La doncella fugitiva
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Novela romántica medieval-nueva edición agosto 2023
Ailen, la hermosa doncella del castillo de Saint Germain ver con horror cómo sus vasallos se rinden al cruel invasor de sus tierras y en lo alto de la fortaleza una bandera blanca flamea. Es la señal de la rendición del castillo de su padre y también de su ruina pues, sabe que debe entregarse al invasor y convertirse en su esposa sin demora
Pero ella no se rendirá tan fácilmente.
Y cuando el conde de Poitiers entra en Saint Germain con sus hombres descubre que la doncella Ailen; su prometida, ha desaparecido sin dejar rastro.
Furioso y desesperado la busca por todo el castillo hasta que se cruza en su camino una bella y voluptuosa criada llamada Marie que dice saber dónde se esconde su señora..
El joven conde la sigue encantado sin imaginar que se trata de una trampa.
Encontrar a la esquiva doncella se converitrá en su obsesión, atraparla y domeñarla su más caro anhelo, ¿pero podrá conseguirlo?
Cathryn de Bourgh
Cathryn de Bourgh es autora de novelas de Romance Erótico contemporáneo e histórico. Historias de amor, pasión, erotismo y aventuras. Entre sus novelas más vendidas se encuentran: En la cama con el diablo, El amante italiano, Obsesión, Deseo sombrío, Un amor en Nueva York y la saga doncellas cautivas romance erótico medieval. Todas sus novelas pueden encontrarse en las principales plataformas de ventas de ebook y en papel desde la editorial createspace.com. Encuentra todas las novedades en su blog:cathryndebourgh.blogspot.com.uy, siguela en Twitter o en su página de facebook www.facebook.com/CathrynDeBourgh
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La doncella fugitiva - Cathryn de Bourgh
La doncella fugitiva
Cathryn de Bourgh
COPYRIGHT
La doncella fugitiva- Cathryn de Bourgh © Copyright 2016. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial sin el consentimiento de su autora. Obra protegida por la ley universal de derechos de autor. Cualquier violación a sus derechos, reproducción total o parcial de la misma será sancionada con la ley actual vigente.
Obra de ficción. Todos los nombres, lugares y situaciones mencionados en la presente son invención del autor y no guardan semejanza alguna con la realidad.
©Edición revisada Agosto de 2023
INFORMACIÓN DE REGISTRO
SAFE CREATIVE
Identificador: 1604077170483
Fecha de registro: 07-abr-2016 9:46 UTC
Licencia: Todos los derechos reservados
Autor: María Noel Marozzi Dutrenit
TABLA DE CONTENIDOS
La doncella fugitiva
Cathryn de Bourgh
Prólogo:
Huida
La travesía
La trampa
La promesa
La doncella fugitiva
Cathryn de Bourgh
CASTILLO DE SAINT-GERMAIN-Provenza
Año de nuestro señor de 1279
Prólogo:
EL ASEDIO AL CASTILLO de Saint-Germain había durado meses, pero hoy finalmente flameaba en lo alto la bandera blanca de rendición. Tras días, semanas de muerte y destrucción la fortaleza se erguía estoica en lo alto de un promontorio, rodeado de bosques y marismas, decidida a resistir un poco más al invasor, pero finalmente había optado por rendirse. No más guerras, no más muertes, no más sangre inocente derramada para apoderarse del castillo y su herencia más preciada: la bella hija del conde: Ailen de Saint-Germain.
Porque luego de la muerte súbita del conde, su hijo bastardo Rene de Lucien había pretendido hacerse con la herencia y no cejó en su empeño de tomar la fortaleza y hacerle padecer toda clase de iniquidades. A duras penas la doncella Ailen se había mantenido escondida por sus sirvientes en espera de la llegada del conde de Poitiers: su prometido.
Ahora el infierno había terminado. Al fin era libre.
Ailen miró a la joven que estaba a su lado con expresión de alivio.
—Marie Claire, ¿qué habéis dicho? ¿Entonces el invasor ha sido muerto en manos de mi prometido? —dijo.
Su parienta, una doncella rubia de mejillas llenas asintió con ojos muy brillantes sin dejar de saltar de un lado a otro.
—Sí, prima Ailen, nuestros rezos han sido escuchados, la cabeza del felón René de Lucien pende de una pica y es exhibida en todo lo alto. Ahora esos malnacidos deberán rendirse. Vuestro prometido ha llevado a cabo tal hazaña...
La doncella de Saint-Germain frunció el ceño, molesta.
—Pues no me quedaré a darle las gracias, Marie Claire.
Esta la miró contrariada.
—Pero el caballero lo hizo por vos, mi señora. Es vuestro prometido. ¿Acaso pensáis marcharos?
—Por supuesto pequeña tonta—hizo una pausa sin dejar de dar vueltas por la habitación—Y os aseguro que me encantaría darle las gracias, pero creo que vos lo haréis en mi nombre, Marie Claire.
La expresión risueña de la otra joven cambió.
—No comprendo lo que decís—balbuceó alarmada.
Ailen abandonó el reclinatorio y se acercó a ella.
—Gracias por tan buenas nuevas, amiga, os lo agradezco de corazón. Mi libertad... Mi libertad pondrá fin a este tormento de ser la pieza de una herencia que jamás desee recibir. Ese caballero no me quiere, sólo quiere una esposa noble que le dé herederos. Además de este castillo y sus tesoros escondidos.
—Pero Ailen, deberíais sentiros honrada de ser la dama a quién dedica sus hazañas y atenciones, he oído que es un mancebo muy guapo además de gallardo.
—Pues he oído de otras hazañas menos heroicas prima mía—replicó la doncella y le habló de esa historia oscura de los cruzados de San Miguel, orden a la que pertenecía su prometido.
La otra joven la oyó consternada.
—Además de ser un hombre cruel e insensible sinceramente no deseo ser su esposa. Desde niña que sueño con ingresar al convento, ya os lo he dicho hasta el cansancio.
—Pero debéis casaros con el caballero, es vuestro deber. No podéis rechazarle, él os salvó del bastardo señora.
—Sí, es verdad, le debo una. Por eso creo que vos seríais una buena esposa en recompensa. OH, no me miréis así, la idea de casaros no os disgusta para nada.
—Pero es vuestro prometido.
Los ojos azules de Ailen brillaron con astucia y de pronto se acercó a su parienta y tomó sus manos.
—Marie, os necesito mucho ahora, debéis ayudarme a huir de este castillo. No deseo que el caballero me atrape y me obligue a cumplir una promesa que hizo mi padre. Yo os he ayudado siempre, os he amado como a una hermana desde que llegasteis al castillo—le recordó.
—Sí, y os agradezco mucho, pero... Es que no comprendo cómo podríais huir de aquí sin que os apresaran. Además, temo que ese caballero se disgustará si descubre que nuevamente le habéis rechazado—respondió la joven Marie con cautela.
—Pues tengo un plan—insistió su parienta—llama a nuestra sirvienta más leal. La que se llama como vos.
— ¿Marie? Pero ¿qué queréis que haga ella?
Su prima estaba cada vez más intrigada.
La sirvienta compareció poco después.
—Oh Marie, esta es vuestra oportunidad de demostrar vuestra lealtad y ayudadme—declaró Ailen y en un santiamén expuso su alocado plan mientras obligaba a su fiel criada a quitarse su traje de camarera.
Poco después la doncella de Saint-Germain se pavoneaba y reía encantada con su nuevo atuendo de criada.
—El hábito no hace al monje, pero a veces sí lo ayuda—declaró Ailen ante la mirada sorprendida de su parienta y de su sirvienta que se quedó medio desnuda tiritando.
—Pero señora no puedo salir de aquí sin ropa—balbuceó espantada la criada.
La doncella de Saint-Germain se acomodó la toca frente al espejo y se quitó las joyas que portaba pues nadie creería que era una sirvienta con ellas.
—Oh, no os preocupéis por eso. Tomad el vestido que más sea de vuestro agrado, allí en el arcón—señaló hacia un rincón.
—Pero no puedo llevar un vestido de señora, dirán que lo he robado—la criada estaba cada vez más asustada.
Sin hacer caso a los reclamos histéricos de la criada, la doncella de Saint-Germain siguió adelante con su alocado plan.
—Escaparé al convento vestida de criada, pero llevaré conmigo la medalla de Saint-Germain para demostrar que soy la heredera de Saint-Germain cuando llegue al convento de Caen—declaró.
Lo tenía todo planeado, pero necesitaba la ayuda de ambas, también de su prima y cuando esta supo la parte que tendría en el plan se puso muy pálida.
—No... no podéis pedirme eso es una locura mi señora—dijo entonces su prima escandalizada.
—Vamos Marie, siempre has deseado ocupar mi lugar, necesitáis un esposo que cuide de vos. Los caballeros guapos y gallardos son vuestra debilidad.
Ahora su prima enrojeció negando semejante cosa.
—No lo neguéis conozco vuestros secretos y debilidades, ¿olvidáis que somos como hermanas casi?
La doncella estaba decidida a salirse con la suya y su prima escuchó el descabellado plan con cara de espanto.
—Y vos deberéis ayudarme—sentenció Ailen al final.
Huida
LA DONCELLA DE SAINT-Germain había desaparecido y los sirvientes interrogados habían contado historias extrañas al respecto.
—Voló al cielo mi señor, porque la dama Ailen era un ángel—aseguró una camarera rechoncha.
El conde Etienne de Poitiers, prometido de la doncella la miró sin creerle una palabra.
—Pues será mejor que me digáis por qué vuestra dama no se encuentra en su celda. Mi paciencia se está agotando, muchacha—dijo sombrío.
Llevaba días, semanas asediando al castillo que había sido tomado por un invasor y ahora que finalmente tenía la cabeza del felón pendiendo de la muralla más alta, pues no podía presumirla como debía pues su prometida, la doncella Ailen, simplemente no estaba en el castillo. Decían que se había marchado al convento o que había volado directo al cielo pues era tan piadosa... Puras patrañas y embustes para embaucarle.
Sabía bien que nadie volaba al cielo de esa forma ni tampoco era tragado por la tierra sin