SCJ Principales Sentencias 2005 - TI - Agosto07
SCJ Principales Sentencias 2005 - TI - Agosto07
SCJ Principales Sentencias 2005 - TI - Agosto07
Primera edicin 1,500 ejemplares. Coordinacin general: Unidad de Investigacin y Estudios Especiales de la Suprema Corte de Justicia Diagramacin: Jos Miguel Prez N. Centro de Documentacin e Informacin Judicial Dominicano (CENDIJD). Correccin: Departamento de Sentencias y Publicaciones. Diseo de portada: Shidarta Sangiovanni T. Direccin de Comunicaciones. Impreso en: Margraf Repblica Dominicana Abril 2006 ii
Contenido
Presentacin ................................................................................ ix
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Derecho Interno. Disposiciones que lo integran. Bloque de Constitucionalidad. Supremaca de la Constitucin. (Sentencia del 9 de febrero de 2005) .............................................. 3 Disciplinaria. mbito de represin disciplinaria diferente al de la represin penal, por el principio de la legalidad de los delitos y las penas, que no es aplicable a la materia disciplinaria. (16 de marzo del 2005) ........................................... 23 Disciplinaria. El rgimen disciplinario tiene por objeto contribuir a que los profesionales cumplan leal, eficiente y honestamente sus deberes y responsabilidades frente a la sociedad. (30 de marzo del 2005) ................................................. 31 Disciplinaria. Libertad de expresin del juez. Deber de expresarse con moderacin y prudencia. (31 de agosto del 2005). .................................................................................................. 43 Disciplinaria. Causa generadora de sancin. Decisin contraria al derecho y presencia de dolo, actos de complacencia o de discriminacin, manejo torpe, error grosero o inexcusable, no cumplimiento leal, eficiente y honesto de sus deberes. (31 de agosto del 2005). ...................... 51 Disciplinaria. Destitucin de Juez por violacin al derecho de defensa y el principio del doble grado de jurisdiccin. Manejo torpe e inadecuado de expediente. Falta a sus deberes y obligaciones. Artculo 41 Ley 327-98 de Carrera Judicial. (14 de septiembre del 2005) ........................................... 59 Recurso de Casacin. Admisibilidad. Artculo 425 del Cdigo Procesal Penal. (Sentencia del 22 de diciembre de 2005) ................................................................................................... 77
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CMARAS REUNIDAS
Cmaras Reunidas. Transporte martimo. Responsabilidad. Medio de inadmisin del artculo 435 del Cdigo de Comercio. Presuncin de responsabilidad contra el guardin de la cosa inanimada. (Sentencia del 8 de junio de 2005). ........ 87
Incompetencia. Jurisdiccin administrativa. Artculo 27 Ley No. 834 de 1978. Le Contredit. (Sentencia del 1ro. de junio de 2005) ........................................................................................... 203 Inscripcin en falsedad en casacin. (Sentencia del 29 de junio de 2005) ................................................................................. 209 Referimiento. Ordenanza. (Sentencia del 21 de diciembre de 2005) ........................................................................................... 219 Testamento. Impugnacin. (Sentencia del 8 de junio de 2005) ................................................................................................. 227
Libertad Provisional Bajo Fianza. Artculo 113, Prrafo I, de la Ley No. 341-98 sobre Libertad Provisional Bajo Fianza. Solicitud en todo estado de causa. Significado. (Sentencia del 2 de febrero del 2005) ......................................... 371 Libertad Provisional Bajo Fianza. Inadmisibilidad. Recurso de Casacin rechazado. (Sentencia del 02 de marzo del 2005) ................................................................................................. 377 Libertad Provisional Bajo Fianza. Aceptacin de las razones aducidas por el impetrante para el otorgamiento. (25 de mayo del 2005) ............................................................................... 381 Libertad Provisional Bajo Fianza. Inadmisibilidad por libertad previa del impetrante. (Sentencia del 15 de junio del 2005). ......................................................................................... 387 Libertad Provisional Bajo Fianza. Incompetencia de la Suprema Corte de Justicia. Desapoderamiento del expediente mediante sentencia. (Sentencia del 6 de julio del 2005). ........................................................................................ 393 Presuncin de inocencia. (Sentencia del 7 de septiembre de 2005) ................................................................................................. 397
Trabajadores no pueden realizar ninguna accin que atente con los intereses de los empleadores. Es una causal de despido. (Sentencia del 23 de noviembre del 2005) ................ 427
(ASUNTOS DE TIERRAS)
Pedimento de sobreseimiento del recurso de casacin. (Sentencia del 23 de febrero de 2005) ........................................ 475 Mandato negado por el mandante pero ejecutado por l. (Sentencia del 7 de septiembre de 2005) ................................... 491
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Presentacin
Como una contribucin a la ciudadana, queremos llevar al conocimiento de todos las principales sentencias dictadas por la Suprema Corte de Justicia durante el ao 2005, distribuidas en sentencias del Pleno, de las Cmaras Reunidas y de las tres Cmaras. Con esta publicacin los abogados dominicanos tendrn conocimiento de la orientacin jurisprudencial de nuestro mximo tribunal, y as realizar los estudios en base a las consideraciones que en cada caso se expone.
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Derecho Interno. Disposiciones que lo integran. Bloque de Constitucionalidad. Supremaca de la Constitucin. Sentencia del 9 de febrero del 2005.
Ley impugnada: Materia: Impetrantes: Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-4, del 30 de julio de 2004. Constitucional. Juventud Nacional Comprometida, Inc. (JUNCO) y compartes.
Comprometida, Inc. (JUNCO), representada por Carlos Santos S., cdula de identidad y electoral No. 001-0104463-4; Frente Nacional de Abogados Independientes, Inc., representado por Csar Alcntara, cdula de identidad y electoral No. 0010327907-1; Fundemar, Inc., representada por Oswaldo E. Vsquez, cdula de identidad y electoral No. 001-1333872-4; Ricardo Briones Fotografa, representada por Ricardo Briones, cdula de identidad y electoral No. 001-0071198-5; Fundacin Moscoso Puello, representada por Carlos M. Garca, cdula de identidad y electoral No. 001-0371175-0; Consorcio Ambiental Dominicano, Inc., representada por Rosa Lamelas, cdula de identidad y electoral No. 001-00117345-6; UNEV, representada por Salustiano Mojica, cdula de identidad y electoral No.001-0020948; Grupo Ecologista Tinglar, Inc., representada por Rafael A. Lorenzo de Veras, cdula de identidad y electoral No. 001-0543102-7; Cebse, Inc., representada por Patricia Lamelas, cdula de identidad y electoral No.001-0016883-0; Llerena y Asociados, representada por Roberto Llerena, pasaporte No. 142804; Grupo Jaragua Inc., representada por Ivonne Arias, cdula de identidad y electoral No. 001-0089458-3; Asociacin de Hoteles Romana Bayahibe, representada por Lissette Gil, cdula de identidad y electoral No. 001-1015274-1; Fundemar, representada por Myrna de Pea Tactuk, cdula de identidad y electoral No. 001-0063427-8; Asociacin Nacional de Hoteles y Restaurantes, representada por Mara Eugenia Dvalos, cdula de identidad y electoral No. 001-12716378-1; debidamente representados por los Dres. Juan De Dios Deschamps, Mariano Rodrguez, Luis Rafael Vlchez Marranzini, Manuel Bergs hijo, ngel A. Castillo T., David La Hoz, Lino Vsquez Samuel, Ramn Andrs Daz Ovalle, Agustn Severino, Juan Bautista Fras Agramonte, y por los Licdos. Leila Roldn, Juan Miguel Castillo Pantalen, Julio Csar Castaos Guzmn, Csar Alcntara, Luis Andrs Aybar Duverg, Dulce Mara Fliz Marez, Ana Mara Rodrguez Castro, Aime Prieto C. y Ruth Vsquez, contra la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 2024, del 30 de julio de 2004; Vista la instancia dirigida a la Suprema Corte de Justicia, el 9 de agosto de 2004, por los impetrantes, y suscrita por los
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abogados arriba mencionados, la cual concluye as: Primero: Declarar la inconstitucionalidad de Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, del 30 de julio de 2004, promulgada por el Poder Ejecutivo en fecha 30 de julio del ao 2004; Segundo: Pronunciar la nulidad erga omnes de la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, promulgada por el Poder Ejecutivo en fecha 30 de julio de 2004, por aplicacin de lo dispuesto en el artculo 46 de la Constitucin; Visto el escrito de intervencin de fecha 9 de septiembre de 2004, depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia, suscrito por el Dr. Radhams A. Rodrguez Gmez, en representacin de los seores Luis Emilio Cordero Gmez, Nelson Pachn Cordero Gmez, Bernardina Altagracia Cordero Gmez, Silvia Villegas, Aida Mara Cordero Gmez, Ramn Antonio Cordero Gmez, Juan Bautista Cordero Gmez, Lic. Santa Isolina Cedeo Cordero, Martha Elena Cedeo Cordero, Fior DAliza Cedeo Cordero, Victoria Cedeo Cordero, Rafael Bienvenido Santa Gilamo e Higinio Guerrero Sterling, el cual termina as: Primero: Declarar regular en la forma y vlida en el fondo, la presente intervencin que se realiza en relacin a la solicitud de declaratoria de inconstitucionalidad de la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, de fecha 30 de julio del ao 2004; Segundo: Declarar la validez y regularidad de dicha ley; Visto el escrito ampliatorio relacionado con la anterior instancia, depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia, el 20 de septiembre de 2004, suscrito por el Dr. Radhams A. Rodrguez Gmez, el cual termina as: nico: Acoger las conclusiones plasmadas en el escrito principal de la presente intervencin; Visto el escrito de fecha 22 de septiembre de 2004, depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia, suscrito por el Dr. Mario Read Vittini y los Licdos. Jottin Cury hijo, y Antonio Nolasco Benzo, en representacin de la Asociacin para el Desarrollo del Suroeste, Inc., Fundacin Dominicana de Desarrollo Habitacional y Ambiental, Inc., Patronato de Desarrollo de Duverg, Provincia Independencia,
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Inc., Patronato para el Desarrollo Turstico del Sur, Inc. y Asociacin de Agricultores del Suroeste, Inc., el cual termina as: Primero: Declarar buena y vlida en cuanto a la forma la presente intervencin; Segundo: Rechazar por improcedente e infundada la accin directa en declaratoria de inconstitucionalidad de la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04 del 30 de julio del 2004, formulada mediante instancia depositada en ese tribunal el 4 de agosto del 2004; Tercero: Disponer todo lo que sea procedente en casos como el de la especie; Visto el escrito de fecha 23 de septiembre de 2004, depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia, suscrito por el Licdo. Frank Reynaldo Fermn Ramrez, en representacin de los seores Jos Luis Guzmn Bencosme, Tefilo Manuel Ventura Daz, Jos Valerio Monestina Garca, Jos del Carmen Plasencia Uzeta, Marisol Prez Cruz, Rubn Cruz, Martn Domnguez, Ursulo M. Peralta Ovalle, Romeo Alberto Caminero, Daniel Romero Beltr, Ana Minerva Romero, Toms L. Rojas Bueno, Manuel E. Rivas Estvez, Napolen Estvez Rivas y la sociedad de comercio Diseos y Clculos de Construcciones, S. A. representada por su presidente Jos Luis Guzmn Bencosme, el cual termina as: Primero: Declarar buena y vlida en cuanto a la forma la presente intervencin; Segundo: Rechazar por improcedente e infundada la accin directa en declaratoria de inconstitucionalidad de la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04 del 30 de julio del 2004, formulada mediante instancia depositada en ese tribunal el 4 de agosto del 2004; Tercero: Disponer todo lo que sea procedente en casos como el de la especie; Visto el escrito de fecha 1ro de octubre de 2004, depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia, suscrito por el Dr. Vctor Livio Cedeo J., en representacin de los sucesores del finado Pedro Rolando Cedeo Herrera, representados por el Dr. Miguel Angel Cedeo J., que termina as: Primero: Declarar conforme a la Constitucin, la Ley Sectorial de reas Protegidas, No. 202-04, del 30 de julio del
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2004; y Segundo : Desestimar la accin o recurso de inconstitucionalidad de que se trata; Visto el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica, de fecha 6 de septiembre de 2004, que termina as: Primero : Declaris regular en la forma la instancia en solicitud de declaratoria de inconstitucionalidad contra la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, del 30 de julio de 2004, promulgada por el Poder Ejecutivo en fecha 30 de julio del ao 2004, introducida en fecha 9 de agosto del 2004, por la Juventud Nacional Comprometida, Inc. (JUNCO), representada por Carlos Santos S. (001-0104463-4), Frente Nacional de Abogados Independientes, Inc., representado por Csar Alcntara, (001-0327907-1), Fundemar, Inc., representada por Oswaldo E. Vsquez, (001-13333872-4), Ricardo Briones Fotografa, representada por Ricardo Briones, (001-0071198-5), Fundacin Moscoso Puello, representada por Carlos M. Garca, (001-0371175-0), Consorcio Ambiental Dominicano Inc., representada por Rosa Lamelas, (00100117345-6), UNEV, representada por Salustiano Mojica, (0010020948), Grupo Ecologista Tinglar Inc., representada por Rafael A. Lorenzo de Veras, (001-0543102-7), Cebse, Inc., representada por Patricia Lamelas, (001-0016883-0), Llerena y Asociados, representada por Roberto Llerena, (pasaporte 142804), Grupo Jaragua Inc., representada por Ivonne Arias, (001-0089458-3), Asociacin de Hoteles Romana Bayahibe, representada por Lissette Gil, (001-1015274-1), Fundemar, representada por Myrna de Pea Tactuk, (001-0063427-8), Asociacin Nacional de Hoteles y Restaurantes, representada por Mara Eugenia Dvalos, (01-12716378-1); Segundo: Acojis como vlido en el fondo, los medios fundamentados sobre la violacin de los artculos 3, 8 literal5 y 37, de la Constitucin de la Repblica; as como por violar disposiciones contenidas en las siguientes Convenciones Internacionales, las cuales tienen rango Constitucional, a saber: a- la Convencin de Washington sobre Proteccin de la Flora, Fauna y Bellezas Escnicas Naturales de los Pases de Amrica; b- la Convencin para la Proteccin del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de la UNESCO; c- violacin a las disposiciones de la Convencin sobre Biodiversidad Biolgica; y d- violacin a la
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Convencin de Viena sobre Derecho de los Tratados, de fecha 23 de mayo de 1969, en consecuencia; declaris nula por Inconstitucional la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 20204, promulgada por el Poder Ejecutivo en fecha 30 de julio de 2004, por aplicacin de lo dispuesto en el artculo 46 de la Constitucin; La Suprema Corte de Justicia despus de haber deliberado y visto los artculos 3, 8, numeral 5; 37, inciso 4; 39, 40, 41, 46 y 67, inciso 1 de la Constitucin; Considerando, que el artculo 67, inciso 1 de la Constitucin de la Repblica dispone que corresponde a la Suprema Corte de Justicia, exclusivamente, sin perjuicio de las dems atribuciones que le confiere la ley, conocer en nica instancia de la Constitucionalidad de las leyes, a solicitud del Poder Ejecutivo, de uno de los Presidentes de las Cmaras del Congreso Nacional o de parte interesada; Considerando, que en la especie, la presente instancia ha sido intentada a solicitud de parte interesada y se refiere a la accin directa en declaratoria de inconstitucionalidad introducida por los impetrantes, contra la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, del 30 de julio de 2004, cuyo objeto consiste en integrar la conservacin, el uso sostenible y el manejo de las reas protegidas en el desarrollo de polticas socioculturales, econmicas y ambientales, y el pleno disfrute y los servicios que brinden a la sociedad; Considerando, que los impetrantes alegan, como fundamento de su solicitud, en sntesis, lo siguiente: 1) que la ley evidencia una gran deficiencia tcnica en la conceptualizacin de lo que es un sistema nacional de reas protegidas de un pas, comprometiendo el principio constitucional de utilidad y justicia de la ley, as como la obligacin constitucional atribuida al congreso de proveer la conservacin y fructificacin de los bienes nacionales; 2) que pone en evidencia, adems, que el pas no es capaz de mantener sus compromisos internacionales de conservacin, violentando as numerosas convenciones internacionales que, por aplicacin de los principios constitucionales vigentes, forman
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parte del derecho interno de la Repblica Dominicana; 3) que las disposiciones de la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, del 30 de julio de 2004, violan el artculo 3 de la Constitucin de la Repblica, en su segundo prrafo, as como la parte capital del artculo 41 de la misma constitucin en lo referente a los plazos de remisin de observaciones por parte del Poder Ejecutivo y su conocimiento por el congreso, los artculos 39 y 40, y los artculos 8, literal 5 y 37, numeral 4, de la misma Constitucin de la Repblica; Considerando, que en cuanto a la violacin al artculo 3 de la Constitucin de la Repblica, prrafo segundo, cuyo texto expresa: La Repblica Dominicana reconoce y aplica las normas del derecho internacional general y americano en la medida en que sus poderes pblicos las hayan adoptado, y se pronuncia en favor de la solidaridad econmica de los pases de Amrica, y apoyar toda iniciativa que propenda a la defensa de sus productos bsicos y materias primas; se impone determinar, en primer lugar, el alcance de la norma constitucional invocada, relacionada con las convenciones, pactos y/o declaraciones, suscritos por la Repblica Dominicana vinculadas con la proteccin del medio ambiente, citndose de manera especfica: la Convencin de Washington Sobre Proteccin de la Flora, Fauna y Bellezas Escnicas Naturales de los Pases de Amrica del ao 1940, adoptada mediante Resolucin No. 654 del 5 de enero de 1942; la Convencin para la Proteccin del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de la UNESCO, Pars, adoptada mediante Resolucin No. 223 del 13 de octubre de 1984; el Convenio Sobre Diversidad Biolgica de 1992, firmado en la Cumbre de la Tierra, Ro de Janeiro, Brasil, el 5 de junio de 1992, ratificado mediante Resolucin No. 25-96 del 2 de octubre de 1996; Considerando, que los impetrantes reivindican la positivacin de los derechos emanados de las convenciones internacionales citadas por efecto de la aplicacin del artculo 3, prrafo segundo, de la Constitucin, precedentemente transcrito, a los fines de que la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, del 30 de julio de 2004, sea declarada inconstitucional, bajo el predicamento de que al tenor de los
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artculos 10 y 11 de la Convencin sobre Tratados suscrita en la Sexta Conferencia Internacional Americana de la Habana de 1928, ratificada por Resolucin No. 262 del 23 de enero de 1932; y 53 de la Convencin de Viena sobre Derecho de los Tratados del 23 de mayo de 1969, segn la cual ningn Estado puede eximirse de las obligaciones del Tratado o modificar sus estipulaciones sino con el acuerdo pacficamente obtenido de los otros contratantes; as como que cuando una norma ha sido aceptada y reconocida por la comunidad internacional de Estados en su conjunto, no admite acuerdo en contrario y que slo puede ser modificada por una norma ulterior de derecho internacional general que tenga el mismo carcter, respectivamente; Considerando, que conviene precisar, antes del anlisis de la incidencia de las convenciones mencionadas sobre la ley cuestionada, cuya superioridad se aduce frente al derecho interno por ser aquellas normas del Derecho Internacional; que el Derecho Interno, por oposicin al primero, es el conjunto de normas que tienen por objeto la organizacin interna del Estado, lo que obvia y necesariamente incluye la Constitucin del Estado de que se trate, por lo que resulta impropio afirmar que la convencin prevalece sobre todo el derecho interno de la Nacin dominicana, en razn de que ninguna norma nacional o internacional puede predominar por encima de la Constitucin, que es parte, la principal, de nuestro Derecho Interno, lo que es hoy reconocido por nuestro derecho positivo al consagrar el artculo 1 de la Ley No. 76-02 (Cdigo Procesal Penal), al referirse a la primaca de la Constitucin y los tratados en el sentido de que estos prevalecen siempre sobre la ley, de lo que se infiere que si bien forman parte del derecho interno el conjunto de garantas reconocidas por la Constitucin y la jurisprudencia constitucional, as como las normas supranacionales integradas por los tratados, pactos y convenciones internacionales suscritos y ratificados por el pas, las opiniones consultivas y las decisiones emanadas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, lo que se ha dado en denominar bloque de constitucionalidad, que reconoce igual rango a las normas que lo componen, no menos cierto es que frente a una confrontacin o enfrentamiento de un tratado o
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convencin con la Constitucin de la Repblica, sta debe prevalecer, de lo que se sigue que para que una ley interna pueda ser declarada inconstitucional, no es suficiente que ella contradiga o vulnere una convencin o tratado del que haya sido parte el Estado Dominicano, sino que es necesario que esa vulneracin alcance a la Constitucin misma, salvo el caso que se trate de una disposicin sobre derechos humanos comprendida dentro del bloque de constitucionalidad, en razn, primero, del principio de soberana de la Nacin dominicana consagrado en el artculo 3 de nuestra Ley Fundamental y, segundo, de que no existe en derecho internacional regla general alguna segn la cual, excepto que ello se consigne expresamente, una norma internacional habra de derogar automticamente una norma interna, anterior o posterior, que le sea contraria, y menos si esa norma es parte de la Constitucin del Estado; que de esto ocurrir, el Estado quedara obligado a dar una satisfaccin adecuada o una reparacin, slo cuando la violacin invocada se refiera a una norma adjetiva, todo lo cual obliga el anlisis de las convenciones alegadamente desconocidas por la ley atacada, a los fines de determinar si la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, es contraria a la Constitucin, que es lo que demandan los impetrantes; Considerando, que especficamente, los impetrantes sostienen, en cuanto a la violacin a la Convencin de Washington de 1940, cuya superioridad como norma del Derecho Internacional sobre el Derecho Interno se aduce, que la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, del 30 de julio de 2004, contraviene disposiciones de la citada convencin al dejar libres en manos de particulares terrenos otrora reas protegidas cuyas riquezas existentes en ellos no se explotarn con fines comerciales, y al reducir y hasta eliminar reas protegidas de la Repblica Dominicana para fines muy distintos de la investigacin cientfica, la inspeccin gubernamental u otros conforme con los propsitos para los cuales la reserva fue creada; as como el compromiso de adoptar o recomendar a los cuerpos legislativos competentes la adopcin de leyes y reglamentos que aseguren la proteccin
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y conservacin de la flora y fauna dentro de los respectivos territorios, entre otras; que slo en la hiptesis de que el ejecutivo denunciara esta Convencin, se hubiese podido liberar el Estado Dominicano, de esta obligacin y presentar vlidamente el proyecto (hoy la Ley No. 202-04) sin incurrir en la violacin constitucional; Considerando, que examinado el artculo III de la Convencin de Washington de 1940, este estipula lo siguiente: Los Gobiernos contratantes convienen en que los lmites de los parques nacionales no sern alterados, ni enajenada parte alguna de ellos sino por accin de la autoridad legislativa competente; las riquezas existentes en ellos no se explotarn con fines comerciales; que, como se puede apreciar de la simple lectura del referido artculo III invocado por los impetrantes, ese texto no contiene, como estos entienden, una prohibicin absoluta para que los lmites de los parques nacionales sean alterados ni que una parte de ellos pueda ser enajenada, pues ello depende nicamente para que se verifique vlidamente, de que se cumpla la condicin a que la sujet el mencionado artculo III, hacindola depender de la accin legislativa competente, como ha ocurrido al dictar el Congreso Nacional la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, del 30 de julio de 2004, que segrega zonas especficas del Sistema Nacional de reas Protegidas constituido por la Ley General sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales No. 64-00, del 18 de agosto del ao 2000; que, por otra parte, slo en el caso de producirse alguna explotacin en un parque nacional con fines comerciales, sin que haya intervenido previamente una disposicin legislativa que excluya de la condicin de rea protegida la superficie de que se trate, podr calificarse de violacin a la Convencin de Washington de 1940, la utilizacin o explotacin comercial que de ella se haga, lo que no se da en la especie frente a la existencia de la Ley No. 20204; que el proyecto de Ley Sectorial de reas Protegidas introducido a las cmaras legislativas para su discusin y aprobacin por el Poder Ejecutivo, hoy convertido en la citada Ley No. 202-04, constituye, independientemente de la insuficiencia u omisiones de que pueda adolecer, la ejecucin
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por el Estado Dominicano de los compromisos asumidos en la Convencin de Washington, pendiente de cumplimiento hasta ahora, desde su adopcin el 5 de enero de 1942; Considerando, que, en ese mismo orden, los impetrantes tambin destacan la alegada violacin a la Convencin para la Proteccin Mundial, Cultural y Natural de la UNESCO, al imputarle a la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, amputar reas protegidas que contienen una parte importante del patrimonio natural y cultural de la Repblica Dominicana; Considerando, que del estudio preparado por la Academia de Ciencias de la Repblica Dominicana, denominado Anlisis Tcnico sobre Ley Sectorial de reas Protegidas, el cual integra la presente accin de inconstitucionalidad, se pueden extraer los datos e informaciones siguientes: con la nueva Ley Sectorial de reas Protegidas la Repblica dominicana tendra: 17 reas protegidas en la Categora III (Monumento Natural) repartidas en 15 monumentos naturales (con 341.5 km2) y 2 monumentos culturales (con 91km2). Con la Ley Ambiental haba 12 monumentos naturales con una superficie de 323km2 En trminos de reducciones y ampliaciones, los resultados son los siguientes: Los monumentos naturales aumentan su superficie en un 33% al pasar de 323km2 (Ley 64-00) a 432.5km2 (Nueva Ley Sectorial). En la nueva Ley Sectorial los Monumentos Naturales tienen 43km2 en aguas y 390km2 en tierra, anteriormente (Ley 64-00) haba 88km2 en agua y 325km2 en tierra; que, como se aprecia, el cotejo realizado por el estudio de referencia, sobre las reas protegidas en las Leyes Nos. 64-00 y la 202-04, arroja un saldo favorable en favor de esta ltima que, en vez de disminuir, como sostienen los impetrantes, sin demostracin alguna, ha aumentado la superficie destinada a la proteccin de los monumentos naturales y culturales dentro del territorio nacional y, por tanto, la Ley Sectorial de reas Protegidas no ha podido desconocer la Convencin de la UNESCO; Considerando, que los impetrantes aducen, por otra parte, que la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, del 30 de julio de 2004, violenta el principio de utilidad y justeza
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enunciado en el artculo 8, numeral 5, de la Constitucin que establece: A nadie se le puede obligar a hacer lo que la ley no manda ni impedrsele lo que la ley no prohbe. La ley es igual para todos: No puede ordenar ms que lo que es justo y til para la comunidad ni puede prohibir ms que lo que le perjudica; Considerando, que los impetrantes radican el agravio al texto constitucional antes enunciado al considerar que la Ley No. 202-04 desconoce en su formulacin el principio de utilidad y justeza contenido en el referido artculo 8 numeral 5, porque, agregan los impetrantes, al vulnerar, eliminando y/o reduciendo el Sistema Nacional de reas Protegidas y dejar indefensos importantes ecosistemas, montaas, cuencas hidrogrficas, refugios de faunas y parques nacionales, se compromete el equilibrio ecolgico y la futura sostenibilidad de la isla y de las venideras generaciones; Considerando, que del estudio del expediente se desprende que la ley atacada destina alrededor de un 20% de la superficie terrestre del pas a su Sistema Nacional de reas Protegidas, superior a lo que hacen otros pases que como: China, Francia, Per, Mxico, que para los mismos fines reservan un 6.2%, un 11.7%, un 2.7% y un 2.4%, respectivamente, de sus territorios, lo que pone de manifiesto que proporcionalmente la Repblica Dominicana asigna una mayor cobertura que los pases citados en trminos de reas protegidas; que, desde esta ptica, la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, del 30 de julio de 2004, no puede vulnerar las recomendaciones de las Naciones Unidas, consignadas en los documentos del Programa 21, que es el plan de accin adoptado en la Convencin de Ro de Janeiro en 1992, destinado a la lucha contra la pobreza, a travs del desarrollo sostenible de los recursos, donde se sent el criterio de que en toda poltica ambiental centrada primordialmente en la conservacin y proteccin de los recursos debe tenerse en cuenta a la poblacin cuya subsistencia depende de dichos recursos; que, por tanto, achacarle a la ley cuestionada que la reduccin de las reas protegidas que contiene abriga el propsito de que particulares fomenten nuevas empresas vinculadas al negocio del turismo, en
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desmedro de la riqueza de nuestra ecologa y parques nacionales, carece de fundamento toda vez que el desarrollo sostenible del turismo y, principalmente, el desarrollo humano, se enmarcan dentro de los fines de ley, en los trminos y aspiraciones proclamados por las Naciones Unidas en sus recomendaciones en la lucha contra la pobreza; Considerando, en cuanto a la violacin a la Convencin sobre Biodiversidad Biolgica, firmado en la Cumbre de la Tierra, en Rio de Janeiro, Brasil, el 5 de junio de 1992 y ratificado por Resolucin del Congreso Nacional No. 25-96 del 2 de octubre de 1996, los impetrantes alegan que la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, ignora las ms importantes disposiciones del citado Convenio de Ro de Janeiro, ya que, lejos de elaborar estrategias, planes o programas nacionales para la conservacin y la utilizacin sostenible de la diversidad biolgica, como dispone el tratado internacional aludido, atenta contra la conservacin de esa diversidad biolgica al reducir y eliminar los habitats naturales de la fauna natural; que asimismo, la ley de la cual se demanda su anulacin, hace caso omiso a la posibilidad de reduccin de la diversidad biolgica como consecuencia de actividades humanas que se desarrollarn en las reas liberadas de proteccin; de los valores ecolgicos y otras para la evolucin y mantenimiento de los sistemas necesarios para la vida de la bisfera y, en fin, al inters comn de la humanidad; Considerando, que si bien los impetrantes aportan, para justificar la violacin a la Convencin sobre Biodiversidad Biolgica, un Anlisis sobre el Impacto de la Ley No. 202-04 Sectorial sobre reas Protegidas, as como un Anlisis Tcnico sobre la Ley Sectorial de reas Protegidas, del 29 de julio de 2004, de la Academia de Ciencias de la Repblica Dominicana, los cuales se contraen a la crtica de la reformulacin del Sistema Nacional de reas Protegidas, en las categoras que se describen en la ley impugnada, de su contenido se puede determinar que el mayor agravio que esgrimen los impetrantes contra la ley es el haber reducido los lmites de determinados parques nacionales en perjuicio de la diversidad biolgica del pas;
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Considerando, que no faltan a la verdad los impetrantes cuando afirman que en la aludida Convencin sobre la biodiversidad se consigna la obligacin de los Estados firmantes de elaborar estrategias, planes y programas nacionales para la conservacin y la utilizacin sostenible de la diversidad biolgica pero, como dice el mismo Convenio, con arreglo a sus condiciones y capacidades particulares, lo que cobra mayor relevancia y verosimilitud en lo expresado en el artculo 3 de la Convencin que consagra como principio lo siguiente: De conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y con los principios del Derecho Internacional, los Estados tienen el derecho soberano de explotar sus propios recursos en aplicacin de su propia poltica ambiental y la obligacin de asegurar que las actividades que se lleven a cabo dentro de su jurisdiccin o bajo su control no perjudiquen el medio de otros Estados o de zonas situadas fuera de toda jurisdiccin nacional; que en ejecucin de su irrenunciable soberana, el Estado Dominicano, por va del Congreso Nacional, que es su autoridad legislativa competente, ha dado cumplimiento, con la promulgacin de la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, del 30 de julio de 2004, al mandato contenido en el artculo 34 de la Ley General sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales No. 64-00 del ao 2000, de dotar al pas de un instrumento legal que reagrupara todas las disposiciones existentes que constituan el Sistema Nacional de reas Protegidas; que como en ninguna de las convenciones o tratados de los que se alega han sido violados se sealan indicadores de la superficie o rea que deben tener las unidades del sealado Sistema y sus diferentes categoras, mal podra imputrsele a la ley de referencia haber reducido considerables reas protegidas del patrimonio natural y cultural de la Repblica, como se alega, ya que, adems, es la propia Convencin que establece, al fijar las obligaciones de conservacin de las partes, que las mismas se ejecutarn en la medida de lo posible y segn proceda, lo que descarta la transgresin alegada y, por va de consecuencia, la del prrafo del artculo 3 de la Constitucin de la Repblica que reconoce
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y aplica las normas del Derecho Internacional y Americano en la medida que los poderes pblicos nacionales las hayan adoptado; Considerando, que el estudio de la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, del 30 de julio de 2004, en su conjunto, ha puesto de manifiesto que ella contiene un aceptable equilibrio entre el desarrollo humano y la proteccin del medio ambiente por el que propugnan los impetrantes y responde a los principios enarbolados en la Cumbre de la Tierra de Ro de Janeiro de 1992, donde se fijaron entre otros, los siguientes: El derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que corresponda equitativamente a las necesidades de desarrollo y ambientales de las generaciones presentes y futuras; a fin de alcanzar el desarrollo sostenible, la proteccin del medio ambiente deber constituir parte integrante del proceso de desarrollo y no podr considerarse en forma aislada; todo lo cual responde a la necesidad de poner en obra al primero de esos principios de la Cumbre de Ro que dirige su fundamental preocupacin a la meta de alcanzar el desarrollo del ser humano, ente principal de la creacin, cuando expresa: Los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sostenible. Tienen derecho a una vida saludable y productiva en armona con la naturaleza; Considerando, que las declaraciones y principios que se citan, emanadas de las convenciones y tratados de los cuales es parte la Repblica Dominicana, y que son invocadas por los impetrantes, ponen de relieve que la ley imputada del vicio de inconstitucionalidad no infringe las obligaciones de conservacin y desarrollo de las reas protegidas a que ellos se refieren, en ninguna de sus disposiciones; que, igualmente, los errores y deficiencias tcnicas que se le atribuyen, no son de naturaleza a justificar la inconstitucionalidad denunciada, ni desde el punto de vista de las referidas convenciones y tratados, ni desde la ptica de nuestra Carta Sustantiva; Considerando, en otro orden, que los impetrantes imputan a la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, del 30 de julio de 2004, haber sido dictada en violacin del artculo 41
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de la Constitucin que traza el procedimiento a observar para la creacin de la ley; que dicho artculo establece, agregan los impetrantes, que el Poder Ejecutivo debe hacer efectivas las leyes mediante su promulgacin y publicacin y salvaguardar su facultad constitucional de observarlas y devolverlas al Congreso; que en el artculo 41 las reglas estn establecidas con relacin al plazo con que la observacin presidencial debe ser hecha, la discusin de las observaciones por parte del Congreso y la mayora necesaria para sancionar estas observaciones; Considerando, que con relacin al plazo que establece el artculo 41 para que el Poder Ejecutivo, si la observare, enve la ley aprobada en ambas Cmaras a la Cmara de donde procedi, dentro de los ocho das de recibida, salvo el caso en que el asunto hubiese sido declarado de urgencia que reduce el plazo a tres das, los impetrantes aducen que como ese texto del citado artculo no contempla excepciones, novacin ni prrrogas al plazo mximo de ocho das, toda observacin remitida por el Presidente en exceso a dicho plazo es absolutamente inconstitucional; que en la especie, concluyen los impetrantes sobre esta cuestin, el Presidente de la Repblica ha hecho tres observaciones a la ley, remitidas fuera de plazo, dos de ellas, en fechas 8 de julio de 2004 y 19 de julio de 2004, mediante oficios Nos. 6849 y 7221, respectivamente, a los cuarenta y un (41) das y a los cincuenta y dos (52) das de vencido el plazo de observacin, ya indicado; que al conocer el Senado de esas observaciones enviadas fuera de plazo, lo hizo de manera irregular y en franca violacin de la Constitucin; Considerando, que el estudio del expediente revela que los impetrantes al hacer el clculo de los ocho das con que cuenta el Poder Ejecutivo para observar la ley despus que le es enviada, slo tom en consideracin las comunicaciones (oficios) Nos. 6849, del 8 de julio de 2004 y 7221, del 19 de julio de 2004 por medio de los cuales el Presidente de la Repblica se dirige al Senado en torno a su oficio No. 5260, del 28 de mayo de 2004, mediante el cual introduca sus observaciones a la Ley Sectorial de reas Protegidas que le
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haba enviado el Senado el 20 de mayo de 2004; que, como puede observarse, los impetrantes no hacen alusin a esta actuacin del Presidente de la Repblica que fue la primera que se produjo y cuyo contenido versaba sobre las observaciones que a la referida ley haca al Senado el Poder Ejecutivo; que examinadas las comunicaciones del 8 y 19 de julio de 2004, arriba citadas, las que figuran en el expediente, esta Corte ha podido verificar que ellas se contraen a hacer enmiendas y precisiones a los cuestionamientos que en uso de sus facultades constitucionales formulara el Presidente de la Repblica a la ley que ahora se ataca por va de la presente accin, el 28 de mayo de 2004; que al no existir discrepancia sobre la fecha en que el Senado enviara al Poder Ejecutivo la ley aprobada en ambas Cmaras el 20 de mayo de 2004, para los fines que prescribe el artculo 41 de la Constitucin, esta Corte entiende, estimando que los reparos a la ley se remitieron al mismo Senado el 28 de mayo de 2004, mediante el oficio No. 5260, que el Poder Ejecutivo produjo sus observaciones dentro del plazo de ocho das que fija el artculo 41 de la Constitucin y no en las fechas que indican los impetrantes erradamente; Considerando, que los impetrantes al tocar el aspecto relativo a la discusin de las observaciones por parte del Congreso, previsto en el mencionado artculo 41, se limitan a enunciar los mandatos que sobre el particular contiene este texto, como, por ejemplo: a) que la devolucin de la ley (no del proyecto, como se dice) observada debe ser remitido a la Cmara de donde procedi, por lo que si el Presidente la remitiere a la Cmara donde se origin la ley (no el proyecto, como se dice) y no a la que le remiti la ley que ha observado, la remisin devendra en inconstitucional; b) que las observaciones presidenciales sern discutidas por el Congreso y que la Cmara que las hubiere recibido las har consignar en el orden del da de la prxima sesin y discutir de nuevo la ley; c) que la Cmara correspondiente slo conoce el texto de las observaciones presidenciales, no est obligada a conocer de lo ya aprobado y no observado por el Presidente; d) que discutir la observacin significa ciertamente ser objeto de debate igual
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que todo proyecto ordinario, ya que los artculos 39 y 40 de la Constitucin no hacen excepcin a la regla de que cada proyecto debe ser sometido a dos discusiones y aprobaciones en cada Cmara; Considerando, que a pesar de que los impetrantes no precisan en qu consistieron las violaciones constitucionales en el aspecto relativo a la discusin de las observaciones por parte del Congreso, la Corte estima conveniente examinar las aducidas violaciones sobre el referido aspecto; que en relacin a ello se ha podido establecer: 1) que con fecha 20 de mayo de 2004, el Senado de la Repblica remiti al Poder Ejecutivo la Ley Sectorial de reas Protegidas, aprobada por el Cuerpo Legislativo, el da anterior, y que aqul la devolvi al mismo Senado de donde procedi el envo, con sus observaciones, el 28 de mayo de 2004, esto es, dentro del plazo constitucional; 2) que los impetrantes no aportan ninguna evidencia o prueba que demuestre que la Cmara que recibi las observaciones del Presidente de la Repblica, no las hizo consignar en el orden del da de la prxima sesin; Considerando, que, en cuanto a que la Cmara correspondiente slo conoce el texto de las observaciones presidenciales porque no est obligada a conocer de lo ya aprobado y no observado por el Presidente, se impone determinar, sobre el particular, el alcance del artculo 41 de nuestra Carta Sustantiva que rige la cuestin, el cual trae entre sus disposiciones la que expresa: La Cmara que hubiere recibido las observaciones la har consignar en el orden del da de la prxima sesin y discutir de nuevo la ley; que, aparte de que no admite interpretacin por su claridad y precisin esta parte del texto constitucional, la mejor doctrina y la prctica legislativa coinciden en que en presencia de una observacin presidencial el Congreso debe conocer de nuevo la ley en su integridad, pues una discusin parcial y aislada es susceptible de producir desajustes e incongruencias en el conjunto de las disposiciones de la ley, por lo que sta debe ser discutida en su totalidad y no en la parte observada solamente; que, de otra parte, es bien cierto que el artculo 39 de la Constitucin dispone que todo proyecto de ley admitido en
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una de las Cmaras se someter a dos discusiones distintas, con un intervalo de un da por lo menos entre una y otra discusin, pero es tambin cierto que el proyecto de ley deja de ser tal tan pronto es aprobado en ambas Cmaras, como lo consignan los artculos 40 y 41 de la Constitucin que se refieren a la ley y no al proyecto en los presupuestos por dichos artculos previstos, de lo que resulta, como lo ha admitido ya esta Suprema Corte de Justicia, que si bien una ley del Congreso Nacional no promulgada ni publicada por el Poder Ejecutivo, no adquiere, en principio, fuerza ejecutoria hasta tanto esos requisitos hayan sido cumplidos, no menos cierto es que los proyectos de ley aprobados por ambas Cmaras del Congreso adquieren la categora de ley, independientemente de su promulgacin y publicacin y que, por tanto, cuando una ley en estas condiciones es devuelta por el Poder Ejecutivo con observaciones a la Cmara de donde provino, no es requerida en este caso, la doble discusin al no tratarse de un proyecto de ley sino de una ley, por lo que no se viol ninguna disposicin constitucional al someterse a una sola discusin las observaciones presidenciales a la Ley Sectorial de reas Protegidas; Considerando, que los anlisis y ponderaciones que anteceden muestran que la ley de que se trata no vulnera la Constitucin de la Repblica ni el Derecho Internacional en los aspectos sometidos por los impetrantes a la consideracin de la Suprema Corte de Justicia y, en consecuencia, resulta inaplicable la disposicin del artculo 46 que dispone que son nulos de pleno derecho toda ley, decreto, resolucin, reglamento o actos contrarios a esta Constitucin; Considerando, en cuanto a la violacin del artculo 37 numeral 4 de la Constitucin, segn el cual es atribucin del Congreso Nacional proveer a la conservacin y fructificacin de los bienes nacionales, alegada por los impetrantes, es de resaltar que el texto de dicha disposicin reza del modo siguiente: Proveer a la conservacin y fructificacin de los bienes nacionales, y a la enajenacin de los bienes del dominio privado de la Nacin, excepto lo que dispone el inciso 10 del artculo 55 y el artculo 110, lo que revela, en primer trmino,
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que el canon constitucional citado en apoyo, no slo ordena proveer lo que los impetrantes destacan en esta parte de su instancia, sino tambin a la enajenacin de los bienes del dominio privado de la Nacin,, lo que obviamente proclama la transferibilidad o cesibilidad de tales bienes dentro de los cuales se comprenden reas que corresponden a parques nacionales que forman parte del Sistema Nacional de reas Protegidas siempre que se observen las regulaciones que se hayan dictado para su proteccin y conservacin, como se ha hecho en este caso, por lo que con la liberalizacin de algunas zonas de estas regiones de nuestra geografa mediante una ley del Congreso Nacional, no conlleva, en modo alguno, violacin a la Constitucin de la Repblica; Considerando, que de lo que antecede resulta que la Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, del 30 de julio del 2004, no es contraria a la Constitucin. Por tales motivos: Primero: La Ley Sectorial de reas Protegidas No. 202-04, del 30 de julio de 2004, es declarada conforme a la Constitucin; Segundo: Ordena que la presente decisin sea comunicada por Secretara al Magistrado Procurador General de la Repblica, a las partes e intervinientes, y publicada en el Boletn Judicial. Firmado: Jorge A. Subero Isa, Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Hugo lvarez Valencia, Juan Lupern Vsquez, Julio Ibarra Ros, Margarita A. Tavares, Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Julio Anbal Surez, Vctor Jos Castellanos, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Edgar Hernndez Meja, Daro O. Fernndez Espinal, Pedro Romero Confesor y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta. Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los Jueces que figuran ms arriba, el mismo da, mes y ao en ella expresados lo que yo, Secretaria General, certifico.
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Disciplinaria. mbito de represin disciplinaria diferente al de la represin penal, por el principio de la legalidad de los delitos y las penas, que no es aplicable a la materia disciplinaria. Sentencia del 16 de marzo del 2005.
Sentencia impugnada: Segunda Sala de la Corte de Trabajo del Distrito Nacional, del 15 de julio del 2004. Materia: Inculpado: Disciplinaria. Magistrado Dr. Juan Evangelista Rodrguez.
En la causa disciplinaria seguida al Magistrado Dr. Juan Evangelista Rodrguez, Juez de la Instruccin del Distrito Judicial de Pedernales; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol y llamar al prevenido Juan Evangelista Rodrguez y a ste decir sus generales de ley; Odo al Dr. Carlos Julio Fliz Vidal ratificando calidades como abogado de la defensa del prevenido; Odo al Ministerio Pblico en la presentacin del caso; Odo a la Secretaria en la lectura del dictamen del Ministerio Pblico del 26 de octubre del 2004, el cual expresa: Primero: Que el seor Juan Evangelista Rodrguez Rodrguez, Juez de la Instruccin del Distrito Judicial de Pedernales, sea declarado culpable de cometer faltas graves en el ejercicio de sus funciones en franca violacin a la Ley de Carrera Judicial No. 327-98 en su numeral 2; Segundo: Que sea destituido como Juez la de Instruccin. Y haris justicia; Odas las conclusiones ledas en la audiencia del 5 de octubre de 2004 por el Dr. Carlos Julio Flix Vidal las cuales expresan: Primero: Que de los cargos puestos en contra del Magistrado Rodrguez le descarguis de toda responsabilidad disciplinaria por cuanto al ser instruidos los mismos cargos no se ha podido establecer que la conducta de dicho magistrado est inserta en las disposiciones del artculo 66 de la Ley de Carrera Judicial por no derivarse dolo, maniobra fraudulenta o peculado de ningn tipo, y Segundo: Que tengis a bien conceder un plazo de quince (15) das a partir de la fecha, conforme a precedentes sealados por esta Corte, a la defensa para producir un escrito ampliatorio de las presentes conclusiones debidamente motivadas; Tercero: Para bien del proceso judicial excluyis del debate el informe de inspectora judicial de fecha 20 de agosto del 2003, instrumentado por el inspector Mrtires Familia Aquino, por cuanto dicho informe no respet las disposiciones del artculo 38 prrafo 1 del Reglamento de la Carrera Judicial y artculo 37 y artculo 48 del mismo Reglamento que exigen discrecionalidad y objetividad en las actuaciones de la inspectora judicial;
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Visto el dictamen producido por el Ministerio Pblico en la audiencia mencionada anteriormente que indica lo siguiente: Primero: Nos vamos a oponer al pedimento en lo relativo a la exclusin del informe del inspector de la Suprema Corte de Justicia en relacin de que ese informe es parte del apoderamiento de este plenario; Segundo: En relacin al plazo para depositar escrito ampliatorio no nos oponemos, en caso de que as fuese, que se nos permita tener acceso a ese escrito ampliatorio y nosotros producir nuestro dictamen por escrito, plazo de cinco (5) o seis (6) das; Visto el escrito de contrarrplica depositado el 9 de diciembre de 2004 por el Dr. Carlos Julio Fliz Vidal, abogado del prevenido Magistrado Juan Evangelista Rodrguez Rodrguez; Resulta, que luego de haber deliberado, la Suprema Corte de Justicia fall: Primero: Se concede un plazo de quince (15) das al abogado de la defensa del prevenido Magistrado Dr. Juan Evangelista Rodrguez Rodrguez, Juez de la Instruccin del Distrito Judicial de Pedernales, para producir escrito ampliatorio de conclusiones a partir del da seis (6) de octubre del presente ao, y uno cinco de (5) das al vencimiento de este primer plazo al representante del Ministerio Pblico, para producir escrito de rplica y ampliacin de los puntos sobre los cuales se pronunci en su dictamen; Segundo: Se reserva el fallo para ser pronunciado en la audiencia pblica del da veinticuatro (24) de noviembre del 2004, a las nueve (9) horas de la maana; Tercero: Esta sentencia vale citacin para los presentes; Resulta que en la audiencia precedentemente indicada, la Corte, despus de haber deliberado, acord al prevenido un plazo de diez (10) das para tomar conocimiento por secretara del dictamen depositado por el Ministerio Pblico a fin de hacerlo contradictorio; Resulta que despus de haber concluido la instruccin del proceso, en diversas audiencias, en la celebrada el 23 de febrero de 2005, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia dispuso aplazar por causas atendibles la lectura del fallo reservado sobre la causa disciplinaria seguida al prevenido Magistrado
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Dr. Juan Evangelista Rodrguez Rodrguez, para ser pronunciado en audiencia pblica del da de hoy; Considerando, que al magistrado Juan Evangelista Rodrguez Rodrguez se le imputa proceder de manera torpe e inadecuada y haber cometido errores inexcusables en el manejo de los expedientes siguientes: a) Proceso judicial sobre violacin a la Ley 50-88, sobre Drogas Narcticas y Sustancias Controladas a cargo de Francis Elicer Tavares Santana y compartes; b) Proceso Judicial sobre violacin al artculo 295 del Cdigo Penal, homicidio a cargo de Carlos Prez Fliz y compartes; c) Proceso judicial sobre violacin a la Ley 50-88 sobre Drogas Narcticas y Sustancias Controladas a cargo de Wilmer Freddy Fleurismer y del nombrado Wilkin; Considerando, que el derecho o poder disciplinario es aquel mediante el cual un cuerpo social o corporativo puede pronunciar por si mismo la sanciones represivas apropiadas contra aquellos de su miembros que perturben el orden interno o desacrediten el cuerpo por ante la opinin pblica; que las faltas disciplinarias consisten en violaciones a las reglas y usos del cuerpo social o corporacin, insubordinacin respecto de las autoridades dirigentes y aun los actos de la vida privada cuando de ellos pueda surgir un atentado a la reputacin del cuerpo social; Considerando, que el poder disciplinario corporativo es autnomo en un doble sentido: porque pertenece de pleno derecho al cuerpo y su ejercicio no est ligado al principio de la legalidad de los delitos y las penas; Considerando, que siendo el mbito de la represin disciplinaria un concepto diferente al de la represin penal, ya que la principal diferencia entre ellos se deriva de que el principio de la legalidad de los delitos y las penas (nullum crimen, nulla poena, sine lege), no se aplica a la materia disciplinaria, se admite que sta no est ligada por las incriminaciones legales y reglamentarias sino que ella pueda provenir de cualquier falta que puede comprometer o afectar el cuerpo social;
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Considerando, que esta excepcin al principio fundamental del derecho penal se justifica en razn de que si bien tal principio es una garanta a la vida, la libertad y a las prerrogativas esenciales de la persona, contra la arbitrariedad de los poderes pblicos, esto no es necesario en los cuerpos sociales particulares o pblicos donde la sancin mas grave, la destitucin, en principio, deja al miembro del cuerpo social, por ms severa que haya sido la sancin, en plena posesin y disfrute de sus derechos fundamentales; Considerando, por otra parte, que resulta difcil determinar anticipadamente y de manera precisa las infracciones a la disciplina, pues muchas veces se trata de violaciones a la moral y la deontologa, las cuales no pueden ser descritas con suficiente claridad en un texto legislativo y, adems, por constituir un nmero tan variado de acciones que resultara improbable dejarlas establecidas previamente; Considerando, que, de otra parte, es de notoriedad pblica en la comunidad de Pedernales y sus vecindades las actuaciones torpes e inadecuadas en el ejercicio de sus funciones que se le atribuyen al Magistrado Rodrguez Rodrguez, a tal punto que su deteriorada fama se ha venido reflejando negativamente en la magistratura que ostenta, en desmedro del buen nombre e imagen del cuerpo a que pertenece: el poder judicial; que se entiende por fama el buen estado del hombre que vive correctamente, conforme a la ley y las buenas costumbres y por fama pblica, cuando la opinin general se manifiesta respecto de la representacin, actuacin o comportamiento de alguien, de manera que la misma se pone de manifiesto cuando toda una poblacin o su mayora as lo afirman; que en el expediente del caso existen abundantes evidencias de que el Magistrado prevenido carece de la fama que requiere su investidura; Considerando, que el rgimen disciplinario tiene por objetivo contribuir a que los jueces integrantes del cuerpo social judicial cumplan leal, eficiente y honestamente sus deberes y responsabilidades, a fin de mantener el mejor rendimiento del Poder Judicial, as como procurar el adecuado y correcto
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ejercicio de los derechos y prerrogativas que se consagran a favor de los jueces; que asimismo, el objeto de la disciplina judicial es garantizar el respeto a las leyes, la observancia de una buena conducta y el cumplimiento de los deberes oficiales por parte de los magistrados del orden judicial; Considerando, que se impone admitir que los hechos debidamente establecidos en el plenario, cometidos por el magistrado Juan Evangelista Rodrguez Rodrguez y admitidos por l, calificando dichas actuaciones como errneas y que haba incurrido en lapsus o inexactitudes en las transcripciones de los interrogatorios, constituyen la comisin de faltas en el ejercicio de sus funciones, adems de lo que se ha sealado de su imagen pblica, razones que a juicio de esta Corte constituyen faltas graves en el ejercicio de sus funciones, que por consiguiente justifican la separacin del Magistrado Rodrguez Rodrguez de la posicin que ocupa como Juez de la Instruccin del Distrito Judicial de Pedernales; Considerando, que la Ley de Carrera Judicial No. 327-98, en su artculo 62 dispone: Segn la gravedad de las faltas, las autoridades competentes en los trminos de esta ley podrn imponer las siguientes sanciones: 1) Amonestacin Oral; 2) Amonestacin Escrita; 3) Suspensin sin sueldo por periodo hasta treinta das; 4) La destitucin; Considerando, que, finalmente, no procede la solicitud del Magistrado Rodrguez Rodrguez en el sentido de que se excluya del debate el informe de inspectora judicial por cuanto dicho informe no es el elemento determinante en la decisin que se adopta en el presente caso; Considerando, que cualquier sancin que se imponga figurar en el historial personal del juez sancionado y sus documentos bsicos anexados a los registros respectivos. Por tales motivos: La Suprema Corte de Justicia, administrando justicia, en nombre de la Repblica, por autoridad de la ley y visto los artculos 67 inciso 4 de la Constitucin de la Repblica y 59, 62 y 67 inciso 4 de la Ley de Carrera Judicial y 14 de la Ley No. 25-91, Orgnica de la
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Suprema Corte de Justicia, ledos en audiencia pblica y copiados a la letra: artculo 67: corresponde exclusivamente a la Suprema Corte de Justicia, sin perjuicio de las dems atribuciones que le confiere la ley: Ejercer la ms alta autoridad disciplinaria sobre todos los miembros del Poder Judicial, pudiendo imponer hasta la suspensin o destitucin, en la forma que determine la ley; Artculo 59: El Poder disciplinario reside en la Suprema Corte de Justicia, en las Cortes de Apelacin y en los dems tribunales. Prrafo: Este poder consiste en le control de la observancia de al Constitucin, las leyes, reglamentos, instituciones y dems normas vigentes, y en la aplicacin de sanciones en caso de violacin a las misma. Estas sanciones podrn ser amonestacin, suspensin o destitucin. Artculo 62: Segn la gravedad de las faltas, las autoridades competentes en los trminos de esta ley podrn imponer las siguientes sanciones: 1) Amonestacin oral; 2) Amonestacin escruta; 3) Suspensin sin sueldo, por periodo de hasta de treinta (30) das; 4) Destitucin. Prrafo I: No se consideraran sanciones: los consejos, observaciones y advertencias, hechas en el inters del servicios. Prrafo II: Todas las sanciones sern escritas en el historial personal respetivos; Artculo 65 : Son faltas que dan lugar a suspensin hasta treinta (30) das, las siguientes: 1) Incumplir reiteradamente los deberes, ejercer en forma indebida los derechos o no observar las prohibiciones o incompatibles constitucionales o legales cuando el hecho o la omisin tengan consecuencias de gravedad para los ciudadanos o el Estado; 2) Tratar reiteradamente en forma irrespetuosa, agresiva, desconsiderada u ofensiva a los subalternos, a los superiores jerrquicos y al pblico; 3) Realizar en lugar de trabajo ajenas a sus deberes oficiales; 4) Descuidar reiteradamente el manejo de documentos de expedientes, consecuencia de daos y perjuicios para los ciudadanos o el Estado; 5) Ocasionar o dar lugar a daos o deterioro de los bienes que se le confan, por negligencia o por falta del debido cuidado; 6) No dar el rendimiento satisfactorio anual evaluado conforme se indica en esta ley; 7) Redactar o negar injustificadamente el despacho de los asuntos a su cargo; 8) Realizar actividades partidarias, as como solicitar o recibir
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dinero y otros bienes para fines polticos, en los lugares de trabajos; 9) Promover, participar o apoyar actividades contrarias al orden pblico, en desmedro del buen desempeo de sus funciones de los deberes de otros empleados y funcionarios; 10) Divulgar o hacer circular asuntos o documentos reservados, confidenciales o secretos de los cuales el juez tenga conocimientos por su investidura; 11) Cualesquiera otro hechos u omisiones, que a juicios de la autoridad competente sean similares o equivalentes a las dems faltas enunciadas en el presente artculo y que no ameriten sancin mayor;
Falla:
Primero: Rechaza el pedimento del abogado de la defensa del Magistrado Juan Evangelista Rodrguez Rodrguez, en el sentido de que se excluya de los debates el informe de inspectora judicial de fecha 20 de agosto del 2003 en relacin con el caso; Segundo: Declara culpable al magistrado Juan Evangelista Rodrguez Rodrguez, Juez de la Instruccin del Distrito Judicial de Pedernales, por haber incurrido en condctas inadecuadas y faltas graves en el ejercicio de sus funciones; Tercero: Dispone como sancin disciplinaria, la destitucin de dicho Magistrado Judicial; Cuarto: Ordena que esta decisin sea comunicada a la Cmara Penal de la Corte de Apelacin de Barahona, al Procurador General de la Repblica y al Director de la Carrera Judicial para los fines de lugar y que la misma sea publicada en el Boletn Judicial. Firmado: Jorge A. Subero Isa, Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Hugo lvarez Valencia, Juan Lupern Vsquez, Margarita A. Tavares, Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Julio Anbal Surez, Vctor Jos Castellanos Estrella, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Pedro Romero Confesor y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Disciplinaria. El rgimen disciplinario tiene por objeto contribuir a que los profesionales cumplan leal, eficiente y honestamente sus deberes y responsabilidades frente a la sociedad. Sentencia del 30 de marzo del 2005.
Ordenanza impugnada: No. 003-2002 del Tribunal Disciplinario del Colegio de Abogados de la Repblica Dominicana, del 2 de mayo del 2002. Materia: Recurrente: Disciplinaria. Clemente Anderson Grandell.
sentencia No. 003-2002 dictada por el Tribunal Disciplinario del Colegio de Abogados de la Repblica Dominicana en fecha 2 de mayo del 2002; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol y llamar al prevenido Clemente Anderson Grandell y a ste decir sus generales de ley; Odo al Presidente ordenar y al alguacil de turno llamar a los testigos comparecientes Rafael Severino, Rosario Morel, Adiverto Lora Kery, Gabriel Sarante y Dr. Eugenio Gmez, asi como al informante: Manuel Leonidas Pierrot Mullix, quienes separadamente indicaron sus generales de ley; Odo al Dr. Bienvenido Montero de los Santos, conjuntamente con los Dres. Renato Rodrguez Demorizi, Gloria Decena de Anderson, Dr. Fabio Rodrguez Sosa, Salustiano Anderson Grandell y Miguel Alvarez ratificando calidades a nombre del Dr. Clemente Anderson Grandell, bajo reservas de modificar dicha constitucin; Odo al Dr. Jos Antonio Adames Acosta ratificando calidades dadas en representacin de Isaas Flix Coats; Odo al Ministerio Pblico en la presentacin del caso; Odo a los testigos en la prestacin del juramento de ley y en sus declaraciones y respuestas a las preguntas de los magistrados de esta Corte; Odo al informante en su deposicin; Odo a los abogados de la defensa en sus consideraciones y concluir ratificando sus conclusiones anteriores las cuales expresan; Por cuanto de manera principal, ratifican las conclusiones vertidas en la audiencia del 8 de julio del 2004, atinente a la inadmisibilidad planteada por la defensa de Clemente Anderson Grandell, de manera subsidiaria, validar el presente recurso por estar fundamentado en la ley, y consecuentemente, vistas las contradicciones referente a las parcelas del caso de que se trata cuya titularidad no consta en el expediente la 3784 y 3796 ambas del Distrito Catastral No. 7 de Saman, Repblica Dominicana, declarar la
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incompetencia de esta jurisdiccin y su atribucin a la jurisdiccin del Tribunal de Tierras en el Distrito Catastral pertinente por la materia de que se trata, por ltimo, ponderar de oficio lo que sea de derecho por la facultad de que atribuya la ley a esta jurisdiccin la materia correccional y/o disciplinaria en que todas las pruebas son susceptibles de ser ponderados en esta jurisdiccin por la facultad que la ley le atribuye de la materia de se trata correccional y/o disciplinaria; bajo reservas; Y en cuanto al pedimento de inadmisibilidad planteado por los denunciantes, lo rechazan por improcedente, mal fundado y carente de base legal; Odo al abogado de los denunciantes en sus consideraciones y concluir ratificando sus conclusiones anteriores por reposar en derecho y estar sustentadas en principios legales, las cuales indican: Primero : Que en cuanto a la forma declare bueno y vlido el presente recurso de apelacin interpuesto sobre la sentencia No. 03-2002, emitida por le Tribunal Disciplinario del Colegio de Abogados de la Repblica Dominicana; Segundo: En cuanto al fondo sea rechazado por improcedente, mal fundado y carente de base legal y que sea confirmada y a la vez modificada en cuanto el mismo sea explcito y claro para que se devuelva el inmueble adjudicado a su favor la Parcela No. 3796 del Distrito Catastral No. 7 de Saman; que dicha sentencia en su contenido ordene la devolucin de la misma en su totalidad, dejando a beneficio de los denunciantes el 30% ya otorgado como justa compensacin de los gastos y daos y perjuicio que han ocasionado en el proceso; es justicia que se os pide y espera merecer; Odo al Ministerio Pblico en sus consideraciones y Dictaminar: Primero: En cuanto a la forma que se declare regular y valido el presente recurso de apelacin por haber sido hecho de conformidad con la ley; Segundo: En cuanto al fondo: a) declarar inadmisible las declaraciones de los testigos Rafael Severino, Rosario More, Ediberto Lora y Eugenio V. Gmez, por los motivos siguientes 1ro.) el seor Rafael Severino dijo ser hijo del Sr. Timoteo Kerry cosa esta que fue desmentido
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por el sobrino Adiberto Lora Kerry ; 2do.) todos y cada uno de los testigos que le dijeron que el inmueble fue adquirido hace alrededor de 20 y 30 aos, cosa que de conformidad al contrato fue en fecha 4 de noviembre del 1994, en consecuencia, tenga a bien confirmar las sentencia objeto del presente recurso del Colegio de Abogados No. 03-2001, del primero de noviembre del 2001 y por sobre los dems aspectos dejamos a la soberana apreciacin de esta honorable Suprema Corte de Justicia; Odo nuevamente al abogado de los denunciantes en cuanto al pedimento de inadmisibilidad y concluir: Lo rechazamos por improcedente, mal fundado y carente de base legal; Odo a los abogados de la defensa del prevenido en su replica al dictamen del ministerio pblico y concluir: La defensa del Dr. Clemente Anderson Grandell da por impugnado dicho dictamen por ser irrelevante como improcedente, mal fundado y carente de base legal toda vez que los hechos imputados en dicho dictamen no fueron vertidos ante esta audiencia; bajo reservas; Odo a la Secretaria en la lectura de la sentencia anterior del 18 de enero de 2005, la cual expresa que la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado: Primero: Se reserva el fallo sobre las conclusiones presentadas por las partes en la presente causa disciplinaria seguida en cmara de consejo al prevenido Dr. Clemente Anderson Grandell, abogado, para ser pronunciado en la audiencia pblica del da treinta (30) de marzo de 2005, a las nueve horas de la maana ; Segundo: Esta sentencia vale citacin para las partes presentes; Resulta, que mediante una querella formal disciplinaria en fecha 19 de abril de 2000, fue sometido por ante el Tribunal Disciplinario del Colegio de Abogados el Dr. Clemente Anderson Grandell a solicitud de los seores Isaas Flix Coats y Daniel Coats; Resulta, que luego de haber procedido a la correspondiente instruccin del caso el Tribunal Disciplinario del Colegio de Abogados de la Repblica Dominicana dict el 2 de mayo de 2002, una sentencia disciplinaria con el dispositivo siguiente:
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Primero: Declarar como al efecto declaramos, buena y vlida en cuanto a la forma la querella o apoderamiento, interpuesta por el seor Isaas Flix Coats, en contra del Dr. Clemente Anderson Grandell, por ajustarse a las reglas procesales que rige la materia; Segundo: Declarar como al efecto declaramos al Dr. Clemente Anderson Grandell, culpable de violar los artculos 1, 2, 3, 4, 14, 16, 35, 37, 73 y 77 del Cdigo de tica del Profesional del Derecho, y en consecuencia se le condena a una sancin disciplinaria consistente en la suspensin en el ejercicio de sus funciones como abogado, por un perodo de cinco (5) aos; Tercero: Ordenar como al efecto ordenamos que la presente sentencia le sea notificada por acto de alguacil a la Junta Directiva del Colegio de Abogados de la Repblica Dominicana, al procesado, en cumplimiento de las disposiciones del artculo 86 del Estatuto Orgnico del Colegio de Abogados, as como tambin al Fiscal Nacional del Colegio de Abogados, para su ejecucin, en virtud del artculo 87 del Estatuto Orgnico; Resulta, que en fecha 14 de mayo del 2002 el Dr. Clemente Anderson Grandell interpuso recurso de apelacin por ante la Suprema Corte de Justicia, contra dicha sentencia; Resulta que en audiencia celebrada el 2 de diciembre del 2003 la Suprema Corte de justicia, despus de haber deliberado dispuso: Primero: Se acoge el pedimento formulado por el representante del Ministerio Pblico, en la audiencia disciplinaria seguida en cmara de consejo al prevenido Dr. Clemente Anderson Grandell, abogado, en el sentido de que se reenve el conocimiento de la misma, a fines de que ste sea citado, a lo que dio aquiescencia el abogado de los denunciantes; Segundo: Se fija la audiencia en cmara de consejo del da tres (3) de febrero del dos mil cuatro (2004), a las nueve (9:00) horas de la maana, para la continuacin de la causa; Tercero: Se pone a cargo del Ministerio Pblico requerir la citacin del prevenido Dr. Clemente Anderson Grandell; Cuarto: Esta sentencia vale citacin para los denunciantes y para Crucito Kery Castillo y Leoncio King Fermn, propuestos a ser odos en calidad de testigos;
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Resulta, que en la audiencia anteriormente fijada por sentencia la Suprema Corte de Justicia fall: Primero: Se acoge el pedimento formulado por el representante del Ministerio Pblico, en la causa disciplinaria seguida al prevenido Dr. Clemente Anderson Grandell, abogado, en el sentido de que se reenve el conocimiento de la misma, a los fines de citar al prevenido, a lo que dio aquiescencia la defensa de ste, ni hizo oposicin la parte denunciante; Segundo: Se fija la audiencia en cmara de consejo del da nueve (9) de marzo del dos mil cuatro (2004) a las nueve (9) horas de la maana, para la continuacin de la causa; Tercero: Se pone a cargo del Ministerio Pblico, requerir una nueva vez la citacin del prevenido Dr. Clemente Anderson Grandell, para la audiencia antes sealada; Cuarto: se da la oportunidad a la defensa del prevenido de presentar, en virtud de la Ley 1014, las personas que pretenda hacer or en calidad de testigos; Quinto: Esta sentencia vale citacin para las partes presentes y para Crucito Kery Castillo, Leoncio King Fermn, Gregorio Antonio Gmez Prez, Jos Danilo Jimnez y Diego Cabrera, testigos; Resulta, que en la audiencia del 9 de marzo del 2004 la Corte luego de haber deliberado y acogiendo el pedimento de los abogados del Dr. Clemente Anderson Grandell fall: Primero: Se acoge el pedimento formulado por los abogados del prevenido Dr. Clemente Anderson Grandell, en la causa disciplinaria seguida al mismo, en el sentido de que se reenve su conocimiento, a los fines de aportar una certificacin de la Segunda Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional y cualquier otro documento de su inters; Segundo: Se fija la audiencia en cmara de consejo del da diecinueve (19) de abril del dos mil cuatro (2004), a las nueve (9) horas de la maana, para la continuacin de la causa; Tercero: Esta sentencia vale citacin para las partes presentes, representadas y para Diego Cabrera Francisco, Jos Danilo Jimnez, Crucito Kery Castillo, Leoncio King Fermn, Gregorio Antonio Gmez Prez Pelagio Castillo y Ramn Bratini, propuestos a ser odos en calidad de testigos; Resulta, que a pedimento del Ministerio Pblico se reenvi la audiencia luego de que la Corte se retirara a deliberar y
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disponer: Primero: Se acoge el pedimento formulado por el representante del Ministerio Pblico, en la presente causa disciplinaria seguida al prevenido Dr. Clemente Anderson Grandell, abogado, en el sentido de que se reenve el conocimiento de la misma, a los fines de que est presente el representante del Ministerio Pblico encargado del presente proceso, a lo que dio aquiescencia la defensa del prevenido y se opuso el abogado de los querellantes; Segundo: Se fija la audiencia en cmara de consejo del da ocho (8) de junio del dos mil cuatro (2004), a las nueve (9) horas de la maana, para la continuacin de la causa; Tercero: Se pone a cargo del Ministerio Pblico, requerir la citacin de Jos Danilo Jimnez, Pelagio Castillo y Ramn Bratini, para la audiencia ya sealada; Cuarto: Esta sentencia vale citacin para las partes presentes y para Crucito Kery Castillo, Diego Cabrera Francisco, Gregorio Antonio Gmez Prez y Leoncio King Fermn, propuestos a ser odos en calidad de testigos; Resulta, que en la audiencia del da 8 de junio del 2004 por sentencia de la Suprema Corte de Justicia, la Corte se reserv el fallo para ser pronunciado el da 10 de agosto del 2004; Resulta, que en la audiencia celebrada el 10 de agosto del 2004 la Suprema Corte de Justicia se reserv el fallo para pronunciarlo el 6 de octubre del 2004; por razones atendibles; Resulta, que en la audiencia del 6 de octubre del 2004 se dispuso lo siguiente: Primero: Ordena la reapertura de los debates, por las razones expuestas, en el presente recurso de apelacin contra la sentencia disciplinaria dictada el 2 de mayo del 2002 por el Tribunal Disciplinario del Colegio de Abogados de la Repblica Dominicana, contra el abogado Dr. Clemente Anderson Grandell; Segundo: Fija la audiencia en Cmara de Consejo del da martes diecisis (16) del mes de noviembre del ao dos mil cuatro (2004), a las diez horas de la maana (10:00), para la continuacin de la causa de que se trata; Tercero: Esta sentencia vale citacin para las partes presentes; Cuarto : Comunquese, para los fines correspondientes, al Magistrado Procurador General de la Repblica.
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Resulta, que en la audiencia celebrada el 16 de noviembre del 2004 acogiendo el pedimento de los abogados de la defensa del Dr. Clemente Anderson Grandell se reenvi el conocimiento de la causa para el da 18 de enero del 2005; Resulta, que en la audiencia del 18 de enero del 2005, cuyo dispositivo que figura transcrito en otra parte de esta sentencia, la Suprema Corte de Justicia despus de haber deliberado, se reserv el fallo para ser pronunciado en la audiencia de hoy, 30 de marzo del 2005; Resulta, que en la audiencia celebrada el 16 de noviembre del 2004 acogiendo el pedimento de los abogados de la defensa del Dr. Clemente Anderson Grandell se reenvi el conocimiento de la causa para el da 18 de enero del 2005; Resulta, que en la audiencia del 18 de enero del 2005 la Suprema Corte de Justicia despus de haber deliberado, se reserv el fallo para ser pronunciado la audiencia de hoy, 30 de marzo del 2005; Considerando, que de acuerdo con los elementos de conviccin administrados en la instruccin de la causa ha quedado establecido lo siguiente: a) que el seor Isaas Flix Coats, a mediados de los aos 80 adquiri una porcin de terreno dentro del mbito del Distrito Catastral No. 7 del municipio de Saman y a fines de realizar los trmites legales hasta obtener el correspondiente Certificado de Titulo, apoder al apelante Dr. Clemente Anderson Grandell, a quien entreg los originales de los actos de venta que haba suscrito el primero con sus vendedores; b) que a los fines de ese mandato al Dr. Anderson Grandell, el primero entreg a este varios valores en efectivo y en partidas diferentes, segn se comprueba por las tarjetas personales del apelante que figuran en el expediente, escritas a mano por el propio Dr. Anderson Grandell, dirigidas al seor Reymer, a Alberto (3 tarjetas), otra dando constancia de que recibi de la seora Juliana Coats de Lalane, la suma de RD$250.00, por compra de sellos para los documentos de adquisicin de terrenos compra de terrenos que fueron comprados en Las Terrenas a favor del seor Isaas Flix Coats; c) que como el seor Isaas Flix Coats resida en los Estados
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Unidos donde tuvo que regresar, dej encargado a los seores Crucito Kery (alias Juando) y al seor Alberto Raymer para que entregaran al Dr. Clemente Anderson Grandell, los recursos necesarios para cubrir los gastos a fines de obtener el certificado de ttulo que lo amparara como propietario de la mencionada porcin de terreno, lo que dichos seores hicieron conforme se desprende de los mensajes, requerimientos y constancias de entrega de valores suscritos por dicho abogado en las tarjetas aludidas; d) que transcurridos varios aos el seor Isaas Flix Coats, apoder al Dr. Jos Antonio Adames Acosta, investigarle la situacin relativa a los terrenos, descubriendo este ltimo que el terreno que alega el seor Coats, fue adquirido por l, se lo haba hecho adjudicar al Dr. Clemente Anderson Grandell, en su favor en el proceso de saneamiento de dicho terreno y que el mismo result ser la Parcela No. 3796, del D. C. No. 7 del Municipio de Saman); que no obstante las diligencias amigables y requerimientos extrajudiciales y judiciales que ha formulado el Dr. Anderson Grandell, ste no le ha entregado ni los contratos de venta, ni le ha explicado el uso que dio a las sumas de dinero que le fueron entregados para la obtencin de los documentos oficiales de la propiedad, sino que por el contrario, a pesar de las pruebas de las obligaciones que como abogado contrajo con l para los fines arriba indicados, ha negado tener relacin de naturaleza alguna con el seor Coats a pesar de las gestiones que supuestamente hacia a nombre de este ltimo y de la cual da constancia la documentacin aportada; Considerando, que lo expuesto precedentemente pone de manifiesto, que si bien el prevenido Clemente Anderson Grandell, simulaba realizar las gestiones de que fue apoderado por el seor Isaas Flix Coats, en relacin con el terreno mencionado, se evidencia que las mismas las realizaba en su inters y provecho personal, dejando transcurrir el tiempo que consider necesario, para obtener y asegurar sus propsitos revelados en sus actuaciones contrarias al inters de quien confi en l como profesional del derecho, hasta el extremo de precisar al querellante a ejercer contra el prevenido las acciones judiciales, disciplinarias y otras, por lo que resulta evidente que ha cometido faltas graves en el ejercicio de su profesin
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de abogado en perjuicio del seor Isaas Flix Coats, que merecen ser sancionadas de conformidad con la ley; Considerando, que el rgimen disciplinario tiene por objetivo contribuir a que los profesionales cumplan leal, eficiente y honestamente sus deberes y responsabilidades frente a la sociedad; Considerando, que entre los deberes esenciales que la profesin de abogado impone a todo profesional del derecho, se encuentran la probidad, la tica, la moderacin y la fraternidad; Considerando, que el profesional del derecho debe observar en todo momento una conducta irreprochable, no slo en el ejercicio de sus funciones profesionales sino en su vida privada; del mismo modo, su conducta jams debe infringir las normas del honor y la delicadeza que caracteriza a todo hombre de bien; adems, el profesional del derecho debe ser leal , veraz, y debe siempre actuar de buena fe; Considerando, que se entiende por buena fe, en sentido general, el modo sincero y justo con que se procede en la ejecucin de las obligaciones y no reine la malicia, en tanto que la mala fe es la actitud en que falta la sinceridad y predomina aquella; Considerando, que de los hechos antes expuestos se desprende que el Dr. Clemente Anderson Grandell ha hecho uso de su condicin y conocimientos como profesional del derecho, para incumplir los compromisos por l contrados en su calidad de apoderado de sus clientes, sin tener derecho a ello; Considerando, que en lo que concierne a la inadmisibilidad de la accin planteada por el apelante, por falta de calidad del denunciante el examen del expediente revela que el seor Flix Coats adquiri como se ha dicho antes, una porcin de terreno precedentemente mencionada y que adems es heredero del Sr. Williams Coats de acuerdo a los documentos que obran en el expediente, lo cual le da calidad para ejercer la accin a que se contrae el presente fallo, por lo que la solicitud
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de inadmisibilidad carece de pertinencia y debe ser desestimada; Considerando, que la Suprema Corte de Justicia en atribuciones de Consejo Disciplinario nicamente tiene competencia para conocer y decidir en materia disciplinaria, pero en ningn caso podr conocer de otros asuntos en tales atribuciones, por lo que procede rechazar los pedimentos formulados por los denunciantes particularmente lo relativo a que les sea devuelto el inmueble ubicado en la Parcela No. 3796 del Distrito Catastral No. 7 de Saman. Por tales motivos: La Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado y vista la Ley 91 de 1983 que crea el Colegio de Abogados de la Repblica Dominicana, el Estatuto Orgnico del Colegio de Abogados, ratificado por el Decreto No. 1289 de 1983 as como el Decreto No. 1290 que ratifica el Cdigo de tica del Profesional del Derecho.
Falla:
Primero: Declara regular y vlido en cuanto a la forma, el recurso de apelacin interpuesto por el Dr. Clemente Anderson Grandell, contra la sentencia disciplinaria dictada por el Tribunal Disciplinario del Colegio de Abogados de la Repblica Dominicana en fecha 2 de mayo del 2002; Segundo: Rechaza el pedimento de inadmisibilidad propuesto por el apelante; Tercero: En cuanto al fondo, rechaza el recurso de apelacin y por va de consecuencia confirma en todas sus partes la sentencia apelada, que suspende al Dr. Clemente Anderson Grandell, en el ejercicio de sus funciones como abogado, por un perodo de 5 aos; Cuarto: Rechaza el pedimento tendente a la devolucin del inmueble adjudicado a favor del querellante, por tratarse de un pedimento ajeno a la materia disciplinaria; Quinto: Dispone que la presente decisin sea comunicada al Procurador General de la Repblica, al Colegio de Abogados de la Repblica Dominicana, a las partes interesadas y que sea publicada en el Boletn Judicial. Firmado: Jorge A. Subero Isa, Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Hugo lvarez Valencia, Juan Lupern
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Vsquez, Margarita A. Tavares, Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Julio Anbal Surez, Vctor Jos Castellanos Estrella, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Pedro Romero Confesor y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Disciplinaria. Libertad de expresin del juez. Deber de expresarse con moderacin y prudencia. Sentencia del 31 de agosto del 2005.
Materia: Imputado: Disciplinaria. Dr. Genaro Alberto Silvestre Scroggins.
estando en la audiencia di sus generales, expresando ser dominicano, mayor de edad, casado, portador de la cdula de identidad y electoral No. 026-0057206-1, domiciliado y residente en la calle Restauracin No. 14, edificio Dalicris, Apto. 2, La Romana y decir que asume su propia defensa; Odo al ministerio pblico en la presentacin del caso; Odo al imputado negar la comisin de los hechos y pedir su descargo; Odo al ministerio pblico, expresar a la Corte: Despus de leer la carta el ministerio pblico no tiene nada que decir, sino que no se tome en cuenta ninguna accin disciplinaria en su contra, la carta nos satisface; Resulta, que despus de haber deliberado, la Suprema Corte de Justicia, dict la siguiente sentencia: Falla: Primero: Se reserva el fallo en la presente accin disciplinaria seguida en cmara de consejo al Magistrado Genaro Alberto Silvestre Scroggins, Juez de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Romana, para ser pronunciado en la audiencia pblica del da treinta y uno (31) de agosto del 2005, a las nueve (9) horas de la maana; Segundo: Esta sentencia vale citacin para los presentes; Resulta, que el da 28 de enero del 2005, el Dr. Jorge A. Subero Isa, Presidente de la Suprema Corte de Justicia, dict un auto con el siguiente dispositivo: Resolvemos: Primero: Fijar la audiencia en Cmara de Consejo del da veintids (22) de Febrero del 2005, a las nueve (9) de la maana, para conocer de la causa disciplinaria seguida al Dr. Genaro Alberto Silvestre Scroggins, Juez de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de la Romana, por faltas graves cometidas en el ejercicio de sus funciones; Segundo: Ordenar que el presente expediente pase al Magistrado Procurador General de la Repblica, para los fines procedentes; Resulta, que en la audiencia celebrada el 22 de febrero del 2005, la Suprema Corte de Justicia dict la siguiente sentencia: Primero: Se reserva el fallo sobre las conclusiones presentadas
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por las partes en la presente causa seguida en Cmara de Consejo en materia disciplinaria al Magistrado Dr. Genaro Alberto Silvestre Scroggins, Juez de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Romana, para ser pronunciado en la audiencia en Cmara de Consejo del da cinco (5) de abril del ao 2005, a las nueve (9) horas de la maana; Segundo: Esta sentencia vale citacin para las partes presentes; Resulta, que el da 5 de abril del 2005 la Suprema Corte de Justicia dict la siguiente sentencia: Se acoge el dictamen formulado por el representante del ministerio pblico en el sentido de que sea aplazado el conocimiento de la causa para los fines de estudiar el expediente, proceder de conformidad con la ley y citar los testigos e informantes que sean necesarios; Resulta, que ese mismo da la Suprema Corte de Justicia decidi al tenor siguiente: Primero: Se ordena al ministerio pblico dar cumplimiento a la sentencia dictada en esta misma fecha, en el sentido de que se proceda de conformidad con la ley y se de cumplimiento a lo preceptuado por la Resolucin No. 1920 del 2003, a fin de que el representante del ministerio pblico haga la formulacin de los cargos que procedan y se les comuniquen al Magistrado prevenido Genaro Alberto Silvestre Scroggins, Juez de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Romana, previo a la citacin de testigos e informantes ya dispuestos por esta sentencia y cualquier otra medida de instruccin que fuere necesaria, y en consecuencia, declara extemporneo los pedimentos formulados por las partes; Segundo: Se fija la audiencia en Cmara de Consejo del da siete (7) de junio del 2005, a las nueve (9) horas de la maana, para la continuacin de la causa; Tercero: Esta sentencia vale citacin para las partes presentes; Resulta, que el da 7 de junio del 2005, la Corte dict una sentencia con el siguiente dispositivo: Primero: Se acoge el pedimento formulado por la representante del Ministerio Pblico, en la causa seguida en cmara de consejo al prevenido Magistrado Genaro Alberto Silvestre Scroggins, Juez de la
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Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Romana, en el sentido de que se reenve el conocimiento de la misma, a fin de que sean citados los Dres. Federico Meja Sarmiento y Cecilio Gonzlez, denunciantes, a lo que dieron aquiescencia las partes presentes; Segundo: Se fija la audiencia en Cmara de Consejo del da nueve (9) de agosto del 2005, alas nueve (9) horas de la maana, para la continuacin de la causa; Tercero: Se pone a cargo de l Ministerio Pblico requerir la citacin de las personas ya sealadas; Cuarto: Esta sentencia vale citacin para los presentes; Resulta, que el 9 de agosto del 2005, las partes concluyeron en la forma arriba indicada; Considerando, que al Magistrado Dr. Genaro Alberto Silvestre Scroggins, Juez Presidente de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Romana, se le acusa de la comisin de faltas en el ejercicio de sus funciones, al hacer pronunciamientos pblicos que afectan la imagen del Poder Judicial, lo que constituye una violacin al numeral 7 del artculo 66, de la Ley de Carrera Judicial No. 327-98, que sanciona la injuria, difamacin o cualquier acto lesivo al buen nombre o a los intereses del Poder Judicial; Considerando, que en el curso del proceso, el imputado envi al Juez Presidente y a los dems jueces de esta Corte una comunicacin, con el siguiente texto: Honorables Magistrados: Por este medio, tengo a bien ocupar su tiempo a fin de ofrecerles, aunque en breves palabras, informacin sobre hechos que entiendo que les han sido transmitidos de forma distorsionada, a juzgar por las medidas que de ello han derivado, tal como la accin disciplinaria en mi contra, por supuestas criticas pblicas que se me atribuyen haber hecho contra la Honorable Suprema Corte de Justicia. En ocasin de celebrarse el da del Poder Judicial, me correspondi pronunciar el discurso tradicional en el Palacio de Justicia del Distrito Judicial de La Romana, en una audiencia con la presencia de todos los jueces de la jurisdiccin y los invitados
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especiales. Aprovechando la presencia all de algunos legisladores y funcionarios del Poder Ejecutivo hice un llamado a la reflexin sobre las cuestiones relativas a la necesidad de aumentar la partida presupuestaria del Poder Judicial y expuse las dificultades que se presentan hoy en da a la administracin de justicia para enfrentar los retos que determinan la creacin de nuevas leyes y las exigencias de una poblacin en constante crecimiento, poniendo como ejemplo de las precariedades, entre otras, la escasez de material gastable en los Tribunales del Distrito Judicial de La Romana. La situacin narrada en mi discurso la atribu a la partida presupuestaria insuficiente, sin que, bajo ninguna circunstancias, se pueda considerar que se atribuy la responsabilidad de la misma a ningn miembro del Poder Judicial y menos a la Suprema Corte de Justicia, por lo que, entiendo que la informacin que les ha sido suministrada ha llegado a ustedes totalmente distorsionada, ya que ninguno de los all presentes imaginara, jams, que las mismas podran causar malestar en la Suprema Corte de Justicia. Finalmente, deseo dejar constancia de que mis declaraciones estuvieron enmarcadas en el mejor espritu de cooperacin con mis superiores jerrquicos y animadas por el nico propsito de aunar esfuerzos para lograr la asignacin de la partida presupuestaria que demanda el Poder Judicial, sin embargo, si alguno de vosotros retiene alguna de mis expresiones como un motivo de descontento con el suscrito, sirva la presente como una expresin de mis mas sinceras disculpas. Reiterndome a vuestras ordenes y acusando la mas humilde obediencia a la suprema jerarqua que representa ese honorable Tribunal, se despide, con sentimientos de respeto personal; Considerando, que en adicin a esa comunicacin el Magistrado Genaro Alberto Silvestre Scroggins, declar en la audiencia celebrada por este tribunal el 9 de agosto del 2005, que haba sido mal interpretado, pues lo que expres fue que si la justicia no era eficiente era por razones del presupuesto, que no tiene ningn motivo de enfrentamiento ni porqu atribuirle ninguna falta a los jueces que integran la Suprema Corte de Justicia; que su inters era explicar la problemtica
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social, que no era un discurso de queja o de protesta; que jams puede criticar al Poder Judicial al cual pertenece; Considerando, que si bien es un derecho constitucional de los jueces, como el de todos los ciudadanos, expresar su pensamiento con libertad y sin sujecin a ninguna censura, su condicin de tal les obliga a velar por el buen nombre del Poder Judicial, no tan slo con el desempeo difano de sus funciones, sino con todos los actos de su vida, y les impone el deber de expresarse con moderacin y prudencia, as como con respeto y consideracin hacia sus superiores y compaeros, y a canalizar por las vas institucionales cualquier inquietud que tengan sobre el funcionamiento de este Poder del Estado, an cuando la atribuya a causas externas; Considerando, que independientemente de las motivaciones que tuvo el Magistrado Genaro Alberto Silvestre Scroggins y el alegado fin perseguido por l, sus declaraciones fueron impropias e improcedentes y expresadas el da de la conmemoracin del Poder Judicial, ocasin memorable que debi ser utilizada para la rendicin de cuentas y la exaltacin de los logros de la institucin y no para crticas susceptibles de ser mal interpretadas; Considerando, que este tribunal estima que por las circunstancias que rodean la falta cometida por el Magistrado Genaro Alberto Silvestre Scroggins, y la actitud adoptada por ste con posterioridad a la misma procede sancionarlo slo con una amonestacin escrita. Por tales motivos y visto los artculos 67, inciso 5 de la Constitucin de la Repblica; 59, 62, 66 inciso 7 y 67, inciso 1, de la Ley de Carrera Judicial;
FALLA:
Primero: Declara al Magistrado Genaro Alberto Silvestre Scroggins, Juez de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Romana, responsable de haber incurrido en faltas; Segundo: Dispone como sancin disciplinaria la amonestacin escrita, valiendo como tal la presente sentencia; Tercero: Ordena que la presente
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decisin sea comunicada al Procurador General de la Repblica, a la Direccin General de Carrera Judicial y publicada en el Boletn Judicial. Firmado: Jorge A. Subero Isa, Rafael Luciano Pichardo, Hugo lvarez Valencia, Juan Lupern Vsquez, Margarita A. Tavares, Julio Ibarra Ros, Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Julio Anbal Surez, Vctor Jos Castellanos Estrella, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Edgar Hernndez Meja, Daro O. Fernndez Espinal y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretara General, que certifico.
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Disciplinaria. Causa generadora de sancin. Decisin contraria al derecho y presencia de dolo, actos de complacencia o de discriminacin, manejo torpe, error grosero o inexcusable, no cumplimiento leal, eficiente y honesto de sus deberes. Sentencia del 31 de agosto del 2005.
Materia: Imputado: Querellante: Disciplinaria. Genaro Alberto Silvestre Scroggins. Luis Castillo Desgracia.
Odo al alguacil de turno en la lectura del rol y llamar al imputado Dr. Genaro Alberto Silvestre Scroggins, quien estando en la audiencia di sus generales, expresando ser dominicano, mayor de edad, casado, portador de la cdula de identidad y electoral No. 026-0057206-1, domiciliado y residente en la calle Restauracin No. 14, edificio Dalicris, Apto. 2, La Romana y decir que asume su propia defensa; Odo al Dr. Juan Pablo Villanueva Caraballo, dominicano, mayor de edad, soltero, domiciliado y residente en la Av. Santa Rosa No. 45 de la ciudad de La Romana, provisto de la cdula de identidad y electoral No. 026-0056782-6, quin acta en nombre y representacin de Luis Castillo Desgracia, querellante; Odo al ministerio pblico en la exposicin del caso; Odo al Presidente expresar al Dr. Juan Pablo Villanueva Caraballo, que su caso se va a conocer por separado y que en esta ocasin se conocer de un asunto que concierne a la Suprema Corte de Justicia, invitndolo a salir, lo que ste hizo; Odo al imputado negar la comisin de los hechos y pidiendo su descargo; Odo al ministerio pblico, expresar a la Corte: Despus de leer la carta el ministerio pblico no tiene nada que decir, sino que no se tome en cuenta ninguna accin disciplinaria en su contra, la carta nos satisface; Resulta, que despus de haber deliberado, la Suprema Corte de Justicia, dict la siguiente sentencia: Falla: Primero: Se reserva el fallo en la presente accin disciplinaria seguida en cmara de consejo al Magistrado Genaro Alberto Silvestre Scroggins, Juez de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Romana, para ser pronunciado en la audiencia pblica del da treinta y uno (31) de agosto del 2005, a las nueve (9) horas de la maana; Segundo: Esta sentencia vale citacin para los presentes; Resulta, que el da 28 de enero del 2005, el Dr. Jorge A. Subero Isa, Presidente de la Suprema Corte de Justicia, dict
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un auto con el siguiente dispositivo: Resolvemos: Primero: Fijar la audiencia en Cmara de Consejo del da veintids (22) de Febrero del 2005, a las nueve (9) de la maana, para conocer de la causa disciplinaria seguida al Dr. Genaro Alberto Silvestre Scroggins, Juez de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de la Romana, por faltas graves cometidas en el ejercicio de sus funciones; Segundo : Ordenar que el presente expediente pase al Magistrado Procurador General de la Repblica, para los fines procedentes; Resulta, que en la audiencia celebrada el 22 de febrero del 2005, la Suprema Corte de Justicia dict la siguiente sentencia: Primero: Se reserva el fallo sobre las conclusiones presentadas por las partes en la presente causa seguida en Cmara de Consejo en materia disciplinaria al Magistrado Dr. Genaro Alberto Silvestre Scroggins, Juez de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Romana, para ser pronunciado en la audiencia en Cmara de Consejo del da cinco (5) de abril del ao 2005, a las nueve (9) horas de la maana; Segundo: Esta sentencia vale citacin para las partes presentes; Resulta, que el da 5 de abril del 2005 la Suprema Corte de Justicia dict la siguiente sentencia: Se acoge el dictamen formulado por el representante del Ministerio Pblico en el sentido de que sea aplazado el conocimiento de la causa para los fines de estudiar el expediente, proceder de conformidad con la ley y citar los testigos e informantes que sean necesarios; Resulta, que ese mismo da la Suprema Corte de Justicia decidi al tenor siguiente: Primero: Se ordena al ministerio pblico dar cumplimiento a la sentencia dictada en esta misma fecha, en el sentido de que se proceda de conformidad con la Ley y se de cumplimiento a lo preceptuado por la Resolucin No. 1920 del 2003, a fin de que el representante del ministerio pblico haga la formulacin de los cargos que procedan y se les comuniquen al Magistrado prevenido Genaro Alberto Silvestre Scroggins, Juez de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La
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Romana, previo a la citacin de testigos e informantes ya dispuestos por esta sentencia y cualquier otra medida de instruccin que fuere necesaria, y en consecuencia, declara extemporneo los pedimentos formulados por las partes; Segundo: Se fija la audiencia en Cmara de Consejo del da siete (7) de junio del 2005, a las nueve (9) horas de la maana, para la continuacin de la causa; Tercero: Esta sentencia vale citacin para las partes presentes; Resulta, que el da 7 de junio del 2005, la Corte dict una sentencia con el siguiente dispositivo: Primero: Se acoge el pedimento formulado por la representante del Ministerio Pblico, en la causa seguida en cmara de consejo al prevenido Magistrado Genaro Alberto Silvestre Scroggins, Juez de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Romana, en el sentido de que se reenve el conocimiento de la misma, a fin de que sean citados los Dres. Federico Meja Sarmiento y Cecilio Gonzlez, denunciantes, a lo que dieron aquiescencia las partes presentes; Segundo: Se fija la audiencia en Cmara de Consejo del da nueve (9) de agosto del 2005, a las nueve (9) horas de la maana, para la continuacin de la causa; Tercero: Se pone a cargo del Ministerio Pblico requerir la citacin de las personas ya sealadas; Cuarto: Esta sentencia vale citacin para los presentes; Resulta, que el 9 de agosto del 2005, las partes concluyeron en la forma arriba indicada, dictando la sentencia siguiente: Primero: Se reserva el fallo en la presente accin disciplinaria seguida en cmara consejo al Magistrado Genaro Alberto Silvestre Scroggins, Juez de la Cmara Civil del Juzgado de Primer Instancia del Distrito Judicial de La Romana, para ser pronunciado en la audiencia pblica del da treintin (31) de agosto del 2005, a las nueve (9) horas de la maana; Segundo: Esta sentencia vale citacin para los presentes; Considerando, que el Magistrado Dr. Genaro Alberto Silvestre Scroggins, Juez Presidente de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Romana, se le acusa de la comisin de faltas en el
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ejercicio de sus funciones, al hacer pronunciamientos pblicos que afectan la imagen del Poder Judicial, lo que constituye una violacin al numeral 7 del artculo 66, de la Ley de Carrera Judicial No. 327-98, que sanciona la injuria, difamacin o cualquier acto lesivo al buen nombre a los intereses del Poder Judicial; Considerando, que en el curso del proceso, el imputado envo al Juez Presidente y a los dems jueces de esta Corte una comunicacin, con el siguiente texto: Honorables Magistrados: Por este medio, tengo a bien ocupar su tiempo a fin de ofrecerles, aunque en breves palabras, informacin sobre hechos que entiendo que les han sido transmitidos de forma distorsionada, a juzgar por las medidas que de ello han derivado, tal como la accin disciplinaria en mi contra, por supuestas crticas pblicas que se me atribuyen haber hecho contra la Honorable Suprema Corte de Justicia. En ocasin de celebrarse el da del Poder Judicial, me correspondi pronunciar el discurso tradicional en el Palacio de Justicia del Distrito Judicial de La Romana, en una audiencia con la presencia de todos los jueces de la jurisdiccin y los invitados especiales. Aprovechando la presencia all de algunos legisladores y funcionarios del Poder Ejecutivo hice un llamado a la reflexin sobre las cuestiones relativas a la necesidad de aumentar la partida presupuestaria del Poder Judicial y expuse las dificultades que se presentan hoy en da a la administracin de justicia para enfrentar los retos que determinan la creacin de nuevas leyes y las exigencias de una poblacin en constante crecimiento, poniendo como ejemplo de las precariedades, entre otras, la escasez de material gastable en los Tribunales del Distrito Judicial de La Romana. La situacin narrada en mi discurso la atribu a la partida presupuestaria insuficiente, sin que, bajo ninguna circunstancia, se pueda considerar que se atribuy la responsabilidad de la misma a ningn miembro del Poder Judicial y menos a la Suprema Corte de Justicia, por lo que, entiendo que la informacin que les ha sido suministrada ha llegado a ustedes totalmente distorsionada, ya que ninguno de los all presentes imaginara, jams, que las mismas podran causar malestar en la Suprema Corte de
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Justicia. Finalmente, deseo dejar constancia de que mis declaraciones estuvieron enmarcadas en el mejor espritu de cooperacin con mis superiores jerrquicos y animadas por el nico propsito de aunar esfuerzos para lograr la asignacin de la partida presupuestaria que demanda el Poder Judicial; sin embargo, si alguno de vosotros retiene alguna de mis expresiones como un motivo de descontento con el suscrito, sirva la presente como una expresin de mis mas sinceras disculpas. Reiterndome a vuestras rdenes y acusando la mas humilde obediencia a la suprema jerarqua que representa ese honorable Tribunal, se despide, con sentimientos de respeto personal; Considerando, que en adicin a esa comunicacin el Magistrado Genaro Alberto Silvestre Scroggins, declar en la audiencia celebrada por este tribunal el 9 de agosto del 2005, que haba sido mal interpretado, pues lo que expres fue que si la justicia no era eficiente era por razones del presupuesto, que no tiene ningn motivo de enfrentamiento ni porqu atribuirle ninguna falta a los jueces que integran la Suprema Corte de Justicia; que su inters era explicar la problemtica social, que no era un discurso de queja o de protesta; que jams puede criticar al Poder Judicial al cual pertenece; Considerando, que si bien es un derecho constitucional de los jueces, como el de todos los ciudadanos, expresar su pensamiento con libertad y sin sujecin a ninguna censura, la condicin de Magistrados que deben velar por el buen nombre del Poder Judicial, no tan slo con el desempeo difano de sus funciones, sino con todos los actos de su vida, les constrie a expresarse con moderacin en los actos pblicos y a canalizar por las vas institucionales cualquier inquietud que tengan sobre el funcionamiento de este Poder del Estado, an cuando la atribuya a causas externas; Considerando, que independientemente de las motivaciones que tuvo el Magistrado Genaro Alberto Silvestre Scroggins y el alegado fin perseguido por l, sus declaraciones fueron impertinentes y expresadas en la ocasin de la conmemoracin del Poder Judicial, ocasin memorable que debi ser utilizada
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para la rendicin de cuenta y la exaltacin de los logros de la institucin y no a crticas susceptibles de ser mal interpretadas; Considerando, que este tribunal estima que por las circunstancias que rodean la falta cometida por el Magistrado Genaro Alberto Silvestre Scroggins, y la actitud adoptada por ste con posterioridad a la misma procede sancionarlo con una amonestacin verbal; Por tales motivos y visto los artculos 67, inciso 5 de la Constitucin de la Repblica; 59, 62, 66 inciso 7 y 67, inciso 1, de la Ley de Carrera Judicial;
FALLA:
Primero: Declara culpable al Magistrado Genaro Alberto Silvestre Scroggins, Juez de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Romana, de la falta que se le imputa; Segundo: Dispone como sancin disciplinaria la amonestacin verbal al referido Magistrado; Tercero: Comisiona al Dr. Jorge A. Subero Isa, Presidente de la Suprema Corte de Justicia, para que formule dicha amonestacin. Firmado: Jorge A. Subero Isa, Rafael Luciano Pichardo, Hugo lvarez Valencia, Juan Lupern Vsquez, Margarita A. Tavares, Julio Ibarra Ros, Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Julio Anbal Surez, Vctor Jos Castellanos Estrella, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Edgar Hernndez Meja, Daro O. Fernndez Espinal y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretara General, que certifico.
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Disciplinaria. Destitucin de Juez por violacin al derecho de defensa y el principio del doble grado de jurisdiccin. Manejo torpe e inadecuado de expediente. Falta a sus deberes y obligaciones. Artculo 41 Ley 327-98 de Carrera Judicial. Sentencia del 14 de septiembre del 2005.
Materia: Inculpado: Disciplinaria. Vctor Juan de la Cruz y Francisca del Carmen Reynoso.
del Carmen Reynoso, Juez de la Primera Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Santiago; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol y llamar a los prevenidos Licdos. Vctor Juan de la Cruz Rosario y Francisca del Carmen Reynoso Muoz y a stos decir sus generales de ley; Odo a los prevenidos en sus generales de ley, Lic. Vctor Juan de la Cruz Rosario, dominicano, mayor de edad, casado, con cdula de identidad y electoral No. 031-0005064-4, con domicilio y residencia en la calle C Edificio Oasis I, Apto. 2B, El Edn, de la ciudad de Santiago, Juez de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de Santiago; Licda. Francisca del Carmen Reynoso Muoz, dominicana, mayor de edad, soltera, cdula de identidad y electoral No. 031-0004335-1, domiciliada y residente en la calle 51-A, casa No. 6, El Embrujo III de la ciudad de Santiago, Juez de la Primera Sala Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Santiago; Odo al Lic. Ricardo Daz Polanco, por s y por el Lic. Francisco Javier Azcona Reyes, reiteramos nuestras calidades como abogados de la magistrada Francisca del Carmen Reynoso; Odo a los Licdos. Elsa Trinidad Guilln, Jos Rafael Garca Hernndez, por s y por el Lic. Jorge Luis Polanco, expresar que asisten a los seores Inmobiliaria Villa Gloria, Aney Muoz, Carlos A. Muoz, Petruska, Jos Muoz, Richard Hernndez y Narciso Espinal, parte denunciante; Odo a Aylin Corcino, defensora pblica, conjuntamente con el Lic. Vctor Juan de la Cruz, quien declara que asume su propia defensa; Odo al ministerio pblico, en la presentacin del caso; Odo al Dr. Wilson Francisco Moreta Tremols; Odo a los imputados en sus declaraciones;
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Odo a los abogados de la defensa de la magistrada Francisca del Carmen Reynoso, solicitar al tribunal fallar de la manera siguiente: Primero: Comprobar y declarar que una investigacin exhaustiva realizada por jueces de esta misma Suprema Corte de Justicia, determin que la juez imputada, no ha decidido como lo hizo por ddivas, o por promesas u ofrecimientos de recompensas, o por ventajas de cualquier tipo, como tampoco que haya actuado en la especie por amistad o por odio, hacia alguna de las partes. Que como ha declarado el magistrado Wilson Francisco Moreta Tremol, Si hubo alguna exclusin o mala interpretacin que hoy se cuestiona, fue fruto de decisiones humanas, pero no de mala fe; Segundo: Declarar mediante sentencia a intervenir que la interpretacin de un texto legal, o de un asunto sometido al juez para su solucin, no puede dar lugar jams en su contra a una sancin disciplinaria ni de otra ndole, salvo el caso que se establezca mediante prueba fehaciente, inequvoca y concluyente que lo resuelto ha sido ajeno a sus conocimientos, su conciencia y valoracin del proceso, a su capacidad tcnica, su personal apreciacin al derecho; que de lo anteriormente expuesto se infiere que, los recursos son el nico medio por el que un juez o tribunal distinto puede examinar, conocer, aprobar corregir sancionar o revocar las decisiones judiciales dictadas por otro juez. Es decir, que slo cuando se juzgan en virtud de un recurso interpuesto en tiempo hbil y con las formalidades exigidas, puede otro tribunal pronunciarse sobre un fallo dictado por otro juez. Admitir lo contrario es quebrantar el principio de la independencia, que es inherente a todo juez; Tercero: Por consiguiente, declarar no culpable a la magistrada Licda. Francisca Carmen Reynoso Almonte, por no haber cometido falta que amerite una sancin disciplinaria, por consiguiente, descargarle de la acusacin que se le hace; Odo al abogado de los denunciantes en cuanto al pedimento de la prevenida magistrada Francisca del Carmen Reynoso, concluir de la manera siguiente: Declarar a los magistrados Vctor Juan de la Cruz, Juez 2do. Sustituto de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de Santiago y Carmen Reynoso, Juez de la 1ra. Sala de la Cmara
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Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Santiago culpables de violacin del artculo 66 numerales 2 y 14 de la Ley No. 327-98 sobre Carrera Judicial; Segundo: Que se destituya a los referidos magistrados de los cargos de Juez 2do. Sustituto de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento y Juez de la 1ra. Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Santiago, con todas sus consecuencias legales; Tercero: Que se ordene que la sentencia a intervenir en materia disciplinaria, sea comunicada a las partes interesadas, al Magistrado Procurador General de la Repblica y a la Direccin General de Carrera Judicial; Odo a la abogada de la defensa del imputado Magistrado Vctor Juan de la Cruz, concluir: Primero: Se declare no culpable al Lic. Vctor Juan de la Cruz, Magistrado Juez Segundo Sustituto de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de Santiago de violar el artculo 66 ordinales 2 y 14 de la Ley No. 327 del 98 que instituye la Carrera Judicial por haberse demostrado ante el Plenario que en el caso de la especie no se configuran faltas en el ejercicio del juzgador que pudieran ser imputables a este magistrado; Segundo: Se revoque la suspensin que pesa contra el mismo, ordenando su reposicin en el cargo antes indicado y la erogacin de los sueldos retenidos desde el mes de septiembre del 2004; Odo al ministerio pblico dictaminar: que sean sancionados y en cuanto a la sancin a imponer vamos a dejar a la soberana apreciacin de la Corte; Visto la providencia calificativa No. 63/2000, dictada el 30 de marzo del 2000, por la licenciada Sonja D. Rodrguez P., Juez de Instruccin Interina de la Tercera Circunscripcin del Distrito Judicial de Santiago; Visto el veredicto calificativo de la Cmara de Calificacin del Departamento Judicial de Santiago integrada por los magistrados Lic. Vctor Juan de la Cruz, Presidente, licenciada Carmen Reynoso y Lic. Wilson Francisco Moreta Tremols, de fecha 11 de enero del 2002;
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Visto el auto de no ha lugar a la persecucin penal, por constituir los hechos falta disciplinaria grave y no crimen, dictado el 31 de octubre del 2003, por la Cmara de Calificacin de la Jurisdiccin Privilegiada, integrada por el Dr. Edgar Hernndez Meja, Juez de la Suprema Corte de Justicia, Presidente; Licda. Olga V. Herrera Carbuccia, Juez de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de Santo Domingo y el Lic. Jos Bienvenido Prez Gmez, el 31 de octubre del 2003; Visto el auto decisorio de recomendacin de juicio disciplinario a Cmara de Calificacin, por faltas graves en el ejercicio de sus funciones, de el jurado de oposicin o cmara de apelacin de la jurisdiccin privilegiada conformada por el Dr. Edgar Hernandez Meja, Juez de la Suprema Corte de Justicia, Licda. Olga Herrera Carbuccia, Juez de la Corte de Apelacin de Santo Domingo y de los Dres. Jos Bienvenido Prez Gmez, Fabin Baralt y Vicente Prez Perdomo, el 11 de junio del 2004; Visto todos los dems documentos que integran el expediente; Resulta, que con motivo de una causa disciplinaria seguida a los magistrados Vctor Juan de la Cruz, Juez de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de Santiago y Francisca del Carmen Reynoso, Juez de la Primera Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Santiago, por faltas graves cometidas, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, el 5 de agosto del 2004, dict un auto, cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Fijar la audiencia en Cmara de Consejo del da veintiuno (21) de septiembre del 2004, a las nueve de la maana, para conocer de la causa disciplinaria seguida a los miembros de la cmara de calificacin en Santiago, compuesta por los magistrados Vctor Juan de la Cruz (Juez Corte de Apelacin de Santiago) y Carmen Reynoso (Juez de Primera Instancia de Santiago), por faltas graves cometidas en el ejerci de sus funciones; Segundo: Ordenar que el presente expediente pase al Magistrado Procurador General de la Repblica, para los fines procedentes;
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Resulta, que en la audiencia celebrada el 21 de septiembre del 2004, la Suprema Corte de Justicia, dict una sentencia, con el siguiente dispositivo: Primero: Se acoge el pedimento formulado por los abogados de los prevenidos magistrados Licdos. Vctor Juan de la Cruz Rosario, Juez de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin y Francisca del Carmen Reynoso, Juez de la Primera Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia, ambos del Departamento Judicial de Santiago, miembros de la Cmara de Calificacin constituida en dicho departamento judicial, para conocer del recurso de apelacin interpuesto por los seores Sandy Filpo y Rosa Mara Peralta, contra la providencia calificativa No. 63-2000 de fecha 30 de marzo del ao 2000, dictada por la Licda. Sonja D. Rodrguez P., Juez de Instruccin (Interina) de la Tercera Circunscripcin del Distrito Judicial de Santiago, que les envi al tribunal criminal, en el sentido de que se reenve el conocimiento de la misma, a fines de conocer y estudiar el expediente puesto a su cargo, a lo que dio aquiescencia el representante del ministerio pblico; Segundo: Se fija la audiencia en Cmara de Consejo del da Veintisis (26) de octubre del dos mil cuatro (2004), a las nueve (9) horas de la maana, para la continuacin de la causa; Tercero: Esta sentencia vale citacin para los presentes; Resulta, que en la audiencia celebrada en Cmara de Consejo el da 26 de octubre del 2004, la Suprema Corte de Justicia dict una sentencia con el siguiente dispositivo: Primero: Se acoge el pedimento formulado por los abogados de la prevenida magistrada Francisca del Carmen Reynoso, Juez de la Primera Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia, en la causa disciplinaria que se le sigue conjuntamente con el Magistrado Lic. Vctor Juan de la Cruz Rosario, Juez de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de Santiago, en el sentido de que se reenve el conocimiento de la presente causa, a fines de conocer y estudiar el expediente puesto a su cargo, a lo que dio aquiescencia el prevenido magistrado Vctor Juan de la Cruz Rosario y la representante del ministerio pblico; Segundo: Se rechaza el pedimento formulado por el coprevenido magistrado Vctor
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Juan de la Cruz Rosario, en cuanto que sea levantada la suspensin en sus funciones, dispuesta por esta Corte; Tercero: Se fija la audiencia en Cmara de Consejo del da diecisis (16) de noviembre del dos mil cuatro (2004), a las nueve (9) horas de la maana, para la continuacin de la causa; Cuarto: Esta sentencia vale citacin para los presentes; Resulta, que en la audiencia celebrada en Cmara de Consejo, el da diecisis (16) de noviembre del 2004, la Suprema Corte de Justicia dict una sentencia con el siguiente dispositivo: Primero: Se acogen las conclusiones presentadas por los abogados de la defensa de la Licda. Francisca del Carmen Reynoso, Magistrada Juez de la Primera Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Santiago, en el sentido de disponer la comunicacin de todos los documentos que conforman el expediente disciplinario a cargo de los Magistrados Francisca del Carmen Reynoso y Vctor Juan de la Cruz Rosario, pedimento al que no se opuso el representante del ministerio pblico y que fue dejado a la soberana apreciacin de la Corte por el Lic. Vctor Juan de la Cruz Rosario, asumiendo su propia defensa; Segundo: Se fija la audiencia en Cmara de Consejo del da siete (7) de diciembre del dos mil cuatro (2004), a las nueve (9) horas de la maana, para la continuacin de la causa; Tercero: Esta sentencia vale citacin para las partes presentes; Resulta, que en audiencia celebrada en Cmara de Consejo el da 7 de diciembre del 2004, la Suprema Corte de Justicia dict el siguiente fallo: Primero: Se reserva el fallo sobre los pedimentos formulados por los concluyentes en la causa disciplinaria seguida a los magistrados Francisca del Carmen Reynoso, Juez de la Primera Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Santiago y Vctor Juan de la Cruz, Juez de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de Santiago, para ser pronunciado en la audiencia en Cmara de Consejo del da Primero (1ro.) de febrero del dos mil cinco (2005), a las nueve horas de la maana; Segundo: Esta sentencia vale citacin para los presentes;
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Resulta, que en audiencia celebrada en Cmara de Consejo, el da 1ro. de febrero del 2005, la Suprema Corte de Justicia dict una sentencia con el siguiente dispositivo: Primero: Rechaza las conclusiones presentadas por los abogados de la defensa de los magistrados Francisca del Carmen Reynoso y Vctor Juan de la Cruz tendentes a excluir del proceso por falta de calidad a los denunciantes: Segundo: Declara regular y vlida y conforme al derecho la calidad de denunciantes de Jos A. Muoz, Inmobiliaria Villa Gloria, Wellington Aney Muoz Balccer, Petrusshka Muoz, Carlos Muoz y Richard Hernndez; Tercero: Rechaza el medio de inadmisin derivado de la prescripcin por improcedente; Cuarto: Fija la audiencia del 8 de marzo para la continuacin de la causa; Quinto: Esta sentencia vale citacin para los presentes; Sexto: Ordena que esta sentencia sea publicada en el Boletn Judicial; Resulta, que en audiencia celebrada el da 8 de marzo del 2005, la Suprema Corte de Justicia dict una sentencia con el siguiente dispositivo: Primero: Se acogen los pedimentos formulados por los Magistrados prevenidos Francisca del Carmen Reynoso y Vctor Juan de la Cruz, en cuanto a que sea reenviado el conocimiento de la presente causa disciplinaria que se les sigue en Cmara de Consejo, por no encontrarse la primera en estado anmico adecuado, a consecuencia del reciente fallecimiento de su padre y en cuanto al segundo pedimento formulado por el magistrado Vctor Juan de la Cruz, se acoge parcialmente, en lo que respecta a la citacin del magistrado Wilson Moreta Tremols, Juez de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Valverde, en calidad de testigo y se rechaza en lo relativo a la citacin del perito Almeida, para la Corte decidir en su oportunidad sobre la procedencia de la lectura del informe rendido por ste a la Cmara de Calificacin de la cual formaron parte los imputados; Segundo: Se fija la audiencia en Cmara de Consejo del da doce (12) de abril del 2005, a las nueve (9) horas de la maana, para la continuacin de la causa; Tercero: Se pone a cargo del ministerio pblico requerir la citacin del magistrado Wilson Moreta Tremols, para ser
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odo en calidad de testigo; Cuarto: Esta sentencia vale citacin para las partes presentes y representadas; Resulta, que en audiencia celebrada el da 12 de abril del 2005, la Suprema Corte de Justicia dict en Cmara de Consejo una sentencia con el siguiente dispositivo: Primero: Se reserva el fallo sobre las conclusiones presentadas por las partes, en la presente causa disciplinaria seguida en Cmara de Consejo a los prevenidos magistrados Francisca del Carmen Reynoso y Vctor Juan de la Cruz Rosario, Jueces del Departamento Judicial de Santiago, para ser pronunciado en la audiencia en Cmara de Consejo del da treinta (30) de mayo del 2005, a las nueve (9) horas de la maana; Segundo: Se pone a cargo del ministerio pblico, requerir la citacin de los nombrados Petrusshka Muoz, Narciso Espinal y Richard Hernndez; Tercero: Esta sentencia vale citacin para los presentes; Resulta, que el 30 de mayo del 2005, la Suprema Corte de Justicia, dict la sentencia cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Rechaza las conclusiones presentadas por los abogados de la defensa de los magistrados Francisca del Carmen Reynoso y Vctor Juan de la Cruz, tendentes a declarar la nulidad y sobreseimiento del actual proceso; Segundo: Ordena la continuacin de la causa; Resulta, que ese mismo da la Suprema Corte de Justicia dict en Cmara de Consejo una sentencia con el siguiente dispositivo: Primero: Se acoge el pedimento formulado por el coprevenido magistrado Vctor Juan de la Cruz, en el sentido de que se reenve el conocimiento de la presente causa disciplinaria que se le sigue conjuntamente con la magistrada Francisca del Carmen Reynoso, a fin de que sea nuevamente citado el magistrado Wilson Moreta Tremols, Juez de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Valverde, a lo que dieron aquiescencia la coprevenida magistrada Francisca del Carmen Reynoso y el representante del ministerio pblico; Segundo: Se fija la audiencia en Cmara de Consejo del da dos (2) de agosto del 2005, a las nueve (9) horas de la maana, para la continuacin de la causa; Tercero: Se pone a cargo del ministerio pblico requerir la citacin del
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magistrado Wilson Moreta Tremols; Cuarto: Esta sentencia vale citacin para los coprevenidos y los denunciantes; Resulta, que en la audiencia del 2 de agosto del 2005, las partes concluyeron en la forma arriba indicada y la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado, dict el fallo siguiente: Primero: Se reserva el fallo sobre las conclusiones presentadas por las partes en la presente causa disciplinaria seguida en Cmara de Consejo a los magistrados Vctor Juan de la Cruz y Francisca del Carmen Reynoso, Jueces de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin y de la Primera Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Departamento Judicial de Santiago, respectivamente, para ser pronunciado en la audiencia pblica del da catorce (14) de septiembre del 2005, a las nueve (9) horas de la maana; Segundo: Esta sentencia vale citacin para las partes presentes; Considerando, que los magistrados Vctor Juan de la Cruz y Francisca del Carmen Reynoso, estn acusados de cometer faltas graves, mientras eran miembros de la Cmara de Calificacin que conoci del recurso de apelacin que se interpuso contra la providencia calificativa No. 63/2000 de fecha 30 de marzo del ao 2000, que envi al tribunal criminal a los seores Sandy Filpo y Rosa Mara Peralta; Considerando, que el rgimen disciplinario no slo tiene por objetivo lograr de los jueces actuaciones difanas y transparentes y el cumplimiento honesto de sus funciones, al margen de dolos y cohechos, sino adems el respeto a las leyes y el fiel acatamiento de sus deberes oficiales, entre los que se encuentran el manejo adecuado, diligente y eficiente de los asuntos que se pongan a su cargo; Considerando, que si bien, en principio una decisin dictada en violacin de una norma jurdica por error u omisin, o mala interpretacin del derecho, no acarrea responsabilidades disciplinarias contra el juez actuante, s compromete la responsabilidad de ste cuando la misma ha sido fruto de un manejo torpe o descuidado del expediente o de un error grosero
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e inexcusable, sobre todo cuando ha ocasionado perjuicios graves a alguna persona; Considerando, que en ese tenor, el numeral 2, del artculo 66 de La Ley 327-98 de Carrera Judicial, considera una falta grave, que da lugar a la destitucin: dejar de cumplir los deberes, ejercer indebidamente los derechos o no respetar las prohibiciones e incompatibilidades constitucionales o legales, cuando el hecho o la omisin tengan grave consecuencia de daos o perjuicio para los ciudadanos o el Estado; Considerando, que el presente proceso disciplinario est vinculado al proceso penal iniciado contra los magistrados Vctor Juan de la Cruz y Francisca del Carmen Reynoso, por querella presentada por los seores Inmobiliaria Villa Gloria, Aney Muoz, Carlos A. Muoz, Petruska Muoz, Jos Muoz, Richard Hernndez y Narciso Espinal, el cual culmin con el auto decisorio de recomendacin de juicio disciplinario a la Cmara de Calificacin, por faltas graves en el ejercicio de sus funciones, dictado el 11 de junio del 2004, por el jurado de oposicin o cmara de apelacin de la jurisdiccin privilegiada, conformada por los Magistrados Dr. Edgar Hernndez Meja, Juez de la Suprema Corte de Justicia, Licda. Olga Herrera Carbuccia, Juez de la Corte de Apelacin de Santo Domingo y los Dres. Jos Bienvenido Prez Gmez, Fabin Baralt y Vicente Prez Perdomo, abogados; Considerando, que en dicho auto decisorio se dan como hechos establecidos los siguientes: que los imputados, conjuntamente con el Dr. Wilson Moreta Tremols, Juez de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Valverde, conformaban la Cmara de Calificacin que deba conocer del recurso de apelacin intentado por los seores Sandy Filpo y Rosa Mara Peralta, contra la providencia calificativa que le envi a juicio acusados de violar los artculos 177, 178, 179, 180, 181, 182 y 183 del Cdigo Penal, sobre Cohecho y Prevaricacin; que en la decisin adoptada por ellos enviaron a juicio a los querellantes, quienes no figuraban como acusados en la providencia calificativa recurrida, sin requerimiento suplementario ni dictamen del ministerio
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pblico; que en cambio liberaron de responsabilidad penal a la co-acusada Rosa Mara Peralta, pretextando que lo hicieron por no haber visto en el expediente un experticio caligrfico; Considerando, que en dicho auto se expresa que esa decisin se debi a que los inculpados dejaron de ponderar y analizar piezas importantes del proceso judicial sometidos a su consideracin y decisin; que adems, los referidos jueces violaron normas, reglas procesales y principios elementales, incurriendo as en errores inexcusables que atentan contra el debido proceso que la Constitucin de la Repblica y las leyes garantizan a todos los ciudadanos, todo lo cual se evidencia en las siguientes declaraciones: a) magistrado Vctor Juan de la Cruz, dijo en el interrogatorio que se le hizo en este Juzgado de Instruccin Especial: 1ro. Con respecto al mandamiento de prevencin (contra personas que figuraban en el expediente, desde el primer grado, como querellantes) se entendi que proceda, aunque quizs no analizamos a profundidad la consecuencia del mismo creo que fue un error de nuestra parte sin mala fe; 2do. Este fue el criterio que tuvo la Cmara de Calificacin, (acusar y enviar a prisin a los que figuraban en el expediente, desde primer grado, como querellantes) puede entenderse que fue un yerro jurdico o una mala interpretacin jurdica; 3ro. Pudo ser un yerro jurdico, (el no considerar el contenido de un experticio realizado por un tcnico, ni ordenar otro peritaje) pero la Cmara de Calificacin decidi que deba desestimarse; b) magistrado Carmen Reynoso, dijo en el interrogatorio que se le practic en este Juzgado de Instruccin Especial: 1ro. Habra que estudiarlo ms a fondo y ser ms cuidadoso en esa situacin, (que querellantes y testigos de un expediente sean en la Cmara de Calificacin acusados y ordenada su prisin) si hubo un error en esa decisin fue en el ordinal que ordena la prisin contra querellantes y testigos, pero en ese momento no lo vimos as; 2do. Yo no vi en el expediente el experticio caligrfico que usted me est mostrando ahora de haber conocido ese documento hubiera votado a favor del envo al tribunal criminal de la seora Rosa Mara Peralta; 3ro. Yo no vi ese experticio; 4to. Es posible que no estudiramos a fondo el
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fundamento legal y la base legal de todo lo que decidimos; 5to. El mostr las acciones de esa empresa (Aney Muoz tena en sus manos las acciones al portador de la Inmobiliaria Villa Gloria), pero no puedo decir si eran la totalidad o no Es posible que uno como ser humano a veces no le d importancia a esas cosas que realmente la tienen; 6to. Reconozco que esa omisin fue un error (enviar al tribunal como acusados y ordenar prisin contra querellantes y testigos, sin ni siquiera pedir opinin o requerimiento introductivo suplementario al ministerio pblico), aunque en su momento no entendamos que estbamos cometiendo un error; 7mo. Se puede inferir ahora (que la Cmara de Calificacin decidi de manera contraria al derecho), pero en ese momento no lo analizamos; Considerando, que el jurado de oposicin tambin dio por establecido que los magistrados Reynoso y de la Cruz reconocen haber dado un tratamiento y manejo superficial, descuidado e inadecuado a las piezas y documentos, que conforman el expediente de que se trata, lo cual constituye una conducta enmarcable dentro del numeral 2 del artculo 66 de la Ley No. 327-98 sobre Carrera Judicial, ya que al comportarse como lo hicieron, dejaron de cumplir con su deber de jueces del orden judicial, teniendo esa actitud graves consecuencias consistentes en daos y perjuicios para ciudadanos, como es el caso de los querellantes constitudos en parte civil que debern ser encarcelados en virtud de un mandamiento de prevencin dictado contra ellos e incorporado al auto de envo al tribunal criminal, el cual es ineludiblemente ejecutable, toda vez que las decisiones de la Cmara de Calificacin no son susceptibles de ningn recurso, en virtud del artculo 127 del Cdigo de Procedimiento Criminal; Considerando, que producto del estudio de los documentos que conforman el expediente, esta Corte hace suyas las apreciaciones del jurado de oposicin en cuanto a la forma en que ocurrieron los hechos que dieron lugar al presente proceso disciplinario; Considerando, que entre esos documentos se encuentra el acta contentiva del interrogatorio que se le formul a la
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magistrada Josefa Disla Muoz, Presidenta de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de Santiago, donde figura sta expresando que en relacin con el magistrado Vctor Juan de la Cruz puedo afirmar que es un abogado muy buen tcnico en Derecho y tiene muchas luces jurdicas y es disciplinado, sin embargo es desorganizado y es descuidado en el manejo de los asuntos puestos a su cargo; en cuanto a su discrecin creo que no es la virtud que lo caracteriza; puedo agregar que en algunas oportunidades l ha extraviado piezas de los expedientes por el poco cuidado y atencin que pone en esa tarea; que de igual manera afirm que no tengo conocimiento de que en este caso se hayan dado ninguna de las razones que usted seala, lo que creo es que en este caso la tardanza, el mal manejo del proceso, por parte principalmente del presidente de la Cmara dio lugar a una serie de especulaciones y rumores que desacreditaron el veredicto final; Considerando, que esas declaraciones estn avaladas con la actuacin de dicha magistrada con anterioridad de la emisin de la providencia calificativa que ha dado lugar al presente proceso, la cual se haba dirigido a los imputados mediante oficio No. 0622, del 2 de noviembre del 2001, expresndole que en reiteradas ocasiones hemos solicitado a esa Cmara terminar con el objeto para la cual fue conformada y hemos escuchado pacientemente y con mucha comprensin sus explicaciones sobre los inconvenientes que han implicado finalizar la misma; no obstante hoy da 2 de noviembre del ao 2001 todava est pendiente de fallo en dicha Cmara, lo que representa un hecho objetivamente injustificable; que dicha magistrada tambin se dirigi a los imputados mediante oficio No. 0070, del 29 de enero del 2002, para manifestarles que en relacin con la Cmara de Calificacin descrita en el asunto, permtame expresarles mi preocupacin por las informaciones que se manejan fuera de la Corte y por la forma en que se ha manejado ese proceso. Tengo conocimiento de que las partes estn haciendo toda clase de especulaciones en lo referente al motivo de la tardanza y el resultado del veredicto, y entiendo que razones no les faltan. Reitero mi
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afirmacin de que esa Cmara con su actuacin compromete a esta Corte y afecta la credibilidad de la misma. Respeto la independencia de todos los magistrados y tambin de esa Cmara, pero les recuerdo que su responsabilidad es decidir conforme al Derecho y a su conciencia de forma pronta y eficaz los procesos que les correspondan (asunto que en este caso est muy lejos de ser realidad; Considerando, que el magistrado Wilson Moreta Tremols, Juez de Primera Instancia del Distrito Judicial de Valverde, quien fue miembro de la Cmara de Calificacin ya aludida, que presida el magistrado Vctor Juan de la Cruz, expres que fue llamado a conformar esa Cmara de Calificacin, fue muy accidentada, realmente dur mucho tiempo para fallarse, sealando adems que entendi que los magistrados fueron muy parcos fue un expediente voluminoso, quien habla manejo muy pocos documentos, el Presidente es quien maneja el expediente, considerando que el tomar esa decisin fue un error; que no recordaba haber visto el experticio que incriminaba a la seora Peralta y reconociendo que se trat de una mala decisin; Considerando, que todos los elementos presentados en juicio, tales como los documentos que obran en el expediente, las declaraciones dadas por los imputados a la Cmara de Calificacin privilegiada, la propia decisin emitida por stos y las comunicaciones enviadas a ellos por la Presidenta de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin de Santiago, revelan que los imputados cometieron violaciones a leyes y principios jurdicos, y a la propia Constitucin de la Repblica, como es el derecho de defensa y el principio del doble grado de jurisdiccin, como consecuencia de un manejo torpe e inadecuado del expediente, faltando a sus deberes oficiales y a la obligacin consagrada en el numeral 3, del artculo 41 de la Ley No. 327-98 de Carrera Judicial, de desempear con inters, ecuanimidad, dedicacin, eficiencia, probidad, imparcialidad y diligencia las funciones a su cargo, lo que les hacen acreedores de la sancin de la destitucin, dispuesta por el ordinal 2do. del artculo 66 de dicha ley;
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Considerando, que por otra parte, el inciso 12 de la Ley de Carrera Judicial No. 327-98, establece como causa de destitucin reiniciar en faltas que hayan sido causa de suspensin de hasta treinta (30) das, situacin en la que se encuentra la magistrada Francisca del Carmen Reynoso, a quien el da 29 de marzo del 2000 la Suprema Corte de Justicia le impuso la sancin disciplinaria de 30 das de suspensin sin disfrute de suelto, por haber cometido faltas graves en el ejercicio de sus funciones; Considerando, que existiendo en el expediente los elementos suficientes para la solucin del asunto se hace innecesario dar lectura al informe del perito Lic. Almeida, cuya lectura haba sido solicitada por el co-imputado Vctor Juan de la Cruz, en la audiencia del 8 de marzo del 2005, por lo que dicho pedimento es desestimado. Por tales motivos, la Suprema Corte de Justicia, administrando justicia, en Nombre de la Repblica, por autoridad de la ley y visto los artculos 67 inciso 4 de la Constitucin de la Repblica y 41, inciso 3, 59, 62 , 66, inciso 2 y 67 inciso 4 de la Ley de Carrera Judicial y 14 de la Ley No. 25-91, organizacin de la Suprema Corte de Justicia, que fueren ledos en audiencia pblica y que copiados a la letra: Artculo 67: Corresponde exclusivamente a la Suprema Corte de Justicia, sin perjuicio de las dems atribuciones que le confiere la ley; Ejercer la ms alta autoridad disciplinaria sobre todos los miembros del Poder Judicial, pudiendo imponer hasta la suspensin o destitucin, en la forma que determine la ley; Artculo 41: Son deberes de los jueces, los siguientes: 3) Desempear con inters, ecuanimidad, dedicacin, eficiencia, probidad, imparcialidad y diligencia las funciones a su cargo, observando buena conducta y evitando la comisin de faltas disciplinarias; Artculo 59: El poder disciplinario reside en la Suprema Corte de Justicia, en las Cortes de Apelacin y en los dems tribunales. Prrafo: Este poder consiste en el control de la observancia de la Constitucin, las leyes, reglamentos, instituciones y dems normas vigentes, y en la aplicacin de sanciones en caso de violacin a las mismas.
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Estas sanciones podrn ser amonestacin, suspensin o destitucin; Artculo 62: Segn la gravedad de las faltas, las autoridades competentes en los trminos de esta ley podrn imponer las siguientes sanciones: 1) Amonestacin oral; 2) Amonestacin escrita; 3) Suspensin sin sueldo, por perodo de hasta de treinta (30) das; 4) Destitucin. Prrafo I: No se considerarn sanciones: los consejos, observaciones y advertencias, hechas en el inters del servicio. Prrafo II: Todas las sanciones sern escritas en el historial personal respectivo; Artculo 66, numeral 2: Artculo 66.- Son faltas graves, que dan lugar a destitucin, segn lo juzgue la Suprema Corte de Justicia, las siguientes: 2) Dejar de cumplir los deberes, ejercer indebidamente los derechos o no respetar las prohibiciones e incompatibilidades constitucionales o legales, cuando el hecho o la omisin tengan graves consecuencias de daos o perjuicios para los ciudadanos o el Estado; Artculo 67: Las sanciones disciplinarias previstas en la presente ley sern impuestas por las autoridades judiciales en la forma y plazo respectivos, segn se indica a continuacin: 4) Slo la Suprema Corte de Justicia podr imponer la pena de destitucin en los casos y circunstancias establecidas en la Ley de Organizacin Judicial u otras leyes especiales y en los reglamentos que, a tal efecto, dicte la Suprema Corte de Justicia;
FALLA:
Primero: Declara culpables al magistrado Vctor Juan de la Cruz, Juez de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de Santiago y a la magistrada Francisca del Carmen Reynoso, Juez de la Primera Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Santiago, de haber cometido faltas graves en el ejercicio de sus funciones; Segundo: Dispone como sancin disciplinaria, en consecuencia, la destitucin de dichos magistrados; Tercero: Ordena que esta decisin sea comunicada a la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de Santiago, al Director de la Carrera Judicial y al Procurador General, para los fines de lugar y que la misma sea publicada en el Boletn Judicial.
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As ha sido hecho y juzgado por la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma, en la ciudad de Santo Domingo de Guzmn, Distrito Nacional, en su audiencia pblica del 14 de septiembre del 2005, aos 162 de la Independencia y 143 de la Restauracin. Firmado: Jorge A. Subero Isa, Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Hugo lvarez Valencia, Juan Lupern Vsquez, Margarita A. Tavares, Julio Ibarra Ros, Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Daro O. Fernndez Espinal, Pedro Romero Confesor y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Recurso de Casacin. Admisibilidad. Artculo 425 del Cdigo Procesal Penal. Sentencia del 22 de diciembre de 2005.
Sentencia impugnada: Primera Cmara Penal del Juz-
gado de Primera Instancia del Distrito Judicial de San Cristbal, del 12 de agosto del 2005. Materia: Recurrentes: Correccional. Agustn de Jess Fernndez y compartes.
sentencia correccional No. 487-2005, dictada por la Primera Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de San Cristbal el 12 de agosto del 2005, cuyo dispositivo dice as: PRIMERO: Se ratifica el defecto pronunciado al nombrado Agustn de Jess Fernndez Bello, de generales anotadas por no comparecer a audiencia no obstante estar debidamente citado; SEGUNDO: Se declara culpable a Agustn de Jess Fernndez Bello de violar los artculos 49, 61, 65 y 123 de la Ley 241 modificada por la ley 114-99 sobre Trnsito de Vehculos de Motor, en consecuencia se condena a sufrir la pena de tres (3) aos de prisin correccional y al pago de una multa de Cuatro Mil Pesos (RD$4,000.00), se condena al pago de las costas penales; TERCERO: Se declara al nombrado Leonidas Mercedes Javier no culpable de violar los artculos de la Ley 241 modificada por la Ley 114-99 por no haber incurrido en falta a la misma; se declaran las costas a su favor; CUARTO: Se declara como bueno y vlido en cuanto a la forma el presente recurso de apelacin incoado por la seora Altagracia de la Rosa Leyba en calidad de madre y tutora del menor Andridson Abad Meja, y Leonidas Mercedes Javier Medina, en calidad de lesionado y Luis Enrique Betances Pichardo en calidad de propietario del vehculo accidentado, a travs de sus abogadas Dra. Reynalda Gmez Rodrguez y Maura Raquel Rodrguez, en cuanto al fondo se condena a Agustn de Jess Fernndez Bello en su calidad de prevenido y a la Revista Agropecuaria Nacional en su calidad de persona civilmente responsable al pago de una indemnizacin de Dos Millones de Pesos (RD$2,000,000.00) a la seora Altagracia de la Rosa Leyba, en su calidad de madre del menor Andridson Abad Meja; Ochocientos Mil Pesos (RD$800,000.00) al nombrado Leonidas Mercedes Javier Jimnez como justa reparacin por los daos fsicos y morales sufridos por ste a consecuencia del accidente que se trata; QUINTO: En cuanto a Luis Enrique Betances Pichardo se ordena al pago de una indemnizacin de Cuarenta Mil Pesos (RD$40,000.00), como justa reparacin por los daos ocasionados a su vehculo; SEXTO: Se declara la presente sentencia comn y oponible a la compaa de Seguros Popular, C. por A., por ser esta la entidad aseguradora del vehculo
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causante del lamentable accidente; SPTIMO: Se declara al prevenido Agustn de Jess Fernndez Bello y a la Revista Agropecuaria Nacional, el primero en calidad de prevenido y la segunda en calidad de persona civilmente responsable, al pago de las costas civiles del procedimiento a favor y provecho de las Dras. Reynalda Gmez Rodrguez y Maura Raquel Rodrguez, por haberlas avanzado en su mayor parte; Visto el escrito motivado mediante el cual Agustn de Jess Fernndez, Plan Seguros 0KM y Seguros Popular, C. por A., por intermedio de sus abogados, Dr. Ariel Virgilio Bez Heredia y Licda. Silvia Tejada de Bez, interponen el recurso de casacin, depositado en la secretara de la Primera Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de San Cristbal el 16 de septiembre del 2005; Visto el escrito motivado mediante el cual la razn social Revista Agropecuaria Nacional, por intermedio de sus abogados, Dres. Lino Vsquez Samuel y Pedro de Jess Daz; y Licdo. Anndy R. Espino Acosta, interpone el recurso de casacin, depositado en la secretara de la Primera Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de San Cristbal el 23 de septiembre del 2005; Visto la Constitucin de la Repblica, los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos, de los cuales la Repblica Dominicana es signataria, y los artculos 393, 399, 418, 419, 425, 426 y 427 del Cdigo Procesal Penal, 2 de la Ley No. 278-04 sobre Implementacin del Proceso Penal, instituido por la Ley No. 76-02; Atendido, que el artculo 15 de la Ley 25-91, Orgnica de la Suprema Corte de Justicia, dispone que cuando se trate, como en la especie, de un segundo recurso de casacin relacionado con el mismo proceso, ser competencia de las Cmaras Reunidas de la Suprema Corte de Justicia el conocimiento y decisin del asunto; Atendido, que la Ley No. 278-04 sobre Implementacin del Proceso Penal dispone en su artculo 2 que los recursos contra las decisiones emitidas por los tribunales de la Repblica con
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posterioridad al 27 de septiembre del ao 2004, se tramitarn de conformidad con las disposiciones del Cdigo Procesal Penal; Atendido, que el artculo 393 del Cdigo Procesal Penal seala que las decisiones judiciales slo son recurribles por los medios y en los casos expresamente establecidos en este cdigo. El derecho de recurrir corresponde a quienes le es expresamente acordado por la ley. Las partes slo pueden impugnar las decisiones judiciales que les sean desfavorables. Atendido, que el artculo 399 del Cdigo Procesal Penal dispone que los recursos se presentan en las condiciones de tiempo y forma que se determinan en el cdigo, con indicacin especfica y motivada de los puntos impugnados de la decisin, por su parte, el artculo 418 del cdigo de referencia expresa que se formaliza el recurso con la presentacin de un escrito motivado en la secretara del juez o tribunal que dict la sentencia, en el trmino de diez das a partir de su notificacin, en dicho escrito se debe expresar concreta y separadamente cada motivo con sus fundamentos, la norma alegadamente violada y la solucin pretendida; Atendido, que el artculo 425 del Cdigo Procesal Penal debe interpretarse en el sentido de que el recurso de casacin slo puede interponerse contra las sentencias dictadas por las Cmaras o Salas Penales de las Cortes de Apelacin, o aquellas dictadas por el Juzgado de Primera Instancia en funciones de tribunal de apelacin, que sean confirmatorias o revocatorias de otra sentencia anterior dictada por un juez o tribunal de primer grado, o las decisiones que ponen fin al procedimiento, como lo es un medio de inadmisin, o las que denieguen la extincin o suspensin de la pena; Atendido, que el artculo 426 del Cdigo Procesal Penal limita los fundamentos por los cuales las Cmaras Reunidas de la Suprema Corte de Justicia pueden declarar la admisibilidad de los recursos de casacin al disponer que ste procede exclusivamente por la inobservancia o errnea aplicacin de disposiciones de orden legal, constitucional o contenidas en
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los pactos internacionales en materia de derechos humanos en los siguientes casos: 1. Cuando en la sentencia de condena se impone una pena privativa de libertad mayor a diez aos; 2. Cuando la sentencia de la Corte de Apelacin sea contradictoria con un fallo anterior de ese mismo tribunal o de la Suprema Corte de Justicia; 3. Cuando la sentencia sea manifiestamente infundada; 4. Cuando estn presentes los motivos del recurso de revisin; Atendido, que el artculo 427 del Cdigo Procesal Penal dispone, en cuanto al procedimiento del recurso de casacin, que se aplican, analgicamente, las disposiciones del referido cdigo relativas al recurso de apelacin de las sentencias; por consiguiente, es necesario que ante la interposicin del recurso de casacin, las Cmaras Reunidas de la Suprema Corte de Justicia decidan primero sobre la admisibilidad del mismo, en virtud de los artculos 425 y 426 del citado Cdigo Procesal Penal;
justificar la sentencia impugnada, ni procedi a tipificar o caracterizar la falta atribuible al imputado recurrente, cuando el caso que nos ocupa trata exclusivamente sobre la falta de la vctima; 2) Falta de base legal, toda vez que la Cmara, al estatuir como lo hizo no dio motivos precisos y concordantes con una suficiente relacin de hecho y derecho, en violacin al artculo 24 del Cdigo Procesal Penal; y 3) Desnaturalizacin de los hechos; aduciendo que la Cmara le ha dado un sentido y alcance a los hechos incurriendo en desnaturalizacin de los mismos; Atendido, que en su escrito, los Dres. Lino Vsquez Samuel y Pedro de Jess Daz; y el Licdo. Anndy R. Espino Acosta, en representacin de la razn social Revista Agropecuaria Nacional, alegan, en sntesis, lo siguiente: Que el fallo dado por la Corte de Apelacin ha entrado en contradiccin con varios fallos, no slo del mismo tribunal, sino tambin con sentencias dictadas por la Suprema Corte de Justicia, las cuales han establecido que el juez est en la obligacin de hacer un examen pormenorizado de los daos materiales sufridos por un vehculo accidentado y que la sentencia debe contener una exposicin de los hechos y circunstancias necesarias para fijar el monto integral de las indemnizaciones, lo que no se ha observado en la especie. Atendido, a que del examen de los escritos mediante los cuales se fundan los presentes recursos de casacin se evidencia que los mismos no cumplen con los requisitos establecidos en el artculo 426 ni con los requisitos de autosuficiencia, como tampoco brindan una adecuada argumentacin jurdica exigida por el precitado artculo 418 para satisfacer los requerimientos de su procedencia, por lo que los mismos devienen en inadmisibles, puesto que no basta con sealar la existencia de contradiccin de sentencia, sino que debe precisarse cual es la decisin aludida y en qu puntos de derecho le es contraria. Por tales motivos, las Cmaras Reunidas de la Suprema Corte de Justicia,
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Resuelve:
Primero: Declara inadmisibles los recursos de casacin incoados por Agustn de Jess Fernndez, Plan Seguros 0KM, Seguros Popular, C. por A. y la razn social Revista Agropecuaria Nacional, contra la sentencia correccional No. 487-2005, dictada por la Primera Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de San Cristbal el 12 de agosto del 2005, cuyo dispositivo se copia en parte anterior de esta resolucin; Segundo: Condena a los recurrentes al pago de las costas; Tercero: Ordena que la presente resolucin sea notificada a las partes. Firmado: Jorge A. Subero Isa, Rafael Luciano Pichardo, Hugo Alvarez Valencia, Juan Lupern Vsquez, Margarita A. Tavares, Julio Ibarra Ros, Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Julio Anbal Surez, Vctor Jos Castellanos Estrella, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Edgar Hernndez Meja, Daro O. Fernndez Espinal y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente resolucin ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, el mismo da, mes y ao en l expresados, lo que yo, Secretaria General, certifico.
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CAMARAS REUNIDAS
CAMARAS REUNIDAS
Cmaras Reunidas. Transporte martimo. Responsabilidad. Medio de inadmisin del artculo 435 del Cdigo de Comercio. Presuncin de responsabilidad contra el guardin de la cosa inanimada. Sentencia del 8 de junio de 2005.
Sentencia impugnada: bre del 2003. Materia: Recurrente: Recurrida: Civil. Seaboard Marine, Ltd. Metalgas, S. A. Cmara Civil y Comercial de la
Rechaza Audiencia pblica del 8 de junio del 2005. Preside: Jorge A. Subero Isa.
Apelacin de San Cristbal, el 28 de noviembre de 2003, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones al Lic. Ney de la Rosa por s y por los Dres. ngel Ramos Brusiloff y Prxedes Castillo Bez, abogados de la parte recurrente; Odo en la lectura de sus conclusiones a la Licda. Yanira Crdova por s y por el Lic. Manuel Amor de los Santos, abogados de la parte recurrida, Metalgas, S. A.; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica, el cual termina as: Que procede rechazar, el recurso de casacin interpuesto contra la sentencia civil No. 123-2003 de fecha 28 de noviembre del ao 2003, dictada por la Cmara Civil de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de San Cristbal; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia, el 3 de febrero de 2004, suscrito por Licdo. Prxedes Castillo Bez y el Dr. ngel Ramos Brusiloff, abogados de la parte recurrente, en el cual se invocan los medios de casacin que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 2 de marzo de 2004, suscrito por el Dr. Manuel Emilio Amor de los Santos y la Licda. Yanira Crdova Macarrulla, abogados de la parte recurrida, Metalgas, S. A.; Visto el auto dictado el 2 de junio de 2005, por el magistrado Jorge A. Subero Isa, Presidente de la Suprema Corte de Justicia, por medio del cual se llama a s mismo y a los magistrados Daro O. Fernndez Espinal y Eglys Margarita Esmurdoc, jueces de este Tribunal, para integrar las Cmaras Reunidas en la deliberacin y fallo del recurso de casacin de que se trata, de conformidad con las Leyes Nos. 684 de 1934 y 926 de 1935; Las Cmaras Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, por tratarse en la especie de un segundo recurso de casacin sobre
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la misma litis, de conformidad con lo que dispone el artculo 15 de la Ley No. 25-91, del 15 de octubre de 1991, modificada por la Ley No. 156-97, en la audiencia pblica del 11 de agosto de 2004, estando presentes los jueces Rafael Luciano Pichardo, Primer Sustituto de Presidente, en funciones de Presidente; Juan Lupern Vsquez, Margarita A. Tavares, Julio Ibarra Ros, Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Julio Anbal Surez, Vctor Jos Castellanos, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Edgar Hernndez Meja, Pedro Romero Confesor y Jos E. Hernndez Machado, asistidos de la Secretaria General, y vistos los textos legales invocados por el recurrente, as como los artculos 1 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin, y despus de haber deliberado los jueces signatarios de la presente decisin; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere consta: a) que con motivo de una demanda en daos y perjuicios y pago de valores intentada por Metalgas, S. A., contra Seaboard Marine, Ltd, la Cmara Civil y Comercial de la Tercera Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional dict el 12 de marzo de 1993 una sentencia con el dispositivo siguiente: Primero: Declara buena y vlida la demanda en intervencin forzosa de Distribuidora Amrica, S.A., por haber sido hecha conforme derecho; Segundo: Rechaza las conclusiones de la misma por improcedentes y mal fundadas en derecho, as como todas las dems subsidiarias, y ms subsidiarias, por los motivos expuestos; Tercero: Rechaza las conclusiones de la parte demandada principal: Seaboard Marine, Ltd., por improcedentes y mal fundadas por los motivos expresados; Cuarto: Acoge en todas sus partes, las conclusiones de la demandante: Metalgas, S.A., y, en consecuencia: a) condena a la compaa demandada Seaboard Marine, Ltd, a pagar a favor de la demandante: Metalgas, S. A., las sumas de US$29,072.00 su equivalente en moneda nacional a la tasa oficial vigente, por concepto sealado ms el porcentaje del valor del flete representada dicha suma por la avera de las unidades de condensadores para la fabricacin de equipos de refrigeracin; b) doscientos once mil pesos oro (RD$211,000.00)
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por el monto de los impuestos pagados y por pagar, por los motivos expresados anteriormente; c) tres millones de pesos oro (RD$3,000,000.00) como indemnizacin de los daos y perjuicios sufridos por la dicha parte demandante por los motivos expuestos ms el pago de los intereses legales de dicha suma acordada a partir de la fecha de la demanda en justicia; Quinto: Condena a dicha parte demandada principal al pago de las costas y distradas en provecho de los abogados postulantes de la parte demandante ya indicados quienes afirman estarlas avanzando en su totalidad; b) que sobre el recurso de apelacin interpuesto la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de Santo Domingo dict el 24 de marzo de 1994 una sentencia cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Rechaza por innecesaria e improcedente y en base a los motivos expuestos, la solicitud de prrroga de comunicacin de documentos formulada por Distribuidora Amrica, C. por A.; Segundo: Rechaza por improcedente y mal fundada, y en base a los motivos expuestos, la excepcin de fianza judicatum solvi presentada por Distribuidora Amrica, C. por A., contra Seaboard Marine, Ltd.; Tercero: Fija de oficio, la audiencia del da jueves 19 de mayo de 1994, a las nueve (9:00) horas de la maana, para que las partes litigantes concurran ante esta Corte a pronunciarse respecto del fondo del recurso de apelacin principal y del recurso de apelacin incidental interpuestos, respectivamente, por Seaboard Marine, Ltd. y Distribuidora Amrica, C. por A., contra la sentencia de fecha 12 de marzo de 1993, dictada por la Cmara Civil y Comercial de la Tercera Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional; Cuarto: Comisiona al ministerial Rafael A. Chevalier V., alguacil de estrados de esta Corte, para la notificacin a todas las partes, de esta decisin; Quinto: Reserva las costas; c) que recurrida en casacin la anterior sentencia la Suprema Corte de Justicia dict el 12 de febrero de 2003 el fallo siguiente: Primero: Rechaza el recurso de casacin incidental interpuesto por Seaboard Marine, Ltd., contra la sentencia dictada por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, el 30 de marzo de 1995, cuyo dispositivo ha sido copiado en parte anterior del presente fallo; Segundo: Casa la sentencia
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anterior indicada y enva el asunto por ante la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de San Cristbal, en las mismas atribuciones; Tercero: Compensa las costas; d) que la Cmara Civil de la Corte de Apelacin de San Cristbal, como Tribunal de envo, dict el 28 de noviembre de 2003, la sentencia ahora impugnada por ante las Cmaras Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, cuya parte dispositiva reza del modo siguiente: Primero: Declara regular y vlido en cuanto a la forma el recurso de apelacin interpuesto por Seaboard Marine, Ltd., contra la sentencia civil No. 594/92, de fecha 12 de marzo de 1993, dictada por la Cmara Civil y Comercial de la Tercera Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, como el recurso de apelacin incidental interpuesto por Distribuidora Amrica, C. x A.; Segundo: Ratifica el defecto pronunciado contra Distribuidora Amrica, C. x A., por falta de concluir; Tercero: Rechaza por improcedente, mal fundado y carente de base legal el medio de inadmisin planteado por Seaboard Marine, Ltd; Cuarto: En cuanto al recurso de apelacin incidental interpuesto por Distribuidora Amrica, C. x A., pronuncia el descargo puro y simple del mismo; Quinto : En cuanto al recurso de apelacin principal interpuesto por Seaboard Marine, Ltd., lo acoge parcialmente en lo que concierne al monto de la indemnizacin acordada por los daos y perjuicios sufridos por la demandante, y modifica en ese aspecto la sentencia apelada; Sexto : En cuanto a la demanda en intervencin forzosa: a) Declara regular y vlida la misma por haberse hecho conforme a la ley; y en cuanto al fondo: b) Acoge la misma parcialmente, y en consecuencia modifica la sentencia apelada y condena a Seaboard Marine, Ltd. y Distribuidora Amrica, S. A., a pagar in solidum a la compaa Metalgas, S. A., la suma de US$29,072.00, o su equivalente en moneda nacional, a la tasa de cambio vigente a la fecha de ejecucin de la presente decisin, por concepto de la prdida experimentada, ms el porcentaje del flete la suma de RD$211,000.00 por concepto de los impuestos pagados y por pagar; y la suma de RD$500,000.00 como indemnizacin por los daos y perjuicios sufridos por la parte demandante a consecuencia de la imposibilidad de mercadear dichos
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productos y de los beneficios de los cuales se vio privada en dicha comercializacin, ms el pago de los intereses legales de la suma acordada a ttulo de indemnizacin complementaria; Sptimo: Condena a Seaboard Marine, Ltd. y Distribuidora Amrica, S. A., al pago de las costas ordenando su distraccin en favor y provecho de los Licdos. Miguel Martnez Rodrguez, Yanira Crdova M., Dr. Rafael Rodrguez Lara y Manuel E. Amor, quienes afirman estarlas avanzando en su mayor parte; Octavo: Comisiona al ministerial Rafael A. Pea Rodrguez de estrados de la Cmara Civil de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, para la notificacin de la presente decisin; Considerando, que la recurrente propone en su memorial los siguientes medios de casacin: Primer Medio: Contradiccin de motivos. Violacin a los artculos 435 y 436 del Cdigo de Comercio; Segundo Medio: Violacin a la Ley No. 70 de 1970. Violacin al Decreto No. 1673 de 1980 que contiene el Reglamento de Prestacin de Servicios de la Autoridad Portuaria Dominicana. Violacin al artculo 1384 del Cdigo Civil. Violacin a los Tratados Internacionales, usos y costumbres que regulan el comercio martimo. Contradiccin de motivos. Desnaturalizacin de los hechos. Falta de base legal; Tercer Medio: Violacin a los artculos 435 y 436 del Cdigo de Comercio. Falsos motivos. Falta de base legal; Cuarto Medio: Violacin a los artculos 1134 y 1384 del Cdigo Civil. Violacin a la Ley No. 70 de 1970 y el Reglamento de Prestacin de Servicios de la Autoridad Portuaria Dominicana. Violacin a los usos y costumbres del comercio martimo. Desnaturalizacin de los hechos de la causa; Quinto Medio: Violacin al artculo 1184 del Cdigo Civil. Desnaturalizacin de los hechos. Mala aplicacin del derecho; Sexto Medio: Violacin a los artculos 1184 y 1134 del Cdigo Civil y violacin al artculo 230 del Cdigo de Comercio; Sptimo Medio: Violacin a los artculos 1184 y 1149 del Cdigo Civil. Errnea interpretacin del derecho y la prueba. Falta de motivos. Violacin a la Ley 2489 para el Rgimen de Aduanas; Octavo Medio: Omisin de estatuir. Violacin a los artculos 1134 y 1152 del Cdigo Civil. Violacin al contrato de transporte;
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Considerando, que en su primer y tercer medios la recurrente alega, en sntesis, lo siguiente: a) que ella propuso ante la Corte a-qua un medio de inadmisin de la demanda fundamentado en los artculos 435 y 436 del Cdigo de Comercio, que declaran inadmisible toda demanda contra el capitn por daos sucedidos a la mercanca, si estas hubiesen sido recibidas sin protestas, o si tales demandas no son hechas y notificadas en el trmino de veinte y cuatro horas y si en el trmino de un mes de su fecha no son seguidas de una demanda judicial; b) que en el caso, el incendio causante del dao ocurrido el 20 de noviembre de 1991 y la demanda judicial fue lanzada el 30 de marzo de 1992, lo que indica que Metalgas, S. A., demand cuatro (4) meses despus de ocurrido el hecho; y c) que, sin embargo, a pesar de reconocer que la demanda estaba prescrita al tenor del artculo 436 del Cdigo de Comercio, la Corte aqua omiti declarar la prescripcin bajo el falso alegato de que el sealado artculo 436 no era aplicable porque la reclamacin del demandante no se refera a daos sucedidos durante el transporte, sino a consecuencia del incendio del furgn dentro del cual se encontraba la mercanca, ocurrido en puerto dominicano, siendo ese furgn propiedad de la hoy recurrente; que por ese motivo la Corte a-qua desestim el medio de inadmisin sealando que la prescripcin aplicable era la del derecho comn; que si la Corte a-qua estimaba en una parte de sus motivos que el transportista estaba obligado bajo el contrato de transporte hasta que el consignatario, Metalgas, S.A., retirase la mercanca, es decir si entenda que la avera reclamada ocurri dentro del contrato de transporte como resultado de un incumplimiento o negligencia del transportista obligado hasta el retiro de la mercanca, entonces tena que aplicar a la solucin del caso los artculos 435 y 436 del Cdigo de Comercio y declarar irrecibible la accin de Metalgas, S.A.; que, alternativamente, si la Corte a-qua estimaba que el dao se produjo fuera de la esfera del transporte martimo regulado por los citados artculos, es decir, bajo el imperio del derecho comn, entonces tena que reconocer que el contrato de transporte haba terminado y rechazar la demanda porque el transportista ya no se encontraba obligado contractualmente;
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Considerando, que sobre el particular la Corte a-qua expone para fundamentar el rechazo del medio de inadmisin propuesto por la recurrente en relacin con la demanda intentada en su contra lo siguiente: a) que en la especie, por la tarja de fecha 30 de octubre de 1991 se evidencia la entrega a la Autoridad Portuaria Dominicana de las mercancas transportadas y consignadas a Metalgas, S.A., almacenadas en un furgn y consistentes en 26 huacales con 6,900 unidades (condensadores para neveras de uso domstico), lo que permite establecer que el transportista en principio cumpli la obligacin de hacer el traslado de los bienes al puerto de destino; b) que si bien es verdad que el artculo 436 del Cdigo de Comercio pone a cargo del consignatario de la mercanca la obligacin, a pena de caducidad, de realizar el protesto, condicin indispensable para poder lanzar la reclamacin de los daos y averas sucedidos a la mercanca en el plazo de 24 horas contadas a partir de su recepcin, no menos verdad es que tal plazo empieza a correr desde el momento en que el consignatario sea efectivamente informado y puesto en condicin de proceder a revisar y verificar el estado de conservacin de las mismas, independientemente de la recepcin que de los bienes transportados pueda hacer la Autoridad Portuaria Dominicana, la cual, en principio, no tiene calidad para hacer el protesto que seala el artculo 436 del Cdigo de Comercio; c) que no existe ningn documento que evidencie que una vez que se produjera la entrega de la mercanca a la Autoridad Portuaria Dominicana, sta haya notificado a la consignataria la llegada del embarque y que el mismo haya sido puesto en posicin de verificar si los bienes haban llegado sin averas; d) que la reclamacin de Metalgas, S.A., del 21 de noviembre de 1991, se refiere no a los daos de la mercanca transportada a causa del hecho del traslado, sino a los daos sufridos por la misma a consecuencia del incendio que consumi a un furgn de mercancas consignadas a favor de Distribuidora Amrica, S.A., que afect otros contenedores, entre estos, el de la demandante original, siendo dichos furgones propiedad de la Seaboard Marine, Ltd; e) que ciertamente, en este aspecto, la demanda de que se trata podra ser declarada inadmisible si el objeto de la misma persiguiere
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la reparacin de los daos sufridos por la mercanca propiedad de la consignataria desde el momento en que fueron recibidos por ste y hasta el momento de su entrega, pues en este caso s se habra verificado la caducidad del plazo para su interposicin al tenor del artculo 436 del Cdigo de Comercio; Considerando, que la primera parte del artculo 435 del Cdigo de Comercio dispone: Son inadmisibles: Toda accin contra el capitn y los aseguradores, por daos sucedidos a la mercanca, si sta hubiere sido recibida sin protesta... y el artculo 436 del mismo cdigo reza del modo siguiente: Estas protestas y reclamaciones sern nulas, si no hubieren sido hechas y notificadas en el trmino de veinte y cuatro horas, y si, en el trmino de un mes de su fecha, no fueren seguidas de una demanda judicial; que a los trminos del primero de los textos legales transcritos, las acciones a que l se refiere no son recibibles ms que si cumplen la doble condicin de: 1ro. que una protesta haya sido hecha y notificada en las veinte y cuatro horas de la recepcin o de la entrega regular de la mercanca; y 2do. que esta protesta haya sido seguida en el mes, de una demanda en justicia; que las disposiciones del artculo 435 del Cdigo de Comercio son nicamente aplicables al caso en que se trate de una mercanca llegada a su destino y regularmente entregada al destinatario; que, como informa la sentencia impugnada, en el expediente no existe ningn documento que evidencie que una vez entregada la mercanca a la Autoridad Portuaria Dominicana, responsable de la custodia de los bienes importados hasta el pago de los aranceles e impuestos correspondientes por el consignatario, dicha entidad notificar a ste la llegada del embarque y que fuera as mismo puesto en posicin de verificar, previo a la entrega regular, si los bienes haban llegado en buen estado y sin averas; que en esas condiciones los plazos previstos en el artculo 436 del Cdigo de Comercio para que se produjera la protesta o reclamacin y la demanda en justicia slo podan computarse a partir de la entrega regular a la consignatario de la mercanca, lo que, en la especie, como comprobara la Corte a-qua no se produjo, y, por tanto, tampoco se produjo el agotamiento de los plazos del artculo 436 los cuales al producirse la demanda de la
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recurrida se encontraban abiertos, razn por la cual el medio de inadmisin propuesto carece de fundamento y debe ser desestimado; Considerando, que, en cuanto a la contradiccin de motivos invocada, la recurrente aduce que la Corte a-qua, por una parte, rechaz el medio de inadmisin basada en que los artculos 435 y 436 no eran aplicables, ya que la reclamacin no surge del hecho del traslado, por lo que est regida por la prescripcin de derecho comn; mientras que por otra parte, contradicindose a s misma, conden a Seaboard Marine, Ltd., como responsable de no haber cumplido obligaciones resultantes del contrato de transporte martimo, alegando que el cumplimiento de las obligaciones del contrato de fletamento se extiendan hasta el momento en que el consignatario retira la mercanca; que, o el dao se produjo en ocasin del contrato de transporte, lo que obligaba a la Corte a-qua a acoger la inadmisin planteada por aplicacin de los artculos 435 y 436 del Cdigo de Comercio, o descartaba la aplicacin de esos textos legales para adoptar el derecho comn, y entonces tena que admitir que el contrato de transporte haba terminado, con lo cual no poda condenar a la transportista por incumplimiento de dicho contrato; que para posibilitar la condena, la Corte a-qua escogi de dos alternativas excluyentes la peor para el transportista, sin reparar que al proceder de ese modo incurra en el vicio de contradiccin de motivos; Considerando, que para que el vicio de contradiccin de motivos quede caracterizado es necesario que exista una verdadera y real incompatibilidad entre las motivaciones alegadamente contradictorias, fueran estas de hecho o de derecho, o entre estas y el dispositivo, y otras disposiciones de la sentencia y, adems, que la contradiccin sea de tal naturaleza que no permita a la Suprema Corte de Justicia suplir esa motivacin con otros argumentos tomando como base las comprobaciones de hecho que figuran en la sentencia impugnada; que en la especie, si bien la Corte a-qua afirm en su sentencia que los artculos 435 y 436 del Cdigo de Comercio no eran aplicables al caso en razn de que la reclamacin no se originaba en los daos o averas sufridos por la mercanca
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durante el transporte sino a consecuencia del incendio que se produjo en un furgn vecino al que contena las mercancas consignadas a favor a de la recurrida, que afect entre otros contenedores, al de la demandante original, el cual, al producirse la ocurrencia, se encontraba ya arrimado en el puerto de destino, y que por tanto el plazo de que dispona la reclamante para hacer la protesta y demandar judicialmente, era el de derecho comn y no el previsto en los textos arriba citados, ello no significa, en modo alguno, que la Corte a-qua estaba admitiendo que el contrato de transporte haba terminado y que, por tanto, la reclamacin no poda basarse en ese contrato, lo que a juicio de la recurrente constituye la contradiccin de motivos denunciada; Considerando, que ciertamente, como lo admite la Corte aqua, las obligaciones derivadas del contrato de transporte martimo se extienden hasta el momento en que el consignatario retira la mercanca o es puesto en condiciones de verificar y revisar el estado de conservacin de la misma con miras a la recepcin formal de los bienes transportados o de hacer las protestas de lugar; que en ese orden ha sido juzgado que las disposiciones del artculo 435 del Cdigo de Comercio son nicamente aplicables al caso en que se trate de una mercanca llegada a su destino y regularmente entregada a su destinatario, as como que no hay recepcin en el caso de un depsito en aduana operado fuera de la presencia del destinatario, y que la fecha de la recepcin de las mercancas a partir de la cual corren los plazos del artculo 435 citado, debe entenderse aquella de la puesta en posesin material y no de una entrega simblica que, aunque jurdicamente perfecta, no ha sido realizada en hecho; que el estudio de la sentencia impugnada y del expediente ponen de relieve que de lo nico que existe constancia es del depsito que la compaa transportista hiciera de la mercanca de Metalgas, S.A., en manos de la Autoridad Portuaria Dominicana despus de la descarga de la nave o embarcacin; que como resultado forzoso de ello, ya que ningn representante de la consignataria se encontraba presente al momento de hacerse la descarga o, depsito en aduana ni tampoco se produjo una
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entrega material de la mercanca al propietario, se impone tambin admitir que los plazos prescritos por el artculo 436 del Cdigo de Comercio, al momento de la reclamante lanzar su demanda judicial, no slo no estaban vencidos sino que ni siquiera su curso se haba iniciado, por lo que no incurre en contradiccin de motivos la Corte a-qua cuando estima que la empresa transportista estaba obligada bajo el contrato de transporte hasta que la consignataria retirase la mercanca o fuese puesta en condiciones de verificar su estado despus de su depsito en aduana, lo que no ocurri; Considerando, que en el medio segundo de su memorial de casacin la recurrente alega que es un principio jurdico avalado por la doctrina y la jurisprudencia, que el transportista martimo slo es responsable de lo ocurrido a la carga mientras sta se encuentra en sus manos, es decir durante el transporte, sujeto a los limites impuestos por las convenciones internacionales y a los trminos acordados por las partes contratantes en el Bill of Lading (contrato de transporte); que el transportista que cumple su misin de transporte y entrega en perfecto estado la mercanca y se marcha del puerto en su buque, no puede ser mantenido indefinidamente bajo la amenaza de posibles acciones en responsabilidad por hechos que ocurran luego de la partida de la nave, o por un dueo de carga poco diligente, o que no reciba oportunamente su mercanca, o que la deje abandonada por largo tiempo, ya que l no interviene en las operaciones de descarga, ni en la entrega en puerto al consignatario o dueo de la carga, pues en la mayora de las legislaciones portuarias (incluyendo nuestra Ley No. 70 de 1970) se establece que el recibo de la mercanca de manos del transportista, asi como su mantenimiento, custodia y almacenamiento en puerto por cuenta del consignatario, son atribuciones legales de las autoridades del puerto; que el organismo estatal (Autoridad Portuaria Dominicana) que recibe la carga del transportista por mandato legal funge como consignatario de la carga a los fines de liberar al transportista de su obligacin de entregar la carga en el puerto de destino; que la misma Corte a-qua reconoci en el fallo impugnado que la mercanca fue
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vlidamente entregada por Seaboard Marine, Ltd., en manos de la mencionada Autoridad Portuaria Dominicana, encargada de recibirla legalmente, almacenarla y custodiarla; que como Metalgas, S.A., no demand dentro del plazo correspondiente, su accin contra el transportista en reparacin de los daos a la mercanca transportada es nula e inadmisible, por lo que procede casar en ese aspecto la sentencia recurrida; Considerando, que, en relacin con los alegatos precedentes, se impone el examen de la disposicin legal invocada en torno a la recepcin de la mercanca y, en efecto, se hace necesario sealar, en primer trmino, que son atribuciones de la Autoridad Portuaria Dominicana, creada en virtud de la Ley No. 70 del 18 de diciembre de 1970, entre otras, segn la parte capital de los literales g) e i) del artculo 4 de la misma, las siguientes: La recepcin, movilizacin dentro de sus recintos, ubicacin dentro de sus almacenes, depsitos, patios y dems sitios destinados al efecto, de las mercaderas y otros bienes que se embarquen o desembarquen, el primero, as como que: El manejo de la carga de importacin y exportacin, su recepcin, movilizacin, almacenamiento, conservacin, preservacin y su entrega, para la exportacin o consumo interno, supeditada en lo referente a la entrega, al mandato legal de la aduana el segundo; que sobre ese particular la sentencia impugnada expresa lo siguiente: que si bien es verdad que el artculo 436 del Cdigo de Comercio pone a cargo del consignatario de los bienes transportados mediante el contrato de fletamento la obligacin, a pena de caducidad, de realizar el protesto, condicin indispensable para poder lanzar la reclamacin de los daos y averas sucedidos a la mercanca, en el plazo de veinticuatro (24) horas contadas a partir de su recepcin, no menos verdad es que tal plazo empezar a correr a partir del momento en que el consignatario de la mercanca sea efectivamente informado y puesto en condicin de proceder a revisar y verificar el estado de conservacin de las mismas, independientemente del hecho de la recepcin que de los bienes transportados pueda hacer la Autoridad Portuaria Dominicana, encargada del manejo del puerto de destino, la cual y en principio no tiene calidad
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para hacer el protesto que seala el artculo 436 del Cdigo de Comercio; que, sigue exponiendo la Corte a-qua en su sentencia: en el caso de la especie no existe ningn documento por el cual se evidencie que una vez se verificara la entrega de la mercanca a la Autoridad Portuaria Dominicana, como entidad encargada por la ley de mantener en custodia los bienes importados y darle salida y entregarlos a su consignatario una vez pagado los impuestos y aforos correspondientes, haya notificado al consignatario la llegada de tal embarque, y que el mismo ha sido puesto en disposicin de verificar si efectivamente los bienes haban llegado en buena condicin y sin averas toda vez que, y en principio, si bien la Autoridad Portuaria Dominicana, es quien firma la tarja de desembarque, no es menos cierto que su expedidor no da constancia, pues no tendra calidad ni capacidad, para dar (sic) constancia de las buenas condiciones o no, o de las posibles averas, de la mercanca recibida, pues esta facultad slo le est reservada al consignatario; Considerando, que, como se ha visto, el artculo 435 del Cdigo de Comercio establece que toda accin contra el capitn y los aseguradores, por dao sucedido a la mercanca, es inadmisible si sta hubiere sido recibida sin protesta, y el artculo 436 del mismo cdigo prescribe que las protestas y reclamaciones sern nulas, si no hubieren sido hechas y notificadas en el trmino de veinticuatro (24) horas, y si, en el trmino de un mes de su fecha, no fueren seguidas de una demanda judicial; que si es correcto afirmar, como lo hace la empresa transportista, que la Ley No. 70, de 1970, que crea la Autoridad Portuaria Dominicana, endosa a sta la responsabilidad de la recepcin, movilizacin, almacenamiento, conservacin, preservacin y entrega de la carga, mercaderas y otros bienes que se embarquen o se desembarquen por o en los puertos martimos de carcter comercial, bajo su control y administracin, no es menos cierto que en ninguna de las disposiciones de la citada Ley No. 70, se pone a cargo de la Autoridad Portuaria Dominicana, la tarea de hacer las protestas y reclamaciones que se imponen, en los plazos sealados en la ley, cuando al recibir las mercancas,
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despus del desembarque, estas presentan daos o averas; que como esa diligencia no la puede realizar ms que el consignatario o dueo de la mercanca, lo que es de su exclusivo inters, es por lo que la entrega en el puerto de destino debe ser hecha por el transportador en manos del destinatario designado en el contrato, pues no debe confundirse esta recepcin con la operacin material de descarga de la mercanca, cuyo manejo s compete a la Autoridad Portuaria Dominicana para su conservacin y preservacin hasta la determinacin y liquidacin de los derechos e impuestos fiscales correspondientes bajo el control de la Direccin General de Aduanas; que de admitirse que con la recepcin de la mercanca por parte de la Autoridad Portuaria Dominicana se cumple con el voto de la ley en lo que respecta a la materializacin de las protestas y reclamaciones que deben ser hechas en el trmino de veinticuatro horas en caso de daos a la mercanca, a pena de inadmisibilidad de la accin que se intente contra el capitn y los aseguradores, como pretende la recurrente, equivaldra a decretar de antemano la sancin prevista en el artculo 435 del Cdigo de Comercio contra todo consignatario que no haya sido previamente informado con un aviso de llegada y ms an cuando, como en la especie, el conocimiento de embarque tiene forma nominativa en que se mencionan claramente el nombre y la direccin del destinatario, nica forma de ponerlo en condiciones de poder hacer la protesta en el breve plazo que establece la ley, ya que no existe obligacin en la ley, ni en los usos ni en la prctica para que sea la Autoridad Portuaria Dominicana la que realice la protesta, acto esencial para la admisin de la accin por dao a la mercanca transportada por va martima, cuando se hace dentro del plazo, por todo lo cual hizo una correcta aplicacin la Corte a-qua de los artculos 435 y 436 del Cdigo de Comercio, de la Ley No. 70 del 18 de diciembre de 1970 y del Decreto No. 1673 de 1980 que contiene el Reglamento de Prestacin de Servicios de la Autoridad Portuaria Dominicana, al declarar que la facultad de dar constancia de las buenas o malas condiciones de la mercanca recibida slo le est reservada al consignatario; que la violacin al artculo 1384 del Cdigo Civil, a los tratados internacionales, usos y
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costumbres que regulan el comercio martimo, invocada en este medio, ser analizada en lo que sigue de esta sentencia; Considerando, que, por consiguiente, una mercanca no podra ser considerada como recibida en el sentido del artculo 435 del Cdigo de Comercio, cuando sta recepcin ha tenido lugar slo en manos de la Autoridad Portuaria Dominicana, aunque sus oficiales hayan firmado la tarja de desembarque, si se ha operado fuera de la presencia del destinatario o de su representante autorizado, por lo que el segundo medio carece de fundamento y debe ser desestimado; Considerando, que en el desarrollo de los medios cuarto, quinto, sexto, sptimo y octavo, los cuales se renen para su examen por su estrecha vinculacin, la recurrente alega, en sntesis; 1) que nuestro ordenamiento legal establece que a la persona a quien se presume guardin de la cosa inanimada para liberarse debe probar la existencia de un caso fortuito, la fuerza mayor, la falta de la vctima, o el hecho de un tercero o de una causa extraa que no le sea imputable; que para que se produzca la exencin de responsabilidad del guardin en caso de que se presuma la guarda, deben reunirse dos requisitos: a) el hecho del tercero no debe ser imputable al demandado, o sea, debe ser ajeno al demandado; y b) el hecho del tercero debe ser culposo; que en el caso el hecho ocurri por la negligencia e imprudencia de Distribuidora Amrica, C. por A., y sta no hacer la declaracin sobre la naturaleza de la mercanca transportada por ella y por su tardanza en retirarla del puerto; que Distribuidora Amrica, C. por A., agrega la recurrente, no se condujo como un buen padre de familia ni alert sobre la naturaleza inflamable de las mercancas; que la sealada compaa (Distribuidora Amrica, C. por A.) es la causante del perjuicio invocado, quedando suficientemente comprobados los elementos constitutivos del hecho de un tercero, lo que conlleva a la exencin de responsabilidad de Seaboard Marine, Ltd., en el caso de que se entendiere que sta tena la guarda de la cosa inanimada; que la Corte a-qua al considerar el hecho de que el conocimiento de embarque de la mercanca de Distribuidora Amrica, C. por A., sealara
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que se trataba de material para fabricar fibra de vidrio era suficiente para comprometer solidariamente a la hoy recurrente, porque supuestamente debi conocer la posibilidad de que dicha mercanca combustionara y prever el dao, desnaturaliz el conocimiento de embarque de Distribuidora Amrica, C. por A., con lo cual viol el artculo 1184 del Cdigo Civil; 2) que como el incendio que afect las mercancas almacenadas en los muelles de la Autoridad Portuaria consignadas a Distribuidora Amrica, C. por A., se produjo a causa de la combustin espontnea de las mismas, causando daos a la mercanca propiedad de Metalgas, S. A., ambas entregadas a la Autoridad Portuaria Dominicana, la transportista ni su consignataria pueden ser responsables, ya que stas dejan de ser su guardin desde que el agente estibador la recibe de manos del capitn, y ste a su vez la entrega al organismo oficial que verifica y expide la tarja correspondiente, lo que la exime de la responsabilidad del artculo 1384 del Cdigo Civil; 3) que la Corte a-qua se limit en su sentencia a decir que el monto indemnizatorio es como consecuencia de la imposibilidad de mercadear los productos afectados y por los beneficios de que se vio privada en su comercializacin; que la Corte a-qua no poda condenar por la totalidad de los compresores porque la mayora estaba en buen estado, segn se evidencia de los informes periciales que existen en el expediente y sin ordenar la entrega al transportista de los compresores supuestamente daados; que la sentencia impugnada no contiene en sus motivos ni un slo elemento que explique de donde la Corte a-qua sac los elementos para establecer las prdidas ni las ganancias dejadas de realizar, segn el artculo 1149 del Cdigo Civil que fija los daos y perjuicios que resultan del incumplimiento de una obligacin; y 4) que la Corte a-qua para condenar a Seaboard Marine, Ltd., omiti estatuir sobre los trminos y condiciones del conocimiento de embarque que limitan la responsabilidad del transportista, que son la ley entre las partes y resultan obligatorios a la luz de lo que establece el artculo 1152 del Cdigo Civil, las convenciones internacionales y los usos del comercio martimo; que en el caso, al momento de convenir el transporte, afirma la recurrente, el cargador exigi por cuenta
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de la consignataria aplicar al transporte una tarifa bsica (flat rate), que result en un menor costo para Metalgas, S.A.; que el conocimiento de embarque expedido por Consorcio de Occidente a favor de Metalgas, S.A., contiene en su reverso la mencin de que el transportista no ser responsable por prdida o dao que ocurra a los bienes mientras no estn bajo su custodia material; que tambin establece el contrato de transporte que la responsabilidad del transportista, en caso de prdida, dao o retardo en la entrega de la mercanca, no exceder de US$500.00, a menos que la naturaleza y el valor de estas haya sido declarado por escrito antes del viaje en el conocimiento de embarque; que violando la ley de las partes (artculo 1134 del Cdigo Civil), las convenciones vigentes y los usos del comercio martimo, la Corte a-qua impuso a Seaboard Marine, Ltd, una condenacin mayor al limite aplicable al caso, sin ofrecer motivos que permitieran a la Corte de Casacin apreciar si el fallo estaba bien fundamentado en derecho, con lo que incurri en falta de motivos y falta de base legal, as como en el vicio de omisin de estatuir pues en el dispositivo de la sentencia impugnada no figura fallo alguno sobre la limitacin de responsabilidad planteada por Seaboard Marine, Ltd., por lo que la aludida sentencia debe ser casada; pero, Considerando, que en relacin con lo expuesto por la recurrente en el aspecto que se identifica con el numeral 1), la sentencia impugnada expresa al respecto, que en lo referente a que Distribuidora Amrica, C. por A. es la responsable del dao que se ha ocasionado a Metalgas, S. A., por ser ella la propietaria de la mercanca que se encontraba en el contenedor en que se produjo el incendio que a su vez da el contenedor en que se hallaba la mercanca de Metalgas, S. A., dado que no declar que la mercanca transportada era de fcil combustin, este tribunal rechaza tambin ese argumento, por haber comprobado que en el conocimiento de embarque de Distribuidora Amrica, C. por A., consta que el contenido de la mercanca a transportar era material para la manufactura de fibras de vidrio, material que en su estado original es, como expresa la recurrida, sustancia qumica que poda
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combustionar en un ambiente que no fuere favorable, lo que no implica que Distribuidora Amrica, C. por A., quede exenta de responsabilidad; que Seaboard Marine, Ltd. debi tomar las previsiones de lugar para ubicar el contenedor en que se encontraba la mercanca de fcil combustin en otro lugar; que es obvio que el transportista fue negligente y no actu como guardin responsable al no hacer todo lo necesario para evitar lo que resultaba fcilmente previsible para una empresa de largos aos de servicios; que, en efecto, no se puede en la especie invocar, como lo hace la transportista, caso fortuito en razn de que la explosin y posterior incendio eran previsibles; que la responsabilidad civil y con ella la obligacin de reparar los daos que el hecho de la cosa ha causado, recae en principio sobre el transportista quien tiene el cuidado y la guarda de los bienes transportados hasta la entrega de los mismos al consignatario; que la falta que para comprometer la responsabilidad civil de Distribuidora Amrica, C. por A. se retiene independientemente de la de la recurrente, es la de no haber previsto el hecho de que los bienes importados por ella, al ser expuestos por largo tiempo al calor, podan hacer combustin espontnea, por lo que es procedente declararla igualmente responsable y condenarla al pago de los daos experimentados por Metalgas, S. A., conjuntamente, in solidum, con Seaboard Marine, Ltd; Considerando, que el acto que pone fin a la ejecucin del contrato de transporte martimo es la entrega, que es la operacin por la cual el transportador pone en posesin de la mercanca al interesado o a su representante, que acepta o es colocado en posicin de verificar su estado y que, llegado el caso, puede acompaar su aceptacin de las protestas y reclamaciones que juzgue procedentes; que el artculo 1784 del Cdigo Civil, bajo la rbrica De los conductores por tierra y por agua, dispone que estos son responsables de las prdidas y averas de las cosas que les han sido confiadas, a no ser que prueben que la prdida o avera fue efecto de caso fortuito o de fuerza mayor; que por su parte, la jurisprudencia del pas de origen de nuestra legislacin, ha fijado el criterio de que el transportador es responsable de los daos si estos ocurren,
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cuando entrega los objetos a otra persona que aquella que es designada en el ttulo de transporte (conocimiento de embarque); Considerando, que, como se ha dicho, tanto en la sentencia impugnada como en el expediente del caso, slo consta y existe la evidencia de que la mercanca de Metalgas, S. A., transportada desde Puerto Cabello, Venezuela, hasta el Puerto de Ro Haina en la Repblica Dominicana por la empresa de transporte Seaboard Marine, Ltd., fue recibida nicamente por la Autoridad Portuaria Dominicana, como lo revela la tarja expedida al efecto por dicha autoridad el 30 de octubre de 1991, sin que conste en la misma la presencia de ningn representante de la consignataria; que como dicha mercanca no fue recibida, para los fines de aplicacin de los artculos 435 y 436 del Cdigo de Comercio, por Metalgas, S. A., ni la recurrente ha probado que emitiera un aviso de llegada a sta a pesar de que en el conocimiento de embarque se identifica claramente al consignatario y su direccin en Santo Domingo, resulta de ello necesariamente que la guarda o custodia de los bienes transportados siempre estuvo bajo el cuidado de la transportista hasta que ocurri el siniestro y sobre quien pesa, por esa razn, una obligacin determinada o de resultado de la cual puede ser exonerada nicamente probando el caso fortuito, una fuerza mayor o una causa extraa, como sera la falta de la vctima o el hecho de un tercero, cuestiones no ocurrentes en la especie; Considerando, que en relacin al contenido del numeral 2 en que la recurrente, como causa eximente de responsabilidad, imputa a Distribuidora Amrica, C. por A., propietaria de la mercanca que combustion en el muelle estando prximo a la mercanca de Metalgas, S. A., ser la causante de las prdidas sufridas por sta, por el motivo de que el incendio ocurri por su negligencia e imprudencia y no hacer la declaracin sobre la naturaleza inflamable de la mercanca transportada por ella, adems de la tardanza en retirarla del puerto; que como la demandada y actual recurrente aduce que el origen del dao lo fue el hecho de un tercero (Distribuidora Amrica, C. por A.), se impone determinar si ese hecho, invocado como
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eximente, rene los caracteres de imprevisibilidad e irresistibilidad que debe presentar para ser considerado como la causa nica del siniestro que afect la mercanca de Metalgas, S. A.; Considerando, que el examen de la sentencia impugnada y de los documentos que le sirven de soporte ponen de manifiesto que si bien Distribuidora Amrica, C. por A. no declar que su mercanca, transportada tambin en un furgn de Seaboard Marine, Ltd., era de fcil combustin, no menos cierto es que en el conocimiento de embarque relativo a esa mercanca consta que el contenido de la misma era material para la manufactura de fibras de vidrio; que de igual manera, en el conocimiento de embarque de la mercanca de Metalgas, S. A., se hace tambin constar que el contenido de esa carga eran 26 huacales con 6,900 unidades de condensadores para neveras de uso domstico; que es unnimemente admitido en doctrina y jurisprudencia, que cuando el demandado puede prever el acontecimiento y, en consecuencia, evitar sus resultados, o si puede resistir a ese acontecimiento, o sea, cumplir pese a ello, el incumplimiento le es imputable; que en ese orden, el acontecimiento es imprevisible cuando no exista ninguna razn particular para pensar que el mismo no fuera a producirse, y es irresistible cuando crea una imposibilidad absoluta de cumplimiento, no una simple dificultad, lo que no sera suficiente para caracterizar la irresistibilidad; que existiendo en los conocimientos de embarque expedidos por Seaboard Marine, Ltd. para el transporte de las mercancas de Distribuidora Amrica, C. por A., y Metalgas, S. A., la indicacin del contenido de esas mercancas, particularmente el de Distribuidora Amrica, C. por A., en que se expresaba que su contenido era material para la manufactura de fibra de vidrio, cuya composicin qumica es susceptible de producir combustin espontnea, cuestin esta ltima que fue verificada por el Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo al rendir su informe sobre la investigacin pericial practicada con motivo del incendio ocurrido en el furgn que contena la mercanca de Distribuidora Amrica, C. por A. el da 20 de noviembre de 1991, en el cual se seala, que la referida
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combustin espontnea se debi a los productos inflamables que haba en el furgn; que ante tales indicadores, Seaboard Marine, Ltd., que no procedi como lo hubiera hecho una persona cuidadosa colocada en las mismas circunstancias, no puede exonerarse de responsabilidad alegando el hecho de un tercero al no cumplir la obligacin que le incumba de tomar todas las previsiones para que la mercanca de Metalgas, S. A., la que deba ser preservada contra la humedad y estar bajo techo, segn se estipul en el conocimiento de embarque, no fuese almacenada junto al furgn que contena la mercanca importada por Distribuidora Amrica, C. por A., dadas las caractersticas propias de la misma, indicadas tambin en el conocimiento de embarque y que anunciaban al transportador los cuidados que deba dispensarle como guardin, condicin que conservara hasta el siniestro al no haber entregado la mercanca a la consignataria, como se ha dicho, por lo que carece de fundamento la aseveracin de la recurrente de que la Corte a-qua desnaturalizara el conocimiento de embarque de Distribuidora Amrica, C. por A., al afirmar que dicha recurrente debi prever la posibilidad de que la mercanca descrita como material para la manufactura de fibra de vidrio, depositada en el furgn de la sealada Distribuidora, podra combustionar, como en efecto aconteci; que como la demandada y actual recurrente (la transportista) no ha probado la causa ajena liberatoria de su obligacin contractual determinada o de resultado que pesa en su contra al no demostrar la imprevisibilidad o irresistibilidad del hecho del tercero (Distribuidora Amrica, C. por A.), su obligacin de reparar ntegramente el dao se mantiene, sin perjuicio de su derecho a repeticin frente al tercero, ya que el dao ha sido causado tambin por su culpa, configurando as una corresponsabilidad que le obliga solidariamente a la reparacin; Considerando, que al responder el aspecto relativo a la indemnizacin acordada, identificado con el numeral 3), la Corte a-qua admite en su sentencia, como hechos establecidos de la causa, entre otros, los siguientes: que en fecha 30 de septiembre de 1991, conforme factura 50330/333, de la firma
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Bundy Venezolana, C. A. fueron vendidos a Metalgas, S. A., mercancas por valor de US$35,015.00 bajo la modalidad F.O.B., especificndose en la factura que los productos vendidos deban ser preservados contra humedad y estar bajo techo; que en fecha 25 de noviembre Metalgas, S. A., informa a Martima Dominicana, S. A., que las prdidas ocurridas en nuestra importacin correspondiente a 6,900 unidades de condensadores, ascienden a un valor de US$35,015.00 ms flete por valor de US$1,325.00; que de dicha cantidad 3,348 condensadores fueron totalmente destruidos y los restantes 3,552 requieren de pintura, vaco, tratamiento de horno, etc. para su nueva reposicin, por lo que hemos estimado tener una prdida ascendente a un 80% equivalente a la suma de US$29,072.00; que el 26 de noviembre de 1991, Johansen y Co., C. por A. rinde un informe de la inspeccin realizada el 20 del mismo mes y ao sobre el estado en que qued, a resulta del incendio, la mercanca transportada en el buque Alma Llanera, propiedad de la recurrida, que concluye del modo siguiente: 38 x 22: el 90% de los condensadores haban perdido los casquillos, por lo que haba penetrado humedad y aire dentro de los tubos capilares. El 98% de stos tena diferentes grados de oxidacin. 30 x 22: El 100% de los condensadores estaba sin casquillos. El 100% mostraba diferentes grados de oxidacin. 8 x 11: El 98% no tena casquillos. Por lo menos el 95% de las piezas tena signos de oxidacin, de diferente intensidad. Estructuralmente, estos condensadores estaban en las mejores condiciones; nosotros consideramos que estn en un estado operacional bueno, pero el xido en la mayora de las piezas perjudica o deteriora la presentacin de los mismos, motivo por el cual no pueden ser considerados en buenas condiciones.; que no obstante estas consideraciones sobre la evaluacin de las prdidas sufridas por la recurrida, la Corte a-qua, despus de retener la corresponsabilidad de Seaboard Marine, Ltd. y Distribuidora Amrica, C. por A., redujo por excesivo el monto acordado por el juez de primer grado, como reparacin por los daos y perjuicios ocasionados a la parte demandante a consecuencia de la imposibilidad de mercadear dichos productos y privrsele de percibir los beneficios que le reportara su comercializacin,
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los cuales fueron apreciados, dentro de su poder soberano, por la referida Corte a-qua, por lo que tambin dicho aspecto del recurso debe ser desestimado; Considerando, que respecto de la ltima cuestin planteada en el medio final de su recurso, identificado con el numeral 4), la recurrente invoca la violacin de los artculos 1152 y 1134 del Cdigo Civil, ya que el conocimiento de embarque expedido a Metalgas, S. A., como consignataria, contiene en su reverso la mencin de que el transportista no sera responsable por prdidas o daos que ocurran a los bienes mientras no estn bajo su custodia material, y que su responsabilidad en caso de daos, prdidas y retardo en la entrega no excedera de US$500.00, a menos que la naturaleza y el valor de los bienes hayan sido declarados por escrito antes del viaje en el conocimiento de embarque; Considerando, que si bien es cierto la existencia de la sealada clusula en el contrato de transporte contentiva de una limitacin de responsabilidad en favor del deudor de la obligacin, no es menos verdadero afirmar que dicha clusula, por formar parte de un contrato de adhesin, donde las estipulaciones del mismo no son libremente negociadas por las partes, se imponen generalmente por un contratante al otro, lo que constituye una violacin la principio de la libertad de contratacin consagrado por el artculo 1134 del Cdigo Civil, el cual predomina, salvo disposicin de la ley contraria a las voluntades de las partes, expresadas en las convenciones libremente aceptadas por los contratantes, lo que no ocurre en la especie con la clusula de limitacin de responsabilidad que invoca la parte recurrente; que por las mismas razones apuntadas sobre la no negociacin de la clusula que fij una indemnizacin de US$500.00 para el caso de incumplimiento del contrato de transporte de que se trata, el artculo 1152 del Cdigo Civil, sobre la inclusin en el contrato de este tipo de clusula, tampoco es aplicable al caso; que ha sido juzgado por esta Corte, que la misma clusula no es aplicable, no porque sea parte de un contrato de adhesin, sino porque la clusula de no responsabilidad o responsabilidad limitada que se estipula en ciertos contratos, como en el conocimiento de
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embarque, por ejemplo, no puede exonerar o limitar al transportista ms que de las consecuencias de sus faltas ligeras, ya que es inoperante todo pacto de exencin total o parcial de responsabilidad, en caso como el de la especie, en que la Corte a-qua comprob, sobre todo, una negligencia de la transportista que no actu con todo el cuidado requerido al no hacer todo lo necesario para evitar lo que resultaba fcilmente previsible para una empresa de largos aos de servicio en la materia, como era ubicar el contenedor en que se encontraba la mercanca de fcil combustin en otro lugar que no representara peligro para otros contenedores; que si la transportista hubiese actuado como un buen padre de familia habra evitado, como lo estim la Corte a-qua, la ocurrencia del hecho generador de los daos; que estos hechos que constituyen la culpa o falta grave asimilables al dolo, estn comprendidos dentro del mbito de la responsabilidad civil delictual o cuasidelictual, la cual se encuentra en estado subyacente en toda responsabilidad civil contractual y que por ser de orden pblico no puede ser descartada ni limitada previamente por las partes contratantes, y por tanto hacen inaplicable en favor de Seaboard Marine, Ltd, la clusula de limitacin de responsabilidad; Considerando, que la falta que para comprometer la responsabilidad civil de Distribuidora Amrica, C. por A., se retiene, agrega la Corte a-qua, es la de no haber previsto el hecho de que los bienes importados por ella, al ser expuestos por largo tiempo al calor, podan hacer combustin espontnea, as como que habindose establecido el dao causado a la reclamante, procede declarar responsable tambin a la interviniente forzosa y condenarla conjuntamente con Seaboard Marine, Ltd. solidariamente al pago de los daos experimentados por Metalgas; S. A.; Considerando, que, adems, los jueces del fondo son soberanos para fijar el monto de las sumas acordadas como indemnizacin y sus fallos slo podrn ser censurados en casacin, cuando la indemnizacin fuere irrazonable, lo que fue salvado por la Corte a-qua al reducir al monto justo y adecuado la indemnizacin impuesta a la recurrente por el
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juez de primer grado, como se dir ms adelante; que en la especie, la Corte a-qua para condenar in solidum a Seaboard Marine, Ltd. y Distribuidora Amrica, C. por A., a favor de Metalgas, S. A., expuso lo siguiente: que habindose establecido el dao causado a la reclamante, producto de la falta que se retiene tanto a la demandada como a la codemandada, es procedente acoger en este punto la demanda en intervencin forzosa hecha por la Seaboard Marine, Ltd., y declarar responsable tambin a Distribuidora Amrica, S. A., y condenarla al pago de los daos experimentados por la compaa Metalgas, S. A., quedando ambas obligadas in solidum con respecto a la sociedad demandante; que cada uno de los responsables de un mismo dao debe ser condenado a repararlo en su totalidad; que esta Corte entiende como excesivo el monto acordado por el Juez a-quo, el cual no fue objeto de apelacin por la demandante original, como reparacin de los mismos y en este aspecto procede a reducir el monto acordado como se sealar en el dispositivo; que en el dispositivo del fallo impugnado, en su ordinal sexto se dispone lo siguiente: En cuanto a la demanda en intervencin forzosa: a) Declara regular y vlida la misma por haberse hecho conforme a la ley; y en cuanto al fondo: b) Acoge la misma parcialmente, y en consecuencia modifica la sentencia apelada y condena a Seaboard Marine, Ltd, y Distribuidora Amrica, S. A. a pagar in solidum a la compaa Metalgas, S. A. la suma de US$29,072.00, o su equivalente en moneda nacional, a la tasa de cambio vigente a la fecha de ejecucin de la presente decisin, por concepto de la prdida experimentada, ms el porcentaje del flete la suma de RD$211,000.00 por concepto de los impuestos pagados y por pagar; y la suma de RD$500.000.00 como indemnizacin por los daos y perjuicios sufridos por la parte demandante a consecuencia de la imposibilidad de mercadear dichos productos y de los beneficios de los cuales se vio privada en dicha comercializacin, ms el pago de los intereses legales de la suma acordada a ttulo de indemnizacin complementaria; Considerando, que finalmente el examen de la sentencia pone de manifiesto que el fallo impugnado contiene motivos suficientes y pertinentes que justifican su dispositivo, as como
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una completa relacin de los hechos de la causa que han permitido a la Suprema Corte de Justicia, como Corte de Casacin, verificar que en el caso se ha hecho una correcta aplicacin de la ley, por lo que resulta obvio que los alegatos de los medios cuarto, quinto, sexto, sptimo y octavo que se examinan, donde se denuncian los vicios de falta de motivos, desnaturalizacin de los hechos y falta de base legal, atribuidos a la sentencia impugnada, carecen de fundamento y deben ser desestimados y, por tanto, el recurso de casacin. Por tales motivos: Primero: Rechaza el recurso de casacin interpuesto por Seaboard Marine, Ltd., contra la sentencia dictada por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de San Cristbal, el 28 de noviembre de 2003, cuyo dispositivo se copia en parte anterior del presente fallo; Segundo: Condena a la parte recurrente al pago de las costas del procedimiento y ordena su distraccin en favor del Dr. Manuel Emilio Amor de los Santos y la Licda. Yanira Crdova M., abogados de la parte recurrida, quienes afirman haberlas avanzado en su totalidad. As ha sido hecho y juzgado por las Cmaras Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por las mismas, en la ciudad de Santo Domingo de Guzmn, Distrito Nacional, en la audiencia del 8 de junio de 2005. Firmado: Jorge A. Subero Isa, Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Hugo lvarez Valencia, Juan Lupern Vsquez, Margarita A. Tavares, Julio Ibarra Ros, Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Julio Anbal Surez, Vctor Jos Castellanos, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Edgar Hernndez Meja, Daro O. Fernndez Espinal, Pedro Romero Confesor y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los Jueces que figuran ms arriba, el mismo da, mes y ao en ella expresados lo que yo, Secretaria General, certifico.
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PRIMERA CAMARA
Accin posesoria. Posesin pacfica, pblica, contnua e ininterrumpida. Sentencia del 11 de mayo de 2005.
Sentencia impugnada: Tercera Sala de la Cmara Ci-
vil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, del 4 de marzo del 2003. Materia: Recurrente: Recurrido: CAMARA CIVIL Civil. Francisco Antonio Madera Madera. Rafael Melndez.
Casa Audiencia pblica del 11 de mayo del 2005. Preside: Rafael Luciano Pichardo.
Tercera Sala de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones al Dr. Radhams Martnez, abogado de la parte recurrente; Odo en la lectura de sus conclusiones al Dr. Miguel Urea, por s y por el Dr. Francisco Durn Gonzlez, abogado de la parte recurrida, Rafael Melndez; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica, el cual termina as: Que procede casar la sentencia de fecha 4 de marzo de 2003, por la Tercera Sala de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, por los motivos precedentemente sealados; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 10 de abril de 2003, suscrito por el Dr. Radhams Aguilera Martnez, abogado de la parte recurrente, en el cual se invocan los medios de casacin que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 4 de junio de 2003, suscrito por el Lic. Francisco S. Durn Gonzlez y el Dr. Jaime King Cordero, abogados de la parte recurrida, Rafael Melndez; Vista la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley No. 156 de 1997 y los artculos 1, 20 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; La CORTE, en audiencia pblica del 5 de mayo de 2004, estando presente los Jueces: Rafael Luciano Pichardo, Presidente; Margarita A. Tavares, Eglys Margarita Esmurdoc, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado, y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que en la sentencia impugnada y los documentos a que ella se refiere, consta: a) que con motivo de
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una demanda en reintegranda interpuesta por Rafael Melndez contra Francisco Antonio Madera, el Juzgado de Paz de la Quinta Circunscripcin del Distrito Nacional dict el 23 de mayo de 2002, una sentencia cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Se declara inadmisible la presente demanda, interpuesta por el seor Rafael Melndez, en contra del seor Francisco Antonio Madera M.; Segundo: Se condena a la parte demandante, al seor Rafael Melndez, al pago de las costas del procedimiento ordenando su distraccin en provecho del Dr. Radhams Aguilera Martnez; Tercero: Se designa al Ministerial Juan Esteban Hernndez, Alguacil de Estrado del Juzgado de Paz de la Quinta Circunscripcin del Distrito Nacional, para la notificacin de la presente sentencia; b) que sobre el recurso interpuesto intervino la sentencia ahora impugnada cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Rechaza las conclusiones formuladas por la parte recurrida Sr. Francisco Antonio Madera Madera, por improcedente, mal fundadas y carente de base legal, segn las razones expuestas; Segundo: Acoge en parte las conclusiones presentadas por la parte recurrente, Sr. Rafael Melndez, por ser justas y reposar en prueba legal; Tercero: Declara bueno y vlido por ser regular en la forma el recurso de apelacin ejercido por el referido intimante, contra la sentencia impugnada; Cuarto: Revoca la sentencia recurrida de fecha 23 de mayo del ao 2002, dictada por el Juzgado de Paz de la Quinta Circunscripcin del Distrito Nacional y en consecuencia obrando por propia autoridad y contrario imperio dispone lo siguiente: a) la reintegracin del intimante Sr. Rafael Melndez, sus causahabiente, representantes o representados sobre el inmueble del que fue abrupta e irregularmente desalojado, es decir, del Solar No. 6 de la Manzana No. 1911, del Distrito Nacional No. 1, del Distrito Nacional y sus mejoras consistentes en una casa de blocks, techo de concreto, ubicado en el No. 10 de la Ave. Los Arroyos, sector Arroyo Hondo de esta ciudad, en manos de cualquier persona que se encuentre detentando o poseyendo el referido inmueble al momento de la ejecucin de la presente sentencia; b) Condena al recurrido Sr. Francisco Antonio Madera Madera, al pago de un astreinte de mil pesos oro
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dominicanos diarios a favor del recurrente, por cada da de retardo en el cumplimiento o ejecucin de esta decisin; Quinto: La presente sentencia se dicta ejecutoria no obstante cualquier recurso; Sexto: Condena a la parte recurrida seor Francisco Antonio Madera Madera, al pago de las costas procesales con distraccin de las mismas a favor del Lic. Francisco S. Durn Gonzlez y Dr. Jaime King Cordero, quienes afirman haberlas avanzado en su mayor parte; Considerando, que la parte recurrente propone en apoyo de su recurso los medios siguientes: Primer Medio: Desnaturalizacin de los hechos; Segundo Medio: Carencia y contradiccin de motivos; Tercer Medio: Violacin a los artculos 175 y 185 de la Ley de Registro de Tierras, 712 del Cdigo de Procedimiento Civil, 10 de la Ley 596 que instituye la venta condicional de inmuebles y violacin al principio jurisprudencial establecido por la Suprema Corte de Justicia en materia de embargo inmobiliario, en lo relativo a los recursos que se pueden derivar del procedimiento de embargo inmobiliario; Cuarto Medio: Carencia de base legal y de sustentacin jurdica; Quinto Medio: Omisin de los medios y falta de ponderacin de motivos; Considerando, que el recurrente en el desarrollo de los medios tercero, cuarto y quinto de su memorial, los cuales se renen para su examen por su vinculacin y convenir a la solucin del caso, alega en sntesis, en lo que respecta al aspecto relativo a la naturaleza de la demanda que dio inicio a la litis, lo siguiente: a) que la Tercera Sala de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, como tribunal de alzada, al ordenar una reintegranda propia de un procedimiento de interdicto posesorio, viol el contenido del artculo 175 de la Ley de Registro de Tierras que consagra y deniega la adquisicin de derechos o intereses por prescripcin o posesin detentatoria, como en la especie, cuando se trata de derechos registrados de conformidad con la Ley No. 1542 de Registro de Tierras; as como el artculo 185 de la misma ley que dispone: Despus que un derecho ha sido objeto del primer registro, cualquier acto voluntario o forzoso que se relacione con esos mismos
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derechos solamente surtir efecto, de acuerdo con esta ley, desde el momento en que se practique su registro en la oficina del Registrador de Ttulos correspondiente; b) que siendo la accin en reintegranda inaplicable en el caso, la Tercera Sala de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional debi ponderar, y no lo hizo, las razones y motivos legtimos que tuvo el Tribunal a-quo para dictar su sentencia, ya que el seor Rafael Melndez, demandante, no rene los requisitos de calidad e inters necesarios para la interposicin de su accin de reintegranda, lo que debi ser ponderado en su justa dimensin por el tribunal de alzada y no proceder a los motivos vagos e imprecisos con los cuales motiva su sentencia; y c) que no es posible la fundamentacin legal de Rafael Melndez en base al artculo 23 del Cdigo de Procedimiento Civil, sin que ningn otro texto legal garantice la demanda en reintegranda invocada por Rafael Melndez, por lo que la sentencia recurrida incurri en los vicios denunciados al carecer de base legal y sustentacin jurdica y debe ser casada; Considerando, que el examen del expediente pone de manifiesto que en virtud de Decisin del Tribunal Superior de Tierras, del 4 de marzo de 1996, inscrita en el Registro de Ttulos del Distrito Nacional, el 11 de marzo de 1996, bajo el No. 341, folio 86 del Libro de Inscripciones No. 145, se orden el registro del derecho de propiedad del Solar No. 6 de la Manzana No. 1911, del Distrito Catastral No. 1, del Distrito Nacional, con una extensin superficial de 630 metros cuadrados y sus mejoras, en favor de Francisco de los Santos Marte Fernndez, portador de la Cdula Personal de Identidad No. 072568, serie 31, expidindose a nombre de ste el Certificado de Ttulo No. 96-4284, el 14 de junio de 1999 que ampara el inmueble as descrito; que a consecuencia de un procedimiento ejecutorio por va de un embargo inmobiliario perseguido por la sociedad Jimnez Franco & Asociados, S. A., contra Francisco de los Santos Marte Fernndez, propietario del inmueble designado, la Cmara Civil y Comercial de la Quinta Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, por su sentencia No. 2132, del 31 de agosto
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de 2000, adjudic al licitador Francisco Antonio Madera Madera, el referido inmueble y sus mejoras, o sea, el Solar No. 6 de la Manzana No. 1911 del Distrito Catastral No. 1 del Distrito Nacional, con una extensin superficial de 630 metros cuadrados, amparado por el Certificado de Ttulo No. 96-4284, expedido por el Registrador de Ttulos del Distrito Nacional, el 14 de junio de 1999, ordenando dicha sentencia al embargado o cualquier persona que ocupare a cualquier ttulo que fuere, el abandono del inmueble adjudicado tan pronto le sea notificada la sentencia; que por acto No. 942/2001 del 10 de noviembre de 2001, del Ministerial Ramn M. Alcntara Jimnez, de Estados de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, Rafael Melndez demand por ante el Juzgado de Paz de la Quinta Circunscripcin del Distrito Nacional, a Francisco Antonio Madera Madera, en reintegranda del inmueble del cual fue desalojado en ejecucin de la sentencia de adjudicacin de la que se ha hecho referencia anteriormente; Considerando, que el artculo 23 del Cdigo de Procedimiento Civil dispone lo siguiente: Las acciones o interdictos posesorios no se admitirn sino en tanto que hayan sido iniciadas dentro del ao de la turbacin, por aquellos que un ao antes, a lo menos, se hallaban en pacfica posesin del objeto litigioso por s o por sus causantes, y a ttulo no precario; que la accin posesoria a que se refiere el texto legal antes transcrito, es slo reconocida al que goza, en hecho, de la situacin de propietario o, lo que es lo mismo, al poseedor del derecho de propiedad, de ah que, la posesin que puede servir de fundamento al ejercicio de las acciones posesorias debe ser pacfica, pblica, continua e ininterrumpida, no equivoca y a ttulo de propietario, es decir, una posesin ad usucapionem, con vocacin para prescribir; que como el sistema establecido para el rgimen de la propiedad inmobiliaria por la Ley de Registro de Tierras excluye, segn su artculo 175, la usucapin de entre los medios de adquirir la propiedad u otro derecho real inmobiliario sobre terrenos registrados o sea, respecto de aquellos cuyo ttulo se halla en el registro de ttulos, como resultado final de un proceso de saneamiento, es de lo que
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resulta, como corolario obligado, que las acciones posesorias, como la reintegranda ejercida, no pueden tener por objeto bienes o derechos registrados; que teniendo este carcter, como se ha visto, el inmueble (Solar No. 6 de la Manzana No. 1911 del D. C. No. 1 del Distrito Nacional y sus mejoras) del cual fue desalojado el recurrido en ejecucin de una sentencia en virtud de la cual el recurrente fue declarado adjudicatario del mismo; que, adems, ha sido juzgado por esta Suprema Corte de Justicia, que es inconcebible que dentro del sistema de la Ley de Tierras, persistan acciones posesorias sobre terrenos que han sido saneados definitivamente por el Tribunal Superior de Tierras, puesto que evitar ese estado de cosas es el fin que ha perseguido el legislador, por todo lo cual procede la casacin de la sentencia impugnada, por haber incurrido la Cmara a-qua en la violacin denunciada, sin que sea necesario examinar los dems aspectos del medio examinado y los otros medios del recurso. Por tales motivos: Primero: Casa la sentencia dictada por la Tercera Sala de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional el 4 de marzo de 2003, y enva el asunto por ante la Cuarta Sala de la misma Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, en las mismas atribuciones; Segundo: Condena a la parte recurrida al pago de las costas del procedimiento en provecho del Dr. Radhams Aguilera Martnez, abogado de la parte recurrente, quien afirma haberlas avanzado en su totalidad. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma en su audiencia pblica del 11 de mayo de 2005. Firmado: Rafael Luciano Pichardo, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Eglys Margarita Esmurdoc y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada, firmada y pronunciada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Acreedor Quirografario. Embargo Inmobiliario. Ttulo Ejecutorio. Sentencia del 12 de enero del 2005.
Sentencia impugnada: bre de 1999. Materia: Recurrente: Recurridos: CAMARA CIVIL Civil. Dra. Norma Alt. Snchez Cruz. Jos R. Ordeix Llavaly y compartes. Cmara Civil y Comercial de la
Casa Audiencia pblica del 12 de enero de 2005. Preside: Rafael Luciano Pichardo.
Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones al Dr. Santiago Daz Matos, abogado de la parte recurrente; Odo en la lectura de sus conclusiones al Dr. Julio Collado Aybar, en representacin de los Licdos. Fernando Langa y Jos Ml. Snchez Guerrero, abogados de la parte recurrida, Jos R. Ordeix Llavaly, Elba Lourdes Ordeix Llavaly y Claudia Patricia Ordeix Llavaly; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General del Repblica, el cual termina as: Rechazar el recurso de casacin de que se trata, por los motivos precedentemente expuestos; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 10 de agosto del 2000, suscrito por el Dr. Santiago Daz Matos, abogado de la parte recurrente, en el cual se invocan los medios de casacin que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 15 de septiembre de 2000, suscrito por los Licdos. Jos Ml. Snchez G. y Fernando Langa, abogados de la parte recurrida; Vista la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley No. 156 de 1997, y los artculos 1 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; Visto el auto dictado el 10 de enero de 2005, por el magistrado Rafael Luciano Pichardo, Presidente de la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, por medio del cual llama al magistrado Jos E. Hernndez Machado, juez de esta cmara, para integrar la misma en la deliberacin y fallo del recurso de que se trata, de conformidad con la Ley No. 926 de 1937; La CORTE, en audiencia pblica del 14 de febrero de 2001, estando presente los Jueces: Rafael Luciano Pichardo, Presidente; Margarita A. Tavares, Eglys Margarita Esmurdoc, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Julio Genaro Campillo Prez y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo;
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Considerando, que la sentencia impugnada y la documentacin que le sirve de apoyo ponen de manifiesto lo siguiente: a) que en ocasin de una demanda civil en nulidad de sentencia de adjudicacin inmobiliaria incoada por los ahora recurridos contra la recurrente, la Cmara Civil y Comercial de la Quinta Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional dict el 28 de julio de 1998 la sentencia No. 4397, cuyo dispositivo dice as: Primero: Por los motivos expuestos, rechaza la demanda en nulidad de la sentencia de adjudicacin No. 1923 de fecha 3 del mes de julio de 1997, dictada por este Tribunal; incoada por Jos Rafael, Elba Lourdes y Claudia Patricia Ordeix Llavaly, contra la Dra. Norma Altagracia Snchez Cruz; Segundo: Condena a los demandantes al pago de las costas del procedimiento, a favor y provecho de los Dres. Emilio Radhams Morales y Santiago Daz Matos, quienes afirman haberlas avanzado en su mayor parte (sic); y b) que una vez apelada dicha decisin, la Corte a-qua rindi el fallo hoy atacado, cuya parte dispositiva expresa: Primero: Acoge en cuanto a la forma, el recurso de apelacin interpuesto por los seores Jos R. Ordeix Lavaly, Elba Lourdes Ordeix Lavaly y Claudia P. Ordeix Lavaly, en fecha 24 de diciembre de 1998, en contra de la sentencia No. 4397, dictada en fecha 28 de julio de 1997, por la Cmara de lo Civil y Comercial de la Quinta Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional; Segundo: Acoge en cuanto al fondo, el presente recurso y actuando por propia autoridad y contrario imperio; a) Revoca la sentencia recurrida, por las razones jurdicas descritas precedemente; b) Anula la decisin de adjudicacin No. 1923 de fecha 3 de abril de 1997, dictada por la Cmara de lo Civil y Comercial de la Quinta Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional; Tercero: Condena a la parte recurrida Dra. Norma Altagracia Snchez Cruz, al pago de las costas del procedimiento, ordenando su distraccin a favor de los Licdos. Fernando Langa F. y Jos Manuel Snchez, quienes afirman haberlas avanzado en su totalidad; Considerando, que la recurrente presenta en su memorial los medios siguientes: Primer Medio: Falta de calidad de los demandantes; Segundo Medio: Violacin al principio actore
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incumbit probatio, artculo 1315 del Cdigo Civil; Tercer Medio: Violacin al artculo 427 del Cdigo de Procedimiento Civil. Desconocimiento de los documentos en que se basa la sentencia recurrida; Considerando, que la segunda rama del tercer medio propuesto por la recurrente, cuyo examen se realiza con prioridad por as convenir a la mejor solucin del caso, se refiere en sntesis a que la sentencia objetada no hace mencin sobre particularidades de los documentos, faltando motivos suficientes y justificativos del fallo adoptado en la especie, el cual est desprovisto de una exposicin sumaria y coherente de los hechos y derechos que fundamentaron su dispositivo..., por lo que dicha sentencia carece de motivos y de base legal, concluyen los alegatos de la recurrente; Considerando, que el estudio de los motivos que fundamentan la decisin atacada, en particular los que se refieren a los documentos depositados en el expediente, pone de manifiesto una ostensible confusin e incoherencia en los hechos que extrae de los mismos, ya que, por una parte, comprueba y retiene que el local C-362 (ubicado en Plaza Central, S. A.) fue adquirido el 10 de octubre de 1986 por la hoy recurrente Norma Alt. Snchez Cruz; que el Banco Hipotecario Miramar, S. A. cedi a Prstamos Hipotecarios, S. A. el crdito que tena sobre el inmueble descrito precedentemente, y que esta ltima compaa le cedi su crdito a dicha seora por RD$204,000.00; que, sin embargo, ms adelante el fallo impugnado afirma que el 29 de noviembre de 1996, la actual recurrida embarg el inmueble de referencia, y que le fue adjudicado el 3 de julio de 1997; que, en esas circunstancias, resulta a todas luces incongruente y absurdo que el propietario de un inmueble, en la especie el indicado local C-362, pueda embargar su propio bien patrimonial en ejecucin de invocados crditos cedidos en su beneficio, y resultar adjudicatario del mismo; que tales hechos resultan equvocos y contradictorios, destacndose en ese aspecto una precaria e incompleta exposicin de los mismos, que conforman el vicio de falta de base legal denunciado por la recurrente;
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Considerando, que, por otra parte, la Corte a-qua proclama en su sentencia que el aspecto que en el litigio en cuestin reviste relevancia es el que se refiere a la ausencia de ttulo ejecutorio, por estar envuelta en el caso una decisin de adjudicacin consecuente de un embargo inmobiliario (sic), el cual requiere de un ttulo ejecutorio de los que limitativamente enumera el Cdigo de Procedimiento Civil y algunas leyes especiales (sic); que, adems, dicha Corte afirma categricamente que los gravmenes de un inmueble que pueden dar lugar a un embargo inmobiliario son las hipotecas en sus distintas modalidades y los privilegios; que la recurrida (ahora recurrente) no cuenta con ninguno de estos gravmenes, porque su cedente tampoco los tena (sic); Considerando, que si bien es verdad que generalmente los gravmenes de un inmueble que pueden dar lugar a un embargo inmobiliario, son las hipotecas y los privilegios, como dice el fallo atacado, no menos cierto es que cualquier acreedor quirografario tambin puede trabar embargo inmobiliario con base en un ttulo ejecutorio lquido y exigible, como podra ser un pagar notarial o una sentencia irrevocable con autoridad de cosa juzgada, sin necesidad de inscribir previamente una hipoteca que en esos casos sera judicial definitiva, ya que la inscripcin de tal hipoteca slo es requerida para asegurar su rango y su permanencia en el inmueble gravado, no obstante transferencia; que, en consecuencia, la deficiente ponderacin del ttulo que le sirvi de apoyo al embargo en cuestin, incursa en la sentencia cuestionada, la cual descarta sin mayor elaboracin conceptual la alegada validez de ese ttulo ejecutorio, resultante del limitado criterio de la Corte a-qua, errneo por dems, de que slo las hipotecas y los privilegios justifican un embargo inmobiliario, constituye sin duda, como se advierte, la insuficiencia de motivos invocada por la recurrente, as como la incompleta relacin de los hechos de la causa que, tambin en el aspecto antes sealado, configuran la falta de base legal de que adolece la decisin recurrida y que no le permite a esta Suprema Corte de Justicia, como Corte de Casacin, verificar si en la especie la ley ha sido bien o mal aplicada; que, por tales razones, procede casar la sentencia
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impugnada, sin necesidad de analizar los dems medios planteados; Considerando, que procede compensar las costas procesales, al tenor del artculo 65, numeral 3, de la Ley sobre Procedimiento de Casacin. Por tales motivos, Primero: Casa la sentencia dictada en atribuciones civiles el 29 de diciembre de 1999, por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de Santo Domingo (ahora del Distrito Nacional), cuyo dispositivo aparece en otro lugar de ste fallo, y enva el asunto por ante la Cmara Civil de la Corte de Apelacin de San Cristbal, en las mismas atribuciones; Segundo: Compensa las costas del procedimiento. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma en su audiencia pblica del 12 de enero de 2005. Firmado: Rafael Luciano Pichardo, Margarita A. Tavares, Eglys Margarita Esmurdoc, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada, firmada y pronunciada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Comunidad de bienes. Momento en que inicia. Concubinato. Sentencia del 22 de junio de 2005.
Sentencia impugnada: 2003. Materia: Recurrente: Recurrida: CAMARA CIVIL Civil. Toms Emilio Lajara Sim. Dulce Mara Herrera Alcntara. Cmara Civil y Comercial de la
Casa Audiencia pblica del 22 de junio del 2005. Preside: Rafael Luciano Pichardo.
Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones al Lic. Jos Manuel Flores, por s y por el Lic. Dionisio de los Santos, abogados de la parte recurrida, Dulce Mara Herrera Alcntara; Odo el dictamen del representante del Magistrado Procurador General de la Repblica, el cual termina as: Que procede rechazar el recurso de casacin interpuesto por el seor Toms Emilio Lajara Sim, contra la sentencia No. 82 dictada por la Cmara Civil de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, de fecha 9 de abril del ao 2003; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 11 de agosto de 2003, suscrito por el Lic. Jos Manuel Pez Gmez, abogado de la parte recurrente, en el cual se invocan los medios de casacin que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 29 de septiembre de 2003, suscrito por el Lic. Dionicio de los Santos, abogado de la parte recurrida Dulce Mara Herrera Alcntara; Vista la Ley nm. 25 de 1991, modificada por la Ley No. 156 de 1997, y los artculos 1, 20 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; La CORTE, en audiencia pblica del 19 de mayo de 2004, estando presentes los Jueces: Rafael Luciano Pichardo, Presidente de la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia; Margarita A. Tavares, Eglys Margarita Esmurdoc, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado, asistidos de la secretaria general y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que la misma se refiere consta que: a) que con motivo de una demanda en particin, interpuesta por la seora Dulce Mara Herrera Alcntara, contra el seor Toms Emilio Lajara Sim, la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, Primera Sala, dict el
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19 de enero de 2001, una sentencia cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Rechaza las conclusiones de la parte demandada en cuanto a que no existen bienes inmuebles susceptibles de liquidacin y particin, por los motivos ut supra considerados; Segundo: Ordena la particin de bienes fomentados por los esposos durante la comunidad y durante la relacin de sociedad que transcurri del ao 1986 a 1989, tanto de los bienes muebles como inmuebles, por los motivos que se esbozan a fortiori; Tercero: Automisiona al Juez Presidente de este tribunal como funcionario encargado de supervigilar las labores de particin y liquidacin que se dispone por esta sentencia; Cuarto: Designa al Licenciado Pedro E. Cordero Ubri Notario Pblico de los del Nmero del Distrito Nacional para que instrumente las operaciones de particin y liquidacin de la referida sucesin y comunidad; Quinto: Designa al seor Sixto Tineo Beltr cdula numero 0010471858-0, como perito, para que en esta calidad y previo juramento que deber prestar por ante el Juez-Comisario, visite el o los bienes relictos de que se trata y al efecto determine su valor e informe a si los bienes susceptibles de liquidacin son o no de cmoda divisin; Sexto: Dispone que las costas generadas en el presente proceso, sean deducidas a favor y provecho del licenciado Dionicio de los Santos (sic); b) que sobre el recurso interpuesto, intervino la sentencia ahora impugnada cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Declara bueno y vlido en cuanto a la forma el presente recurso de apelacin interpuesto por el seor Toms Lajara Sim, contra la sentencia marcada con el No. 034-2000-00948, de fecha 19 de enero de 2001, dictada por la Cmara Civil y Comercial de la Primera Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, por haberse intentado de conformidad con las reglas que rigen la materia; Segundo: Rechaza, en cuanto al fondo el presente recurso de apelacin, y en consecuencia confirma en todas sus partes la sentencia apelada, por los motivos expuestos precedentemente; Tercero: Dispone, que las costas generadas en el presente recurso, sean deducidas de la masa a partir, y ordena la distraccin de las mismas a favor de Lic. Dionisio de los Santos, abogado;
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Considerando, que la parte recurrente en su memorial de casacin propone los siguientes medios: Primer Medio: Violacin a los artculos 1387, 1399, 1401, 1402 y 1404 del Cdigo Civil; Segundo Medio: Violacin al principio de la inmutabilidad del proceso, por fallar ms de lo que se le ha sometido; Considerando, que en el desarrollo de su primer medio de casacin, la parte recurrente alega, en sntesis, que la Corte aqua al ordenar la particin de los bienes adquiridos antes del matrimonio viol lo dispuesto en los artculos 1393, 1399, 1401, 1402 y 1404 del Cdigo Civil, ya que con esa errnea e ilegal apreciacin de los hechos, se pretende hacer derecho, derivando legalidad de una unin consensual desprovista de asidero jurdico, obviando el reconocimiento expreso de las partes en sus declaraciones, cuando afirmaron separadamente haber realizado una particin anterior derivada de un proceso de divorcio por mutuo consentimiento; que si a las partes les est prohibido legalmente convenir iniciar la comunidad antes del matrimonio, mal pudo la Corte asumir el papel interpretativo y disponer que los bienes adquiridos antes del matrimonio sean sujetos de particin, debiendo la sentencia impugnada ser casada; Considerando, que en la sentencia impugnada, se expresa al respecto lo siguiente: a) que de todo lo expuesto precedentemente, la Corte retiene que entre las partes hoy en litis existi un primer matrimonio que fue disuelto en 1984, que luego, continuaron con una relacin de hecho, que culmin con un nuevo matrimonio celebrado en el ao 1989; que este matrimonio fue disuelto mediante sentencia nm. 1985, de fecha 17 de diciembre de 1998; b) que en el lapso de tiempo comprendido entre los dos matrimonios existi una relacin de hecho, no contestada por los excnyuges, la cual debe ser tomada en cuenta para los fines de la particin de los bienes habidos en ella; puesto que ya nuestra Suprema Corte de Justicia, al igual que en la mayora de los pases occidentales, ha decidido, que una situacin de hecho entre una pareja, hace nacer derechos y obligaciones entre ellos, terminando con un largo perodo de desigualdades contrario a una buena y
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justa administracin de justicia as como al espritu de nuestra Constitucin poltica y un sinnmero de tratados suscritos por nuestro pas y que hoy son ley positiva; c) que la recurrida y demandante plantea a la Corte, como pretensin principal, la particin de todos los bienes alegando fundamentalmente, que cuando estuvieron en unin consensual tomaron un prstamo, se vendi su carro para echar un plato; que estaban juntos, cuando se compr la mejora de la panadera, lo cual no fue contestado por el recurrente; que el recurrente y demandado, alega que la particin debe ser de los bienes del segundo matrimonio, los cuales son, segn alega, una mejora en el Toro, ms all de San Cristbal y otras mejoras en el Tamarindo y en la casa donde vivan; que se hizo la panadera en los aos en que vivieron en concubinato y que tomaron un prstamo; que l considera que ella es co-duea de la panadera; d) que las partes estn contestes en cules son los bienes que han generado en las tres etapas que han vivido juntos; que la Corte es del criterio, que los bienes a partir son aquellos generados a partir de la unin de hecho, formulada y admitida por ellos, en la cual ambos reconocen e identifican esos bienes; e) que en cuanto al fondo procede rechazar el recurso de que se trata y en consecuencia confirmar la sentencia, por los mismos motivos planteados por el juez de primer grado, ya que conforme a las propias declaraciones de ambas partes, el segundo nivel de la casa ubicada en la parcela nm. 127-B-1-U, Ref. A del Distrito Catastral nm. 6 del Distrito Nacional, aunque comenzaba su remodelacin en el perodo de la unin de hecho, ambos admiten que tomaron un prstamo que fue para esos fines y tambin, con la venta de un vehculo de la demandante y hoy recurrida se completaron los fondos para dicha remodelacin; Considerando, que de las motivaciones precedentemente transcritas, se colige que la Corte a-qua procedi a ordenar la particin de todos los bienes fomentados por las partes, durante la relacin de hecho existente entre ellos, porque: 1) mantuvieron una relacin de hecho, que se prolong an despus del primer divorcio ocurrido 12 de enero del 1984, hasta la celebracin de su segundo matrimonio en el ao 1989, la cual no fue controvertida por las partes, y que, 2) durante
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dicha unin consensual tomaron un prstamo con la Asociacin Popular de Ahorros y Prstamos para la remodelacin de la panadera, negocio propiedad del esposo y, el vehculo de la recurrida fue vendido para la terminacin de dicha remodelacin, lo que constituye la prueba de la sociedad de hecho existente; Considerando, que el artculo 1399 del Cdigo Civil, prescribe lo siguiente: la comunidad, sea legal o convencional, empieza desde el da en que el matrimonio se ha contrado ante el oficial del estado civil; no puede estipularse que comience en otra poca; que la regla as enunciada constituye para el rgimen de la comunidad la prohibicin de que ste comience en otro momento que aqul en que el matrimonio es celebrado por el oficial de estado civil; Considerando, que el rgimen matrimonial de la comunidad de bienes corresponde su aplicacin exclusivamente a la institucin del matrimonio, y que, segn nuestra legislacin, se aplica de pleno derecho a todos los matrimonios que no han convenido otro rgimen especial, cuyas pautas e interpretaciones son reguladas restrictivamente por el Derecho Comn; que, la relacin de hecho no puede tener un rgimen matrimonial aplicable, ni el de comunidad, ni ningn otro, ya que no cuenta con el carcter contractual que caracteriza el matrimonio, y que se forma, como se ha dicho, al momento en que es hecha la declaracin por ante el oficial de estado civil, y no en otra poca; que el hecho de que las partes afirmen que despus de su primer divorcio estos se reconciliaron y continuaron con una relacin consensual, no le da la condicin de comunes en bienes, como errneamente interpret la Corte a-qua en su sentencia; Considerando, que la Corte a-qua, continu justificando la pertinencia de realizar la particin de los bienes de los exesposos, fomentados mientras mantuvieron una relacin de hecho, al sealar que cuando el recurrente y recurrida estuvieron en unin consensual, tomaron un prstamo con la Asociacin Popular de Ahorros y Prstamos para la remodelacin de la panadera, negocio propiedad del esposo,
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y el vehculo de la recurrida fue vendido para la terminacin de dicha remodelacin; Considerando, que si durante una unin consensual los concubinos han aportado recursos de ndole material o intelectual en la constitucin o fomento de un patrimonio comn, lo que se forma entre ellos es una sociedad de hecho, la cual puede ser establecida por cualquier medio de prueba, y sujeta a las reglas de particin que establecen los artculos 823 y siguientes del Cdigo Civil; que si bien esto es as, no menos cierto es que la Corte a-qua al establecer la sociedad de hecho existente entre las partes en causa, dndole una participacin equitativa a los ex-esposos en todos los bienes producidos durante su unin consensual, esto, basndose en el prstamo realizado por el recurrente y el recurrido con la Asociacin Popular de Ahorros y Prstamos y en la venta del vehculo de la recurrida, le dio un alcance que stas operaciones de negocio no tenan, ya que las mismas partes afirmaron que el dinero as obtenido, fue con el nico objetivo de remodelar la panadera, por lo que, la sociedad de hecho slo poda ser admitida con respecto a ese negocio definido; que corresponda al tribunal de alzada determinar la medida en que los dems bienes muebles e inmuebles fomentados durante su unin consensual, tanto antes de la realizacin del referido prstamo, como posteriormente, fueron producto de la aportacin solidaria de ambas partes; que la Corte a-qua al declarar una sociedad de hecho a consecuencia de una unin consensual, y por la inversin realizada en un proyecto en especfico, incurri en una errnea interpretacin de la ley y falta de base legal, razones por las cuales la sentencia impugnada debe ser casada; Considerando, que cuando la sentencia es casada por falta de base legal, como ha ocurrido en el presente caso, procede compensar las costas. Por tales motivos, Primero: Casa la sentencia dictada por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, el 9 de abril de 2003, cuyo dispositivo figura en parte anterior de este fallo, y enva el asunto por ante la Corte de Apelacin Civil, Comercial y Laboral de San Cristbal, en las mismas atribuciones; Segundo: Compensa las costas.
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As ha sido hecho y juzgado por la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma en la ciudad de Santo Domingo de Guzmn, en su audiencia pblica del 15 de junio de 2005. Firmado: Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada, firmada y pronunciada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Contrato de locacin o alquiler. Resiliacin o rescisin de contrato. Requisito indispensable para ordenar desalojo. Sentencia del 16 de marzo de 2005.
Sentencia impugnada: diciembre del 2002. Materia: Recurrente: Recurrida: CAMARA CIVIL Civil. Cooperativa de Servicios y Produccin Mltiple Romana, Inc. Margarita Camasta de Soto. Cmara Civil y Comercial de la
Casa Audiencia pblica del 16 de marzo del 2005. Preside: Rafael Luciano Pichardo.
Pedro de Macors, el 12 de diciembre del 2002, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones al Dr. Jos Mir, abogado de la parte recurrida; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica el cual termina as: Que procede rechazar, el recurso de casacin interpuesto contra la sentencia No. 243/ 2002, de fecha 12 de diciembre del 2002, dictada por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de San Pedro de Macors; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 18 de junio del 2003, suscrito por el Dr. Pedro Enrique Del C. Barry Silvestre, abogado de la parte recurrente, en el cual se invocan los medios de casacin que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 6 de agosto del 2003, suscrito por el Dr. Jos Mir, abogado de la parte recurrida Margarita Camasta de Soto, Ramn Camasta Abuchaybe, Elisa Andrea Camasta Ciccone, Patria Camasta Ciccone, Ada Zorob Viuda Camasta, Rando Camasta Dhimes; Vista la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley No. 156 de 1997 y los artculos 1, 20 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; La CORTE, en audiencia pblica del 31 de marzo del 2004, estando presente los Jueces: Rafael Luciano Pichardo, Presidente; Eglys Margarita Esmurdoc, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado, asistidos de la secretaria general, y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere consta: a) que con motivo de una demanda en desalojo intentada por Margarita Camasta de Soto, Ramn Camasta Abuchaybe, Elisa Andrea Camasta
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Ciccone, Patria Camasta Ciccone, Ada Zorob viuda Camasta y Rando Camasta Dhimes, contra Cooperativa de Servicios y Produccin Mltiple Romana, Inc., la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia de La Romana dict el 9 de agosto de 2002, una sentencia cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Rechaza en todas sus partes, las conclusiones presentadas por la parte demandante, seores Margarita Camasta de Soto, Ramn Camasta Abuchaybe, Elisa Andrea Camasta Ciccone, Patria Camasta Ciccone, Ada Zorob viuda Camasta y Rando Camasta Dhimes y, en consecuencia, la demanda de que se trata, por improcedente, mal fundada y carente de base legal; Segundo: Condena a los seores Margarita Camasta de Soto, Ramn Camasta Abuchaybe, Elisa Andrea Camasta Ciccone, Patria Camasta Ciccone, Ada Zorob viuda de Camasta y Rando Camasta Dhimes, al pago de las costas del procedimiento y se ordena la distraccin de las mismas a favor y provecho del Dr. Pedro del C. Barry Silvestre, quien afirma haberlas avanzado en su mayor parte; b) que sobre el recurso de apelacin interpuesto intervino la sentencia ahora impugnada con el siguiente dispositivo: Primero: Declarar, como al efecto declaramos, bueno y vlido, en cuanto a la forma el recurso de apelacin intentado por los seores Margarita Camasta de Soto, Ramn Camasta Abuchaybe, Elisa Andrea Camasta Ciccone, Patria Camasta Ciccone, Ada Zorob viuda Camasta y Rando Camasta Dhimes, contra la sentencia No. 731-02, dictada en fecha nueve (9) de agosto de 2002, por la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Romana, por haber sido hecho en tiempo hbil y de acuerdo a la ley que regula la materia; Segundo: Revocar, como al efecto revocamos, en cuanto al fondo, en todas sus partes la sentencia apelada y en consecuencia por propia autoridad y contrario imperio; a) Rechazar, como al efecto rechazamos, las conclusiones de la parte intimada, La Cooperativa de Servicios y Produccin Mltiple Romana, Inc.; b) Ordenar, como el efecto ordenamos, el desalojo inmediato de La Cooperativa de Servicios y Produccin Mltiples, Romana, Inc., de la casa nmero 30 de la calle Doctor Gonzalvo, en la ciudad de La Romana, que ocupa en calidad de inquilino,
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propiedad de Margarita Camasta de Soto, Ramn Camasta Abuchaybe, Elisa Andrea Camasta Ciccone, Patria Camasta Ciccone, Ada Zorob viuda Camasta y Rando Camasta Dhimes, propietarios, as como cualquier otra persona que se encuentre ocupando la indicada casa en el momento del desalojo; Tercero: Condenar como al efecto condenamos, a La Cooperativa de Servicios y Produccin Mltiple Romana, Inc., al pago de las costas del procedimiento y se ordena su distraccin a favor y provecho del Dr. Jos Mir, abogado que afirma haberlas avanzado en su totalidad; Considerando, que la parte recurrente propone contra la sentencia impugnada los siguientes medios de casacin: Primer Medio: Violacin al artculo 6 del Decreto No. 4807 del 16/5/ 1959; Segundo Medio: Falta de ponderacin de documentos; Tercer Medio: Desnaturalizacin de las pruebas; Cuarto Medio: Falta de base legal y motivos insuficientes; Considerando, que en el desarrollo de su cuarto medio, el cual se examina en primer orden por as convenir a una mejor solucin del caso, el recurrente alega que para poder materializarse el desalojo de que fue objeto, era necesario ordenarse la rescisin del contrato de inquilinato, ya que no es posible el desalojo mientras se mantenga vigente el contrato entre las partes; que, sin embargo, la Corte a-qua sostiene lo contrario, al ordenar el desalojo sin rescindir el contrato de inquilinato, criterio errado, ya que resulta contraproducente y violatorio a la ley ordenar el desalojo mientras el contrato continua vigente; Considerando, que en cuanto al aspecto aqu examinado, la Corte a-qua estim que los demandantes no tenan que pedir la rescisin del contrato de alquiler porque su demanda no estaba fundada en un acto del cual se derivara un perjuicio econmico, en fin, de una lesin que fuera causa de nulidad de la convencin; que en la especie el fundamento de la demanda estaba basado en que uno de los propietarios iba a ocupar el inmueble y en tal virtud, no encontrndose en presencia de una causa de nulidad de contrato por lesin, no era necesario que los demandantes pidieran la rescisin; que,
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dice la Corte, en la especie estamos ante un caso tpico de desahucio, acto por el cual una de las partes, mediante aviso previo a la otra y sin alegar causa, ejerce el derecho de poner trmino a un contrato por tiempo indefinido; que as las cosas y desde esta perspectiva, en el caso de la especie los demandantes no tenan que pedir la rescisin del contrato de alquiler, sino que solamente deban solicitar que se validara la Resolucin dictada por la Comisin de Apelacin de Alquileres de Casas y Desahucios y se ordenara el desalojo dado que el contrato haba dejado de surtir sus efectos respecto a las partes al vencimiento del plazo notificado al inquilino para el desahucio, en virtud a lo dispuesto por el artculo 1739 del Cdigo Civil, dado que el inquilino pierde el beneficio de la tcita reconduccin; que la jurisprudencia dominicana ha afirmado que el desahucio es un acto extrajudicial que puede no terminar con el desalojo y que la demanda (en desalojo) es la que apodera al tribunal correspondiente; bajo tales predicamentos cuando la seora Margarita Camasta y compartes apoderaron al tribunal demandando el desalojo, el juez de primera instancia no debi apartarse de esas conclusiones las cuales fijaban la extensin del litigio y los limites de su apoderamiento; que habiendo transitado los propietarios del inmueble el camino de la Comisin de Alquileres de Casas y Desahucios, asi como el de la Comisin de Apelacin, con el resultado favorable de que el inquilino en un plazo determinado deba entregar el inmueble alquilado para los fines invocados por los propietarios, y en su defecto comenzar el procedimiento de desalojo, el juez de primera instancia no tena ninguna razn para tratar de imponerle a los demandantes un procedimiento al que la ley no le obligaba, violando en ese aspecto el rancio Principio Constitucional de que a nadie se le puede obligar a hacer lo que la ley no manda, concluye el fallo atacado; Considerando, que el artculo 1709 del Cdigo Civil define el contrato de locacin o alquiler como aquel por el cual una de las partes se obliga a dejar gozar a la otra una cosa durante cierto tiempo, y por un precio determinado que sta se obliga a pagarle; que, por otra parte, el artculo 1108 del mismo
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Cdigo enumera las cuatro condiciones esenciales para la validez de las convenciones: El consentimiento de la parte que se obliga; su capacidad para contratar; un objeto cierto que conforme la materia del compromiso; una causa licita en la obligacin; Considerando, que del primer texto legal citado se desprende que el objeto cierto del contrato de locacin o alquiler consiste en el goce de la cosa de que debe disfrutar el locatario o inquilino; que la ausencia de dicho goce hace carecer de validez el contrato, conforme el artculo 1108 del Cdigo Civil, por falta de un objeto cierto que conforme la materia del compromiso; Considerando, que, por lo antes dicho, es preciso reconocer que, contrario al criterio de la decisin impugnada, en los casos de desalojo de inmuebles alquilados mediante un contrato, como en la especie, en las condiciones que fueren, la resiliacin o terminacin del contrato es un requisito previo e indispensable para ordenar el desalojo, ya que ste tiene lugar precisamente como consecuencia de la terminacin del contrato, que de admitirse lo contrario, se estaran vulnerando los efectos de toda convencin en cuanto a la obligacin que une o vincula a las partes contratantes, la cual slo puede desaparecer por nulidad, resolucin, rescisin o resiliacin del contrato pronunciadas judicialmente, o mediante revocacin por el mutuo acuerdo de las partes; que, en tal sentido, las resoluciones por desahucio que son dictadas por la Comisin de Apelacin de Alquileres de Casas y Desahucios, que no es un tribunal del orden judicial, no hacen ms que autorizar el inicio del procedimiento de desalojo por ante los tribunales judiciales, luego del cumplimiento de los plazos y formalidades establecidos por dicha Comisin y por la ley, y no tienen, por tanto, efecto capaz de dejar sin validez los contratos de inquilinato; que, en consecuencia, la Corte a-qua ha incurrido en el vicio denunciado de falta de base legal, al haber hecho una mala interpretacin del derecho y de la ley aplicable a la materia, por lo que, la sentencia impugnada debe ser casada sin necesidad de examinar los dems medios propuestos.
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Por tales motivos, Primero: Casa la sentencia dictada el 12 de diciembre del 2002, por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de San Pedro de Macors, cuyo dispositivo figura en parte anterior de este fallo, y enva el asunto por ante la Cmara Civil de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, en las mismas atribuciones; Segundo: Condena la parte recurrida al pago de las costas procesales, con distraccin de las mismas en favor del Dr. Pedro Enrique Del C. Barry Silvestre, abogado de la parte recurrente, quien afirma haberlas avanzado en su totalidad. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma en la ciudad de Santo Domingo de Guzmn, en su audiencia pblica del 16 de marzo del 2005. Firmado: Rafael Luciano Pichardo, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Eglys Margarita Esmurdoc, y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada, firmada y pronunciada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Corte de Apelacin de Santo Domingo (hoy Distrito Nacional), del 21 de octubre de 1999. Materia: Recurrente: Recurrido: CAMARA CIVIL Civil. Inmobiliaria Rojas, S. A. David Montalvo Francisco.
Rechaza Audiencia pblica del 26 de octubre del 2005. Preside: Rafael Luciano Pichardo.
Apelacin de Santo Domingo (hoy Distrito Nacional) el 21 de octubre de 1999, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones al Dr. Jos Ramn Fras Lpez, abogado de la parte recurrente; Odo en la lectura de sus conclusiones al Dr. Luis Mariano Quezada Espinal, abogado de parte recurrida, David Montalvo Francisco; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 8 de diciembre de 1999, suscrito por el Dr. Jos Ramn Fras Lpez, abogado de la parte recurrente, en el cual se invocan los medios de casacin que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 22 de diciembre de 1999, suscrito por el Dr. Luis Mariano Quezada Espinal, abogado de la parte recurrida, David Montalvo Francisco; Vista la Ley nm. 25 de 1991, modificada por la Ley nm. 156 de 1997 y los artculos 1, 5 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; La CORTE, en audiencia pblica del 20 de septiembre de 2000, estando presentes los Jueces: Rafael Luciano Pichardo, Presidente de la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Eglys Margarita Esmurdoc y Julio Genaro Campillo Prez, asistidos de la secretaria general, y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere consta: a) que con motivo de una demanda en restitucin de valores, rescisin de contrato de opcin de compra, venta de inmueble y reparacin de daos y perjuicios, intentada por David Montalvo Francisco contra
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Inmobiliaria Rojas, S. A., la Cmara de lo Civil y Comercial de la Quinta Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional dict el 27 de enero de 1998, una sentencia cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Declara buena y vlida la presente demanda en cuanto a la forma y en cuanto al fondo; Segundo: Ordena, que la razn social Inmobiliaria Rojas, S. A., restituya en favor del Lic. David Montalvo Francisco la suma de noventa mil pesos oro (RD$90,000.00) que ste entregara a aquella para la compra de un inmueble; Tercero: Condena a la razn social Inmobiliaria Rojas, S. A., al pago de la suma de noventa mil pesos oro (RD$90,000.00) como justa reparacin por los daos sufridos por el demandante por el incumplimiento del demandado; Cuarto: Condena a Inmobiliaria Rojas, S. A., al pago de los intereses legales de la suma de noventa mil pesos oro (RD$90,000.00) contados a partir de la fecha de la demanda en justicia; Quinto: Condena a Inmobiliaria Rojas, S. A., al pago de las costas del procedimiento con distraccin de las mismas en provecho del Dr. Luis Mariano Quezada Espinal, quien las ha avanzado en todas sus partes (sic); b) que sobre el recurso de apelacin interpuesto, intervino la sentencia ahora impugnada con el siguiente dispositivo: Primero: Acoge por ser regular en la forma y rechaza en cuento al fondo, por los motivos precedentemente expuestos, el recurso de apelacin interpuesto por Inmobiliaria Rojas, S. A., contra la sentencia No. 1474 de fecha 27 de enero del ao 1998 dictada por la Cmara de lo Civil y Comercial de la Quinta Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, a favor del Lic. David Montalvo Francisco; Segundo: Confirma en todas sus partes la sentencia impugnada; Tercero: Condena a Inmobiliaria Rojas, S. A., al pago de las costas del procedimiento, ordenndose su distraccin en favor y provecho del Dr. Luis Mariano Quezada Espinal, abogado, quien afirma haberlas avanzado en su mayor parte; Considerando, que la parte recurrente propone contra la sentencia impugnada los siguientes medios de casacin: Primer Medio: Desnaturalizacin de los hechos, mala
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interpretacin y aplicacin de los artculos 1134, 1135, 1315, 1612, 1690, 1694 y 1658 del Cdigo Civil; Segundo Medio: Inobservancia de los artculos 1180 y 1593 del Cdigo Civil; Considerando, que en el desarrollo de sus dos medios de casacin, los cuales se renen para su examen por as convenir a la solucin del presente caso, la recurrente alega, en sntesis, que para que el vendedor pudiera cumplir con la obligacin de entrega del inmueble vendido conforme lo previsto en el artculo 1605, era imprescindible que existieran las condiciones para formalizar un contrato definitivo con una persona fsica o moral que financiara el largo plazo, y a tales fines el comprador est en la obligacin de cumplir con los requisitos exigidos en el contrato por el vendedor, as como lo exigido por la entidad financiera, siendo parte de los requisitos: el pago de gasto de cierre y dems gastos legales, por lo que no se puede decir que la vendedora viola el artculo 1605 del Cdigo Civil, cuando lo que hace es condicionar la entrega de la casa vendida a la formalizacin de un contrato definitivo que fue lo previsto en el mencionado contrato; que el artculo 1612 establece que no est obligado el vendedor a entregar la cosa, si el comprador no da el precio, en el caso de no haberle concedido aqul un plazo para el pago; que este artculo cuando el legislador habla de precio no slo se refiere al monto total convenido, ni a lo que est condicionado como el caso de la especie que se refiere al pago del inicial para que se entregare el inmueble, sino que el precio conlleva todo lo relativo a la formalizacin de la venta, tales como el gasto de cierre, pago de valores para la expedicin de nuevo ttulo de propiedad, etc., todo segn el artculo 1593 del cdigo Civil; que el comprador no ofert ni prob que pag lo relativo al gasto de cierre y otros accesorios a que se refiere este ltimo artculo, lo que imposibilit la formalizacin del contrato; Considerando, que la Corte a-qua para fundamentar su decisin dio por establecido: 1) Que la sentencia recurrida acoge una demanda en rescisin de contrato, restitucin de valores y daos y perjuicios incoada por el Lic. David Montalvo Francisco contra Inmobiliaria Rojas, S. A., y condena a la Inmobiliaria Rojas, S. A. al pago de RD$90,000.00 a ttulo de
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daos y perjuicios en favor del demandante y a restituirle al comprador el precio que hasta ese momento haba pagado; 2) Que al momento de iniciarse la demanda, el hoy recurrido haba pagado hasta el da 15 de abril del ao 1996 la suma de RD$90,000.00 por concepto del completivo del inicial del inmueble adquirido, segn recibo No. 1025 de la Inmobiliaria Rojas, S. A.; 3) Que el ordinal segundo del contrato de venta firmado entre las partes establece un corto plazo y un largo plazo para efectuar el pago del inmueble, que el corto plazo fue distribuido de la siguiente manera: RD$20,000.00 (veinte mil pesos oro con 00/100) que la segunda parte entregar a la primera parte al firmar el presente contrato de opcin de compra y RD$70,000.00 (setenta mil pesos oro con 00/100) en 20 (veinte) cuotas de RD$3,500.00 (tres mil quinientos pesos oro con 00/100), que pagar mensualmente, de manera consecutiva, a partir de la firma de este contrato, para completar la suma de RD$90,000.00 (noventa mil pesos) (sic), y en ese mismo ordinal, ms adelante se indica que el corto plazo, que se pagara sin costo financiero hasta la entrega de la vivienda (sic); 4) Que el ordinal quinto del contrato textualmente indica que ambas partes aceptan a su entera satisfaccin que la primera parte entregar el inmueble descrito en el prrafo primero, al trmino del pago de la ltima cuota convenida en el plan financiero de corto plazo o en su defecto en un trmino de 120 (ciento veinte) das despus del pago de la ltima cuota del corto plazo (sic); 5) Que en consecuencia, de conformidad con las estipulaciones contenidas en el contrato de venta suscrito entre las partes, el vendedor estaba obligado a entregar el inmueble desde el momento en que el comprador cubriera el monto de RD$90,000.00 contemplado como corto plazo; 6) Que el comprador, demandante en primer grado, luego de haber efectuado el pago total del corto plazo, en fecha 10 de junio de 1996 envi una comunicacin a la Inmobiliaria Rojas, S. A., a fin de que estos devolvieran el dinero pagado, ya que a esa fecha no se haba realizado la entrega del inmueble; 7) Que mediante acto No. 336/1996 de fecha 29 de octubre del ao 1996 el Lic. David Montalvo Francisco intim a la Inmobiliaria Rojas, S. A., a entregar el inmueble o a la devolucin del dinero ya pagado; que en el
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referido acto se respet el plazo postergable que exista a favor de la vendedora en la entrega de la vivienda, al trmino de 120 das que establece el ordinal quinto del contrato de opcin a compra y venta, en virtud de que el ltimo pago se efectu en fecha 15 de abril del ao 1996 y el acto es de fecha 26 de octubre de 1996, en el caso que establece el ordinal sexto del referido contrato cuando ocurrieren circunstancias de fuerza mayor que justifiquen la prrroga en entrega de la vivienda, que la recurrente no ha probado dichas circunstancias; 8) Que tal como seala la recurrente, la ley contempla que en caso de que el comprador no pague el precio de la venta, puede el vendedor pedir la rescisin de la venta, pero, los artculos 1612 y 1613 del Cdigo Civil sealan que el vendedor no est obligado a entregar la cosa si el comprador no da el precio, a menos que se le haya concedido un plazo para el pago y slo puede el vendedor negarse an con la existencia del plazo a entregar la cosa, si demuestra la insolvencia o quiebra del comprador; que en la especie y en aplicacin de lo anteriormente expuesto, el comprador tiene el derecho, al haber cumplido la obligacin de pago estipulada en el contrato de manera limitativa para condicionar la entrega del inmueble, de solicitar la rescisin del contrato por incumplimiento del vendedor en su obligacin de entrega; que, contina expresando la Corte a-qua, que la recurrente en apelacin violent el contrato suscrito entre las partes al no haber cumplido con la obligacin de entrega en el tiempo convenido y habiendo el comprador cubierto su obligacin de pago en la forma establecida y en consecuencia, entendemos que al haber considerado el Juez a-quo estos puntos en su sentencia, hizo una correcta aplicacin del derecho y una justa apreciacin de los hechos, concluye el fallo atacado; Considerando, que como se puede apreciar en el desarrollo de los medios alegados por el recurrente, los mismos se refieren a la obligacin de entrega de la cosa vendida, puesta a su cargo en su condicin de parte vendedora; que, la actual recurrente Inmobiliaria Rojas, S. A., fundamenta su actitud de no entregar el inmueble vendido, en razn de que el ahora recurrido (comprador) no pag los gastos de cierre y dems gastos le152
gales, los que, segn el recurrente, deben ser pagados conjuntamente con el precio de venta estipulado; Considerando, que el artculo 1612 del Cdigo Civil establece que no est obligado el vendedor a entregar la cosa, si el comprador no da el precio, en el caso de no haberle concedido aqul un plazo para el pago; que, dicha disposicin legal establece un derecho de retencin, que no es ms que una negativa legtima a entregar la cosa; que, debe entenderse por precio el valor de una cosa respecto a su venta o a su compra; que, en tales condiciones, los gastos a que hace referencia el recurrente no son ms que parte accesoria del precio, sujetos, en cuanto a la forma de su pago, a estipulacin de las partes contratantes; Considerando, que el estudio de la sentencia impugnada pone de manifiesto que el ordinal quinto del contrato de venta del inmueble en cuestin establece que ambas partes, aceptan a su entera satisfaccin que la primera parte entregar el inmueble descrito en el prrafo primero, al trmino del plazo de la ltima cuota convenida en el plan financiero de corto plazo o en su defecto en un trmino de 120 (ciento veinte) das despus del pago de la ltima cuota del corto plazo; que de esta clusula resulta la obligacin de entrega a cargo del vendedor, la cual, como se ha visto, no estaba condicionada a otro pago que no fuera el precio de venta; que es, como se ha definido antes el valor de una cosa respecto a su venta o su compra lo cual no comprende los gastos de cierre a menos que esto haya sido estipulado expresamente, lo que no ocurri en la especie, por lo que, la Corte a-qua hizo una correcta aplicacin del derecho, procediendo en consecuencia, rechazar el presente recurso. Por tales motivos: Primero: Rechaza el recurso de casacin interpuesto por Inmobiliaria Rojas, S. A., contra la sentencia dictada el 21 de octubre de 1999, por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de Santo Domingo (ahora del Distrito Nacional), cuyo dispositivo figura en parte anterior de este fallo; Segundo: Condena a la parte recurrente al pago de las costas procesales, con distraccin de las mismas
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en favor del Dr. Luis Mariano Quezada Espinal, abogado de la parte recurrida, quien afirma haberlas avanzado en su totalidad. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma en la ciudad de Santo Domingo de Guzmn, en su audiencia pblica del 26 de octubre del 2005. Firmado: Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Margarita A. Tavares y Ana Rosa Bergs Dreyfous. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada, firmada y pronunciada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Demanda en distraccin de bienes embargados. Excepciones a la regla del artculo 2279 del Cdigo Civil. Sentencia del 9 de noviembre de 2005.
Sentencia impugnada: agosto del 2003. Materia: Recurrentes: Recurridos: CAMARA CIVIL Civil. Financiera del Este S. A. Suplidores de Materiales Elctricos Santana, C. por A. Cmara Civil y Comercial de la
Casa Audiencia pblica del 9 de noviembre del 2005. Preside: Rafael Luciano Pichardo.
sentencia dictada por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de San Pedro de Macors, el 7 de agosto de 2003, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica el cual termina as: Que procede rechazar el recurso de casacin interpuesto contra la sentencia de fecha 7 de agosto de 2003, dictada por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, por los motivos expuestos; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 12 de septiembre de 2003, suscrito por el Dr. Ferrer Columna, abogado de la parte recurrente, en el cual se invocan los medios de casacin que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 30 de septiembre de 2003, suscrito por el Dr. Mateo Castillo Espino, abogado de la parte recurrida Silvio Antonio Rijo Garrido, y los Dres. Juan Alberto Molina Caba, Altagracia Meja Turbidez y Marcos Antonio Rodrguez Rodrguez, abogados de la parte recurrida Suplidores de Materiales Elctricos Santana, C. por A.; Vista la Ley nm. 25 de 1991, modificada por la Ley nm. 156 de 1997 y los artculos 1, 20 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; La CORTE, en audiencia pblica del 21 de julio del 2004, estando presentes los jueces Rafael Luciano Pichardo, Presidente de la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, Eglys Margarita Esmurdoc, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado, asistidos de la secretaria general, y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere consta: a) que con motivo de una demanda en devolucin (distraccin) de vehculo
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embargado, intentada por la Financiera del Este, S. A., contra Suplidora de Materiales Elctricos Santana, S. A., y Carmen Alcntara Piantini, el Juez Presidente de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia de La Romana, en atribuciones de juez de los referimientos, dict el 27 de marzo de 2003, una sentencia cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Acoge como buena y vlida, tanto en su aspecto formal como de fondo, la demanda de que se trata, en cuanto a la Sra. Carmen Alcntara Piantini y, en consecuencia, ordena a la referida seora la entrega inmediata a favor de la razn social Financiera del Este, S. A., del vehculo de motor que se describe a continuacin: tipo camioneta, marca Ford, modelo Ranger, ao 1994, color Vino, raya gris, chasis 1FTCR15U7RPB14103, registro y placa nm. LA-4508, matrcula nm. 0479168; Segundo: Condena a la seora Carmen Alcntara P. al pago de las costas del procedimiento y ordena la distraccin de las mismas a favor y provecho de los abogados Ferrer Columna y Marbi Gil Guilamo, quienes afirman haberlas avanzado en su mayor parte; Tercero: Rechaza en todas sus partes la demanda de que se trata en cuanto se refiere a la razn social Suplidora de Materiales y E quipos Elctricos Santana, por improcedente, mal fundada y carente de base legal; Cuarto: La presente ordenanza se beneficia de la ejecucin provisional de pleno derecho; b) que sobre el recurso de apelacin interpuesto intervino la sentencia ahora impugnada con el siguiente dispositivo: Primero: Que debe admitir, como al efecto lo hace, el presente recurso de apelacin, estando su interposicin dentro del plazo de derecho y siendo conforme con las pautas de procedimiento que regulan la materia; Segundo: Que debe rechazar, como al efecto rechaza, la demanda inicial en devolucin de vehculo embargado, promovida a requerimiento de los seores Financiera del Este, S. A., por los motivos expuestos precedentemente, muy en particular en razn de los efectos jurdicos propios de la adjudicacin en los procesos de embargo; Tercero: Que debe admitir, como al efecto admite, tanto en la forma como en el fondo, la demanda en intervencin voluntaria, ejercida en la especie por el Sr. Silvio Rijo Garrido, disponindose en ese orden: a) La revocacin en todas sus
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partes de la ordenanza nm. 264-03, rendida por el Juez Presidente de la Cmara Civil del Juzgado de Primera Instancia de La Romana, en atribuciones de referimiento, de fecha 27 de marzo del cursante ao (2003); b) La entrega inmediata por parte de la Financiera del Este, S. A., o de quien la tuviera en su poder, al Sr. Silvio Rijo G., de la camioneta Ford Ranger, modelo 1994, Registro y Placa nm. LA4508, Chasis nm. 1FTCR15URPB14103; Cuarto: Que debe condenar, como al efecto condena, a los seores de la Financiera del Este, S. A., al pago de las costas del procedimiento, y distrayndolas a favor de los Dres. Mateo Castillo Espino y Juan Alberto Molina Caba, tambin de los Licdos. Altagracia Meja y Marcos Ant. de la Cruz, quienes afirman haberlas adelantado de su peculio; Considerando, que la parte recurrente propone contra la sentencia impugnada los siguientes medios de casacin: Primer Medio: Desnaturalizacin de los hechos; Segundo Medio: Violacin al artculo 13 de la Constitucin; Tercer Medio: Violacin a la Ley nm. 483, sobre Venta Condicional de Mueble; Cuarto Medio: Violacin al artculo 1328 del Cdigo Civil dominicano; Considerando, que en el desarrollo de los medios de casacin segundo, tercero y cuarto, los cuales se renen para su examen en primer orden por su vinculacin y para una mejor solucin del caso, la recurrente alega en sntesis, que la Corte a-qua viol su derecho de propiedad protegido por el artculo 13 de la Constitucin, sobre el bien mueble en cuestin; que si bien en materia de mueble, la posesin vale ttulo, es hasta prueba en contrario; que la Financiera del Este, S. A., notific previo la venta en pblica subasta, que era la legtima propietaria del vehculo embargado; que la Corte a-qua viol los preceptos que establece la Ley nm. 483, sobre Venta Condicional de Muebles que dispone que el comprador ser legitimo propietario cuando haya pagado la totalidad del precio; lo que no haba sido cumplido por el seor Fernando Radford W. con la Financiera del Este, S. A.; que la Corte aqua tampoco tom en cuenta el artculo 1328 del Cdigo Civil que dispone que los documentos bajo firma privada no tienen
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fecha contra los terceros, sino desde el da en que han sido registrados; que la actual recurrente cumpliendo con dicha disposicin registr el contrato de Venta Condicional de Muebles, como lo establece la Ley nm. 483 mencionada, y posee a su nombre la matrcula del vehculo, emitida por la Direccin General de Impuestos Internos, con anterioridad a la venta en pblica subasta que realizaran los abogados de la seora Carmen Alcntara Piantini; Considerando, que la Corte a-qua para fundamentar su decisin estim que independientemente del enfrentamiento entre quienes desde el inicio han controvertido en la litis y del enredijo que existe en torno a los traspasos operados sobre el vehculo en cuestin desde su llegada al pas, algunos de ellos no muy claros, conviene acotar e insistir en que hay de por medio un tercero de buena fe, el Sr. Silvio Rijo, que hubo la propiedad de la camioneta en un proceso de subasta de embargo ejecutivo; que dicho embargo fue practicado, como queda dicho en el rengln precedente, a requerimiento de la empresa Suplidores de Materiales Elctricos Santana, C. por A., y/o de la Sra. Carmen Alcntara P., quienes a la sazn perseguan a su deudor, el Sr. Fernando Rodford, por la suma de RD$101,631.00; que en definitiva, los seores de la Financiera del Este, S. A., a cuyo nombre figura inscrito hoy por hoy el vehculo en los archivos de la Direccin General de Impuesto Internos (matricula nm. 0479168) han dado curso en justicia a una demanda tendente a su devolucin, requiriendo esa devolucin de quienes no tienen -y tal vez nunca tuvieron- el dominio de la cosa, por sta haber sido adjudicada en pblica subasta al licitador Silvio Rijo Garrido; que, continua expresando la Corte a-qua, que el efecto ms determinante que resulta de la adjudicacin en el proceso de embargo ejecutivo de derecho comn, es el de la conversin del adjudicatario en propietario del efecto subastado, esto es la transferencia inmediata de la propiedad, quedando ste protegido ipso facto contra la eviccin; que ni siquiera siendo el objeto de la adjudicacin un bien robado o perdido, estara el adjudicatario obligado a devolverlo a su verdadero dueo, a no ser que se le desinterese mediante la restitucin ntegra
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del precio pagado por l en la subasta; que la presuncin del artculo 2279 del Cdigo Civil, agrega la sentencia impugnada, destila sangre y si el adjudicatario es de buena fe, como acontece en la especie, no hay nada que pueda hacerse para arrebatarle la tenencia, el uso y el disfrute de lo que compr en puridad de derecho que en tal virtud, contrario a la solucin que se diera al caso en primer grado, procede rechazar la demanda introductiva de instancia por infundada e improcedente, reivindicar los derechos legtimamente adquiridos por el adjudicatario de buena fe, Sr. Silvio A. Rijo Garrido, acogindose sus pretensiones en justicia; que la seguridad jurdica impone el reconocimiento por parte de los tribunales, de las prerrogativas a que da lugar la culminacin de los procesos de embargo, en proteccin de los licitadores adquirientes, cuando estos lo son de buena fe, concluye el fallo atacado; Considerando, que como se ha visto, en la especie se trata de una demanda en devolucin del vehculo embargado por los actuales recurridos al seor Fernando Rodford, propiedad del cual alega tener la demandante original en devolucin, Financiera del Este, S. A.; que la demanda en devolucin, o distraccin, o reivindicacin de bienes embargados consiste en permitir al propietario de los bienes hacer reconocer su derecho de propiedad sobre los mismos; que dicha demanda est sometida a las disposiciones del artculo 608 del Cdigo de Procedimiento Civil, el cual establece: El que pretendiere ser propietario de todos o parte de los objetos embargados podr oponerse a la venta por acto notificado al depositario, y denunciado el ejecutante y a la parte embargada, conteniendo citacin motivada y enunciacin de las pruebas de propiedad, a pena de nulidad: se promover ante el tribunal del lugar de embargo, y se sustanciar como asunto sumario. El reclamante que sucumbiere ser condenado, si ha lugar, a daos y perjuicios en favor del ejecutante; Considerando, que, como se puede apreciar de lo antes dicho, la demanda en distraccin o reivindicacin de bienes se fundamenta sobre la existencia del derecho de propiedad; que, del examen de las motivaciones de la Corte a-qua,
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precedentemente transcritas, se ha podido verificar que efectivamente, la matrcula nm. 0479168, expedida por la Direccin General de Impuestos Internos (DGII), correspondiente al vehculo objeto del presente litigio, tiene como titular de la misma a la parte ahora recurrente, Financiera del Este, S. A., situacin por lo visto alegada y no controvertida; que, si bien es cierto que, como establece la Corte a-qua, la seguridad jurdica impone el reconocimiento por parte de los tribunales, de las prerrogativas a que da lugar la culminacin de los procesos de embargo, en proteccin de los licitadoresadquirientes, cuando stos lo son de buena fe, no menos cierto es que tambin es obligacin de los tribunales proteger el derecho de propiedad de los terceros cuando es vulnerado en tales procesos, de ah que, dichos procesos son nulos cuando son perseguidos sobre bienes determinados como no pertenecientes al deudor embargado; que, adems, si bien es cierto que en materia de muebles el artculo 2279 del Cdigo Civil establece una presuncin de propiedad en favor de quien posee la cosa, no menos verdadero es que, dicha presuncin sufre excepcin en determinados casos, como en el de la especie, cuando se trata de muebles que para establecerse su existencia e individualizacin se precisa de un registro pblico regulado por el Estado dominicano a travs de sus instituciones pblicas, verbigracia: el caso de las aeronaves, cuyos registros debe hacerse en la Direccin General de Aeronutica Civil, y se regula por la Ley nm. 505 del 22 de noviembre de 1969; los buques, cuyo registros debe hacerse en la Secretaria de Estado de Industria y Comercio, mientras se crea la Direccin de la Marina Mercante, y se regula por las Leyes nms. 180 del 21 de mayo de 1975 y 603 del 17 de mayo de 1977; y, los vehculos de motor, que es el caso que nos ocupa, los cuales deben ser registrados en el Departamento de Vehculo de Motor de la Direccin General de Impuestos Internos (DGII), en virtud del artculo 3 de la Ley nm. 241 del 29 de marzo de 1977, modificado por la Ley nm. 56 de 1989, el cual en su literal b), que se titula Certificado de Propiedad y Origen del Vehculo de Motor o Remolque, establece que el Director de Rentas Internas expedir una certificacin a cada vehculo de motor o remolque registrado numricamente, segn el tipo de
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vehculo correspondiente. Esta certificacin se denominar Certificado de Propiedad y Origen de Vehculo de Motor o Remolque y ser confeccionado de acuerdo a las disposiciones del Director de Rentas Internas; que, dicha excepcin se produce adems, en aquellos casos de muebles vendidos por contratos bajo el rgimen de la Ley nm. 483, sobre Ventas Condicionales de Muebles, de 1964, por estar estos contratos sometidos a un sistema de registro y publicidad que hace los mismos oponibles a terceros; y no transfieren al comprador el derecho de propiedad de los muebles as obtenidos, sino hasta que se haya pagado la totalidad del precio y cumplido las dems condiciones expresamente sealados en el contrato; Considerando, que al tratarse en la especie, del embargo hecho por los actuales recurridos de un vehculo de motor vendido por la ahora recurrente mediante un contrato de Venta Condicional de Muebles al seor Fernando Rodford, quien es deudor de los embargantes, la Corte a-qua hizo una incorrecta apreciacin del derecho al admitir el embargo sobre un bien no perteneciente al deudor, situacin que no ignoraba la Corte a-qua al dar por establecido que la matrcula del vehculo embargado se encontraba a nombre de Financiera del Este, S. A., demandante original en devolucin, como se ha visto; que, en tales circunstancias, la sentencia impugnada debe ser casada por los medios aqu examinados, sin necesidad de ponderar el primer medio del recurso. Por tales motivos, Primero: Casa la sentencia dictada el 7 de agosto de 2003, por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de San Pedro de Macors, cuyo dispositivo figura en parte anterior de este fallo, y enva el asunto por ante la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, en las mismas atribuciones; Segundo: Condena a la parte recurrida al pago de las costas procesales, con distraccin de las mismas en favor del Dr. Ferrer Columna, abogado de la parte recurrente, quien afirma haberlas avanzado en su totalidad. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la
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misma en la ciudad de Santo Domingo de Guzmn, en su audiencia pblica del 9 de noviembre de 2005. Firmado: Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada, firmada y pronunciada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Rechaza Audiencia pblica del 6 de abril del 2005. Preside: Rafael Luciano Pichardo.
Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones al Dr. Bienvenido Montero De los Santos, abogado de la parte recurrente; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General del Repblica, el cual termina as: Que procede rechazar el recurso de casacin interpuesto por la Sra. Celeste Aurora Rosario Vda. Del Villar, contra la sentencia dictada por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, en fecha 9 del mes de mayo del ao 2001; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 26 de febrero de 2003, suscrito por el Dr. Bienvenido Montero De los Santos, abogado de la parte recurrente, en el cual se invoca el medio de casacin que se indica ms adelante; Visto el memorial de defensa depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 4 de abril de 2003, suscrito por el Dr. Luis E. Florentino Lorenzo, abogado de la parte recurrida, Elsa Ramona Altagracia Del Villar Matos, Ana Evangelista Del Villar Matos, Betty Altagracia de Jess Del Villar Pichardo y Rosmary Mercedes Edelmira Del Villar Pichardo; Vista la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley No. 156 de 1997, y los artculos 1 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; La CORTE, en audiencia pblica del 1ro. de octubre de 2003, estando presente los Jueces: Rafael Luciano Pichardo, Presidente de la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, Margarita A. Tavares, Eglys Margarita Esmurdoc, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado, asistidos de la secretaria general, y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que la sentencia impugnada y los documentos a que ella se refiere hacen constar: a) que con motivo de una demanda en particin de bienes relictos incoada por Elsa Ramona Altagracia Del Villar Matos, Ana Evangelista
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Del Villar Matos, Betty Altagracia de Jess Del Villar Pichardo y Rosmary Mercedes Edelmira Del Villar Pichardo, contra Celeste Aurora Rosario Viuda del Villar, la Cmara Civil y Comercial de la Primera Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional dict el 26 de septiembre de 1997, una sentencia cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Rechaza la solicitud de reapertura de debates hecha por la parte demandada seora Celeste Aurora del Rosario, por los motivos expuestos en los considerandos de esta misma sentencia; Segundo: Ratifica el defecto pronunciado en audiencia en contra de la parte demandada, seora Celeste Aurora Viuda Del Villar, por falta de concluir, no obstante haber sido legalmente citada por acto de avenir marcado con el No. 0568/96 de fecha 16 de julio de 1996, del ministerial Martn Gonzlez Hiciano, alguacil de estrados de la Corte de Apelacin de Trabajo del Distrito Nacional; Tercero: Acoge como buena y vlida tanto en la forma como en el fondo la presente demanda en particin de bienes relictos, intentada por Elsa Ramona Altagracia Del Villar Matos, Ana Evangelista Del Villar Matos, Betty Altagracia de Jess Del Villar Pichardo y Rosmary Mercedes Edelmira Del Villar Pichardo, contra la seora Celeste Aurora Viuda Del Villar, por haber sido hecha conforme a la ley y reposar sobre base legal; y en consecuencia: a) Ordena la particin y liquidacin de los bienes relictos por el seor Euripides Del Villar, segn derechos respectivos de las partes en comn; b) Auto-designa al Magistrado JuezPresidente de este Tribunal para presidir las operaciones de particin y liquidacin de las sucesiones de que se trata en la especie; c) Designa a la Lic. Luz Aybar Ferrano, como perito, para que previo juramento inspeccione los bienes a partir, haga estimacin de los mismos y diga si son o no de cmoda divisin en naturaleza, para as proceder de conformidad con las disposiciones legales; d) Designa a la Dra. Carmen Gonzlez, Notario Pblico de los del nmero del Distrito Nacional, para que proceda a las operaciones de cuenta, particin y liquidacin, previo juramento de ley; e) Dispone que las costas sean puestas a cargo de la masa a partir; y f) Comisiona al ministerial Rafael ngel Pea Rodrguez, alguacil de estrados
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de este Tribunal, para la notificacin de la presente sentencia (sic); b) que sobre el recurso de apelacin interpuesto intervino la sentencia ahora impugnada con el siguiente dispositivo: Primero: Acoge en cuanto a la forma y rechaza en cuanto al fondo el recurso de apelacin interpuesto por Celeste Aurora Rosario Vda. Del Villar contra la sentencia de fecha 26 de septiembre de 1997, dictada por la Cmara de lo Civil y Comercial de la Primera Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, en favor de las seoras Elsa Ramona Altagracia Del Villar Matos, Ena Evangelista Del Villar Matos, Betty Altagracia de Jess Del Villar Pichardo y Rosemary Mercedes Edelmira Del Villar Pichardo, por los motivos expuestos; Segundo: Confirma en todas sus partes la sentencia impugnada; Tercero: Condena a la seora Celeste Aurora Rosario Viuda Del Villar al pago de las costas del procedimiento, ordenndose su distraccin en favor y provecho del Dr. Luis E. Florentino y del Licdo. Jos Nez Cceres, abogados quienes afirman avanzarlas en su mayor parte; Considerando, que la parte recurrente propone contra la sentencia atacada el siguiente medio: nico Medio: Reconocimiento de la aplicacin del artculo 815 del Cdigo Civil; pero desnaturalizacin de motivos respecto bienes inmuebles que integran la sucesin y falta de base legal; Considerando, que en el desarrollo de su nico medio la recurrente alega, en sntesis, que hay que reconocer que ciertamente el papel del juez ante una demanda en particin es ms bien de carcter administrativo y la particin debe hacerse obligatoriamente en justicia, salvo si uno de los coherederos rehsa consentir en la particin o promueve contestaciones respecto al modo de proceder, o sea sobre la manera de determinarla; que entre los bienes relictos que integran dicha sucesin, la nica escisin existente entre las partes en litis es el Solar No. 7, Reformado B, Manzana No. 2343, amparado bajo el Certificado de Ttulo No. 78-1303, expedido a favor de la actual recurrente; que, los jueces del fondo no ponderaron dicho Certificado de Ttulo;
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Considerando, que, en cuanto al aspecto que se examina la Corte a-qua expres para fundamentar su decisin que, al dictar su sentencia el Juez de primera instancia cumpli con el mandato de orden pblico de la ley, debiendo verificar que se hayan depositado los documentos requeridos a los fines de ejercer el derecho a provocar la particin, como son, en el caso de la particin sucesoral, las actas de nacimientos que prueban la filiacin de los hijos con el difunto, si los hubiere, y el acta de matrimonio si el causante estaba casado a la fecha de su deceso; que en la especie, dice la Corte a-qua, el juez de primer grado comprob la filiacin de las seoras Elsa Altagracia y Ena Evangelista Del Villar Matos, y Betty Altagracia de Jess y Rosemary Mercedes Edelmira Del Villar Pichardo, a la vista de sus actas de nacimientos, las cuales fueron igualmente depositadas ante esta jurisdiccin de alzada; que una vez comprobada la vocacin y calidad de los llamados a la particin, queda proceder a ordenar la misma, primeramente ordenando que se forme un inventario de los bienes sucesorales a cargo de un notario nombrado al efecto; en segundo lugar, que se nombren los peritos que se encargarn de tasar los bienes sucesorales e indicar si los mismos son o no de cmoda divisin, y finalmente designando un juez comisario, que puede ser el mismo juez que conozca de la particin, para que resuelva todo lo relativo a las operaciones de particin, procediendo a la liquidacin de la masa general de bienes, arreglando los lotes y las cantidades que hayan de asignarse a cuenta de cada uno de los herederos o causahabientes; Considerando, como ha sido juzgado por esta Corte de Casacin, que la demanda en particin comprende una primera etapa, en la cual el tribunal debe limitarse a ordenar o rechazar la particin, y una segunda etapa que consistir en las operaciones propias de la particin, a cargo del notario y los peritos que deber nombrar el tribunal apoderado en su decisin a intervenir en la primera etapa, as como la designacin del juez comisario para resolver todo lo relativo al desarrollo de la particin, cuyas operaciones evalan y determinan los bienes que le correspondan a cada uno de los coherederos y si son o no de cmoda divisin, de conformidad
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con los artculos 824, 825 y 828 del Cdigo Civil; que el artculo 822 del mismo cdigo dispone que las cuestiones litigiosas que se susciten en el curso de las operaciones, se sometern al tribunal del lugar en que est abierta la sucesin; que, como se puede apreciar en la especie, las pretensiones de la actual recurrente, an en su condicin de cnyuge superviviente, resultaron prematuras al proponerlas en la primera etapa de la particin, por tratarse de una cuestin litigiosa sobre el derecho de propiedad de uno de los bienes a partir, que debe ser propuesta ante el juez comisario designado para presidir las operaciones de cuenta, particin y liquidacin de la sucesin que rendir el informe correspondiente al tribunal, el cual, luego de sto, resolver las cuestiones pendientes, segn lo establecido en el artculo 823 -parte infine- del Cdigo Civil; que, en consecuencia, la Corte a-qua no incurri en los vicios denunciados, por lo que el medio propuesto por la recurrente carece de fundamento y debe ser desestimado y a su vez el recurso de que se trata. Por tales motivos: Primero: Rechaza el recurso de casacin interpuesto por Celeste Aurora Rosario Vda. Del Villar, contra la sentencia dictada el 9 de mayo del 2001, por la Cmara Civil de la Corte de Apelacin de Santo Domingo (ahora del Distrito Nacional), cuyo dispositivo figura en parte anterior de este fallo; Segundo: Condena a la parte recurrente al pago de las costas procesales, con distraccin de las mismas en favor del Dr. Luis E. Florentino Lorenzo, abogado de la parte recurrida, quien afirma haberlas avanzado en su mayor parte. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma en su audiencia pblica del 6 de abril de 2005. Firmado: Rafael Luciano Pichardo, Margarita A. Tavares, Eglys Margarita Esmurdoc, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada, firmada y pronunciada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Casa-Rechaza Audiencia pblica del 21 de diciembre del 2005. Preside: Rafael Luciano Pichardo.
Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica, el cual termina as: Que procede rechazar el recurso de casacin interpuesto contra la sentencia No. 120, dictada por la Cmara Civil de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, en fecha 29 de abril del 2004, por los motivos expuestos; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 9 de septiembre de 2004, suscrito por el Licdo. Andrs Zabala Luciano, abogado de la parte recurrente, en el cual se invocan los medios de casacin que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 28 de septiembre de 2004, suscrito por el Dr. Otto Rafael Adames Fernndez y el Licdo. Saturnino Lasose Ramrez, abogados de la parte recurrida Manuel Modesto Cabrera Salas (Ney Nilo); Vista la Ley nm. 25 de 1991, modificada por la Ley nm. 156 de 1997 y los artculos 1, 20 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; La CORTE, en audiencia pblica del 16 de mayo de 2005, estando presente los jueces Rafael Luciano Pichardo, Presidente; Eglys Margarita Esmurdoc, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado, asistidos de la secretaria general, y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere consta: a) que con motivo de una demanda en resolucin de contrato de cesin de derechos y reclamacin de daos y perjuicios, incoada por Manuel Modesto Cabrera (Ney Nilo) contra la compaa Jos Luis Records, C. por A., la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, Quinta Sala, dict el 11 de junio de 2002, una sentencia cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Se rechazan las conclusiones incidentales planteadas por la parte demandada Jos Luis Rcords, C. por
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A., representada por el seor Jos Altagracia Santos, por los motivos expuestos en el cuerpo de la presente decisin; Segundo: En cuanto al fondo de la demanda en resolucin de contrato y cesin de derecho y daos y perjuicios, la misma se declara buena y vlida en cuanto a la forma y en cuanto al fondo se acogen modificadas las conclusiones de la parte demandante seor Manuel Modesto Cabrera (Ney Nilo); Tercero: Se declara resuelto y sin ningn efecto jurdico el contrato de editor firmado en fecha 10 de mayo del 1995, entre los seores Manuel Modesto Cabrera (Ney Nilo) y la empresa Jos Luis Records, C. por A., representada por su presidente el seor Jos Altagracia Santos; Cuarto: Se rechaza la solicitud hecha por el demandante de devolucin de cinta master, por los motivos expuestos, en el cuerpo de la presente decisin; Quinto: Se rechaza la solicitud de astreinte hecha por el demandante, por los motivos antes expuestos; Sexto: Se condena al demandado Jos Luis Records, representado por el seor Jos Altagracia Santos, al pago de la suma de quinientos mil pesos con 00/100 (RD$500,000.00), como justa indemnizacin por concepto de los daos y perjuicios sufridos por la parte demandante seor Manuel Modesto Cabrera (Ney Nilo) como consecuencia del incumplimiento del referido contrato; Sptimo: Condena a la parte demandada Jos Luis Records, C. por A., representada por el seor Jos Altagracia Santos, al pago de las costas ordenando su distraccin a favor del Licdo. Juan Manuel Ubiera, quien afirma haberlas avanzado en su totalidad; (sic); b) que sobre el recurso de apelacin interpuesto intervino la sentencia ahora impugnada con el siguiente dispositivo: Primero: Declara buenos y vlidos en cuanto a la forma los recursos de apelacin parciales interpuestos el principal por Manuel Modesto Cabrera y el incidental por la compaa Jos Luis Records, C. por A., ambos contra la sentencia nm. 038-2000-0062 de fecha 11 de junio del ao 2002, dictada por la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, Quinta Sala, por ser conforme al derecho; Segundo: En cuanto al fondo, acoge el recurso de apelacin principal y en consecuencia, modifica los ordinales cuarto y sexto de dicha sentencia, para que en lo adelante se lean como sigue: Cuarto: Ordena la
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devolucin al demandante de la cinta master de que se trata; Sexto: Se condena al demandado Jos Luis Records, al pago de la suma de setecientos mil pesos dominicanos (RD$700,000.00), como justa reparacin por concepto de los daos y perjuicios morales y materiales sufridos por el demandante, seor Manuel Modesto Cabrera (Ney Nilo); confirma en los dems aspectos la sentencia apelada por los motivos precedentemente expuestos; Tercero: Rechaza el recurso de apelacin incidental interpuesto por la compaa Jos Luis Records, C. por A., antes descrito, por los motivos expresados en el cuerpo de esta sentencia; Cuarto: Condena a la parte recurrente incidental, la compaa Jos Luis Records, C. por A., al pago de las costas del procedimiento, ordenando su distraccin en favor y provecho de los abogados de la parte recurrente, Lic. Dilia Leticia Jorge Mera, Lic. Juan Manuel Ubiera y Saturnino Lasos Ramrez, quienes afirman haberlas avanzado en su totalidad; Considerando, que la parte recurrente en su memorial de casacin propone los siguientes medios: Primero: Insuficiencia de motivos de hecho y de derecho. Violacin del artculo 141 de nuestro Cdigo de Procedimiento Civil; Segundo: Violacin o desconocimiento al artculo 1134 del Cdigo Civil. Falta y mala aplicacin del derecho. Desnaturalizacin de principios legales; Considerando, que la parte recurrente, en sus dos medios de casacin propuestos, reunidos para su examen por su vinculacin y por convenir a la solucin del presente caso, alega, en sntesis, que el tribunal de segundo grado viol las disposiciones del artculo 141 del Cdigo de Procedimiento Civil, ya que la sentencia impugnada adolece de una falta de exposicin sumaria de los puntos de hecho y de derecho, de los fundamentos legales y del dispositivo de la sentencia; que respecto al contrato de venta y cesin de derechos de una cinta master, vendi una persona que era duea y que tena capacidad para hacerlo, sin embargo, la Corte a-qua ordena que se devuelva una cosa que ya no es del vendedor, Manuel Modesto Cabrera (Ney Nilo), de lo que nicamente conserva la paternidad; que el tribunal de alzada no tom en cuenta
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que para un contrato ser resuelto, debe haber un incumplimiento de lo convenido; que el artculo 12 de la Ley nm. 65-2000 sobre Derecho de Autor, establece que la relacin laboral respecto a la titularidad de los derechos patrimoniales pueden ser transferidos y se regirn por lo pactado entre las partes, es decir, que se pueden transferir los derechos patrimoniales de una obra, no la paternidad y titularidad de la misma; que en las operaciones realizadas entre el seor Manuel Modesto Cabrera y Jos Luis Records, C. por A., no se falt a previsiones legales algunas, ya que como bien lo estipula el artculo 19 de la Ley 65-2000 y 20 de la Ley nm. 32-86, el autor de una obra puede disponer libremente de la misma, a ttulo oneroso o gratuito, que fue lo que hizo el Sr. Manuel Modesto Cabrera, por lo que estamos frente a normales y legales operaciones de comercio entre los contratantes; que, dice la recurrente, en la sentencia impugnada se aprecia errneamente el artculo 1184 del Cdigo Civil, el cual establece que la parte a quien no se le cumpli lo pactado ser rbitra de precisar a la otra la ejecucin de la convencin, siendo posible pedir judicialmente la rescisin de aquella y el abono de daos y perjuicios, nosotros decimos que de ser cierto, slo sera posible respecto al contrato de editor, no as respecto de una cosa ya vendida; que la Corte a-qua incurri en la violacin del artculo 1134 del Cdigo Civil, ya que desconoci una convencin legal y legtimamente convenida entre las partes y no atacada por el hoy recurrido, teniendo ambas partes capacidad, calidad e inters para contratar; que, acota finalmente la recurrente, el vendedor, Manuel Modesto Cabrera, nunca ha negado haber suscrito el acto de venta de la cinta master con la parte recurrente, por lo que no se entienden los motivos que indujeron a la Corte a-qua a anular dicho contrato, ms an cuando se trata de algo no solicitado; Considerando, que respecto al alegato de la parte recurrente de que en el presente caso existe violacin a la Ley nm. 65del 2000, sobre Derecho de Autor, esta Corte de Casacin ha verificado que en la especie, el contrato de edicin intervenido entre Manuel Modesto Cabrera y la casa editora Jos Luis Records, C. por A., el cual est siendo impugnado, es de fecha 10 de mayo del ao 1995, lo que permite afirmar que la
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legislacin aplicable, de conformidad con el principio constitucional de la no retroactividad de la ley, es la que rega al momento de convenido el mismo es decir, la Ley nm. 3286, del 4 de julio del 1986; en esa virtud, procede desestimar los alegatos de la recurrente que tengan como fundamento disposiciones de la Ley nm. 65- del 2000, por no ser la aplicable al caso; Considerando, que en relacin al argumento de la parte recurrente de que existe violacin al artculo 141 del Cdigo de Procedimiento Civil, esta Corte de Casacin ha constatado que en la especie, la Corte a-qua ha cumplido con lo previsto en dicha disposicin legal en lo relativo a los requisitos de forma que deben estar presentes en la redaccin de una sentencia, toda vez que esta contiene una exposicin completa de los puntos de hecho y de derecho atinentes al caso, y se han expuesto las razones que llevaron a dicho Tribunal de alzada a decidir como lo hizo en su dispositivo, lo que ha permitido a esta Corte determinar si la ley ha sido bien o mal aplicada respecto a los dems argumentos de casacin propuestos, como se har a continuacin; que, por tanto, el alegato examinado relativo a la violacin del artculo 141 del Cdigo de Procedimiento Civil, carece de fundamento y debe ser desestimado; Considerando, que la parte recurrente alega, adems, que, si bien es posible pedir judicialmente la resolucin de la convencin en la que se haya incurrido en algn incumplimiento, o perseguir la parte afectada la ejecucin de la convencin y el abono de daos y perjuicios, no menos cierto es que, en la especie, esto slo es posible respecto al contrato de edicin, no as respecto del contrato de venta de la cinta master, la cual es una cosa ya vendida y cuya resolucin no debi ser ordenada; que en este aspecto, esta Corte de Casacin ha verificado que la Corte a-qua para fundamentar la resolucin del contrato de venta de la cinta master y su consecuente devolucin expres que un contrato de explotacin de obra como el de la especie, supone que el beneficiario de dicha cesin debe tener la posibilidad material de reproducir las obras; y continu expresando que aunque
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en el contrato de referencia no se hizo mencin de la cinta master, es evidente que la cesin de sta estaba incluida, ya que sin la misma la explotacin y comercializacin de las obras artsticas no era posible; que el denominado contrato de venta de la cinta master no es independiente del contrato anterior, sino que forma parte del mismo, y en tal sentido, debe seguir la misma suerte de este ltimo, concluye la cita del fallo atacado; Considerando, que conforme a las comprobaciones plasmadas en la sentencia impugnada, se determina que mediante contrato de edicin de fecha 10 de mayo del ao 1995, Manuel Modesto Cabrera y la casa editora Jos Luis Records, C. por A., convinieron en que el primero autorizaba al segundo a realizar toda clase de explotacin comercial en cualquier parte del mundo de determinadas composiciones musicales o canciones de su autora, comprometindose la editora a pagar la suma de RD$2,000.00, como avance de las regalas que recibira el compositor al momento de la firma del contrato, y el cincuenta por ciento del monto de los beneficios de las explotaciones, y presentarle los balances o cuentas de los beneficios obtenidos, el cual contrato tendra una duracin de cinco aos a partir de la fecha de la firma; que en esa misma fecha fue celebrado otro contrato bajo firma privada entre Manuel Modesto Cabrera y la casa editora Jos Luis Records, C. por A., quienes convinieron que el primero le venda a la segunda una cinta master de su propiedad contentiva de las canciones o composiciones musicales que le autorizaba a comercializar por el contrato de edicin precedente, por el precio de RD$50,000.00, suma exigible al momento de la firma del contrato; Considerando, que el artculo 3 de la Ley nm. 32-86 sobre Derecho de Autor, expresa que El derecho del autor es un derecho inmanente que nace con la creacin de la obra. Las formalidades que esta ley consagra son para dar publicidad y mayor seguridad jurdica a los titulares de los derechos que se protegen; que, asimismo, el artculo 20, de dicha ley expresa que Los autores de obras cientficas, literarias o artsticas y sus causahabientes tienen la libre disposicin de su obra a ttulo
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gratuito u oneroso, y por tanto, derecho a autorizar o prohibir: ... f) la venta, locacin y usufructo; que del anlisis de dichos textos legales se infiere que en materia de derecho de autor, el soporte material que contiene la obra no est ligado indisolublemente al contrato de edicin, sino que ese soporte (la cinta master, en la especie) puede ser enajenado de manera independiente, no implicando esto que el adquiriente pueda tener algn derecho de explotacin sobre la obra propiamente dicha, contenida en el objeto material que la sustenta, ms all que lo estipulado en el contrato de edicin; Considerando, que, en la especie, el contrato de venta de la cinta master, la cual constituye el soporte tangible de la obra musical del recurrido y que contiene las canciones producidas por el autor, debidamente grabadas mediante los recursos tcnicos adecuados, fue formalizado por separado del contrato de edicin cuya resolucin fue ordenada por la Corte a-qua, al retener dicho tribunal de alzada como causa fundamental para declarar resuelto el contrato de edicin, que la recurrente no cumpli con su obligacin de realizar los informes puestos a su cargo durante todos los semestres del perodo de vigencia del contrato, y tampoco la de pagar el 50% de los beneficios que haba obtenido, omisiones por las cuales result comprometida la responsabilidad contractual de la editora, tal como constat dicha Corte; Considerando, que, en tal sentido, la Corte a-qua al estimar que el contrato de venta de cinta master y el de explotacin de la obra corren la misma suerte, -asunto vital impugnado-, por tratarse de lo mismo, pronunciando en consecuencia la revocacin de ambos, incurri en una mala interpretacin de la ley y exceso de poder, toda vez que si bien es cierto que un contrato de explotacin de obra musical, como el de la especie, supone que el beneficiario de dicha cesin debe tener un ejemplar de la obra a explotar, en este caso, una cinta debidamente grabada contentiva de las canciones correspondientes, para su debida reproduccin, no menos cierto es que ese ejemplar no fue cedido por medio del contrato de edicin o reproduccin cuya resolucin por incumplimiento fue ordenada, sino que dicho ejemplar fue transferido a ttulo
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oneroso por medio de un contrato de venta separado, donde el autor cedi desde ese momento y para siempre la denominada cinta master a cambio del pago del precio que fue pactado al momento de la firma y suscripcin del mismo, quedando en consecuencia, fuera de la propiedad del autor dicha cinta, la cual, segn la ley que rige esta materia, es perfectamente enajenable; Considerando, que si bien, como se ha visto, los autores de obras cientficas, literarias o artsticas y sus causahabientes tienen libre disposicin de su obra a ttulo gratuito u oneroso, por lo que pueden autorizar o prohibir su venta, locacin y usufructo, cuando se conviene un contrato de edicin entre el autor y el editor, ste no puede cumplir con su obligacin de reproducirla, en el caso de la especie, y promoverla, si no se le hace entrega al editor de los originales, en el caso, la cinta master contentiva de los temas (composiciones) objeto del contrato de edicin; que el hecho de que el soporte material (cinta master) se entregara al editor por medio de un contrato de venta, como en efecto ocurri, ello slo implicaba el derecho del editor de realizar y ejercer cuantas facultades y prerrogativas fueron consignadas en su favor en el contrato de edicin durante el tiempo de su vigencia, acordada en cinco (5) aos a partir de su firma, pues de otro modo, es decir, sin la entrega de la cinta master, como lo apreci la Corte a-qua, la ejecucin del contrato de edicin se hubiera hecho imposible; que como el autor, quien para los fines del contrato de edicin debi entregar sin costo el fonograma original, prefiri enajenarlo por un contrato de venta en favor del editor, ste conserva la cosa por haberla adquirido pagando un precio, no as su contenido, cuyo uso qued regulado por el contrato de edicin, sujeto a las previsiones proteccionistas de la Ley sobre Derecho de Autor aplicable al caso, y, en consecuencia, las cuestiones convenidas entre las partes en el referido contrato no implican en modo alguno menoscabo al derecho inmanente y perpetuo que nace con la creacin de la obra y del cual es titular el autor, lo cual es independiente, como se ha expresado, de la propiedad o posesin del soporte material que la contiene; que a este respecto el artculo 70, en su parte capital de la Ley nm. 32-86, bajo la rbrica Del Contrato de Edicin, dis179
pone lo siguiente: Los originales debern ser entregados al editor en el plazo y en la forma que se hubieren pactado. A falta de estipulacin al respecto, se entender que la entrega deber hacerse dentro del plazo de sesenta das desde la fecha y firma del contrato, lo que explica lo antes dicho; Considerando, que el uso de la cinta master por el editor ms all del trmino estipulado en el contrato de edicin, entrara en la categora de licencia no voluntaria en virtud de la cual el editor puede, por va de excepcin, una vez concluido el contrato de edicin, hacer otras grabaciones o reproducciones de la misma obra sin necesidad de nueva autorizacin, bajo las condiciones siguientes: que la nueva licencia no implique exclusividad; que sea intransferible; que respete el derecho moral del autor y que asegure al autor una remuneracin equitativa, nunca inferior a la convenida originalmente en el contrato de edicin; Considerando, que procede compensar las costas del procedimiento por haber sucumbido ambas partes en algn punto de sus pretensiones. Por tales motivos: Primero: Casa el ordinal segundo de la sentencia dictada por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, el 29 de abril de 2004, cuyo dispositivo figura en parte anterior de este fallo, por va de supresin y sin envo, en cuanto ordena la devolucin al demandante original de la cinta master de que se trata; Segundo: Rechaza en los dems aspectos el recurso de casacin incoado por Jos Luis Records, C. por A., contra la indicada sentencia; Tercero: Compensa las costas. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma en la ciudad de Santo Domingo de Guzmn, en su audiencia pblica del 21 de diciembre del 2005. Firmado: Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General.
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La presente sentencia ha sido dada, firmada y pronunciada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Ejercicio de la abogaca. Incompatibilidades. Funciones de Secretario de Estado. Sentencia del 2 de marzo de 2005.
Sentencia impugnada: Materia: Recurrentes: Recurrida: CAMARA CIVIL Civil. Hielo rtico, S. A. y Jos Alberto Prats Herrera. Tiradente Air Cargo, S. A. Cmara Civil de la Corte de
Rechaza Audiencia pblica del 2 de marzo del 2005. Preside: Rafael Luciano Pichardo.
203131 serie 1ra. con su domicilio y residencia en la casa marcada con el No. 39, de la calle Los Robles, del ensanche Las Carmelitas de esta ciudad, contra la sentencia dictada por la Cmara Civil de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, el 2 de febrero de 1999, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo en la lectura de sus conclusiones al Dr. Eddy Domnguez Luna, abogado de la parte recurrente; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia, el 22 de febrero de 1999, suscrito por el Dr. Eddy Domnguez Luna, abogado de los recurrentes, en el cual se proponen los medios de casacin que se transcriben ms adelante; Visto el memorial de defensa depositado en la Secretara General de la Suprema, el 14 de septiembre del 1999, suscrito por el Dr. Franklyn Almeyda Rancier y Lic. Julio Horton, abogado de la parte recurrida, Tiradente Air Cargo, S. A.; Vista la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley No. 156 de 1997; La Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado y visto los textos legales invocados por la parte recurrente y los artculos 1, 5 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere consta: a) que con motivo de una demanda en cobro de pesos y validez de embargo retentivo, incoada por Tiradentes Air Cargo, S. A. (TACSA), contra Hielo rtico, S. A., la Cmara Civil y Comercial de la Segunda Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, dict el 20 de mayo de 1997, una sentencia con el siguiente dispositivo: Primero: Declara buena y vlida en la forma la demanda en cobro de pesos y embargo retentivo trabado por Tiradentes Air Cargo, S. A., (Tacsa) con184
tra los seores Jos Alberto Prats Herrera, Rosa N. Minio y/ o Hielo Artico, S. A.; Segundo: Condena a los seores Jos Alberto Prats Herrera, Rosa N. Minio y/o Hielo Artico, S. A., a pagar solidariamente a la demandante la suma de seiscientos veinticinco mil pesos oro dominicanos (RD$625, 000.00) y cincuenta y siete mil dlares (US$57,000.00), o su equivalente en pesos dominicanos, por concepto de transporte de equipos desde los Estados Unidos de Norteamrica, hasta la Repblica Dominicana; Tercero: Ordena que las sumas o valores que detenten los terceros embargados, Inmobiliaria Lada, Secretara de Estado de Obras Pblicas y Comunicaciones y el Banco Mercantil, S. A. sean pagados en manos de Tiradente Air Cargo, S. A. (Tacsa), en deduccin o hasta la concurrencia del monto de su crdito en principal y accesorio; Cuarto: Ordena la ejecucin provisional y sin fianza de la presente sentencia, no obstante cualquier recurso que se interponga contra la misma; Quinto: Condena al seor Jos Alberto Prats Herrera, Rosa N. Minio y/o Hielo Artico, S. A. al pago de las costas del procedimiento, distradas a favor de los Dres. Franklin Almeida Rancier y Julio Anbal Fernndez, por haberlas avanzado en su totalidad; b) que sobre el recurso interpuesto intervino la sentencia ahora impugnada con el siguiente dispositivo: Primero: Declara regular y vlido en cuanto a la forma, pero rechaza en cuanto al fondo, el recurso de apelacin interpuesto por la compaa Hielo rtico, S. A., y el seor Jos Alberto Prats Herrera, contra la sentencia marcada con el No. 573/97, dictada en fecha 20 de mayo de 1997, por la Cmara Civil y Comercial de la Segunda Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, a favor de la compaa Tiradentes Air Cargo, S. A. (TACSA); en consecuencia: Segundo: Confirma en todas sus partes la sentencia apelada, por los motivos precedentemente expuestos; Tercero: Condena a las partes apelantes, compaa Hielo rtico, S. A., y seor Jos Alberto Prats Herrera, sucumbientes en la presente instancia, al pago de las costas, con distraccin de las mismas en provecho de los Dres. F. Almeyda Rancier, Julio Anbal Fernndez y Julio Csar Horton, abogados, quienes han afirmado haberlas avanzado en su mayor parte;
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Considerando, que la recurrente propone en su memorial los medios de casacin siguientes: Primero Medio: Falta de base legal; Segundo Medio: Violacin a las Leyes 5136 del 1922 y 22 del 1963; Tercer Medio: Violacin del artculo 141 del Cdigo de Procedimiento Civil; Cuarto Medio: Violacin al derecho de defensa; Considerando, que la recurrente en su primer medio de casacin alega, en sntesis, que tanto la sentencia de primer grado, como la dictada por la Cmara Civil de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, que ratific aquella, hicieron estado con un documento que por su naturaleza es atributivo de competencia, exclusiva del Juzgado de Paz, o sea, el contrato de prstamo con prenda sin desapoderamiento, inscrito bajo el nmero 073, del 30 de agosto del 1994, ante el cual la Cmara Civil de la Corte de Apelacin debi pronunciar la incompetencia de la jurisdiccin de primer grado, en razn de que sta slo acta como jurisdiccin de segundo grado en relacin a un contrato como el que antes se anota, a ms de que el referido tribunal de alzada debi declarar su propia incompetencia; que el presente medio, pese a no haber sido presentado ante los jueces del fondo, tiene un carcter de orden pblico; que, de otra parte, habiendo la sentencia de segundo grado confirmado la de primer grado, est impregnada de una nulidad absoluta, por causa de la intervencin como abogado de la recurrida del Dr. Franklyn Almeyda Rancier, quien en ocasin del conocimiento de las demandas en primer grado estaba investido con la condicin de Secretario de Estado, como Comisionado para la Reforma y Modernizacin de la Justicia, y por tanto comprendido entre los funcionarios a quienes el artculo 6 de la Ley No. 821, de Organizacin Judicial, prohbe ejercer la abogaca; Considerando, en cuanto a lo segundo, que el referido artculo 6 de la Ley No. 821, de 1927, ciertamente prohbe a los jueces, funcionarios del ministerio pblico y a los empleados judiciales ejercer la abogaca o cualquier otra profesin que lo distraiga del cumplimiento de sus deberes oficiales o que sea incompatible con la dignidad del cargo que desempean; que, sin embargo, las funciones del Comisionado de Apoyo para la
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Reforma y Modernizacin de la Justicia, son desempeadas por un funcionario estatal, con rango de Secretario de Estado, que no realiza ninguna actividad o funcin judicial ni del ministerio pblico, ya que su misin se concreta, conforme al Decreto que crea ese cargo, a servir de apoyo a la reforma y modernizacin de la justicia, por lo que los funcionarios y empleados de dicho organismo, que no forma parte de la estructura judicial, no estn comprendidos en la prohibicin del citado artculo 6 de la Ley No. 821, de Organizacin Judicial; que, en cuanto a lo primero, si bien es vlido que el contrato de prstamo con prenda sin desapoderamiento, inscrito conforme a la ley en el Juzgado de Paz de la Segunda Circunscripcin del Distrito Nacional bajo el No. 073-94, del libro 1-94 el 30 de agosto de 1994, atribuye competencia exclusiva a esa jurisdiccin para la ejecucin de este tipo de contrato, como el celebrado entre las partes el 1ro. de agosto de 1994, contentivo de un reconocimiento de deuda de Hielo Artico, S. A., en favor de Tiradentes Air Cargo, S. A. (Tacsa), es tambin vlido que en dicho contrato, el cual forma parte del expediente y es invocado por la recurrente para fundamentar la incompetencia de la jurisdiccin de derecho comn, que en el mencionado contrato las partes incluyeron una estipulacin del tenor siguiente: Sexto: Opcin en la ejecucin de las garantas.- La acreedora podr elegir a su opcin en caso de incumplimiento en el pago o en una cualquiera de las obligaciones pactadas, o por la ejecucin del pagar notarial ya mencionado o por cualquier va de derecho distinta a la ejecucin prendaria, sin que la misma implique renuncia de la acreedora a ninguna otra de las dems vas que le corresponden en su condicin de acreedora; que al apoderar la acreedora a la Cmara Civil y Comercial de la Segunda Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, para que conociera de sus demandas contra la deudora en cobro de pesos y en validez de embargo retentivo que fueron fusionadas, no hizo ms que hacer uso del derecho de opcin que se le reconoci en el contrato para el cobro de la deuda por otra va de derecho distinta a la ejecucin prendaria, lo cual no puede ser criticado por la actual recurrente, por lo cual el medio examinado carece de fundamento y debe, por tanto, ser desestimado;
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Considerando, que la recurrente en sus medios segundo, tercero y cuarto, los que se renen para su examen por su estrecha relacin, alega, en sntesis, que la Corte a-qua viol las Leyes 5136 de 1922 y 22 de 1963, que organizan y rigen lo concerniente al procedimiento a seguir para hacer valer una pieza redactada en otro idioma, al ordenar por sentencia del 20 de octubre de 1998, la reapertura de los debates no obstante reconocer que el documento presentado por la parte intimada en apoyo de su solicitud estaba redactado en idioma ingls; que al expresar la sentencia impugnada en su pgina trece que el documento en cuestin (un Bill of Lading o Carta de Embarque, como afirma la recurrente en su memorial de casacin), estaba traducido, tal comprobacin es una falsedad, en razn de que en la audiencia del 19 de noviembre de 1998, el asunto qued en estado, y, por consiguiente, cerrada la posibilidad de que fuera depositada la pieza, permaneciendo, para fines del fallo de definitivo, en ingls; que al ratificar las conclusiones por ella (la recurrente) vertidas en la audiencia del 12 de noviembre de 1997, se remiti a esas conclusiones, las cuales no fueron ni admitidas ni rechazadas en la sentencia impugnada, lo que constituye una violacin al artculo 141 del Cdigo de Procedimiento Civil que dispone entre otras cosas, que la redaccin de las sentencias debe contener las conclusiones de las partes, la exposicin sumaria de los puntos de hecho y de derecho; que la sentencia de la Corte a-qua, por causa de haber confirmado la de primer grado, arrastra los vicios de sta; que en la audiencia del 25 de febrero de 1997, por ante el tribunal de primer grado fue ordenada una comunicacin de documentos, despus de las partes haber concluido al fondo, al advertir el juez que la recurrida no haba depositado documento alguno que sustentara sus pretensiones, impidindosele conocer y censurar los documentos depositados por la recurrida, cercenndosele su derecho de defensa; Considerando, que en la sentencia impugnada constan las conclusiones de las partes, siendo las de la parte intimante Hielo rtico, S. A., las siguientes: Unico: Ratifica las conclusiones vertidas por la intimante en la audiencia del da 12 de noviembre de 1997, cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Se declara bueno y vlido en cuanto a la forma el
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presente recurso de apelacin; y en cuanto al fondo: Segundo: Se revoca en todas sus partes la sentencia No. 573/97, de fecha 20 de mayo de 1997, dictada por la Segunda Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional; y, en consecuencia, se descarga a Hielo rtico y/o Rosito Minio de Gonzlez y al seor Alberto Prats Herrera, de las condenas impustales por dicha sentencia; y, Tercero: Se condena a Tiradente Air Cargo, S. A. (TACSA) y/o Harold Juan Molina Boggiano al pago de las costas, y se ordena la distraccin de stas en provecho del Dr. Eddy Domnguez Luna, quien afirma haberlas avanzado en su totalidad; que, asimismo, consta en esa sentencia que en el expediente figuran depositados, entre otros, los siguientes documentos: 1) el conocimiento de embarque No. 2863/31283, fechado en Miami el da 25 de febrero de 1994, traducido al espaol; 2) el reconocimiento de deuda con prenda sin desapoderamiento, celebrado en fecha 1 de agosto de 1994, entre Tiradentes Air Cargo, S. A. (Tacsa) y Hielo Artico, S. A.; 3) acto de venta celebrado en fecha 5 de septiembre de 1994 entre Hielo Artico, S. A. y Tiradentes Air Cargo, S. A., 4) el contrato celebrado en fecha 15 de noviembre de 1994, entre Hielo rtico, S. A. y Tacsa, S. A.; Considerando, en cuanto concierne a este aspecto, que como se desprende de la lectura de las conclusiones vertidas por la intimante ante la Corte a-qua, dicha parte intimante en la audiencia celebrada el 19 de noviembre de 1998, produjo sus conclusiones al fondo mediante las cuales solicitaba la revocacin de la sentencia dictada en su contra en primer grado; que en el expediente no existe ningn documento que avale la afirmacin de la intimante, hoy recurrente, de que al momento del asunto quedar en estado, la pieza cuyo original figuraba redactado en idioma ingls permaneca sin la traduccin al espaol correspondiente, ni en las referidas conclusiones tampoco se hace constar que Hielo rtico, S. A. solicitara que se librara acta de la situacin del documento del que la Corte a-qua precisa en su sentencia que estaba traducida al espaol, por lo que el alegato de falsedad que le atribuye la recurrente a la sentencia impugnada carece de fundamento y debe ser desestimado;
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Considerando, que en cuanto a la alegada violacin al artculo 141 del Cdigo de Procedimiento Civil, la sentencia atacada contiene una completa relacin de los hechos de la causa as como motivos suficientes y pertinentes que justifican la decisin adoptada por la Corte a-qua, lo que ha permitido a la Suprema Corte de Justicia ejercer sus facultades de control y apreciar que en la especie la ley fue bien aplicada, no incurrindose en el citado fallo en los vicios y violaciones denunciados, ni pudiendo imputrsele haber violado el derecho de defensa de la actual recurrente por el hecho de haberse ordenado, como sta sostiene, una comunicacin de documentos despus de las partes haber concluido al fondo, pues lo que pudo caracterizar esa violacin en perjuicio de la intimante, actual recurrente, si se le hubiera privado del derecho de tomar comunicacin de los documentos integrados al expediente, de lo que no existe prueba que sucediera; que, adems, la alegada violacin tuvo como escenario la audiencia del 25 de febrero de 1997, celebrada por la Cmara Civil y Comercial de la Segunda Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional y no ante la Corte aqua; que es criterio establecido por esta Suprema Corte de Justicia, que las violaciones a la ley que dan lugar a casacin son las que puedan comprobarse en la sentencia impugnada y no en otra, por lo que los medios que se examinan carecen de fundamento y deben, en consecuencia, ser desestimados; Considerando, que, por las razones expuestas, procede rechazar el presente recurso de casacin. Por tales motivos: Primero: Rechaza el recurso de casacin interpuesto por Hielo rtico y Jos A. Prats Herrera, contra la sentencia dictada por la Cmara Civil de la Corte de Apelacin de Santo Domingo el 2 de febrero de 1999, cuyo dispositivo ha sido copiado en parte anterior del presente fallo; Segundo: Condena a la sucumbiente al pago de las costas procesales, con distraccin de ellas en favor de los abogados Dr. F. Almeyda Rancier y Lic. Julio Csar Horton Espinal, quienes afirman haberlas avanzado en su totalidad; As ha sido hecho y juzgado por la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma en su audiencia pblica del 2 de marzo del 2005.
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Firmado: Rafael Luciano Pichardo, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Eglys Margarita Esmurdoc, y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada, firmada y pronunciada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Rechaza Audiencia pblica del 7 de diciembre del 2005. Preside: Rafael Luciano Pichardo.
Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones al Dr. Pedro Berigete en representacin del Lic. Ken Kwan y el Dr. Bolvar R. Maldonado Gil, abogados de la parte recurrida; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica, el cual termina as: Que procede rechazar el recurso de casacin interpuesto por el seor I Chuyin, contra la sentencia No. 158 de fecha 12 de mayo del ao 2004, dictada por la Cmara Civil de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, por los motivos expuestos; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 5 de julio de 2004, suscrito por el Dr. Jos Ant. Castillo M., abogado de la parte recurrente, en el cual se invocan los medios de casacin que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 22 de julio de 2004, suscrito por el Dr. Bolvar R. Maldonado Gil y el Lic. Ken Kwan, abogados de la parte recurrida Hsu Chu Ching; Vista la Ley nm. 25 de 1991, modificada por la Ley nm. 156 de 1997 y los artculos 1 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; La CORTE, en audiencia pblica del 24 de noviembre de 2004, estando presentes los jueces Rafael Luciano Pichardo, Presidente de la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, Margarita A. Tavares, Eglys Margarita Esmurdoc, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado, asistidos de la secretaria general, y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere consta: a) que con motivo de una demanda en concesin de exequtur intentada por Hsu Chu-Ching contra I Chu Yin, la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, Primera Sala, dict el 23 de septiembre de 2002, la sentencia cuyo
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dispositivo es el siguiente: Primero: Rechaza las conclusiones de la parte demandada, seor Yin I Chun, por los motivos ut supra enunciados; Segundo: Acoge en parte la presente demanda en concesin de exequtur y en consecuencia concede mandato de ejecucin a las sentencias de fechas 17 de julio del ao 1995 y 6 de junio del ao 1995, dictadas por la sucursal de Chilin de Tribunal Regional de Taipei, Taiwn, Repblica de China, cuyos dispositivos se enuncian a continuacin: 1. Dentro de un perodo mximo de 20 das despus de que esta orden le llegue al notificado, el deudor deber pagar al acreedor la suma de veinte millones de dlares de Taiwn, y los intereses que sern calculados a base de la tasa anual del 5% por un perodo del 9 de septiembre de 1994 a la fecha de liquidacin, y las costas por los gastos del procedimiento. 2. Para esta orden, el deudor podr apelar a este tribunal dentro del perodo arriba mencionado. 3. En caso de que el deudor no apele dentro del perodo indicado en el primer prrafo, esta orden tendr la misma eficacia como lo prescribe la sentencia; En cuanto al caso de la orden de pago entre el acreedor Hsu Chu-Chin y el deudor Yin, I-Chun con el archivo No. 84 nien-tu-tsu-tze 4740, que este tribunal dict una orden de pago con la fecha del 6 de julio de 1995, por el presente se confirma que esta resolucin fue definitiva desde el 7 de julio de 1995. Debe entenderse que la ejecucin de las sentencias en cuestin, excluye los intereses que se enuncian en su contenido relativo a un cinco por ciento (5) de la obligacin, a partir del mes de septiembre del ao 1994, al tenor de los motivos ut supra enunciados; Tercero: Condena al demandado, seor Yin I Chun, al pago de las costas, con distraccin a favor y provecho del Dr. Bolvar R. Maldonado Gil y el Licdo. Ken Kwan, quienes formularon durante el curso del proceso la afirmacin de rigor (sic); b) que sobre el recurso de apelacin interpuesto intervino la sentencia ahora impugnada con el siguiente dispositivo: Primero: Declara, buenos y validos en cuanto a la forma, los recursos de apelacin interpuestos por la seora Hsu Chu-Ching y por el seor I Chu Yin contra la sentencia marcada con el No. 034-2000020138, de fecha 23 de septiembre de 2002, dictada por la Primera Sala de la Cmara Civil y Comercial del Distrito
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Nacional por haberse intentado conforme a las reglas procesales que rigen la materia; Segundo: Acoge, en cuanto al fondo, el recurso principal interpuesto por la seora Hsu Chu-Ching, por los motivos expuestos y en consecuencia revoca el prrafo final del ordinal 2do. de la sentencia recurrida; Tercero: Rechaza, en cuanto al fondo, el recurso interpuesto por el seor I Chu Yin, por los motivos expuestos; Cuarto: Confirma, en todas sus partes, los dems aspectos de la sentencia recurrida; Quinto: Condena, a la parte recurrente incidental I Chu Yin al pago de las costas del procedimiento, y ordena la distraccin de las mismas en provecho del Dr. Bolvar R. Maldonado Gil y el Licdo. Ken (Kensuke) Ozaki Kwan, abogados, quienes afirman estarlas avanzando en su totalidad; Considerando, que la parte recurrente propone contra la sentencia impugnada los siguientes medios de casacin: Primer Medio: Violacin del artculo 3 de la Constitucin dominicana; Segundo Medio: Violacin del artculo segundo de la convencin aprobada por la Resolucin nm. 1055 del Congreso Nacional, aprobando el Cdigo Bustamante; y violacin de los artculos 423 al 433 de dicho cdigo; Tercer Medio: Falta de base legal; Cuarto Medio: Falta de motivos; Quinto Medio: Falta de base legal; Sexto Medio: Violacin de reglas procesales; Sptimo Medio: Distorsin del derecho; Octavo Medio: Desnaturalizacin de los hechos y violacin del derecho de defensa; Noveno Medio: Violacin del principio del efecto devolutivo del recurso de apelacin; Considerando, que en el desarrollo de los medios primero, segundo, tercero, cuarto, quinto y octavo, los cuales se renen para su examen por as convenir a la solucin del caso, la parte recurrente alega, en sntesis, que cuando un tribunal dominicano dicta una sentencia autorizando la ejecucin en nuestro pas de otra originada en Taiwn (pas que no es parte contratante o adherente del Cdigo Bustamante ni ha firmado con nosotros tratado alguno relativo a ejecucin de sentencias), se estn violando los artculos del 423 al 433 del referido cdigo, y el artculo segundo de la convencin aprobada por la Resolucin nm. 1055 del Congreso Nacional; y si, como sucede
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en el caso que nos ocupa, se ha dado preponderancia a la legislacin Taiwanesa en las consideraciones de la sentencia nacional, se ha pretendido que la sentencia extranjera tenga autoridad de cosa juzgada sobre la decisin que deban adoptar nuestros tribunales y se ha realizado una auto-descalificacin para examinar el fondo del asunto, para hacer un anlisis del caso conocido por el tribunal extranjero y para verificar si la sentencia fue dictada o no conforme a los hechos y el derecho de Taiwn, es evidente entonces que la sentencia que estamos recurriendo en casacin realiza y/o permite realizar una injerencia o intervencin en los asuntos dominicanos y reduce nuestra soberana, elementos suficientes para declararla violatoria del espritu y de la letra del Art. 3 de la Constitucin Dominicana; que en la sentencia recurrida no fueron ponderados ni el Cdigo Bustamante ni las dos certificaciones expedidas por la Secretara de Estado de Relaciones Exteriores, en las cuales se hace constar que Taiwn no es parte contratante ni adherente del Cdigo Bustamante, ni ha firmado con nuestro pas tratado alguno acerca de la ejecucin de sentencias; Considerando, que la Corte a-qua para fundamentar su decisin estim que el exequtur que se concede en nuestro pas a las sentencias extranjeras, es una orden dada por nuestros tribunales a fin de que esas sentencias puedan tener fuerza ejecutoria en la Repblica Dominicana; que la Corte aqua comprob que las sentencias a ejecutarse aqu, tienen las caractersticas necesarias para ello, es decir son definitivas, no contraran el orden pblico, han sido certificadas por las autoridades consulares de nuestro pas y conservan su vigencia; que, contina expresando la Corte a-qua, contrario a lo que el tribunal a-quo decidi, la Corte no limitar la ejecucin de la sentencia, en primer lugar, porque si bien es cierto que hemos verificado las condiciones anotadas precedentemente, condiciones de forma, no menos cierto es que no es pertinente, ni est dentro de las atribuciones jurisdiccionales nuestras, modificar la sentencia cuyo exequtur se procura, en primer lugar, porque no es nuestra competencia, en segundo trmino, para el caso de que nos
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estuviera permitido, la orden de pagar los intereses legales ms all del plazo establecido en el artculo 2277 del Cdigo Civil, no ha sido controvertida por la parte a la cual se opone, y por ltimo porque no es un asunto que toca el orden pblico sino ms bien de puro inters privado; que el juez del exequtur no est facultado, ni se le posibilita hacer un anlisis del caso conocido por el tribunal extranjero, ni verificar si la sentencia fue dictada o no conforme a los hechos y el derecho del pas de origen de ella; en todo caso, quien presenta oposicin, nulidad o cualquier medio que tienda a impedir la concesin del exequtur de que se trata, deber probar lo aseverado, no simplemente limitarse a alegarlo, como lo hace dicha parte, por lo que procede rechazar tales argumentos; que las sentencias cuyos exequturs se procura, son sentencias condenatorias, cuya ejecucin estar precedida del correspondiente exequtur, precisamente por su caracterstica, es decir, que es posible que se requiera el auxilio de la fuerza pblica para su ejecucin, ya que ser necesario una realizacin material de ella para su ejecucin, concluyen las motivaciones del fallo atacado; Considerando, que la sentencia mediante la cual se concede exequtur tiene por objeto conferir a la sentencia extranjera la debida autoridad de cosa juzgada y la condigna fuerza ejecutoria de las cuales est generalmente desprovista en la Repblica Dominicana; Considerando, que el procedimiento a seguir para el conocimiento de una accin en procura de exequtur deber estar regido por el derecho comn del pas que deba otorgarlo, salvo la existencia de un tratado o convenio suscrito entre el pas de donde proviene la sentencia y el pas donde se desea ejecutar la misma, en cuyo caso, de haber sido previsto, el procedimiento se regir por el tratado o convenio de que se trate; que, por tales razones, carece de pertinencia legal el argumento del actual recurrente, en el sentido de que las sentencias dictadas en Taiwn, como es la decisin objeto del presente litigio, no son ejecutorias en este pas por no existir convenio o tratado suscrito en tal sentido entre dicho pas extranjero y la Repblica Dominicana; que, por otra parte, el
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recurrente I Chu Yin invoca contra la sentencia impugnada la violacin de los artculos 423 al 433 del Cdigo Bustamante; pero, como admite el propio recurrente en el desarrollo de sus medios aqu reunidos, Taiwn no es un pas signatario de dicho Cdigo Bustamante o Cdigo de Derecho Internacional Privado, por lo que el mismo no puede ser aplicado u opuesto en la especie; que, en cuanto al alegato de que la Corte a-qua rehus conocer el fondo del asunto para verificar si la sentencia cuyo exequtur se persigue fue dictada conforme a los hechos y el derecho de Taiwn, conviene advertir que, prevaleciendo el principio de que el exequtur deber ser acordado o rechazado sin modificacin de la decisin extranjera, ya que no se trata en realidad de sustituir esa decisin por una sentencia dominicana, dicho postulado tiende a substraer, en principio, a los tribunales nacionales del conocimiento del fondo, debiendo limitarse stos a comprobar la regularidad y la autoridad irrevocable de la sentencia, conforme a las reglas del pas de origen de la misma, valindose de nuestras autoridades consulares, as como su legtima ejecutoriedad en la Repblica Dominicana y su conformidad con nuestros principios constitucionales; que, como se ha visto en las motivaciones de la Corte a-qua, la misma hizo una correcta aplicacin del derecho, y en consecuencia, procede rechazar los medios examinados; Considerando, que en el desarrollo de los medios de casacin sexto y sptimo, reunidos para su estudio por estar vinculados, la parte recurrente alega que cuando la Cmara Civil de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional revoc, en su sentencia civil nm. 158 del 12 de mayo de 2004, el prrafo relativo a los intereses, y confirm en todas sus partes los dems aspectos de la sentencia dictada por la Cmara, Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional (Primera Sala), acerca del expediente en cuestin, haciendo suyas todas las dems consideraciones y decisiones de la referida Cmara, incluidas aquellas que al entender del recurrente conllevaron y conllevan violaciones de reglas procesales, las cuales sealaron detalladamente en su acto de apelacin; que las reglas procesales violadas por la Cmara
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sealada y que ha hecho suyas la Corte de Apelacin, aduce el recurrente, son las siguientes: 1) no haber probado que las dos rdenes o sentencias dictadas en Taiwn sean ejecutorias en dicho pas; 2) no haber probado que las mismas fueron rendidas por tribunal competente; 3) no haber presentado pruebas de la no existencia de recursos de apelacin o de oposicin; 4) no haber probado si est pendiente o no el conocer de una solicitud de prescripcin ; 5) no haber constancia de que la parte demandada fuera citada personalmente o en manos de su representante legal; y 6) que dichas rdenes o sentencias no fueron debidamente notificadas al seor I Chu Yin; que el Magistrado Juez Presidente de la Cmara de lo Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional (Sala Primera) apoy parte de sus consideraciones y decisiones en lo que denomin acuerdo de particin de muebles, que se dice intervenido en 1997 entre los esposos I Chu Yin y Hsu Lan Chen De Yin, olvidando que dicho acto estara viciado de nulidad en virtud de la no existencia de separacin o divorcio entre dichos cnyuges, concluyen los alegatos del recurrente; Considerando, que en cuanto a estos medios de casacin, ya ha sido decidido en parte anterior de este fallo, que en las acciones en solicitud de exequtur, como la presente, a los jueces del fondo les est vedado examinar y ponderar consideraciones del fondo del asunto, puesto que su obligacin jurisdiccional se limita a otorgarle o no a la sentencia extranjera fuerza ejecutoria en el territorio nacional, para lo cual debe constatar, adems de su conformidad con la Constitucin dominicana, la regularidad y el carcter irrevocable de la misma, como en efecto lo hizo en el caso la Corte a-qua, contrario a las alegaciones de la parte recurrente, al verificar que las decisiones dictadas en Taiwn son definitivas e irrevocables, que no contraran el orden pblico y que han sido certificadas por las autoridades consulares de nuestro pas, segn consta en las motivaciones de la Corte a-qua anteriormente transcritas, quedando en libertad, sin embargo, los jueces del exequtur de tomar cualquier medida concerniente a la ejecucin de la sentencia extranjera, tales como por ejemplo ordenar la
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ejecucin provisional, acordar un plazo de gracia por aplicacin del artculo 1244 del Cdigo Civil, as como disponer la conversin en moneda dominicana la condenacin pronunciada en dinero extranjero; por lo que los medios que se examinan tambin deben ser desestimados; Considerando, que en el noveno medio de casacin propuesto por el recurrente, ste alega que la referida Corte aqua viol el efecto devolutivo del recurso de apelacin, pero limitando el fundamento de su medio a citar una sentencia dictada por esta Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia el 4 de noviembre de 1998, segn consta en el memorial de casacin; que al limitarse dicho recurrente a transcribir parte de dicha sentencia, el mismo no ha cumplido con lo indicado por el artculo 5 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin, en tanto no ha desarrollado ni siquiera de manera sucinta el medio de casacin propuesto, omitiendo precisar las violaciones al citado principio relativo al efecto devolutivo del recurso de apelacin, en que alegadamente ha incurrido la Corte a-qua, por lo que este medio debe ser declarado inadmisible. Por tales motivos: Primero: Rechaza el recurso de casacin interpuesto por I Chu Yin contra la sentencia dictada el 12 de mayo de 2004, por la Cmara Civil de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, cuyo dispositivo figura transcrito en parte anterior de este fallo; Segundo: Condena a la parte recurrente al pago de las costas procesales, con distraccin de las mismas en favor del Dr. Bolvar R. Maldonado Gil y el Lic. Ken Kwan, abogados de la parte recurrida, quienes afirman haberlas avanzado en su totalidad. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma en la ciudad de Santo Domingo de Guzmn, en su audiencia pblica del 7 de diciembre del 2005. Firmado: Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General.
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La presente sentencia ha sido dada, firmada y pronunciada por los seores jueces, que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Incompetencia. Jurisdiccin administrativa. Artculo 27 Ley No. 834 de 1978. Le Contredit. Sentencia del 1ro. de junio de 2005.
Sentencia impugnada: Materia: Recurrente: Recurrido: CAMARA CIVIL Civil. Amilcar Medina. Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS). Cmara Civil de la Corte Ape-
Casa Audiencia pblica del 1ro. de junio del 2005. Preside: Rafael Luciano Pichardo.
Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo al Dr. Jess Salvador Garca, por s y por el Dr. ngel S. de Len, abogados de la parte recurrente Amilcar Medina, en la lectura de sus conclusiones; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica el cual termina as: Que procede casar la sentencia de fecha dieciocho (18) de diciembre de 2003, dictada por la Cmara Civil de la Corte de apelacin del Distrito Nacional; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 9 de enero de 2004, suscrito por los Dres. ngel Salas de Len y Jess Salvador Garca Figueroa, abogados de la parte recurrente, en el cual se invocan los medios de casacin que se indican ms adelante; Vista la Resolucin nm. 548-2004 dictada por la Suprema Corte de Justicia, en fecha 31 de marzo de 2004, la cual declara el defecto de la parte recurrida Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS); Visto el auto dictado el 13 de mayo de 2005, por el magistrado Rafael Luciano Pichardo, Presidente de la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, por medio del cual llama a la magistrada Eglys Margarita Esmurdoc, juez de esta cmara, para integrar la misma en la deliberacin y fallo del recurso de casacin de que se trata, de conformidad con la Ley nm. 926 de 1935; Vista la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley nm. 156 de 1997 y los artculos 1, 20 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; La CORTE, en audiencia pblica del 11 de agosto de 2004, estando presentes los Jueces: Rafael Luciano Pichardo, Presidente; Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado, asistidos de la secretaria general, y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que el estudio de la sentencia y los documentos a que ella se refiere hace constar: a) que con
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motivo de una demanda en reparacin de daos y perjuicios intentada por Amilcar Medina contra Instituto Dominicano de Seguros Sociales, la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, Sexta Sala, dict el 15 de agosto de 2002, una sentencia cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Se declara la incompetencia de este tribunal, en razn de la materia, para conocer de la demanda en reparacin de daos y perjuicios y entrega de valores, interpuesta por el Dr. Amilcar Medina, contra el Instituto Dominicano de Seguro Sociales, mediante acto nm. 898/99, de fecha 18 de diciembre de 1999, en aplicacin de lo establecido por el artculo 82 de la Ley nm. 1896, de fecha 30 de agosto de 1948, sobre Seguros Sociales y el artculo 1ro. de la Ley nm. 1494, del ao 1947, que instituy la Jurisdiccin Contencioso-Administrativo; Segundo: Se enva el expediente de que se trata para su conocimiento y decisin por ante la Cmara de Cuentas de la Repblica Dominicana, en funciones de Tribunal Superior Administrativo, por ser el tribunal competente para conocer de la referida demanda; Tercero: Se condena al demandante, Dr. Amilcar Medina, al pago de las costas del procedimiento, ordenando su distraccin en favor y provecho de los Dres. Porfirio Hernndez Quezada y Francisco Aristy de Castro, abogados que afirman haberlas avanzado en su mayor parte (sic); b) que sobre el recurso de apelacin interpuesto, intervino la sentencia ahora impugnada con el siguiente dispositivo: Primero: Declara inadmisible, de oficio, el recurso de apelacin interpuesto por el Dr. Amilcar Medina contra la sentencia nm. 531-1999-06064 de fecha 15 de agosto del ao 2002, dictada por la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, Sexta Sala, por los motivos precedentemente expuestos; Segundo: Condena a la parte recurrente Dr. Amilcar Medina, al pago de las costas del procedimiento; Considerando, que la parte recurrente propone contra la sentencia impugnada el siguiente medio de casacin: nico Medio: Errnea interpretacin y mala aplicacin de los artculos 8 y 27 de la Ley nm. 834 del 15 de julio de 1978, sobre procedimiento civil. Falta de base legal;
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Considerando, que en el desarrollo de dicho medio el recurrente alega, en sntesis, que la Corte a-qua hizo una errnea interpretacin y peor aplicacin de los artculos 8 y 27 de la Ley nm. 834 de 1978, porque si bien es cierto que el primero prescribe que cuando el juez se pronuncia sobre la incompetencia sin estatuir sobre el fondo del litigio, su decisin no puede ser atacada ms que por la va de la impugnacin (le contredit), no es menos cierto que el artculo 27 de la precitada ley dispone que la Corte no puede ser apoderada ms que por la va de la apelacin, cuando la incompetencia ha sido invocada o declarada de oficio, en razn de que el asunto es de la competencia de una jurisdiccin administrativa; que, al haberse declarado incompetente por este ltimo motivo el juez de primer grado, proceda el recurso de apelacin, como en efecto fue interpuesto, y, sin embargo, la Corte a-qua lo declar inadmisible porque, segn su criterio, proceda la impugnacin (le contredit) y no el recurso de apelacin; Considerando, que para fundamentar su decisin la Corte a-qua estim que al limitarse el tribunal de primer grado a declararse incompetente y a enviar el expediente por ante el Tribunal Superior Administrativo, sin decidir incidentes ni el fondo del asunto, proceda el recurso de impugnacin o contredit y no el recurso de apelacin, como errneamente entendi el apelante; argumentos bajo los cuales dicha Corte a-qua declar inadmisible el recurso de apelacin interpuesto por el actual recurrente; Considerando, que, empero, el artculo 27 de la Ley nm. 834 de 1978, dispone, contrario a lo expresado por la Corte aqua, que por derogacin de las reglas de la presente seccin, la Corte no puede ser apoderada ms que por la va de la apelacin cuando la incompetencia es invocada o declarada de oficio en razn de que el asunto es de la competencia de una jurisdiccin administrativa; que independientemente de que el reenvo decretado por el juez de primera instancia, despus de declarar su incompetencia, en favor de la jurisdiccin administrativa (Cmara de Cuentas de la Repblica) sea correcto o no, la Corte a-qua incurri, tal como
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alega la parte recurrente, en violacin del referido texto legal al declarar inadmisible el recurso de apelacin del que estaba apoderada; y esto as, en razn de que, si bien el artculo 8 de la Ley nm. 834 de 1978, prescribe que cuando el juez se pronuncia sobre la competencia sin estatuir sobre el fondo del litigio-como ocurri en la especie-, su decisin no puede ser atacada ms que por la va de la impugnacin (le contredit), no es menos cierto que por virtud del artculo 27 de la citada ley, fueron derogadas las reglas de la seccin bajo la cual se inserta aquel texto legal, al disponer que en caso de que el asunto sea de la competencia de una jurisdiccin administrativa, la Corte no puede ser apoderada ms que por la va de la apelacin; que aunque el juez de primer grado estimara que la jurisdiccin administrativa era la competente para el conocimiento y fallo de la demanda en daos y perjuicios de que se trata y all enviara el asunto, en violacin, adems, del artculo 24 de la misma Ley nm. 834, ello no descarta la aplicacin del artculo 27 de esta ley por la derogacin que contiene a las reglas antes aludidas, constitutiva de una excepcin al principio general de competencia en materia de impugnacin (le contredit), establecido en los artculos 8 y 22 de la Ley nm. 834, de todo lo cual resulta que el recurso de apelacin intentado por el apelante y actual recurrente era el que proceda, por lo que la Corte a-qua debi retenerlo por mandato imperativo de la ley, al haberse declarado de oficio incompetente el primer juez por el motivo de haber entendido que el asunto era de la competencia de una jurisdiccin administrativa, por lo que procede acoger el nico medio propuesto en el presente recurso y casar la decisin impugnada. Por tales motivos, Primero: Casa la sentencia dictada el 18 de diciembre de 2003, por la Cmara Civil de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, cuyo dispositivo figura en parte anterior de este fallo, y enva el asunto por ante la Cmara Civil de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, en las mismas atribuciones; Segundo: Condena a la parte recurrida al pago de las costas procesales, con distraccin de las mismas en favor de los Dres. ngel Salas de Len y Jess Salvador
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Garca Figueroa, abogados de la parte recurrente, quienes afirman haberlas avanzado en su totalidad. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma en la ciudad de Santo Domingo de Guzmn, en su audiencia pblica del 1ro. de junio de 2005. Firmado: Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada, firmada y pronunciada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Rechaza Audiencia pblica del 29 de junio del 2005. Preside: Rafael Luciano Pichardo.
Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones al Dr. Luis Royer, en representacin de los Dres. Augusto Robert Castro y Jos A. Santana Pea, abogados de la parte recurrente; Odo en la lectura de sus conclusiones al Lic. Roberto Sosa, en representacin del Dr. Osvaldo B. Castillo R., abogado de la parte recurrida; Odo el dictamen del representante del Magistrado Procurador General de la Repblica; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara General de la Suprema Corte el 25 agosto de 1994, suscrito por el Dr. Augusto Robert Castro, actuando por s y por el Dr. Jos A. Santana Pea, abogados de la parte recurrente, en el cual se invocan los medios de casacin que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa depositado en la Secretara General de la Suprema Corte el 22 de septiembre de 1994, suscrito por el Dr. Osvaldo B. Castillo R., abogado de la parte recurrida, Marcos Antonio Gmez Daz, Leonardo Gmez Daz, Len Gmez Pichardo, Len Gmez Lajara y Rosa Emilia Daz, sucesores de Len Gmez Fabre; Vista la Ley nm. 25 de 1991, modificada por la Ley No. 156 de 1997, y los artculos 1 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; La CORTE, en audiencia pblica del 5 de abril de 1995, estando presentes los Jueces: Fernando E. Ravelo de la Fuente, Primer Sustituto del Presidente en funciones, Leonte Rafael Alburquerque Castillo, Federico Natalio Cuello Lpez, Amadeo Julin y ngel Salvador Goico Morel, asistidos del Secretario General y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Visto el auto dictado el 22 de junio de 2005 por el magistrado Rafael Luciano Pichardo, Presidente de la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, por medio del cual se llama a s mismo y a los magistrados Eglys Margarita Esmurdoc,
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Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado, jueces de dicha Cmara, para integrar la misma en la deliberacin y fallo del recurso de casacin de que se trata de conformidad con las Leyes Nos. 684 de 1934, 925 de 1935 y 25 de 1991; Considerando, que la sentencia impugnada y los documentos a que ella alude, ponen de manifiesto lo siguiente: a) que con motivo de una demanda en particin de bienes sucesorales incoada por el actual recurrente contra los recurridos, la Cmara Civil y Comercial de la Cuarta Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional dict el 22 de agosto de 1990 una sentencia con el dispositivo siguiente: Primero: Rechaza las conclusiones presentadas en audiencia por la parte demandante seor Taylor Gmez Jquez, por improcedentes y mal fundadas y en consecuencia; a) se declara inadmisible la demanda en particin sucesoral incoada por el seor Taylor Gmez Jquez, contra la sucesin Len Gmez Fabr; Segundo: Se condena, al seor Taylor Gmez Jquez, al pago de las costas ordenando su distraccin en provecho del Dr. Osvaldo B. Castillo R., quien afirma haberlas avanzado en su totalidad; y b) que sobre recurso de apelacin intentado contra ese fallo, la Corte a-qua produjo la decisin ahora atacada, cuyo dispositivo se expresa as: Primero: Acoge, como regular vlido, en cuanto a la forma, el recurso de de apelacin interpuesto por el seor Taylor Gmez Jquez contra la sentencia de fecha 22 de agosto de 1990, dictada por la Cmara Civil y Comercial de la Quinta Circunscripcin del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, por haber sido incoado segn la ley; Segundo: Rechaza, en cuanto al fondo, dicho recurso por improcedente y mal fundado, y confirma dicha sentencia en todas sus partes, por los motivos precedentemente expuestos; Tercero: Condena al seor Taylor Gmez Jquez al pago de las costas y ordena su distraccin en provecho del Dr. Osvaldo B. Castillo, abogado, quien afirm haberlas avanzado en su totalidad; Considerando, que los medios propuestos por el recurrente son los siguientes: Primer Medio: Violacin al artculo 784 del Cdigo Civil y falsa ponderacin y desnaturalizacin de
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los documentos de supuesta denuncia (sic); Segundo Medio; Exceso de poder y violacin a los artculos 792 y 801 del Cdigo Civil; Tercer Medio: Desnaturalizacin de los hechos y violacin a la equidad de la materia sucesoria; Cuarto Medio: Falta de motivos.- Base legal y fallo ultra petita y extra petita; Considerando, que los medios primero y tercero, reunidos para su estudio por estar vinculados, se refieren en sntesis a que el artculo 784 del Cdigo Civil ha sido violado por la Corte a-qua, el cual es claro cuando especfica ante cual funcionario judicial debe renunciar una persona a una sucesin y cualquier violacin al mismo implica necesariamente la nulidad de cualquier actuacin, por lo que bastara darle una ojeada al recibo de supuesta renuncia de fecha 28 de diciembre de 1988, en el cual se especfica que el hoy recurrente recibi de la sucesin de su finado padre la suma de RD$67,406.73, especificando adems que supuestamente renunciaba a todo tipo de reclamacin presente y futura sobre cualquier bien o bienes de la sucesin, no a la sucesin en s, pero que como quiera la renuncia no es vlida ms que si se hace ante la secretara del tribunal; que, sigue alegando el recurrente, el recibo y renuncia que le hicieron firmar en fecha 28 de diciembre de 1988, solamente seala uno de los bienes de la sucesin, como lo es el punto comercial del almacn ubicado en la calle Imbert; que, en esa situacin, al hoy recurrente, dice ste en su memorial, se le hizo creer que el nico bien que formaba la masa sucesoral de su padre era el almacn antes citado, pero el documento en cuestin no expresa de manera clara la renuncia a la sucesin, desnaturalizando el mismo, sin tomar en cuenta que tan solo l haba recibido un avance de lo que le corresponda en la sucesin, violando as la regla de la equidad que reina en toda demanda en particin sucesoral, porque de haber renunciado, no hubiese recibido nada en cambio y lo hubiese hecho como lo manda el artculo 784 del Cdigo Civil, terminan las argumentaciones de los medios en cuestin; Considerando, que, segn consta en la sentencia objetada, la Corte a-qua expuso en la misma que en el expediente existe un documento, entre otros, titulado recibo y renuncia, firmado
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por Taylor Gmez Jquez, ahora recurrente, legalizado por dos notarios pblicos, por el cual dicha parte da constancia de que en la fecha del documento, 28 de diciembre de 1988, recibi de la sucesin de su padre Len Gmez Fabr la suma de RD$67,406.73, haciendo constar adems que, con la recepcin de esos valores quedaba totalmente desinteresado de la o por la sucesin de su padre y que, por tanto, dicho documento constitua recibo de descargo para dicha sucesin, y que para l, quien suscriba dicho documento, implicaba una renuncia total y definitiva a todo tipo de reclamacin presente y futura sobre cualquier otro bien o bienes de la sucesin, extendiendo dicho documento sin reserva alguna ni limitacin de ninguna especie; que, contina expresando la referida Corte, si bien es cierto, como alega la parte recurrente, que el artculo 784 indica la forma en que debe hacerse la renuncia de una sucesin, la Corte, ante la evidencia del documento referido con anterioridad, entiende que la existencia de una renuncia convencional es vlida cuando dicha renuncia forma un elemento o es el accesorio de una convencin intervenida entre coherederos, pudiendo hacerse la misma en toda especie de actos, sean stos autnticos o bajo firma privada; que la declaracin en secretara, dispuesta por el artculo 784 del Cdigo Civil, tiene por objeto fijar claramente la posicin del heredero llamado a la sucesin, a fin de permitir a los herederos subsecuentes optar cuando le llegue su turno, pero que si la renuncia se ha realizado, como en el presente caso, mediante una convencin entre los coherederos, entonces el objetivo apuntado por el artculo 784 ha sido fielmente cumplido, constituyendo un pacto sobre sucesin abierta y supone una aceptacin previa de la sucesin por el heredero renunciante, culminan los razonamientos que sostienen el fallo cuestionado; Considerando, que, como bien argumenta la Corte a-qua, la avenencia convencional intervenida en la especie, mediante la cual el heredero Taylor Gmez Jquez, ahora recurrente, recibi de la sucesin patrimonial de su finado padre Len Gmez Fabr una suma determinada de dineros, con la salvedad expresa de que con la recepcin de esos valores quedaba totalmente desinteresado de la referida sucesin y
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que, por lo tanto, el documento comprobatorio de dicho arreglo convencional constitua descargo para la sucesin y que para l, el hoy recurrente, implicaba una renuncia total y definitiva a todo tipo de reclamacin respecto de cualesquiera otros bienes de la sucesin, dicho documento, como se advierte, constituye un pacto sobre sucesin abierta, suscrito bajo la modalidad de firma privada certificadas por los notarios pblicos actuantes, cuya validez jurdica entre las partes resulta incontrastable, salvo lo que se expresar ms adelante respecto de la eventual posibilidad de perseguir la rescisin de dicho acto por lesin; que, en tales condiciones, la renuncia sucesoral contenida en el acto convencional en cuestin, cuya regularidad jurdica intrnseca no ha sido objeto de controversia entre los litigantes, no tena que ser sometida a la formalidad de su declaratoria en la Secretara del Tribunal de Primera Instancia correspondiente, como establece el artculo 784 del Cdigo Civil, por cuanto la misma, al recibir el actual recurrente una parte de sus derechos hereditarios, trajo consigo, por consiguiente, la aceptacin de la sucesin, no la renuncia propiamente dicha, como pretende errneamente el recurrente; que el criterio unnime al respecto en doctrina y jurisprudencia, sobre todo en el pas originario de nuestra legislacin, se define en el sentido de que un acto de esa naturaleza, ineficaz como renuncia por implicar realmente una aceptacin, queda libre de las exigencias impuestas por el artculo 784 en mencin y puede hacerse vlidamente por medio de un convenio entre los coherederos, al tenor del artculo 780 prr. 2do., del Cdigo Civil; que, en efecto, la renuncia sucesoral intervenida en esas condiciones equivale en realidad a una aceptacin tcita de la sucesin, implicativa para el heredero aceptante, por dems, de la opcin de combatir el acuerdo mediante la rescisin del mismo por lesin, lo que no ha ocurrido en la especie, por cuanto el actual recurrente se limit a demandar la particin pura y simple del acervo patrimonial relicto por su finado padre, dejando intacto el documento convencional en cuestin; que, por las razones expuestas anteriormente, las violaciones denunciadas en los medios examinados no tienen fundamento, por lo que los mismos deben ser desestimados;
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Considerando, que los medios segundo y cuarto, cuyo anlisis en conjunto resulta procedente por contener planteamientos afines, se refieren, en resumen, a que el juez que viola la ley, en vez de aplicarla, incurre en un exceso de poder (sic), y, en ese orden, en el presente caso se han violado los artculos 792 y 801 del Cdigo Civil, ya que los actuales recurridos le ocultaron a Taylor Gmez Jquez los dems bienes que conformaron la parte propiedad de la sucesin, que formaba la masa a partir, hacindole saber que el nico bien existente de la sucesin era un almacn ubicado en la calle Imbert, del cual se le dio RD$67,406.73; que, por otra parte, el recurrente sostiene que los vicios de extrapetita y ultrapetita que contiene el fallo impugnado, se debe al hecho de que las partes hoy recurridas se limitaron a concluir al fondo, quienes no se pronunciaron, ni en primer grado ni en segundo grado, en cuanto a los argumentos de derecho presentados por Gmez Taylor Jquez(sic), fundamentalmente a la parte alcuota recibida por el recurrente, as como al argumento de derecho establecido en el artculo 784 del Cdigo Civil, por lo que al estatuir la Corte a-qua como lo ha hecho, ha fallado ultra y extrapetita (sic), concluyen los alegatos contenidos en los medios en cuestin; Considerando, que, como se observa en el desarrollo de dichos medios, los conceptos emitidos en ellos, demostrativos a juicio del recurrente de las violaciones a determinados textos legales, (artculos 792 y 801 del Cdigo Civil) y de la existencia de supuestos vicios incursos en el fallo atacado (decisin ultra y extrapetita), configuran agravios que no se compadecen con la posicin litigiosa fundamental de dicho recurrente, quien ha alegado no haber renunciado a la sucesin patrimonial de su padre y que, en todo caso, la renuncia resultaba irregular por no haberse hecho conforme al artculo 784 del Cdigo Civil, cuestin esta ltima dilucidada precedentemente, segn se ha visto; que las eventualidades previstas en los artculos 792 y 801 antes citados, cuyas disposiciones se refieren especficamente a la distraccin u ocultamiento de bienes sucesorales, atribuidos en el memorial de casacin a los recurridos, no tienen incidencia alguna en el inters litigioso esgrimido en la especie por el recurrente, segn se ha dicho,
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ya que a ste no se le imputa la comisin de tales delitos civiles, ni mucho menos las subsecuentes sanciones, por lo que los agravios alegados en tal sentido carecen de inters para el recurrente y deben ser desestimados; que, asimismo, en cuanto a la queja proveniente de los denunciados vicios de que la Corte a-qua fall ultra y extrapetita, carece igualmente de sentido, en razn de que el recurrente no produjo ante los jueces del fondo pedimento alguno que sufriera determinada solucin ms all o en exceso de lo solicitado, por lo que estos alegatos deben ser desestimados, por infundados; Considerando, que, en sentido general, la sentencia criticada contiene una completa exposicin de los hechos del proceso, con motivos suficientes y pertinentes que justifican su dispositivo, lo que le ha permitido a esta Suprema Corte de Justicia, como Corte de Casacin, comprobar que la Corte aqua ha hecho en la especie una correcta aplicacin del derecho y de la ley, por lo que procede rechazar el presente recurso de casacin. Por tales motivos, Primero: Rechaza el recurso de casacin interpuesto por Taylor Gmez Jquez contra la sentencia dictada en atribuciones civiles el 15 de marzo de 1994, por la Cmara Civil de la Corte de Apelacin de Santo Domingo (actualmente del Distrito Nacional), cuyo dispositivo se transcribe en otra parte de este fallo; Segundo: Condena a la parte sucumbiente al pago de las costas procesales, con distraccin de ellas en provecho del abogado Dr. Osvaldo B. Castillo R., quien afirma haberlas avanzado en su totalidad. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma en la ciudad de Santo Domingo de Guzmn, en su audiencia pblica del 29 de junio de 2005. Firmado: Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General.
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La presente sentencia ha sido dada, firmada y pronunciada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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ra Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de San Pedro de Macors, del 9 de junio de 1997. Materia: Recurrentes: Recurrido: CAMARA CIVIL Civil. Julio Solano Rivera y compartes. Alberto Cedano Santana.
Casa Audiencia pblica del 21de diciembre del 2005. Preside: Rafael Luciano Pichardo.
domiciliados y residentes en las calles Pedro A. Lluberes nm. 174, Mximo Gmez nm. 30 y en la calle Primera nm. 64 del Ensanche Benjamn de la ciudad de La Romana, contra la ordenanza dictada por el Juez Presidente de la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de San Pedro de Macors el 9 de junio de 1997, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 20 de agosto de 1997, suscrito por el Dr. Juan Pablo Villanueva Caraballo, abogado de la parte recurrente, en el cual se invocan los medios de casacin que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 10 de septiembre de 1997, suscrito por el Licdo. Delkis Nedy Ortz Alfau, abogado de la parte recurrida Alberto Cedano Santana; Vista la Ley nm. 25 de 1991, modificada por la Ley nm. 156 de 1997 y los artculos 1 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; Visto el auto dictado el 5 de diciembre de 2005, por el magistrado Rafael Luciano Pichardo, Presidente de la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, por medio del cual llama al magistrado Jos E. Hernndez Machado, juez de esta cmara, para integrar la misma en la deliberacin y fallo del recurso de casacin de que se trata, de conformidad con la Ley nm. 926 de 1935; La CORTE, en audiencia pblica del 13 de enero de 1999, estando presente los jueces Rafael Luciano Pichardo, Presidente; Eglys Margarita Esmurdoc, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Julio Genaro Campillo Prez, asistidos de la secretaria general, y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo;
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Considerando, que en la ordenanza impugnada y en los documentos a que ella se refiere consta: a) que con motivo de una demanda civil en desalojo y entrega de llaves, incoada por Alberto Cedano contra Flix Solano, la Cmara Civil, Comercial y de Trabajo del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Romana dict el 6 de marzo de 1996 una sentencia cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Se pronuncia el defecto en contra de la parte demandada seor Flix Solano, por no haber comparecido, no obstante haber sido legalmente emplazada; Segundo: Se declara, como al efecto declaramos, como buena y vlida la presente demanda en entrega de llaves y/o desalojo incoada por el seor Alberto Cedano, en contra del seor Flix Solano; Tercero: Se condena al seor Flix Solano la entrega inmediata de la llaves de la casa nm. 164 de la calle Pedro A. Lluberes de esta ciudad de La Romana, a su legtimo propietario el seor Alberto Cedano; Cuarto: Se ordena el desalojo del seor Flix Solano y/o cualquier persona que ocupe dicho inmueble; Quinto: Se ordena, como al efecto ordenamos el auxilio de la fuerza publica si fuere necesario para el cumplimiento y ejecucin de esta sentencia; Sexto: Declara ejecutoria provisionalmente y sin prestacin de fianza la presente sentencia, no obstante cualquier recurso que se interponga contra la misma; Sptimo: Se condena al seor Flix Solano, al pago de las costas del procedimiento, y las mismas sean distradas en favor y provecho del Dr. Delkis Nedy Ortz Alfau, quien afirma estarlas avanzando en su mayor parte o totalidad; Octavo: Comisiona al alguacil de Estrados de la Cmara Civil, Comercial y de Trabajo para la notificacin de la presente sentencia; b) que en ocasin del recurso de apelacin interpuesto, la parte recurrente demand la suspensin de la ejecucin de la sentencia apelada, en cuya virtud intervino la ordenanza ahora impugnada con el siguiente dispositivo: Primero: Desestimar, segn los motivos expuestos, la demanda en suspensin de la ejecucin de la sentencia marcada con el nm. 99-96, de fecha 6 de marzo de 1996, dictada por la Cmara Civil, Comercial y de Trabajo del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Romana; Segundo: Se condena a la parte demandante seores Julio Solano Rivera, Higinio Solano
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Rivera, Luis Alberto Solano Rivera, Angel Mara Solano Rivera, Flix Alberto Solano Carvajal, Carlos Enrique Solano Carvajal, al pago de las costas del procedimiento, ordenando su distraccin en favor y provecho del Dr. Delkis Ney Ortz Alfau, quien afirma estarlas avanzando en su mayor parte; Tercero: Se comisiona a la Ministerial Ana Lidia Rosario Castillo, Alguacil de estrados del Tribunal especial de Transito nm. 2, para la notificacin de la presente decisin; Considerando, que la parte recurrente en su memorial de casacin propone los siguientes medios: Primer Medio: Violacin al sagrado derecho de defensa; Segundo Medio: Desnaturalizacin de los hechos y falsas ponderaciones de las pruebas aportadas por los recurrentes. Violacin al artculo 140 y 141 de la Ley nm. 845 (sic) del 1978. Violacin al artculo 141 del Cdigo de Procedimiento Civil; Considerando, que la parte recurrente, en sus dos medios de casacin propuestos, reunidos por convenir a la solucin del presente caso, alega, en sntesis, que en la demanda en suspensin de la ejecucin de la sentencia ahora impugnada, la Corte a-qua (sic) no ponder sus calidades argidas en juicio pblico, oral y contradictorio, mientras se conoca de dicha demanda, y en lugar de prevenir un dao inminente, ha contribuido a legitimar la ejecucin de esa sentencia, que de ser ejecutada ocasionara serios daos irreparables, ya que se encuentra pendiente de ser conocido el fondo del recurso de apelacin, por ante dicho tribunal y de ser revocada esa sentencia, sera grave la materializacin de su ejecucin; que la desnaturalizacin de los hechos se observa en que el nombre del abogado que aparece en la sentencia impugnada como concluyente in-voce, no es el correcto, y en sus conclusiones existe una contradiccin, pues ste dice que se rechacen las conclusiones de la parte intimante pero ms luego dice que se acojan las conclusiones vertidas en el acto introductivo de demanda, es decir, que le dio aquiescencia a las conclusiones vertidas por los hoy recurrentes; que en violacin al artculo 141 de la Ley nm. 845 del 15 de julio de 1978, el presidente de la Corte de Apelacin haba ordenado la suspensin de la ejecucin provisional de la referida sentencia, y ms tarde el
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primer sustituto del juez presidente revoca esta suspensin, anulando la del juez presidente titular, terminan las alegaciones de los recurrentes; Considerando, que respecto al alegato de la parte recurrente de que la Corte a-qua no ponder las calidades argidas en juicio oral, pblico y contradictorio, esta Corte de Casacin ha verificado, que conforme se constata en la sentencia impugnada, en la misma no figura que la parte demandante en suspensin, ahora recurrente, haya impugnado la calidad del abogado que actuaba en representacin de la parte recurrida, sino que slo figura como contestacin a las conclusiones de la recurrida una solicitud de plazo de 5 das para depsito de escrito de sustentacin, por lo que este argumento es contrario a la realidad plasmada en las comprobaciones hechas por el Juez Presidente de la Corte aqua; Considerando, que, asimismo, la recurrente alega que en la sentencia ahora atacada en casacin el nombre del abogado que aparece como concluyente in-voce en la sentencia impugnada, actuando en representacin de la parte apelada, no es el correcto, incurriendo este mismo abogado en contradiccin cuando solicit que se rechazaran las conclusiones de la parte apelante y que se acogieran los trminos de la demanda; que un estudio ponderado de la sentencia recurrida revela que stos alegatos no fueron invocados por ante el juez apoderado de la demanda en suspensin de que se trata; que, en tal caso, no se puede hacer valer ante la Suprema Corte de Justicia, en funciones de Corte de Casacin, medio alguno que no haya sido expresa o implcitamente propuesto en las conclusiones de la parte que lo invoca, al tribunal del cual proviene la decisin atacada, a menos que la ley le haya impuesto su examen de oficio en un inters de orden pblico; que al no constar en la sentencia impugnada nada relativo a la impugnacin de la calidad del abogado que represent a la parte ahora recurrida, as como tampoco elementos de contradiccin de conclusiones de dicha parte recurrida, y por no interesar tales cuestiones al orden pblico, los agravios propuestos son nuevos y, como tales, deben ser desestimados;
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Considerando, que el estudio de la ordenanza impugnada pone de manifiesto que el juez Presidente a-quo actuando en materia de referimiento dict una sentencia, anterior a la hoy atacada en casacin, el 28 de agosto del 1996, cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: De manera provisional y hasta tanto esta jurisdiccin decida el fondo de la presente demanda, se ordena la detencin y/o suspensin de la ejecucin de la sentencia No. 99-96, dictada por la Cmara Civil, Comercial y de Trabajo del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de la Romana; Segundo: En cuanto a las conclusiones formuladas por las partes el juez se reserva el fallo para fallar oportunamente; Tercero: Se concede un plazo de 5 das a la parte demandante para depsito de documentos y escrito ampliatorio de sus conclusiones, al vencimiento del cual se concede uno igual a la parte demandada para los mismos fines; Considerando, que el artculo 104 de la Ley nm. 834 de 1978 establece que la ordenanza de referimiento no tiene, en cuanto a lo principal, la autoridad de la cosa juzgada. No puede ser modificada ni renovada en referimiento mas que en caso de nuevas circunstancias; que la parte in fine del precitado artculo deja claramente establecido que una vez dictada una ordenanza en referimiento, sta no podr ser renovada ni modificada, por el mismo juez o su sustituto, ms que en caso de nuevas circunstancias sometidas a dicho juez mediante nueva instancia y conforme a los artculos 101, 102 y 103 de la Ley nm. 834 antes mencionada; Considerando, que en el actual ordenamiento jurdico procesal dominicano no es permisible que el juez de los referimientos disponga de forma inmediata medidas urgentes y provisionales para luego revisarlas en una nueva audiencia denominada el fondo del referimiento, ya que, en primer trmino, el referido juez desde su origen en el pas de su creacin, se caracteriza por la rapidez procesal y provisionalidad de sus decisiones y en segundo trmino, porque el nico referimiento al fondo designado como tal por la doctrina y la prctica, es el de las instancias interpuestas en la forma de referimiento pero que tienden a obtener una decisin
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sobre lo principal, distinta a aquellas que tienen carcter meramente provisional, de todo lo cual resulta que cuando el juez de los referimientos adopta una decisin sur le champ provisional en condiciones de rapidez, acogiendo o rechazando la medida solicitada, esa decisin, que no tiene autoridad de cosa juzgada en cuanto a lo principal, no puede ya, como se ha dicho anteriormente, ser modificada ni renovada por el mismo juez, salvo nuevas circunstancias; que, en el caso ocurrente, y segn se aprecia del ordinal segundo de la ordenanza del 28 de agosto del 1996 precedentemente transcrita, el Presidente del Tribunal a-quo, antes de ser dictada la sentencia hoy impugnada, haba resuelto el asunto de la demanda en referimiento, ordenando la detencin y/o suspensin de la ejecucin de la sentencia No. 99-96, dictada por; que, al ser dicha decisin una sentencia definitiva en cuanto a lo provisional, el sustituto del Presidente del Tribunal a-quo, como juez de referimiento, ya se encontraba desapoderado del asunto, y no poda volver a conocerlo y disponer en una segunda sentencia, como errneamente lo hizo, desestimando la demanda en suspensin de la ejecucin de la sentencia; que, en consecuencia, la ordenanza impugnada debe ser casada sin envo, por no quedar nada por juzgar, y por ste motivo de puro derecho que suple de oficio la Suprema Corte de Justicia; Considerando, que cuando la sentencia fuere casada por motivos suplidos de oficio por la Suprema Corte de Justicia, las costas podrn ser compensadas en virtud del artculo 65 de la Ley de Procedimiento de Casacin. Por tales motivos: Primero: Casa sin envo la sentencia civil dictada en referimiento el 9 de junio de 1997 por el primer sustituto del Juez Presidente de la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de San Pedro de Macors, cuyo dispositivo se reproduce en otro lugar de este fallo; Segundo: Compensa las costas. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma en la ciudad de Santo Domingo de Guzmn, en su audiencia pblica del 21 de diciembre del 2005.
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Firmado: Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado.Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada, firmada y pronunciada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Rechaza Audiencia pblica del 8 de junio del 2005. Preside: Rafael Luciano Pichardo.
Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones al Lic. Francisco Gabriel Rojas, en representacin del Lic. Jos La Paz y los Dres. Pascasio Antonio Olivares y Ludovino Alonzo, abogados de la parte recurrente Benjamn Acosta; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica el cual termina as: Que procede rechazar el recurso de casacin interpuesto contra la sentencia No. 249-01, de fecha 20 de noviembre del ao 2001, dictada por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de San Francisco de Macors; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 7 de febrero de 2002, suscrito por los Dres. Pascasio Antonio Olivares Betances, Ludovino Alonzo y Lic. Jos La Paz Lantigua Balbuena, abogados de la parte recurrente, en el cual se invocan los medios de casacin que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia el 18 de marzo de 2002, suscrito por los Dres. Artagnan Prez Mndez y Luis Sosa Eve, abogados de la parte recurrida Buenaventura Luzn Bello, Teodoro Luzn Bello y Martina Ovalle Luzn; Vista la Ley nm. 25 de 1991, modificada por la Ley nm. 156 de 1997 y los artculos 1, y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; Visto el auto dictado el 25 de mayo de 2005, por el magistrado Rafael Luciano Pichardo, Presidente de la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, por medio del cual llama a los magistrados Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado jueces de esta cmara, para integrar la misma en la deliberacin y fallo del recurso de casacin de que se trata, de conformidad con la Ley nm. 926 de 1935; La CORTE, en audiencia pblica del 3 de septiembre de 2003, estando presente los Jueces: Rafael Luciano Pichardo, Presidente de la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia;
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Eglys Margarita Esmurdoc, Margarita A. Tavares, asistidos de la secretaria general, y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere consta: a) que con motivo de una demanda en nulidad de testamento, interpuesta por Buenaventura Luzn Bello, Teodoro Luzn Bello, Mara Ramona Luzn Bello y Martina Ovalle Luzn contra Benjamn Acosta, la Cmara Civil, Comercial y de Trabajo del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Mara Trinidad Snchez, dict el 20 de diciembre de 2000, una sentencia cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Declara regular y vlida en la forma, la demanda en nulidad del testamento autntico No. 4, de fecha 4 del mes de mayo del ao 1999, instrumentado por el Dr. Bienvenido P. Aragones Polanco, Notario Pblico del Municipio de Nagua, incoada por los seores Buenaventura Luzn Bello, Teodoro Luzn Bello, Mara Ramona Luzn Bello y Martina Ovalle Luzn en contra del seor Benjamn Acosta Mata, por haberse hecho conforme a los preceptos legales; Segundo: Declara nulo, sin ningn efecto y valor, el testamento autntico referido en el ordinal primero de esta sentencia, el cual contiene legado universal en provecho del seor Benjamn Acosta (alias Papo), en razn de que la testatriz, no se encontraba en disfrute de sus facultades mentales, al momento de testar; Tercero: Se rechaza el ordinal tercero de las conclusiones de la parte demandante, por irrelevante, dado el hecho de que a lo largo del proceso que culmin con la presente sentencia, no se conoci ninguna falsedad, y adems, cualquier accin penal o disciplinaria que se quisiera incoar, en contra de los supuestos autores de una falsedad no conocida por este tribunal, es privativa de la parte que quisiera promover esas acciones, independientemente de que se le libre acta o no, de que se hubiesen hecho reservas al respecto; Cuarto: Condena al seor Benjamn Acosta Mata, al pago de las costas y se ordena la distraccin de las mismas, en provecho de los Dres. Artagnan Prez Mndez y Luis Sosa Eve, quienes han demostrado haberlas avanzado en su mayor parte; b) que sobre el recurso de apelacin interpuesto, intervino la sentencia ahora
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impugnada con el siguiente dispositivo: Primero: Declara regular y vlido el recurso de apelacin en cuanto a la forma; Segundo: En cuanto al fondo, la Corte actuando por autoridad propia, confirma en todas sus partes la sentencia apelada, marcada con el nmero 508/2000 de fecha 20 del mes de diciembre del ao 2000, dictada por la Cmara Civil, Comercial y de Trabajo del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Mara Trinidad Snchez; Tercero: Condena al seor Benjamn Acosta al pago de las costas del procedimiento, con distraccin de las mismas en provecho de los Dres. Luis Sosa Eve y Artagnan Prez Mndez, quienes afirman haberlas avanzado en su mayor parte; Considerando, que en su memorial la parte recurrente propone los siguientes medios de casacin: Primer Medio: Falta de base legal; Segundo Medio: Insuficiencia de motivos, artculo 141 del Cdigo de Procedimiento Civil; Considerando, que en sus dos medios de casacin, los cuales se renen para su examen el recurrente sostiene, en sntesis, a que si se alega el dolo, el engao o la interdiccin decretada, esta debe ser probada por escrito a por testigo, por lo que la Corte a-qua dej la sentencia sin base legal e insuficiencia de una adecuada motivacin; que no existe prueba de que la testadora estuviere al momento de dictar su ltima voluntad sujeta a interdiccin, con lo cual la Corte a-qua ha desnaturalizado los hechos y el valor del testamento; que no estaba impedida de testar en beneficio de su esposo por no existir causa alguna que lo impidiera; que el hecho de que un mdico exprese en un certificado mdico que la testadora padeca de sndrome esquizofrnico, no fue probado ni se demostr que esto impeda dictar su ltima en beneficio de su esposo; que luego de la muerte del testador el testamento es irrevocable por ser un acto de ltima voluntad; que el valor de un certificado mdico diligenciado por la parte que pretende desconocer esa ltima voluntad, no puede estar por encima del testamento; que la Corte a-qua para dictar la sentencia recurrida expresa que el testamento puede atacarse por todos los medios de prueba, llegando a la afirmacin de que la testadora al momento de dictar su ltima voluntad se
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encontraba en estado de insanidad mental basndose en certificados mdicos confeccionados para este litigio por la parte recurrida sin aportar pruebas de esa afirmacin ni especificar los medicamentos o recetas que expidiera; que los testigos que depusieron en el tribunal expresaron todo lo contrario al contenido de los certificados mdicos los cuales no se encontraban certificados por el mdico legista, dejando la sentencia sin base legal y sin motivos; que si bien los jueces del fondo son soberanos para apreciar si el testamento es la obra de una inteligencia sana y una voluntad libre, no es menos cierto que estos deben (sic) aceptar los medios probatorios para llegar a ese conocimiento, lo cual no hizo la Corte a-qua, lo que no permite a la Suprema Corte de Justicia determinar si la ley ha sido bien o mal aplicada, por lo que procede la casacin de la sentencia recurrida; Considerando, que el examen de la sentencia impugnada pone de manifiesto que la Corte a-qua para fallar en la forma que lo hizo se bas en los documentos aportados al debate, tales como: el acta de matrimonio de Benjamn Acosta y Rafaela Luzn, registrada con el nm. 12, libro 14, folios 23 y 24 del ao 1949, donde consta que el da 16 de abril de 1949, por ante el Oficial del Estado Civil de Cabrera, contrajeron matrimonio civil bajo el rgimen de la comunidad legal de bienes, los seores antes nombrados; el acto nm. 4 del 4 de mayo de 1999, instrumentado por el Dr. Bienvenido P. Aragons Polanco, Notario Pblico de Nagua, contentivo del testamento de la seora Rafaela Luzn Bello, en favor de su esposo Benjamn Acosta; el acto nm. 252/99, instrumentado por el ministerial Orlando Ramrez, Alguacil Ordinario del Juzgado de Primera Instancia de Mara Trinidad Snchez, el 11 de noviembre de 1999, por el cual se introdujo una demanda en interdiccin judicial contra Rafaela Luzn Bello; el acta de defuncin de Rafaela Luzn Bello de Acosta, expedida por el Oficial de Estado Civil de Cabrera, registrada con el nm. 109, libro 4, folio 109, donde consta que el da 29 de noviembre de 1999, falleci la mencionada persona; el acto nm. 23/2000, instrumentado por el ministerial Arismendy A. Hernndez Raposo, Alguacil de Estrados del Juzgado de Paz de Cabrera,
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el 24 de febrero de 2000, por el cual Mara Ramona Luzn Bello, Martina Ovalle Luzn, Teodoro Luzn Bello y Buenaventura Luzn Bello, demandaron la nulidad del testamento otorgado por Rafaela Luzn Bello a favor de su esposo Benjamn Acosta; los certificados mdicos expedidos el 1ro. de octubre de 1999, por los Dres. Francisco Tejada de la Cruz, Roberto Ruiz Reyes y Freddy Prez Alvarado, donde hacen constar que desde el ao 1985 la seora Rafaela Luzn Bello padeca de Sndrome Esquizofrnico; Considerando, que asimismo, la referida sentencia impugnada se fundament en el certificado mdico expedido por el Dr. Lorenzo Tavares Rivas, cardilogo, en el cual se revela que Rafaela Luzn Bello padeca de Leucemia Micolblstica aguda, as como en las declaraciones de los testigos Antipos Benavdes, Jos Ramn Eusebio y Marino Rodrguez Mata, vertidas en el contrainformantivo celebrado por la Corte a-qua y en las que se consigna que los testigos nombrados conocan a la seora Rafaela Luzn Bello desde hace ms de 20 aos y que la misma padeca de problemas mentales desde haca ms de 10 aos; que este contrainformativo celebrado el 18 de mayo de 2001, tuvo lugar despus del informativo ordenado a cargo de la parte intimante a fin de or a los seores Juan Estvez, Sinencio Ramn Rosario (a) Chamn, Jos Rosario, Eusebio de la Cruz, y Dr. Roberto Bienvenido Aragons Polanco, para probar el estado de sanidad mental de la testadora y los hechos que dieron lugar a la instrumentacin del testamento; Considerando, que, de conformidad con el artculo 504 del Cdigo Civil, despus de la muerte de una persona, no podrn ser impugnados, por causa de demencia, los actos por ella misma otorgados, si no hubiese sido declarada su interdiccin o solicitada antes de su muerte, que como se informa anteriormente, la Corte a-qua verific como cuestin de hecho, que el da 11 de noviembre de 1999, por acto nm. 252/99, del Alguacil Orlando Ramrez, Ordinario del Juzgado de Primera Instancia de Mara Trinidad Snchez, fue solicitada la interdiccin de Rafaela Luzn Bello (la testadora), as como que sta falleci el da 29 de noviembre del mismo ao 1999,
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lo que comprueba que la solicitud o demanda en interdiccin tuvo lugar 18 das antes de que se produjera su muerte, lo que pone de manifiesto la admisibilidad de la demanda en nulidad de testamento intentada por los actuales recurridos contra el recurrente Benjamn Acosta; Considerando, que es verdadero, como afirma el recurrente en su memorial, que los jueces del fondo son soberanos para apreciar si el testamento es la obra de una inteligencia sana y una voluntad libre, pero que estos -los jueces- deben aceptar los medios probatorios para llegar a ese convencimiento; que, en efecto, para llegar a la misma conclusin a que lleg el juez de primer grado, en el sentido de declarar nulo y sin ningn efecto y valor el testamento autntico de Rafaela Luzn Bello en favor de su esposo Benjamn Acosta, la Corte a-qua expuso en su sentencia lo siguiente: que con relacin al segundo aspecto de las conclusiones de la parte apelante de que ni por ante el Juez a-quo ni por ante esta Corte, los hoy recurridos pudieron demostrar el estado de insanidad mental de la testatriz al momento de presentarse por ante el Dr. Bienvenido P. Aragons Polanco, Notario Pblico para el Municipio de Nagua, con la finalidad de plasmar su ltima voluntad; que conforme a los certificados mdicos de fecha 1ro. de octubre de 1999 expedidos por los Dres. Francisco Tejada de la Cruz, Roberto Ruiz Reyes y Freddy Prez Alvarado, en los mismos se hace constar que desde el ao 1985 los indicados mdicos examinaron a la seora Rafaela Antonia Luzn Bello y los tres diagnsticos coincidieron en que dicha seora padeca de Sndrome Esquizofrnico, por lo que estaba incapacitada para cualquier funcin fsica, mental y social, lo cual queda evidenciado adems con el receso (sic) de que hoy la parte recurrida inici una demanda en interdiccin judicial 18 das antes del fallecimiento de la seora Rafaela Luzn Bello; que si bien es cierto que los mdicos que expidieron los certificados mdicos antes indicados no eran especialistas en psiquiatra, stos eran los que haban prestado atencin a la seora Luzn Bello, por lo que, sta Corte estima que los mismos constituyen una prueba fehaciente y veraz del Estado Insanidad mental de la testatriz;
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Considerando, que si bien es cierto tambin que la alteracin de las facultades intelectuales puede revestir diversas formas y no siempre implica una privacin completa del uso de la razn, y que, en tal virtud, para anular un testamento los jueces del fondo no deben limitarse a afirmar que los mdicos que expidieron los certificados sobre la salud mental de la testadora eran los que la atendan y que tales certificados eran prueba fehaciente y vers del estado de insanidad mental de Rafaela Luzn Bello, no menos cierto es, que, en la especie, aparte de que en la sentencia impugnada la Corte a-qua responde la alegada falta de prueba del estado de insanidad mental de la testadora al momento de presentarse por ante el Dr. Bienvenido P. Aragons Polanco, Notario Pblico de Nagua, con el fin de dictar su testamento, deja constancia de que conforme a los certificados mdicos de fecha 1ro. de octubre de 1999, expedidos por los Dres. Francisco Tejada de la Cruz, Roberto Ruiz Reyes y Freddy Prez Alvarado, estos afirman haber examinados desde 1985 a la testadora, coincidiendo los tres diagnsticos en que sta (Rafaela Luzn Bello) padeca de Sndrome Esquizofrnico y que por ello estaba incapacitada para cualquier funcin fsica, mental y social, lo que qued reafirmado con la demanda en interdiccin judicial interpuesta por los recurridos 18 das antes de su fallecimiento; que la sentencia atacada deja adems constancia de los testimonios se los testigos Antipos Benavides, Jos Ramn Eusebio y Marino Rodrguez Mata, quienes en el contrainformativo celebrado por la Corte a-qua manifestaron conocer a Rafaela Luzn Bello desde hace ms de 20 aos y que la misma padeca de problemas mentales desde haca ms de 10 aos; que, agrega la sentencia impugnada, dada la espontaneidad y coherencia de sus declaraciones, las mismas le merecen credibilidad y confiabilidad, por lo que deben ser tomadas en cuenta como elemento de conviccin; Considerando, que, adems de que los jueces del fondo pueden elegir para formar su conviccin aquellos testimonios que le parezcan ms verosmiles y sincero, no estn obligados tampoco a exponer las razones que han tenido para atribuir fe a unas declaraciones y no a otras, apreciacin que escapa a
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la censura de la casacin, salvo desnaturalizacin que, aunque no se ha alegado expresamente, no ha sido establecido en la especie del hecho de que la Corte a-qua se edificara en base a los certificados mdicos citados y a lo declarado por los testigos arriba nombrados, por merecerle, unos y otros, mayor crdito y certidumbre que fue, en definitiva, lo que hizo la Corte aqua; Considerando, que, en cuanto a la alegada falta de base legal e insuficiencia de motivos que la parte recurrente hace descansar en la alegada no existencia de pruebas de que la testadora estuviere al momento de dictar su testamento sujeta a interdiccin, la sentencia impugnada contiene, como se ha visto, sobre las cuestiones denunciadas, una completa exposicin de los hechos de la causa y motivos suficientes y pertinentes que han permitido a la Suprema Corte de Justicia, como Corte de Casacin, verificar que los jueces del fondo han hecho una correcta aplicacin de la ley, por lo que los medios examinados carecen de fundamentos y deben ser desestimados. Por tales motivos: Primero: Rechaza el recurso de casacin interpuesto por Benjamn Acosta, contra la sentencia dictada el 20 de noviembre de 2001, por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de San Francisco de Macors, cuyo dispositivo figura en parte anterior de este fallo; Segundo: Condena a la parte recurrente al pago de las costas procesales, con distraccin de las mismas en favor de los Dres. Artagnan Prez Mndez y Luis Sosa Eve, abogados de la parte recurrida, quienes afirman haberlas avanzado en su totalidad. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara Civil de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma en la ciudad de Santo Domingo de Guzmn, en su audiencia pblica del 8 de junio de 2005. Firmado: Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Margarita A. Tavares, Ana Rosa Bergs Dreyfous y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General.
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La presente sentencia ha sido dada, firmada y pronunciada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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SEGUNDA CAMARA
Artculo 8, No. 2, letra J de la Constitucin. Se aplica al imputado y tambin a la parte agraviada-querellante. Sentencia del 22 de junio del 2005.
Sentencia impugnada: del 20 de enero del 2005. Materia: Recurrente: Criminal. Manuel Tejada Alcntara y/o Marina Alcntara. Cmara Penal de la Corte de
domiciliada y residente en la seccin Pino Herrado, paraje El Batey del municipio de Villa Altagracia provincia de San Cristbal, querellante, contra la sentencia dictada en atribuciones criminales por la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de San Cristbal el 20 de enero del 2005, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica; Visto el escrito motivado mediante el cual la querellante Marina Alcntara por intermedio de su hijo Manuel Tejada interpone el recurso de casacin depositado en la secretara de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de San Cristbal, el 4 de febrero del 2005; Vista la resolucin de la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia que declar admisible el recurso de casacin interpuesto por Manuel Tejada, en representacin de Marina Alcntara; Vista la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley No. 156 de 1997; La Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia despus de haber deliberado, y vistos los artculos 8 numeral 2 letra j de la Constitucin de la Repblica Dominicana; 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin, 70, 307, 418, 419, 420, 421, 422, 425, 426 y 427 del Cdigo Procesal Penal y la Resolucin 1920-2003 del 13 de noviembre del 2003; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos que en ella se refieren, son hechos constantes los siguientes: a) que el 23 de agosto del 2000 fue sometido a la accin de la justicia Blas Guilln Rodrguez (a) Bladimir, imputado de una presunta violacin sexual en perjuicio de Marina Alcntara; b) que sometido ste a la accin de la justicia, el Magistrado Procurador Fiscal del Distrito Judicial de San Cristbal apoder al Juez del Juzgado de Instruccin del Distrito Judicial de San Cristbal, quien emiti su providencia
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calificativa el 3 de mayo del 2001, enviando el asunto al tribunal criminal; c) que para el conocimiento del fondo del asunto fue apoderada la Segunda Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de San Cristbal, dictando su fallo el 30 de abril del 2002, cuyo dispositivo aparece copiado en el de la decisin impugnada; d) que con motivo del recurso de alzada interpuesto por Blas Guilln Rodrguez (a) Bladimir, intervino la sentencia ahora impugnada, dictada por la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de San Cristbal el 20 de enero del 2005, y su dispositivo reza como sigue: PRIMERO: Se declara regular y vlido el recurso de apelacin interpuesto en fecha 30 de abril del ao 2002 por el imputado Blas Guilln Rodrguez, en contra de la sentencia No. 3370 del 2002 de la misma fecha del recurso y emanada de la Segunda Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de San Cristbal, actuando en atribuciones criminales, por haberse interpuesto en tiempo hbil, dispositivo de cuya sentencia se copia: Primero : Declarar al nombrado Blas Guilln Rodrguez (a) Bladimir, culpable de violar los artculos 309, 330 y 331 del Cdigo Penal Dominicano en perjuicio de la seora Marina Alcntara, quien presenta contusin en el pabelln auricular izquierdo, abrasiones en rtula izquierda y derecha, desgarro antiguo membrana himeneal, abrasiones recientes en labios mayores, labios menores cltoris y vestbulo vulvar; en consecuencia, se le condena a diez (10) aos de reclusin menor ms el pago de una multa de Cien Mil Pesos (RD$100,000.00); Segundo: Condenar a Blas Guilln Rodrguez (a) Bladimir, al pago de las costas penales causadas; SEGUNDO: En cuanto al fondo del ya indicado recurso la Cmara Penal de la Corte actuando por propia autoridad y contrario imperio revoca la sentencia recurrida; y en consecuencia, descarga al imputado Blas Guilln Rodrguez por insuficiencia de pruebas; TERCERO : Las costas se declaran de oficio;
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Investigaciones de Homicidio, Departamento P. N., de San Cristbal, para los fines correspondientes, anexando un certificado mdico legal, el acta de querella y los interrogatorios correspondientes; c) Que mediante el oficio No. 3837 de fecha veintitrs (23) del mes de agosto del ao 2000 del Lic. Jos Gonzlez Espiritusanto, coronel P. N., en su condicin de comandante del Departamento de Investigaciones de Homicidios, de la P. N., envi el expediente al Magistrado Procurador Fiscal del Distrito Judicial de San Cristbal, sometiendo a la justicia represiva al seor Blas Guilln Rodrguez (a) Bladimir, como presunto autor de violacin sexual en perjuicio de la querellante seora Marina Alcntara; que forma parte del expediente, el certificado y/o informe mdico legal expedido a la querellante por la Dra. Ludovina Daz, sexloga de la Secretara de Estado de Salud y Asistencia Social en fecha dieciocho (18) del mes de agosto del ao 2000; Que instruido el caso por esta Cmara Penal de la Corte de Apelacin, los hechos aducidos y alegados por la querellante, resultan no ser fiables, por no haberse demostrado con claridad que el imputado fuese la persona que le ocasion los daos y que en ese sentido las pruebas resultan ser muy poco consistentes, lo que est unido a la negativa por parte del imputado, lo que hace que esta Cmara encuentre que el expediente en cuestin est desprovisto de pruebas; que la negativa por parte del imputado la ha venido reiterando en todas las instancias y ante el juzgado de instruccin, quien al ser interrogado sobre los hechos, manifest entre otras cosas, que la noche de la ocurrencia de los hechos l se encontraba en la cafetera Joselito, situada en el kilmetro 61 del municipio de Villa Altagracia, que realmente es vecino de la seora querellante, pero niega tener relaciones de amistad y de confianza con dicha seora, deja claro desconocer del motivo por el cual se le acusa de violar a la seora y declara, adems, que es cierto que ha estado preso dos veces, una por ria y otra por robo, pero, jams violara a una anciana, reiterando la negativa de cometer los hechos; que los hechos imputados al seor Blas Guilln Rodrguez, no han sido probados y en consecuencia no se ha tipificado el crimen de agresin sexual, y por estar ausentes los elementos que tipifican ese crimen,
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como son: a) elemento material, referente a la violacin; b) el elemento moral, que se refiere a la imputabilidad y responsabilidad penal que recaiga el seor Blas Guilln Rodrguez, no se ha establecido que l los haya realizado; Considerando, que tal como se evidencia por lo transcrito precedentemente, la Corte a-qua, para revocar la sentencia de primer grado y descargar al imputado por insuficiencia de pruebas, se bas en el hecho de que el expediente en cuestin, segn estima ese tribunal de alzada, est desprovisto de pruebas, en razn de que los hechos aducidos por la querellante, no le resultaron crebles, y que el imputado neg haber perpetrado los mismos; sin embargo, es importante tener en cuenta que la querellante no compareci ante la Corte aqua, y no se hizo constar en la sentencia impugnada, ni en el acta de audiencia si la misma fue debidamente citada a comparecer a la audiencia en que se conoci del recurso; por lo que carece de fundamento lo alegado por la Corte a-qua en el sentido de que los hechos aducidos por la querellante no le resultaron fiables; Considerando, que en la especie, tal y como alega el recurrente en su escrito, la querellante fue citada de manera irregular a la audiencia en que se conoci del recurso, en vista de que el acto de citacin no indicaba en qu fecha fue instrumentado; Considerando, que la Constitucin de la Repblica Dominicana en su artculo 8, numeral 2, letra j establece que nadie podr ser juzgado sin haber sido odo o debidamente citado, ni sin observancia de los procedimientos que establezca la ley para asegurar un juicio imparcial y el ejercicio del derecho de defensa; lo cual es aplicable a la parte agraviadaquerellante; Considerando, que la Resolucin 1920-2003 de la Suprema Corte de Justicia, del 13 de noviembre del 2003, establece entre otros, uno de los principios fundamentales de los que est conformado el debido proceso de ley en nuestro pas, que es el de igualdad entre las partes en el proceso;
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Considerando, que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, se refiere de manera especfica a la igualdad de todos ante los tribunales, en su artculo 14.1 que consagra: Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Por lo que debe acordarse, tanto a la vctima o demandante que reclama investigacin, juicio o indemnizacin, como al imputado o justiciable, un trato igualitario, cual que sea su condicin personal; Considerando, que si bien es cierto que el artculo 307 del Cdigo Procesal Penal establece que si la parte civil o el querellante no concurre a la audiencia o se retira de ella, se considera como un desistimiento de la accin, es importante tener en cuenta que en la especie, la Corte a-qua se encontraba apoderada de un recurso contra una decisin emitida con anterioridad a la entrada en vigencia del Cdigo Procesal Penal, por lo que no tena que ser tramitado conforme a la referida normativa procesal penal; por consiguiente, antes de revocar la sentencia del tribunal de primer grado y descargar al imputado, la corte debi establecer claramente cul fue la causa de la no asistencia de la querellante a la audiencia, si se debi a que fue irregularmente citada; respetando as el derecho al debido proceso que implica la observancia estricta del principio de la igualdad de las personas ante la ley, traducido en el mbito procesal como la igualdad de las partes o igualdad de armas y el principio de no-discriminacin de las partes en el proceso. Por tales motivos, Primero: Declara con lugar el recurso de Manuel Tejada Alcntara en representacin de Marina Alcntara, contra la sentencia dictada en atribuciones criminales por la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de San Cristbal el 20 de enero del 2005; Segundo: Ordena la celebracin total de un nuevo juicio ante la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de San Pedro de Macors; Tercero: Compensa las costas. Firmado: Hugo lvarez Valencia, Julio Ibarra Ros, Edgar Hernndez Meja, Dulce Ma. Rodrguez de Goris y Vctor Jos Castellanos Estrella. Grimilda Acosta, Secretaria General.
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La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Casa con envo por ante Cmara Penal Corte de Apelacin San Pedro de Macors. Sentencia del 31 de agosto del 2005.
Sentencias impugnadas: Segunda Sala de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, de fechas 26 de julio del 2003 y 12 de diciembre del 2001. Materia: Recurrentes: Correccional. Procurador General de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional y compartes. Intervinientes: Nilson y Sergio Martnez Howley.
de Mariano Cabrera Durn; por el Lic. Gregory Castellanos Ruano, en representacin de Mariano Cabrera Durn; el Dr. Carlos Balccer en representacin de Alfredo Lluberes Ricart; Dr. Vctor Juan Herrera, en representacin de Joaqun Antonio Pou Castro, Nilson Martnez Howley, por s y en representacin de Sergio Augusto Martnez Howley, todos contra la sentencia dictada por la Segunda Sala de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, de fecha 26 de julio del 2003, cuyo dispositivo se copia mas adelante; y sobre el recurso de la sentencia incidental dictada por esa misma Corte a-qua el 12 de diciembre del 2001, cuyo dispositivo tambin se copia mas adelante; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo al Dr. Ral Quezada Prez, por s y por el Dr. Gregory Castellanos Ruano, en la lectura de sus conclusiones, en representacin de Mariano Cabrera Durn; Odo las Licdas. ngela M. Ana Cabada y ngela Mara Tejada, por s y en representacin del Dr. Pedro Williams Lpez Meja, en la lectura de sus conclusiones, en sus calidades de abogados de Joaqun Antonio Pou Castro; Odo los Dres. Jos Pea Bez y Hertides Rodrguez, en la lectura de sus conclusiones, en sus calidades de abogados de Nilson y Sergio Martnez Howley, parte civil constituida; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica; Vistos los recursos de casacin redactados por la secretara de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, en ninguno de los cuales los recurrentes desarrollen los medios de casacin que se invocan contra la sentencia impugnada; Visto el memorial de casacin depositado por el Procurador General de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, en la secretara de la Suprema Corte de Justicia, y que contiene los medios que se articulan en contra de la sentencia, que sern examinados ms adelante;
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Visto el memorial de casacin suscrito por el Dr. Gregory Castellanos Ruano en representacin de Mariano Cabrera Durn, cuyos medios se examinan ms adelante; Visto el escrito de ampliacin de conclusiones depositados en la secretara de la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, por los abogados de Joaqun Antonio Pou Castro; Visto las notificaciones efectuadas a requerimiento del Procurador General de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, a Joaqun Antonio Pou Castro, Mariano Cabrera Durn y Rafael Alfredo Lluberes Ricart; La Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado y visto los artculos 265, 266, 295, 296, 297, 298, 302 y 304 del Cdigo Penal, 141 del Cdigo de Procedimiento Civil, 1 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; Considerando, que del examen de la sentencia recurrida y de los documentos a que ella hacer referencia, se extraen como hechos ciertos los siguientes: a) que el 17 de marzo de 1975 apareci muerto dentro de su vehculo, el periodista Luis Orlando Martnez Howley, en la avenida Jos Contreras, casi esquina Cristbal de Llerena de esta ciudad; b) que de las indagatorias realizadas por las autoridades fueron inculpados como autores de ese hecho Joaqun Antonio Pou Castro, Mariano Cabrera Durn, Luis Emilio de la Rosa Beras, Isidoro Martnez Gonzlez y el Sgto. F. A., Eulogio Cordero Germn; c) que el Procurador Fiscal del Distrito Nacional apoder al Juez de Instruccin de la Cuarta Circunscripcin para que instruyera la sumaria de ley, quien dict su providencia calificativa enviando al tribunal criminal a todos los imputados, excepto Eulogio Cordero Germn y Jess Mara Snchez Guzmn, quienes fallecieron antes de la emisin de la misma; d) que mediante un requerimiento introductivo suplementario fue remitido al juez de instruccin apoderado al imputado Mariano Cabrera Durn, quien haba sido enviado al tribunal como prfugo; e) que contra esa decisin recurrieron en apelacin la parte civil constituida Adriana Howley Vda. Martnez, y todos los imputados; f) que la Cmara de
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Calificacin del Distrito Nacional dict su providencia calificativa confirmando la del juez de instruccin, envindolos todos a ser juzgado por ante el tribunal en materia criminal, as como tambin a Salvador Lluberes Montas, agregado posteriormente al expediente; g) que el 4 de agosto del 2000 la Dcima Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional dict su sentencia, cuyo dispositivo es el siguiente: PRIMERO: Se revoca la sentencia dictada por este tribunal el 7 de diciembre de 1998 en su ordinal primero, relativa al desglose del presente proceso del Sr. Jos Isidoro Martnez Gonzlez; SEGUNDO : Se declara extinta la accin pblica respecto del coacusado, que en vida responda al nombre de Jos Isidoro Martnez Gonzlez, por aplicacin del artculo 2 del Cdigo de Procedimiento Criminal, prueba de cuya muerte est contenida en una partida de defuncin, registrada con el nmero doscientos dieciocho mil doscientos setenta (218270), del 15 de diciembre de 1999, emitida por el delegado de las oficialas del estado civil, Sr. Luis Fernando Prez Cuevas; TERCERO : Se rechazan las conclusiones que proponen el medio de inadmisin contenido en la Ley General de Amnista No. 1 de 1978, propuesto por las defensas de los coacusados Joaqun Antonio Pou Castro, Mariano Cabrera Durn o Mariano Durn y Rafael Alfredo Lluberes Ricart, por improcedentes, infundadas y carentes de base legal; CUARTO : Se rechazan las conclusiones que proponen la prescripcin de la accin publica respecto del presente proceso, propuesta por las defensas de los coacusados Joaqun Antonio Pou Castro, Mariano Cabrera Durn o Mariano Durn y Rafael Alfredo Lluberes Ricart, por improcedentes, infundadas y carentes de base legal; QUINTO: En lo que respecta a los coacusados Luis Emilio de la Rosa Beras y Mariano Cabrera Durn o Mariano Durn, se vara la calificacin jurdica de los hechos de la prevencin de los artculos 59, 60, 265, 266, 267, 295, 296, 297, 298, 302, y 304 del Cdigo Penal de la Repblica Dominicana y los artculos 39 y 40 de la Ley No. 36 de 1965, sobre Comercio, Porte y Tenencia de Armas, por la de los artculos 265, 266, 267, 295, 296, 297, 298, 302 y 304 del Cdigo Penal; SEXTO: Se declaran culpables a los coacusados Luis Emilio de la Rosa Beras y
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Mariano Cabrera Durn o Mariano Durn, de violar los artculos 265, 266, 267, 295, 296, 297, 302 y 302 del Cdigo Penal de la Repblica Dominicana, en perjuicio de quien en vida se llam Luis Orlando Martnez Howley, y en consecuencia se les condena a cada uno a cumplir la pena de treinta (30) aos de reclusin mayor; SPTIMO : Se les condena al pago de las costas penales; OCTAVO: En cuanto a los coacusados Joaqun Antonio Pou Castro y Rafael Alfredo Lluberes Ricart, se vara la calificacin jurdica de los hechos de la prevencin de los artculos 5960, 265, 266, 267, 295, 296, 297, 302 y 304 del Cdigo Penal de la Repblica Dominicana y artculos 39 y 40 de la Ley No. 36 de 1965, sobre Comercio, Porte y Tenencia de Armas de Fuego, por la de los artculos 265, 266, 267, 295, 296, 297, 298, 302 y 304 del Cdigo Penal y artculos 39 y 40 de la Ley No. 36 de 1965, antes indicada, y en consecuencia se les condena a cada uno a cumplir la pena de treinta (30) aos de reclusin mayor; NOVENO: Se les condena al pago de las costas penales; DECIMO: En cuanto a la forma se declara regular y vlida la constitucin en parte civil hecha por los seores Nilson Emigdio y Sergio Augusto Martnez Howley, quienes actan en calidad de hermanos de quien en vida se llam Luis Orlando Martnez Howley, en contra de los coacusados Joaqun Antonio Pou Castro, Rafael Alfredo Lluberes Ricart, Mariano Cabrera Durn o Mariano Durn y Luis Emilio de la Rosa Beras, por ser justa y reposar en derecho; DECIMO PRIMERO: En cuanto al fondo de dicha constitucin en parte civil se condena a los coacusados Joaqun Antonio Pou Castro, Rafael Alfredo Lluberes Ricart, Mariano Cabrera Durn o Mariano Durn y Luis Emilio de la Rosa Beras, al pago de una indemnizacin de Cinco Millones de Pesos (RD$5,000,000.00) cada uno, a favor y provecho de los seores Nilson Emigdio y Sergio Augusto Martnez Howley, como justa reparacin por los daos morales y materiales sufridos por stos como consecuencia de la muerte de su hermano Luis Orlando Martnez Howley; DECIMO SEGUNDO: Se rechazan por extemporneas las conclusiones vertidas por la parte civil, en el sentido de que se ordene al magistrado Procurador Fiscal del Distrito Nacional realizar y presentar un informe mdico legal de la situacin del
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coacusado desglosado Salvador Lluberes Montas, a fin de que se fije el conocimiento del proceso relativo a ese enjuiciable; DECIMO TERCERO: Que en lo referente a que sea ordenada una instruccin suplementaria contra los seores Joaqun Balaguer, Ramn Emilio Jimenez Reyes, Enrique Perez y Perez, Robinson Brea Garo, Ernesto Cruz Brea, Ramn Abreu Rodrguez, Vctor Gmez Berges, Dr. Ramn Pina Acevedo, Flix Manuel Vargas Taveras, entre otros, ya que al haberse rechazado por extemporneas las conclusiones falladas en el ordinal anterior, stas se traducen improcedentes, infundadas y carentes de base legal; DECIMO CUARTO: Se condena a los coacusados Joaqun Antonio Pou Castro, Rafael Alfredo Lluberes Ricart, Mariano Cabrera Durn o Mariano Durn y Luis Emilio de la Rosa Beras, al pago de las costas civiles, distrayendo las mismas a favor y provecho de los Dres. Tomas B. Castro, Jess M. Fliz Jimenez, Hertides Rodrguez, Geovanny Tejada y Lic. Jos Parra Bez, quienes afirman haberlas avanzado en su mayor parte; h) que esta sentencia fue recurrida en apelacin por los imputados, as como por la parte civil constituida; i) que el 5 de noviembre del 2002 la Segunda Sala de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, apoderada para conocer de los referidos recursos, dict una sentencia incidental, anulando la del primer grado y avocndose el fondo del asunto; j) que el 12 de diciembre del 2002 dicha Corte dict una sentencia incidental, cuyo dispositivo es el siguiente: PRIMERO: Declarar, como al efecto declara, que los tribunales y cortes de la repblica, estn en la obligacin, como principio general, de examinar si son competentes para conocer de los asuntos de que estn apoderados; que en nuestro derecho la competencia es un asunto de orden pblico; que un tribunal o corte puede resultar incompetente en razn de la materia, en razn de la persona o en razn del lugar donde se ha cometido el hecho; que en la especie el abogado del coacusado recurrente Mariano Cabrera Durn, ha alegado la incompetencia de la jurisdiccin civil ordinaria para conocer de las infracciones puestas a cargo de los procesados recurrentes y del seor Salvador Lluberes Montas, quien fuera desglosado del expediente, segn consta en la sentencia del 11 de febrero del 1999 dictada por la
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Dcima Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, solicitud que formula dicho letrado bajo el fundamento de que en el caso que nos ocupa es competencia del Consejo de Guerra de Apelacin de las Fuerzas Armadas y en virtud de lo que dispone al prrafo agregado al artculo 7 del Cdigo de Justicia de las Fuerzas Armadas, por la Ley 866 del 22 de julio de 1978; SEGUNDO: Declarar, como al efecto declara, que el prrafo agregado al artculo 7 precedentemente citado, que establece una excepcin y una competencia especial para que los tribunales militares juzguen a un miembro de las fuerzas armadas por todo hecho que haya cometido en servicio activo y en el ejercicio de sus funciones, aun cuando ste haya dejado de pertenecer a dicha institucin, no tiene aplicacin en el caso de la especie porque la ley requiere que el miembro de las fuerzas armadas que haya cometido el hecho delictuoso, lo haya cometido en el ejercicio de sus funciones y es evidente, que entre las funciones de los miembros de las fuerzas armadas, en ningn caso puede estar la de privar a una persona de su vida, ya que las convenciones internacionales sobre el respeto a los derechos de la persona humana, la constitucin y las leyes de la Repblica, prohben privar a una persona de su vida, declarando que los miembros de las fuerzas armadas y la Polica Nacional tienen por misin principal la de defender la soberana nacional y preservar la vida de los ciudadanos, por tanto esta corte rechaza el pedimento de la defensa de Mariano Cabrera Durn, y declara que es competente para conocer de los recursos de apelacin de que est apoderada; TERCERO: Aplazar, como al efecto aplaza, el proceso en materia criminal seguido en grado de apelacin a los seores Joaqun Antonio Pou Castro, Mariano Cabrera Durn, Rafael Lluberes Montas y Luis Emilio de la Rosa Beras, a fin de que el Procurador General de la Corte, ordene, nuevamente, la citacin de los testigos e informantes de la causa incomparecientes; CUARTO: Fijar, como al efecto fija, la vista de la causa para el da mircoles trece (13) de marzo del ao dos mil dos (2002), a las doce (12:00 m.) horas del medioda, valiendo citacin para las partes presentes y representadas en audiencia; QUINTO: Reservar como al efecto reserva, las costas del procedimiento para ser falladas
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conjuntamente con el fondo; k) que el 26 de julio del 2003 la Segunda Sala de la Corte de Apelacin dict su sentencia sobre el fondo, cuyo dispositivo es el siguiente: PRIMERO: Declarar, como al efecto declara, que mediante sentencia del 12 de diciembre del 2001, esta corte declar que est apoderada de los recursos de apelacin interpuestos por Joaqun Antonio Pou Castro, Rafael Alfredo Lluberes Ricart, Mariano Cabrera Durn y Luis Emilio de la Rosa Beras, y por la parte civil constituida a nombre de los seores Nilson Emigdio y Sergio Augusto Martnez Howley, recursos que son buenos y vlidos, en cuanto a la forma, por haber sido hechos en tiempo hbil y de conformidad con la ley; SEGUNDO: Declarar, como al efecto declara, en cuanto a las conclusiones de Mariano Cabrera Durn, Joaqun Antonio Pou Castro y Rafael Alfredo Lluberes Ricart, solicitando, en sntesis, que fuese declarado amnistiado el hecho que se les imputa, en razn de que de conformidad con la Ley No. 1, de Amnista General , publicada en la Gaceta Oficial No. 9482, del 26 de septiembre de 1978, las infracciones de delitos comunes, comprendidas en el periodo entre la ltima ley de amnista del 3 de septiembre de 1965, a la fecha de la publicacin de la referida ley, estn amnistiados, esta corte declara que la amnista es un perdn legislativo que tiene por objeto hacer desaparecer como infraccin penal los hechos y las acusaciones como si stos nunca se hubiesen producido, quedando las personas favorecidas por ella, exentas de toda persecucin o condenacin; que, en la especie, entre el periodo favorecido con la amnista, los procesados no se encontraban bajo acusacin o condenacin; que al no encontrarse stos dentro de las previsiones de la ley, sta no le es aplicable, y por tanto procede rechazar, por improcedente e infundada, su peticin; TERCERO: Declarar, como al efecto declara, que la parte civil constituida a nombre de los seores Nilson y Sergio Martnez Howley, ha solicitado a esta corte que se ordene una instruccin complementaria contra las personas que en el curso del proceso se han revelado con diferentes grados de responsabilidades en el crimen o en su encubrimiento; esta corte declara que las jurisdicciones de instruccin son las nicas competentes para reabrir la instruccin cuando hayan
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sobrevenido nuevos cargos; que esta corte incurrira en un exceso de sus atribuciones, si ordenase la reapertura de la instruccin solicitada; que slo el Procurador Fiscal puede requerirla y est obligado, de hacerlo, a articular los nuevos cargos en su requerimiento; y que, adems, la reapertura de la instruccin no puede ser solicitada por la parte civil constituida, pues es de temer que ella utilice tal posibilidad como un medio de mortificar o chantajear a los procesados; por tanto rechaza por improcedente e infundada, la solicitud de reapertura de instruccin solicitada por la parte civil constituida; CUARTO: Declarar, como al efecto declara, que en cuanto a la solicitud de la parte civil constituida para que sea condenado de manera solidaria, al estado dominicano a pagar la indemnizacin solicitada anteriormente, a favor de los deudos de Orlando Martnez; se rechaza por improcedente e infundada dicha peticin, en razn de que el Estado Dominicano no ha sido puesto en causa como lo establece la Ley 1436 de 1938, y mas grave an, constituira una violacin al artculo 8, inciso 2do., letra J, de la Constitucin de la Repblica, que establece que nadie puede ser juzgado sin haber sido odo o debidamente citado tal como ocurre en la especie, el Estado Dominicano no ha sido demandado ni en primer grado ni ante esta corte, y de admitir tal peticin , tambin se violara el doble grado de jurisdiccin en contra del estado dominicano, pues, es inadmisible la constitucin en parte civil por primera vez ante la corte; QUINTO: Declarar, como al efecto declara, en cuanto a la solicitud formulada por la defensa de Joaqun Antonio Pou Castro, en el sentido de que fuese declarada inadmisible, por falta de calidad, la constitucin en parte civil hecha por Sergio Augusto Martnez Howley y Nilson Emigdio Martnez Howley, se rechaza por improcedente e infundada dicha peticin, ya que el demandado concluy al fondo de la demanda y con ello la parte acusada ya no poda discutir la calidad de la parte civil; que, adems, de conformidad con la disposicin general consagrada en el articulo 3 del Cdigo de Procedimiento Criminal, la parte lesionada por una infraccin, puede constituirse en parte civil ante el tribunal represivo en todo estado de causa, antes del cierre de los debates del proceso y siempre que no
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viole el doble grado de jurisdiccin, an cuando no haya presentado una querella previa; que la constitucin en parte civil puede hacerse en audiencia, en presencia de los acusados, sin necesidad de que haya que notificarle acto alguno, ya que la finalidad de la notificacin es poner en conocimiento a los acusados de la demanda, y en el caso de la especie, stos han sido advertidos de ella y han tenido oportunidad de defenderse, como lo han hecho; que la parte civil fundamenta su calidad en los vnculos de consanguinidad y la relacin afectiva real, existentes entre ellos y la victima; SEXTO: Declarar, como al efecto declara, que los tribunales y cortes de la repblica, estn obligados a apreciar los hechos conforme a su naturaleza y a aplicar a aquellos que constituyan infracciones penales, las normas legales que los sancionan; que, en materia criminal los medios directos de prueba son: el testimonio, la confesin, los indicios y las presunciones; que las jurisdicciones de juicio aprecian estos hechos conforme a su presentacin en el plenario y que estos medios sirven para probar los hechos imputndoles a los procesados fuera de toda duda razonable; SPTIMO: Declarar, como al efecto declara, en cuanto a la solicitud hecha por el coacusado Mariano Cabrera Durn, para que fuese acogida en su favor la legtima defensa plenaria o plena, la legtima defensa subjetiva, la legitima defensa objetiva, la legitima defensa reciproca, la fuerza moral irresistible, la inexigibilidad de otra conducta, aducidas en sus conclusiones, se rechazan por improcedentes e infundadas, ya que se trata de meros alegatos que no han sido debidamente establecidos en el plenario ni han sido probados, fuese a atacar a Mariano Cabrera Durn ni a ninguna otra persona de las que estuvieron presentes en el lugar y el momento en que se cometi el hecho que ocupa la atencin de la corte; OCTAVO: Declarar, como al efecto declara, en cuanto a la solicitud de hecha por el coacusado Mariano Cabrera Durn, para que fuese anulada la instruccin preparatoria, porque supuestamente se viol el secreto de sta, se rechaza, por improcedente e infundada, ya que las jurisdicciones de juicio son apoderadas por la providencia calificativa, sea del juez de instruccin o de la cmara de calificacin, y stas son atributivas de competencia, y no le corresponde a los jueces del fondo pronunciarse sobre
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las decisiones de aquellas, adems, la Cmara Penal de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, se pronunci en su oportunidad sobre esa peticin; NOVENO: Declarar, como al efecto declara, que la constitucin de la republica consagra de manera clara y precisa, la proteccin de los derechos individuales y el debido proceso de ley, de ah que el derecho procesal penal dominicano se enfrente a la necesidad de armonizar, por un lado, el inters en la bsqueda de la verdad y, por el otro lado, los intereses del procesado y de la vctima, en la salvaguarda de sus derechos; DCIMO: Declarar, como al efecto declara, que es un deber de los jueces que conocen de un proceso, velar por el cumplimiento de las normas procesales, amparadas en la constitucin y en las leyes de la repblica, y cuy fin es proteger el debido proceso de ley, con el objetivo de que el resultado que se de a los casos se encuentre apegado a las normas jurdicas, la equidad y la justicia; UNDCIMO : Declarar, como al efecto declara, que los tribunales y cortes estn obligados a comprobar la veracidad de los hechos imputdoles a los procesados y no pueden fundamentar sus decisiones en meros alegatos sin fundamentos; que en el caso que nos ocupa, como medio de prueba directo preponderante tenemos la confesin de los propios acusados, quienes admiten haber participado en los hechos que culminaron con la muerte de quien en vida responda al nombre de Luis Orlando Martnez Howley; DUODCIMO : Declarar, como al efecto declara, que conforme a las confesiones de los procesados en el plenario, esta corte ha establecido que en horas de la tarde del 17 de marzo de 1975, el cabo de la Fuerza Area Dominicana, Mariano Cabrera Mariano Cabrera Durn, se aperson a la residencia del Mayor de la Fuerza Area Dominicana, Joaqun Antonio Pou Castro, de all stos se dirigieron a la Avenida Venezuela del Ensanche Ozama de esta ciudad, prximo al parque, donde recogieron a los seores Rafael Alfredo Lluberes Ricart y Luis Emilio de la Rosa Beras, que estos conformaron un concilibulo criminal y perverso, trasladndose a la Avenida Ortega y Gasset esquina Pepillo Salcedo, frente a la entrada principal del Hipdromo Perla Antillana, donde se instalaron en una cafetera, que la poca haba ubicada all,
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donde esperaron las instrucciones y rdenes manifiestamente ilegales, que al decir de sus declaraciones, les dio el entonces Coronel de la Fuerza Area Dominicana, Jos Isidoro Martnez Gonzlez, para perseguir al vehculo que conduca la victima; que los procesados manifestaron que tenan instrucciones de apresar a Luis Orlando Martnez Howley para propinarle una golpiza, con la finalidad de darle un escarmiento; que al recibir las instrucciones siguieron a la vctima por la avenida San Martn en direccin este a oeste, hasta la interseccin con la avenida Tiradentes, donde giraron a la izquierda, desplazndose en direccin norte a sur por la avenida Tiradentes con la avenida Jos Contreras, giraron a la izquierda, ya dentro de la referida avenida, el vehculo que conduca el Coronel Martnez Gonzlez se le adelant al vehculo conducido por la vctima, para obligarlo a detenerse, y el vehculo conducido por el Mayor Pou, impact en la parte trasera izquierda al vehculo conducido por Luis Orlando Martnez Howley; que en seguida se desmontaron del vehculo conducido por Pou Castro, el cabo Mariano Cabrera Duran y el seor Rafael Alfredo Lluberes Ricart, dirigindose hacia el vehculo que ocupaba Luis Orlando Martnez Howley, el seor Lluberes Ricart, por el lado izquierdo y el Cabo Cabrera Durn por el lado derecho, el primero disparndole y ocasionndole la herida que presenta en el brazo izquierdo, y el segundo al disparar el arma que portaba le ocasion la herida que presenta en el pmulo derecho heridas de balas stas que le ocasionaron la muerte; DCIMO TERCERO : Declarar, como al efecto declara, que esta corte, tras haber instruido el proceso de que se trata, cumpliendo con el respeto de los derechos individuales de los procesados, y tras haber analizado los hechos imputdoles, as como las piezas y elementos de conviccin que han sido debidamente aportados al plenario, ha establecido como hechos constantes y no controvertidos que la noche del 17 de marzo de 1975, alrededor de las 7:30 horas de la noche, result muerto de dos impactos de bala, Luis Orlando Martnez Howley; que la victima presenta herida de bala con orificio de entrada mejilla derecha sin salida y herida de bala con orificio de entrada regin ante-braquial posterior, antebrazo izquierdo y salida regin ante-braquial anterior del
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mismo antebrazo, la primera mortal por necesidad; que el cuerpo de la vctima fue encontrado dentro del automvil marca Lancia, modelo 1974, color azul, placa No. 126-897, en la avenida Jos Contreras de esta ciudad, en las inmediaciones del campus de la Universidad Autnoma de Santo Domingo, por el entonces Capitn de la Polica Nacional, ngel Feren Gmez; que la vctima fue encontrada con un revlver calibre 38, empuado en la mano derecha, con el brazo extendido y con el brazo izquierdo sobre la puerta entreabierta del conductor, y que la vctima tena la cabeza recostada sobre dicho brazo; que Orlando Martnez Howley fue trasladado al hospital militar Enrique Lightow Ceara (antiguo Marin), ubicado en las inmediaciones del lugar donde sucedi el hecho y que all fue recibido por los mdicos de turno en emergencia; que posteriormente se present a dicho establecimiento de salud el mdico forense Wilson Rafael Rodrguez Mndez, quien despus de examinar el cadver de la vctima certific su muerte conforme al Acta Mdico Legal expedida al efecto; DCIMO CUARTO: Declarar, como al efecto declara, que los hechos as establecidos configuran a cargo de los acusados Joaqun Antonio Pou Castro, Rafael Alfredo Lluberes Ricart, Mariano Cabrera Durn y Luis Emilio de la Rosa Beras, los crmenes de asociacin de malhechores, golpes y heridas cometidos con premeditacin y acechanza, y homicidio voluntario, cada uno en la magnitud de su participacin, como se dir mas adelante; DCIMO QUINTO: Declarar, como al efecto declara, a los seores Rafael Alfredo Lluberes Ricart y Mariano Cabrera Durn, de generales que constan, culpables de los crmenes de asociacin de malhechores, golpes y heridas cometidos con premeditacin y acechanza, y homicidio voluntario, hechos previstos y sancionados por los artculos 265, 266, 267, 309, 310, 295, 304, prrafo II y el artculo 18 del Cdigo Penal, respectivamente, en perjuicio de quien en vida responda al nombre de Luis Orlando Martnez Howley, en consecuencia, y en virtud del principio del no cmulo de penas, los condena a cada uno a cumplir la pena de quince (15) aos de reclusin mayor y al pago de las costas penales; dndole as a los hechos establecidos en el plenario su verdadera calificacin legal; DCIMO SEXTO: Declarar, como al efecto
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declara, al seor Joaqun Antonio Pou Castro, de generales que constan, culpable de los crmenes de asociacin de malhechores y golpes y heridas cometidos con premeditacin y acechanza, hechos previstos y sancionados por los artculos 265, 266, 267, 309 y 310 del Cdigo Penal, respectivamente, en perjuicio de quien en vida responda al nombre de Luis Orlando Martnez Howley, en consecuencia, y en virtud del principio del no cmulo de penas, lo condena a cumplir la pena de doce (12) aos de reclusin mayor y al pago de las c ostas penales; dndole as a los hechos establecidos en el plenario su correcta calificacin legal; DCIMO SPTIMO: Declarar, como al efecto declara, al seor Luis Emilio de la Rosa Beras, de generales que constan, culpable de los crmenes de asociacin de malhechores y golpes y heridas cometidos con premeditacin y asechanza, hechos previstos y sancionados por los artculos 265, 266, 267, 309 y 310 del Cdigo Penal, respectivamente, en perjuicio de quien en vida responda al nombre de Luis Orlando Martnez Howley, en consecuencia, y en virtud del principio del no cmulo de penas, lo condena a cumplir la pena de diez (10) aos de reclusin mayor, y al pago de las costas penales; concedindole as a los hechos establecidos en el plenario su apropiada calificacin legal; DCIMO OCTAVO: Declarar, como al efecto declara, buena y vlida, en cuanto a la forma, la constitucin en parte civil hecha en audiencia por los seores Sergio Augusto Martnez Howley y Nilson Emigdio Martnez Howley, en sus calidades de hermanos de quien en vida responda al nombre de Luis Orlando Martnez Howley, por intermedio de sus abogados , los Dres. Tomas Castro Monegro, Herotides Rodrguez, Geovanny Tejada y Jos Parra Bez, en contra de Joaqun Antonio Pou Castro, Rafael Alfredo Lluberes Ricart, Mariano Cabrera Durn y Luis Emilio De La Rosa Beras, por haber sido hecha de conformidad con la ley; DECIMONONO: Condenar, como al efecto condena, en cuanto al fondo de dicha constitucin en parte civil, a cada uno de los coacusados seores Joaqun Antonio Pou Castro, Rafael Alfredo Lluberes Ricart, Mariano Cabrera Durn y Luis Emilio de la Rosa Beras, al pago de una indemnizacin de Cinco Millones de Pesos (RD$5,000,000.00), para cada uno de los demandantes, esto
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es, a favor de los seores Sergio Augusto Martnez Howley y Nilson Emigdio Martnez Howley, por los daos y perjuicios morales caudados a stos como consecuencia de los vnculos de consanguinidad y de la relacin afectiva real, existente entre la vctima y los demandantes, vnculos stos, que fueron comprobados por la corte, por los documentos que obran en el expediente y con las declaraciones prestadas en el plenario; VIGESIMO: Condenar, como al efecto condena, a los seores Joaqun Antonio Pou Castro, Rafael Alfredo Lluberes Ricart, Mariano Cabrera Durn y Luis Emilio de la Rosa Beras, al pago de los intereses legales a partir de la demanda en justicia, a ttulo de indemnizacin complementaria; VIGESIMO PRIMERO: Condenar, como al efecto condena, a los seores Joaqun Antonio Pou Castro, Rafael Alfredo Lluberes Ricart, Mariano Cabrera Durn y Luis Emilio de la Rosa Beras, al pago de las costas civiles del proceso, ordenando su distraccin a favor y provecho de los Dres. Tomas Castro Monegro, Herotides Rodrguez, Geovanny Tejada y Jos Parra Bez, abogados de la parte civil constituida, quienes afirman haberlas avanzado en su totalidad;
tratndose de un medio nuevo no puede ser esgrimido por primera vez en casacin; Considerando, que en su segundo medio se sostiene en sntesis de que entre 1975, fecha en que ocurri el crimen y 1995, no hubo ningn acto de persecucin o de instruccin que hubiera podido interrumpir la prescripcin; pero; Considerando, conforme a la mejor doctrina, la prescripcin tiene como fundamento el olvido de las acciones que infringen la ley y por consiguiente la expiracin de toda posibilidad de perseguir las infracciones penales dentro del plazo estipulado por la ley, al no haberse ejercido una actuacin valida, susceptible de detenerla; que sin embargo en la especie, contrariamente a lo afirmado por el recurrente, hay constancia de lo siguiente: a) que el 14 de agosto de 1975 el Procurador Fiscal de esa poca requiri del Juez de Instruccin de la Cuarta Circunscripcin del Distrito Nacional que procediera a instruir una sumaria en contra de los seores Dimedes Mercedes, Francisco Melvin Man Rosa y Rafael Antonio Luna; b) que mediante el oficio 38-85 del 8 de marzo de 1985 el juez de instruccin de la Segunda Circunscripcin del Distrito Nacional solicit al Procurador Fiscal del Distrito Nacional el requerimiento introductivo, en atencin a la querella formulada por Luis Mariano Martnez; c)que mediante oficio No. 1606 del 12 de marzo de 1985 el Procurador Fiscal del Distrito Nacional devolvi al juez de instruccin de la Cuarta Circunscripcin del Distrito Nacional, el expediente 81-75, y su adicin 74-75 relativo a la muerte del periodista Orlando Martnez Howley; d) que por oficio del Procurador Fiscal del Distrito Nacional al Juez de instruccin de la Segunda Circunscripcin contentivo de la declinatoria de la querella mencionada, respondiendo as al oficio 47-85 del 14 de marzo de 1985 de la Juez de Instruccin de la Segunda Circunscripcin del Distrito Nacional, dirigido al Procurador Fiscal, respondiendo al oficio del 12 de marzo de 1985; y e) por ltimo, requerimiento introductivo No. 455 del 8 de abril de 1985 dirigido al juez de instruccin de la Cuarta Circunscripcin del Distrito Nacional, en adicin al expediente criminal con requerimiento introductivo del 8 de abril de 1975
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y un segundo requerimiento introductivo No. 471 del 10 de abril de 1975, como adicin en contra de los referidos implicados en la muerte del periodista Orlando Martnez Howley, lo que demuestra, esencialmente el requerimiento introductivo dictado por el Procurador Fiscal del Distrito Nacional 667-85 del 14 de marzo de 1985 dirigido al juez de instruccin de la Cuarta Circunscripcin del Distrito Nacional, en adicin al expediente criminal del cual estaba apoderado desde el 10 de abril de 1975, as como la querella introducida por el padre de la victima el 8 de marzo de 1985 al juez de instruccin de la Segunda Circunscripcin del Distrito Nacional, en el que figuran los abogados Abel Rodrguez del Orbe y Ramn Antonio Veras, que no hubo una inercia procesal capaz de beneficiar al recurrente con la prescripcin decenal por l alegada, puesto que el Procurador Fiscal estaba reiterando el apoderamiento formal al juez de instruccin o para que reiniciara las indagatorias procesales del caso ya que era ese funcionario a quien competa, a partir de ese momento buscar el o los autores del caso y recabar las pruebas correspondientes, por lo todo lo cual procede desestimar este segundo medio; Considerando, que en su ltimo medio el recurrente sostiene en sntesis que a l le beneficia la Ley de Amnista del 6 de septiembre de 1978, ya que la misma ha sido aplicada a casos como el suyo , y resultara discriminatorio de no hacerlo a l; pero; Considerando, que la ley de referencia, en su artculo primero, establece lo siguiente: las personas que se encuentren condenadas de las infracciones sealadas en el artculo 2 de esta ley, en el perodo comprendido entre la ltima Ley de Amnista del 23 de septiembre de 1965 y la fecha de la puesta en vigencia de la presente ley, quedan amnistiados, como si dichos hechos y en las acusaciones jams hubieran producido, con todas sus consecuencias, exentas de toda condenacin o persecucin, recuperando su libertad inmediata en casos en que hubieren sido privado de ellas, que en el prrafo de ese artculo dice que quienes se benefician de esa ley son: 1) aquellas personas que a la poca estuvieran condenadas; 2) quienes
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an sin condenacin estuvieren acusados; que en ambos casos ese texto legal es aplicable a las personas detenidas o acusadas entre el 3 de septiembre de 1978, fecha en que esta ltima ley fue publicada; que adems, la misma ley, en su articulo 2 enumera las infracciones a la que les es aplicable, que son las siguientes: a)los artculos 75, a 108, 109 a 112, 209 a 223 y 265 a 290 del Cdigo Penal; b) Ley sobre Porte y Tenencia de Armas de Fuego No. 36 y sus modificaciones y c) la Ley sobre Reuniones Pblicas No. 5578 y sus modificaciones; d) la ley que prohbe las actividades comunistas No. 6 y sus modificaciones; el prrafo de ese artculo dice: la amnista alcanza a las personas en prisin bajo acusacin o condenacin por infracciones por delitos comunes pero determinado por motivos polticos; Considerando, que como se evidencia por la documentacin que obra en el expediente, el recurrente no se encontraba acusado, detenido o perseguido por las infracciones de ndole criminal por lo que est respondiendo, a la fecha de entrada en vigencia de la Ley de Amnista, razn por la cual este ltimo alegato carece de pertinencia;
Ley de Amnista, por lo que resulte innecesario y superabundante repetir todo cuanto se dijo en relacin a la respuesta a los medios de aquel; por tanto procede desestimar dichos medios; Considerando, que por otra parte, Mariano Cabrera Durn recurri en casacin la sentencia incidental del 12 de diciembre del 2001, y que aunque l no deposit un memorial de casacin para sostener esta impugnacin, procede expresar que al tratarse de una sentencia incidental, que no decidi un litigio entre parte, ni tampoco es una sentencia definitiva, su recurso resulta improcedente a la luz de lo que dispone el artculo 1 de la Ley 3726 sobre Procedimiento de Casacin; En cuanto al recurso del Procurador General de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional Considerando, que ste magistrado propone la casacin de la sentencia apoyndose en los siguientes medios: Primer Medio: Nulidad de la sentencia del 27 de julio del 2003 de la Segunda Sala de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional por no contener la firma del Presidente de la misma; Violacin de los artculos 271, 278, 280, 281 del Cdigo Penal y de los artculos 116, 117, 128, 139, 140 y 141 del Cdigo de Procedimiento Civil; Segundo Medio: Violacin del articulo 23 en sus numerales 2 y 5 de la Ley 3726 sobre Procedimiento de Casacin vigente; Tercer Medio : Falsa apreciacin de los hechos, violacin del artculo 1315 del Cdigo Civil y de las reglas de la prueba; Cuarto Medio: Violacin por desconocimiento e inaplicacin en cuanto a los imputados Joaqun Antonio Pou Castro, Mariano Cabrera Durn y Alfredo Lluberes Ricart de los artculos 265, 266, 267, 295, 296, 297, 298, 302 y 304 del Cdigo Penal y de la Ley 36 sobre Porte y Tenencia de Armas; Quinto Medio: Motivos contradictorios; Sexto Medio: Violacin del articulo 141 del Cdigo de Procedimiento Civil; Sptimo Medio: Falta de base legal; Considerando, que en sus medios, reunidos para su examen por convenir, debido a la solucin que se le da al caso, el Magistrado Procurador General de la Corte aqua, sostiene
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que la sentencia es nula por no contener la firma del presidente de la misma que dict la sentencia, y que se violaron numerosos artculos sobre el procedimiento en materia criminal y del Cdigo Penal; que adems, la Corte no obstante haber comprobado el hecho, as como que estuvieron varios das asechando a la vctima y emboscarlo en la Ave. Jos Contreras casi esquina Cristbal de Llerena, reconociendo en su sentencia la existencia de esas circunstancias agravantes que configuran un asesinato, sin embargo, de manera sorprendente, le aplican sanciones que no se compadecen con los hechos; Considerando, que en cuanto al primer aspecto de los medios argidos, hay que destacar que contrariamente a la afirmacin del magistrado, la sentencia s contiene la firma del presidente de la Sala que conoci del hecho y de los dems magistrados que lo conocieron y fallaron; que asimismo aunque el recurrente seala la violacin de numerosos artculos relativos a la inobservancia de normas procesales y a la inaplicacin de artculos del Cdigo Penal, no desarrolla en que consistieron esas violaciones, ni porque fueron violados los textos penales, lo que es imprescindible para poder determinar la procedencia o no de la nulidad que l solicita; por todo lo cual procede desestimar este aspecto de su recurso; Considerando, en cuanto al segundo aspecto glosado, ciertamente, la Corte aqua para condenar a Joaqun Pou Castro Mariano Cabrera Durn y Rafael Alfredo Lluberes Ricart, afirma en uno de sus considerandos, que el da de la ocurrencia de los hechos, los procesados se congregaron, dieron seguimiento a la victima, le realizaron unos disparos, abandonando la misma, y emprendiendo la huida y combinndose para no relatar lo sucedido, y mas adelante afirma: que el hecho penal precedentemente descrito presenta agravantes a su sancin cuando el mismo es cometido acompaado de la premeditacin y asechanza, elementos que han podido ser comprobados en la especie, pues tal y como han podido comprobar esta Corte, la intencin de golpear y herir al periodista Orlando Martnez, obedeca a un plan orquestado, que signific su realizacin, trabajos de persecucin y acecho, siendo premeditada la trama y organizada su
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ejecucin, llegando a determinarse el tipo de vehculo que conduca, la hora de salida de su trabajo, as como la ruta que normalmente tomada en su salida; Considerando, que como se observa, la Corte aqua retiene como elementos de conviccin las caractersticas de la asociacin de malhechores, la acechanza y la premeditacin como agravantes del crimen, que indudablemente resulta ilgico y un contrasentido que termine imponiendo penas que no estn acordes con la tipificacin que del mismo caso han hecho los jueces que dictaron la sentencia, incurriendo en el vicio de falta de base legal y contradiccin concretas; por tanto procede acoger este aspecto del medio y casar la sentencia;
a depositar un memorial que contenga los medios en que se funda el recurso, si no lo han hecho al momento de ejecutar este, a pena de nulidad, por lo que al incumplir esa regla obligatoria, su recurso est afectado de nulidad. Por tales motivos, Primero: Admite como intervinientes a Nilson y Sergio Martnez Howley, en el recurso de casacin de Joaqun Antonio Pou Castro, Mariano Cabrera Durn y Rafael Alfredo Lluberes Ricart, contra la sentencia dictada por la Segunda Sala de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional el 26 de julio del 2003, cuyo dispositivo se copia en otro lugar de esta sentencia; Segundo: Declara inadmisible el recurso de casacin de Mariano Cabrera Durn contra la sentencia incidental del 12 de diciembre del 2001; Tercero: Declara nulo el recurso de Nilson y Sergio Martnez Howley, parte civil constituida; Cuarto: Rechaza los recursos de Joaqun Antonio Pou Castro, Mariano Cabrera Durn y Rafael Alfredo Lluberes Ricart, contra la sentencia del fondo; Quinto : Declara con lugar el recurso de casacin del Magistrado Procurador General de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional y en consecuencia casa la sentencia dictada por la Segunda Sala de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, el 26 de julio del 2003, y enva el asunto por ante la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de San Pedro de Macors, para que haga una nueva valoracin de las pruebas; Sexto: Compensa las costas. Firmado: Jorge A. Subero Isa, Hugo lvarez Valencia y Vctor Jos Castellanos Estrella. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Extradicin. Ponderacin por parte del tribunal a las pruebas. Alcance. Sentencia del 1ro. de febrero de 2005.
Materia: Requerido: Extradicin. Quirino Ernesto Paulino Castillo.
los Dres. Toms Castro y Jaime Terrero, quienes intervienen voluntariamente a nombre y representacin del Teniente Coronel de la Polica Nacional Lidio Arturo Nn Terrero, dictamin: Proponemos desestimar la presencia de estos abogados, ya que los mismos no tienen nada que buscar en estrado, debido a que su representado no ha sido solicitado en extradicin; que la abogada representante del pas requirente, Dra. Analdys del Carmen Alcntara Abreu, concluy: Corroboramos en todas sus partes la solicitud del ministerio pblico; que por otro lado, el consejo de abogados de la defensa, concluy sobre el particular de la siguiente manera: Dejamos a la soberana apreciacin de la Corte la decisin sobre este asunto; Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado falla: Primero: Se acoge el dictamen incidental del ministerio pblico en el sentido de que se excluya del presente proceso sobre solicitud de extradicin seguido a Quirino Ernesto Paulino Castillo a los abogados que representan, mediante intervencin voluntaria, declarada por ellos al teniente coronel de la Polica Nacional Lidio Arturo Nn Terrero, en razn de que de conformidad con los documentos aportados hemos constatado que la identidad de su defendido no est siendo reclamada en extradicin por el pas requiriente y por consiguiente los postulantes abogados deben ser excluidos de las vistas correspondientes al presente caso; Segundo: Se ordena la continuacin del proceso; Resulta, que en la continuacin de la vista, el consejo de abogados de la defensa solicit en forma incidental a la Corte lo siguiente: Primero: Que ordenis al Procurador General de la Repblica y al Representante del Estado Requirente entregar de manera inmediata a los suscritos letrados todas las actuaciones, especialmente los medios aducidos como elementos probatorios en contra de la persona imputada, seor Quirino Ernesto Paulino Castillo, a saber: a) La Resolucin de interceptacin telefnica No. 471-04, expedida por la Magistrada Juez Dra. Doris Josefina Pujols Ortiz, Juez Coordinadora de los Juzgados de Instruccin del Distrito
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Nacional de fecha 13 de diciembre del 2004; b) Acta de transcripcin de conversacin telefnica levantada por el Procurador Fiscal Gustavo de los Santos Coll, en fecha 18 de diciembre del 2004, supuestamente sostenida por Quirino Ernesto Paulino Castillo y un tal cuado, a travs del nmero 907-8194, siendo las 00:50 horas de la madrugada del da 18 de diciembre del 2004; c) Acta de transcripcin de conversacin telefnica levantada por el Procurador Fiscal Gustavo de los Santos Coll, en fecha 18 de diciembre del 2004, supuestamente sostenida por Quirino Ernesto Paulino Castillo y un tal cuado, a travs del nmero 907-8194, siendo las 13:12 horas de la madrugada del da 18 de diciembre del 2004; d) Diversas actas de operativos de arresto y registros de vehculos; Todo ello, so pena de perseguir la anulacin de los actos realizados en violacin a estos derechos y los que sean su consecuencia; Segundo: Que nos expidis acta en la cual se haga constar que hemos presentado la denuncia de violacin de los derechos o garantas procesales del imputado, seor Quirino Ernesto Paulino Castillo, y de la actitud de desacato, rebelda y abuso de autoridad por parte del Procurador Fiscal; que por su parte el ministerio pblico, sobre esta solicitud, dictamin: Primero: Que se regularice la prisin de Quirino Ernesto Paulino Castillo, a fines de extradicin; en cuanto al segundo pedimento de los abogados de la defensa, que se rechace la solicitud de que se depositen las pruebas fsicas, porque hicieron uso del tiempo que procesalmente le acuerda el procedimiento, ya que es absolutamente irrelevante, ya que la Suprema Corte de Justicia no hace juicio y en consecuencia que se ordene la continuacin de la audiencia; que por su parte la abogado representante del pas requirente concluy: Rechazar las conclusiones de los abogados de la defensa, en el sentido de solicitar las informaciones para fundamentar el pedimento de extradicin, en razn de que este es un procedimiento que est en la fase preparatoria; Considerando, que el ministerio pblico ante esta corte ha solicitado la regularizacin de la prisin de Quirino Ernesto Paulino Castillo, sin embargo, dicho imputado se encuentra sujeto a una medida de coercin regularmente ordenada por
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el Juez de la Instruccin competente y confirmada por la Corte de Apelacin del Distrito Nacional; Considerando, que el artculo 1ro. de la Ley 224 del 26 de junio de 1984 sobre Rgimen Penitenciario, dispone que todo recluso permanecer en una crcel pblica, mientras dure su prisin preventiva; que, en consecuencia, la persona privada de libertad a quien se le formule una acusacin no deber mantenerse de manera indefinida en una celda para arresto investigativo; que sin embargo, la ejecucin de las denominadas medidas de sujecin instituidas por los artculos 86 y siguientes de la citada Ley 224-84, estn a cargo de las autoridades, quienes pueden ordenar el especial reforzamiento de la custodia de un recluso en la medida en que sea necesario, de conformidad a las circunstancias, siempre que se salvaguarde la integridad fsica y moral del detenido y se permita la comunicacin del mismo con sus abogados; Considerando, que por todo lo anteriormente expuesto se reconocen como regulares y vlidas las medidas de sujecin antes sealadas y se ordena su estricta ejecucin de conformidad con la normativa vigente sobre la materia; Considerando, que en cuanto al segundo pedimento formulado por los abogados del imputado, quienes en forma textual, solicitan: Que ordenis al Procurador General de la Repblica y al Representante del Estado Requirente entregar de manera inmediata a los suscritos letrados todas las actuaciones, especialmente los medios aducidos como elementos probatorios en contra de la persona imputada, seor Quirino Ernesto Paulino Castillo, a saber: a) La Resolucin de interceptacin telefnica No. 471-04, expedida por la Magistrada Juez Dra. Doris Josefina Pujols Ortiz, Juez Coordinadora de los Juzgados de Instruccin del Distrito Nacional de fecha 13 de diciembre del 2004; b) Acta de transcripcin de conversacin telefnica levantada por el Procurador Fiscal Gustavo de los Santos Coll, en fecha 18 de diciembre del 2004, supuestamente sostenida por Quirino Ernesto Paulino Castillo y un tal cuado, a travs del nmero 907-8194, siendo las 00:50 horas de la madrugada del da 18
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de diciembre del 2004; c) Acta de transcripcin de conversacin telefnica levantada por el procurador Fiscal Gustavo de los Santos Coll, en fecha 18 de diciembre del 2004, supuestamente sostenida por Quirino Ernesto Paulino Castillo y un tal cuado, a travs del nmero 907-8194, siendo las 13:12 horas de la madrugada del da 18 de diciembre del 2004; d) Diversas actas de operativos de arresto y registros de vehculos; Todo ello, so pena de perseguir la anulacin de los actos realizados en violacin a estos derechos y los que sean su consecuencia; Considerando, que la ponderacin por parte del tribunal de las pruebas alegadas por los abogados del imputado, se limitan en esta materia a revisar la acusacin contenida en la documentacin aportada por el Estado Requirente, as como los indicios y elementos que la sustentan para poder determinar la procedencia o no de la solicitud de extradicin, pues no se trata en la especie de un proceso que juzga esa culpabilidad, para lo cual, no tiene capacidad legal el juzgado o corte que conoce de una extradicin; Considerando, que por consiguiente, y en virtud del artculo 12 del Tratado de Extradicin suscrito entre la Repblica Dominicana y los Estados Unidos de Amrica en el ao 1909 y ratificado en 1910, en la valoracin por el tribunal de la documentacin aportada, no procede la admisin de pruebas dirigidas a desestimar o a verificar los documentos aportados en la solicitud de extradicin, puesto que no se puede enjuiciar sobre la infraccin del que se acusa al reclamado en extradicin ni realizar el control jurisdiccional sobre la consistencia de las pruebas en que se apoya dicha acusacin; que por consiguiente, se desestima el pedimento formulado por la defensa en cuanto a que se procure el depsito en esta corte de las actuaciones y elementos probatorios de que dispone el Ministerio Pblico; Considerando, que por otra parte, el artculo 2 de la Ley No. 834 del 15 de julio del 1978, supletoria en la materia penal, establece a pena de inadmisibilidad que todas las excepciones sean presentadas simultneamente y antes de toda defensa al fondo.
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Por tales motivos, la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado y visto la Constitucin de la Repblica, el Tratado de Extradicin suscrito entre la Repblica Dominicana y los Estados Unidos de Amrica en 1909; La Ley No. 834 del 15 de julio de 1978; La Ley No. 224 del 26 de junio de 1984, sobre Rgimen Penitenciario; as como las normativas alegadas por la defensa del impetrante,
FALLA:
Primero: Se ordena a las autoridades encargadas de la custodia del imputado Quirino Ernesto Paulino Castillo dar fiel cumplimiento al modo aqu ordenado de ejecutar las medidas de sujecin contempladas en la ley; Segundo: Se reconoce como regular y vlida la medida de coercin dispuesta contra el imputado Quirino Ernesto Paulino Castillo por las autoridades judiciales correspondientes; Tercero: Se desestima el pedimento de la defensa del imputado en lo que se refiere a la solicitud de entrega de las actuaciones aducidas como elementos probatorios en contra de la persona del imputado, por los motivos expuestos; Cuarto: Se aplaza el conocimiento de la presente vista para el viernes 4 de febrero del 2005, a las 9:00 horas de la maana, a fin de dar oportunidad a los abogados de la defensa de entrevistarse con el procesado y que los mismos puedan estar edificados sobre los hechos imputados y elaborar la correspondiente defensa; Quinto: Se pone en mora a las partes para que produzcan todas las conclusiones incidentales en el da y hora sealados anteriormente, antes de las conclusiones al fondo; Sexto: Se ordena a las autoridades que custodian al imputado su presentacin a la vista antes indicada; Sptimo: Quedan citadas por esta sentencia todas las partes presentes y representadas. Firmado: Hugo lvarez Valencia, Julio Ibarra Ros, Edgar Hernndez Meja, Dulce Ma. Rodrguez de Goris y Vctor Jos Castellanos Estrella. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Extradicin. Concepto. Inapelabilidad de una decisin en materia de extradicin. Sentencia del 18 de febrero de 2005.
Materia: Requerido: Extradicin. Quirino Ernesto Paulino Castillo.
Odo a la Dra. Analdis Alcntara Abru, quien representa las autoridades penales de los Estados Unidos de Amrica, pas requirente; Odo al ministerio pblico en la exposicin de los hechos; Visto: la instancia del Magistrado Procurador General de la Repblica apoderando formalmente a la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia de la solicitud de extradicin que formula el Gobierno de los Estados Unidos de Amrica contra el ciudadano dominicano Quirino Ernesto Paulino Castillo; Visto: la Nota Diplomtica No. 04 de fecha 11 de Enero del 2005 de la Embajada de los Estados Unidos de Amrica en el pas; Visto: La documentacin aportada por el Estado requirente sobre la solicitud de extradicin, consistente en: a. Declaracin Jurada hecha por David J. Berardinelli, Ayudante del Procurador Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Meridional de Nueva York; b. Acta de Acusacin No. 04-CR-1353, hecha por un Gran Jurado, registrada el 21 de diciembre del 2004, en la Corte Distrital de los Estados Unidos para el Distrito Meridional de Nueva York. c. Orden de Arresto contra Quirino Ernesto Paulino Castillo (a) El Don, expedida el 21 de diciembre del 2004 por el Excelentsimo Andrew J. Peck, Juez de los Estados Unidos para el Distrito Meridional de Nueva York. d. Fotografa del requerido. e. Legalizacin del expediente firmada el 7 de enero del 2005 por el Ministro Consejero Encargado de Asuntos Consulares del Consulado de la Repblica Dominicana en Washington, D. C., en debida forma, sobre el caso. Resulta, que fijada la audiencia para conocer de la presente solicitud de extradicin para el da 25 de enero del 2005, el ministerio pblico dictamin: Estamos presentado a la Corte este nuevo documento que recibimos ayer, si la Corte y los
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abogados quieren aplazar el conocimiento de la presente vista para traducirlo y estudiarlo. La Corte decide; que por su parte, la abogada representante de las autoridades penales de los Estados Unidos de Amrica, concluy: No nos oponemos a la solicitud hecha por el Ministerio Pblico, lo dejamos a la soberana apreciacin de la Suprema Corte de Justicia; que los abogados de la defensa del imputado Quirino Ernesto Paulino Castillo, concluyeron en la siguiente forma: Primero: que se aplace el conocimiento de la presente vista o audiencia en materia de extradicin, a los fines de darle la oportunidad al Ministerio Pblico y la abogada que representa los intereses de las autoridades extranjeras para que pueda aportar debidamente traducido al idioma espaol el documento; as como cualquier otro elemento en apoyo de su pretensiones de extraditar al ciudadano Quirino Ernesto Paulino Castillo de la jurisdiccin del Territorio Nacional; Segundo: que fijis la audiencia o la fecha en que se dar continuidad a la presente vista sobre extradicin; que los Dres. Toms Castro y Jaime Terrero, abogados del interviniente voluntario teniente coronel Lidio Arturo Nin Terrero Castillo, indicaron: Tienen documentos que se relacionan con la persona que representamos, su nombre consta en el expediente; Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber de liberado, fall: PRIMERO:- Se acoge la solicitud del Ministerio Pblico en el sentido de que se le de oportunidad de traducir al idioma espaol el documento sometido a la consideracin de la Corte y depositarlo en la secretara de sta, a fin de que la defensa del imputado Quirino Ernesto Paulino Castillo (a) El Don, quien ha sido solicitado en extradicin por los Estados Unidos de Amrica, tome conocimiento del mismo; a lo que no se opusieron la representante del pas requirente, as como el consejo de la defensa del imputado; SEGUNDO:- Se le concede al consejo de la defensa del imputado, un plazo de tres (3) das para estudiar el documento, a partir del depsito del mismo; TERCERO:- Se sobresee decidir sobre la intervencin voluntaria formulada por los Dres. Toms Castro y Jaime Terrero a nombre y representacin de Lidio Arturo Nin Terrero; CUARTO:- Se fija la vista seguida a Quirino Ernesto Paulino
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Castillo para el da martes 1ro. de febrero del 2005 a las 9:00 horas de la maana; quedando citadas las partes presentes y representadas; QUINTO:- Se ordena a las autoridades que custodian al imputado, su presentacin a esta Corte el da y hora antes sealados; Resulta, que en la audiencia del 1ro. de febrero del 2005, el ministerio pblico, en cuanto a la presencia en el estrado de los Dres. Toms Castro y Jaime Terrero, quienes intervienen voluntariamente a nombre y representacin del Teniente Coronel de la Polica Nacional Lidio Arturo Nn Terrero, dictamin: Proponemos desestimar la presencia de estos abogados, ya que los mismos no tienen nada que buscar en estrado, debido a que su representado no ha sido solicitado en extradicin; que la abogada representante del pas requirente, Dra. Analdys del Carmen Alcntara Abreu, concluy: Corroboramos en todas sus partes la solicitud del ministerio pblico; que por otro lado, el consejo de abogados de la defensa, concluy sobre el particular de la siguiente manera: Dejamos a la soberana apreciacin de la Corte la decisin sobre este asunto; Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado decidi: Primero: Se acoge el dictamen incidental del Ministerio Pblico en el sentido de que se excluya del presente proceso sobre solicitud de extradicin seguido a Quirino Ernesto Paulino Castillo a los abogados que representan, mediante intervencin voluntaria, declarada por ellos al Teniente Coronel de la Polica Nacional Lidio Arturo Nn Terrero, en razn de que de conformidad con los documentos aportados hemos constatado que la identidad de su defendido no est siendo reclamada en extradicin por el pas requirente y por consiguiente los postulantes abogados deben ser excluidos de las vistas correspondientes al presente caso; Segundo: Se ordena la continuacin del proceso; Resulta, que en la continuacin de la vista del 1ro. de febrero del presente ao, el consejo de abogados de la defensa solicit en forma incidental a la Corte lo siguiente: Primero: Que
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ordenis al Procurador General de la Repblica y al representante del Estado requirente entregar de manera inmediata a los suscritos letrados todas las actuaciones, especialmente los medios aducidos como elementos probatorios en contra de la persona imputada, seor Quirino Ernesto Paulino Castillo, a saber: a) La Resolucin de interceptacin telefnica No. 471-04, expedida por la Magistrada Juez Dra. Doris Josefina Pujols Ortiz, Juez Coordinadora de los Juzgados de Instruccin del Distrito Nacional de fecha 13 de diciembre del 2004; b) Acta de transcripcin de conversacin telefnica levantada por el Procurador Fiscal Gustavo de los Santos Coll, en fecha 18 de diciembre del 2004, supuestamente sostenida por Quirino Ernesto Paulino Castillo y un tal cuado, a travs del nmero 907-8194, siendo las 00:50 horas de la madrugada del da 18 de diciembre del 2004; c) Acta de transcripcin de conversacin telefnica levantada por el Procurador Fiscal Gustavo de los Santos Coll, en fecha 18 de diciembre del 2004, supuestamente sostenida por Quirino Ernesto Paulino Castillo y un tal cuado, a travs del nmero 907-8194, siendo las 13:12 horas de la madrugada del da 18 de diciembre del 2004; d) Diversas actas de operativos de arresto y registros de vehculos; Todo ello, so pena de perseguir la anulacin de los actos realizados en violacin a estos derechos y los que sean su consecuencia; Segundo: Que nos expidis acta en la cual se haga constar que hemos presentado la denuncia de violacin de los derechos o garantas procesales del imputado, seor Quirino Ernesto Paulino Castillo, y de la actitud de desacato, rebelda y abuso de autoridad por parte del Procurador Fiscal; que por su parte el ministerio pblico, sobre esta solicitud, dictamin: Primero: Que se regularice la prisin de Quirino Ernesto Paulino Castillo, a fines de extradicin; en cuanto al segundo pedimento de los abogados de la defensa, que se rechace la solicitud de que se depositen las pruebas fsicas, porque hicieron uso del tiempo que procesalmente le acuerda el procedimiento, ya que es absolutamente irrelevante, ya que la Suprema Corte de Justicia no hace juicio y en consecuencia que se ordene la continuacin de la audiencia; que por su parte la abogado representante del pas requirente concluy: Rechazar las conclusiones de los abogados de la defensa, en
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el sentido de solicitar las informaciones para fundamentar el pedimento de extradicin, en razn de que este es un procedimiento que est en la fase preparatoria; Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado, decidi: Primero: Se ordena a las autoridades encargadas de la custodia del imputado Quirino Ernesto Paulino Castillo dar fiel cumplimiento al modo aqu ordenado de ejecutar las medidas de sujecin contempladas en la ley; Segundo: Se reconoce como regular y vlida la medida de coercin dispuesta contra el imputado Quirino Ernesto Paulino Castillo por las autoridades judiciales correspondientes; Tercero: Se desestima el pedimento de la defensa del imputado en lo que se refiere a la solicitud de entrega de las actuaciones aducidas como elementos probatorios en contra de la persona del imputado, por los motivos expuestos; Cuarto: Se aplaza el conocimiento de la presente vista para el viernes 4 de febrero del 2005, a las 9:00 horas de la maana, a fin de dar oportunidad a los abogados de la defensa de entrevistarse con el procesado y que los mismos puedan estar edificados sobre los hechos imputados y elaborar la correspondiente defensa; Quinto: Se pone en mora a las partes para que produzcan todas las conclusiones incidentales en el da y hora sealadas anteriormente, antes de las conclusiones al fondo; Sexto: Se ordena a las autoridades que custodian al imputado su presentacin a la vista antes indicada; Sptimo: Quedan citadas por esta sentencia todas las partes presentes y representadas; Resulta, que en la audiencia del 4 de febrero del presente ao, los abogados de la defensa concluyeron: PRIMERO: que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia en base al criterio de unidad jurisdiccional que para el caso de la especie, equivale a la Suprema Corte de Justicia segn decisin del 2 de noviembre 2002, se pronuncie respecto: a) La situacin procesal del Sr. Quirino Paulino ante la ambigedad del procedimiento trazado por los artculos 160 al 165 del Cdigo Procesal Penal en el sentido de nica instancia y el contemplado por la Convencin Americana de los Derechos Humanos, artculo 8.2.H y el Pacto Internacional de Derechos
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Civiles y Polticos en su articulo 14.5 entrelazado con el articulo 67 de la Constitucin de la Repblica y el artculo 1ro. del Cdigo de Procedimiento Penal relativo a la supremaca en nuestra norma procesal de esos tratados que el pas es signatario; b) A las propias medidas anticipadas vigentes en el citado texto legal que le garantizan el doble grado jurisdiccional tomando como comparacin, analoga y extrapolacin jurdicas el procedimiento y sentencia del mximo tribunal en el caso del entonces prevenido seor Marino Vinicio Castillo Rodrguez, por aplicacin ultima del artculo 25 del Cdigo Procesal Penal Dominicano sobre la interpretacin extensiva para favorecer siempre al imputado; y c) relativo al estatus de la abogada que proclama los intereses y defensa de la nacin extranjera en su condicin de asalariada del Poder Ejecutivo, adscrita a la Procuradura General de la Repblica, si existe consonancia legal con los artculos 55.24, 63.2 y 108 de la Constitucin de la Republica. Todo independientemente y ajeno a todo nimo de eludir el pleito frontal que demanda el presente proceso; SEGUNDO: Que la defensa no hace reservas de planteamientos incidentales, eventuales o ulteriores sobre la presente vista; que en cuanto al pedimento de los abogados de la defensa, el ministerio pblico dictamin: Magistrados, nos oponemos a todos los planteamientos que de forma incidental hace la defensa; y solicitamos que sea diferido el fallo de los incidentes para ser fallados con el fondo; a lo que no se opuso la abogada representante del pas requirente, al concluir: Nos adherimos en todas sus partes al dictamen del ministerio publico; Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado, fall: Primero: Se reserva estatuir sobre las conclusiones de los abogados de la defensa del imputado Quirino Ernesto Paulino Castillo, a las que se opusieron el Ministerio Pblico y la abogada representante del pas requirente para ser decidido conjuntamente con el fondo; Segundo: Se pone en mora a los abogados de la defensa del impetrante Quirino Ernesto Paulino Castillo a producir sus conclusiones al fondo sobre el presente proceso;
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Resulta, que en la continuacin de la vista, el ministerio pblico dictamin: PRIMERO: Declaris regular y vlida en cuanto a la forma la solicitud de extradicin a los Estados Unidos de Amrica del nacional dominicano Quirino Ernesto Paulino Castillo (a) El Don, por haber sido introducida en debida forma por el pas requirente de conformidad con los instrumentos jurdicos internacionales vinculante de ambos pases; SEGUNDO: Acojis en cuanto al fondo, la indicada solicitud, y en consecuencia, declaris la procedencia en el aspecto judicial, de la extradicin a los Estados Unidos del nacional dominicano Quirino Ernesto Paulino Castillo (a) El Don; TERCERO: Ordenis la incautacin de bienes patrimoniales de Quirino Ernesto Paulino Castillo (a) El Don por un monto de US$7,000,000.00 (Siete Millones de Dlares) con miras a decomiso, segn el cargo por lavado de activos que pende contra el afectado ante la Corte Distrital de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York; CUARTO: Ordenis la remisin de la decisin a intervenir, al Presidente de la Repblica, para que ste atento a los artculos 3 y 55 inciso 6 de la Constitucin de la Repblica decrete la entrega y los trminos en que la Secretara de Estado de Relaciones Exteriores deber ejecutarla; que por su lado, el consejo de la defensa del imputado Quirino Ernesto Paulino Castillo, concluy: UNICO: Que rechacis pura y simplemente por extemporneo, improcedente, mal fundado y carente de fundamento jurdico, la demanda en extradicin y confiscacin de bienes presentada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos de Amrica al amparo del Tratado de Extradicin Dominicana en 1910, mediante requerimiento formulado en fecha 14 de enero del 2005 por el Procurador General de la Repblica, en contra del ciudadano de la Repblica Dominicana, seor Quirino Ernesto Paulino Castillo, respecto del cual el ministerio pblico haba presentado previamente y mantiene actualmente cargos por violacin a la Ley de Drogas en la Categora de Patrocinador y Narcotrfico, Nacional e Internacional en ocasin del decomiso de un alijo de cocana de 1,387.2 kilos, en el territorio de la Repblica Dominicana que por su parte, la abogada representante de las autoridades penales de los Estados Unidos
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de Amrica, concluy: Nos adherimos a las conclusiones del ministerio pblico; Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de deliberar, fall: Primero: Se reserva el fallo sobre las conclusiones vertidas por las partes, en la presente vista sobre solicitud de extradicin planteada por las autoridades penales de los Estados Unidos de Amrica, pas requirente, contra Quirino Ernesto Paulino Castillo, para ser pronunciadas el da viernes dieciocho (18) del mes de febrero del ao 2005, a las nueve (9:00) horas de la maana; Segundo: Se ordena al alcaide de la Crcel Pblica de Najayo la presentacin del imputado el da, mes y hora arriba indicados; Tercero: Quedan citadas por esta sentencia las partes presentes y representadas; Considerando, que en atencin a la Nota Diplomtica Nmero 04 del 11 de enero del ao 2005 de la Embajada de los Estados Unidos de Amrica en el pas y la documentacin anexa, que figura descrita en otra parte de esta sentencia, ha sido requerido por las autoridades penales de dicho pas, la entrega en extradicin del ciudadano dominicano Quirino Ernesto Paulino Castillo, tramitada a travs de la Secretara de Estado de Relaciones Exteriores; que, en tal sentido, esta Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, fue formalmente apoderada por el Magistrado Procurador General de la Repblica a los fines de proceder de acuerdo a la legislacin sobre la materia; Considerando, que la extradicin debe ser entendida como el procedimiento de entrega que un Estado hace a otro Estado de una persona, imputada, acusada o condenada por un crimen o delito de derecho comn, quien se encuentra en su territorio, para que en el segundo pas se le enjuicie penalmente o se ejecute una pena, tramitacin realizada conforme a normas preexistentes de validez dentro del derecho interno de una nacin o en el mbito del derecho internacional, atendiendo a los principios de colaboracin y reciprocidad entre los Estados; que dentro de este contexto, la extradicin reviste variadas modalidades, unas veces es calificada como
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activa, cuanto se refiere al Estado que la solicita y, por otro lado, se define como pasiva, que es el caso, cuando se trata del Estado que recibe la solicitud de otro; que en ambos, la extradicin es un acto de soberana que debe llevarse a cabo basados en la Constitucin, en los tratados bilaterales o multilaterales, o en los compromisos de reciprocidad entre los Estados y en la ley, siempre dentro de un proceso tcnico penal y procesal que han de resolver las jurisdicciones de los tribunales con la intervencin del ministerio pblico, de la persona requerida en extradicin, asistido por sus defensores, as como de la representacin del Estado requirente; Considerando, que toda solicitud de extradicin del nacional de un Estado, acusado de la comisin de un hecho incriminado por las autoridades de otro Estado, afectado por el mismo, genera un conflicto de orden moral entre la natural reluctancia que produce el menoscabo del derecho soberano que tiene cada nacin de enjuiciar a sus sbditos, y la moderna concepcin de que por la connotacin de universalidad que tienen ciertos hechos correspondientes al crimen organizado, hasta hace poco desconocidos, cuya extrema gravedad y el hecho de stos desbordar los lmites fronterizos, los convierten en delitos de lesa humanidad, y por lo tanto debe permitirse el enjuiciamiento y castigo de sus autores por todos los Estados vctimas de ese comportamiento delictivo; Considerando, que bajo el imperio de esas circunstancias y como mecanismo para la defensa de las instituciones amenazadas por esa delincuencia organizada, esta ltima posicin ha ido ganando adeptos entre los Estados en aras de que la persecucin y penalizacin de esos hechos criminales no sean obstruidos por un mal entendido nacionalismo, ocurriendo que la inflexibilidad ha ido cediendo, para dar paso a un concepto ms racional de cooperacin internacional, sin que ello signifique, de ningn modo, renuncia a la soberana de cada Estado, ni mucho menos desdn de sus principios cardinales consagrados constitucionalmente; Considerando, que en ese orden, en el caso que nos ocupa, las partes alegan la vigencia del Tratado de Extradicin suscrito
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entre el Gobierno de Repblica Dominicana y el de Estados Unidos de Amrica en el ao 1909, y ratificado por el Congreso Nacional en el 1910, as como el Cdigo Procesal Penal dominicano y la Convencin de Viena de 1988, debidamente ratificada; Considerando, que el referido Tratado plantea, entre otros sealamientos: a) que la extradicin no procede cuando la incriminacin del requerido reviste carcter poltico; b) que nadie podr ser juzgado por delito distinto del que motiv el pedido de extradicin; c) que conviene en entregarse a las personas imputadas, acusadas o condenadas, sean sus propios ciudadanos o no, por aquellas infracciones consensuadas en el convenio, cometidas dentro de la jurisdiccin de una de las Partes Contratantes; d) que si el imputado a ser extraditado, en el momento en que se solicite la misma, estuviese siendo enjuiciado, se encuentra libre bajo fianza o est condenado, la extradicin podra demorarse hasta que terminen las actuaciones; sin embargo, es prioritario que la infraccin que justifica la solicitud de extradicin se encuentre dentro de aquellas que concurran el requisito de la doble incriminacin, o lo que es los mismo, que la infraccin se encuentre tipificada en los ordenamientos del Estado requirente y del Estado requerido, an con modalidades delictivas distintas; e) todo lo que se encuentre en poder del solicitado en extradicin, sea el producto de la infraccin o que sirva para probar la misma, ser en cuanto sea posible, con arreglo a las leyes de cada una de las partes entregado con el reo al tiempo de su envo al pas requirente, debiendo siempre ser respetados los derechos de los terceros; Considerando, que por su parte, el Cdigo Procesal Penal seala en su artculo 1 (uno) la primaca de la Constitucin y de los tratados internacionales, prevaleciendo siempre por encima de la ley adjetiva; de igual forma, el artculo 160 del referido cdigo, ordena: La extradicin se rige por la Constitucin, las normas de los tratados, convenios y acuerdos internacionales adoptados por los poderes pblicos y su ley especial en aquello que no se oponga a este cdigo;
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Considerando, que tal como se ha expresado en otra parte de esta decisin, el Estado requirente present dentro de un plazo hbil una serie de documentos justificativos de su solicitud de extradicin del ciudadano Quirino Ernesto Paulino Castillo; documentos en originales, todos los cuales han sido traducidos al idioma espaol y comunicados a las partes para ser sometidos al debate pblico y contradictorio; Considerando, que en el caso ocurrente, las autoridades penales del Estado requirente, justifican su solicitud de extradicin en el hecho de que Quirino Ernesto Paulino Castillo es buscado para ser juzgado en la Corte Distrital de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, donde l es sujeto del acta de acusacin nmero 04CRIM- 1353, registrada el 21 de diciembre del 2004, responsabilizndolo de dos cargos de confabulacin para importar narcticos (cocana), en violacin de la Seccin 963, del ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos; as como un cargo de confabulacin para distribuir narcticos (cocana), en violacin de la seccin 846, del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos; adems, un cargo de confabulacin para lavar las ganancias provenientes de los narcticos, en violacin de la Seccin 1956 (h), del Ttulo 18 del Cdigo de los Estados Unidos; y un cargo de distribucin de narcticos (cocana) con la intencin de importar, en violacin de la seccin 959, del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos y de la Seccin 2 del Ttulo 18 del Cdigo de los Estados Unidos (complicidad). La acusacin tambin contiene un cargo criminal de confiscacin, en conformidad con la Seccin 853 del Ttulo 21 del cdigo de los Estados Unidos; Considerando, que en atencin a los cargos descritos, el 21 de diciembre del ao 2004, el Magistrado Juez de los Estados Unidos, Andrew J. Peck, emiti una orden de arresto en contra de Quirino Ernesto Paulino Castillo, basado en el cargo que figura en el acta descrita anteriormente, con el nmero 04CRIM-1953. Mantenindose esa orden, segn la documentacin aportada, vlida y ejecutable;
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Considerando, que en la documentacin que motiva la solicitud de extradicin, consta lo siguiente: que los hechos del caso indican que desde principios de septiembre del ao 2003 hasta el momento de su arresto en diciembre del ao 2004, Quirino Ernesto Paulino Castillo y otras personas ms se confabularon para importar cocana desde Repblica Dominicana para ser distribuida en los Estados Unidos. Las ganancias procedentes de estas transacciones seran luego transferidas a Quirino Ernesto Paulino Castillo en la Repblica Dominicana. La investigacin conducida por autoridades policiales en la Repblica Dominicana y en los Estados Unidos incluyeron el uso de vigilancia y de interceptaciones autorizadas a los telfonos utilizados por Quirino Ernesto Paulino Castillo y por otros miembros de esta organizacin. El rol de Quirino Ernesto Paulino castillo en el delito, era coordinar los cargamentos de cocana del grupo desde Repblica Dominicana hasta la ciudad de Nueva York; que adems, las autoridades penales de Estados Unidos, hacen constar lo que se transcribe a continuacin: Entre las llamadas telefnicas interceptadas por las autoridades ejecutoras de la ley, hubo una del 16 de octubre del ao 2003, en la que dos miembros de la organizacin conversaron sobre la entrega de US$ 500,000.00, en ganancias procedentes de los narcticos a Quirino Ernesto Paulino Castillo. Poco tiempo despus, agregan las autoridades del pas requirente, los agentes observaron a uno de los participantes en dicha conversacin reunirse con Quirino Ernesto Paulino Castillo en Santo domingo y entregarle una bolsa grande de lona, en la que los agentes creen que contena dinero; Considerando, que las autoridades del Estado Requirente, en adicin a todo lo expuesto, sostienen: En otra llamada telefnica interceptada en los meses de otoo/invierno de 2004, Quirino Ernesto Paulino Castillo y un socio conversaron sobre un cargamento de 1,300 kilogramos de cocana para ser enviada desde la Repblica Dominicana hasta Nueva York a travs de Puerto Rico. El 17 y 18 de diciembre de 2004, Quirino Ernesto Paulino Castillo y un socio discutan los detalles para transportar los 1,300 kilogramos de cocana a una ubicacin
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en la Repblica Dominicana de manera que se pudiera enviar a los Estados Unidos. El 19 de diciembre de 2004, los agentes observaron a Quirino Ernesto Paulino Castillo reunirse con los chferes de un camin en las afueras de Santo Domingo. Poco tiempo despus, los agentes detuvieron el camin y encontraron 1,380 kilogramos de cocana all. Inmediatamente antes de su arresto, Quirino Ernesto Paulino Castillo sostuvo otra conversacin telefnica con un socio en la que l opinaba que, aunque l sospechaba que lo haban seguido, las autoridades no seran capaces de relacionar a ninguno de los confabuladores con el vehculo retenido; Considerando, que por declaracin Jurada Suplementaria en apoyo a la solicitud de extradicin, del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos, Distrito Meridional de Nueva York, se hizo constar:1. Esta declaracin jurada suplementaria es para complementar mi declaracin jurada original en apoyo a la solicitud de extradicin, con fecha 22 de diciembre de 2004, la cual fue presentada a la Repblica Dominicana como parte de la solicitud de los Estados Unidos para la extradicin de Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don. 2. Como se detalla en mi declaracin original, en el curso de desempear mis responsabilidades como Ayudante al Procurador Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Meridional de Nueva York, me he familiarizado con los cargos y las pruebas que obran en el caso Estados Unidos contra Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Caso No. 04-CR-1353, el cual origin de dos investigaciones sobre organizaciones dedicadas a la distribucin de estupefacientes que operaban en la Repblica Dominicana y que enviaban cocana suramericana de la Repblica Dominicana al rea metropolitana de Nueva York. 3. Como se explica en detalle a continuacin, se desprende de llamadas telefnicas y otra informacin que Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, era parte de una organizacin internacional dedicada al narcotrfico y el lavado de dinero (Se interceptaron por lo menos diez (10) llamadas en las cuales Paulino Castillo habla de cargamentos de estupefacientes que haban sido enviados o se estaban enviando a los Estados Unidos; asimismo, se interceptaron por lo menos doce (12)
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llamadas en las cuales Paulino Castillo habla de actividades de lavado de dinero). La organizacin reciba cocana proveniente de Suramrica (Colombia y Venezuela) en la Repblica Dominicana, y entonces enviaba esa cocana a los Estados Unidos. Entre las rutas de reenvo que la organizacin utilizaba era enviar la cocana de la Repblica Dominicana y/o Hait a Puerto Rico y desde ah a los Estados Unidos continentales, incluyendo Nueva York. Una vez recibidos y distribuidos los estupefacientes en los Estados Unidos, las ganancias provenientes del narcotrfico eran colectadas y repartidas de vuelta a la Repblica Dominicana a travs de, entre otros mtodos, enviar las ganancias por giro electrnico a varias cuentas bancarias en la Repblica Dominicana. Una vez que el dinero hubiera sido recibido por giro electrnico, las ganancias del narcotrfico fueron retiradas por el titular de la cuenta o su representante. Las ganancias entonces fueron entregadas por el titular de la cuenta, o su representante, al individuo propietario de los estupefacientes que haban vendido, incluyendo entre otros Quirino Ernesto Paulino Castillo envi a Nueva York en septiembre de 2003. Vase la declaracin jurada de Berardinelli del 22 de diciembre de 2004, prrafos 19(a) y (b). En llamadas telefnicas entre otros integrantes de la asociacin ilcita y (sic) Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, que fueron interceptadas a principios de septiembre de 2003, se indica que estos cargamentos eran de cocana colombiana que se haba movilizado de Venezuela a la Repblica Dominicana y posteriormente a los Estados Unidos (Agentes de la Administracin Antinarctica (DEA) me han informado que es comn que la cocana colombiana sea enviada a Venezuela antes de transportarse a los puntos de reenvo en el Mar Caribe, tal como la Repblica Dominicana, para su posterior envo a los Estados Unidos). Por ejemplo: a. El 10 de septiembre de 2003, una llamada fue interceptada entre un integrante de la asociacin ilcita de Paulino Castillo (CC-1) y un hombre no identificado (UM1) en Venezuela. Durante esta llamada, hablaron de dinerito (droga). En una llamada subsiguiente en la misma fecha, CC-1, habl con otro individuo en Venezuela. Durante esa llamada, hablaron de envar dinero a Venezuela (para que
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se enviara el cargamento de estupefacientes). Posteriormente ese mismo da, CC-1 habl de nuevo con UM-1 en Venezuela. UM-1 inform a CC-1 que recibira la porquera (cocana) maana, y hablaron a cerca de que CC-1 iba a enviar dinero para pagar los costos de transportacin relacionados con el envo de las drogas (En octubre de 2003, CC-1, y otros integrantes de la asociacin ilcita viajaron de la Repblica Dominicana a Venezuela). b. Asimismo, en relacin con el alcance internacional de la organizacin, el 30 de junio de 2003, CC-1 sostuvo una conversacin telefnica con otro integrante de la asociacin ilcita. Durante esta llamada, hablaron de enviar dinero a Colombia para pagar el cargamento de drogas. c. Existen varias llamadas interceptadas que vinculan a Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, con integrantes de la asociacin ilcita en Nueva York. Por ejemplo, respecto a un envo de 100 kilogramos de cocana robado que se menciona en mi declaracin jurada original, el 26 de septiembre de 2003, se intercept una llamada entre un integrante de la asociacin ilcita de Paulino Castillo (CC-2) en la Repblica Dominicana y otro integrante de la asociacin ilcita (CC-3) en Nueva York. Durante esta llamada, CC-2 le dijo a CC-3 que El Don (Paulino Castillo) haba pasado los 100 (los 100 kilogramos de cocana) a alguien y que los estupefacientes se haban robado. 5. En mi declaracin jurada original se trata otras de las actividades de la organizacin relacionadas con el lavado de dinero, inclusive el proporcionar nmeros de telfonos a ser utilizados para coordinar el lavado de ganancias provenientes del narcotrfico. Vase la declaracin jurada de Berardinelli del 22 de diciembre de 2004, prrafos 19 (c) y (d). Al respecto, se interceptaron numerosas llamadas relacionadas con el lavado de dinero que Ernesto Paulino Castillo, alias El Don sostuvo en septiembre de 2003, en las cuales proporcion nmeros de telfonos en Nueva York, a otros integrantes de su asociacin ilcita para que stos se comunicaran con individuos en Nueva York, quienes estaban a cargo de ayudarle a lavar las ganancias de la organizacin provenientes del narcotrfico. 6. En mi declaracin original, se trata de un cargamento de aproximadamente 1,380 kilogramos de cocana que fue
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incautado el 18 de diciembre de 2004, o alrededor de esta fecha. Vase la declaracin jurada de Berardinelli del 22 de diciembre de 2004, prrafos 20. Concerniente a esta incautacin, se interceptaron llamadas telefnicas que indicaban lo siguiente: a. Que la transportacin de la cocana la financiaba Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, utilizando las ganancias del narcotrfico antes generadas, y causaba que se repatriaran las mismas a la Repblica Dominicana desde Nueva York y Florida. Al respecto, tengo entendido que las autoridades dominicanas interceptaron llamadas telefnicas en las cuales Paulino Castillo llama a Primo en Nueva York y los dos hablan de dinero para financiar el envo. b. Un individuo identificado como Eleuterio Guante estaba implicado en arreglar la transportacin de la cocana. (Guante se ha detenido y est bajo la custodia de las autoridades dominicanas). Existe informacin que vincula a Guante con mltiples incautaciones de estupefacientes en Puerto Rico. En los das precedentes a la incautacin con fecha del 18 de diciembre de 2004, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, mantuvo contacto regular con Guante y los dos hablaron de, entre otras cosas, arreglar el envo de la cocana a Puerto Rico (desde donde se enviara a los Estados Unidos). 7. Fundndome en la pruebas antes mencionadas y las pruebas que se detallan en mi declaracin jurada original, creo que si Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, es entregado al Distrito Meridional de Nueva York para ser juzgado, las pruebas estableceran la causa probable de que Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, particip en los delitos de narctico y de lavar dinero proveniente del narcotrfico que se le imputan en la acusacin en anexo. La presente declaracin jurada fue rendida bajo gravedad de juramento ante un Magistrado Juez de los Estados Unidos para el Distrito Meridional de Nueva York, quien es una persona debidamente habilitada para recibir juramentos a este efecto; Considerando, que, por otra parte, en la audiencia efectuada para el conocimiento del fondo de la solicitud de extradicin de Quirino Ernesto Paulino Castillo, la barra de su defensa, en primer trmino solicit: PRIMERO: que la Cmara Penal de
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la Suprema Corte de Justicia en base al criterio de unidad jurisdiccional que para el caso de la especie, equivale a la Suprema Corte de Justicia segn decisin del 2 de noviembre 2002, se pronuncie respecto: a) La situacin procesal del Sr. Quirino Paulino ante la ambigedad del procedimiento trazado por los artculos 160 al 165 del Cdigo Procesal Penal en el sentido de nica instancia y el contemplado por la Convencin Americana de los Derechos Humanos, artculo 8.2.H y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos en su articulo 14.5 entrelazado con el articulo 67 de la Constitucin de la Repblica y el artculo 1ro. del Cdigo de Procedimiento Penal, relativo a la supremaca en nuestra norma procesal de esos tratados que el pas es signatario; b) A las propias medidas anticipadas vigentes en el citado texto legal que le garantizan el doble grado jurisdiccional tomando como comparacin, analoga y extrapolacin jurdicas el procedimiento y sentencia del mximo tribunal en el caso del entonces prevenido seor Marino Vinicio Castillo Rodrguez, por aplicacin ultima del artculo 25 del Cdigo Procesal Penal Dominicano sobre la interpretacin extensiva para favorecer siempre al imputado; y c) relativo al estatus de la abogada que proclama los intereses y defensa de la nacin extranjera en su condicin de asalariada del Poder Ejecutivo, adscrita a la Procuradura General de la Repblica, si existe consonancia legal con los artculos 55.24, 63.2 y 108 de la Constitucin de la Republica. Todo independientemente y ajeno a todo nimo de eludir el pleito frontal que demanda el presente proceso, pedimento que haba sido diferido por esta Cmara para ser fallado conjuntamente con el fondo; Considerando, que la norma del doble grado de jurisdiccin, o del doble examen, permite el que todo proceso, en principio, puede desarrollarse en dos instancias ordinarias, la primera y la segunda, permitindose de ese modo un nuevo examen del mismo; que de igual manera, por regla general, es lo que permite a las partes apelar contra la decisin de un tribunal cualquiera; que ese principio que pretende salvaguardar los derechos de las partes involucradas en un proceso, viene a ser, no obstante, una regla de orden pblico, lo que significa que puede ser propuesta su violacin por primera vez en
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casacin; que, sin embargo, ha sido juzgado que el mismo no rene las caractersticas necesarias para alcanzar la categora del orden constitucional, de lo que resulta que la ley adjetiva puede omitir el doble grado de jurisdiccin en ciertos casos, a discrecin del legislador ordinario; Considerando, que si bien es cierto que en el estado actual de nuestra legislacin el derecho a la apelacin es un corolario del principio del doble grado de jurisdiccin, como se ha dicho, todo en virtud del cual las sentencias son, en principio, apelables, salvo disposicin contraria de la ley, no es menos cierto que la cuestin referente a saber cules son las sentencias apelables y cules no lo son, se resuelve, primero, con la manera legal de organizacin de los tribunales, en tanto que stos funcionan, segn los casos, como tribunales de primer grado o como tribunales del segundo grado de jurisdiccin; segundo, con la organizacin legal de la competencia, en tanto que la competencia conferida por la ley a los tribunales para estatuir en primera o en nica instancia es determinante para que algunas sentencias sean apelables o inapelables; Considerando, que la Suprema Corte de Justicia hace las veces de tribunal de segundo grado slo en los casos en que conoce en ltimo recurso de las causas cuyo conocimiento en primer grado competa a las cortes de apelacin, de conformidad con lo pautado por el numeral tercero del artculo 67 de la Constitucin, y en los casos expresamente sealados por la ley; Considerando, que, de otra parte, de conformidad a los trminos como han sido concebidos los artculos 160 al 165 del Cdigo Procesal Penal, referente a la extradicin, cuando se refiere al tribunal que debe conocer de dicho procedimiento seala a la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia; que an en el caso del artculo 164 del mismo cdigo, cuando se expresa: Recibida la solicitud de extradicin por la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, se convoca, terminando el citado artculo, expresando: Concluida la audiencia, aludiendo obviamente a la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, y finaliza con estas palabras: la
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Suprema Corte de Justicia decide en un plazo de quince das, refirindose como se ha dicho, a la audiencia promovida e instruida por ante la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia; Considerando, que si bien, como se ha dicho, para que una sentencia sea inapelable es de rigor que la ley lo disponga expresamente, ello es verdadero slo cuando el fallo de que se trate haya sido dictado por un tribunal de primer grado ordinario o actuando como tal y, por tanto, sujeto a un recurso de alzada, ante el tribunal de segundo grado correspondiente e instituido por la ley, situacin que a criterio de esta Cmara no se da en la especie; Considerando, en cuanto a otro aspecto de las conclusiones de la defensa de Quirino Ernesto Paulino Castillo, si bien es cierto que el artculo 3 de la Constitucin de la Repblica consagra que ninguno de los poderes pblicos organizados por ella podr realizar o permitir la realizacin de actos que constituyan una intervencin directa o indirecta en los asuntos internos de la Repblica Dominicana o una injerencia que atente contra la personalidad del Estado y de los atributos que se le reconocen y consagran en esa Ley Sustantiva de la Nacin, y si bien es cierto, por otra parte, que en virtud del principio del juez natural instituido en el artculo 4 del Cdigo Procesal Penal, nadie podr ser sometido a otros tribunales que los constituidos conforme al referido Cdigo, de lo cual se deriva que mientras la accin penal pblica est en movimiento o est siendo impulsada en nuestro territorio por el ministerio pblico, es de inters colectivo y de orden pblico que no se conceda la extradicin de los participantes en crmenes y delitos, para no obstaculizar el enjuiciamiento de los mismos en el pas; no es menos cierto que el citado artculo 3 de la Constitucin consagra tambin que la Repblica Dominicana reconoce y aplica las normas del Derecho Internacional general y americano en la medida en que sus poderes pblicos las hayan adoptado; que en ese orden de ideas, el tratado sobre extradicin suscrito entre nuestro pas y Estados Unidos de Amrica en el ao 1909, ratificado por el Congreso Nacional en 1910, contempla que ambos Estados convienen entregar a
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la justicia a peticin del uno con el otro, a todos los individuos acusados o convictos de los crmenes o delitos determinados en el artculo 2 de ese Tratado, a lo cual se le adicionan las violaciones a leyes sobre narcotrfico y lavado de activos, en virtud del convenio suscrito por el Estado Dominicano en Viena en el ao 1988; que, no obstante, slo procedera ser considerada la extradicin de alguna persona, en los casos en que el ministerio pblico prescinda de la impulsin de la accin penal en el pas, a fin de abogar por la extradicin del detenido de que se trate; toda vez que si est en curso y activo en nuestra Nacin un proceso judicial en la fase preparatoria, ste deber primar sobre el pedido de extradicin, salvo aquellos casos en que, a partir de la fecha en la cual la Ley No. 278-04 lo permita, se pueda aplicar el Criterio de Oportunidad instituido por el artculo 34, numeral 3, del Cdigo Procesal Penal, lo cual podra efectuarse a pesar de estar en movimiento la accin penal, siempre que sea antes de la apertura del juicio; Considerando, que es al Procurador Fiscal de cada jurisdiccin a quien el Cdigo Procesal Penal atribuye la facultad de investigar los crmenes y delitos, y el mismo puede, como lo hizo en la especie, solicitar al Juez de la Instruccin tomar medidas cautelares o coercitivas contra los principales sospechosos de un hecho delictivo, a fin de asegurar la idoneidad de su investigacin y obtener las pruebas que le conduciran a la audiencia preliminar y a la apertura del juicio en contra de los referidos sospechosos; Considerando, que esos mecanismos investigativos, no necesariamente son conducentes a incriminar a las personas sujetas a esa actuacin judicial, sino que deben tomarse como preliminares que recaban pruebas sustentadoras para la apertura del juicio; Considerando, que el Procurador Fiscal del Distrito Nacional ciertamente solicit al Primer Juzgado de la Instruccin del Distrito Nacional, la prisin preventiva de Quirino Ernesto Paulino Castillo, y ha continuado su investigacin, pero hasta la fecha no ha solicitado ni siquiera una audiencia preliminar, ni mucho menos ha solicitado apertura del juicio;
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Considerando, que en la especie el Magistrado Procurador General de la Repblica Adjunto ha dictaminado, en sntesis, lo siguiente: Que aunque Quirino Ernesto Paulino Castillo (a) El Don, se encuentra arrestado preventivamente en la Repblica Dominicana, el Ministerio Pblico no ha presentado cargos en contra suya, ni formulado ante el Juez de la Instruccin requerimiento conclusivo alguno que le concierna; que, al sobrevenir el pedido de extradicin de parte de los Estados Unidos de Amrica, en virtud del Tratado suscrito con nuestro pas, vigente desde 1910, el Ministerio Pblico ha abandonado por el momento la impulsin de la accin penal en el pas, para estar en condiciones de dictaminar a favor de la extradicin del referido arrestado, toda vez que la actividad delictiva de que se trata, atae al pas requirente; Considerando, que cuando el artculo VIII del Tratado de Extradicin suscrito por los gobiernos de la Repblica Dominicana y los Estados Unidos de Amrica dispone que ninguna de las partes contratantes estar obligada a entregar sus propios ciudadanos o sbditos en virtud de las estipulaciones de ese Convenio, se refiere a los gobiernos respectivos, los cuales, como se aprecia en el artculo 1 del tratado en cuestin son las partes signatarias del acuerdo internacional y por ende las que poseen capacidad legal para ejecutarlo y hacerlo cumplir; siendo el Poder Judicial, en virtud del artculo XI del referido convenio el competente para expedir rdenes de captura contra las personas inculpadas y para conocer y tomar en consideracin la prueba de la culpabilidad, as como, en caso de ser los elementos probatorios suficientes, certificarlo a las autoridades ejecutivas a fin de que esta ltima decrete la entrega del extraditable una vez finalizada la fase procesal y jurisdiccional de la solicitud de la extradicin de que se trate, en este caso de Quirino Ernesto Paulino Castillo; procediendo luego comunicar al Procurador General de la Repblica, la decisin tomada por esta Cmara, para que este funcionario acte y realice las tramitaciones que correspondan, y proceda de acuerdo a la Constitucin, el Tratado de 1910 y la ley.
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Considerando, que el pas requirente, Estados Unidos de Amrica, ha solicitado, adems de la extradicin de Quirino Ernesto Paulino Castillo, la incautacin, con fines de decomiso de Siete Millones de Dlares (US$7,000,000.00), sustentndola en el artculo 5 de la Convencin de las Naciones Unidas celebrada en Viena, Contra el Trfico Ilcito de Drogas Narcticas y Sustancias Psicotrpicas, y el artculo X del Tratado de Extradicin celebrado entre Estados Unidos y la Repblica Dominicana, lo que ha sido apoyado por el ministerio pblico en su dictamen; Considerando, que en lo que respecta al artculo X arriba expresado, ste establece la posibilidad de entregar junto al criminal fugado todo lo que se encuentre en su poder o sea producto del crimen o delito, que pueda servir de prueba al mismo, todo ello con arreglo a las leyes de cada una de las partes contratantes; Considerando, que el texto de referencia pone de relieve que los objetos a que se refiere el mismo son los que puedan coadyuvar a establecer el hecho incriminado del que se acusa a la persona extraditada, por lo que es preciso consignar que la solicitud de incautar Siete Millones de Dlares (US$7,000,000.00), se inscribe ms bien a lo dispuesto por el artculo 5 de la Convencin de las Naciones Unidas celebrada en Viena, referente al lavado de activos producto de un crimen o delito, y que en nuestro pas se encuentra regulado por la Ley No. 76-02 sobre Lavado de Activos Provenientes del Trfico Ilcito de Drogas y Sustancias Controladas y otras infracciones graves; Considerando, que sin embargo, como el ministerio pblico en su dictamen, como se ha dicho, ha abandonado por el momento la impulsin de la accin penal, para estar en condiciones de dictaminar a favor de la extradicin, procede acoger el pedimento de incautacin hasta concurrencia del equivalente en pesos dominicanos de Siete Millones de Dlares (US7,000.000.00) de los bienes de Quirino Ernesto Paulino Castillo, de manera provisional, hasta tanto se dicte una sentencia con autoridad de cosa irrevocablemente juzgada,
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conforme lo dispone el artculo 64 de la Ley No. 76-02, y sin desmedro del legtimo derecho que puedan tener terceras personas en los mismos; Considerando, que por otra parte, de conformidad con la mejor doctrina, los nicos medios de prueba que deben ponderarse en materia de extradicin son los que siguen: a) los relativos a la constatacin inequvoca de la identidad del individuo reclamado en extradicin, para asegurar que la persona detenida es verdaderamente la reclamada por el Estado requirente; b) los que se refieren a los hechos delictivos y los fundamentos de derecho que sirven de base a la solicitud de extradicin, para verificar que stos coinciden con los principios de punibilidad aplicable en caso de conducta delictiva; c) los relacionados con las condiciones previstas en el contenido del tratado de extradicin aplicables, a fin de que los documentos y datos que consten en el expediente versen sobre las condiciones que se requieren para que proceda la extradicin; Considerando, que, como se ha dicho, esta Cmara sostiene como principio, que es aplicable en esta materia la norma de la doble incriminacin, es decir, que necesariamente el hecho que sirva de fundamento a la solicitud de extradicin est contemplado tanto en la legislacin del Estado requirente como en la del Estado requerido, con la calificacin de comportamiento criminal y antisocial, y que sea penalizado con una severidad tal que permita hacer viable la solicitud y concesin de la extradicin; Considerando, que en el presente caso, primero, se ha comprobado que Quirino Ernesto Paulino Castillo efectivamente es la persona a que se refiere el Estado requirente, segundo, que los hechos de que trata la especie, los cuales se le atribuyen al mismo, estn penalizados tanto en la Repblica Dominicana como en el Estado que lo reclama, y tercero, el tratado sobre extradicin vigente entre nuestro pas y Estados Unidos de Amrica desde el ao 1910, con las adiciones introducidas por la Convencin de Viena del 1988, suscrita por la Repblica Dominicana, instituye un procedimiento que
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ha sido cumplido satisfactoriamente con la documentacin necesaria depositada y las formalidades de tramitacin correctamente efectuadas; Considerando, que, finalmente, la inquietud externada por la barra de la defensa de Quirino Ernesto Paulino Castillo sobre el estatus de la abogada que representa los intereses del pas requirente, funcionaria adscrita a la Procuradura General de la Repblica, y a la luz de lo que disponen los artculos 55.24, 63.2 y 108 de la Constitucin Dominicana, es preciso consignar que la misma se inscribe dentro de la cooperacin recproca que modernamente se brindan los Estados, en casos como el de la especie, sin que la misma pueda ser reprochable, ni colida con los preceptos constitucionales sealados; Por tales motivos, la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado y visto la Constitucin de la Repblica; el Tratado de Extradicin suscrito entre la Repblica Dominicana y los Estados Unidos de Amrica en 1909; la Convencin de Viena de 1988; el Cdigo Procesal Penal; La Ley No. 76-02 sobre Lavado de Activos Provenientes del Trfico Ilcito de Drogas y Sustancias Controladas, as como las normativas alegadas por el ministerio pblico y la defensa del impetrante,
FALLA:
Primero: Declara regular y vlida en cuanto a la forma, la solicitud de extradicin a los Estados Unidos de Amrica, pas requirente, del nacional dominicano Quirino Ernesto Paulino Castillo, por haber sido incoada de conformidad con la normativa nacional y con los instrumentos jurdicos internacionales vinculantes de ambos pases; Segundo: Declara, en cuanto al fondo, que se ha podido comprobar el cumplimiento satisfactorio de todos los requisitos contemplados y exigidos por la Constitucin de la Repblica, el Tratado de Extradicin entre Repblica Dominicana y Estados Unidos de Amrica, la Convencin de Viena de 1988, el Cdigo Procesal Penal y la Ley No 76-02, sobre Lavado de Activos Provenientes del Trfico de Drogas y Sustancias Controladas, as como por la documentacin aportada por el
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pas requirente, y por ende ha lugar a la extradicin a los Estados Unidos de Amrica de Quirino Ernesto Paulino Castillo, en cuanto a lo relativo a los cargos sealados en el acta de acusacin nmero 04CRIM-1353, registrada el 21 de diciembre del ao 2004 y en virtud de la cual un Magistrado Juez de los Estados Unidos de Amrica emiti una orden de arresto en contra del mismo; Tercero: Ordena la incautacin provisional del equivalente en pesos dominicanos a siete (7) millones de dlares americanos de los bienes pertenecientes al requerido en extradicin Quirino Ernesto Paulino Castillo; Cuarto: Dispone poner a cargo del Procurador General de la Repblica la tramitacin y ejecucin de la presente decisin de conformidad con los trminos de la Constitucin de la Repblica y las leyes sobre la materia; Quinto: Ordena comunicar esta sentencia al requerido en extradicin Quirino Ernesto Paulino Castillo, a las autoridades penales del pas requirente y publicada en el Boletn Judicial, para general conocimiento. Firmado: Hugo lvarez Valencia, Julio Ibarra Ros, Edgar Hernndez Meja, Dulce Ma. Rodrguez de Goris y Vctor Jos Castellanos Estrella. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Extradicin. Artculo 8, literal h, numeral 2 Constitucin. Principio Nos Bis Is Idem. Nadie podr ser juzgado dos veces por la misma causa. Concepto de misma causa. Sentencia del 30 de septiembre del 2005.
Materia: Estado requirente: Solicitado: Abogado: Extradicin. Estados Unidos de Amrica. Francisco del Rosario Snchez Meja. Dr. Julio Csar Cabrera Ruiz.
Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo a los requeridos en extradicin prestar sus generales de ley; Odo al ministerio pblico en la exposicin de los hechos; Odo a la Dra. Analdis del Carmen Alcntara Abreu, quien acta a nombre y representacin de las autoridades penales de los Estados Unidos de Norteamrica; Odo al Dr. Julio Csar Cabrera Ruiz, informa que lleva la defensa del solicitado en extradicin Francisco del Rosario Snchez Meja, en el presente proceso; Visto las instancias del Magistrado Procurador General de la Repblica apoderando formalmente a la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia de la solicitud de extradicin que formula el Gobierno de los Estados Unidos de Amrica en contra del ciudadano dominicano Francisco Snchez Meja; Visto las solicitudes de autorizacin de aprehensin contra el requerido Francisco Snchez Meja, de acuerdo con el artculo XII del Convenio de Extradicin vigente entre Repblica Dominicana y el pas requirente desde el ao 1910; Visto la nota diplomtica No. 60 de fecha 5 de mayo del 2005 y 17 de febrero del 2005 de la Embajada de los Estados Unidos de Amrica en el pas; Visto La documentacin aportada por el Estado requirente sobre la solicitud de extradicin, consistente en: a) El expediente en debida forma presentado por los Estados Unidos de Amrica, el cual est conformado por los siguientes documentos; b) Declaracin jurada hecha por Bruce S. Ambrose, Ayudante del Procurador Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Central de Florida, Divisin de Orlando; c) Copia Certificada de la Cuarta Acusacin de Reemplazo, caso No. 6:03-cr-10-Orl-22DAB, presentada el 7 de Julio del 2004, en el Tribunal de Distrito de los
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Estados Unidos para el Distrito Central de Florida, Divisin de Orlando; d) Orden de Detencin contra Francisco Snchez Mejia, expedida en fecha 4 de Agosto del 2004 por el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Central de Florida, Divisin de Orlando; e) Fotografa del requerido; f) Legalizacin del expediente firmada en fecha 26/04/ 2005 por el Ministro Consejero Encargado de Asuntos Consulares del Consulado de la Repblica Dominicana en Washington, D. C., en debida forma sobre el caso; Resulta, que mediante instancia No. 06632 del 20 de mayo del 2005, el Magistrado Procurador General de la Repblica apoder formalmente a la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia de la solicitud de extradicin que formula el Gobierno de los Estados Unidos de Amrica contra el ciudadano dominicano Francisco Snchez Meja; Resulta, que el Magistrado Procurador General de la Repblica, en la misma instancia de apoderamiento, solicita adems a esta Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia: autorizacin de aprehensin contra (cada uno de los requeridos), de acuerdo con el Art. XII del Convenio de Extradicin vigente entre Repblica Dominicana y el Pas requirente desde el ao 1910...; Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, respecto a esta solicitud, el 25 de mayo del 2005, dict en Cmara de Consejo un auto cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Ordena el arresto de Francisco Snchez Meja por el trmino de dos meses, a partir de la fecha de la captura, a los fines exclusivos de que se determine la procedencia de la extradicin del requerido solicitada por los Estados Unidos de Amrica, pas requirente; Segundo: Ordena que una vez apresado el requerido, ste deber ser informado del porqu se le apresa y de los derechos que le acuerda la ley en estos casos; Tercero: Ordena que al realizar la medida anterior, sea levantado un proceso verbal por el ministerio pblico actuante,
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a los fines de comprobacin de la medida anteriormente ordenada; Cuarto: Ordena que una vez cumplidos todos los requisitos anteriores, el requerido Francisco Snchez Meja, sea presentado dentro del plazo indicado en el ordinal primero, por ante esta Segunda Cmara de la Suprema Corte de Justicia, a los fines de analizar la procedencia de la solicitud de extradicin formulada por los Estados Unidos de Amrica, como pas requirente; Quinto: Sobresee estatuir sobre la solicitud del Ministerio Pblico, relativa a la localizacin e incautacin de los bienes pertenecientes a Francisco Snchez Meja, requerido en extradicin, hasta tanto los mismos sean debidamente identificados e individualizados; Sexto: Ordena la comunicacin del presente auto al Magistrado Procurador General de la Repblica para los fines correspondientes; Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, una vez notificada del arresto del ciudadano dominicano Francisco Snchez Meja, fij para el 24 de agosto del 2005, la vista para conocer de la presente solicitud de extradicin; Resulta, que en la audiencia del 24 de agosto del 2005, los abogados de los imputados concluyeron: Solicitamos suspender el conocimiento de la presente audiencia a fin de darle oportunidad a la defensa de estructurar sus medios previos al estudio del expediente, as como tambin para el depsito de algunas piezas a cargo de la defensa que entendemos sern de vital importancia para el presente proceso en la brevedad posible, en las condiciones que tenga a bien apreciar la Corte; a lo que no se opusieron el ministerio pblico ni la representante de las autoridades penales de los Estados Unidos al dictaminar el primero: Lo dejamos a la soberana apreciacin de esta Corte; y concluir la segunda: No nos oponemos; Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado, fall: Primero: Se acoge la solicitud formulada por el abogado de la defensa del solicitado en extradicin Francisco del Rosario Snchez Meja, a lo que no se opuso la abogada representante de las autoridades penales de los Estados Unidos de Amrica, pas
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requirente; y el ministerio pblico dej a la soberana apreciacin de esta Corte; a fin de darle oportunidad de estudiar el expediente y depositar piezas, y en consecuencia, se aplaza el conocimiento de la presente solicitud de extradicin para el da viernes diecisis (16) de septiembre del ao 2005, a las nueve (9:00) horas de la maana; Segundo: Quedan citadas las partes presentes; Tercero: Se pone a cargo del ministerio pblico requerir del alcaide de la Crcel Pblica de Najayo, la presentacin del solicitado en extradicin y horas antes indicadas; Resulta, que en la audiencia del 16 de septiembre del 2005, los abogados de la defensa concluyeron de la siguiente manera: Primero: Declarando y comprobando que en virtud de los medios de hecho establecidos en la presente instancia ha creado evidencia de que segn los medios de prueba sometido por el Estado requirente se comprueba que tal solicitud obedece a que se pretenda juzgar al seor Francisco del Rosario Snchez Meja, por el mismo hecho que ya fue juzgado y absuelto en la Repblica Dominicana y que en consecuencia en modo alguno procedera la solicitud de extradicin hecha por la Embajada de los Estados Unidos de Amrica, ya que la misma contraviene con los postulados establecidos tanto en la Declaracin Universal de los Derechos Humanos como con el Pacto de los Derechos Civiles y Polticos, el Cdigo Procesal Penal y la Constitucin Dominicana; Segundo: Que en consecuencia rechazar la solicitud de extradicin antes descrita por haberse comprobado por las certificaciones depositadas por el ciudadano solicitado en extradicin que en lo que respecta a su persona ya el caso que se le sigue fue juzgado en la Repblica Dominicana, y fue absuelto de lo mismo, por los mismos hechos en que se fundamenta el pedido de extradicin formulado por las autoridades penales de los Estados Unidos Norteamericanos; Tercero: Que como el seor Francisco del Rosario Snchez Meja se encuentra recluido en prisin en virtud de una orden como consecuencia de un auto evacuado por esta Suprema Corte de Justicia, se ordene el restablecimiento del estado de libertad de que se encontraba al momento de ser apresado; mientras que el ministerio pblico dictamin:
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Primero: Declaris regular y vlida en cuanto a la forma la solicitud de extradicin a los Estados Unidos de Amrica del nacional dominicano Francisco del Rosario Snchez Meja, por haber sido introducida en debida forma por el pas requirente de conformidad con los instrumentos jurdicos internacionales vinculantes de ambos pases; Segundo: Acojis en cuanto al fondo, la indicada solicitud, y en consecuencia declaris la procedencia en el aspecto judicial, de la extradicin a los Estados Unidos del nacional dominicano Francisco del Rosario Snchez Meja; Tercero: Que ordenis la incautacin de los bienes patrimoniales de Francisco del Rosario Snchez Meja que en el proceso sean identificados e individualizados como vinculados al delito que se le imputa; Cuarto: Ordenis la remisin de la decisin a intervenir, al presidente de la Repblica, para que ste atento a los artculos 3 y 55 inciso 6, de la Constitucin de la Repblica, decrete la entrega y los trminos en que la Secretara de Estado de Relaciones Exteriores deber ejecutarla; y la abogada representante de las autoridades penales de los Estados Unidos, concluy de la siguiente manera: Primero: en cuanto a la forma, acojis como bueno y vlido la presente solicitud de extradicin hacia los Estados Unidos del ciudadano dominicano Francisco del Rosario Snchez Meja, por estar conforme con el tratado bilateral de extradicin de 1910 entre ambas naciones; la Convencin de las Naciones Unidas contra el Trfico Ilcito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrpicas celebrado en Viena en el ao 1988; as como el Cdigo Procesal Penal Dominicano; Segundo: En cuanto al fondo: Ordenis la extradicin del ciudadano dominicano Francisco del Rosario Snchez Meja, en el aspecto judicial, hacia los Estados Unidos de Amrica por este infringir las leyes antinarcticos de los Estados Unidos; y pongis a disposicin del Poder Ejecutivo la decisin a intervenir, para que ste atento a los artculos 3 y 55 inciso 6 de la Constitucin de la Repblica, decrete la entrega y los trminos en que la Secretara de Estado de Relaciones Exteriores deber entregar al requerido en extradicin; Tercero: Ordenis la incautacin de los bienes en posesin de Francisco del Rosario Snchez Meja al momento de su detencin;
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Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado, dict su sentencia al respecto, cuyo dispositivo es el siguiente: nico: Primero: Se reserva el fallo de la presente solicitud de extradicin de Francisco del Rosario Snchez Meja, requerida por los Estados Unidos de Amrica para ser pronunciado en una prxima audiencia dentro del plazo establecido por el Cdigo Procesal Penal; Considerando, que mediante Nota Diplomtica No. No. 60 de fecha 5 de mayo del 2005 de la Embajada de los Estados Unidos de Amrica en el pas, y la documentacin anexa, que figura descrita en otra parte de esta sentencia, ha sido requerido por las autoridades penales de dicho pas, la entrega en extradicin del ciudadano dominicano Francisco Snchez Meja, nombre utilizado en la declaracin jurada en apoyo de la solicitud de extradicin formulada por Bruce S. Ambrose, Ayudante del Procurador Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Central de Florida, Divisin de Orlando, y cuya documentacin fue tramitada a travs de la Secretara de Estado de Relaciones Exteriores; que, en tal sentido, esta Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, fue formalmente apoderada por el Magistrado Procurador General de la Repblica a los fines de proceder de acuerdo a la legislacin sobre la materia; Considerando, que la extradicin debe ser entendida como el procedimiento de entrega que un Estado hace a otro Estado de una persona, imputada, acusada o condenada por un crimen o delito de derecho comn, quien se encuentra en su territorio, para que en el segundo pas se le enjuicie penalmente o se ejecute una pena, tramitacin realizada conforme a normas preexistentes de validez dentro del derecho interno de una nacin o en el mbito del derecho internacional, atendiendo a los principios de colaboracin y reciprocidad entre los Estados; que dentro de este contexto, la extradicin reviste variadas modalidades, unas veces es calificada como activa, cuanto se refiere al Estado que la solicita y, por otro lado, se define como pasiva, que es el caso, cuando se trata del Estado que recibe la solicitud de otro; que en ambos, la
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extradicin es un acto de soberana que debe llevarse a cabo basados en la Constitucin, en los tratados bilaterales o multilaterales, o en los compromisos de reciprocidad entre los Estados y en la ley, siempre dentro de un proceso tcnico penal y procesal que han de resolver las jurisdicciones de los tribunales con la intervencin del ministerio pblico, de la persona requerida en extradicin, asistido por sus defensores, as como de la representacin del Estado requirente; Considerando, que, en el caso que nos ocupa, las partes alegan la vigencia del Tratado de Extradicin suscrito entre el gobierno de Repblica Dominicana y el de Estados Unidos de Amrica en el ao 1909, y ratificado por el Congreso Nacional en el 1910, as como el Cdigo Procesal Penal dominicano y la Convencin de Viena de 1988, debidamente ratificada; Considerando, que el referido tratado plantea, entre otros sealamientos: a) que la extradicin no procede cuando la incriminacin del requerido reviste carcter poltico; b) que nadie podr ser juzgado por delito distinto del que motiv el pedido de extradicin; c) que conviene en entregarse a las personas imputadas, acusadas o condenadas, sean sus propios ciudadanos o no, por aquellas infracciones consensuadas en el convenio, cometidas dentro de la jurisdiccin de una de las partes contratantes; d) que si el imputado a ser extraditado, en el momento en que se solicite la misma, estuviese siendo enjuiciado, se encuentra libre bajo fianza o est condenado, la extradicin podra demorarse hasta que terminen las actuaciones; sin embargo, es prioritario que la infraccin que justifica la solicitud de extradicin se encuentre dentro de aquellas que concurran el requisito de la doble incriminacin, o lo que es lo mismo, que la infraccin se encuentre tipificada en los ordenamientos del Estado requirente y del Estado requerido, an con modalidades delictivas distintas; e) que todo lo que se encuentre en poder del solicitado en extradicin, sea el producto de la infraccin o que sirva para probar la misma, ser en cuanto sea posible, con arreglo a las leyes de cada una de las partes, entregado con el reo al tiempo de su envo al pas requirente, debiendo siempre ser respetados los derechos de los terceros;
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Considerando, que por su parte, el Cdigo Procesal Penal seala en su artculo 1 (uno) la primaca de la Constitucin y de los tratados internacionales, prevaleciendo siempre por encima de la ley adjetiva; de igual forma, el artculo 160 del referido cdigo, ordena: La extradicin se rige por la Constitucin, las normas de los tratados, convenios y acuerdos internacionales adoptados por los poderes pblicos y su ley especial en aquello que no se oponga a este cdigo; Considerando, que tal como se ha expresado en otra parte de esta decisin, el Estado requirente present dentro de un plazo hbil una serie de documentos justificativos de su solicitud de extradicin del ciudadano dominicano Francisco Snchez Meja, incluyendo fotografas que presuntamente corresponde al requerido en extradicin; todos documentos en originales, los cuales han sido traducidos al idioma espaol y comunicados a las partes para ser sometidos al debate pblico y contradictorio; Considerando, que en el caso ocurrente, las autoridades penales del Estado requirente, justifican su solicitud de extradicin en el hecho de que Francisco Snchez Meja, es buscado para ser juzgado ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito central de la Florida, donde es sujeto de la Cuarta Acusacin de Reemplazo, caso No. 6:03cr-10-Orl-22DAB, registrada el 7 de Julio del 2004, en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Central de Florida, Divisin de Orlando, responsabilizndolo de un cargo, conjuntamente con otros, el cual se detalla de la manera siguiente: Cargo nico. A partir de junio de 2002, o alrededor de ese mes, y el 25 de julio de 2003, o alrededor de esa fecha, en el Condado de Orange, Florida, en el Distrito Central de Florida; en el Condado Dade, Florida, en el Distrito Meridional de Florida; en la Repblica Dominicana y en otros lugares: Francisco Snchez Meja, Csar Ernesto Bonetti, Juan Geraldo Snchez, Germn Irrizarry y Juan Federico Bautista, los acusados, con conocimiento de causa, intencionalmente, deliberadamente e ilcitamente participaron en asociacin ilcita, confederaron y concordaron entre s y con otras personas, tanto conocidas como desconocidas por el Gran Jurado,
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para importar hacia los Estados Unidos desde un lugar en el exterior de los Estados Unidos una cuanta de una mezcla y sustancia que contena una cantidad perceptible de 3,4metilendioximetanfetamina (MDMA), conocida comnmente como xtasis, una sustancia controladas de la Tabla I de la Seccin 812 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos, en contravencin a las Secciones 952 y 960(b)(3) del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos. Todo aquello en violacin a la Seccin 963 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos; Considerando, que en cuanto a los hechos detallados en la declaracin jurada tenemos: 7. El 7 de julio de 2004, un gran jurado federal reunido en el Distrito Central de Florida dict y present una cuarta acusacin de reemplazo contra Francisco Snchez Meja en el caso No. 6:03-cr-10-Orl-22 DAB, en el cual se les imputa a l y a otros la asociacin ilcita para importar una sustancia controlada (3,4-metilendioximetanfetamina, adems conocida como MDMA o xtasis) en contravencin a la Seccin 963 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos. La 3,4-metilendioximetanfetamina es una sustancia controlada segn lo previsto en la Seccin 812 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos. Las partes que tienen relevancia de las leyes antemencionadas son las siguientes: Seccin 812 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos. (a) Se tiene establecidas cinco tablas de sustancias controladas, a las que se les denominar tablas I, II, III, IV, y V. Al principio, dichas tablas constarn de las sustancias enumeradas en esta seccin (c) Tablas iniciales de sustancias controladas. Tabla I (c) A menos que sea especficamente excluido o que est incluido en otra tabla, todo material, compuesto, mezcla o preparacin que contenga cualquier cantidad de las siguientes sustancias alucingenas o cualquiera de sus sales, ismeros o sales de ismeros, siempre que sea posible que tales sales, ismeros y sales de ismeros existan dentro de la designacin qumica especfica. (1) 3,4metilendioximetanfetamina. Seccin 963 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos. El que intente o participe en una asociacin ilcita para cometer cualquier delito definido en este sub-captulo ser castigado con las mismas penas que
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se prevn para el delito cuya comisin era el objeto de la tentativa o la asociacin ilcita. Seccin 952 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos. Ser ilegal la importacin hacia el territorio aduanero de los Estados Unidos desde cualquier otro lugar fuera de ste (pero dentro de los Estados Unidos) y la importacin hacia los Estados Unidos, desde cualquier otro lugar fuera del pas, de una sustancia controlada de la Tabla I o II de Sub-captulo I de este captulo. Seccin 960 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos. Penas. (a) Actos Ilcitos. El que... (1) En contravencin de la seccin 952 de este ttulo, con conocimiento o causa o intencionalmente importe. Una sustancia controladaser castigada conforme a lo previsto en la sub-seccin (b) de esta seccin. (b) Las penas. (3) En el caso de una violacin a la sub-seccin (a) de esta seccin que trata de una sustancia controlada de la Tabla I el que cometa tal delito ser castigado con la pena de no ms de 20 aos con una multa que no deber exceder de lo autorizado en el Ttulo 18, o US$1,000,000 si el reo es individuo cualquier monto que sea mayor, o podr ser castigado con ambas penas. Si alguien comete este delito despus de que se haya puesto firme una condena anterior por delito mayor concerniente a drogas, esa persona ser castigada con la pena de no ms de 30 aos de prisin con una multa que no deber exceder del doble de lo autorizado en el Ttulo 18, o US$2,000,000 si el reo es individuo cualquier monto que sea mayor, o podr ser castigada con ambas penas. Cualquier pena impuesta de acuerdo con este prrafo, de no existir antecedentes de semejante condena anterior, le impondr al rea un trmino de libertad supervisada de por lo menos 3 aos, adems de la cadena de prisin, y, de s existir antecedentes de semejante condena anterior, le impondr al reo un trmino de libertad supervisada de por lo menos 6 aos adems de esa cadena de prisin. Cada una de estas leyes fue debidamente promulgad y se encontraba vigente al momento en que los delitos fueron cometidos y en el momento en que fue dictada la Acusacin. Estas leyes an se mantienen en plena vigencia y efecto. Una violacin a cualquiera de estas leyes constituye un delito mayor segn las leyes de los Estados Unidos. 8. La ley de prescripcin correspondiente a los cargos formulados en la Cuarta
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Acusacin de reemplazo se rige de conformidad con la Seccin 3282 del ttulo 18 del Cdigo de los Estados Unidos, que literalmente dice: A menos que sea expresamente estipulado por la ley, ninguna persona ser procesada, juzgada o castigada por un delito no conminado con la pena de muerte a menos que la acusacin sea dictada o el informe sea presentado dentro de los cinco aos siguientes a la comisin de tal delito. La ley de prescripcin requiere que un reo sea inculpado formalmente dentro de los cinco aos a partir de la fecha en que fuera(n) cometido(s) el o los delitos. Una vez que haya sido presentada una acusacin ante un tribunal de distrito federal como sucedi con los cargos en contra de Francisco Snchez Meja el plazo de prescripcin se deja de contar y queda sin efecto. La razn de aquello es para evitar que un delincuente se escape de la justicia al simplemente esconderse y permanecer prfugo por un periodo de tiempo extenso; Considerando, que el Ayudante del Procurador Fiscal para el Distrito central de La Florida agreg a su sometimiento que: He examinado con detenimiento la ley de prescripcin correspondiente al caso, y el procesamiento de este caso no se encuentra prescripto. Debido a que el plazo de prescripcin es de cinco aos, que en la Cuarta Acusacin de Reemplazo se formulan cargos por delitos que ocurrieron entre junio de 2002 y el 25 de enero de 2003, y que la misma fue presentada en julio de 2004, entonces es ahora reclamado fue inculpado formalmente dentro del plazo previsto de cinco aos. 10. El 4 de agosto de 2004, el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Central de Florida, Divisin de Orlando, emiti una orden para la detencin de Francisco Snchez Meja con base en los cargos formulados en la Cuarta Acusacin de Reemplazo. Dicha orden permanece vlida y ejecutable. 11. El Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Central de Florita tienen por norma retener las copias originales de la acusacin y la orden de detencin y conservarlas entre los expedientes del tribunal. Por lo tanto, he obtenido del Secretario del Tribunal copias fieles y literales de la Cuarta Acusacin de Reemplazo y la orden de detencin, mismas que se acompaan a esta Declaracin Jurada como Anexo A y Anexo B, respectivamente.12;
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Considerando, que en el cargo nico de la Cuarta Acusacin de Reemplazo se le imputa a Francisco Snchez Meja la asociacin para importar una sustancia controlada (3,4-metilendioximetanfetamina). Segn las leyes de los Estados Unidos, una asociacin ilcita es simplemente un acuerdo para violar otras leyes penales en este caso, las leyes que prohben la importacin de 3,4-metilendioximetanfetamina hacia los Estados Unidos. Es decir, segn la legislacin estadounidense, es un delito en s mismo el ponerse de acuerdo con una o ms personas para infringir las leyes de los Estados Unidos. No es preciso que dicho acuerdo sea formal y puede que sea simplemente una compresin oral o tcita. Se considera que una asociacin ilcita es una asociacin para fines delictivos en la que cada miembro o partcipe pasa a ser el instrumento o socio de los dems miembros. Una persona puede convertirse en miembro de un concierto an sin tener pleno conocimiento de cada detalle del ardid ilegal o de los nombres e identidades de los dems pre4suntos miembros del concierto. Por lo tanto, si un reo tiene conocimiento de la naturaleza ilcita de un plan y se une a dicho plan con conocimiento de causa e intencionadamente en una ocasin, eso es suficiente para condenarlo por concierto an cuando no haya participado anteriormente y an cuando ya desempeado slo un papel de poca importancia.13; Considerando, que para lograr la condena de Francisco Snchez Meja por el delito mayor que se le imputa en el Cargo nico de la Cuarta Acusacin de Reemplazo, Estados Unidos tendr que comprobar durante el juicio que ste lleg a un acuerdo con una o ms personas para concretar un plan comn e ilegal y que Francisco Snchez Meja, se hizo miembro de dicha asociacin ilcita con conocimiento de causa e intencionalmente. La pena mxima que corresponde a una violacin a la Seccin 963 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos es la pena de condena de por lo menos veinte aos de crcel, una multa que no exceda de US$1,000,000 y un periodo de libertad condicional de por lo menos tres aos.14. Estados Unidos establecer la validez de sus cargos contra Francisco Snchez Meja mediante testimonio de testigos
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oculares, grabaciones de conversaciones sostenidas entre miembros de la asociacin ilcita, y uso de material probatorio fsico, tal como muestras de la 3,4-metilendioximetanfetamina incautada en la manera descrita a continuacin. 15; Considerando, que al tenor de la solicitud de extradicin, Francisco Snchez Meja no ha sido juzgado ni condenado por delito alguno de los que se le imputa en la Acusacin, ni se le ha impuesto a pena a purgar en conexin con este caso. 16. Hasta ahora, dos otros individuos nombrados en la Tercera Acusacin de Reemplazo en este caso, Juan Geraldo Snchez y Csar Ernesto Bonetti, han sido condenados en el Distrito Central de Florida del mismo delito que se le imputa al reclamado. Francisco Snchez Meja y otro coacusado, Germn Irizarry, permanecen prfugos; Considerando, que el caso se puede resumir, sealando: El material probatorio contra Francisco Snchez Meja por el cargo de asociacin ilcita para importar narcticos que penden en su contra consiste principalmente de los siguiente: (i) Vigilancia realizada por agentes de la Administracin Antinarctica (DEA); (ii) drogas incautadas a miembros de la organizacin de narcotrfico de Francisco Snchez Meja; (iii) Declaraciones realizadas telefnicamente por Francisco Snchez Meja para facilitar las actividades de narcontrfico de la organizacin que fueron grabadas por agentes de la DEA que se encontraban escuchando dichas llamadas telefnicas; (iv) Declaraciones de un miembro de la asociacin ilcita quien perteneca a la organizacin de narcotrfico y; (v) Declaraciones juradas ante la Ilma. Sra. Anne C. Conway, Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Central de Florida, durante las actuaciones de admisin de culpabilidad de los miembros de la asociacin ilcita Juan Geraldo Snchez y Csar Ernesto Bonetti. 18. A partir de 2002 a ms tardar hasta el 25 de julio de 2003, inclusive, Francisco Snchez Meja supervis la importacin reiterada hacia los Estados Unidos desde la Repblica Dominicana de envos de 3,4-metilendioximetanfetamina por va de mensajeros que viajaban como pasajeros en aerolneas comerciales. Cada envo consista de entre 2,000 y 10,000 pastillas de xtasis. Los
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mensajeros viajaban a la Repblica Dominicana, donde reciban las pastillas de 3,4-metilendioximetanfetamina de Francisco Snchez Meja o Germn Irrizarry previo a contrabandearla a los Estados Unidos por va de Florida. De ah, los narcticos eran comercializados en los Estados Unidos, incluyendo en partes de Florida. 19. En diciembre de 2002, un testigo colaborador (CW) accedi a prestar asistencia a la investigacin de la DEA sobre Francisco Snchez Meja y la organizacin del mismo; Considerando, que adems: durante una conversacin telefnica grabada el 2 de diciembre de 2002, Francisco Snchez Meja acord vender a CW 3,000 pastillas de 3,4metilendioximetanfetamina. Manifest que la entrega sera realizada en Miami por Csar Bonetti. Al da siguiente, Csar Bonetti hizo entrega de las 3,000 pastillas a cambio de US$11,000, el precio acordado previamente. Estados Unidos incluir entre el material probatorio dichas 3,000 pastillas y los anlisis cientficos que detallan su contenido qumico. 20. A principios de enero de 2003, Francisco Snchez Meja manifest que pagara US$4,500 si CW estuviera dispuesto a viajar a Repblica Dominicana y regresar a los Estados Unidos con millares de unidades de dosis de 3,4-metilendioximetanfetamina ocultados dentro de una valija. CW accedi. 21. El 18 de enero de 2003, CW viaj por avin desde a (sic) la Repblica Dominicana. En la Repblica Dominicana, Francisco Snchez Meja dejo a CW que se le entregara a ste una valija que contena 3,4-metilendioximetanfetamina que se deba transportar de regreso a los Estados Unidos. 22. El 25 de enero de 2003, CW recibi una llamada telefnica de parte de Germn Irrizarry, quien dijo a Ce que ira al hotel donde se alojaba el mismo en Punta Cana y lo llevara al aeropuerto. Germn Irrizarry adems dio instrucciones a CE de que consiguiera una bolsa grande para su ropa. Cuando Germn Irrizarry arrib al hotel, CW le entreg la bolsa con su ropa a Germn Irrizary. Germn Irrizarry coloc la bolsa que contena la ropa de CW en una valija proveniente del vehculo de Germn Irrizarry. Germn Irrizarry procedi a transportar a CW al aeropuerto y manifest que cuando CW llegara a Mi315
ami, ste deba ir al Red Foof Inn en Miami. Germn Irrizarry entreg la valija a CE y observ mientras ste haca la fila para los tiquetes y entregaba la valija al agente de tiquetes. Inspectores de aduana en la Repblica Dominicana encontraron 3,4-metilendioximetanfetamina ocultada en la valija de CW. Dichos inspectores de aduana incautaron la mitad de la 3,4-metilendioximetanfetamina, que encontraron en la valija y permitieron que el resto procediera en el vuelo con CW bajo el control de dos agentes de la DEA. En Miami, la valija con narcticos fue retirada del avin por inspectores del Servicio de Aduanas de los Estados Unidos y entregada a agentes de la DEA, quienes analizaron las pastillas. El anlisis dio positivo para 3,4-metilendioximetanfetamina. 23. A eso de las ):30 p.m. CW, quien se encontraba en Miami, habl por telfono con Francisco Snchez Meja en la Repblica Dominicana. Francisco Snchez Meja dijo a CW que Geraldo Snchez ira en veinte minutos a la habitacin de hotel en Miami de CW. A eso de las 10:15 p.m., Juan Geraldo Snchez y Juan Antonio Camilo se presentaron en la habitacin de CW y fueron detenidos. Juan Geraldo Snchez tena un rollo de US$4,600 en su bolsillo. Identificacin. 24; Considerando, que, por otra parte, Francisco Snchez Meja, es ciudadano de la Repblica Dominicana, nacido el 8 de octubre de 1968. Su descripcin es la de un hombre hispano, con estatura cuando parado de 6 pies, peso aproximado de 206 libras, ojos castaos y pelo negro. En un momento dado Francisco Snchez Meja fue portador del pasaporte dominicano No. M-30674312001. Fue detenido por las autoridades en 14c Campo de Aviacin, Repblica Dominicana, el 25 de enero de 2003 alrededor de esa fecha por cargos de narctico, en contravencin a la Ley 50-88 contra narcticos, Repblica Dominicana, y fue encarcelado. Posteriormente se sobreseyeron los cargos. Las autoridades del orden pblico creen que Francisco Snchez Meja, actualmente se encuentra en 14c/ Campo de Aviacin, Cabrera, Mara Trinidad Snchez, Repblica Dominicana Se acompaa como anexo C una fotografa de Francisco Snchez Meja tomada a la fecha de su detencin en enero de 2003 en la
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Repblica Dominicana. Agentes de la DEA asignados al presente caso han confirmado la identidad de Francisco Snchez Meja como correspondiente a aquella de la fotografa del Anexo C.; Considerando, que en atencin a los cargos sealados, se emiti una orden de detencin contra Francisco Snchez Meja, basada en los elementos que figuran en el acta descrita anteriormente, expedida en fecha 4 de Agosto del 2004 por el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Central de Florida, Divisin de Orlando, segn la documentacin aportada, vlida y ejecutable; Considerando, que cuando el artculo VIII del Tratado de Extradicin suscrito en 1909 por los gobiernos de la Repblica Dominicana y los Estados Unidos de Amrica dispone que ninguna de las partes contratantes estar obligada a entregar sus propios ciudadanos o sbditos en virtud de las estipulaciones de ese Convenio, se refiere a los gobiernos respectivos, los cuales, como se aprecia en el artculo 1 del tratado en cuestin son las partes signatarias del acuerdo internacional y por ende las que poseen capacidad legal para ejecutarlo y hacerlo cumplir; siendo el Poder Judicial, en virtud del artculo XI del referido convenio, el competente para expedir rdenes de captura contra las personas inculpadas y para conocer y tomar en consideracin la prueba de la culpabilidad, as como, en caso de ser los elementos probatorios suficientes, certificarlos a las autoridades ejecutivas a fin de que esta ltima decrete la entrega del extraditable una vez finalizada la fase procesal y jurisdiccional de la solicitud de la extradicin de que se trate; procediendo luego comunicar al Procurador General de la Repblica, la decisin tomada por esta Cmara, para que este funcionario acte y realice las tramitaciones que correspondan, y proceda de acuerdo a la Constitucin, el Tratado de 1910 y la ley; Considerando, que de conformidad con la mejor doctrina, los nicos medios de prueba que deben ponderarse en materia de extradicin son los que siguen: a) los relativos a la constatacin inequvoca de la identidad del individuo
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reclamado en extradicin, para asegurar que la persona detenida sea verdaderamente la reclamada por el Estado requirente; b) los que se refieren a los hechos delictivos y los fundamentos de derecho que sirven de base a la solicitud de extradicin, para verificar que stos coinciden con los principios de punibilidad aplicable en caso de conducta delictiva; c) los relacionados con las condiciones previstas en el contenido del tratado de extradicin aplicables, a fin de que los documentos y datos que consten en el expediente versen sobre las condiciones que se requieren para que proceda la extradicin; Considerando, que cada una de las partes ha solicitado en sntesis lo siguiente: a) el abogado de la defensa del requerido en extradicin por las autoridades penales de los Estados Unidos de Amrica, Francisco Snchez Meja: Comprobar que el Sr. Francisco del Rosario Snchez Meja ha sido juzgado por los mismos cargos que se le solicita; declarar la no procedencia de la extradicin y ordenar su libertad; b) la abogada representante de las autoridades penales del Estado requirente: Acoger la solicitud de extradicin y ordenar la misma, as como la incautacin de los bienes del ciudadano dominicano Francisco del Rosario Snchez Meja; y c) el ministerio pblico por su lado dictamin: Acoger la solicitud, ordenar la extradicin y la incautacin de bienes de dicho solicitado en extradicin; Considerando, que, en efecto, el ciudadano dominicano requerido en extradicin Francisco del Rosario Snchez Meja, fue sometido en el Pas el 11 de febrero del 2003, por ante el Magistrado Procurador Fiscal del Distrito Judicial de La Altagracia, conjuntamente con los seores Germn Yrrizarry Encarnacin (a) Mayimbe, Rogelio Jos (a) Jhony el Mecnico y otros, quienes se encontraban prfugos, bajo los cargos de haberse constituido en banda o asociacin de malhechores, dedicndose al trfico nacional e internacional de drogas ilcitas, habindosele ocupado en una maleta de doble fondo interceptada en el Aeropuerto Internacional de Punta Cana, Higey, la cantidad veinte mil trescientas seis pastillas de
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xtasis, con un peso por unidad de 148 miligramos, para un total de tres punto cero (3.o) kilos, las cuales intentaba sacar del Pas con destino a Miami, Florida, Estados Unidos de Amrica; que una vez sometido a la justicia, el Juzgado de Instruccin del Distrito Judicial de La Altagracia, decidi el 19 de mayo del 2002, enviarlo por ante el tribunal criminal por violacin a los artculos 265, 266, 267 del Cdigo Penal, violacin a la Ley No 50-88, sobre Drogas y Sustancias Controladas, as como a la Ley No.36 sobre Porte y Tenencia de Armas; que, no obstante, el Juez de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de La Altagracia Dr. Rafael Cedano Gonzlez, quien es titular del Juzgado de Paz de Trnsito, en funciones de Juez Interino, las estim insuficientes, y lo declar no culpable de los hechos antes descritos; que el Procurador Fiscal de La Altagracia, Lic. Ismael A. Tavarez, recurri en apelacin el fallo en cuestin el 17 de noviembre del 2003, a las 9:30 A.M., pero, despus retir de hecho el referido recurso de apelacin, haciendo que la decisin se convirtiera en una sentencia definitiva, puesto que adquiri la autoridad de la cosa irrevocablemente juzgada, tal y como consta en el expediente, segn certificacin anexa de la secretara del tribunal; Considerando, que no obstante posibles irregularidades y errores judiciales ocurridos en el caso que se le sigue al ciudadano solicitado en extradicin, la sentencia a que se ha hecho referencia, del Juez interino de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia de La Altagracia, fue suscrita por dicho juez en ocasin del ejercicio jurisdiccional de sus funciones, y esta Cmara Penal no est facultada, en este proceso de extradicin, a proceder al anlisis de la misma; Considerando, que, an en el caso ocurrente, donde existe una sentencia cuestionada, el artculo 3 de la Constitucin de la Repblica consagra que ninguno de los poderes pblicos organizados por ella podr realizar o permitir la realizacin de actos que constituyan una intervencin directa o indirecta en los asuntos internos de la Repblica Dominicana o una injerencia que atente contra la personalidad del Estado y de
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los atributos que se le reconocen y consagran en esa Ley Sustantiva de la Nacin; Considerando, que de igual manera, el artculo 8, numeral 2, literal h, de la Carta Magna, ordena que: Nadie podr ser juzgado dos veces por la misma causa (Non bis is idem), lo que se define dentro de los Derechos Individuales y Sociales, como uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta nuestro rgimen constitucional, toda vez que la estabilidad de las sentencias, en la medida en que constituyen un presupuesto ineludible de la seguridad jurdica, es tambin exigencia del orden pblico con jerarqua superior; Considerando, que toda comunidad organizada, como lo constituye la Repblica Dominicana, reclama que el orden y la paz social reinen y, precisamente, estos valores apareceran lesionados si existiera la posibilidad de que los debates judiciales se renovaran en forma indefinida; que, resulta racional, por consiguiente, que el derecho de la extradicin la asimile como impediente, partiendo de la doble relacin que vincula la cosa juzgada, por un lado con el derecho internacional y, por otro lado, con el derecho interno; Considerando, que, ms an, el principio examinado posee una naturaleza tan amplia que le vincula necesariamente con la seguridad individual, en la medida que se enlaza con el derecho positivo y, en especial, lo penal, as como con el derecho procesal penal y es por ello que se entiende como una garanta expresamente tutelada por nuestra Constitucin; que, no obstante, no corresponde ubicar el principio de la cosa juzgada (Principio Non bis si idem) ni en los conceptos puramente penales ni en los procesales, puesto que se encuentra por encima de ellos, constituyendo una regla constitucional que s tiene en los cdigos su regulacin, la que se bifurca en denominarlo, por as decirlo, en la intangibilidad de la cosa juzgada (exeptio rei judicata) y en la prohibicin de la persecucin penal mltiple, sea esta ltima, simultnea o sucesiva, por un mismo hecho; que en ese sentido, no es necesario que el sujeto que ha sido procesado judicialmente, lo sea nuevamente, no importando si ha sido absuelto o
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sancionado en dicho proceso, ya que la autoridad de la cosa juzgada es un impedimento para que se convoque a un nuevo juicio; Considerando, que, por ltimo, es importante, determinar lo que al travs de la intencin del legislador constituyente, se debe entender por la misma causa que requiere el principio que nos ocupa, para librar a un condenado o absuelto, de un nuevo juicio; que al analizarlo esta Cmara juzga, que se sustenta, por una parte, en: a) la identidad de la persona judicialmente involucrada (eadem persona); b) la identidad del objeto material del proceso (eadem res); y c) la identidad de causa para perseguir (eadem causa petendi), y, por la otra parte, desde un punto de vista puramente fctico, es la expresin de un suceso ocurrido en el tiempo y el espacio, vale expresar, como un concreto comportamiento histrico y, ms an, una conducta humana ya valorada judicialmente; Considerando, que en efecto, en atencin al Tratado de Extradicin a que se ha hecho referencia en otra parte de esta decisin, en su artculo V establece: Los criminales prfugos no sern entregados con arreglo a las disposiciones del presente Convenio, cuando por prescripcin o por otra causa legal, con arreglo a las leyes del lugar en cuya jurisdiccin fue cometido el crimen, el delincuente se halle exento de persecucin o de castigo por el delito que motiv la demanda de extradicin; Considerando, que en la especie, esta Corte ha podido comprobar, por la documentacin que obra en el expediente y la cual fue sometida al debate pblico y contradictorio, que el ciudadano dominicano solicitado en extradicin Francisco del Rosario Snchez Meja, real y efectivamente, tal y como lo alega la defensa del mismo, ha sido juzgado definitivamente por un tribunal dominicano, por los mismos hechos que fundamentan la presente solicitud de extradicin, por lo cual, la decisin tomada por el tribunal dominicano, se impone, sobre la solicitud de extradicin de las autoridades penales de los Estados Unidos de Amrica;
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Por tales motivos, la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado y visto la Constitucin de la Repblica; el Tratado de Extradicin suscrito entre la Repblica Dominicana y los Estados Unidos de Amrica en 1909; la Convencin de Viena de 1988; el Cdigo Procesal Penal; la Ley No. 76-02 sobre Lavado de Activos Provenientes del Trfico Ilcito de Drogas y Sustancias Controladas, as como las normativas alegadas por el ministerio pblico y la defensa de los impetrantes,
Falla:
Primero: Acoge las conclusiones de la defensa del solicitado en extradicin Francisco del Rosario Snchez Meja, y, en consecuencia, declara desde el punto de vista judicial, la improcedencia de la misma, por los motivos expuestos, Segundo: Ordena que Francisco del Rosario Snchez Meja sea puesto en libertad al haber cesado las causas, que de manera excepcional, le mantena en prisin; Tercero: Ordena que la presente decisin sea comunicada al Magistrado Procurador General de la Repblica, al ciudadano dominicano requerido en extradicin, a las Autoridades Penales de los Estados Unidos de Amrica, as como publicada en el Boletn Judicial para su general conocimiento. Firmado: Hugo lvarez Valencia, Julio Ibarra Ros, Edgar Hernndez Meja, Dulce Ma. Rodrguez de Goris y Vctor Jos Castellanos Estrella. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Extradicin. Incautacin de bienes. Disposiciones sobre la materia del tratado bilateral USA y Repblica Dominicana. Sentencia del 7 de noviembre del 2005.
Estado requirente: Materia: Solicitado: Estados Unidos de Amrica. Extradicin. Lidio Arturo Nin Terrero.
Odo al solicitado en extradicin prestar sus generales de ley; Odo al ministerio pblico en la exposicin de los hechos; Odo a la Dra. Analdis del Carmen Alcntara Abreu, actuando a nombre y representacin de las autoridades penales de los Estados Unidos de Norteamrica; Odo a los Dres. Toms Castro y Jaime Caonabo Terrero comunicar a esta Corte que han recibido y aceptado mandato del teniente coronel Lidio Arturo Nin Terrero, para asistirlo en sus medios de defensa en la presente solicitud de extradicin hacia los Estados Unidos de Amrica; Visto la instancia del Magistrado Procurador General de la Repblica apoderando formalmente a la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia de la solicitud de extradicin que formula el Gobierno de los Estados Unidos de Amrica contra el ciudadano dominicano Lidio Arturo Nin Terrero; Visto el auto de fecha 1ro. de noviembre del 2005 del Magistrado Presidente de la Cmara Penal de esta Suprema Corte de Justicia, llamando al Magistrado Julio Ibarra Ros, a fin de que tome conocimiento y estudie las conclusiones de las partes en el caso de que se trata y se integre a la deliberacin del caso; toda vez que el referido Magistrado particip en las audiencias en las cuales se realizaron actos de instruccin, pero estuvo ausente en la audiencia en la cual se produjeron las conclusiones de las partes; Visto la nota diplomtica No. 67 del 11 de mayo del 2005 de la Embajada de los Estados Unidos de Amrica en el pas; Visto la documentacin aportada por el Estado requirente sobre la solicitud de extradicin, consistente en: a) Declaracin jurada hecha por David J. Berardinelli, Ayudante del Procurador Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Meridional de Nueva York; b) Acta de acusacin No. S6 04-CR-1353 (KMW), registrada el 15 de marzo del 2005, en la Corte Distrital
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de los Estados Unidos para el Distrito Meridional de Nueva York; c) Orden de arresto contra Lidio Arturo Nin Terrero, expedida el 15 de marzo del 2005 por Theodore H. Katz, Juez de los Estados Unidos para el Distrito Meridional de Nueva York; d) Fotografa del requerido; e) Legalizacin del expediente, firmada en fecha 26 de abril del 2005 por el Ministro Consejero Encargado de Asuntos Consulares del Consulado de la Repblica Dominicana en Washington, D. C., en debida forma sobre el caso; Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, el 20 de mayo del 2005, mediante la instancia No. 06639, fue apoderada formalmente por el Magistrado Procurador General de la Repblica de la solicitud de extradicin que formulan las autoridades penales de los Estados Unidos de Amrica en contra del ciudadano dominicano Lidio Arturo Nin Terrero; Resulta, que en la instancia de apoderamiento, el Magistrado Procurador General de la Repblica, solicit: autorizacin de aprehensin contra el requerido, de acuerdo con el Art. XII del Convenio de Extradicin vigente entre Repblica Dominicana y el pas requirente desde el ao 1910...; Resulta, que en virtud de esta solicitud, la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, el 25 de mayo del 2005, emiti una orden para regularizar el arresto de Lidio Arturo Nin Terrero, cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Declara que la orden de arresto preventiva dictada contra Lidio Arturo Nin Terrero, por un Juez de la Instruccin de la Repblica Dominicana, es regular para que se determine la procedencia de la solicitud de extradicin que ha hecho Estados Unidos de Amrica, pas requirente; Segundo: Ordena que sea levantado un proceso verbal para comprobar que Lidio Arturo Nin Terrero se encuentra preso en la Crcel Modelo de Najayo, San Cristbal, as como para que se le informe al detenido que
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esa prisin ha sido validada para los fines de la presente resolucin; Tercero: Ordena que una vez cumplidas las medidas anteriores, el requerido Lidio Arturo Nin Terrero, sea presentado dentro del plazo de dos meses, por ante esta Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, a los fines de determinar la procedencia de la solicitud de extradicin formulada por los Estados Unidos de Amrica, como pas requirente; Cuarto: Sobresee estatuir sobre la solicitud del ministerio pblico, relativa a la localizacin e incautacin de los bienes pertenecientes a Lidio Arturo Nin Terrero, requerido en extradicin, hasta tanto los mismos sean debidamente identificados e individualizados; Quinto: Ordena la comunicacin del presente auto al Magistrado Procurador General de la Repblica para los fines correspondientes; Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, fue notificada por el Magistrado Procurador General de la Repblica, mediante oficio No. 9930, del 11 de agosto del 2005, del cumplimiento de la orden de regularizacin de la prisin de Lidio Arturo Nin Terrero; Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, fij la vista para conocer de dicha solicitud de extradicin para el 2 de septiembre del 2005, vista en la cual, los abogados de la defensa del ciudadano dominicano Lidio Arturo Nin Terrero, concluyeron: El aplazamiento o reenvo de la audiencia para otra fecha y ordenar por secretara la entrega de todos los documentos contentivos del expediente a fin de poder preparar la defensa de nuestro representado; por su parte la abogada representante de las autoridades penales de los Estados Unidos, concluy en la siguiente forma: Lo dejamos a la soberana apreciacin de la Corte; asimismo, el ministerio pblico dictamin lo siguiente: Lo dejamos a la apreciacin de la Corte; Resulta, que la Corte, despus de haber deliberado, decidi lo siguiente: Primero: Se acogen las conclusiones de los abogados de la defensa del ciudadano dominicano Lidio Arturo Nin Terrero, solicitado en extradicin por las autoridades penales de los Estados Unidos de Amrica, en el
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sentido de darle oportunidad de obtener y estudiar los documentos remitidos por las autoridades penales del pas requirente; a lo que no se opusieron ni el ministerio pblico ni la abogada que representa al pas que lo solicita en extradicin; y en consecuencia se fija el conocimiento de la presente vista para el da viernes veintitrs (23) de septiembre del ao 2005, a las nueve (9:00) horas de la maana; Segundo: Se pone a cargo del ministerio pblico la presentacin del ciudadano dominicano Lidio Arturo Nin Terrero, al alcaide de la Crcel Modelo de Najayo para el da, hora y mes antes indicados; Tercero: Por la presente sentencia, quedan citadas las partes presentes y representadas; Resulta, que en la audiencia del 23 de septiembre del 2005, los abogados del solicitado en extradicin Lidio Arturo Nin Terrero, solicitaron a la Corte: Primero: Ordenis al ministerio pblico, darle cumplimiento a las diferentes resoluciones y muy especialmente a la contenida en la decisin de fecha 25 de mayo del 2005, de esta Honorable Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, que regulariz e hizo suya la medida cautelar dictada por el Juez de la Instruccin, que ordena que el imputado Lidio Arturo Nin Terrero, est en la Crcel Modelo de Najayo, San Cristbal; Segundo: Para que se cumpla la resolucin en el sentido de que se levante el proceso verbal de la comprobacin de que dicha resolucin ha sido dictada; Tercero: Para que se le notifique todos y cada uno de los actos mediante los cuales se pretende solicitar su extradicin a los fines de que ste sepa y pueda estructurar sus medios de defensa contra estos actos; Cuarto: Para que el imputado pueda preparar los debates y presentar los medios y excepciones contra los mismos, bajo reservas; mientras que el ministerio pblico y la representante de las autoridades penales de Estados Unidos de Amrica, respectivamente expresaron: Lo dejamos a la soberana apreciacin de la Corte; Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado, decidi lo siguiente: Primero: Se ordena dar cumplimiento a la Resolucin de fecha 25 de mayo del 2005 de esta Cmara Penal de la Suprema
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Corte de Justicia; Segundo: Una vez cumplido lo establecido en el ordinal anterior se proceda a: a) Notificar a Lidio Arturo Nin Terrero, todos los documentos de que consta el expediente, incluyendo el proceso verbal a que se ha hecho referencia; comisionando para esto al Alguacil de Estrados de esta Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia; Luis Mariano Rojas Salomn; b) Ordena a las autoridades que tienen bajo su custodia al solicitado en extradicin Lidio Arturo Nin Terrero, permitirle tener contacto personal con sus abogados para establecer la estrategia de defensa que consideren pertinente; Tercero: Fija el da viernes 30 de septiembre del ao 2005, a las nueve (9:00) horas de la maana para conocer de la solicitud de extradicin de que estamos apoderados; Cuarto: Se pone a cargo del ministerio pblico requerir de las autoridades que tengan bajo su custodia al ciudadano dominicano Lidio Arturo Nin Terrero, su presentacin el da, hora y mes antes indicados; Quinto: Por la presente sentencia, quedan citadas las partes presentes y representadas; Resulta, que en la audiencia del 30 de septiembre del 2005, los abogados del ciudadano dominicano Tirso Cuevas Nin, solicitaron a la Corte: Solicitamos a esta Honorable Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, la fusin de los expedientes de extradicin de Tirso Cuevas Nin y Lidio Arturo Nin Terrero, por entender que se persiguen los mismos fines y es lo mismo; y al ser cuestionados sobre su opinin respecto a dicha fusin, ste y sus abogados dieron aquiescencia a la misma; mientras que la abogada que representa las autoridades penales de los Estados Unidos, se opuso a la misma al concluir: Nos oponemos a la fusin; igualmente, el ministerio pblico dictamin: Nos oponemos a la fusin por innecesaria, frustratoria e irracional; Resulta, que la Corte, despus de haber deliberado, fall, de la siguiente manera: Primero: Se acogen las conclusiones de los abogados de la defensa del ciudadano dominicano Tirso Cuevas Nin, a lo que se adhiri Lidio Arturo Nin Terrero y a lo que se opusieron el ministerio pblico y la abogada representante de las autoridades penales del Estado requirente, y en consecuencia, se ordena la fusin de las respectivas so328
licitudes de extradicin de dichos encartados; Segundo: Se pone en mora a los abogados de Tirso Cuevas Nin y Lidio Arturo Nin Terrero de presentar en una sola oportunidad los incidentes que consideren pertinentes, en virtud de los que establece la Ley No. 834 de 1978, supletoria en esta materia; Tercero: Se ordena la continuacin de la Causa; Resulta, que en la continuacin de la vista, los abogados de la defensa de Tirso Cuevas Nin, solicitaron a la Corte: Solicitamos el aplazamiento de la presente audiencia para que se le d cumplimiento a la Resolucin de fecha 25 de mayo del 2005, que ordena que se levante el proceso verbal; a lo que no se opusieron ni el ministerio pblico ni la abogada que representa las autoridades penales de Estados Unidos de Amrica, al concluir: Lo dejamos a la soberana apreciacin de esta Corte; que por su parte, los abogados de la defensa de Lidio Arturo Nin Terrero, solicitaron: Primero: Declarar la nulidad del apoderamiento hecho por el ministerio pblico, de la demanda en extradicin solicitada por los Estados Unidos de Norteamrica contra el seor teniente coronel Lidio Arturo Nin Terrero, por haber violado el procedimiento establecido en el artculo 164 del Cdigo de Procedimiento Penal: Segundo: Declarar la nulidad del apoderamiento hecho por el ministerio pblico por haber violado la Resolucin de la Suprema Corte de Justicia que ordena levantar un proceso verbal para verificar que ste se encuentra en la Crcel de Najayo y para que le notifiquen que su prisin fue validada a los fines de la solicitud de extradicin hecha contra ste; Tercero: Declarar inadmisible dicha solicitud de extradicin por haber prescrito el plazo de dos meses otorgado al ministerio pblico de conformidad con el artculo 163 del Cdigo Procesal Penal y de la Resolucin de fecha 25 de mayo del 2005; y subsidiariamente: Primero: Que en caso de no acoger los medios o excepciones de nulidades e inadmisibilidades planteadas, dicha corte declare el sobreseimiento de la solicitud de extradicin hasta tanto se conozca el proceso que tiene abierto en la Repblica Dominicana a peticin del ministerio pblico y ste manifieste algunas medidas conclusorias respecto del mismo; bajo reservas; a lo que se opuso la representante del Estado
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requirente, al concluir: Que sean rechazados en todas sus partes los incidentes planteados por los abogados de la defensa de Lidio Arturo Nin Terrero y Tirso Cuevas Nin; mientras que el ministerio pblico dictamin: Solicitamos que por las motivaciones expuestas, sean rechazadas las solicitudes incidentales presentadas por los abogados de los requeridos y respecto al sobreseimiento que sea rechazado en razn de que el principal cabecilla ya est siendo procesado en Estados Unidos; Resulta, que la Corte despus de haber deliberado, decidi lo siguiente: Primero: Se reserva el fallo sobre los incidentes planteados por los abogados de los ciudadanos dominicanos solicitados en extradicin Lidio Arturo Nin Terrero y Tirso Cuevas Nin, para ser pronunciados el viernes 14 de octubre del 2005, a las nueve (9:00) horas de la maana; Segundo: Se ordena notificar a Tirso Cuevas Nin, el proceso verbal levantado por el ministerio pblico como consecuencia de la resolucin del 25 de mayo del 2005 de esta Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, para lo que se comisiona al alguacil de estrados de esta Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia; Luis Mariano Rojas Salomn; Tercero: Se pone a cargo del ministerio pblico requerir del alcalde de la crcel Modelo de Najayo, la presentacin de los ciudadanos dominicanos Lidio Arturo Nin Terrero y Tirso Cuevas Nin para el da, hora y mes antes indicados; Cuarto: Por la presente sentencia, quedan citadas las partes presentes y representadas; Resulta, que en la audiencia del 14 de octubre del 2005, el magistrado ordena a la secretaria dar lectura a la sentencia sobre los incidentes planteados por la barra de la defensa de Tirso Cuevas Nin y Lidio Arturo Nin Terrero, la cual reza: Primero: Rechaza las conclusiones incidentales planteadas por la defensa de los ciudadanos dominicanos Tirso Cuevas Nin y Lidio Arturo Nin Terrero, solicitados en extradicin por las autoridades penales de Estados Unidos de Amrica; Segundo: Ordena que la presente decisin sea comunicada a las partes; Tercero: Ordena la continuacin de la causa;
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Resulta, que en la continuacin de la causa, los abogados de la barra de la defensa de Tirso Cuevas Nin y Lidio Arturo Nin Terrero, concluyeron: Sobreseer el conocimiento del proceso que se le sigue a los imputados, hasta tanto el honorable Presidente de la Repblica Dominicana, Leonel Fernndez Reyna, designe un representante del ministerio pblico; que por su lado, el ministerio pblico dictamin: Que se rechace la solicitud de sobreseimiento, que tcnicamente constituye un desapoderamiento, y la Suprema Corte de Justicia est correctamente apoderada; y respecto a este pedimento de los abogados de la defensa, la representante de las autoridades penales de los Estados Unidos de Amrica, concluy de la siguiente manera: Que se rechace la solicitud planteada por los abogados de la defensa y nos adherimos en todas sus partes al dictamen del ministerio pblico; Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado sobre este pedimento, decidi lo siguiente: Primero: Se reserva el fallo sobre el incidente planteado por la barra de la defensa de los ciudadanos dominicanos Tirso Cuevas Nin y Lidio Arturo Nin Terrero, solicitados en extradicin por las autoridades penales de los Estados Unidos de Amrica, para ser pronunciado el lunes veinticuatro (24) del mes de octubre del 2005, a las nueve (9:00) horas de la maana; Segundo: Se pone a cargo del ministerio pblico requerir del alcaide de la Crcel Modelo de Najayo, la presentacin de los solicitados en extradicin Tirso Cuevas Nin y Lidio Arturo Nin Terrero, en la hora, da y mes antes indicados; Tercero: Por la presente sentencia, quedan citadas las partes presentes y representadas; Resulta, que en la audiencia del 24 de octubre, el magistrado presidente ordena a la secretaria dar lectura a la sentencia sobre los incidentes planteados en la audiencia anterior, por los abogados de la barra de la defensa de Tirso Cuevas Nin y Lidio Arturo Nin Terrero, la cual dispone: Primero: Declara inadmisible la solicitud de recusacin del ministerio pblico hecha por la defensa de los ciudadanos dominicanos solicitados en extradicin Tirso Cuevas Nin y Lidio Arturo Nin Terrero, por haberse planteado fuera de plazo; Segundo: Ordena la continuacin de la causa;
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Resulta, que en la continuacin de la causa, el magistrado Presidente, al pedir las calidades a los abogados de la defensa, se percat de que los abogados del solicitado en extradicin Lidio Arturo Nin Terrero, no estaban presentes, y al cuestionar a dicho solicitado en extradicin, ste indic que deseara esperar a que sus abogados asistieran, por lo que la Corte, despus de haber deliberado, tom la siguiente decisin: Primero: Ordena el desglose de las solicitudes de extradicin contra Lidio Arturo Nin Terrero y Tirso Cuevas Nin; Segundo: Ordena la continuacin de la vista, en cuanto a Tirso Cuevas Nin; Tercero: Se reenva el conocimiento de la vista de Lidio Arturo Nin Terrero para el mircoles 26 de octubre del 2005, a las nueve (9:00) horas de la maana, a los fines de solicitar la asignacin de un defensor del ciudadano dominicano Lidio Arturo Nin Terrero en la presente solicitud de extradicin; Cuarto: Se pone a cargo del ministerio pblico la presentacin del ciudadano dominicano Lidio Arturo Nin Terrero, al alcaide de la crcel Modelo de Najayo para el da, hora y mes antes indicados; Resulta, que en la audiencia del 26 de octubre del 2005, los abogados de la defensa de Lidio Arturo Nin Terrero, concluyeron: Primero: Proceder al rechazo de la solicitud de extradicin formulada por los Estados Unidos de Amrica, por improcedente, mal fundada y carente de base legal; Segundo: En virtud de lo establecido en el artculo 5to del Tratado de Extradicin y de conformidad con lo que establece el prrafo del artculo 157 del Cdigo Procesal Penal, denegar la extradicin del seor Lidio Arturo Nin Terrero, en razn de tener abierto en el territorio dominicano un proceso penal, en razn de que como est establecido en el propio Cdigo, la accin pblica es irrenunciable por parte del ministerio pblico; Subsidiariamente, en caso de no acoger estas conclusiones declarar la suspensin de la cooperacin y por va de consecuencia del procedimiento de extradicin, en razn de que en el territorio de la Repblica Dominicana, est en curso una investigacin en contra del requerido; ms subsidiariamente; por las mismas razones sobreseer el procedimiento de extradicin, hasta tanto concluya el
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procedimiento penal que pesa sobre el imputado; mientras que por su lado, la abogada que representa las autoridades penales del Estado requirente, concluy: Primero: En cuanto a la forma, acojis como buena y vlida la presente solicitud de extradicin hacia los Estados Unidos del ciudadano dominicano Lidio Arturo Nin Terrero, por haber sido introducida en debida forma de conformidad con el tratado bilateral de extradicin de 1910 entre ambas naciones; la Convencin de las Naciones Unidas contra el Trfico Ilcito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrpicas celebrado en Viena en el ao 1988; as como el Cdigo Procesal Penal Dominicano; Segundo: En cuanto al fondo, ordenis la extradicin del ciudadano dominicano Lidio Arturo Nin Terrero, en el aspecto judicial, hacia los Estados Unidos de Amrica por ste infringir las leyes antinarcticos de los Estados Unidos de Amrica; y pongis a disposicin del Poder Ejecutivo la decisin a intervenir, para que ste, atento a los artculos 3 y 55 inciso 6 de la Constitucin de la Repblica, decrete la entrega y los trminos en que la Secretara de Estado de Relaciones Exteriores deber entregar al requerido en extradicin; Tercero: Ordenis la incautacin de los bienes patrimoniales de Lidio Arturo Nin Terrero, que en el proceso sean identificados e individualizados como vinculados a los delitos que se le imputan; y por su lado, el ministerio pblico dictamin de la siguiente manera: Primero: Declaris regular y vlida en cuanto a la forma la solicitud de extradicin a los Estados Unidos de Amrica del nacional dominicano Lidio Arturo Nin Terrero, por haber sido introducida en debida forma por el pas requirente de conformidad con los instrumentos jurdicos internacionales vinculantes de ambos pases; Segundo: Acojis en cuanto al fondo, la indicada solicitud, y en consecuencia, declaris la procedencia en el aspecto judicial, de la extradicin a los Estados Unidos del nacional dominicano Lidio Arturo Nin Terrero; Tercero: Que ordenis la incautacin de los bienes patrimoniales de Lidio Arturo Nin Terrero que en el proceso sean identificados e individualizados como vinculados a los crmenes que se le imputa; Cuarto: Ordenis la remisin de la decisin a intervenir, al presidente de la Repblica, para que ste, atento
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a los artculos 3 y 55 inciso 6, de la Constitucin de la Repblica, decrete la entrega, y los trminos en que la Secretara de Estado de Relaciones Exteriores deber ejecutarla; Resulta, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado, fall: Primero: Se reserva el fallo de la presente solicitud de extradicin del ciudadano dominicano Lidio Arturo Nin Terrero, requerida por los Estados Unidos de Amrica para ser pronunciado en una prxima audiencia dentro del plazo establecido por el Cdigo Procesal Penal; Considerando, que en a la atencin nota diplomtica No. 67 del 11 de mayo del 2005 de la Embajada de los Estados Unidos de Amrica en el pas y la documentacin anexa, que figura descrita en otra parte de esta sentencia, ha sido requerido por las autoridades penales de dicho pas, la entrega en extradicin del ciudadano dominicano Lidio Arturo Nin Terrero, tramitada a travs de la Secretara de Estado de Relaciones Exteriores; que, en tal sentido, esta Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, fue formalmente apoderada por el Magistrado Procurador General de la Repblica a los fines de proceder de acuerdo a la legislacin sobre la materia; Considerando, que la extradicin debe ser entendida como el procedimiento de entrega que un Estado hace a otro Estado de una persona, imputada, acusada o condenada por un crimen o delito de derecho comn, quien se encuentra en su territorio, para que en el segundo pas se le enjuicie penalmente o se ejecute una pena, tramitacin realizada conforme a normas preexistentes de validez dentro del derecho interno de una nacin o en el mbito del derecho internacional, atendiendo a los principios de colaboracin y reciprocidad entre los Estados; que dentro de este contexto, la extradicin reviste variadas modalidades, unas veces es calificada como activa, cuando se refiere al Estado que la solicita y; por otro lado, se define como pasiva, que es el caso, cuando se trata del Estado que recibe la solicitud de otro; que en ambos, la extradicin es un acto de soberana que debe llevarse a cabo basado en la Constitucin, en los tratados bilaterales o
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multilaterales, o en los compromisos de reciprocidad entre los Estados y en la ley, siempre dentro de un proceso tcnico penal y procesal que han de resolver las jurisdicciones de los tribunales con la intervencin del ministerio pblico, de la persona requerida en extradicin, asistido por sus defensores, as como de la representacin del Estado requirente; Considerando, que toda solicitud de extradicin del nacional de un Estado, acusado de la comisin de un hecho incriminado por las autoridades de otro Estado, afectado por el mismo, genera un conflicto de orden moral entre la natural reluctancia que produce el menoscabo del derecho soberano que tiene cada nacin de enjuiciar a sus sbditos, y la moderna concepcin de que por la connotacin de universalidad que tienen ciertos hechos correspondientes al crimen organizado, hasta hace poco desconocidos, cuya extrema gravedad y el hecho de stos desbordar los lmites fronterizos, los convierten en delitos de lesa humanidad, y por lo tanto debe permitirse el enjuiciamiento y castigo de sus autores por todos los Estados vctimas de ese comportamiento delictivo; Considerando, que en ese orden, en el caso que nos ocupa, las partes alegan la vigencia del Tratado de Extradicin suscrito entre el Gobierno de Repblica Dominicana y el de Estados Unidos de Amrica en el ao 1909, y ratificado por el Congreso Nacional en el 1910, as como el Cdigo Procesal Penal dominicano y la Convencin de Viena de 1988, debidamente ratificada; Considerando, que el referido tratado plantea, entre otros sealamientos: a) que la extradicin no procede cuando la incriminacin del requerido reviste carcter poltico; b) que nadie podr ser juzgado por delito distinto del que motiv el pedido de extradicin; c) que conviene en entregarse a las personas imputadas, acusadas o condenadas, sean sus propios ciudadanos o no, por aquellas infracciones consensuadas en el convenio, cometidas dentro de la jurisdiccin de una de las partes contratantes; d) que si el imputado a ser extraditado, en el momento en que se solicite la misma, estuviese siendo enjuiciado en el pas requerido, se encuentra libre bajo fianza
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o est condenado, la extradicin podra demorarse hasta que terminen las actuaciones; e) sin embargo, es prioritario que la infraccin que justifica la solicitud de extradicin se encuentre dentro de aquellas que concurran el requisito de la doble incriminacin, o lo que es los mismo, que la infraccin se encuentre tipificada en los ordenamientos del Estado requirente y del Estado requerido, an con modalidades delictivas distintas; f) todo lo que se encuentre en poder del solicitado en extradicin, sea el producto de la infraccin o que sirva para probar la misma, ser en cuanto sea posible, con arreglo a las leyes de cada una de las partes, entregado con el reo al tiempo de su envo al pas requirente, debiendo siempre ser respetados los derechos de los terceros; g) que en relacin al hecho ilcito atribuido al solicitado en extradicin, no haya operado como efecto del transcurso del tiempo, la prescripcin establecida en el texto aplicable, en cuanto a su comisin, persecucin o sancin, o en cuanto a la pena que haya podido ser impuesta; Considerando, que por su parte, el Cdigo Procesal Penal seala en su artculo 1 (uno) la primaca de la Constitucin y de los tratados internacionales, prevaleciendo siempre por encima de la ley adjetiva; de igual forma, el artculo 160 del referido cdigo, ordena: La extradicin se rige por la Constitucin, las normas de los tratados, convenios y acuerdos internacionales adoptados por los poderes pblicos y su ley especial en aquello que no se oponga a este cdigo; Considerando, que tal como se ha expresado en otra parte de esta decisin, el Estado requirente present dentro de un plazo hbil una serie de documentos justificativos de la solicitud de extradicin del ciudadano dominicano Lidio Arturo Nin Terrero; documentos en originales, todos los cuales han sido traducidos al idioma espaol y comunicados a las partes para ser sometidos al debate pblico y contradictorio; Considerando, que en el caso ocurrente, las autoridades penales del Estado requirente, justifican su solicitud de extradicin en el hecho de que Lidio Arturo Nin Terrero, es buscado para ser juzgado en el Tribunal de Distrito de los
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Estados Unidos de Amrica para el Distrito Meridional de Nueva York, donde l es sujeto de una Orden de Arresto, expedida en fecha 15 de marzo de 2005 por Theodore H. Katz, para procesarle por (1) un cargo por asociacin ilcita para importar a los Estados Unidos una sustancia controlada (cocana) en violacin de la Seccin 963 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos; y un (1) cargo por la distribucin de cocana con la intencin de importarla a los Estados Unidos y ayudar e instigar en ese delito en violacin a la Seccin 959 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos y la Seccin 2 del Ttulo 18 del Cdigo de los Estados Unidos; Considerando, que existe un historial de cargos que pesan sobre el requerido en extradicin, que sobre el cargo 1, que expresa lo siguiente: El Gran Jurado acusa que: 1. Desde una fecha tan temprana como en el mes de septiembre de 2003, con continuacin hasta e inclusive el mes de mayo de 2004 o alrededor de esa poca, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, Bladimir Garca Jimnez, alias Vladi, Luis David Ulloa, alias Junior, Jean Pal Ulloa, y Juan Samuel Rodrguez Cordero, alias Sammy, los acusados, y otros tanto conocidos como desconocidos, ilcita e intencionadamente y con conocimiento de causa combinaron, participaron en asociacin ilcita, confederaron y acordaron conjuntamente y el uno con el otro para infringir las leyes antidrogas de los Estados Unidos; Considerando, que como parte y objetivo de la asociacin ilcita, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, Bladimir Garca Jimnez, alias Vladi, Luis David Ulloa, alias Junior, Jean Pal Ulloa, y Juan Samuel Rodrguez Cordero, alias Sammy, los acusados, y otros tanto conocidos como desconocidos, importaban y de hecho importaron hacia los Estados Unidos desde un lugar fuera del pas, una sustancia controlada, a saber: 5 kilogramos y ms de una mezcla y sustancia que contena una cantidad perceptible de cocana, lo cual sera una violacin a las Secciones 812, 952 y 960 (b)(1)(B) del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos;
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Considerando, que como parte y objetivo adicional de la asociacin ilcita, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, Bladimir Garca Jimnez, alias Vladi, Luis David Ulloa, alias Junior, Jean Pal Ulloa, y Juan Samuel Rodrguez Cordero, alias Sammy, los acusados, y otros tanto conocidos como desconocidos, distribuan y de hecho distribuyeron una sustancia controlada, a saber: cinco kilogramos y ms de mezclas y sustancias que contenan una cantidad perceptible de cocana, con la intencin y el conocimiento de que esa sustancia controlada sera importada ilcitamente a los Estados Unidos y a aguas dentro de una distancia de 12 millas de la costa de los Estados Unidos, lo cual sera una violacin a las Secciones 959, 960(a)(3) y 960(b)(1)(B) del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos; Considerando, que se aduce adems que los actos manifiestos, referentes al cargo 1 son los siguientes: Para adelantar la asociacin ilcita y para realizar los objetivos ilcitos de la misma, los siguientes actos manifiestos, entre otros, fueron perpetrados en el Distrito Meridional de Nueva York y en otras partes: a) El 23 de septiembre de 2003 o alrededor de esa fecha, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don y Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, sostuvieron una conversacin telefnica respecto a, entre otras cosas, un envo de cocana que iba a entregarse a Juan Samuel Rodrguez Cordero, alias Sammy, en la ciudad de Nueva York. b) El 24 de septiembre de 2003 o alrededor de esa fecha, Luis David Ulloa, alias Junior y Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, sostuvieron una conversacin telefnica respecto a, entre otras cosas, un envo de cocana que se haba entregado a un integrante de la asociacin ilcita quien no se encuentra en la presente (CC-1) en la ciudad de Nueva York. c) El 24 de septiembre de 2003 o alrededor de esa fecha, Luis David Ulloa, alias Junior, y Juan Samuel Rodrguez Cordero, alias Sammy, sostuvieron una conversacin telefnica respecto a, entre otras cosas, un envo de cocana que se haba entregado a CC-1 en la ciudad de Nueva York.; d) El 27 de septiembre de 2003 o alrededor de
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esa fecha, Luis David Ulloa, alias Junior, Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, y CC-1 sostuvieron una conversacin telefnica respecto a, entre otras cosas, un envi de cocana que se haba entregado a CC-1 en la ciudad de Nueva York. e.) El 27 de septiembre de 2003 o alrededor de esa fecha, Luis David Ulloa, alias Junior y Jean Paul Ulloa sostuvieron una conversacin telefnica respecto a, entre otras cosas, un envo de cocana que se haba entregado a CC-1 en la ciudad de Nueva York. f) El 9 de octubre de 2003 o alrededor de esa fecha, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, y Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, sostuvieron una conversacin telefnica respecto a, entre otras cosas, un envo de cocana que se haba entregado a CC-1 en la ciudad de Nueva York. g) El 9 de octubre de 2003 o alrededor de esa fecha, Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, Bladimir Garca Jimnez, alias Vladi, y CC-1 sostuvieron una conversacin telefnica respecto a, entre otras cosas, un envo de cocana que se haba entregado a CC-1 en la ciudad de Nueva York. (Seccin 963 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos); Considerando, que relativo al cargo 2, se alega: El gran jurado acusa otros que: Desde una fecha tan temprana como en el mes de septiembre de 2003, con continuacin hasta e inclusive el mes de mayo de 2004 o alrededor de esa poca, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, Bladimir Garca Jimnez, alias Vladi, Luis David Ulloa, alias Junior, Jean Pal Ulloa, y Juan Samuel Rodrguez Cordero, alias Sammy, los acusados, y otros tanto conocidos como desconocidos, ilcita e intencionadamente y con conocimiento de causa combinaron, participaron en asociacin ilcita, confederaron y acordaron conjuntamente y el uno con el otro para infringir las leyes antidrogas de los Estados Unidos; Considerando, que Como parte y objetivo de la asociacin ilcita, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, Bladimir Garca Jimnez, alias Vladi, Luis David Ulloa, alias Junior, Jean Pal Ulloa, y Juan Samuel Rodrguez Cordero, alias Sammy,
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los acusados, y otros tanto conocidos como desconocidos, distribuan y de hecho distribuyeron y posean y de hecho poseyeron con intenciones de distribuir una sustancia controlada, a saber: 5 kilogramos y ms de una mezcla y sustancia que contena una cantidad perceptible de cocana, lo cual sera una violacin a las Secciones 812, 841 (a)(1) y 841(b)(1)(A) del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos; Considerando, que sobre el cargo 2, se alegan como actos manifiestos: Para adelantar el concierto y para realizar los objetivos ilcitos de la misma, los siguientes actos manifiestos fueron perpetrados en el Distrito Meridional de Nueva York y en otras partes: a) El 23 de septiembre de 2003 o alrededor de esa fecha, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, y Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, sostuvieron una conversacin telefnica respecto a, entre otras cosas a, un envo de cocana que iba a entregarse a Juan Samuel Rodrguez Cordero, alias Sammy, en la ciudad de Nueva York. b) El 24 de septiembre de 2003 o alrededor de esa fecha, Luis David Ulloa, alias Junior y Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, sostuvieron una conversacin telefnica respecto a, entre otras cosas, un envo de cocana que se haba entregado a un integrante de la asociacin ilcita quien no se encuentra en la presente (CC-1) en la ciudad de Nueva York. c) El 24 de septiembre de 2003 o alrededor de esa fecha, Luis David Ulloa, alias Junior, y Juan Samuel Rodrguez Cordero, alias Sammy, sostuvieron una conversacin telefnica respecto a, entre otras cosas, un envo de cocana que se haba entregado a CC-1 en la ciudad de Nueva York. d. El 27 de septiembre de 2003 o alrededor de esa fecha, Luis David Ulloa, alias Junior, Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, y CC-1 sostuvieron una conversacin telefnica respecto a, entre otras cosas, un envo de cocana que se haba entregado a CC-1 en la ciudad de Nueva York. e) El 27 de septiembre de 2003 o alrededor de esa fecha, Luis David Ulloa, alias Junior y Jean Paul Ulloa sostuvieron una conversacin telefnica respecto a, entre otras cosas, un envo de cocana que se haba entregado a CCN-1 en la ciudad de Nueva York. f) El 9 de octubre de 2003 o alrededor de esa fecha, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias
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El Don, y Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, sostuvieron una conversacin telefnica respecto a, entre otras cosas, un envo de cocana que se haba entregado a CC-1 en la ciudad de Nueva York. g) El 9 de octubre de 2003 o alrededor de esa fecha, Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, Bladimir Garca Jimenez, alias Vladi, y CC-1 sostuvieron una conversacin telefnica respecto a, entre otras cosas, un envo de cocana que se haba entregado a CC-1 en la ciudad de Nueva York. (Seccin 846 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos); Considerando, que la descripcin del alegado cargo 3, es como sigue: El gran jurado acusa otros que: Desde una fecha tan temprana como en el mes de septiembre de 2003 con continuacin hasta e inclusive el mes de octubre de 2003 o alrededor de esa poca, en el Distrito Meridional de Nueva York y en otras partes, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, y Luis David Ulloa, alias Junior, los acusados, junto con otros tanto conocidos como desconocidos, ilcita e intencionadamente y como conocimiento de causa combinaron, participaron en asociacin ilcita, confederaron y acordaron conjuntamente y el uno con el otro para infringir las Secciones 1956(a)(1)(A)(i), y 1957(a) todas del Ttulo 18 del Cdigo de los Estados Unidos; Considerando, que Como parte y objetivo de la asociacin ilcita para lavar dinero, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, y Luis David Ulloa, alias Junior, los acusados, junto con otros tanto conocidos como desconocidos, durante la perpetracin de un delito que involucr y afect el comercio interestatal y con el extranjero, a sabiendas de que los bienes implicados en ciertas operaciones financieras, a saber: la transferencia de decenas de millares de dlares en efectivo, consistan las ganancias provenientes de alguna forma de actividad ilcita, ilcitamente, dolosamente y con conocimiento de causa realizaban y de hecho realizaron, e intentaban y de hecho intentaron realizar, operaciones financieras que de hecho implicaban dinero proveniente de actividades ilcitas
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especificadas, a saber: el narcotrfico, a sabiendas de que dichas operaciones estaban pensadas completa o parcialmente para promover la realizacin de la mentada actividad ilcita especificada, lo cual sera una violacin a la Seccin 1956(a)(1)(A)(i) del Ttulo 18 del Cdigo de los Estados Unidos. Como parte y objetivo adicional de la asociacin ilcita para lavar dinero, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, y Luis David Ulloa, alias Junior, los acusados, junto con otros tanto conocidos como desconocidos, durante la perpetracin de un delito que involucr y afect el comercio interestatal y con el extranjero, a sabiendas de que los bienes implicados en ciertas operaciones financieras, a saber: la transferencia de decenas de millares de dlares en efectivo, consistan las ganancias provenientes de alguna forma de actividad ilcita, ilcitamente, dolosamente y con conocimiento de causa realizaban y de fecho realizaron, e intentaban y de hecho intentaron realizar, operaciones financieras que de hecho implicaban dinero proveniente de actividades ilcitas especificadas, a saber: el narcotrfico, a sabiendas de que dichas operaciones estaban pensadas completa o parcialmente para ocultar o disfrazar la naturaleza, ubicacin, origen, titularidad y control de dinero proveniente de una actividad ilcita especificada, lo cual sera una violacin a la Seccin 1956 (a)(1)(B)(i) del Ttulo 18 del Cdigo de los Estados Unidos; Considerando, que Como parte y objetivo adicional de la asociacin ilcita para lavar dinero, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, y Luis David Ulloa, alias Junior, los acusados, junto con otros tanto conocidos como desconocidos, durante la perpetracin de un delito que involucr y afect el comercio interestatal y con el extranjero, ilcitamente, dolosamente y con conocimiento de causa realizaban y de hecho realizaron, e intentaban y de hecho intentaron realizar, transacciones monetarias que implicaban dinero proveniente de un delito que tena un valor superior a US$10,000 el cual provena de una actividad ilcita especificada, a saber: el narcotrfico, lo cual sera una violacin a la Seccin 1957(a) del Ttulo 18 del Cdigo de los Estados Unidos;
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Considerando, que sobre el antes descrito cargo 3, se alega: Entre las medias y los mtodos mediante los cuales Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, y Luis David Ulloa, alias Junior, los acusados, y los otros integrantes de su asociacin ilcita realizaban y de hecho realizaron los objetivos de la asociacin ilcita se cuentan los siguientes: a) Los estupefacientes se importaban de la Republica Dominicana a los Estados Unidos, inclusive a la ciudad de Nueva York, y se vendan en esos lugares. b) Las ganancias provenientes de dichas ventas entonces eran recolectadas en los Estados Unidos y entregadas a representantes de la organizacin en, entre otros lugares, la ciudad de Nueva York. c) Las ganancias provenientes del narcotrfico entonces eran repatriadas de vuelta a la Repblica Dominicana mediante, entre otros medios, su transferencia electrnica a varias cuentas bancarias en la Republica Dominicana. d) Una vez que el dinero hubiera sido recibido de la transferencia electrnica, las ganancias provenientes del narcotrfico eran retiradas por el titular de la cuenta o su representante. e) Las ganancias entonces sern entregadas por el titular de la cuenta o su representante al individuo que era el propietario de los estupefacientes que se haban vendido, qui3nes incluan, entre otros, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, y Luis David Ulloa, alias Jnior. f) Las ganancias con frecuencia eran entregadas durante reuniones de cara a cara, que tenan lugar en parqueos o terminales de guaguas en las cuales se entregaban petates que contenan centenares de millares de dlares en ganancias provenientes del narcotrfico; Considerando, que los actos manifiestos para lograr el cargo 3, se encuentran: Para adelantar la asociacin ilcita y para realizar los objetivos ilcitos de la misma, los siguientes actos manifiestos, entre otros, fueron perpetrados en el Distrito Meridional de Nueva York y en otras partes: a) El 12 de septiembre de 2003 o alrededor de esa fecha, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, y Luis David Ulloa, alias Junior, sostuvieron una conversacin respecto a, entre otras cosas,
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hacer arreglos para una entrega de dinero proveniente del narcotrfico. b) El 15 de octubre de 2003 o alrededor de esa fecha, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don y Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, sostuvieron una conversacin telefnica respecto a, entre otras cosas, hacer arreglos para una entrega de dinero proveniente del narcotrfico el siguiente da. c) El 16 de octubre de 2003 o alrededor de esa fecha, en la Repblica Dominicana, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, acompaado por Luis Eduardo Rodrguez Cordero, alias Prncipe, recibi una bolsa que contena aproximadamente US$500,000 en dinero proveniente del narcotrfico de parte de Luis David Ulloa, alias Junior. (Seccin 1956(h) del Ttulo 18 del Cdigo de los Estados Unidos); Considerando, en lo relativos al cargo 4, se describe como sigue: Aproximadamente en diciembre de 2004, en la Republica Dominicana y en otras partes, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Tirso Cuevas Nin, y Lidio Arturo Nin Terrero, los acusados, y otros tanto conocidos como desconocidos, ilcita e intencionadamente y con conocimiento de causa, combinaron, participaron en asociacin ilcita, confederaron y acordaron conjuntamente y el uno con el otro para infringir las leyes antidrogas de los Estados Unidos. Como parte y objetivo de la asociacin ilcita, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Tirso Cuevas Nin, y Lidio Arturo Nin Terrero, los acusados, y otros tanto conocidos como desconocidos, importaban y de hecho importaron a los Estados Unidos desde un lugar fuera del pas una sustancia controlada, a saber: 5 kilogramos y mas de una mezcla y sustancia que contena una cantidad perceptible de cocana, lo cual seria en violacin a las Secciones 812, 952 y 960(b)(1)(B) del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos. 16. Como parte y objetivo adicional de la asociacin ilcita, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Tirso Cuevas Nin y Lidio Arturo Nin Terrero, los acusados, y otros tanto conocidos como desconocidos, distribuan y de hecho distribuyeron una sustancia controlada, a saber: cinco kilogramos y ms de una mezcla y sustancia que contena una cantidad perceptible de
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cocana, con la intencin y el conocimiento de que la misma sera importada ilcitamente a los Estados Unidos y las aguas dentro de una distancia de 12 millas de la costa de los Estados Unidos, lo cual sera una violacin a las Secciones 959, 960(a)(3) y 960(b)(1)(B) del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos; Considerando, que los actos manifiestos relativos al cargo 4, son como sigue: Para adelantar la asociacin ilcita y para realizar los objetivos ilcitos de la misma, los siguientes actos manifiestos, entre otros, fueron perpetrados: a) El 18 de diciembre de 2004 o alrededor de esa fecha, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, el acusado, sostuvo una conversacin telefnica en la cual habl de, entre otras cosas, un envo de aproximadamente 1300 kilogramos de cocana. b) El 18 de diciembre de 2004 o alrededor de esa fecha, en la Repblica Dominicana, Tirso Cuevas Nin y Lidio Arturo Nin Terrero condujeron un vehculo que contena aproximadamente 1,300 kilogramos de cocana. (Seccin 963 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos); Considerando, que sobre el cargo 5, se alega: El gran jurado acusa otros que: Aproximadamente en diciembre de 2004, en la Repblica Dominicana y en otras partes, Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don, Tirso Cuevas Nin y Lidio Arturo Nin Terrero, los acusados, ilcita e intencionadamente y con conocimiento de causa distribuyeron una sustancia controlada, a saber: cinco kilogramos y ms de una mezcla y sustancia que contena una cantidad perceptible de cocana, con la intencin y el conocimiento de que esa sustancia controlada sera importada ilcitamente a los Estados Unidos y a las aguas a una distancia de 12 millas a la costa de los Estados Unidos. (Secciones 952, 959(a)(1),(a)(2) y (c), 960(a)(3) y 960(b)(1)(B) del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos y la Seccin 2 del Ttulo 18 del Cdigo de los Estados Unidos); Considerando, que en atencin a los cargos descritos, el 15 de marzo del 2005 el Ilmo. Theodore H. Katz, Juez de los Estados Unidos para el Distrito Meridional de Nueva Cork, emiti una orden de arresto en contra de Lidio Arturo Nin
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Terrero. Mantenindose esa orden, segn la documentacin aportada, vlida y ejecutable; Considerando, que en la documentacin que motiva la solicitud de extradicin, consta una descripcin de la identidad del solicitado, en la manera siguiente: Terrero es ciudadano de la Repblica Dominicana, nacido el 28 de julio de 1958. El nmero de su cdula de la Repblica Dominicana es 0690006101-8. Terrero mide aproximadamente 59 de estatura, pesa aproximadamente 190 libras, tiene cabello oscuros, ojos oscuros y tez clara. Terrero actualmente se encuentra preso en la prisin Najayo en Santo Domingo, Repblica Dominicana. Una fotografa de Terrero se acompaa como el Anexo D. Miembros de la DNCD que participaron en la investigacin antes mencionada e incluso los que realizaban la vigilancia sobre Terrero el da de la incautacin, han identificado al individuo que figura en el Anexo D como Lidio Arturo Nin Terrero, quien se encuentra inculpado en el marco del Caso No. S604-CR-1353. 21 Terrero no ha sido juzgado ni condenado por los delitos que se le imputan en la acusacin, ni se le ha impuesto pena alguna a purgar en conexin con este caso.; Considerando, que en la Nota Diplomtica No. 68 del 11 de mayo del 2005 de la Embajada de los Estados Unidos de Amrica en el pas en la cual, el Estado requirente aporta una declaracin jurada en aval a la solicitud de extradicin de Lidio Arturo Nin Terrero, presentada por David J. Berardinelli, Ayudante del Procurador Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Meridional de Nueva York, en la cual se afirma lo siguiente: . El 15 de marzo de 2005, un gran jurado federal reunido en el Distrito Meridional de Nueva York dict y present una acusacin de reemplazo con nmero S604-CR1353 (KMW) la Acusacin) contra Lidio Arturo Nin Terrero (en lo sucesivo, Terrero) y otros. Se le imputa a Terrero: (1) cargo cuatro: asociacin ilcita para importar a los Estados Unidos una sustancia controlada (cocana), en violacin a la Seccin 963 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos; (2) cargo cinco: distribucin de una sustancia controlada (cocana) con la intencin de importarla a los Estados Unidos,
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y ayudar e instigar en ese delito, en violacin a la Seccin 959 del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos y la Seccin 2 del Ttulo 18 del Cdigo de los Estados Unidos (ayudar e instigar). Las partes pertinentes de las leyes que se citan arriba y en la acusacin se acompaan a la presente como el Anexo A. Cada una de estas leyes estaba debidamente estatuida y en vigor en el momento que los delitos fueron cometidos y en que la acusacin fue dictada, y todas permanecen en pleno vigor y efecto. Una violacin a cualquiera de estas leyes constituye un delito mayor conforme a la legislacin estadounidense. La ley de prescripcin correspondiente al procesamiento de los delitos que se recogen en la acusacin est consagrada en la Seccin 3282 del Ttulo 18 del Cdigo de los Estados Unidos, que literalmente dice as: A menos de que sea expresamente estipulado por la ley, ninguna persona ser procesada, juzgada o castigada por un delito no conminado con la pena de muerte a menos que la acusacin dictada o el informe del fiscal sea presentado dentro de los cinco aos siguientes a la comisin de tal delito. La ley de prescripcin meramente requiere que un reo sea formalmente inculpado dentro del plazo de cinco aos a partir de la fecha en que se cometi el delito o los delitos. Una vez que la acusacin se ha presentado ante el tribunal federal de distrito, tal como sucedi con estos cargos en contra de Terrero, el plazo de prescripcin se deja de contar y queda sin efecto. Esto previene que un delincuente se escape de la justicia o simplemente esconderse y permanecer prfugo durante un periodo de tiempo prolongado; Considerando, que sobre los hechos, en la declaracin jurada, antes indicada, se expresa: He revisado con detenimiento la ley de prescripcin correspondiente, y el procesamiento de los cargos en este caso no se encuentra prescrito. Visto que el plazo de prescripcin correspondiente es de cinco aos, que en la acusacin contra Terrero se formulan cargos por delitos penales ocurridos en el 2004, y que la misma fue presentada en marzo de 2005, entonces, el ahora reclamado, fue formalmente inculpado dentro del plazo previsto de cinco aos. El 15 de marzo de 2005, el IImo. Sr. Theodore H. Katz, Magistrado Juez de los Estados Unidos, dispuso que se emitiera
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una orden para la detencin de Terrero con base en los cargos formulados en la acusacin. El Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Meridional de Nueva York tiene por norma retener las copias originales de la acusacin y orden de detencin y guardarlas entre los expedientes del tribunal. Por lo tanto, he obtenido del Secretario del Tribunal copias fieles y literales de la acusacin y la orden de detencin, mismas que se acompaan a la presente declaracin jurada como el Anexo B y el Anexo C, respectivamente; Considerando, que contina expresando, dicha declaracin: En el cargo cuatro de la acusacin, se le imputa a Terrero la asociacin ilcita para importar una sustancia controlada (cocana) a los estados Unidos y para distribuir la cocana con la intencin de importarla a los estados Unidos; en el cargo cinco de la acusacin, se le imputa a Terrero la distribucin de una sustancia controlada, (cocana) con la intencin de importarla a los Estados Unidos y ayudar e instigar en ese delito. Conforme a la legislacin de los Estados Unidos, una asociacin ilcita tal como la que se le imputa al reclamado en el cargo cuatro de la acusacin es simplemente un acuerdo para violar otras leyes penales. En otras palabras, segn las leyes de los Estados Unidos, el acto de combinar y concordar con una o mas personas para infringir la ley de los Estados Unidos es un delito en s mismo. No es preciso que tal acuerdo sea formal, y puede que sea sencillamente un entendimiento oral o tcito. Se considera que una asociacin ilcita es una asociacin con propsitos ilcitos en la cual cada integrante o partcipe pasa a ser el instrumento o socio de los dems integrantes. Uno puede hacerse integrante de una asociacin ilcita sin el pleno conocimiento de todos los detalles del ardid ilcito o los nombres e identidades de todos los dems presuntos integrantes de la asociacin ilcita. Si el acusado tiene conocimiento de la naturaleza ilcita de un ardid y con conocimiento de causa y voluntariamente se une al ardid en por lo menos una ocasin, eso es suficiente para condenarlo por asociacin ilcita an si no hubiera participado anteriormente y an si hubiera desempeado tan solo un papel poco importante. Por lo tanto, para lograr la condena de
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Terrero por los delitos mayores que se le imputan en el cargo cuatro de la acusacin, los Estados Unidos tendr que comprobar durante el juicio que Terrero lleg a un acuerdo con una o ms personas para realizar un ardid comn e ilcita (i.e.: para importar cocana, o distribuir cocana con intenciones de importarla), y que el reclamado con conocimiento de causa y voluntariamente se hizo integrante de la asociacin ilcita. La pena mxima que corresponde a una violacin a la Seccin 963 (cargo cuatro) del Ttulo 21 del Cdigo de los estados Unidos, es la cadena perpetua, una multa que no deber exceder U$4,000,000 y no ms de cinco aos de libertad supervisada; Considerando, que el Estado requirente, sigue alegando: En el cargo cinco de la acusacin, se le imputa a Terrero distribucin de cocana con la intencin de importarla a los Estados Unidos, y ayudar e instigar en ese delito. Para lograr la condena de Terrero por el delito mayor que se le imputa en el cargo cinco de la acusacin, los Estados Unidos tendr que comprobar durante el juicio que Terrero distribuy cocana, o que ayud e instig en ese delito, y que lo hizo con la intencin y el conocimiento de que esa cocana sera importada a los Estados Unidos. La pena mxima que corresponde a una violacin a la Seccin 959 (cargo cinco) del Ttulo 21 del Cdigo de los Estados Unidos, es la cadena perpetua, una multa que no deber exceder US$4,000,0000 y no ms de cinco aos de libertad supervisada; Considerando, que en la declaracin jurada de referencia, se hace un resumen de los hechos de la siguiente manera: Los Estados Unidos comprobar su caso en contra de Terrero principalmente mediante el testimonio de testigos, incluyendo testimonio por agentes de la Direccin Nacional de Control de Drogas (DNCD) de la Repblica Dominicana que vigilaron a Terrero y otros integrantes de la asociacin ilcita, (el testimonio de) otros oficiales del orden pblico. Pruebas fsicas, y declaraciones de integrantes de la asociacin ilcita que se interceptaron mediante la intervencin con autorizacin judicial de los telfonos utilizados por los integrantes de la asociacin ilcita para realizar sus negocios.
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A continuacin se expone una muestra pequea de algunas de las llamadas que fueron interceptadas, as como otras pruebas que fueron recopiladas en la presente investigacin. 18. En el otoo/invierno del 2004, miembros de la DNCD, trabajando conjuntamente con agentes de la Administracin Antidroga (DEA) en Santo Domingo. Empezaron a investigar a Terrero y otros como parte de una investigacin sobre el trfico de cocana. Durante esa investigacin, se intervinieron legalmente en la Republica Dominicana varios telfonos utilizados por Quirino Ernesto Paulino Castillo, alias El Don (en lo sucesivo, Castillo) y otros integrantes de la asociacin ilcita. Con base en esta investigacin las autoridades descubrieron lo siguiente: a) El 17 y el 18 de diciembre de 2004, miembros de la DNCD interceptaron una serie de llamadas telefnicas respecto a la movilizacin de un envo de cocana a la zona libre de Santo Domingo, para que el envo pudiera ser exportado. Por ejemplo, en una conversacin telefnica del 17 de diciembre de 2004, un integrante de la asociacin ilcita le inform a Castillo que el envo de drogas se enviara el da siguiente. b) El 18 de diciembre de 2004, autoridades del orden pblico dominicanas realizaron vigilancia de un camin que sospechaban que contena un envo de cocana. Las autoridades que realizaban la vigilancia observaron a Terrero y Castillo reunir con varios individuos que conducan el camin en una estacin de combustible ubicada fuera de Santo Domingo. Una vez se termin esta reunin, el camin parti del rea. Mientras caminaba el camin, Castillo se comunic repetidamente con otros integrantes de la asociacin ilcita respecto al envo de estupefacientes en el camin. Las autoridades del orden pblico dominicanas detuvieron el vehculo y descubrieron que contena aproximadamente 1,380 kilogramos de cocana. Cuando lo detuvieron el camin, Terrero estaba adentro; Considerando, que en el presente caso, cada una de las partes ha solicitado en sntesis, lo siguiente: a) los abogados de la defensa: Rechazar la solicitud de extradicin formulada por los Estados Unidos de Amrica, por improcedente, mal fundada y carente de base legal; denegar la extradicin del
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seor Lidio Arturo Nin Terrero, en razn de tener abierto en el territorio dominicano un proceso penal; la suspensin de la cooperacin y por va de consecuencia del procedimiento de extradicin, en razn de que tiene proceso pendiente en el territorio de la Repblica Dominicana; Ms subsidiariamente; Sobreseer el procedimiento de extradicin, hasta tanto concluya el procedimiento penal que pesa sobre el imputado; b) la abogada representante de las autoridades penales del Estado requirente: Acoger la solicitud de extradicin y ordenar la misma, as como la incautacin de los bienes del ciudadano dominicano Lidio Arturo Nin Terrero; y c) el ministerio pblico, por su lado, dictamin: Acoger la solicitud, rechazar el sobreseimiento; ordenar la extradicin y la incautacin de bienes de dicho solicitado en extradicin; Considerando, que en cuanto a los cuatro alegatos esgrimidos por la defensa del requerido en extradicin, ciudadano dominicano Lidio Arturo Nin Terrero, por su similitud, se examinan en conjunto, por la solucin que se dar al caso; Considerando, que, en la especie, el Procurador Fiscal del Distrito Nacional, ciertamente solicit al Primer Juzgado de la Instruccin del Distrito Nacional, la prisin preventiva de Lidio Arturo Nin Terrero, y ha continuado su investigacin, pero hasta la fecha no ha solicitado ni siquiera una audiencia preliminar, ni mucho menos ha pedido apertura del juicio como consta en certificacin del 22 de Septiembre del 2005, emitida por la Licda. Luz Mara Ortiz Ortega, Secretaria de la Coordinacin de los juzgados de la Instruccin del Distrito Nacional, la cual da fe de lo siguiente: Yo, Licda. Luz Mara Ortiz Ortega, Secretaria de la Coordinacin de los Juzgados de la Instruccin del Distrito Nacional, Certifico: Que en esta oficina el Ministerio Pblico no ha presentado acusacin en contra de los imputados Lidio Arturo Nin Terrero y Tirso Cuevas Nin, hasta la fecha de la presente certificacin; Considerando, que en el presente caso la Procuradura General de la Repblica, que es la que encabeza y dirige el Ministerio Pblico, por conducto de un magistrado Procurador
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General adjunto, dentro de la motivacin de su dictamen, expuso lo siguiente: Que aunque Lidio Arturo Nin Terrero se encuentra arrestado preventivamente en la Repblica Dominicana, el Ministerio Pblico no ha presentado cargos ni requerimiento conclusivo alguno contra el susodicho; Que, al sobrevenir el pedido de extradicin de parte de Estados Unidos de Amrica, en virtud del Tratado suscrito con nuestro pas, vigente desde 1910, el ministerio pblico ha abandonado por el momento la impulsin de la accin penal en el pas, para estar en condiciones de dictaminar a favor de la extradicin del referido arrestado, toda vez que la actividad delictiva de que se trata, atae de manera preponderante al pas requirente; Que la investigacin, la persecucin y la reunin de las pruebas que dieron al traste con la apertura de los procesos penales paralelos en los dos pases contra el requerido, fue el trabajo de Agentes de la Administracin Antidrogas de los Estados Unidos de Amrica (DEA) y de los Agentes de la Direccin Nacional de Control de Drogas de la Repblica Dominicana; Asimismo, que, Estados Unidos de Amrica, es el pas cuyos intereses colectivos o difusos resultan ms gravemente afectados por los crmenes de los que se acusa de ser coparticipe Lidio Arturo Nin Terrero; Considerando, que por otra parte, la Procuradura General de la Repblica, argumenta que el fundamento del apresamiento del entonces teniente coronel activo de la Polica Nacional, Lidio Arturo Nin Terrero, fue el hecho de ste haber sido sorprendido en flagrancia mientras estando uniformado y portando su arma de reglamento, acompaaba al chofer dentro del camin en marcha en el cual se trasportaban los 1,387 kilos de cocana que fueron incautados por las autoridades en el caso de que se trata; Considerando, que si bien es cierto que el artculo 3 de la Constitucin de la Repblica consagra que ninguno de los poderes pblicos organizados por ella podr realizar o permitir la realizacin de actos que constituyan una intervencin directa o indirecta en los asuntos internos de la Repblica Dominicana o una injerencia que atente contra la personalidad del Estado y de los atributos que se le reconocen y consagran
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en esa Ley Sustantiva de la Nacin, y si bien es cierto, por otra parte, que en virtud del principio del juez natural instituido en el artculo 4 del Cdigo Procesal Penal, nadie podr ser sometido a otros tribunales que los constituidos conforme al referido cdigo, de lo cual se deriva que mientras la accin penal pblica est en movimiento o est siendo impulsada en nuestro territorio por el ministerio pblico, es de inters colectivo y de orden pblico que no se conceda la extradicin de los participantes en crmenes y delitos, para no obstaculizar el enjuiciamiento de los mismos en el pas; no es menos cierto que el citado artculo 3 de la Constitucin consagra tambin que la Repblica Dominicana reconoce y aplica las normas del Derecho Internacional general y americano en la medida en que sus poderes pblicos las hayan adoptado; que en ese orden de ideas, el tratado sobre extradicin suscrito entre nuestro pas y Estados Unidos de Amrica en el ao 1909, ratificado por el Congreso Nacional en 1910, contempla que ambos Estados convienen entregar a la justicia a peticin del uno con el otro, a todos los individuos acusados o convictos de los crmenes o delitos determinados en el artculo 2 de ese Tratado, a lo cual se le adicionan las violaciones a leyes sobre narcotrfico y lavado de activos, en virtud del convenio suscrito por el Estado Dominicano en Viena en el ao 1988; que, no obstante, slo procedera ser considerada la extradicin de alguna persona, en los casos en que el ministerio pblico prescinda de la impulsin de la accin penal en el pas, a fin de abogar por la extradicin del detenido de que se trate; toda vez que si est en curso y activo en nuestra Nacin un proceso judicial en la fase preparatoria, ste deber primar sobre el pedido de extradicin, salvo aquellos casos en que a partir de la fecha en que la Ley No. 278-04 lo permita, se pueda aplicar el Criterio de Oportunidad instituido por el artculo 34, numeral 3, del Cdigo Procesal Penal, lo cual podra efectuarse a pesar de estar en movimiento la accin penal, siempre que sea antes de la apertura del juicio; Considerando, que es al ministerio pblico de cada jurisdiccin a quien el Cdigo Procesal Penal, en los casos de accin penal pblica, atribuye la facultad de investigar los crmenes y delitos, y el mismo puede, como lo hizo en la especie,
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solicitar al Juez de la Instruccin tomar medidas cautelares o coercitivas contra los sospechosos de haber cometido un hecho delictivo, a fin de asegurar que stos no incurrirn en evasin durante el perodo de investigacin, y obtener las pruebas que conduciran a la audiencia preliminar; Considerando, que esos mecanismos investigativos, no necesariamente son conducentes a incriminar a las personas sujetas a esa actuacin judicial, sino que deben tomarse como actuaciones preliminares para recabar pruebas a fines de sostener las mismas para lograr la apertura del juicio; Considerando, que la ponderacin por parte del tribunal de tales piezas y actas presentadas como pruebas, se limita en esta materia especial, a revisar y analizar la acusacin, as como los elementos y documentos que la sustentan para poder determinar la procedencia o no de la solicitud de extradicin, pues no se trata de un juicio para establecer culpabilidad; Considerando, que, por otra parte, cuando el artculo VIII del Tratado de Extradicin suscrito por los gobiernos de la Repblica Dominicana y los Estados Unidos de Amrica dispone que ninguna de las partes contratantes estar obligada a entregar sus propios ciudadanos o sbditos en virtud de las estipulaciones de ese Convenio, se refiere a los gobiernos respectivos, los cuales, como se aprecia en el artculo 1 del tratado de que se trata, son las partes signatarias del acuerdo internacional y por ende las que poseen capacidad legal para ejecutarlo y hacerlo cumplir; siendo el Poder Judicial, en virtud del artculo XI del referido convenio el competente para expedir rdenes de captura contra las personas inculpadas y para conocer y tomar en consideracin la prueba de la culpabilidad, as como, en caso de ser los elementos probatorios suficientes, certificarlo a las autoridades ejecutivas, a fin de que esta ltima decrete la entrega del extraditable una vez finalizada la fase procesal y jurisdiccional de la solicitud de la extradicin de que se trate, en este caso de Lidio Arturo Nin Terrero; procediendo luego comunicar al Procurador General de la Repblica, la decisin tomada por esta Cmara, para que este funcionario acte y realice las tramitaciones que correspondan,
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y proceda de acuerdo a la Constitucin, el Tratado de 1910 y la ley; Considerando, que en el presente caso, en cuanto al fondo de la solicitud de extradicin formulada por las autoridades penales de los Estados Unidos de Amrica se ha comprobado: Primero; que Lidio Arturo Nin Terrero, efectivamente es la persona a que se refiere el Estado requirente; Segundo, que los hechos de que trata la especie, los cuales se le atribuyen al mismo, estn penalizados tanto en la Repblica Dominicana como en el Estado que lo reclama; Tercero, que el hecho ilcito punible alegado, no ha prescrito segn las leyes del Estado requirente, como se ha explicado, y, Cuarto, el tratado sobre extradicin vigente entre nuestro pas y Estados Unidos de Amrica, desde el ao 1910, instituye un procedimiento que ha sido cumplido satisfactoriamente, con la documentacin necesaria depositada y las formalidades de tramitacin correctamente efectuadas; Considerando que, adems, el artculo 3 de la Constitucin consagra que la Repblica Dominicana reconoce y aplica las normas del Derecho Internacional General y Americano en la medida en que sus poderes pblicos las hayan adoptado; que en ese orden de ideas, el tratado sobre extradicin suscrito entre nuestro pas y Estados Unidos de Amrica en el ao 1909, ratificado por el Congreso Nacional en 1910, contempla que ambos Estados convienen entregar a la justicia a peticin del uno con el otro, a todos los individuos acusados o convictos de los crmenes o delitos determinados en el artculo 2 de ese Tratado; Considerando, que el pas requirente, Estados Unidos de Amrica, ha solicitado, adems de la extradicin de Lidio Arturo Nin Terrero, la incautacin de sus bienes, sustentndolo en el artculo X del Tratado de Extradicin celebrado entre Estados Unidos de Amrica y la Repblica Dominicana, lo que ha sido apoyado por el ministerio pblico en su dictamen; Considerando, que en lo que respecta al artculo X arriba expresado, ste establece la posibilidad de entregar junto al criminal fugado todo lo que se encuentre en su poder o sea
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producto del crimen o delito, que pueda servir de prueba al mismo, todo ello con arreglo a las leyes de cada una de las partes contratantes; Considerando, que el texto de referencia pone de relieve que los objetos a que se refiere el mismo son los que puedan contribuir a establecer el hecho incriminado del que se acusa a la persona extraditada; Considerando, que en ese sentido, procede acoger el pedimento de incautacin de los bienes de Lidio Arturo Nin Terrero, de manera provisional, hasta tanto se dicte una sentencia con autoridad de cosa irrevocablemente juzgada, sin desmedro del legtimo derecho que puedan tener terceras personas en los mismos. Por tales motivos, la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado y visto la Constitucin de la Repblica, el Tratado de Extradicin suscrito entre la Repblica Dominicana y los Estados Unidos de Amrica en 1909, la Convencin de Viena de 1988, el Cdigo Procesal Penal, as como las normativas alegadas por el ministerio pblico y la defensa del impetrante,
Falla:
Primero: Declara regular y vlida, en cuanto a la forma, la solicitud de extradicin a los Estados Unidos de Amrica, pas requirente, del nacional dominicano Lidio Arturo Nin Terrero, por haber sido incoada de conformidad con la normativa nacional y con los instrumentos jurdicos internacionales vinculantes de ambos pases; Segundo: Declara, en cuanto al fondo, que se ha podido comprobar, por la documentacin aportada por el pas requirente, la cual ha sido sometida al debate pblico y contradictorio, as como por la audiencia celebrada al efecto, el cumplimiento satisfactorio de todos los requisitos contemplados y exigidos por la Constitucin de la Repblica, el Tratado de Extradicin entre Repblica Dominicana y Estados Unidos de Amrica, la Convencin de Viena de 1988 y el Cdigo Procesal Penal; por consiguiente, ha lugar a la extradicin a los Estados Unidos de Amrica de
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Lidio Arturo Nin Terrero, en cuanto a lo relativo a los cargos sealados en el Acta de Acusacin No. S6 04-CR-1353 (KMW), transcrita precedentemente en forma parcial, y en virtud de la cual un Magistrado Juez de los Estados Unidos de Amrica emiti una orden de arresto en contra del mismo; Tercero: Ordena la incautacin provisional de los bienes pertenecientes al requerido en extradicin Lidio Arturo Nin Terrero; Cuarto: Dispone poner a cargo del Procurador General de la Repblica la tramitacin y ejecucin de la presente decisin, de conformidad con los trminos de la Constitucin de la Repblica y las leyes sobre la materia; Quinto: Ordena comunicar esta sentencia al Magistrado Procurador General de la Repblica, al requerido en extradicin Lidio Arturo Nin Terrero y a las autoridades penales del pas requirente, as como publicada en el Boletn Judicial, para general conocimiento. Firmado: Hugo lvarez Valencia, Julio Ibarra Ros, Edgar Hernndez Meja, Dulce Ma. Rodrguez de Goris y Vctor Jos Castellanos Estrella. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Juicio de fondo. Apertura. Artculo 303 Cdigo Procesal Penal. Decisiones recurribles y no recurribles. Sentencia del 14 de noviembre del 2005.
Sentencia impugnada: Materia: Recurrentes: Cmara de Calificacin del
Distrito Nacional, del 10 de octubre del 2005. Criminal. Luis Rafael lvarez Renta y compartes.
el 10 de octubre del 2005, por la Cmara de Calificacin del Distrito Nacional, cuyo dispositivo es el siguiente: PRIMERO: Declara buenos y vlidos en cuanto a la forma, los recursos de apelacin intentados por: 1) El Lic. Jurez Vctor Castillo Semn, por s y por el Dr. Marino Vinicio Castillo Rodrguez, Lic. Vinicio A. Castillo Semn y Lic. Juan Antonio Delgado, actuando a nombre y representacin de Ramn B. Bez Figueroa, Marcos A. Bez Cocco, en fecha veintisiete (27) del mes de abril del ao dos mil cuatro (2004), en contra de la Providencia Calificativa No. 39-2004 de fecha veintitrs (23) de Abril del dos mil cuatro (2004) y el Auto de No Ha Lugar No. 75-2004, de fecha veintitrs (23) de Abril del dos mil cuatro (2004), dictado por el Sptimo Juzgado de Instruccin del Distrito Nacional; 2) El Lic. Jurez Vctor Castillo Semn, por s y por el Dr. Marino Vinicio Castillo Rodrguez, Lic. Vinicio A. Castillo Semn y Lic. Juan Antonio Delgado, actuando a nombre y representacin de Ramn B. Bez Figueroa, Marcos A. Bez Cocco, de fecha veintisiete (27) del mes de abril del ao dos mil cuatro (2004), en contra del Auto Administrativo No. 01-2004, de fecha veintids (22) de abril del dos mil cuatro (2004), dictado por el Sptimo Juzgado de Instruccin del Distrito Nacional; 3) El Lic. Jurez Vctor Castillo Semn, por s y por el Dr. Marino Vinicio Castillo Rodrguez, Lic. Vinicio A. Castillo Semn y Lic. Juan Antonio Delgado, actuando a nombre y representacin de Ramn B. Bez Figueroa, Marcos A. Bez Cocco, de fecha veintisiete (27) del mes de abril del ao dos mil cuatro (2004), en contra del Auto Administrativo No. 02-2004, de fecha veintids (22) de Abril del dos mil cuatro (2004), dictado por el Sptimo Juzgado de Instruccin del Distrito Nacional; 4) Los Licdos. Jorge Luis Polanco, Carlos R. Salcedo Camacho y Jos Lorenzo Fermn, actuando a nombre y representacin de la Parte Civil Constituida, Banco Central de la Repblica Dominicana, Banco Intercontinental, Superintendencia de Bancos, de fecha veintisis (26) del mes de abril del ao dos mil cuatro (2004), en contra del Auto de No Ha Lugar No. 75-2004, de fecha veintitrs (23) de abril del dos mil cuatro (2004), dictado por el Sptimo Juzgado de Instruccin del Distrito Nacional; 5) El Dr. Francisco Antonio Pia Luciano, Procurador Adjunto de la Corte de Apelacin
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del Distrito Nacional, a nombre y representacin del Dr. Rafael Meja Guerrero, Procurador General de la Corte de apelacin del Distrito Nacional, en contra del Auto de No Ha Lugar No. 75-2004, de fecha veintitrs (23) de abril del dos mil cuatro (2004), dictado por el Sptimo Juzgado de Instruccin del Distrito Nacional; por haber sido interpuestos de conformidad con la ley y en tiempo hbil; cuyos dispositivos son los siguientes: DISPOSITIVO DE LA PROVIDENCIA CALIFICATIVA Y AUTO DE NO HA LUGAR: Primero: Declarar, como al efecto declaramos, que hay cargos suficientes para inculpar a los procesados Ramn Buenaventura Bez Figueroa y Marcos Bez Cocco de la infraccin a los artculos 3, 4 y 18 de la Ley 72-02, sobre Lavado de Activos, y articulo 80 literales D y E, de la Ley No. 183-02, Monetaria y Financiera; Segundo: Enviar, como al efecto enviamos por ante el Tribunal Criminal a los procesados Ramn Buenaventura Bez Figueroa y Marcos Bez Cocco como inculpados de las infracciones precedentemente sealadas para que all sean juzgados de acuerdo a la ley, por existir indicios serios, graves, precisos y concordantes que comprometen su responsabilidad penal; Tercero: Declarar, como al efecto declaramos, que no hay cargos suficientes para inculpar a la seora Vivian Altagracia Lubrano De Castillo, como inculpada a los artculos 147, y 408 del Cdigo Penal Dominicano, articulo 80 literales D y E de la Ley 183-02 Monetaria y Financiera y artculos 3 y 4 de la ley 72-02 sobre lavado de activos; Cuarto: Declarar como al efecto declaramos, que no hay cargos suficientes para inculpar al seor Luis lvarez Renta, de las infracciones a los artculos 147, 408, 59 y 60 del Cdigo Penal, articulo 80, literales D y E de la Ley 183-02 Monetaria y Financiera y artculos 3 y 4 y el prrafo del articulo 19 de la Ley 72-02 sobre Lavado de Activos; Quinto: Declarar como al efecto declaramos, que no hay cargos suficientes para inculpar al seor Jess Troncoso Ferra, de las infracciones a los artculos 147, 408 del Cdigo Penal, articulo 80 literales D y E de la Ley 183-02 Monetaria y Financiera y articulo 3 y 4 de la Ley 72-02 sobre Lavado de Activos; Sexto: Declarar como al efecto declaramos, Auto de No Ha Lugar a favor de los procesados seores Jess Troncoso Ferra, Luis lvarez Renta y Vivian Altagracia Lubrano De
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Castillo, por no existir indicios suficientes, serios, graves, precisos y concordantes que comprometan su responsabilidad penal para enviarlo al tribunal criminal; Sptimo: Ratificar como al efecto ratificamos las incautaciones realizadas, por el Ministerio Pblico como autoridad judicial competente; Octavo: Ordenar como al efecto ordenamos, que las actuaciones de instruccin, as como un estado de los documentos y objetos que han de obrar como elementos y piezas de conviccin, sean transmitidos inmediatamente por nuestra Secretaria al Procurador Fiscal del Distrito Nacional, para los fines de ley correspondientes; Noveno: Ordenar como al efecto ordenamos que la presente Providencia Calificativa y Auto de No Ha Lugar sean notificados por nuestra Secretaria al Procurador Fiscal del Distrito Nacional, al Procurador General de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, al Procurador General de la Repblica, a la Parte Civil y a los inculpados envueltos en el presente caso, conforme a la ley que rige la materia; DISPOSITIVO DEL AUTO ADMINISTRATIVO NO. 01-2004: Unico: Rechazar, como al efecto rechazamos las solicitudes de la defensa de fechas 19 de mayo, 27 de mayo, 11 de junio y 18 de junio del ao 2003 sealadas, tendentes a que sea declarado irrecibible el presente o sea sobresedo dicho proceso, por las razones antes expuestas; DISPOSITIVO DEL AUTO ADMINISTRATIVO DE NO FUSION NO. 02-2004: Primero: Declarar, como al efecto declaramos, que no procede la fusin del proceso No. 02-04 (2003-0118-05663), a cargo del seor Azor Hazoury como tampoco la adicin al proceso No. 20030118-02595, a cargo de los seores Ramn Buenaventura Bez Figueroa, Vivian Altagracia Lubrano Carvajal, Luis lvarez Renta, Marcos Antonio Bez Cocco y Jess Mara Troncoso Ferra, por las razones antes expuestas; Segundo: Ordenar, como al efecto ordenamos, que el presente Auto de No Fusin sea anexado al expediente y notificado por nuestra Secretaria al Procurador Fiscal del Distrito Nacional y a las partes envueltas en el proceso, para los fines legales correspondientes; SEGUNDO: Declara Inadmisible el recurso de apelacin interpuesto por el Procurador General de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, en contra del Auto de No ha lugar No.752004 de fecha 23 de abril del ao 2004, dictado por el Sptimo
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Juzgado de Instruccin del Distrito Nacional, que favoreci a los imputados Jess Maria Troncoso Ferra, Vivian Lubrano De Castillo y Luis Rafael lvarez Renta, por no haber observado dicho funcionario las disposiciones del artculo 135 del Cdigo de Procedimiento Criminal, como precedentemente sealamos; TERCERO: En cuanto al fondo del recurso de Apelacin interpuesto por los seores Ramn B. Bez Figueroa y Marcos Ant. Bez Cocco en contra de los Autos Administrativos No. 01-2004 y No. 02-2004, de fecha 22 de abril del ao 2004, se confirman las decisiones atacadas, por reposar en base legal; CUARTO: Rechaza los pedimentos de sobreseimiento de la instruccin del presente caso hasta tanto se agote el procedimiento sancionador administrativo, propuesto por los imputados Vivian Lubrano De Castillo y Luis Rafael lvarez Renta por los mismos motivos que conllevaron a esta alzada a confirmar el Auto Administrativo No. 01-2004, de fecha veintids (22) de abril del ao dos mil cuatro (2004); QUINTO: Rechaza el pedimento de declaratoria de no conformidad al principio de igualdad de armas y de razonabilidad de la facultad de apelar del Procurador General de la Corte de Apelacin, invocado por el ciudadano Luis Rafael lvarez Renta, por los motivos expuestos precedentemente; SEXTO: Rechaza el medio de inadmisin planteado por el imputado Luis Rafael lvarez Renta tendente a que se declare inadmisible el recurso de apelacin interpuesto por la Superintendencia de Bancos, el Banco Central y la Comisin de Liquidacin del BANINTER, por improcedente, infundado y carente de base legal; SEPTIMO: Rechaza la excepcin de nulidad de la acusacin penal por presunta violacin a la imputacin precisa de cargos, planteada por el imputado Luis Rafael lvarez Renta, por los motivos supra indicados; OCTAVO: Rechaza la solicitud de declaratoria de inconstitucionalidad del artculo 2 de la Ley no. 278-04 de Implementacin del Cdigo Procesal Penal, para que se proclame inaplicable en el presente caso el Cdigo de Procedimiento Criminal; NOVENO: Modifica la Providencia Calificativa No. 39-2004 de fecha veintitrs (23) de abril del ao dos mil cuatro (2004), dictada por el Sptimo Juzgado de Instruccin del Distrito Nacional y en consecuencia y
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otorgndole a los hechos la calificacin jurdica que revelaron los indicios graves, serios, precisos y concordantes, encontrados durante la presente sumaria, que pudieran comprometer su responsabilidad penal en el presente caso, enva por ante el tribunal criminal a los ciudadanos Marcos Antonio Bez Cocco y Ramn Buenaventura Bez Figueroa para que sean juzgados con arreglo a la ley por presunta violacin a los artculos 408 del Cdigo Penal, 80 literales D y E de la Ley 183-02 que crea el Cdigo Monetario y Financiero de la Repblica Dominicana y artculo 3 (literales a, b y c), 4 y 18 de la ley 72-02 sobre Lavado de Activos; DCIMO: Revoca en todas sus partes el Auto de No Ha lugar No.75-2004 de fecha veintitrs (23) de abril del dos mil cuatro (2004), dictado por el Sptimo Juzgado de Instruccin del Distrito Nacional, y en consecuencia DECLARA que existen indicios graves, serios, precisos y concordantes que pudieran comprometer la responsabilidad penal en el presente caso del imputado Luis Rafael lvarez Renta en relacin a la violacin a los artculos 3 literal c, 4 y 18 de la ley 72-02 sobre lavado de activos, razn por la cual se ENVIA por ante el tribunal criminal, para que sea juzgado con arreglo a la ley; DCIMO PRIMERO: Revoca en todas sus partes el Auto de No ha lugar No.75-2004 de fecha 23 de abril del 2004 dictado por el Sptimo Juzgado de Instruccin del Distrito Nacional, y en consecuencia declara que existen indicios graves, serios, precisos y concordantes que pudieran comprometer la responsabilidad penal en el presente caso de la imputada Vivian Altagracia Lubrano De Castillo en relacin a la violacin a los artculos 408 del Cdigo Penal Dominicano y artculo 80 literales D y E de la ley 183-02 que crea el Cdigo Monetario y Financiero de la Repblica Dominicana, y la enva al tribunal criminal, para que sea juzgada con arreglo a la ley; DECIMO SEGUNDO: Ordena, que la presente decisin sea comunicada al Procurador Fiscal del Distrito Nacional, al Procurador General de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, a la Parte Civil Constituida, as como a los procesados Ramn Buenaventura Bez Figueroa, Marcos Antonio Bez Cocco, Vivian Altagracia Lubrano Carvajal De Castillo, Luis Rafael lvarez Renta y Jess Maria Troncoso Ferra, para los fines de Ley correspondientes;
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Visto el escrito de Luis Rafael lvarez Renta depositado el 14 de octubre del 2005 en el cual fundamenta los motivos de su recurso de casacin; Visto el escrito de Ramn Bez Figueroa depositado el 21 de octubre del 2005 en el cual fundamenta los motivos de su recurso de casacin; Visto el escrito de Vivian Lubrano de Castillo depositado el 21 de octubre del 2005 en el cual fundamenta los motivos de su recurso de casacin; Visto el escrito de Marcos Antonio Bez Cocco depositado el 21 de octubre del 2005 en el cual fundamenta los motivos de su recurso de casacin; Visto el escrito del Dr. Octavio Lster Henrquez, Procurador General Adjunto y Director del Departamento de Prevencin de la Corrupcin Administrativa; Dr. Francisco Garca Rosa, Primer Procurador Adjunto de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional y la Lic. Carmen Alardo Pea, Procuradora Adjunta de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional depositado el 25 de octubre del 2005 en el cual fundamentan los motivos de su recurso de casacin; Visto el escrito de intervencin del Banco Central de la Republica Dominicana, Superintendencia de Bancos de la Repblica Dominicana y Banco Intercontinental, S. A. (BANINTER), actores civiles, depositado el 25 de octubre del 2005 en ocasin del recurso casacin del imputado Luis Rafael lvarez Renta; Visto el escrito de intervencin del Banco Central de la Republica Dominicana, Superintendencia de Bancos de la Repblica Dominicana y Banco Intercontinental, S. A. (BANINTER), actores civiles, depositado el 31 de octubre del 2005 en ocasin del recurso casacin del imputado Ramn Bez Figueroa; Visto el escrito de intervencin del Banco Central de la Republica Dominicana, Superintendencia de Bancos de la Repblica Dominicana y Banco Intercontinental, S. A.
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(BANINTER), actores civiles, depositado el 31 de octubre del 2005 en ocasin del recurso casacin del imputado Marcos Antonio Bez Cocco; Visto el escrito de intervencin del Banco Central de la Republica Dominicana, Superintendencia de Bancos de la Repblica Dominicana y Banco Intercontinental, S. A. (BANINTER), actores civiles, depositado el 31 de octubre del 2005 en ocasin del recurso casacin de la imputada Vivian Lubrano de Castillo; Visto el memorial de defensa Jess Mara Troncoso Ferra depositado el 31 de octubre del 2005; Visto la Constitucin de la Repblica, los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos, de los cuales la Repblica Dominicana es signataria, y los artculos 393, 399, 418, 419, 425, 426 y 427 del Cdigo Procesal Penal, 2 de la Ley No. 278-04 sobre Implementacin del Proceso Penal, instituido por la Ley No. 76-02; Atendido, que el artculo 418 del Cdigo Procesal Penal establece que el recurso de casacin se formaliza con la presentacin de un escrito motivado en la secretara del juez o tribunal que dict la sentencia, en el trmino de diez das a partir de su notificacin y que en dicho escrito se debe expresar concreta y separadamente cada motivo con sus fundamentos, as como la norma alegadamente violada y la solucin pretendida por el recurrente; Atendido, a que el artculo 425 del Cdigo Procesal Penal dispone que slo puede intentarse el recurso de casacin contra las sentencias de las salas penales de las cortes de apelacin que sean condenatorias o revocatorias de otra anterior dictada por un juez o tribunal, contra aquellas que ponen fin al procedimiento; Atendido, a que el artculo 426 del Cdigo Procesal Penal limita los fundamentos por los cuales la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia puede declarar la admisibilidad de los recursos de casacin, al disponer que ste procede exclusivamente por la inobservancia o errnea aplicacin de
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disposiciones de orden legal, constitucional o contenidas en los pactos internacionales en materia de derechos humanos, en los siguientes casos: 1. Cuando en la sentencia de condena se impone una pena privativa de libertad mayor a diez aos; 2. Cuando la sentencia de la Corte de Apelacin sea contradictoria con un fallo anterior de ese mismo tribunal o de la Suprema Corte de Justicia; 3. Cuando la sentencia sea manifiestamente infundada; 4. Cuando estn presentes los motivos del recurso de revisin;
En cuanto a los recursos de casacin de Luis Rafael lvarez Renta, Ramn Bez Figueroa, Vivian Lubrano de Castillo y Marcos Antonio Bez Cocco, imputados:
Atendido, a que antes de examinar los mritos del recurso de casacin de los imputados, procede determinar si el mismo es admisible o no; Atendido, a que el artculo 303 del Cdigo Procesal Penal dispone que el auto de apertura a juicio dictado por el Juez de la Instruccin no es susceptible de ningn recurso, en consecuencia, los recursos de casacin de que se trata resultan inadmisibles, toda vez que la providencia calificativa dictada por la Cmara de Calificacin es asimilable al auto de apertura a juicio que establece el Cdigo Procesal Penal; En cuanto al recurso de casacin del Dr. Octavio Lster Henrquez, Procurador General Adjunto y Director del Departamento de Prevencin de la Corrupcin Administrativa; Dr. Francisco Garca Rosa, Primer Procurador Adjunto de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional y la Lic. Carmen Alardo Pea, Procuradora Adjunta de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, incoado contra la decisin que favoreci a Jess Mara Troncoso Ferra: Atendido, a que en su escrito los recurrentes alegan en sntesis lo siguiente: Violacin por inobservancia y errnea aplicacin de una disposicin de orden legal, contrariando
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fallos anteriores de la Suprema Corte de Justicia y porque la resolucin atacada deviene en manifiestamente infundada (artculo 205 del Cdigo de Procedimiento Criminal, inobservado; artculo 135 y 286 del Cdigo de Procedimiento Criminal, falsa y errneamente aplicados; textos legales stos que al ser, el primero inobservado, y los segundos errneamente aplicados, de acuerdo con el artculo 426 numerales 2 y 3 del Cdigo Procesal Penal, la decisin deviene contraria al predicamento de esta Corte de Casacin y resulta manifiestamente infundada); En el caso de los artculos 135 y 286 del Cdigo de Procedimiento Criminal, que el legislador no cre ningn tipo de sancin: ni la nulidad, ni la inadmisibilidad ni la caducidad, es decir, no distingui, entonces, est claro que donde el legislador no distingue menos debemos distinguir nosotros, porque en el caso de esos dos textos legales hay una formalidad que no es sustancial, como s lo es la formalidad del artculo 205 para la materia correccional, pues all el legislador no slo le da un carcter sustancial a su mandato, sino que, distingue de la forma ms clara posible, diciendo al trmino de ese texto legal que sino se cumple con lo que se ordena el infractor se expone a una sancin drstica: la caducidad; Que para interponer cualquier recurso en materia penal, bastaba que las partes comparecieran a la secretara del tribunal, sin necesidad de un escrito motivado como lo contempla la legislacin que nos rige en ocasin de este recurso, lo cual quiere decir, que no es cierto, que la falta de notificacin del recurso por parte del ministerio pblico cree ningn tipo de indefensin; Que el inculpado Jess Mara Troncoso Ferra, tuvo toda la oportunidad del mundo para defenderse, como en efecto lo hizo, pues present escrito de defensa y compareci ante el tribunal del segundo grado y all propuso todos los medios de defensa a su favor, ya que conoca tanto de la existencia de la resolucin recurrida como del recurso interpuesto por el Procurador de la Corte de Apelacin; Que el criterio de esa Suprema Corte de Justicia ha sido reiterativo: la obligacin impuesta al Procurador Fiscal, de notificar su apelacin al acusado en el termino de 3 das, no tiene por sancin legal la nulidad de la apelacin porque no perjudica el derecho de defensa del acusado, La notificacin
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al acusado del recurso de apelacin ejercido por el ministerio pblico no est prescrita a pena de nulidad, y dicho recurso debe por tanto tenerse como vlido an sin haberse cumplido la formalidad indicada, entre otras cosas, cuando se compruebe que el acusado ha tenido tiempo suficiente para defenderse; esta solucin la impone, primordialmente, la consideracin del inters social comprometido en las funciones del ministerio pblico (SCJ, 5 oct. 1917, BJ 87, Pg. 147; SCJ, 14 de diciembre, BJ 425, Pg. 1169); Atendido, que si bien es cierto que el artculo 303 del Cdigo Procesal Penal, tal como se ha dicho, establece la improcedencia de todo recurso contra las decisiones que ordenan la apertura de un juicio de fondo, no sucede lo mismo con los autos de no ha lugar, que si son recurribles en casacin, pues la ley no lo prohbe, por lo que al examinar el recurso del ministerio pblico, es preciso hacer una evaluacin de los motivos expuestos por ellos a fin de determinar la pertinencia o no de los vicios que se esgrimen en contra del referido auto, dictado en favor de Jess Mara Troncoso Ferra; Por tales motivos, la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia,
Resuelve:
Primero: Declara inadmisibles los recursos de casacin incoados por Luis Rafael lvarez Renta, Ramn Bez Figueroa, Vivian Lubrano de Castillo, Marcos Antonio Bez Cocco, contra la decisin dictada por la Cmara de Calificacin del Distrito Nacional el 10 de octubre del 2005, cuyo dispositivo se copia en parte anterior de esta resolucin; Segundo: Declara admisible el recurso de casacin incoado por el Dr. Octavio Lster Henrquez, Procurador General Adjunto y Director del Departamento de Prevencin de la Corrupcin Administrativa; Dr. Francisco Garca Rosa, Primer Procurador Adjunto de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional y la Lic. Carmen Alardo Pea, Procuradora Adjunta de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional contra la referida decisin que favoreca a Jess Mara Troncoso Ferra; Tercero: Fija la audiencia pblica para el da 14 de diciembre del ao 2005 a
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las 09:00 horas de la maana en la sala de audiencias de la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, para conocer del recurso de casacin del ministerio pblico contra la sealada decisin; Cuarto: Se condena a Luis Rafael lvarez Renta, Ramn Bez Figueroa, Vivian Lubrano de Castillo, Marcos Antonio Bez Cocco al pago de las costas y ordena su distraccin a favor de los Dres. Ramn Pina Acevedo, Artagnan Prez Mndez, Teobaldo Durn lvarez y los Licdos. Carlos R. Salcedo C., Jos Lorenzo Fermn, Francisco Benzn y Francisco lvarez Valdez, quienes afirman haberlas avanzado en su mayor parte; Quinto: Se compensan las costas en cuanto al recurso del Dr. Octavio Lster Henrquez, Procurador General Adjunto y Director del Departamento de Prevencin de la Corrupcin Administrativa; Dr. Francisco Garca Rosa, Primer Procurador Adjunto de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional y la Lic. Carmen Alardo Pea, Procuradora Adjunta de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional; Sexto: Ordena que la presente resolucin sea notificada a las partes. Firmado: Hugo lvarez Valencia, Julio Ibarra Ros, Dulce Ma. Rodrguez de Goris y Vctor Jos Castellanos Estrella. Nos, Secretaria General, certifico que la presente resolucin ha sido dada y firmada por los Jueces que figuran en su encabezamiento, el mismo da, mes y ao en l expresados. Grimilda Acosta, Secretaria General.
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Libertad Provisional Bajo Fianza. Artculo 113, Prrafo I, de la Ley No. 341-98 sobre Libertad Provisional Bajo Fianza. Solicitud en todo estado de causa. Significado. Sentencia del 02 de febrero del 2005.
Materia: Impetrante: Fianza. Santo Pea Reyes (a) Rubio.
San Isidro del municipio Santo Domingo Este provincia Santo Domingo, preso en la Penitenciara Nacional de La Victoria; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo al impetrante en sus generales de ley; Odo al Dr. Jos Mir, en representacin del impetrante, quien le asiste en sus medios de defensa; Odo al Ministerio Pblico en la exposicin de los hechos; Vista la instancia depositada en fecha 17 de noviembre del 2004, dirigida a esta Suprema Corte de Justicia y suscrita por el Dr. Jos Mir, quien acta a nombre del impetrante; Visto el acto No. 473/04 de fecha 8 de noviembre del 2004, del ministerial Jos Virgilio Martnez, Alguacil de Estrados de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin, Sala 1 del Distrito Nacional, mediante el cual el impetrante notifica al Magistrado Procurador General de la Repblica y a Mnica Mercedes Conde la presente solicitud de Libertad Provisional bajo Fianza; Visto el ordinal tercero de la Resolucin No. 1920-2003 dictada por la Suprema Corte de Justicia de fecha 13 de noviembre del 2003; Resulta, que la Suprema Corte de Justicia fij para el da 12 de enero del 2004 la vista pblica para conocer de la presente solicitud de libertad provisional bajo fianza, en la cual el ministerio pblico dictamin de la siguiente manera: Que la presente solicitud de libertad provisional bajo fianza de Santo Pea Reyes sea declarada irrecibible en razn que la sentencia de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin de Santo Domingo adquiri el carcter de la cosa irrevocablemente juzgada; y el abogado del impetrante concluy de la siguiente manera: Que se fije el monto a pagar; para los fines de que sea solicitado, hace eleccin de domicilio Ad-hoc en la oficina del abogado en la calle Eugenio Mara de Hostos No. 208, Esquina Conde, Edificio Baquero, Apto. 310, Zona Colonial; que ordenis la libertad provisional bajo fianza en cuanto haya cumplido con el voto de la ley;
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Resulta, que la Corte, despus de haber deliberado, fall de la siguiente manera: Primero: Se reserva el fallo sobre las conclusiones presentadas por las partes, en la solicitud de libertad provisional bajo fianza intentada por el impetrante Santo Pea Reyes, para ser pronunciado en la audiencia pblica del da dos (s) de febrero del 2005, a las 9:00 horas de la maana; Segundo: Se ordena al Alcaide de la Penitenciara Nacional de La Victoria, la presentacin del impetrante a la audiencia antes indicada; Tercero: Esta sentencia vale citacin de las partes presentes; Considerando, que el impetrante, mediante su abogado, expresa que el prrafo I del artculo 113 del Cdigo de Procedimiento Criminal, modificado por la Ley No. 341-98 que derog la Ley No. 5439 sobre Libertad Provisional Bajo Fianza, establece que en matera criminal el acusado podr solicitar su excarcelacin mediante una fianza en todo estado de causa; que otorgarla es facultativo de los jueces que conocen la solicitud, siempre que existan razones poderosas que justifiquen su concesin; que tambin, el impetrante argumenta mediante su abogado que con relacin a Santo Pea Reyes existe, adems, suficiente garanta para creer que el peticionario se presentara a todos los actos del proceso seguido en su contra, cundo el tribunal apoderado lo requiera ya que ste tiene domicilio conocido en el pas...; Considerando, que Santo Pea Reyes fue condenado por la Primera Sala de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional el 17 de septiembre del 2002 a las penas de quince (15) aos de reclusin mayor y multa de Doscientos Mil Pesos (RD$200,000.00) por los crmenes de agresin y violacin sexual cometido contra una nia (de diez aos) y contra dos adolescentes (de catorce y de diecisiete aos, respectivamente); que esa decisin fue recurrida en casacin por el acusado, y la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, mediante sentencia del 6 de octubre del 2004 rechaz el recurso de referencia por infundado y carente de base legal; que por consiguiente, la decisin de fecha 17 de septiembre del 2002 de la citada corte de apelacin se encuentra consolidada y con autoridad de la cosa definitiva e
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irrevocablemente juzgada, y por tanto en la especie no queda nada por juzgar; Considerando, que cuando el artculo 113, prrafo I, de la Ley No. 341-98, sobre Libertad Provisional Bajo Fianza, expresa que la excarcelacin de un acusado, mediante una fianza, se podr solicitar en todo estado de causa, significa que cualquier procesado tiene derecho, en materia criminal, a pedir la concesin de una fianza durante el transcurso del tiempo que pueda durar su enjuiciamiento o procesamiento, toda vez que en ese lapso, el mismo se beneficia de la presuncin de inocencia, y por ende podra obtener su libertad si se renen los requisitos y condiciones que exigen los tribunales del orden judicial para garantizar la comparecencia de ese acusado a todos los actos de procedimiento que faltaren para culminar el proceso; que en la especie ya se agotaron todas las instancias y recursos previstos en la ley, por lo cual la condena impustale al impetrante adquiri la autoridad de la cosa juzgada irrevocablemente y, por tanto, resulta no susceptible de ser concedido el beneficio de la libertad provisional bajo fianza solicitada. Por tales motivos, la Suprema Corte de Justicia administrando justicia en nombre de la Repblica y por autoridad de la ley y visto el artculo 113, prrafo I de la Ley 341-98, sobre Libertad Provisional bajo Fianza,
FALLA:
Primero: Se rechaza la solicitud de libertad provisional bajo fianza impetrada por Santo Pea Reyes por improcedente, mal fundada y carente de base legal; Segundo: Condena al peticionario al pago de las costas. Firmado: Jorge A. Subero Isa, Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Hugo lvarez Valencia, Juan Lupern Vsquez, Margarita A. Tavares, Julio Ibarra Ros, Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Julio Anbal Surez, Vctor Jos Castellanos Estrella, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Edgar Hernndez Meja, Daro O. Fernndez Espinal, Pedro Romero Confesor y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General.
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La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Libertad Provisional Bajo Fianza. Inadmisibilidad. Recurso de Casacin rechazado. Sentencia del 02 de marzo del 2005.
Materia: Recurrente: Fianza. Pedro Cabrera Beltrn.
Odo al Lic. Jess Ceballos Castillo, conjuntamente con el Dr. Enrique Valdez Daz, en representacin del impetrante, quienes le asisten en sus medios de defensa; Visto la instancia depositada en fecha 8 de noviembre del 2004, dirigida a esta Suprema Corte de Justicia y suscrita por el Lic. Jess Ceballos Castillo, quien acta a nombre del impetrante; Visto el acto No. 641/04 de fecha 8 de noviembre del 2004, del ministerial Bernardo Copln Garca, Alguacil de Estrados de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, mediante el cual el impetrante notifica al Magistrado Procurador General de la Repblica la presente solicitud de libertad provisional bajo fianza; Resulta, que la Suprema Corte de Justicia fij para el da 2 de febrero del 2005 la vista pblica para conocer de la presente solicitud de libertad provisional bajo fianza, en la cual el ministerio pblico dictamin de la siguiente manera: Primero: Que procede declarar en cuanto a la forma bueno y vlida la presente solicitud de libertad provisional bajo fianza por haber sido hecha de acuerdo a la ley; Segundo: En cuanto al fondo, procede rechazar la solicitud de libertad provisional bajo fianza de Pedro Cabrera Beltrn, en consecuencia, que la misma sea negada, y el abogado del impetrante por su parte concluy as: Tengis a bien establecer el pago de una garanta econmica, pago de una fianza, a favor de Pedro Cabrera Beltrn, para que as pueda obtener su libertad; Resulta, que la Corte, despus de haber deliberado, fall de la siguiente manera: Primero: Se reserva el fallo sobre las conclusiones presentadas por las partes, en la vista sobre solicitud de libertad provisional bajo fianza impetrada por Pedro Cabrera Beltrn, para ser pronunciado en la audiencia pblica del da dos (2) de marzo del 2005 a las 9:00 horas de la maana; Segundo: Se ordena al Alcaide de la Crcel Modelo de Monte Plata, la presentacin del impetrante a la audiencia antes sealada; Tercero: Esta sentencia vale citacin de las partes presentes y de advertencia al abogado;
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Considerando, que la libertad provisional bajo fianza tiene por finalidad consolidar el estado de derecho y establecer las garantas elementales de libertad ciudadana, siempre y cuando, pueda sta, ser armonizada con un rgimen de proteccin a la sociedad; Considerando, que por Resolucin No. 1920-2003, de fecha 13 de noviembre del 2002, la Suprema Corte de Justicia dispone que: en los casos... de solicitud de libertad provisional bajo fianza, es necesario que el juez celebre vistas, en las cuales las partes puedan presentar alegatos, manteniendo inclumes los principios y garantas de ser odo, de publicidad y de contradiccin, an en los casos de decisiones provisionales...; Considerando, que en materia criminal, todo acusado podr solicitar su libertad provisional bajo fianza en todo estado de causa. Sin embargo, su otorgamiento es facultativo en cualquier fase del procedimiento; Considerando, que el solicitante Pedro Cabrera Beltrn, est siendo procesado como inculpado de haber violado los artculos 5, literal a, 60 y 75, prrafo II de la Ley 50-88, sobre Drogas y Sustancias Controladas en la Repblica Dominicana; que con relacin a este hecho, la Segunda Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, en sus atribuciones criminales, dict el 31 de marzo del 2003, su sentencia No. 4404-03, mediante la cual conden al impetrante a doce (12) aos de reclusin mayor y una multa de cien mil pesos (RD$100,000.00); que esta sentencia fue recurrida en apelacin por ante la Primera Sala de la Cmara Penal de la Corte de apelacin de Santo domingo, la cual dict su sentencia al fondo el 26 de noviembre del ao 2003, mediante la cual redujo la condena del impetrante a diez (10) aos de reclusin mayor y una multa de cincuenta mil pesos (RD$50,000.00), que esta Suprema Corte de Justicia ha sido apoderada de un recurso de casacin intentado por el impetrante Pedro Cabrera Beltrn, contra dicha sentencia, segn consta en certificacin del cinco (5) de noviembre del ao dos mil cuatro (2004), emitida por Secretara de esta Suprema Corte de Justicia;
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Considerando, que la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, conoci del recurso de casacin antes indicado, emitiendo su sentencia de fecha 23 de febrero del presente ao, mediante la cual fue rechazado el referido recurso; que en estas circunstancias, el impetrante Pedro Cabrera Beltrn, se encuentra irrevocablemente juzgado, por lo que la presente solicitud de libertad provisional bajo fianza deviene inadmisible. Por tales motivos y vista la Ley No. 341-98, del 14 de agosto de 1998, sobre Libertad Provisional Bajo Fianza; el ordinal tercero de la Resolucin No. 1920-2003 dictada por la Suprema Corte de Justicia, de fecha 13 de noviembre del 2003; y la Resolucin 641, de fecha 20 de mayo del 2002, la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado;
FALLA:
PRIMERO: Declara inadmisible la presente solicitud de libertad provisional bajo fianza, interpuesta por Pedro Cabrera Beltrn, por los motivos anteriormente expresados; SEGUNDO: Ordena que la presente sentencia sea anexada al expediente correspondiente y notificada al Magistrado Procurador General de la Repblica y dems partes, para los fines de lugar. Firmado: Jorge A. Subero Isa, Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Hugo lvarez Valencia, Juan Lupern Vsquez, Margarita A. Tavares, Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Julio Anbal Surez, Vctor Jos Castellanos Estrella, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Edgar Hernndez Meja, Daro O. Fernndez Espinal, Pedro Romero Confesor y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Libertad Provisional Bajo Fianza. Aceptacin de las razones aducidas por el impetrante para el otorgamiento. Sentencia del 25 de mayo del 2005.
Materia: Recurrente: Fianza. Wilfredo Antonio Surez Polanco.
Odo a los Dres. Miguel ngel Cedeo y Luis Conrado Cedeo, actuando a nombre y representacin de Wilfredo Antonio Surez Polanco en la presente solicitud de libertad provisional bajo fianza; Odo al ministerio pblico en la exposicin de los hechos; Vista la instancia depositada el 17 de marzo del 2005, dirigida a esta Suprema Corte de Justicia y suscrita por los Dres. Miguel ngel Cedeo y Luis Conrado Cedeo, quienes actan a nombre del impetrante; Visto los actos Nos. 116/05 y 117/05, de fecha 4 de febrero del 2005, del ministerial Rmulo E. de la Cruz Reyes, Alguacil Ordinario de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de Santo Domingo, mediante los cuales el impetrante notifica a la parte civil constituida y al Magistrado Procurador General de la Repblica la presente solicitud de libertad provisional bajo fianza; Resulta, que la Suprema Corte de Justicia fij para el da 5 de mayo del 2005, la vista pblica para conocer de la presente solicitud de libertad provisional bajo fianza, en la cual el ministerio pblico dictamin de la siguiente manera: Que sea declarada buena y vlida en cuanto a la forma la presente solicitud de libertad provisional bajo fianza por haber sido hecha de acuerdo a la ley, y en cuanto al fondo, sea denegada la misma por no existir razones poderosas para ser otorgada, y el abogado del impetrante por su parte concluy as: Reiteramos nuestra solicitud de que se le conceda la libertad provisional bajo fianza; Resulta, que la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado, fall de la siguiente manera: Primero: Se reserva el fallo sobre las conclusiones presentadas por las partes, en la presente vista en solicitud de libertad provisional bajo fianza impetrada por Wilfredo Antonio Surez Polanco, para ser pronunciado en la audiencia pblica del da veinticinco (25) de mayo del 2005, a las nueve (9) horas de la maana; Segundo: Se ordena al alcaide de la Crcel Modelo de Najayo, San Cristbal, la presentacin del impetrante a la audiencia
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antes sealada; Tercero: Esta sentencia vale citacin para las partes presentes y de advertencia a los abogados; Considerando, que la excarcelacin provisional mediante la prestacin de fianza tiene por finalidad preservar la libertad individual dentro de un estado de derecho al establecer las garantas elementales de libertad ciudadana, siempre y cuando pueda aquella ser armonizada con un rgimen de proteccin a la sociedad; Considerando, que por Resolucin No. 1920-2003, del 13 de noviembre del 2003, la Suprema Corte de Justicia dispuso que: En los casos... de solicitud de libertad provisional bajo fianza, es necesario que el juez celebre vistas, en las cuales las partes puedan presentar alegatos, manteniendo inclumes los principios y garantas de ser odo, de publicidad y de contradiccin, an en los casos de decisiones provisionales...; Considerando, que toda persona, inculpada de un delito o de un crimen puede solicitar su libertad provisional bajo fianza conforme lo disponen los artculos 113 y siguientes de la Ley No. 341-98, siendo facultativo de los jueces, en este ltimo caso, otorgarla o no; Considerando, que el impetrante est acusado de violar los artculos 295 y 304, prrafo II, del Cdigo Penal Dominicano; que apoderado de este asunto, la Dcima Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, dict su sentencia No. 386-02, mediante la cual declara al impetrante Wilfredo Antonio Surez Polanco culpable de violar los artculos 295 y 304, prrafo II, del Cdigo Penal, y lo condena a doce (12) aos de reclusin mayor y al pago de una indemnizacin de Cinco Millones de Pesos (RD$5,000,000.00), en provecho de la parte civil constituida Olga Francisca Mayi Hernndez y compartes; que no conforme con esta decisin, el imputado recurri por ante la Cmara Penal de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, la cual dict sentencia el 18 de marzo del 2003, mediante la cual redujo la condena al impetrante a diez (10) aos de reclusin mayor, y en cuanto al aspecto civil la confirm; que el impetrante recurri en casacin esta sentencia, segn consta en certificacin de fecha
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26 de marzo del 2003, emitida por la Secretaria General de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, el cual se encuentra pendiente de fallo en esta Suprema Corte de Justicia; Considerando, que por los hechos que se le imputan, el impetrante se encuentra guardando prisin en la Crcel Modelo de Najayo; Considerando, que entre las razones poderosas a que se refiere la Ley No. 341-98, del 14 de agosto de 1998, sobre Libertad Provisional Bajo Fianza, pueden tomarse en cuenta: Primero: La no peligrosidad del recluso; Segundo: La inexistencia de sospecha de que ste, al salir en libertad, se proponga evadir la accin de la justicia, destruir las pruebas o dificultar su obtencin; Tercero: La ausencia de buenos argumentos para entender que con respecto al reo an no se ha cumplido o agotado la funcin de proteccin a la sociedad; Cuarto: La no existencia de motivos para presumir que el provisional regreso del acusado al seno de la comunidad traera como consecuencia la perturbacin del orden pblico; Considerando, que es un deber ineludible para todo juzgador del orden judicial, en los casos de naturaleza criminal, determinar cundo resulta procedente la negacin o la concesin de la libertad provisional bajo fianza, para lo cual deber necesariamente tomar siempre en cuenta la conveniencia y proteccin de la sociedad, de las vctimas del hecho de que se trate y del propio encausado, puesto que, aunque el estado natural de las personas es la libertad, no es menos cierto, que circunstancias y hechos que prioritariamente convengan al bien social, pueden justificar el mantener a los justiciables en estado de prisin antes de que intervenga una condenacin firme y definitiva; que, ms an, la negacin de una libertad provisional bajo fianza debe estar cuidadosamente fundamentada en los hechos, condiciones y peligrosidad de las personas indiciadas o imputadas y, sobre todo, en los supremos intereses de la sociedad, y no mecnicamente en el tipo de imputacin, porque aceptarlo as equivale a presumir a priori la culpabilidad del procesado;
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Considerando, que resulta tambin imprescindible que el juez o corte, al evaluar la procedencia del otorgamiento de una libertad provisional bajo fianza, determine si el procesado peticionario, es o no reincidente, y en caso de serlo, la ley establece para la materia criminal, que es imperativo el rechazo de la solicitud de este beneficio; que, para los fines de fianza se tienen como reincidentes, aquellas personas que han sido condenadas por los tribunales del pas o de cualquier otra nacin por la comisin de crmenes o delitos de la misma naturaleza de los que se les imputan; que en la especie, no se ha establecido que el procesado, Wilfredo Antonio Surez Polanco, se encuentra en la condicin de reincidente. Considerando, que, en el presente caso, existen razones poderosas para hacer cesar el estado excepcional de prisin preventiva, cautelar, en que se encuentra el impetrante Wilfredo Antonio Surez Polanco, puesto que, por la documentacin aportada al plenario, se infiere que ste ha reflexionado lo suficiente, lo que le ha permitido educarse en el penal en diversas disciplinas del saber; que ms an, los abogados actuantes se han constituido en compromisarios de la reinsercin del referido procesado en la sociedad, al ofrecerle trabajo uno de ellos, asumiendo con sto el compromiso de presentarlo a todos y cada uno de los actos judiciales a los que sea requerido, previndose de ese modo el que dicho procesado no va a evadir la justicia en el caso que se le sigue; que por las razones expuestas, a juicio de esta Corte, no existen motivos valederos para presumir que el regreso provisional del impetrante al seno de la sociedad sea motivo de alteracin social, tomando como base el proceso de reeducacin que ste ha experimentado, como se ha dicho; que en mrito a todo lo expuesto, por consiguiente, procede aceptar como vlidas las razones aducidas por el impetrante para el otorgamiento de su libertad provisional bajo fianza. Por tales motivos y vista la Ley No. 341-98, del 14 de agosto de 1998, sobre Libertad Provisional Bajo Fianza, el ordinal tercero de la Resolucin No. 1920-2003, dictada por la Suprema Corte de Justicia, de fecha 13 de noviembre del 2003, y la
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Resolucin No. 641, de fecha 20 de mayo del 2002, la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado;
Falla:
Primero: Declara regular y vlida en cuanto a la forma, la presente solicitud de libertad provisional bajo fianza incoada por el impetrante Wilfredo Antonio Surez Polanco; Segundo: Concede la libertad provisional bajo fianza al imputado Wilfredo Antonio Surez Polanco y fija en Dos Millones de Pesos (RD$2,000,000.00) el monto de la fianza que deber pagar para obtener su libertad provisional; Tercero: Ordena la inmediata tramitacin, antes de prestar fianza, de impedimento de salida del pas contra el impetrante Wilfredo Antonio Surez Polanco, quedando el mismo obligado a presentarse a todos los actos del proceso que se le sigue y para la ejecucin de la sentencia que decida sobre la acusacin; Cuarto: Ordena que Wilfredo Antonio Surez Polanco estar obligado a notificar en cualquier forma al ministerio pblico de la jurisdiccin competente apoderada del caso, sus cambios de domicilio o residencia; Quinto: Ordena que en el mismo acto que garantice la libertad provisional bajo fianza, o por acto separado, el procesado estar obligado a elegir domicilio en la ciudad en donde tenga su asiento el representante del ministerio pblico que intervenga en el caso, pudiendo ste ltimo funcionario abstenerse de suscribir el contrato de fianza correspondiente hasta tanto se le demuestre el cumplimiento de esa formalidad; Sexto: Ordena que la presente sentencia sea comunicada al Magistrado Procurador General de la Repblica y notificada a las partes interesadas. Firmado: Jorge A. Subero Isa, Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Hugo lvarez Valencia, Juan Lupern Vsquez, Margarita A. Tavares, Julio Ibarra Ros, Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Edgar Hernndez Meja, Daro O. Fernndez Espinal, Pedro Romero Confesor y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los Jueces que figuran ms arriba, el mismo da, mes y ao en ella expresados lo que yo, Secretaria General, certifico.
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Libertad Provisional Bajo Fianza. Inadmisibilidad por libertad previa del impetrante. Sentencia del 15 de junio del 2005.
Materia: Impetrante: Fianza. Julio Csar Monts.
Odo al impetrante en sus generales de ley; Odo al impetrante en representacin de s mismo en sus medios de defensa; Visto la certificacin del recurso casacin expedida por la Secretara de la Suprema Corte de Justicia, el 15 de febrero del 2005; Visto el acto No. 58/2005 de fecha quince (15) de febrero del 2005, del ministerial Jos Virgilio Martn, Alguacil de Estrados de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, mediante el cual el impetrante notifica a la parte civil constituida y al Magistrado Procurador General de la Repblica la presente solicitud de libertad provisional bajo fianza; Resulta, que la Suprema Corte de Justicia fij para el da 18 de mayo del 2005 la vista pblica para conocer de la presente solicitud de libertad provisional bajo fianza, en la cual el ministerio pblico dictamin de la siguiente manera: Solicitamos el archivo del expediente sobre la solicitud de libertad provisional bajo fianza en virtud de esa decisin y Resolucin 296-2005 de esta Suprema Corte de Justicia, y ah estn los documentos depositados; que, por otra parte, el impetrante concluy: que se aplace esta vista para establecer la formalidad procesal sobre el asunto de que se trata de notificacin a la parte civil constituida; Y haris justicia;, a lo que se opuso el ministerio pblico, dictaminando: Que sea rechazado por improcedente, mal fundado y carente de base legal, toda vez que de conformidad con el acto No. 58-2005 notificado por el ministerial Jos Virgilio Martnez, se le notific a la parte civil constituida hablando con el Lic. Juan R. Vsquez, abogado de la parte civil; Ratificamos nuestro dictamen de que sea archivado dicho expediente por carecer de objeto la presente instancia; Resulta, que la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado, decidi: Primero: Se reserva el fallo sobre las conclusiones presentadas por las partes, en la presente vista en solicitud de libertad provisional bajo fianza impetrada por
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Julio Csar Monts, para ser pronunciado en la audiencia pblica del da quince (15) de junio del 2005, a las nueve (9) horas de la maana; Segundo: Esta sentencia vale citacin para el impetrante y partes presentes; Considerando, que la libertad provisional bajo fianza tiene por finalidad consolidar el Estado de Derecho y establecer las garantas elementales de libertad ciudadana, siempre y cuando pueda sta verdaderamente ser armonizada con un rgimen de efectiva proteccin a la sociedad; Considerando, que por Resolucin No. 1920-2003, del 13 de noviembre del 2003, la Suprema Corte de Justicia dispuso que: En los casos... de solicitud de libertad provisional bajo fianza, es necesario que el juez celebre vistas, en las cuales las partes puedan presentar alegatos, manteniendo inclumes los principios y garantas de ser odo, de publicidad y de contradiccin, an en los casos de decisiones provisionales...; Considerando, que toda persona inculpada de un delito o de un crimen, puede solicitar su libertad provisional bajo fianza, conforme lo disponen los artculos 113 y siguientes de la Ley No. 341-98, siendo facultativo en este ltimo caso, su otorgamiento; Considerando, que, por otra parte, el impetrante Julio Csar Monts, est siendo procesado, acusado de violar los artculos 309 del Cdigo Penal y 2 y 39 de la Ley No. 36 sobre Comercio, Porte y Tenencia de Armas, en perjuicio de Luis Anastasio Santiago Prez; que con relacin a este hecho, la Sptima Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, en sus atribuciones criminales, dict su sentencia No. 1057, del 12 de septiembre del 2000, mediante la cual condena al recurrente a cumplir una pena de trece (13) aos de reclusin mayor por violacin a los artculos anteriormente citados; que esta decisin fue apelada y la Primera Sala de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, el 22 de enero del ao dos mil cuatro (2004), redujo su condena a seis (6) aos de reclusin mayor; que no conforme con este fallo, el impetrante recurri en casacin, como lo indica la certificacin de la Secretara de esa Corte de
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Apelacin de fecha 4 de mayo del presente ao, as como el Procurador General de la Corte a-qua; Considerando, que Julio Csar Monts, actuando a nombre de s mismo, elev una instancia a la Suprema Corte de Justicia, solicitando su libertad provisional mediante la prestacin de una fianza, invocando, que aunque l se encuentra en libertad, existe actualmente un recurso de casacin del ministerio pblico en contra de la sentencia dictada por la 1ra. Sala de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, cuyo resultado podra no serle favorable; Considerando, que ciertamente el impetrante fue puesto en libertad mediante un oficio del Procurador General de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, en acatamiento de las pautas trazadas por el Procurador General de la Repblica, quien no obstante el efecto suspensivo atribuido en sentido general por el artculo 401 del Cdigo Procesal Penal a todos los recursos, interpret errneamente que ese texto es inaplicable a las sentencias que pronuncian la libertad de los imputados o que ya han cumplido su condena, aduciendo que estos no deben experimentar el rigor de la morosidad del sistema judicial; Considerando, que en ese orden de ideas la solicitud del impetrante resulta improcedente, toda vez que la Ley 341 sobre Libertad Provisional Bajo Fianza, ha sido dictada para favorecer, en los casos que procede, a quienes se encuentran detenidos o cumpliendo una condenacin que no es definitiva e irrevocable, que no es el caso, pues el impetrante est en libertad, tal como se ha dicho. Por tales motivos, la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado, y visto el ordinal tercero de la Resolucin No. 1920-2003, del 13 de noviembre del 2003; la Resolucin 641, del 20 de mayo del 2002, dictadas por la Suprema Corte de Justicia y la Ley No. 341-98, del 14 de agosto de 1998, sobre Libertad Provisional Bajo Fianza,
Falla:
Primero: Declara inadmisible la solicitud del impetrante Julio Csar Monts por las razones expuestas; Segundo:
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Ordena que la presente sentencia sea comunicada al Magistrado Procurador General de la Repblica y a las partes interesadas. Firmado: Jorge A. Subero Isa, Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Hugo lvarez Valencia, Juan Lupern Vsquez, Julio Ibarra Ros, Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Julio Anbal Surez, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Edgar Hernndez Meja, Daro O. Fernndez Espinal, Pedro Romero Confesor y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los Jueces que figuran ms arriba, el mismo da, mes y ao en ella expresados lo que yo, Secretaria General, certifico.
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Libertad Provisional Bajo Fianza. Incompetencia de la Suprema Corte de Justicia. Desapoderamiento del expediente mediante sentencia. Sentencia 06 de julio del 2005.
Materia: Impetrante: Fianza. Domingo Aurelio Espinal Reynoso.
Dres. Quelvin Rafael Espejo Brea y Valerio Fabin Romero, la cual concluye as: nico: Que le sea concedida la libertad provisional y que se le fije al mismo tiempo el monto de la fianza a pagar a esos fines, disponiendo cualquier otra medida que sea procedente en estos casos; Vista la opinin del Magistrado Procurador General de la Repblica, la cual termina as: Somos de opinin que no procede la solicitud de libertad provisional bajo fianza de fecha 15 de febrero del 2005 a favor del seor Domingo Aurelio Espinal Reynoso, en virtud de que existe la resolucin No. 202005 de fecha 3 de enero del 2005 dictada por la Honorable Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia, la cual declara inadmisible el recurso de casacin incoado por el impetrante, y en consecuencia, tanto la Suprema Corte de Justicia, como la Procuradura General de la Repblica no tienen competencia para conocer de dicha solicitud. Por lo que, el expediente en cuestin sea enviado a la jurisdiccin de primer grado, con la finalidad de que decida lo que corresponda en el presente caso; Atendido, a que el 31 de agosto del 2004 el Cuarto Juzgado de Instruccin del Distrito Nacional dict un mandamiento de prisin provisional contra Domingo Aurelio Espinal Reynoso y posteriormente el 23 de septiembre de ese mismo ao lo envi por ante un tribunal criminal, inculpndolo de violacin a los artculos 330, 331 y 334, numerales 1, 2, 3 y 5 del Cdigo Penal Dominicano y 126, literal a) del Cdigo para la Proteccin de Nios, Nias y Adolescentes (Ley 14-94); Atendido, a que contra esa decisin el imputado interpuso recurso de apelacin por ante la Cmara de Calificacin del Distrito Nacional, la cual confirm dicha providencia calificativa; Atendido, a que contra la misma, el impetrante interpuso formal recurso de casacin y la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia lo declar inadmisible el 15 de febrero del 2005; Atendido, a que el referido impetrante tambin solicit un mandamiento de habeas corpus por ante la Segunda Sala de
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la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, la cual rechaz dicha solicitud; Atendido, a que recurrida en apelacin esa sentencia, la Segunda Sala de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, la modific en parte, pero orden el mantenimiento en prisin del impetrante; Atendido, a que esta ltima sentencia tambin fue recurrida en casacin por Domingo Aurelio Espinal Reynoso, la cual fue declarada inadmisible mediante resolucin del 3 de enero del 2005; Considerando, que la Suprema Corte de Justicia ha sido apoderada de una instancia en solicitud de su libertad provisional bajo fianza por parte de Domingo Aurelio Espinal Reynoso, en el entendido de que la Suprema Corte de Justicia est apoderada de los recursos de casacin, uno contra la providencia calificativa de la Cmara de Calificacin del Distrito Nacional, que lo envi al tribunal criminal y otro contra la sentencia de la Segunda Sala de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, lo que a su entender le da competencia a este alto tribunal; Considerando, que sin embargo, tanto el recurso de casacin contra la sentencia de la Segunda Sala de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Distrito Nacional, como el recurso contra la decisin de la Cmara de Calificacin del Distrito Nacional, fueron declarados inadmisibles por la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia mediante resoluciones del 3 de enero y 15 de febrero del 2005, respectivamente, lo que pone de manifiesto que la Suprema Corte de Justicia, al desapoderarse de ambos expedientes carece de competencia para conocer de la solicitud incoada por Domingo Aurelio Espinal Reynoso de libertad provisional bajo fianza el 15 de febrero del 2005; Considerando, que cuando la Suprema Corte de Justicia declara que no es competente para conocer un expediente, debe sealar cul es la jurisdiccin que debe conocerlo.
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Por tales motivos, la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado y visto la Ley 341 sobre Libertad Provisional Bajo Fianza,
Resuelve:
Primero: Declara su incompetencia para conocer de la solicitud de libertad provisional bajo fianza interpuesta por Domingo Aurelio Espinal Reynoso; Segundo: Declara que el tribunal competente para conocer la misma es la Segunda Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, que es el tribunal donde se va a conocer del fondo de la acusacin; Tercero: Declara las costas de oficio. Firmado: Jorge A. Subero Isa, Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Hugo lvarez Valencia, Margarita A. Tavares, Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Julio Anbal Surez, Vctor Jos Castellanos Estrella, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Edgar Hernndez Meja, Daro O. Fernndez Espinal, pedro Romero Confesor y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica; Visto el escrito motivado mediante el cual el imputado Mauro Peralta, interpone el recurso de casacin, depositado en la secretara de la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de Santiago, el 9 de mayo del 2005; Visto la resolucin de la Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia que declar admisible el recurso de casacin interpuesto por el imputado Mauro Peralta; Visto la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley No. 156 de 1997; La Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia despus de haber deliberado, y vistos los artculos 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin y 14, 70, 418, 419, 420, 421, 422, 425, 426 y 427 del Cdigo Procesal Penal; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos que en ella se refieren, son hechos constantes los siguientes: a) que el 6 de noviembre del 2004, el Procurador Fiscal Adjunto Lic. Juan Osvaldo Garca, sorprendi en flagrante delito de posesin de 28.27 gramos de marihuana, al imputado Mauro Peralta, dictando orden de arresto en su contra; b) que apoderado el Juez del Segundo Juzgado de la Instruccin del Distrito Judicial de Santiago del presente proceso dict el 18 de enero del 2005 auto de apertura a juicio contra ste; c) que la Juez Presidente de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Santiago, apoder del conocimiento del fondo del presente proceso a la Segunda Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Santiago, la cual el 15 de febrero del 2005 dict una sentencia cuyo dispositivo es el siguiente: PRIMERO: Vara la calificacin dada al proceso instruido en contra de Mauro Peralta, dominicano, mayor de edad, agricultor, residente en la calle Minerva Mirabal No. 42 Esperanza, Repblica Dominicana, de violacin a lo que disponen los artculos 4, 6-c, 58-a; 8 acpite I; 9 letra d y 75-II
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de la Ley 50-88 sobre Drogas y Sustancias Controladas en la Repblica Dominicana, por la de violacin a lo que disponen los artculos 4, 6-a; 8 categora; 9-f; 58, letra a y 75-1 de la referida Ley 50-88; SEGUNDO: A la luz de esta nueva calificacin declara al ciudadano Mauro Peralta culpable de violar las disposiciones de los artculos 4, 6-a; 8 categora 1; 9f; 58, letra a y 75-1 de la Ley 50-88 sobre Drogas y Sustancias Controladas en la Repblica Dominicana; TERCERO: Condena al seor Mauro Peralta a servir la pena de 3 aos de prisin, as como al pago de una multa de RD$10,000.00 y al pago de las costas penales del proceso; CUARTO: Se ordena la destruccin de la droga ocupada al imputado Mauro Peralta, consistente en 28.27 gramos de marihuana y un gorro de lana negro presentado como evidencia en el caso de la especie; d) que con motivo del recurso de alzada interpuesto por el procesado, la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de Santiago, dict una decisin el 26 de abril del 2005, cuyo dispositivo es el siguiente: PRIMERO: Se declara con lugar el recurso de apelacin interpuesto por el Lic. Guillermo Garca, actuando en nombre y representacin del seor Mauro Peralta en contra de la sentencia No. 072 de fecha 15 de febrero del 2005, dictada por la Segunda Sala de la Cmara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Santiago, por haber sido hecho conforme a las normas procesales vigentes; SEGUNDO: Se rechaza en cuanto al fondo el recurso de apelacin incoado por el Lic. Guillermo Garca en nombre y representacin del seor Mauro Peralta, por no haber invocado ninguno de los requisitos exigidos en el artculo 417 del Cdigo Procesal Penal; TERCERO: Confirma en todas sus partes la decisin recurrida; CUARTO: Condena al seor Mauro Peralta al pago de las costas del proceso; Considerando, que el recurrente Mauro Peralta en su escrito motivado expuso en sntesis lo siguiente: 1) Sentencia manifiestamente infundada, ya que el principio in dubio pro reo protege al justiciable incluso ante una situacin de duda razonable, pero en el caso de la especie, debe ser aplicada ms bien la presuncin de inocencia, frente al vaco probatorio que existe con respecto a la identidad de la persona propietaria
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del gorro encontrado por el ministerio pblico; Que la Corte a-qua hace una malsana valoracin de un derecho fundamental como lo es la presuncin de inocencia al hacer caso omiso del mismo; Que la Corte a-qua obvi referirse cuando el recurrente le estableci: que el Tribunal a-quo en su noveno considerando pondera, que la simple negativa de propiedad por parte del imputado, no logra desvirtuar la acusacin hecha por el ministerio pblico, ni invalidar los medios probatorios y evidencias presentadas por ste, lo que constituye, no slo una ilogicidad y contradiccin, sino un absurdo jurdico incalificable, hacer omisin al respecto, puesto que deja evidenciada una posicin complaciente y corroborativa al respecto, se ha invertido la presuncin de inocencia, por la presuncin de culpabilidad, cuestin que no puede ser tolerada por ningn rgano judicial comprometido con el respeto a los derechos fundamentales; que en buen derecho hay que presumir que el gorro encontrado no pertenece a Mauro Peralta, hasta que un medio de prueba obtenido de manera lcita destruya la presuncin de inocencia, ya que en la aplicacin de la ley penal son inadmisibles las presunciones de culpabilidad, no podemos olvidar que la ntima conviccin no existe, sino ms bien la valoracin de la prueba bajo el criterio de la sana crtica, garantizando siempre la efectividad de los derechos fundamentales inherentes a cada ser humano; 2) Inobservancia y errnea aplicacin de disposiciones de orden legal, constitucional y contenidas en los pactos internacionales en materia de derechos humanos, en razn de que la Corte a-qua en su tercer prrafo del nico considerando reconoce que Mauro Peralta se encontraba trabajando en una parcela de tabaco, es decir, una propiedad o domicilio privado, el cual debe ser respetado, que no obstante el ministerio pblico alegar una infraccin flagrante, resulta injustificable su actuacin en el caso de la especie, ya que la inviolabilidad de domicilio es un derecho fundamental amparado en la Constitucin, en virtud de que la Corte a-qua y el tribunal de primer grado hicieron caso omiso e inobservaron si hubo o no autorizacin judicial motivada por funcionario competente, en ese sentido los artculos 180 y 182 del Cdigo Procesal Penal muestran los requisitos tales como indicacin
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del lugar, indicacin exacta de los objetos o personas que se espera encontrar, entre otras, pero al no existir, en la especie, orden de allanamiento y haciendo acopio de lo establecido por los artculos 26 y 167 sobre la legalidad de la prueba y la exclusin probatoria, dichos elementos, probatorios devienen en nulos, por violacin al derecho fundamental antes sealado; que no es necesario ordenar la celebracin total o parcial de un nuevo juicio ante un tribunal distinto al que dict la decisin, al no resultar necesario una nueva valoracin de la prueba, ya que nunca la hubo, sino que esa Honorable Cmara Penal de la Suprema Corte de Justicia puede dictar directamente sobre la base de las comprobaciones de hecho ya fijadas por la sentencia recurrida, y cuando resulte la absolucin ordenar la libertad del imputado si est preso, como lo constituye el caso de la especie; Considerando, que en cuanto al primer medio alegado por el recurrente, que es el nico que se analiza por la solucin que se le dar al caso, la Corte a-qua, para fallar como lo hizo, dijo en sntesis de manera motivada haber dado por establecido lo siguiente: que el recurrente argument entre otras cosas que la sentencia adolece de una malsana valoracin de un derecho fundamental como lo es la presuncin de inocencia al llamar en su noveno considerando la simple argumentacin de inocencia del imputado, olvidando que ste es el principio fundamental consagrado en el artculo 14 del Cdigo Procesal Penal, en la Constitucin y en el bloque de constitucionalidad; que al tribunal establecer que la simple negativa de propiedad de la evidencia por parte del imputado, no logra desvirtuar la acusacin hecha por el ministerio pblico ni invalidar los medios probatorios y evidencias presentadas por ste, ese tribunal ha invertido la presuncin de inocencia por presuncin de culpabilidad; manifestando tambin que el Juez a-quo debi ponderar la tutela judicial efectiva con respecto al derecho fundamental de presuncin de inocencia, debiendo fallar en sentido contrario a como lo hizo; que el imputado expres que el gorro no era de su propiedad y que en buen derecho hay que presumir que el gorro encontrado no pertenece a Mauro Peralta hasta que un medio de prueba
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obtenido de manera lcita destruya la presuncin de inocencia; que la simple declaracin del ministerio pblico no destruye un derecho fundamental; que respecto a los argumentos contenidos en este medio, la Corte entiende que el apelante carece de razn, toda vez que el Juez a-quo en la motivacin de su sentencia no evidencia ninguna duda respecto a la responsabilidad del imputado, por lo que no proceda acoger a favor del mismo el principio in dubio pro reo, y por el contrario la magistrada hace una motivacin lgica en su sentencia de cmo llega a la conclusin final, y apoyndose en las pruebas y evidencias presentadas en el juicio preliminar por el ministerio pblico, cuya legalidad y pertinencia no fueron controvertidos por la defensa en ese momento procesal, por lo que la sentencia impugnada ha sido bien motivada y la misma no contiene ninguna contradiccin en sus motivos, por lo que esta corte de apelacin considera que este medio debe ser rechazado; Considerando, que por lo transcrito precedentemente se evidencia que la Corte a-qua omiti pronunciarse sobre lo esgrimido por el recurrente en el sentido de que la juez de primer grado seal que la simple argumentacin del imputado, as como la extempornea solicitud de la defensa, del rechazo a las pruebas presentadas por el ministerio pblico, y la simple negativa de propiedad de la evidencia, por parte del imputado, no logran desvirtuar la acusacin hecha por el ministerio pblico, ni invalidar los medios probatorios y evidencias presentadas por ste, violando con ello el principio de presuncin de inocencia en contra del imputado; Considerando, que en efecto, el principio de la presuncin de inocencia, denominado tambin, principio de inocencia o derecho a la presuncin de inocencia, se fundamenta, en realidad, en un estado jurdico de inocencia, puesto que al ser un estado, va ms all de la mera presuncin, toda vez que es consustancial con el ser humano, y por consiguiente, no debe ser entendido ste, slo como una conjetura o sospecha, sino como hecho que el derecho tiene por cierto sin necesidad de que sea probado; que ese estadono se destruye
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ni con el procesamiento ni con la acusacin, sino con la decisin definitiva sobre la responsabilidad penal de quien se acusa y en cuanto a los hechos de la imputacin; que este principio o derecho fundamental del que goza toda persona a quien se le imputa la comisin de una infraccin, permanece hasta el momento en que se dicta en su contra una sentencia definitiva e irrevocable que haya adquirido la autoridad de la cosa juzgada; Considerando, que al ser un derecho fundamental, forma parte de nuestra Carta Magna y del Bloque de Constitucionalidad, as como tambin, de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos y de otros tratados y convenios que forman parte de nuestro derecho positivo; que partiendo pues de ese postulado-principio, la condicin de culpable no podr existir sin una previa y concreta declaracin jurisdiccional de responsabilidad penal, contenida en un pronunciamiento firme, conclusivo, de un proceso judicial regular y legal; que antes de ese fallo, el imputado gozar de un estado de inocencia, como se ha dicho, al igual que ocurre con cualquier ser humano an no sometido a proceso; que si la acusacin es pblica, las pruebas deben procurarla con esfuerzo y seriedad los rganos encargados a estos fines por la ley, de manera que puedan, posteriormente, formularla y sostener la acusacin; que en ese orden de ideas, los jueces del fondo gozan de absoluta soberana para realizar la valoracin de las pruebas sometidas a su consideracin; pero, esta facultad que le confiere la ley no significa que ellos puedan ignorar que es a la parte acusadora a quien corresponde, en todos los casos, aportar la prueba de la culpabilidad del imputado; por consiguiente, cuando se aceptan como regulares y vlidos los elementos probatorios aportados en un proceso judicial, el tribunal debe declarar la culpabilidad que destruye el estado de inocencia; por lo cual, quien est siendo procesado no tiene que invalidar, desvirtuar o destruir la acusacin, y por ende los jueces no deben poner esa tarea a su cargo; que, en la especie, la Corte a-qua no se pronunci en cuanto a que el tribunal de primer grado bas su razonamiento para decidir el asunto en que la simple negativa de propiedad de la
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evidencia, de parte del imputado, no logra desvirtuar la acusacin ni invalidar los medios probatorios y evidencias presentados, cuando debi fundamentar su decisin en la regularidad, valor y fuerza probante de los elementos o evidencias aportadas por el ministerio publico, lo que trae como consecuencia jurdica la destruccin del estado de inocencia de que disfruta en todo momento la persona humana, por el slo hecho de serlo; Considerando, que, por otra parte, la errnea concepcin de presuncin de culpabilidad, podra conducir a desarrollar la idea de que el indiciado o el imputado debe destruirla, lo que no se ajusta a la verdad jurdica, toda vez que en buen derecho realmente no existe tal presuncin, sino simples mritos objetivos de posibilidad, que en definitiva slo pueden concretarse afirmativamente en el texto de una sentencia firme de culpabilidad, siempre y cuando esa sospecha sea confirmada por la obra de la acusacin y de la jurisdiccin; que por consiguiente, en un juicio no se le puede imponer al imputado la carga de probar su inocencia, puesto que l, al llegar al proceso, la posee de pleno derecho, y que, si la acusacin no se prueba fehacientemente, con legtimos y objetivos datos probatorios legalmente incorporados al juicio, el procesado debe ser absuelto, en la medida de que son las pruebas, no los jueces, las que condenan; Considerando, que en el caso analizado, el Tribunal a-quo apreci errneamente el estado procesal del imputado Mauro Peralta, en vista de que en la aplicacin de la ley penal, es inexistente la presuncin de culpabilidad; que, en consecuencia, por la inobservancia de una disposicin contenida en la Constitucin y en los pactos internacionales en materia de derechos humanos, procede declarar con lugar el presente recurso y ordenar la celebracin de un nuevo juicio ante un tribunal distinto del que dict la decisin, del mismo grado, en vista de que es necesario realizar nueva vez la valoracin de las pruebas. Por tales motivos, Primero: Declara con lugar el recurso de Mauro Peralta contra la decisin dictada por la Cmara Pe404
nal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de Santiago, el 26 de abril del 2005, cuyo dispositivo se copia en parte anterior de esta decisin; Segundo: Ordena la celebracin total de un nuevo juicio ante la Cmara Penal de la Corte de Apelacin del Departamento Judicial de La Vega; Tercero: Compensa las costas. Firmado: Hugo lvarez Valencia, Julio Ibarra Ros, Edgar Hernndez Meja, Dulce Ma. Rodrguez de Goris y Vctor Jos Castellanos Estrella. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran en su encabezamiento, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Contrato de trabajo. No puede descartarse su existencia, porque un documento consigne un contrato de arrendamiento, pues el IX Principio Fundamental del Cdigo de Trabajo, da predominio a los hechos en relacin con los documentos. Sentencia del 2 de noviembre de 2005.
Sentencia impugnada: del 2004. Materia: Recurrente: Recurrido: Laboral. Cndido Brito. Eloy Baron, C. por A. Cmara Civil y Comercial de la
Casa Audiencia pblica del 23 de noviembre del 2005. Preside: Jorge A. Subero Isa.
por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, el 30 de agosto del 2004, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones al Lic. Miguel Antonio Comprs Gmez, por s y por el Lic. Hctor Bolvar Bez Alcntara, abogados del recurrente; Visto el memorial de casacin, depositado en la Secretara de la Segunda Sala de la Corte de Trabajo del Distrito Nacional, el 20 de diciembre del 2004, suscrito por los Licdos. Hctor Bolvar Bez Alcntara y Miguel Antonio Comprs Gmez, cdulas de identidad y electoral Nos. 001-0051206-0 y 0010267156-7, respectivamente, abogados del recurrente, mediante el cual proponen los medios que indican ms adelante; Visto el memorial de defensa, depositado en la Secretara de la Suprema Corte de Justicia, el 14 de enero del 2005, suscrito por los Licdos. Jos B. Prez Gmez y Andrs Marranzini Prez, cdulas de identidad y electoral Nos. 0010154160-5 y 001-0100114-7, respectivamente, abogados de la recurrida Eloy Baron, C. por A.; Visto el auto dictado el 17 de noviembre del 2005, por el Magistrado Jorge A. Subero Isa, Presidente de la Suprema Corte de Justicia, por medio del cual se llama a s mismo en su indicada calidad para integrar las Cmaras Reunidas en la deliberacin y fallo del recurso de casacin de que se trata, de conformidad con la Ley No. 684 de 1934; Las Cmaras Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, por tratarse en la especie de un segundo recurso de casacin sobre la misma litis, de conformidad con lo que dispone el artculo 15 de la Ley No. 25-91 del 15 de octubre de 1991, en la audiencia pblica del 7 de septiembre del 2005, estando presentes los Jueces: Rafael Luciano Pichardo, Primer Sustituto de Presidente, en funciones; Eglys Margarita Esmurdoc, Segundo Sustituto de Presidente; Hugo Alvarez Valencia, Juan Lupern Vsquez, Margarita A. Tavares, Julio Ibarra Ros,
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Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Julio Anbal Surez, Vctor Jos Castellanos Estrella, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Edgar Hernndez Meja, Daro O. Fernndez Espinal, Pedro Romero Confesor y Jos E. Hernndez Machado, asistidos de la Secretaria General, y vistos los textos legales invocados por el recurrente, as como los artculos 1, 20 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere consta lo siguiente: a) que en ocasin de la demanda laboral interpuesta por el recurrente Cndido Brito, contra la recurrida Eloy Barn, C. por A., la Tercera Sala del Juzgado de Trabajo del Distrito Nacional dict el 17 de agosto del 2001, una sentencia con el siguiente dispositivo: Primero: Rechaza la excepcin de incompetencia de atribucin por improcedente, especialmente por carecer de fundamento, en consecuencia declara la competencia de este tribunal para conocer de esta demanda; Segundo: Rechaza el medio de inadmisin propuesto por improcedente, especialmente por carecer de fundamento; Tercero: Declara regular, en cuanto a la forma, la demanda en reclamacin de prestaciones y derechos laborales, fundamentada en despido injustificado y de daos y perjuicios interpuesta por el Sr. Cndido Brito en contra de Eloy Barn, C, por A. y Sra. Angela A. Barn de Nieto, por ser conforme al derecho; Cuarto: Da acta de la exclusin de la demanda a la co-demandada Sra. Angela A. Barn de Nieto; Quinto: Declara resuelto, en cuando al fondo, el contrato de trabajo que exista entre Eloy Barn, C. por A. y Sr. Cndido Brito, por despido injustificado y en consecuencia, acoge la demanda en la parte relativa a las prestaciones laborales y derechos adquiridos por ser justa y reposar en pruebas legales y rechaza la de daos y perjuicios por extempornea; Sexto: Condena a Eloy Barn, C. por A., a pagar a favor del Sr. Cndido Brito, por concepto de prestaciones y derechos laborales los valores que se indican: RD$15,288.00 por 28 das de preaviso; RD$247,884.00 por 464 das de cesanta; RD$9,828.00 por 18 das de vacaciones; RD$3,549.00 por la proporcin del salario de navidad
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correspondiente al ao 2000; RD$32,760.00 por participacin legal en los beneficios de la empresa y RD$79,200.00 por indemnizacin supletoria en total son: Trescientos Ochenta y Ocho Mil Quinientos Nueve Pesos Dominicanos (RD$388,509.00), calculados en base a un salario semanal de RD$3,000.00 y a un tiempo de labores de 26 aos y 1 mes; Sptimo: Ordena a Eloy Barn, C. por A., que al momento de pagar los valores que se indican en esta sentencia, tomar en cuenta la variacin que ha tenido el valor de la moneda nacional en el perodo comprendido entre las fechas 13-julio2000 y 17-agosto-2001; Octavo: Compensa entre las partes en litis el pago de las costas procesales; b) que sobre el recurso de apelacin interpuesto contra esta decisin intervino la sentencia del 29 de agosto del 2002 dictada por la Segunda Sala de la Corte de Trabajo del Distrito Nacional, cuyo dispositivo reza as: Primero: Declara regular y vlido en cuanto a la forma el presente recurso de apelacin interpuesto por la compaa Eloy Barn, C. por A., contra la sentencia de fecha 17 de agosto del ao 2001, dictada por la Cuarta Sala del Juzgado de Trabajo del Distrito Nacional, cuyo dispositivo figura copiado en parte anterior de esta sentencia; Segundo: Acoge en cuanto al fondo dicho recurso de apelacin y en consecuencia, revoca la sentencia impugnada, por los motivos expuestos; Tercero: Declara inadmisible la demanda laboral interpuesta por el seor Cndido Brito, en contra de la empresa Eloy Barn, C. por A., por no tener la calidad de trabajador sujeto a las disposiciones del Cdigo de Trabajo; Cuarto: Condena al seor Cndido Brito, al pago de las costas del procedimiento, ordenando su distraccin a favor y provecho de los Dres. Freddy Morales, Atala Rosario M. y R. Romero Feliciano, abogados que afirman haberlas avanzado en su totalidad; c) que una vez recurrida en casacin dicha decisin, la Cmara de Tierras, Laboral, Contencioso-Administrativo y Contencioso-Tributario de la Suprema Corte de Justicia dict el 1ro. de octubre del 2003, una sentencia con el siguiente dispositivo: Primero : Casa la sentencia dictada por la Segunda Sala de la Corte de Trabajo del Distrito Nacional, el 29 de agosto del 2002, cuyo dispositivo figura copiado en parte anterior del presente fallo y enva el asunto por ante la Cmara
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Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, en sus atribuciones laborales; Segundo: Compensa las costas; d) que en virtud del envo antes sealado, intervino la sentencia ahora impugnada cuyo, dispositivo se expresa as: Primero : Declara bueno y vlido en cuanto a la forma el recurso de apelacin interpuesto por la compaa Eloy Barn, C. por A., contra la sentencia No. C-052-3340/2000, dictada en fecha 17 del mes de agosto del ao 2001, por la Tercera Sala del Juzgado de Trabajo del Distrito Nacional, a favor del seor Cndido Brito, por los motivos ut supra enunciados; Segundo: En cuanto al fondo, acoge el referido recurso de apelacin por los motivos indicados en el cuerpo de la presente sentencia, y en consecuencia, revoca en todas sus partes la sentencia recurrida No. C-052-3340/2000, dictada en fecha 17 del mes de agosto del ao 2001, por la Tercera Sala del Juzgado de Trabajo del Distrito Nacional, a favor del seor Cndido Brito, por los motivos ut supra enunciados; Tercero: En cuanto al fondo, declara inadmisible la demanda en pago de prestaciones laborales por causa de despido injustificado interpuesta por el seor Cndido Brito en contra de la entidad Eloy Barn, C. por A., y la seora Angela A. Barn de Nieto, por los motivos expuestos en el cuerpo de la presente sentencia; Cuarto: Condena a la parte recurrida seor Cndido Brito, al pago de las costas del procedimiento, ordenando su distraccin a favor y provecho de los Licdos. Jos B. Prez Gmez, Carmen Cecilia Jimnez Mena y Andrs Marranzini Prz, abogados que afirman haberlas avanzado en su totalidad; Considerando, que el recurrente plantea en su recurso los siguientes medios: Primer Medio : Motivaciones y ponderaciones areas y erradas de los documentos decisivos e importantes para la solucin del litigio laboral; Segundo Medio: Falta absoluta de ponderacin, estudio y anlisis a las pruebas testimoniales aportadas al proceso (falta de base legal); Tercer Medio: Falta de estudio y aplicacin de textos legales a la motivacin de la sentencia recurrida (falta de base legal); Cuarto Medio: Ponderaciones incorrectas que violan el Cdigo de Trabajo; Quinto Medio: Interpretacin errada y desnaturalizacin de algunos documentos depositados en el expediente;
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Considerando, que en el desarrollo del segundo medio de casacin propuesto, el cual se examina en primer trmino por la solucin que se dar al asunto, el recurrente alega: que la Corte debi analizar no tan solo los documentos depositados, sino adems las declaraciones de los testigos para determinar si las relaciones entre las partes eran producto de la existencia de un contrato de trabajo, ya que segn la prueba escrita y testimonial haba una prestacin de servicio remunerada y dependiente, con un horario establecido, que son los elementos que caracterizan este tipo de contrato; que a pesar de que se escucharon testigos tanto en la Corte de Trabajo del Distrito Nacional, como en la Corte a-qua, en la sentencia impugnada no se hace mencin de los testimonios de los testigos aportados, ni siquiera de los nombres de los mismos, los cuales tenan que ser ponderados, porque de acuerdo al IX Principio Fundamental del Cdigo de Trabajo, el contrato de trabajo no es el que consta en un escrito sino el que se ejecuta en los hechos; Considerando, que en las motivaciones de la sentencia impugnada consta: Que con relacin al medio de inadmisin, planteado por la parte recurrente, esta Corte es de parecer que procede acoger el medio, bajo el entendido de que, como ha quedado establecido en los razonamientos expuestos en los considerando precedentemente esbozados, entre las partes en litis lo que exista era un contrato de arrendamiento, de donde se desprenda un contrato de sociedad, no as un contrato de trabajo, por lo que esta Corte es de parecer que, en virtud de que el derecho de accionar en justicia presupone un inters, puesto que ste es la medida de la accin, significando esto que para poder ejercer una accin en justicia, debe haber bien definido un inters jurdico legalmente protegido, en el cual la accin debe presuponer la proteccin, la creacin o la cesacin de una situacin jurdica, fundamentando de esa manera el inters jurdico de la accin, procede en consecuencia declarar la inadmisibilidad de la demanda en pago de prestaciones laborales por causa de despido injustificado, interpuesta por el seor Cndido Brito en contra de la entidad Eloy Barn, C. por A., y la seora Angela A. Barn de Nieto, y es que, an cuando en el expediente se encuentren depositadas las certificaciones
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expedidas por el Instituto Dominicano de Seguros Sociales, de fechas 7 del mes de agosto del ao 2000 y 28 del mes de septiembre del ao 2000, las cuales copiadas textualmente dicen as: Santo Domingo, D. N., 7 de agosto 2000. 04384, Certificacin: A Quien Pueda Interesar: Quien suscribe Dr. Sabino Bez Garca, Secretario de Estado, Director General del Instituto Dominicano de Seguros Sociales. Certifica: Que en nuestros archivos aparece que estuvo cotizando como asegurado fijo el seor Cndido Brito, pero en la actualidad no se mantiene como cotizante con dicha empresa y 06937 Santo Domingo, D. N., Afiliacin No. 104 28 Sep. 2000, Certificacin A Quien Pueda Interesar: Quien suscribe Dr. William S. Jana Tactuck, Director General del Instituto Dominicano de Seguros Sociales. Certifica. Que en nuestros archivos aparece como asegurado fijo el Sr. Cndido Brito, con su ltima cotizacin en el mes de septiembre de 1999, ya que en octubre de 1999 aparece con salida y cero (0) semanas trabajadas, con el empleador Eloy Barn, C. por A., Registro Patronal 010-056-779; dichas certificaciones no constituyen pruebas irrefutables de la relacin contractual que pretende probar el recurrido, ya que, como ha quedado establecido de lo que se trata es de un contrato de arrendamiento, el cual tiene sus propias reglas y condiciones, no as de un contrato de trabajo; mereciendo dejar plasmado el hecho de que, an cuando las partes instanciadas prestaron declaraciones por ante el Tribunal a-quo, estas declaraciones no destruyen el contrato previamente suscrito; Considerando, que el IX Principio Fundamental del Cdigo de Trabajo dispone que: el contrato de trabajo no es el que consta en un escrito, sino el que se ejecuta en hechos. Es nulo todo contrato por el cual las partes hayan procedido en simulacin o fraude a la ley laboral, sea aparentando normas contractuales no laborales, interposicin de persona o de cualquier otro medio. En tal caso, la relacin de trabajo quedar regida por este cdigo; Considerando, que esa disposicin y la libertad de prueba que, es un principio cardinal en esta materia, determinan que no exista el predominio de una prueba sobre otra y que tanto
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la documental como testimonial tienen el mismo valor probatorio, debiendo ser analizada en igualdad de condiciones, sin que una sea excluyente de la otra; Considerando, que con relacin a lo anterior, en esa virtud no puede descartarse la existencia de un contrato de trabajo, por la simple presencia de un documento donde se consigne la existencia de un contrato de arrendamiento o de otro tipo, pues con ello se estara reconociendo una jerarqua a la prueba documental en relacin a los dems medios de prueba y desconocindose el mandato del referido IX Principio Fundamental del Cdigo de Trabajo, que permite ignorar un documento en ese sentido, si por cualquier va se demuestra que la relacin laboral es producto de un contrato de trabajo; Considerando, que por otra parte, la negativa de la existencia del contrato de trabajo formulada en una demanda en pago de indemnizaciones laborales, constituye una defensa al fondo de la demanda, aun cuando sea presentada como un medio de inadmisin, lo que obliga a los jueces a sustanciar el proceso antes de adoptar su decisin para obtener los elementos suficientes que le permitan dar por establecido el tipo de contrato que uni a las partes en conflictos; Considerando, que el estudio general de la sentencia cuestionada y de los documentos que integran el expediente se pone de relieve que ante los jueces del fondo fueron escuchados testigos a cargo de las partes y se depositaron otros documentos que no fueron debidamente ponderados por la Corte a-qua, pues al decidir el planteamiento de inadmisibilidad, formulado por la recurrida, lo hicieron en base al anlisis de un solo documento y con consideraciones de carcter general y especulativas, con abstraccin de las dems pruebas aportadas y sin sustanciar previamente el proceso, por lo que la sentencia impugnada incurre en los vicios atribuidos por el recurrente en el medio que se examina, razn por la que debe ser casada, sin necesidad de examinar los dems medios propuestos; Considerando, que cuando la sentencia es casada por faltas procesales puestas a cargo de los jueces como es la falta de base legal, las costas pueden ser compensadas.
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Por tales motivos, Primero: Casa la sentencia dictada por la Cmara Civil y Comercial de la Corte de Apelacin de Santo Domingo, el 30 de agosto del 2004, cuyo dispositivo se ha copiado en parte anterior del presente fallo, y enva el asunto por ante la Primera Sala de la Corte de Trabajo del Distrito Nacional; Segundo: Compensa las costas. As ha sido hecho y juzgado por las Cmaras Reunidas de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma, en la ciudad de Santo Domingo de Guzmn, Distrito Nacional, en su audiencia del 23 de noviembre del 2005, aos 162 de la Independencia y 143 de la Restauracin. Firmado: Jorge A. Subero Isa, Rafael Luciano Pichardo, Eglys Margarita Esmurdoc, Hugo Alvarez Valencia, Juan Lupern Vsquez, Margarita A. Tavares, Julio Ibarra Ros, Enilda Reyes Prez, Dulce Ma. Rodrguez de Goris, Julio Anbal Surez, Vctor Jos Castellanos Estrella, Ana Rosa Bergs Dreyfous, Daro O. Fernndez Espinal, Pedro Romero Confesor y Jos E. Hernndez Machado. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en l expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Inters Legal. Inaplicacin de ste como lmite de la reparacin en daos y perjuicios cuando la obligacin violada surge de una ley. Sentencia del 24 de agosto de 2005.
Sentencia impugnada: Materia: Recurrente: Recurrido: Corte de Trabajo del Depar-
tamento Judicial de Santiago, del 14 de julio del 2003. Laboral. Banco Popular Dominicano, C. por A. Enrique Velasco Gil.
Rechaza Audiencia pblica del 24 de agosto del 2005. Preside: Juan Lupern Vsquez.
representada por la seora Altagracia Reyes Jimnez, dominicana, mayor de edad, cdula de identidad y electoral No. 037-0032393-8, en su calidad de gerente, domiciliada y residente en la ciudad de Puerto Plata, contra la sentencia de fecha 14 de julio del 2003, dictada por la Corte de Trabajo del Departamento Judicial de Santiago, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Visto el memorial de casacin, depositado en la Secretara de la Corte de Trabajo del Departamento Judicial de Santiago, el 25 de julio del 2003, suscrito por la Dra. Rosina de la Cruz Alvarado y las Licdas. Ordal Salomn Coss y Rmely Blanco Rodrguez, cdulas de identidad y electoral Nos. 031-01094021, 056-0063304-3 y 031-0353393-5, respectivamente, abogadas del recurrente Banco Popular Dominicano, C. por A., mediante el cual proponen los medios que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa, depositado en la Secretara de la Suprema Corte de Justicia, el 8 de agosto del 2003, suscrito por el Lic. Julio Csar Santana Gmez, cdula de identidad y electoral No. 037-0024310-2, abogado del recurrido Enrique Velasco Gil; Visto el auto dictado el 22 de agosto del 2005, por el Magistrado Juan Lupern Vsquez, Presidente de la Cmara de Tierras, Laboral, Contencioso-Administrativo y Contencioso-Tributario de la Suprema Corte de Justicia, por medio del cual llama a la Magistrada Enilda Reyes Prez, Juez de esta Cmara, para integrar la misma en la deliberacin y fallo del recurso de casacin de que se trata, de conformidad con la Ley No. 684 de 1934; Vista la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley 156 de 1997; y los artculos 1 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; La CORTE, en audiencia pblica del 20 de julio del 2005, estando presentes los Jueces: Juan Lupern Vsquez, Presidente; Julio Anbal Surez, Daro O. Fernndez Espinal y Pedro Romero Confesor, asistidos de la Secretaria General,
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y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere, consta lo siguiente: a) que en ocasin de la demanda laboral interpuesta por el recurrido Enrique Velasco Gil, contra el recurrente Banco Popular Dominicano, C. por A., el Juzgado de Trabajo del Distrito Judicial de Puerto Plata, dict el 23 de mayo del 2002, una sentencia con el siguiente dispositivo: Primero: Declarar, como en efecto declara buena y vlida, en cuanto a la forma, la demanda laboral interpuesta por la parte demandante en contra de la parte demandada, por estar conforme a las reglas que rigen la materia; Segundo: Ordenar, como en efecto ordena en cuanto al fondo, la entrega inmediata de los fondos embargados en manos de la razn social Banco Popular Dominicano, C. por A., por el seor Enrique Velasco Gil; Tercero: Condenar, como en efecto condena a la razn social Banco Popular Dominicano, C. por A., pagar en provecho y beneficio del seor Enrique Velasco Gil, la suma de Quinientos Mil Pesos Oro Dominicanos (RD$500,000.00), como justa reparacin por los daos y perjuicios recibidos a consecuencia de la retencin de los fondos embargados; Cuarto: Condenar, como en efecto condena a la razn social Banco Popular Dominicano, C. por A., al pago de las costas del procedimiento, ordenando su distraccin y provecho a favor del licenciado Julio Csar Santana Gmez, quien alega haberlas avanzado en su mayor parte; b) que sobre el recurso de apelacin interpuesto contra esta decisin, intervino la sentencia ahora impugnada, con el siguiente dispositivo: Primero: Se rechazan las conclusiones incidentales relativas a la caducidad del recurso planteado por el seor Enrique Velazco Gil parte apelada, por carecer de fundamento y base legal; Segundo: Se rechaza el recurso de apelacin interpuesto por el Banco Popular Dominicano en contra de la sentencia No. 465-922002, dictada en fecha 23 de mayo del 2002 por el Juzgado de Trabajo del Distrito Judicial de Puerto Plata, por improcedente, mal fundado y carente de base legal y, en consecuencia, se confirma dicha decisin; por lo tanto, se rechaza a la vez el recurso incidental interpuesto por el seor Enrique Velazco
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Gil, por improcedente, mal fundado y carente de base legal; Tercero: Se condena al Banco Popular Dominicano, S. A., al pago del 70% de las costas del procedimiento, ordenando la distraccin de las mismas a favor del Lic. Julio Csar Santana Gmez, abogado que afirma haberlas avanzado en su mayor parte, y se compensa el restante 30%; Considerando, que el recurrente propone en apoyo de su recurso, los siguientes medios: Primer Medio: Errnea interpretacin y calificacin de los hechos. Violacin a la ley, especficamente a los artculos 663 del Cdigo de Trabajo y 115 y 557 del Cdigo de Procedimiento Civil; Segundo Medio: Violacin del criterio de razonabilidad de las indemnizaciones, artculo 8 ordinal 5 de la Constitucin de la Repblica; Considerando, que en el desarrollo del primer medio de casacin propuesto, el recurrente alega: que la Juez a-qua realiz una errnea interpretacin de los hechos, toda vez que el Banco Popular Dominicano, C. por A., en ningn momento discuti el carcter irrevocable de la sentencia como lo estableci desde el primer momento, sino lo que hizo fue solicitar, tal como lo prescribe el Cdigo de Trabajo en su artculo 663 documentos originales y certificados para proceder al pago de las sumas embargadas, de suerte que el no pago se debi a que el reclamante no cumpli con su obligacin de depositar los originales certificados de la sentencia de que se trata, no por una actitud antojadiza del Banco y con la finalidad de no comprometer su responsabilidad, lo que dilat el proceso de entrega de los fondos embargados; que ya anteriormente el recurrido haba trabado dos embargos en el ao 1998, de los cuales desisti por lo que no se puede alegar supuestos daos sufridos por las dilaciones propias de los trmites del Banco para efectuar los pagos correspondientes de esos embargos, pues no es sino hasta la demanda en pago de fondos retenidos y daos y perjuicios del 4 de marzo del 2002 en que se le hace la intimacin y como hasta el momento ha insistido al Banco Popular no se le ha depositado copia certificada de la sentencia laboral No. 1178; Considerando, que con relacin a lo anterior, en la sentencia impugnada consta lo siguiente: Que en el caso de la especie,
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conforme al estudio de los documentos depositados en el expediente, este tribunal establece los siguientes hechos no discutidos por ambas partes: 1.- que la sentencia en virtud de la cual el seor Enrique Velazco Gil procedi a practicar el embargo retentivo adquiri la autorizacin irrevocable de la cosa juzgada, ya que sobre ella no se ejerci ningn recurso de apelacin, por lo que en este aspecto, el apelado al trabar su embargo retentivo, respet el artculo 663 del Cdigo de Trabajo; 2.- que ante la intimacin del hoy recurrido, el Banco dio la declaracin afirmativa de que la cuenta No. 013-441588 embargada al seor Hilario Barrero Martnez posee inversiones ascendentes al monto de RD$218,013.01; 3.- que a pesar de ofrecer la declaracin afirmativa, el Banco no obtemper al requerimiento de pago hecho por el recurrido, alegando que le fue explicado al seor Velazco Gil que el Banco tiene una serie de trmites burocrticos que le impedan realizar los pagos sin antes consultar al departamento legal de dicha entidad, a fin de resguardar los intereses de los clientes; que respecto a este argumento, el tribunal entiende que el mismo resulta dbil y sin fundamento ante la carta del 26 de junio de 1998 dirigida por el representante legal del apelado al Banco Popular mediante la cual le solicita la entrega de los fondos embargados, y en la misma le anexa los documentos requeridos por el Banco; que esta prueba no fue refutada por el Banco con documentos que demuestren lo contrario de la prueba aportada por el recurrido; que otro argumento esgrimido por el Banco para sostener su negativa a la entrega de los fondos embargados es que con relacin al embargo de la cuenta de referencia hubo un desistimiento del mismo, lo que hizo pensar al Banco que dicho acreedor haba sido desinteresado, luego aade en ese mismo escrito que el banco ha tenido inmovilizada la cuenta durante casi cinco aos, con lo cual prueba su buena fe; que tambin estos argumentos carecen de fundamento jurdico, ya que si bien el apelado, el 31 de enero del 2002 mediante acto No. 45/2002 desisti del acto de embargo retentivo trabado en el 1997, no es menos cierto que a travs del acto No. 64-2002 del 12 de febrero del 2002 intima de nuevo al Banco a la entrega de fondos con motivo de embargo retentivo;
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Considerando, que si bien es cierto que para la ejecucin de una sentencia es necesario la presentacin del original certificado de la misma y que el artculo 663 del Cdigo de Trabajo al disponer que en el embargo retentivo, el tercero embargado pagar en manos del ejecutante el importe de las condenaciones y exige la presentacin de la sentencia con autoridad irrevocable de la cosa juzgada, la que deber estar certificada, tambin lo es que corresponde a los jueces del fondo determinar cuando un ejecutante ha cumplido con esa condicin; Considerando, que en la especie el Tribunal a-quo, tras ponderar la prueba aportada lleg a la conclusin de que el recurrido cumpli con su obligacin de presentar los documentos que eran necesarios para que el recurrente entregara en sus manos el monto del embargo retentivo trabado sobre los bienes del seor Hilario Barrero Martnez, al cual no obtemper el Banco Popular, al alegar la existencia de trmites que as lo impedan, sin que se advierta que al hacer esa apreciacin incurriera en desnaturalizacin alguna, razn por la cual el medio que se examina carece de fundamento y debe ser desestimado; Considerando, que en el desarrollo del segundo medio de casacin propuesto, el recurrente alega: que el Tribunal a-quo desconoci el principio constitucional de la razonabilidad, al condenarle al pago de una suma de dinero exorbitante como reparacin de unos daos y perjuicios que no ocasion, porque en todo momento actu apegado a las normas legales, procediendo a inmovilizar los fondos de la cuenta embargada al seor Hilario Barrero desde el ao 1997 y cuyo pago no se pudo realizar por la falta del recurrido; que an en el caso de que ella fuere responsable de alguna reparacin la suma impuesta es desproporcionada a los supuestos daos sufridos y es contraria a la disposicin del artculo 1153 del Cdigo Civil, en el sentido de que en las obligaciones que se limitan al pago de cierta cantidad, los daos y perjuicios que resulten del retraso en el cumplimiento, no consisten nunca, sino en la condenacin a los intereses sealados por la ley, lo que le impeda al Juez a-quo imponerle la exorbitante suma a que se
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contrae la sentencia impugnada, en el hipottico caso de que tuviere la obligacin de indemnizar al recurrido; Considerando, que las disposiciones del artculo 1153 del Cdigo Civil son aplicables en los casos de obligaciones convencionales que se circunscriben al pago de cierta suma de dinero, donde ha primado un acuerdo de voluntades para crearlas, pero no cuando se trata de obligaciones derivadas de la ley, cuyo incumplimiento puede causar daos a una persona en cuyo caso los jueces del fondo son soberanos para fijar el monto con el cual se repararan los mismos, lo cual escapa al control de la casacin, salvo cuando se impone una suma irracional; que por dems el artculo 91 de la Ley No. 183-02, que crea el Cdigo Monetario y Financiero, derog la Orden Ejecutiva No. 312, del 1 de junio de 1919 que fijaba el inters legal en la Repblica Dominicana; Considerando, que en la especie, tras el juez dar por establecido que el demandante original y actual recurrido present la documentacin pertinente para que el Banco Popular Dominicano, C. por A. le entregara el monto del embargo retentivo de que se trata, dio por cierta la violacin por parte de ste del artculo 663 del Cdigo de Trabajo arriba sealado y estim que esa violacin ocasion daos al embargante cuya reparacin el valor en RD$500,000.00, suma que esta corte no considera exorbitante, razn por la cual el medio examinado carece de fundamento y debe ser desestimado. Por tales motivos, Primero: Rechaza el recurso de casacin interpuesto por el Banco Popular Dominicano, C. por A., contra la sentencia del 14 de julio del 2003, dictada por la Corte de Trabajo del Departamento Judicial de Santiago, cuyo dispositivo se ha copiado en parte anterior del presente fallo; Segundo: Condena al recurrente al pago de las costas y las distrae en provecho del Lic. Julio Csar Santana Gmez, abogado del recurrido, quien afirma haberlas avanzado en su totalidad. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara de Tierras, Laboral, Contencioso-Administrativo y Contencioso-Tributario de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada
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por la misma, en Santo Domingo de Guzmn, Distrito Nacional, en su audiencia pblica del 24 de agosto del 2005, aos 162 de la Independencia y 143 de la Restauracin. Firmado: Juan Lupern Vsquez, Julio Anbal Surez, Enilda Reyes Prez y Daro O. Fernndez Espinal. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Trabajadores no pueden realizar ninguna accin que atente con los intereses de los empleadores. Es una causal de despido. Sentencia del 23 de noviembre del 2005.
Sentencia impugnada: Materia: Recurrente: Recurrido: Primera Sala de la Corte de
Trabajo del Distrito Nacional, del 17 de febrero del 2004. Laboral. Aeromar, C. por A. Roger de Jess Jover Aguasvivas.
Casa Audiencia pblica del 23 de noviembre del 2005. Preside: Juan Lupern Vsquez.
por la Primera Sala de la Corte de Trabajo del Distrito Nacional, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones al Dr. Wilfredo R. Daz, en representacin del Lic. Ricardo Ramos y el Dr. Diego Infante Henrquez, abogados de la recurrente Aeromar, C. por A.; Odo en la lectura de sus conclusiones al Dr. Nelson R. Santana A., abogado del recurrido Roger de Jess Jover Aguasvivas; Visto el memorial de casacin, depositado en la Secretara de la Primera Sala de la Corte de Trabajo del Distrito Nacional, el 5 de abril del 2004, suscrito por el Lic. Ricardo Ramos y el Dr. Diego Infante Henrquez, cdulas de identidad y electoral Nos. 001-0101107-0 y 001-0084353-1, respectivamente, abogados de la recurrente, mediante el cual proponen los medios que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa, depositado en la Secretara de la Suprema Corte de Justicia, el 19 de abril del 2004, suscrito por el Dr. Nelson R. Santana A., cdula de identidad y electoral No. 072-0003721-1, abogado del recurrido; Vista la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley 156 de 1997; y los artculos 1, 20 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; La CORTE, en audiencia pblica del 14 de septiembre, estando presentes los Jueces: Juan Lupern Vsquez, Presidente; Julio Anbal Surez, Enilda Reyes Prez, Daro O. Fernndez Espinal y Pedro Romero Confesor, asistidos de la Secretaria General y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere, consta lo siguiente: a) que en ocasin de la demanda laboral interpuesta por el recurrido Roger de Jess Jover Aguasvivas, contra la recurrente Aeromar, C. por A., la Quinta Sala del Juzgado de Trabajo del Distrito
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Nacional dict el 20 de diciembre del 2002, una sentencia con el siguiente dispositivo: Primero: Excluye de la presente demanda por los motivos anteriormente expuestos al seor Rayan Polanco Bobadilla; Segundo : Acoge en parte la demanda laboral en cobro de prestaciones laborales incoada por el seor Roger de Jess Jover Aguasvivas, contra Aeromar, C. por A., en lo que respecta a los derechos adquiridos por el trabajador; en lo referente a indemnizacin por concepto de prestaciones laborales la rechaza por improcedente, mal fundada y carecer de base legal y pruebas; Tercero: Rechaza la demanda en validez de oferta real de pago y consignacin, interpuesta por la empresa Aeromar, C. por A., contra el seor Roger Jover Aguasvivas, por los motivos antes expuestos; Cuarto: Declara resuelto el contrato de trabajo que por tiempo indefinido una a ambas partes, seor Roger de Jess Jover Aguasvivas, trabajador demandante, y Aeromar, C. por A., empresa demandada, por la causa de despido justificado; Quinto: Condena a la empresa Aeromar, C. por A., a pagar a favor del seor Roger de Jess Jover Aguasvivas, lo siguiente por concepto de derechos adquiridos: catorce (14) das de salario ordinario por concepto de vacaciones, ascendente a la suma de RD$59,952.48; proporcin del salario por concepto de regala pascual correspondiente al ao 2001, ascendente a la suma de RD$46,750.00; proporcin de participacin legal en los beneficios de la empresa correspondiente al ao 2001, ascendente a la suma de RD$192,614.40; ms cuatro (4) das de salario ordinario dejados de pagar, ascendentes a la suma de RD$17,121.28; para un total de Trescientos Diecisis Mil Cuatrocientos Treinta y ocho Pesos con 16/100 (RD$316,438.16), calculado todo en base a un perodo de labores de cuatro (4) aos, y un salario mensual de Ciento Dos Mil Pesos con 00/100 (RD$102,000.00); Sexto: Rechaza la demanda laboral en reparacin de daos y perjuicios incoada por Aeromar, C. por A., contra el seor Roger Jover Aguasvivas, por los motivos expuestos anteriormente; Sptimo: Rechaza la demanda reconvencional interpuesta por el seor Roger de Jess Jover Aguasvivas, contra Aeromar, C. por A., por lo ya antes expuesto; Octavo: Ordena tomar en cuenta en la presente condenacin la variacin en el valor de
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la moneda segn el ndice general de los precios al consumidor, elaborado por el Banco Central de la Repblica Dominicana; Noveno: Compensa pura y simplemente las costas; b) que sobre el recurso de apelacin interpuesto contra esta decisin, intervino la sentencia ahora impugnada, con el siguiente dispositivo: Primero: En cuanto a la forma, declara regulares y vlidos sendos recursos de apelacin interpuestos, el primero, en fecha diecisis (16) del mes de enero del ao dos mil tres (2003), por la razn social Aeromar, C. por A. y el segundo, en fecha tres del mes de febrero del ao dos mil tres (2003), por el Sr. Roger de Jess Jover Aguasvivas, contra la sentencia No. 2002-12-569, relativa al expediente laboral marcado con el No. 054-001-495, dictada en fecha veinte (20) del mes de diciembre del ao dos mil dos (2002), por la Quinta Sala del Juzgado de Trabajo del Distrito Nacional, por haberse hecho de conformidad con la ley; Segundo: Excluye del presente proceso al Sr. Rayan Polanco Bobadilla, por los motivos antes expuestos: Tercero : Admite el depsito del documento: Traduccin al idioma espaol del documento denominado Addendum, realizado en fecha dieciocho (18) del mes de enero del ao dos mil tres (2003), por la Dra. Nora Read Espaillat, intrprete judicial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, realizado por la empresa Aeromar, C. por A., por los motivos antes expuestos; Cuarto: En cuanto al fondo, revoca la sentencia objeto del presente recurso de apelacin, declara resuelto el contrato de trabajo existente entre las partes, por el despido injustificado que ejerciera la empresa Aeromar, C. por A., su ex trabajador, el Sr. Roger de Jess Jover Aguasvivas, en consecuencia, acoge los trminos de la instancia introductiva de demanda; Quinto: Condena a la empresa Aeromar, C. por A., pagar a favor del Sr. Roger de Jess Jover Aguasvivas, los valores siguientes: veintiocho (28) das de salario ordinario por concepto de preaviso omitido; doscientos treinta (230) das de salario ordinario por concepto de auxilio de cesanta; catorce (14) das de salario ordinario por concepto de vacaciones no disfrutadas; proporciones del salario de navidad y de participacin individual en los beneficios de la empresa (bonificacin), correspondientes al ao dos mil uno (2001); cuatro (4) das de salario ordinario
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por concepto de salarios cados, ms seis (6) meses de salario ordinario por aplicacin del ordinal 3 del artculo 95 del Cdigo de Trabajo, todo calculado en base a un salario de Ciento Dos Mil con 00/100 (RD$102,000.00) pesos mensuales y un tiempo laborado de cuatro (4) aos; Sexto: Rechaza el pedimento planteado por el ex trabajador reclamante, Sr. Roger de Jess Jover Aguasvivas, en el sentido del reclamo del pago de treinta y seis (36) salarios pendientes de ejecutar, ascendentes a la suma de Tres Millones Seiscientos Setenta y Dos Mil con 00/100 (RD$3,772,000.00) pesos, por las razones antes expuestas; Sptimo: Rechaza el pedimento planteado por el ex trabajador reclamante, Sr. Roger de Jess Jover Aguasvivas, en el sentido del reclamo del pago de ciento setenta y seis (176) das por concepto de salarios cados, por las razones antes expuestas; Octavo: Rechaza los argumentos planteados por la empresa Aeromar, C. por A., en lo relativo a la demanda en daos y perjuicios contra el Sr. Roger de Jess Jover Aguasvivas, por la suma de Diecisiete Millones con 00/100 (RD$17,000,000.00) pesos, como justa reparacin por alegados daos y perjuicios, tanto materiales como morales, resultantes de las supuestas faltas imputadas al mismo, por las razones antes expuestas; Noveno: Rechaza los argumentos planteados por el ex trabajador reclamante, Sr. Roger de Jess Jover Aguasvivas, en lo relativo a la demanda reconvencional intentada contra la empresa Aeromar, C. por A., por la suma de Veinte Millones con 00/100 (RD$20,000,000.00) pesos, como justa reparacin por alegados daos y perjuicios, por las razones antes expuestas; Dcimo: Autoriza a la razn social Aeromar, C. por A., a procurar por ante la Direccin General de Impuestos Internos (DGII), los valores que irregularmente consignara a favor del ex trabajador reclamante, Sr. Roger de Jess Jover Aguasvivas, detallados en el recibo No. 5662827, expedido en fecha dos (2) del mes de julio del ao dos mil uno (2001); Dcimo Primero: Condena a la empresa sucumbiente, Aeromar, C. por A., al pago de las costas procesales, ordenando su distraccin a favor y provecho del Dr. Nelson R. Santana A., quien afirma haberlas avanzado en su totalidad;
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Considerando, que la recurrente propone, en apoyo de su recurso de casacin, los siguientes medios: Primer Medio: Desnaturalizacin de los hechos, documentos y circunstancias de la causa, falta de motivos, falta de base legal, violacin del artculo 1315 del Cdigo Civil, violacin al ordinal 9 del artculo 88 del Cdigo de Trabajo, violacin al Principio VI del Cdigo de Trabajo; Segundo Medio: Violacin del artculo 195 del Cdigo de Trabajo. Desnaturalizacin de los hechos de la causa. Falta de motivos; Considerando, que por su parte el recurrido en su memorial de defensa solicita sea declarada la inadmisibilidad del recurso, alegando que el mismo fue interpuesto despus de transcurrido el plazo de un mes que establece el artculo 641 del Cdigo de Trabajo; Considerando, que el artculo 641 del Cdigo de Trabajo dispone que No ser admisible el recurso despus de un mes a contar de la notificacin de la sentencia ni cuando sta imponga una condenacin que no exceda de veinte salarios mnimos; Considerando, que el artculo 495 del Cdigo de Trabajo, establece que Los plazos de procedimientos para las actuaciones que deban practicar las partes son francos y se aumentarn en razn de la distancia, en la proporcin de un da por cada treinta kilmetros o fraccin de ms de quince. Los das no laborables comprendidos en un plazo no son computables en ste. Si el plazo vence en da no laborable, se prorroga hasta el siguiente. No puede realizarse actuacin alguna en los das no laborables, ni antes de las seis de la maana o despus de las seis de la tarde en los dems; Considerando, que del estudio del expediente abierto en ocasin del presente recurso se advierte que la sentencia impugnada le fue notificada a la recurrente el 3 de marzo del 2004, mediante acto No. 308-04, diligenciado por el ministerial Miguel Odalis Espinal, Alguacil de Estrados de la Primera Sala de la Cmara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional., siendo depositado el escrito contentivo del recurso de casacin el da 5 de abril del ao
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2004, en la Primera Sala de la Corte de Trabajo del Distrito Nacional; Considerando, que agregado al plazo de un mes establecido por el referido artculo 641 del Cdigo de Trabajo, el da a-quo y el da a-quem, ms los domingos 7, 14, 21 y 28 de marzo y 4 de abril del 2004, declarados por ley no laborables, comprendidos en el perodo iniciado el 3 de marzo del 2004, fecha de la notificacin de la sentencia, el plazo para el ejercicio del recurso de casacin venca 10 de abril del 2004, consecuentemente, al haberse interpuesto el recurso el 5 de abril de ese ao, el mismo fue ejercido en tiempo hbil, razn por la cual el medio de inadmisin examinado es desestimado por carecer de fundamento; Considerando, que en el desarrollo del primer medio de casacin propuesto la recurrente alega, lo siguiente: que la Corte desnaturaliz los hechos de la causa, porque consider falsa y errneamente que la notificacin de los actos de alguacil notificados por el recurrido a la Falcon Air Express, con quien la recurrente llevaba unas negociaciones que fueron frustradas por dichas notificaciones, alegando que las mismas haban sido hechas a sus espaldas, violndose una supuesta exclusividad que se le haba reconocido para gestionar y obtener negocios, que an cuando hubiere sido cierto su proceder, no poda hacer las notificaciones que hizo en perjuicio de la empresa, sino una intimacin a sta para que suspendiera tal violacin o demandar ante los tribunales por las mismas, pero l se erigi en juez y parte, haciendo notificaciones que an cuando l hubiere tenido derechos a ello, fueron realizadas de manera abusiva, constituyendo un abuso ilcito de su discutido derecho, porque ni siquiera se percat en qu consistan las negociaciones que con su proceder causaron un dao directo a la empresa y constituyeron una falta grave a sus obligaciones prevista en el ordinal 19 del artculo 88 del Cdigo de Trabajo, con el cual la recurrente se vio impedida a realizar un beneficioso joint venture, que precisamente habra economizado a Aeromar, C. por A., tener que proceder, en cambio a un costoso arrendamiento, pero a pesar de esas consideraciones y al hecho de que el recurrido admite haber
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hecho tales notificaciones, la Corte a-qua consider que no fue probada la justa causa del despido, con lo que desnaturaliz los hechos con un fallo en el cual no figuran ni se menciona siquiera en el cuerpo de tal decisin, cual o cuales documentos establecan prueba de lo que dicha corte denomina temor objetivo del seor Jover, en ser afectado en sus derechos, el cual para ser objetivo tendra que ser tan verdaderamente manifiesto como jurdicamente legtimo para justificar la revelacin indiscreta o imprudente de toda una serie de informaciones y documentos confidenciales de Aeromar, C. por A.; Considerando, que en las motivaciones de la decisin impugnada consta lo siguiente: Que la empresa demandada originaria y actual recurrente principal, Aeromar, C. por A., en apoyo de sus alegatos, deposit la comunicacin que le fuera dirigida en fecha once (11) del mes de junio del ao dos mil uno (2001), por la empresa Falcon Air Express, Inc., mediante la cual le informa lo siguiente: Con motivo de la notificacin recibida por esta empresa en fecha 8 de junio del ao en curso en las que se nos informa acerca de las negociaciones acordadas entre Aeromar y el Sr. Roger Jover, lamentamos tener que informarle que hemos decidido desistir de darle continuidad al proyecto con esa compaa Este desistimiento abarca las negociaciones anteriormente realizadas para dar inicio a una operacin conjunta (joint venture) con la finalidad de explotar la ruta SDQ-NY-SDG Dadas las circunstancias de que el Sr. Roger Jover, quien no tiene ninguna injerencia en el proyecto, disfrutara, segn lo acordado con esa empresa, de un 25% de los beneficios que genere cualquier operacin o nuevas rutas en las que participe Aeromar, consideramos no conveniente avanzar en el proyecto, tomando en consideracin el conflicto legal que existe entre ustedes Fdo.: Emilio Dirube, Presidente; que en la audiencia celebrada en fecha (4) del mes de octubre del ao dos mil dos (2002), por ante el Juzgado a-quo, compareci el Sr. Roger de Jess Jover Aguasvivas, ex trabajador demandante originario, el cual entre otras cosas, declar: Preg.: A qu atribuye que Aeromar, diga que usted revel secretos a terceros? Resp.: - En febrero se hicieron vuelos
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a New York y luego a espaldas mas se comenz a negociar con la empresa Falcon Air Express, yo el 6 de junio hice una comunicacin, como socio, a las diferentes empresas hacindole de su conocimiento el contrato entre Aeromar y yo; que a juicio de esta Corte la revelacin de secretos e informaciones de carcter confidencial tipificada como falta, susceptible de justificar el ejercicio del despido, en el ordinal 9 del artculo 88 del Cdigo de Trabajo, supone el deslizamiento de una conducta desleal que suele afectar las ventajas comparativas que en el mercado disfruta una empresa; sin embargo, en la especie, el ex trabajador demandante originario, Sr. Roger de Jess Jover Aguasvivas, en un acto de conservacin de su crdito, y ante temor objetivo de ser afectado en el porcentaje a que tena derecho sobre las operaciones de la empresa, procedi a advertir a terceras personas de los derechos adquiridos por l, lo que no deba producir, como consecuencia necesaria, la suspensin de negociaciones encaminadas; por dems, Aeromar, C. por A., por mandato del principio de buena fe contractual, estaba obligado a informar a estas terceras empresas de sus compromisos y obligaciones para con el demandante originario y, por tanto, la actuacin del reclamante no puede ser asimilada a hecho faltivo alguno; Considerando, que los trabajadores no pueden realizar ninguna accin que atente contra los negocios e intereses de sus empleadores, constituyendo una causal de despido la ejecucin de cualquier actuacin que ocasione dao econmico o afecte la credibilidad de la empresa; Considerando, que el hecho de que un trabajador sienta que una actividad comercial de su empleador podra afectar los beneficios que obtiene como consecuencia de la prestacin de sus servicios, puede hacer las reclamaciones que considere pertinentes a fin de hacer cesar cualquier violacin a sus derechos derivada de la actuacin empresarial, pero no le autoriza a hacer esfuerzo ni a tomar medidas para impedir dicha actividad, pues con ello violenta el deber de lealtad que se deriva de la relacin laboral;
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Considerando, que en la especie, el propio demandante reconoce que notific a la empresa Falcon Air Express y a otras empresas haciendo de su conocimiento el contrato suscrito entre l y la demandada, por la realizacin de vuelos a New York a sus espaldas, con el obvio propsito de detener las actividades de la empresa a la que prestaba sus servicios personales; que a esta actuacin el tribunal dio un alcance distinto al considerarla como un acto de conservacin de crdito, por no ser sta la va correcta de un trabajador para preservar sus derechos y sin ponderar que con el mismo, y de acuerdo con la comunicacin del 11 de junio del 2001, dirigida por Falcon Air Express, Inc. a la recurrente, copiada ntegramente en la sentencia impugnada, dicha empresa desisti de las negociaciones que llevaba a cabo para dar inicio a una operacin conjunta (joint venture), con Aeromar, C. por A.; Considerando, que la sentencia impugnada no contiene motivos suficientes y pertinentes que permitan a esta Corte verificar la correcta aplicacin de la ley, careciendo adems de base legal, lo que hace que la misma sea casada, sin necesidad de examinar el otro medio del recurso; Considerando, que cuando la sentencia es casada por faltas procesales puestas a cargo de los jueces, como es la falta de base legal, las costas pueden ser compensadas. Por tales motivos, Primero: Casa la sentencia de fecha 17 de febrero del 2004, dictada por la Primera Sala de la Corte de Trabajo del Distrito Nacional, cuyo dispositivo se ha copiado en parte anterior del presente fallo, y enva el asunto por ante la Segunda Sala de la Corte de Trabajo del Distrito Nacional; Segundo: Compensa las costas. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara de Tierras, Laboral, Contencioso-Administrativo y Contencioso-Tributario de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma, en Santo Domingo de Guzmn, Distrito Nacional, en su audiencia pblica del 23 de noviembre del 2005, aos 162 de la Independencia y 143 de la Restauracin.
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Firmado: Juan Lupern Vsquez, Julio Anbal Surez, Enilda Reyes Prez, Pedro Romero Confesor. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO Y CONTENCIOSO-TRIBUTARIO
Caducidad. Artculo 62, Prrafo I, Cdigo Tributario. Jurisdiccin administrativa y no judicial. Sentencia del 25 de mayo de 2005.
Sentencia impugnada: Tribunal Contencioso-Tributario, del 16 de diciembre del 2003. Materia: Recurrente: Recurrida: Contencioso-Tributario. Direccin General de Impuestos Internos. Knorr Alimentaria, S. A.
Casa Audiencia pblica del 25 de mayo del 2005. Preside: Juan Lupern Vsquez.
16 de diciembre del 2003, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones a la Dra. Ana Iris Polonia, en representacin del Dr. J. B. Abreu Castro, abogado de la recurrente Direccin General de Impuestos Internos; Odo en la lectura de sus conclusiones a la Licda. Esperanza Cabral Rubiera, por s y por el Lic. Rafael Dickson Morales, abogado de la recurrida Knorr Alimentaria, S. A.; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica; Visto el memorial de casacin, depositado en la Secretara de la Suprema Corte de Justicia, el 17 de febrero del 2004, suscrito por el entonces Procurador General Tributario, Dr. J. B. Abreu Castro, quien de conformidad con lo previsto en el artculo 150 del Cdigo Tributario, acta a nombre y representacin de la Direccin General de Impuestos Internos, parte recurrente, mediante el cual propone los medios de casacin que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa, depositado en la Secretara de la Suprema Corte de Justicia, el 30 de marzo del 2004, suscrito por los Licdos. Esperanza Cabral Rubiera, Leonel Melo Guerrero y Rafael Dickson Morales, cdulas de identidad y electoral Nos. 001-0918753-4, 001-1015092-7 y 001-13398820, respectivamente, abogados de la recurrida; Vista la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley No. 156 de 1997; La Cmara de Tierras, Laboral, Contencioso-Administrativo y Contencioso-Tributario de la Suprema Corte de Justicia, despus de haber deliberado y visto los textos legales invocados por la recurrente y los artculos 1, 20 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; 150 y 176 de la Ley No. 11-92, que instituye el Cdigo Tributario de la Repblica Dominicana;
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La CORTE, en audiencia pblica del 23 de febrero del 2005, estando presentes los Jueces: Juan Lupern Vsquez, Presidente; Julio Anbal Surez, Enilda Reyes Prez, Daro O. Fernndez Espinal y Pedro Romero Confesor, asistidos de la Secretaria General, y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere, consta lo siguiente: a) que en fecha 14 de febrero del 2003, con motivo del recurso contencioso-tributario interpuesto por la empresa Knorr Alimentaria, S. A., contra la Resolucin de Reconsideracin No. 60-02, el Tribunal Contencioso-Tributario dicto la sentencia No. 03-2003, del 14 de enero del 2003, cuyo dispositivo dice lo siguiente: Primero: Declarar, como al efecto declara, en cuanto a la forma bueno y vlido el recurso contenciosotributario interpuesto por Knorr Alimentaria, S. A., en fecha 12 de abril del ao 2002, contra la Resolucin de Reconsideracin de fecha 8 de marzo del ao 2002, dictada por la Direccin General de Impuestos Internos, en base al artculo 62, prrafo I del Cdigo Tributario; Segundo: Desestimar, como por la presente desestima, los dictmenes Nos. 64-02 y 90-02 de fechas 22 de julio y 12 de septiembre del ao 2002 respectivamente, emitidos por el Magistrado Procurador General Tributario, por improcedentes y mal fundados; Tercero: Ordenar, como al efecto ordena, comunicar la presente sentencia por secretara a la parte recurrente Knorr Alimentaria, S. A., y al Magistrado Procurador General Tributario, con la finalidad de que este funcionario dictamine sobre el fondo del asunto, dentro del plazo legal; Cuarto: Se ordena que la presente sentencia sea publicada en el Boletn del Tribunal Contencioso-Tributario; b) que sobre el recurso de revisin interpuesto por el Procurador General Tributario en contra de la decisin anterior, el Tribunal Contencioso-Tributario dict la sentencia ahora impugnada, cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Declarar, como al efecto declara, en cuanto a la forma, bueno y vlido el recurso de revisin incoado por el Magistrado Procurador General Tributario, en fecha 29 de enero del ao 2003 contra la sentencia No. 03-03 de fecha 14 de enero del
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ao 2003, dictada por este tribunal; Segundo: Rechazar, como al efecto rechaza, en cuanto al fondo, el recurso de revisin por no cumplir con los requisitos establecidos en el artculo 168 del Cdigo Tributario y en consecuencia desestima, el Dictamen No. 79-03 de fecha 23 de junio del ao 2003 del Magistrado Procurador General Tributario, por improcedente y mal fundado; Tercero: Ratificar, como por la presente ratifica en todas sus partes la sentencia No. 03-03 de fecha 14 de enero del ao 2003, dictada por este tribunal, por estar conforme a la ley; Cuarto: Ordenar, la comunicacin de la presente sentencia a la parte recurrida Knorr Alimentaria, S. A., y al Magistrado Procurador General Tributario, con la finalidad de que este funcionario dictamine sobre el fondo del asunto, dentro del plazo legal; Quinto: Se ordena que la presente sentencia sea publicada en el Boletn del Tribunal ContenciosoTributario; Considerando, que en su memorial de casacin la recurrente invoca los siguientes medios: Primer Medio: Errnea interpretacin de los artculos 57 y 62 del Cdigo Tributario; Segundo Medio: Violacin de los artculos 139, literal a), 168, literal f) del Cdigo Tributario y 141 del Cdigo de Procedimiento Civil; Tercer Medio: Falta de base legal; Considerando, que en el desarrollo del primer medio de casacin y de la primera parte del segundo medio los que se examinan conjuntamente por la solucin que se dar al presente caso, la recurrente alega en sntesis, que el Tribunal a-quo al ratificar la sentencia objeto de revisin, aplic de forma errnea los artculos 57 y 62 del Cdigo Tributario y viol el 139, literal a) del mismo, ya que del simple anlisis de estos textos se entiende que los dos primeros establecen el recurso de reconsideracin y el jerrquico, los que estn destinados a cubrir el primer y segundo grado dentro de la esfera administrativa, mientras que el ltimo est destinado al Tribunal Contencioso-Tributario, que es una jurisdiccin independiente de la administracin tributaria, ubicada en el mbito del Poder Judicial y cuyo recurso va dirigido contra las resoluciones de la Secretara de Estado de Finanzas, por lo que el literal a) de dicho artculo exige como uno de los
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requisitos para la admisin del recurso contencioso-tributario, que se trate de actos contra los cuales se haya agotado toda reclamacin jerrquica dentro de la propia administracin o de los rganos administrativos de impuestos; que dicho tribunal, al atribuirse la categora de rgano de jerarqua superior subsiguiente y en base al artculo 62, prrafo I, admitir el recurso contencioso-tributario interpuesto por la hoy recurrida en contra de una resolucin de reconsideracin, cuando ya se haba producido la caducidad del recurso administrativo correspondiente, interpret de forma errnea dicho texto y viol el citado artculo 139, en su literal a), al no percatarse de la diferencia sustancial que existe entre los recursos en el orden administrativo y el de naturaleza contencioso-tributaria, los que en el mbito de nuestra legislacin tributaria estn claramente regulados y delimitados, ya que los primeros se desenvuelven atendiendo al proceso administrativo, mientras que el segundo se ventila con las mismas caractersticas del proceso judicial, por lo que el error de interpretacin en que incurri el Tribunal a-quo al emitir su sentencia, es causa de casacin; Considerando, que los artculos 57 y 62 del Cdigo Tributario instituyen los recursos que pueden ejercer los contribuyentes dentro de la administracin y que son, el de reconsideracin, ante la administracin tributaria y el jerrquico, ante la Secretara de Estado de Finanzas, como superior jerrquico directo de la primera; los que deben ser ejercidos dentro de los plazos y formas contemplados por dichos textos; que el prrafo I del citado artculo 62, dispone que los plazos para ejercer los recursos a que se refieren el presente artculo y el anterior, se establecen a pena de caducidad del recurso correspondiente, sin embargo, el contribuyente podr incoar dentro de los plazos y requisitos legales establecidos, el recurso de jerarqua superior subsiguiente, a partir del momento en que se haya producido la caducidad del recurso de que se trata o sea declarado caducado por resolucin correspondiente; Considerando, que adems de los recursos dentro de la administracin, el cdigo tributario ha instituido los recursos jurisdiccionales, dentro de los cuales est el contencioso445
tributario, previsto por el artculo 139, cuya parte capital establece que este recurso podr interponerse por los contribuyentes, contra las resoluciones del Secretario de Estado de Finanzas, contra los actos administrativos violatorios de la ley tributaria y de todo fallo o decisin relativa a la aplicacin de los tributos nacionales administrados por cualquier institucin de derecho pblico, siempre que se cumpla con los requisitos previstos por dicho texto legal dentro de los cuales se encuentra el que contempla su literal a), que exige que se trate de actos contra los cuales se haya agotado toda reclamacin jerrquica dentro de la propia administracin o de los rganos administradores de impuestos; Considerando, que el anlisis de los textos anteriores conduce al conocimiento de que los recursos en materia tributaria dentro de la administracin, estn sometidos a dos instancias, que son: la de reconsideracin, que entra dentro de la categora de los recursos llamados de retractacin, mediante el cual el contribuyente interesado acude ante el mismo rgano de la administracin tributaria que dict la decisin recurrida, a fin de que la revoque o la modifique; y el jerrquico, que corresponde a los recursos llamados de alzada y que se lleva ante el rgano superior en categora a aquel que dict la decisin recurrida, es decir, ante la Secretara de Estado de Finanzas, que de acuerdo al artculo 30 de dicho cdigo, ostenta la calidad de superior jerrquico directo de los rganos de la administracin tributaria, por lo que constituye la ltima instancia dentro de los recursos administrativos tributarios; que de forma independiente a la organizacin administrativa tributaria y en la fase de lo jurisdiccional, el cdigo ha instituido los recursos que pueden ser incoados ante los tribunales competentes en esta materia, dentro de los que se encuentra el recurso contencioso-tributario, previsto por el artculo 139 de dicho cdigo, y que puede ser interpuesto contra las resoluciones del Secretario de Estado de Finanzas y de aquellos actos administrativos violatorios de la ley tributaria, siempre que contra los mismos se haya agotado toda reclamacin jerrquica dentro de la administracin y dems rganos administradores de impuestos;
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Considerando, que en las motivaciones de la sentencia impugnada consta: que en primer lugar es necesario advertir que en el punto planteado por el Magistrado Procurador General Tributario respecto a la jerarqua o tribunal correspondiente, este tribunal se pronunci sobre el mismo en los considerandos de la sentencia objeto de revisin, ya que expres que al no interponer dicho recurso el contribuyente podra incoar dentro de los plazos y requisitos legales el recurso de jerarqua superior subsiguiente, luego de que se haya producido la caducidad del recurso de que se trata, como al efecto hizo, de conformidad con el prrafo I del artculo 62 y los artculos 139 y 144 que establecen la forma y el plazo para interponer el recurso contencioso-tributario; Considerando, que tal como ha quedado evidenciado precedentemente, el Tribunal a-quo realiz una interpretacin errnea y una mala aplicacin del artculo 62, prrafo I del Cdigo Tributario, que lo condujo tambin a la violacin del artculo 139, literal a) del mismo cdigo, ya que al considerar que la hoy recurrida poda interponer vlidamente el recurso contencioso-tributario, luego de haber incurrido en caducidad con respecto al recurso administrativo correspondiente, dicho tribunal desconoci y viol las reglas de orden pblico relativas a la organizacin y competencia de la jurisdiccin de lo contencioso-tributario, las que estn claramente definidas por dicho cdigo, especialmente en su artculo 139, que exige que el acto contra el cual se recurra haya agotado toda reclamacin jerrquica dentro de la propia administracin o de los rganos administradores de impuestos, lo que no fue cumplido en la especie; que tampoco observ dicho tribunal, que la disposicin del prrafo I del citado artculo 62, slo se refiere a los recursos dentro de la administracin, y a la hiptesis de que en caso de caducidad con respecto al recurso administrativo correspondiente, el interesado podr interponer el de jerarqua superior subsiguiente dentro de la misma sede administrativa; por lo que, bajo ningn concepto poda dicho tribunal, extender la disposicin del citado prrafo I del artculo 62 y aplicarla para los recursos jurisdiccionales como lo hizo para considerar que la hoy recurrida, que haba incurrido en
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caducidad con respecto al recurso jerrquico, poda interponer vlidamente el recurso contencioso-tributario, ya que en dicho fallo no se tom en cuenta que el Tribunal ContenciosoTributario no es un rgano que pertenezca al escalafn o jerarqua administrativa, sino que es un tribunal del orden judicial que juzga en primera y ltima instancia los asuntos que estn bajo su competencia de acuerdo a la ley que rige la materia, por lo que no se le puede atribuir, como lo ha hecho el Tribunal a-quo, la categora de rgano de jerarqua superior subsiguiente, ya que tal decisin violenta los textos legales cuya violacin ha sido denunciada por la recurrente, lo que justifican la casacin de la sentencia impugnada, sin necesidad de examinar los dems medios propuestos. Por tales motivos, Primero: Casa la sentencia dictada por el Tribunal Contencioso-Tributario, el 16 de diciembre del 2003, cuyo dispositivo se ha copiado en parte anterior del presente fallo, y enva el asunto ante el mismo Tribunal; Segundo: Declara que en la materia de que se trata no ha lugar a condenacin en costas. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara de Tierras, Laboral, Contencioso-Administrativo y Contencioso-Tributario de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma, en Santo Domingo de Guzmn, Distrito Nacional, en su audiencia pblica del 25 de mayo del 2005, aos 162 de la Independencia y 142 de la Restauracin. Firmado: Juan Lupern Vsquez, Enilda Reyes Prez, Daro O. Fernndez Espinal y Pedro Romero Confesor. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Despido. Exclusin de la jursidiccin contenciosoadministrativa por no vulnerarse derechos de carcter administrativo. Sentencia del 2 de noviembre de 2005).
Sentencia impugnada: Materia: Recurrente: Recurrido: Tribunal Superior Administra-
tivo, del 15 de octubre del 2004. Contencioso-Tributario. Tomidas Corporation, Inc. Estado Dominicano y/o Secretara de Estado de Trabajo. CAMARA DE TIERRAS, LABORAL, CONTENCIOSOADMINISTRATIVO Y CONTENCIOSO-TRIBUTARIO.
Casa
Audiencia pblica del 2 de noviembre del 2005. Preside: Juan Lupern Vsquez.
su presidente Alvaro Salazar, uruguayo, mayor de edad, cdula de identidad y electoral No. 031-0422963-2, contra la sentencia dictada por la Cmara de Cuentas de la Repblica en funciones de Tribunal Superior Administrativo, el 15 de octubre del 2004, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica; Visto el memorial de casacin depositado en la Secretara de la Suprema Corte de Justicia, el 17 de diciembre del 2004, suscrito por los Licdos. Eduardo M. Trueba y Rosalina Trueba de Prida, cdulas de identidad y electoral No. 031-0102740-1 y 031-0102739-3, respectivamente, abogados de la recurrente Tomidas Corporation, Inc., mediante el cual proponen los medios de casacin que se indican mas adelante; Visto el memorial de defensa depositado en la Secretara de la Suprema Corte de Justicia, el 18 de mayo del 2005, suscrito por el Dr. Vctor Robustiano Pea, Procurador General Administrativo, quien en virtud de los artculos 15 y 16 de la Ley No. 1494 de 1947, acta a nombre y representacin del Estado Dominicano y/o Secretara de Estado de Trabajo, parte recurrida; Vista la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley No. 156 de 1997; los artculos 1, 20 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; 15 y 60 de la Ley No. 1494 de 1947, que instituye la jurisdiccin contencioso-administrativa; La CORTE, en audiencia pblica del 5 de octubre del 2005, estando presentes los Jueces: Juan Lupern Vsquez, Presidente; Julio Anbal Surez, Enilda Reyes Prez, Daro O. Fernndez Espinal y Pedro Romero Confesor, asistidos de la Secretaria General, y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere consta lo siguiente: a) que mediante comunicaciones recibidas en fechas 1ro. y 9 de abril del 2003, la empresa Tomidas Corporation, Inc., solicit al Representante Local de Trabajo, autorizacin de despido de
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la trabajadora embarazada Mayerling Isabel Fernndez Rojas, alegando faltas de la trabajadora; b) que en fecha 9 de abril del 2003, el Representante Local de Trabajo del Departamento de la ciudad de Santiago de los Caballeros, dict su Resolucin No. 001-2003, cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Declarar de no ha lugar, la solicitud de autorizacin de despido realizado por la empresa Tomidas Corporation, Inc., contra la trabajadora Mayerling Isabel Fernndez Rojas; Segundo: La presente resolucin debe ser notificada a las partes interesadas para los fines de lugar; c) que no conforme con la anterior decisin, la recurrente Tomidas Corporation, Inc., interpuso recurso jerrquico ante el Director General de Trabajo, quien en fecha 30 de abril del 2003, dict su Resolucin No. 524-2003, cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Declarar bueno y vlido en cuanto a la forma, el recurso de impugnacin elevado por las Licdas. Rosalina Trueba de Prida y Yrsis Mena Alba, en fecha diecisis (16) del mes de abril del ao 2003, en contra de la Resolucin No. 1-2003, de fecha nueve (9) del mes de abril del ao 2003 del Representante Local de Trabajo de Santiago; Segundo: En cuanto al fondo, revocar, como al efecto se revoca, en todas sus partes la decisin emitida en fecha nueve (9) del mes de abril de ao dos mil tres (2003), del Representante Local de Trabajo de Santiago, que declara de no ha lugar la solicitud de despido de la empresa Tomidas Corporation, Inc., en contra de la trabajadora Mayerling Isabel Fernndez Rojas, y se declara de ha lugar dicha solicitud por no obedecer al hecho del embarazo; Tercero: La presente resolucin debe ser notificada a las partes interesadas para los fines de lugar; d) que no conforme con la anterior decisin, la trabajadora Mayerling Isabel Fernndez Rojas, interpuso recurso jerrquico ante el Secretario de Estado de Trabajo, quien en fecha 5 de junio del 2003, dict su Resolucin No. 30-2003, cuyo dispositivo reza as: Primero: Declarar, como al efecto se declara, bueno y vlido en cuanto a la forma el recurso jerrquico de impugnacin elevado por Mayerling Isabel Menca Fernndez Rojas, contra la Resolucin No. 524-2003, de fecha 30 del mes de abril del ao 2003, del Director General de Trabajo; Segundo: En cuanto al fondo, revocar, como al efecto revoca, en su totalidad, la Resolucin
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No. 524-2003, de fecha 30 del mes de abril del ao 2003, dictada por el Director General de Trabajo, y confirma como al efecto se confirma, la Resolucin No. 1-2003, de fecha 9 de abril del ao 2003, dictada por el Representante Local de Trabajo de Santiago, por no ajustarse el despido a realizar por la empresa Tomidas Corporation, Inc., a las disposiciones del artculo 233 del Cdigo de Trabajo, ya que en el presente caso existen evidencias de que el mismo tiene vinculaciones con el embarazo; Tercero: La presente resolucin debe ser notificada a las partes interesadas y al Director General de Trabajo, para los fines de lugar; e) que sobre el recurso contenciosoadministrativo interpuesto contra esta decisin por la empresa Tomidas Corporation, Inc., intervino la sentencia ahora impugnada, cuyo dispositivo reza lo siguiente: Primero: Declara regular y vlido en cuanto a la forma el recurso contencioso-administrativo interpuesto por la empresa Tomidas Corporation, Inc., contra la Resolucin No. 30-2003, de fecha 5 de junio del ao 2003, emitida por la Secretara de Estado de Trabajo, por haber sido interpuesto conforme a las disposiciones legales vigentes; Segundo: Rechaza, en cuanto al fondo el indicado recurso por improcedente, mal fundado y carente de sustentacin legal, y en consecuencia, confirma en todas sus partes la resolucin impugnada, por haber sido emitida conforme a derecho; Considerando, que en su memorial de casacin la recurrente propone el siguiente medio: Primer Medio: Falta de base legal, falta de motivos, violacin a la ley, desnaturalizacin del derecho y de los hechos, violacin del criterio jurisprudencial y falta de estatuir; Considerando, que en el desarrollo del medio de casacin propuesto la recurrente alega en sntesis: que el Tribunal Superior Administrativo al dictar la sentencia recurrida incurri en abuso de poder y violacin a la ley, ya que al analizar y fallar dicho recurso debi nicamente ponderar los documentos existentes en la Secretara de Estado de Trabajo a la fecha de la solicitud del despido, de manera que pudieran permitirle comprobar si las condiciones exigidas por el Cdigo de Trabajo para la ejecucin del despido haban sido cumplidas
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por la recurrente, o si efectivamente exista una excusa legal y vlida computable de parte de la trabajadora para justificar sus ausencias, lo que debi ser juzgado por dicho Tribunal sin analizar el fondo del asunto, el cual slo le compete a las jurisdicciones de juicio; que la Corte a-qua no tom en cuenta que para hacer la solicitud de despido, fueron depositadas ante las autoridades de trabajo todas las comunicaciones de ausencias de la trabajadora, lo que demostraba que el mismo no tena que ver con su estado de embarazo, sino con faltas cometidas por sta, por lo que debi ser autorizado por dichas autoridades y que al no entenderlo as, la sentencia impugnada carece de base legal y est alejada de los criterios legales y jurisprudenciales vigentes en materia de trabajo, toda vez, que una vez probadas las ausencias de la trabajadora, le corresponda a esta demostrar si eran justificadas, cosa que no fue hecha; que el Tribunal a-quo al considerar que las ausencias se encontraban avaladas por un certificado mdico expedido a favor de la trabajadora en fecha 10 de mayo del 2003, incurri en una grave desnaturalizacin de los hechos y documentos de la causa, ya que no se percat de que dicho certificado tiene una fecha posterior a la solicitud de despido, por lo que solo justifica las inasistencias a partir de esa fecha y no las que motivaron dicha solicitud; que el Tribunal a-quo al dictar su fallo incurri en el vicio de falta de estatuir al no pronunciarse sobre lo solicitado en su escrito de replica en el que planteaba la nulidad de la resolucin del Secretario de Estado de Trabajo porque el asunto ya haba recorrido los dos grados de la jurisdiccin administrativa, pero esto no fue ponderado por dicho tribunal al dictar su sentencia, por lo que la misma debe ser casada; Considerando, que la jurisdiccin contenciosoadministrativa tiene un carcter especial, ya que ha sido instituida con la finalidad de ejercer un control judicial sobre las actuaciones de la Administracin Pblica que vulneren derechos de carcter administrativo, por lo que el recurso contencioso-administrativo podr ser interpuesto por los administrados en los casos contemplados taxativamente por el artculo 1ro. de la Ley No. 1494 de 1947; que son: a) que se
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trata de actos contra los cuales se haya agotado toda reclamacin dentro de la propia administracin o de los rganos administrativos autnomos; b) que emana de la administracin o de los rganos administrativos autnomos en el ejercicio de aquellas de sus facultades que estn reguladas por las leyes, reglamentos o decretos; c) que vulneren un derecho de carcter administrativo establecido con anterioridad a favor del recurrente por una ley, reglamento, un decreto o un contrato administrativo; d) que constituye un ejercicio excesivo o desviado de su propsito legtimo, de facultades discrecionales conferidas por las leyes, los reglamentos o los decretos; Considerando, que los artculos 7, inciso f) y 30 de la citada Ley No. 1494, disponen textualmente lo siguiente: Art. 7: No corresponde al Tribunal Superior Administrativo: f) las cuestiones de ndole civil, comercial y penal y todas aquellas en que la administracin o un rgano administrativo autnomo obre como persona jurdica de derecho privado; Art. 30: Cuando el Tribunal Superior Administrativo sea apoderado de un recurso para conocer del cual se considere incompetente podr dictar de oficio una sentencia declarando tal incompetencia; Considerando, que en la especie el examen del fallo impugnado y de los documentos a que este se refiere, muestran que el acto administrativo dictado por el Secretario de Estado de Trabajo mediante la Resolucin No. 30-2003, de fecha 5 de junio del 2003, recurrida ante el Tribunal Superior Administrativo, no vulnera un derecho de carcter administrativo establecido por una ley, un reglamento, un decreto o un contrato administrativo a favor de la recurrente, sino que por el contrario, decide acerca de derechos que emanan de un contrato de trabajo existente entre la recurrente Tomidas Corporation, Inc. y su trabajadora seora Mayerling Isabel Fernndez Rojas, o sea, aun asunto civil, lo que excluye al Tribunal Superior Administrativo de la facultad para conocer y decidir acerca de la accin o recurso que pueda tener la parte perjudicada envuelta en la resolucin del Secretario de Estado de Trabajo antes indicada;
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Considerando, que los motivos de derecho as suplidos de oficio por la Suprema Corte de Justicia, demuestran que el Tribunal a-quo hizo una incorrecta aplicacin de los artculos 1, 7 y 30 de la Ley No. 1494 de 1947, ya que al reconocer y establecer que el litigio de que se trata existe entre dos particulares, toda vez que en el caso, el Director General de Trabajo y el Secretario de Estado de Trabajo fueron funcionarios que actuaron en el mismo con jurisdiccin administrativa para dirimir la controversia que les fue sometida, sin que dicha funcin convierta al Estado en parte interesada en la misma, dejan sin ninguna justificacin el dispositivo de su sentencia ahora impugnada, por lo que procede su casacin por va de supresin y sin envo; Considerando, finalmente, que por las circunstancias del caso y por todo lo que se acaba de exponer, as como por interpretacin del prrafo tercero del artculo 20 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin, es forzoso reconocer que la Resolucin No. 30-2003 de fecha 5 de junio del 2003, dictada por el Secretario de Estado de Trabajo, en relacin con el asunto a que se contrae el presente fallo, conserva todos sus efectos legales. Por tales motivos, Primero: Casa por va de supresin y sin envo la sentencia dictada el 15 de octubre del 2004 por la Cmara de Cuentas de la Repblica en funciones de Tribunal Superior Administrativo, cuyo dispositivo se ha copiado en parte anterior del presente fallo; Segundo: Declara que en la materia de que se trata no ha lugar a condenacin en costas. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara de Tierras, Laboral, Contencioso-Administrativo y Contencioso-Tributario de la Suprema Corte de Justicia y la sentencia pronunciada por la misma, en Santo Domingo de Guzmn, Distrito Nacional, en su audiencia pblica del 2 de noviembre del 2005, aos 162 de la Independencia y 143 de la Restauracin. Firmado: Juan Lupern Vsquez, Enilda Reyes Prez, Daro O. Fernndez Espinal, Pedro Romero Confesor. Grimilda Acosta, Secretaria General.
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La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Recurso de Casacin. Imposibilidad de invocar una mala actuacin como medio de casacin cuando se trata de la omisin de una formalidad sustancial requerida para la interposicin vlida de un recurso. Sentencia del 11 de mayo del 2005.
Sentencia impugnada: Cmara de Cuentas de la Re-
pblica, en funciones de Tribunal Superior Administrativo, del 18 de marzo del 2004. Materia: Recurrente: Recurrido: Contencioso-administrativo. EGTT Dominicana, S. A. Ayuntamiento del municipio Santo Domingo Este. CAMARA DE TIERRAS, LABORAL, CONTENCIOSOADMINISTRATIVO Y CONTENCIOSO-TRIBUTARIO.
Casa Audiencia pblica del 11 de mayo del 2005. Preside: Juan Lupern Vsquez.
conformidad con las leyes dominicanas, con domicilio social en la calle Venus No. 3, Esq. Av. Iberoamericana, proyecto Villa Juana, Los Tres Ojos, provincia de Santo Domingo Este, representada por su presidente Yves Garnier Martin, de nacionalidad francesa, portador del pasaporte No. 9710995223, contra la sentencia dictada por la Cmara de Cuentas de la Repblica, en funciones de Tribunal Superior Administrativo, el 18 de marzo del 2004, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones al Dr. Profirio Hernndez Quezada, abogado de la recurrente EGTT Dominicana, S. A.; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica; Visto el memorial de casacin, depositado en la Secretara de la Suprema Corte de Justicia, el 7 de mayo del 2004, suscrito por el Dr. Porfirio Hernndez Quezada y el Lic. Pedro Julio Morla Yoy, cdulas de identidad y electoral Nos. 001-00590090 y 001- 0202924-6, respectivamente, abogados de la recurrente EGTT Dominicana, S. A., en el que se invocan los medios de casacin que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa, depositado en la Secretara de la Suprema Corte de Justicia, el 31 de mayo del 2004, suscrito por el Dr. Jos Francisco Matos y Matos, cdula de identidad y electoral No. 001-0491915-4, abogado del recurrido Ayuntamiento del Municipio Santo Domingo Este; Vista la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley No. 156 de 1997; y los artculos 1, 20 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; 15 y 60 de la Ley No. 1494 de 1947, que instituye la jurisdiccin contencioso-administrativa; La CORTE, en audiencia pblica del 9 de febrero del 2005, estando presentes los Jueces: Juan Lupern Vsquez, Presidente; Julio Anbal Surez, Enilda Reyes Prez, Daro O. Fernndez Espinal y Pedro Romero Confesor, asistidos de la
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Secretaria General, y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere, consta lo siguiente: a) que en fecha 27 de septiembre del 2002, el Consejo de Regidores del Ayuntamiento del Municipio de Santo Domingo Este, aprob autorizar a la administracin municipal a suscribir un contrato para la recoleccin y disposicin final de los residuos slidos domsticos con la EGTT Dominicana, S. A., segn la propuesta presentada por dicha empresa; b) que en fecha 29 de septiembre del 2002 fue suscrito el contrato a que se refiere el prrafo anterior entre el Ayuntamiento del Municipio Santo Domingo Este y la empresa EGTT Dominicana, S. A.; c) que en fecha 23 de septiembre del 2003, el Consejo de Regidores del Ayuntamiento del Municipio Santo Domingo Este, dict su Resolucin No. 102-03, cuyo dispositivo dice lo siguiente: Primero: Otorgar, como al efecto otorgamos, poder tan amplio como fuere necesario a la Administracin Municipal, en la persona del seor Sndico Lic. Domingo Batista, para que en nombre y representacin del Ayuntamiento Santo Domingo Este, realice el procedimiento de rescisin del contrato suscrito entre la EGTT Dominicana, S. A. y esta entidad edilicia para la realizacin de la recoleccin y disposicin final de los residuos slidos (basura) de acuerdo con las disposiciones de los artculos 1134, 1183 y 1184 del Cdigo Civil y los artculos 18 y 19 del contrato suscrito en dicha empresa, en virtud de las constantes violaciones a la obligacin contrada por dicha empresa con el Ayuntamiento Santo Domingo Este, y la imposibilidad de operar en el pas con la cantidad suficiente de equipos propiedad de EGTT Dominicana, S. A., para la realizacin de una efectiva labor de recoleccin y disposicin final de los residuos slidos; Segundo: Ordenar, como al efecto ordenamos, a la administracin municipal a realizar el procedimiento de conciliacin de las facturaciones y valores que alega la EGTT Dominicana, S. A., le adeuda esta entidad edilicia, de acuerdo con las disposiciones de los artculos 17 prrafo 1 y 18 del contrato y en caso de no llegar a un acuerdo se autoriza a la administracin municipal a recurrir a los
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rganos judiciales competentes; Tercero: Autorizar, como al efecto autorizamos, a la administracin municipal a realizar todas las acciones administrativas y operaciones que fueren necesarias para prestar y mantener el servicio de recoleccin, disposicin final de los residuos slidos (basura) y el ornato eficiente en el municipio; Cuarto: Disponer, como al efecto disponemos, que la administracin municipal informe al Consejo de Regidores en un plazo no mayor de 45 das, sobre el procedimiento de rescisin del contrato con la EGTT Dominicana, S. A., y presente una propuesta sobre el sistema a utilizar para la recoleccin y disposicin final de los residuos slidos del municipio; Quinto: Ordenar, como al efecto ordenamos, que la presente resolucin sea remitida a la administracin municipal, para su ejecucin y comunicacin a la empresa EGTT Dominicana, S. A.; d) que en fecha 19 de septiembre del 2003, mediante decisin municipal contenida en el acto No. 113-9-2003, el Ayuntamiento del Municipio Santo Domingo Este comunic a la empresa EGTT Dominicana, S. A., lo siguiente: Primero: Rescindir de pleno derecho el contrato de fecha 28 de septiembre del ao dos mil dos (2002) intervenido entre el Ayuntamiento del Municipio Santo Domingo Este y la EGTT Dominicana, S. A., por incumplimiento de las obligaciones correspondientes a esta ltima y sobre todo por la falta de prestacin del servicio de recoleccin y transporte de residuos slidos en el municipio Santo Domingo Este, desde los meses de noviembre y diciembre del 2002 hasta la fecha y a pesar de las reclamaciones del Ayuntamiento; Segundo: Suspender los pagos de cualquier crdito que tenga la EGTT Dominicana, S. A., con el Ayuntamiento hasta tanto se haga una evaluacin de la cuenta correspondiente y que tambin la EGTT Dominicana, S. A., resuelva las oposiciones de pago establecidas por terceros en manos del Ayuntamiento; Tercero: Ordenar a la EGTT Dominicana, S. A., la suspensin inmediata de la prestacin del servicio contratado en el contrato de referencia y en consecuencia retirar los camiones y el personal de la prestacin de dicho servicio; e) que en fecha 23 de septiembre del 2003, la empresa EGTT Dominicana, S. A., interpuso recurso contencioso-administrativo en contra de la anterior decisin y
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en ocasin de este recurso intervino la sentencia ahora impugnada, cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Declara regular y vlido en cuanto a la forma, el recurso contenciosoadministrativo interpuesto por la razn social EGTT Dominicana, S. A., contra la decisin contenida en el Acto de Alguacil No. 113-9-2003, de fecha 19 de septiembre del ao 2003, emitida por el Ayuntamiento del Municipio de Santo Domingo Este; Segundo: Rechaza en todas sus partes los pedimentos realizados por la parte recurrente a travs de su recurso contencioso-administrativo en referimiento, por carentes de base legal; Tercero: Rechaza en cuanto al fondo el recurso contencioso-administrativo interpuesto por la indicada empresa, por improcedente y carente de sustentacin legal, en consecuencia, confirma en todas sus partes la decisin impugnada por haber sido emitida conforme a derecho; Considerando, que en su memorial de casacin la recurrente propone los siguientes medios: Primer Medio: Violacin a las disposiciones de los artculos 1 y 31 de la Ley No. 1494 de 1947; Segundo Medio: Falta de base legal. Violacin de los artculos 141 del Cdigo de Procedimiento Civil y 29 de la Ley No. 1494 de 1947; Tercer Medio: Violacin de las disposiciones de los artculos 69 y 71 de la Ley No. 834 de 1978; Cuarto Medio: Violacin a las disposiciones del artculo 1184 del Cdigo Civil; Quinto Medio: Desnaturalizacin de los hechos. Fallo ultra petita; Sexto Medio: Errnea aplicacin del principio de conexidad. Violacin al artculo 29 de la Ley No. 834 de 1978; Considerando, que en la primera parte de su primer medio de casacin la recurrente alega, que el Tribunal a-quo viol el artculo 1ro. de la Ley No. 1494 que instituye la jurisdiccin contencioso-administrativa, ya que la decisin que se recurri ante el mismo, fue emanada del Sndico del Municipio de Santo Domingo Este, que actu motu propio y sin la anuencia de la sala capitular de dicho Ayuntamiento, por lo que para que dicho tribunal se considerara competente para juzgar dicho acto debi constatar primero si el mismo fue recurrido por ante el superior jerrquico correspondiente, es decir, ante al consejo de regidores y que al no hacerlo as dicho tribunal
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viol el artculo 1ro. de su propia ley orgnica, que establece que el recurso contencioso-administrativo puede interponerse contra actos sobre los cuales se haya agotado toda reclamacin jerrquica, lo que no ocurri en la especie, por lo que la sentencia impugnada debe ser casada; Considerando, que el artculo 1ro. de la Ley No. 1494 de 1947, que instituye la jurisdiccin contencioso-administrativa, consagra que: toda persona, natural o jurdica investida de un inters legtimo podr interponer el recurso contenciosoadministrativo que ms adelante se prev, en los casos, plazos y formas que esta ley establece, 1ro. contra las sentencias de cualquier tribunal contencioso-administrativo de primera instancia o que en esencia tenga este carcter, y 2do. contra los actos administrativos violatorios de la ley, los reglamentos y decretos, que renan los siguientes requisitos: a) que se trate de actos contra los cuales se haya agotado toda reclamacin jerrquica dentro de la propia administracin o de los rganos administrativos autnomos; b) que emanen de la administracin o de los rganos administrativos autnomos en el ejercicio de aquellas de sus facultades que estn reguladas por las leyes, los reglamentos o los decretos; c) que vulneren un derecho, de carcter administrativo, establecido con anterioridad a favor del recurrente por una ley, un reglamento, un decreto o un contrato administrativo; d) que constituyan un ejercicio excesivo o desviado de su propsito legtimo, de facultades discrecionales conferidas por las leyes, los reglamentos o los decretos; Considerando, que en las motivaciones de la sentencia impugnada consta lo siguiente: que constituye un principio jurdico de aplicacin general, el que dispone que toda jurisdiccin antes de abocarse al conocimiento del fondo del asunto que le es sometido, debe estatuir sobre su competencia y si ha sido o no regularmente apoderada; que toda persona natural o jurdica investida de un inters legtimo, podr apoderar al Tribunal Superior Administrativo, para el conocimiento de los recursos interpuestos contra los actos de carcter administrativo emitidos por los organismos autnomos
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del Estado en ejercicio de las facultades y prerrogativas que le confiere la ley, tal y como acontece en el caso de la especie, cuando dichos actos se reputan violatorios de las leyes, los reglamentos o decretos; que la razn social recurrente EGTT Dominicana, S. A., debidamente representada por su Presidente Yves Garnier Martin, que acta en el presente caso por conducto de su abogado constituido y apoderado especial, Lic Jos Eliseo Almnzar Garca, solicit por ante esta jurisdiccin que se declare la nulidad de la decisin contenida en el Acto de Alguacil No. 113-9-2003, de fecha 19 de septiembre del 2003, contentivo de la decisin emitida por el Ayuntamiento del Municipio de Santo Domingo Este, recurso cuyo conocimiento corresponde a este Tribunal, toda vez que se trata de la impugnacin de un acto de carcter administrativo, emitido por un Ayuntamiento Municipal; Considerando, que conforme a lo previsto por el artculo 5 de la Ley No. 3455 sobre Organizacin Municipal, cada Ayuntamiento estar formado por los Regidores y el Sndico y de acuerdo al artculo 34 de la misma ley, el sndico estar facultado para el cumplimiento de una serie de actuaciones relativas al gobierno municipal, pero bajo la autorizacin y vigilancia del Ayuntamiento; que de esto se desprende, que el sndico es el funcionario que en representacin del Ayuntamiento va a encargarse del gobierno municipal, por lo que tendr a su cargo ejecutar las rdenes que emanen del Pleno del Ayuntamiento esto es, del Consejo de Regidores; Considerando, que en la especie, la decisin recurrida es la contenida en el Acto de Alguacil No. 113-9-2003, de fecha 19 de septiembre del 2003, mediante la cual el Sndico del Ayuntamiento del Municipio de Santo Domingo Este, rescindi el contrato de recoleccin y transporte de desechos o residuos slidos, convenido o pactado entre el ayuntamiento y la empresa recurrente en fecha 28 de septiembre del 2002, por lo que resulta obvio que cualquier inconformidad con esta decisin tena que ser llevada por la recurrente por ante el Pleno de dicha corporacin edilicia, representado por el Consejo de Regidores, en su calidad de rgano superior
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jerrquico del funcionario de quien eman dicha decisin, puesto que dicho consejo ostenta la ltima jerarqua en los asuntos municipales y en consecuencia la recurrente tena que agotar previamente el trmite del recurso jerrquico ante dicho rgano superior, conforme a lo previsto por el citado artculo 1ro. de la Ley No. 1494; Considerando, que si bien es cierto, que la recurrente apoder de forma incorrecta al Tribunal a-quo y de que ahora est invocando su mala actuacin como un medio de casacin, lo que va en contra del adagio jurdico que reza: Nemo Auditur Turpitudinem Suam Allegans (No se oye a quien alega su propia torpeza), no menos cierto es, que en la especie se trata de la omisin de una formalidad procesal requerida por la ley para la interposicin vlida del recurso contenciosoadministrativo, requisito que al ser sustancial no poda ser obviado ni sustituido por otro y esto debi ser observado por el Tribunal a-quo al tratarse de una formalidad de orden pblico relacionada con la organizacin de la jurisdiccin contencioso-administrativa; que al no hacerlo as y declararse competente para conocer dicho recurso, el Tribunal a-quo viol el artculo 1ro. de la Ley No. 1494, que instituye la jurisdiccin contencioso-administrativa, por lo que su sentencia debe ser casada, sin necesidad de ponderar los dems medios del recurso. Por tales motivos, Primero: Casa la sentencia dictada por la Cmara de Cuentas de la Repblica, en funciones de Tribunal Superior Administrativo, el 18 de marzo del 2004, cuyo dispositivo se ha copiado en parte anterior del presente fallo, y enva el asunto por ante el mismo Tribunal; Segundo: Declara que en la materia de que se trata no ha lugar a condenacin en costas. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara de Tierras, Laboral, Contencioso-Administrativo y Contencioso-Tributario de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma, en Santo Domingo de Guzmn, Distrito Nacional, en su audiencia pblica del 11 de mayo del 2005, aos 162 de la Independencia y 142 de la Restauracin.
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Firmado: Juan Lupern Vsquez, Julio Anbal Surez, Enilda Reyes Prez, Daro O. Fernndez Espinal y Pedro Romero Confesor. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Resolucin de la Secretara de Estado de Finanzas. Artculo 62, Cdigo Tributario. Tribunal Contencioso-Tributario sin potestad para estatuir sobre el fondo. Autoridad de la cosa juzgada. Sentencia del 8 de junio del 2005.
Sentencia impugnada: Materia: Recurrente: Recurrida: Tribunal Contencioso-Tributa-
rio, del 16 de diciembre del 2003. Contencioso-Tributario. Direccin General de Impuestos Internos Covinfa, S. A.
Casa Audiencia pblica del 8 de junio del 2005. Preside: Juan Lupern Vsquez.
entonces Procurador General Tributario, Dr. J. B. Abreu Castro, provisto de la cdula de identidad y electoral No. 001-00051945, contra la sentencia dictada por el Tribunal ContenciosoTributario, el 16 de diciembre del 2003, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones a la Dra. Ana Iris Polanco, en representacin del Dr. Csar Jazmn Rosario, como Procurador General Tributario; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica; Visto el memorial de casacin, depositado en la Secretara de la Suprema Corte de Justicia, el 17 de febrero del 2004, suscrito por el entonces Procurador General Tributario, Dr. J. B. Abreu Castro, quien de conformidad con lo previsto en el artculo 150 del Cdigo Tributario, acta a nombre y representacin de la Direccin General de Impuestos Internos, parte recurrente, mediante el cual propone los medios de casacin que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa, depositado en la Secretara de la Suprema Corte de Justicia, el 17 de marzo del 2004, suscrito por el Lic. Eugenio Espino Garca y la Dra. Karen Urea, cdulas de identidad y electoral Nos. 001-0843159-4 y 001-1064137-0, respectivamente, abogados de la recurrida Covinfa, S. A.; Vista la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley No. 156 de 1997, y los artculos 1, 20 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; La CORTE, en audiencia pblica del 23 de febrero del 2005, estando presentes los Jueces: Juan Lupern Vsquez, Presidente; Julio Anbal Surez, Enilda Reyes Prez, Daro O. Fernndez Espinal y Pedro Romero Confesor, asistidos de la Secretaria General, y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo;
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Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere, consta lo siguiente: a) que en fecha 20 de julio del 2001 la Direccin General de Impuestos Internos le notific a la compaa Covinfa, S. A., la Liquidacin a la Declaracin Jurada Anual del Impuesto sobre Viviendas Suntuarias y Solares Urbanos no Edificados; b) que no conforme con dicha liquidacin la empresa Covinfa, S.A., interpuso recurso jerrquico ante la Secretara de Estado de Finanzas; c) que con motivo de dicho recurso la Secretara de Estado de Finanzas dict su Resolucin No. 107-2002, cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Declarar, como por la presente declara, inadmisible por extemporneo el presente recurso elevado por Covinfa, S. A., contra la liquidacin a la Declaracin Jurada Anual de Vivienda Suntuaria y Solares Urbanos no Edificados sobre los bienes propiedad de Covinfa, S. A.; Segundo: Conceder un plazo de quince (15) das a partir de la fecha de notificacin de la presente resolucin, para el pago de la suma adecuada al fisco; Tercero: Comunicar la presente resolucin a la Direccin General de Impuestos Internos y a la parte interesada, para los fines procedentes; d) que sobre el recurso interpuesto el Tribunal ContenciosoTributario dict la sentencia ahora impugnada, cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Declarar, como al efecto declara, la validez del presente recurso contencioso-tributario, en cuanto a la forma, incoado por la firma Covinfa, S. A., en fecha 16 de julio del ao 2002, en contra de la Resolucin No. 107-2002 de fecha 9 de julio del ao 2002, dictada por la Secretara de Estado de Finanzas; Segundo: Desestimar, como por la presente desestima, los dictamenes Nos. 104-2002 de fecha 17 de octubre del ao 2002 y 78-2003 de fecha 23 de junio del ao 2003 del Magistrado Procurador General Tributario por improcedentes y mal fundados; Tercero: Revocar, como al efecto revoca, en cuanto al fondo la presente resolucin No. 107-2002 de fecha 9 de julio del ao 2002, dictada por la Secretara de Estado de Finanzas; Cuarto: Ordenar, como al efecto ordena, la comunicacin de la presente sentencia por Secretara, a la parte recurrente y al Magistrado Procurador General Tributario; Quinto: Ordenar que la presente sentencia sea publicada en el Boletn Judicial del Tribunal Contencioso-Tributario;
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Considerando, que en su memorial de casacin la recurrente invoca los siguientes medios: Primer Medio: Desnaturalizacin de los hechos. Violacin de reglas de procedimiento de orden pblico. Violacin del artculo 141 del Cdigo de Procedimiento Civil. Falta de motivos; Segundo Medio: Insuficiencia de motivos. Falta de base legal; Considerando, que en el desarrollo de los dos medios de casacin propuestos, los que se examinan conjuntamente por su vinculacin, la recurrente alega que el Tribunal a-quo ignor el pedimento planteado por el Procurador Tributario en el sentido de que estaba impedido de estatuir sobre el fondo del asunto, sin antes examinar la validez jurdica del acto recurrido; pero que, de forma inslita no slo estatuy sobre el fondo, sino que procedi a revocar dicho acto sin percatarse de que el mismo fue emitido cumpliendo con las formas y normas procesales previstas por la ley y sin establecer los motivos que demostraran que la resolucin recurrida adoleca de los vicios que ameritaran su revocacin, como inexplicablemente lo decidi dicho tribunal; por lo que dicha sentencia al estatuir sobre la revocacin de la resolucin recurrida, sin ofrecer motivo alguno que demostrara que la misma fue debidamente examinada, no slo viol reglas procesales de orden pblico, sino que dej su decisin carente de motivacin, en franca violacin a lo que dispone el artculo 141 del Cdigo de Procedimiento Civil; que cuando dicho tribunal supone como verdaderos los hechos establecidos en su sentencia, sin examinar que la Secretara de Estado de Finanzas actu correctamente al declarar como extemporneo dicho recurso por violacin al plazo establecido en el artculo 62 del Cdigo Tributario, incurri en una desnaturalizacin de los hechos, al no darles el sentido y alcance inherentes a su propia naturaleza, y esta exposicin imprecisa de los hechos no permiti establecer si se encontraban presentes en dicha sentencia los elementos necesarios para justificarla, lo que hace que la misma carezca de base legal; Considerando, que en las motivaciones de la sentencia impugnada consta lo siguiente: que en torno a lo sustentado por el Magistrado Procurador General Tributario, en el sentido
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de que la parte recurrente procedi tardamente a elevar su recurso jerrquico ante la Secretara de Estado de Finanzas, sobre este particular se advierte, que el hecho de que se haya declarado un recurso inadmisible en la fase administrativa, entindase en la Secretara de Estado de Finanzas (recurso jerrquico), no es bice de que la recurrente pueda interponer el recurso contencioso-tributario ante el Tribunal ContenciosoTributario, siempre que el mismo lo eleve dentro del plazo legal que dispone el artculo 144 del Cdigo Tributario, como es el caso de la especie, por lo que el tribunal entiende que procede rechazar las argumentaciones de dicho funcionario en este aspecto, por improcedentes y mal fundadas; Considerando, que el Tribunal a-quo procedi a revocar la resolucin impugnada,, sin observar que la misma declar inadmisible el recurso jerrquico interpuesto por la hoy recurrida, por violacin del plazo previsto por el artculo 62 del Cdigo Tributario para la interposicin del recurso jerrquico; por lo que, al tratarse de una formalidad sustancial prevista por la ley para la interposicin de dicho recurso, su inobservancia conlleva la inadmisibilidad del mismo, tal como fue decidido por la Secretara de Estado de Finanzas; y esto le impeda al Tribunal a-quo estatuir sobre el fondo del asunto y revocar el cobro de las diferencias de impuestos discutidas, ya que al tratarse del incumplimiento de una formalidad sustancial y de orden pblico, de haberla tomado en cuenta el Tribunal a-quo otra hubiera sido la solucin del caso por tratarse de un asunto con la autoridad de la cosa juzgada; que al no decidirlo as, dicho tribunal incurri en los vicios denunciados por la recurrente, lo que justifica la casacin de la decisin impugnada. Por tales motivos, Primero: Casa la sentencia dictada por el Tribunal Contencioso-Tributario, el 16 de diciembre del 2003, cuyo dispositivo se ha copiado en parte anterior del presente fallo, y enva el asunto por ante el mismo tribunal; Segundo: Declara que en la materia de que se trata no ha lugar a condenacin en costas.
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As ha sido hecho y juzgado por la Cmara de Tierras, Laboral, Contencioso-Administrativo y Contencioso-Tributario de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma, en Santo Domingo de Guzmn, Distrito Nacional, en su audiencia pblica del 8 de junio del 2005, aos 162 de la Independencia y 142 de la Restauracin. Firmado: Juan Lupern Vsquez, Julio Anbal Surez, Enilda Reyes Prez, Daro O. Fernndez Espinal y Pedro Romero Confesor. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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ASUNTOS DE TIERRAS
ASUNTOS DE TIERRAS
Rechaza/Inadmisible Audiencia pblica del 23 de febrero del 2005. Preside: Juan Lupern Vsquez.
Hatey Decamps Jimnez, dominicano, mayor de edad, casado, cdula de identidad y electoral No. 001-0103045-0, domiciliado y residente en esta ciudad, contra la Resolucin No. 013/03 dictada por la Junta Central Electoral el 23 de diciembre del 2003, cuyo dispositivo se copia ms adelante; Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo al Dr. Jos Antonio Columna, abogado de los recurrentes, Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y Lic. Hatuey Decamps Jimnez, en la lectura de sus conclusiones; Odo al Dr. Milton Ray Guevara, actuando por s mismo, y en representacin del Ing. Rafael Hiplito Meja Domnguez, en la lectura de sus conclusiones; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica; Visto el memorial de casacin, depositado en la Secretara de la Suprema Corte de Justicia, el 6 de febrero del 2004, suscrito por el Dr. Jos Antonio Columna, cdula de identidad y electoral No. 001-0095356-1, abogado de los recurrentes, Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y Lic. Hatuey Decamps Jimnez, mediante el cual propone los medios que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa, depositado en la Secretara de la Suprema Corte de Justicia, el 23 de febrero del 2004, suscrito por el Dr. Milton Ray Guevara, Licdos. Ambiorix Daz Estrella, Tefilo Rosario Martnez, Jess Coln y Dres. Juan Isidro Marte y Geanilda A. Vsquez, cdulas de identidad y electoral Nos. 031-0109157-1, 031-0094148-7, 001-04967807, 001-0361977-1, 001-0112371-9, 001-0046304-4, abogados del Ing. Rafael Hiplito Meja Domnguez y del co-recurrido, Dr. Milton Ray Guevara; Visto el escrito ampliatorio de conclusiones depositado en la Secretara General de la Suprema Corte de Justicia, el 2 de febrero del 2005, suscrito por el Dr. Jos Antonio Columna, a nombre de los recurrentes;
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Vista la Resolucin No. 1219-2004, dictada por la Suprema Corte de Justicia, la cual declara el defecto de los co-recurridos Junta Central Electoral, Dr. Milton Ray Guevara, Tony Raful, Hctor Grulln Moronta, Tirso Meja Ricart Guzmn, Ing. Jacobo Fernndez, Dra. Milagros Ortiz Bosch, Dr. Rafael Suberv Bonilla, Dr. Emmanuel Esquea Guerrero, Dr. Antoliano Peralta Romero y Dr. Elpidio Ramrez; Vista la Resolucin No. 1514-2004, dictada por la Suprema Corte de Justicia el 1ro. de noviembre del 2004, la cual dice as: Primero: Modifica la resolucin de fecha 20 de septiembre del 2004, dictada por esta Corte, en lo que se refiere exclusivamente al co-recurrido Dr. Milton Ray Guevara, cuyo dispositivo se ha copiado en parte anterior de la presente decisin y por tanto lo excluye de la misma; Segundo: Ordena comunicar por secretara la presente resolucin a las partes interesadas; Vista la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley No. 156 de 1997, y los artculos 1 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; La CORTE, en audiencia pblica del 2 de febrero del 2005, estando presentes los Jueces: Juan Lupern Vsquez, Presidente; Julio Anbal Surez, Enilda Reyes Prez, Daro O. Fernndez Espinal y Pedro Romero Confesor, asistidos de la Secretaria General, y despus de haber deliberado, los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que el examen del expediente pone de manifiesto lo siguiente: a) que en fecha 23 de diciembre del 2003, la Junta Central Electoral, por rgano de su Cmara Contenciosa Electoral, dict la Resolucin No. 013/03, cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: En cuanto al Comit Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Dominicano (PPRD), se reconoce que su matricula es de Seiscientos Un (601) miembros titulares, los cuales se desglosan de la siguiente manera: Quinientos Treinta y Un (531) personas comunes en ambos litados, por ser este nmero el resultante de la comparacin de esas nminas, consustanciales a los cotejos y verificaciones hechos por esta Cmara Contenciosa de la Junta
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Central Electoral, con los documentos y pruebas aportadas en la litis por ambas partes; adicionndose la cantidad de Setenta (70) Senadores y Diputados, que no estn en ambos litados, que adquieren la calidad de miembros del Comit Ejecutivo Nacional, en virtud de lo establecido en los Estatutos Generales del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en su artculo 27, letra j ; cuya nmina se compone por las siguientes personas: Abinader Was Jos Rafael, Abreu Blonde Robinson Generoso, Abreu Duarte Nurys Altagracia, Abreu Gmez Silvestre, Abreu Polanco Ana Adalgiza del Carmen, Acevedo Ana Mara Marcelino, Acosta Rolando, Acosta Ivelise del Carmen, Acosta Facundo de Jess, Acosta Nicols, Acosta Portorreal Fernando Enrique, Adames Flix Julio, Adames Tejada Leonardo Antonio (Nano), Agramonte Alcequiez Ramn, Alburquerque Ramrez Flix, Alburquerque Gonzlez Mariano Augusto, Alcntara Valdez Venancio, Alegras Soto Pedro Jos, Alemn R. Bernardo, Alexis Eduardo, Almonte Alejandro Alberto, Alvarado de Estvez Bienvenida Alt. Dna. An., Alvarez Larancuent Domingo Alberto, Alvarez Santana Nstor Julio, ngeles De Len Ins Bibiana, ngeles Surez Jos Rafael, Ares Guzmn Julia Elizabeth, Ares Maldonado Jos Desiderio, Arias Mota Julio Csar, Aristy Caraballo Mximo Arismendy, Aristy Pereyra Hctor Emigdio, Asencio Burgos Deligne Alberto, Ayala Portorreal Valentn Andrs, Aybar Meja Jimmy, Bez Gonzlez Vctor Manuel (Manoln), Bez Leonardo Alejandro Alberto, Bez Prez Rafael Antonio (Cucullo), Balderas Snchez Jacobo, Basora Ramn, Bastarda Torres de Prez Perfecta (Iris), Batista Manuel Confesor, Batista Fantasa Bolvar, Batista Jimnez Ramn Anyolino, Batista Ramrez Domingo Alberto, Bautista Andrs Rafael,Bautista Francisco, Bautista Garca Serafn Wilfredo, Bautista Garca Porfirio Andrs, Bautista Lpez Juan, Bautista Ramos Jos Eligio, Bautista Soldevilla Dionisio Antonio, Bello Rosa Virgilio, Beltr Patria, Bentez Rafael, Benoit Francisco, Blanco Castillo Henry Fernando, Boneti Toribio Camilo Jos Alexandro, Bonilla Virgilio (fallecido), Bournigal Mena, Mario Rafael, Brand Lora Antonio, Brazoban Gonzlez Anastasio, Brens Vctor, Brito Bienvenido, Braown Caldern Edmundo, Bueno Patio Ramn Antonio Bueno Peralta Mara Ignacia,
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Buret Tavares Juan De Cruz, Burgos Espinal Sabas Antonio, Cabral Vda. Pea Gmez, Alba Ma. Antonia (Doa Peggy), Cabrera Leonel, Cabrera Wilson Rafael, Cabrera Csar, Cabrera Vctor, Cabrera Espinal Claudio Guillermo, Cabrera Febrillet Felipe Neris, Cabrera Izquierdo Ramn, Cceres Troncoso Manuel Altagracia (Meme), Caldern Martnez Rafael Porfirio, Camacho Vicente, Camacho Almonte Perfecto, Camarena Germn, Campillo Celado Salvador Octavio, Campusano Tavarez Alexandro, Candelario Hernndez Ligia Altagracia, Cano Gonzlez Francisco Jos, Caraballo Evarista, Carvajal Martnez Rafael Antonio, Casado Batista Manuel Confesor, Casalinovo Reynaldo del Carmen, Castellanos Ernesto, Castillo Felicia, Castillo Cordero Rafael Eduardo G., Castillo Espinosa Rafael Librado (Patica), Castillo Lugo Toms Daro, Castillo Mesa Radhams, Castillo Pea Juan Francisco, Castillo Pena Ramn Mara, Castillo Velsquez Milciades, Castro Daman, Castro de Castillo Luz del Carmen, Castro De Pea Gabino, Castro Matos Rafael (Fellito) Castro Salas Nicomedes Napolen, Cedeo vila Cesar Julio, Cedeo vila Rubn Daro, Cedeo Divisin Jos Antonio, Cedeo Arache Eugenio, Cepeda Felipe Alberto, Cepeda Rigoberto, Cepeda Marquz Terencio de Jess (Tero), Cspedes Vctor, Cevallos Martes Ramn Mara, Chahn Mercedes Soraya Mara, Charles Cheri Ase, Chavez Castellano Luis Jos, Coco Cristbal, Collado Rafael, Coln Arache Marcos Jess, Coln Cruz Antonio Bernabel, Coln Veras Ramn Porfirio, Contreras Meja Bienvenido Feneln, Cordero Juan Antonio, Corona Ana Joaquina, Correa Rogers Rafael Fernando (Rafuche), Cosme Salvador, Cruz Jaime Csar, Cruz Durn de Mercado Altagracia Mercedes, Cruz Pichardo Danlo, Cruz Pichardo Nstor Julio, Cruz Snchez Feliberto, Cuello Eduardo, Cueto Russo David Ernesto, Dleo Ramrez Orgenes, Davance Juan Prospero, De Jess Daro, De la Cruz Mara Estela, De la Cruz Abad de La Rosa Nemencia Amancia, De la cruz de Ferreras Flavia Altagracia, De la Cruz Mauricio Jos Joaqun, De la Cruz Santana Fermn, De la Rosa Apolinar, De la Rosa Nelson, De la Rosa Ruiz Mirlan Antonia, De Len Cruz Antonio ( Chiche), De Len Cruz Martnez Lazaro Mara, De los Santos Eridania, De los Santos Pineda Pedro Alberto, De los
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Santos Reyes Anbal, De Rosario Emilia Estela, Decamps Cceres Vctor Manuel, Decamps Jimnez Hatuey, Del Rosario Valdez Jos Daniel (Danilo), Del Villar Antonio, Del Villar Juan, Del Villar Aristy Fabin Antonio, Delgado Lara Francisco, Delgado Snchez Luis Rafael, Daz Rafael, Daz Jos Mara (Tila), Daz Belliard Anbal, Daz De la Cruz Carmen Yolanda, Daz de Ramrez Dolores, Daz Estrella Ambiorix, Daz Filpo Rafael Ramn, Daz Filpo Cesar, Daz Matas Herminio (La Penda), Daz Medina Flix Miguel, Dipp Billini Cotubanama, Disla Juan Jos, Domnguez Abreu Marcelino, Domnguez Cruz Franklyn Antonio, Domnguez Rodrguez Hctor Paulino (Papn), Dotel Dotel Julio Csar, Drullard Espinal Altagracia Julia, Durn Garden Toms Emilio, Durn Jaquez Martn, Encarnacin Juan Jos, Encarnacin Cristian, Encarnacin Julio, Encarnacin Montilla Ramona Cataliza, Escotto Veloz David, Espinal Fernndez Juan Rafael Antonio, Espinal Reyes Justianao de Jess (Nano), Espinal Tactuk Alexis Anthony, Espino Fermn Ramiro, Espinosa Jos, Esquea Bodden Roberto Emilio, Esquea Guerrero Emmanuel Tristan, Estvez Juan A., Estvez Luna Pedro Julio, Estvez Peralta Domingo Antonio, Estella Orlando, Evangelista Monegro Pedro Augusto, Febrero Enresto, Flix Aponte Ana Mara, Flix Carbuccia Hctor Sucre, Flix Gmez Agustn Antonio, Feris Iglesia Jess Manuel Jorge, Fermn Nuesi Graciela, Fernndez Matos Jacobo Eugenio (Jacobito), Ferreira Azcona Norman Augusto, Flores Estrella Rafael Antonio de Jess, Flores Familia Flix Manuel, Franco Badia Pedro Antonio, Franco Pichardo Franlin Jos, Fras Jorge, Galvez Capellan Marcelino, Garca Alejandrina, Garca Mayra Blasina, Garca Candelario Carlos Gabriel, Garca De Len Anbal Amparo, Garca Duverge Anbal, Garca Fermn Franklyn, Garca Francisco Miguel Angel, Garca Len Altagracia Ins, Garca Ramrez Jos Dolores, Garca Tineo Salomn, Gaspar Prez Victoria, Gil Batlle Juan (Jhonny), Gil Carreras de Rodrguez Severina, Gilraldi Rua Juan Santos (Jean), Ginebra Camilo Federico Arturo, Gmez Celeste, Gmez de Snchez Luz del Carmen, Gmez Lizardo Ramn Arcadio (Pedro), Gmez Peralta Facundo de Jess,Gmez Sarete Felipa, Gonzlez Acosta Juan Antonio (Mc Covey), Gonzlez Freddy Rafael, Gonzlez Ruddy, Gonzlez Burel Julio
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Antonio, Gonzlez Canahuate Luis Almanzor, Gonzlez Cruz Rafael Enrique, Gonzlez Durn Yrma Blgica, Gonzlez Guevara Julio Csar, Gonzlez Snchez Jos Altagracia, Gonzlez Vsquez Virgilio Manuel, Goris Fernndez Ramos Arturo, Gripillo Placeres Alonso, Guaba Jos Antonio (Tony), Guerrero Leivin Esenobel, Guerrero Castro Hctor Juan Bosco, Guerrero Prats Ramrez Francisco Manuel (Fran), Hasoury Das Manuel Elas (Manolito), Hazoury Tomes Zeky, Herasme Pea Nidia Altagracia, Herasme Pea Ramn Emilio (Millin), Hernndez Jess Mara, Hernndez Alberto Toms Gregorio, Herrera Daz David, Holgun Demetrio, Imbert Gary, Jana Tactuk William Saln, Jquez Gladis Mara, Jquez Cruz, Eligio, Jquez Peguero Hilario, Jquez Rodrguez Angela Altagracia, Jerz Vsquez Juan Roque, Jimnez Prspero, Jimnez Ramn Emilio, Jimnez Juan, Jimnez Benoit Juan Anselmo, Jimnez Cadet de Acosta Iberia Altagracia, Jimnez Castro Rafael de Jess, Jimnez Castro Rafael de Jess, Jimnez Clemente Daro Magdaleno, Jimnez de los Santos Sita, Jimnez Hernndez de Mont. Sonia, Jimnez Ortiz Teodoro, Jimnez Reyes Francisco, Jorge Blanco, Salvador, Jorge Mera Orlando, Lalane Demorizi Senencio, Lalane Martnez Carlos Bartolom, Lanfranco Otaez Jos Antonio, Lara Mara, Lara Andujar Luis D., Larancuent Nez Csar Federico, Lasose Figueroa Vctor Luis de Jess, Lazala Fabin Bienvenido Antonio, Lazala Otaez Candido, Lazada Vda. Terrero Mercedes, Ledesma Alcntara Aquiles Leonel, Leguisamn Elsa, Liriano Jos Antonio, Liz Fausto Enrique, Liz Oliva, Lpez Jos Antonio, Lpez Orlando, Lpez Jimnez Rosario Altagracia, Lpez Sol Fausto, Lora Salvador, Lorenzo Ramrez Amadeo, Loweski Paulino, Jos, Lozano Bueno Manuel de Jess, Lugo Alemn Juan Agustn, Lulo Gitte Ruben, Luna Henrquez Nelson, Luna Santos Pedro Antonio, Luna Silverio de Husler Sencin, Mainardi Reyna Vda. Cuello Luz Carolina, Maldonado Primitivo, Maldonado Castro Juan, Mangual Navarro Fernando, Man Juan, Manzanillo Liriano Vctor Manuel, Marcano De los Santos Jos del Carmen, Mariez Rosario Julio Luis Antonio, Marmolejos Noe, Marmolejos Frica Flix Manuel, Marquez Luis Antonio, Marte Nelson, Marte Durn Josefina Altagracia, Marte Familia Casimiro Antonio, Martnez Julio
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Csar, Martnez Milagros del Carmen, Marrnez Ernestina, Martnez Jos, Martnez De la Cruz Jess Mara (Churchil), Martnez Martnez Jos, Martnez Persia Luciano A. Bernardino, Martnez Villamn Altagracia, Mastrolilli Enzo, Mateo Manuel Antonio, Matas Csar Augusto (Yayo), Matas Prez Csar Augusto, Matos Andrs (Licho), Matos Segura Euclides, Mayer Emilio, Medina Ramn, Medina Guerrero de Rodrguez Octavia Anglica, Medina Prez Pramo Hungra, Medina Reynoso Eladia, Medrano Bolvar, Meja Domnguez Hiplito Rafael, Meja Guzmn de Marrero Magda Eleonora, Meja Leonardo Isabel, Meja Ricart Guzmn Tirso Flix, Mndez Ramn Rafael, Mndez Alejo Rafael Mara, Mndez de Soto Esthela Milagros, Mndez Mndez Vctor Toms, Mendieta Prez Osvaldo Guarionex, Mendoza Marino, Mendoza Rodrguez Fausto Marino, Mesa Radhams, Mesa Velsquez Huraldo, Meyreles de Lomos Jos Ral, Miguel Castillo Faruk Idelfonso, Minaya Eladio, Mireles Lizardo Elpidio Rafael, Montero Rafael (Pancho), Montes de Oca Fabio Ramn, Montes de Oca, Mario, Montilla Martnez Rafael Quintino, Mora Dotel Scrates, Morales Csar, Morales de Daz Sencin Bahirma, Morales Vilorio Juan Antonio, Moreta Vicente, Moreta Prez Ramona, Muoz Acosta Sucre Antonio, Najri Cesan Jos Antonio, Neumann Hernndez Ilana, NG De la Rosa Siquio Augusto, Nivar de Fernndez Norah, Nez Agramonte Hugo Rafael, Ogando Valenzuela Claudio Idelfonso, Oea Linares Ramn Anbal, Ortega Alvarez Elpidio Jos Francisco, Ortiz Ramn Antonio, Ortiz Bienvenido, Ortiz Bosch Milagros Mara, Ovalle David, Ovalle Jos, Oviedo Campos Miguel del Carmen, Pacheco Osoria Alfredo, Pantalen Jos Francisco, Pared Gmez Angel Amado, Paredes Aponte Cristian, Paredes Meja Ramn, Paulino crdenas de Sols Sara Emilia Altagracia, Paulino Prez Salomn Antonio, Peguero Flix Mara, Peguero Meja Camilo Esmiro, Pellerano Morillo Fernando Manuel, Pea Julin, Pea Angela, Pea Daro, Pea Tarcila, Pea Castillo Viriato Arsenio, Pea Guaba Luz del Alba, Pea Pea Wilfredo, Pea Tavares Francisco Antonio, Penzo Jos, Penzo Javier Mara Milagros, Pea Luis Ramn, Pea Garca Celestino, Pealo Torres Rubn Daro, Peralta Anbal, Peralta Nidia Milena, Peralta Peralta Ramn Anto482
nio, Perdomo Encarnacin Tiburcio, Prez Dignocrates, Prez Maria Elena, Prez Freddy, Prez Alvarado Jorge Luiz, Prez Carvajal Ramn Enrique, Prez Cid Alfonso, Prez Cruz Paulino Antonio, Prez Guzmn Adolfo, Prez Mjica Juan de Jess, Prez Ramrez Nelsy Mara, Prez Rodrguez Fidelina Altagracia, Petiton Domingo,Pichardo Danlo, Pichardo Jess Flix Jos, Pichirilo Agesta Julio Csar, Pierret Marisela (Marisol), Pimentel Jos, Pimentel Hctor, Pimentel Fabin Amauris Antonio, Pimentel Gmez Ramn Antonio, Pimentel Meja Manuel Julio, Pimentel Valenzuela Jos Eduardo, Pia Rafael Bolvar, Pia Vidal Martn, Polanco Germn, Polanco Soto Otilio, Porcella Diana, Porcella Len Leonardo Antonio (Nano), Portes Garca Georgina Mercedes, Prats Ramrez de Prez Ivelisse de la Bernardit., Puello Jos Omar, Puello Jos Omar, Puello Manuel Eusebio, Quinez de Solano Dolores Altagracia, Raful Tejada Tony, Ramrez Ramn Morelio, Ramrez Teseo, Ramrez Batista Eusebio Teofilo, Ramrez Feliz Benjamn Antonio, Ramrez Morales Reyes Azquilino, Ramrez Ogando Pablo Miguel, Ramrez Prez Manuel Emilio, Ramrez Ramrez Elpidio, Ramrez Ramrez Eulalio, Ramos Jos Eligio, Ramos Garca Guillermo Radhams, Ray Guevara Milton, Regalado Ramos Modesto Heriberto, Reyes Rosario, Reyes Toms, Reyes Galn Glvis, Reyes Aguirre Prestor Alejandro, Reyes Brito Juan Benito, Reyes Pimentel Agapito, Reyes Ramrez Enriquillo, Reyes Rodrguez Emilio Rafael (Milo), Reynoso Digna, Reynoso Garca Ana Antonia, Reynoso Rodrguez Angela, Reynoso Rosa Modesto Antonio, Ridchardson Grecia, Rincn Khoury Reynaldo de Jess, Ripoll Santana Zacaras, Roa Toms Lorenzo, Rodrguez Julio Nolasco, Rodrguez Adames Dagoberto, Rodrguez Batista Ivan Leonidas, Rodrguez de Garca Ana Julia, Rodrguez Gmez Radhames Alcides, Rodrguez Grulln Flix Manuel, Rodrguez Guzmn Jos Ulise, Rodrguez Soldevilla Jos Altagracia, Rodrguez Sols Manuel Enrique, Rodrguez Valerio Octavio Radhams, Rojas Zoila, Rojas Ramn Antonio, Rojas Herrera Ciriaco Anbal, Roas Nina Domingo Porfirio, Romano Mota Teodoro, Rondn Inocencia Altagracia, Rosario Antonio, Rosario Martnez Teofilo, Rosario Montero Federico, Rosario Ramrez Anbal, Rossi Tejada Angel Remedios, Ruiz
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Rosado Fabio Gustavo, Ruiz Villar Jos Antonio, Russo Fernndez Pedro, Rutinel Domnguez Csar Santiago (Tony), Salazar Sim Hernani Ernesto de Jess, Salce Lpez Mara del Carmen, Saldivar Mota Osvaldo Antonio, Salvador William de Jess, Salvador Jimnez Melania, Snchez Carmen, Snchez Mara, Snchez Juan Ramn (Guacho), Snchez Baret Vicente, Snchez Baret Sofia Leonor, Snchez Carrasco Manuel Alberto, Snchez Mateo Fabio, Snchez Morales Altagracia, Snchez Rosario Bernardo, Snchez Santos Anbal, Snchez Serrano Modesto Antonio Snchez Tejada Mara Cristina, Snchez Torres Csar Domingo, Snchez Urea Joaqun Altagracia, Snchez Vda. Bonilla Fanny, Santaella Santos Roberto Anbal, Santamara Medina Viviana Susana del Carmen, Santana Melito, Santana Radhams, Santana Tomas, Santana Agosto Isidro Mara, Santana cuevas Francisca, Santana de Bez Betzaida Mara (Manola), Santana Gilamo Rafael Bdo., Santana Ramrez Ramn Arcanbel, Santana Snchez Manuel, Santiago Juan de la Cruz, Santos Hctor, Santos Badia Rafael, Santos Rodrguez Jos Alejandro, Sarante Mercedes Rafael Amable, Sacrfullery Martnez Nimio, Segura Ferreras Mrtires, Sijas Garca Enrique Miguel Ant., Serraf Henry, Serulle Tavar Elas Raya, Solimn Francisco, Sosa Carmen Ftima, Sosa Engrand Ana Camelia, Sosa Morfa Virgilio, Sosa Prez Rafael, Soto Norberto, Soto Vctor Milciades, Soufront Heredia Carlos, , Suard Santana Nazario, Surez Osvaldo, Suberv Bonilla Rafael Antonio, Suero Ruiz Vicenta (Yolandita), Taule Maon Mxime Emile, Tavarez Rosa, Taveras Milagros, Taveras de los Santos Melida, Taveras Rosario Rafael Francisco (Fafa), Tejada Pea Luis, Terrero Volquez Israel, Thevenin de Espinal Luz del Alba, Tomen Lembecke Francisco Jos, Tineo Francisco Guillermo, Tineo Nez Pedro Antonio, Tio Fernndez Vctor Elmer, Tirado Calcao Raymundo Daniel, Tolentino Dipp Hugo, Torres Antonio, Torres Virgilio, Torres Mario, Torres Beltre Isidro, Urbaez Brazn Rafael Antonio, Valdez Mara, Valdez Nez Antoln, Valdez Veras Luis, Vallejo de los Santos Luis Mara, Vargas Jos Eugenio (Jengo), Vargas Fantino, Vargas Gradia, Vargas Castellanos Pascual, Vargas genao Nicodemes Carracciolo, Vargas Maldonado Octavio Antonio (Miguel),
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Vsquez Castro Miguel, Vsquez Almnzar Geanilda Antonia, Vsquez Martnez Jess (Chu), Vsquez Martnez Leuis Guillermo, Vda. Fernndez Adelissa, Vda. Gonzlez Carmen, Vda. Terrero Mercedes, Vega Imbert Jos Augusto, Velsquez de Prez Amalia, Ventura Soriano Juan de Dios, Veras Cabrera Marcos Antonio, Victorio Espinal Juan Rafael, Vidal Martn, Vidal Braites Fermn, Villa Burgos Zoila Dolores, Villamn Vargas Jos Manuel de Jess, Villar Antonio, Villar Snchez Juan Ramn (Guacho), Zapata Jos Juan (Ricki); Segundo: En cuanto a la validez de las dos convocatorias al Comit Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), ara reunirse de manera extraordinaria, el da quince (15) de noviembre del ao 2003, una en el Hotel El Embajador del Distrito Nacional, y la segundo en la calle Augusto Snchez Nmero 52, sector de Naco, Distrito Nacional, convocadas la primera por una tercera parte de los miembros del Comit Ejecutivo Nacional, y la segunda por el Lic. Hatuey De Camps y el Lic. Flix Alburquerque, en sus calidades de Presidente y Secretario de Actas del Comit Ejecutivo Nacional (CEN), que a su vez representan a la parte en litis; los seores Ing. Ramn Alburquerque, Dr. Jos Rafael Abinader y Lic. Flores Estrella, declarar ambas convocatorias vlidas por haber sido hechas de conformidad a los Estatutos Generales del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y por no constituir las indicadas formas de convocar ningn medio de nulidad; Tercero: En cuanto a la demanda en validez y nulidad de las reuniones realizadas el da quince (15) de noviembre del ao 2003, la primera en el Hotel El Embajador, Distrito Nacional y la segunda en la calle Augusto Snchez No. 52 del Distrito Nacional, suscrita por los seores Lic. Tony Raful, Dr. Tirso Meja Ricart Guzmn, Ing. Hiplito Meja, Dra. Milagros Ortiz Bosch, Dr. Rafael Suberv Bonilla, Dr. Emmanuel Esquea Guerrero, Dr. Milton Reay Guevara, Dr. Elpidio Ramrez, Dr. Hctor Grulln Moronta y Dr. Antoliano Peralta Romero, se decide: a) en cuanto a la forma se declara regula y vlida por ser intentada de conformidad a nombras legales y estatutarias; b) en cuanto al fondo se acoge en toda sus partes y en consecuencia se declara vlida la reunin Extraordinaria del Comit Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario
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Dominicano, reunido en el Hotel El Embajador, convocada por los seores Dra. Milagros Ortiz Bosch, Dr. Rafael Suberv Bonilla, Dr. Emmanuel Esquea Guerrero e Ing. Hiplito Meja, por cumplir con las disposiciones estatutarias y las leyes vigentes en materia electoral por tener el qurum vlido para sesionar segn se establece por esta resolucin y por tanto sus decisiones son oponibles a todos los interesados y miembros del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), con todos sus efectos jurdicos; c) en cuanto a la segunda reunin extraordinaria celebrada en la casa No. 52 de la calle Jos Augusto Snchez, local de la Internacional Socialista, se declara nula por no reunir la misma el qurum necesario establecido mediante esta resolucin, de conformidad a los Estatutos Generales del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), para sesionar vlidamente y por tanto sus decisiones no surten efectos jurdicos frente a los miembros del PRD o de cualquier interesado; Cuarto: Ordenar que la Cmara Administrativa de la Junta Central Electoral en virtud de lo que establece el articulo 6, letra i, de la Ley Electoral No. 275/ 97 de fecha 21 de diciembre de 1997, modificada por la Ley 02/2003, fiscalice el proceso convencional organizado por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), a fin de que el mismo se desarrolle de acuerdo a los estatutos y al reglamento elaborado para dicho evento; Quinto: Ordenar a la Secretara General de la Junta Central Electoral visar la lista de los miembros titulares del CEN del PRD, resultante de esta decisin y de conformidad al Art. 47, prrafo final, de la Ley 275/97, y en tal sentido comunicarle al Presidente y al Secretario General de dicho partido la nmina oficial de su Comit Ejecutivo Nacional, el cual slo podr ser modificada de conformidad a las disposiciones de sus estatutos y las disposiciones legales sobre el particular; Sexto: Ordenar la reapertura del registro de inscripciones para que puedan inscribirse como precandidatos cualquier miembro del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que aspire a la nominacin presidencial para las elecciones del 16 de mayo del 2004, y que cumpla con las normas estatutarias y reglamentos vigentes en dicho partido; Sptimo: Declarar como al efecto declara, inadmisible la intervencin del Lic. Osval Antonio Saldvar Mota mediante
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Acto No. 3805-03, del 17 de diciembre del 2003, notificada por el ministerial Vicente Martn Rubiera Reyes, por improcedente, mal fundada y carente de base legal; Octavo: Ordenar que la presente resolucin sea publicada conforme a la ley y notificada a la Cmara Administrativa de la Junta Central Electoral, a las partes envueltas en la presente litis, y a los partidos polticos reconocidos; b) que contra esa resolucin interpusieron recurso de casacin el Partido Revolucionario Dominicano y el Lic. Hatuey Decamps Jimnez, segn memorial introductivo depositado en la Secretara General de sta Corte el da 6 de febrero del 2004; Considerando, que contra la resolucin impugnada los recurrentes proponen los siguientes medios de casacin: Primer Medio: Quebrantamiento del artculo 1315 del Cdigo Civil y 6, literal C, numeral I de la Ley Electoral No. 275/ 97. Violacin al derecho de defensa, la contradiccin, el debido proceso y la libertad de asociacin y reunin. Artculo 8, numeral 2, literal J y numeral 7 de la Constitucin de la Repblica. Exceso de poder y pronunciamiento ultrapetita; Segundo Medio: Censura a los motivos de hecho; Defecto de motivos y desnaturalizacin de los hechos de la causa; Considerando, que a su vez los co-recurridos comparecientes Ing. Rafael Hiplito Meja Domnguez y Dr. Milton Ray Guevara, en su memorial de defensa proponen que sea declarado inadmisible el recurso de casacin de que se trata, por infundado, carente de base legal y contrario a las disposiciones de los artculos 63 y 92 de la Constitucin de la Repblica, as como del artculo 74 de la Ley Electoral No. 275/97 y sus modificaciones; Considerando, que igualmente el Procurador General de la Repblica en su dictamen ha concluido en el sentido de que se declare inadmisible el recurso de casacin a que se contrae este fallo de conformidad con lo que establece el artculo 1 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin, agregando en audiencia, que dejaba a la soberana apreciacin de esta Corte la solucin del caso;
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Considerando, que de acuerdo con el artculo 1 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin: Art. 1.- La Suprema Corte de Justicia, decide como Corte de Casacin, si la Ley ha sido bien o mal aplicada en los fallos en ltima o en nica instancia pronunciados por los tribunales del orden judicial. Admite o desestima los medios en que se basa el recurso, pero sin conocer en ningn caso del fondo del asunto; Considerando, que la Constitucin de la Repblica establece que la Nacin Dominicana est organizada en un Estado de Derecho, cuyo gobierno se divide en Poder Legislativo, Poder Ejecutivo y Poder Judicial, los que tienen nicamente las atribuciones determinadas por la propia constitucin y por las leyes; Considerando, que las atribuciones de la Suprema Corte de Justicia estn contenidas en el artculo 67 de la Constitucin de la Repblica, sin perjuicio de las que puedan atribuirles las leyes como son las dispuestas en la Ley sobre Procedimiento de Casacin; Considerando, que en relacin con nuestro sistema electoral, el artculo 92 de la Constitucin dispone lo siguiente: Las elecciones sern dirigidas por una Junta Electoral y por Juntas dependientes de sta, las cuales tienen facultad para juzgar y reglamentar de acuerdo con la Ley; lo que significa y as se ha interpretado ese texto constitucional desde que fue promulgado, que las decisiones de la Junta Central Electoral en la materia que le corresponde, no pueden ser anuladas, ni modificadas, ni sustituidas por la accin de ninguna otra institucin del Estado, sino por la de la propia Junta, en los casos que lo permite la ley; Considerando, que de acuerdo con el artculo 67 de la Constitucin de la Repblica, corresponde a la Suprema Corte de Justicia conocer de los recursos de casacin de conformidad con la ley; Considerando, que la Ley Electoral y las que la complementan, fieles en su texto a las normas superiores de la constitucin que ya se ha citado, en ninguna de sus
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disposiciones autoriza el recurso de casacin por ante la Suprema Corte de Justicia, contra las decisiones de la Junta Central Electoral ni ningn otro recurso por ante ningn otro tribunal del orden judicial; Considerando, que en tal sentido el prrafo II del artculo 6 de la Ley Electoral No. 275-97 del 21 de diciembre de 1997, modificado por el artculo 1 de la Ley No. 02-03 del 7 de enero del 2003, dispone que: Las decisiones de la Junta Central Electoral dictada en ltima o en nica instancia son irrevocables y no pueden ser recurridas ante ningn tribunal, salvo en los casos en que la ley autorice los recursos de revisin, o cuando juzgado en nica instancia, aparezcan documentos nuevos que, de haber sido discutidos, podran eventualmente variar la suerte final del asunto de que se trate. Este recurso, por excepcin, solo podr ejercerse una vez; Considerando, que, en consecuencia para que las decisiones de la Junta Central Electoral dictadas en ltima o en nica instancia puedan ser susceptibles del recurso de casacin, es preciso que la misma ley que organiza y reglamenta el funcionamiento de dicho organismo o una ley especial as lo establezca expresamente, lo que no ocurre en la materia de que se trata, puesto que tal como lo dispone el texto legal que acaba de copiarse son irrevocables y no pueden ser recurridas ante ningn tribunal; Considerando, que cuando la ley suprime todo recurso contra una decisin, lo hace por razones de inters general y no pueden las partes, an cuando estn de acuerdo, interponer recurso alguno contra la misma; que, por consiguiente, el tribunal apoderado debe pronunciar an de oficio la inadmisibilidad del recurso que se interponga en tales casos; Considerando, que en la audiencia celebrada por sta Corte el co-recurrente Lic. Hatuey Decamps Jimnez, solicit el sobreseimiento o aplazamiento del recurso de casacin hasta tanto sea conocido y fallado el recurso de inconstitucionalidad parcial introducido por accin directa ante el Pleno de la Suprema Corte de Justicia, mediante instancia del 8 de diciembre del 2004; pero,
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Considerando, que ninguna disposicin legal obliga a la Suprema Corte de Justicia, como Corte de Casacin, a sobreseer el conocimiento y solucin de un recurso de casacin, resultando por consiguiente improcedente el pedimento formulado en tal sentido, ya que las nicas conclusiones que deben formularse ante esta corte son aquellas que se derivan del recurso de casacin y que estn contenidas en el memorial introductivo; Considerando, que las conclusiones de sobreseimiento as presentadas atribuyen al recurso de inconstitucionalidad en que se fundamentan un carcter suspensivo que no tiene dicho recurso, por lo que las mismas no pueden ser admitidas. Por tales motivos, Primero: Rechaza el sobreseimiento del recurso de casacin a que se contrae la presente sentencia, solicitado por el recurrente Licdo. Hatuey Decamps Jimnez, por improcedente en el caso; Segundo: Declara inadmisible el recurso de casacin interpuesto por el Partido Revolucionario Dominicano y el Lic. Hatuey Decamps Jimnez, contra la Resolucin No. 013/03, de fecha 23 de diciembre del 2003, dictada por la Cmara Contenciosa de la Junta Central Electoral; Tercero: Compensa las costas. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara de Tierras, Laboral, Contencioso-Administrativo y Contencioso-Tributario de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma, en Santo Domingo de Guzmn, Distrito Nacional, en su audiencia pblica del 23 de febrero del 2005, aos 161 de la Independencia y 142 de la Restauracin. Firmado: Juan Lupern Vsquez, Julio Anbal Surez, Enilda Reyes Prez, Daro O. Fernndez Espinal y Pedro Romero Confesor. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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Mandato negado por el mandante pero ejecutado por l. Sentencia del 7 de septiembre de 2005.
Sentencia impugnada: Materia: Recurrente: Recurrida: Tribunal Superior de Tierras
del Departamento Norte, del 6 de agosto del 2004. Tierras. El Mayorazgo, C. por A. Mi Quinta Bienes Races, S. A.
Casa Audiencia pblica del 7 de septiembre del 2005. Preside: Juan Lupern Vsquez.
Odo al alguacil de turno en la lectura del rol; Odo en la lectura de sus conclusiones al Lic. Luis Soto, en representacin de los Dres. Ulises Cabrera y Manuel Cceres Genao, abogados de la recurrente El Mayorazgo, C. por A.; Odo en la lectura de sus conclusiones a los Dres. Patricio Antonio Nina Vsquez y Luis Ortiz Meade, abogados de la recurrida Mi Quinta Bienes Races, S. A.; Odo el dictamen del Magistrado Procurador General de la Repblica; Visto el memorial de casacin, depositado en la Secretara de la Suprema Corte de Justicia el 30 de septiembre del 2004, suscrito por los Dres. Ulises Cabrera y Manuel Cceres Genao, cdulas de identidad y electoral Nos. 001-0117642-8 y 0010193328-1, respectivamente, abogados de la recurrente El Mayorazgo, C. por A., mediante el cual proponen los medios que se indican ms adelante; Visto el memorial de defensa, depositado en la Secretara de la Suprema Corte de Justicia el 22 de octubre del 2004, suscrito por el Lic. Patricio Antonio Nina Vsquez y por el Dr. Augusto Robert Castro, cdulas de identidad y electoral Nos. 054-0042747-1 y 001-0368406-4, respectivamente, abogados de la recurrida Mi Quinta Bienes Races, S. A.; Visto el auto dictado el 5 de septiembre del 2005, por el Magistrado Juan Lupern Vsquez, Presidente de la Cmara de Tierras, Laboral, Contencioso-Administrativo y Contencioso-Tributario de la Suprema Corte de Justicia, por medio del cual llama se llama a s mismo, en su indicada calidad, para integrar la misma en la deliberacin y fallo del recurso de casacin de que se trata, de conformidad con la Ley No. 684 de 1934; Vista la Ley No. 25 de 1991, modificada por la Ley 156 de 1997; y los artculos 1, 20 y 65 de la Ley sobre Procedimiento de Casacin; La CORTE, en audiencia pblica del 29 de junio del 2005, estando presentes los Jueces: Pedro Romero Confesor, en
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funciones de Presidente; Julio Anbal Surez, Enilda Reyes Prez y Daro O. Fernndez Espinal, asistidos de la Secretaria General y despus de haber deliberado los jueces signatarios de este fallo; Considerando, que en la sentencia impugnada y en los documentos a que ella se refiere, consta lo siguiente: a) que con motivo de una litis sobre terreno registrado relativo a las Parcelas Nos. 7 y 23 del Distrito Catastral No. 5 del municipio de Gaspar Hernndez, el Tribunal de Tierras de Jurisdiccin Original, debidamente apoderado, dict el 16 de diciembre del 2002, su decisin No. 1, cuyo dispositivo aparece copiado en el de la sentencia impugnada; b) que sobre recurso de apelacin interpuesto por la sociedad comercial El Mayorazgo, C. por A., el Tribunal Superior de Tierras del Departamento Norte, dict el 6 de agosto del 2004, la sentencia ahora impugnada, cuyo dispositivo es el siguiente: Primero: Acoge, en cuanto a la forma el recurso de apelacin interpuesto en fecha 7 de enero del 2003, por el Dr. Manuel de Jess Cceres Genao, por s y por el Dr. Ulises Cabrera, a nombre y representacin de la sociedad comercial El Mayorazgo, C. por A. y se rechaza en el fondo por improcedente, mal fundado y carente de base legal; Segundo: Rechaza el medio de inadmisin propuesto por el Lic. Patricio Nina Vsquez, ya que se comprob la existencia de la compaa El Mayorazgo, C. por A., en su representacin; Tercero: Se confirma la decisin No. uno (1) de fecha 16 de diciembre del 2002, dictada por el Juez de Jurisdiccin Original, en relacin con las Parcelas Nos. 7 y 23, del Distrito Catastral No. 5 del municipio de Gaspar Hernndez, provincia Espaillat, cuyo dispositivo dice as: Primero: Declarar como al efecto declara inoponible a las Parcelas Nos. 7 y 23, del Distrito Catastral No. 5, del municipio de Gaspar Hernndez, provincia Espaillat, el convenio de fecha veintiuno (21) del mes de agosto del ao mil novecientos noventa y siete (1997), por no haber sido suscrito por la razn social Mi Quinta Bienes Races, S. A., ni por persona alguna con calidad para comprometer el patrimonio de la referida razn social, propietaria de las parcelas supraindicadas; Segundo: Rechazar, como al efecto rechaza en todas sus partes la litis sobre terreno registrado, relativo a la solicitud de
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inscripcin de derechos registrados, interpuesta por El Mayorazgo, C. por A., sobre las Parcelas 7 y 23, del Distrito Catastral No. 5, del municipio de Gaspar Hernndez, provincia Espaillat, propiedad de la razn social Mi Quinta Bienes Races, S. A., por improcedente, mal fundada y carente de base legal; Tercero: Ordenar, como al efecto ordena, el desalojo inmediato de cualquier ocupante que se encuentre en las referidas parcelas, ocupndolas sin calidad, ni justo ttulo; Cuarto: Ordenar, como al efecto ordena, al Registrador de Ttulos del Departamento de Moca, el levantamiento de cualquier oposicin, que a raz de la presente litis, haya inscrito El Mayorazgo, C. por A., sobre las Parcelas Nos. 7 y 23, del Distrito Catastral No. 5, del municipio de Gaspar Hernndez, provincia Espaillat, propiedad de la razn social Mi Quinta Bienes Races, S. A.; Considerando, que la recurrente propone contra la sentencia impugnada, los siguientes medios de casacin: Primer Medio: Desnaturalizacin de los documentos y hechos de la causa; Segundo Medio : Violacin a los artculos 1134, 1984 y siguientes y 2044 del Cdigo Civil Dominicano; Tercer Medio: Falta de base legal; Considerando, que en el desarrollo del primer medio de casacin propuesto, la recurrente alega en sntesis, que se han desnaturalizado los documentos y hechos de la causa porque el Tribunal a-quo se refiri al acuerdo transaccional del 21 de agosto de 1997, declarndolo nulo, en razn de que quien firm por Mi Quinta Bienes Races, C. por A., careca de poder, que sin embargo, de la documentacin depositada se infiere que el acuerdo referido fue ejecutado en su mayor parte por dicha compaa al firmar conjuntamente con El Mayorazgo tres acuerdos o contratos que revelan la copropiedad de los inmuebles; que de las declaraciones de los seores Ramn Alfredo Bordas, Dr. Freddy Zarzuela Rosario, Alberto Longoria y el propio Lic. Francisco Jos Snchez, coinciden en que el indicado acuerdo siempre fue respetado y admitido parcialmente por ambas partes, al extremo de que el 15 de septiembre de 1997, el Dr. Francisco Jos Snchez, conjuntamente con el Dr. Ulises Cabrera, representando a
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ambas empresas firmaron una autorizacin, a fin de que el seor Ramn Alfredo Bordas pudiera ofertar en venta por el precio de Ocho dlares (US$8.00) el metro cuadrado, el terreno propiedad de ambas empresas; que el 15 de septiembre de 1997, El Mayorazgo, C. por A., nuevamente representada por el Dr. Ulises Cabrera y Mi Quinta Bienes Races, S. A. por el Lic. Francisco Jos Snchez, firman un convenio transaccional con los seores Santo Jorge Classe y compartes, para poner trmino a la litis que stos introdujeron ante la jurisdiccin catastral, reclamando la propiedad de dichas parcelas; que fue depositada una promesa de venta firmada en fecha 29 de octubre de 1997, conjuntamente por Mi Quinta Bienes Races, S. A. y El Mayorazgo, C. por A., como primera parte, comprometindose a vender a la sociedad comercial Constructora EMACA y Serret Asociados, C. por A., las parcelas de que son copropietarias bajo trminos y condiciones estipulados en el referido contrato y que el dinero recibido por concepto de esta promesa de venta fue distribuido entre ambas empresas en ejecucin del mencionado contrato; que esos documentos no fueron tomados en cuenta por el Tribunal aquo incurriendo as en desnaturalizacin de los documentos y hechos y circunstancias de la causa; Considerando, que tambin alega la recurrente en el desenvolvimiento del tercer medio, en sntesis, que en la sentencia impugnada no se ponderaron los documentos aportados por ella a la causa, que ms bien se hizo una apreciacin incongruente de los mismos y de los hechos del proceso, que resultan irreconciliables entre s y tambin con el dispositivo de la misma; Considerando, que el Tribunal a-quo, en apoyo de su decisin expresa lo siguiente: Que el Sr. Alejandro Viccini Baher, quien presenta la calidad de Vice-Presidente de Mi Quinta, en el acto convencional del da 21 de agosto de 1997, no es ni siquiera accionista de la misma, y es necesario y as lo expresa la doctrina, que la representacin convencional es aquella que se produce a consecuencia del acuerdo de voluntades entre el representante y representado. Que cuando se habla de la existencia de una representacin convencional deber existir
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un contrato que otorgue este poder; en la convencin de que se trata no existe tal acuerdo y El Mayorazgo pretende que se deduzca de una serie de documentos que yacen en el presente expediente, y si se fuere a hacer una presuncin de la existencia de ese poder sera muy general y esto est limitado a ciertos actos. El artculo 1988 del Cdigo Civil dispone que el mandato concebido en trminos generales confiere poderes de administracin no de disposicin, por consiguiente no es posible una enajenacin por un mandatario, representante, si no es con un mandato expreso de enajenar, es decir, un poder especial; que los jueces del fondo estn capacitados para apreciar justa y soberanamente las condiciones y caracteres de todo contrato, artculo 1134 del Cdigo de Procedimiento Civil, Cas. 19 de mayo, Revista Judicial No. 83, Pg. 89, Libro Carlos Richiez, Pg. 269. La Jurisprudencia es constante en materia de obligaciones, en cuanto que la estipulacin por otro si no es ratificada la venta, la misma es nula; Considerando, que el examen de la sentencia impugnada, y de la documentacin aportada por la recurrente pone de manifiesto que son hechos constantes y no controvertidos los siguientes: a) contrato de fecha 21 de agosto de 1997, celebrado entre El Mayorazgo, C. por A., representado por el seor Alberto Langorra y Mi Quinta Bienes Races, S. A., representada por el Lic. Francisco Jos Snchez; b) documento suscrito el 15 de septiembre de 1997, entre Mi Quinta Bienes Races, S. A., representada por el Dr. Francisco Jos Snchez, y El Mayorazgo, C. por A., representada por el Dr. Ulises Cabrera, legalizado por el Dr. Numitor Veras Felipe, Notario Pblico de los del nmero del Distrito Nacional, mediante el cual ratificaron la autorizacin dada al seor Ramn Alfredo Bordas, quien la acept, para gestionar la venta de las Parcelas Nos. 7 y 23 del Distrito Catastral No. 5 del municipio de Gaspar Hernndez, propiedad de dichas compaas, segn se hace constar en dicho documento, consignando adems que las referidas parcelas tienen una extensin total de 1,760,000 metros cuadrados y cuyo precio de venta por metro cuadrado es el de Seis Dlares norteamericanos (US$6.00); c) el contrato de promesa de venta de fecha 29 de octubre de 1997, suscrito entre las compaas EMACA, C. por A. y Serret & Asociados,
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S. A., representadas, la primera por el Ing. Francisco Ant. Vias Gmez; y la segunda por el Arq. Luis Serret, de una parte; y de la otra parte, las compaas Mi Quinta Bienes Races, S. A. y El Mayorazgo, C. por A., representadas por el Dr. Francisco Jos Snchez y el Dr. Ulises Cabrera, respectivamente, mediante el cual las dos primeras se comprometieron a comprarles a las dos ltimas una porcin de terreno de 161 Has., 92 As., 32 Cas., en la Parcela No. 7 del D. C. No. 5 del municipio de Gaspar Hernndez; y 14 Has., 13 As., 89 Cas., en la Parcela No. 23 del Distrito Catastral No. 5 del mismo municipio, en el plazo de 120 das y en cuya clusula novena se hace constar lo siguiente: La Segunda Parte justifica su derecho de propiedad sobre los inmuebles vendidos en los Certificados de Ttulos 95-320 referente a la Parcela No. 7 y el Certificado de Ttulo No. 95-323 referente a la Parcela 23, ambas ubicadas en el Distrito Catastral No. 5 del municipio de Gaspar Hernndez; estos certificados fueron expedidos por el Registrador de Ttulos de la ciudad de Moca, provincia Espaillat en fecha veintinueve (29) de septiembre del ao mil novecientos noventa y cinco (1995); d) tambin copia de los cheques Nos. 001030 y 001031 de fechas 28 de octubre de 1997, por las sumas de Doscientos Cincuenta Mil Pesos 00/100 (RD$250,000.00) cada uno, expedidos por Constructora EMACA, C. por A., a favor de las compaas El Mayorazgo, C. por A. y Mi Quinta Bienes Raices, S. A., por concepto de depsito de opcin de compra de las referidas parcelas de acuerdo al indicado contrato, con firmas legalizadas por el Lic. Jos Radhams Polanco, Notario Pblico de los del nmero del Distrito Nacional; y e) una abundante documentacin que fue depositada ante el Tribunal a-quo, segn consta en el inventario depositado con el recurso de casacin que se examina, como lo son contratos, autorizaciones, fax, etc.; Considerando, que esos documentos son reveladores de la existencia de un alegado acuerdo entre las partes, aunque se argumenta que fue firmado por quienes no tenan calidad de representantes de las compaas en litis; que sin embargo, conforme la documentacin posterior de dicho acuerdo parece inferirse que el mismo fue parcialmente ejecutado por las partes al asumir despus compromisos conjuntos con litigantes
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anteriores en relacin con las parcelas en discusin y suscribir contratos en conjunto como dueas de las parcelas y numerosos documentos intercambiados entre ellos para poner trmino a las diferencias existentes entre las partes, los que de haber sido examinados y ponderados por el Tribunal a-quo, hubiesen podido eventualmente influir en la solucin del caso; Considerando, que en el expediente no existe ninguna prueba de que las partes, despus de haber sido suscrito el acuerdo en discusin, se pronunciaran contra el mismo, ni ejercieran contra sus firmantes ninguna protesta o accin tendiente a invalidarlo; que por el contrario, con posterioridad al mismo han intervenido una serie de compromisos, acuerdos, promesas, comunicaciones y otros documentos que ponen de manifiesto que entre las sociedades en pugna se produjo una especie de ratificacin de lo convenido en el acuerdo impugnado; que la ratificacin de un mandato no est sometida a ninguna forma y puede resultar de hechos y circunstancias de la causa; que los jueces del fondo pueden indagar la comn intencin de las partes y apreciarla soberanamente; que esos hechos y circunstancias pueden derivarse del comportamiento de las partes mientras no se hayan invalidado consensual o judicialmente el o los actos realizados por el mandatario; Considerando, que por lo antes expuesto se comprueba que la sentencia impugnada carece de base legal, por lo cual la misma debe ser casada, sin que sea necesario examinar el segundo medio del recurso. Por tales motivos, Primero: Casa la sentencia dictada el 6 de agosto del 2004, por el Tribunal Superior de Tierras del Departamento Norte, en relacin con las Parcelas Nos. 7 y 23 del Distrito Catastral No. 5 del municipio de Gaspar Hernndez, provincia Espaillat, cuyo dispositivo se ha copiado en parte anterior del presente fallo; y enva el asunto por ante el Tribunal Superior de Tierras del Departamento Central; Segundo: Compensa las costas. As ha sido hecho y juzgado por la Cmara de Tierras, Laboral, Contencioso-Administrativo y Contencioso-Tributario
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de la Suprema Corte de Justicia, y la sentencia pronunciada por la misma, en Santo Domingo de Guzmn, Distrito Nacional, en su audiencia pblica del 7 de septiembre del 2005, aos 162 de la Independencia y 143 de la Restauracin. Firmado: Juan Lupern Vsquez, Julio Anbal Surez, Enilda Reyes Prez, Daro O. Fernndez Espinal y Pedro Romero Confesor. Grimilda Acosta, Secretaria General. La presente sentencia ha sido dada y firmada por los seores Jueces que figuran al pie, en la audiencia pblica del da, mes y ao en ella expresados, y fue firmada, leda y publicada por m, Secretaria General, que certifico.
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