Ius Puniendi 2
Ius Puniendi 2
Ius Puniendi 2
2 Principios fundamentales del derecho penal 1.3 Caracteres del derecho penal. Captulo II. Derecho Penal Objetivo. 2.1 Teora de la Norma Penal 2.1.1 Teora monista de las normas 2.1.2 Teora dualista de las normas 2.1.3 Teora Pura del Derecho 2.2 Teora de la pena. 2.2.1 Teoras absolutas 2.2.2 Teoras relativas a. Teora preventiva general b. Teora preventiva especial 2.2.3 Teoras mixtas Captulo III. Derecho Penal Subjetivo. 3.1 Potestad punitiva del Estado 3.2 Lmites a la potestad punitiva del Estado 3.2.1 Lmites Formales a. Principio de legalidad penal b. Principio de debido juicio legal o principio de jurisdiccionalidad c. Principio de Ejecucin de la Pena 3.2.2.1 Principio de necesidad de la intervencin a. Principio de extrema ratio o intervencin mnima 2. Lmites Materiales b. Principio de fragmentariedad c. Principio de proporcionalidad 3.2.2.2 Principio de proteccin de bienes jurdicos 3.2.2.3 Principio de dignidad de la persona Conclusiones Bibliografa
Cuando no existen leyes, el que manda no es ms que un tirano, y los que obedecen no son otra cosa que esclavos. El rbol de las leyes ha de poderse continuamente.
Anatole France.
Introduccin. El control social posee una enorme amplitud que puede ser difusa (medios masivos, familias, rumores, prejuicio, modas) o institucionalizado (escuela, universidad, polica, tribunales). Dentro el control social institucionalizado hay una forma punitiva que no se reduce a lo formalmente punitivo (sistema penal), sino que abarca cualquier otro control social cuando en la prctica, pese al discurso no punitivo, opera punitivamente. En psiquiatra: entre instrumentos elctricos de tortura y electrochoques no suele haber mucha diferencia. Son muchas las posibles formas de control social punitivo con discurso no punitivo, cabe tener presente que siempre el control social opera por medio de institucionalizacin de personas (manicomios, asilos, orfanatos). El sistema penal es la parte del control social que resulta institucionalizado en forma punitiva y con discurso punitivo. Dentro del sistema penal el derecho penal ocupa slo un lugar limitado. Para evitar los engaos omnipotentes, que llevan a la produccin de efectos paradojales por va de ficciones, es indispensable tener presente en todo momento estos lmites y este panorama.
Captulo III. Derecho Penal Subjetivo. Samuel Pufendorf fue de los primeros en explicar claramente la idea de los derechos subjetivos distinguindolos del Derecho objetivo como sistema de leyes, siendo aqullos la facultad de hacer alguna cosa, concedida o permitida por las leyes. En este sentido, Karl Binding estableci el concepto de derecho penal subjetivo del Estado como la facultad o derecho de castigar; aunque algunos autores como Vincenzo Manzini, negaran la existencia del derecho penal en sentido subjetivo, arguyendo que ste no es ms que un atributo de la soberana de los Estados. El derecho penal -seala Mir Puig- suele entenderse en dos sentidos distintos: objetivo y subjetivo. En sentido subjetivo apunta a la facultad de imponer penas -al derecho a castigar- que corresponde a un determinado sujeto, en la actualidad, al Estado. En sentido objetivo significa, en cuanto establecen penas y medidas de seguridad, el conjunto de normas que regulan dicha facultad punitiva.[5] Por su parte, Lpez Betancourt dice que el Derecho Penal subjetivo o ius puniendi significa el derecho o facultad del Estado para castigar. El ius puniendi slo es potestativo del Estado, pues es el nico con facultades para conocer y decidir sobre la
existencia de un delito y la aplicacin de una pena.[6] 3.1 Potestad punitiva del Estado Histricamente el Estado ha monopolizado el poder de castigar. Slo el ius puniendi estatal puede operar como poderosa instancia pblica capaz de resolver el conflicto criminal de forma pacfica e institucional, racional y previsible, formalizada, eficaz e igualitaria con escrupuloso respeto de las garantas individuales. Slo el ius puniendi estatal se halla en condiciones de asegurar la justa tutela de los bienes jurdicos fundamentales, monopolizando la violencia privada y la autodefensa. Polticamente el debate sobre el ius puniendi nos lleva a los planteamientos ideolgicos y los sucesivos modelos de Estado: absoluto, liberal e intervencionista. Del Estado Absoluto se preguntaban qu ttulo poda tener este para privar de sus derechos al ciudadano, como se justificaba la intervencin penal, el castigo. El Estado liberal, el depositario, administrador y custodio de las libertades pblicas, se pasaba al Estado social, el que interviene activamente como gestor de los procesos sociales. As es como el ius puniendi pasa a convertirse en un poderoso instrumento de Poltica criminal en aras de la prevencin del delito. As las medidas de seguridad, junto con la pena, son fieles exponentes del cambio. Los postulados del Estado social con la direccin de la Poltica Criminal fueron encarnados por Franz von Liszt. Segn este el Estado Intervencionista pretendera reaccionar frente a la ineficacia del Derecho penal clsico y liberal. Sin embargo, despus de la Segunda Guerra Mundial se pudo comprobar como un Estado intervencionista puede representar peligros importantes para las garantas individuales. Ha quedado claro que es necesario someter a lmites al ius puniendi. Como dice Mir Puig, el Estado Social y Democrtico debe ser un complemento al Estado Clsico y Liberal y no una alternativa. El ius puniendi deber respetar siempre los lmites propios de una concepcin garantista del Estado. Jurdicamente se suelen distinguir dos manifestaciones de ius puniendi: el derecho del Estado a establecer normas penales y el derecho del Estado a exigir el cumplimiento de ellas. El primer momento del ius puniendi entronca con el poder legislativo en la que se integran la potestad de dictar normas penales: el poder poltico penal, segn Rocco. Segn Mayer el problema es constitucional y no poltico. En cuanto al segundo momento, el derecho del estado a exigir el cumplimiento de la norma penal viene impuesto por la ley: de la violacin de esta surge el derecho del Estado a aplicar y ejecutar la pena. La naturaleza del ius puniendi pretende buscar una fundamentacin a sus lmites. Binding parte de la distincin norma- ley. La misin principal de toda norma es la de
establecer la obediencia, existiendo un derecho a exigir su cumplimiento, por lo tanto, la conducta contraria a la norma es un delito que merece un castigo. Con la ley penal surge un nuevo derecho subjetivo a la pena, por lo que la lesin del derecho de obediencia es la fuente del derecho penal subjetivo. La doctrina dominante opta por una denominacin tradicional del ius puniendi como derecho subjetivo, con intervencin punitiva del Estado. En cambio, algunos autores cuestionan tal naturaleza y prefieren hablar de un poder de castigar. El concepto de Derecho Penal subjetivo est sometido a objeciones. As, Ferri advierte que el delito no puede equipararse a un negocio jurdico, pues delito y delincuente no se hallan en plano de igualdad, pues el primero dicta la ley en cumplimiento de su poder de defensa social, en cambio el autor ve el poder punitivo como una potestad soberana. Dentro de la naturaleza del ius puniendi, hay que distinguir tres momentos en la vida de la norma: 1. Antes de emanar la norma jurdica. En este momento no se puede hablar con rigor de ius puniendi, de un derecho subjetivo de castigar. 2. Una vez dictada la norma jurdica. Surge el deber de obediencia del ciudadano, y el derecho subjetivo del estado para exigir esa obediencia. 3. Cuando se infringe la norma jurdica, nace el derecho subjetivo del Estado a castigar, derivado de la violacin de la norma por el infractor. En derecho penal es el Estado el que tiene el control social, pero esto no impide que en la actualidad se produzca la privatizacin del sistema penal. La titularidad del ius puniendi pertenece al Estado en rgimen de monopolio como expresin de su soberana, esto parece fuera de toda discusin. Pero en determinados presupuestos legalmente determinados se admite la participacin comunitaria en materias que no implican directamente el ejercicio del ius puniendi. Es por ejemplo el caso de los programas de restitucin a cargo del infractor en inters de la vctima del delito mediante prestaciones que lleva a cabo el primero. En la actualidad, solo una intervencin pblica garantiza la mxima eficacia preventiva, y por tanto las formulas privativas no solo ponen en peligro las garantas irrenunciables de los ciudadanos, sino la propia capacidad preventiva del sistema. Ni la sancin administrativa, ni la reparacin civil, ni cualquier otro sustituto privativo cumple la funcin que asume la pena. 3.2 Lmites a la potestad punitiva del Estado Los lmites al ius puniendi preocupan porque el Estado social de nuestro tiempo tiene declarada una vocacin intervencionista, y sobre todo porque la intervencin penal es siempre una intervencin traumtica, dolorosa y restrictiva con grandes costos sociales y por eso durante mucho tiempo preocup legitimar la intervencin penal y
adems someterla a lmites efectivos. Pero si tenemos en cuenta que el nico titular del ius puniendi es el Estado, hay que someterlo al Ordenamiento Jurdico, (nullum crimen, sine lege), y a los Jueces y Tribunales que aplican las leyes y las penas (nulla poena, sine legale iuditio). Pero no slo a estos, incluso a lmites tanto formales como materiales o lmites polticocriminales. 3.2.1 Lmites Formales a. Principio de legalidad penal El principio de legalidad es el principal lmite impuesto por las exigencias del Estado de Derecho al ejercicio de la potestad punitiva e incluye una serie de garantas para los ciudadanos. De esta forma, el contenido esencial del principio de legalidad en materia penal radica en que no puede sancionarse ninguna conducta ni imponerse pena alguna que no se encuentre establecida en la ley, lo que coincide por tanto con el denominado principio de legalidad de los delitos y las penas que se expresa mediante el aforismo nullum crimen, nulla poena, sine lege. Este principio se puede decir que nace con el Estado liberal. Nos encontramos as con un principio asumido por la comunidad internacional; as este principio se encuentra proclamado en la Declaracin Universal de los Derechos Humanos de 10 de diciembre de 1948, en el Convenio Europeo para la Proteccin de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales de 4 de noviembre 1950 y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos de Nueva York de 19 de diciembre de 1966. Sin embargo, la mera existencia de una ley no garantiza el cumplimiento del principio, esto se desprende de la idea de su convivencia con estados totalitaristas junto con la sucesiva violacin de los derechos individuales. Por tanto, para evitar esto la Ley debe reunir una serie de requisitos que son bsicamente: Escrita: el Derecho penal es exclusivamente positivo, es decir excluye tanto la costumbre como los principios generales para establecer las penas y delitos, pretendiendo reservar esa potestad al poder legislativo, pero adems, la Constitucin impone que las leyes que desarrollen derechos fundamentales revistan la forma de Ley Orgnica o Reglamentaria. La Doctrina adems entiende que todas las leyes penales, por el hecho de serlo, deben revestir la forma de ley orgnica. Previa: la Ley debe ser previa a los hechos que se pretenden sancionar, debe haber sido promulgada con anterioridad a la comisin de los hechos, por ello la ley penal es irretroactible y no se puede aplicar con anterioridad a su entrada en vigor. Estricta: Para que la Ley cumpla con la funcin de establecer cules son las conductas punibles debe hacerlo de forma clara y concreta. La vaguedad de las definiciones penales disminuye la seguridad jurdica. La exigencia de clara determinacin de las conductas punibles se expresa en el denominado principio de taxatividad o mandato de certeza como exigencia de los principios de legalidad y seguridad jurdica. Existen
distintos grados de taxatividad: por un lado, el legislador puede acudir en ocasiones a conceptos que necesiten de la concrecin jurisdiccional pero cuyo significado genrico se desprende de la propia ley. Pero por otro lado estn los llamados tipos abiertos que establece el legislador en los que las fronteras de la conducta punible son difusas con el consiguiente perjuicio de la seguridad jurdica. El principio de legalidad contiene 3 tipos de garantas. Encontramos en primer lugar la denominada garanta criminal y garanta penal. Estas garantas actan en el momento de la definicin legal de los delitos y las penas y en el de la decisin sobre la responsabilidad penal y la pena aplicable. An as, a estas garantas se han aadido dos ms, la garanta procesal y jurisdiccional, en la que el principio de legalidad exige que la decisin sobre la responsabilidad penal y sobre la pena aplicable se lleve a cabo mediante un proceso legalmente establecido; y por ltimo la garanta de ejecucin o principio de legalidad de la ejecucin que exige que la pena impuesta se ejecute con arreglo a las disposiciones vigentes. Todo esto implica el pleno sometimiento a la ley, con sus lmites, y por otro lado que los ciudadanos conozcan las consecuencias de sus actos con absoluta seguridad de que si la ley no las establece nunca podrn afectarles. b. Principio de debido juicio legal o principio de jurisdiccionalidad Un segundo principio fundamental que se plantea como lmite formal a la ley penal aparece configurado como garanta de jurisdiccionalidad o de debido juicio, implicando bsicamente al derecho procesal penal que seala el marco juridico al que se debe sujetar el procedimiento penal como lmite de la potestad punitivca del Estado. Este lmite se recoge en el principio nulla poena sine iuditio, que significa que no hay pena sin el debido proceso legal. En un sentido amplio, abarca a todas aquellas disposiciones legales que obligan a que la imposicin de la pena a una persona por el delito cometido, sea consecuencia de de un cierto procedimiento que permita verificar y constatar que el hecho de que se trate sea atribuible a un cierto tipo pena que prevenga una pena y que se acredite la responsabilidad del autor, aspecto del cual deriva la posibilidad de declarar el juicio de culpabilidad en su contra. Este procedimiento de verificacin requiere formalidades esenciales que se previenen como garanta constitucional (garanta de audiencia, garanta de defensa) y que las mismas sean actuadas por funcionarios judiciales que estn legitimados en el ejercicio de su funcin, que tengan jurisdiccin y que sean competentes para conocer de los casos y, sobre tales bases, cumplir su funcin dentro del cauce estricto, previsto en los procedimientos sealados en la ley dentro de los trminos y plazos legalmente sealados, so pena de incurrir en responsabilidad oficial o incluso en responsabilidad penal. A su vez el alcance del principio del debido proceso en relacin con la funcin jurisdiccional, est regido por la necesidad que tiene el juzgador de fundar y motivar sus resoluciones, lo que significa su obligacin de invocar las disposiciones legales que fundamentan su fallo y describir tambin la motivacin del mismo, haciendo referencia a los hechos valorados a la luz de los elementos de prueba aportados para
acreditarlos y su atribuibilidad al tipo delictivo de que se trate, acreditando la responsabilidad de la persona, fundamentando y razonando la individualizacin de la pena, que evite la arbitrariedad judicial. c. Principio de Ejecucin de la Pena Este principio establece los lmites formales dentro de las que ha de ser impuesta la pena por el juzgador y ejecutada por la autoridad competente. La legislacin penal mexicana establece estos lmites a partir de las garantas constitucionales previstas en los artculos 18 y 22 y, en relacin con estos, en las disposiciones recogidas sobre todo en la ley de normas mnimas de readaptacin social de sentenciados en relacin con las leyes de ejecucin de sanciones existentes en las entidades de la repblica mexicana y el Distrito Federal y en los reglamentos penitenciarios existentes. El artculo 22 de la Constitucin afirma el principio que prohbe las leyes inhumanas, crueles, infamantes o corporales, as como las trascendentes o contrarias al principio de personalidad. A su vez el artculo 18 constitucional afirma el principio de la readaptacin social de la pena como base de su imposicin, apoyado en el principio de prevencin especial y, que, en la ley constitucional mexicana, se postula que debe ser alcanzada por medio del trabajo y la educacin. As mismo se establecen las bases del funcionamiento del sistema penitenciario en el pas, en el cual debern ser respetados los principios de la separacin entre hombres y mujeres, entre sentenciados y procesados, en el entendimiento que estos ltimos estn sujetos a una prisin preventiva que no implica an su culpabilidad, y entre menores y adultos, en la inteligencia de que los primeros estn sujetos a una ley especial que no es un Cdigo Penal. En este precepto se fijan tambin las bases para el establecimiento de acuerdos entre la Federacin y los Estados para el cumplimiento de las penas, as como tambin en el campo de las relaciones internacionales. 3. Lmites Materiales 3.2.2.1 Principio de necesidad de la intervencin
El principio de la necesidad de la intervencin se perfila bsicamente por va de los principio de la extrema ratio o intervencin mnima, de la fragmentaridad y de la proporcionalidad.
a. Principio de extrema ratio o intervencin mnima El poder punitivo del Estado est limitado por la intervencin mnima. Esto quiere decir que el Derecho Penal solo debe intervenir en los ataques muy graves a los bienes jurdicos ms importantes, por ello, se habla del carcter subsidiario del Derecho Penal lo que ha originado grandes polmicas. A juicio de Muoz Conde, la subsidiariedad del derecho penal es solo una consecuencia del principio de intervencin mnima.
Al Derecho penal, le corresponde la proteccin de los bienes jurdicos, pero no ser necesaria su intervencin en la sociedad cuando dicha proteccin se pueda conseguir por otros medios menos lesivos para los derechos individuales. Se trata de una exigencia del principio de mxima utilidad posible para las vctimas que debe combinarse con el mnimo sufrimiento necesario para los delincuentes. Aqu es donde entra en juego el principio de subsidiariedad que establece que, el Derecho Penal ha de ser la ltima ratio, e integrarse dentro del principio de intervencin mnima. Para protegerse los intereses sociales del Estado se han de agotar los medios menos lesivos antes de acudir al Derecho Penal. b. Principio de fragmentariedad Un segundo principio que limita la intervencin penal es el carcter fragmentario del Derecho Penal, que significa que el Derecho Penal no ha de sancionar todas las conductas lesivas de bienes jurdicos a los que protege, solamente ante los ataques ms graves. El Derecho Penal en un Estado social como es el nuestro ha de proteger los intereses sociales, los denominados bienes jurdicos. Por ello, al Derecho penal le corresponde la labor de castigar con las sanciones ms graves los ataques ms intolerables a los bienes jurdicos ms importantes. Pero que el Derecho Penal deba proteger los bienes jurdicos, no significa que todo bien jurdico haya de ser protegido penalmente, ni que todo ataque a los bienes jurdicos penalmente tutelados deba determinar la intervencin del Derecho Penal. El Derecho Penal no es el nico instrumento sancionatorio, sino que todas las ramas del Derecho poseen sus propias sanciones, que se aplicaran en caso de incumplimiento de sus normas. Algunas de sanciones penales pueden coexistir con las penales, siempre y cuando las sanciones no penales tengan una funcin y un fin distinto al de las penales. La cuestin se complica cuando la sancin penal y la extrapenal no solo coinciden en un mismo hecho, sino que cumplen funciones muy parecidas, pues de toda la gama de sanciones la nica especfica del Derecho Penal es la privacin de libertad. Hay delitos cuya creacin es nica por parte del derecho penal como son los delitos contra la vida o la libertad sexual. Pero existen otros delitos en los que su relacin con otras ramas del derecho es tan estrecha que mal se pueden precisar su s presupuesto sin acudir a dichas ramas, como es el caso de los delitos contra el patrimonio. Actualmente, hay una tendencia a ampliar el mbito de intervencin del derecho penal a la proteccin de bienes jurdicos universales, de ello podemos encontrar muchas muestras en el actual Cdigo Penal. Originariamente, el concepto de bien jurdico era concebido como un lmite al poder punitivo del Estado, pero ahora se ha convertido en una ampliacin del Derecho Penal a la prevencin de riesgos. Esta tendencia a la expansin del Derecho Penal ha dado lugar a una polmica entre los que consideran que con ello se infringe el principio de intervencin mnima, frente a aquellos que consideran que el Derecho Penal debe resolver los problemas de la
sociedad moderna. c. Principio de proporcionalidad El principio de proporcionalidad, es una idea de justicia que quiere decir que a cada uno ha de drsele lo suyo segn sus merecimientos, y que los desiguales deben ser tratados desigualmente. Este principio quiere decir que las penas deben de ser proporcionales a la entidad del delito cometido, o que estos no pueden ser reprimidos con penas ms graves que el dao causado por el delito. La doctrina empleaba originariamente este principio de proporcionalidad como lmite a las medidas de seguridad. Sin embargo la idea de proporcionalidad no solo es necesaria para limitar las medidas, sino tambin para graduar las penas. As, se establecen dos criterios en el principio de proporcionalidad de las penas. El primer criterio que ha de usarse para determinar la gravedad de la pena, es que, debe imponerse segn la importancia del bien jurdico afectado. Por eso los delitos contra la vida sern los que se castiguen ms severamente. En segundo lugar, la gravedad de la pena depende tambin de la forma de ataque al bien jurdico. As por ejemplo, un ataque doloso a la vida es mucho ms severamente castigado (asesinato) que uno o varios ataques imprudentes al mismo bien jurdico (diez homicidios por imprudencia como consecuencia de un accidente). 3.2.2.2 Principio de proteccin de bienes jurdicos El derecho penal existe para la salvaguarda de los bienes jurdicos de los miembros de la comunidad, en relacin con los objetivos de seguridad jurdica para la convivencia. De aqu la necesidad de tener a la proteccin y salvaguarda de bienes jurdicos como lmite material fundamental de la potestad punitiva del Estado. No pueden existir comportamientos previstos en la ley penal como delitos, si los mismos no implican la lesin o puesta en peligro a un bien jurdico tutelado. Por lo mismo, no puede ser impuesta una pena a una conducta, si la misma no ha supuesto la afectacin a un bien jurdico tutelado o su puesta en peligro. La pena slo se explica y justifica en la medida en que la persona a quien se aplica haya sido responsable y declarado culpable, a ttulo de autor o partcipe, en la afectacin de bienes jurdicos de terceros, en relacin a conductas sealadas en la ley penal como delitos. El alcance del principio de lesividad de los bienes jurdicos conlleva la necesidad de reconocer al bien jurdico como el concepto medular del derecho penal al constituir el contenido de su proteccin. 3.2.2.3 Principio de dignidad de la persona Alcanza su desarrollo a partir del pensamiento iluminista, que introdujo a la ley penal el
reconocimiento a la dignidad de la persona, entendida como valor absoluto, fundado sobre todo en ideas del iusnaturalismo y del racionalismo. Se manifiesta una revaloracin de la condicin de la persona, siguiendo el impacto del positivismo. Delimita tanto al principio de necesidad de la intervencin penal como al de la proteccin de los bienes jurdicos tutelados.
Conclusiones El derecho penal puede ser entendido en sentido objetivo y en sentido subjetivo; en el primer sentido, se hace referencia al conjunto de normas que integran la legislacin objetivamente considerada o ius poenale y que aparecen conformando las respectivas leyes penales; son las normas y reglas jurdicas que previenen los delitos, establecen las bases para individualizar las penas a los responsables y fijan las penas y medidas de seguridad. Se entiende por derecho penal subjetivo la referencia a la ley penal desde la perspectiva del rgano donde emana, se hace alusin as al ius puniendi del Estado o potestad punitiva del mismo. Tanto el Derecho Penal Subjetivo, como el Derecho Penal Objetivo son fundamentales, ya que uno autoriza y entrega al Estado el derecho a castigar, a sancionar y el otro regula, ordena esa facultad punitiva mediante el establecimiento de penas y medidas de seguridad. Existen dos mbitos fundamentales dentro del derecho penal objetivo: el precepto (la norma) y la sancin y la pena. En relacin con el concepto de la norma dos han sido principalmente las expresiones con las que con mayor frecuencia se ha utilizado. Lato sensu se entiende como toda regla de comportamiento, obligatoria o no; stricto sensu se entiende como regla de comportamiento que impone deberes o confiere obligaciones. El supuesto filosfico que contiene, radica en la libertad para determinar sus actos, en manera tal que el
imperativo de acatada se contiene en el "deber ser" que implica la misma. Las teoras sobre la funcin de la pena pretenden determinar la funcin que la sancin penal o pena tiene asignada y que, a su vez, permite establecer cul es la funcin que posee el Derecho penal en general. El Derecho Penal subjetivo o ius puniendi significa el derecho o facultad del Estado para castigar. A su vez, deben establecerse de manera clara la Potestad Punitiva del Estado y los Lmites a dicha potestad (formales y materiales).
Bibliografa Beccaria, Cesare. Tratado de los Delitos y las Penas. Editorial Porra. 18 edicin. Mxico. 2011. Kelsen, Hans. Teora Pura del Derecho. Editorial Porra. 2 edicin. Mxico. 1993. Lpez Betancourt, Eduardo. Introduccin al Derecho Penal. Editorial Porra. 16 edicin. Mxico. 2011. Lpez Betancourt, Eduardo. Teora del Delito y de la Ley Penal. Editorial Porra. 2 edicin. Mxico. 2011.
Malo Camacho, Gustavo. Derecho Penal Mexicano. Editorial Porra. 7 edicin. Mxico. 2010. Mir Puig, Santiago, Derecho Penal. Editorial Promociones Publicaciones Universitarias. 2 edicin. Barcelona. 1985.
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