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Encontré lo que me faltaba: Serie Serendipity 2
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Libro electrónico129 páginas2 horas

Encontré lo que me faltaba: Serie Serendipity 2

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Información de este libro electrónico

         Levi sabe que si presiona a Olimpia la acabará perdiendo para siempre… Pero ¿Qué hacer cuando ella fue ella la que se abalanzó para luego salir huyendo arrepentida? ¿Cómo conocer los verdaderos sentimientos de Olimpia?
         A Levi no le queda más remedio que esperar que la vida los una de nuevo.
         Por suerte eso no tarda en suceder, ahora tendrá que tener cuidado y aprender a estar al lado de alguien que tiene tanto miedo a amar y salir lastimada, que si se entera que Levi la quiere se aleje para no sufrir de nuevo.
         Y es que el destino te pone delante la persona indicada, pero el resto te toca hacerlo a ti y, aunque a veces preferirías que todo fuera más fácil, merece la pena luchar por lo que se quiere. 
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 jul 2018
ISBN9788408193050
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Autor

Moruena Estríngana

Moruena Estríngana nació el 5 de febrero de 1983. Desde pequeña ha contado con una gran imaginación, pero debido a su problema de dislexia no podía escribir bien a mano. Por eso solo escribía pequeñas poesías o frases en sus libretas mientras su mente no dejaba de viajar a otros mundos. Dio vida a esos mundos con dieciocho años, cuando su padre le dejó usar un ordenador por primera vez, y encontró en él un aliado para dar vida a todas esas novelas que estaban deseando ser tecleadas. Empezó a escribir su primera novela antes de haber acabado de leer un solo libro, ya que hasta los diecisiete años no supo que si antes le daba ansiedad leer era porque tenía un problema: la dislexia. De hecho, escribía porque cuando leía sus letras no sentía esa angustia y disfrutaba por primera vez de la lectura. Sus primeros libros salieron de su mente sin comprender siquiera cómo debían ser las novelas, ya que no fue hasta los veinte años cuando cogió un libro que deseaba leer y empezó a amar la lectura sin que su problema la apartara de ese mundo. Desde los dieciocho años no ha dejado de escribir. El 3 de abril de 2009 se publicó su primer libro en papel, El círculo perfecto, y desde entonces no ha dejado de luchar por sus sueños sin que sus inseguridades la detuvieran y demostrando que las personas imperfectas pueden llegar tan lejos como sueñen. Actualmente tiene más de cien textos publicados, ha sido número uno de iTunes, Amazon y Play Store en más de una ocasión y no deja de escribir libros que poco a poco verán la luz. Su libro Me enamoré mientras mentías fue nominado a Mejor Novela Romántica Juvenil en los premios DAMA 2014, y Por siempre tú a Mejor Novela Contemporánea en los premios DAMA 2015. Con esta obra obtuvo los premios Avenida 2015 a la Mejor Novela Romántica y a la Mejor Autora de Romántica. En web personal cuenta sus novedades y curiosidades, ya cuenta con más de un millón de visitas à http://www.moruenaestringana.com/ Sigue a la autora en redes: Facebook   https://www.facebook.com/MoruenaEstringana.Escritora X  https://X.com/moruenae?lang=es Instagram  https://www.instagram.com/moruenae/?hl=es

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    Encontré lo que me faltaba - Moruena Estríngana

    Índice

    Portadilla

    Dedicatoria

    SERENDIPITY (OLIMPIA Y LEVI)

    ENCONTRÉ LO QUE ME FALTABA

    PARTE II

    Capítulo 1

    Capítulo 2

    Capítulo 3

    Capítulo 4

    Capítulo 5

    Capítulo 6

    Capítulo 7

    Capítulo 8

    Capítulo 9

    Capítulo 10

    Capítulo 11

    Capítulo 12

    Capítulo 13

    Capítulo 14

    Capítulo 15

    Capítulo 16

    Capítulo 17

    Capítulo 18

    Capítulo 19

    Capítulo 20

    Capítulo 21

    Epílogo

    Biografía

    Bibliografía

    Créditos

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    Moruena Estríngana

    Encontré

    lo que me faltaba

    Logo_Click_color.jpg

    A mi marido, porque estaba destinada a conocerte.

    SERENDIPITY (OLIMPIA Y LEVI)

    ENCONTRÉ

    LO QUE ME FALTABA

    PARTE II

    CAPÍTULO 1

    19415.jpg

    OLIMPIA

    Hasta ahora pensaba que las vacaciones de Navidad eran tiempo para estar en familia, hincharse a comer y descansar…; ahora solo las vivo de pasada mientras me estreso estudiando en mi cuarto sin parar.

    Ya sabía que la vida en la universidad era así, pero una cosa es saberlo y otra vivirlo. Estoy muy agobiada y no sé si podré sacar todos los exámenes que tengo por delante con buenas notas.

    Era consciente de que esta carrera era dura, aunque no podía imaginar cuánto.

    Ahora me estoy arreglando porque Trini ha insistido en que tengamos por lo menos una noche de descanso. Le dije que sí porque, si no, creo que me volveré loca con todo lo que tengo que estudiar.

    Termino de arreglarme justo cuando tocan al timbre. Mi madre Rosi dice que va ella a abrir y al poco me llama para decirme que Trini me espera.

    Doy una última ojeada a mi vestido de color negro. Es de tirantes y, aunque es todo de una pieza, de la cintura le sale un volante muy gracioso del mismo color que hace que parezca de dos piezas. Para que no quedara tan fúnebre le he dado un toque de color con unos zapatos rojos y un collar a juego.

    Cojo mi chaqueta y salgo a buscar a mi amiga y a su prima Kelly, que no está pasando por un buen momento.

    Es muy bonita, con ese pelo cobrizo tan largo. Sus ojos son azul verdoso y seguro que en un tiempo pasado su sonrisa la hacía parecer preciosa. Ahora usa una gran dosis de maquillaje para tapar el rastro que sus lágrimas dejan en su cara. Nadie puede ignorar el dolor que se esconde en sus iris. Algo que ni el mejor corrector puede ocultar.

    En parte esta salida es por ella, porque Trini no quiere verla triste. Aunque yo mejor que nadie sé que una fiesta no sacará de adentro el dolor de una ruptura.

    Les doy dos besos a modo de saludo antes de salir a buscar el coche de mi madre Rosi. Nos lleva ella; Trini no tiene coche, su prima no se lo ha traído y yo, por desgracia, tampoco puedo pagarme uno y mis madres solo me dejan usarlo si es mío.

    Mi madre nos deja cerca del pub de moda que está a una media hora de mi casa y nos dice que, si no encontramos taxi a la vuelta, la llamemos. Asiento antes de salir del coche.

    —Vamos a quemar la noche —me dice Trini antes de pasar su mano por mi brazo y luego por el de su prima.

    —Yo me conformo con olvidar por unos momentos todo lo que tengo que estudiar —le digo.

    —Ojalá mi preocupación fueran los estudios —murmura Kelly—. Creo que voy a suspender todas las asignaturas.

    —Entonces será mejor que te apliques o el capullo de tu ex te hará perder más cosas —le dice su prima.

    Kelly asiente, pero de forma distraída.

    La entiendo; si cuando rompí con mi ex me hubiera tenido que examinar, seguro que no habría aprobado ni una.

    Entramos al pub tras pagar una burrada por la entrada más una consumición, teniendo en cuenta que ninguna de las tres bebe alcohol, pero es lo que hay. Nos tomaremos los refrescos más caros de la historia.

    Buscamos una mesa donde dejar las cosas. Vemos una cerca de la pista de baile. Trini corre hacia ella; le encanta bailar.

    Nos sentamos y Kelly va a por nuestros refrescos tras decirle lo que queremos.

    —¿Cómo va? —le pregunto a Trini.

    —Hecha una mierda. No sé si el ir a por ella y haberla traído a mi casa ha servido de algo.

    —No podías dejarla allí sola estando su padre de viaje…

    —No, pero no sé qué hacer para ayudarla. Para hacerle ver que ha salido ganando. Como te pasó a ti.

    —Dale tiempo. El tiempo lo cura todo.

    —¿De verdad? —Me mira escéptica.

    —Bueno, yo ya no pienso en mi ex.

    —No, pero diste de lado a Levi porque te atraía. Eres una cobarde.

    —No quiero hablar de Levi…

    —No, es más fácil decirme que el tiempo lo cura todo, cuando ambas sabemos que una herida no se cierra hasta que uno decide ponerle remedio y sanarla.

    Por suerte Kelly regresa y no seguimos hablando de esto.

    Trini tira de mí hacia la pista de baile casi sin dejar que me acabe el refresco. La sigo y bailamos como locas en la pista. Sé que no bailo bien, que para esto tengo dos pies izquierdos, pero me da igual. Yo me lo paso bien, y a quien no le guste, que no me mire.

    —Voy a por algo de beber —le digo a Trini antes de irme.

    Trini se queda bailando sola, ya que su prima no quiere ni moverse de la mesa.

    La barra es redonda y está situada en el centro del pub. El local tiene varias plantas y pistas y todas se comunican. Me cuesta mucho llegar a la barra y todavía más que el camarero me haga caso. Por eso aprovecho y pido para las tres otra ronda de lo que hemos tomado antes, o con el calor que hace nos deshidrataremos.

    Ojeo el ambiente mientras me sirven y es entonces cuando lo veo frente a mí en la otra punta de la barra. Levi.

    Me está mirando fijamente, con esos ojos verdes que tanto me han atormentado en sueños; en ellos no me negaba a sus abrazos ni a sus dulces besos de cariño.

    Me debato entre saludarlo o pasar de él.

    Lo observo y noto como una parte de mí, la que lo ha extrañado, se muere de ganas de acercarse y de que todo sea como antes de cometer el error de acostarnos.

    Otra piensa que estoy mejor sin complicaciones, sin alguien que me hace replantearme si lo mejor es estar sola. Yo no quiero estar con nadie ahora, no quiero perder más años de mi vida con una persona que no me quiere, ni me desea tanto como yo a él, no estoy preparada para arriesgarme.

    Soy una cobarde…

    Sí, pero no puedo negar que lo he echado de menos. Que lo extraño y que no ha habido día en el que no deseara que ese destino que me hizo tropezarme con él tantas veces me lo pusiera de nuevo delante. Y aunque ni él ha hablado de amor ni yo tampoco, solo huyo ante la posibilidad de que esto pudiera surgir entre los dos.

    Y ahora está aquí.

    Alzo la mano y lo saludo, y por la sonrisa de Levi veo que era lo que esperaba.

    ¿Y ahora qué debo hacer?

    CAPÍTULO 2

    19410.jpg

    LEVI

    Olimpia se decide y tras coger sus bebidas viene hacia donde estoy. Camino también hacia ella.

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