El Jurado Seducido Mtro. Jorge
El Jurado Seducido Mtro. Jorge
El Jurado Seducido Mtro. Jorge
EL JURADO SEDUCIDO
LAS PASIONES ANTE LA JUSTICIA
EDITORIAL PORRA
AV. REPBLICA ARGENTINA, 15 MXICO, 2005
No te ciegue la pasin propia en la causa ajena, que los yerros que en ella hicieres las ms veces sern sin remedio... Al culpado que cayere debajo de tu jurisdiccin considrale hombre miserable, sujeto a las condiciones de la depravada naturaleza nuestra, y en todo cuanto fuere de tu parte, sin hacer agravio a la contraria, mustratele piadoso y clemente, porque aunque los atributos de Dios todos son iguales, ms resplandece y campea a nuestro ver el de la misericordia que el de la justicia. Miguel de Cervantes, Don Quijote de La Mancha
NDICE
PRESENTACIN
PRIMERA PARTE
SEGUNDA PARTE
USANZAS CRIMINALES
Violada por orden de un tribunal popular Sepultadas La ley de Al El precio de una broma El endriago Antiguos usos brbaros La ley de la turba La indecencia de cada da Motivos Historias de terror 24 25 26 27 28 29 30 32 33 34
TERCERA PARTE
CUARTA PARTE
Indecencia La ley del rayo Una luz, una hendidura El caballero de la triste figura
53 54 55 57
PRESENTACION
Mara Moliner entiende que la pasin es sentimiento o inclinacin muy violentos que perturban el nimo, tal como el amor vehemente, la ira, los celos o un vicio. Las voces que la designan -enumera la erudita lexicgrafa espaola en su estupendo Diccionario de uso del espaol- son acaloramiento, acceso, acometida, apasionamiento, efervescencia, encendimiento, fuego, gusanera, incendio, llama, paroxismo, rapto, vehemencia, volcn. Las pasiones son parte esencial de la condicin humana, huspedes turbulentos de la vida ntima del alma. Podemos negarlas, reprimirlas o encauzarlas, pero no librarnos de ellas.
William Faulkner observa que la vida es movimiento y el movimiento tiene que ver con lo que hace moverse al hombre, que es la ambicin, el poder, el placer . Spinoza juzga que las pasiones derivan de nuestra naturaleza pulsional, afectiva, y no podemos eliminarlas porque son necesarias para vivir y perseverar en nuestro ser. Kierkegaard advierte que la pasin nos alterna y, como un arco tenso, somos quietud e inquietud, sosiego y tormento, reflexin y frenes . En su Tratado de las pasiones, Carlos Gurmndez enlista como tales a la codicia, la envidia, los celos, el orgullo, la humildad, la ambicin, la venganza, la avaricia, el trabajo, la pereza, el amor pasional, el amor paternal, el amor filial y el odio, y asevera que la pasin est escondida en la morada interior y desde all, encerrada y oculta, clama por salir a realizarse . Ernst Jnger sostiene que el hombre no debe ser amigo del sol: debe ser sol . En las pasiones suele haber ms desconcierto, incertidumbre y zozobra que felicidad, pero sus fulgores, aunque no nos hagan necesariamente ms felices, nos hacen estar ms intensamente vivos. Si faltan, no hay nada sublime en las costumbres, en las obras literarias, en las creaciones artsticas, pues la virtud se convierte en minucia , dice Diderot, por lo que aconseja que nos entreguemos a ellas sin temor a perdernos en sus remolinos, ya que siempre nos llevarn a buen puerto, es decir al cumplimiento personal . De esto ltimo -que las pasiones llevarn siempre a buen puerto- no se puede estar seguro. Las pasiones son trgicas. Ninguna conviccin religiosa, ninguna norma jurdica, ningn precepto moral hicieron desistir de su combustin a Francesco y Paola. Aunque ese desafuero les cost estar en el infierno, ellos no reniegan de su opcin vital pues pudieron ejercer su albedro abrazndose y abrasndose, y aun en la residencia infernal, entre los tormentos que all se les infligen, se regodean -como lo vislumbr Borges- de estar juntos. Ningn consejero matrimonial, ningn psicoanalista elocuente, ningn amigo sensato, ningn tabernero todo odos y con sentido comn hubieran podido esfumar los celos demenciales que generaron el impulso criminal de Otelo, pero ste tuvo la posibilidad de actuar como lo hizo o de otro modo. "Los dioses pueden obnubilar la mente del que se dispone a obrar, provocando su perdicin, pero tambin pueden ser derrotados por la decisin humana", explica Fernando Savater. El dominio de las pasiones es un arte mayor, pero son ellas las que con cierta frecuencia dominan no slo a los humanos sino a los propios dioses. La mitologa griega abunda en excesos divinos motivados por la debilidad ante la punzada de alguna pasin. Los habitantes del Olimpo sienten celos, ira, envidia, deseo, y se dejan llevar por esas turbulencias del corazn. El propio Zeus cede reiteradamente a sus apetitos erticos a sabiendas de que Hera, su esposa, reaccionar furibunda, desproporcionada y, toda vez que el blanco de sus venganzas no es su cnyuge sino quienes l elige para su placer, injustamente. En determinadas circunstancias pautadas, irrepetibles e irremplazables, las pasiones -que unas veces nos asemejan a los dioses, otras nos identifican con los demonios y otras ms nos emparentan con las bestias- discurren por cauces que desembocan en los terrenos de la justicia, la cual ha de pronunciarse valorando la conducta humana que, movida pasionalmente, se da en perjuicio de otro. El drama est servido. La justicia ha de hacerse cargo de los distintos factores que rodean y hacen nica la conducta que se juzga. Tanto los textos legislativos como las resoluciones judiciales o administrativas se enfrentan al delicado problema de deslindar qu proceder humano amerita ser sancionado. Especficamente por lo que toca a las sanciones penales, la postura ilustrada -democrtica- slo admite que se castigue la accin u omisin, -que lesiona o pone en peligro un bien jurdico sin estar amparada por causa de justificacin alguna, siempre y cuando le sea reprochable al autor y se demuestre plenamente la responsabilidad de ste. Esa es la materia de las crnicas que pueblan las pginas siguientes. Hay una excepcin: en "Ausencias inconsolables" est ausente el tema de la justicia. Incluyo ese texto arbitrariamente en homenaje de admiracin jubilosa a las parejas protagonistas y a la emocionada reaccin que suscit en cierta lectora. Salvo la crnica que da ttulo al libro, que apareci en la revista A pie, las dems se publicaron en mi columna del diario La Crnica de hoy. Todas aparecieron a lo largo de los ltimos tres aos. Los textos de este libro se presentan en cuatro secciones. La primera agrupa casos en los que el amor apasionado -no lo hay de otra ndole: el amor es apasionado o no es tal- y el desamor
son los protagonistas. La segunda seccin comprende fenmenos criminales relacionados con usos y costumbres brbaros -aberrantes porque cancelan derechos humanos-, tolerados o propiciados por las autoridades: los crmenes dictados por la misoginia en los regmenes que esclavizan a las mujeres y el linchamiento aqu mismo, entre nosotros. El tercer apartado contiene asuntos en los que entran en juego, por un lado, delicadas cuestiones ticas, y, por el otro, el derecho a conducir la vida ntima. La ltima parte aborda temas antiguos de eterna actualidad, en los que se alternan el espanto de las sombras y la esperanza de un atisbo de luz. A hora reno esas crnicas aqu -gracias a la hospitalidad de don Jos Antonio Prez Porra-, convencido como estoy de que se trata de casos apasionantes y con el afn, tal vez iluso, de salvarlas, por decirlo con palabras de Thomas Browne, de "la iniquidad del olvido (que) dispersa a ciegas su amapola y maneja el recuerdo de los hombres sin atenerse a mritos de perpetuidad".
PRIMERA PARTE
EL JURADO SEDUCIDO
Escuchar en el antiguo Colegio de San Ildefonso uno de los lugares sagrados de la ciudad, dice Octavio Paz, y entonces lujosa sede de la Preparatoria Uno a la maestra Mara Teresa Landa, en su curso de historia universal, ha sido la experiencia ms deliciosa que como alumno he tenido en mi vida. Era una esplndida narradora que, al exponernos con profunda intensidad episodios dramticos protagonizados por importantes figuras histricas, nos remontaba a las pocas 1
correspondientes y nos haca estar all como emocionados y atnitos testigos. Atrapaba desde su llegada al aula la atencin de todos. Yo no me perda una sola palabra suya. Me tena con la boca abierta, sin pestaear y con el corazn latindome fuerte. Su vehemencia narrativa creca cuando los personajes eran femeninos. Nunca la he olvidado hablndonos con pasin de las vicisitudes vividas por mujeres de sino trgico. Por encima del contexto social de los acontecimientos, enfatizaba los aspectos psicolgicos y las manifestaciones de la condicin humana, esencialmente invariable a travs de los tiempos. La o conmovido contarnos de las voces de origen divino que ordenaban a Juana de Arco, humilde campesina de 13 aos, liberar Francia del dominio ingls, para lo cual capitane un pequeo ejrcito que consigui que los ingleses levantaran el sitio de Orlens e hizo coronar rey a Carlos II en Reims antes de ser hecha prisionera, acusada de hereja y condenada a morir en la hoguera. La escuch estremecido hablarnos de los mil das que Ana Bolena resisti como esposa de Enrique VIII antes de ser decapitada bajo la acusacin de adulterio. Me llev fascinado a los paseos que por los magnficos jardines del Palacio de Versalles disfrutaba, esplendorosa en su belleza y su elegancia, la reina Mara Antonieta sin sospechar que a la vuelta de los das la esperaba la guillotina, a la que se le conden infligindosele todas las difamaciones, atribuyndosele todos los vicios, todas las perversidades, todas las depravaciones, pues, para lacerar a la realeza, la revolucin tena que destruir a Su Majestad. A su ejecucin tambin acud, horrorizado, en virtud del poder de la maestra Landa de trasladarnos en el tiempo y en el espacio. Me recuerdo, des pus de la primera vez que la maestra nos habl de Mara Antonieta, corriendo, vido, a la librera Porra, a unos pasos de la prepa, a comprar la vibrante biografa que sobre la reina de origen austriaco escribi Stefan Zweig. Al terminar la clase, sin pensar en que la profesora deba estar exhausta por lo vvido de sus exposiciones, yo la atosigaba con observaciones, preguntas y referencias que me permitieran prolongar el placer de aprender de su sabidura y le demostraran que efectivamente estaba leyendo los libros que nos recomendaba. Ella siempre me soport con gentileza, respondiendo a todo lo que yo le deca, permitiendo que la acompaara a la salida del colegio, escuchndome atentamente. No se qued en eso su generosidad: me prest varios de sus libros que eran ver daderos tesoros. Al devolvrselos me esmeraba en hacerle comentarios que le parecieran inteligentes. Ella recompensaba mi afn con su amabilidad indeleble. Ah, la maestra Mara Teresa Landa, la incomparable maestra Mara Teresa Landa! Entonces yo no saba nada de la historia que casi 40 aos antes le haba tocado protagonizar. Ella era para m la gran profesora de historia universal. No la vea ms que as, y eso era suficiente para que me tuviera alelado. Era un privilegio ser su alumno. Yo ni siquiera me haba preguntado por su estado civil ni acerca de su pasado. Cuando me enter de lo sucedido a finales de la dcada de los veintes cmo fue que se anim a contrmelo, qu momento propicio tuvo que darse para que me abriera esa puerta?, la maestra Landa, ya admirable y entraable, pas a ser para m un personaje legendario Y fascinante. Estbamos en su casa. Conversbamos de mujeres destacadas de vidas difciles y lugares prominentes en la historia. El tema nos apasionaba. Mi bombardeo de preguntas y dudas reciba respuestas que eran piezas narrativas o ensaysticas de arte mayor. En un momento le dije que cmo poda saber tanto. Sonri un instante antes de ponerse seria, dar un trago a su whisky y mirarme a los ojos abismalmente: Sabe, De la Barreda? Hay algo en mi vida que ni usted ni sus compaeros de clase se imaginan. Quiere orlo? El episodio fue objeto de una magnfica crnica de Hctor de Maulen, incluida en su libro El tiempo repentino (Ediciones Cal y Arena, 2000), elaborada a partir de notas periodsticas. Yo tuve el privilegio de conocer y disfrutar a la protagonista, y de escuchar de sus labios la historia, es decir, de estar all. * Mara Teresa Landa fue la primera Seorita Mxico de la historia al ganar, una noche de 1928, el concurso de belleza auspiciado por el diario Exclsior. La triunfadora alta y esbelta, las suaves
curvas y los finos huesos armonizando el cuerpo, la piel alabastrina, las sensuales ojeras bajo unos enormes ojos oscuros y brillantes que derretan lo que miraban, la sonrisa que era reflejo de su luz interior, el cabello de azabache y seda, el hablar fluido y gracioso, el donaire de los pasos cautiv a los escrutadores, quienes desde el primer momento que admiraron su rostro y su silueta en la pasarela quedaron convencidos de que ninguna otra concursante poda ser la elegida. Al aparecer al da siguiente sus fotografas en los peridicos, los lectores se demoraban en la deleitosa contemplacin de la imagen. Nadie puso en duda la justicia del triunfo. El pas tena una inmejorable representante de la hermosura y la gracia de sus mujeres. En ningn sitio pasaba inadvertida. Por donde andaba atraa las miradas, ya fueran de delectacin, de entusiasmo, de deseo, de envidia, de asombro. La atraccin creca al escucharla, pues el ingenio y la simpata signaban sus palabras. Como a todas las mujeres guapas, le gustaba ser vista, y tambin le gustaba ver el mundo que la rodeaba, observar las cosas, examinar a la gente, sumergirse en meditaciones. No haba conocido el amor... hasta que se atraves en su senda, en aquel velorio al que acudi el 3 de mayo de 1928, el general Moiss Vidal, de 35 aos, 17 mayor que ella. * l era un hombre difcil qu hombre no lo es para quien lo ama?, autoritario y rgido, pero no estaba desprovisto de cierta simpata o as se lo hizo creer a Mara Teresa la flecha inapelable de Cupido. Ella intentaba amoldarse a su carcter, y l, para corresponderle, se quedaba hasta las tres de la madrugada al pie de la ventana de su novia. La Seorita Mxico lleg a sospechar que lo haca para distraer sus insomnios aunque l le juraba que era para demostrarle su constancia y su adoracin. Tambin se las demostraba escribindole versos. Eran de calidad mediocre, pero nadie tiene la culpa de no ser asistido por las musas. Lo importante es que expresaban la pasin que la bella joven despertaba en el militar. Mara Teresa Landa asisti, representando a Mxico, al concurso internacional de belleza celebrado en Galveston, Estados Unidos. Antes de su partida, el general le hizo prometerle que se casaran en cuanto ella regresara. El certamen lo gan una rubia que no tena los encantos de nuestra compatriota, pero canchas vemos y rbitros no sabemos. La mexicana conquist al pblico y a varios productores cuyas proposiciones de actuar en Hollywood declin. La esperaba en su pas el matrimonio. Sin avisar a sus padres, Mara Teresa acudi el 24 de septiembre de 1928 al juzgado donde su prometido tena todo listo para la boda, incluyendo testigos mendaces. La recin casada tard varios das en dar a sus padres la noticia. El padre se enfureci. Molesto e intrigado por la clandestinidad de la ceremonia, investig las circunstancias y constat la falsedad de los testigos. No haba duda: Moiss Vidal haba jugado chueco. Pero estaba en riesgo el honor de su hija, que en aquellos aos exiga el connubio para toda relacin ertica. Entonces empez a preparar la boda religiosa. El primero de octubre, Mara Teresa y Moiss contrajeron matrimonio ante un altar. El padre de la muchacha no pudo evitar la asociacin de ideas: se estaban casando Venus y Marte. Al poco tiempo, los cnyuges viajaron a Veracruz, donde el general Vidal deba combatir el movi miento de Escobar. Un hermano cura del general volvi a bendecir la unin y se congratul de que Moiss se casara con "la mujer ideal". En julio de 1929 Vidal recibi la orden de regresar a la Ciudad de Mxico. Los esposos se alegraron. * La pareja instal el domicilio conyugal en casa de los padres de Mara Teresa. Hombre celoso, Moiss aseguraba as que cuando l saliera ella no se quedase sola. Eran tiempos en que las mujeres no trabajaban fuera del hogar ni salan sin compaa. Sus horas transcurran en la morada, quiz no siempre de forma amena. Ni siquiera se contaba con la televisin, cuyo invento an estaba lejano. Pero el amor, la educacin y las costumbres propiciaban en las casadas la sumisin al marido.
Ejercitante de sus prejuicios y sus obsesiones, Vidal prohibi terminantemente a su mujer que hojeara el peridico. Una seora decente no tena por qu enterarse de los crmenes y dems indecencias que llenan las pginas de los diarios. Mara Teresa no quera pelear respondiendo que no aceptaba la orden y acat la prohibicin de dientes para fuera. Era una mujer curiosa del mundo, de la estirpe de Pandora. El domingo 25 de agosto de 1929, los padres de Mara Teresa salieron muy temprano, ella de compras a La Merced y l a atender la lechera de su propiedad. Mara Teresa se levant media hora despus que su esposo. Mientras beba, enfundada en una bata de seda azul, una taza de chocolate, vio sobre la mesa el Exclsior. Las ocho columnas de la segunda seccin dieron inicio a la pesadilla: "Acusan de bigamia al esposo de Miss Mxico, Mara Teresa Landa". El da anterior, otra Mara Teresa, de apellido Herrejn, haba acudido ante un juez a demostrar que era la legtima esposa de Vidal, con quien haba procreado dos hijas, y a acusar a su marido por adulterio y bigamia. En esos momentos, la madre de la Seorita Mxico regres de sus compras. Alcanz a presenciar cmo su hija, de pie, exiga una explicacin al bgamo, quien, sentado en un silln, neg que la noticia fuera cierta. * En abril de 1923 se casaron Mara Teresa Herrejn y Moiss Vidal. En Cosamaloapan, Veracruz, establecieron su domicilio conyugal y tuvieron a sus hijas. Vidal acababa de ser ascendido a general. Viaj a la Ciudad de Mxico a realizar ciertos trmites que demoraran algn tiempo. Dej a su mujer encargada con unos de sus hermanos. No le mandaba dinero, pero no la olvidaba: le escriba cartas en las que le refrendaba sus juramentos de amor. A principios de 1929 las epstolas cesaron. Haba conocido a otra Mara Teresa, que rob su corazn. Aunque lejos, la cnyuge oy los rumores y fue a buscar al ausente. Este ya no se alojaba en el hotel desde el cual haba escrito las misivas. La mujer recurri a un abogado y demand a su esposo. Demandado, Vidal busc a su consorte. El viernes 23 de agosto le pidi perdn, le ofreci el pago de una pensin, le suplic que retirara los cargos y la convenci de que aceptara el divorcio voluntario. Le prometi que al da siguiente ira a ver a sus hijas, a quienes llevara caramelos y chocolates. La visita prometida no lleg ni el sbado 24 ni despus. * Aquel domingo 25 de agosto de 1929, al levantarse, Moiss Vidal llev a la sala un libro, una cajetilla de cigarrillos y su pistola Smith & Wesson que tena cacha de concha. El arma haba quedado sobre una mesita. Mara Teresa Landa la vio, se lanz sobre ella y se apunt a la sien. Asustado, su marido intent incorporarse del silln. No te me acerques porque te disparo, rugi Mara Teresa. Por favor, mi vida, deja esa pistola!, implor Vidal. En ese momento se produjo el primer disparo. El gatillo del arma era muy sensible. Entonces, la mujer aprision la pistola con las dos manos y volvi a disparar, y volvi a disparar... hasta vaciar la carga en el cuerpo del suplicante. Entonces intent darse un tiro. Las balas estaban consumidas. Vidal estaba tirado sangrando profusamente. Mara Teresa se arrodill ante ese cuerpo que amaba a pesar de todo, abraz a su amado y lo bes. Su elegante bata se ti de rojo. Ahora era el padre de la tiradora el que llegaba a la casa. Su esposa lloraba a gritos. Su yerno yaca sangrante. Se horroriz al percatarse del orificio en el pmulo. Su hija, con una prenda azul y roja cubrindole el hermossimo cuerpo, arrodillada ante el hombre mal herido, gritaba enloquecida: Perdname, mi amor! Qu he hecho? Auxilio! Te amo! No te mueras! Por Dios, no te mueras! Todava intentaron padre e hija llegar a un hospital para salvar al baleado. Se les muri en el camino. *
Si un juicio penal seguido por un delito grave es siempre dramtico, los de aquellos aos se prestaban al ms intenso y espectacular dramatismo. Exista en Mxico el jurado popular, cuyos integrantes no slo escuchaban planteamientos lgicos y razones jurdicas sino que eran susceptibles a gesticulaciones, dotes oratorias, golpes sentimentales, y simpata o antipata de los testigos y los inculpados. Y la belleza no requiere argumentos ni justificaciones. Como los colores del alba o del crepsculo, no necesita porqus ni paraqus. No tiene que demostrar nada: le basta mostrarse para producir escalofros y seducir con su magnificencia. Y Mara Teresa Landa era tan bella que slo mirarla provocaba inquietud. Un sector de la prensa especialmente El Nacional estuvo en su contra, pero Exclsior defenda a su reina de belleza y la opinin pblica tom partido por la mujer cuya fotografa ocupaba la primera plana de los peridicos. Vestida de negro, la blancura del rostro haca un contraste onrico que acentuaban la oscura mirada abismal y las profundas ojeras. El proceso sacudi al pas. La sala de jurados de la crcel de Beln fue insuficiente para la cantidad de pblico que quera estar all, presenciar el enjuiciamiento de la Venus mexicana, del ngel cado, de la viuda negra, de la primera Miss Mxico de la historia. Medio milln de oyentes sigui por la radio los pormenores del juicio. Se colocaron transmisores en la calle de Humboldt y en Avenida Jurez para que los transentes lo escucharan. La gente se arremolinaba en esos puntos. Vendedores de tortas, refrescos, helados, muganos, chicles y chocolates acudan a ofrecer sus productos. Aunque esos testimonios nada tenan que ver con el suceso materia del juicio, varios testigos aseveraron que Mara Teresa y el general pasaban horas encerrados en un cuarto de la calle de Chile antes de casarse, Santo Cielo! Entre los declarantes, Consuelo Flores afirm que esos encierros le eran remunerados a la joven en dinero por su novio. Consciente de que el jurado estaba fascinado por la acusada, el fiscal Luis Corona pidi, desechando la mnima caballerosidad, que el veredicto no se viera influenciado por la seda de las medias ni por el rimel de las pestaas de la beldad. No haba duda: esa asesina como la llam sin piedad se declaraba culpable. Adems, el acusador ilustr la indecencia de la acusada mostrando tres fotografas: en la primera, la mujer aparece recostada en una cama, con el pecho descubierto, fumando sensualmente; en la segunda, un gatito se aproxima a la fumadora, y en la tercera, el felino, hechizado, busca en esas colinas su alimento. Todava ms: el representante del Ministerio Pblico record, exagerando, que la uxoricida se haba exhibido desnuda en el concurso de belleza, y remat su actuacin leyendo una carta en la que una compaera de estudios de la Escuela de Odontologa en la que Mara Teresa inici carrera antes de la boda se diriga a la procesada "con palabras de hombre" celebrando "el gozo de sus besos". Un rumor de desaprobacin al golpe bajo recorri la sala. El abogado defensor Jos Mara Lozano gran orador, ex ministro de instruccin pblica del usurpador Victoriano Huerta llam a declarar a un testigo clave: el autor teatral Teodocio Montalbn. ste cont que preparaba una obra sobre el caso, para lo cual se haba allegado datos interesantes. Al entrevistarla, la testigo Consuelo Flores le revel que haba declarado contra la acusada a peticin de los hermanos del general y motivada por los celos, pues Mara Teresa le arrebat el amor de Moiss Vidal: las citas amorosas de la calle de Chile eran una mentira. Un clamor cimbr la sala. El fiscal pidi que se desestimara la declaracin, ya que el testigo no slo era adicto a la cocana sino, lo peor, familiar de la desvergonzada tiple Celia Montalbn. El acusador arremeti contra la inmoralidad de esos tiempos, subray que la mujer mexicana es la que brinda su abnegacin y no la que asesina, y solicit la condena a la pena capital. El defensor se tom cinco horas en su alegato final. Elogi la civilizacin occidental, en especial la cultura francesa; rememor crmenes clebres, sobre todo pasionales; se refiri autoelogiosamente a su militancia huertista y a su prxima jubilacin, y aterriz caracterizando a su defendida como la vctima que dispar, en defensa de sus ilusiones, contra quien le infligi deshonor y duelo, movida por una fuerza moral irresistible ante el temor fundado de un mal inminente .El letrado no precis cul era ese mal. Al serle concedido el uso de la palabra por ltima vez en el juicio, Mara Teresa Landa slo dijo, ante el jurado y el pblico absortos, que los imperativos de su destino le haban llevado al arrebato de locura que la hizo destruir su felicidad matando al hombre a quien amaba con delirio. Un aplauso atronador, interminable, con el pblico de pie, acogi su intervencin.
El jurado absolvi a la acusada. La lectura del fallo fue recibida por una ovacin sin fin. La absuelta fue sacada de la sala en hombros, vitoreada por la multitud. La sentencia no fue bien recibida en los crculos jurdicos: la conducta de la enjuiciada no encuadraba en ninguna de las justificantes ni en ninguna de las causas de inculpabilidad previstas por el Cdigo Penal. Fue el fin del jurado popular en Mxico. * Mara Teresa Landa sobrevivi a su esposo 63 aos. Nunca volvi a casarse. De Maulen especula que esa prolongada soltera "significa que acaso perdon a Moiss Vidal, y que sigui amndolo". S que sus alumnos de la Prepa Uno, salvo los que tuviesen corazn de piedra, no podamos sino amarla al escuchar sus clases muchos aos despus de aquel juicio.
alumno, que ha cumplido 21. Pero ste, alegando que ya es mayor de edad, ha solicita do al juez que revoque el condicionamiento y les permita el reencuentro. "No puedo ser feliz sin ella. La quiero. Fuimos separados sin opcin. La gente me empuja a que busque chicas de mi edad. La verdad es que otras relaciones no me han hecho feliz". Violacin estatutaria (o equiparada, como se le llama entre nosotros) por haber correspondido al amor del muchacho y haberle hecho conocer un paraso que l no se resigna a perder? Un muchacho de 13 aos comprende ya, aunque no lo haya experimentado, el significado de la unin de los cuerpos. Es plenamente capaz, habiendo ya sido asaltado por tumefacciones ardientes y cuitadas as como azoradas humectaciones sntomas del estallido del deseo, de enamorarse. La mujer que estren su cuerpo era su maestra y su novia. No es una manera envidiable de perder la castidad, habida cuenta de que muchos mozalbetes de esa edad la pierden con prostitutas o, en encuentros ocasionales facilitados por alguna droga, con compaeras de aula que no les inspiran sentimiento alguno? El linchamiento moral, el escarnio meditico y la amenaza de largos aos de prisin no doblegaron a Mary, no lograron alejarla de Vili, de quien slo la crcel la separ. La prensa ms inmunda, las buenas conciencias, la fiscala y el infeliz cnyuge la han presentado como corruptora de menores, como depravada. Ha estado privada de su libertad como una criminal por ms de 2,500 das. Pero Vili no slo nunca se sinti agraviado (no es la ofensa ntima conditio sine qua non en los delitos de ndole sexual?) sino que la sigue esperando, enarbolando su amor contra viento y marea. Por qu no la olvid comprometindose -como se lo aconsejaron los normales, los convencionales, los correctos con muchachas de su edad, muchas de ellas seguramente muy lindas? Porque el puerto que busca incesantemente el barco del amor no es indistinto sino nico e insustituible. Lo explica Jos Ortega y Gasset en uno de sus esplndidos Estudios sobre el amor: "Si es una tontera decir que el verdadero amor del hombre a la mujer, y viceversa, no tiene nada de sexual, es otra tontera creer que amor es sexualidad. Entre otros rasgos que los diferencian, hay ste, fundamental, de que el instinto tiende a ampliar indefinidamente el nmero de objetos que lo satisfacen, al paso que el amor tiende al exclusivismo. Esta oposicin de tendencias se manifiesta claramente en el hecho de que nada inmunice tanto al varn para otras atracciones sexuales como el amoroso entusiasmo por una determinada mujer". (Eso yo lo comprendo muy bien. Me lo explic Ortega y me lo descubriste t, amada ma: presente o ausente, t, slo t despiertas mi ertico y enamorado fervor). Castigados con excesiva crueldad por amarse, lo menos que puede permitirse a Mary y Vili es dejarlos disfrutar ahora de su amor.
LA CARTA MISTERIOSA
"Usted niega haber mandado esa carta a la esposa del Presidente?", pregunt el reportero de Noticieros Televisa, a travs de la va telefnica, a la seora Mara Regina Aguilar Tremani, ex esposa de Luis Felipe Villarreal. "Niego respondi la dama que ella la haya recibido, y niego que ella se haya enterado de estas cosas, y niego haber declarado cosas as. Eso es mentira y cuando se presente la carta van a darse cuenta de la circunstancia". El misterio est servido. La entrevistada niega tres cosas: que la esposa del Presidente haya recibido la carta y, por lo tanto, que se haya enterado de lo que sta dice, y que ella (doa Mara Regina) haya declarado "cosas as". Sin embargo, no desmiente expresamente haber escrito y haber enviado la misiva, circunstancia de la que "van a darse cuenta" (la opinin pblica?) "cuando se presente la carta" (a quin, en dnde?), y asevera que no declar esas cosas, pero no dice explcitamente que no las escribi. La Procuradura General de la Repblica asegura que ese documento no es la nica prueba contra Villarreal, pero ste fue arraigado slo una vez que se hizo pblica la existencia del texto. El contenido es extrao. La misiva, dirigida a Marta Sahagn antes de que la hoy Primera Dama contrajese nupcias con el Presidente, dice que la supuesta suscrita se enter por voz de su ex esposo de que ste haba vendido informacin bancaria sobre los Amigos de Fox por la nada
mdica suma de 100 millones de pesos!, lo que pudo hacer porque era secretario privado de Eduardo Fernndez, entonces presidente de la Comisin Nacional Bancaria y de Valores, tambin bajo arraigo. Lo raro radica en que en el momento en que se habra hecho esa confidencia el supuesto confidente no slo estaba divorciado de la seora Aguilar sino que sta le haca a su ex cnyuge exigencias patrimoniales a las que l se resista. No sera absurdo entonces que Villarreal se jactara, precisamente ante ella, de haber recibido tan elevada cantidad y que le confiara haber cometido un delito? Los antiguos esposos que quieren eludir sus obligaciones monetarias respecto de sus ex esposas suelen decirles a stas que no tienen en qu caerse muertos. El asunto ha suscitado reacciones crticas de varios distinguidos analistas de la poltica nacional, que, al comparar la situacin de Fernndez y Villarreal con la de los Amigos de Fox, contra ninguno de los cuales se ha solicitado el arraigo, han sealado que la Procuradura General de la Repblica no parece estar actuando con la imparcialidad que es debida en el rgano que monopoliza la accin penal. (Vase, por ejemplo, el magnfico artculo de Ral Trejo Delarbre publicado en este mismo diario el 28 de febrero). El caso me ha hecho evocar una de las grandes novelas mexicanas decimonnicas: Memorias de un impostor, de Vicente Riva Palacio. La trama se basa en hechos y personas reales del siglo XVII en la Nueva Espaa. El personaje central es don Guilln de Lampart, nacido en Irlanda y hombre culto como pocos en esos aos, inteligente y seductor. Don Guilln dominaba, el ingls, el griego, el latn, el castellano, el francs y el alemn; escriba con talento en prosa y verso, y conoca las ciencias fsicas, la teologa y el derecho. Encabezaba un grupo clandestino, en el que le llamaban Rey de Mxico, y el cual se propona hacer de Anhuac un reino independiente, objetivo por el que conspiraban sus miembros, enemigos de la ignorancia y el fanatismo que haban generado persecuciones contra Coprnico, Galileo y Descartes. Su palabra de reconocimiento era Helios, es decir, el Sol, que significa vida, luz y libertad. Delatada la conspiracin el 26 de octubre de 1642, don Guilln es detenido y llevado a la crcel de la Inquisicin, de donde escapa el 25 de diciembre de 1650. Se le recaptura das despus, vuelve a la prisin y es quemado vivo en el famoso auto de 19 de noviembre de 1659. Los 17 aos de encierro, en una celda hmeda y lbrega, con alimentacin escasa y sin contacto con ser humano alguno, no lograron deshumanizarlo ni borrar sus sorprendentes dotes intelectuales. La forma inaudita en que prepar y realiz su fuga, sus ataques al Santo Oficio, su imaginacin y su sangre fra, sus pasquines y sus versos, su actitud de entereza y lucidez durante el Iargusimo juicio... todo lo hace un personaje muy atractivo. En la novela, Riva Palacio agrega al personaje un elemento que aumenta la fascinacin que suscita: las mujeres se enamoraban de l, y l, a su vez, tena una sorprendente capacidad de amar simultneamente a muchas. Le confiesa a su amigo don Diego de Ocaa: "Las amo a todas... no es un solo espritu el que me anima, el que reside dentro de mi cuerpo, porque siento una alma entera, independiente para cada una de esas mujeres: adoro a cada una de ellas como si fuera mi nica pasin... Y no me digis que sern caprichos, devaneos, pasiones animales, no; son amor, amor profundo, verdadero, ideal". Una de sus cinco novias amadas, doa Ins Villamil, mujer de don Ramiro de Fuensanta, fue enterada acerca de las otras cuatro por Felipe Mndez, oficial de las tropas del virreinato. Mndez, a pesar de que su padre haba sido salvado por don Guilln, estaba envenenado por la envidia y los celos que le provocaba que el amor de ste fuera correspondido por la bella doa Ins, a quien deseaba. Conmocionada por la noticia, la mujer de don Ramiro urdi una venganza terrible: la delacin de su amante ante el Santo Oficio. Toda su vida se arrepinti de su proceder. 17 aos despus, el da del auto, al contemplar al condenado rumbo al quemadero, viejo y descarnado por tan largos sufrimientos, lo vio no obstante de tal manera que don Guilln "comprendi en la mirada de doa Ins que aquella mujer nunca le haba olvidado". Cuando las cenizas que quedaron del cuerpo del irlands fueron arrojadas a la acequia, doa Ins se arroj al agua gritan do: "La muerte nos une!" Pero hubo un instante, el que marc trgicamente el destino de don Guilln, en que el despecho anid en el espritu de aquella distinguida dama. El inmortal Quevedo compara a la mujer despechada con disparado esmeril, toro herido, fuego que libremente se ha soltado, osa que los hijuelos le han robado, rayo de pardas nubes escupido, serpiente o spid con el pie oprimido, len
que las prisiones ha quebrado, caballo volador desenfrenado, guila que le tocan a su nido, espada que la rige loca mano, pedernal sacudido del acero, plvora a quien lleg encendida mecha, villano rico con poder tirano, vbora, cocodrilo, caimn fiero .
estudiante de psicologa de 31 aos, se refera a Judith Resnk, una astronauta estadounidense que falleci en el trasbordador Challenger en 1986. "Amo de verdad a Judith. Soy un gran seguidor de ella y espero que estaremos juntos tras todos estos aos", asegur a la televisin alemana durante su vuelo. El aeropirata quera morir por amor, para reunirse ms all de la muerte con su amada. Lo ms curioso del caso es que ella nunca lo haba visto, y l a ella slo en la pantalla de televisin y en fotografas. Finalmente, el enamorado fue persuadido de aterrizar. De inmediato, un juez orden su internamiento psiquitrico. * Muy temprano, a las 5:30, l volvi a maltratarla: "Ya no me sirves como mujer. Voy a vender la casa y te largas", le dijo mientras ella ya lavaba ropa en el patio de la casa localizada en la colonia CTM Aragn, y le escupi la cara. Ella no dijo nada, pero se dirigi a la cocina y regres junto a su marido. Silenciosamente, Guillermina enterr el cuchillo en el pecho de Vicente, y antes de que l pudiera reaccionar se lo clav una vez ms, y todava otra ms. l cay al suelo, malherido, y suplic a la mujer que llamara una ambulancia. Guillermina slo se qued mirando, mientras recordaba 40 aos de maltrato, cmo se le escapaba la vida al acuchillado. Lav el cuchillo y su delantal, y despus tom unos tragos de alguna bebida espirituosa para darse valor. Segua recordando. Era extrao, pero se senta tranquila. Entonces fue a entregarse a la agencia investigadora 16 del Ministerio Pblico. * A las 2: 30 lleg la pareja al Hotel Gran Sol, de la colonia Tacubaya. Cuatro horas despus timbr el telfono celular de Luan. El atendi la llamada. Margarita le hizo una escena de celos. Discutieron. De las palabras pasaron a los golpes. Juan sac un cuchillo. No se sabe cmo, pero Margarita lo desarm y le asest 10 pualadas. Juan sinti que perda el aliento. Logr salir de la habitacin, ubicada en el primer piso, recorri trastabillando unos metros, baj tambalendose la escalera y cay a un lado de la recepcin. Margarita fue detenida con el cuchillo todava en la mano. "Se puso muy agresivo y me dio miedo. Lo nico que pens fue en defenderme", dijo. A los policas que la detuvieron y al agente del Ministerio Pblico les asombr que ella pudiera desarmar a su novio. A m me intriga que ste hubiera tenido encendido su celular a esa hora, en esa circunstancia, y que llevara consigo un arma blanca, y que ella le propinara exactamente una decena de cuchilladas no 9 ni 11, sino precisamente 10 corno si se tratara de un ritual de homenaje al sistema decimal. * Carlos Heraldo se enamor de su vecina rica desde la infancia, en la colonia Escandn. Ahora, con 31 aos de edad, mimaba a su amada, a quien todas las maanas trasladaba en su taxi a la Secretara donde ella trabaja, y a la hijita de sta. rica le daba su amistad, pero Carlos Heraldo quera algo ms. Tratando de conquistarla, la llevaba a comer y a pasear, y le regalaba vestidos. Son extraas las palabras con las que describe la respuesta de su pretendida: "Trat de corresponderme, pero no pudo quererme, no quiere quererme". Desesperado, una noche la rapt durante varias horas en un hotel. Ella no cedi a las splicas. Al da siguiente, el hasta entonces suplicante, armado con un arma punzocortante, irrumpi por la azotea en el domicilio de rica y trat de someterla a su deseo. Ella logr escapar y dar aviso a la polica. Cuando fueron a detener al pertinaz pretendiente, ste, todava en la casa que haba allanado, sintindose acorralado, salt por la ventana, a cinco metros del suelo. Fue levantado casi ileso. Si era extravagante la descripcin de las reacciones de rica ante sus requerimientos, ms extica an es la explicacin de su propio proceder: "Yo le di todo. Ella tuvo otros culeros. Nos conocemos desde nios. Yo le conoc todos sus geyes y ella me conoci todas mis viejas. Ella es el amor de mi vida". *
El delirio, la lucha entre el instinto ertico y el instinto de muerte, la atraccin que degenera en odio, el encantamiento que deviene en impulso destructivo, la humillacin rutinaria que un da dice hasta aqu, la irracionalidad de las pasiones, la angustia de perderle, el deseo frustrado, el intento de forzarle tras la seduccin fallida, la fascinacin ante el abismo, los mpetus del lado oscuro del alma pretendidamente incontrolables, el otro yo que no conocamos... amor, bsqueda del amor, esperanza de hallar el amor, aguante de todos los agravios en homenaje al recuerdo del amor ido pero que un da glorioso fue? o sentimientos y pulsiones ajenos al amor, que slo les sirve de coartada? Freud expuso una apasionante teora de la tensin entre eros y thanatos, entre el instinto de vida y el instinto de destruccin que todo ser humano alberga dentro de s. En nuestros das, Alberoni entiende que la actitud que permite controlar la angustia relacionada con la violencia de la vida le da la impresin de que puede dominar fuerzas que, en cambio, ntimamente sabe que son ms poderosas que l. Siglos atrs, Shakespeare, en Otelo, puso en labios de Yago la siguiente enseanza: "Si la balanza de nuestras existencias no tuviera un platillo de razn para equilibrarse con otro de sensualidad, la sangre y bajeza de nuestros instintos nos llevara a las consecuencias ms absurdas... poseemos la razn para templar nuestros movimientos de furia, nuestros aguijones carnales, nuestros apetitos sin freno... " Pero el mismo personaje agrega ms adelante: "Es el error de la luna: se acerca a la tierra ms de lo deseado y vuelve a los hombres locos". Como sabemos, Yago obnubil la razn de Otelo.
EL DELITO DE DESEAR
AUNQUE usted no lo crea, un humilde pescador del puerto de Dzilam Gonzlez, Yucatn, se encuentra preso, sometido a proceso penal en el juzgado octavo de defensa social de Mrida, por enviar cartas de amor y deseo a una mujer adulta, casada pero separada de su marido. El cargo: ultrajes a la moral pblica! Javier Cituk Cab escribi a su amada Viviana Chan lneas tan romnticas como stas: "Te quiero mucho, deseo que seas mi mujer porque eres como una estrella que tengo metida en mi corazn". Asimismo le expres ciertos arrebatos de la carne que ella le inspiraba (quiz todava le inspira, pues la carne, ay!, es hierba): "Te amo, quiero tenerte en mis brazos, hacerte el amor todo el tiempo". El acusado dice que el padre de Viviana, Manuel Chan, lo extorsion exigindole 16 mil pesos! a cambio de no denunciarlo por las misivas. Cmo puede haber un agente del ministerio pblico tan estpido para ejercitar accin penal por esas epstolas? Qu mentalidad obtusa y perversa se necesita en un juez para dictar auto de formal prisin por esos escritos? Estamos ante un caso inaudito. Me gustara defender ante tal juzgador protervo a ese pescador de apetencias e ilusiones. Qu ultraje a la moral pblica puede haber en un escrito enviado a una persona y no publicado? Qu ofensa existe en expresarle a la anhelada que se le quisiera amar todo el tiempo, afn que slo Prapo sera capaz de cumplir pero que es el sueo de los enamorados y hedonistas al encontrar a la nica que puede despertar esa ansiedad?
EL IMPEDIMENTO DE LA INFIDELIDAD
El proyecto de Cdigo Familiar perpetrado por los diputados panistas de Aguascalientes establece como impedimento para casarse el adulterio judicialmente comprobado, cometido por alguno de los pretendientes en un matrimonio anterior, inform el diario Reforma. Una prohibicin de tal ndole reviste, por inslita, un inters extraordinario. En el Antiguo Testamento ninguna conducta como el adulterio es blanco de tanta atencin y tan reiteradas prohibiciones. El sptimo mandamiento del Declogo, recogido en el xodo, lo prohbe, y el dcimo va aun ms lejos: "No desears la casa ni la mujer de tu prjimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada de cuanto le pertenece" Entre los bienes vedados al deseo se enumera en primer lugar la casa, antes que la mujer, de otro: se conceba el adulterio como la violacin del derecho de propiedad de un hombre sobre su esposa. El Levtico impona la pena de muerte a ambos adlteros, pero a la mujer se le condenaba en calidad de propiedad usurpada as como un buey era sacrificado cuando algn varn satisfaca con l sus urgencias sexuales. A los hombres se les permita tener relaciones extramaritales con sus esclavas o con prostitutas. El coito con una esclava perteneciente a otro o con una mujer libre y soltera se conminaba slo con sanciones simblicas. Lo realmente vedado era la mujer del prjimo. El adulterio fue una obsesin para los legisladores israelitas. El Eclesistico recomienda evitar incluso las ocasiones de tentacin: "No te sientes nunca junto a mujer casada ni bebas con ella vino en los banquetes, no sea que se incline hacia ella tu corazn y seas arrastrado a la perdicin". Los Proverbios previenen: "Quin andar sobre brasas sin que se le abracen los pies? As el que se acerca a la mujer ajena: no saldr indemne quien la toca". De las extraordinarias mujeres de la Biblia, las adlteras resultan especialmente apasionantes: Sara, a quien su marido Abraham, sabindola irresistible, rog en Egipto que dijera que eran hermanos, no esposos, a fin de que l no fuese asesinado por los hombres que sin duda la desearan, y a quien el faran llev a su palacio compensando al fraternal cnyuge con innumerables obsequios; Tamar, que sedujo a su propio suegro tras haber enviudado de dos hijos de ste; la mujer de Putifar, quien perdi los estribos por su siervo Jos y no dej de acosarlo hasta que, ante la resistencia de ste, en una ocasin, trastornada por el despecho, le arranc el manto con que se cubra y mostr la prenda como prueba de que haba intentado seducirla; Betsab, quien al ser espiada bandose por el rey David lo enloqueci de amor a tal grado que ste envi a Uras, cnyuge de su amada, al punto ms peligroso del frente de guerra, donde el soldado muri, lo que disgustado Yahv atrajo severos castigos a la pareja. Salvo en los regmenes confesionales o cuasiconfesionales, el adulterio ha dejado de ser delito. Turqua tuvo que despenalizarlo en estos das para ser admitida en la Unin Europea. Una empresa italiana hizo una encuesta sobre las consecuencias del adulterio. Las respuestas de las mujeres fueron impresionantes: rejuvenecieron las que lo estaban viviendo, y de stas el 47% cuid ms su aspecto, el 28% recuper la lnea, el 24% observ que su piel se volva ms tersa y luminosa, el 52% se benefici con mayor equilibrio emocional y el 26% no sinti remordimiento alguno. En El secreto de la infidelidad, de Ethel Krauze, el narrador descubre que su mujer, Genoveva, le es infiel porque advierte en ella una metamorfosis espectacular: "olor a gruta submarina... pechos como palomas desperezndose en el nido... saladas fragancias corpora les que haba trado consigo untadas como miel en los ondulantes cabellos... convertida en hada rociaba con su canto las acacias del jardn... ms aceitunada, como si se hubiera baado en aceites salvajes... entraba como aguacero de junio... llegaba a la casa y la poblaba de colores, sonoridades, aromas, vibraciones y humedades... abierta, entera, plena en su naturaleza de mujer esencial... ". Ya en el siglo XVIII Beccaria propugn que dejara de ser delito el adulterio, que nace de "fortsima atraccin" instantnea y misteriosa, semejante a la de la gravedad universal, pues sta modifica todos los movimientos de los cuerpos y aquella transforma los del nimo. Ms recientemente, Borges apunt con una sonrisa que "en el adulterio suelen participar la ternura y la abnegacin". Quiz estas apreciaciones no entusiasmen a los legisladores del PAN, pero acaso pudieran comprender que su funcin no es la de denegar a un adulto una unin que ellos (los diputados) juzgan indeseable, que la ley del corazn reclama fueros irrenunciables sobre los textos
legales, que una conducta no lesiva de bien jurdico alguno no debe ser motivo de veto legal, y que los impedimentos que busquen desestimular tal conducta quiz hagan cobrar nuevo vigor a la fortsima atraccin por decirlo con palabras de Beccaria que la inspira, excitando ms vivamente la imaginacin y engrandeciendo al objeto del deseo.
El caso hace pensar en la abismal diferencia que se da entre la informacin que proporcionan los medios de comunicacin y las constancias que realmente existen en un expediente, en lo delicada que es la tarea del juzgador y lo importante que resulta que la realice con escrupuloso cuidado, y en la terrible injusticia que constituye la prisin preventiva, la cual en la actualidad sera posible sustituir en casi todos los procesos con la colocacin de un brazalete electrnico inamovible en la mueca del procesado que impedira su sustraccin de la justicia.
DIVORCIO A LA ESPAOLA
ESPAA fue el ltimo pas europeo en admitir el divorcio. En 1974, Italia el otro pas del viejo continente donde no exista lo consagr en su legislacin tras un referndum en el que, a pesar de la oposicin de El Vaticano, la gran mayora de ciudadanos se manifest a favor. La pro paganda de quienes estaban en pro de que la ley acogiese la posibilidad de divorciarse deca: "Queris estar con Europa o con la Espaa fascista?" Los espaoles tuvieron que esperar varios aos ms. Ahora, el gobierno socialista de Jos Luis Rodrguez Zapatero ha presentado un proyecto revolucionario en el que la libertad de los consortes es plenamente respetada. A partir de la entrada en vigor de la reforma, bastar con que cualquiera de los dos quiera el divorcio para que ste proceda. La solicitud, que puede presentarse una vez transcurridos tres meses de celebradas las nupcias, slo debe acompaarse de una propuesta de medidas provisionales para regular los efectos derivados de la separacin. Queda eliminada la exigencia de causas determinadas que implicaban una conducta culpable de uno de los cnyuges para que el otro pudiera pedir la disolucin del vnculo conyugal. Los padres podrn acordar en el convenio regulador que el ejercicio de la patria potes tad se atribuya exclusivamente a uno de ellos o que cada uno la ejerza compartidamente. El cnyuge que resulte gravemente perjudicado por el divorcio podr recibir una pensin, de por vida o temporal, o una cantidad fija. Los autores del proyecto entienden que la regla general de que los contratos no deben rescindirse sino por mutuo acuerdo no es aplicable al matrimonio: la reforma parte de la premisa de que nadie debe verse obligado a convivir con otra persona si no quiere. Isaas Berln ensea que la "libertad negativa" es la que permite estar libre de interferencias y coacciones para pensar, expresarse y actuar. El proyecto espaol respeta hasta las ltimas consecuencias la libertad individual, entendida como la soberana de un individuo para decidir su vida sin presiones ni condicionamientos, en exclusiva funcin de su inteligencia y su voluntad.
AUSENCIAS INCONSOLABLES
La reina de Saba de nombre Bilquis en la tradicin yemen, Astart en la fenicia o Makeda en la etope quedaba fascinada con lo que le contaba Tamrin, jefe de sus caravanas y propietario de 73 embarcaciones y 787 camellos, acerca de Salomn, famoso por reinar con equidad y sabidura y porque en esos das estaba construyendo el imponente templo de Jerusaln. Siempre le peda ms historias de ese admirable monarca. Ella tambin era admirada por su inteligencia y su belleza. No se cansaba de escuchar los relatos de Tamrin, gran viajero y gran narrador. La moti varon tanto esas narraciones que tom la decisin de ir a conocer al personaje, no obstante que esto implicaba un difcil viaje desde Saba (reino preislmico que estuvo en territorio de la actual Repblica de Yemen) que durara seis meses a travs del desierto. Para la reina virgen, mujer inteligente y talentosa, era un reto intelectual dialogar con un hombre tan sabio, al que admiraba y con quien deseaba intensamente encontrarse. El encuentro entre ambos monarcas, hace unos tres mil aos, es legendario. Aluden a l la Biblia, el Corn y el Kebra Nagast, el sagrado libro etope. Salomn tambin haba odo hablar de la Reina de Saba, segn el Corn y la tradicin musulmana. La abubilla ave de plumaje rojizo, con franjas transversales blancas y negras, y con un gran copete de plumas en la cabeza le llev noticias de esa reina bellsima, joven, inmensamente rica y poderosa, sabia tambin, pero con un defecto esttico: la frondosa pilosidad de sus sin embargo bien torneadas piernas. Al arribar Bilquis al palacio de Jerusaln, el rey la recibi en un aposento con suelo de cristal que imitaba el agua de un estanque. Instintivamente, la reina se alz la falda y as qued confirmado el rumor de la abubilla. Pero Salomn la quera sin imperfeccin alguna, e hizo fabricar un eficaz ungento depilatorio de cal apagada y cenizas. Bilquis permaneci varios meses junto al rey. Disfrutaron de largas y apasionantes conversaciones, de acertijos y otros juegos de ingenio. La leyenda dice que compartieron algo ms, pues hacia el final de la estancia engendraron un hijo, Menelik, que ella decidi tener en su propio reino, lejos de l. Cuando parti, Salomn, en un intento por consolarse, tom a 700 mujeres por esposas y a otras 300 como concubinas, pero jams pudo, ni quiso, olvidar a Bilquis. Ironas de la historia: Yemen es el pas de donde proviene la familia de Osama Bin Laden, y las yemenes actuales van cubiertas de pies a cabeza por velos negros, ocultan las manos con guantes de ese color, y no tienen permitido hablar con extranjeros. Pero una vez en esa tierra hubo una reina que habl con uno de los reyes ms sabios de todos los tiempos, a quien cautiv mostrndole su belleza y su talento. *
Mara Magdalena fue una de las selectas seguidoras femeninas de Jess en una poca en que la vida de las mujeres en la sociedad juda quedaba circunscrita a su entorno domstico tradicional, estuvo presente durante su crucifixin, fue segn San Juan la primera testigo de su resurreccin, y fue la primera a la que el Maestro le confi el sacerdocio supremo: proclamar el mensaje cris tiano. Es la primera apstol. Despus de que descubre el sepulcro vaco, y mientras llora desconsoladamente, Jess le llama por su nombre. Al reconocerlo, ella le dice: Rabbun ("maestro mo"), y, llena de alegra, intenta abrazarlo, pero l la detiene con las palabras Noli me tangere ("no me toques"), y enseguida le explica que no debe tocarlo pues an no ha subido al Padre. En su Armona de los evangelios , San Agustn afirma que ella sobresala entre todas las mujeres, y da fe de su gran amor: "Entonces vino Mara Magdalena quien, sin lugar a dudas, amaba con ms pasin que esas otras mujeres que haban servido al Seor". Petrarca sostiene que Mara Magdalena, "apstol de los apstoles", fue la mujer que ms am a Jess y a la que l ms am. En un martirologio anglosajn de mediados del siglo IX se asevera que, despus de la ascensin de Jess al cielo, Mara Magdalena lo aoraba tanto que "ya no poda mirar a ningn otro hombre", de modo que se fue al desierto y all vivi" desconocida por todos los hombres". Y l? Seguramente tambin la extraaba pues, segn el mismo texto, "cada da, durante las horas dedicadas a la oracin, venan los ngeles y se la llevaban al cielo para nutrirla espiritualmente, depositn dola despus en su cueva en las rocas". * Hay presencias en el alma que ni la ausencia fsica ni el discurrir del tiempo, que borra tantas otras cosas, logran desvanecer.
SEGUNDA PARTE
USANZAS CRIMINALES
ultranza los usos y costumbres de los pueblos, apoyando incluso su consagracin legal, con base en una postura axiolgica relativista segn la cual no hay unos valores culturales superiores a otros sino que, por razones de tolerancia, todos son respetables pues responden a peculiaridades histricas, sociolgicas y culturales que hay que comprender. Pero entre comprender y justificar puede haber un abismo. "En la sociedad tolerante advierte Fernando Savater, lo respetado no son las ideas y creencias de las personas, sino las personas mismas nunca identificadas del todo con sus ideas y creencias". No merece respeto alguno una norma que acepta que hay seres humanos superiores a otros por su origen de casta y que para castigar a alguien por un acto es vlido arruinar a una mujer inocente de su familia. Para disfrutar de la tolerancia es preciso renunciar como algo intolerable al ejercicio de la propia intolerancia. Son aceptables los usos y costumbres populares? No se puede dar una respuesta absoluta, en bloque. Algunos incluso hay que alentarlos. Pero es preciso que fijemos como lmite el de los derechos humanos, que suponen la ilustracin racional de la conciencia, la igualdad democrtica ante la ley, el desapasionamiento del Estado como rbitro neutral en los conflictos confesionales, la renuncia a la violencia privada, el respeto que a cada cual le es debido, el principio de que ninguna conducta puede ser castigada slo porque transgreda creencias religiosas o culturales, la disposicin de que nadie puede sufrir castigo alguno por acciones de otro, etctera. Lo dir con toda claridad: un sistema normativo que contempla como sancin la violacin que es uno de los crmenes ms horrendos o cualquier otra pena cruel, inhumana o degradante; que condena a las mujeres por un proceder ajeno; que asume la superioridad natural de un ser humano sobre otro; que castiga una manifestacin consentida de amor, o que establece cualquier pauta lesiva de la dignidad humana, no merece respeto alguno, y debe ser combatido.
SEPULTADAS
EUROPA ENTERA se cimbr de indignacin y espanto con el asesinato del cineasta y escritor holands Theo van Gogh, de 47 aos, tataranieto del hermano del genial pintor Vincent van Gogh, y autor del corto Submission, que trata sobre una mujer musulmana casada a la fuerza, maltratada por su marido y violada por su to. Vestida con unos velos negros y otros transparentes, el rostro cubierto, la protagonista muestra en varias escenas pasajes del Corn tatuados en su cuerpo y huellas de golpes infligidos por los varones de su familia. Constantemente repite en un monlogo los textos cornicos que justificaran tales abusos. Un joven de doble nacionalidad, holandesa y marroqu, vestido con ropa tradicional de Marruecos, se atraves al paso de Theo van Gogh, que se diriga en bicicleta a su oficina, le asest varias pualadas y lo remat a tiros cuando yaca en el suelo. El crimen ocurri a plena luz de la maana en uno de los barrios de Amsterdam con mayor presencia de inmigrantes musulmanes. El terrible episodio supone no slo la destruccin alevosa de la vida de un hombre sino, adems, un ataque ignominioso a la libertad de expresin y un ejemplo de los aberrantes extremos a que suele llegar el fundamentalismo islmico que, no conforme con imponer sus rgidas pautas de conducta en los pases bajo su dominio, es criminalmente intolerante contra quienes se atreven a denunciar u objetar dichas directrices incluso en los propios pases que han brindado hospitalidad a los fundamentalistas. De los mandatos impuestos por los regmenes fundamentalistas del Islam las principales damnificadas son las mujeres. Ellas son blanco de castigos por conductas que en los varones no son punibles, desde los latigazos en Emiratos hasta la lapidacin en Nigeria. Recordemos algunos ominosos ejemplos. En Jordania son frecuentes los asesinatos de mujeres a manos de maridos,
padres o hermanos no dispuestos a permitirles la mnima expresin de libertad. En Bangladesh se arroja cido a la cara de las mujeres en aras del honor masculino. En Pakistn, en 2003 una maestra rural fue condenada por un consejo popular a ser violada por cuatro hombres de casta superior a cuya hermana se le atribuy tener relaciones con un hermano de la acusada. El muchacho fue sodomizado, y la maestra fue violada y arrastrada desnuda por la aldea. (Es de justicia apuntar que en este caso los agresores fueron llevados a juicio y condenados). Pero las mujeres no slo son vctimas de penas atroces por conductas transgresoras de la shara legislacin derivada de una interpretacin rigorista del Corn y de la recopilacin tradicional de los hadiths o dichos del profeta. Se les somete tambin a un estigma y un suplicio ineludibles estrictamente en razn de su sexo: el burka, Esta prenda, que les veda desde la niez hasta la muerte el ms mnimo confort en climas de calor asfixiante y les impide ser acariciadas aun por el viento, es, por decirlo con palabras de Mario Vargas Llosa, la crcel ambulante que les impide desarrollar libremente su cuerpo y su mente; el smbolo de su condicin ancilar y de su falta de soberana y libertad, y el emblema de la cruda y dura Edad Media islmica. Por qu esas mujeres no se han sumado al vigoroso movimiento que en el mundo occidental ha reivindicado tantos derechos y ha logrado tantas conquistas para su sexo? Sin pretender una respuesta exhaustiva, no tengo duda de que el temor a los infames castigos inhibe la tentacin de rebelarse. En cambio, las convicciones religiosas no suelen ser decisivas en las mujeres que, al vivir en pases donde no estn sujetas a la opresin que han padecido en los suyos y convivir con mujeres no sometidas, deciden el curso de su vida libremente. La educacin juega un papel primordial en este proceso. Slo educndose en valores laicos y democrticos se puede salir de la prisin que erigen la ignorancia y el fanatismo. Por eso es tan lamentable que en Francia, en aplicacin de la ley del velo que prohbe asistir a clases llevando "signos religiosos ostensibles", se est expulsando de las escuelas a alumnos sijs y a estudiantes musulmanas, porque precisamente la enseanza que ahora se les niega a estos jvenes sera la nica va por la que podran comprender que hay otros modos de vivir distintos del que les impuso el azar del lugar y la familia en que se meci su cuna.
LA LEY DE AL
Un tribunal de apelacin de Sokoto, Nigeria, est revisando la sentencia impuesta a Safiya Hussaini, de 35 aos, que fue condenada a muerte por lapidacin como responsable del delito de adulterio. De no revocarse el veredicto, se enterrara el cuerpo de la condenada a la altura del pecho y se le apedreara hasta matarla. Se trata de una de las condenas ms absurdas, misginas y crueles de la historia. Ella declar que fue violada tres veces por un primo casado con dos mujeres. El fallo impugnado asume que la acusada consinti el coito. Supongamos que Safiya haya consentido. Es indignante que en pleno siglo XXI la libertad sexual sea objeto de una condena tan brutal. Supongamos que Safiya haya consentido. A quin ofendi? Estaba divorciada con anterioridad a los hechos. "Es la Ley de Al", justifica el fiscal general de Sokoto. La Ley de Al, la shara (lo que est prescrito), es el derecho islmico, cuerpo normativo basado en el Corn y en la tradicin. Se basa en la doctrina de qisas: la venganza por cuenta de la comunidad, segn explican Chris Horrie y Peter Chippindale en su libro What is Islam? (Qu es el Islam?). Supongamos que Safiya haya consentido. El sexismo de la sentencia resulta escandaloso:
el hombre con quien habra cometido el delito se encuentra libre y ni siquiera est acusado no obstante que primero acept haber tenido la relacin con su prima, aunque lo neg despus, sin que el defensor de sta pidiera que compareciese una vez ms "para que no pasara vergenza". En los muchos pases islmicos donde rige la shara, las mujeres no pueden ser jueces, su testimonio tiene la mitad del valor probatorio que el de un hombre y su asesinato no se considera delito igual de grave que el de un varn. Desde 1999, 13 de los 36 estados nigerianos, aquellos en los que los musulmanes son mayora, han adoptado una estricta versin de esa doctrina que contradice en aspectos esenciales la legislacin federal del pas. Los quince ministros de la Unin Europea reunidos en la Cumbre de Barcelona pidieron clemencia a Nigeria. Diversos organismos de derechos humanos emprendieron acciones para salvar la vida de la mujer. Amnista Internacional lanz una campaa en internet bajo el lema Salvemos a Safiya. Esta organizacin humanitaria ha declarado: "Amnista Internacional no toma postura sobre la religin o sistema legal de ningn pas. Sin embargo, se opone incondicionalmente a la pena de muerte o al uso de flagelacin, amputacin o lapidacin como formas de castigo, ya que constituyen tortura o trato inhumano o humillante". Detengmonos en esta declaracin. Cmo es posible lgicamente oponerse por un lado a la pena de muerte y a la flagelacin, amputacin y lapidacin, y por otro lado no tomar postura sobre el sistema legal que consagra esos castigos? Cmo es posible defender los derechos humanos universales sin condicin de sexo, raza, creencias, etctera, y no condenar los sistemas legales que los niegan? Amnista Internacional ha realizado una admirable labor salvando de prisin injusta y de la pena de muerte a muchos prisioneros de conciencia. Le deben merecer respeto todas las personas, no todos los ordenamientos normativos. stos deben ser evaluados de acuerdo con pautas axiolgicas, y el mejor parmetro es el de los derechos humanos. Cmo aceptar que en las sociedades donde se ha impuesto la shara las mujeres no sean tratadas como personas? Se puede explicar y aun comprender por qu ocurre as, pero lo que es vlido como explicacin no lo es necesariamente como justificacin o aceptacin. Se trata de responder si una determinada situacin es deseable. Alguien podra calificar de etnocentrista, europesta o arrogante esta postura? Lo hacen algunos que no corren el menor peligro de padecer una situacin semejante a las de las mujeres del Islam en su propia vida, por ejemplo ciertos intelectuales metropolitanos o, peor an, ciertas intelectuales metropolitanas. Es una actitud congruente? No podemos negar el origen europeo de los derechos humanos, pero tomar partido por su carcter universal no es asumir una postura eurocentrista. Lo que se defiende no es la superioridad del lugar en que fue mecida la cuna de tales derechos sino lo que stos significan: el catlogo mnimo de prerrogativas y miramientos mutuos que los seres humanos requieren para su autorrealizacin. Es preciso que el mundo salve a Safiya de ser lapidada, y tambin que logre la abolicin de legislaciones como las que fundamentan esa brbara condena.
el certamen, expresar su repudio a la condena. (Ambas actitudes solidarias con la mujer cruelmente condenada, por cierto, contradicen el clich segn el cual todas las participantes en concursos de belleza son necesariamente frvolas, vacas e indiferentes a los problemas de los dems). El gobierno ofreci que la sentencia no sera ejecutada. Adems, para calmar a los fanticos, hizo una concesin: las muchachas no apareceran en traje en bao en la final. As las cosas, el diario nigeriano This day public el comentario de que, de haber vivido en nuestro tiempo, el profeta Mahoma se hubiera casado con alguna de las concursantes, dada su belleza. Fue la gota que derram el vaso. Armados con palos y navajas, miles de jvenes musulmanes se lanzaron a las calles incendiando automviles, atacando a cualquiera que les pareca cristiano, y gritando "Al es el ms grande! Miss Mundo es pecado! Abajo la belleza!" La violencia no se detuvo ni con la cancelacin en suelo nigeriano del concurso, que finalmente se celebrar en Londres. Ms de 200 personas han muerto y ms de 11,000 se han visto obligadas a abandonar sus hogares. La periodista que hizo el comentario, Isioma Daniel, ha tenido que abandonar el pas pues el Estado de Zamfara ha dictado una fatwa decreto religioso contra ella de acuerdo con la cual es obligacin de todos los musulmanes, en cualquier lugar del mundo en que se encuentren, asesinarla. Todo eso por la reaccin de quienes se arrogan la representacin y la interpretacin de los sentimientos de Dios (Al) y su profeta (Mahoma). Con lo fcil que era, desde una perspectiva de tolerancia ilustrada, en lugar de salir a matar y destrozar, simplemente no presenciar el concurso y dejar de leer ese peridico. Se puede estar a favor o en contra del concurso Miss Mundo, pero en el caso de Nigeria la oposicin de los fanticos tiene un significado que ha descrito magistralmente el escritor nigeriano Wole Soyinka, premio nobel de literatura: "Un rostro encantador les hace fantasear, incluso salivar ante la masa informe que quedar al final de algn ritual de lapidacin de la Edad de Piedra".
EL ENDRIAGO
Diputados y dirigentes de partidos polticos, columnistas y conductores de noticiarios, prelados, criminlogos profesionales y de ocasin, oficinistas, amas de casa, taxistas, es decir, todo el mundo coincide en que los linchamientos se deben a que el pueblo o la sociedad, usted elija el trmino ms respetable est harto de tanta delincuencia y de tanta impunidad, y, en consecuencia,
indignado ante los delincuentes a los que una multitud logra atrapar, en lugar de entregarlos a las autoridades, decide la va expeditiva de hacerse justicia por propia mano. Quin podra negar que, en efecto, hay desencanto, enojo, temor e impaciencia ante la criminalidad y la ineficacia oficial para prevenirla y castigarla? Y, sin embargo, aun el ms superficial de los anlisis permite escapar del tic repetitivo, del lugar comn vulgar y faciln. S, indignan los delitos y la falta de casti go a sus autores, pero esa indignacin no es el verdadero mvil de los linchadores. Se fijaron ustedes en los rostros de quienes rodeaban los cuerpos, dos de ellos ya sin vida, de los tres jvenes asaltantes linchados en la Delegacin de Milpa Alta? No enojo, sino diversin; no lamento, sino satisfac cin; no nimo de justicia, sino de venganza. Justicia? Hubo un juicio popular contra los detenidos? Hay alguna proporcin entre su delito y el castigo que se les infligi? Se trat de causarles un mal que retribuyera su conducta antisocial o de, al saberlos inermes ante la masa, inferirles el mayor mal posible? Puetazos, puntapis, escupitajos, palos al vientre, a la espalda, al pecho, a las piernas, a los brazos, a la cabeza, a la cara. Qu sintieron los justicieros al ver que las cuencas de los ojos de los ajusticiados se vaciaban, que sus rostros se iban volviendo cosas informes y sanguinolentas, que sus cuerpos se iban desguazando? Alguno pens que estaba, junto con los dems participantes, siendo justo? Es que acaso alguno de ellos pens siquiera un instante, mientras golpeaba con saa, en la justicia? O ms bien era la oportunidad de sacar a la bestia, al monstruo que habita su alma, con la coartada de hacer justicia, con la perspectiva de, ante la dificultad de que se precise la autora de la agresin mltiple, quedar impune? El Mxico profundo, como declar el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrs Manuel Lpez Obrador, a propsito de otro linchamiento? No, el endriago oculto en algn espacio sombro del corazn, ni tan profundo, pues asoma a la primera opor tunidad propicia. Hace falta apuntar algo ms para que se entienda la gravedad de que los linchamientos tambin queden impunes? Y, por cierto, qu pensar de la tardanza de varias horas de la polica en llegar al sitio en que se celebraba ese sangriento aquelarre? La aplicacin de la ley suele llevarse a cabo muy insatisfactoriamente, pero las leyes son el mejor producto o el menos malo que los seres humanos hemos ideado para, racional y civilizadamente, castigar delitos y resolver conflictos ya sea entre particulares, entre gobernantes y gobernados o entre autoridades diversas.
La inquietante viuda memorablemente interpretada por Irene Papas en su mejor momento se diriga a misa cuando la multitud, amenazante, la empez a rodear. Zorba el papel ms entraable en la carrera de Anthony Quinn acert a defenderla con xito ante un primer agresor, pero tras su precaria victoria sobre ste baj la guardia y, aprovechando su descuido, la mujer fue letalmente apualada, con la aprobacin de todos los testigos las mujeres incluidas, por otro hombre que sali del grupo hostil. Qu delito ameritaba ese castigo extremo, impuesto sin que siquiera se hiciesen cargos explcitos y se escuchase a la ajusticiada? La muy deseada viuda haba aceptado en su cama al escritor ingls recin llegado a la comarca despus de rechazar a su pretendiente coterrneo, por lo que ste se suicid. Vi la pelcula basada en la novela de Nikos Kazantzakis por primera vez en el umbral de mi adolescencia, y despus la he visto muchas veces ms, y la escena del apualamiento no deja de sacudirme. Con qu derecho la turbamulta poda disponer de la vida de una mujer cuyo nico crimen haba sido el de ejercer su libertad, el de disponer libremente de su cuerpo? Hace unos das, La Crnica de hoy inform que en julio del ao pasado, en San Ildefonso, municipio de Amealco, Quertaro, varias mujeres otomes interceptaron a Matilde nombre ficticio en la vereda por la que sta caminaba hacia su vivienda, y, para castigarla por la supuesta relacin con el esposo de una de ellas, la jalonearon, la golpearon y le untaron o le introdujeron una pasta de chiles en la vagina. Esa clase de castigos se aplica en el poblado a esa clase de faltas. Son los usos y costumbres del pueblo, objeto de demagogia pedestre en los discursos polticos y de mistificacin celebratoria sin rigor terico en tesis antropolgicas y tomas de posicin de un sector preilustrado de la izquierda. Ah, los hemos escuchado y ledo, algunos con asombro y con brotes de urticaria! Las comunidades autctonas tienen derecho a darse sus propias normas, que slo pueden ser objetadas desde una perspectiva colonialista por quienes asumen que la cultura occidental es superior a las culturas ancestrales subyugadas por la dominacin social, poltica y econmica y bla, bla, bla. Esta postura corresponde a lo que Savater denomina la "etnomana", que concede la primaca a lo genealgico, lo lingstico, lo religioso o las ideologas tradicionalistas es decir, lo que nos viene impuesto por la cuna, la sangre, la tierra o el inconsciente sobre la igualdad constitucional de derechos: la identidad tnica por encima de la igualdad ciudadana. Con base en pautas culturales premodernas, los derechos individuales se relegan en aras de la primaca de los derechos colectivos. Esa actitud beata y, bien mirada, caprichosa, es incompatible con la causa de los derechos humanos. stos son un producto del proceso civilizatorio, y nosotros, los que nos tenemos por civilizados, somos en buena medida producto de esos derechos, pues no seramos lo que hemos llegado a ser sin la conviccin, traducida en leyes vigentes, de que no hay razn vlida para que se atente contra la dignidad de la persona. El individuo es, en su irrepetible singularidad, el nico sujeto de los derechos humanos, bajo cuya vigencia no necesita comprar la proteccin del grupo (o los grupos) a que pertenece al precio de fundirse y anularse dcilmente en l (o en ellos). La defensa de los derechos humanos implica la aceptacin de que no cualquier pauta cultural es aceptable, de que unas son superiores a otras y de que precisamente esos derechos son el lmite admisible de los usos y costumbres. Siempre ser mejor el respeto a la dignidad, la libertad y la legalidad que el afn de venganza de la tribu; el juicio imparcial con amplias posibilidades de defenderse que la sancin expedita que prescinde del juicio; las penas moderadas a quienes realmente afectan bienes imprescindibles para la convivencia pacfica que las penalidades atroces contra los autores de conductas inocuas para esos bienes; la efectiva igualdad de las mujeres y los hombres ante la ley que el sometimiento de las mujeres a turbios preceptos discriminatorios fundamentados en mitos inmemoriales u oscuros prejuicios atvicos. Por las obviedades apuntadas resulta desconcertante y descorazonador que el ombudsman local pida silencio a La Crnica de hoy, para no ofender al pueblo sacrosanto, sobre lo acontecido en San Ildefonso.
LA LEY DE LA TURBA
Lo ms doloroso de todo no ha sido el linchamiento de San Juan Ixtayopan, Tlhuac, a pesar de toda su crueldad y su miseria infrahumana. Lo ms pattico es que pudo salvarse a los tres policas y, sin embargo, se permiti que dos de ellos fueran asesinados y otro quedara moribundo, quiz con daos irreversibles, pues tuvo ms peso en los jefes policiacos la negligencia, la pereza o el absoluto desprecio por la vida de los agredidos, o todo ello junto, que el sentido del deber. Cmo no iba a poder entrar la polica a rescatarlos si los reporteros, armados slo con cmaras y micrfonos, pudieron llegar hasta la escena del crimen, abrirse paso entre la chusma y entrevistar a los maltrechos agentes federales? Cmo admitir que un grupo de la polica preventiva del Distrito Federal se haya apostado a un kilmetro del lugar donde ocurrieron los hechos sin intentar detener el nefando crimen pues no recibi la orden de entrar en accin? Y qu decir de las justificaciones de los jefes? Cmo tomar la declaracin de que cien policas no hubieran podido con mil agresores? Cmo interpretar las explicaciones (que parecen concebidas para dbiles mentales) segn las cuales la polica no pudo llegar a tiempo sino casi tres horas despus por la distancia y la orografa del lugar donde se celebraba el aquelarre? Cmo reaccionar ante la excusa de que los helicpteros hubieran tenido dificultades para aterrizar, podan ser derribados a pedradas y en ellos no poda trasladarse sino un nmero reducido de policas? Cmo creer que el titular de la corporacin de los agentes linchados haya dicho que todo iba bien en el momento en que todo el pas saba que uno de ellos ya haba muerto? Cmo no indignarse ante el sealamiento de que se trat de negociar con los agresores? No se intent salvar a las vctimas. A slo 20 minutos de San Juan Ixtayopan se encuentra el cuartel del Agrupamiento Fuerza de Tarea de la Secretara de Seguridad Pblica del Distrito Federal, y la noche de la barbarie 100 policas se quedaron all sin actuar. Tambin estn cerca de ese ba rrio los sectores Zapotitla, Mixquic, Milpa Alta y Tecmitl, y la base de la Polica Riberea. Se contaba, entonces, con ms de 400 policas preventivos que hubieran podido acudir al rescate. Lo olvid Marcelo Ebrard? Unos proyectiles de gas lacrimgeno, una bengala lanzada desde un helicptero, un buen chorro de agua, un par de tiros al aire y algunos macanazos probablemente hubiesen bastado. En todo caso, haba que intentarlo. Era el deber jurdico y tico de los jefes. Negociar con los perpetradores del linchamiento? Por Atenea! Se trataba de una agresin antijurdica que pona en alto riesgo la vida de los agredidos. La obligacin de la autoridad era repeler la agresin haciendo uso, si era preciso, de la fuerza racional y necesaria, y no suplicar a los agresores embrutecidos, excitados por su propia brutalidad, que fueran buenos chicos y desistieran de su actitud hacia los inmolados. Nunca olvidar las caras y las miradas de esos hombres. Sangrantes, desdentados, desfallecientes, con partes de la piel arrancadas, los policas fueron entrevistados por los reporteros. Ms que aterrorizados ante la turbamulta que se ensaaba con ellos pero les daba un respiro para que hablaran ante los micrfonos de las televisoras, los agentes parecan exhaustos. Ms que adoloridos por la paliza inclemente, se les vea abrumados ante la persistencia de la pesadilla. A uno de ellos lo dejaron telefonear a su corporacin, la Polica Federal Preventiva. Con el rostro desfigurado y la multitud increpndolo, no prescindi de la cortesa: "Buenas noches, seor", salud antes de implorar el auxilio que se les neg. Fue un espeluznante ritual de sacrificio humano. "Jlenlos de los gevos para que aprendan los hijos de la chingada!", clamaban voces ebrias de sangre. Los tres sacrificados fueron apaleados brbaramente por la masa enardecida. Uno ingres al hospital en estado de gravedad extrema. A los otros dos se les asesin rocindolos de gasolina y prendindoles fuego. Qu hicieron para merecer semejante castigo? Estrictamente cumplan con su deber: investigaban una denuncia ciudadana sobre narcomenudeo. No fueron sorprendidos cometiendo delito o alguna otra conducta reprochable. Unas mujeres propalaron el runrn de que se trataba de robachicos, pero ellos se identificaron y justificaron su presencia ante el populacho. Ello no obst para que la muchedumbre, despojada de toda humanidad, se cebara en
ellos infligindoles un atroz suplicio, lo que echa por tierra la repetida patraa de buena conciencia de que quienes participan en linchamientos lo hacen movidos por su justa indignacin ante la magnitud de la delincuencia y la ineficacia de las autoridades para perseguirla. No hay tal: los linchadores son tan criminales como aquellos delincuentes que han sido ajusticiados colectivamente, con una agravante: los primeros se escudan en la situacin de alevosa (y a veces de anonimato) que propicia el gento revuelto. El desenlace que hoy lamentamos se vino gestando de tiempo atrs. Lo advirti anticipadamente la Comisin de Derechos Humanos del Distrito Federal cuando la presida el autor de estas lneas. Entonces respondi airadamente el subprocurador lvaro Arceo, y el jefe de gobierno Andrs Manuel Lpez Obrador balbuce que haba que tener cuidado con el Mxico profundo y los usos y costumbres populares, que con las tradiciones y las creencias del pueblo ms vala no meterse. La falta de persecucin penal de los autores y partcipes de linchamientos anteriores, que constituye una abdicacin por parte del Ministerio Pblico de las funciones que le asigna la Constitucin, estimul la reiteracin de esos aberrantes crmenes. Es de exigirse que esta vez los graves delitos cometidos no queden impunes y asimismo que se persiga penalmente a quienes participaron en linchamientos pasados. Sin duda, la averiguacin previa sobre el perpetrado el martes debe determinar quines son los presuntos responsables de la agresin no ha de resultar demasiado difcil pues se cuenta incluso con material video grabado para sustentar las acusaciones y tambin deslindar la presunta responsabilidad en la que con sus omisiones incurrieron los jefes policiacos que tuvieron la posibilidad de rescatar a los agredidos. Mientras tanto, no parece elegante que tales jefes continen en sus cargos.
LA INDECENCIA DE CADA DA
La preocupacin de Andrs Manuel Lpez Obrador, jefe de gobierno del Distrito Federal, respecto del linchamiento de San Juan Ixtayopan, Tlhuac, es que el asunto se politice, es decir, que sea motivo de crticas a su gobierno tanto porque su procuradura de justicia no ha perseguido penalmente los delitos cometidos en los numerosos linchamientos anteriores como porque su polica preventiva no hizo nada por evitar aquel del martes 23 de noviembre, que ocurra ante sus ojos, a pesar de que tuvo amplias posibilidades de hacerlo. l no quiere crticas que disminu yan su popularidad. En su respaldo, la "Rayuela" breves lneas annimas en la contraportada de La Jornada sentenci: "Linchamiento, lo que se dice linchamiento, el que ha sufrido el titular". Ya Jess Silva-Herzog Mrquez, con su habitual lucidez, hizo la crtica demoledora de esa frase abyecta (Reforma, 29 de noviembre). Lo verdaderamente grave para el diario afn a un sector del PRD no es la paliza despiadada a tres seres humanos sorprendidos en cumplimiento de su deber, la muerte en llamas de dos de ellos y la inactividad de la polica ante los crmenes que todo el pas segua por las pantallas de televisin, sino el cuestionamiento a quien se define a s mismo como el rayo de esperanza. Frecuentemente, esa ha sido la postura de quienes consideran que su misin en la tierra es reemplazar este mundo de iniquidades por un paraso de justicia: qu importan las vidas de unos miserables seres humanos salvo que se trate de correligionarios en comparacin con la utopa que se busca? Salvar a los policas linchados exiga disolver a la turba que los mola a palos yeso, en la estpida visin populista con que se nos gobierna, poda resultar antipopular. Absurda lgica: rescatar a tres seres humanos de un acto de barbarie colectiva hubiera sido heroico si entendemos que el nico herosmo admirable es no el que busca destruir el mundo actual en aras de otro que no existe sino el que preserva o mejora la vida de seres humanos realmente existentes. Nada hay ms sagrado que la vida de un ser humano, ms valiosa siempre que cualquier utopa. La nica reaccin decente de un jefe de gobierno ante los hechos macabros que la televisin haba transmitido era la de expresar su dolor por la desgracia de los servidores pblicos inmolados y sus familiares, exigir la renuncia de los jefes policiacos cuya complacencia de horas fue aprovechada por los linchadores y ordenar a su procurador que desarchivara las indagatorias de los linchamientos anteriores. Pero al rayo de esperanza slo le interesaba que su imagen quedara inclume. Por su parte, el jefe de la polica preventiva capitalina, Marcelo Ebrard, ha querido justificar su inaccin con excusas que ofenden la inteligencia. Empez explicando que era imposible llegar a tiempo a detener la atrocidad por la distancia y la orografa del barrio donde se produjo el linchamiento. Dejemos de lado la minucia de que no le vendra mal al declarante consultar el diccionario, pues orografa significa disposicin de un relieve terrestre. Lo que hay que recordar es que varios reporteros pudieron llegar hasta las vctimas y parar momentneamente el linchamiento para entrevistarlas. Lo que hay que recordar es que a unos pocos minutos del lugar hay un cuartel de un batalln policiaco, que se qued esperando la orden de intervenir que nunca lleg. Slo eso tena que hacer Ebrard: dar la orden. Resultaba irrelevante, a efecto de lo nico que importaba a saber, salvar a los policas agredidos, que se quedara en su oficina viendo la televisin o que sobrevolara la zona. Pero sus contradicciones respecto de tal sobrevuelo revelan un cierto talante tico. El mircoles 24 de noviembre asegur que sobrevol todo el tiempo para coordinar las
operaciones. El jueves 25 puntualiz que sali en helicptero ms o menos pasadas las ocho de la noche. Y despus de que La Crnica de hoy public los datos de la bitcora, que indican que el funcionario despeg a las 21 horas y baj del helicptero a las 22:35, ejecut el martes 30 una pirueta explicativa: "Dije pasadas las ocho, pero no dije a qu hora exactamente". Un par de noticias hace aumentar la indignacin y el espanto: dos agentes de la polica de Ebrard fueron consignados por su presunta participacin en el linchamiento, y su subsecretario Gabriel Regino, segn un informe de la Polica Federal Preventiva, inform al comisionado general de sta, mientras el linchamiento continuaba, que los tres agentes agredidos ya haban sido rescatados. Cada da revela una nueva indecencia. Es de exigirse que la Procuradura General de la Repblica que pudo intervenir por la calidad de servidores pblicos federales de los agentes linchados aclare exhaustivamente los hechos en breve y proceda en consecuencia, consignando no slo a los autores y los partcipes en los brutales delitos sino tambin a quienes, teniendo el deber jurdico y la posibilidad de evitarlos, no intentaron impedirlos.
MOTIVOS
Dos semanas despus de aquel martes de barbarie en San Juan Ixtayopan, Tlhuac, el presidente Vicente Fox destituy a los titulares de las dos policas que estaban obligadas a intervenir en auxilio de los agentes federales preventivos que en tal ocasin fueron linchados. Ambas remociones eran de esperarse desde que se supo que los policas inmolados pudieron ser rescatados y, sin embargo, se permiti su linchamiento. No obstante, el Consejo Ciudadano de Seguridad Pblica del Distrito Federal, presidido por Fernando Schtte, expres su "sorpresa y rechazo" por la decisin presidencial, curiosamente slo en lo que toca a Marcelo Ebrard a quien considera "uno de los mejores secretarios de seguridad pblica que hemos tenido" , y seal que la decisin del presidente de cesarlo se tom "de manera acelerada e imprudente" sin esperar a "conocer las investigaciones que l mismo (el presidente) mand a (sic) hacer". Al comparecer ante diputados de la Asamblea Legislativa en lo que sera su ltimo acto como secretario de seguridad pblica, Ebrard volvi a explicar los motivos agregando algunos que no haba expuesto antes y omitiendo otros por los cuales no orden a su polica que procurara salvar a los policas victimados: el sitio donde ocurri el linchamiento es una calle reducida en la que haba ms de dos mil personas, lo que dificultaba la incursin policiaca; la mayora de los policas del grupo lite Fuerza de Tarea estn asignados a la vigilancia de la Delegacin Benito Jurez, por lo que no pudieron intervenir; no hubo informacin precisa por parte de la Polica Federal Preventiva sobre la investigacin que reali zaban sus elementos en la Delegacin Tlhuac, y en un lapso no mayor de 60 minutos la violencia lleg al lmite, lo que provoc que la polica preventiva no pudiera llegar a detener el linchamiento. Diputados perredistas capitalinos y ciertos columnistas afines a un sector del PRD han manifestado asimismo su inconformidad con la remocin. El propio Ebrard ha tenido abiertos de par en par los medios de comunicacin, en varias ocasiones con entrevistadores a modo para el despliegue de su defensa. Y, no obstante, en las encuestas realizadas por los diarios Reforma y Milenio la mayora de los entrevistados dijo estar de acuerdo con la destitucin. El resultado es interesante porque los encuestados son residentes del Distrito Federal, donde la popularidad del jefe de gobierno, Andrs Manuel Lpez Obrador, se mantiene elevada. Creo que la respuesta mayoritaria se debe a que lo que vimos por televisin, contrastado con las declaraciones de los jefes policiacos excusando su inaccin, es suficientemente claro para formarse una idea de la gravedad de lo que pas y, sobre todo, de lo que no pas. Porque, a pesar de lo macabro de lo que sucedi el linchamiento, es aun ms miserable lo que no sucedi: la omisin de los altos mandos policiacos que abandonaron a su suerte a los agentes en desgracia, salvo en el ltimo momento en que un grupo de la Polica Judicial
capitalina (no de la Polica Federal Preventiva ni de la Secretara de Seguridad Pblica del Distrito Federal, al mando de los jefes ahora destituidos) rescat a uno de ellos. Las explicaciones de Ebrard no resisten el menor anlisis. Es posible que el rescate presentara ciertas dificultades, pero el deber del jefe policiaco hoy cesado era tratar de llevarlo a cabo, y no lo hizo. Llegaron hasta el lugar del sacrificio humano a tiempo varios reporteros, slo provistos de cmaras y micrfonos, se abrieron paso entre la turba y lograron que el linchamiento se detuviera momentneamente, sin que nadie los agrediera, para entrevistar a los policas sacrificados. Muy cerca del lugar, a pocos minutos, hay varias bases de fuerzas policiacas de las que no se quiso disponer. Quiz bastaba conminar con megfono a los linchadores a que depusieran su actitud advirtindoles que se les estaba filmando y que su conducta podra traerles graves consecuencias. De no ser suficiente la conminacin, una incursin policiaca por estrecha que sea la calle, el acceso no era impedido por los agresores con armas de fuego ni con barricadas ni en forma algunaacompaada de un par de proyectiles lacrimgenos, un par de tiros al aire y, tal vez, algunos macanazos, muy probablemente hubiese detenido el sangriento ritual. Pero esto es lo grave ni siquiera se intent. Y qu decir de las justificaciones de que no se tena cabal informacin sobre lo que investigaban los agentes federales y de que en menos de 60 minutos la violencia lleg al lmite? Para rescatarlos no haca falta saber qu comisin desempea ban los aporreados. Y entre el inicio y la culminacin del linchamiento transcurrieron, siempre con violencia extrema contra los apaleados, casi tres horas, tiempo suficiente para llegar a Tlhuac desde cualquier rincn. Schtte apunta en su desplegado que el presidente Fox se precipit porque no esper a que concluyera la investigacin que l mismo haba ordenado. Se equivoca. La indagatoria sobre los hechos es una obligacin del Ministerio Pblico Federal, que no necesita ser ordenada por el presidente, y est encaminada a deslindar presuntas responsabilidades penales. La remocin de los jefes policiacos no requera de la conclusin de la averiguacin previa, sino tan slo de que se les perdiera la confianza. No slo se las perdi Fox sino, de acuerdo con las encuestas a que se alude en esta nota, la mayora de los ciudadanos.
HISTORIA DE TERROR
Se les linch no porque se creyera que preparaban secuestros de nios y se ignorara que eran agentes de la Polica Federal Preventiva (PFP) sino precisamente por serlo. Se les detect e identific entre el 8 Y el 9 de noviembre. El 16 se inform en una carta a la jefa delegacional Ftima Mena y al entonces secretario de seguridad pblica Marcelo Ebrard que personas que se hacan pasar como agentes de la PFP filmaban nios en las calles. El 23 los policas fueron inter ceptados y retenidos por cuatro individuos. En ese mismo momento se inici la videograbacin. Simultneamente se propal el rumor de que los capturados eran robachicos, no obstante que en Tlhuac no se ha presentado una sola denuncia de nio robado. En unos instantes se haba formado ya una multitud que los rodeaba, pero la tunda se inici slo despus de que se revisaron y filmaron las credenciales que acreditaban a los detenidos como agentes preventivos federales. Entre la turba estaban varios elementos de la Secretara de Seguridad Pblica del Distrito Federal, que contemplaron la paliza sin hacer nada por evitarla. Sin embargo, alguien report a los mandos lo que estaba sucediendo desde antes de las 18 horas. A Televisa le avis alguno de los linchadores. Una llamada de auxilio se recibi a las 18:30 en la unidad sectorial de Mixquic. En slo diez minutos llegaron seis patrullas con 13 agentes, que no intervinieron. Un hombre de 64 aos increp por su pasividad a uno de los patrulleros, que le respondi que era mucha gente la que participaba en la agresin pero ya haban pedido refuerzos. Todo lo hasta aqu apuntado no es producto de una especulacin fantasiosa sino de las pruebas que est recabando la Procuradura General de la Repblica. El video en el que es audible una voz dando instrucciones al camargrafo sobre qu imgenes captar fue hallado en el cateo de la casa de Eduardo Torres, gestor de vivienda del gobierno del Distrito Federal en la demarcacin y firmante de la aludida carta de fecha 16 de noviembre, y su esposa Alicia Zamora alias La Gera o La Gorda, ambos lderes de movimientos de masas. Los datos sobre solicitudes de auxilio y llegada de las patrullas constan en
reportes oficiales. Desde el primer momento supimos que los altos mandos haban dejado que se linchara a los tres policas capturados. Lo que no se saba, aunque pudiera sospecharse, es que varios agentes de la Secretara de Seguridad Pblica formaron parte de la turbamulta. Lo que no se saba es que llegaron al lugar patrulleros que no recibieron la orden de intervenir. Lo que no se saba es que el linchamiento fue planificado y que tanto Ftima Mena como Marcelo Ebrard haban sido informados varios das antes de que se haba detectado a personas que se hacan pasar por agentes federales preventivos. Escribi Borges que entre cada tarde y cada maana ocurren hechos que es una vergenza ignorar . Nos encontrarnos ante algo peor: en Tlhuac, aquel martes teido de sangre ocurrieron cosas que los altos mandos policiacos no ignoraban, a pesar de lo cual no se tomaron la molestia de intentar detenerlas o evitarlas. Exhibido el video, el jefe de gobierno del Distrito Federal ha ofrecido una interpretacin inaudita: la presencia en el sitio del crimen de agentes de su polica preventiva demuestra que sta lleg a tiempo y trat de que no se inmolara a los federales. Andrs Manuel Lpez Obrador parece no haber visto en el video la placidez con la que sus agentes observan la escena, y parece haber olvidado que su jefe policiaco Marcelo Ebrard seal que su polica no lleg oportunamente por la distancia y la orografa (sic) de San Juan Ixtayopan. Estamos ante una ofensiva muestra de cinismo. Tampoco se tom la molestia nadie en la Secretara de Seguridad Pblica del Distrito Federal en atender las tres desesperadas llamadas de auxilio de un empresario que llevaba ms de un mes secuestrado y que en el telefonema proporcion el domicilio donde lo tenan cautivo. La rea lidad supera a la ficcin. Ya vieron ustedes, lectores, la pelcula Celular, en la que Kim Basinger consigue desde el sitio donde est secuestrada hacer una llamada con un telfono destruido por uno de sus plagiarios? Pues el empresario de nuestra historia real (La Crnica de hoy, 15 de diciembre) pudo telefonear de un celular de los secuestradores, quienes no alejaron de la vctima el aparato porque no tena crdito, sin saber que el servicio del nmero de emergencia es gratuito. El plagiado telefone al 060 el 27 y el 28 de noviembre, y el 7 de diciembre, sin que se acudiera a rescatarlo. No fue sino hasta que una joven, secuestrada en la misma casa, fue liberada y dio datos a la Agencia Federal de Investigaciones, que el empresario fue rescatado por esta corporacin. Entre los plagiarios se detuvo a tres ex agentes de la Secretara de Seguridad Pblica del Distrito Federal, que jams procur liberar a quien en tres ocasiones logr providencial pero intilmente pedir auxilio. La polica preventiva capitalina es corrupta e incapaz, y est infiltrada en todos sus niveles por delincuentes. Lo ms grave es que tal situacin es solapada desde el ms alto nivel del gobierno del Distrito Federal. El presidente Fox, como toda la poblacin, lo sabe. De all que haya ordenado al nuevo secretario de seguridad pblica, Joel Ortega, rendirle informes mensuales acerca de las acciones que se estn realizando para empezar a sanear la institucin.
TERCERA PARTE
del mundo que dio cabida en su legislacin a esta indicacin, en 1922. Le siguieron Ecuador, Cuba, los pases de Europa Central y los pases escandinavos. En los ltimos lustros son numerosas las legislaciones que han acogido la causal. En la actualidad, los conocimientos sobre la herencia gentica posibilitan, en un amplio nmero de casos, el pronstico sobre las alteraciones de salud del producto de la concepcin y, ms an, el diagnstico sobre ellas, en una fase temprana de la preez, cuando el ser en forma cin todava no es viable. El rgimen nazi abus de la indicacin eugensica debido a su poltica racial, basada en el aberrante axioma de la superioridad de la raza aria. La Ley de Proteccin de la Raza de 1933 y la Ordenanza de 1935 admitieron el aborto por tal indicacin como prembulo a la disposicin de 9 de marzo de 1943 por la que se declara la impunidad de la interrupcin del embarazo realizada en mujeres de raza no aria. Esto explica las reticencias ante esa causal de penalistas de la talla de Luis Jimnez de Asa. Sin embargo, don Luis entendi ms tarde la enorme distancia que hay entre un aborto impuesto en aras de una malhadada concepcin de pureza racial (ugh!) y un aborto voluntario que, prescindiendo en absoluto de esa sinrazn, se realiza con la finalidad bsica de evitar sufrimientos y penas a seres a los que la fortuna niega una vida gozosa y a sus padres. En 1952 Jimnez de Asa termin reconociendo la recta finalidad del aborto con mvil eugensico, el que debe practicarse, sostuvo el autor de Libertad de amar y derecho a morir , cuando los conocimientos genticos sealen la posibilidad de un ser tarado o enfermo. Dado que no es una absurda y nefasta pretensin racista lo que subyace como mvil en el llamado aborto eugensico, sino el propsito de evitar desdichas a los seres por nacer, sera mejor hablar de un aborto por mviles pietistas.
proteccin, impide la fecundacin del vulo y su implantacin en el tero. Sin vulo fecundado, el aborto es lgicamente impensable. En la magistral pelcula mexicana de humor negro El esqueleto de la seora Morales, Arturo de Crdova le aconseja a su esposa Amparo Rivelles que tome una aspirina para librarse de un fuerte dolor de cabeza que la est atormentando. Ante la respuesta de la mujer en el sentido de que ese dolor le ha sido enviado por Dios, l le dice que el Todopoderoso quita los dolores a travs de la aspirina pues permiti que los hombres la inventaran. Es razona ble sostener que Dios manda hijos no queridos? No habr permitido que se idearan los mecanismos anticonceptivos porque no es su voluntad que nazcan hijos por accidente, sino que stos sean fruto de proyectos, sueos, amor y vocacin? Facilitar que cada quien decida sobre su capacidad de procreacin supone no slo respetar la libertad individual en un asunto de tanta importancia sino, sobre todo, defender el inters de todo nio de nacer de padres que lo quieran.
Conviene recordar que Rael y su obispa Brigitte Boisselier se haban comprometido a presentar pruebas de que Eva es una beb clonada a la semana de su nacimiento. La excusa del lder se formul varios das despus de transcurrido el plazo. Lo haban advertido los expertos: "En ausencia del menor dato cientfico, es preciso extremar el escepticismo, especialmente si consideramos el hecho de que los raelianos no tienen ninguna credencial investigadora. Ni siquiera han clonado un ratn". Ahora bien, independientemente de la lucrativa charlatanera de los raelianos, podra en la actualidad ser clonado un ser humano? Escuchemos a un cientfico lder en este tema: el especialista en clonacin e ingeniera de tejidos Robert Lanza, vicepresidente de investigacin de Massachussets Advanced Cell Technology (ACT). Esta empresa ocup, en noviembre de 2001, las primeras pginas de la prensa mundial con el espectacular anuncio de la primera clonacin de un embrin humano, aunque no debemos olvidar que el experimento fue criticado por muchos expertos que lo consideraban demasiado preliminar: el embrin haba detenido su desarrollo cuando slo tena seis clulas, mucho antes de alcanzar la fase de blastocisto ya con ms de 100, la necesaria para obtener clulas madre embrionarias, la gran promesa de la medicina regenerativa. Advierte Lanza: "Dado que la implantacin de un embrin cInico de 4-8 clulas podra funcionar, y aunque es claramente inmoral y contrario a la tica cientfica, existe una posibilidad muy real de que alguien como los raelianos u otro equipo de granujas clone un beb en un futuro cercano, especialmente si tienen recursos y acceso a los suficientes vulos humanos, Por tanto, no es aconsejable desestimar esos anuncios, sobre todo si se tiene en cuenta que nosotros obtuvimos embriones de esa fase despus de slo tres o cuatro intentos, y con un suministro muy escaso de vulos". Esa posibilidad muy real! presenta dos riesgos graves. En primer lugar, las tcnicas de clonacin son an imperfectas, incluso en animales de experimentacin, por lo que ningn cientfico podra garantizar un desarrollo normal del embrin; en consecuencia, una clonacin reproductiva podra significar que se engendrara un beb con graves malformaciones. Por otra parte, la reaccin de muchos pases ante grupos como el de los raelianos, u otros afines, podra ser la de prohibir todo tipo de clonacin, incluso la teraputica, que no va ms all de generar embriones de pocos das y sin la finalidad de implantarlos en una mujer para que nazca un beb con el objetivo de obtener clulas madre, que en el futuro sern sumamente valiosas pues los tejidos que se obtengan de ellas resultarn genticamente idnticos a los del paciente y, por tanto, no estarn expuestos al rechazo inmunolgico. Posibilidad muy real, la clonacin reproductiva. Lo confirma el "bilogo Richard Schultz, de la Universidad de Pensilvania, quien ha explicado ( Human Reproduction Update, julio de 2002) que los embriones humanos son asombrosamente rpidos reprogramando su genoma para la vida intrauterina: lo hacen en su fase de dos clulas, o antes. Si as es, quiz los embriones que Lanza present en la fase de slo seis clulas en 2001, hubieran podido desarrollarse en un tero. Parece que presenciamos un filme con mezcla de terror y ciencia ficcin, pero la trama est ocurriendo en la realidad. As que la clonacin de un ser humano acaso sea inminente. Mary Shelley, la autora de Frankenstein, intuy y as lo plasm en su estremecedor relato esa tentacin de crear un ser humano por procesos desaconsejables que pueden dar lugar a criaturas deformes y sufrientes. Habr imaginado que algo similar a su pesadilla a la vera del lago de Ginebra podra un da ocurrir en el mundo fctico?
CLONACIN TERAPUTICA
Los cientficos sudcoreanos Woo Suk Hwang y Shin Yong Moon, de la Universidad de Sel, lograron una hazaa extraordinaria al clonar 30 embriones humanos a partir de 242 vulos donados por 16 voluntarias. El experimento, que cont con el apoyo de la comunidad cientfica estadounidense, se present en Seattle. La clonacin consiste en tomar una clula de una persona, extraerle el ncleo que contiene su genoma completo e introducirlo en un vulo de una donante previamente privado de su ncleo. (En los ensayos del equipo de Corea del Sur, el ncleo y el vulo pertenecen a
la misma donante. La tcnica no funcion usando cada elemento de una donante distinta ni cuando el donante del ncleo fue un hombre). Los embriones se desarrollaron durante una o dos semanas hasta la fase denominada de blastocisto, de 100 a 200 clulas. Entonces fueron destruidos para lograr, por primera vez, lneas de clulas madre embrionarias de origen clnico capaces de diferenciarse en distintos tejidos del cuerpo humano. La consecucin de clulas de cualquier tipo con la dotacin gentica del paciente es una revolucin que abre un enorme horizonte a la medicina regenerativa: el trasplante de tejidos u rganos sin riesgo de rechazo inmunolgico. Cuando los cientficos transformen las clulas madre de manera fiable en los diversos tejidos que forman el cuerpo lo que tardar an varios aos, ser una realidad la medicina regenerativa, en la que se sustituirn las partes daadas de un rgano por otras nuevas generadas en el laboratorio. Para ello hay que resolver dos problemas: idear una receta para guiar las clulas madre por la ruta de desarrollo exacta, y garantizar que todas las clulas resultantes estn diferenciadas porque si queda alguna sin diferenciar es probable que al trasplantarla genere cncer. El nico precedente de clonacin humana fue un experimento de 2001, llevado a cabo por investigadores estadounidenses, que no logr pasar de una fase muy inicial de desarrollo embrionario. Con su ensayo en humanos, el equipo de Hwang y Moon ha dado un paso trascendental respecto de experimentos anteriores realizados en animales, y demuestra en los hechos lo que hasta hoy era posible slo en la teora. En algunos aos aproximadamente una dcada? podran curarse enfermedades del rin, diabetes, alzheimer y parkinson; revertirse lesiones celulares, y generarse tejido cardiaco y vasos sanguneos para restaurar corazones infartados. Estoy hablando de la clonacin teraputica, que, a diferencia de la reproductiva no admitida en pas alguno ni por cientficos respetables, no se propone la rplica de seres humanos sino fines curativos. La desaprobacin de hacer clones humanos con fines reproductivos es universal. En cuanto a la clonacin teraputica, est permitida, o al menos no expresamente prohibida, en Reino Unido, Blgica, Corea del Sur, China, Singapur, Israel y Estados Unidos. En ella, se crea un cigoto que reemplaza el ncleo de una clula, como ocurrira en la clonacin reproductiva, pero el embrin creado no se implanta en el tero de la mujer para dar lugar a un beb, sino que se obtienen, en la fase de blastocisto, clulas troncales utilizables para curar. La inmensa mayora de pases salvo los enumerados prohben tambin la clonacin teraputica, que en muchos de ellos, como en el nuestro, incluso est tipificada como delito. Seguramente, nuestros legisladores, como los de la mayor parte del mundo, consideraron, influidos por creencias religiosas, que el vulo fecundado es ya una persona y que, por tanto, resulta inaceptable que se le utilice como mero instrumento al servicio de otro. Es razonable ese punto de vista? Los embriones humanos en el estadio de blastocisto preembriones les llaman algunos cientficos son bolitas minsculas, ms pequeas que la cabeza de un alfiler, sin capacidad alguna de sentir y, si no son implantados en el tero, sin posibilidad alguna de llegar a constituirse en seres humanos ni en embriones en fases ms avanzadas. El ms grande telogo de todos los tiempos, Santo Toms de Aquino, escribi en su admirable Suma Teolgica: "... es bien notorio que no es alma cualquier principio de operacin vital, pues en tal caso sera alma el ojo, que es cierto principio de la visin, y lo mismo pudiera decirse de los dems instrumentos del alma". Por amor a la vida, parece ticamente defendible seguir explorando, con todo tipo de precauciones y escrupulosamente, las tcnicas de clonacin con fines teraputicos, las cuales brindarn a muchos pacientes la posibilidad de librarse de enfermedades que hoy aniquilan el milagro de vivir o menguan su plenitud.
EL TAB DE LA CLONACIN
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Los diputados federales del PAN y la Arquidicesis Primada de Mxico manifestaron su total rechazo a la clonacin teraputica a propsito de que Luis Ernesto Derbez, secretario de relaciones exteriores, expres que Mxico adoptara una posicin conciliadora ante la Asamblea General de la Organizacin de las Naciones Unidas, que discuti durante dos das el tema sin llegar a un acuerdo. La propuesta de Blgica abra la posibilidad de aceptar la clonacin con fines teraputicos, en tanto que la de Costa Rica se pronunciaba por la prohibicin absoluta. Los legisladores del partido en el poder sostienen que el compromiso humanista del gobierno de Vicente Fox supone una indeclinable proteccin a la vida que no admite excepciones. La Arquidicesis coincide con ese grupo parlamentario: opina que toda clonacin de embriones humanos, incluso la teraputica, es gravemente inmoral, ya que no es lcito pretender mejorar la calidad de vida de algunos a costa de la manipulacin y muerte de otros. Esta postura se basa en la creencia de que un vulo humano fecundado es un ser humano con todos los derechos inherentes a esa condicin. No es fcil que la razn se abra paso en asuntos en que no slo el dogma, la pasin y los prejuicios sino incluso los vocablos constituyen armaduras contra los argumentos. As pues, para un anlisis racional quiz convenga empezar por la terminologa, pues no ayuda que para dos procedimientos distintos, con finalidades asaz diversas, se emplee la misma palabra, clonacin. La clonacin reproductiva, que pretendera replicar seres humanos, es recusada por toda la comunidad cientfica. A la teraputica debe asignrsele otra denominacin. Bernat Soria, director del Instituto de Biotecnologa de la Universidad Miguel Hernndez, de Espaa, propone que se le llame transferencia nuclear con fines teraputicos , que, aunque es la tcnica que se usa para clonar, igualmente se utiliza para otros objetivos de suma importancia en la investigacin biomdica. El primero es la terapia celular, en la que se sustituyen los tejidos enfermos o daados por otros cultivados en laboratorio. As se realizan los trasplantes de mdula sea, que sirven para el tratamiento de la leucemia y otras enfermedades graves. Se hacen con mdula de donantes, lo que obliga al receptor a tomar frmacos inmunosupresores de por vida. Estos medicamentos atenan el rechazo inmunolgico pero bajan las defensas y tienen efectos secundarios. Es prcticamente imposible hallar un donante totalmente compatible porque hay ms de 300,000 tipos de compatibilidad distintos. La transferencia nuclear permitira que se tomara una clula de la piel del paciente, se le extrajera el ncleo que contiene el genoma completo y se le introdujera en un vulo privado de su propio ncleo. El embrin resultante, que se desarrolla solamente una o dos semanas, sera fuente de clulas madre, las cuales podran transformarse en mdula sea y trasplantarse al paciente. La compatibilidad sera total. La transferencia nuclear tambin es una herramienta de gran valor para el estudio del cncer. Muchas clases de cncer no se deben a la mutacin de los genes sino a que stos se han inactivado por factores externos (epigenticos) al ADN. La tcnica de tomar el ncleo de una clula cancerosa e introducirlo en un vulo aportara informacin crucial sobre las causas de los diferentes cnceres. Asimismo, la transferencia nuclear, y la subsiguiente obtencin de clulas madre, constituira un instrumento de inapreciable valor para estudiar aspectos bsicos de la biologa humana. Numerosos experimentos que no pueden realizarse en una persona podran hacerse en las clulas madre, incluida una buena parte de los ensayos de nuevos medicamentos y de los efectos que un frmaco produce sobre personas de distinta composicin gentica. Esos impresionantes avances se daran a costa de la destruccin de un ser humano (el embrin), como pretenden la Iglesia catlica y sectores afines a sta? Veamos. Un embrin de dos semanas es una minscula bola de clulas sin el ms mnimo vestigio de sistema nervioso, ya no digamos de cerebro. En condiciones naturales, 75% de estos embriones se pierden en el tero. La fecundacin de un vulo no produce un genoma humano y, por tanto, un ser humano en proyecto. El vulo fecundado tiene un genoma y medio. Una clula de la piel tiene un genoma completo, y las matamos por miles al rascarnos. Pensar usted en eso, amigo lector, la prxima vez que tenga comezn? Lo tendrn en mente los diputados panistas y el Cardenal Norberto Rivera, que preside la Arquidicesis? Y si as es, se abstendrn de rascarse?
MORIR EN HOLANDA
Despus de 30 aos de dilogo entre mdicos, pacientes, familiares de enfermos, fiscales, jueces, juristas acadmicos, filsofos, partidos polticos, las diversas iglesias y los sucesivos gobiernos de diferentes tendencias polticas, entr en vigor este mes la ley que permite, bajo estrictos criterios, la eutanasia en Holanda. En 1971, la doctora Truus Postma inyect una dosis mortal de morfina a su madre, gravemente enferma, quien se lo haba suplicado insistentemente. Aunque se le declar culpable, las protestas de un amplio sector de la poblacin y, sobre todo, las declaraciones en el proceso de mdicos que reconocieron que se cuestionaban la legitimidad de prolongar la vida en ciertos casos amargamente dolorosos, dej la condena reducida a una semana de prisin. Por primera vez, un juez aceptaba los principios bsicos de la eutanasia: que el enfermo padezca un gran sufrimiento sin posibilidad de mejorar y que pida reiteradamente que no se prolongue su vida. La ley formaliza lo que ya era una prctica tolerada desde hace varios aos, basada en las rigurosas directrices del Colegio de Mdicos y la jurisprudencia, y, de acuerdo con una investigacin de la Universidad Erasmus de Rotterdam de 1998, respaldada por el 92% de los ciudadanos. Incluso, el 96% de los catlicos entrevistados se manifest a favor. Los opositores se ubican mayoritariamente entre los protestantes ms tradicionales. Los mdicos holandeses reciben anualmente unas 10,000 peticiones de eutanasia. Alrededor de un tercio son rechazadas por no cumplir los requisitos. En otra tercera parte de los casos, la muerte natural se adelanta a la respuesta oficial. As, se llevan a cabo unas 3,600 interven ciones (aproximadamente 10 diarias). En el 89% de las solicitudes se trata de enfermos, de entre 20 y 60 aos, aquejados de cncer en etapa terminal. Despus del caso de la doctora Postma, a principios de los ochenta un tribunal absolvi a un mdico que haba practicado la eutanasia al considerarse que haba respetado los lmites ticos del Colegio. Poco despus se estableci la obligacin de que el facultativo, antes de decidir, consultara a otro colega. En 1995, el caso Chabot marc un nuevo hito al aceptarse el sufrimiento psquico como motivo suficiente. No es la vida un milagro maravilloso, un don invaluable, el mayor bien? Jorge Guilln lo expresa como nadie: Respiro, y el aire en mis pulmones ya es saber, ya es amor, ya es alegra. Pero para que se d ese milagro, ese amor, esa alegra, es preciso que haya al menos una condicin elemental: el bienestar fsico. El prodigioso bien de la vida se vuelve un mal insoportable cuando graves dolores estn presentes constantemente. Todas las legislaciones civilizadas prohben la tortura justamente porque infligir tratos crueles, inhumanos o degradantes que causen sufrimiento grave lesiona la dignidad de la vctima. El dolor no es esencialmente distinto para quien lo padece si, en vez de ser inferido por otro ser humano, lo causa una enfermedad. Si, adems, el enfermo no tiene posibilidad de sanar o aliviarse, al sufrimiento fsico se agrega la desesperanza: se trata de una situacin lmite. Y no es piadoso ni civilizado condenar a persona alguna a los tormentos de un infierno en vida.
UN OBISPO GAY
El Vaticano lanz una nueva y seversima condena a todo avance hacia el reconocimiento del matrimonio entre homosexuales, y record a los polticos catlicos la obligacin de oponerse a todas las leyes que reconozcan esas uniones, que juzga inmorales y nocivas. El documento Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, firmado por la Congregacin para la Doctrina de la Fe, expresa los temores de la Iglesia catlica ante las reformas que en pases de Amrica y Europa apuntan hacia la equiparacin de derechos entre parejas homosexuales y heterosexuales, lo que constituye el germen de una subversin absoluta de los principios que rigen la sociedad y puede poner en peligro las bases de la moral pblica. El texto subraya la necesidad de "proteger y promover la dignidad del matrimonio, fundamento de la familia y de la solidez de la sociedad". Considera repugnante que se permita a los homosexuales la adopcin de hijos, la cual, al someter a los nios a violencias de distintos tipos, resulta gravemente inmoral y contradice los lineamientos de tutela a la infancia fijados por la ONU. Asevera que no hay fundamento para equiparar o establecer analogas "ni siquiera remotas" entre los enlaces homosexuales, que estn en contradiccin con la ley moral natural, y el matrimonio entre hombre y mujer, que es santo. Afirma que los actos homosexuales desorden y pecado grave contra la castidad arrancan al acto sexual el don de la vida, y no pueden ser aprobados en modo alguno. Sostiene que el reconocimiento legal de las uniones homosexuales o su equiparacin con el matrimonio supondra no slo aprobar la conducta desviada sino "oscurecer valores bsicos que pertenecen a la herencia comn de la humanidad", y contribuira a desvirtuar la institucin matrimonial al no asegurar adecuadamente la procreacin y por lo tanto la supervivencia de la especie. "El reconocimiento legal supondr la redefinicin del matrimonio que perdera su esencia como unin para la procreacin y la educacin". La ausencia de bipolaridad sexual observa-crea obstculos al desarrollo normal de los nios integrados en esas mismas uniones, ya que les falta la experiencia de la maternidad o la paternidad. En tanto la Santa Sede lanzaba esa fulminacin, era electo el primer obispo declaradamente homosexual en la Iglesia anglicana denominada episcopaliana de Estados Unidos. Gene Robinson, de 56 aos, es divorciado, padre de dos hijas y est unido desde hace 13 aos a Mark Andrew, de 50. El nuevo obispo de New Hampshire ha contado en todo momento con el apoyo de sus hijas y (me quito el sombrero imaginario y me pongo de pie) de su ex mujer, y ha dicho que l no es el primer obispo homosexual "sino el primero en haberlo admitido pblicamente. Su nombramiento hubo de sortear algunos obstculos. Cuando la Convencin Nacional de Obispos se dispona a votar su confirmacin, fue acusado de acoso sexual por un feligrs heterosexual que envi un correo electrnico denunciando los "tocamientos inapropiados" que Robinson le haba hecho durante un acto religioso. Un comit investigador absolvi al candidato tras entrevistar al acusador, quien se retract y acept que muchas personas consideraran normal lo que a l le molest: haber sido
tocado en el brazo y en el hombro. El mismo comit exculp a Robinson de otra acusacin que lo sealaba vinculado con un sitio de internet que se conectaba con una pgina pornogrfica. El sector conservador, encabezado por el Concilio Anglicano Americano (AAC, por sus siglas en ingls), se opone rotundamente a lo que califica como un "cncer en el cuerpo de Cristo que ha roto la unidad para siempre", y ha anunciado que apelar ante el primado de la Iglesia, Rowan Williams, Arzobispo de Canterbury, en el Reino Unido. De no conseguir su propsito se separar de la Iglesia lo que ocasionara un cisma de dimensin mundial para formar una nueva acorde con su interpretacin de los preceptos del cristianismo, segn la cual la homosexualidad es un pecado. "Es un error trgico. El mundo entero tiene puestos los ojos sobre nosotros", ha dicho el reve rendo David Anderson, presidente de AAC. El reverendo Kendall Harman, uno de los lderes que aboga por la escisin, afirm que "esta trgica decisin destruye el camino por el que ha avanzado el cristianismo desde hace 2000 aos". El caso de Robinson como factor de divisin de la Iglesia anglicana tiene dos importantes antecedentes. En mayo se aprob la unin de parejas homosexuales en la dicesis canadiense de Westminster, lo que motiv que 16 iglesias anglicanas del mundo cortaran relaciones con esa dicesis y otras nueve de Canad rompieran con su obispo. En junio, un sacerdote homosexual del Reino Unido fue nominado como obispo de la ciudad de Reading, pero el candidato declin su nominacin tras una conversacin con el Arzobispo de Canterbury. Este, que ha reconocido el "impacto significativo que la eleccin de un obispo homosexual tendr en el mundo", tiene facultades limitadas para intervenir porque la Iglesia anglicana, a diferencia de la catlica, no tiene una jerarqua vertical, sino que est conformada por 38 secciones con autonoma para tomar decisiones. La Iglesia anglicana de Inglaterra aprob el sacerdocio femenino en 1976 y la ordenacin de curas homosexuales en 1986. Robinson, quien reconoce que su designacin va contra las enseanzas de su Iglesia pero advierte que eso no quiere decir que sea una decisin equivocada, ha dicho: "Nosotros adoramos a Dios, a un Dios vivo que nos conduce hacia la verdad. Dios est haciendo algo nuevo. Estoy feliz por mis hermanos gays y mis hermanas lesbianas". La Iglesia anglicana cuenta con ms de dos millones de fieles en Estados Unidos y 77 millones en el mundo. No encuentro una sola razn por la que las relaciones homosexuales deban reputarse inmorales, nocivas, subversivas de los principios de la sociedad o peligrosas para las bases de la moral pblica. El matrimonio hace tiempo perdi como finalidad necesaria la procreacin: numerosas parejas, casadas o no, deciden libremente no tener hijos sin que, en este mundo sobrepoblado, eso ponga en riesgo la supervivencia de la especie. Tengo dudas acerca de si conviene a los nios ser adoptados por una pareja homosexual ("pero quin no tiene necesidad de la mam?", pregunta Federico Fellini en Julieta de los espritus), pero s que muchas parejas heterosexuales no son aptas ni como padres biolgicos ni como padres adoptivos. En todo caso, estoy convencido de que la preferencia sexual de una persona no debe ser en ningn caso motivo de que sea discriminada como ha ocurrido durante siglos, y de que Cristo quien jams pronunci una sola palabra de condena contra los homosexuales postul una convivencia en la que la dignidad, el respeto a los otros, la compasin y la solidaridad fueran valores prioritarios.
A m mismo me prohbo revelar nuestro secreto, decir tu nombre completo o escribirlo cuando escribo. Quiz a los jvenes de hoy les sea difcil comprender el horror y el desprecio que despertaba la homosexualidad hace no tanto tiempo. En el siglo XVI, en algunas regiones de Europa la pena para el varn sorprendido teniendo relaciones sexuales con otro varn consista en ser clavado por el pene a un poste durante 24 horas en el centro de la ciudad, de donde se le llevaba fuera de las murallas para que muriera quemado. En el siglo XVIII en la Real Armada Britnica a los homosexuales se les castigaba con mil latigazos. En esa misma centuria Thomas Jefferson propuso que la sodoma ya no se castigara con la pena de muerte sino con castracin. A principios del siglo XIX algunos homosexuales detenidos por la polica en un club londinense fueron sentenciados a tres aos de prisin despus de ser sometidos al escarnio pblico en la picota, donde se les arrojaron huevos, barro y gatos muertos. A finales de ese mismo siglo Oscar Wilde fue condenado por sodoma a trabajos forzados. A la ltima edicin revisada por l de El mundo como voluntad y como representacin , Shopenhauer adicion algunas pginas, que agreg a su metafsica del amor, sobre la homosexualidad. Es el primer filsofo moderno occidental que trata el tema. "La sodoma, considerada en s, es una monstruosidad, no slo contraria a la Naturaleza, sino altamente aborrecible y repugnante. Presenta el aspecto de un acto al cual ha podido ser arrastrada una vez la imaginacin de un hombre completamente pervertido, insensato o embrutecido y que no podra repetirse con frecuencia". El pensador considera que seres demasiado jvenes, o demasiado viejos, o demasiado dbiles para procrear con garantas de salud, derivan por esa va biolgicamente inocua su indeseable capacidad gensica. Tal es la razn por la cual, sostiene, la homosexualidad es cosa de viejos, o de adolescentes, nunca de hombres en la flor de la edad. Por eso, ciertos entes inmundos que, desgraciadamente, suelen existir en las grandes ciudades, slo hacen seas o proposiciones a personas de cierta edad, nunca a los hombres en el apogeo de su virilidad ni a los jvenes. "Resulta de lo expuesto que esta aberracin parece contradecir las intenciones de la Naturaleza en lo que tiene de ms importante y ms caro para ella; pero en realidad obedece a esas mismas miras, de un modo indirecto y para evitar un mal mayor. Preocupada siempre con el importante cuidado de evitar generaciones imperfectas que a la larga podran hacer degenerar la especie entera, no se muestra escrupulosa en cuanto a los medios de conseguirlo". La homosexualidad como una coartada de la Naturaleza para frustrar la reproduccin de los degenerados! En nuestros das, uno de los ms reconocidos expertos mundiales en comportamiento animal y humano, Desmond Morris, el clebre autor de El mono desnudo, afirma que la notable disminucin de la actitud hostil en Occidente hacia las relaciones homosexuales tiene un motivo muy simple: la creciente superpoblacin del planeta ha hecho que la sociedad modere inconscientemente su antagonismo hacia quienes desean constituir unidades familiares no reproductoras; pero si la poblacin se viera diezmada sbitamente, esa actitud experimentara un cambio radical y el modelo no reproductor volvera a ser objeto de ataques virulentos. Es de advertirse que el inmenso Shopenhauer deja fuera de su anlisis la homosexualidad femenina y cierra los ojos a la evidencia de que abundan homosexuales de todas las edades, en tanto que Morris omite explicar por qu histricamente ni los solteros, ni las parejas heterosexuales sin hijos ni los sacerdotes y las monjas con voto de castidad han sido objeto de una animadversin similar a la que han padecido los homosexuales. Creo que la tolerancia a la homosexualidad no es ajena a la creciente conviccin de que cada individuo es libre de hacer con su vida lo que quiera en tanto no afecte indebidamente a otros. Lo explic magistralmente John Stuart Mill: "La nica libertad que merece ese nombre es la de buscar nuestro propio bien, por nuestro camino propio, en tanto no privemos a los dems del suyo o les impidamos esforzarse por conseguirlo. Cada uno es el guardin natural de su propia salud, sea fsica, mental o espiritual. La humanidad sale ms gananciosa consintiendo a cada cual vivir a su manera que obligndole a vivir a la manera de los dems".
PESADILLAS
Jsica. Todo se tena que hacer en un perodo mximo de 4 a 6 horas. Desde que venan por va area desde Nueva Inglaterra los rganos donados, el doctor James Jagger comenz a extraer el corazn y los pulmones de la muchacha mexicana de 17 aos para implantarle los que le iban a salvar la vida. Cuando estaba a punto de culminar la compleja ciruga, Jsica dio muestras de rechazo. Slo entonces se descubri el inslito error: los rganos transplantados procedan de un donante con sangre tipo A, incompatibles con la sangre tipo O de la paciente. La familia implor pblicamente que se donaran rganos compatibles. La respuesta fue generosa. A la tarde del da siguiente, el hospital de Duke haba recibido un alud de llamadas donando rganos ad hoc. Se hizo el nuevo transplante que devolvi la esperanza de vivir a Jsica, pero el dao causado por la anterior operacin ya no pudo revertirse. Los padres de la adolescente se negaron a donar los rganos de su hija. Este final de la triste historia no sera el mejor en un cuento de hadas. Un error del personal hospitalario fue la causa de que Jsica muriera, pero cuando requiri de rganos para que se intentase salvarla los donantes proliferaron. El posible beneficiario de la donacin que de sus rganos pudieron haber hecho sus padres era absolutamente ajeno al yerro del hospital. Rosa. Finalmente se practic el aborto en una clnica de Managua a Rosa, la nia nicaragense de nueve aos embarazada a consecuencia de una violacin en Costa Rica, y la
pequea se encuentra bien de salud. As finaliza la pesadilla que padres e hija sufrieron durante cuatro meses, y concluye asimismo el riesgo que, de acuerdo con el dictamen de los mdicos, el embarazo implicaba para la nia. El desenlace se retras por la oposicin de la Iglesia, las ministras de salud y de la familia, y el comit Pro Vida tambin all tienen esa plaga! a que se interrumpiera la preez, no obstante que se estaba ante el supuesto de aborto teraputico, no punible, contemplado por el cdigo penal. Este caso ha revelado un terrible drama social comn a toda la regin. Segn el Instituto de Medicina Forense de Nicaragua, el 25% de las violaciones las padecen menores de 15 aos. El episodio de Rosa tiene un eplogo pattico: los padres, los mdicos y paramdicos que participaron en el aborto, los abogados que representaron a la nia y la Red de Mujeres contra la Violencia han sido objeto de excomunin, despus de que el Cardenal de Nicara gua, Miguel Obando, en su homila dominical, los acusara de "ponerse al servicio de la muerte". La Red de Mujeres contra la Violencia ha respondido con una campaa en la que invita a los que apoyaron el aborto a pedir su propia excomunin. No puede dejar de advertirse lo curioso que resulta que el violador de la nia, es decir, el autor de uno de los crmenes ms horrendos, quede a salvo de esa sancin eclesistica extrema en virtud de la cual los sancionados son apartados de la comunidad de los fieles y del uso de los sacramentos que se impone, en cambio, a quienes ayudaron a la pequea a interrumpir un embarazo que pona en peligro su vida y que, de haber llegado a trmino, supona para ella una maternidad ominosa. Esa Iglesia, tiene algo que ver con las enseanzas de Jess? La misma pregunta debieron hacerse en 1992 los sacerdotes irlandeses que abrieron una grieta en la Iglesia de su pas cuando, a raz del caso de una nia de 14 aos embarazada por violacin y que pidi abortar, formaron una organizacin clandestina que ayudaba a las mujeres a interrumpir la gestacin y les brindaba luego auxilio espiritual. A esa nia, por cierto, el Tribunal Supremo de Irlanda le permiti viajar al Reino Unido para interrumpir all su embarazo. Sangare. En la patera viajaban 20 inmigrantes, 18 hombres y dos mujeres. Al zarpar el da 6 de una playa cercana a El Aain, en el Shara Occidental, cada uno estaba provisto de un poco menos de medio litro de agua y un poco de pan. Ansiaban llegar a Fuerteventura, Espaa, e iniciar una nueva vida. El motor se averi el mismo da de la salida. Los traficantes lo arrojaron al mar, saltaron a otra embarcacin y prometieron volver a rescatar a sus clientes, que comprobaran la crueldad y la impiedad de los patronos que les haban cobrado un alto precio por trasladarlos: nunca regresaron. El viernes 7 se recibi en el Centro Coordinador de Emergencias de Canarias una llamada de socorro: "Aydennos!" Fue la primera de tres conversaciones, a travs de un telfono mvil, que mantuvieron viva la esperanza de los nufragos. Las comunicaciones en una mezcla de ingls, francs y espaol se cortaron pronto. La tercera fue la ltima. Los operadores intentaron en vano recuperarlas. Ellos saben que en sus manos est la vida de gente perdida en alta mar, con difciles condiciones meteorolgicas y con agua y alimentos escasos. Tres helicpteros de la Guardia Civil, del Gobierno de Canarias y de Salvamento Martimo, un avin del Servicio Areo de Rescate, un barco de Salvamento Martimo y una patrullera de la Guardia Civil peinaron cada milla de costa entre Lanzarote, Fuerteventura y el norte de Gran Canaria, un rea que supera los 100 kilmetros cuadrados, sin resultado. Los que, atormentados por la sed, beban agua de mar, moran al poco tiempo. Entonces eran echados al mar. Durante todo el tiempo que estuvieron a la deriva, los inmigrantes slo bebieron agua dulce un da de tormenta. Fue la tormenta lo que provi dencialmente salv a los seis sobrevivientes, que al cabo de 14 das fueron encontrados, desfallecientes y con quemaduras, por el pesquero gallego Naboeiro. El equipo de rescate, que lleg en helicptero, descubri que los nufragos haban rodo el borde de la embarcacin, posiblemente para chupar la madera y calmar el hambre. La nica mujer que sobrevivi, Sangare, diabtica, con su piel oscura llena de llagas por el efecto combinado del sol, el salitre y el roce de las ropas, era la que presentaba un peor estado de salud. Los mdicos que la atendan en el hospital estaban intrigados porque ella no dejaba de gritar un nombre ininteligible. A quin invocaba? A una deidad africana, a un santo sincrtico, a un espritu mgico, a su madre, a su padre? O quiz, ausente de s, an soaba en un mar de sombras, an senta el suplicio del miedo y el hambre y la sed, an se crea presa del laberinto sin paredes del ocano infinito, y en ese sueo que no era sueo, en su delirio, buscaba ese rostro aorado, esa mirada insusti tuible, la que nunca ha olvidado, como su antdoto contra la prolongacin de la pesadilla?
CUARTA PARTE
oscuro desafo a la capacidad humana de convivencia. Existe desde siempre, como lo indica el mito de Abel asesinado por su hermano Can, quien no soport los celos que le provocaba la pre ferencia de Yahv por aquel. En el centro de la perplejidad que provoca la conducta criminal, una pregunta ha obsesionado a los hombres de todos los tiempos: por qu? Teoras al respecto no escasean. Los criminlogos han invocado factores biolgicos y sociales, pero lo cierto es que entre dos seres de caractersticas biolgicas muy similares o de entorno social muy semejante suele haber abismales diferencias de conducta hacia los dems. El punto de vista ms corriente explica que, por ejemplo, el que mata lo hace porque es un asesino, por lo cual el delito manifiesta finalmente la verdad de su naturaleza. Esta explicacin, bien mirada, en realidad no aclara (no explica) nada. Se trata de una peticin de principio. Porque el que mata se vuelve un asesino en el momento de matar, pero antes no lo era... a menos que aceptemos una teora como la de Cesare Lombroso, mdico decimonnico oriundo de Verona, Italia, que habl de un delincuente nato, un ser atvico que, como no evolucion en el proceso de gestacin, reacciona en forma infantil en cuanto que no tiene un control adecuado de sus emociones... o que admitamos un sino fatal o un karma en ciertos individuos. Pero lo que nos humaniza, o deshumaniza, no en el sentido biolgico sino antropolgico y axiolgico, son nuestras conductas. Nadie es asesino antes de haber asesinado... y quiz nunca lo sea. En cada momento de nuestra vida, y a pesar de todas las limitaciones y condicionamientos que nos imponen las circunstancias personales y sociales, podemos decidir, optar, ejercer el albedro entendido no como libertad plena sino como posibilidad de actuar de uno u otro modo en el aqu y ahora irrevocable, en ciertas irrepetibles y pautadas condiciones Un ser humano acaso pueda no ser libre para hacer lo que quiere (yo quisiera en este mismo instante estar contigo, amada ma, o meterle un gol al Amrica jugando como delantero del Guadalajara, y ninguna de esas cosas me es posible), pero siempre lo es para querer lo que quiere. Somos ms libres que Dios, pues l no puede ser para toda la eternidad sino lo que ha sido siempre, mientras que nosotros vamos conformando nuestra humanidad con cada uno de nuestros procederes, con cada una de nuestras actitudes ante el mundo, ante los otros, ante nosotros mismos. Toda vida humana es sagrada y todo ser humano, aun el peor de los criminales, tiene una dignidad que debe ser respetada. Pero sin duda ciertos seres, por la trayectoria que han dado a su existencia, son ms valiosos que otros. Todo homicidio es lamentable, pero algo muy ntimo se nos agita con desazn cuando la vctima es alguien que se ha forjado un ser de excelencia. Sabemos que somos iguales respecto de nuestra esencia humana, pero, por fortuna, no indistintos, no indiferenciados. Cuando la vctima de un asesinato de extrema crueldad y estupidez es un ser como la doctora Carmen Gutirrez de Velasco, que tanto bien hizo a la especie humana, hasta los dioses lanzan maldiciones por no haber sido capaces de evitar el crimen absurdo. Los asesinos ejercieron su albedro, pero en su determinacin acaso influyeron algunos factores: la simiesca tendencia a la imitacin, a actuar como ven que otros actan; la constatacin de que los criminales en general quedan impunes (regla que en este caso por fortuna tuvo una venturosa excepcin), y el rencor social, estimulado quiz por un discurso demaggico y estulto que predica que los privilegiados (aunque la doctora no lo era en riqueza econmica sino humana) son los enemigos de los pobres.
ASESINOS DESINTERESADOS
DESDE que apareci sobre la tierra el homo sapiens, unos seres humanos han matado a otros. El homicidio ha estado presente entre nosotros como la ms atroz de las ofensas a nuestra vocacin de convivencia. Se mata por muy diversas razones: codicia, afn de poder, envidia, celos, antipata, enojo, odio, euforia etlica o psicotrpica, diferencias religiosas, enemistad ideolgica, etctera. Se
mata por todo y por nada, por cosas sagradas Dios o por cosas balades un ligero incidente de trnsito que transforma a un automovilista en energmeno. La vida, el bien supremo por excelencia, el bien ms valioso de cuantos existen, no vale nada ante el homicida. Ningn asesino es simptico, pero los ms repugnantes me parecen aquellos que matan sintindose hroes porque lo hacen por la gran causa: la humanidad, la patria, la religin, el partido, la clase social, los ideales polticos. Estos homicidas a veces pasan a las pginas de la historia como hroes o son liberados de responsabilidad jurdica en atencin al mvil que los impuls. Matan sin tener nada personal contra sus vctimas y sin buscar beneficios personales: matan desinteresadamente o, mejor dicho, inspirados por intereses no egostas sino superiores: la justicia social, la independencia, la fe licidad de todos, la verdad, la vida eterna. Son distintos de los asesinos que matan por despreciables intereses personales. Y como los fines que persiguen son sublimes, elevados, y ataen a valores colectivos indiscutibles, se sienten justificados para exterminar pobres vidas individuales: qu es la vida de unos cuantos individuos comparada con el gran ideal? Los miles de muertos en el ataque a las torres gemelas de Nueva York, los cientos de muertos en los bombazos a los trenes en Madrid, los cientos de muertos en el asalto a la escuela de Besln, los incontables asesinados por las guerrillas o las bandas terroristas en diversos pases, qu significan en comparacin con los nobles objetivos que los victimarios persiguen? Qu importa el derecho a vivir de una persona, o de unos cuantos cientos o miles de personas, cuando se les priva de la vida en aras de la utopa? Qu importa que las vctimas sean inocentes, o que sean nios, si los inocentes y los nios del maana disfrutarn del sueo de los justicieros al fin hecho realidad? Todo se vale a fin de preparar el advenimiento del Reino de los Justos. El justiciero destruye mundos de vida actual cada ser humano es un universo nico e irrepetible en nombre de un mundo desconocido, futuro e inexistente respecto del cual ha decidido que es el mejor posible. Con esa conviccin, resuelve imponer su ideologa a los dems, y que todos se le sometan y obedezcan su capricho. "En el fondo lo que quisiera es que sus vctimas le diesen la razn, que le tengan a su vez por verdugo y por santo", advierte Fernando Savater. Lo ms inquietante es que hay un segmento de la opinin pblica cierta izquierda deplorable, cierta derecha trasvestida de izquierda por decirlo con la magnfica frmula de Luis Gonzlez de Alba que simpatiza con esas estpidas justificaciones. Se trata de debilidad intelectual y miseria tica. Habr que recordar a Chateaubriand: "Nunca el crimen ser a mis ojos un objeto de admiracin ni un argumento de libertad; no conozco nada ms servil, ms despreciable, ms cobarde, ms obtuso que un terrorista".
INDECENCIA
Quin no vio las escenas una y otra vez? Ren Bejarano toma los cuantiosos fajos de billetes (despus veramos hacer lo mismo a Carlos Imaz), los acomoda en el insuficiente espacio de su portafolios y, ya repleto ste, en los bolsillos de su saco, y le asegura al dador de la abundante billetiza que l, el recogedor del dinero, ha hecho para Andrs Manuel Lpez Obrador, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, trabajos que el interlocutor no podra imaginar. Ms tarde se sabra que el mecenas es Carlos Ahumada, empresario de corazn perredista, dueo del diario El Independiente, los equipos de futbol Len y Santos y compaas constructoras favorecidas con varios contratos por el gobierno de la ciudad. El mecenazgo no obedeca tan slo a las simpatas ideolgicas del proveedor sino a que ste estaba sobornando o siendo extorsionado. Las imgenes exhibidas la primera vez ante el propio Bejarano, que minutos antes se haba dado un bao de pureza en cadena televisiva nacional resultaban tan espectaculares que los estupefactos televidentes no podamos imaginar que el show apenas comenzaba. A continuacin vinieron las inslitas declaraciones del mismsimo Jefe de Gobierno y de Marcelo Ebrard, su Secretario de Seguridad Pblica, en el sentido de que si la exhibicin de los videos no consegua el obje tivo de desprestigiar al primero sus enemigos podran incluso recurrir al asesinato. Y posteriormente, no satisfecho con tal sealamiento, el gobernante se dedic a enumerar la lista, que aumenta cada da ms, de los implicados en la conjura de desprestigio a su gobierno de honestidad valiente: el innombrable pero tan nombrado Carlos Salinas de Gortari, la seora Marta Sahagn esposa del Presidente!, el PAN, la Secretara de Gobernacin, la Secretara de Hacienda, la Secretara de Relaciones Exteriores, la DEA (la agencia norteamericana para combatir el narcotrfico), el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y, en general, la derecha mexicana, es decir, todas las fuerzas del Mal. Pero no es todo: para demostrar el complot, Lpez Obrador est convocando a una concentracin dominical en el Zcalo. Tales expresiones y tal convocatoria son sin duda muestra de desmesura y extravagancia, pero, si queremos honrar al diccionario, otro es el vocablo que mejor les conviene: son indecentes. As que mostrar actos de corrupcin de sus subordinados u operadores es allanar el camino para el asesinato del Jefe de Gobierno? vaya chantaje! Habr que ocultar, aplaudir o justificar las corruptelas para no ser cmplices del supuesto crimen vislumbrado por el jefe de la polica? As que lo indudablemente indefendible debe tambin, para conjurar la previsin del vidente encargado de la seguridad pblica, ser inatacable? As que vivimos en una ciudad sin otros problemas, amagos, indignidades y calamidades que los provocados por la derecha y las fuerzas contrarrevolucionarias? (Cmo no recordar, por ejemplo, que el Jefe de Gobierno pretendi injuriar a los integrantes del Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad llamndonos salinistas, zedillistas y foxistas, todo junto!, cuando nuestra primera encuesta victimolgica revel que el Distrito Federal es la entidad con ms alta incidencia delictiva?) As que lo importante no son los actos delictivos de los servidores pblicos sino la malignidad de quienes se confabularon para darlos a conocer (Diego Fernndez de Cevallos, malvadsimo, conoca el video antes que los televidentes!)? As que hay que llamar a las masas a llenar la Plaza de la Constitucin el pueblo unido jams ser vencido! para demostrar ante el pas que denunciar y exhibir los vicios pblicos es un acto de perversidad cuando las desviaciones provienen del partido que se proclama representante exclusivo de las aspiraciones populares? Han sido muchas las muestras que ha dado Andrs Manuel Lpez Obrador de lo que Rafael Prez Gay llama autoritarismo, cerrazn e intransigencia: desprecio a las decisiones del poder judicial, control faccioso de la Asamblea Legislativa que recientemente (bajo el liderazgo de Bejarano) lleg al extremo de aprobar una reforma que desconoce el principio de cosa juzgada, aniquilamiento del primigenio Consejo de Informacin Pblica sustituyndolo por otro que no garantiza una actuacin independiente, obsequio a la Baslica de terrenos de la ciudad para el millonario negocio de venta de criptas, etctera. Los medios en general, con pocas salvedades como la de La Crnica de hoy lo escribo con orgullo, han sido sumamente complacientes ante tales procederes que, autoritarios e intransigentes, frecuentemente se tuvieron por justificados acaso porque, a fin de cuentas, se consideraban inspirados en la honestidad valiente del gobernante. Pero esa cualidad ha quedado en entredicho por dos razones. Por una parte, el Jefe de Gobierno ha condenado con mucho mayor vehemencia la exhibicin de la deshonestidad que la deshonestidad misma. Por la otra, si bien nadie es responsable ni tica ni penalmente por las conductas de terceros, polticamente s hay una responsabilidad al designarse como operadores o colaboradores
cercansimos a personajes de fama pblica tal como la del vido y exhibido recogedor de papel moneda.
sentencias dictadas por jueces y magistrados, ha de estar la ley de mayor jerarqua que las escritas en los cdigos en virtud de la luminosidad que emana no escrita, no explcita, de contenido incierto y nebuloso pero indiscutible, del rayo de la esperanza. Amn.
Dice Vicente Quirarte que los fareros no existen: son los ngeles quienes suben de noche para que el faro cumpla su designio. Eso fueron nuestros consejeros, entre quienes hubo gente de calidad profesional y humana excepcional: Nstor de Buen, Miguel Concha, Rolando Cordera, ngeles Gonzlez Gamio, Silvia Hernndez, OIga Islas, Soledad Loaeza, Carlos Llano, ngeles Mastretta, Jos Ovalle, Cristina Pacheco, Luis Rubio... En nuestras batallas contamos asimismo con el respaldo de intelectuales y artistas admirables. Varios actores de la ms alta categora actuaron en nuestros anuncios televisivos promocionales sin cobrar un centavo. Reiteradamente lo hizo una de las ms grandes actrices de todos los tiempos: Diana Bracho. El equipo se entreg en cada batalla con el mayor coraje palabra que viene de un vocablo latino que significa corazn, vel por nuestra causa como el len de los bes tiarios medievales que duerme con los ojos abiertos y llen cada hora de cada jornada, corno quera Kipling, de 60 minutos de lucha. Mi mrito corno presidente de la Comisin fue haber sabido elegir a los compaeros de la odisea. Actuamos con escrupuloso profesionalismo y con eficacia. De los casi 43,000 expedientes abiertos en ocho aos, se concluy el 99.88%. El 91% se finaliz en menos de un mes. En 58% de los casos los quejosos obtuvieron que se les reconocieran o resarcieran sus derechos. De nuestras 86 recomendaciones, se cumpli totalmente el 78%. En palabras de Savater, queramos mejorar las cosas, no vengarnos de nada ni de nadie, "ni salvar nuestra alma proclamando que todo es igualmente malo salvo lo perfecto, que es imposible". Y algunas cosas mejoraron por intervencin nuestra. Disminuy considerablemente la prctica de la tortura. El Nacional Monte de Piedad baj sus tasas de inters. Dejaron de exigirse como requisitos para ocupar una plaza laboral en instituciones pblicas el certificado de no gravidez y el examen de deteccin del virus del sida. Se obtuvo que se brindara atencin mdica en la va pblica a los menesterosos en casos de urgencia. Se cre el primer albergue de la ciudad para mujeres maltratadas. Se acort el trmite de divorcio necesario cuando la causal es el maltrato y se facult a los jueces familiares para prohibir al autor de violencia domstica que se acerque a las vctimas. Se ejerci accin penal contra 30 agentes policiacos involucrados en ejecuciones. Las agencias especializadas en delitos sexuales y los hoy maltrechos hospitales pblicos mejoraron sustancialmente sus servicios. Se descubri el paradero de Nelly Campobello. Diversas hiptesis de falsedad en declaraciones ante autoridad dejaron de considerarse delitos graves, gracias a lo cual recuperaron su libertad cientos de personas injusta y absurdamente encarceladas. Se demostr la falsedad de varias acusaciones, lo que se tradujo en que los inculpados fuesen liberados... y muchas otras cosas. Por cierto, lleg a decirse que la Comi sin haba puesto demasiado denuedo en lograr la libertad de Paola Durante, pero este caso se atendi con el mismo ahnco que todos los dems. Lo que pas fue que, a pesar de la inobjetabilidad con que demostramos la inocencia de la edecn, el procurador Del Villar se obstin en mantenerla presa, y es deber del ombudsman empear toda su capacidad persuasiva, todo su prestigio, toda su autoridad moral, en una palabra toda su alma de defensor de los derechos humanos en lograr que se cumplan sus recomendaciones. Procedimos en todos los casos con absoluta autonoma sin la cual no hay autntico olnbudsman no slo frente a las autoridades gubernamentales sino frente a partidos, organizaciones y grupos de poder. En el ltimo tramo de mi gestin, tras varios captulos de lucha intensa con el procurador Samuel del Villar, y principalmente molesto por el caso de Paola que puso al descubierto a los ojos de todos la infamia contra la joven, el diputado perredista Gilberto Ensstiga afirm que la Comisin, para no politizarse ni propiciar tensiones, tena que evitar confrontarse con el gobierno. Su postura nos hizo recordar a esos militantes e intelectuales de los antiguos regmenes de Europa Central, o de la Cuba de hoy, que callan o justifican las violaciones a los derechos humanos con el pretexto de que denunciar las arbitrariedades de un gobierno de izquierda es hacerle el juego a la reaccin o a las fuerzas oscuras cuya identidad no se molestan en precisar. Se le respondi con argumentos y, sobre todo, con acciones que pusieron en cla ro que un verdadero ombudsman debe combatir todo abuso de poder, no importa la afiliacin o el signo poltico de la autoridad que lo cometa, ni las animadversiones de los incondicionales de un gobierno que pueda ganarse en esa tarea. Slo as se mantiene la confianza de la sociedad, particularmente de aquellos que, por decirlo con palabras de Borges, aun encerrados en la ergstula ms oscura la firme trama de incesante hierro, no se arredran porque saben que en algn recodo de su encierro puede haber una luz, una hendidura.
Teln: despus de esos aos, la vida, siempre generosa conmigo, me ha ofrecido otras importantes actividades profesionales, que por supuesto he disfrutado; pero dispongo de anclas psquicas, y mi corazn ancl en aquellos das que me toc vivir en la Comisin de Derechos Humanos del Distrito Federal.
* El personaje es un hidalgo cincuentn cautivado por sus muchas lecturas de las hazaas de los caballeros andantes, que recorran el mundo socorriendo a los que necesitaban su ayuda y dedicando tales proezas a sus mujeres amadas. Si bien en la Europa del siglo XV hubo realmente algunos caballeros andantes que participaron en justas y pasos de armas, y deambularon por gran parte del continente Francia, Borgoa, Flandes, Inglaterra, Alemania, Italia, Hungra, Imperio Bizantino, Reino de Granada, sus fantsticas aventuras slo tuvieron lugar en la literatura, no en el mundo fctico. Alonso Quijano, inspirado por esas pginas fantasiosas, decide emular las heroicidades y para eso se convierte en don Quijote. Quiere resucitar un tiempo extinguido siglos atrs que en realidad no existi nunca, es decir, su sueo no consiste en revivir el pasado sino en algo mucho ms ambicioso: realizar la leyenda, volver hechos reales lo que slo haba sido ficcin. El mundo en que viva era, como ha sido en todos los tiempos, injusto, cruel y mezquino, y don Quijote sale a enderezar tuertos y desfacer agravios. La misin que se impone es la de hacer triunfar los mejores valores de la caballera: defensa de los dbiles, culto al valor y la honra, y veneracin a su dama. Para eso dispone tan slo de una armadura y una espada anacrnicas, y de la compaa de su caballo Rocinante, tan esqueltico como l mismo, y de un campesino gordinfln, dicharachero y simptico, que hace las veces de su escudero, Sancho Panza. En pos de ese ideal, Don Quijote sufre innumerables desventuras, burlas y palizas, pero nada lo arredra ni lo desanima. Su espritu elevado resiste todas las contrariedades, aunque no lo exime de sentir temor como corresponde a la condicin humana. En Barcelona, en el mar que por primera vez vea, asisti desde una galera a un combate naval y "se estremeci y encogi de hombros y perdi la color del rostro". All, el miedo lo paraliz. * Don Quijote decide elegir como su dama a una mujer bella, distinguida y virtuosa como nadie, una mujer a la que ninguna otra pueda compararse. El caballero convierte entonces, por obra y gracia de su pura voluntad, a Aldonza Lorenzo, una campesina ruda, poco agraciada, corpulenta, hombruna y olorosa a ajo, en la sin par Dulcinea del Toboso, atribuyndole cualidades tan excelsas que, en efecto, la hacen incomparable. "Oh, mi seora Dulcinea del Toboso, extremo de toda hermosura, fin y remate de la discrecin, archivo del mejor donaire, depsito de la honestidad y, ultimadamente, idea de todo lo provechoso, honesto y deleitable que hay en el mundo!" Es perfecta porque l la quiere perfecta. "... pntola en mi imaginacin como la deseo, as en la belleza como en la principalidad, y ni la llega Helena de Troya ni la alcanza Lucrecia de Roma, ni otra alguna de las famosas mujeres de las edades pretritas, griega, brbara o latina". Dulcinea inspira sus batallas y a ella se las dedica. "Ella pelea en m, y vence en m, yo vivo y respiro en ella, y tengo vida y ser". No hay dato de realidad respecto de su amada que pueda decepcionarlo. En una ocasin, don Quijote enva a Sancho al pueblo del Toboso con la tarea de anunciar a Dulcinea su deseo de visitarla. El escudero no sabe cmo ni dnde encontrar a la dama. Inesperadamente ve que se acercan tres labradoras montadas en sendos borricos, y corre a avisar a su amo con la esperanza de que ste admire a una princesa en quien no es ms que una aldeana. Sancho se postra reverente a los pies de las tres mujeres y se dirige a una de ellas: "Reina y princesa y duquesa de la hermosura, vuestra altivez y grandeza sea servida de recibir en su gracia y buen talante al cautivo caballero vuestro, que all est hecho piedra mrmol, todo turbado y sin pulsos de verse ante vuesa magnfica presencia". Don Quijote se percata de que aquella que Sancho llama reina y princesa y duquesa es una moza tosca, de cara redonda y chata, pero esclarece con su ingenio y fantasa toda la confusin: el maligno encantador ha puesto nubes y cata ratas en sus ojos transformando la hermosura y el rostro sin igual en el de una labradora pobre. La muchacha, azorada, azuza al borrico, que entonces la derrumba. El caballero intenta auxiliarla, pero la aldeana salta como un hombre al lomo de la bestia y se aleja. Don Quijote jura que dedi car el resto de su vida a rescatar a su amada del conjuro. Hacia el final de la novela, derribado por el Caballero de la Blanca Luna y conminado con la lanza vencedora al cuello a confesar las condiciones del desafo, el Caballero de la Triste Figura proclama: "Dulcinea del Toboso es la ms hermosa mujer del mundo, y
yo el ms desdichado caballero de la tierra, y no es bien que mi flaqueza defraude esta verdad". Es el momento de mayor herosmo de don Quijote: la flaqueza ante la fuerza no ha de ser justificacin para defraudar la verdad que se ha hecho causa de nuestras lides. * El amor de don Quijote por la libertad es desmedido. Lo lleva a recelar de toda autoridad y a un exceso tal como el de la liberacin de doce delincuentes aduciendo que "no es bien que los hombres honrados sean verdugos de otros hombres". Cervantes saba lo que era dejar de ser libre. Regresaba de Npoles a Espaa en la galera Sol cuando, a la altura de Cadaqus, o de Rosas o Palams, en la actual Costa Brava, les sali al paso una flotilla turca que, tras un combate en el que murieron varios soldados cristianos y el capitn de la galera espaola, hizo prisioneros, entre otros, a Miguel de Cervantes y a su hermano Rodrigo. Llevados a Argel, Cervantes fue adjudicado como esclavo, condicin en la que dur cinco aos. Cuatro veces intent fugarse, y para evitar ms daosa sus compaeros de fuga se hizo responsable de todo aun resistiendo la tortura. Es l el que habla en voz de don Quijote cuando ste le dice a su escudero: "La libertad, Sancho, es uno de los ms preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, as como por la honra, se puede y debe aventurar la vida; y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres".