La escultura paleocristiana se ve limitada por la prohibición hebrea de representar la divinidad, pero en los sarcófagos se mantienen estilos romanos utilizando símbolos religiosos. Los primeros sarcófagos son los "estrigilados" con estrías que los cubren, como el Sarcófago de San Vicente en Valencia con el crismón en el medio. La pintura abandona el fresco para adoptar el mosaico de influencia bizantina, como se ve en los mosaicos azules del Mausoleo de Gala Placidia.
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La escultura paleocristiana se ve limitada por la prohibición hebrea de representar la divinidad, pero en los sarcófagos se mantienen estilos romanos utilizando símbolos religiosos. Los primeros sarcófagos son los "estrigilados" con estrías que los cubren, como el Sarcófago de San Vicente en Valencia con el crismón en el medio. La pintura abandona el fresco para adoptar el mosaico de influencia bizantina, como se ve en los mosaicos azules del Mausoleo de Gala Placidia.
La escultura paleocristiana se ve limitada por la prohibición hebrea de representar la divinidad, pero en los sarcófagos se mantienen estilos romanos utilizando símbolos religiosos. Los primeros sarcófagos son los "estrigilados" con estrías que los cubren, como el Sarcófago de San Vicente en Valencia con el crismón en el medio. La pintura abandona el fresco para adoptar el mosaico de influencia bizantina, como se ve en los mosaicos azules del Mausoleo de Gala Placidia.
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La escultura paleocristiana se ve limitada por la prohibición hebrea de representar la divinidad, pero en los sarcófagos se mantienen estilos romanos utilizando símbolos religiosos. Los primeros sarcófagos son los "estrigilados" con estrías que los cubren, como el Sarcófago de San Vicente en Valencia con el crismón en el medio. La pintura abandona el fresco para adoptar el mosaico de influencia bizantina, como se ve en los mosaicos azules del Mausoleo de Gala Placidia.
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Escultura paleocristiana:
Junto con la pintura sufre las limitaciones de la religión hebraica que
prohíbe la representación de la divinidad. Sin embargo en los sarcófagos se mantiene el estilo romano, aunque utiliza símbolos o temática religiosa. A veces resulta imposible distinguir unos de otros. Los primeros sarcófagos son los estrigilados, estrías o acanaladuras, sinuosas que los cubren. Sarcófago de San Vicente, en Valencia (M. San Pío V), con el crismón en medio. Con uno o dos frisos, con escenas bíblicas articuladas entre elementos clásicos. Vid y sarmientos con gran simbología cristiana: “yo soy la vid y vosotros los sarmientos”. Pavo real, símbolo de la inmortalidad. Sarcófago en el exterior del mausoleo de Gala Placidia Sarcófago de Junio Basso
Finales del s IV, Antiguo Testamento: Adán y Eva, sacrificio de
Isaac (anuncio mesiánico), Daniel y los leones (la salvación) Sarcófago de la Pasión, Representada por el Crismón. Sarcófago de Tarragona
Adosado a la catedral, s IV, escena central curación de un
paralítico, se divide en dos paneles superpuestos: el inferior con el enfermo postrado en la cama y el superior con el protagonista con el lecho a cuestas. El relieve de la derecha recrea la entrada de Cristo en Jerusalén el Domingo de Ramos. Las escenas están divididas, a la manera clásica, por columnas. La técnica se basa en el modelado y juega con el efecto de claroscuro que proporciona el trépano. La mayor parte de la escultura paleocristiana tenía también un carácter funerario. Sarcófago de Arbres, Louvre, s IV La pintura Por influencia de Bizancio, abandona el procedimiento del fresco para acogerse al más refinado y duradero mosaico.
Mausoleo de Gala Placidia (s. V):
El interior está recubierto íntegramente de mosaicos, cuyo color azul intenso del fondo homogeneiza las superficies, proporciona al espectador una sensación de dilatación espacial hasta perder la noción real de los límites de las paredes. Si su exterior es sencillo, hecho de volúmenes cúbicos y de ladrillo, el interior esconde un espacio hecho de superficies curvas: cuatro bóvedas de cañón y una cúpula central recubiertas de mosaicos azulados. En los cuatro tramos que sostienen la cúpula encontramos parejas de santos vestidos de blanco, sobre un fondo azul en las partes altas y verde en las bajas, rígidos, esquematizados y poco naturalistas, inicio de unas formas que serán frecuentes en Ravena. Entre los santos aparece el motivo de las palomas y la fuente, simbolizando a los cristianos en el paraíso celestial y su fuente de vida: Cristo. En la cúpula destaca una gran cruz triunfal dorada, rodeada de estrellas y con el tetramorfos: Águila: Juan, león: Marcos, toro: Lucas y ángel: Mateo; en las pechinas. En el fondo de una bóveda de cañón está Cristo como Buen Pastor, vigilando su rebaño de ovejas. Cristo es el centro a cuyo alrededor se desarrollan todos los otros elementos, especialmente las ovejas, que con sus miradas ejercen un fuerte efecto centrípeto. La postura de Jesucristo, el cruce de pies y la mano izquierda, todavía conservan los convencionalismos de la plástica clásica. Baptisterio de los ortodoxos o neoniano Baptisterio de los arrianos Baptisterio de los ortodoxos o neoniano