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Poesías con Fe, Amor y Esperanza
Poesías con Fe, Amor y Esperanza
Poesías con Fe, Amor y Esperanza
Libro electrónico543 páginas1 hora

Poesías con Fe, Amor y Esperanza

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Información de este libro electrónico

La obra consta de cuatro capítulos en los que se van desgranando las bases de la creencia religiosa del cristianismo, que se pueden resumir en estas vivencias y etapas personales: el silencio, la oración, la fe, el amor, el servicio a los demás y como resultado de todo el proceso la paz con uno mismo, con los demás y la felicidad. Al mismo tiempo, va desgranado pasajes del Evangelio y de la vida de Jesús, contados, o más bien escenificados, desde su especial sensibilidad, remarcando sobre todo la búsqueda del encuentro personal con Dios y la necesidad de encontrar al prójimo para encontrar a Dios. Los capítulos se ordenan de forma cronológica, tal como los fue escribiendo la autora y son poemas de su etapa de madurez.
CAPÍTULO I – Y VENDRÁ EL AMOR, SOLO EL AMOR
CAPÍTULO II – EL TIEMPO DEL AMOR NO TIENE FIN
CAPÍTULO III – TODOS SOMOS HERMANOS Y NOS NECESITAMOS
CAPÍTULO IV – EN LO COTIDIANO TE RECONOZCO
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento28 jun 2024
ISBN9788410687462
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    Poesías con Fe, Amor y Esperanza - Milagros Bayona Mombiela

    Portada de Poesias con Fe, Amor y Esperanza hecha por Milagros Bayona Mombiela

    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    [email protected]

    © Milagros Bayona Mombiela

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: Juan Muñoz Céspedes

    Diseño de cubierta: Rubén García

    Supervisión de corrección: Celia Jiménez

    ISBN: 978-84-1068-746-2

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    .

    CAPÍTULO I

    «Y VENDRÁ EL AMOR, SOLO EL AMOR»

    1

    En Belén hay un niño

    que a todos besa.

    Pasa sus labios

    sobre las mejillas

    de la tierra.

    ¿Quién te enseñó el beso?

    … Vino del cielo.

    En Belén hay un niño

    que a todos acaricia.

    ¿Quién te enseñó la ternura?

    María y José junto a mi cuna.

    Este niño lo sabe todo.

    ¡Es Dios con nosotros!

    2

    No hay duda: es el niño

    ¡ahí están sus pañales!

    ¡ahí está el pesebre!

    su humildad y alegría

    hacen cantar a los ángeles.

    No hay duda: es el niño

    ¡ahí está la señal!

    inocencia,

    inocencia,

    inocencia, nada más.

    No hay duda:

    ternura entre pajas.

    Silencio en pleno invierno.

    La pobreza más grande

    ha vestido al Universo.

    ¡Que viene la salvación

    entera y sin merecerlo!

    Por solo su misericordia

    Dios ha bajado del cielo.No hay duda:

    ¡que viene el cordero!

    Su mansedumbre y caridad

    nos hablarán del Reino.

    Nuestra mansedumbre y caridad

    serán la señal,

    de que hemos visto al Niño

    en su tramo terrenal:

    pobreza,

    pobreza,

    pobreza, nada más

    3

    Circuncisión de Jesús

    A los ocho días, el sonido de su nombre.

    Hasta los ocho días, nadie supo pronunciarte.

    Desde los ocho días,

    debe saber el mundo

    cómo se llama el Amor hecho Niño

    la paz hecha tierra

    la justicia hecha carne.

    A partir de los ocho días,

    gustamos las letras de tu nombre

    movidos por el Espíritu.

    Jesús, yo te pronuncio

    y si solo fuera pronunciar…

    pero es que te quedas,

    nos empapas,

    nos vivificas,

    nos das tu nombre tan de par en par

    que la puerta de nuestro corazón es tuya,

    que toda nuestra voz es tuya.

    Decimos Jesús,

    y las letras restantes del alfabeto

    resucitan tu Mensaje.

    Tu nombre es el encabezamiento

    de todas nuestras cartas,

    de todas nuestras luchas.

    Tu nombre es la calle de nuestro destino.

    Tu nombre es la esperanza, Mesías nuestro.

    Hasta los ocho días,

    ignoramos nuestra vida de Salvación.

    Después de los ocho días,

    es el hombre Nuevo

    quien te nombra:

    decimos Jesús

    y con eso

    lo hemos dicho todo.

    Y nos quedamos con el silencio,

    embriagándonos de Ti.

    4

    Nuestro Niño pastor

    tenía doce años

    y pasaba tres días en el templo.

    Voz llena de sabiduría.

    Voz suya discreta y prudente.

    Voz de maestro ejercitada en la mansedumbre.

    Admiración al escucharte

    maravillosamente conducías el rebaño

    desde tu corta edad.

    Nuestro Niño pastor,

    conmovido en la Casa del Padre,

    responde a la perfección.

    Porque su respuesta

    es para gloria de Dios

    y bien del prójimo.

    5

    Aquí está Jesús:

    aserrando.

    Es el hijo de María,

    obediente.

    Es el hijo de María

    carpintero.

    Jesús en silencio,

    predica la humildad

    de quien ha de llevar su cruz.

    Jesús en secreto,

    calcula nuestra fe

    para el futuro milagro.

    6

    Llegó el momento de la Palabra

    tres años para la predicación.

    Llegó el instante oportuno

    y la sabiduría rompió el silencio.

    Su voz,

    interiorizada

    y madurada

    en cada uno de nosotros,

    saldrá al exterior

    hecha fruto

    cuando así lo pida

    la voluntad del Padre.

    Solo quien ha callado

    sabrá ser de Dios.

    7

    Aprendías tanto siendo carpintero,

    amabas tanto al Padre

    en tu oficio de cada día,

    que juntabas la hermosura del amor

    con la madera.

    Quien se haya llevado

    una mesa hecha por ti

    tiene tanto de Ti

    como quien ha podido escuchar personalmente,

    una de tus parábolas

    o presenciar uno de tus milagros.

    Jesús nuestro:

    en la carpintería,

    en medio de la llanura,

    en el monte.

    Jesús nuestro:

    Humildad a todas horas…

    Humildad es el tiempo de crecer

    y se crece hasta la muerte.

    Y fuiste ensalzado por Dios…

    ¡resucitaste para siempre!

    8

    Jordán

    Juan bautiza con agua,

    Juan es voz de Dios,

    Juan nos está llamando

    a la santidad y perfección.

    Que luego vendrá el Espíritu

    y el fuego del Señor,

    ahora es penitencia

    y pedir perdón.

    Jordán,

    allí se juntaron los dos:

    Jesús, de oficio maestro y redentor

    Juan, de oficio pregonero de Dios.

    ¡Qué alegría la de Juan

    al ver a su Señor!

    El conocerle fue por revelación.

    Jordán es bautismo.

    Jordán es oración.

    Jordán para el hijo

    unigénito de Dios.

    9

    Dame el pan, madre

    soy un niño que se alimenta

    de tu trabajo y tu alegría.

    Dame el pan, madre

    conseguido tan poco a poco

    tan cotidianamente

    con tu beso y tu cantar.

    Dame el pan, madre

    que mi niñez debe crecer muy alto

    tras las huellas de ti, persona de buena voluntad.

    Dame el pan, madre,

    he de ser fuerte

    que luego mi camino

    no será contigo;

    será tan mío propio

    como de todo un mundo

    al que tú me has enseñado a amar.

    ¡Dios nuestro,

    danos el pan de cada día!

    Danos el pan

    para nuestro camino,

    pues es el tuyo,

    Señor.

    10

    Corazón bueno

    dentro de ti,

    ¿qué guardas?

    Todo lo tienes escondido

    ¿para qué su abundancia?

    ¿cuándo nos la mostrarás?

    Corazón bueno,

    te pareces a otro corazón bueno,

    te pareces a Dios.

    Cuando te abras,

    ojalá esté yo cerca,

    ojalá esté a tu lado

    y al lado de Dios.

    Ahora he de marcharme,

    me voy muy lejos de mi corazón,

    de mi latido.

    Me marcho donde no pueda escuchar

    mi egoísmo y mi presunción.

    11

    Aquel sábado

    en la sinagoga de Nazaret,

    el pasaje de Isaías

    lo oyeron todos:

    Predicar la liberación,

    dar la libertad,

    ofrecer la curación,

    evangelizar a los pobres.

    Aquel sábado,

    Jesús,

    que revelaba poco a poco su secreto,

    fue llamado de nuevo hijo de José.

    Aquel sábado,

    el Salvador cerró el libro,

    el Salvador nos abrió la vista

    … y nos dimos cuenta de su gracia.

    12

    Llevas la paz en Ti…

    Nos la das tan entera…

    Hasta cada cosa se pacifica

    cuando la toco

    con tu corazón en el mío.

    Construir la paz

    no es una locura.

    Locura es amarte

    como Rey pacífico.

    Pero una vez que te amamos,

    conseguir la paz en uno mismo

    y para el prójimo

    es más de una probabilidad entre mil.

    Porque la paz se junta con la esperanza,

    la esperanza,

    con la fe.

    Y con toda claridad

    presenciamos la escena

    de las manos enlazadas.

    Nuestro rey pacífico

    nos sonríe

    en ese intermedio

    sin violencia.

    13

    El Señor es contigo…

    Y aparece una mujer

    de nombre María.

    La llena de gracia…

    Y he ahí a la Madre de Jesús.

    La que es feliz…

    y la Madre de todos

    nos sostiene en su regazo.

    La que lleva la alegría…

    Y la esposa de José

    nos sonríe en el corazón.

    14

    Es poderoso

    ¿Qué hace con su poder?

    Perdona los pecados en la tierra.

    Cura a todos los hombres.

    ¿Para qué ser tan poderoso?

    Para lavar los pies a los discípulos.

    ¿Quién es tan poderoso?

    Búscale tú.

    ¿En dónde?

    En la pobreza.

    ¿Ni siquiera me dices

    cómo se llama?

    Ni siquiera te digo

    el nombre del Amor.

    15

    Mi prójimo vive dentro de mi corazón.

    Yo no tengo fronteras.

    Yo tengo mi piel cada día de un color.

    Yo me visto según la cultura

    que me toque en ese instante.

    Y si he de hablar

    mejor guardo silencio,

    y en silencio

    nos comprendemos todos.

    Tu silencio

    es como mi silencio

    Tu amor

    como mi amor.

    ¡Prójimo mío…!

    ¡Cuánto amor silenciado

    hace crecer al mundo!

    16

    Doce apóstoles

    y la luz de la Verdad

    nos alumbra y da vida.

    Doce apóstoles

    para que la sal de la tierra

    tenga sabor de gracia y sabiduría.

    Doce apóstoles

    construyendo una ciudad

    en lo alto de un monte

    donde ser hermanos

    nos fortalece y perfecciona.

    Doce apóstoles

    que dan todo gratis

    pues gratis lo recibieron.

    Doce apóstoles

    escuchando «ven y sígueme»,

    y ante la mirada amorosa de Cristo,

    tiernamente les

    sale un «sí»

    de las entrañas.

    Doce apóstoles

    cuya transformación

    viene de Dios,

    y sabedores de ello,

    proclaman la gloria del Padre,

    nunca la suya.

    17

    Para estar a tu lado

    yo no me escondo

    ni titubeo.

    De repente,

    aquí está la valentía.

    Yo me quedo de pie.

    Me quedo mirando todo lo creado.

    Observo al hombre

    y para estar a tu lado,

    me pongo a su lado.

    ¿Quién es el hombre?

    Tu sueño preferido

    y mi soñar a medias.

    Nos hiciste tan soñando

    que cuando despertemos

    el mundo nuevo nos sorprenderá.

    ¿Quién va vivir en un mundo nuevo?

    El hombre nuevo

    que soñando

    construyó el Reino.

    Y la solidaridad se vino con nosotros:

    ya está aquí el amor.

    18

    Imitarte, Señor,

    sopesar qué es mayor y menor.

    Mayor un corazón lleno.

    Menor todo lo demás.

    Corazón lleno de vida cotidiana

    que sirve la mesa para todos.

    19

    Libertad para dos manos

    que semeja ser del hombre

    pero han sido cerradas

    y son puños de metal.

    No hay tacto. No hay Dios.

    No se puede sembrar ni recoger.

    Y Dios dijo:

    las manos son los ojos.

    Y tocamos con la mirada su bondad.

    Y la hemorroísa,

    con sus manos,

    toca en el nombre de todos,

    el manto

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