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Pitón real y boa constrictor
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Pitón real y boa constrictor
Libro electrónico225 páginas1 hora

Pitón real y boa constrictor

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Información de este libro electrónico

La herpetología está calando cada vez más, incluso entre el público más joven. Si usted es aficionado a estos animales y quiere criarlos en casa, en esta obra encontrará toda la información necesaria para conocerlos a fondo y ocuparse de ellos correctamente: distribución geográfica y há­bitat, morfología, dónde y cuánto tiempo viven, cómo y dónde adquirirlos, cómo se debe preparar un terrario —calefacción, iluminación y ambientación—, cómo alimen­tarlos adecuadamente, reproducción, cómo prevenir y tratar las posibles enfermedades…. Massimo Millefanti es veterinario y miembro de la Sociedad Cultural Ita-liana de Animales de Compañía, ha coordinado el Grupo de Estudio de Medicina de los Ani-ma­les Exóticos y forma parte del consejo de dirección de SIVAE (Socie-dad Italiana Veterinaria de Animales Exóticos).
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento10 ago 2017
ISBN9781683254058
Pitón real y boa constrictor

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    Pitón real y boa constrictor - Massimo Millefanti

    INTRODUCCIÓN

    Muchos aficionados al mundo de las serpientes me han sugerido en repetidas ocasiones la elaboración de un manual sobre las dos especies de Boidos que gozan de una mayor difusión en el mercado italiano (y también en el español): la africana pitón real (Python regius) y la americana boa constrictor (Boa constrictor), incluyendo las distintas subespecies. El objetivo de este libro no es otro que dar respuesta a todas las dudas y preguntas que habitualmente me plantean los propietarios de serpientes, sobre todo en estos últimos años en que esta afición se está extendiendo también entre los jóvenes.

    En estas páginas, el lector encontrará información sobre las áreas de difusión de ambas especies y sobre sus hábitos de vida, y se expondrán los criterios que tener en cuenta en el proceso de adquisición de una pitón o una boa, así como una serie de consejos útiles para la preparación del terrario. Tampoco se pasará por alto una serie de aspectos de gran importancia, como son la alimentación tradicional y la alternativa con «salchichas para serpientes», la reproducción y las modalidades para prevenir las enfermedades más comunes que afectan a estos reptiles. Para la selección de la información he recurrido a la bibliografía más reciente, aunque sin prescindir de la experiencia práctica acumulada, con la esperanza de que la exposición haya sido útil y concreta. En principio, el libro está orientado al neófito, pero estoy convencido de que el experto —que ya tiene varias obras sobre el tema en su biblioteca— encontrará también sugerencias e información que le servirán para ampliar conocimientos. He prestado una atención particular a la alimentación, aspecto al que he tratado de aportar ideas nuevas (por ejemplo, en el tema de la anorexia de la pitón real). También he expuesto reglas simples para cuidar la salud de los ofidios y para la prevención de una enfermedad muy grave, sobre la que quedan todavía aspectos por descubrir y que está bastante difundida entre los boidos: la enfermedad vírica por cuerpos de inclusión, conocida en todo el mundo con las siglas IBVD (Inclusion Body Viral Disease). Algunas de las consideraciones realizadas son de índole personal y podrían no tener el consenso de todos los lectores, pero es innegable que nadie posee la verdad absoluta en este tipo de cría que se encuentra en fase de evolución. No quiero concluir esta introducción sin antes desear que sea de interés para el lector, al que espero encontrar, en esta colección de manuales, en una próxima aventura por este maravilloso y apasionante mundo de los reptiles.

    Python regius y Boa constrictor imperator en un bonsái de pino silvestre

    LA PITÓN REAL

    La pitón real (Python regius, Duméril & Bribon, 1844), perteneciente a la familia de los Boidos (Boidae) y a la subfamilia de los Pitoninos (Pythoninae), también se conoce con el nombre de «Pitón bola», porque debido a su timidez a menudo se enrolla estrechamente con la cabeza metida dentro. Cuando adopta esta posición, se puede hacer rodar cuidadosamente por una superficie plana.

    Es un reptil africano tímido, tranquilo, no venenoso, predominantemente terrícola (en cualquier caso, poco arborícola) y nocturno, que de adulto alcanza unas dimensiones más bien modestas. Si es un ejemplar adulto «de captura» (que ha sido directamente capturado de su medio natural), no se adapta fácilmente a la vida en un terrario.

    En la Península Ibérica no hay serpientes parecidas a los Boidos. Solamente viven Colúbridos (10 especies) y Vipéridos (3 especies). En los puntos de venta especializados se pueden encontrar otras especies de serpientes del género Python de gran interés para el herpetófilo.

    El antepasado de todos los reptiles que viven hoy en día en la Tierra ya vivía en el Carbonífero (hace más de 300 millones de años); empezó a diferenciarse de los lagartos al iniciarse el Jurásico (hace 190 millones de años) y todavía más en el Cretácico (hace 130 millones de años); las serpientes no adoptaron la apariencia actual hasta la era Terciaria (hace aproximadamente 60 millones de años).

    Un macho (arriba) y una hembra (abajo) de pitón real en movimiento. Obsérvese la forma de «S» del cuello del animal cuando está en actitud de exploración atenta

    La pitón real es un animal muy tímido y asustadizo. Aquí lo vemos en una actitud muy característica «de bola» con la cabeza escondida en el centro

    Morfología

    El orden de las serpientes se caracteriza por tener el cuerpo alargado, sin extremidades, ni párpados móviles, ni oído externo. En este bellísimo ofidio todo está organizado para la predación (hemimandíbulas libres y presencia de hueso cuadrado) y para el mimetismo con el medio en donde vive (bosque, sabana o en territorios semiáridos del continente africano).

    Como ya hemos visto, la pitón real pertenece al orden de los Escamosos y tiene el cuerpo recubierto de pequeñas escamas que, en la parte media del cuerpo, están dispuestas en más de 60 series longitudinales.

    La pitón real tiene 250 vértebras aproximadamente, y casi todas ellas (desde la tercera hasta el comienzo de la cola) sostienen dos costillas que terminan en un extremo libre redondeado que se utiliza para la locomoción, que en los boidos es preferentemente rectilínea. Las vértebras de las serpientes presentan la particularidad de estar unidas con las otras vértebras contiguas en cinco puntos. Esto permite una variedad importante de movimientos: basta pensar en el tipo de locomoción serpenteante o cruciforme (véanse págs. *) o en las contracciones obtenidas al clavar una aguja (con fines terapéuticos) en la musculatura.

    Las pitones conservan vestigios de los huesos de la cadera y del fémur, que se aprecian mediante radiografías o incluso a simple vista, ya que constituyen dos espolones córneos (que recuerdan dos pequeñas uñas de color pardo o incoloras) dispuestos a ambos lados de la cloaca. Dichos espolones son más visibles en los ejemplares de sexo masculino que en las hembras.

    Generalmente la hembra tiene unas dimensiones mayores que el macho (incluida la cabeza) y presenta una cola corta. En las serpientes, la cola empieza a partir de la cloaca y constituye la parte posterior del animal.

    Espolones preanales de una pitón real hembra

    En la radiografía de este boido se aprecia el vestigio pelviano y de las extremidades inferiores

    Las fosas labiales de la pitón real son receptores térmicos muy sensibles que le permiten buscar y encontrar pequeños animales de sangre caliente de los que se nutre

    La cabeza

    La cabeza tiene un aspecto aplastado y termina en forma relativamente ancha y redondeada, característica que no comparte la boa constrictor. Las escamas preoculares, supraoculares, frontales, internasales y labiales superiores están bastante desarrolladas. En las escamas del labio superior se encuentran unas pequeñas fosas claramente visibles, generalmente cinco (una por escama); en el labio inferior hay otras fosas más pequeñas.

    Estas fosas son receptores térmicos muy sensibles que la serpiente utiliza para buscar las presas durante la noche.

    Detalle de la cabeza de la pitón real, con las fosas termosensibles bien visibles

    El esqueleto de la cabeza de estas serpientes presenta unas características diferentes con respecto a la conformación del cráneo de lagartos, tortugas y cocodrilos. La principal característica es la extraordinaria abertura de la boca, posible gracias a dos particularidades:

    — Las mandíbulas de ambos lados (sería mejor llamarlas hemimandíbulas) no están soldadas entre sí como en los mamíferos, sino que están unidas por un ligamento elástico, que les permite separarse para facilitar el tránsito de la presa.

    — Cada hemimandíbula está unida al cráneo mediante dos articulaciones, gracias a la existencia de un hueso denominado hueso cuadrado, que permite la separación de los maxilares durante la ingestión de la presa (normalmente un mamífero, un ave y más raramente un reptil).

    Estos dos mecanismos permiten al ofidio aumentar la anchura y la altura de la cavidad oral.

    Los dientes son simples, sin surcos ni canales internos, porque no se trata de ofidios venenosos, y reciben el nombre de aglifos. Tienen forma cónica, ligeramente curvada y están dispuestos en tres filas: dos superiores (dientes maxilares y premaxilares y dientes palatinos), y una inferior (dientes mandibulares). Los dientes que se pierden durante la actividad predatoria se recambian rápidamente.

    Los orificios nasales de las pitones están dispuestos en el vértice de la cabeza, en la parte superior; cuando el animal está irritado, puede producir un potente silbido con emisión posterior de aire. Esta conducta se observa más frecuentemente en otras pitones, como la molurus y la reticulada, que en la pitón real, que tiene una conducta más pacífica y tímida.

    En la bóveda de la boca se encuentra un pequeño conducto, proveniente del órgano de Jacobson (o vomeronasal), que presenta una particular estructura epitelial capaz de transmitir los estímulos recibidos directamente a los bulbos olfativos del cerebro. Cuando la serpiente saca la lengua bífida, en realidad está recogiendo partículas que, a través de este órgano nasal, le proporcionan información sobre el ambiente que la rodea. Por esta razón la serpiente saca la lengua fuera de la boca en un movimiento rápido y continuo, sobre todo cuando cambia de lugar.

    Los mecanismos de abertura de la boca de la serpiente:

    — el hueso cuadrado, que permite la separación de los huesos maxilares

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