Orden institucional y Seguridad Nacional

contenido

Guarda el Orden, que el Orden te guardará.

San Josemaría Escrivá de Balaguer

Existen caminos que no hay que transitar,

ejércitos que no hay que atacar y ciudades

amuralladas que no hay que asaltar.

Sun Su, SunZi o Sun Wo

Presentación

Si dejamos de lado las utopías, todos coincidimos en la necesidad de instituciones que garanticen el orden público. Apenas hay término medio entre el imperio de la ley y el desorden generalizado; sin orden público no está garantizada la integridad física de las personas, los negocios cierran, los capitales huyen, la pobreza avanza, el bienestar desaparece.

El General Juan Ernesto Antonio Bernal Reyes, después de una dilatada y comprometida carrera de servicio público en el Ejército Mexicano, nos invita a realizar un recorrido de las causas y proyección del orden institucional para la seguridad nacional, partiendo en primer lugar de su fundamento filosófico a lo largo de la historia, para después realizar un completo análisis del marco jurídico que hace posible el Sistema de Seguridad Nacional.

Sin seguridad no es posible el ejercicio de la libertad; son las instituciones del Estado las que garantizan nuestra seguridad, y cuando no prevalecen, la ciudadanía queda en condiciones de vulnerabilidad e indefensión.

Seguridad Nacional, Seguridad Interior, Defensa Exterior, Defensa Nacional y Seguridad Pública, son conceptos entrelazados que se complementan entre sí, que han evolucionado a lo largo de la historia y actualmente enfrentan nuevos retos, como son las amenazas medioambientales y la inclusión en los ordenamientos jurídicos del respeto a los Derechos Humanos.

Desde su gran experiencia en cuestiones de Seguridad Nacional, el General Bernal analiza los lineamientos políticos que han orientado a México partiendo del Plan Nacional de Desarrollo 1983-1988 hasta llegar al actual 2013-2018. En los últimos años las fuerzas armadas han desempeñado un papel fundamental en el combate a la delincuencia organizada.

El autor advierte del riesgo para el prestigio de las Fuerzas Armadas del uso excesivo de las mismas para mantener el Orden Interno. Aunque está plenamente fundamentado en el artículo 89 de la Constitución, su uso debe tener un carácter excepcional y cesar tan pronto como sea posible.

Además de las amenazas que podemos llamar tradicionales, han surgido otras, fruto del desarrollo de las nuevas tecnologías. La ciberseguridad es una preocupación global que cada día requiere más atención de las fuerzas de seguridad. Han surgido nuevas formas de delito para las que se requiere la suma de fortalezas y capacidades, así como la socialización correspondiente entre las autoridades y la sociedad civil, es decir, se trata de un reto emergente.

Por otro lado, vivimos en una época en la que la delincuencia organizada rebasa las fronteras de los países y hace más difícil y complejo su combate. La gravedad del problema ha llevado a la Asamblea General de las Naciones Unidas a aprobar, en noviembre de 2000, la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, que entró en vigor en septiembre de 2003, como resultado de un largo proceso de negociación.

Esta Convención es el principal instrumento internacional en la lucha contra la delincuencia organizada, y para efectos de comprensión puede decirse que se divide en cuatro áreas principales: penalización, cooperación internacional, cooperación técnica y su aplicación.

La globalización es sólo la cara económica del fenómeno que puede ser llamado mundialización. El mundo dispone cada día de mayores medios de producción y comunicación, pero también de destrucción. Hoy más que nunca necesitamos vigorizar una cultura axiológica y ambiental que dé consistencia a nuestra sociedad.

En el libro se analiza también, con perspectiva histórica, el conflicto armado que el autodenominado Ejército Zapatista de Liberación Nacional inició en Chiapas el 1 de enero de 1994, y el papel que desempeñaron las Fuerzas Armadas en la preservación del Orden Jurídico e Institucional.

Las distintas constituciones que México ha tenido a lo largo de su historia han atribuido al Ejecutivo Federal, desde un principio, la responsabilidad de garantizar la Seguridad Interior, con la coadyuvancia, en su momento, del Ejército, la Fuerza Aérea y Marina-Armada de México.

A partir de 1995 se creó el Sistema Nacional de Seguridad Pública, el cual tiene como misión coordinar las políticas de seguridad en los tres niveles de gobierno. También se potenciaron y modernizaron los servicios de inteligencia.

Es muy importante que los ciudadanos conozcan y valoren las instituciones que trabajan por su seguridad y respaldan el Orden Público e Institucional, entre ellas, las Fuerzas Armadas. Son las que garantizan nuestros derechos y hacen posible un México seguro y próspero, donde las leyes sean respetadas.

El fomento de una adecuada cultura y una pertinente socialización de la Política Nacional de Defensa, en las que se valore correctamente al Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina-Armada de México con respeto al estado de derecho y a los derechos humanos, debería ser promovida en el sistema educativo mexicano, y en general de cara a toda la sociedad.

Felicitamos al General Juan Ernesto Antonio Bernal Reyes por el extraordinario trabajo realizado, que creemos contribuye a fomentar la cultura de la legalidad, la responsabilidad, el aspecto ambiental, el respeto y la puesta en valor del papel de las fuerzas armadas en el Orden Institucional, ofreciendo una acertada visión de los nuevos retos en materia de seguridad que enfrentan México y el mundo.

Introducción

Con el honor, la distinción y el orgullo de ser soldado de México, durante casi 48 años ininterrumpidos de servicio en el Ejército Mexicano como Comandante de Regimiento de Caballería Motorizado, Guarnición Militar, Zonas Militares, Regiones Militares y eI Primer Cuerpo de Ejército, entre otros, estuve en diversos estados con problemáticas sensibles de seguridad como Chihuahua, Chiapas, Sonora, Nuevo León, Guerrero, Coahuila, Michoacán, Oaxaca, Sinaloa, Durango y Ciudad de México, así como, en su momento, en la Fuerza de Tarea Cóndor con asistencia de los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango, el llamado triángulo dorado .

La experiencia arriba descrita fundamenta la relevancia de superar escenarios adversos a la seguridad, privilegiando la información y su significado, así como la importancia de atender cada problemática en forma específica, conjunta y coordinada, con la participación de las instituciones involucradas en los tres órdenes de gobierno, dando origen en su momento a la integración y la activación de los primeros esquemas de seguridad interinstitucional en el segundo semestre de 1994, conocidos como Bases de Operación Mixtas (bom).

Insumo prioritario de esta labor es la participación responsable, oportuna y entusiasta de la sociedad a través de los mecanismos legales y legítmos con que cuenta para involucrarse en la procuración de su seguridad, como lo es la denuncia ciudadana y la cero tolerancia a la corrupción y la impunidad.

México es de todos, la seguridad también

En esta filosofía multidimensional, el robustecimiento cotidiano de la socialización de la seguridad y la conciencia ambiental en forma colectiva, responsable y compartida, son fundamentales.

Los entornos humano, ambiental, crítico, propositivo, holístico, multidimensional y dinámico, contemplan lealtad, honor y pundonor, además de creatividad y ánimo para vislumbrar el buen camino y el sendero por donde continuará transitando, moviéndose y avanzando nuestro país, con singulares impulso, confianza y entusiasmo. El vigor de la socialización generalizada, constante y enfática de la unidad nacional, su axiología y su normatividad aplicables, hacen converger la dispersión de esfuerzos —representados por las políticas públicas— para encapsular la opacidad, la corrupción y la impunidad, al tiempo que animan la búsqueda y el encuentro de mejores horizontes de seguridad, prosperidad y desarrollo para México y su gente.

El texto que usted tiene en sus manos pretende desarrollar una aproximación para demostrar la existencia del nexo causal, entre el orden institucional, sus causas y proyección en la seguridad nacional, sustentado éste en instituciones y liderazgos inteligentes, flexibles, dinámicos, responsables, éticos, con amplio sentido humano y empatía, que generen confianza y mejores condiciones para garantizar óptimos niveles de legalidad, orden, conciencia y responsabilidad ambiental compartida.

Para tal efecto, además de plasmar la función básica, indelegable e indeclinable del Estado, de brindar seguridad a la población y procurar su desarrollo y su bien común —con la visión de generar mecanismos que permitan el fortalecimiento de la cultura deontológica, el respeto irrestricto a los derechos humanos, la integridad física y el patrimonio de las personas— dentro de un entorno de identidad y pertenencia nacionalistas, con impacto en la cohesión social y por ende en la unidad nacional, también se analizan diferentes visiones que contemplan el orden en sus múltiples acepciones y alcances.

Así, el Estado juega un papel preponderante en el mantenimiento y la innovación constantes del orden institucional, es decir, en el funcionamiento, el fortalecimiento y la consolidación de las instituciones de manera dinámica, eficiente, conjunta, compartida y coordinada, a través de la concreción de un eje transversal que posibilite la interoperabilidad, con mayores responsabilidad, legalidad y ética positiva afianzada en principios, valores y virtudes.

Para la concreción, el mantenimiento y la actualización constantes del orden institucional es necesaria la innovación de organizaciones inteligentes y dinámicas, sustentadas en pensamientos y procedimientos sistémicos, holísticos y transversales, generados con dominio personal, liderazgos inteligentes y modelos mentales, a través de visiones compartidas, decisiones consensuadas y aprendizaje en equipo, en beneficio de los órdenes humano, social, jurídico e institucional, con proyección en la seguridad, la prosperidad y el desarrollo.

El Estado y el orden institucional constituyen el ámbito y el medio fundamentales, respectivamente, para que la vida de la sociedad se desarrolle en la concordia requerida para el logro de sus grandes metas, protegida de los antagonismos (riesgos y amenazas) que puedan perturbar la consecución de los objetivos, aspiraciones e intereses nacionales.

Muchos de los problemas que nos aquejan como sociedad tienen su génesis en la afectación del tejido social, en la debilidad y la vulnerabilidad de las Instituciones, así como en