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Consideraciones Sobre La Utilidad Actual de Un Enfoque Whig. Versión 2.0

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Algunas consideraciones sobre la utilidad actual de una interpretacin Whig de la Historia del Anlisis Econmico.

Seccin: Historia y Filosofa de la Ciencia Autor: Rafael E. Beltramino. Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (UCEL) Rosario, Argentina 54-341-449-9292 Int. 205 [email protected]

En 1987, el Premio Nobel de Economa 1970, Paul Samuelson1, dict una conferencia para la Sociedad de Historia Econmica, cuyo ttulo es: Out of the closet. A program for the Whig History of Economic Science. Cuando Samuelson se refiri a un programa whig, us whiggism en el sentido usado por Herbert Butterfield en 1931 y que suele tambin como posicin histrica denominarse presentista o anacrnica que Butterfield (1931 p.125) describe como la tendencia de alabar las revoluciones siempre que han sido exitosas, de enfatizar ciertos principios de progreso en el pasado y de producir una historia (relato) que es la ratificacin si no la glorificacin del presente. Para decirlo brevemente, lo que Samuelson propuso provocativamente, fue considerar a los autores del pasado como actuales, acentuando aquello que acertaron y relegando todo el resto. Todo estudio histrico se hace desde preguntas e inquietudes presentes, por lo que una dosis de presente parece inevitable en cada reconstruccin o relato, sin embargo adoptar la postura whig implica exacerbar esa dosis, al menos en la opinin de Herbert Butterfield. En este trabajo comenzar describiendo brevemente el origen y el desarrollo del concepto de historia whig primero entre los historiadores polticos ingleses, y su traslado posterior a la Historia de la Ciencia (seccin I). Analizar despus su influencia en la Historia del Anlisis Econmico tomando a Paul A. Samuelson como su defensor ms decidido y a Kenneth Boulding como su adversario ms convencido, (secciones II y III). Pasar luego a analizar posiciones ms actuales sobre el tema, como la de Mark Blaug (seccin IV); finalmente propondr una respuesta acerca de si la advertencia original de Butterfield conserva alguna utilidad actualmente o si, por el contrario, ya resulta ms perjudicial que til (como por ejemplo sostiene Nickles) (seccin V). I. El origen y el uso del trmino whiggism Nick Jardine en su artculo (Jardine 2003) analiza cuidadosamente la obra de Butterfield y de sus contemporneos obtiene algunas conclusiones interesantes: en su opinin por ejemplo ya sus contemporneos rechazaron y no adoptaron el trmino whiggism
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Samuelson ha muerto recientemente, al momento de la primera redaccin del trabajo se encontraba con vida.

porque Several reviewers criticized Butterfield for characterizing as the Whig interpretation failings equally evident in the writings of Tory and Catholic historians. (Jardine 2003 p. 125). El partidismo de origen del trmino resulta insoslayable, Butterfield atribuy slo a los Whigs un defecto que no era privativo de los mismos. Jardine sigue luego el derrotero del trmino dentro de la historia de la ciencia y asevera I have been able to find no following in the three decades after the publication of WIH of Butterfields idiosyncratic usage of Whig and Whiggish (Jardine 2003 p.126) Recin descubre en 1961 la primera aparicin del trmino en una respuesta de Henry Guerlac a Peter Lasskett; en la polmica ambos coinciden en criticar al whiggism a la que definen como reading history backwards (Jardine 2003 p. 127). De acuerdo al relato de Jardine para la dcada del 70 la expresin se haba tornado comn entre los historiadores de la ciencia, frecuentemente acompaada de calificativos como hagiogrfica, internalista, triunfalista, etc. Nickles comienza su anlisis de la relacin entre Historia y Filosofa de la Ciencia, con el Congreso realizado en 1957 sobre Problemas Crticos en la Historia de la Ciencia. En lo que se refiere a la interpretacin whig, Nickles afirma que desde ese congreso la Historia de la Ciencia ha ido convirtindose en anti-whig. En sus palabras the maduration of professional history of science has been characterized by an everincreasing anti-whiggism or antipresentism, as scholars uncover more subtle ways I which we have imposed our own intellectual categories and values on the past (Nickles, 1995 p.151) Anticipando algo el tema de la conclusin resulta pertinente citar extensamente a Nickles sobre la utilidad actual (lo escribi en 1995) del anti-whiggism On the whole this antiwhiggism was healthy. Indeed it has been essential to our developing a genuinal historical understanding of other cultures, past and present; and as a doctrine it has effectively countered powerful ahistorical forces in our culture. But now that maturity has been achieved and positivism defeated, we may predict that antiwhiggism has largely run its course. Today it does as much harm as good. It is doctrinaire antiwhiggism as much as anything that harms relationships between history, philosophy and other disciplines and that encourages professional insularity. Doctrinaire because Herbert Butterfields antiwhiggism has become a founder myth in the history of science (far more so than of political history, where the term whig originated) as if the field had an essence to protect . (Nickles, 1995, p.151)

II. El Whiggism en Economa

Samuelson haba escrito ya en 19542 que eran los economistas incapaces de seguir la revolucin matemtica en Economa despus de la Segunda Guerra Mundial, los que se estaban refugiando en la historia del pensamiento econmico.. Como tan elegantemente lo resumi, casi medio siglo despus, Donald Winch In the 1950s and 60s Samuelson suggested that only those incompetent to deal with the rigorous world of modern economics buried their heads in the sands of the past, though brief excursions could still be justified for the purpose of presidential addresses. (Winch, 2006, p 7). Otro de los artculos de Samuelson relevantes para nuestro anlisis tanto por el tema tratado como por el la difusin que alcanz, es sin dudas, el que public en 1962 sobre los economistas y la historia de las ideas. (Samuelson 1962). All Samuelson, sostiene que I shall talk less about technical economics than about economists (Samuelson 1962, p.2). Su trabajo3 comienza analizando dos libros: uno de texto de Historia de las Doctrinas Econmicas de Gide y Rist y el otro, al que califica como a work of scholarship, la Historia del Anlisis Econmico de Joseph Schumpeter4, probablemente uno de los libros mas influyentes en el rea en el siglo XX. La diferencia fundamental que encuentra entre ambos es el nfasis que Schumpeter pone en algunos autores por sobre otros que lo lleva a Samuelson a concluir I need not labour the point further. Within economics, we economists rate writers of the past in a quite different order that does the outside world. And, as far as economic analysis itself is concerned, the present generation of economists, gives a quite different ranking than the erlier generations of economists (Samuelson, 1962, p.4). Samuelson no vari demasiado su posicin a lo largo de los aos, por ejemplo en 1977 comenz un artculo sobre Adam Smith con lo que me he permitido, llamar la Teora Alien : Inside every classical economist is a modern economist trying to get out . (Samuelson, 1977 p.42) . Luego explicita mejor esta posicin it seems to me that with a little midwifery sleight of hand, one can extract from Adam Smith a valuable model (Samuelson, 1977, p.42). Me parece un ejemplo excelente de lo que significa una interpretacin whig. Luego Samuelson somete a una suerte de juicio postmortem a Smith del que concluye el siguiente veredicto It is serendipitous loable to announce, not the S cottish verdict unproven , but the happy finding that Adam Smith comes through with flying colours from a modern post-mortem, provided we conduct it with the modicum of charity due to an early pioneer (Samuelson 1977 p.44). El artculo concluye con un apndice matemtico que sirve para, en las palabras de Samuelson, vindicate Adam Smith from the principal indictments against him and also reveal the half-untruth present in his invisible hand doctrine (Samuelson 1977 p.44)

De manera similar, en 1962 public en defensa del carcter acumulativo del conocimiento, particularmente en matemticas, Economics and the History of ideas 3 En realidad, originalmente se trat de la conferencia presidencial en una reunin de la American Economic Association de 1961. 4 Es interesante aclarar que Schumpeter fue profesor de Samuelson en la Universidad de Harvard , cosa que el mismo Samuelson recuerda en el artculo (Samuelson 1962 p.2)

Samuelson vuelve a tratar el tema histrico al ao siguiente, cuando intenta mostrar como en its minimal essentials (Samuelson 1978 p.1415) Smith, Ricardo, Malthus y John Stuart Mill, comparten el mismo dinmico de equilibrio, crecimiento y distribucin. Como curiosidad hay que destacar que Samuelson vuelve a repetir lo que he bautizado como Teora Alien5, cuando escribe So to speak within every classical economist there is to be discerned a modern ec onomist triying to be born (Samuelson 1978, p.1415) Ms adelante contiene una sntesis de lo que propone Samuelson en materia histrica, y que explicitar definitivamente nueve aos despus On this ocassion it has not been my purpose to find and quote the pages in which Smith or Marx or Mill did or did not define an exogenous reproduction wage or profit rate. Like the Bible, the canon of classic political economy contains passages that seem to assert and to deny the same thing. If, in some mood or for some problem, a ancient writer denies some axiom of what has here been called the canonical classic system, that does not dispose of the problem. It raises the question of what he then intended to provide for the now-missing equation of the new system. (Samuelson 1978 p 1429-30). Y en otro prrafo agrega, para contestar a posibles objeciones acerca de que est minimizando las diferencias entre los autores, que habitualmente escribieron uno intentando refutar los errores de otro (caso Ricardo con Smith y Malthus con Ricardo), Samuelson advierte A three good version of the canonical model will show Smith and Ricardo in absolute agreement in all substantive facts (Samuelson 1978 p1430, nfasis del autor). Est claro que los desacuerdos siempre van a quedar sobre hechos no substanciales, casi por definicin. Considero que hay pocos textos ms abiertamente whig en la historia de la disciplina. O mejor dicho, no los haba en ese momento. Porque el propio Samuelson se va a encargar en 1987 en ocasin de hablar en la reunin de la History of Economics Society, de proponer una historia whig.(Samuelson,1987 p.52) Samuelson parte del dogma que el cliente siempre tiene razn y por lo tanto propone una historia ms orientada al estado actual de la ciencia econmica To use a pejorative word unpejoratively Im suggesting Whig History of Economic Analysis (Samuelson 1987p.52). Curiosamente, ste es uno de los argumentos de Nickles en 1995 que Samuelson en realidad viene manteniendo desde la dcada del 70. Luego al explicitar su posicin sostiene que los cientficos practicantes tienen algo de desprecio por los historiadores y filsofos de la ciencia que consideran a los esfuerzos del pasado que fallaron en el mismo nivel que a los que tuvieron xito, para los cientficos practicantes el xito puede medirse por los resultados y hay algunos esfuerzos del pasado por lo tanto superiores a otros.

En una alusin algo obvia a la pelcula de Ridley Scott

El ejemplo que usa es el del trabajo notable de Piero Sraffa en editar las obras completas de David Ricardo. Samuelson elogia el notable trabajo de anticuario pero sostiene que falla en el aspecto cientfico, lo que le resta inters cientfico.. Para decirlo en sus palabras Somehow one had hoped that the whole picture would be a prettier scientific picture, so that the editors Herculean framings would be for a more worthwhile object (Samuelson, 1987, p 53).

III La respuesta contra el Whiggism: Kenneth Boulding La ms colorida y brillante respuesta a la posicin de Samuelson se public en 1971; escrita por Kenneth Boulding un economista tan heterodoxo como genial, es un hallazgo desde el ttulo, probablemente entre los mejores de la historia de la disciplina: After Samuelson, who needs Adam Smith?. Pocos personajes tan dismiles como Samuelson y Boulding: uno, Samuelson, un economista matemtico absolutamente concentrado en la profesin econmica, el otro, Boulding, un economista heterodoxo, poeta, lder pacifista, y mstico cuquero. Boulding seala despus dos salidas posibles para resolver el debate acerca de cmo considerar a los autores clsicos: una sugerida por Robert Merton, pero de races medievales y otra de su autora. En lo que respecta a la propuesta de Merton se refiere a la otsogery, trmino inventado de acuerdo a las siglas OTSOG (On The Shoulders Of Giants), es decir la idea que el hombre moderno puede ver ms lejos y llegar ms alto porque est parado sobre los hombros de gigantes. Merton rastrea la idea hasta la Edad Media y sostiene que en realidad parece derivarse del Nuevo Testamento cristiano, cuyos autores escribieron parados sobre los hombros de gigantes, en ese caso, los profetas del Antiguo Testamento. Para Boulding, ste es uno de los conceptos claves que legitimaron el surgimiento de la ciencia moderna. (Boulding 1971 p.227) Luego Boulding, introduce otro concepto que admite haber pergeado por s mismo, aunque lo considera tan obvio que le resulta extrao que alguien no lo hubiera pensado antes (Boulding 1971,p.227): el principio del Presente Extendido. Boulding sostiene que hasta en matemticas el presente no es un solo punto en tiempo, sino un intervalo histrico en el que la comunicacin activa se lleva a cabo. Es decir que necesitamos a Adam Smith, porque forma parte de nuestro presente extendido definido en sus palabras as: In any discipline we find controversy and interaction so that the present has to be defined by the period within which this interaction takes place, as indicated perhaps by the dates of the footnoted references (Boulding 1971,p227) . Por supuesto no es lo mismo que A comente el trabajo de B si B est vivo que si no lo est, como lo pone Boulding: Adam Smith says something to me, but unfortunately I cannot say nothing to Adam Smith (Boulding, 1971, p.228).

Si B no est vivo, C puede responder por l, explicando por ejemplo porque A no tiene razn, con lo que B de alguna manera, forma parte de la conversacin. Por supuesto admite Boulding que la longitud del presente extendido vara de acuerdo a la disciplina y hasta en los diferentes perodos. La Historia por ejemplo, puede pensarse como un presente continuamente extendido hacia el pasado por varios miles de aos, mientras que en las matemticas probablemente el presente es un perodo corto de aos. En lo que respecta a la Economa, la cuestin no parece fcil de responder, porque implica cuestiones acerca de la naturaleza del conocimiento econmico y hasta de la forma de transmitirlo. La Riqueza de las Naciones es un libro seminal, casi en el sentido literal de la palabra, sostiene Boulding, porque puede generar un cambio gentico en las mentes de los economistas, dos siglos despus de ser escrito, como si el semen congelado de un antepasado lejano fertilizara un huevo vivo.6 Por eso para Boulding Adam Smith sigue siendo parte del presente extendido de la economa, porque todava podemos descubrir cosas en l. Para Boulding, los economistas modernos son complementarios no substitutivos de los clsicos, por eso necesitamos a ambos a Samuelson y a Adam Smith, aunque reconoce que esto no es cierto en todos los aspectos de la economa. Merece copiarse detalladamente los peligros de una y otra postura extrema: If the ultrahistorical method leads to mystified and defeated students who simply abandon economics, the antihistorical method leads to the development of slick technicians who know how to use computers, run massive correlations and regressions, but who do not really know which side of anybodys bread is buttered, who are incredibly ignorant of the details of economic institutions, who have no sense at all of the blood, sweat, and tears that have gone into the making of economics and very little sense of any reality which lies beyond their data (Boulding, 1971, p.233).

IV La posicin de Mark Blaug Blaug es sin dudas, uno de los historiadores de la Economa ms importantes de la segunda mitad del siglo XX y por eso resulta especialmente pertinente analizar su posicin frente al Whiggism. En Blaug (1962) distingue dos actitudes diferentes entre los historiadores de la Economa que denomina absolutismo y relativismo y que caracteriza de esta manera :
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Es interesante recordar que Boulding escribi esto en 1971, y us como metfora lo que ahora es prctica comn.

El relativista considera todas las teoras formuladas en el pasado como un reflejo ms o menos fiel de las condiciones contemporneas, de manera que cada teora, se justifica en principio dentro de su propio contexto; el absolutista slo tiene ojos para el desarrollo estrictamente intelectual del tema, considerado como una progresin incesante del error hacia la verdad. Los relativistas no pueden ordenar las teoras de los diversos perodos en trminos de mejores o peores, los absolutistas no pueden dejar de hacerlo. (Blaug 1962, p.26). Sin embargo, muchos aos despus, a partir de 1990, va a empezar a referirse a diferentes tipos de reconstrucciones es decir a reconstrucciones racionales y reconstrucciones histricas reconociendo siem pre su deuda al respecto con el filsofo Richard Rorty, por ejemplo en (Blaug 2001, p.150). En una extensa nota a pie relaciona a las reconstrucciones racionales con la interpretacin whig y agregando por ltimo: My distinction between rational and historical reconstructions is identical to the distinction historians of science commonly draw between the anachronical and diachronical view of the history of science. (Blaug, 2001, p.151 nota 7). Posteriormente aclara que el trmino elegido es un homenaje tambin a Derrida y a Foucoult; fundamentalmente a la idea que todos los textos del pasado deben ser reconstruidos, porque no hablan con una nica voz y nunca son no-ambiguos, tanto que no siquiera los autores de cada texto, controlan completamente su sentido. La cuestin entonces pasa a ser para Blaug, cmo se hace esa reconstruccin: in the light of all we now know or as faithfully as possible to the times in which they were written? (Blaug, 2001, p.151). Tambin sostiene que parece irresistible la primera alternativa (las reconstrucciones racionales) porque al mismo tiempo que ejercitamos nuestro conocimiento tcnico, convertimos a la historia de la Economa en claramente relevante para un economista moderno. Por supuesto como bien ejemplifica Blaug, es un anacronismo expresar a Adam Smith en un modelo de crecimiento con tres ecuaciones, pero puede hacernos pensar que lo entendemos como a uno de nuestros contemporneos. Por otra parte, las reconstrucciones histricas son muy difciles de llevar a cabo, demandan una cuidadosa lectura no slo de los autores a reconstruir sino de los pensadores de la generacin anterior, para entender el contexto. Es interesante copiar su definicin del efecto de cada reconstruccin sobre los autores estudiados .Rational reconstruction makes past thinkers appear to be a bit more like us than they were, and historical reconstructions make them out to be a little less like us than they were (Blaug, 2001, p.152). Su anlisis, en lo que nos ocupa, finaliza advirtiendo que los distintos tipos de reconstruccin no vienen claramente separados en paquetes diversos sino, por el contrario habitualmente mezclados. Algunos aos despus ha refinado su postura, comienza definiendo nuevamente y ya como similares a las reconstrucciones racionales y a la interpretacin Whig, no como una nota al pie, sino en el texto principal. Sostiene luego como originalmente que:

Unfortunately, rational reconstructions are invariably anachronistic, frequently involving almost incredible mathematical transformations of ideas originally expressed in now outdated terminology. On the other hand, faithful historical reconstructions are literally impossible if only because we cannot forget all the modern economics we know. What we have here is a standard Scylla and Charybdis7 problem. (Blaug, 1999 p.213) Comparto la colorida definicin de Blaug y su metfora elegida me parece inmejorable; peligros diversos, pero ambos mortales, esperan a cada lado del Estrecho. Como bien explica tambin Blaug, si bien las reconstrucciones racionales pueden ser iluminadoras, cuanto ms hbilmente estn hechas, ms irrelevantes resultan, ya que si hemos alcanzado la verdad absoluta en economa, el nico sentido que puede tener el estudiar historia del pensamiento econmico es satisfacer una excntrica pasin de anticuario. Por eso Blaug escribe a continuacin claramen te su eleccin Therefore, and without denying a perfectly legitimate role for rational reconstructions, I vote for historical reconstructions as the only legitimate occupation of historians of economic thought. (Blaug, 1999 p.214).

V. Conclusiones He intentado mostrar como se origin la idea de whiggism y como se desarroll en la Economa. Al momento de intentar extraer conclusiones, siempre provisionales por supuesto, creo que considerando los escritos finales de Mark Blaug y la posicin de Thomas Nickles, sin olvidar lo propuesto por Roger Backhouse (Backhouse 2001) puede arribarse a una sntesis interesante. No he considerado, pero vale la pena recordarlo aqu, que parece haber una clara relacin entre una postura a favor del carcter acumulativo del conocimiento en Filosofa de la Ciencia y una postura whig en Historia de la Ciencia. La mencionada sntesis consistira en sostener que el antiwhiggism es til, slo en tanto y en cuanto el whiggism es flagrante, es decir el contenido de presente se ha convertido en presentismo. Parece claro que una dosis de presente es inevitable, tanto Nickles como Blaug lo han mostrado muy claramente, por lo que el antiwhiggism sera ese antdoto a usar en bajas dosis, cuando se ha excedido el nivel de presente aceptable y se ha cado entonces en una interpretacin whiggish . El problema que subsiste es el de definir el nivel de presente aceptable. Creo que esa es una cuestin prudencial, y que nicamente puede transmitirse dentro de cada comunidad cientfica, respecto de aquellos miembros de la misma que quieran dedicarse a la investigacin histrica, con ejemplares.
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De acuerdo a la mitologa griega el Estrecho de Messina era de muy difcil y casi imposible navegacin, porque en un extremo viva Caribdis la hija de Poseidn de un apetito voraz, que continuaba engullendo todo lo que tena cerca, creando as fuertes remolinos; por su parte en el otro extremo habitaba Escila era una bella ninfa transformada por la hechicera Circe en un monstruo de seis cabezas, de acuerdo a lo relatado por Homero en la Odisea. Por eso la frase refiere a un problema en el que los dos extremos son igualmente dainos y que slo puede resolverse por el medio (como era el Estrecho para los navegantes griegos)

A mi juicio, uno de los casos en que las advertencias antiwhiggish de Butterfield son todava tiles es para contener las habituales exageracio nes de los llamados nuevos enfoques o enfoques minoritarios. Est claro que estos enfoques pueden aportar muchas perspectivas interesantes desde posiciones efectivamente silenciadas o desconsideradas por las posiciones mayoritarias, pero fcilmente suelen caer en un presentismo exagerado. Un ejemplo de ello lo constituye el trabajo de Michele Pujol (Pujol 2003) en el que se le atribuyen a Marshall y a Pigou cinco supuestos nunca explicitados acerca del comportamiento de las mujeres. Parece demasiado. Sin embargo en el mismo volumen podemos encontrar el trabajo de Kuiper que nunca rebasa a mi juicio los lmites aceptables de presente. Vaya como ejemplo esta cita As one might expect for a man of his time, Smith distinguishes between women and men in TMS, and ascribes to each of them different tasks, behavior, and features (Kuiper 2003, 148). Ambas autoras tienen algo para preguntarle al pasado y por supuesto su inters pertenece al presente. Pero mientras Kuiper trata de interpretar lo que Smith escribi en su contexto histrico, Pujol asume cosas que ninguno de los autores que analiza escribi, imponiendo las categoras del presente desmedidamente sobre el pasado. Por eso frente a esos excesos, no comparto la posicin de Nicles, sigue siendo importante a mi juicio tener en cuenta las advertencias de Butterfield, ya tamizadas por el tiempo de su indudable carga partidista.

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