El Anticristo
4.5/5
()
Información de este libro electrónico
En la obra también realiza análisis de otras religiones dominantes, sin embargo, es a la cristiana a la que presta más atención.
Su lectura es compleja y requiere de una gran concentración para poder captar el mensaje que lanza. En ocasiones, una sola frase condensa varios conceptos que obligan al lector a sacar el máximo provecho de ella. Que un libro te haga pararte a pensar durante unos segundos acerca del significado de una sola frase tiene muchísimo mérito, más allá de que se esté de acuerdo o no con lo que expone el autor.
Agresivo en algunas de sus ideas pero con un altísimo nivel de raciocinio, "El Anticristo" de Nietzsche no dejará indiferente a nadie, ni a los creyentes, que podrán salir reforzados de su idea tras leer a alguien totalmente opuesto a sus creencias como a los que rechazan cualquier religión, ya que verán plasmado en palabras sus propios convencimientos.
Friedrich Nietzsche
Friedrich Wilhelm Nietzsche (15. Oktober 1844 in Röcken -25. August 1900) war ein deutscher klassischer Sprachwissenschaftler und Philosoph. Am bekanntesten (und berüchtigtsten) sind seine Kritiken an Moral und Religion. Sein Werk wurde und wird häufig fehlinterpretiert und missbraucht. Er wird in regelmäßigen Abständen von Wissenschaft und Popkultur wiederentdeckt und als Enfant terrible einer oberflächlichen Zitatenkultur geschätzt: „Wenn du zum Weibe gehst, vergiss die Peitsche nicht!“
Relacionado con El Anticristo
Libros electrónicos relacionados
La gaya ciencia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHumano demasiado humano Un libro para espíritus libres Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Ecce homo Cómo se llega a ser lo que se es Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Ecce homo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Anticristo: Clásicos de la literatura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMás allá del bien y del mal: Biblioteca de Grandes Escritores Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Más allá del bien y del mal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMi suicidio Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Así habló Zaratustra Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMás allá del bien y del mal Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La república Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Apología de Sócrates Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Discurso del método Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Metafísica Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Anticristo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Colección de Friedrich Nietzsche: Clásicos de la literatura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Idiota Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Amor, las Mujeres y la Muerte Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El banquete o del amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Acerca del alma Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Arte de Ser Feliz: En 50 Reglas para la Vida Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La genealogía de la moral Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Leviatán - Espanol Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Psicología de las masas y análisis del yo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Política Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Obras - Colección de Friedrich Nietzsche: Biblioteca de Grandes Escritores Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El ocaso de los ídolos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Manifiesto Comunista Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl malestar en la cultura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Ideas Fuertes Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Filosofía (religión) para usted
El pensamiento de D. Bonhoeffer: Resistencia y gracia cara Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Una fe lógica: Usando la razón para creer en Dios Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Autobiografía de un yogui Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Resumen Diario para Estoicos: Libro de Ryan Holiday Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Códice del Culto a Cristo: Los Secretos de las Religiones Abrahamicas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Historia de la Filosofía y su relación con la Teología Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Léxico Luciferino Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl pensamiento de O. Cullmann: Dios y el tiempo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl universo te cubre las espaldas: Cómo transformar el miedo en fe Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Como Un Hombre Piensa: Así Es Su Vida Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Mapa del cielo: Cómo la ciencia, la religión y la gente común están demostrando el más allá Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El diablo propone un brindis Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Yo, realidad y subjetividad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Tú Eres Dios, Revelación Para La Humanidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBreve tratado de historia de las religiones Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Introducción a la filosofía: Una perspectiva cristiana Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El pensamiento de C.S. Lewis: Más allá de la sensatez Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Hacer hablar al cielo: La religión como teopoesía Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos 7 truenos del Apocalipsis Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El pensamiento de R. Bultmann: Dios y la existencia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Isis La Fémina Divina Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las claves de la iniciación. Los ritos de las civilizaciones antiguas, las sociedades secretas y la iniciación hoy en día Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los Milagros Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Filosofía y cristianismo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Swami Vivekananda: Discursos escogidos. Parlamento Mundial de Religiones. Versiones en español, inglés y francés Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Grandes Misterios del Cristianismo: El evangelio de Judas, los pergaminos de Qumram, el Santo Grial, el Arca de la Alianza, la tumba de Jesús y otros enigmas. Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Inicuo Anticristo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¿Qué es el alma?: Mi misterio, mi fortaleza Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPensar a Dios desde la teología y la filosofía: Problema. Misterio. Encarnación. Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Categorías relacionadas
Comentarios para El Anticristo
2 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
El Anticristo - Friedrich Nietzsche
62
EL ANTICRISTO
Friedrich Nietzsche
Inversión de todos los valores - Prólogo
Este libro está hecho para muy pocos lectores. Puede que no viva aún ninguno de ellos. Esos podrían ser los que comprendan mi Zaratustra: ¿acaso tengo yo derecho a confundirme con aquellos a quienes hoy se presta atención? Lo que a mi me pertenece es el pasado mañana. Algunos hombres nacen póstumos.
Las condiciones requeridas para comprender y para comprenderme luego con necesidad, las conozco demasiado bien. Hay que ser probo hasta la dureza en las cosas del espíritu para poder soportar sólo mi seriedad y mi pasión. Hay que estar acostumbrado a vivir en las montañas y ver a nuestros pies la miserable locuacidad política y el egoísmo de los pueblos que la época desarrolla.
Hay que hacerse indiferente; no debe preguntarse si la verdad favorece o perjudica al hombre. Hay que tener una fuerza de predilección para las cuestiones que ahora espantan a todos; poseer el valor de las cosas prohibidas: es preciso estar predestinado al laberinto. De esas soledades hay que hacer una experiencia. Tener nuevos oídos para una nueva música; nuevos ojos para las cosas más lejanas: nueva conciencia para verdades hasta ahora mudas, y la voluntad de la economía en grande estilo; conservar las propias fuerzas y el propio entusiasmo; hay que respetarse a sí mismo, amarse a sí mismo: absoluta libertad para consigo mismo…
Ahora bien; sólo los forjados así son mis lectores; mis lectores predestinados; ¿qué me importan los demás? Los demás son simplemente la humanidad. Se debe ser superior a la humanidad por la fuerza, por el temple, por el desprecio…
Friedrich Nietzsche
Capítulo 1
Mirémonos de frente. Somos hiperbóreos, y sabemos bastante bien cuán aparte vivimos. Ni por tierra ni por mar encontrarás el camino que conduce a los hiperbóreos, Píndaro ya sabía esto de nosotros. Más allá del septentrión, de los hielos, de la muerte, se encuentra nuestra vida, nuestra felicidad… Nosotros hemos descubierto la felicidad, conocemos el camino, hallamos la salida de muchos milenios de laberinto. ¿Quien más la encontró? ¿Acaso el hombre moderno? Yo no se ni salir ni entrar; yo soy todo lo que no sabe ni salir ni entrar, así suspira el hombre moderno… Estábamos aquejados de esta modernidad, de una paz pútrida, de un compromiso perezoso, de toda la virtuosidad impura del sí y del no modernos. Semejante tolerancia y amplitud de corazón, que lo perdona todo porque lo comprende todo, es para nosotros viento de siroco. Vale más vivir entre los hielos que entre las virtudes modernas y otros vientos meridionales… Fuimos bastante valerosos; no tuvimos clemencia ni para nosotros ni para los demás; pero por largo tiempo no sabíamos dónde nos conduciría nuestro valor. Nos volvimos sombríos, nos llamaron fatalistas. Nuestro fatum era la plenitud, la tensión, la hipertrofia de las fuerzas. Teníamos sed de rayos y de hechos; estábamos muy lejos de la felicidad de los débiles, de la abnegación. En nuestra atmósfera soplaba un huracán; nuestra naturaleza se oscurecía porque no hallábamos ninguna vía. Esta es la fórmula de nuestra felicidad: un sí, un no, una línea recta, una meta.
Capítulo 2
¿Qué es lo bueno? Todo lo que eleva en el hombre el sentimiento de poder, la voluntad de poder, el poder mismo.
¿Qué es lo malo? Todo lo que proviene de la debilidad.
¿Qué es la felicidad? El sentimiento de lo que acrece el poder; el sentimiento de haber superado una resistencia.
No contento, sino mayor poderío; no paz en general, sino guerra; no virtud, sino habilidad (virtud en el estilo del Renacimiento, virtud libre de moralina).
Los débiles y los fracasados deben perecer; ésta es la primera proposición de nuestro amor a los hombres. Y hay que ayudarlos a perecer.
¿Qué es lo más perjudicial que cualquier vicio? La acción compasiva hacia todos los fracasados y los débiles: el cristianismo.
Capítulo 3
El problema que presento aquí no consiste en aquello que la humanidad debe realizar en la serie de las criaturas (el hombre es un fin), sino en el de tipo de hombre que se debe educar, que se debe querer como el de mayor valor, como más digno de vivir, como más seguro del porvenir.
Este tipo altamente apreciable ha existido ya muy a menudo; pero como un caso afortunado, como una emoción, no fue nunca querido. Quizás, por el contrario, fue querido, cultivado, obtenido, el tipo opuesto: el animal doméstico, el animal de rebaño, aquel animal enfermo que se llama hombre: el cristiano…
Capítulo 4
La humanidad no representa una evolución hacia algo mejor y más fuerte o más alto como hoy se cree. El progreso no es más que una idea moderna; esto es, una idea falsa. El europeo de hoy está muy por debajo del europeo del Renacimiento: un desarrollo sucesivo no es absolutamente, con cualquier necesidad, elevación, ni incremento, ni refuerzo.
En otro sentido, se verifica continuamente el logro de casos singulares en los diversos puntos de la Tierra y de las más diversas culturas, con las cuales se representa en realidad un tipo superior: una cosa que, en relación con el conjunto de la humanidad, es un superhombre. Semejantes casos afortunados de gran éxito fueron siempre posibles, y acaso serán aún siempre posibles. También generaciones enteras, razas, pueblos, pueden en ciertas circunstancias constituir un efecto afortunado de esta especie.
Capítulo 5
No se debe adornar y acicalar el cristianismo: hizo una guerra mortal a cierto tipo superior de hombre; desterró todos los instintos fundamentales de este tipo, de estos instintos extrajo y destiló el mal, el hombre malo; consideró al hombre fuerte como lo típicamente reprobable, como el réprobo.
El cristianismo tomó partido por todo lo que es débil, humilde. fracasado, hizo un ideal de la contradicción a los instintos de conservación de la vida fuerte; estropeó la razón misma de los temperamentos espiritualmente más fuertes, enseñó a considerar pecaminosos, extraviados, tentadores, los supremos valores de la intelectualidad. El ejemplo más lamentable es éste: la ruina de Pascal, que creyó que su razón estaba corrompida por el pecado original, cuando sólo estaba corrompida por su cristianismo.
Capítulo 6
A mis ojos se ha ofrecido un espectáculo doloroso, pavoroso: yo descorrí el velo que ocultaba la perversión del hombre. En mi boca, semejante palabra está por lo menos libre de una sospecha, de la sospecha de contener una acusación moral contra el hombre. Ha sido pensada por mi -querría destacar esto una vez más-, libre de moralina; y esto hasta el punto de que tal perversión es considerada por mi precisamente allí donde hasta ahora se aspiraba más conscientemente a la virtud, a la divinidad. Yo (y esto se adivina) entiendo la perversión en el sentido de decadencia; sostengo que todos los valores en que hoy la humanidad sintetiza sus más altos deseos son valores de decadencia.
Considero pervertido a un animal, a una especie, a un individuo, cuando pierde sus instintos, cuando escoge y prefiere lo nocivo. Una historia de los sentimientos superiores, de los ideales de la humanidad -y es posible que yo la escriba-, sería tal vez la explicación de por qué el hombre se ha pervertido de este modo. Para mí, la misma vida es instinto de crecimiento, de duración, de acumulación de fuerzas, de poder; donde falta la voluntad de poderío, hay decadencia. Sostengo que a todos los supremos valores de la humanidad les falta esta voluntad; que los valores de decadencia, los valores nihilistas, dominan bajo los nombres más sagrados.
Capítulo 7
La religión de la compasión se llama cristianismo. La compasión está en contradicción con las emociones tónicas que elevan la energía del sentimiento vital, produce un efecto depresivo. Con la compasión crece y se multiplica la pérdida de fuerzas que en sí el sufrimiento aporta ya a la vida. Hasta el sufrimiento se hace contagioso por la compasión: en ciertas circunstancias, con la compasión se puede llegar a una pérdida complexiva de vida y de energía vital, que está en una relación absurda con la importancia de la causa (el caso de la muerte del Nazareno). Éste es el primer punto de vista; pero hay otro más importante. Suponiendo que se considera la compasión por