Neal Lozano - Libertad
Neal Lozano - Libertad
Neal Lozano - Libertad
Neal Lozano
Libertad por Neal Lozano Publicado por Publicaciones Casa Una compaa de Strang Communications 600 Rinehart Road Lake Mary, Florida 32746 www.casacreacion.com No se autoriza la reproduccin de este libro ni de partes del mismo en forma alguna, ni tampoco que sea archivado en un sistema o transmitido de manera alguna ni por ningn medio -electrnico, mecnico, fotocopia, grabacin u otro- sin permiso previo escrito de la casa editora, con excepcin de lo previsto por las leyes de derechos de autor en los Estados Unidos de Amrica. A menos que se indique de otro modo, los textos bblicos son tomados de la Santa Biblia, Nueva Versin Internacional, 1999 por la Sociedad Bblica Internacional. Los textos bblicos sealados con " D H H " son tomados de la Biblia Dios Habla Hoy, tercera edicin, Sociedades Bblicas Unidas, 1996. Los textos bblicos sealados con "BJ" son tomados de la Biblia de Jerusaln Latinoamericana, Editorial Descle de Brouwer S.A., Bilbao, 2001. Copyright 2008 por Publicaciones Casa Todos los derechos reservados Originally published in English under the title: Unbound Copyright 2003 by Neal Lozano Published by Chosen Books, a division of Baker Book House Co., GrandRapids, MI 49516 Traduccin al espaol: Mercedes L. Clare Arias Revisin de la traduccin: Carlos Alonso Vargas Editado por: Nahum Sez Diseo interior por: Gisela Sawin Diseo de la portada por: Karen Grindley Library of Congress Control Number: 2008934618 ISBN: 978-1-59979-437-2 Impreso en los Estados Unidos de Amrica 08 09 10 11 1 2 * 5 4 3 2 1
Contenido
Agradecimientos Prefacio Introduccin 5 7 11
6. Tomo autoridad en el nombre de Jess 7. 8. 9. Recibo bendicin en el nombre de Jess Para mantenerse libre y profundizar Pan para un amigo
SEGUNDA PARTE: EN AYUDA DE UN AMIGO 10. Cmo ayudar a otros a estirarse 11. Debo tener miedo? 12. Cmo no orar por liberacin 13. Cmo acompaar a una persona en su liberacin 14. Cmo lidiar con las manifestaciones 15. La liberacin constante Eplogo: La esperanza cristiana Apndice 1: Cuestionario para la liberacin Apndice 2: Acerca del autor 155 165 177 193 219 227 243 247 255
Agradecimientos
Por varios aos luch con la idea de escribir un libro sobre cmo liberarse de la influencia de los espritus malignos. Como escritor conoca la clase de compromiso y sacrificio que esto implicara. Necesitaba saber que este plan era de Dios y no sencillamente mo. Al regresar de un viaje misionero muy eficaz, mi esposa Janet y yo nos reunimos para dar gracias a Dios con nuestros hermanos y hermanas de la Comunidad Casa de la Luz de Dios, una comunidad cristiana localizada en Ardmore, Pensilvania. Cuando terminamos de orar, Ann Stevens, una vieja amiga y miembro de la comunidad, me mir y dijo: "Cundo vas a escribir tu libro? Yo te ayudo!" Fue uno de esos momentos en que todo parece quedarse inmvil. Al pasar los minutos, esas palabras persistan en mi mente. Saba que Dios haba hablado. Me haba hablado a m y poda contar con su ayuda. Quiero agradecer a Ann por su ayuda, pero sobre todo por decir esas palabras que provocaron la fe. Quiero agradecer a mi compaera, mi amiga, mi amada esposa Janet, que estuvo a mi lado con estmulo y apoyo. Sin su intercesin, discernimiento y paciencia este libro no se habra escrito. Te doy las gracias, Janet, por el sacrificio que has hecho y por tu constante "s" a quienes se encuentran en necesidad. Janet fue la jefa de un ejrcito de editores y asistentes que reclut para que repasaran a fondo lo que escrib. Gracias, Ann Stevens, Jacqueline Harper, Rachel Bader, Kathy Pugh, Gosia Wojcik, Evelyn Bence y Angie Kiesling. Quisiera agradecer a Pablo Bottari por creer en m, por ser un instrumento de la sabidura y compasin del Seor. Tambin quiero agradecer al padre Mike Scanlan por ser una roca de sabidura divina en el rea de la liberacin y por su consejo a travs de los aos. Deseo agradecer a Craig Hill por la sabidura que me imparti acerca de la bendicin a travs de su seminario "De la maldicin a la bendicin". Deseo agradecer a todos aquellos que, mediante su
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labor de liberacin de los cautivos, adquirieron y transmitieron la sabidura que he absorbido y que ya no recuerdo de dnde vino. Deseo agradecer a aquellos que leyeron el primer borrador y que me dieron aportes tan valiosos: el reverendo Edward Crenshaw, el pastor Clifton Martin, Monseor Thomas Herron, el padre Michael Scanlan, Bert Ghezzi, Ben Dunning, Bill y Barbara Cassada y finalmente Jane Campbell, editora de Chosen Books. Especialmente deseo agradecer a todas esas personas que nos confiaron sus secretos y nos permitieron ser testigos de la obra del Seor en sus vidas. A aquellos que permitieron que compartiera sus historias en este libro, les doy las gracias; ustedes verdaderamente han comprendido el regalo de Dios. Ustedes han recibido bendicin; ahora sern una bendicin para otros. Finalmente, deseo expresar mi gratitud a Marianela Stanziola de Motta y Carmen C. Sink, que tomaron la iniciativa de financiar la traduccin de este libro al espaol.
Prefacio
Para cualquier cristiano que ha estado involucrado en la obra desafiante de la liberacin de espritus malignos o en la de orar para exorcizar, estos das de principios del siglo XXI son alentadores. Y realmente necesitamos todo el aliento que podamos obtener en esta difcil labor. En comparacin con la manera como muchos cristianos vean la liberacin hace cuarenta aos, verdaderamente ha habido un cambio extraordinario. En aquellos das la necesidad de liberacin espiritual se vea como algo poco comn. La pelcula (y novela) El exorcista nos da una buena perspectiva de cmo veamos los espritus malignos. S, ellos existan, pero uno no tena que preocuparse con que se metieran directamente con uno, debido a que nicamente se presentaban raras veces; y cuando lo hacan, su apariencia era inconfundible. Ms aun, los espritus malignos eran vistos como algo peligroso. (En El exorcista dos sacerdotes murieron como resultado del exorcismo que le hicieron a la nia endemoniada.) Ningn sacerdote o ministro, mucho menos un laico, deseara verse involucrado en casos de exorcismo, a menos que su obispo le ordenara encargarse de uno; tendra que estar loco para participar en algo tan peligroso como eso. Malachi Martin, en su libro Hostage to the Devil [Rehn del diablo], haca hincapi en que el exorcista se convierte en un "rehn" y es absorbido espiritual y fsicamente por Satans si se atreve a trabar combate con las fuerzas del infierno. El exorcista tambin refleja la creencia de muchos catlicos de que nicamente un sacerdote puede ayudar a alguien que est sufriendo de un ataque demonaco: nicamente un sacerdote muy santo, escogido especialmente por el obispo. La mayora de los protestantes abordaban la liberacin con igual cuidado. Ahora todo esto est cambiando. Los medios de comunicacin se han dado cuenta, por ejemplo, de que el papa Juan Pablo II
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LIBERTAD
llev a cabo tres exorcismos. Adems, han visto que no es tan peligroso. El padre Gabriele Amorth, exorcista oficial de Roma, emite el extraordinario juicio de que cualquier obispo que falte a su deber de tomar parte en un exorcismo, o que no proporcione un sacerdote para hacerlo, es culpable de un pecado grave. En mis visitas a Europa he encontrado, para mi sorpresa, que los lderes religiosos protestantes y catlicos consideran que la religin de ms rpido crecimiento es el satanismo, y estn aprendiendo a reaccionar. El libro que tiene en sus manos es, entonces, una adicin valiosa y bienvenida a la escasa literatura sobre este ministerio tan importante. Con treinta aos de experiencia, Neal Lozano reflexiona sobre lo que ha aprendido despus de orar por muchas personas sufrientes que necesitaban liberacin. Adems de los ya citados cambios extraordinarios en los ltimos cuarenta aos, Neal representa cambios todava ms profundos que estn teniendo lugar; cambios no tan publicitados, pero probablemente aun de mayor importancia. Uno de ellos es el gran descubrimiento de que la mayora de las personas que sufren de ataques demonacos no estn "posedas", sino que sufren de un grado menor de atadura. Otro cambio es que Neal (que no ha sido ordenado) es uno del creciente nmero de creyentes laicos que regresan a la prctica de la Iglesia primitiva y oran para liberar a las personas de espritus malignos. Al contrario de lo que antes pensbamos, ahora nos percatamos de que los casos de personas que necesitan liberacin no son poco frecuentes; son personas que no estn posedas, sino controladas en alguna medida desde adentro; son bsicamente personas buenas, no malas; y estn en condiciones de recibir ayuda, excepto en casos muy graves, por cristianos ordinarios que pueden hacer muchas cosas, especialmente a travs de la oracin. El libro de Neal Lozano es una gua prctica, excepcionalmente buena, que nos muestra cmo recibir ayuda y cmo auxiliar a las personas que necesitan liberacin. Este libro no es sensacionalista, es equilibrado. El autor no da respuestas rpidas ni simplistas, sino que
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Prefacio
nos dice cmo aprovechar las mismas defensas de las personas por medio del arrepentimiento y el crecimiento espiritual en un proceso maravilloso para ser liberadas de todas aquellas fuerzas demonacas que oprimen a los cristianos. Si usted desea aprender acerca del ministerio de liberacin, o si ya se encuentra involucrado y quiere aprender cmo ejercerlo ms eficazmente, asegrese de aadir este libro a su biblioteca. Francis MacNutt, Ph.D. Presidente, Ministerios de Sanacin Cristiana Jacksonville, Florida
Introduccin
l nos libr del dominio de la oscuridad y nos traslad al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redencin, el perdn de pecados.
COLOSENSES 1:13-14
Con frecuencia, el conocimiento sobre el diablo y la accin de los espritus malignos en nuestras vidas es mnimo, hasta que tenemos un encuentro personal con el amor de Dios en Jesucristo. Entonces la obra dinmica del Espritu Santo nos transforma y nos prepara para que seamos testigos suyos. Yo tuve un encuentro as en enero de 1970. Mientras alguien oraba conmigo para ser bautizado en el Espritu, Dios me revel su amor y mi vida cambi para siempre.1 Poco tiempo despus, not cmo el diablo me pona obstculos cuando trataba de servir al Seor, como una enfermedad inoportuna antes de un retiro. Mi espalda me comenz a molestar por primera vez antes de la hora en que me tocaba dar una charla. Me di cuenta de cmo Satans usaba el miedo para disuadirme. Comenc a entender que la tentacin no es solamente una lucha contra la debilidad personal, sino una campaa estratgica y demonaca para descarriarme y destruir mi fe. Al leer las Escrituras not las muchas referencias a la accin de los demonios y la libertad que Jess trae. Relatos tales como el que se encuentra en Lucas 4:33-37 me intrigaron: "Haba en la sinagoga un hombre que estaba posedo por un espritu maligno, quien grit con todas sus fuerzas: 'Ah! Por qu te entrometes, Jess de Nazaret? Has venido a destruirnos? Yo s quin eres t: el Santo de Dios!' 'Cllate! lo reprendi Jess. Sal de ese hombre! Entonces el demonio derrib al hombre en medio de la gente y sali de l sin hacerle ningn dao. Todos se asustaron y se
1. Narro mi historia en mi primer libro, The Older Brother Returns [El hijo mayor regresa].
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LIBERTAD
decan unos a otros: 'Qu clase de palabra es sta? Con autoridad y poder les da rdenes a los espritus malignos, y salen!' Y se extendi su fama por todo aquel lugar." Le todo lo que pude encontrar sobre liberacin. Escuch atentamente los relatos de las personas que haban sido liberadas del cautiverio espiritual en el nombre de Jess. Un joven que amaba a Dios y estaba considerando hacerse sacerdote me cont que por aos haba batallado con la masturbacin. l lo confesaba, se resista y haca todo lo que se le deca que hiciera, y an as la compulsin permaneca. Un da, despus de una reunin de oracin, alguien or en contra de la presencia de un espritu maligno, tomando autoridad en el nombre de Jess. l fue liberado de esa necesidad que lo aprisionaba. Me fui dando cuenta cada vez ms de la necesidad de una mayor libertad en mi vida y en las de quienes me rodeaban. La nica ayuda que les poda ofrecer a los cristianos que batallaban eran algunos versculos conocidos de las Escrituras que yo pensaba que entenda: "As que somtanse a Dios. Resistan al diablo, y l huir de ustedes" (Santiago 4:7); "Conocern la verdad, y la verdad los har libres" (Juan 8:32). Si bien es vital resistir las tentaciones y mentiras del diablo, yo saba que algo faltaba. Tendra que esperar a que el Seor me enseara. Unos quince aos despus un hombre devoto, mediante el poder de Dios, me liber de la influencia de un espritu maligno. Era una verdadera atadura espiritual enraizada en una herida humana profunda. A travs de los aos he podido ayudar a cientos de personas a hacer lo mismo. Ese hecho fue muy significativo, y sin embargo creo que el 98% de la liberacin de espritus malignos consiste en aprender la verdad de quin es Dios, qu es lo que l ha dicho y en quines nos ha convertido a nosotros, resistir la tentacin, arrepentirse del pecado, renunciar a las obras del diablo y perdonar a aquellos que nos han hecho dao. Quizs el 2% o menos consista en ordenar al enemigo que se vaya. Este libro no trata tanto acerca de los espritus malignos como de reconocer las puertas que hemos abierto a su influencia y aprender cmo cerrarlas. Nos liberamos
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Introduccin
de la influencia del diablo cuando oramos, leemos la Biblia, participamos en el culto de la iglesia o recibimos los sacramentos. La liberacin no es un acontecimiento que ocurre una sola vez, sino un aspecto constante y normal de la vida cristiana. No he escrito este libro para probar la existencia del diablo.2 Me concentro en la liberacin de los espritus malignos en el contexto de la vida cristiana normal. Muchas personas han buscado consejera, han confesado sus pecados, han seguido con afn una vida centrada en Dios y han hecho todo lo que saben para liberarse de la atadura espiritual en reas especficas de sus vidas. No importa lo que hagan, no encuentran alivio. Muchos creyentes fieles y comprometidos han vivido con pecado oculto, compulsin y miedo debido al engao que rodea la accin de los espritus malignos. Tal vez nunca se les ha ocurrido que podran necesitar ser liberados de espritus malignos. Nosotros, como seguidores de Jesucristo, necesitamos reflexionar cuidadosamente sobre la manera en que enfocamos la liberacin. En la actualidad hay ciertos libros, pelculas y artculos en los peridicos sobre el exorcismo que son populares. Un libro muy ledo cuenta numerosos relatos que detallan manifestaciones demonacas y las palabras que han dicho los demonios a travs de personas que estaban atadas por Satans. Una persona me cont que en Eslovaquia no existe ningn libro sobre liberacin que uno pueda leer antes de acostarse, sin tener pesadillas. Estos relatos pueden tener un efecto positivo sobre aquellos que no creen en la realidad del diablo. Tambin pueden servir de advertencia a aquellos que desean involucrarse con los poderes espirituales a espaldas del Seor Jesucristo. Desafortunadamente mucha gente en la Iglesia nunca ha
2. No he tratado directamente con las razones bblicas y teolgicas para creer en el diablo. Tampoco he escrito una defensa de la oracin de liberacin. Eso lo han hecho muchos otros. La realidad del diablo es un hilo conductor que corre por este libro cuando cito las Escrituras y narro las historias de los que han sido liberados. Cuando me refiero al diablo o a los espritus malignos, no estoy hablando metafricamente. Me estoy refiriendo a un ser o a una hueste de seres reales y diablicos que tienen identidades verdaderas.
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odo una advertencia clara sobre los peligros de lo demonaco. Sin conocimiento alguno, se meten a chapucear donde no deberan. Por otro lado, estas historias pueden prestarle al diablo ms atencin de la cuenta. Provocan temor, uno de los medios principales por los cuales Satans aumenta su influencia. Los relatos hacen parecer como si el diablo tuviera gran poder para resistir aun el nombre de Jess. Si nuestra informacin acerca del diablo y qu hacer con respecto a su influencia se basa en instantneas de casos extremos, nos vamos a confundir. Si esos casos extremos los tomamos como la norma, ser mucho ms difcil admitir que necesitamos ayuda en nuestra vida ordinaria, y perderemos la oportunidad de recibir la fuerza salvadora de Jess en ciertas reas de nuestras vidas. Antes de que mi esposa diera a luz a nuestro primer hijo, fuimos a una clase de preparacin para el parto de modo que pudiramos entender el proceso y no tener miedo a lo desconocido. La educacin nos ense cmo lidiar con nuestros temores. He escrito este libro por la misma razn: para que usted pueda saber cmo cooperar con el Seor a medida que l le libera. Est escrito desde el corazn, con el deseo de hablarle a usted al corazn y ayudarle en su caminar. Aprecio mucho a aquellos que oran por otros para que sean liberados de espritus malignos. Estoy convencido de que, as como hay ms de una forma de matar pulgas, hay ms de una manera de orar con xito por la liberacin de una persona. Le ped a una amiga ma cristiana, sicloga, que leyera el primer borrador de este libro y que me diera su punto de vista. A ella le gust mucho el libro y dijo que yo tena el potencial de convertirme en un excelente siclogo. El nico problema era que ella no crea en el diablo. Posteriormente me envi la siguiente ancdota: Dos muchachos iban caminando hacia su casa despus de la escuela dominical, luego de haber escuchado un fuerte sermn sobre el diablo. Uno de ellos pregunt: "Qu piensas t acerca de todo este asunto de Satans?" El amigo le contest: "T sabes el cuento de San Nicols. Probablemente es solo tu pap".
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Introduccin
Puedo comprender el escepticismo de la sicloga. Tambin aprecio la veracidad de su relato. El nivel de influencia de los espritus malignos en la vida de cada uno a veces est arraigado en la experiencia temprana o falta de experiencia con pap, mam y los traumas de la vida. Las Escrituras nos dicen: "Su enemigo el diablo ronda como len rugiente, buscando a quin devorar" (1 Pedro 5:8). Qu mejor presa para el len que una persona que ha sido herida? Liberacin, en su sentido ms amplio, es sinnimo de salvacin. Es el poder de Dios que destruye las obras del diablo en nuestras vidas para que podamos recibir la herencia que tenemos en Cristo: el reino de Dios (ver Colosenses 1:13; 1 Juan 3:8). La liberacin de los espritus malignos elimina los obstculos para que podamos recibir, en Cristo, la bendicin del Padre. Sin embargo, para muchos este regalo maravilloso tiene connotaciones negativas, y a menudo por buenas razones: excederse en dar cabida a las manifestaciones, entablar un dilogo innecesario con los demonios, citar palabras que dice el demonio como si tuvieran algn significado, invadir el alma de otra persona sin permiso, centrarse en el demonio y no en la persona. Espero que este libro pueda aportar algo en la bsqueda de un enfoque equilibrado, seguro y fiel respecto al ministerio de liberacin. Sin embargo, mi inters primordial es hablar a los corazones de aquellos que buscan una conversin ms profunda a nuestro Seor Jess. Jess es nuestro liberador. l es la verdad y l nos ha dicho que la verdad nos har libres.
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respuesta de fe. Puede leer estos captulos antes o despus de que alguien haya orado con usted por liberacin. Entre ms comprenda usted, menor dominio tendr el enemigo. La comprensin le ayudar a echar fuera el miedo y a reducir la probabilidad de que ocurran manifestaciones destructoras de los espritus malignos. Los captulos del 1 al 9 abarcan estos puntos: Por causa de Jess, tenemos esperanza y podemos pedir la bendicin que necesitamos. Jess es nuestra esperanza; l es nuestro Salvador. Jess nos salva del pecado y del plan de Satans para nuestras vidas. Jess nos revela lo que hay en nuestro corazn para que podamos arrepentirnos. Jess nos da el poder para perdonar y renunciar al enemigo en nuestras vidas. Tenemos autoridad sobre el diablo en el nombre de Jess. Dios quiere bendecirnos revelndonos quines somos, para que podamos cumplir nuestro destino. La segunda parte del libro se centra en cmo ayudar a otros en la oracin de liberacin3 y cmo aplicar los principios de la primera seccin. Esa segunda parte ser de mucha ayuda incluso para lectores que rara vez tienen la oportunidad de orar por otros.
3. Definicin de trminos: 1) Cuando uso el trmino liberacin me estoy refiriendo a la liberacin de la influencia de espritus malignos, no al sentido ms amplio de la salvacin. 2) Lo que se ha llegado a conocer ampliamente como "oracin de liberacin" no es oracin en sentido tcnico, es decir, un dilogo con Dios. Se la suele denominar oracin porque todo lo que all sucede est en el contexto de la oracin, en que se pide que venga Jess, el Liberador. 3) Finalmente, al referirme a la liberacin como ministerio, me refiero al acto de servir, de cooperar con el Espritu Santo y de tomar parte en el ministerio de Jess. Para algunos cristianos eso es suficiente para establecerlos en un ministerio pero, para la mayora, un ministerio solo se puede establecer dentro del contexto de la Iglesia y mediante la autoridad apropiada.
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Introduccin
Los que tienen responsabilidades y dones pastorales pueden escoger leer la segunda parte primero; si usted hace eso, tmese el tiempo para regresar y considerar en oracin el fundamento que se ha puesto en los primeros nueve captulos. Usted puede encontrar que estos captulos son una herramienta valiosa si se usan como medio de preparacin para aquellos que buscan liberacin, y una ayuda para fortalecer a aquellos con quienes usted ha orado recientemente. Mi ms profundo deseo es que aquellos que no han recibido ayuda en el pasado o que no han sido comprendidos puedan recibir esperanza por medio de este libro. Cuando usted dirija su mirada al Seor para que le ayude, contine con lo bsico: culto, oracin, arrepentimiento, ayuno, disciplina y consejera espiritual, y encontrando el poder del Evangelio, que libera al cautivo. La liberacin no es una pildora mgica; es parte de la obra gloriosa y continua del Espritu Santo que transforma las vidas de aquellos que van siendo conformados en la semejanza del Hijo (Romanos 8:29). Nadie es inmune a la influencia del diablo. l busca tentar, engaar, capturar y destruir las obras de Dios en nuestras vidas. Este libro tiene que ver con cmo liberarnos de su influencia, cmo liberarnos para tener esperanza. Esta libertad se nos dar cuando aprendamos a cooperar con la gracia de Dios y ganar la victoria que l ya nos ha dado.
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PRIMERA
PARTE
LIBERTAD
CAPTULO
"Adis. Gracias. Ahora tengo esperanza!". Anna4 haba experimentado muchas cosas al llegar a los diecinueve aos. Su padre viajaba mucho, y aunque estuviera en casa se encontraba emocionalmente ausente. Anna sufri tormento y confusin mientras creca con su madre y su hermano mayor, que eran alcohlicos. Cuando se acerc a mi esposa, Janet, y a m, se encontraba llena de amargura. Hablaba evasivamente; no se senta capaz de levantar la cabeza ni de mirarnos. Haba llegado recientemente a la Comunidad Faro, en Polonia, y haba empezado a buscar al Seor. Hay alguien a quien necesites perdonar? le preguntamos. S, pero temo herir a esa persona si se lo digo a ustedes. Un momento despus mencion a alguien: Mi madre bebe. Anna, si quieres ser libre necesitas permitirle a Jess que te ayude a perdonar le dije. Decdete y di las palabras, y Jess har lo dems. Quieres hacerlo? S confes ella. Sin embargo, no poda repetir despus de m una breve oracin. No poda hablar. Mientras oraba por ella y escuchaba con mi
4. Con la excepcin de mi esposa y de mi hijo, que han querido compartir con los lectores lo que aprendieron, todos los nombres han sido cambiados, junto con algunas circunstancias, para proteger la identidad de aquellos cuyas historias se narran.
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LIBERTAD
espritu, el Seor me revel lo que haba en el corazn de ella y experiment la agona de su soledad y su desesperacin. Entonces or en voz alta: "Seor, Anna ha vivido en el caos y nunca ha sabido qu esperar. Ella quiso arreglar las cosas pero no pudo". Ella comenz a sollozar. Yo continu: "Pero lo que ella no entiende es por qu no hiciste nada. Ella sabe que t eres Dios y que puedes hacer cualquier cosa. Ella ha clamado a ti; te ha suplicado; se ha dormido llorando noche tras noche y t no le has contestado". Ahora Anna sollozaba incontrolablemente, retorcindose por el dolor de tantos aos de lucha. Janet y la intrprete lloraban con ella a medida que Dios les permita experimentar la profundidad de aquel dolor. Entonces yo or: "Seor, no entiendo. No entiendo por qu no hiciste algo", todos llorbamos juntos delante del Seor. Ahora, Anna, renunciaras a ese espritu de falta de perdn, de dolor y tormento? le pregunt. Podras decir: "Te perdono, mam"? Ella estaba lista, porque saba que otros sentan su dolor. Sobre todo, lo conoca de una nueva forma, al permitir que saliera a la luz. Mam, te perdono por tu problema con la bebida y por rechazarme, y por toda la confusin y el dolor. Te perdono por no haberme amado de la manera que yo lo necesitaba. A continuacin renunci a la tristeza, al rechazo de s misma, a la autocondenacin y la autoacusacin. Estaba siendo liberada. Sabamos que Anna tena un largo trayecto por recorrer, pero estbamos agradecidos de que perteneca a una hermandad de creyentes que podan ayudarla si continuaba buscando el buen plan de Dios y negndole al diablo el acceso a su vida. Al da siguiente, su cara estaba radiante y su personalidad gozosa, no triste. Descubrimos su maravilloso sentido del humor. Trajo a su familia para que la conociramos. Antes de irnos de la ciudad, esper ms de una hora para poder retratarse con nosotros y decir aquellas palabras que an conmueven nuestros corazones: "Gracias, ahora tengo esperanza."
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LIBERTAD
A m tambin me tom por sorpresa. Conoca a Dave como un cristiano entusiasta, siempre dispuesto para servir y animar a los dems. Alguien que l respetaba mucho lo haba traicionado ms de quince aos atrs. l pensaba que eso se haba resuelto; sin embargo, en esa situacin, un espritu de desesperanza, que ni Dave ni los que le rodeaban podan identificar ni detectar, tuvo acceso a l y se qued al acecho en su vida. En cierto modo Dave haba llegado a resignarse a su falta de esperanza. Tal vez usted se sienta sin esperanza en algn rea de su vida, y est buscando formas de adormecerla. Algunos de nosotros ajustamos nuestro pensamiento y decimos: "Solo es cosa ma; as soy yo"; "Es algo con lo que tendr que vivir"; "En realidad no es tan daino; voy a superarlo."
Por supuesto, estas cosas no se han de atribuir exclusivamente a la accin de los espritus malignos pero, para muchos, la influencia de esos espritus es el rea especfica que ha pasado inadvertida y sin tocar en la bsqueda de la curacin dada por Dios. En Proverbios 13:12 se nos dice que "la esperanza frustrada aflige al corazn; el deseo cumplido es un rbol de vida". La esperanza es la expectacin confiada del bien; el bien ltimo es el cielo. Las Escrituras dicen que Cristo en nosotros es precisamente esa esperanza, la esperanza de la gloria (Colosenses 1:27). Es que el poder del Evangelio se limita a ofrecernos, en medio de nuestra esclavitud, la esperanza del cielo? No. En Colosenses 1:13-14 dice: "l nos libr del dominio de la oscuridad y nos traslad al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redencin, el perdn de pecados." Ya hemos sido librados (rescatados, trasladados) de un reino a otro, pero el cumplimiento pleno de esto no lo vemos todava. Pienso en los hijos de Israel cuando andaban errantes por el desierto. Por medio de Moiss, Dios los haba liberado de sus capataces egipcios, y aun as ellos seguan apegados a su mentalidad de esclavos. Toda una generacin de israelitas muri en el desierto antes de que el pueblo estuviera listo para cooperar con Dios, para hacer suyas las promesas que l les haba dado. Acaso tiene usted una "mentalidad de esclavo" que todava hay que derrotar?
LIBERTAD
buenos consejos cosas que hacer, oraciones que decir, nimo para evitar el mal y formas de disciplinar sus pensamientos y sus acciones, pero su continuo fracaso le ha aumentado la desesperanza. Tal vez haya recibido consejera que realmente le ha ayudado. Ahora entiende por qu hace lo que hace, pero la persona interior no ha cambiado. Tal vez haya acudido por muchos aos a consejera y es muy poco lo que ha cambiado, de modo que ya no espera otra cosa ms que poder hacerle frente a la situacin. O puede que usted sea como muchos otros, que piensan en buscar consejera, pero debido a las limitaciones econmicas o por orgullo, nunca llega a hacer esa llamada para pedir ayuda. Espero que haga esa llamada pidiendo ayuda, y que hable con alguien una vez ms. Todos podemos beneficiarnos con los consejeros sabios que escuchan y comprenden. Los consejeros con formacin profesional son un regalo, un recurso importante, pero solamente hay un Salvador. Es lamentable que haya pastores y lderes de la iglesia que se sienten tan ineficaces, como si el Evangelio no tuviera poder. Demasiados cristianos recurren rpidamente a los consejeros profesionales cuando surgen los problemas. El poder del Evangelio es mucho mayor que el de un consejero profesional (aunque ambos trabajan juntos de una manera maravillosa). Si se necesitara consejera, los que estn en el ministerio pastoral necesitan saber cmo trabajar juntos con el consejero para ministrar a las heridas del alma.
Un nuevo Reino
"Se ha cumplido el tiempo deca Jess]. El reino de Dios est cerca. Arrepintanse y crean las buenas nuevas!" (Marcos 1:15). El Evangelio de Marcos registra estas como las primeras palabras que proclam Jess despus de sus cuarenta das en el desierto. Jess es el "nuevo Moiss," que rompe las ataduras de Satans y nos gua fuera de su dominio. Jess es el "nuevo Josu" que nos conduce al Reino de Dios, donde Dios mismo es el soberano y sus leyes estn escritas en nuestros corazones.
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Un da unos amigos de Juan el Bautista le preguntaron a Jess: "Eres t el que ha de venir, o debemos esperar a otro?" En presencia de ellos Jess san a muchos que tenan enfermedades, ceguera y espritus malignos. l contest: "Cuntenle a Juan lo que han visto y odo" (ver Lucas 7:20-22). Los que estaban bajo opresin estaban experimentando la manifestacin del Reino de Dios. Estas son las buenas nuevas! Los quebrantados y oprimidos, liberados de su cautiverio y su enfermedad, estaban entrando al Reino. En la antigedad, cuando un rey conquistaba una ciudad, enviaba heraldos para anunciar las buenas nuevas. Existe una nueva forma de vivir; ahora ustedes viven bajo una nueva autoridad! Los heraldos proclamaban el nombre del nuevo soberano y los grandes beneficios que recibiran los habitantes por vivir bajo su gobierno. Cooperar con esa declaracin era un asunto de vida o muerte. La buena nueva es que Jesucristo se ha convertido en nuestro Rey. l derrot a Satans y cancel nuestras deudas. Nuestra mayor liberacin se da si nos sometemos a l como nuestro Salvador. Ahora que hemos escogido su reino y nos hemos sometido a su Espritu, ya no vivimos bajo la autoridad del antiguo rey. Uno est bajo una nueva autoridad; vive en un reino nuevo. La liberacin de la influencia de los espritus malignos se profundiza a medida que respondemos a la iniciativa de Dios de tomar nuevo territorio en nuestras vidas.
LIBERTAD
En tiempos bblicos, la bendicin tena la intencin de brindar proteccin y ayuda en los viajes. Tena la intencin de proveer gracia para el viaje de la vida. Bendicin es hablar bien de una persona. Es lo opuesto a maldicin. Estar conscientes de la bendicin de Dios y de nuestra necesidad de bendecir a otros era algo que estaba tan profundamente enraizado en la antigua cultura judaica, que la palabra shalom se usa todava a manera de saludo. Shalom significa paz, integridad, armona, salud y bienestar. Se resume en el plan divino identificado en Jeremas 29:11: "Porque yo s muy bien los planes que tengo para ustedes afirma el SEOR, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza." Aqu la palabra shalom se traduce en la frase "planes de bienestar y no de calamidad". Eso era lo que Dios se propona desde el principio, y ahora en Cristo hemos recibido efectivamente toda bendicin espiritual (Efesios 1:3). La plenitud de lo que significa ser bendecidos es conocer a Cristo y la verdad de nuestra identidad y destino en l. Es saber que tiene planes especiales para nuestro futuro. Al tratar de recibir la bendicin del Padre, podemos fijarnos en el ejemplo de cmo Dios proclam bendicin para su Hijo, Jess. Antes de empezar su ministerio pblico, Jess busc a Juan para ser bautizado. Sabiendo que Jess no necesitaba un bautismo de arrepentimiento, Juan dijo: "Yo soy el que necesita ser bautizado por ti" (Mateo 3:14). Pero Jess haba venido a la tierra para ser uno de nosotros. Aunque era Dios, se identific con nuestros pecados. El Cordero sacrificial de Dios vino a morir para redimirnos y ser nuestra puerta de entrada a la misericordia divina. El bautismo de Jess es el primer acto registrado en que l abraza su destino como el Cordero Salvador de Dios. Cuando Jess sali del agua, el Espritu de Dios descendi sobre l y una voz desde el cielo dijo: "Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con l" (Mateo 3:17). Dios estaba declarando quin era Jess y su complacencia paterna en l. Al entrar en nuestro mundo de dolor y sufrimiento, Jess trajo consigo el favor del Padre, la bendicin del Padre. Romanos 5:10 dice
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que Jess vino a reconciliarnos con el Padre. Esta bendicin que Jess recibi ha sido impartida a nosotros. En Cristo estas palabras, este vnculo, nos pertenecen. "Fjense qu gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! Y lo somos!" (1 Juan 3:1). Las palabras de bendicin afirman nuestra identidad y nos preparan para cumplir con nuestro destino. Cada uno de nosotros tiene un propsito, una contribucin que hacer al misterio del plan de Dios que se va desplegando, algo que le dar alabanza y honor a Aquel que nos llam para toda la eternidad. En Cristo tambin fuimos hechos herederos, pues fuimos predestinados segn el plan de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad, a fin de que nosotros, que ya hemos puesto nuestra esperanza en Cristo, seamos para alabanza de su gloria.
EFESIOS 1 : 1 1 - 1 2 ; NFASIS AADIDO
La liberacin de la esclavitud espiritual nos dispone para recibir la bendicin que Dios nos ha dado en su Hijo, para que podamos vivir para alabanza de su gloria. Dios se complace cuando buscamos todo lo que tiene para nosotros en Cristo.
LIBERTAD
la cadera y se la disloc. Cun extrao es imaginar que Dios no pudiera vencer a Jacob. Qu era lo que tena Jacob que no poda ser derrotado? El agotamiento debe haberle alcanzado cada parte de su mente y de su cuerpo, y la cadera debi haberle dolido muchsimo, y aun as no se renda. Finalmente el hombre dijo: "Sultame, que ya est por amanecer!" Y Jacob respondi: "No te soltar hasta que me bendigas!" Jacob no estaba dispuesto a ceder. Haba luchado con Dios toda la noche, estaba herido y se negaba a soltarlo hasta que obtuviera su bendicin. Ya no tendra que depender de sus propios recursos para prosperar; en su lucha l se someti a los planes de Dios para su bienestar y su futuro. Dios efectivamente lo bendijo, incluso cambiando su nombre por Israel y haciendo de sus hijos los padres de las doce tribus hebreas. Est usted buscando la bendicin de Dios? Le parece acaso como si hubiera luchado toda la noche... o quizs toda la vida? Quizs haya pasado por tiempos difciles. Su dolor ha sido expuesto; como Jacob, usted se siente herido y sabe que no volver a ser el mismo otra vez. Quizs ya est amaneciendo y usted est dispuesto a rendirse. Es tiempo de decir una vez ms: "No te soltar a menos que me bendigas." Quizs usted est diciendo: "Quiero ser libre. Quiero conocer las bendiciones que Dios tiene planeadas para m, pero no tengo la fortaleza de Jacob." Tenga la certeza de que Dios quiere encontrarse con usted y actuar en usted, dondequiera que se encuentre. l quiere que usted se vuelva a l y le pida. En un captulo posterior cuento la historia de Mike, un joven de veintisis aos de edad en el camino rpido al xito. Siendo uno de los hijos prdigos de Dios, su viaje espiritual de regreso a Dios comenz con una simple peticin, hecha por una fiel amiga cristiana. Al percibir un poco de hambre espiritual en l, ella le dijo: "Por qu simplemente no le pides a Jess que venga y te tome?" Este es un buen punto para comenzar. Solo ore: "Jess, ven y tmame." Dgalo con frecuencia. Dgalo en voz alta o en silencio. Puede decirlo con otras palabras. "Jess, si de verdad existes, por
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favor demustramelo." O haga otra peticin sencilla: "Aydame, Seor." La ayuda no viene siempre en el momento y la forma en que la esperamos. Anna no pens que tendra que esperar tanto por una respuesta. Ni esperaba que Dios le enviara a alguien desde el otro lado del mundo para ayudarla. Uno puede estar seguro, sin embargo, de que cuando pide, Dios escucha, y su respuesta ya est en camino (ver Mateo 7:7). Hay que pedir. Nadie puede hacerlo por uno. Ningn viaje de liberacin se lleva a cabo sin la gracia de Dios y la fuerza de su Espritu actuando en uno. Jess muri para salvarle y liberarle a usted. La liberacin de la influencia de los espritus malignos es una puerta de entrada a una experiencia ms profunda de la nueva vida que se nos ha dado en Cristo.
Siga leyendo...
En el captulo siguiente veremos la realidad de nuestro enemigo, el diablo, y cmo quiere impedir que vivamos nuestro destino como hijos de Dios. En los captulos subsiguientes de la primera parte, trataremos sobre cinco llaves espirituales que nos liberan de la esclavitud del maligno. Utilizo la metfora de la llave por el doble propsito de las mismas, ya que sirven tanto para abrir puertas como para cerrarlas. Los espritus malignos adquieren influencia en la vida de una persona a travs de entradas que son abiertas, por nosotros o por otras personas, a menudo durante la niez. Por esas entradas, las mentiras y los engaos de Satans limitan nuestro acceso a la bendicin del Reino de Dios. Al utilizar las llaves que se presentan en este libro, podemos cerrar las puertas a travs de las cuales el maligno adquiere influencia, y al mismo tiempo abrir aquellas a travs de las cuales Cristo nos libera y nos imparte bendicin. Como ver, esta no es una grandiosa apertura (o cierre) que se da una sola vez en la vida. Ms bien, cuando buscamos y encontramos nueva libertad, el Espritu Santo nos libera del cautiverio a niveles cada vez ms profundos. Dios nos libera y nos
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LIBERTAD
bendice para que podamos bendecir a otros. En la segunda parte doy instrucciones sobre cmo usted puede ayudar a otra persona a recibir el regalo de la liberacin en Cristo. Dondequiera que est, en la condicin en que est, le sugiero que siga leyendo. Vaya al captulo 2 y ver que es un esfuerzo esperanzados Cuando Anna vino a nosotros tena muy pocas expectativas. Vino porque oramos con una amiga y ella pens que quizs era bueno hacer el intento. Parti con la esperanza de un nuevo comienzo. Si usted sigue leyendo, tendr la misma oportunidad que Anna. Aprender a fomentar el regalo de la esperanza, a romper con los apegos a las cosas que le atan y soltar a aquellas personas que le han herido. Se dar cuenta de que la fuerza del enemigo ha sido quebrantada y que usted puede cooperar con el poder de Dios a medida que l le revele el propsito especial que tiene con su vida. [Jess dijo:] "As que yo les digo: Pidan, y se les dar; busquen, y encontrarn; llamen, y se les abrir la puerta. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre."
LUCAS 11:9-10
Seor Jess, ven y tmame. Cautiva mi corazn con tu amor. No tengo la fuerza de Jacob; dame t el valor de pedir la libertad y las bendiciones que son mas en Cristo. Usa este libro para renovar mi esperanza y sacar a la luz aquellas reas de mi vida que no he sometido a ti. Mustrame quin soy y tu plan para mi vida, mi identidad y mi destino. Bendceme para que llegue a ser una bendicin para otros.
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CAPITULO
La liberacin de Ral
Ral lleg con su esposa a orar con Janet y conmigo. Cuando le preguntamos por qu cosa quera orar, replic: "Mi orgullo; siempre ha estado conmigo. Siempre me fue bien en los estudios y fui popular. Me cas con la reina de la promocin. He tenido mucho xito en los negocios y en casi todo lo que he emprendido. He derivado mi vida desde mi propio xito." Grandioso, pens. El entiende cmo trabaja el espritu de orgullo. Ser sencillo ayudarlo a arrepentirse, renunciar y ser liberado. Oramos? le pregunt. No, tengo algo ms comenz a llorar, cosa inusual en un hombre orgulloso. Verdaderamente estaba quebrantado. Q u p o d r ser?, pens. Hace cinco aos tuve una aventura amorosa me dijo Ral. Ya la he confesado muchas veces. Mi esposa me ha perdonado, pero no me puedo perdonar a m mismo. Cuando miro a mi esposa y a mis hijos y siento el amor y la gratitud de ellos en mi corazn, recuerdo lo que hice, siempre est ah. Pienso cmo los traicion continu llorando. Era un hombre bueno, comprometido con Dios y dedicado al servicio cristiano.
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Qu vi en Ral? A pesar de su xito y de todo su talento, haba sido tentado y luego atado por un espritu de orgullo. Y ese orgullo le haba permitido esconder temores e inseguridades profundas. Junto con el orgullo suelen venir espritus como la superioridad, la arrogancia, la presuncin, la autojustificacin y la confianza excesiva en s mismo, y todo eso afecta a un patrn completo de pensamiento. Una persona puede aprender a hablar muy humildemente, pero todo el tiempo puede estar manipulando la forma como otros la perciben. Este era el caso con Ral. Con el orgullo por delante, y a continuacin el egocentrismo, el egosmo y la arrogancia, muchos hombres siguen un camino que los lleva al adulterio. Pensamientos como soy incomprendido, me lo merezco, no se me aprecia, se basan en la necesidad subyacente de esconder la inseguridad mantenindose en la cima y dominando. Ahora ese mismo orgullo que lo llev a tener una aventura, lo atormentaba con acusaciones. Cmo pudiste hacerles eso a tu esposa y a tus hijos? Has fallado en la nica rea de la vida que tiene algn significado. l intent reparar su propio pecado mediante la confesin, el remordimiento y la autoacusacin. Su orgullo no le permita recibir la misericordia y el perdn de Dios. (Rehusarse a soltar la culpabilidad es con frecuencia la accin del orgullo, que nos engaa hacindonos creer que debemos redimirnos nosotros mismos.) La autojustificacin le exiga hacer algo para mejorar las cosas. El arrepentimiento de Ral se complet mucho antes de que nos conociramos. En este momento, l necesitaba reconocer y renunciar al plan de destruccin que el diablo tena con su vida. Despus de haber abordado todos los temas, estaba listo para orar: "En el nombre de Jess, renuncio al orgullo, a creerme que soy muy justo, a creerme superior... En el nombre de Jess, renuncio al espritu de adulterio y de infidelidad... En el nombre de Jess, renuncio al espritu de autoacusacin y condenacin..." Hay algo ms a lo que quisieras renunciar? S, a la culpabilidad. Alguna otra cosa? le pregunt.
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No creo. En el nombre de Jess, les ordeno a todos los espritus a los que Ral ha renunciado que se vayan, ahora mismo. Ral sinti una libertad espiritual nueva. La influencia del maligno se haba roto, y l qued en libertad para emprender nuevas reas de crecimiento cristiano. Aos atrs Ral haba sido vctima de un enemigo que estaba decidido a destruirlo.
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La palabra diablo significa en realidad acusador o calumniador. Tergiversando las palabras de Dios, poniendo en duda las motivaciones divinas, haciendo promesas vanas y presentando lo malo como bueno, Satans cautiv a Adn y Eva, por lo que se sometieron a su dominio. Cuando Dios lleg al jardn para estar con sus hijos, ellos se escondieron. "Pero Dios el Seor llam al hombre y le dijo: 'Dnde ests?' El hombre contest: 'Escuch que andabas por el jardn, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escond'" (Gnesis 3:9-10). Sbitamente tuvieron miedo de Dios y dejaron de recibir y percibir su amor por ellos. Tambin tenan miedo de s mismos, as que cubrieron sus cuerpos. Ese miedo est en toda persona. Muchos de nosotros lo negamos. Pasamos nuestra vida tratando de superarlo. Temerosos, absortos en s mismos, cuidndose ellos mismos sin contar con Dios, Adn y Eva comenzaron a actuar como la serpiente, acusndose el uno al otro, defendiendo sus acciones y olvidndose de cmo era Dios verdaderamente. Creyeron la mentira. Ya no podan confiarle sus vidas a Dios. La serpiente les rob el corazn. El enemigo haba triunfado; present una imagen falsa de Dios y adquiri influencia sobre el gnero humano. l contina con su influencia a travs de huestes de espritus malignos que procuran presentar falsamente a Dios, nos engaan y se apegan a nosotros. Con frecuencia acta a travs de otras personas, aquellos de quienes Dios tuvo la intencin de que lo representaran a l, como los padres y otras personas que cuidan a los nios. Aquellos que tienen la responsabilidad primordial de presentar el carcter de Dios a la nueva generacin son los objetivos de Satans y sus agentes principales. Los hijos de Dios han sido capturados. Dios tiene un plan para recuperarlos. l se revel a s mismo como Padre a travs de Abraham, y se revel a un pueblo que haba de preparar el camino para
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la revelacin completa de su naturaleza en Jesucristo (ver Hebreos 1:1-3), quien vino a la tierra y muri como sacrificio y luego resucit "para destruir las obras del diablo" (1 Juan 3:8) y reclamarnos como hijos de Dios con el destino de un reino. En el captulo 1 describ cmo Dios bendijo a Jess en su bautismo. Obsrvese que inmediatamente despus de esa declaracin de Cristo como Hijo de Dios, "el Espritu llev a Jess al desierto para que el diablo lo sometiera a tentacin" (Mateo 4:1). Por qu Dios le permitira al diablo tentar a su Hijo? Por qu Dios permite que el diablo nos tiente? Regresemos al relato de los israelitas en el desierto: "Recuerda que durante cuarenta aos el SEOR tu Dios te llev por todo el camino del desierto, y te humill y te puso a prueba para conocer lo que haba en tu corazn y ver si cumpliras o no sus mandamientos" (Deuteronomio 8:2). Tambin en el pasaje de Mateo, la palabra tentar podra traducirse como "poner a prueba". Era hora de que Jess conociera qu era lo que haba en su corazn. Qu implicaban las tentaciones? En el momento ms dbil de Jess vulnerable por cuarenta das de ayuno Satans le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan" (Mateo 4:3). La segunda tentacin de Satans tambin empez con "Si eres el Hijo de Dios" (Mateo 4:6). La tercera deca: "Si te postras y me adoras..." (Mateo 4:9). Al poner a prueba la identidad de Jess como Hijo de Dios, el diablo tent a Jess para que actuara independientemente del Padre. l quera que Jess negara lo que Dios haba declarado acerca de su Hijo amado. Igualmente, las pruebas en nuestras vidas, los retos que enfrentamos, tienen la intencin de sacar a la luz la verdad que Dios ha colocado en nuestros corazones. Satans puede proponerse que las pruebas nos hagan dao, pero el buen plan de Dios las usa para el bien.
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y personalidades, su plan para todos nosotros est basado en mentiras. Antes de continuar, djenme recordarles tambin las palabras de Cristo, Aquel que se llam a s mismo la Verdad y dijo: "La verdad los har libres" (Juan 8:32). Todos nosotros nos hemos tragado las mentiras del maestro del engao. Esas mentiras funcionan como cimientos falseados sobre los cuales construimos nuestras vidas. Ral haba construido sobre su confianza en s mismo, y desde ese engao medular desarroll un sistema de pensamiento para proteger la mentira. Este sistema de pensamiento se construye en la misma forma en que un ave construye su nido: de paja en paja. Asimismo, el enemigo nos pone un pensamiento daino cada vez. Como el patrn de pensamiento est basado en la mentira fundamental, l encuentra un lugar para habitar y ejercer mayor influencia en nuestras emociones y voluntad. Por ejemplo, una persona como Ral puede haber aceptado el Evangelio y entregado su vida a Jess. En su mente, l sabe que Dios lo ama y hasta puede haber tenido una experiencia profunda con el amor de Dios. Pero en las profundidades de su alma no puede aceptar ese amor y la verdad de que, por medio de Jess, es merecedor de ese amor. El pensamiento bsico perdura: Tengo que ser lo suficiente bueno para ganar o merecer el amor de Dios. Le suena familiar esto? Ha tenido alguna vez dificultades para perdonarse a s mismo, como le pas a Ral? En 2 Corintios 10:3 se describe el conflicto entre la verdad y el engao como una batalla: "Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo." El nivel de libertad que hemos entregado al enemigo y la cantidad de influencia que l ejerce es el problema ms significativo en la guerra. La Escritura se refiere a esos sistemas de pensamiento como fortalezas. "Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas" (v. 4). Esas fortalezas nos impiden conocer la verdad acerca de Dios, acerca de su amor y sobre nosotros mismos. Nos llevan a ver a muchos otros como nuestros enemigos. Efesios 6:12 dice que
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"nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales". Nuestros verdaderos enemigos son las potestades de este mundo tenebroso. Nuestros pensamientos nos engaan.
Un mundo espiritual
Desafortunadamente muchos creyentes han perdido el sentido de la interaccin entre los mundos natural y espiritual. El mundo espiritual se ha convertido en algo ajeno a nosotros. Tal vez lo aceptemos intelectualmente, pero en la prctica no forma parte de nuestra visin occidental. Para otros sigue siendo algo raro acerca de lo cual prefieren no pensar. Para aquellos que se han despertado espiritualmente, abunda la confusin. Parte del problema es que el mundo demonaco ha permanecido escondido. No lo entendemos, y tendemos a tener miedo de aquello que no entendemos. El miedo es uno de los factores que ms nos impiden cooperar con el Seor para que nos libere. Las imgenes de los espritus malignos acechando alrededor de nosotros o dentro de nosotros activan uno de nuestros temores ms fundamentales: Hay algo malo conmigo y no puedo hacer nada al respecto. Como Adn y Eva, nuestra respuesta es escondernos. El hablar de espritus malignos puede provocar miedos tales como: "Tengo un espritu?" Nos figuramos un demonio pequeo y asqueroso oculto en nosotros en un rincn secreto. Aterrador! Burdo! Eso es parcialmente cierto, pero la verdad es que el espritu no es ms asqueroso que el pecado detrs del cual se esconde. El pecado que hemos albergado, el patrn de pensamiento que ofende a Aquel que nos cre, la desesperacin con que cargamos y a la cual estamos acostumbrados, la lujuria que alimentamos secretamente, la falta de perdn y la amargura que fomentamos... son las expresiones de la influencia de esos espritus malignos. Ese es el aspecto que tienen, pero a nosotros no nos parecen tan feos porque son nuestros demonios. Son huspedes invitados, nuestros acompaantes.
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Cierto miedo y confusin surge respecto al significado de la palabra bblica que a veces se traduce como "posedo". Una mejor traduccin del griego es "endemoniado". En realidad, significa "tener un demonio" o "actuar bajo el control de un demonio".5 Nuestra palabra posedo da a entender que la vida de uno est bajo el control del diablo o de una hueste de demonios. Eso es mucho ms grave que el que un demonio ejerza influencia sobre una o varias reas de la vida de uno. Es un buen ejemplo de cmo el enemigo quiere trasladarnos de un punto de equilibrio hacia los extremos. Es difcil considerar que podamos necesitar liberacin de la influencia de un espritu maligno si lo asociamos con la posesin, especialmente la posesin tal como se exhibe en los medios de comunicacin. Muchos cristianos admiten en teora que la actividad demonaca es posible, pero piensan que no tiene consecuencias prcticas en la vida del creyente. Creen que los demonios solo pueden influenciar a aquellos que no conocen a Cristo. Puede un cristiano "tener un demonio", estar bajo la influencia de un espritu maligno o tener un rea de la vida en la cual l o ella haya perdido la libertad? S. La mayora de los creyentes admitirn que ciertas reas de sus vidas no estn sometidas a Cristo. Estn reteniendo algo. En esas reas el diablo todava es capaz de ejercer su influencia y de mantener a las personas en cautiverio. Algo que atiza nuestro miedo es la forma en que ciertas pelculas y libros se centran, a veces en casos extremos de atadura. Las manifestaciones repugnantes del maligno en respuesta a las oraciones de un sacerdote o ministro nos dejan dudando: Puede Satans apoderarse del alma de un cristiano? Por su temor al diablo y por no estar seguros en el amor de Jess, a muchos les es robada la autoridad que tienen en su nombre. La idea de que alguien ore por nuestra liberacin trae a la mente al endemoniado con quien trat Jess en el Evangelio de
5. Ver AN Expositor/Dictionary of Bblical Words [Diccionario de exposicin de palabras bblicas], W.E. Vine, Merrill F. Unger, William White, Jr., Nashville, Thomas Nelson Inc., Publishers, Tennessee, Estados Unidos, 1984, p. 283.
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Marcos, captulo 5. Ese endemoniado tena una fuerza sobrehumana para romper cadenas. Los demonios hablaban a travs del hombre y lo volvieron loco, provocando que se hiriera a s mismo. Creo que las manifestaciones fuertes tienen ms que ver con el nivel de infiltracin que con la fuerza del demonio, con hasta qu punto la vida de la persona y su personalidad se ha entrelazado con la presencia demonaca. (Jess indica en Lucas 11:26 que algunos demonios son ms perversos que otros. Aunque los demonios tengan diferentes niveles de fuerza, su poder es insignificante comparado con el poder del Seor resucitado.) Ms del 95% de las personas por quienes hemos orado no han tenido manifestaciones fsicas del maligno. Esas cosas s pasan realmente, pero en mi experiencia ocurren en una minora de los casos. Las manifestaciones se encuentran en los casos ms graves. (Estas manifestaciones se tratan ms ampliamente en el captulo 14.) Tambin predominan ms en aquellos modelos de oracin por liberacin que enfatizan la confrontacin a los demonios, o cuando se espera que haya manifestaciones.6 Enfocarse en casos de manifestaciones violentas impide que muchos busquen la liberacin, cosa que estoy seguro no le molesta al diablo, a quien le encanta permanecer escondido.
6. En un seminario reciente oramos con casi treinta personas. Solo una de ellas comenz a tener manifestaciones en reaccin al ministerio. Sospecho que eso sucedi porque ya durante cierto tiempo haba recibido el ministerio de liberacin, y tena expectativas de cmo sera liberada.
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conflictiva y renuncia a los espritus relacionados con ese problema, y entonces ve algo ms profundo o ms tenebroso: una puerta hacia otro cuarto. Al liberarse de un rea de atadura, aquello que se encontraba escondido ahora se vuelve evidente. Un pastor vino donde nosotros pidiendo oracin. Confes que le daba miedo hablar en pblico. Tambin dijo que sufra de una tentacin sexual indebida, pero que haba podido resistirla. Antes de orar con alguien por liberacin, hago varias preguntas una entrevista informal para obtener informacin acerca de las dinmicas y patrones de vida de la niez. Cuntame acerca de tu mam y tu pap le ped. Mi mam siempre estaba demasiado ocupada para atenderme dijo. Ella siempre controlaba a mi pap y lo criticaba cuando no estaba presente. Mi pap era ms sincero. Yo jugaba con l. Cuando yo tena siete aos de edad, l se tuvo que ir del pas por un ao para conseguir trabajo. Nuestra relacin nunca fue la misma despus de su regreso. A medida que lo escuchaba y me mantena sensible al Espritu Santo, escrib varias cosas a las que l poda renunciar: miedo, miedo de hablar en pblico, miedo al rechazo, miedo a la humillacin, miedo a la vergenza, miedo a la crtica, inseguridad, control, abandono, rechazo, herida, soledad y pesar. Pero, cul era el problema que estaba detrs de todo eso? Quizs en los casos en que tu mam criticaba a tu pap cuando l no se encontraba en casa, t te sentas inseguro, preguntndote cmo hablara ella de ti cuando no estabas presente suger. Nunca pens de esa manera. Tal vez yo est equivocado repliqu, pero cuando oremos me gustara guiarte en una oracin de perdn. Si te identificabas con tu pap y tu mam lo criticaba, quizs pudiste haber sentido como si debieras hacer o decir algo, pero no haba nada que pudieras hacer o decir. Tal vez te lo tomaste muy personalmente. Me mir con los ojos hmedos y me dijo: Algo me est tocando.
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Empezamos a orar: "Perdono a mi mam por..." Se le salieron las lgrimas. Despus hicimos lo mismo por su pap. "Te perdono a ti, pap, por abandonarme y no protegerme..." Hondos sollozos iban saliendo a medida que quedaba expuesto el dolor sin resolver de ese hombre. l nunca haba considerado lo profundamente abandonado que se haba sentido cuando su pap se fue durante aquel ao. Renunci a la lista de posibles espritus relacionados y dijo: lengo paz . Pens que aquello se haba acabado, pero aadi: "Tengo algo ms". As se abri la siguiente cmara. Comparti un par de encuentros sexuales que haba tenido de nio: haba formado parte de un grupo de nios y nias que se tocaban los unos a los otros, y que vean pornografa. Ms de veinte aos haban pasado, y esa misma imagen pornogrfica regresaba a su mente. Oramos de nuevo. Perdon a los muchachos que le haban ensearon aquella foto, y renunci a la vergenza. Entonces dijo: "Hay una cosa ms. Nunca se lo he dicho a nadie en mi vida. Cuando tena doce aos un chico se sent encima de m y trat de penetrarme oralmente. Me sent aterrorizado mientras luchaba por salirme de esa situacin". Una vez que renunciamos a los espritus y les ordenamos que se alejaran, mi amigo se llen de gran alegra. El enemigo haba sido expuesto, la luz ilumin los lugares oscuros y el viejo patrn de pensamiento estaba destruido. Cul era el plan de Satans con la vida de ese ministro? Realmente no lo s, pero he aqu algunos retazos. Dios lo haba llamado para que predicara el Evangelio. El temor al rechazo se apoder de l y se dio cuenta de que era difcil enfrentar a sus amigos y expresarles aquello tan profundo que el Seor haba hecho por l. Estoy seguro de que Satans se senta feliz de impedir que ese hombre utilizara la autoridad que Dios le haba dado, pero Satans an tena planes ms malvolos. Actuando a travs del dolor y la duda sobre s mismo, busc llevarlo al desaliento y al acomodo. Ahora esa raz haba sido expuesta, y el poder del enemigo (por lo menos hasta cierto nivel)
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haba sido destruido. Mi amigo es libre de caminar en victoria. Ya no se esconde en el temor. Tiene la oportunidad de que su debilidad se convierta en su fortaleza, porque depende totalmente de Dios. Sus pruebas desarrollaron en l un profundo sentido de compasin y sensibilidad al Espritu Santo. El ser puesto en libertad pareci desatar en l un sentido ms profundo de la misericordia de Dios. Su temor al diablo perdi poder. Cuando se nos uni para orar por otros, me pareci evidente que tena un don especial para hablar al corazn de aquellos a quienes ministraba. Creo que crecer en el don de discernimiento mediante el cual muchos cautivos sern liberados.
En busca de atencin
Parece contradictorio, pero una segunda tctica que Satans utiliza es conseguir atencin, quitndole a Dios lo que le pertenece. Una de las tentaciones del diablo a Jess fue: "Todo esto te dar si te postras y me adoras" (Mateo 4:9, nfasis aadido). El engaador contina repitindonos a nosotros esa mentira. Hay una profunda verdad en estas pocas frases de C.S. Lewis: "Existen dos errores iguales y opuestos en los cuales puede caer nuestra especie con respecto a los demonios. Uno es no creer en su existencia. El otro es s creer, y sentir un inters excesivo y malsano por ellos. A los propios demonios les complacen ambos errores por igual."7 Es difcil mantener un equilibrio saludable. Es como si el mismo diablo nos empujara hacia uno de los dos extremos. Antes que un soldado vaya a la guerra, se le ensea a concentrarse en el enemigo y sus estrategias. Aprende cmo derrotar al enemigo. Sin embargo, no se le ensea al soldado a mirar a la cara a la persona que va a matar, herir o capturar, ni a pensar quin es esa persona. No se pregunta: "En qu consiste su vida? Cuntos hijos
7. C.S. Lewis, The Screwtape Letters, Simon E Schuster, Nueva York, 1961, p. 15. (Nota del editor: Hay dos ediciones en castellano, tituladas respectivamente Cartas a un diablo novato y Cartas del Diablo a su sobrino.)
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dejar en orfandad? Cmo se afectar el mundo por el hecho de que esa persona deje de existir?" Piense en los espritus malignos como en un enemigo. Es tentador interesarse demasiado por ellos. En Efesios 6:11 se nos ensea a "hacer frente a las artimaas del diablo". Cuando ayudo a otros a liberarse de espritus malignos, me concentro en el individuo y procuro entender las estrategias del enemigo. Cul es su plan? Cul es la mentira fundamental? Qu reas de la vida de la persona estn bajo su atadura? Es un error quedarse pensando en lo fuerte que es un demonio. Eso nos quita la atencin del Seor. Los demonios no tienen poder en la vida de los cristianos cuando se les quita el derecho de entrada. Cuando nos percatemos de eso nos encontraremos pensando mucho menos acerca de los demonios y mucho ms en sus artimaas (tcticas).
Respuesta al trauma
En mi experiencia, el punto de entrada ms prominente es nuestra respuesta al trauma, al abuso, a la familia y a los amigos. Cuando una persona experimenta trauma o herida, busca cmo lidiar con eso, cmo protegerse y estar seguro. Ya se trate de negacin, miedo, odio, vergenza o un sinnmero de respuestas, los espritus malignos quieren explotarnos a travs de estas, para ejercer influencia y mantenernos cautivos.
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Las cosas sepultadas en la oscuridad tienen gran influencia sobre nosotros: aquellas que nunca le hemos dicho a nadie, que no hemos procesado a la luz del amor de Dios por nosotros. Una joven me cont: "Cuando yo tena nueve aos, fui violada por un amigo mo de catorce. Nunca se lo he contado a nadie." Mi corazn se quebrant al identificarme con el dolor que ella haba soportado por los ltimos ocho aos. Lo ms sorprendente fue que me lo cont en una sala llena de gente, cuando orbamos por las personas despus de una charla sobre el perdn. Hasta ese momento, nadie la haba ofrecido la esperanza de liberarla de su tormento. Uno puede imaginarse las maquinaciones de Satans para limitar su libertad: planes para mantener las cosas ocultas en la oscuridad, planes para sabotear su identidad sexual y sus relaciones con los hombres. Ese era el falso fundamento en el cual se haban basado sus pensamientos desde la infancia. La manera en que aprendemos a afrontar el dolor en nuestra vida, aparte del amor de Dios, es una puerta a la influencia de los espritus malignos. As como Dios usa a las personas como instrumentos de su amor y su misericordia, Satans quiere usarlas como sus instrumentos para el rechazo y la condenacin. Natasha, una hermosa joven de Ucrania, tuvo algunos problemas de rechazo por parte de sus compaeras cuando era pequea. Cuando tena quince aos se enamor por primera vez. En su ingls mal pronunciado dijo: "l fue mi primer gran amor." Ella haba invitado a ese muchacho mayor que ella para que fuera su acompaante en la boda de su hermana. Durante la recepcin el joven sufri un ataque al corazn y cay al piso. Por varias horas ella estuvo de pie observando mientras las personas trataban de ayudarlo, despus lo vio morir. Ella se haba enterado del seminario que estbamos llevando a cabo y dijo que Dios le haba dicho en un sueo que iba a ser liberada. Encontramos que era una persona muy reservada y tmida, pero muy talentosa. Ahora tena 29 aos, pero se le haca difcil entablar amistades y le costaba llevarse bien en grupos.
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Cul era el plan de Satans para su vida? Empez con un espritu de rechazo. Con frecuencia, el rechazo viene acompaado de un temor al mismo y de autorrechazo propiamente. Eso comenz cuando ella era joven y se consolid en el trauma que le trajo tanto temor a su vida. Desarroll patrones de aislamiento, timidez, soledad y desesperanza, junto con un temor a la vulnerabilidad combinado con obstinacin y terquedad. A medida que la ayudamos a identificar esos patrones que la estaban aislando, impidindole la libertad, no emitimos juicio alguno en cuanto a si eran espritus y, si lo eran, si estaban en ella o simplemente la estaban tentando. La condujimos a travs de las llaves hacia la libertad arrepentirse, perdonar, renunciar, y a cada espritu al que ella renunciaba yo le orden que se fuera. Su respuesta fue: "Soy libre!" La noche siguiente se puso de pie y admiti que aunque "nunca hablaba frente a grupos", quera contarle su historia a todo el mundo. Natasha haba llegado a identificarse tanto con el rechazo que este era parte de su personalidad, parte de todo lo que haca. Desesperadamente busc al Seor para que la liberara de su tormento. Vino preparada para renunciar a sus viejos patrones de autoproteccin. La atadura del enemigo se rompi. Un ao despus recibimos una carta suya que terminaba as: "Es verdad. Soy libre." Involucramiento en el ocultismo Una segunda entrada comn es el involucramiento en el ocultismo. Cierta joven nos cont: "Cuando tena trece aos fui donde una bruja para que me leyera la fortuna. Me dijo que iba a perder mi primer beb y que iba a sufrir un accidente de automvil cuando tuviera 27 aos. Era slo un juego. No le prest mucha atencin. Pero cuando crec y pens acerca del matrimonio, desarroll un temor a perder mi primer hijo. Tengo 19 aos y an no tengo licencia de conducir. Cuando voy en automvil con alguien siento el impulso de agarrar el timn y voltear el carro hacia un rbol."
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LIBERTAD
En esa situacin la atadura espiritual se present rpidamente debido a la invitacin que ella les hizo a los demonios al acudir a una adivina. En uno de nuestros seminarios invitamos a un joven impresionante que estudiaba medicina para que nos acompaara cuando orramos por las personas. Queramos ensearle a orar por otros. Despus de la sesin pregunt si podamos orar por l. Cuando era joven su madre lo haba llevado a un curandero squico. Durante la oracin renunci a esa conexin y a cualquier espritu que hubiera llegado a l a travs de ese contacto. Sinti que algo se le quitaba de encima. Ms tarde, testific que era como si hubiera estado toda su vida bajo una nube y sin darse cuenta jams. Ahora la nube se haba ido. Otra mujer nos cont que crea que haba un maleficio sobre su familia. A medida que nos lo relataba, consider que tal vez eso no era un maleficio sino sencillamente un matrimonio difcil. Le ped que se arrepintiera, que perdonara y que renunciara a varias cosas, y tan pronto di el mandato, mir hacia arriba como si acabara de percatarse de algo por primera vez: "Cuando compramos nuestra casa, su duea anterior era una bruja. Ella haba maldecido a todos nuestros vecinos. Cuando nos mudamos all encontramos huesos en nuestro stano." Lo que estaba oculto fue descubierto. Ella se march despus de la oracin, declarando que haba sido liberada de la atadura. Maldiciones infligidas a uno mismo Una tercera entrada son las maldiciones infligidas a uno mismo o pactos con el diablo. He pasado varios aos escuchando voces. Me puede ayudar? me pregunt una mujer. Yo le hice algunas preguntas: Cundo comenz a escucharlas? Qu sucedi alrededor de ese tiempo? Cuando tena quince aos mi mam estaba muy enferma dijo ella. Yo le ped a Dios que la sanara. Cierta noche estaba tan enojada con Dios que me alej de l. Me dirig al diablo e hice un pacto con l. Poco tiempo despus fue que comenc a escuchar voces.
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Despus de una corta oracin las voces cesaron. Ella reconoci la puerta de entrada. Fue muy sencillo. Circunstancias del nacimiento Es muy comn que quienes de nios han sido adoptados o son hijos de padres divorciados aprovechen bien la oracin para ser liberados de espritus de rechazo y abandono. Lo que sigue es un relato de un nacimiento inusual que contaron unos padres adoptivos. A principios de enero de 1999, John y Sheila fueron a un seminario dictado por Craig Hill llamado "De la maldicin a la bendicin". All aprendieron acerca del deseo de Dios de bendecirlos y cmo eliminar los obstculos que los mantenan alejados de esa bendicin. Mientras Sheila estaba en el seminario se puso a hojear el panfleto del contenido, y se encontr con una lista de pecados que podan romper la continuidad de las bendiciones. "Lo que me llam la atencin en esa lista fue el punto 'concepcin fuera del matrimonio' me cont. En ese instante supe por qu estbamos ah. Tres de nuestros hijos eran adoptados y uno en particular tena un patrn constante de pecado en su vida. Pero entonces, como solo l lo puede hacer, el Seor me sonde ms a fondo y me di cuenta de que la concepcin de nuestro primer hijo, que ocurri antes de que nos casramos, tambin tuvo consecuencias en su vida. A pesar de que l pareca tener una vida buena, tambin sufra la ausencia de bendicin. Nosotros habamos confesado nuestro pecado haca mucho tiempo, pero al parecer no haba forma de deshacer el dao causado por ese pecado." En el contexto del seminario John y Sheila volvieron a mencionar su pecado, y ms tarde lo confesaron frente a su pequeo grupo. Despus Sheila dijo: "Yo creo que fue la primera vez que me sent verdaderamente arrepentida, sin ningn intento de justificar nuestras acciones. El siguiente paso que dimos fue algo
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que nunca habamos hecho: le pedimos al Seor que recorriera la vida de nuestro hijo y derramara bendiciones en todos los lugares y momentos en que l se haba visto privado de bendicin debido a nuestro pecado". Este hijo en particular y su esposa haban estado casados por ocho aos y no les haba sido posible concebir una criatura. Haban tratado con medicamentos de fertilidad sin ningn xito. En 1998 adoptaron un nio ruso. En marzo de 1999, tres meses despus del seminario, ese hijo llam a sus padres para decirles que su esposa haba concebido un hijo sin ayuda de ninguna intervencin mdica. Este es nuestro beb milagro dijo l. No sabes cun milagroso es este beb contestaron sus padres. Compartimos con l nuestra experiencia y se conmovi profundamente cuando se dio cuenta de que su esposa haba concebido durante los das del seminario dijo Sheila. El compartir nuestra historia y nuestra oracin juntos era otra parte de la curacin que Dios haba preparado para nuestro hijo. Relaciones y ambiente Otra entrada es la atmsfera en la cual vivimos. Todos hemos odo el dicho: "Dime con quin andas y te dir quin eres". Encierra mucha verdad. Tendemos a hablar y actuar como aquellos que estn a nuestro alrededor. Nuestras circunstancias y el ambiente que creamos nos afectan. Cuando empezamos a actuar o pensar como aquellos con quienes convivimos, nos abrimos nosotros mismos a las bendiciones que vienen con la virtud o a la opresin que llegan con la rebelda y el pecado. Esto nos lo ilustra el libro de los Proverbios: "No te hagas amigo de gente violenta, ni te juntes con los iracundos, no sea que aprendas sus malas costumbres y t mismo caigas en la trampa" (Proverbios 22:24-25). La puerta abierta puede ser los amigos que escojamos, las formas de entretenimiento en que nos permitimos participar, o el rea de pecado a la cual entregamos nuestros pensamientos.
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Pecados deliberados El pecado reiterado y deliberado es una puerta abierta al enemigo. Los pecados provocados por la lujuria pueden llevarnos a la esclavitud de la adiccin sexual. Los pecados repetitivos de engao pueden hacer de una persona un ladrn o un mentiroso compulsivo. El pecado compulsivo puede ser indicio de la necesidad de ser liberado de espritus malignos. Cuando una persona es esclava espiritual de un pecado, usualmente existe tambin una entrada fundamental muy profunda. Una historia de aislamiento y rechazo o un alejamiento temprano de uno o ambos progenitores pueden ser la base sobre la cual repose una adiccin. Pecado familiar El sistema familiar en el cual fuimos criados puede haber fomentado en nosotros una vulnerabilidad a la influencia de los espritus malignos. Por ejemplo, si hemos sido criados en una atmsfera de enojo y violencia, es probable que hayamos aprendido a reaccionar con enojo y violencia a las frustraciones de la vida. Este patrn aprendido podra ser alimentado por la fuerza demonaca. Una atadura familiar puede remontarse a generaciones anteriores (ver xodo 20:5-6; Deuteronomio 30:19). Este ciclo se termina cuando el poder de los espritus malignos es quebrantado y se establecen nuevos patrones de juicio y actuacin. Un ejemplo de esto es el relato de Cindy. Cindy, que ahora tiene algo ms de veinte aos, se cri en una casa de emociones reprimidas. Los problemas maritales hicieron que sus padres se separaran fsica y emocionalmente. Ella nunca vio a sus padres expresarse amor mutuamente; nunca los vio llorar ni tampoco pelear ni discutir. A medida que Cindy creci, su madre la alent a ser ms abierta y a expresar sus emociones. Su mam reconoca la necesidad de tal expresin, a pesar de que ella misma era incapaz de mostrarla. Cindy, en sus intentos por expresar emocin, se dio cuenta de que la nica emocin accesible era el enojo. Pero estaba confundida porque no tena ejemplos de cmo expresar adecuadamente ninguna
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emocin, ni siquiera el enojo. Cada vez que expresaba emocin se senta culpable y se disculpaba de ms. Al igual que su madre, Cindy solo poda apreciar las emociones cerebralmente. Ella se identificaba a s misma como racional y equilibrada; sus amigas comentaban que no era una persona emotiva. Pero muy adentro senta algo distinto, algo escondido aunque siempre presente: "Algo malo me sucede; no tengo sentimientos". Cindy tema ser emotiva. Compensaba su dficit emocional manteniendo una agenda llena de actividades. Sus muchos talentos le permitan experimentar xito y as obtener un sentido de vala. Sus muchos logros bastaban para ocultar de los dems su incapacidad emocional, pero no poda esconderla de s misma. Cindy nos pidi que orramos con ella por liberacin. La primera sesin trat de algunos asuntos de perdn. Ella renunci a los espritus de orgullo, control y perfeccin. Fue una buena experiencia y se sinti ms libre. Sin embargo, una obra mucho ms profunda estaba apenas comenzando. Varios meses despus, durante un retiro, ella dijo que quera ser liberada del perfeccionismo y del miedo de perder el control. Cuando pas al frente para que orramos por ella, comenz a temblar como si tuviera fro hasta los huesos (pero no haca fro en el saln). El temblor la asust porque sinti prdida de control, pero saba que Dios haba penetrado y la estaba tocando. Se dio cuenta en ese momento de cunto haba suprimido sus emociones; haban estado congeladas. Le pedimos a Cindy que renunciara a varias cosas: al perfeccionismo, al temor a las emociones y finalmente a la confusin. Cuando renunci a la confusin, inmediatamente dej de temblar y sinti cmo el Espritu Santo la refrescaba. A medida que Cindy aprenda una nueva manera de vivir y tenga una familia propia, su libertad ser una fuente de bendicin para sus hijos y para las generaciones venideras. Si ella no hubiera buscado con valenta librarse de ese patrn y de los espritus asociados con l, probablemente lo habra transmitido en forma de maldicin a la generacin siguiente.
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Cooperacin y conversin
S, Satans tiene un plan para su vida, pero para que sea exitoso l necesita que usted coopere. Dios tambin tiene un plan para su vida. No anhela usted verlo realizado? Si hemos construido nuestras vidas sobre la base de una mentira, necesitamos a Jess (la Verdad) para sacar a la luz esa mentira. En los siguientes cuatro captulos, compartir con usted cmo cooperar con el Espritu Santo para cerrar las entradas y poder ser liberados de la influencia del maligno. Una conversin cada vez ms profunda es el proceso por el cual las estructuras de nuestro pensamiento quedan expuestas y abrimos la puerta a Aquel que nos da nueva vida. Esa nueva vida contina llevndonos a una conversin ms profunda an. Nos aleja del poder de Satans y nos lleva al poder de Dios (Hechos 26:18), desde el plan que Satans tiene para nuestra vida al que Dios ha establecido desde antes de la fundacin del mundo (Efesios 1:11). Segn vaya leyendo, le animo a que recuerde los puntos importantes de este captulo: Primero, que no hay razn para concentrarse en un demonio. Un espritu maligno no es nada comparado con Jess. El nico poder que tiene un espritu maligno es el que le demos nosotros, o nuestros padres, o aquellos que tuvieron responsabilidad por nosotros cuando ramos nios. Dios tiene un plan para nuestras vidas. Por lo tanto, cualquier oposicin que enfrente el creyente le sirve a fin de cuentas al plan predeterminado de Dios de conformarnos "segn la imagen de su Hijo" (Romanos 8:28-29) y hacer avanzar el Evangelio (Filipenses 1:12). Una vez que el camino de entrada queda expuesto, tomar autoridad es muy sencillo. El punto no es el espritu maligno, su fuerza ni su nombre; es sencillamente la mentira, la ruta de entrada y el poder del nombre de Jess. En segundo lugar, mantenga sus ojos fijos en Jess, el Liberador. As como no existe una razn para concentrarnos en un demonio, no hay razn para volverse introspectivo, creando un dolo de los propios sentimientos. Pdale al Espritu Santo que le ayude a tomar control de sus pensamientos. "Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos
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cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo" (2 Corintios 10:5). Tomamos cautivos los pensamientos siguiendo las instrucciones de Filipenses 4:8: "Por ltimo, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiracin, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio." Tambin nos fortalecemos orando, asistiendo al culto, escuchando la Palabra, recibiendo los sacramentos, meditando en las Escrituras y llenando nuestras mentes con la verdad. De qu otra manera tambin tomamos cautivos nuestros pensamientos? Pues ejerciendo la autoridad que se nos ha dado para romper el poder de los espritus malignos que estn detrs de los pensamientos que nos han mantenido cautivos. Tmese unos minutos para pedirle a Dios que le muestre cul es el plan de Satans para su vida. Existe un cimiento falso de rechazo, miedo u otro patrn de respuesta a un trauma temprano sobre el cual haya construido usted su modo de pensar? ste es el mensaje que hemos odo de l y que les anunciamos: Dios es luz y en l no hay ninguna oscuridad. Si afirmamos que tenemos comunin con l, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en prctica la verdad. Pero si vivimos en la luz, as como l est en la luz, tenemos comunin unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado.
I JUAN 1:5-7
Yo te amo, Seor. Ven, trae tu luz y expulsa la oscuridad. Trae tu verdad y expn las mentiras. Hay muchas cosas en m que me impiden dar y recibir amor. Limpame con tu sangre. Librame de esas mentiras que no me dejan conocer tu amor. Quiero caminar en la luz, recorriendo el sendero que t has escogido para m. Cuando lea el siguiente captulo, pdale al Seor que le muestre las cosas ocultas en su vida y que le d el don del arrepentimiento.
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CAPTULO 3
Me arrepiento, creo
nicamente aquellos que as continan en su conversin conocen a Dios de verdad. Porque ellos conocen su pecado. Aunque se ven confrontados con la ira de Dios, al mismo tiempo disciernen la grandeza y fortaleza superior del amor de Dios. Nunca cesan de reconocer su pecado, para as poder proclamar la misericordia de Dios. ANDR LOUF
En los prximos cinco captulos quiero poner en sus manos cinco llaves. Imagnese una puerta cerrada con llave. Abrirla representa la liberacin de la esclavitud espiritual. Esta puerta tiene cinco cerraduras; cada una requiere una llave. Como creyente en Cristo, usted tiene todas las llaves que necesita para ser libre de la influencia de los espritus malignos. Si una llave no ha sido utilizada, el cerrojo se mantiene en su lugar y la puerta no se abrir. Puede ser agradable saber que usted ha utilizado cuatro llaves, pero eso no le har traspasar la puerta hacia la liberacin. Se las presento en el orden en que ms comnmente se usan, pero no es que haya que hacerlo en este orden. Mientras hacemos el examen de estas cinco llaves, considere si hay una o varias que usted no ha utilizado adecuadamente. A medida que lo hace, medite en las palabras de Jess: "Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrar, y cenar con l, y l conmigo" (Apocalipsis 3:20). Cinco llaves 1. Arrepentimiento y fe 2. Perdn 3. Renunciar a las obras de los enemigos
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4. Mantenerse en la autoridad que uno tiene en Cristo 5. Recibir la bendicin de Dios para su identidad y su destino Estas llaves le abrirn la vida abundante prometida por Cristo y cerrarn las entradas a travs de las cuales los espritus malignos adquieren acceso a su vida.
Me a r r e p i e n t o , creo
Por qu no le pides a Jess simplemente que venga a buscarte? repuso ella, sintiendo que una respuesta ms complicada podra abrumarlo. Mike poda dar ese primer paso. Con sinceridad repiti: Jess, ven y bscame! Ahora qu? le pregunt a Betsy. Tienes una Biblia? Lee tu Biblia cada noche como la palabra de Dios para ti y en el entendido de que Jess es quien l dice ser. Podras empezar con el evangelio de Juan lo ret Betsy. Est bien, eso es todo? Mike quera saber. Sigue pidindole a Jess que venga y te busque, y regresa a la iglesia. Mike encontr la Biblia sin leer que su abuelo le haba regalado para su confirmacin. Cada noche lea y en la maana se levantaba de la cama e inmediatamente se arrodillaba. "Ven y bscame, Jess," oraba, y enseguida deca: "En el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo. Amn." Dos meses despus, la noche de un mircoles, sinti una voz interna con mucha insistencia: "Ve a la iglesia." Ahora estoy oyendo voces, sonri consigo mismo, subiendo el volumen a la msica rock en el radio de su carro. "Ve a la iglesia." Esta vez sonaba como una orden; no poda ignorarla. Girando su carro en direccin a una iglesia local, razon que eso no le poda hacer dao, porque quin estara en una iglesia catlica un mircoles por la noche? En la iglesia, Mike se sorprendi al encontrar a setenta personas en las bancas del frente. Se sent solo en la parte de atrs. En ese momento sali el sacerdote y se disculp por haber llegado tarde; haba tenido un problema con el carro. Era como si Dios hubiera retrasado la reunin, esperando que Mike llegara. El sacerdote explic que se encontraban all en la quinta semana del Seminario de Vida en el Espritu. Iban a orar por la efusin del Espritu Santo para los que deseaban recibir a Jess como su Seor. Sabiendo que no era parte del programa, Mike se levant para irse. Cuando se estaba levantando, escuch que el sacerdote
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LIBERTAD
deca: "Puede orme usted, all atrs? Si se acerca, no tendra yo que hablar tan alto." Esta vez no tuvo escapatoria. Unos minutos despus el Padre John se apart de su libreto. "Veo algunas caras que son nuevas en el grupo, y el Seor puso en mi corazn que por lo menos uno de los recin llegados ha estado verdaderamente clamando a Dios, y en efecto diciendo: 'Jess, ven y bscame'". El pnico se apoder de Mike cuando se dio cuenta de lo que eso significaba: Dios lo haba enviado all. Iba a pasar algo que tendra un impacto dramtico en su vida; ese era su momento. Esta vez escuch con toda atencin. Cuando lleg el momento de hacer un acto pblico de entrega al Seor, Mike dio un paso adelante. Repite despus de m le dijo el sacerdote. Renuncias a Satans? S, renuncio en ese momento se dio cuenta de la realidad del mal en su vida; tambin supo que el diablo era real y que esas no eran palabras vacas. Y a todas sus falsas promesas? S, renuncio en ese momento vio los errores y la futilidad de su vida de pecado. Y a todas sus obras? S, renuncio! Crees en Dios Padre, en Jess su Hijo y en el Espritu Santo? S, creo. Mike declar pblicamente la fe que haba redescubierto durante los ltimos meses. Mientras el sacerdote oraba con Mike, conoci al Espritu Santo con un dramtico poder. Durante la misa que vino a continuacin, recibi el don del arrepentimiento. Un profundo dolor y remordimiento lo dominaron mientras se arrepenta profundamente por sus aos de rebelda. Se sinti humillado al reconocer que Dios lo haba alcanzado y lo haba llevado a la iglesia esa noche para que pudiera conocer a su Seor.
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Me arrepiento, creo
De modo que camina hacia la casa de su padre y se sorprende al ver que este est afuera esperando su regreso. Con hondo arrepentimiento, cae en los brazos de su padre, buscando el perdn. Cmo responde el padre? Le celebra una fiesta. '"Porque este hijo mo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se haba perdido, pero ya lo hemos encontrado.' As que empezaron a celebrar" (v. 24). El hermano menor se dio cuenta del mal que haba cometido, se humill a s mismo y regres. Esa es una demostracin de verdadero arrepentimiento: alejarse del pecado y volverse hacia Dios. Es como ir caminando en cierta direccin y luego tomar un rumbo completamente diferente. Se trata de renovar la mente, como lo hizo el hijo prdigo, repitindose a s mismo: "Tengo que volver a mi padre y decirle: Pap, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo; trtame como si fuera uno de
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tus jornaleros" (versculos 18-19). l se desprendi de su orgullo y de su rebelda y emprendi el camino a casa. El proceso de arrepentimiento se completa en la restauracin de la relacin, la expresin del afecto del Padre y el recibir la bendicin del Padre. Una gran sanacin es el resultado cuando nos arrepentimos, nos volvemos a Dios y experimentamos su amor y su aceptacin, descubriendo quines somos realmente mediante la revelacin de lo que l es.
Me a r r e p i e n t o , creo
la humanidad? La esperanza de vida eterna que usted tiene, descansa completamente en lo que Dios ha hecho por usted? Si ha tratado de seguir a Cristo y se pregunta si lo conoce como su Salvador, le sugiero que comience con esta oracin: "Jess, ensame qu es lo que anda mal conmigo." No pasar mucho tiempo antes de que se d cuenta de su necesidad del Salvador. Tal como Betsy le sugiri a Mike, lea la Biblia como la palabra de Dios para usted y asista a la iglesia. Si usted no lo conoce a l de una manera personal, busque a alguien que s lo conozca. Aceptar la obra salvadora de Cristo es fundamental para recibir el poder de destruir la influencia de los espritus malignos. Mientras continuamos nuestro caminar cristiano, necesitamos mantenernos conscientes de esa necesidad y confianza en Cristo como Salvador. Mediante la conversin y dependencia continua del Salvador, podemos mantenernos alejados de la trampa de la religiosidad. No tenemos que acabar siendo como aquellos que "aparentarn ser piadosos, pero su conducta desmentir el poder de la piedad" (2 Timoteo 3:5). Una buena definicin de conversin es "aceptar por una decisin personal la soberana salvadora de Cristo y hacerse discpulo suyo".8 La conversin (o discipulado) es la aceptacin diaria del Salvador y una vida continua como discpulo suyo. Colosenses 2:6 nos recuerda: "De la manera que recibieron a Cristo Jess como Seor, vivan ahora en l."
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en m el deseo de entender los pecados ocultos del corazn, deseo que vera realizado aos ms tarde cuando escrib mi primer libro, El hermano mayor regresa. El ttulo se refiere al hermano mayor en la parbola del hijo prdigo. Se lo menciona al final de Lucas 15. El padre sale al encuentro del hijo menor con alegra y les pide a los sirvientes que se apresuren a preparar una fiesta. El hermano mayor regresa del campo y pregunta qu est pasando. Al escuchar las noticias de la aceptacin, el hermano mayor se rehsa a asistir a la fiesta, lo cual propicia una conversacin entre l y su padre: Fjate cuntos aos te he servido sin desobedecer jams tus rdenes, y ni un cabrito me has dado para celebrar una fiesta con mis amigos! Pero ahora llega ese hijo tuyo, que ha despilfarrado tu fortuna con prostitutas, y t mandas matar en su honor el ternero ms gordo! Hijo mo le dijo su padre, t siempre ests conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Mi afn por escribir el libro vino cuando me imagin una escena diferente: el hijo prdigo regresa a la casa del padre, pero en vez de su padre se encuentra con el hermano mayor. Qu habra pasado? Habra podido l llegar por fin a casa de su padre? Qu pasara hoy si los hijos prdigos vuelven a casa y se encuentran en nosotros al hermano mayor? Las lecciones en mi libro sobre el hermano mayor las encontr al buscar respuestas mientras pasaba por tiempos muy desafiantes. La comunidad cristiana que yo diriga en ese momento experiment una dolorosa ruptura interna de relaciones. Una accin de Dios que se manifest en forma de juicio expuso lo que haba en nuestros corazones y rompi nuestro orgullo. Solo entonces fue que empec a ver el significado del hermano mayor en la parbola. Por aos simplemente me imagin a m mismo como el hijo prdigo que regresa a casa. Nunca olvid el momento aquel en que Dios me revel su amor. A medida que pas el tiempo, me di cuenta de que algo faltaba. Mi corazn se haba enfriado. No me di cuenta de que me haba vuelto ms parecido al hermano mayor.
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El hermano mayor se ve bien por fuera, pero algo malo le pasa por dentro. l hace lo correcto pero con los motivos equivocados. Eso me recuerda, en el Antiguo Testamento, la historia de Samuel, a quien Dios envi a la casa de Jes para ungir a uno de sus hijos como rey. Samuel qued impresionado con los hijos mayores de Jes, pero el Seor dijo: "No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazn" (1 Samuel 16:7). En el caso de David, el hijo de Jes a quien Dios haba escogido, eso de "fijarse en el corazn" es una buena noticia. En el caso del hermano mayor, es mala noticia. Es mala noticia porque con frecuencia somos los ltimos en saber lo que tenemos en el fondo de nuestro corazn. Jeremas 17:9 lo dice de esta manera: "Nada hay tan engaoso como el corazn. No tiene remedio. Quin puede comprenderlo?" Nuestro propio corazn puede engaarnos, pero al Seor nadie lo engaa. "El SEOR escudria todo corazn y discierne todo pensamiento" (1 Crnicas 28:9).
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Orgullo El orgullo busca ponernos al mando, negarnos a depender de Dios. Preferiramos estar al mando que ser muy personales. Fingimos ser mejores de lo que somos. Actuamos como religiosos y santos, pero sabemos que lo que sucede por dentro es otra cosa. El hermano mayor detesta la debilidad y se jacta de su fuerza. No se valoran el quebrantamiento y la desesperacin, mientras que el verse bien y el xito s. En Mateo 5 Jess nos dice que los pobres de espritu, aquellos que lloran y aquellos que tienen hambre y sed son bienaventurados. El hermano mayor piensa que nunca debe ser dbil. Juicios El hermano mayor se coloca en una posicin de superioridad y juzga a los dems. Las Escrituras nos dicen que no juzguemos (esto se refiere a emitir juicios injustos, no a situaciones de discernimiento o de distinguir lo correcto de lo incorrecto, lo bueno de lo malo). Podemos encerrar a alguien en una prisin al pensar: "As es l, nunca va a cambiar." Al etiquetar a otros nos damos a nosotros mismos una razn para alejarnos de la relacin. Las paredes de la prisin que nosotros levantamos se han construido en realidad para protegernos a nosotros mismos. Temor El hermano mayor est atemorizado; no se siente seguro de su relacin con Dios. No entiende que su relacin se basa no en lo que l haga sino en el amor de Dios. El temor es la causa radical para que necesitemos estar al mando. Autocompasin Queremos la compasin y la simpata de la gente ms de lo que queremos ser libres, ms de lo que queremos seguir adelante y dejar atrs nuestras pruebas. Si soltamos nuestra autocompasin, tenemos que enfrentar la realidad de que somos responsables de nuestras propias vidas.
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Amargura y falta de perdn Nos convertimos en el hermano mayor cada vez que reaccionamos a los dolores de la vida sin contar con el amor de Dios. En vez de dar perdn y misericordia a los dems, construimos muros de proteccin alrededor de nosotros mismos. Nos apegamos a nuestra amargura y a la falta de perdn como si fueran una forma de defensa, pero no lo son. En realidad son muros que nos aprisionan, que nos impiden tener acceso a la vida de libertad y de amor que Dios tiene para nosotros. Liberado? A veces nos sentimos atrapados; no caemos en la cuenta de que tenemos necesidad de arrepentirnos. Nos volvemos ciegos a nuestros pecados y a su significacin. Igual que el hijo prdigo, que tiene hambre pero an no se siente desesperado por la casa de su padre, todava no hemos vuelto a nuestros cabales. El arrepentimiento comienza por recordar cunto nos ama Dios. En cierto sentido es un don. En otro sentido es una eleccin. Como vimos en el captulo 2, Dios utiliza las circunstancias de la vida relaciones que no podemos arreglar, preguntas que no podemos contestar y problemas que no podemos solucionar para exponer la condicin de nuestros corazones. Cuando aprendemos a confiar en l y a responder a su gracia en situaciones difciles, logramos enfrentar lo que est escondido en nuestros corazones. Si albergamos los "pecados del hermano mayor," no podemos admitir cun pobres, necesitados y desesperados estamos en verdad. Puede ser que en cierto momento lleguemos a un punto en el que realmente queremos que Dios exponga nuestro corazn. Entonces podemos orar con el salmista: "Examname, oh Dios, y sondea mi corazn; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fjate si voy por mal camino, y guame por el camino eterno" (Salmo 139:2324). Cul es ese camino eterno? Implica que nos transformemos en algo ms parecido al padre que a cualquiera de los dos hijos,
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aprendiendo a amar a nuestros hermanos y hermanas descarriados con la misma misericordia que Dios tiene con nosotros.
Confesin y arrepentimiento
Un aspecto importante del arrepentimiento es la confesin. Podemos estar seguros de que al confesar a Dios nuestros pecados con humildad y sinceridad, l nos perdona y nos restaura. La Escritura nos dice: "Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonar y nos limpiar de toda maldad" (1 Juan 1:9). La franqueza al nombrar y confesar nuestros pecados abre una puerta para que la gracia de Dios penetre en un rea de nuestras vidas que previamente habamos cerrado. Su gracia es vital para el cambio total de rumbo que el arrepentimiento exige. La confesin sincera rompe nuestro patrn de ceguera y disipa la oscuridad en la cual habitan los espritus malignos. Hay un poder especial en el hecho de nombrar nuestros pecados en voz alta. Esto resultar ms claro en el captulo sobre la renuncia, la cual es una expresin especfica de arrepentimiento.
Arrepentimiento y liberacin
El arrepentimiento lleva a una liberacin ms profunda de la influencia del mal, pero tambin brota de ella. Con liberacin me refiero al rompimiento del poder que est detrs de los patrones habituales de pensamiento y accin que limitan nuestra libertad para aceptar el amor de Dios y apartarnos de aquello que nos obstaculiza ese amor. Por medio de la liberacin descubrimos las mentiras que estn adentro y las exponemos como lo que son, para poder asumir plena responsabilidad por nuestra vida. Es muy liberador poder ver el pecado que est escondido y afrontarlo directamente. Cierta mujer que haba tenido problemas recurrentes con su madre declar con gran alivio: "Ahora ya s cmo llamar a mi pecado!" Un hombre se puso en pie despus de una semana de seminario para dar su testimonio. Su liberacin lleg cuando descubri su pecado. "Toda mi vida pens que los
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Me arrepiento, creo
nicos pecados que poda cometer estaban en la lista de los Diez Mandamientos. Ahora puedo confesar los pecados de mi corazn." La libertad se presenta al conocer los nombres de nuestros enemigos, los pecados del corazn. Es crucial reconocer nuestro pecado y arrepentirnos. De hecho, no existe libertad sin arrepentimiento.9
9. El reto de poner en palabras lo que uno ha hecho al pecar es uno de los grandes regalos del sacramento de reconciliacin en la tradicin catlica. Cuando yo ministro a catlicos, considero el proceso de liberacin de la influencia de los espritus malignos como una preparacin para ese encuentro liberador con Dios. Muchos me han dicho que despus de la oracin de liberacin hicieron la confesin ms sincera y significativa de su vida.
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LIBERTAD
presente. Sugiero, otra vez, que no se mire a s mismo sino a Jess, el crucificado, que se entreg a s mismo por usted. Entonces reconozca que es pecador; sea sincero y mencione sus pecados. Mencione los pecados del hijo prdigo o los del hermano mayor. Si necesita ayuda pdale al Espritu Santo que lo gue mientras ora as: "Examname, oh Dios, y sondea mi corazn; ponme a prueba y sondea mis pensamientos" (Salmo 139:23). Haga una pausa por un momento y ore: Dios lo ha levantado y lo ha puesto a su derecha, y lo ha hecho Gua y Salvador, para que la nacin de Israel se vuelva a Dios y reciba el perdn de sus pecados.
HECHOS 5:31 (DHH)
Seor, soy pecador, vengo ante ti para decirte que estoy arrepentido de todos mis pecados. Gracias por dar tu vida por m, para que pudiera ser perdonado y llegar a ti. Por favor, ven y hazte Seor de mi vida; quiero vivir en tu reino con la libertad de un hijo de Dios. Hblame mientras contino leyendo este libro. Guame hacia la libertad profunda que se encuentra al conocer tu amor. Si podemos ver la verdad acerca de nosotros mismos sin aterrorizarnos por ella, el reinado de Dios aparece con la sencillez con que abordemos nuestros pecados, rehusando hacer caso omiso de ellos o excusarnos por ellos.
PETER JOHN CAMERON
En el prximo captulo quiero compartir con ustedes cmo eliminar el mayor obstculo para recibir el perdn de Dios y su misericordia.
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CAPTULO
Tiempos de angustia
Podra orar por m? Mis hijos no pueden perdonarme me dijo una mujer. Por qu no? le pregunt. Porque nunca supe cmo amarlos! Esta era una conferencia con muchos temas por tratar, con un horario saturado de enseanzas, pero sacamos tiempo para orar por esa seora en su dolor. Despus de la siguiente charla sobre el perdn, ella se nos acerc desesperada y enojada. "No puedo perdonar a mis padres por lo que me hicieron", dijo esta vez. Al da siguiente Lydia cont su historia: "Hace siete aos, cuando cumpl los cincuenta, conoc al Seor. Fue la primera vez que poda recordar haber experimentado el amor", dijo. Al pasar el tiempo se fue dando cuenta de que no era libre y no poda ya alegrarse. Las vidas de sus hijos la enfrentaron con la realidad de sus fracasos. Estaba cargando un gran peso de culpabilidad. Ahora que conoca al Seor, vino a pedirles que la perdonaran. Ellos le respondieron: 'No te
10. Desmond Tutu, South frica: No Future Without Forgiveness [Sudfrica: No hay futuro sin perdn], Doubleday, Nueva York, 1999, pp. 270-271.
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LIBERTAD
podemos perdonar. Nunca nos abrazaste; no te importbamos'. Esa era la angustia que traa al empezar la conferencia; y no hizo ms que empeorar". Cuando habl sobre el perdn, Lydia ardi en furia al darse cuenta de que sus hijos tenan razn. Haba fallado al comunicarles su amor... y culpaba a sus propios padres por eso. "Durante cincuenta aos viv una vida malvada continu. Era la menor de ocho hijos, y nadie se tom el tiempo de ensearme a distinguir entre el bien y el mal. Fui atrada hacia el mal; hice muchsimas cosas malas. Rob a la gente y me hice tantos abortos, que no s a cuntos de mis hijos mat. Me divorci de mi esposo y viv con otro hombre. Ahora entiendo que fue debido a que mis padres nunca me amaron concluy. Cuando considero la manera como viv durante cincuenta aos y todo el mal que he hecho, me enfurezco tanto que no puedo perdonar".
Falta de fe
Debido a la profundidad de nuestro dolor podemos considerar imposible el perdonar. La verdad es que es imposible para nosotros, pero Dios ha provisto una manera. Jess, hablando de la salvacin, dijo a sus discpulos: "Para los hombres es imposible... pero no para Dios; de hecho, para Dios todo es posible" (Marcos 10:27).
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Perdono en el n o m b r e de Jess
Falta de voluntad No queremos perdonar porque nos sentimos heridos. No tenemos la voluntad de caminar a travs del dolor y llegar al otro lado, soltndolo en forma de perdn. Ese era el caso con Lydia. Pero en lo profundo de su alma ella quera olvidar su ira y perdonar. Necesitaba ser comprendida y aceptada antes de poder perdonar. Desconocimiento de las heridas profundas A veces no caemos en cuenta de que hay alguien a quien necesitamos perdonar. Es el caso de una mujer a quien yo haba conducido a travs del perdn y la oracin de liberacin y le preguntamos si le vena a la mente algo ms. "S," replic ella. "Mi mam me dijo que cuando era pequea, mi hermana mayor era muy mala conmigo; me golpeaba y me atacaba en varias ocasiones. Nuestra relacin ahora es buena, y no me acuerdo de eso, pero se me viene a la mente." Apenas pronunci el perdn mir hacia arriba y declar que se haba ido. "Qu es lo que se fue?" le pregunt. No estaba segura, pero saba que haba estado cautiva y ahora era libre. Deseo de venganza Vivimos en una sociedad que quiere venganza, no justicia. Pensamos que tenemos derecho al desquite. Generalmente se acepta que las vctimas de un crimen quieren para los acusados la pena de muerte o algo peor. Muchos creyentes no conocen el poder del perdn, del cual tratar con un relato del Evangelio ms adelante en este captulo. Cuando Simn era pequeo, su padre lo obligaba a estar en la recmara cuando tena intimidad sexual con la madre del nio. Despus su pap se iba. A Simn eso lo disgustaba, lo hera y lo confunda. Precisamente ahora, cuando empezaba a vivir como cristiano, le era muy difcil ser puro. Vino buscando ayuda y oy sobre la importancia del perdn. Nadie lo haba retado a considerar su necesidad de perdonar. Hizo una oracin de perdn y, al llegar a casa, descubri que por primera vez en aos poda mirar fotos
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LIBERTAD
familiares con alegra y aprecio. No s si sali victorioso sobre la tentacin sexual ese da, pero su enojo interno se le fue. Temor A veces sentimos que si perdonamos estamos entregando nuestra nica arma de defensa. Y a veces tememos deshacernos de esa arma. Si para una persona joven, la nica forma de lidiar con el abuso sexual es replegarse en la furia, el odio y la falta de perdn para mantener as un sentido de identidad, la idea de perdonar puede involucrar el temor de perder la identidad y los medios para manejar las emociones incontrolables. Si una persona est en una situacin de amenaza, perdonar podra ser interpretado como que no se est defendiendo a s misma y est permitiendo que el abuso contine. Pero no es as. Perdonar no significa mantenerse en situaciones abusivas y peligrosas; significa liberar el bloqueo para recibir el amor de Dios y ser un instrumento de su gracia. Usted no puede cambiar a la otra persona, pero puede permitirle al Seor que lo transforme a usted. El perdn verdadero significa volverse vulnerable otra vez, pero no significa someter nuestra dignidad humana al abuso de otro. Orgullo Algunas veces el orgullo, que es expresado en el creernos muy justos o en la autojustificacin, nos impide perdonar. En lo ms hondo pensamos que nos hemos ganado el favor de Dios y, por lo tanto, los dems necesitan hacer algo para merecer nuestro perdn. Cuando la autojustificacin acta en nosotros, nos ponemos a la defensiva e inventamos excusas. Si alguien nos acusa o nos ataca, tenemos la respuesta que justifica nuestra accin o actitud: todo lo que hemos soportado y lo que se hizo para daar nuestras vidas. Esta torre de orgullo en la que nos escondemos, con apariencia de gran fuerza, es realmente una defensa hueca, y por dentro estamos vacos, solos y temerosos.
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Perdono en el n o m b r e de Jess
Falta de responsabilidad Podemos sentirnos impotentes para "arreglar" una situacin: "Estoy cargando con esta herida y la persona que me hiri tiene la llave para abrirla... con solo que se arrepintiera!" Otra vez, mentalmente ensayamos un escenario de confrontacin o reconciliacin. En lo que nos estamos centrando no es realmente en el perdn sino en el resentimiento y la venganza o la justificacin. Si alguien nos hiere, necesitamos asumir plena responsabilidad por nuestra respuesta a cualquier cosa que se nos haya hecho. Siempre es correcto buscar reconciliacin, pero esta comienza en nuestros corazones. Necesitamos perdonar hasta que se haya dado por completo. Debemos comenzar tan pronto como reconozcamos la necesidad de perdonar, as como durante y despus de la reconciliacin, en todo momento dando gracias a Dios por el don del perdn (ver Salmo 142:1-4). Influencia de los espritus malignos En un mundo ideal nuestros padres nos protegeran del mal. Si estuvisemos heridos, su amor y su fe nos permitiran procesar el dolor hasta sentirnos seguros otra vez. Posteriormente, al aprender los secretos del Reino de Dios, estaramos equipados para encarar las cruces de nuestras vidas, sabiendo que ellas son una puerta para una mayor confianza en el amor de Dios. Pero si estamos aparte de esta gracia, nos protegemos a nosotros mismos de cualquier manera que podamos, apegndonos a nuestra ira, venganza, resentimiento y amargura. La falta de perdn puede ser nuestra compaera escogida, nuestra protectora y nuestra guarda. Lo mismo vale para el resentimiento, la amargura, el odio y el dolor. Cuando estas cosas estn profundamente arraigadas, el perdn puede no ser liberado hasta que renunciemos a las obras del diablo y tomemos autoridad en el nombre de Jess. Este fue el caso de Anna, a quien conoci usted en el captulo 1. Era necesario que ella renunciara al espritu de falta de perdn antes de que pudiera pronunciar las palabras de perdn y recibir su libertad.
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LIBERTAD
En otras ocasiones los espritus que entran a travs de un involucramiento pasado en el ocultismo pueden actuar como un sello, manteniendo a otros espritus en su lugar y mantenindonos cautivos al no perdonar (ms sobre esto en los prximos captulos). Falta de entender nuestro perdn Una razn ms por la cual no perdonamos est ilustrada en la parbola bblica del siervo sin entraas, aquel que no tuvo con el otro la misericordia que se le haba dado a l. Muchos que fueron criados en la iglesia, aprendieron la verdad y vivieron una vida moral pero nunca se han sometido al Salvador, nunca han enfrentado la profundidad de su pecado y verdaderamente nunca han recibido su amor. Veamos ms de cerca esta parbola para poder entender cmo la misericordia de Dios hacia nosotros se relaciona con nuestro perdn a los dems. La relacin entre el perdn y la bendicin Un da Pedro le pregunt a Jess: "Seor, cuntas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra m? Hasta siete veces?" Jess le contest: "No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces" (Mateo 18:21-22). En las Escrituras, el siete se considera el nmero de lo completo. La creacin qued completa y Dios descans en el sptimo da. Cuando Jess nos dice que perdonemos, nos refiere que perdonemos hasta que se complete y encontremos descanso. Setenta y siete representa un nmero ilimitado. Este es nuestro llamado diario y con frecuencia nuestra batalla diaria en nuestro compromiso de seguir a Jess. Por doloroso que parezca, descubrir la falta de perdn, la amargura y el resentimiento que se esconden en nuestro corazn es tambin la puerta hacia la libertad. Jess prosigue narrando una parbola en que el reino de los cielos es como un rey que arregla cuentas con sus siervos. Primero trata con un hombre que le deba "diez mil talentos", lo cual era una deuda impagable, equivalente a millones de dlares. Cuando el siervo
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Perdono en el n o m b r e de Jess
le dijo que no poda pagar, el amo declar que el siervo y su familia seran vendidos como esclavos para as saldar la deuda. El siervo se puso a rogarle al rey: "Tenga paciencia conmigo, y se lo pagar todo." El amo en efecto se compadeci: no slo le dio la libertad, sino que tambin le cancel la deuda. Pero el siervo se encontr a uno de sus compaeros, que le deba apenas "cien denarios", y le exigi que le pagara la deuda. Este hombre tambin suplic pidiendo paciencia y misericordia, lo cual el siervo se rehus a dar. El Evangelio dice que meti a su compaero en la crcel hasta que pudiera pagar la deuda. La noticias corri rpido y el amo se enter de la respuesta de su siervo. Lo llam "malvado" y le dijo: "Te perdon toda aquella deuda porque me lo suplicaste. No debas t tambin haberte compadecido de tu compaero, as como yo me compadec de ti?" Jess concluye la parbola diciendo: "Enojado, su seor lo entreg a los carceleros para que lo torturaran hasta que pagara todo lo que deba. As tambin mi Padre celestial los tratar a ustedes, a menos que cada uno perdone de corazn a su hermano." A fin de cuentas, el amo trat con severidad al siervo despiadado. Aun ms sorprendente es que Jess nos diga que nuestro Padre celestial nos tratar de igual forma si no perdonamos. Quin es el carcelero? Satans! Qu nos har? Atormentarnos! Quin nos entrega a l? Dios! Con qu propsito? Siga leyendo. Observe con atencin que la deuda original fue perdonada por pura misericordia; el siervo no se gan el perdn, no se lo mereca y no fue porque l prometi pagar la deuda. Igualmente, nosotros no nos ganamos el perdn de los pecados, ni siquiera lo merecimos ni lo recibimos porque prometiramos pagarle a Dios o ser buenos. Lamentablemente, ese hombre no recibi (no hizo suya) la misericordia que se le dio; recibi solamente lo que l haba pedido: la oportunidad de devolver lo que deba! Acaso fue un malentendido? O fue su orgullo, al no querer renunciar a su derecho de justificarse a s mismo? Pens que su perdn estaba basado en su propia promesa.
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LIBERTAD
Veo aqu otro paralelismo: que algunas veces le hacemos a Dios promesas innecesarias y entonces pensamos que nuestra promesa es el fundamento para obtener el perdn. Pero Dios nos pide que renunciemos a nuestro derecho de probar que somos merecedores del amor que l nos da. Mire dentro de su corazn. Se apega a la idea que Dios lo ama por algo que usted hizo para merecerlo? En nuestro orgullo y autoengao a veces creemos que Dios nos ama y nos perdona por algo que hicimos, que de alguna manera merecemos la misericordia de l. Ese engao nos coloca en un lugar muy vulnerable. Nos han puesto una trampa para que caigamos. Los resultados? Cada vez que fallamos, se nos presenta el susurro del acusador: "Dios me ama?" En vez de superioridad, nos precipitamos hacia la inferioridad y la indignidad. Entonces cul es nuestra respuesta? Excusas, culpa, racionalizacin y justificacin por nuestro mal comportamiento. El tiempo que pasamos en prisin, atormentados por el diablo, tiene un propsito: llevarnos al punto de rendicin, donde nos damos cuenta de que nunca podremos pagar nuestra deuda. Necesitamos un redentor para pagar el precio por nuestra vida. Glatas torpes! Quin los ha hechizado a ustedes, ante quienes Jesucristo crucificado ha sido presentado tan claramente? Slo quiero que me respondan a esto: Recibieron el Espritu por las obras que demanda la ley, o por la fe con que aceptaron el mensaje? Tan torpes son? Despus de haber comenzado con el Espritu, pretenden ahora perfeccionarse con esfuerzos humanos?
GLATAS 3:1-3
Puede identificarse con este dilema? Yo lo experimento diariamente. Puedo comenzar mi da en el Espritu, deleitndome en su amor, sometindome a su Palabra y acercndome a l en oracin. Pero entonces comienza la batalla. Permanezco en el Espritu, confiando en su bondad y misericordia, sabiendo que mi deuda ha sido pagada? O me fo del esfuerzo humano, justificando mi dignidad
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sobre la base de mi capacidad de pagarla? Camino como un hijo en la casa de mi Padre, o como un esclavo, haciendo sencillamente lo que debo para sobrevivir? El hombre de esta parbola no reconoci su necesidad de misericordia. No la pidi, y cuando se le dio no la recibi. Recibi solamente lo que haba pedido: tiempo para pagarla. Todava era esclavo de su deuda. El llamado a una conversin ms profunda a Jesucristo significa exponer nuestra necesidad desesperada de un Salvador que ya ha pagado nuestra deuda impagable; significa tomar una decisin personal de recibir el don y vivir diariamente contemplando a Jesucristo, crucificado por nuestros pecados. No podemos dar lo que no hemos recibido. Este sirviente no recibi la misericordia y por lo tanto no tena misericordia que dar. Tambin es verdad que no podemos recibir lo que rehusamos dar! Jess nos ensea que as como pedimos a Dios que nos perdone, debemos estar dispuestos a perdonar. Y con cada bendicin que Dios trae a nuestras vidas viene la responsabilidad de usarla. Habra podido darnos Jess una advertencia ms seria que esta?
El poder de la cruz
Para recibir en plenitud el perdn del Padre, necesitamos permitir que el perdn de Dios fluya a travs de nosotros. Jess fue el Cordero sacrificial ofrecido al Padre por nuestros pecados. La crucifixin de Jess demuestra la gravedad de la herida sobre el corazn de Dios, infligida por Adn y Eva con su pecado y perpetuada con el nuestro. La justicia exiga muerte, pero la misericordia prometi un Salvador, herido por nuestras transgresiones a causa del amor. Cristo crucificado es la imagen de la justicia y de la misericordia de Dios. No puede haber misericordia separada de la verdad. Si Dios nos quitara nuestros pecados y sus consecuencias, sin revelarnos su amor sacrificial, nunca conoceramos la verdadera naturaleza de Dios, que es el amor. Solamente por medio de la cruz podemos percibir la grandeza del amor de Dios; el poder de la cruz es el poder del perdn.
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LIBERTAD
Cuando de verdad experimentamos el poder del Evangelio, que es el perdn, nuestras vidas son transformadas. Le pido que, por medio del Espritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo ntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cun ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios.
E F E S I O S 3:16-19
En la parbola que acabamos de examinar, el siervo sin entraas fue enviado a la crcel "hasta que pagara todo lo que deba". Eso parece irrazonable. Se trata de una deuda que nunca podr ser pagada. La nica salida para ese hombre es cambiar las bases sobre las cuales se relaciona con el rey, para implorar misericordia y ya no confiar ms en su capacidad o deseo de pagarla. Esa es nuestra situacin. Necesitamos afrontar la rebelda que dice: "Quiero hacerlo yo mismo", y reemplazarla con: "Gracias por el regalo; me rindo a tu amor." Aqu es donde nace el perdn; esta es la fuente, el amor de Cristo. Qu se ha liberado? El don del amor. Al recibir el perdn, quedamos facultados para perdonar.
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Perdono en el n o m b r e de Jess
Ahora bien, viva en aquel pueblo una mujer que tena fama de pecadora. Cuando ella se enter de que Jess estaba comiendo en casa del fariseo, se present con un frasco de alabastro lleno de perfume. Llorando, se arroj a los pies de Jess, de manera que se los baaba en lgrimas. Luego se los sec con los cabellos; tambin se los besaba y se los unga con el perfume.
LUCAS 7:37-38
Conociendo el desprecio que su anfitrin le tena a esa mujer y cmo ella haba sufrido por aos el reproche de hombres como l, Jess habl; y sus palabras trajeron conciencia de pecado a los fariseos y sanacin al corazn de la mujer. l cont otra parbola acerca del pago de las deudas. Un hombre le deba a un prestamista quinientos denarios. Otro hombre le deba cincuenta. Ninguno de los dos poda pagar, y el prestamista cancel ambas deudas. Cul de ellos amar ms al prestamista? Simn replic: "Supongo que aquel a quien ms le perdon" (Lucas 7:43). Jess le dijo que haba acertado. La persona que ama ms a Dios es la que comprende la profundidad de su pecado y el significado del sacrificio de Dios. Un entendimiento trivial de esos misterios lo deja a uno con un amor superficial. Jess tena algo ms que decirle a Simn el fariseo. Hizo nfasis en los actos de amor de la mujer, diciendo: Cuando entr en tu casa, no me diste agua para los pies, pero ella me ha baado los pies en lgrimas y me los ha secado con sus cabellos. T no me besaste, pero ella, desde que entr, no ha dejado de besarme los pies. T no me ungiste la cabeza con aceite, pero ella me ungi los pies con perfume. Por esto te digo: si ella ha amado mucho, es que sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero a quien poco se le perdona, poco ama. Entonces le dijo Jess a ella: "Tus pecados quedan perdonados."
LUCAS 7:44-48
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LIBERTAD
Cmo saba Jess que los pecados de la mujer estaban perdonados? Como Hijo de Dios pudo haberlo sabido por revelacin, o quizs pudo haberlo sabido por observacin natural de su comportamiento. Ella no estaba atada por amargura, ira ni falta de perdn, aun cuando se encontraba en compaa de aquellos que le haban hecho su vida miserable. Cul es la seal de que los pecados han sido perdonados? Una efusin de amor, generosidad, cario y humildad. El que conoce la profundidad de nuestra deuda con Dios y ha recibido su misericordia es quien tiene gran amor. Jess poda ver y nos invita a nosotros a que veamos que aquellos que aman encuentran en Dios la fuente de ese amor. Desea amar ms? Perdone ms profundamente! Toda sanacin fluye del perdn. El amor de Dios queda demostrado al extremo en Jess, Aquel que no tena pecado, que tom sobre s nuestros pecados y dio su vida por nosotros. El que ama profundamente es el que sabe el significado de ese amor y se convierte en un instrumento de perdn para otros. Qu es el amor si no es el amor de Dios derramado en nuestros corazones por el Espritu Santo (ver Romanos 5:5)? El amor es el don de Dios. El amor es tambin un mandato. Jess nos da consejos muy prcticos acerca de cmo amar a aquellos que nos hieren. "Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los maltratan" (Lucas 6:27-28). Como lo seal en el captulo 1, bendecir significa hablar bien acerca de alguien, deseando que esa persona prospere. Orar por alguien es recurrir al amor de Dios en favor de esa persona, pidindole a Dios que la bendiga. Si usted encuentra que el perdn no est completo, no se rinda. Humllese delante del Seor y haga lo que l le ha ordenando hasta que est hecho. Una seal clara de que el perdn se ha llevado a cabo es un nuevo aprecio por la persona y gratitud hacia Dios por el regalo que esta persona ha sido en su vida.
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Perdono en el n o m b r e de Jess
LIBERTAD
Con el tiempo el mismo patrn y el temor profundo de que otro hombre pudiera abandonarla se reprodujo a s mismo, primero en su esposo y despus en el problema con su hijo. No es nada inusual encontrar el dolor ms profundo enterrado debajo de otros recuerdos. Ella necesitaba lidiar con el abandono de su esposo y la violencia de su padre antes de enfrentar su trauma ms profundo: el abandono de su padre cuando era una nia. Oramos para que se llenara del Espritu y se sanara, y se fue con una nueva esperanza y confianza en Dios como su Padre. Herido, sufriendo, rechazado, el Jess crucificado or: "Padre, perdnalos, porque no saben lo que hacen" (Lucas 23:33). Dios, por el Verbo hecho carne, pronuncia eternamente estas palabras. Estn activas y vivas, nunca alejadas de nosotros. Quiere usted perdonar? El secreto del perdn se encuentra en Jesucristo crucificado. Es su palabra, es su poder; usted le pertenece a l y su Espritu est en usted. Para perdonar, usted necesita dos cosas. La primera es estar dispuesto. La segunda es fe. Cunta? La fe del tamao de una semilla de mostaza bien pequeita puede mover montaas, dijo Jess. "Para ustedes nada ser imposible" (Mateo 17:20). El perdn puede parecerse a esa montaa; puede parecer imposible. Usted puede sentir que no quiere ir de nuevo all debido al dolor. Por favor, no se detenga. Jess vino para liberar a los prisioneros. Hay gente que me dice: "Puedo decir las palabras, pero me siento como un hipcrita porque el perdn no est en mi corazn." En algunos casos, en efecto, el perdn parece humanamente imposible. Todo lo que podemos hacer es un acto de voluntad, decir las palabras (lo cual rompe el poder del enemigo) y confiar en que el Seor har el resto. Rehusarnos a perdonar es un pecado por el cual necesitamos arrepentirnos y pedir el perdn de Dios. Las palabras de Jess son sumamente poderosas y apremiantes: "Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonar a ustedes las suyas" (Mateo 6:15, nfasis aadido). Raramente he escuchado el pecado por la falta de perdn en una lista con grandes y horrorosos pecados. Aun
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as las palabras de Jess acerca de la falta de perdn son tan fuertes que muchos quisiramos eludirlas, negando su poder y escapando de la responsabilidad de perdonar.
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10. Piense en la persona que le hiri y en lo que le hizo. Permtase sentir el dolor. El perdn cala hondo en nosotros si perdonamos desde el lugar del dolor. El decir que usted perdona, mientras niega el dolor, no resuelve la raz del problema. Una vez que haya palpado el dolor, diga en voz alta: "En el nombre de Jess, perdono a por ." Diga el nombre de la persona o descrbala (el hombre con el abrigo negro que me atac afuera de mi casa hace dos aos). Entonces sea muy especfico en qu y por qu est perdonando a esa persona. Existen por lo menos dos razones para decirlo en voz alta. Primera, le ayuda a usted a enfocarse y evita que sea impreciso. Segunda, usted se puede escuchar a s mismo. Puede decir si est siendo sincero o no. Si confa en la persona que est orando con usted, puede pedirle a l o ella que le ayude a ser especfico. Si esa persona tiene discernimiento o empatia, l o ella puede ser capaz de darle las palabras que lo ayuden. Por ejemplo: "Perdono a por humillarme y rechazarme, y hacerme sentir que no valgo nada." Pdale a su amigo que ore para que el amor de Dios lo libere y haga de usted un recipiente de su amor. Repita estos pasos si vienen a su memoria otras personas a quienes usted necesita perdonar. Si tiene dificultad para declarar el perdn, trate de hablarle al Seor acerca de su herida y dolor. Permita que l lo gue al lugar del perdn. l lo har. Le suger esto a Lydia, que no crey que podra perdonar a sus padres o siquiera decir las palabras. Le ped que le dijera a Jess cun enojada y herida estaba. Luego me dijo que haba tratado de decir: "No quiero perdonarlos," pero en vez de ello dijo las palabras: "Perdono a mis padres". Mientras oraba, Dios actu a travs de ella. Despus de haber dicho las palabras empez a llorar y expresar tristeza de que sus padres nunca hubieran sido amados y no supieran nada mejor. "Me di
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cuenta de lo miserables que fueron", dijo ella, entreviendo por primera vez el propio dolor de ellos.11 Pdale a Dios que traiga a su mente a otras personas. Una o dos son suficientes para comenzar, ya que usted necesita estar dispuesto a palpar el dolor. (Tal vez se percate de que necesita dar el siguiente paso de renuncia, que se encuentra en el captulo siguiente.) Recuerde: no debemos pedir ms de lo que estamos dispuestos a dar. Con cada bendicin que Dios nos trae a nuestra vida viene la responsabilidad de usarla conforme a su plan para nosotros. 11. Dle las gracias a Dios por su bondad, y pdale que dirija sus sendas. Use su recin encontrada libertad para amar a alguien de una manera prctica. El fruto del perdn es el amor.12 No se olvide de usted mismo! No puedo expresar esto mejor de lo que lo expres un amigo mo: Neal: Fue muy bueno verte el otro da. No s si te diste cuenta, pero no pude dejar de sonrer mientras orbamos, al declarar victoria en el nombre de Jess sobre los pecados y batallas de mi vida. Cristo tuvo algunas victorias monumentales en mi corazn el otro da. Gracias por contestar mis preguntas y
11. Un ao despus contact a Lydia para pedirle permiso para usar su relato. "Ya he perdonado a mis padres", declar, y los recuerda con gratitud. Aadi que despus de que la vimos "ya dos de mis hijos me han perdonado y me han dado las gracias por haberles dado la vida". 12. Ciertamente esto es algo que cada uno de nosotros puede hacer por s mismo, cada vez que sea necesario. Para un perdn ms profundo resulta til pedirle a alguien ms que ore con nosotros, como lo he sugerido. Si la situacin con la persona a quien uno necesita perdonar ha ocasionado inestabilidad emocional, sicolgica o espiritual, tal vez uno prefiera encontrar a alguien que tenga ms experiencia y familiarizarse con el resto de este libro antes de proceder.
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por orar conmigo. Realmente aprend tanto cuando orbamos como cuando hablbamos. Tambin, el otro da me encontraba en mi cocina listo para subir y pasar algn tiempo con Dios, y me acord que me preguntaste si me senta culpable. Despus de pensar en eso, me di cuenta de que haba perdonado a todos y me haba arrepentido de mis pecados, pero an no me haba perdonado a m mismo. En todo caso, pas algn tiempo ayer perdonndome a m mismo en voz alta. Fue algo imponente. Gracias de nuevo, te hablar pronto. Ests en mis oraciones. Con amor de tu hermano en Cristo, Mike El perdonarse a s mismo es simplemente una declaracin de que usted est de acuerdo con Dios, de que no se impondr patrones ms altos que los que Dios le ponga, y que no se exigir a usted mismo ms de lo que l le exija. Nos perdonamos a nosotros mismos de la misma forma en que lo hace Dios, con base en la misericordia derramada en Jess. Sabemos que hemos perdonado cuando empezamos a darnos cuenta de que la persona que nos ha ofendido es realmente una fuente de bendicin. Dios nos da el don de la gratitud. Del mismo modo, perdonarnos a nosotros mismos nos permite apreciar quines somos y cmo nos hizo Dios. Jess dijo: "Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos para perdn de los pecados" (Mateo 26:28, BJ). Cree usted esto? Tom luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: Beban de ella todos, porque sta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos para perdn de sus pecados.
MATEO 26:27-28 (BJ)
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Perdono en el n o m b r e de Jess
Jess, t moriste por m para que yo pudiera ser perdonado y se me abriera la puerta a la reconciliacin con el Padre. T revelaste tu amor por m mientras yo estaba todava en pecado. T diste tu vida como sacrificio santo por m. Dame la valenta para perdonar y la fe para confiar en que lo que me has dado se lo puedo dar a los dems. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todava ramos pecadores, Cristo muri por nosotros.
ROMANOS 5:8
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CAPTULO 5
La historia de Jamie
"Cuando le cuento a la gente acerca de Dios, les digo que l los ama y que les cambiar la vida. Casi siempre lo vemos cambiar nuestra vida con el tiempo, pero debido al poder de la oracin que usted y yo hicimos juntos, tambin les cuento que algunas veces simplemente lo hace al instante!" Esto fue lo que Jamie me relat tres aos despus que oramos por ella. La conocimos cuando tena diecisis aos. Estaba provocando mucho problema en su grupo juvenil, pues constantemente haca cosas para instigar a la gente a que la rechazara. Intimidaba a los dems. Usando las emociones, manipulaba y controlaba a todos los que la rodeaban. Sus amigos le dijeron que tena que dejar de actuar as, pero ella no poda. Lleg al colmo despus que Jamie y otra chica (la cual no estaba comprometida con Cristo) salieron de la reunin del grupo juvenil y les gritaron vulgaridades a sus compaeros por la ventana. Su vida era una contradiccin. Eso llev el asunto a una crisis. "El da que vine para orar manej alrededor de la manzana... me pareci que lo hice como cien veces narr Jamie. Senta mucho miedo ante la sola idea de hablar con alguien acerca de m misma. Pero tuve una gran pelea con mi lder del grupo juvenil. l me confront y me dijo claramente que tena que cambiar. Le haba
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LIBERTAD
entregado mi vida a Cristo un ao y medio antes, pero hasta el da que oramos, no haba pasado nada." Cuando conocimos a Jamie, pareca un poco nerviosa y distrada. Se la pasaba arreglndose el cabello y cambiando de posicin. En a mitad de nuestra conversacin, sac el blsamo labial y se lo aplic en los labios. Me pregunt si bamos a poder ayudarla. Era una joven cristiana evanglica que no tena idea de los espritus malignos. Si le hubiera hablado acerca de la oracin de liberacin, quizs no habra venido. Mi meta era amarla y ayudarla a que se sintiera segura. Slo pasara por las puertas que ella abriera. Jamie me cont que enfocaba la vida con una actitud de "No me importa". Me cont que su mam tena un problema con la bebida y estaba separada del padre biolgico de Jamie. Adems, esta haca cosas para caerles mal a los dems, a pesar de que no quera realmente hacerlo; esa contradiccin era una manera de autosabotaje. Despus de escuchar por un rato, le repet a mi manera lo que haba escuchado y trat de comunicarle lo que yo comprenda. Le hice hincapi en cmo se protega a s misma rechazando a las personas antes de que pudieran rechazarla a ella. "Pareciera que tienes un gran temor de ser vulnerable. Le das a cada uno una razn para rechazarte, porque tienes miedo de que te hieran", le expliqu cuidadosamente. Tres aos despus ella lo explic de esta forma: "Cuando usted describi la manera como viva yo, fue la primera vez que vi objetivamente lo que estaba sucediendo en m. Cada da de mi vida simplemente haba vivido ese patrn y nunca pens en eso. Mi percepcin de Dios y del Evangelio estaba viciada por mis patrones de pensamiento. "Mi mente siempre estaba funcionando, siempre pensando, controlando, manipulando y evitando que Dios se acercara demasiado a mi corazn. Lo mantena alejado de mis sentimientos acerca de otros. Yo no admita ante Dios ni ante m misma cuando estaba herida. No le hablaba a l acerca de mi herida. Incluso con Dios, actuaba como si no me importara.
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Renuncio en el n o m b r e de Jess
"No confiaba. No permita que la gente me conociera porque tena miedo. Muy en el fondo, solo estaba esperando que Dios me rechazara o me dijera que yo le caa mal. De modo que apartaba a todas las personas que trataban de acercrseme. Me gustaba que la gente se enojara conmigo adrede. No quera darle a nadie una oportunidad de herirme. As que no dejaba que nadie me conociera. De esa manera, si me rechazaban y nunca me conocan realmente, yo poda simplemente decir que no me importaba. Si permita que me importara, me dolera ms. Tena problemas pensando que si Dios llegaba a mi corazn, podra usar eso en mi contra, o que no gustara de m." Cuando Jamie vino en busca de oracin, no mencion los espritus para nada. Slo le ped que dijera: "En el nombre de Jess, renuncio al control, a la manipulacin, al temor..." Esas palabras eran fciles de decir para ella. "Ahora renuncia al rechazo", fue mi instruccin. Ella titube y pareci como si viera algo por primera vez. "Eso es algo grande, no es as?", le dije. Admiti que as era. Ms tarde explic: "Tan pronto como dije: 'Renuncio al rechazo en el nombre de Jess', sent un cambio. Era como si me hubiese entregado a Dios por primera vez. Haba estado tratando de entregarle mis problemas a Cristo. Estaba de acuerdo con otros cuando decan: 'Tienes que dejar de actuar asi", pero no saba cmo. Despus de renunciar al rechazo, sent un gran alivio. Fue una de las primeras veces que me calm en Cristo. Nunca antes haba conocido su paz". Despus que Jamie renunci a todo lo que tenamos en la lista, le orden a todo aquello a lo que ella haba renunciado que se marchara en el nombre de Jess. Entonces oramos pidiendo bendicin en su vida. El seguimiento de su caso lo dej en manos de su lder juvenil. Nos enteramos acerca del cambio. Supimos que cada vez que daba su testimonio, contaba la historia de cmo Cristo vino a ella el da que oramos. Continu diciendo: "Todava lucho con algunos de los mismos problemas, pero ahora los enfrento y s que estoy creciendo. Tengo algunos de los
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LIBERTAD
mismos hbitos, pero ahora entablo relaciones y me comunico. No me paraliza el temor, pensando que la gente no me va a aceptar". En la historia de Jamie veo un proceso de tres partes: (a) Confrontarla con su vida. Ah haba una crisis. Ella no se poda quedar donde estaba. (b) Sacar a la luz sus patrones de pensamiento y de comportamiento. (c) Renunciar al enemigo y exponer su identidad. Mientras Jamie hablaba, pudo ver por primera vez el espritu de rechazo. Esa no era ella. No tena que vivir de esa manera; poda ser separada de la influencia del espritu de rechazo. Uno de los problemas con el ministerio de liberacin ha sido el incorporarlo dentro de la vida cristiana en su sentido amplio. Muchos creen que es un acontecimiento de una sola vez, aislado del crecimiento cristiano normal. Pero, en realidad, para Jamie comenz cuando conoci al Seor de una manera personal y quizs mucho antes, cuando Dios lleg a ella. Jamie todava est creciendo, as que el final de su historia todava est por escribirse. Est en manos de Dios.
La renuncia
"Renuncio a Satans, y a todas sus obras, y a todas sus vanidades..." Estas palabras datan de la Iglesia del siglo IV, como parte de la frmula litrgica utilizada en el bautismo. Muchas iglesias continan usando estas palabras hoy en da en los bautismos y en la renovacin de las promesas bautismales. En el siglo IV, la ceremonia bautismal era una expresin de todo lo que haba pasado en la vida del candidato cuando haba llegado a Cristo. Era una expresin simblica de cmo el candidato estaba siendo transferido desde el reino de la oscuridad hacia el Reino del Hijo amado (ver Colosenses 1:13). Estas palabras seguan a tres aos de preparacin en los cuales se decan con regularidad oraciones de exorcismo. En el bautismo, en la Vigilia Pascual, los candidatos se paraban y miraban hacia el oeste, smbolo del reino de la oscuridad porque es all donde se pone el sol, dando paso a la oscuridad sobre la tierra. Luego renunciaban pblicamente a Satans. Era una expresin de muchas renuncias que ya haban tenido lugar.
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Renuncio en el n o m b r e de Jess
Renunciar significa declarar que uno ya no quiere tener ms que ver con esa influencia en su vida: se acab. Uno no quiere ms mentiras, no ms promesas vanas. La renuncia es una expresin de arrepentimiento que muchos creyentes rara vez usan. La renuncia hace tres cosas: Identifica la mentira y el poder detrs de la mentira. La vida de Jamie gir hacia la libertad cuando la raz del problema qued expuesta. Al explicarle a Jamie el efecto que pudo haber tenido en ella el que su padre la abandonara cuando era pequea, y cmo eso pudo redundar en su patrn de autoproteccin mediante un comportamiento destructivo, sacamos a la luz las races de sus problemas. Jamie empez a verse a s misma separada de su modo de vivir. Su poder sobre ese estilo de vida destructivo surgi cuando ella identific la raz del rechazo, le puso nombre y renunci a l. Entonces pudo sentir el poder de ese rechazo y reconocerlo como algo que no era ella.13 Rompe el poder. Muchos de los que creemos en el amor de Dios revelado en Cristo no logramos reconocer que hay reas de nuestros corazones que todava estn atadas. Es la verdad: si pertenecemos a Jesucristo, vivimos por gracia y somos libres. Pero todava hay espritus malignos que influyen en nosotros y buscan habitar en aquellas reas de nuestra vida que no hemos rendido totalmente a la verdad. Ellos necesitan un derecho legal para mantener en cautiverio esas reas de nuestra vida. Ese derecho legal se basa en el hecho que de alguna forma ellos han sido "invitados a entrar". La renuncia es el modo de notificarles que estn desahuciados, que su alquiler ha terminado. Es as como abrimos la puerta y les indicamos la salida. Algunas veces, como en el caso de Jamie, ensearles la puerta es todo lo que se necesita. La mayora de las veces uno no solo necesita
13. No siempre es necesario saber si uno est simplemente renunciando a una mentira en la que ha credo, o a un espritu maligno que est detrs de esa mentira. Uno sabr si haba un espritu involucrado cuando sea liberado. En el caso de Jamie, ella renunci a diversas cosas pero se top con su atadura espiritual cuando mencion el rechazo.
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LIBERTAD
abrir la puerta y rescindir el contrato, sino tambin ordenarles que se vayan. (Esto lo trataremos ms a fondo en el captulo 6.) Pero una vez que su identidad est expuesta y que la entrada ha sido sellada (arrepentimiento, perdn, renuncia), tienen que irse. Nos da responsabilidad personal. El renunciar a nuestros enemigos es una expresin de nuestra dignidad y libertad como seres humanos. Es un acto de cooperacin con la obra salvfica de Jess. Expresa que hemos asumido responsabilidad de nuestra vida. Actuamos como adultos que miran al enemigo y le dicen: "Esto se acab. Ya fue suficiente. S dnde estn ocultos y nunca ms se pueden esconder all."
Renuncio en el n o m b r e de Jess
Muchos de nosotros hemos sido intimidados por mentiras y temores toda nuestra vida. Nos viene un alivio muy grande cuando por fin nos damos cuenta de que no tenemos por qu sentir miedo y tenemos el poder de hacer algo con nuestra situacin. En el caso de algn abuso, la vctima est perdida en un laberinto de vergenza, culpa, enojo y furia; la persona puede estar rodeada por un sentido de impotencia. Como creyentes ya no estamos indefensos, tenemos el poder del Reino en nuestra vida. Renunciamos no simplemente por nuestra propia autoridad, sino en el nombre de Jess, Aquel a quien se le ha dado toda la autoridad en el cielo y en la tierra (ver Mateo 28:18). A menudo, en conferencias que duran toda la semana, guo al grupo a un momento de renuncia. En mi oracin menciono una lista de espritus a los que hay que renunciar, e invito a aquellos que desean participar conmigo a renunciar a los espritus que ellos reconocen que estn actuando en sus vidas. Lo hacemos como por cinco minutos, diciendo: "Renuncio al temor en el nombre de Jess, renuncio a la lujuria... renuncio a..." Al hacerlo, el grupo cobra un sentido de nueva fortaleza. El temor desaparece cuando ejercemos la conciencia de quines somos en Cristo. Un alivio tangible se apodera del grupo cuando cada uno se da cuenta de esto: "Puedo hablar en contra de mis enemigos sin temor!"
LIBERTAD
Colorado al partido ms importante de su historia. Para preparar al equipo les pidi a los jugadores que reflexionaran sobre lo que iban a hacer. Entonces cada jugador deba llegar donde el entrenador y decirle exactamente lo que iba a hacer el da del partido. Ese da el equipo jug mejor de lo que cualquiera hubiera pensado. El mensaje: "Haga que un buen hombre le diga lo que va a hacer, y lo har." Las palabras tienen poder; ellas revelan el corazn. Ellas exponen, confrontan y derrotan a los que tienen doblez en su mente.
Renuncio en el n o m b r e de Jess
enfermos, resucitaba a los muertos y calmaba al mar. l no solo oraba silenciosamente ni pensaba para que las cosas ocurrieran. Ms bien deca: "S sano", "Lzaro, sal fuera", "Clmate", "Levntate y anda." Y la palabra hablada concretaba la realidad de su significado. Un intrprete me pregunt una vez: "Por qu no pide simplemente que cada uno renuncie a todas esas cosas?" sin nombrarlas especficamente o sin ninguna resonancia personal con el tema en cuestin, como si unas meras palabras pudieran romper por s solas el poder del enemigo. As como perdonar a otros toma un arraigo ms profundo en nosotros cuando perdonamos desde el lugar del dolor, tenemos una mayor autoridad cuando renunciamos a los espritus malignos desde un lugar de revelacin. La revelacin de cmo acta el espritu hace que uno pase de simplemente decir palabras a hablarle con poder al meollo del asunto. Cuando conduje al grupo completo a travs de un momento de renuncia, alguna gente recibi ayuda significativa a causa de lo que Dios ya les haba revelado. Otros expresaron un sentido general de novedad. Un hombre dijo: "Siento como si hubiera tomado un bao espiritual."
Preguntas clave
Qu quiere que Jess haga por usted? Es una de las preguntas que le hago a la gente cuando vienen en busca de oracin. Basado en su respuesta, trato de ayudarles a entender lo que Jess quiere que hagan. Les ayudo a entender la importancia del arrepentimiento, el perdn y la renuncia.
LIBERTAD
del corazn. Cuando esos pecados tienen una atadura profunda sobre usted y se siente compulsivo con ellos, es bueno renunciar a ellos como enemigos suyos. Usted no necesita decidir cun profundamente arraigados se encuentran en su vida. No necesita volverse introspectivo y tratar de sanarse a s mismo. Pero puede poner en una lista las reas de su debilidad, especialmente las que se caracterizan por la desesperanza y la compulsin. Entonces podr mirarlas en oracin y decir: "Seor, mustrame las races. Cules son los planes de Satans para mi vida y cmo puedo hacerme responsable de mi vida y destruir su poder?" Confele su vida a Jess. l le ensear lo que usted necesita. Si se encuentra a s mismo bajando por una espiral de introspeccin insana, deje de pensar y empiece a hablarle en voz alta a Aquel que le salv. Busque a una persona amiga que tenga madurez espiritual. Recuerde: "Porque donde dos o tres se renen en mi nombre, all estoy yo en medio de ellos" (Mateo 18:19). No vaya ms al fondo de lo que puede. Permita que Dios le gue. Por tanto, advirtele al pueblo de Israel que as dice el SEOR omnipotente: "Arrepintanse! Aprtense de una vez por todas de su idolatra y de toda prctica repugnante."
EZEQUIEL 14:6
Seor Jess, rindo mi vida a ti. Confo en ti. En el nombre de Jess renuncio a Satans y a todas sus obras y vanidades. En el nombre de Jess renuncio al egosmo, al orgullo, a la lujuria, a la codicia y al autorechazo.... Gracias, Jess, por darme victoria sobre mis enemigos. Ya no tengo miedo. Cunta autoridad necesita uno para echar fuera a un espritu? Cmo se dar cuenta en el captulo que sigue, si usted cree en Jess y comprende los principios, tiene toda la autoridad que necesita.
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CAPTULO
LIBERTAD
persona es menos importante que el exponer la mentira y hacer que la persona renuncie al espritu que est detrs de la mentira. Con eso en mente, le ped a Mnica que se sentara una vez ms. Le dije muy directamente que si el temor todava estaba presente, deba haber una razn. Le di esta instruccin: "Mnica, quiero que cierres tus ojos y te pongas en contacto con ese temor. Deja que tu mente regrese a cualquier momento en tu vida cuando sentiste ese temor". Su mente se centr en cuando se sentaba en el comedor familiar con su pap. Ya ella haba orado para perdonar a su pap; no haba una idea nueva. Desde el comienzo de nuestra sesin tuve una imagen mental de ella en una crcel. A medida que ella renunciaba a muchas cosas sent como si la puerta de la crcel se fuera abriendo. Poda imaginar que Jess entraba a buscarla, pero no estaba lista para irse con l. No queramos caer en la trampa de esforzarnos demasiado, lo cual podra provocar que se volviera introspectiva. Una vez ms pusimos fin a la sesin y comenzamos una oracin de bendicin. Al hacerlo, la idea que me vino a la mente fue: control. Puedes renunciar al espritu de control? le pregunt. Una vez que lo hizo, aad: En el nombre de Jess le ordeno al control y a todos los espritus a los que ella haya renunciado, que se marchen. En mi mente vi a Mnica salir de la crcel y entrar en una pradera. Le pregunt qu haba sucedido. Me veo a m misma con Jess en una pradera dijo. Recibi su bendicin y yo aprend otra leccin. Saba por experiencia que los temores profundos en la vida de una persona con frecuencia llevan a un problema de control. Aunque ella no insinu nada as en la entrevista, deb haber hecho algunas preguntas al respecto. Si usted ora con otros buscando liberarlos, siempre encontrar oportunidades para confesar su debilidad.
Comprenda la autoridad
Un da los sumos sacerdotes y los ancianos le preguntaron a Jess: "Con qu autoridad haces esto? Quin te dio esa autoridad?"
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T o m o a u t o r i d a d en el n o m b r e de Jess
(Mateo 21:23). Esa pregunta, cuya intencin era tenderle a Jess una trampa, podra ser til para que nosotros la hagamos. Una clave para liberarnos de la influencia de los espritus malignos es comprender la autoridad y de dnde viene. La autoridad es el poder de actuar en nombre de alguien ms. Es algo que le pertenece a otro. Tenemos ese poder porque se nos ha dado. Despus de su resurreccin, Jess les dijo a sus discpulos: "Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan..." (Mateo 28:18-20). A Jess se le haba dado autoridad. Cunta autoridad? Toda autoridad en el cielo y la tierra. l era uno con el Padre, era el representante del Padre. Lo tena todo. Sanaba a los enfermos, perdonaba los pecados y proclamaba el Reino de Dios por la autoridad que se le haba dado. La autoridad de Jess asombraba a la gente. Se decan unos a otros: "Qu clase de palabra es sta? Con autoridad y poder les da rdenes a los espritus malignos, y salen!" (Lucas 4:36). Nunca haban visto nada as. Mateo 8:5-10 nos cuenta de un soldado romano que comprenda cmo funciona la autoridad. l le pidi a Jess que sanara a su siervo, paralizado y con dolor. Jess le dijo de inmediato que ira a buscar a su siervo para sanarlo. Pero el centurin respondi: Seor, no merezco que entres bajo mi techo. Pero basta con que digas una sola palabra, y mi siervo quedar sano. Porque yo mismo soy un hombre sujeto a rdenes superiores, y adems tengo soldados bajo mi autoridad. Le digo a uno: "Ve", y va, y al otro: "Ven", y viene. Le digo a mi siervo: "Haz esto", y lo hace. Al or esto, Jess se asombr y dijo a quienes lo seguan: Les aseguro que no he encontrado en Israel a nadie que tenga tanta fe.
MATEO 8:5-10
El centurin comprenda el poder de la palabra hablada por alguien con autoridad. l saba que la autoridad que Jess portaba vena de Dios y que era ilimitada. Por lo tanto, Jess slo tena
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LIBERTAD
que decir la palabra. El Seor vio su fe, expresada con profunda humildad, como algo extraordinario. Jess tena autoridad como Hijo de Dios. No necesitaba el nombre de alguien ms para echar fuera los demonios. Aun as, comprenda la autoridad. Haca nicamente lo que se le haba encomendado, y deca nicamente lo que haba recibido de su Padre. "Yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envi me orden qu decir y cmo decirlo" (Juan 12:49). l caminaba consciente de que haba sido enviado. l saba que echaba fuera los demonios por el poder de Dios. "Pero si expulso a los demonios con el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el reino de Dios" (Lucas 11:20).
T o m o a u t o r i d a d en el n o m b r e de Jess
hombres, como obviamente la reconocan en el apstol Pablo. Quizs esos siete hombres se estaban moviendo en un rea a la cual no fueron invitados o autorizados por Dios, o quizs no conocan a Jess sino que simplemente saban que el nombre de Jess tena poder. Nuestra autoridad radica en nuestra relacin con Cristo. Confa usted en el amor de Cristo? Tiene una relacin personal con otros que estn llevando adelante una relacin con el Seor?14 Si no, regrese y reflexione sobre el captulo 2. Luego, Jess les dijo a sus discpulos: Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discpulos de todas las naciones, bautizndolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo, ensendoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estar con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.
M A T E O 28:18-20
l tiene la autoridad para enviarnos, y si somos enviados somos portadores de su autoridad. Lo que es ms, Aquel en quien descansa toda autoridad en el cielo y en la tierra va con nosotros. "Estar con ustedes siempre." La autoridad de sus palabras y la obra de Jess contina en nosotros, porque nos envi como instrumentos suyos en este mundo. l quiere llevar la buena nueva a todo ser humano y que nosotros ocupemos nuestro puesto en esa obra. En Juan 20:21 Jess dice: "La paz sea con ustedes! Como el Padre me envi a m, as yo los envo a ustedes." Jess portaba la autoridad del Padre, y ahora nosotros portamos la del Hijo. Adquirimos ms autoridad en la medida en que colocamos ms reas de nuestra vida bajo su autoridad. Entre ms haya entregado usted, ms podr ser un instrumento.
14. Conocer a Jess implica reconocer su cuerpo, honrar al Seor en su cuerpo, la Iglesia, y estar en una relacin apropiada con aquellos a quienes Dios ha puesto en autoridad en la Iglesia. Si estamos aislados quedamos sujetos a grandes engaos.
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LIBERTAD
Se nos ha dado autoridad en el nombre de Cristo para hacer avanzar el Reino de Dios. Esa autoridad podemos ejercerla sobre los espritus malignos al servirle a l, primero en nuestra propia vida. Somos responsables de nuestra vida. A menudo la primera persona con quien necesitamos compartir la buena nueva es con nosotros mismos. Lo que hemos aceptado como verdad necesita ir ms profundo, hasta que transforme nuestras vidas. La verdad saca a flote las mentiras que creemos y nos libera de nuestro cautiverio. En segundo lugar, aquellos que tienen hijos tienen una gran responsabilidad para criarlos en la verdad y protegerlos de la influencia de los espritus malignos. En tercer lugar, debemos llevar luz a aquellos que se han confiado a nosotros. Cuando alguien viene donde usted pidiendo oracin, contndole secretos, usted es invitado a entrar en la vida de esa persona como representante de Cristo, como un instrumento del amor y la misericordia de Dios. Finalmente, a algunos se les ha dado responsabilidad en la Iglesia y en la sociedad. Dios les ha dado autoridad para dirigir de tal forma que expongan y destruyan las obras del diablo. (Los principios en la primera parte de este libro tienen el propsito de ayudarle a usted a responsabilizarse de su vida y responderle a Jess. La segunda parte nos ensea cmo aplicar estos principios para ayudar a otros a ser liberados de la influencia de los espritus malignos.)
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T o m o a u t o r i d a d en el n o m b r e de Jess
Tome autoridad
"Se ha cumplido el tiempo deca Jess. El reino de Dios est cerca. Arrepintanse y crean las buenas nuevas!" (ver Marcos 1:15). La invitacin de la buena nueva no es sencillamente dejar atrs al mundo y el reino de la oscuridad, sino entrar a poseer nuestra herencia, el Reino del Hijo amado. Eso lo hacemos por fe. De qu sirve arrepentirse de todos los pecados y renunciar a las obras del diablo, y aun as permanecer en la prisin que lo ha mantenido a uno cautivo? Si Jess ha quitado el cerrojo a la puerta de la crcel, no es este el momento de empujarla, abrirla y salir a una vida nueva? La accin de tomar autoridad sobre los espritus malignos es una parte necesaria del proceso de liberacin. Tomar autoridad sobre el enemigo y sus obras en su vida es una expresin de su fe, de lo que usted cree, de lo que cree acerca de Jess y de lo que cree acerca de su relacin con l. Sabemos que somos responsables de nuestras vidas y las de nuestros hijos. Cuando creemos que el enemigo est en accin, tenemos autoridad para ordenarle que se vaya. Aun as la sabidura nos dice que la palabra de mandato no est aislada del resto de la vida cristiana. Vivir como discpulos del Seor es la esencia de nuestra creciente libertad. Si no lidiamos con las causas fundamentales y no recibimos afirmacin y bendicin para nuestras vidas, podemos estar echando fuera al diablo a travs de una puerta giratoria. l se va porque le ordenamos que se vaya en el nombre de Jess, pero de inmediato vuelve a entrar. "S que me ests diciendo que me vaya pero, mira, tengo esta invitacin que t mismo me enviaste", dice l confiadamente. Cuando tomamos autoridad sobre cualquier espritu al que le hayamos sellado la entrada y le hayamos cancelado la invitacin, se tiene que ir. Pero los demonios no se van si les decimos "fuera" con nuestras bocas y "qudate" con nuestros corazones. Al permanecer con Jess, tenemos su autoridad sobre el diablo. Pero no tenemos derecho de esperar que el diablo se vaya de donde ha sido bienvenido. De qu sirve decirle a un espritu de lujuria que se vaya si usted no est dispuesto a deshacerse de la pornografa que est escondida
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LIBERTAD
bajo su cama? Me enter de un hombre que le cont a su pastor que, antes de entrar en una librera de adultos, siempre tomaba autoridad sobre el diablo para no quedar atado. Qu tontera!
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T o m o a u t o r i d a d en el n o m b r e de Jess
de que realmente estamos lidiando con demonios. Alguien con experiencia puede impartir un nivel de fe ms profundo para que el enemigo se vaya en el nombre de Jess. No hay maestro? Nadie que ayude? Dios puede encargarse. Encuentre un pastor o un amigo maduro y comparta este libro con l o con ella. Confe en Dios y l har el resto. Nunca diga una palabra de mando pensando que es su propia uncin o su autoridad. Es Jess manifestando su poder a travs de usted. En el conflicto espiritual siempre debemos estar conscientes de que Jess est impulsando el Reino de Dios por medio de nosotros. Si nos miramos a nosotros mismos, tratando de calcular la autoridad que tenemos, seguramente fallaremos. Siempre reprendemos a los espritus malignos en el nombre de Jess. Hablar en el nombre de Jess significa actuar en la persona, el carcter y el Espritu de Jess. Cada vez que doy un mandato, siempre recuerdo que solamente soy su instrumento. Una palabra de advertencia: Si sabe que tiene niveles profundos de atadura espiritual, primero busque la ayuda de su pastor o sacerdote. Pase tiempo con un amigo maduro dialogando y orando segn lo dicen los captulos anteriores. Entonces podr tomar autoridad, pero para ir a la segura, tome autoridad nicamente sobre lo que ha renunciado. Si los espritus malignos se manifiestan y no siente alivio, no les siga ordenando que se vayan. Dgales que dejen de perturbarle y fije sus ojos en Jess. Tome control de s mismo y busque a alguien con experiencia. Recuerde, est en manos de Dios. "Fjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. No valen ustedes mucho ms que ellas?" (Mateo 6:26). l es su liberador.
LIBERTAD
deseando ser libre pero solo a su manera. Si esa es su situacin, pida en oracin la gracia de querer ser libre. Pase su tiempo en la comunidad de creyentes, reciba el amor y la aceptacin que Dios tiene para usted, y djese transformar por la verdad. Mantenga un diario y ore por las cosas con su amigo o pastor, y mantngase ocupado haciendo cosas creativas y sirviendo a los dems. Niegese a volverse introspectivo. Una de las grandes necesidades en el ministerio de la liberacin es el contexto apropiado de las relaciones fieles y amorosas en las cuales la persona puede ser sincera y aceptada mientras va respondiendo al proceso de transformacin. A veces el viaje hacia la libertad es lento, y provoca la desesperacin necesaria para abrazar la verdad que lo conduce a uno a la libertad.
T o m o a u t o r i d a d en el n o m b r e de Jess
A medida que acte, continuar desarrollando su historia de los hechos poderosos de Dios.
LIBERTAD
Jess se acerc entonces a ellos y les dijo: "Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discpulos de todas las naciones, bautizndolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo, ensendoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estar con ustedes siempre, hasta el fin del mundo."
M A T E O 28:18-20
Seor Jesucristo, te doy gracias por el don de la fe que me permite saber que ests conmigo ahora mismo. Toda autoridad en el cielo y en la tierra es tuya. No tengo nada que temer. En el nombre de Jess le ordeno a todo espritu maligno al que he renunciado, a todo espritu detrs de los pecados que he confesado, que se alejen de m. Ahora mismo! Gracias, Jess, por liberarme de la influencia de los espritus malignos. Gracias, Padre, por enviarme a tu Hijo para salvarme. Luego o en el cielo un gran clamor: "Han llegado ya la salvacin y el poder y el reino de nuestro Dios; ha llegado ya la autoridad de su Cristo. Porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba da y noche delante de nuestro Dios."
APOCALIPSIS 12:10
Al no estar batallando ya bajo la influencia del reinado de la oscuridad, necesitamos tomar posesin total de nuestra herencia como hijos e hijas de Dios. El captulo siguiente le ayudar a recibir la bendicin que Dios tiene para usted.
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CAPTULO 7
Descubra su identidad
"Oh, me acuerdo de cada cosa que sucedi. Esa fue la primera vez en mi vida que haba experimentado a Dios como mi Padre. Nunca antes conoc su amor." No haba visto a Brbara por un ao, y le pregunt si poda escribir un relato de lo que haba sucedido cuando oramos juntos. Para mi sorpresa, su recuerdo de lo que haba sucedido era diferente del mo. Yo recordaba cmo haba sido destruido el poder de las palabras de la adivina sobre su vida. Recordaba cmo fue liberada del temor. En cambio el recuerdo de ella pasaba inmediatamente a la oracin de bendicin al final de nuestra sesin, cuando el amor de Dios transform su vida. No deba haberme sorprendido. As son las cosas. La que da a luz y recibe el regalo se olvida de los dolores de parto, porque lo viejo se fue y lo nuevo ha llegado. Brbara haba descubierto su identidad.
16. J.l. Packer, Knowing God, InterVarsity Press, Downers Grove, Illinois, Estados Unidos, 1973, p. 41. (Hay una edicin en espaol con el ttulo Conociendo a Dios.)
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LIBERTAD
En el ncleo del ataque de Satans a usted est el intento de robarle su verdadera identidad y destino. Satans har cualquier cosa que pueda para evitar que usted conozca a Dios como Padre, Hijo y Espritu Santo. En su soledad y aislamiento, Brbara busc respuestas en el mundo de los espritus y se abri a s misma a la influencia de espritus malignos. La meta final del enemigo era evitar que ella supiera quin era y que se confiara al cuidado del Padre. Pero, cuando Dios se nos revela, nuestra identidad queda revelada tambin. Una vez que las obras del enemigo fueron destruidas en Brbara, experiment la bendicin de Dios como su Padre, que a su vez le revel la verdadera identidad de ella. Dios se revel a s mismo y su amor a Brbara de una manera muy especial.
Recibo b e n d i c i n en el n o m b r e de Jess
En cada gran momento de su vida, cuando usted necesit ser bendecido, Dios estaba all para bendecirlo. Tal vez una nube lo cubra y usted no pudo recibir la bendicin. O quizs fue como la semilla que cae en el camino, en la parbola del sembrador (Mateo 13:4). Dios lo bendijo, pero otras circunstancias sobrevinieron y le robaron esa bendicin, la cual no ech races en su corazn. Usted no recuerda la bendicin, solamente el dolor. En realidad, la intencin de Dios era que la vida familiar, los patrones de oracin y los sacramentos sirvieran como muros de proteccin contra el enemigo y fueran una fuente de bendicin para nosotros. Pero muchos de los muros protectores han sido derribados, y podemos mirar nuestras vidas y ver los efectos del ladrn, que ha venido para "robar, matar y destruir". Para aquellos que se han rendido al amor de Dios en Cristo Jess, lo viejo se fue, lo nuevo ha llegado. Por medio de la fe y el bautismo, hemos muerto y ahora vivimos para l. Nuestra identidad se encuentra en Jess. Tenemos un lugar delante del Padre porque Jess, el Hijo unignito, vive en nosotros, convirtindonos eternamente en hijos e hijas de Dios. Todo acto de Dios es eterno. Las palabras y obras de Jess son eternas. La bendicin del Padre sobre Jess es eterna. Al encontrar nuestra identidad en Jess, recibimos las mismas bendiciones que l recibi del Padre cuando se hizo humano. As como Mara fue un instrumento de esa bendicin para Jess, hablndole a l de las cosas que ella atesoraba en su corazn, as la Iglesia, el "cuerpo de Jess," tiene el propsito de ser un instrumento de la bendicin que es nuestra en Cristo.
Pida bendicin
Una mujer por la cual oramos dijo que Janet y yo desebamos su libertad ms que ella misma. Pienso en esa respuesta honesta en relacin con Dios y nosotros: la buena noticia es que Dios quiere bendecirlo a usted mucho ms de lo que usted desea. Permtase a s mismo recibir de l esa bendicin.
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LIBERTAD
Bruce Wilkinson escribi un pequeo libro llamado La oracin de Jabs. Parece que todas las personas que conozco lo han ledo. El mensaje ha causado gran entusiasmo acerca de lo mucho que Dios quiere bendecirnos y cunto se deleita cuando le pedimos ms. Jabs le rog al Dios de Israel: "Bendceme y ensancha mi territorio; aydame y lbrame del mal, para que no padezca afliccin". Y Dios le concedi su peticin.
I C R N I C A S 4:10
Wilkinson nos exhorta a pedir la bendicin de Dios: "Cuando pedimos la bendicin de Dios, no estamos pidiendo ms de lo mismo que podramos conseguir por nuestros propios medios. Ms bien estamos clamando por la bondad ilimitada y maravillosa que slo Dios tiene el poder de conocer o de darnos". Explica que cuando uno pide ser bendecido "est orando exactamente por lo que Dios desea. De repente las fuerzas no obstruidas del cielo pueden empezar a realizar la voluntad perfecta de Dios... por medio de usted".
Bendicin proftica
A veces la bendicin de Dios viene por medio de una palabra proftica. El Nuevo Testamento nos dice que el don de profeca tiene el propsito de animarnos. La mayora de la gente buscara ese don si comprendieran cunto quiere Jess bendecir a su pueblo por el poder del Espritu. l quiere pronunciar su palabra dentro de nuestros corazones y afirmar nuestra identidad en l. Esa bendicin proftica implica dos cosas bsicas. Una es que nos percatemos de que es Dios quien habla. En cada uno de los ejemplos que se dan a continuacin, la persona supo que se trataba de Dios. Segundo, la bendicin proftica habla muy profundamente dentro del corazn de la persona. Dios conoce mi nombre. l conoce quin soy; me comprende como ningn otro. El estmulo llega porque Dios habla del significado y el propsito de mi vida.
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Recibo b e n d i c i n en el n o m b r e de Jess
Despus de una bendicin proftica, una mujer me conmovi profundamente al declarar: "Ahora s que l me conoce".
LIBERTAD
El Padre lo ama". Las lgrimas del joven corrieron mientras Dios sanaba su corazn. Ms adelante en la conferencia, empec a rezar por un sacerdote joven. Me vino a la mente una imagen, y se la describ: "Veo un chico en un camino. Usted ha estado en ese camino por largo tiempo. A veces se ha sentido solo en ese camino. Pero Dios siempre estuvo all. l iba delante de usted, llamndolo por su nombre, haciendo que usted se acercara a l. Usted caminaba por fe, ya que no siempre poda or la voz de l. Mientras usted recorre el camino, se hace ms y ms ancho. Al hacerse ancho, veo muchos hijos espirituales. El camino lleva derecho al Reino de Dios. Pienso que Dios quiere que usted sepa que tendr muchos hijos espirituales con quienes compartir la eternidad". l me dijo despus: "Me sent sumamente animado por sus palabras, y es verdad que tengo muchos hijos espirituales. Saba que la imagen era del Seor, porque con frecuencia lucho con el temor de que no voy a serle fiel. Esto me lleg al corazn".
Recibo b e n d i c i n en el n o m b r e de Jess
a casa exclam: "Mam! San Nicols saba mi nombre!". Aos ms tarde me di cuenta de que mi pap lo haba arreglado todo. Pero ahora s algo mucho mejor. El Dios todopoderoso, el Creador del universo entero, Aquel que coloc las estrellas en el cielo y puede contar cada partcula de polvo en mi colchn, conoce mi nombre. Ese encuentro personal con Dios ocurri en 1971. Estaba visitando la comunidad La Palabra de Dios en Ann Arbor, Michigan. Cientos de personas estaban acercndose a Jess y estaban siendo llenadas del Espritu. Yo haba llegado para aprender y recibir, pero lo que necesitaba ms que nada era conocer la voluntad de Dios para mi vida. En cierto momento se anunci: "Despus de la reunin, nuestro orador invitado estar en el cuarto de oracin para todos los que quieran recibir oracin". Mentalmente prepar mi lista de necesidades de oracin, reducindola a tres preocupaciones especficas. Leeland Davis, un orador invitado conocido por su ministerio proftico, y dos lderes de renombre nacional vinieron y se sentaron en el crculo esperando que comenzara la sesin de oracin. Por no saber exactamente lo que suceda en un cuarto de oracin, y al darme cuenta de que no poda esconderme en un crculo de veinte personas, volv a repasar mi lista un par de veces ms. No quera que nada se me olvidara si se me peda que compartiera frente a esos seores tan respetados. El pastor Davis le habl a un hombre acerca de su problema de droga como si lo conociera, exhortndolo a que rompiera con el pecado y siguiera al Seor. Luego fue hablando con otro y con otro ms. Era como si conociera a cada uno de ellos. Despus dijo palabras de estmulo y advertencia a uno de los lderes de la comunidad. Al terminar se puso a mirarme a m por encima de sus pequeos anteojos de lectura. "Tres veces el Seor me ha llevado a mirarlo a usted dijo. Existe una gran uncin en su vida. Dios quiere usarlo para llevar las buenas nuevas a muchos y pronunci palabras de nimo que se referan especficamente a todos los temas que yo haba enumerado en mi mente. Pero existe gran temor en su vida", aadi, y
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LIBERTAD
entonces or por m para liberarme. Recib la bendicin que andaba buscando en mi viaje a Michigan. No hubo liberacin de mis temores ms profundos ese da. No recib direccin para los pasos que seguan en mi vida. Lo que recib fue esperanza. La esperanza que naci ese da surgi de la comprensin de que Dios me haba hablado. No se trataba de un estmulo general; era especfico y vena de Dios. Mientras el pastor Davis hablaba, supe que Dios me conoca. Se refiri a mis tres peticiones mentales. Era Dios. l saba mi nombre. l me conoca. l seal cosas profundas dentro de m, cosas que siempre supe pero que no tena palabras con que expresarlas. No sent vergenza al or acerca del temor en mi vida; sent alivio. Dios tena un plan especial para mi vida, y el nombre de mi enemigo era temor. El Seor estaba conmigo, introducindome a la bendicin que se describe en Jeremas 29:11: "Porque yo s muy bien los planes que tengo para ustedes afirma el SEOR, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza". Bendecir con ese poder es facultar a alguien para el viaje de la vida. Dios me bendijo por medio de un siervo suyo. Recib algo que todos necesitamos. Se me confirm mi identidad y mi destino. Es bonito cuando alguien dice cosas agradables acerca de uno. Pero la bendicin viene cuando uno queda revestido de poder por unas palabras que traen vida y ayudan a contestar las preguntas candentes dentro de todos nosotros: "Quin soy yo?" y "Cul es el significado de mi vida?"
Su nombre es importante
En las Escrituras, el nombre personal habla de la identidad y del destino de uno. A Abram, que significa "padre de muchos", se le cambi el nombre cuando Dios le revel su destino. Ahora se llamara Abraham, que significa "padre de naciones". Simn sera llamado Pedro, que significa "piedra". El nombre Jacob significa literalmente "agarrar el taln"; esto representa la lucha de Jacob para vencer entre los hombres. Dios le cambi el nombre a Jacob cuando
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Recibo b e n d i c i n en el n o m b r e de Jess
luch con el Seor rogndole ser bendecido. Su nombre se convirti en Israel, que significa "l lucha con Dios", indicando la fuente de la bendicin para su vida y el pueblo de Dios que sera conocido como Israel. Los nombres son muy importantes. Mi esposa y yo oramos antes de ponerles nombre a nuestros hijos. El nombre de cada uno de ellos tiene un significado especial para nosotros. En cada cumpleaos les narrbamos la historia del significado de sus nombres. Ahora cuando oro por ellos para que sean bendecidos, el significado de sus nombres siempre me viene a la mente, porque ese significado dice quines son. Dios envi un ngel para asegurarse de que a su Hijo se le pusiera por nombre Jess, que significa "el Seor salva". En algunas culturas los hijos no reciben su nombre sino hasta despus de nacer, lo cual tiene sentido, ya que el nombre tiene que ver con la identidad de la persona. En Isaas 43:1, Dios se dirige a su pueblo: "No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; t eres mo." Dios ha asignado significado y propsito al nombre que usted lleva. Ese nombre lo representa a usted. l ama su nombre. l lo dice con amor. l lo conoca antes de que usted naciera, aun antes de que sus padres lo pronunciaran. Su nombre tiene un significado, y su vida le da significado a su nombre. Permita que Dios pronuncie su nombre para usted. Reflexione sobre el significado de su nombre. Considere que dise Dios que usted fuera cuando "cre [sus] entraas; [lo] form en el vientre de [su] madre" (cf. Salmo 139:13). Incluso si hemos experimentado bendicin proftica, eso no sucede tan a menudo. Lo que ms necesitamos saber es que Dios quiere hablarnos regularmente acerca de nuestra identidad en l. Y si se lo pedimos, l hablar. Lea y escuchen la voz de Dios en el Salmo 139:11-18, escrito por el rey David: Y si dijera: "Que me oculten las tinieblas; que la luz se haga noche en torno mo", ni las tinieblas seran oscuras para ti, y
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LIBERTAD
aun la noche sera clara como el da. Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz! T creaste mis entraas; me formaste en el vientre de mi madre. Te alabo porque soy una creacin admirable! Tus obras son maravillosas, y esto lo s muy bien! Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo ms recndito era yo formado, cuando en lo ms profundo de la tierra era yo entretejido. Tus ojos vieron mi cuerpo en gestacin: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis das se estaban diseando, aunque no exista uno solo de ellos. Cun preciosos, oh Dios, me son tus pensamientos! Cun inmensa es la suma de ellos! Si me propusiera contarlos, sumaran ms que los granos de arena. Y si terminara de hacerlo, an estara a tu lado.
Recibo b e n d i c i n en el n o m b r e de Jess
que el cielo se abra y que el Espritu bajaba sobre l como una paloma. Tambin se oy una voz del cielo que deca: "T eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo."
M A R C O S 1:9-11
Padre mo, gracias por enviar a Jess y ensearme el camino a casa, el camino hacia ti. Soy susceptible a ti. Mi vida est oculta en Cristo. Por favor, bendice mi vida. Al identificarme con Cristo, tambin puedo escuchar las palabras que dijiste para m: "T eres mi hijo (a), a quien amo: estoy muy complacido contigo." En Cristo recibo esta bendicin y toda bendicin espiritual que tengas para m. Gracias, Padre, por tejerme en el seno de mi madre, por llamarme por mi nombre y por tener un plan especial para mi futuro. Tus obras son maravillosas! Somos hechura de Dios, creados en Cristo Jess para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en prctica.
EFESIOS 2:10
En el captulo siguiente trataremos sobre las formas de abrir las puertas de la libertad a unos niveles aun ms profundos a medida que continuamos recurriendo a Dios en busca de gracia y conocimiento.
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CAPTULO
LIBERTAD
y ahora estaba en peligro de volver a caer. En la entrevista nos enteramos de que nunca haba conocido a su padre. Cuando lleg a la pubertad, su identidad como hombre la encontr en las calles. Se senta ms hombre cuando estaba conquistando mujeres y utilizndolas para su placer. Haba hecho un compromiso con Cristo y ms tarde se cas. Su pastor me pidi que fuera a orar con l, y fue liberado de un profundo odio y de la lujuria. Qu gran victoria tuvimos ese da! Pero qu gran decepcin unos meses ms tarde, cuando me di cuenta de que no caminaba en su libertad y que ahora estaba separado de su esposa. Derrick nunca hizo los cambios necesarios para encontrar apoyo espiritual en el cuerpo de Cristo. Al no hacer los cambios, simplemente volvi a sus andadas.
terreno es el que oye la palabra y la entiende. ste s produce una cosecha al treinta, al sesenta y hasta al ciento por uno. MATEO 13:18-23 Necesitamos estar conscientes de las formas en que el enemigo nos engaa y nos roba el don de Dios, las maneras en que impide que las semillas caigan en tierra buena. Quizs Derrick no comprendi el mensaje del Reino, as que muy pronto el don le fue arrebatado. Si Satans no lo hubiese despojado de esa manera, seguramente habra intentado otras formas de robarle su don. Pudo haber usado los problemas y la confusin. Si no lograba robar el don con rapidez, quizs el materialismo y las preocupaciones lo hicieran infructuoso. Debemos buscar ser buena tierra para el don que Dios nos da.
LIBERTAD
hacerlo sentirse completo. En ese momento abraz la cruz y estuvo dispuesto a seguir a Jess a cualquier costo. Yo or por l una vez, y se sinti libre por un corto tiempo, pero despus sus tentaciones se hicieron ms intensas. La segunda vez que oramos, supuse que habamos llegado ms al fondo y que estaba libre. Pero no. Lo que sigue est basado en una entrevista que tuve con l: "Aprender acerca de la liberacin fue algo verdaderamente sorprendente. Vi algunos cambios profundos en las personas y algunas cosas verdaderamente cambiaron para m tambin. No hay nada que me hayas enseado con lo que yo est en desacuerdo. El problema es conmigo. Cuando me enseaste el proceso de liberacin comenc a tener esperanza, pensando que lo que estaba equivocado con mi experiencia pasada era que yo no estaba haciendo las cosas correctamente. Entonces comenc a leer muchos libros sobre liberacin que me dieron la impresin de que con el solo hecho de que yo descubriera la raz, todo podra ser sanado. Eso me llev a la introspeccin, lo cual fue inconveniente. "Varias veces pas a travs de un ciclo similar. Comenzaba con una experiencia espiritual profunda; despus tena ciertas expectativas de lo que significaran, nicamente para quedar desilusionado. Me fijaba en lo que erraba con mi experiencia para poder tener una experiencia mejor. No quera responsabilizarme de mi propia vida, ni levantarme, ni caminar. Cuando se me acababan las nuevas experiencias espirituales, resolva en mi corazn: 'Esto no funcion; no existe la tal libertad en Cristo, al menos para m.' Me volv cnico." Karl no pudo sealar ni una cosa que yo le hubiera enseado que lo llevara a la espiral descendente de la introspeccin, pero s poda decirme algunas cosas que yo dije que le habran guardado de ir por esa ruta. Por qu no regresaste para hablar conmigo? le pregunt. Probablemente fue por orgullo dijo. En cierto momento
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acept su condicin como su "aguijn en la carne" (2 Corintios 12:7), y ya no busca la libertad en esa rea de su vida. Por algn tiempo eso me dej confundido. Habra podido yo prepararlo mejor para el proceso de liberacin? Yo quera mucho a ese joven y deseaba que fuera libre. Pero tuve que dejar mi confusin al pie de la cruz, recordndome a m mismo que Dios es el liberador, y que sin l no podemos hacer nada (Juan 15:5). Hay un misterio en la obra de la gracia y la libertad. Mi amigo le pertenece al Seor, y su futuro est en las manos de Dios. Del lado positivo, Karl tiene ahora una mejor comprensin de las experiencias espirituales. Ya no est buscando una que elimine su necesidad de "gracia fresca" cada da. Sabe que siempre tendr que caminar por fe y no por vista. Aqu estn mis puntos de la leccin para mantenerse libre: Ganar una batalla no es ganar la guerra Cada vez que un territorio es tomado para el Reino de Dios, usted tendr que sostenerlo, defenderlo. Puede ser por un da, una semana, seis meses, pero tendr que sostenerlo. Las minas terrestres enterradas bajo la superficie pueden explotar. Puede haber francotiradores que le hagan disparos cuando usted no se lo espera. Puede haber un ataque total. Puede imaginarse qu pasara si una tropa de voluntarios no entrenados, despus de una serie de circunstancias extraas, ganara una gran batalla en una guerra? Quedaran con una imagen errnea de la guerra. Se pondran orgullosos, pensando que fue su pericia lo que los hizo ganar la batalla. Quedaran propensos a una cada. Si una victoria viene con demasiada facilidad, podemos engaarnos pensando que siempre ser fcil. Y no lo es. La introspeccin es destructiva La oracin por la sanacin interior consiste en pedirle al Seor que derrame su amor en un rea de nuestras vidas que previamente
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ha estado cerrada. En el modelo de oracin que presento en este libro, la sanacin interior a menudo ocurre en respuesta a las declaraciones de perdn, o espontneamente despus de que un espritu ha sido expulsado. La oracin por la curacin de la persona interior se aborda especficamente en el momento de la bendicin, cuando se afirman la identidad y el destino de la persona. Este tipo de oracin, junto con el apoyo de las relaciones de amor fraterno, puede ser vital para fortalecer a la persona de modo que sea capaz de pedir ms ayuda. En otros momentos la interaccin entre la sanacin y la liberacin es integrada, como le pas a Kevin (cuya historia se encuentra en el captulo 15). La introspeccin, en cambio, se enfoca en uno mismo; es un deseo de ayudarse uno mismo. Me coloca en el centro a m, en vez de a Jesucristo. La historia de Karl es un ejemplo perfecto de cmo Satans usa la introspeccin cual herramienta para robarnos el poder caminar en verdadera libertad. Hace casi treinta aos recib una sanacin interior profunda que influenci mi vida de un modo significativo. Pronto comenc a enfrentar ms problemas que Dios estaba destapando. Pero entonces empec a rebuscar las races de pensamientos o patrones de conducta que se relacionaran con mis problemas. Antes de que pasara mucho tiempo, me deprim por completo. No tena a nadie que me ayudara y mis esfuerzos fueron mal dirigidos. Tuve que apartarme de mi introspeccin y fijar mis ojos en Cristo. El contexto de la liberacin es el avance del Reino de Dios. Jess es el capitn y nosotros somos sus siervos. A medida que lo busquemos, l tomar la iniciativa en nuestras vidas. Simplemente necesitamos saber qu hacer cuando los problemas llegan a nuestra conciencia. Necesitamos saber cmo cooperar con l. Todos nosotros haramos bien en tener un amigo maduro, un grupo pequeo, un pastor o consejero para orar con nosotros y ayudarnos a comprender cmo responder a lo que nos est pasando por dentro. Desarrolle una relacin con alguien con quien pueda hablar y orar, y entonces siga con su vida amando y sirviendo a Jess.
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Cuando se presente algn problema o patrn destructivo, llveselo a Jess, y despus a su amigo o pastor. Una buena proteccin contra la introspeccin y la autocompasin consiste en hablarle en voz alta a Jess ms que limitarse a pensar en el asunto. Hablarle a l mantiene el asunto en perspectiva. A veces es mejor hablar con Jess en presencia de su amigo que hablarle a este acerca del problema. Con frecuencia, cuando siento que algo no est bien en una conversacin, me detengo y hago que la persona le cuente el asunto a Jess. Eso expulsa la autocompasin, la autojustificacin, el echar culpas y cualquier clase de dependencia errnea respecto a m. Manifiesta rpidamente si la persona est buscando atencin o si en verdad busca a Dios. El orgullo es nuestro mayor enemigo Lamentablemente, el orgullo solo sale a la luz a travs de nuestros desatinos. Karl admiti que su orgullo le haba impedido hablarme. Y yo conozco ese problema. He sufrido demasiado en mi vida debido a mi terco orgullo. Pareciera que Dios permite que alguien a quien l ama profundamente pase por momentos difciles, algunas veces por largo tiempo, para despojarle de ese orgullo que sus siervos tratan de llevar consigo cuando entran en la batalla. De eso estoy seguro: me preocupan mucho ms las consecuencias del orgullo que el ataque del diablo a mi vida. El diablo no me puede hacer nada que Dios no permita. El nico poder que l tiene es el que le damos. La puerta fue abierta a su influencia a travs del pecado de nuestros primeros padres, tambin le damos poder por medio de nuestro pecado. La liberacin ocurre en el contexto ms amplio al hacer avanzar el Reino de Dios La liberacin es mucho ms amplia que lo que tiene que ver con los espritus malignos. Una vez que la persona tiene una experiencia poderosa del Seor, inmediatamente el diablo le tiende una trampa para que caiga. Cuando tenemos un encuentro poderoso
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con el Seor, saboreamos un adelanto del gozo de la venida del Reino de Dios, donde toda lgrima ser enjugada. Nos invade una sensacin de seguridad y de paz. Cuando alguien encuentra al Seor, o pasa por una curacin significativa, una liberacin o una conversin profunda, no es raro que piense: "Ya se acabaron mis problemas." Si no hay creyentes maduros que provean apoyo, la persona puede experimentar una gran desilusin. El leer un libro como este puede llevar a alguien a pensar: "Ahora tengo la respuesta. S lo que necesito. Esta vez lo har bien". A veces buscamos una frmula para la libertad ms que una relacin. Queremos escapar de la necesidad de depender del Seor cada da. Queremos ser libres, no del cautiverio sino del enfrentamiento con la cruz. La liberacin de los espritus malignos elimina los obstculos para la libertad, los estorbos y el cautiverio. Mas no la cruz de nuestras vidas. El sufrimiento es el sendero hacia la madurez. La erradicacin del dolor es uno de nuestros dolos en el mundo occidental. Pero el sufrimiento es parte de lo que significa ser humano. La madurez significa ser fiel aun cuando no nos sintamos bien, sabiendo que en esta vida hay tribulacin y contndolo todo como regocijo (Santiago 1:2). En la liberacin abrazamos el don; hemos sido trasladados, por el poder de la muerte y resurreccin de Jess, desde el reino de la oscuridad al Reino del Hijo amado. No hay manera de evitar la cruz por la cual tomamos parte en su sufrimiento. En el captulo 7 cit de Isaas 43:1: "No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; t eres mo". Ese versculo es seguido por una promesa de la presencia de Dios en y a travs de los problemas, no necesariamente una ausencia de ellos: "Cuando cruces las aguas, yo estar contigo; cuando cruces los ros, no te cubrirn sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemars ni te abrasarn las llamas". La liberacin es un proceso constante Por desdicha la liberacin se suele asociar con experiencias mximas, aun cuando no ocurran con frecuencia. La liberacin debera ser una parte continua del proceso de conversin, en el que
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buscamos al Seor y le vamos entregando ms nuestra vida a l. El arrepentimiento, el perdn, la renuncia, la autoridad y la bendicin son parte de nuestra herencia como hijos e hijas de Dios.
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volvi en s sinti por fe que estaba sana. En una intrepidez inusual se me acerc a decirme que estaba sana, y por un tiempo se sinti totalmente libre de sus migraas. Siete semanas despus, cuando comenzbamos un evento internacional en Filadelfia llamado "Treinta das reunidos con Jess", le dio su primera migraa. Estaba realmente disgustada, sintiendo que tal vez anteriormente no haba sucedido nada. "Quizs todo eso lo invent", pens. Unos buenos amigos nuestros oraron con ella. La animaron a reclamar su libertad y a creer en ella. Janet se resista a la idea, porque demasiadas veces la gente le haba dicho que "nombrara y reclamara" su sanacin. Se le haba dicho muchas veces que uno solo tiene que creer que est curado y "caminar en esa fe". Eso impona la carga sobre ella y no sobre Dios. Ese consejo siempre la dejaba alterada. Pero esta vez era diferente. Dios haba hecho algo, as que cada vez que senta que venan los sntomas de la migraa, aprendi a orar con autoridad y a no rendirse al dolor de cabeza. Mientras creca en su capacidad de resistir, record que cinco aos atrs un profeta llamado Bob Jones haba orado con ella, dicindole que iba a ser usada en el ministerio de liberacin. Le dijo que su don era ayudar a las personas a mantenerse libres una vez que fueran liberadas. Janet estaba en pleno entrenamiento. Como suele suceder, sus luchas eran oportunidades para aprender algo que poda usa luego para ayudar a otros. Con frecuencia, despus que comparta su testimonio de sanacin, le venan los comienzos de un dolor de cabeza. Pronto aprendimos a orar honrando a Dios por sanar a Janet. Dios haba recuperado el territorio que Satans tena, y este no estaba contento con eso. l lo quera de vuelta. Esta vez, la "fe" de Janet en que ella era libre estaba basada en algo que Dios haba hecho. Dios iba a llevar el asunto aun ms a fondo. El da antes de un viaje misionero, uno de nuestros hijos pidi hablar con Janet. "No me siento amado ni aceptado por ti", empez. "Siempre actas como si tuvieras la razn y yo estuviera equivocado, como si t fueras mejor que yo."
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Janet se sinti herida. Aunque pensaba que l haba escogido una manera inapropiada para decrselo, y que estaba sobredimensionando las cosas, ella tambin reconoci la verdad. Aos antes el Seor la haba hecho arrepentirse de un espritu de superioridad. Ella pensaba que eso haba quedado arreglado, pero obviamente no era as. Sacarlo a la luz dola. Llor por un rato largo antes de venir adonde m. La escuch y luego le pregunt cmo se conectaba eso con los recuerdos de su niez. Habl del rechazo que reciba de sus amigas y de las peleas entre su padre y sus hermanos varones, que le causaban miedo. Habamos orado por esas cosas aos atrs, y se preguntaba por qu esas mismas cosas viejas seguan surgiendo. (Es importante recordar que ella no las estaba buscando ni volvindose introspectiva de una manera poco sana. Simplemente estaban volviendo a salir a la superficie.) Esta vez rezamos por los problemas ms profundos que haban dado cabida al temor; desde entonces, Janet ha permanecido libre de migraas. Esa oracin martill los clavos del atad de las migraas. No era el estrs, sino el temor subyacente, lo que le provocaba las migraas: el temor de hallarse en situaciones fuera de control en maneras similares a la experiencia de su niez.
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venir percepciones espirituales tiles al rastrear ciertas ataduras que se remontan a nuestros padres o incluso a generaciones anteriores. Pero no basta con romper el poder de los espritus malignos en esas reas. Tenemos que asumir completa responsabilidad en cuanto a cmo reaccionamos ante esos patrones hacindole un nido al enemigo y comenzando a vivir conforme a los principios del Reino. Igual que Janet, mi hijo Joseph luchaba con el temor y, como ella, sufra migraas. Cuando nos liberamos, el cambio en nosotros abre una puerta para nuestros seres queridos. Pero la respuesta de Joseph al temor era muy diferente de la de Janet. l tuvo que descubrir y superar el plan que Satans tena para su vida. Y quiso que yo contara lo que l haba aprendido, para que otros pudieran aprender cmo asumir responsabilidad ante la libertad que tenemos en Cristo. Joseph, el menor de nuestros cuatro hijos, es una recompensa. Era tan bueno y agradable cuando estaba creciendo, que fuimos ingenuos en cuanto al plan del enemigo para l. Puesto que siempre se presentaba como "bueno", aprendi cmo actuar "bien" a pesar de que su corazn se estaba alejando del Seor y de nosotros. No tenamos la expectativa de que Joe iba a empezar a vagar desde los trece aos. Cuando estaba en sptimo grado, Joseph comenz a sentir dolores de cabeza tipo migraa. Joe que ya haba tenido dificultad en la escuela se quedaba en casa por varios das, pues no poda asistir a clases. Creo que marc un rcord de llegadas tardas y ausencias. Lo llevamos de especialista en especialista; oramos por l. Sabamos que Janet estaba liberada de sus dolores de cabeza; no entendamos por qu Joseph no. Oramos por l para que fuera liberado del temor. De hecho oramos contra toda clase de temor. Lo que no sabamos era que estaba consumiendo licor y drogas. Tampoco sabamos que quizs Joseph no quera ser libre. Pensbamos que sus cambios de estado de nimo tenan que ver con la pubertad, la enfermedad y los ajustes sociales. No nos imaginbamos que el licor y la marihuana fueran parte del problema. Cuando estaba en noveno grado recibimos una llamada de la comisara de polica. Tenan detenido a nuestro hijo porque estaba
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borracho. Eso nos abri los ojos y seal el comienzo de un cambio para Joe. Varios meses despus entreg su vida a Jess en un grupo de Vida Joven. Durante seis meses no tuvo un dolor de cabeza, y entonces tambin tuvo que aprender a caminar en su libertad. Pero eso dur aos. El viaje en carro para llevar a Joseph a la universidad para que empezara su primer ao fue un momento de reflexin. Durante el viaje comparti la siguiente perspectiva: "Al comienzo de la escuela secundaria le abr la puerta al enemigo al utilizar los dolores de cabeza como forma de escape. Quera esconderme y dormir en mi cuarto y no tener que lidiar con presiones en la escuela y en situaciones sociales. Los dolores de cabeza eran de verdad, pero yo les di poder. Por supuesto, en ese momento no comprenda eso; solamente lo viva. Me senta deprimido y solitario, como si nadie me comprendiera. El alcohol y la marihuana eran simplemente otra ruta de escape. Cuando conoc al Seor ya no tuve que escapar ms. Entr a un mundo nuevo. Fui liberado de mi esclavitud. Estaba muy entusiasmado por Dios; estaba lleno de amor por l. "Con el paso del tiempo me di cuenta de que el mundo todava estaba all, y que todava haba caminos de pecado que yo quera recorrer. Quera escapar. Entonces empezaron a volverme los dolores de cabeza. "As era como lo haca: me quedaba despierto hasta tarde o me pona a ver algo indebido en la televisin, y le daba gusto a mi naturaleza pecaminosa. A la maana siguiente me despertaba con dolor de cabeza porque no quera enfrentarme a mi pecado ni a m mismo. Cmo poda ir a la escuela y que me vieran como cristiano cuando saba que no viva a la altura de esa imagen? No quera ser un impostor, pero tampoco quera depender de la misericordia de Dios. "En mi orgullo, quera ser bueno y no depender de la misericordia de Dios. Cuando caa, pensaba en m mismo como un pecador tan grande que me alejaba de Dios. Tena miedo de enfrentar quin era
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yo en verdad, y quin era en verdad Dios. Le tena miedo al mundo, y a la persona que yo era. Enfrentaba los retos de la vida con timidez." Joseph poda renunciar a sus temores, volverse al Seor y sentir alivio... por un tiempo. Despus caa de nuevo en sus viejos patrones. Necesitaba crecer. Necesitaba ir ms profundo en la revelacin de su propia alma y la revelacin del amor de Dios. En su misericordia, Dios le provea personas que lo ayudaran en una poca en que los padres suelen ser los ltimos a los que se les pide ayuda. Joe necesitaba aprender a dejar de vivir en la mentira. As que aprendi que: 1. Necesitaba fsicamente salir y hacer algo, y negarle al dolor de cabeza el poder para deprimirlo. Tambin necesitaba actuar de una manera que no cayera en el juego de la mentalidad del "escape": ir a clases, hacer su trabajo, ser responsable. 2. Necesitaba detenerse, orar y recordar la verdad. "Comprendo la mentira. Ahora tengo una opcin. Renuncio a ella." "Despus de hacer todo eso, mi dolor de cabeza se iba o simplemente lo aceptaba dijo. En mis mejores das no me importaba si el dolor de cabeza se quedaba o se iba. Haca lo que tena que hacer, y me senta bien. Todava me dan dolores de cabeza, pero mucho menos frecuentes. La diferencia es que ahora recorro ese proceso que mencion, y casi no tengo que pensar en l. Siento como que estoy en el proceso de reorientar la ruta de pensamiento que me hizo comprender el problema en un principio." El proceso de aprender una nueva respuesta se aplica a su vida completa. Joe admite que la lucha lo ayud a crecer en su relacin con el Seor. Ahora se siente agradecido por lo que l pas, porque aprendi acerca de s mismo y del plan para descarriarlo que Satans tena. Joseph, al igual que todos nosotros, necesita responsabilizarse de su vida. El hecho de que un espritu maligno lo tuviera atado no lo hace ms o menos responsable. El hecho de que era algo transmitido
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de una generacin a otra no lo hace ms o menos responsable. Todos necesitamos responsabilizarnos de caminar en libertad.
Conozca su debilidad
En las reas que hemos sido liberados, necesitamos ser fortalecidos. Esa rea puede seguir siendo una debilidad mediante la
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cual continuemos aprovechando la fuerza de Dios. Necesitamos resistir los viejos patrones de pensamiento y de reaccin. Somos transformados por la renovacin de nuestra mente (Romanos 12:2). Es un don conocer la propia debilidad y tener un entendimiento claro del plan de Satans para la vida de uno. Si nos llenamos con la verdad y la maravilla de Dios, estaremos menos propensos a regresar a nuestros viejos y malsanos "amigos" en busca de consuelo cuando nos encontremos en un lugar solitario.
Responsabilidad
Muchas personas quieren seguir siendo nios. Delante de Dios siempre seremos nios, dependientes de l y confiados a su cuidado y provisin. Pero como hijos e hijas que nos hemos unido a Cristo, tenemos la autoridad que l nos ha dado. En l tenemos todo lo que necesitamos para responsabilizarnos por nuestra vida. El libro del Apocalipsis dice cmo los santos en el cielo vencieron a Satans y recibieron salvacin: Luego o en el cielo un gran clamor: "Han llegado ya la salvacin y el poder y el reino de nuestro Dios; ha llegado ya la autoridad de su Cristo. Porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba da y noche delante de nuestro Dios. Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el mensaje del cual dieron testimonio; no valoraron tanto su vida como para evitar la muerte."
A P O C A L I P S I S 12:10-11
Vencieron a Satans, el acusador, por la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron. Su palabra se uni al sacrificio del Cordero. Declararon con sus propias vidas lo que era verdad. Tenan que responsabilizarse por lo que se les haba dado. Cada uno de nosotros debe hacer lo mismo.
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que somos. Al resistir las mentiras y crecer en el conocimiento de nuestra verdadera identidad y destino, podemos tener la confianza de que Dios es fiel. Estoy convencido de esto: el que comenz tan buena obra en ustedes la ir perfeccionando hasta el da de Cristo Jess.
FILIPENSES 1:6
Venga tu Reino! As que, mis queridos hermanos... lleven a cabo su salvacin con temor y temblor, pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad.
FILIPENSES 2:12-13
Seor, gracias por la libertad que me has dado. Aydame a reconocer rpidamente las maquinaciones del diablo que quiere robarme el don. Aydame a hacer lo que debo para poner mi confianza en ti en cuanto a que completars la obra que comenzaste en m. En l tenemos puesta nuestra esperanza, y l seguir librndonos.
2 CORINTIOS 1:10
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CAPTULO
LIBERTAD
En medio del silencio, el muchacho pens: Dselo a Jess. Su corazn lata fuertemente. Dselo a Jess. Todo lo que tengo son cinco panes y un par de peces. Dselo a Jess. l no necesita mi comida; de qu va a servir? Dselo a Jess. Con permiso, don Andrs, seor, es que tengo algo de comida que le quiero dar a Jess. Andrs mir al muchacho. Ven conmigo juntos caminaron hacia donde estaba Jess, lo ms cerca de l que el muchacho hubiera llegado en su vida. Se senta dbil del temor y la fascinacin. "Algunos piensan que este es el Mesas..." Sus pensamientos se interrumpieron cuando Jess levant la vista. Andrs habl: Aqu hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero qu es esto para tanta gente? (Juan 6:9). Jess le sonri al muchacho, como si lo hubiera estado esperando, como si su pan y su pescado fueran los regalos ms maravillosos que cualquiera pudiera dar. Jess y el muchacho se sentaron, mirando a los millares de personas. Algunos se daban empujones y codazos. Varios parecan inseguros, como si estuvieran cargando una larga lista de dolores de la vida, con la esperanza de no quedar decepcionados otra vez. Otros afirmaban con entusiasmo: "Este debe ser el escogido!" Mientras el muchacho miraba a la gente con Jess, sinti una paz profunda. Algo era distinto. La gente se vea hermosa, de una manera diferente. Jess tom entonces el almuerzo del muchacho, dio gracias a Dios por el alimento y lo distribuy entre la multitud de cinco mil personas. El muchacho comenz a llorar, aunque no saba por qu. Mucho ms tarde en la vida, cuando experiment la compasin de Jess en su corazn, comprendera el significado de esas lgrimas. Cuando todos hubieron comido, Jess les pidi a sus discpulos que recogieran las sobras. "As lo hicieron, y con los pedazos de los cinco panes de cebada que les sobraron a los que haban comido,
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llenaron doce canastas" (Juan 6:13). Jess los haba satisfecho a todos, transformando por su poder el regalo insignificante de un muchacho que lo dio de buena gana. Este muchacho tena algo de pan que Dios us cuando l se lo dio a Jess. Quizs usted sienta que Dios no le ha dado mucho; apenas el suficiente sustento para usted mismo. Pero quizs l tambin sembr suficiente amor en su corazn para que quiera compartirlo con los dems. Si usted le da a Jess sus "panes y sus pescados", qu piensa que l puede hacer con eso? En resumen, l lo transformar para llevar adelante su Reino. l puede convertir nuestros humildes regalos hasta las cicatrices de nuestras heridas dolorosas en una gran compasin por los dems, y sin duda lo har.
LIBERTAD
siempre inclua lo de cmo su vida haba cambiado cuando oramos por ella. Hace varios meses yo estaba con Jamie, y ella or por su amiga Laura. Or de la forma en que ustedes oraron con ella, hacindola perdonar y renunciar a cosas. Me sent muy conmovida por la oracin y los resultados. La relacin de Laura con su pap ha mejorado muchsimo a raz de esa oracin. Cuando lleg el momento de que Laura regresara a la universidad para su segundo ao, su pap se sinti inusitadamente triste por su partida. Le dijo: "Laura, siento como que apenas ahora te estoy conociendo". Jamie nunca fue entrenada, ni tampoco recibi ninguna enseanza acerca de cmo orar con otros por liberacin. Pero como haba pasado por un proceso que le pareci normal y en el que no se sinti amenazada, comprendi instintivamente lo que haba pasado, aunque yo nunca le mencion nada acerca de los espritus malignos ni de la liberacin. Tena pan para darles a sus amigas.
Pan para un a m i g o
pareci como si un gran peso se le hubiera quitado de encima. Aspiraba profundamente, como si estuviera respirando aire puro por primera vez. Igual que muchos otros, Paul ajust su vida para darle cabida al murmullo sutil de la culpa y la condenacin por los hechos pasados que haca mucho haban sido olvidados y enterrados en Cristo. En aos recientes, cuando se sumergi en la Palabra de Dios, escuchando la voz de Cristo, esos murmullos se haban vuelto ms dbiles aunque no estaban acallados del todo. Ahora nos alegrbamos con Paul porque la va de entrada haba quedado expuesta y cerrada, y el poder estaba destruido. Pero dejamos a Paul y a Europa Oriental con una pregunta: por qu en el plazo de dos aos Paul no encontr la ayuda que necesitaba? Por qu nadie lo haba ayudado a caminar hasta la libertad que hay en Cristo? Por qu tuvo que esperar tanto? Jess expres su amor por aquellos que esperan cuando respondi a la crtica por curar en sbado: "A esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satans tena atada durante dieciocho largos aos, no se le deba quitar esta cadena en sbado?" (Lucas 13:10-16). Aquellos que han sido liberados, con frecuencia son un instrumento para los dems.
Quin, yo?
Cuando las personas me dicen que se sienten incapaces para dar testimonio y orar con otros porque estn demasiado quebrantadas, me gusta recordarles la historia bblica de Mara Magdalena, de quien Jess sac siete demonios. Desde el da de su liberacin, ella sigui a Jess, viviendo como su discpula. Siento que Mara era una mujer que puso sus ojos en Jess, y aun as nunca olvid cmo se senta el dolor del cautiverio. Cuando le entreg a Jess su doloroso pasado, le permiti que lo usara para suavizar su corazn. Parada al pie de la cruz haba una mujer que poda llorar por su propia prdida y por la de los dems. Ella desempea un papel clave en el relato de la resurreccin.
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LIBERTAD
El relato de Juan sobre la Pascua cuenta que ella fue al sepulcro antes del amanecer, y que solo encontr la piedra movida y que el cuerpo no estaba ah. "Cmo pudo pasar esto?", se pregunt. Afligida, corri donde Pedro y Juan y les dijo que "se haban llevado" el cuerpo de Jess. Pedro y Juan vinieron, confirmaron lo de la tumba vaca y dejaron a Mara sola otra vez, llorando. Entonces vio dos ngeles, que le preguntaron por qu estaba llorando. Volvi a decir que "se haban llevado" a su Seor. Sbitamente se volvi y vio a Jess, aunque no lo reconoci y pens que era el jardinero. l tambin le pregunt por qu estaba llorando. Entonces Jess la llam por su nombre: "Mara." En el momento en que l pronunci su nombre se revel a s mismo, y el corazn de ella se abri para ver a Aquel al que amaba. Juan 20 presenta un cuadro extraordinario. Jess resucitado est a punto de regresar al Padre cuando escucha un llanto y ve que lo est buscando una persona que est desesperada por encontrarlo, alguien cuyo corazn ha quedado roto. Por amor, decide ir primero adonde ella. Jess le da una bendicin... y una misin: "Sultame, porque todava no he vuelto al Padre. Ve ms bien a mis hermanos y diles: 'Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes'" (Juan 20:17). Cul es la bendicin? Jess le dice a ella que est por subir a "mi Padre, que es Padre de ustedes". Eso convierte a Mara en su hermana. Ella es parte de su familia. La misin? Mara, aquella de quien l sac siete demonios, tiene el privilegio de ser la primera en declarar: "He visto al Seor!" Aunque experiment gran pecado, fue la primera en dar testimonio del Jess resucitado, compartiendo con sus hermanos la victoria del Reino de Cristo.
Pan para un a m i g o
Dios, a lo largo del tiempo, prepara a alguien para recibir la libertad. Cuando oro por las personas, estoy muy consciente de que ha sido su fe y su esfuerzo por cooperar con la gracia de Dios lo que los ha llevado al borde de la libertad. En el captulo 7 narr cmo Dios me bendijo en 1971 a travs del pastor Davis, despus de una reunin de oracin en Ann Arbor, Michigan. Davis pronunci las claras palabras de afirmacin que yo anhelaba or, palabras de bendicin. Tambin nombr y expuso uno de mis enemigos, el temor. Yo haba vivido con ese temor desde mi niez, y eso influenci mi capacidad de expresarme. En la escuela nunca levantaba la mano ni me ofreca para responder. Me etiquetaban como tmido, yo detestaba ese trmino. Quera escapar de mi prisin, pero pas la mayor parte de mi juventud tratando de convencerme a m mismo de que yo era aceptable a pesar de mis limitaciones. Mientras tanto, buscaba las maneras de evitar el dolor mediante la bebida y las fiestas. En los meses posteriores a la palabra proftica del pastor Davis, busqu curacin. Saba que el miedo dominaba mi vida, pero no saba de dnde vena ni qu poda hacer al respecto. La peticin "Sname, Seor" se convirti en mi oracin constante. Le ped a mi primo, el padre Mike Scanlan, que orara por m. (Yo tena poco ms de veinte aos para ese entonces.) Antes de orar, l me hizo varias preguntas. Cuntame acerca de tus relaciones con tu familia cuando estabas creciendo dijo. Pas un tiempo muy difcil con mi mam y mi hermana le repliqu. Y qu tal con tu pap? pregunt l. No tengo ningn recuerdo malo yo saba que l estaba buscando heridas antiguas que necesitaran ser sanadas y perdonadas. Creo que necesito perdonar a mi mam y a mi hermana. Or por m, pero no percib un gran cambio en mi vida. En los meses posteriores a la oracin, sent que se me acumulaba una gran tristeza, como si la oracin hubiera sacado a flote un
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LIBERTAD
profundo anhelo y un vaco. Un pastor lleg por un fin de semana a visitar a la familia con la cual me hospedaba. Todo lo que hablaba era de Dios como Padre. Yo no me conectaba con Dios como Padre, y ese pensamiento trajo a mi mente el viejo mensaje negativo de que algo andaba mal conmigo. Por insensatez, protestaba por dentro diciendo que el Padre estaba en un segundo nivel. Conoca a Jess, y conoca al Espritu Santo como el Espritu de Jess, y que Jess era el camino al Padre. Qu ms necesitaba? Haba recibido al Espritu de Jess, o no? Estaba tratando de tapar lo que haba sido expuesto. Pero ya era muy tarde. Ah estaba: no conoca a Dios Padre. Lo que es ms, pareca que la raz de mi bloqueo se hallaba en la relacin con mi pap. No tena malos recuerdos de l; simplemente no tena suficientes recuerdos. El licor siempre lo mantuvo emocionalmente alejado. El trabajo lo mantena fsicamente ausente. Su padre haba muerto cuando l tena dos aos de edad, y l no me poda dar lo que no haba recibido. La tristeza y la desesperacin me llevaron a hacer un viaje de cuatro horas para ver a mi primo Mike y volver a pedirle la oracin. Esta vez l pidi que el amor de Dios llenara cada rea carente. A medida que reciba ese amor, Jess me mostr al Padre y recib la bendicin del Padre. Qued expuesta mi percepcin de m mismo como alguien que era un desterrado en la familia. Dios elimin la mentira y puso en m la verdad de que era amado. Una nueva capacidad para expresarme, para hablar, se hizo evidente para aquellos que se encontraban a mi alrededor. El amor de Dios no es solo un concepto, sino que es prctico y cambia vidas. Dios me toc y me dio una nueva capacidad para amar a los dems. Me dio lo que yo no hubiera podido anhelar ni esperar. En Efesios 4:8 se nos dice: "Cuando ascendi a lo alto, se llev consigo a los cautivos y dio dones a los hombres". Jess haba liberado a este cautivo, y me dio un don. Por el poder de su amor en m, pude amar a los dems; pude ayudarles a recibir lo que se me dio. Quince aos ms tarde, en una conferencia dirigida por John Wimber, esa oracin de curacin lleg ms profundo, hasta
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convertirse en una oracin de liberacin. Por aos sospech que necesitaba oracin de liberacin. Haba recibido muchas curaciones pero saba que necesitaba un toque aun ms profundo del amor de Dios. El ltimo da habl con un hombre que tena un ministerio de liberacin. Sugiri que orramos juntos. Sentado frente a m al otro lado de una mesa, l le pidi al Seor que me tocara. Entonces me dijo: Sientes eso?. Por primera vez reconoc que algo que era parte de m, parte de mi personalidad, realmente no era yo. S. Eso era algo muy familiar para m; me pareca un compaero que haba conocido toda mi vida. Ya no estaba escondido; ahora estaba expuesto como algo muy pesado sobre mi pecho. Pareci como si el ministro estuviera asomndose dentro de mi alma, y dijo: Qu sucedi? Mi mente se dirigi a un aula escolar. Algo sucedi en primer grado respond. Qu sucedi en primer grado? Sin ningn recuerdo consciente, dije lo que se me vino a mi mente. Fui humillado frente a la clase. l me anim a perdonar a mi maestra. En el nombre de Jess, perdono a mi maestra por humillarme. Entonces l dijo: En el nombre de Jess le ordeno al espritu de rechazo que se vaya. El peso que senta en mi pecho se elev a mi cabeza y se fue. Estaba libre. Con el rechazo se fue el temor al rechazo. Ahora saba el nombre de mi enemigo y poda resistir los hbitos y patrones que se haban desarrollado en m. Luego vino una temporada de gracia. Senta una nueva intrepidez al orar por los dems, y vi a muchas personas liberarse de la influencia de los espritus malignos. Aprend lo que significaba llorar con la compasin del Seor, a escuchar sin juzgar y a mostrar empatia sin necesidad de una respuesta. Tambin aprend a dirigir a
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LIBERTAD
las personas hacia Jess, que es la respuesta para todas las preguntas de la vida. Todava tena mucho que aprender y obstculos que superar, pero Dios estaba confirmando lo que hizo en m mediante lo que haca a travs de m.
Pan para un a m i g o
misma. "S, Seor respondi la mujer, pero hasta los perros comen debajo de la mesa las migajas que dejan los hijos." Jess le dijo: "Por haberme respondido as, puedes irte tranquila; el demonio ha salido de tu hija." Qu mujer de fe! Le rog a Jess la liberacin a favor de otra persona. Esa mujer era la intercesora que su hija necesitaba.
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LIBERTAD
Padre, gracias por las muchas llaves hacia la libertad que me has dado en tu Hijo. Tu amor me ha liberado. Quiero ser tu discpulo, un instrumento de tu amor para otros. Verdaderamente tu amor, que fluye a travs de m, es mi liberacin, la llave final. Seor, dame ese don de amor. As que el amor es el cumplimiento de la ley.
ROMANOS 13:10
La seccin que sigue explica cmo puede ayudar a un amigo (o ellos lo pueden ayudar a usted). Quizs deba parar aqu y orar en la lnea de los ltimos captulos, buscando a Dios para recibir la bendicin que necesita.
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SEGUNDA
PARTE
EN AYUDA DE UN AMIGO
CAPTULO 10
La oracin de liberacin debera ser restituida a la vida normal de la Iglesia;18 no debera restringirse a aquellos que experimentan grandes ataduras y flagrantes manifestaciones diablicas. Aun as, en muchos sectores de la Iglesia no hay lugar para ella. En un peridico local le un artculo titulado "No fue un exorcismo". Parece ser que en 1996 un espritu maligno le estaba ocasionando problemas a la Madre Teresa mientras estaba hospitalizada. El obispo envi a un sacerdote donde ella para "decir una oracin de exorcismo". l "rez la oracin de exorcismo para expulsar espritus malignos", y se inform que ella durmi apaciblemente esa noche.19 Muchos lderes de la Iglesia ocupan la posicin de exorcista de los que se clasifican como "posesos", pero no tienen capacidad para
17. Craig Hill, The Ancient Paths [Los senderos antiguos], Family Foundations Publishing, Littleton, Colorado, Estados Unidos, 1992, p. 49. 18. El ministerio de liberacin siempre estar incompleto si no se coloca en el contexto de la vida cristiana normal. Durante muchos aos el padre Michael Scanlan ha argumentado que el ser liberados de espritus malignos debera ser una parte normal del sacramento de la reconciliacin tal como se practica en la Iglesia Catlica. Yo creo que tambin debera formar parte del proceso de iniciacin, de los grupos pequeos (amigos que se apoyan entre s), la formacin para el discipulado, la consejera espiritual y el cuidado pastoral. 19. Peridico Catholic Standard Times, "It Was No Exorcism" [No fue un exorcismo], 13 de septiembre del 2001.
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LIBERTAD
pronunciar una oracin sencilla y con autoridad para alejar a los espritus que perturban a los hijos de Dios. Este pareci haber sido el caso de la Madre Teresa. El asunto hizo noticia porque muchos no estn acostumbrados a tratar directamente con los espritus malignos. Mi oracin es que avancemos hacia tal lenguaje y tal posicin que la liberacin se ejerza en la vida cotidiana de la iglesia.
El camino hacia ese destino implica tanto sostener el territorio como profundizar en la libertad que se nos ha dado. Cul es el don? Darnos a nosotros mismos con compasin. Lo que hemos recibido es lo que debemos dar. Si usted ha encontrado la verdad de estos principios, tiene algo que dar. Es en nuestra creciente libertad que encontramos nuestros dones y nuestra capacidad para servir. El proceso por el cual somos liberados nos da un testimonio, un don para darles a los dems. Cuando el amor de Dios es derramado en nuestros corazones, cuando hemos recibido el "pan de los hijos" (Marcos 7:27),
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oramos por otros para que reciban el mismo pan. Algunos de los que leen orarn con sus amigos y los vern recibir la bendicin que ellos recibieron. Para otros se est abriendo la puerta, como se abri para m, para incorporar la oracin de liberacin a su servicio cotidiano al Seor. Esta parte del libro le ayudar para que ayude a otros a encontrar su liberacin de los espritus malignos. Comprender las profundidades de su propia alma y el proceso por el cual Dios lo ha venido liberando20 es la mejor preparacin para este ministerio.
Primero lo primero
Cuando me estaba estirando despus de mis ejercicios en el gimnasio, vi a un entrenador joven que estaba trabajando con una mujer mayor. Apyese en m; bien, diez, nueve, ocho... lo est haciendo muy bien. Bien; dos, uno. El entrenador haba probado la flexibilidad de la mujer y ahora la estaba llevando a travs de varios ejercicios de estiramiento. Ahora veamos si ha avanzado algo. La mujer estaba asombrada. Haba ganado como veinticinco centmetros al estirarse hacia los dedos de los pies. Usted es asombroso! Acaso es un mago o algo as? le pregunt encantada. No. No fui yo quien lo hizo. Fue usted le respondi el entrenador. Usted es la que es asombrosa. Ayudar a alguien a que se libere de la influencia de los espritus malignos es muy parecido a eso. Estamos ayudando a la gente a aprender a cmo estirarse y tocar a Jess, su liberador. A uno puede gustarle que ellos expresen gratitud y admiracin por uno, pero a la larga eso no ser til. A las personas se les habr servido de la mejor manera si salen de la sesin de oracin sabiendo cmo cooperar con Jess en el proceso de liberacin. Slo Jess salva y nos libera de los espritus malignos.
20. Si usted inicia su lectura en este captulo, le animo a que considere en oracin leer los primeros nueve captulos para su beneficio.
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LIBERTAD
El apstol Pablo saba eso y lo dej bien claro para sus lectores: "Porque ante todo les transmit a ustedes lo que yo mismo recib: que Cristo muri por nuestros pecados segn las Escrituras, que fue sepultado, que resucit al tercer da segn las Escrituras" (1 Corintios 15:3-4, nfasis aadido). Nuestra esperanza de libertad descansa en lo que Jess ha hecho en favor nuestro. Es iniciativa suya liberar a los cautivos. A Jess no le falt claridad en cuanto a su misin. Se nos dice que un sbado entr en la sinagoga y se levant a leer el libro del profeta Isaas. Encontr cierto pasaje y lo ley en voz alta: "El Espritu del Seor est sobre m, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y darvista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a pregonar el ao del favor del Seor" . . . " [Despus] comenz a hablarles: Hoy se cumple esta Escritura en presencia de ustedes" (Lucas 4:17-21). En el Evangelio de Lucas, estas son las primeras palabras del ministerio pblico de Jess. Esta fue su declaracin de misin y todava lo es. l contina su misin por medio de la Iglesia, por medio de nosotros. Cuando usted ora con otros por liberacin, tenga presente que los jugadores clave son Jess y la persona por quien est orando. Los modelos de oracin de liberacin que se enfocan en el ministro pueden dejar a la persona liberada de un espritu maligno, pero surgirn nuevos problemas si ella se vuelve demasiado dependiente de quien or por ella o si se centra demasiado en los demonios. As como la seora mayor aprendi a responsabilizarse por el nuevo nivel de flexibilidad en su cuerpo, cada persona es responsable por el nivel de libertad que se le ha dado. Su participacin activa no debera minimizarse. "Me arrepiento... creo... perdono... renuncio... ordeno..." Aprender el poder de nuestras declaraciones es parte del proceso de liberacin. Cuando ayudamos a otros en dicha liberacin, estamos ayudndoles a responsabilizarse por sus vidas y a responder en fe a Jess.
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Principios y modelos
En la primera parte de este libro transmit los principios espirituales que estn relacionados con la liberacin de los espritus malignos, sin limitarse a ella. Son principios bsicos para crecer en libertad en la vida cristiana. Estos principios se ponen en prctica cada da mientras caminamos con el Seor. Ser liberados es parte de nuestra conversin continua. Es nuestra herencia. Para ayudar a alguien, necesitamos un mtodo y poner en prctica los principios. Es de gran ayuda aprender de otros y evitar los errores que ellos han cometido. Yo he aprendido muchsimo de otros.21 Pero he aprendido mucho ms cometiendo errores y esforzndome por comprenderlos. Le invito a que, al considerar el modelo de la oracin de liberacin que presento aqu, lo ponga a prueba mediante los principios que aparecen en la primera parte del libro. El buen alumno aprende de su maestro, pero en cierto momento lo que ha aprendido se ver un poquito diferente. Hace poco investigu un programa llamado Ciudad Como Parroquia, de donde recog la siguiente sabidura: "Si el mtodo
21. En particular quisiera mencionar tres. Del libro Deliverance from Evil Spirits [La liberacin de los espritus malignos] por el padre Mike Scanlan y Randall Cirner, aprend los elementos bsicos de la liberacin. Su nfasis en un enfoque pastoral slido es lo mejor que he ledo al respecto. De la obra Freedom in Christ [Libertad en Cristo] por Pablo Bottari, de Argentina, vi cmo se proclamaba sabidura con sencillez y con compasin. A estos autores he tenido el privilegio de conocerlos personalmente. Un tercer libro es Deliverance from Evil Spirits [La liberacin de los espritus malignos] por Francis MacNutt, que ha sido pionero en el ministerio de liberacin. Su libro es un manual completo y bien equilibrado. Toca casi toda la sabidura acumulada de los ltimos treinta aos. Advertencia: Hay que tener cuidado de no recoger bagaje innecesario asociado con el estilo de ministerio de oracin de una persona en particular. Yo recomiendo mantener las cosas simples y tratar de entender los principios necesarios cuando uno trata de ayudar a las personas. Deje que Dios le ensee por medio del continuo estudio y la reflexin. Conozco a muchas personas que han ledo libros sobre liberacin y nunca han ayudado a un amigo a alcanzar la libertad. Conozco a otros que intentan establecer leyes universales a partir de algo que es peculiar de un enfoque individual. El beneficio de los libros que menciono, y de muchos otros, es que cada autor revela una parte de la sabidura que Dios le est dando a su pueblo.
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LIBERTAD
que usted usa se ve exactamente igual que el que a usted le ensearon, probablemente no durar. Para que algo se torne verdaderamente suyo, necesita lidiar con el material. Si usted implementa lo que ha aprendido exactamente como lo entrenaron, en algn momento fallar. Si lidia con eso y lo despedaza, se ver diferente. Entonces ser suyo".
reglar la buena nueva. Al hacerlo, aprendemos. No toda persona es llamada a un ministerio de liberacin,22 pero todos pueden ser usados para ayudar a un amigo a recibir libertad. Cuando un amigo se le acerca para que ore por l, est poniendo una gran confianza en usted. Eso significa que usted tiene una gran responsabilidad. Su primera responsabilidad es amar escuchando atentamente. Qu es lo que quiere su amigo? Qu es lo que est diciendo el Espritu Santo? Escuche con empatia, buscando comprender sin tratar de "componer" los sentimientos de la otra persona. Hay algunas pistas de cmo el enemigo puede estar actuando? Permita que el Seor lo llene con el amor de l por su amigo. Cuando Janet y yo ministramos liberacin, primero oramos, pidindole a Jess que ayude a la persona. Luego le ayudamos a responder a lo que le ha sido revelado acerca de la falta de libertad en su vida. Le ayudamos a expresar su fe mediante el arrepentimiento, el perdn, la renuncia, la autoridad y la bendicin. Si usted escucha con amor y aceptacin, su amigo puede decirle cosas que nunca le dijo a nadie. Parte de su responsabilidad es asegurar la capacidad de la persona para decidir qu es lo que est dispuesta a soltar. La liberacin de la persona es algo entre Jess y ella. Usted nicamente est ayudando. Es mejor para la persona tomar su propia decisin, aun cuando no sea buena. Lo malo puede resultar bueno a la larga. Hay personas que quieren que otros decidan lo que ellas deben hacer.
22. Francis MacNutt, en su libro Deliverance from Evil Spirits [La liberacin de los espritus malignos], emite una advertencia que vale la pena acatar: "[Pero] los que son atrados a la oracin por liberacin suelen ser personalidades impetuosas, que hacen juicios instantneos: precisamente la clase de personas que no deberan orar por liberacin. La tragedia es que no conocen su debilidad" (p. 148). Contina diciendo que ios que ministran la liberacin a otros deben ser cristianos maduros "que combinan una fe sencilla con una conciencia de las dificultades; personas que puedan conjugar un conocimiento de la sicologa y de la debilidad humana con el ejercicio de los dones del Espritu Santo (como el discernimiento). Una persona madura como esa est siempre preparada para orar por liberacin" (p. 149). Yo agregara que este conocimiento puede ser instintivo y aprendido mediante la observacin y la experiencia, adems de la capacitacin.
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LIBERTAD
No ceda a ese pedido. Est con la persona, ensele lo que usted sabe y permtale que tome decisiones por s misma. Estar preparado y listo para ayudar a un amigo es muy importante. Algunas veces el simple hecho de pedirle ayuda al Seor puede iniciar un encuentro con Dios que libere a la persona. Por otra parte, la instruccin y el ejemplo que damos puede ayudar a la persona a entrar en un proceso de transformacin que dure toda la vida. Existen muchos manuales completos sobre el ministerio de la liberacin. Este no es uno de ellos. Mi meta es ensearle lo bsico para que pueda proceder con sencillez y con seguridad. Si no es sencillo, tal vez nunca ore por nadie. Si no es seguro, tal vez usted ore por una persona y no vuelva a hacerlo ms. Comience en el espritu de la oracin de Jabs, que dice: "Bendceme y ensancha mi territorio; aydame y lbrame del mal, para que no padezca afliccin" (1 Crnicas 4:9-10).
apuntan al choque entre el reino de la oscuridad y el Reino de Dios. Tal vez los encuentros dramticos no sean parte de la experiencia de todos los das, pero el proceso de liberacin debera ser comn en la vida del creyente. Jess nos instruy a todos a orar para ser librados del maligno (Mateo 6:13). No se infiere de all que deberamos estar preparados para ayudar a un amigo? "Quin, yo?", podra preguntar usted. Cuando el ngel del Seor se le apareci a Geden y le dijo: "El SEOR est contigo, guerrero valiente!", la respuesta de Geden fue bsicamente: "Quin, yo? Ests bromeando?". l no se vea a s mismo como alguien suficientemente digno o preparado para ser el ungido de Dios. "Cmo voy a salvar a Israel? Mi clan es el ms dbil de la tribu de Manass, y yo soy el ms insignificante de mi familia" (Jueces 6:12, 15). A Dios no le agrada cuando nos comparamos desfavorablemente con otros. Dios ve algo en usted que usted no ve. l le ha asignado tareas para que las haga, y en ese sentido usted est ungido para el servicio. Estar ungido, en palabras sencillas, significa que "Dios est con uno para un propsito particular". Puede ser en el rea de la oracin de liberacin o en otra. Quizs usted tendr que crecer dentro de su llamado. En los captulos que siguen le dar un vistazo de lo que ha durado mi viaje hasta este punto en el ministerio de liberacin. Por mucha uncin que experimentemos, el resultado final es el mismo para todos. Qu estamos haciendo con la uncin de Dios? Hemos aprendido a amar? El poder de Dios y su amor son lo mismo. Servimos de la manera ms amorosa posible? La liberacin de espritus malignos es una parte normal de la vida cristiana. Para que pueda ocupar una vez ms su lugar en la vida de la Iglesia, es necesario que las obras del diablo sean desmitificadas, y necesitamos desarrollar un lenguaje que refleje esa realidad. Cada vez que el espritu de parte de Dios atormentaba a Sal, David tomaba su arpa y tocaba. La msica calmaba a Sal y lo haca sentirse mejor, y el espritu maligno se apartaba de l.
I SAMUEL 16:23
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LIBERTAD
Padre, ensame cmo consolar a otros con el consuelo que he recibido de ti. T eres el Padre de la misericordia; derrama tu amor en m y mustrame cmo puedo regalar tu amor. Por favor, same para llevar libertad a otros. Ensame cmo quieres que sirva. "Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Seor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolacin, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, tambin nosotros podamos consolar a todos los que sufren."
II CORINTIOS 1:3-4
El enemigo utiliza el temor para evitar que alcancemos los propsitos de Dios. Antes de tratar sobre "cmo no" y "cmo s" ayudar a otros en su liberacin, echaremos en el captulo 11 una mirada al tema de cmo superar temores infundados asociados con el ministerio de liberacin.
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CAPTULO 1 1
Nacido en Yorkshire, Inglaterra, en 1859, Smith Wigglesworth fue un plomero conocido por su fe. Se cuenta que una noche se despert por un ruido crujiente en la sala de la parte de abajo. Wigglesworth tom su vela y comenz a bajar los escalones. El crujido se hizo ms fuerte. Un asqueroso olor a muerte le satur las fosas nasales. Al acercarse al cuarto de donde vena el ruido, sinti que el aire se volva fro. Asomndose dentro del cuarto, vio de dnde provena el crujido: una figura estaba en su mecedora. Cuando se acerc, vio que era el mismsimo diablo! "Ah, solo eres t", dijo Wigglesworth, y de un soplo apag su vela. Esta historia contrasta claramente con el temor a Satans que se percibe en la actualidad. Cuando visit un pas del antiguo bloque comunista, se me dijo que los nicos libros disponibles sobre liberacin eran los que uno no quisiera leer en la noche antes de dormirse. Provocaban temor, detallando pesadillas de espritus malignos que se manifestaban, en forma muy parecida a las escenas asociadas con El exorcista. Contenan relatos de espritus que se apoderaban del individuo, provocando contorsiones extraas, levitaciones y vmitos. Al diablo le gusta provocar temor para poder extinguir el amor. Porque as como se nos dice que el amor expulsa el temor (1 Juan 4:18), el temor aleja los actos de amor desprendido.
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LIBERTAD
En un vuelo reciente a Hait me sent tentado a temerle al diablo. Cuando avistamos la isla, mis pensamientos me llevaron a todas las cosas que haba odo acerca de ese pas. Haba sido dedicado a Satans. Los tambores de vud retumban de continuo, dirigidos especialmente contra los misioneros. "Va usted a Hait a ensear acerca de la liberacin? Mejor usted que yo. Ms le valdra conseguirse un equipo de intercesores que lo respalden." Esas eran las respuestas tpicas cuando las personas se enteraban de lugar a donde nos dirigamos. De vez en cuando me sorprenda a m mismo pensando: "Qu ests haciendo, yendo para Hait a ensear sobre liberacin? Debes estar chiflado". Pero al acercarnos al aeropuerto, escuch al Seor hablarme: "Este es mi pas y mi gente. No le pertenece a Satans. Tengo planes de tomarlo otra vez. No creas la mentira."
"Pues Dios no nos ha dado un espritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio"
2 TIMOTEO 1:7
Escuch una noticia acerca de un arzobispo catlico de frica, conocido por efectuar exorcismos, que cay bajo la influencia del Reverendo Moon. Se haba casado con una mujer que Moon escogi para l. Qu est pasando? Satans est desacreditando el ministerio de liberacin e induciendo al temor. Est creando temor y cautela entre los pastores. Pero Marcos 16:17 dice que una de las seales que seguirn a los creyentes es que podrn expulsar demonios. Si bien no debemos tener miedo, doy advertencias, de las cuales tratar ms a fondo en el captulo siguiente. He estado en reuniones de oracin donde se diriga ms "oracin" al diablo que a Dios. Y he asistido a reuniones donde personas que carecan de sabidura y autoridad les hablaban a los principados y potestades. El poder de Satans es real, y podemos quedar sujetos a l si somos orgullosos o actuamos fuera de la autoridad que el Seor nos ha dado. Cierta persona se jactaba de su labor con lo demonaco y de que no le afectaba, pero en ese mismo momento su matrimonio se estaba destruyendo.
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l lo dijo bien claro: "Nada les podr hacer dao." Y Jess deba saber, ya que vio "a Satans caer del cielo como un rayo". Jess dijo algo ms que era muy importante. "Sin embargo, no se alegren de que puedan someter a los espritus, sino algrense de que sus nombres estn escritos en el cielo" (Lucas 10:20). Cuando vemos el Reino de Dios avanzando, y los territorios que le son arrebatados al maligno, estamos siendo testigos de cosas que los profetas y reyes anhelaron ver y or pero no pudieron (ver Lucas 10:24). Me parece que sera algo muy natural regocijarse. De hecho, Jess se regocij con el informe que ellos le llevaron. El versculo 21 dice: En aquel momento Jess, lleno de alegra por el Espritu Santo, dijo: "Te alabo, Padre, Seor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los que son como nios. S, Padre, porque esa fue tu buena voluntad." Jess les dijo que se regocijaran, pero no porque los espritus se sometieran a ellos. Cuando yo era ms joven, un orgullo sutil fue surgiendo en m al darme cuenta de que los demonios respondan cuando yo pronunciaba el nombre de Jess. Ahora estoy profundamente consciente de que lo que sucede en la liberacin es obra de Jess; yo soy solo su instrumento. Yo ni siquiera pienso jams que los espritus se me someten. Me regocijo por la manera como Dios trae libertad y bendicin a sus hijos. Los espritus son tan insignificantes! Cmo es que nuestros nombres estn escritos en el cielo? Es por su gracia. Si es por gracia, no tenemos nada de que jactarnos. Deberamos regocijarnos de que hemos sido invitados a participar en la vida eterna, en el Reino de Dios.
ancianos. Revstanse todos de humildad en su trato mutuo, porque 'Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes'". A veces creemos que el diablo est atacndonos y necesitamos tomar autoridad sobre l. Pero lo que en realidad est sucediendo es que Dios nos est buscando y necesitamos arrepentirnos y revestirnos de humildad. Entonces estaremos mejor preparados para tomar autoridad sobre el diablo. Una vez, mientras oraba por liberacin, un espritu me habl a travs de la persona, diciendo: "T crees que te vas a salir con la tuya?" Vino a mi mente la promesa de las Escrituras "nada les podr hacer dao" y sent que se me sala la risa. Eso fue un don del Espritu Santo. Si me fuera a rer por mi propia fortaleza, pensando que de alguna manera era intocable, podra estar a punto de meterme en problemas. Esa leccin cobr fuerza en m muy claramente despus de una de nuestras conferencias. Janet y yo bamos saliendo despus de la ltima charla. "Fue algo asombroso; todo sali tan bien", le dije. Tan pronto salieron esas palabras de mi boca cuando resbal y me di un golpe en un dedo del pie. Apenas me golpe ese dedo, empec a arrepentirme de mi orgullo. Eso haba sido una leccin. Dios nos ama tanto que permite que nos venga la oposicin para que no nos enorgullezcamos. Hago varias cosas para revestirme de humildad, al prepararme para la oracin de liberacin. Primero, me arrepiento de mis pecados. Antes de un seminario o de una cita, confieso mis pecados. Pidiendo la ayuda del Espritu Santo, examino mi conciencia y confieso los pecados de los que tengo conocimiento. Si confesamos nuestros pecados, ellos quedan cubiertos por el sacrificio de Jesucristo. Conozco a un ministro que no quera rezar por liberacin porque tema que sus pecados fueran revelados. Satans nos puede refrenar a travs del orgullo y la falta de confianza en la misericordia de Dios. Segundo, me ofrezco a El. Quiero ser su instrumento. Mi oracin constante es: "Haz que no estorbe tu camino, Seor, y gurdame de mi orgullo".
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Tercero, cuando oro por otros, me acuerdo de que es el Seor el que est haciendo su obra. Conscientemente trato de seguir su gua y de no confiar en mi propio entendimiento. Cuarto, les pido a otros que intercedan por m en mi ministerio continuo de liberacin. No s de cuntas cosas he sido protegido por las oraciones de otras personas. Oran por Janet y por m y por aquellos a quienes les estamos ministrando. Dios contesta las oraciones de sus santos que le llegan en favor de otros y por el bien del Reino. Quinto, oro pidiendo proteccin. Es importante entrar en la batalla pidiendo la proteccin de Dios. Hay muchas oraciones maravillosas que la gente usa para orar por proteccin del enemigo. Algunos las rezan diariamente. Esas oraciones se proponen ser una expresin de nuestra dependencia de Dios. Si se hacen de esta manera, pueden rendir mucho fruto. Pero a veces esas oraciones de combate espiritual se rezan como una expresin de temor, repitindolas una y otra vez. La persona pone mayor confianza en lo que dice con la oracin que en el Seor y sus promesas. Si algo me llega a suceder que parezca una represalia de parte del diablo, yo no le echo la culpa al diablo ni a Dios. Primero miro mi pecado, especialmente el de orgullo, y me arrepiento. Entonces reprendo al diablo.
Debo
tener
miedo?
puede ser tentado a apartarse de lo bsico: la oracin diaria, el estudio bblico, el morir a uno mismo y el poner el amor como meta en todas sus relaciones. Jess estaba en constante demanda. La necesidad era demasiado grande. Y aun as no dej de encontrar tiempo para orar. l tena intimidad con el Padre. Piensa usted que su iglesia, ministerio, grupo de oracin o familia est siendo perturbado por el enemigo? Siente que se encuentra bajo un gran combate espiritual? Quizs lo est, pero a veces le damos demasiado crdito al diablo. Humllese delante del Seor. (El enemigo no le puede hacer nada que Dios no permita para su beneficio final y para el avance del Reino.) Luego mantngase en fe contra l, ore e interceda, pidiendo la proteccin de Dios, renuncie a sus temores y colquese en una posicin de confianza, sabiendo que ninguna arma que se construya contra usted va a prosperar (ver Isaas 54:17). Nuestra respuesta determina cunto tardaremos para recibir la victoria que Jess obtuvo para nosotros.
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derrota. En respuesta a cada intento de Satans por destruirlo a l, Jess no pec: se someti a Dios. Perdon. Nadie le quit su vida; l la entreg libremente. Si el diablo es tan inteligente, por qu hizo eso? No pudo darse cuenta de lo que vena? O ser que saba lo que iba a pasar pero no le import? El adicto a las drogas necesita su inyeccin. A medida que la adiccin aumenta, ya no le importan las consecuencias. "Y qu importa si me muero; todos se van a morir." El dao que se hace a s mismo y a otros es insignificante. La cosa que se ha convertido en su amo lo consume. Ha perdido su libertad y ha abandonado su dignidad. De una manera similar, Satans perdi su libertad. Est dominado por su odio. Escogi el camino de la rebelin. Es un ladrn que viene solamente a matar y destruir (ver Juan 10:10). Ha sido homicida desde el principio (ver Juan 8:44). Su "inyeccin" es destruir lo que Dios ha hecho. Podr ser inteligente, pero no es libre de usar esa inteligencia sabiamente. El demonio puede jactarse de lo que le hace a una persona, aunque pueda revelar la clave para la liberacin de ella. Por qu? Porque el hacer eso forma parte de la naturaleza demoniaca. Los demonios dejaron los nombres que Dios les dio cuando eran ngeles. Y con eso, sus identidades se perdieron por la eternidad. Ahora sus identidades no se encuentran en lo que son sino en lo que hacen. Son sencillamente un espritu de codicia, un espritu de odio, etctera. Uno puede ver esta dinmica en alguien que conozca. Aquel que se convierte en una persona totalmente centrada en s misma ha perdido el valor de las relaciones. El hecho de ser hijo o hija, padre o madre, esposo o esposa, se ha perdido. La forma en que esas personas se entienden a s mismas es por lo que hacen. Es nada ms cuestin de tiempo para que la revelacin de su vaco los aplaste. Tal es el destino final de Satans: ser desterrado de la tierra, perdido en una eternidad sin sentido. Pero por ahora Satans busca ser adorado. Procura tomar el lugar de Dios en nuestras vidas. As es l, y ese es el aspecto que tienen sus siervos.
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Debo tener m i e d o ?
Un perro encadenado
Agustn enseaba que Satans es como un perro encadenado que ladra como loco. Imagnese a usted mismo caminando por un sendero, oscurecido por el follaje de los rboles. Repentinamente un perro feroz le salta encima, ladrando. Usted ve sus dientes y casi nada ms. El temor se apodera de usted y, si no se paraliza, corre. Muchos creyentes le tienen miedo al diablo. Oyen su gruido pero no logran ver la cadena que tiene alrededor del cuello. Smith Wigglesworth entenda lo de la cadena y saba que no se poda romper. El apstol Pablo nos dice que el diablo ha sido desarmado; est sin poder. As como a los soldados capturados los hacan desfilar por las calles para humillarlos, el diablo y sus tropas han sido humillados por el triunfo de la cruz (ver Colosenses 2:14-15). La influencia del diablo vino a travs de la cada del hombre y contina por medio de nuestra rebelda pecadora contra Dios. La ley, que nos dice que hemos pecado, es la base por la cual el diablo nos acusa. Jess venci a Satans y nos invita a entrar en un mundo radicalmente nuevo. En este nuevo Reino, nuestros pecados son perdonados. El poder de la ley para condenarnos ha sido quebrantado. En un tiempo basbamos nuestro sentido de valor y aceptacin en el grado de perfeccin con que guardbamos las reglas. En la cruz encontramos una manera nueva de vivir basada en la misericordia de Dios y en nuestra identificacin con el Aquel que no pec, Aquel que cumpli perfectamente la ley. No es una identificacin que descansa simplemente en nuestra fuerza de voluntad o en nuestro pensamiento. Se nos ha dado la propia vida de Dios en el Espritu Santo, que nos faculta para vivir como Jess. Ya no pretendemos justificarnos ni defender nuestro caso para ser admitidos en el cielo basados en lo buenos que hemos sido. Ms bien confiamos en lo que Jess ha hecho por nosotros. l nos ha justificado, y es su vestidura de rectitud la que tratamos de ponernos diariamente. Satans ha sido vencido; desarmado. No tenemos necesidad de temer a sus ladridos. Pero la precaucin sigue siendo necesaria. Satans est atado por una cadena, lo cual significa que podemos meternos
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tontamente dentro de su territorio y caer bajo su influencia. Significa tambin que podemos olvidar las bases de nuestra libertad, abandonando la nueva forma de vivir en Cristo por una vida de autojustificacin, no viendo ms la cadena sino solo los dientes del perro. La mejor preparacin para el ministerio de liberacin es vivirlo. Intercesin, arrepentimiento, perdn, renuncia, reprensin y recibir la bendicin. Usted ser puesto a prueba, y necesitar responder. Si asume el trabajo de orar por otros, oir el ladrido del enemigo. Necesitar aprender a mirar la cadena y saber que el enemigo ha sido atado. La libertad se encuentra en la verdad Cuando el diablo tent a Jess en el desierto, el Seor confi en la verdad de las Escrituras para derrotar las mentiras del enemigo. Luego nos habl a todos: "Jess deca a los judos que haban credo en l: Si se mantienen fieles a mis enseanzas, sern realmente mis discpulos; y conocern la verdad, y la verdad los har libres" (Juan 8:31-31, nfasis aadido). El temor al diablo se basa en el engao, no en la verdad. La verdad se halla en los siguientes versculos de la Escritura: Satans ha sido desarmado Dios nos dio vida en unin con Cristo, al perdonarnos todos los pecados y anular la deuda que tenamos pendiente por los requisitos de la ley. l anul esa deuda que nos era adversa, clavndola en la cruz. Desarm a los poderes y a las potestades, y por medio de Cristo los humill en pblico al exhibirlos en su desfile triunfal. Colosenses 2:14-15, nfasis aadido Nada nos har dao si caminamos en la autoridad de Jess "S, les he dado autoridad a ustedes para pisotear serpientes y escorpiones y vencer todo el poder del enemigo; nada les podr hacer dao."
LUCAS 10:19
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Debo t e n e r m i e d o ?
Si abrazamos estas verdades y comprendemos la naturaleza de las amenazas del diablo y sus limitaciones, nosotros, como Smith Wigglesworth, ya no tenemos que confiar en lo que ven nuestros ojos. Ms bien podemos decirle al diablo: "Ah, solo eres t!" Bendito sea el nombre del SEOR, desde ahora y para siempre. Desde la salida del sol hasta su ocaso, sea alabado el nombre del SEOR. El SEOR domina sobre todas las naciones; su gloria est sobre los cielos.
SALMO 113:2-4
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Seor, llena mi corazn de alabanza. Que tu alabanza est en mis labios y el gozo de la salvacin est en mi corazn. Permteme que declare con las Escrituras: "El SEOR es mi luz y mi salvacin; a quin temer? El SEOR es el baluarte de mi vida; quin podr amedrentarme?" (Salmo 27:1). Si no nos echamos atrs a causa del temor, sin duda el enemigo tratar de aprovecharse de nuestra ignorancia y de nuestros errores. En el siguiente captulo quiero compartir con usted algunos errores que puede evitar.
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CAPTULO
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Hace siete aos, durante nuestro primer viaje a Eslovaquia, enseamos sobre evangelizacin y la vida cristiana. Durante una de las sesiones, una mujer joven empez a manifestar la presencia de un espritu maligno. Despus de la sesin ayudamos al sacerdote que or por ella. Tenamos alguna experiencia ms que el sacerdote, pero no fuimos capaces de ayudarla y abandonamos el pas sabiendo que no haba sido liberada. Mi corazn senta gran pesar por ella. Ese da se sembr en m una semilla: un gran deseo de aprender ms, de ayudar mejor a los que estn en necesidad y de ensear a otros lo que se me haba dado. An no estaba listo, pero pens que ese era un encuentro divino, una preparacin para el futuro, y que algn da regresara a Eslovaquia. Al momento de nuestro segundo viaje, esa semilla haba crecido y rendido fruto abundante. Esta vez pasamos dos das y medio con un grupo de cuarenta personas que dirigan misiones en Eslovaquia y ms lejos aun. Les enseamos acerca de la liberacin, oramos con ellos, les enseamos cmo orar por los dems y formamos equipos de ministerio. Su entrenamiento continu durante la conferencia ms amplia del fin de semana, a la cual asistieron cien personas ms. El sbado antes del almuerzo los equipos comenzaron a orar por aquellos que pedan oracin. Antes de la sesin de la tarde, Janet y yo nos reunimos brevemente con los equipos. Estaban todava un poco
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tmidos. Les record que hay solamente una medida de xito: que la persona se vaya sabiendo que ha sido amada y animada a continuar confiando en el Seor. "La primera vez que us este mtodo para orar por liberacin no lo hice tan bien", les cont; "pero tampoco hice ningn dao. Cualquier persona por quien ustedes oren es enviada por el Seor y es parte de su entrenamiento. Recuerden las lecciones que aprenden de cada persona. Apyense mutuamente, anmense mutuamente y oren unos por otros. Mi esposa, Janet, estuvo conmigo; fue su oracin y su estmulo lo que me ayud a seguir adelante". Al final del da hubo gran regocijo, porque muchos haban sido liberados. El equipo aprendi cmo ayudar a los dems a cooperar con Jess a medida que l los liberaba. Les anunci que cualquiera que hubiera recibido oracin pero que no senta que eso le haba servido deba pasar al frente. Los tres que respondieron a esa invitacin fueron liberados rpidamente. Una dijo que haba perdonado a dos personas, pero aun as tena una sensacin de opresin en la garganta. El equipo la haba llevado a perdonar, pero por su inexperiencia no se dieron cuenta de que ella necesitaba renunciar a un espritu de falta de perdn. La conduje a que lo hiciera y fue liberada. Otra mujer haba empezado a llorar en la sesin de la maana. Desesperada, dijo: No s qu es. He perdonado a todos los que conozco. A m me vino a la mente una idea. Has estado enamorada alguna vez? le pregunt. S. Ella pensaba que haba resuelto el rechazo, pero no lo haba hecho. Lo haba dejado enterrado. Se fue muy feliz. Los tres fueron liberados porque el equipo inexperto hizo su trabajo. Ellos escucharon, mostraron compasin, oraron y ayudaron a cada individuo a responderle a Jess.
Mi peregrinaje
Cuento esta historia para animar al lector, pero ahora quiero volver atrs y tratar sobre algunos de los errores que he cometido al
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tratar de ayudar a las personas a encontrar la libertad. Aprendo ms de mis errores que de cualquier otra cosa. Recordemos que Satans es un maestro del engao y la confusin. Conozco personas que en otro tiempo oraron por otros por liberacin con algn xito. Despus, debido a sus errores, su inexperiencia y su confusin, dejaron de orar por liberacin. A m me sucedi eso. Despus de varias incursiones en el campo de la oracin de liberacin durante 25 aos, dej de hacerlo por perodos, decidiendo que orara por la curacin de otros pero me alejara de la liberacin (a menos que Dios fuera muy claro al respecto). Acaso todava no era el momento de Dios? Se deba a la confusin que trae el diablo al ministerio de liberacin? Era mi inmadurez? Necesitaba un maestro. Dios me lo envi en 1996. Ese ao, cristianos de diversos trasfondos en el rea metropolitana de Filadelfia respondieron a un llamado para reunirse por 31 noches consecutivas en una gran iglesia pastoreada por el Dr. Benjamn Smith. El orador invitado era Randy Clark, un pastor conocido por su papel en cuanto a la renovacin, la curacin y la enseanza. En preparacin para las reuniones, un equipo de Argentina vino a ensear sobre el ministerio de liberacin. Ellos crean que una cruzada evangelstica exitosa deba presentarle a la gente el poder salvador de Jess, y tambin a Jess el liberador. Si las personas vienen a Jess pero permanecen con ataduras, muy pronto el enemigo puede robarles el poder completo de su encuentro con el Seor. Fue all donde conoc a Pablo Bottari. Pablo era barbero en 1984 cuando conoci a Carlos Annacondia, un hombre de negocios que diriga grandes cruzadas en Argentina. Posteriormente Pablo entr a tiempo completo al entrenamiento para el ministerio y supervisaba las carpas de liberacin de Annacondia. Cuando lo conoc, l calculaba que haba orado, o haba supervisado la oracin, por ms de cincuenta mil personas que haban recibido el ministerio de liberacin. Pablo hizo tres cosas importantes por m. Primero, or. Mientras pronunciaba palabras de bendicin sobre m, una vez ms abrac los dones que Dios me haba dado, los dones de entendimiento y
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compasin. Segundo, Pablo me ense su mtodo de diez pasos.23 Su enseanza se caracterizaba por el amor y la compasin. Me ense cmo orar por las personas de modo que, si no se liberaban enseguida, aun as se sintieran amadas. Me ense cmo minimizar las manifestaciones fsicas del mal a las cuales las personas con frecuencia se ven sometidas durante la liberacin. Tercero, me llev consigo y me permiti que mirara, y entonces me envi a orar usando su modelo de liberacin. Desde entonces, en cuatro pases diferentes, he orado por centenares de personas y les he enseado a otros centenares cmo orar por liberacin. La nueva libertad para orar por otros surgi cuando comprend cmo evitar los errores que haba cometido y los errores o abusos que haba visto en otros ministerios de liberacin. En el pasado Dios me us como instrumento para liberar a los cautivos. Despus, como se volvi algo confuso, dej de orar por otros para ser liberados. S de muchas personas que pasaron por un patrn similar. El diablo puede usar nuestra ignorancia y nuestra estupidez para evitar que demos fruto. Pero el Seor es un maestro bueno y fiel. Usa nuestros errores para ensearnos.
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Nunca encasille a Dios ni se atraviese en su camino. A veces l escoge liberar a una persona sin que usted tenga mucha participacin. Error 1: Invadir un alma con imprudencia All en mis primeros das de descubrimiento, recib una llamada aterrorizada de alguien de nuestro grupo de oracin. "Podras venir ac? Tenemos un problema. Esta seora mayor que estamos visitando est teniendo manifestaciones, y no logramos que el demonio se vaya." Estaban asustados porque la mujer se estaba desmayando y hablando con una voz distinta a la de ella, la cual no responda a las rdenes de ellos. Con gran pavor fui hasta all. Los que estaban orando con la mujer haban ledo un libro acerca de expulsar demonios. Cuando la mujer estuvo dispuesta a recibir la oracin, les ordenaron a los demonios que se fueran. Consiguieron ms de lo que haban pedido. Afortunadamente, logr calmar a la mujer y finalizar la sesin con relativa tranquilidad. Ese da aprend una leccin importante: nunca hay que ir adonde a uno no lo han invitado. La persona debe responsabilizarse de su vida. Una persona que no est lista para identificar a los demonios y renunciar a ellos tal vez tampoco lo est para vivir sin ellos. Si la persona ha vivido con amargura desde la niez y no ha aceptado el Evangelio, no es apropiado ordenar a la amargura que se vaya. Esto fue lo que le sucedi a esa mujer mayor. Uno solamente provocar un encuentro de poderes, por lo que puede manifestarse la lucha por esa alma. Aunque es cierto que el espritu maligno debe irse, regresar enseguida, quizs empeorando la situacin. Comparta la buena nueva, y haga que la persona se vuelva primero hacia el Seor. Error 2; Concntrese en el demonio y no en la persona Siempre cntrese en la persona que necesita ayuda, no en el demonio. La misericordia de Jess debe mostrarnos el camino. Los testimonios de liberacin deben producir esperanza, no temor.
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Algunos modelos de liberacin no solamente esperan manifestaciones del mal, sino que dependen de ellas. En los Estados Unidos este modelo fue objeto de cobertura en la televisin nacional cuando el programa Dateline, de la NBC, sac al aire una sesin de liberacin. El da anterior al evento planeado, Dateline le pregunt al pastor que lideraba la sesin qu esperaba l que sucediera al da siguiente, y l contest: "Espero que una presencia maligna, que ha venido atormentando a este hombre por muchsimo tiempo, se manifieste. Y va a empezar a hablar con nosotros, y se va a expresar fsicamente en el cuerpo de este hombre. Y va a haber un punto culminante en el cual, tras una fuerte reaccin de protesta, se va a ir. Entonces usted va a ver que la paz va a invadir a este hombre, lo cual no dejar de ser milagroso." No fue sorprendente, entonces, que sucediera exactamente eso. (Lo triste es que tardaron cinco horas ese da, y seis sesiones adicionales, para que el hombre declarara finalmente que era libre.) Este modelo se enfoca en la confrontacin con los demonios y enfatiza el hecho de ordenarle al espritu que se manifieste, atormentndolo con la Escritura (o con objetos religiosos). Aunque el modelo que presento en el captulo 14 es muy diferente, a m me agrado ver cun fiel, amoroso y humilde fue ese ministro cuando trataba de ayudar al hombre. Las imgenes de "antes y despus" ciertamente comprobaban un cambio maravilloso en el semblante de aquel hombre. Error 3: Expulsar al demonio, pero sin descubrir y sellar la entrada Mi nfasis es la persona y ayudarle a afrontar asuntos fundamentales que sirven como entradas a los espritus malignos. Pero no siempre he tenido este conocimiento. En 1973, Janet y yo estuvimos cerca de un joven, llamado Don, que tena muchos conflictos internos, especialmente relacionados con su padre. Esos conflictos salan a flote en sus relaciones laborales. Don pidi oracin de liberacin. Nosotros no habamos orado nunca antes para que alguien fuera
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liberado. Decidimos pasar el da en oracin y ayuno y entonces rezar a la hora de la cena. La oracin no se demor mucho: reprendimos al diablo, y la cara de Don se retorci y tom la apariencia del mal. Janet dijo: "Es odio". Nunca haba visto tanto odio como el que se manifest en la cara de Don. Lo que estaba escondido muy profundo en su alma qued expuesto, y nos odiaba por descubrirlo. "En el nombre de Jess, le ordeno al odio que se vaya", dije yo bien alto. Se fue inmediatamente, y la cara de Don volvi a la normalidad. En ese momento omos un alarido y algo que sonaba como un mueble dando tumbos escalera abajo por detrs de la pared contigua de la casa de nuestro vecino. Este desorden nos sobresalt, provocndonos temor. Por ser inexpertos, fcilmente fuimos intimidados y engaados. No consideramos que podra haber otros problemas que necesitaban oracin. Nunca dirigimos a Don en una oracin para perdonar a su padre. Nada ms le dimos gracias al Seor y pedimos una pizza. No llegamos lo suficientemente lejos con Don. Resolvimos lo del espritu pero no lo de la raz, su puerta de entrada. Sellar una puerta de entrada significa llevar a la persona a travs del arrepentimiento por pecados especficos, perdn a individuos especficos, renuncia a mentiras y a los espritus que estn detrs de las mentiras, para entonces completar el proceso con una oracin de bendicin por la persona. Admito que despus de esa noche no quisimos tener nada que ver con el ministerio de liberacin. Fue solamente un ao despus que, motivado por la preocupacin y la compasin, or otra vez de esta manera por Sheila. Error 4: No dar instrucciones de seguimiento Al ao siguiente, en 1974, aconsej a Sheila, una mujer que haba dicho (entre otras cosas): "Cada da cuando voy de camino a casa desde el trabajo, siento una compulsin a voltear mi carro y tirarme por el borde del puente". Yo haba ledo varios libros sobre el ministerio de liberacin, pero tena poca experiencia tratando
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con los espritus malignos. Sin duda eso pareca obra del diablo. Queriendo ayudar, le orden a todo espritu maligno que se fuera, en el nombre de Jess. Al instante, a ella se le desfigur la cara y sus ojos se volvieron penetrantes. Levant la vista hacia m y pregunt desafiante: "Sabes lo que ests haciendo?" "S, Jess te ama y ha venido a liberarte." Mi respuesta reflejaba lo que yo crea, pero mis pensamientos eran muy diferentes. Me senta como un chico de primaria a quien han sorprendido vagando por los pasillos cuando una voz severa le pregunta: "Es aqu donde deberas estar?" Por dentro, mi respuesta era: No, no s qu estoy haciendo, y me pregunt si yo deba estar ah batallando con el enemigo. Saba una cosa: la nica otra persona a quien crea que podra llevrsela estaba a seis horas de distancia. Saba algo ms: poda contar con el Seor. Esta era su obra y tena que confiar en l. Consegu que otra persona me acompaara y reclut a varios ms para que intercedieran por ella desde afuera por su liberacin. Oramos y ordenamos, pero nada pareca cambiar. La presencia maligna todava estaba all, y Sheila estaba bajo estrs. No podamos dejarla en ese estado. A fin de cuentas tuvimos tres sesiones de dos horas. Por fin el Seor revel la identidad del espritu maligno, y entonces, cuando nombramos el rea de atadura y le ordenamos que se fuera, se fue. Qu alivio y alegra sentimos todos! Recordando el hecho pienso cun misericordioso fue Dios con todos nosotros. Sin embargo, qu desafortunado fue que Sheila tuviera que pasar tantas horas de lucha innecesaria! Cuando oramos por ella, como lo hicimos con Don, no sabamos cmo entrevistar a la persona ni cmo buscar la causa radical. Cuando Sheila se fue, conoca el nombre de uno de sus enemigos, pero no la causa radical de su presencia en ella. Por lo tanto no le dimos orientacin adecuada sobre cmo permanecer libre. No la ayudamos a comprender los planes de Satans ni las reas en las que era dbil.
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Error 5: No llevar llenura y bendicin Cuando una persona ha sido liberada, el proceso se completa llenando el vaco con el amor de Dios y con una bendicin a su identidad. Aun en el comienzo comprendimos que debamos orar por una llenura del Espritu Santo, que la casa no deba dejarse vaca (ver Lucas 11:24-26). Lo que no sabamos era que esa oracin tan importante puede requerir ms que una oracin general por el amor y la luz del Espritu Santo para llenar el vaco. Con frecuencia es la ausencia de bendicin la afirmacin de la identidad y el destino de uno lo que deja a la persona vulnerable a las ataduras de los espritus malignos. Por lo tanto, llenar el vaco puede requerir palabras inspiradas de confirmacin, aceptacin y confianza con que la persona har realidad el plan especial de Dios para su vida. Es necesario que el amor de Dios sea derramado en el rea que ha sido atada. No basta con expulsar el temor; uno debe experimentar el amor de Dios. No basta con destruir el poder del rechazo; uno necesita conocer su aceptacin en Cristo. Error 6: No entrevistar debidamente Pas un ao ms. Henry, un amigo mo, vino a m y me dijo que crea que necesitaba liberacin. Era un lder cristiano maduro y tena un don maravilloso de enseanza. Comprenda tanto acerca de la liberacin como yo, as que empezamos a rezar. En respuesta a la orden en el nombre de Jess, ocurri una manifestacin inmediata del mal; pareca que los huesos de su crneo se desplazaban para crear una expresin de tortura. Una sesin nos llev a otra y a otra. l anhelaba ser liberado. Comenzamos a orar por l semanalmente. Yo buscaba consejo donde poda. Lo llevamos donde un ministro en otra ciudad que tena un ministerio de liberacin. Las manifestaciones grotescas de temor y tormento marcaban la sesin. Algo pareca salir, pero la liberacin no se completaba. Se nos anim a continuar orando cada semana. Entonces supimos de un hombre que se encontraba a varias horas de distancia y que tena un ministerio de liberacin. Nos invit a asistir
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a uno de sus cultos de sanacin y dijo que orara por mi amigo. No hubo cambio; el nico resultado de esa reunin fue confusin. Fui con Henry donde un consejero cristiano que oraba por liberacin. Prometa ser un proceso largo y costoso, y no tenamos razn para pensar que terminara de una forma distinta. Por fin acordamos dejar de reunirnos hasta que recibiramos ms sabidura del Seor. En aquel entonces no comprendamos algunas de las cosas que ahora considero bsicas, como una extensa entrevista (que describir en el captulo 13) y destruir el poder del enemigo mediante la renuncia y del perdn. Era claro que no entendamos lo que necesitbamos saber. Y nadie que consultamos nos dijo que parramos o que cambiramos de rumbo. Sin embargo, ahora creo que la gravedad de las manifestaciones era innecesaria. Si hubiramos sabido cmo entrevistar y renunciar antes de expulsar a un demonio, nos habramos evitado tanto malestar innecesario para mi amigo. Le doy gracias a Dios porque Henry inici esas reuniones y que l era lo suficientemente maduro y estable para lidiar con el trauma por el cual tuvo que pasar. Tambin alabo a Dios porque es mi maestro y porque a veces nuestras mejores lecciones vienen mediante nuestros fracasos. Como dije anteriormente, en aquel momento la oracin de sanacin resultaba para m mucho ms atractiva que la de liberacin. Al enfocar mi oracin por otros en la curacin, los demonios dejaron de manifestarse y Dios dej de mandarme personas con obvia necesidad de liberacin. Por m, mejor. Estaba muy insatisfecho con los resultados de la liberacin a largo plazo y el proceso implicado en ella. Pensaba: "Que lo haga otro, por favor!". Error 7: Fascinarse con las manifestaciones y con lo que dicen los demonios La nica cosa que un demonio dice que valga la pena notar es algo que revele su puerta de entrada, su identidad o su plan de destruccin. Le en el peridico que el Papa dej de orar por una nia que manifestaba un espritu maligno. El sacerdote que ms
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tarde or por ella dijo: "Cun feliz estaba el demonio y cmo se ri! Hasta hizo que la nia me dijera: 'Ni siquiera tu jefe (o sea el Papa) ha podido hacer nada conmigo!'". Qu vergenza. El padre de las mentiras (Juan 8:44) consigue espacio suficiente en el peridico. Tenemos que darle ms? Error 8: Concentrarse en la confrontacin y no en la persona Al comienzo de uno de mis seminarios, un hombre dijo que ansiaba expulsar algunos demonios. Sonaba como un adolescente en una salida de viernes por la noche buscando problemas. Al final del seminario este hombre se me acerc, diciendo humildemente: "Tengo mucho que aprender". Algunos de los libros que he ledo acerca de la liberacin hablan mucho acerca del diablo y sus obras. Detallan vividamente la sesin de liberacin, pero dicen muy poco acerca de la persona. Necesitamos enfocarnos en la persona que esperamos que sea liberada. En algunos de nuestros viajes pasamos ms de seis horas al da (adems de la enseanza) orando por liberacin con las personas. Si bien es una alegra ver a la gente liberada, si el nfasis de nuestra oracin fuera confrontar demonios, quedaramos totalmente agotados despus de una sola sesin. Error 9: Orar con una postura de orgullo o de temor Estos errores son tan peligrosos que los abord en el captulo 11. Error 10: Orar por liberacin por alguien que nunca se arrepinti o confi en Jess Un hombre joven que vino a m tena obvia necesidad de liberarse de varios espritus malignos; tena tambin algunos problemas sicolgicos significativos. Un pastor sumamente respetado me lo envi, as es que estuve de acuerdo en reunirme con l. Escuch cuidadosamente el estilo de vida grotesco de sus relaciones confusas. Traa consigo libros de oracin y varios objetos sagrados, incluyendo una "reliquia de la Vera Cruz". Quera que yo orara por l. Iba a la iglesia
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y se identificaba con ella. Compart con l el mensaje bsico del Evangelio y trat de conducirlo en una oracin de entrega. l no pareca darse cuenta de la importancia de entregarse a Jess. No nos conectamos. Poda ser que necesitara liberacin para poder entregarse, pero creo que l ni haba escuchado ni respondido completamente al llamado a arrepentirse y entregarse al Salvador. Habra sido un gran error de mi parte empezar a orar por su liberacin. l necesitaba mucho ms de lo que yo le poda ofrecer. Or por sanacin y bendicin. Or por una gran sensibilidad al Salvador. Si la persona no quiere sinceramente someterse a Jess, la oracin de liberacin no le ayudar. Error 11: Orar por la liberacin de personas que no quieren ser liberadas He hablado con personas que parecen derivar su identidad del abuso que pasaron o incluso del proceso de sanacin y liberacin que experimentan en el momento. Dar el siguiente paso hacia la libertad exige gran valenta. El anhelo de afirmacin humana puede ser mayor que su deseo de ser libres. Alguien que no ha sido afirmado en su identidad puede necesitar mucho tiempo en la comunidad de creyentes para dejar lo viejo y abrazar su nueva identidad en Cristo. Aplicar los principios en este libro en el contexto de "ayudar a un amigo" es extremadamente valioso para una persona as. Si se vuelve obvio que nicamente estn buscando atencin y en realidad no quieren ser libres, no hay que conducirlos al proceso de liberacin. Ore por ellos, bendgalos y aconsjelos. Una persona puede no estar lista para responsabilizarse de su vida antes de la liberacin, pero hay que poder discernir el deseo de ser libre y el de responsabilizarse por caminar en esa libertad. Otro hombre que estaba profundamente desorientado y afectado por el ocultismo llegaba con regularidad a un culto de la iglesia. Aunque la congregacin le dio la bienvenida, se aseguraba de que se sentara en la parte de atrs. Dos hombres fornidos fueron asignados para sentarse con l. Casi en todos los cultos l corra hacia el altar con furor, aparentemente para atacar al pastor. Se me dijo que a l se le
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haba liberado varias veces pero que otra vez quedaba endemoniado. Una noche, estando yo all, lucharon con l hasta tirarlo al piso (para impedir su ataque), varios lderes de la iglesia se reunieron y se pusieron a ordenarles a los espritus que se fueran. Nada pareci cambiar. No estoy seguro si a l le gustaba la atencin, pero de lo que s estoy seguro es que no quera ser libre. No estaba listo. Error 12: Hacer que la persona dependa del ministro y no de Jess En las conferencias a menudo se forman largas filas para que el lder de la conferencia ore por sanacin o liberacin. Aunque Dios usa a ciertas personas con ms frecuencia que a otras, nadie es capaz de hacer nada que l no haya sembrado de antemano en su corazn. Si Dios es el iniciador, entonces los creyentes ordinarios pueden orar por sanacin y liberacin y ver resultados. Muchas veces los que han sido liberados piensan que la persona que los ayud es la nica que los puede ayudar en el futuro. Todo lo que yo hago cuando oro por las personas tiene el propsito de ensear principios bsicos sobre la libertad en Cristo. Estos principios ayudan a la persona a percatarse de quin es y de la autoridad que tiene en Jess. Combinados con relaciones de apoyo en el cuerpo de Cristo, estos principios le ayudarn a continuar dependiendo de Jess, su liberador. Error 13: Juzgar el xito o el fracaso meramente por la expulsin del demonio La verdadera prueba del xito es si la persona ha sentido que es amada. La persona tambin deber abandonar la presencia de uno con nimo y confiando en el Seor. Lo que sigue es un ejemplo de buscar demonios sin amar a la persona. Una mujer me escribi una carta, explicndome su experiencia. Demuestra hasta qu punto tan grave puede una persona ser herida por cristianos sinceros pero mal informados que tratan de expulsar demonios.
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"Una amiga me invit a la casa de alguien donde tenan una pequea reunin de oracin. Pens que iba all solo por la camaradera. En todo caso, cuando quisieron orar por m, dije que s. Sin embargo, comenzaron a darse algunas manifestaciones raras. Lo que sucedi despus fue de mayor preocupacin para m y me dej asustada y muy disgustada. Las seis mujeres que estaban all estaban tratando de liberarme de varias fuerzas demonacas (espritus de mentira, de incesto, de muerte, etc.), sin xito, segn suponan. Me gritaban, me tiraban y me echaban aceite en la boca para que me lo tomara, y me dijeron que yo estaba hablando en 'lenguas falsas' y que necesitaba ser liberada de 'espritus familiares' de generaciones pasadas. "Con la poca cantidad de enseanza y prctica que he tenido en el ministerio de liberacin, s que esa no es la forma de ministrar a alguien. Sin embargo, respet su ministerio, y cre lo que me estaban diciendo y les permit que hicieran aquello. Me dej sumamente confundida, asustada y atormentada." Este es un ejemplo claro de buscar demonios y no amar a la persona. Aunque los demonios se hubieran ido, yo calificara eso como un fracaso. Si usted ha orado con alguien por liberacin y no se hace evidente la libertad, sepa que ha ayudado a esa persona si ella se va sintiendo el amor de Dios y sabiendo mejor cmo responsabilizarse por su vida. Ni usted ni yo liberamos a nadie. Es Jess quien lo hace. No permita que le coloquen en una situacin en la que alguien, o incluso usted mismo, espere que sea usted quien libere a una persona de un espritu maligno. Esa expectativa generar presin sobre usted. Los resultados pueden ser que nos esforcemos ms de la cuenta y no logremos saber cundo es el momento correcto para parar. Un predicador dijo una vez que Dios es capaz de tomar estircol y hacer abono con l. Al continuar usted con su camino, no se juzgue a s mismo con demasiada severidad, porque Dios dispone todas las cosas para el bien de los que le aman (ver Romanos 8:28).
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l es fiel. l muestra su fidelidad en nosotros. Pablo se regocij con los filipenses al considerar la fidelidad de Dios, "convencido de esto: el que comenz tan buena obra en ustedes la ir perfeccionando hasta el da de Cristo Jess" (Filipenses 1:6). Sobre todo, mense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados.
1 PEDRO 4:8
Seor, soy completamente capaz de cometer muchos de los errores mencionados en este captulo. Cuando camino en humildad, dependiendo de tu gracia, confo en que tu amor cubrir mis muchos errores y pecados. Haz que siga valientemente tu ejemplo y que lave los pies de aquellos que t me enves. Empense en seguir el amor y ambicionen los dones espirituales.
1 CORINTIOS 14:1
No basta con saber qu errores evitar. Ahora fijmonos en cmo ayudar a alguien a recibir su liberacin.
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CAPTULO
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una expresin anormal. Muchas veces las personas que han sido tocadas por Dios durante una sesin de liberacin se acuerdan de cada detalle de lo que sucedi. Para m eso demuestra que es una oportunidad nica de enseanza que conlleva una responsabilidad. Debemos recordar que somos maestros as como instrumentos de la gracia de Dios.
Objetivos claros
Como he dicho antes, nuestro objetivo es amar a la persona con el amor de Jess y ayudarla a liberarse de la influencia de los espritus malignos. Al buscar liberacin, algunos pueden querer lo que Dios no desea dar. No importa cunta libertad reciba alguno de nosotros, siempre pasaremos por tiempos de sufrimiento; siempre habr "cruces que cargar" con Cristo. Nuestra fe se purifica a travs de las pruebas. Con cada prueba que pasemos, estamos construyendo una historia (Israel marcaba los eventos de su historia con pilas de piedras). Es una historia de la fidelidad de Dios para que durante nuestra siguiente prueba (en la cual seremos probados pero nunca ms de lo que podamos soportar) recordemos su fidelidad y confiemos en l. El que busca la liberacin como parte de un intento de toda una vida por eludir el dolor, a fin de cuentas se desilusionar. Necesitamos entender el lugar y el papel del sufrimiento si vamos a ayudar a esa persona a cooperar con lo que Jess est haciendo en su vida. Por lo general el punto no es el sufrimiento; es la respuesta que uno d al sufrimiento lo que trae ya sea libertad o atadura. Puede ser que siempre tengamos la cruz en nuestra vida, pero no tenemos que vivir sin alegra ni sin esperanza. Dios acta en el sufrimiento del creyente para liberarlo del cautiverio y llevarlo al cumplimiento de su propsito para su vida. Con la liberacin quitamos los cerrojos que nos han impedido recibir el amor de Dios. Ahora podemos ser libres de la pesadez, las compulsiones y los temores que nos mantienen cautivos y nos impiden amar a Dios y a los dems. Esto no es lo mismo que ser liberados del sufrimiento.
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Si alguien est manifestando la presencia de un espritu maligno, hay que ayudarle a tomar control de s mismo, tal como lo tratar en el captulo 14. He decidido hacer aqu un recorrido de lo bsico y analizar ms adelante lo referente a las manifestaciones.
El equipo
Generalmente es importante que haya dos o tres personas orando en equipo, y que una persona sea lder de la sesin y la oracin.24 Este lder deber ser el principal que le hable a la persona que busca ayuda. El otro o los otros dos miembros del equipo interceden, buscan discernimiento y dan apoyo, a la vez que estn siendo entrenados para ser lderes. Cualquiera que est presente para apoyar en la intercesin no deber romper la conexin entre el que lidera y la persona por quien se est orando. Si alguien discierne algo, deber esperar el momento apropiado para comunicarse con el lder. Solamente este deber imponer las manos sobre la persona mientras estn orando por liberacin, aunque todos pueden unirse al momento de la bendicin. Los demonios responden a la autoridad de Jess que es manifiesta a travs de una persona. El lder necesita asumir la autoridad que Dios le ha dado. Si no est claro quin es en el equipo el que tiene la autoridad (y la responsabilidad) de la sesin, el demonio responder menos a sus rdenes. Adems, la persona por la cual estn orando se sentir menos segura y quizs menos vulnerable a usted y con menos capacidad de responder al Espritu Santo. La autoridad de Jess no se manifestar si el equipo est confundido o si le falta unidad. El equipo debe estar unido y brindar apoyo al lder. Si un hombre est dirigiendo y orando por una mujer, es extremadamente importante que otra mujer est presente para dar
24. Esto es lo que yo considerara la norma para una persona que necesita liberacin o que la est buscando. Si es simple opresin, se puede seguir un enfoque mucho ms sencillo para ayudar a la persona a arrepentirse, perdonar, renunciar, ordenar y recibir bendicin. Por ejemplo, si la persona ya ha sido liberada pero comienza a ser acosada y tentada, puede ser que necesite una oracin sencilla de seguimiento para fortalecerla en lo que ya ha recibido.
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apoyo; lo mismo vale s una mujer est orando por un hombre. Eso le dar confianza a la persona, y adems ayudar a proteger de demonios que se pueden manifestar de una manera sexual. Cuando estoy orando por una mujer, aprecio especialmente la presencia de Janet. Como mujer, ella es ms sensible a ciertos temas. Tambin es muy rpida para sealar cuando alguien puede estar relacionndose conmigo de una manera inadecuada.
Para empezar
Antes de hacerle preguntas a alguien que ha venido en busca de oracin de liberacin, hago todo lo que puedo para ayudarle a sentirse relajado, bienvenido, aceptado y amado. (En este captulo, para propsitos ilustrativos, supongamos que la persona por la cual estoy orando es varn.) Quiero que sepa que estoy emocionado porque l haya venido, que l vale mi tiempo y que estar seguro. El humor y una sonrisa pueden lograr mucho para aliviar la ansiedad. Por lo general empiezo con una oracin verbal, pero no siempre. Depende de la persona y de mi propia actitud. Si estoy distrado y no me estoy dando cuenta del propsito de Dios para liberarlo, puedo pedirle al Espritu Santo que gue a la persona en lo que me diga, y que me ayude a entender qu es lo que Jess quiere hacer. Otras veces oro porque la persona lo espera o creo que le ayudar a relajarse y ponerse en contacto con su corazn. Ya sea que me detenga a orar o no, siempre estoy en oracin constante: "Ven, Espritu Santo". La oracin es el contexto general para el ministerio de liberacin. Me recuerdo a m mismo que si esa persona va a ser liberada, es porque Jess lo est haciendo; yo soy solo un instrumento. (A veces me asombro de cmo el Espritu Santo dirige la entrevista.) Estoy all principalmente para ayudar a la persona a encontrar liberacin de la influencia demonaca; cualquier consejera que le d es secundaria. Las oraciones y mandatos que rendirn fruto son aquellos que concuerdan con la agenda de Dios para la vida de la persona. Me mantengo a la escucha de lo que pueda revelar el Seor.
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Entrevista bsica
"Qu le gustara que Jess haga por usted?" Esta es una pregunta que casi siempre hago al comienzo de la entrevista. Ayuda a prepararnos para la oracin que nos proponemos hacer. Otras veces pregunto: "Cunteme qu est pasando". Casi siempre escucho durante largo tiempo. A veces se tarda un poco para que la persona diga lo que realmente quiere expresar. Estoy escuchando y esperando: escucho atento a ver si hay odio, resentimiento, envidia, orgullo, venganza, furia, amargura, falta de perdn, temor, traumas, fijaciones, complejos, dudas, inseguridad, fobias. Anoto cualquier cosa a la que pueda ser necesario renunciar o los nombres de personas a las que tal vez haya que perdonar. Estoy buscando cualquier discernimiento o revelacin que el Seor pueda darme. Despus de tener un panorama de lo que est sucediendo, usualmente le pido al individuo que me cuente acerca de sus padres. Mientras escucho estoy buscando los puntos de conexin entre cualquier patrn de dificultad que haya surgido de la relacin con sus padres en los primeros aos y lo que ahora est experimentando. Averige si la persona va a la iglesia, si recibe consejera y si tiene apoyo de una red de amigos cristianos. Estas cosas pueden ser tanto o ms importantes para la persona que la liberacin. Toda esa informacin ayudar a discernir cmo proceder. No se deje presionar para ayudar a alguien que usted siente que no es un buen candidato. Esto es un poco subjetivo pero, por ejemplo, si hay una razn para sospechar que existen problemas sicolgicos o siquitricos ms profundos, tales como esquizofrenia o sicosis paranoica, puede hacer estas preguntas: Alguna vez alguien le ha dado un diagnstico diferente sobre esto? Ha estado hospitalizado o medicado? Se encuentra bajo algn medicamento ahora, est tomando esa medicina con regularidad? Yo no recomendara una sesin completa de liberacin para alguien que est en una crisis sicolgica o emocional. Es mucho mejor si la persona est estabilizada para que pueda participar en el proceso y no malentienda cmo lo est tratando de ayudar usted. Si se
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encuentra bajo atencin profesional, recomiendo una consulta con el terapeuta. Puede que usted no se sienta cmodo tratando con los problemas del individuo o con la forma en que l se relaciona con usted. Quizs sea demasiado controlador y manipulador para usted. Un hombre que conozco, que ha orado por muchas personas, a menudo se niega a orar por aquellos que tienen una historia sexual similar a la suya. Si usted est apenas empezando a orar por otros, trate de estar razonablemente seguro de que el Seor le envi esa persona y de que usted no est haciendo ms de lo que est preparado para hacer. La palabra entrevista puede dar a entender que estoy haciendo una serie de preguntas establecidas.25 Aunque haga muchas preguntas, el nfasis siempre lo pongo en escuchar y confiar en el Espritu Santo para que revele lo que es importante. Muchas veces tengo una sensacin de que el Espritu Santo provoca la pregunta. Hace poco le pregunt a un hombre si el Seor le haba dicho algo a l cuando fue bautizado en el Espritu Santo. La emocin sali a flote por primera vez en la entrevista. "Nunca te abandonar", dijo. Ya en aquel momento el Seor le haba hablado a su ms profunda necesidad. El hecho de que yo le hiciera una pregunta fuera de libreto le haba permitido ponerle nombre al verdadero problema en su vida. Fue liberado de la atadura despus de renunciar al abandono y a unos cuantos espritus relacionados. Durante toda la entrevista tomo notas y escucho para discernir en cuatro reas.
Por qu ha venido?
Est listo para rendirse al Seor? Lo desea con ansia? Lo est motivando Dios o sencillamente su dolor, o ambas cosas? Algunos pueden pedir oracin cuando quieren atencin o consuelo, pero en
25. A veces es til que la persona llene un cuestionario antes de presentarse para la oracin. Esto impedir que uno pase por alto lo que es obvio. He reproducido uno en el Apndice 1, tomado del libro de Francis MacNutt Deliverance from Evil Spirits [La liberacin de espritus malignos].
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realidad no desean ser libres. Otros se han arrepentido, han perdonado y han expuesto la oscuridad, y todo lo que necesitan es la oracin de autoridad, bendicin y aliento. Si eso no resulta obvio, puedo preguntar: "Quiere ser libre?" La gente necesita decir lo que quiere. Eso ayuda a aclarar sus verdaderos deseos. Tambin los ayuda a recordar que preguntar es una parte importante del proceso por el cual el Seor los libera. Jess le pregunt al hombre ciego qu quera, aunque era claro que el hombre estaba ciego (ver Marcos 10:51).
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que ir. Muchos espritus se van cuando estamos buscando en serio al Seor, pero hay que decirles que se vayan. Han sido invitados; este es su lugar de descanso y la invitacin les da un derecho legal. Ellos mantendrn a otros espritus en su lugar. Es como la primera habitacin en una serie de alcobas. El espritu de ocultismo oscurecer la puerta hacia la siguiente habitacin, impidindole a usted que llegue ms a fondo en la verdad.26
Conoce a Jess?
Cuando entrevisto a alguien que no conozco, suelo decirle: "Cunteme acerca de su relacin con el Seor. Lo conoce de una manera personal? Cuando usted piensa en Dios, a quin se imagina? Alguna vez ha sido 'salvado' o ha tenido una experiencia de conversin?" A los que conocen al Seor les encanta hablar de El y de lo que ha hecho por ellos. La historia del encuentro con l es la ms preciosa que han contado. Haga cualquier pregunta que le parezca correcta a la persona. Escuche a ver si hay algo que falta: una relacin con el Padre, con Jess o con el Espritu Santo. Comparta con l acerca del Seor si nunca ha tenido un encuentro con el Salvador. Si l dice las palabras correctas pero pareciera que algo est faltando, preprese para guiar a esa persona a un nuevo compromiso con el Seor al principio de la sesin. Or por un buen hombre que dedicaba su vida al servicio cristiano. Durante un seminario que ense, compart la impresin que tena
26. Muchas personas pueden estar ciegas al peligro de la prctica del ocultismo y a la advertencia de la Biblia que dice: "Cuando entres en la tierra que te da el SEOR tu Dios, no imites las costumbres abominables de esas naciones. Nadie entre los tuyos deber sacrificar a su hijo o hija en el fuego; ni practicar adivinacin, brujera o hechicera; ni hacer conjuros, servir de mdium espiritista o consultar a los muertos" (Deuteronomio 18:9-11). "Sacrific en el fuego a sus hijos en el valle de Ben Hinn, practic la magia, la hechicera y la adivinacin, y consult a nigromantes y a espiritistas. Hizo continuamente lo que ofende al SEOR, provocando as su ira" (2 Crnicas 33:6). La prctica ocultista es una violacin del primer mandamiento: "No tengas otros dioses adems de m." Hay que estar preparado para explicar cmo el enemigo puede usar a las personas sinceras y las verdades a medias para engaar a los dems, procurando desviar la reverencia y la honra que se le deben solamente a Dios.
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de que haba alguien afuera mirando hacia adentro, preguntndose si tena realmente un lugar en la casa del Padre. El hombre se me acerc para buscar liberacin. Primero lo conduje en una oracin para que volviera a entregarle su vida a Jess. Luego pas algn tiempo guindolo a que renunciara y perdonara. Algo faltaba. A medida que el tiempo pasaba me di cuenta de que el problema era rendirse al Seor. Quizas a causa de los puntos que habamos abordado o debido a la repeticin, esta vez, mientras lo guiaba en oracin, se rindi a Jess. Tuvo un encuentro con el Salvador. No hay mayor liberacin que esta.
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La rapidez con que eso suceda depende de cun sensible est el corazn de la persona al Seor. La entrevista inicial casi siempre toma cuarenta minutos o menos, pero nunca debemos ponerle lmites a Dios en lo que esperamos que sea la norma. Durante ciertos tiempos y temporadas de la vida nos volvemos ms vulnerables a la obra del Seor. En un retiro o conferencia, o despus de un acto de culto eclesistico, los participantes pueden estar ms sensibles a la obra del Espritu Santo en ellos. Puede suceder rpidamente si el Reino de Dios ha sacado a flote la oscuridad (teniendo como resultado una manifestacin) o si el don de discernimiento nos ayuda a determinar con exactitud lo que Dios quiere hacer. Cierta joven tena programado irse de nuestra conferencia con dos das de antelacin, antes de que tuviramos la oportunidad de orar por ella. Le pidi a Janet una breve oracin y comenz a llorar. Janet me llam para que fuera a hablar con ella, me pareci como si la conociera. Cada cosa que le pregunt, cada oracin que dije, generaron una respuesta. En cuestin de cinco minutos la habamos llevado a que renunciara y perdonara. Ella experiment lo que describe como una gran limpieza interna y que le quit aos de rechazo. Se qued para el comienzo de la siguiente sesin a fin de compartir su testimonio de libertad y regocijo. Recibi lo que normalmente habra ocurrido despus de una larga entrevista. Por qu? Sencillamente porque Dios ama a sus hijos, y puede utilizar a quien quiera y hacer lo que desee. La entrevista puede ser mucho ms sencilla si usted conoce al individuo o si Dios le ha dado a l una revelacin de lo que necesita. Por ejemplo, yo or brevemente con una mujer un viernes por la noche en un seminario. Ella asisti porque se senta oprimida. Cuando iba para su casa Dios le record algo que ella haba odo cuando era muy joven (demasiado joven para acordarse sin la ayuda de Dios): que su madre no haba podido tener hijos hasta que recurri a una adivina. Ella renunci a esa pretensin demonaca en su vida y fue liberada. Algunas veces durante la entrevista me siento perdido: "Aydame, Seor!". Otras veces entiendo todo antes de que alguien haya terminado su historia: "Gloria a Dios!". Por lo general,
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sencillamente tengo un sentido de cmo empezar la oracin mientras que voy orando: "Ven, Seor Jess. Mustrame el camino".
El proceso de liberacin
Cuando usted piensa que conoce un punto de partida, explique cmo piensa proceder. Por ejemplo, puedo decir: "Lo voy a guiar en una oracin; primero una oracin a Jess pidindole que lo libere, luego declaraciones de perdn y renuncia. Le parece bien? Lo guiar basndome en lo que usted me ha dicho y en cualquier discernimiento que reciba. Todo lo que usted necesita hacer es repetir despus de m. Si digo algo que no es verdad, por favor dgamelo. No diga en oracin lo que no es verdad para usted. O, si usted puede decirlo mejor en sus propias palabras, por favor hgalo. Despus de que yo comience la oracin en una direccin particular, usted puede continuarla segn se sienta guiado". Es importante que la persona ore ella misma. Generalmente hago que repita despus de m. (Conduzco la oracin de esta forma por razn de tiempo, y funciona bien con los dones que se me han dado.) Otras veces solo sugiero el tema y le pido que le hable a Jess acerca de su dolor y su decisin de perdonar. Escuchar la oracin y las expresiones de perdn de la persona suele revelar las reas en que est atada. Despus hago que repita despus de m las declaraciones de renuncia. Es importante sentirse relajados y cmodos. Uno no quiere transmitir ninguna tensin o ansiedad. No trate de hacer que algo suceda. Usualmente pregunto si est bien que sostenga la mano de la persona o que le toque un brazo o un hombro. El contacto lo conecta a uno con la persona. Eso ayuda a que uno se mantenga centrado en la persona, no en los demonios.27
27. Algunos ensean que no hay que tocar a la persona. Yo oreo que eso es un engao basado en el temor y en el enfoque en los demonios. Si uno tiene autoridad para orar por una persona, puede tocarla sin temor. Como instrumentos del amor de Dios, estamos protegidos. Sin embargo, los otros integrantes del equipo no deberan tocar a la persona porque su puesto en el equipo no es una expresin de la autoridad del Seor, sino de intercesin, de discernimiento y de apoyo.
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Si el individuo no conoce a Jess de una manera personal, comparta la buena nueva y ore con l para que se entregue a Cristo. Siga adelante nicamente si siente la confianza de que l ha hecho una oracin sincera. Si no est seguro de si el individuo se ha rendido a Jess como su Salvador y Seor, pregunte si est bien que lo conduzca en una oracin de nuevo compromiso, en la que reconozca personalmente la contricin por sus pecados y su necesidad de la cruz. Haga que la persona le pida a Jess que la llene con el Espritu Santo. Si se ha manifestado un espritu maligno, dicha manifestacin puede servir para identificar el problema y permitirle a la persona liberarse con rapidez. He visto a personas que en diez minutos pasan lo que ordinariamente dura varias horas, sencillamente porque han sido tocadas por el Seor y estn respondiendo a l. (Cuando hablo de sesiones largas, de varias horas de duracin, casi siempre me refiero al tiempo transcurrido en una entrevista y una renuncia prolongadas, ms que en los ratos extensos de conflicto espiritual tpicos de otros modelos de liberacin.) Dirijo a la persona en una oracin de arrepentimiento por los pecados reconocidos en la entrevista, y hago que pronuncie el perdn por cualquier individuo a quien no haya perdonado por completo. (l debe estar dispuesto a hacerlo, pero a veces el arrepentimiento y el perdn sinceros no ocurren sino hasta despus de haber renunciado al rea de atadura y quebrantado el poder.28) Explique cmo el poder de Jess puede hacerse disponible para permitirle perdonar. Haga que nombre a la persona y la ofensa. (Vea el captulo 4.)
28. Si la persona es catlica, hay que tomar en consideracin su conciencia y la gracia que est a disposicin de ella en el sacramento de la reconciliacin. Dependiendo de diversos factores, uno puede animarle a que reciba el sacramento de la reconciliacin antes de continuar, o animarle a que confiese sus pecados en ese momento haciendo el propsito de recibir la gracia del sacramento en un futuro cercano.
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Por ejemplo:
reas generales de opresin. Haga que la persona renuncie a cualquier cosa por la cual busca libertad. "En el nombre de Jess renuncio a la lujuria. En el nombre de Jess renuncio al temor." Haga que renuncie a otros espritus y mentiras, de una en una, tales como falta de perdn, engao, manipulacin, control, fantasa, autocompasin... La lista puede ser larga. Atadura espiritual. "En el nombre de Jess renuncio a la autoridad que le di sobre mi vida a (nombre de la adivina, agorero, bruja, hechicero o mago) y al espritu que actuaba en (nombre)." Atadura fsica. Si parece que la falta de libertad est enraizada en uniones sexuales fuera del matrimonio (usualmente llamadas ataduras del alma), puede sugerir: "En el nombre de Jess renuncio a todo lazo sexual y espiritual con (nombre de la persona), y le quito la autoridad que le di a l o a ella". No es necesario distinguir entre la mentira y el espritu que
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acta en ella. Animo a la persona que se afirme en su puesto, renunciando a todas las obras (mentiras) del diablo. Utilizo el principio: "en la duda, renuncia". Si la lista es larga, le tranquilizo dicindole que muchos de los espritus a los que renuncia pueden ser insignificantes, pero algunos sern la llave para su libertad. Otro enfoque es identificar aquello a lo que se est renunciando como mentiras y engao, dicindole que algunas de esas mentiras pueden haberse arraigado profundamente en su vida. La mentira y su espritu subyacente lo mantienen en cautiverio. Explique brevemente que algunas cosas como la avaricia, la lujuria, el odio y la falta de perdn son todas engao ya que ocupan el lugar de nuestra confianza sincera en la provisin del Padre y en su amor ilimitado por nosotros. Es un engao pensar que esas cosas pueden protegernos, proveer para nosotros o rendir algn fruto bueno en nuestras vidas. Una vez que la autoridad de Jess, a travs de la palabra hablada del creyente, quebranta el poder de la mentira, el espritu debe irse, pero usualmente se quedar por ah hasta que se le diga (en el nombre de jess) que se vaya. Una vez que la atadura del enemigo es rota, el Reino de Dios avanza, trayendo sanacin y restauracin. Eso significa que no es necesario determinar, antes de la oracin, si ese es un "caso de liberacin". Pablo Bottari me ense varias cosas importantes. La primera es no expulsar a los espritus hasta que se haya renunciado a todos. Si uno los expulsa uno por uno, puede provocar manifestaciones ms grandes de lo necesario. Si se rompe el derecho legal, ellos se tendrn que ir cuando se haya renunciado al espritu dominante o la causa radical haya sido sanada. No es necesario tratar de expulsarlos uno por uno, aunque a veces, despus de que se renuncia a cada espritu, quebranto el poder de ese espritu en el nombre de Jess. Esto logra dos cosas: primero, puesto que el espritu an no ha sido expulsado, rompe su poder para interferir con el resto de la liberacin; segundo, mis palabras imparten valor y fe a la persona que acaba de renunciar a un rea de atadura significativa. Esto se puede hacer sencillamente diciendo: "Rompo esta
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atadura en el nombre de Jess". O: "Destruyo el poder del espritu de (temor) en el nombre de Jess". Despus de que la persona renuncie a todas las cosas que se han revelado en la entrevista, me detengo y escucho al Seor; espero. Entonces puedo sugerir unas cuantas reas ms para renunciar, y pregunto si hay algo ms a lo que la persona quiera renunciar. Algunas veces la persona pregunta primero: "Puedo renunciar a ?". "Claro, hgalo!", le digo. Una vez que alguien percibe el poder de renunciar, puede querer tomar tiempo para renunciar a muchas cosas. Es como hacer una limpieza espiritual de primavera, durante la cual se pueden encontrar algunas telaraas que han estado escondidas sin que nadie las viera. Una vez que se ha completado la renuncia, es el momento de tomar autoridad.
Tome autoridad
Le pido a la persona que est tranquila, le pongo mi mano sobre la cabeza y digo: "En el nombre de Jess quebranto el poder de todos los espritus a los que (nombre de la persona) ha renunciado y de todo espritu relacionado, y les ordeno que se vayan ahora en el nombre de Jess". Se pueden usar muchas variantes de estas palabras. Me gustan estas porque, una vez ms, estoy apoyando la accin de renuncia que la persona ha hecho. Me baso en una oracin de comn acuerdo. Estoy hablando en el nombre de Jess, dando a entender que Cristo, el Liberador, es el que est expulsando a los espritus. Algunos prefieren una segunda opcin: hacer que la persona misma les ordene a los espritus que se vayan. Esto enfatiza aun ms que la persona est hacindose responsable de su propia vida por el poder y la autoridad que tiene en Jess. Si usted hace esto, siga la orden de la persona con su propio mandato. "Adems les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les ser concedida por mi Padre que est en el cielo" (Mateo 18:18). Sugiero esto porque la persona afligida puede carecer de fe y de experiencia con la autoridad de Dios sobre
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LIBERTAD
el enemigo. Escuchar una voz de autoridad y percibir la respuesta del enemigo al nombre de Jess imparte fe. Usar esta segunda opcin puede ser importante para aquellos cuya autoridad pastoral haya restringido el ministerio de liberacin, permitiendo que lo hagan nicamente las personas designadas. Si est guiando a un amigo para responder a los principios de este libro, est ayudando a esa persona en lo que podra llamarse autoliberacin. Es poco probable que se imponga una restriccin sobre alguien que est resistiendo al diablo y responsabilizndose por su vida en el nombre de Jess. Las restricciones pastorales que se ponen en cuanto a quin puede orar por liberacin se enfocan usualmente en este punto preciso en que se les ordena al diablo y a sus espritus malignos que se vayan. Es esto lo que constituye el contenido de tantos libros y pelculas. Este es el punto en que, en muchos casos, se pierde el respeto por la dignidad del individuo al comenzar la confrontacin con los demonios. Es correcto que aquellos que tienen autoridad espiritual se preocupen por el bienestar de sus congregaciones o de las iglesias que estn a su cuidado. Hay dos tipos de restricciones. La primera es individual. Su pastor no quiere que un individuo sirva en un ministerio particular y deja claro que no ha autorizado a esa persona para hacerlo. Para todos nosotros es muy importante tener conexin con nuestro pastor acerca de lo que estamos haciendo, y responder bien a su direccin. El segundo tipo de restriccin involucra lincamientos, polticas o directrices de la iglesia. Debido a los abusos y a la confusin (que al diablo le encantan), es bueno tener lincamientos que protejan a la congregacin. Sea respetuoso y paciente a medida que el Seor provea sabidura en el rea de la liberacin. Se les ha hecho dao a las iglesias locales por medio de ministerios independientes que son considerados como expertos. El pastor tiene una responsabilidad constante por la salud de la congregacin. El pastor o aquellos a quienes se les ha confiado la autoridad espiritual son los que
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mejor pueden juzgar por los frutos y discernir la mejor manera de integrar la sabidura que llega a travs de personas que dan retiros y de ministros itinerantes.29 Yo pronuncio la palabra de mandato con los ojos abiertos, observando qu pasa, si es que ocurre algo. A veces puede haber un suspiro o un tosido u otra expresin de que un espritu se est yendo. A veces uno puede ver cmo el rostro de la persona queda libre de tensin. Uno puede observar lo que se puede identificar como alivio, paz o gozo. A veces no podr ver absolutamente nada. Otras veces el conflicto interno con el espritu maligno volver a surgir. Si hay una manifestacin del mal, me detengo para conseguir la atencin de la persona y regresar al proceso de la entrevista. Le pregunto al individuo qu est experimentando. Por lo general me puede decir alguna cosa que indique dnde retomar la entrevista. A menudo renunciar y ejercer autoridad sobre el primer conjunto de espritus abre la puerta a una cmara ms profunda del corazn. Anteriormente cont acerca de una mujer que crea que su familia tena una maldicin. No fue sino hasta que les
29. Los enunciados preliminares en el Nuevo rito de exorcismo de la Iglesia Catlica enfatizan el papel del clero ordenado en el ministerio de liberacin, as como en el Rito formal de exorcismo. Solo los sacerdotes con la autorizacin apropiada del obispo pueden efectuar un exorcismo oficial usando el rito formal, el cual est diseado para ser usado solamente en los casos ms extremos. Con la excepcin de una declaracin emitida por la Congregacin para la Doctrina de la Fe el 29 de septiembre de 1984, para desalentar que se haga despliegue pblico de las manifestaciones demoniacas y la prctica de dialogar con los demonios (tratando de descubrir sus identidades), no existe, que yo sepa, ninguna restriccin ulterior sobre los catlicos laicos en el campo de la liberacin sencilla. Lo que dan a entender esos enunciados preliminares es que puede haber restricciones en el futuro. Ese es un tiempo de consulta y dilogo con los obispos locales, que conducir a directrices pastorales locales que clarifiquen qu es lo que pertenece al mbito del clero ordenado y qu es lo que est en manos de aquellos que ejercen el don del discernimiento (ver 1 Corintios 12:10) y que actan en conformidad con la autoridad que se les ha dado como creyentes. "Estas seales acompaarn a los que crean: en mi nombre expulsarn demonios" (Marcos 16:17).
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ordenamos por primera vez a los espritus que se fueran, que se acord que su casa se la haba comprado a una bruja que haba maldecido a todos los vecinos. Ya sea que observe o no evidencias de la liberacin o me d cuenta de que la persona ha sido liberada, siempre pregunto: "Hay algo que le venga a la mente? Siente algo?". Nunca les digo a las personas que estn libres; les toca a ellas decrmelo a m. Para vencer al enemigo en sus vidas necesitan tener su propio testimonio, no el mo. Algunos pueden sonrer o rerse. Otros tal vez digan: "Veo una imagen mental. Veo fuegos artificiales". "Y eso es bueno?", les pregunto. "S, claro, es maravilloso!" Entonces quizs yo comparta la interpretacin que he recibido de esa imagen: "Es su 'Da de Independencia'. Usted est libre". Otras veces alguien puede decir algo que ha recordado. Una frase comn suena ms o menos as: "Simplemente no creo que podr ser libre alguna vez". Esto puede ser expresin de un espritu de duda y de incredulidad, o puede revelar un espritu de desesperacin y desesperanza. Tal vez yo sienta que todo lo que se necesita es hacer que renuncie a esos espritus o a otros; otras veces regreso a una entrevista ms extensa. Dependiendo de su cultura, personalidad o formacin cristiana, algunas personas quizs no tengan una expresin externa; el cambio interno podra no ser observable. Cuando or con un grupo de jvenes creyentes haitianos para que se liberaran de la influencia del vud, muchos testificaron que haban sido liberados. Cuando se oraba por ellos, decan: "Siento que algo se me quit de encima", o "Me siento libre," y me agradecan muy educadamente. Le pregunt a mi intrprete si era simplemente un rasgo cultural el ser amables y decir cosas as. "No; son personas muy sensibles espiritualmente, y no diran eso si no supieran que es verdad." No siempre podemos juzgar con nuestros ojos.
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Si resulta claro...
Si resulta claro que la persona no se encuentra libre, detngase y regrese a la entrevista. Esa fue la segunda cosa que me ense Pablo y que trajo gran libertad a mi ministerio. Mucho de lo que le previamente me haba hecho pensar que si para ese momento la persona no era libre, estaba por suceder una confrontacin con los espritus malignos. Pero ahora mi principal preocupacin en una sesin de liberacin es la entrevista y la renuncia. El nfasis primordial del ministerio de liberacin es ayudar a la persona que d la respuesta apropiada al Seor cuando El le abre el corazn. Cuando oro con alguien, estoy enseando con mi ejemplo cmo puede la persona responder al Seor por su propia cuenta o con otros. (Esta es una de las razones por las cuales dediqu tantas pginas para examinar los principios en la primera parte de este libro.) Qu sucede si la persona no est libre y pareciera que es hora de desistir? Algunas veces simplemente necesita ms tiempo para que Dios le hable, para abrir su corazn o para decidir si realmente quiere ser libre. Puede ser de gran ayuda retroceder y orar de nuevo en otro momento. Esto es posible si uno ha creado el contexto correcto para la liberacin, que se caracteriza por lo que sigue: La liberacin es algo que Jess est haciendo; uno est ayudando a la persona en su respuesta. La persona puede poner su confianza en Jess. La persona est aprendiendo a responsabilizarse de su vida. Uno no lo va a hacer en lugar suyo. La sesin no es una experiencia traumtica en que las personas necesitan pasar el trago amargo hasta el final y a toda costa.
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la victoria sobre la lujuria... Gracias, Jess, por liberarme del temor... Gracias porque he perdonado a mi to por abusar sexualmente de m." Si la persona todava no est libre, esto sacar a la luz el espritu que la est afligiendo. No hay necesidad de atormentar al espritu maligno ordenndole que se vaya. Regrese a la entrevista y corte de raz por medio del arrepentimiento, la renuncia y el perdn. D nimo y bendiga lo que ha pasado. Una razn por la cual no les digo a las personas que estn libres (solo confirmo lo que ellas declaran) es porque muchas veces necesitan ir ms al fondo. Quiero que la experiencia se caracterice por la compasin de Jess, de modo que no duden en buscar una liberacin ulterior si la requieren. La meta de la oracin de liberacin es que la persona experimente amor y cuidado, que se marche animada, confiando en el Seor. A menudo les digo a los que estn presentes en sesiones de oracin con Janet y conmigo que pueden aprender ms de una sesin donde la liberacin no ha quedado completa que en una que finaliza con una gran libertad. Si usted puede aprender cmo conducirse bien en una sesin "incompleta", no ser tentado a tomar demasiada responsabilidad de s mismo. Y, no teniendo esa presin, ser un mejor instrumento del Seor.
Bendicin
Despus de la liberacin, ore por la persona para que sea nuevamente llenada con el Espritu Santo; diga palabras de bendicin y aceptacin. Si la casa ha sido bien barrida (Lucas 11:25), entonces no hay que dejarla vaca, sino llena con la luz de Jess y con su presencia. Si la persona no ha sido liberada, esta oracin de bendicin y de llenura puede fortalecerla para que d el siguiente paso y resuelva las cosas de su vida que el Seor est tocando. Parte del proceso de liberacin consiste en edificar a la persona para que, una vez que aleje al enemigo, pueda mantenerse y crecer en libertad. Para aquellos que han sido liberados, esta oracin llena el vaco que le permiti al enemigo entrar. La afirmacin los fortalece para la batalla y para el plan que Dios tiene para sus vidas.
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Si hay algo en lo que deseo crecer, es en la capacidad de pronunciar bendicin para la vida de las personas. Ansio ser capaz, por el poder del Espritu, de discernir el rea de necesidad ms profunda y decir algo que Dios ve en la persona, algo en el centro de su ser que ella entienda y conozca pero que an no ha hecho suyo porque nunca se le ha dicho. Cuando usted ora por las personas, brase al Espritu Santo para que le muestre a usted el corazn de ellas, de modo que pueda bendecir sus identidades y destinos. Recuerde siempre que el Padre desea ardientemente bendecir a sus hijos. A veces solo tenemos que quitarnos del camino y pedirle a Dios que les hable.
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formados en la Iglesia, llegamos a saber quines somos cuando nos unimos a Jess y recibimos la bendicin del Padre. Despus de recibir liberacin, los cristianos deben recibir instruccin, estmulo, advertencia y direccin que los ayude a cooperar con la gracia de Dios para mantenerse libres. Ahora que han sido liberados, tienen mayor libertad para tomar las decisiones correctas. Ahora pueden desarrollar nuevos patrones de conducta y de pensamiento que se construyen diariamente confiando en Jess, tomando las decisiones correctas, arrepintindose con prontitud y viviendo en la luz como seguidores de Jess en el seno de la comunidad de creyentes. Si an no lo han hecho, deben limpiar sus casas, destruyendo fsicamente cualquier cosa que represente el reino de la oscuridad. Cualquier cosa que haya sido utilizada en prcticas satnicas debe ser destruida. Los artculos que son smbolos de la actividad oculta se convierten en una conexin con el espritu que est detrs de la prctica. La persona puede haber renunciado sinceramente a los espritus que le estn afligiendo, pero la presencia continua de los objetos relacionados con ellos es una evidencia que demuestra que no ha renunciado, y puede ser que los espritus se rehsen a irse o, si se han ido, que vuelvan pronto.
para curarse. Un relato trata acerca de la curacin del hijo de un funcionario real en la corte de Herodes. Habiendo odo de Jess, camin treinta kilmetros y se humill a s mismo delante de un simple carpintero convertido en rabino. Le suplic a Jess que viniera y sanara a su hijo. Jess lo ret al responderle: "Ustedes nunca van a creer si no ven seales y prodigios" (Juan 4:48). Yo no le habra respondido as. Por encima parece algo descorts. Si ese hombre hubiera venido donde m, demostrando tal humildad, yo habra pensado que estaba listo para recibir algo de Dios. Evidentemente Jess, que conoca su corazn, pudo ver que se necesitaba algo ms. Jess lo puso a prueba, como lo hizo con la mujer cananea que le suplic que liberara a su hija. En aquel caso su primera respuesta fue: "No fui enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel." Su segunda respuesta fue: "No est bien quitarles el pan a los hijos y echrselo a los perros" (Mateo 15:24-26). A veces hay personas que parecen estar profundamente quebrantadas, desesperadas y humilladas, pero que an no han sido preparadas por Dios para lo que l quiere darles. Algunas veces es porque se apegan a un rea que necesitan rendir a Dios, y estn siendo preparadas para ese momento de rendicin. Otras veces Dios quiere hacer en nosotros ms de lo que estamos pidindole. Cuando oramos por alguien siempre necesitamos tener presente que se trata de la obra de Dios; no deberamos crear la expectativa de que Dios haga las cosas segn nuestro programa. Como Jess, deberamos tratar de conocer lo que Dios est haciendo en el corazn de la persona. Afortunadamente el funcionario real, al igual que la mujer cananea, no se ech atrs por los comentarios de Jess. Ms bien le regate: "Seor, baja antes de que se muera mi hijo." Y Jess le dijo que se fuera a su casa; que su hijo vivira. Casi nunca les digo a las personas que pienso que necesitan liberacin. El testimonio de lo que Dios ha hecho en otros es suficiente para impartir esperanza y valor para pedir ms ayuda. El hecho de pedir ayuda es un signo de que se ha derramado la gracia
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para recibir. Nunca quiero dar la impresin de que su liberacin depende de m en forma alguna. Es obra de Dios, y cada cosa que sucede en sus vidas cotidianas es parte de la obra de Dios para liberarlos. La sesin de liberacin es un momento para procesar lo que Dios ha hecho y est haciendo en sus vidas. Otra curacin, en Juan 5, me recuerda a ciertas personas que vienen buscando ayuda y tienen muy poca expectativa, solo para encontrar que Dios tiene algo grande para ellas. En este caso, se trata de un invlido que durante 38 aos no conoci a Jess ni saba nada acerca de l. Siempre estaba recostado junto a un estanque esperando poder meterse de alguna forma, pues se saba que era un instrumento del poder sanador de Dios. Pero Jess se le acerc y le dijo: "Quieres quedar sano?". Jess lo cur; el hombre tom su camilla y se fue. Cuando la gente critic a Jess por sanar a este hombre en el da sbado, este replic: "Mi Padre aun hoy est trabajando, y yo tambin trabajo" (Juan 5:17). Con eso Jess est diciendo: "Yo veo algo que ustedes no ven. Ustedes ven a un hombre cargando su camilla en sbado, pero yo veo la demostracin de la compasin y el amor de mi Padre". Jess prosigui: "Ciertamente les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su Padre hace, porque cualquier cosa que hace el Padre, la hace tambin el Hijo" (Juan 5:19). Haba muchas personas cerca del estanque de Betesda con la esperanza de ser sanadas ese da. Jess se acerc a ese hombre que nunca haba odo de l, mientras que cuando el funcionario real que viaj treinta kilmetros y se humill a s mismo porque crea en Jess, fue puesto a prueba. No es fcil entender los caminos del Seor. Sin embargo, es nuestra responsabilidad seguir y obedecer. Es muy difcil ver a aquellos que amamos, aquellos que estn desesperados por ser liberados, luchando todava por recibir su liberacin. Debemos mirar a Jess como nuestro modelo y decir con l: "No puedo hacer nada por m mismo; puedo hacer slo lo que veo que est haciendo el Padre".
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"Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. As como yo los he amado, tambin ustedes deben amarse los unos a los otros."
JUAN 13:34
Seor, t me amaste al hacerte como yo en todas las cosas menos en el pecado. Me llamaste por mi nombre y me diste esperanza. Como t me has amado, que yo pueda amar a aquellos que me envas. S, yo creo que puedes usarme como un instrumento de tu amor, como tu siervo. Los espritus malignos quieren provocar temor y llamar la atencin a s mismos por medio de las manifestaciones. El siguiente captulo le ayudar a comprender por qu no hay necesidad de temer y cmo se pueden reducir las manifestaciones.
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CAPTULO
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Abundan las historias acerca de exorcismos muy significativos que estn sucediendo hoy. El resultado es que mucha gente ha tomado conciencia de la realidad de la accin del diablo en las vidas de los creyentes. Satans, como parte de una estrategia de convertir sus derrotas en victorias, puede explotar este enfoque en las manifestaciones malignas. Si logra hacer que nos centremos en los casos ms radicales, provocando temor, puede continuar escondiendo sus estrategias en la vida de los creyentes comunes y corrientes. En la primera parte de este libro me enfoqu en la persona y evit tratar sobre las manifestaciones (aunque probablemente vendera ms libros si hiciera lo contrario). Pero si no sabemos cmo responder ante una manifestacin del mal, podemos quedar sujetos al temor, que expulsa el amor. Aqu trato sobre las manifestaciones mucho ms minuciosamente, en el contexto de orar con alguien por liberacin. Las manifestaciones de espritus malignos pueden motivar a una persona a buscar ayuda con rapidez. Pueden ser evidentes desde el principio. En otros casos, alguien puede manifestar un espritu maligno en el transcurso de la liberacin. Este captulo se aplica a ambos casos. Hace cinco aos, Carlos Annacondia vino de Argentina para hacer una cruzada en Filadelfia. Por ms de treinta aos Carlos ha dirigido grandes cruzadas, la mayora de las veces centrndose en
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los ms pobres de los pobres, los miembros ms afligidos de la sociedad. El mensaje que nos trajo era que no podemos simplemente presentarles a las personas la salvacin en Cristo; necesitamos verlos liberados del cautiverio para que puedan seguir adelante con su compromiso. Su libro "Ome bien, Satans!" deriva su ttulo de la palabra de mandato que l dice una vez que las personas han pasado al frente y han orado para rendir su vida a Dios. Despus de decir "Ome bien, Satans", afirma: "en el nombre de Jesucristo..." En aquel momento, la idea de que una persona le ordenara a Satans que lo escuchara, en medio de miles de personas, me pareci un poco loca. Las manifestaciones, el potencial de manipulacin sicolgica, el dao que se le podra hacer a la gente cuando se denunciaban demonios que ellos tal vez no estaban listos para soltar para no mencionar mis propios temores de estar fuera de control y lo que ahora reconozco como un inconfeso temor al diablo, eran todas cosas que me ponan un poco en guardia. Por fortuna ya haba conocido a Pablo Bottari. Como mencion, Pablo estaba a cargo de la "carpa de liberacin", el lugar adonde se llevaban a todos aquellos que manifestaban espritus malignos durante la cruzada. Pablo haba venido el ao anterior a Filadelfia y haba enseado sobre el ministerio de liberacin. Algunas de las cosas que me ense me permitieron retomar el ministerio despus de haberme echado atrs durante aos. Pero, ms importante que haberme enseado, Pablo or conmigo. Me mir a los ojos y dijo: "T amas a las almas". Yo saba lo que quera decirme. Siempre me he preocupado por las cosas del corazn, las cosas internas, las cosas escondidas que nos impiden vivir la libertad completa en Cristo. Yo haba escrito un libro sobre cmo liberarse de los pecados del corazn. La seal del ministerio de Pablo es el amor y la bondad con la gente y el trato respetuoso. l vio algo en m e invirti en m. Ahora Carlos Annacondia iba a venir, y se me pidi que entrenara gente y ayudara a organizar la carpa de liberacin. Cerca de trescientas personas asistieron al entrenamiento. En la cruzada, cientos de personas fueron llevadas a la carpa de liberacin
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para orar por ellas, y no he escuchado informes negativos de parte de ellas. Muchos fueron liberados del cautiverio. Muchos ms se sintieron amados y cuidados. No estoy seguro si el estilo de Carlos funcionara en todas las culturas como en Argentina. Pero aprend de l algunas lecciones valiosas. Primero, si uno est preparado para cuidar a la gente, no hay necesidad de sentir temor de las manifestaciones del mal. Lo que Carlos estaba haciendo era muy similar (pero en un contexto muy diferente) a lo que se haca en los siglos III y IV. Los relatos de esos tiempos antiguos de la Iglesia detallan cmo los nuevos cristianos que se preparaban para el bautismo por un perodo de tres aos reciban oracin para ser liberados de los espritus malignos. Esos exorcismos eran parte de su preparacin. Durante la ltima semana se oraba por ellos intensamente por muchas horas al da para que fueran liberados. El obispo vena para orar por los candidatos al bautismo durante la ltima semana antes del bautismo. La oracin serva para poner de manifiesto cualquier espritu oculto en la oscuridad, porque cualquier atadura escondida poda amenazar la relacin del individuo con el Seor y la unidad de la iglesia local. Los creyentes no sentan temor porque saban cmo lidiar con los demonios que se manifestaban. La liberacin era una parte normal del proceso de formacin de los nuevos creyentes. Segundo, si usted no le tiene miedo al diablo y lo expresa, la fe aumentar en aquellos que estn afligidos, dejarn de lado sus temores y le pedirn ayuda a Jess. El entendimiento reduce el temor. Una de las razones por las cuales escrib este libro es para que aquellos que estn buscando liberacin puedan entender cmo cooperar con el Espritu Santo tanto antes como despus de la sesin de oracin.
Cuatro pasos
De Pablo Bottari aprend cuatro pasos para lidiar con manifestaciones del mal. Se explican ms ampliamente en su libro Libres en Cristo (Casa Creacin).
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Asegrese de que en verdad se trata de una manifestacin de un espritu maligno La palabra "manifiesto" significa sencillamente algo que est visible. Por ejemplo, una manifestacin fsica de espritus malignos puede significar que una persona pierde el control de su cuerpo, se le tuerce la cara, sus ojos se tornan vidriosos y parece estar ausente. En episodios ms graves los espritus toman el control y la persona se siente tan sumergida que en cierto sentido pierde la conciencia. (Me gusta el trmino "posesin temporal" que usa Francis MacNutt para describir esas manifestaciones.) Despus de una situacin como esa la persona puede no recordar nada de lo que sucedi durante la sesin. Al final puede sentirse confundida y asustada, por lo que necesitar que la acojan dndole seguridad, aceptacin y amor. Cuando usted evala el caso, considere si lo que parece una manifestacin del maligno podra ser otra cosa. Por ejemplo, una reaccin emocional inusual al amor de Dios o alguna condicin sicolgica que se est dando (la cual puede tener bases fisiolgicas). Puede ser una reaccin adversa a algn medicamento. Es importante llevar a la persona a un lugar privado donde se pueda sentir segura durante el proceso de liberacin. Detngase y pregntese a s mismo qu ve. Hay una expresin de tormento, temor, enojo, vergenza o sensualidad? El discernimiento es un don que crece con la experiencia. Confe en que Dios le permitir crecer en discernimiento, tome apuntes de sus impresiones y utilcelos para alimentar su entrevista. Si bien lo mejor es orar por liberacin con un mnimo de manifestaciones, podemos alegrarnos cuando el enemigo ha quedado expuesto y ya no est escondido. Si se revela el Reino de Dios, el enemigo puede manifestarse de las mismas maneras que vemos en el Nuevo Testamento (ver Marcos 1:26; Marcos 9:20; Lucas 8:29). Dios, en su misericordia, puede revelarle a alguien cmo son en realidad los espritus a los que les ha cedido terreno. No hay nada como una manifestacin del mal para convencer a alguien de que se aleje del espiritismo, deje de servir de mdium a los espritus o abandone el vud.
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Ejerza autoridad sobre el diablo de manera sencilla y firme En Lucas 10:17 se nos dice que los 72 regresaron con gozo y dijeron: "Seor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre". Una manera sencilla de ejercer autoridad es decir con firmeza: "Somtete en el nombre de Jess". Tenga cuidado de no dar la impresin de que est ejerciendo autoridad sobre la persona. Tampoco querr asustarla de ninguna manera. Acte inmediatamente con la autoridad que ha tomado No tiene que repetir la orden. Solo ejerza su fe. Haga que la persona abra los ojos. Aydele a recuperar el control de s misma y a que le ponga atencin a usted. Hblele a la persona, sonrale y exprese verbalmente la compasin de Jess. Aydele a sentirse segura. Si usted est en paz, la otra persona se relajar. Si es un caso difcil, puede hablarle con firmeza a la persona por su nombre; diga algo como: "Ana, toma control de tu cuerpo y de tu mente en el nombre de Jess. Abre los ojos". Conocer y mencionar el nombre de la persona es de mucha ayuda. No les ordene a los espritus que se vayan. No siga atndolos. Siga hablndole con amor a la persona. Le puede decir: "Ana, quiero hablarte. Jess te ama, y aqu tambin hay personas que te aman. No le quiero hablar a ningn demonio. Quiero hablar contigo. Me puedes ayudar? Queremos ayudarte. Mrame, Ana". A alguien puede sorprenderle que lo que parece un espritu "amistoso" sea expuesto como maligno. Cuando yo era un creyente joven e ignorante, visit a un amigo en Inglaterra. l y su novia siempre hacan sesiones espiritistas, supuestamente para hacer volver a su hermana muerta. Por qu no?, pens, tontamente. Por fortuna tuve al menos una idea sensata. Me santig, diciendo: "Lo que hago, lo hago en el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo". Tan pronto como ellos pusieron sus manos en el vaso, este sali disparado desde abajo. Sus caras se llenaron de miedo. "Esa cosa es maligna", declar mi amigo. No lo volvieron a hacer esa noche; se asustaron mucho con lo que sintieron.
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Procure comprender a la persona A las personas que manifiestan la presencia de un espritu maligno les pueden estar pasando diversas cosas. Tal vez no estn familiarizadas con las manifestaciones y se sientan petrificadas, pensando que no van a poder controlar la situacin. Pueden sentir temor o vergenza. Necesitamos abordar sus temores mientras les hablamos con amor. Otras veces la gente siente alivio de que su problema haya aflorado. Ya no est escondido. Les alivia conocer la fuente de sus compulsiones. O pueden estar expresando un profundo dolor emocional y encontrar alivio al expresarlo. Necesitamos ayudarles a procesar el dolor que ha aflorado. Algunas veces las personas tiene un deseo sutil de que los espritus malignos se manifiesten, o piensan que el ceder a la manifestacin les ayudar a ser liberadas. Pueden pensar: "Por fin mi enemigo ha sido expuesto; no quisiera que se vuelva a esconder otra vez". Las manifestaciones son buenas si son provocadas por el Espritu de Dios, exponiendo las obras de la oscuridad. Pueden ayudar a la persona a encontrar la valenta para tocar los lugares profundos y ocultos del alma. Esto ocurre especialmente si alguien se encuentra presente para ayudar a la persona a encontrar libertad. Puede no ser bueno si todo lo que estn haciendo es manifestar la oscuridad sin recibir cuidado pastoral apropiado. En realidad es ms fcil ayudar a una persona si ha tenido una manifestacin. Significa que el rea con la que Jess est tratando ha aflorado. Si uno entiende qu hacer cuando hay una manifestacin, despoja al diablo de una de sus tcticas: la intimidacin. Una vez que comprendemos las manifestaciones del mal y cmo ayudar a una persona que las est experimentando, no hay necesidad de temer. No es necesario provocar manifestaciones para ayudar a la persona a encontrar liberacin. Una regla prctica es que si uno espera manifestaciones, probablemente las ver. Pero si no las espera y evita provocarlas, las manifestaciones pueden ser reducidas significativamente. Un ministro trajo a una mujer de veinte aos que continuamente haba estado con manifestaciones durante
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varias sesiones en las cuales l rez una oracin de exorcismo. Ella haba sido abandonada en un orfanato cuando naci, y despus su padre, que era enfermo mental, la sacaba en las visitas y cuando tena tres aos la viol. Yo no tena expectativas de que ocurrieran manifestaciones. Usando los principios de este libro, ella experiment liberacin sin ninguna molestia adicional. La actitud del lder de la oracin puede ser el factor crucial. Una de las cosas que procuro es reducir las manifestaciones innecesarias, por el bien de la persona por la cual estoy orando (y tambin porque las manifestaciones innecesarias contribuyen a la resistencia que muchos cristianos tienen hacia la liberacin). Pero el temor a las manifestaciones o el deseo de controlar el proceso de liberacin ser un estorbo. Por lo general una manifestacin es seal de un conflicto que necesita ser resuelto, pero otras veces es una expresin de liberacin que no debe ser impedida. El discernimiento crece con la experiencia. El captulo 15 incluye dos relatos largos de liberacin, una de ellas con manifestaciones. Estas ancdotas ilustran la importancia de entender la dinmica personal, de escuchar a la persona y al Espritu Santo, y de esforzarse por traer la libertad a niveles cada vez ms profundos del corazn. "Ahora, SEOR mi Dios, me has hecho rey en lugar de mi padre David. No soy ms que un muchacho, y apenas s cmo comportarme." .. .Al Seor le agrad que Salomn hubiera hecho esa peticin.
1 REYES 3:7,10
Seor, Salomn pidi el don de entendimiento para poder discernir entre el bien y el mal. l saba que no estaba a la altura de esa tarea. Pero a ti te agrad darle sabidura. Yo tambin pido sabidura, porque soy como ese muchacho y no s cmo comportarme. Cualquiera que experimente liberacin de ataduras tiene una historia que merece ser contada. Es el testimonio del amor redentor
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de Dios manifestado en la vida de la persona. El captulo final contiene dos narraciones que muestran cmo el amor de Dios derrama el don de la esperanza.
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La liberacin constante
Porque la transfiguracin no es algo que podamos lograr; es algo que solo el que es poderoso puede realizar en nosotros. GERALD VANN
Me gustara concluir compartiendo con ustedes dos casos en los que apliqu los principios de este libro. Muchos ejemplos de esta obra son casos sencillos de liberacin de espritus malignos. Estas historias son ms complicadas. Las incluyo aqu por tres razones. La primera es que ilustran cmo se aplican los principios en situaciones muy diferentes (con manifestaciones fsicas y sin ellas). La segunda es que muestran cmo la liberacin puede llegar a niveles ms y ms profundos. La tercera es que ofrecen un mensaje de esperanza para personas que estn profundamente afligidas.
La historia de Kevin
Homosexual, marica, raro, afeminado. Kevin escuch estas palabras durante aos, desde la escuela primaria hasta terminar la secundaria. Fue algo muy hiriente y confuso, y con el paso del tiempo aprendi a desapegarse de sus emociones. Aunque tena amistades femeninas, se senta aislado de "los muchachos". Parte de eso se deba a que era ms sensible y expresivo emocionalmente que sus compaeros. Si bien no era afeminado, e incluso era atleta por naturaleza, era vulnerable a las mofas de otros chicos. Pero parte de su aislamiento brotaba de algo ms profundo que no haba descubierto an. Un verano antes de comenzar el ao lectivo, cuando tena unos 15 aos, Kevin ley en el peridico acerca de un sector de su ciudad donde los hombres homosexuales iban a buscar sexo. La curiosidad
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y la necesidad de afecto lo impulsaron a ir solo a ese lugar. No pas mucho rato antes de encontrarse dentro del cuarto de mquinas de un garaje de estacionamiento, con un hombre algo menor de 30 aos. Esa fue su iniciacin en el sexo annimo. Desde el principio fue muy pasivo, permitiendo que le hicieran cosas y despus siguiendo el ejemplo. Despus de esa primera noche regres a casa sintindose sucio, pero tambin emocionado. Durante tres aos sigui yendo, algunas veces en tres o cuatro ocasiones por semana. Nunca consider que esos hombres mayores estaban abusando de l, porque iba por su propia decisin. A pesar de su actividad, Kevin tambin tena el deseo de casarse y tener hijos. En su pensamiento viciado, pensaba que las relaciones sexuales con una mujer estaban reservadas para despus del matrimonio, y quera esperar. Hasta entonces, los hombres eran para tener relaciones sexuales. A los diecisiete empez a pensar en la universidad y su futuro. Pensaba: "Nunca podr engaar a una mujer para que se case conmigo si contino viviendo de esta manera". Rompi el patrn. En la universidad hizo muchas amistades y una nueva vida, alejado de sus viejas maas. Despus de la universidad, a los 24, se convirti en un cristiano comprometido. Entonces empez a afrontar sus problemas y a bregar con ellos, recibiendo consejera con regularidad. Durante los cinco aos que siguieron cay tres veces, arrepintindose rpidamente cada vez; pero no era libre.
Destruya la opresin
Cuando tena 30 aos Kevin se cas con Sara, una maravillosa mujer cristiana a quien le cont su historia. Juntos enfrentaran la prueba del nuevo compromiso de Kevin. Un ao y medio despus, ahora luchando con la pornografa en la Internet y bajo un estrs muy intenso, Kevin volvi a las relaciones homosexuales, exponindose a s mismo, y por consiguiente a su esposa, al riesgo del sndrome del VIH. Ambos se encontraban devastados. Sara se fue donde su mam. Kevin estaba petrificado temiendo que Sara lo abandonara y que todo lo que amaba quedara perdido. Sin embargo, su
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esposa lo perdon y regres a casa. Fue entonces cuando Kevin vino por primera vez en busca de oracin de liberacin. Confes todo, renunci a todo, perdon a todos; estaba desesperado. Despus de dos sesiones se sinti libre. "Fue algo asombroso," dijo. "Por un ao y medio no mir a los hombres con lujuria. No hubo masturbacin, nada de pornografa. Poda mirar el cuerpo de un hombre, mirar su piel y no sentir deseos. Hubo un cambio radical en m." Incluso se le quit un viejo hbito de morderse el labio hasta sangrar. Pero durante los siguientes dieciocho meses fue cayendo gradualmente. Luchaba en la oracin. A medida que aumentaba su familia, regres la ansiedad. Despus la masturbacin. Despus la pornografa. Despus regres todo. La ltima cosa en regresar fue el hbito de morderse el labio.
Hasta e! fondo
Kevin regres en busca de ayuda. Esta vez fue ms al fondo en su perdn, especficamente por su pap. Poca gente tiene tantas imgenes mentales en la oracin como Kevin. Para l, ellas funcionan como un registro de lo que estaba pasando en su interior mientras orbamos. Pero eso no es necesario para la sanacin o la liberacin. Durante la oracin Kevin tuvo una imagen en que se vio a s mismo parado en la recmara de su mam, con ella sentada sobre la cama sosteniendo a su hermana. Cuando se figur a su pap entrando al cuarto, vio lo que pareca ser lanzas y dagas de furia que salan de su mam. Se abrieron como la cola de un pavo real y se pararon entre l y su pap. Quera llegar hasta su pap pero no poda. Si lo intentaba, las cuchillas lo destruiran. Mientras orbamos para que el Seor entrara en la escena con su verdad, Kevin imagin a Jess entrando al cuarto y luego entrando en su pap hasta hacerse uno con l. Inmediatamente las navajas y las lanzas desaparecieron y Kevin se vio a s mismo saltar a los brazos de su pap. Kevin reflexion que algo en su mam o algo que vena de
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ella lo estaba separando de su pap. Sinti que en lo ms profundo, cuando estaba muy pequeo, tom una decisin. Debido a su percepcin de aquel momento, sinti que tena que escoger a su mam y alejarse de su pap. "Me daba mucho miedo escoger a pap", recuerda. Qu lamentable que tuviera que escoger entre los dos! Recientemente me dijo: "Desde esa oracin y hasta este da, siento como si an continuara conectndome con mi padre y con todas las cosas buenas que hizo... Ahora mi corazn est lleno de gratitud hacia l." Eso le dio a Kevin un alivio temporal. Todava faltaba tocar algo que estaba ms abajo, en el fondo. Lleg el da en que se coloc otra vez en una situacin tentadora. Un hombre se le acerc y empezaron a hablar. l se dio cuenta de lo que estaba a punto de suceder, y al ltimo minuto huy. Regres donde m una vez ms pidiendo ayuda, y despus escribi en su diario: "No puedo creer que tuviera que llegar a una cada o al menos casi una cada para volver al punto de rendirme otra vez... Neal me habl especficamente acerca del orgullo en mi cristianismo, que de alguna manera estaba orgulloso de ser cristiano y lo usaba para tomar una posicin de superioridad. As era. Neal me hizo renunciar a los temores del aislamiento, el rechazo, la condenacin, la superioridad, la ira y otros. Diversas cosas sucedieron esa noche, pero el resultado final es que me di cuenta de que, aunque una o dos veces antes haba rendido mi vida al Seor, nunca lo honr realmente como mi 'Seor' ...Desde esa oracin, ahora empiezo mis ratos de oracin de rodillas, reconociendo cunto ms grande es l que yo."
La raz
Cuando nos reunimos para la siguiente sesin, sent que el Seor me deca: "Identidad falsa". Esper a ver qu significaba eso. A medida que orbamos, el perdn hacia su madre lleg mucho ms al fondo: perdn por situaciones y palabras que expresaban control, desaprobacin y rechazo. Sent como si el fundamento estuviera sanado y ahora haba que renunciar al espritu que
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se esconda detrs de la homosexualidad. Despus de que Kevin renunci a l, le orden que se fuera. Pude sentir cmo se alejaba de l. "Qu est pasando?", le pregunt. "Veo este gran camin alejndose de los andenes", dijo. Ms tarde escribi en su diario que senta tristeza de "que un viejo amigo, o por lo menos un viejo conocido" se estaba marchando. Continuaba: "Me di la vuelta y suspir, me sacud las manos, y me pregunt: 'Qu sigue?', al mirar la bodega enorme y ahora vaca de mi alma, mi vida y mi identidad. Sbitamente personas y ngeles comenzaron a llenar la bodega, saludndome, ponindose a trabajar, enderezando las cosas y comenzando a reconstruir. Era como si hubieran estado siempre all, solo que escondidos o cubiertos. Neal or pidiendo que el cuerpo, la Iglesia, me rodeara y me restaurara." Al da siguiente Kevin escribi: "Aparte de los sntomas relativamente leves de ansiedad, me siento hoy como un hombre nuevo. Desde lo ms profundo s que algo es muy diferente, muy nuevo. Tengo una esperanza nueva... Esta maana en la iglesia... tuve una sensacin abrumadora de que yo era pequeo y Dios era inmenso, y l me estaba bendiciendo con una apreciacin ms profunda de esa realidad." Tres das despus escribi: "Dios me est mostrando la profundidad de la depravacin de mi pecado. Estoy recordando y viendo algunas de las cosas malvadas que he hecho a lo largo de mi vida, dndome cuenta de que, a pesar de mi sociabilidad y simpata, he sido un gran pecador, muchsimo ms de lo que jams he admitido. Me he esforzado mucho toda mi vida por crear una imagen de que soy fuerte y autosuficiente; todo eso es una fachada que ha venido desmoronndose. Seor, dame la gracia de alejarme del dolo resquebrajado de m mismo que he creado." A Kevin se le dio el don del arrepentimiento. Una maana en oracin Kevin se acord de que fue criticado en la escuela primaria. Sinti la herida de una forma profunda y ofreci al Seor su "corazn lacerado".
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Recupere lo suyo
Esa noche or con Kevin. A la maana siguiente escribi: "Ms oracin de liberacin anoche... especficamente acerca de las veces que me molestaron cuando estaba en cuarto y quinto grado. Renunci a los espritus de rechazo, de abandono, de aislamiento y de ofensa; perdon a los nios que me molestaban, mencionando especficamente los nombres de ellos y los apodos que me ponan. A medida que renunciaba y deshaca el poder de los espritus, me vi a m mismo como un nio caminando por el sendero para la escuela. Tena miedo de ir porque tema que me atacaran, como si estuviera caminando a travs de un bosque y que hubiera algo acechando detrs de cada rbol. Al pasar por el proceso de renuncia y perdn, experiment mayor libertad cuando continuaba imaginndome recorrer ese mismo sendero hacia la escuela, cada vez con mayor libertad. Pero cada vez que me vea en el sendero, no me acercaba a la escuela. Senta que estaba ms cerca de mi casa. Esa parte de la oracin fue muy difcil; pareca como si nada estuviera sucediendo. Casi me di por vencido dos veces (Neal dijo que en este punto l tambin estuvo tentado fuertemente a darse por vencido), pero entonces Neal me hizo renunciar al temor y a la tristeza. En mi visin, me acord de que haba dejado algo en la casa. No saba qu era, pero saba que mam lo tena. Me imagin a m mismo yendo a casa a buscarlo. Era de plata y adornado, pero todava no estaba seguro de qu era. Tena miedo de quitrselo. Aun pidindole a Jess que me ayudara, no se lo poda quitar. Neal me pregunt: 'Qu iba a hacer tu mam si t lo tomabas?' Le dije: 'Ella quedara destrozada o se enojara.' Neal me condujo a renunciar al temor al enojo, temor a la crtica, temor al abandono y temor al rechazo. Despus de que Neal les orden que se fueran, pude verme a m mismo gritando: 'Dmelo! Es mo!' Finalmente, con la ayuda del Seor, lo tom. Entonces me figur a m mismo sentado en el piso (ya mam no estaba en la imagen) sosteniendo ese objeto. Yo era pequeo y un poco desfigurado.
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Neal or para que el Seor lo pusiera en m porque yo saba que ah era donde deba estar. Cuando l coloc su mano sobre mi pecho, pude sentir cmo el Seor pona dentro de m aquel objeto. A medida que entr, sent que creca y comenc a tomar forma como de un muchacho, pero que estaba brillando como plata u oro, como un trofeo. Ese objeto de plata era yo! Era mi condicin de varn! Era mi identidad! Yo haba carecido de ella toda mi vida. De repente, me pude ver a m mismo saltando, ahora vestido con un uniforme de bisbol, y emocionado, rebosante de alegra y entusiasmo. Me vi a m mismo llamando a los muchachos que me haban molestado: 'Esprenme! Aqu vengo', sabiendo que me estaban esperando, que me haban aceptado. No senta miedo. Era como si ellos hubieran estado esperando mi yo' completo durante todo el tiempo. La razn por la cual me molestaban era porque nunca les haba mostrado mi verdadero yo, y de alguna forma lo saban. El verdadero yo no estaba all y molestaban a la imagen incompleta que les ofreca. Me sent que estaba creciendo hasta ser un hombre, que esa curacin no era solamente para el chico en m, era para todo mi ser. Me sent a m mismo crecer y madurar en fuerza, incluso en tamao fsico." Coloqu mi mano en el pecho de Kevin y ped que pudiera recibir lo que era suyo, se levant de su asiento cuando sinti que aquello entraba en l. Despus, mir hacia abajo a sus brazos y dijo: "Qu bien! Me siento entusiasmado!". Aos antes Kevin haba hecho mucho ejercicio en el gimnasio, desarrollando su cuerpo. Cuando fue atrado a la pornografa tambin lo fue a la piel, especialmente al fsico masculino. Estaba buscando algo que pens que le faltaba. Ahora haba encontrado lo que andaba buscando: recibi la libertad para abrazar su propia hombra. Ese da lo que escribi en su diario terminaba con: "Gracias, Seor, por crearme! Por perdonarme... por darme figura y forma, por estar conmigo toda mi vida! Gracias por ayudarme a encontrarme a m mismo, mi identidad. T eres fiel, amoroso y asombroso!".
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Un ao despus
Un ao despus Kevin estaba caminando en libertad, sabiendo que nunca ms volvera a ser el mismo. Tuvo muchas oportunidades para ayudar a otros con problemas similares. Entonces empez a deteriorarse: paseando por los parques que le recordaban cmo sola encontrar consuelo en el pecado; navegando en Internet, mirando fotos de hombres "en forma". El siguiente paso fue la pornografa. Atormentado, confes su pecado francamente, y oramos por l brevemente varias veces. Cada una de esas veces experiment alivio y esperanza renovada. Un da lleg la llamada urgente: "Necesito ayuda. Siento como que me he vuelto adicto otra vez". Janet y yo oramos mientras esperbamos en la sala a que Kevin y Sara acostaran a los nios. Yo or as: "Seor, es esto falta de fuerza de voluntad, el poder del pecado, viejos patrones de pensamiento que resurgen, un intento final del enemigo para recuperar el control? O t ests buscando algo ms profundo? Por favor, guanos y revlanos lo que est escondido". Pap, pap, pap llam el hijo de Kevin desde la escalera, interrumpiendo cuando estbamos por empezar. Yo escrib en mi libreta en la parte de arriba: "Pap, pap, pap". Me siento indefenso imploraba Kevin, como si la gracia de Dios ya no estuviera presente; todo era tan fcil, yo era libre. Ahora pareciera que soy 'solo yo' tratando de hacerlo, y no puedo. Tratamos de ayudarlo a ver la mentira: no estaba solo, Dios no lo haba abandonado y la gracia de Dios le bastaba. Hablamos largo y tendido acerca del arrepentimiento y la confesin y la urgencia de la situacin, la cual requera disciplinarse y rendir cuentas. Entonces nos pusimos a orar. En oracin, Kevin se humill a s mismo delante del Seor, buscando misericordia y perdn. Entonces hice que renunciara a algunas cosas; cosas viejas como abandono, rechazo y temor. Aparentemente no hubo respuesta. "Pap, pap, pap"... esas palabras me vinieron a la mente, y lo inst: Kevin, renuncia a la 'ausencia de padre' en el nombre de Jess.
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La l i b e r a c i n constante
Antes de que pudiera decir palabra alguna sus emociones se soltaron, con sollozos y lgrimas. El dolor de toda la vida, de no conocer verdaderamente a su padre, estaba siendo tocado y liberado. Una vez que renunci a eso y le orden que se alejara, un torrente de recuerdos maravillosos de su pap llen su mente y su corazn. Recibi una sensacin de la aprobacin de su padre, su afirmacin y su amor, seguido de un sentimiento por el que soltaba a su pap para abrazar su destino. Dios Padre le estaba revelando su corazn a Kevin. Hoy est firme en su libertad, confiado en que no necesitar regresar a las mentiras que lo mantuvieron atado. Voy a resumir el recorrido de Kevin. Las races de sus adicciones se hallaban en la confusin sobre su identidad y estaban complicadas por su pecado. Primero, un nivel de opresin haba sido roto y un proceso de sanacin y liberacin ms profunda haba comenzado. Dios gui a Kevin a una rendicin profunda al Seor, a la sanacin de los problemas radicales de identidad, al arrepentimiento profundo, al perdn, a la aceptacin de su hombra y, finalmente, a una revelacin de Dios Padre. Cada victoria a lo largo del camino liberaba esperanza y una expectativa de gracia para el paso siguiente. Si no le hubiramos dado seguimiento a Kevin, pudo haber quedado sumamente atribulado y desilusionado, preguntndose por qu la liberacin inicial "no haba pegado". Kevin experiment tormento extremo y crisis moral debido a la confusin profundamente enraizada con su identidad sexual y a las consecuencias de su pecado del pasado. Su viaje descubriendo la profundidad de la libertad que se le haba dado en Jesucristo no es poco comn. Todos nosotros como creyentes hemos sido invitados a un proceso continuo de transformacin, a medida que el Espritu Santo va actuando en nuestras vidas para hacernos ms parecidos a Jess.
La historia de Dbora
"Te deb haber matado el da que naciste, as como mat a los otros nios." Verdad o no, esto era lo que Dbora oa en boca de su
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madre mientras creca. En su lecho de muerte, su padre la maldijo y grit: "Squenla de aqu!". En la escuela primaria la regaaban tan severamente que tuvo una experiencia en la que sali de su cuerpo para escapar del dolor emocional. A partir de ese momento sinti como que se converta en otra Dbora. Durante su adolescencia las autoridades del colegio la disciplinaban obligndola a estar con los cerdos por tres das. Tres hombres diferentes que debieron haber representado el amor de Dios abusaron de ella y la violaron. Haba estado expuesta al ocultismo a travs de su madre, y una gitana la maldijo antes de que naciera, estando dentro del vientre de su madre. Dbora se escapaba al bosque y se relacionaba amistosamente con los animales. Poda confiar en ellos pero no en los humanos; los animales eran amorosos y amables. Con razn, cuando la conocimos estaba severamente endemoniada. Era nuestro primer seminario sobre liberacin e intercesin. Al estar en otro pas, sent una gran falta de apoyo porque el hombre que nos invit a hablar tuvo que abandonar el seminario inesperadamente. Lo ltimo que yo deseaba era empezar la oracin con una persona tan gravemente atribulada como Dbora. No haba ni siquiera llegado al frente del saln cuando sus ojos se tornaron vidriosos y un temor de nia le cubri la cara. Fue llevada a otro saln junto con otras personas. Or con varios otros y los vi liberarse bastante rpido. Janet, con su compasin, fue directo donde Dbora, a quien encontr agachada en el piso en posicin fetal. Yo or: "Seor, qu debemos hacer? Debemos orar por ella? Es este un caso que debera remitir a otras personas?". Cuando me sum a Janet, Dbora tena mucho temor de m. Tard un rato para sincerarse conmigo como lo haba hecho con Janet. Despus de que Janet relat parte de la historia de Dbora, le pregunt: Has entregado tu vida a Jess? Como ella asinti, prosegu: Repitamos la oracin. Seor Jess, gracias por morir por m... Por favor, perdname... Decido seguirte a ti como mi Seor... Por favor, llname con tu Espritu. Cada palabra era una lucha. Cuando trat de pronunciarlas, empez a perder la conciencia.
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Dbora, mrame; quiero hablar contigo dije. Quieres ser libre? S respondi. Entonces di: "Seor Jess"... t puedes hacerlo, Dbora; el Seor est contigo. Necesitas decidir ponerte bajo su autoridad. Nosotros no podemos hacerlo por ti. Si no puedes decir esta oracin tendremos que encontrar a alguien ms que te ayude dur un rato, pero al fin complet la oracin. Mir hacia arriba, y vimos su bella sonrisa por primera vez. Entonces comenzamos el proceso del perdn. A cada paso del camino los demonios queran apoderarse de su mente y enmudecerla. Dbora, mrame le exig. Ponme atencin y di: "Perdono..." repetidas veces le expliqu que a medida que decidiera perdonar, Dios ira haciendo la obra en su corazn. Cuando pareca que iba a titubear le pregunt: Quieres ser libre? S, s dijo ella ante esto, mirando hacia arriba con ojos suplicantes.
Libertad al fin
Condujimos a Dbora a renunciar a los espritus de rechazo, abandono, temor... espritus que se relacionaban con lo que ella revel en la entrevista. La llevamos a un punto de paz y prometimos volver a orar con ella. Se fue muy animada, habiendo desarrollado un lazo especial con Janet y recibiendo un don de esperanza. Tuvimos dos sesiones ms esa semana. Cada sesin revel niveles ms profundos de dolor. El tiempo durante la conferencia, entre sesiones, le permiti volverse ms fuerte y prepararse para ir ms al fondo. Hubo un momento cuando empez a hablar, que pens que era un demonio, y le dije que parara. "Dbora, quiero hablar contigo, no con el demonio", dije. Entonces me di cuenta de que Dios le estaba revelando algo. Nos cont acerca de una mujer que le haba echado una maldicin. Despus que destruimos ese poder y le ordenamos al demonio que se fuera
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(en el nombre de Jess), ella sinti alivio y libertad. Sospech que si presionbamos descubriramos ms. Pero se senta libre, y al continuar la semana pudo recibir amor de mucha gente. Eso era lo que ms necesitaba. Necesitaba recibir amor. Logr comenzar a hacerse accesible a otros. Su liberacin total descansaba en Dios, no en m. Qu alegra fue verla sonrer el resto de la semana!
La l i b e r a c i n constante
malos representantes de Dios. Despus de la ltima sesin cant espontneamente varias canciones de liberacin mientras estbamos de rodillas delante del Seor, llorando de agradecimiento. Esta vez la clave fue descubrir la mentira. Estaba convencida de que nadie la poda amar, y de que tendra que mendigar amor por el resto de su vida. Cuando se mencion directamente esta mentira, su poder qued quebrantado. Le dimos instrucciones muy bien detalladas de cmo mantener su libertad y le contamos todo al padre Juan. Satans no quera soltarla. La batalla para mantenerse libre comenz inmediatamente. El da que se fue de la conferencia, trat de intimidarla. Un extrao se le acerc en la estacin del tren y le dijo: "Los demonios no estn lejos de usted; estn en m". Tres meses ms tarde, cuando fue sola a la casa de sus difuntos padres, se puso a buscar dentro de un cofre viejo y encontr un objeto de hechicera. Cuando lo agarr, cay al piso y permaneci durante varias horas en un estado como de trance. Finalmente el padre Juan la encontr por el celular y, hablndole, le ayud a superar aquella experiencia tan severa. (Ms tarde l regres con ella, encontr el objeto y lo destruy.)
El encuentro final
Al ao siguiente volvimos una vez ms al pas de Dbora, deseosos de verla. Sabamos que no haba seguido nuestras instrucciones. No sabamos si haba tenido suficiente apoyo. Hicimos nosotros lo que Jess quera que hiciramos? Habamos causado dolor? La amamos con el amor de Dios? Debamos orar con ella otra vez? "Seor, mustranos qu hacer", suplicamos. Dbora lleg de nuevo al seminario. No fue a pedir oracin; slo quera vernos. En todo ese proceso lleg a saber que la ambamos. El primer ao desarroll una relacin especial con Janet, y ella la bendijo como una madre. Al ao siguiente confi en m como un padre en el Seor y permiti que la bendijera. La visita de Dbora para vernos fue para m la respuesta: habamos hecho nuestro trabajo; ella saba que la ambamos.
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No estaba segura de si deseaba oracin. Para empezar, segua teniendo un recuerdo desagradable del exorcismo que haba experimentado. En su recuerdo ella estaba fuera de su cuerpo mirndose a s misma arrastrarse por el piso como una serpiente. Esa no fue su experiencia con nosotros, pero segua siendo un obstculo para pedir ms oracin. Otra razn fue el hecho de que no poda entender por qu se necesitaban tantas sesiones, por lo que estaba desanimada. Se echaba la culpa a s misma y pensaba que quizs era esquizofrnica. Le ofrecimos orar por ella, pero tena que ser decisin suya. La responsabilidad final de su libertad estaba en sus manos. Nosotros esperamos y oramos. Hacia el final de la semana pidi oracin y hasta expres enojo cuando hubo que retrasar su cita. Era una buena seal! El enojo probaba que no estaba "mendigando" amor, como el enemigo le haba dicho siempre. En una sesin durante el ltimo da, sali a la luz una mentira ms profunda: la conviccin de que ella no tena corazn (porque Satans se lo haba comido). Satans quera robarle el hecho de que conoca el amor de Dios y el amor que otros le tenan. Ella aceptaba eso en su mente pero careca del conocimiento interno, que es un don de Dios. El poder del enemigo fue destruido cuando Dbora, con gran dificultad, dijo: "Seor Jess, por favor, dame un corazn nuevo." Comenz a toser y qued liberada. Oramos para que el Espritu Santo la llenara y para que recibiera bendiciones en su vida. Sabemos que ella es una persona que amar y servir a los dems en una manera poderosa.
El proceso de liberacin
La liberacin es una mezcla de asuntos sicolgicos, emocionales y espirituales. El proceso de liberacin puede ser tan importante para restaurar al individuo como lo es el expulsar al espritu. Una vez que la mentira ha quedado expuesta, los sistemas de pensamiento que la han protegido deben ser redimidos (ver Romanos 12:1-3). Dbora necesitaba un lugar seguro donde supiera que era amada, para poder entrar ms de lleno dentro del proceso de
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transformacin. Sin el apoyo del padre Juan y otros, las oraciones de liberacin pudieron no haber tenido xito. En Mateo 13:24-25 Jess cuenta una parbola de un hombre que siembra trigo en su campo. "Pero mientras todos dorman, lleg su enemigo y sembr mala hierba entre el trigo, y se fue." Si no estamos alerta, el enemigo sembrar mala hierba en medio del trigo de la liberacin para que, incluso si la persona se libera, haya malas hierbas que quitar otro momento. No podemos eliminar la mala hierba, pero podemos estar alerta y hacer lo mejor que podamos por reducirlas.
Un pensamiento final
Los discpulos tuvieron mucho xito expulsando demonios al proclamar el Reino de Dios. En Lucas 10:17 se nos dice: "Cuando los setenta y dos regresaron, dijeron contentos: 'Seor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre'". Pero haba das diferentes. Se nos cuenta de un padre que trajo a su hijo posedo por un espritu maligno adonde los discpulos, y ellos no pudieron expulsarlo. Jess declar: "Para el que cree, todo es posible". Y entonces expuls al espritu. "Cuando Jess entr en casa, sus discpulos le preguntaron en privado: 'Por qu nosotros no pudimos expulsarlo?'. 'Esta clase de demonios slo puede ser expulsada a fuerza de oracin", respondi Jess" (Marcos 9:28-29). Tan pronto como uno piensa que tiene resuelta la liberacin, a medida que adquiere mayor confianza en su experiencia, algo suceder que le ensear a ponerse de rodillas y llorar desesperadamente ante Dios, confesando que solo Jess es el que libera a los cautivos, y dndole las gracias por el privilegio de participar en su misin. Y en nuestra debilidad imploramos, al igual que lo hizo el padre del joven: "S creo! ... Aydame en mi poca fe!" (Marcos 9:24).
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EPLOGO
La esperanza cristiana
Aun si todas las fuerzas de la oscuridad parecieran prevalecer, los que creen en Dios saben que el mal y la muerte no tienen la ltima palabra. La esperanza cristiana se basa en esta verdad. JUAN PABLO II AL PUEBLO ESTADOUNIDENSE, 12 DE SEPTIEMBRE DE 2001
El 11 de septiembre de 2001 vimos con horror la imagen de personas corriendo por las calles de la ciudad de Nueva York; las persegua una nube de muerte que buscaba sumirlas en su oscuridad. Ms tarde vimos una fotografa tomada del humo que sala de las torres del World Trade Center momentos despus del impacto de los aviones. En el humo surga la imagen de una cara maligna, captada en la pelcula. El mal fue manifiesto. La obra de Satans se exhibi para que el mundo entero la viera. El mal permanece escondido bajo la superficie de las imgenes que les presentamos a otros, oculta la racionalizacin y el engao: el mal que habita en la injusticia, en la pobreza y en el materialismo; el mal que se nutre a s mismo en las vidas de las familias destruidas y los nios abandonados; el mal que celebra el mundo de adicciones y autodestruccin. Pronto se nos dio un regalo: otras dos imgenes que eclipsaban la primera. Despus de ayudar hasta tarde en la noche sacando varios cadveres, un bombero elev su linterna para descubrir una cruz de acero que se ergua en medio de los escombros. Mucho despus de quitar el humo y los desechos, la cruz se mantiene en pie. La cruz nos indica nuestra redencin y nuestra esperanza. Nos recuerda la historia de nuestra salvacin. Tambin vimos las muchas caras de los hroes que entregaron sus vidas ayudando a otros,
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LIBERTAD
y aquellos que con valenta lloraban a los muertos y se enfrentaban a un futuro desconocido. Esas son las imgenes que nos van a dejar un duradero legado de esperanza. Ese 11 de septiembre, el mundo se vio confrontado con la realidad del mal. El diablo es real, pero sin nuestra cooperacin no es ms que humo. La obra del Redentor es ms fuerte que el acero y se manifiesta en las vidas de aquellos que lo han escogido a l. La esperanza cristiana es la expectativa confiada del bien. Del mal Dios saca el bien, y el bien definitivo que se nos ha presentado es Jesucristo. Un da pasaremos la eternidad con nuestro Seor Jesucristo, para gloria de Dios Padre. Comenc este libro contando acerca de Anna, que al despedirse de nosotros declar: "Ahora tengo esperanza." Desarrollar la virtud de la esperanza cristiana toma toda la vida. En nuestros gozos y pruebas crecemos en esperanza al afrontar las preguntas bsicas de la vida y de la fe. De veras creo que hay un Dios que es capaz de ayudar? Creo que l me ama, que me conoce y que quiere ayudarme? Creo que mi vida tiene un propsito y que mis pruebas y desengaos tienen sentido? Creo que puedo hacer algo que haga una diferencia?
Estas preguntas surgen cuando somos jvenes, y vuelven una y otra vez a lo largo de la vida. Cuando yo tena tres aos de edad estaba jugando dentro de un clset. Cerr la puerta y qued totalmente a oscuras. A tientas me di cuenta de que esa puerta no tena manija por dentro. Estaba atrapado. Mi mam y mi hermana se encontraban en el stano planchando. Grit pidiendo ayuda, pero no hubo respuesta. Entonces me sent entre los zapatos y me puse a pensar cunto tiempo tardara en morirme. Es un recuerdo de mi niez que se qued en mi mente. Cunto tiempo tard en resolver que me
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iba a morir? Quizs sesenta segundos. (Mi mam me rescat poco despus de que me rend a la desesperacin.) Los tentculos de la desesperanza tratan de mantener en cautiverio nuestras vidas (o los bolsones de nuestras vidas) convencindonos de que no hay salida. Desarrollamos patrones de pensamiento como: "No hay nadie que pueda ayudarme; nunca podr cambiar. El problema que tengo es demasiado grande. He tratado por todos los medios, y no puedo hacer nada al respecto." Muchos no logran crecer en esperanza porque no hacen nada. La ma es que ahora tenga ms confianza en que puede cooperar con el Seor mientras l procura llevarlo a una mayor libertad. Un hroe es alguien que hace lo correcto, a pesar de su temor o del riesgo personal. Los hroes se levantan cuando se han cado, reafirman su confianza en el amor de Dios y siguen adelante. Todos los hroes son puestos a prueba. Las cosas ms grandes en la vida las hace gente comn y corriente, no porque tengan ganas, sino porque hay que hacerlas. El propsito final de nuestra libertad de los espritus malignos no es que nos sintamos mejor, sino que podamos rendirnos ms plenamente al Seor y entregar nuestra vida por el propsito de hacer avanzar el Reino de Dios. Oremos entonces como Jess nos ense: "Padre nuestro que ests en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hgase tu voluntad en la tierra como en el cielo ... Y no nos dejes caer en tentacin, sino lbranos del maligno" (Mateo 6:9-10,13). "Al nico Dios, nuestro Salvador, que puede guardarlos para que no caigan, y establecerlos sin tacha y con gran alegra ante su gloriosa presencia, sea la gloria, la majestad, el dominio y la autoridad, por medio de Jesucristo nuestro Seor, antes de todos los siglos, ahora y para siempre! Amn" (Judas 24-25).
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APNDICE 1
LIBERTAD
Ha ledo o tenido libros sobre hechicera, adivinacin, percepcin extrasensorial, fenmenos squicos o posesin? Ha tenido en su casa alguna cosa que le diera alguien que practicaba el ocultismo? Le han apasionado los temas demonacos en las pelculas? Ha tenido alguna fascinacin con lo oculto? Ha aceptado los escritos de Edgar Cayce o de cualquier otro autor de la Nueva Era? Ha practicado el control mental con alguien, ha hecho conjuros mgicos o ha buscado una experiencia squica? Ha contactado a un squico personalmente o a travs de una lnea directa de squicos? Ha hecho un pacto con Satans o ha participado en un culto a Satans? Ha asistido a ceremonias de brujera o de vud? Sabe de algn familiar o antepasado suyo que haya estado involucrado en brujera, religiones paganas o adivinacin, o que haya usado conjuros mgicos? Ha visitado un santuario o templo de una religin no judeocristiana? Ha estado involucrado en la francmasonera? Ha estado involucrado en ella alguien de su familia? Ha aceptado la falacia de que somos autosuficientes y de que no necesitamos a Dios? Ha usado LSD, marihuana, cocana o cualquier droga de "expansin de la mente"? Ha tenido problemas con el licor? Qu tal otros miembros de la familia? Se ha expuesto a la pornografa en revistas [o en la Internet], en espectculos de televisin o de escenario, en libros, en bares con desnudos o en pelculas pornogrficas? Ha tenido problema con la masturbacin habitual? Ha estado involucrado (a) en prcticas sexuales desviadas? Ha estado involucrado(a) sexualmente con diversas personas?
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Cuestionario para la l i b e r a c i n
Se ha practicado un aborto o ha sido padre de un nio que fue abortado? Ha deseado morirse? Le ha deseado la muerte a alguien ms? Ha tratado de quitarse la vida? Ha tratado de quitarle la vida a alguien ms, o lo ha hecho? Al usar un cuestionario as como este, debemos tener presente que algunas actividades (como jugar con la tabla ouijd) estn claramente prohibidas, mientras que otras pueden involucrar circunstancias atenuantes.
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APNDICE 2
Lo que sigue est basado en diez pasos segn los ensea Pablo Bottari. l es el autor de Libres en Cristo (Casa Creacin, 2000), y esta informacin se usa aqu con autorizacin. Tener un resumen de dos pginas ha sido muy valioso para muchos al aprender a orar por otros. He hecho algunos cambios que expresan cosas que he aprendido y que son tiles para ayudar a las personas a alcanzar la libertad.
LIBERTAD
Paso 6. Entreviste a la persona (busque las causas que yacen en la raz, reas de atadura). Busque las races en: El cuerpo, pecados sexuales: heterosexuales, homosexuales, con animales. El alma, odios: resentimiento, envidia, orgullo, venganza, ira, amargura, falta de perdn, temor, traumas, fijaciones, complejos, dudas, inseguridad, fobias. Lo espiritual, ocultismo: tablas de ouija, horscopos, lneas directas squicas, adivinos, cartas de tarot, brujera, prediccin del futuro, magia negra, vud, maldiciones. Paso 7A. Ore con la persona, pidindole a Jess que la libere. Haga que la persona diga una oracin de arrepentimiento por los pecados que ha reconocido en la entrevista, y pdale que pronuncie su perdn por cualquiera a quien no haya perdonado totalmente. (La persona debe estar dispuesta, pero a menudo el arrepentimiento y el perdn sinceros no se dan hasta despus de renunciar al rea de atadura y a quebrantar su poder.) Paso 7B. Haga que la persona renuncie a cada rea de atadura. Ceder o renunciar a un rea especfica de atadura significa desechar cualquier promesa, compromiso, convenio o alianza que la persona haya hecho con el enemigo, ya sea fsico, mental o espiritual. Pdale al Espritu Santo que le recuerde detalles importantes. Pdale a la persona que sea especfica. Pdale que lo diga con voz firme y clara. Algunas muestras de pronunciamientos: Atadura fsica "En el nombre de Jess renuncio a toda atadura sexual y espiritual con (nombre de la persona), y tambin renuncio a la autoridad que le di a l o ella."
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Apndice 2
Atadura de odio "En el nombre de Jess renuncio a toda atadura de odio que tengo en contra (nombre de la persona), y le perdono por (declare la experiencia especfica) en el nombre de Jess." Atadura de temor "En el nombre de Jess renuncio a toda atadura de temor que me haya dominado por (dar el motivo o el nombre de la persona que caus temor)." Si alguien le caus ese temor, perdone y bendiga a la persona en el nombre de Jess. Atadura espiritual "En el nombre de Jess renuncio a la autoridad que di sobre mi vida a (nombre del adivino, agorero, bruja, hechicero, encantador o mago) y al espritu que actuaba en (nombre del hechicero)." Para tratar las reas generales de opresin haga que la persona renuncie libremente a cualquier cosa de la que est buscando libertad. "En el nombre de Jess renuncio a la lujuria, al temor, a la falta de perdn, al engao, a la manipulacin, al control, a la fantasa, a la autocompasin..." Atadura de relaciones "En el nombre de Jess deshago cualquier atadura profana a (nombre a la persona; es decir la madre, el padre, un antiguo novio/a) y me hago responsable de mi vida." Paso 8A. Quebrante el poder de todos los espritus. Cuando sea necesario, el ministro puede decir despus de cada rea especfica de renuncia: "Rompo esta atadura en el nombre de Jess". Paso 8B. Expulse los espritus inmundos. Diga: "En el nombre de Jess le mando a todo espritu que se vaya ahora mismo".
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LIBERTAD
Si la persona empieza a tener manifestaciones otra vez, regrese a los pasos 2, 3 y 6. Si no hay alivio, regrese al paso 6, la entrevista. Paso 9. Conduzca a la persona en una oracin de accin de gracias por su liberacin. Una buena manera de lograrlo es hacer que levante las manos y diga: "Gracias, Jess, por ponerme en libertad". Paso 10. Ore por la persona para que nuevamente sea llenada con el Espritu Santo, y diga sobre ella palabras de bendicin y aceptacin. Dirija a la persona en una oracin como: "Ahora recibo la plenitud del Espritu Santo y te doy la gloria a ti, mi Seor". Si no est totalmente libre, regrese a los pasos 2, 3 y 6. Dle al individuo instruccin, nimo, advertencia y direccin para ayudarle a cooperar con la gracia de Dios y para que permanezca libre. Ahora que ha sido liberado, es libre de tomar las decisiones correctas. Puede desarrollar un nuevo patrn de conducta y de pensamiento que se vaya forjando cada da al confiar en Jess, al tomar las decisiones correctas, al arrepentirse rpidamente y al vivir en la luz como seguidor de Jess en el seno de la comunidad de creyentes. Si la persona todava no lo ha hecho, debe limpiar su casa, destruyendo cualquier objeto que represente el reino de las tinieblas. Cualquier cosa que haya sido usada en prcticas satnicas deber destruirse.
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