La vie urbaine, enero-marzo de 1960.
Figs. 1.658-1.665. La construccin de la nueva capital de Turqua: el plan de C. Ch. Lorcher para Ankara; el plan de H . Jansen (1932): esquema general, planimetra y vista del parque Genclik, vista de la estacin ferroviaria, vista del paseo de acceso a la estacin; el concurso par8 el proyecto del nuevo Parlamento turco: maqueta del proyecto de J. Vago y dibujo en perspectiva del proyecto de C. Holtzmeister. -- .
Figs. 1.666-1.669. La renovacin de Estambul: la antigua ordenacin de la edificacin en la embocadura del puente de Galata, y el nuevo trazado indicado en el plan de Prost; la liberacin del rea del antiguo circo romano frente a la Mezquita Azul; la esplanade de la plaza Taksim, en el barrio de Beyoglu (Pera), obtenida por Prost mediante la demolicin y traslado de algunos viejos cuarteles.
se aplican aqu sin rigidez a una estructura urbana extremadamente compleja. El plan, debido a los cambios acaecidos en la direccin poltica, tan slo se ejecuta parcialmente; casi veinte aos despus, en 1957, se volver a llamar a Prost para que se haga cargo del control de la recuperacin y puesta al da de sus propuestas 'O4. En Persia se inaugura en 1926, por iniciativa del Sha Reza, fundador de la dinasta Pahlevi, un ciclo de transformaciones concebidas para modernizar los centros medianos y mayores del pas conforme a modelos decimonnicos europeos. En la capital, Tehern, se abaten
lo4 Vase el nmero dedicado a Prost por la revista Urbanisme, nm. 18, 1965.
las murallas que an seguan en pie, se demuelen las puertas y se procede a la apertura de arterias rectilneas en el interior de la densa trama edificada (Khiaban-e-Sha-Reza, Khiaban-e-Pahlevi, etc. ; fig. 1.670); intervenciones anlogas se llevan a cabo en otras ciudades (Hamadan, Qazvin, Mechhed; figura 1.671) 'O5.
1O.
El movimiento sionista cobra consistencia en los ltimos aos del siglo XIX. Hacindose intrprete de la reaccin de los grupos helo5 P. Bnoit: Les villes de l'lran. Des cits d'autrefois 2 l'urbanisme contemporain, Pars, 1969.
Figs. 1.670 y 1.671. Planimetra del tejido central de Tehern y de la ciudad de Mechhed: pueden apreciarse los trazados viarios efectuados a partir de 1920.
breos centroeuropeos ante la oleada de antisemitismo suscitada en Francia por el caso Dre~fus, Theodor Herzl ( 1860-1904) elabora los principios del movimiento. En 1895 Herzl publica su ensayo Der Judenstaat, en el que propugna la fundacin de una compaa hebrea, bajo la forma de sociedad por acciones y confiada a la proteccin poltica de Inglaterra, cuya misin ha de ser la de crear una nueva nacin juda. En 1897 se celebra en Basilea el primer congreso sionista, mientras que las ideas de Herzl suscitan gran entusiasmo en los crculos israelitas de toda Europa y, sobre todo, en los Balcanes y en Rusia, donde a los primeros progroms desencadenados por las propias autoridades a comienzos del siglo xx ha seguido el fracaso de la insurreccin popular de 1905, haciendo que se difunda la conviccin de que el problema hebreo no podr ser resuelto tampoco por una revolucin socialista. Entretanto, la sede del nuevo Estado sigue todava sin fijarse, y el mismo Herzl, tras haber tratado vanamente de entablar conversaciones con el sultn de la Sublime Puerta para la adquisicin de Pales tina, considera incluso, con criterio posibilista, a la Argentina como meta de la colonizacin, sin oponerse tampoco a una oferta formulada en 1903 por Inglaterra de concesin de un territorio autnomo en Uganda,
aunque no sea ms que como arreglo provisional. Estas incertidumbres quedan bien pronto truncadas por el mismo curso de. los acontecimientos, cuando las primeras tentativas pioneras, y todava espordicas, de colonizacin de Palestina ponen de relieve, sin ninguna sombra de duda, que slo la idea de un retorno a la Tierra Prometida de los antepasados es capaz de movilizar a las masas y a los capitales necesarios para la empresa. Entonces se constituyen las organizaciones que llevarn a la creacin del Estado de Israel, el Keren Keyemet le-Israel (KKL, Fondo nacional judo) y, ms tarde, el Keren Hayesod (Llamada unida), fusionados despus, en los aos veinte, para formar la Jewish Agency for Palestine (Agencia Juda), reconocida como organismo consultivo en el estatuto que instituye el mandato britnico sobre Palestina. El Keren Keyemet se muestra particularmente activo en la adquisicin de considerables extensiones de tierras de los latifundios rabes, de las que se expulsa a los fellahs para proceder a la fundacin de colonias agrcolas; una asociacin privada, sostenida por el barn Edmond de Rothschild, financia tambin las empresas de colonizacin. Entre tanto se van sucediendo las oleadas de inmigracin (Aliyah), iniciadas ya a finales del siglo XIX:
en 1917, con la Declaracin Balfour , ratificada despus por la Sociedad de Naciones, las grandes potencias reconocen los ideales sionistas, admitiendo la posibilidad de crear un ahogar nacional hebreo en Palestina. Despus de la guerra la inmigracin se aproxima a un nivel de ms de 10.000 personas al ao hasta 1926, para atenuarse despus y volver luego a aumentar, en 1933, producindose fuertes corrientes alimentadas entonces por la crisis econmica europea y por las persecuciones antisemitas de la Alemania nazi (quinta Aliyah). En 1935 la poblacin juda de Palestina llega a los 450.000 habitantes, lo que equivale al 30 por 100 del total de la poblacin de la regin. En estos aos surgen los primeros choques entre Gran Bretaa, que administra Palestina por mandato internacional, y las asociaciones sionistas, apoyadas, en cambio, cada vez con mayor conviccin, por los Estados Unidos, que van incrementando sus intereses en el Medio Oriente lM. La fuerte tensin ideal que acompaa al movimiento sionista en su fase inicial se proyecta en tentativas apasionadas de crear nuevas formas de vida social, en una estrecha integracin del paisaje construido por el hombre con las actividades productivas y con las condiciones naturales: reconstitucin del pueblo judo, liberado de la esclavitud babilnica y por vez primera reunido despus de la multisecular dispora; regeneracin del rido paisaje de las desnudas montaas de Palestina, caracterizadas por los amplios valles surcados por los uadi, mediante la bonificacin de las tierras, la repoblacin forestal, la irrigacin y puesta en cultivo de territorios enteros y la fundacin de nuevos asentamientos. El elemento original que marca la primera fase de fundacin del nuevo Estado palestino es el movimiento de los kibbutzin, las colonias co1 " Sobre las vicisitudes polticas de la formacin del nuevo Estado palestino, cfr. N. Weistock: Storia del sionismo, Roma, 1970; y M. B. Tosi: Anatoma di Israele, Miln, 1972. Sobre la figura de Herzl, A. Chouraqui: Theodor Herzl, Pars, 1960.
lectivistas basadas en la renuncia a la propiedad privada, con los medios de produccin posedos en comn, destinadas a suceder a las colonias agrcolas planteadas conforme al habitual esquema colonial fundado en la explotacin de la mano de obra local de bajsimo coste. La adopcin de las comunas agrcolas colectivas por parte de las oleadas migratorias de los primeros aos del siglo xx juega un papel no desdeable en el planteamiento ante los ojos de la opinin pblica mundial de la imagen de un pas socialista, estrategia que contribuye a que caigan por su base las acusaciones, ms o menos interesadas, que tachan la empresa de colonialismo enmascarado. En esta direccin de colonizacin obrera, algunas corrientes de pensamiento del populismo ruso coinciden con las orientaciones de la segunda y tercera Aliyah, caracterizadas por contar con fuertes componentes de campesinos, obreros y artesanos. Por otra parte, los impulsos e iniciativas populares nacen bajo el signo de una contradiccin, desde el momento mismo en que vienen a insertarse en los mecanismos institucionales del KKL y de las agencias encargadas de la transferencia de las tierras a los grupos de colonizacin. Entre los aos 20 y 40 se agudiza el contraste entre espontnea empresa pionera y grandes compaas colonizadoras (American Zion Commonwealth, Meshek, etcetera), entre ncleos urbanos y reas de desarrollo agrcola, entre actividades empresariales libres y posesin en. comn de los medios de produccin. Y a pesar de sus caractersticas tan originales, a pesar del trabajo y del sacrificio de sus miembros, el movimiento de los kibbutzin, de estas clulas de vanguardia de la sociedad futura, queda subordinado a la estrategia y a los intereses poltico-econmicos del establishment sionista: subordinacin que, nacida en el momento mismo de la entrada en las tierras a colonizar, se reafirma despus en la imposibilidad de ampliar el i,mpulso colectivista y de contrastar las estructuras de los partidos polticos en formacin y la dinmica general del pas en evolucin hacia una economa francamente capitalista.
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El mismo mito de la productividad y de la recproca emulacin que termina por dominar la ideologa de los kibbutzin (y que, por ejemplo, lleva tambin al empleo de asalariados en el seno de la organizacin) corrompe y arrincona la inspiracin originaria del movimiento 'O7. Las formas predominantes en que se desarrolla la colonizacin agrcola de Israel son el kibbutz y el moshav-ovdim (figs. 1.6721.674). El kibbutz es una propiedad agrcola colectiva, una unidad permanente de explotacin y produccin, de 30-50 familias (pequeo kibbutz) o de 100-200 familias (gran kibbutr), con un alto grado de socializacin: Las tierras pertenecientes a la colonia se poseen pro indiviso, los instrumentos de produccin y las cosechas son de propiedad colectiva; hombres y mujeres se ocupan por igual en las actividades productivas, y el trabajo que debe desempear cada miembro de la colonia viene establecido por un comit de direccin por perodos de tiempo determinados; la crianza y .la educacin de los nios aparecen aseguradas por el funcionamiento de guarderas y parvularios que permanecen abiertos incluso en horas nocturnas; la mayor parte de los servicios domsticos estn socializados. El moshav-oudim, puesto en prctica desde 1920 para conciliar el individualismo y la propiedad privada con la organizacin comunitaria, es, en sustancia, una sociedad cooperativa formada por una serie de familias: cada cabeza de familia recibe cerca de 10 hectreas de terrenos, dedicados en 1/10 a cultivos intensivos y en el resto de su extensin a plantaciones extensivas, a veces trabajadas en comn; la forma cooperativa se aplica a la venta del excedente de productos, al aprovisionamiento de los bienes de uso comn, a las instalaciones de irrigacin, al empleo de las mquinas y aperos, y al rgimen de seguros sociales; algunas de las 80-100
'O7 Vanse tambien, A. Meister: Principes et tendences de la planification rurale en Israel, Pars, 1962; y G. Friedmann: Fine del popo10 ebraico?,
Miln, 1969.
familias que constituyen un moshav-ovdim permanecen empleadas en el sector de los servicios. De la fase de iniciativa pionera del primer perodo de la colonizacin, que ve nacer los centros habitados sin plan alguno preestablecido, pueden recordarse el kibbutz de Degania, fundado en 1911 a orillas del lago Tiberades, y el poblado-moshav de Nahalal, fundado en 1922 en el llano de Esdraelon, y que se caracteriza por su planta en forma de rueda, situndose en el centro la sinagoga, las escuelas, un pequeo hospital, las tiendas de artculos alimenticios, los comercios y los depsitos de maquinaria, y las viviendas formando la aureola del conjunto, es decir, colocadas a lo largo .de la circunferencia exterior (figuras 1.676-1.677). Desde mediados de los aos veinte los asentamientos se van estableciendo por distritos de colonizacin, en el valle alto del Jordn (Emek Hule), en la zona del lago Tiberades, siguiendo la directriz al oeste de Haifa (Emek Jezreel), en torno a Cesarea y en la directriz comprendida entre Jerusaln y Tel-Aviv (fig. 1,678). Entre las expresiones planificadas podemos indicar, para la zona de Tiberades, los poblados de Migdal (figura 1.679) y de Kfar Hittin, y entre los numerosos ncleos del Emek, los asentamientos de Beth Alpha (figs. 1.681-1.682),Hagevah, AinHarod, Te1 Joseph y Beith Hanan (fig. 1.680). En este ltimo distrito, un centro de dimensiones notables es el de Afuleh, fundado como centro comercial y econmico del valle en el punto de encuentro de la directriz Este-Oeste con la Norte-Sur que enlaza Samaria y Galilea: los terrenos de Afuleh son propiedad de la American Zion Commonwealth y del Meshek, que limitan el espacio destinado a los equipamientos pblicos al 33 por 100 del total del rea septentrional y al 15 por 100 en la parte meridional, y fijan criterios para los barrios residenciales, reservando el 80 por 100 para las viviendas unifamiliares destinadas a los trabajadores y empleados de la colonia; en el plan redactado por Richard Kauffman contrasta marcadamente la com-
Figs. 1.672-1.677. La colonizacin sionista de Palestina: esquema de un primitivo asentamiento agrcola de cultivadores de agrios, del tipo de moshav, y esquema de un kibbutz; plantaciones y repoblacin forestal en el desierto; planirnetra y vista del poblado-moshav de Nahalal.
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pacta organizacin del barrio comercial -situado en el baricentro urbano, a caballo de la estacin- y del barrio industrial -situado al sur de la lnea frrea principal- con la baja densidad de la zona residencial, colocada siguiendo las directrices radiales, con espacios verdes en cua, y en el cinturn exterior 'O8 (figs. 1.683-1.684). Si bien la colonizacin agrcola constituye el aspecto ms original de la presencia europea en Palestina, no menos significativas son las formas de planificacin de los asentamientos que surgen junto a las grandes ciudades, mediante los cuales se crean las bases para la gradual destruccin de la cultura autctona. Tambin en este aspecto la institucin del mandato ingls (1922-48) viene a cerrar la fase de la improvisacin pionera: incluso antes de la ratificacin oficial del mandato internacional, las atuoridades inglesas promulgan una T o w n Planning Ordinance, inspirada en su propia T o w n Planning Act de 1909 y destinada a ejercer una influencia decisiva sobre la planificacin urbana en Israel. Ms tarde, en 193.5, para disciplinar las actividades de las administraciones locales, se crea el cargo especial de Town Planning Adviser, dotado de
'O8 Sobre la colonizacin sionista en Palestina indicamos: C. Nawratski: Die jdische Kolonisation Palastinas, Munich, 1914; Modern Town Planning in Palestine, en Architect's Journal, septiembre de 1925; R. Kauffmann: Planning of Jewish Settlements in Palestine, en Town Planning Review, noviembre de 1926; A. Ruppin: The Agricultura1 Colonisation of the Zionist Organisation in Palestine, Londres, 1926; A. Choveaux: The New Palestine, en aGeographica1 Review, enero de 1927; E. KeithRoach: Changing Palestine, en National Geographic Magazine, abril de 1934; E. R. Cast: Economic Geography of Palestine, en Economic Geography, julio de 1937; J. Gottmann: The Pioneer Fringe in Palestine, en Geographical Review, octubre de 1937; E. R. Cast y O. W. Dotson: Urban Population of Palestine, en Economic Geographyv, enero de 1938; el nmero de septiembre de 1938 de la revista Werk; Y. Schiffman: The New Palestine, en ~(ArchitecturalReview, octubre de 1938; Urbanisrica e edilizia in Palestina, en Metron, nm. 10, 1946; A. Sharon: Collective Settlements in Israel, en Town Planning Review, enero de 1955.
facultades para determinar los mbitos territoriales de aplicacin obligatoria de la ley y al que las autoridades locales deben someter en todo caso los esquemas de planeamiento elaborados. Pero faltan una aplicacin general y cuidadosa de las disposiciones de la ley y, en todo caso, una poltica unitaria para los territorios urbanos y no urbanos, lo que da lugar, de una parte, a que se eludan por el momento evaluaciones y opciones mejor estudiadas en relacin con las preexistencias sociales, y de otra parte a que se remita el arreglo de todo conflicto sobre el desarrollo econmico del nuevo Estado judo al da siguiente de la obtencin de la autonoma. En el perodo del mandato britnico, las lneas aproximativas del diseo territorial derivan, en la prctica, de las vinculaciones y realidades fcticas establecidas (propiedad del suelo, iniciativas existentes); las numerosas land companies, con sus propios tcnicos cualificados y con su aparato organizativo-empresarial, programan de hecho tanto el desarrollo urbano como el agrcola. Un ejemplo de ciudad europea de carcter netamente urbano es Tel-Aviv, que se ha desarrollado como nico suburbio de la ciudad de Jaffa en los primeros aos del siglo xx y que hacia 1926 ha crecido ya hasta la cifra de 40 .O00 habitantes, expandindose sin un plan preciso a lo largo de la costa y formando una aglomeracin edificada densa, slo en parte cualificada por algunas ordenaciones unitarias y por la unificacin de la altura de los edificios (figs. 1.685-1.688). Muy distinto es el tipo de asentamiento europeo en Haifa y Jerusaln, articulado sobre una corola de garden suburbs, formados generalmente por casas unifamiliares con jardn, y situados, frecuentemente, a distancias incluso considerables unos de otros, en lugares particularmente favorecidos desde el punto de vista altimtrico y de exposicin. Estos ncleos, apadrinados por la misma ideologa de la colonizacin-refundacin que preside la formacin de los asentamientos rurales (hasta tal punto, que a veces no se excluyen formas de autosubsistencia agrcola), si por un lado
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Figs. 1.685-1.688. Tel-Aviv, crecimiento de la ciudad desde 1907 a 1933, una calle de la ciudad en 1926, y vista de una zona residencial hacia 1940; vista de la plaza Disengoff (alrededor de 1940).
han d e plantear problemas no precisamente fciles de recomposicin en los planes reguladores urbanos elaborados despus de la segunda guerra mundial, por otro, en cambio, una vez soldados en un sistema continuo, vendrn a constituir un modelo perfectamente funcional respecto de las nuevas formas de dominacin y de capitaIismo urbano maduradas con la consolidacin del nuevo Estado soberano. En Haifa, importante nudo de arranque de la red ferroviaria ( Siria, Transjordania, Egipto), ciudad a la que no es difcil pronosticar un afortunado porvenir de centro portuario comercial e industrial, el mayor de los suburbios residenciales surge sobre la co-
lina del Monte Carmelo, en terrenos adquiridos por la Palestine Land Development Company (Central Carmel, West Carmel y South Carmel; figs. 1.689-1.691). En Jerusaln, al sur de la ciudad, en el camino de Beln, sobre el cono redondeado de una montaa, surge el suburbio de Talproth, formado por 800 viviendas independientes y coronado, en su parte ms alta, por la sinagoga, la escuela, el teatro y las oficinas de la administracin del distrito; al noroeste de la ciudad, en la carretera de Jaffa, nace Beth Hakerem; otros barrios nacidos hacia 1930 son los de Talpioth y Bait-u-Gan ( figs. 1.692-1.694). En 1930 se establecen para Jerusaln algunas dis-
Figs. 1.678-1.684 (en la pgina opuesta). Las reas de colonizacin de Palestina; planta del poblado de Migda1 y vista de Beith Hanan; planta y vista del poblado de Beth Alpha; planta y perspectiva a vuelo de pjaro del proyecto de R. Kauffman para Afuleh.
Figs. 1.689-1.694. Haifa, planimetra general con indicacin de los nuevos suburbios, los barrios situados al sur y al oeste del Monte Carmelo; Jerusaln, la ciudad y la zona de expansin meridional, planta de los barrios de Talpioth y Bait-u-Gan.
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Figs. 1.695 y 1.696. El esquema viario del plan regulador de Acre preparado en 1940; la propuesta de R. Kauffman para la planificacin de la baha de Haifa.
posiciones de Iand-use que anticipan ya algunas de las medidas del plan regulador urbano de 1944 'O9. Para algunas ciudades menores de Palestina se llega a la redaccin de planes reguladores de expansin: tal es el caso de Acre, centro costero de cerca de 10.000 habitantes, clasificado entre las reas donde es de aplicacin la Town Planning Ordinance en atencin a la
T. A. Concannon: Jerusalem. The City Plan, en Journal of the Town Planning Institute, nmero 34, 1948.
vivaz actividad de edificacin manifestada en el exterior de la ciudad vieja "O (fig. 1.695). El sector costero Haifa-Acre tambin es objeto de una tentativa de planificacin regional antes de 1930; los estudios encomendados a Kauffman prevn una serie de centros menores entre ambas ciudades "' (fig. 1.696).
" O S. Waterman: Pre-Israeli Planning in Palestine. The Example of Acre, en Town Planning Review, enero de 1971. R. Kauffmann: Preliminary Scheme for Opening U p the Territory of Haifa Bay, Palestine, en Town Planning Review, junio de 1927.
"'
Captulo VI1
Ciudad y territorio en los Estados Unidos, entre la primera y la segunda guerra mundial
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VICISITU-
El final de la guerra y la derrota personal de Wilson marcan en los Estados Unidos el ocaso de las teoras del New Freedom y del internacionalismo, mientras se abre un perodo dominado por los ideales de la expansin productiva y de la prosperidad econmica, aseguradas por el big business y por los grupos de poder que, con la hegemona republicana, han sabido conquistarse una audiencia estable por parte de la Casa Blanca. En esta desmovilizacin, confirmada por la negativa del Senado norteamericano a ratificar el pacto de la Sociedad de Naciones, rescindiendo as los lazos de solidaridad con Europa, ejercen una fuerte influencia la desilusin provocada por la falta de estabilizacin social y poltica del Viejo Mundo y la preocupacin por las transformaciones inducidas por el hundimiento del sistema vigente. Harding, Coolidge y Hoover, los presidentes que suceden a Wilson, son custodios convencidos de una imagen de la vieja Norteamrica puritana y conservadora, que en el aislacionismo poltico, en las restricciones a la inmigracin, en el fundamentalismo religioso y en el prohibicionismo ve un escudo protector de los principios de un liberalismo econmico capaz de impedir cualquier interferencia del Estado en los asuntos privados y que se considera en condiciones de asegurar una edad dorada de bienestar a toda la nacin, aprovechando los grandes progresos de la ciencia y de la tcnica.
En efecto, superada una crisis econmica pasajera en 1920, los aos que van del final de la guerra a la depresin constituyen, en conjunto, un perodo de expansin productiva, de grandeza y de eficacia: la economa de guerra ha acelerado las tendencias ya implcitas en el desarrollo econmico y social precedente; la industria se presenta tecnolgicamente reforzada, y los nuevos empleos privados se multiplican, sobre todo en el sector terciario y en el de los white collars; las grandes empresas y los trusts financieros conquistan los mercados comerciales europeos y del continente americano; el retraso sindical se ve confirmado por la disminucin del nmero de afiliados y por la imposibilidad de oponer una estrategia organizada ante el frente del capital. De todos modos, esta oleada eufrica de boom y de prosperidad no carece tampoco de preocupantes zonas de sombra, que sirven para entrever una cierta inestabilidad latente en el sistema: la crisis de la pequea propiedad agrcola, los sntomas de superproduccin de algunas mercaderas, el declive de la industria textil de Nueva Inglaterra y de las industrias extractivas ms antiguas, y los bajos salarios de! proletariado urbano, hacen que surja un malestar sinuoso y difuso, aunque incapaz de traducirse en una mediacin ms equilibrada de intereses a nivel federal. Para corregir la imagen convencional que individualiza los cambios predominantes de una fase tan compleja de la vida de la sociedad norteamericana en el triunfante liberalismo de los roaring twenties y en los aspectos relacionados con el modo de vestir, tampoco puede olvidarse el reforzamiento que
experimentan las competencias y los servicios de la mquina administrativa y burocrtica del gobierno federal y de los Estados, sobre todo en el sector de la poltica fiscal. La distribucin de la poblacin en el territorio y la dinmica del crecimiento urbano nos revelan, en toda su dimensin, los procesos de transformacin econmica y social (figura 1.697). Si bien se perpeta a nuevos niveles la ideologa de la small town (y muy particularmente con la generalizacin de la carrera hacia la residencia suburbana), el officidl censas de 1920 indica por primera vez la existencia de un predominio de los habitantes de centros clasificados como urbanos (el 51,4 por 100 de la poblacin vive en ncleos de ms de 2.500 habitantes, y ms de una tercera parte en ciudades de ms de 100.000 almas); en Nueva Inglaterra, en los Estados septentrionales del Midwest y en la costa del Pacfico, estos fenmenos son ms acusados y vienen a confirmar una polarizacin del entramado urbano que la colonizacin de vastos territorios agrcolas jams ha conseguido subvertir ' (fig. 1.698). Pero tambin regiones nuevas se ven afectadas por fenmenos de urbanizacin masiva. En California, la ciudad de Los Angeles crece en los aos veinte con caractersticas totalmente nuevas en comparacin con los centros de formacin ms antigua. En el mismo perodo se desencadena el colosal boom de la Florida: la ciudad de Miami pasa de los 30.000 habitantes de 1920 a los 75.000 en 1925; las perspectivas de especulacin y de ganancias fciles provocan una verdadera congestin de iniciativas empresariales qua hacia 1925 elevan la oferta de terrenos urbanizables hasta situarla en torno a la cifra de 20 millones, hasta que el mercado, debilitado ya a comienzos del 26, comienza a perder impulso despus de que un huracn destruye poblados enteros de nueva construccin. Tiene lugar entonces un verdal Cfr. J. Gottman: Megalopolis: the Urbanized Northeastern Seaboard of the United States, Nueva York, 1961.
dero colapso del sistema empresarial y especulativo local, con un crack comparable al de Chicago de ochenta aos antes. Los centros mayores*y medianos, en su conjunto, presentan ritmos de crecimiento bastante sostenidos. Pero las nuevas concentraciones no pueden ser consideradas solamente ciudades ms grandes: por el contrario, son aglomeraciones cualitativamente diversas, que desarrollan intrincadas redes de relaciones, una densa movilidad sobre vastas reas, un descentramiento de actividades, formas de uso del suelo de elevada intensidad, pluralidad de ncleos y marcada diferenciacin de las funciones. Se asiste a una gran expansin urbana, ahora como fenmeno de masas: con la produccin de modelos ms populares, como el Ford S, el automvil privado resulta ahora accesible para amplios estratos de la poblacin (de los nueve millones de unidades que circulan por las carreteras en 1920 se pasa a los 27 millones en 1930)) y da un enorme impulso al crecimiento urbano perifrico, ya sea por la alta accesibilidad que permite en el hinterland, como por los efectos de congestin que provoca en las downtowns (figura 1.701). Los ndices de crecimiento de las comunidades exteriores alcanzan niveles inconcebibles hasta entonces, y hacen que parezcan insignificantes las anlogas tendencias manifestadas antes de la guerra2. El crecimiento aparece ahora caracterizado por el tpico fenmeno de la expansin discontinua,
Glaab y Brown dan estos porcentajes de crecimiento para algunos de los suburbios ms conocidos de las ciudades mayores norteamericanas en los aos veinte : Beverly Hills, 2.485; Glendale, 363,5; Inglewood, 492,8; Huntington Park, 444,9 (todos ellos ncleos suburbanos de Los Angeles); Cleveland Heights, 234,4; Shaker Heights, 1.000,4; Garfield Heights, 511,3 (suburbios de Cleveland); Grosse Pointe Park, 724,6; Ferndale, 689,9 (suburbios de Detroit); Webster Groves, 74; Maplewood, 70,3; Richmond Heights, 328,3 (suburbios de St. Louis); Elmwood Park, 716,7; Oak Park, 60,5; Park Ridge, 207,9 (suburbios de Chicago). Cfr. C. N. Glaab y A. T. Brown: Le citta nella storia degli Stati Uniti, Npoles, 1970, pg. 402. Tambin, T. Hawley: The Changing Shape of Metropolitan America. Deconcentration Since 1920, Glencoe, s.f.
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Figs. 1.697-1.700. La distribucin de las ciudades de los Estados Unidos en 1930 y la localizacin de la fuerza de trabajo empleada en la industria; la ocupacin del territorio en la.costa oriental, entre Boston y Washington, de 1810 a 1930, y la densidad de poblacin de esa misma rea en 1940; vistas del centro de Cleveland y del centro de Buffalo hacia 1930.
el leap frog development, que se verifica en funcin de la transicin desde los medios colectivos de transporte a los individuales. Los transportes de masa, en todas partes, experimentan una grave crisis econmico-financiera y obligan a que las autoridades pblicas vengan a relevar a la gestin privada. La expansin de los suburbios acenta la especializacin de los usos y de las partes de la estructura urbana y la estratificacin o la segregacin residencial. En los centros comerciales y financieros se generaliza y se potencia el crecimiento vertical, sobre todo entre los aos 20 y 30: Nueva York es ahora el modelo de la doWntown terciaria, en la que los edificios de las mayores Corporations rivalizan en altura y en el empleo de las tcnicas constructivas. En otras ciudades del Midwest y del West, en Chicago, Cleveland, Pittsburg y Kansas City, las downtowns cambian de estructura, acentuando la concentracin de los usos del suelo (figs. 1.699-1.700). En los barrios residenciales se producen cambios bastante netos en las tendencias a la estratificacin tnica y de clase. Efectivamente, si bien los inmigrados europeos de la segunda generacin comienzan a integrarse en la sociedad americana y a participar en las opciones econmicas'de masa de la middle class, los incrementos de las migraciones interiores de color -desde el campo y desde los centros pequeos a las ciudades mayores, y hacia las ciudades industriales del Norte, coincidiendo en el tiempo con el final de la inmigracin libre desde Europa a partir de 1920- siguen confinados en los ghettos de los black belts que se van formando en torno a los polos comerciales y terciarios. Justamente en relacin con esta realidad compleja en evolucin es como hay que examinar las orientaciones y las realizaciones de este perodo, en cuanto aqullas se distinguen, por su dignidad formal y terica o por su empeo programtico, de la praxis corriente dominada por una restringida visin privatista.
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Si bien la progressive age del primer Roosevelt ha debilitado algunos de los mitos bsicos de la tradicin norteamericana, claramente contraria a cualquier tipo de presencia del Estado en la vida econmica nacional (pinsese, por ejemplo, en el Conservation Movement y en la federalizacin de una parte de los recursos naturales, en las primeras leyes de institucin de los parques nacionales, etc.), en cambio no ha logrado abrir brecha en uno de los sectores cardinales de la produccin de la ciudad, el sector de la vivienda, por ms que desde muchos ngulos se reconozca su carcter problemtico, ante la inadecuada oferta de alojamientos baratos y ante los efectos socialmente disgregados provocados por la degradacin ambiental. En algunos casos, a la coalicin de los intereses privados tan slo se le ha podido imponer, como nica lnea de defensa de las exigencias pblicas, la obligacin de atenerse a una rudimentaria regulacin de la edificacin (como es el caso de la Tezement Law de Nueva York de 1901), pero no han podido consolidarse en una plataforma poltica organizada las voces que se pronuncian a favor de una directa intervencin pblica en pro del housing de bajo coste, ni tampoco se ha podido desarrollar la aislada conviccin en favor de una planificacin urbana capaz de cobrar impulso a partir precisamente de las temticas del housing. Las polmicas y las denuncias tan slo han servido para preparar el terreno a una concepcin que no llega a aceptar el carcter obligado de la solucin del problema; hasta el punto de que ha de considerarse totalmente excepcional el empeo empresarial de la Massachusetts Homestead Commission (MHC) en la realizacin de algunas interveciones en Lowell, segn proyecto de A. C. Comey, actuacin, por lo dems, que tiene lugar durante los aos de guerra (191718; figs. 1.709-1.710). Precisamente, la coyuntura de guerra, al participar los Estados Unidos en el conflicto,
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es la que marca un precedente importante respecto del papel que corresponde al gobierno federal en la direccin de la economa y, en particular, a su entrada en el mbito de la produccin edificativa a gran escala. La industria nacional se ve sometida a la presin ejercida por los encargos y pedidos del gobierno, y ello no deja de provocar una improvisada concentracin de la fuerza de trabajo en los lugares de produccin: en 1918 trescientos mil trabajadores de las industrias de guerra, desplazados a ms de setenta reas industriales, se encuentran sin casa y se ven obligados a alojarse en condiciones precarias. El gobierno federal, para asegurar la eficiencia de la produccin blica, tratando de evitar a las industrias privadas los problemas relacionados con el acoplamiento de los trabajadores y sus familias, entra ya en primera persona en el sector del housing, a travs de una serie
de agencias vinculadas a los diversos sectores de la administracin: entre tales organismos destacan el Council of National Defense, que opera por medio de la United States Housing Corporation (USHC), dependiente del Department of Labor, y el Department of Transportation and Housing de la Emergency Fleet Corporation (EFC). Olmsted, hijo, se encuentra al frente de la seccin de planificacin de la USHC, que emplea como proyectista~,entre otros, a Nolen, H . V. Hubbard, A. A. Shurtleff y S. Child; tambin la EFC cuenta con un staff muy cualificado, con F. L. Ackerman como jefe de proyectos, B. A. Haldemann como responsable de la planificacin urbanstica y H. Wright como asesor en este mismo sector. Las agencias del gobierno, en el breve perodo en que permanecen en actividad, realizan una valiosa labor de puesta a punto de
Figs. 1.702-1.708. La edificacin residencial durante la primera guerra mundial: planimetra del barrio de Crane Tract en Bridgeport, planimetra y dos vistas del poblado de Atlantic Heights, planta de Hilton ViUage, fotografa cenital y vista del poblado de Yorkship, junto a Camden, N. J.
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Figs. 1.709 y 1.710. Las intervenciones en el sector residencial llevadas a cabo por la Massachusetts Homestead Commission, y tipologa de las viviendas unifamiliares.
mtodos y soluciones, orientada tambin a considerar procesos productivos estandarizados y parmetros urbansticos suficientemente rigurosos. La USHC, que inicialmente tiene en proyecto la construccin de 25.000 alojamientos para familias y 25.000 para trabajadores solteros, realiza en total ms de 6.000 viviendas; la EFC lleva a cabo la construccin de 9.000 viviendas en 27 ciudades. Entre los proyectos ms significativos son dignos de mencin el Crane Tract Housing Project, en Bridgeport (A. A. Shurtleff y otros; figura 1.702), el Hilton Village, en Virginia, construido para la Newport News Shipbuilding (F. Y. Joannes y H . V. Hubbard; fig. 1.706), el barrio de Atlantic Heights, en Portsmouth (Kilham & Hopkins; figs. 1.703-1.705), y sobre todo el Yorkship Village, en Camden, New Jersey (E. D. Litchfield; figs. 1.7071.708), todos ellos ejecutados entre 1918 y 1919 3 . Un manual publicado por el Department of Labor en 1918 (Standards Recommended for Permanent Industrial Housing Developments) sintetiza la problemtica de la
W. Harding Thompson: Some Small Anzerican Towns, en Architect's Journal, junio de 1926; y tambin, H . V. Hubbard (ed.): Report of the U.S. Housing Corporation, Washington, 1919.
residencia de bajo coste elaborado por la USHC. Junto a estas realizaciones, no menos importante resulta el encarnizado debate que se plantea entre las diversas fuerzas polticas sobre el significado de la presencia del gobierno federal en la produccin del housing, que el ala de los radicales progresistas considera como el comienzo de una relacin, que debe mantenerse tambin despus de finalizada la guerra, entre operadores pblicos y capital privado, y que los partidarios del librecambismo tradicional aceptan tan slo como expediente limitado en el tiempo, justificado exclusivamente por la economa de guerra. La disensin en el plano general tiene su correspondencia en las alternativas inmediatas: los primeros entienden que los asentamientos realizados deben tener carcter permanente, mientras que los segundos estiman que deben ser desmantelados al finalizar el conflicto blico. El Congreso opta por una solucin de compromiso: sern barriadas permanentes, pero que habrn de ponerse a la venta a compaas privadas o a los particulares una vez que acabe la guerra. La importancia de este breve perodo no debe valorarse tanto en funcin de las realizaciones c o n ser cuantitativamente notables-
como en cuanto ocasin de experiencias preciosas para los arquitectos y los administradores pblicos; y por el hecho de que, por vez primera, un mito de la tradicin norteamericana -la conviccin de que existe una oposicin insalvable y destructiva entre intervencin pblica y actividad privada- es puesto en tela de juicio en cuanto hace a la validez casi suprahistrica que desde siempre se le ha venido atribuyendo. Adems de su participacin en el campo de la edificacin residencial, algunos organismos federales han podido controlar ciertos sectores de la produccin industrial y de la economa; se han creado, entre otros entes pblicos, la War Industries Board, la Fue1 Administration y la Railroad Administration, organismos encargados de planificar especficos sectores de produccin, mediante concierto con el capital privado. Tambin resulta preciso destacar cierto episodio, por su importancia como precedente significativo de ulteriores acontecimientos. El presidente Wilson haba autorizado en 1916, como medida encuadrada en la economa de guerra, la construccin de algunas presas en la localidad de Muscle Shoals, en el ro Tennessee, para la produccin de energa elctrica destinada a alimentar la elaboracin local de nitratos. Al terminar la guerra, una fuerte corriente de opinin, dirigida por el senador Norris, insiste en la conveniencia de que la propiedad y la gestin de las mismas sigan en manos del gobierno federal. Interviniendo en la controversia, el industrial Henry Ford se ofrece en 1921 a hacerse cargo de las instalaciones de Muscle Shoals y %poneren marcha la industrializacin de toda la regin del Tennessee mediante un programa de colonizacin que prev la construccin de dos presas por parte del gobierno y la cesin en arrendamiento del complejo resultante por un perodo de cien aos; parte del plan es la construccin de una ciudad lineal de 25 millas de desarrollo capaz de apoyar el asentamiento de la gran industria sobre la base de crear una pequea propiedad agrcola en manos de los trabajadores. El mismo Norris se opone vivamente al proyecto social de Ford, con-
siguiendo obtener algunos apoyos en favor de sus propias tesis. No obstante, la issue de Muscle Shoals queda en suspenso, sin que se le d una solucin concreta, hasta la poca de la depresin: tanto Coolidge en el 28 como Hoover en el 31 intervendrn en la cuestin para poner el veto presidencial a dos soluciones aprobadas por el Congreso en las que se propone la utilizacin pblica de las instalaciones. En los aos veinte el tema de la vivienda popular comienza a ser tratado en sus aspectos problemticos, tanto en lo que respecta a la produccin de casas baratas como en lo que se refiere a la eliminacin de las reas degradadas en el interior de los centros urbanos. En 1920 ve la luz pblica un libro de estimulante inters sobre la crisis de la vivienda: The Housing Famine. How to End it, firmado por J. Murphy, E. E. Wood y F. L. Ackerman, en el que por primera vez se captan y exponen las determinantes estructurales de la produccin edificativa residencial. La misma Wood, en su ensayo Housing Progvess in Western Europe 4, difunde una serie de conocimientos sobre la poltica de edificacin pblica en Inglaterra y en otros pases europeos, tanto en lo relativo a los modelos de asentamiento (entre los que se otorga preferencia a las garden cities) como en lo tocante a los mecanismos de funcionamiento e incentivacin. Sin embargo, queda an por superar la hostilidad generalizada en el establishment local y federal frente a la actuacin pblica directa; por ello, no resulta sorprendente que las nicas medidas adoptadas en este sector en la posguerra se refieran a la financiacin de la industria edificativa privada, que se dedica casi exclusivamente a la produccin de complejos residenciales suburbanos de casas unifamiliares, atendiendo as a la demanda de la burguesa media. Tampoco tienen una inciE. E. Wood: Housing Progress in Western Europe, Nueva York, 1923. Cfr. tambin, de la misma Wood: The Housing of the Unskilled Wage Earner, Nueva York, 1919, y Recent Trends in American Housing, Nueva York, 1931.
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dencia efectiva las agencias creadas en los distintos Estados, como puede ser la New York State Housing Board, instituida en el 26, que por vez primera concede exenciones fiscales a los constructores privados condicionndolas al establecimiento de un nivel de alquileres que resulte accesible a los estratos sociales ms populares. La dificultad de hallar crditos para este gnero de inversiones hace que en gran parte se desvanezcan las posibilidades ofrecidas por tales medidas. Por ello, si queremos apreciar la maduracin y la difusin de los modelos de asentamientos residenciales en el curso de los aos veinte, es preciso dirigir la mirada a las realizaciones de la actividad empresarial privada. Este es el caso de Shaker Heights, junto a Cleveland, promovido por los industriales Van Sweringen, que se levanta sobre 1.400 acres de terrenos libres, tiempo atrs sede de una comunidad shaker, proyectado en 1916 pero urbanizado a partir de 1920, cuando la poblacin ha crecido, pasando de 1.700 a 15.500 personas, apareciendo el conjunto como una tpica utilizacin especulativa de las temticas de la ciudad-jardn para el consumo de la high nziddle-class; de Mariemont, cerca de Cincinnati, un rico suburbio debido a la iniciativa de la viuda de un industrial, construido sobre una superficie de 365 acres, dando al Little Miami River, y ejecutado con el asesoramiento de John Nolen, que tambin en este caso combina con maestra esquemas geomtrico~y ordenaciones paisajistas (figs. 1.7 111.713); de Palos Verdes Estates, proyectado por los hermanos Olmsted con el asesoramiento de C. H. Cheney, que no es ms que un suburbio-jardn para residentes de elevado nivel de ingresos, cuyas amenities aparecen protegidas por un minucioso reglamento zonal, mientras que el control del nivel de las arquitecturas queda encomendado a una comisin de seis expertos. Este es el caso igualmente de numerosos asentamientos planificados en Florida, promovidos hacia finales de los aos veinte por algunas compaas especulativas que pretenden aprovechar el excepcional boom turstico de la regin, y diseados
en gran parte por Nolen, que incluso abre un estudio tcnico propio en Jacksonville en 1925 (figs. 1.714-1.715).Es el caso, una vez ms, de algunos barrios suburbanos para empleados y obreros realizados por poderosas compaas industriales, como puede ser Tyrone, en Nuevo Mjico, de la compaa minera Pelps Dodge Corporation, cuyo proyecto, redactado en 1917 por B. Godhue con la colaboracin de Clarence S. Stein, consigue una interpretacin original de un barrio extensivo con centro cvico, recuperando mdulos de la arquitectura colonial espaola; como Longview, en el Estado de Washington (figuras 1.718-1.720)) fundado en 1922 por la Long-Be11 Lumber Company y diseado por el estudio de Hare & Hare con intervencin de G. E. Kessler como planning consultant, con su esquema organizativo de impronta acadmica en cuadrcula cortada por radiales, pero notable por el alto nivel de las ordenaciones ambientales6; 0 como Chicopee, en Georgia, de la Johnson & Johnson Company, proyectado por Earle S. Draper, un gardensuburb en miniatura para una poblacin de 2.000 habitantes, dotado de un green belt de 4.000 acres; o el asentamiento de La Grange, tambin en Georgia, estudiado en el 27 por la Callaway Mills ( figs. 1.7 16-1.7 17). John Nolen y Earle S. Draper, este ltimo colaborador durante algn tiempo del primero, se cuentan e.ntre las figuras ms interesantes de los aos que siguen a la primera guerra mundial. Nolen advierte que el planning es una actividad compleja, de mltiples implicaciones polticas, cuyo horizonte en la situacin norteamericana aparece ligado a una serie de reformas tcnico-administrativas en los diversos sectores de la administracin urbana; con un conocimiento profundo y al da de las
Ser til recordar que la conferencia anual sobre urbanismo del 25 se celebra precisamente en Florida -St. Petersburg y Palm Beach-, bajo la presidencia de Nolen. Cfr. S. H. Hare: American Small Towns. Longview, Washington, en Town Planning Review, diciembre de 1935, y Longview, Washington, en Architectural Record, julio de 1936.
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Figs. 1.718-1.720. Longview, en el Estado de Washington, planimetra general y dos vistas del eje central.
investigaciones desarrolladas en Europa, es capaz, en su actividad de town designer -la escala a que se dedica sobre todo-, de acoger elementos de distinta procedencia histrica, pero reelaborndolos con intuicin segura, conforme a una metodologa no simplemente mecnica, lo que evita los riesgos de un gratuito eclecticismo 7. Draper se inspira, quiz de modo ms directo, en la inagotable fuente de la ciudad-jardn, a la que considera como experiencia susceptible de generalizacin, si bien se siente inclinado a traspasar los aspectos puramente compositivos del design para analizar en cambio los contenidos econmicos y polticos: tales intereses, cultivados durante la labor desarrollada al servicio del capital privado, le llevarn en los aos de la depresin a trabajar para la administracin pblica,
Cfr. J. Hancock: Joh Nolen. The Background of a Pioneer Planner, en Journal of the American Institute of Planners~,noviembre de 1960.
formando parte de los cuadros profesionales de la Tennessee Valley Authority. Tanto directa como indirectamente, la actividad de Nolen y de Draper entre los aos 20 y 30 se relaciona, pues, con la recmara ideolgica y con las realizaciones mismas del New Deal. En este sentido, no obstante, son preeminentes las posiciones tericas y metodolgicas, as como el programa de trabajo, de la Regional Planning Association o America, en la que parecen reunirse, en una sntesis coherente, los diversos elementos constitutivos y los ideales del pensamiento reformista.
La Regional Planning Association of America (RPAA) nace en abril de 1923, en Nueva York, por iniciativa de un grupo de arquitec-
Figs. 1.711-1.717 (en la pgina opuesta). Mariemont, en las inmediaciones de Cincinnati, planimetra, vista area algunos aos despus de iniciarse su realizacin, y vista de algunas de sus viviendas; los planes de J. No. len para los poblados residenciales de Venice y de Belmont-on-the-Gulf, en Flocida; los planes de E. S. Dra. per para los poblados industriales de Chicopee y de La Grange, en Georgia.
tos, publicistas, eclogos y social critics interesados en las ms amplias implicaciones de la planificacin urbana y territorial. Entre los fundadores se encuentran Clarence Stein y su socio Henry Wright, el director del Journal of the American Ins titute of Architectw Charles H . Whitaker, el economista Stuart Chase, los estudiosos de los problemas urbanos y territoriales Benton MacKaye y Frederick Ackerman, el empresario de visin filantrpica Alexander Bing y Lewis Mumford, crtico y filsofo del planning. Otros estudiosos, como Edith Elmer Wood, Catherine Bauer y Tracy Augur, se incorporan ms tarde al grupo; otros, como Clarence Perry, aun sin afiliarse al mismo, mantienen contactos fecundos con sus miembros. La posicin comn dentro del marco del progresismo radical presupone una serie de fuentes culturales e ideolgicas -desde Veblen a Charles Horton Cooley, desde Olmsted a Dewey, desde Geddes a Howard, a los socialistas fabianos y hasta parte de la obra de Spencer- que en cada uno de los protagonistas se resuelven en distintas acentuaciones en el campo operativo. Con el Housing Movement de los aos de la Progressive Era, que en Nueva York, al menos, ha ejercido un impacto no desdeable sobre la opinin pblica, enlaza Whitaker, quien, junto con Ackerman, la Wood y Stein, trata de forzar los lmites de las medidas de guerra, insistiendo sobre la evidencia de que existe una necesidad social que no es meramente coyuntural, y sobre la perentoriedad de contar con una legislacin pblica permanente acompaada de una actuacin, directa o indirecta, del gobierno. Mumford, secretario de la RPAA, compensa la falta de una especfica formacin en el campo de la arquitectura y el urbanismo con una slida preparacin de gene~alistque le permite historificar las experiencias y las intuiciones de los colegas del grupo, confirindoles a menudo una incisiva dignidad cultural. Stuart Chase, estudioso de la economa, reactualiza los temas del Conservation Movement, insistiendo en la necesidad de contar con una planificacin econmica para la sal-
vaguardia y la utilizacin de los recursos naturales; al conocer el primer plan quinquenal de la Unin Sovitica, estima acertados sus objetivos de desarrollo integrado por entidades regionales. Benton MacKaye, experto en problemas ecolgicos y durante algn tiempo empleado en el United States Forest Service a las rdenes de Gifford Pinchot, se interesa sobre todo por enlazar las determinantes territoriales a los problemas de la ocupacin, al equilibrio productivo entre industria y agricultura, y a la cualidad de la vida asociada. Y es preciso ocuparse ms extensamente de la obra de MacKaye anterior a la constitucin de la RPAA, precisamente porque su concepcin del plan como instrumento de reequilibrio socioeconmico y espacial -y, por tanto, de eliminacin de mecanismos de acumulacin determinados por la tica del beneficio-, que ya ha formulado con anterioridad, viene a constituir ahora la plataforma de referencia comn con la que se identifica todo el grupo. Graduado en Harvard y empleado en el Forest Service desde 1905 a 1918, en este ltimo ao MacKaye pasa a prestar servicio en el Department of Labor, para el que redacta en 1919 un amplio informe que lleva por ttulo Employment and Natural Resources 8. Aunque determinado en alguna medida p3r la situacin econmica derivada de la guerra, este estudio anticipa ya algunas temticas generales que tendrn despus una importancia capital para la formacin ideolgica de la RPAA y que ms tarde volvern a considerarse y adoptarse incluso por la actuacin del New Deal: la idea de un patrimonio pblico de los recursos nacionales, la propuesta de ceder en arrendamiento, en vez de malvender, !as reas mineras federales del West y de Alaska, la exigencia de un control pblico de la energa hdrica para la planificacin territorial; adems, aqu aparece el principio de contar con una colonizacin interior de carcter cooperativo (tesis en la que no deja
B. MacKaye: Employment and Natural Resources, Washington, 1919.
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de interesarse personalmente el propio presidente Wilson, que incluso hace que se asignen algunos fondos para la construccin de una colonia experimental en New England, aunque luego el proyecto no puede llevarse a la prctica). En 1920, MacKaye, junto a Stuart Chase y Whitaker, es uno de los redactores del Northern Plan (que incluye los territorios de Wisconsin, Minnesota, North y South Dakota, Montana, Idaho y Washington), preparado para estudiar la posibilidad de reducir, mediante las apropiadas intervenciones, el coste de la vida de las poblaciones asentadas: uno de los elementos en que se basa el programa es la formacin de una serie de colonias-jardn, planificadas sobre una articulacin de vas de circulacin primarias y concebidas como unidades de produccin agrcola e industrial. El proyecto del Appalachian Trail es elaborado por MacKaye con el apoyo del Committee on Community Planning del American Institute of Architects. El trail es una pista o camino, debidamente equipado y acondicionado, siguiendo las crestas de la cadena montaosa de los Apalaches, desde el Estado de .Maine al de Georgia (fig. 1.721)) a realizar mediante el trabajo de pioneros voluntarios y abierto para facilitar la colonizacin y el trabajo de explotacin que llevan a cabo los obreros de las ciudades industriales de la llanura y de la costa: con un adecuado apoyo poltico y mediante las oportunas inversiones financieras -MacKaye confa en el apoyo de los sindicatos y de los grupos radicales y reformistas, a los que acude tambin para la solucin de estos aspectos del problema-, los asentamientos provisionales formados por los campos de trabajo necesarios para la realizacin de esta obra hubieran debido transformarse despus en ciudades permanentes de trabajo cooperativo, con amplias posibilidades de empleo y de renta, consiguindose de este modo que se invirtiese el flujo migratorio dirigido hasta entonces de modo constante hacia las reas metropolitanas. Viene a ser la misma dinmica que Howard imaginaba para la descongestin y el aligeramien-
to de poblacin de las grandes ciudades, aurique en este caso aparece contemplada no como iniciativa empresarial, sino como anttesis del principio del lucro y de la apropiacin privada de los recursos naturales, dentro de la perspectiva de una utilizacin racional, por parte de la sociedad, de su propio territorio vital '. As pues, el regionalismo es el elemento ideolgico de conexin que unifica las posiciones personales de los miembros de RPAA y, al propio tiempo, el que determina la estrategia programtica y operativa en la que han de insertarse las diversas operaciones concretas que deban llevarse a cabo sobre la ciudad, desde el housing al descentramiento, desde la predisposicin de las infraestructuras a la reconversin industrial. Esta .actitud del grupo aparece expuesta, del modo ms exhaustivo, en los artculos publicados por Mumford, Stein, Ackerman, Chase, MacKaye, B d re, Wright, Bing ..., en un nmero de la revista Survey Graphic dedicado a los problemas de la planificacin regional, en el que se integran y se equilibran anlisis crticos y propuestas de solucin: rechazo de la congestin y de las metrpolis gigantescas, descentralizacin industrial y residencial, poltica edificativa, potencialidad de las nuevas fuentes de energa lo. Mumford define el tema de la regin orgnica (El regionalista intenta plaB. MacKaye: An Appalachian Trail. A Project in Regional Planning, en Journal of the American Institute of Architectw, 1921; J. R. Ross: Benton MacKaye: The Appalachian Trail, en Journal of the American Institute of Plannerw, marzo de 1975. ' O Cfr. L. Mumford: The Fourth Migration y Regions-To Live in; C. S. Stein: Dinosaur Cities; F. L. Ackerman: Our Stake in Congestion; S. Chase: Coals to Newcastle; B. MacKaye: The New Exploration: Charting the Industrial Wilderness; R. W . Brukre: Giant Power-Region Builder; H . Wright: The Road to Good Houses; A. M . Bing: New Towns for Old: Can W e Have Garden Cities in America?, en Survey Graphic, mayo de 1925. Esta serie de artculos, junto con otros ensayos de los miembros de la RPAA, estn recogidos en la reedicin cuidada por C. Sussman: Planning the Fourth Migration. The Neglected Vision of the Regional Planning Association of America, Cambridge (Mass.) y Londres, 1976.
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1920
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PROPOllW ff TOTAL COUWY LWWi I IYUWD CmES.<50,000 Ua oVER W l O Z O ) - l W btBM.
FTS. 1.721-1.727. El Appalachian Trail segn los estudios de Benton MacKaye; el plan de la RPAA para la
regin de Nueva York: la primera y la segunda fase de urbanizacin de la regin, y la posible recomposicin del territorio en la tercera poca, la dimensin de los centros urbanos en 1850 y 1920, un esquema para la utilizacin del suelo; el estudio preliminar efectuado en 1923 por la RPAA para la creacin de una new town en la regin de Nueva York.
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nificar un rea-regin de modo que todos los lugares y todos los recursos naturales, desde el bosque a la ciudad, desde la montaa al nivel del mar, puedan desarrollarse equilibradamente, y de manera que la poblacin resulte distribuida de tal forma que pueda utilizar aquellos recursos, y sus ventajas naturales, en vez de anularlos o destruirlos; concibe a los habitantes, a la produccin y a la tierra como una sola y nica entidad), y tras haber delineado la historia de la colonizacin americana a travs de una serie de oleadas migratorias sucesivas, con caractersticas diferentes en cuanto a los modos de ocupacin del territorio, teoriza acerca del horizonte de posibilidades que ofrece la civilizacin de la energa elctrica y de la movilidad, una cuarta migracin que se resume en la regionalizacin planificada, antittica a la megalpolis construida por la tercera migracin. Este es un enfoque que para los miembros de la RPAA se clasifica como diametralmente opuesto a la acepcin corriente del regional planning, concebido para regimentar el crecimiento de las reas metropolitanas desagregando y racionalizando mecnicamente los sectores de la organizacin urbana de manera capaz de regenerar espacios apropiados para los intereses econmicos dominantes, asumidos sin modificar en las premisas de los planes; nuevo enfoque del que la RPAA proporciona un ejemplo en 1926 con el estudio dedicado al plan regional del Estado de Nueva York, elaborado por H . Wright y C. Stein, con la colaboracin, ms desenfilada, de los dems miembros del grupo, para la Commission of Housing and Regional Planning (CHRP) del Estado de Nueva York (figs. 1.722-1.726). Basado en una gran aportacin de datos histrico-analticos y fundamentado en una serie de hiptesis tericas y programticas, el plan de la CHRP se presenta como un master plan a escala regional, y no solamente referido al rea de gravitacin metropolitana de Manhattan. Uno de los presupuestos que lo encuadran es precisamente el de la descongestin de las actividades y de los asentamientos del rea neoyorquina -y, por tanto, la aclara-
cin del enmaraado enredo de problemas fsicos, sociales y econmicos que la concentracin comporta-, mediante un modelo de utilizacin de todos los recursos naturales de la regin, en el que juegan un papel determinante la distribucin de la energa elctrica y la creacin de sistemas orgnicos de comunicaciones rpidas. En el plan de la CHRP para la regin de Nueva York, como ejemplificacin metodolgica acabada de las teoras del regionalismo, se resume la labor ideolgica y prctica de los arquitectos de la RPAA, y en el mismo alcanzan un punto de confluencia y de mxima coherencia, de una parte, la inspiracin que proviene de los movimientos ingleses del descentramiento y de la filosofa orgnica de Patrick Geddes, y de otra, la lnea del progresismo autctono que tiene sus orgenes en el Park Movement y en el Conservation Movement, filtrada despus a travs de las experiencias ms recientes de planificacin dirigida que han sido posibles en el breve perodo de la guerra. En un contexto ms amplio, pero en condiciones radicalmente diferentes, es decir, partiendo de los problemas del subdesarrollo ms que de los de la concentracin, las teoras del regionalismo encontrarn una aplicacin pragmtica en la experiencia de la Tennessee Valley Authority, en la que, no obstante, no participar ninguno de los miembros de la RPAA ". Esta actividad, que antes de la disolucin de la RPAA en los aos treinta atraviesa otros momentos importantes de profundizacin crtica y de empeo poltico (mesa redonda sobre regionalismo celebrada en ! a University of Virginia en el 31, y polmica sobre el Regional Plan de Nueva York de la Russell Sage Foundation, del que hablaremos ms adelante), basta ya para clasificar al grupo como organizacin destacada del progresismo radical y reformista del planning americano
l1 Sobre la RPAA, cfr. R. Lubove: Community Planning in the 1920: The Contribution of the Regional. Planning Association of America, Pittsburgh, 1965.
Historia
desde 1920 a 1930; y quien considere las actitudes predominantes en aquel perodo, caracterizado por la orgullosa complacencia del big business por sus xitos espectaculares, as como por el despreocupado y alegre espejismo de un american dream que parece hallarse al alcance de la mano, no tendr ninguna dificultad en percatarse del excepcional valor tico de las posiciones sustentadas por la RPAA. No obstante, la labor de la RPAA aparece acreditada tambin por algunas realizaciones materiales en el campo del housing, aunque no sea ms que en dimensiones limitadas, pero que llegan a imponerse como trminos de referencia ineludibles para los ulteriores progresos del urbanismo norteamericano. El inters del grupo por las teoras de Howard y de Unwin, madurado tras un viaje de Stein a Inglaterra, no logra materializarse en un programa en favor de una garden city americana, a pesar de que en 1923 se estudia un proyecto terico para un asentamiento de 25.000 habitantes en el rea de Nueva York (figura 1.727). No obstante, a partir del 24 los arquitectos de la RPAA son requeridos para proyectar dos barrios de carcter experimental en la periferia de Nueva York, Sunnyside Gardens, en Queens, y Radburn, en New Jersey.. En este caso el encargo lo hace la City Housing Corporation, una sociedad de beneficios limitados financiada por el empresario A. M. Bing (miembro tambin, como hemos visto, de la RPAA), con el fin de fomentar formas de iniciativa cooperativista y de demostrar la posibilidad de acceso a la propiedad de la casa por parte de los sectores de la poblacin de rentas bajas y medias. La misma diversidad de los programas permite desarrollar experiencias innovadoras, si bien, a fin de cuentas, los dos barrios quedan destinados a las clases medias-altas. El primer encargo, el del barrio de Sunnyside Gardens, proyectado por Stein, Wright y Ackerman, afecta a una serie de manzanas en Queens, donde la City Housing Corporation ha adquirido en el 24 terrenos de unas 30 hectreas de extensin. Las reas en cuestin, todava libres, aparecen no obstante divididas
del
urbanismo. Siglo X X
ya en manzanas de 60 x 180 o de 6 O x 270, y los proyectistas tan slo pueden jugar con la disposicin interior de los bloques edificados. En una primera fase el sistema adoptado es el de unidades de habitacin constituidas por edificios en hilera, con eliminacin del frente a la calle mediante el empleo de un camino peatonal arbolado exterior y la ruptura de los bloques en unidades menores (de dos a seis grupos de escaleras) organizadas en torno a patios comunes acondicionados. En las manzanas construidas seguidamente, los edificios se articulan de un modo ms preciso en sub-mdulos cerrados sobre espacios pblicos. Las tipologas, el tratamiento de los espacios interiores, las bajas densidades y el sentido de barrio suburbano son aspectos que relacionan directamente a Sunnyside con las caractersticas ambientales de las garden cities inglesas y, en igual medida, con los ideales americanos de la comunidad suburbana (figs. 1.728-1.730). Se trata de un resultado que, por lo que respecta al escenario americano, se presenta en este momento aislado, aun con los pesados lmites que le impone el hecho de estar destinado a la clase media de empleados y funcionarios, siendo prcticamente inaccesible para los estratos populares (durante la depresin, incluso, parte de los arrendatarios se vern obligados a abandonar sus casas, perdiendo los derechos adquiridos hasta ese momento). El segundo encargo, que se produce cuatro aos despus que el de Sunnyside, se refiere a un rea iibre situada en New Jersey, a poco ms de 25 kilmetros del centro de Manhattan, en el borough de Fairlawn. El barrio de Radburn no aparece condicionado por la existencia de una red viaria anterior, y de este modo los proyectistas -A. J. Thomas, T. Adams, Stein y Wright- pueden disear un esquema organizativo rico en jerarquas y transiciones, que aprovecha al mximo, casi hasta el lmite terico, los principios de separacin de las vas de circulacin y de destino de los espacios abiertos en relacin con las unidades residenciales. Los principios formalizados por el plan de Radburn (que despus sern de em-
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pleo corriente en los barrios planificados) son resumidos por Stein de esta forma: a) el empleo del superblock (complejo de viviendas) en lugar de la manzana tradicional; b ) jerarqua y especializacin de los viales; c) separacin completa del trfico de vehculos y de la circulacin peatonal; d ) disposicin planimtrica de las viviendas de modo que los ambientes dedicados al reposo y los cuartos de estar aparezcan orientados hacia las zonas ajardinadas privadas o hacia el parque pblico; e) los parques se consideran estructura interna eseacial del asentamiento. Adems de la aplicacin de estos principios, Radburn aparece organizado conforme al sistema de neighborhoods (unidades vecinales) con radios de cerca de 850 metros desde el centro escolar, que se convierte tambin en elemento discriminante de la poblacin de la neighborhood (7.500 personas, que aseguran precisamente el correcto funcionamiento de la unidad escolar). La superposicin de las reas de servicio en el centro del barrio ofrece un margen suficiente para una aplicacin flexible de la densidad y de la distribucin de las residencias y para el establecimiento de la escuela superior y del centro comunitario (figs. 1.7311.735). A pesar de que los proyectistas, a causa de la limitada extensin de los terrenos y por disponer de un budget insuficiente, se ven obligados a abandonar la idea de proteger el permetro del barrio con un green belt (por las mismas razones se renuncia tambin a asociar la residencia con los lugares de produccin), Radburn se presenta como la aplicacin fiel de un modelo terico, eco directo de las garden cities, aunque sea sin alcanzar los mismos niveles de autosuficiencia: en el mbito sectorial de la organizacin de la residencia demuestra la posibilidad de llevar a cabo una aplicacin razonada y coherente, extremadamente rigurosa, de nuevos principios organizativos, teniendo en cuenta algunos elementos, a la sazn consolidados, de la civilizacin norteamericana y, sobre todo, el uso del automvil particular. En cambio, conforme a las caractersticas habituales de las
experiencias anglosajonas, las arquitecturas son tradicionales en las formas, y a pesar de la atencin prestada a las tipologas edificativas, falta todo tipo de tentativa de racionalizacin de los procedimientos tcnico-constructivos. Como Sunnyside, tambin Radburn tiene un costo de construccin que lo convierte en barrio reservado a la middle class, que no resulta accesible, por ejemplo, para los obreros de la vecina zona industrial de Paterson. La construccin del barrio se interrumpe por efecto de la crisis del 29 (en el 33 tan slo se han levantado doce casas); cuando se reanudan las obras el esquema originario se har ms denso en su interior y en el exterior quedar inmerso en un crecimiento perifrico anodino. A los dos barrios citados hay que aadir tres complejos residenciales proyectados ms tarde por Clarence Stein -el ms activo, en el plano profesional, de los arquitectos de la RPAA-, con la colaboracin de H. Wright. Chatham Village, junto a Pittsburgh ( figuras 1.736-1.737), nace en 1930 por iniciativa de una fundacin privada que utiliza un legado de 13 millones de dlares para la construccin de un barrio modelo. La superficie disponible, de 20 hectreas, situada a un par de millas del centro urbano, tan slo se utiliza en una tercera parte; el terreno, en ligera pendiente, introduce un elemento de novedad experimental con respecto a los ejemplos de Sunnyside y de Radburn. El tipo de edificacin est constituido por casas unifamiliares de dos plantas dispuestas en hilera, escalonadas siguiendo la altimetra; las reas libres quedan acondicionadas en terrazas. Tambin en 1930 es el complejo de los Phipps Garden Apartments ( fig . 1.738), un ncleo de dimensiones modestas situado en las mrgenes de Sunnyside Garden, donde Stein acomete por primera vez una construccin intensiva, con edificios de seis plantas y una densidad de poblacin de 500 personas por hectrea. El complejo de Hillside Homes, realizado en Nueva York, en el Bronx, a partir del 32, es un barrio para 5.000 personas, de elevada densidad, planteado sobre una
KEY
Figs. 1.728-1.732. Sunnyside Gardens, planimetra general, planimetra del primer sector realizado en el 24 y vista de un patio interior acondicionado; Radburn, plano completo del asentamiento, y la parte construida del . barrio residencial.
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Figs. 1.733-1.740. Vista area de Radburn, un camino peatonal interior y la penetracin del trfico motorizado de servicio en las unidades residenciales; planimetra general y vista del complejo residencial de Chatham Village; plano de la manzana de los Phipps Gardens Apartaments; planimetria y vista area de las Hillside Homes.
trama edificativa componible; si bien las reas de que se dispone aparecen cortadas ya por dos calles trazadas previamente por la administracin local, el resultado obtenido se presenta unitario, con los elementos residenciales recogidos en torno a un rea central destinada a los servicios pblicos (figs. 1.7391.740). Phipps Garden Apartments y Hillside Homes constituyen una notable contribucin en favor de la aplicacin de standards accesibles a ms amplias masas de poblacin, aprovechndose los conocimientos derivados de precedentes realizaciones anglosajonas o centroeuropeas (en ms de una ocasin se ha sealado que los grandes patios colectivos, articulados por los resaltes de los cuerpos de fbrica interiores, ofrecen un lejano parentesco tipolgico y formal con los ejemplos vieneses).
d ) LOS INSTRUMENTOS
NIFICACI~N, Y LA
GESTIN URBANA
DE CONTROL Y PLA-
O R G A N I Z A C I ~ N DE LA
La adopcin de reglamentaciones de control mnimo bajo la forma de building codes o de zoning laws tiende a generalizarse en la posguerra: siguiendo el precedente de la ley aprobada en Nueva York en 1917, dos aos despus una decena de Estados se han manifestado ya en favor de la adopcin del zoning, y son muchas las ciudades que han establecido con entusiasmo ordenanzas de la edificacin, por ms que la correcta aplicacin de estos instrumentos resulte ser todava bastante problemtica (tanto, que la derogacin de las normas en casos concretos se convierte en una prctica complementaria del zoning, hasta llegar al extremo casi paradjico de Chicago, donde son millares las derogaciones concedidas en pocos aos respecto de la aplicacin de la Zoning Ordinance de 1923). De todos modos, tampoco esta forma mnima de control tiene una vida fcil en cuanto a su aceptacin institucional en el sistema americano: en el 26 la seccin del distrito de Ohio del Tribunal Supremo se pronuncia en favor de la inconstitucionalidad del zoning al resolver el recurso
interpuesto por las autoridades de Euclid, un suburbio de Cleveland, y tan slo gracias a la decisiva intervencin de Alfred Bettmann en la audiencia de apelacin ante el Tribunal Supremo Federal, en Washington, es posible resolver la cuestin definitivamente en sentido positivo. Se afirma el plan regulador a escala urbana -con una variedad sorprendente de contenidos y de enfoques metodolgicos, que no aparecen consolidados por una praxis operativa ni por una legislacin unificada-, sobre todo como instrumento de organizacin de intereses y de perspectivas de desarrollo, ms que como dato de referencia vinculante y permanente respecto de una generalidad de sujetos econmicos individuales. Planes de improplanes de reanimacin vement de la vialidad, de las downtowns, planes de ordenacin esttico-paisajstica de partes cualificadas del organismo urbano y planes para la realizacin de infraestructuras y equipamientos especficos surgen ahora como elementos catalizadores de una colaboracin y de un debate entre leadership econmica y poderes pblicos a diversos niveles, entre rganos de planificacin, aparatos de partido, tcnicos independientes y grupos de presin (figs. 1.741-1.745). Aunque con dificultades, se inicia tambin el proceso de maduracin de las exigencias de coordinacin a escala territorial. Las crecientes tensiones que se generan entre las administraciones exteriores y las de las ciudades centrales (que ahora, como consecuencia de la nueva distribucin territorial de la poblacin derivada de la mayor movilidad, representan estratos distintos del electorado) hacen surgir en algunos casos formas de gobierno metropolitano para determinados servicios y para sectores organizativos especficos, as como comisiones de expertos con misiones de anlisis y estudio de los problemas. Entre las ciudades ms activas en tal direccin se cuentan Nueva York, Chicago y Los Angeles, de las que hablaremos en particular ms adelante, aunque aqu ha de sealarse la primersima importancia que tienen tambin las iniciativas tomadas en Washington, con la institucin
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en 1926 de la National Capital Park and Planning Commission ( figs. 1.746-1.747); en las twin cities St. Paul y Minneapolis, con la creacin de la Metropolitan Planning District Association of St. Paul-Minneapolis and Environs; en Filadelfia, donde en el 24 se constituye la Regional Planning Federation of the Philadelphia Tri-State district, presidida por Russl van Nest Black y que en 1932 publica un master plan complementado por un notable trabajo de investigacin (figuras 1.749-1.750); en Buffalo, con la institucin en el 25 de la Niagara Frontier Planning Board (fig. 1.748); en San Francisco, con la constitucin de la Regional Planning Association of the S. Francisco Bay Counties. En estos casos, el esquema tpico de planificacin consiste en prescripciones detalladas para los sectores del zoning, de la vialidad, de los transportes pblicos, de las infraestructuras ferroviarias y fluviales, de los parques y de la ordenacin de los centros representativos ms importantes; solamente en casos excepcionales los anlisis y propuestas afectan a mbitos ms detallados y capilares. Se llevan a cabo otras tentativas de planificacin regional a nivel estatal, en Wisconsin, Michigan, New Jersey, Vermont e Illinois, conforme a tendencias que se polarizan esencialmente sobre los problemas de la conservacin, desarrollo y planificacin de los recursos naturales, y sobre la consideracin de programas de obras pblicas. Junto con el perfeccionamiento de la metodologa del planning, se afinan tambin las tcnicas de programacin financiera, que permiten adaptar los programas de actuacin (ms o menos deducidos de los planes urbansticos) a los presupuestos y balances econmicos, y a concretas fases temporales: siguiendo el ejemplo de aplicaciones ya iniciadas antes de 1920 (en Minneapolis, Newark, Kalamazoo), numerosas ciudades, como San Francisco, Detroit y Cincinnati, elaboran en los aos veinte planes-programas de realizaciones pblicas a largo plazo 12.
l2 Cfr. M. Scott: American City Planning Since 1890, Berkeley-Los Angeles-Londres, 1971, pgs. 204 y sigs.
En el plano legislativo hay que sealar la aprobacin en el 27 de una Standard City Planning Act, que trata de favorecer la institucin generalizada de comisiones de planificacin y la adopcin de master plans para las ciudades, pero que de hecho tiene luego escasa incidencia, al ser interpretada en sentido muy restrictivo, ajeno por completo a las intenciones de sus redactores (entre los que figuran E . M. Basset, A. Bettmann y F. Law Olmsted, hijo). Seguidamente conviene recordar los primeros pasos dados por el gobierno federal en el sector particular, pero de considerables implicaciones, de la circulacin por carretera y de las infraestructuras relacionadas con dicha circulacin: la Federal Highway Act de 1916 abre el camino a una serie de disposiciones ulteriores que poco a poco van acogiendo las indicaciones provinientes de las realizaciones y experiencias en marcha (a comienzos de los aos veinte se construyen las primeras autopistas normalizadas de varios carriles, y en el 28 se experimenta en New Jersey el primer nudo de distribucin en forr ma de trbol de cuatro hojas); en 1940, antes de la entrada del pas en la ,guerra, se termina la Pennsylvania Turnpike, entre Harrisburg y los suburbios de Pittsburg, aprovechando el trazado abandonado de una lnea frrea fuera de uso; a partir de 1930 se llevan a cabo los primeros estudios y trabajos empricos sobre los fenmenos de la circulacin urbana e interurbana (figs. 1.751-1.756). A pesar de los progresos logrados en pocos aos, la planificacin urbana aparece todava configurada como un cmulo de tcnicas heterogneas y sectoriales, de aplicacin improvisada y no institucionalizada, cuya incidencia sobre la organizacin urbana es a menudo casi irrelevante. Las intervenciones de los participantes en la Conferencia nacional de urbanismo celebrada en Washington en 1927 tienden a poner de relieve, junto a algunos xitos significa tivos del movimiento en favor del planning, las graves deficiencias en. que se debaten las mayores ciudades americanas, que a sus administradores a empearse obligan , denodadamente en la resolucin de gran n-
TYPICAL
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Figs. 1.741-1.745. Un plan de improvement para la ciudad de Rochester, plan viario orientativo para la expansin suburbana redactado por la City Plan Commission de Fort Worth bajo la direccin de H. Bartholomew; una perspectiva del general plan redactado para Camden, N. J.; planimetria de la propuesta de E. Saarinen para el riverfront de Detroit, y el proyecto de H. Bartholomew para el riverfront de St. Louis.
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Figs. 1.746-1.750. Las fases de desarrollo del sistema viario en la ciudad de Washington y el sistema de' parques para la ciudad y sus alrededores, segn los estudios efectuados por la National Capital Parks and Planning Commission; el sistema industrial de la ciudad de Buffalo segn el plan de la Niagara Frontier Planning Board; los estudios de la Regional Planning Federation of the Philadelphia Tri-State District, distribucin de la poblacin en la regin metropolitana de Filadelfia en 1920 y distribucin terica ptima.
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Figs. 1.751-1.756. El desarrollo de la tcnica del trfico: una vieta humorstica aparecida en el Chicago Tribune en los aos veinte; una super-highway en Detroit en 1926; la Grand Central Parkway de Nueva York en 1939 y la autopista que va desde Virginia hacia Washington en 1940; diagrama de los flujos de acceso al centro de Bergen, New Jersey (1937), y en el rea central de Detroit (1936).
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mero de problemas prcticos acuciantes, pero con resultados insuficientes si se comparan con la virulencia de las vicisitudes urbansticas. Es un hecho sintomtico el que en 1929 los lderes del planning movement se decidan a buscar apoyos en los industriales para poner en pie una organizacin permanente de informacin y para estimular la responsabilidad de los administradores y de los operadores en el sector pblico, en una iniciativa que se interrumpe despus, casi sbitamente, por efecto de la gran crisis de octubre 13.
2.
a)
Sobre la eufrica certidumbre de la prosperidad nacional creada en los roaring twenties viene a caer de improviso la dramtica crisis econmica de octubre del 29, poniendo al desnudo las graves contradicciones del sistema social, financiero y productivo existente: los salarios medios se han ido haciendo cada vez ms inadecuados para sostener un nivel de demanda interior capaz de absorber los aumentos de la produccin industrial y agrcola que han sido posibles gracias a la nueva revolucin tecnolgica, sin que tal absorcin pueda quedar asegurada tampoco por la demanda exterior; una desordenada poltica de crrditos ha provocado una carrera febril de inversiones sin concierto alguno, y el mercado accionarial, excitado por prcticas especulativas, ha elevado los valores de las acciones muy por encima de la efectiva solidez patrimonial de las empresas. Con el crack nacional los mismos fundamentos del sistema social se ponen en peligro, la tradicional confianza en el equilibrio automtico del sistema se ve seriamente
l3 Para una informacin ms amplia sobre los temas tratados en este epgrafe nos remitimos, una vez ms, a M. Scott, op. cit. Cfr. tambin, J. L. Hancock: Planners in the Changing American City, 1900-1940, en Journal of the American Institute of Plannerw, septiembre de 1967.
sacudida y parece que se est a las puertas del da del Apocalipsis; de todos modos, resulta claro a todas las partes polticas y sociales, cualesquiera que sean sus orientaciones ideolgicas, que la Gran Depresin)) no puede equipararse a una de las tantas crisis recurrentes y pasajeras del sistema, y que requiere necesariamente una reelaboracin profunda de las estructuras y de los mtodos. A partir de 1930 los Estados Unidos, en un tiempo abanderados del capitalismo mundial, ofrecen el aspecto de un pas a la deriva: miles de inversores pierden sus ahorros, las fbricas y los bancos cierran sus puertas, el desempleo aumenta vertiginosamente. En 1932 la crisis toca fondo, con casi 13 millones de parados, con 32.000 quiebras, con las frecuentes huelgas de campesinos y las manifestaciones airadas de los productores agrcolas, con la ocupacin ilcita y la explotacin de hecho de las minas por parte de los trabajadores; las aceras, hasta poco antes base fundamental de la economa norteamericana, trabajan el 12 por 100 de su capacidad productiva (fig. 1.757). Los signos de la depresin son visibles en los campos, en las ciudades pequeas y en las metrpolis, donde aumenta el nmero de las personas sin hogar y donde muchas familias de clase obrera y de los empleados se ven obligadas a vivir en condiciones extremadamente precarias. La miseria, no circunscrita ya a los ghettos negros, sale del interior de las casas y se vuelca sobre las ciudades l4 (fig. 1.758). La crisis, en sus
l4 En la periferia de las ciudades y en las reas no edificadas de las grandes metrpolis, grupos de gentes sin hogar se construan chabolas con restos de cartn y chapas viejas. La mayor de estas Hoouervilles -ms de ocho mil almas- haba surgido en St. Louis; pero casi no haba ciudad en que no hubiera aparecido, al menos, una. En Portland, Oregon, se haba formado una de estas colonias bajo el puente de Ross Island, y otra. (con ms de trescientas personas) en el Sullivan's Gulch. Por debajo del Riverside Drive, en Nueva York, un campamento de este tipo de ocupantes ilcitos serpenteaba a lo largo del Hudson, en un tramo que iba desde la calle 72." a la 110.". En la barriada de Red Hook, en Brooklyn, los parados vivaqueaban en los vertederos municipales, en chamizos construidos con cha-
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Figs. 1.757 y 1.758. La cada de la produccin industrial y de la edificacin como consecuencia de la Gran Depresin; vista de una Hooverville en los arrabales de Nueva York en 1932.
diversos aspectos, tiene una incidencia que va mucho ms all del mbito econmico, afectando igualmente a la credibilidad del aparato poltico, a la capacidad del business para polarizar consensos y a la misma fe en el sistema social vigente; y ello incluso para las mismas clases intermedias, para cuyo uso y consumo se ha fraguado y vuelto a proponer la figura mtica de ese american dream que ahora parece encontrarse en su ocaso. Hay un episodio que resulta particularmente expresivo de la ruptura de las convenciones institucionales y de la presencia y la presin de estratos y grupos diversos en las ciudades, y expresivo tambin, al propio tiempo, del distanciamiento que separa a la administracin del presidente Hoover del pas real: en el 32, una muchedumbre de ex-combatientes reunidos en Washington para pedir que se les liquiden las indemnizaciones por servicios prestados que se les adeudan, acampan, mientras cantan himnos patriticos, en un poblado de barracas levantado en los Anacostia Flats, y ocupan algunos edificios del gobierno, que se encuentarra de viejos Ford y chapas de barriles abandonados. A lo largo de las orillas del ro Tennessee, en Knoxville, y entre los pantanos que se extienden bajo la Pulaski Skyway, en New Jersey, en los hornos abandonados de los condados carbonferos de Pennsylvania, entre los grandes depsitos de desperdicios situados al otro lado de la Blue Island Avenue de Chicago, los desheredados de la fortuna ofrecan sus ltimas resistencias. W. E. Leunchtenburg: Roosevelt r il New Deal (1932-1940), RomaBari, 1976, pg. 2.
tran en desuso, situados en la Pennsylvania Avenue; el presidente, tras disponer que la Casa Blanca sea aislada y defendida militarmente, hace intervenir a las tropas federales para dispersar a, los licenciados revoltosos y para que incendien el poblado en que se han refugiado. Los aos que van desde finales del 29 a comierkos del 33 constituyen un perodo en el que se producen una serie de tentativas, sin xito, del gobierno Hoover con idea de enderezar la economa nacional. Hoover, para hacer frente a la crisis, propone un programa de construccin de carreteras y edificios pblicos, la concesin de crditos a los agricultores y la institucin de una Reconstruction Finance Corporation, a la que se encomienda la concesin de prstamos y facilidades de financiacin a las compaas privadas, a los ferrocarriles, a los bancos y a las empresas. Pero resulta claro que la administracin Hoover no dispone de una poltica vlida ni de la necesaria conviccin para llevarla a la prctica: los lmites de su propia tradicin ideolgica impiden a los republicanos el saber captar la novedad de la situacin econmica y poltica, para tratar de buscar en funcin de esa novedad soluciones alternativas. En el ltimo ao de la gestin de Hoover, los industriales intentan constituir un Consejo nacional de economa, vinculado a las Cmaras de comercio ms que al gobierno federal; en el frente opuesto, estudiosos como Rexford G. Tugwell sostienen que es necesaria una econo-
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ma enteramente 'planificada por el Estado para salvar al pas del desastre total. La crisis pone al desnudo, incluso a nivel oficial, las deficiencias ms importantes existentes en la situacin en que se encuentran las ciudades, tal y como puede verse a travs de los resultados obtenidos por una comisin investigadora nombrada por el propio Hoover en el mismo mes de diciembre de 1929 (Research Committee on Social Trends), que hacen que por vez primera se tambalee la confianza de la Casa Blanca en las capacidades del liberalismo econmico monopolista. Destaca la gravedad de la situacin del housing, un sector en el que la rigidez de los esquemas de la economa librecambista se revela desastrosa, y cuyas deficiencias son puestas de manifiesto despiadadamente por la crisis, con sus aspectos colaterales de alta incidencia de enfermedades, de criminalidad, etc., hasta convertirse en espejo en que se refleja la desintegracin del pas 15. Por otra parte, salvo algunas excepciones, en las administraciones pblicas la crisis tiene como efecto una reduccin, o incluso la supresin, del personal tcnico. En 1931 se rene una conferencia sobre el problema de la vivienda (Confmence on Home Building and Home Ownership), convocada por la presidencia: aunque no faltan voces discrepantes, vuelve a confirmarse en esta ocasin la voluntad de evitar una intervencin directa del gobierno, predominando la idea, en cambio, de favorecer una poltica de facilitacin de prstamos.
Franklin Delano Roosevelt, antes incluso de su eleccin para la Casa Blanca en el 32, es conocido como sincero intrprete de la tradicin reformista desarrollada a comienzos de siglo, ms que por su labor como gobernador
l5 En particular, una de las monografas preparadas por el grupo de investigacin aparece dedicada a la ciudad. Cfr. K. D. MacKenzie: The Metropolitan Community, Nueva York, 1933.
del Estado de Nueva York en los primeros aos de la crisis, labor de la que ha sido parte integrante un programa de asistencia a los parados y de recuperacin industrial; pero no puede afirmarse que durante la campaa electoral, planteada con la colaboracin de un grupo de consejeros seleccionados en las universidades del Este (Raymond Moley, Rexford Guy Tugwell y Adolf Berle, hijo, entre otros), hayan aflorado orientaciones precisas acerca de la futura actuacin de su administracin. Por lo dems, como ha sido observado desde diversos ngulos, en la ideologa del New Deal falta un principio orientador realmente unificante. Sus lderes y ejecutores, desde Roosevelt y su brailz trust a los hombres colocados en la direccin de las innumerables agencias federales, coinciden en algunos principios comunes (tradicin reformista, falta de confianza en el librecambismo incontrolado, polmica an timonopols tica y antiurbana, rechazo de una peligrosa desestabilizacin del sistema, afirmacin del Estado como empresario y promotor, y no como simple agente de negocios de intereses ajenos), pero elaboran, segn los casos, hiptesis y objetivos que resultan incluso conflictivos entre s; y si la meta de conseguir una economa planificada queda fuera del empeo y de los horizontes del New Deal, no menos cierto es que sobre el uso de los instrumentos pblicos sectoriales tampoco existe una homogeneidad de puntos de vista. Y sin embargo, si frente al imperativo histrico de traducir los valores ticos de una tradicin en una poltica prctica se contaminan y se deforman las hiptesis originarias, si la actuacin de la administracin demcrata en este breve perodo aparece tan a menudo improvisada y contradictoria, y si bien algunos de los resultados sectoriales son inseguros o dudosos, la verdad es que el balance de conjunto de la obra del New Deal nos ofrece un modelo coherente de racionalizacin del capitalismo americano que trasciende visiblemente de la tradicin reformista, pero en el que, sin embargo, se integran y sobreviven impulsos y motivaciones ideolgicas dispares, por ms que se trate de fuerzas
y empujes situados en los mrgenes superestructurales del sistema. Remitindonos a la rica documentacin histrica y crtica disponible l" podemos convenir en que el significado poltico central de la actuacin del New Deal a travs de la cual la administracin rooseveltiana consigue recomponer, en el perodo permitido por la situacin de verdadera emergencia, las desgarradura~inquietantes del capitalismo americano- est en su capacidad de perseguir al mismo tiempo los objetivos de recuperacin econmica y las reformas de estructura. Sacar la economa del estancamiento, regenerar el poder adquisitivo y fomentar la recuperacin de las inversiones son logros que no pueden tener ms que una eficacia transitoria si no se sitan en la perspectiva histrica de un equilibrio entre los diversos factores de la sociedad nacional y, en particular, de la organizacin econmica de la clase obrera, de la que tan slo el Estado puede ser garante institucional. En este sentido, tiene particular importancia la promulgacin de la National Industries Recovery Act, aplicada por la National Recovery Administration (NRA), disposicin que, remitindose a la experiencia de la War Industries Board, por un lado recupera el papel directivo del Estado y por otro estimula las inversiones productivas (con el libramiento de ms de tres millones de dlares para la realizacin de obras pblicas), mientras, en fin, pone orden en las relaciones laborales (a los empresarios se les conceden acuerdos controlados, mientras que los obreros obtienen el derecho a la contratacin colectiva, junto a la fijacin de mnimos salariales y de un techo mximo para los horarios de trabajo); abrogada la efectividad de la Natioiza1 Industries Recovery Act en 1935 por el
l6 Vanse, en particular: A. M. Schlesinger: The Age of Roosevelt, Boston, 1957 (trad. italiana, La crisi del vecchio rdine, Bolonia, 1959, y L'auvento del New Deal, Bolonia, 1963); R. Hofstader: The American Political Tradition, Nueva York, 1958 (trad. italiana, La tradizione poltica americana, Bolonia, 1960); M. Einaudi: La riuoluxione di Roosevelt, 1932-1952, Turn, 1959; D. Wecter: The Age of the Great Depression, Nueva York, 1969.
Tribunal Supremo, sus objetivos son recogidos ese mismo ao por la Wagner Act (National Labor Relations Act), dictada para tutelar los derechos de los trabajadores. Otras medidas legislativas -como la Securities Act del 33, para el control de la actividad financiera; la Banking Act del 35, para el control federal de los institutos bancarios, y la Social Security Act, tambin del 3.5, que establece un sistema de previsin social obligatorio para la mayor parte de los trabajadoresentran tambin en este marco de perspectivas de una articulacin ms penetrante del Estado en la sociedad norteamericana. En toda otra serie de disposiciones, por el contrario, prevalecen las motivaciones econmicas y coyunturales, por ms que no siempre sean exclusivas. Tal ocurre, en particular, con la legislacin dictada en favor de la agricultura, desde la Agricultura1 Adjustment Act del 33, mediante la cual se crea la Agricultura1 Adjustment Administration (AAA), que tiene por misin la redistribucin de los cultivos y la concesin de indemnizaciones a los agricultores por la destruccin de excedentes de cosechas, a la Farm Credit Act del 33, como consecuencia de la cual surge, por fusin de diversos organismos federales de crdito agrario, la Farm Credit Administration; desde la disposicin que crea la Rural Electrification Administration (REA) en el 35, a la que instituye en el 37 la Farm Security Administration, entidad creada para apoyar a los campesinos arrendatarios de tierras mediante la concesin de crditos y el establecimiento de medidas de asistencia cooperativa. Ms indicativas todava son las medidas legislativas con las que el gobierno asigna ingentes capitales para crear puestos de trabajo de emergencia, cuyo desarrollo afecta en gran parte a la organizacin de las ciudades y del territorio de todos los Estados de la Unin. Ya en la primavera del 33 Roosevelt presenta un programa para la defensa y ordenacin de los recursos naturales, gracias al cual cobra vida el Civilian Conservation Corps, financiado por cada uno de los Estados, con un gasto aue llega a los 500 millones de dlares.
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Casi contemporneamente se crean la Federal Emergency Relief Adminis tration (FERA), dirigida por el asistente social Harry Hopkins, con un presupuesto de 500 millones de dlares, para la asistencia a los entes estatales y locales en la ocupacin de parados para la ejecucin de obras pblicas, y la Civil Works Administration (CWA), agencia federal de alistamiento que a comienzos del 34 da trabajo a ms de cuatro millones de personas. La CWA -que desempea una funcin esencial en el momento lgido de la crisis, invierno de 1933-34, desmantelada despus por Roosevelt, tras un ao de vida, por los ingentes costes que supone su funcionamiento- construye carreteras y caminos en magnitud superior a las 500.000 millas, 40.000 escuelas, ms de 3.500 campos de juego e instalaciones deportivas y 1.O00 aeropuertos, y organiza escuelas rurales y numerosas actividades sociales. La FERA, que hereda las funciones de la CWA al quedar sta suprimida, administra desde el ao 35 los 5.000 millones de dlares asignados por la Emergency Relief Appropriation Act de 1935 para dar empleo, con salarios de seguridad, a centenares de miles de personas: tambin en este caso las imponentes realizaciones (edificios pblicos, puentes, aeropuertos, campos de juegos, acondicionamientos fluviales, ordenaciones agrcolas, actividades culturales) se orientan hacia sectores no competitivos con la industria privada y en los que tiene un peso relativamente importante el coste de los materiales de construccin. Ms diferenciada y de naturaleza ms institucional es la actividad de la Public Works Administration (PWA), creada por la National Industrial Recovery Act y dirigida por el secretario del Interior, Harold L. Ickes, responsable por su parte de una considerable proporcin de la produccin edificativa federal y de numerosas obras pblicas de gran importancia '". Precisamente de Ickes y de su
1'7 Desde 1933 a 1939 su [de Ickes] PWA contribuy a la construccin de cerca del 70 por 100 de los nuevos edificios escolares del pas, del 65 por 100 de los nuevos tribunales, ayuntamientos
agencia de obras pblicas procede la exigencia de establecer un programa coordinado para las intervenciones territoriales del gobierno federal: a tal fin, Ickes crea en el 33 la National Planning Board, con competencias en diversos sectores de la planificacin territorial, que a su vez instituye una serie de organismos de estudio para la eventual redaccin de planes de distrito para cuencas fluviales anlogas a los de la Tennessee Valley Authority, puesta en marcha ya por el presidente (Mississippi Valley Committee, Missouri Valley Committee, Red River Valley Committee, Arkansas River Valley Committee), y pide a cada uno de los Estados que instituyan rganos locales para coordinar las actividades de intervencin; durante la primera fase de actuacin algunos de los tcnicos y de los polticos que participan en ella defienden decididamente la intervencin del gobierno federal en cuanto a la elaboracin de planes nacionales de sector (sistemas de transporte, recurso pblicos). En el 34 se reorganiza la National Planning Board, que pasa a denominarse National Resources Board primero, y en el 35 National Resources Committee, adoptando la forma de organismo interdepartamental del que forma parte tambin el director de la Federal Emergency Relief Administration; en esta ocasin resulta significativo
y alcantarillados, y del 35 por 100 de los nuevos hospitales e instalaciones sanitarias. La PWA hizo posible la electrificacin de la Pennsylvania Railroad desde Nueva York a Washington y la terminacin de la estacin de la calle 30." en Filadelfia. En Nueva York contribuy a la construccin del Triborough Bridge, del Lincoln Tunnel y de un nuevo pabelln psiquitrico en el Bellevue Hospital. Dio a Texas el puerto de Brownsville, enlaz Key West con la tierra firme de Florida, erigi la biblioteca, soberbiamente diseada, de la Universidad de Nuevo Mjico y tendi numerosos puentes a lo largo de la autopista costera de Oregon. Por encargo de la PWA, la marina construy los portaviones Yorktown y Enterprise, el crucero pesado Vincennes y otros muchos cruceros ligeros, cazatorpederos, submarinos, caoneras y aviones de combate; la aviacin militar recibi fondos para construir ms de cien aparatos y ms de cincuenta aeropuertos. W. E. Leuchtenburg, op. cit., pgs. 125-26.
el contraste que se plantea entre Ickes, que se muestra favorable a los programas coordinados de obras pblicas, y Harry Hopkins, preocupado tan slo de multiplicar los empleos para los parados, discrepancia en la que este ltimo consigue llevarse la mejor parte. Obligado por la perentoriedad de las necesidades planteadas, Ickes decide nombrar, en el seno del National Resources Committee, un Research Committee on Urbanism, del que pasan a formar parte, entre otros, el planner Arthur A. Comey y el socilogo Louis Wirth: el resultado de los estudios efectuados por el Committee se plasmar en el volumen publicado en el 37 con el ttulo Our Cities: Their Role in the National Economy y presentado a la National Planning Conference celebrada en Detroit ese mismo ao, con el que se pretende poner punto final al estado en que se encuentra el desarrollo urbano en los Estados Unidos, conviniendo, en sustancia, en la falta que existe de orientaciones vlidas de poltica urbanstica. En los aos de guerra la National Resources Planning Board, que no pasa de verse simplemente tolerada por un Congreso en el que los conservadores vuelven a ganar terreno, acelera su propia cada con la presentacin de un informe redactado por el Committee on Longrange Work and Relief Policies en el que se defiende la oportunidad de acometer un vasto programa de asistencia y previsin social. En el 43 la National Resources Planning Board es definitivamente suprimida. Un examen, aunque sea sumario, de los aspecto surgidos del modelo planteado por el New Deal pone, pues, de manifiesto la vinculacin estratgica de las medidas de naturaleza econmica y de las reformas institucionales, mientras permite que se excluyan, adems de un posible diseo orgnico de planificacin econmica, toda trascendencia espacial de las intervenciones pblicas. S resultara impropio querer ver elementos orientadores en ese sentido en la obra de las agencias creadas en funcin anti-coyuntural (CWA, FERA), la actividad de la P U A y las vicisitudes experimentadas por la National Planning Board nos
llevan a anticipar el juicio que -creemosha de encontrar amplia verificacin en el examen que efectuamos seguidamente de las realizaciones ms propiamente urbansticas del New Deal, desde el housing a las greenbelt towns, pasando por la misma Tennessee Valley Authority. Es decir, que por muchas razones la variable de la armadura urbana y del territorio, como fundamento econmico estructurado o estructurable del sistema, no se encuadra de hecho en un proyecto de plan definido tericamente en todos sus puntos: la reproduccin de lo urbano en las expresiones consideradas como ms significativas por la historiografa especializada, parece proponerse, por un lado, como ocasin y soporte del complejo aparato de instrumentos econmicos, como el multiplicador de jobs de que se dispone para redistribuir un poder adquisitivo mnimo (incluso si los mismos resultados conseguidos juegan objetivamente en funcin de la integracin de grupos sociales que estn a punto de deslizarse hacia una peligrosa marginacin), y por otro lado, como ejemplar, aunque ficticia, representacin de modelos ideolgicos de laboratorio, incapaces sin embargo, no slo de incidir, aunque sea marginalmente, sobre las estructuras edificativas urbanas, sino tambin de evitar la acumulacin de ulteriores formas de conflictividad en el seno de la gran ciudad.
Pocas semanas despus de su toma de posesin, el 10 de abril de 1933, el presidente Roosevelt solicita del Congreso la aprobacin de la constitucin de la Tennessee Valley Authority (TVA), organismo federal de planificacin para todo el territorio de la cuenca del ro Tennessee. El nacimiento de este programa es, en primer lugar, la respuesta directa que da el gobierno a las resistencias ofrecidas contra la utilizacin para la produccin de energa elctrica de las instalaciones federales de Muscle Shoals, en Alabama (fig. 1.759),
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campo de enfrentamiento, como hemos visto antes, en el que se desarrolla un largo conflicto poltico e ideolgico entre los grupos progresistas y los ms intransigentes detractores de la intervencin estatal en la economa, que cierran filas en favor de la transferencia al capital privado de la presa y de las centrales elctricas (del mismo modo que se hace con cualquier otro material blico de desecho al terminar la guerra, como dice Lilienthal, uno de los directores de la TVA). De este modo, cuando el 18 de mayo el Congreso aprueba la Tennessee Valley Authority Act, el nuevo organismo, ya desde el momento mismo de su institucin, supone la victoria del principio conforme al cual el gobierno federal tiene derecho a planificar y administrar las fuentes de energa. Pero el programa de la TVA no apunta solamente a la utilizacin circunscrita de algunas propiedades pblicas : es, el propio presidente Roosevelt quien advierte'con claridad que el gobierno espera de la TVA una intervencin global de planificacin que ha de ir mucho ms all de los trminos en que se planteaba la cuestin en los aos en que se suscit la controversia sobre el caso de Muscle Shoals la.
l8 ES claro que las instalaciones de Muscle Shoals constituyen tan slo una pequea parte de la unidad potencial de todo el ro Tennessee. El intento actual, si se contempla en toda su plenitud, trasciende de los lmites de la mera distribucin de energa, y
Los lmites territoriales de la TVA aparecen definidos casi exactamente por la superficie de la cuenca del ro Tennessee, que se extiende dentro de los confines de siete Estados del Deep South, incluyendo las zonas occidentales de Carolina del Norte y de Virginia, las zonas septentrionales de Georgia, de Alabama y de Mississippi, parte de Kentuck~ y las llanuras de Tennessee: una extensin de 40 .O00 millas cuadradas (equivalente a cuatro quintas partes de la superficie de Inglaterra), con cuatro millones y medio de habitantes, circundada exteriormente por algunos importantes centros urbanos (St. Louis, Louisville, Atlanta, Birmingham) y caracterizada interiormente por la existencia de un centro mayor (Memphis) y de una red de ciudades intermedias (Nashville, Chattanooga, Knoxville). Regin en que a sus graves desabarca los vastos campos del control de las inundaciones, de la erosin del suelo, de la repoblacin forestal, de la eliminacin de las tierr marginales de la explotacin agrcola y de la istribucin y diferenciacin de la industria. En suma, esta planta elctrica de tiempo de guerra conduce lgicamente a la planificacin nacional de toda una cuenca que abarca muchos Estados y afecta a la vida y bienestar de millones de individuos, incluso cara al futuro. Afecta y da vida a todas las formas de actividad humana. Cit. en D. E. Lilienthal: TVA, Democracy on the March, Harmondsworth, 1944, pg. 64 (trad. italiana, Democraza in cammino. Dieci anni di esperienza del TVA, Roma, 1946.).
equilibrios interiores viene a aadirse un retraso de conjunto respecto del resto del pas, en trminos de renta, de productividad, de energas empresariales y de equipamientos e infraestructuras. Desde el punto de vista de su naturaleza institucional, la TVA se presenta bajo la forma de una public corporation, pero su estructura se configura a imitacin de la empresa privada, contando con todos aquellos instrumentos que el mundo norteamericano de los negocios considera esenciales para una buena organizacin lg; liberada de los procedimientos tradicionales a que se ven sometidos normalmente los entes y rganos pblicos gubernativos, la TVA se hace responsable del empleo de quienes trabajan para ella, de los salarios y de las condiciones de trabajo; tiene facultades para desarrollar sus programas unitariamente, pasando por encima de la subdivisin de competencias entre instituciones diversas, si bien viene obligada a colaborar con los entes locales y estatales correspondientes; no forma parte de ninguno de los departamentos gubernamentales existentes, sino que depende directamente del Congreso y del presidente. El consejo de direccin de la TVA se compone de tres miembros (Arthur E. Morgan, Harcourt A. Morgan y D. Lilienthal) y su estructura organizativa se divide en secciones. En realidad, los poderes delegados de que dispone la TVA no incluyen instrumentos y objetivos generales de planificacin, sino que apuntan ms bien a la realizacin de
l9 Roosevelt pide al Congreso una legislacin adecuada para crear un Ente del Valle del Tennessee, corporacin investida de poderes de gobierno pero dotada tambin de la flexibilidad y capacidad de iniciativa de la empresa privada. Debera quedar encargada de los ms amplios cometidos de planificacin para lograr la utilizacin, conservacin y desarrollo ms adecuados de los recursos naturales de la cuenca del Tennessee y de los territorios vecinos, en pro del bienestar general, econmico y social, de la Nacin. Cit. en P. Selznick: T V A and the
Grass Roots. A Study in the Sociology of Formal Organization, Berkeley, 1949, pg. 5 (trad. italiana, Pianificazione regionale e partecipazione democrdica. Il caso della Tennessee Valley Authority, Miln,
1974).
intervenciones especficas (control de inundaciones, navegacin fluvial, distribucin de la energa elctrica, banificacin y acondicionamiento del suelo y facultades para llevar a cabo una aplicacin experimental de algunas tcnicas de actuacin susceptibles de utilizarse en planes de repoblacin forestal, de asen tamientos industriales y de asentamientos humanos). Sin embargo, en el esfuerzo coordinado de organizacin de diversos sectores es posible encontrar margen suficiente para operar en favor de una recomposicin del territorio y de la programacin de un ciclo productivo completo, de un sistema equilibrado y autosuficiente. Realmente, si bien la idea de planificacin econmico-territorial no aparece sino raramente de forma explcita en los programas de este organismo y en las declaraciones de sus dirigentes, para los idelogos progresistas de la TVA la realizacin de las presas, la regularizacin del ro y la puesta en marcha de las centrales elctricas deben considerarse como elemento propio de una nueva geografa fsica y social del territorio afectado. Las teoras del regionalismo se reflejan finalmente en una entidad supraestatal fundada en una realidad problemtica objetiva, definida orgnicamente por la cuenca fluvial; y las actuaciones concretas en los sectores de su competencia -desde la fertilizacin del suelo a la implementation de todos los recursos, pasando por la construccin de los asentamientospueden ser concebidas como instrumentos para el logro de unos fines que consisten en un reequilibrio entre ciudad y campo, en el establecimiento de una equal tvade economy capaz de contrarrestar el declive de la poblacin en las reas rurales y el crecimiento desordenado de los centros urbanos. Como afirma Lilienthal, es el primer experimento en la historia de Amrica que considera conjuntamente, enlazndolos, tierra, agua, bosques, minerales, agricultura, industria y gnero humano. Y en pocos aos, efectivamente, los resultados logrados por la TVA ofrecen un balance verdaderamente excepcional (figs. 1.7601.765). Superando las fuertes resistencias
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manifestadas por los grupos privados interesados en la explotacin energtica (las Electvic Utilities), se programan la localizacin y las dimensiones de las centrales elctricas en funcin de un sistema de ocho presas mayores (Gilbertville, Pickwick, Landing, Wilson, Wheeler, Guntersville, Hiwassee, Norris) que se convierten en polos de referencia para las sucesivas intervenciones junto con las instalaciones menores (en total, la TVA construye diecisis nuevas presas e introduce mejoras en el funcionamiento de las cinco ya existentes). Las tarifas pblicas marcadas para la energa elctrica el ao 33, de niveles bastante ms bajos que los mantenidos hasta entonces por la oferta privada, permiten una utilizacin ms amplia de esta fuente energtica, lo que repercute favorablemente sobre la produccin agrcola e industrial, obligando a las compaas privadas a adecuarse a la concurrencia. Las ingentes inversiones efectuadas en la reordenacin de la cuenca fluvial (ms de cien millones de dlares hasta el ao 45) aseguran la navegabilidad de tramos del ro y otros cursos de agua en ms de 650 millas de recorrido; casi 15.000 kilmetros de playas para recreo de la poblacin se abren a lo largo de las orillas de ros y embalses, con un desarrollo superior al de la costa atlntica de los Estados Unidos y al del golfo de Mjico; millares de hectreas de tierras se transforman en parques pblicos administrados por la misma TVA o transferidos a la administracin de los Estados o de los condados; decenas de miles de trabajadores quedan empleados en las obras de repoblacin forestal e ictiolgica (en las riberas que dan a las presas y embalses se colocan ms de diez millones de plantas, y hasta el 39 ms de veinte millones en el conjunto de las tierras administradas por la TVA; el patrimonio pisccola se multiplica por cuarenta); se construyen cerca de 200 kilmetros de nuevas carreteras y 225 kilmetros de vas frreas. Las nuevas instalaciones construidas junto a las presas son capaces de producir 150.000 toneladas de fosfatos al ao utilizando los yacimientos del Tennessee medio; los especialistas en agrono-
ma y qumica de la TVA experimentan en el campo de la produccin en forma concentrada que puede permitir considerables ahorros en cuanto a gastos de embalaje, de transporte y de utilizacin; el fosfato as preparado se emplea en la revitalizacin de los terrenos agrcolas, en el momento en que las fincas pueden disfrutar de energa elctrica barata y aprovechar las oportunidades de asesoramiento que les ofrece el ente pblico para la adecuacin de sus tcnicas de produccin. Entre las obras realizadas se cuentan tambin los ncleos habitados destinados a los trabajadores empleados en la construccin de las presas. Para la labor de planificacin de los astntamientos y dems cuestiones relacionadas con la edificacin, Arthur E. Morgan acude al arquitecto Earle S. Draper, autor ya de algunas ciudades obreras en los Estados del Sur. A Draper se debe la orientacin de programacin y de investigacin de los departamentos tcnicos de la TVA en favor de edificios de bajo coste prefabricados y desmontables, para facilitar el transporte de un lado a otro, pero aptos igualmente para poder ser empleados tambin para la construccin de asentamientos permanentes. Aunque forzado a trabajar con asignaciones presupuestarias bastante limitadas, Draper puede realizar entre los aos 33 y 34 el poblado de Norris, en las inmediaciones de la Norris Dam, enlazado por un tramo de carretera a la estatal que va de Knoxville a Cincinnati (figuras 1.766-1.768): contruido sobre un terreno algo accidentado, en una zona de colinas, presenta un trazado extensivo, con un centro comunitario y escolar al servicio de los barrios de viviendas unifamiliares, y aparece rodeado por un gveen belt exterior de proteccin. Bajo la supervisin de Draper y de la Division of Land Planning de la TVA, trabajan en el proyecto de Norris los landplanners T. B. Augur, M. Di11 y C. Towne, junto con los arquitectos R. Wank, C. Barber, L. Grandgent y J. Bradner 20. Despus de
of
Cfr. T. B. Augur: T h e Planning of the Town Norris, en The American Architect, abril
de 1936.
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Figs. 1.760-1.763. El valle del Tennessee y el sistema de presas, las conexiones fluviales con el Midwest y con el golfo de Mjico, vistas de las presas de Norris y de Pickwirck Landing.
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Figs. 1.764-1.768. Una esclusa en la presa de Fort Loudon y vista de uno de los parques ordenados por la TVA; vista, planimetra general y planimetra de detalle de la ciudad de Norris.
Norris se contsruyen los centros de Wheeler y de Pickwick Landing. Para coordinar las iniciativas, Draper y sus colaboradores actan en estrecho contacto con los dems rganos sectoriales de planificacin de la TVA. A pesar de la dura oposicin de los grupos e intereses ms conservadores, encastillados en los principios del liberalismo econmico integral, y en particular de los industriales de las compaas elctricas privadas (Willkie, el presidente de la Commonwealth and Southern System, por su lucha sin cuartel contra el New Deal y la TVA, se convierte en campen del ala reaccionaria y candidato republicano a la presidencia, contra Roosevelt, en las elecciones del ao 40), el programa de la TVA permanece sin alteracin alguna hasta llegar al trmino de su realizacin. La TVA representa el xito ms notable del New Deal en el campo de la planificacin (y, en cierto sentido, puede decirse que constituye su ttulo de nobleza), y en los aos de la posguerra sigue siendo punto importante de referencia para los tericos del Welfare State 'l. Algunos de sus datos -como el empleo directo de 200.000 obreros, las iniciativas pioneras en diversos sectores, el aumento de las rentas y los consumos respecto de otras regiones del pas y el balance financiero positivo que los organizadores y directores estn en condiciones de presentarson elementos que no pueden ser discutidos ni tan siquiera por los ms encarnizados detractores de la empresa. Es un resultado que se hace posible en los aos de la depresin por efecto de una serie de imperativos realmente acuciantes (sobre todo el desempleo), de la demanda de grupos de intereses (sobre todo los sindicatos) y de la consolidacin de una ideologa del intervencionismo pblico programado a la que, ciertamente, no es ajeno el ejemplo del primer plan quinquenal sovitico. Desde el punto de vista disciplinar, el gigantesco esfuerzo de acondicionamiento de la cuenca del Tennessee re21 Para un plan de posguerra planteado conforme al ejemplo de la TVA, cfr. A. H. Hansen y H. S. Perloff: Regional Resource Development, Washington, 1942.
sulta avanzado en sus premisas y muy significativo en sus resultados; pero tambin es importante por el principio que sienta, por los mtodos y las estructuras organizativas que establece, y por la misma imagen que ofrece al pblico, que viene a consagrar la intervencin y el papel del Estado e n l a resurreccinreestructuracin del capitalismo 22. No obstante, tan slo en este sentido puede incidir la TVA sobre el sistema americano; si algn idelogo de izquierdas presente en sus cuadros organizativos ha confiado en que la TVA puede constituir un factor de modificacin de las relaciones de produccin vigentes, tal esperanza, de hecho, se ha desvanecido ya en los primeros meses de actividad del ente en cuestin, cuando Lilienthal autoriza a Harcourt Morgan a orientar el programa agrcola en funcin de los intereses de los grandes plantadores y de los farmers de las regiones afectadas. Por lo dems, los grupos polticos conservadores del Congreso, los cuadros sectoriales de la administracin pblica y los intereses privados no aparecen dispuestos a consentir ninguna ampliacin de esta experiencia, ni tan siquiera dentro de los lmites
U
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Figs. 1.769-1.773. La cuenca del Columbia River y vista de la presa de Grand Coulee; localizacin de la presa Hoover, planimetra de Boulder City y planeamiento de la presa sobre el ro Colorado.
Figs. 1.774-1.777. La ordenacin del parque del Grand Canyon en los aos treinta; pasarela en el Everglades National Park; la cocina pblica instalada en el parque; la Custom House, parte de la obra de salvaguardia y restauracin del Salem Maritime National Historic Site, hecha posible gracias a la promulgacin de la Historic Site Act de 1935.
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definidos por su funcin de apoyo infraestructural al sistema, y bloquean el programa preparado por el presidente en el 37 para la creacin de siete agencias federales similares a la TVA (para la costa atlntica, para los Grandes Lagos y el valle de Ohio, etc.). .En los aos cuarenta, a la desmovilizacin moral de la TVA sigue un parcial desmantelamiento de sus estructuras fsicas y organizativas. Podemos atribuir un significado bien representativo al destino que se depara a la ciudad de Norris, puesta a la venta en pblica subasta en el 48, con todo su patrimonio edificativo, las instalaciones de trada de aguas, el ancantarillado, los equipamientos colectivos y los edificios escolares; y ello porque en esta ocasin fracasa tambin hasta la tentativa de las familias residentes de asociarse y adquirir por s mismas la ciudad; ya que sus posibilidades financieras quedan por debajo de las ofertas presentadas por un grupo privado de Filadelfia, organizado ulteriormente bajo la razn social denominada Norris Properties Inc. Las dems intervenciones emprendidas bajo el New Deal, a las que hemos de aludir seguidamente, no se caracterizan, en realidad, por responder a un programa coordinado de desarrollo econmico-territorial a diversos niveles, sino que parecen entrar, en cambio, en el mbito de las obras pblicas corrientes. La cuenca del Columbia River abarca una considerable extensin de los territorios del Pacific Northwest, de los Estados de Oregon, de Washington, de Idaho, del occidente de Montana, de parte de Wyoming, de Utah y de Nevada, con un total de 260.000 millas cuadradas, unas seis veces la extensin del valle del Tennessee. Tras el estudio de algunos proyectos hacia finales de los aos veinte, en 1933 Roosevelt, inmediatamente despus de la aprobacin de la Tva Act, autoriza la construccin de la presa de Bonneville y poco despus de la presa de Grand Coulee, como parte de un programa que comprende la construccin de otras ocho plantas menores de control y utilizacin de las aguas del ro Columbia (figuras 1.769-1.770). Se trata, tambin en este
caso, de un imponente empeo tcnico y organizativo (la Grand Coulee Dam tiene una altura de casi 120 metros, a diferencia de las presas, ms bajas, del valle del Tennessee), que incide directa o indirectamente sobre el aprovechamiento conjunto de los recursos y sobre la economa de toda la regin: pero en este caso el gobierno federal renuncia a la creacin de un ente administrativo ad hoc que se haga cargo de la coordinacin de todas las fases de la intervencin, y prefiere actuar a travs de sus organismos departamentales (el Corps of Army Engineers, al que se deben los proyectos de las presas, el Bureau of Reclamation, el National Parks Service, el Soil Erosion Service, el Bureau of Land Management del Department of Agriculture). Tan slo en el 36 el Congreso aprueba por decreto la creacin de la Bonneville Power Administration, con facultades y atribuciones limitadas a la produccin y distribucin de la energa elctrica obtenida gracias a las presas 23. En el curso del ro Colorado, en la parte baja de una cuenca fluvial de 632.000 kilmetros cuadrados, se construye entre los aos 30 y 40 la colosal presa Hoover (ms de 220 metros de altura y de un espesor de casi 200 metros en la base). Al margen de los datos tcnicos del tema, un elemento importante del programa viene constituido por la creacin de Boulder City, el asentamiento destinado a servir durante seis aos y medio de residencia equipada para los obreros y tcnicos que intervienen en las obras, y despus como centro permanente del rea en que se levanta la presa (figs. 1,771-1.773). La construccin de Boulder City se hace necesaria habida cuenta de que hay ms de 40 kilmetros de distancia al centro habitado ms prximo (Las Vegas); el proyecto se ejecuta, en parte, por las mismas empresas contratistas que realizan la
23 Cfr. H. E. Tennant: Changing Frontier in the Columbia Basin, en Economic Geography, octubre de 1938; G. Macinka: The Columbia Basin Project. Expectations, Realizations, Implications, en Geographical Review, abril de 1963.
presa, consorciadas entre s (Six Companies), y en parte por el gobierno federal, sobre unos terrenos de una extensin total de 120 hectreas y conforme a un plan de conjunto debido a S. R. De Baer. De particular empeo son, dadas las condiciones climticas y la naturaleza del territorio, los equipamientos colectivos, las infraestructuras y las instalaciones tcnicas (suministro y depuracin de aguas). Entre las intervenciones de naturaleza sectorial podemos incluir tambin aqu las relativas a los parques nacionales. La poltica de afectacin al dominio pblico o de adquisicin de suelo para integrar un patrimonio pblico, y de valorizacin y acondicionamientc, de terrenos para el uso colectivo, iniciada en torno al cambio de siglo, se prosigue despus de la primera guerra mundial gracias a la labor de Thomas C. Vint, que en el 22 entra en el National Park Service, del que en el 27 es nombrado arquitecto-jefe: para la ordenacin de los parques federales, Vint elabora en los aos veinte una serie de master plans que incluyen tambin tipologas para los equipamientos, especifican los procedimientos para su gestin administrativa e indican las metodologa~de actualizacin y adecuacin de las obras a realizar (figs. 1.774-1.776). Como se ha dicho, la labor de valorizacin de los parques resulta potenciada bajo la administracin Roosevelt, tanto con el empleo de millares de obreros hasta entonces parados en la realizacin de las obras que no requieren capital fijo ni tecnologas costosas, como mediante la realizacin tambin de obras pblicas de ms amplios vuelos; puede servir de ejemplo, en tal sentido, la construccin de la Blue Ridge Parltway entre los futuros parques nacionales de las Great Smoky Mountains (1934; 500.000 acres) y del Shenandoah Valley (1935; 150.000 acres). Entre los .parques creados bajo la administracin Roosevelt se pueden recordar tambin el Everglades National Park, en Florida, el de las Olympic.Mountains, el Joshua Tree National Monument y el White Sands National Monument. Es importante la promulgacin en el 35 de la His-
toric Sites and Building Act, que permite proteger las reas y los conjuntos de mayor valor histrico-cultural, y gracias a la cual es posible afectar al dominio pblico el Salem Maritime National Historic Site, en Massachusetts " (fig. 1.777).
d) LAS INTERVENCIONES
SECTOR DEL H OUSING
P ~ B L I C A S EN EL
Entre los aos 28 y 33 la construccin de viviendas por parte de la empresa privada sufre un descenso del 95 por 100. El bloqueo casi completo de las inversiones de capital privado, que agrava notoriamente las condiciones habitativas de amplias capas de ciudadanos, y el creciente desempleo en todo el pas, acallan la tradicional hostilidad de los intereses creados contra la intervencin pblica, de tipo directo e indirecto, en el sector del housing. El mismo Hoover, como se ha visto, ha debido promover la celebracin de una Conference on Home Building and Home Ownership, para dar vida seguidamente, en el 32, a un grupo de Federal Home Loan Banks -que tienen escaso xito-, con el fin de facilitar prstamos a los constructores de viviendas. En cambio, la administracin Roosevelt interviene en el sector mediante la constitucin de numerosos entes y agencias federales, unas autnomas y otras dependientes de los departamentos del Interior o de Agricultura, con la misin de asegurar crditos a las empresas o de acometer directamente iniciaitvas de proyecto de barrios residenciales. Entre las primeras medidas adoptadas por la administracin demcrata en el 33 cabe citar la promulgacin de una Home Owners Loan Act, con la que se trata de evitar el desahucio de millares de familias que se ven en la imposibilidad de pagar los rditos de los prstamos obtenidos (sin embargo, se trata de una medida que no satisface todas las necesidades planteadas, porque si bien es cierto
24 N. T. Newton: Design on the Land. The Development of Landscape Architecture, Londres, 1971.
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que permite salvar econmicamente a un milln de familias, tambin lo es que ms de 250.000 pierden la casa, adems de los beneficios haita entonces obtenidos, tan slo en 1933). En octubre del 33, Ickes da vida a la Public Works Emergency Housing Corporation, que tiene como cometido el de asistir y financiar proyectos estatales, as como el ejecutar a ttulo demostrativo proyectos federales. Algunos Estados promulgan normas legislativas encaminadas a la creacin de housing authorities (Nueva Jersey, Michigan, Nueva York, Illinois, Kentucki, etc.), mientras los administradores pblicos dan vida a la National Association of Housing Officials, organizacin dedicada al estudio de los standards necesarios para mejorar las casas baratas y los barrios populares: la asociacin, impulsada por Catherine Bauer, organiza una serie de coderencias y reuniones en las ciudades ms importantes del Este y del Medio Oeste, y moviliza consensos en favor de una poltica en pro de la residencia popular (entre los participantes invitados se cuenta tambin Sir Raymond Unwin). Las comunicaciones presentadas a un congreso celebrado en Baltimore en octubre del 34 sirven para elaborar un programa nacional en favor del housing, as como para fijar standards y normas de comportamiento que despus constituirn un esquema que tender a integrar las zoning laws y la legislacin ya en vigor en cada una de las ciudades, conforme a las disposiciones de las public health authorities ". La obra de Henry Wright que lleva por
25 Para el sector de la edificacin de la Public Works Administration, segn G . H . Gray, algunas de las prescripciones ms importantes eran: un estudio de la poblacin a alojar; la composicin de cada familia, con indicacin del empleo de cada uno de sus componentes; el lugar de trabajo o la escuela a que acude cada uno de sus miembros; la existencia de servicios de transporte, comerciales, educativos y de otras actividades, como pueden ser los lugares del culto; la previsin de actividades recreativas a cubierto y en lugar cerrado, incluida la posibilidad de cultivar hobbies por parte de adolescentes y adultos, as como la accesibilidad a lugares de distraccin, como los cines. Si las escuelas no estaban ya establecidas en los barrios vecinos, se reservaban
ttulo Rehousing Urban America, publicada en el 35, recapitula los resultados de la labor precedente, clasificndolos conforme a las distintas problemticas urbanas, mientras dedica una seccin especial a las mejores realizaciones llevadas a cabo en los pases europeos (figuras 1.778-1.779). Los organismos gubernativos, por su parte, desarrollan una labor apreciable en favor del conocimiento y difusin de los mtodos y modalidades de proyecto que pueden resultar ms satisfactorios 26 (figuras 1.780-1.783). Prosiguen entretanto los esfuerzos de la administracin demcrata por reactivar el sector de la produccin edificativa pblica o concertada. Con base en la National Housing Act del 34 se constituye la Federal Housing Administration (FHA) para la concesin de prstamos a familias de ingresos medios; la Housing Division de la PWA se dedica a la reconstruccin de algunas barriadas urbanas degradadas (en Nueva York, Cleveland, Chicago, Indianapolis, Atlanta), pero se ve frenada en su labor por las decisiones de un
terrenos en el interior del barrio para ponerlos a disposicin de las autoridades escolares. Igual tratamiento se daba a los espacios de juegos cuando las autoridades pblicas encargadas de los parques prestaban colaboracin. Los lotes de terreno deban tener suficientes dimensiones para permitir la adopcin de una disposicin relativamente abierta, con buena iluminacin y vistas para todas las unidades familiares, con espacios de recreo, rboles, etc., procurndose eliminar, en lo posible, el ruido y los peligros del trfico de travesas. Los edificios variaban, desde casas de una o dos.plantas para las ciudades pequeas, pasando por bloques de apartamentos sin ascensor y de no ms de cuatro plantas para las ciudades grandes, hasta edificios de seis pisos con escaleras y ascensores en Nueva York. El nivel mnimo de calidad, en cuanto se refiere al nmero, dimensin y accesibilidad de las viviendas y por lo que respecta a la seguridad general de las edificaciones, era, por lo general, el exigido en la mayora de los casos por las autoridades sanitarias y por la legislacin vigente en la materia, con algunas mejoras incluso. G. H. Gray: Housing and Citizenship. A Study of Low-cost Housing, Nueva York, 1946, pgina 34. 26 H. B. Hackett : How the PWA Housing Division Functions, en aArchitectura1 Record, marzo de 1935.
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ORIGINAL PLAN
Figs. 1.778-1.783. Henry Wright, comparacin entre dos soluciones para la distribucin de un solar urbano, y estudios de tipologas residenciales; materiales docentes de la PWA, ejemplo de barriada y composicin con tipologas standard; una mala y una buena parcelacin, segn el manual Planning Profitable Neighborhoods, publicado en 1938 por la Federal Housing Administration.
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Figs. 1.784-1.791. Algunos barrios de la PWA: vista del Cedar Central y plano del Lakeview Terrace, en Cleveland; planimetra y vista de las Carl Mackley Houses, en Filadelfia. Algunos barrios de la USHA: planimetra del complejo de Farnham Court y vista del complejo de Elm Haven, en New Haven; las Ida B. Weiis Homes, en Chicago, y las East Homes, en Louisville.
tribunal de distrito que declara ilegales los procedimientos de expropiacin empleados por organismos del Gobierno Federal, estimando que las facultades de intervencin corresponden al respectivo Estado. Limitada as la eficacia de la PWA, la admini~tra~cin Roosevelt trata de ponerse a cubierto c:n su actuacin proponiendo un proyecto d(: ley regulador de la edificacin federal, propugnado por el senador Wagnes, aprobadlo en el 36 por la Cmara de Representantes, pero frenado en el Senado en la fase de discusin, y que resulta definitivamente aprobado en el 37, bajo el nombre de Wagner-Steagall Housing Act 27. De esta ley deriva la creacin de la United States Housing Authority (USHA), dependiente del Departamento del Interior, autorizada a efectuar prstamos a los particulares hasta del 90 por 100 del coste de las viviendas, a proporcionar ayudas econmicas a las familias de rentas bajas y, en fin, a asumir tareas directas de proyecto y ejecucin de obras (hacia finales del ao 40 la USHA puede jactarse de contar con 350 proyectos ejecutados o en fase de realizacin). En 1942, en el marco de una reorganizacin de las housing agencies a nivel gubernativo, la Federal Public Housing Authority (FPHA) viene a sustituir a la USHA. Finalmente, en el 45, se presenta para su aprobacin una General Housing Act, convertida despus en la Housing Act del 49, que faculta al gobierno federal para estar presente, como norma general, en casi todas las formas de intervencin pblica en el sector de la edificacin; y que determina la creacin de una nueva entidad de carcter permanente, la National Housing Agency (NHA). Podemos analizar las realizaciones de la actividad edificativa pblica o subvencionada
Cfr. T. McDonnel y S. J.: The Wagner Housing Act, Chicago, 1957.
desde el 33 al 42 clasificndolas por campos y tipos de intervencin: nuevos asentamientos residenciales urbanos o suburbanos de bajo coste sobre terrenos libres u obtenidos como resultado de operaciones de slum clearance (realizados principalmente por la PWA, por la RFC, por la USHA y, despus, por la FPHA); edificacin privada subvencionada (a travs, sobre todo, de la FHA); rural housing (principalmente mediante facilidades de financiacin concedidas por la Farm Credit Administration, por la Farm Security Administration y por la FPHA); y edificacin de guerra (confiada principalmente a la Federal Works Administration y a la FPHA). A estos sectores corresponden tambin, naturalmente, finalidades bastante diversas, desde el apoyo a la economa rural hasta el estmulo de la industria edificativa, pasando, en los aos de la guerra, por la garanta de la eficacia productiva blica del pas. Entre los barrios urbanos y suburbanos de la PWA merecen ser recordados aqu los Cedar Central Apartments (arquitecto W . McCornock; fig. 1.784) y el Lakeview Terrace (J. L. Weiriberg; fig. 1.785) en Cleveland, el grupo de Trunbull Park en Chicago (J. A. Holabird) y las Carl Mackley Houses en Filadelfia (P. Barney, 1935; figs. 1.786-1.787); entre las realizaciones de la USHA destacan, por su calidad, los grupos de Farnham Court (figura 1.788) y de Elm Haven en New Haven (1941; fig. 1.789)) el gran barrio de edificios de seis plantas de Queensbridge en Nueva York (F. Ballard y otros, 1939))las Ida B. Wells Homes en Chicago (fig. 1.790) y las East End Homes en Louisville (fig. 1.791). Se trata, en la mayora de los casos, de asentamientos de dimensiones moderadas, en formacin abierta o semi-cerrada, en los que por vez primera los bloques plurifamiliares son objeto de un tratamiento unitario, quedando
Figs. 1.792-1.799 (en la pgina opuesta). Las realizaciones de la FHA: planta y vista de los Interlaken Garden Apartmerits en el condado de Westchester, vista del complejo de Kew Gardens Hill en Flushing, N. Y., planimetra de un patio y vista area del complejo de Baldwin Hills, junto a Los Angeles; un poblado de la Farm Security Administration, en Chandler, Arizona: plano general, planta de las viviendas y planimetra de la parte residencial.
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desvinculados del sistema de las manzanas y apareciendo dotados de amplios espacios libres ajardinados y de algunos equipamientos colectivos; las caractersticas dimensionales (con un ndice de ocupacin del suelo comprendido a menudo entre el 20 y el 40 por 100, y raramente superior al 50 por 100) y la calidad de las arquitecturas de los mejores complejos residenciales vienen a patentizar, con frecuencia, la influencia ejercida por las realizaciones europeas (sobre todo, las de tipo anglosajn o escandinavo). La edificacin privada subvencionada, por el contrario, no se aparta de las opciones tipolgicas habituales de la casa unifamiliar, aislada o en pequeos grupos, con una composicin adaptada a mdulos suburbanos. Se trata de un sector de la edificacin financiado con prstamos a veinticinco aos y bajo tipo de inters concedidos por la FHA al que se debe la recuperacin de la expansin perifrica en alfombra que tiene lugar en los ltimos aos del New Deal, destinada a una franja cada vez ms amplia de usuarios de la clase media. Entre los numerosos ejemplos de este tipo esparcidos por todo el pas -que repiten montonamente las formas de la colonial tradition- se pueden recordar, por su dignidad formal, los Interlaken Garden Apartments en Wes tchester County (De Young y Moscowitz, 1940; figs. 1.792-1.793) y el complejo residencial de Kew Gardens Hills (B. Snow y G. F. Titus, 1939; fig. 1.794), ambos grupos en las inmediaciones de Nueva York. Bastante ms conocido es Baldwin Hills Village, cerca de Los Angeles, realizado en 1940 con el asesoramiento de C. Stein, un barrio para cerca de 600 familias, que con el empleo riguroso del principio de R a d b u r n ~destaca notoriamente entre la edificacin convencional unifamiliar californiana: el rectngulo del rea aparece organizado con calles en cal-de-sac de servicio de las viviendas, dotadas de garajes privados y de espacios de estacionamiento de vehculos al aire libre; el rea central, zona verde de uso pblico, queda enlazada con las residencias mediante una 'red de caminos peatonales (figs. 1.795-1.796). A pesar de la
repeticin de las unidades, el resultado es bastante feliz, por la integracin y la gradacin que se consigue establecer entre espacios privados y espacios colectivos, entre espacios tcnicos y espacios de uso. Son numerosos los asentamientos provisionales y permanentes de tipo rural que se realizan bajo los auspicios del Department of Agriculture y de los organismos que de l depeoden (figs. 1.797-1.793)) en gran parte en los Estados del Sur y del Oeste, donde se hacen sentir con ms fuerza las descompensaciones provocadas por las imponentes corrientes migratorias de trabajadores y de familias enteras en busca de empleo (figuras 1.800-1.801). Hasta el verano de 1940 se construyen 36 campamentos permanentes para 5.800 familias, pero estas cifras se ven despus ampliamente superadas en los aos de la guerra (sealaremos, en tal sentido, entre los complejos residenciales de este tipo caracterizados por un nivel ms estudiado de organizacin, los ncleos de Yuba City y de Tulare en California, de Eleven Mile Corner en Arizona y de Harlingen en Texas, todos ellos llevados a trmino por la Farm Security Adminis tration; figs. 1.802-1.803). Otros poblados rurales son los destinados a grupos de obreros empleados en las minas de (Arthurdale, West Virginia y de Penns~lvania junto a Readsville, y Tygart Valley en West Virginia, Westmoreland en Pennsylvania y Cumberland en Tennessee). Incluso prescindiendo de toda consideracin relativa al problema racial 28, que no obstante constituye una pesada hipoteca a la hora de enjuiciar el tema, los lmites del programa del New Deal para la edificacin pblica se concretan en la insuficiencia de la oferta y en la calculada atencin prestada a la idea de no lesionar los intereses de las sociedades empreLOSnegros no podan residir ni en la ciudadmodelo de Norris, construida por la TVA, ni en el poblado autosuficiente de Arthurdale; las comunidades-modelo del New Deal eran centros donde rega la ley de Jim Crow. W, E. Leuchtenburg, op. cit., pgina 173.
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Figs. 1.800-1.805. Un campamento para trabajadores emigrantes, y esquema de un campo para jornaleros agrcolas inmigrados; vista del campamento de Yuba City (California), planimetra de los poblados de Eleven Mile Corner (Arizona), Tulare (California) y Harlingen (Texas).
sariales, de las compaas financieras y de seguros, y de los sindicatos municipales. Tanto la PWA como la USHA intervienen en el sector de la vivienda popular con una modesta aportacin financiera: a las 28.000 viviendas construidas por la Housing Division de la PWA tan slo vienen a aadirse entre el 37 y el 41 las 168.000 viviendas financiadas por la USHA, lo que supone bastante poco si se tienen en cuenta las necesidades que padecen en este terreno las clases pobres del Sur y de las grandes ciudades. Adems es preciso tener en cuenta que la franja de incomes a que institucionalmente se dirige la FHA en su poltica de promocin de la home ownership aparece comprendida entre los 2.200 y los 10.000 dlares anuales, mien-. tras que la USHA desarrolla su actividad en favor de familias cuya renta anual queda comprendida entre los 500 y los 1.200 dlares. Una indicacin precisa y elemental de los lmites del New Deal puede verse justamente en el hecho de que la actuacin pblica jams deja de mantenerse a una prudencial distancia de respeto en relacin con los confines de mercado dentro de los cuales la iniciativa privada todava puede encontrar mrgenes de beneficio remunerativos, determinndose as una no-man's land de la oferta edificativa a la que corresponde una franja ms bien amplia de la poblacin norteamericana (en torno al 16 por 100; en 1940 el 45 por 100 del total de las viviendas baratas estn ocupadas por personas que no pueden insertarse en los programas de la USHA, pero que tampoco se encuentran en condiciones de acceder al mercado libre). En conjunto, la poltica de gestin de los recursos nacionales y de programas generales de desarrollo ofrece un neto predominio sobre el apoyo concreto prestado a los problemas del housing, de los slums, de las reas degradadas, de la insuficiencia de equipamientos y servicios, y de la catica expansin de las ciudades: reas crticas que se dejan en herencia a la posguerra. Se trata de una limitacin que puede reconducirse, en trminos generales, a la distinta importancia atribuida a las nece-
sidades productivas, de un lado, y a la reproduccin de la fuerza de trabajo, .del otro; diferencia que las mismas vicisitudes de la edificacin de guerra se encargan de confirmar ". La participacin del pas en la segunda guerra mundial, mientras marca en los Estados Unidos la efectiva recuperacin econmica tras la crisis, comporta tambin, aunque no sin fuertes desequilibrios internos, una nueva fase de recomposicin productiva y espacial del capital y de la fuerza de trabajo. A sugerencia del National Defense Council, las oficinas de planificacin de los Estados tratan de verificar las posibilidades de asentamiento de complejos productivos en las ciudades mayores, as como la disponibilidad del capital privado necesario para apoyar los programas gubernativos, pero la necesidad de restringir los tiempos de ejecucin compromete la racional organizacin de las intervenciones. En algunas reas resulta particularmente intensa la concentracin de la produccin blica, y en torno a ellas los nuevos contratos de produccin reclaman la presencia de proporciones cada vez mayores de fuerza de trabajo. En San Diego, donde hacia mediados de los aos treinta se ha desarrollado la industria aeronutica, se produce ya entre los meses de abril y octubre de 1940 un incremento de poblacin que se estima comprendido entre las 15.000 y las 30.000 almas, mientras que las previsiones efectuadas anuncian un aumento de otros 45.000 trabajadores para los ocho meses siguientes. Tras la entrada en la guerra de los Estados Unidos, un flujo migratorio imponente, calculado en casi tres millones de personas, se desplaza hacia las 275 defense areas del pas: a Indianapolis afluyen 20.000 personas, a Wichita 15.000, al rea metropolitana de Filadelfia 150.O00 trabajadores de la industria y a Pittsburg otros 30.000 30. En 1942 la ocupacin en los empleos de guerra llega a su punto mximo, cuando el go29 Sobre el perodo, cfr. R. Moore Fisher: 20 Yeavs of Public Housing, Nueva York, 1959. 30 Cfr. M. Scott, op. cit., pg. 387.
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militar, quedan bajo el estricto control del gobierno federal, como puede ser el caso de los asentamientos construidos por la Atomic Energy Commission en Oak Ridge, Tennessee (proyectado por la firma Skidmore, Owings & Merrill, que cuenta con J. Merrill, T. B. Augur y L. Zach como planning consultants), en Richland, Estado de Washington (Graham, Anderson, Probst y Uhite, con la colaboracin de S. G. Turnbull) y en Los Alamos, Nuevo Mjico (L. Sheridan y, despus, W. S. Kruger & Associates).
Dentro del panorama -que dista mucho de ser rico- de las realizaciones planificadas del New Deal en el campo del housing, ofrecen una importancia particular las denominadas greenbelt towns, no solamente por las mayores dimensiones de la intervencin pblica, sino tambin porque representan, en definitiva, manifestaciones de esa ideologa del descentramiento o del reasentamiento dirigido que convierte al rural-agricultura1 o al ruralindustrial environment en objetivo totalizante de una nueva visin social. Hasta qu punto esta perspectiva resulta ilusoria -y ambigua, en los aspectos que aluden a un nuevo planteamiento territorial- puede ponerse de relieve atendiendo no solamente al modesto balance cuantitativo de esta operacin, sino tambin al hecho de que algunos sectores de la iniciativa industrial y empresarial se orientan tambin hacia programas sus tancialmente anlogos. No hace falta remontarse a la propuesta de Henry Ford para Muscle Shoals; un episodio significativo, que podemos considerar como precedente de las greenbelt towns, es aquel en que el gobierno federal es requerido por un grupo de industriales de Nueva York y por la lucidez y competencia tcnica de Clarence Stein a realizar determinado plan. El programa en cuestin, en el que aparecen interesadas muy particularmente tres grandes empresas de materiales de construccin gravemente afectadas por la recesin, considera la
construccin de asen tamien tos planificados cuya ejecucin debe someterse al gobierno por lo que respecta a la concesin de prstamos y facilidades de financiacin: los objetivos declarados por los promotores incluyen, junto a la recuperacin de la industria de la construccin, la lucha contra el paro y el comienzo de una planificacin demostrativa del sector de la residencia. Se seleccionan un primer grupo de localidades favorables al proyecto en las inmediaciones de Milwaukee, Los Angeles, San Francisco y Nueva ' ~ o r k .Para el rea de Nueva York se llega a la fase de proyecto de una new town para 18.000 personas: es el complejo residencial de Valley Stream, que se prev construir en el Nasau County, sobre unos terrenos de 350 acres de extensin, diseado por Stein con la colaboracin de C. Mutler y F. Vitolo, conforme a una puntual aplicacin de los principios urbansticos ya estudiados en Radburn (fig. 1.810). El proyecto termina convertido en letra muerta como consecuencia de la falta de preparacin de la mquina administra tiva y gubernativa. La idea de la construccin programada de poblados satlites es anticipada ya con fuerza por Rexford G. Tugwell, director de la Resettlement Administration, el organismo instituido en el 35, dependiente del Department of Agriculture, en el momento en que se declara la inconstitucionalidad de la National Industvies Recovery Act por el Tribunal Supremo de los Estados unidos. Los fondos necesarios, tambin en este caso, estn asegurados por las disposiciones de la Emergency Relief Appropriation Act del 35. Tugwell, que desarrolla gran actividad como exponente tpico del brain trust de Roosevelt en la poca de la campaa electoral, es un experto en economa agraria y convencido defensor de una reforma social basada en el reasentamiento de la poblacin rural expulsada de los campos por la crisis econmica, por la reestructuracin tecnolgico-productiva y por la agravacin de los fenmenos ecolgicos de erosin del suelo. El plan de Tugwell apunta a la construccin en gran escala de complejos residenciales en terrenos adquiridos
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por el gobierno en lugares prximos a los mayores centros habitados: es un programa de filtraje e interceptacin de las migraciones rurales hacia las ciudades, en cierto sentido totalmente opuesto a la idea del presidente favorable a una revitalizacin de la economa agrcola mediante subsidios econmicos, infraestructura~sociales e incentivos al descentramiento industrial, aunque nazca de una comn actitud anti-urbana 31. En la primavera y el verano del 35 se lleva a cabo un estudio preliminar sobre las cien ciudades principales de los Estados Unidos con idea de determinar las reas metropolitanas en que deben experimentarse los nuevos modelos de asentamiento: la seleccin queda restringida a ocho ciudades, que ulteriormente se reducen a cinco ante la escasez de fondos disponibles. Entre ellas se encuentran Milwaukee, elegida por su alto ndice de desempleo; Cincinnati, seleccionada por su madura organizacin en el sector urbanstico; as como el rea de Washington, el rea de St. Louis y el rea de New Brunswick, en New Jersey. Una serie de imprevistos provocan despus otra constraccin del programa: la unidad prevista para St. Louis queda eliminada como consecuencia de los desacuerdos producidos con la St. Louis Planning Commission, mientras que la barriada satlite prevista en New Jersey tropieza muy pronto con dificultades suscitadas por las propias autoridades locales. Los planes para las greenbelt town son elaborados en Washington por un departamento formado por expertos y tcnicos cualificados. Del grupo directivo forman parte, entre otros, H. Wright, C. S. Stein, T. Augur, E. Draper, C. Bauer y el economista Warren
31 Sobre la obra de Tugwell, cfr. B. Sternsher: Rexford Tugwell and the New Deal, New Brunswick, 1964; ms especfico es D. Myhra: Rexford Guy Tugwell: Initiator of America's Greenbelt New Town, en Journal of the American Institute of Planners, mayo de 1974. De los escritos de Tugwell relacionados con las greenbelt towns pueden verse: The Meaning of the Greenbelts Towns, en The New Republic, febrero de 1937, y The Resettlement Idea, en Agricultura1 History, octubre de 1959.
S. Vinton; secciones especiales de proyecto estudian los cuatro planes iniciados. Abandonando las preferencias iniciales de Tugwell por unidades de habitacin en altura inspiradas en las teoras de Le Corbusier, las selecciones morfolgicas y tipolgicas se inclinan en favor de los modelos ya experimentados en las garden cities inglesas. Se llevan a cabo estudios precisos para calcular los mejores standards habitativos, los tipos de las viviendas y los modos de agregacin ms oportunos en relacin con los costes de construccin y de mantenimiento. La ms importante de las tres new towns llevadas a trmino es la de Gheenbelt, situada en Maryland, dentro de la zona de influencia de Washington (figs. 1.811-1.815). Los terrenos, adquiridos en sucesivas fases, tienen una extensin total de 3.300 acres; el plan de conjunto, previsto originariamente para 885 familias, se debe al etown planner H. Walker, que cuenta con la colaboracin de los arquitectos D. D. Ellington y R. S. Wadsworth. El asentamiento se presenta planimtricamente como una gran hoz, cuya espina portante est constituida por dos arterias curvilneas casi paralelas, Crescent Road y Ridge Road, que sostienen una vialidad menor de acceso a los grupos de edificios. En el baricentro de la curva, en el semicrculo interior definido por la Crescent Road, se sita el centro comunitario, con el conjunto de los equipamientos pblicos; en el interior del rea del complejo se prepara un lago artificial. Fracasa la estrecha relacin con los empleos industriales auspiciada por los proyectistas, y la ciudad se convierte tan slo en un apndice-dormitorio de Washington, con unas dimensiones que, con las adiciones efectuadas en la posguerra, llegarn a superar la cifra de 7.000 personas. Greenhills, en Ohio, a cinco millas de distancia del centro de Cincinnati (arquitectos R. A. Wank y G. F. Condner, urbanistas J. R. Hartzog y W . A. Strong; fig. 1.816), comprende en su primera fase 676 viviendas. La forma de su planta viene justificada parcialmente por la configuracin del terre-
Figs. 1.810-1.812. Planimetra del asentamiento de Valley Stream; Greenbelt (Maryland), situada entre Washington y Baltimore, y vista area del complejo residencial. .
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Figs. 1.813-1.818. Greenbelt, planimetra, vista del centro y de 1 s viviendas, .y vista de la piscina; planimetras de Greenhills, Greendale y Greenbrook.
no; sus elementos componentes son los habituales, si bien las soluciones adoptadas resultan ser menos rigurosas. Greendale, en el rea metropolitana de Milwaukee (arquitectos H. A. Bentley y W . G . Thomas, urbanistas J. Crane y E. Peets; fig. 1.817)) ofrece una feliz integracin entre los temas proyectuales y los elementos del paisaje natural; se conserva un curso de agua existente, como elemento de valoracin, en el interior del barrio, disponindose las viviendas en series lineales ordenadas, con amplio predominio de la residencia unifamiliar aislada. Un eje central, Broad Street, apunta hacia el Town Hall y da servicio al complejo de los equipamientos colectivos. La dimensin del ncleo es reducida (572 viviendas). La cuarta de las greenbelt towns proyectadas, que luego no llega a realizarse, Greenbrook, ofrece las mismas caractersticas; prevista su construccin originariamente a cinco millas de distancia del centro de New Brunswick (arquitectos A. Mayer y H. S. Churchill, urbanistas H. Wright y A. Kamstra; figura 1.818)) se proyecta para un total de 750 viviendas. Las greenbelt tozuns, por la abundancia de suelo de que disponen, se presentan como complejos residenciales extensivos, casi como parques habitados, dotadas generosamente de instalaciones pblicas y comunitarias (son, entre otras cosas, los primeros asentamientos planificados dotados en su interior de establecimientos comerciales del tipo de los shopping centevs). A la alta calidad del proyecto corresponde en cambio una cantidad bastante modesta del producto, insignificante en relacin con la magnitud de los fenmenos de las reas metropolitanas afectadas e irrisoria prcticamente respecto de la urgencia que en el plano nacional ofrecen los problemas del sector de la vivienda (las gveenbelt towns no llegan ni tan siquiera al umbral de asentamiento previsto en fase de proyecto, es decir, al nivel de 3.000 familias con un total de 10.000 habitantes). En mayo del 36 el Tribunal de Apelacin
del Distrito de Columbia declara ilegal la construccin de Greenbrook, la izew town propuesta en New Jersey, e inconstitucional la delegacin de atribuciones legislativas en el presidente que resulta de las disposiciones de la Emergency Relief Appropriation Act. Despus de transcurrir dieciocho meses desde el comienzo de sus actividades, la Resettlement Adminis tration queda, de esta manera, desmantelada, si bien an resulta posible llevar a trmino, con los fondos ya asignados, las new towns que se encuentran .en curso de ejecucin. Tugwell presenta su dimisin en diciembre del 36; el gobierno federal conserva la propiedad d e . los tres asentamientos construidos, hasta que en 195.5 son cedidos a empresarios privados 32.
Entre los fermentos y las tensiones reformista~que agitan los primeros aos del New Deal se puede incluir, por algunos de sus aspectos, el proyecto de Broadacre elaborado por F. Ll. Wright a partir del 3 1 y dado a conocer pblicamente en la primavera del 35. Precedida de una crtica apasianada a la metrpoli capitalista y de una declaracin de desconfianza en su supervivencia, expuestas en el ensayo The Disappeaving City, publicado en el 32, la propuesta de Wright, si bien puede fecharse emotivamente en el contexto histrico del trauma social determinado por la crisis del 29 y de las esperanzas suscitadas por el New Deal, puede reconducirse, sin embargo, por una parte,
3 3 0 b r e las greenbelt towns vanse, sobre todo: C. Stein: Toward New Towns for America, Cambridge (Mass.), 1966 (trad. italiana, Verso nuove citta per l'Am2rica, Miln, 1969; P. A. Conkin: Tomorrow a New World; the New Deal Community Program, Ithaca, 1959. Y tambin: Greenbelt Towns, en aArchitectura1 Record, septiembre de 1936; R. L. Reiss: American Greenbelt Towns, en Town and Country Planning, enero de 1938; F. C. Stephenson: Greenbelt Towns in the United States, en Town and Country Planning, invierno de 1942-43.
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Figs. 1.819-1.825. F. L1. Wright, el plan de Broadacre: vista cenital de la maqueta, tipologa d e una vivienda, el rea para las actividades y manifestaciones al aire libre, planimetra y maqueta de una unidad productiva agrcola, perspectiva general y perspectiva del centro cvico.
a la constante tradicin agraria y anti-urbana que tiene sus orgenes en las enseanzas de Thoreau y que se ha visto reverdecida por experimentos ms recientes como los del movimiento Back-to-the-land de Ralph Borsodi "; pero, por otra parte, es tambin el mensaje autobiogrfico de una individualidad genial que ha sabido mantener casi cincuenta aos de experiencias profesionales vinculadas con frecuencia a la bsqueda de modelos existenciales pioneros, ntimamente acariciados y sufridos. En sus premisas tericas, la propuesta de Wright parte de la crtica a la civilizacin industrial - urbana, negadora de los valores humanos e individuales ms autnticos, para fundarse en la redistribucin de una calidad ambiental que tan slo es posible en la recuperacin de ese mito de la frontera que, en una sociedad tecnificada, puede verse reactualizado en la fusin de ciudad y campo, en un general derecho a la tierra. Esta nueva realidad urbana, en efecto, puede realizarse a travs de los medios que la tecnologa ms avanzada es capaz de poner a disposicin del hombre, medios personalizados y sustrados incluso a la hipoteca masificadora de la concentracin, desde el automvil al taxi-helicptero, pasando por la energa elctrica y los instrumentos de comunicacin no fsica (telfono, radio). Broadacre ser una ciudad de bajsimo ndice de densidad,
33 Ralp Borsodi es, alrededor de 1920, el promotor de un experimento de comunidad autosuficiente, intentado primero en una finca agrcola de ocho acres de extensin, situada a dos horas de tren de Nueva York, y luego en un asentamiento organizado; durante el New Deal, Borsodi consigue incluso una ayuda financiera del Federal Subsistence Homesteads Program para la realizacin de una colonia agraria en Ohio. Tampoco puede olvidarse la aparicin, en el perodo de la depresin, de otros movimientos radical-populares, como el fundado por el novelista y reformador social Upton Sinclair bajo la sigla EPIC (End Poverty In Caliornia). Para el complejo panorama histrico en que se inserta la hiptesis de Wrigth, remitimos al lector al documentadsimo estudio de G. Ciucci: La cittd nell'ideologia agraria e F. Ll. Wright, en la obra colectiva La cittd americana, cit.
extendida en todas direcciones, que se encuentra, afirma Wright, en todas partes y en ningn lugar. Su modelo ideal de ocupacin del territorio sigue siendo todava el retculo regional jeffersoniano (con las casas unifamiliares distribuidas en lotes mnimos de suelo de cuatro acres de extensin), en el que sin embargo la capilaridad del tejido aparecer integrada por haces lineales de comunicacin y donde la homogeneidad del grano se ver escandida por polos equipados (centros culturales, de aprovechamiento del tiempo libre, equipamientos hospitalarios, edificios administrativos, unidades industriales aisladas). Las planimetras con las que Wright nos ejemplifica un sector de Broadacre, los modelos, las perspectivas, las tipologas, nos presentan justamente las sabias imgenes de un landscape tecnificado, con vagas reminiscencias, precisamente, de una cierta fiction science decimonnica, cuyo dato programtico es el aislamiento de los elementos construidos y su contigidad fsica con el campo cultivado o natural: un mundo sin jerarquas, incontaminado por la problemtica urbana (fig. 1.819-1.825). Ms que explicarnos el funcionamiento de esta ciudad, ms que constituir una profundizacin tcnico-proyectual, los diseos de Broadacre son un documento ideolgico, un acto de fe y de presuncin: esta ciudad sin mrgenes no es ms que el contexto ideal de la arquitectura de Wright, de sus proyectos y de sus realizaciones anteriores al 35, que vuelven a aparecer como tipos autnomos, autojustificados cada uno de ellos por su propia carga vital, en una secuencia ms demostrativa que lgica, como los personajes a los que se pasa revista al final de una autobiografa. Arquitecturas que son el espejo fiel de esa sociedad capitalista sin clases imaginada por W r i g h ~ ,pero que conserva todas las connotaciones especficas de la high middle class en la que el maestro de las prairie houses encontraba su clientela preferida y casi exclusiva. La propuesta de Wright, solamente por va de sutiles cambios y de lejanas conso-
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nancias -que tambin resultara sugestivo indagar a fondo-, se inserta en el filn utpico de la era industrial y pre-industrial; es cierto, en cambio, que dicha propuesta, aun siendo tan densa en puntos de contacto con algunos valores bsicos de la cultura norteamericana del pasado y del presente, se coloca fuera del movimiento en favor del planning que entre los aos 20 y 40 recapitula, profundiza y consuma fatigosamente sus propias hiptesis de revisin de un orden territorial, urbano e institucional tan rico en conflictos internos. Con una maqueta y una serie de grficos, el proyecto de Broadacre se expone por primera vez, de abril a mayo de 1935, en la Industrial Arts Exposition celebrada en el Rockefeller Center de Nueva York bajo los auspicios de la National Alliance of Art and Industry. En la aproximacin -por cierto, totalm.ente ocasionalentre la utopa de Wright y el nuevo smbolo del poder financiero levantado en la City de la mayor ciudad norteamericana podemos leer, subjetivamente, el desafo heroico y positivo, o la veleidad inactual, de un irreductible individualista. En estos mismos aos el paisaje totalizante de Broadacre se va realizando lentamente en la periferia suburbana de todas las ciudades de Norteamrica, como parte segregada, y al propio tiempo complementaria, de la concentracin terciaria e industrial. Ante estos procesos, la visin anrquico-existencia1 de Wright no puede ofrecer como trmino dialctico ms que el espejo de las propias imgenes asumidas como peticiones de principio, como en suspenso en un aura sin instituciones, sin clases, sin contradicciones 34.
Sobre Broadacre, vanse, ante todo, los textos ms importantes del mismo F. L1. Wright: The Disappearing City, Nueva York, 1932; Architecture and Modern Life, Nueva York, 1937 (en colaboracin con B. Brownell); When Democracy Builds, Chicago, 1945; The Living City, Nueva York, 1958 (trad. italiana, La cittd viuente, Turn, 1966); adems de la presentacin del proyecto en Broadacre City: A New Community Plan, en aArchitectura1 Record, abril de 1935. Y tambin: N. K. Smith: Frank Lloyd
g)
LOS PROGRESOS
DE LA ARQUITECTURA
En este contexto es necesario aludir, al menos, a la renovacin formal y metodolgica experimentada por la cultura arquitectnica norteamericana en los aos que van desde la depresin hasta la segunda guerra mundial, renovacin en que juegan un papel importante, aunque sea a travs de mediaciones complejas, los movimientos y las investigaciones que se desarrollan en Europa. El dilogo abierto con el concurso para el edificio del Chicago Tribune del 22 no tiene resultados inmediatamente perceptibles, salvo en lo que toca a las repeticiones formales inducidas en algunas obras posteriores por las sabias soluciones del finlands Eliel Saarinen, clasificado en segundo lugar en ese concurso. El discurso crtico desarrollado por Saarinen, trasplantado ahora con carcter estable a los Estados Unidos, con los sucesivos proyectos de ordenacin del centro y del lnkefront de Chicago (1923) y del riverfront de Detroit (1924)) sigue sin influir sustancialmente sobre el ambiente norteamericano, estructuralmente predispuesto a rechazar cualquier racionalizacin compositiva del crecimiento urbano de las reas directivas segn unidades orgnicas; mientras que tambin la enseanza manifestada en la Cranbrook Academy, cerca de Detroit, realizada por Saarinen a partir de 1925 (fig. 1.826)) queda, sobre todo, como testimonio de un magisterio reconocido por todos, pero carente de ulteriores solicitaciones generalizadas. Le Corbusier, que visita Cranbrook pasada la mitad de la dcada de los treinta, expresa de ella un juicio vagamente ridiculizador 35.
Wright. A Study in Architectural Content, Englewood Cliffs, N. J., 1966; G. R. Collins: Broadacre City: Wright's Utopia Reconsidered, en la obra colectiva Four Great Makers of Modern Architecture, Nueva York, 1970; S. Grabow: Frank Lloyd Wright and the American City: The Broadacre Debate, en ~Journal of the American Institute of Planners, abril de 1977. 35 ES un retiro; un lugar donde jvenes de ambos sexos vienen a estudiar arte, zambullndose, entre
Figs. 1.826-1.831. E. Saarinen, planimetra de la Cranbrook Academy o Art; R. Neutra, Health House cn Griffith Parks, Los Angeles (1927)) y dos perspectivas del proyecto de la Rush City Reformed (19271: G . Howe y W. Lescaze, el Savings Fund Society Building, en Filadelfia (1932), y perspectiva del proyecio para la reestructuracin de la Chrystie-Forsyth Parkway en Nueva York (1931-32). Figs. 1.832-1.839 (en la pgina opuesta). W. Gropius y M. Breuer, maqueta del barrio de New Kensington (1942); el proyecto para un nuevo asentamiento en Concord (Gropius y alumnos de la Universidad de Harvard, 1946); W. Gropius y K. Wachsmann, esqueleto de la pakaged house y detalles de los elementos de montaje (1942); Mies van der Rohe, las tres planimetras sucesivas del campus del I I T (Illinois Institute of Technology), en Chicago, estudiado a partir de 1939.
En la segunda mitad de los aos veinte se captan en los Estados Unidos los reflejos de algunas experiencias culturales europeas, desde el expresionismo alemn al plasticismo de la escuela de Amsterdam, pasando por los modelos del Art Dco difundidos desde la Expo parisina del 25; y, casi, contemporneamente, de las investigaciones del Movimiento Moderno. A Richard Neutra y a Rudolf M. Schindler, que trabajan en la costa occidental de los Estados Unidos, se deben algunas de estas primeras realizaciones s o b r e todo en la edificacin residencial unifamiliar de lujo (fig. 1.827)- que utilizan el conocimiento de la nueva arquitectura alemana y holandesa para iniciar un proceso de clarificacin tcnico-formal de la leccin aprendida de Wright (Schinler trabaja con Wright desde el 17 al 20, y el mismo Neutra vive en Taliesin en el 24). Pero en los estudios efectuados por Neutra, junto con A. Hehr, en el 27, en el proyecto de la Rush C i t y Reformed (una ciudad regional de trazado lineal, para un milln de habitantes; figs. 1.828-1.829), aparecen tambin modelos de edificios de ms plantas y de sabor constructivista, que indudablemente ejercen una influencia no desdeable sobre la evolucin formal que puede registrarse alrededor del ao 30 en el prestigioso tema del skyscraper (para oficinas y viviendas) que en los roaring twenties se ha enriquecido con resultados a veces excepcionales como consecuencia del oportunismo sin prejuicios que separa soluciones tcnico-constructivas .y confeccin decorativo-simblica. Esta transicin resulta evidente en las obras ms importantes de Raymond Hood: el Daily News Building (1929-30), donde el parmetro de los bloques en altura se caracteriza por montantes y franjas verticales absolutabosques y campos, en una atmsfera beatfica. Se filosofa trabajando, se filosofa comiendo; las comidas se toman en comn, juntos profesores y alumnos [...l. Cranbrook es muy americana, retiro paradisaco para luchadores desalentados. Le Corbusier: Quand les cathdrales taient blanches, Pars, 1937, pgina 165.
mente carentes de modulaciones y ornamentaciones, y el McGraw-Hill Building (193031), en el que la caja edificada en escalones, conforme al artificio del setback dictado por la reglamentacin de zoning de Nueva York, aparece aligerada por un tratamiento de franjas horizontales para marcar las plantas y de ventanales continuos diseados en superficie. En Filadelfia, por obra de G. Howe y W. Lescaze, se levanta el notable edificio de la Philadelphia Savings Fund Society (1929-32; fig. 1.830); a estos arquitectos se debe tambin un proyecto de 1931-32 para la reestructuracin de la Chrytie - Forsyth Parkway de Nueva York, una tentativa bastante aislada de valorizacin de una escala urbana y de tipologas edificativas directamente referibles a las propuestas de Le Corbusier y de Gropius (fig. 1.831). Un ulterior paso dimensional y cualitativo -nuevo, sobre todo, en relacin con el papel asignado a la tipologa del rescacielos dentro de la estructura urbana- se lleva a cabo en los aos treinta con la construccin del Rockefeller Center en Nueva York, que nace como consecuencia de una ms amplia visin empresarial y organizativa 36. En los aos treinta se hacen ms intensos los lazos y conexiones con los movimientos predominantes en Europa. Una fecha marca la introduccin en EE. UU. del estilo internacional, la de la exposicin celebrada en 1932 en el Museum of Modern Art de Nueva York por iniciativa de H . R. Hitchcock y P. Johnson, autores de un volumen profusamente ilustrado editado ese mismo ao bajo el ttulo The International Style: Architecture Since 1922. Pero se trata, naturalmente, de un impacto que acta sobre todo en el plano formal, y que en esta direccin alimenta 'adhesiones, rechazos y polmicas, que van a desembocar inmediatamente en una valoracin predominante en clave estilstica y que a largo plazo tienen como efecto una superficial evolucin de la prc36
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tica proyectual y de la produccin en serie para el mercado. Ms importante es la presencia de los maestros europeos que se alejan de Alemania tras la implantacin del rgimen nazi: a partir del 35 llegan a los Estados Unidos, uno tras otro, Gropius, Breuer, Mies van der Rohe, M. Wagner, Hilberseimer, Moholy-Nagy, Albers . . ., quienes inmediatamente reanudan en este pas su propia actividad profesional o docente. Desde el 38 Gropius dirige la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Harvard, en Boston (a la que llama, como colaboradores, a Breuer y a Martin Wagner), construye, junto con Breuer, algunas villas unifamiliares y entre el 41 y el 43 puede realizar un poblado obrero de guerra en New Kensington, Pennsylvania; Mies van der Rohe trabaja desde el 38 como director de la Seccin de arquitectura del Illinois Ins titute of Technology, en Chicago, para el que proyecta, a partir del 39, el nuevo campus"; Moholy-Nagy funda en Chicago la New Bauhaus, una escuela de artesana e industrial desing en la que ejercer la docencia hasta su muerte, acaecida en el 46. En muchos de los arquitectos y artistas que se trasladan a los Estados Unidos se mantiene la idea, naturalmente, de trasplantar y desarrollar aqu las investigaciones y
37 El proyecto para el nuevo campus de la Universidad de Chicago es muy significativo. En el primer esquema del 39 las diversas secciones aparecen agrupadas en pocos bloques de edificios, dispuestos simtricamente en torno a un vasto espacio cerrado atravesado por una calle axial, pero mientras que la simetra es rigurosa en el ambiente central, en sus mrgenes aparecen algunas mesuradas desviaciones que quitan rigidez al conjunto y preparan las conexiones con las reas circundantes. En el sucesivo proyecto del 40, al pretenderse conservar una segunda calle que se cruza con la primera en el centro del conjunto, se pierde el marco cerrado del ambiente central y la composicin se hace ms articulada. Por ltimo, Mies abandona toda tentativa de subordinar el conjunto a un cuadro visual unitario, entrama la composicin con un retculo modular y coloca las diversas secciones en numerosos cuerpos de fbrica separados, distribuidos libremente por el amplio espacio uniforme. L. Benevolo: Storia dell'architettura moderna, cit., pgs. 716-17.
bsquedas iniciadas en Europa en los aos veinte; pero esta orientacin, que resulta realizable en los ejercicios didcticos y docentes sobre el estudio de las formas de un Moholy-Nagy o de un Albers, deja sin resolver el problema de la confrontacin con una realidad productiva y social como la de la Norteamrica de los aos treinta, tan distinta a la europea de la primera posguerra. Gropius, en particular, advierte todas las dificultades tericas y prcticas que plantea esta situacin, y mientras se impone a s mismo un atento autocontrol crtico, parece adherirse en su primera produccin proyectual, realizada junto con Breuer, a algunos elementos de la tradicin domstica norteamericana; en los proyectos a escala de barrio se muestra dispuesto a incluir elementos compositivos y ambientales propios de las experiencias suburbanas anglosajonas y de la teora de la neighborhood unit (poblado obrero de Aluminium Terrace, en New Kensington, figura 1.832, al que ya se ha aludido antes, y proyecto para un nuevo asentamiento en Concord, Massachusetts, elaborado en colaboracin con los estudiantes de Harvard en el 46, fig. 1.833). A partir del 41 Gropius inicia su colaboracin con Konrad Wachsmann, colaboracin que entre los aos 42 y 45 les lleva a la definicin de un sistema de montaje para la General Panel Corporation (packaged house system; figs. 1.8341.836); desde el 47 trabaja en un estudio de proyectacin de carcter estable, fundado en unin de algunos jvenes arquitectos americanos, antiguos alumnos suyos de Harvard (TAC = The Architects Collaborative). Totalmente distinta es, en cambio, la reaccin ante la realidad americana de Mies van der Rohe, que se dedica a profundizar en sus investigaciones sobre materiales y elementos constructivos, en la bsqueda de un rigor y de un orden que son en s mismos valores-gua 'de su experiencia en la proyectacin arquitectnica y a escala urbana: el proyecto para el campus y los edificios del Illinois Institute of Technology (el anteproyecto sobre malla modular se pone a punto
Figs. 1.840-1.842. Norman Be1 Geddes, vista de la maqueta del Futurama, expuesta en la Feria de Nueva York del 39, maqueta del proyecto y vista del pabelln de la General Motors.
a partir del 39 con el estudio de sucesivas variantes, y las primeras construcciones se inician en el 42; figs. 1.837-1.839) y los proyectos para los Promontory Apartments, a orillas del lago Michigan ( 1 9 4 6 ) constituyen el prlogo de una intensa actividad a la que dedicar toda la ltima fase de su produccin. En las universidades, en la prctica profesional, en la industria, la contribucin de los maestros europeos se afirma, pues, durante los aos del conflicto mundial, pero tambin sufre inevitablemente las consecuencias histricas de un desarrollo socioeconmico que en estas aportaciones intelectuales busca nuevos mrgenes y garantas de valorizacin y reproduccin. Sobre el destino de los productos del Movimiento Moderno en tierras americanas puede arrojar luz, quiz, la divulgacin que a nivel de sugestin de masas se opera en la Feria mundial de Nueva York organizada en el 39, momento celebrativo de la resurreccin del capitalismo americano tras el gran susto del 29. En el Futurama
de la Amrica de los aos sesenta, expuesto por cuenta de la General Motors y puesto a punto por el designev y escengrafo Norman Be1 Geddes con la colaboracin del especialista en cuestiones de trfico Miller Mc Clintock (fig. 1 . 8 4 0 ) , y en el pabelln de esa misma empresa proyectado tambin por Geddes ( figs. 1.841-1.842), los instrumentos expresivos de la vanguardia exaltan en imgenes brillantes el dominio tecnolgico del know-bow americano sobre el gigantismo de la metrpoli". El aura tumultuosa de las
38 Dicen Tafuri y Da1 Co: Toda la bsqueda de Be1 Geddes [ .. . ] se basa en una lcida conciencia de las potencialidades de la produccin industrial, en la coincidencia de cualidad y valor de uso: en cuanto reduccin de la arquitectura a mass medium, el design es instrumento de valorizacin, a travs de la informacin, al servicio de un universo equilibrado en el "infinito" desarrollo capitalista. [ ...] Actuando por entero en el seno de las nuevas instancias celebrativas, los instrumentos de la vanguardia, filtrados por la excitante realidad de la "ciudadrascacielos", se convierten en funcionales instrumentos de mercado. M. Tafuri y F. Da1 Co: Architettura contemporhea, cit., pgs. 243-45.
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Figs. 1.843-1.845. Nueva York, las instalaciones controladas por la Port of New York Authority, vista de las instalaciones de Jersey City y del terminal de Hoboken, y plano de las Belt Lines de la Port of New York Authority.
perspectivas de Hugh Ferriss ha cedido el paso al equilibrio racionalmente planificado, sin los derroches ni los residuos de una negacin totalmente ideolgica de los mecanismos productivos 39.
Con casi dos millones y medio de habitantes, Manhattan llega a su mxima concentracin de poblacin residente en torno a 1910. A partir de esta fecha el rea central del gigantesco sistema metropolitano acusa ya un gradual decrecimiento: se abre una fase en la que la organizacin del aparato terciario puede ser mejorada y reestructurada gracias al impulso que proviene de la impetuosa recuperacin econmica, con el auxilio instrumental del zoning code promulgado en ao 17, y con los nuevos pasos estructurales que las grandes infraestructuras requieren. Este proceso de concentracin y de racionalizacin de la mayor metrpoli del capitalismo mundial puede observarse, precisamente, a sus distintos niveles, siguiendo las operaciones tpicas que se llevan a cabo en las reas centrales, de las que hemos de hablar ms adelante (infraestructuras, elementos del aparato terciario-directivo, iniciativas en favor de la edificacin de masas), que sin embargo deben ponerse tambin en relacin con la nueva dinmica y cualidad que asumen el desarrollo perifrico y la movilidad territorial, y, al propio tiempo, con la elaboracin de polticas urbanas y de instrumentos de planificacin. Se mejora la eficiencia del sistema ferroviario con la reestructuracin de la New Central Railroad (1916-37), de la que se eliminan todos los pasos a nivel que existen en
Sobre el tema de este epgrafe remitimos al lector a las historias generales de la arquitectura moderna. Pero vease tambin W. H. Jordy: American Buildings and Their Architects, Nueva York, 1972.
la ciudad con la creacin del Riverside Park, por debajo del cual pasa el ferrocarril; las lneas del subway, que han visto incrementados sus recorridos en 260 millas entre los aos 14 y 21, experimentan un aumento de 185 millas de red urbana y suburbana en un segundo ciclo de obras de ampliacin que se desarrolla entre el 30 y el 43; la adecuacin de la red de viales prosigue con la terminacin de la prolongacin de la Sptima Avenida en el 29 y con el ensanche de Varick Street, en el borough de Manhattan, en funcin de las obras del metro, mientras que once aos despus se prolonga tambin la Sexta Avenida y se ensancha Church Street, al sur del Canal Street, tambin como consecuencia del trazado de una lnea del subway. La complejidad e importancia de las actividades portuarias y de las instalaciones productivas con ellas relacionadas se pone de manifiesto con la creacin en 1921 de la Port o New York Authorit~, organismo fundado por los Estados de Nueva York y de Nueva Jersey como ente permanente de planificacin de los complejos portuarios, poniendo fin de este modo a toda una sucesin de medidas meramente sectoriales y a las interminables controversias y conflictos surgidos entre las diversas compaas ferroviarias. Superando las muchas oposiciones planteadas por los intereses creados, pblicos y privados, la Port of N. Y. Authority puede elaborar su propio plan de infraestructuras (Belt Lines), realiza el Holland Tunnel en el 29, construye otros tneles y puentes durante el New Deal, administra cuatro terminales portuarias, cuatro terminales de transportes de superficie y otros tantos aeropuertos (incluidos, en la posguerra, el aeropuerto de La Guardia y el aeropuerto internacional), y se convierte en un centro de poder concreto de planificacin paralelo al de la City of New York (figs. 1.843-1.845). Pero los cambios, perceptibles ya en la forma urbana y en el skyline de la ciudad, se producen en la organizacin de la downtowiz, donde se acenta, hacia finales de los
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Fins. 1.846-1.848. R. Hood v T. Mead Howells. el Daily News Building, 1930; Shreve, Lamb y Harmon, el ~ & i r e State Building, 193i; "R. Hood, ~ o d l &y Fouilhoux, el McGraw-Hill Building, 1931.
aos veinte, el proceso de concentracin edificativa vertical de las grandes empresas privadas (bancos, sedes de trusts, representaciones comerciales, etc.) iniciado ya en los ltimos aos del siglo XIX. En el perodo de entreguerras surge, a cierta distancia del polo ya configurado de Wall Street, un segundo cluster de skyscrapers que tiende a coagularse en torno .a la terminal del Grand Central: la perspectiva de la Park Avenue -que se desarrolla prodigiosamente a partir de 1920, en el tramo comprendido entre las calles 46." y 96.", con la construccin de una larga serie de mansiones de lujo para hombres de negocios- queda cerrado en el 25, a la altura de la calle 43.",- por el New York Central Building, atravesado por pasajes acondicionados para la circulacin automovilstica; en el 28 y en el 29 se inicia la construccin de numerosos skyscrapers, que se terminan despus de la depresin (Cities Service Tower, Bank of Manhattan Trust Company, Irving Trust Tower, Chrysler Building, etc., adems del Daily News Building de 1930 y del McGraw-Hill Building del ao siguiente, ambos diseados por Hood, en los
que resulta evidente la voluntad de asimilar las experiencias europeas de vanguardia, aprovechndolas en funcin de la mxima eficiencia tecnolgica y de obtencin de beneficios; hasta llegar al exploit del Empire State Building, realizado segn proyecto de Shreve, Lamb y Harmon, excepcional desde el punto de vista tcnico y organizativo; figuras 1.846-1.848). Pero, en el plano urbanstico, es la construccin del Rockefeller Center (1931-40) la que viene a marcar concretamente un hito importante de evolucin innovadora en el modelo de la concentracin terciaria, en el marco de una operacin que convierte en realidad un proyecto de integracin social-productiva dominad; por la presencia totalizante del business en el uso organizado de un espacio urbano cualitativamente articulado sobre una serie bastante compleja de variables. La primera idea acerca de este complejo surge en 1926 como consecuencia de una iniciativa de la Metropolitan Opera Company en favor de la construccin de un centro de carcter cultural y comercial a la altura de la calle 57.", entre la Octava y la Novena Ave-
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Figs. 1.849-1.853 (en la pgina opuesta). Una vista area de Nueva York en 1930: delante de la St. Patrick Cathedral, en el centro de la foto, existe todava un rea de baja densidad, hacia la que se orientan los proyectos de Rockefeller; estudio de B. Wistar Morris para la Metropolitan House y (abajo) dos esquemas de 1930 para el Rockefeller Center; a la derecha, una perspectiva de estudio del segundo esquema. Figs. 1.854-1.859. Planimetra de una solucin de 1932, detalle de una vista de proyecto de la plaza peatonal interior, plan ejecutivo de conjunto; vista del movimiento de tierras en marzo de 1932, el edificio central en construccin en agosto del mismo ao y vista del Rockefeller Center.
nida. El inters del proyecto elaborado seguidamente por B. W. Morris -para un rea ms al Sur, delimitada por las calles 48." y 51.") por la Avenue of Americas y por la Quinta Avenida- est en la enucleacin de una civic plaza delante del complejo de la Opera, circundado por un conjunto monumental de edificios comerciales escalonados en altura, dispuestos conforme a un eje de simetra y enlazados por walkways elevados a los que van a dar servicios pblicos de diversos tipos (figs. 1.849-1.850). El gran financiero y mecenas que dar su propio nombre al nuevo centro entra en la combinacin empresarial aprovechando la solicitud de apoyo econmico formulada por la misma Metropolitan Company, para pasar despus a hacerse cargo por completo de la iniciativa cuando en 1929 la Metropolitan Company se ve obligada a renunciar a sus planes como consecuencia de la crisis econmica. Ahora se trata de poner en movimiento el complejo aparato de programacin y ejecucin de la obra: las oficinas de la Metropolitan Square Corporation creada por Rockefeller consiguen asegurarse algunos capitales de apoyo (Radio Corporation, Roxy's Theater), conciertan opciones vinculantes respecto de futuros contratos de arrendamiento, seleccionan y coordinan las empresas contratistas y organizan minuciosamente las fases y tiempos de ejecucin. Tras la celebracin de un concurso restringido, sobre la base de las propuestas originarias de B. U. Morris, entre los arquitectos reunidos desde 1929 en un Advisory Board (entre los que destacan los nombres de Charles A. Platt, H. U. Corbett y Cass Gilbert), el proyecto atraviesa distintas fases de elaboracin (figs. 1.8511.855); pero hacia mediados de 1930 ya ha cobrado cuerpo, en lo sustancial, la solucin de conjunto que despus ser estudiada y modificada en los detalles por la firma profesional de los Associated Architects (Reinhard & Hofmeister; Corbett, Harrison & Mac Murray; Hood, Godle & Fouilhous). El planeamiento definitivo del conjunto se pone a punto en 1935, cuando los primeros
bloques ya estn terminados y se encuentran en uso desde hace tres aos; el Centro se inaugura oficialmente en 1939 (figs. 1.8561.859). El gigantesco complejo plurifuncional, que junto a centenares de locales de oficinas comprende tambin estudios radiofnicos, museos, un hospital, shopping centers y equipamientos comerciales menores, dos teatros, night clubs y restaurantes, puede aparecer, si se le considera desde puntos de vista opuestos, como el smbolo reconfortante de la recuperacin econmica dirigida por un business world socialmente responsable, o como el reflejo del predominio, cada vez ms eficazmente acuciante, del gran capital sobre la metrpoli; en el plano estrictamente urbanstico, el Rockefeller Cen ter, justamente por su cualidad de microcosmos organizado y por sus soluciones, potencialmente receptivas de una ulterior relacin a escala urbana, parece sentar las premisas de un mtodo de intervencin, susceptible de generalizacin, sobre las caticas downtowns de las ciudades norteamericanas 40. La definicin del programa, el proyecto y la construccin del Rockefeller Center ocupan los aos que van del 26 al 40, derivando, en parte, el carcter sugestivo que ofrece esta labor del hecho de la ininterrumpida continuidad de las operaciones incluso durante los aos de la crisis. Lo mismo puede decirse del plan general de Nueva York estudiado por la Russell Sage Foundation: el Regional Plan arrd Survey of New York and Its Environs, cuyos estudios se inician en el 21, se formalizan y amplan entre el 29 y el 31, y se traducen en programas de actuacin en los aos treinta. En 1921, por iniciativa de Charles Norton, que ya ha trabajado junto a Burnham en Chicago, y con el apoyo de Robert de
40 Cfr. D. Loth: The City Within a City: the Romance of Rockefeller Center, Nueva York, 1966; y el estudio crtico de M. Tafuri: La montagna disincantata, en la obra colectiva La cittd americana, cit. Adems, W. Weisman: The Way of the Price Mechanism: the Rockefeller Center, en Architectural Review, nm. 648, 1950.
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Forest, presidente de la Russell Sage Foundation, se constituye el Committee on Regional Plan o New York and Its Environs, del que es nombrado presidente el propio Norton. El Comit recluta rpidamente un grupo ejecutivo para la organizacin del plan, del que forman parte F. P. Keppel, F. Shurtleff y el ingls Thomas Adams, que en el 23 pasa a dirigir las investigaciones de base y el proyecto (Adams tiene a sus espaldas una larga actividad desarrollada en Inglaterra con anterioridad a 1913, del 13 al 21 ha estado empleado como asesor de planificacin por el gobierno canadiense y en el 22 ha sido visiting lecturer en el Massachusetts Institute of Technology de Boston). Norton acude tambin a Raymond Unwin para que acte de asesor, pero las indicaciones de ste, que ponen en guardia contra el reforzamiento del sistema de infraestructuras y auspician un amplio descentramiento, le parecen demasiado cautas al Regional Plan Committee. De todos modos, entre los urbanistas llamados a colaborar se encuentran F. Law Olmsted, hijo, Nolen, G. Ford, H. Bartholomew y E. H. Bennet: un formidable grupo de expertos, no muy distantes, por su formacin, de las premisas tericas que animan al grupo de la RPAA, cuyas actividades ya hemos tenido ocasin de examinar. Los lmites geogrficos afectados por los estudios del plan definen el rea de pendularidad y de gravitacin del Manhattan, en una extensin de ms de 5.500 millas cuadradas, con una poblacin de casi nueve millones de habitantes. Tras la publicacin de una serie de ocho volmenes dedicados a las investigaciones de base (factores econmicos prevalentes en el crecimiento y organizacin metropolitanos; poblacin, valores del suelo y gobierno local; trfico rodado; edificios landuse; planificacin de barrio y de unidad vecinal; nivel de los servicios pblicos), en 1929 la Russell Sage Foundation presenta el plan para la regin de Nueva York, con el volumen titulado The Graphic Regional Plan, del que se hace amplia difusin y propaganda (figs. 1.860-1.862). Las hiptesis de
partida del plan, de las que Thomas Adams, adems de coordinador, es el principal responsable, se refieren a la necesidad de poner freno al impulso de centralizacin, favoreciendo el desarrollo ms equilibrado de los asentamientos y una disminucin de los fenmenos propios del pendularismo. Las funciones en crecimiento, la residencia y el trabajo, los equipamientos comerciales y las industrias, se integran sobre una base regional; una red de infraestructuras viarias y ferroviarias debe enlazar Long Island, el Bronx, Queens y el hinterland de New Jersey, en un sistema integrado alrededor de Manhattan, para tratar de conseguir que la pennsula, aunque siga siendo el polo central de la organizacin funcional de la regin metropolitana, no se vea necesariamente afectada por los movimientos y por los flujos que corresponden a los intercambios entre los polos sub-regionales. Sobre la base de estas hiptesis, Adams acepta la previsin macroscpica de una regin metropolitana de 15 20 millones de habitantes, susceptible de convertirse en realidad en un perodo de tiempo de treinta o cuarenta aos. Respecto de las instituciones y las tendencias existentes, Adams adopta una actitud de cauto realismo. A las administraciones afectadas por el plan les reitera en varias ocasiones el carcter estrictamente consultivo que corresponde a las funciones del Regional Plan Committee, reafirmando que no existe ninguna autoridad oficialmente constituida para llevar a efecto, en cuanto tal, el plan: ~orrespondea cada una de las comunidades y de las administraciones electas la responsabilidad de la eventual actuacin de la parte del plan para la que sean competentes; y respecto de estas competencias, la funcin del Committee no es otra que la de recepcin y elaboracin de las propuestas efectuadas. Respecto de la orientacin a adoptar en relacin con los mecanismos de desarrollo existentes, Adams y su grupo afirman que quieren dar amplio reconocimiento a las tendencias en marcha, pero tambin, al propio tiempo, que no desean limitar los objetivos
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Figs. 1.860-1.865 (en la pgina opuesta). El Regional Plan of New Y o r k and Its Environs (1923-29): anlisis del trfico de pasajeros en los ferrocarriles (segn el Survey, vol. IV), diagrama de las funciones del rea metropolitana de Manhattan, plano general de la vialidad; la comparacin entre la agregacin al azar de los rascacielos y la ordenada ciudad del futuro; tipos de business districts para un rea central, para un rea intermedia, para un rea perifrica y para un rea suburbana abierta. Figs. 1.866-1.870. El Regional Plan o f New Y o r k and Its Enuirons: propuesta de ordenacin del East River Waterfront entre las calles 32." y 87.", proyecto para el Harlem River Valley; un dibujo de Hugh Ferriss; R. Hood, proyecto Manhattan 1950, con grupos de rascacielos y de puentes-residencias, y detalle de los puentes.
de la planificacin a la proyeccin de estas tendencias en el futuro: el plan debe constituirse como un ideal basado en realidades efectivas, como un cuadro de posibilidades [ . . . ] de lo que la inteligencia colectiva de la comunidad querr aceptar y promover D. Dos aos ms tarde, en 1931, Adams hace que se terminen, como complemento y ejemplificacin de las propuestas del 29, dos volmenes de metodologa urbanstica. En el ms importante de ellos, The Building of the City, Adams busca una traduccin, en trminos de forma urbana, de las hiptesis del plan de Nueva York 41. Su implcito aval a las tendencias centrpetas -complementarias y no contradictorias, desde el punto de vista de Adams, con la reestructuracin del sistema metropolitano hacia el exterior- requiere una ejemplificacin didctica de las modalidades de racionalizacin de las estructuras fsicas constituidas: se muestran una serie de equipamientos pblicos, de terminales, de nudos urbanos, en sus posibili.dades de recualificacin formal en un resultado indirectamente coordinado que lleva a una aclaracin, a un espaciamiento de las mallas y de los puntos descollantes a nivel del townscape de conjunto. Es una aplicacin de los viejos mdulos de xito ya admitidos por la City Beautiful en funcin de escansaciones cadenciosas en superficie, que nos hacen recordar los primeros proyectos de Le Corbusier (figs. 1,863-1.867). Y sin embargo, trabajando en la metrpoli y para la metrpoli -y surgiendo de un contexto muy amplio de propuestas orgnicamente orquestadas para la exaltacin de una centralidad, capaz incluso de generar los principios de su propio orden fsico-, el plan coordinado de Adams tiende a abarcar todo el abanico de las issues ms vivaces de los aos que preceden a la depresin, desde el zoning a la regin. Y esto es lo que destaca en el balance de conjunto de la labor de Adams, si se
41 T. Adams: The Building of the City, en Regional Plan of New York, Nueva York, 1931.
la compara con las sorprendentes y brillantes perspectivas de un Hugh Ferriss, o con el proyecto coetneo de Hood titulado Manhattan 1950, con sus clusters de rescacielos ordenadamente espaciados y sus 24 puentesresidencias capaces de albergar a tres millones de personas 42 (figs. 1.868-1.870). La publicacin de los dos libros de Adams, que vienen a complementar los documentos del plan, origina una viva polmica entre l y Mumford, como portavoz de la RPAA. Mumford ataca las tcnicas y los instrumentos del plan, que a su juicio llevan a la confirmacin de la concentracin piramidal del rea metropolitana; critica la misma adopcin de la regin sometida a indagacin, determinada por la expansin futura en base a tendencias actuales incrementadas por las mayores posibilidades ofrecidas por los medios de transporte, as como la condescendencia y la confianza otorgadas a las mismas fuerzas, intereses e instituciones que son responsables de la situacin que se quiere corregir. Adams se defiende acusando a Mumford de ser un socilogo esteticista y de formular sus crticas desde un punto de vista incompatible con el sistema econmico americano y con los escasos poderes otorgados a las administraciones pblicas. Las crticas de Mumford, en realidad, si bien tienen resonancias propias de orculos, no son injustificadas: el tema de la regin expresamente acogido en el plan de Adams no pasa de ser una afirmacin no corroborada por una correcta definicin de los instrumentos de actuacin, y el realismo poltico resulta excesivo, en exagerado obsequio a las fuerzas dominantes. El conservadurismo del plan se revela en la falta de un esquema realmente alternativo respecto de la concentracin neoyorquina y en la ausencia de indicaciones especficas para algunos sectores de enorme importancia para el equilibrio territorial,
Cfr. H. Ferriss: The Metropolis of Tomorrow, Nueva York, 1929. Para la obra de Ferriss y de Hood recomendamos, una vez ms, la lectura de M. Tafuri: La montagna disincantata, en la obra colectiva La cittd americana, cit.
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como puede ser la residencia popular de masas 43. Tras la publicacin de The Building of the City se disuelve el Comit dirigido por Adams, y sus cometidos de gestin del plan son asumidos por la Regional Plan Association, que pone en marcha una labor de coordinacin con los condados colindantes con la ciudad de Nueva York, para dar comienzo a la actuacin del plan, y que tendr sus resultados ms concretos en la construccin del sistema de las comunicaciones viarias, en la adecuacin de las lneas ferroviarias y en la dotacin de parques regionales (en el 37 se ha realizado ya ms de una tercera parte de la red viaria prevista, y se ha ampliado considerablemente el sistema de los parques; figs. 1.871-1.872); pero en realidad, respecto de los objetivos que persigue, la accin de la Regional Plan Association va a integrar un contexto de iniciativas ya puestas en marcha por parte de los rganos pblicos. En este sentido, es particularmente notable la contribucin personal de Robert Moses, director, ya desde el 22, de la Long Island State Park Commission y miembro despus, a nivel estatal, del State Council of Parks, que es llamado a formar parte de la administracin de la ciudad de Nueva York por el alcalde Fiorello La Guardia, elegido en el 33. A Moses se deben un plan de rehabilitation de Central Park y de Prospect Park, la creacin de numerosos playgrounds y de pequeas zonas verdes en Manhattan, y la realizacin de la Henry Hudson Parkmay en el West Side; bajo su gestin, el patrimonio municipal de reas verdes, en conjunto, se enriquece en sus buenos 6.000 acres. Hay que recordar tambin la labor desarrollada
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por John D. Rockefeller, hijo, el promotor de la empresa del Rockefeller Center, a quien se debe la donacin a la ciudad del Fort Tryon Park, con el complejo de los Cloisters, con una extensin total de 62 acres, adems de la cesin de 700 acres de terrenos libres de New Jersey a la Palisades Interstate Park Commission para hacer posible el paso de una parkway de acceso al George Washington Bridge. En el rea metropolitana operan, conforme a las mismas orientaciones, las organizaciones del Estado y de los condados: la Westchester County Commission, cuyo mbito territorial de competencias comprende las zonas situadas al norte de la City neoyorquina y que funciona desde el ao 23, realiza en una dcada una serie de parques y de ncleos equipados (es notable el ncleo de Playlan, en Rye Beach, estudiado por Jay Downer y Gilmore D. Clarke en 1930; fig. 1.873); la Long Island State Park Commission abre en 1929 el Jones Beach State Park, en la orilla meridional de Long Island, una franja de terrenos acondicionada para actividades balnearias de masas, servida por una parkway de acceso (figura 1.874). En Long Island, frente a la Flushing Bay, se celebra en el 39 la World's Fair (figs. 1.875-1.876). Entre los aos 20 y 40 la acuciante demanda de viviendas de coste medio y bajo hace que surjan en Nueva York algunas iniciativas empresariales interesadas en la construccin de barriadas de elevada densidad, en las zonas perifricas o en las inmediatamente adyacentes a las reas centrales, mediante la sustitucin de amplias zonas de tejido urbano degradado. Hacia finales de los aos veinte se construyen los complejos residenciales del Amalgamated Housing en el Bronx ( l926), del Amalgamated Dwelling en East Grand Street (1930) y los Mesa Verde Apartments en Jackson Heights (1926); los Paul Lawrence Dunbar Apartments en Harlem (A. J. Thomas, 1926-28; figuras 1.877-1.878) son el razonable resultado de una empresa filantrpico-especulativa destinada a satisfacer necesidades de los white
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Figs. 1.871-1.876. La fase de promocin de la actuacin del Regional Plan: la terminacin del anillo viario metropolitano entre el 28 y el 41, grfico de la pendularidad de entrada en Manhattan en el 24, en el 32 y en el 40; vista area de Playland, en el Westchester County, y vista de la Jones Beach, en Long Island; planta y vista de la World's Fair de 1939.
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Figs. 1.877-1.882. Los Paul Lawrence Dunbar Apartments en Harlem, vista y planta; vista y planimetra del barrio de Queensbridge; planimetra y vista del barrio de Parkchester.
La metrpoli situada a orillas del lago Michigan, que ha crecido impetuosamente en los ltimos decenios del siglo XIX, ha visto nacer, adems de algunas expresiones de las ms significativas de la arquitectura norteamericana, como las obras de la Chicago School y de Frmk Lloyd Wright, ese movimiento en favor de la City Beautiful que, surgido de la World's Fair de 1893, se ha impuesto como una de las tendencias predominantes del urbanismo del perodo a caba-
llo de los dos siglos y que ha generado, como su fruto ms maduro, el plan metropolitano que, justamente para Chicago, ha sido redactado por Daniel Burnham en 1909 44. El prestigioso trabajo de Burnham no es aprobado oficialmente hasta 1917, si bien algunas obras pblicas acometidas antes de dicho ao se han inspirado sustancialmente en el programa delineado por el plan en cuestin; de cualquier modo, el documento de Burnhan, incluso despus del 17, sigue siendo, sobre todo, un programa de referencia ms que un proyecto indiscutido y vinculante para la gestin municipal. A partir de 1920 se inicia la reestructuracin del sistema ferroviario con la construccin de la nueva estacin de pasajeros y mercancas de la Pennsylvania Railroad; se ensancha parcialmente hacia el Norte la Michigan Avenue, que consolida su aspecto de cortina mural monoltica sobre el lakefront y sobre el parque; se realizan la Ashland y la Western Avenues en direccin Norte-Sur, y los cortes en sentido Este-Oeste de la Roosevelt Road y del Augusta Boulevard, as como la diagonal constituida por la Ogden Avenue, que va desde la Western Avenue hasta el Lincoln Park, al norte de la ciudad; se protegen las zonas interiores de parque (Humboldt Park, Garfield Park, Douglas Park, McKinley Park), intentndose su enlace mediante avem e s arboladas; ms tarde se acondiciona el Grant Park, con la formacin de la Northerly Island y la construccin del Field Museum of Natural History (1920)) del Shedd Acquarium (1929)) del Adler Planetarium (1929-30) y de la Orchestra Shell (1931); se rectifica, en fin, el curso del Chicago River. No obstante, el sentido de las indicaciones de Burnham, vueltas a proponer en los estudios realizados por la Chicago Plan Commission (fig. 1.883)) tan slo de modo muy indirecto pueden advertirse en las transformaciones que enriquecen y definen al pode44
glo
XIX, vol.
Cfr. P. Sica: Historia del zirbanismo. El si2.") Madrid, 1981, pgs. 720-30.
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Figs. 1.883-1.888. Chicago, un estudio de la Chicago Plan Commission para la ordenacin de South Water Street; el proyecto de E. Saarinen para el Grant Park y el lakefront: planimetra del sector comprendido entre el Chicago River y la Illinois Central, vista del Grant Hotel y de la plaza que se abre ante l, vistas del Grant Hotel desde el Norte y desde el Chicago Tower; la embocadura de la North Michigan Avenue, con el Wrigley Building a la izquierda y el Tribune Tower.
Figs. 1.889-1.891. El puente levadizo sobre el Chicago River, entre la Michigan Avenue y la North Michigan Avenue; vista del Palmolive Building y vista del Field Building.
ros0 aparato central terciario del Loop, donde las hiptesis de unificacin morfolgica asumidas al nivel del plan se disuelven despus ante la impetuosa vitalidad del capital privado, que en la admitida autonoma operativa que viene dada por la construccin vertical de los solares concretos encuentra todava amplios mrgenes de valorizacin, y no slo econmica. E igualmente veleidosas resultan las elaboraciones expresadas por Eliel Saarinen en el 23 para la ordenacin de una zona directiva-monumental a lo largo del lakefront, entre el Loop, el Grant Park y el Chicago River, tratando de plegar la hiptesis del rescacielos, integrndola en ingeniosos complejos del intercambio, a una composicin de conjunto apta para controlar formalmente la gran escala de la metrpoli 45 (figs. 1.884-1.887). Resultan apreciables, en cambio, la disposicin y ordenacin de la North Michigan Avenue tras la apertura en el 20 del puente levadizo tendido sobre el
45
Chicago River (figs. 1.888-1.890), con la construccin del Wrigley Building (de Graham, Anderson, Probst y White, 1919-21) y del bloque gemelo aadido en el 24, del Tribune Tower (R. Hood y J. M. Howells, de 1923-25, objeto, como se recordar, de un concurso internacional bien conocido) y de los edificios del nmero 333 de la North Michigan (Holabird y Roche, 1927-28), London Guarantee (A. S. Alschuler, 1922-23), Lincoln Tower (H. H. Riddle, 1927-28) y Palmolive Building (Holabird y Roche, 192829); en el curso de un decenio la North Michigan Avenue es reconstruida por completo, desde el puente hasta O a k Street, mientras se transforma rpidamente tambin el sector comprendido entre la North Michigan y el lago, y sobre todo la parte que da al lago, con la creacin de la prestigiosa secuencia de bloques en altura, destinados a apartamentos, de la Gold Coast. Hay que sealar tambin los nuevos rescacielos que se levantan en el Loop, el Jewelers Building (192426), el Daily News Building (Holabird y Roche, 1928-29), la Civic Opera (Graham, Anderson, Probst y White, 1928-29), el Board of Trade 'Building (Holabrid y Root,
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1929-30) y, en fin, el Field Building (Graham, Anderson, Probst y White, 1931-34; figura 1.891)) construido durante la depresin y que ofrece las caractersticas de una decantacin decorativa que anuncia nuevas orientaciones del gusto; y los nuevos complejos situados a lo largo del Chicago River, desde la Union Station hasta el Marchandise Mart (ambas edificaciones, que son, respectivamente, de 1916-25 y 1928-31, se deben al prolfico estudio integrado por los arquitectos Graham, Anderson, Probst y White). El proceso de completa reestructuracin de las reas centrales que se lleva a cabo entre el 20 y el 30, sin parangn posible con ninguna otra ciudad norteamericana, no es ms que una de las facetas del violento e incontrolado despliegue de fuerzas sociales que hace de Chicago uno de los puntos de referencia ms representativos de la realidad cultural y econmica de los roaring twenties en Amrica, los aos de la consagracin nacional del jazz, del prohibicionismo y de la gran criminalidad organizada. En la ciudad, la marcada concentracin de capitales de la downtown subraya la diferencia ya existente entre las diversas partes de la estructura urbana, mientras que en las articulaciones ms degradadas de este agregado humano, ecolgicamente estratificado (por utilizar la terminologa jnventada en estos mismos aos por Park, Burgess y MacKenzie), surgen tensiones sociales irreductibles, despus de haberse consolidado, en los aos de la guerra, en el South Side, el black ghetto (que ya en el 19 se convierte en centro de sangrientos riots, agravados por duras represiones de la polica municipal). De cualquier modo, las sucesivas administraciones locales parecen preocuparse, ms que nada, de actualizar su propia accin programtica orientndola hacia una gestin de la realidad metropolitana que busca a ultranza la eficacia, en la confianza de que dentro de las mallas de nuevas combinaciones institucionales, aptas para multiplicar los mrgenes de economas externas de las inversiones, las tensiones ms graves determinadas por
las necesidades sociales insatisfechas podrn ser controladas a travs de los remedios tradicionales del laissez-faive, de la filantropa y de la represin. En marzo de 1923 se organiza una convencin de los representantes de los centros del rea regional de Chicago (Cook County, Lake County y algunas comunidades de Indiana) para examinar la posibilidad de emprender una accin urbanstica concertada de largo alcance; el ejemplo de las iniciativas que ya estn en marcha en Nueva York y en Los Angeles acelera la formacin de una Chicago Regional Planning Association, a cuyo frente se coloca, en calidad de director, Daniel H. Burnham, hijo del autor del plan de 1909. El programa planteado por Burnham Jr. pretende basarse sobre todo en el compromiso de las administraciones locales respecto de la redaccin de planes urbanos, respecto de los cuales la Regional Planning Association se ha de encargar de la coordinacin necesaria de los sectores de la vialidad, del zoning, de los parques, del abastecimiento y distribucin del agua y de algunas infraestructuras; por el contrario, el secretario de la Asociacin, Robert Kingery, se muestra partidario de la redaccin de un plan director preliminar, por ms que deba ser gestionado con gran cautela a nivel poltico, capaz de poder orientar los planes concretos a escala urbana. Con su actitud pragmtica y posibilista, aunque sin recurrir a la formulacin de un plan estudiado en sus detalles conforme al camino seguido por T. Adams en Nueva York, la Chicago Regional Planning Association llega a obtener, en el transcurso, de un decenio, los objetivos de orientacin y coordinacin auspiciados por Kingery, sobre todo en el sector de las grandes arterias viarias, pudindose sealar tambin importantes resultados en cuanto al incremento del sistema de parques; si bien, en el balance de conjunto de estos aos, tiene una incidencia negativa la urbanizacin desordenada de la regin metropolitana, como consecuencia de estimaciones desproporcionadas del futuro crecimiento de la poblacin.
Chicago sufre ms que ninguna otra gran ciudad de los Estados Unidos el golpe de la crisis del 29, presentando algunos de los ndices ms altos de desempleo, como consecuencia de la fortsima contraccin de la actividad edificativa y de la produccin industrial; la cada de los ingresos fiscales paraliza toda posible actividad de la adminis tracin pblica. La demolicin de numerosos edificios que durante la depresin han dejado de utilizarse (entre los que se cuenta el Marshall Field Warehouse Wholesale Store de Richardson) para destinar sus solares a la instalacin de parking lots de pago, o simplemente para evitar el pago de impuestos, es un ndice claro del profundo trauma sufrido por la ciudad. En contraste casi paradjico con el colapso de la economa urbana tiene lugar la apertura de la Century of Progress Exposition del 33, como consecuencia de una iniciativa adoptada antes de la crisis por un grupo de operadores financieros -Charles Gates Dawes y Rufus C. Dawes, Philip K. Wrigley, Robert R. McCormick- con la idea de renovar, a cuarenta aos de distancia, los fastos de la Exposicin Colombiana. Volviendo a utilizar las afortunadas opciones del 93, los organizadores de la nueva empresa haban contratado en el 28 un staff cualificado de arquitectos de gran prestigio nacional, como H. W . Corbett, R. Hood y R. T. Walker, de Nueva York; P. P. Cret, de Filadelfia, y A. Brown Jr., de San Francisco, a los que se unen despus E. H. Bennet, H. Burnham y J. A. Holabird; una vez definida el rea de la exposicin en una parte del Burnham Park y de la Northerly Island, a finales del verano del 29 se designa un grupo de proyecto ejecutivo presidido por Daniel H. Burnham, hijo, y del que forman parte tambin L. Skidmore y N. A. Owings, llamados a tener una afortunada carrera profesional. Gracias a que se llevan adelante las obras a pesar de la depresin es posible inaugurar la Exposicin en mayo del 33 (figs. 1.8921.894)) que solamente en el da de su aper-
tura recibe sus buenos 120.000 visitantes (el total de visitantes en 1933 ser de ms de 22 millones, siendo otros 14 millones los que corresponden a la reapertura de la Exposicin en el verano del ao siguiente). Entre los edificios que atraen la atencin del pblico estn el Travel and Transport Building, proyectado por Bennet, H. Burnham y Holabrid, un pabelln cuya cubierta aparece sostenida por puntales, riostras y tirantes metlicos, y el Sky Ride, una estructura en forma de puente que corta transversalmente el complejo de la feria y sobre la cual circulan vehculos tirados por cables con capacidad para 36 pasajeros cada uno de ellos. Las novedades tcnicas vienen acompaadas por una hbrida y artificiosa adopcin de elementos formales de la nueva arquitectura europea, que sin embargo no deja de tener un cierto impacto publicitario sobre esa evolucin del gusto requerida en el curso de los aos treinta por toda una pluralidad de estmulos diversos. Sin embargo, sobre los programas urbansticos tan slo viene a incidir concretamente la accin del New Deal, asegurando la continuidad de la actuacin pblica en el perodo comprendido entre el final de los aos veinte y la segunda guerra mundial. Chicago, sede de una administracin dirigida por el poderoso aparato local del partido demcrata, no queda al margen de las atenciones del gobierno federal; por otra parte, el plan regulador vigente constituye una pauta perfectamente atendible para las intervenciones pblicas, que otras ciudades no pueden jactarse de poseer. El empeo ms importante afrontado con asignaciones de fondos federales es la ampliacin del Lincoln Park y la ordenacin del North Lake Shore Drive (construccin del Link Bridge y enlace de Belmont con la North Avenue; fig. 1.895); entre las obras mayores cabe recordar la construccin de la planta depuradora de agua potable del South District (fig. 1.896)) la creacin de numerosos equipamientos escolares (es notable la Crow Island School de Eliel y Eero Saarinen, Perkins, Wheeler y
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Figs. 1.892-1.897. Planimetria de la Century of Progress Exposition de 1933, vista del conjunto de la Exposicin, con el Sky Ride, y vista del Travel and Transport Building; panormica del Nort Lake Shore Drive, ordenacin planimtrica de la South District Filtration Plant superpuesta a la fotografa cenital del rea, vista de las Jane Addams Houses iniciadas por la PWA y terminadas por la Chicago Housing Authority.
Figs. 1.898-1.905. La zona edificada de Los Angeles en la segunda mitad del siglo XIX; vistas de una villa de los hermanos Greene en Pasadena y de una villa proyectada por 1. Gill en King's Road; situacin de la urbanizacin del rea de Los Angeles en 1893, en 1915 y en 1932; el barrio de Beverly Hills en 1922 y en 1952.
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Will, 1930-40) y la apertura de algunos tramos del metro. En el sector de la construccin de viviendas populares, la Housing Division de la PWA realizada entre el 35 y el 38; las Jane Addams Houses, de tres plantas (1935-38; fig. 1.897), quiz la mejor realizacin de estos aos; las Julia Lathrop Houses, de cuatro plantas (1936-38)) y el complejo residencial de Trunbull Park ( 193638); la Chicago Housing Authority, que hereda a nivel local los programas de la PWA, lleva a trmino, entre otros complejos, el barrio de las Ida B. Wells Homes (1938-41) 46.
C)
Los ANGELES
A lo largo de la costa del Pacfico, a cerca de 500 kilmetros en lnea recta al sur de San Francisco, en la baha de Santa Monica, desde comienzos del siglo xx las comunidades dispersas de agricultores, comerciantes y empresarios han empezado a consolidarse para formar un organismo urbano policntrico (fig. 1.898). En 1900 el rea de Los Angeles, superados ya los 100.O00 habitantes, presenta elevados ndices de crecimiento econmico y demogrfico -de los ms dinmicos de todo el pas-, con un notable incremento y diferenciacin de las actividades productivas, absorbiendo por agregacin administrativa a toda una serie de comunidades autnomas vecinas: Hollywood, ncleo destacado desde los primeros aos del siglo como centro importante de la naciente industria cinematogrfica, y despus Venice, Eagle Rock, Barnes City, Watts. A partir de 1901 la Pacific Railway Company, propiedad de
Sobre las vicisitudes de la ciudad en estos aos, cfr. R. C. Butler, Jr.: Chicago, Chicago, 1929; B. L. Pierce: A History o f Chicago, Nueva York, 1937-57; H. Mayer y R. Wade: Chicago: Growth of a Metropolis, Chicago, 1969; C. M. Condit: Chicago 1910-1920. Building, Planning and Urban Technology, Chicago-Londres, 1937, y Chicago 1930-70. Building, Planning and Urban Technology, ChicagoLondres, 1974.
'
Henry E. Huntington, inicia la construccin de una red electrificada en el rea de Los Angeles: el plan de Huntington, ligado a la actividad especulativa sobre los terrenos, afecta ya en 1913 a sus buenos 42 condados, con un radio de servicio local de 60 kilmetros, y constituye un potente factor de urbanizacin, integrado y complementado muy pronto por los medios de transporte individuales sobre neumticos 47. Los Angeles, por las particulares condiciones en que se consolida su despegue metropolitano, presenta modalidades de crecimiento muy distintas a las de las dems ciudades importantes de los Estados Unidos: mientras que estas ltimas van reforzando su articulacin centrpeta a travs de un ciclo de transformaciones funcionales que tienen su directa correspondencia en las masivas operaciones ejecutadas sobre los nudos terciarios, Los Angeles tiende ms bien a caracterizarse por un crecimiento difuso de baja densidad, coagulado por infraestructuras en forma de red y por una alta movilidad entre las distintas partes del conjunto. En el mbito de un desarrollo residencial definido casi constantemente por la vivienda unifamiliar de una o dos plantas, el elemento discriminante de la articulacin social aparece constituido por el nivel dimensional de las
En casi todos los casos, Huntington construa lneas frreas en conexin con suburbios que haba que lanzar al mercado. Uno de sus xitos ms admirados fue el de la operacin con que lanz la barriada de Redondo Beach, a lo largo de Santa Monica Bay. Pocas semanas despus de que su plan hubiese entrado en fase de ejecucin, pudo, con la venta de los terrenos, recuperar cuanto haba gastado en el tendido de la lnea interurbana que llevaba a la zona y lo que haba pagado por los terrenos reservados para la localizacin de la comunidad suburbana. Convenciendo al presidente del Los Angeles Metropolitan Water District a que se asociase a sus iniciativas, Huntington consigui tambin promover el boom del rido San Fernando Valley. Como resultado de las empresas acometidas por Huntington, unos trece centros nuevos obtuvieron su reconocimiento como municipios autnomos entre 1910 y 1920, situados todos ellos, menos uno, justo sobre lneas ferroviarias electrificadas. C. N. Glaab y A. T. Brown, op. cit., pgs. 403-04.
Figs. 1.906-1.909. La parcelacin de Huntington Palisadcs (1927); csqucma cn perspectiva dcl programa de control del rgimen hidrolgico del condado de Los Angeles (1922); las parcelaciones interrumpidas durante la gran depresin; vista del centro de Los Angeles en los aos cincuenta.
parcelas y por la estratificacin natural del mercado del suelo que aparece ligada a las amenities. En los aos inmediatamente anteriores a la primera guerra mundial esta abanico de opciones tiene sus puntas ms cualificadas en los suburbios extensivos del arco noroccidental del valle (Beverly Hills, Hollywood, Griffith Park, Pasadena), donde el arquitecto Irving Gil1 construye sus villas inspiradas en las formas de la arquitectura domstica espaola, donde los hermanos Greene perfeccionan sus variaciones en el shinglestyle y donde ms tarde F. L1. Wright realiza
algunas residencias seoriales impregnadas de resonancias de la arquitectura azteca (figuras 1.899-1.900). Despus de la primera guerra mundial, con la intensificacin de la explotacin del petrleo, en los pozos de extraccin en tierra firme y en el mar, con el boom de la industria del cine y con el atractivo que ofrecen sus favorables condiciones climatolgicas, Los Angeles experimenta su definitivo despegue metropolitano (figs. J. .90i-1.906). Los habitantes de la ciudad, cuya cifra ha pasado de los 320.000 de 1910 a los 576.000 de 1920,
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llegan a sumar 1.238.000 en 1930, mientras, que en el mismo decenio 1920-30 la poblacin del condado crece desde 936.000 a 2.208.000 almas; entre 1920 y 1930 el nmero de los inmigrantes supera al total del contingente llegado entre 1850 y 1920. El centro comercial, que cataliza y selecciona las actividades terciario-directivas, experimenta alteraciones de su tejido edificado, enriquecindose tambin con numerosos edificios de varios pisos, aunque sin dar nunca lugar a un agregado morfolgico parangonable a las downtowns de las dems ciudades norteamericanas de dimensiones equivalentes. Entre los aos 20 y 30 se ordenan y consolidan las ms importantes arterias de circulacin, algunas de las cuales, como el Sunset Boulevard y el Wilshire Boulevard, asumen un destacado carcter temtico y paisajstico, con las escandidas secuencias de arbolado que vienen a definir la inusitada amplitud del, espacio viario, y ms all de las cuales prolifera la lozana de una arquitectura comercial heterognea y extravagante. En el intento de disciplinar la febril urbanizacin del rea de Los Angeles se distingue Gordon L. Whitnall, decidido defensor de las ventajas de la planificacin regional, que desde 1913 trabaja activamente en su campaa a favor de la creacin de una City Planning Commission, que lleva adelante acudiendo a todo tipo de asociaciones y grupos de intereses de la ciudad, desde la Municipal League h.asta el Socialist Party, pasando por la Chainber of Con~mercey la Realty Board de Los Angeles. En 1920 Whitnall consigue que el Consejo municipal apruebe una ordenanza por la que se crea una comisin de estudio y de carcter ejecutivo llamada a ocuparse de los problemas metropolitanos, de la que despus se convierte en director. Al mismo tiempo, partiendo de los problemas del acondicionamiento hidrogeolgico del territorio que tan de manifiesto se han puesto como consecuencia de las devastadoras inundaciones acaecidas en la regin desde 1910, va madurando la conviccin de que es preciso contar con una autoridad intermunicipal
que sea capaz de controlar coetneamente los nuevos y acuciantes fenmenos de urbanizacin, preparando anticipadamente las lneas maestras de un sistema de comunicaciones, ocupndose de la salvaguardia de las reas litorales y de los parques, preocupndose del abastecimiento de aguas y disponiendo lo conveniente para la eliminacin de los residuos slidos y lquidos. En 1922 se celebra en Pasadena una conferencia general de 38 municipios y 50 centros menores; como resultado de la misma cobra vida, algunos meses ms tarde, la de Los Angeles County Regional Planning Coinmission, a cuyo frente se coloca a Hugh R. Pomeroy, un manager pblico excepcionalmente dotado por su gran capacidad de promocin de toda suerte de actividades. Mientras la Comisin del Condado examina centenares de propuestas de creacin de asentamientos y va delineando un sistema general de transportes, otros planes y programas son sometidos a estudio por parte de las administraciones municipales de Los Angeles (fig. 1.907) y de otros centros de la conurbacin, o incluso por grupos privados como la Southern California Development Association (plan de H . Bartholomew y C. Cheney); en 1926 la Association of City Planning o Los Angeles County organiza una serie de conferencias sobre la aplicacin del zorzing en la planificacin, con intervencin en calidad de expertos, entre otros, de H. Bartholomew y C. Aronovici, y que determinan seguidamente la adopcin de una zorzing ovdinarzce para todo el condado. Las veleidades de planificacin de los entes locales no resultan suficientes para contener las consecuencias del boom demogrfico e industrial. Son ms bien los efectos de la depresin los que vienen a congelar temporalmente el proceso de urbanizacin en marcha (fig. 1.908), que vuelve a reactivarse con la recuperacin econmica y con la intensificacin de la corriente inmigratoria. En los aos de la guerra se acenta el carcter industrial y terciario de la enorme conurbacin de Los Angeles (que ha pasado a ser la tercera rea metropolitana de los Estados Uni-
dos, detrs de las de Nueva York y Chicago), con el fortsimo impulso dado por el gobierno federal a las industrias aeronuticas (la Lockheed, la Douglas y la Hughes tienen aqu sus plantas de produccin), con el desarrollo experimentado por los sectores de la mecnica, de la electricidad y de la electrnica, y con el tratamiento de materiales no ferrosos procedentes de Latinoamrica. La estructura metropolitana se solidifica con la construccin del gigantesco sistema de autopistas iniciado hacia finales de los aos treinta (Arroyo Seco Parkway), elemento portante de esta city of the motor age, carente prcticamente de un servicio de transportes pblicos, en la que se exalta, a todos los niveles de comportamiento y de expresin, el modelo de un consumismo individual exasperado. La conurbacin de Los Angeles, inmune a algunos de los excesos de la patologa urbana propia de las ciudades de formacin decimonnica (fig. l .9O9), se presenta con un alto grado de diferenciacin y cualificacin funcional de las partes, que no desmiente, en los umbrales inferiores de la escala social, el carcter segregacionista y de
clase propio de la metrpoli capitalista; y as ocurre desde los centros residenciales de lujo (Be1 Air, Brentwood, Pacific Palisades) a las reas especiales (como la ciudad universitaria de la UCLA en Westwood Village, iniciada en 192.5)) pasando por la zona de utilizacin turstica de South Bay (Marina del Rey y Venice), y por las reas de instalaciones industriales y portuarias (San Pedro y Wilmington), hasta llegar a los enclaves tnicos del rea histrica (ghetto japons de Little Tokyo, ghetto chino de Chinatown, Barrio mejicano) y al enorme barrio negro (desde el centro hasta Watts) 48.
Sobre la historia urbana de Los Angeles, vanse: L. L. Hill: La Reina. Los Angeles in Three Centuvies, Los Angeles, 1929; A. Wagner: Los Angeles. Zweimillionenstadt in SudKalifornien, Leipzig, 1935; M. Tabuteau: Los Angeles, en d a h i e r s dlOutre Mer, julio-septiembre de 1953; R. Nadeau: Los Angeles jrom Misrion t o Modern City, Nueva York, 1960; W. Crouch y B. Dinerman: Southern California Metropolis, Los Angeles, 1963; R. M. Fogelson: T h e Fragmetzted Metropolis, Los Angeles 1850-1930, Cambridge (Mass.), 1967; R. Banham: Los Angeles. T h e Architecture o/ Four Ecologies, Nueva York, 1971.
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Indice general
1. LA FORMACION DEL URBANISMO. COMO DISCIPLINA AUTONOMA. ENTRE LOS SIGLOS XIX Y XX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
1. El contexto general. econmico y social
.................................
2 . La formacin del urbanismo. como disciplina autnoma. entre finales del X I X y la primera guerra mundial ................................. a ) El Reino Unido . Howard y el movimiento en favor de la ciudad.jardn .
b ) Alemania y Austria . La obra de Baumeister. Stbben y Sitte ......... c ) Francia . Las aportaciones de Hnard y de Garner ..................... d) Las aportaciones de los dems pases europeos . La Ciudad Lineal de Soria
y Mata La obra de Patrick Geddes
..........................................
disciplina ......................................................... f ) La disciplina urbanstica en los Estados Unidos de Amrica ............ g) Los instrumentos de difusin .......................................
............................................................
3 . La renovacin de la Arquitectura. el debate sobre las artes aplicadas y el nacimiento de 10s movimientos vanguardistas en Europa ...............
........................
gonistas ............................................................. b) El Movimiento Moderno en Alemania: la situacin cultural a partir de 1918 y el nacimiento de la Bauhaus; la obra de Gropius y de los arquitectos alemanes ................................................ C) La obra de Le Corbusier ............................................. d ) Internacionalismo del Movimiento Moderno: de la exposicin Weissenhof a los CIAM ...................................................... e ) La ciudad del Movimiento Moderno .................................
Nacimiento y desarrollo del Movimiento Moderno ..................... a) La contribucin de Holanda . El debate de la vanguardia y sus prota-
Indice general
..................................................................
........................
191 191 200 200 213 223 227 234 234 236 243 257
y 1933 ................................. Berln ............................................................... Fracfort ............................................................ Hamburgo ......................................................... Otras ciudades alemanas en el perodo de Weimar .....................
3 . La a) b) c) d}
Alemania nazi ...................................................... Elementos de ideologa y de poltica econmica del racismo ............ La poltica cultural del nacionalsocialismo ........................... Planificacin y colonizacin del territorio .............................. El nazismo en las ciudades: del plan para la nueva capital a las obras de Nuremberg y a los proyectos para los dems centros mayores ......
265 265
1. Las condiciones politicas y econmicas. Del comunismo de guerra a la N . E . P . y a los planes quinquenales .................................
2 . El debate y las investigaciones sobre la arquitectura y el urbanismo ...... 273 a) La produccin artstica y la formacin de los grupos de la vanguardia 273 revolucionaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . b ) Las primeras manifestaciones de la nueva arquitectura . Los condensadores sociales y las investigaciones sobre el tema de la residencia ...... 280 c ) Las propuestas urbansticas ....................................... 289 d ) La contribucin de los arquitectos europeos ........................ 298 e) La condena de las experiencias de la vanguardia y la eleccin de la praxis tradicional y del clasicismo .......................................... 301 3 . Las realizaciones del periodo de entreguerras ........................... a ) La administracin de las ciudades .................................... b ) Los planes y las propuestas para Mosc .............................. C ) Las dems ciudades de la Unin Sovitica y las intervenciones territoriales . 305 305 307 321
............................................................
331
1. Los temas centrales de la ideologia fascista y la politica econmica y social del rgimen ......................................................... 331
2 . Cultura e instituciones en la Italia de entreguerras ..................... a) Renovacin y permanencias culturales en la arquitectura. en su relacin
con el rgimen fascista ............................................. b ) Los protagonistas de las vicisitudes urbansticas italianas en el perodo fascista ............................................................ c ) Las contribuciones proyectuales ....................................
3 . Las actuaciones sobre el territorio .................................... a ) Las obras pblicas y la potenciacin de las infraestructuras ............ b ) Las bonificaciones de tierras y los planes de desarrollo agrcola: de las nuevas ciudades de la llanura Pontina a las intervenciones en las islas c ) Areas industriales y poblados obreros .................................
Indice general
4 . Las actuaciones sobre las ciudades ....................................... a) Elementos de ideologa y praxis de la poltica urbana del rgimen fascista . b ) Las transformaciones de las ciudades ................................. 5 . La evolucin urbanistica de Roma entre las dos guerras mundiales ...... a) La primera posguerra . El desmantelamiento y abandono del plan Sanjust . b ) La Roma de Mussolini . El plan regulador del 31. los derribos y las libec)
raciones. el crecimiento de la ciudad burguesa y la construccin de los poblados perifricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El proyecto de la E 42 [E.U.R.] y la correccin del plan de Roma ......
entre las dos guerras mundiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Miln ............................................................ Turn ............................................................... Gnova ............................................................ Venecia ............................................................ Bolonia ............................................................ Florencia ............................................................ Npoles ......................................................... Palermo .........................................................
7 . Planes y realizaciones en las ciudades medianas y pequeas ............... a) Algunas realizaciones significativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
b) Las intervenciones menores
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..........................................
. La accin
a) b) c) d)
del fascismo en las colonias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La cultura colonial en la Italia fascista .............................. La planificacin italiana en Libia .................................... La presencia italiana en las islas del Egeo ........................... Las intervenciones en Eritrea ....................................... e ) Colonizacin y explotacin agraria en Somalia ........................ f ) Los planes de colonizacin para Etiopa ..............................
...
1. El Reino Unido ......................................................... a) La situacin general. la evolucin legislativa y las investigaciones disciplinares ............................................................ b) Londres . Consolidacin central y descentramiento planificado en el desarrollo urbano entre los aos 20 y 40 . La planificacin del rea londinense. hasta el plan para el Gran Londres ................................. C ) Las dems ciudades inglesas ....................................... 2 . Francia ............................................................... a) La situacin general. las tendencias operativas. la evolucin de los instrumentos tcnicos y legislativos ....................................... b ) Pars . Del concurso para el Gran Pars a las ciudades-jardn de banlieue. El plan general de Prost ............................................. C ) La actividad urbanstica en algunas de las mayores ciudades de Francia ...
4 . Blgica
...............................................................
Indice general
5 . Austria
............................................................
......
....................................
VI1 . CIUDAD Y TERRITORIO EN LOS ESTADOS UNIDOS. ENTRE LA PRIMERA Y LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
1. De la primera posguerra a la Gran Crisis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . a ) La situacin general. y las vicisitudes del territorio y de las ciudades ... b ) Los progresos tcnicos e institucionales en el campo del housing ...... c ) La actividad de la Regional Planning Association of America ............ d) Los instrumentos de control y planificacin. y la organizacin de la gestin urbana .........................................................
2 . De la Gran Crisis al New Deal ....................................... a) Los primeros aos de la depresin y la obra de Hoover ............... b ) El New Deal de Franklin Delano Roosevelt ........................... C ) La creacin de la Tennessee Valley Authority ........................ d ) Las intervenciones pblicas en el sector del housing .................. e ) Las ciudades nuevas del New Deal ..................................... f ) Una utopa para Norteamrica: la Broadacre de F. L1. Wright ......... g) Los progresos de la arquitectura ....................................
3 . Las ciudades norteamericanas .......................................... a) Las vicisitudes urbansticas de Nueva York entre los aos 20 y 40 ...... b) Chicago ............................................................
c) Los Angeles
......................................................
AALTO,A., 637, 639, 640. ABERCROMBIE, P., 28, 30-33, 176, 538, 541, 551, 553-555, 585. ACKE, R., 605, 607. ACKERMAN, F. L., 665, 668, 673, 676. ADAMS, T., 26, 28, 30, 78, 548, 732, 739. ADDISON, 534. ADENAUER, 231 ADSHEAD, 32. AGACHE, A., 563, 568. AGNELLI, 450. F., 384. AGUZZI, AHREN, V., 632. AICHINGER, 619. AIROLDI,481. K. S., 280, 302, 303. ALABIAN, ALBERS, J., 122-125, 721. ALBERTI,495. ALBERTINI, C., 395, 439, 457. ALBINI, F., 343, 353, 354, 386, 429, 430, 446. ALOISIO, 451, 453. ALPAGO NOVELLO, A., 340, 438, 516. ALSCHULER, A. S., 738. ALLIAUD, 493. ANDERSON, 52, 738, 739. ANDREIEVSKI, 330. ANDREOTTI, 487. ANGELLINI, L., 485. ANNUNCIO, d', 502, 512. ARC H IBALD, J., 538. ARGAN, G. C., 105. R., 474. ARGIULLI, ARNT, 231. C., 745. AROVICI, ARPINATI, 465. P., 630. ARTARO, ASCHERI,P., 338, 429. P., 340, 407, 419. ASCHIERI, ASHWORTH, 19, 30. K., 647, 648. ATATURK, A U B U R ~ 568. N, AUGUR, T. B., 672, 693, 710, 711. AUTORE, 499. AYMONINO, C., 113, 168. AZEMA,L., 575, 577.
BABENKOV, 328. BADOGLIO, R., 71, 521. BAFILE,507. BAGNASCO, A., 458. BALBO, I., 510, 512. BALDESSARI, L. 338. BALIEU, J., 109. BALLARD, F. R. 704, 736. BALLIO,V., 417, 422. BANFI, G. L., 353, 355, 389, 429, 430. BANGERT, W., 223. BANHAM, R., 105. BARACCA, 512. BARANOV, 322, 323. BARBAUD, 576. BARBER, C., 693. BARDELLI, 453. G., 56, 177, 182. BARDET, BARDI,P. M., 391. BARKIN, 317. BARNETT, H., 26. M., 278, 280, 291, 294, 311, 325. BARSHCH, H., 75, 682, 729, 745. BARTHOLOMEW, BARTNING OTTO, 115, 132, 134, 238. E. M., 75-77, 681. BASSET, BASSO MPIERRE, 568, 572, 573. BATAT,643. BATTISTI, C., 495, 512. E., 173. BATTISTI, BAUDI,168. BAUDOT, A. de, 83. BAUER, C., 614, 672, 711. S. R. de, 700. BAUER, R., 36, 40, 42. BAUMEISTER, BAYER, H., 123, 159. BAY-KOV, A., 269. BAZEL,K. P. C. de, 68. BAZZANI, C., 410, 415, 477, 488, 497, 499. BEADOVIN, E., 561, 573. BEGNASCO , 459. BEHNE. 115. BEHRENS, P., 87, 88, 138, 140, 158, 212, 615, 6 BELAKUN. 101. BELGIOIOS, 389, 429, 430. 18. BELLAMY, BELLATI, 459. BENDER, E., 257. BENEVOLO, L., 134, 160, 162, 164, 172.
Zndice de autores citados BENJAMIN, 103. E. H., 73, 729, 740. BENNET, BENOIT-LEVY, G., 62, 65. BERG,M., 87, 88. BERG,O., 231. BERGENTZ, T., 635, 637. BERGONZO, A., 680, 681. BERGSON, 93. BERLAGE, H. P., 67, 83, 107. BERLE,A., 687. BERNARDINI, 429. BERNAU, 128. H., 627, 628, 630, 631. BERNOUILLI, BERRINGTON, A., 567, 568. BERTOCCHI, 467, 468. BESTELMEYER, 88, 239, 242. BETTA, 451. BETTELH EIM, 236. BETTWONN, A., 680, 681. BIANCHI,512. BIGOT,E., 52. BIJVOET, B., 161. BING,A., 672, 676. BINI, 467. BLIJSTRA, CFR. R., 113. B L O H M C., , 227. BLONDEL, F., 52. BOBROWSKI, C., 269. BOCCIONI, V., 95. BOCCONI, Hermanos, 435. BOGUE, V., 75. BOHM,H., 218, 344. BOILEAU, L. A., 575, 577. BOJKO,S., 279. BOLIM, 167. BOLSON, F., 605. BONADE-BOTTINO, V., 451. BONATZ, P., 88, 89, 242, 250, 344. BONO,de, 521. A., 376. BONSIGNORE, BOOTH,70. BORGUESE, el Prncipe, 402, 430. BORTOLOTTI, L., 382, 394, 395. Bos, A. W., 596. B o s ~ o ,G., 527, 528. J., 594, 596. BOTERENBROOD, BOTTAI,G., 379, 390, 402, 524. BOTTELI, F., 488. P., 351, 353, 386, 430, 467-469, 493. BOTTONI, BOUDE, de, 508. BOURGEOIS, V., 112, 158, 159, 165, 167, 605, 606. BOVINO, Duque de, 474. BRABANTE, Princesa de, 474. BRADNER, J., 693. BRACE,Taylor B., 155. M., 630. BRAILLARD, BRANDI, L., 32. BRAQUE, 91. BRASIN, 513. BRASINI, 303, 340, 405, 406. 415, 514. A. T., 662. BRAUN, 204. BRAUNING, BRAZZOLA, 437, 438. BREINES, S., 304. BRELO, 258. BRENNER, H., 128.
C., 542. BRESSEY, BREVER, M., 123, 128, 159, 168. H LIERI, 512. BREVIG J. A., 601. BRINCKMAN, BRINCKMAN, M., 599, 603. BRINCKMANN, A., 48. J. H. van der, 598, 599. BROEK, C., 161, 162. BROGGI, G., 434. BROGLIO, S., 637. BROLIN, BROWN, A., 739. BROWN, T. M., 109, 112. BRUCKMANN, 235. E., 36, 37. BRUCH, BRUNING, H., 194, 244. A. W., 19. BRUNT, BUCKING, P., 641-643. J., 18. BUCKINGHAM, H MITT, J., 223. BUECKSC BUFALO, del, 410. BUJARIN, 305. BULL,W., 546, 548. BULS,Ch., 346. BULS, F. G., 65, 66, 70. BUNING, W., 209. E. W., 184-186, 739. BURGESS, BURNHAM, D., 73-75, 736. BURNHAM, D. H. Jr., 739, 740. BUROV, A., 280. BUSURI-VICI, 451. Buzzr, 340.
A., 441, 516. CABIATI, O., 340. CABIATI, CACCIA, A., 69, 70, 72. CAFIERO, V., 520. 501. CAGLIARI, CALO, Hermanos, 510. CALZA BINI, A., 364, 372, 383, 391, 410, 415, 467, 469, 492. CAMPBELL, R. W., 269. CAMUS, 343, 353, 445, 446. CANCELLOTTI, G., 366. CANDIANI, 495. CANELLA, G., 109. CANONICA, 487. CAPITO,G., 481. CARACCIOLO, 480, 481. CARBONARA, P., 376. CARDUCC.~, 464. CARLU, J., 575, 577. CARONIA, 480, 481. CAROZZI, C., 69. CARR,E. H., 269. CARRA, C., 95. CARVAJAL MIRANDA, C., 65. I., 71. CASALI, CASCINO, A., 375. CASSERES, J. M. de, 603, 604. CASSGILBERT, 728. CASTAGNOLA, V., 340. P., 373. CASTALANO, CASTELLI, M., 477, 493.
CECCARELLI, P., 477, 493. CEPPI, 451. CERUTTI, 353. CSAR,517. CONCANNON, T. A., 659. CONCEZIO, P., 492. G. F., 711. CONDNER, U., 105. CONRADS, COOLIDGE, 661, 668. CORBETT, H . W., 728, 740. CORDONNIER, M., 581, 582. CORRADINI, 502. COSTA, E . , 261. COSTANTINI, I., 399. W .. 545. CRABTREE. CRANBRO K, 7'17. CRANE, J., 714. W. L., 19, 31. CREESE, CRET, P. P., 740. CRISPI,512. B., 474. CROCE, CROSSLAND, 24. CROWN, A., 547, 548. CUZZI,451, 453.
DERVAUX, A,, 563. DESMOLINS, 33. DEZZUTTI, 453. DIKANSKY, M., 181. DILL, M., 693. DIOTALLEVI, I., 351, 353, 354. H UBER, 619. DIRN DMITREV, A., 283. DOBB,M., 269. DODI,L., 247, 269, 493. DOECKER, R., 158. T. van, 10, 113, 124, 233. DOESBURG, C., 18. DOGLIO, DOLINA-PONINSKI, A., 37. DOURING, F., 370. DOWNER, J., 733. DRAKE, L., 534. DRAPER, E. S., 669, 671. DREXLER, A,, 137. H ECO,629. PAC DUARTE DUCHAMP, 91. DUDOK, W. M., 602, 603. DUGDALE, M. 534. DUIKER, J., 161, 162, 344. DUKSTROI, 309. DUMAIL, F., 572. H EIN, 184. DURK
13. C H ADWICK, CHAGALL, M., 273. CHAMBERLAIN, N., 534, 537, 547. CHAMBLESS, E., 65, 66. CHAMBRE, H., 271. CHAPMAN, N., 537. CHASE,S., 672, 673. CHENEY, C. H., 669, 745. CH EREN, 529. CHERNYSHEV, S., 307, 312, 314. CHEVALLEY, 451. CHIATTONE, 96, 98, 99. CHILD,S., 665. CHIODI,C., 351, 353, 438, 468. CHIRICO, De, 112. CHITTY,A., 534. F., 62. CHOAY, CH RISTALLER, W ., 186, 188. CHURCHILL, H. S., 714.
EBERSTADT, R., 36, 39, 43, 44. EDEN,W. A., 26. EDISON, 335. EDNARDS, A. T., 178. van, 109, 112-114, 168, 169. EESTEREN, EDNARDS, A. T., 178. EGGERICX, J., 605, 608. EINAUDI, L., 70. EKELUNG, H., 641. EKSTER, 275. EL LISSITZKY, 112, 233, 279-281, 289, 310. ELIEL, 160, 740. ELIOT,E. G . S., 174. D. D., 711. ELLINGTON, P., 206, 208, 209. EMMERICH, ENVAUX, E., 650. ERITH, R. C., 637. EXPERT, 567. EYCK,E., 194, 196.
DAH IR, J., 177. DAL, COF., 128, 297. DANERI, C., 457, 458, 462. DARRE, W., 234, 235, 243. DARWIN, 184. DAVIES, R. W., 269. DAWES, Ch. G., 740. DAWES, R. C., 740. DAZZI,487. DEBBIO, E. del, 407, 421, 422. DELFINI,529. DENISOVSKY, 275. S. R., 189. DENNISON, DERAIN, 91.
FABBRI, 353. FAGNONI, 471-473. FAGNOSI, 448. 242, 344. FAH RENKAMP, V., 340. i FAJOLO, FANELLI, G., 113. FARIELLO, F., 247, 307, 368, 429, 430. FASOLO, 407. FASSBENDER, 44, 45. FAUC HER, J., 36. FAURE-DYJARRIC, 567.
754
FAUSTO, Di, 513. FEDER,G., 234, 239, 243. FEININGER, L., 92, 115, 120, 121. FELLNER, F., 240. FEO, W. de, 275. B., 457, 458, 461. FERRARI, FERRARI, L., 462. FERRATI, 470. I FERRAZZA, 516, 520. I FERRIS,H., 724, 731. FIAT, 335. FICHERA, 501. FIGINI, G., 340. FIGINI, L., 338, 343, 429, 430. FILIPPONE,D., 468, 481. FILLIA, 337. FINETTI,G. de, 338, 340, 437, 438. FINSTERLIN, H., 117, 119. FIOCCHI,340. FIORINI, G., 355, 356. FISCHER,A., 132. FISCHER,O., 227, 228, 239. FISCHER,T., 47, 48, 119. FISKER,K., 636, 638. FLORES, C., 63. FOGARTY, M. P., 189. FOLIN, M., 42. FORBAT, E., 208, 209, 211. FORD,G. B., 76, 563, 565. FORD,H., 668. de, 76. FOREST, FORESTIER, J. C. N., 50, 52. FORMIN,1. A., 307, 320, 321. FORSHAW, 551. FORSTNER, L., 206. FOSCHINI,A., 340, 407, 416, 417, 419, 421,' 422. FOURIER, 19. FRANCISCONO, M., 115, 131. FRANCO, F., 624. FRANC, J., 158, 619. FRENCH, F. F., 736. FRETTE,G., 338, 340. E., 144. FREYSSINET, I FREZZOTTI, O., 364-366. FRIEDRIC H -EBERTS, 206. FRITSCH,T., 37, 38. H., 155. FRUGES, FUFAEV,A., 284. FULLER, H., 251. FUNK,254. Fusco, 501. E., 347, 348. FUSSELLI,
I
GABO,272. GAMBA, 460, 529. GAN,A., 277, 280. GARCA MERCADEL, F., 623. GARDELLA, I., 353, 354, 429, 430. GARNIER, T., 12, 52, 53, 56, 59, 61, 150. GATES, J. M., 637. GATTUSO, G., 375. GAUDI,83. GAUGER, G., 227. N. B., 722. GEDDES,
GEDDES, P., 13, 30, 33, 35, 80, 189, 672, 675. GEGELLO, 323. GELFREIC H , 301. H., 18. GEORGE, H. y O., 225, 227. GERSON, GESSNER, 619. GIBELLINO, M., 280. GIEDION,S., 46, 105, 134, 157, 169. GIESLER, H., 204, 241. GILL, I., 742, 744. GILLAR, J., 641, 642. GINZBURG, M., 168, 279, 280, 284, 287, 291, 293, 311, 313, 323. GIODA, 512. GIOLITII,391. GIORDANI, 467-469, 512. GIOVANNONI, 66, 70-72, 181, 340, 342, 344-347, 385, 398, 402, 407, 410, 432, 460, 469, 477, 478, 482, 492, 495, 501. GIRADOUX, J., 169. GIULIANO, S., 375. T., 172. GIURALONGO, GIUSSANI, 493. GLAAB, N., 662. GLADKOV, 317. GLEIZES, 91. E., 178. GLODEN, GOBETTI, 451. J., 641, 642. GOCAR, GODENTZ, J., 227, 231. B., 669. GODHUE, GOEBBELS, 239, 240, 243, 251, 264. GOECKLE, 48. H. 235, 253. GOERING, G O L C H ,A., 317. GOLDSTEIN, S., 221. Go~osov, 1. y P., 307. G o ~ o s o v ,J., 281-283. GONZLEZ DEL CASTILLO, H. 65, 66. GORDON, F., 177. GORDON, G., 177. 'GOUCHAROVA, N., 92. W., 112. GRAEFF, GRAHAM, 738, 739. GRAMSCI, 451. GRANDE MOLIERE, 580, 600. GRATAMA, J., 107. GRAY,280. GREBER, J., 568, 581, 582. GREENE, hermanos, 742, 744. GRESLERI, G., 145. GRIFFINI, E. A., 351, 441, 443. GROD, C. M., 231. GROER, E. de, 178. GROPIUS, W., 88, 91, 112, 113, 115, 120, 121, 123. 125, 127, 129, 131-134, 144, 158, 159, 162, 163, GRUS,91. GUADET, 52. GUALINO, 450, 451. GUEVREKIAN, 160. GUIDI, I., 467, 469, 525. GUIMARD, 83. GURLITT, C., 40, 48. GUTTON, A., 610.
HAECKEL, 184. HAEFELI, M. E., 630. HAESLER, O., 132, 197, 227, 231, 233, 239. H A H N ,G., 244. HAILE SELASSIE, 521, 525. HAJOS, E. M., 213. B. A., 665. HALDEMANN, HAMILTON, H. O., 303. HANSEN, T., 240. HARDING, V., 534, 661. HARDY-SYMS, 548. HARING, H., 132, 140, 160, 205, 206, 239. HARRIS, C. D., 185, 307. HARRISON, M., 26. HARTEZOG, J. R., 711. , HASSENPELUG, G., 299. HASTINGS, 66. HAVE,G . 720. HAVELAER, J., 107. HEBEBRAND, W., 251, 299. HEBRARD, 52, 646, 647. HEDOVIST, P., 635. HEDQUIST, P., 637. HEGEMANN, W., 189. HEHR, A., 720. HEITEIN, H., 208. E., 52, 53, 55, 57, 566. HENARD, HENNING, H., 132. HENRICI, K., 47, 48. HERRIOT, E., 577. HERTLEIN, H., 209. HERZL,651. HESSE,von, 124, 128. HESSEN, E. L. von, 85. HEYMANS, 610. L., 128, 129, 134, 136-138, 158, 161, HILBERSEIMER, 162, 164, 211, 238, 239, 353, 721. HILLINGER, F., 207. HINDENBURG, 194. HITER,241, 263. HITCHCOCK, H. R., 113, 720. HITLERA,105, 194, 234, 235, 238, 240, 242, 243, 257, 258, 260, 264. HOBOKEN, 723. HOBRECH, 36, 200. HOFF, R. van't, 109, 111, 112. HOFFMANN, J., 83, 85, 86, 147, 160, 618. HOGER,F., 227, 229. HOGG, E., 237. H BARG, 286. HOIC HOLABIRD, J. A., 704, 738, 740. HOLDEN, 548. W., 539. HOLFORD, HOLZMEISTER, 160, 242, 699. HOOD, R., 720, 725, 731, 736, 740. HOOVER, 661, 685, 687. HOPKINS, H., 689, 690. T. C., 30. HORSFALL, HORTA, V., 82. HORTON COOLEY, Ch., 175. F. C., 75. HORVE, HOSTE, H., 605-608, 610. HOUFTON, P. C., 22, 28. How, G., 718.
HOWARD, E., 12-19, 22, 23, 31, 39, 62, 63, 78, 80, 173, 532, 537, 554, 676. HOWELL. 160. J. M., 736. HOWELLS, HOYT,H., 185. HUBACHER, C., 630. HUBBARD, H. U., 665, 667. HUBER, V. A., 36, 37. HULRICH, F., 641. HUME,B. S., 637. HUNTINGTON, H. E., 743. HUSZAR, 112. HUXLEY, T. H., 33.
'
ICKES, H. L., 689. IKRASIN, G., 313. IKRATIUK, 313. ILIN, L., 307, 309, 321, 323. degli, 468. INNOCENTI, INSOLERA, I., 396. B. M., 301-303. IOFAN, ITTEN,J., 120, 121, 123. IVANITZKY, A. P., 324. IVANOV, K. A., 284.
JACOBSEN, A., 636, 638. JAFFE, H. L. C., 112. JAHN,L., 213. JAMES, 93. JANSEN, A., 206, 648, 649. JANNKE, H . J., 227. JAUSMA, K., 589. JAUSSELY, L., 52. JEANNERET, S. E., 143, 147, 162, 165. JEFFERSON, M., 188. JOANNES, F. Y., 667. JOEDICKE, J., 105. JOFAN, 575. JOHNSON, P., 13, 720. JOLTOVSKY, 281, 301.
, 355. KAGANOVIC.H KALESA, 619. KAMPFFMEYER, H., 115. KAMSTRA, A., 714. KANDINSKY, 92, 93, 122-124, 128, 238, 273 KAUFFMAN, R., 653, 659. KAUFFMANN, E., 167, 218. KAUTSKY, K., 195. KESSLER, G. E., 75, 669. KEYNES, 106, 531. KIESLER, F., 112. KILLUS, H., 244. KINGERY, R., 739. H NER,251. KIRC KIROV,M., 311. KLABER, J. T., 51.
KLEE, P., 92, 120, 122-124. KLEIN,A,, 14, 141, 173. KLEINERTZW, 251. H MIDT, E., 251. KLEINSC KLERK, M. de, 107, 109, 591. KLOTZ,C., 241, 257. KOK, 112. KOKORIN, V. D., 308, 309. KOLBE, 115. KOLIN,C. F., 188. KOLLONTAI, A., 286. KOLLY,N. J., 168, 307-309, 321, 323, 330. KOPP, A., 280. Ko~susov,B., 310. Kosn~, 275. KOZMAL, 643. KRAMER, P. L., 107, 108, 591, 593. KRASILIKOV, I., 278. KRASILNIKOV, P., 317. KRAVETS, S., 323, 324. KRAYEC, 228. KREIS,W., 88, 239, 263, 344. KREJCAR, J., 642. H EVSKI, 323. KRIC KROPOTKIN, 33. KRUPP,G., 235. KUNZEL, 631. KUSNETSOV, 1. S., 302. A, 282. KUZNEKOV,
LA GUARDIA, F., 733. LADOVSKI, L., 321. LADOVSKI, N. A., 275, 290, 303, 313. LAMB, 725. E., 338, 340. LANCIA, H., 33. LANCHERTER, LANG, L., 131. N., 317. LANGMAN, LANZOV, J., 283. LAPRADE, 577. S., 340. LARCO, LARIN,289, LARIONOV, 92. LASDUN, D., 534. 499. LATTES, S., 469. LAVAGNINI, LAVEDAN, P., 189, 190. V., 290. LAVROV, LAW OLMSTER, F., 73, 76, 78, 681. LE CORBUSIER, 51, 57, 59, 67, 69, 88, 95, 99, 123, 134, 143-145, 147, 148, 150-158, 161, 167, 169-171, 173, 280, 286, 298, 310, 353, 560, 561, 575, 576, 596, 606, 610, 623, 627, 637, 641, 644, 717, 720. LEANE,499. LECK(B. van der), 109, 112. LEGER,F., 91, 92. 467-469. LEGNANI, LEIBBRANDY, 260. LELY, C., 586. LENIN,265, 277, 304. LENTI, E., 467, 469. LEO, R. del, 269, 271.
LEONIDOV, I., 320, 325. LEROUX, M. L., 582. LES CAZE,W., 718, 720. LESSER,W., 36. 576. LETSAGE, LEVER,lord, 32. LEVI MONTALCINI, 448, 451, 453. LEVINSON, E., 307. LEWIS,N. P., 75. LEY, R., 242, 254. LEYDEN, F., 213. LIBERA,A,, 338, 340, 430, 495, 498. LIEBKNEC H T, K., 192. LILIENBERG, A., 635, 637. AL, D., 692. LILIENTH LIMONGELLI, A., 338, 340, 407, 514. LINGERI, 430, 493. El, 112, 233, 279, 280, 289. LISSITZKY, LITANFIELD, E. D., 667. LOCQUET, 610. LODS,M., 561, 563. LOGHEM, J. B. Van, 598. LOHNIZEN, Th. K. Van, 596. Loos, A., 83, 86, 160, 162, 612, 614, 619. LORCHER, C. Ch., 648, 649. C., 244. LORENZ, LOSCH, A., 186. LOUCHEUR, 565, 583. LUBETKIN, B., 534. H ENTI, 430. LUCCIC LUCKARDT, 119, 239. M., 115, 134, 138, 140, 141. LUCKARDT, O., 44. LUEGEN, LUNACHARSKY, A., 273, 277, 304. Lupo, P.) 375. LURCAT, A., 150, 156, 160, 561, 565. LWTENS,E., 26, 28, 542. LUXEMBURG, R., 192. 577. LYAUTEY, LYND,H., 185. LYND,R., 185.
MACKAYE, B., 672-674. M., 202, 203, 211. MACHLER, MAERTENS, H., 46. 441, 443. MAGISTRETTI, MAH o MET VI, 647. MAIAKOVSKI, 273. P., 36. MAIRET, MALDONADO, T., 129. MALIEVICH, K., 92, 124, 274, 275. OUNSKY, M., 164. MALKIEL-JERM OV, 323. MALOZEM MALLET-STEVENS, 576. MANDIOT, H. D., 164. MARC,F., 92. MARCONI, P., 257, 384, 395, 418, 467, 469, 526.
Indice de autores citados MARCH,W., 256, 257, 261. MARESCOTTI, F., 351, 353, 354. MARIANI, R., 106, 361. V., 506. MARIANI, MARINELLI, 415. MARINETTI, 337. MARKS,115. MAROI,L., 402. MARQUET, 91. MARR,T. R., 30. MARS H , B., 75. MATISSE,91. MATTETRUCO, G., 144, 145, 450. O RFF, W., 44. MATTERSD MAWSON, 32. MAY, E., 165, 167, 168, 208, 213, 215, 217, 312, 326, 327. MAYER, A., 714. MAYNARD KEYNES, J., 105. MAZZOCHI, C. y M., 353, 446. MAZZOLENI, G., 343. MAZZONI, A,, 422, 423, 479, 481, 495. MCCLINTOCK, M., 722. MCCORMICK, R. P., 740. MCCORNOCK, W., 704. D., 19. MCFAYDEN, R. D., 184, 185, 739. MCKENZIE, MEATH, lord, 546, 548. MEBES,P., 204, 206, 211. MEHRING,F., 192. MELIS, A., 391, 453. MELMAN, 317. W., 279, 281, 289, 307. MLNIKOV, MELOGRANI, 172. E., 107, 115, 119, 134, 137, 138, 140, MENDELSOHN, 162, 163, 212, 239, 303, 453. F., 109. MENNA, MEOPHAN, 555. MERAVIGLI A-MANTEGAZZA, 5 14. MERLO,437, 438. MERRIL,J., 710. MESSEL,A,, 88, 242. MESS~NA, 499. METZENDORF, G., 51. MEURIOT, 70. MEY, Van der, 107. MEYER,A., 88. MEYER,H. M., 128, 161, 162, 188, 313, 327, 328, 628. MEYER,K., 313. MEZZANOTTE, P., 443. MICHEL, P. A., 606, 607. MICH ELAZZI, 453. MICH ELUCCI, 419, 473. MIES Van der ROHE, L., 88, 128, 134, 135, 158, 159, 239, 277, 344, 626, 718, 721. MILETO, Hipdamo de, 492. MILILLO,467. MILINIS, I., 280, 287. MILIU~N N. , A., 178, 295, 296, 325. MILTGEN, 576. MILLER,O. Von, 44. MILLER-LANE, B., 233, 237. G., 109, 348. MINNUCCI, MINOLETTI, G., 343, 353, 354, 430. MIONI, A., 69, 364.
757
MISTRASSE, 572. MISURATA, del, 514. MOELLER Van der BRUCK, A., 234. MOHOLY-NAGY, S., 112, 122-125, 127, 128, 159, 277. MOLEY, R., 687. MOLLI, S., 384, 453. MOLNAR, F., 643. MONDRIAN, P., 109, 112, 124. MONTECATINI, 335. MONTUORI, E., 365, 366, 379. MORDINOV, A., 317, 324. MORELLI, 453. MORETTI,419, 430. MORGAN, A. E., 92, 692, 693, 696. MORISANI, O., 109. MORRIS,B. W., 123, 728. MORTARA, G., 70. MORTON, A., 33. Moscow~~z 706. , MOSER,K., 164, 627, 630. M o s s ~ ,G. L., 236. A,, 301. MOSTAKOV, MRUSEK, H. J., 231.
'
NAVONI, G., 384. NAYLOR, G., 131. NENOT,P., 162. NETTLEFOLD, 30. NERVI,P. L., 473. R., 720. NEUTRA, NICOD,576. NICOLOSI, G., 364. NIEMANN, M., 44. NIKOLAIEV, J., 288, 317. NIKOLSKI, 323. N I T ~ 70, , 382. NIUTTA,474. NOECHEL,630. NOLDE,115. NOLEN,J., 74, 75, 665, 669, 671. NORRIS,668. Ch., 728. NORTON, NOVE,A., 269. NUSSBAUM, T., 228, 231.
OBERDAN, 512. OBRIST,117. OESLNER, 227. OJETTI, U., 438, 473. OJITOVICH, O., 293, 294, 296, 325. OL, A., 307. OLBRICH,J. M., 83, 85, 87. SALAZAR, 627. OLIVEIRA OLIVETTI,A., 353, 512. OLMO,C. M., 145. OLMSTED, Sr., 665, 669. OLSEN,H., 227. ORANO, P., 381. ORIANI,464.
Indice de autores citados ORLOV,G., 280, 330. ORSOLINI CENCELLI, V., 364. D., 448, 453, 469. ORTENSI, ORTH, A., 36. OSBORN, F. J., 19, 532. OSTERMEYER, F. R., 225, 227. OTTO, C. F., 244. OUD, J. J. P., 109, 112, 113, 115, 124, 158, 159, 344, 599, 600, 601. OWEN, 19. N. A., 740. OWINGS, OZENFANT, A., 143.
PISCATORE, 133.
PLATT,Ch. A., 728. PLATT,C. W. G., 637. PLATZ,G . A., 164. POELZIG, H., 88, 89, 134, 140, 144, 158, 162, 195, 211, 303. POETE,M., 189. POGGI,471. POGGIALI, C., 525. POINCAR, R., 577. POLAERT, 240. POLIAKOV, 328. POLLET,M., 531. POLLINI, G., 168, 338, 340, 351, 419, 429, 430. POMEROY, A. R., 745. POMPE, A., 605. PONT,G., 338. PONTI,G., 340, 437, 438. POPOVA, L., 274. F., 254. PORSCHE, PORTALUPPI, P., 340, 415, 438, 441, 443. PRAMPOLINI, 337. PREDENAL, G., 353, 354, 447. PUCCI,351, 353, 467-469, 493. PUETZER, F., 48, 51. PULITZ.257. PURDOM, C. B., 181, 532, 547, 548, 585 PURICELLI, P., 356.
PAGANO, G., 342, 343, 348, 350, 353, 354, 415, 419, 427, 447, 448, 451, 458. PALANTI, G., 343, 353, 429, 430, 445, 446. PALERMO, 478. PANICONI, H., 384, 428. H 1, 464. PANZAC PAOLINI, E. F., 368, 369. PAPEN, T. Von, 194. PAPINI,R., 93, 96, 162. PARENTU, 568. PARET-DORTAIL, 568. PARK,739. PARK,R. E., 184, 185. PARKER, B., 20, 22, 26, 30, 31, 627. PARKINS, M. F., 307. PASCO LETTI, 429. PASCOLI, 464, 502. PASTERNAK, A., 280, 293. PATRIZI,G., 384. PAUL, B., 85. PEARSON, 545. PECH STEIN, 115. PEDICONI, 429. PEDRINI, A., 69, 72. PEETS,E., 714. PEIRET, A., 156. PEPLER,G. L., 36, 546, 548. PERA,L., 342. PERELLI, A., 177. C., 469. PERELLI, E., 313, 355, 487. PERESSUTTI, PERESSUTTI, G., 422, 429, 430. PERRET, A., 162, 163, 303, 344. PERRY,C. A., 174, 176, 184. PERSICO,E., 348, 349, 389, 451. PETAVEL, J. W., 65. PETRUCCI, C., 368, 369, 501. PEUSNER, 277. M., 70, 71, 303, 340, 342, 344-347, 385, PIACENTINI, 391, 399, 402, 407, 409, 410, 415, 418, 419, 429, 430, 438, 441-443, 453, 457-459, 468, 473, 482, 483, 485, 487, 490, 492, 499, 516. PICASSO, P., 91, 92, 273. PICCINATO, L., 37, 244, 347, 365, 384, 407, 427, 429, 495, 516. PIDOIJX, J., 181. PINI, 467, 468. PIRANESI, G., 340, 415. PIRELLI,335.
RABBI,G., 467-469. RADBURN, 676. RADING, A., 161, 178, 230, 239. RAGGHIANTI, C. L., 109. M., 105. RAGON, RAMPONI, 467, 468. E. y G., 419, 480, 481. RAPISARDI, RASMUSSEN, S. E., 67, 638. E., 85. RATHENAU, RATHENAU, W., 85, 88, 102-144. RATTU, S., 373. RAVA,C. E., 340. RECKITT, 28. RECLUS, 33. REDON, 568. REGE, De, 453. REGGIORI, 437, 438. REICH, TU., 286. REILLY, 32, 545. REINER,T. A., 178. REY, A., 181. REYNOLDS, J. P., 30. 650. REZA PAHLEVI, RIBOT, 583. RICARDI, G., 468.
Zndice de autores citados RICCI, C., 411. RICHARDS, J. M., 105. RICH ARDSON, 740. RICHTER,H., 110, 112, 227, 635, 637. RIDDLE, H . H., 738. RIDOLFI, 498. RIGOTTI,249. RIMPL, H., 243. RIPHAHN,M., 231. RITSCHE,H., 186. RITTER,N., 197. RIZZA,A., 375. ROBERTI, 480, 481. ROBERTIS, de, 469. H. W., 189. ROBINSON, R o c c ~ ,della, 469. Rocco, A., 335. ROCKEFELLER, J. D., 733. ROCHE,738. H ENKO, 275, 277. RODC ROECKLE, F., 217, 225. ROGERS, E. N., 353, 355, 389, 429, 430. ROMANO, G., 353, 354, 429, 430. F. D., 73, 664, 687, 688, 691, 696, 700. ROOSEVELT, ROSENBERG, A., 234, 238. ROSSAN, A., 173. ROSSI, 427. ROTH sc H ILD, E., 651. ROUAULT, 91. RUTTE, de, 568, 572, 573. SCHMACHER, F., 88, 90, 223, 225, 231, 239. SCH~SEV A., , 281, 303, 307, 310, 317, 323. SCH ULTZE-NAUMBURG, 237. SCHUSTER, 619. SCH WAGENSC H EIDT, W., 221. SCHWEITZER, O. E., 619. SEBASTIANI, 376. SECCHI,B., 188. SEGNI,di, 512. SEITZ,K., 615. SELLIER,A., 561, 572, 573. V. N., 307, 314, 316, 323, 328. SEMENOV, SEMENZA, 438. SEMIAROV-PROZ HEROVSKI, 330. SEMPER, G., 45, 240. SENGER, A. Von, 237. SENNET, A. R., 19, 24. SERAFIMOV, S., 323, 324. SERPIERI,A., 333, 334, 359. Maresca di, 474. SERRACAPRIOLA, SERT, J. L., 623, 624, 626. SEUPH OR, M., 109. SHABAD, T., 271. S H AFTESBURY, Lord, 37. SHARP, D., 105. SHAROUN, A., 239. S H EFFIELD, 537. O. B., 271. SHIMKIN, SHREVE, R. A., 725, 736. SHURTLEFF. A. A.. 665. 667. SICA, P., 13, 37, 46, 51, 65, 67, 73, 77 223, 235 SIEMENS, K. F. von. 235. SILENZI,~ R., 368, 369. SIMBIRTZEV, V. N., 302. SIMMEL, 184. SIMONE, de, 383, 474. SIMONOV, G., 307, 323. P., 107. SINGELENBERG, SINIAVSKI, 278. SIRONI,M., 458. SIRVIN,568, 573. SITTE, C., 36, 45-47, 51, 627, 640. SKIDMORE, L., 740. SKOSYREV, V., 317. SMITH, D. H., 543. SMOLIN, D. I., 284. SNOW, B., 706. SOBOLEV, D. M., 328. SOFFICI,95. SOISSONS, L. de, 532. SOKOLOV, N., 294, 296, 325. SOLLIER, 567. SOREL,93. SORIAY MATA,A., 12, 62, 63, 65, 79. SOULAS, J., 307. SOUTAR, A., 28. SOUTAR, J., 28. 453. SOTTSASS, A., 417, 418. SPACCARELLI, SPALEK, J., 641, 642. SPEER,A., 255-261, 264, 575, 624. SPENGLER, O., 233, 234, 237. SPULBER, N., 269. STAAL, J. F., 147, 593, 599. STAAL-KROP H OLLER, M., 107, 593. STACC H INI, 438.
SAARINEN, E., 83, 639, 682, 717, 718, 738-740. S A B S ~ V I CC. H , M., 289, 292. SACCHI, G., 469. E., 243. SAGEBIEL, SAKULIN, B., 308, 309. SALVISBERG, O. R., 204, 205, 209. SAMONA, G., 180, 348, 470, 498, 499. SANJUST,397, 398. SANT'ELIA, A., 96, 98, 150. SARGANT FLORENCE, P., 189. SARRAUT, 562. SARTORIS, A., 164, 353, 451. SAUVAGE, H., 156. L. de, 521. SAVOIA, SCALPELLI, A., 365, 366. E., 640. SCARINEN, SCOTT,24. SCULLY, V., 105. SCHARDUN, A., 132, 140, 141, 158, 159, 197, 206, 208. SCHEFFER, L. S. P., 596. SCHESTAKOV, S., 311. SCHINDLER, R. M., 720. SCHIRO,G., 375. SCHLEMMER, O., 120. SCHMIDT,168, 619. SCHMITT, R., 85. SCH MITT H ENNER, 206, 242, 249. SCHNECK, A. G., 158. SCHNEIDER, K., 225, 227. SCHOLER, 89. SCHRODER, G., 199, 251.
760 STADERINI, 499. STALIN, 315. O., 283. STAPRAN, STARACE, 415. STEFANI, de, 335, 432. STEIGER; 630. STEINS,S., 69, 672, 673, 675-677, 711. STENBERG,. 275. STERBINI, G., 467, 469. M., 538. STEWART, STILJ, de, 110. H., 193, 235. STINNERS, J., 286. STORA-SANDERS, STRNAD, 160. STRONG, W. A., 711. J., 20, 36, 40, 42-44, 51, 70, 80, 172. ST~BBEN, STUD,B., 227. SUBIN,A., 283. SUSINI,467, 468, 480, 481. SWAELMEN, L. van der, 605, 606.
E. L., 185. ULLMAN, UNWIN,R., 20, 22, 26, 30, 31, 78, 81, 178, 214, 534. 548. 549, 551. 554, .585, 676, 701.
TAFURI,M., 103, 104, 162, 199. TALLARICO, G., 506. F., 251. TAMMS, TATLIN,273, 279. TAUT, B., 89, 115-117, 134, 158, 162, 164, 195, 197, 202, 204-206, 227-229. TAUT,M., 134, 161. TAYLOR, W. C., 532. TEDESCHI,E., 368, 373. TEIGE, K., 167. TENTORI,S., 61. TEPLITZKI, V., 278. TEREJIN,F. A., 284. TERRAGNI, G., 168, 338, 340, 351, 353, 430, 493. TESSENOV, H., 51, 88, 242. TESTA,V., 406, 416. THIEL, E., 271. T H OMAS, A., 102, 733. TOMAS. M . G.. 714. T H O&ON, F.' M. L., 26. THOMPSON, W., 29, 31. THRASNER. F. M.. 185. T HYSSEN, F. von, '235. TIALAV, W., 251. TIJEN,W. van, 603. TITUS,G. F., 706. TONGERLOO, van, 111, 112. TONNIES, 175, 184. TOPORAVA, 282. TORNELLI, C., 469. TORRES, 495. TORRES CLAV,J., 626. TOURNAI, 105. C., 693. TOWNE, TRIGGS, 32. TROOST, P. L., 241, 242, 257, 264. N., 266, 267, 282, 323. TROSTKI, TUFAROLI, L. M., 368, 369. R. G., 686, 687, 710. TUGWELL, TYRWAITT, J., 33. TZARA, T., 93.
VACCARO, G., 353, 478. VAGO, J., 162, 643, 645, 649. VALIKANGAS, M., 641. VALLARO, G., 355. VALLE,C., 525. J. B., 301. VANLOGHEM, VANNONI, C., 468. VECCHI, de, 520, VEGMAN, G., 280, 293. L.,. 75. VEILLER, VELDE,H. Van der, 70, 82, 85, 87, 90, 119, 123. VELIKOVSKI, 317. VENDEROV, V. L., 309. VERONESI, G., 113. H EN, R., 60.5. VERWILG VESNIN,A. V., 274, 279, 281, 282, 286, 292, 330. VESNIN,L., 309, 317, 320. VESNIN,V., 317. VIALE, A., 457, 461, 462. 1 1 , 356, 426. VCTORMANUEL VIETTI, L., 427, 461, 462. VIOLA,499. VIRGILIO,333 VIRGIN,A., 635, 637. VITELLOZZI, 467, 468. VITMAN, V., 323. VIVANTI, R., 464. VLADIMIROV, V., 288, 294, 325. VLAMINCK, 91. VLASOV, 328. VLUGT,L. C. Van der, 603. VOLPI, G., 335, 506, 508, 514. VOYCE.A.. 303. 304. VRIEND, J.' J., 109.
WADSWORTH,
WACHMANN. K.. 718. 721. R. S.,'711. M., 195, 201, 203-206, 208, 211, 239. WAGNER, WAGNER, 0.. 44, 45, 79, 86, 641. WAGNER; Senador, 704. WAKEFIELD, 18. R. T., 740. WALKER, WANK,R., 693, 711. WARREN, H., 537. WATEMAN, S., 659. WATSON, 24. WEBB, A., Sir, 14, 547. WEBER,A., 186. WELWYN, 532, 533. WENDINGEN, 107. WEATTEY, 534. W H EELER, 740. W H ITAKER, 673.
W HITE, 738, 739. WHITE WALTHAN, 555. G . L., 745. W HITTLANLL, W H ITTEN, 178. WHITTICK,A., 105. WIEBENSON, D., 61. WIJDEVELD, J. M., 107, 108. T. Van der, 107, 162, 593. WIJDEVELD, WILDT, 487. WILS, J., 109.112. WILSON,661, 668. WILST, 438. WILL, 743. 637. WILLIAM-OLSON, WINDELBAND, 184. WINTER,A. V., 330. WIRTH, L., 185. WISTARMORRIS,B., 727. WLACH,619. WOLF, P., 39, 56, 178. R., 299. WOLTERS, WOOD,E. E., 75, 668, 672.
Y
YEOMANS, A., 175. YOUNG, de, 706.
z
ZACH, L., 710. ZAPPA,G., 457, 461, 462. ZARGRIAN, 323. ZELLAMICILLO,P., 467, 469. ZEVI, B., 109-112. ZIPF, G. K., 188. Z o c c ~ ,M., 468. N. B., 303. ZOLTOVSKY, H., 185. ZORBAUGH,
Indice geogrfico
Adama, 527, 529. Addis-Abeba, 523, 526, 528. Adelaida, 19. Adigrat, 529. Adua, 529. Africa, 502, 505, 506, 523. Akmolinsk, 270. Alabama, 690. Alaska, 673. Albania, 493. Albona, 379. Alejandra, 516. Alemania, 7, 8, 22, 30, 36, 37, 39, 40, 44-46, 51, 79, 85, 91, 101, 102, 105, 106, 113, 115, 119, 123, 132, 134, 159, 180, 191, 194, 200, 234, 238, 243, 247, 254, 258, 273, 333, 337, 342, 348, 351, 372, 384, 575, 643, 652. Alessandra, 501. Alfeld, 89. Alkrington, 26. Alma-Ata, 306, 324. Altona, 227. Amberes, 42, 52, 79, 610. Amrica, 35, 73, 739. Amrica Latina, 1.51. Amsterdam, 67, 107, 112-114, 166, 585, 589, 590, 593, 595-597, 720. Ancona, 435, 497. Anderghem, 605. Angola, 505. Ankara, 648, 649. Aosta, 353. Aprilia, 361, 368. Apuania, 376. Apulia, 378. Aquilia, 489, 499. Argel, 152, 156, 168. Argelia, 153. Argentina, 435. Arizona, 706, 707. Armenia, 323. Arsia, 377, 380. Ascoli, 501. Asis, 347. Asmara, 503, 518, 520. Assab, 518, 520. Atenas, 59, 156, 168-170, 645, 646. Atlanta, 691. Augsburgo, 251.
Auschwitz, 254. Australia, 19. Austria, 7, 36, 45, 79, 236, 61 1 Austostroi, 327. Avelino, 501. Azerbaijn, 323.
Baku, 323, 324, 329, 330. Baltimore, 712. Barcelona, 52, 67, 69, 623, 624. Bari, 104, 181, 358, 392, 492. Barnes City, 743. Bartring, 206. Basilea, 628, 631, 651. Bayreuth, 251. Blgica, 8, 22, 62, 68, 435, 585, 604, 605. Benevento, 501. Bengasi, 506, 515, 516. Berezniki. 325.
, , . -
~ e r g e n ,684. Berln, 36, 40, 43, 44, 53, 79, 80, 85, 87, 88, 90, 105, 112, 114, 115, 124, 129, 131, 134, 137, 143, 159, 189, 191, 194-196, 199, 200-202, 204, 206, 207, 211, 228, 236, 241-244, 248, 249, 251, 253, Berna, 68: Beverly Hills, 744. Bielefeld, 115. Bielorrusia, 323. Birmingham, 32, 80, 557, 558. Birobidzhan, 328. Bochum, 200. Bogot, 151. Bolonia, 105, 357, 394, 435, 464, 465, 467. Bolzano, 486, 487, 495. Bombay, 33. Borgata Alessandrina, 424. Boston, 663, 683, 729. Bovisa, 435. Bradford, 537. Brasil, 435. Brescia, 344, 346, 447, 482. Breslau, 87, 137, 230, 251. Brianza, 435. Bridgeport, 666, 667. Brndisi, 492. Brox Bourne, 553.
'
Zndice geogrfico
Brujas, 606, 607. Brunico, 501. Brunswick, 25 1. Bruselas, 43, 65, 80, 82, 86, 112, 134, 153, 166168, 606, 608. Bruzzano, 435. Buckingham Shire, 549. Buenos Aires, 151, 152. Buffalo, 663. Bulgaria, 101. Burdeos, 155.
Cdiz, 63. Cagliari, 373. California, 706, 707. Canberra, 80. Cambridge, 105. Candia, 505. Cardiff, 28. Carbonia, 377, 378. Catania, 358, 392, 501. Catanzaro, 501. Celle, 228, 231. Centocelle, 424. Cerdea, 373. Cesano Maderno, 435. Concorde, 718. Copenhague, 67, 68, 634, 636, 638. Crawley, 555. Cremona, 501. Crimea, 323. Crispi, 502.
Eagle Rock, 743. Earswick, 28. Edimburgo, 33-35. Egeo, islas del, 493, 503, 516. Egipto, 546. Eindhoven, 603, 604. Elba, 223. Enna, 501. Eritrea, 517. Erivan, 306. Erlagen, 133. Escandinavia, 83, 107, 180. Estados Unidos, 7, 8, 14, 26, 30, 33, 73, 79, 81, 160, 168, 177, 181, 184, 188, 239, 510, 534, 537, 565, 652, 661, 664, 665, 685, 690, 693, 708, 711, 720, 740, 743, 745. Espaa, 22, 622. Essen, 200, 251. Estambul, 648, 650. Estocolmo, 67, 634. Etiopa, 492, 502, 506, 507, 521. Europa, 14, 19, 43, 62, 66, 81, 91, 112, 117, 123, 143, 258, 299, 349, 351, 369. Eysden, 607.
Chatanoga, 691. Checoslovaquia, 22, 105, 251. Cheliabinsk, 270, 323. Chemnitz, 182. Chicago, 14, 73, 74, 136, 138, 160, 175, 662, 664, 680, 701, 703, 704, 718, 721, 728, 736, 739, 740, 746.
Ferrara, 501. Fertilia, 371. Filadelfia, 703, 708, 718, 740. Finlandia, 101, 640. Fiume, 494, 495. Florencia, 93, 105, 113, 115, 341, 357, 358, 392, 435, 469, 470, 472. Florida, 662, 669, 700. Forli, 488. Francia, 7, 8, 22, 52, 62, 65, 83, 91, 333, 337, 560562, 573, 580, 585, 645, 651. Francfort, 87, 115, 140, 143, 165, 196, 198, 208, 213, 215-217, 221, 231.
Dakota, 673. Dallas, 665. Darmstadt, 43, 48, 79, 85, 87. Dassau, 47, 48, 127, 133, 136. Dessau, 123-125, 129, 134, 138, 238, 279. Dessie, 527, 528. Detroit, 450, 681, 682, 684, 717. Dinamarca, 631, 637. Dinant, 604. Dire-Dava, 527, 529. Donbass, 267. Dortmund, 198, 200. Dresde, 45, 48, 88, 233, 263, 264. Dubln, 31, 37, 79. Dvisburg, 137, 200, 230, 233. Dushambe, 325. Dsseldorf, 15, 43, 44, 79, 80, 85, 88, 242, 247 Dzerzhiner, 325.
Gales, 28. Ganshoren, 605. Gante, 33, 43, 80. Gelsen Kirchen, 200. Gnova, 323, 358, 390, 392, 435, 454, 457, 461, 462, 477, 512, 521, 691. Georgia, 323, 691. Gimma, 528. Ginebra, 161, 162, 628, 630, 645. Glasgow, 557, 558. Gleiwtz, 251. Gondar, 527. Gordiani, 423, 424. Gorki, 271, 306, 323, 328. Gorki del Kama, 327, 328. Gorki Yaroslav, 306. Graz, 611.
Grecia, 645. Griffith Park, 744. Gualino, 445, 448. Guidonia, 371, 372. Gurvey, 270.
Haifa, 658. Haiz, 253. Hamadn, 650. Hamburgo, 88, 143, 186, 223, 225, 227, 253. Hannover, 231, 233, 251, 253, 254. Harar, 527, 529. Harvard, 81. Hatfield, 553. Heidelberg, 43. Heimsbttel, 225. Helsinki, 634, 639, 640. Hilversun, 602. Holanda, 22, 92, 107, 113, 180, 183, 337, 351, 584, 643. Hollywood, 743, 744. Huis ter Heide, 111. Hungra, 101, 643.
Kentucky, 701. Kiel, 191, 198. Kiev, 270, 271, 280. Kirovakn, 323. Kiselievsk, 284. Kojuhov, 284. Kostino, 290. Kunst, 115. Kuzbass, 267, 306. Kuzneck, 328.
La Haya, 602, 603. La Spezia, 392. Lambrate, 386. Laren, 109. Las Vegas, 699. Latinoamrica, 746. Le Mans, 583. Lecce, 498, 499. Lecco, 435. Lee Valley, 553. Leeds, 537. Leicester, 559. Leipzig, 37, 40, 51, 141, 143, 197, 233, 247, 249, 2%. Leninakan, 323. Leningrado, 267, 270, 271, 278, 280, 306, 307, 321,
ALL.
Idaho, 673, 699. Iesi, 501. Illinois, 77, 721. Inglaterra, 7, 8, 13, 14, 30, 62, 79, 105, 175, 181, 184, 239, 531, 643, 651, 652. India, 33. Indiana, 739. Indianpolis, 708. Irn, 641, 650. Israel, 651, 655. Italia, 7, 67, 71, 93, 94, 101, 105, 181, 331, 336, 337, 340, 356, 384, 446, 450, 453, 471, 473, 474, 482, 487, 488, 501-503, 505, 506, 515. Ivanovo, 306.
739
Jaffa, 665. Jarkov, 271, 280, 306, 323, 324. Jena, 44, 115, 251. Jersey City, 723. Jerusaln, 653, 655, 657.
Leptis Magna, 504. Letchworth, 20, 23, 532. Leyden, 109. Libia, 502, 503, 505, 508, 510-512. Lieja, 41. Lille, 581, 582. Linate, 435. Lisboa, 627. Littoria, 361, 365, 366. Liverpool, 80, 557. Livorno, 331, 344, 358, 488, 490. Liubliana. 645. Londres, '14, 16, 18, 22, 26, 32, 37, 43, 53, 89, 105, 109, 173, 176, 189, 315, 532, 534, 538, 541, 543. 544. 546, 547. 551. 558. 604. Long sland, 734. Longuiew, 669. Los Angeles, 166, 680, 704, 739, 743-746, 750. Lovaina, 604. Louisville, 691, 703, 704. Lucca, 497. Ludwingshaten, 248. Luxemburgo, 43. Lyon, 43, 579, 580, 582.
, , S
Kafuaart, 667. Kandagach, 270. Karaganda, 328. Karlsruhe, 51, 132, 233. Kartaly, 270. Kaschirsk, 287. Kassel, 232, 233. Kauttua, 641. Kazn, 323.
Madrid, 43, 63, 64, 623, 624. Magdeburgo, 41, 227. Magenta, 435. Magliana Nuova, 426. Magnitogorsk, 267, 270, 293-295, 301, 325, 326, 328.
Indice geogrfico
Malta, 505. Manchester, 26, 30, 176, 557. Manhattan, 731, 734. Mannheim, 50-52, 230, 250. Mantua, 333, 495. Marghere, 358. Marienbrun, 50. Marruecos, 506, 623. Marsella, 41, 168, 581, 582. Masawwa, 518. Massachusetts, 700. Mata, 62. Messina, 498, 501. Miami, 662. Michigan, 343, 681, 701. Middleton, 26. Miln, 95, 96, 105, 109, 113, 168, 338, 354, 386, 432-434, 437. Milwaukee, 176, 710, 714. Minnesota, 77, 673. Minsk, 323. Mdena, 501. Mogadisco, 503, 506, 519, 521. Mnaco, 430. Montana, 673. Monterotondo, 345. Montevideo, 151. Monza, 338, 435. Mosc, 53, 68, 123, 153, 162-164, 267, 270, 273, 275, 278, 279, 281, 283, 284, 287-290, 297-299, 301, 305-307, 309-311, 313, 314, 321, 330. Mozambique, 505.
Orn, 153. Orlans, 563, 572. Oslo, 634, 638. Ostende, 67. Ostia, 358, 406, 427.
357,
Najichevan, 323. Npoles, 93, 333, 358, 380, 392, 435, 474, 476-478, 497, 515. Nef asit, 527. Newcastle, 23, 24, 531. New Haven, 703. New Jersey, 77, 681, 684, 696, 701, 711, 724, 729. Nibinogorsk, 325. Niguarda, 386. Nizegorod, 295, 296. Nizhni-Novgord, 327. Nordwich, 105. Norris, 695. Norteamerica, 19, 80, 714. Noruega, 631, 638. Novaia Kajorva, 325. Novara, 393. Novosibirsk, 270, 328. Novo-Volynsk, 325. Nueva York, 30, 77, 78, 105, 106, 176, 661, 674, 675, 677, 680, 684, 686, 701, 710, 718, 723, 724, 727, 731-733, 736, 739, 740, 746. Nuremberg, 230, 233, 240, 251, 256, 257.
Paderno Dugnano, 435. Padua, 113, 347, 485, 486. Pases Escandinavos, 631. Palermo, 358, 376, 435, 478, 481. Palestina, 650-652, 654, 655, 659. Pallonetto, 478. Pars, 33, 53, 55, 56, 76, 112, 113, 143, 147, 150, 151, 153, 154, 159, 170, 189, 240, 257, 281, 284, 302, 546, 562, 566-569, 576, 578, 626. Parma, 495. Pasadena, 742, 744, 745. Pavia, 389, 393. Pennsylvania, 706. Perpin, 563. Pesaro, 501. Pescara, 396. Petrogrado, 274, 275. Piacenza, 393. Piceno, 501. Pietralata, 424, 425. Piscinara, 363. Pittsburg, 664, 677. Podolski; 308, 309. Poitier, 563. Polonia, 22, 251. Pompeya, 358. Pomezia, 361, 368. Pontinia, 360, 364, 365, 368. Porto Scuso, 378. Portugal, 622. Posen, 43. Postdam, 119, 138, 203. Pozzo Littorio. 377. 378. Praga, 112, 167, 641, 642. Praunheim. 217. Prenestina, 423, 424. Primavalle, 424, 425. Prozorovskaia, 67. Prusia, 192.
Radburn, 534, 678, 679. Rvena, 355. Reggio Calabria, 392. Reims, 563, 565, 566. Reino Unido, 13, 531. Repblica de Weimar, 104, 119, 123, 128, 191, 192, 199, 213, 619. Rethel, 563. Rho, 435.
Indice geogrfico
Rhodes, 26. Rmini, 497. Ro de Janeiro, 151, 152. Rochester, 682. Rodas, 516. Roma, 43, 56, 72, 105, 109, 261, 331, 333, 338, 340, 345, 347, 351, 356, 358, 360, 369. 379, 383, 386, 390, 392, 394, 397, 402, 404, 407, 414, 418, 423, 424, 426, 427, 430, 435, 467, 477, 504, 506. Romerstadt, 217. Rostov, 271, 306. Rotterdam, 107, 112, 113, 115, 143, 598, 600, Rugen, 254. Rusia, 7, 22, 94, 101, 106, 141, 142, 205, 231, 277, 296-298, 301, 305, 306, 309, 323, 330, 575, 584, 641.
Sabaudia, 361, 364-366, 369. Sabratha, 504. Salford, 30. Salnica, 646. Salzburgo, 45, 119, 144. San Basilio, 423-425. San Diego, 74, 708. San Francisco, 344, 681, 740, 743. San Petersburgo, 63, 92, 273. Sao Paulo, 151, 152. Santa Maria del Soccorso, 424, 425. Sassari, 501. Schweinau, 51. Sevilla, 52. Sheffield, 23, 24. Siberia, 221. Sicilia, 373. Siena, 485, 497. Silesia, 247. Siracusa, 501. Slootdord, 588. Sochi, 302. Somalia, 519, 520. Sondrio, 435. Soria, 62. Southport, 32. St. Paul, 681. Stalingrado, 295, 325, 328. Stchglovsk, 328. Stettin, 251. Stockport, 28. Stuttgart, 42, 89, 105, 113, 157, 158, 160, 230, 231. Suecia, 631, 634. Suiza, 67, 93, 143, 435, 627. Sverdlovsk, 271. Swansea, 23, 24.
Tbilisi, 302, 306, 323. Team Valley Estate, 539. Tehern, 650, 651. Tel-Aviv, 653, 657. Tempelhof, 225. Tennessee, 706. Termini, 409. Terni, 495, 497, 499. Terracina, 363. Texas, 76, 706, 707. Tiflis, 302, 303. Tirgan, 326, 328. Tor Marancio, 424. Sor Pignattara, 424. Tours, 581, 582. Tremecen, 153. Trento, 494, 495. Treviso, 495. Trieste, 358, 495. Trpoli, 503, 506, 508-510, 512, 513. Tripolitania, 511. Trullo, 424, 425. Tuburtino, 424. Tufello, 424. Tunicia, 504, 505. Turn, 105, 109, 112, 435, 447, 448, 451. Turingia, 124, 125, 238. Turqua, 641, 647, 649.
Uccle, 82. Ucrania, 270, 323, 330. Ulan-Ude, 306. Ulm, 48, 51, 251. Unin Sovitica, 102, 103, 105, 106, 265, 309, 314, 321, 325. Uppsala, 632. Utah, 699. Utrecht, 109, 111, 112, 585.
Tadzhikistan, 325. Tallin, 639. Taranto, 392, 498, 499. Tashkent, 270, 306, 323.
Val Melaina, 424. Vanzo, 485, 486. Varedo, 435. Varese, 493, 494. Varsovia, 168. Vaticano, 404. Venecia, 86, 96, 109, 377, 392, 435, 447, 462-464. Venice, 743. Verdia, 392. Veresotto, el, 435. Versalles, 105. Vermont, 681. Vicenza, 45. Viena, 37, 45, 46, 79, 83, 159, 160, 180, 611, 612, 614, 615, 622, 641. Vigentino, 386. Villejuif, 569. Virginia, 667, 684. Vitebsk, 273, 274. Voronez, 306.
Zndice geogrfico
W
Washington, 73, 80, 176, 663, 673, 680, 681, 683, 684, 686, 711, 712. Watts, 743. Weimar, Repblica de, 87, 112, 191, 223, 227, 234, 237. 238, 240, 263. ~ e l w i n 23, , 173, 174. Wendingen, 108. West Han, 553. ~esthausen, 217. Wieringermeer, 587. Wiesbaden, 43. Winterhude, 225. Wiscosin, 77, 188, 681. Wittenau, 206. Witzleben, 208.
Y
Ypres, 604, 607. Yugoslavia, 643, 645.