Momo

novela de Michael Ende
Momo o la extraña historia de los ladrones de tiempo y de la niña que devolvió el tiempo a los hombres

Título original Momo oder Die seltsame Geschichte von den Zeit-Dieben und von dem Kind, das den Menschen die gestohlene Zeit zurückbrachte
Autor Michael Ende
Publicación 1973 (hace 51 años)
Idioma Alemán
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Momo es una novela del escritor alemán Michael Ende.

  • Fueron pocos meses los que pasaron así, y no obstante fue la temporada más larga que Momo experimentó jamás. Porque el verdadero tiempo no se puede medir por el reloj o el calendario.
    • Fuente: "Momo". Ende, Michael. Alfaguara. Página 170.
  • Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez, ¿entiendes? Sólo hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Nunca nada más que en el siguiente.
    • Fuente: "Momo". Ende, Michael. Alfaguara. Página 37.
  • Pero el tiempo es vida, y la vida reside en el corazón.
    • Fuente: "Momo". Ende, Michael. Alfaguara. Página 74.
  • Sólo Momo sabía esperar tanto y entendía lo que decía. Sabía que se tomaba tanto tiempo para no decir nunca nada que no fuera verdad. Pues en su opinión, todas las desgracias del mundo nacían de las muchas mentiras, las dichas a propósito, pero también las involuntarias, causadas por la prisa o la imprecisión.
    • Fuente: "Momo". Ende, Michael. Alfaguara. Página 25.
  • Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esta cosa es el tiempo.
    • Fuente: "Momo". Ende, Michael. Alfaguara. Página 41.
  • Incluso llegaron horas en que deseaba no haber oído nunca la música ni haber visto los colores. No obstante, si la hubiesen dado a elegir, no habría renunciado a ese recuerdo por nada del mundo. Aunque se hubiera muerto por ello. Pues eso era lo que vivía ahora: que hay riquezas que lo matan a uno si no puede compartirlas.
    • Fuente: "Momo". Ende, Michael. Alfaguara. Página 170.
  • Las dos no tuvieron que apartarse ni una vez ante nadie, nadie las empujó, ningún coche tuvo que frenar por su causa. Era como si la tortuga supiera por adelantado, con toda seguridad, dónde y en qué momento no pasaría un coche, no habría un peatón. De ahí resulta que nunca tuvieron que correr ni nunca tuvieron que detenerse a esperar. Momo comenzó a sorprenderse que se pudiera andar tan lentamente y avanzar tan deprisa.
    • Fuente: "Momo". Ende, Michael. Alfaguara. Página 98.
  • Cada vez se volvía más nervioso e intranquilo, porque ocurría una cosa curiosa: de todo el tiempo que ahorraba, no le quedaba nunca nada. Desaparecía de modo misterioso y ya no estaba.
    • Fuente: "Momo". Ende, Michael. Alfaguara. Página 58.
  • Porque cada hombre tiene su propio tiempo, y solo mientras siga siendo suyo se mantiene vivo.
    • Fuente: "Momo". Ende, Michael. Alfaguara. Página 160.
  • El camino está en mí.
    • Fuente:"Momo". Ende, Michael. Alfaguara. Página 217.

Referencias

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