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Del socialismo utópico al socialismo científico
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Libro electrónico112 páginas1 hora

Del socialismo utópico al socialismo científico

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"Del socialismo utópico al socialismo científico consta de tres capítulos que Engels extrajo de su Anti-Dühring, con el fin de ofrecer a los obreros una exposición popular de la doctrina marxista como concepción íntegra. En él, Engels consigue explicar de una forma sencilla la génesis del materialismo dialéctico y cómo de las condiciones materiales del sistema capitalista surge la posibilidad de construir una sociedad sin clases, es decir, el socialismo, que evolucionó desde los planteamientos utópicos de Owens, Fourier y Saint-Simon, al socialismo científico centrado en la concepción materialista de la historia, que pronostica el advenimiento necesario del socialismo a partir de las contradicciones internas del modo capitalista de producción.

Publicado en primer lugar en Francia (traducción de Paul Lafargue, 1880) con el título de Socialisme utopique et socialisme scientifique, este folleto vio la luz en Alemania en 1882, y se tradujo a otros diez idiomas. Por su carácter divulgativo y por su breve extensión, es uno de los textos más difundidos de los fundadores del marxismo."
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento19 jul 2021
ISBN9788446050766
Del socialismo utópico al socialismo científico
Autor

Friedrich Engels

Born in Barmen, Germany in 1820, Friedrich Engels was a philosopher, economist and political theorist who is known for his influence on socialist philosophy. After meeting Marx in 1844, Engels co-authored a number of groundbreaking works, including The Communist Manifesto.

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    Del socialismo utópico al socialismo científico - Friedrich Engels

    cubierta.jpg

    Akal / Básica de Bolsillo / 356

    Serie Clásicos del pensamiento político

    Friedrich Engels

    DEL SOCIALISMO UTÓPICO AL SOCIALISMO CIENTÍFICO

    logoakalnuevo.jpg

    Del socialismo utópico al socialismo científico consta de tres capítulos que Engels extrajo de su Anti-Dühring, con el fin de ofrecer a los obreros una exposición popular de la doctrina marxista como concepción íntegra. En él, Engels consigue explicar de una forma sencilla la génesis del materialismo dialéctico y cómo de las condiciones materiales del sistema capitalista surge la posibilidad de construir una sociedad sin clases, es decir, el socialismo, que evolucionó desde los planteamientos utópicos de Owens, Fourier y Saint-Simon, al socialismo científico centrado en la concepción materialista de la historia, que pronostica el advenimiento necesario del socialismo a partir de las contradicciones internas del modo capitalista de producción.

    Publicado en primer lugar en Francia (traducción de Paul Lafargue, 1880) con el título de Socialisme utopique et socialisme scientifique, este folleto vio la luz en Alemania en 1882, y se tradujo a otros diez idiomas. Por su carácter divulgativo y por su breve extensión, es uno de los textos más difundidos de los fundadores del marxismo.

    Diseño de portada

    Sergio Ramírez

    Reservados todos los derechos. De acuerdo a lo dispuesto en el art. 270 del Código Penal, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad quienes sin la preceptiva autorización reproduzcan, plagien, distribuyan o comuniquen públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, fijada en cualquier tipo de soporte.

    Nota editorial:

    Para la correcta visualización de este ebook se recomienda no cambiar la tipografía original.

    Nota a la edición digital:

    Es posible que, por la propia naturaleza de la red, algunos de los vínculos a páginas web contenidos en el libro ya no sean accesibles en el momento de su consulta. No obstante, se mantienen las referencias por fidelidad a la edición original.

    Título original

    Socialisme utopique et socialisme scientifique

    [Extraído del vol. 2 de Obras escogidas de K. Marx y F. Engels, Akal editor, 1975]

    © Ediciones Akal, S. A., 2021

    Sector Foresta, 1

    28760 Tres Cantos

    Madrid - España

    Tel.: 918 061 996

    Fax: 918 044 028

    www.akal.com

    ISBN: 978-84-460-5076-6

    Friedrich_Engels.jpg

    Friedrich Engels en 1879.

    Prólogo a la edición inglesa de 1892[1]

    El pequeño trabajo que tiene delante el lector, formaba parte, en sus orígenes, de una obra mayor. Hacia 1875, el doctor E. Dühring, privat-docent en la Universidad de Berlín, anunció de pronto y con bastante estrépito su conversión al socialismo y presentó al público alemán, no sólo una teoría socialista detalladamente elaborada, sino también un plan práctico completo para la reorganización de la sociedad. Se abalanzó, naturalmente, sobre sus predecesores, honrando particularmente a Marx, sobre quien derramó las copas llenas de su ira.

    Esto ocurría por los tiempos en que las dos secciones del Partido Socialista Alemán –los eisenachianos y los lassalleanos[2]– acababan de fusionarse, adquiriendo este así, no sólo un inmenso incremento de fuerza, sino algo que importaba todavía más: la posibilidad de desplegar toda esta fuerza contra el enemigo común. El Partido Socialista Alemán se iba convirtiendo rápidamente en una potencia. Pero, para convertirlo en una potencia, la condición primordial era no poner en peligro la unidad recién conquistada. Y el doctor Dühring se aprestaba públicamente a formar en torno a su persona una secta, el núcleo de un partido futuro aparte. No había, pues, más remedio que recoger el guante que se nos lanzaba y dar la batalla, por muy poco agradable que ello nos resultase. Por cierto, la cosa, aunque no muy difícil, había de ser, evidentemente, harto pesada. Es bien sabido que nosotros, los alemanes, tenemos una terrible y poderosa Gründlichkeit, un cavilar profundo o una caviladora profundidad, como se le quiera llamar. En cuanto uno de nosotros expone algo que reputa una nueva doctrina, lo primero que hace es elaborarla en forma de un sistema universal. Tiene que demostrar que lo mismo los primeros principios de la lógica que las leyes fundamentales del Universo, no han existido desde toda una eternidad con otro designio que el de llevar, al fin y a la postre, hasta esta teoría recién descubierta, que viene a coronar todo lo existente. En este respecto, el doctor Dühring estaba cortado en absoluto por el patrón nacional. Nada menos que un Sistema completo de la filosofía –filosofía intelectual, moral, natural y de la historia–, un Sistema completo de Economía política y de socialismo y, finalmente, una Historia crítica de la Economía política –tres gordos volúmenes en octavo, pesados por fuera y por dentro, tres cuerpos de ejército de argumentos, movilizados contra todos los filósofos y economistas precedentes en general y contra Marx en particular–; en realidad, un intento de completa «subversión de la ciencia». Tuve que vérmelas con todo eso; tuve que tratar todos los temas posibles, desde las ideas sobre el tiempo y el espacio hasta el bimetalismo, desde la eternidad de la materia y el movimiento hasta la naturaleza perecedera de las ideas morales; desde la selección natural de Darwin hasta la educación de la juventud en una sociedad futura. Cierto es que la sistemática universalidad de mi contrincante me brindaba ocasión para desarrollar frente a él, en una forma más coherente de lo que hasta entonces se había hecho, las ideas mantenidas por Marx y por mí acerca de tan gran variedad de materias. Y esta fue la razón principal que me movió a acometer esta tarea, por lo demás tan ingrata.

    Mi réplica vio la luz, primero, en una serie de artículos publicados en el Vorwärts[3] de Leipzig, órgano central de prensa del Partido Socialista, y, más tarde, en forma de libro, con el título de Herrn Eugen Dührings Umwälzung der Wissenschaft [La subversión de la ciencia por el señor E. Dühring], del que en 1886 se publicó en Zúrich una segunda edición.

    A instancias de mi amigo Paul Lafargue, actual representante de Lille en la Cámara de los Diputados de Francia, arreglé tres capítulos de este libro para un folleto, que él tradujo y publicó en 1880 con el título de Socialisme utopique et socialisme scientifique. De este texto francés se hicieron una versión polaca y otra española. En 1883, nuestros amigos de Alemania publicaron el folleto en su idioma original. Desde entonces, se han publicado, a base del texto alemán, traducciones al italiano, al ruso, al danés, al holandés y al rumano. Es decir, que, contando la actual edición inglesa, este folleto se ha difundido en diez lenguas. No sé de ninguna otra publicación socialista, incluyendo nuestro Manifiesto comunista de 1848 y El capital de Marx, que haya sido traducida tantas veces. En Alemania se han hecho cuatro ediciones, con una tirada total de unos veinte mil ejemplares.

    El apéndice «La Marca»[4] fue escrito con el propósito de difundir entre el Partido Socialista Alemán algunas nociones elementales respecto a la historia y al desarrollo de la propiedad rural en Alemania. En aquel entonces era tanto más necesario cuanto que la incorporación de los obreros urbanos al partido estaba en vía de concluirse y se planteaba la tarea de ocuparse de las masas de obreros agrícolas y de los campesinos. Este apéndice fue incluido en la edición, teniendo en cuenta la circunstancia de que las formas primitivas de posesión de la tierra, comunes a todas las tribus teutónicas, así como la historia de su decadencia, son menos conocidas todavía en Inglaterra que en Alemania. He dejado el texto en su forma original, sin aludir a la hipótesis recientemente expuesta por Maxim Kovalevski, según la cual al reparto de las tierras de cultivo y de pastoreo entre los miembros de la Marca precedió el cultivo en común de estas tierras por una gran comunidad familiar patriarcal, que abarcó a varias generaciones (de ejemplo puede servir la zádruga[5] de los sudeslavos, que aún existe hoy día). Luego, cuando la comunidad creció y se hizo demasiado numerosa para administrar en común la economía, tuvo lugar el reparto de la tierra. Es probable que Kovalevski tenga razón, pero el asunto se encuentra aún sub júdice[6].

    Los términos de economía empleados en este trabajo coinciden, en tanto que son nuevos, con los de la edición inglesa de El capital de Marx. Designamos como «producción mercantil» aquella fase económica en que los objetos no se producen solamente para el uso del productor, sino también para los fines del cambio, es decir, como mercancías, y no como valores de uso. Esta fase va desde los albores de la producción para el cambio hasta los tiempos presentes; pero sólo alcanza su pleno desarrollo bajo la producción capitalista, es decir, bajo las condiciones en que el capitalista, propietario de los

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