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Divinas palabras
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Libro electrónico157 páginas1 hora

Divinas palabras

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Divinas palabras es una obra teatral de Ramón María del Valle-Inclán emparentada con el esperpento. Narra la historia de la familia del sacristán Pedro Gailo, casado con Mari Gaila. Tras la muerte de la hermana de Pedro, la familia se disputa la posesión del hijo de la difunta, Laureaniño el Idiota, un enano con hidrocefalia que puede valer una fortuna si se expone en ferias de pueblo. Con estilo descarnado, el autor presenta esta obra cruel en tono de tragicomedia.-
IdiomaEspañol
EditorialSAGA Egmont
Fecha de lanzamiento4 sept 2020
ISBN9788726485929
Divinas palabras

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    Divinas palabras - Ramón María del Valle-Inclán

    Saga

    Divinas palabras

    Cover image: Shutterstock

    Copyright © 1919, 2020 Ramón María del Valle-Inclán and SAGA Egmont

    All rights reserved

    ISBN: 9788726485929

    1. e-book edition, 2020

    Format: EPUB 3.0

    All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

    SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

    DRAMATIS PERSONAE

    LUCERO, QUE OTRAS VECES SE LLAMA SÉPTIMO MIAU Y COMPADRE MIAU.

    POCA PENA, SU MANCEBA.

    JUANA LA REINA Y EL HIJO IDIOTA.

    PEDRO GAILO, SACRISTÁN DE SAN CLEMENTE; MARIGAILA, SU MUJER, Y SIMONIÑA, NACIDA DE LOS DOS.

    ROSA LA TATULA, VIEJA MENDIGA.

    MIGUELÍN EL PADRONÉS, MOZO LEÑADOR.

    UN CHALÁN.

    MUJERUCAS QUE LLENAN LOS CÁNTAROS EN LA FUENTE.

    MARICA DEL REINO CON OTRAS MUJERUCAS.

    UN ALCALDE PEDÁNEO.

    UNA RAPAZA.

    EL CIEGO DE GONDAR.

    EL VENDEDOR DE AGUA DE LIMÓN.

    UN PEREGRINO.

    LA PAREJA DE CIVILES.

    UN MATRIMONIO DE LABRIEGOS CON UNA HIJA ENFERMA.

    LA VENTERA.

    SERENÍN DE BRETAL.

    UNA VIEJA EN UN VENTANO.

    UNA MUJER EN PREÑEZ.

    OTRA VECINA.

    UN SOLDADO CON EL CANUTO DE LA LICENCIA.

    LUDOVINA LA TABERNERA.

    TROPAS DE RAPACES CON BURLAS Y CANCIONES.

    BEATERÍO DE VIEJAS Y MOZAS.

    BENITA LA COSTURERA.

    QUINTÍN PINTADO.

    MILON DE LA ARNOYA.

    COIMBRA, PERRO SABIO.

    COLORÍN, PÁJARO ADIVINO.

    EL TRASGO CABRÍO.

    UN SAPO ANÓNIMO QUE CANTA EN LA NOCHE.

    FINAL DE GRITOS Y ATURUJOS MOCERILES.

    JORNADA PRIMERA

    Escena Primera

    San Clemente, anejo de Viana del Prior. Iglesia de aldea sobrela cruz de dos caminos, en medio de una quintana consepulturas y cipreses. PEDRO GAILO, el sacristán, apaga loscirios bajo el pórtico románico. Es un viejo fúnebre, amarillo decara y manos, barbas mal rapadas, sotana y roquete. Sacude losdedos, sopla sobre las yemas renegridas, las rasca en lascolumnas del pórtico. Y es siempre a conversar consigo mismo,huraño el gesto, las oraciones deshilvanadas.

    PEDRO GAILO

    ...Aquéllos viniéronse a poner en el camino, mirando al altar. Éstos que andan pormuchas tierras, torcida gente. La peor ley. Por donde van muestran sus malas artes.¡Dónde aquéllos viniéronse a poner! ¡Todos de la uña! ¡Gente que no trabaja y correcaminos!...

    PEDRO GAILO

    se pasa la mano por la frente, y los cuatro pelosquédanle de punta. Sus ojos con estrabismo miran hacia lacarretera donde hacen huelgo dos farandules, pareja de hombrey mujer con un niño pequeño, flor de su mancebía. Ella, triste yesbelta, la falda corta, un toquillón azul, peines y rizos. Elhombre, gorra de visera, la guitarra en la funda, y el perrosabio sujeto de un rojo cordón mugriento. Están sentados en lacuneta, de cara al pórtico de la iglesia. Habla el hombre, y lamujer escucha zarandeando al niño que llora. A esta mujer laconocen con diversos nombres, y, según cambian las tierras, esJulia, Rosina, Matilde, Pepa la Morena. El nombre del farandules otro enigma, pero la mujer le dice LUCERO. Ella recibe desu coime el dictado de POCA PENA.

    LUCERO

    Tocante al crío, pasando de noche por alguna villa, convendría soltarlo. POCA PENA

    ¡Casta de mal padre!

    LUCERO

    Pon que no lo sea.

    POCA PENA

    Tú mismo eres a titularte de cabra.

    LUCERO

    Pues titulándome padre del crío, considero que no debo legarle mi mala leche.

    POCA PENA

    ¿Qué estás ideando? ¡No te pido correspondencias para mí, te pido que tengas entrañas de padre!

    LUCERO

    ¡Porque las tengo!

    POCA PENA

    Si el hijo me desaparece, o se me muere por tus malas artes, te hundo esta navaja en el costado, ¡Lucero, no me dejes sin hijo!

    LUCERO

    Haremos otro.

    POCA PENA

    ¡Ten caridad, Lucero!

    LUCERO

    Cambia la tocata.

    POCA PENA

    ¡Escapado de un presidio!

    LUCERO

    hace un gesto desdeñoso, y con la mano vuelta pegaen la boca de la coima, que, gimoteando, se pasa por los labiosuna punta del pañuelo. Mirando la sangre en el hilado, la coimase ahínca a llorar, y el hombre tose con sorna, al compás quesaca chispas del yesquero. PEDRO GAILO, el sacristán, levantalos brazos entre las columnas del pórtico.

    PEDRO GAILO

    ¡A otro lugar era el iros con vuestros malos ejemplos, y no venir con ellos a delante de Dios!

    LUCERO

    Dios no mira lo que hacemos. Tiene la cara vuelta. PEDRO GAILO

    ¡Descomulgado!

    LUCERO

    ¡A mucha honra! ¡Veinte años llevo sin entrar en la iglesia!

    PEDRO GAILO

    ¿Te titulas amigo del Diablo?

    LUCERO

    Somos compadres.

    PEDRO GAILO

    Ahora ríes enseñando los dientes, ya te llegará el rechinarlos.

    LUCERO

    No temo esa hora.

    POCA PENA

    Hasta las bestias del monte temen.

    PEDRO GAILO

    Para toda conducta hay premio o castigo, enseña la doctrina de Nuestra Santa Madre la Iglesia.

    LUCERO

    Cambie usted la tocata, amigo. Esa polca es muy antigua.

    PEDRO GAILO

    Dios Nuestro Señor no baja su dedo porque yo calle.

    LUCERO

    ¡Bueno! Una vieja, con mantilla de paño pardo sale al pórtico, despuésotra, más tarde otra. Salen deshiladas; portan agua bendita enel cuenco de las manos y la van regando sobre las sepulturas.La última tira de un dornajo con cuatro ruedas, camastro endonde bailotea adormecido un enano hidrocéfalo. JUANA LAREINA, sombra terrosa y descalza que mendiga por ferias yromerías con su engendro, interroga al sacristán, de quien eshermana.

    LA REINA

    ¿Cómo no disteis la comunión en la misa? PEDRO GAILO

    No había partículas en el copón.

    LA REINA

    Hacía cuenta de recibir a Dios. La tierra me llama.

    PEDRO GAILO

    Sí que estás decaída.

    LA REINA

    Esta madre roe en mí.

    PEDRO GAILO

    ¡Madre llamas a la tierra! ¡Madre es de todos los pecadores! Y el sobrino, ¿va despertándose? Él alumbra algún conocimiento, hermana mía.

    LA REINA

    ¡Malpocado!

    PEDRO GAILO pone su ojo bizco sobre el enano, que conexpresión lela mueve la enorme cabezota. Y la madre le espantalas moscas que acuden

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