Badiou Velo
Badiou Velo
Badiou Velo
5. O es el padre y el hermano mayor, y el velo debe ser feministamente arrancado. O es la propia chica segn sus creencias, y debe ser laicamente arrancado. No hay velo bueno. Cabeza desnuda, en todas partes! Que, como se deca antes -hasta los nomusulmanes lo decan- todo el mundo salga a cabeza descubierta. 6. La Repblica de hoy: a quitarse el sombrero! 7. Fjense bien que el padre y el hermano mayor de la chica del velo no son simples comparsas paternos. Se insina con frecuencia, a veces se declara: el padre es un currante embrutecido, un pobre tipo llegado directamente del campo y empleado en las cadenas de Renault. Un arcaico. Pero estpido. El hermano mayor trapichea costo. Un moderno. Pero corrupto. Suburbios patibularios. Clases peligrosas. 8. A las taras de otras religiones la religin musulmana aade sta, gravsima: en este pas [Francia], es la religin de los pobres. 9. Velo, visto desde este punto de vista: unos pobres oprimen a otros pobres bajo la mirada de un Dios pobre. "Asqueroso!", dice el pequeo burgus, cuya situacin acomodada ya slo cree en su propia perpetuacin. 10. Uno que conoce bien este asunto y con el que hace ya muchos aos discuta acerca del velo: "Entonces, t querras que el cabello fuera un smbolo sexual y que a este ttulo hubiera que ocultarlo?" Yo no quiero nada. Pero, vaya, recordemos, Baudelaire: Oh, melena encrespada sobre el escote! Oh, bucles!Oh, perfume cargado de indolencia ! xtasis!Para poblar esta noche la oscura alcoba de los recuerdos que duermen en esta cabellera, quiero agitarla al aire como un pauelo! Diablos, una fantasmagora de musulmn! 11. He conocido la poca en la que una mujer se soltaba el pelo (ah, dulce cada impalpable sobre los hombros!) para indicar su consentimiento amoroso. Era esto una afrenta a la laicidad?Un encarcelamiento de la feminidad? Quiz, quiz... 12. Imaginemos al director de un instituto, seguido de una cuadrilla de inspectores armados de centmetros, de tijeras, de libros de jurisprudencia: se va a verificar a las puertas del establecimiento si los velos, kippas y otros tocados son "ostentatorios". Este velo del tamao de un sello de correos posado sobre un moo? Esta kippa como una moneda de dos euros? Sospechoso, muy sospechoso. Lo minsculo podra muy bien ser ostentacin de lo maysculo. Pero, qu veo? Cuidado!Una chistera!Ay! Mallarm lo dijo al ser preguntado sobre la chistera,: "Quien se ha puesto algo parecido no se lo puede quitar. El mundo acabar, el sombrero no". Ostentacin de eternidad. 13. La laicidad. Un principio inoxidable! El instituto de hace tres o cuatro dcadas: prohibicin de mezclarse los sexos en la misma clase, pantaln prohibido a las chicas, catecismo, capelln. La comunin solemne, con los mozos con un brazalete blanco y las mozas bajo un velo de tul. Un verdadero velo y no un pauelo. Y quieren ustedes que yo considere criminal este pauelo?Este signo de un desfase, de una agitacin, de un enmaraamiento temporal?Qu haya que excluir a estas seoritas que
agradablemente mezclan ayer y hoy? Venga, dejen hacer a la trituradora capitalista. Sean cuales sean las idas y las vueltas, los arrepentidos, las crecidas obreras desde lejos, ella sabr sustituir a los dioses muertos de las religiones por el gordo Moloc de la mercanca. 14. Por lo dems, acaso la del comercio no es la verdadera religin masiva, al lado de la cual los musulmanes convencidos pasan por minora asctica?Acaso no es el signo ostentatorio de esta religin degradante lo que podemos leer en los pantalones, en las deportivas, en las camisetas: Nike, Chevignon, Lacoste ...?No es an ms mezquino ser en la escuela la mujer-sandwich de un trust que la fiel de un Dios? Sabemos qu hace falta para dar en pleno blanco: una ley contra las marcas. A trabajar, Chirac. Prohibamos sin vacilar los signos ostentatorios del Capital. 15. Cmo? Lo obligatorio es que vayan desnudas? El muslo imperativamente descubierto?Lo mismo la teta?El ombligo atravesado por clavos legalmente al aire? En la piscina de una ciudad de provincias, algunas horas estaban reservadas a las mujeres. De ah baos y risas de damas piadosas ordinariamente encerradas. El alcalde le ha puesto fin con este argumento de peso: " El cuerpo de las mujeres no se debe ocultar a las miradas" Ya lo creo que s! Todas en cueros!Y bien rpido! 16. Que me lo aclaren. Qu es la racionalidad republicana y feminista de lo que se ensea y de lo que no se ensea del cuerpo en diferentes lugares y en pocas diferentes? Que yo sepa, aun en nuestro das, y no slo en las escuelas, no se ensea el extremo de los senos ni el vello del pubis ni la verga. Tendra que enfadarme porque estas partes se "oculten a las miradas"?Sospechar los maridos, los amantes, los hermanos mayores? Hace poco en nuestros campos, todava hoy en Sicilia y en otros lugares, las viudas llevan paoletas negras, medias oscuras, mantillas. Para ello no hace falta ser la viuda de un terrorista islmico. 17. Pero veo que la obligacin tendencial es el desnudo. Los periodistas de Libration siempre han saludado la llegada de la minifalda como signo infalible de la cada inminente de los totalitarismos. La golondrina del vestido-corto hace el verano de los derechos humanos. Tada envoltura excesiva del cuerpo humano es sospechosa. La batalla de los senos desnudos en las playas se gan por K.O. Slo se pueden vender, slo se saben vender coches, canarios enjaulados, hormigoneras o bigudes bajo la imagen de mujeres abiertamente descubiertas. Brassens, que hace veinte aos se crea "el porngrafo del fongrafo" parece hoy ms pudibundo que una rata de sacrista. Y an as! Dichas ratas exigen hoy, a cual ms, el derecho al matrimonio homosexual de sus sacerdotes. 18. Se ha pasado de la consigna feminista "mi cuerpo es mo" a la consigna prostitucional "mi cuerpo es de todos". La propiedad, inmanente a lo primero, llev, mala consejera, a lo segundo. De la propiedad a la subasta, la consecuencia es buena. 19. Curiosa, la ira reservada por tantas damas feministas (en Elle, por ejemplo) a algunas chicas con velo, hasta el punto de suplicar al presidente Chirac, el sovitico del 82%, que acte con severidad en nombre de la Ley, cuando el cuerpo femenino prostituido est en todas partes, la pornografa ms humillante se vende universalmente, los consejos de exposicin sexual de los cuerpos se prodigan a toda pgina en las revistas para adolescentes. Hemos visto a estas damas feministas exigir al presidente una ley contra estos escaparates de carnaza femenina? Desde luego que no! Tendran demasiado miedo de pasar por pudibundas o de ser acusadas
de reestablecer la censura. Pero contra un puado de chicas un poco cubiertas, guerra sin cuartel! 20. Una nica explicacin: una chica debe ensear lo que tiene en venta. Debe exponer su mercanca. Debe indicar que a partir de ahora la circulacin de mujeres obedece al modelo generalizado y no al intercambio restringido.Malditos sean los padres y hermanos mayores barbudos!Viva el mercado planetario! El modelo es el top-model(o). 21. Creamos haber comprendido que un derecho femenino intocable es el de desnudarse slo delante de el (o la) que ella quiera. Pero no. Es imperativo esbozar a cada momento la accin de desnudarse. Quien mantiene a cubierto lo que pone en venta no es un comerciante honesto. 22. A propsito de barbas. Se sabe que Luc Ferry, el ministro emplumado, ha considerado el reprimir las barbas de los hermanos mayores. Justo punto de vista igualitario: si se obliga a las chicas a ensear sus cabellos, por qu no forzar a los chicos cortarse los pelos? Desde el momento en que la pilosidad es un asunto de Estado...No sera desdeable el beneficio sindical: toda una jerarqua nueva, los Barberos de Escuela, escondidos dentro de las aulas, con el jabn constantemente preparado. El descubrimiento de las chicas no promete algo tan jugoso. Unos Descubridores? Unos Desvestidores? Unos Stripteasedores sindicados? No, verdaderamente es imposible. Qu lstima. 23. Se mantendr esto, que es bastante curioso: una ley sobre el velo es una ley capitalista pura. Ordena que se exponga la feminidad. En otras palabras, que bajo el paradigma mercantil sea obligatoria la circulacin del cuerpo femenino. Prohbe cualquier reserva en la materia -y entre las adolescentes, punto sensible de todo el universo subjetivo. 24. Desde hace tiempo en las pelculas y declaraciones de una cineasta notoria se discierne un autntico odio obsceno al erotismo, una feroz indiferencia sexual, un puritanismo de enterrador. Todo ello camuflado, como es necesario hoy en da, de provocaciones supurantes, de ostentacin de modelos de referencia. Al oficiar en contra del velo esta "artista" deca en esencia: "Entonces, convertiramos el lbulo de la oreja en una nueva zona ergena". Y por qu no, querida cineasta del sexo? He aqu, por fin, una buena noticia para los erotmanos que somos: la creacin, o recreacin, de una zona ergena! 25. Un poco en todas partes se dice que el "velo" es el intolerable smbolo del control de la sexualidad femenina. Es que ustedes se piensan que hoy no est controlada la sexualidad femenina en nuestras sociedades? Esta ingenuidad hara desternillarse de risa a Foucault. Nunca se ha cuidado de la sexualidad femenina con tanto esmero, con tantos consejos sabios, tantas discriminaciones asestadas entre su buen tono y su mal uso. El placer se ha convertido en una siniestra obligacin. La exposicin universal de los trozos supuestamente excitantes, en un deber ms rgido que el imperativo moral de Kant. A fin de cuentas, Lacan estableci hace mucho la isomorfa entre el "Gozad, mujeres"! de nuestras gacetas y el imperativo "No gocis"! de nuestras bisabuelos. El control comercial es ms constante, ms seguro, ms masivo de lo que nunca haya podido ser el control patriarcal. La circulacin prostitucional generalizada es ms rpida y ms fiable que los dificultosos encierros fam iliares, cuyo maltrato, entre la comedia griega y Moliere, ha hecho rer durante siglos.
26. En la visin nmada del mundo, en la que uno se alegra de la circulacin y del continuo intercambio de cuerpos, est claro que una moneda est autorizada a creerse lo ms libre del mundo: es la que ms circula. 27. La mam y la puta. En algunos pases se hacen leyes reaccionarias para la mam y contra la puta; en otros, leyes progresistas para la puta y contra la mam. Sin embargo, lo que habra que recusar es la alternativa. 28. Sin embargo, no por medio del "ni, ni", que no hace ms que perpetuar en terreno neutro (en el centro, como Bayrou?) aquello que pretende discutir.. Eso de "ni mam, ni puta" es tristn. Como "ni puta, ni sumisa" que, a fin de cuentas, es absurdo: acaso una "puta" no es generalmente sumisa? y cunto! Respetuosas se las llamaba antiguamente. Sumisas pblicas, en suma. Por lo que se refiere a "sumisas", quiz slo son putas privadas. 29. Siempre se vuelve a ello: el enemigo del pensamiento hoy es la propiedad, el comercio, cosas como almas, y no la fe. Ms bien se dir que lo que ms falta es la fe (poltica). El "ascenso de los integrismos" no es ms que el espejo en el que los saciados occidentales consideran con pavor la devastacin de las conciencias que ellos dirigen. Y singularmente la ruina del pensamiento poltico, que tratan de organizar en todas partes, unas veces bajo cobertura democrtica, otras con gran cantidad de paracaidistas humanitarios. En estas condiciones la laicidad, que se pretende al servicio de los saberes, slo es una regla escolar de respeto de la competencia, de adiestramiento a las normas "occidentales" y de hostilidad hacia toda conviccin. Es la escuela del consumidor "tranqui", del comercio blando, del propietario libre y del votante desengaado. 30. Las religiones estn tan desamparadas desde la muerte de Dios que en vez de exterminarse entre ellas, como desde siempre han hecho a las rdenes de sus respectivos dioses (que estaban tanto ms rabiosos cuanto ms eran trascendentalmente el Mismo) han tenido que decidirse a ayudarse unas a otras. Al Arzobispo no le gusta que se taquine a la Mezquita. El Imn, el Pastor y el Cura mantienen melanclicos concilibulos. Incluso el Rabino y el Pope se suman a ellos. Mucho ms que en la guerra de religiones y de civilizaciones -esta fantasmagora que disimula complots de poderes y de petrodlares- creo en la internacional de los credos moribundos. 31. De ah que, evidentemente anti-musulmana, la Ley sobre le velo apene a todos los diputados de derecha que deben una parte de sus prebendas a electores catlicos de las provincias profundas. Para dar el pego han inventado que habra que prohibir los signos ostentatorios...de la poltica!Cules, por ejemplo? Los hay?Es de creer que incluso en lo ms profundo de los pueblos ms tenebrosos se va a hacer en los tiempos que corren, aunque fuera en los terrorficos suburbios, una incautacin de hoces y martillos? Stalines ostentatorios, velos en los que se imprime el rostro del Gran Timonel: no me parece que los patios de escuela ofrezcan universalmente este espectculo. Lo lamento profundamente, pero es as. A veces yo mismo he ido a dar mi gran seminario pblico con una chapa unas veces de Lenin, otras de mi querido Mao. Pues bien: nadie se ha dado cuenta! 32. Uno nunca se extasiar suficientemente con la trayectoria de esta singular feminista que, entregada a que las mujeres fueran libres, hoy sostiene que esta
"libertad" es tan obligatoria que exige que se excluya a las chicas (y no a un solo chico) exclusivamente por su vestimenta. Sorprendente! 33. Toda la jerga social sobre las "comunidades" y el combate tan metafsico como furioso entre "la Repblica" y "los comunitarismos" es una estupidez. Que se deje a la gente vivir como quiera, o como pueda, comer lo que tienen costumbre de comer, llevar turbantes, vestidos, velos, minifaldas o chanclas, prosternarse a cualquier hora ante dioses cansados, fotografiarse unos a otros haciendo zalemas o hablar jergas pintorescas. Este tipo de "diferencias" ni entorpece el pensamiento ni lo sustenta al no tener el menor alcance universal. Por lo tanto, no hay ninguna razn ni para respetarlas ni para vilipendiarlas. Que "el Otro" -como despus Levinas dicen los amantes de la teologa discreta y de la moral porttil- viva un poquito de otra manera, he aqu una constatacin que no come pan. 34. La diversidad de costumbres y de creencias es todo lo ms un testimonio superviviente de lo barroco del animal humano, algo que atrae nuestra atencin como la atraen los loros blancos o las ballenas, porque la fuerza multiforme de la vida nos intriga y nos encanta. 35. Respecto al hecho de que los animales humanos se reagrupen segn su procedencia, es una consecuencia natural e inevitable de las condiciones generalmente miserables de su llegada. El nico que puede, volens nolens, acogerte en el hogar de Sait Ouen lAumone es el primo, o el paisano del pueblo. Hay que ser obtuso para molestarse porque el chino vaya ah donde ya hay chinos. A menos que se vuelva a las directrices del Partido Comunista Francs de hace treinta aos: reparto igualitario del fardo de emigrantes entre todos los suburbios, ya sean de derecha o de izquierda. "Los rabes", decan en resumidas cuentas estos camaradas internacionalistas y proletarios " los rabes, todos nos los envan a nuestros ayuntamientos!" 36. Para contener el comunitarismo y velar por la integracin de los musulmanes hoy hay que ir ms lejos de lo que antes fue el difunto PC Francs. Exijamos que por cada gran conjunto urbano haya como mucho dos familias marroques -y solo una de ellas numerosa-, una sola familia moderada de malianos, un soltero turco y medio tamil. 37. El nico problema concerniente a estas "diferencias culturales" y a estas "comunidades" no es, desde luego, su existencia social, de hbitat, de trabajo, de familia o de escuela. Es que sus nombres son vanos ah donde aquello de lo que se trata es una verdad, ya sea arte, ciencia, amor o, sobre todo, poltica. Que mi vida de animal humano est repleta de particularidades es la ley de las cosas. Que las categora de esta particularidad se pretendan universales, y as se tome en serio al Sujeto, esto es lo que es regularmente desastroso. Lo que importa es la separacin de los predicados. Puedo hacer matemticas en pantaln de montar a caballo amarillo y puedo militar por una poltica sustrada a la "democracia" electoral con una cabellera de rasta. Ni el teorema es amarillo (o no-amarillo) ni la consigna que nos une tiene trenzas. Tampoco ms que ausencia de trenzas. 38. Inversamente: una verdad, poltica o de cualquier otro tipo, se reconoce en que el principio del que ella es una instancia particular no tiene l mismo nada de particular. Vale perfectamente para que cualquiera acceda a la situacin a propsito de la cual se enuncia su instancia. De ah que los militantes polticos, lo mismo que quienes demuestran un teorema o imaginan una obra de teatro o viven el encantamiento de un amor, creen todos ellos un pensamiento singular, que comparten a partir de
soportes corporales y mentales completamente dispares. La particularidad, tnica, psicolgica, religiosa, lingstica, sexual, ni entra como tal en el proceso de una verdad ni lo obstaculiza. Como ya deca San Pablo antes de que lo volviera a decir Saint-Just: la particularidad no importa desde el momento en que est en juego una verdad. 39. Que la escuela est, dicen, tan amenazada por una particularidad tan insignificante como el velo de algunas chicas lleva a sospechar que de lo que se trata nunca es de la verdad sino de opiniones, bajas y conservadoras. No hemos visto a polticos e intelectuales afirmar que la escuela est ah en primer lugar para "formar ciudadanos"? Sombro programa. En nuestros das el "ciudadano" es un pequeo vividor amargo aferrado a un sistema poltico del que ha prescrito toda apariencia de verdad. 40. No se estar preocupado, en las altas y bajas esferas, porque muchas chicas de origen argelino, marroqu, tunecino, con el moo bien recogido, el semblante austero, entregadas al trabajo, sean las temibles primeras de la clase junto con algunas chinas no menos volcadas al universo familiar? Hace falta en nuestros das no poca abnegacin para ello. Y podra ser que la Ley del sovitico Chirac diera como resultado la escandalosa exclusin de algunas alumnas excelentes. 41. "Gozar sin trabas", esta majadera sesentaiochesca nunca ha hecho trabajar a pleno rendimiento el motor de los saberes. Cierta dosis de ascetismo voluntario, desde Freud conocemos la razn profunda de ello, no es ajeno al entorno de la enseanza y de al menos algunos rudos fragmentos de verdades efectivas. De modo que, al fin y al cabo, puede servir un velo. Ah donde a partir de ahora falta completamente el patriotismo, este alcohol fuerte de los aprendizajes, cualquier idealismo, aunque sea de pacotilla, es bien recibido. Por quien al menos supone que la escuela es otra cosa que la "formacin" del ciudadano-consumidor. 42. Mximas de los anti-velo: "Que peligre la escuela antes que mi laicidad"."Ms vale una analfabeta con la cabeza descubierta que una velada genial". 43. En verdad la ley del velo slo expresa una cosa: el miedo. Los occidentales en general, y los franceses en particular, no son ms que un tembloroso puado de miedosos. De qu tienen miedo? De los brbaros, como siempre. De los del interior, los "jvenes de los suburbios"; de los del exterior, los "terroristas islamistas". Por qu tienen miedo? Porque son culpables aunque se proclaman inocentes. Culpables de, desde los aos ochenta, haber renegado de y tratado de aniquilar toda poltica de emancipacin, toda razn revolucionaria, toda autntica afirmacin de todo aquello que sea diferente de lo que existe. Culpables de aferrarse a sus miserables privilegios. Culpables de no ser ms que nios viejos que juegan con lo que ellos se compran. Pues s, "se les ha hecho envejecer en una larga infancia". As, tienen miedo de todo aquello que es un poco menos viejo que ellos. Por ejemplo, una seorita testaruda. 44. Pero sobre todo, los occidentales en general, los franceses en particular tienen miedo a la muerte. Ni siquiera pueden imaginar que una Idea pueda merecer que se acepte correr ciertos riesgos por ella. "Cero muertos" es su deseo principal. Ahora bien, ellos ven en todo el mundo millones de personas que no tienen motivo alguno de tener miedo a la muerte. Y de ellos, muchos mueren casi cada da en nombre de una Idea. Para el "civilizado" esto es el origen de un terror ntimo.
45. Y s bien que las Ideas por las que hoy se acepta morir no valen, en general, mucho. Convencido de que hace mucho que todos los dioses han renunciado, me aflige que hombres y mujeres jvenes despedacen sus cuerpos en horribles masacres bajo la fnebre invocacin de lo que hace ya mucho tiempo no existe. S adems que estos temibles "mrtires" son utilizados por conspiradores poco discernibles de aquellos que pretenden abatir. Nunca se repetir lo bastante que Ben Laden es una criatura de los servicios americanos. No soy tan ingenuo como para creer en la pureza, ni en la grandiosidad, ni siquiera en ningn tipo de eficacia de estas matanzas suicidas. 46. Pero yo afirmo que este precio atroz se paga en primer lugar en la destruccin minuciosa de toda racionalidad poltica por los dominantes de occidente, empresa que slo ha hecho tan ampliamente practicable la abundancia, especialmente en Francia, de las complicidades intelectuales y populares. Desean ustedes encarnizadamente liquidar hasta el recuerdo la Idea de revolucin?Desarraigar cualquier uso, incluso alegrico, de la palabra "obrero"? No se queje del resultado. Apriete los dientes y mate a los pobres. O haga que los maten sus amigos americanos. 47. Se tienen las guerras que se merecen. En este mundo transido por el miedo, los grandes bandidos bombardean sin piedad pases exanges. Los bandidos intermedios practican el asesinato selectivo de aquellos que les molestan. Los bandidos pequeitos hacen leyes contra los velos. 48. Se dir que es menos grave. S, es verdad, desde luego. Evidentemente. Es menos grave. Ante el difunto Tribunal de la Historia, lo que nos hace las veces de pas obtendr las circunstancias atenuantes: "Especialista en tocados, slo ha desempeado en el asunto que nos ocupa un papel pequeo". 49. Consolados?
_______________ *Alain Badiou es filsofo y escritor. Es profesor de la cole Normale Suprieur