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Entre Los Libros, Coleccion de Poesias 2, 1983-1990 es de mis años universitarios. Es una faceta nueva. En algunas formas, un nuevo yo surgió. En algunas formas, el yo antiguo nunca se alejó. Mis años universitarios fue donde hice y perdí tantas amistades, el amor y hasta yo misma. Pero gracias a todos mis amigos, mis años universitario
Rosa M. Díaz
Nací en la Ciudad de México en 1963. En enero de 1973, emigré y me reuní con mi familia en el Valle Central de California. Asistí a la escuela primaria y secundaria en Atwater, el colegio comunitario en Merced y la universidad en Turlock California.Oficialmente, empecé a escribir en español a la edad de14 años. Empecé a escribir en inglés en mis años universitarios y poco después, empecé a traducir mi propio trabajo en los dos idiomas.
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Entre Los Libros - Rosa M. Díaz
Copyright © 2023 by Rosa M. Díaz
ISBN: 979-8-88615-135-0 (Paperback)
979-8-88615-137-4 (Ebook)
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Inks and Bindings
888-290-5218
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Para mis amigos de escuela
De Merced College,
1982-1984,
Y CSU Stanislaus,
1984-1990,
Quienes me reconocieron
Y me hicieron sentir especial,
Querida y respetada.
INTRODUCCIÓN
Esta es la continuación de INCIPIENTE, Colección de Poemas I, 1977-1982.
Con la graduación de la secundaria en 1982, comienza una faceta nueva de mi vida. Yo no tenía planes de ir al colegio, pensaba que la secundaria me había dado toda la educación necesaria para ser escritora. No me daba cuenta que hay reglas, pasos y técnicas que seguir y mientras se aprende lo básico, también se aprende a escribir en un estilo propio. No me daba cuenta que el colegio era un buen lugar para adquirir y desarrollar ideas. Tampoco veía que necesitaba el roce social. También necesitaba vivir situaciones y emociones para escribir al momento o como recuerdos o visiones. Pero al colegio me fui.
Después de las vacaciones del verano, me inscribí en el Mereced Community College. Todas mis amistades de la niñez se dispersaron. Yo era cohibida y estaba sola, y francamente, también me sentía sola. Reconocí algunos compañeros de la secundaria, pero fingieron no conocerme así que les respondí de la misma manera.
Los primeros días fueron los más extenuantes para mí. Era como una gatita abandonada, temerosa y buscando mi esquina donde me sintiera segura. Unos días después, un muchacho con un estilo de vestir muy particular, seguía viniendo hacia mí tratando de entablar una conversación. Pronto se convirtió en un buen amigo que venía a hacerme compañía por las tardes, especialmente los viernes cuando casi todos se iban temprano a casa. Después, conocí a otro muchacho que insistía en hacer conversación cuando yo no tenía ganas de hablar. Pero me alegra que no se haya dado por vencido porque, con el tiempo, se convirtió en uno de mis mejores amigos y él me presentó con otros que también fueron buenos amigos.
Conocí a tanta gente, cada uno en diferentes circunstancias y tiempos. Fue una relación especial con cada uno y me hicieron sentir importante con su atención y palabras. Increíble, en pocos días todo empezó a cambiar para bien. Ya no estaba sola y ahora tenía ganas de ir a la escuela para convivir con mis amigos y aprender de paso.
Mis amigos me dieron su tiempo y atención, su apoyo y ayuda, su aprobación y ánimo. También pedían mi presencia y mi punto de vista en todo. Sus problemas y confidencias caían sobre mí. Yo escuchaba, analizaba y aconsejaba dando mi opinión franca y abierta. Me sentía respetada y segura entre todos ellos. Entre todo y todo, mi autoestima subió hasta los cielos. Me sentía feliz, confidente, fuerte, desafiante y victoriosa.
Formamos un grupo grande de amigos íntimos con respeto a la persona, las familias, la cultura y las responsabilidades y derechos de cada uno. No sé si eran los tiempos o algo individual, pero había respeto, discreción y privacidad. También me da gusto decir que ninguno de mis amigos eran vulgares o groseros y ninguno de nosotros estaban metidos en drogas o ni siquiera alcohol así que las reuniones y las convivencias eran siempre amenas.
Estos dos años en MC fueron los mejores años de mi vida como adulta joven. Nunca, antes o después, tuve tantos amigos y las amistades nunca fueron tan fuertes e íntimas como cuando tenía 19-21 años. Nunca más hablé con tanta libertad y nunca reí tanto o me sentí tan positiva y segura de mí misma como en aquellos días. Para mí, todo fue bueno hasta los últimos días cuando nos despedimos y yo me transferí a la universidad.
En 1984 me transferí a la universidad CSU Stanislaus junto con otros amigos, pero, aunque éramos grandes amigos en una escuela, ellos, después, tenían otros compromisos, otras metas, otras gentes y horarios y a mí me pusieron en categoría de conocida. Sentí que ya no tenían tiempo o interés en saber de mí y yo me hice a un lado. Pensé que la alianza y la camaradería que teníamos antes sería duradera y la cercanía no iba a cambiar, pero en la universidad, ya no hubo continuación o repetición.
MC me trajo tantos amigos y una autoestima alta, pero CSU Stanislaus me bajó a una realidad cruda y me devolvió a mi antigua e insegura yo. Estando en la universidad y en los dormitorios, yo, otra vez, fui como gata asustada queriendo mantenerme en mi esquina, aunque esa esquina fuera al aire libre y en público. No lo vi en ese entonces, pero la influencia de una relación enfermiza empeoró las cosas para mí. Pero amaba a ese hombre y tenía la impresión de que él también me amaba porque me lo decía a menudo.
Me tomó tiempo en conocer compañeros de la escuela, sin embargo, esta vez, no hice tantas amistades y nunca fueron tan intimas como en la escuela anterior. Ahora las amistades eran pocas, las reuniones eran esporádicas y los problemas eras más serios pero menos confiables.
MC and CSU Stanislaus