El Libro de La Vida (Jiddu Krishnamurti)
El Libro de La Vida (Jiddu Krishnamurti)
El Libro de La Vida (Jiddu Krishnamurti)
Krishnamurti Foundation of America, Post office 1560, OJAI, CA93024 USA. Fundacin Krishnamurti Hispanoamericana, Apdo. 5351, Barcelona (Espaa) 1996. Editorial EDAF, S. A. Jorge Juan 30. Madrid Para la edicin en espaol por acuerdo con FUNDACIN KRISHNAMURTI HISPANOAMERICANA, Barcelona (Espaa) Todos los derechos de la versin en Espaa: castellano cedidos a la Fundacin Krishnamur ti Latinoamericana, apdo. 5351, Barcelona 08080,
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PRINTED IN SPAIN IMPRESO EN ESPAA Grficas COFAS, S.A. - Pol. Ind. Prado Regordoo - Mstoles (Madrid)
Introduccin
En 1934, Krishnamurti dijo: Por qu queremos ser estudiantes de libros, en lugar de ser estudiantes de la vida? Averigen qu es falso en el medio que los rodea, con todas sus opresiones y crueldades, y entonces descubrirn qu es lo verdadero. Seal repetidam ente que el libro de la vida , siempre cambiante, con una vitalidad que no puede ser contenida por el pensam iento, era el nico digno de leerse, ya que todos los dems estaban llenos de inform acin falsa. La historia de la humanidad se halla en ustedes; all estn la vasta experiencia, los miedos profundamente arraigados, las ansiedades, el dolor, el placer y todas las creencias que el hombre ha acumulado a lo largo de milenios. Ustedes son el libro. Esta obra, El Libro de la Vida, Meditaciones diarias con Krishnamurti, est dispuesta en un orden que reproduce en cierto modo la manera como Krishnamurti desarrollaba sus plticas. Comenzaba habitualmente con la accin de escuchar y la relacin existente entre el estudi ante y el auditorio, y terminaba con cuestiones que emergen naturalmente cuando la vida est en orden y una profundidad mayor empieza a aflorar a la superficie de la conciencia. Durante sus ltim os das, en 1985 y 1986, habl del espritu creativo y la posibilidad de un estilo de vida totalmente nuevo. Esta obra contiene fragmentos de esas plticas. Muchos temas se reiteraban a lo largo de sus ensean zas. Su visin consista en la total y comprensiva observacin de la condicin humana, en la que cada aspecto de la vida se halla interconectado. El Libro de la Vida presenta pasajes sobre un tema nuevo para cada sem ana del ao, y cada tpico se desarrolla a travs de siete das. Estas citas se identifican por su fuente bibliogrfica, y se hace referencia a sta en cada pie de pgina. Los lectores que se interesen en explorar a m ayor profundidad temas especficos, estn invitados a acudir a los textos com pletos contenidos en los libros de los cuales dichos temas han sido extractados. Krishnamurti comenz a hablar pblicamente en 1929 c on una voz que Aldous Huxley describi como plena de una autoridad intrnseca. Su poderosa exploracin en la naturaleza de la verdad y la libertad ha resultado en millones de ejemplares de sus plticas y dilogos publicados y traducidos a casi todos los idiomas del mundo. Krishnamurti, aunque tm ido y retrado, ofreci cente nares de plticas, pronunciadas sin notas previas ni preparacin alguna, las cuales desarrollaban esencialmente un tema primordial: la verdad puede ser descubierta por cualquiera de nosotros, sin la ay uda de autoridad alguna; al igual que la vida, est siem pre presente, en un solo instante. Sus plticas cubren la escala completa del conflicto y el inters, tanto en lo personal com o en lo social. Al observar la profundidad y el alcance de nuestra conducta tal co mo se revela en el instante de la observacin, surge la accin indispensable para transform arnos a nosotros mismos y a nuestra sociedad. Cuando alguien que asista a sus plticas le pregunt por qu hablaba y qu quera lograr, Krishnam urti respondi: Quiero revelarles algo, quizs el modo de descubrir qu es la realidad -no el modo en el sentido de un sistema, sino cmo proceder al respecto-. Y si ustedes pueden descubrir esto por s mismos, no habr uno que les habla, hablaremos todos sobre ello, todos expresaremos esa realidad de nuestras vidas, donde quiera que nos encontremos [...]. La verdad no puede ser acumulada. Lo que se acumula es destruido siempre, siempre se deteriora. La verdad jams puede deteriorarse, porque slo puede ser descubierta de instante en instante, en cada pensamiento, en cada relacin, en cada palabra, en cada gesto, en una sonrisa, en las lgrimas. Y si ustedes y yo podemos descubrir eso y vivirlo -el vivirlo es, en s mismo, el descubrimiento-, entonces no nos convertiremos en propagandistas; seremos seres humanos creativos; no seres humanos perfectos, sino creativos, lo cual es inmensamente distinto. Por eso, creo, estoy hablando, y quiz por eso estn ustedes escuchando. Slo existe el problema; no hay respuesta; en la comprensin del problema est su disolucin. A m enudo, cuando se le formulaba una pregunta, Krishnamurti responda: Averigemos qu entendemos por..., examinando as la pregunta y abrindola a la investigacin en vez de dar inmediatamente una respuesta. Para Krishnam urti, sondear una pregunta o un problem a alimentaba esa investigacin de un modo mejor que estar persiguiendo lgica e intelectualmente la bsqueda de una respuesta. Los extr actos que figuran en este libro son presentados al lector como interrogantes que podran haberse planteado sin que el lector sintiera el impulso de una respuesta inmediata. Krishnamurti sealaba que el dilogo con sus oy entes en las plticas que ofreca no era intelectual y no se hallaba anclado en pensam ientos e ideales. Dijo: Despus de todo, el propsito de estas plticas es comunicarnos el uno con el otro; no es el de imponerles una determinada serie de ideas. Las ideas jams cambian la mente, jams originan su transformacin radical. Pero si, como individuos, podemos comunicarnos el uno con el otro, al mismo tiempo y en el mismo nivel, entonces quizs habr una comprensin que no es tan slo propaganda... de modo que estas plticas no tienen ninguna manera la intencin de disuadirlos ni persuadirlos acerca de nada, ya sea de hecho o subliminalmente. En casi todas sus plticas pblicas y en sus dilogos , Krishnamurti usaba los trm inos humanidad u hombre cuando se refera a la totalidad del gnero hum ano. Pero en la ltima parte de su vida se interrum pa frecuentemente para decir a su auditorio: Por favor, cuando digo "hombre", me refiero tambin a la mujer. As que no se enojen conmigo.
Krishnamurti hablaba con extraordinaria sencillez, no como lo hace un gur o un m aestro religioso con una enseanza derivativa, con un vocabulario especial, o que se halla atado a alguna secta u organizacin. El requerimiento por sus enseanzas clar as y autnticas fue creciendo a m edida que recorra el m undo. Desde 1930 hasta su m uerte en 1986 hablo a auditorios cada vez ms numerosos en Europa, Norteam rica. Australia, Sudamrica y la India. Esta obra contiene pasajes tomados de plticas publicadas e inditas, de dilogos y escritos entre los aos 1933 y 1968. Entre stos se encuentra el prim er libro popular de Krishnamurti, ledo extensamente por el pblico: La educacin el significado de la vida, escrito bajo un gran roble en Ojai, California, y publicado en 1953 por Harper & Row, el editor que habra de continuar, por m s de treinta aos, publicando sus obras en Norteam rica. Su siguiente libro, La libertad primera y ltima, fue publicado en 1954 tambin por Harper & Row, con un largo prefacio de su amigo Aldous Huxley. Los Comentarios sobre el vivir fueron manuscritos entre 1949 y 1955, sobre pginas sin m rgenes, y carecen de correcciones o borraduras. Aldous Huxley haba alentado a Krishnamurti a escribirlo, y el manuscrito, preparado por D. Rajagopal, se public en 1956. En esencia, es una cr nica de las entrevistas de Krishnam urti con personas que venan para verlo y hablarle, y hay en estas pginas la sensacin del encuentro de dos amigos que conversan y exploran sin vacilacin ni tem or. Los captulos de esta obra se inician a m enudo con una breve descripcin del paisaje, del clim a o de anim ales cercanos. Desde la si mplicidad de este m undo natural se llega, con una fcil transicin, al paisaje interno de confusin, ansiedad y creencias -las preocupaciones generales y personales que la gente traa a sus encuentros con Krishnam urti-. Algunas entrevistas no fueron publicadas en aquellos prim eros tres volmenes de Comentarios sobre el vivir, y aparecen aqu por prim era vez. En parte de estas entrevistas no publicadas con anterioridad, Krishnamurti us la expresin pensamiento-sentimiento para describir una respuesta unitaria. El Arte de vivir (Live Ahead) y El propsito de la educacin (Think on These Things) fueron preparados en 1963 y 1964 por la am iga de Krishnam urti Mary Lutyens, y publicadas por Harper & Row. Estos dos libros contienen un compendio de seleccionadas preguntas y respuestas provenientes de conversaciones con los jvenes; fueron tan bien recibidos, que ha llegado a considerrsel os como clsicos religiosos y literarios. A estos libros sigui una extensa obra que abarca ms de cincuenta volmenes. Krishnamurti se consideraba personalm ente poco importante e innecesario para el proceso de com prender la verdad, de vernos a nosotros mismos. En cierta ocasin, se atribuy la condicin de un telfono, un m ecanismo para ser usado por aquel que escuchaba. Dijo: Lo que dice quien les habla tiene poca importancia en s mismo. Lo realmente importante es que la mente, sin esfuerzo alguno, est tan atenta que se halle todo el tiempo en un estado de comprensin. Si no comprendemos y tan slo escuchamos las palabras, nos llevaremos nada ms que una serie de conceptos o ideas, estableciendo de un modo un patrn al cual trataremos entonces de ajustarnos en nuestras vidas cotidianas o en las as llamadas vidas espirituales. Podra ser til, a medida que uno avanza en la lectura, estar alerta sobre el m odo como Krishnamurti consideraba la relacin entre dos personas en busca de la verdad. En 1981 dijo: Somos como dos amigos que, en un bello da, estamos sentados en el parque conversando sobre la vida, hablando de nuestros problemas, investigando la naturaleza misma de nuestra existencia, y preguntndonos seriamente por qu la vida se ha vuelto un problema tan grande, por qu, aunque intelectualmente somos muy refinados, nuestra vida cotidiana es tan penosa, tan carente de sentido, excepto para la supervivencia -la cual es ms bien incierta-. Por qu la vida, la existencia diaria, se ha convertido en una tortura semejante? Podemos acudir a la iglesia, seguir a algn lder poltico o religioso, pero la vida diaria es un desorden permanente; aunque haya ciertos perodos ocasionalmente gozosos, felices, nuestra vida se halla siempre rodeada por una nube de oscuridad. Y estos dos amigos, como lo somos ustedes y quien les habla, estn discutiendo juntos de una manera cordial, quiz con afecto, con solicitud, con inters, si es de algn modo posible vivir nuestra vida cotidiana sin un solo problema.
ENERO
El escuchar El aprender La autoridad El conocimiento propio
una de las cosas m s difciles que hay: escuchar al comunista, al socialista, al diputado, al capitalista, a cualquiera, a su esposa, a sus hijos, a su vecino, al conductor de l autobs, al pjaro... sim plemente, escuchar. Slo cuando escucha sin la idea, sin el pensam iento, est usted directamente en contacto; estando en contacto, sabr si lo que l est diciendo es verdadero o falso; no tendr que discutir al respecto.
4 DE ENERO OCK - Vol. XIV
Escchese a s mismo
INTERLOCUTOR: Mientras estoy aqu, escuchndolo, me parece que comprendo, pero cuando me encuentro lejos de aqu, no comprendo, aunque trate de aplicar lo que usted ha estado diciendo. KRISHNAMURTI: ... Usted tiene que escucharse a s mismo y no al que le habla. Si escucha al que le habla, l se vuelve su lder, su m todo para comprender, lo cual es un horror, una abom inacin, ya que as ha establecido la jerarqua de la autoridad. Por lo tanto, lo que uste d hace aqu es escucharse a s m ismo. Est mirando el cuadro que pinta el que le habla; se es su propio cuadro, no el de l. Si eso est bien claro, que usted se est mirando a s mismo, entonces puede que diga: Bien, me veo tal como soy, y no quiero hacer nada al respecto, y ah se termina la cosa. Pero si dice: Me veo tal com o soy, y tiene que haber un cambio, entonces comienza a elaborar su propia comprensin, lo cual es por com pleto diferente de aplicar lo que dice el que le habla [ ...]. Si, en cambio, mientras uno est hablando usted se escucha a s m ismo, gracias a ese escuchar hay claridad, hay sensibilidad; ese escuchar hace que la mente se sane, se fortalezca. Sin obedecer ni r esistir, se torna despierta, intensa. nicamente un ser humano as puede dar origen a una nueva generacin, a un mundo nuevo.
7 DE ENERO OCK- VOI. XV
... Me parece a m que el aprender es asom brosamente difcil, com o lo es tam bin el escuchar. Jams escuchamos verdaderamente nada, porque nuestra mente no es libre; nuestros odos estn obturados con esas cosas que ya conocemos, de modo que el escuchar se vuelve extrao rdinariamente difcil. Creo -o m s bien es un hecho que si uno puede escuchar algo con la totalidad de su ser, con vigor, con vitalidad, ese acto m ismo de escuchar es un factor que libera; pero, desafortunadam ente, ustedes jams escuchan, tal como jams han aprendido al respecto. Despus de todo, uno aprende nicam ente cuando entrega todo su ser a algo. Cuando uno dedica todo su ser a las matemticas, aprende; pero cuando se halla en un estado de contradiccin, cuando no quiere aprender pero es obligado a aprender, entonces el aprender se vuelve un m ero proceso de acumular. El aprender es com o leer una novela con innum erables caracteres; ello requiere atencin plena, no una atencin contradictoria. Si usted desea aprender acerca de una hoja -una hoja de la prim avera o una hoja del verano-, debe mirarla realmente, observar su simetra, su textura, la cualidad de esa hoja viva. Hay belleza, vigor, vitalidad en una sim ple hoja. As, para aprender acerca de la hoja, de la flor, de la nube, de la puesta del sol, o acerca de un ser hum ano, uno debe m irar con toda intensidad.
8 DE ENERO OCK - Vol. XI
futuros retos, a las futur as exigencias, desde lo cual aprendemos ms y ms [...]. Lo que hem os aprendido es confiado, como conocimiento, a la memoria, y ese conocimiento funciona cada vez que hay un reto o cada vez que debemos hacer algo. Ahora bien, yo entiendo que hay una forma totalmente distinta de aprender, y voy a hablar un poco acerca de ello; pero para comprenderlo y para aprender de esta m anera diferente, usted debe estar por com pleto libre de la autoridad; de lo contrario, ser m eramente adoctrinado y repetir lo que ha odo. Por eso es muy importante comprender la naturaleza de la autoridad. La autoridad impide el aprender -el aprender que no es la acumulacin de conocimientos como memoria-. La memoria responde siempre en patrones, no hay libertad. Un hombre cargado de conocimientos, de enseanzas, agobiado por las co sas que ha aprendido, jam s es libre. Puede ser extraordinariamente erudito, pero su acum ulacin de conocimientos le impide ser libre; por lo tanto, es incapaz de aprender.
14 DE ENERO OCK - Vol. XIV
Destruir es crear
Para ser libre, debe usted exam inar la autoridad, toda la estructura de la autoridad, y hacer pedazos toda la sucia cosa que ella im plica. Y eso requiere energa, conc reta energa fsica, y tambin exige energa psicolgica. Pero la energa se destruye, se desgasta cuando uno se halla en conflicto [...]. As, pues, cuando se comprende todo el proceso del conflicto, ste llega a su fin y hay abundancia de energa. Entonces uno puede proceder a dem oler la casa que ha construido a lo largo de siglos y que no tiene en absoluto sentido alguno. Sabe?, destruir es crear. Debem os destruir, no los edificios, no el sistem a social o econmico -esto sucede todos los das-, sino las defensas psicolgicas, las consci entes y las inconscientes, las seguridades que hemos desarrollado racionalmente, individualmente, tanto en lo profundo como en lo superficial. Debem os romper con todo eso, a fin de estar com pletamente desprovistos de defensas, porque para amar, para sentir afecto, tenemos que vivir sin defensa psicolgica alguna. Entonces, uno ve y comprende la am bicin, la autoridad; y comienza a entender cundo y en qu nivel la autoridad es necesaria -la autoridad del polica y nada ms-. En consecuencia, no hay autoridad del aprender ni autorida d del conocimiento o de la capacidad, como tampoco la autoridad que asume la funcin y que se convierte en rango. Comprender toda forma de autoridad -la de los gurs, la de los Maestros y otros- requiere una mente muy aguda y un cerebro claro, no un cerebro contuso, embotado.
15 DE ENERO OCK - Vol. XII
El problema es, entonces, el siguiente: Es posible pa ra la mente que ha sido tan condicionada -educada en innumerables sectas, religiones, y en toda clase de supersticiones y temores-, romper consigo misma y, de tal modo, dar origen a una m ente nueva? [...]. La vieja mente es, en esencia, la mente que se halla atada por la autoridad. No estoy usando la palabra autoridad en el sentido legalista; entiendo por esa palabra la autoridad como tradicin, conocimiento, experiencia, la autoridad como el medio de encontrar la seguridad y permanecer en esa seguridad, externa e internam ente; despus de todo, eso es lo que la m ente est buscando siem pre: un lugar donde pueda sentirse segura, donde no se la perturbe. Tal autoridad puede ser la autoridad de una idea autoim puesta o la as llamada idea religiosa de Dios, la cual no tiene realidad alguna para la persona religiosa. Una idea no es un hecho, es una ficcin. La idea de Dios es una ficcin; ustedes pue den creer en ella, pero sigue siendo una ficcin. Para encontrar a Dios uno debe destruir por com pleto la ficcin, porque la vieja mente es la mente temerosa, ambiciosa, la que tiene m iedo de la m uerte, del vivir y de la relacin; consciente o inconscientem ente, est siempre buscando permanencia, seguridad.
17 DE ENERO OCK - Vol. XIV
Estado; o puede ser la autoridad personal, el Maestro, el salvador, el gur. La autoridad, de cualquier clase que sea, nos ciega, engendra irreflexin; y como la m ayora de nosotros encuentra que ser reflexivo es sufrir, nos entregamos a la autoridad. La autoridad engendra poder, y el poder se centraliza siempre y, por eso, corrompe por completo; corrompe no slo a la persona que lo ejer ce, sino tam bin a quien la sigue. La autoridad del conocimiento y de la experiencia pervierte, tanto si le ha sido conferida al Maestro, a su representante o al sacerdote. Lo importante es la propia vida de cada uno, este conflicto aparentemente interminable, y no el modelo o el lder. La autoridad del Maestro y del sacerdote nos separ a de la cuestin fundam ental, que es nuestro conflicto interno.
21 DE ENERO CSV - Serte I
extraordinaria de la m ente, porque lo que es experimenta modificaciones, cambios constantes; y para poder seguirlos con rapidez, la m ente no debe estar atad a a ningn dogm a, a ninguna creencia en particular, a ningn modelo de accin. Si uno quiere ir en pos de algo, no es bueno estar atado. Para conocernos a nosotros m ismos, nuestra mente debe hallarse en un estado de percepcin alerta , de vigilancia, estado en el que se halla libre de todas las creencias, de todas las idealizaciones, porque las cr eencias y los ideales nos dan un solo color, falseando la verdadera percepcin. Si queremos saber lo que somos, no podemos imaginar algo que no somos ni creer en ello. Si soy codicioso, envidioso, violento, de poco vale que tenga m eramente un ideal de no-violencia, de no codicia [ ...]. La comprensin de lo que somos -feos o hermosos, malvados o dainos, lo que fuere-, el comprender sin distorsin alguna lo que realmente somos, es el principio de la virtud. La virtud es esencial, porque ella nos brinda libertad.
24 DE ENERO LPU
puede comprender lo real; no as la mente repleta de palabras, conocimientos, informaciones. La mente que analiza, que calcula, no es una mente sencilla.
27 DE ENERO OCK - Vol. VII
Conocerse a s mismo
Sin conocerse a s m ismo, haga uno lo que hiciere, no es posible el estado de m editacin. Entiendo por conocerse a s mismo, conocer cada pensamiento, cada estado de nimo, cada palabra, cada sentimiento; conocer la actividad de la propia m ente, no el y o supremo, el gr an yo; no existe tal cosa; el y o superior, el atm a, sigue estando dentro del cam po del pensam iento. El pensam iento es el resultado de nuestro condicionam iento, es la respuesta de nuestra memoria, tanto de la ancestral com o de la inm ediata. Si no hem os establecido prim ero, de manera profunda, irrevocable, esa virtud que adviene cuando nos conocemos a nosotros mismos, el mero intento de meditar es totalmente engaoso y absolutamente intil. Por favor, es m uy importante que aquellos que son serio s, comprendan esto. Ya que si no lo hacen, su meditacin y el vivir factual estarn divorciados, separados, tan ampliamente separados que, aun cuando uno pueda meditar, adoptar posturas indefinidam ente por el resto de su vida, no ver m s all de su nariz. Cualquier postura que adopte, cualquier cosa que haga, no tendr en absoluto sentido alguno. ... Es im portante comprender qu es este conocerse a s mismo: simplemente, estar atento, sin opcin ni preferencia alguna, al yo, el cual tiene su origen en un haz de recuerdos; slo estar conscientes de l sin interpretarlo, tan slo observar el movimiento de la mente. Pero esa observacin se ve impedida cuando, por medio de la observacin, uno se lim ita a acum ular ideas sobre qu debe hacer, qu no debe hacer, qu debe lograr. Si procedemos as, ponemos fin al proceso vivo que es el m ovimiento de la m ente centrada en el y o. O sea, tengo que observar y ver el hecho, lo factual, lo que es. Si esa observacin la abordo con una idea, con una opinin -como la de no debo, o de bo, que son las respuestas de la m emoria-, entonces el movimiento de lo que es se ve obstaculizado, bloqueado; por lo tanto, no existe el aprender.
28 DE ENERO OCK- Vol. XIV
El vaco creativo
No puede usted escuchar esto de la m isma manera como la tierra recibe la semilla, y ver si la mente es capaz de estar libre, vaca? Puede estar vaca slo comprendiendo sus propias pr oyecciones, sus propias actividades, no de vez en cuando, sino de da en da, de instante en inst ante. Entonces encontrar la respuesta, ver que el cambio llega sin que lo pida, ver que el estado de vaco cr eativo no es algo que pueda ser cultivado; est ah, adviene misteriosamente, sin invitacin alguna, y slo en ese esta do hay una posibilidad de renov acin, de que ocurra algo nuevo, una revolucin interna.
29 DE ENERO OCK - Vol. VII
El conocimiento propio
El recto pensar llega con el conocim iento propio. Si no nos com prendemos a nosotros mismos, nuestro pensamiento carece de base; sin el conocimiento propio, lo que pensamos no es verdadero. Yo y el mundo no somos dos entidades diferentes con problem as separados; y o y el mundo somos uno. Mi problema es el problem a del mundo. Yo puedo ser el resultado de ciertas tendencias, de influencias ambientales, pero en lo fundamental no soy diferente de otro. Internamente somos todos muy semejantes: a todos nos impulsa la codicia, la mala voluntad, el miedo, la ambicin, etc. Nuestras creencias, esperanzas, aspiraciones, tienen en todos una base comn. Somos todos uno, som os una sola hum anidad, aunque nos dividan las fronteras artificiales de la economa, la poltica y el prejuicio. Si mato a otro, me estoy destruyendo a m mismo. Uno es el centro de lo total; si no se comprende a s mismo, no puede comprender la realidad. Tenemos un conocimiento intelectual de esta unidad, pe ro mantenemos el conocimiento y el sentimiento en secciones diferentes; en consecuencia, jams experimentamos la unidad extraordinaria del ser humano.
30 DE ENERO OCK - Vol. IV
La relacin es un espejo
El conocimiento propio no lo es de acuerdo con alguna frmula. Uno puede acudir a un psiclogo o a un psicoanalista para averiguar acerca de s mismo, pero eso no es conocimiento propio. El conocimiento propio surge cuando estamos atentos a nosotros m ismos en la relacin, la cual revela lo que somos de instante en instante. La relacin es un espejo en el cual podem os vernos tal com o realmente somos. Pero pocos tenem os la capacidad de mirarnos tal cual som os en la relacin, porque inm ediatamente comenzamos a censurar o justificar lo que vem os. Juzgamos, evaluamos, comparamos, negamos o acep tamos, pero jam s observamos verdaderamente lo que es, y para la mayora de las personas esto parece lo m s difcil de hacer; no obstante, slo esto puede dar comienzo al conocimiento propio. Si en este espejo extraordinario de la relacin, el cual no deform a nada, podemos vernos as como somos, si simplemente tenemos la capacidad de mirar con atencin plena en este espejo y ver realmente lo que es, estar atentos a ello sin condenar, ni juzgar, ni evaluar -y uno m ira as cuando hay un inters serio-, encontraremos que la mente puede liberarse de todo su condicionamiento. Slo entonces est libre para descubrir lo que se encuentra ms all del campo del pensamiento. Al fin y al cabo, por erudita o insignificante que la m ente sea, est, consciente o inconscientemente, limitada, condicionada, y cualquier extensin de este condicionamiento sigue estando dentro del campo del pensar. As pues, la libertad es algo por completo diferente.
31 DE ENERO OCK - Vol. IX
FEBRERO
El devenir La creencia La accin El bien y el mal
El devenir es lucha
La vida tal como la conocemos, nuestra vida cotidiana, es un proceso de devenir, de llegar a ser. Soy pobre y acto con un objetivo en perspectiva, el cual es llegar a ser rico. Soy feo y quiero volverme atractivo. Por lo tanto, mi vida es un proceso de llegar a ser alguna cosa. La voluntad de ser es la voluntad de devenir, en diferentes niveles de conciencia, en diferentes estados; en ello hay reto, respuesta, hay un nom brar, un registrar. Ahora bien, este devenir es lucha, es dolor, verdad? Es un esfuerzo constante: soy esto, y quiero llegar a ser aquello.
1 DE FEBRERO LPU
Qu es el yo?
La bsqueda de poder, de pos icin, la autoridad, la am bicin y dems, son form as del yo en todas sus diferentes expresiones. Pero lo que im porta es com prender el yo, y estoy seguro de que todos estam os convencidos de eso. Si m e permiten agregar algo aqu, seam os serios con respecto a esta cuestin; si ustedes y quien les habla, como individuos, no com o un grupo de personas que pertenecen a clases sociales, a ciertas sociedades, a determinadas divisiones climticas, podemos comprender esto y actuar sobre ello, yo siento que habr una verdadera revolucin. Tan pronto eso se vuelve universal y se organiza mejor, el yo se refugia ah; mientras que si ustedes y yo, como individuos, podemos amar, podemos llevar a cabo esto de manera efectiva en nuestra vida cotidiana, entonces surgir a la existencia esa revolucin que es tan fundamental [...]. Saben ustedes qu entiendo por el yo? Entiendo por el yo la idea, el recuerdo, la conclusin, la experiencia, las diversas form as de las intenciones, ta nto las que se pueden nom brar como las innom brables, el esfuerzo consciente de ser o de no ser esto o aquello, la m emoria acumulada del inconsciente: lo racial, el grupo, el individuo, el clan, y la totalidad de ello, ya sea proyectado exteriormente en la accin o proyectado espiritualmente como virtud; el esforzarse tras todo esto es el y o. Ello incluye la com petencia, el deseo de ser. Ese proceso
ntegro es el yo; y cuando nos enfrentam os con l, sabemos realmente que es algo maligno. Uso la palabra maligno intencionalmente, porque el yo es divisivo; el yo lo encierra a uno en s m ismo; sus actividades, por nobles que sean, separan y aslan. Sabemos todo esto. Tambin sabemos cun extraordinarios son los momentos en que el yo se halla ausente, en que no hay sentido alguno de esfuerzo; ello ocurre cuando hay amor.
6 DE FEBRERO OCK - Vol. VI
Comprender lo que es
Ciertamente, un hombre que comprende la vida, no necesita creencias. Un hombre que ama no tiene creencias; ama. El que tiene creencias es el hombre consumido por el intelecto, porque el intelecto est siem pre buscando seguridad, proteccin, siempre est evitando el peligro y , por eso, engendran ideas, creencias, ideales, detrs de los que pueda protegerse. Qu ocurrira si ustedes abordaran la violencia direct amente ahora? Seran un peligro para la sociedad; y debido a que la m ente anticipa el peligro, dice: Alcanzar el ideal de la no violencia dentro de diez aos, lo cual es un proceso totalm ente ficticio, falso... Comprender lo que es importa ms que crear y seguir ideales, dado que los ideales son falsos y lo que es, es lo real. Para comprender lo que es se requiere una capacidad enorme, una m ente rpida y libre de prejuicios . Debido a que no querem os afrontar y comprender lo que es, inventamos las num erosas vas de escape y les damos hermosos nombres, tales com o ideal, creencia, Dios. Por cierto, slo cuando veo lo falso com o falso, mi mente es capaz de percibir lo verdadero. Una mente contundida en lo falso jam s puede encontrar la verdad. Por lo tanto, debo com prender qu es falso en m is relaciones, en m is ideas, en las cosas que hay a m alrededor, porque percibir la verdad exige que se comprenda lo falso. Sin eliminar las causas de ignorancia, no puede haber iluminacin; buscar la ilum inacin cuando la m ente se debate en la ignorancia es absolutamente vano y sin sentido. Por consi guiente, debo empezar a ver lo falso en m is relaciones con las ideas, con la gente, con las cosas. Cuando la mente ve lo que es falso, se m anifiesta lo verdadero; entonces hay xtasis, hay felicidad.
8 DE FEBRERO OCK - Vol. V
En qu creemos
No brinda entusiasm o la creencia? Puede el en tusiasmo sostenerse sin una creencia? Y es siquiera necesario el entusiasmo, o lo que se requiere es una clase dife rente de energa, de vitalidad, un im pulso diferente? La mayora de nosotros siente entusiasm o por una cosa u otra. Som os muy vehementes, muy entusiastas con respecto a conciertos, a la ejercitacin fsica, o cuando vamos a un picnic. A m enos que sea alim entado todo el tiempo por una cosa u otra, el entusiasmo se desvanece y tenemos un entusiasmo nuevo por otras cosas. Existe una fuerza, una energa que se sostenga por s misma, que no dependa de creencia alguna?
La otra pregunta es: Necesitam os, acaso, una creencia, de cualquier clase que sea? Si as fuera, por qu es necesaria? se es uno de los problem as involucrados. No neces itamos creer que existe la puesta del sol, que existen las montaas, los ros. No necesitam os creer que reimos con nuestras esposas. No necesitam os creer que la vida es una desdicha terrible con su angustia, su conflicto y su constante ambicin; eso es un hecho. Pero necesitamos una creencia cuando queremos escapar de un hecho hacia una irrealidad.
9 DE FEBRERO OCK- Vol. XVI
Ms all de la creencia
Nos damos cuenta de que la vida es desagradable, dol orosa, triste; deseam os alguna clase de teora, alguna clase de especulacin o satisfaccin, alguna clase de doctrina que explique todo esto, y as quedamos atrapados en explicaciones, palabras, teoras, y gradualmente las creencias echan races m uy profundas y se vuelven inconmovibles, porque detrs de esas creencias, de esos dogm as, est el m iedo constante a lo desconocido. Pero jams miramos ese miedo; le volvemos la espalda. Cuanto ms fuertes son las creencias, ms fuertes los dogmas. Y cuando examinamos estas creencias: la cristiana, la hind, la budista, etctera, encontramos que dividen a la gente. Cada dogma, cada creencia tiene una serie de rituales, de compulsiones que atan y separan a los seres humanos. De modo que empezamos una indagacin para averiguar qu es lo verdadero, cul es el significado de esta desdicha, de esta lucha, de este dolor; y pronto quedamos atrapados en creencias, rituales, teoras. La creencia es corrupcin, porque detrs de la creencia y la moralidad se esconde la m ente, el yo -el yo que se vuelve cada vez m s grande, poderoso y fuerte-. Consideramos que la creencia en Dios, la creencia en algo, es religin. Pensamos que creer es ser religioso. Com prende? Si no creem os, se nos considerar ateos, serem os condenados por la sociedad. Una sociedad condenar a los que creen en Dios, y otra sociedad condenar a los que no creen. Ambas son la misma cosa. As pues, la religin se vuelve una cuestin de creencia; y la creencia acta y ejerce su influencia sobre la m ente. De ese m odo la mente jams puede ser libre. Pero slo en libertad podem os descubrir qu es lo verdadero, qu es Dios; no podem os hacerlo mediante ninguna creencia, porque nuestra creencia misma proyecta lo que pensamos que debe ser Dios, lo que pensamos que debe ser la verdad.
11 DE FEBRERO OCK - Vol. VII
La pantalla de la creencia
Usted cree en Dios y otro no cree en Dios, de modo que las creencias de ustedes los separan. En todo el mundo la creencia est organizada com o hinduismo, budismo o cristianism o, as divide a los hombres. Estamos confundidos, y pensamos que mediante la creencia aclararemos la confusin; es decir, la creencia se superpone a la confusin y esperamos que, con eso, la confusin se desp ejar. Pero la creencia no es sino un m odo de escapar del hecho de la confusin no nos ay uda a aprontar y comprender el hecho, sino a escapar de la contusin en que nos
encontramos. Para comprender la contusin, no es necesaria la creencia; sta slo acta com o una pantalla entre nosotros y nuestros problemas. Por eso la religin, que es una creencia organizada, se convierte en un m edio para escapar de lo que es, del hecho de la confusin. El hombre que cree en Dios, el que cree en el ms all, o aquel que tiene alguna otra forma de creencia, est escapando de un h echo: el hecho de lo que l es. Acaso no conocemos a esas personas que creen en Dios, que practican puja, que repiten ciertos cantos y ciertas palabras, y que en su vida cotidiana son dom inadoras, crueles, am biciosas, tramposas, deshonestas? Encontrarn ellas a Dios? Estn verdaderamente buscando a Dios? Puede encontrarse a Dios mediante la repeticin de palabras, m ediante la creencia? Sin embargo, tales personas creen en Dios, ador an a Dios, van al tem plo todos los das, lo hacen todo para eludir el hecho de lo que son; y a esas personas las consideramos respetables, porque esas personas som os nosotros mismos.
12 DE FEBRERO OCK- Vol. VI
Observacin directa
Por qu las ideas arraigan en nuestras mentes? Por qu no se vuelven sumamente importantes los hechos, no las ideas? Por qu llegan a ser tan significativas las teoras, los conceptos, y no el hecho? Es, acaso, porque no podemos comprender el hecho, porque nos falta la capacidad de enfrentarnos a l, o porque nos atem oriza hacerlo? As pues, las ideas, las especulaciones, las teoras, son recursos para escapar del hecho... Uno puede huir, puede hacer toda clase de cosas, los h echos estn ah: el hecho de que uno es irascible, el hecho de que es ambicioso, el hecho de que es sensual, muchsimas cosas. Podr reprimir los hechos, transmutarlos -que es otra forma de represin-, controlarlos, pero todos esos hechos fueron reprimidos, controlados, disciplinados con ideas [...]. No desperdician nuestra energa las ideas? No em botan la m ente? Uno podr ser hbil en especulaciones mentales, en citas, pero la mente que apela a las citas es una mente embotada; ha ledo muchsimo y cita. ... Uno elimina de un solo golpe el conflicto de lo opuesto, si vive con el hecho y, por lo tanto, libera la energa para enfrentarse al hecho. Para la m ayora de nosotros, la contradiccin es un cam po extraordinario en el que la mente queda atrapada. Quiero hacer esto, y hago algo por co mpleto diferente; pero si me enfrento al hecho de querer hacer esto, no hay contradiccin alguna; en consecuen cia, de un solo golpe he abolido ntegram ente todo sentido de lo opuesto, y mi mente est entonces interesada por completo en lo que es y en la comprensin de lo que es.
15 DE FEBRERO OCK- Vol. XIII
de amor, pero por qu dividim os la vida en la cosa llamada bien y la cosa llam ada mal? No existe, en realidad, una sola cosa, que es una m ente inatenta? Por cierto, cuando hay atencin total, es decir cuando la m ente est por completo atenta, alerta, vigilante, no existen cosas tales como el mal o el bien; slo hay un estado lcido, despierto. La bondad no es, entonces, una cualidad del ser, no es una virtud; es un estado de amor. Cuando hay amor, no hay bien ni mal, slo hay amor. Cuando uno am a verdaderamente a alguien, no piensa en el bien o el mal, todo su ser est lleno de ese amor. Slo cuando se termina la atencin completa, cuando cesa el amor, surge el conflicto entre lo que soy y lo que de bera ser. En este caso, aquello que soy es m alo, y lo que debera ser es lo que llamo bueno. ... Observe su propia m ente y ver que en el instante en que deja de pensar en trm inos de llegar a ser alguna cosa hay una cesacin de la actividad, cesacin que no es estancamiento; es un estado de atencin total, el cual es bondad.
22 DE FEBRERO OCK - Vol. VIII
Ms all de la dualidad
Acaso no es usted consciente del m al? No son obvias las acciones que ejerce, no es abrumador el sufrimiento que ocasiona? Quin ha creado el mal sino cada uno de nosotros? Tal com o hemos creado el bien, por pequeo que fuere, as hem os creado el m al, por enorm e que sea. El bien y el m al forman parte de nosotros y tambin son independientes de nosotro s. Cuando pensamos y sentimos con estrechez m ental, con envidia, odio y codicia, estamos sumando mal al mal, y ste se vuelve contra nosotros y nos desgarra. Este problem a conflictivo del bien y el mal nos acompaa siempre, puesto que lo estamos creando. Se ha vuelto parte de nosotros este desear y no desear, amar y odiar, anhelar y renunciar. Estam os creando continuam ente esta dualidad que m antiene atrapado el pensam iento-sentimiento. ste puede ir m ucho ms all del bien y de su opuesto slo cuando comprende su causa: el anhelo. Al com prender el mrito y el demrito, nos liberamos de ambos. Los opuestos no pueden fundirse; deben ser trascendidos m ediante la diso lucin del anhelo. Cada opuesto debe ser examinado, investigado tan extensa y profundamente como sea posible, a travs de todas las capas de la conciencia. Por obra de este examen, de esta investigacin, se despierta una comprensin nueva que no es pr oducto del anhelo ni del tiempo. En el mundo existe el m al, al que estam os contribuyendo, tal como contribuimos al bien. El hombre parece unirse ms en el odio que en el bien. Un hom bre sabio se da cuenta de la causa del m al y el bien, y , comprendindola, libera de ella al pensamiento-sentimiento.
23 DE FEBRERO OCK - Vol. III
Justificamos el mal
Es obvio que la crisis actual en todo el mundo es excepcional, sin precedente. Ha ha bido crisis de diversos tipos en diferentes perodos a lo largo de la historia: crisis sociales, nacionales, polticas. Las crisis vienen y se van; hay recesiones econmicas, depresiones, que llegan, se m odifican y continan en una form a distinta. Estam os familiarizados con ese proceso, lo conocem os. No hay duda de que la crisis actual es diferente, verdad? Es diferente, en primer lugar, porque nos las estamos habiendo no con el dinero ni con cosas tangibles, sino con ideas. La crisis es excepcional porque se encuentra en el cam po de la ideacin. Estamos peleando por ideas, justificam os el asesinato; en todas partes del mundo estamos justificando el asesinato como un medio hacia un fin justo, lo cual es, de s, inaudito. Antes, se reconoca que el m al era el mal, que el asesinato era asesinato, pero ahora el asesinato es un medio para obtener un resultado noble. El asesinato, ya sea de una sola persona o de un conjunto de personas, se ve justificado, porque el asesino o el grupo que el asesino representa, justifica ese asesinato como el modo de alcanzar un resultado que ser beneficioso para el hom bre. Es decir, sacrificam os el presente por el futuro, sin importar cules sern los m edios empleados, en tanto declaremos que nuestro propsito es el de producir un resultado que beneficiar al hom bre. De eso se infiere, por lo tanto, que un medio malo producir un fin bueno, y justificamos los m alos medios apelando a la ideacin ... Contamos con una magnfica estructura de ideas para justificar el mal, y no caben dudas de que eso carece de pr ecedente. El mal es mal; no puede dar origen al bien. La guerra no es un medio para la paz.
24 DE FEBRERO LPU
Evolucin hermana
Debemos conocer la em briaguez para conocer la sobrie dad? Debemos pasar por el odio, a fin de saber qu es ser compasivo? Deben ustedes sufrir guerras, destruirse a s mismos y a otros, para saber qu es la paz? ste es, sin duda, un mud totalmente falso de pensar, no es as? Primero suponen que hay evolucin, desarrollo, un movimiento desde lo m alo a lo bueno, y despus acomodan su pensar a ese patrn. Es obvio que hay desarrollo fsico, la pequea plantita convirtindose en el gran rbol; hay progreso tecnolgico, la rueda evolucionando en el curso de los siglos hasta llegar al avin. Pero hay progreso, evolucin en lo psicolgico? Eso es lo que estam os discutiendo: si es que hay un desarrollo, una evolucin del yo que em pieza con el m al y termina en el bien. Mediante un proceso de evolucin, a lo largo del tiem po, puede el y o, que es el centro del m al, llegar a ser noble, bueno alguna vez? Evidentem ente, no. Lo que es malo, el yo psicolgico, seguir siendo m alo siempre. Pero no queremos enfrentarnos con eso. Creem os que mediante el proceso del tiempo, de crecimiento y cambio, el yo se convertir finalmente en la realidad. sta es nu estra esperanza, se es nuestro anhelo: que el y o, con el tiempo, llegue a ser perfecto. Qu es este y o este e go? Es un nom bre, una form a, un m anojo de recuerdos, esperanzas, frustraciones, anhelos, pesar es, sufrimientos, alegras transitorias. Queremos que este y o contine y devenga perfecto; por eso, decimos que ms all del yo hay un sper yo, un yo ms elevado, una entidad espiritual e integral. Pero, puesto que hemos pensado en ella, esa entidad espiritual sigue estando dentro del campo del tiempo, no es as? Si podem os pensar en ella , es obvio que se encuentra dentro del cam po de nuestro razonamiento.
26 DE FEBRERO OCK - Vol. VII
en este movimiento del ro de la m emoria, hay ocupacin, y tan pronto la m ente se halla ocupada, est presa en el pasado; y cuando la m ente est ocupada con el pasado, es incapaz de ver algo real, verdadero, nuevo, original, incontaminado.
27 DE FEBRERO OCK - Vol. VII
MARZO
La dependencia El apego La relacin El miedo
significaran muy poco, y todos los problemas que surgen a causa de la dependencia se disiparan. Entonces, cul es el factor ms profundo? Es que la m ente detesta, teme la idea de estar sola? Y conoce la m ente ese estado que ella procura evitar? En tanto ese sentim iento de soleda d no sea realm ente comprendido, percibido, investigado, disuelto -cualquiera que sea el nom bre que prefieran usa r-, en tanto perm anezca, la dependencia es inevitable, y uno jams puede ser libre; uno jams podr descubrir por s mismo aquello que es verdadero, aquello que es religin.
3 DE MARZO OCK - Vol. IX
La relacin
La relacin basada en necesidades m utuas slo trae conflicto. Por interd ependientes que seamos, nos usamos el uno al otro para un propsito, para una finalidad. Con una finalidad en pers pectiva, la relacin es inexistente. Usted puede usarm e y yo puedo usarle. En esta utilizaci n perdemos contacto. Una sociedad basada en la utilizacin mutua de sus miembros es el fundamento de la violencia. Cuando nos usam os el uno al otro, slo tenemos la imagen del fin que deseam os obtener. El fin, el provecho, impide la relacin, la com unin. En el uso que hacemos de otro, por satisfactorio y confortador que pueda ser, siem pre hay miedo. Para evitar este m iedo, tenemos que poseer. A causa de esta posesin, surgen la e nvidia, la suspicacia y el conflicto constante. Una relacin as jams puede ser fuente de felicidad Una sociedad cuya estructura se basa en las meras necesidades, ya sean fisiolgicas o psicolgicas, tiene que engendrar conflicto, confusin y desdicha. La sociedad es la proy eccin de uno m ismo en su relacin con otro, relacin en la que la necesidad y el uso m utuo son pr edominantes. Cuando usted usa a otro para sus propias necesidades fsicas o psicolgicas, en realidad no hay relacin en absoluto; usted no tiene un verdadero contacto, una comunin verdadera con la otra persona. Cmo puedo tener una com unin con el otro, cuando el otro es utilizado como un m ueble para m i propia convenienci a y comodidad? As pues, es esencial com prender el significado de la relacin en la vida cotidiana.
5 DE MARZO OCK- Vol. VI
El yo es la posesin
El renunciamiento, el autosacrificio, no es un gesto de grandeza para ser exaltado y copiado. Poseemos porque sin la posesin nada som os. Las posesiones son m uchas y muy variadas. Uno que no posee cosas m undanas puede estar apegado al conocimiento, a las ideas; otro puede estar apegado a la virtud, otro a la experiencia, otro al nombre y a la fama, etc. Sin posesiones, el yo no existe; el yo es la posesin, los muebles, la virtud, el nombre. En su miedo a no ser, la mente se apega al nombre, a los muebles, al mrito; y abandonar estas cosas con el fin de alcanzar un nivel superior, siendo eso superior lo m s gratificante, la ms permanente. El miedo a la incertidumbre, a no ser, contribuye al apego, a la posesin. Cuando la po sesin es insatisfactoria o penosa, renunciamos a ella por un apego ms placentero. La mxima posesin satisfactoria es la palabra Dios, o su sustituto, el Estado.
... En tanto tenga uno renuencia a ser nada, que es lo que ocurre con usted es, debe inevitablemente engendrar dolor y antagonismo. La buena disposicin a ser nada no es una cuestin de renunciamiento, de esfuerzo interno o externo, sino de ver la verdad de lo que es. El hecho de ver la verdad de lo que es nos libera del m iedo a la inseguridad, del miedo que engendra ape go y nos lleva a la ilusin del desape go, de la renunciacin. El am or a lo que es, es el principio de la sabidura. Slo el am or comparte, slo en el amor hay comunin; pero el renunciamiento y el autosacrificio son los caminos del aislamiento y de la ilusin.
6 DE MARZO CSV - Serie I
El apego es autoengao
Somos las cosas que poseem os, somos aquello a lo que estamos apegados. El apego carece de nobleza. El apego al conocimiento no es diferente de cualquier otra aficin gratificadora El apego es ensim ismamiento, ya sea en el nivel ms bajo o en el ms elevado. El autoengao es una forma de escapar de la oquedad del yo. Las cosas a las que estam os apegados: la propiedad, la gente, l as ideas, se vuelven sum amente importantes, porque sin las muchas cosas con que llena su vacuidad, el y o no existe. El miedo a no ser contribuy e a la posesin; y el miedo engendra ilusin, esclavitud a las conclusiones. Las conclusi ones, materiales o ideales, im piden que fructifique la inteligencia, la libertad; y slo en libertad puede tener exis tencia lo real. Sin esta libertad, la astucia es tom ada por inteligencia Las formas que adopta la astucia son siempre complejas y destructivas Esta astucia autoprotectora es la que contribuy e al apego; y cuando el apego causa sufrim iento, es esta misma astucia la que busca el desapego y encuentra placer en el orgullo y la vanidad del renunciamiento. La comprensin de las formas de la astucia de las modalidades del yo, es el principio de la inteligencia.
9 DE MARZO CSV - Serte I
Todos hemos tenido la experiencia de la tremenda soledad, donde los libros, la religin, todo se ha ido y en lo interno nos sentim os tremendamente solos, vacos. Muy pocos podem os enfrentarnos con esa vacuidad, esa soledad, y escapamos de ella. La depe ndencia es una de las cosas a las que acudim os; queremos depender de algo, porque no podemos permanecer a solas con nosotros m ismos. Debemos tener la radio o los libros o la charla, el parloteo incesante acerca de esto y aquello, acerca del arte y de la cultura. As es como llegamos a ese punto en que conocemos esta sensacin extraordinaria de autoaislam iento. Podemos tener un em pleo muy bueno, trabajar furiosamente, escribir libros, pero dentro de nosotros ex iste este vaco trem endo. Queremos llenarlo, y uno de los recursos es la dependencia. Usamos la dependencia, el entretenim iento, la labor en la iglesia, las religiones, la bebida, las m ujeres, muchsimas cosas para llenar ese vaco, para disimularlo. Si vemos que es absolutamente intil tratar de disimularlo, completamente intil, si vemos eso no verbalmente, no con conviccin y, por lo tanto, no c on conformidad y determinacin, sino que vemos el total absurdo de ello... entonces nos enfrentamos a un hecho. No es cuestin de cm o librarnos de la dependencia, lo cual no es un hecho, es slo una reaccin a un hecho [...]. Por qu no me enfrento al hecho y veo qu ocurre? Ahora se suscita el problema del observador y lo observado. El observador dice: Estoy vaco, no me gusta, y escapa de ello. El observador dice: Yo soy diferente de la vacuidad. Pero el observador es la vacuidad; no existe ah la vacuidad vista por un observador. El observador es lo observado. Cuando eso ocurre, hay una tremenda revolucin en el pensar, en el sentir.
10 DE MARZO OCK- Volumen XVI
El apego es un escape
Trate simplemente de prestar atencin a su condicionam iento. Usted slo puede conocerlo indirectam ente, en relacin con otra cosa. No puede percibir su condici onamiento como una abstraccin, porque entonces eso es meramente verbal, sin mucha significacin. Slo somos conscientes del conflicto. El conflicto existe cuando no hay integracin entre el reto y la respuesta. Este conf licto es el resultado de nuestro condicionam iento. El condicionamiento es apego: apego al trabajo, a la tradicin, a la propiedad, a las personas, a las ideas, etctera. Si no hubiera apego, habra condicionam iento? Por supuesto que no. Entonces, por que estam os apegados? Estoy apegado a mi pas, porque mediante mi identificacin con l llego a ser alguien. Me identifico con mi trabajo, y el trabajo se vuelve importante. Soy mi familia, mi propiedad; estoy apegado a ellas. El objeto de m i apego m e ofrece los m edios para escapar de m i propia vacuid ad. El apego es un escape, y es un escape que fortalece el condicionamiento.
11 DE MARZO CSV - Serie II
Estar solo
Estar solo, lo cual no es una filosofa de la soledad, implica hallarse en un estado de revolucin interna contra toda la estructura social; no slo la de esta sociedad, sino la de la sociedad com unista, la fascista, toda forma de sociedad como brutalidad y poder organizados. Y eso signi fica una percepcin extraordinaria de los efectos del poder. Seor, ha reparado usted en aquellos soldados ensayando? Ya no son ms seres humanos, son mquinas, son nuestros hijos de pie all bajo el sol. Esto est ocurriendo aqu en Estados Unidos, en Rusia, en todas partes, no slo en el nivel gubernam ental, sino tambin en el monstico, el que pertenece a los m onasterios, a las rdenes, a los grupos que em plean un poder asom broso. Slo la m ente que no pertenece a nada puede estar creativam ente sola. Y esa soledad no es algo que pueda cultivarse. Ve uste d esto? Cuando lo ve en su totalidad, est fuera de ello, y ningn gobernador o presidente lo invitar a cen ar. A causa de esa soledad creativa hay humildad. Esta soledad conoce el amor; el poder no lo conoce. El hombre ambicioso, ya sea el hombre religioso o el comn, jams sabr qu es el am or. En consecuencia, si uno ve todo esto, posee la cualidad del vivir total y , por ende, la de la accin total. Esto llega por obra del conocimiento propio.
12 DE MARZO OCK - Vol. XII
Para evitar el sufrimiento cultivamos el anhelo. Estando prevenidos de que el apego tarde o tem prano acarrea dolor, queremos desapegarnos. El apego es satisfactorio, pero al percibir el dolor que lleva en s, querem os satisfacernos de otra m anera, por m edio del desapego. El desapego es lo m ismo que el apego en tanto depare satisfaccin. Lo que realm ente buscamos, pues, es satisfaccin; anhelamos estar satisfechos por cualquier m edio que sea. Dependemos o nos apagam os porque ello nos brinda placer, seguridad, poder, una sensacin de bienestar, aunque involucre dolor y miedo. Buscamos el desapego ta mbin por placer, a fin de no ser lastim ados, heridos internamente. Nuestra bsqueda es de placer, gratificacin. Sin condenar ni justificar, debem os tratar de comprender este proceso, porque a m enos que lo com prendamos, no hay salida para nuestra confusin y nuestras contradicciones. Puede nuestro anhelo satisfacerse alguna vez o es un abismo sin fondo? Ya sea que anhelem os lo bajo o lo alto, el anhelo es siem pre anhelo, una llam a ardiente, y lo que puede ser consumido por ella, pronto se convierte en cenizas; pero el anhelo de satisfaccin permanece ah, ardiendo siem pre, consumiendo siempre; no termina jams. El apego y el desapego atan por igual, y ambos deben ser transcendidos.
13 DE MARZO EDK
La relacin es un espejo
Por cierto, slo en la relacin se revela el proceso de lo que uno es, verdad? La relacin es un espejo en el que me veo tal como soy; pero como a muy pocos nos gusta ver lo que somos, comenzamos a disciplinar, positiva o negativamente, lo que percibimos en el espejo de la relacin. O sea, descubro algo en la relacin, en las acciones de la relacin, y eso no me gusta. Empiezo, pues, a modificar lo que no me gusta, lo que percibo como desagradable. Deseo cambiarlo, lo cual significa que y a tengo un modelo de lo que yo debera ser. Tan pronto hay un modelo de lo que uno debera ser, no hay comprensin de lo que uno es. En el m omento en que tengo una im agen de lo que deseo ser, o de lo que debo ser, o de lo que no debo ser - un patrn conforme al cual deseo cambiarme a m mismoes obvio que no comprendo lo que soy en el instante de la relacin. Pienso que es de veras im portante comprender esto, porque entiendo que es aqu donde casi todos nos extraviamos. No queremos saber lo que realm ente somos en un momento dado de la relacin. Si slo nos interesa nuestro propio mejoramiento, no hay comprensin de nosotros mismos de lo que es.
15 DE MARZO OCK - Vol. V
El sentido de la relacin
La relacin es inevitablem ente penosa, lo cual se dem uestra en nuestra existencia diaria. Si en la relacin no hay tensin alguna, deja de ser una relacin y se convierte en un m ero, confortable estado de sopor, en un narctico, y eso es lo que desea y prefiere la mayora de la gente. El conflicto es entre este anhelo de com odidad y lo factual, entre la ilusin y la realidad. Si usted recono ce la ilusin com o tal, puede desecharla y conceder as su atencin completa a la relacin, a fin de com prenderla. Pero si busca seguridad en la relacin, sta se vuelve una inversin utilitaria en la comodidad, en la ilusin, mientras que la grandeza de la relacin es su m isma inseguridad. Al buscar seguridad en la relacin, uno est obstaculizando su verdadero sentido, lo cual trae consigo sus propias acciones y desgracias peculiares. Por cierto, el sentido de la relacin es revelar, en to talidad, el estado de nuestro propio ser. La relacin es un proceso de autorrevelacin, de conocimiento de nosotros mismos. Esta autorrevelacin es dolorosa, exige un ajuste constante, flexibilidad del pensam iento-emocin. Es una lucha penosa, con perodos esclarecidos de paz... Pero la mayora de nosotros evita las tensiones en la relacin, pr efiriendo la tranquilidad y la comodidad o la satisfactoria
dependencia, la seguridad exenta de retos, un ancladero confiable. As, la familia y otras relaciones se convierten en un refugio, el refugio de la negligencia. Cuando la inseguridad penetra furtivam ente en la dependencia, como inevitablemente lo hace, entonces esa relacin en particular es desechada y reemplazada por una nueva en la esperanza de hallar una seguridad perdurable; pero no hay seguridad en la relacin, y la dependencia slo engendra miedo. Sin comprender el proceso de seguridad y miedo, la relacin llega a ser un im pedimento que ata, una cuestin de ignorancia. Entonces, toda la existencia es lucha y dolor, y no hay forma de salir de eso , salvo con el recto pensar, el cual llega a travs del conocimiento propio.
16 DE MARZO EDK
Estar relacionado
Sin relacin, no hay existencia; ser es estar relacionado [...]. La mayora de nosotros no parece darse cuenta de esto: que el m undo es m i relacin con otros, y a sea con uno o con m uchos. Mi problem a es el problema de la relacin. Lo que soy es lo que proy ecto, y, desde luego, si no m e comprendo a m mismo, toda mi relacin es una confusin cuyos crculos se am plan cada vez m s. As pues, la relacin adquiere una im portancia extraordinaria, no mi relacin con la as llamada masa, con la multitud, sino en el mundo de mi familia y mis amigos, por reducido que sea ese m undo: mi relacin con m i esposa, m is hijos, m i vecino. En un m undo de vastas organizaciones, enormes movilizaciones de personas, grandes m ovimientos de m asas, tememos actuar en pequea escala; nos atemoriza ser personas sin importancia que limpian y despejan su propia parcela. Nos decimos: Qu puedo hacer personalmente? Para poder hacer reform as debo unirme a un movimiento de masas. Por el contrario, la verdadera
revolucin tiene lugar no por obra de m ovimientos de m asas, sino por m edio de una revolucin interna de la relacin; slo sa es una verdadera reforma, una revolucin radical y constante. Tememos comenzar a actuar en una escala pequea. Debido a que el problem a es tan vasto, pensamos que debem os encararlo con gran cantidad de personas, con una gran organizacin, con m ovimientos de masas. Por cierto, tenem os que em pezar a abordar el problema a una escala pequea, y la escala pequea es el yo y el t. Cuando m e comprendo a m mismo, comprendo al otro, gracias a esa comprensin adviene el amor. El amor es el factor ausente; hay falta de afecto, de calidez en la relacin. A causa de que nos falta ese amor, esa ternura, esa generosidad, esa piedad en la relacin, escapamos hacia la accin de masas, la cual produce m s confusin, ms desdicha. Llenamos nuestros corazones con planes para la reforma del mundo, y no prestamos atencin a ese nico factor resolutivo, que es el amor.
19 DE MARZO OCK- Vol. V
importante, pues, es darse cuenta de todo este proceso de uno mismo, observar, aprender al respecto, y no preguntar cmo podemos librarnos del miedo. Cuando uno desea tan slo librarse del m iedo, encontrar medios y arbitrios para escapar de l, y as jams podremos vernos libres del miedo.
22 DE MARZO OCK Vol. XIII
Enfrentarnos al miedo
Uno teme a la opinin pblica, tem e no lograr cosas, no realizarse, no tener la oportunidad; y a travs de todo eso existe este sentim iento extraordinario de culpa -uno ha hecho algo que no debera haber hecho-; y est el sentimiento de culpa en el m omento mismo de la accin; sentim iento de culpa porque uno es sano y otros son pobres y enfermos, porque uno tiene aliento y a otros les falta. Cuanto ms inquiere la mente, cuanto ms investiga y averigua, mayor es el sentim iento de culpa, de ansiedad [...]. El miedo es el im pulso que origina la bsqueda de un Maestro, de un gur; el miedo es esta capa de respetabilidad que todos aman tan profundamente -ser respetables. Usted determina ser valeroso para enfrentarse a los acont ecimientos de la vida, o tan slo racionaliza el m iedo, encuentra explicaciones capaces de dar satisfaccin a la m ente atrapada en el m iedo? Cmo se enfrenta usted al miedo? Enciende la radio, lee un libro, va a un templo, se aferra a alguna forma de dogma, de creencia? El miedo es la energa destructiva en el hombre. Marchita la mente, distorsiona el pensamiento, conduce a toda clase de teoras extraordinariamente ingeniosas y sutiles, a supersticiones absurdas, dogmas y creencias. Si usted ve que el miedo es destructivo, cmo procede para limpiar del miedo a la mente? Dice que exam inando la causa del m iedo estara libre del miedo? Es as? Tratar de descubrir la causa y conocer la causa del miedo no elimina el miedo.
23 DE MARZO OCK - Vol. V
Sabemos ahora qu es el miedo? No es, acaso, la no-aceptacin de lo que es? Debemos comprender la palabra aceptacin. No uso esa palabra con el significado del esfuerzo hecho para aceptar. Cuando percibo lo que es, no es cuestin de aceptar. Cuando no veo claramente lo que es, introduzco el proceso de la aceptacin. Por consiguiente, el miedo es la no-aceptacin de lo que es.
28 DE MARZO LPU
acumulativos. El m iedo es tanto innato com o adquirido; se relaciona con el pasado, y para liberar del m iedo al pensamiento-sentimiento, el pasado debe ser com prendido a travs del presente. El pasado est siempre deseando dar nacimiento al presente, y eso se convierte en la memoria que identifica al yo y lo mo. El yo es la raz de todo miedo.
31 DE MARZO OCK- Vol. III
ABRIL
El deseo El sexo El matrimonio La pasin
... Qu ocurre si no condenam os el deseo, si no lo juzgamos como bueno o m alo, sino que sim plemente nos damos cuenta de l? Me pregunto si ustedes saben qu significa darse cuenta de algo. La mayora de nosotros no se da cuenta, por que nos hem os acostumbrado a condenar, juzgar, evaluar, iden tificar, optar. La opcin nos impide, obviamente, darnos cuenta, porque siem pre optamos como resultado de un conflicto. El darse cuenta de las cosas cuando uno entra a una habitacin, el ver todos los m uebles, la alfombra o su ausencia, etctera, el slo ver, el percibir todo ello sin sentido alguno de juicio, es algo muy difcil. Alguna vez ha intentado usted m irar a una persona, una flor, una idea, una emocin, sin optar, sin juzgar en absoluto? Y si uno hace lo mismo con el deseo, si uno vive con l , sin negarlo ni decir: Qu har con este deseo? Es tan desagradable, tan im perioso, tan violento, sin darle un nombre, un smbolo, sin cubrirlo con una palabra, entonces, sigue existiendo la causa del desorden? En consecuencia, es el deseo algo que debe ser sacrificado, destruido? Queremos destruirlo, porque un deseo acomete contra otro creando conflicto, desdicha y contradiccin; y uno puede ver cm o intenta escapar de este conflicto interminable. Entonces, puede uno darse cuenta de la totalidad del deseo? Lo que entiendo por totalidad no es un d eseo o muchos deseos, sino la cualidad total del deseo en s.
4 DE ABRIL OCK - Vol. XII
es el vivir, es abundancia, plenitud, entrega de s m ismo; no es sentir que yo tengo significacin. Eso es tan slo un concepto. Si ustedes experim entan muriendo para las pequeas cosas, eso es suficien te. Slo mueran para los pequeos placeres, hganlo con facilidad, cm odamente, con una sonrisa; eso basta porque entonces vern que su mente es capaz de morir para muchas cosas, morir para todos los recuerdos. Las mquinas, las computadoras, estn tomando a su cargo las funciones de la m emoria, pero la m ente humana es algo m s que un hbito m eramente mecnico de asociacin y memoria. Sin em bargo ella no puede ser algo m s si no m uere para todo cuanto conoce. Ahora bien, para ver la verdad de todo esto, es esen cial una m ente joven, una m ente que no se lim ite a funcionar en el cam po del tiem po. La m ente joven m uere para todas las cosas. Pueden ver la verdad de eso inmediatamente, percibirla en el instante? Quiz no alcan cen a ver todo el significado extraordinario de ello, su inmensa sutileza, la belleza de ese morir, su riqueza, pero aun el simple escuchar al respecto siembra la semilla, y la significacin de estas palabras echa races, no slo en el nivel superficial, consciente, sino a travs de todo el inconsciente.
7 DE ABRIL OCK - Vol. XI
El sexo
El sexo es un problema porque parecera que en ese acto hay completa ausencia del yo. En ese instante uno es feliz, ya que hay una cesacin de la conciencia de s m ismo; y, al desear ms de ello, ms de la abnegacin del yo, en la cual hay felicidad completa sin pasado ni futuro, al exigir esa felicidad completa por medio de la fusin total, de la integracin, es natural que ello se convierta en algo de sum a importancia. No es as? Por ser algo que ofrece un jbilo genuino, un com pleto olvido de nosotros mismos, queremos ms y ms de ello. Ahora bien, por qu quiero m s de ello? Porque en todo lo dem s estoy en conflicto, porque en todos los otros niveles de la existencia hay fortalecimiento del yo. Econmica, social y religiosamente, hay un constante espesamiento de la conciencia de m mismo, el cual implica conflicto. Despus de todo, uno es consciente de s m ismo slo cuando hay conflicto. La autoconciencia es, en su naturaleza misma, el resultado del conflicto [...]. De modo que el problema no es, ciertamente, el sexo, sino cmo estar libre del yo. Uno ha experimentado, por unos pocos segundos o por ms tiempo, esa condicin en la que el yo est ausente; y cuando el yo est ah, hay conflicto, desdicha, lucha. En consecuencia, existe el constante anhelo por ms de ese estado libre del yo.
8 DE ABRIL OCK - Vol. V
El escape mximo
Qu entendemos por el problema del sexo? Es el acto o es un pensam iento acerca del acto? Por cierto, no es el acto. El acto sexual no es para ustedes un problema, no ms problema que el comer, pero si piensan todo el da en el comer o en cualquier otra cosa, porque no tienen na da ms en pensar, eso se convierte en un problem a para ustedes []. Por qu lo intensifican, cosa que evidentemente hacen? Los cines, las revistas, las novelas, la form a como visten las m ujeres, todo intensifica sus pensam ientos acerca del sexo. Por qu la m ente aumenta el problema, por qu piensa tanto en el sexo? Por qu, seor as y seores? Es el problema de ustedes. Por qu? Por qu se ha vuelto una cuestin fundam ental en sus vid as? Habiendo tantas cosas que reclaman, que exigen su atencin, conceden atencin com pleta al pensam iento sobre el sexo. Qu sucede, por qu sus m entes estn tan ocupadas con eso? Porque sa es la va del m ximo escape, no es as? Es un m odo de olvidarnos com pletamente de nosotros mismos. Por ahora, al menos por el momento, uno puede olvidarse de s mismo -y no hay otro modo de olvidarse de s mismo-. Todo lo dems que ustedes hacen en la vida acenta el y o. Sus negocios, sus religiones, sus dioses, sus lderes, sus activid ades polticas, econm icas y sociales, sus escapes, su afiliarse a un grupo y rechazar otro, todo eso da nfasis y fuerza al yo [...]. Cuando hay una sola cosa en sus vidas que constituy e una va de m ximo escape, de com pleto olvido de s m ismos, as sea por unos cuantos segundos, se afierran a ella porque es el nico momento en que son felices [...]. As pues, el sexo se vuelve un problem a extraordinariamente difcil y complejo, en tanto no comprendemos a la mente que piensa acerca del problema.
9 DE ABRIL OCK- Vol. VI
Por qu todo lo que tocam os lo convertimos en un problema?... Por qu el sexo se ha vuelto un problema? Por qu nos sometemos a vivir con problemas? Por qu no les ponemos fin? Por qu no m orimos para nuestros problemas, en vez de acarrearlos con nosotros da tras da, ao tras ao? No hay duda de que la pregunta acerca del sexo es pertinente, y la contestar enseguida, pero hay una pregunta que es fundam ental: Por qu convertim os la vida en un problema? Trabajar, tener sexo, ganar dinero, pensar, sentir, experimentar... Ustedes saben, toda la cosa del vivir, por qu es un problem a? No es, acaso, porque siempre pensamos desde un punto de vista particular, desde un punto de vista fijo? Estam os siempre pensando desde un centro hacia la periferia, pero la periferia es el centro para la mayora de nosotros, y as todo cuanto tocamos es superficial. Pero la vida no es superficial, requiere ser vivida de un m odo completo, y debido a que slo la vivimos superficialmente, no conocemos sino la reaccin superficial. Todo cuanto hacem os en la periferia debe, inevitablemente, crear un problem a, y eso es nuestra vida: vivimos en lo superficial y estamos satisfechos de vivi r all con los problemas de lo superficial. As pues, los problemas existen en tanto seguim os viviendo en lo superficial , en la periferia, siendo la periferia el yo y sus sensaciones, las que pueden ser exteriorizadas o perm anecer en lo subjetivo, o bien pueden identificarse con el universo, con el pas o con alguna otra cosa elaborada por la m ente. As, mientras vivamos dentro del campo de la mente, tendr que haber complicaciones, problemas. Y eso es todo cuanto conocemos.
10 DE ABRIL OCK - Vol. VI
El amor no es un deber
... Cuando hay amor, no hay deberes. Cuando uno ama a su esposa, lo comparte todo con ella: su propiedad, sus dificultades, su ansiedad, su alegra. Uno no ejerce dominio. Uno no es el hombre y ella la mujer para ser usada y descartada, una especie de m quina engendradora destin ada a dar continuidad al apellido del hom bre. Cuando hay amor, la palabra deber desaparece. El hombre cuyo corazn carece de am or, es el que habla de derechos y deberes, y en este pas [India] los derechos y deberes han tomado el lugar del am or. Las reglamentaciones se han vuelto ms importantes que la calidez del afecto. Cuando hay amor, el problema es simple; cuando no hay amor, el problema se vuelve complejo. Cuando un hombre ama a su mujer y a sus hijos, jams puede pensar en trminos de deber y derechos. Seores, examinen sus propios corazones y sus mentes. S que lo toman a risa; se es uno de los trucos de la persona irreflexiva: rerse de algo y desecharlo. Sus esposas no com parten las responsabilidades de ustedes, no comparten la propiedad, no poseen la m itad de lo que ustedes poseen, porque el hombre considera que la mujer es inferior a l, algo para ser m antenido y usado sexualmente segn la propia conveniencia cuando el apetito lo requiera. Por eso han inventado las palabras derechos y deber, y cuando la m ujer se rebela, ustedes le arrojan estas palabras. Slo una sociedad esttica, una sociedad en deterioro, habla de deber y derechos. Si examinan de verdad sus mentes y sus corazones, encontrarn que carecen de amor.
13 DE ABRIL OCK - Vol. V
Examinando el matrimonio
Estamos tratando de comprender el matrimonio, en el cual estn im plicados la relacin, el am or, el compaerismo, la comunin. Obviamente, si no hay amor, el matrimonio se convierte en una desgracia, verdad? Se vuelve m era satisfaccin m utua. Amar es una de las cosas m s difciles que hay , no es as? El am or puede nacer y existir tan slo en ausencia del y o. Sin amor, la relacin es penosa; por gratificante o por superficial que sea, nos conduce al aburrimiento, a la rutina, al hbito con todas sus implicaciones. En consecuencia, los problemas sexuales adquieren suma importancia. Al examinar el m atrimonio, si es necesario o no, uno debe prim ero comprender el am or. Por cierto, el am or es casto, sin am or uno no puede ser casto; puede ser clibe -hombre o mujer-, pero si no hay amor eso no es ser casto, no es ser puro. Si uno tiene un ideal de castidad, es decir, si quiere llegar a ser casto, tam poco en ello hay amor, porque eso es m eramente el deseo de convertirse en algo que uno considera noble, creyendo que eso le ay udar a encontrar la realidad; ah no hay amor en absoluto. Al igual que el libertinaje, que slo lleva a la degradacin y a la desd icha, la persecucin de un ideal tam poco es casta. Am bos excluyen el am or, ambos implican llegar a ser alguna co sa, complacerse en algo; por lo tanto, uno es el que se vuelve importante, y donde uno es lo importante, no existe el amor.
15 DE ABRIL OCK- Vol. IV
El amor no es una cosa de la m ente, verdad? No es tan slo el acto sexual. El amor es algo que la mente no puede concebir; es algo que no puede ser form ulado. Y ustedes se relacionan sin am or, se casan sin am or. Por consiguiente, en ese matrimonio se amoldan el uno al otro . Linda expresin! Se am oldan el uno al otro, lo cual es, obviamente, un mero proceso mental, intelectual, no es as? Todo amoldamiento lo es. Pero el am or es, por cierto, incapaz de amoldarse. Ustedes saben, seores, que si aman a alguien no hay amoldamiento verdad? Slo hay comunin completa. Unicamente cuando no hay amor comenzamos a amoldarnos. Y a este am oldamiento lo llamamos matrimonio. De aqu que el m atrimonio fracase, porque es la fuente m isma del conflicto, una batalla entre dos personas. Es un problema extraordinariamente complejo, como todos los problemas, pero ms an a causa de la fuerza que tienen los apetitos, los instintos. Por lo tanto, una m ente que tan slo se est am oldando jams puede ser casta. Una mente que busca la felicidad por medio del sexo jams ser casta. Aunque en ese acto puedan experimentar momentneamente la abnegacin del y o, el olvido de s mismos, la persecucin m isma de esa felicidad, persecucin que es cosa de la m ente, hace que sta carezca de castidad. La castidad surge a la existencia slo cuando hay amor.
16 DE ABRIL OCK - Vol. V
Los que tratan de ser clibes con el fin de llegar a Dios no son castos porque estn buscando un resultado, un beneficio, y as sustituyen el sexo por el objetivo en perspectiva; eso es miedo. Sus corazones carecen de amor y de pureza, y slo un corazn puro puede dar con la realidad. Un corazn disciplinado, reprimido, no puede saber qu es el amor; no puede saberlo si est preso en el hbito, en la sensacin, ya sea de orden religioso, fsico, psicolgico o sensual. El idealista es un im itador de su ideal; por lo tanto, no puede conocer el am or. No puede ser generoso, entregarse completamente sin pensar en s mismo. Slo cuando la mente y el corazn estn aliviados de la carga del miedo, de la rutina de los hbitos sensuales, cuando hay generosidad y compasin, hay amor. Tal amor es casto.
19 DE ABRIL OCK - Vol. IV
Comprender la pasin
Castigarse a s mismo, Implica una vida religiosa? La m ortificacin del cuerpo o de la m ente, es un signo de comprensin? Es la autotortura un cam ino hacia la rea lidad? La castidad, es negacin? Piensan ustedes que por medio del renunciamiento pueden llegar muy lejos? Piensan realm ente que puede haber paz gracias al conflicto? El medio que empleamos, no importa infinitamente ms que el fin proyectado? El fin puede ser, pero el medio es. Lo factual, lo que es, lo que debe ser com prendido, no encubierto por determ inaciones, ideales e ingeniosas racionalizaciones. El dolor no es el cam ino hacia la felicidad. Lo que llam amos pasin ha de ser comprendido y no reprimido o sublimado, y de nada sirve buscarle un sustitu to. Cualquier cosa que hagam os, cualquier artificio que inventemos, slo fortalecer aquello que no ha sido amado y comprendido. Amar eso que llam amos pasin es comprenderlo. Amar es estar en com unin directa; y no podemos amar algo si nos sentimos agraviados por ello, si tenemos ideas, conclusiones al respecto. Cm o puede uno amar y comprender la pasin si ha tom ado un voto contra ella? Un voto as es una form a de resistencia, y aquello que resistimos finalmente nos conquista. La verdad no puede ser conquistada, ustedes no pueden tom arla por asalto, se les escabullir de las m anos si intentan atraparla. La verdad llega silenciosam ente, sin nuestro conocimiento. Lo que conocem os no es la verdad, es slo una idea, un smbolo. La sombra no es lo real.
20 DE ABRIL CSV Serie II
Total desprendimiento
Tal vez jam s experimentaron ese estado de la m ente en el que existe un com pleto abandono de todas las cosas, un desprendimiento total. Y uno no puede abandonarl o todo sin que hay a una profunda pasin, no es as? Intelectual o em ocionalmente es im posible desprenderse de todo. El desprendim iento total ocurre, por cierto,
cuando existe una pasin intensa. No se alarm en ante esa palabra, porque un hombre que no es apasionado, que no es intenso, jams podr comprender ni sentir la cualidad de la belleza. I a m ente que mantiene algo en reserva, la mente que tiene un inters creado, que se aferra a la posici n, al poder, al prestigio, la m ente respetable (que es un horror), jams puede desprenderse de s misma.
22 DE ABRIL OCK- Vol. XI
El amor es un estado en el que no hay yo; es un estado en el que no existe condenacin alguna, ni un juzgar que el sexo es bueno o m alo, que esto es superior y aquello otro es inferior. El am or no es ninguna de estas cosas contradictorias. La contradiccin no existe en el amor. Y cmo puede uno am ar si no es apasionado? Sin pasin, cm o puede uno ser sensible? Ser sensible es percibir al vecino que se sienta junto a nosotros; es ver lo desagradable de la ciudad con su escualidez su suciedad, su pobreza, y ver la belleza del ro, del m ar, del cielo. Si uno no es apasionado, cmo puede ser sensible a todo eso? Cm o puede sentir una sonrisa, una lgrim a? El am or, les aseguro, es pasin.
26 DE ABRIL OCK - Vol. XI
La mente trivial
Una mente apasionada que tantea, busca, se abre paso , que jam s se afirm a en s, m isma, que no acepta tradicin alguna, una m ente joven, cmo ha de surgir a la existencia? Es indispensable que eso ocurra. (Es obvio que una m ente trivial no puede trabajar en ello. Una mente trivial que trata de volverse apasionada tan slo lo reducir todo a su propia trivialidad). Eso debe ocurrir, pues, y puede ocurrir slo cuando la m ente ve su propia trivialidad y, sin em bargo, no intenta hacer nada al r especto. Me expreso con claridad? Probablemente no. Pero como dije antes, cualquier m ente limitada, por vehem ente que sea, seguir siendo trivial. Eso es evidente, por cierto. Una mente pequea, aunque pueda ir a la L una, aunque pueda adquirir una tcnica, aunque pueda argumentar y defenderse con habilidad, es an una m ente pequea. Por lo tanto, cuando la m ente pequea dice: Debo ser apasionada para hacer algo que valga la pena, su pasin ser, sin duda, m uy insignificante, no es as? Como el montar en clera ante alguna pequea injusticia, o pensar que todo el m undo est cambiando por obra de alguna trivial, pequea reforma que, en una insignificante aldea sin importancia, ha hecho una mente insignificante y sin importancia. Si la mente pequea ve todo eso, entonces la percepcin misma de que es pequea hace que toda su actividad experimente un cambio.
28 DE ABRIL OCK - Vol. XI
La pasin perdida
La palabra no es la cosa. La palabra pasin no es la pasin. Sentir esa pasin y estar atrapado por ella, sin ninguna volicin ni directiva ni propsito, prestar atenci n a esta cosa llamada deseo, estar atentos a sus propios deseos, a esos deseos que ustedes tienen en abundancia, dbiles o fuertes... cuando hagan eso, vern qu dao tremendo causan al reprimir el deseo, al distorsionarlo, al querer satisfacerlo, al querer hacer algo respecto de l, al tener una opinin acerca de ese deseo que experimentan. La mayora de la gente ha perdido esta pasin. Proba blemente uno la ha tenido alguna vez en su juventud; quizs un vago m urmullo de esa pasin. Y la sociedad -que es lo que son ustedes- reprim e eso. Por consiguiente,
uno tiene que amoldarse a ustedes, que estn m uertos, que son respetables, que ni siquiera tienen una chispa de pasin creadora; y entonces uno llega a formar parte de eso y, de tal modo, pierde esta pasin de su juventud.
29 DE ABRIL OCK- Vol. XIV
MAYO
La inteligencia Los sentimientos Las palabras El condicionamiento
Liberar la inteligencia
Lo primero que debemos hacer, si se m e permite sugerirlo, es descubrir por qu pensam os de cierta m anera, por qu sentimos de cierta manera. No trate de cambiar eso, no intente analizar sus pensamientos y sus emociones; tome conciencia de por que esta pensando dentro de determinada rutina y desde qu motivo acta. Aunque pueda descubrir el motivo por medio del anlisis, lo que fuere que descubra por m edio del anlisis, ello no ser lo real. Lo que descubra ser real slo cuando usted est intensam ente alerta al instante en que funcionan sus pensamientos y emociones; entonces ver qu extraordinaria sutileza, qu delicadeza tienen. En tanto tenga usted un debo y un no debo, esta compulsin har que jam s descubra el veloz movimiento errtico de los pensam ientos y las emociones. Y estoy seguro de que todos ustedes han sido educados en la escuela de los debo y no debo; por eso han d estruido su pensar y sentir. Han sido lim itados y mutilados por sistemas y mtodos, as como por sus instructores. Abandone, pues, todos esos debo y no debo. Esto no
quiere decir que tenga que haber libertinaje, sino que debe estar alerta a la mente que siempre est diciendo debo y no debo. Entonces, tal com o una flor se abre y florece en la maana, as ocurre con la inteligencia: est ah, funciona creando comprensin.
3 DE MAYO OCK- Vol. II
reconocen como propio? Por favor, stos son hec hos; no estoy inventando nada, as que no se muestren horrorizados. ... Es la im agen, el sm bolo mi esposa o mi marido lo que am arnos, o creem os que am arnos, no el individuo vivo. No conozco en m odo alguno a m i esposa o a m i marido; jams puedo conocer a esa persona en tanto el conocerla im plique reconocimiento. Porque el r econocimiento se basa en la m emoria, en los recuerdos de placer y dolor, de las cosas para las que he vivido, por las que me he angustiado, de las que poseo y a las cuales me apego. Cmo puedo amar cuando hay miedo, dolor, soledad, cuando vivo en la lobreguez de la desesperacin? Cmo puede amar un hombre ambicioso? Y todos somos muy ambiciosos, por honorable que pueda ser nuestra ambicin. As pues, a fin de descubrir realm ente qu es el am or, debemos morir para el pasado, para todas nuestras emociones para el bien y el m al; debemos hacerlo sin esfuerzo, como lo haram os con algo venenoso, porque comprendemos lo que implica.
6 DE MAYO OCK- Vol. XIII
ese modo, han convertido al sexo en un problema inmenso [...]. Cuando haya comprendido de manera completa el sentimiento -completa, no parcial-, cuando realm ente haya comprendido la totalidad del sentir, sabr qu es el amor. Cuando pueda ver y apreciar la belleza de un rbol, la belleza de una sonrisa, cuando pueda ver la belleza del sol ponindose tras los muros de la ciudad -verla totalmente-, entonces sabr qu es el amor.
9 DE MAYO OCK- Vol. XIII
nuevo, en plenitud, com pletamente. Este vivir completo es posible slo cuando hay amor, cuando nuestro corazn est lleno, no de palabras ni de cosas elaboradas por la m ente. Slo donde hay amor deja de actuar la m emoria psicolgica; entonces cada movimiento es un renacer.
12 DE MAYO OCK - Vol. IV
Eso no tiene sentido. Form lese esa pregunta a s m ismo y vea cun esclavos son ustedes de palabras tales como India, Gita, comunismo, cristiano, ruso, estadounidense, ingls, la casta inferior y la casta superior a la de uno. La palabra amor, la palabra Dios, la palabra meditacin, qu significado extraordinario hemos dado a estas palabras y cun esclavos somos de ellas!
15 DE MAYO OCK - Vol. XII
Un ver extraordinario
Preguntamos, pues, como al principio: puede la mente llegar a ese ver extraordinario, no desde la periferia, no desde lo exterior, desde la frontera, sino dar con ese ver sin buscarlo en absoluto? Ese es el nico m odo de encontrarlo. Porque cuando dam os con l inadvertidam ente, no hay esfuerzo, ni bsque da ni experiencia alguna; existe una negacin total de las prcticas norm ales para penetrar en ese centro, para llegar a ese florecer de la percepcin. De ese m odo, la mente se torna aguda en extremo, se halla sum amente despierta y ya no depende de ninguna experiencia para mantenerse en ese estado de despertar. Cuando uno se form ula la pregunta a s mismo, puede que lo haga verbalm ente; para la m ayora de las personas ello debe ser verbal, es obvio. Y uno tiene que darse cuenta de que la palabra no es la cosa; com o la palabra rbol no es el rbol, no es el hecho real. El hecho real es cuando uno de veras entra en contacto directo con l, no a travs de la palabra. Entonces eso es una realidad, lo cual implica que la palabra ha perdido su poder de hipnotizar a la gente. Por ejemplo, la palabra Dios esta tan cargada y nos ha hipnotizado tanto, que la aceptarem os o rechazaremos funcionando com o la ardilla en una jaul a. De m odo que la palabra y el sm bolo han de ser descartados.
19 DE MAYO OCK Vol. XVII
El apremio de la mente por liberarse de su condicionam iento, no pone en marcha otro patrn de resistencia y condicionamiento? Al tomar conciencia del patrn o m olde en que usted se ha desarrollado, desea liberarse de l; pero este deseo de liberarse, no har que la m ente se condicione otra vez de una manera distinta? El viejo patrn insiste en que debe am oldarse a la autoridad, y ahora est desarrollando uno nuevo, el cual sostiene que no debe amoldarse; tiene, pues, dos patrones, uno en conflicto con el otro. En tanto exista esta contradiccin interna, ello da lugar a ulteriores condicionamientos. ... Est el impulso que contribuye al amoldamiento, y est el im pulso de liberarse. Por dism iles que puedan parecer ambos impulsos, no son, en esencia, sim ilares? Y si son fundam entalmente similares, entonces es intil que persiga usted la libertad, porque slo se m over interminablemente de un patrn a otro. No hay condicionamiento noble o mejor; lo que hemos de comprender es este deseo.
25 DE MAYO CSV - Serie III
cuando sabe que est condicionada y se da cuenta de que cualquier esfuerzo que haga para librarse de su condicionamiento estar igualmente condicionado? Ahora bien, cuando usted dice: S que estoy condicionado, lo sabe realmente, o es tan slo una afirm acin verbal? Lo sabe con la misma fuerza con que ve a una c obra? Cuando ve a una serpiente y sabe que es una cobra, hay una accin inm ediata, no prem editada. Cuando dice: S que estoy condicionado, tiene eso el m ismo significado vital que su percepcin de la cobra? O es meramente un reconocimiento superficial del hecho, y no un claro darse cuenta del hecho? Cuando m e doy cuenta del hecho de que estoy condicionado, hay una accin inmediata. No tengo que hacer un esfuerzo para desprende rme del condicionamiento. El hecho mismo de que estoy condicionado, y el darme cuenta de ese hecho, traen cons igo un esclarecimiento inmediato. La dificultad radica en no darse cuenta, en el sentido de no comprender todas las implicaciones del hecho, en no ver que todo pensamiento, por sutil, ingenioso, refinado o filosfico que sea, est condicionado.
28 DE MAYO OCK - Vol. X
Si no nos liberamos del pasado, no hay libertad en absoluto, porque la mente jams es nueva, fresca, inocente. Slo una mente as es libre. La libertad no tiene nada que ver con la experiencia, nada que ver con la edad; m e parece que la esencia misma de la libertad radica en com prender todo el mecanismo del hbito, tanto de los hbitos conscientes como de los inconscient es. No es cuestin de terminar con el hbito, sino de ver totalm ente su estructura. Ustedes tienen que observar cm o se forman los hbitos y cmo, negando o resistiendo un hbito, se crea otro hbito. Lo que im porta es estar por com pleto conscientes del hbito; porque entonces, como vern por s mismos, ya no hay ms formacin de hbitos. Ofrecer r esistencia al hbito, com batirlo, rechazarlo, slo da continuidad al hbito. Cuando com batimos un hbito en particular, damos vida a ese hbito, y entonces el mero combatirlo se convierte en un nuevo hbito. Pero si uno est simplemente alerta, sin resistencia alguna, a toda la estructura del hbito, encontrar que se ha liberado del hbito; y en esa libertad tiene lugar algo nuevo. Slo la mente embotada, adormecida, crea hbitos y se aferra a ellos. Una mente atenta de instante en instante -atenta a lo que se est diciendo, atenta al m ovimiento de las m anos, de los pensam ientos y sentimientosdescubrir que la formacin de nuevos hbitos ha llegado a su fin. Es m uy importante comprender esto, porque en tanto la mente est acabando con un hbito y , en ese proceso mismo, creando otro, no puede ser libre jam s; y slo la mente libre puede percibir algo que est ms all de ella misma.
31 DE MAYO OCK - Vol. XIII
JUNIO
La energa La atencin La percepcin alerta y sin opciones La violencia
La energa creativa
Ahora nos preguntam os: Existe una energa que no est dentro del cam po del pensam iento, que no sea el resultado de esa energa com pulsiva, autocontradictoria, ni de la autorrealizacin con frustraciones? Comprende la pregunta? Espero estar expresndome con claridad. Porque, a menos que descubramos la calidad de esa energa que no es meramente el producto del pensamiento, el cual poco a poco genera energa, pero una energa que es tam bin mecnica, a m enos que descubram os esa calidad de energa, la accin ser destructiva, y a sea que hagam os reformas sociales, escribam os libros ex celentes, seamos muy hbiles en los negocios, o generemos divisiones nacionalistas y participemos en otras actividades polticas y dems. Ahora bien, la pregunta es si existe una energa semejante; no desde el punto de vista terico, porque cuando nos enfrentamos con hechos es infantil e inm aduro introducir teoras. Es como el caso de un hom bre que tiene cncer y debe ser operado; de nada sirve discutir qu clase de instrumentos han de ser utilizados, etc.; uno tiene que enfrentarse al hecho de que debe ser operado. De igual modo, una mente tiene que profundizar en los hechos, debe hallarse en un estado en el que no sea esclava del pensamiento. Al fin y al cabo, todo pensam iento dentro del tiempo es invencin; todos los artefactos, los aviones, los refrigeradores, los cohetes espaciales, la exploracin de ntro del tomo, todo eso es resultado del conocim iento, del pensar. Estas cosas no son creacin, la invencin no es creacin, la capacidad no es creacin; el pensam iento jams puede ser creativo, porque el pensam iento est siempre condicionado y nunca puede ser libre. Slo es creativa esa energa que no es producto del pensamiento.
5 DE JUNIO OCK - Vol. XII
necesario. Pero esa misma energa, que se convierte en energ a psquica, o sea, en pensamiento, tan pronto entra en cualquier tipo de contradiccin interna, esa energa es un desperdicio energtico.
6 DE JUNIO OCK Vol. XIV
no puede aceptar satisfaccin alguna. Quiz no est utilizando la palabra adecuada para ello, pero pienso que ese descontento extraordinario es lo esencial. Sin l, toda otra forma de descontento llega a ser tan slo un pasaje hacia la satisfaccin.
10 DE JUNIO OCK Vol. IX
Atencin completo
Qu entendemos por atencin? Hay atencin cuando estoy obligando a mi mente a que atienda? Cuando me digo: Tengo que prestar atencin, tengo que controlar mi mente y desechar todos los dem s pensamientos, llamara usted atencin a eso? Por cierto, eso no es aten cin. Qu ocurre cuando la m ente se obliga a prestar atencin? Crea una resistencia para impedir que se filtren otros pensamientos, est interesada en resistir, en apartar, en desechar; por lo tanto, es incapaz de prestar atencin. Eso es cierto, verdad? Para comprender algo de manera total, usted debe concederle atencin completa. Pero pronto descubrir cun extraordinariamente difcil es eso, porque su mente est habituada a las distracciones, de manera que se dice: Dios mo, es bueno prestar atencin, pero cmo lo hago?. Es decir, est otra vez deseando obtener algo, de m odo que jams prestar atencin com pleta [...]. Cuando usted ve un rbol o un pjaro, por ejemplo, prestar atencin completa no es decir: Es un roble, o: Es un loro, y pasar de largo. Al nom brar, usted ya ha dejado de prestar atencin [...]. Mientras que, si cuando m ira algo est totalmente alerta, atento, hallar que tiene lugar una completa transformacin, y que lo bueno es esa atencin total. No hay otra cosa, y uno no puede obtener atencin total por medio de la prctica. Con la prctica obtiene concentracin, esto es, erige m uros de resistencia, y dentro de esos muros de resistencia est la entidad que se concentra; pero eso no es atencin, es exclusin.
12 DE JUNIO OCK- Vol. X
13 DE JUNIO PDE
La introspeccin es incompleta
En la percepcin alerta slo existe el presente; esto es, al estar alerta, uno ve el proceso por el cual la influencia del pasado controla el presente y modifica el futuro. La percepcin alerta es un movimiento integral, no un proceso de divisin. Por ejemplo, si me formul la pregunta: Creo en Dios?, en el acto m ismo de formularla puedo observar, si estoy alerta, qu es lo que m e impulsa a plantearme esa pregunta; si estoy alerta, puedo percibir cules han sido y cules son las fuerzas que estn en juego y me obligan a preguntarm e eso. Entonces m e doy cuenta de varias formas de miedo: las de mis antepasados, que crearon cierta idea de Dios y me la transmitieron; y me doy cuenta de que y o, al combinar la idea de ellos con mis reacciones presentes, he modificado o cambiado el concepto de Dios. Si estoy alerta, percibo todo este proceso del pasado, su efecto en el presente y en el futuro; lo percibo integralmente, como una totalidad. Si uno est alerta, ve cmo nuestro concepto de Dios surgi a causa del miedo; o quizs hubo una persona que tuvo una experiencia original de la realidad, de Dios, y la comunic a otra, la cual, en su codicia, se apropi de esa experiencia original y dio mpetu al proceso de la imitacin. La percepcin alerta es el proceso de lo com pleto, y la introspeccin es incompleta. El resultado de la introspeccin es malsano, penoso, mientras que la percepcin alerta es entusiasmo y jbilo.
16 DE JUNIO OCK - Vol. III
Ver la totalidad
Cmo usted un rbol? Ve la totalidad del rbol? Si no lo ve como algo total, no est viendo el rbol, en absoluto. Puede pasar de largo y decir: All hay un rbol, qu herm oso es!, o es un m ango, o no s qu rboles son sos; puede que sean tamarindos. Pero cuando se detiene y mira -estoy refirindome a algo real, a hechos-, jams ve la totalidad del rbol; y si no ve la totalidad, no ve el rbol. Lo mismo ocurre con la percepcin alerta. Si usted no ve la totalidad de las operaciones de su mente -en el sentido de como ve el rbol-, no est alerta. El rbol se compone de races, tronco, ramas; las ramas grandes y las pequeas y la muy delicada que resalta all en lo alto; y las hojas, la hoja m uerta, la hoja marchita y la hoja verde, la hoja com ida, la hoja fea, la hoja que se est desprendiendo, el fruto, la flor; todo cuanto usted ve com o una totalidad cuando m ira el rbol. De igual m odo, en ese estado de ver las operaciones de su m ente, en ese estado de percepcin alerta, se revelan su sentido de condena, de aprobacin, negacin, lucha, futilidad, as como la desesperacin, la esperanza, la frustracin; la percepcin alerta abarca todo eso, no slo una parte. As pues, percibe usted su mente en ese sentido muy simple, como el de ver una pintura en su totalidad? No en ver tan slo un ngulo de la pintura y decir: Quin pint ese cuadro?
17 DE JUNIO OCK - Vol. XII
La percepcin pasiva
En la percepcin alerta no hay un devenir, no hay objetivo alguno que alcanzar. Hay observacin silenciosa sin opcin ni condena, y en ella surge la comprensin. En este proceso, cuando pensam iento y sentimiento se exponen a s m ismos, lo cual slo es posible cuando no hay ni adquisicin ni aceptacin, adviene una percepcin alerta extensiva, en la que se revelan todas las capas oc ultas con sus significados. Esta percepcin revela ese vaco creador que no puede ser imaginado ni formulado. La percepcin alerta extensiva y el vaco creador son un proceso total y no etapas diferentes. Cuando uno observa en silencio un problema, sin condenar ni justificar, adviene la percepcin pasiva. En esta percepcin pasiva, el problem a es comprendido y disuelto. Existe en esta percepcin, una sensibilidad intensificada que contiene la ms elevada forma del pensar negativo. Cuando la m ente est produciendo, formulando ideas, pensamientos, no puede haber creacin. Slo cua ndo se halla en silencio y vaca, cuando no genera problem a alguno, en esa pasividad alerta hay creacin. La creacin slo puede tener lugar en el estado negativo, que no es lo opuesto de lo positivo. Ser nada no es la anttesis de ser algo. El problem a surge nicamente cuando buscam os un resultado. Cuando cesa la bsqueda de resultados, slo entonces, no hay problemas.
20 DE JUNIO OCK - Vol. IV
La violencia
Qu ocurre cuando concedemos atencin completa a esa cosa que llamamos violencia? La violencia no es tan slo lo que separa a los seres hum anos a causa de la creencia, el condicionamiento y dems, sino tambin lo que se manifiesta cuando buscamos la seguridad personal, o la seguridad del individuo, por m edio del patrn social. Pueden ustedes mirar esa violencia con atencin com pleta? Y cuando la m iran as qu ocurre? Cuando concedemos atencin com pleta a algo -al estudio de la hi storia o las matemticas, al m irar a nuestra esposa o a nuestro marido-, qu ocurre? No s si alguna vez lo han examinado; es probable que la mayora de nosotros jams haya prestado atencin com pleta a nada, pero cuando lo hacen, qu ocurre? Seores, qu es la atencin? Por cierto, cuando prestan atencin com pleta hay preocupacin por el otro, y no pueden preocuparse por el otro si no sienten afecto, amor. Y cuando conceden una atencin que contiene afecto, hay violencia? Entienden? Formalmente, uno ha condenado la violencia, ha escapado de e lla, la ha justificado, ha dicho que es natural. Todas estas cosas son inatencin. Pero cuando uno presta atencin a eso que ha llamado violencia, atencin que contiene preocupacin, afecto, amor, dnde hay espacio para la violencia?
22 DE JUNIO OCK - Vol. XVII
Cuando ustedes hablan de la violenci a, qu entienden por esa palabra? Es realm ente muy interesante, si lo examinan a fondo, preguntarse si un ser hum ano viviendo en este mundo, puede cesar totalm ente de ser violento. Las sociedades, las com unidades religiosas, han tratado de no m atar animales. Algunas han llegado a decir: Si ustedes no quieren matar animales, qu hay, entonces, con los vegetales? Uno puede llevar esto a tal extremo que dejara de existir. Dnde traza el lmite? Hay una lnea arbitraria, trazada conform e a nuestro ideal, a nuestra fantasa, a nuestra norma, a nuestro tem peramento, a nuestro condicionamiento, como para poder decir: Llegar hasta aqu pero no m s all? Hay, acaso, diferencia entr e la ira individual con su accin violenta por parte del individuo, y el odio organizado de una so ciedad que engendra, y forma un ejrcito para destruir a otra sociedad? Dnde, en qu nivel, y qu fragmento de la violencia est n ustedes discutiendo? O quieren discutir si el hom bre puede estar libre de la violencia en su totalidad, no de un fragmento en particular al que llamamos violencia?... Sabemos qu es la violencia cuando no se expresa en palabras, en frases, en actos. Como ser humano en quien el animal es todava muy fuerte, a pesar de los siglos de la as llam ada civilizacin, por dnde he de com enzar? Comenzar por la periferia, que es la sociedad, o por el centro, que soy yo mismo? Usted me dice que no sea violento, porque eso es algo terrible. Me explica todas las razones, y yo veo que la violencia es una cosa terrible en los seres hum anos, tanto la violencia externa com o la interna. Y me pregunto: Es posible poner fin a esta violencia?
23 DE JUNIO OCK - Vol. XVI
Liberarse de la violencia
Pueden, entonces, ver el hecho de la violencia -ver el hecho no slo externo, sino tambin el que tiene lugar dentro de ustedes- y que no haya intervalo temporal alguno entre el ver y el actuar? Esto quiere decir que en el acto
mismo de ver estn libres de la violencia. Estn totalmente libres de la violencia porque no han adm itido el tiempo, una ideologa mediante la cual esperan poder desembarazarse de la violencia. Esto requiere m editacin profunda, no tan slo un acuerdo verbal. Jam s escuchamos nada; nuest ras mentes, nuestras clulas cerebrales estn de tal modo condicionadas a una ideologa acerca de la violencia, que jam s miramos el hecho de la violencia. Miram os el hecho a travs de una ideologa, y el mirarlo a travs de una ideologa crea un intervalo de tiempo. Y cuando admitimos el tiempo, no hay un final para la violencia; seguimos exhibiendo violencia y predicando no-violencia.
26 DE JUNIO OCK - VOL. XVII
Destruir el odio
Vemos actualmente cmo el m undo del odio recoge su cosecha. Este m undo del odio ha sido creado por nuestros padres y sus antecesores, as co mo por nosotros. De este m odo, la ignorancia se extiende indefinidam ente hacia el pasado. No ha surgido a la existencia por s m isma. Es el resultado de la ignorancia humana, es un proceso histrico, verdad? Nosotros com o individuos hem os cooperado con nuestros antepasados, quienes, con sus antecesores, pusieron en m archa este proceso de odio, miedo, codicia y dems. Ahora bien, com o individuos, nosotros pertenecemos a este mundo del odio, en tanto nos entreguemos, individualmente, a l.
El mundo es, por consiguiente, una exte nsin de nosotros mismos. Si usted, como individuo, desea destruir el odio, entonces, como individuo, debe dejar de odiar. Para destruir el odio, usted mismo debe disociarse del odio en todas sus formas, groseras y sutiles; en tanto est preso en ellas, form a parte de ese mundo de ignorancia y miedo. Entonces el mundo es una extensin de usted mismo, es usted mismo duplicado y multiplicado. El mundo no existe aparte del individuo. Puede existir como una idea, como un Estado, como una organizacin social, pero para llevar a cabo esa idea, para hacer funcionar esa organizacin soci al o religiosa, tiene que existir el individuo. La ignorancia de ste, su codicia y su m iedo, mantienen la estructura de ignorancia, codicia y odio. Si el individuo cambia, puede influir en el mundo, el mundo del odio, de la codicia etc.? [ ...]. El mundo es una extensin de uno mismo, en tanto uno sea irreflexivo y est atrapado en la i gnorancia, el odio, la codicia; pero cuando uno es serio, reflexivo y est alerta, no slo se disocia de las te rribles causas que crean pesadum bre y dolor, sino que en esa comprensin hay tambin plenitud, totalidad.
29 DE JUNTO OCK - Vol. III
JULIO
La felicidad La pesadumbre La herida psicolgica El dolor
Felicidad o satisfaccin?
Qu es lo que busca la m ayora de nosotros? Qu es lo que desea cada uno de nosotros? Especialmente en este mundo inquieto, donde todos tratan de encontrar alguna clase de paz, de felicidad, un refugio, es im portante, sin duda, averiguar qu es lo que intentam os buscar, qu es lo que intentam os descubrir. No es as? Probablemente, la mayora de nosotros busca cierta clase de felicidad, cierta clase de paz; en un m undo dominado por la confusin, las guerras, las disputas, las luchas, anhelamos un refugio donde pueda haber algo de paz. Creo que eso es lo que desea la m ayora de nosotros. Y as pr oseguimos, yendo de un lder a otro, de una organizacin religiosa a otra, de un instructor a otro. Ahora bien, lo que buscamos, es la felicidad, o buscam os alguna clase de satisfaccin, de la cual esperam os obtener la felicidad? Hay una diferencia entre felicidad y satisfaccin. Puede uno buscar la felicidad? Quiz pueda encontrar satisfaccin, pero es obvio que no podr encontra r la felicidad. La felicidad es derivativa, es la consecuencia de algo m s. Por lo tanto, antes de entr egar nuestras mentes y nuestros corazones a algo que exige una gran dosis de seriedad, atencin, reflexin, cuidado, debemos descubrir, no es as?, qu es lo que buscamos: si es felicidad o satisfaccin.
1 DE JULIO LPU
familia, para la sociedad; y si algo les im pide hacerlo, si algo les detiene, se sentirn desdichados. No estamos discutiendo esto no decim os que los pobres no deberan tener lo que desean. Ese no es el problema. Estamos intentando descubrir qu es la felicidad y si la felicidad es algo de lo cual estam os conscientes. En el instante en que estamos conscientes de que som os felices, es felicid ad eso? Tan pronto tenem os conciencia de que somos felices, eso ya no es felicidad. En el momento en que tenemos conciencia de que somos humildes, no somos humildes. As pues, la felicidad no es cosa que podamos perseguir: llega. Pero si la buscamos, nos evadir.
3 DE JULIO OCK - Vol. VII
La felicidad no es sensacin
La mente jams puede encontrar la felicidad. La felic idad no es, como lo es la sensacin, una cosa que pueda perseguirse y encontrarse. La sensacin podemos encontrarla una y otra vez, porque siem pre la perdemos; pero la felicidad no puede ser encontrada. La felicidad que recordamos es tan slo una sensacin, una reaccin a favor o en contra del presente. Lo que se ha term inado no es la felic idad; la experiencia de felicidad que se ha acabado es sensacin, porque el recuerdo es el pasado y el pasado es sensacin. La felicidad no es sensacin []. Lo que conocemos es el pasado, no el presente; y el pasado es sensacin, reaccin, memoria. Recordamos que fuimos felices. Puede el pasado decir qu es la felicidad? Puede rememorarla, pero no revivirla. El reconocimiento no es la felicidad; saber qu es ser feliz no es felicidad. El r econocer algo es la respuesta de la memoria; puede la mente, el com plejo de recuerdos, experiencias, ser feliz alguna vez? El reconocim iento mismo impide el experimentar. Cuando usted est consciente de que es feliz, hay felicidad? Cuando hay felicidad, es consciente de ella? La conciencia llega slo con el conflicto, el conflicto de recordar lo ms. Donde hay conflicto no existe la felicidad. El conflicto est donde est la mente. El pensamiento en todos los niveles es la respuesta de la m emoria, y as el pensamiento engendra invariablemente conflicto. El pe nsamiento es sensacin, y la sensacin no es felicidad. Las sensaciones estn siempre buscando satisfacerse. El objetivo es la sensacin, pero la felicidad no es un objetivo; no es posible ir en busca de ella.
4 DE JULIO CSV - Serie I
Slo cuando el yo en todas sus formas sutiles llega a su fin, hay un estado de bienaventuranza que no es posible tratar de adquirir, un xtasis, un verdadero jbilo libre de todo sufrimiento, de toda corrupcin [...]. Cuando la mente trasciende el pensamiento del yo, del experimentador, del observador, del pensador, puede haber, entonces, una felicidad incorruptible. Tal felicidad no puede ser perm anente -en el sentido con que usam os esa palabra-. Pero nuestra mente est siempre buscando una felicidad que tenga permanencia, algo que perdure, que contine. El deseo mismo de continuidad es corrupcin [...]. Si podemos comprender el proceso de la vida, comprenderlo sin condenar, sin decir que es bueno o m alo, entonces surge una felicidad creadora que no es suy a ni ma. Esa felicidad creadora es com o la luz del Sol. Si usted desea conservar la luz del Sol para s m ismo, se ya no es m s el claro, clido Sol dador de vida. De igual manera, si desea la felicidad porque est sufriendo o por que ha perdido a alguien o porque no ha tenido xito, entonces eso es tan slo una reaccin. Pero cuando la mente puede ir ms all, hay una felicidad que no pertenece a la mente.
6 DE JULIO OCK - Vol. VIII
Comprender el sufrimiento
Por qu preguntam os qu es la felicidad? Es se el enfoque correcto? Es sa la correcta m anera de investigar? No somos felices. Si furamos felices, nuestro mundo sera por completo diferente; nuestra civilizacin, nuestra cultura, seran total y radicalmente distintas. Somos seres hum anos infelices, triviales, carentes de valor, peleadores, vanos; nos rodeamos de cosas intiles, nos satisfacemos con ambiciones mezquinas, con el dinero y la posicin social. Somos seres desdichados, aunque podam os poseer conocim ientos, dinero, casas ricas, m uchos hijos, automviles, experiencia. Som os seres humanos tristes, sufrientes, y debido a que sufrim os, deseamos la felicidad; y as nos dejam os arrastrar por aquellos que nos prometen esta felicidad, social, econm ica o espiritual [...]. De qu sirve, cuando estoy sufriendo, preguntar si ex iste la felicidad? Puedo com prender el sufrim iento? Ese es mi problema, no cmo ser feliz. Soy feliz cuando no estoy sufriendo, pero tan pronto tengo conciencia de que soy feliz, eso ya no es felicidad [...]. Debo, pues, comprender qu es el sufrimiento. Puedo comprender qu es el sufrimiento cuando una parte de m i mente est escapando en la bsqueda de la felicid ad, de una salida para esta desdicha? Por lo tanto, si he de com prender el sufrimiento, no debo estar por com pleto unido a l, sin rechazarlo, ni justificarlo ni condenarlo, ni compararlo, sino permanecer completamente con l y comprenderlo? La verdad acerca de lo que la felicidad es, llegar si s cmo escuchar. Debo saber cm o escuchar al sufrimiento, si puedo escuchar al sufrimiento, puedo escuchar a la felicidad, porque soy eso.
7 DE JULIO OCK - Vol. VII
Sensibilidad al sufrimiento
Por qu yo o usted somos insensibles al sufrimiento del hombre? Por qu nuestra indiferencia ante el coolie que transporta una carga pesada, ante la mujer que lleva un beb? Por qu somos tan duros? Para comprender eso, tenemos que com prender por qu nos em bota el sufrim iento. No hay duda, es el sufrim iento el que nos torna insensibles, debido a que ro comprendemos el sufrimiento, nos tornam os indiferentes a l. S com prendo el sufrimiento, entonces me vuelvo sensible al sufrimiento, estoy despierto a todas las cosas, no slo a m mismo, sino a la gente que me rodea, a m i esposa, a m is hijos, a un anim al, a un m endigo. Pero nosotros no querem os comprender el sufrim iento y, al escapar del sufrim iento, nos em botamos; por consiguiente, nos volvemos insensibles. Seor, el problema es que el sufrim iento, cuando no es comprendido, entorpece la mente y el corazn; y nosotros no comprendemos el sufrimiento, porque deseamos escapar de l, por medio del gur, de un salvador, de mantrams, de la reencarnacin, de las ideas, de la bebida y de toda clase de aficiones; cualquier cosa para escapar de lo que es [... ]. Ahora bien, la comprensin del sufrimiento no radica en descubrir su causa. Cualquier persona puede conocer la causa de su sufrim iento: su propia irreflexin, su estupid ez, su estrechez m ental, su brutalidad y dems. Pero si presto atencin al sufrim iento mismo sin desear una respuesta, qu ocurre? Entonces, com o no estoy escapando, comienzo a comprender el sufrimiento; mi mente, vigilante, alerta, intensa, se ha vuelto sensible; y siendo sensible, me doy cuenta del sufrimiento de otras personas.
9 DE JULIO OCK - Vol. V
Comprensin integrada
Que entendemos por pesadumbre? Es algo separa do de uno mismo? Es algo ajeno a uno, interna o externamente, algo que uno observa, que uno experim enta? Es uno meramente el observador experim entado? O se trata de algo diferente? Por cierto, ste es un punto im portante, no es as? Cuando digo: Yo sufro, qu quiero decir con eso? Acaso soy diferente del sufrimiento? Obviamente, se es el problem a, verdad? Descubramos. Hay dolor; no m e aman, mi hijo m uere, etc. Hay una parte de m que exige saber por qu, exige una explicacin, los motivos, las causas. Otra parte de m padece angustias por distintas razones. Y tam bin hay otra parte de m que quiere librarse del dolor, que quiere trascenderlo. Nosotros som os todas estas cosas, no es as? Entonces, si una parte de m rechaza el dolor, le ofrece resistencia, otra parte busca una explicacin, est presa en teoras, y otra parte escapa del hecho, cmo puedo comprender totalmente el dolor? Slo cuando soy capaz de una comprensin integrada, tengo posibilidad de liberarm e del dolor. Pero si soy desgarrado en diferentes direcciones, el dolor no me revela su verdad [...]. Ahora bien, escuche atentamente; ver que cuando hay un hecho, una verdad, hay comprensin de sta slo si puedo experimentar toda la cosa sin divisin alguna, y no cuando existe la separacin del yo observando el sufrimiento. sa es la verdad.
11 DE JULIO OCK - Vol. VI
Usted es el sufrimiento
Cuando no hay un observador que est sufriendo, es el sufrim iento diferente de uno mismo? Uno es el sufrimiento, no es as? Usted no est separado del dolor, usted es el dolor. Qu ocurre? Al no rotular eso, al no nombrarlo, al no ignorarlo, usted es tan slo ese dolor , ese sentimiento, esa sensacin de angustia. Cuando no lo nombra, cuando no hay miedo con respecto a eso, est el centro relacionado con ello? Si lo est, entonces tiene miedo de ello. Entonces tiene que actuar, hacer algo al respecto. Pero si el centro es eso, entonces, qu hace usted? No hay nada que hacer, verdad? Si usted es eso y no est rotulndolo, aceptndolo o desechndolo, si usted es esa cosa, qu ocurre? Dice que sufre entonces? Por cierto , ha tenido lugar una transform acin fundamental. Ya no existe ms el yo sufro, porque no hay un centro que su fra, y el centro sufre porque jams hemos examinado qu es el centro. Vivimos tan slo de palabra en palabra, de reaccin en reaccin.
12 DE JULIO LPU
Es esencial el sufrimiento?
Hay muchas variedades y complicaciones y grados de sufrimiento. Todos conocemos eso. Ustedes lo saben muy bien, y llevamos esta carga a lo largo de toda nuestra vida, prcticamente desde el instante en que nacem os hasta el instante en que nos hundimos en la sepultura [...]. Si decimos que el sufrim iento es inevitable, entonces no hay respuesta; si lo aceptam os, hemos cesado de inquirir al respecto. Uno ha cerrado la puerta para la inv estigacin ulterior si escapa de ello, tam bin ha cerrado la puerta. Puede escapar hacia el sexo, la bebida, el entret enimiento, distintas formas de poder, posicin, prestigio, mediante el insustancial y vacuo parloteo interno. En tal caso, sus escapes se vuelven sum amente importantes; los objetos hacia los cuales uno escapa asum en una im portancia colosal. As, uno ha cerrado tam bin la puerta: al dolor, y eso es lo que hace la m ayora de nosotros [ ...]. Ahora bien, podemos detener los escapes de toda clase y regresar al sufrimiento?... Eso no significa buscar una solucin para el sufrimiento. Existe el sufrimiento fsico: un dolor de m uelas, de estm ago, una operacin, accidentes, distintas formas de sufrim ientos fsicos que tienen su propia respuesta. Tam bin est el m iedo a la dificultad futura que podra causar subim iento. El sufrim iento est estrechamente relacionado con el m iedo, y sin com prender estos dos factores fundamentales en la vida, jam s comprenderemos qu es ser com pasivo, amar. As pues, una mente interesada en comprender qu es la compasin, el amor y todo eso debe indudablemente comprender qu es el miedo y qu es el dolor.
13 DE JULIO OCK - Vol. XII
Lastimar sentimientos Cmo deberamos actuar a fin de no perturbar a otros? Me temo que entonces no actuaramos en absoluto. Si usted vive de manera completa, sus acciones pueden causar perturbacin, pero qu es ms importante, descubrir lo verdadero o no perturbar a otros? Esto parece tan sim ple que apenas si necesita ser contestado. Por qu quiere usted respetar los sentim ientos y puntos de vista de otr as personas? Teme que lastimen sus propios sentimientos, que le hagan cam biar su propio punto de vista? Si la gente tiene opiniones que difieren de las suy as, usted slo puede descubrir si son verdaderas cuestionndolas, entra ndo en contacto activo con ellas. Y si descubre que esas opiniones y esos sentimientos no responden a la verdad, su descubrimiento puede causar perturbacin a aquellos que los alimentan. Entonces, qu debe usted hacer? Debe acatar tales opiniones y sentimientos, comprometerse con ellos para no lastimar a sus amigos?
15 DE JULIO OCK - Vol. I
Placer pervertido
Existe una cosa como el sadismo. Saben lo que signi fica esa palabra? Un autor llam ado el marqus de Sade escribi una vez un libro acerca de un hom bre que gozaba daando a las personas y vindolas sufrir. De all se deriva la palabra sadismo, que significa obtener placer del sufrimiento de otros. Ciertas personas experim entan una satisfaccin peculiar viendo sufrir a los dem s. Obsrvense a s mismos y vean si tienen ese sentimiento. Puede no ser tan obvio, pero si est ah hallarn que se expresa en el impulso de rer cuando alguien se cae. Ustedes quieren derribar a los que estn arriba; critican, m urmuran irreflexivamente acerca de otros, todo lo cual es una expresin de insensibilidad, una m anera de querer lastim ar a la gente. Uno puede ofender a otro deliberadamente, por venganza, o puede hacerlo inconscientem ente con una pala bra, un gesto, una m irada; pero en uno u otro caso, el impulso es daar a alguien, y son muy pocos los que desechan radicalmente esta forma pervertida de placer.
17 DE JULIO PDE
La verdadera educacin
La mente crea mediante la experiencia, la tradicin, la memoria. Puede la mente librarse de acumular, aunque est experimentando? Comprende la diferencia? Lo que se requiere no es el cultivo de la memoria, sino libertad con respecto al proceso acumulativo de la mente. Digamos que usted m e ofende, lo cual es una experien cia; y yo guardo esa ofensa. Eso se convierte en m i tradicin, y desde esa tradicin lo miro, reacciono desde esa tradicin. se es el proceso cotidiano de mi mente y de su mente. Ahora bien, es posible que, aunque usted me ofenda, no se genere el proceso acum ulativo? Ambos procesos son por completo diferentes. Si usted m e dice algo duro, sus palabras m e ofenden; pero si no doy importancia a esa ofensa, ella no se convierte en el trasfondo desde el cual acto; por lo ta nto, cuando m e encuentro con usted puedo hacerlo de un modo nuevo. Eso es la verdadera educacin, en el sentido prof undo de la palabra. Porque, entonces, si bien veo los efectos condicionadores de la experiencia, la mente no se condiciona.
18 DE JULIO OCK- Vol. VIII
La terminacin de la ira
Estoy seguro de que todos hemos tratado de dominar la ira, pero por alguna razn sta no parece disolverse. Existe una m anera diferente de abordar la disipaci n de la ira?... La ira puede brotar por causas fsicas o psicolgicas. Uno est enfurecido, quiz, porque se si ente contrariado, se han derrum bado sus reacciones defensivas, o la seguridad que uno ha elaborado cuidadosamente se ve am enazada, etc. Todos estam os familiarizados con la ira. Cm o puede uno comprenderla y disolverla? Si usted considera que sus creencias, sus ideas y opiniones son de la m ayor importancia, entonces est forzado a reaccionar violentam ente cuando se las cuestiona. Si en vez de aferrarse a las creencias y opiniones, empieza a cuestionarlas y se pregunta si son esenciales para su comprensin de la vida, entonces, gracias a la comprensin de las causas de la ira, sta llega a su fin. De ese modo, uno comienza a disolver sus propias resistencias, que originan conflicto y dolor. Esto requiere, a su vez, gran seriedad. Estamos acostumbrados a controlarnos por r azones sociolgicas o religiosas, o por conveniencia, pero para erradicar la ira se necesita una profunda percepcin alerta [...]. Usted dice que siente ira cuando oy e acerca de las injusticias. Es porque am a a la hum anidad, porque es compasivo? Residen juntas la compasin y la ira? Puede haber justicia cuando hay ira, odio? Usted quiz siente ira al pensar en la injusticia y crueldad general, pero su Ira no altera la injusticia ni la crueldad; slo puede causar dao. Pa ra generar orden, usted m ismo debe ser serio, compasivo. La accin nacida del odio slo puede crear ms odio. No puede haber justicia donde hay ira. La justicia y la ira no pueden vivir juntas.
19 DE JULIO OCK- Vol. III
La naturaleza de la trampa
El dolor es resultado de una conmocin, es la momentnea sacudida de una mente que ha aceptado la rutina y se ha acostumbrado a ella. Algo sucede -una m uerte, la prdida de un em pleo, el cuestionamiento de una creencia muy apreciada-, y la mente se altera. Pero qu hace una mente alterada? Encuentra la m anera de volver a su condicin inalterada; busca refugio en otra creencia, en un empleo ms seguro, en una nueva relacin. Otra vez llega la ola de la vida y hace aicos sus dispositivos de seguridad, pero la m ente pronto encuentra, no obstante, nuevas defensas; y as prosigue. ste no es el camino de la inteligencia, verdad? Ninguna forma de compulsin externa o interna podr ay udar. Toda com pulsin, por sutil que sea, es el resultado de la ignorancia; nace del deseo de recompensa o del miedo al castigo. Comprender toda la naturaleza de la trampa es estar libre de ella; ninguna persona, ningn si stema, ninguna creencia puede liberarnos. La verdad de esto es el nico factor que libera, pero uno tiene que verl a por s mismo, y no ser meramente persuadido. Tiene que emprender el viaje en un mar inexplorado.
22 DE JUICO CSV - Serie III
Enfrentarse al dolor
Cmo se enfrenta usted al dolor? Me temo que la mayora de ustedes lo hace de una manera muy superficial. Nuestra educacin, nuestra enseanza, nuestro conocim iento, las influencias sociolgicas a las que estamos expuestos, todo nos torna superficiales. Una m ente superficial es la que escapa acudiendo a la iglesia, a alguna conclusin, a algn concepto, a alguna creencia o idea. Todos esos son refugios para la mente superficial que sufre. Y si no podemos encontrar un refugio, construimos un muro alrededor de nosotros y nos volvemos cnicos, duros, indiferentes, o escapamos hacia alguna fcil reaccin neurtica. Todas estas defensas contra el sufrimiento impiden una futura investigacin [...]. Por favor, observe su propia mente, observe cmo justifica sus sufrimientos, cmo se absorbe en el trabajo, en las ideas, o se aferra a una creencia en Dios o en una vida futura. Y si ninguna explicacin, ninguna creencia ha sido satisfactoria, escapa a travs de la bebida, del sexo, o volvindose cnico, duro, amargo, irritable [...]. Generacin tras generacin, ello ha sido transmitido por los padres a sus hijos, y la mente superficial jams quita el vendaje de esa herida; de hecho, no conoce el dolor, no est realmente familiarizada con l. Tiene tan slo una idea acerca del dolor. Tiene una im agen, un sm bolo del dolor, pero jam s se enfrenta al dolor; slo se enfrenta a la palabra dolor.
24 DE JULIO OCK- Vol. XIII
Eludiendo dolor
Casi todos nosotros experimentamos diferentes formas de dolor: en la relacin, debido a la m uerte de alguien, al no poder realizarnos y al deteriorarnos intilm ente, o al tratar de alcanzar el xito, de llegar a ser alguien y toparnos con el fracaso total. Y est todo el problem a del dolor en el aspecto fsico: enfermedad, ceguera, incapacitacin, parlisis y dems. En todas partes nos encontramos con esta cosa extraordinaria que llamamos dolor -y con la m uerte que aguarda a la vuelta de la esquina-. Y no sabemos cmo enfrentarnos al dolor, as que lo veneramos o lo racionalizam os o escapam os de l. Vay a a cualquier iglesia cristiana y ver que el dolor es venerado; lo han convertido en algo extraordinario, sagrado, y se dice que slo a travs del dolor, de Cristo crucificado, puede uno encontrar a Dios. En Oriente tiene n sus propias formas de evasin, otras formas de eludir el dolor, y me parece una cosa extraordinaria que tan pocos, y a sea en Oriente o en Occidente, estn verdaderam ente libres del dolor. Sera algo maravilloso si en el proceso de escuchar lo que se est diciendo -de escucharlo no em ocionalmente, no sentimentalmente-... pudiera usted comprender de veras el dolor y liberarse por completo de l, porque entonces no habra ni autoengaos, ni ilusiones, ni ansiedades, ni miedo, y el cerebro sera capaz de funcionar claram ente, con agudeza, con lgica, quizs entonces, podra usted saber qu es el amor.
25 DE JULIO OCK - Vol. XIII
Comprensin espontnea
Jams decimos: Veamos qu es eso que sufre . Uno no pue de verlo recurriendo al esfuerzo, a la disciplina. Debe mirar con inters, con com prensin espontnea. Entonces ver que la cosa que llam amos sufrimiento, dolor, la cosa que evitam os, as como la disciplina, todo eso se ha desvanecido. En tanto no tengo relacin con la cosa como algo independiente de m, no hay problema; tan pronto establezco una relacin con ella com o algo exterior a m mismo, surge el problema. Mientras trato al sufrim iento como si fuera algo exterior -sufro porque he perdido a mi hermano, porque no tengo dinero, por esto o aquello- establezco con el sufrim iento una relacin ficticia. Pero si soy esa cosa, si veo el hecho, entonces toda la cosa se transforma, tiene un significado diferente. Entonces hay atencin plena, atencin integrada, y aquello que es obser vado en su totalidad, es comprendido y disuelto; por lo tanto, no hay miedo y, en consecuencia, la palabra dolor no existe.
27 DE JULIO LPU
hechos. Esto significa no escapar jam s del hecho de que uno sude, no racionalizarlo nunca ni ofrecer opinin alguna al respecto, sino vivir completamente con ese hecho. Vea, vivir con la belleza de aquellas m ontaas y no acostum brarse a ellas, es m uy difcil [ ...]. Uno ha contemplado esas montaas, ha odo el torrente, ha visto las sombras avanzando lentamente a travs del valle, da tras da; no ha notado usted con cunta facilidad se aco stumbra uno a todo ello? Usted dice: S, es bellsimo, y sigue de largo. Vivir con la belleza, o vivir con algo desagradable y no habituarse a ello, requiere una energa enorme, una percepcin alerta que impida a su mente embotarse. De igual manera, el subimiento embota la mente si usted tan slo se acostum bra a l; y casi todos nos acost umbramos a l. Pero usted no necesita acostum brarse al dolor. Puede vivir con el dolor, investigarlo, comprenderlo, pero no con el fin de conocer acerca de l. Usted sabe que el dolor est ah; es un hecho, y no hay nada ms que conocer. Uste d tiene que vivir con el dolor.
30 DE JULIO OCK - Vol. XIII
AGOSTO
La verdad La realidad El observador y lo observado Lo que es
El verdadero revolucionario
La verdad no es para aquellos que son respetables, ni para aquellos que deseen su propia expansin, su propia realizacin. La verdad no es para los que estn busca ndo seguridad, perm anencia, porque la perm anencia que buscan no es sino lo opuesto de la im permanencia. Estando atrapados en la red del tiempo, buscan lo permanente, pero lo permanente que buscan no es lo real, y a que es producto de su pensam iento. Por lo tanto, el hom bre que quiera descubrir la realidad, debe dejar de buscar, lo cual no quiere decir que deba contentarse con lo que es. Por el contrario, un hom bre empeado en el descubrimiento de la verdad, debe ser internam ente un revolucionario completo. No puede pertenecer a ninguna clase social, a ninguna nacin, a ningn grupo, a ninguna ideologa o religin organizada, porque la verdad no se encuentra en el templo ni en la iglesia, no puede hallrsela en las cosas hechas por la mano o por la mente. La verdad se manifiesta slo cuando las cosas de la m ano o de la m ente son puestas a un lado, y poner a un lado las cosas de la m ano o de la mente no es una cuestin de tiem po. La verdad llega a quien est libre del tiempo, a quien no usa el tiempo como un medio de expansin propia. El tiempo implica memoria del ayer, memoria de mi familia, de mi raza, de mi carcter particular, de la acum ulacin de experiencias propias que componen el yo y lo mo.
6 DE AGOSTO OCK- Vol. V
Comprender lo real
En realidad, esto no es com plejo, aunque pueda resultar difcil. Vea, nosotros no comenzamos con lo real, con el hecho, con lo que estam os pensando, haciendo, deseando; partimos de suposicion es, o de ideales, que no son realidades, y as' nos extraviamos. Para partir de hechos y no de suposiciones, necesitamos una profunda atencin, y toda forma de pensar que no se origina en lo real es una distraccin. Por eso es tan importante comprender qu est ocurriendo tanto dentro como alrededor de uno. Si uno es cristiano, sus visiones siguen cierto patrn; si es hind, budista, musulmn, siguen un patrn diferente. Uno ve a Cristo o a Krishna conforme a su condicionamiento; la educacin que usted ha recibido, la cultura en que se ha desarrollado determinan sus visiones. Cul es la realidad, el hecho: la visin o la mente que se ha formado en cierto molde? Las visiones son la proyeccin de la tradicin particular que ha venido a constituir el trasfondo de la mente. Este condicionamiento, no la visin que l proy ecta, es la realidad, el hecho. Com prender el hecho es sencillo; pero se hace difcil debido a nuestros ag rados y desagrados, a nuestra condena del hecho, a las opiniones o los juicios que tenem os acerca del hecho. Estar libres de estas diversas form as de evaluacin es comprender lo real, lo que es.
8 DE AGOSTO CSV - Vol. III
Anhelamos lo incognoscible
Usted quiere que le diga qu es la realidad. Puede lo indescriptible ser expresado en palabras? Puede usted medir algo inconm ensurable? Puede apresar el viento en su puo? Si puede, es eso el viento? Si m ide lo inconmensurable, lo que usted m ide es lo real? Si lo formula, es lo real? Indudablem ente no, porque en el momento en que describe algo que es indescriptible, ello cesa de ser lo real. Tan pronto traduce lo incognoscible a
lo conocido, ello deja de ser lo incognoscible. Sin em bargo, eso es lo que anhelam os. Todo el tiempo queremos conocer porque entonces pensam os que podram os continuar, capturar la felicidad suprem a, la perm anencia. Queremos conocer a causa de que no som os felices, de que luchamos mezquinamente, de que estam os agotados, degradados. Sin embargo, en vez de darnos cuenta de ese simple hecho: de que estam os degradados, embotados, hastiados, confusos, queremos alejarnos de lo que es conocido e ir hacia lo desconocido, lo cual otra vez se convierte en lo conocido; por consiguiente, jams podemos encontrar lo real.
11 DE AGOSTO LPU
El espacio es necesario. Sin espacio no hay libertad. Hablo desde el punto de vista psicolgico [ ...]. Slo cuando estamos en contacto, cuando no hay espacio entre el observador y lo observado, hem os establecido una relacin total, por ejemplo, con un rbol. Uno no est iden tificado con el rbol -con la flor, con una m ujer, un hombre o lo que fuere-, pero cuando hay completa ausencia de espacio entre el observador y lo observado, existe un espacio inmenso. En ese espacio no hay conflicto; en ese espacio hay libertad. La libertad no es una reaccin. Uno no puede decir: Bueno, soy libre. En el momento en que uno dice que es libre, no es libre, porque se halla consciente de s mismo como estando libre de algo; por lo tanto, est en la m isma situacin que un observador observando un rbol. El obser vador ha creado un espacio, y en ese espacio engendra conflicto. La comprensin acerca de esto requiere, no acuer do o desacuerdo intelectual, ni decir: No comprendo, sino que exige m s bien entrar directam ente en contacto con lo que es. Significa ver que todas nuestras acciones, cada instante de la accin, es cosa del observador y lo observado, y que dentro de ese espacio hay placer, pesadumbre y sufrimiento, deseo de realizarse en lo personal, de ser famoso. Dentro de ese espacio no hay contacto con nada. El contacto, la relacin, tiene un significado por completo diferente cuando el observador ya no se separa ms de lo observado. Existe un espacio extraordinario, y hay libertad.
18 DE AGOSTO OCK- Vol. XVI
La verdad no se acumula
En tanto exista el experim entador recordando la experiencia, la verdad se halla ausente. La verdad no es algo que pueda recordarse, alm acenarse, registrarse, y despus sacarse a relucir. Lo que se acum ula no es la verdad. El deseo de experimentar crea al experim entador, quien en tonces acumula y recuerda. El deseo contribuy e a que el pensador se separe de su pensamiento; el deseo de devenir, de experimentar, de ser ms de esto o menos de aquello, sirve para crear divisin entre el experim entador y la experiencia. La percepcin inteligente acerca de las modalidades del deseo es conocimiento propio. El conocimiento propio es el principio de la meditacin.
20 DE AGOSTO Serte II
Accin inmediata
Si uno est en contacto con algo, con su esposa, con sus hijos, con el cielo, con las nubes, con cualquier hecho, ese contacto se pierde apenas interfiere el pensam iento. El pensamiento brota de la m emoria. La m emoria es la imagen, y desde all mira uno; por lo tanto, hay una separacin entre el observador y lo observado. Usted tiene que com prender esto muy a fondo. Es esta separacin del observador y lo observado la que hace que el observador desee ms experiencias, ms sensaciones, y as est siempre persiguindolas, buscndolas. Tiene que estar absolutamente entendido que, en tanto haya un observador, el uno que busca experiencias, el censor, la entidad que evala, juzga, conde na, no hay contacto inmediato con lo que es. Cuando usted experimenta dolor, un dolor fsico, hay percepcin directa; no existe el observador que experimenta el dolor; slo hay dolor. Debido a que
no hay un observador, existe una accin inm ediata. Cuando hay dolor, no existe la idea y despus la accin, sino tan slo la accin, porque el contacto fsico es directo. El dolor es usted; hay dolor. Mientras esto no se comprende, realiza, explora y percibe completa y profundamente, mientras no se capta en su totalidad -no intelectualm ente, no verbalmente- que el observador es lo observado, toda la vida se convierte en un conflicto, en una contradiccin entre deseos opuestos, entre lo que debera ser y lo que es. Usted puede captar esto slo cuando se da cuenta al mirar una flor o una nube o cualquier cosa, si est mirando eso como un observador
21 DE AGOSTO OCK - Vol. XVI
Enfrentarse al hecho
Sufro. Psicolgicamente estoy terriblemente perturbado, y tengo una idea al respecto: qu debera hacer, qu no debera hacer, cmo debera cambiarse eso. Esa idea, esa frmula, ese concepto me impide mirar el hecho de lo que es. La ideacin y la frmula son maneras de escapar de lo que es. Cuando existe un gran peligro, hay accin inmediata. Entonces no tengo una idea al respecto. No formulo una idea y despus acto conforme a esa idea. La mente se ha vuelto perezosa, floja, a causa de una frmula, la cual le ha proporcionado un m edio para escapar de la accin con respecto a lo que es. Viendo por nosotros mismos toda la estructura de lo que se ha dicho, y no porque ello nos hay a sido sealado, es posible enfrent arse al hecho, al hecho de que som os violentos, por ejemplo? Somos seres humanos violentos, y hemos elegido la violencia como nuestro estilo de vida -la guerra y todo eso-. Aunque perpetuam ente hablamos de no-viol encia, sobre todo en Oriente, no som os personas no violentas, sino violentas. La idea de no-violencia es slo eso, una idea, la cual puede ser usada polticam ente. Eso tiene un sentido distinto, pero es una idea, no un hecho. Debido a que el ser hum ano es incapaz de enfrentarse al hecho de la violencia, ha inventado el ideal de no-violencia, el cual le impide habrselas con el hecho. Al fin y al cabo, el hecho es que soy violento, so y irascible. Qu necesidad tengo de una idea? Lo que importa no es la idea de que soy irascible, sino el hecho real de que lo soy. Tal como el hecho real de tener hambre. No hay una idea de que tengo ham bre. En tal caso, la idea lo es en cuanto a lo que debe ra comer, y entonces como conforme a los dictados del placer. Hay accin con respecto a lo que es slo cuando no existe una idea de lo que debera hacerse en relacin con lo que afrontamos, o sea, en relacin con lo que es.
23 DE AGOSTO OCK- Vol. XVII
Liberarse de lo que es
La virtud, el ser virtuoso, adviene con la com prensin de lo que es, mientras que el volverse virtuoso es postergacin, es encubrir lo que es mediante lo que a uno le gustara que fuese. Por lo tanto, en el acto de volverse virtuoso est usted evitando actuar directamente sobre lo que es. Este proceso de eludir lo que es cultivando el ideal se considera virtuoso; pero si lo observa detenidam ente y de manera directa, ser que no es nada de eso. Es slo una forma de posponer la accin de enfrentarse a lo que es. La virtud no est en tratar de llegar a ser lo que uno no es; virtud es comprender lo que es y, de ese modo, liberarse de lo que es. La virtud resulta esencial en una sociedad que se desintegra rpidamente.
24 DE AGOSTO LDU
Observar el pensamiento
Tengo que am ar la cosa m isma que estudio. Si usted quiere comprender a un nio, tiene que am arlo y no censurarlo. Debe jugar con l, observar sus movimientos, sus idiosincrasias, sus maneras de comportarse, pero si se limita a censurarlo a resistirlo o a culparlo no co mprende al nio. De igual m odo, para comprender lo que es, uno debe observar lo que piensa y hace, de instante en instante. Eso es lo real.
25 DE AGOSTO LPU
una muy cuidada estructura social, pero en tanto no se comprendan la ceguera y la lucha psicolgicas, stas derribarn invariablemente la estructura cuidadosamente construida. El esfuerzo es una distraccin con respecto a lo que es. En la aceptacin de lo que es cesa el esfuerzo, la lucha. No hay aceptacin cuando existe el deseo de transform ar o modificar lo que es. El esfuerzo, que indica distraccin, debe existir mientras haya deseo de cambiar lo que es.
28 DE AGOSTO OCK- Vol. IV
Comprender lo que es
Vivimos en conflicto unos con otros y nuestro mundo est siendo destruido. Hay crisis tras crisis, una guerra tras otra; hay hambre, miseria; estn los enorm emente ricos, investidos de su respetabilidad, y estn los pobres. Para resolver estos problemas, lo que se necesita no es un nuevo sistema de pensamiento, ni una nueva revolucin econmica, sino comprender lo que es -el descontento, el constante indagar en lo que es-, lo cual dar origen a una revolucin de ms largo alcance que la revolucin de las ideas. Y sta es la revolucin tan necesaria para originar una cultura diferente, una religin diferente y una diferente relacin entre los seres humanos.
31 DE AGOSTO OCK - Vol. VII
SEPTIEMBRE
El intelecto El pensamiento El conocimiento La mente
nos ofrecen los cientficos y los filsofos. La mente -el intelecto- se contenta con estas innumerables explicaciones, pero la inteligencia no, porque para comprender tiene que existir, en la acci n, unidad completa del corazn y la mente.
3 DE SEPTIEMBRE OCK- Vol. I
El destello de la comprensin
No s si ha notado usted que hay comprensin cuando la m ente est muy quieta, siquiera por un segundo; el destello de la com prensin tiene lugar cuando cesa la verbalizacin del pensamiento. Slo experimente con ello y ver por s m ismo que tiene el destello de la comprensin, esa rapidez extraordinaria del discernim iento instantneo, cuando la m ente est m uy silenciosa, cua ndo el pensam iento se halla ausente y la mente no est agobiada por su propio ruido. En consecuencia, la comprensin de lo que fuere, de una pintura m oderna, de un nio, de nuestra esposa, de nuestro vecino, o la comprensin de la verdad -verdad que se encuentra en todas las cosas-, slo puede tener lugar cuando la m ente est muy silenciosa y quieta. Pero esa quietud no puede ser cultivada, porque si usted cultiva una mente quieta, sa no es una mente quieta, es una mente muerta. Cuanto ms se interesa uno en algo, cu anto mayor es su intencin de com prender, tanto ms simple, clara y libre es la mente. Cesa la verbalizacin. Al fin y al cabo, el pensam iento es la palabra, y la palabra es la que interfiere. La pantalla de las palabras, que es la m emoria, se interpone entre el reto y la respuesta. Y lo que responde al reto es la palabra, proceso al que llamamos inteleccin. As, la m ente que parlotea, que verbaliza, no
puede comprender la verdad; la verdad en la relacin, no una verdad abstracta. No hay verdad abstracta. Pero la verdad es muy sutil [...]. Como un ladrn en la noche, llega secretamente, no cuando uno est preparado para recibirla.
6 DE SEPTIEMBRE OCK - Vol. V
El intelecto desprevenido
Uno puede conocerse a s m ismo slo cuando no est c onsciente de que lo hace, cuando no calcula, no se protege, no est constantem ente vigilando para guiar, transformar, sojuzgar, controlar; cuando se ve a s m ismo inesperadamente, esto es, cuando la m ente no tiene precon ceptos en relacin consigo m isma, cuando est abierta, no cuando est preparada para encontrarse con lo desconocido. Si mi mente est preparada, no puedo, por cierto, conocer lo desconocido, y a que soy lo desconocido. Si me digo a m mismo: Yo soy Dios, o. Soy nada m s que un conjunto de influencias sociales o un haz de cualidades, si tengo algn preconcepto acerca de m mismo, no puedo comprender lo desconocido, aquello que es espontneo. As pues, la espontaneidad puede llegar slo cuando el intelecto se halla desprevenido, cuando no se est protegiendo, cuando y a no siente tem or en relacin cons igo mismo; y esto puede ocurrir nicam ente desde lo interno. Es decir, lo espontneo ha de ser lo nuevo, lo desconocido, lo incalculable, lo creativo, aquello que debe ser expresado, am ado, en lo cual la voluntad, como proceso del intelecto que controla y dirige, no tiene participacin alguna. Observe sus propios estados em ocionales y ver que los instantes de gran jbilo, de gran xtasis, son impremeditados; ocurren inadvertidamente, de manera misteriosa, secreta.
7 DE SEPTIBMBRE OCK - Vol. III
ese pasado, de m odo que nuestro problem a es cmo originar una transformacin en este proceso del pasado, sin crear otro condicionamiento, otro pasado.
9 DE SEPTIEMBRE LPU
El pensador es el pensamiento
No es, acaso, necesario comprender al pensador, al hacedor, al actor, puesto que su pensamiento, su proceder, su accin no puede separarse de l? El pensador es el pensam iento, el hacedor es el hecho, el actor es la accin. El pensador se revela en su pensamiento. El pensador mediante sus acciones crea su propia desdicha, su ignorancia, su conflicto. El pintor pinta este cuadro de felicidad efmera, sufrimiento y confusin. Por qu produce esta pintura dolorosa? Indudablemente, ste es el problem a que debemos estudiar, com prender y disolver. Por qu piensa el pensador sus pensamientos, de los cuales fluy en todas sus acciones? sta es la roca contra la cual ha estado usted golpendose la cabeza, verdad? Si el pensador pudiera trascenderse a s m ismo, cesara todo conflicto; y para trascenderse a s mismo tiene que conocerse. Aquello que se conoce y comprende, que se realiza y completa, no se repite. Lo que da continuidad al pensador es la repeticin.
11 DE SEPTIEMBRE EDK
es un proceso del pensam iento, y en la cual la m ente est alerta a todos sus conflictos y a todas las influencias que hacen impacto en ella.
12 DE SEPTIEMBRE OCK - Vol. XI
Percepcin instantnea
Para m slo hay percepcin, la cual consiste en ve r algo, instantneam ente, como falso o verdadero. Esta percepcin instantnea de lo falso y lo verdadero es el factor esencial, no as el intelecto, basado en su habilidad, su conocimiento, sus compromisos. A veces debe haberle sucedido que ha visto la verdad de algo instantneam ente, tal como la verdad de que uno no puede pertenecer a nada. Eso es la percepcin: ver la verdad de algo instantneamente, sin anlisis, sin razonam ientos, sin todas las cosas que el intelecto crea con el fin de posponer la percepcin. sta es por completo diferente de la intuicin, palabra que usamos con mucha soltura y facilidad [...]. Para m, slo existe esta percepcin directa, no el razonamiento, el clculo, el anlisis. Uno debe tener la capacidad de analizar; debe tener una mente buena y aguda para poder razona r. Pero una m ente que se lim ita al razonamiento y al anlisis es incapaz de percibir qu es la verdad [...]. Si usted se comunica consigo m ismo, sabr por qu p ertenece a algo, por qu se ha com prometido; y si avanza ms, ver la esclavitud, el cercenam iento de la libertad, la falta de dignidad hum ana que acarrea ese compromiso. Cuando percibe todo esto instantneam ente, est libre; no tiene que hacer un esfuerzo para liberarse. Por eso es esencial la percepcin.
14 DE SEPTIEMBRE OCK- Vol. XI
Supongamos que usted jams hubiese ledo un libro, religioso o filosfico, y tuviera que descubrir el sentido, el significado de la vida. Cm o procedera al r especto? Suponga que no hubiese Maestros, ni organizaciones religiosas, ni el Buda, ni Cristo, y usted tuviera que empezar desde el principio, cmo emprendera esa tarea? Ante todo, tendra que comprender su proceso del pensar, no es as?, y no proy ectarse a s m ismo, no proy ectar sus pensamientos hacia el futuro, creando a un Dios de su agrado; eso sera demasiado infantil. As que primero tendra que comprender el proceso de su propio pensar. se es el nico modo de descubrir algo nuevo, verdad? Cuando decimos que el aprendizaje o el conocim iento es una traba, un obstculo, no estam os incluyendo el conocimiento tecnolgico -cmo conducir un auto, cmo hacer funcionar una maquinaria- o la eficiencia que trae el conocimiento. Tenemos en m ente algo m uy distinto: ese sentido de felicidad creadora que ninguna cantidad de conocimiento o estudio puede traer consigo. Ser creativo en el m s genuino sentido de esa palabra es estar libre de instante en instante, porque el pasado es lo que continuamente ensombrece el presente. Aferrarse tan slo a la informacin, a las experiencias de otros, a lo que alguien ha dicho, por im portante que sea, y tratar de aproximar a eso la propia accin, todo ello es conocim iento, verdad? Pero para descubrir algo nuevo, uno debe em pezar por s mismo; debe em prender un viaje, hacindolo completamente desnudo, en especial de conocim ientos, porque es muy fcil experimentar gracias a la creencia y al conocimiento; pero estas experiencias no son sino los productos de nuestra propia proyeccin y, por lo tanto, son completamente falsas, irreales.
16 DE SEPTIEMBRE LPU
El conocimiento no es sabidura
En nuestra bsqueda de conocimiento, en nuestros deseos adquisitivos, estamos perdiendo el amor, embotando nuestro sentido de la belleza, nuestra respuesta sensible a la crueldad; nos volvem os ms y ms especializados y cada vez menos integrados. La sabidura no puede ser reemplazada por el conocim iento, y ninguna cantidad de explicaciones, ni la acum ulacin de hechos, liberar del sufrimiento al hombre. El conocimiento es necesario, la ciencia tiene su lugar; pero si la mente y el corazn son sofocados por el conocimiento, y si la causa del sufrimiento se justifica mediante explicaciones, la vida se torna vana y carente de sentido [...]. La informacin, el conocim iento de los hechos, aunque aumente de m anera constante, es, por su propia naturaleza, limitado. La sabidura es infinita, incluy e el conocimiento y el m odo de actuar; pero nosotros nos agarramos de una ram a y pensamos que es todo el rbol. Mediante el conocimiento de la parte, jam s podremos experimentar el jbilo de lo total. El intelecto nunca puede conducirnos a la to talidad, porque es tan slo un fragmento, una parte. Hemos creado una separacin entre el intelecto y el sentim iento, desarrollando el prim ero a expensas del segundo. Somos como un objeto de tres patas, con una pata mucho ms larga que las otras; nos falta equilibrio. Estamos adiestrados para ser intelectuales; nuestra educacin cultiva el intelecto para que sea agudo, astuto, adquisitivo, y as es como juega el papel ms importante en nuestra vida. La inteligencia es m ucho ms grandiosa que el intelecto, porque en ella se integran la razn y el amor; pero slo puede haber inteligencia cuando hay conocimiento propio, profunda comprensin del total proceso de uno mismo.
17 DE SEPTIEMBRE ESV
Ser un extrao
Me pregunto si ha observado el papel e norme que el intelecto juega en nuestra vida. Los diarios, las revistas, todo cuanto nos rodea cultiva la razn. No es que yo est contra la razn. Por el c ontrario, debemos tener la capacidad de razonar m uy clara y agudamente. Pero si usted observa, encontrar que el intelecto est perpetuamente analizando por qu pertenecem os o no pert enecemos a algo, por qu debe uno ser un extrao con respecto a este mundo para encontrar la realidad, etc. Hemos aprendido el proceso de autoanalizarnos. Est, pues, el intelecto con su capacidad de inquirir, analizar, razonar y llegar a conclusiones; y est el sentir, el puro sentir, que siempre es interrum pido, coloreado por el intelecto. Y cuando el intelecto interfiere con el puro sentir, de esa interferencia se desarrolla una m ente mediocre. Por una parte, tenem os el in telecto, con su capacidad de razonar basada en los agrados y desagrados, en su condicionamiento, en sus experien cias y conocimientos; y por la otra, tenemos el sentir, corrom pido por la sociedad, por el miedo. Revelarn ambos, el intelecto y el sentir, qu es lo verdadero? O slo existe la percepcin y nada ms?
19 DE SEPTIEMBRE OCK- Vol. XI
Una mente que est aprendiendo Qu entendemos por aprender? Hay un aprender cu ando tan slo acum ulamos conocimiento, reunimos informacin? sa es una clase de aprender, verdad? Como estudiante de ingeniera, usted estudia m atemticas, etc.; est aprendiendo, se inform a acerca del tem a. Est acumulando conocimiento, a fin de usar ese conocim iento en la prctica. Su aprender es acumulativo, aditivo. Ahora bien, cuando la m ente no hace sino tom ar, adquirir, agregar, es eso aprender? O el aprender es algo por com pleto diferente? Yo sostengo que el proceso aditivo que hoy llamamos aprender, no es aprender, en absoluto. Es tan slo un cultivo de la m emoria, el cual se vuelve mecnico; y una m ente que funciona de m anera mecnica, igual que una m quina, es incapaz de aprender. Una mquina jams puede aprender, excepto en el sentido ad itivo. El aprender es algo com pletamente distinto, como tratar de mostrrselo. Una mente que est aprendiendo jams dice: Yo s, porque el conocimiento es siempre parcial, mientras que el aprender es com pleto todo el tiem po. Aprender no signi fica empezar con cierta cantidad de conocim ientos y agregarle ms conocimientos. Eso no es aprender en absolu to; es un proceso puramente mecnico. Como dije, para m el aprender es algo por completo diferente. Estoy aprendiendo acerca de m mismo, de instante en instante, y el m mismo es extraordinariam ente vital; est activo, se mueve; no tiene com ienzo ni final. Cuando digo: Me conozco a m mismo, el aprender ha llegado a un final que consiste en conocimiento acumulado. El aprender jams es acumulativo; es un movimiento de conocer, que no tiene principio y no tiene fin.
20 DE SEPTIEMBRE OCK- Vol. XI
La mente anclada
Continuamos como mquinas con nuestra tediosa rutina cotidiana. Con cunta avidez acepta la m ente un modelo de existencia, y con cunta tenacidad se aferra a l ! Como si estuviera clavada, la mente est sujeta por la idea, y en torno de la idea vive y tiene su ser. La m ente jams es libre, flexible, porque siem pre est anclada; se mueve dentro del radio, estrecho o am plio, de su propio centro. No se atreve a salir de su centro, y cuando lo hace, se extrava en el miedo. El miedo no es a lo desconocido, sino a la prdida de lo conocido. No es lo desconocido lo que incita al m iedo, sino la depende ncia con respecto a lo conocido. El m iedo acompaa siempre al deseo, deseo por ms o deseo por menos. La mente, con su incesante tejer de patrones, es la h acedora del tiempo; y en el tiem po estn el m iedo, la esperanza y la muerte.
23 DE SEPTIEMBRE CSV - Serte II
La revolucin interior
Lo verdadero slo puede ser descubierto de instante en instante; no es una continuidad, pero la m ente que desea descubrirlo, siendo ella misma producto del tiem po, slo puede funcionar en el cam po del tiem po; por lo tanto, es incapaz de descubrir lo verdadero. Conocer la mente implica que sta debe conocerse a s misma, ya que no existe un yo aparte de la mente. No hay cualidades separadas de la mente, tal como las cualidades del diamante no estn separadas del diamante mismo. Para comprender la mente, usted no pue de interpretarla conforme a la idea de alguna otra pers ona, sino que debe observar cmo funciona en totalidad su propia m ente. Cuando conoce todo su proceso: la manera como razona, sus deseos, sus motivos, ambiciones y bsquedas, su envidia, su codicia, su miedo, entonces la mente puede ir mas all de s mismo, y cuando lo hace, existe el descubrimiento de algo totalmente nuevo. Esa calidad de lo nuevo genera una pasin extraordinaria, un entusiasm o tremendo que da origen a una profunda revolucin interior; slo esta revolucin interior puede transformar el mundo; no lo har ningn sistema poltico o econmico.
26 DE SEPTIEMBRE OCK - Vol. VIII
OCTUBRE
El tiempo La percepcin El cerebro La transformacin
Un estado intemporal
Cuando hablo acerca del tiempo, no me refiero al tiempo cronolgico, al tiempo del reloj. Ese tiempo existe y debe existir. Si usted quiere tom ar un autobs, si quiere llega r puntualmente al tren o a una cita el da de m aana debe contar con el tiem po cronolgico. Pero Existe un m aana, psicolgico, un m aana que es el tiempo de la mente? Hay, en realidad, un m aana desde el punto de vista psicolgico? O el m aana es creado por el pensamiento, debido a que ste ve la im posibilidad de cam biar directa e inmediatamente, y entonces inventa el proceso de lo gradual? Veo por m mismo, como ser humano, que es trem endamente importante dar origen a una revolucin en m i estilo de vida, en m i pensar y sentir, en mis acciones, y me digo: Em plear tiempo en ello; maana o dentro de un m es ser diferente. A ese tiempo me estoy refiriendo: a la estructura psicolgica del tiempo, del maana, del futuro; y en ese tiempo vivimos. Ese tiempo -no el del reloj- es el pasado, el presente y el futuro. Fui; eso es el ay er; el ayer opera a travs del hoy y crea el futuro. Eso es bastante sim ple de entender. Hace un ao tuve una experiencia que dej una huella en m i mente, y traduzco el presente de acuerdo con esa experiencia, con ese conocim iento, esa tradicin, ese condicionamiento; y as creo el m aana. Estoy preso en este crculo. Esto es lo que llamamos vivir; esto es lo que llamamos tiempo. El pensamiento, que es usted, con todos sus recuerdos, sus condiciona mientos, sus ideas, sus esperanzas, su desesperacin, con la total soledad de la existencia , todo eso es tiem po [...]. Y para comprender el estado intemporal, cuando el tiempo se ha detenido, uno debe investigar si la mente puede estar por completo libre de toda experiencia, la cual pertenece al tiempo.
2 DE OCTUBRE OCK - Vol. XVII
contina. Por cierto, el tiempo es la verdadera naturaleza del pensamiento; el pensamiento es tiempo. Y mientras el tiempo exista como un medio para lograr algo, la mente no podr ir mas all de s misma; la cualidad de ir ms all de s misma pertenece a la m ente nueva, la cual est libre del tiempo. El tiempo es un factor que interviene en el miedo. Por tiempo no entiendo el tiem po cronolgico, del re loj -segundo, minuto, hora, da, ao-, sino el tiem po como factor interno, psicolgico. Ese hecho es el que da origen al miedo. El tiempo es miedo; como el tiempo es pensamiento, ste debe engendrar m iedo, el tiempo crea frustracin conflictos, porque la percepcin inm ediata del hecho, la accin de ver el hecho, es intemporal [... ]. Para comprender, pues, el miedo, uno debe estar atento al tiem po: el tiempo como distancia, espacio, yo, tiempo que el pensamiento crea como ayer, hoy y maana, usando la memoria de ayer para ajustarse al presente y as condicionar el futuro. Para la mayora de nosotros, el m iedo es una realidad extraordinaria; y una m ente enredada en el miedo, en la complejidad del miedo, jams puede ser libre; jams puede comprender la totalidad del miedo sin comprender las intrincaciones del tiempo. El miedo y el tiempo marchan juntos.
3 DE OCTUBRE OCK Vol. XII
El tiempo es un veneno
En su cuarto de bao usted tiene un frasco rotulado veneno, y sabe que eso es veneno; se cuida m ucho de ese frasco, aun en la oscuridad. Siem pre est atento a l. No dice: Cm o me mantendr alejado, cm o estar atento a ese frasco? Sabe que es veneno, de m odo que est tremendamente atento a l. El tiem po es un veneno, crea desorden. Si esto es un hecho para usted, entonces pue de proseguir con la com prensin de cmo liberarse del miedo instantneamente. Pero si se sigue aferrando al tiempo como el m edio de liberarse, no hay comunicacin entre usted y yo. Vea, hay algo que es m ucho ms que eso, puede haber una clase total y completamente distinta de tiem po. Nosotros slo conocemos dos tiempos, el fsico y el psicolgico, y estamos atrapados en el tiempo. El tiempo fsico juega un papel importante en la psique, y la psique ejerce una influencia importante sobre lo fsico. Estamos presos en esta batalla, en esta influencia. Uno debe aceptar el tiem po fsico, a fin de tomar el autobs o el tren, pero si uno rechaza por completo el tiempo psicolgico, puede dar con un tiempo que es algo totalmente distinto, un tiem po que no est relacionado con ninguno de los otros dos. Deseara que usted avanzara conmigo dentro de ese tiempo! Entonces el tiempo no es desorden; es un orden extraordinario.
5 DE OCTUBRE OCK- Vol. XV
que ha sido. Lo que ha sido no puede traerle comprensin. En tanto uno est buscando continuidad, deseando permanencia en la relacin, en el am or, anhelando encontrar una paz duradera y todo eso, est persiguiendo algo que se halla dentro del campo del tiempo; por lo tanto, no pertenece a lo intemporal.
6 DE OCTUBRE OCK - Vol. XIII
La percepcin acta
Usted ve y yo no veo; por qu ocurre esto? Pienso que ocurre porque uno est im plicado en el tiempo; usted no ve las cosas en el tiem po, yo las veo en el tiem po. Su ver es una accin de todo su ser, y su ser no est preso en el tiempo; usted no piensa en un arribo gradual; ve al go instantneamente, y esa percepcin m isma acta. Yo no veo; quiero descubrir por qu no veo. Qu es lo que m e har ver totalmente algo, de modo tal que comprenda de inmediato la cosa com pleta? Usted ve la estructura total de la vida: la belleza, la fealdad, el dolor, la dicha, la extraordinaria sensibilidad; usted ve la cosa ntegra, y yo no puedo. Veo una pa rte de ella, pero no la veo en su totalidad [...]. El hom bre que ve algo totalm ente, que ve la vida totalm ente, es obvio que debe estar fuera del tiempo. Seor, preste atencin a esto, porque tiene algo que ver, realmente, con nuestra existencia diaria; no es algo espiritual, filosfico, ajeno a nuestra vida cotidiana. Si comprendemos esto, entonces com prenderemos nuestra rutina diaria con su tedio, los sufrim ientos, las insoportables ansiedades y los temores. De modo que no lo descarte diciendo: Qu tiene esto que ver con nuestra existencia diaria? Tiene que ver. Uno puede percibir -al m enos para m est claro- que es posible cortar instantneamente, como un cirujano, toda el cordn de la desdicha humana. Eso es lo que quiero investigar con usted.
8 DE OCTUBRE OCK - Vol. XIII
queda quieta, no es as? Y en esa quietud encuentra usted la respuesta. No le ha sucedido a veces? No es nada extraordinario. Ocurre con los grandes matemticos y cientficos, y las personas lo experimentan ocasionalmente en su vida cotidiana. Qu significa eso? La mente ha ejercitado en plenitud su capacidad de pensar y ha llegado al borde mismo de todo pensam iento sin haber encontra do una respuesta; entonces se queda quieta. No por agotamiento, no a causa de la fatiga, no por decir: Me quedar quieta y , de ese m odo, hallar la respuesta. Habiendo hecho ya todo lo posible para encontrar la respuesta, la m ente se aquieta de m anera espontnea. Existe una respuesta que no surge de opcin alguna, de exigencia alguna, una intensa atencin exenta de toda ansiedad; y en ese estado de la mente hay percepcin. Unicamente esta percepcin resolver todos nuestros problemas.
9 DE OCTUBRE OCK - Vol. XI
descubrir que desde esa percepcin surge una energa; y esta energa surgida de la percepcin es la, que va a hacer aicos a la m ente mezquina, la mente respetable, la m ente que va al templo, la mente temerosa. La percepcin es, pues, el camino de la verdad.
12 DE OCTUBRE OCK - Vol. XI
La mente parlanchina
Sabe?, percibir algo es una experiencia asombrosa. No s si alguna vez ha percibido realm ente algo: una flor o un rostro o el cielo o el m ar. Desde luego, ve estas cosas cuando pasa cerca de ellas en un autobs o en un automvil; pero me pregunto si alguna vez se ha tom ado la molestia de mirar realmente una flor. Y cuando s mira una flor, qu ocurre? Inmediatamente la nom bra, se interesa en saber a qu especie pertenece, o dice: Qu hermosos colores tiene! Me gustara que creciera en m i jardn; quisiera obsequirsela a m i esposa, o ponrmela en el ojal, etc. En otras palabras, apenas ve una flor, su mente comienza a parlotear al respecto; por consiguiente, jams percibe la flor. Uno percibe algo slo cuando su mente est en silencio, cuando no hay parloteo de ninguna clase. Si usted puede m irar la estrella vespertina que asoma sobre el m ar, mirarla sin un solo m ovimiento de la mente, entonces percibe de veras su extraordinaria belleza; y cuando percibe la belleza, no experimenta tambin el estado de amor? Por cierto, la belleza y el amor son la m isma cosa. Sin am or no hay belleza, y sin belleza no hay amor. La belleza est en la form a, la belleza est en el hablar, la belleza est en la conducta. Si no hay amor, la conducta es trivial; es m eramente el producto de la sociedad, de una determ inada cultura, y lo que produce es mecnico, carente de vida. Pero cuando la mente percibe sin la ms leve agitacin, entonces es capaz de mirar a una profundidad total dentro de s m isma. Y una percepci n semejante es realm ente intemporal. Usted no tiene que hacer nada para provocarla; no hay disciplina, ni prctica, ni mtodo por el cual pueda uno aprender a percibir.
13 DE OCTUBRE OCK- Vol. XI
Lo que ocurre, pues, es que debido a la presin, al esfue rzo intenso, a las tensiones, nuestras m entes se hallan atestadas ahogadas por la influencia, por el dolor, seamos o no conscientes de ello [...]. Desgastamos la mente, no la usamos.
15 DE OCTUBRE OCK - Vol. XI
un mtodo, un sistema, una disciplina, la continuidad de un hbito, dar origen a esta mente nueva, no es verdadera. Todo eso debe ser descartado ntegram ente, por ser m ecnico. Una mente mecnica es una mente tradicional; no puede aprontar la vida, que no es mecnica; en consecuencia, el mtodo debe ser desechado por completo.
18 DE OCTUBRE OCK- Vol. XIII
suspensin de eso, cuando la reaccin se suspende, cuando existe un intervalo, usted descubrir que acta el cerebro nuevo, y slo el cerebro nuevo puede comprender, no el cerebro viejo.
21 DE OCTUBRE OCK- Vol. XVI
Nuestra responsabilidad
Para transformar el mundo debemos empezar con nosotros mismos; y lo importante al comenzar con nosotros mismos es la intencin. La intencin de be ser la de comprendernos, y no delegar en otros la tarea de transform arse o de originar un cam bio por medio de una revolucin, ya sea de izquierda o de derecha. Es indispensable comprender que sta es nuestra responsabilidad, la suy a y la ma, porque, por pequeo que pueda ser el m undo en que vivimos, si somos capaces de transformarnos a nosotros m ismos, de originar un punto de vista radicalm ente distinto en nuestra existencia diaria, entonces, quizs, af ectaremos al mundo en general, las extensas relaciones de los dems.
22 DE OCTUBRE LPU
El completo vaco
Para que tenga lugar la com pleta mutacin de la conciencia, uno debe ne gar el anlisis y la bsqueda, y no estar ms bajo ninguna influencia, lo cual es inm ensamente difcil. La mente, viendo lo que es falso, ha descartado
por completo lo falso, sin saber qu es lo verdadero. Si uno ya sabe qu es lo verdadero, est tan slo canjeando lo que considera falso por lo que imagina verdadero. No hay renunciacin si uno sabe qu recibir a cambio. Slo hay renunciacin cuando uno se desprende de algo sin saber qu va a ocurrir despus. Ese estado de negacin es absolutamente necesario. Por favor, siga esto atentamente, porque si ha llegado hasta all, ver que en ese estado de negacin descubre qu es lo verdadero; porque la negacin es el vaciado de la conciencia de lo conocido. Al fin y al cabo, la conciencia est basada en el conocim iento, en la experiencia, en la herencia racial, en la memoria, en las cosas que uno ha experimentado. Las experiencias son si empre del pasado; operan en el presente y , al ser modificadas por el presente, continan hacia el futuro. Todo eso es la conciencia, el inmenso depsito de los siglos. Tiene su utilidad nicam ente en el vivir m ecnico. Sera absurdo negar todo el conoc imiento cientfico adquirido en el curso del largo pasado. Pero para dar origen a una mutacin de la conciencia, a una revolucin en la totalidad de esta estructura, tiene que haber un com pleto vaco. Y ese vaco es posible solam ente cuando descubrim os, cuando vemos realmente lo que es falso. Entonces, si usted ha llegado tan lejos, descubrir que el vaco m ismo ha originado una revolucin completa de la conciencia.
25 DE OCTUBRE OCK - Vol. XXII
El verdadero cambio
Un cambio es posible slo de lo conocido a lo desc onocido, no de lo conocido a lo conocido. Por favor, reflexione sobre esto conm igo; en el cam bio de lo conoc ido a lo conocido est la autoridad, hay una perspectiva jerrquica de la vida: Usted sabe, yo no s. Por consiguiente, yo lo venero, creo un sistem a, voy tras un gur, lo sigo porque usted me da lo que quiero saber, me da una certidumbre acerca de la conducta que habr de producir el resultado que deseo, el xito. El xito es lo conocido. S qu es lo que debe tener xito. Eso es lo que deseo. Procedemos, pues, de lo conocido a lo conocido, y en eso de be existir la autoridad: la autoridad de la sancin, la
autoridad del lder, del gur, de la jera rqua, del que sabe frente al que no sabe; y el que sabe debe garantizarm e el xito, el xito en mi esfuerzo, en mi cambio, de modo que ser feliz, tendr lo que deseo. No es se el motivo que la mayora de nosotros tiene para cam biar? Observe, por favor, su propio pensar, y ver las modalidades de su propia vida y conducta [...]. Cuando lo m ira bien, es cam bio eso? El cambio, la revolucin, es algo de lo conocido a lo desconocido, en lo cual no hay autoridad, en lo cual puede haber un com pleto fracaso. Pero si a usted le aseguran que lo lograr, que tendr xito, que ser feliz, que tendr una vida eterna, entonces no tiene problem a. Entonces contina el consabido curso de accin, el cual consiste en que usted mismo est siempre en el centro de las cosas.
28 DE OCTUBRE OCK - Vial. VIII
Pueden el pensador y el pensam iento, el observador y lo observado, ser una sola cosa? Usted nunca lo descubrir si se lim ita a echar una ojeada sobre este problem a y me pide que le explique superficialmente qu entiendo por esto o por aquello. Ciertam ente, ste es nuestro problem a, no es tan slo m i problema; usted no est aqu para averiguar cmo considero yo este problema o los problemas del mundo. Esta constante batalla interna, tan destructiva, tan deteriorante, es su problem a, verdad? Y tambin es su problem a el modo de originar un cam bio radical en s mismo, y no satisfacerse con revoluciones supe rficiales en la poltica, en la econom a, en las distintas burocracias. Usted no est tratando de entenderm e a m o de entender la manera como yo considero la vida. Intenta comprenderse a s mismo, y stos son sus problemas, los problemas que usted debe aprontar. Al considerarlos usted y yo juntos, tal como lo estamos haciendo en estas conversaciones, podrem os quizs ay udarnos el uno al otro a verlos ms claramente, con m ayor nitidez. Pero verlos claramente tan slo en el nivel verbal no basta: eso no origina un cam bio psicolgico creativo. Debem os ir m s all de las palabras, m s all de los sm bolos y sus sensaciones... Tenemos que desechar todas estas cosas y llegar al problema central: cmo disolver el yo, que est atado al tiempo, en el que no hay amor ni compasin. Es posible ir m s all slo cuando la m ente no se separa a s misma como pensador y pensamiento, cuando el pensador y el pensamiento son una sola cosa; slo entonces hay silencio, el silencio en el que no hay formulacin de imgenes o expectativa de ms experiencias. En ese silencio no hay un experimentador que est experimentando; slo entonces existe una revolucin psicolgica creativa.
31 DE OCTUBRE OCK- Vol. VII
NOVIEMBRE
El vivir El morir El renacimiento El amor
Creatividad Armnica
Alguna vez ha pensado en esto? Uno quiere ser famoso como escritor, pacta, poltico, cantante o lo que fuere. Por qu? Porque no am a de verdad lo que hace. Si uno am ara cantar, o pintar, o escribir poemas -si de veras lo amara-, no le interesara si es fam oso o no. Querer ser fa moso es algo vulgar, trivial, tonto, no tiene sentido; pero, debido a que no amamos lo que hacemos, deseamos enriquecernos con la fama. Nuestra educacin actual es psima porque nos ensea a amar el xito y no lo que hacemos. El resultado se ha vuelto ms importante que la accin.
Vea, es muy bueno esconder nuestro brillo, taparlo, ser annim os, amar lo que hacemos y no sacar a relucirlo. Es bueno ser afectuoso, amable, sin ser fam oso. Eso no hace que uno tenga reputacin, no hace que su fotografa aparezca en los diarios. Los polticos no vendrn a su pue rta. Uno es simplemente un ser humano creativo que vive annimamente; y en eso hay riqueza y una belleza inmensa.
3 DE NOVIEMBRE PDE
Tcnicas vacas
No podemos asociar la creatividad con el logro tcnic o. Uno puede ser perfecto tocando el piano, y no ser creativo; usted puede tocar el piano con sum a brillantez y no ser un msico desde el punto de vista creativo. Puede ser hbil para m anejar el color, para aplicar m uy ingeniosamente pintura en el lienzo, y no ser un pintor creativo. Puede crear de la piedra un rostro, una im agen, porque ha aprendido la tcnica, y no ser un artista creador. La creacin viene primero, no la tcnica, y por eso somos tan desdichados en nuestras vidas. Tenemos la tcnica: cmo levantar una casa, construir un puente, ensam blar un motor, cmo educar a nuestros hijos conform a un sistema; hemos aprendido todas estas tcnicas, pe ro nuestros corazones estn vacos, nuestras mentes estn vacas. Som os mquinas de primera clase, sabemos cmo funcionar muy bellamente, pero no am amos a una criatura viva. Uno puede ser un buen ingeniero, un buen pian ista, puede escribir con buen estilo en ingls o m arathi o el idiom a que sea, pero la creatividad no se encuentra en la tcnica. Si usted tiene algo que decir, crea su propio estilo, pero cuando no tiene nada que decir, aunque tenga un estilo herm oso, lo que escriba ser tan slo la rutina tradicional, una repeticin, en palabras nuevas, de la misma cosa vieja [...]. Habiendo perdido la cancin, perseguim os al cantor. Aprendemos del cantor la tcnica del canto, pero no existe la cancin; y yo digo que la cancin es esencial, es esenci al el jbilo de cantar. Cuando existe el jbilo, la tcnica puede desarrollarse de la nada. Uno inventar su propia tcnica, no tendr que estudiar elocucin o estilo. Cuando hay jbilo creativo, uno ve, y el mismo ver la belleza es de s un arte.
4 DE NOVIEMBRE OCK- Vol. V
consiguiente, no es creativa en absoluto. Pero m ediante la correcta educacin podram os quiz dar origen a una comprensin distinta, ayudando a la mente a liberarse de todo condicionamiento, esto es, alentando al joven a darse cuenta de las numerosas influencias que condicionan la mente y hacen que sta se amolde.
6 DE NOVIEMBRE OCK- Vol. X
El propsito de la vida
Hay muchas personas que le indicarn a usted el propsito de la vida; le dirn lo que sostienen los libros sagrados. Personas ingeniosas seguirn inventando cul es el propsito de la vida. La agrupacin poltica tendr un propsito, el grupo religioso tendr otro propsito, y as sucesivamente. Entonces, cul es el propsito de la vida cuando uno mismo est confuso? Slo cuando estoy confuso le formulo esta pregunta: Cul es el propsito de la vida?, porque espero que, en m edio de esta confusin, encontrar una respuesta. Cmo puedo encontrar una respuesta genuina cuando estoy confuso? Comprende? Si estoy confuso, slo puedo recibir una respuesta tambin confusa. Si m i mente esta confundida, perturbada, si m i mente carece de belleza, de quietud, cualquiera sea la respuesta que y o reciba, pasar por esta pantalla de confus in ansiedad y miedo; por lo tanto, la respuesta estar desnaturalizada. En consecuencia, lo que im porta no es preguntar: Cul es el propsito de la vida, de la existencia?, sino esclarecer la confusi n que hay dentro de usted. Es como un hombre ciego que pregunta: Qu es la luz? Si le digo qu es la luz, l escuchar conform e a su ceguera, conforme a su oscuridad; pero suponga que l es capaz de ver; entonces jams preguntara: Qu es la luz? La luz est ah. De igual manera, si usted puede clarificar su confusi n interna, descubrir cul es el propsito de la vida; no tendr que preguntar, no tendr que buscarlo; todo cuanto tie ne que hacer es liberarse de las causas que generan la confusin.
7 DE NOVIEMBRE OCK - Vol. VII
Morir cada da
Qu es la edad? Es el nmero de aos que uno ha vivido? Eso forma parte de la edad; uno ha nacido en tal y tal ao, y ahora tiene quince, cuarenta o sesenta aos. El cuerpo envejece, y lo mismo ocurre con la mente cuando
est cargada con todas las experiencias, desdichas y fatigas de la vida; y una mente as jams puede descubrir qu es la verdad. La m ente puede descubrir algo slo cuando es joven, fresca, inocente; pero la inocencia no es una cuestin de edad. No slo el nio es inocente -puede no serlo-, sino la m ente que es capaz de experim entar sin acumular los residuos de la experiencia. La m ente tiene que experimentar, eso es inevitable. Tiene que responder a todo, al ro, al anim al enfermo, al cuerpo muerto que llevan para la crem acin, a los pobres aldeanos que transportan sus cargas por el cam ino, a las torturas y miserias de la vida; de lo contrario, la m ente ya est muerta. Pero tiene que ser capaz de responder sin quedar atrapada en la experiencia. La tradicin, la acum ulacin de experiencias, las cenizas de la m emoria, todo eso es lo que envejece a la mente. La mente que muere cada da a los recuerdos del ayer, a todas las alegras y los dolores del pasado, una mente as es lozana, inocente, no tiene edad; y sin esa inocencia, ya sea que uno tenga diez aos o sesenta, no encontrar a Dios.
10 DE NOVIEMBRE PDE
Miedo a la muerte?
Por qu teme usted a la muerte? Ser, acaso, porque no sabe cmo vivir? Si supiera cmo vivir con plenitud, tendra miedo de morir? Si amara los rboles, la puesta del sol, la hoja que cae, si am ara a los pjaros; si estuviera atento a los hom bres y mujeres que lloran, a los pobres, y si de veras sintiera amor en su corazn, tem era a la muerte? Le temera? No se deje persuadir por m; reflexionemos juntos sobre ello. Usted no vive con alegra, no es feliz, no es vitalmente sensible a las cosas; por esa razn pregunta qu va a ocurrir cuando muera? La vida es para usted dolor y, por eso, est mucho ms interesado en la muerte. Siente que tal vez habr ms felicidad despus de la muerte. Pero se es un problema tremendo, y yo no s si usted desea investigarlo. Al fin y al cabo, en el fondo de todo esto est el m iedo: miedo de vivir, m iedo de morir, miedo de sufrir. Si usted no puede com prender qu es lo que da origen al miedo, y as se libera de ello, entonces no importa mucho si est vivo o muerto.
12 DE NOVIEMBRE ADV
Tengo miedo
Lo que ahora me pregunto es cmo estar libre del miedo a lo conocido, que es el miedo de perder a mi familia, mi reputacin, m i carcter, m i cuenta bancaria, m is apetitos, etc. Usted puede decir que el m iedo surge de la conciencia; pero su conciencia est formada por su condicionam iento, de modo que la conciencia sigue siendo el resultado de lo conocido. Qu es lo que conozco? El conocimiento implica tener ideas, tener opiniones acerca de las cosas, tener un sentido de continuidad en cuanto a lo conocido, y nada ms [... ]. Est el miedo al dolor. El dolor fsico es una respuest a nerviosa, pero el dolor psicolgico surge cuando m e aferro a las cosas que me brindan satisfaccin, porque entonces tengo miedo de que alguien o algo me las quite. Las acumulaciones psicolgicas evitan el dolor psicolgico en ta nto no se vean perturbadas; es decir, soy un manojo de
acumulaciones, experiencias, el cual im pide cualquier form a seria de perturbacin; y yo no quiero que me perturben. Por lo tanto, tengo m iedo de cualquiera que pueda alterar eso. As que mi miedo es a lo conocido, estoy temeroso de las acum ulaciones, fsicas o psicolgicas, que he reunido com o un recurso para detener el dolor impedir el sufrimiento [...]. Tambin el conocim iento ayuda a evitar el dolor. Tal com o el conocim iento mdico ayuda a evitar el dolor fsico, as las creencias ayudan a evitar el dolor psicolgico; por eso tengo m iedo de perder mis creencias, aunque no tenga un conocim iento perfecto o una prueba concreta c on respecto a la realidad de tales creencias.
13 DE NOVIEMBRE LPU
Por cierto, en el m orir hay renovacin, no es as? Slo en la muerte algo nuevo surge a la existencia. No le estoy brindando consuelo. Esto no es algo en lo que pue da creer o pensar, o que pueda exam inar y aceptar intelectualmente, porque entonces lo convertir en otro c onsuelo, tal como ahora cree en la reencarnacin o en la continuidad en el ms all, etctera. Pero lo real es que, para aquello que contina , no hay renacimiento, no hay renovacin. Por lo tanto, la renovacin, el renacim iento est en el morir de cada da. Eso es la inm ortalidad. En la muerte est la inmortalidad; no en la m uerte que usted tem e, sino en la m uerte de las conclusiones previas, de los recuerdos, de las experiencias, con todo lo cual usted se ha identificado como el yo. En el morir del yo a cada instante hay eternidad, hay inmortalidad, hay algo que ha de experimentarse; no es para que se especule o se diserte al respecto, como hacen ustedes con la reencarnacin y toda esa clase de cosas [...]. Cuando uno ya no tiene miedo, porque hay un morir a cada instante y, por lo tanto, una renovacin, entonces se halla abierto a lo desconocido. La realidad es lo desc onocido. La muerte es tambin lo desconocido. Pero decir que la muerte es bella, maravillosa, porque continuaremos en el ms all y toda esa insensatez, carece de realidad. Lo real es ver la m uerte tal como es: un final, un final en el que hay renovacin, renacimiento, no una continuidad. Porque aquello que contina se deteriora, y lo que tiene el poder de renovarse a s mismo es eterno.
16 DE NOVIEMBRE OCK - Vol. V
Qu es la reencarnacin? Averigemos qu entiende usted por reencarnacin la ve rdad de ello, no lo que le gusta creer, no lo que alguien le ha dicho o lo que su instructor le ha enseado al respecto. Por cierto, es la verdad la que libera, no su propia conclusin personal, su propia opinin [ ...]. Cuando usted dice: Yo renacer, tiene que saber qu es el Yo [...]. El Yo, es una entidad espiritual, es algo continuo? Es el Yo algo independiente de la memoria, de la experiencia, del conocim iento? El Yo, o bien es una entidad espiritual, o es tan slo un proceso de pensamiento. O es algo fuera del tiempo, algo que llamamos espiritual y que no es medible en trminos temporales, o est dentro del cam po del tiempo, de la memoria, del pensamiento. No puede ser otra cosa. Descubram os si est ms all de la medida del tiempo. Espero que est siguiendo todo esto. Descubramos si el yo es, en esencia, algo espiritual. Por espiritual entendemos, no es as?, al go no susceptible de ser condicionado, algo que no es una proyeccin de la m ente humana, algo que no est dentro del campo del pensamiento, algo que no m uere. Cuando hablamos de una entidad espiritual, es obvio que nos refe rimos a algo que no est dentro del cam po de la m ente. Entonces, es el Yo una entidad espiritu al semejante? Si lo es, debe estar m s all del tiem po; por lo tanto, no puede renacer ni continuar [...]. Lo que tiene continuidad jams puede renovarse. En tanto el pensamiento contine a travs de la m emoria, del deseo, de la experiencia, jams podr renovarse; en consecuencia, lo que contina no puede conocer lo real.
18 DE NOVIEMBRE OCK - Vol. VI
reencarnacin, que hay renacimiento, una renovacin constante que contina y contina: el alma, lo que llamamos el alma. Ahora, por favor, escuche muy atentamente. Existe tal cosa? Nos gusta pensar que existe, porque eso nos da placer, porque es algo que hem os colocado ms all del pensam iento, ms all de las palabras, ms all; es algo eterno, espiritual, que jam s puede morir, y entonces el pensamiento se aferra a eso. Pero existe una cosa como el alma, una cosa que est ms all del tiempo y del pensamiento, algo no inventado por el hom bre, algo que se encuentra m s all de la naturaleza humana, que no ha sido elaborado por la m ente astuta? Porque la mente ve esta enorme incertidumbre, esta confusin, ve que en la vida no hay nada perm anente, nada. La relacin que tenem os con nuestra esposa, nuestro marido, nuestro empleo, nada de eso es permanente. Entonces la mente inventa algo que sea perm anente, y lo llama el alma. Pero, dado que la mente piensa en ello, tal cosa sigue estando de ntro del campo del tiempo. Es obvio. Si puedo pensar en algo, eso form a parte de m i pensamiento. Y m i pensamiento es el resultado del tiem po, de la experiencia, del conocimiento. De modo que el alma est ano en el campo del tiempo [...]. As pues, la idea de la continuidad de un alm a que renacer una y otra y otra vez no tiene sentido, porque es la invencin de una mente atemorizada, de una mente que desea y busca una duracin a travs de la permanencia, que anhela certidumbre, porque en eso hay una esperanza.
19 DE NOVIEMBRE OCK - Vol. XV
El amor no es placer
Sin comprender el placer usted jam s podr comprender el amor. El amor no es placer. Es algo por completo diferente. Y para com prender el placer, com o dijimos, uno tiene que aprender al respecto. Ahora bien, para la mayora de nosotros, para cada ser hum ano, el sexo es un problema. Por qu? Escuche esto muy cuidadosamente. Debido a que no puede usted resolver el problem a, escapa de l. El sany asi escapa tomando un voto de celibato, negando el sexo. Por favor, vea lo que le ocurre a una m ente semejante. Al negar algo que forma parte de toda su estructura -las glndulas, etc.-, al reprim irlo, se ha vuelto usted vido, y en su interior se desarrolla una batalla constante. As pues, aparentem ente tenemos slo dos m aneras de encarar cualquier problema: o lo reprimimos o escapamos de l. En realidad, reprim irlo es lo mismo que escapar de l. Y disponem os de toda una red de escapes muy intrincada, intelectual, emocional, y tambin la de la comn actividad cotidiana. Hay varias formas de escapes que no examinaremos por el m omento. Pero tenemos este problema del sexo. El sanyasi escapa de l a su modo, pero no lo ha resuelto; lo ha reprim ido tomando un voto, y todo el problema hierve en su interior. Puede ponerse la tnica exterior de la sencillez, pero esto tam bin se vuelve para l un problema extraordinario, tal como lo es para el hombre que vive una vida corriente. Cmo resuelve usted ese problema?
22 DE NOVIEMBRE OCK - Vol. XV
El amor no se cultiva
El amor no puede cultivarse. El amor no puede dividirse en divino y fsico; slo es am or -no se trata de que usted ame a una sola persona o a m uchas-. Es absurdo preguntar: Ama usted a todos? Vea, a una flor que tiene perfume no le preocupa quin viene a aspirarlo o quin la desdea. As es el am or. El amor no es un recuerdo. No es cosa de la m ente o del intelecto. Adviene naturalmente como la com pasin, cuando todo este problem a de la existencia -miedo, codicia, envidia, desesperacin, esperanza- ha sido com prendido y resuelto. Un hombre ambicioso no puede amar. Un hombre apegado a su fam ilia no ama. Tampoco los celos tienen algo que ver con el amor. Cuando usted dice: Amo a mi esposa, en realidad no es eso lo que quiere decir, porque al instante siguiente est celoso de ella. El amor implica gran libertad -que no es hacer lo que a uno le plazca-. Pero el am or llega tan slo cuando la mente est muy quieta, no interesada ni centrada en s misma. stos no son ideales. Si en usted no hay amor, haga lo que hiciere, ir tras todos los dioses de la Tierra, desa rrollar todas las actividades social es, tratar de reformar la pobreza, dedicarse a la poltica, escribir libros, poem as, etc., aunque haga todo eso, es un ser hum ano muerto. Sin amor, los problemas aumentarn, se multiplicarn interminablemente. Y con am or, haga usted lo que hiciere, no hay riesgo alguno, no hay conflicto. El am or es, entonces, la esencia de la virtud. Una m ente que no se halla en estado de amor, no es en absoluto una mente religiosa. Y slo la mente religiosa est libre de problemas y conoce la belleza del amor y la verdad.
23 DE NOVIEMBRE OCK - Vol. XV
El amor es peligroso
Cmo puede el hombre vivir sin amor? Slo podemos existir, y la existencia sin amor es control, confusin y dolor; y eso es lo que casi todos estamos generando. Nos organizamos para la existencia y aceptamos el conflicto como inevitable, porque nuestra existe ncia es un constante requerim iento de poder. Por cierto, cuando am amos, la
organizacin tiene su propio lugar, su lugar exacto; pe ro sin amor, la organizacin se vuelve una pesadilla, algo meramente mecnico y eficiente, como el ejrcito; pero co mo la sociedad m oderna se basa en la m era eficiencia, necesitamos ejrcitos -y el propsito de un ejrcito es crear guerra-. Aun en tiem pos de la as llam ada paz, cuanto ms eficientes somos en lo intelectual, tanto m s crueles, ms brutales e insensibles nos volvem os. Por eso hay confusin en el m undo, porque la burocracia es cada vez ms poderosa, porque ms y ms gobiernos se estn volviendo totalitarios. Nos sometemos a todo esto com o a algo inevitable, porque vivimos con nuestros cerebros y no con nuestros corazones; en consecuencia, el amor no existe. El amor es el elemento ms peligroso e incierto que hay en la vida; y debido a que no querem os la incertidumbre, porque no queremos sentirnos en peligro, vivimos en el reino de la m ente. Un hombre que ama est en peligro, y nosotros no deseamos vivir peligrosamente; deseamos vivir eficientemente, vivir tan slo dentro del sistem a de la organizacin, porque pensam os que las organizaciones van a producir orden y paz en el m undo. Las organizacion es jams han producido orden y paz. Slo el am or, la buena voluntad, la piedad, pueden traer finalmente -y, por lo tanto, ahora- orden y paz.
25 DE NOVIEMBRE OCK - Vol. V
Cul es tu reaccin?
Cuando observas a esas pobres m ujeres que llevan una pesada carga al m ercado, o miras cmo los nios de la aldea juegan en el barro sin tener casi ninguna otra cosa con que jugar, esos nios que no recibirn la educacin que ustedes reciben, que no tienen una casa di gna donde vivir, ni lim pieza, ni ropa suficiente, ni comida adecuada, cuando observas todo eso, cul es tu reaccin? Es muy importante que descubras por ti mismo cul es tu reaccin. Te dir cul fue la ma. Esos nios carecen de un lugar apropiado donde dormir; el padre y la madre estn ocupados durante todo el da, sin tener nunca un periodo de vacaciones; los nios no conocen jam s lo que es ser am ados, cuidados; los padres nunca se sientan con ellos y les cuentan historias acerca de la belleza de la Tierra y de los cielos. Y qu clase de sociedad es la que han producido estas circunstancias? Una sociedad en la que hay personas inmensamente ricas que tienen todo lo que anhelan en la Tierra, y donde al mismo tiempo hay chicos y chicas que no tienen nada. Qu clase de sociedad es sta y cmo se ha originado? Ustedes podrn hacer revoluciones, rom per el patrn de esta sociedad, pero en la ruptura m isma de ese patrn ha nacido uno nuevo, que es otra vez la m isma cosa en una forma distinta: los com isarios polticos con sus casas especiales en el cam po, los privilegios, los uniformes, y as sucesivamente. Esto ha ocurrido despus de todas las revoluciones, la francesa, la rusa, la china. Y es posible crear una sociedad en la que no existan toda esta corrupcin y esta desdicha? Podr crearse slo cuando t y yo, como individuos, rompamos con lo colectivo, cuando estemos libres de ambicin y sepamos qu significa amar. sa fue, en un destello, toda mi reaccin.
26 DE NOVIEMBRE PDE
Compasin y bondad
Puede la com pasin, ese sentido de bondad, ese sentim iento de lo sagrado de la vida, del cual estuvim os hablando la ltim a vez que nos encontramos, puede ser originado mediante la compulsin? Ciertamente, cuando hay compulsin de cualquier form a, cuando hay propaganda o m oralizacin, no hay compasin; tampoco hay compasin cuando el cam bio se origina m eramente en la necesi dad de aprontar el reto tecnolgico de tal manera que los seres hum anos sigan siendo seres hum anos y no se c onviertan en mquinas. As pues, tiene que haber un cambio sin proceso causativo. Un cam bio que tiene su or igen en una causa no es compasin; es tan slo una cosa del mercado. Ese es entonces un problema. Otro problema es: Si yo cambio, cmo afectar eso a la sociedad? O no estoy en absoluto interesado en eso? Porque la inmensa mayora de las personas no se interesa en eso de que estamos hablando, ni le interesa a usted si escucha por curiosidad o por alguna clase de im pulso, y luego lo deja. Las m quinas estn progresando tan rpidamente, que casi todos los seres hum anos son m eramente empujados por ellas y se m uestran incapaces de afrontar la vida con la riqueza del am or, con compasin, con un pensar profundo. Y si y o cambio, cmo afectar eso a la sociedad, la cual es m i relacin con usted? La sociedad no es alguna extrao rdinaria entidad m tica; es nuestra relacin mutua, y si dos o tres de nosotros cam bian, cmo afectar eso al resto del m undo? O existe un modo de influir sobre la mente total del hombre? Es decir, hay un proceso por el cual el individuo que ha cam biado puede afectar el inconsciente del ser humano?
28 DE NOVIEMBRE OCK - Vol. X
Transmitir la compasin
Si estoy profundamente relacionado con la com pasin... con el am or, con el verdadero sentim iento de algo sagrado, cmo puedo transmitir ese sentimiento? Por favor, siga esto. Si lo transm ito a travs de un m icrfono, mecanismo de la propaganda, y de tal modo convenzo a otro, su corazn seguir estando vaco. Operar la llama de una ideologa, y l tan slo repetir, com o todos ustedes repiten, que debem os ser afectuosos, buenos, libres -toda la tontera que pregonan los polticos, los socialistas, y dems-. Viendo, pues, que cualquier form a de compulsin, por sutil que sea, no trae consigo esta belleza, este florecimiento de la bondad, de la compasin, qu ha de hacer el individuo?... Qu relacin hay entre el hom bre que tiene este sentido de la com pasin y el hom bre cuya mente est atrincherada en lo colectivo, en lo tradicional? Cm o hemos de descubrir, no tericam ente sino de hecho, la relacin que hay entre ambos?... Aquel que se am olda jams puede florecer en la bondad. Tiene que haber libertad, y la libertad adviene slo cuando uno comprende todo el problema de la envidia, la codicia, la ambicin y el deseo de poder. La libertad con respecto a todo eso perm ite que florezca la cosa extrao rdinaria que llam amos carcter. Un hom bre as tiene compasin, sabe lo que es amar, no aquel que repite meramente un montn de palabras acerca de la moralidad. El florecimiento de la bondad no se encuentra, pues, dent ro de la sociedad, porque la sociedad en s m isma est siempre corrupta. Slo el hom bre que comprende toda la estructura y el proceso de la sociedad y se libera de ella tiene carcter, y slo l puede florecer en bondad.
29 DE NOVIEMBRE OCK - Vol. X
-si bien la virtud es necesaria-, ni por m edio de la capacidad y la obediencia. Cuando la mente est serena, sin movimiento alguno, la fuente est ah. La serenidad carece de motivo, est libre del impulso por el ms.
30 DE NOVIEMBRE CSV - Serie II
DICIEMBRE
La soledad La religin Dios La meditacin
Soledad no es aislamiento
Aunque todos somos seres humanos, hemos levantado muros entre nosotros y nuestros semejantes, a causa del nacionalismo, de la raza, la casta y la clase social, lo cual, a su vez, engendra aislamiento. Ahora bien, una mente presa en este estado de soledad en este estado de aislam iento, no puede com prender jams qu es la religin. Puede tener creencias, ciertas teor as, conceptos, frmulas, puede tratar de identificarse con eso que ella llama Dios; pero la religin, a mi entender, no tiene nada que ver con ninguna creencia, con ningn sacerdote, con ninguna iglesia ni con los as llam ados libros sagrados. El estado de la m ente religiosa puede ser comprendido slo cuando em pezamos a com prender qu es la belleza; y la com prensin de la belleza debe ser abordada desde la total soledad. Cuando la m ente est por completo sola, nicamente as y en ningn otro estado, puede saber qu es la belleza. La soledad no es, obviam ente, aislamiento, y no es singularidad. Ser singular, nico, es m eramente ser excepcional en algn sentido, mientras que estar completamente solo exige sensibilidad, inteligencia y comprensin extraordinarias. Estar com pletamente solo en lo interno, implica que la m ente se halla libre de toda clase de influencias; por lo tanto, no est contaminada por la sociedad. Y debe hallarse en esa condicin de soledad para comprender qu es la religin, la cual implica descubrir por uno mismo si existe algo inmortal, ms all del tiempo.
2 DE DICIEMBRE OCK - Vol. XIV
Percibir el aislamiento
El aislamiento es por completo diferente de la soledad. Uno debe atravesar ese aislam iento para estar solo. El aislamiento no puede compararse con la soledad. El hom bre aislado, solitario, jam s puede saber qu es estar creativamente solo. Se halla usted en ese estado de sole dad? Nuestras mentes no estn integradas como para estar solas. El proceso mental mismo es separativo. Y lo que separa conoce el aislamiento, la exclusin. Pero la soledad no es separativa. Es algo que no pertenece a las m asas, que no est influido por las m asas, que no es el resultado de las masas, que no est constituido como lo est la m ente; la mente es de las m asas. La mente no es una entidad sola, creativa, puesto que ha sido ensamblada, fabricada en el curso de los siglos. La mente nunca puede estar sola. Jams puede conocer la soledad. Pero, al percibir su aislamiento cuando atraviesa por l, surge a la existencia esa soledad. Unicamente entonces puede existir aquello que es inconmensurable. Desafortunadamente, la mayora de nosotros busca la dependencia. Querem os depender de com paeros, amigos, queremos vivir en un estado de separacin, en un estado que origina conflicto. Aquel que est solo jams puede hallarse en un estado de
conflicto. Pero la mente no puede percibir eso, no puede comprenderlo; ella slo conoce la soledad de la exclusin, del aislamiento.
3 DE DICIEMBRE OCK - Vol. VI
propia experiencia ni por la experiencia de otros, ese est ado de la m ente incorruptible, sola? Unicamente entonces es posible dar origen a un mundo diferente, a una cultura y una sociedad diferentes donde puede existir la felicidad.
6 DE DICIEMBRE OCK - Vol. VII
Comenzar aqu
Un hombre religioso no busca a Dios. El hombre religioso se interesa en la transformacin de la sociedad, que es l mismo. El hombre religioso no es aquel que practica innumerables rituales, que sigue tradiciones, que vive en una cultura pasada, m uerta, explicando perpetuam ente el Gita o la Biblia, cantando sin cesar o practicando sannyasa; se no es un hom bre religioso, es alguien que escapa de los hechos. El hombre religioso se interesa total y completamente en la comprensin de la sociedad, que es l mismo. No est separado de la sociedad. Generar en s mismo una m utacin completa implica para l la term inacin total de la codicia, de la envidia, de la ambicin; debido a eso, no depende de las circunstancias, aunque sea el resultado de la circunstancia -la comida que come, los libros que lee, los cines a los que va, los dogmas religiosos, las creencias, lo s rituales y todo eso-. Es responsable. Por lo tanto, el hombre religioso debe comprenderse a s mismo, ya que es el producto de la sociedad que l m ismo ha creado. En consecuencia, para encontrar la realidad debe comenzar aqu, no en un templo, no en una imagen, ya sea una imagen labrada por la m ano o por la m ente. De lo contrario, cmo puede dar con algo nuevo, un estado nuevo?
8 DE DICIEMBRE OCK - Vol. XV
inmediata dentro del patrn de la sociedad [...]. Dijimos que la m ente religiosa no es una m ente ritualista, no pertenece a ninguna iglesia, a ningn grupo, a ningn patrn de pensamiento. La mente religiosa es la mente que ha penetrado en lo desconocido, y uno no puede dar con lo desconocido excepto de un salto; no puede entrar en lo desconocido mediante un clculo cuidadoso. La m ente religiosa es la verdaderam ente revolucionaria, y la mente revolucionara no es una reaccin a lo que ha sido. La m ente religiosa es, en realidad, explosiva, creadora -no creadora en el sentido de lo que esa palabra im plica para la poesa, la decoracin, la arquitectura, la m sica, etc.-; es una mente que se halla en estado de creacin.
9 DE DICIEMBRE OCK - Vol. XII
La respuesta a la plegaria La plegaria, que es una splica, una peticin, jams puede encontrar esa realidad que no es el resultado de un requerimiento. Nosotros requerim os, suplicamos, oramos, slo cuando estam os confusos cuando sufrimos; al no comprender esa confusin, ese dolor, nos dirigim os hacia alguien ms. La respuesta a la plegaria es nuestra propia proyeccin; de uno u otro m odo es siem pre satisfactoria, gra tificadora; de lo contrario, la rechazaram os. As, cuando uno ha aprendido a aquietar la m ente por medio de la repeticin, contina con ese hbito, pero la respuesta a la splica debe, obviamente, ser moldeada conforme al deseo de la persona que suplica. Ahora bien, la plegaria, la splica, la peticin, jam s puede revelar aquello que no es proy eccin de la mente. Para dar con lo que no es fabricacin de la m ente, la m ente debe estar quieta, no aquietada por la repeticin de palabras -la cual es autohipnosis-, ni por otros medios de inducir la quietud mental. La quietud inducida, forzada, no es quietud en absoluto. Es como poner a un nio en el rincn; superficialmente, puede estar quieto, pero internam ente est Sirviendo. De igual m odo, una mente aquietada por la disciplina, no est verdaderam ente quieta, y la quietud inducida jams puede revelar ese estado creativo en el que se manifiesta la realidad.
11 DE DICIEMBRE OCK - Vol. VI
etc.; en eso est usted atrapado y la mente se estanca. Es religin eso? La religin, es una cuestin de creencia, de conocimiento acerca de las experiencias y afirmaciones de otras personas? Es religin el m ero seguimiento de preceptos morales? Usted sabe, es com parativamente fcil ser moral: Haz esto y no hagas aquello. Debido a que es fcil, usted puede im itar un sistem a moral. Detrs de esa m oralidad est al acecho el y o, creciendo, expandindose, agresivo, dominador. Es religin eso? Usted tiene que descubrir qu es la verdad, porque eso es lo nico que importa, no si es rico o pobre, o si est felizmente casado y tiene hijos, porque t odo ello tiene un final, est siem pre la muerte. Por lo tanto, sin ninguna forma de creencia, debe descubrir eso; debe tener el vigor, la autoconfianza, la iniciativa como para saber por s mismo qu es la verdad, qu es Dios. La creencia no le dar nada; la creencia slo co rrompe, ata, oscurece. La mente puede ser libre slo gracias a su propia vitalidad, slo confiando en s misma.
12 DE DICIEMBRE OCK - Vol. VII
Qu est pasando en el m undo? Ustedes tienen un Di os cristiano, o tienen dioses hindes; y estn los mahometanos con su idea particular de Dios; cada pequea secta tiene su verdad peculiar. Y todas estas verdades se estn volviendo como otras tantas enfermedades en el mundo, enfermedades que separan a la gente. Estas verdades, en manos de unos pocos, se convierten en medios de explotacin. Ustedes acuden a cada uno de ellos, uno tras otro, porque empiezan a perder todo sentido de discrim inacin, porque sufren y desean un remedio, y aceptan cualquier remedio que les ofrece cualquiera de esas sectas, y a sea cristiana, hind o la que fuere. Entonces, qu est ocurriendo? Sus dioses los dividen, sus creencias en Dios les estn dividiendo y, no obstante, hablan ustedes de la hermandad humana, de la unidad en Dios, y al mismo tiempo niegan la cosa misma que quieren descubrir, porque se aferran a estas creencias com o si fueran el m s poderoso medio para destruir la lim itacin, mientras que en realidad no hacen sino intensificarla. Estas cosas son muy obvias.
15 DE DICIEMBRE OCK- Vol. II
La verdadera religin
Sabe usted qu es la religin? No est en los cantos, no est en la prctica del puja o de cualquier otro ritual, no est en la adoracin de dioses de hojalata o de im genes de piedra, no est en los templos y en las iglesias, ni en la lectura de la Biblia o del Gita, ni en la repeticin de un nom bre sagrado, ni en el seguim iento de alguna otra supersticin inventada por los hombres. Ninguna de estas cosas es religin. La religin es el sentim iento de la bondad, de ese am or que es como el ro, vital, m ovindose perpetuamente. En ese estado encontrar usted que llega un momento en que ya no hay ninguna bsqueda ms; y esta cesacin total de la bsqueda es el principio de algo por com pleto diferente. La bsqueda de Dios, de la verdad, el sentir que uno es totalmente bueno... no el cultivo de la bondad, de la humildad, sino la aspiracin a algo m s all de todas las invenciones y todos los trucos de la m ente, lo cual implica tener una percepcin de ese algo, vivir en ello, serlo, eso es verdadera religin. Pero usted puede hacer eso ni camente cuando abandona el poz o que ha cavado para s mismo y penetra en el ro de la vida. Entonces la vida tiene una m anera asombrosa de cuidarle, porque entonces usted no se cuida a s m ismo. La vida le lleva donde ella quiere, porque usted forma parte de ella misma. Entonces no hay problema de seguridad, de lo que la gente dice o deja de decir; y sa es la belleza de la vida.
16 DE DICIEMBRE PDE
Un escape maravilloso
Cul es el incentivo que hay tras la bsqueda de Dios? Es real esa bsqueda? Para la mayora de nosotros, es una manera de escapar de la realidad. Por lo tanto, debe estar muy claro en nosotros si este ir en busca de Dios es un escape o si es una bsqueda de la verdad en todo: la verdad en nuestras relaciones, la verdad en el valor de las cosas, la verdad en las ideas. Si estamos buscando a Dios meramente porque nos sentimos cansados de este mundo y sus desdichas, entonces esa bsqueda es un escape. Entonces creamos a Dios; por consiguiente, eso no es Dios. El Dios de los tem plos, de los libros, no es Dios, obviamente; es un escape m aravilloso. Pero si tratam os de encontrar la verdad, no en una serie exclusiva de accion es sino en todas nuestras accion es, ideas y relaciones, si buscamos la correcta evaluacin del alim ento, la ropa y la vivienda que necesitamos, entonces, debido a que nuestras mentes son capaces de tener claridad y comprensin, cuando busquemos la realidad la encontrarem os. No ser un escape. Pero si estam os contundidos con resp ecto a las cosas del m undo -alimento, ropa, vivienda, relaciones e ideas-, cmo podemos encontrar la realidad? S lo podemos inventar la realidad. As pues, una m ente contusa, condicionada, lim itada, no puede conocer a Dios, la verdad o la realidad. Cmo puede una mente as pensar en Dios? Prim ero tiene que liberarse de su condicionamiento. Tiene que liberarse de sus propias limitaciones, y slo entonces puede saber qu es Dios; evid entemente, no puede saberlo antes. La realidad es lo desconocido, y aquello que conocemos no es lo real.
17 DE DICIEMBRE OCK - Vol. V
Si Dios no es Dios
Un hombre que cree en Dios, jam s puede encontrar a Dios. Si usted est abierto a la realidad, no puede creer en la realidad. Si est abierto a lo desconocido, no puede haber creencia en lo desconocido. Al fin y al cabo, la creencia es una form a de autoproteccin, y slo una mente trivial puede creer en Dios. Considere la
creencia de los aviadores durante la guerra; segn ellos, tenan a Dios por com paero mientras arrojaban las bombas! De modo que uno cree en Dios cuando mata, cuando est explotando a la gente. Ustedes adoran a Dios y siguen despiadadamente extorsionando dinero, apoyando al ejrcito... pese a lo cual afirman que creen en la piedad, en la compasin, en la bondad [...]. En tanto exista la cr eencia, jams puede existir lo desconocido; usted no puede pensar en lo desconocido; el pensamiento no puede medirlo. La mente es producto del pasado, es la consecuencia de l ayer; puede una m ente as estar abierta a lo desconocido? Slo puede proyectar una imagen, pero esa proyeccin carece de realidad; as que su Dios no es Dios, es una imagen de su propia hechura, una im agen para su propia satisfaccin. La realidad puede existir slo cuando la mente comprende el proceso total de s m isma y ese proceso llega a su fin. Cuando la m ente est por com pleto vaca, slo entonces, es capaz de reci bir lo desconocido. La mente no se purifica hasta que com prende el contenido de la relacin -su relacin con la propi edad, con la gente-, hasta que ha establecido la correcta relacin con todo. Hasta que la mente no comprende el proceso total del conf licto en la relacin, no puede ser libre. Slo cuando est completamente silenciosa, por com pleto inactiva, si n proyecciones, cuando no busca y se halla absolutamente quieta, slo entonces se manifiesta aquello que es eterno, intemporal.
18 DE DICIEMBRE OCK - Vol. VI
El hombre religioso
Cul es el estado de la m ente que dice: No s si Dios existe, si existe el am or, es decir, cuando no hay respuesta alguna de la m emoria? Por favor, no se conteste inmediatamente la pregunta, porque si lo hace, su respuesta ser tan slo el reconocimiento de lo que usted piensa que debera ser o no ser tal estado. Si dice: Es un estado de negacin, lo est com parando con algo que ya conoce; por lo tanto, ese estado en el que usted dice No s, es inexistente [...]. As pues, la m ente que es capaz de decir: No s, se halla en el nico estado en que algo puede ser descubierto. Pero el hom bre que dice: Yo s, el hombre que ha estudiado infinitam ente las variedades de la experiencia humana y cuya mente est cargada de inform acin, de conocimientos enciclopdicos, puede alguna vez experimentar algo que no sea para acum ularse? Lo en contrar extremadamente difcil. Cuando la m ente descarta por com pleto todo el conocim iento que ha adquiri do, cuando para ella no hay Budas, ni Cristos, ni Maestros, ni instructores, ni religiones, ni citas de textos sagrados, cuando est totalm ente sola, incontaminada -lo cual implica que ha llegado a su fin el m ovimiento de lo conocido-, slo entonces hay posibilidad de una revolucin tremenda, de un cam bio fundamental [...]. El hombre religioso es aquel que no pertenece a ninguna religin, a ninguna nacin, a ninguna raza, que en lo interno est completamente solo, en un estado de no saber; para l adviene la bienaventuranza de lo sagrado.
19 DE DICIEMBRE OCK- Vol. IX
No s
Si uno puede llegar realmente a ese estado en que dice: No s, ello indica un sentido extraordinario de humildad; no existe la arrogancia del conocimiento, ni la respuesta presuntuosa para causar impresin. Cuando uno dice de verdad: No s, lo cual muy pocos son capaces de decir, entonces en ese estado cesa todo tem or, porque ha llegado a su fin todo sentido de reconocimiento, de bsqueda dentro de la memoria; ya no hay ms indagacin en el campo de lo conocido. Entonces adviene eso que es ex traordinario. Si usted ha seguido hasta aqu lo que he estado diciendo, no slo si lo ha seguido verbalmente, sino que en realidad lo ha estado experimentando, encontrar que cuando puede decir: No s, se ha detenido todo el condicionam iento. Cul es, entonces, ese estado de la mente?... Nosotros buscamos algo que sea permanente, permanente en el sentido del tiem po, algo perdurable, duradero. Vemos que todo cuanto nos rodea es transitorio, fluy e, nace, se deteriora y muere, y nuestra bsqueda tiende siempre a establecer algo que perdure dentro del cam po de lo conocido. Pero aquello que es verdaderam ente sagrado est ms all de la medida del tiempo; no puede encontrarse dentro del campo de lo conocido. Lo conocido opera slo a travs del pensam iento, que es la respuesta de la memoria al reto. Si veo eso y quiero descubrir cmo poner fin al pensamiento, qu he de hacer? Debo, indudablemente, estar alerta, mediante el conocimiento propio, a todo el proceso de m pensar. Debo ver que cada pensam iento, por sutil, por excelso o por innoble y necio que sea, tiene sus races en lo conocido, en la m emoria. Si veo eso con m ucha claridad, entonces la m ente, al ser confrontada con un problema inmenso, es capaz de decir: No s, porque no tiene ninguna respuesta.
La meditacin
Voy a investigar, paso a paso, qu es la m editacin. Por favor, no espere hasta el final confiando en tener una descripcin completa de cmo meditar. Lo que estamos haciendo ahora forma parte de la meditacin. Y bien, lo que uno debe hacer es estar atento al pen sador; no tratar de resolver la contradiccin produciendo una integracin entre el pensam iento y el pensador. El pensador es la entidad psicolgica que ha acum ulado experiencia como conocimiento; es el centro que nos ata al tiem po y es el resultado de la siem pre cambiante influencia ambiental; desde este centro, el pensador mira, escucha, experim enta. En tanto uno no com prenda la estructura y anatoma de este centro, el conflicto es siempre inevitable, y una mente en conflicto no puede comprender la profundidad y belleza de la meditacin. En la m editacin no puede haber un pensador, lo cual implica que debe terminarse el pensam iento -el pensamiento urgido por el deseo de alcanzar un resultado- . La meditacin no tiene nada que ver con alcanzar un resultado. No es cuestin de respirar de una manera especial o de mirarse la nariz o de despertar el poder de realizar
ciertos trucos, y todo lo dem s de ese inm aduro disparate [...]. La m editacin no es algo separado de la vida. Cuando usted conduce un auto, o se encuentra sentado en el autobs, cuando est charlando sin objeto, cuando camina a solas por el bosque o contem pla una mariposa llevada por el viento... si est pasivamente alerta a todo eso, ello forma parte de la meditacin.
23 DE DICIEMBRE OCK - Vol. XIII
El camino de la meditacin
Es la verdad algo final, absoluto, fijo? Nos gus tara que fuera absoluto, porque entonces podram os refugiarnos en ella. Quisiramos que fuera permanente, porque as podramos afirmarnos en ella y encontrar all la felicidad. Pero, es absoluta la verdad, es continua, puede experimentarse una y otra vez? La repeticin de la experiencia es el mero cultivo de la memoria, no es as? En instantes de quietud puedo experimentar cierta verdad, pero si me afierro a esa experiencia por m edio de la memoria y la convierto en absoluta, fija, es eso la verdad? La verdad, es la continuacin, el cultivo de la memoria? O la verdad puede descubrirse slo cuando la mente se halla por completo quieta, silenciosa? Cuando m i mente no est presa en los recuerdos, cuando no cultiva la m emoria como el centro del reconocimiento, sino que est atenta a todo lo que digo, a todo lo que hago en mis relaciones, en mis actividades, viendo la verdad de todo tal com o se m anifiesta de instante en instante, se es, por cierto, el camino de la m editacin, verdad? Hay comprensin tan slo cuando la mente est quieta, y la mente no puede estar quieta mientras se desconoce a s m isma. Ese d esconocimiento no se disipa m ediante ninguna form a de disciplina, ni y endo en pos de ninguna autoridad, antigua o moderna. Las creencias slo generan resistencia, aislamiento, y donde hay aislamiento no es posible que haya serenidad. La serenidad interna adviene nicamente cuando comprendo todo el proceso de m mismo, las diversas entidades que componen el yo y estn en conflicto la una con la otra. Com o sta es una tarea ardua, recurri mos a otros para aprender distintos trucos, a los que llamamos meditacin. Los trucos de la m ente no son la m editacin. La meditacin es el principio del conocimiento propio; sin meditacin, no hay conocimiento propio.
26 DE DICIEMBRE OCK- Vol. VI
Descubriendo el silencio
Si usted ha seguido esto, investigando qu es la m editacin, y ha comprendido todo el proceso del pensar, hallar que la m ente est por com pleto silenciosa. En ese silencio total de la m ente, no hay un observador; por lo tanto, no hay experimentador alguno; no hay una entidad que est acum ulando experiencia, actividad sta que pertenece a la mente centrada en s misma. No diga: Eso es samadhi; para usted no tiene sentido, y a que slo lo ha ledo en algn libro y no lo ha descubierto por s m ismo. Hay una diferencia inmensa entre la palabra y la cosa. La palabra no es la cosa, la palabra puerta no es la puerta. As pues, m editar es purificar la m ente de su actividad egocntrica. Y si usted ha llegado hasta aqu en la meditacin, hallar que hay silencio, un vaco total. La m ente ya no est contam inada por la sociedad, y a no se encuentra sujeta a ninguna influencia ni a la presin de deseo alguno. Est completamente sola y, al estar sola, nada la afecta, es inocente. En consecuencia, existe una posibilidad de que se m anifieste aquello que es intem poral, eterno. Todo este proceso es meditacin.
29 DE DICIEMBRE OCK- Vol. X
ABREVIATURAS DE LAS FUENTES BIBLIOGRFICAS (Mencionadas a pie de pgina) CSV - Comentarios sobre el vivir, Series I, II y III. OCK - Obras Completas de J. Krishnamurti, 17 volmenes. ESV - La educacin y el significado de la vida. LPU - La libertad primera y ltima. EDK- Entrevistas de Krishnamurti; Archivos de la Krishnamurti Foundation of America. ADV - El arte de vivir. PDE - El propsito de la educacin.
(Pgina 2 y penltima) JIDDU KRISHNAMURTI naci en la India en 1895, siendo r ecogido a la edad de trece aos por la Sociedad Teosfica y educado en Inglaterra. En 1929 renunci a toda vinculacin con dicha socied ad, al rechazar cualquier tipo de organizacin que jerarquizara la conciencia. Se dedic durante su vida a dar conferencias por todo el mundo y mantuvo dilogos con renombrados cientficos, polticos y lderes religiosos como David Bohm, el Dalai Lama, Aldous Huxley, etc. Urga a sus oy entes a que fuesen m aestros de s m ismos, promoviendo una actitud de autodescubrimiento del conflicto y de la conciencia en general, y rechazaba todo dirigismo religioso o sectario. Estudi el panoram a de la civilizacin actual, vinculando el nivel de concienc ia del ser hum ano con los problemas sociales. Cre cuatro fundaciones para conservar sus escritos y conferencias, as como escuelas para nios y jvenes. Falleci en California a la edad de 90 aos. Renombrado como un filsofo y maestro espiritual de gran jerarqua, sus conferencias y escritos han inspirado a millones de seres en el mundo. La libertad respecto del condicionamiento "El deseo de liberarnos del condicionamiento slo fomenta el condicionam iento. Pero si, en vez de tratar de reprimir el deseo, com prendemos todo el proceso de l deseo, esa comprensin misma llega a liberarnos del condicionamiento. La libertad respecto del condiciona miento no es un resultado directo. Comprende? Si emprendo deliberadamente la tarea de liberarm e de mi condicionamiento, ese deseo crea su propio condicionamiento. Puedo destruir una form a de condiciona miento, pero quedo atrapado en otra. En cambio, si comprendo el deseo m ismo, que incluy e el deseo de liberarme, entonces esa m isma comprensin destruye todo condicionamiento. La libertad respecto del condicionam iento es un producto secundario; no es im portante. Lo que importa es comprender qu es lo que da origen al condicionamiento"
TEXTO DEL LIBRO CORRESPONDIENTE AL 26 DE MAYO
(Pgina ltima)
mal, entre otros temas, y tienen como eje de referencia lo s conceptos de libertad, transform acin interior y el vivir plenamente despiertos. Un libro que evidencia toda la capacidad y sabidura de este extraordinario maestro capaz de elevarnos a unos niveles de com prensin y claridad de pensam iento difciles de acceder sin el estm ulo poderoso de su profunda sabidura y espiritualidad. El Libro de la Vida es un tesoro de conocim iento tanto para aquellos que y a conocen a esta enorme figura filosfica y religiosa como para quienes la descubren por primera vez. Foto de cubierta Frunces McCann, cortesa de la Fundacin Krishnamurti de Amrica. ISBN: 84-414-0107-1