La escritura en movimiento

La presente Colección reúne reflexiones de docentes, investigadores, extensionistas, militantes, profesionales, personas privadas de su libertad, liberados/as, que realizan prácticas educativas y culturales en contextos de encierro punitivo desde las Universidades Públicas, organizaciones sociales o desde diferentes niveles y agencias del Estado. En sus escritos, se inscribirá la pretensión de implosionar el sentido común para construir uno nuevo. Destruir para componer, incorporando elementos que permitan entender las potencialidades y limitaciones del hacer, del decir, y del vivir en las prisiones contemporáneas. Porque en instituciones que operan sobre el despotismo, la perversidad y la generación del dolor (Christie, 2019), no queda más que construir un común donde vernos sea, al menos, un primer gesto político transformador. Los trabajos que presentamos en esta Colección apuntan a incomodar, a poner distancia para observar, a desarmar para reconstituir, a reformular para producir arquitecturas críticas, a generar cierto extrañamiento, a con-movernos para sacudir tramas y reconocer nuestras afectaciones y atravesamientos. Una colección que nos mueve en clave rizomática, con el anhelo de colarnos en lugares oscuros y sacar de allí algo con lo que construir un horizonte de vida colectiva (Preciado en Rolnik, 2019: 18).

Bustelo, Cynthia

La escritura en movimiento: una antología para desarmar / Cynthia Bustelo; Juan Pablo Parchuc. - 1a ed. - Rosario: UNR Editora, 2023.

Libro digital, EPUB - (Artefactos liminares: cuadernos sobre prácticas educativas y culturales en cárceles / María Chiponi; Mauricio Manchado)

ISBN 978-987-702-613-9

1. Antropología Social. 2. Régimen Penitenciario. I. Parchuc, Juan Pablo. II. Título.

CDD 365.666

Equipo Editor

Director UNR Editora

Nicolás Manzi

Directora Colección

María Chiponi

Mauricio Manchado

Diseño y maquetación

Joaquina Parma

Corrección

Tomás Boasso

Ezequiel Hazan

Santiago Beretta

©Cynthia Bustelo ©Juan Pablo Parchuc

Universidad Nacional de Rosario, 2023.

Queda hecho el depósito que marca la Ley N° 11.723.

Ninguna parte de esta obra puede ser reproducida

sin el permiso expreso del editor. Impreso en Argentina.

Índice

Artefactos liminares: Una colección posible

PRESENTACIÓN

PRIMERA PARTE

ANTOLOGÍA

Referencias bibliográficas

AUTORES

Artefactos liminares: Una colección posible¹

"El carácter destructivo no ve nada duradero.

Pero por eso mismo, ve caminos por todas partes".

Walter Benjamin, 2002

Mucho se ha escrito sobre la prisión, otro tanto en torno a los procesos educativos en contextos de encierro, y en menor medida sobre las implicancias del dispositivo universitario en las tramas prisionales contemporáneas. En ese inventario o conjunto de problematizaciones, y como en una suerte de dialéctica negativa –donde no existirán síntesis ni conclusiones finales–, intentaremos situar la colección Artefactos liminares. Allí donde las discusiones dadas y las que están por venir, buscan, con actores que intervienen cotidianamente en la prisión, compartir reflexiones críticas que se sitúan en los bordes.

Los trabajos que presentamos en esta Colección apuntan a incomodar, a poner distancia para observar, a desarmar para reconstituir, a reformular para producir arquitecturas críticas, a construir cierto extrañamiento, a con-movernos para sacudir tramas y reconocer nuestras afectaciones y atravesamientos. Una colección que nos mueve en clave rizomática², con el anhelo de colarnos en lugares oscuros y sacar de allí algo con lo que construir un horizonte de vida colectiva (Preciado en Rolnik, 2019: 18)

Y no es que aquí inadvertimos la repetición, sino que apelamos intencionalmente a ella. Repetir es volver a decir lo dicho, o volver a hacer lo realizado, y entonces el ejercicio –necesariamente crítico– de revisar nuestras prácticas no es más que el gesto políticamente honesto de repetir. Repetir no es calcar, sino volver a copiar, no es simular sino actuar, no es abandonar sino insistir (y resistir). El gesto de la repitencia, a veces imperceptible, lejos de afincarse en espacios cómodos y confortables, pone en escena la diferencia. La repetición (...) expresa una potencia propia del existente, un empecinamiento del existente en la intuición sostenía Deleuze (2002: 39), otorgándole a la repetición su carácter más impredecible, el de la propia acción, el de poner a jugar los significantes que abre toda intervención en territorios complejos, violentos, hastiados, barrosos, hostiles, grises. Repetir es zurcir, es cada puntada en la trama vincular que permite sostener los dolores ajenos, y también los propios. Y allí la cárcel, que todo lo pretende destejer, se nos presenta como el escenario a interpelar desde la repetición, en este caso, de la reflexión.

Entonces, los artefactos deben exigirse su carácter liminar y destructivo, porque como sostenía Benjamin, el carácter destructivo sólo conoce una consigna: hacer sitio; sólo una actividad: despejar (2002: 73). Y situarse en los límites, los bordes, las fronteras, implica crear, inventar, amañarse, disponerse a la imaginación de nuevos objetos, prácticas, discursos, realidades, a nuevas configuraciones de poder que se inscriben, socarronamente, en las instituciones penales que transitamos. Destruir es entonces construir nuevas máquinas deseantes, otros escenarios posibles, otras formas de experimentar lo invivible, de soportar las dimensiones del sufrimiento más cruento.

Porque allí donde no sólo se priva de la libertad ambulatoria sino del acceso a un conjunto de Derechos inalienables de la condición humana, se nos presenta el desafío de seguir discutiendo los sentidos del sintagma humanidad. No en su dimensión generalista y abstracta³, sino particular y situada. La humanidad a la que hacemos referencia remite al común perdido, al desconocimiento del otro, a la construcción de estereotipos y sujeciones que ubican a quienes transitan las prisiones como el descarte, lo sobrante, lo despreciable.

Reflexionar se vuelve entonces el necesario ejercicio crítico-repetitivo de ponernos en común, de dialogar entre quienes habitamos –momentáneamente y no tanto– aquellos territorios de la selectividad punitiva, de darnos el encuentro para construir artefactos, que no es más que el arte de hacer, juntos.

Así, la presente Colección reúne reflexiones de docentes, investigadores, extensionistas, militantes, profesionales, personas privadas de su libertad, liberados/as, que realizan prácticas educativas y culturales en contextos de encierro punitivo desde las Universidades Públicas, organizaciones sociales o desde diferentes niveles y agencias del Estado. En sus escritos, se inscribirá la pretensión de implosionar el sentido común para construir uno nuevo. Destruir para componer, incorporando elementos que permitan entender las potencialidades y limitaciones del hacer, del decir, y del vivir en las prisiones contemporáneas. Porque en instituciones que operan sobre el despotismo, la perversidad y la generación del dolor (Christie, 2019), no queda más que construir un común donde vernos sea, al menos, un primer gesto político transformador.

Los textos que aquí presentamos son una disposición, una llamada, una alerta, un repositorio, un dispositivo, que lejos de capturar pretende abrir, que lejos de afincarse busca moverse, como debemos hacer con la prisión, para que sus históricos cimientos sean, a fin de cuentas, las arenas movedizas que evocan el repetitivo ademán de querer escapar.

Nuestros artefactos, los