Esteban Echeverria
Esteban Echeverria
Esteban Echeverria
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Esteban Echeverra naci el 2 de septiembre de 1805 en Buenos Aires. Su acta de nacimiento estipula que: En la Iglesia Parroquial de la Concepcin de esta Ciudad de Buenos Aires, a tres de Septiembre de mil ochocientos cinco, yo el infrascrito Cura bautic solemnemente a Jos Esteban Antonio, que naci ayer, hijo legtimo de Jos Domingo Echeverra natural de Vizcaya, y de Martina Espinosa natural de esta Ciudad, y feligreses de esta Parroquia. Fue su madrina Mara Eusebia Gonzlez, a quin advert el parentesco espiritual, y dems obligaciones que contrara, y por verdad lo firm. Dr. Juan Dmaso Fonseca 1 . El 4 de Septiembre de 1824, apenas cumplidos los diecinueve, entr como dependiente de aduana en casa de Sebastin Lezica y hermanos. El dueo de la casa de comercio, gran amigo de Rivadavia y Flix Pieyro, estimularon en el futuro poeta el deseo de viajar a Europa. Lezica le dispens al joven todo su apoyo, al punto de abrirle un crdito en la ciudad de Pars. Este viaje fue significativo para la vida del escritor argentino. All tomara contacto, por primera vez, con las dos grandes corrientes en boga en Europa durante el siglo XIX: el liberalismo y el romanticismo. En la madrugada del 18 de Octubre de 1825, Echeverra se embarc en el bergantn Joven Matilde rumbo a Burdeos. Despus de muchas contingencias, el 6 de marzo de 1826 arribaba a Pars, meta de su viaje. En un manuscrito autobiogrfico, l mismo cont su experiencia europea: Durante mi residencia en Pars, y como desahogo a estudios ms serios, me dediqu a leer algunos libros de literatura. Shakespeare, Schiller, Goethe y especialmente Byron, me conmovieron profundamente y me revelaron un mundo nuevo. Entonces me sent inclinado a poetizar; pero no conoca ni el idioma, ni el mecanismo de metrificacin espaola. Me dorma con el libro en la mano, pero haciendo esfuerzos sobre m mismo, al cabo manejaba medianamente el verso 2 . La estancia del poeta en Europa influy fuertemente en su pensamiento poltico. All tom contacto con la obra de Montesquieu, que fue particularmente importante para delinear su posterior concepcin del republicanismo democrtico, segn el cual el motor del progreso de la sociedad era el constante sacrificio de los ciudadanos patriticos en pos de las metas colectivas. Tambin recibi la influencia de Saint-Simon, para quien el progreso de la sociedad dependa de la previa existencia de una moralidad comn, compartida. A ello se agregaba la orientacin de Leroux, que relacionaba la virtud con el progreso a travs de una religin civil -la religin del nuevo siglo- en la cual coexistiran armoniosamente la unidad, la igualdad y la humanidad. Esteban Echeverra importara, posteriormente, todos los frutos de su experiencia al Ro de la Plata. En el famoso Saln Literario de Marcos Sastre, el poeta volc especialmente su formacin literaria para impregnar en
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Citado por PALERMO, P. en: Esteban Echeverra, historia de un romntico argentino, Buenos Aires, Dunken, 2000, p.14. 2 PALERMO, P. Op. Cit., p. 34.
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las mentes de los jvenes que all concurran una nueva realidad, un nuevo espritu, una novedosa forma de sentir: el romanticismo. Puede decirse que esta primera etapa, fue embrionaria de la que vendra despus 3 y que asumira senderos ms polticos que culturales. En el ao 1830 Echeverra regres a Buenos Aires. Con l se naca una nueva etapa en el desarrollo literario de Amrica. El Ro de la Plata se encontraba envuelto en una cruenta guerra civil entre Unitarios y Federales. Aunque Echeverra no fue propiamente unitario, fue sin embargo con esta parcialidad que pas al olvido. Es cierto que destac los esfuerzos de ese partido por institucionalizar el pas, pero tambin cuestion severamente mucho de lo obrado durante los aos en los que aqul grupo detent el poder. Por otro lado, detestaba a Rosas y se inclinaba por la forma de Estado federal a la que el restaurador jams quiso llegar. En una carta escrita a Justo Jos de Urquiza el 19 de septiembre de 1846, Echeverra dej por sentado su posicin frente a los conflictos institucionales que por tanto tiempo haban enlutado al pas: nosotros no somos unitarios ni federales, porque creemos que unos y otros han comprendido mal el pensamiento de Mayo o lo han echado en el olvido. No somos unitarios, porque estamos persuadidos que el sistema unitario es el peor de los sistemas para el rgimen de la Repblica; y porque hemos aprendido, por el estudio del pasado, que las instituciones fundamentales que el partido unitario dio a la provincia de Buenos Aires son malsimas. Pero tampoco somos federales en el sentido que Rosas ha dado a esta palabra para solapar su unitarismo mil veces ms exagerado y desptico que el del partido unitario. 4 Esteban Echeverra fue integrante de una generacin 5 que critic con dureza el legado espaol y que crey en la necesidad de romper con los lazos que an ligaban a la Argentina con el atraso colonial. Sin embargo, resulta prudente la aclaracin que hace Tulio Halperin Donghi: ese nacionalismo no era sino el sustituto de una adhesin directa e ingenua a la propia tierra, a travs de una red de amores y de odios, de luchas y concordias que a ella unen. A ese nacionalismo seco y deliberado se acompaa una actitud abierta frente al mundo, que tampoco ser ya la candorosa efusin admirativa frente a lo extranjero, que ha quedado desde luego vedada al perderse el tranquilo disfrute de un vnculo nacional que se posee sin esfuerzo y no es preciso reconstruir a cada instante 6 . Aqu cabe recordar lo que hemos dicho en nuestros estudios previos a cerca del romanticismo. Una de sus caractersticas ms importantes era la fuga hacia el pasado. Para los romnticos europeos, esa fuga constitua una vida bsqueda cuyo fin era el origen idlico de su condicin social. Ellos crean ver ese origen en la Edad Media. Su mayor deseo era revivir aqul momento nico en la historia, volver a aquella edad de oro. Amrica por supuesto era una tierra que careca de tales recuerdos. No poda jactarse todava de una mayora de edad, mucho menos si se la comparaba con Europa. Por ello, los romnticos del ro de la Plata y en esto toda la generacin del 37 coincidi- entablaron aquella fuga hacia un acontecimiento preciso de su joven historia: la Revolucin de Mayo, que ellos consideraban como el punto de partida de su identidad nacional. Al respecto escribi Alberdi: nosotros no conocemos ms que una faccin: la patria; ms que un solo color el de Mayo, ms que una sola poca: los treinta aos de la Revolucin republicana. 7 Echeverra perteneci a una generacin que tuvo como banderas la defensa de un gobierno republicano, las libertades individuales y, sobre todo, el progreso material. Propiciaban un gobierno encabezado por una elite social e intelectual que protegera el orden social y la propiedad y combatira un tradicionalismo retrgrado, acelerando el desarrollo del potencial social y material del pas. El trasfondo histrico de la generacin del 37 estuvo constituido fundamentalmente por tres hechos: el movimiento para lograr la independencia de Espaa a principios del siglo XIX, el perodo siguiente de cruentas guerras civiles y la dictadura de Rosas. El nuevo espritu se multiplic rpidamente por todo Buenos Aires. Entre 1830 y 1836 se establecieron cinco nuevas libreras en la ciudad. La sensibilidad romntica prendi rpidamente en la juventud portea porque
Cuando desapareci el Saln Literario, Echeverra inici gestiones para reunir a los jvenes en una entidad de muy distinta ndole. La noche del 23 de junio de 1838 se congregaron en un vasto local unos treinta y cinco jvenes. Echeverra manifest la necesidad de crear un asociacin para fortalecerse y fraternizar en pensamiento y accin. Ley despus las palabras simblicas del nuevo credo: Asociacin, Progreso, Fraternidad, Igualdad, Libertad, Dios, centro y periferia. El nuevo grupo se llam la Asociacin de la Joven Generacin Argentina, que presidi y orient el propio Echeverra, a quin se debe la redaccin del Cdigo o Declaracin de principios luego conocido como Dogma Socialista de la Asociacin de Mayodocumento que formulaba la doctrina de toda su generacin. No nos detendremos demasiado en este punto por no ser objeto del presente Seminario. 4 ROMERO CARRANZA, A., RODRIGUEZ VARELA, A., VENTURA FLORES PIRAN, E. Historia Poltica de la Argentina (desde 1816 hasta 1862), Buenos Aires, Pannedille, 1971, t. II, p. 999. 5 La famosa generacin del 37. 6 HALPERIN DONGHI, T. El pensamiento de Echeverra, Buenos Aires, Sudamericana, 1951, p.17. 7 Citado por ISNARDI, G. Esteban Echeverra, romanticismo y proletariado en: Desmemoria, n 26, Buenos Aires, 2000, p. 172.
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implicaba una emancipacin de las tradicionales normas inflexibles, cuya encarnacin ms patente era el gobierno de Rosas. Significaba, adems, una vuelta a la espontaneidad en la captacin de la naturaleza y en la expresin de los sentimientos. Se produjo entonces una profunda exaltacin de lo nacional y una fe ilimitada en el progreso de los pueblos cuya hermandad se glorificaba. El romanticismo impetuosa rebelda en una sociedad conservadoraera renovacin intelectual, libertad creadora. Y aqu, entre nosotros, esas energas en marcha se enlazaban con el imperativo de perfeccionar, completar y concretar el programa transformador de la Revolucin de Mayo, postergada y casi olvidada en medio de los interminables giros polticos. El romanticismo literario y el romanticismo poltico prendi con su color rebelde y esperanzado. La avidez de lectura se corresponda naturalmente con el afn de hacer algo por el pas, el cul, entendan deba perfeccionarse bastante y pronto a travs de cauces novedosos. Por consiguiente, los jvenes de la generacin del 37, repudiaron cuanta cosa significase restriccin o conservadurismo. Ideas e intereses deban servir a la comunidad, sujeta necesariamente para ellos al progreso continuo y a la paulatina perfectibilidad. De all proviene el ya explicado rechazo hacia la figura de Rosas, al que vean como un retrgrado coletazo del espritu colonial. Felix Winberg lo explica as: Rosas condujo y personific la irresistible corriente nacionalista antiliberal, antieuropea, autctona y tradicionalmente espaola del pueblo argentino, contra la prdica demaggica y revolucionaria de los logistas, anarquistas y francmasones, como llamaba a los unitarios agitadores y propagandistas del liberalismo 8 . Precisamente estas actitudes del Restaurador de las leyes y el orden hicieron que Esteban Echeverra afirmara: se ha proclamado la igualdad y ha reinado la desigualdad ms espantosa; se ha gritado libertad y ella slo ha existido para un cierto nmero; se han dictado leyes, y stas slo han protegido al poderoso. Para los pobres no han hecho leyes, ni justicia, ni derechos individuales, sino violencia, sable, persecuciones injustas. Ellos siempre han estado fuera de la ley. 9 La generacin del 37 se propuso completar la soberana del naciente pas cuyo punto de partida fue la Revolucin de Mayo- con la independencia cultural. La renovacin implicaba abandono de un camino el colonial- para emprender el del espritu del siglo. El romanticismo fue el instrumento que escogieron para realizar tamaa obra. Como representante cabal de esta generacin, los mritos de Echeverra trascienden lo meramente literario. Sus ideas generales procedan de Europa, pero las argentiniz, fue el primero en diagnosticar males locales y ofrecer remedios especficos 10 . Esta idea est en consonancia directa con el pensamiento de Felix Weimberg: Hubo una reelaboracin local de ideas y principios universalizados que pertenecan a la poca y a sus anhelos e insurgencias. Pero esa reelaboracin necesariamente se plasm con la tradicin del pas o por lo menos con las facetas de tradicin que consideraron susceptibles de reivindicar 11 . Echeverra concret una obra coherente y fundacional. Trajo el romanticismo al pas e incorpor el paisaje y la realidad ciudadana a la naciente literatura nacional. Su mayor mrito fue haber el de haber sido el emblema de la inquietud del alma argentina en un tiempo sin leyes y sin cultura.
WEINBERG, F. Op. cit., p. 105. WEINBERG, F. Op. cit., p. 94. 10 ANDERSON IMBERT Echeverra y el liberalismo romntico en: Estudios sobre escritores de Amrica, Buenos Aires, Raigal, 1954, p. 53. 11 WEINBERG, F. Op. cit., p. 29.
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