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Experiencias y procesos emergentes ante los desgarramientos y la crisis civilizatoria
Experiencias y procesos emergentes ante los desgarramientos y la crisis civilizatoria
Experiencias y procesos emergentes ante los desgarramientos y la crisis civilizatoria
Libro electrónico348 páginas4 horas

Experiencias y procesos emergentes ante los desgarramientos y la crisis civilizatoria

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Información de este libro electrónico

Aquí se presentan experiencias de la diversidad de violencias que atraviesan a México. Se explora desde el tejido social hasta la manera en que las tecnologías de la información y comunicación contribuyen a la construcción de sociedades diferentes.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 may 2024
ISBN9786074179422
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    Experiencias y procesos emergentes ante los desgarramientos y la crisis civilizatoria - José de Jesús Legorreta Zepeda (coord.)

    Portada

    Experiencias y procesos emergentes ante los desgarramientos y la crisis civilizatoria

    Experiencias y procesos emergentes ante los desgarramientos y la crisis civilizatoria

    José de J. Legorreta Zepeda (coord.)

    Marcela Gómez Álvarez

    Ma. Eugenia Sánchez Díaz de Rivera

    Andrea de la Hidalga Ríos

    Stefano Claudio Sartorello

    Cristina Perales Franco

    Fabrizio Lorusso

    David Martínez Mendizábal

    Jorge Armando Gómez Alonso

    María del Pilar Barrera González

    Gerardo Pérez Viramontes

    Manuel Espinosa Sainos

    UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA CIUDAD DE MÉXICO.

    BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO

    D.R. © 2022 Universidad Iberoamericana, A. C.

    Prol. Paseo de la Reforma Número 880

    Col. Lomas de Santa Fe

    Ciudad de México

    01219

    [email protected]

    Primera edición: noviembre 2022.

    ISBN: 978-607-417-942-2

    Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

    Hecho en México.

    Digitalización: Proyecto451

    Versión: 1.0

    Índice de contenidos

    Portadilla

    Legales

    Lalakgamakglhtit / Despojo - Manuel Espinosa Sainos

    Introducción - Cristina Perales Franco

    Ambigüedades políticas y epistémicas en proyectos de reconstrucción del Tejido Social - José de J. Legorreta y Marcela Gómez Álvarez

    Violencias y colectivos de buscadoras en Guanajuato: el tejido social que resiste ante las desapariciones - Fabrizio Lorusso

    Aproximación a los entramados comunitarios de dos experiencias educativas en Colombia y México - Marcela Gómez Álvarez y Stefano Claudio Sartorello

    Blanquitud, racialización y ciudadanía en México - Andrea De la Hidalga Ríos y María Eugenia Sánchez Díaz de Rivera

    Germinar la política. La reapropiación de la potencia comunitaria desde el entramado social en Tila, Chiapas - Jorge Armando Gómez Alonso y David Martínez Mendizábal

    Redes sociales digitales. Nuevas tecnologías en la construcción de socialidades - María del Pilar Barrera González y Gerardo Pérez Viramontes

    Semblanzas de los autores

    Lalakgamakglhtit

    Manuel Espinosa Sainos

    ¿Lantla chu nakwanikgó ninín

    pi nelh xkataxawatkán tani aknukgó?

    lantla nakwanikgo ninín

    pi lakatunu nakaxtlawananikgokán.

    ¿Pi niktilakamaxnalh chu

    akxni nelh kititakgskgolh

    xa tiji xanat?

    Lantla nakwanikgó ninín

    pi wa imá lilhtampan chu kgalhpuxum

    nelh kitilichiwinankgolh xlatamatkán.

    ¿Ni naktakgalhchiwinankgó?

    ¿tu nkiwi naliskgakgaw?

    pi aya puxtakgamikanit nkinakukán.

    ¿Lantla nakwanikgó ninín

    pi lata xkinkatasanikgoyan kpaskwa kumpana

    uku chu tlakgmaka lakampi na anaw

    liakgwanaw wantu kinkamakglhtipatankanán?

    ¿Tu xanat nalimastlanikgo xmaknikán?

    ¿tu limajinin, tu liamkgskgo

    nalikamakgskgokgó kxtijikán?

    ¿Ni kitiyat lakum xanat napulhtakipalakgó

    akxní naktasanikgó?

    mpi wanti kinkamakglhtipatankgoyán kintiyatkán

    xtachaná chakalh yakgolh kkintamputsnikán.

    Despojo

    Manuel Espinosa Sainos

    ¿Cómo decir a mis muertos

    que esta tierra ya no les pertenece?

    Que tendrán que buscar

    la ofrenda en otro lado.

    ¿Con qué cara llamarlos

    cuando ya no encuentren

    el camino de flores?

    Que nunca más

    las cruces de sempoalxochitl

    contarán sus historias.

    ¿Dónde conversar con ellos?

    ¿Bajo qué árbol?

    Si ya este corazón está desierto.

    ¿Cómo explicarles que

    lejos de llamarnos a la fiesta,

    hoy las campanas nos llaman

    a defender lo que nos queda?

    ¿Qué flores vendrán a su cuerpo?

    ¿Qué incienso, qué velas

    alumbrarán su camino?

    ¿Dónde como las flores

    brotarán cuando yo los llame?

    si la avaricia es un gusano

    que hoy engulle el cordón umbilical.

    Introducción

    Cristina Perales Franco

    El despojo —profundo, territorializado, injusto— al que hace referencia Manuel Espinosa Sainos en el poema que antecede esta introducción, es una de las caras más evidentes y duras de la multiplicidad de violencias que se viven en el territorio mexicano. También, como lo señala el poeta, conviven con estas violencias la rabia, el movimiento, la defensa, la colectividad. El libro que aquí se introduce presenta seis textos en los que se recogen diferentes experiencias que abordan estos confrontantes ejes, por un lado, las violencias físicas, estructurales, culturales, epistémicas y, por otro, las acciones colectivas situadas que se conforman en resistencias frente a estas condiciones.

    Forma parte del proyecto Tejido Social, socialidades y prácticas emergentes en México ante los desgarramientos civilizatorios del Sistema Universitario Jesuita (SUJ), llevado a cabo de 2018 a 2021 el cual agrupó a investigadores e investigadoras de cinco de sus instituciones mexicanas. En un inicio, la investigación se orientó a trabajar acerca de la noción de tejido social, como eje para explicar y enfrentar las violencias en el país. Sin embargo, posteriormente se problematizó esta categoría y se amplió la mirada hacia procesos y configuraciones complejas de entramados socionaturales que buscan explicar estas violencias, así como hacia socialidades alternativas emergentes que las confrontan y responden, a partir de la articulación de colectividades.

    En una publicación anterior que lleva por título Entre desgarramientos y alternativas emergentes. Aproximaciones críticas al tejido social ante la crisis civilizatoria (Legorreta, 2021), las y los autores presentaron un andamiaje teórico plural para entender el contexto de crisis y de violencia a través del análisis de las nociones de tejido social, desgarramientos civilizatorios, crisis del sistema, crisis epistemológica y conflictividad. (1) Ahora, los seis capítulos de este libro continúan con la exploración de esas perspectivas, pero situándolas en contextos y casos específicos, los cuales muestran no sólo cómo se viven las experiencias que comprenden estas nociones, sino algunas deconstrucciones y acciones colectivas que han surgido para dar respuesta a las mismas, a través del análisis de la categoría de blanquitud, de proyectos educativos alternativos, de los colectivos de búsqueda de personas desaparecidas, de procesos políticos autonómicos y de movimientos sociales en red.

    En esta introducción se presentan brevemente algunos de los aspectos clave del andamiaje teórico de esta investigación (Legorreta, 2021) y se señalarán las características centrales de los textos que comprenden la obra, para concluir identificando elementos que articulan las experiencias y procesos emergentes aquí incluidos.

    Tejido social como noción problemática

    La noción de tejido social y de sus términos relacionados, como son ruptura de tejido social o reconstrucción de tejido social, es altamente utilizada en textos académicos, medios de comunicación, discursos políticos y proyectos de intervención, sin embargo, está escasamente teorizada y delimitada (Legorreta et al., 2021). Se utiliza como sinónimo de socialidad para referenciar un ideal de vida en común armónica, para dar cuenta de la degradación de las relaciones sociales y/o su deseada reconstrucción o transformación. De igual forma, el término se asocia también a nociones de comunidad, territorio y comunalidad.

    Así, el concepto tiene comúnmente un uso tanto explicativo, al ser el eje articulador del diagnóstico de la degradación de la socialidad, como intervencionista, donde se establece la reconfiguración de este tejido como medio de subsanar dicha degradación (Sartorello y Perales, 2021). En su uso explicativo, la noción de ruptura del tejido social se utiliza como causa de la multiplicidad de violencias que vive México y otros territorios latinoamericanos. Si bien este uso visibiliza problemáticas en contextos determinados, también suele ocultar los mecanismos específicos que generan violencia, así como la experiencia situada de dichas violencias en la vida cotidiana de las poblaciones, homogeneizando las situaciones de ruptura.

    En su acepción intervencionista, la reconstrucción del tejido social es generalmente utilizada para dar cuenta de procesos que buscan desarrollar relaciones diferentes, orientadas hacia una socialidad considerada positiva. En planteamientos donde existe un posicionamiento claro de justicia social a favor de poblaciones oprimidas o excluidas, la reconstrucción propone el establecimiento de nuevos vínculos en función del restablecimiento de sentidos e identidades comunes, así como de nuevas maneras de relacionarse a menudo vinculadas a concepciones pasadas de vida que se han perdido o degradado (Sartorello y Perales, 2021, p. 81). En estos procesos, la perspectiva sobre transformación como manejo de la conflictividad que también propone Pérez (2021) es un posible enfoque en este tipo de usos.

    Sin embargo, cuando la reconstrucción se utiliza sin un reconocimiento de las situaciones de desigualdad, exclusión y opresión, se sugieren alternativas que buscan más bien motivar cambios individuales en las personas y restablecer un orden previo, con lo que su uso acrítico no logra cambiar el status quo de relaciones injustas y desiguales (Sartorello y Perales, 2021). De ahí que sea imperativo situar y analizar la problemática del tejido social y su reconstrucción desde enfoques epistémicos, civilizatorios y sistémicos (Legorreta y Gómez, 2022, p. 26), como se señala en el primer capítulo de este texto.

    Crisis civilizatorias, sistémicas y epistémicas

    Parte central del trabajo de problematización, delimitación y ampliación de la categoría de tejido social como forma de explicación de las violencias que se viven en México y de sus alternativas consistió en desarrollar una mirada amplia y teóricamente sólida que buscara situar el núcleo de las rupturas y reconstrucciones de las socialidades en diferentes ejes de explicación. Para ello, se planteó como marco para entender la actual situación la perspectiva de crisis que es a la vez sistémica, epistemológica y civilizatoria.

    En su eje civilizatorio, se parte de comprender el resquebrajamiento de la configuración material, de poder y simbólica de la humanidad conformada bajo lógicas moderno/coloniales —antropocentristas, clasistas y racializantes. En la actualidad, los sistemas extremos de explotación y despojo, la evolución demográfica, la conciencia de la dignidad de todos los seres humanos y los nuevos procedimientos tecnológicos han vuelto inviable (Sánchez, 2021, p. 25) la lógica civilizatoria moderna/colonial.

    Estamos frente a una ruptura de entramados sociales, estructurales y simbólicos, de larga duración, que desnaturaliza imaginarios socia-les y relaciones previamente mantenidos como la lógica del progreso, la dominación de los seres humanos sobre la naturaleza o la sumisión de la mujer frente al hombre; a esta dinámica Sánchez (2001) la denomina desgarramientos civilizatorios. Esto abre una condición compleja en la que, por un lado, se generan y recrudecen violencias e incertidum-bres y, por otro, se abren oportunidades para deconstruir formas históricas y cotidianas de opresión y discriminación, incluyendo la emergencia de variadas formas de respuestas individuales y colectivas, así como diversas formas de reconfiguración de identidades y de construcción de subjetividades (Sánchez, 2001, p. 31).

    Para esta autora, los desgarramientos se agrupan en tres ámbitos. El primero es el de territorios y corporeidades resquebrajados, que, a su vez, agrupa a cuatro desgarramientos: a) entre la viabilidad del desarrollo solamente para una minoría, frente a la inviabilidad ecológica y política para la mayoría de la población que lo subsidia o es expulsada, y que aspira a ello; b) entre los patrones demográficos y la destrucción del hábitat vital; c) del espacio-cuerpo como lugar/sujeto ante el espacio-cuerpo como flujo/objeto; y d) del tiempo histórico-vital, ante el tiempo ahistórico-instantáneo. El segundo ámbito es el de símbolos e identidades dislocados, que integra tres desgarramientos: a) ante la imposibilidad de articular ciudadanía y diversidad cultural en una igualdad que no uniforme y una diversidad que no discrimine; b) entre la defensa del patriarcado frente la igualdad de las mujeres y la ruptura de la norma heterosexual; c) de los mapas cognitivos y emocionales que daban certezas frente a una incertidumbre que dificulta el procesamiento de las experiencias vitales. El tercer ámbito regulaciones institucionales desestructuradas está formado por el desgarramiento de los andamiajes normativos que regulaban la convivencia frente a nuevas formas de coexistencia o de violencia que los hacen inefectivos (Sánchez, 2021).

    En su eje sistémico, la crisis se entiende principalmente como un quiebre del sistema-mundo capitalista (Martínez y Patiño, 2021; Gómez y Fernández, 2021). Bajo este panorama, se reconoce la lógica homogeneizante de la concepción capitalista de modernización/desarrollo y se busca desmontar las implicaciones de haber asumido un único camino de desarrollo a nivel global, así como el sistema de conceptos y prácticas que conlleva. Partiendo de la propuesta de Immanuel Wallerstein (2001; 2007), se argumenta la necesidad de cuestionar el concepto de desarrollo centrando un punto de partida distinto (la teoría del sistema-mundo), [y se] propone aglutinar en largos periodos de la historia segmentos vistos habitualmente como compartimen-tos estancos: la economía, la cultura, la política y la sociedad (Martínez y Patiño, 2021, p. 150). Se reconoce desde este eje que comprender la crisis actual como crisis del sistema-mundo implica, por tanto, que dicha crisis no tiene salida en el marco del sistema capitalista y que es necesario abordar los procesos de transición o transformación en las sociedades ante la modificación de sus bases estructurales.

    Dentro de este eje, Martínez y Patiño (2021) proponen revisar el rol del Estado, porque este puede no solo comprenderse como antagonista de las fuerzas antisistémicas, sino como una "arena de lucha donde coexisten proyectos políticos de diversa índole, que pueden favorecer u obstaculizar los intereses de las y los desplazados del sistema, o cuando menos, concederles cierta ventaja (Sassen, 2015 en Martínez y Patiño, 2021, p. 162). Por su parte, Gómez y Fernández (2021) analizan tres dinámicas predatorias resultantes del sistema-mundo capitalista: la segregación territorial en las zonas suburbanas, la desigualdad de género y la dinámica de la colonialidad política sobre las comunidades campesinas y originarias, y encuentran lógicas anti-sistémicas donde las poblaciones que sufren estas dinámicas, a través de su organización, construyen lógicas distintas a la centralidad de la dominación, la reproducción del proceso de acumulación y la depredación de la naturaleza.

    Finalmente, se reconoce que la crisis actual no es únicamente civilizatoria y sistémica, sino que también es epistemológica, puesto que el proyecto modernidad/colonialidad tiene un correlato epistémico que se resquebraja ante la ruptura de certezas, el reconocimiento de la condición excluyente de sus marcos teóricos y conceptuales, y las luchas epistémicas de comunidades subalternizadas, lo que permite vislumbrar caminos alternativos. Así, se pone en entredicho el imaginario utópico de mismidad, homogeneidad y exclusividad que pervive en expresiones, categorías y conceptos más o menos viejos, que hemos heredado de la tradición epistémica eurocéntrica, y que seguimos utilizando en aproximaciones —colonizadas— de la realidad latinoamericana (Sartorello y Perales, 2021, p. 74). Frente a ello, se propone un posicionamiento que parte de las Epistemologías del Sur (Santos, 2009) para reconocer alternativas para comprender la realidad en crisis, recuperando en términos epistémicos conocimientos, prácticas y voces invisibilizadas por la lógica moderna, que son o pueden ser semillas de respuesta ante los desgarramientos civilizatorios y crisis sistémicas señaladas.

    En este sentido, los desgarramientos civilizatorios, la teoría del sistema-mundo y los planteamientos epistemológicos del Sur, así como las deconstrucciones y críticas que desde estos planteamientos se realizan, presentan una base para la comprensión de las múltiples crisis y son el andamiaje para seleccionar y reflexionar acerca de las experiencias que se presentan en esta publicación.

    Los capítulos de este libro

    Los seis capítulos que ahora se presentan comparten las interrogantes y necesidades delineadas anteriormente y las exploran mediante enfoques diferenciados. En el primer capítulo titulado Ambigüedades políticas y epistémicas en proyectos de reconstrucción del Tejido Social, José de Jesús Legorreta y Marcela Gómez exploran críticamente ocho diferentes proyectos mexicanos y colombianos que, como su título adelanta, aluden a la reconstrucción del tejido social como eje principal. Para ello, los investigadores parten de interrogantes significativos que no solo buscan clarificar cómo se define este término en los diferentes casos, sino que lo sitúan analizando el uso político y cognitivo de la noción, su horizonte ético-político, y la manera en que se relaciona con las crisis sistémica, epistémica y civilizatoria. Los proyectos analizados integran sistematizaciones de experiencias organizadas con población víctima de violencia, desplazada y/o en resistencia en Colombia, y de reapropiación territorial a través del arte contemporáneo o de procesos educativos para la reflexión y participación política en México. Incluyen también iniciativas de carácter más amplio, como el proyecto Pro-Regiones implementado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 2005, los procesos llevados a cabo por el Centro de Investigación y Acción Social por la Paz (CIAS) y el Proyecto de la Dirección General de Prevención Social del Delito y la Reconstrucción del Tejido Social de la Secretaría de Gobernación en México (Segob). A través del estudio de estas experiencias, Legorreta y Gómez identifican la variedad de orientaciones, limitaciones y potencialidades del uso de la reconstrucción del tejido social como noción retórica que ayuda a articular acciones relacionadas con hacer frente a las violencias.

    El segundo capítulo titulado Violencias y colectivos de buscadoras en Guanajuato: el tejido social que se resiste ante las desapariciones de Fabrizio Lorusso, presenta la fuerte problemática social de las personas desaparecidas en el estado de Guanajuato, así como la labor personal y colectiva de los grupos de buscadoras, formados por familiares —principalmente mujeres—, quienes a través de procesos privados, públicos y políticos llevan a cabo la tarea de su búsqueda. Se vincula la situación de violencia en el país y, en específico los casos de las personas desaparecidas, con un contexto capitalista neoliberal que se desarrolla mediante mecanismos de dispositivos necropolíticos (Mbembe, 2016), como el dispositivo desaparecedor de personas y cuerpos (p. 68).

    Frente a esto, el capítulo da cuenta de la activación de respuestas individuales y sociales mediante repertorios de resistencia de organización y acción colectiva instrumentadas por víctimas, convertidas en activistas, defensoras de derechos y buscadoras (p. 69). Así, Lorusso hace una cuidadosa sistematización de la conformación de colectivos de buscadoras en el estado, de sus acciones —incluyendo las políticas, artísticas y culturales— y sus metáforas —como la de búsqueda de vida—, que construyen el caminar de estos grupos, y sus aliados y aliadas. Se destaca que, aun con las tensiones propias de este proceso, el trabajo de las buscadoras representa una construcción dinámica de caminos de dignidad y una exigencia movilizadora.

    En el tercer capítulo, Marcela Gómez y Stefano Sartorello presentan una co-reflexión y co-teorización a partir de dos experiencias políticas-educativas de grupos campesinos e indígenas. La primera corresponde al proceso educativo popular de mujeres campesinas, jóvenes y adultas, en el municipio de Antioquia, Colombia, como parte de la Asociación Campesina de Antioquia (ACA). La segunda, al proyecto-intervención Milpas educativas: Laboratorios Socionaturales Vivos para el Buen Vivir de la Red de Educación Inductiva Intercultural (REDIIN) que integra a comuneras/os, maestras/os, educadoras/es y académicas/os en los estados de Chiapas, Puebla, Michoacán y Oaxaca en México. A través de la presentación de estas experiencias, Gómez y Sartorello explican cómo ambos procesos comparten el objetivo de generar haceres educativos territorializados que promueven condiciones de vida digna y la consolidación de identidades, prácticas, y de lugares de enunciación localizados (p. 108), lo que descentra los saberes hegemónicos de los procesos de escolarización formal desde los Estados Nacionales y construyen y fortalecen la vida cotidiana. Ambos procesos, aun con sus limitaciones y contradicciones, se constituyen como emergencias, utilizando el concepto de Santos (2009), que posibilitan tejidos y vínculos sociales contra-hegemónicos y anti-capitalistas orientados por horizontes societales otros y propios de las comunidades indígenas y campesinas.

    El cuarto capítulo está escrito por Andrea de la Hidalga y María Eugenia Sánchez. Se titula Blanquitud, racializacion y ciudadanía en México. En él se explora el importante vínculo entre estos tres ejes, en el marco del desgarramiento civilizatorio que se presenta ante la imposibilidad de articular ciudadanía y diversidad cultural en una igualdad que no uniforme y una diversidad que no discrimine (Sánchez, 2021). En este artículo las autoras argumentan que en los estudios sobre la raza y el racismo, el análisis de la blanquitud en México no ha sido foco de investigaciones específicas, sin embargo, es fundamental para entender el racismo en este país y su lógica jerarquizante que vincula el privilegio a la blancura y a la blanquitud (p. 152) y para cuestionar la noción de ciudadanía que mantiene estos privilegios.

    Para ello, realizan una revisión del proceso de diferenciación en las identidades raciales en México —afro, indígenas, mestizas y blancas— y su relación con otros diferenciadores sociales, como la clase. Incluso reconociendo la relacionalidad de las identidades se destaca que su fluidez es limitada y que, principalmente a través del proceso histórico e ideológico del mestizaje —y la desindianización forzada que ha implicado—, se ha posicionado a la blanquitud como ideal. Este posicionamiento privilegia, por tanto, a grupos y personas asociadas con esta identidad y les da la posibilidad de habitar la excepcionalidad y contar, incluso, con una ciudadanía de excepción (De la Hidalga, 2021). Finalmente, se hace una crítica a la manera acerca de cómo el concepto de ciudadano nacional mestizo, homogeneiza y naturaliza las relaciones desiguales, manteniendo una aspiración hacia la blanquitud y evidencia que, aunque la noción de ciudadano apela a la democracia, paradójicamente mantiene el racismo y el clasismo.

    El estudio titulado "Germinar la política: la reapropiación de la potencia comunitaria desde el entramado comunitario en Tila, Chiapas de Jorge Armando Gómez y David Martínez corresponde al quinto capítulo. En él se presenta el significativo caso del Ejido de Tila, en Chiapas, como experiencia de reapropiación organizada de la potencia comunitaria, como proceso de reconstitución de la política" (p. 189). Aquí, el Ejido de Tila se propone como sujeto social, formado por sujetos agrupados en familias y grupos que conforman y extienden un sistema dinámico de relaciones sociales históricas y territoriales que construyen un entramado social y comunitario. El capítulo se enfoca en el entramado sociopolítico, para describir y analizar los procesos y acciones de la articulación de fuerzas campesinas choles para expulsar al Ayuntamiento en 2015 e iniciar un proceso de autogobierno que existe hasta ahora.

    En esta narrativa se da cuenta de las políticas comunitarias desarrolladas y la manera en que se proponen la autoridad y la distribución del poder en el Ejido; también se presentan al ejercicio del cuidado y la plática como dos ejes vinculados como mecanismos para la justicia y el ejercicio del poder. Si bien se especifican las tensiones, amenazas y contradicciones que se viven en este proceso, Gómez y Martínez explican cómo esta experiencia da cuenta de la la capacidad de regeneración-reconstitución de vínculos que entretejen su unidad común, de construcción de presentes dignos (Sánchez, 2020:45) (2022:206).

    En el capítulo de cierre de este volumen, María del Pilar Barrera González y Gerardo Pérez Viramontes presentan un análisis de las redes sociales digitales, vinculándolo con el desgarramiento civilizatorio propuesto por Sánchez (2021), correspondiente al espacio-cuerpo como lugar/sujeto ante el espacio-cuerpo como flujo/objeto, y el del tiempo histórico-vital ante el tiempo ahistórico-instantáneo. Barrera y Pérez exploran la manera en que las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y las redes sociales centradas en el uso de lenguajes digitales están contribuyendo a la construcción de socialidades diferentes a las establecidas en el paradigma de la modernidad. Se discuten primero las revoluciones industriales, en particular la aparición del internet, y el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) como insumos necesarios para comprender la globalización y la configuración de la sociedad en red (Castells, 2009). Posteriormente, los autores se centran en las redes sociales como un proceso de comunicación mediado por interfaces electrónicas, que están propiciando otros tipos de socialidades al afectar tanto el espacio-tiempo donde se llevan a cabo, así como la información que se transmite y recibe por estos medios (p. 212). Con este marco, se presenta un caso de estudio de interacciones en Twitter relacionado con la remoción de la estatua de Cristóbal Colón en la Ciudad de México, en el segundo semestre de 2021. Las interrogantes planteadas en este capítulo ayudan a profundizar el rol de las TIC y de las redes sociales en la construcción de diversidad epistémica y relacional, y a reconocer las tensiones que esta diversidad implica, en un contexto donde se reconoce que la primacía otorgada a dichas tecnologías continúa agudizando las desigualdades sociales.

    Líneas articulantes e invitaciones

    Los seis capítulos presentados dan cuenta acerca de cómo diferentes proyectos desde el capitalismo/modernidad/colonialidad y sus correlatos en el neoliberalismo, racismo, caciquismo y/o machismo, han tenido consecuencias nefastas para la mayoría de la población mundial y, específicamente, para la mexicana. Sin embargo, las experiencias recogidas también evidencian cómo la manera en que la crisis civilizatoria, sistémica y epistemológica se vive en contextos particulares abre simultáneamente espacios simbólicos y estructurales, en las vidas cotidianas de las personas. Así, los estudios aquí integrados se esfuerzan por identificar nuevas prácticas y subjetividades que emergen de las rupturas y se encaminan hacia presentes dignos (Sánchez, 2015), como se señala en la introducción del primer libro de este proyecto de investigación:

    No todo es violencia ni deshumanización […] Desde los subterráneos del sistema, desde el corazón de los desgarramientos de la civilización, desde la ruptura de andamiajes relacionales, emergen procesos esperanzadores por su carácter vivificador. Construcciones frágiles y a la vez fuertes de autonomías de pueblos originarios, de barrios urbanos, de movimientos feministas diversos, de hackeractivistas, de espiritualidades ecuméni-cas rebeldes y conciliadoras, de acciones trasgresoras desde las instituciones, de búsquedas de una supervivencia digna para todos (Sánchez y Legorreta, 2021, p. 23).

    Las iniciativas que se incluyen desde los ámbitos académicos y desde los espacios sociales y públicos de grupos organizados de personas en resistencia, enseñan cómo la esperanza frente al horror desmedido de las desapariciones, los procesos de transformación del espacio público, la autodeterminación de los procesos políticos, comunitarios y educativos y la deconstrucción de categorías como mestizo, ciudadano nacional o tejido social, abren efectivamente rendijas donde emergen socialidades otras, que, sin caer en optimismos simplistas, permiten que las comunidades se vinculen como colectivos, mediante configuraciones diferentes a las previamente establecidas. Es la opinión del grupo de investigadores e investigadoras

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