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Tulaytula
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Libro electrónico223 páginas2 horas

Tulaytula

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Unos escritos hallados en el monasterio de Samos (España) dan pie a esta novela de Historia y aventuras.

Dividida en dos partes, cada una de ellas comienza con una cita de algún personaje histórico de la época (en látín, árabe y español), que hace referencia a la ciudad de Toledo (Tulaytula. En árabe  توليدو)  . En ella se relata en primera persona, por parte de un toledano llamado Ben Al Adim, la revuelta que tuvo lugar en Toledo (Tulaytula) desde el año 852 al 859 protagonizada por los mozárabes de Toledo contra el rey de Al Ándalus. Es una completa relación de lo sucedido, en la que se muestran las formas de vida de los reinos musulmanes y de los cristianos de la época. En una aventura continua de luchas, intereses y religiones, el lector se sumerge junto al protagonista en la sociedad toledana, en la cordobesa y en la cristiana. Es también una llamada a la convivencia entre religiones diferentes, que en Toledo lo hacían en total armonía (judíos, cristianos mozárabes y musulmanes), y a la permisividad de la identidad sexual de cada cual. Esa ciudad fue durante ese siglo el centro del saber y del conocimiento del mundo. Estos hechos sucedieron en la realidad. Esto es Historia.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 sept 2024
ISBN9798227737649
Tulaytula
Autor

Esteban Perelló Renedo

Esteban Perelló Renedo nació en Bilbao (España) en 1963. Es militar, historiador y escritor. Ha sido ganador de varios premios literarios tanto en prosa como en poesía; y ha publicado con diversas editoriales una decena de novelas históricas así como diferentes artículos y relatos históricos en revistas especializadas. Todas sus obras se caracterizan por su amenidad y por un absoluto y objetivo rigor histórico.

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    Tulaytula - Esteban Perelló Renedo

    DEDICATORIA

    Amis familiares de Fontecha de la Peña (Palencia, España), quienes siempre me acogieron entre ellos con todo el cariño del mundo. Y a la misma población de Fontecha, en donde, entre sus fantásticos paisajes, sus románicos monumentos y sus entrañables casas y calles encontré el ánimo y la inspiración para escribir esta novela.

    AGRADECIMIENTOS

    Al profesor Rashín Mohammed Salab , de la Universidad Hasán II  de Casablanca (Marruecos).

    A los amables religiosos del monasterio de Samos (Lugo, España).

    Al profesor Louis Darsón, de la Universidad Aix-Marsella (Marsella, Francia).

    LOS MANUSCRITOS DE SAMOS

    Hace unos años fue a parar a mis manos un libro escrito por el licenciado Luis Gómez de Tudela [Imprenta de la Vda. de José Gómez de Tudela, Madrid 1921], «Historias de Toledo». Era una traducción del latín, de otro volumen, cuyo autor rezaba que era un tal fray Antonio de Medina. El ejemplar, de unas cien páginas, incluía una serie de referencias históricas no demasiado extensas. Dividido en diez capítulos con relatos diferentes cada uno, el 3º de ellos relataba a grandes rasgos la historia del mozárabe Ben Adim [o Ben Al Adim], personaje de Toledo, que vivió, supuestamente, durante el siglo IX.

    El nombre y autor del libro que había servido para la traducción de Gómez de Tudela, figuraba en diferentes anotaciones en varias de las hojas, haciéndose mención expresa al mismo en el epílogo. En concreto, en el comentario referente al capitulado de mi interés, la traducción de Gómez de Tudela dice lo siguiente:

    «Esta historia está resumida, siendo la fuente de la misma una, muy curiosa y erudita, que se encuentra en el monasterio de Samos. Su extensión es de unas diez veces la del presente. Su transcriptor es el abate Arnulfo, del monasterio de Sobrado, quien recibió el original de un peregrino franco, que se lo entregó en gracias a los auxilios que recibió en su duro caminar.

    (Fray Antonio de Medina. (SIC)».

    Por circunstancias ajenas a mi persona, el volumen de Luis Gómez de Tudela dejó de estar en mi poder. No obstante, antes de ello yo había fotocopiado las páginas que me interesaban. Unos meses después, en el mercadillo dominical de una célebre capital castellana, localicé un ejemplar de 1892, English traveler's guide for visiting the monasteries of northern Spain (Guía del viajero inglés para la visita de los monasterios del norte de España), con traducción anexa de un tal Acebedo Ruiz. En él hacía mención al monasterio de Sobrado, en las páginas 102 a 107. Contenía una relación de los abades del mismo, figurando Arnulfo como abate entre los años 1312 a 1331. Le añadía una llamada, con la indicación de que ese clérigo medieval había sido un gran erudito y políglota. Por ser el precio que me pedían por esa guía del viajero inglés desorbitado, no compré el volumen. Este asunto no impidió el que, de vuelta a mi hotel, anotara aquello que me interesaba y recordaba, archivando lo citado en el lugar en el que tenía las fotocopias del libro de Gómez de Tudela.

    Pocos años después, me encontraba en la ciudad de Rabat compartiendo momentos felices con una persona muy querida, cuando me reencontré con Rashín Mohammed Salab. Él era profesor y catedrático de historia en la universidad Hasán II de Casablanca (Marruecos) Nuestra amistad databa de bastantes años atrás, fraguada en congresos, convenciones y viajes, todos ellos relacionados con cuestiones instructivas de la docencia universitaria. Durante unas cuantas jornadas, acompañados de amargas y sabrosas tazas de té, nuestra amistosa relación, que a día de hoy continúa, se fortaleció. Fue en una de esas afables charlas, cuando salió a relucir el tema de Toledo y Ben Al Adim. Como amigo erudito y altruista que es, se comprometió a localizar la información precisa sobre lo solicitado.

    Por ser los tiempos que corren los de la era de la informática, y estándome a mí ese conocimiento no demasiado desvelado, no tenía yo el firme convencimiento de que mi amigo consiguiera lo que a mí me interesaba. No obstante, el día anterior a nuestra partida de Rabat, Rashín me entregó unas decenas de folios impresos con lo que había localizado sobre los temas expuestos. Me sorprendí por lo que allí figuraba, resultando que fray Antonio de Medina fue párroco de la ermita de santa Susana, de Santiago de Compostela, de 1620 a 1652. Por lo visto, siempre sintió inquietud por la historia, por lo que leyó muchos manuscritos y libros antiguos, resumiendo parte de ellos y publicándolos. En esos folios, no existía relación aparente entre Medina y el abate Arnulfo.

    Sobre éste último, Rashín comentaba que fue abad del monasterio de Sobrado de los Monjes de 1312 a 1331, habiendo traducido numerosas obras del griego y del árabe al latín. En lo que respecta al tal Ben Adim, o Ben Al Adim, poco aparecía. Únicamente se decía que fue cabecilla de un levantamiento popular en Toledo contra el poder musulmán establecido, en la segunda mitad del siglo IX. Un año después tuve la suerte de visitar el monasterio de Samos, en Lugo. Allí, unos buenos monjes me recibieron y atendieron con exquisita amabilidad.

    Es este monasterio originario del s. VI. En él se custodia una importante biblioteca, contándose en ella la personal del padre Feijoo, en la que pude averiguar que se custodiaba parte de la herencia salvada del de Sobrado, en los años de la desamortización. Gracias a esos amables religiosos, me fue entregada una relación de las existencias almacenadas. Los gruesos índices con decenas de listados de miles de libros, legajos y manuscritos, me fueron facilitados con solo pedirlo. Ante mí tuve entonces los títulos de la historia y los conocimientos de la humanidad entera. Pero no todo era tan fácil, ya que en muchos de ellos figuraba la leyenda «F1951», que no significaba otra cosa que la de que en el año 1951 esas obras fueron destruidas o deterioradas de forma importante por un voraz incendio que destruyó la fábrica del monasterio y gran parte de la colección del padre Feijoo.

    Con paciencia, localicé, únicamente en la colección donada, lo referente al abate Arnulfo, comprobando con desilusión que todas las existencias a ese nombre aparecían con la conocida anotación de «F1951», como, que a modo de sentencia, incitaba al desánimo en la continuación de la búsqueda. Parecía como que el monje del s. XIV y el desconocido personaje toledano, mantenían una alianza de anonimato con la misma Historia. Pero los hados del destino no estaban del todo en mi contra. Cuando daba por terminada la investigación en Samos, uno de los frailes me indicó que a pesar de haber sido afectados por el fuego, pudiera ser que no estuvieran destruidos del todo. Los restos de aquel incendio los custodiaban en algunas celdas vacías de monjes del ala norte del monasterio. Hasta allí le seguí, y después de mucho rebuscar, el buen religioso descubrió un gran arcón en cuya tapa figuraba, con pintura blanca, la leyenda «ARNULFO.S.XIV».

    Al abrirlo, descubrimos cientos de pergaminos y unas docenas de volúmenes. Todo estaba tan chamuscado que, sesenta años después, el olor del incendio hirió nuestras narices. Las hojas aparecían, casi todas, con una cuarta o una tercera parte de su superficie quemada completamente. Lo que quedaba se encontraba en un estado tan frágil, que había que manejarlo con sumo cuidado. El abad me autorizó la consulta de aquel baúl olvidado, no sin sonreír un poco, como si estuviera pensando que me sería casi imposible el encontrar algo legible y entendible. Haciendo uso de ese consentimiento, sin arredrarme en absoluto, allí estuve enfrascado por espacio de varios días. Harto difícil me resultó, pero cuando terminé, tenía seleccionado un solo libro, escrito en francés, que se encontraba bastante entero. Su título era «La historia de Ben Al Adim de Toledo». También aparté unos treinta pergaminos en árabe con anotaciones al margen en latín, que intuí me serían de mucha ayuda.

    Al ser imposible sacar del priorato aquel material, lo fotografié, página a página, ante la imposibilidad de la fotocopiadora. Se encontraban tan deteriorados que el uso de esa máquina los destruiría. Debo hacer hincapié en la cuestión de que el material se encontraba demasiado afectado por el fuego, así como que existían muy pocas líneas completas. Aun así, me propuse desvelar el contenido de todo. Por ello, envié copia de las fotografías de los manuscritos árabes a mi amigo Rashín. Para el libro en francés tuve que recurrir a un viejo conocido, estudioso de esa lengua. Él es Louis Darsón, quien accedió gustoso a mi petición a pesar de no tener demasiado tiempo de ocio por su cátedra de historia medieval en la universidad de Aix-Marsella.

    Sobre un año después recibí de vuelta las fotografías y las traducciones con los comentarios de mis amigos. Hacían mención a la gran dificultad que se encontraron, ya que el incendio había afectado a más del treinta por ciento de la superficie de los originales. A ello tuvieron que sumarle la redacción y vocabulario utilizados en los mismos, puesto que pertenecían al lenguaje del s.XIV para el francés, y el árabe hispánico del s.X para los pergaminos sueltos. Aun así, ambos concluyeron con bien su tarea. Con los dos trabajos en mi mesa, comprobé lo que yo ya sospechaba. El volumen manuscrito franco era la traducción, no demasiado literal, de los pergaminos arábigos. Es decir, el abate Arnulfo había conseguido encontrar el original escrito en su lengua materna por Ben Al Adim, así como la versión de ése al gálico del medioevo. Por ello, no me quedó más que refundir los textos, completando con mi propio sentido común las frases y párrafos que el fuego había deteriorado.

    La estructura de la obra es la misma en los dos idiomas. Se encuentra dividida en dos libros, y cada uno de ellos en cortos capítulos. No me he permitido más licencias que las de añadir el año cristiano «A.D.» (Anno Domini, Año del Señor), así como un índice con los personajes y lugares históricos que se mencionan. Como no es la cuestión el obviar a fray Antonio de Medina, al principio de cada uno de los libros figuran dos frases en latín y un par de citas en árabe de Al Maqqarí y de Muqtabís, que el buen monje utilizó como introducción al texto, traduciéndolas a continuación. Por todo lo escrito, me he decidido a presentar el manuscrito de Ben Al Adim como auténtico, ya que en realidad así lo es.

    Es historia de religiones, guerra, paz, amor y desamor. También lo es de demasiadas miserias humanas. En ella, se describen las diferentes culturas de la Península Ibérica con acierto y precisión. Hasta se permite el protagonista viajar al Norte, al Sur, al Oeste, llegando incluso a la primitiva iglesia de Santiago de Compostela, en donde narra como era aquella primera aldea, a sus pobladores y ese principio de lo que ahora es el Camino de Santiago. Fisterra, Covadonga, Córdoba, Cangas y una cantidad considerable de poblaciones, se presentan ante nuestros ojos con detalle y referencias precisas, históricas, curiosas e incluso extrañas.

    Siento que, aún lejana en el tiempo, pueda ser de demasiada actualidad. Y me permitiré una última reflexión. A pesar de haber sido escrita desde uno de los bandos en guerra, por lo general no menosprecia al contrario. Mas bien en diferentes pasajes ensalza las virtudes que la sociedad de Al Ándalus del siglo IX poseía, realizando más de una crítica hacia la suya propia.

    Ben  Al  Adim no escribió una crónica, escribió Historia. Y lo hizo para darla a conocer, para que nadie la cambiara. Lo hizo, tal y como lo explica al principio del libro, «...para dejar constancia de lo que corre poco en boca de todos, con ánimo de perderse en el discurrir de los tiempos y de las gentes... ». Y... como dijo  Cicerón, el gran escritor, orador y político romano, hace más de dos mil años:

    Historia.... testis  temporum,  lux  veritatis,  vita  memoriae,  magistra  vitae, testimonium antiquitatis.

    (La historia... testigo de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida, testigo de la antigüedad).

    Monasterio de Samos (Lugo, España)

    SIGLO IX A.D. TOLEDO- ESPAÑA

    La revolución de las tres culturas

    TOLETANA URBE

    Toletana urbe. In eam muslim, Iudaeos et Christianos vivunt in harmonia. Cunabula sapientiae et virtutum exemplum. Sede robore dominatur in te leo si solvas aquilae tempestas configatur in carne.

    مدينة طليطلة. فيها يعيش المسلمون واليهود والمسيحيون في وئام. مهد الحكمة والفضيلة. لكن قوة الأسد الذي يحكم دفعت النسر في العاصفة، فخدش لحمه

    Ciudad de Toledo. En ella musulmanes, judíos y cristianos viven en armonía. Cuna de la sabiduría y la virtud. Pero la fuerza del león que reina sí ha pagado al águila en una tormenta, arañándole  la carne.

    TOLETA CADET SUB GLADIIS ET SAGITTIS

    Iulianus ad Tariq Ben Ziyad dixit: Iam dispersisti exercitum populi istorum et timore replesti eos. Vade nunc contra caput eorum, et exercitum tuum in diversas regiones divide, et perge ad Toletum, ubi sunt maximae gentes.

    Tariq Ben Ziyad Mugit Al Rumí misit ad Cordubam, quae erat una ex maximis Gothorum urbibus, cum septingentis equitibus, et ipse cum maiori exercitu versus medium Jaén versus Toletanum versus se contulit.

    Al Maqqari.

    قال يولان لطارق بن زياد: لقد فرقت بالفعل جيش هؤلاء الناس وشغلتهم بالخوف. اذهب الآن ضد عاصمتك وقسم جيشك في المناطق المختلفة ، يجب أن تسير في طليطلة ، حيث الناس الرئيسيون.

    أرسل طارق بن زياد مجيط الرومي إلى قرطبة ، التي كانت واحدة من أكبر مدن القوط ، مع سبع مائة فرسان ، وسار مع معظم الجيش باتجاه كردستان ، في اتجاه طليطلة.

    المقاري

    Yulián dijo a Tariq Ben Ziyad: Ya has dispersado el ejército de esta gente y los has llenado de miedo. Dirígete ahora contra su capital y divide tu ejército en las diferentes comarcas, debiendo tú marchar sobre Toledo, en donde está la gente principal.

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