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Beethoven: Missa Solemnis Y Otros Compositores
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Libro electrónico267 páginas2 horas

Beethoven: Missa Solemnis Y Otros Compositores

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Se presenta en este libro una de las ms bellas expresiones de la msica vocal e instrumental, la cual resume todas las exigencias que el ritual exige para el sacrificio desarrollado a travs de la Liturgia. La Missa Solemmnis que se celebra en las ms grandes fiestas de la iglesia catlica, empieza por la entonacin del Salmo Judica me Deus y el Confiteor recitado por el sacerdote as como el canto llano entonado por el coro que va del Gradual hasta el Introito anotado para el da de celebracin de la misa. Todo esto corresponde a los modos litrgicos del canto Gregoriano y es una de las ms bellas introducciones a la misa coral.

IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento22 jul 2017
ISBN9781506521213
Beethoven: Missa Solemnis Y Otros Compositores
Autor

Dr. Adalberto García de Mendoza

EL DR. ADALBERTO GARCIA DE MENDOZA (1900-1963). Después de haber estudiado 7 años en universidades alemanas, música y filosofía, regresa a México en 1927, iniciando cursos en la Preparatoria y la Universidad Nacional Autónoma de México donde introdujo por primera vez en México la filosofía alemana siendo el primero en enseñar el neokantismo de Baden y Marburgo, la fenomenología de Husserl y el existencialismo de Heidegger de ahí que se le reconoce como el “Padre del Neokantismo Mexicano.” En 1954 recibió el primer premio internacional de filosofía Oriental convocado por las Universidades Japonesas cuyo galardón lo recibió en Japón por su alteza Imperial el Principe Takamatsu, hermano del Emperador de Japón. De 1938 a 1943 fue director del Conservatorio Nacional de Música de México. En 1962 recibió un diploma otorgado por la UNAM al cumplir 35 años como catedrático. Escribió aproximadamente setenta y cinco obras de filosofia, música, matemáticas, arte, y socialismo.

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    Beethoven - Dr. Adalberto García de Mendoza

    Copyright © 2017 por Dr. Adalberto García de Mendoza.

    Editora: Elsa Taylor

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2017911551

    ISBN:            Tapa Dura                              978-1-5065-2119-0

                          Tapa Blanda                           978-1-5065-2120-6

                          Libro Electrónico                   978-1-5065-2121-3

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    Fecha de revisión: 22/07/2017

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Gratis desde EE. UU. al 877.407.5847

    Gratis desde México al 01.800.288.2243

    Gratis desde España al 900.866.949

    Desde otro país al +1.812.671.9757

    Fax: 01.812.355.1576

    760508

    Contents

    INTRODUCCION

    LA MISA SOLEMNE

    LA MISA SOLEMNE DE BEETHOVEN

    MISSA SOLEMNIS

    KYRIE ELEISON (CHRISTE- ELEISON).

    Del Kyrie

    GLORIA

    LA ALEGRÍA ESPIRITUAL EN EL ARTE MUSICAL

    EL CREDO

    SANCTUS

    AGNUS DEI

    PACEM

    LA OBRA BEETHOVENIANA

    CONCIERTO NO. 5 EN MI BEMOL MAYOR DE BEETHOVEN

    Primer Movimiento.

    Segundo Movimiento.

    Tercer Movimiento.

    SINFONÍA NO.3 EN MI BEMOL DE BEETHOVEN

    Primer movimiento.

    Segundo movimiento.

    Tercer movimiento.

    Cuarto movimiento.

    IMPORTANCIA DE LA MÚSICA EN LA INTEGRACIÓN CULTURAL DE LA MUJER.- ASPECTO SOCIAL

    LA TRAGEDIA DE LA CULTURA.

    EL ARTE, BASE DE UNA NUEVA CULTURA.

    EL ROMANTICISMO EN EL NOCTURNO

    Los nocturnos.

    Primer Nocturno, en si bemol menor.

    Segundo Nocturno, en mi bemol mayor, Op. 9 No. 2.

    Tercer Nocturno en si mayor.

    Cuarto Nocturno en fa mayor.

    Quinta Nocturno en fa sostenido mayor.

    Sexto Nocturno en sol menor.

    EL POEMA SINFONICO

    MARTE

    VENUS

    MERCURIO

    Júpiter.

    SATURNO

    URANO

    NEPTUNO

    MEDITACION

    TSCHAIKOWSKY Y LA RUSIA DEL SIGLO XIX

    Sentido opuesto de dos culturas.

    Música popular en Rusia.

    Dos espíritus.

    PRECLASICOS BACH Y HAENDEL

    LOS CLASICOS

    CRITERIO DE LO CLASICO

    TRANSFORMACION

    RENOVACION O RETORNO VITAL

    MANDELSSOHN. CONCIERTO EN MI MENOR OP. 64.

    Tres sentidos en el Concierto.

    LA FORMA EN LA OBRA DE BRAHMS.

    LA ESTETICA COMO ESTIMACION EN SINTESIS DE LA EXISTENCIA

    CESAR FRANCK

    Sonata para violín y piano.

    Primer tiempo.

    Segundo tiempo

    SONATA KRUTZER

    Primer Movimiento.

    Segundo Tiempo.

    Tercer Tiempo

    SEXTA SINFONIA PATETICA DE TSCHAIKOWSKY

    LA FORMA MUSICAL EN LA HISTORIA DE UNA VOLUNTAD ARTISTICA

    STRAVINSKY RITO DE PRIMAVERA BALLET SUITE PARA ORQUESTA

    PRIMERA PARTE.

    SEGUNDA PARTE.

    LA CONSAGRACION DE LA PRIMAVERA

    Fertilidad de la Tierra.

    Introducción.

    Danza de los adolescentes.

    Danza Vernal.

    Juegos de pueblos rivales.

    El sacrificio

    Noche pagana.

    Danza de los Círculos Misteriosos.

    Evocación Ancestral.

    La danza final.

    CONCIERTO PARA VIOLIN Y ORQUESTA EN RE MAYOR OP 77

    Primer movimiento.

    MOZART

    CHOPIN Y EL ESPIRITU DE POLONIA

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    INTRODUCCION

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    LA MISA SOLEMNE

    Como una de las más bellas expresiones de la música vocal e instrumental hemos de presentar una descripción estético-musical de la Misa Solemnis de Beethoven. La elaboración de la obra es de calidad-superior y puede decirse que resume todas las exigencias que el ritual exige para el sacrificio desarrollado a través de la Liturgia.

    La Missa Solemnis que se celebra en las mas grandes fiestas de la Iglesia católica, tiene sus canones establecidos desde hace ya mucho tiempo. Empieza por la entonación del Salmo Judica me Deus y el Confiteor recitado por el sacerdote así como el canto Llano entonado por el coro que va del Gradual hasta el Introito anotado para el día de celebración de la Misa. Todo ésto corresponde a los modos litúrgicos del canto Gregoriano y es una de las más bellas introducciones a la masa coral que vendrá después.

    Después del Introito del Canto Llano, dicho por el Coro, se entona inmediatamente el Kyrie, comúnmente hecho en forma polifónica que contrasta con la melodía severa del canto Gregoriano. El Kyrie es siempre cantado lenta y devotamente, sus intensidades deban producir efectos de luz y sombra lo más tenuemente posible. El Christie, también en movimiento lento, puede ser confiado a las voces de los solistas. El segundo Kyrie es un poco más animado que el primero para realizar más la imploración. Estas partes las vamos a notar en toda su belleza a través de la creación beethoveniana y lo propio encontraremos en las Misas de Palestina que tienen la máxima expresión en el sentimiento religioso. Po ejemplo en la Misa Brevis, el Kyrie es de una belleza extraordinaria, difícil de cantar por los crescendos y diminuendos que posée.

    En ese instante en que se desarrollan los tres movimientos del Kyrie, el sacerdote, atendido por el diácono y el subdiácono ascienden al altar y esparcen el incienso repitiendo las palabras del Introito y del Kyrie en una forma apagada y sólo oidible a sus acompañantes.

    Tan pronto como la música termina, el sacerdote entona, con voz potente, las palabras Gloria in excelsis Deo en melodía gregoriana y que varia según lo establece el Misal y el Gradual. El coro contesta, en forma suave y apagada, con un Et in terra pax

    Son varios los movimientos dela Gloria, es interesante describirlos de una manera breve con las exigencias que cada parte contiene. El primer movimiento esta lleno de gozo, sin embargo, cuando se llega a las palabras Adoramus te Jesu Christo, deben ser cantadas suave y lentamente, aún las expresiones Gratias agimus y Gloriam tuam, comúnmente, se expresan en un matiz más dado en la sombra de acuerdo con el espíritu del templo.

    Después de las palabras Patris se hace una pausa, y entonces aparece el Quitollis que es cantado en forma lenta, en un adagio y que decrece cuando se llega a las expresiones Misere nobis y Suscipe deprecationem nostram".

    En el Queniam tu solus el primer tiempo se recuerda y es llevado, entonces, con vivacidad hasta el fin del movimiento, exceptuando de este desarrollo de jubilo las palabras Jesu Christe que deben ser cantadas suave y lentamente. Para mayor comprensión de todos estos desarrollos es muy conveniente oir la misa del Papae Marcelli y además compararla con la magnifica elaboración que tiene la Misa en Re mayor de Beethoven.

    Al llegar a este instante, el sacerdote recita las colectas para el día, el subdiácono canta la Epístola y el coro entona el Gradual en canto Llano, seguido por la Secuencia de acuerdo con la naturaleza de la misa. A continuación el diácono entona el Evangelio en su modo peculiar. Esto da lugar a una honda meditación por la severidad de canto Gregoriano y por ese claro obscuro que se ofrece con las voces recitadas y las en tonaciones al unísono del coro.

    Inmediatamente sigue otra de las partes, más interesante, de la misa,: el Credo. Las palabras Credo in unum Deum son entonadas, al principio por el sacerdote en canto Llano y se las encuentra en el Gradual y enel Misal. El coro a continuación menciona las palabras Patrem Omnipotentem, en un allegro moderado, con un espíritu de mayor religiosidad que, hasta entonces, se había tenido. En la misa de Beethoven, la primera parte es entonada por un solista y el coro eleva su voz con fuerza y decisión. Se retarda un poco el movimiento cuando se llega a Et in unum Dominum y aún más cuando se pronuncia el nombre de Jesu Christum, que son cantados con toda suavidad, tal como se ha hecho en la Gloria. Cambia violentamente el movimiento cuando se dice Filium Dei y en forma ascendente se llega a un fortissimo en Deum de Deo, hasta Facta sumt. Mas tarde, después de las palabras De coellis, hay una pausa amplia y aparece en una forma dulce y melodiosa el Et incarnatus est que es dicho en solemne adagio.

    Presentase un, momento de reflexión dolorosa: el Crucifixus y sólo hasta el Et rexurrexit, llegase a un Allegro desbordante.

    En la Misa del Papa Marcelo, esta parte está escrita para los solistas. Así también en la Missa Brevis, el Et resurrexit está cantado por la soprano y la contralto, que van retardando su movimiento a pesar de que las otras dos voces llevan el movimiento rápido.

    El Credo es seguido por el canto Llano del Offertorium propio del día que muchas veces es acompañado por un Motete o por un gran voluntario en el órgano. Todo esto en canto Gregoriano, lo que es seguido por el recitado del versículo y response llamado el Sursum Corda, acompañado del toque de campanas.

    A continuación aparece el Sanctus que siempre es un movimiento largo, de solemnidad peculiar. En ocasiones, como en la primera misa de Palestrina Virtute magna el Pleni sunt coelli es dicho únicamente por las voces de los solos. En la Misa del Papa Marcelo y en Aeterna Christi del mismo autor, es el Coro el que lo entona en movimiento más rápido. El Hosanna debe ser tranquilo y sereno.

    Después de la Elevación que tiene lugar en silencio, el Coro principia el Benedictus que es siempre delicioso, suave y encargado casi siempre a las voces solistas. El Pater Noster es entonado en canto Llano por el sacerdote y aparece el Agnus Dei mientras que el sacerdote toma la hostia.

    La primera parte del Agnus Dei puede ser cantada por los solos yla segunda por el Coro, siempre en forma mística.

    Al final, el Coro entona el Canto Llano Communie, tal como lo encontramos en el Gradual. El sacerdote recita la oración llamada de post-Comunión. Eldiacono entona las palabras Ite, missa est y el rito concluye con el Domine Salvum Fac.

    Con lujo de expresión vamos a encontrar estas indicaciones llevadas a la masa coral y orquestal por el genio de Beethoven en forma verdaderamente sorprendente.

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    LA MISA SOLEMNE DE BEETHOVEN

    Si las Sonatas de Beethoven expresan toda la vida de este insigne músico, si las Sinfonías son la realización de las musas en su magnífica expresión de belleza; si los Concierton corresponden a los sentimientos más delicados del estilista y los Cuartetos y música de Cámara correspondan a intimidades sugerentes del hombre; la Missa Solemnis, es la expresión de mayor religiosidad que tuviera el genio de Benn. Ciertamente no ha habido artista que haya sabido entregarnos todas las vivencias que el hombre tiene de más noble y de más profundo en su espíritu. Uno debe llegar al alma popular, a la exclamación del pueblo que goza en sus amores y en sus decepciones, el otro nos ha hablado de la Divinidad con la más pulida polifonía, con el arrebato del creyente fervoroso y lleno de sentido trascendental: el deus mas allá nos entusiasma por la meditación de cada una de sus obras, por el silencio y la duda que se encuentra después de cada cadencia; y otro más nos seduce por el arrebato de las pasiones expresadas en selvas lujuriosas y en fantasías que anonadan. Pero ninguno es el hombre, es ese ser que sabe guardar en su corazón un destello de la piedad omnisciente, un amor contrariado, un arrebato infantil, un sufrimiento que embarga a toda la existencia y una entrega a la Divinidad ingenua y placentera. Ese es el Beethoven, que nos sabe entregar las más deliciosas melodías en todas sus obras pero que en unas ocasiones es el canto de la alegría desbordando el vaso de la embriaguez espiritual, en otras es el dolor penetrante y cruel que desdeña toda salvación y que encuentra obscuridad y negrura en el porvenir en otros momentos en el rugido del león ante la impiedad de los hombres, ente la injusticia de la historia y de la época que nunca ha sabido apreciar a las grandes mentes y a los corazones magníficos, pues siempre ha ido por el relumbrón de la avaricia, por el sendero de los hombres diestros en el deshonor y en la villanía. Ese dolor que brota hecho sangre en algunas sinfonías de Beethoven, que se lo encuentra especialmente en la Missa Solemnis y que recóndito ahoga en la lágrima que no se ve pero que se intuye, en la mayor parte de sus sonatas y de su música de Cámara. En Beethoven el dolor se expresa con dolor, la alegría con placer, el sufrimiento con lágrimas, el amor con ternura, la piedad con oraciones. Esta es la sinceridad beethoveniana. Esta forma de expresión no la hemos de encontrar en ningún otro artista.

    En Mosart el dolor de una vida que se iniciara bajo el ropaje ilusorio de las cortes de Viena, vida que llegara a exigir la caridad pública en sus últimos años y que terminara sin un amigo y en la fosa común: dolor cruel y atormentador no es expresado con dolor. Todo lo contrario la Flauta Mágica señala la búsqueda de la verdad, el encuentro de la misma en una iniciación, si dolorosa, pero redentora. En Juan Sebastián Bach, a pesar de todas las mezquinidades de los hombres de su época, de toda la incomprensión de los eternos mortificadores que solo miden el tiempo y nunca sabrán estimar las obras, que es atrevían a exigirle determinado empleo de modulaciones y mayor tiempo para dedicarse a la enseñanza de estúpidos estudiantes: a pesar de todo ello no se encuentra el dolor expresado en dolor. A cada decepción hay un arrebato de fe, a cada incomprensión hay una entrega en himno de beatitud; a cada sufrimiento hay una Cantata y hay una Pasión salvadora y redentora de la humanidad. En Mozart se rio a través de la comedia como si la riqueza inundara el misérrimo hogar del músico. En Juan Sebastián Bach hay siempre una melodía llena de regocijo, como si su vida

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