Guía de Ocultismo en Español: Cómo Entender los Misterios del Ocultismo y Transformar tu Vida por Completo con Poderes Psíquicos, Adivinación y Rituales

1

¿Qué es lo oculto?

La palabra oculto se origina de la palabra occultus en latín, y de la francesa occulte, que es el pasado participio de occulere. Estas palabras se traducen a clandestino, secreto, cubierto, escondido, o fuera de la vista.

El ocultismo fue relacionado a los estudios paranormales, incluidos la astrología, alquimia, magia, precognición, telequinesis, necromancia, y la metafísica a finales del siglo 16.

El registro más temprano del uso de la palabra ocultismo es en textos ingleses, en un artículo titulado Unas preguntas para Hiraf y que fue publicado en 1875 por el Spiritual Scientist, una revista de espiritualidad estadounidense. Una inmigrante rusa y fundadora de la teosofía llamada Helena Blavatsky escribió este artículo mientras vivía en los Estados Unidos.

Resumido en términos generales, el ocultismo es una variedad de prácticas paranormales y creencias similares a la magia, misticismo, y espiritualidad. También está conectado con conceptos de otros mundos como parapsicología, percepción extrasensorial, psicometría, y psicoquinesia.

El ocultismo es lo opuesto al apocalipsis, del griego apokalyptein, un término espiritual que denomina revelación o divulgación. Esta es la razón por la que las denominaciones religiosas consideran al ocultismo como la antítesis de lo divino. Un ocultista es devoto a la ciencia de ganar conocimiento espiritual más allá del plano físico y los tentáculos de la ciencia.

Existen interminables opiniones y postulaciones sobre la comprensión y práctica de seres místicos y fuerzas extraordinarias. Dichos seres, poderes, y costumbres - primariamente adivinatorias y fuera de este mundo - han existido y sido documentadas en la historia, aunque con discrepancias sustanciales en su descripción y percepción pública.

La ciencia recientemente fue criticada y demonizada porque sugiere recurrir a prácticas y matices que no concuerdan con la versión comúnmente aceptada de lo normal.

Para las personas laicas, el punto focal del ocultismo es la supuesta habilidad del experto para influenciar u orquestar las leyes de la naturaleza y la moralidad a su voluntad, para beneficio propio o de otros.

Los antropólogos opinan que es imposible distinguir entre religión y magia, que es la constitución principal de la creencia ocultista. Este es el caso de diferentes sectas religiosas de sociedades individuales. Sin embargo, esta opinión no tiene muchas bases, ya que vasta cantidad de grupos religiosos perciben las leyes naturales y la moralidad como claramente definidas.

La evolución de lo oculto

La narrativa occidental sobre lo sobrenatural en los siglos 19 y 20 impactaron en la visión actual del ocultismo. Los siglos 16 y 17 hizo que la gente creyera en la existencia de fuerzas y entidades sobrenaturales. La prevalencia de estas fuerzas más allá del control humano les brindaba consuelo a algunas personas, mientras que a otras las martirizaba con terror, sufrimiento, y muerte. Muchos practicantes del ocultismo reinaron supremos en virtud de su derecho a controlar estos poderes psíquicos.

Los eventos que fueron provocados llevaron a la divina inquisición y textos como el Malleus Maleficarum, que sirvió para terminar las vidas de cientos, si no es que miles, de satanistas, brujas, y otros herejes. La tortura y persecución de los ocultistas llevó a un incremento en los esfuerzos de algunos clérigos religiosos deshonestos a engañar al publico con milagros y objetos de virtud falsos. Los siglos 16 y 17 brindaron una cantidad severa de ocurrencias sobrenaturales, empezando desde la explotación de artefactos y, mucho después, los cazadores de brujas.

El ocultismo occidental es una creencia secreta antigua fundamental para todas las practicas ocultistas. Esta filosofía oculta se origina de la alquimia y la magia Helenística por un lado, y el espiritualismo judío por el otro. La fuente primaria de la magia Helenística es el texto escrito por Hermes Trismegisto, el Corpus Hermeticum, y este tratado incluye gnosis, astrología, alquimia, magia, y otras ciencias místicas que favorecen la regeneración espiritual. Sus doctrinas eran instrumentales en la evolución de la magia Wicca, neopaganismo moderno, y la occidental.

El misticismo judío es respaldado por el Cábala, el cual está compuesto de enseñanzas sobre el misticismo esotérico. El Zohar, escrito en hebreo y arameo medieval, es un compendio de comentarios místicos sobre el Torá, y es el fundamento del Cábala.

El pensamiento metafísico judío fue conocido por los escolares europeos en la Edad media y fue asociado con el Corpus Hermeticum durante el Renacimiento. La costumbre Cábala hermética consiguiente fue llamada Hermetismo, la cual fue integrada a la ideología y práctica mágica (esta última ocurrió como una mágica natural y positiva en contraposición a la magia negativa que ofrecían la hechicería y brujería).

La ciencia de la alquimia se incorporó al Hermetismo, y fue reforzada con la aparición del Rosacrucianismo a inicios del siglo 17. Los rosacruces eran una sociedad encubierta que usaba los símbolos alquímicos y heredaron la sabiduría arcana a sus seguidores, así crearon un método de alquimia espiritual que continuó más allá de los avances de la ciencia teórica y le permitió al Hermetismo progresar con fluidez hacia la Era de la Ilustración (1715 – 1789).

En el siglo 18, los francmasones adoptaron el ocultismo, gracias a que no encontraron una doctrina ocultista adecuada en la Francmasonería. Estos entusiastas inclinados hacia el esoterismo perseveraron como estudiantes exclusivos del Hermetismo y como grupos ocultistas en la Europa Continental durante el siglo 19, cuando el cinismo religioso causó un rechazo a las doctrinas religiosas de los iluminados.

Esto llevó a una investigación complementaria para redimirse por otros medios, incluido el ocultismo.

Mientras el protestantismo perdió su relevancia cultural y social, la observación científica y el estudio de los fenómenos naturales ganaron un campo importante, y ocasionó desconfianza general. Después, en el siglo 18, esta falta de confianza creó el Deísmo, una escuela de pensamiento que confirmó la creencia de que Dios era el creador de las leyes naturales.

El deísmo fue restringido a solo un par de miembros poderosos e influyentes de la sociedad tales como George Washington, Benjamin Franklin, y otros padres fundadores de Estados Unidos. El siglo 19 creó una imagen dudosa del misticismo que fungió como la base del pensamiento libre.

Los librepensadores influenciaron todas las formas de pensamiento teológico y académico de su tiempo. Los eventos de este periodo fomentaron argumentos de predicadores con ateos confirmados, teólogos que probaban la existencia de dios, y misionarios que doblaban sus esfuerzos para influenciar a los faltos de fe.

Incluso con la reaparición del misticismo en el siglo 19, el ocultismo no logró generar presencia en las facciones académicas, incluso cuando había impactado a artistas famosos como Wassily Kandinsky, Austin Osman Spare, y el poeta William Butler Yeats ocasionalmente. A raíz de esto, podemos decir con seguridad que la definición del ocultismo ha ido de ser envuelto en misterio y conocimiento oculto a los no-iniciados, a conllevar diferentes significados y varios conceptos erróneos. En el intenso debate entre los religiosos y los librepensadores, una secta pequeña que prefiere ser llamada espiritualistas propusieron una nueva perspectiva.

Ellos afirman que la diferencia entre esta vida y la vida más allá de ella es una teoría creada por nosotros mismos, ya que todo lo conocido, y lo no conocido, es parte de este universo.

Los espiritualistas buscaron la ayuda de videntes para acceder al reino sobrenatural y transmitir mensajes que no podrían ser obtenidos usando métodos científicos. Los videntes canalizaron una variedad de fenómenos psíquicos que indicaban la presencia de fuerzas invisibles que operaban en el plano físico; poderes que no habían sido conocidos ni documentados por los cuerpos científicos de la época. Por ende, con el adviento y avance del espiritualismo, algunos académicos con conexiones fuertes a la religión y métodos científicos afirmaron que la observación científica podía ser utilizada para estudiar apariciones paranormales, especialmente con respecto a los espantos, apariciones, y fantasmas.

Esta idea dio vida al Club de Fantasmas de Inglaterra en 1862, y una gran cantidad de investigaciones se llevaron a cabo sobre las apariciones sobrenaturales a lo largo de las siguientes dos décadas. En 1882, los investigadores de la Nueva Era empezaron la Sociedad para la Investigación Psíquica de Londres para observar los acontecimientos en sesiones espirituales y otros fenómenos paranormales.

La línea de tiempo entre 1882 a 1939 – el inicio de la segunda guerra mundial – marcó una alianza turbulenta entre la investigación psíquica y el espiritualismo. El espiritualismo y sus ramas (principalmente la Teosofía) expusieron los fenómenos psíquicos que los investigadores catalogaron y usaron para experimentación. Entendieron que estos acontecimientos, si fueran probados, tendrían grandes consecuencias para entender el mundo y su funcionamiento.

Se recopiló una gran cantidad de datos, tanto negativos como positivos. Fue compilada evidencia que documentaba una plétora de acontecimientos sobrenaturales que sostenía contacto mortal-espiritual. Simultáneamente, fue descubierto que la mayoría de la información que era recopilada a través de medios como la telequinesis y materializaciones mente sobre materia con frecuencia era fraudulenta. Esta incidencia incremental de trampas, incluso por videntes que eran percibidos como genuinos, crearon un dilema.

Estos acontecimientos causaron muchas preguntas sobre la posición del Espiritualismo. Aunque