Colección de Historias de Terror Reales Vol 2.: Incluye 2 libros - Exorcismos Reales e Historias de Terror de Demonios

Colección de Historias de Terror Reales Vol 2.

Alexandro Ferreira

Blake Aguilar

Índice

Exorcismos Reales

Introducción

1. El papel de los exorcismos en la cacería de brujas y en las inquisiciones

2. George Lukins

3. Gottliebin Dittus

4. Thiebauld y Joseph Burner

5. Clara Germana Cele

6. Sophia, víctima de brujería

7. El caso de Giselle y el Sr. Smith

8. Roland Doe

9. Bill Ramsey, el exorcismo de un hombre lobo

10. El caso de Anna

11. Anneliese Michel

12. Michael Taylor

13. Clarita Villanueva

14. El doctor Richard Gallagher y su paciente, Julia

15. Exorcismos en el siglo XXI

Conclusión

Historias de Terror de Demonios

Introducción

1. Un exorcismo vudú en Haití

2. El caso de Anneliese Michel

3. La trágica vida de Maricica Cornici

4. Las posesiones Loudun

5. Espíritus de la ola

6. Josué Velázquez en La mano peluda

7. La bestia desbocada

8. El demonio del espejo

9. Miguel Blanco y su encuentro con un demonio

10. Una invitación para el demonio

11. Demonios militares

12. El demonio en el circo

13. El primer encuentro

14. Los niños de ojos negros

Conclusión

Referencias

Exorcismos Reales

Los Exorcismos y Casos Registrados de Posesiones más Impactantes de la Historia

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Índice

Introducción

1. El papel de los exorcismos en la cacería de brujas y en las inquisiciones

2. George Lukins

3. Gottliebin Dittus

4. Thiebauld y Joseph Burner

5. Clara Germana Cele

6. Sophia, víctima de brujería

7. El caso de Giselle y el Sr. Smith

8. Roland Doe

9. Bill Ramsey, el exorcismo de un hombre lobo

10. El caso de Anna

11. Anneliese Michel

12. Michael Taylor

13. Clarita Villanueva

14. El doctor Richard Gallagher y su paciente, Julia

15. Exorcismos en el siglo XXI

Conclusión

Introducción

Al escuchar la palabra exorcismo, muchas personas pueden pensar en la famosa película de terror El exorcista.

Sin embargo, los exorcismos no están reservados al mundo de la ficción.

Cuando se explica en los términos más sencillos, un exorcismo es la práctica en la que se expulsa un demonio u otra entidad espiritual fuera de una persona o lugar que está poseído.

Dependiendo de las creencias del exorcista, el exorcismo se puede realizar de muchas maneras; ya sea provocando que la entidad pronuncie un juramento, por medio de la realización de un ritual muy elaborado o simplemente al ordenarle que salga en el nombre de un poder superior.

La práctica de llevar a cabo un exorcismo se encuentra, de una forma u otra, en el sistema de creencias de muchas culturas y religiones.

En el cristianismo, un exorcismo es la práctica en la que se expulsan demonios. La persona que lo realiza suele ser un miembro de la Iglesia cristiana. Aunque el exorcista puede ser, en ocasiones, un individuo agraciado con poderes o habilidades especiales.

Durante el proceso del exorcismo, el exorcista usa rezos y material religioso como imágenes, símbolos y gestos. Dios o Jesucristo suele ser invocado por nombre así como otra variedad de ángeles o arcángeles en diferentes puntos durante la ceremonia.

Es una creencia común entre los exorcistas cristianos que la autoridad otorgada a ellos por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (la Santa Trinidad) es la fuente de su habilidad para expulsar demonios.

En el cristianismo moderno, aquellos que se consideran poseídos no son vistos como seres malvados ni se les considera completamente responsables por sus acciones. Esto se debe a que las acciones llevadas a cabo cuando la persona está poseída son consideradas como el resultado de una manipulación involuntaria hecha por un demonio.

Por lo tanto, un exorcismo es más visto como una cura que como un castigo.

Esta creencia se refleja en las condiciones en las que el exorcismo suele ser llevado a cabo, la persona poseída sólo está restringida físicamente si hay posibilidad de violencia.

Una de las ramas del cristianismo, los exorcistas católicos son realizados en el nombre de Jesucristo. En el catolicismo, solamente un padre ordenado puede llevar a cabo un exorcismo formal, ya sea por medio del bautismo o en una ceremonia específica. Esta ceremonia solamente puede ser realizada con el permiso de un obispo.

Una ceremonia informal de exorcismo toma la forma de recitar las oraciones de liberación. La presencia de un sacerdote no es necesaria para un exorcismo informal; las oraciones de liberación pueden ser pronunciadas por cualquiera.

La sección 11 del Rituale Romanum enlista los lineamientos para llevar a cabo un exorcismo formal, así como explicar cuándo es necesario un exorcismo formal. Los sacerdotes reciben las instrucciones para determinar cuidadosamente que la aflicción es, en efecto, una posesión y no una enfermedad psicológica o física antes de meterse en los exorcismos.

Durante la ceremonia, el exorcista va a recitar oraciones de acuerdo con las rúbricas del rito. También puede utilizar material religioso como íconos y sacramentos.

Al igual que con las otras ramas del cristianismo, los exorcismos católicos invocan el nombre de Dios y de Jesús, así como el de otros miembros de la Iglesia triunfante y el arcángel Miguel.

Los exorcismos pueden ser realizados varias veces a la semana durante muchos años antes de que un demonio establecido profundamente sea expulsado finalmente.

La creencia de que un cuerpo o un lugar puede ser poseído y necesita ser purificado por medio de un exorcismo no es algo restringido al cristianismo. Muchas de las grandes religiones del mundo tienen una creencia similar de que una persona o un lugar puede estar poseído y que sólo puede ser purificado al realizar algún tipo de ceremonia de exorcismo.

Hinduismo

De los cuatro libros sagrados de la religión hindú, conocidos como Vedas, el Atharva Veda contiene secretos relacionados con los exorcismos, magia y la alquimia.

Para los hindúes, los medios básicos para el exorcismo son los mantras y el yajña, los cuales se encuentran en las tradiciones védicas y tántricas.

La tradición del visnuismo utiliza la recitación de los nombres de Narasinja, así como leer las escrituras, especialmente el Bhagavata-purana, en voz alta.

Islam

En el islam, un exorcismo es conocido como roqya y suele ser utilizado para reparar el daño causado por la magia oscura o sihr. Hoy en día, un roqya es parte de un cuerpo más amplio de medicina islámica alternativa contemporánea llamada al-Tibb al-Nabawi. Esto se traduce como medicina del Profeta.

Durante un exorcismo islámico, a la persona a la que se va a tratar se le dice que se recueste mientras un jeque coloca una mano sobre la cabeza de la persona afligida. Luego, el jeque puede recitar versos del Corán, pero esto no siempre se considera necesario. El agua bendita a veces puede ser bebida o rociada. En algunas ceremonias de exorcismo también se pueden utilizar perfumes sin alcohol, conocidos como ittars.

Igualmente se pueden recitar versos del Corán que glorifican a Dios e invocan la ayuda del todopoderoso. Esto no es inusual para cuando se leen los adhan (las llamadas para convocar a los rezos diarios). Esto se considera que tiene el efecto de repeler seres no angélicos invisibles, conocidos como djinn.

Judaísmo

En el judaísmo, los exorcismos eran realizados históricamente ya sea al administrar extractos de raíces venenosas o al hacer sacrificios.

Un rabino, quien ha dominado la Cábala práctica, realiza el ritual del exorcismo judío. Durante la ceremonia también está presente un grupo de diez adultos masculinos conocidos como minyán.

Al comienzo del exorcismo, el minyán y el rabino se reúnen en un círculo alrededor de la persona poseída. El minyán entonces recita el salmo 91 tres veces antes de que el rabino sople un cuerno de carnero o shofar.

El shofar se toca de forma específica ya que al tocar las varias notas y tonos en el orden correcto se considera que son capaces de destrozar el cuerpo.

La destrucción del cuerpo permite que la fuerza poseedora se sacuda hasta que quede débil. Después de aflojar esa fuerza, el rabino comienza a comunicarse con el espíritu al preguntarle por qué ha elegido poseer a la persona afligida.

Entonces, el minyán puede rezar por el espíritu antes de realizar la ceremonia. Se cree que, haciendo esto, el espíritu se siente lo suficientemente a salvo para dejar el cuerpo de la persona poseída.

Taoísmo

En la fe china del taoísmo, es común que los exorcismos se realicen en un individuo que ha sido poseído por un espíritu malvado por una de dos razones.

Puede ser que el individuo ha perturbado a un fantasma, sin importar la intención, y el fantasma ahora quiere venganza.

La otra opción es que una persona viva ha utilizado magia negra para mandar a que un espíritu posea a alguien que le ha hecho mal como una venganza. Los miembros del daoshi o fashi, ambos oficiales de rituales chinos, y sacerdotes ordenados por un maestro celestial pueden realizar exorcismos.

Las ceremonias taoístas de exorcismos incluyen cánticos, movimientos físicos y oraciones como formas para expulsar a los espíritus. Hoy en día, estos rituales de exorcismos suelen ocurrir durante festivales en los que se consideran más como una forma de entretenimiento que una necesidad o un asunto que se deba tratar con gran seriedad.

Cuando la ceremonia comienza, los líderes de los exorcismos crean una actuación dramática. Esto involucra expulsar a los demonios para que la aldea pueda vivir en paz otra vez. A veces, el líder de la ceremonia utiliza un arma filosa para hacerse sangrar. En el taoísmo se cree que la sangre protege. Después de que terminan los rituales, la sangre se salpica con un trapo y se coloca en la puerta de las casas como un acto de protección en contra de los espíritus malvados.

Mundo en general

En la sociedad actual, altamente secular y armada con el conocimiento de muchos avances científicos y médicos, muchas personas dicen que los exorcismos no tienen un propósito real. Se dice que los supuestos casos de posesión demoniaca en realidad con problemas de salud mental o física que se han malentendido o no han sido diagnosticados.

Los síntomas que son tradicionalmente atribuidos a la posesión demoniaca también son los síntomas de varias enfermedades físicas y mentales. Estas incluyen la histeria, manías, psicosis, síndrome de Tourette, epilepsia, esquizofrenia o trastorno de identidad disociativa.

Además de esto, también existe una forma de monomanía llamada demoniomanía o demoniopatía. Esta es una enfermedad en la que el paciente cree que ha sido poseído por uno o más demonios. En estos casos, parece que los exorcismos proporcionan una cura. Sin embargo, esto se debe en gran parte a un efecto placebo o simplemente por el poder de la sugestión.

También se cree que algunos casos de posesiones demoniacas son fingidos por narcisistas o por personas que sufren de baja autoestima y quieren ser el centro de atención.

Nuevos descubrimientos sobre problemas físicos y mentales suelen ser cotejados con casos históricos de posesiones demoniacas. La conclusión que se suele sacar es que la persona supuestamente poseída solía ser un individuo vulnerable que fue elegido como objetivo de forma injusta por la sociedad que no comprendía su situación.

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El papel de los exorcismos en la cacería de brujas y en las inquisiciones

Desde la edad media hasta el siglo XVIII, los juicios a brujas y la quema de brujas ocurrían en varios lugares de todo Europa y en los Estados Unidos de América. Entre los actos más famosos de esta gran variedad de casos fueron las acusaciones de maldiciones colocadas en las personas, acusaciones de posesiones demoniacas e intentos de realizar exorcismos.

En siglo XVII, una serie de juicios e inquisiciones ocurrieron en varias partes de Francia, a diferencia de los más conocidos y contemporáneos juicios de brujas que ocurrieron en Pendle, Inglaterra, y Salem, Estados Unidos.

Los casos franceses se diferenciaban en dos aspectos: tenían una naturaleza mucho más sexual y mucho más arraigados a la religión.

El primer cuarto del siglo XVII y cuando se presentó el punto más álgido de la cacería de brujas en Francia.

Durante este periodo de tiempo, el número de los casos de posesiones demoniacas que involucraron monjas, sacerdotes y otras figuras religiosas superó el de cualquier otro momento.

El primero de los casos franceses ocurrió en Aix-en-Provence. En este suceso, una serie de casos de supuesta posesión demoniaca se centraron en un grupo de monjas ursulinas.

Aix-en-Provence es una ciudad universitaria en la región de Provence-Alpes-Cote d’Azur al sur de Francia. En la actualidad esta zona es más conocida por ser el lugar de nacimiento del pintor impresionista Paul Cézanne. Sin embargo, en el siglo XVII, Aix-en-Provence se volvió como su por una razón mucho más siniestra.

Las monjas ursulinas de la ciudad eran una orden católica romana originalmente fundada en Brescia, Italia, por Santa Ángela Merici. La orden trabajaba para proporcionar educación a las niñas, así como también cuidados para enfermos y los necesitados.

En 1572, las ursulinas estuvieron de acuerdo para volverse una orden religiosa enclaustrada. Este cambio se volvió particularmente popular con las monjas ursulinas francesas, por lo que las Hermanas rápidamente comenzaron a reformarse a sí mismas como monjas enclaustradas. Bajo los votos solemnes, las monjas dedicaron sus vidas a la educación de las niñas dentro de los muros del convento.

En 1609, fue en una de estas comunidades que las señales de una invasión demoniaca se presentaron por primera vez en Aix-en-Provence.

La víctima era una joven de 17 años, Madeleine de Demandolx de la Palud. Madelein tenía un historial de inestabilidad emocional. A pesar de vivir en el convento con el resto de la orden, Madeleine solía regresar a casa bajo el cuidado de sus padres cuando sufría de episodios de depresión.

Mientras se recuperaba de uno de estos episodios, Madeleine recibió la visita de un amigo de la familia, el Padre Louis Gaufridi. A pesar de ser casi 20 años mayor que ella, el Padre Gaufridi y Madeleine se volvieron amigos cercanos.

Pronto comenzaron a extenderse los rumores de que eran amantes.

No pasó mucho tiempo antes de que este rumor llegara a los oídos de la jefa del convento ursulino en Marsella, la Hermana Catherine de Gaumer. Preocupada, la Hermana de Gaumer le informó a la madre de Madeleine sobre la supuesta relación. También sugirió al Padre Gaufridi que debería distanciarse inmediatamente de Madeleine.

Con el objetivo de asegurar de que no hubiera ningún contacto entre ambas personas, Madeleine fue admitida