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Clase Bíblica para Adultos y Jóvenes: Guía Principiantes: Salmos: Clase Bíblica Dominical Para Jóvenes y Adultos, #19
Clase Bíblica para Adultos y Jóvenes: Guía Principiantes: Salmos: Clase Bíblica Dominical Para Jóvenes y Adultos, #19
Clase Bíblica para Adultos y Jóvenes: Guía Principiantes: Salmos: Clase Bíblica Dominical Para Jóvenes y Adultos, #19
Libro electrónico719 páginas10 horas

Clase Bíblica para Adultos y Jóvenes: Guía Principiantes: Salmos: Clase Bíblica Dominical Para Jóvenes y Adultos, #19

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Información de este libro electrónico

Tu dedicación a invertir tiempo en este libro será ampliamente recompensada. Al revisar cada salmo repetidamente, encontrarás capas adicionales de significado que ofrecerán beneficios inmediatos y futuros. Recuerda que la poesía hebrea se diferencia de otras; los salmistas usaron paralelismos conceptuales, rimando pensamientos en lugar de sonidos, creando ecos armónicos o contrastes que iluminan las ideas. Esto genera un material profundo en el que puedes sumergirte durante horas, meditando en un fragmento y obteniendo reflexiones inspiradoras para tu vida.

Esta serie de estudios bíblicos es perfecta para cristianos  y no cristianos  jóvenes y adultos. Ofrece una manera atractiva e interactiva de aprender la Biblia, con  temas de discusión y valiosas enseñanzas que le ayudarán a profundizar en las Escrituras y fortalecer su fe. Tanto si es usted un principiante como un cristiano experimentado, esta serie le ayudará a crecer en su conocimiento de la Biblia y a fortalecer su relación con Dios. Dirigido por hermanos con testimonios ejemplares y amplio conocimiento de las Escrituras, que se reúnen en el nombre del Señor Jesucristo por todo el mundo.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento16 dic 2024
ISBN9798230620594
Clase Bíblica para Adultos y Jóvenes: Guía Principiantes: Salmos: Clase Bíblica Dominical Para Jóvenes y Adultos, #19
Autor

Sermones Bíblicos

Esta serie de estudios bíblicos es perfecta para cristianos de cualquier nivel, desde niños hasta jóvenes y adultos. Ofrece una forma atractiva e interactiva de aprender la Biblia, con actividades y temas de debate que le ayudarán a profundizar en las Escrituras y a fortalecer su fe. Tanto si eres un principiante como un cristiano experimentado, esta serie te ayudará a crecer en tu conocimiento de la Biblia y a fortalecer tu relación con Dios. Dirigido por hermanos con testimonios ejemplares y amplio conocimiento de las escrituras, que se congregan en el nombre del Señor Jesucristo Cristo en todo el mundo.

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    Clase Bíblica para Adultos y Jóvenes - Sermones Bíblicos

    Introducción

    Honradamente hablando , nos sentimos conmovidos cuando leemos este maravilloso libro. Se encuentra en el centro mismo de la Palabra de Dios y el Salmo 119 está ubicado en el mismo centro de la Biblia, y ese es un gran Salmo, un Salmo que exalta la Palabra de Dios. El libro de los Salmos ha sido llamado el Libro de Adoración o el Himnario del Templo.

    La tradición hebrea dio al libro de los Salmos el nombre de Tehillim, que significa cantos de alabanza, o simplemente alabanzas. En cambio la traducción griega de los Setenta (LXX) le puso el título de Psalmoi y Psalterion, términos de los cuales se derivan nuestras palabras de Salmos y Salterio. La palabra griega psalmos designaba a un poema que sería cantado con instrumentos de cuerda, y el psalterion era uno de esos instrumentos. Así que salterio suele emplearse actualmente para referirse al libro de los Salmos, mientras que salmo designa a cada uno de los poemas que integran el libro.

    Muchos escritores contribuyeron con uno a más Salmos. A David, llamado el dulce cantor de Israel se le atribuyen 73 de los Salmos; casi la mitad del libro de Salmos. (El Salmo 2 le fue atribuido en Hechos 4:25; el Salmo 95 le fue atribuido en Hebreos 4:7) Ahora, él podría haber sido ser el autor de otros Salmos que se conocen como los 39 Salmos huérfanos. David fue peculiarmente dotado para escribir estos Salmos a partir de la experiencia que tuvo, así como bajo la inspiración del Espíritu Santo. Él arregló, ordenó, aquellos Salmos que se encontraban en existencia en su día para ser utilizados en el templo. Ahora, los otros escritores de los Salmos fueron los siguientes: Moisés escribió uno (el Salmo 90), Salomón escribió dos, los hijos de Coré 11; Asaf doce; Hemán escribió uno (el Salmo 88.) Etán uno (el Salmo 89); Ezequías 10. Estos son, pues, los 150 Salmos.

    Cristo, el Mesías, es prominente en todo el libro. El rey y el reino constituyen el tema de las canciones de los Salmos.

    Ahora, eso nos lleva a decir en este momento que la palabra clave en el libro de los Salmos es Aleluya. Es decir, Alabad al Señor. Ahora, eso se ha transformado en una frase un poco gastada entre los cristianos, pero es una expresión que debería causar el surgir de una gran emoción en el alma misma. ¡Aleluya, Alabado, Bendito sea el Señor!

    Consideramos a los Salmos 50 y 150 como Salmos claves. El Salmo 5 es un Salmo de Asaf y probablemente tiene más contenido que cualquier otro. El Salmo 150 es un coro de alabanza basado en la palabra. En este Salmo el imperativo alabad aparece 10 veces en sus breves 6 versículos. Concluye el libro de los Salmos y puede ser considerado como un coro o estribillo para todos los Salmos precedentes.

    Los Salmos registran una profunda emoción. Un sentimiento intenso, una emoción exaltada. Una melancolía, un desaliento tenebroso. Los Salmos se interpretan en el teclado del alma humana con todos los registros. Con toda sinceridad, me siento abrumado cuando penetro en este maravilloso libro. Está situado en el mismo centro de la Palabra de Dios. El Salmo 119 se encuentra exactamente en el centro de las Sagradas Escrituras, y exalta la Palabra de Dios.

    Este libro ha bendecido los corazones de multitudes a través de las edades. Hemos descubierto que cuando nos encontramos enfermos, cuando hemos estado en algún hospital, o hemos tenido algún problema en nuestro corazón y en nuestra mente que a veces nos hace perder el sueño durante la noche, siempre es bueno acudir a este libro de los Salmos. Y cuando uno se levanta luego de una noche de insomnio, y va a este libro y lee algo, siempre encuentra que es una bendición para el alma y para la vida diaria. Aparentemente, a través de los años esta ha sido también la experiencia de muchas otras personas. Ambrosio, uno de los grandes santos de la iglesia dice: Los Salmos son las voces de la iglesia. San Agustín dijo: Ellos son el compendio de toda la Escritura. Martín Lutero, por su parte, dijo: Ellos forman un pequeño libro para todos los santos. Juan Calvino dijo: Los Salmos son la anatomía de todas las partes del alma. Encontramos que estas opiniones son muy adecuadas.

    Alguien ha dicho que hay 126 experiencias psicológicas. Ahora, no sabemos cómo han llegado a ese número, pero sí sabemos que todas ellas están registradas en el libro de los Salmos. Y este es el único libro que recorre toda la gama de experiencias que pueden ocurrirle al ser humano; cada pensamiento, cada impulso, cada emoción que pasa sobre su alma es registrada en este libro. Esa es la razón por la cual pensamos que siempre habla a nuestros corazones y encuentra un acorde sensible dondequiera que nosotros leamos.

    Hablando de los Salmos, Hooker dijo. Los Salmos son la flor de todas las cosas provechosas y de valor de los otros libros. Y Donney lo dijo de esta manera: Los Salmos pronostican, profetizan todo lo que uno sufrirá, dirá y hará. Pensamos que esa es una declaración admirable también. Herd, por su parte lo llamó, Un Himnario para todas las ocasiones. Watts dijo: Ellos constituyen el coro de las mil voces del corazón de la iglesia.

    El lugar que los Salmos han ocupado en la vida del pueblo de Dios, testifica de su universalidad, aunque tiene una aplicación que es peculiar a los judíos, es decir, a la nación de Israel. Ellos expresan el profundo sentimiento de todos los corazones creyentes de todas las generaciones.

    Los Salmos están llenos de Cristo. Hay un cuadro más completo de Él en los Salmos que en los evangelios. En los evangelios se nos dice que Cristo fue al monte a orar, pero los Salmos nos muestran Su oración. Los evangelios nos dicen que Él fue crucificado, pero los Salmos nos revelan lo que experimentaba en Su corazón durante la crucifixión. Los evangelios nos dicen que Él regresó al cielo, pero los Salmos comienzan donde los evangelios interrumpieron su relato y nos muestran a Cristo sentado en los cielos.

    Cristo el Mesías es prominente por todo este libro. Usted recordará que en relato de Lucas 24:44, cuando se apareció a los suyos después de la resurrección, les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: Que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos. O sea, que Cristo es el tema de los Salmos. Como ya hemos dicho, pensamos que eso es francamente lo más importante que podemos descubrir. Cristo es el tema de los Salmos. Y pensamos que Él es el objeto de alabanza y adoración en cada uno de ellos. Y eso no quiere decir que nosotros seremos capaces de localizarlo a Él en todos ellos, porque no lo podemos hacer. Pero, por otra parte, tampoco significa que el Señor no esté allí presente en cada uno de ellos.

    Hay muchas clases de Salmos. Aunque todos ellos tienen a Cristo como el objeto de adoración, algunos de ellos son técnicamente llamados Salmos Mesiánicos. Ellos registran el nacimiento, la vida, la muerte, la resurrección, la gloria del sacerdocio, Su reino y Su regreso. Hay 16 Salmos mesiánicos que hablan específicamente sobre Cristo pero, como acabamos de decir, todos los 150 Salmos están relacionados con Él. El libro de los Salmos es en realidad un himnario que gira alrededor de Su Persona, Al estudiarlo, este hecho resultará aún más evidente.

    Ahora, en un sentido más restrictivo, los Salmos tienen que ver con Cristo perteneciendo a Israel, y con Israel como perteneciente a Cristo. Ambos temas están unidos a la rebelión del hombre. No habrá bendición en esta tierra hasta que Israel y Cristo estén unidos. Creemos que los Salmos son judíos en la expectativa y en la esperanza (y los cantos de adoración son en realidad judíos.) Son canciones que están adaptadas, por supuesto, para su uso en el templo. Sin embargo, eso no quiere decir que no tengan una aplicación y una interpretación espiritual para nosotros en la actualidad. En realidad la tienen. Como dijimos, leemos los Salmos más que cualquier otra porción de la Palabra de Dios. Y necesitamos ser un poco más exigentes en nuestra interpretación de los Salmos. Por ejemplo, Dios no es mencionado como un Padre en el libro de los Salmos. Los santos no son llamados hijos. En los Salmos Él es Dios el Padre, pero no el Padre Dios. Los Salmos no mencionan nada de la presencia continua del Espíritu Santo. Y la bendita esperanza del Nuevo Testamento no se encuentra en los Salmos. El no reconocer estas omisiones ha extraviado a algunos en la interpretación del Salmo 2. La referencia que uno encuentra en esta canción no tiene que ver con el arrebatamiento de la iglesia, sino con la venida de Cristo; allí se menciona la segunda venida de Cristo a este mundo, a establecer Su reino y a reinar en Jerusalén.

    Los Salmos Imprecatorios han sido objeto de mucha crítica por su carácter vengativo y por las oraciones pidiendo juicio. Estos Salmos proceden de un período de guerra y de un pueblo que vivía bajo la ley, y que ansiaba justicia y paz en la tierra. usted no puede lograr la paz sin suprimir la injusticia y la rebelión. Y aparentemente Dios tiene la intención de hacer eso, y no pide disculpas por ello. Creemos que en el momento en que Él lo decida, actuará con juicio sobre esta tierra. Ahora, en el Nuevo Testamento se le dice al creyente que tiene que amar a sus enemigos. Pero en los Salmos, el lector puede sorprenderse al leer algunas oraciones que incluyen expresiones muy duras y severas en cuanto a los enemigos. Pero el juicio tiene el propósito de imponer la justicia en el mundo. También hay Salmos que anticipan el período en el cual el Anticristo ejercerá el poder. Y nosotros no tenemos una base razonable para determinar cómo la gente debería actuar, o como debería orar bajo tales circunstancias.

    Ahora, otra clase de Salmos incluye a los penitenciales, los históricos, los de la naturaleza; los de los peregrinos; los Hallel; los misioneros; los puritanos; los de acrósticos, y los de alabanza a la Palabra de Dios. Esta sección de la Biblia a la que estamos llegando es muy rica y por lo tanto, vamos a extraer de ella oro y diamantes.

    Este libro no ha sido preparado colocando los Salmos al azar unos después de otros, agrupándolos de manera aleatoria, sin seguir ningún criterio. Es interesante notar que un Salmo afirma un principio y a continuación siguen varios Salmos aclaratorios, explicativos. Los Salmos 1 al 8 son un ejemplo de ese procedimiento.

    Así fue que el libro de los Salmos ha sido dispuesto de una manera ordenada. En realidad, por años se ha considerado que el libro de los Salmos está arreglado de tal manera que corresponde al Pentateuco de Moisés. Así que tenemos las secciones correspondientes al Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, como veremos más adelante al desarrollar el Bosquejo.

    La correspondencia entre los Salmos y el Pentateuco puede verse fácilmente. Por ejemplo, en la sección correspondiente al Génesis vemos al hombre perfecto en un estado de beatitud, de felicidad, como en el Salmo 1. A continuación tenemos a la vista la caída y restauración del hombre. El Salmo 2 ilustra al hombre rebelde. En el Salmo 3, el hombre perfecto es rechazado. En el Salmo 4, vemos el conflicto entre la descendencia de la mujer y la serpiente. En el Salmo 5, encontramos al hombre perfecto en medio de sus enemigos. El Salmo 6 presenta al hombre perfecto en medio del castigo con la herida en su talón. En el Salmo 7 vemos al hombre perfecto en medio de testigos falsos. Finalmente, en el Salmo 8, vemos la salvación del hombre que llega a través de la herida en la cabeza. En los Salmos 9 al 15, vemos el conflicto del enemigo y el Anticristo, y la liberación final. Después, en los Salmos 16 al 41, vemos a Cristo en medio de Su pueblo santificándolo a Dios. Y así veremos esta correspondencia al recorrer el libro de los Salmos. La sección de Éxodo comienza con el Salmo 42 y continúa hasta el Salmo 72. La sección de Levítico comienza con el Salmo 73 y se extiende hasta el Salmo 89. Luego, tenemos la sección de Números, desde el Salmo 90 hasta el 106; y finalmente, la sección de Deuteronomio comienza con el Salmo 107 y finaliza con el último Salmo, el 150.

    El gran predicador Spurgeon, dijo lo siguiente: El libro de Salmos nos instruye en el uso de las alas, así como también en la utilización de las palabras. Nos sitúa elevándonos y cantando. Y este es el libro que puede hacer de usted una alondra en vez de cualquier otra clase de ave. Hasta aquí la cita. Este libro ha sido llamado la representación y la analogía del alma. Ha sido considerado como el jardín de las Sagradas Escrituras. De las 219 citas del Antiguo testamento en el Nuevo Testamento, 116 de ellas son del libro de los Salmos. Así que usted verá 150 canciones espirituales que, sin duda, en algún momento fueron preparadas para la música del tabernáculo y del templo. Al considerar este libro de canciones en su totalidad, realmente, esta obra debería impulsar nuestros corazones a cantar.

    Llegamos ahora al

    Salmo 1

    El tema de este Salmo puede resumirse de esta manera: dos hombres, dos caminos, dos destinos.

    Este Salmo abre la sección que se corresponde con el Génesis. Comienza con el hombre en vez de hacerlo con el universo material. Nos habla del hombre bendito, del hombre feliz. Este hombre bendecido es contrastado con el impío. Es también una figura de Cristo, el último Adán, en medio de los pecadores impíos y los despreciativos. A veces pensamos del Señor como un varón de dolores, hecho para el sufrimiento y por alguna extraña razón muchos de los cuadros que se han pintado de Él le revelan como un hombre de apariencia triste. Es cierto que el profeta Isaías dijo que era ese varón de dolores pero, ¿por qué no continuamos leyendo? En ese mismo libro de Isaías encontraremos que Cristo no tuvo dolores y aflicciones propias. Isaías 53:4 dice: Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, ¡pero nosotros le tuvimos por azotado, como herido y afligido por Dios! Fue nuestro dolor y no el suyo propio el que EL tuvo que llevar, que soportar. Él fue un Cristo feliz y éste es como un cuadro de Él. Leamos el versículo 1 de este primer Salmo, que encabeza un párrafo que hemos titulado

    La práctica del hombre dichoso

    Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado

    Este versículo declara la práctica del hombre dichoso. Un poco más adelante en este Salmo veremos el poder del hombre dichoso y, finalmente, su permanencia. En este primer versículo vemos el lado negativo de la práctica del hombre feliz. Se nos dice lo que el hombre dichoso no hace. Aquí vemos tres posiciones o posturas. Según este versículo el hombre dichoso o feliz es el que (1) no anda, o no sigue el consejo de los malvados (2) no se detiene en la senda o el camino de los pecadores y (3) no se sienta con los burladores para cultivar su amistad. La persona que hace estas tres cosas, no es una persona feliz. Pasa por esas tres etapas: primero se asocia con los malos, luego comparte el camino de los pecadores y después se une a los que blasfeman.

    Definitivamente, aquí hay regresión, deterioro y degeneración. Usted puede notar los pasos que se toman en el proceso. (1) El hombre dichoso no sigue el consejo de los malvados. No escucha a los impíos. ¿Ha observado usted que incluso el Señor Jesús nunca se refirió a Su propia razón o a Su propia mente como la base de una decisión? Todo lo que Él hizo estuvo basado en la voluntad de Dios. Él nunca les dijo a Sus discípulos: Compañeros, vamos a Galilea otra vez. Lo he estado considerando y como soy más listo que vosotros, creo que esto es lo mejor que podemos hacer de acuerdo con mi punto de vista. Esa no fue la manera en que se acercó a Sus discípulos. Él siempre dijo: Voy a Jerusalén porque es la voluntad de mi Padre. Él pasó tiempo con Su Padre, y supo cuál era Su voluntad y en base a ello, se desplazó hacia ciertas áreas.

    una cosa es escuchar los consejos, y un buen consejo está bien; pero claramente, el consejo de los malvados no. Nosotros tenemos que vivir por la fe y recurrir al consejo de los malvados no es caminar por la fe. ¿Quiénes son los impíos, los malvados? Aquellas personas que dejan a Dios fuera de sus vidas. No tienen ningún temor reverente de Dios. Viven como si Dios no existiera. En la actualidad, alrededor nuestro hay multitudes de personas como éstas. Se levantan por la mañana, nunca se dirigen a Dios en oración, nunca le agradecen por los alimentos que tienen ni por la vida, ni por la salud. Simplemente continúan moviéndose por la vida pasándoselo en grande. Han dejado a Dios totalmente al margen de su existencia.

    Los impíos aconsejan a un hombre y entonces le encontramos (2) transitando por el camino de los pecadores. El malo es el que se apodera de él allí. El pecado significa errar el blanco. O sea, que ellos no viven en la forma en que deberían vivir. A ellos se refiere la Escritura cuando dice en Proverbios 14:12. Hay camino que al hombre le parece derecho, pero es camino que lleva a la muerte. Y más adelante, en Proverbios 16:2 dice: Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión. El pecador puede pensar que está en lo correcto, que todo está bien en su vida, pero él es un pecador. La Palabra de Dios dice, en Isaías 55:7, Deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos... También en el mismo libro en el 53:6, Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino, más el Señor cargó en él el pecado de todos nosotros. El Padre cargó sobre el Señor Jesús todo el peso de nuestra culpa. Es que somos pecadores y este es nuestro retrato.

    El siguiente paso de ir por el camino o la senda de los pecadores, es descender más aún y (3) sentarse en la silla de los escarnecedores o, en otras palabras, cultivar la amistad de los blasfemos, los burladores, o hacer causa común con ellos. Los blasfemos, los que se burlan, son los ateos. Entonces el pecador consigue que el joven se siente. Se nos ha dicho que esta tercera etapa es cuando el joven se siente en compañía de tales personas. No solamente niegan a Dios sino que exhiben un odio y un antagonismo hacia Dios. Esta actitud la vemos por todas partes. Los que le desprecian y se burlan, ellos son los que se oponen absolutamente a Dios. Y también muestran su oposición a la Palabra de Dios. Si usted quiere conocer la actitud de Dios, la puede ver en Proverbios 3:34, donde la Escritura dice: El Señor se burla de los burlones, pero muestra su favor a los humildes. El Señor se opone a los que le muestran su desprecio y su burla y Él mismo se burlará de ellos. Por cierto que la que se presenta aquí es una imagen terrible.

    Después de ver este lado negativo de la práctica del hombre dichoso, es decir, lo que éste no hace, en el próximo estudio veremos el lado positivo, es decir lo que el hombre dichoso sí hace. Pero mientras tanto pensamos que, ¿quién no quiere ser un hombre dichoso, una mujer dichosa, feliz? Muchas veces nos hemos distanciado de familiares y amigos porque ellos defraudaron nuestra confianza y la pérdida afectiva nos ha dejado una sombra de tristeza. tenga usted en cuenta a alguien en quien vale la pena confiar. Nos lo recuerdan las palabras del Salmo 84:12, Señor Todopoderoso, ¡dichosos los que en ti confían!

    Salmos 1:1?6

    El tema de este Salmo puede resumirse de esta manera: dos hombres, dos caminos, dos destinos. Este Salmo abre la sección que se corresponde con el Génesis. Comienza con el hombre en vez de hacerlo con el universo material. Nos habla del hombre bendito, del hombre feliz. Este hombre bendecido es contrastado con el impío. Es también una figura de Cristo, el último Adán, en medio de los pecadores impíos y los despreciativos. A veces pensamos del Señor como un varón de dolores, hecho para el sufrimiento y por alguna extraña razón muchos de los cuadros que se han pintado de Él le revelan como un hombre de apariencia triste. Es cierto que el profeta Isaías dijo que era ese varón de dolores pero, ¿por qué no continuamos leyendo? En ese mismo libro de Isaías encontraremos que Cristo no tuvo dolores y aflicciones propias. Isaías 53:4 dice: Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, ¡pero nosotros le tuvimos por azotado, como herido y afligido por Dios! Fue nuestro dolor y no el suyo propio el que Él tuvo que llevar, que soportar. Él fue un Cristo feliz y éste es como un cuadro de Él. Leamos el versículo 1 de este primer Salmo, que encabeza un párrafo que hemos titulado

    La práctica del hombre dichoso

    Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado

    Este versículo declara la práctica del hombre dichoso. Un poco más adelante en este Salmo veremos el poder del hombre dichoso y, finalmente, su permanencia. En este primer versículo vemos el lado negativo de la práctica del hombre feliz. Se nos dice lo que el hombre dichoso no hace. Aquí vemos tres posiciones o posturas. Según este versículo el hombre dichoso o feliz es el que (1) no anda, o no sigue el consejo de los malvados (2) no se detiene en la senda o el camino de los pecadores y (3) no se sienta con los burladores para cultivar su amistad. La persona que hace estas tres cosas, no es una persona feliz. Pasa por esas tres etapas: primero se asocia con los malos, luego comparte el camino de los pecadores y después se une a los que blasfeman.

    Definitivamente, aquí hay regresión, deterioro y degeneración. Usted puede notar los pasos que se toman en el proceso. (1) El hombre dichoso no sigue el consejo de los malvados. No escucha a los impíos. ¿Ha observado usted que incluso el Señor Jesús nunca se refirió a Su propia razón o a Su propia mente como la base de una decisión? Todo lo que Él hizo estuvo basado en la voluntad de Dios. Él nunca les dijo a Sus discípulos: Compañeros, vamos a Galilea otra vez. Lo he estado considerando y como soy más listo que vosotros, creo que esto es lo mejor que podemos hacer de acuerdo con mi punto de vista. Esa no fue la manera en que se acercó a Sus discípulos. Él siempre dijo: Voy a Jerusalén porque es la voluntad de mi Padre. Él pasó tiempo con Su Padre, y supo cuál era Su voluntad y en base a ello, se desplazó hacia ciertas áreas.

    una cosa es escuchar los consejos, y un buen consejo está bien; pero claramente, el consejo de los malvados no. Nosotros tenemos que vivir por la fe y recurrir al consejo de los malvados no es caminar por la fe. ¿Quiénes son los impíos, los malvados? Aquellas personas que dejan a Dios fuera de sus vidas. No tienen ningún temor reverente de Dios. Viven como si Dios no existiera. En la actualidad, alrededor nuestro hay multitudes de personas como éstas. Se levantan por la mañana, nunca se dirigen a Dios en oración, nunca le agradecen por los alimentos que tienen ni por la vida, ni por la salud. Simplemente continúan moviéndose por la vida pasándoselo en grande. Han dejado a Dios totalmente al margen de su existencia.

    Los impíos aconsejan a un hombre y entonces le encontramos (2) transitando por el camino de los pecadores. El malo es el que se apodera de él allí. El pecado significa errar el blanco. O sea, que ellos no viven en la forma en que deberían vivir. A ellos se refiere la Escritura cuando dice en Proverbios 14:12, Hay camino que al hombre le parece derecho, pero es camino que lleva a la muerte. Y más adelante, en Proverbios 16:2 dice: Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión. El pecador puede pensar que está en lo correcto, que todo está bien en su vida, pero él es un pecador. La Palabra de Dios dice, en Isaías 55:7, Deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos... También en el mismo libro en el 53:6, Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino, más el Señor cargó en él el pecado de todos nosotros. El Padre cargó sobre el Señor Jesús todo el peso de nuestra culpa. Es que somos pecadores y este es nuestro retrato.

    El siguiente paso de ir por el camino o la senda de los pecadores, es descender más aún y (3) sentarse en la silla de los escarnecedores o, en otras palabras, cultivar la amistad de los blasfemos, los burladores, o hacer causa común con ellos. Los blasfemos, los que se burlan, son los ateos. Se nos ha dicho que esta tercera etapa es cuando el joven se sienta en compañía de tales personas. No solamente niegan a Dios sino que exhiben un odio y un antagonismo hacia Dios. Esta actitud la vemos por todas partes. Los que le desprecian y se burlan, ellos son los que se oponen absolutamente a Dios. Y también muestran su oposición a la Palabra de Dios. Si usted quiere conocer la actitud de Dios, la puede ver en Proverbios 3:34, donde la Escritura dice: El Señor se burla de los burlones, pero muestra su favor a los humildes. El Señor se opone a los que le muestran su desprecio y su burla y El mismo se burlará de ellos. Por cierto que la que se presenta aquí es una imagen terrible.

    Ahora, este es el lado negativo. Esto es lo que el hombre dichoso no hace, En el próximo versículo, veremos lo que este hombre feliz sí hace. Leamos el versículo 2:

    Sino que en la ley del Señor está su delicia y en su Ley medita de día y de noche.

    Recordemos lo que el Señor Jesucristo dijo acerca de un hombre que había estado poseído por los demonios, que cuando los demonios salieron de este hombre, éste limpió su vida. La morada de su vida había quedado adecentada, adornada y él pensó que todo estaba bien y en orden. Pero el demonio aun le controlaba. Finalmente, el demonio anduvo vagando por los alrededores sin poder encontrar un lugar donde quedarse, se cansó de viajar y entonces regresó, trayendo a sus amigos con él, otros siete espíritus peores que él mismo. Y se nos dijo que el último estado del hombre era peor que el primero. Hay muchas personas en la actualidad que piensan que si ellas simplemente limpian un poco sus vidas, eso es todo lo que necesitan hacer. Pero, observemos que, hablando de este hombre dichoso, aquí se dice que se deleita en la ley del Señor. En otras palabras, que encuentra placer y alegría en la meditación de la Palabra de Dios. Desearíamos hacerle llegar el mensaje de que la Biblia es un libro emocionante. Su lectura no constituye una carga ni produce aburrimiento. Su lectura y su estudio son agradables. Este salmo recalca que la persona que experimenta placer al estar en contacto con esa Palabra, es una persona feliz. Las tragedias que hoy afligen a la humanidad, expresadas con lágrimas, suspiros, el dolor del corazón, los corazones quebrantados, las vidas y hogares destruidos, son el resultado inevitable de que los seres humanaos hayan quebrantado las leyes de Dios. En este sentido la Palabra de Dios es clara. En 1 Juan 5:3 encontramos esta declaración: 3pues este es el amor a Dios: que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos, Sus mandamientos para los creyentes hoy no solo incluyen los Diez Mandamientos sino también todas las instrucciones recibidas de Jesús mismo y sus apóstoles en el Nuevo Testamento. Realmente, sus mandamientos no constituyen una carga.

    La idea de que el ser salvo por gracia significa que el creyente entonces puede vivir sin estar sujeto a una ley y vivir como le plazca, no se encuentra en la Biblia. El creyente no ha de rechazar las normas de conducta. Gálatas 5:13 dice lo siguiente: 13Vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para dar rienda suelta a vuestras pasiones, sino servíos por amor los unos a los otros, la libertad no implica en ningún modo vivir una vida de libertinaje. Por supuesto, no tenemos que guardar los Diez Mandamientos para ser salvos, pero ello no quiere decir que hemos de quebrantarlos. Significa, que no estamos a la altura de la ley de Dios, Él requiere perfección y usted y yo no la tenemos. Tenemos que acercarnos a Dios por la fe. Después de ser salvos por la fe, tenemos que vivir en un plano más elevado que la ley. Hemos de tener en nuestras vidas el fruto del Espíritu, que es amor, alegría, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio. De esa manera vivimos bajo la disciplina y guía de la gracia de Dios.

    El versículo enfatiza entonces que esa persona que se deleita en la Palabra de Dios, en su Ley medita de día y de noche, ¿Qué quiere decir con esto de meditar? Pues ilustra a una vaca rumiando, masticando el bolo alimenticio. Hemos oído que la vaca tiene varios compartimentos en su estómago. Entonces puede salir por la mañana, pastar en la yerba cuando el rocío está sobre ella en la parte fresca del día. Después, cuando hace calor, al mediodía, se reclina bajo la sombra de un árbol y comienza a masticar los alimentos que había introducido previamente por su boca. Es decir, que toma la yerba que había masticado por la mañana y la vuelve a colocar en su boca para masticarla una y otra vez y luego la cambia de estómago. Eso es precisamente lo que hacemos cuando meditamos. Volvemos la vista a lo que ye hemos leído. Tomás Kempis lo expresó de una forma original. Dijo, Yo no tengo descanso sino en un rincón con un libro, y ese libro es la Palabra de Dios. Quiere decir que el meditar sobre lo que uno lee, hace como esos animales que rumian sus alimentos; considerar lentamente y pensar detenidamente en lo que uno está leyendo. Recordemos lo que el apóstol Santiago dijo en el capítulo 1, versículo 24, hablando de la persona que se mira el rostro en un espejo y después de mirarse se va y se olvida de cómo es. Tenemos que meditar en la Palabra de Dios, que es el espejo de Dios, que nos revela lo que realmente somos. Debemos permitir que la Palabra de forma a nuestra vida según la voluntad y los propósitos de Dios.

    Entonces recordemos que el hombre dichoso, En su ley medita de día y de noche, según dice aquí. Dios no tiene ningún plan o programa para que usted crezca y se desarrolle como creyente, aparte de la Palabra de Dios. Usted puede estar tan ocupado en su Iglesia como sea posible, en una gran variedad de actividades y andando de un lugar a otro, pero usted nunca crecerá espiritualmente por medio de esa actividad. Usted solo se desarrollará meditando en la Palabra de Dios, es decir, repasando una y otra vez en sus pensamientos hasta que esa Palabra se convierta en una parte de su vida. En esto consiste lo que hemos llamado, la práctica del hombre dichoso.

    Entonces vamos a considerar ahora

    El poder del hombre dichoso

    Ypor cierto, ¿dónde obtiene esta persona su poder? Leamos el versículo 3 de este Salmo 1:

    Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae, y todo lo que hace prosperará.

    Así que el hombre feliz es como un árbol plantado a la orilla de un río. Corrientes de aguas o ríos, es un superlativo en el hebreo. Es una hipérbole para expresar abundancia. Este hombre dichoso es plantado, recibe mucha agua y se convierte en un árbol. Podemos darnos cuenta que los árboles de Dios son árboles plantados. No son como esos árboles silvestres que crecen en cualquier parte. Creemos que esta figura se refiere a haber nacido de nuevo. En Isaías, capítulo 61, versículo 3, dice: a ordenar que a los afligidos de Sión se les dé esplendor en lugar de ceniza, aceite de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiad. Serán llamados Árboles de justicia, Plantío del Señor, para gloria suya. Dios no utiliza árboles silvestres que nacen en cualquier parte. Sus árboles han nacido por medio de Él, tomados y colocados en el jardín de Dios, expuestos a ríos de aguas.

    ¿Pero qué significan concretamente esos ríos de aguas? Representan a la Palabra de Dios. Ahora, alguien quizá pregunte: ¿Está usted seguro de eso? Sí. Usted mismo podrá leer en el Libro de Isaías, capítulo 55, versículo 10 y 11, las siguientes palabras: Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para lo cual la envié. Y Dios quiere que Su Palabra descienda como la lluvia desciende de los cielos. Creemos que un programa por radio ilustra esto de una manera muy adecuada, porque permite que la Palabra de Dios sea esparcida por todas partes, y esa Palabra producirá fruto, y hará que los árboles crezcan.

    La lluvia provee bebida y sustento. Y también produce limpieza y usted puede ver el lavado del agua por medio de la Palabra expresado por el salmista en el Salmo 104, versículo 16: Se llenan de savia los árboles del Señor", los cedros del Líbano que él plantó. La savia es la Palabra de Dios. Esos árboles que Él plantó están bien regados por la Palabra de Dios.

    Y se nos dice además que el árbol da su fruto en su tiempo. Esto es muy interesante: que los árboles de Dios no den fruto todo el tiempo, sino que dan su fruto cuando llega su tiempo y su poder está en la Palabra de Dios. Se oye hoy con frecuencia, en días de mucha actividad y frenética actividad, que el principal asunto para el creyente es el de ganar almas para Cristo. Bueno, no estamos muy de acuerdo con esto. La Palabra de Dios no dice eso. En la Segunda epístola a los Corintios, capítulo 2, versículos 14 al 16, el apóstol Pablo dijo: Pero gracias a Dios, que nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y que por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo entre los que se salvan, y entre los que se pierden; para éstos ciertamente, olor de muerte para muerte, y para aquellos, olor de vida para vida. Y para estas cosas ¿quién es suficiente? Bueno, yo no lo soy, de eso estoy seguro. Yo estoy llamado a proclamar la Palabra de Dios, y el de traer las personas a Cristo es asunto del Espíritu. Pero no somos nosotros quienes traemos a las personas a Cristo; nosotros simplemente presentamos la Palabra de Dios. Y al hacerlo así, es Dios el que triunfa con su mensaje en las vidas de las personas. Supongamos por un momento en que casi nadie aceptara a Cristo, entonces para los que se salvan, seríamos como una fragancia que les da vida y para los que se pierden, como una fragancia que les lleva a la muerte espiritual. Mi responsabilidad es dar a conocer la Palabra de Dios, y la suya, es hacer algo al respecto.

    (Un predicador solía decir en el momento de invitar a la gente a recibir a Cristo; Si usted sale de aquí sin ser salvo, será muy lamentable y trágico porque cuando usted se encuentre ante la presencia de Dios no podrá decir que no ha oído el Evangelio. Entonces, yo me habré convertido en enemigo suyo porque usted no le podrá decir a Dios que nunca ha escuchado Su Palabra.) Por ello decimos, que es su responsabilidad el comunicar esa Palabra a otros, y será responsabilidad de esas otras personas lo que hagan en consecuencia frente a la Palabra de Dios. Ellos serán responsables ante Dios. Dios nos dice que tenemos que comunicar a todos la Palabra divina, el mensaje de Dios, y eso es lo que por varios años hemos intentado hacer. Algunos se salvan, y otros no.

    Hemos notado entonces que lo importante aquí es que el hijo de Dios dé su fruto en su tiempo. Es que hay un tiempo para obtener fruto. Por tal motivo, tiene que haber un prolongado período de preparación, de sembrar la semilla, de ayudarla a dar fruto. Y todo lo que hagamos durante ese período tiene importancia, porque tenemos la responsabilidad de difundir la Palabra de Dios, y ello requiere un cuidado especial. Y lleva su tiempo y dedicación, porque el fruto solo se produce en el momento apropiado.

    Ahora, aquí también se nos dice del árbol plantado junto al río, que su hoja no se marchita. La hoja es el testimonio exterior del cristiano. Ese testimonio debe estar siempre presente. Los árboles de Dios son como los pinos que siempre están verdes y nunca pierden sus hojas, que son como un testimonio para los demás.

    (Alguien cuenta que estuvo en cierta ocasión en la ciudad de Nueva York durante el verano, en el mes de Agosto, y que visitó una Iglesia muy famosa en ese lugar, era casi un mausoleo. Esta Iglesia tan conocida tenía unas inscripciones talladas en mármol en las que se leía: Esta es la casa de Dios; la puerta misma del cielo. Pero debajo de esa inscripción se había colocado un cartel temporal que decía: Cerrado durante los meses de Julio y Agosto. De modo que la puerta del cielo estaba cerrada durante esos meses de verano.) Con demasiada frecuencia, esto sucede en las vidas de los creyentes a nivel individual, pero no debería ser así. Usted tiene que ser siempre un árbol de hoja perenne. La hoja es el testimonio visible que usted tiene en este mundo acerca de Cristo. Todos los hijos de Dios son árboles de hoja perenne.

    Además, del hombre dichoso que es como un árbol plantado a la orilla de un río se dice que: su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará. Dios ha prometido bendiciones materiales a Su pueblo en el Antiguo Testamento, Esas bendiciones no han sido prometidas a los creyentes hoy. si usted las tiene, puede darle gracias por haberle dado más de lo que Él ha prometido. Alguien dijo en una ocasión lo siguiente: La prosperidad exterior, si sigue a un andar cercano a Dios, es agradable. Lo importante es tener a Cristo. Él es como el número uno. Todas las bendiciones materiales equivalen a cero. Si uno no tiene el número uno antes de los ceros, sería como no tener nada. Así como el cero cuando sigue a un número. Se suma a ese número aunque no sea nada en sí mismo.

    Ahora, finalmente tenemos

    La permanencia del hombre dichoso

    Observemos la inseguridad de los impíos. Leamos los versículos 4 y 5 de este Salmo 1:

    No así los malos, que son como la paja que arrebata el viento. Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio ni los pecadores en la congregación de los justos

    Recordemos los temas del capítulo. Dos hombres, dos caminos, dos destinos. Uno se encuentra en un callejón sin salida. Conduce a la muerte. El otro conduce a la vida. Dios es el que dice lo que está bien y lo que está mal. Estamos viviendo en un día en el que las personas no están seguras de lo que está mal y de lo que está bien. Dios sí está seguro. Su Palabra no cambia con cada filosofía de una nueva generación. Leamos el versículo 6:

    Porque el Señor conoce el camino de los justos, mas la senda de los malos perecerá.

    Y perecerá quiere decir simplemente que está perdido. Es una palabra que indica el final irreversible, definitivo. Quiere decir que los malvados perecerán. Proverbios 10:28 dice: El futuro de los justos es halagüeño; la esperanza de los malvados se desvanece. Cristo nos amonestó con las siguientes palabras de Mateo 7:13-14; 13Entrad por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14pero angosta es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Y el camino ancho y espacioso es como un embudo en el cual uno entra por la parte ancha y luego al continuar, se hace cada vez más estrecho hasta que finalmente conduce a la muerte. Pero, usted puede entrar por el camino angosto por Cristo, quien es el camino, la verdad, y la vida. A medida que usted continúe por ese camino, éste se hace cada vez más ancho, y es el camino que conduce a la vida. En Juan 10:10 el Señor Jesucristo dijo: Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. ¡Qué hermoso cuadro de una persona feliz se presenta en este primer Salmo! Si usted permite que Dios transforme su vida al creer en la obra de Cristo a favor suyo, usted puede ser esa persona.

    Salmo 2:1?12

    Una de las características notables de los Salmos es que están ordenados sistemáticamente. En el primer Salmo tenemos en realidad al hombre perfecto, el hombre feliz. Y creemos que representa al Señor Jesucristo como el último Adán. Ahora, en contraste con el hombre perfecto, el hombre dichoso del Salmo 1, vemos al hombre rebelde en el Salmo 2. Llamamos a esta sección, la sección correspondiente al Génesis en el libro de los Salmos y el paralelismo es sorprendente. Génesis comienza con el hombre perfecto, el hombre feliz, en el jardín del Edén. Pero él se convirtió en el hombre rebelde que se apartó de Dios, y ya no buscaba su compañía, y no tenía una capacidad para relacionarse con Él. Aquí en el Salmo 2, encontramos a los descendientes de Adán, es decir, a la humanidad.

    El Salmo 2 ha sido llamado el drama de los siglos. Contiene una declaración decisiva en cuanto al desenlace de los eventos y las fuerzas que operan actualmente en el mundo. Este Salmo está dividido más como un programa de televisión que como una obra de teatro. Está presentado como si hubiera una cámara en la tierra y otra en el cielo. En nuestros días hemos experimentado algo parecido cuando se nos han ofrecido reportajes de exploraciones espaciales con una cámara instalada en algún planeta. Es un espectáculo emocionante y dramático.

    Aquí en el Salmo 2 tenemos entonces un programa realizado por el Espíritu Santo en el cual Él usa dos cámaras de una manera dramática que supera la imaginación humana. En primer lugar, comienza a funcionar la cámara que opera en la tierra y entonces escuchamos la voz de las multitudes. Tenemos a este hombre insignificante desempeñando su pequeña parte, desempeñando su papel, como dijo Shakespeare: Un actor deficiente que se pavonea y apura su actuación en el escenario de la vida. Una vez que el hombre realiza su pequeña representación, la cámara de televisión en la tierra se desconecta y se pone en funcionamiento y escuchamos hablar a Dios el Padre. Después de su intervención la cámara se dirige hacia su lado derecho y Dios el Hijo tiene algo que decir. Luego, la cámara del cielo se apaga y la cámara de la tierra comienza a funcionar nuevamente y Dios el Espíritu Santo tiene la última palabra. En primer lugar tenemos entonces

    La cámara enfocada en la humanidad

    Ydispongámonos a presenciar este programa de televisión que comienza con la cámara situada en la tierra enfocando a los seres humanos. La presentación comienza con una pregunta que vemos en el versículo 1, y es la siguiente:

    ¿Por qué se amotinan las gentes y los pueblos piensan cosas vanas?

    Las naciones aparecen alborotadas, sublevadas, y los pueblos conspirando y haciendo planes sin sentido. La palabra vanas significa vacías. Significa que aquello que ha enfurecido a las naciones paganas y las ha reunido en un gran movimiento de masas, un movimiento de protesta, nunca se cumplirá, no logrará sus objetivos. Así que se han reunido para un plan de inútil realización. Ahora, ¿cuál es ese plan? Leamos el versículo 2 de este segundo Salmo:

    Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes conspirarán contra el Señor y contra su ungido, diciendo

    Aquí vemos a un grupo variado que incluye a los gobernantes y a los líderes religiosos. No solo vemos a las multitudes implicadas en este movimiento de protesta sino también a la clase dirigente que se ha unido a la rebelión. Así que los que detentan el poder político y religioso se han unido en esta empresa.

    Ahora, ¿Por qué están protestando? ¿Contra quién se han puesto? La respuesta es: contra el Señor y contra su ungido. La palabra ungido aquí en hebreo corresponde a Mesías. Esta palabra llevada al Nuevo Testamento corresponde a Cristo. O sea que aquí vemos un gran movimiento mundial contra Dios y contra Cristo.

    ¿Cuándo comenzó este movimiento? Las Sagradas Escrituras nos informan al respecto. En el libro de los Hechos, en el capítulo 4, cuando estalló la persecución contra la iglesia, se nos dice que los apóstoles Pedro y Juan, después de haber sido amenazados, regresaron a la iglesia para informar sobre la situación. En el versículo 4:24 vemos la reacción de los cristianos: 24Ellos, al oírlo, alzaron unánimes la voz a Dios y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios...

    Aquí debemos hacer una pausa porque ésta es una de las cosas de las cuales la iglesia aún no está segura en la actualidad, y nos referimos a la frase: Señor, tú eres el Dios. Muchos no están seguros de que Él sea Dios. Se lo están pensando. Pero la iglesia primitiva no tenía dudas ni preguntas al respecto.

    Y luego aquellos antiguos cristianos continuaron diciendo: que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron los reyes de la tierra, y los príncipes se juntaron en uno contra el Señor y contra su Cristo. (Hechos 4:24-26). Ahora, en el versículo 27 tenemos la interpretación del Espíritu Santo: Y verdaderamente se unieron en esta ciudad Herodes y Poncio Pilato, con los no judíos y el pueblo de Israel, contra tu santo hijo Jesús, a quién ungiste. Aquí el Espíritu Santo nos dice que este movimiento estaba comenzando allá cuando Pilato se unió con los dirigentes religiosos y Herodes para dar muerte a Jesús. Esta fue un movimiento contra Dios, y contra Cristo, que fue aumentando progresivamente a través de los siglos, y que culminará en una revolución mundial contra Dios y contra Cristo.

    Ahora, esto puede parecer increíble y alguien quizá diga: Yo no creo realmente que el mundo se esté moviendo en esa dirección, ¿no le parece? Bueno, debo decirle que así lo creo. ¿Podemos decir que el mundo está mejorando? Creo que así es. ¿Y no es cierto que se puede afirmar que está empeorando? Sí, es evidente que sí. Entonces, dirán algunos, ¿en qué quedamos? ¿Es que estamos tratando de quedar bien con dos opciones opuestas? Pues no, el caso es que ambas son ciertas. Es lo mismo que el Señor Jesús dijo en la parábola de la cizaña (Mateo 13:24-39). El Señor dijo que Él mismo era el sembrador y que Él estaba sembrando la semilla en el mundo. Y también dijo que vino un enemigo a sembrar cizaña entre el trigo. Los siervos quisieron ir a arrancar la cizaña. También en nuestra época algunos han considerado que debían dedicarse a la tarea de arrancar la cizaña. Un conocido maestro Bíblico nos contó que cuando comenzó su ministerio cristiano pensó que esa debía ser su tarea primordial y comenzó a hacerlo con verdadera dedicación. Pero pronto descubrió que no había sido llamado al ministerio cristiano para enderezar o corregir a nadie, ni a resolver ninguna situación ambigua. Dijo tener suficiente trabajo con corregirse a sí mismo, como para preocuparse de los demás. Es que el Señor mismo se encargará de clarificar la situación. En la parábola dijo que el trigo, es decir la buena semilla, que representaba a los hijos del reino, estaba creciendo, y que la cizaña, es decir, la mala semilla, que representaba a los hijos del malo, también estaba creciendo. Así que ambas semillas estaban creciendo juntas. Pero el Señor se ocupará de ello y a su tiempo, procederá a separarlas.

    En la actualidad existe un crecimiento del bien. ¿Sabía usted que hay más enseñanza Bíblica hoy que en cualquier período de la historia del mundo? Por todo el mundo hay emisoras que están difundiendo por las ondas la Palabra de Dios. Los avances de la

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