Arqueología subacuática y patrimonio marítimo

Arqueología subacuática y patrimonio marítimo

Ana Crespo Solana

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isbn (csic): 978-84-00-11312-4

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A mi madre, que me enseñó a amar, y a Nigel, por enseñarme los secretos del mar

Índice

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO 1. La arqueología científica bajo el mar

CAPÍTULO 2. Adaptación al medio e historia del buceo

CAPÍTULO 3. El desarrollo de la arqueología marítima y subacuática

CAPÍTULO 4. Métodos y buenas prácticas

CAPÍTULO 5. Una ciencia en el estrado: legislación y protección del patrimonio histórico en el océano

CAPÍTULO 6. Bajo el mar: del Nautilus a una narrativa histórica de naufragios

CAPÍTULO 7. De galeones y otras máquinas: los barcos de madera en la historia global

EPÍLOGO. Conservación y divulgación para el futuro

BIBLIOGRAFÍA

Introducción

La arqueología histórica marítima y subacuática desempeña un papel fundamental a la hora de procesar, analizar y poner en valor el patrimonio relacionado con la acción antrópica sobre el océano. Océanos y mares han sido durante milenios medios para la transmisión cultural y tecnológica, constituyendo los lazos de unión de una historia geográficamente integrada, cuyo resultado se asume de su conexión con otras tantas infinitas geografías con las que desarrolla dispares tipos de vinculaciones, divergencias y convergencias.

Indiscutiblemente, el paradigma de que el medio natural impone unas determinadas circunstancias a las sociedades humanas a través de los siglos evoca, y da agencia, al océano en la historia de la humanidad. Aunque el giro oceánico en la historia mundial es relativamente reciente, ya hace tiempo que se reconoce el impacto que supuso la constatación de que todos los mares del mundo son uno solo. La certeza de que un navío equipado y tecnológicamente seguro podía conducir a los seres humanos a cualquier lugar del mundo y regresar por donde había venido con nuevos productos, recursos e información cambió las bases de la evolución de la civilización. Este proceso otorgó un protagonismo relevante al barco, en todas sus tipologías, desde las balsas y cayucos de la prehistoria, construidos con cañas cosidas o pieles de animales infladas, a las poderosas máquinas de los siglos de la modernidad clásica y contemporánea.

Este pequeño libro es el resultado de mis reflexiones e investigaciones durante años sobre la importante relación entre la historia marítima y el enorme patrimonio histórico existente en mares y océanos en todo el mundo. Intentaré explicar de forma concisa cuál es la relación entre ambas disciplinas, la historia y la arqueología, las líneas de investigación más importantes relacionadas con el estudio del patrimonio subacuático y la memoria tangible e intangible de las sociedades marítimas como problema histórico. Se expondrán de forma sintética cuáles son los métodos empleados en una excavación subacuática, incluyendo el buceo y las técnicas de prospección y excavación. También se expondrán algunos de los más importantes hitos legislativos que actualmente afectan al patrimonio sumergido, la relevancia de la literatura de naufragios, la construcción de las máquinas de mar, barcos históricos de madera y su historia inherente al progreso de la civilización humana, así como las consecuencias que estas narrativas han tenido en la concienciación de las relaciones entre las sociedades humanas y el océano.

Años de estudio dedicados al mar y a sus pueblos me han ayudado mucho a ampliar mi horizonte y me han hecho crecer como persona y como científica. Mis agradecimientos van para mis hermanos, Paco, María José y Lourdes, que me han acompañado en divertidas vivencias marítimas desde la infancia; a mis padres, Francisco y Rafaela, a los que añoro cada día, y a mis colegas historiadores y arqueólogos del mar, con quien comparto deseos, problemáticas, métodos, proyectos, aventuras, desasosiegos, esperanzas e incluso equipos de buceo. Espero que este libro abra los ojos y el corazón de sus posibles lectores y les estimule a amar el mar y su patrimonio.

Capítulo 1

La arqueología científica bajo el mar

Definición del patrimonio cultural subacuático

En el albor de la Década del Océano (Unesco, 2021-2030) se está haciendo hincapié en la necesidad de producir datos sobre la relación entre océano y sociedad. La riqueza cultural e histórica del patrimonio cultural subacuático (PCS) es enorme en todo el planeta y afronta serios problemas de conservación y regulación jurídica comparables al que sufre el propio océano. El patrimonio cultural marítimo y subacuático es definido en el artículo 1 de la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de la Unesco de 2001 como todos los rastros de la existencia humana que tengan un carácter cultural, histórico o arqueológico, que hayan estado bajo el agua, parcial o totalmente, de forma periódica o continua, por lo menos durante 100 años. El PCS integra contextos arqueológicos naturales y culturales, zonas lacustres, en las aguas territoriales y en la plataforma continental, así como en todos aquellos medios y cuerpos de agua. Las evidencias materiales localizadas en estos ambientes constituyen, a su vez, continente y contenido.

Se trata de un patrimonio denominado tangible, al albergar artefactos y restos culturales, materialidades, en definitiva, relacionadas con la interacción entre la sociedad humana y el mar, pero también alberga un patrimonio intangible, al conectar análisis de conocimientos derivados de la lucha del ser humano con el océano y su necesidad de crear una tecnología que permita la vida en el mar. Dentro de este apartado tendríamos, por ejemplo, la construcción naval, la obra civil en costas y ríos, el desarrollo de una economía azul como la pesca y la recolección de especies, así como cualquier otra estrategia humana y cultural orientada al aprovechamiento de los recursos que proceden del mar. Este patrimonio intangible es también objeto de análisis de la nueva cultura científica comprometida con el océano, denominada Ocean Literacy (alfabetización marina o cultura oceánica)¹. El estudio del patrimonio sumergido contribuye a reforzar conocimientos sobre el océano histórico, siendo la historia y la arqueología disciplinas generadoras de información que pueden responder a dilemas y enigmas relacionados con la navegación, la creación de una geografía cognitiva y el avance tecnológico reflejado tanto en la construcción de embarcaciones apropiadas como en el desarrollo de técnicas de pilotaje marítimo.

Arqueología e historia: interdisciplinariedad

No es necesario subrayar la secular relación entre el océano y los naufragios. El naufragio es el principal generador del yacimiento arqueológico relacionado con el océano. El yacimiento relacionado con una catástrofe marina derivada en hundimiento de una embarcación es uno de los objetivos más extendidos de la arqueología histórica marítima y se aplica a contextos producidos por diversos eventos como el naufragio, el abandono, una catástrofe natural (huracanes, por ejemplo) o productos consecuencia de batallas en el mar, algo común en el tiempo histórico. Incluso se incluyen también los contextos producidos por hundimientos intencionales llevados a cabo, por ejemplo, para crear una barrera artificial de arrecifes. Se han estudiado yacimientos sumergidos relacionados con pecios de la Antigüedad y se ha desarrollado una arqueología subacuática clásica dedicada al estudio de los yacimientos sumergidos y pecios romanos, fenicios o púnicos.

En España tenemos importantes casos de estudio que han contribuido a confirmar una metodología científica de indudable importancia internacional. Por desgracia, los pecios de barcos de la Edad Moderna han recibido una menor atención científica, además de ser objeto de deseo por parte de empresas privadas y buscadores de tesoros. En el caso español, el propio concepto de galeón de la Carrera de Indias ha sido definido erróneamente como barco de la flota de los tesoros, usándose así de forma peyorativa por las propias consecuencias negativas que conlleva. Un problema puesto en evidencia en los yacimientos que han sido expoliados u objeto de intervenciones sin base o metodología científica es que muchos de ellos han sido destruidos, dificultando posteriores estudios arqueológicos profesionales.

Un yacimiento se define como una zona de concentración de restos, pero también es un área conectada y relacionada incluso con otras zonas con similares características en las cuales subyace un paisaje, como en tierra. Los yacimientos subacuáticos son muy variados. De hecho, el pecio, aunque es la tipología más conocida, no es la más común. No obstante, los yacimientos arqueológicos marítimos o subacuáticos que están al alcance del arqueólogo-buceador suelen ser, generalmente, aquellos restos producto de un naufragio. A los barcos sumergidos, pero también abandonados en estuarios, viejos puertos o embarcaderos, así como en cualesquiera otros enclaves costeros, se les ha definido en muchas ocasiones como cápsulas del tiempo al ser producto de un momento concreto y no el resultado de una continua evolución y acumulación de capas de material. La investigación histórica basada en fuentes primarias nos ofrece información de todas esas potenciales capas de información relativas a los naufragios. Es por ello por lo que la arqueología subacuática está intrínsecamente relacionada con la historia marítima. Como disciplina que analiza el pasado histórico desde la evidencia material, la arqueología marítima y subacuática implica también una encrucijada de métodos y perspectivas abiertas a la interdisciplinariedad y a la experimentación con múltiples e innovadores modelos de análisis entre los que se encuentran las herramientas de las humanidades digitales, la fotogrametría, los análisis geofísicos y espaciales, la dendrocronología o los estudios paleoambientales.

Definición de la arqueología marítima y subacuática

En términos generales, la arqueología subacuática y marítima es una subdisciplina de la arqueología que estudia el pasado histórico a través de la recopilación de vestigios de cultura material y su investigación, pero basado en una metodología específica que implica la adaptación del arqueólogo, y sus métodos, al medio marino. Se trata de enfocar el estudio de las huellas materiales localizadas en cuerpos de agua, de naturaleza u origen antrópico y que aún sobreviven de civilizaciones pretéritas. El arqueólogo, al igual que el historiador, es como un astrónomo que estudia el polvo de las estrellas que fenecieron, pero de las cuales aún sentimos su presencia a través de señales, testimonios, materialidades y huellas. La historia y la arqueología van de la mano en este conocimiento del pasado con el objeto de preservar la memoria, haciéndola revivir y convirtiéndola en una base identitaria del presente. Como en toda ciencia, el reto importante para el investigador es el establecimiento de preguntas más que el hallazgo de respuestas en sí mismas, ya que con ello nos vemos en la situación de cambiar nuestra mente y nuestro modo de pensamiento o de entender el mundo.

Aparte de la elección de estándares aceptables para el trabajo científico en el agua, la arqueología subacuática no es solo un conjunto de técnicas, sino que también está delineada por una serie de principios teóricos. No solo describe, sino que también explica. Como disciplina científica, la arqueología subacuática extiende las técnicas de la arqueología clásica al mundo marino. Pioneros de esta ciencia la han descrito ampliamente incidiendo en varias acepciones, conceptos o características. Por ejemplo, Keith Muckelroy (1978: 4) decía que el objeto principal de la arqueología marítima era el ser humano y no los navíos, su cargamento o los instrumentos de navegación que se pudieran hallar en uno de estos yacimientos bajo el mar o varados en áreas costeras o intermareales. Esta acepción confirma, de alguna manera, su relación con la historia. Para la arqueología histórica, los artefactos, las muestras de madera de pecios o las estructuras en conexión halladas de los mismos son también datos empíricos como los recogidos en la documentación histórica, pero desde una perspectiva interdisciplinar. Los datos que proveen las fuentes escritas, sea cual sea su naturaleza, siempre han de ser cotejados con otros datos estudiados a la