La Selección

La Selección

Leonidas Alfaro Bedolla

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Fecha de revisión: 11/04/2013

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ÍNDICE

1930

1934

1938

1942 Y 1946

1950

1954

1958

1962

1966

1970

1974

1978

1982

1986

1990

1994

1998

2002

2006

2010

2014

Bibliografía

Datos Del Autor

El futbol es un juego tan perfecto, que ni Einstein lo pudo haber inventado, provoca una locura que ni Sigmund Freud pudo entender. Anónimo.

1930

1930. Año del primer Campeonato de La Copa Mundial de Futbol celebrado en Uruguay. En la inauguración México perdió ante Francia 4-1, en el siguiente partido fue eliminado. Juan Carreño anotó aquél primer gol mexicano. Equipo campeón: Uruguay.

Sinaloa es tierra de agricultores campeones mundiales del tomate, la berenjena, y cuna de grandes artistas. Aquí el calor empieza temprano, la llegada de la primavera lo anuncia con el reclamo por algo helado: una cerveza, un raspado o simplemente un vaso de agua con hielo. Aquel día de mayo, me encaminé hacia el centro de mi ciudad. Cuando llegué al restaurante Los Portales, en la mesa aquella, que es mi preferida porque allí me reúno con algunos de mis amigos, noté que había exaltación; al lugar concurre gente de toda, conviven tomando café, refrescos o cerveza, y sus temas son la eterna crisis económica, el desempleo, las guerras pasadas y presentes. En un parlamento más fantasioso que realista, toman la palabras artistas de la pluma, pintura, escultura y la más recurrente de las artes: la de no hacer nada. También se escucha a políticos buenos y malos, médicos, abogados, ingenieros, arquitectos, también buenos y malos. Se habla de beisbol, Los Tomateros de Culiacán contra Los Venados de Mazatlán, en el futbol siempre están Las Águilas del América contra Las Chivas del Guadalajara. La justicia y la injusticia se hacen presentes sea porque se favorece, sea porque se ningunea impunemente, sea porque el verbo y el adjetivo respingan ante la prosa violada, pero todo esto nada importa, porque: el fin justifica los medios, y aquí se trata, principalmente, de matar el tiempo, lo que se logra cabalmente. En aquel momento quien hablaba era don Rolando González, un poeta culiacanense de origen chileno; el tema era el futbol.

-Alejandro, ¡no exageres! Toma en cuenta que los hechos hablan por sí solos, me podrás referir que aquí en Culiacán ha habido buenos jugadores de futbol, como El Chivas Farber, El Pájaro Urrea, pero no han logrado nada relevante a nivel nacional. Me resulta difícil imaginar que de un lugar, como es Sinaloa, donde un gran número de sus habitantes se dedican principalmente a la agricultura, la pesca, la ganadería, y los deportes favoritos son el beisbol y el volibol, ni antes ni ahora, nada importante ha ocurrido en esta región en cuanto al futbol. Por eso me obligo a irme a referencias pasadas, es más, ancestrales, de cuando aquí se jugaba la ulama, un juego que existe desde hace 300 años antes de Cristo; era un juego de pelota con indicios de beisbol, porque se usaba una especie de paleta para golpear una bola de 15 centímetros de diámetro, y con visos de futbol si ésta era de 30, porque entonces se usaban las piernas, las caderas, los antebrazos y los movimientos eran parecidos a los de futbol. Con estos antecedentes, no me resulta difícil imaginar que pudieran surgir futbolistas brillantes aquí en Sinaloa; existen elementos de sobra, pero por desgracia, lo que realmente sucede con los deportes en este país, es que son manejados sin ir a fondo, sin darle importancia al juego ni a los jugadores; todo es una pachanga inmersa en un mar de publicidad y manejos turbios, de ahí la mediocridad. Y para colmo, los deportes son utilizados como el pretexto para que la industria cervecera siga creciendo, pues en cada partido, invariablemente los fines de semana, se bebe en cantidades industriales. ¡Carajo!

-Creo que te equivocas, Rolando. México es una potencia en futbol.

-Esa es una frase que te han metido en la cabeza los agoreros de los medios, sobre todo los de la televisión. ¡Por Dios, Alejandro! En cada etapa de competencias clasificatorias, los enanos mentales, que son la mayoría de los reseñadores de la televisión y la radio, te machacan con esa y otras idioteces, pero al final, la verdad se impone. Échale un ojo a la historia de la Selección Nacional, a pesar de ser una de las más viejas y de las que más ha participado en Copas del Mundo, sus logros son de miseria. Debutó perdiendo inaugurando en el primer torneo mundialista celebrado en Uruguay, y desde entonces sólo dos veces ha llegado a octavos de final, quedando en Sexto lugar, y eso porque jugó ante su público en los mundiales de México 1970 y 1986; y los mexicanos mediocres, esos conformistas que aceptan que obtener un primer lugar es imposible, celebran esa medianía porque saben de la fragilidad de sus futbolistas, que en muchos de ellos se manifiesta la irresponsabilidad porque no saben ni siquiera meter un penalti; eso es muy pobre. Vergonzoso.

- Rolando, somos los número uno en la Concacaf.

-¿Y? ¿Qué con eso? ¿Me puedes decir que potencia del fut incluye esa parte del mundo? –Alejandro se queda pensando. -No te esfuerces, yo te lo voy a decir: Estados Unidos. –Alejandro ahora pone cara de sorpresa-, Sí señor, de todos los que conforman la Concacaf, los Estados Unidos es la escuadra cada día más difícil de vencer, dicho en otras palabras, avanza más que México. Y grábatelo bien: ellos llegarán primero a ser campeones mundiales que ustedes los mexicanos. Ya lo verás.

-Rolando, pero…

1934

1934. México no asiste al II Campeonato de La Copa Mundial de Futbol con sede en Italia; fue eliminado por Estados Unidos. Equipo campeón: Italia.

Por cualquier nimiedad los aficionados al futbol provocan discusiones, cada quien expone sus versión de lo más exaltada y casi siempre terminan en enojos, riñas y hasta pleitos encarnizados. Cuando el hincha se convierte en fanático su fervor se transforma en hiel, eso lo envenena y lo envuelve en ese ardor que descontrola su afición; se manifiesta más allá del amor patrio o la fe religiosa. Sufre una metamorfosis, se convierte en bestia capaz de matar y provocar tragedias múltiples; los estadios de los cuatro puntos cardinales las tienen registradas con sangre, miles de almas han perdido su vida por esa pasión. ¿Recuerdan la tragedia del Maracanazo? Fue en el año de 1950, cuando Uruguay le ganó a Brasil el campeonato mundial en su propia cancha, aquello se convirtió en tragedia, provocó pleitos, muertes, suicidios, divorcios; y dejó a la población Carioca sumida en la tristeza.

En 1985, en Inglaterra, en el estadio del Club Liverpool, 39 hinchas Italianos murieron aplastados. Fue en un partido contra La Juventus, estaban en el juego final del campeonato de Europa. Una turba de enloquecidos Hooligans aplastó a los aficionados Azzurri; y a pesar de ello, el partido no fue suspendido. Los Hooligans son criminales con el pretexto del futbol. – Al día siguiente, así lo manifestó El Times.

Si tú, amigo lector, piensas que la palabra Guerra en el fUtbol es una metáfora, te equivocas. En 1969 estalló una guerra de verdad entre Honduras y El Salvador, dos pueblos que se odian de siempre. En los partidos celebrados en Tegucigalpa y San Salvador para las eliminatorias al mundial de 1970, empezaron las hostilidades; hubo algunos pleitos y también muertos, a la semana siguiente los gobiernos, emanados de las escuelas militares dictatoriales, rompieron relaciones. Honduras expulsó a cien mil campesinos salvadoreños que trabajaban en las tierras de sus odiados vecinos, y los tanques salvadoreños cruzaron la frontera. La guerra duró una semana y murieron poco más de 4,000; la mayoría Hondureños. Los gobernantes estrechos y bestiales, soplaban los fuegos del odio. En Honduras exclamaban: ¡Toma un leño y mata un salvadoreño! Y en El Salvador: Hay que propinar una lección a esos salvajes.

Por desgracia esto no tiene fin porque en el futbol, la presencia del odio está latente por todos los confines del mundo, y puede provocar la chispa de una nueva tragedia, o todavía peor: una guerra.

Aquel día, en el Restaurante Los Portales, al escuchar la discusión entre don Rolando y don Alejandro Inzunza; por cierto, éste es un excelente pintor y escultor, empecé a escribir esta historia, impulsado, creo por esos arrebatos, fui empujado a tomar la palabra para hacer el intento de disipar dudas sobre el asunto del futbol, en especial, el de la añorada y sufriente posibilidad de que México logre coronarse en un campeonato mundial.

Los Portales como punto de reunión, forma parte del paisaje del centro histórico de la ciudad, tiene vista hacia la plaza Álvaro Obregón en cuyo centro luce la estatua ecuestre del General Antonio Rosales; lugar siempre concurrido y ruidoso por los alto parlantes, donde se escucha la piadosa voz de un pastor; en vano intenta ser atendido por los fríos transeúntes; aquél, los considera pecadores que deben redimirse. Al sur de la plazuela está la catedral de nuestra Señora del Rosario, se impone majestuosa, señorial; también siempre abierta al necesitado de aliviar su alma, en el costado norte destaca el edificio La Lonja, otrora posta de pueblo, hoy moderno centro de bares. Los Portales, al poniente, tiene a su lado izquierdo al instituto y teatro Inés Arredondo; el restaurante abriga un ambiente policromo creado por lo diverso de sus asistentes; disfrutan de una romántica hostería, recibe al parroquiano con mesas en el pasillo frontal arqueado, techado con losetas y vigas de guayacán; en su interior luce un patio sombreado con árboles, abundante enredadera de guirnaldas por donde se fugan las palabras de los comensales de acelerada discusión. Las antiguas paredes y el enrejado de las antes recámaras, ahora usados como salas privadas, cumplen de guardar los secretos de los que allí departen en sospechoso bisbiseo. La bebida preferida es el café; un café que sabe a café, y que Betty Castro, la dueña, quién también pertenece al grupo de los soñadores: poetas, cantantes, escritores y actores, soporta las pérdidas que eso le causa, por el precio de una taza puedes tomar las que aguantes; porque se compensa con la presencia de esos que hablan sobre las deidades y las artes; éstos jalan a esos otros: empresarios, empleados, periodistas, maestros y trotamundos, ellos hacen que el balance logre el superávit. Todos hablan, ya lo dije antes, sobre la eterna crisis, las guerras, del capitalismo y sus derivados. Pero cuando La Selección nacional de futbol se enreda en los torneos, ese es el tema que los apasiona; hasta convertirlos en dementes. Todo mundo se da cuenta, pero ellos no; están locos.

Ahora mismo discuten sobre si La Selección esta vez sí está en condiciones de lograr un avance; yo meto baza, y les digo: -Lo único que hasta ahora salva al futbol mexicano, es saber de las hazañas de Bruno Sánchez, el único que ha logrado brillar en las canchas europeas. Alguien dijo que seis Pichichis lo confirman como el mejor latino en Europa, y el mejor futbolista mexicano de todos los tiempos. Un cronista citadino, llamado Luis Antonio García, alias Fray Tecate, interrumpe para preguntar. -¿Cómo es que logró esos blasones Bruno Sánchez? Lorenzo Terán, reconocido periodista, respetado por su talento y certeros zarpazos; se interpone y contesta: - por su talento y gran carácter.

-Para tan grande pregunta, la respuesta resulta simple, escueta. – Afirmó don Rolando, quien ya más calmado da un sorbo a su café.

-Eso es cierto, afirmé; pero detrás de esa respuesta existe algo más relevante que poco a poco iremos desentrañando. Si te parece.

-De acuerdo, aceptó don Rolando. –Pero antes, -siguió-, -dejemos patente lo del carácter y habilidades de Bruno Sánchez, cuando empezó a jugar allá en España no lo querían por ser mexicano. Le gritaban: ¡indio! Y otros adjetivos que mostraban el odio racista de los españoles; con la obvia intención de minimizarlo, acobardarlo, desaparecerlo de esas canchas, que según ellos profanaba; pero él, ante esas manifestaciones se crecía, y la forma de responder era afirmarse como profesional, en su momento les demostró que tenía los cojones bien puestos; con actitud positiva de buenas jugadas y goles, muchos goles, tantos, que los empalagó, porque se los metió por todas partes y de muchos modos, en especial, los emocionó con su espectacular chilena que celebraba con algo más que enjundia; los hizo tragarse sus sandeces, logrando respeto, lo aceptaron hasta amarlo y convertirlo en el ídolo de millones en todo el mundo; los españoles transformaron su racismo en adoración. Los viles y mediocres fueron opacados, sus amargas voces quedaron apagadas para siempre con aquel grito: ¡BRUGOL! ¡BRUGOL! ¡BRUGOL! -Don Rolando se ha puesto rojo por el esfuerzo, toma aire, da un sorbo al aromático y al darse cuenta que los demás lo miran, sonríe y no espera mucho para seguir con su cátedra porque Víctor Zazueta, el llamado Poeta Obrero, lo cuestiona. -Rolando, tú que eres chileno, explícanos cómo se dio eso de la chilena.

-¡Ah! La chilena. Dicen que nació por accidente, dizque fue cuando un jugador tirado en el suelo, en su desespero, pateó logrando meter gol, por cierto, la historia registra a Ramón Unzaga del puerto de Talcahuano, como el primero que perfeccionó esa jugada por allá en 1924. Pero hubo otro que fue más allá, en 1927, el delantero, también chileno, David Arellano, quién jugó en Europa, la puso en práctica en sus partidos, y logró hacerla famosa.

-Volviendo con Bruno Sánchez. -intervino de nuevo Lorenzo Teran. -¿A más de ganar los seis pichichis, qué más logró? -Preguntó mirando al poeta culichi de origen chileno.

- ¿Si no te parece suficiente esa hazaña? Entonces, te he de responder con lo poco que se de él. Bruno es hijo de futbolista; su padre, tal vez pensando en que su vástago podría lograr sus sueños frustrados, le puso su nombre, pues también jugó al futbol profesional, pero fue uno del montón, por eso se preocupó y se ocupó de conducir por un mejor camino a su hijo; ante todo, le exigió el estudio académico y el muchacho se graduó de médico. Oigan bien: el padre de Bruno tomó muy en cuenta el estudio; seguro estimó que la preparación académica, es básica: exige ética, base para formar buenos ciudadanos, y obvio, también pueden ser buenos futbolistas; sin duda, mucho de eso les falta a la mayoría de los deportistas