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Desafíos de la ciencia, tecnología e innovación en el siglo XXI
Desafíos de la ciencia, tecnología e innovación en el siglo XXI
Desafíos de la ciencia, tecnología e innovación en el siglo XXI
Libro electrónico453 páginas5 horas

Desafíos de la ciencia, tecnología e innovación en el siglo XXI

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Se trata de una compilación de textos realizada por especialistas del Departamento de Filosofía y Teoría Política para la Ciencias Naturales y Matemáticas , que giran alrededor de temas de actualidad de interés para estudiosos y alumnos de asignaturas afines a las disciplinas que el propio título indica: la ciencia, la tecnología y la innovación. Se analizan problemáticas que van, desde la racionalidad científica y la bioética, hasta la inteligencia artificial.
IdiomaEspañol
EditorialRUTH
Fecha de lanzamiento30 ago 2024
ISBN9789590625268
Desafíos de la ciencia, tecnología e innovación en el siglo XXI

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    Desafíos de la ciencia, tecnología e innovación en el siglo XXI - Giovanni Fernández Valdés (Compilador)

    Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.

    Edición: Edid Vian

    Diseño interior y de cubierta: Giselle Llanes Cuellar

    Corrección: Magda Dot

    Composición digital: Irina Borrero Kindelán

    Diagramación e-book: Oneida L. Hernández Guerra

    © Giovanni Fernández Valdés y Célida Valdés Menocal, 2022

    © Sobre la presente edición:

    Editorial de Ciencias Sociales, 2022

    ISBN: 9789590625268

    Estimado lector, le estaremos muy agradecidos si nos hace llegar, por escrito, su opinión acerca de este libro y de nuestras publicaciones.

    INSTITUTO CUBANO DEL LIBRO

    Editorial de Ciencias Sociales

    Calle 14 no. 4104, entre 41 y 43, Playa, La Habana, Cuba

    [email protected]

    www.nuevomilenio.cult.cu

    QR_RUTH

    Índice

    Agradecimientos

    Presentación

    A modo de prólogo: ¿Cómo los cubanos abordamos los desafíos en ciencia, tecnología e innovación?

    Ciencia, Tecnología, Sociedad, Universidad, Complejidad

    Bibliografía

    Mitos y desmitificaciones

    El viraje hacia una fundamentación cultural de la racionalidad científica

    Introducción

    Presupuestos teóricos para un viraje en la filosofía de la ciencia

    Hacia una fundamentación cultural de la racionalidad científica

    Notas finales

    Bibliografía

    Por el camino del hombre (propuesta de una racionalidad ambiental y comunicativa)

    Bibliografía

    Bioética y ciencia, tecnología y sociedad: convergencias

    Desafío a la globalidad

    Bibliografía

    La dimensión científico-tecnológica dentro de la temática ambiental. ¿Solución a la crisis?

    La crisis ambiental: principales abordajes desde la dimensión científico-tecnológica

    La privatización, el patentamiento de la vida y del conocimiento: segundo cercamiento

    Conclusiones

    Bibliografía

    La transferencia de tecnología. Una mirada hacia América Latina y Cuba

    Bolivia

    Chile

    México

    Cuba

    Bibliografía

    Políticas públicas en América Latina y en Cuba

    Introducción

    Políticas públicas, génesis y definición

    Giro en la concepción y trazado de las políticas públicas

    Políticas públicas en Cuba

    Políticas públicas de carácter social y humanista en el desarrollo local en Cuba. Experiencias prácticas

    Algunos Antecedentes

    Experiencias

    Plan Cayo Hueso

    Proyecto de Conservación del Consejo Popular Pueblo Nuevo

    Programa de Revitalización Integral del barrio San Isidro

    Conclusión de las experiencias

    Bibliografía

    ¿Qué es la vida?: 76 años después. Una mirada desde la termodinámica y los sistemas complejos

    Análisis de los tópicos fundamentales de la obra de Schrödinger a la luz del formalismo de la termodinámica y los sistemas complejos

    Conclusiones

    Bibliografía

    Inteligencia artificial, responsabilidad y compromiso cívico y democrático33

    Introducción

    La tecnología y la sugerencia de responsabilidad

    La tecnología y su responsabilidad democrática

    Inteligencia artificial responsable

    Modelo de innovación abierta y responsable

    Deliberación, participación y sociedad civil

    Compromiso con los derechos humanos y los objetivos de desarrollo sostenible

    Respeto a los derechos humanos

    Impulso a los objetivos de desarrollo sostenible (ODS)

    Conclusiones

    Bibliografía

    Un torbellino social denominado:sociedad civil red

    Introducción

    La forma de las formas

    La sociedad red

    Existir significa ser percibido por los medios

    Las redes virtuales son sociales

    Intelectuales orgánicos, hegemonía y sociedad civil

    La sociedad civil red

    Crisis de la subjetividad. Una pandemia antigua. Conclusiones

    Bibliografía

    Lo transhumano, ¿trascendiendo la naturaleza humana?

    Del sujeto ecológico al transhumanista

    Bioprogresistas: vamos a crear un nuevo mundo

    Biotecnología

    Nanotecnología

    Inteligencia artificial

    Bioconservadores: ¿Debemos conservar nuestra esencia?

    Defensa de la sociedad humanizada

    Conclusiones

    Bibliografía

    Naturaleza de la ciencia, la tecnología y la innovación

    Introducción

    Problemáticas científico-tecnológico-innovativas en Cuba

    El cultivo del maíz transgénico FR-BT1 en Cuba a debate

    Construcción de programas de seguridad alimentaria en Cuba a nivel municipal

    Imágenes de ciencia, tecnología e innovación divorciadas de la realidad

    Tradiciones de pensamiento sociohumanístico importantes para el contexto cubano

    Ciencia y conciencia en la tradición de pensamiento patriótico cubano

    La actividad humana como totalidad en la tradición de pensamiento marxista

    Pensamiento latinoamericano sobre ciencia, tecnología, sociedad

    Los estudios de ciencia-tecnología-sociedad de países desarrollados

    Conclusiones

    Bibliografía

    Controversias bioéticas y biopolíticas alrededor de la pandemia COVID-19

    Introducción

    El contexto biopolítico internacional donde eclosionó la pandemia COVID-19

    Aristas del debate bioético en torno a la COVID-19

    El valor social y la validez científica de una investigación

    Las polémicas en cuanto a los ensayos clínicos de reto de candidatos vacunales contra el SARS-COV-2

    La inmoral guerra no convencional contra Cuba en tiempos de la COVID-19

    ¿Y después de la COVID-19, qué?

    Bibliografía

    Cuba COVID-19: valores revelados

    Bibliografía

    Datos de los compiladores

    A Elvirita, Chávez, Galindo, Luis Guerra, Corea, Mercedes y Bombino.

    Agradecimientos

    Agradecemos a todos los profesores que en la historia del desarrollo del Departamento de Filosofía de Ciencias Naturales y Matemáticas de la Universidad de La Habana contribuyeron, con su quehacer docente e investigativo, a que de una u otra manera este libro viera la luz.

    Presentación

    El presente texto nace de la necesidad de generar espacios de reflexión sobre problemáticas de ciencia, tecnología, innovación y sociedad desde una mirada transdisciplinar.¹ Nuestro Departamento de Filosofía y Teoría Política para las Ciencias Naturales y Matemáticas es precisamente un reflejo del intento por transversalizar el conocimiento: imparte tres asignaturas, Filosofía y Sociedad, Teoría Sociopolítica y Estudios sobre Ciencia, Tecnología y Sociedad (que tributan a la disciplina de Marxismo-Leninismo). Con ello se pretende que el lector interesado y sobre todo los estudiantes de las carreras de las ciencias naturales y matemáticas tomen conciencia del papel del debate filosófico, político y social que generan las investigaciones científicas actuales (de la isla e internacionales) y conocer cómo el que investiga se inserta e insertará en ese complejo contexto.

    1 Se mantienen una serie de términos no aprobados aún por la Real Academia (RAE) que están en uso en el lenguaje científico y que son difícilmente sustituibles. (N. de la E.)

    Las implicaciones que tiene en nuestra universidad la enseñanza actual, con un enfoque transdisciplinar, es fundamental si deseamos construir un sujeto activo, creador, ambientalista y con capacidades concretas de transformar su realidad. Pero para que exista una perspectiva racional-transformadora en un individuo del siglo xxi, es preciso que comprenda las dinámicas sociales y científicas que rodean a la sociedad, sus conflictos y dilemas éticos. Un elemento fundamental que pretende examinar este texto es la idea de que no existe una neutralidad científico-tecnológica a la hora de comprender su impacto social, cultural.

    En nuestra experiencia como docentes e investigadores, es tal vez una de las visiones más difíciles de combatir, pues el discurso del positivismo de la ciencia se ha asentado en los círculos académicos de forma, a menudo, tan inmutable que es natural escuchar a reconocidos investigadores afirmar que Lo que se hace con la tecnología no es centro de atención del que investiga. Con un enfoque social y crítico acerca de los procesos, impactos y métodos científicos esa posición es insostenible. El que investiga tiene tanta responsabilidad con el uso de la tecnología como los ciudadanos, los políticos y los que toman decisiones.

    No existe concepción tecnocientífica que no esté situada en una sociedad determinada con preocupaciones, proyectos, necesidades, conflictos, experiencias, anhelos, sentimientos, conciencia, historia, cultura determinados. Si esta afirmación es cierta, entonces ninguna creación humana puede ser neutral, forma parte de los modos de producción social de un sistema social determinado. Es decir, se precisa de responsabilidad y ética del científico, pero es imprescindible un diálogo abierto, informado y transparente de todos los actores sociales.

    La discusión teórica, que se generó en el centro de nuestro departamento, nos condujo —en 2019— a crear el evento científico Epistemologías de los siglos xx y xxi. Este pretendió establecer un puente transdisciplinar entre las investigaciones que se llevan a cabo en la Facultad de Filosofía e Historia y las que se realizan en otras facultades de la Universidad de La Habana, como las de Física, Química y Biología. Los resultados positivos de este encuentro junto a la necesidad de generar textos científicos para la asignatura Estudios sobre Ciencia, Tecnología y Sociedad, propició el nacimiento de este volumen.

    Por su carácter integrador, la compilación final de artículos ha desbordado las ideas iniciales, pues si realmente deseábamos debatir desde diversas disciplinas el impacto de la ciencia y la tecnología, entonces las voces plurales tenían que hacerse presentes.

    Como consecuencia, en este libro se abordan temas como los mitos y desmitificaciones de la ciencia, la tecnología y la innovación; las convergencias de saberes ante el conflicto ético, medioambiental, la transferencia de tecnología y las políticas públicas; sistemas complejos, la termodinámica, los compromisos civiles y democráticos ante la inteligencia artificial y el transhumanismo, la impronta de las redes sociales en nuestra sociedad; así como los enfoques de la ciencia, la tecnología y la sociedad (CTS) y biopolíticos frente a la COVID-19.

    Desafíos de la ciencia, tecnología e innovación en el siglo xxi pretende demostrar que sí es posible investigar y presentar un resultado académico a partir de un enfoque transdisciplinar en nuestros predios universitarios. Este es solo un primer paso de lo que se podría generar si pensamos y trabajamos de manera conjunta temas acuciantes de la contemporaneidad, de los cuales Cuba no está exenta de poder aportar una mirada crítica y transformadora.

    Doctor Giovanni Fernández Valdés

    Doctora Célida Valdés Menocal

    A modo de prólogo: ¿Cómo los cubanos abordamos los desafíos en ciencia, tecnología e innovación?

    Mis compañeros y amigos, el profesor Giovanni Fernández Valdés y la profesora Célida Valdés Menocal, me han invitado a escribir unas palabras introductorias a esta obra de título abarcador y ambicioso: Desafíos de la ciencia, tecnología e innovación en el siglo xxi.

    Cuba es un buen lugar para debatir esos temas. Disponemos de una larga trayectoria de pensamiento, ciencia y práctica revolucionaria, enlazadas entre sí. Tenemos con nosotros a Varela, Luz y Caballero y Martí; a los grandes científicos cubanos del siglo xix; importantes pensadores de la primera mitad del siglo xx; la amplia comunidad científica forjada por la Revolución y la obra imperecedera que nos legó Fidel en materia de ciencia y tecnología.

    La iniciativa del libro corresponde al Departamento de Filosofía, Ciencias Naturales y Matemáticas de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana, y además de las valiosas contribuciones de profesores de ese departamento incluye los aportes de destacados académicos del ámbito de las ciencias y la bioética, entre otros.

    Al escribir estas palabras me viene a la mente que hace unos 40 años, en el ámbito de la carrera de Filosofía y con la activa colaboración de profesores de varias facultades, entre ellas las de Matemática y Física, junto a otras instituciones cubanas, especialmente la Universidad de Camagüey, creamos el Grupo de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología (GESOCYT), con el deliberado propósito de colocar en el centro de nuestra atención los vínculos entre ciencia, tecnología y sociedad.

    Más o menos en paralelo se desarrollaron otras iniciativas con intenciones cercanas. Recuerdo el Seminario de Filosofía y Ciencia que lideró la inolvidable Zaira Rodríguez Ugidos en el Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias de Cuba y los seminarios que realizó nuestro destacado profesor Carlos Delgado Díaz en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC).

    Convergente con esos esfuerzos ha sido el despliegue de la bioética, de la mano de otro imprescindible, el profesor José Acosta Sariego, y también los estudios sobre complejidad que Pedro Sotolongo Codina y el propio Carlos Delgado impulsaron eficazmente.

    Rememoro esos acontecimientos académicos, porque los conozco mejor y porque es fácil encontrar en este libro la huella de esas trayectorias académicas. El rigor de la vida ha impedido que algunos de los fundadores de esos esfuerzos estén presentes en esta obra. En particular quiero recordar ahora al querido profesor Luis López Bombino, amigo entrañable e incansable colaborador.

    Visto en perspectiva, puede decirse que GESOCYT representó el núcleo fundacional del campo de los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS) en Cuba que se ha expandido en nuestro país. Al grupo le siguió la creación de una Cátedra CTS+I (donde I es Innovación), que existe hasta hoy y se ha multiplicado en otras universidades del país, una maestría que ha generado más de 200 graduados de todas las provincias, así como unas decenas de profesores venezolanos. Más recientemente se ha abierto la formación doctoral en este campo con el protagonismo de la Cátedra CTS+I de la Universidad de Cienfuegos.

    Enfoques propios de las CTS están presentes en los cursos de Problemas Sociales de Ciencia y Tecnología, con los cuales se vinculan hoy muchos profesionales en el país y son cada vez más empleados en el campo de la sociología, la filosofía y otros. Varios de los profesores cuyos nombres aparecen en este libro enseñan en esos cursos.

    Me complace saber que el libro que ahora prologo da continuidad a muchos de los esfuerzos mencionados y permite mantener vivo el interés por el debate filosófico, ético, político, social sobre ciencia y tecnología. Ese es un gran aporte.

    Es fácil constatar que en este siglo xxi ciencia, tecnología e innovación (CTI) ocupan un lugar central en el mundo contemporáneo, aún más relevante que en los ya lejanos años 80 del siglo pasado.

    Sobran razones para ello. Un simple virus, el SARS-CoV-2, nos ha mostrado cuán frágiles somos como humanidad, cuán cerca estamos de un colapso medioambiental y civilizatorio. Nuestros nexos con la naturaleza son suicidas y las relaciones sociales, económicas, hegemónicas a nivel planetario, generan cada vez más pobreza, inequidad y exclusión social. Al 1 % de los ciudadanos del mundo les va muy bien, incluso han aumentado sus fortunas en medio de la pandemia de la COVID-19, pero la mayoría planetaria no puede decir lo mismo.

    ¿Y qué tiene que ver eso con ciencia, tecnología e innovación? En mi opinión tiene mucho que ver. Ellas son parte del problema y deben ser parte de la solución. Esa afirmación sería inaceptable desde una perspectiva conceptual que enfatice la neutralidad de la ciencia y la tecnología y las imagine como una varita mágica guiada por el método científico que genera soluciones ajenas a los actores y a la tupida red de intereses que gravitan hoy en la dinámica mundial.

    Pero, como ya sabemos, ciencia, tecnología e innovación son procesos sociales y están fuertemente articulados con las relaciones sociales, económicas, políticas, militares. Son parte del subdesarrollo, la dependencia, de la lucha por el poder a escala global, de las contradicciones que el neoliberalismo genera en todas partes. Ellas no existen por fuera de esas realidades, son parte de estas.

    Esas consideraciones sugieren la conveniencia de someter a discusión el tema de la función de la ciencia. En nuestros días, desde los lentes del siglo xxi, es quizás mejor hablar de función social de la tecnociencia. Este tema podría sumarse a la agenda de cuestiones importantes que este libro aborda.

    El asunto nos remonta a las preocupaciones que tenía en mente John D. Bernal cuando escribió, en el lejano 1939, el libro La función social de la ciencia, que abrió el debate público sobre tan importante tema.

    Con el muy recordado compañero Fidel Castro Díaz-Balart, de conjunto con el brillante historiador de la ciencia y matemático Mariano Hormigón —español y gran amigo de Cuba— elaboramos un proyecto editorial relacionado con ese libro. La desaparición física de ambos interrumpió el proyecto.

    Bernal fue un gran científico en el ámbito de la cristalografía de rayos X y un eminente historiador de la ciencia de cuyo laboratorio en Cambridge salieron reconocidos científicos, incluido algún Premio Nobel. Su militancia comunista seguramente no contribuyó a que se lo otorgaran. A Bernal le preocupaba el papel que desempeñaría la ciencia en la inminente guerra mundial e intentaba que esta pudiera servir a las mejores causas. Era un convencido de que el matrimonio del socialismo y la ciencia ayudaría al progreso humano.

    Creo firmemente que el tema de la función social de la tecnociencia, además de ser un asunto de la máxima actualidad mundial, lo es también en el plano nacional.

    Nuestros profesores, investigadores, estudiantes, decisores, deberían tener en el foco de su atención el problema de la función social de la tecnociencia, aquí y ahora.

    Me parece muy interesante lo que está ocurriendo en nuestro país alrededor de ese tema en el contexto de la batalla contra la pandemia. Voy a mencionar varios puntos sobresalientes:

    En Cuba, como en casi todas partes, la COVID-19 no representa solo un gran desafío sanitario. Nuestro país libra esa batalla en un contexto económico, social y político especialmente complicado. En todos esos ámbitos el conocimiento, incluidas por supuesto las ciencias sociales, las humanidades, las diversas prácticas científicas y tecnológicas, hacen notables contribuciones. Grupos de profesores e investigadores trabajan arduamente en los temas energético, alimentario, en el mejoramiento del hábitat, en el impulso a las políticas públicas que el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social demanda, entre otros muchos ámbitos. Cumplen así funciones sociales relevantes.

    La naturaleza compleja de los fenómenos con que lidiamos reclama articulaciones interinstitucionales poco frecuentes en nuestro país. Para ello ha sido necesaria una gestión de Gobierno integrada, así como el despliegue de diversas fórmulas de cooperación, colaboración e integración entre muy variadas organizaciones y al interior de estas. Todo ello ha favorecido un ambiente de innovación no siempre presente. Universidades y centros de investigación han sido capaces de generar respuestas inéditas en las que han intervenido estudiantes, profesores e investigadores. Pensemos en los ventiladores pulmonares del Centro de Neurociencias, con la participación de actores estatales y no estatales.

    La complejidad apuntada conduce a integraciones interdisciplinarias y transdisciplinarias también infrecuentes. En el Comité de Innovación creado por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) para asesorar en la toma de decisiones con respecto a la gestión de la pandemia, están representadas muy diversas áreas del conocimiento: medicina, inmunología, biotecnología, matemáticas, demografía, geografía, por mencionar algunas. Los saberes se enriquecen recíprocamente y aportan mejores soluciones.

    Innovación es la palabra de orden y avanzar en la autonomía tecnológica es una demanda permanente. La pandemia hizo visible la extrema vulnerabilidad de los países, incluido el nuestro, que casi todo lo importan del exterior. La pandemia ha generado una creatividad multiplicada y hoy se crean capacidades tecnológicas con las que el país no contaba un año atrás. Disponemos de nuevos o mejorados biofármacos, equipos, protocolos. Por supuesto, el mejor ejemplo son las vacunas. En mayo de ٢٠٢٠, el presidente Díaz-Canel se reunió con nuestros científicos más experimentados en producción de vacunas. Les dijo que era necesario contar con nuestra propia vacuna, porque seguramente nadie nos facilitaría el acceso a ella en momentos de crisis. Ese mismo día comenzó el trabajo. Décadas de acumulación de talento, capacidades y valores se movilizaron de inmediato y se generaron heurísticas de innovación muy creativas y ajustadas a nuestras posibilidades. Hoy Cuba tiene 5 candidatos vacunales. Es una proeza tecnocientífica lo que se ha logrado.

    La dimensión ética de la ciencia y la tecnología está en primer plano. A la inteligencia de científicos, expertos, personal de salud y otros ha sido necesario sumar grandes dosis de sacrificio personal, valentía, dedicación, entre otras cualidades; ellos son portadores de valores extraordinarios.

    Quizás nunca antes ciencia, tecnología e innovación han ocupado un lugar tan relevante y sostenido en los medios de comunicación y los mensajes de Gobierno. Hay un programa de comunicación social de la ciencia y la tecnología muy intenso. Todos los días somos informados sobre los principales indicadores de la pandemia en Cuba y en el mundo, conocemos los rostros y las voces de los grandes protagonistas a través de mesas redondas, entre ellos los científicos; acompañamos desde las pantallas al Presidente y otros dirigentes en sus visitas a los centros de investigación y las universidades.

    Se ha desplegado una relación ciencia-Gobierno verdaderamente ejemplar. De casi todas partes han llegado noticias sobre los conflictos entre los científicos y los gobiernos, con casos dramáticos como los de los Estados Unidos y Brasil. En Cuba, desde que llegaron las primeras noticias de China acerca de un virus potencialmente peligroso, ciencia y Gobierno se juntaron para enfrentar el posible tsunami sanitario. Esa relación ha sido muy importante: ha catalizado decisiones, eliminado barreras, organizado la colaboración, manejado los recursos. Luego, los aprendizajes derivados de la batalla contra la COVID-19 aconsejaron abordar otro problema de semejante complejidad: la soberanía alimentaria y la educación nutricional. Poco a poco esas fórmulas de gestión se han ido extendiendo a otros campos como energía, construcción e industria.

    Un hecho inédito han sido las diversas publicaciones conjuntas entre el presidente Díaz-Canel y algunos académicos cubanos, que han servido para compartir y debatir los principales enfoques que hoy integran lo que el Presidente ha denominado Sistema de Gestión del Gobierno Basado en Ciencia e Innovación. El sistema será una herramienta clave para enfrentar los desafíos de ciencia, tecnología e innovación por los que este libro se interesa, apoyado en un adecuado despliegue de la función social de la tecnociencia.

    Les deseo una provechosa lectura de Desafíos de la ciencia, tecnología e innovación en el siglo xxi. Así esta obra podrá enriquecer la cultura científica y tecnológica de nuestro pueblo.

    Jorge Núñez Jover.

    Presidente de la Cátedra CTST+I, Universidad de La Habana,

    La Habana, marzo de 2021

    Parte I

    Ciencia, Tecnología, Sociedad, Universidad, Complejidad

    Célida Valdés Menocal

    ²

    2 Doctora Célida Valdés Menocal: Profesora Titular del Departamento de Filosofía, Ciencias Naturales y Matemáticas de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana. Fundadora de la revista digital www.hraices.uh.cu. Correspondencia: [email protected]

    Cuando hablamos de ciencia, tecnología y sociedad (CTS) es más que la yuxtaposición de estos tres conceptos. Se trata de un enfoque que pone el acento en la existencia de importantes interacciones entre ellos.

    La ciencia y la tecnología (siendo más precisos, la tecnociencia) no solo son teóricas, sino también son actividades sociales, institucionalizadas, portadoras de valores culturales, en las que se acentúa la influencia de ellas sobre los muy variados intereses económicos, políticos, sociales, entre otros. Se persigue entonces, superar el paradigma simplificador de fenómenos aislados y responder a las múltiples interacciones de la sociedad. El enfoque de los estudios de las CTS debe estimular la idea de que la heterogeneidad de situaciones sociales que observamos hoy, exigen la búsqueda de una diversidad de estrategias en el campo científico-técnico.

    En el entorno académico de los estudios de las CTS se fueron estableciendo nuevas disciplinas sobre materias tradicionalmente marginadas, como la Historia Social de la Ciencia y la Tecnología y la Filosofía de la Ciencia y la Tecnología. También se desarrollaron tratamientos sistemáticos de cuestiones éticas relacionadas con la ciencia y la tecnología que posteriormente dieron paso a éticas especializadas, como es el caso de la bioética.³

    3 Sin dudas este es un asunto polémico con diversas posiciones; por ejemplo la concepción potteriana. Véase Valdés Menocal: Selección de lecturas. Problemas sociales de la ciencia y la tecnología, Editorial Félix Varela, La Habana, 2004.

    Junto con la gestión y la instrumentación política del desarrollo científico-tecnológico, surgieron otras especialidades afines como la evaluación de riesgos, el estudio de las transferencias tecnológicas o la economía de la innovación científica y tecnológica. Más adelante estudios centrados en los contextos y condicionamientos socioeconómicos y políticos de la ciencia y la tecnología, que exploran el uso político de la pericia científica, el papel de la ciencia en los tribunales, los vínculos de la ciencia con poderosos grupos económicos y la relación entre la ciencia y las principales instituciones sociales. Son iniciativas que reflejan, en el ámbito académico y educativo —según los académicos españoles López Cerezo y Sánchez Ron (2001)⁴—, esa nueva percepción de la ciencia y la tecnología y de sus relaciones con la sociedad. Realmente, desde un enfoque contextualizado e interdisciplinar, los estudios de CTS se centran en el análisis de los aspectos sociales de la ciencia y la tecnología, tanto en lo que concierne a sus antecedentes sociales como en lo que atañe a sus consecuencias sociales y ambientales.

    4 El año remite a la bibliografía (N. de la E.).

    De ahí que los estudios de CTS sean un conjunto de estudios de carácter teórico sobre la ciencia y la tecnología que enfatizan la presencia en ellas de los aspectos prácticos relacionados con los contextos sociales a los que corresponden. Los estudios de CTS del ámbito académico suponen, por tanto, una nueva comprensión del fenómeno tecnocientífico, poniendo el acento en los antecedentes sociales que lo explican. También confirmamos que los estudios de CTS son un movimiento social de carácter eminentemente práctico. Tras la Segunda Guerra Mundial se puso en evidencia que la ciencia y la tecnología tienen consecuencias de gran alcance para la sociedad y la naturaleza. En los últimos cincuenta años, los conocimientos científicos y los artefactos tecnológicos han variado las formas de vida humana y han afectado a la naturaleza de manera más intensa de lo que había supuesto la actividad transformadora de nuestra especie en los miles de años anteriores.

    En el primer tercio del siglo xx, se articularon los primeros estudios sociales e históricos de la ciencia y la tecnología, a partir de los trabajos desarrollados, los cuales se manifestaron claramente, en el II Congreso Internacional de Historia de la Ciencia en 1931.

    Los nuevos planteamientos entendían a la ciencia como el resultado de interacciones sociales, contextos sociológicos y económicos. Con la obra de Robert Merton (1984), se instaló como disciplina académica en los Estados Unidos una sociología de la ciencia que intentaba establecerse entre los planteamientos más críticos de la tradición marxista y los más conservadores de Max Weber.

    En el ámbito de la filosofía de la ciencia, el giro social irrumpe con la obra de Thomas Kuhn La estructura de las revoluciones científicas (1962), que representaba una empresa social basada en un consenso organizado no una totalidad de proposiciones verdaderas, ni regida por principios lógicos y metodológicos inmutables, haciendo evidente la crisis lógico-positivista, así como la necesidad del desarrollo de una imagen social de la ciencia.

    En la década de 1960, empezó a cristalizar en el contexto norteamericano de la guerra en Vietnam y de las crisis ecológicas, un cambio en la valoración de la ciencia y la tecnología. Así surgieron los programas Ciencia, Tecnología y Sociedad en numerosas e importantes universidades norteamericanas. El mensaje de este movimiento académico insistía sobre los condicionamientos sociales y los trasfondos valorativos que regían el desarrollo científico y tecnológico, y alertaba de los graves impactos que se estaban derivando para la sociedad y el medioambiente. En vista de las consecuencias, en buena parte negativas, de muchas de las innovaciones científicas y tecnológicas, se reivindicaba la concienciación pública y el control social sobre estas (Martín Gordillo, 2002).

    Sin duda, se ha logrado el progreso en las condiciones de vida para muchos seres humanos, pero también han tenido consecuencias muy negativas para millones de personas. La Guerra Fría, por ejemplo, fue en gran medida tecnológica: la competencia por el desarrollo de las armas nucleares más mortíferas y la de la producción y almacenamiento de estas en cantidades que hacían posible la destrucción de varios planetas como el nuestro.

    Frente a estos efectos de la actividad tecnocientífica, desde 1960 se han dado numerosos movimientos sociales tanto gubernamentales como no gubernamentales a favor de la democratización y la justicia en la orientación del desarrollo de la ciencia y la tecnología, manifestándose una creciente sensibilidad social que reclama la participación pública en la toma de decisiones.

    El análisis de lo social y lo valorativo en la perspectiva teórica y práctica de los estudios de CTS y su activismo social a favor de la participación pública y la democratización de las decisiones sobre ciencia y tecnología confluyen en la acción de las CTS en el contexto educativo. Si el desarrollo de la ciencia y la tecnología no están al margen de los contextos históricos y sociales, tampoco la educación tecnocientífica puede realizarse aisladamente de esos contextos. Los efectos sobre la sociedad y la naturaleza devienen una significativa participación pública en la evaluación y control de estas, por lo que será necesario promover iniciativas educativas que favorezcan el aprendizaje social por parte de los ciudadanos, así como de hábitos que hagan posible su participación efectiva en esos temas.

    La educación de los estudios de CTS brinda un nuevo contenido a la educación tecnocientífica y aporta una nueva visión sobre su rol social, se demuestra la importancia de las influencias sociales y culturales, resultado de la práctica humana, como un producto sociocultural. Estas se han ido entrecruzando en el tiempo, dando pasos a procesos de demarcación e institucionalización de nuevas disciplinas, programas y campos académicos. Sin lugar a dudas, la dinámica de la totalidad de los giros, con su diversidad de direcciones y fuerzas, ha generado una impresionante espiral reinterpretativa que ha transformado de forma radical la imagen de la tecnociencia en este siglo xxi.

    De hecho, cada uno de los giros ha ido configurando una concepción de la tecnociencia actual que equivale, de algún modo, a una reivindicación

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