H. Medieval. Textos Recomendados. Bloque I. Alta Edad Media

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Historia Medieval. Textos recomendados.

Bloque I: Alta Edad Media

HISTORIA MEDIEVAL. TEXTOS RECOMENDADOS. TEMA 1


Ladero, M.A.: Edad Media, pgs. 78-79, Los brbaros como libertadores Mitre, E.: Textos y documentos de poca medieval, pg. 38, Saqueo de Roma por Alarico (410): Visin de San Agustn, pgs. 41-42, El historiador Procopio hace el elogio del rey de los Ostrogodos Teodorico (487-526) Falcn, I. y otros: Antologa de textos y documentos de la Edad Media, pgs. 15-16, Edicto a favor de la libertad religiosa (313), pgs. 26-27, Conversin de Clodoveo LOS BRBAROS COMO LIBERTADORES (Ladero)
Van a buscar sin duda entre los Brbaros la humanidad de los Romanos porque no pueden soportar ms entre Romanos una inhumanidad propia de Brbaros. Son diferentes de los pueblos en los que se refugian. No tienen ni sus costumbres, ni su lengua ni, si se me permite decirlo, el ftido olor de los cuerpos y vestiduras brbaros. Prefieren sin embargo plegarse a esta diversidad de costumbres antes que sufrir injusticia y crueldades entre los romanos. Emigran, pues, hacia los Godos o hacia los Bagaudas, o hacia los otros Barbaros, que dominan por todas partes, y nunca se arrepienten de este exilio. Porque prefieren vivir libres bajo apariencia de esclavitud, mejor que ser esclavos bajo un aspecto de libertad. Slo hay un deseo comn entre los romanos: no verse nunca obligados a volver bajo la ley romana; slo hay una exclamacin comn a toda la muchedumbre romana: continuar viviendo con los brbaros.
SALVIANO: De Gubernatione Dei. IV y V M.G.H., A.A.I, Berln (2) 1961, p. 108 y 113.

SAQUEO DE ROMA POR ALARICO (410): VISIN DE SAN AGUSTN. (Mitre)


De esta manera [refugindose en las iglesias de Roma] salvaron sus vidas muchos de los que ahora infaman y murmuran de los tiempos cristianos, culpando a Cristo de los trabajos y penalidades que Roma sufri y no atribuyeron a este gran Dios el enorme beneficio de haber visto sus vidas a salvo por el respeto que infunde su santo nombre. Por el contrario, cada cual haca depender este feliz suceso de la influencia del hado, cuando, si lo reflexionasen, deberan atribuir las molestias y penalidades que sufrieron por la mano vengadora de sus enemigos a los arcanos y sabias disposiciones de la providencia divina, que acostumbra a corregir y aniquilar con los funestos efectos que presagia una guerra cruel, los vicios y las costumbres corruptas de los hombres... Deberan tambin los vanos impugnadores atribuir a los tiempos en que floreca el dogma catlico, la gracia de haberles hecho merced de sus vidas los brbaros, en contra de lo que es usual en las guerras, sin ms respeto que por iniciar su sumisin y reverencia a Jesucristo, otorgndoles este favor en todos los lugares, y particularmente si se refugiaban en los templos.
SAN AGUSTN, De civitate Dei Libri XXII, pp. 14-15, Pars, ed. 1613.

EL HISTORIADOR PROCOPIO HACE EL ELOGIO DEL REY DE LOS OSTROGODOS TEODORICO (487-526). (Mitre)
Es necesario reconocer que gobern a sus sbditos con todas las virtudes de un gran emperador. Mantuvo la justicia y estableci buenas leyes. Defendi su pas de la invasin de sus vecinos y dio a todos pruebas de una prudencia y de un valor extraordinarios. No cometi ninguna injusticia contra sus sbditos, ni permiti que se cometieran, salvo que permiti que los godos se repartiesen las tierras que, en tiempos, Odoacro haba distribuido entre los suyos. En fin, aunque Teodorico no tuvo ms que el ttulo de rey, no dej de alcanzar la gloria de los ms ilustres emperadores que hayan jams ocupado el trono de los Csares. Fue igualmente querido por godos e italianos, lo cual no sucede habitualmente entre los hombres, que no estn acostumbrados a aprobar en el gobierno del Estado aquello que no est de acuerdo con sus intereses, y que condenan todo lo que les es contrario. Despus de haber gobernado durante treinta y siete aos y de haberse presentado como temible para sus enemigos, muri de esta manera [].
PROCOPIO DE CESAREA (500-565), Histoire de la guerre contre les goths, en vol. I de Histoire de Constantinople, Pars, Ed. Cousin, p. 353, 1685.

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HISTORIA MEDIEVAL. TEXTOS RECOMENDADOS. TEMA 2


Lara, F. y Rabanal, M.A.: Comentario de textos histricos, pgs. 80-81, Estado y justicia Mitre, E.: Iglesia y vida religiosa en la Edad Media, pgs. 86-87, Las misiones en el norte: San Agustn de Canterbury Falcn, I. y otros: Antologa de textos y documentos de la Edad Media, pgs. 17-18, Edicto de Tesalnica (380), pgs. 30-31, Regla de San Benito, 46-47, El enfrentamiento de las dos ciudades.

HISTORIA MEDIEVAL. TEXTOS RECOMENDADOS. TEMA 3


Ladero, M.A.: Edad Media, pg. 161, El frica recuperada por Justiniano, pgs. 162-163, Prlogo de los Instituta de Justiniano, pgs. 193-194, Harund al-Rasid Mitre, E.: Textos y documentos de poca medieval (anlisis y comentario), p. 64, Los musulmanes, rechazados de Constantinopla en el 677 Ru, M. y otros: Textos comentados de poca medieval., pgs. 257-263, El conflicto iconoclasta en Bizancio EL FRICA RECUPERADA POR JUSTINIANO (Ladero)
frica, que se extiende sobre espacios tan amplios, fue tan completamente devastada que el viajero se asombra de no encontrar un solo hombre en recorridos muy largos. Sin embargo, los vndalos capaces de combatir eran cerca de 80.000, sin contar sus mujeres, nios y criados. Los africanos que habitaban en las ciudades, que cultivaban la tierra, que comerciaban por mar, formaban, lo he visto con mis propios ojos, una multitud casi incontable. Ms numerosos an eran los moros, y todos perecieron con sus mujeres e hijos. El pas ha consumido tambin a muchos de los soldados romanos y a buen nmero de los que haban seguido al ejrcito desde Bizancio, de modo que si se estimase en cinco millones el nmero de hombres que ha muerto en frica todava no se alcanzara, creo yo, la realidad. Y es que Justiniano, despus de la derrota de los vndalos, no se preocup en absoluto por garantizar la slida proteccin del pas. No comprendi que la mejor garanta de la autoridad reside en la buena voluntad de los sbditos sino que se apresur a llamar a Belisario, del que sospechaba injustamente que aspiraba al Imperio, y administr l mismo frica desde lejos, la agot, la saque a placer. Envi agentes para estimar el rendimiento de las tierras, estableci impuestos muy pesados que no existan antes, se adjudic la parte mejor de la tierra, prohibi a los arrianos la celebracin de su culto, difiri el envo de refuerzos y se mostr siempre duro con los soldados, de lo que nacieron perturbaciones que desembocaron en grandes desastres. El emperador, en suma, nunca supo conservar las cosas como estaban sino que se complaca por naturaleza en remover y alterar todo.
PROCOPIO DE CESAREA, Ancdota o Historia Secreta, XVIII, 6. Ed. J. Haury, Leipzig. 1905-1907, III, 1, p. 112

PRLOGO DE LOS INSTITUTA DE JUSTINIANO. AO 533. (Ladero).


El emperador Csar Flavio Justiniano, vencedor de los Alamanos, de los Godos, de los Francos, de los Germanos, de los Antos, de los Alanos, de los Vndalos, de los Africanos, po, feliz, glorioso, victorioso y triunfante, siempre augusto, a la juventud que desea estudiar leyes, salud. Para que la cosa pblica sea igualmente bien gobernada en tiempo de paz como en el de guerra, la Majestad Imperial ha de apoyarse en las armas pero tambin en las leyes. Con muchos cuidados y fatigas, y con el favor de la omnipotencia divina, hemos emprendido esta doble tarea. Las naciones brbaras, domadas por nuestros ejrcitos, conocen nuestro valor guerrero: frica y muchas otras provincias desgajadas largo tiempo del dominio romano son testimonio, al haber sido recuperadas por el xito que la providencia divina ha otorgado a nuestras tropas. Despus de los cincuenta libros del Digesto o Pandectas que hemos hecho componer por Triboniano, del rango de los clarissimi, y por otras personas entendidas del rango de los illustri, en los que est recogido todo el derecho antiguo, hemos ordenado dividir estos Instituta en cuatro libros que abarcan los primeros elementos de toda la ciencia de las leyes. En ellos se expone con brevedad lo que est vigente desde antiguo, oscurecido primero por haber cado en desuso y vuelto a la luz por nuestros cuidados imperiales. Estos Instituta, tomados de los antiguos y en especial de los comentarios de nuestro Gayo... nos han sido presentados por los tres jurisconsultos susodichos. Los hemos ledo, estudiado, y los hemos dado toda la vigencia de nuestras constituciones. Recibid, pues, estas leyes con devocin y atencin y mostraos celosos de ellas ya que tenis la esperanza, una vez concluidos vuestros estudios de leyes, de participar en el gobierno de la cosa pblica en los puestos que os sean confiados.
Ed. M. Blondeau, I, pp. 6-8. Pars, 1839. RICH-TATE: Textes et Documents d'Histoire... Pars, 1972, I, p. 73

LOS MUSULMANES, RECHAZADOS DE CONSTANTINOPLA EN EL 677. (Mitre).


Constante fue muerto a traicin por sus criados en Sicilia cuando estaba en el bao. Despus de haber reinado veintisiete aos, le sucedi su hijo Constantino (IV).

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Fue al comienzo de su reinado cuando el prncipe de los sarracenos equip una potente flota, de la que dio el mando a un excelente hombre de guerra llamado Caler. ste abord el Ebdome, que est en las afueras de Constantinopla. Constantino le sali al encuentro con gran nmero de barcos. Cada da se dieron varios combates y la guerra sigui sin descanso desde la primavera hasta el otoo, en que la flota enemiga se retir a invernar en Cizico. Volvi en la primavera siguiente para proseguir la guerra, que, de esta forma, dur siete aos. Pero al fin, como estos brbaros, lejos de conseguir ventajas, haban perdido algunos de sus ms valientes hombres, se retiraron a su pas, siendo atacados por una tempestad en la que perecieron casi todos. Cuando el prncipe de los sarracenos supo la nueva prdida de su flota, envi embajadores al emperador para solicitar la paz y ofrecer un tributo. El emperador acept la propuesta y envi hacia ellos a Juan, patricio llamado Petzigodio, hombre de rara sabidura y profunda experiencia. Cuando lleg a su pas, acord una tregua de treinta aos, durante la cual pagaron tres mil piezas de oro y entregaron cincuenta hombres y cincuenta caballos. Apenas la noticia lleg a los varos, enviaron presentes al emperador, solicitndole la paz que se acord. As, tanto Oriente como Occidente disfrutaron de una profunda calma y una perfecta tranquilidad.
Histoire des empereurs Constantin, Heracle et leurs successeurs, por Nicforo, patricio de Constantinopla, en t. III de Histoire de Constantinople, Pars, Ed. Cousin, 1685, pp. 358-359.

EL CONFLICTO ICONOCLASTA EN BIZANCIO. (Riu. Ejemplo comentado) El autor SIMEN METAFRASCO (965) es un curioso caso de cronista laico cuya vida ha planteado no pocos problemas a los bizantinistas modernos. Para unos vivi en la primera mitad del siglo X, otros lo situaron en la segunda y otros han pensado, incluso, que desarroll su labor en el siglo XI, mezclando datos que debieron de corresponder a distintas personas. Fue un culto personaje de la corte que desempe los cargos de gobernador (magistros) y de cronista (logoteta) y, a instancia del emperador Constantino VII Porfirognito, compuso, a mediados del siglo X, una amplia recopilacin de vidas de mrtires y santos, en la cual resumi, rehzo o adapt, para un pblico lector culto, las noticias referentes a santos y mrtires de la iglesia oriental, dando cabida, con escaso discernimiento, a las leyendas ms inverosmiles. Esta obra tuvo gran aceptacin y Psellos hizo el elogio fnebre de su autor. La obra Parece haber sido el continuador de la Crnica de Georgios Monachos para el perodo comprendido entre los aos 842 y 948. Sus Vidas de mrtires y santos, recopiladas en diez libros, fueron muy ledas en los siglos X y XI y dieron lugar a una proliferacin de relatos semejantes, cada vez con menos fundamento histrico y con ms tendencia a lo legendario y maravilloso, de ah que algunos comentaristas de su labor la hayan considerado funesta para la hagiografa oriental. Se le atribuye, adems, una poesa rtmica o meldica, incluida en el Oficio del Viernes Santo, que constituye una parfrasis versificada de la muerte de Jesucristo y de la redencin de la Humanidad. En las pginas que siguen incluimos, segn la versin del padre Ubillos, la mayor parte de la Vida de san Tefanes, confesor, una de las incluidas por Simen Metafrasto en la recopilacin a que nos hemos referido y con mayor contenido histrico, aunque no se halle exenta de parcialidad por su claro partidismo en favor de la iconodulia, de la cual Tefanes fue decidido defensor. Traduccin de los fragmentos seleccionados.
Este santo, padres y hermanos carsimos, digno del nombre de Tefanes1, naci de padres nobles y principales que, en tiempos de Constantino Coprnimo2, ajustaron secretamente su vida a los mandamientos del Seor [] Instruyeron sus padres a Tefanes en las ciencias profanas y eclesisticas, mas el joven desech la ciencia engaosa y guard en su corazn los tesoros de la verdad. Adolescente todava perdi a sus padres y obtuvo una pinge herencia, y le prepar el Seor tan dolorosa orfandad para que el amor paterno no fuera obstculo de su virtud. A la torpe muerte del sacrlego Constantino3 le sucedi en el Imperio Len Czaro4; este emperador tuvo por privado a un hombre fiero y brbaro, y fantico hereje, cuya impiedad le concili de tal modo la privanza del soberano que lo sentaba todos los das a su mesa y se acompaaba de l a todas partes. Este cortesano5, enterado de la opulencia de Tefanes y prevalido de su privanza, oblig al joven, por mandato del Emperador, a que tomase a su hija por esposa. [Se celebraron las bodas y decidieron ambos esposos vivir en castidad distribuyendo su patrimonio entre los pobres. El suegro, aterrado ante este comportamiento, pidi al Emperador que alejara a Tefanes de la Corte y le mandara en una misin oficial a

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Tefanes (Theofanos = antorcha de Dios), el que manifiesta a Dios. Constantino V Coprnimo, hijo y sucesor de Len III, rein del 741 al 775. La fecha del nacimiento de Tefanes se sita hacia el 758. En el ao 775. Len IV (775-780), casado con Irene y padre de Constantino VI (780-797). No figura el nombre en las biografas. Vase el comentario al documento.

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Cizico. As lo hizo Len IV y Tefanes cumpli su cometido y regres a la Corte despus de haber descansado en una cueva, en la cual tuvo una aparicin que le pronostic la pronta muerte de su suegro y la del emperador]. A poco murieron su suegro y el emperador, y los esposos repartieron sus bienes a los pobres y a su servidumbre... Tefanes se embarc para la regin del Sigris6 y habit la secreta cueva que se le haba revelado. Dom muchos aos su carne en la soledad y se celebr su virtud como la de Cristforo7; porque no puede ocultarse la ciudad edificada sobre el monte. De da en da acudan a Tefanes nuevos discpulos ansiosos de aprender la perfeccin con sus enseanzas; y aquella soledad se torn vasto monasterio, donde floreca todo linaje de virtudes. En esta espiritual palestra, Tefanes alcanz la ms alta y profunda contemplacin de la Santsima Trinidad. Una estera era su lecho; la cubierta, el cilicio; una piedra, la almohada; el vestido tosco; no us jams caballos ni mulas en sus viajes, ni sazon su comida, ni gust los perfumados vinos; un poco de agua y unos mendrugos de pan eran todo su sustento. Gobernaba el Imperio Irene8 y su hijo Constantino9; y a la muerte de Paulo10, la emperatriz y el senado y todo el pueblo sano eligi para el patriarcado de Constantinopla al preclaro Tarasio11, en cuyo tiempo se celebr el Concilio12 que confirm a los seis concilios anteriores, excomulg a los fraudulentos patriarcas heterodoxos Nicetas y Constantino13, honr en los dpticos al patriarca san Germn14 y anatematiz y pulveriz la insensata hereja de los Iconmacos. Concurrieron de todas partes los padres y maestros, legados y abades, entre otros Platn, esplendorosa lumbrera de Sacdeo; Nicetas y Nicforo, padres honorables del monasterio de Medicio; Cristforo de Campo-Parvo, a quien ya hemos mencionado, y forzado y a su pesar por el grande amor que senta a la oscuridad y temor al estrpito del mundo, concurri tambin el bienaventurado Tefanes, astro refulgente de primera magnitud. Venan los obispos con gran nmero de mulas, caballos, pajes y acompaamiento. Tefanes, tan slo con su capa y su bculo. Pero los padres no le despreciaron por su humilde aparicin, sino que, muy al contrario, le honraron por su eminente piedad; y porque conocan cun digno operario era de la via del Seor, le invitaron a manifestar su opinin, pblicamente, en el concilio. El santo expuso su parecer con solidez y brevedad, y con pruebas de la razn de la Escritura, demostr la verdad catlica y rebati a los impos iconmacos. Nada mejor pudo decirse. El Espritu Santo inspira donde le place [] Se difundi por todas partes el sol de la verdad, mas he aqu que por permisin de Dios surgi al poco tiempo Len15, bestia sangrienta que, apenas declarado emperador, destruy las sagradas imgenes, persigui a los fieles y empa la hermosura de la Iglesia. Los defensores de la fe, los propagadores de la verdad fueron azotados y perseguidos; entre otros muri por las vejaciones sufridas en el destierro, Teodoro, santsimo archimandrita de Studion, que conden el edicto del Emperador. ste envi tambin cartas fraudulentas a Tefanes, para inclinarle a que se adhiriese a la hereja. Y a estas cartas, el santo respondi as: Debes saber, oh emperador, que el Dios que te dio imperio, por quien los reyes reinan y dominan los seores, con ser infinito, se humill hasta tomar nuestra naturaleza, en todo semejante a nosotros, fuera del pecado. Y en nuestra asumida naturaleza, obr portentos, resucit a los muertos, alumbr a los ciegos, limpi a los llagados, sufri la muerte, resucit a los muertos, subi a los cielos y est sentado para siempre a la diestra de Dios Padre. Esta humana naturaleza, que los Evangelios atestiguan, honramos en Cristo y reverenciamos. Y si esto es as quin nos podr recriminar si veneramos a Cristo en sus imgenes? No son iniciados por este medio los ms rudos nefitos facilsimamente en la verdad de nuestra fe?... Qu concilio proscribi jamas tan piadosas prcticas? por ventura, el mismo Jesucristo no nos leg su faz milagrosa por medio de Ancaro16? la virgen Depara, no nos traslad su imagen por el Apstol San Lucas17? Y, qu otra doctrina nos ensean los Padres? Basilio18, declarador de los ms inefables misterios dice: Se tributa al prototipo, el honor deferido a la imagen. Juan, boca de oro19, protesta: am la imagen, aunque fuese en cera refundida. Cirilo20, ctara del Espritu Santo, exclama: muchas veces contemplo la imagen dolorida del Seor y rompen, sin que pueda impedirlo, mis ojos en lgrimas. Y si los seis primeros concilios nunca reprobaron el culto de las imgenes querrs saber t ms que los concilios? Emperador, tu debes procurar el bien temporal del Estado, de los Padres de la Iglesia y vigilar por la integridad de la fe. Envi el santo esta carta al Emperador. El tirano no pudo resistir ya tanta constancia. Remiti al monasterio un dignatario para que lo destruyese, maltratase a los monjes y secularizase a la comunidad: al santo, cargado de cadenas, lo encerr largo tiempo en una oscura crcel de Bizancio. Qu pretenda con esto el emperador? Rendir la fortaleza del santo y atraerlo a su impiedad. La vspera de llamarle a su

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Regin de Cizico, Kyzikos, en la costa meridional del mar de Mrmara, en el Opsikion, Asia Menor. Cristforo de Campo-Parvo, luego mencionado de nuevo, asceta en el Helesponto a mediados del siglo VIII. Irene, viuda de Len IV el Czaro y madre de Constantino VI, gobern como tutora de su hijo desde 780. Constantino VI (780-797) contaba diez aos de edad al morir su padre en 780. Patriarca de Constantinopla. Tarasio fue el gran colaborador de Irene en la reinstalacin de la iconodulia. VII Concilio Ecumnilo, celebrado en Nicea e inaugurado en septiembre de 787. Del primer perodo iconoclasta. San Germn, patriarca de Constantinopla en tiempos de Len III, fue depuesto por ste en 730 y sustituido por Anastasio, al no conseguir el Emperador que se doblegara a sus designios y apoyara su poltica religiosa iconoclasta. Len V el Armenio (813-820) inicia, a partir del ao 813, el segundo perodo iconoclasta. Tradicin oriental de origen dudoso. La tradicin asegura que el evangelista san Lucas pint el retrato de la Virgen. San Basilio el Grande ( 379). San Juan Crisstomo, patriarca de Constantinopla ( 407), muri en el destierro, en Comana (Ponto). San Cirilo de Alejandra (370-444).

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presencia, haba dictado sentencia de destierro contra el abad Teodoro21, cuya constancia e integridad tent en vano con tormentos. Al siguiente da mand a Tefanes comparecer ante su tribunal, mas los sacerdotes sugirieron al Emperador que no convena a su majestad que aguantase alguna insolencia de boca de aquel hombre, sealado entre todos por su protervia y tenacidad. Retract el tirano la orden y dispuso que despedazasen al santo el pecho y las espaldas con trescientos azotes y lo devolvieron a la crcel. Repitise al siguiente da el tormento y el santo permaneci constante en la confesin de la fe, por lo que, rendido el Emperador, lo desterr a la isla de Samotracia22, regin pobre e insaludable donde, consumido de hambre y de sed, descans a los pocos aos en la paz del Seor...
Versin castellana del texto completo en G. Ubillos: Joyas de los Santos Padres. -Imp. E. Subirana.- Barcelona 1925. - Pgs. 268-277. Edicin del original griego en Migne: Patrologia Graeca, vol. XV, 9-30.

Comentario. Este relato hagiogrfico, que no se limita a ensalzar las virtudes de Tefanes, sino que, a su vez, ataca con pasin a los iconmacos, nos proporciona una versin personal de la pugna que haba tenido lugar en Bizancio entre los partidarios del culto a las imgenes de Jesucristo, la Virgen y los Santos y los enemigos del mismo que estimaban hertico dicho culto. En ambos bandos figuraban personalidades de talento y la polmica era una muestra ms de la sutileza del pensamiento oriental y de la influencia del Prximo Oriente islamizado sobre el Imperio Bizantino. La polmica doctrinal no estuvo exenta de pasin y la intervencin de la autoridad civil, al intentar zanjarla con la fuerza, vino a agravar el problema religioso, convirtindolo en poltico y aun social. Los monjes fueron los defensores a ultranza del culto a las imgenes y entre ellos destac Tefanes. Sabemos que Tefanes, llamado el Crongrafo porque emprendi la tarea de continuar la Chronographia de Jorge Syncellos ( 810) y consign de forma analstica los sucesos ocurridos entre los aos 284 y 813, naci en Constantinopla en 758. Hurfano de padre a los tres aos, su madre, Teodota, cuid de su educacin y lo prometi al cumplir los 12 aos (770) a una nia de diez, llamada Megalo, de familia muy rica. Ambos crecieron juntos ocho aos y, en 778, muerta Teodota, el padre de Megalo y tutor de Tefanes insisti para que los jvenes se casaran. En la noche de bodas Tefano, que contaba 20 aos, explic a su esposa que siempre haba deseado entregarse a la vida monstica y ambos convinieron en vivir juntos como hermanos otros dos aos. El tutor y suegro, viendo que no le daban nietos y dilapidaban el patrimonio familiar entregndolo a los pobres, furioso logr de Len IV (780) que alejara a Tefanes de Constantinopla, nombrndole gobernador de un kastron o fortaleza que se construa en Cizico. Tefanes cumpli el encargo y, en una excursin a la montaa de Sigriana, hoy Kara Dagh, en el Helesponto, hall una cueva donde decidi hacer vida de ermitao en cuanto le fuera posible. Vuelto a Constantinopla, el emperador le nombr espatario, pero, poco despus (780), murieron Len IV y el tutor y Tefanes se orden de sacerdote, retirndose a una propiedad familiar, en la Propntide (isla de Calomina), donde construy un monasterio junto al cual vivi seis aos, sin aceptar jams ningn cargo en l. Cuando los monjes quisieron elegirlo higumen (786) se march a Sigriana y edific en Meglo Agr, a 18 km de Ieria, el monasterio que llam de Campo Grande para distinguirlo del vecino de Campo-Parvo. Y esta vez acept el higumenato. En 787 fue enviado al Concilio de Nicea, donde la tradicin asegura que defendi como nadie la iconodulia (y el relato hagiogrfico nos lo recuerda), si bien su nombre no figura entre los firmantes de las actas. Durante 29 aos rigi el monasterio de Meglo Agr o Campo Grande y entonces compuso la Chronographia, llegando hasta el final del reinado de Miguel I Rangab (julio de 813). Una nueva etapa de iconoclastia, iniciada en 815 por Len V el Armenio, vino a interrumpir su labor historiogrfica. Sabida su adhesin incondicional a la iconodulia, el emperador orden destruir su monasterio y enviarlo prisionero a Constantinopla, donde el nuevo patriarca iconmaco, Juan el Gramtico, intent en vano ganarlo para la iconoclastia. Permaneci Tefanes dos aos encarcelado en una prisin del palacio del Eleuterio y, viendo la imposibilidad de convencerlo, fue exiliado a la isla de Samotracia, en el norte del Egeo, donde falleci a los veinte das de su llegada, el 12 de marzo del ao 817 o del 818. El texto hagiogrfico, recogido por Simen Metafrasto, nos proporciona detalles sobre la vida de los anacoretas, muestra una indisimulada animadversin por los iconmacos, alude a la vuelta a la iconodulia en tiempo de Irene (Concilio de Nicea, 787), ensalza el papel desempeado por Tefanes para poner fin al primer perodo iconoclasta, y carga las tintas sobre la personalidad de Len V (al que califica de bestia sangrienta), que en 815 inauguraba el segundo perodo iconoclasta cuya duracin se prolongara hasta el reinado de Miguel III (843). A la muerte de Tefanes, no tardara en seguirle el asesinato de Len V (24 de diciembre del 820). El tono del relato revela que fue escrito despus del 843, cuando la iconodulia haba triunfado ya y la mayor parte de los escritos de los iconmacos haban sido destruidos. La carta de Tefanes al emperador es una sntesis de la doctrina icondula, en la cual se aportan distintos testimonios relevantes. Es explicable que un autor oriental del siglo IX o X (segn atribuyamos la frase al propio Tefanes o a Simen) desconociera la existencia del Concilio de Elvira (Granada), que en el ao 309 haba proscrito el culto a las imgenes en su lucha contra la idolatra. En cambio, las argumentaciones en favor de dicho culto no se nos muestran, en la carta, muy consistentes. Tienden ms a conmover al sentimiento que a convencer al entendimiento del Emperador o de sus consejeros 21 22
Teodoro de Estudin, perseguido por Len V en 815 y exiliado. Isla del mar Egeo, hoy Samothke, al norte de la de Imroz.

Historia Medieval. Textos recomendados. Bloque I: Alta Edad Media (entre los cuales no deban dejar de figurar esos sacerdotes que sugirieron a Len V que no convena discutir con Tefanes) y por supuesto al de los lectores de la vida. El episodio de la lucha en favor y en contra del culto a las imgenes se nos muestran aqu como un ejemplo ms de la intervencin del poder imperial en la doctrina y la prctica religiosa de los sbditos de Bizancio. No obstante, el resultado de la poltica de los Emperadores iconmacos no puede juzgarse slo por estos episodios.

HISTORIA MEDIEVAL. TEXTOS RECOMENDADOS. TEMA 4


Ladero, M.A.: Edad Media, pgs. 286-287, El vasallaje de Tassiln de Baviera, 304-305, Los ataques vikingos en Francia segn los monjes de Noirmoutier, ao 857. Lara, F y M.A. Rabanal, M.A.: Comentario de textos histricos, pg. 83, El sistema feudal Mitre, E.: Textos y documentos de poca medieval, pgs 57-63, La coronacin imperial del ao 800, pg. 74, Las inquietudes intelectuales de Carlomagno Falcn, I. y otros: Antologa de textos y documentos de Edad Media, pgs. 56-59, Coronacin de Carlomagno EL VASALLAJE DE TASSILN DE BAVIERA. AO 757. (Ladero)
El rey Pipino tena su plcito en Compigne, con los Francos. Y vino all Tassiln, duque de Baviera, que se recomend en vasallaje por las manos. Jur con mltiples e innumerables juramentos, poniendo las manos sobre las reliquias de los santos. Prometi fidelidad al rey Pipino y a sus hijos, los seores Carlos y Carlomn, as como por derecho debe de hacerlo un vasallo, con espritu leal y firme devocin, como un vasallo hay de ser respecto a sus seores. Tassiln declar sobre las reliquias de San Dions, San Rstico, San Eleuterio, San Germano y San Martn que cumplira las promesas hechas en los juramentos todos los das de su vida.
Annales regni Francorum, M.G.H., SS. Rerum Germanicarum in usum scholarum. Bonn, 1895. p. 14.

LOS ATAQUES VIKINGOS EN FRANCIA, SEGN LOS MONJES DE NOIRMOUTIER. AO 857. (Ladero).
Los frecuentes e infortunados ataques de los normandos... no disminuan en absoluto, y el abad Hilbodus haba construido en la isla un castillo que les protegiera contra ese pueblo infiel. Junto con sus hermanos, acudi ante el rey Pipino y pregunt a Su Alteza qu proyectaba hacer sobre este problema. Entonces el glorioso rey y los grandes hombres del reino -se celebraba entonces asamblea general del reinodeliberaron sobre el problema con graciosa preocupacin y se hallaron incapaces de ayudar organizando un asalto vigoroso. A causa de las extraordinariamente peligrosas mareas, la isla no era siempre fcilmente accesible para nuestras fuerzas, pero todos saban que a los normandos les resultaba fcilmente accesible siempre que el mar estuviera tranquilo. El rey y los grandes hombres optaron por la decisin que juzgaron ms ventajosa. Con el acuerdo del serensimo rey Pipino, casi todos los obispos de la provincia de Aquitania y los abades, condes y otros hombres fieles que estaban presentes y otros muchos ms que se haban enterado de la situacin, aconsejaron unnimemente que el cuerpo del bienaventurado Filiberto fuera sacado de la isla y no permaneciera ms en ella... El nmero de naves aumenta; la muchedumbre innumerable de los normandos sigue creciendo; los cristianos son en todas partes vctimas de sus ataques, pillaje, devastaciones e incendios, cuyas huellas manifiestas perdurarn mientras dure el mundo. Toman todas las ciudades por las que cruzan sin que nadie les ofrezca resistencia; toman las de Burdeos, Prigueux, Limoges, Angulema y Tolosa. Angers, Tours y Orleans son arrasadas. Se llevan las cenizas de muchos santos; casi se cumple as la amenaza que profiri el Seor por boca del profeta: Desde el norte se desencadenar el mal sobre todos los habitantes de la tierra (Jer 1, 14). Tambin nosotros huimos a un lugar llamado Cunault, en el territorio de Anjou, en la orilla del Loire, que Carlos, el glorioso rey antes nombrado, nos haba dado como refugio, a causa del inminente peligro, antes de que fuera tomada Angers... Los normandos atacaron tambin Espaa, bajaron por el Rdano y devastaron Italia. Mientras se libraban por todas partes tantas guerras civiles y exteriores, transcurri el ao de la encarnacin de Cristo de 857. Pero nos quedaba alguna esperanza de regresar a nuestra patria, esperanza que result ser ilusoria, y mientras las peripecias de nuestra huida hicieron que nos hospedramos en lugares diversos, el cuerpo de san Filiberto se haba quedado en su lugar, como hemos dicho, porque a causa de los males que nos abrumaban en todas partes no habamos podido encontrar la garanta de asilo seguro. Pues como no se ofreca refugio alguno en ninguna parte, no pudimos tolerar que el cuerpo santsimo nos siguiera por todas partes en nuestros desplazamientos; y ms bien fue tomado subrepticiamente de las manos de los normandos que trasladado con cantos de alabanza hasta colocarlo en el lugar de Cunault antes citado. Esto se hizo de manera que, si lo exigiera la necesidad, pudiera ser trasladado a otra parte. Lo cual tuvo lugar, como es sabido, en el ao de la encarnacin del Seor de 862, cuando de Cunault fue trasladado a Messay.
R. LATOUCHE, Textes d'Histoire Mdivale (V-XI sicle). Pars, 1951, pp. 130-134. ERMENTAIRE, Miracles de Saint Philibert. Pars, 1905, pp. 60-63. Ed. Poupardin.

Historia Medieval. Textos recomendados. Bloque I: Alta Edad Media LA CORONACIN IMPERIAL DEL 800. (Mitre. Modelo de texto analizado y comentado)
Como en el pas de los griegos no haba emperador y estaban bajo el imperio de una mujer, le pareci al Papa Len y a todos los padres que en la asamblea se encontraban, as como a todo el pueblo cristiano, que deban dar el nombre de emperador al rey de los francos, Carlos, que ocupaba Roma, en donde todos los csares haban tenido la costumbre de residir, as como tambin Italia, la Galia y Germania. Habiendo consentido Dios omnipotente colocar estos pases bajo su autoridad, pareci justo, conforme a la solicitud de todo el pueblo cristiano, que llevase en adelante el ttulo imperial. No quiso el rey Carlos rechazar esta solicitud, sino que, sometindose con toda humildad a Dios y a los deseos expresados por los prelados y todo el pueblo cristiano, recibi este ttulo y la consagracin del Papa Len el da de la Natividad de Nuestro Seor Jesucristo.
Annales Laureshamenses, ann. 801. Ed. Pertz, M.G.H., Scriptores, I, p. 38.

Comentario. 1.- El presente texto se encuentra dentro de los testimonios de tipo narrativo del Medievo. De ellos, los anales son una de sus ms acabadas expresiones. El documento se limita a dar constancia de un acontecimiento: la coronacin de Carlomagno como emperador en la Navidad del 800 por el pontfice Len III. 2.- El entorno histrico-poltico del texto es de sobra conocido: la dinasta carolingia, afirmada en el trono en los anteriores aos, llega a la cima de su poder con las afortunadas campaas militares de Carlos contra sajones, lombardos, musulmanes, etc. La crisis del Imperio bizantino y la alianza del pontificado con los monarcas francos harn el resto. Los acontecimientos se precipitarn hasta desembocar en uno de los ms importantes del Medievo: la coronacin imperial de Carlomagno, expuesta de forma concisa en este fragmento que comentamos. 3.- El anlisis pormenorizado de personajes, instituciones, referencias geogrficas, etc., nos conduce a valorar una serie de expresiones: a) Remitindonos en primer lugar a las puramente geogrficas, veramos cmo el pas de los griegos es una clarsima alusin al Imperio romano de Oriente. Tiene, sin embargo, ciertas connotaciones peyorativas. En efecto, el autor del texto no habla de imperio sino de pas (pars), como pretendiendo rebajar su condicin poltica. El propio trmino griegos puede suponer tambin una cierta conciencia de distanciamiento entre las poblaciones del Occidente y las de Oriente. En efecto: si los bizantinos se dan a s mismos el nombre de romeioi (romanos), los occidentales los designan slo como griegos, en un intento de considerarse ellos como los nicos romanos por su progresiva vinculacin a un pontificado erigido en heredero de la vieja Roma. Roma (otra de las expresiones recogidas en el texto), aunque decada fsicamente en el Medievo, sigue teniendo una gran fuerza moral. Contrastan su ruina material y su contraccin demogrfica con la admiracin que su glorioso pasado sigue despertando entre los jvenes Estados germnicos. Para los bizantinos, Constantinopla era la segunda Roma. Pero para los occidentales la universalidad de la Roma del Tber se sigue manteniendo, y se hablar de la translatio de su jefatura poltica a los pueblos germanos asentados en el Occidente. La posesin de la ciudad se identifica con la del poder universal. Importante a tener en cuenta es tambin la forma en la que el autor del texto se refiere a las grandes reas sobre las que se extiende el poder de los carolingios: se dice que Carlos posee Roma, as como tambin Italia, la Galia y Germania. Notamos un empleo de las expresiones tradicionales: la Galia correspondera a un territorio situado entre el Rin y el Atlntico y el canal de la Mancha y los Pirineos. Grosso modo, lo que hoy corresponde a Francia. Germania se identifica en el texto con un espacio ms reducido que el reconocido por los autores clsicos: corresponde slo al rea situada entre el Rin y el Elba. Algo semejante cabra decir de Italia, pues el dominio efectivo de Carlos en ella se reduca a la mitad norte de la pennsula. Al sur de Roma, las influencias se reparten en estos momentos entre bizantinos, seores lombardos y algunas ciudades dotadas de cierto margen de autonoma, como Amalfi, Gaeta o Npoles. A lo largo del Medievo, esta identificacin del reino de Italia con la mitad septentrional de la pennsula llegar a ratificarse. La mitad meridional pasar a designarse con los nombres de reino de Npoles o de Sicilia. Hay que observar tambin cmo el trmino Francia no aparece en el texto. Cuando se utilice a lo largo del siglo IX ser con un sentido ms amplio, para designar todo el territorio de la Galia y Germania, a las que, respectivamente, se las denominar Francia Occidentalis y Francia Orientalis, entre ambas, cabr una Francia Media, correspondiente a Lotaringia. Vase, al respecto, el texto nmero 25, referente al reparto de Verdn. Puede advertirse tambin cmo el bloque territorial al que el texto se refiere se caracteriza por su fuerte continentalidad. Con la reserva de lo expuesto antes para Roma, puede apreciarse que nos encontramos ante una reafirmacin de la traslacin hacia el norte de los grandes centros polticos. Vase, sobre este tema, el texto nmero 5. Tngase en cuenta igualmente la preferencia de Carlomagno por Aquisgran como capital. A ttulo complementario -y consultado el correspondiente mapa histrico-, resulta de inters comparar el imperio de Carlos con las entidades polticas situadas al otro lado de las marcas fronterizas: rabes, anglosajones, eslavos, escandinavos...

Historia Medieval. Textos recomendados. Bloque I: Alta Edad Media b) En segundo trmino, el texto nos presenta una serie de personajes a los que es necesario valorar en el desarrollo de los acontecimientos. De entrada (y abundando en criterios antes expuestos), el autor del texto resta importancia al Imperio de Bizancio, cuyo trono considera vacante por ocuparlo una mujer, la emperatriz Irene. Este motivo se ve como suficiente para una restauracin del ttulo imperial en Occidente. La figura de Carlos aparece en el texto como un sujeto un tanto pasivo de los acontecimientos. No parece en efecto, que el monarca franco buscase conscientemente el ttulo imperial, ya que las sutilezas de su significado se le escapaban a l -un germano, a fin de cuentas- en buena parte. Ello, sin embargo, no ser obstculo para que el ejercicio de su autoridad se llevase a la prctica con una firmeza que sus sucesores no iban a poder mantener. La figura del Papa aparece en el texto en un primersimo plano (le pareci al Papa Len..., consagracin del Papa Len...). Pero hay que tener en cuenta que el pontfice se mueve al comps de una serie de acontecimientos: la necesidad de encontrar un protector en el monarca franco en unos momentos en que las facciones nobiliarias romanas se muestran inquietas, o la bsqueda de un contrapeso en Occidente frente a la asfixiante tutela de los emperadores de Constantinopla. La actuacin de Len III se present as parcialmente movida por unos intereses demasiado inmediatos. Pero ello no fue obstculo para constituir el precedente en que sus sucesores se apoyarn para arrogarse el derecho de consagrar a los emperadores como condicin sine qua non para poder ejercer como tales. La expresin los padres que en asamblea... puede identificarse tanto con el entourage pontificio como con los consejeros de Carlos. En efecto, Alcuino de York, Arno de Salzburgo, o Riculfo de Maguncia sern los verdaderos artfices de la restauracin imperial. Protagonistas del renacimiento carolingio, estos personajes soportaban mal la idea del mantenimiento de la dignidad imperial en Constantinopla. En ltimo trmino, en el documento aparece un protagonista colectivo en la figura de todo el pueblo cristiano. Tal expresin empieza a sustituir a la antigua de pueblo romano. Supone una nueva concepcin universalista, derivada no ya de una dependencia poltica, sino de una comunin espiritual con Roma. Se ha dicho, as, que el Imperio de Carlos conecta ms con el de Constantino que con el de Augusto. Ello nos llevara a otro orden de consideraciones. 4.- Cul es la valoracin que puede darse a este Imperio restaurado en el Occidente? Con el texto que estamos analizando a la vista y el auxilio de otros testimonios se puede llegar a una serie de conclusiones. El primer problema que se plantea -insistimos- es el de la compatibilidad o no del imperio carolingio con el de Constantinopla. La coronacin del 800 tena caractersticas -cara a Constantinopla- de un verdadero golpe de Estado, ya que la dignidad imperial se consideraba nica y afincada a orillas del Bsforo. Aparte de las justificaciones antes esgrimidas, los padres que en asamblea estaban podan alegar otras. En efecto, frente a las graves conmociones espirituales de Oriente (el fantasma de la iconoclastia segua latente), Carlos poda ser presentado como el campen de la ortodoxia. Ni el pontfice ni los consejeros ulicos del soberano carolingio se pararon a considerar las implicaciones polticas derivadas de esta decisin. Carlomagno trat de solventarlas bien por las armas (guerra abierta con Bizancio por la posesin de Venecia) o por la diplomacia: negociaciones con miras a una unin matrimonial, y, en ltima instancia, coexistencia pacfica de los dos emperadores. El segundo extremo a considerar en la valoracin global del texto concierne a la dimensin religiosa que va a tener el Imperio. Un cierto mesianismo (comparaciones de Carlos con David y Salomn, del imperio con un nuevo Israel, etc.) influir a favor del monarca franco en unos aos en los que la posicin del pontfice era demasiado dbil. La Cristiandad occidental, en su doble dimensin poltica y espiritual, ser gobernada por Carlomagno. El texto que analizamos nos situara as en uno de los captulos de la historia de las relaciones entre el regnum y el sacerdocium que tanto juego darn a lo largo del Medievo. Vanse, al respecto, los textos nmeros 15, 43 a 46 y 96 para establecer las oportunas comparaciones. 5.- En lo referente a la procedencia del texto, cabe decir que se encuadra en un bloque de testimonios coetneos, bajo el comn denominador de Anales, redactados en monasterios, muchos de ellos cercanos al valle del Rin: Anales Reales, Anales de Metz, de Fulda, de Lorsh, de Saint Bertin, etc. En todos, la coronacin del 800 es recogida de forma destacada. Complemento de estos testimonios sera la Vita Karoli, de Eginardo. Todos ellos son expresin de un movimiento cultural conocido bajo el enftico nombre de Renacimiento Carolingio. El papel de los eclesisticos en la redaccin del presente texto es evidente, ms an si tenemos en cuenta el lugar de primer orden que se reserva a los clrigos en la restauracin imperial, y otras expresiones, tales como sometindose con toda humildad a Dios.... 6.- Resulta innecesario recalcar la importancia del texto y la proyeccin que el acontecimiento que refleja va a tener en el futuro. De todo lo anteriormente expuesto y de las comparaciones que el lector vaya haciendo con otros textos recogidos en este volumen (tal y como antes hemos sugerido) pueden sacarse fciles e importantes conclusiones. 8

Historia Medieval. Textos recomendados. Bloque I: Alta Edad Media

LAS INQUIETUDES INTELECTUALES DE CARLOMAGNO. (Mitre).


Hablaba con abundancia y facilidad y saba expresar con claridad lo que deseaba. Su lengua nacional no le bast; se aplic al estudio de las lenguas extranjeras y aprendi tan bien el latn que se expresaba indistintamente en esta lengua y en la materna. No le ocurra lo mismo con el griego, que comprenda ms que hablaba. Por lo dems, tena una facilidad de palabra que lindaba casi con la prolijidad. Cultiv apasionadamente las artes liberales y, lleno de veneracin hacia aquellos que le enseaban, les colm de honores. Para el estudio de la gramtica sigui las lecciones del dicono Pedro de Pisa, entonces en su vejes. Para las otras disciplinas su maestro fue Alcuino, llamado Albinus, dicono l tambin, sajn originario de Bretaa y el hombre ms sabio de entonces. Consagr mucho tiempo y labor en aprender junto a l la retrica, la dialctica y, sobre todo, la astronoma. Aprendi el clculo y se aplic con atencin y sagacidad en estudiar el curso de los astros. Ensay tambin a escribir y tena costumbre de colocar bajo los almohadones de su cama tablillas y hojas de pergamino a fin de aprovechar los momentos de descanso para ejercitarse en el trazo de las letras. Pero se inici en ello demasiado tarde y el resultado fue mediocre.
EGINHARD, Vie de Charlemagne, ed. I. Halphen, col. Les classiques de l'Histoire de France au Moyen Age. Pars, Ed. Champion, 1938, pp. 74-77

HISTORIA MEDIEVAL. TEXTOS RECOMENDADOS. TEMA 5


Ladero, M.A.: Edad Media, pgs. 347-348, Fundacin del monasterio de Cluny, ao 909 Lara, F. y Rabanal, M.A.: Comentario de textos histricos, pgs. 98-99, Aspectos culturales y de enseanza Falcn, I. y otros: Antologa de textos y documentos de la Edad Media, pgs. 81-83, Coronacin de Otn el Grande, 962, pgs. 85-86, La espera del fin del mundo, fines del siglo X FUNDACIN DEL MONASTERIO DE CLUNY. AO 909. (Ladero).
Por amor de Dios y de nuestro salvador Jesucristo hago tradicin de bienes de mi propio derecho a los Santos Apstoles Pedro y Pablo: a saber, la villa de Cluny con una corte y manso dominical y una capilla consagrada a la Virgen y a San Pedro, con todo lo que depende de ella, pueblos, capillas, siervos de ambos sexos, vias, campos, prados, bosques, aguas y cursos de agua, molinos, entradas y salidas, tierras cultivadas e incultas sin ninguna restriccin. Todos estos bienes estn situados en el condado de Macon o en su entorno y exactamente delimitados... Dono todas estas cosas a condicin de que se construya en Cluny un monasterio regular en honor de los apstoles Pedro y Pablo y que en l se congreguen monjes que vivan bajo la regla de San Benito... Que cada cinco aos dichos monjes paguen a Roma diez sueldos a la tumba de los apstoles para mantener sus luminarias. Que tengan la proteccin de los dichos apstoles y del pontfice romano... Nos ha placido tambin hacer constar en este acta que, desde hoy, dichos monjes no estarn sometidos al yugo de ningn poder terrestre, ni nuestro ni de nuestros parientes, ni de la grandeza regia. Que ningn prncipe secular, conde, obispo, ni el mismo pontfice romano... invada los bienes de los servidores de Dios, sustraiga cualquier cosa de ellos, los disminuya, cambie ni d en beneficio a nadie...
A. BERNARD Y BRUEL, Recueil des Chartres de l'abbaye de Cluny. Pars, 1876, I. pp. 124-128)

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