EL PASO - La Candelaria

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 23

El Paso Creacin de: PATRICIA ARIZA NOHRA AYALA CESAR BADILLO HERNANDO FORERO SANTIAGO GARCIA RAFAEL GIRALDO

FRANCISCO MARTINEZ FERNANDO MENDOZA FERNANDO PEUELA INES PRIETO MARTHA OSORIO ALVARO RODRIGUEZ IGNACIO MARTINEZ CAROLINA VIVAS Grupo de planta del Teatro La Candelaria en 1988 PERSONAJES EN ORDEN DE APARICION: EMIRO: Amante de la duea de la taberna. CHELA:La duea MUSICO 1: MUSICO 2: DON BLANCO: Finquero DORIS: Hija de Chela OBDULIO: Mesero de la taberna EL TAXISTA LA SEORA SU AMANTE LA PUTA EXTRAO 1 EXTRAO 2 PILOTO.

I
En la penumbra del escenario, una taberna o parador en un cruce de caminos, dos msicos con una guitarra, Emiro saca cuentas. Don Blanco se recuesta contra el mostrador. Los msicos esperan inmviles en un pequeo estrado. De pronto empiezan a tocar una cancin: "Por el camino verde". Don Blanco cabecea amanecido. Emiro, a la luz de una vela, contina sacando cuentas. Del fondo, arreglndose el pelo, aparece Chela. Llega hasta el proscenio. Mira detenidamente al cielo. Amanece. Empieza a gotear. Estira la mano para constatar la lluvia. Da una vuelta por la taberna

hasta llegar al mostrador. Don Blanco se hace servir dos tragos. Termina la cancin. Don Blanco se acerca con los tragos a los msicos. Los msicos beben. Chela se arrima a Emiro y le pregunta. CHELA: Qu hubo? Encontr los quinientos pesos? Emiro sigue examinando las cuentas sin hacerle caso. De pronto empieza furiosamente a rayar el papel y se para refunfuando. Entra violentamente al fondo, a lo que podra ser la trastienda, y desde all lanza improperios y exclamaciones. Se oyen puertas y cajones que se golpean. Sale con unos vestidos y unas camisas. Sigue refunfuando lleno de ira. Lo que dice entre dientes podra ser: EMIRO: "Ya no ms! Si quiere las cuentas tan claras, tan claras, pues que las saque ella misma. A joderse en otro! Eso le pasa a uno por pendejo! Toda la noche trabajando como un burro para qu! Yo tambin tengo mi dignidad! Si piensa que soy un ratero que se busque otro marrano! A otro perro con ese hueso! Eso le pasa a uno por vivir as amancebado! Esta ilegalidad en la vida es la que lleva a eso! A que le falten al respeto a uno!! No ms y no ms!! Yo me largo de aqu!!" Entra y sale repetidas veces de la trastienda. Saca una maleta de cuero y mete precipitadamente los vestidos en ella. Cada vez que entra a la trastienda eleva ms la voz y grita insistentemente: "Doris, la revista que le prest". Contina maldiciendo y se devuelve varias veces por algo que cree haber olvidado. EMIRO: Cinco aos en esta carajada y qu es lo que he sacado? (Imitando a Chela) "Qu hubo, encontr los quinientos pesos?" Cara de buen pendejo fue la que me vi!! No ms, me largo ya! Se devuelve otra vez y regresa con unas revistas. Abre la maleta y las guarda.Cierra la maleta. Se dispone a salir. Cuando va saliendo Chela le habla desde la posicin en que se ha mantenido desde el comienzo de la rabieta de Emiro. CHELA: Usted puede largarse de aqu cuando quiera, pero no con mi maleta de cuero. Esa, me la deja aqu. Emiro se voltea y le arroja la maleta a los pies. Luego entra precipitadamente a la trastienda. Se oyen de nuevo cajones y puertas. Grita y lanza denuestos. Sale con un talego de plstico.

Abre la maleta. Saca las cosas y las mete en el talego. Le entrega la maleta a Chela. EMIRO: Ah la tiene, su maleta! Sale Doris con la revista y se la entrega a Emiro. Emiro toma la revista y la guarda en el talego. Se devuelve y saca un sombrero y se lo pone. Empieza a llover. Del fondo aparece Obdulio a medio despertar. Emiro avanza hasta el proscenio pero se detiene por la lluvia. Don Blanco se acerca a l mira el cielo y le dice: DON BLANCO: Para dnde se quiere ir si por aqu ya no pasa ningn carro. Usted ms que nadie sabe que de aqu con este tiempo uno no se puede largar. Emiro se queda frenado en el proscenio y sigue murmurando algo as: EMIRO: Puta que lo pari. Lo nico que me falta es que trague el mismo putas! Que me trague y me lleve a los profundos infiernos!!! De pronto suena una msica opertica a todo volumen. Emiro sigue murmurando pero la msica no deja or todo lo que dice. EMIRO: Algn da toda la lluvia del mundo ha de inundar este puto lugar!! Recontra chucha de vida que en vez de agua debera caer una tonelada de mierda que lo sepultara todo! Ros de podredumbre que arrasaran este moridero! Maldito y contramaldito el da en que yo puse los ojos en esa mujer que ha sido mi perdicin!! Que caiga un rayo que nos carbonice a todos los que vivimos metidos hasta el cuello en este horrible pecado de estar aqu!! En medio de la msica opertica y mientras Emiro lanza sus maldiciones entra un tropel de gente al parador. Son cuatro personas. Vienen cubrindose con un plstico grande y una sombrilla. Se sacuden y limpian sus ropas. Son: el chofer de un taxi intermunicipal, un joven y una seora muy elegante y una prostituta. El taxista saluda a todos y se dirige a Emiro. Le habla para explicarle lo que les pas. Chela invita a la pareja para que sigan. Ordena a Doris para que atienda a los pasajeros. Llama a Obdulio. Le quita el talego de plstico de las manos a Emiro, que estaba parado en la mitad sin saber qu hacer. Doris prepara las mesas y los asientos. Obdulio sale y con un trapo limpia las mesas. La pareja se pasea por el recinto examinando los puestos. El taxista le explica a Emiro lo que les pas: "Cmo a un kilmetro de ah el carro le patin y se le fu de lado, despus ya no quizo arrancar. Fueron las balineras que se le rompieron al eje de la rueda de atrs. Tendr que esperar que alguien le traiga los repuestos". Emiro le dice que por lo que le est contando l no cree que sean las balineras, que le parece que ms bien ha de ser el cardn, lo cual es menos problemtico. El taxista le muestra unas piezas que tiene en la mano y le asegura que son las balineras.

Emiro le dice que va a consultar su revista. La pareja de amantes al fin se decide por una mesa del extremo y comienza a limpiar el puesto. Cesa la msica opertica. Aparece Chela con un balde y varios instrumentos de limpieza. Se pone ceremoniosamente unos guantes negros de goma. Entra al bao. La seorona limpia con mucho cuidado el asiento y la mesa del sitio que han escogido. La prostituta que ha estado limpiando un zapato mira a la seora y comienza a rerse. La seora la mira y la prostituta disimula la risa. La seora sigue limpiando y la puta se re con Don Blanco. La seora se sienta y la puta se para del puesto. Llega a primer plano mira la lluvia y de reojo a la seora. LA PROSTITUTA: Mucho lo de malas! Encima del accidente del carro semejante aguacero! La seora le quita la vista. La puta riendo disimuladamente vuelve a su puesto. Se re con Don Blanco. Emiro los mira sin entender y de pronto exclama. EMIRO: Lo que pasa es que aqu cuando llueve, llueve! Y lo peor es ms adelante por la carretera que lleva a Rivalta. Imposible. La puta y Don Blanco sueltan una estruendosa carcajada. Emiro los mira extraado. EMIRO: Es verdad, el peligro son los derrumbes.

La mujer y el hombre se ren an ms. Cuando terminan de rerse la puta se dirige al bao pero encuentra que est ocupado por Obdulio que lo est limpiando. Se devuelve y se sienta. Pausa larga. Cada uno se acomoda en su puesto y est en pensamientos. Chela dicta una carta a Doris. CHELA: aqu no pasa nada.., o mejor dicho menos que nada... de fuera llegan noticias, son cada da peores.., en Torrentes por ejemplo la semana pasada mataron otros seis hombres... Obdulio sale del bao. Se quita los guantes de goma, los pone en el balde y recoge todos sus instrumentos de aseo tal como lo hizo al entrar. La seora se para y se dirige rpidamente al bao. La puta tambin trata de ir pero la seora le gana. La puta se sienta. Al momento la seora sale del bao. Se tapa la nariz y la boca con un pauelo como para contener el vmito. Va junto al amante y le dice algo en secreto.

El amante va al mostrador y habla con Chela. Esta levanta un poco la voz y le dice: CHELA: Cmo as otro bao! Ese es el nico que tenemos! La seora incmoda mira de reojo a la puta que ha comenzado a reirse y sale corriendo hacia afuera. El amante corre tras ella presuroso. AMANTE: Fernanda! Fernanda! Coge el paraguas y sale para ayudarla. Chela corre tambin a primer plano.. Se voltea e increpa a Obdulio. CHELA: Usted porqu no limpi bien ese bao? Obdulio evidentemente fastidiado abre la puerta del bao y le indica a Chela que el bao est limpio. Chela se acerca y le dice. CHELA: Pues vulvalo a limpiar! Obdulio se encara con Chela y cruza los brazos. Emiro se levanta de su sitio donde estaba desayunando y le ordena a Obdulio. EMIRO: iObedzcale a Chela! Obdulio cierra de un portazo el bao y luego entra a la trastienda. CHELA: Ora si! Ya se le olvid de donde lo sacamos! Mira a Doris, luego la mesa de Emiro y le ordena a la muchacha. CHELA: Pngale un pan al desayuno de Emiro! La muchacha con desgano trae un pan. Obdulio entra con los instrumentos del aseo y entra al bao. Dentro del bao se oyen palazos y golpes que Obdulio le da a la tasa y a los pisos. El joven sale del bao. La pareja regresa completamente empapada. La seora se seca con una toalla que le pasa el amante. Doa Chela se acerca para preguntarles si se les ofrece algo. La seora responde negativamente. El amante se peina. Chela regresa al mostrador. Pausa. Don Blanco empieza a rezongar mientras se acerca a los msicos.

DON BLANCO: Ella si era una mujer... la mujer que comprenda al hombre.., la nica que lo supo comprender... para senvirlo como se debe... la que siempre saba lo que el hombre quera... lo que el hombre necesitaba... la chatica... (A los msicos) Toquen ah la cancin de la chatica... a ver para eso se les paga. Los msicos rpidamente terminan de desayunar y tocan la cancin: "Si tu mueres primero". Durante la cancin la seora se para va al mostrador y e pregunta a Chela donde puede cambiarse. Chela le indica que puede hacerlo en la trastienda. Le dice a Doris que la acompae. La seora entra a la trastienda. La puta revisa su mercado y ve que le falta algo. Va al mostrador y le pregunta a Chela. Ella le indica a Don Blanco. La puta se acerca a Don Blanco y le pregunta si le puede vender unos tomates que le hacen falta. Don Blanco le dice que despus, que ahora hay que or la cancin de la chatica. Le ofrece un trago. La puta acepta y luego vuelve a su puesto. La seora sale de la trastienda. Se ha cambiado de camisa. Empieza a sonar el ruido de un motor, de un automvil. La gente sigue actuando como si no oyeran el ruido que va aumentando cada vez ms. Emiro entra a la trastienda para sacar unas revistas que le muestra al chofer. De pronto el ruido del motor para. Se han encendido dos farolas de automvil al fondo del escenario. Cuando para el ruido del motor la puta exclama que ha llegado una flota. La seora y el amante recogen sus cosas y corren hacia la puerta del fondo. Los faroles se apagan. La puta toma su talego con el mercado y va tambin hacia el fondo. Todos quedan a la expectativa. Los msicos siguen cantando

II.
Del fondo aparecen dos hombres casi denticamente vestidos. Camisa azul y pantalones blancos. Llevan unos maletines negros en la mano. Se paran a la entrada. Los msicos dejan de tocar. Despus de un momento de silencio el chofer les pregunta: CHOFER: Ustedes van para Denges? Los extraos lo miran sin responder. Pasan la mirada por todos los presentes y luego uno de ellos, el de ms edad, la detiene en el amante. Despus sin quitar los ojos de la pareja, atraviesan lentamente el recinto hasta llegar a la mesa del extremo. Por la mitad del camino empieza a sonar la msica opertica. Se sientan. La pareja esta muy nerviosa. La seora empieza a ponerse una paueleta y unas gafas negras mientras discute con el amante. Emiro se acerca a la mesa que ocupan los extraos y les pregunta que van a tomar. Los extraos hacen su pedido; dos vasos de leche. Emiro les pregunta algo ms pero

ellos no responden. El hombre se dirige al mostrador. Obdulio va a la mesa de los recin llegados y la limpia cuidadosamente con un trapo. Les pegunta si ya hicieron el pedido y los extraos apenas le responden. Emiro ha llegado al mostrador y habla con Chela. Le informa sobre el pedido de los extraos. Doris sirve dos vasos de leche. Va a la mesa de los hombres. Se encuentra en el camino con Obdulio que la intercepta y le quita los vasos. Doris disgustada regresa al mostrador. Obdulio llega a la mesa con los dos vasos. La seora sigue discutiendo con el amante. Se quiere ir sea como sea. Esos tipos son muy sospechosos, pueden ser detectives enviados por su marido. La discusin se acalora cada vez ms hasta que el amante le bota un maletn al suelo con inusitada violencia. Para la msica opertica. Todos miran a la pareja. El extrao 1 se levanta de su asiento lentamente y se acerca al amante. La pareja queda como paralizada. El extrao 1 llega junto al amante. Se detiene y lo mira fijamente. El amante tambin lo mira casi aterrado. De pronto el extrao le pregunta: EXTRAO 1: Trae flores para el camino? El amante queda desconcertado. La seora apenas con hilo de voz: SEORA: Qu? Qu fue lo que dijo? AMANTE: Cmo? El extrao observa un momento ms y luego se excusa con un gesto vago. EXTRAO 1: No, no es nada. El extrao se retira a su puesto. La pareja queda desconcertada. Don Blanco se acerca a los extraos y hacindoles varias reverencias los saluda. DON BLANCO: Permtanme... yo soy Evaristo Blanco... Con mucho respeto... estoy para selvirles... soy el nico dueo de la nica finca que hay en estos alrededores... con mucho respeto... estoy para servirles.., en lo que sea... Mi finca es la nica con agua... porque aqu aunque llueve mucho, no hay agua... as es la vida.., con todo el respeto estoy para servirles... Los extraos lo miran y no le responden nada. Permanecen impasibles. Don Blanco se retira murmurando. Obdulio se acerca al centro y pone un balde para recibir una gotera que cae del techo.

El amante despus de decirle algo en secreto a la seora se acerca a los extraos. Habla entrecortadamente. AMANTE: Me parece que hubo una ligera confusin... y la seora que est algo nerviosa.., no supo controlarse... Sucede que nosotros... es decir ella y yo... ella... la seora, es una conocida ma... nosotros vamos para Rivalta... hemos tenido un accidente a pocos kilmetros de aqu... es decir el carro del seor se da... las balineras, parece ser... y nosotros... ella y yo tenemos necesidad de llegar a Rivalta... de manera que si ustedes pudieran ayudarnos a salir de aqu.. no se cmo podramos agradecerles el favor... Si es necesario podramos pagar lo que sea... si ustedes van para Denges... seria retroceder algunos kilmetros y entonces nosotros... parece que tienen un vehculo en muy buenas condiciones... Los extraos lo han estado mirando todo el tiempo sin inmutarse, de manera que el amante poco a poco va bajando la voz y se va retirando a su puesto. Durante el monlogo del amante el extrao 2 se ha parado con su maleta y ha entrado al bao. Casi al final del parlamento del amante sale del bao sin abandonar su maleta. Esta operacin la repite varias veces. La lluvia sigue cayendo torrencialmente. El perro ladra afuera. El extrao 2 se para nervioso. El extrao 1 lo calma y lo hace sentar. Don Blanco entra del fondo donde se supone que esta el vehculo de los extraos. Entra rindose y murmurando frases entrecortadas. DON BLANCO: No joda eso si es una mquina... Una nave! Con un aparato as.. que llueva lo que quiera... Y que se caigan todos los puentes... No joda! Qu nave... un jumbo, carajo! Con un aparato de esos yo me meto por todos los ros y los caminos que usted quiera...! No joda eso s es poder...! Se re con los extraos y les hace toda clase de seas de aprobacin. Los extraos lo miran impasibles. Emiro se acerca a los extraos trae una revista de Mecnica automotriz. EMIRO: Claro ustedes s tienen un carro de verdad... en cambio lo que pasa con el taxi es que... miren aqu en esta revista... precisamente est el caso muy bien explicado... ustedes ya saben que se accident como a un kilmetro de aqu.. pues bien, el chofer dice que se le rompieron las balineras... pero como ustedes pueden ver aqu de lo que se trata es del cardn.., porque.., perdone usted entiende de mecnica?.. - s? Bueno pues, fjese, el cardn se comunica por este lado con el eje de transmisin y cuando, debido a su esfuerzo superior al que una mquina como esa pude soportar... entonces la articulacin entre los ejes principal y el otro... ste que se ve aqu, se desplaza y lgicamente el cardn no trabaja ms y entonces parece.., parece que se hubieran roto las balineras... que es lo que dice el chofer... CHOFER: (Desde su puesto). Son las balineras! EMIRO: No seor... aqu lo estoy probando con este artculo... esta es una revista cientfica... no falla... a mi nunca me ha fallado... CHOFER: Pues esta vez le fall porque son las balineras.

EMIRO: Cuando son las balineras se oye un ruido caracterstico... y segn lo que me ha dicho el... el motor le suena Trc... tac... trrrr... tac trrrr... tac... o sea con un ruidito como intermedio, me entiende... tac... en cambio cuando son las balineras es un ruido continuo.., sordo ms bien grrr.. grrrrrr... sin ningn... ustedes me entienden, no? El extrao 1 ha estado mirando todo el tiempo a Emiro sin demostrar ningn inters por el relato. El extrao 2 ha entrado y salido varias veces del bao, siempre con el paquete. Emiro contina hablando casi balbuciente. EMIRO: ...de manera que si ustedes pudieran ayudarnos a sacar el carro de la cuneta... empujarlo solo unos metros... el muy lentamente.... podr llegar hasta torrentes... a un taller donde le cambian el cuple, vulgarmente llamado el chorote... que es seguramente lo que falta para que los ejes de transmisin vuelvan a... conectarse con el cardn. El extrao 2 sale del bao sin el talego y se sienta en la mesa junto a su compaero. Obdulio que ha notado el olvido del extrao entra al bao y saca el talego. Se lo lleva a la mesa. Emiro, ante la indiferencia del hombre se retira. En ese momento suena la msica opertica. El extrao 2 sorprendido le arrebata el talego a Obdulio. El extrao 1 recrimina al otro su imperdonable olvido. El grupo del taxista, Emiro y la puta los miran sorprendidos. El extrao 1 llama a Obdulio y lo lleva a primer plano del escenario. Le habla muy confidencialmente. Le pregunta si abri el maletn o si vi algo en l. Obdulio a todas las preguntas del extrao responde negativamente. El extrao disimuladamente le pasa un billete a Obdulio. Obdulio mira a los lados y lo recibe, Despus el extrao le tiende la mano, se sonre con Obdulio y le da las gracias por su colaboracin. Obdulio mira un poco ofuscado hacia los dems y se retira al fondo. El extrao regresa a su lugar. Cesa la msica opertica. Emiro y el taxista han estado alegando sobre el problema del automvil. TAXISTA: Si quiere vamos all para que se convenza de que usted lo que tiene es una indigestin con esa revista! EMIRO: Ms bien para que usted vea que la ciencia vale ms que sus pobres conocimienos empricos. TAXISTA: Sin faltarme al respecto... Oy? Cuanto tiempo cree que llevo manejando ese carro, ah?, Diez aos!! EMIRO: Y usted cunto tiempo cree que llevo suscrito a esta revista? Ah? TAXISTA: Djese de pendejadas y vamos a ver el carro! EMIRO: Esta bien, vamos. Obdulio, camine nos acompaa. Y traiga el plstico grande! Van saliendo. La puta, la seora y el amante los acompaan hasta la salida y les preguntan si podrn

reparar el carro. Obdulio los sigue con el plstico, pero antes de salir se detiene un momento y mira a los extraos como pidindoles su consentimiento. La puta y la seora quedan juntas mirando hacia el sitio por donde sali el grupo. La puta le sonre a la seora. Esta se sorprende de estar junto a la mujer y vuelve a su puesto. Chela contina dictando la carta a Doris. CHELA:

...Usted dice que all la situacin est insostenible... pero le aseguro que aqu

est peor... Desde que mataron a mi marido.., y se fueron los trabajadores de la carretera... El amante le pide un trago a Chela. Ella suspende la dictada de la carta y le lleva el trago. Doris le sirve un plato de caldo a Don Blanco. Luego con cierto disimulo se acerca a los extraos. Don Blanco le pide a los msicos que toquen una pieza. Los msicos tocan una cancin alegre: La puta se acerca a los extraos y saca a bailar al mayor. Doris se sienta a conversar con el otro. La puta baila con el extrao y le cuenta toda una historia sobre el mercado que le lleva a su mam. El extrao apenas baila con ella y no demuestra ningn inters en lo que la mujer le cuenta. Cuando la pieza musical termina se oye lo que la puta le habla al extrao. Sigue como bailando con l en mitad del recinto. LA PUTA: imagnese que yo voy en el taxi con esos seores y el carro ese se daa y lo que pasa es que tengo urgencia de llegar a Denges porque all es donde vive mi mam. Cada mes hago el esfuerzo de llevarle un mercadito que no es gran cosa, pero a la pobre le ayuda mucho. Adems ahora est un poco enferma. Sabe? Una tiene sus sentimientos aunque no parezca. Por el oficio, me entiende. Siempre piensan que uno es desalmada. Pero no es as. Para mi por encima de todo est mi mam pero sobre todo mi niita. Por ella hara el sacrificio que fuera. Bueno, lo hago. Porque no crea que en esto uno se la pasa de parranda en parranda... tambin una se sacrifica. Bueno, le deca que la niita se me cay cuando tena un ao. Y se me descader, sabe?. Y ahora tiene que andar con un aparato aqu entre las piernitas... En ese momento entran el taxista, Obdulio y Emiro mojados y embarrados. El taxista viene renegando por la testarudez de Emiro. La puta y la seora se precipitan sobre ellos para preguntarles si pudieron arreglar el taxi. El ltimo en entrar es Emiro que se detiene en la entrada al ver a Doris hablando con el extrao. Doris cuando lo ve se para y se va al mostrador. El msico 2, que desde que Doris se sent con el extrao se mostr incmodo, se dirige a ella como para llamarle la atencin. Emiro se mete furioso a la trastienda. La puta sigue su relato con la seora en vista de que el extrao se sent en su puesto. LA PUTA Y ahora yo qu hago? Cmo voy a salir de aqu? Yo tengo urgencia de llevarle a mi mam el mercadito y tiene que ser hoy mismo, porque ella me est esperando desde hace diez das. Todos los meses, los primeros das, le llevo el mercado. Porque uno todo ser pero el respeto y el amor a la madre nunca lo pierde. Y a los hijos. Claro que el mayor me result un sin vergenza. Pero la chiquita es un amor, se me cay

como al ao de nacida, sabe?... De mi podrn decir lo que quieran... lo que quieran, pero no que le perd el respeto y el amor a la madre de uno... El taxista que est detrs de ella comienza a leerle un pasaje de la Biblia. TAXISTA: Mire, mire, oiga... Comienza a leer y la puta le hace un gesto de aburricin y se sienta en su puesto. TAXISTA: "Y respondi Job y le dijo: "Ciertamente tiene el hombre tiempo limitado sobre la tierra, y sus das son como los das del jornalero, Como el siervo anhela la sombra". Interrumpe la lectura para pedirle una soda a Obdulio. TAXISTA: "Y mis das fueron ms ligeros que la lanzadera del tejedor. Y fenecieron sin esperanza. Acurdate que la vida es viento, y que mis ojos no volvern a ver el bien. Los ojos de los que me ven, no me vern ms. La nube se consume y se va. As el que desciende al sepulcro no subir; No tornar ms a su casa, ni su hogar le conocer ms". El muchacho le trae la soda y un vaso y se la sirve. La puta levanta bruscamente la cartera y hace que la soda se derrame sobre el pantaln del taxista. El hombre interrumpe la lectura y bota furioso el libro al suelo. Obdulio, para tratar de reparar la falta, limpia con un trapo el pantaln del taxista. Cuando lo limpia sobre la bragueta el hombre con un gesto violento detiene la mano de Obdulio y se le queda mirando a los ojos. El hombre lo suelta y Obdulio se retira azorado. El taxista, casi como volviendo en s del acto violento que ha realizado, se retira apenado hacia el fondo. La seora y la puta se miran y contienen la risa que les ha producido el incidente. Disimulan cuando el taxista las mira, como en un reproche. De pronto todos quedan sumidos en sus propios pensamientos. Hay una larga pausa. Repentinamente, Don Blanco, que estaba tomndose un plato de caldo de pescado, comienza a agitar los brazos como si se estuviera ahogando. Tose y trata de respirar. Se le ha atascado una espina. Todos acuden a socorrerlo. Don Blanco cae por tierra y todos tratan de reanimarlo. Los nicos que permanecen aparte son los extraos. Don Blanco comienza a reanimarse. De pronto suena un tiro a lo lejos, al fondo. Todos quedan como paralizados por un momento. Los extraos se paran. Los de la casa, Emiro, Chela, Doris y los msicos corren hacia el fondo de donde pareca salir el disparo. La seora, la puta, el amante y el taxista se acercan tmidamente junto a los primeros. Obdulio se levanta de junto a Don Blanco y retrocede algunos pasos. Los extraos llaman a Obdulio y le dicen algo en secreto. Le pieden la cuenta. Obdulio corre junto a doa Chela.

Doris, que se ha dado cuenta que los extranos se piensan ir, corre a su lado y les pide en secreto que la lleven. Los extraos asienten vagamente. Doris sale corriendo a la trastienda. Obdulio regresa junto a los extraos y les recibe el dinero de la cuenta. Los extraos recogen sus cosas y se preparan para irse. Mientras tanto Don Blanco ha vuelto en s y empieza a palparse todo el cuerpo y a costatar que est vivo. Le da un acceso de risa y abraza efusivamente a todos los que va encontrando en su regreso a la vida, sin darse cuenta de lo que est suciendo. Se re y habla atropelladamente. DON BLANCO: Gracias! Gracias, amigos! Me salvaron la vida! La vida! Yo que ya me crea en las garras de la muerte he regresado a la vida gracias a ustedes! Gracias, gracias, amigos! Abraza a todo el mundo y se congratula de su salvacin. DON BLANCO: Estaba al otro lado, en las tinieblas y ustedes me salvaron. Me rescataron a la vida... A la vida! Me entienden? La vida! Gracias. Me haba olvidado que exista la amistad! Crea que estaba solo! Pero no! Estn ustedes que me han salvado! Gracias amigos! Msica, msica y trago para todos! Los extraos que han pagado su deuda a Obdulio salen. Obdulio corre detrs de ellos hasta la salida del fondo. La puta, la seora y el amante, cuando se dan cuenta de que los extraos se van corren tambin a la salida. El extrao 1 se vuelve y con un gesto los detiene. EXTRAO 1: Desgraciadamente no tenemos puesto para nadie. Les da la espalda y presurosamente salen. Afuera se oye el ruido del motor del vehculo que arranca y se va. Los msicos tocan una cancin alegre para contentar a Don Blanco. Todos regresan a sus puestos. Emiro le dice algo a Chela y ella suelta una carcajada. Hay un ambiente de distensin a pesar de la frustracin que para algunos representa la partida de los extraos

III
Los msicos tocan su cancin. Doris sale corriendo de la trastienda pintndose los labios. Tiene un talego de plstico en la mano. Es trasparente, se ve que en l lleva su ropa. Descrubre que los extraos han partido. Sale corriendo hacia el fondo para tratar de alcanzarlos. El msico 2 cuando ve al accin de Doris baja de la tarima y sigue tocando pero notoriamente preocupado por la muchacha. Doris regresa del fondo. Los msicos paran de tocar. Doris atraviesa lentamente el saln y se sienta en la mesa en la que estaban los extraos. El msico 2 la mira desconsolado.

La muchacha se quita el colorete de los labios. Luego se saca desganadamente los zapatos de tacn. Queda mirando hacia afuera.. Chela se acerca a ella y se para junto a la mesa. El msico 2 entra a la trastienda. Chela se da dos golpes en la cabeza para significar la testarudez de la joven. Le coje el talego de plstico y se mete a la trastienda. Todos miran de reojo a la muchacha y luego cada uno se sumerje en sus propios pensamientos. El msico 2 sale y se acerca tmidamente a la muchacha. Lleva una carta en la mano. Se para junto a ella y se la ofrece. Ella sigue mirando hacia afuera sin prestarle atencin. El msico le pone la carta junto a ella, sobre la mesa. Doris toma la carta y la lee un poco extraada. Mira al msico que se ha colocado detrs, esperando una respuesta. De pronto la chica suelta una enorme carcajada. Su risa es franca y explosiva. El msico se desconcierta y empieza a retroceder. Doris se re an ms. El joven totalmente confundido vuelve a su lugar. La muchacha deja de rer. El taxista en un arranque de rabia, porque las piezas del carro que haba trado no le casan, las arroja con furia al suelo. Todos se voltean a mirarlo. El un poco confundido por su violencia, pide disculpas. TAXISTA: No, no funcionan... Obdulio se acerca como para recoger las piezas. El taxista lo detiene. TAXISTA: No, djelas ah, no hace falta. Obdulio va a atender a la pareja pero Chela lo llama. CHELA: Obdulio. El joven se acerca al mostrador. CHELA: Le quedan ciento cincuenta pesos. Le entrega un papel con unas cuentas y la plata. Obdulio revisa el papel y luego con rabia contenida toma la plata y la guarda en el bolsillo. Trata de decirle algo a Chela pero de pronto da un manotazo sobre el mostrador y va a primer plano del proscenio. All se detiene y mira con profunda ira hacia afuera. Chela que se haba quedado mirndolo le ordena. CHELA: Obdulio, vaya y le limpia la cama al perro! Obdulio se contiene por unos momentos y luego se dirije al fondo para obedecer la orden. Despus de unos instantes se oyen unos palazos y unos lastimosos qejidos del perro.

Obdulio entra presuroso hasta el centro de la sala. Todos lo miran sorprendidos. El joven entra al bao y da un portazo. Emiro murmura algunas palabras. Pausa Chela le sigue dictando la carta a Doris. CHELA: Los hombres que trabajaban en la carretera se marcharon... esto no ha vuelto a ser como antes... slo de vez en cuando pasa uno que otro cliente... El amante le pide a Chela un trago. La mujer le trae el pedido y se queda junto a l. El amante toma la cartera de la seora y va a sacar el dinero para pagar. La seora bruscamente le arrebata el bolso, lo mira desafiante y ella misma paga la cuenta. El amante desconcertado se va a tomar el trago pero repentinamente se llena de furor, deja el vaso sobre la mesa y se retira al fondo. Mira el horizonte con profundo desconsuelo. Emiro se acerca a Doris como para hablarle. La muchacha se para violentamente, recoje sus zapatos y va al fondo, a la trastienda. Chela la llama pero ella no regresa. Emiro se queda junto a la mesa donde estaba la joven, mira el peridico que dejaron los extraos encima de la mesa y comienza a hojearlo. De pronto los mira a todos y dice como para si mismo. EMIRO: El orgullo va a matar al hombre y destruir a la mujer. Va mirando las noticias que aparecen en las pginas del peridico. EMIRO: Choque de trenes en Estambul... vean eso, qu peligro... Se postergan las elecciones... estaban en elecciones... Otros cinco muertos sin identificar... siguen con lo de los muertos... La situacin bursatil es catica... catica... incontenible alza de precios... como le parece... a punto de estallar un volcn en Mali- Hiuro... eso dnde ser... culturales... mira aqu.. (Al msico 1) Oiga, como era que se llamaba el conjunto musical en el que usted tocaba? MUSICO 1: Cul? El Tropical Boys? EMIRO: Ese, Mire. Aqu dice que los Tropical Boys salieron para Nueva York. Que van contratados para tocar all, con foto y todo! El msico 1 le arrebata el peridico y muy emocionado se lo empieza a mostrar a todo el mundo. MUSICO 1: Claro, ah estn todos! Los tropical Boys...! Bueno, faltamos dos, Edilberto y Yo. Mire, ah debera estar yo. Como en esta foto que tengo aqu Nerviosamente busca en su cartera y saca un recorte viejo de peridico y se lo muestra a todos. MUSICO: Para que vean que es verdad lo que yo deca! Aqu slo falto yo y Edilberto que se muri hace como cinco aos. Pero todos los dems estn ah. Un poco ms

viejos pero estn ah igualitos! El famoso grupo musical ahora en Nueva York! (Leyendo) "Esperamos que cosechen los xitos de siempre". "Claro, nosotros siempre fuimos un xito! Nosotros compusimos la famosa cancin del Piruln Pin Pon, usted la ha oido, seora, era una cancin que fue toda una poca... Cmo sonaba esa orquesta... esa si era msica con arreglos especiales de trompeta y todo... yo era el guitarrista.., pero lo bueno era cuando entraba la trompeta esos acordes nos hicieron famosos... Paparapapaparapapap... pero lo que era un xito, que trataban de imitarnos pero jamn lo lograron, era la sncopa... me entienden?, era un ritmo sincopado entre la trompeta y la batera... y yo con la guitarra reforzando los bemoles... ese si era sonido... as llegamos a la cumbre... nadie como nosotros... Los tropical Boys... inimitables! Emiro lo interrumpe. EMIRO: Y si era tan famoso entonces que hace aqu? El msico se corta en su explosin de alegra, mira a Obdulio y le grita con ira. MUSICO: No me joda! Todos se quedan callados. De pronto Emiro murmura. EMIRO: Cuando uno seala con un dedo hay otros tres que lo sealan a uno. Despus de un corto silencio habla Don Blanco. DON BLANCO: Bueno, bueno, echmos tierra al asunto y vamos a otra cosa. Uno no puede estar pagando toda la vida una culpa que ya pag. El ya estuvo diez aos en la crcel que ms quieren, ah? Los msicos regresan a sus puestos. Hay una pausa. Chela le sigue dictando la carta a Doris. CHELA: ...y se fueron los trabajadores de la carretera... desde entonces esto no ha vuelto a ser como antes. . . solo de vez en cuando pasa uno que otro cliente... y en poca de lluvias como ahora es peor... La puta que se haba como quedado tarariando la cancin de pronto empieza a cantarla y se acerca a los msicos. LA PUTA: Claro, el Piruln Pin Pon era mi disco preferido! Con ese fue que yo me enamor por primera vez! Cuando tena quince aos! Y por ese fue que me echaron de la casa. (Se re) Pero imagnense lo que sera si me hubiera quedado all. Todo por el Piruln Pin Pon! Ay, porqu no lo tocan! Si, por favor toquen el Piruln! DON BLANCO: No faltaba ms. Por supuesto! Toquen el Piruln Pin Pon para la dama. Con mucho cario! A ver muchachos! Los msicos tocan la pieza musical. La puta feliz empieza a bailar e invita a Don Blanco para que la acompae. Emiro tambin baila.

La seora sonriente acompaa con las palmas el ritmo. El amante se acerca poco a poco a la mesa y se bebe el trago que haba dejado. Emiro le hace seas a Doris para que baile con l. La muchacha no le hace caso

IV
Sobre la msica de la cancin empieza a sonar el ruido de un motor de automvil que se acerca cada vez ms. El ruido del motor cubre el sonido de la msica. La pareja de Don Blanco y la puta bailan en el centro del saln. Emiro se acerca a Doris y la toma de la mano para que baile con l. La muchacha rehusa y ante la insistencia de Emiro le grita. DORIS: No me joda! Chela que se ha dado cuenta da un golpe sobre el mostrador. De pronto para el ruido del motor, se apagan las farolas del auto y todos miran al fondo. Alguien dice: "Es una flota!" y todos salen corriendo hacia la entrada del fondo. Los msicos siguen tocando la cancin. La puta, la seora, el amante y el taxista se quedan junto a la puerta. Al fondo estn prendidos los faroles de un automvil. Los faroles se apagan. Despus de un momento aparecen en la puerta los dos extraos. Tienen unas capas de plstico negro para protegerse la lluvia. Los extraos se quedan parados frente a la entrada. El extrao 2 lleva una pesada caja de madera. La seora se acerca un poco a los extraos y les pregunta: SEORA: Qu les pas? El extrao 1 se queda mirndola un momento. EXTRAO 1: Dinamitaron el puente. La seora aterrada deja caer su caja de cosmticos. Emiro se vuelve a los msicos y repite. EMIRO: Qu dinamitaron el puente... El extrao 1 avanza y llama a Obdulio. Llegan a primer plano. El extrao en voz muy baja le hace algunas preguntas. El joven responde como dndole quejas al extrao. Este le pregunta si pueden dejar unas cajas dentro de la taberna. Obdulio se dirige a Emiro para peguntarle si pueden entrar las cajas. Emiro va donde Chela para pedirle su autorizacin. Chela levanta sus hombros como aprobando. Emiro va junto a Obdulio y le dice que s. Obdulio se acerca al extrao para informarle que las pueden entrar. El extrao va junto a su compaero y le hace una sea para que entre la caja. Obdulio le indica el camino hacia la trastienda. El extrao le pide a Emiro que le ayude.

Entre los cuatro van entrando ms cajas, del carro a la trastienda. Cuando han entrado como cinco cajas Chela los detiene alarmada. CHELA: Pero que es sto? Dijeron que unas cajitas y vea lo que nos estn metiendo! No, ya no ms. Esas otras cajas las dejan ah a la entrada. No faltaba ms! EXTRAO 1: Slo son dos cajas ms y terminamos. CHELA: Dije que ya no ms! Adentro no caben ms cajas! Ponen las ltimas cajas cerca de la entrada. De pronto afuera aulla el perro. El extrao 2 saca un revlver de debajo de su impermeable. Todos retroceden asustados. El extrao 1 hace seas para calmar a su compaero y se acerca a Emiro para pedirle que si le deja entrar un poco ms el carro. Su voz casi no se oye debido al tono bajo y al ruido del aguacero. Lo mismo de la vez anterior, Emiro le pregunta a Chela y ella a regaadientas acepta. Los extraos salen con Emiro y Obdulio. Suena el ruido del motor del carro. Se prenden los faroles y el carro avanza ms y ms. La trompa del jeep asoma por el fondo y penetra en el recinto. Todos retroceden. El ruido del motor aumenta. Chela da gritos para detener el carro que ha invadido el establecimiento. El carro para y se apagan sus faroles y el ruido del motor. Los extraos, Obdulio y Emiro regresan al interior del recinto. Chela protesta airada por lo que le invadieron el establecimiento. El extrao le da unos billetes a Emiro. Chela sigue protestando y mira de reojo la plata. No quiere recibir el dinero que le pasa Emiro. El extrao le ofrece, protestando, dos billetes mas. Chela por fin recibe el dinero, pero sigue alegando por la invasin. Los extraos entran en el saln y se dirigen al puesto que ocupaban antes. Obdulio les recibe las capas impermeables. El extrao 1 abre un maletn y saca un cepillo de dientes, una toalla y pasta dental. Va al bao que Obdulio le abre muy obsequioso. La puta ha quedado en la mitad de la sala como desubicada. Comienza a protestar. LA PUTA: Y aqu qu es lo que pasa? Ah? Mejor dicho aqu ya no se puede respirar. Lo que toca es evacuar y lo ms rapidito que sea posible. (Al taxista) Vmonos de aqu! Camine a ver si conseguimos alguien que nos saque de este atolladero! Camine y conseguimos su repuesto all adelante! TAXISTA: Pero usted est loca! Por all no conseguimos nada, hay que esperar aqu. LA PUTA: A ver si uno de sus profetas nos trae el repuesto? No, yo me voy como sea! Camine seora, camine conmigo que por ah adelante, en el puente encontraremos alguien que nos ayude! La seora va recogiendo sus cosas, para irse con la mujer pero el amante empieza a protestar. La puta se pone el talego del mercado en la cabeza y se para en la entrada del fondo.

LA PUTA: Si no nos vamos ya, saben quien nos va a sacar de aqu? El divino putas! Yo me abro! Si nadie se va conmigo me voy sola! La puta se va por el fondo. Todos quedan desconcertados. Pausa larga. Don Blanco empieza a murmurar y a rerse y le ordena a los msicos que toquen una pieza. Los msicos tocan la cancin: "Flores negras" La seora empieza a discutir con el amante. Don Blanco desde atrs le hace seas a la seora para que no se deje. La discusin se acalora. La seora recoge sus cosas y se pasa al puesto donde estaba la puta. Don Blanco le da un trago a la seora. El amante visiblemente contrariado da un golpe al asiento y se retira al fondo. El extrao 1 sale del bao. Sale con el cepillo de dientes en la boca y la toalla en el cuello. Se pasea por el recinto hasta llegar al primer plano con actitud de dueo de lugar. Se sienta en su puesto. Don Blanco, celoso por la actitud del extrao, llama a Obdulio. Obdulio llega junto al mostrador. Don Blanco manda servir dos tragos y le ordena a Obdulio que los lleve a los extraos. Obdulio trata de protestar pero Don Blanco insiste. El muchacho le lleva los tragos a los extraos. Los pone en la mesa. El extrao 1 rechaza los vasos y mira desde su puesto a Don Blanco. El hombre encara la mirada del extrao y le pide a Obdulio que se acerque. Obdulio va junto a Don Blanco. Don Banco le ordena llevar una botella a la mesa de los extraos. Obdulio rehusa obedecer. Don Blanco lo empuja furiosamente para que lleve la botella. Obdulio obedece asustado. Trae la botella y la pone sobre la mesa. El extrao mira a Don Blanco y se levanta para avanzar a primer plano dndole la espalda al hacendado. El extrao 2 se para lentamente y se encara con Don Blanco con los brazos a los lados, sueltos como listos a disparar. El extrao 1 se voltea, vuelve a la mesa, toma la botella, la mira detenidamente y luego derrama su contenido en el balde que est en el centro del saln. Don Blanco refunfua lleno de ira y empieza a avanzar sobre los extraos. DON BLANCO: Quin es el que se atreve a rechazar una invitacin de Evaristo Blanco! No ha nacido y si naci ya est muerto! Existe sobre la tierra alguien que se atreva a ofenderme as? Pregunto! Ha nacido el macho que rechace una invitacin ma? Jams y menos un par de maricas como esos carajitos de mierda! Avanza sobre los hombres. El extrao 1 ostensiblemente le da la espalda para dejarle la faena a su compaero que se prepara a enfrentar a Don Blanco. El hombre completamente borracho se para en el centro y levanta un dedo en alto. Lo empieza a bajar como si fuera una pistola con la que va a disparar sobre los extraos. La accin se detiene. La puta entra del fondo con un zapato en la mano y toda embarrrada.

Se coloca delante de Don Blanco y comienza a hablar. Entre quejas y risas cuenta lo que le ha pasado. LA PUTA: Esta vida si es un chiste. Me rod por un barranco y vean como qued! El talego del mercado sigui rodando y rodando hasta que fue a dar al ro. Y all fueron a dar los tomates y las cebollas y todos mis ahorros de un mes! Eso s es mucho lo de malas! Casi me mato! Adems se me rompi el tacn del zapato. Y ahora qu voy a hacer! Me va tocar quitarle el tacn al otro! Porque as como voy a quedar... En ese momento Obdulio suelta una carcajada incontenible. La risa contagia a todos. Emiro se lleva hacia atrs a Don Blanco. Los extraos se sientan de nuevo y se toman su leche. El amante trata de llevar las cosas de la seora de nuevo a su lugar. La seora se bota sobre l y le quita sus pertenencias. Discuten. A ella le da un ataque de histeria y llora desesperadamente contra el mostrador. Don Blanco la lleva hasta su puesto, la sienta y le da un trago. De nuevo todos quedan sumidos en sus pesares. Larga pausa. ... Siga... de manera que renncie a sus intenciones de venirse para ac... porque por muy mala que pueda ser la situacin all no puede ser peor que por aqu... firma su hermana... Chela Prez viuda de Ordez. Del fondo ladra el perro. Los extraos se paran nerviosos. El extrao 1 llama a Obdulio. Obdulio se acerca a l. El extrao le ordena que salga a callar el perro. Obdulio sale. El perro sigue ladrando. Obdulio regresa. No ha podido callar al perro El extrao 2 sale decidido hacia el fondo. Obdulio lo sigue. El perro ladra. Suena un disparo. El perro deja de ladrar. Despus de un momento entra corriendo Obdulio visiblemente consternado. Al momento entra el extrao 2 con paso reposado. Chela, Emiro y Doris salen corriendo hacia el fondo para ver qu le pas al perro. Regresan y Chela estalla contra los extraos. CHELA: Esto ya es el colmo! Cmo les parece! Matarme al animalito! Se me van ya! Se me van largando de aqu con sus cajas y todo! Qu les estaba haciendo el pobre perrito, ah? Se me van ya! Que saquen sus cajas y que se vayan! Chela coge una de las cajas y la bota con fuerza frente a la entrada. Emiro tambin protesta airadamente pero en un tono menor. EMIRO: Son unos salvajes! Esa es la manera de pagarnos? Aqu se les trat con decencia, y cul es la respuesta? Un atropello semejante! Esto es una canallada!

Emiro sigue protestando y el extrao 1 se acerca a su compaero y lo reconviene. EXTRAO 1: No se da cuenta cmo quedamos ante esta gente con su mal genio? Imbcil! Tiene que aprender a controlarse. Domine esos nervios! Ahora cmo vamos a arreglar esto con esos seores! Imbcil! De pronto empieza a repetir insultos y los argumentos de Emiro. Se acerca a l, mete la mano en su bolsillo y saca algunos billetes. Emiro sigue resongando. Retrocede un paso y no recibe el dinero. El extrao saca un billete ms, como en la operacin anterior, y estira los billetes a Emiro. EXTRAO 1: Si esto puede compensar en algo la muerte del pobre animal, permtame... Yo s que slo es un valor simblico... pero en algo puede ayudar... ha sido un incidente infortunado. Le juro que no se volver a repetir... Emiro contina su protesta un poco entre dientes. El extrao pone los billetes sobre una mesa enfrente de Emiro. EMIRO: No s a qu horas nos dejamos enredar en esto. Somos una familia honesta, honrada, nunca habamos pasado por una cosa semejante.., esto es imperdonable... hemos sido unos ciegos. Poco a poco se va acercando a los billetes y ya junto a ellos apenas murmura sus protestas. Toma, casi sin quererlo, los billetes y mira a Chela. Se queda callado esperando lo que ella pueda decir. De pronto la mujer estalla. CHELA: Entonces hagan lo que se les d la gana! Entra furiosa a la trastienda. Suena la msica opertica. Todos, que durante la escena anterior haban estado a la expectativa, empiezan a ocupar de nuevo sus puestos. El msico 1 se queda junto a las cajas y se agacha para ver algo que le ha llamado la atencin. Se levanta con una cajita en la mano que se haba salido de la caja que bot Chela junto a la entrada. Con muestras de visible preocupacin se acerca a Emiro, que est en primer plano contando la plata. El msico le muestra a Emiro el contenido de la caja: son balas de fusil. Emiro se echa para atrs consternado y se va rpidamente a buscar a Chela. Entra a la trastienda y al momento sale con Chela. La lleva junto al msico y le muestra las balas. Los tres se van junto a Don Blanco y hablan con l. Le muestran las balas. Don Blanco seguido de los otros tres se acerca a la mesa de los extraos. Discute con ellos y les muestra las balas. El extrao 1 se para violentamente y empieza a protestar por lo que le abrieron las cajas. Levanta la voz y se pasea por todo el saln exigiendo que le digan quin se tom el atrevimiento de abrirle sus cajas de mercanca. Todos le van sacando el cuerpo evidentemente asustados por la violenta reaccin del extrao.

Don Blanco contina insultndolos por lo que han venido a romper la paz y la tranquilidad de ese lugar. Los desafa a pelear afuera y no ah que ese es un sitio decente que ellos han enlodado con su presencia. Los desafa parndose en la puerta del fondo. Los extraos aceptan y salen con l. Emiro, los msicos, y Obdulio salen detrs de ellos. En la sala quedan a la expectativa la seora, el amante, la puta, el taxista y Doris. Cesa la msica opertica. El amante se vuelve a primer plano y recoge su maletn. Luego se acerca a la seora y trata de sacarla de ah. La seora se voltea y se desprende violentamente de l. SEORA: iSulteme! No me toque!! Ni se me acerque!! Yo me regreso a mi casa con mis hijos!! Usted no vale la pena de nada!! Estpida que fu!! Djeme sola!! No lo quiero volver a ver ms en mi vida!! El amante retrocede contrariado y trata de buscar cmo escabullirse del lugar. El taxista va junto a su mesa y toma la biblia. Lee en voz alta un pasaje del Apocalipsis. TAXISTA "Y tena en su diestra siete estrellas, Y de su boca sala una espada aguda de dos filos, Y cuando yo le vi ca como muerto a sus pies Y l puso su diestra sobre m dicindome: No temas, yo soy el primero y el ltimo Y el que vivo y he sido muerto Y tengo las llaves del infierno y la muerte Y el misterio de las siete estrellas y he aqu que vivo por los siglos de los siglos Amen. La puta se acerca a l y le da un empelln. LA PUTA: Deje la pendejada esa, venga conmigo para ver que esas gentes no se vayan a matar!! En ese momento suenan afuera dos tiros. Todos retroceden asustados. A los pocos momentos entran los dos extraos. El extrao 1 va adelante con un revlver en la mano. Lo sigue su compaero tambin con revlver pero cogindose un brazo sangrante. El extrao 1 pasa junto a Doris y le dice: EXTRAO 1: Traiga agua y vendas para el herido! Luego se vuelve sobre los presentes.

EXTRAO 1: Fue en defensa propia. All hay testigos. Todos quedan en silencio mirndoles. Entra Emiro agarrndose la cabeza. Corre y se sienta en la mesa del centro. Viene seguido de Obdulio y los msicos. Emiro da muestras de encontrarse al borde de un ataque al corazn. Todos los ayudan menos los extraos. Tratan de darle respiracin. Emiro apenas murmura. EMIRO: Lo mataron... lo mataron esos salvajes... El extrao 2 est que se dobla del dolor de la herida. Su compaero lo socorre. Se voltea y le grita a Doris. EXTRAO 1: Que traiga agua y vendas le dije!! Doris queda como petrificada y mira a Chela. El msico 2 trata de intervenir y da un paso decidido hacia el extrao. Emiro con un gesto lo detiene. El extrao 1 saca un revlver contra el msico. Chela le hace un ademn a Doris para que le obedezca al extrao. Doris entra en la trastienda. El extrao guarda su revlver y se dirige a socorrer a su compaero. En ese momento, a lo lejos, del cielo, se oye el sonido de un helicptero que se acerca. El aparato pasa por encima de la taberna. Todos miran hacia arriba siguiendo el sonido del motor, De la trastienda sale Doris con el agua y las vendas, se detiene en el centro mirando hacia arriba. El motor disminuye la velocidad y parece que aterrizara junto al estadero. Todos quedan mirando, expectantes, hacia el fondo. Se oyen las astas del helicptero afuera. Entra un hombre todo vestido de negro y se para en la entrada del fondo. El extrao 1 se le acerca y le dice algo como el santo y sea. El hombre de negro le contesta y rpidamente empiezan a sacar las cajas. El extrao herido se pone una venda y sale. Terminan de sacar las cajas. El extrao 1 le hace una sea a Obdulio. El joven va a la trastienda. El hombre de negro le entrega un maletn lleno de dinero al extrao 1. El hombre sale y se oye al helicptero que levanta el vuelo y se va. El extrao herido entra y urge a su compaero para que se vayan. Obdulio entra de la trastienda con una maleta y los impermeables de los extraos. Mira como apenado a todos los presentes y sale. El extrao se acerca a Doris y la toma del brazo para que se vaya con ellos. La muchacha se resiste y luego decidida le quita el brazo y retrocede un paso. El extrao se sonre, y mira al msico 2 con sarcasmo. Luego se va retrocediendo hasta el mostrador. Saca un fajo de billetes y los pone con fuerza sobre el mostrador. Se queda mirando a los presentes y les dice muy pausadamente. EXTRAO 1: Aqu no ha pasado nada. Nada.

Se voltea y sale con su compaero herido. Todos quedan mirando al sitio por donde salieron. El carro prende motores. Se encienden los faroles. La trompa, que estaba dentro de la taberna, se retira. Los faroles se alejan hasta apagarse. El ruido del motor, por el contrario, aumenta ms y ms hasta que para en seco. FIN

También podría gustarte