Eres el único

Sinopsis

Tomás Rodríguez le pidió a Santiago López que fuera a uno sus conciertos a los doce, y desde entonces este no se ha podido librar de asistir. Esto se debe a la persistencia del cellista, la cual si bien lo ha llevado lejos, a veces intimida a Santiago y le hace ir a dichos eventos a pesar de que no quiere...

Sin embargo, pasados los años, se acostumbra. De hecho, podría decirse que más que solo se acostumbra a ello: se acostumbra a Tomás... e incluso se vuelven mejores amigos. ¿Años atrás lo habría imaginado, que terminaría siendo tan íntimo y cercano al músico dramático y de los celos tipo pareja? No.

Pero ahí está, en un concierto. Pensando en ese chico y en lo lindo que se ve tocando. En su amistad y en lo loco que es que ya no pueda imaginarse sin ella. Aunque, bueno, no es tanto sin la amistad, sino sin él, sin Tomás...

Y, sin saber exactamente por qué, se levanta para sacarlo a bailar. De la nada se siente un poco confundido y se pregunta siquiera el porqué lo hizo... ¿Lo descubre? ¿Finalmente llega a entender el motivo por el que sigue yendo a los conciertos año tras año, aunque aparentemente no quiera? Y, más que eso, ¿qué piensa Tomás de toda esa locura? ¿Se cree lo que le dice su mejor amigo a veces demasiado bromista, o piensa que lo hace simplemente porque es San Valentín y no quiere pasar la noche solo?

Capítulo 1

Saqué a bailar a mi mejor amigo porque sentí la necesidad urgente de tenerlo entre mis brazos. Cuando lo hice me miró con el ceño fruncido, porque era algo que NUNCA había hecho, al menos no en público, pero aún así lo llevé hasta la pista de baile y empecé a moverme al ritmo de la canción con él.

—¿Puedo saber a qué se debe que, ya sabes...? —preguntó y continuó mirándome con interés. Yo tragué saliva, sintiendo cómo mi corazón salía disparado contra mi pecho, y sonreí, intentando espantar ese sentimiento de vulnerabilidad que lentamente comenzaba a comerme el estómago.

—¿No puedo querer bailar con el chico más lindo de toda la orquesta?

En sus labios apareció una sonrisa pequeña y fresca, de esas que solía regalarme cuando bromeábamos, y soltó una risa.

—Es que el chico más lindo de todo el público nunca me había sacado a bailar, ¿entiendes? Por eso mi interés.

Mi sonrisa se hizo más grande.

—Solo disfruta de la canción, Tommy. Y también que la estás bailando conmigo, obviamente.