Enoc, Un Hombre Excepcional (Armando H. Toledo)
Enoc, Un Hombre Excepcional (Armando H. Toledo)
Enoc, Un Hombre Excepcional (Armando H. Toledo)
Personajes bíblicos
Enoc: Un hombre
excepcional
Armando H. Toledo
Cuenta la Biblia que hubo un tiempo en que los hombres buenos eran la excepción. La impiedad
llenaba la Tierra y el estado moral de la humanidad iba en constante decadencia. De hecho, pronto
se diría que “la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los
pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”. (Ver Génesis 6:5)
Entendemos que Enoc fue el séptimo hombre en la línea genealógica después de Adán, y
que tuvo el valor de ser diferente a todos sus contemporáneos. Fue muy firme en su actitud en
contra de la injusticia, costase lo que costase. De hecho, su mensaje puso en jaque a la gente
impía, quienes lo señalaron para darle muerte, de manera que solo Dios podía salvarlo. (Ver
Génesis 5:21-24; 6:9)
Abel se había puesto valerosamente de parte de Dios, y dado que su integridad promovía los
intereses de la adoración de limpio corazón, no nos cabe duda de que a Satanás le alegró mucho
ver que Caín volcaba su furia asesina sobre su hermano. Desde entonces, Satanás se ha servido de
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“temor a la muerte” como un arma para intimidar a los hombres. Él busca infundir miedo en el
corazón de cualquiera que se sienta inclinado a adorar obedientemente al Dios verdadero.
[Leer y estudiar…]
1ª Juan 3:12.__________________________________________________________________________________________
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Para cuando Enoc nació, la afirmación de Satanás de que los seres humanos no apoyarían la
soberanía de Dios parecía contar con un respaldo social muy amplio. Abel ya había muerto, y no
había nadie en el mundo que copiara su fiel ejemplo. Sin embargo, Enoc resultó ser la excepción.
Y es que él poseía un fundamento sólido para su fe, pues conocía bien los acontecimientos que se
habían verificado de Edén hacía pocos cientos de años (recordemos que Adán tenía 622 años
cuando nació Enoc, y éste último vivió unos 57 años más después de la muerte de Adán; por
consiguiente, sus vidas se traslaparon bastante tiempo) ¡Cuánto ha de haber valorado la promesa
divina de que un Descendiente de Eva terminaría con Satanás y sus perversos planes! (Ver
Génesis 3:15)
Teniendo siempre presente esta esperanza, Enoc no se dejó intimidar por el histórico
asesinato de Abel, que había sido instigado por el diablo. Más bien, anduvo constantemente
caminando con Dios, y siguió el camino de la rectitud durante toda su vida. Enoc se mantuvo
separado del mundo y eludió el espíritu de independencia de éste (Génesis 5:23,24). Además,
Enoc habló con intrepidez y dejó claro que las obras malas del diablo fracasarían. Inspirado por el
Espíritu Santo de Dios, profetizó acerca de los malvados diciendo:
“Miren, el Señor viene con millares y millares de sus ángeles para someter a
juicio a todos y para reprender a todos los pecadores impíos por todas sus malas
obras que han cometido, y por todas las injurias que han proferido contra él”.
(Judas 14,15)
Por causa de las valerosas proclamaciones de Enoc, el maestro Apolos, al escribir su carta a
los cristianos hebreos, lo incluyó en la “tan grande nube de testigos” que dio un excelente ejemplo
de fe en acción (Hebreos 11:5; 12:1). Enoc fue uno de estos testigos. Pero ¿qué significaba ser un
testigo? La palabra traducida por “testigos” en Hebreos 12:1 corresponde al griego mártys, que
según el Wuest’s Word Studies From the Greek ew Testament, designa a “la persona que da, o
puede dar, testimonio de una cosa que ha visto u oído o de la que conoce por cualquier otro
medio”. El libro Chrístían Words, de Nigel Turner, dice que el término se refiere a la persona que
habla “por experiencia propia y con convicción de verdades y opiniones”.
Como hombre de fe que era, Enoc perseveró en el camino de la rectitud durante más de 300
años (Génesis 5:22). Seguramente que su fidelidad debió haber irritado sobremanera a los
enemigos de Dios en el cielo y en la tierra. Su aguda profecía debió haberle traído el odio de
Satanás, aunque le hizo ganarse la protección de Dios.
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2. La intervención de Dios en la vida de Enoc
Pero el Señor Dios no dejó que Satanás o sus súbditos en la tierra mataran a Enoc sino que,
como dicen las Sagradas Escrituras, “un día desapareció porque Dios se lo llevó” (Génesis 5:24b
NVI). El maestro Apolos aclaró que “por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la
muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de
haber agradado a Dios” (Hebreos 11:5 NVI).
¿Cómo fue “sacado de este mundo sin experimentar la muerte”, o “transpuesto para no ver
muerte” (RV)? Con toda probabilidad Dios puso fin a la vida de Enoc de una manera apacible, es
decir, evitándole los dolores de la enfermedad y la agonía de la muerte, quizá por violencia de sus
enemigos. Dios en Su bondad habría interrumpido la vida de Enoc a los 365 años de edad, una
edad bastante corta cuando la comparamos con la de sus contemporáneos. Es probable que Dios
haya puesto a Enoc en un estado de trance, del mismo modo que el apóstol Pablo fue “arrebatado”
o transferido “hasta el tercer cielo” al contemplar, según él mismo parece darnos a entender, una
visión “inefable” o inexpresable de cosas de naturaleza espiritual (2ª Corintios 12:2-4).
Quizás fue mientras Enoc contemplaba extasiado una visión semejante, cuando Dios lo
tomó y lo hizo morir sin dolor. Por lo visto, como sucedió con el cuerpo de Moisés, el Señor Dios
se deshizo del cuerpo de Enoc, pues “desapareció” (Génesis 5:24) y “no fue hallado” (Hebreos
11:5.) o “ninguno conoce el lugar de su sepultura”. Después de todo, actualmente sabemos que en
la resurrección será el alma la que “reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo”
(2ª Corintios 5:10b).
[Leer y estudiar…]
Judas 9. _________________________________________________________________________________________________
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[Leer y estudiar…]
No obstante, al igual que Enoc, a los discípulos actuales de Jesucristo se les garantiza la
liberación definitiva de sus enemigos. El apóstol Pedro escribió: “El Señor sabe librar de la
prueba a los que viven como Dios quiere, y reservar a los impíos para el día del juicio” (2ª Pedro
2:9). A veces, Dios estimará conveniente eliminar cierto problema o situación difícil. Pero aun si
no es así, él sabe cómo “dar una salida” a fin de que sus siervos puedan soportar las pruebas y
salir exitosos. Es más, Dios da poder para soportar ‘más allá de lo que es normal’ cuando es
preciso. (Ver 1ª Corintios l0:13; 2ª Corintios 4:7)
Como “recompensador de los que le buscan”, el Señor Dios también bendecirá a sus hijos
fieles con la vida eterna (Hebreos 11:6). Así que, a semejanza de Enoc, los estudiantes avanzados
de la Biblia de La UCLi seguiremos anunciando el mensaje del Evangelio de Jesucristo en este
mundo secularizado, y lo haremos con valor y a pesar de las consecuencias.