Manual Soteriología

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Honorable Presbiterio OLMECA DE TABASCO

LA DOCTRINA DE LA SALVACIN

POR Pbro. David Arena Casango

H. Crdenas Tabasco Diciembre del 2012

Bibliografa I. II. Berkof, Luis. Teologa Sistemtica. TELL. Nyenhuis, Gerald. Lo que Creemos Los Cristianos, Edit. El Faro

LECCIN N 01

LA OBRA DEL ESPRITU SANTO


Lectura Bblica: 16:5 15 Texto Clave: Juan 14:26

OBJETIVO GENERAL: III. IV. Santa Biblia, Reina Valera 1960. Sproul, R.C, Las Grandes Doctrinas de la Biblia, FLET. V. Hodge, Charles. Teologa Sistemtica, Edit. Clie. Los alumnos aprendern y confirmarn las enseanzas sobre la Obra del Espritu Santo con relacin a la regeneracin y conversin del ser humano. INTRODUCCIN: Jess dice en Juan 14:17, que el Espritu no hablar por su propia cuenta; por eso no encontramos al Espritu hablando del Espritu sino hablando de Cristo, es as que la escritura dice: que tomar lo de Cristo y dar esto a conocer. Aqu tenemos dos grandes actividades, la obra de Cristo y la obra del Espritu. Es trabajo del Espritu dar a conocer la obra de Cristo; es tambin obra del Espritu Santo, aplicar la salvacin lograda por Cristo. Cuando estudiamos la obra del Espritu Santo dirigimos la atencin hacia el proceso de transformarnos de incrdulos en creyentes, al autoconocimiento de nosotros como los redimidos de Dios. Tal obra hace que nuestra salvacin sea real en nuestra vida. I.- EL ESPRITU SALVADOR NOS ENTREGA EL NENSAJE

La inspiracin no solamente nos habla de nuestra fuente de conocimiento, sino tambin de la obra del Espritu para realizar nuestra salvacin. Las Escrituras no nos dan solamente informacin, sino informacin para redencin. El propsito de las Escrituras es redentor. Cumple con lo dicho por Cristo. "tomar de lo mo, y os lo har saber". La salvacin de los hombres no es independiente

del conocimiento; Tenemos que saber de Cristo. Desde el tiempo en que el Espritu inspir a Moiss a tomar en la mano su pluma para escribir: "En el principio Dios cre..., la Palabra de Dios "escriturada" fue dada para la salvacin de los seres humanos. La relacin entre el Espritu y las Escrituras es tan ntima que, a veces, en la Biblia se emplean los dos vocablos como sinnimos. Ser lleno del Espritu es ser lleno de su Palabra. La Biblia es obra del Espritu, es su principal herramienta o instrumento salvador. II. EL ESPRITU HACE AL MENSAJE PRODUCTOR DE VIDA La obra de dar vida nueva a los creyentes, que no es una obra posterior que se d como premio al creyente, sino que es una obra directa del Espritu. Se llama regeneracin. La regeneracin no es efecto, ni resultado, ni premio de creer; sino creer es una manifestacin de la obra directa del Espritu en la persona humana. Aunque haya cierto sentido en decir que la persona cree porque es regenerada, la frase no es totalmente correcta. Pues lgicamente, entonces, ha de haber un tiempo cuando la persona es regenerada y todava no empieza a creer, aunque sea solamente por algunos segundos. Pero ni el creer ni el ser regenerado son resultados uno de lo otro; son dos aspectos simultneos de la obra del Espritu Santo. El conocimiento salvador, para que sea salvador, es la unin de dos elementos: el "llamamiento interno" y el "llamamiento externo". La palabra (elemento externo) se une con disposicin interna (obra tambin del Espritu) y el resultado es vida y fe, regeneracin y conversin; el nacer de nuevo. III. EL ESPRITU NOS HACE CONCIENTES DEL LLAMADO DE DIOS La conversin consiste en arrepentimiento y fe. El arrepentimiento es una sincera conviccin de pecado y una tristeza por el hecho de haber pecado. Jess mismo dijo que sta es obra del Espritu (Jn. 16:8) Es una actitud hacia Dios y hacia si mismo. Es una positiva disposicin hacia Dios, aceptando y confiando en

CONTENIDO
I. LA OBRA DEL ESPRITU SANTO

II. III. IV. V.

GRACIA SOBERANA I GRACIA SOBERANA II COMENZANDO DE NUEVO I COMENZANDO DE NUEVO II

VI.

EL LADO OPUESTO DE LA LOCURA

VII.

DIOS NOS LLAMA AL ARREPENTIMIENTO INGREDIENTES NECESARIOS PARA SALVACIN UN VEREDICTO OFICIAL

VIII.

IX.

X. XI. XII.

PARECIDOS PERO DIFERENTES I PARECIDOS PERO DIFERENTES II PERSEVERANCIA POR GRACIA

Pasajes bblicos para la reflexin


Juan 6:35-40 Romanos 8:31-39 Filipenses 1:6 2 Timoteo 2:14-19 Hebreos 9:11-15

la verdad revelada por l. La fe tambin es una actitud hacia Dios, y hacia s mismo. La conversin es el lado exterior de la regeneracin. Es el resultado directo del llamamiento interno. La conversin no es como si Dios slo llamara externamente por medio de la predicacin de la Palabra y que luego el que oyera tuviera que responder por sus propias fuerzas y volverse a Dios. Ms bien, la conversin es el darse cuenta del llamamiento de Dios, de tener conciencia de sus pecados y del hecho de que Dios le llama. El hecho de que la conversin sea experimentada, que el regenerado se d cuenta de ella, no cambia la verdad de que la conversin es obra del Espritu Santo, la expresin activa y consciente de la regeneracin. Pero, aunque solo Dios es el autor de la conversin, no debernos caer en una falsa pasividad, pues en la conversin hay tambin una cierta cooperacin de parte del hombre. Aunque no es l el autor, eso no implica que no sea activo. La fe es don de Dios, pero el hombre tiene que creer. El conocimiento del pecado es obra del Espritu, pero el hombre tiene que sentir el dolor y la tristeza por sus pecados, en su propia experiencia. La conversin es una obra del Espritu Santo en la que l provoca y exige nuestra actividad cooperadora. CONCLUCIN La salvacin no es independiente del conocimiento; Tenemos que saber de Cristo. La Palabra de Dios "escriturada" fue dada para nuestra salvacin. Ella nos ofrece el mensaje salvador vallamos a ella con verdadera fe, en oracin creyendo que es Dios quien nos habla para salvacin.

PREGUNTAS DE REPASO 1) Qu relacin hay entre el Espritu y las Escrituras? 2) Qu es la regeneracin?

3) Qu es el arrepentimiento? 4) De qu manera el hombre es pasivo y activo en la regeneracin y conversin? 5) Cmo se describe la conversin es sta leccin?

contina para declarar que "ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podr separar del amor de Dios, que es en Cristo Jess Seor nuestro" (Romanos 8:39). Tenemos esta seguridad porque la salvacin es del Seor y somos hechura suya. l da el Espritu Santo a todos los creyentes como una promesa que ha de completar lo que comenz. Tambin ha sellado a cada creyente con el Espritu Santo. Nos ha marcado con una marca indeleble y nos ha dado su persona como primer depsito, lo que garantiza que cumplir con este trabajo. La base principal de esta confianza la encontramos en la obra de Cristo como Sumo Sacerdote, que intercede por nosotros. De la misma manera que Jess or por la restauracin de Pedro (pero no por la de Judas), as ora por nuestra restauracin cuando tropezamos y caemos. Podemos caer durante un perodo, pero nunca caeremos del todo e irreparablemente. Jess or en el aposento alto: "Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guard, y ninguno de ellos se perdi, sino el hijo de perdicin, para que la Escritura se cumpliese" (Juan 17:12). Solo Judas se perdi, porque era el hijo de perdicin desde el principio, y su profesin de fe haba sido espuria. Aquellos a quienes Dios ha aceptado en su Amado, y por su Espritu llamado eficazmente y los ha santificado, no pueden caer ni total ni finalmente del estado de gracia, sino que con toda certeza perseveraran en l hasta el fin, y sern salvados por toda la eternidad (Filipenses 1:6; Juan10:28,29.

CONCLUSIN
La perseverancia de los santos se basa en las promesas de Dios para hacernos perseverar. Tenemos la confianza en que hemos sido sellados con el Espritu Santo, y contamos con su Palabra como medio de gracia, por la cual Dios nos fortalece cada da, hasta que su obra en nosotros sea completa. S, llegaremos victoriosos al final porque adems de su Palabra, contamos con la intercesin de Cristo para nuestra preservacin.

habran permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros (1 Juan 2:19). Sabemos que es posible para algunas personas enamorarse de determinados elementos del cristianismo sin aceptar a Cristo mismo. Es posible que un joven se sienta atrado por la diversin y el estmulo de un grupo juvenil que tiene un programa interesante. La persona puede "convertirse" al programa sin convertirse a Cristo. Dicha persona puede ser como la ilustrada en la parbola del sembrador: El sembrador sali a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cay junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron. Otra parte cay sobre la piedra; y nacida, se sec, porque no tena humedad. Otra parte cay entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron. Y otra parte cay en buena tierra, y naci y llev fruto a ciento por uno (Lucas 8:5-8). Esta parbola puede ser que se refiera a quienes en un principio creyeron, pero luego se apartaron, o puede significar que quienes "creyeron" tenan una fe falsa o espuria, como sostiene la teologa de la Reforma. Solamente la semilla que cae en la buena tierra puede dar el fruto de la obediencia. Jess nos dice que estas personas que escuchan su palabra "son las de corazn bueno y recto" (Lucas 8: 15). Su fe procede de un corazn verdaderamente regenerado. III. Testimonio bblico La doctrina de la perseverancia no se basa en nuestra capacidad para perseverar, sino que se apoya en la promesa que Dios ha dicho de preservarnos. Pablo, escribiendo a los Filipenses, dice: "Estando persuadido de esto, que el que comenz en vosotros la buena obra, la perfeccionar hasta el da de Jesucristo" (Filipenses 1:6). Es por gracia y nicamente por gracia que los cristianos perseveran. Dios acabar la obra que comenz. Se asegurar que sus propsitos en la eleccin no se vean frustrados. La cadena de oro de Romanos 8 nos da un testimonio adicional sobre esta esperanza: "Y a los que predestin, a stos tambin llam; y a los que llam, a stos tambin justific; y a los que justific, a stos tambin glorific" (Romanos 8:30). Y luego

LECCIN N 02

GRACIA SOBERANA I
LECTURA BIBLICA: Efesio 2:1 10 TEXTO CLAVE: Romanos 11:6

OBJETIVO GENERAL: Los alumnos aprendern a confiar y a depender de la Gracia de Dios para todos los actos de su vida y tendrn un panorama claro de su significado.

INTRODUCCIN:

La "gracia" es una palabra muy usada entre el pueblo creyente, pero no siempre es bien empleada. Leemos la Palabra en muchos textos bblicos, pero no siempre entendemos su significado. Si somos salvos porque el Espritu Santo es el Dispensador de la Gracia, debemos saber que es la gracia que dispensa. 1 .la gracia se manifiesta en el trato que Dios nos da El Antiguo Testamento, ensea que podemos hallar gracia ante los ojos de Dios, ejemplo Gen.6:8 es un ejemplo de ello; la gracia no es una abstraccin, sino que ms bien se refiere a una actitud concreta y a algo activo; es un principio operante que se manifiesta en actos particulares. Cuando una persona hall gracia le fueron proporcionadas bendiciones por la bondad de Dios. En el Nuevo Testamento la palabra, en griego, es xaris, relacionada con el verbo xarein, regocijarse, y se refiere a gusto, placer, amabilidad, agrado, aceptacin; pues regocijarse es

encontrar o tener placer en algo, encontrar justo en algo. Hay una diferencia importante en el empleo de la palabra cuando se usa en relacin con los hombres o en relacin con Dios. El origen o motivo del placer o del gusto, en cuanto a los hombres, est en el objeto o persona que da gusto; en cuanto a Dios el motivo de placer o gusto est, no en el objeto o persona, sino en Dios mismo. Podemos decir, entonces, que la gracia es el placer de Dios de expresar su agrado; su gusto en mostrar un placer; su regocijo en exhibir su amabilidad; su deleite en desplegar su misericordia; su complacencia en comunicar su compasin y su afn de realizar su bondad. La gracia es una actitud de Dios; es el favor de Dios dirigido hacia el pecador, pero totalmente inmerecido por ste. Es una soberana disposicin de Dios de realizar su amor en el pecador, motivada por su misma naturaleza divina, y no por ninguna cualidad del pecador. II.- La Gracia de se manifiesta en su propsito redentor Una consideracin, de la Gracia de Dios en relacin con la redencin, nos ser til para comprender mejor tanto la Gracia como lo que creemos por redencin. Haremos entonces algunas distinciones con este propsito. En primer lugar, debemos notar que la Gracia es propia de Dios. Podemos decir, incluso, que la Gracia es un atributo de Dios, una de sus perfecciones y algo que podemos afirmar acerca de su naturaleza. Como hemos dicho, es el inmerecido favor, la gratuita expresin del amor de Dios que se manifiesta en el perdn que Dios, libremente, proporciona al pecador, logrndolo justamente por sus propias actividades trinitarias. La Gracia es redentora, es la causa de la salvacin, y, a la vez, es la fuente de bendiciones para toda la humanidad. En este ltimo sentido se denomina "la gracia comn". En segundo lugar, empleamos la palabra "gracia" para designar la provisin objetiva que Dios realiz en Cristo para la salvacin de los seres humanos. La gracia de Dios, totalmente realizada en

LECCIN N12

PERSEVERANCIA POR GRACIA


Lectura bblica: Hebreos 10:1-25 Texto clave: Hebreos: 10:23 INTRODUCCIN La mayora de nosotros conocemos a personas que han hecho una profesin de fe en Cristo y que hasta posiblemente han realizado un potente despliegue de fe, involucrndose activamente en la vida y el ministerio de la iglesia, para luego repudiar esa fe y abandonarla. Este tipo de experiencia siempre hace que surja la pregunta: Acaso puede una persona que experiment la salvacin perderla? Constituye la apostasa un peligro claro y actual para el creyente? I. Un punto de vista Romano La Iglesia Romana Catlica nos ensea que las personas pueden y de hecho pierden la salvacin. Si una persona comete un pecado mortal, dicho pecado mata la gracia de la justificacin que habita en su alma. Si muere antes de ser restaurada a un estado de gracia por medio del sacramento de la penitencia, ir al infierno. Existen muchos protestantes que tambin creen que es posible perder la salvacin. Las advertencias del captulo 6 de Hebreos y la preocupacin de Pablo con respecto a ser "eliminados" (1 Corintios 9:27), as como los ejemplos del Rey Sal y de otros, han conducido a muchas personas a concluir que las personas pueden caer completa e irreparablemente de la gracia. II. Un punto de vista reformado Por otro lado, la teologa de la Reforma ensea la doctrina de la perseverancia de los santos. En esencia esta doctrina ensea que si uno tiene la fe salvfica nunca la podr perder, y si se pierde es que nunca se tuvo. Como escribe Juan: "Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros,

Cristo, llega a ser el nico fundamento de nuestra esperanza, y la base de nuestra salvacin. Este es el sentido de la palabra "gracia" en Tito 2:11. La gracia de Dios, que es una cualidad invisible de Dios, la vemos en sus actos concretos, especialmente en Cristo Jess. En tercer lugar, la gracia es la experiencia del favor de Dios. Se refiere a las operaciones del Espritu Santo que nos transforma conscientemente en creyentes. La gracia, en este sentido, se aplica al perdn que recibimos en la justificacin y se nos otorga como regalo, dndonoslo a saber. Se incluyen en ello todas las bendiciones que experimentamos diariamente, de las que nos damos cuenta como inmerecidos favores de Dios. CONCLUSIN La actitud de Dios hacia nosotros con fines salvadores, es un favor inmerecido; Tal gracia (disposicin soberana) de Dios de realizar su amor en el pecador, motivada por su misma naturaleza divina, y no por ninguna cualidad del pecador, debemos valorarla y desearla con todas las veras del alma.

Esta depuracin, en trminos bblicos, se expresa como una separacin, un apartamiento. Las palabras bblicas, tanto en griego como en hebreo, que se emplean para hablar de nuestra santificacin, tienen como su raz una palabra que quiere decir "separado" o "apartado". Este apartamiento o esta separacin es una separacin en dos direcciones. Es apartar de y apartar para. En la santificacin somos apartados (o separados) del pecado y para Cristo; del mundo y para el Reino de Dios. Esta es una separacin efectuada en nosotros por el Espritu Santo y como un efecto de su obra; pero al mismo tiempo, es algo que tenemos que hacer nosotros mismos y es el efecto de nuestro esfuerzo de realizar esta doble separacin. CONCLUSIN Podemos estar en su presencia de Dios como justos, por la aplicacin a nosotros de la justicia de Cristo Jess. Nuestra relacin con Dios es buena y aceptable por l. Por eso no despreciemos ninguna oportunidad, como dijo el salmista: lleguemos ante su presencia con regocijo, o como Hebreos nos ensea, acerqumonos al trono de su gracia con la confianza de que siempre hallaremos gracia.

CUESTIONARIO
1) En qu aspectos la justificacin es simple y la santificacin compuesta? 2) Qu tiene que ver con nuestra posicin y qu con nuestra condicin? 3) Qu diferencia hay entre acto y proceso en relacin a la justificacin y santificacin? 4) Qu diferencia hay entre el contexto legal y moral en la justificacin y santificacin?

acuerdo con el esfuerzo positivo con que nos empeemos en la lucha. La contaminacin y la corrupcin de nuestra pecaminosidad son lentamente vencidas y restauramos nuestro control sobre el pecado. Lo que era tentacin para nosotros antes, ya no lo es ahora, o, por lo menos, no con tanta fuerza. Esto llega a ser una realidad cuando cumplimos activamente con las instrucciones de Pablo y Colosenses 3:5 y siguientes. La vivificacin del hombre nuevo es una actividad relacionada con la mortificacin del hombre viejo. En esta recomendada actividad la santa disposicin del alma hacia lo bueno y lo correcto, es aumentada y fortalecida. Exige de nosotros la alimentacin del espritu con la Santa Palabra de Dios; al buscar el conocimiento de la voluntad de Dios para poderla cumplir; la asociacin de buenos compaeros para promover un ms fcil cumplimiento de nuestros votos para con el Seor, y el perseguir positivamente el fruto del Espritu. Al considerar este punto el de la mortificacin y la vivificacindebemos recordar que el Espritu Santo obra esto en nosotros a travs de nuestra propia actividad, y nosotros lo logramos en el poder del Espritu. La cooperacin de que hablamos arriba es muy evidente aqu. II- Justificacin cambia nuestra santificacin cambia nuestro interior relacin con Dios,

LECCIN N 03 LA GRACIA SOBERANA II Lectura bblica Hch.9:1-19 Texto clave Efesios 2:13 INTRODUCCIN Si Dios le diera la oportunidad de comprar su salvacin, cuanto estara dispuesto a pagar o que estara dispuesto a dar para obtenerla? Pueden nuestras acciones buenas lograr algo para nuestra salvacin? Sabemos que la gracia no se compra, ni se gana, ni se merece; nada ms se recibe. La afirmacin bblica es categrica cuando dice: por la gracia sois salvos... no por obras, para que nadie se glore". I. La Gracia se manifiesta en su cualidad incondicional

La Gracia para ser gracia, tiene que ser soberana y si no es soberana no es gracia; por soberana, queremos decir "no condicionada, libre, no forzada, autnoma. La gracia es suprema, superior e independiente. No depende de obras, meritos, pagos, aceptacin, respuesta. No es negociable. No hay regateos ni excepciones. Si somos salvos, somos salvos por gracia. Y solamente por gracia. La nica causa eficaz de nuestra salvacin es la gracia. La gracia no se mezcla con nada. No somos salvos por gracia y obras, ni por gracia y carcter, ni servicio, ni alabanza, ni nada. La base de nuestra salvacin no son las obras que vio Dios desde antes de que furamos a nacer, ni la fe que bamos a presentar, ni la adoracin que bamos a rendir; sino la base es sencilla y llanamente la gracia de Dios. Los tres "solo" de la Reforma Religiosa del Siglo XVI siguen siendo importantes hoy en da. Son: solo Cristo, solo la Escritura y solo la gracia, y ste ltimo no es menos importante. La singularidad de la gracia en la realizacin de nuestra salvacin es nuestra esperanza y nuestra seguridad.

La justificacin afecta nuestra posicin con respecto a Dios. Estamos en su presencia como justos, justificados por la aplicacin a nosotros de la justicia de Cristo Jess. Es una relacin formal, externa, judicial y constitucional. Tiene que ver con cmo estamos relacionados con Dios respecto a la Ley. La santificacin, por otro lado, tiene que ver con nuestra condicin, con cmo somos interiormente. Habla de un cambio dentro de nosotros. Tiene que ver con la erradicacin del pecado de nosotros, de una purificacin, de un saneamiento, de una depuracin.

II. La gracia se manifiesta en la implicacin de su actividad La soberana de la gracia implica que funciona por sus propias reglas, desarrolla sus propios mtodos y crea sus propios instrumentos. No depende de cierta predisposicin. La conversin de Pablo (Hch.9:1-19,22:6-16,26:12-18) es, quiz, el mejor ejemplo de la gracia en su soberana actividad; Aunque ms suave y sutil la conversin de Lidia (Hch. 16:14) tambin sirve de ejemplo. Pablo dice en Efesios 2 que cuando estuvimos muertos en nuestros pecados y delitos, totalmente incapaces de hacer algo por nosotros mismos Dios nos dio vida juntamente con Cristo. Tambin dice, en Ro. 5: 7 11, que siendo aun pecadores Cristo muri por nosotros, y que siendo enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo. Jess habla de la soberana de la gracia como una actividad soberana del Espritu Santo (Jn. 3:8). CONCLUSIN El Espritu quiere que sepamos que la gracia no se compra, ni se gana, ni se merece; nada ms se recibe. por la gracia sois salvos... no por obras, para que nadie se glore". El Espritu Santo, Dispensador de la Gracia, torna lo de Cristo y lo aplica a nosotros; nos aplica el favor inmerecido de Dios. Por la gracia somos salvos.

LECCIN N 11 PARECIDOS PERO DIFERENTES II Lectura bblica Colosenses 3: 1 17 Texto clave Colosenses 3: 1 INTRODUCCIN A Dios gracias nuestro destino puede cambiar en un instante, solo basta que Dios diga la palabra, como dijo el centurin Solo di la palabra y mi criado sanar(Mateo8:8 ) lo nico que el hombre necesita es que Dios diga: Yo lo declaro justo en base a la justicia de Cristo; tal declaracin no necesita ms dilacin, en el instante queda hecho en la vida del hombre y no queda culpa que perseguir, alabado sea nuestro Dios, porque con una sola palabra que salga de su boca, nuestra vida puede ser totalmente otra. I- Justificacin una sola vez, santificacin es gradual La justificacin es una obra unitaria, simple, singular, sencilla e indivisible. No se distinguen sus partes ni se aslan sus aspectos. Tampoco se divide en etapas o pasos; es un acto singular y unitario. Es una sola declaracin El creyente es justo! La justificacin no est compuesta de pasos, procesos, elementos o divisiones; es un solo acto. La santificacin, por otro lado, si es compuesta. Consiste no solamente de procesos y elementos; est compuesta de dos partes importantes, dos elementos esenciales. Son concomitantes y simultneos, pero claramente distinguibles, y es necesario que reconozcamos las dos partes. Son: 1) la mortificacin del hombre viejo, y 2) la vivificacin del hombre nuevo. La mortificacin del hombre viejo ha sido llamada "el lado negativo de la santificacin". Sin duda, en algunos sentidos, lo es. Pero, en otros sentidos, es una lucha positiva contra elementos positivamente nocivos. Es la lucha contra nuestra naturaleza pecaminosa, en la que la victoria nos es dada gradualmente y de

CUESTIONARIO: 1) De qu idioma viene la palabra Gracia y qu significados tiene? 2) Cules son los tres puntos bsicos que abarca la Gracia en nuestra redencin? 3) Qu se entiende por Gracia soberana?

LECCIN N 04 COMENZANDO DE NUEVO (llamamiento) Lectura bblica Romanos 8:28-39 TEXTO: Romanos 8.30 INTRODUCCIN Si nuestra vida ha tomado un rumbo equivocado, si hemos hecho mal, si hemos daado nuestra existencia; tal vez es mejor comenzar de nuevo, a dios gracias que podemos comenzar una nueva vida. No espere mas, la predicacin del evangelio es el llamado de Dios a un nuevo comienzo. Este llamado es audible tanto para los escogidos como para los que no han sido escogidos. Los seres humanos tienen la capacidad de rechazar o aceptar este llamado externo. Podemos responder en fe al llamado externo por el llamado interno eficaz del Espritu Santo. I El nuevo comienzo implica operacin interna del Espritu. Hay un llamado de Dios que es efectivo. Cuando Dios orden la creacin del mundo, el universo no titube antes de cumplir con dicha orden. El efecto deseado por Dios en la creacin se hizo realidad. Del mismo modo, cuando Dios llam a Lzaro de su tumba, Lzaro respondi viniendo a la vida. Hay tambin un llamado eficaz de Dios en la vida del creyente. Es un llamado que nos permite comenzar de nuevo. Telogos de la Reforma ensean que el llamado eficaz est relacionado con el poder de Dios para regenerar al pecador de su muerte espiritual. Tambin suele ser conocido como la "gracia irresistible". El llamado eficaz se refiere a un llamado de Dios que por su poder y autoridad soberana produce el efecto, o el resultado, buscado u ordenado. Cuando Pablo nos ensea que aquellos a quienes predestina, los llam, y aquellos a quienes llam, justific, se est refiriendo al llamado eficaz de Dios. El llamado eficaz de Dios es un llamado interior. Es el trabajo secreto de avivamiento o regeneracin logrado en las almas de los escogidos por la obra sobrenatural inmediata del Espritu Santo. Efecta u obra el cambio interior en la predisposicin, la

inclinacin, y el deseo del alma. Ninguna persona siente la inclinacin de venir a Dios antes de recibir el llamado de Dios eficaz e interior. Y todos los que son eficazmente llamados tienen una predisposicin hacia Dios y le responden en la fe. Vemos, entonces, que la fe en s misma es un regalo de Dios, habiendo sido entregada en el llamado eficaz del Espritu Santo. El nuevo comienzo implica un llamado bien intencionado de Dios La predicacin del evangelio representa el llamado externo de Dios. Este llamado es audible tanto para los escogidos como para los que no han sido escogidos. Los seres humanos tienen la capacidad de resistir y de rechazar este llamado externo. No respondern en la fe al llamado externo hasta que este llamado externo venga acompaado del llamado interno eficaz del Espritu Santo. El llamado eficaz es irresistible en el sentido que Dios en su soberana producir el efecto deseado. Esta obra soberana de la gracia es resistible en el sentido de que podemos resistirla por causa de nuestra naturaleza cada, y de hecho la resistimos; pero es irresistible en el sentido de que la gracia de Dios prevalece sobre nuestra resistencia natural. El llamado eficaz se refiere al poder creativo de Dios por medio del cual somos trados a la vida espiritual. El apstol Pablo escribe: Y l os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al prncipe de la potestad del aire, el espritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales tambin todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y ramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los dems (Efesios 2:1-3). Nosotros que en otro tiempo fuimos hijos de ira, y estbamos espiritualmente muertos nos hemos convertidos en "los llamados" por virtud del poder y la eficacia del llamado interior de Dios. En su gracia, el Espritu Santo nos ha dado la vista para ver lo que no queramos ver y el odo para escuchar lo que no queramos escuchar. II.

salvacin en general y en la mayora de sus aspectos, Dios trabaja solo. La salvacin es obra de Dios en su totalidad. La justificacin, sobre todo, es un ejemplo de Monergismo. En general, en el contexto de nuestra salvacin y su realizacin tenemos que afirmar el Monergismo. Pero, en un aspecto de la salvacin, o, ms bien, en el desarrollo de ella, tenemos que optar por el sinergismo. En la santificacin Dios nos invita a ser sus colaboradores, y luego insiste en que aceptemos la invitacin. La santificacin involucra nuestra actividad y esfuerzo. La santificacin es obra del Espritu Santo; pero el Espritu inspira en nosotros nuestra participacin, y nos motiva a cumplir con nuestra parte para la realizacin de nuestra santificacin. CONCLUSIN Dios ya nos ha hecho libres de culpa por la justificacin, no permitamos que falsas filosofas o insinuaciones satnicas traigan desaliento a nuestra vida cuando fallamos o somos atrados por nuestra debilidad; ms bien vivamos en la libertad que su gracia nos ha concedido.

La santificacin es lo contrario. Es proceso. Se sigue haciendo y no se acaba, por lo menos en esta vida. Aunque la santificacin es un proceso continuo, tiene sus altibajos; no siempre sigue al mismo ritmo. Hay momentos de crecimiento rpido y grandes alcances, y tambin los hay de aparentes retrocesos y falta de progreso. La santificacin es una serie de actividades enlazadas para realizar el desarrollo del creyente como ciudadano del Reino de Cristo, la cual va cumpliendo su meta.

Los llamados humanos pueden ser eficaces o ineficaces. Dios tiene el poder de llamar eficazmente para que los mundos existan, los muertos resuciten, y las personas pasen de la muerte espiritual a la vida espiritual. Las personas pueden escuchar el llamado externo de Dios en el evangelio y rechazarlo. Pero el llamado interno de Dios es siempre efectivo. Siempre produce el resultado deseado.

II.- la justificacin es declaracin, santificacin es renovacin.


La justificacin es un acto en un contexto legal. Tiene que ver con nuestra relacin con la ley. Tal como lo hemos descrito, es un acto forense. En cambio, la santificacin se lleva a cabo en la esfera moral. Es la renovacin moral del creyente. Es la progresiva recreacin del creyente, una nueva creacin en Cristo, una nueva conformidad a la imagen de Dios, en Jesucristo. La santificacin es una actividad moral que tiene que ver con el progresivo esfuerzo de traer los pensamientos, los sentimientos, los juicios, los actos de voluntad, los actos de consciencia, las intenciones, las imaginaciones, etc., a la conformidad del modelo de Cristo Jess tiene que ver con nuestro comportamiento y actividades, con nuestras actitudes y orientaciones, con nuestros propsitos y empeos, todo este aspecto de la vida que se relaciona con deberes y obligaciones. La palabra que mejor resume todo esto es la palabra "obediencia". La santificacin, la renovacin moral, en todos los aspectos de la vida, tiene que ver con una intencionada obediencia de la voluntad revelada de Dios. III.- Dios trabaja solo para justificarnos, Dios trabaja con nosotros para santificarnos. Estas palabras son significativas. Monergismo quiere decir "trabajar solo", y sinergismo quiere decir "trabajar con". En la CONCLUSIN Dios llam a Lzaro de su tumba, Y fue suficiente para que este volviera a la vida; llam a Pablo y este regres de su mal camino; su misma palabra nos llama a nosotros hoy nos llama a comenzar de nuevo, a una vida nueva. Lzaro respondi viniendo a la vida, Pablo volviendo de su mal camino como responders tu?

Pasajes bblicos para la reflexin


Ezequiel 36:26-27 Romanos 8:30 Efesios 1:7-12 2 Tesalonicenses 2:13-14 2 Timoteo 1: 8- 12

LECCIN N 10 PARECIDOS PERO DIFERENTES I

Lecturas Bblicas: Romanos 6: 1 14 Texto Clave: Glatas 5:16 OBJETIVO: Los alumnos al terminar la leccin podrn diferenciar perfectamente lo que es justificacin y santificacin.

INTRODUCCIN:

Por qu decimos que los creyentes somos justos, si todava hacemos cosas injustas pecando contra Dios y contra nuestro prjimo? Seguramente usted ha experimentado lo mismo que todos los cristianos, quiere hacer el bien y termina haciendo el mal; el Apstol Pablo tambin se encontr con nuestro mismo problema. Luego entonces ser justos no nos libra de pecar, es decir: no es lo mismo ser justo que ser santo? Este es el tema que nos ocupara en estas dos lecciones, esperamos que esta aportacin pueda aclarar muchas de sus dudas al respecto.

I.- Justificacin acaba en el instante, santificacin dura toda la vida. La justificacin es un acto. Dios lo hace como "acto", en distincin de "actividad". Se acaba instantneamente; no hay actividad continua. Dios no nos sigue justificando, sin acabar nunca de hacerlo; sino que nos justifica y ya somos justificados, y no hay un proceso que si siga llevando a cabo.

LECCIN N05 COMENZANDO DE NUEVO Lectura bblica Juan 3:1-15 Texto clave Juan 3:3
INTRODUCCIN (regeneracin)

La regeneracin es el trmino preciso para describir nuestro nuevo inicio. Es decir que podemos formar parte de una nueva generacin, podemos tener un nuevo gnesis. Es el comienzo de una nueva vida en una persona radicalmente renovada. Dios garantiza que este nuevo comienzo puede hacerse una realidad sobre la tierra, "siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre" (1 Pedro 1:23). I. El nuevo comienzo implica otro nacimiento Fue Jess el primero en declarar que es una necesidad absoluta el nacer de nuevo espiritualmente para entrar en el reino de Dios. Le dijo a Nicodemo: "De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios" (Juan 3:3). Esta oracin condicional en la enseanza de Jess nos est sealando la condicin universalmente necesaria para ver y entrar en el reino de Dios. No podemos seguir la vida como est, es indispensable comenzar de nuevo, no podemos hacerlo por nosotros mismos, solo un milagro de Dios puede darnos la oportunidad de comenzar de nuevo. El nuevo comienzo constituye, por lo tanto, una parte esencial del cristianismo; sin l, la entrada en el reino de Dios es imposible. La regeneracin es el trmino teolgico utilizado para describir el nuevo comienzo. Nos referimos a una nueva generacin, al gnesis de la vida cristiana, un nuevo comienzo. Es ms que "dar vuelta a la hoja"; seala el comienzo de una nueva vida en una persona radicalmente renovada. Pedro nos expresa con respecto a los creyentes que "siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre" (1 Pedro 1:23).

La regeneracin es la obra del Espritu Santo sobre aquellas personas que estn espiritualmente muertas (vase Efesios 2:1-10). El Espritu vuelve a crear al corazn humano, resucitndolo de la muerte espiritual a la vida espiritual. II. El nuevo comienzo implica nueva creacin nuevas creaciones

Pasajes bblicos para la reflexin Romanos 3:21-28 Romanos 5:12-19 2a. Corintios 5:16-21 Glatas 2:11-21 Efesios 2:1-10 Filipenses 3:7-11

Las personas regeneradas son

Donde antes no exista ningn tipo de predisposicin, ninguna inclinacin o deseo para las cosas de Dios, ahora hay una predisposicin y una atraccin hacia Dios. En la regeneracin, Dios siembra en el corazn humano el deseo hacia l, deseo que de otro modo no estara presente. La regeneracin no debe ser confundida con la plena experiencia de la conversin. De la misma manera que el nacimiento es nuestro principio, nuestra primera entrada a la vida fuera del vientre de nuestra madre, as tambin nuestro nuevo nacimiento espiritual es el punto de partida de nuestra vida espiritual. Tiene lugar por la iniciativa de Dios y es un acto soberano, inmediato, e instantneo. El tomar conciencia de nuestra conversin puede ser un proceso gradual; sin embargo, el nuevo nacimiento es instantneo. Telogos de la Reforma ensean que la regeneracin no es el fruto ni el resultado de la fe, sino que la regeneracin precede a la fe como la condicin necesaria para la fe. Tampoco de ningn modo nos predisponemos hacia la regeneracin o cooperamos como colaboradores con el Espritu Santo para que acontezca. No decidimos ni elegimos ser regenerados. Dios elige regenerarnos antes de que nosotros confiemos en l. Para ser ms precisos, despus de que hemos sido regenerados por la gracia soberana de Dios, entonces s elegimos a Cristo, actuamos y cooperamos con l, y creemos en l. Dios no tiene fe por nosotros. Es nuestra fe en Cristo la que nos justifica. Lo que Dios hace es despertamos para la vida espiritual, rescatndonos de la oscuridad, el sometimiento y la muerte espiritual. Dios despierta la fe dentro de nosotros. La posicin de los telogos de la Reforma es que la regeneracin precede a la fe. Es la iniciativa de Dios en la salvacin.

contabilizados o considerados justos cuando Dios nos acredita la justicia de Cristo en nuestra cuenta.

II. Somos declarados justos sin las practicas instrumentales del romanismo La condicin necesaria para esta declaracin es la fe. La teologa protestante afirma que la fe es la causa instrumental para la justificacin, porque la fe es el medio por el cual el Espritu Santo nos aplica mritos de Cristo. La teologa catlica ensea que el bautismo es la causa instrumental primaria para la justificacin y que el sacramento de la penitencia es la causa secundaria, o restauradora. (La teologa catlica considera a la penitencia como la segunda tabla salvavidas para la justificacin de aquellas personas cuyas almas han encallado, aquellas que han perdido la gracia de la justificacin por cometer un pecado mortal.) El sacramento de la penitencia precisa de obras de satisfaccin por las cuales los seres humanos logran el mrito apropiado para la justificacin. El punto de vista catlico afirma que la justificacin es por la fe, pero niega que sea nicamente por la fe, agregando las buenas obras como una condicin necesaria. III.Somos declarados justos como si Dios agregara a nuestra cuenta la justicia de Cristo La fe que justifica es una fe viviente, no una profesin hueca de la fe. La fe es una confianza personal que acepta nicamente a Cristo para su salvacin. La fe salvfica es tambin una fe que acepta a Cristo como su Salvador y Seor. La Biblia dice que no podemos ser justificados por nuestras propias buenas obras, sino por lo que la fe nos agrega (la justicia de Cristo). CONCLUSIN En sntesis, algo nuevo es agregado a algo bsico. Nuestra justificacin es una sntesis porque la justicia de Cristo nos ha sido agregada. Nuestra justificacin es por imputacin. Dios nos transfiere, por la fe, la justicia de Cristo.

CONCLUSIN Dios nos ha despertado a la vida espiritual, rescatndonos de la oscuridad, el sometimiento y la muerte espiritual. Ha abierto nuestros ojos a la fe verdadera; vivamos cada da en la luz de este nuevo amanecer.

Pasajes bblicos para la reflexin


Deuteronomio 30:6 Ezequiel 36:26-27 Romanos 8:30 Tito 3:4-7

LECCIN N 09 UN VEREDICTO OFICIAL

Lectura bblica Romanos 3:21 31 Texto clave Romanos 3:24

INTRODUCCIN Cuando la imprenta no exista, tenamos que aceptar todo lo que los intelectuales nos decan; nadie poda discutir sus enseanzas, sus palabras eran como voz de dioses, qu triste oscuridad pero a Dios gracias que lleg el tiempo de la luz y ahora podemos leer claramente en las Escrituras que la justificacin es un regalo de Dios, que lo nico que debemos hacer para obtenerla es creer en Dios o creerle a Dios, su Palabra ensea que no podemos ser justificados por nuestras propias buenas obras, sino por la fe en la justicia de Cristo. I. Somos declarados justos como una respuesta a la suprema necesidad humana Martn Lutero declar que la justificacin es solo por la fe. Esta doctrina cardinal de la Reforma Protestante fue vista como el campo de batalla. La justificacin puede ser definida como el acto por el cual los pecadores injustos son hechos justos a la vista de un Dios justo y santo. La necesidad suprema de las personas injustas es la justicia. Cristo provee esta falta de justicia en lugar del pecador creyente. La justificacin solo por la fe significa la justificacin nicamente por la justicia o el mrito de Cristo, no por nuestra bondad o por nuestras buenas obras. La cuestin de la justificacin se centra en el tema del mrito y la gracia. La justificacin por la fe significa que las obras que hacemos no son lo suficientemente buenas para merecer la justificacin. Como lo expres Pablo, "ya que por las obras de la ley, ningn ser humano ser justificado delante de l" (Romanos 3:20). La justificacin es contable. Es decir, somos declarados,

LECCIN N 06 EL LADO OPUESTO DE LA LOCURA (la conversin) Lectura Bblica. Oseas 14: 1 9 Texto Clave: Oseas 14:7 OBJETIVO GENERAL: Los alumnos aprendern las implicaciones que tiene el significado de la palabra conversin, tanto en el A.T. como en el N.T. INTRODUCCIN: Una de las palabras que se emplea con frecuencia en el contexto de la salvacin es la palabra "conversin". (volver de nuestra locura) Los parientes de este trmino son: converso, convertido, convertir, etc. Veamos cmo esta palabra con toda su familia semntica puede abrir nuestro entendimiento y hacernos sabios para una vida mejor.

Su enseanza en el A.T. Dios nos dio su palabra en hebreo y en griego Tenemos que recurrir, entonces, a estos idiomas para una interpretacin con autoridad de ella. Un estudio de las palabras que la Biblia emplea para hablar de cmo regresar de la locura debe proporcionar un entendimiento de ella. Una de las palabras en el Antiguo Testamento es nacam, cuya raz indica una emocin profunda. Segn las distintas formas y los distintos contextos la emocin especfica profunda se revela. Tiene que ver con un profundo cambio de sentir, a veces de agradar y de placer, repugnancia y tristeza. En este sentido la Biblia aplica el trmino, antropomrficamente, a Dios, atribuyndole los sentimientos humanos (Gn. 6:6-7; Ex. 32:14; Jue. 2:1 8; 1 S. 15:11). La palabra ms usual es shubh, que quiere decir: volverse, regresar, dar vuelta, etc. Aqu lo que resalta es la accin, la

I.

resolucin, y no tanto la profunda emocin. Se emplea con frecuencia en el imperativo Os.12:6; 14:1. Esta palabra, que se refiere a una actividad humana, no se aplica a Dios, ni an en sentido antropomrfico. Su enseanza en el N.T. La palabra que ms emplea el Nuevo Testamento para hablar de este tema es metanoa. Quiere decir literalmente: "cambio de pensamiento o de sentir". Indica un profundo cambio de actitud. La raz nous se refiere a mente, pensamiento o inteligencia, e indica algo intelectual. La realidad que esta palabra seala est bien descrita en Ro. 12:2. Una Palabra griega que corresponde a la palabra shubh, del hebreo, es epistrefo. Tambin seala un volver, un regresar, un cambio de direccin, una media vuelta y, como la palabra hebrea pone nfasis en el acto. (De hecho esta es la palabra que los traductores de la Septuaginta versin griega del Antiguo Testamento, hecha por judos helenistas alrededor de 200 aos antes de Cristo- emplean para traducir la palabra shubh). Vemos empleada esta palabra en 1a. Tes. 1:9. Ms que referirse a un mero cambio intelectual (aunque bsico y esencial) se acenta el hecho de que la vida se mueve en otra direccin. Otra palabra que habla de la conversin, empleada por los traductores de la Septuaginta para traducir algunas formas de nacam, es metamlomai, que se traduce generalmente como "volver en s". Esta palabra est en el campo semntico de los sentimientos, de la conciencia, y ms bien se refiere al arrepentimiento que a todo el proceso de la conversin. (Aqu podemos comentar que el lenguaje de la Biblia, tanto como el lenguaje de la Teologa y de la vida religiosa en general, emplea el trmino y el concepto de arrepentimiento como una sincdoque (o sea: una parte por la totalidad) de la conversin. II.

fe salvfica. Implica una confianza y una dependencia personal sobre el evangelio. La confianza comprende la voluntad adems de la mente. Tener la fe salvfica requiere que amemos la verdad del evangelio y que deseemos vivirla. Confiamos de corazn en el amor de Cristo. .

CONCLUSIN. La fe salvfica requiere lo que Lutero llam una fe viviente -una confianza vital y personal en Cristo corno el Salvador y el Seor La confianza comprende la voluntad adems de la mente. La fe que salva requiere de nosotros que amemos la verdad del evangelio y que deseemos vivir a la luz de esa verdad. Confiemos de corazn en el amor de Cristo.

1. Pasajes bblicos para la reflexin


2. 3. 4. 5. 6. Mateo 18:3 Romanos 10:5-13 Efesios 2:4-10 1 Tesalonicenses 2:13 Santiago 2:14-26

III.

Implicaciones

Las palabras tienen significado por su contexto; el uso determina siempre su sentido. El estudio de las palabras debe conducirnos al concepto a que se refieren. Cada palabra, y cada uso de cada

los labios para fuera, sin ninguna manifestacin del fruto de la fe, no es fe salvfica. Santiago contina diciendo: "As tambin, si no tiene obras, es muerta en s misma" (Santiago 2:17). Santiago describe la fe muerta en s misma como una fe sin ningn provecho. Es ftil y vana y no justifica a nadie. UNA DOCTRINA CORRECTA Cuando Lutero y los dems de la Reforma declararon la justificacin solo por la fe, se dieron cuenta que era necesario dar una definicin detallada sobre la fe salvfica. Definieron la fe salvfica en funcin de determinados elementos constituyentes. La fe salvfica est compuesta de la informacin, el consentimiento intelectual, y la confianza personal. La fe salvfica implica el contenido. No somos justificados por creer en cualquier cosa. Algunos han dicho: "No importa lo que uno cree, siempre y cuando sea sincero". Este sentimiento es radicalmente opuesto a la enseanza de la Biblia. La Biblia nos ensea que lo que creemos es muy importante. La sinceridad por s sola no es suficiente para la justificacin. Podemos estar equivocados. La sana doctrina, al menos en lo que concierne a las verdades fundamentales del evangelio, es un ingrediente necesario de la fe salvfica. Creemos en el evangelio, en la persona y la obra de Cristo. Esto es una parte integral de la fe salvfica. Si nuestra doctrina es hertica en los fundamentos, no seremos salvos. Si, por ejemplo, decimos que creemos en Cristo pero negamos su deidad, no poseemos la fe que justifica. Aunque es necesario tener un correcto entendimiento de las verdades fundamentales del evangelio para poder ser salvos, un entendimiento correcto de ellas no es suficiente para ser salvos. Un estudiante puede sacar las notas mximas en un examen de teologa cristiana, entendiendo todas las verdades del cristianismo, sin afirmar personalmente que son verdad. La fe salvfica incluye la afirmacin de la mente a la verdad del evangelio. Pero aun si las personas entienden el evangelio y afirman o confirman su verdad, todava pueden llegar a no alcanzar la fe salvfica. El diablo sabe que el evangelio es verdad, pero lo odia con todas las fibras de su ser. Hay un elemento de confianza en la II.

palabra, toca una parte del concepto; ahora es el concepto lo que tenemos que reconstruir. Dos aspectos resaltan en las palabras: uno intelectual y otro volicional. Se relacionan con lo que se sabe y con lo que se hace, con el aprendizaje y con la decisin, con el entendimiento y con una resolucin La conversin implica una nueva manera de ver las cosas (un concepto as sabio de la vida). Es decir una nueva actitud, una nueva perspectiva. Es darse cuenta de la locura de la vida y verla con inteligencia celestial; Es relacionarse desde otro ngulo, desde una nueva ptica. Sobre todo, el creyente convertido se ve a s mismo en la perspectiva de un nuevo conocimiento; ve la verdad de su condicin y est horrorizado. Esta actitud histricamente se llama "contricin", o el dolor de verse ofensivo a Dios. Es distinta de "atricin", que es el dolor por saber que se tiene que pagar las consecuencias del pecado; es saber que uno es culpable y responsable y que no puede escapar al castigo. Los dos conceptos se juntan en nuestro uso de la palabra arrepentimiento". Este conocimiento no es meramente intelectual; no es simplemente dar el asentamiento cognoscitivo al hecho del pecado personal, sin estar involucrado emocionalmente, sino que es un profundo pesar, un dolor interno, un hondo disgusto consigo mismo y un sincero reconocimiento de lo que se es, medido por la Ley de Dios. CONCLUSIN Debemos poner nfasis sobre la accin, sobre la voluntad, la resolucin y el volver. Experimentndonos perdidos demos la vuelta, escuchemos la voz de Dios, que nos exhorta a volver a l, regresamos a Quien nos llama y de Quien fuimos separados por nuestros pecados.

LECCIN N08 INGREDIENTES NECESARIOS PARA SALVACIN Romanos 10:1-21 Texto clave Romanos 10:9 INTRODUCCIN Algunos piensan que no importa lo que crea, que a fin de cuentas lo que Dios quiere es que seamos sinceros en lo que creemos. Pero saba usted que si su fe no est correctamente dirigida, podra usted estar sinceramente equivocado? No somos justificados por creer en cualquier cosa. La Biblia nos ensea que lo que creemos es muy importante. No basta la sinceridad, es necesario que nuestra doctrina, es decir el contenido de lo que creemos, sea correcto, y seguramente nada puede ser ms correcto que lo que Dios mismo nos ensea en su Palabra, por eso es necesario confrontar siempre nuestra fe con lo que dice la Santa Palabra de Dios. I. LA FE

Jess en una ocasin seal que si no tenemos la fe de un nio no podemos entrar en el reino de los cielos. Una fe como la de un nio es un requisito previo para ser miembro del reino de Dios. Existe una diferencia, sin embargo, entre una fe como la de un nio y una fe infantil. La Biblia nos llama a ser nios en la malicia, pero maduros en nuestro entendimiento. Como la Biblia nos ensea que la justificacin es por la fe sola, y que la fe es condicin necesaria para la salvacin, resulta imperativo que entendamos en qu consiste esta fe salvfica. Santiago nos explica claramente en qu no consiste esta fe: "Hermanos mos, de qu aprovechar si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? Podr la fe salvarle?" (Santiago 2:14). Santiago est distinguiendo entre la profesin de fe y la realidad de la fe. Cualquiera puede decir que tiene fe. Si bien hemos sido llamados a profesar nuestra fe, la profesin por s sola no salva a nadie. La Biblia deja bien en claro que las personas son capaces de honrar a Cristo de labios mientras sus corazones estn lejos de l. La fe de

LECCIN N 07 DIOS NOS LLAMA AL ARREPENTIMIENTO


Lectura bblica Romanos 2:1-16

Texto: Romanos 2:4 INTRODUCCIN Arrepentos de vuestras acciones, porque seguramente el rey de los cielos y de toda esta creacin llegar y todo ser humano tendr que rendir cuentas ante l, este mundo terminar, pero el reino de Dios iniciar, Nadie que se niegue a arrepentirse puede entrar en el reino de Dios. El arrepentimiento es la condicin necesaria si desea participar en el glorioso reino de nuestro Padre celestial.

I.

NOCIONES GENERALES

El mensaje principal de Juan el Bautista, quien fue el heraldo de Jess, era "Arrepentos, porque el reino de los cielos se ha acercado". Este llamado al arrepentimiento era una apelacin urgente a los pecadores. Nadie que se niegue a arrepentirse puede entrar en el reino de Dios. El arrepentimiento es un requisito previo, una condicin necesaria para la salvacin. En la Escritura, el arrepentimiento significa "sufrir un cambio de mentalidad". Este cambio de mentalidad no es un simple cambio de opiniones menores, sino un cambio completo en la direccin de nuestras vidas. Implica un giro radical del pecado a Cristo. El arrepentimiento no es la causa de un nuevo nacimiento o regeneracin; es el resultado de la regeneracin. Aunque el arrepentimiento comienza con la regeneracin, constituye una actitud y una accin que debe ser repetida a lo largo de la vida cristiana. Como el pecado an vive en nosotros, somos llamados a un constante arrepentimiento, al ser convencidos de pecado por el Espritu Santo. II. TIPOS DE ARREPENTIMIENTO

Los telogos distinguen dos tipos de arrepentimiento. El primero es llamado atricin. La atricin es un arrepentimiento falso. Comprende el remordimiento causado por un temor al castigo o la prdida de una bendicin. Cualquier padre ha comprobado la atricin en un hijo cuando lo descubre con las manos en la masa. El nio, temiendo la paliza, grita: "Lo siento, por favor no me pegues!" Estas plegarias junto con algunas lgrimas de cocodrilo no suelen ser signos de un remordimiento genuino por haber actuado mal. Fue el tipo de arrepentimiento que exhibi Esa (Gnesis 27:30-46). Se lamentaba no por haber pecado sino por haber perdido su primogenitura. La atricin, entonces, es el arrepentimiento motivado por un intento de obtener un boleto que nos saque del infierno o de evitar el castigo. La contricin, en cambio, es el arrepentimiento verdadero y piadoso. Es genuino. Comprende un remordimiento profundo por haber ofendido a Dios. La persona contrita confiesa su pecado de manera abierta y completa, sin intentar buscar excusas o justificarlo. Este reconocimiento del pecado viene acompaado de una voluntad por hacer una restitucin siempre que sea posible y una resolucin de abandonar el pecado. Este es el espritu que exhibi David en el Salmo 51. "Crea en m, oh Dios, un corazn limpio, y renueva un espritu recto dentro de m... Los sacrificios de Dios son el espritu quebrantado; al corazn contrito y humillado no despreciars t, oh Dios" (Salmo 51:10, 17). CONCLUSIN No olvide que cuando le ofrecemos a Dios nuestro arrepentimiento en un espritu de verdadera contricin, l nos promete perdonarnos y restaurarnos a la comunin con l. Porque "Si confesamos nuestros pecados, l es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). Pasajes bblicos para la reflexin Ezequiel 18:30-32 Lucas 24:46-47 Hechos 20:17-21

Romanos 2:4 2 Corintios 7:8-12

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