1989-Jose Vasconcelos-Sarabia V Justina

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~M. S;:.::b:;l V!cc .

tD!C!ONES ::
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C CUL T!.,',q,1 .'-!iSP/\ tvlC,1
DE COOPERACiN iBEROAMERI CANA
.A.vda. Reyes ( atlicos. 4. 28040
Diseo de la cole.:: ci6n portada: A!berto Corazn
N1PO: 028-89-0 i 2-7
ISBN 84-72l 2-479-6
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Coleccin dirigida por
Juan Maestre Alfonso (CSIC)
Con la col2boracin A/ET/
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Edicin de
Justina Sarabia ViejCl
Jos Vasconcelos
PrloSJo de
u
Antonio Lago Carballo
rft! Cultura Hispuka
1989
No;ce
PRLOGO __
INTRODUCCIN BIOGRFiCA
ANTOLOGA DE TEXTOS
Pensamiento sociolgico
l. La Raza Csmica _
11. lndoioga ....... . .
Pensamiento poltico
Programa de Gobierno que se propone desarrollar el licenciado Jos
Pgs.
11
17
Yasconcelos triunfa en las elecciones, 5 de 11lic de 1929 . . . . . . SS
Pensamiento hispanoamericanista
l. y panamericanismo .... _....... . .. . .... 71
11. Hispanoamrica frente a los nacionalbrr.os agre>ivos de Europa y
btados Unidos ...... . ..... .. ..... . .. . .. . .. . _................... 81
Pensamiento
Prlogo a la obra Breve Histori a de Mxico _. __ __ . . _. ... . . . 93 /
Pensamiento pedaggico
l. Mensaje a i:i juventud mexicana. XIX Nacional de Esrndiantes.
Monterrey, 195 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
il. del escudo de la Uriversidad Nacional. Discurso ante la
Confede racin Nacional ce Estucliantes. C.1153 . . . ........ _... . .. 107

Activa
Libros ....
Antologas . . . . . ...... . .. . . __ . . . .. . _ . .... .. _ .. _ ......... . . .. . .
Artculos y conferrncias eJitadas .. . . ...... . . . . . .. . . .. . .. .. . . ... . .. .
Pasiva
Libros----
.............. .. . .... ... .
115
116
116
i21
!L3
PRLOG-0
L-
Esta seleccin de textos de Jos constituye un buen homenaje a un
hombre verdaderamente significativo en la vida y en la historia del Mxico de Ja
primera mitad de este siglo XX Contribuir asimismo a reavivar la memoria y
vigencia entre nosotros de su obra y pensamiento, tan decisivos no slo para ia
cultura y la educacin dtl Mxico contemporneo, sino tambin par2 Ja histeria de las
ideas y del pensamiento hispanoamericano.
Nos encontramos ante una sugestiva personalidad dotada de muy diversos
talentos: escritor de prodigiosa p;osa -su 1:U}js_e_s criollo justifica con creces la
afirmacin-, pensador original, historiador, poltico, renovador de la Universidad
Nacional y fundador, en 1921, de la Secretada de Educacin Pblica, que desempe
.1no cmo se maneja un Ministtrio, sino cmo se enc;;beza una cruzada, en feliz frase
de Octavio Paz, quien tambin ha escr:to que <1filsofo y hombre de accin,
Vasconcelos posea esa unidad de accin que imprime coherencia a los proyectos
dispersos, y que si a veces olvida los detalles, iambin impide perderse en ellos.
fr. !os ltimos Jos de la presidencia del ge.'?eral Porfirio Daz, particip3ra con
ocros jvenes litf:fatos -Alfonso Reyes, Antonio Caso, ."1artfn i.uis Guzmr., Mariano
Azuela, Luis Cabrera, y el gran humanista y crtico dominicano. Pedro 1-/enrquez
Urea- en la fu:Jdacin del Ateneo de la Juventud, ms carde llamado Ateneo de
Mxico. Pan todo ellos el pensamiento era U.'lil forma de accin y sta no era sino
una actualizacin del pensamier>to. Si11 embargo, hq que precisar, como lo ha hecho
el bigrafo rle Vascor.ceics, <1se h;i exagerado el hecho de que lo
rebelin intelectual ele los atcnestas coincidi con el estallido de la Revolucin
Mexicana. Sera falso implicar que el descub(imierto de JJuevas ideas en el Ateneo
hubiese, de alguna maner;;, aun parcialmente, causado Ja Revoluci6n.

El Ateneo era un cent:o de l'ida intelectual donde se lean y comentaban los t
grandes ttxtos en los que el pensamiento de la humanidad, a le lzrgo de los siglo5,
alcanz las ms altas cocas. Se aspinba a conseguir 11n;i renov;icin filosfica
superadora de! positivismo inspirador de la ideologa del porfirismo. Y tar.Jbin a u11a :' .
revisin de Ja historia mexicana en bsqueda de Ja identidad de aquel pueblo. '-
Vasconelos, protagonisca pri11cipal de estos anhelos y espEranzas, tan pranto
como se Jpaciguan las iuchas civiles y l:s pasiones encrespadas de los primeros aos
14
d' la Revolucin de 1910, ser el inspirador y animador de los progrJmas parJ la
renovacin y la refo:ma educatha.-
En la fobor que llev a cabo en la Secretara de Educacin Pblica -desde J 921
. 1924- figuran los grandes objetivos de la educacin en Mxico: lucha contra el
analfabetismo, excensin de la escuela rural, difusin de bibliotecas pblicas,
ediciones populares de los grandes clsicos de todos los tiempos. Y todo ello
planteado desde una concepcin misional del papel de los docentes, a quienes
exhortaba: Haced de 12 eduocin una cruzada y un misticismo; sin fe en Jo
trascendental no .se realiza obra alguna que merezca el recuerdo. El r;1agisterio debe
mirarse como una vocJcin religiosa.
Y al mismo tiempo daba un decidido impulso a las bellas artes. Fue Vasconcelos
quien encarg a Rivera, a Orozco y a Siqueiros las grandes pinturas murales para
diversos edificios pblicos y al msico Carlos Chvez la Sinfonfa india. Ya l se debe
el fomento de la in vestigacin cientfica, del intercambio cultural con el extranjero y
l recuperacin de monumentos, como el antiguo Colegio de San Pedro y S2n Pablo,
que fue rehabilitado para sede de la propia Secretara de Educacin.
M as la faceta de Va$COncelos que aqu y ahora debe de ser destacada es la de su
condicin, mejor 2n, su vocacin de hispanoamericano. Cuando fue rector de la
UnNersidad Nacional eligi como lema para el escudo universitario Por mi raza

hablar el espfritu, ir.scrito sobre un mapa de Jberoamric2. Se significa en este lema 1'
-escribi Vasconcelos- !a conviccio de que la raza nuestra -la "raza csmica"-
elaborar una cultura de tendencias nuevas, de esencia espiritual .Y librrima.
-
vocacin hispa11021i1e;icana se manifest tanto en su aFn por viajar por
distintos pases iberoamericanos, donde se relacion con intelectuales, polticos y
estudiantes, como en la hospitalidd y colaboracin ofrecida a la chilena Gabriela
Mistral o al peruano Haya de Ja Torre, pero sobre todo en sus libros, especialmente
en La raza csm!ca,,, lndologfa,, y Bolivarismo y ;nonros1110. Su lealtad a Espaa
que nn ie impidi criticar hasta con aspereza los aspectos nevcivos de ia
actuacin espaola en qued reflejada desde sus primeros escritos)' no
slo en las reflexiones sosegadas y ccnservadoras de los lrifT/OS aivs de Sli vida,
como cor; error creen algunos de sus bigrafo:;. Octavio Paz, en cambio, lo ha visco
con ;nirada esclarecedora al referirse al tradicionalismo de Vascofi c.
0
fo5 un
tradicionalismo que, como dice Pu, no se apoyaba en el pasado, sino CjUe...2--
usiJficab:i en ei fuwo. )'que pJrta de una idea esencial: ia de que .da tradicin
universa! de Espaa en Amrica consiste sobre todo en concebir el continente como
una unidad superion;. Por ta.1to, aade el autor de El laberinto de Ja soledarf:
"Volver a la rradicion 11spaola no tiene otm sentido que volver a la unidad de
f-iispanoamrica.
i 5
A esa diana lanz Vasconcelos sus saetas dialcricJs y de e!o dan teslirnunio
muchE.5 de !as pginas recogidas en esca antologa. As defensa del bolivarismo
-a ideal hispano:;mericanu de crear una federacif'! con todos os pueblos de cultura
espaf.o/a;, - , comc rplica y salvaguarda contra t:I i1ionrosmo, es decir. "el /Jea/
ar.giosajn de incoporar las veinte naciones hispnicas al imperio nrdico mediante
la del panamericanismo.
Ya eJ:J mayo de i 923, en su Carta a a juventud de Calombia", dirigida al
entonces joven escritor Gernr Arciniegas, escribc. i.Josotros queremos la unin
Je los pueblgs ibricos sin excluir a Espaia y comprendienoo expresamente al Brasil,
y tenemos que exciu1r a los Estados Unidos r.o por odio, sino porque ellos
representan otra expresin de la histaria humana>..
La generacin a que yo pertenezco ha visto renacer e anhelo iberoamericano,
afirmaba Vascoitcelos en su libro lndologa , pubiicado en Barcelona en 1926.
Un anhelo efectivamente compartido por los grandes espritus hispanoamericanos
de aquellos aos. Es el anhela de la Patria Grande, de la que habl el argentino Manuel
Ugarte en su libro publicado en 1922; es el sueo de un movimiento continental,
como Haya de la Torre pretenda que fu ese su APRA; es la Utopa de Amrica, como
Pedro Henr/quez Urea titul, en ! 925, su clarividente ensayo de interoretacin de
ia Amrica hispana; es e/ ideal que uni, en un actv celebrado en Pars en junio del
misma 2o, a Jos Vasconcelos ,v a Jos Ingenieros, ."1iguel Angel Asturias, Manuel
Ugarte, Carlos Quijano, Vctor RJ! Haya de 12 Torre y al gran don Niguel . de
Unamuno.
Esta sincera y honda vocacin iberoar.iericana tUe comp;;t!ble con su indomable
condicin de mexicano esencial, consciellte y orgulloso de /a-complejidad profunda de
su puPblo, fruto del mestizaje tnico y culturJI En su Discurso del maestro, de
1923, proclam: Que se diga 2 lvs nios lo que hace c7e7iilos-o sP les ensei,
porque un estpido lo veda tcitamente, y es que en el siglo XVI!/, y
desde el final del XVII, hubo en n!lestra patria /J cHliz1ci6n r.i2s intensa que 1::nt0nces
se conoca en Amric3: que hubo entonces arquitectos y pintores, sabios y literatos,
escuelas y universidades e imprentas. Si todo esto lo ignoramos, dnde podremos
encont;-ar la cor.fianza er. la propia r2za, el orgullo que se necesita para levantar
obras! Cmo podremos creer en nosotros mismos si come.1zJmos negando nuestras 11
races y vivimos en e/ servilismo de imJginar que todo o que es cultura ha de tener
etiqueta de irnportzcin reciente, como si n2d;; vJ/iese el esfuerzo de los siglas que !
han acumulado en este suelo, ..:o dfversas pocas, torrentes de civiliz'a cin que en \
seguida desaparecen, justJmente porque no sabemos ligar el ayer con el presente y ni , 1
siquiera los esfuerzos todos de una sola poca'"- \J;
Ese afn unitivo, asumidor de la historia tod.1 de su pueblo, sin o!vidos ni
\.
!6
parntesis
1
est rnuy d::rarnenre expresada en este pasaje de La raza csmica>>: La
civilizacin no se improvisa ni se crunca, ni puede hacerse parC/r de papel de una
constitucin poltica; se deriva siempre de una larga, de una secuar preparacin y
depuracin de ele711ents que e t;ansmiten y se combimn desde los comienzos de
ia Historia. Por eso resulta tan torpe hacer comenzar nuestro patriotismo con el grito
de independencia del Padre Hidalgo o con la conspiracin de Quito, o con las hazaas
de Bolvar, pues si no lo arraigamos en y en At.il/J.Ualpa, no cendr sostn,
, al mismo tiempo, es necesario r2montarlo a su fuente hispnica y educarlo en las
enseanzas que deberamos derivar de fas derrotas, que son tambin nuestras. de las
derOtas de fa nvencibe y de Trafalgar.
Fue su condicin de mexicano esencial inmerso en la azarosa
prest encia de la Repblica. Es2 aventura fallida le hara alejarse de la poltica
y centrarse en su labor creadora de escritor, de pensador -Vasconcelos, despus
de todo, haba sido vinualmente e nico hombre en Amrica Latina que intent crear
un sistema filosfico completo", segn John Skirius-, de historiador, de ardoroso
polemista.
Todo su quehacer estuvo presidido por un espritu independiente y crtico, de
raz tica, que no dej de acarrearle incomprensiones y rechazos. Para interpretar su
actitud podra servir de clave este fragmenw del eplogo a su Breve historia de
Mxico": Se afirma que al destruir los mitos de ms de un siglo y a! desnudar a
inmundicia en que nos debatimos se .deja a la juventud sin esperanza acerca de los
destinos de Mxico. A esto respondo que tampoco hay esperanza para el que vive en
/J mentira. Nada hay ms miserable que empearse en el disimulo de /a iniquidad. Ni
existe ms vil especcculo que el de :.m pueblo Pmbriagado en su propia ineptjtud,
como enfermo desahuciado que se recrea en sus llagas".
Antorio Lago Carballo
- ..
' ,
INTRODUCCION
,,
BIOGRAFiCA
E! fi!sofo y politico mexicano Jos_Vasconcelos naci en la ciudad de Oax
0
ca, (apital del
emdo del mismo nombre, el.27 de febrero de 1882. Su padre. lgc;acio Vasconcelos, fue hijo
iiegtimo de Joaquh Vasconceios y de Perecta Varela, ambos muy vinculados a Espaa y de
fami!ios camerciartes de .Oa;-:aca_ y Puebla. respectiva.mente. Es an ms clara en el futuro
poltico la influencia de la familia de su madre, Carmen Caldern. hija del conocido liberal
decimonnico doctor Esteban Caidern y Canciiani, un oaxaqueo huyendo del general
Santa Ana a mediados del siglo XiX, se refugi en Nueva Orleans y all conoci y se uni a
Benito Jurez. De nuevo en Mxico, escondi y cur e11 su rancho ai joven Porfirio D!az y sus
tropas. pele contra los franceses durante el imperio de Maximiliano, apoy a Lerdo de Tejada
y acab sus das como senador vitalicio de Oaxaca, por orden del presidente Porfirio Daz,
como agradecimiento a su ayuda y apoyo poltico.
Por tanto, el origen de Vasccncelos fue socialrnente desigual, ya que cuando Carmen
Caldern se enamor de Vasconcelos, un ho:nbre pobre perteneciente a la clase media
baja y sin apoyo de su padre tras haberle recor.ocido, el senJdor Caldern se opuso 1 la boda
y sta se real:z en secreto, naciendo Jos como primer hijo.
Gncias a varias Ignacio Vasconcelos consigui un empleo de de
-a duanas, y oblig a la fami!ia midiera primero rn Soconu>co (Chiapas), luego
Sonora, en la aduana de El Ss;;bE, frcnteriza con Arizona, para establecffse entre 1887 y 1894
en Piedras Negras (Coahuila). Como all r10 haba escuela, Jas asisti a la Escuela .Primaria de
Eagle Pass, Texas, teniendo q11e cruzar diariamente el puente internacional para recibir clases
junto con otros nios mexicanos estadounirlenses, con tensiones e;itre ellos que Vasconcelos
despus en su
Aunque le ofreci u;ia beca para estudiar en Austin, ia familia se neg a dejarle aiii y
CUJndo tenia trece aos viaian nuevaMente, ahora hacia la capital mexicana, en un lareo
trayecto por ferrocarr:I que les llev hasta el tjfxjc; de la poca porirista, lleno de
restaLlrantes. hote:es E: jngieses en la jmp;esjn del q11e Y ilia adquiriendo una pas1on por
los hbro> y una prctica n<1cional:sta del catolic;smo en la peqJea biblioteca que pose;; su
madre y que ampliar ahora ante ei lujo de I;; prctica religiosa capitalina, !o cual le llevar a
des<irrollar 12 idea de que la lirnrgia catlica era el rito supr2mo, la usin abso:uta de todas las
artes y I;, Cl!lmmacin esttica de Occider.te. como indicar en Esttica, aunque l tardar
muchos acs en adscribirse pblicamentt a ;in? fe concreta, slJ case la catlica ( 1940).
Tras unos meses en Ciudad de Mxico y Toiuca, durante los que Vasconcelos asisci al
Instituto de la segunda ciud1d, que le pareci inferior a su primera escuela, lleg para su padre
ur. nuevo nombramiento de segur.do jefe de aduana Campe(he y tsto supuso el traslado de
-- - ------ - - -- -
20
tnd2 !a familia ai Sureste y la inscripcin dei 1dolescente en el Instituto de Cienci as
carr,?ecr.ano, coincidiendo con poca de auge de Yucat:n y Campeche, y tambin las
rep':rCU5i ones dela guerra encre [spaa y Estados Unidos e;i el Caribe. All conocera
Vas:oncelos la literacura francesa, acabando sus estudis de Secundaria con un segundo
pui:sto.
En ! 898 se separa de su familia, al pasar a la capital mexicana para cursar estudios
Entra primero en la Escu: 'a Nacional Preparatoria (positivista y con un rigor casi
mii: tar) y luego en la de s p;rdre era tmladaco de nuev::i a
Piedras Negras, donde muri su madre en 1899. \us bigrafos opinan que su autntica vocacin
era la Filosofa. pero como sta a1h no era admitida como estudio universitario, por ello se
incii 11 hacia la Cd<Tera de Derecho. Su emncia en la Escuela Nacional le hizo decididamente
enemigo del porfirismo. ms que por ia injusticia social o por la poltica de apoyo a los
extranjeros, . or 1 ' individuos concretos en eneral, y ms todava, a los
inu i1iduos de especiales. [sta actitud e'. a misma que llevar despus a Vasconcelos a
porJSe tambin en contra de los reg;menes posrrevolucionarios que no permitan la libemd
de los individuos civiles .
' En etapa universitaria conoce a futuros correligionarios como Alfonso Reyes, Antonio
(.so, Isidro Favela y Miguel Alessio Robles. Tambin empieza a trabajar entonces corno
amanuense en la notar? de Aguilar y Morocho y como ayudante de! senador p0rfiriar.o y juez
Jess Uriarte, hasta que en ! 905 co;iclue sus estudios con la tesis Teora Din;nica del
Derecho, editarla do1 aos despus.
Era uo_},l,(Ogatometafsico 2mipos!tivista contra la pasividad de una sociedad estancada. En
l se lanzaba h idea de las t'es leyes naturales del Derecho (la del desarrollo d la energa, la
de la justicia y la del equilibrio), que reflejaban las reivindicaciones del joven Vasconcelos,
deensor del individual;smo. Pero al ver l0s peligres ir;i;lioba su de un Cercho casi
de origen metafls1co, mcliaaspecto.1 mora'rizantes, como a los caudil:os (ya ;at>emos
que los grandes guerreros .1011 1ariedade1 de tipo criminal , lo cual mantendra ms tarde
ref:rindose a Villa y 3 Zapata) y a la aristocr2cia econmio, porque no era de erigen, sino
. adquirida o lo ms heredada, e iniplicaba la explotacin de ocros, 'Jna variedad de I;: barbarie.
De esa confrontacir. ind ividuo-clan deriva un p:ante<:rniento de raz;:s mecropolitanaj-
rdzas colonial ts, inicialrnenie ir1c
1
ind<l o a las prin1em, pei'c que luego e.1 roto por corio
los pueblos Europeos son las b:rbros y <dos pueblos son los dvjlizados,
vinculndose a !a idea de la deradencia de O.:cidence. Era el punto de partida para sus obras
pos:Niores , ris c::inocidas.
T m trabajar unos rneses er Durango corno agente fede;al, regres a la capital paa ejercer
en la sucursal r;iex:cana cel bufete de la firma neoyorkina Johnson and Galston.
- 1l.unq11e siempre ;e mostr contrario 3J matrimor,io, al que definJ duramente como
<in1titucin me:q11ina, apta pra meJio.:res t la prisin que salvaba de amar demasiado al
hombre desvalido>>, se cas en i 9()6 en Tlaxcala con Serafina Miranda, originaria tambin de
Oaxaca, viviendo el matrimonio en la capita: de desahogada con las gana1Kias del bufete,
situado calle Isabel la Catlica. P0r esas fechas Vas.:oncelus empieza su actividad poltica,
que tenara hitos importances, como I fundacin del Ater.eo de la en 1908 -junco
21
con los amigos citados. el dominicano Henrquez Urea y Alfonso y que en 1912
se transformara en el Ateneo de i1xico, con ur. de empresa nacionalista, tratando de
rehabi litar el ra> hacia el camino liberal - democrtico mediante misicnes culturales. come la
Universidad Popular Mexicana, ant icipo de :a Secretaria de Educacin Pblica que impulsara
despus Jos Vasconceius.
Otrn hecho qu marG6 su vi da"iue conocer a Francisco l. f12dero, el que entr en
en 909, teas haber ste La SUEesin presidenciit! ( 1908). Su movimiento
muchas posibilirlades a este hombre de 25 aos, enemigo del porfiriato y deseoso de
un campo de acci6n que lleva' a r el ideal de nacin liberal. El mismo Vasconcelos
expres esas inquietudes en su 1ses erial , al escribir ... yo no tena motivo prop:o de queja
contra el rgimen ... Sin pertenecer n1 remotamente a cualquiera de las facciones gubernamentales,
vea crecer mis entradas, poseJ Ci>Sa propia y porvenir seguro. Perc nadie ge _IQs
motivos que va n determinJndo el desting_I La conviccin ae que el porfirismo era
u;ia-fosa p-odrida )' abominable haba ido arraigando en mi sensibilidad. La evidencia de los
atro ellos diarios cometi di ni a
, umana ofendida convertan en pasjo lo que primero hab;; sido desagracio..y..sor:p.i;e.sa... ".
Con Gustavo l Francisco l. adero, ilomelo Mra, Roque Emilio y Francisco
Gmez, Fl ix P.alavicini, ederiEo Gonzlez G;!rza y Luis Gabrera, entre otros, funda
n 1909 el Centro Antirreeleccionista <le Mxi co, en el que figur cerno secretar.io de este
futurn :iartido, defer.sor de que se prohibiera al ?'esioence Porfirio Daz sucede,se a s mismo
en el c<irgo, que describira as: Sol::amos con llegar a constitui r un gobi2rno en el que
pudieran colaborar sin bochornos los hoMbres honrados. Empezbamos la campaa sin odio.
No ramos fracasados que miran en la revuelta una tabla de salvacin. Madero, educado en
Europa. hijo de rico, iiquidaba sus negocios agrcolas cor. una ganancia de doscientos cincJenta
mil pesos, que destin en su totlidad a la regenerac:n de la Patria. La mayor parte de
nosotro; pona en pel:;ro una situacin conqui stada con duro esfuerzo .. ...
En 191 O. al perseguirl e :a policia porfirista pcr haoer en Mixico .. u11
artculo en el 'JU, ent re Ot l JS cosas, escr:bi el porfirismo es Ull SOO hJCe falta
en:errarlo . ., a Nuev2 York, trabajando all cor.ic traducrr tres meses. Al volver
y con0cer el frat;de de las Elecciones se uni a! movim:ento organizJdor de la
revolucin (Plan de San Luis ") que deba est1llar el 20 de noviembre, pero al ser denunciado,
via de nuevo a Es tados actu1ndo 2n W;ishi ngton como representante dei
movimienco m:.derista. sin que consiu;ea su recowcim'e nto, y1 que niediantP presiones del
22
err,:. aador mexicano, ircluso se orden arrestar a Madeo. acusndole de violar la neutralidad
como extranjero residente all.
. Mientras Carranza-y Pancho Villa iban imponincos militarm.,nt< en t".lxico se
distanci::ban entr< s Lya que el primero su deseo.de poE!er esta actitud a
decepcionar a V;i.sconcelos. La Cnvencin, en A_guascalientes en noviembre de 1914,
busc un gobierno de pacificacin encabezado por Eublio Guti rrez, siendo Vasconcelos
mie mbro de la comisin que inform a Vill< dE este acuerdo. Mi entras Carranzz se neg
a aceptar a Gucirrez, los otros dos lderes -Zapata y Villa- lo hicieror.
nomnalmente, accua.10 lueg0 sin apoyarle. estas actitudes :reci 1 ami Earranci; mo de
Vasconceios, que: drndi ocupar, 1 MinisterLo d lnstrUGGinifl . bii ca e el ebiern ae
Guti 8r rez tan efmt:o que. al mes de s11 entrada en Mxico, villistas y zapatims ya intentaron
des: ituirl e y. al negarse presidente y tratar de quitar sus cargos a ambos lderes. tuvo que
la capital y e1tabiecers2 en el estado de Nuevo Len, ai
tn : 915, en Estados Urios en de legitimidad par2 sus lderes 101
emi sarios de Carrar.z;i, Vill a y G11 tirrez, ste ltimo repreSEl\ado prir Jos GUe
pidi al gobierno <Je i pas vecino ia no interferencia er. la poltica interior mexicana. Mientras
:anto Gutirrez rer.unci6 a la presidelcia, dejando de nuevo el peder a Carranza, y esta
ine$prrada decisin provoc la decepcin de "lasconceios, que se qLred durance un tiempo
res idiendo en Nueva York, deciicado al estudi.:i de la Filosofa en las bib:i otecas de esa
ciu<hd.
En sertien1bre de 1915 se reuni Conferencia Paramericana para ,obre :a
ce que Mxico encontrar;: la cst;,bilidad pol tica. y el resdtado fue reconocer a
Venustiano cerno presidente, lo cual hizo el presidence \'/iison el 19 de
octubre de ese aiio.
Vasconcel0s volvi a vincularse al camncismo y poco espus aceptaba el cargo de
agente confidencial de (arronza. ar.te ei gooierno ingls par2 evitar la concesin de un
23
emprtstito u otra ayuda 11 ''/ i..- t<Jiai'iO Hucrra$ i' de din2m!c:- a les huertistas
en el propio de sus protectores. los trust ing!eses del petrleo, en sus prcpi a;
palabras. As viaja a lnglJterra. F;-a;ic:a Espaa, ms :?tendido en e! segundo de
paises. donde obtuvo ia prnmesa de r.egar cua!qu:er apoyo oficial francs a Huen:as.
regr:es- acepta ta t11reccin d 1 Escu.ela f'h:cional Preparatnria d 1 ciudad de
llixico pero pl'0fft s s f tiEas a Gar.rania r.esur.gieron, motiVdElo su arresto exilio en
etapa. iniciada en i 916 mientras en Mxico se organi za el Congreso que
redmar la Cor.sticuci,1 de 191 7. signif;co h publicacin del libm P;cgcras. Una teora del
ricmo por una revista de La HabanJ y un via1c a Amrica dei Sur como ag, ,ite de las Escuelas
internaciona les de Scnene/ady en Lima, pronunciando una conferencia en la Ur, iversidad de
San Marcos sobre El movimie nto int electual contemporneo de Mxico", en la que volvi a
crit'icar el positivismo. dando al Ateneo un valor cruzada cultilral en la que se
integrado ios principaies imeie:tua:2s mexi canos de ia poca.
\...._
Desde su nuevo cargo inicia una gran actividad en pro de ia cultura y de la
promocin jilvenil basada en la campaa nacional contra el analfabetismo, y la del ''
Proyecw de Ley para federaiiz ar la enseanza y crear lo Secretada de Educacir. P9lica. Esta
!tima fue aprobada en el Senado d 3 de rnarzo de 192:, el 27 de jul io y
ocupando ese cargo pr"pio Vasconcelos. lr,fluicio por lz reforma que hizo e1 1 Rusia Anatoly
Lunacharsky, a portir de : 917 se preornp de llevar maestros ham los lugares ms lejanos,
pero como no tenia suficientes, form grupos ambulantes de misioneros con una
concepcin amplia: inclua ur. trabajador social, un instructor de educacin pbli ca y
en msica. 1rt2s r;i 2nuales, etc., con ayuas tan destacadas cerno h dP
la .hiler.a Gabr:ela Misi:ral dJrante 1111 ti ompo de estancia en 1'1xico. Tambin decidi el
Secretario impulsar el an:e del p:s y 1922 empezaron a los principal es edificios
adscritos a la Secretara por !o; muralistas Orozco, i\i1era, Al-1a de la Canal otros.
Y en( 921, fund6 editoria! para publicar libros clsicos. ia revista El Maestro .. , y estableci
ol nue-;,ci escudo y lema de IJ Uni vmidad: Por mi ra za hJblar el es prit;:.- -.
l/ienoo c>mo 2vanzab1 la orzanizac in pJltica e;tatal que Plutarcc Elas Cal les
e! oGcr, Vasconcelcs 10l'vt a ia pol tica comu candldz. to al gobit:!rno dei EstJdo
C': Oaxaca, reritiendo duran[e la campaa las consignas maderistas (gobierno civil, legalidad,
refcmas 7 :: con6mi cas modeodas, nacivnalisfi!o antinorteameriGrno) y ia
< ':a de una revolucin c0nmuctiva hecha por hombres preparados. Fue un fracaso y as vuelve
, 1ediprse a escribjc. En 1924 inici sus colaboraciones en e! peridico El Universal .. '/ la
r <: 1ista semanal "La AGtorcha" en su primera poca, entre el 4 de octubre de 1924 y el 3 de
"'"" de i 925, hecha y pagada totalmente por l y en la que aparecieron duros ataques a
'.Jbregn y Calles. Ei amistoso a su ;;lred2dor le hizo aceptar la corresponsala
, e! e;.;traniero de E! Universa!-. que implic un exilio voluntario para l y >U familia hasta
. 729.
En esos aos recorre Europa. ll egando hasta Estambul, y reside un tiempo en Pars, desde
c , nde enva artc ulos a Mxico, a otros pases americanos y a Espaa llenos de ivsultos contra
( <ii cs '.lr c:eer ue haba iievadu al as a un nivel ms de
0
rad1do ue el del orfiriato. Da
c, n erencias. a veces polmicas. en universi a es e Puerco Kico, Santo Domingo y Nueva
'( >Jrk y trabaja como profesor de S0r,,1 n mas universidades de Estados Unidos, al
v: mpo que publica La raza csmica, ndologa Metafsica.
La primera obra tratcba de responde; a varias interrogantes: Qu !ugar ocupaba Amrica
L:tina en el marco de la cultura mundiall, qu experiencia incorporaba el mestizaje
12.inoamericano a 12 hi storia mundial? (era la poca en que surgi el nazismo y sus polmicas
r;,ciales). qu posibilidad tenan los nacionalismos amer:canos vista la crisis posterior a :a
guerra mundiall y qu posicione' hab1 entonces para una cultura del espritu que
purificara a 12 humar. id;;di Terminaba con la proclaor;aci6n del fin de las razas por medio de un
rnr;1tizaje universal que lle vara a la unidad humana, y Amrica era el continente de esa sntesis.
Aunque la tE:ora cie la raza c1mica se basaba en la igualdad esencial de los hombres, eso no
significaba que todos fueran idnticos, al haber de raza, nacionalidad, color, etc.,
que no eran incompatibles con E:sa unidad.
lndologa fue una ampliacin de La raza csmica; dividida er. tE:mas, propona al final
como ideal el ;;scenso hac;a la qLlinta raza tras atravesar las civilizaciones los estados pretoriar,o
(barbarie), democrtico (Grecia, Europa del XIX). econmico (imperi alismo), tcnir.o (sociedad
orgailizac!a y dirigida rior hu;Tianistas) y al final el fiisofo o est.tico. del que emanaba la raza
c1mica
\ A fin es de 1 ?28, cuando resida en Los Angeles, acept la postulacin del Partido
Ant;rreeleccio11ista a las elernones que haba convocado Emilio Portes Gil. presidente
prov;sional designado por Calles tras el asesinato de Alv1ro Obregn. y en las que el candidato
del Partido Nacional Revolucionario fue Ortiz R.ubio. un desconocido en la pol lica
mexic2n2 y hasta entor.ces embajador en &rasi:.
La publicidad oficial present a Vascondos cuma reaccicnario y ca11didno la
burguesa, mientras las clases medias y la prensa vea;i en l un civil idealista. liberal
y filrnfo que trat3ba de combatir el pasado militar. En reali dad segua siendo el individualista
civil que 110 quiso aceptar el apoyo de !os generales obregonistas enemigos de Calles.
1929 fue un ao agitado en que Vasconce!os reco:ri el pas, entrando primero en
contacto con el movimiento cristero rle los Altos de Jaii sco . . A.1 lleEar a la capilal defini la lucha
1
1
.. ... -
25
electorai corno e! entre QueLzalcatl y Huichilobos o Huitzilopochtli (Calles y
otros grupos). pronunci conferencias, trat insolentemenk al embaiador de Estados Un:dos
Dwight Morrow, e intEo1t q1Je la carl'pca se pagase mediante la colabor;;cin popular v
donativos particu lures.Tras ser confirmado como C<lndidaw oficial de su partido, present su
programa de gooierno, lleno de buenas intenciones y con una imagen apocalptica del pas. Con
sus lemas preferidos de la evolucin cons truc tiva. la susti tuc in riel pretorianismo por IJ
democracia, un sindicalismo sin caudill o, economa cJpitalista sin ol igar:ua, la ;; mni sta a
expat riados polticos. la moralizacin de la burocracia y la lucha cont ra la tutela de Estados
Unidos, sigue sus viajes propJgandisticos en medio de proLlema; y violencia, si n :ornar
precauciones ante el probabe fraude electoral y sin esforza rse en buscar al ianzas polticas, en
medio de problemas y creciente violencia.
Antes de las elecciones vera el fin de los cristeros mediante un arreglo entre el clero y el
gobierno, con la intervencin del embajador Morrow. EI domingo 17 de noviembre se
celebraron los cof'l icios y el fue la victori a de_Qniz, Rubio; denunciad:i por los
vasconcelistas y la muchedumbre anticallista.
1
EI propio Va,concelos se declar en Guaymas
pres idente electo. rechazando la proposicin del embajador Morrow de ocupar el rectorado de
la Universidad Nacional y otros cargos. cos-.que si aceptaron algunos seguidores de su part ido
a cambio de declarar por escrito que aceptaban el triu nfo de Ort iz Rubio por patriotismo.
Vasconcelos prefiri aba ndonar el pas otra vez co n su familia. pero Jesde Nogales.
Arizona. hi zo ei Plan de Gayrnas . ., ncitJr.do a la rebelin.Tardar neve "o casi en
a Mxico, pero seguir desde lejos lcis avata res polticos de la Re pblica.
E esrn 1 rgo . re :orre. er. prime lugar, Amenca enm . e Sur en paF
pasar uego ars donde vuelve d publicar La Antorcha " da va ri as conferencias sobre
polti ca meYi can2 y se produce el episcidio del s11icidio en IJ catcdra
1
de Dame ele su
amiga y seguidora .Arrtonicta Rivas Me;cado. e:s:idi ta:mtMn e:n:fspa de, (primern
en Madrid y luego en Somi, cerc o de Gijn). puoli cncose sus obras frica Pesfn11smo alegre.
Dos a- s des j:iu A:rgeoti11 establ ec.indos
0
e:r. Buenos-A:res110 li da igualmen te
y publica s.i libro Li cultura en Hispanoamrica. De Robinson a Odisea,
con la de y ;nonrcsmo (Santiago de Ch:l c. 1934) y I?.
preparJcin del Uiises criollo. prir11er lomo de sus Memo,-/as
26
e <'1-rnna ae San rempo que abre bufete en la calle de Palma y publica sus libros
f 1 ;.,roconsulado y Bolvar.
fT940 -ac en que re ingres en la iglesia catlica- fue una feLha vinculada a la
ir :': ':Ctualidad, ya que, por un lado, es nombrado director de la Biblioteca Nacional y, por otro,
nuevas obras como Manual de filosofa y Pginas escogidas, y as contina en
1 '1" . al apa recer su Hernn Corrs, creador de la nacionalidad. En este ltimo ao muere su
Serafina Miranda.
', - aos igu ie tes muestca gcan "ividad
1
'Jo:dacin dEtl Colegio de Ense1'ianza
5,, >:rior 942): presidente del comit organizador del Congreso Nacional de Educacin, y
rr. ': .. bro fundador de fi Colegio en 1 '.3. En esa misma fecha contrae nuevo
m< .'monio con la pi an ista Esperanza Cruz, de la cual nacer su hijo Hctor en i945, ao en
qi; '' ?Ub li ca El vienro de Bagdad. Embajador extraordinario y pienipotenciJrio de Mxico en la
wr <de po,esin del presidente colombiano Mariano Ospina ( 1946) y condecorado en Espaa
cor :a Orden de Isabel la Catlica ( 1950), donde se edita Discurso.;, 1920-1950.
en 'Univers idad N. M. de San Marcos, de Lima, en 195i, al tiempo que aparecen su Filosofa
esc 1ca y Todologa.
El martes 30 de junio e 1959, tras va rios infa1tos, ml1ri en su re,idencia de la Avenida
de 1:is Aguilas, en Tlacopac, y fu e sepultado en el Panten Jardn el 2 de julio. Fn ese ao
apar
1
,cen Carras polticas, La t)ama y Letzna; del atarrleer.
1'--I morir, V;;sconcelos posea los doctorados Honoris Causa,, de ia; universi dades de
Chi1
1
,, Unive rsidad Nacion.al Autnoma de Mxico, Ualisc0), Puerto Rico,
Salv:idor y Guatemala. Era miembro de nmero de la Academia Mexicana y correspondier1te de
la f(r: al Academi a Esp2ol a.
En 1984, cumpli rse veinicinco aos de su fallecimiento, la Asoci:ic:n Civil )ose
'h;c)nc21JS., cna cAremonia c:rnmcmoraciva ante el monumento que se hoba
lern1tad0 al escritor y poltico en 11 calle Sar. lldefonso de capital. El 5 de diciemore de ese
mi smo a1io sus restos fueron trasladados a las criptas de la catedral metropolitana, pasando el
7 ce marzo de l 'J85 la u;na a ia c;;pilla de I;; Purisima Concepcil , en lo c;;tedrai, al
considerrsele mexicano ilustre.
l

ANTOLOGA DE TEXTS
Pensamiento sociolgico

L
I. La Raza Csmica (*)
l. l.
Desde los primeros tiempos, desde el ,descubrimiento y la conquista fueron castellanos y
britnicos, o latinos y sajones. para incluir. por una parte. a los portugueses y. por otra, al
holands. los que consumaron la tarea de iniciar un nuevo perodo de la historia. conquistando
y poblando el hemisferio nuevo. Aunque ellos mismos solamente se hayan sentido
colonizadores, trasplantadores de cultura, en realidad establecan las basE:s de un2 etapade
general y definitiva transformacin. Los llamados latinos, poseedores de genio y de arroje. se
apoderaron de las mejores regiones, de las que creyeron ms ricas. y los ingleses entonces
tuvi eron que conformarse con lo que les dejaban gentes ms aptas que e!los. Ni Espaa ni
Portugal permita que a sus dominios se acercase el sain. ya no digo paraguerrear, ni siquiera
para tomar parte en el comercio El predominio latinofue indiscutible enlos comienzos Nadie
hubiera sospechado, en lostiemposdel laudo papal quediviJi el NuevoMundoentrePortugal
y Espaa,que, unos siglos ms tarde, ya no sera ei Nuevo Mundo portugus ni espaol. sino
ms bien ingls. Nadie hubieraimagir.ado que los humildes colonos del Hudson y el Delawere,
pacfics y hacendosos. se iran apoderando paso a pase de las mejores y mayores extensiones

(') E s taobra se public por primera vez simultnea-
menteen Barcelona Pars en 1925 y est considerada
como la ms representativa de Jos Vas concelos en :;u
visin unitariay trascendente del continente americanode
origen espaol y portugus El texto aqutranscrito
Pr ocede de: Vasconcelos Prlogo y seleccin cle Genaro
Fernndez Mac Gregor. Ediciones de la Secretara de
Educacin PblicaMxico l 942El s ubttulode la obraes:
Origen y objeto del continente Latinos y saiones.
Probable misin de ambas razas. La quintaraza o raza
csmica. Abarca las pp. 91 a : 13.
3 2
delatierrahas taformar la Repblica quehoy cons tituyeunode los mayoresimperios de la
Historia.
Pugna de latinidad contrasajonismo ha llegadoa ser, sigue siendonuestra poca; pugna de
ins tituciones de propsitos y de ideales. Crisis de una lucha secularque se ini cia con el desastre
de !a ArmadaInvencible y se agrava con la derrota de T rafalgar Slo que desde entonces el
sit;o del conflicto comienza a desplazarsey se : ras!ada al continentenuevo, donde tuvotodava
pisodiosfatales Las derrotas de Santiagode Cubay de Cavite y Manila son ecos di srantes,
pero lgicos, de lascatstrofesde !a Invencibley de T rafa!gar. Y el conflicto est planteado
totalmente en ei NuevoMundo. En ia Historia los siglos suelen ser como d as; nada tiene de
extraoque no acabemos todava de s21i r de la impresin de laderrota. Atraves amospocas
de desaliento, seguimos perdiendo, no slo en soberana geogrfica, sino tambi n en podero
moral. Lejos de sentirnos unidos frente al desastre, la voluntad se nos dispersa en pequeos y
varivs derrota nos tr;.:do la coniusin de los valores v los conceptos; la diplomacia
de los vencedores nos engaa de vencernos; el co1ne;cio nos con sus
pequeas ventajas. Despojados cie la antigua grandeza, nos ufanamos de un patriotismo
exclusivamente nacional, y ni siquiera advertimos los peligros que amenazan a nuestra raza en
Nos negamos los unos a los otros. La derrota nos ha envilecido a tal punto que, sin
darnos cuenta, servimos los fines de la poltica enemiga. de batirnos en detalle, de ofrecer
ventajas particulares cada uno de nuestros hermanos, mientras al otro se le sacrifica en
intereses vitales. No slo nos derrotaron en el combate, ideolgicamente tambin nos siguen
venci endo. Se perdi la mayor de las batallas el da en que cada una de las repblicas ibricas
;e a hacer vida propia, vida desligada de sus hermanos, concer:ando tratados y recibiendo
faisos, sin atender a los intereses com1Jnes ck la raza. Los ac reedores de nuestro
na(ionalismo fueron, sin saberle, los mejores aliados ciel sajn, nuestro rival en ia pusesin del
continente. Sin embargo, nos ufalamos cada uno de r.uestro humilde trapo. que dice ilusin
vana, y ni siquiera nos ;uboriza el hecho de nuestra discordia, delante. de !a fuerte unin
nurteamerkana. No adve1timos el de !a unidad frente a la anarqua y soledad
de los escudos iberoameri cnos. Nos manc er, emos celosamente mdependientes respecto de .
nosotros mismos, pero de un o de otra mar.era nos s0mctemo:; o nos aliamo la Ur.in
Sajona. Ni si quie ra se ha pedido lograr la unidad nacional de los cinco pueblos
porque ne ha darncs su venia un extrao y poniue nos fait a el patriotismo ver<ladero
que sacrifique el prese"te al porvenir. Una de pensamiento creadoi' y un exceso de
afn lrtico, que, por cierto, tomarnos prestado de otras nos ll eva a
estriles, en 13 s que tan pronto ;e ni ega como !e afirma la comunidad de nuesrras aspiraciones,
pero 110 advertir.i0s que a la hcra de obras, y pese a todas las dudas de los sabios inglese:;, el
ingls b1Jsca la alianza de sus hermanos de Amrica y de y ent::>nces el yanqui se siente
tan inels como el ingls de Inglaterra. Nosotros no seremos grandes m;er.tras el espaol de la
Amrica no se sienta ran espaol c::>mo les hijo; de Espaa. Lo cual no impide que se.:mos
distintos cada vez que sea necesario, pero sin apartarnos de la ms alta misin comr1. As es
que procedamos si hemos de lograr que la cultura ibrica ac2be de tocios s1Js
frutos , si b. emos de impedir que la triunfe sin oposicin la cultura saj::> n2. intil es
imaginar otras soiu:iones. La civiliza:in no improvisa ni se tru'ica, ni puede hacerse partir
del papel de _una cor.stiucin poltic2; se deriva siempre de una !arga, cie una ;ecular
preparacin t depura:in d.: elefl"entos que se transmiten y se combinan desde los comienzos
de la Histori a. Por eso resul ta tal torpe hacEr comenzar nuestro con el grito de
independenc; a del Padre Hidalgo o ccn la conspiracin de Quito, o con :as de Bolvar,
si no le arraigarnos en (u;.uhtmoc y ee. Atahul pa r. o rendr sostn, y, al rnismo tiempo,
33
es necesario remontarlo a su fuente hispnica y educarlo en las enseanz;:s que deberamos
derivu de las dem;tas, que son tambin nuestras, de las derootas de la Invencible y de
T dalgar. Si nuestro patrioti>mo no sP identifica con !as diversas etapas del viejo conflicto dt:
latinos y sajcnes, jams que sobrepase los caracteres de un regionalismo sin aliento
universa! y lo veremos fatalmente en estrechez y miopa de campanario y en inercia
impotente de molusco que se apega a su roca.
Para no tener que renegar alguna vez de la patria ciisma es menester qut vivamos conformt
al alt0 inters de I;. raza, aun cuando ste no sea todava el rr.s alt0 inters de la Humanidad.
Es claro qJe el coraz6n ,lo se conforma con un interr.acionalismo cabal, pero en las actuales
circunstancias del mundo, el hternacionalismo slo servira para acabar de consumar el triunfo
de las naciones ms fuertes; serrira exclusivamente a los fines ingls. Los mismos rusos, con
sus doscientos millones de poblacin, han tenido que aplazar su internacionalismo terico para
dedicarse a apoyar nacionaiidades oprimidas, como la India Egipto. A la vez han reforzado su
propio nacionalismo para defenderse de una desintegracin que slo podra fa1orecer a los
grandes imperialistas. Resultara, pues, infantil que pueblos cbii2s como ios nuestros
se pusieran a renegar de tcdo lo que les es propio en nombre de pro?sitos que no podran
cristalizar en realidad. El estado actual de la civilizacin nos impone todava el patriotismo
como una necesidad de defensa d2 y morales, pero es indispensable que
ese patriotismo persiga finalidades vastas y trascendentales. Su ;nisin se trunc en cierto
sentido con la independencia, y ahora es menester devolverl0 al cauce de su destino histriCCI
universal.
En Europa se <lec;di la primera etapa del profundo conflicto y nos perder. Despus,
as que todas las ventajas estaban de nuestra parte en el Nuevo Mundo, ya que Espah haba
dominado a la Amrica, la estupidez napolenica f11e causa de que la Luisiana se entrega1a a los
ingleses del otro lacio del mar, a los yanquis, con lo GUe se decidi en favor del sajn la suerte
ce
1
Nuevo Mundo. El "genio de la guerra" r.o mirab2 ms cie las miserables dispu;as de
fror.teras entre los Estaditos de Europa y no se dio de que la causa de la latinidad GUe
l prete11d;a representar fr<:cas el mismo da de la prodamacin del Imperio por e: solo hecho
de que los destinos comunes quedaron confiados a un incapaz. Por otra parte, prejuicic
europeo impidi ver qJe en Am;ica ya con caracteres de universalidad, el
conflicto que Napole6n no pudo ni concebir en tod2 su tr;;scendenda. La tontera napolenica
110 pude rnsoechar era en el Nuevo Munco donde iba a decidirse el destir.o de las razas
de ELlropa, y, ai destruir de la m;i11era rr.1 i11cor.scierte e: po_dedo francs cie la Acirica.
dcuilit tambin 2 los EspaolEs, nos traicio11, ncs puso a niced dei enemigo comn. Sin
Napolen r.o existiran los Estado.1 Unidos como 1m;ierio mundial, y la to<lava
francesa, tendra que ser de la Confederacin Latinoamericana. T rafalgar cntoncts
:1ubiese quedado cudarlo. Nade. de esto SE pens siquiera porque el destino de la ra;a estaba
en ir.anos dP un porq11e el cesarismo es el azote de l;1 raza latina.
LJ traicin de Napolen a los destir1os mundiales de tambin de mue1te al
imperio espaol de :a Amrica en los instantes de su ma'or debilid2d. Las de hab!;1
inglesa se apoderan rle la Luisiana sin y ;eservar.do sus pertrechos par;; la y;; fci!
conquista de T ex2s y Califorria. Sin la base del Mi;s1ssippi los ingleses, que se !laman asimism0
yanquis por una riqueza de no hubieran logradc del Pacfico, no
sera11l1oy101 amos del continente, se h;ibr;1n quedarlo en una especie de Hoianda trasplanta
a la .l1mricJ y el Nuevo sera tspaol y francs. Bonaparte :o hizo sajn.
34
Claro q11e no slo las causas exterr.as, b tratados, la guerra y ia poltica re;uelven e!
desino de los pueblos. l_os napoleones no son ms que membretes de vanidades y
corriJpciones. La d<:cadencia de las costumbre;, la prdida de l:is libertades pblicas ; la
1gnoranci3 general causan el efecto de paralizar la energa de toda una raza er. determinadas

Los espaoles fueron al Nuevo Mundo con el bro que les sobraba despus del xito de
la Reconquista. Lo; hombm libres, que se llamaron Corts, Pizarro, .'\!varado y Crdoba, no
eran csares ni lacayos, sir.o gra11des capitanes que al mpetu des truct ivo aunaban el genio
creador. Enseguida de !.J victoria trazaban el plano de las nuevas ciudades y redactaban los
estatutos de su fundacin. M; tarde, a la hora de las agrias disputas con la Metrpoli, saban
devolver injuria por injuria, como lo hizo uno ce los Pizarro en un clebre juici o. Todos ellos
se sent an iguales ante el rey, como se sinti el Cid, como se sentan los grandes escritores del
Siglo de Oro, como se siQnten en las grande; pocas todos los h0mbres libres.
Pero a medida que la conquisa s<: cor.sumaba, toda la nueva organizacin iba quedando
en manos de cortesanos y validos del monarca. Hombres incapaces ya no digo de conqui stas,
ni siquiera de defende r lo que otros conquistaron con talento y arrojo. Palaciegos degener&dos
capaces de oprimir y humillar al nativo, pero sumisos al poder.real. ellos y sus amos no hicieron
otra cos1 que ec har a perder la o!ira del genio espaiiol en Amrica. La obra portentosa iniciada
por los frreos conquistadores y consumada por los sabios y abnegados misioneros fue
quedar do anulad3. Un1 serie de monarCJs extranjeros, necios de remate, como Carlos V, el
Csar de oropel; perversr>s y degene;ados, corr.o Felipe 11 ; imbciles, como ios C:irlos de los
nmeros, tan justici erar.iente pintados por Velzquez en compa;; de enanos, bufones y
cortesanos, consumaron el desastre de la administracin co!oni al. La mana de imitar al Imperio
Romano, qu e tanto dao ha causado lo mismo en Espaa que en Italia y en Francia; el
militari smo y el absolutismo trajeron la decadenci a en I;; misma poca en que nuestros rival es,
fortaleddos por la virtud, crecan y se en libertad.
Junto con la fortal2za material se les desarrol l el ingenio prcico, la intuicin del xito.
Los antiguos colonos de Nuev lnglateri-a y de Virginia se de Inglaterra, pero slo
para crecer mejor y hacerse ms fuertes. La separacin poltic:: nunca ha sido entre el:os
obstculo para que en el de la com11 misin tr.ica se rn;;ntengan unidos y acordes. L"
emonc!?acin. en vez de deoiliar a la gran raza, la bifurc, la mJ!tiplic, la desbord pvdercsa
sobre el r.iur.dJ, desde el 1m?onente de los dos :ns grandes imperios qu han wnocido
i0s ti e:n pos. Y, ya desde er.tunces, lo que no conqtiista el ingl s c!e las Islas, se lo toma y lo
guarda el ingls nuevo continente.
En nosot ros los espaoles, por :a sangre o por la cultura, a la hora ce nuestr a
emancipadr. comenzarros por renegar de nuestra' tradi ciones; rompimos c0n el paSJdo y no
fal to renega ra la sangre diciendo qJe sido me1or que la conquista de nuestras
la hubiei'an consumado lns ingleses. Palal:im de traicin que se por el asc::i
q"e enee;idra la t:ran;a '/ por la ceguedad trae la d2rrota. Pero perder de esta suerte e:
sentido histrico Lln2 raca esuivale a absurdo, e> lo mismo que negar a los padres fuertes
y 'aoi0s cnricio oomos nosotr0s mismos, _no ellos, los de la decadenci a .
. .. 8e tos mane1 as las ordicas Jesespaolizantes y el iri ghar11ie;ito cor relati vo,
rab11mene por los m:sn1os ingleses, perv;rti nuestros uicios desde e! ori gen: nvs
35
hizo oi vidar_qut en !os de T rafoigar tenemos parte. La ingerencia de oficiales
ing!escs en los Estados Mayores de ios guerreros de ia Independencia, nubiera acabado por
deshonrarnos si no fuese porque la viej a sangrc---.i itiva reviv a 1nte i2 in1uria y a ios
piratas de Aibin cada vez que se acercaban con el propsito de consumar un despojo. La
rebelda ancestral supo responder a caon:izos, lo mismo en Buenos Aires, que en Veracruz, en
La Habana o eiTCampeche y Panam, cada vez que el corsario ingls, disfrazado de pirata para
eludir las responsabilidade; de un fracaso, atacaba, confiado en lograr, si venda, un puesto C:e
honor en la nobL
0
ra britnica.
A pesar de irme cohesin ante un enemigo invasor, nuestra guerra de_ Independencia
se vio menguada por ei provincialismo y por la ausencia de pianes La raza que
haba soado con el imperio del mundo, !os s1Jpuestos descendientes de la gloria romana,
cayeron en la pueril satisfaccin de crear nacioncit"s y soberanas de principado, alentadas por
aimas que en r.acia cord11ier a vtfan un muro y no una cspide. Glodas balknkas soar'Jn
nuestros emancipadore,, con ia i!r1stre excepcin de Bolvar, S11cre y Pelin e.I negro, y media
docena, a lo sumo. Pero los otros. obsesionad0s por el concepto locai y enredados en una
confusa fraseologa pseudorevolucionaria, slo se ocuparon de empegueecer un conflicto que
pudo haber sido el principio dei desptrtar de un continente. Dividir, despedazar el sueo e un
grar. podero latino, tal pareca ser el prupsito de ciertos prcticos ignorantes que
colaboraron en la Independencia, y dentro de ese movimiento merecen puesto de honor, pero
no supieron, no quisieron ni escuchar las advertencias geniales de Bolvar.
Claro qoe en todo proceso soci<:I hay que tenu en cuenta las (ausas profundas,
inevitables, que determinan un momento dado. Nuestra por ejempio, 2ra, y sigue
siendo, un obstculo de la unin, pero si hemos de dominarlo, ser menester que antes
pongamos en orden el esprirn, depurando las ideas y sealando orientaciones precisas.
Mientras no logremos corregir los conceptos, .no ser posible que obremos sobre el medio
fsicG en tal form2 qJe 10 hagamos serir a nuestrc propsil:o.
En por eje:nplo, fuera de Mi01, casi nadie pens en los interese; C:el continente;
peor an, el patriotismo vernculo estuvi:: e11sefiando durante un siglo que tri11nfamos de
Espaa gracias al valor indcir;iabie de nues tros soldados, y casi :ii se mencionan ls Cortes de
Cdiz, ni ei levantamier. to contra Napolc:i . que electriz a la raza; ni ias victcrias y-martirios
de los pueblo> her:ndnos del continente'. tste pecado, comn a cada ur.a de nr1 estras patrias,
e: resdtado ce poos en que la 'iistoria se escribe pra :i l0s Em0r:c':s la
patriotera no se conforma co;i 2 sus h2roes como unidades de un movimiento
continental, y los preselta autnomos, sin darse cuenta que al obrar de esta suerte los
empequeece en vez de agrandarlos.
explican tambin estas aben;;ciones porGue el elemento i:idgena no se haba
fusionado, no se ha fusionado an en su totalidad, con la sangre espaola, pero esta discordia
es m; aparente que real. Hblese al rr.s exaltado indianista de la convcnienda de adaptamos
a la y no opond1 el menor reparo; digasele que culrnrJ es cspa:Jla y
enseguida Subsiste la huella de la sangre vertida: huell<: maldita que no
borran siglos. pero ciue el peligro comn debe anular. Y no ha otro recurso. Les mismos
indios puro; estn espaolizados, estn latinizados, como est latinizado El ambier.te. Dgase
lo que se qcier;;, los rojos, los atlantes de quienes viene el inCio, !ie durmieron h;;ce
millares de aos para no de;pertJr. En l:i Historia r.o nay retornc;s, porque toda ella es
3
novedad. !,J!ngiJna nza vuelve; caC2 una p!antea su misin, !a cumpl e y se va.
E1Lii ,erdad rige lo mis mo en los tiempos bbiicos que en los nue;trcs, todos los
h ha n forrnuiad0._ Los das !os b!anc0s pvros, los 'tencedores de hoy, estan t;rn
contad0s co rno io est uvieron los de sus antecesores. Al cump:ir su destino de mecanizar el
mundo, ell os mismos han puesto, sin saberlo, !as bases de un perodo nuevo, el perodo de la
fusin y la rnezcla de todos los pueblos. El indio no tiene otra puerta hacia el porvenir que la
de la cultura mode rna, ni otro camino que el camino ya desbrozado de 12 civili zacin
iat i11a . 1 ambin ei blanco tendr: que deponer su orgullo, y buscar progreso y redencin
?Oster'or en el alma de su; hermanos de las otras cas tas. y se confundir y se perfeccionar en
cada una las va;iedes superi ores de la especie, en cada una de las modalidades que tornan
mlti ples la revel;; cin y ms poderosc el genio.
En el proceso de nuestra mi sin tnica la guerra de emancipacin de Espaa significa una
cri:'s .. qui ero decir :on esto que la guerra no debi hacerse ni que debi triJnfar.
En determinadas pocas el fin trascerdente tiene que quedar aplazado; la raza espera, en tanto
que la patri a urge, y la patria es el presente inmediato e indispensable. Era imposible seguir
dependi endo de un centro que de tropiezo en tropiezo y de descalabro en bochorno haba ido
bc. jando has ta caer en las manos sin honra de un Fernando VII . Se pudo haber tratado con las
Cortes de Cdiz para organizar una libre Federacin Castellana; no se poda responder a la
mona rqua sino bati ndol e sus enviados. En este punto la visin de Mina fue cabal: implantar
la libertad en el Nuevo Mundo y derrocar despus la monarqua en Espaa. Ya que la
i;nbedlidad de la poc2 impidi que se cumpliera este genial designio, procuremos al menos
tenerlo presente. Reconozcamos que iue una de1graci<: no haber procedido con la cohesin
qu e demostr'aron los del NorLe; la r2za prodigiosa, a !a sole!llos llenar de imprcperios slo
porque nos ha ganado cada partida de la lucha secular. Ella triulfa porque aduna sus
capacidade' prcticas con la visin clara de un gran detino. Conserva presente la intuicin de
una mis: n histrica definida, en tanto que nosotros nos pP.rdemos en el laberinto de quimeras
verb:: les. que Dios mismo conduc los pasos del sajonismc, en tanto que nosotros nos
mat<mos por e: dogma o ncs procl amamos ateos. iCm'.l debP.n reir de nuestros desplantes y -
van id ades latinas es:o' fu ertes constructores de :mperios! Ellos no tienen en !a mente el lastre
ci ce roni ano de lo fras eol oga, ni en la sangre l0s instintos contradictorios de la mezcla de razas
di s;mil es, pero cometieron el pecado de destruir esas razas, en tanto que nosotros las
a1 imil amos, y est o no\ da derechos nuevos y e1peranza ce una misin sin precedentes en la
Hi sto,-i a.
De all que los tropi ezos ac!verso1 no nos inclinen a claudicar; vagamente sentimos que han
de servirnos para descubrir r1u estra ruta. Frecisamente en las diferencias encontramos el
e<. mino; 1i no ms imit1mcs, perdemos; ' i descubrimos, si cre:imos, triunfaremos. La ventaja Cl'e
nuestra tradicin es que posee mapr facii!dad d simpatia con los extraos. implica q11e
nuestra civil izacin, con todos sus ser la elegida para asimilar y convertir a un
nuev'.l tipo a tedas los hombres. En ella se pre?ara de esta suerte la trama, mGltiple y rico
plas ma c! e la Human
1
dad IJtura. Comienza a adverti rse este mandato de ia Hi;toria en esa
C: e amor qu e permiti a
1
os espoles crear raza con el indio y COl el negro,
prodigando la estirpe cianea a travs de
1
sold<i do que engendraba familia indgena, y la cult11ra
de Ccc' dent e pcr mdio de la dnctrina y el ejemplo de ios que pusieron al inrJic
en condic iones C: e penetrar en la nueva etapa, la etapa del mundo Uno. i_a colonizacin
c.:.e me.sr izaj e. e.sto seal a su c;; rcter, fija su responsabilidad y define su porvenir. El
1ngb 11: u10 c1 u: ando' e solo con el blanco, y extermin al indgena; lo sigue exterminando P.n
'
... .....
.
37
la sorda lucha econmiCl, ms eficaz que la conquista armada. Esto prueba su limitacin y es
el indicio de su decadencia. EquivalP en grar.de a los matrimonios de los faraones,
que 1ninaron la virtud de aquella raza, y contradice el fin ulterior de la Historia, que es logr2:
la fusin de los y las culturas. Hacer un mundo ingls; exterminar a los rojos para que
en toda la Amtrica se renueve el norte de Europa, hecho de blancos puros, no es ms que
repetir el proceso victorioso de una raza vencedora. Ya esto lo hicieron los rojos; lo han hech0
o lo han intentado todas las razas fuertes y homogneas, pero eso no re;uelve el problema
humano; para un objetivo tan menguado no se qued en reserva cinco mil aos la A.mrica. El
objeto del continente nuevo y antigLo es mucho ms importame. Su predestinacin obedece
al designio de constituir la cuna .Je una ;aza quinta en la que se fundirn todos los pueblos para
reemplaza; a los cuatro que. aisladamente han venido forjando la Historia. En el suelo de
Amrica hallar trmino la <lispersin, all se consumar la unidad por el triunfo del amor
fecundo, y la superacin de todas las estirpes.
Y se engendrar de tal suerte el tipo de sntesis que ha de juntar los tesoros de la Historia
para dar expresin al anhelo total del mundo.
Los pueblos llamados latinos, por haber sido ms fieles a !a misin divina de Amrica, son
los llamados a consumarla. Y tal fidelidad al ocuito designio es la garanta de nuestro triunfo.
En el mismo perodo catico de la Independencia, que tantas censuras merece, se
advierten, sin embargo, vidumbres de ese afn de universalidad que ya anuncia el deseo de
fundir lo humano en on tipo universal y sinttico. Desde luego Bolvar, en parte porGue se die
cuenta del peligro en que caamos, repartidos en nacionalidades aisladas, y tambin por su don
de profeca, formul aquel plan de federaC:n iberoamericana que ciertos necios todava hoy
discuten.
Y si los dems caudillos de la iridependencia latinoamericana gcnenl no tuvie;on un
concepto claro de! futuro, s es vErdad gue, llevados del provinci2lismo, hoy llamamos
patrictis:no, o de la limitacin, qoe loy se titula soberana nacional, (ada uno ireocup no
m; que de la suerte inmed:ata de su propio pueblo, tambin es sorp;endentc observar que
casi todos se sintieron animados de un sentimiento humano universal que coincide con el
que hoy asignarnos al continente iberoamericano. Hidalgo, Mcrelos, Boi1a:, Petin el
Haitiano, los argentinos en T ucumr., Sucre, todos se preocuparon de libe:-tar a los esclavos,
de cecluar la ;gJildad de t:idos !'ls p0r derechu otun:; la igualJad ;ociJI )" rvio Jt:
los blancos, negros e indios. En un instante crisis histric;; formularon la misinn
trascendental asignada a aquella zon;: del globo: misin de tni:a y espiirua!mente a las

De tai suerte se hizo en el latino lo que mdie ni pens hacer el ce>ntinente sajn.
Al! imperando la tesis contraria, el propsito confesado o tcito de limpiar !a Tierra de
indios, mongoles y negros pa;a mavor gloria y ventura del blanco. En ealidad, desde aquella
poca queJaron bieil dinidos los sistemas qoe, perdurando hasta la fPcha, colocan en campos
sodolgiccs opuestos a i1s dos 11 c;ue quiere d pre<lomin;o cdusivc del blanco
y la que est formando 1Jroa nueva raza, rara de sntesis que aspira a englobar y todo
lo humano en maneras de constante superacin. Si fuese menester aducir pruebas, bastara
la rnezcl y que en :odo el lati110 se opera entre
todo; los y, por otra parte, la line fiexible que sep;:r2 al dI blanco en
38
E;.-,; ".l os Unidos, y las leyes, cada vez ms rigurosas, para la exclusin de los japoneses y chinos
" '::a!ifornia.
Los llamados latinos, tal vez porque desde un principio no son propiamente tales latinos,
si-, un conglomerado de tipos y razas, persisten en no tomar muy en cuenta el factor tnico
p < 1us 1 elaciones sexuales. Sean cuales fueren las opiniones que a este respecto se emitan, y
la repugnancia que el nos causa, lo cierto es que se ha producido y se sigue
cv : Jmando ia mezclo de sangres. Y es en Psta fusin de estirpes donde debemos buscar el
r< : :-:i fundamental de l;i idiosincrasia iberoamericana. Ocurrir 2
1
gunas vece1, y ha ocurrido ya,
e que la competencia econmica nos obligue a cerrar nJestras puertas, tal como lo
h:: el sajn, a una desmedida irrupcin de orientales. Pero al proceder de esta suerte,
w,,Jt,os no obedecemos ms que a razones de orden econmico; reconocemos que no es
,'; que pueblos como el chino, que bajo el santo consejo dP !a moral confuciana se
rn , rti plican CO'llO ratones, vengan a degradar la condicin humana, justamente en los instantes
e comenzamos a comprender que la inteligencia , irve pan refren2 y regular bajos
irr.1.' 1tos zoolgicos, contrarios J un concepto verdader2mente religioso de la vida. Si los
re<.nazamos es porque el hombre, a medid: que progresa, se multiplica menos y siente el
h0rror del nmero, por lo mismo que ha llegado a estimar la calidad. En los Estados Uridos
re<.hazan a los :siticos por e! mismo temor del desbordamiPr.to fsico propio de !as especies
pero tambin lo hacen porque no les simpatiza el asitico, porque lo desdean y
s<;ra n incapaces de cruzarsP con l. Las seoritas de San Francisco se han negado a bailar con
de la marina japonesa, que son hombrPS tan aseados, y, a su manera, tan
b':::os como los de cualquier otra m<1rina del mundo. Sin embargo, ellas jams comprendern
TJ': japons pueda ser bello. Tampoco es fcil convencer al sajn de que si el amari\!o y el
n':?, ro tienen su tufo, tambin el blanco lo tiene oara el extrao, aunque nosotros no r.os demos
C' J':nta de ello. En la Amrica Latina existe, pero ir.finitamente ms atenuada, la repulsin de
sangrEo se encuentra con otra sangre extra;;. All hay mil puentes par2 la fusin sincera
curdi 2I de todas las ;a;: as El mico ce los del Non:e frente a la simpata
rrr r;: ho ms fcil de los del Sur, tal es .ol dato ms i:n.>ortarrte y a b vez ms favorable para
rr o,otros si se aunque en el porvenir. Pues 1e ver en seg
1
Jida
somos noso:ros dE m1ana, en tanto que ellos van siendo de ayer. Acabarn de form2 I01
yan'luis el ltimo gran imper:o de soia raza: el imperio fin2I del podero blanco. Entre tanto,
no-. orros seguiremo' p:ideciendo 21 vasto .:aus de una estirpe en formacin, contagiados de
la levadura de tocos los tipos, puo seguros del 2v .. tar d2 una estirpe mejor. En la Amrica
e; paolJ yd no :epeti: id uno de 1us ensayos p;;rciales, ya nu ser h raza de un sclo
color, <Je rasgos particu!ares, :a que en vez salga de la olvidada no ,e; la futura
ni u112 guinta ni una sexta r;;za, destin2da a pr<valecer sobre sus antecesoras: lo que de all va
a -.ali1 es la raza definitiva, la raza o raza con gcrjo y con la sangre d2
tados lo_s pueblos y. por !o mismo, ms capaz de wdadera fralemidad y de realmente
uPiversal.
Para ac2rCrtmos a esre pro?mo sl'blime es preciso creando, como si dijramo,, el
tejido celJl ar que h2 de servir de carne y a la nueva aparicin biolgica. Y, a fin de crear
t1e tejido prot eico, maleable, profJndo, etev y esencial, ser menester que la r;;za
iucroamericana se penetre de ;u misin y la aurace comJ ;nisticismo.
Qud no haya rada inGtil en los procesos de la Historia; nuesrro mismo aislamiento
mat erial y el rror de crea.- raciones rios ha servido, junto con le. mzcla 0r:ginal de la sangre,
39
p;ro. no en la limitacin sajo'.! a de ccnstitt!i r c13t::s de ra:a pura_ La Hi storia demuestra que
es tas selecciones pro! 0::gadas y rigurosas dan tipos de refinamiento fsico. curlosos, pero sin
vigor; helios ccn una be!ieza, como !a de ia osta brahmnica miier.aria, pero aj;, poscre
decadente;. jams se ha visw que Jvrnnjen a ios otros hombres ni en ni en bondad,
ni en vigor. El camino que hemos iniciado nosotros es muclto ms acrevi do, rompe los
prejuicios ;; nr!guos, / se exp!ic aa s; no se fundase en 11r.a suerce de cl amor que iiega
- una :ejana remota, que no es -ia del pasado, sio;o la misteriosa lej an a de donde vienen ics
pn:3agios porer: :;-.
5; !a Lalina fu ese no ms otra en el mismo grado que los Estados Unidos
sor. otra :n;!aterra. entonces la viej a lucha de las dos estirpes no hara otra cosa que repetir sus
episodios en la tierra ms vas ta y uno d los dos ri vales acabara por impcnerse y l: .:gara a
preva iecer. Pero no es sta ia iey nacurai de los choques, ni en la mecnica ni en la vida. La
opos!ci6r. y !a !
1
1cha. particularmente cu_and(J ellas se trasl adan al e.ampo del sirven para
definir mejor ios contrarios, para ll evar a cada uno a la cspide de su desti;10, y. a la postre, para
sumarlos en una comn y 'Iltoriosa superaci n.
La misin del sajn se ha cumplido ms pronto que la nuestra, porque era ms inmediata
y ya conocida en la Historia; para cumplirla no haba ms que seguir el ejemplo de otros pueblos
victoriosos. Meros continuadores de Europa, en la regin del continente que ellos ocuparon,
los va lores del blanco llegaron al cnit. He all por qu la historia de Norceamrica es come un
y vigoroso allegro que marcha triunfal.
1
Cun distintos los sones de la formacin iberoamericana
1
Se. mejan el profundo scherzo de
una sir.fona infinita y honda; vece; que traen acentc.s de ia Atlntida; aoisr,1os contenidos en
ia pupila del nombre rojo que supo tanto, hace tlntos mi: es el e aos, y Jhcra parece que se ha
olvidado de todo. Se parece su alma al viejo cenote maya de aguas verdes, profundas, inmviles
en el del bosque desde hJCe tantos siglos que ya ni su leyenda perdura. Y se remueve
esta ir.quietud dE infinito, con la gota que en nuestra sangre pone-el negro, :vido de dicha
ebrio de danzas y desenfrenadas l:ijurias. Asoma tambi n el mor.gol con el misteri o de
su ojo oblicuo, toda cosa 12 mira conforme a un ngul o extrao, yue descubre no s qu
pliegues y dimensiones nuevas. Interviene, asimismo, ia clar2 del blanco, parecida a su tez
y a su ensueo. Se revelan estra; judaicas que se escondieror. en la Br.gre casteilan2 desd1: los
das ' cruel expulsin; meiancolbs rabe, que son l!l deje cie la sensualidad
musulmana; quien no ti er.e algo de todo esto o no des ea tEnerb todo? He agui al hind q:ie
tomoir. ll egar, que l!egado ya el espri:u, y, aunque es el ltimo en ven:r, parece el 'Tls
prximo plrier1te. Tantos que han venido y otros ms que venrn, y se nos ha de ir
haci endo un coazn sensible y que codo lo abarc2 y contiene, y c0nrnueve, pero
henchido de vigor, imoone leyes nuevas al mur.do. Y pe;cntimos como otra que
dispondr de todo; los rigulos p1ra cumplir el prodigio de supear a 12 esfera.
1.2.
Despus de examinar las poter.ci ;i lidades emot1s y prximas de la raza mi xta que
el y el destino que la l! eva a convertirse en la primera aza
40
-::

g!obc se hace necesaio si Pi medio fsico n qu? se desarroiia cii ch.a estirpe
. :,rrespon<le 2 !os f! nes !e m2:--ca su bi6tica. La extensin cie que ya dispone es enorme; no
d<:sde luego, probiema de superficie. La circunstancia de que sus costas no tienen mucho>
:;;.,t:rtos de prirr.er?. i::l2Se casi r.0 dados les ade!or.to::; r. recie11tes de la
En cambio, lo que es funda::;entai abunda en cantidad superior, sin duda, a cualquiera
'.;tra regin de !a Tierra: recursos naturales, superficie cultivable y frtil, agua y clima. Sobre este
: factor se adelamar, desde luego. una objeccin: el clima, se dir, es adverso a la nueva
-:;.i.a, porque la rrayor parte de las tierras disponibles est situada en la regin ms clida del
.obo. ,..Si n emb?rgo, tai es, premamente, ia ventaja y el secreto de su futuro. Las grandes
:'<i lizaciones se iniciaron entre trpicos y la ci1i!izacibn fif-iai volver al irpico. La nueva raza
-_-:.cnenzar a cumpli ' dest;no :i medida que se inventen lo"; nuevos medios de combatir el
er. !o que tiene de hostil para el hombre, pero dejndole todo su podero benfico para
< produccin de la vida. El t_riucfo del blanco se .inici con la conquista de la nieve y del fro.
_.< base de la civilizacin blanca es el combustible. Sirvi primeramente de proteccin en los
se ad-..-iit i que tei.ia una fuerza capaz de ser no slo en el
< ?rigo, sino tambir en el trabaj o; entonces nac: el motor, y. esta suerte, del fogn y de
' estufa, procede todo el maauinismo aue e1t transformando el mundo. Una invencin
,': rnejante hubiera sido imposible' en el clido Egipto y. en efecto, no ocurri all, a pesar de que
quella raza superaba infinitamente en capacidad intelectual a la raza inglesa. Para comprobar
o.ltima afirmacin basta comparar la metafsica 1ub!ime del Libro de los muertos de los
:<cerdotes egipcios, con las chabacaneras del darwinismo spenceriano. El abismo que separa
< Spencer de Hermes T rimegisto no lo franquea el dolicocfalo rubio ni . en otros mil aos de
y seleccin.
En carnbio. el barco ingls, esa mquina n1aravillosa que pr:'JCed2 de los tiriteos del Norte,
r.? la soiiaron siquiera los egipcios. La lucha ruda contra el medio oblig al blanco a dedicar su>
a;iti tudes a la conquista de la naturaleza temporal, y esto precisamente constituye el aporte del
b1anco 2 la civilizacin de! futuro. El blanco ense el dominio de lo m3terial. La ciencia de los
blancos invertir alguna vez los mtodos que em?le0 pm alca11z<:r el dominio del fuego y
;,provechar nieves condensadas o corrientes de electroquimia, o gas2s cas! de m;,gia sutil para
d<;S truir mosos y alimaas, para d;sipar el bochorno y la fiebre. entonces la Humanidad entera
derramar sobre el trpico, y, 12 inmensidad solemne de sus paisajes, las almas
crnqu:starfo la plenitud.
Los bl ancos intentarr, al principio, aprovP.char sus inventos en beneficio pro)io, pero
I;; cie11cia ya no es esotrica, r.o ser facil io logren; los absorber la ele
odos los dems pueblos y, finalmente, deponiendo su orgullo, entrarn con los dems a
componer la nueva raza ;nte1is, la quinta raza lutura.
La conqu1m del trpico transformar todos lo; aspectos la vida; la arquitectura
aoandonar5 la ojiva, la bveda y. en general, la techumbre que responde a la necesidad de
buscar ab rigo; se desarrollar otra vtz la pirmide; se levantarfo columnata1 en intilts alardes
de belle::a, y qui construccicnes en c<.raco!, la nueva estica tratar de amoldarse a
h curva sin fin d2 la espiral aue representa el anheo libre; el r.riunfo del ser en :a conquista del
inf:nito. ti paisaj2 pl2no rle colores y ritmos comunicar su riqueza a la emocin; la realidad ser
como :a fantasa . La estLica de los nublados y de los gnses se ver como un am enfermizo del
pasado. Una civilizacin refinada e intensa a los esplendores de una Naturaleza
henchida de potenci;,s, generosa de hlito, luciente dt El panorama del Ro Janeiro
41
actual o de Santo>. con iJ ciudad y su baha, nos pueden dar u:ia id ea de lo que ser ese
emporio futuro de la raza cabal, que est por venir.
Supuesta, pues, la conquista del tpico po; medio de los recursos cientficos, result" que
vendr un perodo en el cual la Humanidad entera se establecer er las regiones clidas del
planeta. La tierra de promisin estar entonces en la zona que hoy comprende el Brasil entero,
ms Colombia, Venezuela, Ecuador, parte de Per. pan:e de Bolivia y la regin superior de la
Argentina.
Existe el peligro de que la ciencia se adelante al proceso tnico. de suerte gue la in>asin
del trpico ocurra ant2s que la quinta-raza acabe de formarse. Si as sucede, por la posesin
del Amnonas se iibrarn batallas que decidirn el destino del mundo y la suerte de 1a raza
definitiva. Si al Amazonas lo dominan los ingleses de las islas o del conti11ente, que son ambos
del bltinco puro, la aparicin de ia quinta raza quedar vencida. Pero tal desenlace
resultada absurdo; la Historia no tuerce sus caminos; los mismos ing1eses en el nuevo cli,na ;e
tornaran maleables, se volveran me5tizos, pero con ellos el proce;o de integracin y de
superacin sera ms lento. Conviene, pues, que el Amarnnas sea brasilero. sea ibrico. junto
con el Orinoco y el Magdalena. Con los recucsos de semejante zona. la ms rica del globo en
tesoros de todo gnero, la raza sntesis podr cor.solidar su cultura. El mundo futuro ser de
quien conquiste la regin amaznica. Cerca del gra11 rio s levantar Universpolis y de all
saldrn las predicaciones, las escuadras y los aviones de propaganda de buenas nuevas. Si el
Amazonas se hici ese ilgls, la metrpoli del mundo ya no se ll am<ir1 \.Jniverspolis, sino
/l.nglotown, y las armas guerreras saldriln de all para imponer en los ot1os continentes la ley
severa del predomin:o del blanco de cabellos rubios y el extPrminio de sus rivales oscuros. En
cam!:>ic, si la quinta raza se aduea del eje del mur.do futuro, entoncPs aviones y ejrcilos i;n
por todo e! planeta, educando a las gentes para 5U ingreso a la sabidura. La vida fundada en el
amor llE:gar ;: expresarse el formas de belleza.
Naturalmente, ia quinta raza no pretender excluir a los blancos, como no se propone
exduir a ninguno de ios dems pue!:>lus; precisamente. la norma de su formacin es el
aprovechamiento de todas ias capacidades para mayor integracin de poder. f\lo es la guerra
contra el blan(o nuestra mi ra, pero s una guerra contra toda clase de predominio violento, io
mismo el del blanco que en su caso el del amarillo si el japn llegare a convertirse en amenaza
co11tinentai. Por lo qce al blanco y a sJ cultura, la quir1t a raza cuenta ya (Ol e:los y todava
espera beneficios de genio. La Amrica \_atina debe lo que es ai europeo blanco y no va a
renegar de l; al mismo norteamerinno le decP parte de ses y
empresas, y de igual suerte necesita de todas las otras razas. Sin embargo. aceptamos los
ideales superiores del blonco, pero no su arrogancia; queremos brindarle, lo mismo que a todas
las ge ntes, una patria libre, en la que encuenm hoga' y refugio, pero no una de
C':lnquistas. Los misn1os bian,os, descontentos de: mat2rialismo y e la en
quE: ha cado su raza, la cuarta raza, vendr:i a nosotros para ayudar a conguis'.ar la libertad.
QJi;: entre todos los caracteres de la quin'.ti raza predominen ios caracteres del
pero supremacia debe ser fruto de eleccin !ibre del gu;to y no resultadc de la vio:encia o
de la presin econmica. Los e<1ract eres superiores de la cultura y de la ten-i rn que
triunfar. pero ese triunfo si0 ser fir'lle s; se funda en la aceptacin voluntaria de IJ conciencia
y en la eleccin libre de la hntasa. Hasta :a fecha, la vida ha recibido su carcter de las
potencias superiores. La raza r.o ;,capara vida; por la exclusir. del yanqu; ,
-- _ _;:__ ____ _
42
: ::; -:i o la exclusin de cualquie r otro humano, equivaldra ;:: una mutilacin anticipada. ms
'_ -E'ta an que un corte posterior. Si no queremos excluir ni a las razas que pudieran ser
co1no infe riores, menos cuerdo ;era ap;;rtar de nuestraempresa a una
2;.2 lltna de emFuje y de irrncs virtuces soci,les.
Expuesta ya la teora de la formacin de la raza futura iberoamericana y la manera como
;,z' r2 aprovechar el medio en que vive, resta slo considerar el tercer factor de la
:-;, nsformacin que se verifica en el nuevo continente: el factor espiritual que ha de .dirigir y
: : 11umar la extraordinaria empresa. Se pensar tal vez que la fusin de las distintas razas
: en u;,a nueva que complete y supere a todas va a ser un proceso repugnante
anrquico hibridismo, delante del cual la prctica ingle1a de celebrar matrimonios slo
de la propia estirpe se ver como un ideal de refinamiento y de pureza. Los arios
del lndostn ensayaron precisamente este sistema ingls para defenderse de la
-- <:zc la con las razas de color, pero como esas razas oscuras posean una necesaria
completar la de los invasores rubios, la verdaden cultura indostnica no se produjo sino
C': Sf' Us de que los siglos consumaron la mezcla, a pesar de todas las ?rohibicicnes escritas. Y
'" me zc la fatal fue til, no slo por razones de cultura, sino porque el mismo individuo fsico
ro':cesita renovarse en sus semejantes. Los nortea1T1ericanos se sostienen muy firmes en su
r':sol1JCin de mantener pura su estirpe, pero eso depende de que tienen delante al negro, que
':'. como otro polo, como el de los elementos que pueden mezclarse. En el mondo
el problema no se presenta con caracteres tan crudos, tenernos poqusir.ios
n':gros y la mayor parte de ellos se han ido transformando ya en poblaciones mulatas. El indio
"' tuen pue,1te de mestizaje. Adems, el ciima clido es prapicio al trato y ;eunin de toda;
I;, ; ge ntes. Por otra y esto es undamental, el cr11ce de las distintas ratas no va a oSedecer
" azones de simple proximidad, como suceda al principio, cuando el colono blanco tomaba
mujer indgena o negra porque no haba otra a mano. En lo sucesivo, a medida que las
car.di ciones sociales mejoren, el cruce de s:ingre ser cada vez ms espontneo, a tal punto que
no estar ya sujeto a la necesidad. sino al gu1to; en ltirr,o caso, a la curiosidad. El motivo
se ir sobreporienda de esta suerte a la1 de lo fis:co. Par motivo
,,,pi1 itual ha d2 encenderse, rr.s bien que la ;eflexi611, el gusto que dirije ei misterio de la
,, '.o ccin de und persona ent re una multitlld.
L
--: ..
IL lndologa (*)
Ll:-:iJremos !:Jego e! ;iombre-. pcoce.diendo 2 !3nseguida. 'Lamaremos
lndologa a to<lo el conjunto de reflexiones que me prop0ngo prese ntar a prop6sito de la vida
'ontempornea, los orgenes y el porvenir de esta gran rama de la especie racional que s.;
conoce con el nombre de rna
Todos los asuntos de pensamiento relacionados con tal agregado tnico los comprendo
baj o el nombre de lndologa, porque quiero restituir nuestro ideal a la visin proftica del
descubridor del Nuevo Mundo y a su ilusin de que al pi sar el territorio de la India consumaba
la circunnlacin del planeta. Mas no porque la realidad haya dado un relativo ments a ias
inspiradas afirma.:iones del nav2gante dej an el las de contener, tooava hoy, un de
sugestiones fecundas ... Se dira que al baufar Col6n con el nombre de Indias a: territorio ou e
hoy es nuemo, un soplo del mismo genio que lo haba llevado a descubrir nuevas rutas en el
mar lo levantaba hasta el concepto de una nueva Era de civilizacin, ur. a Era er. la que la vida
colectiva haba de cris talizar en fcrmas y unive rsales. Coln. er. efecto, al hablar e
l2s !ndias, no slo pe r. s2ba en las ti erras maravillosas qJe estn del Hi:nalaya, en la
anchura cabal la peninsula ms ilustre del glovo, no sio expresaba la satisfaccin de haber
llegado a la tierra iegendaria Je los relatos de Apolonie> rle Tian" y Marco Polo, sino qus
wnsideraba de.mosm.do el principio de que el Universo se gobierna por la esfera. Ya la esfera
t!ene desde luego sobre. el plano la ventaja de agregar multipHc2das a la materia.
Desde entor.ces ya no slo :a fantasa. sir.o tambin la realidad, poda girar y ensancharse
Jentro de los ritmos vastrJs, profuncios y re.: urrer.tes de la Natural era que
Ge aauel descubrimiento y de aquel consorci9 surgiese tambinla idea de una raza y de una ,,,\ -
culw;a en qJe le universal se convierte en norma, e.1 inspiracin y en 1ealida0Y si (Jln se
equivoc en el detal !e, si no fuerol las Indias, Amrica lo que le sali al paso, en c2mbio
los ms prdigos a veces que la :nisma fantasa, slo confirmaron la realidad de la
(') Esta obra conti1a tenia de La Ran Csmica.
acur.ando d trmino de lndolcga para profJndizar en el
de la qm Vasconcdos denomtn raza ibuoameri-
cana. Su pri mera edicin fue en 1926. en Baiceluna.
Vasconrelo>. P'lcgo y seleccin de Genaro Fernndez
mlC Grtgor. Edicion<s de la Secretara de Educacin
olica. Mxico, 1942. Smdo del capitulo 1. tit ulado El
.1Sunto. PI' 1 9 -188.
44
: : : Je ro:--. :; o 2! un cont!11 Pr1t e inmenso en medio
de los c"Z: - .ares. un com1nenre ms vmo que la India mil ena ria y mejor adaptado que ell a
para de la civ:: iz:ic: r. unive: ::;a! han y anhel ado todas !3s pocas.
:Ur ' ":alidad, ei suee de los monarcas del mundo y de los monarcas de la mente, el
sue y e! sueo romano, el sueo persa, el sueo hi nd. el sueo del el
sueo G : zas las almas esforzadas. suspendido como una grar estrell a sobre las so1edades de
es ta .. 0 xtensa y fama<t ica; granee casi como ios dems continente.s, y limpia de pasado,
limpia C ?mbr<s. co.11 0 si se hl1niese quedado en reserva para la nora de arregl os
deiin:ti 10:: -:: ::: ia
Por tZ? ; que tuvo de inspirada y sinttica la palabra de Coin cuando afirmaba haber
descu bier: -:. as Indias. por todo lo oue se contena de simbolismo trascendental en tai nombre
y tambi1 la que de vocablo recay en los indgenas, tomo esta designacin
de indorr, ( " en ei ser1tic:'o ., era fin ai y universai de la cultura del planeta.
;.-': cendo, por lo mi smo, amparar baj o ta! n0mbre ninguna intenci n de predominio
favorab ie 2 ';.t radicin autctona de Amrica o a la raza indgena del continente, pues el factor
particul ar muy estimabl e dicha raza representa lo juzgo nicamente en ia proporcin
humana y :raternal a tiene derecho con las dems razas que han de concurrir a la
nueva Era del mundo.\ La tesis misma de la existenci a de la raza futura descansa en una norma
T J . de un;vers:: lidad que no excluye, que engloba y asimila caracteres y No hay, por lo
.:; mis mc, ni que hal.i lar estirpes conder.adas, ni tampoco de estirpes privilegiadas. Donde el
signo es b univers al cabe ms que unz ternura, la mism1 y frate,nal para todos los colores
de la tedas los caprichos del temperament'.'.J
Ptro, dada la tarea que nos hemos impuesto, de caracterizar nuestra propia cultura,
resul ta mu/ comprometido comenzar por asignarle como rasgo fundamental el de ia
uni vers aiidad indeterminada. En efectc, una universaJidad verdadera y cvmpleta no es ni
aseauibl e la concienc ia humana, de por s limitada y concreta. La civilizacin m;sma descar.sa
en y la 1ida toda es una concrecin dP !as maneras y las manifestaciones parciales
la potencia absolutal'.fusguemos, pues. la uni versalidad c<:bal de la sntesis que no destruye,
sino que 2fir:na los caso; particulares de la reali dad. Estudiemos propio anhelo de
Que no es arbitraria esta afirmacin del car: cter universal de nuestro
tcmp;:; ramrntn !o prueb2n muchos hechoc que iremos sealaldo y b
como ya se ha vist o, el signo mismo de nuestro rito bautismal. Desde el comienzo, y en todas
las fase s sucesi vas de nuP. stro desarrollo, se ha ido marcando tal rasgo de la conciencia
rnlecti va, que es una misma, a pes<tr de cicrcas variantes; una misma desde el Bravo hasta el
Plata, y sin exduir al Brasil. Recordemos, pues, que para designar esta n1Jeva corriente vital de
la historia hemos de el de de ciencia de
Universo, n_o de las indias antiguas ni de las Indias m0deonas, r i de Indias geogrficas, sino
el e las lndiasfen el sentido del colombino redondez de la Tiem, de uridad de la
es?ecie y oe concierto de las cultu,-as. :
h dias, el Nuevo huni an.a_.nida )' triu11fante. son
que fue se:nos, r.a de esto somos an; p.ero, a fin de p;ocurar que lo se<mos,/dediqumonos
formul u una ciencia. un credo, unas bases con;titut!vas, una norma de voluntad, un conunto
repulsos superio.-es que ros permitan ascender " la re;;lizacin riel ideal contenido en

s;g10. i..a fi: ;)sofa r.ecesari a para tal finalidad, la seri e de conceptos, de
'
'
1
1
J-
I
i
1
1
1
1
1
1
1
1

45
vislJmbres de emociones que han de acercarnos a su consumacin, todo esto es lo que
procuraremos esbozar dentro del nombre de lndologa que ;ervir de acpite :i nuestras
elucubracio"::J
Y por ms que sea muy aburdalte ei asunto, parece que apenas lo designamos con un
ttulo particular, enseguida como que se desvanece y se dispersa, se confunde con otras
:naterias y el vocablo se queda como vaco. solo y hueco, mera palabra sin fondo. Y nos
decimos entonces: qu es lo que vamos a presentar co:no genuinamente nuestro, como
peculiar y propio, si nada impomnte hemos descubierto, ;i todo lo que sabemos es poco y lo
hemus aprendido de otros, s1 apenas comenzamos a s:iberl ... Si :odava la incult ura e' e1fe
nosotros la regla, cmo podremos presumir de merecer la honra de que una palabra -toda
la fuerza potencial de una palabra exclusiva- reserve para nosotros y se dedique a
nosotrosl ,,
Aun para llenar el contenido de la ms humilde palabra e; indispensable aportar sustancia,
la sustancia de una idea, la esencia de una 1ida. Urge. pues, que encarnemos en nuestra palabra.
Ju1Hemos dentro de ella todos los haces dispersos. Recordemos quE para comenzar a ser es
menester concretarse y limitarse ... Iniciemos la definicin de nuestros caracteres mediante la
especificacin de nuestros medios y mediante la defir.icin de nuestras f;nalidades . Diversas son
las circunstancias que nos dan derecho a lugar aparte y a nombre propio; diversas y m2s bien
acusadas de lo que pudiera juzgar un observador superficial. Apare11temente somos unas veinte
naciones desligadas, de vida atenuada, de civilizacin rndava inferior a la de la antigua
Metrpoli. Con excepcin de la ArgP.ntina y el Brasil, no hemos progresado, no hemos
sino empeorado; hemos perdido recursos i' vigor durante el largo de nuestra
vida nacional independiente. Sin embargo, el ms iigero examen demuestra que esta situaci6n,
innegable en la realidarJ de estGs momentos, revela una crisis, pero no alcanza a destruir el vi;or
todava inexhaJsto, las capacidades latentes en la tierra y en los habitantes de las regione1
castizas Nuevu Mundo. Unos cuantos fracasos graves no mmpen ni el.hruLD__ema
u.:iidad rii el m_petu d_e
La conciencia de nuestra ciudad debe ser el primer factor de nuestra accin; somos una
gente aparte. El NGrt y el Sur son, e11 nuestro continente, no dir yo que d0s mundos
contmios, dos East and West que nimca !legarn a e11tenderse, segn reza la frase conocida de
Kipling. Nosotros, al contrario, procedemos del tronco comn de la civilizacin cr;stiana, cuya
base es !1 igualdaG y la hermandad de todas las estirpes, y tenemos ademas ur. a infin:dad de
y de simpatas recprons que fataimente r.os d emr ;untes en la obra
comrn de: VOe'eSO pues, est2 >:>lve.Jaj m.tarer;irJS de
definirnos mismos, y rnarquemos. sin ningn .1imrJ de discordia, la1 diferencias.
Pobre procedimiento 2s comenzar a definir una pN lo que lO es, pero, al fin y al
cabo, no pueJe dejar de emplearse cua.1do se trata de Jsuntos cambiantes,
inmensos; en tales casos ningn eiemento de es intil; la misina negacin suele
abrir pasu. Anotaremos, pues. desde luego, la > difereflcias, y comenZJrernos diciehdo que
fisica:nente la ms grande extensin del continente ibrico es completamente C:istinta ce la
superficie ocupada por los Con la excepcin de Ula pa1te de la
Argentina, cuyas pampas semej<nza cor 10s grandes ll;rnos triguer0s y gan;;deros del
Mi>sissipoi y de Kansa,, todo rE:sto de la Amrica espaGla se dis:ingue de la Arnfrica sajona
en que posee un territorio montar1oso situado en /J zona trrida o en la zona tropical. En la
Amrica del Norte hay mon:aas, pero fuera de la wna tropical y en el Sur predomina !a tierra
tropical, ms con gr:indes regiones de altiplano, donde el clima templado. a pesar de la
laticud cercana al Ecuador. Los Estados Unidcs han contado (Ol un territori o fcil para 12
penetracin humana. Lo, grandes ros que fecundan extensas planicies de chia ten1p!ado han
sido siempre cuna de civilizaciones fl orecientes y duraderas. las el trabajo lz,
civilizacin se torna ms lento; e: ro es camino. en tanto que la serrana es muralla ... El
aislamiento fsico. geogrfico nos ha obligado a nosotros a fraccio,1arnos en nacionalidades. nos
ha impuesto una disgregacin contraria a nuestra unidad tnica y a nuestro incers poltico, una
verdadera dispersin que sera fatal si ioo fuese porque ca da auri1enta el poder del hombre
sobre la naturaleza. Contamos con grandes ros. prodigiosos ros, como el Amazonas y el
Orinoco y el Magdalena. come el Usumacinta y el Pl ta, pero la mayor parte de tSos dos estn
situados en zonas ex'.remadamente dlidas en donde la civilizacin todava no ha logrado
imponerse. Hablo de la civilizacin adelantada; la civilizacin misma de los blancos puros que
todava entre nosotros fracasa cada vez que intenta imponerse. pues el hombre todava no
franquea la barrera del "pico. Se ha hecho, por ejemplo. un lugar comn in(ulpar a Espaa del.
atraso nacior. al de muchas de las regiones e nuestro mundo iberoamericano. Pero yo
pregunto: qu es io que han hecho en el trpico, qu han hecho en las los ingleses.
los hola ndeses. los franceses, tres razas de primeral Menos que los espaoles; menos sin dudJ
que lo que hizo Espara en Venezuela y en Colombi a y en regiones semejantes de la costa de
M xico; mucho menos tambin que lo que han hecho los portUgueses en Manaes y en
Pernambuco y en Baha. Basta comparar la obra de las tres naciones ya nombradas en el
trpico americano. con lo que hicieron porcugueses y espaoles en regiones adyacentes. para
que se vea de manifiesto la gran capacidad cJel temperamento ibrico y la injusticia de la crtica
que tan a menudo se formula contra Espaa porque no hizo de sJs colonias otros [stados
Unidos.
La diferencia de condiciones fsicas es tan apreci able que ella bastara por s sola para
explicar las con,iguientes diferen.:ias de desarrol!o. de temperamento y de cultur que separan
a los pue blos de los co:it:nentes americanos. el del NortP y el del Sur.
Pero todava a las d:ferencias fsi cas hay que ;:grcgar !2s profundas pPculiarid2des dP.
histori e y de raza qJe caracterizan a cada uno de los grande' grupos tr.icos de la AmriLa
contempornea, pues, como todo El mundo sabe, r.osotro, vocelemos de una cultura
liispr,ica y lat ina y los del Norte son continuadores de la tradicin germnica y sajona. De las
diferencias tni(as se derivan. cerne es na tura:. y vari edades e espritu que no es
posible ni siquiei"a enumerar cabalmente. Agotar de estos asuntos e, tarea que
requerir a libres G: paciJades pcr lo m:sr.io, que nada rr.s
apuntemos aquellos rasgos cue son obvios y Jquelbs tesis que ya pueden ser formuladas con
relativa certei.a '/ cunmin.
En el instante en que saltarnos a la esfera del ter.1peramento las diferencias se hacen ms
r:iarcadas. a causa de que el espritu es ms rico, ms flexible, ms intenso y mltiple
que !a mei"a reJlidad fsi ca. El yanqui , se ha dicho, es laborioso y tenaz, en tanto que nosotros
sorces inconstantes y haraga11es. cambio nadie gana en vivacid;id a :os y este
Empieo rpido del ins trumento ms Jito que la vi da conoce, este luj e y pro11titud de la fanma.
es promesa de conquista de un orden s11blimc. El yanqui, por otr2 parte, comienza J parece1nos
cerno una vctima de sJ propia cual:dad. El 1parato de su obra parece empeado en devorar
a sus constructores. El maquinismo, admirable para domear los elementos, se vue:ve despus
contr;: la e'encia mi sma de la vida y la con limitaciones. mandatos y con:apisas.
1
47
Nsolros cons2rvarnos mi-.: libre el e5p;;tu. pero no !o usamos o lo env!lecemos en el ocio
esteril o en la anarqua de la accin sin ideal.
Para el norteamericano, se cichc tambin. la vida es tarea: para el iberoamericano, la
vida es festn ... Cuando el 3merica;io dei Norte no puede no halla qu hacer y se
aburre: cuando nosotros encOt ramos trabajo maldecimos la existencia y procuramos evadirlo.
Se-na hablado mucho de una Marta hacendosa que prospera en el Norte y de una Mara
despreocupada que suea en el .SJr, pero el smbolo es los
Unidos no son slo una til Mam, sine tamuin una soadora, una creadora _Mara y
nosotros no hemos .podido hacer que nuestros sueos sean fecundos, no hemos logrado
';ganizarlos, no hemos conseguido infundirles el impulso creador del espritu. Lo .cierto es 'iue
ni unos ni otros, ni los dos juntos, hemos !agrade tcdavta ::ump!ir nuestra misin, que es
inaugurar en este Nuevo Mundo una manera de vidti que se i:npo_n;a a la natilraleza y la
domerie, ?ero con la mira de la superacin de 10 temporal.
No acabara pronto si siguiese anotando diferencias y semejan;:as; no es mi propsito
desarrollar el paralelo, sino nicamente aprovecharlo para demostrar algo que suele ser negado
y que por lo misr.io es necesario reai1rmar, a saber: la persistenciti de dos grupos tnicos,
perfectamente definidos y dismiles, la existencia de uros Estados Unidos de! Norte de cultura
sajona y cuyo temperamento sajn nadie pone duda, a pesar de que dentro de aquel crisol
se encuentran trazas de italiar.os, irlandeses, espaoles, portugueses, y an negros, y,
por otro !ado, la e(islencia definida de una Amrica Latina, no omo v2ga denominacin
geogrfica, sino tambin como un grupo tnico perfectamente homogneo, homogneo si
se quiere que el del Norte, a pesar de diferencias internas. sociales y polticas, diferencias que
ms bien aumentan el contenido de la raza sin llegar a desintegrarle su unidad.
Constituimos un agregado racial homogneo, t<1n homogi1eo como cualquier raza
homognea de la tierra, y esta raza una, I raz;, iberoamericana, habita zona extensa y
continua del Nuevo Mundo. Para lograr que este hecho, tan evidente y simple. entre en la
realidad de las frmulas e use diario, no basta, segn parece, la verdad de su
existencia. Se hace necesario proclamarlo y volver a afir;nar!o. Digo esto porque todava es
!recuente escuchar :a opinin obstinada de que la y Mxico, Brasil o Colombia,
aunque situados por el m:smo rombo del planeta, ca;i nada tienen de comLln entre s y ms bie11
dependen carJa uno por separado, no cie s prcpio, sino de alguna cultura europea, por ejemplo,
la francesa . Y s; se :rata de Centrcamr;cd, s< ;;fi,-r,1a que esa regi6n 11ada tiele yue 1er ni con
Color.ibia ni con Mxicc, y as pretende que lo qui: fue ur.a sola colonia bajo Esp1a sea hoy
un deshecho rosario de zonas de inluencia de distintas naciones y de diversas culturas Aun
entre ncsoucs mismos, mu.:hus la posibilidad de Ula accin de conjunto y la
realidad de una raza homognea, capaz de organizme para deiender sus intereses )'
pe1ar su voluntad en la balanza de lus destinos humanos
Se olvida a menudo, y casi siempre con intenciones bastard,s, que nosotros somos
continu<icin y retoo de la pode;osa cultura espaola ql'e en una poca se en Europa.
Y<. nadie niega el enorme progreso del Brasil; per'J se procura ocultar el hecho de aue <ill
reflorece el alma portuguesa en otra poca domin los mares y abarc el mundo. Se
reconoce el progreso argentino, rero slo para atraerlo a ciertos focos que tenderan ;:
separarl0 del tronco comn iberoamericano. En esta tcita conspiracin contra el
ele cnided y cultur<il er.tran ios escr:tore1, los capitalist1s y !01 soldado; oei
48
imoeri al ismo. La Europ3 cu!ta ha Jcost u1 brado !uz2arnos y tratarnos como a rest os dis pe;sos
de.un -= irrepa;abie. En este, hay un poco de pero la mayor parte del a\so juicio
se debe a ese engreimi ento de lc: s pue blos viejos y de \os poderes que son, G>ntra las meras
promesas y del . nte de los esfuerzos
El todo caso hemos llegado a tal punto de incoherencia espiritual y poltica que es
necesari o comenzar por reakmunos. La tarea primordial est en consumar el rescate de
nuestra person?.!i dad .. . No vacilemos. pues, en gritarlo; gritemos para los extraos la verdad
que tan a n1e nudo nos repetimos en ia intimidad: la verdad hum>na, histrica y volicional de que
som0s O( henta miilo;;es de hombres iigados por ei rarentesco de La sangre y p0r la comunidad
de la cultura. 'Jchenta mil lones de almas, una cuitur;: dotado de tendenci_as definidas y propias
y una extensin territorial, la ms rica y la ms vasta de tochs las que quedan sin explotar en
el planeta!
A;er.tada as i nuesfra personalidad colectiva, digamo'. en seguida que reconocemos el valer
y
1
os derechos d2 la otra. gran raza que compan:e cor nosotros las responsabilidades del
dominic del Nuevo Mundo. E!!os y nosotros representamos las dos orientaciones capitales, las
dos lenguas, las dos cultu1as del Nuevo Mundo. Urge, por lo r.1ismo, estudiar la manera cmo
deben de concurrir ias dos iuerzas creadoras de vida; urge buscar los medios de ciu estas dos
culturas, en vez de gastarse y agotarse en el conflicto, se pongan de acuerdo y colaboren en el
progreso ...
No hay P.zn 1lguna para qoe ;10 sea posible hacer nuemo mundo lo no ha podido
hacer;e en Europa: convertir las dife;encias en factor de progrtso, en vez de ciue se resuelvan
en rivalidad y conflicto. La circunstancio de que estamos regidos por sistemas sociales
democrticos ms avanzados, por lo en teora, ciue los que rigen en el viejo continente,
todava debilit3do por intereses furiosamelte y arcaicamente monrquicos, debiera
ser motivo de esperanza. All donde no hay castas dominadoras, para quienes la guerra es una
profesin o un negocio, no debiera haber peligro .de cheques inmotivados y sangrientos.
Pcngamos por lo menos ncsotro> lo que est de nuestra parte para evitulo. Aprendamos a
defe:idernos prog,-esando. Sacudamos el yugo de los caudillajes b2.rbaro; que son baldn de
algunos de nuestros pueb:os y habremos eli minadc la mitad por lo rr.enos de las causas que
amenazan nuestros destinos.
ti tema fundamental, el leitmotiv de nuemas nos lo r:lar la
Je la Ulfidad espiritual Ce I;: raza lii;pfoica t\mrica y Ce tspaa, En e! p3SJ(I,
disgregacir. necesaria pli"a h vid;, en wndiciones nuevas y reunin ideal
pero ya sobre :as bases de autonoma y de li be1tad, de disciplina y d justicia, bases sin las
cuales n!ngur1a cultura alcanza esplendor.
Desde el prir,cipio, las gtntes que fundaro;1 el viejo imperio espaoi revelaron la tendencia
de ocoplr preferentemente !as zonas clidas. Ya sea porqu la mayor parte Je los exp!oradores
erar1 gente mediterrnea, o bien porque 110 se sospechaba e11tonces que en las 2onas ll egar3n
a desarrollarse las culturas poderosas que alcanzan floracin plena en el siglo XIX, ya fuese
amor a ia luz o siinple accidente geogrfico, lo cierto es que latinos y sajo:ie> buscan en el
Neevo Mundo las regiones que por el clima corresponden a las latitudE:s de que cada u:io de
ellos vena. Los latinos bajo ti sol, lo; holandeses y los ingleses bajo la nieblo y el viento, no deja
d que desde el principio se definan, conforme al suel0 y al ambiente, las dos
49
tendencias que hoy, modificadas por el tiempo, sio, embargo. lo fundamental perduran.
Una vez consumada la exploracin se inicia la colonizac1c1 y se establecen los Gobierlos,
y los Gobi2rnos representaron un de cohesion :3n vigoroso GUe rpidamente
consumaron la obra ce unificacin preparada por el medio. La homogeneidad tnica y la
semejanza de condiciones climatricas fueron complementad 2s por un sistema administrativo
centralista que no slo se vala en todas Partes de los mis mo; mtodos, sino tambin de las
mismas personas, pues frecuente fue el caso de Adelantadas )' de Virreyes que eobernaban al
Per despus de haber mandaJc en NJeva Espa.
Por otra parte, e' evidente que aun antes de la conqui sta era una misma, tnicJ y
espiritualment e, la gente que habi:aba nuestro continente, desde los aztecas hasta los quichs
y mayas y hasta los incas y los aimaraes. Toda va hoy cualquiera puede obserm los profundos
parentescos que ligan al indio del Chaco argentino con el ind i0 del M<\xirn distante. Ya desde
antes de la conquista, por lo mismo ,l a comunidad del tipo tnico constitua un law y la
conquista espaola, aunque todo l0gr tr:nsfo;marlo, no h;zo. sin embargo, sino acentuar la
unidad dentro del nuevo tipo del mestizaje.
Se estableci de.sde el principio, todos lo sabemos, como Gobierno independiente, la
colonia portuguesa del Brasil. Pero entonces, ms que ahora. el tnico y la similitud
lingstica era tan profundos entre portugueses y espaoles que puede asegurarse que slo las
intrigas y los yerros de la corona espaola, esa constar.te destructora de la obra del genio
espaiol, produjeron las divisio11es enconas gue hoy nos empenamos en acabar rle
desvanecer. Pero tnica y ct!lturalmente !os b1ndeiraltes rlel B:-asrl eran hermanos legtimos de
los guerreros que empuaban ei pend6n de Castilla. Hubo, pues, durante los trescientos aos
de la dominacin espaola-portuguesa del Nuevo Mundo una unidad racial '! cultural
ir.discotible y. polticamente, slo dos soberanas incontesladas: la espaola y la portuguesa.
Cuando se produjo la emandp;.cin, vino el fraccion:mienta. Dos cau;as ;iefams lo
la doctrina de la nacionalidad y e: aisl;imiento fsico. en c;ue nos mantier.e, aun hoy,
una naturaieza que s11per2 los medio> de estas pobres civilizaciones de! presente; una
naturaleza de la que slo seremos dignos ei da en que nuestra mecnica y nuestra tcr.ica se
hJyan hecho capaces de utilizarla. Pero en aquellos rlas de la independencia, anteriores a la
invencin del ferrocarril, la cordillera y ia distancia obstculos inirnqueabl2s. Nuestro
atraso, en relacin con la nc.turalezz. que nos rodea, hizn que nos dejsemos de una ideJ
inconsecuente con rue;tra trad;cin e imprc.pia de ra:as iiamaJ;i.s a cor.sumar grandes
desti nos. La idea de nacionalidad nos fue importada de Europa, donde es explicable y quiz
fatal, a causa de qut la poblacin est subdividida en razas y lerguas diversas. En
ombio, en Europa encontramos Jn docena 0 ms de 1clicm;,s, de y de
variedades raci ale, , enti"e nosotros r.o ms que idiolT'a, un territorio continuo y u;ia raz;.
completamente homognea. O, para ser exactos, ya q:.i e venir.ios er.globando al Brasil en
todas nuestras tesi, no encontramos ms oue dos idiomas y dm tradiciones b
espaola y la portueuesa. Se Pxpl:cara que de;dc el princip:o hub:esen surgido dos Estados
autnomos: el Brasil y la Amrie<1 Espaola; pei"o la creacin de veintP de rabia
castel!ana constituye un disparate omentaci0 por los nJturies Je nuest:o
engrandecimiento, estimJlado por la misma Inglaterra que combata el pod2ro espaol
y no se conformaba con que nosotros heredser.ios el !mperio de la Madre ?atria. La influencia,
pues, de ideas ext raas y lo comilicado de r.uestrJ geografia explican que en l0s primeros
50
:le nuestr2 vida pblica nos encontrsemos desorientados. Y no teniendo otoa cosa
que nos pusimos a inver.tar patriotismos locales y nos resolvimos_2 decidir de tocios
a intereses de f;onteras, que desgarran la entrana m1ma de la raza.
Sr, Ja exigencia vital de estar juntos ha sido tan manifiesta. que los mismos
. de Ja Jndeprndencia, como Bolvar y Sucre, creadores de nac1cnes, fueron los
primer:.: en ccmprender que toda aquella obra de organizacin de autonomas polticas
quedab< ncompleta y expuesta a los mayores riesgos si lO se co11solidaba dentro de un s1stem1
p:i lticc, :?ntine:nal.
El ;.-el igro lo comprendieron los patriotas; pero t desde que se (Ons"m .1.a
al dJ siguiente del triunfo, ya no eran los patriotas los que mandaban. Aparec10,
como herencia del siste.11a mil itar espJol, el tipo del caudillo ignorante que se apodera de la
cosa sin ms razn que la de disponer de una :-nontonera, de ur.a p;:rtida armada que
lo obee(e ciegamente. Eltonces la poltica :e resurr.e en ia prctica de fusilar a todo el que
se a J;is rdenes del jefe y todos los crmenes se justifican con el pretexto de la patria
o con el pretexto de principios que es el c2udillo el primero en no entender, pero que sirven
a su propsito de consolidar una dominJcin egosta y personal. Cay nuestra Amrica en
poder de :os caudillos: gentes que en una poca normal pasaran la vida en presidio se han
hecho de l Poder, y alrededor de ellos se agrupa una patriotera temerosa de la t
empeada en ahondar las divisiones y el aislamierto ... Una pandilla que explota 12 ignorancia
popular en nombre de la Repbica o er. nombre de los credos ocialistas he ah la
accin '.odava ro de nuestros ca"dillajes. As ha en Amrica el partido de
la mano y de la tirana, el partido de la dictadura. De tales gentes procede ese celo de
autonoma lncal, que no es ms que el afn de poner a salvo el derechc de explotacin y de
de feudos y poblacione> ms o menos importantes.
Caso tp:co cie esta clase de naciomlisrr.o nos io ofrece Lpez <le en ei P:iraguay.
Este supremo modelo, todava imitado er.tre no1otros, despus <le dejar despob:ada su patria
por la tir2na, pcr el exter.ninio de todos los que se oponan a su brbaro gol!iuno. tuvo que
recurrir al expediente de provocar una guerra suicida contra el Brasil, Argentina y el Urugu,.y
slo para aplazar su cada o para darle tintes de gloriosa, la gloria de un patriotismo que haba
destrozado l:i patria. En Mxico tuvi'11os otro Solano Lpez, un c;;si homnimo: L.iez de
Santa-Anna, brib6n, jugador, chanchullero, asesino; pero cada vez guc su poder peligraba, ia
la torpez;i para manejar las con los Estados Unidos del N0rtP,
acarreaba cor.flictos de pronto le salvaban, pero que terminaron con la prdida de la mitad
de nJestro territorio. Y, por desgrac:a, el san:anismo no est enttrrado, no est liquidado ni
entre nosotros ni en otras naciones de la AmP.rica HisFana.
Por precisamente la tendencia localista de los dspotas hace narer la corriente
En el mismo instarte en que Sclano Lpe: fue venc:do en el UrugLlay, los argentinC's,
seculJados p0r sus dos aliados, 1quel que. a m me parece
fund1mer,to de un nuevo derecho pi'Jl,Jico hispanoamericano, e: principio no
sufic;entemente alabado 1ue formul cuando dijo: :..a victoria no da derechos, y
los tratado> de FZ se firmaron sobre la base de que el Paraguay no perdera Llna pulgada
c;adrada de te1-ritorio. Se srnt, adems, otro principio que algn da regla de la poltica
inte rh isp,anoarnericana. el principio de b guerra se haca por los ues aliados para ;alvar
nac1on he rmana de los hcrrores de 12 tir;in:a irterior, pero sin tocar a las susceptibi:idades
de la sobErarria locai. Caua vez se expone er. !erras de moide este principio, ei patriotismo
local de Jos grita t!l tono alarmado: T raici;i, trakin a la patria. ;> Porque para los
opresores y >us secuaces la patri? es e! caudillo.
En los paises del caudillaje. el genera! vencedor de la .ltima batalla es la encarnacin de la
pf ra, la encarnacin de !os derechos populares; pero en realidad slo la barbarie
envalentoada con el aislamiento y con la impunidad. Haciendo uso de les viejos trminos,
digamos que la tendencia del caudiJ::;no ha sido p0ner a la Amrica en especir. de
feudalismo, del que ya Europa habi& salido antes de la conquim de Amrica. Por otra parte,
la tendencia civilista e ilustrada de continente ha sido ciesde el comienzo superar ei
nacion2
1
;smo europeo. Pues superarlo es proclamar con Sarmiento que las fronteras .de las
naciones-hispnicas no estn sujetas a !os azares de !a armada. Superar el nacionalismo
es ponerle encima principios de moral, de libertad y de justicia que !
1
evan a los modernos
cruzados a luchar ailr donde hay tirJnas que combacir e injusticias que reparar. Quijotis mo, vais
a decir; y bien: ! nombre es demasiado horroso para rech2zarlo, pero quijotismo prctico,
puesto que busca el enderezamiento de agravios ciertos y reales, fciles de corregir y urgentes
de remediar.
Teoras sin conexin con los hechos, deli rios de utopims, habris odo decir que se !Jama
a todo propsito ce reforma; pero son hechos y no teoras lo que cito, hechos que crean
teoras y que revelan necesidad colectiva. Nuestro naciona:ismo desde un principio ha sido
tan distinto del nacionalismo europeo, del mismo nacionalismo norteamericano a nadie
asombrar, entre nosotros casos corno >te que voy a rlatar, sera incom:.rensibie dentro
de la actual situacin europea de los dos ltimos siglos. A raz de la independencia ;nexic:ina,
o casi al mismo tiempo que Mxico. proclam su independencia la antigua Gobernacin de
GuJtemala. Pero quedaba entre Guatemala y Mxico un territorio intermedio, el territorio de
Soconusco, le que hoy es el Estado mexicano de Chiapas. Toda esta regin perteneci en un
a M xico. Sin embargo, un buen da sus habitantes resoiviror; sepo.rarse de Mxico
pa;a ligar su suerte con Guatemala. La anexin qued consumada sir1 una protesta de Mxico,
trn pas diez veces ms uerte Gu:item;:Ja. Y esto es una poca e11 que no haba c0rtapisas
sobre nuestra sober2r.a. Pocos aos despus los chi2panecos resolvieron retirarse <le la
naci0nalidad guatemalteca para volver a a l<i mexicana. Lo hicieror. sin que
Guaw112la demostraro. oposicin y Mxico vo!vi a recibirlos como hermanos, sin que a nadie
se le haya ocurrido formular un solo rep,-oche. Se ve. pues, que errtre nosotr0s el nacionalismo,
el 'Tlejor de los carns, no e: otr<i cosa GUe ccnsecte:icia de bs n'.Js
comodidad para la administracin. pero no sentirr1iento ntimo, frlndamencal , como que n0
habra tradicir. en qu fundarlo ni diferencias de sangre o de cultura que lo avisasen. Hablo,
por supuesto, del nacionalismo rel;;cin con las dems naciones d(J cor.tinente.
Esto mismo explica que no ha habido un solo espriiU superior del co11tinente que no viva
y que r,o pien>e como si fuese rirra soia frontera desde el Ro Bravo hasta el Plata. Los pocos
qu2 suelen levar.tar- la voz discordante son personajes que no se ha(e11 or fuera de su parroqu:a
y lo hacer. ms bien por esccptic is rno. pcr desesperacin de sentirse aislados, en medio de la
vastedad del conti11ente, d2swnsolados porque la situacin todJva embrionaria de nustro
desa1-ro!lo nos impide de conjunto. Se descorazonan a:gunos poryue Argentina
t0dava no ti ene escuadras que mandar en auxilio de Centroamrica; muchos aiios pasarn
antes de que b uqid;;d poltica sea capaz de prorlucir una accin mate;ial de conjunto: qrriz
ara entonces ya ni estarn en use las EscuJdras; pero !0 que no necesit a del concurso del
: 1: 0 s6lo del -:cncursc di;; b es la un!dad mora! que ya por s sola es una
fuerz e ir. ,eficibic y ta bast: de todos los dems poderos.
Y e, no Judo. por ejemplo, de qu, un caso de pe!igro in mediato y grave, la Amrica
es paol< sabra encontrar maneras de accin colectiva, ejercitara boicotajes y represalias;
e;, ,piear;. , todos los medios negativos que suelen poseer tanta eficacia como la agresin
directa. ! ;os aita ia dis:ip!ina que es necesaria para la accin colectiva, nos fa ltan los elementos
cie sis:emocizacin del propsiLO; pero, en cambio, poseemos e! instinto, ese instinto .que hace
que ajr, hoy. despus dP cien aos de caudill ae. de discordia y cada vez que en
pesenta un grupo artistJ.s a1g12ntinos, siquitia media dc-;:ena de gauchos en un
ci rco. l pbiicc fes aplaude frenticamente. En la Argentina son frecuer.t es las mi smas
ocurrencias. Toda este vale muy poco ?ara los que viven del La mediocridad se
entrega al presete, pero la juventud pertenece al maana y a le toca desarrollar estos
imp:..:!r;c: !atentes, apr0vechar . estas e!"lergfas tjue fecundas, porque son energas de
soli daridad y de amor. La a que yo pertenezco ha visto relacer el anhelo
iberoamericano. Tanto ha crecido en nuestros das que ya es de esos soplos que contagian ar1
a los mirn:os que apenas les comprenden y que en ellos tendran que perecer. Me refiero. por
ejemplo, al caso de determinados tiranos de nuestra poca que han hecho o hacen la
prripaganda iberoamericana porque est en el ambiente y porque ven en ella una manera de
ensanchar la propia notoriedad: una manera de con remotos soportes de falso
renombre una confianza que se va perdiendo en el interior. En otros casos, muvelos la vanidad
que lle va a pensar en grande. Sea c
1
Jal fuere el mvil, lo cien:o es que eso distingue precisamente
a los erandes movimientos del alma colectiv;;: el hecho de que engrosar. su corriente
fecundante con toda clase de elementos; los elemen:os turbios formarn el 2siento barro
que faci lite el deslizamiento de las aguas. Les esfuerzos cl;iros darn esplendor a la corriente.
En resumen, lo que se puede Jfirmar, sin ningn gnero de duda. es que el aislamiento esc
y c;uefa. raz2 ibe;oamericana recobra la conciencia de su unidad y camin haciJ la fusin
es?iritual y haci I<. cor.Pderacin -
Y esto no es ms que un antecedente de sucesos todava !mpcrtantes. No slo se e,t
formando. se est reintegrando un cuerpo poltico racial'/ continer.tal. por encima de eso. y.
como co"secuencia las caractersticas especiales de la peca. podemos afirmu,
proruraremris demostrar, que (e la Amrica Latina se iniciando un nuevo perodo
Los fundamentos de est:i afirmacin ne podra acabarlos de desarrollar un solo
pensador ni e;1 un solo libro; pero hay hechos incon:estab:es que no puede prHentar iguales
r. ingu na otra rama de la familia huiTiana. Sealem:is, para ciejar claramente deinido en sus races
el ciclo que se inicia, los tres factores estn er, obra. a saber: una t;ad:cin cultural espaola
1nd;er1a, europea y americana; conline11te deshabitado y prodigio>am2ntE: rice, '/ 1Jna raza
mixta, producto la mezcla, no de europeo con europeo, sino de europeo con indio, co11
con chi no, con teds las ra:as cono.:idJs. la raza mi ta total, el primer aso de raz;i
positivamente universal.
Una cmp1 esa que la colaboracin de todos los pueblos de la tierra: he ah lo que
significa lberoamrica; l1e ah lo que servir de asunto a las reflexiones
rJesarrollando en estos ensayos sobre el asunto m2s fascinante de la realidad contempornea.
El crimie nzo de uri ciclo nuevo en la hiscoria del mundo.
- . -
Pensamiento poltico
~ ~
. ._... ' ..
ae uoo1erno que se propone
desarrol-!ar el licenciado los Vasconcelos
,,
SI
L ! _:_ -- ,_,... .... l,,.,.,.;"..,.r /*\
l:rlUflld. t:ll 1a:> \
S de juiio de 1929
La lv' Convencin del Partido Nacional Antirreeleccionista design anoche po; aclamacin
candidato a la Presidencia de la Repblica al seor licenciado dar. Jos Vasconcelos, quien
pronunci el siguiente discurso:
Por primera vez desde 191 O logra reunirse, en nuestro pas, un2 Convencin en ia que
estn los anhelos del pueblo mexicano. Desde hace dieciocho aos y en medio
de la ola de corrupcin que nos ahoga, la pzlabra misma. el nombre mismo de Convencin ha
sido corrompido ms de cien veces para aplicarlo a concilibulos de incondicionales o a grupos
o facci<:>ni:s que defienden intereses de imposici0nes o de continuismo, o bien pequeos o
grandes intent0s de perpewacin del despotismo y del caudill2je. Ahora, por in, se rene-una
Convencin como la .de Madero, a la cual no han asistido dele;ados de todos los rumbos de!
pas porque el pueblo ;igue en la miseria y no tiene dinero para pagar los gastos de la
democracia; no dispone el pueblo de fondos, porque en todas las barbaries los elementos
oficiales viven de lujo, der:ochan tesoros, en tanto q11e el pueblo czrecE hasta de lo ms
i:IEmental. Herosmo es el de muchos delegados aqu presentes <lUE han he,ho el viJje en medio
de pri1aciones y. a veces, de peligros; perc; as cvrr,o no falt el 191 O un uupo de hombres
resueltos a llegar al extremo de los socrificios :on tal dE es(rioir una pgina Je luz en :a H:sro:i;;
Nacional, as tambin ahora el pueblo mexi.:ano, respoldiendo a las necesidades ele!
realizo el esfuerzo <ie congre3ar esta asamblea. Aunque representada aqu la inmensa
mayora. de ia opinin, carecen, sin de rEpresentacir, directa 2lgunas regiones del
pas, y esto ocurre no porque la opin:r1 pb!ica en es:is zo11as no est t0taimtnte a

Skirius, )oho: Jos Vaiconcelos y /,1 cruzada de 1929.
Siglo Vcintiono Editores. S. A .. Mxico. IS78. Apndi ce.
pp 207-220.
56
T'iz nif1gu::a par Le C(., rnO ;:; n esa.s a. zor;das, el corazn de !os riudad2f!os est
ent ero con n0Su05; penJ crno podran manifestarse aspiraciones democrticas en
regmenes canibaies, como, por Pj ernrio. el C: e Ga r:rjdo en T >b>sco
1
Cmo podr> ejercer
derechos civ;cos un pueolo dmin;,do por ei cac;quismo poltico a io Yucatn, donde se pi erde
e! sa12rio, donde se pierde el lugar en sociedad. con sio desconocer algunas de las consignas
de de los e-"-: o tres caciques, que a su vez estn sio atentos a las rdenes del central
Cmo podra r1 ot..rar como ciudadal os las vctimas del caciquismo local. sometidas a tal punto
que, m;cntras ls estH t: fl la rni seia, los lderes polticos de !a regin pagan trenes
cerno sucedi en 0 2xaca, para lOndufr al candidato de b explotadores, para
C'.)nduc!r!o 3. tr3vs de succsiJn de bailes sin bailadores y triunfantes, por
de':: ajo de !os que pas2 3penas de siervos que no alcanzan r. : el tostn
pro met;do, porque ste se queda en el bolsillo de intermediarios queya con esto se suean
diputados/ Por foi1una ne todo Mxico se encuentra en este estado desesperado; por fortuna
qt.!e preva!ecer en lo$ de$tinoc: de nuestro pais !as-poblaciones libres, civilizadas, los
ncleos que se imponen a la consigna, los grupos de hombres dignos que por todas las partes,
aun en las mismas zor.as oprimidas, se levantan contra la adversidad y se disponen a luchar en
cvntra de la opresin contemporr.ea, opresin que sio en lo hipcrita difiere de las antiguas,
a pesar de los leales esfuerzos de algunos altos funcionarios .
Esta Convencin modesta, porque sus miembros carecen de fortuna personal, modesta
porque nq se rodea del aparato de las comparsas modesta porque no dispone, por
ahora, de alianzas. arsenales, ni tesoros; modesta porque carece de todas estas apariencias, es,
sin embargo, poderosa, y tanto que viene a dictar la ley de la Nacin en las prximas
En realidad venimos a eso, a irnpor,er la norm;i necesaria para Mxico se libre de la actual
situ;icin hum:llada, la norma de: sereno comportamiento que Mxico necesita para rescatarse
de las penosas a que nos han ido arrastrando polticos sin capacidad. Venimos a
sentar las bases de la reconstruccin nacional. y en estncia, sostenemos los mismos
rrincipios de 191 O, ser.timos ahora ms cargad0s de responsa,ilidad y, ;: la vez, ms
ca?;i ritados por la experienci a y el dolor para lievar adelante un plan cabal y constructivo. Nos
anima ahora una fe consci ente de la; posibilidades y les destinos de raz;i cuya misin
interesa a la humanidad. Venimos a constru,. y a levantar ar. en medio de la gritera y la
acechanza de los rufianes; venimos corrfiados en que ha pasado !a era de los arrasadores y de
lo< destructore.s . Seguros de nuestra capacidad para hacer obra fecunda, nos sentimos
nimados de esa suerte de instinto del conmuctor, instinto simbolizado en !a manera como se
!evantarnn las r.atcdrales de la poca gtica; los de aquel riempo. los brbaros
0 sern;brbaro" goco> y francos, no se pusieron a derribar los ternplos d,uidas para poner
sobre los escombros construccin nuen; no profanaron los adoratorios ni casi remo1ieron las
piedras y, a menudo, respetaron an las imgenes del culto rival, lir.iitndose a poner sobre el
a!tar p::gano o 9rbaro, la capilla crislior1a, y ms tarde, cuando creci el podedo coiectivo, no
se arras la capilla para constru, la catedral, sino gue por encima c!e la capilia se edificaron
;eneralmente las naves de imponentes esp<icios. Tampoco se derrib la torre romnica para
reernpl;,zarla con la torre gt;c?., sino que al \; do de ia romnica o por encir.ia de ella, y
tomindola de <siento, se elev por los aires \; aguja gtica, m2xim0 esfuerzo de la elevzcin
arquitectnica. Y por eso son grardes y son v;stas y poseen corno var;as estructuras imagen
de diferentes perodos de civ!fizacio, todas esas grandes catecir?.les, obra cie siglos y sntesis
de creer1cias, :>ocas y razas. As, slo as, se puede y as es cmo debemos proceder
nosotros delante de cada problema, cuidando de aprovechar todo In hecho por nuestros
anteLesores. as nayan sido nuestros enemigos personales. Aprovechemos, puts, ensaicemos
------- ' "?'4.-
57
t0do :o poco que en nuestro catico medio mexicano haya representado intencin sincera de
accin benfica; xito parcial esfuerzo que ensaya a crear.
tn el seno de la asamblea se han debatido ya tocias las principales cuestiones nacionales
y se ha formulado un programa que se ajusta a la realidad en su mayor parte, y contiene todo
entero las ms altas aspiraciones de ia vida nacional. Recogiendo yo, hasta donde alcanza mi
capacidad, los anhelos exp,esados en ese programa por ei cual me comprometo a trabajar con
empeo y acatando los mandatos en l contenidos. los interpreto para ofrecerlos a la Nacin
e11 los trminos siguientes:
El problema poltico
El problema poltico, menospreciado en nuestros d as por teorizantes sin rrdula y por
traficant es sin escrpuios, es hoy, como ayer y como siempre, de previa resolucin.
El prob:ema poltico, letra muerta para los esclavos, es esencial para los b.ombres libres y
para las pocas fecundas; sin garantas polticas definidas e intocables no posible alcanzar
ningn verdadero progreso colectivo y en ninguna parte ha sido. y es, ms necesaria la libertad
que en este pas nuestro, cas tigado por las in iquidades de mil suertes de tiranas. Para salir del
ckculo vicioso de la tirana local que engrana en la dictadura del centro, J la vez que una y
otra se apopn y justifican; para salir de esta ignominia naciona! es indispcns1ble recurrir a la
medida y rodava no ensayada de una rnanera rigurosa; la creacin de u:i Poder
Ej ecutivo, severamente controlado por l;is leyes, las instituciones y la opinin. Se condena, en
estos das, la com;pcin de las bajas autoridades , la criminalid1d de los pequeos tiranos
regionales. Pero cmo es posible esperar conducta legtima, ni siquiera humana de parte de las
autorid1des ineriores, si menudo ;e ha vi>to que el ejemplo de las mayores abominaciones
lo da, precisamente aqu el que cebiera ser espejo de accin desinteresada, i:itcligente y leal! Se
necesi ta er.toncEs tomenzar por arriba. ya que tenemos ms de un siglo fracasar.
hemos estado censurando los abusos de los inferiores, pero sin atrevernos a ser.alar a los
verdaderos grandes culpabl es de nuestro des2stre naciona!. Comenzaremos exigiendo del
Presider.te de 12 Rep bl ica lo que no han podido ni pueden dar los inferiores no 10
vean hecho regla en ei de arriba; e:djamos del Presid2nte no s61o el respeto de, ley. cun letra
1nism1 tantas vect:s se ha falseado, $ino tambin el res peto Je todas ayuellas n0rm;; s sin las
cuales no es posible la vida civilizada.
Ampliaremos la ley responsabilidades, de tal sue'1:e quP un Presi drnte se
a firmar una orden de ejecucin sera encau>ado al dia siguinte y expues to a perder ei n1ando
mediante I" aplica:ir. del referndum, !in perjuicio del cast:go de su delito. Se ne:esita
tambi n para limpiar toda !a ieriomirna ce los Glcimos ti empo' escabiecer el er uivalentE del
j11i cio de residencia, la cblig:1cin impuest:i :i l Presidente de dar cuentas Jel importe de s11 s
biene1 antes y desp11s dPI e,empeo ce cargo, con pena de lOnfiscacin en caso d
ocul taciones, tal y como 10 habfo aprob:ido en la Asamblea. Se necesita o
suprimir todos los poder2s po:ticos de! Presidente, pern sin quitarle sus facultades de
administracin; 11 contr;;rio, es menester que el Municipio reaparezca donde ha si do suprimido
y ohtenga en cada cas0 todas aquellas que son necesarias para el desempeo su
misin, todas aguellas medidas que, cerno revoCJcin, gar;,ntizan su responsabi lidad. ti
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sisterna de eleccin proporcional que reromienda el programa de esta Convencin podr:!.
desde luego, api1carse a las cuestiones municipales para @e desde all se vaya desarroll ando el
sistema hasta iiegar a la situacin propia de las scciedades civilizadas, que ya no atropell an los
intereses ni las opiniones de las minoras. Hasta ;ihora ha fracasado el Municipio slo porque
en realidad :io lo ha habido: la regla ha sido deponer a los electos para sustituirlos con los
incondicionales.
No slo el Municipio, tambin la constitucin de l;:s Cmaras legislativas padeci bajo la
ltima ;acha de despotismo. As, pues, ser necesario que la; re:obren no slo el
nmero de miembros que la ley constitucional les ser.alaba; tambin los poderes pl enos que les
otorgaba la benemrita Constitucin de 1857, revocada por les servidores de la tirana;
revocada con el obeto de consolidar todas estas oscum dictaduras cuyos rastros todava
pesan sobre la patria con peso de malnicin.
Los atropellos cometidos rnntra el Poder Judicial, siervo prirnerc de la poltica de faccin,
desarrol lada en las Cmaras, y siervo ahora de nombramientos presidenciale1, debern ser
reparados. El Poder Judicial, que en ciertos breves momentos de nuestra historia ha podido
llegzr a la ms alta majesta_d: deber ser iiberado; deber ser creado como el triunfo de la
Reforma mediante la elewon popular de ;ueces y magistrados. De esta manera la Corte
quedar_ integrada y no por pers.on<ijes ms o menos estimables, pero blandos delante de las
impo
5
ic1ones gubernamentales, sino con algunos de aquellos varones que nunca han faltado en
la provincic o el centro; voluntades rectas QUE prefieren la oscuridad al brillo falso de la
librea de los cortesanos. Jue(es escogidos por la opinin pblica siempre sern mejores que los
mejores jueces elegidos por de los tres poderes, ya sea el Le)'.islativo, ya sea el
Ejecutivo. En este particular aconsejo por lo mismo un r2torno a la limpia teora constitucional
de Ja independencia de los poderes.
La nacionalizacin de nuestros recursos
Sentadas, conic ya lo habis hecho, :as normas ?ar2 la organizacin de la libertad en
nuestro ambiente, es indispensable que dediquemos arencin ilumada a la mane;a de
resolver los trcmencios problemas econmicos que a la acci6n No es exagerado
h
1
blar de amenaza cuando se que en los momentos actuales tenem0s en el
a una quinta parte de nuestros y hemos sido impotentes P'ra repatriar!os;
no es exagendo hablar Je desastre cu2ndo somo3 el pueblo !T's pobre de la Amrica, el que
menos consume, el que e,1 produce menos y el que en proporcir. se educo menos;
el pueblo menos feliz del Continenre, por no decir ei ms desventurado. Nu es exageracio
h:iblar d.: des:istre cua:ido se ve que los ms ambiciosos y ms 2 menudo tienen que
ir a empleos de gobierno, y esto porque el Gociern0 poco a poco ha ido destruyencio
la industria, el cornercio y ha ido matando cc.n sus sistemcs tocia ii1iciativa, toc!a
iroducci6r,. De esta suerte ios elemenws vigo1 osos pero ir.ipa:ientes se rebgian w el
presuouesto a medida que :as fuentes cie produccin se agotan o se No es
exagerado hablar de aesastre cuando poco a poco, y principalmente por Nrc.res trascendentales
de nuestra poltica, las riquezas todas del pas y las grandes empresas, ayer l1s mir.as, hoy las
cadas de agua y cada vez !as finca' r,ticJs, pasa a m3nos de extranjeros; no es exagerado
hablar de de,ame cu an:Jc ya no c!ispon<>mos del r.ianejo de nuestra produccin n: del control
_______ .____,,... ____ _
rl e nuesta econom:a: ne: es ex:1 gerado que !as !eyes y las den dl Ejec:.:tivo teda
de fa cilidades para que administ re ios comunes. p<ira que impuise ia expivlJci n de ias
riquezas naciolaies, par; que fadite y perfecci one !os servicio; pblicos, para que eduque y
y para que infunda (l liei1tos de progesv a toda esta raza nuest1 7 decaida, pero
anhelante. Se necesita exigir que las presidentes sean ;;andes administradores , creadores y
?N eso debe e; cogrsel es a de capacidad y de honestidad. El arquitecto del
desarrollo naci cn'1 tal debiera ser ei ttJ io supremo del mandatario. Existiendo por lo mismo
la necesidad ri e margar"' Presidente amp!;os podere' administrativos. pero con responsabil idades
precisas y severas, tenemos que reconocer, e consecuencia. la importancia fundarnentai de
limi nr e! pl azo de! mando sin excepci" de personas. Par ese hemos siJo, somos y seremos
antirreeleccionistas, y seguirenios luchando por rb tituir este sagrado principio de :iuestra carta
fundamental. Oira de las reparaciones que debemos a ia Revolucin es el restablecimiento de
la autonoma naCional, brbarament e mutilada en el !timo ::-:tente de tirana vitalicia. No slo
es importante ortalPcer :a institucin mulicipal. base eterna de las libertades pblicas y asiento
de todas las verdaderas democracias. que la situacin de nuestra patria exige que
gradualmente desaparezcan todas e>as ficciones de soberan: loca!: estados inde.pendientes
que sio origi nan estorbos para la unidad nacional, gabelas para las comunicaciones, gastos
intiles y anarqua poltica. En sustitucin de esto abogo por la Repblica libre y soherana con
soberar.a de cada regin y de cada individuo; la Repblica de Municipios independientes y
confeJerados; el Municipio, clula de una sobErana poltica, dentro del vasto organismo de la
patria continental hispano-americana. De todas ya sea para preparar este
advenimiento o simplemente para garanta de los pbiicos, ser menester afirmar
nos estamos colocando er. una condicin de dependencia financiera peor an que la de una
zom conquistada. Siquiera en las colonias est reglamentada la explotacin y son menores los
gastos de representacin; se suprime por el aparato de la soberana. Nuestro desastre es
ms dispendioso y nos arrastra a una dependencia disimulada y sin respnsabilidade.s. La
sin restricciones. Al menos la colonia tiene el derecho de hacerse or er. los
parlamentos del lmpe.rio, pero nosotros sometidos gradualmente, sometidos en complicidad
:on tantos de :os nues:ros que nos han impuesto paccos t concesiones; ya nues'.ra
parece irremediable. Vctimas ce una depenJenda pedida, reconocida, pagada; sumisin sin
gloria, no tiene nombre, lo que se ha estado haciend0 y b s61o pod1 contcner>e si en
suprerno y ltimc; esfuerzo el pueblo mexicano rec::ibra su soberana interior, dndonus
gobierno propio, gobierno verdadero, conforme al sufragio, a fin de que, apoyado en el sufragi0
y en la opin!6n, no :en;a que ir a consuitar asuntos en los b1Jfe:es del exw.o. Por
de ironto. y con Id mira de 2nde;ezar la ruta de una raza que ha estado entregando sus
rernrsos, derrochando sus tesoros, e; prec abordar el probiema econmico, ya no s61o
como esiuerzo de reivindicacin y de justicia, sino tambin y de reo;ganizacin
y de eficacia. La aptitud hemos neg1d::i y perseguido, a tal punto que h
1
Jbo 1Jna poca de
bochorno en ::ue se arrojaron de las oficinas p1blicas " los peritos mexicanos slo porq1Je
hab an pertenecido a una administncin anterior para ccn pe;itos ext>anjeros, la
aptit1Jd negada ayer debe entrar aho;a al poder, aptiturl quP, por presupone
hor,estidod, pues 1erdaderamer.te no se saLer sin ser probo. La apt itud entonces. la ms
elemental de las cap1cidades, nos hace ver que. la y el empleo de ios medios de
pmduccin. el aprovechamienw de las riq11ezas naturales y la reorgar.izacin de la eco11om <:
nacional no deben quedar colfiados al azar o al capricho o al medro personales. si no que han
de ajustarse a un programa claro de nacionalizacin. Una ce las orientaciones fundamentales de
ese programa ha de consistir en prncurar que el Escado explote y control e o admini stre y dirija
basta donde sea p0sible todas fuentes de produccin. Los medios de producci n y las
- - bU
riquezas naturales ;o dei:;::>n ser monopoiio de imeres<s privados: deben pasar grJdualmentc a
la admin
1
stra.;: in y dei E$tadc. !'le es j!J5 to ri es ?J.tritic0 t')!erJr que !os
medios de transp.rtt y de comunicacin. como ferroczrriles y telgraios. vuelvan a :a
explotaci0n privada; [a:npoco j!..!sto qu':, p0r nuestr2s reservas pttrc!fens sean
objeto de concesiones owrg2das a intermediarios y fa.'oritos; al contrario, la administracin de
esas reservas deber hacerse, como ,e ha hecho en la Argentina. mediante la creacin de
empresas o autnomas en su administncin, pero sujetas al Estado en sus
programas de accin y en I;; aplicacin de sus beneficios. Se debern reservar tambin las
i-iquezas hidroeictric.o.s para aprovechamiento nacional, cuidando de no ororgar ms
concesioces a parti(ulares /' de ccnstrvar para el Est;;do los sistemas de mterconexin de las
de las divesas
La minera
La minera, que gracias a la in2ptitud dt: nuestra tcnica financiera y a la
accin de regmenes y de leyes torpes -que ni siquiera e! trabljo de g2mbusinos dejan a los
mexicanos- est,; ahora en manos de intereses sin arr2igo en el pas y que no rinden otra
utilidad que la de impuestos y salarios, Cando debe ser !a minera, y siempre lo fue, uno de los
ms importantes recursos nativos.
Los ferrocarriles
Los Ferrocarriles, ll amados Nacionales,. aunque la Nacin deba por ellos. aparee lo que
ya ha pagado, ms de lo que costara hacerlo,, debern ser obieto de un arreglo justo de la
deuda y de una revisin cuid<idosa de tarifas y una administracin tcnica, libre de burocracia
y de taras polticas. L;;s tarifas debern ser refnrmacias para que los lleguen a ser
desde el punco de vistl econmico, c0mo :o son y2 er cuanto_a su personal de operaLin,
verdaJer<tmentE nac1onalE:s por no estar sujetos a la :imenaza de las hipotecas y por sHvir
eficazmente a l;i dist ri bucir. de nuestros oroductos, en 1ti de servir slo de r.iecio de
penetracin para productos extranjeros de
El crdito
La organizacin del crdito y de! rgifl1tn financiero tender a rompe; ia tradicin agio
y de compadrai.go de las instituciones bancarias, exigiendo (Urnpl idamente la inversin de toda
reserva dentro del y en reproductivos, fomentando la creacin de un mercado de
vaiores mexicanos, integrando arr.1nicamente el sistema nacional y orivado. de institucior.es de
crdito orientado al trabajo de ests instituciones para que si,va, como es debido. al fomento
. <le y no al meciro de unos culntos. De esta suerte nuestras instituciones dE
crdito dej1rn de ser de extraccin de capitai mexica110, logr aran mantener un
rgimen monetario estable y elstico contrario a la y el coyotaje, con las
iluctuaciones de la moneda nacronal.
_;::o asean:
.....
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El problema agrar:o
La posesin y el aprovechamiento de la tierra merecen captulo e.special, porque el
pr0bl em:i dei camp es uno de los ms Eraves pcob!cmJs morales y econc'imicos de Mxico. El
campo no produ"ce siquiera para sat ;sfacer las necesidades alimenticias r.1nima 1 del
pas. Y la poblacin rural vive en la miseria y en ia ignorancia ms crueles. Toda nuestra simpata
se inclina er. favor del c.ue necesita ti erra para crearse un patrimonio, pero es evidente que
todos los propietarios grandes o pequeos deben pagar al Estado el precio por el u;o de la
tierra.
Tambin es menester que la tierra sea distri buida just;ciera )' econmicamenLe. Para
lograrlo ser preciso contir1uar la dotacin ejidal donde sea necesario hacerlo o apl icar un
sistema de fraccionamiemo y parcelacin donde el ejido no satisfaga las necesidades existentes
o donde las tradiciones, los usos, las posibil idades econmicas de la regir, hagan el ejido int il ,
incosteable o estorboso para el mejor aprovechamiento de la tierra y para su ms justa
distribucin. Y no debeme>s tolera.r cue de esta tarea se haga capital pcltico y, me;ios an, que
se fu ente de especulacin para lderes, comits o funcionarios. La mer<: distribucin de la
tierra no es una solucin del probl2ma del campo. Hay que orgar.izar adems a los agricultores
a fin de que su esfuerzo -que aisl ado se perdera oara mismos y para la Nacin- no sea
intn, a fin de que puedan realizar todas las empresas que individualme11te no podran
acometer, como mejoras colectivas a la tierra, compra y empleo de maquinaria agrcol a,
construccin de tallere' y plantas de empaque o industrializacin de los produ(tos,
apertUI a y fcil acceso a los mercados de constimo. En gE:neral, organizacin que les permita
obtener todas ias ventajas que proporcionan los sistemas modernos de trabajo en grande
escala.
A la organizacin hay que oadir el crdito, porque la t1eri-a y el trabajo sin aperos, sin av o,
sin refacciones no bastaran a resolver el problema agrario. Crdito fcil y barato pJra la
agricultura es un punto 2sencial de la paltica agraria. Pero el dinero de la comunidad, el
oto,.gado poi los bancos e institucicnes e: Gobierno tenga r.c debe ser patrimonio de unos
cuantos ni es lcito que sirva a quiEnes, por 1u mejo,. posicin e(onmica, con;eguir
prstamos er. otras instituciones. Por esta razn el agrcola que otorguen los bancos
resrettivos Gobierno deber ser repartido entre ei may:ir nmero posible, iimitndose el
importe e.Je los prst>.nro;, rni cnuas no haya scbr2ntes, 2 las nec2sarias par: les
gas\os de cultivo y de y para la vida dei agriccltor, en tanto ;e venJe,1 los frutes. El
crdito a lds con,uni'.laces org1n:zada' y a las C:e las sumas
que necesiten para dar el ;wio a la refaccin a sus Miembros en ia proporcin dicha, )' las
cantidades indispens:ib!es para la compra de aperos y maquin;:ria de uso comn, para la
construccin de imta:ac:oncs, graneros o para ouos propsitos semejantes de
colctivo. En caso 1e e:nplearn los fondos de es:os bantos, en cc ncedu
ud1tos a polticos o ? altcs funcior.1rios.
El Gobierno. como pme de su responsabilidad, tiene el Jeber de proporcionar los
;er1icios colectivos y de divulgar los mtodas cier.tf:cos y moder,1os de trabajo que la
agriwltura para su
Para poder rdizar con propsito consti uctivo y no meramente poltico la c;irra de
redi stribui r .1dccuada y justamente la ricrra. as com'.l para logi';ir les c;ipitales a:
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desarroilo del plan de organizacin y de crdito agrcola ames expuStos, ser preciso fund ar
sobre bases mercantiles y tcnicas la emisin de bonos de ur.a deuda especial que no slo sirva
para cubrir un expediente, para favorecer con indemnizaciones a unos cuantos o fomentar
ur.a especulaci;i anLimexicana, vende a doce centavos los bonos que Mxico deber pagar
a un peso, sino creando un verdadero valor estable y firme en los mercados, garantizando con
ia paz en los campos y con el desarrollo de la produccin agricola. Bonos emitidos por el
conjunto de las mismas organizaciones agrcolas y garantizados eficazmente por las
instituciones nacionales de crdito agricola por el conjunto de las propiedades rsticas que
tiene el Estado y por el Gobierno mismo. Bonos cuyo importe sP aplique rigurosa y
metdicamente a red imir el valor justo de las tierras expropiadas o fraccionadas, a cubrir !Js
necesidades de avo y de refaccin de los agricultores mexicanos Y a realizar, cuando sea
posible hacerlo, las obras generales necesarias para el mejoramiento de la tierra y de la
produccin. Bonos cuyo respaldo ms eficaz ser la buena y honesta inversin de su monto en
fines reproductivos.
El trabajo
Lo mismo que el del campo. el problema del trabajo, por su calidad humana,
demanda una urgente resolucin. Adems de mantener y h2cer eficaces las ventajas materi3ies
ya logradas y las dems que consagra el artculo i 23 constitucional, es preciso adoptar. desde
luego, medios tales como la federacin de la ley del trabajo. tanto para hacer generales los
beneficios obtenidos por los trabajadores como para evitar los graves que se originan de
legislaciones ais ladas y parciales que forr,er,tan 11 cor.ipetencia y cestruyen la uniciad
econmica del pais. A: dicta; la L2y Federal de! Traba jo debern tenerse en cuenta, por
supuesto, las diferencias locales, pero no para mantenerlas estacionarias, sino para superarlas.
llrge tambi n dictar 11 1.ey de Prcfesional que defir.itivamcnte incorpore 1
11uestrJ estructura social y jur;dica el traajo organiz<:do, a los sindicatos y;, las de!T's
organizaciones de las corruptel1s y aou10s del lidErismo poltico y de los de una
organizacin contingente e irresponsable, y dndole la estabi!ida afirme y garantice
fuerza.
Precisa librar de esas co;-runtelas v abusos a las !untas de Conciliacin y
;\rbitr:ije, naciendo er. su int2gracin y en funcionamier.tc, no intervengan factores
pol;.ico: y garar.tizar1do la e1ecuwria su: dcrnione: .
Tambin urge crear B".>lss de Trabajo que organicen co11 criteri0 social la dimibucion
esfue 'zo obrero. previendo y evitando crisis y conflictos.
f-inalmentc, corno captu!o especial, por su grln trasc2ndencia, hay que dedicar empeo
preerente 2 la preven:in y :a previ,in sociales, :i fin de Jar a tcdos O$
que trabajan econmica para el! os y los crando una institucir, nacional de
scgu:o que cubra en lo posible todos l0s riesgos isiccs o ecormicos agotan !a capacidad
adquisitiva del t;abajad0; o la vuelver. irsuficiente para cubrir sus necesidades vitales.
--. -
Los gravmenes 'iscaies -im;uestos, recargos. multas- pesan enormemente 'obre la
economb nacional. Son desproporrionados, se repiten y multiplican ,obre ias uent es,
recaen especialmente sobre los grupos menos capacitados, dan lugar, por su complicacin y
por su diversidad, a se rompa la unidad la Nacin y a que exista una maffia
burocrtica que roba al Erar:-v y a los contribuyences, constituyendo a veces u11a carga ms
pesada que el impuesto mismo.
Es ur:nte reformar esta situacin adcpta:-:dc !as siguientes bases
'
a) Hay que fijar !a competencia fiscal de la Federacin. de los Estados y de los
Municipios, reservando a los Jos ltimos la tributacin sobre todas ias iuentes iocaies, como
el impuesto fundamental 5obre la. tierra; enccr;cnC::lndc a b !a rributac!6n sobre as
fuentes generales, como los impuestos sobre produccin. sobre circulacin y sobre la renta,
segurando a los Municipios y a los Estados la participacin conveniente y debida en los
productos de rentas fiscales.
b) En la creacin o conservacin de impuestos deber tenerse en cuen\a, aparte del fin
econmico, la funcin social del impuesto, a fin de usar de l como de un meciio eficacsimo
para lograr reformas sin acudir a intervenciones violentas y ruinosas.
c) La carga del impuesto debe ser distribuida con equidad para de ella a los ms
dbiles econmicamente. A este fin, aparte de excptuar del impuesto directo a quienes
carezcan de verdadero capital e de una renta mayor de 2.00 dlares, hay que te11der en lo
la supresin de les impuestos indirectos de consumo, suprimiendo, desde luego, todo
impuesto del cimbre sobre compravr.nta.
d) Los recargos y multas que 2hora exi1ten so;i despr0porcionados y confiscatorios;
slo sirven para alentar el coyotaje y el fraude y constituye, una cor.stante amenaza para el
contribuyente. Es precio reducirlos a proporciones equitativas y eliminar de su imposicin la
posibilidad y el inters de componend;is que corrompen a los funcionarios y gravan ia economa
$in beneficio cclectivo alguno.
e) La ormacir. <le un sistema fiscal armonizado y uniforme en la Repblica, la
concepcin tcnica de las ieFs f:scales y la simplificacin y buena organizacin d h
recaudacin y del empleo de los impuestos permitirn qu2, sin aumento de contribuciones y
antes wn la s"presin de m"chas gabehs, los ing.esos de los Municip:os. de los Estados y de
la Feder2c:n crezcan considerablemente, liliranJo a la vez nuestra econcma de una e las
mayores trabas que ahora se a su desarrollo.
La deuda exterior
Mxico necesita restablecer su crdito internacional organizar la vida econmica en
el :ntenor del pas. Al efecto se hacer ur. reajuste de la Deuda Pblica, de acurdo
con los acreedores. pero sobre la bast de aceptar sino aquello que con la
prudencia pueda ofrecerse con a los acreedores, sin ccrrer el rie;go -tan
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perjudicial para Mxico- a air a ios arreglos que se nagan, sin sacriiicar ninguno
de los gas tos pblicos neces1rios p1ra b vida y el adcla;;to dei pas. y consagrando slo al
si: rvicio d la Deud2 e! importe de ias partidas que un Go biernu ve rdaderameri te por
se; r popular, pueda e!iminar de su presupuesto por injustiicadas o innece'sarias, y e! importe de
los incremento> que una de paz y organizacin aportar al Presupuesto
de Ingresos. La Deud" Agraria ser ajustada en los trminos del inciso correspondiente
de este captulo.
Ninguna deuda nueva det-e crearse a cargo del Erario mientras no est hecho el ajuste de
la Deuda Pblica existente, mien trz;:; no se tenga la certeza de que el Erario tendr sobrantes
i;1ra hacer frente a ias deudas nuevas que se contraigan sin imponer nuevos gravmenes al pcs
y sln menoscabar !as partldas afectas a !a De:Jda y<.. existente y mientras, sobre todo. no se
tenga la plena seguridad de que el producto de cualquier emprsti:o podr ser dedicado a fines
reproductivos y manejado con honestidad aosofuta. -
En tocio lo posible, deber procurarse la formacin dtntro de la de las
capitalizaciones necesarias para el desarrollo de todos los proyectos de accin econmica que
se tengan, y a este fin ser menester crear y fomenar el uso de los medios que la economa
proporciona para movilizar las riquezas fijas y para concentrar y aprovechar !os capitales
dispersos intiles.
Ei mi:itar
Rel acionado, por una parte, con el problema de nuestra economa, y. por otra, con el
problema educativo de la Nacin, est el caso del Ejrcito. F.s indudable que tan pronto como
alcance una situacin normal ser menester reducir sus gastos y ce todas mar.eras conviene
depurar y ennoblecer su personal. Por de pronto, y a fin de no causar perjYicios a las personas
que hoy ,e en servicio activ0, ser menester oper3r una transformacin de la tarea
del soldado hacindoio pasar del estado al estado de paz o, lo que es lo mismo,
para la defensa, a la vez que :;us energas se aprovechan en la tarea de reconstruir
a! pas. La tendencia fundamental de la democracia es r.acer del soldado el equivalente del
ciudadano; por io mismo no soy par.:idario de que se le lim:te11 los derechos po!ticos, ni de
se le restrinja el voto l<:s eleccionPs. Al cor.uario, con:idero indispernole que se rompa ese
espritu de casta medinte ia mcorporacir. el F.jrcico de recios el<.mentoi
deseen de una marer"a accidental pero patritica el conocimiento de t,nica
de las arrnas. El Ejrcito actual, compuesto en su gran !Tlayora de revolucbnrios que
abando11aron la vida privada par? combatir por el sufrazio, 11 no r"ecleccin, el respeto 3 h
vid:i humana y el mejoramiento de los hum;jdes, el Ejrcito, que e;i gran rarte cor.serv3 tovia
este espritu revol ucionario, tiene que ser nuestro mejor auxiliar en la empresa de salvar tanto
las escasas materiales de !a Revolucin c::imo la !deologa entera e h misma.
Ur, Ej rcito de est nacuraleza no podr en instrumento de imposicin ni de
compadrngo:; polticos y s estar del lado del pueblo, oi el pueblo sabe manifostar rn voluntad
1in vacilaciones. el Ejrcito un gra;i peligro en los cas0s Je desorientacrr. poltica,
pero se vuelve el mejor auxiliar de las aspiraciones populares cuando estas cri:;talizan en un
?rograma y en una persona gencralmeme rewnocida y acP ptadd. Lejos de serotir entonces el
menor recelo por lo hacz al Ejrcito r ronfomos en qu e seeuir desempeando la
55
tarea patritica de garantizar el voto y confiamos tambin en del seno mismo del
Ejrcito, habr5n rle salir los hombres de e;ierga y patriolismo que se aprestarn a ayudar al
nuevo gobierno de la Repblica para hacer esa transformacin <le la guerra a la paz, Je la
demuccin a la creacin. de que hablaba hace unus instantes. La mejor solucin que se puee .
'.Jar al problema del soldado en los tiempos de paz es asignarle una tarea equivalente en
herosmo, a los sacrificios que demanda la guerra. y en este sentido nadie mejor que ios jefes
capaces, los oficiales arrojados y la uopa valerosa, ninguno mejor que el!os para emprender
esta lucha contra el medio, que es uno de nuestros mayores obstculos. Con brigada1 de
soldados y de ingenieros emprenderemos la tarea de abrir brech2 en las selvas del trpico; con
ingenieros y soldados construiremos los puentes r n las quebradas del altiplano; c0n soldad0s.
se podn desarrollar cuitivos, tal como .ya se ha hecho en algur.as zonas por medio de los
colegios mi!itare1; con soldados podramos acometer tantas otr3s empresas como estn
pendientes desde hace tiempo en nuestro suelo. De esta suerte un Ejrcito ocupado ser la
mejor garanta de la estal:ilidaci de los gobiernos y adquirir tambin las mejores dotes de
preparacin para la guerra, ya que sta se vuelve ms y ms preparacin tcnica y dominio de
las fuerzas de la naturaleza. Un Ejrcito as transformado sera al mismo tiempo el mejor
auxiliar de la tarea educacional en nuestra patria. El intercambio de conocimientos entre El
c.ficial que adiestra el cuerpo en ejercicios marciales y el profesor que adiestra la mente para
que sepa conducir el cuerpo. ha sido siempre gran escuela de accin. La conmuccin de
cuarteles-escuetas permitira el gradual emblecimiento del servicio militar obligatorio, a la vez
que prolongara la accin educativa del Estado hasta la generacin adulta. La mezcla de clases
y de profesiones y oficios un Ejrcito de esta naturaleza, contribuira pcde,osamente a la
unidad social y una sola genera::in de esta clase cie soldados bastara para abrir era nueva
en nuewa historia fa:igada de viclencia, deshonrada por la ai'bitrariedad.
El prcblema educativo
Con relacin al probiEma de la educaci;i del pueblo mexicano, creo que habeis estado
acertados en la defilici11 del programa; ade!lls, por encima Je !as teoras, es ::lamando la
necesidad de hombres de burna fe que acomenn la empresa educativa y recursos,
grandes recursos ara que r.o quede estrH o ineficaz la accin de los maestros. Slo una
honesta. slo el arreglo prudente del ecor,rnico, del problema
poltico, podrn darnos ta tranquilidad y las riquezas que son r1ecesarias llevar adelante una
labor educativa verdaderamente felunda. Por ahon el esastre e> ei :ns Frofu11rio q1Je
imagina1sc pudiera y r10 hay -=xageracin al decir q1Je somos el pueb!o ms 2trasado del Nuevo
Mundo en materia de atencin educativa Tanto se ha destruido, que la tendr
que 1er lenta y tambin de las pecur.iari<is JEI nuevo gobierno; pero a
fin de que se vea hasta q11 p"nto es urgente (()nstituir el gobierne desde las races,
bastar: con refl exionar q11e el 80 por 100 de la poblacin en los Estados Unidos, el pas con
el c"al for!osamente ter.ernos 1ue competir de una cultural. e! eo por ! 00 de la
poblacin amercana obtiene lO sio educacin prirr.aria. sino tambi11 secun<laria y tcnica,
tanto GUC r101otros apenas si lograrnos dar eduLacin ;irimaria al 'i.O por ! 00 o
quiz al 30 por 100 de nuestra poblacin. Ante esta JtHrorizadora dcsiguald::ci no qJcda sino
convencerse de la urgencia e11 que estarnos de cambiar radicalmente de gobi erno en cuanto a
sistema y en cuanrn a gentes; lo contrario, la e;claviud e.n que fa talmente aen las razas
ignorantes srr la r,ic:i herencia podrfo os l'ijos.
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r-inai
La creacin de un valor humano comnmente aceptado, la creacin de un valor ideal que
una las voluntades sintetice las aspiraciones nac:onal es, es probablemente la ms urgente de
las necesidade de nuestra raza. Y as debe;emos ver la poltica en es tos ins tantes, no slo
como voluntad que disputa los puestos de Gobierno a una faccin desprestigiada, sino como
accin integral, que trata de organizar el destino entero de un pueblo amenazado muerte.
Para una tarea de esta magnit ud es claro que no bastan, con todo 1u herosmo, los miembros
de un part ido, y eso a pesar de que aqu nos hemos esforzado en crear un ;iartido grande y
generoso, un pa;tido nuevo y total; tan grande es la tarea que no bastan los esfuerzos de la
mayora, es necesario tambin estaclecer. por lo menos, una especie de tcito entendimiento
con las minoras y aun co11 los rivales honrados. La base de este crec:miento es la conviccin
que queremos llevar a todas las conciencias de si no se cambi an las prcticas de nuestra
vida pblica condenados a la prdida total de la sobe1 and. Si er. esta eleccin unos y
otros no sabemos perdonar, si en esta eleccin triunfan la violencia o el fraude, sacrificanse las
esperanzas del pueblo mexic ano; ya para la prxima probablemente no tendr fu erzas ni la
oposicin ni el Gobierno para crear un candidato. La prx:ma eleccin, si ahcra pierde el
pueblo, no ser una mera frmula para que tome la ap<1 riencia del mando la persona ms
bienquista con el Gobierno norteamericano, estilo Nicaragua. Al lado de cualquiera de estos
Chamorros se agruparan los rufianes y nadie volver a osar enfrentarse a los poderes reinantes.
En :ambio, el triunfo del pueblo mexicano en esta ocas in dejar confirmado el hecho de que
Mxico sabe darse por cuenta propia sus gobernantes. Est de por medio el destino de la
Nacin y esta enorme responsabilidad es precisamente la yue me obliga a considerar de um
manera espedal situacin y a pedir el concurso de todos los patriotas para resol1erla.
A.gradezco profundamente, en primer lugar, a todcs y cada uno de ustedes, valientes
deleg;;dos, y agradezco a las multitudes que bs respaldan el singular honor que me han
codiadc des ignndo:ne Si.I po;taenandarte. Pero acepto f: sla ;;ltisima honra sin ufana y
conve ncido de que ne tenemos el derecho de excl11i r a nadie de nuestra tare<. por lo mis1110
que no se trata de una tarea de oartido, si110 del esfu erzc todJ una nz2 emprende pa;a
salvarse. Ante esta siti.l a: in. siento la necesidad de la concord:a entre los mexicanos y pienso
que debemos colocarnos a tal altura que aun en nuestros ms encor.ados opmitores veamos
elementos aprovechables, eiementos indispensables parJ el desarroilo nacional. Siento que la
r;;za entera es corta en nmero y pobre en retUr1os, d2d2 la tarea defer.siva que nos e>t
obiigar.do el destino, por lo mismo, porc;ue a :a vis ta esta nuf:s'n :iccin dP
Lon1unto, r10 ccncioo que el mexicano pueda eduir, condenar o per1eguir al
Sin duda contribue a esce de nir.io ll circur.s'.ancia de que propiamente ro tengo
ene111igos pe1sonalcs, dado qi.le a la mayor parte de mis polticos no los conozco
ni siq1Ji era de vista; pero como s que no tienen razn par;i oponerse a nuestro movimiento,
a veces me imagino que acercarse a nosotros. r.o porque podamos causarles ni11glin
da o, sine porque reonen ser ccnvenci<lcs. '.;in perjuicio de que, llevcio el ca;o y si a ello nos
las circ11nstanci;;s, procuraren1os ll eza, sin alarde a todos los extremos, hagamos
tambin l:i declaracin de que no un;i carea creadora, sin que el ella col;iboren
segn puesto que les toque, y rivales, nacionales y extranjeros, tocios los que estn
en condiioncs de aportar trabajo o de aportar ideal. Hagamos que gradualmente se aplaquen
los odios y se @ifiq L
1
e el criteri o delante de la wabnci1a de la opinin. Confiemos en que la
opinin, al mJnifes tarse, ll egar a c;ear d fu erza de que ya no ser neces.1rio
1'!!1- -
67
que nadie piense en sol tar de nuevo ias f'Jerzas de 2..._yiolerK!v.. Cs .::erto que en ia actuaiiciad
la mayora de los dipuados reC':>rre los dimitos en indebida propaganda clew:;rai para
favorecer una candidatura y manchada de sangre desde ei instante de su apa:lcin,
pero no es posible concebir que ms de un centenar de hombres va a permanecer sordo al
clamor nacional ni va a obstinarse en contrariar la voiunta<l popular. Al contrario, es muy
probable que la mayor1a de los diputados, despus de !iaber id a sus distritos :i convencer a
los votantes , regresen a la capital convencidos de que su deber es otorgar legalidad a la
voluntad de sus comitentes. El secreto de !a paz est en LJ eleccin libre, est en el hecho de
que nos res olvemos todos a cbrar conforme a nuestra conciencia. P:ir lo prontu, y ratificando
mi proteSc<l de cumplir todos y cada uno de los que me habis impuesto en esca
historica asamblea y Conv:ncin de Partidos independientes, me comprometo de la manera
ms s_olemne a poner al se7"vici o de la causa de redencin nacional ene:-gias toda:;; me
comprometo a provocar el destino. si es necesario, para que produzca el advenimiento de
Era mejor; para ia creacin de un Mxico rico de personalidad, generoso' en la accin y en el
ideal esplndido.
Pensamiento hispanoamericanista
l. Hispanoamericanimo y
. . . '""""
panamer1camsmo r'J
Llamaremos bolivarismo ai ideai hispanoameriono de crear una federacin con todos los
pueblos de cultura espaola. Llamaremos monrosmo al ideal anglosajn de incorporar las
veinte naciones hispnic:is al imperio nrdico mediante la poltica del panamericanisrno.
Bolvar tom la iniciativa de crP.acin 1e un organismo para eso
convoc el Congreso de Panam. Sin embargo, no estaban sus ideas muy claras desde que se
acept la presencia en el Congreso de delevJos de Norteamrica, y an se habl de una vaga
unin entre todos los pases de rgimen republicano del mundo, contrapeso de la Santa
Alianza,. refugio de todos los monrquicos. La idea de raza no pesaba en una poca en que la
ir1tromisi6n del ingl s haba reempl azado la ir.fluencia cel espaol La cnmJnidad de
idioma no despertaba entusiasmo, porGue no se vi:a 13 amenan no era toda va el ingls
idioma mundial de conquista. Y, por kimo, el probiema reiigioso an no surga, porc;ue todas
la; constituciones de los pases nuevos hoban garantizado sus privilegios " la catlica. Nadie
previ !a a;echanza de los misior.eros del protestantismo, sembradores de la discordia entre
cristianos, desde que invaden nuestros pase>, habiendo Asia y en Afri:a tanto pueblo que
esultaria benefid;ido con cuJlquierJ de los ?.spectos del
Ningun hombre de la poca pudo ver ciare en los problemas que creaba una
que en reaiidad no era obra nuestra exdusiva, sino re>uitado de una crisis europea;
consecuencia de la derrota de fapaJ, en la pennsula, no slo en A1r.rk:i, v o!lra asociada de
(') Parte de !lo/ivammo y Mcnrosmo. obr. de
Vaswncelos 1ue se ubl ic poc primera vez en Santia&o de
Chile en 1934. En ella 'refleja su oposic: n a: impecialismo,
er. diversas form<i.s, ceritrad0 en el movimiento
T e>.tos satados de :a 3: ed:ciil, en
trella, S>ntiago de Chile, 1937, captulo l.
op1mdo l. ti, V y VI, p;i. 0.17 y 32-39.
72
lo ejrcitos patriotas y de las naves y Mayores de! mismo linpe io que. ia
11bpera, fu era nuestro enernigc enconado. Dei bdo G!spr!!.:o, !a co0fus!611 no pudo ser mayor.
En ca mbio, del lado ingls y norte'ame;icano, el pian era ciaro y perfecto. Primero, Canning
hab'a e1.cluido a Espaa del Nuevo Mundo, lo teniendo marina mercante,
todo el tomercio pasab;;, ipso facto, !a mar;na Enseguida .A.dams, arrebatndole el
botn a Cannig, formul el tema: Amrica para !os ameri canos, pero bi en entendido que
st s-: 1uedaban di vididos grupos hermanos menores a carga exclusivo de un hermano
mayor, de regente.
No s qu opiniones tendria Bolva r sobre la cocLrina de Canning. En lo que conozco no
he hal!ado condenZicin, siquiea visin, Gel riesg d:: dej arla sin recusacin expresa. Y eso
que nadie_ como l tuvo vis in para intuir <f destino pa;cial de todos estos pueblos. Lo que me
parece probado, pero poco sabido es que el primer intento de asestar un golpe a la doctrina
del monrosmo se debe a Lucas Alamn, el mexicano ... Qu es eso?, va a exclamar un 9Q por
! 00 dE mis !ec:ores, y tiene Yo m;smo, rr .. la cla5.; letrada, vine a saber qui n
era en verdad Alamn slo en la madurez de mi elexin independiente. Anteriormente
Alam" era para m , como para la mayor a de mis compatriotas, un reaccionario casi traidor y
enemigo del pueblo: No en balde la escuela juarista, escuela panamericana, ha envenenado las
conciencias de la multitud durante todo este l2rgo periodo, de oscuridad y traicin maniiesta
o tcita.
Pero no adelantemos, no califiquemos, historiemos !os hechos en desnuda, brutal ,
vergonzosa desnudez.

Lucas .\lamn se llamaba ei Minicro de Relaciones rjel pri!ller de un seor que
se puso a s rnis1no el nombre estrambtico de "Guadalupe Victoria,,, Guadalupe en homenaje
a la patrona de Mxico, la Vi1gen del mismo nombre, y Victoria por lo victoria de b
lndeper.denci a. En Mxirn la independencia haba sido de;rotada; los rebeldes fusibdos, pero
vino a consumarse por un extrao golpe de Estado que, de no haber creado una patria, todos
llamaramos traici6n pura y de :a, feas. En efecto, sucedi que ur. buen da el ltimo Virrey,
O'donoj, obedeciendo instrucciones rle no s (Ul loeia, :lar.i a lturb:de. Mar.dab sce
fuerzas reaiistas y se haba distinguido por su odio contr, los insurgentes. Entre amb0s
proclamaron la independencia de Mxico, le crearon una bandera y para dar al complot
apariencia nacional incorpor2ron a sus huestes ei viejo guerrillero don Vicen'. e F.r.
seguida se O'donoj, pror.lamr.dose lturbidc emper2dor. Poco despus el cuartel que
10 haba creado lo ech abajo y comenz la serie de los caudillos y caudillejos. Sir1 embargo, por
el ao treinta y tres, en ei bagaje uno de estos jefos apareci un hom!ire de
conciencia rlara. Se llamaba Alamn. Lo primero que hizo, para ubicar a Mxico frente al
eYtuior, fue reanudar el esfu erzo roto Panam. Al efecto convoc el Congreso de
Tacubaa. No mencionan este !a> historias elementales de las esc11elas de
Hi spanoamrica. Y eso que se celebr con asistencia de representantes de cada n2cin
iberoamericana y lleg a conclusiones ya no si mpl emente ;omnticas, como los postulados de
Panam, sirio altamente novedo>as '! trascendentales. Esto, sin duda, lo perdi, pues ya rJesde
73
entonces el monrosmo se complaca con nuestra oratoria, pero desbarataba sin piedad
nues[ ra; acciones.
Lo importante para e! porvenir iberoamericano qued definido en el Congreso de
Tacubaya, pero tambin all misrr.o qued condenado. Lo ms importante q"e jams haya
hecho un estadista del continente fue la concertacin de una Liga Aduanera Iberoamericana,
que Alamn hizo aprobar por el congreso tacubayense. La firmaron unnimemente los
del egados, pese a la oposicin del Ministro rorteamericano y del Depar.: amento de Estado
Norteamericano. Estaba al frente de ste el clebre rival digno de la talla de Alamn.
Representaba a Adams el clebre Poinsett. Ar.teriormen1e haba ecorrido el
cominente informndose de nuestras miserias y localismos; saba que los caudillos favorecan
la disgregacin para mejor dominar sus feudos. Pese a todo, Alamn lograba usar para bien la
influencia que entonces ejerca Mxico en su calidad de pas, e! ms poderoso y culto de la
familia hispnica. Era necesario destruir a Alamn. El delegado de Adams prepar el golpe
oponindose a las resoluciones del Cor.gri!so.
No era justo, alegaba, dejar a los Estados Unidos fuera de ese conso"io econmico
creado por la Liga Aduanera hispanoamericana. Los Estados Unidos tambin eran repblica.
Este argumento bolivariano ya no pe> en el nimo de Alamn. El monrosmo, insistia Adams,
excluye a los europeos de las ventajas de Amrica, pero haba ayudado a los pases de Amrica;
por lo mismo ios Estados Unidos deban incorporarse a la Liga. Pero Alamn no tena ningn
compromiso con el monrosmo. No era ya de la generacin que se ali con Inglaterra para batir
a Espaa. Aiamn crea en la r2Za, crea en el idioma, cre;i en la comunidad religiosa. En suma,
Alan1n daba al bo!ivarisrno P.I contQnido que le estaba Y sin sobre;altcs liquidaba el
monroismo.
Con Alamn nacP. el hispanoamericanismo en cl ara y definida posicin frente al hibridismo
panamericanista.
Alanin convenci:'i a los deleg1dos de la Amrica sir, excepci11 votaron
plan. Aiamn ve ner en el Congreso a la luz de 12 discusin escl arP.cida. Pero Adarr.s, derratado,
no se conform. Ai servicio de Adams estaba Poinsett comenz a organizar en
las logiJs del rito anglosajn. Logias contr.:rias quiz de ias logi as que haban lrecho ia
independencial
Le cierto es que logias de Puinsetl al gobierno que serva Aiamn. Triunf
la prirnera revolucin <diueral y Alamn quec! exc!"ido ne solo del gobierr.o Je la opinin dei
p;;s, del corazr. de sus conciudadanos. Lo persigui el nuevo gobierno, lo C11umni la
oropaganda monroizante.
Y el panamericanismo se su primera vinoria mexicana.
!:I CJY con Abmn, para no levantarse ms en todo el siglo; no
obstante, uno que otro ir1tent ms o menos fal;ificulo. Por eso es que ni mis lectores, y ha;ta
hace poco; aos ni yo, quE ahcra hablo de 1 _ era Alamn.
Sabido es que tada ideal vict.:irioso fabri ca su santoral. en tanto que se crEa un
martirologio al ideal El hispaloamericJni smo se ha estado crea.ido bautims y
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mrtires en las generaciones del presente. Y se empieza a dar odo a Manuel Ugarte y a Rod
y hay mrtires ya populares como Sandin9, peru slo unos cuantos recuerdan el nombre de las
victimas de la primera poca del hispanoamericanismo. Nadie sabe en el sur qui n iue Alam:n,
es como nadie s1be en M xico qJin fue Monteagudo. Y si en Mxico Alamn, por su
persor.alidad extraordinaria, ha sido objeto de una sistemtica campaa de oprobio, a
Monteagudo en su propia patria se le tiene en olvido. Su doctrina carece de contactos con la
exportacin triguera, el fomento de las inversiones o la expansin de los frigorficos
yanquis.
En cambio, a diario en discursos y libros se nos pregunta. la fama de los
hroes bilinges o, por lo mer.os. anfibios en el patriotismo, los hroes del panamericanismo.
No necesitamos mencionar sus nombre;; no hay alto parlante mercenario ni periodismo de
gran tiraje que no repita sus nombres por todo el cont'nente.
Nos detendremos. sin embargo, en un personaje que, acaso sin saberlo, fue encarnacin
del pan1mericanismo auri antes de que ste precisara sus objetivos en Congresus t:
Instituciones. Es l para muchos la ms alta figura de la histori a me::icana y, adems,
Benemrito de no pocas Amricas Latinas .. del continente. Su busto ocuia sitio de honor en
el templo Panamericano de Washington y sus estatuas fueron mLlltipliCJdas. en su tierra natal,
por ley que manda colocar una en cada plaza pblica. Hablo de llenito Jurez. Ningn mexicano
alcanz jams notoriedad ms hizo ms dao a Mxico ni mayor confusin
cre er. Amrica. En sus manos el hach<. azteca consumando el sacrificic intil de
Maximili:rno. Sir. embargo, un coro de <ilabanzas pcrsi'.te en proclam<irlo gra1dc.
A jurez lo encont ramos en el centro de una epoicya angustiosa e11 I;; que el alma de
Mxico naufraga, pese al oropel de victoria con que se ha logrado reveHi rla. La hisrnriJ oficiai
nos dice que Fra11cia la imperi alim y Austria la del rancio abolengo, con el Papa detrs de la
escena, coludidos con mexicanos pret1::ndieron arrebatar ai pueblo C:e Mxico sus
libcrtade> y sus bienes. Entonces Berito numilde, pero frreo en el tesn,
enCJbez: su pueblo y lo con<:!ur.e a uno apoteosis de la usticia y e! derecho. Tal es todav:: la
versin Y en este credo nico nos hemos criado cuatro o cinco eeneraciones de
mexican0s. Y sir. el desame de la actual situacin mexi cana quizi nLlnca se habra lier.ho la luz
en la conciencia de Llnos cuantos mexcano1. Levantemos en esa luz, tan
encendid<1.
Ded:quemos palabras al mito de Jurez.
l'\ada importa que caso no ;ear r.iocho; lo; dispuestos a o:r la verdad hasta su trmino,
que los ci egue la ira, si n que l'Js venza ei
Corr,o iiber3Jes herr.os sido criados y como escribir.1os, pero sin compromiso
de secta o de opinin, sin ms compromiso que el de la verdad v el ;nters de nues trc
pueblo, en peligro, de uno a otro confn ele la hispana. '
Ahondemos en el doble leirmociv de la vida del 1'1uevo Mundo. Desde que nos
emancip;; mos de Espaa, el conflicto rlisimulado con p2lal:iras de traicin, o de e11gao, o de
ingenuidad, brutal en sus efecto1. His p3noar,e1 icanismo y panamericar,ismo:
- --- - - -------- -- - ' ----: ----
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boli vari sn1 0 y mon:-osmo. En to_rno a! rudo confcto se agotan y se desgarran las naciones de!
Nuevo Mundo.
Ya antes de Jurez y peco despus de la cada del que encarna Ai a:nn, habamos
tenido que padecer uno de esos auxiliares que las tuerzas del mal deparan a !as turbias
predestinadas al triunfo. Me refierQ_ :il truhn apodado Santa Ar.a,__ que, con su tirana
desaforada, su megalomana sanguinaria y sus_vicios de galiero feln, exasper a !os pueblos de
una nacin todava sin consolidar. A punto de que provinci:\s entem, como Texas, bendijeron
al nuevo conqu;stador que las li!Jraba de una administracin de torajidos""'i{ecuerdese el caso
de Zabala, el primer pan?.!)'leriqno a Houston para la Independencia de l exas, en
:ontubernio bilinge con el monrosmo de la conquista de T txas. Su resulta'1 o: la exrirpacin
de 1.a cultura mxico-espaola en Texas y fa pro!etarizacin de ios habitantes no sajones. Sin
panamericanizarse, Nue':o se vio absorbido, pero su poblacin, m:s unida y ms
patriota, pact con el invasor y le impuso el respeto de la lengua, el respeto de
la religir. catlica; nada de misiones metodistas entre los neomexica11os incorpordos-a ia
fuerza. Nada de. panamericanismo; hispe nismo fundamental, an en la derrota. El resultado ha
sido qu.e los mexicanos de Nuevo Mxico no slo :onservan algunas propiedades, sino
eligen y funcionarios de su misma raza y obtienen que las leyes y decretos se
publiquen para ellos en espaol, para los dems habitantes en ingls.
Salgamos de estos islotes de la marea continental y vo!vamos los ojos al caso Mxico, que
es molde y anticipacin de la tarea monroizadora del continente. En Mxico, Santa Ana haba
b racionalidad. Represent l entre nosctros lo que en b Argentina, lo gue
Francia en el Paraguay. Un seudor.acionalismo de mera arrogancia sin contenido gue
lo vivifigue. A nosotros Santa Ana nos cuesta la mitad del territorio y, lo que es peor, la
Reforma. A la Argentina, Rosas le cuesta no slo una pausa larga en su progreso, sino que
tambin la corriente extranjerizante, panamericar.izante, r.ionrosta que desarrollan, sin
advmir sus riesgos. hori1bres de capacidad tan eminente como el mismo Sarmiento. La leyenda
negra justificativa d la desespao!izaci;. encuer.m, en <:fecto, en Sarmiento un abanderado
que ell2 no se merece. La leyenda negra prepara el mar.goneo del mor.rtsmo, gue en el caso
de la Argentina es todava doctrina Cannir.g. O sea, la intromisin de lnglalerra en la 'lida
argentina por va de las ir.versiones capitaiistas y El amiespaolismo, ya que no hacerlo
por las armas, vencidas por los patriotas que encabezaba Liniers.
Sin la mora! de los ir.glem, ho figurara Liniers a: lado de San Martn. Ur.
patriotism0 " lo Liniers, en vez de fraccionaric e i11consc;ente de los c;:udill0s,
habra evitado que el se separara de la A,gentina y el ro de la Piata sera un.ro
.l..s como e't no se sabe bien si es o n::i es ir.gls. Por 1.o menos, sir. e! Uruguay no habrJ cua
peligro;a entre Bnsil y la Argentina; no hlbra ten:do sede el en e: sur. Serle
que, por e1emplo, la guerra comprometi la posicin autnoma de !a
Arger.tina, abrindo los uruguayos, al panamericanisrr.o.
Con un inclinado un poco ms al estilo Liniers no se habra sometido 1
Inglaterra ia cuesti6r. de lmites de la Tierra del Fuego y se habra evitado ese fallo, tpica
expresin de mala fe. que traza un lindero segn la geografa. pero estudiad0 de m'.ldo
'jUe los conflictos vecinales se multipli quen. Oe m0d0 que el Estrecho no quedase del toco ri
en poder Je la argentina ni de la chilena, sino lihre para los barcos de I? escuadra
bricaniG1. acaso comer.ido en prolongacin del dominio de las Malvinas. Y la prueba es
7
juntu con ei fallo, vino a la Tierra de! Fuego ia in vasin rni;i oncra; ic mismo que e11 Texas ant0s
de ia guea de )' 10 que en e: v1exco de hcy. puesto en escabeche metodista
para la digestin del col oso.
No caiga, pues, nadi e en la de decir que el sur .est libre de asechanzas. En
muchos sentidos ha estado y est el sur ms entregado que los mexicanos. Y por lo menos all
,';-:ucha ha sido incesantt. ms hecha obliga a mayor conciencia. De
todas m"d neras se de una situacin continental: dga!o si no b penetracin de mi sioneros
protestantes y de capitalistas en el interior de la Argentina y en Boli :'a. en
Ci ile y el Per, Ecuador y Colombia. Digamos Ge paso que. a pesar de todo, es qui:
Colombia el pueblo que mejor se ha y reanudemos el hilo de nuestra exposicin
volviec_,fo ai caso Mxico, que nos ensea el proceso en la integridad de sus element:i s.
Para los Getall es de la historia panamericana remitimos al lector a la_ obra magistral del
mexic;rno Caries Pereyra, que, siG que nadiE: se lo-agradezca, ha hecho por la reivinJicacin de
lo espaol en Amrica ms qJe todos los Institutos con subvencin 0ficiaL Y para la
conciencia hispanoamericana, ms que tantos estadis:as. Especialmente recomendamos su
Breve Historia de Hispanoamrica. El monrosmo se nos revela er1 ella como una serpiente que
constrie el cuerpo de Hispanoamrica. Nosotros, sin pretensin alguna de
erudicin histrica, nos limitamos a ext raer de los hechos y elementales, conclusiones
que nos parecen a!ar1T12ntes y que por eso mismo aoso estimulen una accin salvadora .

Le pregunt una vez a uno de los agentes monrostas que acompaaron 2 Morrow en el
sojuzgamiento de mi patria: Por qu -le dije- en Filipinas no desencadenaron ustedes la
lucha rel igiosa, que con tanto tesn prolcngan en Mxicol Por qu all el cler r10 ha sido
exterminado ni se le E:xpropi sin indemnizoci6n? Por qu los propietarios filipinos no har. sido
confiscados en provecho del trust;,, El intE: rrogado, con la que sue!e caracterizar a
quien ya est seguro del xito, r.ie contest: Cmo podamos a de
Norteamrica; En cambio, en los paises intervenios de Amrica gobernamo; sin responsabilidad.
Si SE: aneY.a;an sera otra cos<i . En efecto, pien>o yo, cearan los atropellos legales, pero el Ku-
klux-klan seguira Pues ;lo en s mismos encuentran los pueblos su salvacin. Lo
es que estorba J los p;;,namer ;canes el clero cat
1
ico porque S ensear.za es bsrca
en el pueblo. De all la ;aa ccn que se nos instiga a demuir al curd, corr.o deporte de (ada
motin. l\ecorda vuestra juventud, lderes apristas, pongo por caso. De dnde sali el impulso
que os la nzara, en primer lugar, contra la Iglesia de vuestrcs Ho que la madurez os
abre les ojos com:i abri los rnos, a su tiempo, recapacitad. txpurgacl en vuestro prugrama.
Las masas necesitan de vuestro esfuerzo. Defended a l;:s ma;as de b penetrJcin
er. t0do aspectos. All est el peligro avasallante y no en el pobre cura de que
puede con1ertirse en el mejor de aliados. Defended a! indio aue est engaado.
Porque con prEtexto de la a.queologa se le amplifica un pasado que fue lbrego, ms Jn
antes de la conquista que despus, y se le predica un divorcio que sera 1uicida. Ei divorcio del
indio/' el mestizo, el divo;cio de rr.estizcs y criollo;, el div0rcio deo lo espaol/ lo indgena. Lo
mexic an o consiste, al contrario, en la 2lr ann perenne de indios, mestizos y criollos. Lo peruano
es 10 mismo y lo euatoriano y lo argentino; la Arger.tina no es no ms Buenos Aires, y
...
77
millones de morenos que pasan por europeos habitan por all las provincia s y an se fun.Jen
con las familias porteas, lo que honra en vez d dJr descrdito. Lo hispanoarneric;,no tiene por
esencia esta mez(la. Y, en consecuencia, la propaganda i11di genist2, an disfrazada de
bolchevismo, no deja cie ser mo11roismo y no tendra e11 ningn caso ei efecto de res:itui r al
indio en lo suyo. Lo nico que hara es privarlo de las vent aj3s alcanzadas con su fusin en lo
hispnico. Se acabar lo mexicano, lo peruano, lo argentin0, pero no por eso resucitar lo indio.
El nico escape del indio es el mestizae de ;angre y de cultura que iniciara Corts, el mayor
constructor del continente y el ms grande capitn de la histori a. El monrosmo no trata de
libertar al indio. Dt cundo ac esas ternurasl Ei monr0smo orega P' un desquicio co1no el
de Mxico. La supresin de los Francisco Maderos para que el populaho destruya. y en se; uida
el constabulario consume la entrega de los biene; y la entrega de las almas. Pues todo
conquistador acab:i primero con las cabezas, suprime aristocracias, y en seguida la masa, sin
derechos y sin luces, convertida en felat0, cambia de amo y entra a la nueva conquista sin
esperanza.
De todo lo que vengo diciendo no hay que deducir un conform!smo con nuestro presente
ni una absolucin del pasado. El pasado cometi crmenes que no ha redimido el presente. Los
cometi en todo el Nuevo Mundo y no slo en la zona hispnica. El trfico de ngros iue
deporte de la aristocra-:ia ir.glesa, antes de la invencin del tenis. La liberacin de los negros ec
un mito en ei sur de los Estados Unidos, y las matanzas por odio de raza, los nos
estn diciendo que nada tendran que ganar nuestros indios dt un cambio presidido por el
monroismo.
Pero tampoco lo que nosotros les damos ts bastante para que podamos moverlos a la
defensa comn con encusiam10. En tod2s partes ia injustic;a reina. Europa es y
sindolo porque en ella el hombre disfruta de posicin individual m'. libre y dtsahugada que
en cualquier otra zona del mundo. Y no hay en Ellropa problema de castas. El caMpo de
Amrica e; triste, desde la Pampa hast;, e ro Bravo, porqut ti labrador no es dueo de su
parcela. No hay contrast e ms penoso que el d los cultivos casi perfectos de ia zona que
media entre Buenos y Ros a1 io y las chozas en que vive 1 culriva<lor. Por lo menos en
Mxico el adobe, el ladrillo abundan y el ms humil<le ranch0 levanta muros, enraza al hombre
en !a ti erra. En Cer.troamrica la del labrador supera al amasijo de emcas c0n techo de
lmina que uno ve desde el tren, (ruzancio las frtiles de Sudamrica. Un estad0 de
miseria domina ei campo de casi todo e! continente. Por ese, sin dLld;:, le es tan fc il al
monrosmo en nuem os medios, porque su falsa promesa es un ;:flvi0 de! dolor
centenario. Y !a re;:lidad que vivimos es la meor acusacir1 gue hacerse del liberalismo
que prevalece en nuestros territorios, desde el comienzo de l:i era indepi:ndier.te. Ou Olra
cosa ha hecho esta versin del panamericanismo, con sus constituciones ce.piadas del yanqui y
laica, sine propagar el divorcio, sin aliviar por eso la rr.iseria
1
Con bastante ra:n
afirman los imracientes de
1
a hora que, ;in senlido eccn6m;co, ningr cred0 poltico vale ei
papel er gue escr;ben sus Se11tid0 econmico la Colonia y losotros !o
hem0s reemplazad0 con la v0racidad legalizada de un liberalisr.io que, en rsunien, ha
en manos del extrarjero todas las de riqu2zas <lel c0ntinente. Cada eurori:o C!ue ncs
visita se asombra de encontrar triste la vida en el Nuevo Mundo. Y cmo no ha serlo si ya
todo st en manos de empresas que abonar, salariosl Si ya casi ningunc. es propietano
1
l.os
cantos de siega del castellano cmo han de resonar en la Pampa argentina si el trigo es de Iris
truts! i Y qu tienen er. I;; vendimi a poblaciones Gue recolectan el fruto para ent,egarl0
al industrial, como quien mer:anca1 En Europa I<. vi: ndimiJ es Llna porque en Eran
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pa rte cada cual trabaja para s y el ms humilde fabrica su vino para el consumo casero. El ms
humilde tiene hogar. En la Amrica no hay hogares campe5tres. Apenas en los ciudades cas;is
de funcionarios gr;;ndes o pequeos y cas;;s de rentistas. Rentistas provisionales,
lentamente el nativo se va empeando, se va privando del patrimonio heredado, en beneficio
de la gran empresa extranjera. A 1uin puede sorprender entonces que la uva de Chile, la uva
de la Argentina, la uva de Mxico no haya engendrado todava su Federico Mistral' Si para
cantarla hay que beber el mosto con la alegra del poder que da la victoria del hombre,
,-edimido de la angustia del esclavo'

Me cal umniarn por lo mismo quienes supongan que mi denuncia del monrosmo, mi
ac usacin del liberal ismo lleva implcita un' tendencia favorable a cualquier intento de
perpetuacin de injusticia. Al contrario, creo que no nos libraremos del monrosmo mientras
no corrijamos las atrocidades de nuestra organizacin. Y es slo en cuanw a los medios doncie
surgen las discrepancias. El medio no consiste en simular la doctrina i"ival. (orno no se salva el
soldado que corre a entregarse al enemigo. Simplemente traiciona y recibe trato merecido. As,
entre nosotros, las pobl aciones que se rinden al monrosmo. El remedio hay que
El est en construirnos un nacionalismo defensivo en el sen0 de los feroces
que no' invaden y nos cerca(1. Todos los trabajos publicados en e presente
vo!umer. tienden a defini r algn aspecto del problema iberoamericano de b hora. Por eso,
aunque diversos en su tema y producidos en oportunidades distintas, conservan la unidad del
leitmotiv fundamental. O ms bien, del doble motivo contradictorio, bolivarismo y monrosmo,
las dos tendencias que pugnan en nuestro ambiente. Confusa al principio la primera; clara desde
que Alamn !e dio coltenido ec0nmico, las 1dJan,.s, y contenido racial religioso con la cultu;a
espaola como base.
Ur. nacionalismo renondo que liquide el dualismo discorde, liberal-conserador, del
ltimo siglo. Solucin fraternal de los conflictos reiigiosos, para mer.gua del rrionrosmo
d%tructor, Un nacionalismo que asegure !a 5in confundiria la ir.tolerancia y que
otorgue a la eL garantas al culto. La divisin de nue1tros pueJlos en lil>erales y conservadores
fue obn de intenciones enemigas y extraas y rlebe ser po iJ paz ,c!igio11/ D.:: esca
suerte, los partidos podrn dedicarse a I;; necesidad de la h0ra, que es el problema de nuestr2
rehabilitacin econmica. T are<i ltima en la cu;; I han fracasado liberales y consErvadores.
Pues si cierto que en algunas naciones de Amrica e: gamor.a!ismo 'e refugia en !a Mitra, :i
semejanza de los uimi11.ales que en la an::igliedaci acudan 1 los ce;nplos en busca de asile,
tambin es que 21 gran capitalismo y, rnbre t:ido, el extranjer:i, mscara liberal y
protestantizanle.
Quermos. pues, tm liberalismo criollo, despojado de lizas ostensibles o secretas con
poderes ajenos a la nacionalidad y ur. .catolicismo menos ?reoC11pado del rito y 1ds dedicado
a poner En obra les postulaJos que se van quedandr:> nada ms que escri<os, los postulados de
la encclica fi.erum Novarum, nica manera de que la Igles ia reconqJiste al pueb!o. Y slo un
ciego no ve la urgencia de esta decisin de parte del poder eclesistico y el ;ieligro de una Iglesia
amenaza, ur1a Igles ia 1ue es moda 1eorit0s, vez de y d
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--- - ,,._ ' -""' ,. -..,., -r ' ""':it"" i
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( _,___ ..
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:._a rebelin <l e los de abajo slo se evita consumando desde arri b;, la rev0:u.: in. Todo lo
dems es paliacivo y :ipl azamiento, y l1ac er ms brutal el periori o de :as
Ahora bien. para nosotros la revolucin es ir.separable de la intencin cri sti ana de amor
del prjimo en Dios ms bien en el mismo prj:mo. Pur e:o nos apartamos de los
revolucionarios, que todo lo esperan del econmico y por eso no nQs sorprende su
fracaso. Desde que organizamos el ma<lerismo por el i 91 O, de qu_!! huoiera boki1evismo
y sin necesidad de rr.ilitar en linguna secta de: socialismo, dcidimos trabaju por el
materia! de los partidaria y en de una cultura que sepa
subordinarse al espritu. Despus, la ola qe el marxismo ir.ye-eta en el socialismo,
cre el sovietismo, rabiosamente''antim_stico, y la revo!ucin empez a derrumbarse en el
mundo. Se volvi asunto de clase, rico contra pobre y pobre comunist;; contra pobre no
comunista, y en e! fondo una judaicu que sc;'ltia !a hora de su
todo lo que es cristiano. La paz de los espritus no podr reconquistarse sino volviendo todos
al seno de ur. . cristianismo sin(ero.
En lo que e;tuvo el error mo, y de tantos, fue en no ver que desde el instante en uno
se coloca en posicin nada rns que de cristiano queda unQ afiliado de hecho al
protestantismo que acecha las ocasiones de impulsar el monrosmo. Estoy ahora convencido
de que un hispano y un latino slo pueden ser fieles a su casta, quedndose cristianos catlicos
aun no aprueban sta o aqudla medida poltica de la Iglesia.
Por otra parte, y aun del hecho de ser nosotros latir.os, es hora ya
de reconocer que por muchos errores que en el curso de los siglos haya cometido la Iglesia, por
lo menos no se le puede imputar la calamidad del capitaiismo. Y as que proteste
contra el mal econmico de nuestros tiempos tendr que apuntar su ariete a la lglesiJ puritana,
que al crear el sentido reverencial del consagr la coic!a corno virtud. El s:rvete a ti
mismo, aydate ;; ti mismo (as se il2ma un texto de la 11ueva ;eligin que los
propagan en la comL1nidad indgena de Hispanoamrica). Oh!, Smiles t Marcien. el cuida dE ti
lleva imp!cito e! saqueo del prjimo, JS se practique dentro de la ley, porque la ley por
darla los trust, y la sociedad 1e convierte en gleba de los barones del ro!Jo de que hoy nos
hablan los ensayistas yanquis. En el catolicismo, cambio, podr haber habido pcados de
carcter personal, pero la doctrina no hJ cambiado y se manti P. ne pura. Para el catlico slo
amor el amor de Dios. Y el amor cicl es amor de fariseo. No es virtud.
lns'st2mos er1 todo caso en reconstituir nuestro liberalismo, expurgndolo del pt:cadc
de su contubernio con los e11ernigos de la P.Stirpe No no; mueve odio contra nadie, los
protestante1 muy bien en su t;erra. Y seguirnos siendo liberales en el sentido de qu.; no
se forzu la conciencia a creer o no creer. Por 10 mismo no se debe impedir la enseanza
de le que una Iglesia ele doctrina exce:sa o un particular honesto verdadero. La
pretensin de un Estaco al monopolio de la enseanza e1, en cambio, porque e:
Estado 110 ti ene doctrina, corno no sea I< superfici alidad de! derecho, y cuando la tiene obedece
a los intereses q:.ie lo crean y no a la verdad. Obedece a los partidos. Y, lo 'lue es peor, ohedece
a las inllJencias del excerior. Esto ltimo es lo que revela la historia de Mxico, de Poinsett a
nuestros das. Y los gue er, Mxico 2plauen la saa empieada contra el catlico,
rondan por el la conciencia oopular, 1u para desviar!a, sealando
con la ma110 al cun catli co para no se advierta el ro de cargamentos que el
lmoe1io extrae de nuestros terr!torios. En consecuencia,, '.l, nombre la paz del fJturo deseo
ar,.' Ttl e " e n1 T'lt i.
u. ti. ,. , li .
que embozad0s agentes q:Je t.:::to 1112
1
har-1 :1Pcho ;i ;ni no consgan arTaigc en bs
naciones de! Sur, donde an estn en potencia los dcst:r:cs de nuestra esti rpe.
[n cuanto a nosotros mismos , predico !a uni;, en u;i prepsito deini do y noble. Cada
pas conoce su solucin de! problema socia! inmediato. Los hroes del hispanoamericanismo
nos han ya bastante di ideai cuit c-d, sobrenacionai por realizar. Urge res tablecer la
tolerancia, pero para echar en oividu la, exigencios de reforma. Nuestro sistema agrario no
puede perdurar. Ei trabajadur Je l;: indumia JitCtsit;, me.xas y garanti;;s, el pueblo necesi ta
escuelas.
Pero esas escuelas ya no sern como !as escuelas de casa argentina,
peruana, mexica_na, pero de doctrina sajona, nrdica, monrosta. Serr. escuelas con doctrina
iberoamericana. [n ella el concepto de raza ya no ser una adaptacin del Ku-klux-klan,
corc!ario de! darwir.ljmc q'Je ha cnge:;drado e! rP!igir. que pregonarCt
Kipling y que tanto si mio eaucacional difundi por nuestros territoriPs, predicando a oucrance
la superioricad del nrdico. Prevalecer ms bien la vieja tesis tica de la igualdad de os
hombres ante Dios. Tes is catlica que hizo un todo de las razas dismiles de Mxico, y que de
no haber sido cortada en su camino ya habra realindo la unidad del continente espaol. Por
eso mismo rechazamos como perversa toda esa propaganda indigenisJa que. simulando ternura
a destiempo, crea entre nosotros lo que antes jams existiera: el cartabn del color, para ei
salario y para la estimacin pblica y privada.
Escuelas, en fin, que den albergue a codo$ esos hroes que el panar.iericani srno ha
boicoteado y que ya es tiempo de que tengan un sitio, ya qu 11 0 en la plaza :iblica. por io
menos en el cor:izn de sus conciudadanos. Hoy Alarnn el mexicano y r.iaana Ugarte el
argentino, lo impcrtante es integrar el ntimo, ya que todava tendremos que soportar,
durante algn tiempo, la ufana del panamericanismo, que en Brasil ha dedicado un palacio a
Monroe y eri la Argcntin<: erigir u11 Monumento a Canning. Osar levan mi e en la rrisma
plaz;i que por vista al estuario est2 reclamando un para Lir.iers, que la sarv del
zarpazo er1eMigo, junto con una nacin de espacio ?ncho y rnrazn grande'
11. Hispanoamrica frente a los
nacionalismos agresivos de
Europa y Estados Unidos (*)
CuJndo Lloyd George, ei estadista ingls, regresaba del frente en los das de guerra, en su
declaracin aguardada con avi dez por el Imperio en peligro, nunca exclam: todo est bien,
ti"iunfaremos. Al contrario, se dira sue, intencionalmente alarmaba la opin:n y exageraba el
riesgo. Estamos amenazados, y en vsperas ele acabarn c0n nuestro
ser nacional)' nuestras vidas, si no aJmeritamos la del esfuerzo, si no alistamm a los
hombres y a las mujeres y aun a :os invlidos en la tarea del salvamento. Mala polticJ y casi
preludio de traicin parecido estas palabras a gentes menos que los
ingleses a reconocer la fuerza que reside e11 la verdad. Por tncima de las mentiras
convencionales: el v2lor si n igul ce nuest ros las virtudes heroicas de la raza,, , una
cruel expcsicin d2 lo> hechos bast para conmover la Pr.traa popui;.r. En todos rdenes,
la doctrina ms varonil es la que denunci;; los vicios de la propia casta. del partido propio, cori
ms vigor GUe el adversario, a la vez que ensea el medio ekaz de corregirlos. Emprenderemos,
pues, el examen de I<: revolucin que hemos vivi<lo en la postguerra, cor. el nimo de expurgarle
lo adventicio, cnn la esperana de salvar lo que Jn le reste de aptitud para mejora y progreso
del hombre.
Constituye un rasgo singular Je revoluciones contemporfoeJs el hecho ce que
a una ideologa que incubJ en la democracia, pero se en ella, s:no
que va a repercusin en medios debilitados poi regmenes tirfoicos prolongados. La

(') Otra porte de Bolivarismo y Monrosmo, ms
centrada en un ror.o antiimpcrialista con:r<trio a las
grandes potencias. Procede tambien de la tercer. edicin
de F.dC>. [rcilla. aotiago de Chile. 1937. caFtulo IV. pp.
9Q. [05
82
Revolucin rusa se funda en la ideologa marxista, concebida en alemn y afirmada en !os
11e dios fabrile> de lng!aterra y Francia, pero fracasada en la accin dentro de ritos pueblos
progenitores. En cambio, el sistema marxista se establece con rapidez e;1 el ambi ente moral
debilitado de la vieja tirana zarista, al precepto que la condiciona a un desarrollo previo
del capitalismo, factor inexistente er. Rusia.
De una manera semejante, la serie de las revoluciones mexicanas contiene un ideario que
es copia y adaptacin de la inquietud obrerista norteamericanz.. aunque a ell a se aada la vieja
aspi racin a la tierra que es comn a todos los desheredados. Los coroneles de la revolucin
mexicana ingirie ron una mezcia de rncialismo y de Flores Magn, el !ider
premaderista, y muchos de !os que actuaron despus en el maderismo y eli el carrancismo,
haban sido afiliados de. los famosos Industrial of !he World. Lo que agreg el
programa maderista es la aspi racin de implantar la democracia en un Mxico que la tirana
endmica coloca en condiciones de inferioridad frente a su poeroso rival de: norte. Pero lo
interesante por el momento es advertir que el extremismo de !a doctrin a de los industrial
Workers" y los anarquistas yanquis se ahoga dentro de I;, slida organizacin del Estado
norteamericano y repercute en forma de revuelta anrquica, en el medio, empobrecido
cvicamente, del Mxico de Porfirio Daz.
Se ve en ambos casos que la democracia resiste los estragos que ella misma engendra y
evita que tomen proporciones de catstrofe, ya sea asimilando un ideario nuevo, ya sea
expulsndolo. En cambio, los pueblos tiranizado;, fcilmente se desequi libran y toman al pie de
la !etra o pervientcn las doctrinas engendr y z.caso de,e(h la libertad. Bastante se ha
repetiJo que ia iey de ocho horas de trabajo. ei reconocimiento del contrato colectivo y la
reduccin del iatiiundio sor. conquistas logr;idas en Estados unido; antes que en Mxico, y sin
necesidad de revoluciones. Lo mi smo puede afirmarse de Ru;ia en relacin con e! obrero
alemn. En tales trminos, resulta legtimo concluir que la democracia posee curaciones y
mtodos de solucin mucho ms eficaces que la violencia. ya organizadz., ya anrquica. de los
pueblos que la libertad.
La otra conclusir que de lo dicho se deriv:i. es gue no son los puebios cultur Jlmente
;ub?.ltern0s ni mucho menos los puebl01 financiera o polticameme sometidos, los llamado> a
:rr:primir desarrollo a la historia econmica o a las formas de gobierno. En el orden espiritual
pudo Fk>rencia >urer3r a los grandes reinos de ;u Inglaterra o Y en !a
act ualidad el IJ;uguay rivaliza por su cultura con la Argentina con MxiLo, pero en los
i110Je:;tcs es del y i:I o:-jen ?blic.o svn le.; rie cad:i. pcc1 os_ fijJr1
la norma. Si r;iaana se hace cornu11ista M()ntevicleo, el qued:ir. circunscrito, pero
probablemente abarcada si la sede comunista SE est<1blece en Buenos 1'.ires. Y as
r.iientras no se imponga un siste"1a poltl(() nue 'en y en los Estados
Unic!os, el n1und0 ci'!iliza<lo seguir rigindos< por las r.orr.ns que son vieja;. as aC:opten
r.0lo rete de las dist!mas propagandas politicas. Cualquier progreso autntico ser ms fecundo
si arraiga en de sl:d2. estructura social, bien alirnentados y a salvo del doble riesgo de
!a barbarie: ei atropeilo del ;ivemurero poltico y la opresin de un cuya firmeza
contrasta con el desamparo de los ciudada11os. Dado que el marxismo 1w ha sido ensayado en
una nacin de prirr:era, por ejernp!'.) er. Francia. res11lta que a los cj'.)s del obsuvador
el caso de !\usa es un aborto de doctrina y r10 su aplicacin. Tal y come el caso de la
revolu(in mexicana no es un progreso las dems naciones Amrica debar. envidiar. sino
dolorosa Jel desgobierno <lo los uno; y el exceso de gobierr.o de los otro
0
.
Y tanto en esta come otras comparaciones conviene por Elen1e11tal probidad ac!vc rtir gu c
'
OJ
no admiten paraielo dgucso y si sugestiones comunes !J revolucin rusa y 1a
revolucin mexicana. Pues falta a esta ltima po ccmp!etc el grupo-:J jPfes disrut b]es. pero
no ladrones, y el programa precisa hacen de la rusa un experiment o ilustrati vo,
a diferencia efe lo nuestrJ, que es desenfreno repugnantt:. De toCas manem pudem0s asentar
que, as como los pueblos polticamente atrasados no puede11 de prnoto convertirse ai gorro
frigio de la libertad, tampoco son !-o_: pueblos econmic2mente am:.ados los primero
aprovechan las reformas y novedades de la -c' encia o del rgimen socia!.
Ilust rando esta itim;; afirm?cin, imaginemos que se proTama el Soviet en la
republicansima ciudad d. Washingwn. Para muchos sera est a la ;olucin de todo; los
problemas del instante. Pero a poco que ?e reflexione aparece !a verdad de que no es el pas
menor e! que goza de las ventajas inmediatas de las grandes innovacione>. No porque maana
funcionase el Soviet en Wall Strcet, los pueblos hispanoamericanos quedaramos libero.dos. Le
p;obable, lo seguro, es que bajo otro m;mbre factorb quedaba subsistente y casi intacta. Ms
an, empeorada. Pues nos mandar an del Norte, co11 el titulo de Comisarios del t'ueblo de
Panamrica Sovitica, funcionarios qu;: se haran cargo de ias minas que ya so11 de propiedad
norteamericana y de las pocas que nos quedan a nosotros: se pose1ionaran de los fri gorif!cos;
acapararan el tngo y el petr!eo y pondran tasa al salario, despus de racionamos a todos en
la categora mnima, como obreros no tcnicos. Y en vez de trabajar para el pequeo capitalista
local o para la empresa sobre la cual alguna presin puede ejercer un gobierno propio,
trabajaramos par;; la economa del partido que a mil legu;:s de nosotros y en las mismas
metrpolis, Chicago, Filadelfia y Nueva York, se pondra a mandarnos con [el] desahogo que
110 se atreve a usar el panamericani>mo. F.I derecho de huelga sera sofocado LOn las mismas
escuadras que hoy, todava respetuosas del nacionalismo, asomw a m1estros puertos y
bombardean saludos. En suma, el hombre de Bolivia y de Mxco y de 12 Argentin1 hlbra
cambiado de amo, per0 no de condicin. Er, cambio, dejaramos poca libertad gue nos queda
y tambin la esperanza de un desarrollo autnomo que quiere decir mayor posibilidad, mayor
facilidad para levantme por seleccin, de lo rud:i humilde a lo alto y refinado. Em Gltimo
tipo de adel;:nto, el nico tal ve z eficoz, se qu.:d2 ;,plast;;do cuando intervienen uerzas
p0derosas y extraas sot>re el desen-10\virniento natural de una nacin. Y no vale agregar la
palabrera igualitaria del ir.ternacionalismo nuevo, porque diferencias de y de jornal
prevalecrn en Rusi;: entre rusos. Imaginad entonces la 1nonstruosidad de los rebaos de la
1ubraza para el extranjero sornes. cor,denados a los trab2jos forrnsos en l;i punz. en la
n1arism1 y la sela. La nrga de las tareas desasead?s y mal pagada1 en las ci udades caeria sobre
nos.:>tm; .
Nada tiene que esperar de regmenes que no sean fruto de ur.a evolucin ni el
indio de Mxico, ni el cholo peruano. ni el negro de Antillas, rr.ucho menos
1
as clases que han
logrado ya cierto tipo. de accin y de espiritu. Ai fin y ai cabo la biologa social se mueve por
obra de fuerzas qJe apenas las revo!ucior1es y los decretos, y con1tantEmente las
jerarquas responden a la capacidad sgn la tabla :le valeres que cada poca 1d0pta.
Quiere deci i, asimismo, que ha sido un error de la sensibi!idaci rev'.ll uci onaria pene1 tanta
esperanza en lo GUC se hace lejos de nuestro territorio y tal po:o e;fuerzo en la tarea que se
halla a nuestro akance. Quiere decir que es inconucente gastarse en preparar el ad1enimiento
de una especie de milenio quimrico, en vez <ie apHcarnos a perfeccionar, oor eji:mplo,
la prctica de nuestra democracia. Si gnifica que traicionan el progreso
h1mano ciertos e( trerr:ist as nuestro continente que, con de es tar agua rda,1do la
84
1 v ll1 cin total. se prestan. por !o pronto, a co!aborar con !as di cta Juras a; que as se
de extn:mistas, no hacen sino C-:Q.t1n uar la tradicin de! facur.dismo, en un continente
suele estar en mora con la ci vii izacin.
Por malo que sea el amo nacional es peor e! patrn distante, que a menudo jams ha
ntablado trato humano con sus as1iariado1. Ei proceso de la ocupacin norteamericana
d Puerto-K1co y de Cuba nos est demost ra!i do que no hay nada ruinoso para un pueblo
qu e esta r sometido a una dor.1inacin extranjera distante. Bajo los espaoles haba en Puerto
Ri co probablemente vei nticir.co mil pequeos-propietarios. Esto supone un nmero cinco o
se is veces mayor de familiares y de auxiliares inmediatos qu2 disrutan del beneicio de la
pequea soberana econmica. T ransormados l-'J s mtodos econmicos, hoy 110 exis te en
Puerto Rico propietario que el trnst y ste fija los salarios desde Nueva York, sin ojos para
ver el mal que c:iusan las reducciones y los despidos. el :lmo es d2 !a misma raza.
subsisten posibilidades de que el ejerci cio del dominio cambie de manos y se reparta. La hija
del dueo suele casarse con el empleado cuar.do conviven en la misma patria y clan. En cambi o,
no hay 0casin de establecer relac'ones humanas con patrn distante, que habla otra lengua
y juzga slo frente al mapa la suerte de millones de extraos. E! trato a! fin y 3! cabo suaviza
las di ve rgercias de intereses. Y el mismo rencor puede producir efectos de forzada justicia
cua ndo el amo est al alcance de la venganza del siervo ofendido. En cambio, manipula
impunemente el j2fe del trust, que acaso muere sin visitar los territorios que explota.
El advenimiento de las masas a !a educacin y a las ve ntajas de una economa relat.ivamente
justiciera se demora cuando sobrevienen conquistas que acaban con la aristocracia del clan. El
adelar1to de los pueblos se opera por ciesarrc! lo desigual dentro de la tribu, pero siempre
los ms capaces de la tribu conserven poder. Los cambios violentos que acaban en primer lugar,
como ocurre en las conquistas, cor. la aristocracia viril y combatierite, con el talento de una
es tirpe, determinan esas :argas dec:idencias a veces irremediables. Y casos de esa ndole
abundar, en la historia de las naciones indgenas del contir.ente, despus de la de los
es paoles.
A los perjuicios de la introm:sin Extranjera r.o esc:ipa ni la revolucin. Por ejemplo: el
t;cuJo dict2dura del proletariado., que corresponsaies yanquis, a lo l\eed, adjudicaron al
rgir.ien de Carranza, no fue sino un membrete nuevo 1obre la penltima cabeza de ia hidra
caudil:ista y facundista, azote del contir.ente. En realidad, la dictadura carraricista ech<ba por
tierra el programa maderista lo desvirt uaba, y es probable que ;in el disfraz fabmente
comunizarte que lo; 6eritcs del impcri :i lismo le dieron, el 11 0
hubiera perrlurado y no pasuamos por el oorobio dEI presente callismo. Oc"rri entonces lo
mism en Rusia que en que, al er1tronizarse el despoti$mo, consum:i el
des prestigio y el fracaso de la revolucin. De !a clictadun proletariado ruso pracede ia carga
de b111ocrada y ejrcito. La dictadura carrancista engendra la casta de los r.uevo; latifur.distas
a lo y Calle1. l'ara encubrir el fraude y para acallar la protesta desprest;gia, se
aniquila la libertad y cor. el la toda posibilidad de exigir responsabilidades. La revoJujn se
anuncia con el soplo libertador de Dostoicwski y T olstoi, en el oportunismo arnoral: sta
de Lenin y remata en la 1ictoria del poliz.:inte a le Stalin. Aigo parecido represe11tan el Mx
1
co:
Madero, Carranza y Calles . El proceso 1dquiere la fatalidad de 'Jna reaccin qumica; el apstrJI,
el verdugo, el polica, los tres momentos fatales ele la tragedia revolucicnaria la
Desde que se suprime la ii bertad, la accin se preci::iita al desastre. Y no vale salirse del teatro,
porque a tcdos nos abnn la maldici6n.
. .....
- - - - -- - - - ----
SS
Otro errcr trascendenral dr ia revolucin ,;s la campa2 j ra contra la idea religiosa
en el mundo. El cortejo irrisorio de Buda, Confucio y jess cre 2 j olchevismo ms enemigos
que todas las confiscaciones que llevara a cabo. Vejar pueri lT' er:e o que tiene de ms grande
ms alto el espritu humane es necerlad de consecuenc;2s - -:pa.-ables, incluso para la
economa. La mdula humana queda reblandecida y la razn Die -'.l j; CJ del esfuerzo se socava
cuando en saltos atrs de milenios substituimos el mito con el el icono con el martillo y
la hoz. Cuando se rer.iega del Ange! se acaba reverenciando al Y no hay pr'.lgreso, s
retroceso cuando se niega al Dios sobrenatural y se endiosa l a -,:iquina para adular al Dios
Multitud.
Al smil farmacutico de la religin como opio habr siempre Jui en oponga la experiencia
cientfica de la religin como al a. Y al obvio, primero es comer. que nadie niega. aadimos
que tambin interesa en primer trmino, lo que ha de hacerse de comer si no se quiere
seguir comiendo hasta bajar al cerdismo.
Menguado concepto de la economa polt:ca tienen los que pre:enden sacrificarle la
totalidad de sus naturalezas. Mayor confianz? en el poder de la ciencia econmica revela quien
se limita a pedirle soluciones especie, pero le veda intromisin en asuntos que la superan.
Y constituyen estos asuntos un noventa por ciento de la cultura. dentro de la cual no tiene voz
ni vote el economisca.
Desde abcrdamos el prcblema de !a conducta, una vez que se ha vecido la necesidad
fiolgica, surgen como, por ejemplo, el arte, que no tie ne riada que ver con la ley
de la produccin y el consumo. Muchos se declaran en favor del me )' creen que ne se ebe
di: ali: , pero qu es el arte sino un conjunto e maneras de superacin de lo cotidiano,
una liberacin que supone actividades de espritu/ El ms ligero examen del valor del arte nos
demuestra su total independencia del valor ecMmico, y mientr:;s ms se ?.honda en su
conter1ido ms evidente parece que un arte no religioso no es un arte O lo que es lo mismo,
all d0nde 12 pree>cupacin sobrenatural no est presente no se produce r.ada !:>ello ni granee.
Y ni todos los de fvsilam:ento b2starn para acallar anhelo de grupos y aun
multitudes a la economa j fieles al se;1tido superior de la vida. Considero entonces
que lo cuerdo es obligar a la a que busque el medio de ponerse en paz con el espritu
o bien se retire aiodestamentr de su campo.
En efecto. ya ni el estricto criterio de la ciencia emprio tolera a :a cconorr.a su>
p; etensi0nc1 .:le cicnci2 exacrn. Y criterio spe11(er iar.o-c'.lmt1a110, por !01
descubrimientos er fsica lo mismo que por el criticismo
1
gico, la preter.si6n de funamentar
el saber en el objeto ha sido archivada. Y el 'l1aterialisn10 despojado e la autoridad
de lo r.ientfico aparece hoy wmo brote tardo y proyeccin en lo sodal de c'.lnccpto
derrotado en sus ep:stemoig:cos y tcnicos.
Condenamo", por lo mismo, por razones cientficas y hum;ilas. " todos los q11e
pretendido privar el movimiento de reivir,dicacin de l;is masus, de la fuerza que le presta l<i
conviccin mora! del hombre ;i travs de los sig:os. Reconocemos el espritu el ?oJero que
ha rescatado nuestra especi e de su condicin se'Trii:oolgica y wnfounos en que ese mismo
soplo sobrehumano ha de levantarncs por encima de las realidudes que el econo'llista maneja.
Nos hallamos er. una etapa del camino. privilegio alarmado levanta el
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d un a reaccin que, ;in embargo, no se atreve a restabiecer la economa antigua. El ms
xal tado fascismo toma su fuerza de que aborda ei problema econmico con miras a la
i' mitacin del de los de arriba y encarna en directores ue origen que as lo
y no podran renegar de todo su credo revolucionario. Al contrario, vemos qu e a
menudo nos roban porciones enteras del programa y el nombre mismo de combate, puesto
que se llaman a s mismos revolucionarios. Es evidente que por los dos caminos se va a un
nuevo social en lo econmico y es tambin a mi juicio claro que la nueva libertad por que
hemos de luc har en el futuro no ha de parecerse al liberalismo falso que hostili za la
pero deja ntocado el privil egio ecor.mico. Una liberiad espir!tual autntica h1br
q;e conquistar, dentro de la cual las opiniones dispongan de las solas armas de la persuasin
el ejemplo, y no ha de volver el falso laicismo jacobinoide, que ha destrozado, por ejempl0,
a Mxico y asomaba ya su oreja cavernaria en !a Espaa dP ayer. Si queremos que no sea un
sarcasmo la condenacin que del fascismo enunciamos, es menester que en religin la libert ad
tolerante reemplace al encono. En gran parte son r.uestros excesos revolucionarios los q;e han
provocado la actual reaccin peligrosa. Sin Lenin no habra Mussolini, pero al mismo tiempo
resulta absurdo encerrarnos en el dilema de Roma o Mosc, fascismo o bolchevismo; pues, no
tiene dos rutas, sino mil destinos. Y ni siquiera el pasado cabe en la concepcin elemental del
partidismo contemporneo, que slo entiende de la derecha y la izquierda. El progreso, al
contrario, pone en obra las dos manos y organiza una democracia que no es plutocracia ni
tampoco gobierno de gleba; democracia que es hasta hoy, con sus limitaciones, el 1,ico sistema
que ha dado pocas cortas de ventura y de glori:i a nuestra pobre humanidad confusa.
Yo no s si Europa est condenada provisionalmente a elezir entre dictaduras de la
derecha y dictaduras de la izguierda, pero creo vale la de hacer un esfuerzo para salva;
a la Amrica de un nuevo mimetismo en la oc<isin desastrosa. Los das de gloria de Amrica
110 los preside nirgn amo absoluto y llaman la Presidencia de Sarmiento y de Mitre, en la
Argentina; los dos aos de Francisco Madero, en Mxico; la gestin de Lincoln, er. los Estados
Unidos; la de Ro Branco, en Brasil . Es chro que los problemas comcrr.porneo1 reqrJieren
otros nrtodos, otros programas y un;i deci 5ir, econ0mica que no sospecharon los
gobernante; ya nombrados, pero si la n;eva tarea ha de ser ecur.da, deberemos cimeltarla
movimientos opinir. que engendren y apoyen gobiernos fuertes por su justicia, y
respetables porque dejarr al gobernado derecho pleno de y expedita la por
responsabilidad. oponemos a las dictaduras no porque nos embarguen el deseo dP que las
cosas sigan corr.o estn -las cosas ir.ismas se estn 'ransformand::> sin ;itender a r.uestr::i
rles eo-, sino porque ei despotismo n0 es no <e dad rn u;1 cor.tinerrte que conoci
p;eud::.comunismo incaico y ai.tecJ, dos jerarquizacior.es inhumalas que
prepararon la y la justifican. Nuestra repulsa de la no aui;:re decir retorno
21 dejar hacer d;: la esc1Jeia liberal. Creemos que la economa no tiene es pricu y por lo rr.ismo
r.o tiene derecho a la libertad. En un Estado bien regulad0 libres los hombre;, pero son
s!ervos los intereses. Al revs de lo que ocurre en las deLadente; cuyo colapso
es t2mos contemplando, en la; que maldal :os intere:;e1 y el hombre e; siervo.
1:1 fin de una llaman algunos a toJa em inquielUd contempornea, cue por cener
ca11sas principalmente econmicas, no merece la categora de uno de eses cambios decisivos
del rumbo histrico. Lo que ha cado en descrdito no 2s la democracia, sino su desviacin
hacia el i11dividualismo econmico. Pero de un socialismo econmico, que est en marcha en
todos los rdenes y tiende a volverse absorbente, habr que rescatar al individuo como
personalidad consciente, y nica. En el desarrollri de la daptacin del mundo
- - - .:..,.,.
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.... --:--- -
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sistemas 2conmicos mer.os imoeriectos tlCt uarn los viejc:; mtodos que rigen e! Lo:
pueblos ms adtlantados, democrticos consumarn' su reforma econn;ica por med;o
ensayos atrevidos y con la supresin legal de l;;s clases que estorban !a jus:icia pb!icJ. E!
sistema del trust y la banca. responsJb:e del empobrecimirnto de ios de
Norteamrica y de cas; todos los trastornos sociales de la poca. est ya siendo liquidado en
aquel pas de su origen. por virtud del poder el voto puso er. manos de la Administraci6n
Roosevelt, la primera en la historia contemporn_:. que lleva al antes amo de
pueblos. al banquillo de los acusados. Ei castigo de! ma!vcrsadcr de !os intereses pbl icos evtt2
la revolucin. En cambio, la re1olucin siendo ir. strumento fat<I. pero irreemplazable.
al l donde la dictarlura defrauda 10 1 reoultados de! voto, protege la impunidad dei financim.
Resulta entonces que el ideal consiste en aplicar la revolucin como azote contra el tirano y
como artificio para dejar a! libre ejercicio de-las fuerzas morales. Pero enseguida que el
obstculo de la tirana se ha barrido, ia re volucin iebe aplicarse a restabiecer ia ciudadana y
dentro de e!la adoptar el mtodo econ6mico m?.s arnmodaJo ;il medio y la poca Revolu_cin
que as no procede, fatalmente degenera hacia ei pretorianismo y ste es, en verdad, la rnayci-r
calamidad que pa<lecen !os pueblos. Por amor de la revolucin y para no tener renegar de
tila nos empe;;mos en romper su contubernio con la dictadura, su degradacin de la
dcmagoeia y el profesionc.!ismo.
El grado de cultura medi,a _que los ho1nbres de todas las_ razas han alcanzado en este primer
terdo dei siglo_ e.sta que la sociedad se transforme. Ni por un instante imaginamos
que el equilitfric.-se establecer segn frmulas de antao. No slo el pasado histrico est hien
muerto, tambin las teoras de ayer se nos presentan gastada; er. la accir. intensa, urgidas de
y complemento. La velocidad es un factor nuevo que no posible desconocer
cuar.do se juzgan los procesos de nuestra poca. No slo hay que cambiar, sino es
hacerlo deprisa; esto es lo que hay de en la tesis trotzkist2 de la revolucin
permanente Pero el c:mbio se vuelve retroceso y barbarie cuando se limita a imponer, con
violencia. prngrarr.as y abstractos sobre una realid1d que cor.tiene imperativos
elOnmicos y sociales, de otros muchos proble1nas qu e;capan al cartabn de las
idwlogas particularistas.
Contra lo que a menudo se afit ma, el p.-oblema de la hor;; no es fundamentalmente
econmico, que nunca haban sido rns abundantes los bienes. Acaso la excesiva
preocupacin econmica (OntribuF a o:curece.- )' las soluciones. Repetidas veces se
ha obserVJdo la identidad cielos fine a que llegan los supe.-capitalistas de Estados Unidos y los
super;ocialistas ce Rusia. De tanto encumbrar al hornbre econmico creado ambos el
mGuina qGe vive trabajar, y al tr2bajar para comer, fatalmente concluye en el
fetichismo de la y el insrrumento. Ningur,a diferencia esencial el practicismo de
Oewey, quP busca en el ju ego de los hechos el supremo bien, y el neoidealismo bo:che;iq11e
cuando pone el til sobre r.uestras cabezas como banden. El Dios del yani:ui h:illa su
s!mboio er. el !cono Mquina del nuevo rito ruso. Demos, glorificado en abstrano, levant
primero en los Estadcs Unidos los monumentos annimos al .:l'erp0 de Eiomberos, a la Marina
o a la Polica. Ellos el artecedence del arte obtuso que la postguerra eleva monumentos
al soldado desconocidc en Europa y que en Rusia encumbra um divinidaa que se llama
la Multitud. Nunca I;; canti<fad mostr insolencia semejante frente a la calid2d. Los mercados
tambin se l!er.an de calcirlad y se necesario quemar el tr;go y echar ai agua el caf porque
la calidad. GUe es moral hum;ina inceligente, no logra imponer;e al caos econmico. El re:no de
Calib11 nunca fJe ms extenrn )' q11iz tampoco la mi seria ha sido nunca general y do:orooa
8B
1
1ue en la actualidad. Y todo pcrque !a revo!ucin rni sr.; a se ha u:i nt2minado de ca:;i. id:-:des y SP
pierde en cifras y no halla la fe que conduC<:--u la justicia, el impulso que engendra la alegra,
El Salvador del instante sera ur. o Oe ,udiese OlPrnos del rostrn ia mueca de! odio y
devolvernos la serenidad de la inocencia,' Po; mi sigo creyendo en aquel que predic en
la Montaa y es manantial de p;i z, aunque no ecom:ende !a mansedumbre y si b lucha
constante porconqu!,s tar el Reino, Su sopin hoce falta al 2nhe!o de la de las masas,
que tiene n derecho a! pan y la ventura,
Sin aguardar el paraso en :a t:erra, reconoz(o I<; obligaci6n de sobreoasar el egosmo y de
lucnar por la justicia en el mundo, Justicia hay que, pedir y no dicha, Y la justicia tiene <le
enemigos al que promete hartazgos como fin posterior del anhelo. y al
superhombre que se: erige en idolo y reemp!aza !a inteligencia con la hoja de lta del casco
cesreo,
Desconsolados de la destrucci6n que acompaa la crisis revolucionaria, claman algunos ia
vuelta al orden que encarna en dictaduras que se dicen reconstructivas, No cabe duda que el
desorden de la economa requiere Ja intervencin de un Estado fuerte. con aquella fuerza
valerosa que reprime los abusos, las exacciones de los de arriba. 110 con ia fcil, desleal que
encarcela unos cuantos En el estado actual de la sociedad todos ;,bogamos por
un gobierno que sea capaz de evitar la revolucin adelantndose a ella; es decir, procurando el
empleo de los desocupados, limitando las ganancias del capital , gr;;vando la renta y
destruyendc por impuestos progresivos el latifundio. ciando caza al privilegio en todas sus
guaridas, Pero un Estado de ese capaz de afrontar semejant'5 objetivos, no
puede nacer del golpe de mano del cuartel ni encuentra apoyo en un pasado que representa ia
perpetuacin de la injusticia, Una dictadura que se impone por violencia y se aprovecha de la
sorpresa, necesariamene se organiz2 como instrumento Je clase y. ya se incline a la izquierda
o a !a derecha, en realidad impone jerarquas artificiales que duran io que tarda en prepararse
En la democracia posee los medios que ie permiten consum2r 12 reform,
a fondo, De la revolucin toma el impulso de poogreso. pero se libra del ?ersonal turbio que
prospera en la revuelta, Sin mengua sus postulado'. bsicos. el rgimen democrlico
imprnvisa las instituciones ms eficacts para el caso guerra o de perturbacin
econmica, Por ejemple, 12 ciict2dura derr.ocrtica, qLie se distingue de la pretoriana en que es
temporal y se propor1e objtivos concretos y no renuncia las ccn;ecuencias Je J3
responsabilidad, que es inherene a todo gobirno civilizado, Asimismo. en el modo de
originarse ha;, una d:ferencia esenci2I ent'e la dictadura demccr.tica y la dict?.dura de gol?e c:le
mano, pues mientr;;s ltima procede por lo comn de una sorpresa y no recibe amis el
refrendo rle la opinin, la dictdura lirnitada de la democracia procede, ya de una eleccin
lealmerte consurnada, ya de un plebiscito que la s11p!e en casos de ext rema urgencia pbl'ca,
Se entiende que e: para ser vlido ha de producirse e.1 favor de persona que no ejerce
dircta ni indirectamente el m2ndo, Ha de consistir designacin aclJmatxia del ms justo y
ms ari to para resoiver en un instante cado la crisis de una situacin y de un pueblo, Y a
sabe que verdadera diccaC:ura suelen ejercer presidentes legalmente electos, cuando en
c:rcunstancias e)(traordinarias el poder legislati'lo les otorga fa(ultades que 110 estn
o;iginariamente contenid;;s en su mandato,
Dictadura democrtica fue la de Clemenceau durante la guerra, Concluida sta con la
v1ctori<i, el Dictador abandona el poder. aclamacio por victorioso, pero negado en el inst;;nte
en que cesaron las circur.stancias excepcionales que excusan el ooder perso11aL Prev<il eci en
89
cada Jno el amor de la patria y el Salvador de la ocasin ms peligrosa de Francia volvi a
confundirse en la pobreza c'.ln la multitud de sus conciudadanos. All discutido. acaso vejado.
el viejo patriota il ustra su holecausto escribiendo el libro apologtico de Demstenes. el ltimo
gran ater.iense. sacrificado a la libe;1ad de su puebio en lucha contra la decadencia q1 e iniciaba
Alejandro.
Dictadura derivad;; de una eleccin es la que ejerce en estos instantes el Pre, idente
Roosevelt, que para poner en obra las ms osadas reformas. para enjuiciar a los banqueros que
ayer r.o ms eran tedo el poder, no ha necesitado amordazar la prensa. confiscar a sus riva!es.
encarcelar a sus crticos. Ni la democracia francesa en plena guerra. ni la dem0craci<:
norteamericana en crisis de rgimen ernnmico. han tenido que fusilar oposicioni stas para
llevar adelante un programa con xito. De suerte que cuando un rgimen, un progra ma.
requieren para su sostenimiento no slo el uso. tambin el abuso del poder y !a legalizacin del
crimen. es obvie conr.luir que 110 se trata de adelanto ni de verdadero revo!iJc ionaris mo. sino
de extorsin. pretorianismo y barbarie. En cambio. dentro de la democraCia y ni cament e
segn sus normas. resulta posible hacer adelantar el imperati vo d la justi'.:ia econmica con
todos los otros progresos.
Conviene procurar la claridad de las ideas y la eficacia de las instituciones, porque todos
los males de la poca apresurarn su alivio si sabemos circunscribirles la extensin y la causa.
Ya otras muchas veces la humanidad ha credo que era inevitable un cambio de fondo en las
costumbres. el pensar y el sentir de la especi e. Y el uso de las paiabras: era pasada y tiempos
nuevos ha sido juguete de ms de una generacin. El desconcierto ecor.mico es capaz de
provocar y debe provocar tramformaciones econmicas ms o menos profundas. pero de la
economa r.o pasa y de SJ aplcacin en el derecho. La economa nunca determina cambi o
Ustancial de las ideas. Desde el comienzo de la historia hay el ritmo de ias vacas gordas y las
vacas flacas. Y maana. tras la liquidacin, volver ia abundancia. pero el capitalismo
desenfrenado y la cencralizacin se han derrumbado. No volvern a rehacerse los grande1
de Ori,ur.as. r.i la metrpol is cuya industria cJbra las necesidades ce un
continente. en inrercambio obligado de !as r.nterias primas. La igualdad en la economa es una
solucin que emerge ya del c;,os del momento. Tras el mpeni igualitario. em:>uja una
posibi lidad de abundancia que r.inguna poca ha conocido. Jams el adelanto cientfico haba
alcanzado el poder que hoy tie ne de multiplicar la1 cosedm y acrecentar la1 En
el sentido eccnmico el progreso e; notorio y slo hace fa lt 1 que la vida ;ocia! acabe de
construirse les siste.nas necesar;os para qJe a todos alcancen las VPntajas s11bre
la naturai eza. Ningu;1 dcctrin" capal de ,eso!ve ,or s scla o;r.
desarrollo que est impulsado por 12 vida y construye sus propias Pero el
socia! no lo determina. corno en !as especies zoolgicas. el cirso inrliferente de 12 ley nat ural .
sobre l impone el hombre su inteligencia. Detrs ei irr.pu:s'.l voluntario interviene er el senti do
natural dd desarrollo y lo modifica. :\si procede el culti1ador. y f.sre sencillo
trascer,d2ntal . producir un grano. revela todo el sentido. el poc!er dl espritu. raz de todo lo
que conocernos bajo el rtulo de cultura.
Con amplio criterio de procuraremos abordar. despus ciel exar.1er1 de ios
obstcul os. el problema de la construccin c:ie un aeslir10 co:ectivo en nestros !;;res d< la
Amrica Hispnica.
Pero antes de adelante. anotemos: la lucha del presente lO es un 1:1
90
'>OCial:s mo derrotado y bien derrotado como teora comprensi va de toda' las actividades
1oc'a les representa, sin una conquista definiti va que intere'a
precisar para mejor crdito no deber ser ya ms 11n a funcin priva da. Los
recursos natural es y su expi o,tcin pertenecen al Estado para beneficio de la las
vias de comun icacin y los servicios pblicos deben librarse de la explotacin de los
particulares: el uso de la tierra ya no se extiende al abucendi remano, si no que debe estar
limitado y regia mentado; la proFi edad es una funcin cuyo rgimen compete al Estado, pero no
pertenece al Estado la moral , la opinin, la libertad de los ciudadanos. En palabra, el socialismo
o la so.: ializaci n rigen el mundo y n1erecer dominarlo, a condicin de que no se entromet;; n
al campo dE la filosofa.
Pensamiento historicista
.. .
Prlogo a la obra
Breve historia de (*)
La historia de Mxico empieza como episodio de la gran Odisea del descubrimiento y
ocupacin del Nuevo Mundo. Antes de la llegada de los espaoles, Mxico no exista como
nacin; una multitud de tribus, separadas por ros y montaas y por el ms profundo 2bis1no
de sus dialectcs, habit<:ba la1 que h0y forman el territodo patrio. Los
<flltcas domin?.bJn una zona de la meseta, en constante rivalidad con los tlaxcaltecas.
y al Occidente los tarascos ejercitaban soberana independiente, lo mismo que por el Sur los
zapotecas. Ninguna idea naciolal emparentaba las castas; todo lo contrario, la ms feroz
enemistad alimentaba la guerra perpetua, que slo la conqui>ta espaola hiz0 terminar.
Comenzaremos, pues. nuestra expo:;icin en el punto en que Mxico surge a la vista de la
humanidad civi lizada. Empezaremos a verlo tai y con10 lo los so!dados de la
conquista, segn nos lo dicen en ;us crr,icas. f'cr fortuna fueron espaole; lo5 que
primero llegaron a nuestro suelo, y gracias a t: ll o es rica la histo;ia nuestra regin Nueve
Mundo. como no io es la de la zona ocupada por los pu;itanos. Toda va a la fecha cuanto se
escribe Je historia mexicana antigua tiene fur.dars2 en los re:atos de los capitanes y los
;nonjes de la cor.quista, guerreros y civilizad0res, d" letm. a la par qut: hombres de
espadJ, ;egl la clara exige11Cia de la instituci11 de la caba!lera. Pues propiameme foe la rle
Arr.rica una ltima cruzada en GUe lo; r2ste!!2nos. flor de Eurripa. despus <I r.orc,
g2nuon para la con las naciones de Amrica, el dominio del planeta, la
del furnro. Imagine, quien r.o quiera reconocerlo, qu es lo que seria dP continente de
haberlo descubierto y conquistado os Las regiones intericres del Africa acwal
damos u;ia idea de la miseria y la esclavit11d, la degr<idacin en se hallaran
territorios .

(') La Bieve historia de Mxico fue publicada por
prime.-a vez eo 1938 y de e!la se han hecho mltiples
edici ones. Aunque arranca del Mxico preco11esiano,
Jcdica ms atencin a la poc1 conternrornea. a partir de
la etapa moderista de 1911. tste prlogo es de b 11
edicin, de r.mzo de 1 ?69, por la Compaia
Editorial ContinentJI, S. A .. en Mxico, pP. 1 S-16 .
94
Desde que aparecemos en el panorama de la historia universal en l figuramos como una
;, ccesin a la cuitura ms vieja y ms sabia, ms !lustre de Europa: la cultu;a latin;;. Este orgullo
latino pervive a ia fecha en el <lma de todos los que ie;1en concienci1 y orgullo; latinos se
proclaman los negros cultos de las Antillas y latinos son por el alma, segn bien dijo nuestro
Altamirano, los indios de Mxico y del Per. Latino es el mestizo desde que se form la raza
nueva y hab! por boca dI Inca Garcilaso en el Sur, de Alba !xtlixchitl en nuestro Mxico.
lnc0rporados por obra de la conquista civilizad0ra, el indio y el negro a la rama latina de la
cultura europea, nuestro patriot;Sf11o abolengo y entronca con una tradici n
prolongada y prnvechosa. De all que todo corazn bien puesto, negro o criollo, siente las
glorias de la Espa.a creadora y de Italia y Roma, con predileccin sobre los otros pueblos de
la tierra. El mismo idioma halag nuestros odos a partir de la infancia. Tan superior es la
tradicin nuestra a la de los peregrinos del Mayflower, como grande fue la Nueva Espaa en
comparacin de humildes Colonia1 del Norte.
Ingresamos a las filas cie la civilizacin bajo el estandart de Castilla, que a su modo
heredaba el romano y lo superab2 por su cristiandad. Y es intil re.batir siquiera la fbula
maligna de una nacior.alidad autctona que hubiera sido la vctima de la conquista primero y
ms tarde de nuestra nacionalidad mexicana, es decir, hispano-indgena. Se. lleg en cierta
poca a tal punto de confusin que no falt qui en pretendiese ver en Mxico un caso parecido
al del Japn, que al servirse de lo euro?eo, robndole la tcnica, se ha mantenido autctono,
sin embargo, en el espritu. En qu espritu nacional poddamos recaer nosotros si
prescindisemos riel sentir casteiiono que nos form la Colonia? Existe acaso en lo
en lo precortesiano alguna unidad Je doctrina o siquiera de srntimiento opaz de un
alma naciona!? En dr.de esc5 un cdigo parecido al de los samurais que pudiera servir de ba>e
a un resurgimiento aborigen de Mxirn o del Per? Desde el Popal Vuh de los may<s hasta las
leyendas incaicas no hay en :a Amrica precortesiana ni personalidad homognea ni doctrina
coherente. El Popol Vuh es (Oieccin ineptas, remozadas un tanto por los
recopiladores espaoles de la co;iquista que mejoraban la tradicin verbal
incomprensible ya para las razas degeneradas que reemrlazaron a !as no capaces que
crt:aron !os monur.1encos. El continente entero, segn advier.:e genialrnente K.eyseding, est3ba
dominado por las fuerzas telricas y no iiaoa r.acido nur.ca para e: espritu o era ya una
decader.ci;: irremediable :uanco llegaron ios espaoles. Los espaoles advirtieron la torpeza
del pensamiento aocrigen y, si11 err,b, rgo, lo tradujeron, lo cataiogaron. lo .ierpetuaron en
iibos y unkas, y hcy ya slo !a puede repec:r el dislate Je cue los -:onqu!scadores
demuyer0n una civili:a:ion. Desde todos lo; puntos Je v!st a, y con todos sus deectos, :o que
cre la Ccloni2 fue mejer que lo que existia bajo el dominio al:,origen.
Nad;; destruy Espaa, pcrque nada exist;, digne de conservars2 cuand0 ella lleg6 a estos
tErritorios, a menos de que se sagrada toda esa malaycrba del alma que sor. d
carribalisr110 de los caribes, los sacriicios humanos de los aztecas, el despotismo embrutecedor
de los incas. Y no fue un 2zar Espaa dominase en Amrica, err vez de Inglaterra o de
Fr2ncia. Espaa tena que dorninar P.n el Nuevo ML
1
ndo donrinaba en el Viejo en !a pocJ
de la colonizacin. /\fogn otro pueblo de Europa en igual grado que el espaf,ol el poder
de e'pntu necesario para llevar una empresa que no tiene paral elo en I;; historia
entera de la humanidad: epopeya de gegrafos y de gu.:r:eros, de sabios y de coloniz2dores. de
hroes y de santos que, al ensanchar el dominio del hombre sobre el planeta, ga naban
::iara el espritr1 las almas de los conquistadores. Slo una vez er. la hstoria humarr;: el esprirn
h< sopla do er. afn de conquims que, lejos de subyogar, lm:in. La ue los /\sokas haba
---- ------...,.._ r.., ,

,. -
95
visto conquistas inspirados eo. el afn del proselitismo religioso; conquistas que, rebasanrir. ei
esfuerzo de! guerrero, se establecan en el alma de poblaciones remotas si n vtra coercin que
la del penDmienco egregio. Superior an fue la obra de Castilla, y er1 mayor tamo por
las extensiones de los territorios ganados para la cultura como por el valor de ia culrura que
propagaba. La nobleza de Castilla, poderosa en el esfuerzo, virtuosa y cla ra en la accin. era la
primera nobieza de Europa cuando se produjo la ocupacio del Nuevo Mundo. Y fortuna fue
de Mxico el haber sido creado por la pri mer:i raza del mundo civil izado de entonces, y por
ir. strumento del primero de los capitanes de la poca, el ms grande de les conquistadores
todos los tiempos, Hernando Cort.s, cuya nos envidia el anglosajn, ms an que ios
terri torios que su conquista nos ha legado.
Y el ms grave dao moral que nos han hecho los imperi"!istas nuevos es e! habernos
habituado a ver en Corts un extrao. A pesar de que Corts es nuestro, en grado mayor de
lo que puede serlo Cuauhtmocl La figura del Conquistador cubre la patria del mexicano,
desde Soncra hasta Yucatn y ms aU en los terriiorios perdidos por nosotros, gan:idos por
Corts. En cambio, Cuauhtmoc e, a lo sumo, el antepasado de los otomes de la meseta de
An2huac. sin ninguna relacin con el resto del pa;s.
El mito Cuauhtmoc lo in ve ntan Prescott y los historiadores norteamericanos, lo
los agentes indi rectos del protestantismo, que quieren borrar teda huella de lo
espaol en Amrica. Si en Mxico prescindimos de lo espaol , nos quedaremos como los
negros, ;; tenidos al Judoso de un Lincoln que, slo por razones polticas, aboli la
esclavitud, o, peer an. un padrastro como W .;shington, mantuvo esclavos negros, pese a
sus timbres ce libertador. El sentimentalismo en torr.o de Cuauhtmoc es parecido al que hoy
manifi estan los influenciadcs inconscientes del imperialismo ingls en favor del Negus de
Abisini a, que antes de ser expulsado por los italianos del reino que oprima ya se haba hecho
clebre ff1tre sl!s salvajes conciudadanos por el asesinato, envenenarniento y prisin de ri vales
y parientzs. DesventJrados los pueblos que se empe1n e11 construir tradicin con personajes
semejar.te; por ser traicionados por elles. t?.I y como el NegL?s abandon pas a la
hora del peligro, 2 estilo Ar.tonio L6pez de Santa P.nr.a. llevndose los fondos de todas l1s
que atraves en su fuga.
Corts, en (a mbiv, el m; humano de los cor.quist1dores, el ms abr,egodo, se liga
espiritual mente a los al convertirlos a la fe, y su accin nos dej el legado de
pti ia. Sea cual fu ere la raza a q11e pemnozn, todo d .ue ;e sienta debe a Cun;
el mapa de su patria y la primera ide:i de corjunco de iJ nac:onali<lad. Quienqui tra que haya dE:
construir el grand E: en estos territorios qL?e hoy imaginamos que son nuestros,
tendr que volver los ojos al plan de Corts, porque en siglos no ha l12bido otro que
mirara tan lejos ni conmuyera tan en grande. Ms Jn: despus de Cortks, de Antonio
de Menoza. despus de Revi ll agigedo (que todav;a intent la de Texas), despus de
Glvez (quE: estamp en ell a su nombre), no ha habido en nuestra patri a constructores; slo ha
habido desm;ctores, reductores del mapa. exceptuar lo; ms erandes n0mbres de nuestro
Calendari0 bsta con apelar a la cart2 de la Repblica para darse cuenta de cindc
estuvo y dlde acab el patriotismo en es te suelo castigado de Mxico. El mapa comienza a
crecer con don Hernando y se inegra en sus manos en for ma grandiosa. El crece an ms
y se consolida bajo ciertos virreyes, como no lo soaron jams las pobres mentes confusas,
'envilecidos, de toltecas. y azteca<, y ma'as. Por primera vez y por lt!m;i vez, bajo los vi rreyes.
la ciudad de Mx ico es la CJpital de un reino que va de a lo hoy es el Canad.
En esa poca nuestra lengua, nuestra reli gin y nuestra cultura eran soberanas en e! contir.entc
septentrional.
Sgase la historiJ del 'll;;pa y se ver que coir.ciden ia; redcciones co11 la aparicin cielos
caudiiios, que slo piensan en el propio beneficio, en la propia dominacin, y para lograrla no
vacilan en ofrecer a quien lo quiera:, ya sea Texas, y1 la ya, ms tarde, el istmo de
Tehuantepec, bajo el Benemrito de b Amricas, Benito Jurez.
Qu!en de buena fe quier;i enterarse y no sea un obcecado, un enferrn:i Je su propio
veneno, abra los rr!os y compare esta ecua'.:!n /\ mcdda que los ttul os de!
gobernante aumentan -Benemrito de las Amricas, A!teza Serer;isima, Jefe Mximo de la
Revolucin-, el mapa se va estrechando. El map1 creca cuando los jefes de Mxico ;e
l:amaban simplemente Hernando Corts o Antonio de Mendoza. Y hoy, que ha cambiado el
sistema de la conqu!sta, ya r.0 es armada, mera! }' econmica; hoy, que y-:. n0 quda
mapa que estrechar, porqe sobre todo ei terriiorio domina el plan de los amos nuevos, una
insulsa palabrera sustituye a la dignidad de! patriotismo. Y se disfrazan los testaferros con
sobrenombres tomados a la revolucin ru;a o al izquierdismo masnicc: liberalismo,
socialismo, revolucior.ismo, istmos extranjeros y otras tantas mscaras de una dominacin que
p no necesita ejercitarse cor. escuadras y ejrcitos, porque le basta con el engao que fructifica
en los clubes, y iuego est<illa en las plazas con hedor de albaal y efectos de muerte, de
desintegracin de una estirpe.
No me dirijo nk;;mente a! mexicano de europea; tar.1bin al indio puro de
nuestros territorios. Al indio ilustrado del momento que hoy vivimos :e p;do el esfuerzo de
remontarse con la imaginacin a Jna patria como la de Cuauhtmoc, a principios del siglo XVI,
y en segui a una patria como la de Hernando Corts, veinte aos ms tarde. Ese mexicano,
indio puro, si no tiene en ias venas hiel, en vez de sangre, si logra expulsar de su fisiologa el
veneno acumulado por ms dP siglo de pro?ag2ndas m11volas, ese mex!car.o indio puro
tendr que reconocer que era patria la Co;ts ccnstrua quP la de! valiente
Cuauhtmoc o ia del cobarde Moctezurr.2. Ten<lr que reconocer 'lue para su propia ;angre,
temporalmente humillada por la conquista, habia ms oportunidades, sin embargo, en la
sociedad cristiana que los espaoles que en la sombra her.atombe peridica de las
tribus anteriores <. la conquista.
*
. Ms an que los datos nuevos, el historiador ha r.1enest er de recto para juzgar lo
y3 sabido y probadc. En consecuencia, si1 pretersiones de ofrecer hal:azgos pro:-ios de
eruditos, desarrollaremos nuestrc basndolo eri la exactitud de :os hechos por
tudos e casi todos aceptados. Nuestra ambicin se limita a presentar la historia patria tal como
deoi desde hace u11 siglo si no lo hubiera impedido nuestra sumisir. inconsciente
a las doctrinas del conquistador nuevo. Tiernpo es ya de qJe abramos los ojos para ver el gesrc
de repugnancia con que nos contemplan 110 pocos de los mismos que nos seduce11 oara
dominarr.os. Para todo el que quiere mirarnos hemos llzgado a ser una suerte de monos
humanos, ;enega<los de su abolengo, drnnemoriados de ?a:;ado grandioso. ?arias del a:ma
que.damos al renegar de lo espaol haba en nosctros, y en seguida fue muy fcil que'
nos de<>rarnos quitar las minas y los navos, territorios y las inciustrias.
97
Urge por lo mismo reconstruir nuestros juicios, rehacer nuestra personalidad histrica,
aun cuardc acaso resulte ya demasiado tarde. Por lo menos, al hacerlo se iluminar nuestro
ocaso. Ser menes ruin nuestro instante si unas c1Jantas almas recobrar. ia conciencia, en el
umbral de la nocl1e definitiva de la estirpe. Los hechos, los simples hechos dtsnudos de
adjetivos, serenarn nuestra derrota, esclarecern la sombra y acaso den a la vo:untad el tnico
necesario al milagro de los resurgimientos.
Todos los hechos conducentes nos van a ser dados por escritores de nuestra lengua,
historiadores y cronistas de Espaa, comentaristas y pensadores de Mxico: Bernal uaz,
Hernn Corts, Sols, Las Casas y, en la moderna, Alamn, Pereyra. Y dnde est,
la versin de los indios . que son porcin de nuestra carne nat:val Y es fcil
responder con otra pregunta: Cmo podran dar versin alguna congruente los pobres indios
precortesianos que no tenan propiamente ni lenguaje, puesto que no escriban ni saban lo que
les pasaba, porque no imaginaban en la integridad de una visin caba: o siquiera de un mapa,
ni lo que eran los territorios del Mxico syo, mucho menos el vasto mundo de donde
procedan los espaoles y el Mundo Nuevo que venan agregando a la ge0grafia y a la cultura
universales!
Sin embargo, si queris testimonios autnticos, testimonios indgenas, os remito a los dos
autores ya citados, el inca Garcilaso y el n1exicano Alba lxtlixchitl, mestizos ambos, en quienes
halla voz por primera vez, lo indgena; no nos llega en ellos puro, desde luego, sino mezclado
a lo espaol, purificado, enaltecido oo; la cultura europe<. Nada dijeron por cuenta propia los
indios, ;orque no haban tenido genic para inventar un alfabeto. repetido todos la doctrina
de algn extranjero. No hizo otra cosa el indio puro Benito Jure7.. Cuando habl st hizo eco
de la leccin jacobina que le enseara Gmez Farias, que la tom de Poinsett. Y en estos
tiempos de hoy no suelen hablarnos de otro modo los lderes de un indigenismo que,
sin embargo, repiten el credo comunista aprendido del agitador iudo de Nueva Yurk o de
Polonia, secuaces de Rusia. Desechad, pues, todo ese a le. Prescolt, a lo l.ewis
Wal!ace; sobre el dolor del indio que p.erda su patria. Lus indios no tenan parria y. salvo uno
que otro cacique o;resor, mejoraron con la cor.quista. Los espaiiolcs oprimieron a los indios
y los mexicanos seguimos oprimindolos, pero nunca ms de lo que los hacan pade.:er sus
propios y jefes. La nueva civilizacin, al aumertar los productos de la tierra con
. ;1uevos cultivos, al al indio, por la religi;1, a la categor2 del ;;mo, al otorgarle el 1ecurso
de GUej<' ante los tribuna:e>, bien er. su mayora, al ensanchar el espirit1J del indio
con el tesoro de las artes, las festividades religiosas, las espcran:as del cielo, fue, verdad, la
credora de una palria mexicana. Nunca hubo en la Nueva Espaa ms de mil
Si los indios hubieran tenido ccnciencia nacional y hubieral sentido que la conquista
era una ignominia; acaso no se levantado les seis millones de indi0s para degollar a
lus blancos! Al contrario, y como pas;, sier11pre en las scciedades mi!itarizaas. poi" huir de los
de los caciques. se refugi an l0s indios con el soldado de !a conquista. Hecha !a paz, la
erlucac;n de las misior.e transform a los indios, de parias, en artesanos y sacerdotes,
agridtores y civilizadores.
i-lallaremos, sin duda, iniqt:idades en la historia de !a conquista; es r;,sgo caracterstico de
la hombra no negar, ni siquiera disimular sus yerros, sino bien adelanr.arse a
condenarlos. El h:b;to de la confesin influye, sin duda, en e;ta franqueza. En las otras
conquistas los horrores se han q:Jedado tapados o se han pretendido pero sin honra,
pues al crimen comumado se ha aadido la insinceridad, la
98
El historiador imparcial necesita ser un extr;;0 que juzgue los hechos framente, como se
estudia un proceso del orden biolgico. Nadie puede escribir en este tono, de su propio pas.
y menos historia todava re(iente. El que escribe sobre su propio pueblo y con miras a
encontrar en la histori2 las fuerzas dispersas que acaso puedan contribuir a salvarlo, tie11e
poner en la obra dolor de parte ofendida y pasin de justicia, exigencias de rehabilitacin del
futuro. Al h:storiador poeta, al extranjero curioso le preocupan nicamente aquellos casos
excelsos en que un hroe, una poca se imponen a la admiracin del que observa. Ninguno de
estos hombres o sucesos universales tiene nuestra historia, si se exceptan los episodios de !a
conquista que no ignora ninguno de los nios de escuela del mundo. Despus nuestros propios
hombres son de tal!a bien modesta. De antemano sabemos que no sera justo exigir lo excelso
de una nacin que comienz:i, pero modestia no quiere decir acatamiento servil lo qu2 es
indigno. Por esto no importa quin caiga, el historiador ha de exigir que sus hroes den siquiera
la medida del nivel moral de fa civilizacin; por lo menos el talento medio que sabe distinguir
lo que conviene a su pueblo y lo que le daa. Con slo as juzgarlos, nuestros dolos oficiales
se derrumban. Y e! no haberlos derrumbado a tiempo es causa de ese desdn con que vemos
nuestra historia; la sabemos perversa, mediocre. Y el alma xige mucho y se rehsa a tomar
cosas tan pobres. como el modelo C:e la grandeza humana. De all que a menudo procuremos
desentendernos de lo propio para admirar la humana excelsitud, cualquiera que sea el territorio
en que se encuentre. Pero en cierto instante la edad nos hace humildes, a la vez que nos
advierte que de nada sirven las admiraciones remotas si no reclamamos que en torno nuestro
la vida pblica tome maneras decorosas, ya no digo ilustres. Dentro del ambiente moral de la
cafrera, el mismo genio se agota, como trigo en arenas.
Por eso es indispens;;ble enderezar dentro del propio medio un;; categora de valores,
formar un grupo de personaliJades, conscie11tes y rectas, y esa tar2a no se logra improvisando
hroe al que fue bandido, inventando virtud en el malvado, talento en ei zafio. De nada sirve
mentir, porque nunca se engaa a los psteres. La base de toda conmuccin patiitica es ia
verdad que nos descubie el oro fine de la accin noble. Oro tal lo hay, por fortuna. aun en las
ms depravadas circunstanci:is cie nuestra pesadilla nacional. De all que no sea excLls<. decir que
medio no da m:s. No es circunstancia atnuante e! hecho de buer.a parte de
nL1estros gobernantes hayan sido criminales; no !o es al la_do de ios descalificdos ha
habido siempre algr. individuo q112 saiva el honor racial. La accin ininterrumpida de estas
mir.cras fracasadas, pero tenaces, es IJ nica esperanza en el panorama sombrc de nuestro
pueblo. 8ochornosa es en gra'l parte nuestra historia, no po;quE se uzgarla cor
criterios de pueblos ms avanzados; hay cierto lmite de moralid:id que lo rr.ismo rige ?ara la
tribu qJe para la nacin. P! hero'smo se da en 12 ir.dele slo
excepcionalmente en todos los climas. Por eso mismo. a cada uno de nuestros lo
juigamos con el criterio elemental del sentido comn para el entendimiento y del honor
para la accin Sin la norma de ciert?. a los v2lores fundamer.tales de la tica,
too ti'ato humano se vicia y toda sociedad se hace un infierno. Cuando se compara la bstoria
de Mxico con la de su hermanas riaciones del continente, se piensa en una rr.aldici11
particular qee pesara sob;e n1Jestro tcrrritorio. Acaso no es porque la gente sea ms mala aue
en otros sitios, sino po;que nuestros larg0s perodos de precorianismo h:in hecho de la
ignominia la regla. No hay nada ms antihumano que darle.a la fuern un funcin que slo la
inteligencia debe desempear. En los pases del sur. por ger.eral. el letrado
el ha venido mandando )' el soldado reducido a su profesin, se nace efitaz y casi no pesa
sobre el pas. Mxico no tiene una sola v1ctor'a contra el enemigo comn, ni una batalla gan:ida
como la de Costa Rica contra Walker o como b de Buenos Aires contra los ni siquiera
_., --
las grandes batallas de la Independencia a estilo Sar. Martn y Bolvar. Esta ausenci:: de tradicin
heroica mantiene a nuestro ejrcito en la mediocridad, cuando no lo lleva a las ferocidades de -
la guerra civl:. Er cambio, un ejrcito argentino que supo tomar prisioneros a siete mil ingieses
si11 fusilar a uno solo aifcilMente >e decide a fusilar a connacionales. Su gloria lo defiende del.
descrdito de una carnicera. Toda la tradicin viril y civil de Costa Rica puede deivarse de la
bata:la de Santa Marta, que es como un San Jacinto en que J.c>.s latinoamHica;;os hubieran
triunfado. La batalla de Santa Marta libr a Centroamrica de ser as como !2
batalla de San lacinto nos hizo perder a Texas. Y no se ven por ningn en Costa Rica
estatuas de generales, ni se conoce el caso de generales presidentes. Pues la victoria purifica,
as como I;, derrot;, ensombrece a los pueblos. Si g_ueris entender la agona prolongada de
nuestra ,mcin. observad a travs de su historia los presupuestos destinados al tramo de
guerra. El pulpo de un ejrcito opresor. ostoso e intil, es bastane explicacin de cmo
pasamos rpidamente de la categora de la primera nacin del Nuevo Mundo a la nfima
condicin en que hoy vivimos en vergonzante su!Jordinacin. Cuando todo esto se comprenda.
ios mejores entre nue;tros compatriotas se unirn para buscar los remedios. Mien'ras sigamos
borrachos de mentiras patriticas vulgares, no asomar en nuestro cielo la esperanza. Una
verdad resplandeciente es condicin previa de todo resurgimiento. Si a la verdad
contribuye este libro, habr llenado su objeto. As se in iten en contra de l los contaminados
de la ignonimia pblica.

~
Pensamie.nto pedaggico
1
l.
1
1
l. Mensaje a la juventud
XIX Congreso Nacional
de Estudiantes.
Monterrey, ! 951 (*)
Es aventurado arrogarse el papel de consejero de los jvenes. No presumo de serlo.
Reconozco que cada generacin e, duea de su conciencia y ejewtora de propio destino.
Lo que puedo deciros no tiene otro valor que el de una experiencia cuya autoridad
no es otra que la de ser sincera. Me presento ante vosotros con una condencia que contempla
su momento histrico, pa;ticipa de sus angustias y pone a vuestra disposicin una serie de
reflexiones que drama tan intenso suscita. Delante de nosotros muchos viejos sistemas se
hallan en bancarrota. Doctrinas que parecan perdurables han ;nomado su interna gangrena y
se derrumban impotentes. Ideas que ayer no reciban acatamiento genenl, vense condenad1s
al demdito. Seguin1os anhelando la iibertad y la ; usticia, pero han variado tot2l mente los
caminos que emprendemos para buscarlas. Por todas partes d !iberal:smo derivado de la
Revolucin Francesa es enjuiciado y nuevos programas conducen a soluciones ms certens del
problema social.
E:I fundamento uistiano de toda reforma fecunda empieza a ser reconocirlc y adopt1do
como base reconstruccin. Relegamos a un olvido pi adoso el rormismo culpable que hizo
de la poltica un instrumento de maffias que se demoran entre s con el antifaz de
pmidarismos que a la postre han debilitado y corrompido ei cuerpo de !a patria. La ambicin
del mando y la codici?. tiemblan hoy ante la exigencia de honestidad y de sinceridad
convirnen la polt!ca e11 un La alcanza al pasdo inmediato y re1isa la
historia. Las le)'eS de la poca ccnsol:daron la discordia al C:ividir a la n;,cin en dos
irreconciliables: libuales '/ reacc:onarios, que, por otra parte, y con frecuencia, han
coincid;do tan slo en la codicia cor. GUe 21 amparo de libertades fal;as se enriqueLieror1 dentro
+
('} Tmcena, Alfonso: je>s 'lasconce/os.
Porra. S. A., Mxico, 198, 21-24.
!04
de la impur,id de ios caiitaiisrno sin freno. Bajo etiquetas aparentemente di$tinta1, 'f al
amparo de leyes hechas,!; riqueza nacionai pas a manos de! extranjero, er. tanto que la iglesia
v el se nobres. bs leyes de amortizacin, a: disolver las
dejaren la propiedad agraria a' merced de! la.tifundio nativo y de ias concesiones imperiali stas.
La Uni ve ,sidad del porfirismo recog: la doctrina que se llam de los cientficos, o sea, un
evo!udon!srno que en nor!'?bre de! filsofo Spencer justificaban, c:orno derecho de los fuertes,
el atropello '/ el aouso de la clase gubernamental.
. Vino, por fin , e estallido revolucionario. Las aspiraciones nacionales que<hror.
por Francisco l. Madero en el Plan de San Luis Potos, que contiene ideario de todo lo bueno
que ms tarde se ha hecho o se ha debido hacer. Desventura para la Patria que Madero no
hubiese podido llevar a trmino su obra. Con Madero se habran resuelto en forma senSlta
todos los problemas econmcos.' Su poltica generosa: iluminaJa por su inteligencia superior,
habria puesto las bases una unidad nacional fundada no en la 1nezcolanza de los valores, sino
en una valiente reforma de los pree<optos antiliberales de la Constitucin, al mismo tiempo que
se habra logrado la paz poltica en la nica forma en que el!a es perdurable, o sea, el respeto
al sufragio, que garantiza el funcionamiento de los partidos.
Sacrificado Madero en la forma inicua que todos sabemos, el pueblo mexicano torn a
demostrar su salud y su entereza levantndose en armas para consumar el castigo de los
usurpadores. ?ero la Revolucir. haba perdido el r.orazn y la cabeza, a la hora del triunfo
tan slo tuvo brazos para lanzai" golpes de venganza, que acabaron por volverse contra !os
mismos vencedores deshonrados por el faccionalismo. Se pretendi desacreditar al amor y se
hizo bandera del odio.Triunfaron ensayos socializantes que engaaron la opinir., en tanto que
los m$ altos jefes ejercan la dictadura y vidas de riquezas se burlaban de todas las
intenciones nobles que, segn decan, eran la causa del fracaso maderista.
MierrtrJs tanto el mundo se transformaba corno consecurncia de las ltimas grandes
guerras. En la crisis se vio cluo que el liberalismo se haba prostituid<>, falto de algn cor.tenidc
de piedad que hubiera puesto lmite a las ambiciones de lucro que desat el capitalismo. Por
su parte, el socialismo, ai renegar de sus orgenes cristianos, se fue encaminando por lgica
materialista hacia el odio de la lucha de cl;,ses, para caer, finalmente, en los horrores de ia
poltica de tipo sovitico.
Y llegamos al actual en que los pases ex:gen radicalismo, en la verdad vida
!ibre, pero libre de rntervencioncs exageradas del Estado. Fatigados de p1dce.- la hipocresa
y el abuso. cada de nasotros v1ieive la vim a los eternos modelos de la conducta el
hombre. "lolvemos a reconocer, como anta, que quien de m gua '/ eie de los homb;es
ha de comenzar en el rie:go y sacrificio de exponerse a las tentaciones
del podero. L.os tiempos estn madLlros para el cambio, ne slo porQue nuevas generaciones
en el sufrimiento estn ingmando e;i 1<1 vida pblica, sino porque haban liegaco a ser
abstractioles y palabras vacas de contenido: igualdad el capit11ismo; fraternidad 110 en
Jess, en la maffia, y libertad, segn las directivas del partidc, ni siquiera las pobres
abstracciones postul:adas se pusieron ja'11s en prctica. Mentes distinguidas de nuestro pas
han insistido en que el peor mal de Mxico se halla en la$ discrepancias que han venidu
$Ubsistiendo entre la ley escrita y la prcticas de nuestra cunvivencia poltica. El corrtraste
deshonroso ha perdurado, qui po;que las doctrinJs mismas no en realidad ni sinceras 11i
__ _
!(" __ _ _
105
generosas. Desprovistas de amor al prjimo a la manera cristiana, es decir, fundado no en
humanismos huecos, sino en la divinidad que otorga a cada hombre el ser hijo de Dios, era
nawral semejantes credos polticos cayeran dpidamente rn la corrupcin y e! descrdito.
Ahondando hoy en la verdad, no.s damos de que no es la Etiqueta del partido io que
debe separar y distinguir a los hombres, sino la fidelidad que ur1os y otros hayan guardado a los
principios que estn por encima del partidismo, la poltica y la Patria misma, como son: la
verdad, la justicia y el bien. En todos los rdenes, las vieas divisiones pierden porque
es la hora de :evantar nuevas banderas y construir regmenes altos y limpios. Una ideologa es
el umbral de cada perodo progresista y creador. No es hora de restaurar. sino.de Quiz
a vuestra generacin toque la hora de dar la vuelta al timn de los destinos Para
merecerla habris de conquistar primero la propia autonoma rompiendo toda clase de
compromisos sospechosos. Cultivad el aseo de todo lo que es turbio, de todo lo que 1e halle
contaminado de oportunismo y de condescendencia culpable.
Nue{OS sistem?s en la economa y en la poltico. Nuevos principios, tambin rernrdando
que slo es nuevo lo que est fuera del tiempo, porque es eterno. As, la supremaca del espri:u
y !a bondad que se funda no en altruismo, que son prolongacin del egosmo, s:no en la caridad
de Cristo, que se acompaa siempre de sacrificio. Desprecio de las rebeldas superficiales y
dedicacin insobornable a la revolucin de las almas, que es la r.ica fuente de donde puede
surgir una transformacin de nuestra realidad pattica. Revolucin que consiste en dar ms que
en recibir y que encuentra su fuerza en la certeza de que por encima de lo humano, y por sobre
la historia ha fina:idades que hor,ran e: destino y nos redimen de la conJicir, que nos ata a
!a bestia, nos levanta a las aituras en que >e complacen los bienaventuradcs conform< a:
Sermn de la Montaa.
Afortunadamente para nosotros, los pueblo> ms adelantados de nuestra poca estn
resolviendo los. problemas contemporneos de modo firme )' profundamente justo. Un
socialismo de contenido estrictamente cristiano se desenvueive conforme a prcticas que
aprovechan la experiencia dE las ltimas d2cadas y tienden h;ic!a la relativa igualdad en lo
econmico, pero sin perjuici0 de mantener vivas y libres las del espritu que
;iermiten a cada quien el desempeo cabal de su funcir. dentro de la colectividaci. En la
Amrica dei Sur algunos de los principales pabes han resuelto ya la cri;is, liquidando para
siempre el con su bagaje de y rle hipocresas, d fin de adoptar reserva
la democracia social cristia11a, cle acuerdo con las modalidades por ia idiosincrasia
hispanoamerion;;. En Mxico "1isric e: :e anuf!cia, , n0 en organizaciones
positivas, s por lo menos en el descrdito en que se hallan la, viejas
Por ahora sl0 rodemos decir que pa<lecemos la oscuridad y el tcrmcnto de esto> aos,
desho11rados por la ccnfusin y !;: rientira. No slo nosotros, todo el mundo se ha ;isto
emuelto en el cie t;ansform2ciones apocaliptk;;s. Y cada nacin v;, saliendo del caos,
depurada en su orgullo y meor dispoest;i para las creaciones del fllaiiana. Nilestros ancestros
ir.iciaron en la historia la era ocenica de que hab!a T oymbee. Y los hispanos ce hoy
en :a y en el Nuevo Mundo tene;no; que contribuir a misi6n de estructur.:r rue\as
con<licioncs humanas de convivencia y de progreso. l.Jn rnp!o de esperanza wnmueve los
nimos de lo> queson sinceros y honrados. Los matEriales pan J3 reconstruccin seguramente
q11e no nos faltan. Nos hallamos en el cer.tro de lo que maana el historiador califique de
una Edad de ;c de las almas. En toos los rdenes ;e estn produciendo en Stos das
nuestr0s obras del esirit" de una profundid;;d que ya parec2 imposible lograr. En IJs cienci;,s
106
y n el pensamiento. el genio se est quiz como nunca en el corto espacio de
desde la segunda guerra a la fech a. Libros clave z;iarecen todos los das. St: dirla que el
spritu, en compensacin de mltiples calamidades de nuestro tiem? se ha puesto a
manar por las fu erzas cristalinas de n de conciencias nobles y despejadas. Bebed
en sus aguas. No aceptis otros maestros geniales. La dorada mediocridad, el pomposo
conformismo son patrimonio de fariseos. Los tiempos creadores encarnan en personalidades
va li entes y luminosas. Acabo de mencionar los lil:.ros de nuestro tiempo. Ar.da por all lo
suficientemente di vulgado uno que debiera pasar a la memoria de todos les jvenes del mundo
hispni.:o: el Felipe//, de Thomas Walsh, que pone en evidencia toda la intriga fraguada por les
Francis Bacon y los dos Cecil, y los que, haciendo su prisionera . la Reina Isabel. la obligan a
de su primiti va e catlilica, para extender por el mundo su dominio que por tantos aos
logr cobijarse bajo la bandera de la Gran Bretaa. Donde este dominio no se impuso por :as
arrr.as se infiltr mediante la propaganda. Nos llega a nosqtros con Ca"rlos 111, calificado de
progresista, el instriJmento de penetracin ext raa y que en Mxico reemplaza el poder de los
municipios, que eran democrtica, cor. la arrogancia de las Intendencias, que son el
origen de nue>tros si>temas militaristas. Ni es patriota ni sincero aquel que, confrontado con
pruebas de calidad tan evidente, l':J comprenda la necesidad de una total del criterio.
Que el espritu de la Patria no ha muerto, lo estis probando vosotros en esta reunin, en
la cual he contemplado el desfile de ia de vuestros ojos juveniles y la fuerza de pasin contenida
en vuestros corazones.
Que maanJ seis vos.:>tros la generacin que y realice los anhelos patrios en
armona de las grandes corrientes que bu>can hacer riel maiana un Mundo tal es el
voto de Este amigo vuestro acosado por los aos y no por los combates, ya no podr
acompaaros en la lucha, pero os ofrece lo.; raudal es de su fe para engrosar las fuerzas del
espritu que han de traernos, por sobre lo humano, el triunfo definitivo de lo absoluto.
11. Motivos de! escudo de la
Universidad Nacionai
Discurso ante la Confederacin Nacional
de Estudiantes (*)
c. 1953
Jvenes amigos: a su reciente, paso a r.u11ifestarles lo que sigue:
El hallazgo de un lema que complementara el nuevo escudo de la Universidad N3cional de
me resu!t indispensable para formular el propsito y ia orientacin de la Universidad
que se lanzaba 31 destino por el impulso de la Revolucin. Me toc rescatar nuestro primer
instituto de enseanza, de manos de la barbarie carrancista que por decretos Je
fuerZl se habi a apoderauo de la escue!a de BarrP. da, cornbalida por nosctros; >in embargo. mu
superior a lo sue estaba sie11do deshecho. Les asaltantes., en efecto, hdban convertido nuestra
Preparatoria en mala rplica de una secundari a protestante De rector
funcionaba un 3boeado conocido en el foro por sus astucias curialescas [se refcda al licenciado
Jos Hacas], pero cabalmente inculto y sin otro ttulo para e! mando que su vieja
camaradera lOn el Carranza de los tiempos en que dmbos fueron incondicionales servidores
de la dictadura. Los profesionales haban reclutados er. las segundas filas del normali srno,
que por su ncol popular gan influencia de crculos politicos de 12 RP.volJci0n, pero
que en genera! c1reda de preparacin acadmi(a. Aquel:as subalrnas, lo mismo se haban
vuelto materia plstica frente al programa extrarjero de deformacin de nuestra ndole
naci'.Jn1!. Resultaba urger.te salvar !as e,encias ce nuestra propia cu!tura, librndono> de aquella
mediocridad si 11 cohesin sin mdula, y para hacer!o era menester ir1tegrar una nueva
ideologa. Media11t e eil a se evitara, de paso, ei peiigro de recaer las dominas polticas del
que la prcpia Rvolu.:in haba combatido la cl <: ridad maderista, la
evoludn >perceriana, el ci entiisrr.o de Justo Sierra y el materi ali smo de Compte. Era urgeme

(') Taracena. Jos Vasconcetos. Editorial
Porrua. 5. A .. Mxico. l 9Q2. >p. 29- ll
108
demcstia Revo1u.:i6' posci;; capaci dades pr0p1as y empeo en escdlar las ms
cumbres dei espritu, sin perjuicio de '1edicarse a satisfacer ios intereses de !os Tan
precisa fue esta ltima tendencia. GUE tcqo lo que _1... <y se dict de orientar la
ias metas de ia usticia socia!. no es ms que ur ;efrito de ias declaraciones revolucionarias
que cualquiera puede leer en la coleccin de mis discursos universitarios de la poca. Nos
pues, a-uabajar en el doble aspecto social y espiritual, pero si.1 demagogia, porque
contbamos con timbres suficientes de distincin y de en la lucha, para no ter.u que
descende,- a la a6 1aci6n servil de las multitudes. Trabajos para la_s ma>as, pero sin
subordinarlos a sus (riterics (Onfusos, menos an a! juicio de !iderciiios y agitadores. Al
cont1 ario, procurbarn_os dar a ia masa, ter,1as de 1scension para llevarla, junto con los
adversarios, a las cimas esplendorosas de ia sobrehumana sabidura. .
Haba que comenzar dando a la escuela el al Lento superior que le haba mutilado el
l<t icismo, as uese para eiio ur'ar b iey misma. Esta nos-vedaba toda referencia a le sin
embargo, es la cuna y la meta de t0da cultu1 a: la reflexin acerca de_I hombre y su destino frente
a Dios. Era indispensable introducir en e! a!ma de !a enseanza, e! conceptc de !a religin, que
es conocimiento obligado de todo pensamiento cabal y grande. Lo que entonces hice equivale
a una estratagema. Us la vaga palaba ESPIRITU, que en el lema significa la presencia de Dios,
cuyo nombre nos prohbe mencionar, dentro de! mundo oficial, la Reforma protestante que
todava no ha sido posible desenraizar de las Constituciones del 57 y del 17. Yo s que no hay
otro espritu vlido que el Espritu Santo; pero la palabra SANTO es otro de los trminos
vedados por el lxico oficial del mexicar.o. En suma, por espritu quise indicar lo que hay en
hombre de sobrenatural, y es !o rico valioso, por encim1 de todo estrechJ humanismo y
tambin, por supuesto, ms de los problemas econmicos que son irrecusables, pero nunca
alcalzara a normar un criterio de vida noble y cabal.
Para acabar de entender el lema, sin embargo, es preciso recordar la poca en que se
i1wer1t: e: carrancisn10 hab<t codo desacreditarlo frente a_ la .:ultu;-a, en geuera: por su
i"arr.plonera, y en particular por el mximo pecado de hober suprimido, en torpe emulacin de
lo norteamericano, el antiguo Ministerio de Instruccin Pblica. Fue, pues, en
consecuencia y como primer de una restauracin civilizadora. volver a cre2r el Ministerio
de Educac:n Pblic1, pero ya 110 segn el plan raqutico de la era reducido a!
Distrito Federal y los Territorios, sino de manera ancha y generosa, con accin sobre torio el
teriwrio de !a patria. Al imp
1
1lsc rle esta exigencia, la Un!vers:dad empez a crecer hasta que,
fecundad?. por la Revolucin, hallse .:onvertida de hecno en y en seguida, p0r su
:nflujo, provoc la reforma const'tuc'onal que trajo a a existenci2 el primer Ministerio de
Educaciin Pblica Feder<.I dz n
1
1estra hist0ria. A la Universidad de entonces, que no se ufanaba
de autonomas hiocritas, sino 1ue estuvo bien cemralizada bao el 9uo de su 1ector, debe la
patria su primer Ministerio de Educacin Pblica Narioml.
Gu.stan de olvidar esto los que urditron falsa autonoma para desviar la
U11i 1ersidad del vascor,celista, ia pgina ms noble de la historia poltica
U1Ji versitaria, y, para terminar, cr:io lo consiguieron, haciendo de la Universidad otro apP.ndice
de la misrrima y confusa burocracia nacional. .
De todas maneras a Univers:dad dio a luz, la Secretara, una hija que pronto la super
en fecund idad Y estatura, y a la cual ya nadie di sputa su misin de ilusrrar I pueblo de la
Repblica.
.-!'-
r -- -
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En lo espiritual sigui la Univer;idad contemplando desde arriba el panorama nacional y
lo encontr pequeo. Y as es cmo a su propia hija la Secretara le transmiti el escudo que
haba creado.
.Qu es el escudo? El escudo es, en primer lugar. una protesta en contra de aquel
pequeito anhelo que arrodillaba a la juventud en lo que se llam e! altar de la patria jacobina.
Altar sin Dios y sin santos. Altar en que muchas veces el caudillo sanguinario ha suplantado al
hroe y al santo. Altar que en todo caso est cerrado wn techos de concreto a la
de los efluvios que vienen de lo alto. y luego, cul patria?: no la grar.de que cor11partimcs cor.
r.ue;tros mayores del imperio universal esp:i.ol, sino ia muy reducida en el territorio en la
ambicin, que es el resultado de los e;Torcs del perodo de formaci;1 que nos rnstara la
prdida de Texas y California. Despus de la Revolucin, que tantas esperanzas engendr,
porquE: no se ligaba con ningn pasado sombro, porque en sus comienzos no ir.tentaba
continuar la Reforma, sino rectiicar la Reforma, resultaba indispensable provocar el
crecimiento del alma nacional. Y ya que no podam0s reconquistar territorios geogrf;cos, no
quedaba otro recurso aue romper horizontes y ensanchar el espacio ideal por donde el amor,
ya que no la iuerza, pudiera conquistar heredades del espritu, ms valiosas a menudo que la
disputad2 soberana territorial. El paso inmediato, en consecuencia, era obvio: reemprender el
esfuerzo, ya secular, pero abandonado y saboteado por las dictaduras nacionalistas, de ligar
nuestro destino con los pases de nuestra misma estirpe espaola, en el resto del continente.
La independencia del sur, con Bolvar, con S2n Martn, haba engendrado no slo
nacioncitas, a lo iiberal britinico; tambin haba inventado el anhelo de constituir cor. los
pueblos afinE:s por el lenguaje y ia rdigin, federaciones nacionales poderosas. Nosotrs no
pudimos ni siquiera la confianza de Centroamrica, a efecto de haber construido ur.a
vigorosa federacin del norte, aliada con el grupo disperse de los pueblos ilustres de Las
Antillas. Todo por culpa de !as dictaduras y de la confusir. doctrinaria de I;; Reforma, que en
su odio a Espaa nos deform el patriotismo subordinado al recorte y a la mentira
de su soberana fingid2.
Rot2 desde h;;c2 tiem:io nuestra soiidaridad con los herll'ar.os de la Ar.iP.nca Espaol y
de Espaa, un sentimiento reducido e intoxicado, adem:s de falsas patrioteras, mantuvo en
opresir. nutstro; pechos hasta que la Revolucin despert nobles, informes.
era el dd>er de la UniversidatJ. Sml.olo grfico de e;ta eciosin clel aIT'a
mexicana, fue el diseo ciel escudo, er.tonces nuevo, cuya historia estoy describiendo. Consta
e! c:scudo dos mpo de Amrica er.cierra P.n se
fondo y el lem2 que le da sentido. Por encima del un guila y un cndor
reemplazar. e: guila bifronte del viejo escudo del lr.iperio Espaol de nuestros padres. Ahora,
en el escudo, e! 2guila a nuestro Mxico legendario y el cndor recuerd2 epopeya
colettiva de lo$ h?.rmar.os del continente.
Figura de esta la unidad Je raza; slo fa:taba pedir al Vebo expresin
que r.iarcan !a ruta de los destinos comunes. Me vino sta, de slibito, y fue la vo"L dz un anhelo
que se rehaca la Universidad y haba de retumbar por todos los confines de la lengua: es el
lema un compromiso quiz <Jemasi1do ambicioso.
Por MI RAZA HABLARA EL ESf'IRITU: es decir, deberemos ser alg0 que sigr.ifique er. el
mundo Y, en primer lugar, dije raza porque la tengo, la Nuestr;; raza, por la
110
ya se sabe, es doble, pero slo en Mxico, en el Per, en el Ecuador es donde hay incios. En
el resto de Amrica nuest1 a raza es una mezcla de base latina, espaola e ital iana, que no
excluye una sola de las variedades del hombre; n_i el negro del Brasil ni el ch;no de las costas
peruanas. Una rza compuesta que lo ser ms an en el futuro. De all
1
a tesis de lu raza
csmica, que implicitamente est contenida en el escudo y que hoy anuncian histori adores
como T oymbee, como fatal conglomeracin humana en todo el planeta. Pero por lo pronto hay
que comenzar recordando que somos latinos. Dentro de lo latino nos i.npelen haci a adelante
los grmenes de las ms preciadas civilizaciones: el alma helnica y el milagro judiocristiano, el
derecho de la Roma pagana y la obra civilizadora y religiosa de la Roma catlica.
En nuestro abolengo hay envi di ados de todas hs naciones, co mo Dante Alighieri,
magno poeta de todos los tiempos. En nuest.-o pensamiento hay torres como Santo Toms y
San Buenaventura. Y particularmente en la Amrica nuestra, del Paraguay a California, es el
cordn franciscano la disciplina de obra civilizadora que todava se prolonga y que no hubiera
alcanzado realizacin sin ei esfuerzo quijotesco que gui la conquista. Raza es, en suma, todo
lo que somos por el espri tu: la grandeza de Is abel la Catlica; la Contrarreforma de Fe'ipe 11 ,
que nos salv del calvi nis mo; la emanci pacin americana, que nos evit la usurpacin inglesa
intentada en Buenos Aires y en Cartagena y que, con fij el carcter espaol y catlico
de los pueblos nuevos. Nuestra raza es asimis mo toda la presente cultura moderna de la
Argentina, con el bro constructor de los chilenos, la caball erosidad y galanura de Colombia y
la reciedumbre de los ve nezolanos. Nuestra raza se expresa en la doctrina poltica de Lucas
Alamn, en los vers os de Rubn Da ro y en el verbo iluminado de Jos Mart. Todo esto es lo
que el lema contiene '/ coordir,a pa.-a encarr.inarlo haci a la g1andeza imperial.fNos despierta el
.. emblema el orgullo fecundo y la ambicin noble de los que no se contentan con recibir
hecha la histori:, sino que !a engendran, la conforman, le imprimen grandeza. Quise, en fin, dar
a los jvenes por meta, en vez de la patria chica que nos dej el liberalismo, la patria grande
de nuestros parentescos
Todo esto se halla en el lema que ahora est encomendadc a iJ defensa de nuestros
corazone; juvi::niles. Yo scuve er. la Univmiciad co;no de paso. Me dirig a ella l:i:: vando en el
pecho un manojo de lenguas de fuego del incendio revolucionar!o. Me cerraban lo puerta ancha
no slo los viejos profesores de la dictadura, tambin los nuevos de la Revolucin falsificda.
Tuve por lo mismo entrar por la ventana, pero !ba del brazo de la aurora. En mi cor.ciencia
alentJba la Revolucin, que era entonces una moza lozana y garrida, con ;.lgo de Minern en la
testa y en el brazo poderes como de A1 cr1gel. Se ha pretenciidc que era distinto er.tonces al
de ahora. mis fals:i. Pra rr, la P.evoPici6n no e; a una rnaewa i'gid<l ni poda serlo,
que yo era de lo? encargados de crEarie la doctrina. Precisarnwte foa a ser la funcin de la
poner claridades en un socia! naturalmente informe. Desde entonces
saba que un rr.ovimientc social al religioso de !a Hi!toria. no poda ms
que miseJa y tirJnh. Siempre espaldas al partidarrsr.io poltico, la Revolucin
como un sister;a de creacir. y de franqueza. Por eso habl sin recato de inspirar el movimiento
social en cioctrinarismo cristiano de tipo qui:: hoy parece mediocre, se
hallaba tn boga: el tolstoiano. No hay, por b mismo, duJlidad entrP mi posicin francmente
cristian1 de entonces, que consta en declarac1one! pblicas, ya en aqJell a poca rasgaban
el convencion;;lis::io particim, )' mi pos:cin dE que sostiene la Je encauzar
el desarroll0 social dEntro de las normas estrict2s de! evangelio interpretado por las encclicas.
Son lo> logreros de la Revoluci6n ios que han inventado la patraa de mis claudicaciones,

pua dar algn pretexto a !a que etl os consuman con su conducta. No vo! vt: r :! b
Uoiversidad ni a ia accin pblica oficial.La 1ida es ccn:a y ia tarea es inmens:; 5;,
embargo, realizable para todos aquei! os que confan en !a Promesa_ No slo no volver, sino
que no a cambio de tent:! r que constreir :ni pensarr.iento para aju!> tar! o a
de una ideologa burocrtica o partidista.
De la Uni versidad me __ echaron. por fin , por la abertura de los stanos, pero no en derrota.
No volver en persona. pero !o idea que est en el lema siempre hallar un claro por donde
entrar. Una y otra vez volver a introducirse en aLias, por el reflejo de ias ventanas, cada
vez qu!: la Uni versidad vuelva a estar en
Jvenes amig0s: Ya muy pronto tendris que improvisar capitn. Yo os dejo mi bandera.
El da es actuaa- co vigor y con prudencia; reservad fuerzas porque la ruta
es larga y muy ar<lua. E; ley misteriosa del destino que la conquista del bien ha de costar_dolor
y sangre, pero el xito es
Maana, en las horas del triunfo, las manos de las nuevas generaciones izarn e! asta de
otras ms gloriosas, bordadas con l2s letras de oro de los principios eternos. Mi
lbaro no estaba hecho para el lucimienco de los desfiles. Es un airn de combate. Nada nos
importa .:ue lo borren de las placas que escribe la y de los membretes del papeleo
burocrtico y de los estandartes cqve encabezan las procesiones del servilismo. Mi encargo es.
que el actual escuda, con su lema, lo dejis plantado en la trinchera ms expuesta y bajo el
fuego tupido de la metra:la.
BIBLIOGRAFA
Bibliografia activa
Libros
Teora din?mica del Derecho. Tipografa Econmka, Mxico, 1907.
Pitgoras, una teora del ritmo. La Habana, 1916. Al ser de pequea tira<la y editado por una
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