La Ciencia Mental
La Ciencia Mental
La Ciencia Mental
Edimburgo sobre la
Ciencia Mental
por
Thomas Troward
New York
Copyright, 1909
By Thomas Troward
Publicado en 1909
1
Introducción
S. F.
Junio, 2008
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Prologo
INDICE
Capitulo X: Intuición.
3
Capitulo XV: El alma.
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Capitulo I
Espíritu y Materia
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todo lo que enseña la física que esta distinción no existe en forma
absoluta y que la base de lo material, es pura vibración, puro
movimiento. Hoy todos tenemos en claro que por ejemplo esta silla
donde estamos ahora sentados esta compuesta de átomos que están
vibrando a altísima velocidad, que están en un estado tal de
actividad que ni la más fecunda imaginación puede concebir. La
materia, como esta madera de lo que está hecha esta mesa, puede
verse aparentemente inerte, pero sabemos que si miramos mas
profundo, ella esta compuesta de pequeñas partículas que se están
moviendo a tal velocidad que la velocidad de un tren expreso no es
nada en comparación. Entonces la característica del movimiento no
nos sirve para distinguir entre lo espiritual y lo material. Por lo tanto
tendremos que ir un poco más lejos. La solución a nuestro problema
nunca la encontraríamos al comparar lo vital con lo inerte. La clave
seria en pensar en grados de vitalidad. Por un lado podemos pensar
que la cantidad de lo vital no admite grados pero la cualidad quizás
si. Nadie duda de la vida de una planta, pero nos damos cuenta que
es diferente a la vida de un animal, y a la de un humano. Pero tanto
la planta, el animal y el humano están igualmente vivos, pero entre
ello hay una diferencia de calidad de la que nadie duda. Una
diferencia es el grado de inteligencia. En cualquier sentido en que
nosotros busquemos la vitalidad en cualquier individuo viviente,
descubriremos que esta actividad en ultima instancia esta
relacionada con la inteligencia. Es la presencia de esta inteligencia
lo que diferencia la vida vegetal de la animal y de la humana. El
aumento de inteligencia se corresponde con un modo de actividad
de un orden más alto. Cuanto mas elevada es la inteligencia, mayor
es el control del modo de la actividad; y a medida que descendemos
en la escala de la inteligencia, observamos un incremento en la
actividad automática, no sujeta al control auto-consciente de la
inteligencia. Este descenso va gradualmente desde el auto-
reconocimiento expandido de la personalidad humana
autorrealizada, hasta el más bajo orden de formas visibles las cuales
denominamos como “cosas”, donde el auto-reconocimiento esta
enteramente ausente.
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distintiva de lo material es la Forma. No podemos concebir lo
material sin forma. Toda forma ocupa un espacio correspondiente.
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La concepción opuesta seria que las cosas se expresan a ellas mismas
a través de las condiciones de tiempo y espacio estableciendo una
variedad de relaciones, como volumen, distancia, dirección o
secuencia de tiempo. Estas dos concepciones son respectivamente la
concepción de lo abstracto y de lo concreto, de lo incondicionado y
de lo condicionado, de lo absoluto y de lo relativo. No son opuestas
en el sentido de incompatibilidad, sino en el de complementarias, y
la única realidad es la combinación de las dos. El error de los
idealistas extremos esta en el esforzarse en comprender lo absoluto
sin lo relativo, y el error de los materialistas extremos esta en el
esforzarse en comprender lo relativo sin lo absoluto. En un lado el
error es intentar comprender el adentro sin el afuera, en el otro, de
intentar comprender el afuera sin el adentro; ambos son necesarios
en la formación de la entidad substancial.
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Capitulo II
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progresión es claro que, cualquiera sea la manera en que podamos
concebir a la naturaleza del principio evolutivo, este es infalible al
proveer un continuo avance de las especies. Pero lo hace creando
conjuntos de cada clase tal que, a pesar de permitir un ancho
margen de error de los individuos, la especie aun así continua.
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tenemos que ver con cuidado es que el poder de la voluntad
individual es él mismo un emergente del principio cósmico de la
evolución en el punto en que alcanza su mas alto nivel. El esfuerzo
de la naturaleza siempre a sido avanzar desde las formas de vida
menos complejas hasta la producción de un ser con una mente
capaz de razonamientos abstractos y un cerebro adecuado como el
instrumento para dicha mente. En este nivel el todo-creador
Principio-Vital se reproduce a si mismo en una forma capaz de
reconocer el trabajo de la ley de la evolución, y de la unidad y
continuidad del propósito corriendo a través de la progresión
completa arriba indicada, y sin duda, el lugar de este ser en el
esquema universal debería ser el introducir la operación de un
factor que, hasta este punto, no se había visto, un factor llamado
voluntad inteligente individual. La evolución que nos a traído hasta
este punto ha trabajado con la ley cósmica de los promedios, este ha
sido un proceso en el cual el individuo mismo no ha tomado parte
concientemente.
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poder. El bajo grado de auto-reconocimiento es ese en el que solo se
conoce a si mismo como una entidad separada de todas las otras
entidades, como el ego se distingue del no-ego. Pero el mayor grado
de auto-reconocimiento es el que, conoce su propia naturaleza
espiritual, y ve en todas las otras formas, no tanto el no-ego, o eso lo
cual no es él mismo, sino un alter-ego, o eso lo cual es él mismo en
un diferente modo de expresión. Este es el elevado grado de auto-
reconocimiento, que es el poder por el cual el Científico Mental
produce sus resultados. Por esta razón es imperativo que él debe
entender la diferencia entre Forma y Ser; la primera es la modalidad
de lo relativo y la marca de sujeción a las condiciones, y la segunda
es la verdad de lo absoluto y es la cual controla las condiciones.
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haya originado a ambos; pero esto es solo poner la idea de un poder
de auto-desarrollo un paso atrás y postular la producción de un
menor grado de espíritu indiferenciado por uno superior, las cuales
son ambas aseveraciones gratuitas y una contradicción, en
definitiva, de cualquier idea que podamos hacernos del espíritu
indiferenciado. Como quiera que retrocedamos por lo tanto,
podremos relegar el punto de inicio original, pero no podremos
eludir la conclusión que, en este punto, el espíritu contiene la
sustancia primaria en si mismo, lo cual nos trae la idea de que él
hace todo de la nada. Encontramos de este modo dos factores que
hacen todas las cosas: el Espíritu y la Nada; y la adición de Nada al
Espíritu nos deja solo Espíritu:
X+0=X
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Podemos, entonces, reconocer la presencia de una inteligencia
universal penetrando todas las cosas y también reconocer la
correspondiente capacidad de respuesta oculta en lo profundo de su
naturaleza, lista para ser llamada a la acción cuando sea convocada.
Todo tratamiento mental depende de la capacidad de respuesta del
espíritu tanto en los inferiores como en los superiores grados de sí
mismo. Esta es la diferencia entre un científico mental y una persona
sin instrucción; el instruido conoce esta capacidad de respuesta y la
usa, el otro no la usa porque no la conoce.
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Capitulo III
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Ahora, el gran hecho de reconocer la unidad, es que, como ella es
singular, dondequiera que uno esté, ella deberá estar en su
totalidad. En el momento en que le permitimos a nuestra mente que
se conecte con la idea de la extensión y decir que una parte de la
unidad esta aquí y otra allí, hemos descendido de la idea de unidad
hasta la idea de partes o fracciones de la unidad simple, lo cual es
como llegar a la idea de la multiplicidad de las pequeñas unidades y
de esta manera comenzar a relacionase con lo relativo, o sea con dos
o mas entidades que se limitan mutuamente perdiendo asimismo la
región de la unidad simple que es la de lo absoluto. Es por lo tanto
una necesidad matemática que, porque el Principio-Vital originador
es infinito, sea una unidad singular, y por consiguiente, en todo
lugar que se encuentre estará completamente presente. Como es
infinito o sin límites esta en todos lados y de esto concluimos que la
totalidad del espíritu debe estar presente en cada punto del espacio
al mismo tiempo. El espíritu esta omnipresente en su totalidad, y
acorde con esto, en cada instante todo el espíritu esta concentrado
en cada punto del espacio en el que podemos elegir fijar nuestro
pensamiento. Este es un hecho fundamental de todo ser, y es por
esta razón que he relacionado el vinculo entre el espíritu y la
materia con el de la idea y la forma; por un lado lo absoluto en la
cual están ausentes el tiempo y el espacio y por el otro lo relativo
que es totalmente dependiente de estos elementos. El espíritu puro
subsiste continuamente en lo absoluto, tanto si está o no en un
cuerpo físico, y desde él fluye todo el fenómeno del ser, tanto en el
plano mental como en el físico. El conocimiento de este hecho con
respecto al espíritu es la base de toda operación espiritual conciente,
y por consiguiente en proporción con nuestro incremento en el
reconocimiento de ello nuestro poder de producir resultados en lo
externo por la acción de nuestro pensamiento aumentará. El todo es
más grande que las partes, y por lo tanto, si reconocemos esta
unidad y nos concentrarnos en el espíritu, abarcaremos alguna
individualización de él con la que podamos desear tratar. La
importancia practica de esto es tan obvia que no merece mayor
explicación.
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de la individualidad. Como pura inteligencia tiene un infinito grado
de respuesta. Como carece de relación con el tiempo y el espacio
carece de personalidad individual. Es en este aspecto un elemento
puramente impersonal acerca del cual por razón de su inherente
inteligencia y capacidad de respuesta nosotros podemos imprimirle
cualquier reconocimiento de personalidad que queramos. Estos son
los grandes hechos con los que el científico mental trabaja y el
estudiante hará bien en reflexionar profundamente en su significado
y en la responsabilidad con la cual deberá llevar a cabo sus
realizaciones.
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Capitulo IV
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proceden de dos mentes, una externa y otra interna, la mente
interna la llamaremos mente subjetiva y la externa mente objetiva,
por dichos nombres se indica más frecuentemente esta distinción en
la literatura especializada.
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suma fidelidad reproduce y funciona hasta sus consecuencias finales
con cualquier cosa que la mente objetiva imprima en ella; y el
hipnotismo muestra que las ideas pueden ser impresas en la mente
subjetiva por la mente objetiva tanto de otra persona como la de su
propia individualidad. Este es un punto importante, ya que nos
plantea que de una suave sugestión por el pensamiento de otro
depende todo el fenómeno de la curación tanto en presencia como
en ausencia. Bajo el control de un hipnotizador la personalidad de
un sujeto cambiara por un determinado tiempo; él creerá que es
aquello que el hipnotizador le dice que es; él se identificará con
cualquier personaje que sea impreso en él por la voluntad del
hipnotizador y actuará su rol con inimitable precisión. Pero los
experimentos con hipnotismo van más allá de esto y muestran la
existencia en la mente subjetiva de capacidades que trascienden lo
que realiza la mente objetiva a través de los sentidos físicos; pruebas
experimentales de la existencia en nosotros mismos de facultades
trascendentes de un completo desarrollo y control conciente que
nos lleva a nuevas esferas de la vida. Pero debemos notar que el
control debe ser de uno mismo y no de alguna inteligencia externa
ya sea encarnada o no. Pero quizás el factor más importante que los
experimentos del hipnotismo han demostrado es que la mente
subjetiva es la constructora del cuerpo.
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de la asociación con la mente objetiva de su propia individualidad.
Cualquiera sea la personalidad que la mente objetiva imprima en la
mente subjetiva, la asumirá y la actuará; y como es la constructora
del cuerpo, lo construirá en correspondencia con la personalidad
que se imprimió en ella. Estas dos leyes de la mente subjetiva forma
el fundamento del axioma de que nuestro cuerpo representa la
totalidad (aggregate) de nuestras creencias. Si nuestras firmes
opiniones son que el cuerpo esta sometido a toda clase de
influencias mas allá de nuestro control, y que cualquier síntoma es
una demostración de ello, entonces, esta afirmación se imprimirá en
la mente subjetiva, que por su naturaleza la aceptará sin cuestionar
y procederá a construir las condiciones corporales acordes a esta
creencia. Otra vez, si entendemos que ciertos remedios materiales
son lo único que puede curar, encontramos en esta creencia el
fundamento de toda medicina. No hay nada erróneo en la teoría de
la medicina; es la estrictamente lógica correspondencia con la
medida del conocimiento, tal como son capaces de asimilarlo
quienes confían en ella, y por lo tanto actúa con precisión en
concordancia con sus creencias; de ahí que en un gran número de
casos funcionan, pero también en muchas otras instancias fallan. Por
consiguiente, para aquellos quienes aun no han alcanzado una
mayor percepción interior de la ley de la naturaleza, el agente de
salud medicinal es la más valiosa ayuda para el alivio de los males
físicos. El error que se debe combatir no es la creencia que en su
propio camino la medicina es capaz de hacer el bien, sino la creencia
de que no hay un camino mejor o más elevado.
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creencia, si esta bien afincada dentro de nosotros, necesariamente
producirá un correspondiente cuerpo saludable, ahorrándonos
dolores al convencernos a nosotros mismos de que hay un razonable
y legítimo fundamento para sostenernos. El producir una base
sólida para esta convicción es el propósito de la Ciencia Mental.
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Capitulo 5
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permeable, que consideramos en el segundo y tercer capitulo, es
puramente mente subjetiva, y de esto deducimos la ley de la mente
subjetiva, que dice que es receptiva de cualquier sugestión, y
llevara a cualquier sugestión que sea impresa en ella a sus mas
rigurosas lógicas consecuencias. La incalculable importancia de esta
verdad quizás no impacte a primera vista al estudiante, pero una
pequeña consideración mostrara las enormes posibilidades que lleva
en si, y en el capitulo final haré unas breves consideraciones de las
muy serias conclusiones que se extraen de él.
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pregunta es como construir un puente. Tenemos aquí que la
concepción de nuestra mente subjetiva individual como nuestra
porción individual en la mente universal subjetiva produce los
medios para reunir estos extremos, ya que por un lado esta en
conexión inmediata con la mente universal, y por el otro esta en
inmediata conexión con lo individual objetivo, o mente intelectual;
y esta está en inmediata conexión con el mundo de la
externalización, que esta condicionado por el tiempo y el espacio.
Entonces de esta manera, la relación entre la mente subjetiva y
objetiva en el individuo forma el puente que es necesario para
conectar los dos extremos de la escala.
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El objeto de nuestro deseo es necesariamente primero concebido por
nosotros en su exacta relación con las circunstancias existentes, las
cuales pueden o no, aparecer como favorables a él; y lo que
queremos lograr es eliminar los elementos de contingencia y lograr
algo que sea cierto en si mismo. Para lograr esto se trabaja en el
plano de lo absoluto, y para este propósito debemos esforzarnos en
imprimir en nuestra mente subjetiva la idea que deseamos apartada
totalmente de cualquier condición. Esta separación de los elementos
de condición implica la eliminación de la idea de tiempo, y
consecuentemente debemos pensar las cosas como existiendo ya. Al
menos que hagamos esto no estamos operando concientemente en el
plano de lo absoluto, y por lo tanto no empleamos el poder creativo
de nuestros pensamientos. El método practico mas simple de ganar
el hábito de pensar de esta manera es concebir la existencia en el
mundo espiritual de un prototipo espiritual de cada cosa existente,
la cual se vuelve la raíz de la existencia externa correspondiente. Si
nos habituamos a ver al prototipo espiritual como el ser esencial de
la cosa, y la forma material como el desarrollo de este prototipo en
su expresión externa, entonces veremos que el paso inicial en la
producción de cualquier hecho externo debe ser la creación de su
prototipo espiritual. Este prototipo, siendo puramente espiritual,
solo puede ser formado por la operación del pensamiento, y para
tener substancia en el plano espiritual debe ser pensado como
actualmente existente allí. Esta concepción fue elaborada por Platón
en su doctrina de las ideas arquetípicas, y por Swedenborg en su
doctrina de las correspondencias; y aun un mas grande maestro
hace muchos años dijo, “todas las cosas que en oración pidáis,
creyendo que ya la habéis recibido las recibirás.” (Marcos XI 24) Es
para remarcar la diferencia de los tiempos verbales en este pasaje. El
texto nos ofrece creer primero que nuestro deseo ya se ha cumplido,
que ya es una cosa lograda, y entonces su logro seguirá como una
cosa en el futuro.
Esto no es sino más que una concisa instrucción para hacer uso del
poder creativo del pensamiento imprimiendo en la mente subjetiva
universal una cosa particular, la cual deseamos como un hecho ya
existente. Siguiendo en esta dirección pensamos en el plano de lo
absoluto y eliminamos de nuestra mente toda consideración de las
condiciones, lo cual implica limitación y la posibilidad de
contingencias adversas; y plantamos una semilla la cual, si la
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dejamos sin molestar, infaliblemente germinara como un fruto
externo.
Así como los físicos tienen la teoría del vórtice para considerar la
formación del mundo inorgánico, la biología asimismo tiene una
para considerar la formación de los organismos vivientes. También
tiene su origen en un núcleo primario el cual, una vez establecido,
opera como un centro de atracción para la formación de todos
aquellos órganos físicos de los cuales el individuo perfecto esta
compuesto. La ciencia de la embriología muestra que estas reglas
operan sin excepción a través de todo el rango del mundo animal,
incluido el hombre; y la botánica muestra el mismo principio en el
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reino vegetal. Todas las ramas de la ciencia física demuestran el
hecho de que cada manifestación, de cualquier tipo y en cualquier
escala, comienza por el establecimiento de un núcleo, infinitamente
pequeño pero dotado de una inextinguible energía de atracción,
causando un constante incremento de poder y definición de
propósito, hasta que el proceso de desarrollo es completado y la
forma madura surge como un hecho cumplido. Ahora, si este es el
método universal de la Naturaleza, no hay nada fuera de lo natural
en suponer que esta operación podría empezar un paso antes de la
formación del núcleo material. En cuanto es llamado a ser empieza a
operar por la ley de atracción en el plano material; ¿pero cuál es la
fuerza que origina el núcleo material? Un reciente trabajo de la
ciencia física nos dio la respuesta; “en su ultima esencia, la energía
puede ser comprendida por nosotros solo como una exhibición de la
operación directa de lo que podemos llamar Mente o Voluntad.” La
cita es de un texto llamado “ondas en el agua, en el aire y en el éter”
escrito en 1902 en el Instituto Real por J. A. Fleming. Aquí tenemos
el testimonio de la física que el origen de la energía es Mente o
Voluntad; y estamos, por lo tanto, no solo haciendo una deducción
lógica de ciertas incuestionables intuiciones de la mente humana,
sino que también seguimos en la línea de la mas avanzada ciencia
física, cuando decimos que la acción del núcleo en la Mente, si
permanece desarrollándose sin perturbaciones, eventualmente
atraerá hacia si todas las condiciones necesarias para su
manifestación en la forma externa visible. La única acción de la
Mente es el Pensamiento; y es por esta razón que por nuestros
pensamientos creamos las correspondientes condiciones externas;
establecemos así el núcleo que atraerá hacia sí sus propias
correspondencias en su debido orden hasta que el trabajo finalizado
se manifiesta en el plano externo. Esto es acorde con la estrictamente
científica concepción de la ley universal del desarrollo; y podemos
por lo tanto resumir brevemente todo el argumento diciendo que
cuando concentramos nuestro pensamiento en algo, forma un
prototipo espiritual de ello, que constituye un núcleo o centro de
atracción de todas las condiciones necesarias para su eventual
externalización por la ley del desarrollo inherente en el prototipo
mismo.
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Capitulo 6
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Estas consideraciones simplificaran nuestras ideas acerca de la vida.
No necesitamos considerar dos fuerzas, sino una, como la causa de
todas las cosas; la diferencia entre el bien y su opuesto, resulta
simplemente de la dirección en la cual esta fuerza es puesta a fluir.
Es una ley universal que si revertimos la acción de una causa, al
mismo tiempo revertimos el efecto. Con el mismo aparato podemos
comenzar un movimiento mecánico que generara electricidad, o
utilizar electricidad para generar un movimiento mecánico; o
tomemos un simple ejemplo de la aritmética: Si 10 dividido 2 es
igual a 5 entonces 10 dividido 5 es igual a 2; y por consiguiente si
nosotros reconocemos el poder del pensamiento para producir
cualquier resultado, veremos que la ley por la cual los pensamientos
negativos producen resultados negativos, es la misma por la cual los
pensamientos positivos producen resultados positivos. Por lo tanto,
toda nuestra desconfianza en la ley del desarrollo, tanto si se
muestra en el ansioso empeño de presionar para que se produzca
algo, como al permitir que la desesperación tome el lugar de una
alegre expectativa, revierte la acción de la causa original y por
consecuencia revierte la naturaleza de los resultados. Es por esta
razón que la Biblia, que es un libro lleno de profunda sabiduría,
continuamente pone tanto énfasis en la eficiencia de la fe y la
destructiva influencia del descreimiento; y de igual manera, todo
libro en cada rama de la ciencia espiritual nos alerta enfáticamente
contra la admisión de la duda o del miedo. Ellos son la inversión del
principio que construye, y por lo tanto tiran hacia abajo; pero la Ley
en si misma nunca cambia, y es en la inalterabilidad de la ley donde
toda la Ciencia Mental esta fundada.
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contemplación de nuestro deseo como un hecho ya consumado.
Pero debemos cuidadosamente remover de dicha contemplación
cualquier idea de un vigoroso esfuerzo de nuestra parte para hacer
crecer a la semilla. Su eficacia esta en ayudar a mantener fuera estos
negativos pensamientos de duda, que plantará malezas en nuestro
trigo, y por lo tanto, en lugar de cualquier esfuerzo, dicha
contemplación deberá ser acompañada por un sentimiento de placer
y tranquilidad al prever el cumplimiento de nuestros deseos. Esto es
el pedir a Dios dando gracias, el cual San Pablo recomienda, y eso
tiene su razón en la perfecta totalidad de la Ley del Ser que solo
necesita nuestro reconocimiento para ser usada por nosotros en
cualquier grado que deseemos.
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Capitulo VII
Receptividad
Para tener claras las bases sobre las que se podrá construir el trabajo
práctico, el estudiante deberá esforzarse en tener una concepción
clara de que entendemos por la inteligencia del espíritu iniciador
indiferenciado. Queremos tomar la idea de la inteligencia y
separarla de la idea de individualidad, lo cual será quizás difícil,
hasta que nos acostumbremos a ello. Es el error al comprender esta
cualidad del espíritu lo que ha producido todos los errores
teológicos que han traído amargura al mundo y ha sido una de las
principales causas, que han retardado el verdadero desarrollo de la
humanidad. Comunicar con precisión esta concepción en palabras
es quizás imposible, y al intentar definirla la limitamos, lo cual es
precisamente lo que queremos evitar. Es una cuestión de sentires
más que de definición; sin embargo algún esfuerzo deberá servirnos
para encontrar la dirección en la cual debemos buscar para sentir
esta gran verdad. La idea es la de comprender la personalidad sin
esa mismidad que diferencia un individuo de otro. “Yo no soy ese
otro porque yo soy yo mismo”; esta es la definición de la mismidad
individual, que incluye necesariamente la idea de limitación,
porque el reconocimiento de otra individualidad implica un punto
en el que nuestra individualidad cesa y la otra comienza. Por lo
tanto, este modo de reconocimiento no puede ser atribuido a la
Mente Universal. Porque indicaría un punto donde ella cesa y otra
cosa comienza y esto sería no reconocerla como universal; ya que el
significado de universalidad incluye a todas las cosas, y no puede
reconocer nada como siendo fuera de ella. Podemos por lo tanto
decir sin duda que, cualquiera que sea la naturaleza de esta
inteligencia, deberá ser desprovista enteramente del elemento de
auto-reconocimiento como una personalidad individual en
cualquier escala. Visto desde este ángulo es claro que el Espíritu
originante todo-colmante es el gran principio de Vida impersonal,
del cual surgen todas las manifestaciones particulares de la
Naturaleza. Es imposible no insistir demasiado en el punto de su
absoluta impersonalidad, en el sentido de una total ausencia de
cualquier conciencia de mismidad individual. El atribuir una
individualidad a la Mente Universal es uno de los dos grandes
errores que encontramos en los fundamentos de la religión y de la
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filosofía de todos los tiempos. La otra consiste en irse al extremo
opuesto y negar la cualidad de inteligencia personal en la Mente
Universal. La refutación de este error permanece desde la
antigüedad, en estas simples preguntas, “¿el que fabrico a los ojos
no vera? ¿El que construyo a los oídos no escuchara?”-o como dice
el popular proverbio, “no puedes sacar de la bolsa lo que no hay en
ella”; por lo tanto el hecho de que somos centros de inteligencia
personal es la prueba de que el infinito, desde cual estos centros son
concentrados, deben ser inteligencia infinita, y por eso no podemos
negar atribuir a ella los dos factores que constituyen la
personalidad: la inteligencia y la volición. Llegamos a la conclusión
de que esta difusa esencia universal, la cual podemos pensarla como
una clase de protoplasma universal, debe poseer todas las
cualidades de la personalidad sin ese conciente reconocimiento de si
misma que constituye a la individualidad separada: y hasta la
palabra “personalidad” está asociada en nuestro hablar cotidiano
con la idea de “individualidad” por eso será quizás mejor acuñar un
nuevo termino, y hablar de la “facultad personalizadora”(personal-
ness) de la Mente Universal como indicando su cualidad personal,
separada de la individualidad. Debemos comprender que este
espíritu universal penetra todo el espacio y toda sustancia
manifestada, tal como los físicos nos dicen que el éter lo hace, y que
dondequiera que esté, llevara con él todo lo que es en su propio ser;
y por lo tanto concluimos que estamos en el medio de una aun
indiferenciada Vida inteligente, arriba, abajo y alrededor, pasando
tanto por nuestra mente como por nuestro cuerpo, y por todos los
demás seres también.
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confluencia solo produce caos y no un cosmos, entonces nuestras
concepciones se expanden hacia la idea de un Ley universal, y
encontramos que esta es la naturaleza del principio todo-
subyacente. Hemos hecho un gran avance desde el plano del mero
accidente hasta el mundo donde hay principios definitivos con los
cuales podemos calcular con certeza cuando los conocemos. Pero
aquí esta el punto crucial. Las leyes del universo están ahí, pero
nosotros las ignoramos, y solo a través de la experiencia ganada por
los errores repetidos nos damos cuenta de leyes con las cuales
tenemos que tratar. ¡Cuan doloroso cada paso y cuan lento el
progreso! Eones y eones no han sido suficientes para asir todas las
leyes del universo, tanto del mundo visible, como del mundo
invisible; cada paso para conocer la verdadera ley implica
sufrimiento producto de nuestra ignorante trasgresión de ella; y
entonces, al ser la Naturaleza infinita, nos encontramos con la
paradoja de que de alguna manera procuramos comprenderla con
nuestra inteligencia individual, debiendo hacer un peregrinaje a lo
largo de una incesante Vía dolorosa bajo el flagelo de la inexorable
Ley hasta que encontramos la solución del problema. Pero nos
preguntamos, ¿podremos seguir hasta que por fin logremos la
posesión de todo el conocimiento? La gente no comprende que se
entiende por “lo infinito”, o no se lo pregunta. El infinito es
ilimitado e inagotable. Imagina la mayor capacidad que puedas, y
llénala con el infinito, lo que reste será tan infinito como lo que
teníamos antes. Matemáticamente es muy claro. Eleva x a cualquier
potencia que desees, y sin embargo la diferencia del resultado con
la x original por mas grande que sea será siempre inconmensurables
con el universal reino de la Ley que es la verdad magnificente; este
es uno de los dos grandes pilares del universo simbolizados por los
dos pilares que soportan la entrada del templo de Salomón: es
Jachim, pero Jachim debe ser equilibrada por Boaz.
Es una verdad perdurable, que nunca puede ser alterada, que cada
infracción de la Ley de la Naturaleza acarrea punitivas
consecuencias. No podemos salir del plano de la causa y de su
inevitable efecto. No hay escape a la ley de lo punitivo, excepto por
el conocimiento. Si conocemos la ley de la Naturaleza y trabajamos
con ella, encontraremos en ella una incondicional amiga, siempre
lista para servirnos, y nunca censurándonos por los errores del
pasado; pero si la ignoramos o la transgredimos, será nuestro
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implacable enemigo, hasta que nuevamente nos volvamos
obedientes a ella; y por lo tanto la única redención del perpetuo
dolor y servidumbre será por medio de la auto-expansión que
pueda asir a la infinitud misma. ¿Cómo se puede lograr? Por
nuestro progreso en ese tipo y grado de inteligencia por la cual
comprendemos la inherente “facultad personalizante” de la divina
Vida todo-colmante, la cual es al vez la Ley y la Sustancia de todo
lo que es. Los rabinos de la antigüedad lo decían bien, “La Ley (La
Torah) es la Maestra”. Cuando comprendemos que la Vida universal
y la Ley universal son una con la “Facultad Personalizante”
universal entonces establecimos el pilar Boaz como el necesario
complemento de Jachim; y cuando encontramos el punto común de
esas dos unidades, alzaremos el Arco Real a través de la cual
ingresaremos triunfantes al Templo. Debemos disociar la Facultad
Personalizante Universal de cualquier concepto de individualidad.
Lo universal nunca puede ser lo individual: son términos opuestos.
Pero porque la facultad personalizante universal es la raíz de toda
personalidad individual, busca su mas alta expresión en responder a
aquellos quienes realizan su naturaleza personal. Y es este
reconocimiento el que soluciona la paradoja aparentemente sin
solución. La única manera de lograr este conocimiento de la Ley
Infinita que cambiará la Vía Dolorosa por el Camino de la Dicha será
incluyendo en nosotros mismos un principio de conocimiento
correspondiente con la infinidad de lo que será conocido; y esto se
logra comprendiendo que, la Inteligencia universal en medio de la
cual nosotros flotamos como en un océano viviente, es infinita como
la propia ley. Inteligencia sin la personalidad individual, pero que,
produciéndonos, se concentra en las individualidades personales
que nosotros somos. ¿Cuál debería ser la relación de dicha inteligen-
-cia hacia nosotros? No una de favoritismo: no hay nada en la Ley
que le haga respetar a una persona sobre otra, ella es la raíz y el
soporte de cada una. No se opone a nuestros avances; al no tener
individualidad no tiene objetos personales en su interior en conflicto
con nosotros; y como es el origen de toda la inteligencia individual,
no puede obturar la habilidad de entender. Por las mismas
condiciones de su ser, esta infinita, subyacente y todo-productora
Mente, debería estar lista inmediatamente a responder a todo aquel
que realice su verdadera relación con ella. Al ser el principio de la
Vida misma debe ser infinitamente susceptible a los sentimientos, y
en consecuencia reproducirá con absoluta exactitud cualquier
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concepción de si misma que imprimamos en ella; y por lo tanto si
comprendemos a la mente humana como ese estadio en la evolución
del orden cósmico en el que una individualidad se hace capaz de
expresar, no meramente la “facultad de vivir” (livingness), sino
también la “facultad personalizante”(personalness) del espíritu
universal subyacente, entonces vemos que el mas perfecto modo de
auto-expresión debe ser el identificarse con el conjunto de las
personalidades individuales.
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requerimientos de la Ley en cada caso particular que surja. De esta
manera la Inteligencia Cósmica se individualiza, y la inteligencia
individual se universaliza; las dos se vuelven una, y en la
proporción en la que esta unidad es comprendida y actuada,
encontraremos que la Ley, la cual produce todas las condiciones
externas tanto del cuerpo como de las circunstancias, se
comprenderá mas claramente, y por lo tanto podrá ser usada mas
libremente, para que con el esfuerzo firme e inteligente para
desplegarnos en estas líneas podamos alcanzar grados de poder a
los cuales es imposible asignarle cualquier limite. El estudiante que
quiera entender lo racional del despliegue de sus propias
posibilidades no debe aquí cometer un error. Debe comprender que
el proceso total es traer lo universal hacia lo individual elevando lo
individual al nivel de lo universal y no viceversa. Es formular una
trivialidad matemática el que no puedes contraer lo infinito, y que si
puedes expandir lo individual; y es esta precisamente la línea de
trabajo de la evolución. La ley de la naturaleza no puede ser
alterada en ningún grado; pero podemos realizar nuestra propia
relación con el principio universal de la Ley que la fundamenta para
ser capaz de poner a todas las leyes particulares, tanto del lado
visible como de lado invisible de la Naturaleza, a nuestro servicio y
así alcanzar nosotros mismos el dominio de la situación. Esto es
logrado por el conocimiento; y el único conocimiento que efectuara
este propósito en toda su inmensidad sin medida es el conocimiento
del elemento personal en el Espíritu Universal en su reciprocidad
con nuestra propia personalidad. Nuestro reconocimiento de este
Espíritu debe por lo tanto ser doble, como el principio de necesaria
secuencia, orden o Ley, y también como el principio de Inteligencia,
sensible (responsive) a nuestro reconocimiento de ella.
36
Capitulo VIII
37
exteriores precisamente su idea de la Mente Universal; y el hombre
que comprende que por la ley natural de la mente puede traer a la
Mente Universal a una acción perfectamente reciproca consigo
mismo, la hará por un lado una fuente de instrucción infinita, y por
el otro una fuente de infinito poder. El alternara sabiamente el
aspecto personal y el aspecto impersonal, entre su mente individual
y la Mente Universal respectivamente; cuando él busque guía o
fuerza mirara su propia mente como el elemento impersonal del
cual recibirá sabiduría y fuerza; y cuando, por otro lado, quiera
manifestar lo que tiene guardado en su interior, debera revertir la
posición y considerar su propia mente como el elemento personal, y
a la Mente Universal como la impersonal, en la cual puede imprimir
directamente con certeza sus deseos personales en ella. No
necesitamos alterarnos por la grandeza de esta conclusión; se sigue
necesariamente de la relación natural entre la mente subjetiva y
objetiva; y la única pregunta importante que debemos hacernos es si
limitaremos nuestra visión al nivel de lo cotidiano, o la
extenderemos para disfrutar de las ilimitadas posibilidades que nos
ofrece la mente subjetiva.
38
impresión de nuestros pensamientos, sino también causar los
medios correctos para lograr los propósitos. Este es el único
resultado lógico de la hipótesis de que estamos tratando con la
Inteligencia infinita la cual es también Vida infinita. Vida significa
Poder, y vida infinita significa por lo tanto poder sin límite; y el
poder sin limite movido por la inteligencia sin limite no puede ser
concebido como deteniéndose antes de cumplir su objetivo; por lo
tanto, formulada la intención en parte de la Mente Universal, no
hay duda de cual será su resultado final. Por lo tanto llega la
pregunta acerca de la intención. ¿Cómo podemos saber cual pueda
ser la intención de la Mente Universal? Aquí entra el elemento de la
impersonalidad.
39
puede emplear y el modo de utilizarlo, y como resumen puedo
decir que: -tu objetivo estudiante, no es confeccionar un cosmos
entero, sino trazar beneficios particulares; físicos, mentales,
morales, o financieros, en tu vida o en la de algún otro. Desde este
punto de vista individual el poder creativo universal no tiene
mente en si mismo, y por lo tanto tú puedes hacerle de mente a él.
Cuando se hace esto, el poder creativo universal le escucha, y
organiza el trabajo para lograr los propósitos en los que a sido
concentrado; y al menos que esta concentración sea disipada por el
mismo agente que lo produjo (tu mismo), trabajara por la ley del
crecimiento hasta la completa manifestación en el plano externo.
40
la manifestación. Así usado ordenadamente, el intelecto se vuelve el
servidor de ese gran poder interior en nosotros que conduce a la
invisible sustancia de todas las cosas, y a la cual podemos llamar
primera causa relativa.
41
Capitulo IX
Causas y condiciones
42
a toda la sucesión de causas secundarias. Mientras juzguemos solo
por la información comunicada por nuestros sentidos externos,
estamos trabajando en el plano de las causas secundarias y solo
vemos una sucesión de condiciones, que forman parte de un
conjunto sin fin de condiciones que vienen del pasado y se
proyectan hacia el futuro, y desde este punto de vista estamos bajo
la regla férrea del destino de la cual no hay posibilidad de escape.
Esto es porque los sentidos externos son solo capaces de tratar con
relaciones en las que un modo de limitación produce otro, porque
ellos son los instrumentos de los cuales tomamos conocimiento de lo
relativo y lo condicionado. La única manera de escapar es saliendo
de la región de las causas secundarias rumbo a las de las causas
primarias, donde se encuentra la energía original antes de haber aun
pasado a la manifestación como una condición. Esta región es
encontrada dentro de nosotros mismos; es la región de las ideas
puras; y es por esta razón que yo pongo interés en los dos aspectos
del espíritu como puro pensamiento y como forma manifiesta. El
pensamiento-imagen o modelo (Pattern) ideal de un objeto es la
primera causa relativa de ese objeto; es la sustancia de ese objeto no
precedida por ninguna condición previa.
43
y por consiguiente limitada por las leyes que se aplican a la mente
subjetiva en cualquier escala. Siempre imprimimos en ella alguna
clase de idea, tanto si nos damos cuenta del hecho como si no, y
todas nuestras limitaciones existentes resultan del haber impreso
habitualmente en ella esa idea de limitación la cual hemos embebido
por restringir toda posibilidad a la región de las causas secundarias.
Pero la investigación nos muestra, que las condiciones nunca son
causas por si mismas, sino que son el ulterior eslabón de una
cadena comenzada en el plano de lo ideal puro; que tenemos que
revertir nuestro método de pensamiento y ver al ideal como lo real,
y a la manifestación externa como el mero reflejo que cambia con
cada cambio del objeto que lo moldea. Por esta razón es esencial
conocer si hacemos un uso conciente de la primera causa con un
propósito definido o no. Si consideramos el cumplimiento de
nuestro propósito como contingente en alguna circunstancia,
pasada, presente, o futura, no estamos haciendo uso de la primera
causa; descendemos al nivel de las causas segundas, la cual es la
región de la duda, el miedo, y las limitaciones, las cuales
imprimimos en la mente subjetiva universal con el resultado
inevitable de que construirá las correspondientes condiciones
externas. Pero si comprendemos que la región de las causas
secundarias es la región de los meros reflejos no pensaremos a
nuestro propósito como contingente de alguna condición
cualquiera, sino que sabremos que por formar la idea de él en lo
absoluto, y manteniendo esta idea, habremos constituido la primera
causa en la forma deseada y podremos esperar el resultado con
alegre expectativa.
44
entonces de ello se sigue que los pasos que se dirigen hacia él
también lo están. Los recursos pasarán a través del pequeño circulo
de nuestra actividad conciente día a día a su debido orden, y
entonces trabajaremos en ellos, no con miedo, duda, o febril
excitación, sino con calma y alegría, porque sabemos que el
resultado esta asegurado, y nuestro razonable uso de dichos
recursos como presentes ellos mismos en la deseada dirección es
solo una porción de un mayor movimiento co-ordinado, del que no
dudamos el resultado final. La Ciencia Mental no premia la pereza,
pero saca al trabajo de la región de la ansiedad y del esfuerzo al
asegurarle al trabajador el éxito de su labor, si no es en la forma
precisa anticipada, en alguna otra mejor para sus requerimientos.
Pero suponiendo que, cuando alcanzamos un punto donde una
decisión debe ser tomada, ¿podremos decidir mal? En la hipótesis
de que el resultado ya esta asegurado tu no puedes decidir mal. Tu
decisión correcta es uno de los muchos pasos necesarios en el
cumplimiento del resultado como cualquiera de las otras
condiciones que se dirigen hacia él, y por eso, aun siendo
cuidadosos, de evitar una acción imprudente, podemos estar
seguros que la misma Ley que está conduciendo en la dirección
correcta al resto de las circunstancias influirá en nuestros juicios
también. Para tener buenos resultados debemos entender
exactamente nuestra relación con el gran poder impersonal que
estamos usando. Él es inteligente y nosotros somos inteligentes, y
las dos inteligencias deben co-operar. No deberíamos volar en la faz
de la Ley con la expectativa de que ella haga por nosotros lo que ella
solo puede hacer a través de nosotros; y debemos por ello usar
nuestra inteligencia con el conocimiento de que está actuando como
el instrumento de una inteligencia mas grande; y porque tenemos
este conocimiento podemos, y debemos, cesar toda ansiedad por el
resultado final. En la practica debemos primero formar la
concepción ideal de nuestro objeto con la definitiva intención de
imprimirla en la mente universal –y es esta intención la que saca
dicho pensamiento de la región de la mera imaginación causal- y
por lo tanto afirmamos que nuestro conocimiento de la Ley es razón
suficiente para una expectativa calma de un resultado
correspondiente, y que por ello todas las condiciones necesarias
vendrán a nosotros en su debido orden. Podremos por lo tanto
cumplir los asuntos de nuestra vida diaria con la tranquila
convicción de que las condiciones iniciales o son allí ya o vendrán a
45
lo visible pronto. Si alguna vez no lo vemos, permanezcamos
tranquilos con el conocimiento de que el prototipo espiritual ya
existe y espera a que alguna circunstancia que apunta en la
dirección deseada empiece a mostrarse.
46
Capitulo X
Intuición
47
gradualmente a la adquisición de una clase de sentido interno de
tacto que nos permite distinguir lo verdadero de lo falso, que parece
crecer con el deseo sincero de verdad y con el reconocimiento del
espíritu como su fuente. Los únicos principios generales que el
escritor puede deducir de su propia experiencia son que cuando, a
pesar de todas las apariencias que apuntan en la dirección de una
cierta línea de conducta, hay todavía un sentir persistente de que no
se la debe seguir, en la mayoría de casos se encontrará que el
argumento de la mente objetiva, por mas objetivamente correctos
que sean los hechos conocido, es limitado porque hay un
desconocimiento de hechos que no podrían conocerse objetivamente
en ese momento, pero que si son conocidos por la facultad intuitiva.
Otro principio es que el sentimiento de nuestra primera impresión
de cualquier tema es generalmente correcto. Antes de que la mente
objetiva comience a argüir sobre un tema es como la superficie de
un lago calmo en el cual se refleja claramente la luz que llega de lo
superior; pero tan pronto como comienza a argüir acerca de las
apariencias exteriores las aguas se comienzan a agitar, entonces la
imagen original se vuelve borrosa y no es mas reconocible. La
primera concepción se pierde rápidamente, por lo tanto se debería
observar cuidadosamente y registrarse en la memoria con vista a
probar los diversos argumentos que posteriormente surgirán en el
plano objetivo. Es sin embargo imposible reducir una acción interior
como la intuición a la forma de reglas rígidas y seguras, y mas allá
de tomar nota cuidadosamente de los casos particulares que
ocurren, probablemente el mejor plan para el estudiante será incluir
todo el tema de la intuición en el principio general de la Ley de
Atracción, especialmente si él ve como esta ley interactúa con esa
cualidad personal del espíritu universal del cual ya hemos hablado.
48
Capitulo XI
Sanación
49
esta idea esta firmemente impresa en la mente sub-conciente, se
externalizara. La razón del porque este proceso no es siempre
exitoso en el primer intento es que toda nuestra vida hemos cargado
la falsa creencia de que la enfermedad es una entidad sustancial en
si misma y una causa primera, en ves de ser meramente una
condición negativa resultante de la ausencia de la causa primera; y
una creencia la cual fue arraigada desde la infancia no puede ser
erradicada en un breve plazo. A menudo encontramos, que después
del tratamiento hay una mejora en la salud del paciente, y que luego
de un tiempo los viejos síntomas retornan. Esto es porque la nueva
creencia con su propia facultad creativa aun no ha tenido el tiempo
de ingresar a lo más profundo de la mente subconsciente, sino que
lo ha hecho solo parcialmente. Cada sucesivo tratamiento fortalece a
la mente subconsciente para sostener a la nueva creencia un poco
más, hasta que al final se logra una cura permanente. Este es el
método de auto-tratamiento basado en el conocimiento del paciente
de la ley de su ser.
50
acorde a la voluntad, de hecho ellos pueden removerse
completamente por un tiempo y las dos personalidades mezclarse
en una. La acción que toma lugar entre el sanador y el paciente
depende de este principio. El sanador le solicita al paciente que se
ponga a si mismo en una actitud mental receptiva, lo cual significa
que él ejercita su volición con el propósito de remover las barreras
de su propia personalidad objetiva y de esta manera permitir entrar
el poder mental del sanador. Por su lado el sanador hace lo mismo,
solo con la diferencia, que mientras el paciente retira la barrera de su
lado con la intención de admitir el flujo (flowing–in), el sanador lo
hace con la intención de transmitir el fluido (flowing-out): y así por
el trabajo conjunto de las dos mentes las barreras de ambas
personalidades son removidas y es así determinada la dirección del
flujo de la volición, que es como decir, que fluye del sanador que
esta activamente dispuesto a dar, hacia el paciente que está en una
actitud pasiva dispuesto a recibir, conforme a la ley universal de la
Naturaleza de que el flujo siempre debe ser de lo pleno a lo vacuo.
Esta remoción mutua de la barrera mental externa entre sanador y
paciente es lo que se llama el establecimiento entre ellos del rapport,
y aquí encontramos una de las más valiosas aplicaciones practicas
del principio explicado anteriormente en este libro, de que el
espíritu puro esta presente simultáneamente en su totalidad en cada
punto. Es por esta razón que en cuanto el sanador comprende que
las barreras de la personalidad externa entre él y su paciente han
sido removidas, él puede entonces hablarle a la mente sub-conciente
del paciente como si fuera un pensamiento propio del paciente, al
ser ambos puro espíritu, el pensamiento de identidad los hace
idénticos, y ambos son concentrados en una entidad singular en un
punto singular en el que la mente conciente del sanador puede
operar, acorde con el principio universal del control de la mente
subjetiva por la mente objetiva a través de la sugestión. Si
concentramos nuestra mente en la condición de enfermedad del
paciente lo pensamos como a una personalidad escindida, y no
fijamos nuestra mente en esa concepción de él como espíritu puro la
cual nos ofrecerá una eficaz entrada a su fuente del ser. Debemos
retirar nuestros pensamientos de la contemplación de los síntomas,
y de hecho del conjunto de su personalidad corporal, y debemos
pensar en él como en una individualidad puramente espiritual,
enteramente libre de la sujeción de cualquier condición, y
externalizar voluntariamente las condiciones que expresan la
51
vitalidad y la inteligencia que el espíritu puro es. Pensando en él de
esta manera, afirmamos mentalmente que construirá en lo externo lo
correspondiente a esa vitalidad perfecta la cual conoce en si mismo
interiormente; y esta sugestión será impresa por el pensamiento
consciente del sanador, mientras el pensamiento consciente del
paciente estará al mismo tiempo enfocado en el hecho de que está
recibiendo el pensamiento activo del sanador, resultando de ello que
la mente sub-conciente del paciente se inspirará completamente por
el reconocimiento de su propio poder dador-de-vida, y conforme a
la reconocida ley de la mentalidad subjetiva esta sugestión
procederá a trabajar en la manifestación externa, y así la enfermedad
será sustituida por la salud.
52
Antes de irse a dormir él le imprime firmemente a su mente
subjetiva que transmita una sugestión curadora a la mente subjetiva
del paciente, y por lo tanto, por el principio general de la relación
entre la mente subjetiva y objetiva esta sugestión será transmitida
durante todas las horas que la consciencia individual esté en reposo.
Este método es aplicable a los niños a quienes los principios de la
ciencia no le pueden ser explicados; y también a la personas a
distancia: y en verdad la única ventaja ganada por el encuentro
personal del paciente y el sanador es en la instrucción que podría ser
dada oralmente, o cuando el paciente esta en ese temprano estadío
de conocimiento en donde necesita la presencia visible del sanador
que le comunique la sugestión, de que algo se le esta dando lo cual
no podría ser hecho en su ausencia; de otro modo la presencia o
ausencia del paciente es una cuestión perfectamente indiferente. El
estudiante debería siempre recordar que la mente sub-conciente no
trabaja a través del intelecto o mente conciente para producir sus
efectos curativos. Es parte de la todo-colmante fuerza creativa de la
Naturaleza, que el intelecto no crea sino que distribuye.
53
Capitulo XII
La voluntad
54
voluntad el principio centralizador. Su función es mantener a la
imaginación centrada en la dirección correcta.
55
El entrenamiento de la voluntad y su movimiento de un plano
inferior a un plano superior de nuestra naturaleza está entre los
primeros objetivos de la Ciencia Mental. El hombre esta resumido
en su voluntad. Lo que él haga por su voluntad es su propio acto; lo
que haga sin el consentimiento de su voluntad no es su propio acto
sino el del poder que lo obligó; pero debemos reconocer que, en el
plano mental, ninguna otra voluntad puede obtener control sobre
nuestra voluntad al menos que primero nosotros lo permitamos; y
es por esta razón que todo uso legitimo de la Ciencia Mental
fortalece la voluntad, tanto en nosotros mismos como en los otros, y
la pone bajo el control de una razón iluminada. Cuando la voluntad
comprende su poder de tratar con la causa primera no es necesario
para el operador formularse in extenso toda la filosofía de su acción
cada vez que desee usarla, pero, sabiendo que la voluntad entrenada
es una tremenda fuerza espiritual actuando en el plano de la causa
primera, el simplemente expresará su deseo con la intención de
operar en este plano, recordando que el deseo expresado por la
voluntad a su debido tiempo se externalizara a si mismo en un
hecho concreto. Ahora ve que el punto que realmente demanda su
sincera atención no es el de si posee el poder de extenalizar algún
resultado que elija, sino el de aprender a elegir sabiamente que
resultado producir. Pero no supongamos que aun los más altos
poderes nos sacaran de la ley de causa y efecto. Nunca podremos
poner alguna causa en movimiento sin producir los efectos que ya
tiene en embrión y los cuales se volverán nuevamente causas en su
momento, produciendo de esta manera una serie que continuara
fluyendo hasta que sea detenida por la operación de una causa de
carácter opuesto. De esta manera encontraremos el campo de
ejercicio de nuestra inteligencia continuamente extendiéndose con la
expansión de nuestros poderes; para, dispensar una buena
intención, siempre desearemos contemplar el resultado de nuestra
acción tan lejos como nuestra inteligencia nos lo permita. Podemos
no ser capaces de ver muy lejos, pero podemos ganar seguridad con
un principio general extraído de lo que ya se ha dicho sobre las
causas y condiciones: el que la secuencia total siempre comparte el
mismo carácter de la causa inicial; si el carácter es negativo, esto es,
desprovisto de cualquier deseo de externalizar bondad, alegría,
fuerza, belleza o alguna otra clase de bien, esta calidad negativa se
hará sentir en toda la línea descendente; pero si su opuesto, el
carácter afirmativo está en el motivo original, reproducirá toda clase
56
de formas de amor, alegría, fuerza y belleza con precisión infalible.
Antes de disponernos, por lo tanto, a producir nuevas condiciones
por el ejercicio de nuestro poder-del-pensamiento deberíamos pesar
cuidadosamente a que clase de resultados ellos están dirigidos; y
aquí, nuevamente, encontraremos un amplio campo para el
entrenamiento de nuestra voluntad, aprendiendo a adquirir el auto-
control que nos capacita para posponer una inferior satisfacción
presente por un grandioso bien futuro.
57
en riqueza y cuando lo conseguimos, no es cuestión si lo alcanzamos
a través de algún canal que pensábamos que podríamos contar o a
través de algún otro de cuya existencia no sospechábamos. El
hecho es que concentramos energía de una clase para un propósito
particular que debemos fijar en nuestras mentes, y no ver a ningún
detalle especifico como esencial para el cumplimiento de nuestro
objetivo.
58
estamos mas en contacto en ese momento, y comprendiendo esto,
extraemos de él un flujo de energía vital que nos produce una
sensación de alegría de vivir que se irradia de nosotros como una
esfera de vibración que puede desviar toda sugestión injuriosa de
cualquier plano. Podemos no tener habilidad literaria, artística, ni
científica para presentar a los otros el resultado de nuestra
comunión con la Naturaleza, pero la alegría de este sentir produce
un resultado correspondiente que se manifiesta en una mirada más
feliz y en un semblante más amable de quién así comprende su
unidad con cada aspecto del todo. Él comprende que (y este es el
gran punto en esa actitud de la mente que no esta dirigida a ningún
objeto externo especifico, sino hacia él mismo) es, y siempre será el
centro de toda esta galaxia de Vida, y entonces se contempla a sí
mismo como instalado en el centro de la infinitud, no una infinitud
de espacio vació, sino pulsando con el ser viviente, reconociendo en
todo que la esencia verdadera es solo buena. Esto es el opuesto al
egoísmo auto-centrado: es el centro mismo donde recibimos del
todo y desde donde fluye hacia el todo. Aparte de este principio de
circulación no hay vida verdadera, y si contemplamos nuestra
posición central como una ventaja solo para tomar, hemos
parcializado nuestra mirada al perder la naturaleza real del
principio-de-la-Vida, que es acción y re-acción. Si tenemos vida
ingresando en nosotros, debemos nosotros ingresar en la vida--
ingresar en su espíritu, como entraríamos en el espíritu de un libro o
de un juego, para disfrutarlo.
59
espíritu de la naturaleza sin la ayuda de ninguna otra mente que
actué como interprete. Esta actitud, tiene un propósito aunque este
no se dirija a un objeto especifico: no le hemos permitido a la
voluntad disminuir su control, sino que meramente hemos alterado
su dirección; tanto para la acción como para el reposo encontramos
que nuestra fortaleza esta en el reconocimiento de la unidad del
espíritu y de nosotros mismos como una concentración individual
de él.
60
Capitulo XIII
61
muchacho Kim era desconocido, aun cuando su propia conciencia
de individualidad permanecía, exaltada y expandida en una
amplitud inconcebible; y de Tennyson sabemos por su hijo que a
veces el poeta tenía una experiencia similar. Entramos en contacto
con lo absoluto exactamente en proporción a como nos retiramos de
lo relativo: varían inversamente una de la otra.
62
importante. ¿Hay alguna razón por la cual la ley que funciona
correctamente para la mente subjetiva individual no debería
funcionar también correctamente para la Mente Universal? --y la
respuesta es que no. Como hemos mostrado la Mente Universal
debe, por su universalidad, ser puramente subjetiva, y lo que es ley
para la parte lo es también para el todo: las cualidades del fuego son
las mismas sea grande o pequeño lo que esta en combustión, y por
lo tanto podemos concluir esta conferencia considerando que
resultados obtendremos si aplicamos lo que hemos aprendido de la
mente subjetiva individual en la Mente Universal.
63
El carácter con que investiremos a la Mente Universal se vuelve, por
lo tanto, la mas importante de todas las consideraciones y como
nuestra relación con ella es puramente subjetiva, infaliblemente nos
producirá exactamente el carácter que hemos impreso en ella; en
otras palabras ella será para nosotros exactamente lo que creamos
que ella es. Esta es una simple inferencia lógica del hecho que, como
mente subjetiva, nuestra relación primaria con ella puede ser solo en
el plano subjetivo, e indirectamente nuestras relaciones objetivas
deben también tener fundamento en la misma fuente. Este es el
significado del remarcable pasaje dos veces repetido en la Biblia,
“limpio te mostraras con el limpio, y severo serás para con el
severo” (Sal. xviii, 26, y 2 S. xxii, 27), por el contexto se hace claro
que estas palabras son dirigidas al Ser Divino. El reino espiritual
esta dentro de nosotros, y así como lo comprendemos así se vuelve
para nosotros realidad. Esta es la ley invariable de la vida subjetiva
que “así como el hombre piense en su corazón así es él,” que es
como decir que, su estado subjetivo interno es la única realidad
verdadera, y lo que podemos llamar realidad externa es solo su
objetiva correspondencia. Si realizamos completamente la verdad
de que la Mente Universal es exactamente congruente con nuestra
concepción de ella, y que esta relación no es meramente imaginaria
sino que por la ley de la mente subjetiva es para nosotros un hecho
actual y fundamento de todos los otros hechos, entonces es
importantísima la concepción de la mente Universal que adoptemos.
64
alegremente, una imagen de la Mente Universal como la de un
Padre benigno, tiernamente compasivo, enviando las riquezas de la
naturaleza tanto al bueno como al malo; pero Él también pinto Eso
para ayudar especialmente a esos que reconocen Su voluntad para
hacer- “los cabellos de tu cabeza son todos contados,” y “tu eres mas
valioso que muchos gorriones.” Si la oración que se dirige al Ser no
visible, es dicha sin duda y sin miedo, con la absoluta seguridad de
una respuesta cierta, entonces ningún limite sea puesto a su poder o
voluntad para trabajar para nosotros. Pero para aquellos que no la
comprenden, la Gran Mente es necesariamente el adversario que los
envía a prisión hasta que ellos paguen completamente lo pasado; y
de este modo en todos los casos el Maestro imprime en sus oyentes
la exacta correspondencia entre la actitud de este Poder invisible
hacia ellos con su propia actitud hacia Este. Esta enseñanza no es un
limitado antropomorfismo sino la adaptación a la capacidad
intelectual de la multitud iletrada de las muy profundas verdades
de lo que llamamos ahora Ciencia Mental. Y la base de todo esto es
la personalidad críptica del espíritu oculto a lo largo de lo infinito de
la Naturaleza bajo cada forma de manifestación.
Como pura Vida e Inteligencia ella no puede ser otra cosa que bien,
no puede cobijar intención de mal, y en consecuencia todo mal
intencional nos pone en oposición a ella, y nos priva de la conciencia
de su guía y fortaleza y de esta manera nos deja intentar nuestro
propio camino y pelear nuestra propia batalla solos contra el
universo, que dada la desigualdad nos probara seguramente que es
demasiado grande para nosotros. Pero recuerda que la oposición no
puede ser parte de la Mente Universal, que en si misma es mente
sub-conciente; y suponer alguna oposición activa tomada por su
propia iniciativa es contraria a todo lo que aprendimos de la
naturaleza de la mente sub-conciente tanto en lo individual como
en lo universal; la posición de la Mente Universal hacia nosotros es
siempre el reflejo de nuestra propia actitud. Por consiguiente
aunque la Biblia este llena de amenazas contra aquel que insiste en
la oposición consciente a la Divina Ley del Bien, esta por otro lado
también llena de promesas de inmediato y completo perdón a todo
aquel que cambie su actitud y desee co-operar con la Ley del Bien tal
como él la conozca. La ley de la Naturaleza no actúa por venganza;
y a través de todas las formulaciones teológicas e interpretaciones
tradicionales comprendemos que estamos tratando con la suprema
65
ley de nuestro propio ser; y esta está en la base de la ley natural que
encontramos en las declaraciones de Ezequiel xviii 22, la cual dice
que si abandonamos nuestros maneras erróneas nuestras
transgresiones pasadas nunca mas nos serán mencionadas.
Tratamos con el gran principio de nuestro ser subjetivo, y nuestro
mal uso de él en el pasado nunca puede hacer cambiar su inherente
ley de acción. Si nuestra manera de utilizarla en el pasado nos trajo
dolor, miedo y problemas, sólo tenemos que recurrir a la ley que si
nosotros invertimos la causa, los efectos también se invertirán; y lo
que tenemos que hacer es simplemente invertir nuestra actitud
mental y entonces intentar actuar con la nueva. Es esencial el sincero
intento de actuar nuestra nueva actitud mental, para no pensar
realmente en un sentido y actuar en otro; pero nuestros fracasos
repetidos para actuar totalmente como nosotros deseábamos no
debe desalentarnos. Lo esencial es la intención sincera, y esto nos
soltará a tiempo de la esclavitud de los hábitos que en la actualidad
parecen casi insuperables.
66
esto queremos algo aun mas grande y mas perdurable, como la
construcción del carácter y el despliegue de nuestros poderes tal que
podamos expandir plenamente en nosotros la Vida y la Alegría, aun
la misma regla funcionará correctamente: comunicar a la Mente
Universal el deseo, y por la ley de relación entre la mente subjetiva y
objetiva esto también será cumplido. Y entonces toda esta reflexión
nos lleva de vuelta a la vieja afirmación de la Ley:--pedid y se os
dará, buscad y encontrareis, golpead y se os abrirá. Esta es la
máxima formulación de la ley natural de la relación entre nosotros y
la Mente Divina. No es vano alarde que la Ciencia Mental pueda
capacitarnos para hacer la vida que deseamos. Debemos comenzar
desde donde estamos ahora, y por una debida estimación de nuestra
relación con la Divina Mente Universal podemos gradualmente
crecer en cualquier condición que deseemos, con tal de que primero
nos hagamos familiares con la actitud mental que corresponden a
esas condiciones: porque nosotros nunca podremos superar la ley de
correspondencia, y la externalización siempre será acorde con el
principio interno que le da lugar a ella. Y para esta ley no hay límite.
Lo que ella puede hacer para nosotros hoy, mañana, y a través de
toda la sucesión de mañanas se pierde en el lejano horizonte de la
eternidad. Creer en la limitación es la única cosa que causa
limitación, porque imprimimos limitación en el principio creativo; y
en proporción a como ponemos esas creencias a un lado, nuestros
bordes se expandirán, se incrementara la vida y mas abundantes
bendiciones serán nuestras.
67
lo tanto cultivar ese tono que deseamos ver reproducido en nuestras
condiciones tanto de mente, cuerpo, o circunstancia.
Como dijo Walt Whitman: -- “tu eres mas que lo que está entre tu
sombrero y tus botas.”
68
Capitulo XIV
El Cuerpo
69
con el hace casi un año, me dijo que iba a escribir otro libro el cual
echaría mas luz sobre el tema, pero unos meses después murió antes
de presentar su trabajo. El hecho, sin embargo, que desearía ofrecer
al lector, es la demostración de la conexión entre la mente y la
materia, que un experimento con el biometro produce.
Debo confesar que, aunque he leído el libro del Dr. Baraduc, “Les
Vibrations Humaines” me aproxime al instrumento con una actitud
escéptica; pero fui prontamente convencido de mi error. Primero,
tome una actitud mental de entera relajación, encontré que la aguja
del lado izquierdo fue atraída unos veinte grados, mientras que la
aguja del lado derecho, la afectada por la corriente que salía, fue
repelida unos diez grados. Después de permitirle al instrumento
retornar a su equilibrio normal me aproxime nuevamente con el
propósito de ver si un cambio de actitud mental podría modificar el
flujo de la corriente. Esta vez asumí una actitud mental mas fuerte
así podría con la intención sacar el flujo a través de la mano derecha,
y el resultado comparado con la anterior fue remarcable. La aguja
izquierda fue atraída diez grados, y la derecha fue rechazada más de
treinta, claramente indicando la influencia de las facultades
mentales en la modificación de la acción de la corriente. Puedo
mencionar que el experimento fue hecho con la presencia de dos
médicos que notaron el movimiento de las agujas.
70
No me detendré aquí en la discusión de la cuestión de cual pueda
ser la constitución de esta corriente de energía vital; es suficiente
para nuestro propósito que el experimento que he descrito nos
ponga cara a cara con el hecho de una correspondencia entre
nuestra actitud mental y las fuerzas invisibles de la naturaleza.
Tanto si decimos que esta corriente es alguna forma de electricidad,
y que la variación de su acción esta determinada por los cambios en
la polarización de los átomos del cuerpo, entonces este cambio de
polaridad es el resultado de la acción mental; entonces la aceleración
o el enlentecimiento de la corriente cósmica es igualmente el
resultado de la actitud mental tanto si suponemos que nuestra
fuerza mental actúa directamente en la corriente misma o
indirectamente al inducir cambios en la estructura molecular del
cuerpo. Cualquiera sea la hipótesis que adoptemos la conclusión es
la misma, que la mente tiene el poder de abrir o cerrar la puerta a las
fuerzas invisibles de tal manera que el resultado de la acción mental
se vuelve manifiesta en el plano material.
71
Pero la interacción de la mente conciente con la subconsciente
requiere una interacción similar entre los correspondientes sistemas,
y una conexión que es provista por los nervios. La red de estos hace
al hombre físicamente una unidad singular.
Debe tenerse presente que estoy hablando del ego mental en ese
modo de su existencia con el que estamos familiarizados, aunque
puede haber mucho para decir acerca de otros modos de su
actividad. Pero para nuestra vida cotidiana alcanza con considerar
como un ítem importante la correspondencia fisiológica del cuerpo
72
con la acción de la mente; y por lo tanto, aunque siempre
recordamos que el origen de las ideas es puramente mental, no
debemos olvidar que en el plano físico cada acción mental implica
una acción molecular correspondiente en el cerebro y en el resto del
sistema nervioso.
Si, como dice el viejo poeta, “el alma es forma, que hace al cuerpo”
entonces es claro que el organismo físico debe tener un arreglo
mecánico especialmente adaptado para el uso del poder del alma
como una maquina a vapor lo esta para el poder del vapor; y el
reconocimiento de esta reciprocidad entre las dos es la base de toda
curación espiritual o mental, y por lo tanto el estudio de esta
adaptación mecánica es una rama importante de la Ciencia Mental.
Solo debemos no olvidar que es el efecto y no la causa.
Pero por otro lado este proceso de reacción puede ser usado para
afirmar un modo de pensamiento bueno y dador de vida, de manera
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tal que por el conocimiento de esta ley podamos hacer participar al
cuerpo físico en la construcción de una perfecta personalidad
integral, que es la meta de nuestros estudios.
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Capitulo XV
El alma
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La intuición trabaja mas rápidamente en aquellos temas que mas
habitualmente se ocupa nuestro pensamiento; y acorde con la
correspondencia fisiológica, encontramos la formación de canales–
cerebrales especialmente adaptados por la inducción en el sistema
molecular de vibraciones correspondiente a la clase particular de
ideas en cuestión. Pero por supuesto debemos recordar que las ideas
no son causadas por los cambios moleculares, sino por el contrario
son la causa de ellos: y es en esta traslación de la acción del
pensamiento a la acción física que nos encontramos cara a cara con
el eterno misterio del descenso del espíritu en la materia; y a este
pensamiento lo podemos rastrear a través de sucesivos grados de
refinamiento hasta que se vuelve en comparación con estos densos
modos que nos son familiar, una sustancia espiritual, pero que aun
no es el principio del pensamiento inteligente mismo. La clave esta
en la palabra vibración. El movimiento de la sustancia comienza
por la vibración de sus partículas, y una vibración es una onda de
cierta medida, amplitud y periodicidad, que es como decir, algo que
puede existir solo en términos de espacio y tiempo; y en cuanto
tratamos con algo capaz de ser medido tenemos la certeza de que no
tratamos con el Espíritu sino solo con uno de sus vehículos. Por
consiguiente por lejos que podamos llevar nuestro análisis de la
cuestión -y ya hemos ganado una gran cantidad de conocimiento-
encontraremos que el punto en el cual el poder espiritual o
pensamiento-fuerza se traduce en vibración etérica o atómica
siempre nos eludirá.
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método, pero podemos bien confiar en la mente para regular la
acción de sus canales físicos de una manera apropiada a sus propios
requerimientos, en vez de querer manipular la mente por el forcejeo
antinatural de su instrumento mecánico. En todos nuestros estudios
debemos recordar que el desarrollo es siempre por el perfecto
crecimiento natural y no se provoca esforzando alguna porción del
sistema.
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algún otro volumen de esta serie justificar esta afirmación. Aludo a
estos tres registros aquí porque la unidad del principio que ellos
exhiben, no obstante su amplia divergencia de método, produce una
prueba concreta que la dirección tomada por la intuición es
principalmente determinada por la voluntad del individuo que abre
la mente en esa dirección particular.
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y retornando a través del sistema simpático, el canal físico de la
mente subjetiva, completando de este modo el circuito y siendo
entonces restituido a la zona frontal del cerebro, donde es
concientemente modelado en formas bien definidas ajustadas a un
propósito específico.
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Capitulo XVI
El espíritu
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Estas consideraciones nos muestran que la naturaleza inherente del
Espíritu debe consistir en la eterna interacción del Amor y la Belleza
como la polaridad Activa y Pasiva del Ser. Entonces este es el Poder
para el cual nuestras facultades del alma están especialmente
adaptadas. Y cuando esto es reconocido comenzamos a tener algún
insight en la manera en que nuestra intuición, imaginación, y
voluntad debería ser ejercitada. Entrenando nuestros pensamientos
para que habitualmente moren en esta unidad-dual de las Fuerzas
Originantes del Amor y la Belleza, permitirá a la intuición volverse
mas sensible a las ideas emanadas de esta fuente suprema, y la
facultad de la imaginación se entrenara en la formación de imágenes
correspondientes a dichas ideas; aun en el lado físico la estructura
molecular del cerebro y el cuerpo se volverá mas perfectamente
ajustada a la generación de corrientes vibratorias tendientes a la
manifestación exterior del Principio Originante. De esta manera la
totalidad del hombre se pone al unísono con sí mismo y con la
Fuente Suprema de Vida, esto es, en las palabras de San Pablo, él es
renovado día a día ante la imagen de Él que lo ha creado.
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Estamos aun en el comienzo del camino el cual apunta a la
realización de esta unidad en el pleno desarrollo de todos sus
poderes, pero otros han pisado el camino antes que nosotros, de
cuyas experiencias podemos aprender; y no menor entre éstos fue el
ilustre fundador de la Fraternidad Cristiana de los Rosacruces. Este
maestro, partió en su juventud con la intención de ir a Jerusalén,
pero cambio su viaje y primero estuvo por tres años en la simbólica
ciudad de Damcar, en la mística tierra de Arabia, luego casi un año
en la tierra mística de Egipto, y luego por dos años en la tierra
mística de Fez. Después de estos seis años de aprendizaje, retorno a
su tierra nativa, Alemania; donde, con la base del conocimiento
ganado, fundo la Fraternidad R. C. para cuya instrucción el escribió
los libros místicos M. y T. Entonces, cuando el comprendió que su
trabajo en su presente estadío fue cumplido, en su propio libre
albedrío dejo a un lado su cuerpo físico; no, esto esta documentado,
por vejez, o por enfermedad, o muerte ordinaria, sino por la expresa
dirección del Espíritu de la Vida, resumiendo todo su conocimiento
en las palabras, “Jesus mihi omnia”.
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