El apostolado de Cristo y la iglesia misionera: Perspectiva del evangelio de Juan

El Apostolado de Cristo y la Iglesia Misionera

Perspectiva del Evangelio de Juan

Carlos del Pino 2024

Primera edición: septiembre 2024

©Derechos de edición reservados.

Colección: Narrativa

©CarlosRodriguezMansur

Edición: Designer Pro Maquetación: Ana Torres Marín Diseño de cubierta:

Revisora: María Dolores Rodríguez Pozo

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en internet o de fotocopia, sin permiso pre- vio del editor o del autor.

Designer Pro no tiene por qué estar de acuerdo con las opiniones del autor o con el texto de la publicación, recordando siempre que la obra que tiene en sus manos puede ser una novela de ficcióno un ensayo en el que el autor haga valoraciones personales y subjetivas.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pú- blica o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesitas fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 917021970/932720447)

IMPRESO EN ESPAÑA - UNIÓN EUROPEA

PROLOGO

Cuando se habla de apostolado en el ámbito católico se suele referir a la misión de los laicos en la extensión de la fe en palabra y obra. En el ámbito reformado el apostolado se ve más bien como el equivalente al fundamento apostólico del que hablaba D. José Grau, que es la continuidad en la enseñanza y doctrina apostólica, para Stott, según la postura clásica protestante. Los últimos años, sin embargo, al mundo evangélico ya no le caben más apóstoles. Sólo en el ámbito latinoamericano dicen que hay ya tantos como pastores. Conviene volver a la definición bíblica de apostolado y quién mejor la representa es nuestro Señor Jesucristo.

El gran acierto de este magnífico estudio de Carlos del Pino es que basa la misión cristiana en el modelo de apostolado de Cristo mismo. Como gran conocedor de la obra misionera en la reflexión y en la práctica, Del Pino ha observado el enorme vacío que existe en la literatura actual sobre el apostolado de Cristo. Abundan en la misionología los enfoques pragmáticos de estrategias y resultados, o reflexiones académicas sobre la misión integral en la que ya cabe tanto, que ni siquiera se sabe lo que es. A partir del estudio clásico de la Reforma sobre el triple oficio de Cristo como Profeta, Sacerdote y Rey, Carlos del Pino encuentra la necesidad de enfatizar el apostolado de Cristo.

Labuenateologíareformadahasidosiemprelo que Del Pino hace, profundizar e investigar aquellos en aspectos de la fe cristiana en la enseñanza bíblica, que nose han desarrollado todavía. Los últimos años, sin embargo, la teología reformada se caracteriza más bien por una mera repetición de lo que los antiguos han dicho en tiempos de la Reforma, el puritanismo o el gran desarrollo del siglo XIX y principios del XX, sino es una selección de frases de los sermones de los predicadores estadounidenses de moda en sus videos de Internet. Esa no es la teología que hizo famosos aseminarioscomoWestminsterenFiladelfiaoCalvino en Gran Rapids. Lo que atrajo a tantos evangélicos de la teología reformada es su apertura a la paradoja bíblica, pero también su originalidad en volver a preguntarse de nuevo cuáles son los fundamentos de la fe, que es al fin y al cabo en lo que teólogos como Warfield en Princeton se centraron, al profundizar en la autoridad de las Escrituras y la Persona de Cristo.

Lo que da tanta profundidad y seriedad también a esta obra de Carlos del Pino es centrarse en un libro, el Cuarto Evangelio, para comprender en qué consiste el apostolado según Juan. La misión de Cristo como Enviado del Padre encuentra aquí grandes implicaciones para la teología, tanto en su cristología como misionología. Estas páginas dan lugar a la reflexión, pero también a la práctica de lo que significa seguir a Jesús.

Los que conocemos al autor podemos dar buen testimonio de hasta qué punto Del Pino es un imitador de Cristo en lo que Él nos dijo que podemos hacerlo, siendo mansos y humildes de corazón (Mateo 11:29). Su persona y ministerio es todo un ejemplo para mí en ese sentido, que no puedo menos que recomendar en sus palabras y vida como modelo de lo que significa ser como Cristo Jesús.

José de Segovia

INTRODUCCIÓN

Mucho se habla acerca de la obra misionera de la iglesia en nuestros días, algo que debe considerarse como un avance para el ministerio de la iglesia. Sin embargo, a la misión frecuentemente se la relaciona más consigo mismay con las prioridades institucionales para la expansión de la propia iglesia que con sus bases y fundamentos teológicos. Por eso, debemos entender que es de prioritaria importancia comprender, bíblica y teológicamente, a estos fundamentos que sustentan el ministerio misionero de la iglesia y, a la vez, en cuanto a esa labor, reconocer que todavía nosvemos desafiados a seguir constantemente relacionando el ministerio misionero de la iglesia a las Escrituras Sagradas.

Debido a esta necesidad, mi principal interés aquí es relacionar una importante faceta de la obra de Jesucristo a la misión que, de sus propias manos, la ha recibido la iglesia: su apostolado. El apostolado de Jesucristo no es un tema que ocupa un lugar destacado en las obras que se dedican al estudio del cuarto evangelio¹ o, incluso, a la misionología; másbien,loquetenemossonalgunasrápidasreferencias

1.   "´Envío`, expresado por los verbos apostellein y pempein, es uno de los principales motivos en el cuarto evangelio que ha sido seriamente descuidado y algo mal com- prendido por los estudiosos de Juan" (C. Mercer, Jesus the Apostle: Sending and the Theology of John, p. 457).

o breves abordajes por distintos autores². Por otro lado, encontramos algunos autores que vienen desarrollando mejor el tema del apostolado de Cristo, como es el caso del interesante trabajo de Francis DuBose en su libro God Who Sends; José Comblin con su abordaje al tema en Juan con O Enviado do Pai; A. C. Winn que más directamente trata del tema en A Sense of Mission – Guidance from the Gospel of John; Andreas Köstenberger que busca relacionar de forma clara la misión de Cristo y de sus discípulos en el evangelio de Juan, con The Mission of Jesus and the Disciples According to the Fourth Gospel; y, más recientemente, el trabajo de Calvin Mercer en Jesus The Apostle: Sending and the Theology of John.

Sin embargo, el primer autor que me llamó la atención en cuanto a la realidad del apostolado de Jesucristo, al ser mencionados de paso en términos de igualdad con los oficios de Cristo, ha sido George Peters en su clásica obra, con las siguientespalabras:"CristoJesús,laSegundaPersonadel

2.   Sepuedemencionaraautorescomo:G.C.Berkouwer,APessoadeCristo,p.121;

J. Blauw, A Natureza Missionária da Igreja, pp. 78, 89, 134; C. Brown, O Novo Dicio- nário Internacional de Teologia do Novo Testamento, Vol. 1, pp.234-239; R. E. Brown, A Comunidade do Discípulo Amado, Apéndice 1 pp. 20, 89, 198; F. F. Bruce, João Introdução e Comentário, pp. 334-335; R. N. Chaplin, O Novo Testamento Interpretado Versículo por Versículo, Vol. 1, p. 357; Vol. 2, p. 639; Vol. 5, pp. 501-502; C. H. Dodd, A Interpretação do Quarto Evangelho, pp. 519-520; J. D. Douglas, O Novo Dicionário da Bíblia, pp. 95-98; W. G. Kummel, Síntese Teológica do Novo Testamento, p. 135; G.

E. Ladd, Teologia do Novo Testamento, pp. 233-235; T. W. Manson, O Ensino de Jesus,

p. 241; B. J. Nicholls, Contextualização – Uma Teologia do Evangelho e Cultura,pp. 51-52; J. R. W. Stott, A Base Bíblica da Evangelização, en: A Missão da Igreja no Mundo de Hoje; V. R. Steuernagel, Prioridade da Evangelização na tarefa Missionária da Igreja, en: Evangelização no Brasil: Uma Tarefa Inacabada; J. H. Bernard, A Criti- cal and Exegetical Commentary on the Gospel According to St. John, pp. 574-575, 675- 676; D. Senior, C. Stuhlmueller, Os Fundamentos Bíblicos da Missão, pp. 395-401; D. Guthrie, Hebreus – Introdução e Comentário, pp.91-93; W. A. Elwell, Enciclopédia Histórico-Teológica da Igreja Cristã, pp. 102-104.

Dios Triuno,sehatornadoenelgranapóstoldeDios,el Profeta, el Sacerdote y Rey"³.

El tema de los oficios de Jesucristo como profeta, sacerdote y rey es debidamente enfatizado por los teólogos sistemáticos⁴; sin embargo, su apostolado no recibe ese mismo énfasis. De hecho, la mayoría de los teólogos no le da la debida importancia, y muchos ni siquiera mencionan el hecho de que Jesucristo haya sido enviado por DiosPadre (apostolado) al mundo con una misión especial de su parte. Es justo esta ausencia de una discusión más elaborada acerca del envío (apostolado) de Cristo como modelo para la vida y la misión de la iglesia que, de hecho, me preocupa, considerando el carácter central que asume esta doctrina, en especial, en el evangelio de Juan.

Creo que la misión de Cristo como el enviado (apóstol) del Padre asume un carácter de significativa importancia para una mejor comprensión de la teología cristiana misma y, en especial, de la cristología y de la eclesiología. Además, ante nuestro interés en relacionar esta doctrina al cuarto evangelio⁵,seobservaquetambiénsetratadeunodelos

3.   G. Peters, A Biblical Theology of Mission, p. 62.

4.    L. Berkhof, Teología Sistemática, pp. 423-487; W. I. Shedd, Dogmatic Theology, Vol. 2, pp. 353-377; Confesión de Fe de Westminster, VIII, I; A. B. Langston, Esboço de Teologia Sistemática, pp. 186-197; D. S. Clark, Compêndio de Teologia Sistemáti- ca, pp. 275-276; A. A. Hodge, Outlines of Theology, pp. 394-444; F. Pieper, Christian Dogmatics, ver referencia en el Index, Vol.4, pp. 573-577; H. O. Wiley, Christian The- ology,Vol.2,pp.213-215;J.Calvino,InstitucióndelaReligiónCristiana,II,xv,1-6;

H. Bavink, Dogmática Reformada, Vol. 3, pp. 368-371; G. Vos, Teología Sistemática – Dogmática Reformada, Vol. 3, pp. 60-126.

5.  En cuanto a una revisión histórica acerca de los estudios sobre la misión en el cuarto evangelio, ver: A. J. Köstenberger, The Mission of Jesus and Disciples According to the Fourth Gospel, pp. 5-16.

temas integrados a lo largo la teología de Juan⁶, lo que indica que en este evangelio la palabra/tema apostolado/ envío es parte de una densa red de otras palabras/temas cargadas de significado teológico e intensamente vinculadas entre sí, como es el caso de palabras como Logos, Luz, Cordero de Dios, Mesías, Hijo de Dios y otras, lo que nos presenta a Cristo, de hecho, como el Logos Divino, el único agente de Dios en la creación; y como el que ha sido enviado desde arriba por Dios⁷.

Puesto que el foco cristológico del cuarto evangelio es la clave para comprender su teología de misión⁸, nos incumbe estudiar mejor este tema doctrinal, desde la perspectiva del evangelio de Juan, por medio de una discusión más amplia detodassusdimensionesparacomprendermejortanto los propósitos eternos y temporales de Dios al enviarnos a Jesucristo, como en cuanto a las posibles implicaciones para nuestra propia misión como iglesia de Cristo en el mundo.

La verdad es que no podemos menospreciar este profundo aspecto de la obra de Jesucristo, ni tampoco olvidarnos de las claras palabras de Cirilo en su tercera carta a Nestorio: "la divina Escritura nos habla de Cristo como el Alto Sacerdote y Apóstol de nuestra confesión, y (dice que) él se ofreció por nosotros como aroma de suave perfume para con su Dios y Padre. Si alguien dice que la palabra de Dios mismanosehaconstituidocomonuestro AltoSacerdotey

6.   C. Mercer, Jesus the Apostle: Sending and the theology of John, p. 457.

7.   M. Micallef, The Fourth Gospel as a Textual Field of Meaning, en: Melita Theo- logica, 64/2, p. 9.

8.   D. Senior, C. Stuhlmueller, Os Fundamentos Bíblicos da Missão, p. 387.

Apóstol, al tornarse él carne y sangre por nosotros (…) sea anatema"⁹.

De ese modo, al estudiar el evangelio de Juan nos encontramos con una clara presentación del apostolado de Jesucristo. De hecho, al enseñarnos acerca de su propia misión, Jesucristo nos ayuda a comprender que su entendimiento de la actividad y del alcance de su misión se ve en afirmaciones introducidas por ´yo he sido enviado`¹⁰ y, en consecuencia, observamos que el estudio de su apostolado nos trae importantes implicaciones para la misionología y profundas relevancias para la teología y para la espiritualidad cristiana misma. Por lo tanto, nos planteamos la siguiente propuesta: a la luz del apostolado de Jesucristo tal como lo podemos ver en el evangelio de Juan, ¿Cuáles serían sus implicaciones para la vida y la misión de la iglesia?

De hecho, esta cuestión no nos conduce únicamentea una búsqueda más amplia de la comprensión bíblica de la persona y de la obra de Cristo, sino también al fortalecimiento de la conciencia misionológica y a un más sólido impulso para la realización de este ministerio por parte de la iglesia. Con eso en mente, nos proponemos abordar la cuestión y el tema desde una exposición histórico-bíblica, con el objetivo de conocer mejor el apostolado de Jesucristo, básicamente del evangelio de Juan con especial énfasis a los textos de Juan 17.18 y 20.21, y extraer algunas posibles implicaciones

9.  E. R. Hardy, Cristology of the Later Fathers, en: The Library of Christian Classic,

p. 354 aunque el tema de la carta haya sido la naturaleza de Cristo antes que su apos- tolado.

10.   W. J. Larkin Jr., J. F. Williams, Mission in the New Testament – An Evangelical Approach, p. 31.

para la vida de misión de la iglesia. Buscaré limitarme a investigaciones bibliográficas, presentando a Cristo comoel Apóstol del Padre y su apostolado como modelo para la misión hoy.

PARTE UNO

   Cristo, el apóstol del Padre

Al acercarnos al evangelio de Juan nos vemos influidosporunainmensacantidaddeestudiosacercade la teología joánica, puesto que el evangelio de Juan es sin duda uno de los más importantes e impactantes ´libros de Jesús´ jamás compuestos¹¹. Eso, sin embargo, no significa que el tema del apostolado de Jesucristo y sus implicaciones para la misión haya ocupado un espacio significativo en los trabajos existentes. Sin embargo, en lo poco que se ha escrito encontramos una cierta concordancia cuanto al hecho deser Cristo el Apóstol del Padre. Creo que Harrison expresa esa realidad con las siguientes palabras: repetidamente él (Jesús) enfatizó el ser enviado por el Padre. Al declarar que enviaba a sus discípulos al mundo como el Padre lo había enviado a él, nuestro Señor destacaba por el apostolado su altadignidad¹².Entérminosgenerales,estaafirmación de Harrison coincide con la afirmación, presuposición y reconocimiento de tantos otros autores que se acercan al evangelio de Juan buscando comprender el apostolado de Jesucristo.

Gran parte de las referencias en Juan que tratan de este tema nos presentan al Padre como el que envía (1.6; 1.33;

11.  L. W. Hurtado, Señor Jesucristo – La Devoción a Jesús en el Cristianismo Primi- tivo, p. 399.

12.  E. F. Harrison, Baker´s Dictionary of Theology, p. 57.

3.17;4.34;5.24,30,36,37,38;6.29,38,39,44,57;7.16,28,33;

8.16,18,26,29,42;12.44,45,49;13.20;14.26;16.5;20.21)y

a Jesús como el que es enviado (3.28,34; 10.36; 11.42; 17.3,8,18,21,25)ycomoelqueenvía(4.38;13.16,20;

15.26; 16.7; 17.18; 20.21)¹³. Por lo tanto, se nota claramente la gran intensidad con que se presenta el apostolado de Jesucristo en el evangelio de Juan. Nos damos cuenta de esta intensidad al leer todos estos textos que nos presentan al Padre enviando al Hijo, y éste enviándonos como iglesia al mundo: se hace presente en cada momento del ministerio de Jesucristo; se hace presente en sus palabras, definiendo su ministerio redentor, describiendo su relacionamiento con el Padre, e indicando la naturaleza de la tarea con la que delegó a sus discípulos. Lo podemos resumir con las palabras de Francis DuBoise: Jesús expresó quien es en términos de su sentido de haber sido enviado, de su sentido de misión¹⁴.

Lo que pretendemos, en esta primera parte del trabajo, es examinar el apostolado de Jesucristo en el evangelio de Juan con el objetivo de presentarlo como el Apóstol del Padre. Creo que se trata del fundamento para que, luego, podamos comprender sus implicaciones para la iglesia seguidora de Cristo en misión. En ese sentido, la idea de enviado es tan fundamental en la teología del cuarto evangelio que bien puede darse a Jesús el nombre propio de ´El Enviado`¹⁵.

13.   Ver, por ejemplo: M. DeJonge, Christology in Context – The Earliest Christian Response to Jesus, pp. 145-146.

14.  F. M. DuBoise, God Who Sends, pp. 49-50.

15.  S. C. Alday, El Evangelio Según San Juan, p. 189.

CAPÍTULO 1

Los términos apóstol y enviado

Debemos empezar con el análisis de estas dos palabras,apóstolyenviado¹⁶,puestoqueasumenuna muy grande importancia en nuestra comprensión y presentación de Jesucristo como el Apóstol de Dios Padre. Los términos griegos en cuestión son αποστελλω y πεμπω. Para comprender mejor sus significados empezaremos por mencionarlos en el griego clásico, sus sentidos generales, sus usos en el Nuevo Testamento y, luego, sus usos específicos en el evangelio de Juan.

Usos de los términos en el griego clásico

El término αποστελος, derivado de αποστελλω, ha sido usadooriginalmenteenellenguajemarítimorefiriéndose a un navío de carga o a una flota enviada. Posteriormente, vino a significar el comandante de una expedición naval o de un grupo de colonizadores enviado a ultramar. En los papiros también podría significar una factura o, incluso, unpasaporte¹⁷.Además,seusageneralmenteconun

16.    En cuanto al uso y al papel que asumen las palabras y las terminologías en la interpretación bíblica, ver: A. J. Köstenberger, The Mission of Jesus and the Disciples According to the Fourth Gospel, pp. 18-27.

17.   Encontramos este sentido de αποσπολος en: W. Schmithals, The Office of Apostle in the Early Church, pp. 96-97; E. von Elcken, H. Lindner, Apóstolo en: Dicionário

sentidopersonaldealguienqueesenviado,unmensajero o un embajador. Thayer nos aclara el hecho de que esta palabra sugiere un envío especial y autoritativo¹⁸. Por su parte, Moulton observa que se pone un especial énfasis en la persona del enviado al usarse la palabra αποστελλω¹⁹. Von Eicken e Lindner lo aclaran más al afirmar que siendo que el emisario tiene plenos poderes y representa personalmente al que lo envió, se establece una conexión profunda entre el que envía y el que recibe la incumbencia²⁰.

El otro término en cuestión es πεμπω. Se trata de una palabra con sentido más general y que, básicamente, significa enviar. Las personas pueden ser enviadas (Jn 1.22; 20.21), como también determinadas cosas pueden ser enviadas (Ap 1.11; Hc 11.29). Según Moulton, πεμπω tiene su énfasis principal más en el acto de enviar²¹ que en la persona que ha sido enviada, como ocurre con αποστελλω.

La siguiente tabla posiblemente nos sirva de ayuda en la comprensión y diferenciación, por más pequeña que nos pueda parecer, de estos dos términos.            

Internacional de Teologia do Novo Testamento, Vol. 1, p. 234.

18.  J. H. Thayer, A Greek-English Lexicon of the New Testament, p. 499.

19.  H. K. Moulton, The Analytical Greek Lexical Revised, p. 47.

20.   E. Von Elcken, H. Lindner, Apóstolo en: Dicionário Internacional de Teologia do Novo Testamento, Vol. 1, p. 234.

21.   H. K. Moulton, The Analytical Greek Lexical Revised, p. 315. También están de acuerdo con esta idea general de πεμπω: W. F. Arndt, F. W. Gingrich, A Greek-English LexiconoftheNewTestamentandOthersEarlyChristianLiterature,pp.467-468;J.

H. Thayer, A Greek-English Lexicon of the New Testament, p. 499; K. H. Rengstorf, αποστελλω (πεμπω), en: Theological Dictionary of the New Testament, Vol. 1, p. 398; G. W. Peters, A Biblical Theology of Mission, p. 249; E. von Elcken, H. Lindner, Apóstolo en: Dicionário Internacional de Teologia do Novo Testamento, Vol. 1, p. 234.

Sin embargo, reconocemos que el principal factor en común entre αποστελλω y πεμπω es, justamente, el hecho de que estos términos apuntan a la existencia y presencia de una autoridad más allá de la persona enviada. Este aspecto asume una gran importancia para la comprensión de los términos en sí, como del sentido que asumen en el Nuevo Testamento y, en especial, en el cuarto evangelio.

1.1.En la Septuaginta (LXX)

En la LXX la palabra πεμπω ocurre muy pocas veces²². No es así con la palabra αποστελλω, que se repite cerca de 700 veces en la LXX, restringiremos nuestro abordaje a este último término. Sin embargo, todavía nos encontramos en un terreno muy vasto, puesto que αποστελλω se usa innúmeras veces en contextos muy diversos, lo que nos lleva a un abordaje todavía más selectivo. Así pues, mencionaremos únicamente algunos textos del Antiguo Testamento a los que consideramos tener una mayor importancia para nuestro estudio.

22.   Básicamente ocurre en Gn 27.42; 1Rs 20.20; Ed 4.14; 5.17; Ne 2.5; Et 8.5 como traducción de חלט (K. H. Rengstorf, αποστελλω, en: Theological Dictionary of the New Testament, Vol. 1, p. 400).

Encontramos en Isaías 6.8 un uso muy significativo de αποστελλω tanto por parte de Dios al preguntar ¿A quién enviaré?, como por parte del profeta al contestar ¡Envíame a mí!. Esta búsqueda de Dios por alguien que pudiese ser enviado como su representante a proclamar su palabra al pueblo de Israel tuvo inicio con la visión de Isaías en el templo, con la manifestación de Dios en su majestuosidad y con el profundo arrepentimiento de Isaías. Este conjunto de hechos culminó en la respuesta del profeta al Señor disponiéndose a ser enviado. Lo que tenemos