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Especimen
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Libro electrónico104 páginas52 minutos

Especimen

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Información de este libro electrónico

Especimen de Eleonora Aldea es un libro de fragmentos autobiográficos que, con una voz fuerte, moderna y llena de un gran estilo y belleza, explora qué es ser mujer en el Chile actual. Así en textos que se mezclan con lettering, caligrafías, citas y con otros formatos, la autora nos devela su propia intimidad. Y será el registro que ella lleva; ese poder de observación y análisis, lo que le dará riqueza a este relato, lleno de preguntas sobre el amor, el sexo, el matrimonio y la maternidad.
Las distintas escenas que Eleonora compone y que emocionan, vienen a exponer de forma vívida, esa intimidad tan difícil de explicar con palabras. Y ahí, aparecen una madre joven que baila con sus hijos pequeños en su living. La ciudad de Viña, como la ciudad de la nostalgia. Las rutinas y el eje de lo cotidiano como lo que ilumine los demonios, pero también, la belleza de vivir para la narradora. Este es un libro a puerta cerrada. O una puerta abierta.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 nov 2017
ISBN9789569274640
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    Especimen - Eleonora Aldea

    ESPECIMEN

    E

    LEONORA

    A

    LDEA

    P

    ARDO

    ESPECIMEN

    © Eleonora Aldea Pardo, 2017.

    www.aldeapardo.com

    Neón es un sello editorial del grupo ebooks Patagonia

    www.ebookspatagonia.com

    [email protected]

    Rafael Cañas 16, Of. D, Providencia

    Santiago de Chile

    ISBN Edición impresa: 978-956-9984-01-3

    ISBN Edición digital: 978-956-9274-64-0

    Propiedad intelectual: 282.880

    Primera edición Noviembre 2017

    Segunda edición Diciembre 2017

    Edición: María Paz Rodríguez

    Diagramación: Eleonora Aldea Pardo / Catherine Trigo

    Diseño de portada: Eleonora Aldea Pardo

    Fotografía autor: Leopoldo Gutiérrez Aldea

    Diagramación digital: ebooks Patagonia

    www.ebookspatagonia.com

    [email protected]

    Le agradecemos la compra de este libro, ya que apoya al autor y al editor, estimulando la creatividad y permitiendo que más libros sean producidos. La reproducción total o parcial de este libro queda prohibida, salvo que se cuente con la autorización del editor.

    Índice

    Dedicatoria

    Especimen

    Amor

    A

    B

    C

    D

    E

    F

    G

    H

    I

    J

    K

    L

    M

    N

    Ñ

    O

    P

    Q

    R

    S

    T

    U

    V

    W

    X

    Y

    Z

    Agradecimientos

    Colofón

    Para mis papás y para mis hijos.

    Por hacerme y deshacerme.

    En Tipografía, un especimen es una publicación en la que se presenta una familia tipográfica. Detallando los caracteres que la componen, sus distintos usos y variantes, básicamente responde a las preguntas: ¿cuál es la tipografía?, ¿cómo es?, ¿qué elementos tiene?, ¿cómo puedo usarla?

    Me tatué AMOR en el brazo izquierdo. Me gusta que en algunas fotos pareciera que dice ROMA. Porque las dos palabras significan, para mí, un origen. Desde el amor, todo. Desde Roma, todo. El alfabeto, los hijos, los nombres, el lenguaje. Desde mi brazo izquierdo vivo mi vida.

    Lástima que mi tatuaje se infectó y con lo alharaca que soy estuve días pensando que me lo iban a tener que amputar.

    NADIE SABE QUE AMA, NADIE PIENSA QUE AMA.

    El amor se huele, se toca, se degusta, se escucha, se ve

    en el cuello, en la guata, en las manos bien abiertas

    en algo que se dice muy bajito

    y se paran los pelos.

    Todo empieza con la A. Con una A de peluche que se cose a mano. Porque su nombre empezaba con A y era su cumpleaños. Porque le gustaban las letras y me pareció que regalarle una A era apropiado, junto a veintidós regalos más porque cumplía 23.

    Dos días después de eso, terminó conmigo.

    Él me encargó un libro de tipografía cuando viajé a Nueva York para pasar el año nuevo allá con mi hermano que trabaja en una aerolínea. Él tenía Educación Tipográfica de Francisco Gálvez y me lo prestó para que lo leyera. Él me habló sobre sus pasiones y yo lo escuché. ¿No es eso el amor básicamente? Escuchar hablar a alguien. Mirarlo mientras te habla. Yo lo miré mucho mientras él me habló sobre letras. Y aunque me gustaría tener una mejor historia para contar, cuando me preguntan sobre cómo y cuándo nació mi pasión por las letras, acá es donde empieza. Con un pololo que me pateó.

    Su nombre era Armando y yo solía escribirlo así:

    A(r)mando. Me parecía fascinante amar a alguien cuyo nombre contuviera la acción misma de amarlo. Estuvimos juntos por ocho meses, pero yo creo que lo amé (y lo sufrí) por años. No sé si la relación fue tan buena, francamente, pero mi admiración por él era muy grande y muy sincera. Y por eso mismo me demoré mucho tiempo en dejar que su opinión de mí no me afectara. Para ser honesta, no estoy tan segura de haberlo logrado en un 100%, y debo admitir que escribiendo estas letras, este inicio de mi libro, me pregunto si lo va a leer. (Spoiler: no lo va a leer).

    Armando me enseñó muchas cosas, y se sabe que no hay nada más caliente que alguien que te enseña cosas y que aparte, es mino. Una persona que te abre la mente, como cuando se terminan los trailers y la pantalla se expande antes que empiece la película. Una persona que admiras.

    No hay amor sin admiración. No del bueno, por lo menos.

    Porque uno crece cuando ama a alguien que admira. Uno busca ser mejor, aprender. Que el otro te respete, te mire hablar.

    Un recuerdo, vívido como si fuera ayer: la primera y única vez que he sido víctima de un asalto, estábamos juntos. Él vivía en La Florida y una de mis bandas favoritas en ese momento venía a tocar a Santiago. La banda era Catupecu Machu (ya no los escucho, pero si me pilla mal parada Perfectos Cromosomas todavía me hace llorar). Yo vivía en Viña y tenía 21 años. No logro recordar si en ese momento mis papás seguían siendo excesivamente aprehensivos o,

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