Último Discurso de Jaime Roldós Aguilera

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Discurso pronunciado por el Presidente: Abg.

Jaime Rolds Aguilera En el estadio olmpico Atahualpa de Quito el 24 de mayo de 1981 Datos informativos: Este discurso El ltimo pronunciado por Jaime Rolds Aguilera,- constituye una de las ms hermosas piezas oratorias, escuchadas en las ltimas dcadas en el pas. El amor por la patria, la profunda vocacin democrtica, los ideales y, fundamentalmente, la firme posicin asumida por el Presidente y el pueblo ecuatoriano, ante la agresin peruana en 1981, son los puntos ms altos del mismo. Mencin especial dentro de este discurso es el reconocimiento y homenaje a nuestras gloriosas Fuerzas Armadas, por su lucha inclaudicable en la defensa de nuestra heredad territorial el Ecuador de los valerosos de hoy, heroicos luchadores de Paquisha, Machinaza y Mayaycu, inmolados en estas legendarias trincheras. El Ecuador heroico de la Cordillera del Cndor y el Ecuador eterno de la libertad como tributo al coraje y valor del soldado ecuatoriano. Jaime Rolds Aguilera, cultiv el arte de la oratoria desde su juventud, la cual lo distingui en las diversas etapas de la vida. Estableci en el pas un nuevo estilo oratorio, formalmente caracterizado por un marcado nfasis en la pronunciacin de las palabras, as como por el melodioso recorrido del discurso a travs de un extenso registro vocal de alta tesitura* *Dalton Bacigalupo, Discursos desde el Poder ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------El hombre como individuo o pueblo naci para la libertad, su nico condicionamiento admisible, es el impuesto por la naturaleza, como en tomo de su existencia y determinante de la misma. Pero incluso, en este caso, la historia nos revela cunto hace el hombre por superar sus limitaciones y el progreso como constante es su afirmacin irrefutable. Siendo as la esclavitud y la dependencia niegan su raz existencial, por lo que el hombre ha bregado y lo har siempre, contra toda forma de sometimiento, consciente como se halla de su esencia de libertad, que lo impulsa a forjar la justicia cuya base es la igualdad. Esa conquista de igualdad entre los pueblos, expresada en independencia poltica, es la que conmemoramos hoy, bajo el siempre renovador cielo de mayo y sobre el bien amado suelo de nuestra Patria. Cielo y tierra que fueron los testigos de la Batalla del Pichincha, hito histrico de un pueblo que no sabe de renuncias antes la adversidad. Largo fue el camino de libertad recorrido sin descanso y sin fatiga, desde agosto de 1809 hasta mayo de 1822, para alcanzar la meta que el ideal propuso.

Hoy, a la vuelta de 159 aos de la Patria alcanzada en Pichincha es la Patria mestiza que busca avanzar en democracia, consolidarse en Nacin y dejar atrs el subdesarrollo econmico y social. Factores internos y externos han conspirado y conspiran contra ellos, pero son precisamente, esos factores adversos los que deben ser embatidos sin dejarnos amilanar o caer en un ablico conformismo, pues no hemos sido hechos para la inercia, el anonimato o el rebao, sino para el trabajo, la libertad y el herosmo. Si la dinamia caracteriza la vida de los pueblos, pueblos como el nuestro deben hacer de ella gestin fecunda. Hay un pas que demanda, que exige, no la indiferencia como respuesta sino el coraje, la decisin, la entereza de ser y trascender. De aqu que este acto a la par que vocacin histrica tenga sus propias connotaciones. Historia aleccionadora de una ayer que no es distante. Historia forjadora de un presente que nos impone unirnos en las grandes causas y por los grandes objetivos. Historia de hombres que como ayer y como hoy prestos estn a dar su vida por el ideal de Patria que no es distante. Qu mejor fecha para jurar la Patria que la de hoy. Qu mejor ocasin que la presente para rendir homenaje a los valientes luchadores de la Cordillera del Cndor, a los soldados todos, que probaron hombra y decisin de defender a la heredad territorial. Ser la juventud ecuatoriana y jurar por la bandera, confundida con aquellas gallardas delegaciones de nuestra Fuerzas Armadas. Este es el magnfico crisol de un pas que se precia de sus virtudes republicanas. Aqu estamos civiles y militares unidos por la Patria y le democracia. Ho rendimos homenaje a la Patria en las tres ramas de la Fuerzas Armadas, haciendo igualmente, justa mencin al aporte dado por la Polica Nacional, al hacerlo el Jefe de Estado proclama que no hemos venido a condecorar el exterminio del hombre por el hombre, ni a hacer la apologa de la guerra. Hemos venido a condecorar al coraje y al valor del hombre ecuatoriano. Venimos al encuentro sereno del hombre con el hombre y a decirles a los que precautelan la paz, la soberana y el orden constituido, que nos encontramos en la misma orilla del humanismo. Cunto nos revela la destruccin del hombre, pero cunto nos revela la agresin y la injusticia. Pues si la vida es un bien preciado, la libertada y la dignidad lo son ms. Nuestro pas no ha hecho jams uso de las armas por caprichos o expansionismo, lo que hecho por respuesta a las agresiones que ha sufrido en su propio y legtimo territorio nacional. Las us por el honroso y viril deber de defender lo que es suyo. Queremos paz, buscamos paz y hemos actuado por la Paz dentro de los lmites impuestos por la dignidad nacional. Que esta espartana ceremonia nos haga meditar a todos en el hondo significado de este acto y en la causa del mismo. El actual Gobierno y las actuales generaciones somos herederos de un secular diferendo territorial, con todas las connotaciones que el mismo ha tenido, como son, las agresiones, invasiones y despojos por la fuerza que han mermado nuestro patrimonio territorial. Lo de 1941 y 1942 representa uno de los momentos culminantemente trgicos de aquello que se inicia en los albores mismos de la Repblica.

De esos aos a esta parte y como siempre, nuestra postura ha suido de demandar acorde al derecho, lo que por justicia nos corresponde y este Gobierno ante la reiterada agresin ha probado su capacidad jurdica en la defensa diplomtica de sus derechos y ha probado, igualmente, coraje, decisin y que sabe pelear por lo que es nuestro y all ha estado y est el rol histrico de las Fuerzas Armadas Nacionales. Nunca hemos estado, ni estaremos por ninguna aventura belicista, pero jams tampoco bajaremos la guardia. Cunto necesitan nuestros pueblos de paz internacional y de recursos econmicos para crear una paz social interna, cimentada en la justicia. Y si es insensato lanzar unos pueblos contra otros, tampoco tiene sentido abusar de la fuerza para consumar injusticias o depredaciones. Si nuestros problemas son comunes, no hagamos de nuestras diferencias abismo insalvable, que nos conduzcan a la liquidacin y piense igualmente, quien pretenda agredirnos, que por ms fuerza material, blica que se tenga, la victoria final la alcanza quien es capaz del sacrificio que se gesta en ideales de justicia y esta es nuestra posicin, esta es la posicin ecuatoriana. El Ecuador, amparado en sus irrenunciables derechos amaznicos, busca en el dilogo constructivo, el camino de paz que conduzca a una solucin de justicia y es necesario arribar a esta solucin, puesto que los pueblos no pueden ni deben vivir en la zozobra y la incertidumbre, pero insisto, solucin que debe ser justa, pues de lo contrario esto es, impuesta o ajena al consenso nacional, no significar ninguna solucin. Un Gobierno serio y ste lo es, no hace del cumplimiento de su deber y mxime cuando se trata de atinente a la defensa de los derechos territoriales, motivo de demagogia, de encubrimiento de errores o de justificacin de posturas personales. La Paria no puede ser pretexto o tarima de vanidades. Sus problemas viales deben ser aborados con seriedad republicana, ms si es doloroso admitirlo, no ha faltado una que otras voces aisladas que han pretendido, y pretenden, distorsionar una defensa civil, patritica y profundamente consciente de los derechos del pas. Voces que soterrada y calculadoramente quieren tomar, en el infundio y el rumor maledicente, pies para la bastarda de la traicin. No tengo necesidad de nombrarlos, porque la bajeza moral los identifica y por la va del improperio, pretenden escalar alturas a las que slo se llega por al dignidad y hombra de bien. Incapaces de un pensamiento elevado quieren negar una lmpida postura de patriotismo, honestidad y, en esto, no soy tolerante y aplastar la miseria moral. Hemos avanzado 21 meses, bajo un gobierno constitucional, cunto significa esto pen pases como el nuestro, en los que ganar la estabilidad democrtica, implica conquistarla da a da. Pero nuestro nico objetivo no es ni puede ser el de convertirnos en uno de los tanto regmenes constitucionales que el Ecuador ha tenido y que por ser nicamente formales han engendrado su propia destruccin. Hay que ir mucho ms all del anlisis y de la sugerencia de medidas a la concretacin de las mismas. Lamentablemente en nuestra Patria y en Amrica Latina como herencia de un pasado que an es presente hemos cado en el debate superficial, en el que las malquerencias personales o los enconos facciosos sustituyen al democrtico discrepar ideolgico y al debate serio de los problemas sustanciales. El siempre cuestionamiento personal y la transitada va de la mentira, la injuria o la perversidad, han sido el teatral tablado al que se ha arrasado un

sector mayoritario de la dirigencia poltica, ocasionando el divorcio lgico entre el pueblo y esa dirigencia trasnochada con sus personales apetitos de Poder. Este gobierno se sustenta fundamentalmente en bases programticas que el pas conoce y en organizaciones cuyos postulados estn perfectamente determinados. Este es un gobierno con claridad histrica de lo que se debe y se puede hacer en el Ecuador, con objetivos definidos de vanguardia social. Este no es un gobierno de extremistas, este no es un gobierno que representa al hombre y no considera que las estructuras socio-econmicas tienen que ser cambiadas sin tomar al hombre como medio ni suprimir su libertad. Este es un gobierno que cree en la organizacin participativa del pueblo, para la toma se sus decisiones. Este es un gobierno que no acepta ni admite la dependencia, que respeta los derechos humanos y propugna su respeto, que cree que los ciudadanos deben estar conscientes de que la ley no otorga nicamente derechos, sino que impone tambin deberes. Este es un gobierno que cree en el rgimen de derecho, para encauzar debidamente a la sociedad. El derecho establece y reconoce vas para el reclamo, la denuncia, la protesta y por lo tanto lo que se haga a su margen, por ser hecho con prescindencia de la norma jurdica, impone al gobierno hacerla respetar. Las democracias no deben ni pueden ser dbiles. Por lo mismo, este Gobierno, con la fuerza del derecho y de su origen popular no confunde libertad, con anarqua; crtica, con irrespeto; tolerancia, con abulia. No hemos abdicado ni abdicaremos de la tesis de los derechos humanos puesto que no es tesis coyuntural ni acomodaticia, pero somos claros al expresar que los derechos humanos no pueden ser invocados como arbitrio negativo de las democracias o caballos de Troya de los extremismos. Los principios valen por s, no por su condicionamiento a determinadas doctrinas polticas. Por ello no permitiremos a fuerza de ser y seguir siendo democrticos, que el terrorismo o la anarqua ingresen al pas, seremos como lo hemos sido, inflexibles, y con la ley en la mano. Tolerancia democrtica no es impasibilidad ante los enemigos del orden legtimamente constituido. Seguiremos defendiendo, como hemos defendido, la no intervencin y la libre determinacin de los pueblos. Saludamos con beneplcito los avances democrticos que hacen los pueblos del mundo; procuramos una Amrica Latina ms unida, ms fuerte, ms solidaria que partiendo de todo aquello que nos une, pueda ir superando lo que nos divide, en momentos crticos de nuestra historia reciente hemos tenido una respuesta que no olvidaremos y por eso vale recordar en este momento la decisin de la Organizacin de los Estados Americanos y la gestin efectuada por Argentina, Brasil, Chile, Estados Unidos de Norteamrica en los conflictos de enero de este ao. Para los ecuatorianos, nuestra primera prioridad es y debe ser Ecuador, y esto lo hemos cumplido sin mediatizar los principios. Somos integracionistas y permaneceremos en el Grupo Andino. Las crisis econmicas y polticas del Pacto, deben superarse por la voluntad poltica y la expresin sincera de probar que se quiere la integracin, cumpliendo lo pactado. De otra suerte no sera el Grupo Andino, sino una triste mascarada y el Ecuador no se presta a eso. Hasta junio estarn listos y en firme los planteamientos que haremos a los dems integrantes. Hemos dado y seguiremos dando el ms firme aporte a la

estabilidad democrtica. Pero a partir de ahora, impulsaremos con mayor firmeza el proceso de cambio econmico-social, que constituye el nico afianzamiento serio de la democracia. Hemos constituido comisiones especiales para que elaboren los proyectos de Ley, indispensables, para la puesta en marcha de las cinco reformas estructurales y al Congreso Ordinario que se reunir de agosto a octubre de este ao, enviaremos dichos proyectos de ley que darn viabilidad plena a las reformas planteadas en los campos tributario, agrario, administrativo, poltico y educacional. A los dos aos de Gobierno, todas las reformas legales estarn planteadas. El pas necesita de obras, pero las obras necesitan de recursos y las medidas econmicas por nosotros dictadas, han procurado estabilizar la economa del pas, introducir correctivos al proceso inflacionario, buscar una poltica de precios reales frente a un mundo convulsionado econmicamente donde imperan las tasas de inters, la inflacin y la recesin. La economa ecuatoriana ha sido manejada con prudencia. No ha llegado el descalabro como pregonaban las pitonisas del apocalipsis econmico-social. Se han tomado medidas y alguna muy dura, porque otros gobiernos, a los que aoran los serviles y los plutcratas, no tuvieron el coraje de hacerlo. Nos entregaron un pas endeudado, pero claro, casi dos aos de Gobierno Constitucional, se han olvidado de los nueve aos de dictadura. Hoy no estamos en bonanza del petrleo, ni con los grandes precios del caco y el caf. Por el contrario vivimos una crisis internacional de estos productos y, sin embargo, controlamos la economa nacional. Hay que partir del pueblo y sus posibilidades, para adoptar las medidas econmicas y de las necesidades del pueblo para adoptar las medidas sociales. Ecuatoriano, fuimos serios y honestos. Seguimos siendo serios y honestos en todos y cada uno de nuestros planteamientos. Que no sean las palabras, sino las obras las que den el mejor testimonio de nuestras intenciones; es la hora del trabajo, el esfuerzo, la solidaridad, no de los paros, huelgas, amenazas, incomprensin o rumores. Probemos el amor a la Patria cumpliendo cada quien con nuestro deber. Nuestra gran pasin es y debe ser Ecuador. Nuestra gran pasin, odme, es y debe ser Ecuador. Este Ecuador que no lo queremos enredado en lo intrascendente, sino en lo valeroso, luchador infatigable, forjando un destino de grandeza. El Ecuador heroico que triunf en Pichincha, el Ecuador de los valerosos de hoy, heroicos luchadores de Paquisha, Machinaza y Mayaycu, inmolados en estas legendarias trincheras. El Ecuador heroico de la Cordillera del Cndor y el Ecuador eterno de libertad. Este Ecuador amaznico, desde siempre, y hasta siempre VIVA LA PATRIA -Revisado y corregido. Tomado del libro El Orador de Pal Ponce Quiroz.

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