Conserva C I On Prevent Iva
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Arbor. "Conservacin del Patrimonio Artstico". Consejo Superior de Investigaciones Cientficas. Madrid. Septiembre 1999, n CLXIV, 645.
Sociedad de Naciones, se publica tambin la denominada Carta del Restauro de 1931. Ambos documentos (el primero relacionado con los monumentos y la arqueologa y el segundo con los hoy denominados bienes muebles) representan las primeras recomendaciones internacionales que recogen las tendencias ya mencionadas de respecto a la autenticidad de las obras y utilizacin de las ciencias experimentales para el diagnstico y tratamiento del deterioro del patrimonio histrico. La publicacin, a partir de 1932, de los Technical Studies in the Field of Fine Arts (precursor de los actuales Studies in Conservation), la organizacin en 1950 del International Institute for Conservation of Historic and Artistic Works(IIC), y de los diferentes consejos internacionales (ICOM para los museos e ICOMOS para los monumentos) por parte de la UNESCO, y la celebracin de reuniones y congresos promovidos de forma regular por estos organismos, han contribuido a definir los criterios, diferenciar las intervenciones de conservacin y restauracin, y divulgar la aplicacin de diferentes tcnicas de anlisis.
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englobar todos estos conceptos. Por un lado se consideran los tratamientos que tienen por objetivo abordar los efectos del deterioro, actuando con un enfoque curativo directamente sobre los objetos. Dentro de este apartado estara la conservacin curativa que se aplicara a un objeto o coleccin, y la restauracin, aplicada a objetos singulares, y restringida a tratamientos opcionales que tienen por objetivo la recuperacin de los valores estticos. La conservacin preventiva abordara las causas del deterioro, con tratamientos preventivos destinados a eliminar o disminuir los riesgos de deterioro. Esta concepcin, sin embargo, parece que aade nuevas dificultades a la catalogacin de muchas intervenciones, y por lo tanto a la definicin de sus objetivos. El hecho es que existen tres parmetros que invariablemente se manejan a la hora de abordar una intervencin. El primer concepto est relacionado con el enfoque de la intervencin: curativo (para estabilizar un deterioro ya existente) o preventivo (para evitar que se produzca un nuevo deterioro). El segundo, el alcance de la intervencin, directa sobre los objetos (actuando sobre las causas intrnsecas o los efectos de los factores extrnsecos), o indirecta sobre los factores del medio (para corregir condiciones inadecuadas). Y el tercero la escala de la intervencin, aplicada a un objeto, a una coleccin, a un museo, a un monumento, a un conjunto histrico, al patrimonio de una regin, etc. Segn las diferentes concepciones y sensibilidades profesionales se definir a los tratamientos como conservacin, restauracin o conservacin preventiva, aunque probablemente todas las intervenciones requieran una combinacin de los tres tipos de tratamiento. Tambin existe un componente esttico que no se puede olvidar y que aade no pocas complicaciones en cualquier tipo de intervencin. Despus de estas consideraciones, y tratando de evitar definiciones categricas y hermticas, se puede considerar que la conservacin preventiva representa fundamentalmente una estrategia basada en un mtodo de trabajo sistemtico que tiene por objetivo evitar o minimizar el deterioro mediante el seguimiento y control de los riesgos de deterioro que afectan o pueden afectar a un objeto, una coleccin, etc. Insistiendo en el significado de las palabras, se habla de estrategia ya que la conservacin preventiva tiende a dirigir sus actuaciones mediante una serie de reglas o procedimientos que permitan una toma de decisiones ptimas en cada momento. Tambin, en trminos un tanto redundantes, se puede hablar de mtodo sistemtico puesto que la conservacin preventiva ha de basarse en un procedimiento de actuacin ordenado, y que englobe todas las actividades del museo. Existen factores que tradicionalmente se han contemplado como causantes del deterioro de las obras de arte, y a los que se ha dado diferente tratamiento. As, factores como la humedad, la iluminacin, o la contaminacin, aunque fundamentalmente de una manera emprica, siempre se han considerado factores de deterioro que requeran cierto control. Evidentemente el enfoque de este control ha variado considerablemente a lo largo del tiempo. Sin embargo, un anlisis de las causas de deterioro de los objetos indica que generalmente existen otros riesgos de gran capacidad degradativa, al margen de lo que se puede considerar como las condiciones ambientales que soportan los objetos y colecciones. Estos riesgos no se contemplan, habitualmente, como aspectos relacionados con el trabajo de conservacin., y sin embargo no se pueden obviar dentro de cualquier planificacin que pretenda prevenir el deterioro. Michalsky(10), aporta una visin sinptica de los posibles riesgos de deterioro que pueden afectar a una coleccin de un museo y hace una aproximacin sistemtica(11) al mtodo de trabajo para la elaboracin de un plan de conservacin preventiva en un museo. En este esquema se incluye como factores de deterioro, junto a los aspectos relacionados con las condiciones ambientales (humedad, temperatura, iluminacin, contaminacin) considerados habitualmente de forma separada, los temas relacionados con la seguridad (robo, vandalismo), los factores de gran poder destructor como las plagas, el incendio o la inundacin, y una sistematizacin de los factores de deterioro fsico como la manipulacin de los objetos, las vibraciones, los golpes accidentales, u otros factores catastrficos como terremotos, guerras, etc. Por otro lado, desde el punto de vista de la aplicacin prctica de un plan de conservacin preventiva en un museo o edificio histrico, el control eficaz de ciertos riesgos como condiciones ambientales inadecuadas o daos fsicos debidos a la manipulacin de los objetos, etc., implica la adopcin de soluciones arquitectnicas, el diseo de instalaciones adecuadas, o la adaptacin del montaje museogrfico a las exigencias de la conservacin de los objetos y colecciones. Todo ello determina otra de las caractersticas de la metodologa de trabajo de la conservacin preventiva. El diseo del plan de conservacin preventiva y el desarrollo de las distintas actividades de inspeccin, seguimiento, control y mantenimiento de las instalaciones, requiere la aplicacin de muy diversos conocimientos tcnicos y la participacin de diferentes profesionales, a menudo con escasas nociones respecto a las exigencias de la 3
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conservacin. Por lo tanto, abandonando la concepcin clsica del conservador o restaurador que trabaja de forma aislada en su taller o gabinete del museo, resulta imprescindible un trabajo en equipo que coordine las diferentes actividades y tareas (muchas de ellas cotidianas) que resultan decisivas para el eficaz control de los riesgos de deterioro de las colecciones.
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En Espaa, se ha empezado a dar ciertos pasos, y algunos museos se han dotado, o han encomendado, las tareas de conservacin preventiva a algn tcnico, generalmente restauradores, aunque sin modificar la estructura organizativa de la institucin. Sin embargo, no existen realmente planes especficos e integrados de conservacin preventiva. De hecho, en los museos, existe un abismo entre las actividades de conservacin relacionadas con la investigacin historico-artstica y el proyecto museogrfico, y las tareas de conservacin material de las colecciones. Esta situacin se extiende al reparto de responsabilidades en la toma de decisiones e impide un desarrollo eficaz de las iniciativas de implantacin de medidas puntuales de conservacin preventiva y mucho ms de una planificacin sistemtica. Este deficiencia organizativa y funcional, no exclusiva de los museos espaoles, resulta un importante impedimento. La incorporacin de personal tcnico (conservadores y restauradores) con mejor preparacin en la conservacin material de los objetos y colecciones, aunque insuficiente, ha contribuido a mejorar algo la situacin en los ltimos aos. Sin embargo, en la mayora de los casos sus cometidos profesionales se destinan exclusivamente a la aplicacin de medidas puntuales e intervenciones de emergencia sobre determinadas obras o colecciones. La colaboracin en el proyecto museogrfico, o en el diseo de instalaciones que exigen soluciones arquitectnicas o de ingeniera se lleva a cabo en muchas ocasiones como un dialogo de sordos en el que el trabajo de los tcnicos especializados en la conservacin material de los objetos parece ir destinado a poner impedimentos al de otros tcnicos implicados como el arquitecto, el diseador, el instalador, el musegrafo, etc. En esta situacin es muy frecuente que despus de la ansiada remodelacin o la nueva instalacin de un museo, al margen de la calidad esttica del resultado, se den importantes disfunciones que exigen nuevas inversiones para deshacer y adaptar dispositivos como vitrinas, sistemas de iluminacin, accesos, o sistemas de climatizacin deficientes y ruinosos. Evidentemente esto representa un despilfarro de medios y esfuerzos que es necesario erradicar mediante un trabajo coordinado y desarrollado en equipo, que integre todas las funciones del museo, y en el que cada tcnico tiene un papel importante. Aunque, en los ltimos aos se ha producido algunas mejoras centradas en la concienciacin de los responsables y en la preparacin de los tcnicos, en 1995 los datos sobre capacidad de control de ciertos factores de deterioro en los museos espaoles era bastante elocuente (13). En esta fecha el porcentaje de museos que no tenan medios para controlar aspectos bsicos de la conservacin preventiva era muy elevado: el 78% para la humedad relativa; el 75% para la temperatura; el 81% para la iluminacin; el 59% para el robo; y el 50% para el incendio. Estos datos son referidos a las salas de exposicin, ya que si se tienen en cuenta las instalaciones de los almacenes, los datos son escandalosamente peores. Como se ha dicho, algunos pasos se han dado, as a nivel formativo el IPHE ha organizado diferentes cursos y seminarios monogrficos sobre el tema, al igual que el Museu Nacional dArt de Catalunya en colaboracin con la Universidad Autnoma de Barcelona. Sin embargo, coincidiendo con los criterios del ICCROM, aparte de los aspectos puramente formativos se considera necesario utilizar casos concretos que lleven a la prctica las posibles soluciones a las dificultades organizativas de nuestros museos para lograr implantar un plan eficaz de conservacin preventiva. Para ello es necesario, sin duda, un impulso institucional y organismos como el Instituto Andaluz de Patrimonio Histrico ya ha comenzado a trabajar para la aplicacin de un plan de conservacin preventiva al patrimonio de su competencia regional.
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que es necesario aplicar los procedimientos de prevencin no se restringen a las salas de exposicin (permanente o temporal), sino que es necesario extenderlos a los almacenes, las zonas de trnsito en el edificio y al traslado para exposiciones temporales o cualquier otro motivo. Finalmente, los medios de seguimiento y control dependern de diversos factores relacionados con la naturaleza de las colecciones, su estado de conservacin, su uso (activo como los documentos de un archivo, esttico como una escultura o una pintura, o vinculado a la estructura de un edificio o monumento como una pintura mural o un artesonado), la mayor o menor probabilidad de riesgo de deterioro, y evidentemente de los recursos de cada institucin. Dependiendo de estos factores los medios de seguimiento y control consistirn en soluciones relacionadas con la estructura y cerramientos del edificio (accesos y circulacin de obras, y aislamiento y estanqueidad de los cerramientos, etc.), instalaciones y equipamiento (aparatos para el seguimiento de las condiciones ambientales, vitrinas, sistema de ventilacin o climatizacin, sistemas de iluminacin, sistemas contra incendio, dispositivos antirrobo, soportes para las obras, etc.), y procedimientos para realizar determinadas funciones de seguimiento, vigilancia, inspeccin, control manual y mantenimiento de las instalaciones. Parece evidente que la planificacin de un procedimiento eficaz y la coordinacin de estos aspectos tan diversos exige la participacin de diferentes tcnicos con cierta especializacin, al menos en la fase de definicin del plan. Sin embargo, la eficacia del proyecto depende totalmente de la colaboracin de todo el personal, para el reciclaje y adecuacin de todas las actividades desarrolladas en la institucin, desde la direccin al ltimo empleado. Una idea equivocada respecto a la conservacin preventiva es que slo se puede aplicar si se cuenta con importantes recursos, y por tanto slo aplicable a los grandes museos. Sin embargo, como ya se ha repetido, la conservacin preventiva representa una estrategia con una visin integradora de las diferentes actividades del museo en la que siempre caben modificaciones en las actitudes, procedimientos y evidentemente en las instalaciones y dispositivos, para mejorar el control sobre los riesgos de deterioro.
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buen estado de conservacin. Estudios posteriores basados en la investigacin cientfica sobre la respuesta de los materiales y las propias obras de arte, han servido para poner de manifiesto la imposibilidad de aplicar normas universales, y revisar con datos objetivos ciertos lmites, y la magnitud de oscilaciones tolerables. Factores como el tipo de objeto, su estado de conservacin, su uso y las condiciones habituales de conservacin determinan en ltima instancia modificaciones sustanciales de estas referencias. Erhardt, Mecklenburg(18) y Michalsky(19) hacen una revisin de las referencias sobre los lmites y rangos de oscilacin tolerables de la humedad relativa y la temperatura, y proponen ciertos umbrales a partir de los cuales la probabilidad de deterioro aumenta. Con esta base, es necesario desarrollar una lnea de trabajo en la que, lejos de la aplicacin de normas universales, se utilice un mtodo de trabajo estandarizado que permita deducir las condiciones ptimas y los mtodos de control ms efectivos para una coleccin determinada. Para ello, es necesario la utilizacin de instrumentos y rutinas de medicin homologados, la aplicacin de procedimientos comunes de anlisis de datos, y la utilizacin de parmetros bien definidos para la evaluacin de los niveles y los rangos de fluctuacin de ciertos factores. Por otro lado, el anlisis y la deduccin de condiciones ptimas para un objeto o coleccin exige desarrollar un seguimiento sistemtico del efecto de las condiciones ambientales sobre las propias obras. Hasta hace poco esta parte del problema representaba grandes dificultades y los datos que se podan obtener resultaban imprecisos y subjetivos. Las nuevas tcnicas de tratamiento de imgenes multiespectrales con aparatos diseados especficamente para la conservacin de las obras de arte, de los cuales ya hay diferentes posibilidades en el mercado, aportan un mtodo muy potente de anlisis de los efectos de las condiciones ambientales, especialmente en el caso de pinturas y superficies planas. Una vez deducidas las referencias en las que se ha de basar el control, es necesario disear las instalaciones, dispositivos y procedimientos ms adecuados considerando todas las actividades que desarrolla la institucin, incluyendo evidentemente ciertas condiciones de comodidad para los visitantes y el personal del museo. Una tendencia demasiado comn cuando se plantea el control de las condiciones ambientales en el interior de un edificio es la de recurrir inmediatamente a aparatos o instalaciones de climatizacin. Sin embargo, la adopcin de medidas de control debe contemplar en primer lugar las deficiencias de aislamiento trmico y estanqueidad frente a la humedad de los cerramientos, puertas y ventanas del edificio. Despus de tratar adecuadamente estos aspectos, denominados de control pasivo, se analizaran las necesidades de control activo mediante aparatos o sistemas que permitan estabilizar las condiciones en los niveles requeridos. En este caso, es prioritario evaluar previamente los costes de mantenimiento para decidir sobre la viabilidad de la implantacin del sistema en funcin de los recursos de la institucin. No resulta raro encontrar museos o salas de exposiciones dotadas de sistemas de climatizacin que, sin embargo, no pueden utilizar o utilizan deficientemente debido a los excesivos costes de mantenimiento.
Control de la iluminacin
El deterioro de un Bien Cultural tiene su origen en cualquier cambio en su estado fsico o en su composicin qumica, y es bien conocida la capacidad de la radiacin asociada a la luz para desencadenar estos procesos de transformacin. El elemento diferenciador de la luz en relacin a otros agentes deteriorantes estriba tanto en la irreversibilidad del dao producido, como en su decisiva influencia en la presentacin de los objetos de museo. De forma resumida, y sin perder de vista otros factores, los agentes de deterioro relacionados con la iluminacin son dos: el efecto fotoqumico y el efecto trmico. El primero es el proceso por el cual la absorcin de un fotn puede suministrar a una molcula la energa necesaria para que se desencadene una reaccin qumica, y el segundo puede influir en la forma y velocidad en que se desarrolla el anterior y en otros cambios fsicos derivados de la alteracin de los parmetros medioambientales. El alcance del efecto fotoqumico va a depender de cuatro elementos: la irradiancia, el tiempo de exposicin, la distribucin espectral de la fuente de luz y la naturaleza del objeto iluminado. La irradiancia es la cantidad de energa por unidad de tiempo y superficie que recibe un objeto. La iluminancia, expresada en lux que es la unidad que habitualmente se emplea para el control de la luz en los museos, no da una idea objetiva del impacto 7
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energtico sobre una obra, en la medida en que este parmetro est esencialmente relacionado con la sensacin visual que una radiacin es capaz de producir, y no con la energa real de la radiacin que la fuente de luz est emitiendo. Por otro lado, ya que el efecto daino de la luz es acumulativo (Ley de reciprocidad) hay que considerar la variable "exposicin" que integra la irradiancia a lo largo del tiempo efectivo durante el que el objeto es iluminado. Tanto Harrison en 1953 como Krochmann en 1985 han desarrollado importantes trabajos de investigacin dirigidos a encontrar un parmetro (Damage factor DM) que englobe los cuatro elementos antes citados, y de los que depende el alcance del efecto fotoqumico. La finalidad de estas investigaciones no es otra que suministrar unas recomendaciones que sirvan eficazmente a nuestro principal objetivo que es limitar en lo posible las consecuencias de la interaccin energtica del medio con el Bien Cultural. Estas recomendaciones han ido variando a lo largo de las ltimas dcadas y an hoy no encontramos un consenso generalizado. As, por ejemplo, mientras que para los objetos de alta sensibilidad la Chartered Institution of Building Services Engineers(CIBSE) recomienda 150.000 lux.hora/ao, la Illuminating Engineering Society of North America(IESNA) reduce este valor a 54.000 lux.hora/ao, excluyendo la posibilidad de una exhibicin en horarios normales de museo de forma continua. En lo tocante a la radiacin ultravioleta emitida por las fuentes de luz, todava hoy es frecuente utilizar la limitacin de los 75 w/lmen. Esta unidad relaciona la cantidad de uv con el flujo luminoso emitidos por una fuente de luz dada, y por ello realmente slo sirve para una correcta eleccin del tipo de fuente de luz a emplear en los museos. Ciertamente todas las investigaciones realizadas, desde Abney y Russell en el siglo pasado hasta este momento, han ayudado y ayudan no slo a conocer el problema, sino tambin a buscar la forma de legar en las mejores condiciones posibles el patrimonio historico-artstico a sucesivas generaciones. Dicho lo anterior parece oportuno sealar otros aspectos de la cuestin que no podrn ser obviados en la definicin de una correcta poltica de conservacin. Si convenimos en que el objetivo ltimo de la conservacin de los Bienes Culturales es garantizar durante el mayor tiempo posible su uso y disfrute, parece lgico considerar los aspectos cualitativos de la iluminacin que van a influir decisivamente en este proceso. Es decir, que existe una relacin profunda entre la conservacin y la presentacin de las obras en el museo, en general no muy conocida por muselogos y musegrafos, y que en muchas circunstancias la nica forma de abordar con xito las tareas de conservacin consiste en considerar la cuestin como una condicin ms impuesta al diseo de la iluminacin. Desde la eleccin de la fuente de luz y de la ptica que va a modular la emisin de su flujo luminoso, hasta prestaciones aparentemente insignificantes de las infraestructuras elctricas, van a determinar si una instalacin est o no en condiciones de servir a los requisitos de conservacin de las obras. Por otro lado no se pueden desconsiderar elementos tan importantes como las sensaciones visuales del espectador o las caractersticas plsticas de una obra cuando en definitiva es la luz la que vehiculiza la comunicacin entre el objeto y el observador. Una correcta poltica de conservacin deber tener presentes los siguientes elementos: El control de la radiacin ultravioleta tiene ms que ver con la eleccin de la fuente de luz y la forma de iluminar que con el empleo de elementos correctores como los filtros. La literatura al uso an desconoce importantes desarrollos tcnicos ya instalados en el mercado hace aos. As por ejemplo muchos conservadores an creen que la fluorescencia emite ms ultravioleta que la incandescencia, cuando en la realidad es justo al contrario: mientras que las nuevas gamas fluorescentes sitan su emisin en unos 49 w/lmen, la incandescencia tradicional emite 75 w/lmen y algunas halgenas sin proteccin alcanzan los 100 w/lmen. En los casos extremos en los que se precise una eliminacin total, convendr utilizar sistemas de transmisin de la luz como la fibra ptica, ms que filtros que siempre influyen en parmetros luminotcnicos tan importantes como la temperatura de color o el ndice de reproduccin cromtico. Para el control de la carga trmica asociada a la fuente de luz influyen ms las caractersticas del espacio arquitectnico como sistema termodinmico y la naturaleza de la obra expuesta, que otra cosa. No sern las mismas limitaciones en la eleccin del sistema de iluminacin las que encontremos en un edificio histrico con cerramientos decorados con pintura mural que en un museo de nueva planta con instalaciones capaces de evacuar eficazmente el calor generado por los sistemas de iluminacin. 8
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El control del espectro visible es posible si se dimensiona correctamente el sistema de iluminacin o se le dota de infraestructuras para la regulacin del flujo luminoso, aunque tambin influye el modo en que se realice la iluminacin. En definitiva, cuando la cuestin de la conservacin se plantea en el proyecto de iluminacin como un criterio de primordial importancia siempre es posible garantizar los requisitos para la conservacin de las obras expuestas. Ms delicada es la relacin visual entre el objeto y el observador cuando la conservacin obliga a muy bajos niveles de iluminancia. La correcta visin de la obra, asegurando a la vez unos mnimos de comodidad visual, en estas circunstancias slo ser posible si el ambiente visual est debidamente conformado y, previamente, el espacio arquitectnico se ha adaptado a tal fin. La iluminacin en un museo o edificio histrico debe resolver de forma equilibrada la interrelacin entre la luz, el objeto y el observador, de modo que el proceso visual funcione correctamente. No sirven las recetas, ni los equipos de medida, ni las recomendaciones cuando la iluminacin no ha sido diseada en el marco de un proyecto museogrfico que sirva correcta y simultneamente al espacio, a la obra y al espectador.
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