La Educación en Valores y Su Práctica en El Aula
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RESUMEN
La educacin en valores suscita un gran inters social y educativo hasta el punto de estar presente como un contenido especfico en los currculos escolares de todos los niveles educativos. En el presente artculo, se analizan las causas principales que han determinado la crisis del sistema de valores en la sociedad actual, las diferentes posturas ideolgicas que se han adoptado sobre la seleccin de los valores, las estrategias y tcnicas de enseanza que se han utilizado para su transmisin y desarrollo y las condiciones bsicas que se han de dar en el aula para una educacin en valores.
ABSTRACT
The education in valours provokes a big social and educative interest untill being present as a specific part in curriculum scholastic in all educative levels. In the present article are analysed the principal causes that determine the crisis in the system of valours in nowadays society, the different ideologic positions that have been adopted for the valours selection, the teaching strategy and technics that have been used for its transmission and developpment, as well as the basic.conditions that have to be given in the classes for an education in valours.
INTRODUCCIN
En nuestra dcada la educacin moral (o educacin de los valores) se ha convertido en el problema estratgico nmero uno de la educacin, y el debate axiolgico ha centrado la atencin de cuantos foros internacionales relacionados con la educacin se vienen celebrando en todo el mundo. Dicho debate axiolgico aparece centrado en dos cuestiones principales: Qu factores determinan los conflictos en los sistemas de valores? Qu pueden hacer la escuela y los educadores al respecto? Los conflictos en los sistemas de valores se producen al intentar adaptar los principios de la moral tradicional a la sociedad actual, ignorando que un modelo social cambiante y de gran heterogeneidad cultural como el presente, exige la creacin de un esquema de valores propio. Algunos filsofos de la educacin interpretan la agitacin y confusin actual no como una destruccin de los valores antiguos, sino como una confrontacin dialctica entre lo antiguo y lo nuevo, que est haciendo aflorar inherentes contradicciones. La elaboracin de un proyecto personal de vida con base en los valores no podr ser asumido por la escuela al margen del contexto sociocultural en que acta. La educacin de los valores requiere de un amplio debate social para definir los valores que han de regir la conducta colectiva y un empeo de todos los agentes sociales y educativos para hacerlos efectivos.
Segn Brezinka (1990,121) en cita de Quintana Cabanas (1998,234), la educacin en valores viene a ser una correccin de la democracia liberal a favor de ciertas virtudes cvicas imprescindibles y de los deberes fundamentales que los individuos tienen con la colectividad. En este sentido, "las personas necesitan que en medio de todo cambio haya algo( relativamente) estable: unos bienes culturales transmitidos, tradicin y, con ello, tambin unas formas (relativamente) permanentes de interpretar el mundo y unas normas fijas de regir la vida, adems de una coaccin social y unos controles, a fin de que los individuos adquieran y conserven un autocontrol segn esas normas". Para que sea posible y eficaz ese aprendizaje de valores se requieren tres condiciones principales: una relativa unidad y congruencia en los valores de los agentes educativos (familia, escuela y estado); la constancia de sus costumbres, y, el buen ejemplo de las personas con las cules uno convive efectivamente. Analizado el tema desde una perspectiva estrictamente pedaggica, los valores aparecen formulados de forma prescriptiva en los currculos oficiales, reformulados en los proyectos educativos y en los idearios de cada centro educativo, dnde se acomodan a la cosmovisin de cada comunidad educativa, y se concretan y materializan en el proceso de intervencin educativa que emprende cada profesor en el aula. La construccin del currculum est, por tanto, sujeta a una opcin por determinados valores, a su jerarquizacin, y a su sistematizacin y estructuracin de los mismos. En cuanto praxis educativa deber posibilitar la recreacin y creacin de valores, y la propia jerarquizacin por parte del educando (Llopis y Ballester, 2001). Se trata, pues, en ltima instancia, y como fase terminal de un proceso educativo que se inicia con las formulaciones de las metas establecidas para la educacin obligatoria, de procurar que el educando vaya adquiriendo los valores adecuados y los interiorice y traduzca luego en un proyecto personal de vida que gue sus obras como individuo y como ciudadano de una colectividad. Aceptada, pues, la necesidad de una educacin en valores de forma especfica, dos son los problemas que el educador ha de asumir: qu valores y actitudes pueden y deben ser contenidos de la educacin y por medio de qu tcnicas y estrategias se pretenden transmitir.
Los cambios sociales y culturales promovidos por la revolucin cientfica y tecnolgica, han jugado un importante papel en la crisis de los esquemas de valores y de los sistemas de creencias de la sociedad actual. Coombs (1985), sostiene que la crisis actual del sistema de valores tiene su origen en la transformacin social que se produjo en la civilizacin occidental, a partir del siglo XIX. Las sociedades de Europa y de Amrica del Norte, hasta ese momento mayoritariamente rurales, cambiaron sus formas de vida como consecuencia de la industrializacin y el desarrollo de la urbanizacin que sigui a aquel periodo. El frreo control moral ejercido mancomunadamente por la familia, la escuela y la iglesia sobre la infancia y la juventud empez a relajarse sin que ningn otros agente o institucin social las reemplazara.
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En los aos treinta, surgieron nuevas actitudes de carcter ideolgico que contribuyeron a esa despreocupacin por las cuestiones de tipo axiolgico. La educacin moral -confundida generalmente con la educacin religiosa- era considerada como anacrnica por los idelogos ms destacados de la educacin; sobre todo, en las sociedades cada da ms pluralistas en las que la escuela pblica deseaba dejar muy patente la separacin entre educacin y religin. Por otra parte, el avance cientfico desarroll un optimismo desmesurado en la capacidad del pensamiento cientfico para resolver todos los problemas de la humanidad. Se crea la impresin de que el conocimiento cientfico y el pensamiento crtico personal bastan ya para orientar la propia vida, desestimando los sistemas de creencias heredados. A instancias del aumento y divulgacin de los conocimientos cientficos se desarrollan otros procesos sociales que tienen una indudable repercusin sobre los sistemas de valores establecidos. El aumento del bienestar material, favorece el consumismo, la sobrevaloracin del placer, la relajacin de todo tipo de normas, la liberacin de impulsos y sentimientos, el ansia de nuevas experiencias y sensaciones y un uso ms personalizado del ocio y del tiempo libre. La ampliacin de los derechos y libertades individuales promovidos y acrecentados por el Estado liberal trae consigo la contestacin de cualquier forma de autoridad instituida. Se pierde e.l sentido de la obediencia a toda norma, la sumisin al deber, la aceptacin de las responsabilidades y la disposicin de servir. Se trata de una mentalidad individualista dispuesta a criticar todo lo que sean normas, tradicin y autoridad, y preocupada slo por una satisfaccin subjetiva hedonista. Maestros y representantes de la autoridad temen ser criticados si defienden las normas, y ese ambiente favorece la indiferencia moral, poltica y educacional, permitindose cosas que deberan ser evitadas. En cosmovisin, el reconocer un valor a todas las opiniones y el discutirlo todo lleva no a la solucin del problema, sino a una duda fundamental y a una inseguridad axiolgica en los puntos bsicos de saber dirigir la propia vida dndole un sentido (Quintana Cabanas, 1998,257.) La crisis del sistema de valores cal de forma profunda en todos los agentes y fuerzas sociales, pero donde se plante de forma ms dramtica fue en la escuela por efecto de la contradiccin y del conflicto de valores que se vivi en su seno. A la fe en los valores cristiano-demcratas del desprendimiento, de la generosidad, de la caridad, del amor al prjimo, de la honestidad, de la sinceridad, etc., se opona de forma radical un sistema socioeconmico que premiaba y magnificaba la avaricia, el disimulo, el fraude, la corrupcin, la envidia, el afn de poder. (Lauwerys, 1978). El detonante de la crisis tiene lugar en los aos setenta, fecha en que el panorama social sufri una gran convulsin como consecuencia de la contestacin juvenil yestudiantil en los campus universitarios de Europa y de Estados Unidos. Los vientos de revolucin del "Mayo francs" con toda su carga de subversin de la sociedad y de los valores que la sustentaban, produjeron una profunda inquietud en los lderes polticos 'de Occidente, en los padres y en los educadores. La opinin pblica estim que la causa primera de esta preocupante desintegra72- Tendencias Pedaggicas 8,2003
cin social era el fracaso de la escuela para imponer pautas de comportamiento elevadas y para conseguir que los jvenes aprecien los valores morales tradicionales. La solucin pareca obvia. Haba que introducir la educacin moral en las escuelas junto con los otros temas culturales bsicos. La crisis del sistema de valores llev a los pases ms avanzados del mundo occidental a plantearse la necesidad de un programa especfico de educacin en valores. A la hora de plantearse el contenido especfico de dicho programa cada pas lo abord teniendo en cuenta las circunstancias polticas, socio-histricas y culturales del momento. En Estados Unidos, en la dcada de los setenta, se daban las condiciones socioeconmicas, culturales y polticas (heterogeneidad cultural, desarrollo industrial avanzado, conflictividad social, enfrentamientos raciales, etc.), que hacan necesario un cambio educativo centrado en una educacin en valores. La orientacin adoptada rompe con la imposicin al estudiante de rgidas escalas de valores y propone, en su lugar, un enfoque basado en la organizacin sistemtica de actividades formales e informales que ayuden al estudiante a definir, explicar y probar sus valores. Se configura as la denominada teora de la "clarificacin de valores" desarrollada por Raths y colaboradores que terminara por imponerse en el pas norteamericano. El xito de esta teora fue tal que en los aos siguientes se extendera por otros muchos pases. Concebida para ser aplicada con un criterio de interdisciplinariedad en las reas fundamentales del currculo, ser, sin embargo, en el programa de estudios sociales dnde alcanza una mayor implantacin con contenidos temticos del tipo: educacin ambiental, educacin del consumidor, orientacin vocacional, educacin multicultural/multitnica, educacin global e internacional, educacin jurdica, educacin contra las drogas, educacin familiar, que tanto nos recuerdan en su formulacin a los Temas Transversales espaoles. Por la misma fecha, Alemania vive un proceso similar de renovacin educativa centrada en valores, con objeto de frenar la conflictividad y la confusin reinante causada por los nuevos fenmenos sociales que se dan en el pas (drogadiccin, terrorismo, protesta estudiantil, individualismo, descuido de los deberes personales y colectivos, etc.). El esquema elegido como en el caso estadounidense, se centr en la eleccin de un programa especfico de educacin en valores que tena aspectos tan diversos como principios morales, instituciones, normas jurdicas, virtudes, sentimientos, actitudes, democracia y Estado de derecho. En Espaa, y coincidiendo con el periodo de transicin democrtica, se establece en el nivel de Educacin General Bsica la asignatura de "Educacin para la Convivencia" con el propsito de transmitir a los alumnos de esa etapa educativa nociones bsicas sobre los derechos y libertades fundamentales, a punto de ser reconocidos por la Constitucin de 1978. Pero, habr que esperar a la Ley Orgnica de Ordenacin General del Sistema Educativo (LOGSE, 1990) para encontrarnos con una propuesta operativa de educacin en valores, cuyo propsito fundamental es sacar a esta dimensin educativa del mbito del currculum oculto. El currculum de la Reforma establece una educacin en valores y actitudes por medio de dos tipos de contenidos: los contenidos actitudinales y los Temas Transversales.
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Los contenidos actitudinales, comprenden las actitudes, valores y normas y figuran en todos los bloques de contenidos en que aparecen estructuradas las reas curriculares con el propsito de que se programen y desarrollen conjuntamente con la enseanza de los contenidos conceptuales y procedimentales. Los Temas Transversales, llamados as porque cortan el currculum escolar en sus diferentes mbitos de conocimiento, se configuran en forma de contenidos temticos de carcter interdisciplinar de gran significacin social y cuyo aprendizaje se considera imprescindible para la formacin integral de los ciudadanos. Son la educacin moral y cioica, la educacin para la paz, la educacin para la salud, la educacin para la igualdad entre los sexos, la educacin ambiental, la educacin sexual, la educacin del consumidor y la educacin vial. En estas nuevas propuestas de educacin en valores se observa una tendencia muy generalizada a prescindir de los grandes valores antropolgicos y espirituales y considerar tan slo aquellos valores que garantizan una convivencia democrtica, tales como la libertad, la tolerancia, el respeto mutuo, la solidaridad y la participacin responsable en las actividades e instancias sociales. Junto a estos valores sociales, la escuela debe incluir en sus enseanzas los distintos valores que existen no slo en la sociedad espaola; sino en el mundo y que forman parte del patrimonio comn de la humanidad, y exponer y someter a debate con los alumnos las consecuencias sociales e individuales que tiene la eleccin de unos valores determinados (Quintana Cabanas, 1998). Tal es el propsito de algunas propuestas de organismos internacionales preocupadas por dar una dimensin universal a la educacin en valores. As, por ejemplo, la UNESCO, por medio del Informe Delors (1996, 28), formula un ideal social de la educacin para el futuro dnde se afirma con rotundidad que estaremos al servicio de la paz y de la compresin mutuas entre los hombres si valoramos la educacin como espritu de concordia, surgido de la voluntad de vivir juntos como miembros activos de nuestra aldea global, que piensan y se organizan por el bien de las generaciones futuras, contribuyendo as a una cultura de la paz. El mismo sentido tiene la propuesta de una nueva tica global, sugerida por la Comisin Mundial sobre Cultura y Desarrollo (Prez de Cuellar, 1997, 35-44), Y cuyos principios fundamentales son estos: Derechos humanos y responsabilidades. La democracia y los elementos de la sociedad civil. La proteccin de las minoras. El compromiso para la solucin pacfica de los conflictos y la negociacin justa. La equidad en el seno de las generaciones y entre las generaciones. El fenmeno de la globalizacin, con toda la serie de problemas que conlleva (movimientos migratorios expansivos, choque y contacto de grupos humanos con culturas diferentes y mentalidades colectivas contrapuestas) sita la crisis de valores en un nuevo contexto espacial de alcance planetario que va a exigir la redefinicin y elaboracin de un nuevo esquema de valores ms antropolgico, ms centrado en la dimensin universal y humanizadora del hombre y menos etnocntrico. La formacin y desarrollo de una sensibilidad cultural cosmopolita obliga necesariamente a una revisin en profundidad de los currculos de educacin bsica, en
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general, y de los contenidos actitudinales, en particular, que supere la estrechez de miras culturales que lo caracterizan en la actualidad mediante el contacto emocional y cognitivo con la~ diferentes culturas.
Una de las cuestiones principales que en este momento centra el debate axiolgico, a nivel mundial, es el siguiente: Cules son los valores fundamentales a los que deben someterse los ciudadanos para no desorientarse ante el rpido y fuerte cambio de valores que afecta a la sociedad actual? La respuesta depender de la postura ideolgica que se adopte. Para los tradicionalistas, de orientacin objetivista en relacin con los valores, la formacin de la personalidad humana ha de fundamentarse sobre la base de los "valores absolutos", universalmente aceptados: los valores ticos, estticos y religiosos, tales como, la verdad, el valor, la justicia, la equidad, la libertad, la belleza, la bondad o la compasin por el prjimo. Son valores predicados desde todos los contextos sociales y fomentados desde todas las instancias educativas: la familia, la escuela, la iglesia o el estado, aunque no siempre practicados. Se trata de una propuesta atemporal, abstracta, escasamente operativa y con dificultades para llevarse a la prctica. La conviccin de que la labor educacional ha de basarse, de forma exclusiva, en la inculcacin de los "valores eternos" o universales es cuestionable por cuanto la formacin del hombre no puede abstraerse de la realidad social concreta en el marco de la cual discurre la existencia humana, no puede prescindir, en una palabra, de la realidad del mundo actual. La llamada educacin del "hombre eterno" ignora elcontenido de las categoras del"aqu" y del"ahora" que delimitan el terreno de la vida y de la' responsabilidad humanas. Para los modernistas, defensores de la objetivacin histrica de los valores, lo esencial de la educacin moderna estriba en formar a unos hombres capaces de enfrentar los problemas que les plantea la civilizacin moderna, capaces de aprovechar las oportunidades de desarrollo cultural y humano que les ofrece el mundo actual y de saber hacia que meta aspira y cmo alcanzarla. Los modernistas pensaban que el hombre moderno ha de liberarse de los viejos valores tradicionales de orientacin marcadamente religiosa, al igual que del espritu de la cultura tradicional, que el hombre debe medirse totalmente con arreglo a las categoras objetivas de la accin eficiente, basada en la conquista de los xitos materiales. Se trata de un enfoque racionalista, secularizado, emprico y pragmtico donde predominan los valores racionales y tecnolgicos de la eficacia y del rendimiento, estrechamente conectados con la productividad y las demandas del mercado de trabajo. La" preparacin para la vida "que subyace entre los partidarios de esta segunda tendencia, requiere de una definicin histrica de los valores que habr de adaptarse en cada momento a las demandas del contexto social y productivo. Tampoco es muy acertado el criterio segn el cual la actividad educacional debe limitarse estrictamente a una "preparacin para la vida" entendida como la adaptaTendencias Pedaggicas 8, 2003. 75
cin del hombre a las circunstancias del momento, pues la tarea de educar a los hombres es mucho ms ambiciosa, ya que se trata de prepararlos para que sean capaces de asumir una actividad social valiosa y fecunda a travs del desarrollo integral de su personalidad. Para los subjetivistas, los valores se derivan de las experiencias de cada persona; no hay, por tanto, valores objetivos y universales. Si no hay valores objetivos el proceso de valoracin es propio de cada persona. Frente a las exigencias objetivas y los requerimientos heternomos de tradicionalistas y modernistas se defiende el respeto a los sentimientos, creencias, convicciones, preocupaciones, aspiraciones, intereses y propsitos inherentes al mundo subjetivo de cada persona. El correlato didctico que se deriva de esta tercera postura es que el educando ha de ser puesto en situacin de experimentar sus propios valores y la exclusin de cualquier forma de imposicin en la enseanza. As perfilado, el conflicto no poda desembocar en una solucin fructfera, puesto que obligaba a la eleccin de una sola postura. El conflicto no puede resolverse, sin ms, con la conservacin de los valores tradicionales ni por su destruccin y su sustitucin por otros valores situacionales sino que debe resolverse a travs de la reconstruccin de los valores mediante la actividad directa de los hombres encaminada a fraguar una civilizacin a la medida de la espiritualidad humana y, a la vez, un hombre armoniosamente integrado en su civilizacin y profundamente comprometido con los problemas de su tiempo. Se abre as una tercera va a la hora de afrontar el tema de la seleccin de los valores que pasa inevitablemente por el hecho de que cada persona adquiera con su esfuerzo su propio esquema de valores, de los que la sociedad le ofrece en cada momento histrico, teniendo siempre como referente los valores espirituales. Los valores que realmente influyen en la vida, de una manera consistente y duradera son aquellos que cada persona es capaz de construir por s mismo, mediante un proceso de interaccin y de confrontacin crtica con las fuerzas dinamizadoras del mundo y de la cultura. Llopis y Ballester (2001,62), nos ofrecen una visin de la relacin entre los valores y la historicidad de los mismos que permite conciliar la teora objetivista, la teora historicista y la teora subjetivista. Para estos autores, la historia puede constituirse, y de hecho se constituye en un campo de instauracin e iluminacin de valores. Es en la historia, donde se crean y aparecen por la actividad del hombre y, aunque no se crean de modo absoluto, es en ella donde se clarifican y encarnan. De este modo, se hace compatible y comprensible el carcter absoluto de la verdad y del valor y su condicin histrica, pues en la historia se descubren y encarnan. Cada momento histrico y, posiblemente cada persona, sumergido en un modo de relacionarse participativa y creadoramente con la realidad descubre los valores, y a medida que el hombre desde sus posibilidades se sumerge creadoramente en ella instaura e ilumina nuevos valores. Los valores, instaurados creadoramente a lo largo de la historia y asumidos por la sociedad, constituyen "realidades" a "crear" o "recrear"en cada momento histrico por cada una de las personas y por el conjunto de la sociedad que es el sujeto propio de la historia.
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En cuanto a las fuentes o marcos de referencia utilizados para la seleccin de un patrn de valores con intencionalidad formativa pueden ser muy diversos, dependiendo de la cosmovisin, es decir, de la concepcin del mundo, de la vida y del destino personal del hombre asumidos por el contexto sociocultural en su conjunto y por cada comunidad educativa en particular. En ambos casos, las propuestas procedentes del mbito de la Pedagoga axiolgica pueden ser muy tiles. Es clsica la escala de valores absolutos de Max Scheler (1941) con su clasificacin dual en valores sensibles y espirituales: Valores sensibles 1. Valores hednicos 2.Valores vitales Valores espirituales 1.Valores estticos 2.Valores morales 3.Valores lgicos 4.Valores religiosos De mayor inters, desde un punto de vista didctico, por su proyeccin sobre el currculum escolar de las instituciones educativas son los esquemas de valores que nos ofrecen ].M.Quintana Cabanas y R. Marn Ibez. ].M. Quintana (1992) clasifica los valores en:
1. Valores personales: la felicidad, una sana ambicin (que ser fuente de motivaciones); la "competencia personal" para salir airoso ante las tareas y los problemas. 2. Valores morales: la fidelidad, la capacidad de esfuerzo, la veracidad, la templanza, la responsabilidad, la autodisciplina, la obediencia a la autoridad justa y el cumplimiento del deber. 3. Valores sociales: el hbito de trabajo, la amistad, el amor y el espritu de familia, 4. Valores trascendentes: el cultivo de las creencias y la actitud de respetuoso asombro ante los enigmas del universo y de la vida humana.
R. Marn Ibez (1976) establece las siguientes categoras de valores a partir de las dimensiones del hombre, que vincula a las diferentes reas curriculares:
1) Dimensin de la supervivencia:
a) Valores tcnicos, o instrumentos a travs de los cuales el hombre prolonpa y fortalece su accin para transformar el mundo en beneficio propio (Area tecnolgica) b) Valores vitales, que comprenden la afirmacin de la total realidad psicobiolgica del hombre, esto es, sus motivaciones primarias, tendencias, impulsos, etc. (Educacin fsica y deporte; Educacin para la salud)
2) Dimensin cultural: a) Valores estticos ,es decir, aquellos en los que se manifiestan primordialmente la armona y la sublimacin de la realidad ( Expresin Plstica, Musical y Literaria) b) Valores intelectuales, o aquellos que buscan la estructura de los objetos y la penetracin de los mismos, a partir de la realidad objetiva (Lenguaje, Matemticas, rea de Ciencias Naturales, rea sociocultural) e) Valores ticos, aquellos que dirigen al hombre como ser individual y social ante el deber ser (tica, Educacin cvica).
3). Dimensin trascendental:
a) La cosmovisin o comprensin global del universo, en la que el hombre integra el sentido de la vida ( Filosofa) b) La religin, o valor supremo al que el hombre puede abrirse si es entendida como plenitud de la indigencia humana y respuesta ltima al sentido del mundo (Educacin religiosa) Segn puede apreciarse, la solucin al problema de la seleccin de los valores nos viene dada por la Pedagoga axiolgica y a travs de las propuestas integradoras como las aportadas por los autores anteriores. La solucin, por tanto, no puede venir dada por la exclusin de las aportaciones debidas a los objetivistas, historicistas o subjetivistas sino de la sntesis integradora de todas ellas. En efecto, es legtimo y necesario que junto a los valores antropolgicos y espirituales que dan sentido a la existencia humana y al destino personal del hombre y que son comunes a todos los educandos, la escuela transmita, asimismo, los valores democrticos que son exigidos por cada comunidad en respuesta a las necesidades propias de cada momento histrico, y promueva y desarrolle los valores diferenciales propios de cada educando que nacen de sus intereses y preferencias especficas. ENFOQUES EN LA EDUCACIN DE VALORES. La educacin en valores, como cualquier otra modalidad educativa, tiene su fundamentacin terica en una serie de presupuestos filosficos, psicolgicos o sociolgicos, cada uno de los cuales tiene una determinada concepcin sobre los valores y sobre el proceso de aprendizaje y de la intervencin educativa, que hacen posible su adquisicin. A partir de las diferentes interpretaciones que de la conducta humana y de las causas que la determinan han aportado la teora conductista, la teora de la comunicacin o la teora cognitiva se han estructurado un conjunto de estrategias y de tcnicas con el propsito de orientar la educacin en valores en el aula. Tomando como referencia dichas corrientes de pensamiento psicolgico las hemos clasificado en enfoq.ue tradicional y enfoque innovador
Enfoque tradicional.
Bajo la denominacin comn de enfoque tradicional se recogen una serie de estrategias de educacin en valores cuyos supuestos tericos han sido formulados por la teora conductista (estrategias basadas en refuerzos positivos o negativos), la teora del aprendizaje social (aprendizaje a travs de la imitacin de modelos) y la teora de la comunicacin (comunicacin persuasiva). Desde un punto de vista pedaggico, el enfoque tradicional parte del supuesto de que existen unos valores objetivos, aceptados por todos, los cuales pueden transmitirse mediante la enseanza y ser adquiridos por el alumno por medio de la ejercitacin y la habituacin. Se trata de mtodos de la educacin en valores que siempre han estado presentes en la educacin general de una u otra forma, unas veces explcitamente, otras veces de forma oculta y que se han vinculado al proceso de socializacin del individuo, siendo su objetivo principal contribuir a la cohesin del grupo social. Entre los mtodos ms practicados destacan: 1. La instruccin. La enseanza moral por medio de la lrica, la prosa o el teatro en forma de vida ejemplar de los grandes hroes de la mitologa clsica o de los grandes personajes histricos estuvo siempre presente como mtodo de enseanza para la transmisin de valores a la juventud en la Grecia y en la Roma clsicas. Justamente el calificativo de "didctico" aplicado a estos gneros literarios vena a testimoniar su carcter moralizante. Las fbulas y los aplogos medievales persistieron en ese propsito de moralizar las costumbres de la poca. Los dogmas religiosos fueron otros de los medios utilizados para adoctrinar las conciencias de los ms jvenes en todo tiempo y lugar, siendo presentados como principios incuestionables que haba que creer y poner en prctica para asegurarse la salvacin del alma como bien supremo. En la mayora de los casos se apelaba a la conciencia personal, a la voz interior que anida en el corazn de todos los hombres con el fin de despertar sentimientos de culpabilidad o remordimientos, si la conciencia de uno no actuaba de forma "correcta" . 2. Los reforzadores positivos o negativos. Los refuerzos positivos, como los premios y alabanzas son utilizados con la intencin de que se produzca la respuesta deseada, es decir, promuevan dicha conducta. Los refuerzos negativos, como los castigos y la censura pretenden disminuir la frecuencia de la conducta no deseada. La familia y la escuela han utilizado con profusin este tipo de refuerzo social con el fin de asegurar el respeto de las normas establecidas por la sociedad. Los reforzadores se constituyen, as, en un mtodo habitual para generar actitudes o cambiarlas. En opinin de Ortega (1986,54) "Este modo constante y sutil de socializacin de los hijos es uno de los medios ms eficaces de aprendizaje o formacin de actitudes". La escuela infantil utiliza esta modalidad de motivacin extrnseca para la creacin de actitudes por medio de las rutinas diarias que vertebran el programa escolar; en niveles educativos posteriores suelen utilizarse para contrarrestar la falta de inters
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por un tipo de aprendizaje como el escolar que le es impuesto al alumno y que no ha sido aceptado voluntariamente. El aprendizaje a travs de la imitacin de modelos. Se produce por la tendencia de los individuos a reproducir las acciones, actitudes o respuestas emocionales que presentan distintos modelos reales o simblicos (Sarabia, 1992, 159). A travs del proceso de socializacin el hombre aprende por imitacin muchos comportamientos y actitudes de los modelos que se le presentan y que son significativos para l, entre ellos cabe destacar el modelo "padres", el modelo "maestro" y los lderes de todo tipo y, sobre todo, y a partir de una determinada edad, los iguales, sin querer reducir slo a ellos el aprendizaje por imitacin (Llopis y Ballester, 2001, 138). Son de sealar por su fuerza, tambin, los modelos televisivos. La televisin influye en los procesos de aprendizaje social a travs del aprendizaje vicario, y tiene sobre el espectador efectos configurativos de carcter cognitivo, emocional y comportamental (Martnez y otros, 1996). El aprendizaje con modelos encuentra en el contexto escolar un medio privilegiado de realizacin por varios motivos. Los alumnos aprenden de forma indirecta muchas cosas a partir de la valoracin o reprobacin de la conducta de sus compaeros; los alumnos conviven con las mismas personas durante un dilatado periodo de tiempo lo que determina una mayor frecuencia de la exposicin del modelo y consiguientemente mayores posibilidades de ser imitado; en relacin con el maestro la coherencia entre su decir y su hacer le conceden ms fuerza ante el alumno, que acta como observador; la propia organizacin interna del aula favorece los procesos de imitacin en el medio escolar, al darse en un contexto en los que hay numerosos modelos que hacen lo mismo. 4. La comunicacin persuasiva. La teora de la comunicacin persuasiva parte del supuesto segn el cual la formacin y cambio de opinin y de actitud son procesos de aprendizaje en los que la comunicacin persuasiva logra inducir a otras personas a aceptar una opinin y a actuar consecuentemente con ella. Fruto del cambio de opinin surge la nueva actitud frente a tal objeto o situacin sobre el que se ha dado el cambio. Las actitudes estn ligadas, pues, a las creencias u opiniones que se forma el sujeto sobre la realidad, de tal manera que el cambio de opinin, debida nuevas informaciones recibidas por comunicacin persuasiva, hace cambiar las creencias y las actitudes (Llopis y Ballester, 2001,143).
Rodrguez (1989,228) distingue cinco situaciones diferentes de comunicacin persuasiva: 1) situacin de sugestin, en la que el mensaje se repite sin argumentos de por qu o para qu; 2) situacin de presin a la conformidad ante figuras de autoridad; 3) discusiones de grupo; 4) mensajes persuasivos; 5) adoctrinamiento intensivo.
De las cinco situaciones analizadas slo las discusiones de grupo y los mensajes persuasivos pueden considerarse educativas. La crtica del enfoque tradicional ha sido formulada desde el mbito del enfoque innovador, en general, y muy particularmente por el mtodo de clarificacin de valores. Se acusa al enfoque tradicional de la imposicin al alumno de un esquema predeterminado de valores carentes de significacin para l, al no haber sido elegido libremente en respuesta a sus propsitos, aspiraciones, sentimientos y actitudes. El centrar la atencin en el producto ms que en el proceso para llegar a ellos. En un mundo que cambia tan rpidamente es ms importante el proceso de valoracin que sigue el sujeto, como estrategia de adaptacin al cambio, que la adquisicin de un esquema de valores cerrado y completo. Su incapacidad para implicar en el proceso de valoracin a toda la personalidad del sujeto; tanto sus instancias cognitivas, como afectivas, como comportamentales. Su decidida apuesta por la inculcacin de unos valore universales y absolutos, que olvida la determinacin social e histrica del sistema de valores y su dimensin subjetiva. Lo que hace que un sistema de valores sea funcional para cada persona es su capacidad para ayudar a los alumnos a enfrentarse mejor con las complejidades de la vida moderna. Todos los mtodos tienen cierto aire de proselitismo y de instruccin tendenciosa. La idea de libre investigacin, de meditacin y de razonamiento parece ausente. El enfoque bsico parece no ser cmo ayudar al nio a desarrollar el proceso de valoracin, sino, ms bien, cmo convencer al nio de que debe adoptar los valores correctos" (Raths y colaboradores, 1967, 45).
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Enfoque innovador
Las estrategias que se agrupan bajo esta perspectiva se presentan como una alternativa a los modelos tradicionales. Su caracterstica comn es compartir una misma concepcin constructivista del aprendizaje escolar y de la intervencin educativa. A diferencia del enfoque tradicional, el enfoque innovador parte de la consideracin de que no existen valores objetivos, universales y absolutos, sino que los valores son totalmente relativos y, por consiguiente, una cuestin personalde cada uno. Ningn educador est, por tanto, legitimado para inculcar valor alguno al educando, que habr de construirlos de acuerdo con sus preferencias personales. Entre los mtodos que han alcanzado una mayor difusin destacamos los siguientes:
L El enfoque de la clarificacin de valores de Raths y colaboradores (1967) constituye, sin duda alguna, el modelo de educacin en valores ms practicado en su pas de origen, Estados Unidos, y el que mayor divulgacin ha alcanzado entre los pases occidentales. El propsito de este modelo es ayudar a los alumnos a identificar sus propios valores y a cobrar conciencia de ellos, compartirlos con los dems y actuar de acuerdo con sus propias elecciones.
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Segn los autores de esta teora, en una sociedad democrtica caracterizada por una pluralidad de opciones axiolgicas no es tico inculcar a los alumnos un sistema predeterminado y rgido de valores, siendo ms apropiado clarificar sus preferencias personales, ayudarles a reflexionar sobre ellas, asumir la responsabilidad de sus propias elecciones y ensearles a actuar de acuerdo con los valores elegidos. El proceso de formacin de valores consta de tres momentos: la seleccin, la estimacin y la actuacin, cada uno de los cuales plantea unas determinadas condiciones (Raths, 1967,32): Seleccin 1) hecha con libertad, 2) entre varias alternativas, 3) tras considerar las consecuencias de cada alternativa. Estimacin 4) apreciar la seleccin y ser feliz con ella, 5) estar dispuesto a afirmarla pblicamente. Actuacin 6) actuar de acuerdo con nuestra seleccin, 7) aplicarla repetidamente en nuestra vida. Para conseguir en los alumnos su clarificacin de valores, el modelo pone a disposicin de los maestros una amplia variedad de estrategias, siendo las ms importantes la respuesta clarificativa y la hoja de valores. a) La respuesta clarificativa consiste en que "se contesta al alumno en una forma que lo hace meditar sobre lo que ha elegido, lo que aprecia y lo que est haciendo. Lo estimula a aclarar su modo de pensar y su conducta y, de este modo, a clarificar sus valores" (Ibid, pg. 55) b) La hoja de valores consiste en una serie de preguntas que se formulan al alumno por escrito sobre situaciones o temas de inters para que reflexionen sobre ellas. Estas son contestadas individualmente por cada alumno y posteriormente se contrastan las opiniones con el resto de clase. Otras estrategias que pueden adoptarse son la discusin para esclarecer valores, la interpretacin de papeles, el incidentepreparado, la leccin en zigzag, el abogado del diablo, las hojas de pensamientos personales, oraciones inconclusas, una clave para analizar lo que escriben los alumnos, el cuestionario autobiogrfico, la entrevista pblica, la entrevista para tomar decisiones, trabajos de los alumnos, proyectos puestos en accin, etc. 2. El modelo de desarrollo moral de L. Kolhberg (1966) tiene su fundamentacin en la teora cognitivo-evolutiva sobre el desarrollo moral en el nio de J. Piaget (1932). El desarrollo del juicio moral tiene lugar a travs de la interaccin dinmica entre el organismo y el contexto sociocultural en el que vive la persona, favorecindose un proceso que lleva al sujeto desde la heteronoma a la autonoma moral.
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Dicho proceso consta de tres niveles: el preconvencional, el convencional y el postconvencional y un total de seis etapas que se corresponden con la infancia, la preadolescencia y la primera adolescencia, respectivamente. Los niveles y etapas de desarrollo moral son los siguientes: Nivel 1 Preconvencional Etapa 1: Moralidad heternoma (Obediencia a las normas y reglas impuestas por los adultos) Etapa 2: Individualismo (Orientacin hacia la satisfaccin de las necesidades principales del s mismo) Nivel 2 Convencional Etapa 3: Reciprocidad de expectativas personales (Conformidad a las imgenes estereotipadas de buena conducta a fin de evitar la desaprobacin de los dems) Etapa 4: Aceptacin del sistema social y conciencia de ello (Orientacin hacia la "ley y el orden" y hacia las reglas fijas establecidas por la autoridad) Nivel 3 Postconvencional Etapa 5: Contrato social y reconocimiento de los derechos humanos (Conciencia del relativismo de los valores y conformidad con las normas en las cuales conviene toda la sociedad) Etapa 6: Interiorizacin de los principios ticos universales (Orientaciri hacia los valores como la justicia, la igualdad de los derechos humanos, respeto por la dignidad del individuo) Segn la teora de Kohlberg, el desarrollo del juicio moral de un individuo sigue siempre la misma secuencia, que es fija, universal e invariante para todos los hombres, con independencia de cual pueda ser su cultura, y su sucesin de un estadio al siguiente es progresiva, variando tan slo el ritmo individual con que tiene lugar el paso de un estadio al siguiente. De acuerdo con este autor, el progreso de la moral heternoma a la moral autnoma se ve estimulada por la creacin de conflictos cognitivo-morales-en el sujeto, siendo la presentacin de episodios de dilemas morales la estrategia didctica ms utilizada en el aula. Los dilemas morales pueden obtenerse de supuestos hipotticos que son formulados por el educador, de temas seleccionados de las materias curriculares, especialmente de la Literatura y de las Ciencias Sociales, y de la propia vida de los alumnos. 3. El modelo de aprendizaje activo tal como lo describieran R. [ones (1971), F. Newmann (1972) y A. Ochoa y P. [onson (1975) parte del supuesto de que los valores se forman a partir del proceso interactivo que tiene lugar entre la persona y la sociedad. .En efecto, los valores son influidos por la sociedad, aunque se estimula al individuo a convertirse en un agente efectivo dentro de ella.
La tcnica intenta proporcionar a los alumnos oportunidades de accin para que puedan experienciar sus propios valores a nivel personal y social. Para ello sita al educando frente a situaciones concretas en las que ha de tomar decisiones de accin segn los valores. El modelo de aprendizaje activo se presenta como una estrategia circular formada por seis etapas: Etapa 1: Tomar conciencia de un problema o cuestin. Etapa 2: Comprender el problema o la cuestin. Recabar y analizar informacin y tomar una actitud personal de valor sobre la cuestin. Etapa 3: Decidir si se debe actuar o no. Aclarar nuestros propios valores y tomar decisiones respecto a la participacin personal. Etapa 4: Planear estrategias y medidas de accin: Discusiones rpidas, organizar medidas de accin posible, proporcionar habilidades, practicar y ensayar previamente. Etapa 5: Implantar las estrategias y tomar medidas por s mismo o con un grupo. Etapa 6: Reflexionar sobre las acciones que se pueden emprender considerando las siguientes etapas. 4. El enfoque de anlisis de valores propuesto por J. Fraenkel (1973) M.P. Hunt y L.E. Metcalf (1998), entre otros autores, tiene por objeto ayudar a los alumnos a hacer uso del pensamiento lgico y de la investigacin cientfica para decidir sobre cuestiones referentes a los valores. El enfoque de anlisis de valores se centra ms en los problemas y temas sobre valores sociales que en los problemas de carcter personal. Es un modelo que cuenta con una gran aceptacin en el campo de las Ciencias Sociales donde es utilizado para tratar temas como los problemas raciales, la contaminacin ambiental, la discriminacin en funcin del sexo, las tensiones raciales, la desestructuracin familiar, la inmigracin etc. Hace uso de una amplia variedad de tcnicas como son los estudios de casos, el debate, la investigacin cooperativa y las pequeas discusiones. Independientemente del medio que se aplique para estimular a los alumnos, el propsito es siempre exigir que los estudiantes den motivos y evidencia de sus posiciones. Tampoco el enfoque innovador se ha visto libre decrtica, especialmente el mtodo de clarificacin de valores. Quintana Cabanas (1998,301 y ss.) pone en cuestin tanto la teora axiolgica que le sirve de base, como la teora pedaggica, como el propio mtodo de clarificacin de valores. Como teora axiolgica, frente al supuesto, segn el cual, el proceso de formacin de valores en un individuo tiene lugar cuando ste selecciona personalmente sus propios valores, se adhiere emocionalmente a los mismos por el hecho de que le complacen y acta de acuerdo a ellos de un modo constante, opone como argumento que la seleccin no tiene por que ser de iniciativa personal ( los valores se pueden recibir de otras personas, y esto es lo normal) y, por supuesto, los propios valores producen una satisfaccin al sujeto, pues de otro modo ya no los tendra, pero hay
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que distinguir entre una satisfaccin sensitiva ( o inferior) y una satisfaccin ideal (o superior). . Como teora pedaggica, su fallo principal reside en el vaco axiolgico propio de esta concepcin. Se trata no de formar valores en el nio, sino de hacer que este active un proceso de valoracin subjetivo, lo que lleva a educar en valores pero sin los valores. Una educacin en valores de tipo puramente "formal" es cosa que, en el fondo, no tiene posibilidad ni sentido. Como mtodo de clarificacin de valores, Quintana Cabanas recoge un conjunto de crticas de diferentes autores que han estudiado el tema, destacando entre las ms significativas que: est bien como un mtodo inicial para el anlisis de los valores, pero no es suficiente (J. Vilar, 1991, 37). es un programa educativo incompleto y unilateral: incompleto por referirse exclusivamente a la dimensin cognoscitiva del educando, prescindiendo de aquellos elementos suyos afectivos y volitivos que ms determinan su conducta; y unilateral por poner como objetivo principal de la educacin moral su aspecto formal prescindiendo de los contenidos objetivos de los valores ( S. Uhl, 1996, 79). Una propuesta metodolgica integradora capaz de superar las limitaciones de los enfoques anteriores, debera, segn Quintana Cabanas (1998, 313) tener en cuenta los principios siguientes:
1. La objetividad y consistencia intrnseca de los valores ideales. 2. La autoridad educativa del educador en la propuesta de los valores ideales. 3. La consideracin de que la valoracin es un acto complejo, que afecta a varios mbitos de la personalidad y, por consiguiente, no puede hacerse la educacin en valores slo con algn mtodo unilateral. 4. No bastan por lo mismo, los mtodos puramente cognoscitivos, de enseanza de los valores o de clarificacin de los mismos. 5. Se requiere, adems, una habituacin prctica en los valores, imbuida del sentimiento de estos. 6. Dado que algunos valores resultan contrarios a ciertas inclinaciones naturales del individuo, ser preciso reforzar la voluntad de este para que sea capaz de adquirir los valores con su esfuerzo personal. 7. Parece que el mtodo mejor y ms indicado es la utilizacin conjunta de todos los mtodos tradicionales y modernos en la educacin en valores. 8. Se recomienda, pues, el mtodo "combinatorio", que trabaja con la conjuncin o yuxtaposicin de todos o algunos de los mencionados mtodos.
Se supone, adems, que se va a proporcionar al educando un ambiente rico en valores y estimulativo, de modo que se ejerza sobre l una comunicacin difusa e informal de valores, y como por "impregnacin" desde distintas instancias.
5.
Con demasiada frecuencia se olvida que los valores no pueden ser enseados como se ensean los contenidos disciplinares y la consecuencia inmediata es una "intelectualizacin" de los valores, al no caer en la cuenta de que junto al componente cognitivo (conocimiento y creencias) es indispensable considerar, asimismo, y de forma interrelacionada el componente afectivo (sentimientos y preferencias) y el componente conductual o conativo (acciones manifiestas y declaraciones de intenciones). Los valores se perciben en las actuaciones de los otros, en la relacin de cada uno con el resto; cada persona, debe construir su propio esquema de valores y la funcin de los educadores es colaborar en el proceso, permitiendo y desarrollando situaciones en el entorno de los alumnos para que los vivan y experimenten, y as, ser interiorizados por ellos. Para que en un aula se perciban los valores y se sienta su necesidad, es condicin que ocurran ciertos requisitos que posibiliten y alienten su desarrollo; entre los ms significativos destacamos los siguientes:
1. En relacin con el sistema de valores que se pretende promover y desarrollar en el aula, se ha de procurar establecer una relacin de congruencia entre los valores comunes que, por ser bsicos, deben ser objeto de formacin en todos los educandos; los valores del contexto sociocultural prximo en el que se encuentra ubicado el centro educativo; los valores diferenciales de cada educando que son expresin de sus preferencias personales y el sistema de valores que posee el educador y que le sirven para orientar su prctica educativa en el aula, Slo desde la convergencia en el sistema de valores se pueden desarrollar esquemas consistentes y estables y evitar la confusin y el caos a que se ven abocados nuestros alumnos.
2. En relacin con el clima social del aula, ha de fundamentarse en un estilo de interaccin comunicativa entre profesores y alumnos y de estos entre s que favorezca la autonoma del alumno, propiciando su iniciativa y la toma de decisiones, en un ambiente de seguridad y confianza donde las diferentes personalidades del grupoclase puedan manifestarse de forma autntica y sin enmascaramientos y dnde se practique un tipo de relacin interpersonal basada en la estima y el respeto mutuos. Segn S. Uhl (1996) la adquisicin de valores requiere de un clima psicolgicamente seguro donde se han de dar tres condiciones principales: una notable implicacin personal y afectiva por parte de los educadores; dar explicaciones de un modo preciso y adaptadas a la capacidad de comprensin del alumno y la comunicacin de estas ltimas en un estilo clido y cordial. 3. En relacin con la actitud del profesor hacia la educacin de los valores ha de conocer los valores, estimarlos, sentirlos, practicarlos, deseo de transmitirlos y fuerza para hacerlo. Si a ello aadimos conocimiento de los mtodos y habilidad en aplicarlos, tendremos al educador en valores perfecto. Cualidades especiales que no estn al
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alcance de todo el mundo. Porque si bien es cierto que el conocimiento de los valores y de los mtodos para educar en ellos puede conseguirlo fcilmente cualquier educador mediante el estudio correspondiente, otra cosa bien distinta es que est dispuesto a ponerlos en prctica. Varias son las circunstancias que pueden llevar al profesor a una actitud de descuido o de inhibicin con respecto a la prctica de los valores, siendo las ms frecuentes: una sobrecarga de obligaciones docentes y de gestin acadmica y un compromiso prioritario con la enseanza de los contenidos disciplinares del currculo; el tiempo que requiere la puesta en prctica de las estrategias conducentes al desarrollo de los valores; la consideracin de que la valoracin de su actuacin docente va a venir determinada ms por el nivel de conocimientos y de habilidades alcanzados por los alumnos que por los valores, actitudes y normas, de ms difcil comprobacin y reconocimiento profesional; la creencia muy generalizada en un gran sector del profesorado de que la educacin en valores debe ser asumida por la familia y por otros agentes y fuerzas educativas.
4. En relacin con las variables de espacio y tiempo ms adecuados para la prctica de los valores ha de aprovecharse cualquier circunstancia existencial que viva el educando. Nada hay ms contrario al espritu de la educacin en valores que su "institucionalizacin acadmica", reservndose para ello un tiempo determinado en el calendario escolar, como est ocurriendo con el tratamiento dado en muchos centros a los Temas Transversales. "La Educacin para la Paz", por ejemplo, queda limitada en el programa escolar a una semana de carcter conmemorativo, en la que participa toda la comunidad educativa. Con tal motivo, se elaboran murales y slogans alusivos a la paz con una intencin concientizadora para el alumnado, se invita a alguna ONG comprometida con la ayuda a pases en guerra, se aportan testimonios directos de personas que han sido vctimas de algn tipo de atentado, pero, paradjicamente, no se aprovechan las situaciones de conflictividad escolar para desarrollar en los alumnos actitudes no violentas.
5. En relacin con la organizacin dada al contenido didctico, ha de fundamentarse en una estructura interdisciplinar que d sentido a los problemas y situaciones controvertidas que se someten a debate. Si bien los estudios socialesson los ms adecuados para proveer de temas de anlisis relativos al mundo de los valores, cualquier otra asignatura del currculum puede convertirse en el ncleo integrador de las restantes disciplinas, siempre que sean planteadas por el profesor de forma controvertida y dilemtica, tengan significado para el alumno y conecten con sus intereses, preocupaciones, y motivaciones dominantes. En contra de lo que comnmente se cree los valores y las materias de estudio pueden interrelacionarse. As, por ejemplo, se puede emplear un problema de valores para introducir cierto tema de estudio, y puede usarse tambin un problema de valores para hacer culminar el estudio de un tema. Por ejemplo, un estudio sobre la salud puede terminar con un examen del problema de la pobreza en la comunidad local y, especialmente, sobre cules son los valores de cada alumno en relacin con dicho problema. y la clarificacin de los valores puede, tambin, penetrar en un tema, como cuando el
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estudio de la inmigracin incluye el meditar sobre que piensa cada alumno acerca de arrancar las races del pas donde uno naci y realizar cambios importantes en lo que considera que es su responsabilidad, si tal es su actitud, hacia los inmigrantes recientes.
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