Las Metáforas Del Conocimiento y La Formación Do

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LAS METFORAS DEL CONOCIMIENTO Y LA FORMACIN DOCENTE Por Alberto Gustavo Palacios El presente trabajo puede dividirse en tres

partes: I) La proposicin que pretendo justificar es que las metforas constituyen una manera de pensar la realidad y no un mero adorno del lenguaje. II) Analizar cules son las metforas a travs de las cuales se ha pensado la naturaleza del conocimiento. III) Mostrar cules de stas metforas se aplican en el Documento sobre la Redefinicin de la Formacin Docente emanado de la Direccin de Enseanza Superior, Documento II, durante el ao 2006, sobre el perfil del educador de Inicial y EGB. I) EL VALOR COGNITIVO DE LA METFORA. Como sabemos, Aristteles fue el primer pensador que trat sistemticamente el tema de la metfora. En la Potica define la metfora: Metfora es traslacin de nombre ajeno; ya del gnero a la especie, ya de la especie al gnero, o de una a otra especie, o bien por analoga1 As, el filsofo de Estagira hace de la metfora un gnero en el cual ubica como especies, la sincdoque y la metfora propiamente dicha. Sin embargo, destaca la ltima especie, es decir, la metfora proporcional, sta ltima llamada por analoga, consiste en vincular cuatro trminos de manera tal que el primero es al segundo como el tercero es al cuarto. As, la vejez es a la vida como la tarde es al da o el alma es al cuerpo como la vista es al ojo. Usar metforas dice Aristteles es descubrir la semejanza entre cosas diversas, es decir, que el entendimiento volcado a captar lo que las cosas son, descubre, adems, relaciones entre los entes. Es con todo grandemente importante saber usar convenientemente de cada una de las cosas dichas: palabras dobles y peregrinas, pero lo es mucho ms y sobre todo, el saber servirse de las metforas, que, en verdad, esto slo no se puede aprender de otro, y es ndice de natural bien nacido, porque la buena y bella metfora es contemplacin de semejanzas. Pero, qu es lo semejante? Aristteles nos dice que semejantes son dos cosas diversas que tienen una cualidad comn. La metfora se produce en virtud de una analoga que se hace presente en el entendimiento. La metfora es una proporcin de semejanza. Como indica Paul Ricoeur: la semejanza gua y produce la metfora. La epifora, o sea, la transposicin, consiste en la asimilacin que se genera entre ideas extranjeras. Este proceso supone un ver o intuir lo semejante. Ver lo semejante es ver lo mismo en lo diferente. En la metfora lo mismo opera a pesar de lo diferente. Al interpretar la metfora como descubrimiento de nuevas semejanzas en el seno de lo real, Aristteles, establece una tesis fundamental en su
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Aristteles, El arte potica. Espasa-Calpe, Madrid, 1976, p. 65.

teorizacin acerca de la metfora: El valor cognoscitivo de la misma. En esta misma lnea, Paul Ricoeur afirma: No puede decirse que la estrategia del lenguaje que acta en la metfora consiste en obliterar las fronteras lgicas y establecidas, para hacer aparecer nuevas semejanzas que la clasificacin anterior impeda percibir?2 Hablamos, pues, de verdad metafrica, entendiendo la metfora como atribucin y no como mera sustitucin de un nombre. Si la metfora implica atribucin se dice que P le conviene a S y, si lo que se dice es en la realidad, entonces estamos en la verdad. Por lo tanto, la metfora no es slo un modo de decir sino de pensar la realidad a partir de determinadas atribuciones. En conclusin: 1.- La metfora no es un mero adorno del lenguaje. La metfora no dice lo mismo que una expresin literal pero de una manera ms bella. La metfora descubre semejanzas, hace ver una cualidad comn en lo diverso, aproximando cosas alejadas para el pensamiento habitual. Genera asombro porque rompe la continuidad del lenguaje y nos hace ver3. La belleza acompaa a la metfora pero no es su razn de ser. El lenguaje metafrico no es un lenguaje asptico que no introduce ninguna significacin nueva. El lenguaje es un precioso bistur que recorta las posibilidades del pensamiento, porque el lenguaje vigente delimita un campo finito, aunque indefinido, de desarrollos en los que puede expandirse el pensamiento. 2.- La metfora no tiene tan slo connotaciones afectivas, es portadora de un mensaje. La metfora ensea, tiene valor cognitivo. La metfora rompe la isotopa del contexto y abre nuevas posibilidades al pensar. La metfora produce una aproximacin a lo real desde la cual es posible pensarlo de manera inusitada. Por eso genera asombro y resulta grata al interlocutor. La metfora destaca una caracterstica del objeto hasta entonces velada. 3.- La metfora hace manifiesta la capacidad del intelecto para descubrir relaciones. Nuestro intelecto es capaz de descubrir relaciones en el seno de la realidad misma. El entendimiento humano busca continuamente establecer nuevas relaciones que le permitan una mayor comprensin de lo que es. Y es aqu donde vemos operar la metfora, que hace posible, a partir de una relacin de semejanza, penetrar ms acabadamente en el ser de las cosas. 4.- La metfora rene en s el momento sensible de la representabilidad con la intuicin intelectual permitiendo ver lo invisible en lo visible. Esta tesis, de neta raigambre aristotlica, explica porqu nos resultan agradables las metforas: porque presentan una verdad inteligible en un vehculo sensible que hace posible ver de un modo indito lo real. El pensamiento se encarna, iluminando en la sensibilidad un contenido que, estando en lo sensible, no es de suyo sensible.
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Paul Ricoeur. La metfora viva. Megpolis, Buenos Aires, 1977. Sea nuestro punto de partida el siguiente: que aprender con facilidad es algo naturalmente agradable para todos y que, por otra parte, las palabras tienen un significado determinado, as que los nombres que nos ensean ms son los ms agradables. En consecuencia, las palabras raras nos son desconocidas; las precisas ya las conocemos, as que es la metfora la que consigue mejor lo que buscamos. Aristteles, La Retrica. Alianza, Madrid, 2000, p. 272.

II) LAS METFORAS DEL CONOCIMIENTO. Desde siempre, el hombre ha tratado de indagar acerca de la naturaleza del conocimiento y a poco de andar el camino se encuentra con que el conocimiento es indefinible. Podemos caracterizarlo, describirlo, pero, en sentido estricto, no podemos definirlo. La respuesta es sencilla: cualquier definicin que intentemos viola la regla de oro de toda definicin, que es que la definicin debe ser ms clara que lo definido. Es tan clara la experiencia que tenemos del hecho de conocer que todo intento de definicin, inmediatamente, lo oscurece. Por esta causa, cada vez que queremos penetrar en la naturaleza del conocimiento, recurrimos a trminos metafricos. Nuestra intencin es mostrar las distintas metforas a travs de las cuales se ha pensado el conocimiento. Y si, como hemos dicho, la metfora es una forma de pensar lo real, entonces las distintas clases de metforas no sern intercambiables porque cada una implicar una manera distinta de explicar la naturaleza del conocimiento. No cometamos el error de aqul que asisti a un casamiento y al ver entrar a la novia manifest (tal vez pensando en su experiencia personal) que el matrimonio es una lotera. Y que, ms tarde, cuando fue a un velatorio, expres: es intil, cuando te llega la hora. Con lo cual fluctuaba entre el azaroso acausalismo y el determinismo radical sin notar la flagrante contradiccin. 1.- Las metforas visuales. Una forma de explicar la esencia del conocimiento est dada por la apelacin a metforas visuales, es decir, que el conocimiento se ha pensado, fundamentalmente el conocimiento intelectual, en trminos de visin sensorial. Se piensa el conocimiento como un proceso de descubrimiento, por ende, la realidad est oculta y no se deja ver. Conocer consiste entonces en develar, lo que significa correr el velo que oculta la realidad. As decimos que el conocimiento brota del asombro, o sea, sin sombras. Tan habituados estamos a la utilizacin de estas metforas que nadie se sorprende al preguntrsele si ve con claridad un problema moral o matemtico cuando en realidad, no se puede (literalmente hablando) ver lo que es inmaterial o abstracto. Un caso muy interesante lo constituye la expresin pensamiento especulativo, hoy entendida como pensamiento calculador. Especulativo es quien manipula la realidad para obtener algn beneficio. Sin embargo, especulativo proviene del latn speculum, que significa espejo, o sea, que especulativo es quien busca reflejar en su interioridad la realidad sin modificarla, deja que lo real se haga presente en l tal cual la realidad es. Se utilizan as metforas visuales como: teora (significa contemplacin), iluminar, contemplar, idea, evidencia, claridad, etc. Quien no ha dicho alguna vez: se hizo la luz o se me prendi la lamparita. La pregunta que cabe hacerse es: Qu presupuestos gnoseolgicos conlleva esta manera de pensar el conocimiento? En primer lugar, estas metforas suponen la inteligibilidad de lo real. Esto significa que la realidad no es un caos o desorden absoluto donde el entendimiento queda desorientado. Por el contrario, en lo real hay una estructura que el entendimiento puede develar. En suma, la inteligibilidad est en el objeto, est insita en lo real. En segundo lugar, se presupone la capacidad del intelecto humano para penetrar en la naturaleza inteligible de la realidad. Esto es, podemos conocer lo que las cosas son en

s mismas, aunque de manera fragmentaria o limitada. Podemos conocer la realidad aunque no agotar la inteligibilidad de lo real que nos excede. Por ltimo, podemos decir que la concepcin de verdad que est ligada a esta manera de pensar es la llamada Teora de la correspondencia. La verdad se define como adaequatio rei et intellectus (adecuacin entre el entendimiento y la cosa). 2.- Las metforas instrumentales. Otro grupo de metforas utilizadas para explicar la naturaleza del conocimiento lo conforman las metforas instrumentales: hacer, elaborar, organizar, enlazar, producir, construir. El conocimiento es algo que hace el sujeto cognoscente. El sujeto es el principio de inteligibilidad. El objeto es una construccin o produccin del sujeto, generalmente, a partir de algn material amorfo producto de la percepcin. Ciertamente, esta posicin nos remite a Immanuel Kant (1724-1804), para quien, lo que conocemos no es el nomeno sino el fenmeno, es decir, lo que conocemos no es lo que la cosa es en s sino una representacin en nuestra mente producto de la elaboracin de nuestras facultades. La experiencia sensible es catica, por ello, el entendimiento es definido como la capacidad de enlazar percepciones. Se puede conceder que la causa de nuestras representaciones externas sea algo que est fuera de nosotros, en sentido trascendental, pero ese algo no es el objeto que entendemos por las representaciones de la materia y de las cosas corpreas, ya que stas no son ms que fenmenos, es decir, simples modos de representacin que nunca se encuentran ms que en nosotros.4 Obviamente, en esta posicin debemos ubicar al Constructivismo, que entiende el conocimiento en trminos de construccin. Se denomina Constructivismo a una corriente nacida hacia 1980 de la mano de investigadores de disciplinas diversas. Para el Constructivismo la realidad es una construccin hasta cierto punto inventada por nosotros. Se afirma, explcita o implcitamente, que no podemos conocer el mundo tal cual es, ya que el objeto es un producto de la elaboracin realizada por un sujeto sobre los datos perceptivos. El Grupo de Palo Alto, junto con Bateson y otros, habla del mapa de representacin del mundo, fabricado por cada persona a partir de la percepcin de la propia experiencia. Toda experiencia es VAOS, es decir, seal visual, auditiva, olfativa y somestsica (de soma cuerpo y aisthesis sensibilidad) que constituye el material de nuestra percepcin. Estas percepciones sufren una serie de transformaciones profundas antes de configurar la estructura de representacin del mundo. Debe tenerse en cuenta que el constructivismo designa una serie de elaboraciones tericas y prcticas que presentan perspectivas diversas y que no pueden ser consideradas como una sola. Sin embargo, todas estas teoras tienen un punto en comn: el conocimiento es un proceso en el cual el sujeto va construyendo, progresivamente, modelos explicativos cada vez ms complejos. Una de las afirmaciones bsicas de quienes se inscriben en la utilizacin de estas metforas es que cuanto sabemos y creemos es fruto del lenguaje con que comprendemos y transmitimos nuestras percepciones y que, sobre la realidad, pueden darse infinitos puntos de vista igualmente vlidos.
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Immanuel Kant, Crtica de la razn pura. Alfaguara, Madrid, 1998, A 373.

En el marco de las metforas instrumentales inscribimos la Teora Crtica, tal cual la formul Max Horkheimer (1895-1973) en 1937. Horkheimer expresa un neomarxismo que ha perdido la confianza en el rol revolucionario del proletariado. Entiende que la Teora Tradicional, tal como se gesta a partir de la Revolucin Francesa, es un elemento de reproduccin del orden social capitalista. La teora cientfica tradicional no es ms que una teora explicativa, no tiende a la transformacin social. El fsico social tenda a administrar la sociedad, a buscar leyes que nunca transformarn las relaciones de produccin capitalista. Por el contrario, el terico crtico, se acerca a la sociedad para transformarla. No tiene un intento explicativo sino valorativo. Por eso la Teora Crtica se opone a todo reformismo en nombre de la transformacin. La teora tradicional reforma lo dado; la teora crtica parte de no admitir las condiciones existentes y busca socavar los cimientos mismos de lo dado. La teora tradicional es un agente de reproduccin dentro de la lgica del progreso; la teora crtica es revolucionaria. De este modo, el terico crtico social ha de reemplazar al proletariado en su funcin de motor del cambio revolucionario. En la persona del terico se manifiesta esto con toda claridad: su crtica es agresiva no slo contra quienes hacen concientemente apologa de lo existente, sino igualmente contra las tendencias desviadas, conformistas o utpicas que surgen de sus propias filas La profesin del terico es la lucha, a la que pertenece su pensamiento, y no el pensamiento como algo independiente o que se puede separar de la lucha.5 El terico tradicional, seala Horkheimer, presupone el estado de cosas como algo dado que le es exterior a l, no ve que es un producto del sujeto. Por el contrario, el terico crtico parte de que toda investigacin o saber remite a la accin, en cuanto tiende a no aceptar la realidad como algo dado sino como algo construido socialmente injusto. Por eso: Una actividad que, orientada hacia esa emancipacin, tiene por objetivo la transformacin de la totalidad se puede servir del trabajo terico, tal como tiene lugar dentro de los rdenes de la realidad existente Pero en la medida en que los estados de cosas dados en la percepcin se conciben como productos que pertenecen esencialmente al dominio del hombre y que en todo caso deberan quedar bajo el control humano en el futuro, tales estados de cosas pierden su carcter de mera facticidad.6 3.- La metfora del conocimiento como poder. Esta metfora produce un desplazamiento del trmino poder hasta identificarlo con el saber. Esta metfora puede rastrearse en el gran pensador alemn Federico Nietzsche (1844-1900). Todo nuestro conocimiento es una ficcin que se caracteriza por ser til. La verdad como adaequatio no existe. Toda verdad no es ms que una interpretacin desde cierta perspectiva. La voluntad de saber no es otra cosa que la voluntad de poder. En la Navidad de 1872, Nietzsche, obsequiaba a Csima Wagner sus Cinco prlogos para cinco libros no escritos, en uno de ellos, El pathos de la verdad escriba que el hombre desprecia lo fugaz, no puede aceptar la fugacidad de todo lo que
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Max Horkheimer, Teora tradicional y teora crtica. Paids, Barcelona, 2000, p. 50. Max Horkheimer, Teora tradicional y teora crtica. P. 43.

existe, todo es pasajero, contingente, es y deja de ser, esta transitoriedad de lo real lo desespera. No queremos aceptar que todo lo que una vez fue, deje de ser. Por esta razn, inventa el conocimiento. Crea la verdad para que trascienda al tiempo. El conocimiento es una invencin que tiene por finalidad conjurar la transitoriedad de la vida humana. Inventamos una verdad y la creemos, sin darnos cuenta que estamos condenados a la no verdad. En el Fragmento N 152, escrito en la primavera de 1888, Nietzsche afirma: No se trata de conocer, sino de esquematizar, imponer al Caos bastante regularidad y formas para satisfacer nuestras necesidades El hombre busca la verdad, es decir, un mundo ordenado donde no existan contradicciones, donde no exista dolor, un mundo que no cambie provocando nuestra desorientacin. Para la interpretacin nietzscheana, categoras tales como sujeto, sustancia, causa, sentido, regularidad, son fruto del consenso social que no slo no dan lugar a verdades sino que generan supersticiones. Mediante estas convenciones nos insertamos en un mundo ordenado, confortable, mundo que es el producto de nuestra propia razn. Esta razn se identifica con el lenguaje. Conocer es, entonces, humanizar. Nietzsche no llama caos al desorden sino al mundo no antropomrfico. Como sostiene Lovisolo, en la visin de Nietzsche, tal vez sea mejor no hablar de mundo, porque al hacerlo, lo humanizamos. En el Fragmento N 24 escribe: La Tierra, como todos los astros: un hiato entre dos nadas, un acontecimiento sin plan, sin razn, sin voluntad, sin autoconciencia, la peor suerte de necesidad, la estpida necesidad Qu implica que el hombre es un ser intelectual? Significa que existe en el hombre un impulso permanente para crear metforas; el intelecto domina el arte de fingir, engaar, mentir. El lenguaje crea ficciones, puras construcciones subjetivas que se incorporan al lxico comn, es decir, que las metforas se lexicalizan, se convencionalizan encubriendo el sentido figurado e ilusorio del lenguaje. Este impulso a crear ficciones no debe entenderse en sentido moral, nos previene Nietzsche, porque responde a una necesidad humana: la de vivir en sociedad, por ende responde al instinto gregario de la humanidad. Qu es entonces una verdad? Una hueste en movimiento de metforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas potica y retricamente y que, despus de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, cannicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son; metforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y no son ahora consideradas como monedas, sino como metal.7 Ser veraz es usar metforas visuales que por su misma continuidad ya no se las reconoce como tales. Y as, somos llevados a creer que podemos conocer las cosas como son en s, cuando en realidad no hacemos otra cosa que extraer los conceptos que nosotros mismos hemos inventado. El sentimiento de estar en la verdad no es otra cosa que el olvido de estar en la mentira, olvido que se explica por motivos gregarios.
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Federico Nietzsche, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. Tecnos, Madrid, 1998, p. 25.

El hombre crea mediante la fantasa un mundo metafrico, un cosmos de imgenes, luego olvida su propia creacin y cree que ese mundo es un reflejo de las cosas en s. As queda definida la ciencia como: Necrpolis de las intuiciones; construye sin cesar nuevas y ms elevadas plantas, apuntala, limpia y renueva las celdas viejas y, sobre todo, se esfuerza en llenar ese colosal andamiaje que desmesuradamente ha apilado y en ordenar dentro de l todo el mundo emprico, es decir, el mundo antropomrfico.8 El mundo carece de fundamento ltimo, no hay lugar para la metafsica. El mundo no es ms que un conjunto de interpretaciones y perspectivas. No hay verdades objetivas sino interpretaciones provisionales en pugna. Frente a este planteo nietzscheano cabe preguntarse: Si todo es interpretacin, Cul es el lmite de la interpretacin? Toda interpretacin es igualmente vlida? Una cosa es admitir que ante un mismo objeto caben distintas interpretaciones y otra muy distinta es sostener que toda interpretacin es vlida. Este interpretacionismo ilimitado, es defendido por Michel Foucault (1926-1984) quien en el ao 1964 elaboraba un ensayo sobre Marx, Nietzsche y Freud. En l contrapone la semiologa a la hermenutica. La muerte de la interpretacin consiste en creer que hay signos, signos que existen originariamente, primariamente, realmente, como seales coherentes, pertinentes y sistemticas. La vida de la interpretacin, al contrario, es creer que no haya sino interpretaciones. Me parece que es preciso comprender muy bien esta cosa que muchos de nuestros contemporneos olvidan: que la hermenutica y la semiologa son dos enemigos bravos.9 Una hermenutica que cree que el signo precede a la interpretacin, elimina un factor que para Foucault es esencial: lo inacabado de toda interpretacin, su esencial limitacin. Olvida que toda interpretacin es infinita porque debe interpretarse a s misma. La identificacin de saber y poder podemos verla encarnada en la figura de ste pensador francs quien a partir de la leccin inaugural realizada en el Colegio de Francia en el ao 1970 sostendr que en los discursos lo que est actuando es el poder. La verdad y el saber son formas de las estrategias de poder. De Nietzsche, Foucault deriva la idea segn la cual no existe la verdad sino la voluntad de verdad, o sea, un deseo de poder que se expresa en forma de saber. Y el poder es, para Foucault, una trama impersonal de relaciones que van ms all de las voluntades individuales. Por ms que en apariencia el discurso sea poca cosa, las prohibiciones que recaen sobre l revelan muy pronto, rpidamente, su vinculacin con el deseo y con el poder. Y esto no tiene nada de extrao, pues el discurso no es solamente lo que manifiesta (o encubre) el deseo; pues la historia no deja de ensernoslo- el discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas o sistemas de dominacin, sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se lucha, aquel poder del que quiere uno aduearse.10

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Federico Nietzsche, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. P. 33. Michel Foucault, Nietzsche, Freud, Marx. Ediciones El cielo por asalto, Colombia, p. 48. 10 Michel Foucault, El orden del discurso. Tusquets, Buenos Aires, 2004, p. 15.

Foucault intenta mostrar los procedimientos de exclusin que en la sociedad intentan controlar y dirigir lo que se dice, es decir, que no se puede hablar en cualquier momento de cualquier cosa. Estos procedimientos llamados de exclusin eliminan aquellos discursos no funcionales. Uno de estos procedimientos es el de lo verdadero-falso. El discurso verdadero, al que la necesidad de su forma exime del deseo y libera del poder, no puede reconocer la voluntad de verdad que lo atraviesa; y la voluntad de verdad que se nos ha impuesto desde hace mucho tiempo es tal que no puede dejar de enmascarar la verdad que quiere. As nos aparece ante nuestros ojos ms una verdad que sera riqueza, fecundidad, fuerza suave e insidiosamente universal. E ignoramos, por el contrario, la voluntad de verdad, como prodigiosa maquinaria destinada a excluir.11 III) REDEFINICIN DE LA FORMACIN DOCENTE. Nuestra intencin es mostrar ahora las metforas del conocimiento que se utilizan en el Documento sobre la redefinicin de la formacin docente de inicial y EGB (2006), curioso documento porque en l, la Direccin de Enseanza Superior de la Provincia de Buenos Aires utiliza una nomenclatura (EGB) que ya estaba perimida en el nuevo Proyecto de ley. Ya hemos sentado que la metfora implica una manera de pensar el mundo y la vida, por eso es esencial una reflexin sobre el lenguaje que se ha incorporado ya desde el ao 1994. Sea nuestra tesis que la Transformacin educativa fue ante todo una verdadera transformacin lingstica. Profunda mutacin de los lxicos pedaggicos sobre la cual no se ha reflexionado suficientemente. Ciertamente, el Documento citado hace explcito que lo que est en juego: Una visin de la realidad, del hombre y del conocimiento. Aqu nos limitaremos a analizar algunas de las metforas del conocimiento usadas. El currculo representa una serie estructurada de experiencias de aprendizaje que en forma intencional son articuladas con una finalidad concreta: el producir aprendizajes deseados. Presenta dos aspectos diferenciados: el diseo y la accin. Implica una concepcin de la realidad, del conocimiento y del aprendizaje.12 Que la Transformacin educativa fue y es una Transformacin del lenguaje lo afirma el Documento, implcitamente, cuando hace ver que lo comn a la Transformacin del 94 y sta es el lenguaje. Pero que aquella Transformacin fracas porque el lenguaje crtico y transformador fue absorbido e instrumentalizado por el neoliberalismo de los 90. La confusin debida a una verdadera cooptacin del lenguaje crtico, donde a las palabras se les troc el sentido, tal es el caso de la descentralizacin, que en realidad quiso decir: desconcentracin financiera; transformacin, que pas a significar, reforma, etc.13

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Michel Foucault, El orden del discurso. P. 24. Redefinicin de la formacin docente de Inicial y EGB. Documento de discusin II. Cita de Margarita Pansza Gonzlez, P. 5. 13 Redefinicin P. 2

Analizando este lenguaje, cules son las metforas del conocimiento utilizadas en la Transformacin educativa? Sin lugar a duda, la Transformacin ha reemplazado las metforas visuales por las instrumentales. Para responder a esta cuestin basta leer los Contenidos bsicos para la educacin polimodal: Apropiarse de habilidades y estrategias para la produccin del conocimiento lingstico necesario para actuar con idoneidad en contextos comunicativos complejos.14 El prrafo citado, puede entenderse en dos sentidos: por un lado, como el acto a travs del cual nos apropiamos de las habilidades y estrategias necesarias para la produccin del conocimiento, entendiendo el conocimiento como un producto de estas habilidades (en esta interpretacin, el conocimiento es el trmino final de una produccin); por otro lado, en una segunda interpretacin, el conocimiento es produccin, lo que significa que el proceso mismo de produccin define al conocimiento. Intentemos profundizar en la comprensin del mensaje contenido en la metfora. Qu es producir? Producir proviene del latn producere. Producir es engendrar o elaborar a partir de una materia preexistente. Tambin puede entenderse como: componer, fabricar o hacer. El objeto conocido es, pues, un producto, es el resultado de la accin de composicin del sujeto cognoscente. Es esta la inteligencia del Homo Faber, ya que la inteligencia humana elabora, organiza, engendra lo conocido. Lo conocido es el producto del sujeto y no una realidad en s. El producto (objeto) es lo que resulta de la accin transformadora o engendradora del sujeto que produce. Observemos el desplazamiento que produce esta metfora de la produccin: El trmino produccin se utiliza, originariamente, para referirse a la accin transitiva, es decir, a aquella accin que recae sobre un objeto externo. Se llama, pues, accin transitiva o transente a aquella que tiene su fuente en el sujeto pero que sale del sujeto y cuya perfeccin recae en el objeto que padece la accin de dicho sujeto. As, por ejemplo, hablamos de la produccin de la obra de arte, ya que la actividad artstica modifica o transforma un ente natural expresando la subjetividad del artista. Pero el acto de conocimiento es inmanente (manet in, permanecer en), no recae sobre objeto exterior alguno, es una actividad del sujeto que permanece en la interioridad del mismo. Adems en el acto cognoscitivo se modifica el sujeto que conoce, no el objeto conocido. A continuacin queremos mostrar que dos de las principales corrientes en las que se funda el Documento son la Teora Crtica, surgida del Instituto para la investigacin social de Frankfurt, en particular la obra de Max Horkheimer, Teora tradicional y teora crtica de 1937 y la Filosofa de Michel Foucault en su etapa genealgica iniciada como decamos en la dcada del 70. Con respecto a la primera corriente baste comparar las siguientes afirmaciones con la obra de Max Horkheimer: los saberes arbitrarios que se poseen y transmiten, en todo caso, pueden mediar en la educacin ciudadana crtica, la construccin de autonoma y la produccin de un imaginario de posibilidad. O, al contrario, pueden ser utilizados para fortalecer la desigualdad cultural, para excluir diversos modos de lenguaje, sistemas de significado y experiencias culturales, y para invalidar otras formas de capital cultural.15

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Ministerio de Cultura y Educacin de la Nacin y Consejo Federal de Cultura y Educacin, Contenidos bsicos para la educacin polimodal. Lengua y Literatura, pgina 56. 15 Redefinicin P. 11

Una perspectiva crtica de la pedagoga debe alentar una crtica de las formas dominantes de conocimiento y de las prcticas sociales que semntica y emocionalmente organizan los significados y experiencias que les dan a los alumnos una voz e identidad.16 Bosquejemos ahora la influencia de la genealoga foucaultiana. Recordemos que el propio Foucault se defini como un nietzscheano, lo cual lo separa de la concepcin del poder que sostiene el marxismo. El poder, para Foucault, no es un atributo de clase ni una propiedad, el poder se ejerce, es una relacin. La sociedad, en definitiva, est atravesada de relaciones de poder. Veamos como se refleja esto en el Documento de la Direccin de Enseanza Superior: El currculum, como materia significante, se ve sometido a un nuevo trabajo de significacin que slo puede ser realizado en el contexto de relaciones sociales, relaciones de poder. Tal como sucede con otras prcticas culturales, las relaciones de poder son inseparables de las prcticas de significacin que forman el currculum.17 Con respecto a la siguiente cita que vamos a extraer, debe recordarse el Discurso inaugural de Foucault al asumir el seminario Sistemas de pensamiento en el Colegio de Francia: El orden del discurso. Obsrvese que la expresin aparece en dicho Documento resaltado en negrita como un ttulo. Por otra parte, el combate hermenutico slo es interpretable desde un interpretacionismo ilimitado como el postulado por Foucault en su hermenutica sin signos. Toda interpretacin es vlida en la medida en que presuponga de suyo este perspectivismo de base. Cualquier interpretacin que pretenda alcanzar la verdad debe ser entendida como un modo desbordado de interpretacin. La escuela como espacio de pugna por el sentido del mundo, de la vida y de la experiencia subjetiva, en tres dimensiones. Una, la lucha por el significado de la alfabetizacin (entendida como proceso bsico de leer y escribir). Otra, es la del combate hermenutico (el aula es una arena simblica en pie de guerra Mc. Laren 1995) en cuanto existen interpretaciones de la experiencia y del mundo que pugnan entre s y existen modos desbordados de interpretacin segn la hermenutica del discurso del orden. Finalmente, la otra es la dimensin de pugna por imponer un determinado modo de subjetividad (como zona de articulacin entre lenguaje y experiencia) sobre otros posibles.18 Si nuestro anlisis es correcto, vemos que se recurre a concepciones que se inscriben en las metforas instrumentales y del poder. Qu tienen en comn estas visiones? Ante todo, debe decirse que en ellas no se admite el conocimiento metafsico. Usando la terminologa de Jrgen Habermas, podemos decir que son filosofas posmetafsicas. Frente a la concepcin que vive en las metforas visuales del conocimiento, en stas la razn no penetra lo real. Tal vez, Nietzsche lo haya manifestado de la manera ms potica y explcita posible:

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Redefinicin P. 17 Redefinicin P. 5 18 Redefinicin P. 9

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Tal sera la suerte del hombre, si es que slo fuera un animal que conoce; la verdad lo empujara a la desesperacin y al aniquilamiento, la verdad de estar eternamente condenado a la no-verdad.19 El presupuesto que subyace en quienes afirman que el conocimiento es construccin o voluntad de poder es la no inteligibilidad de lo real, por eso, el conocimiento no puede pensarse desde metforas tales como el des-cubrir o el develar. IV. CONCLUSIONES A) Las metforas implican una manera de pensar el mundo, por lo tanto, no tienen slo una funcin esttica sino un carcter cognoscitivo que puede enfrentarse con otros discursos. La belleza de la metfora puede considerarse un aspecto secundario aunque no irrelevante. B) Las metforas se lexicalizan por la habitualidad de su empleo y pierden su capacidad de asombrarnos. Esta literalizacin de la metfora trae aparejado un debilitamiento de la conciencia reflexiva. C) Si se produce la modificacin de nuestro lxico habitual por otro, no cambia tan slo nuestra manera de hablar, cambia nuestro modo de pensar. Esta es la razn por la cual las metforas no permiten una parfrasis literal. D) La Transformacin educativa, implementada en gran parte de Amrica del Sur, consisti, ante todo, en una transformacin del lenguaje educativo. Creemos que esencialmente lo nuevo es la novedad del lenguaje mismo. E) Como hemos visto, el fundamento filosfico que subyace a esta Transformacin son las filosofas no metafsicas, es decir, de posturas gnoseolgicas que niegan la capacidad de la razn humana para acceder al ser. F) Las nuevas metforas introducidas en el lenguaje pedaggico no se yuxtaponen al azar sino que constituyen un entramado teleolgicamente estructurado, coherente con los fundamentos filosficos que lo animan.

cepau.org.ar

cea.org.ar

ucsf.edu.ar

IV Encuentro Nacional de Docentes Universitarios Catlicos [email protected] - www.enduc.org.ar

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Federico Nietzsche, Sobre el pathos de la verdad. Arena Libros, Madrid, 1999, p. 21.

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