Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Desde $11.99 al mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Un matrimonio imposible
Un matrimonio imposible
Un matrimonio imposible
Libro electrónico158 páginas2 horas

Un matrimonio imposible

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer vista previa

Información de este libro electrónico

Después de compartir un baile lento y erótico con un jeque de verdad, lo último que Rose se esperaba al volver al trabajo el lunes era un encargo del príncipe Khalim del reino de Maraban...
Aquel jeque se llevó a Rose a un palacio en el desierto en su jet privado, y allí la trató como a una princesa y no como a una empleada. Sin embargo, ella sabía que nunca podría ser una princesa de verdad. Khalim tenía que casarse con la mujer adecuada y vivir cumpliendo con su deber de rey. Pero ahora se necesitaban el uno al otro, sin poder evitarlo. Todo lo que ella podía hacer era rendirse al jeque. ¿Podría algún día llegar a ser algo más que su amante?
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento23 sept 2021
ISBN9788413758879
Un matrimonio imposible
Autor

Sharon Kendrick

<p>Fast ihr ganzes Leben lang hat sich Sharon Kendrick Geschichten ausgedacht. Ihr erstes Buch, das von eineiigen Zwillingen handelte, die böse Mächte in ihrem Internat bekämpften, schrieb sie mit elf Jahren! Allerdings wurde der Roman nie veröffentlicht, und das Manuskript existiert leider nicht mehr. Sharon träumte davon, Journalistin zu werden, doch leider kam immer irgendetwas dazwischen, und sie musste sich mit verschiedenen Jobs über Wasser halten. Sie arbeitete als Kellnerin, Köchin, Tänzerin und Fotografin – und hat sogar in Bars gesungen. Schließlich wurde sie Krankenschwester und war mit dem Rettungswagen in der australischen Wüste im Einsatz. Ihr eigenes Happy End fand sie, als sie einen attraktiven Arzt heiratete. Noch immer verspürte sie den Wunsch zu schreiben – nicht einfach für eine Mutter mit einem lebhaften Kleinkind und einem sechs Monate alten Baby. Aber sie zog es durch, und schon bald wurde ihr erster Roman veröffentlicht. Bis heute folgten viele weitere Liebesromane, die inzwischen weltweit Fans gefunden haben. Sharon ist eine begeisterte Romance-Autorin und sehr glücklich darüber, den, wie sie sagt, "besten Job der Welt" zu haben.</p>

Autores relacionados

Relacionado con Un matrimonio imposible

Títulos en esta serie (100)

Ver más

Libros electrónicos relacionados

Romance contemporáneo para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Un matrimonio imposible

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Un matrimonio imposible - Sharon Kendrick

    Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.

    Diríjase a CEDRO si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.

    www.conlicencia.com - Tels.: 91 702 19 70 / 93 272 04 47

    Editado por Harlequin Ibérica.

    Una división de HarperCollins Ibérica, S.A.

    Núñez de Balboa, 56

    28001 Madrid

    © 2001 Sharon Kendrick

    © 2021 Harlequin Ibérica, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.

    Un matrimonio imposible, n.º 1250- septiembre 2021

    Título original: Surrender to the Sheikh

    Publicada originalmente por Harlequin Enterprises, Ltd.

    Todos los derechos están reservados incluidos los de reproducción, total o parcial.

    Esta edición ha sido publicada con autorización de Harlequin Books S.A.

    Esta es una obra de ficción. Nombres, caracteres, lugares, y situaciones son producto de la imaginación del autor o son utilizados ficticiamente, y cualquier parecido con personas, vivas o muertas, establecimientos de negocios (comerciales), hechos o situaciones son pura coincidencia.

    ® Harlequin, Julia y logotipo Harlequin son marcas registradas por Harlequin Enterprises Limited.

    ® y ™ son marcas registradas por Harlequin Enterprises Limited y sus filiales, utilizadas con licencia.

    Las marcas que lleven ® están registradas en la Oficina Española de Patentes y Marcas y en otros países.

    Imagen de cubierta utilizada con permiso de Harlequin Enterprises Limited.

    Todos los derechos están reservados.

    I.S.B.N.:978-84-1375-887-9

    Conversión ebook: MT Color & Diseño, S.L.

    Índice

    Créditos

    Capítulo 1

    Capítulo 2

    Capítulo 3

    Capítulo 4

    Capítulo 5

    Capítulo 6

    Capítulo 7

    Capítulo 8

    Capítulo 9

    Capítulo 10

    Capítulo 11

    Capítulo 12

    Capítulo 13

    Capítulo 14

    Epílogo

    Si te ha gustado este libro…

    Capítulo 1

    LAS BODAS siempre tenían algo especial, algo mágico que hacía que el cinismo de todos los días se evaporara en el aire. Rose agarró con fuerza el borde de su copa de champán mientras esperaba que el padrino comenzara a hablar.

    Se había dado cuenta de ello en la iglesia, donde las mujeres habían estado limpiándose las lágrimas, emocionadas. Mujeres que normalmente se reunían en cafeterías para hablar de lo descuidados y fríos que eran los hombres, pero que se habían pasado toda la ceremonia sonriendo.

    ¡Incluso a Rose se le había escapado una lagrimita! Ella, que no era una mujer a la que le gustara demostrar en público sus emociones.

    —En mi país —anunció el padrino de boda, mirando a los novios con sus brillantes ojos negros—, las fiestas que se hacen después de una boda se empiezan con un brindis. ¡Que la alegría que compartís ahora, nunca se borre! Por ello, os pido a todos que levantéis vuestras copas para beber por Sabrina y Guy.

    —¡Por Sabrina y Guy! —repitieron todos, alzando obedientemente sus copas.

    Rose entonces, y no fue la primera vez, miró al padrino por encima de su copa. Era un hombre espectacular… espectacular en el verdadero sentido de la palabra. ¡Y es que no todas las personas eran tan afortunadas como para tener como padrino de boda a un verdadero príncipe!

    El príncipe Khalim, le había dicho Sabrina que se llamaba antes de la boda. Un príncipe de carne y hueso. Un príncipe con un verdadero país, el maravilloso Maraban, que un día gobernaría como sus antepasados habían hecho durante siglos. El hombre era un antiguo compañero de escuela de Guy, le había confesado tímidamente Sabrina a Rose; y habían mantenido su amistad desde entonces.

    Rose se lo había imaginado bajo, achaparrado y bastante feo. Pero, por una vez, sus expectativas habían sido erróneas. Porque el príncipe Khalim era el hombre más guapo que había visto jamás.

    Era alto, aunque quizá no tanto como el novio, y llevaba un traje sorprendente, que consistía en una túnica de seda de color dorado y unos pantalones anchos del mismo material.

    Una ropa así, pensó Rose, le habría dado a cualquier otro hombre el aspecto de estar en una fiesta de disfraces. Incluso le podría dar un aire ligeramente femenino. Pero la seda rozaba provocativamente el cuerpo fuerte y delgado de ese hombre. Un cuerpo que parecía emanar una virilidad primitiva y vibrante.

    Rose dio un trago a su copa y notó el sabor amargo en su garganta. Mientras bebía por segunda vez, se fijó en que de repente aquellos ojos negros la estaban mirando.

    Entonces, con una sonrisa peligrosa en los labios, el hombre comenzó a acercarse a ella.

    «Viene hacia aquí», pensó Rose, comenzando a temblar. «Está viniendo hacia mí».

    Las mujeres y los hombres se separaron como olas para que él cruzara lentamente la sala de baile del hotel Granchester. Su procedencia real se notaba en cada paso que daba y también en su forma de mirar. Su fuerza y poder le hacían ser el centro de atención de cada persona allí reunida.

    Rose notó un nudo en la garganta. De repente, sintió miedo y deseo a la vez. Por un momento, incluso estuvo tentada de darse la vuelta y salir corriendo de allí. Pero sentía las piernas flojas y no estaba segura de si podrían sostenerla. Además, ¿por qué habría de escapar?

    El hombre llegó finalmente a su lado y la miró. Su rostro, orgulloso y moreno, expresaba muchas cosas, entre ellas quizá cierta atracción por ella.

    Una atracción de tipo sexual, se dijo a continuación Rose con el corazón encogido.

    Parecían emanar de sus ojos oleadas de calor erótico y oscuro. Quería llevarla a su cama, se dijo ella. Lo demostraba el brillo de sus ojos negros y la curvatura de su boca.

    —Hola, ¿se da cuenta de que es usted la mujer más guapa de la fiesta?

    Lo dijo con un acento marcadamente inglés y Rose pensó inmediatamente en el contraste de dicho acento con sus ojos y su aspecto exótico.

    —No estoy de acuerdo —contestó ella, haciendo un esfuerzo por mantenerse firme bajo el fuego oscuro de sus ojos—. ¿No sabe que la novia es siempre la más guapa en cualquier boda?

    El hombre se volvió para mirar a Sabrina y, al hacerlo, Rose observó su magnífico perfil.

    —¿Sabrina? Sí, es muy guapa.

    A Rose le extraño sentirse celosa al oír aquello. ¿Celosa de Sabrina? ¿Sentir celos de una de sus mejores amigas?

    Luego el hombre se volvió hacia ella y Rose se encontró nuevamente atrapada por aquellos ojos de ébano.

    —Pero usted también es… muy guapa. ¿Qué pasa? ¿Es que no le gustan los piropos?

    —¡No, si vienen de personas a las que apenas conozco! –replicó ella con una brusquedad no buscada.

    Era evidente que él no estaba acostumbrado a que le hablaran de aquella manera, aunque solo un leve movimiento de sus cejas, tan oscuras como su pelo, indicó que le parecía una respuesta inadecuada.

    —Entonces no debería arreglarse tanto, ¿no le parece? Tendría que ponerse algo que le cubriera de la cabeza a los pies —añadió él, con voz suave, mientras la miraba desde la cabeza hasta las uñas de sus pies, pintadas de rosa.

    Rose sintió que se sonrojaba, algo que tampoco era habitual en ella. ¡Pero si nunca se ponía colorada! En el trabajo tenía que tratar cada día con desconocidos y nunca se ponía así. ¡Pero si parecía una adolescente sorprendida!

    —¿No está de acuerdo? —insistió él.

    Rose parpadeó. Sí, se había arreglado, pero era una boda, ¿no? Y las demás mujeres habían hecho lo mismo que ella.

    Había elegido para la ocasión un vestido corto de seda y gasa de color zafiro, como sus ojos. O por lo menos, eso era lo que le había dicho la mujer de la boutique donde lo había comprado. Llevaba también unas sandalias con tacones finos de color rosa. Las había comprado, deliberadamente, de distinto color del vestido.

    Lo que no llevaba era sombrero, porque le gustaba llevar su cabello, abundante y rubio, al descubierto. Particularmente en un día tan caluroso como aquel. Así que solo llevaba prendida en el pelo una orquídea rosa, que había comprado en una floristería cercana.

    Rose pensó que debía estar poniéndose tan colorada como aquella flor debido a la mirada de ese hombre tan exótico. Así que, para acabar con aquella situación cuanto antes, extendió la mano y le dirigió una sonrisa amable.

    —Me llamo Rose Thomas.

    El hombre agarró su mano y se quedó mirándola. Rose miró también hacia abajo y se quedó sorprendida al ver lo blanca que parecía su piel contra la de él, de color aceituna. De repente le pareció algo muy erótico.

    Rose trató de apartar la mano, pero él no le dejó hacerlo. Cuando ella alzó el rostro indignada, fue para descubrir que el hombre la estaba mirando burlonamente.

    —¿Y sabe quién soy yo, Rose Thomas?

    Era el momento de la verdad. Ella podía fingir que no lo sabía, claro, pero, ¿un hombre así no estaría acostumbrado a tener que enfrentarse al disimulo y a la falsedad?

    —¡Por supuesto que sé quién es usted! Esta es la primera boda a la que asisto con un verdadero príncipe como padrino de boda! Y me imagino que a todo el mundo le pasará igual.

    El hombre sonrió y ella notó que se relajaba visiblemente, así que aprovechó para intentar soltarse.

    —¿Qué le pasa, Rose Thomas, no le gusta que le toque la mano?

    —¿Va por ahí agarrando las manos de todas las mujeres con las que se encuentra? —preguntó ella con expresión incrédula—. ¿Es un privilegio que le otorga su título?

    Era evidente que aquel hombre no solía encontrar resistencia a sus deseos. Así que, apretando la mano de Rose con más fuerza, la miró a los ojos y se encogió de hombros.

    Luego le dirigió una mirada casi infantil. Una mirada que le había funcionado muy bien desde su estancia en un internado inglés, especialmente con las mujeres.

    —Ha sido usted quien me ha agarrado la mano a mí. ¡Lo sabe perfectamente!

    Rose trató de soltar una carcajada. ¡Eso era ridículo! Estaban discutiendo por un saludo. Además, Khalim era amigo de Guy y Sabrina, así que debería demostrar una mayor cortesía, aunque solo fuera por ellos.

    —Lo siento, estoy un poco nerviosa.

    —¿Por un hombre?

    Ella, sin pensarlo, hizo un gesto negativo con la cabeza.

    —¡Vaya conclusión! —protestó tras unos segundos.

    —Entonces, ¿por qué?

    —Por el trabajo.

    —¿Por el trabajo? —preguntó, como si hubiera mencionado una palabra desconocida para él.

    De hecho, quizá fuera así. Un hombre como el príncipe Khalim probablemente nunca había trabajado.

    —Sí, he tenido una semana muy dura. Bueno, más bien un mes muy duro —se encogió de hombros—. ¡Incluso un año muy duro! —se corrigió antes de tomarse lo que le

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1