Pasada la curiosidad de oír que ‘la ñaña se voló a la gloria’, sin entender, por supuesto, mejor dicho, sin más que sentir la música de esta palabra nueva, jugaba un momento como aburrido, o se acogía con preferencia singular, al regazo de la madre desolada, para levantarse a cada rato en silenciosa indagación de la ausente, buscándola tras la puerta o la petaca, asomándose a la boca de la tinaja o del mortero, para llamarla con dulce tenacidad: ñaña, ñaña….Leopoldo Lugones & Miguel de Unamuno. Cuentos fantásticos. Página 249. 1987.
Pero no como esas historias de brujas que antaño narraban las abuelas, las cocineras o las ñañas junto al fuego.Volodia Teitelboim. En el país prohibido. Página 177. Editorial: Plaza & Janes Editores, S.A. 1988.
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Por extensión, ser humano de corta edad, en especial el que no ha llegado a la pubertad.
Al Muñeco lo vi bien. En la Selección está tapado por varios jugadores. Pero demostró que si algunos tienen ñañas el Muñeco les puede quitar el puesto.«Eliminatorias: charló con el Piojo y con Husaín; no le gustó la Selección». Clarín. 09 oct 2000.
Eymi, ñaña. Usted, señora (señorita). Saludo de manos que los hombres dirigen a las mujeres o también entre mujeres.María Catrileo. Diccionario lingüístico-etnográfico de la lengua mapuche. 1995.