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Diccionario Ilustrado de la Biblia
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Diccionario Ilustrado de la Biblia

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En el Diccionario Ilustrado de la Biblia encontrará el marco de conocimientos linguísticos, geográficos y culturales que usted necesario para comprender la inmensa mayoría de los pasajes de la Biblia. Entre otras cosas hallará un resumen de cada uno de los libros de la Biblia con su correspondiente transfondo histórico y cultural, así como definiciones de términos bíblicos y teológicos, y mucho más.
IdiomaEspañol
EditorialThomas Nelson
Fecha de lanzamiento30 oct 2001
ISBN9781418583217
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Diccionario Ilustrado de la Biblia - Wilson M. Nelson

DICCIONARIO

ILUSTRADO

DE LA

BIBLIA

DICCIONARIO

ILUSTRADO

DE LA

BIBLIA

DR. WILTON M. NELSON

iv49

© 1977 Editorial Caribe, Inc.

Una división de Thomas Nelson, Inc.

Nashville, TN-Miami, FL, EE.UU.

www.caribebetania.com

ISBN:13: 978-089922-650-7

Reservados todos los derechos.

Prohibida la reproducción total

o parcial en cualquier forma,

escrita o electrónica, sin la debida

autorización de los editores.

Printed in the United States of America

12 13 14 15 - 10 09

Contents

PREFACIO

EXPLICACIÓN Y ABREVIATURAS

INTRODUCCIÓN

A

B

C

D

E

F

G

H

I

J

K

L

LL

M

N

O

P

Q

R

S

T

U

V

W

Y

Z

PREFACIO

Este nuevo y magnífico DICCIONARIO ILUSTRADO DE LA BIBLIA llega a nuestras manos en una hora perfectamente propicia. Este es el siglo de la Biblia en las Américas y en España. Numerosos millares de creyentes necesitamos de este volumen saturado de información bíblica e histórica para conocer a fondo lo que Dios enseña en la Biblia, que es su revelación especial (la Escritura… fue traída… por los santos hombres de Dios que hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. 2 P. 1:20, 21).

Sin la Biblia, el cristianismo se torna anémico y está a un paso de la extinción. El honrar a Jesucristo —el Verbo viviente de Dios— y el honrar las Sagradas Escrituras —el Verbo escrito de Dios— marchan paralelamente. Quien en verdad ama a Cristo, ama también con devoción su Palabra inspirada. El Señor Jesús afirmó: El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama (Jn. 14:21).

Pero tenemos que conocer toda la Escritura, y no exclusivamente algunos trozos favoritos de la misma. Lo que propiamente debe llamarse la Palabra de Dios, es la totalidad de la revelación bíblica. En los Salmos leemos: "la exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples… La suma de tus palabras es verdad" (Sal. 119; 130, 160). Sin embargo, hay múltiples pasajes bíblicos que no siempre son fáciles de comprender sin un marco de conocimientos lingüísticos, históricos, geográficos y culturales.

Este nuevo DICCIONARIO ILUSTRADO DE LA BIBLIA llena ese vacío. Suple en gran parte las necesarias respuestas a miles de preguntas que surgen al analizar las páginas escriturales y al procurar estudiarlas exegéticamente.

Por cuanto yo creo que los cristianos de las Américas y de España necesitamos, hoy más que nunca, conocer y vivir la Palabra de Dios, es que recomiendo a todo el mundo que tenga a la mano un ejemplar del DICCIONARIO ILUSTRADO DE LA BIBLIA. ¡Vale la pena (cualquier sacrificio personal) para adquirirlo!

Es mi mayor deseo que nos transformemos todos en hombres y mujeres de la Biblia. Solamente así veremos un despertamiento moral y espiritual de consecuencias transformadoras en los países de habla española.

Luis Palau

México, D. F.

Enero, 1974

EXPLICACIÓN Y ABREVIATURAS

Por cuanto este DICCIONARIO es de origen evangélico, casi todas las citas bíblicas son de la versión Reina-Valera (revisión de 1960); cuando no, generalmente se ha hecho indicación de ello. También, hemos seguido la ortografía de los nombres de personas y lugares bíblicos usados en dicha versión.

El nombre sacratísimo del Dios de Israel (el tetragrama cuya verdadera pronunciación es dudosa), lo hemos limitado a dos ortografías: Jehová, como en la versión Reina-Valera, y Yahvéh, como en la versión Biblia de Jerusalén.

Para ahorrar espacio se ha hecho mucho uso de abreviaturas. La más frecuente es la letra inicial del título de los artículos. V. g. cada vez que aparece la palabra sacrificio en el artículo del mismo nombre, se usa la abreviatura s.

Al final de cada artículo aparecen las inciales de su autor. Sus nombres aparecen en la lista de los colaboradores, en el orden alfabético de las iniciales y no de los apellidos.

Abreviaturas bíblicas

Para los libros de la Biblia se emplean las abreviaturas usadas en la revisión 1960 de la versión Reina-Valera publicada por las Sociedades Bíblicas, con la excepción de Heb. por Hebreos.

Abreviaturas de versiones de la Biblia

Abreviaturas de diccionarios, enciclopedias bíblicas

y otras obras frecuentemente mencionadas

Abreviaturas de puntos cardinales

Abreviaturas de carácter general

CLAVE DE ILUSTRACIONES

LISTA DE COLABORADORES

(En orden alfabético, de acuerdo con sus siglas)

INTRODUCCIÓN

Desde que los valientes colportores de las Sociedades Bíblicas abrieron brecha en Iberoamérica para el movimiento evangélico, éste se ha caracterizado por su decidido énfasis en las Sagradas Escrituras. Por otra parte, muchos católicos romanos están dando ahora una importancia semejante a la Biblia, debido a un avivamiento bíblico impulsado por el Concilio Vaticano II. De ahí la necesidad de ayudas idóneas para el número creciente de estudiantes de las Escrituras.

Hasta fechas recientes contábamos con pocas ayudas literarias en español para los estudiantes de la Biblia. Para los evangélicos, las dos más importantes han sido el DICCIONARIO DE LA SANTA BIBLIA (1890) y la CONCORDANCIA ESPAÑOLA (1901, que fue reemplazada por la CONÇORDANCIA DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS, basada sobre la revisión de 1960 de la versión RV). Estas dos obras fueron publicadas en español por la Sociedad Americana de Tratados hasta 1948 y desde esa fecha por la Editorial Caribe. Han tenido una circulación enorme y han prestado un servicio de incalculable valor a pastores, maestros de Escuela Dominical y estudiantes de las Escrituras en general.

El DICCIONARIO era la traducción del Dictionary of the Bible (1886) editado por el Rdo. William W. Rand, pastor de la Iglesia Reformada en los EE. UU. de A. Huelga decir, que hace años que el DICCIONARIO está por caducar. Indicio notorio de esto es el hecho de que, según su artículo sobre Jerusalén, ¡la santa ciudad está en manos de los turcos! Desde 1886 ha transcurrido mucha historia, con grandes adelantos en las ciencias que contribuyen a la mejor comprensión de las Escrituras, especialmente en la filología y la arqueología (v.g. el descubrimiento de los papiros de Oxyrhynchus y Chester Beatty, las tablillas de Tell-el-Amarna, Mati, Ras Samra y Nuzi, y últimamente los famosos Rollos del Mar Muerto).

Por el año 1960 empezaba a sentirse la imperiosa necesidad de poner al día el viejo DICCIONARIO. Se inició una revisión de los artículos existentes, pero este plan fue rechazado por inadecuado. Se resolvió entonces editar un nuevo diccionario y darle carácter hispanoamericano. La tarea fue encomendada a algunos profesores del Seminario Bíblico Latinoamericano. Luego los encargados pedimos la colaboración de distintas personas, especialmente a profesores de seminarios e institutos bíblicos de Iberoamérica y algunos de España y América del Norte.

Así es que han participado en la preparación del DICCIONARIO ILUSTRADO DE LA BIBLIA más de 100 colaboradores, residentes en tierras que cubren desde España hasta Texas y desde México hasta Argentina. Representan una gran variedad de confesiones cristianas; pero todos aman la Palabra de Dios y desean ayudar a otros a comprenderla mejor.

Los que auspiciamos la publicación del presente Diccionario creemos que las Escrituras son inspiradas por el Espíritu Santo (2 Ti. 3:15–17; 2 P. 1:20, 21) y constituyen la revelación especial de Dios que nos conduce a la persona de Jesucristo. Esta postura ha sido norma orientadora para los editores sin coartar la debida libertad académica. En asuntos secundarios los colaboradores no siempre han estado de acuerdo entre sí, y los editores no hemos pretendido armonizar todos los criterios.

Al confeccionar este DICCIONARIO, hemos pensado no sólo en los teólogos eruditos sino también en los predicadores, obreros laicos, maestros de Escuela Dominical y todos los estudiantes de las Escrituras, para entregarles una herramienta que les ayude en sus esfuerzos de exponer bien la palabra de verdad (2 Ti. 2:15 HA.). Para los que desean profundizar más en el estudio de la Biblia, ofrecemos al final de este volumen un compendio anotado de Ayudas bibliográficas para el estudio de la Biblia.

El editor general quiere manifestar por este medio, su sincera y sentida gratitud hacia todos los que prestaron su valiosa cooperación, especialmente hacia los colegas editores asociados, los doctores Ricardo Foulkes, Dayton Roberts, Mervin Breneman, Tomás Hanks y Juan Huffman, a quienes les tocó la labor importante y a veces tediosa, de revisar el contenido de aproximadamente 2100 artículos que componen el DICCIONARIO.

Además, desea hacer mención especial de ciertos contribuyentes que hicieron aportes extraordinarios. El que hizo la contribución mayor (81 artículos, 30.000 palabras) fue el doctor Foulkes. Después sigue el doctor Justo L. González (hijo) que escribió 61 artículos (23.500 palabras). Los siguientes colaboradores contribuyeron con más de 15.000 palabras cada uno: doctor José Míguez Bonino, doctor Alfonso Lloreda, doctor Tomás Hanks, licenciado José María Abreu, el doctor Werner G Marx y el reverendo Aristómeno Porras.

Durante los años de la preparación del DICCIONARIO, murió uno de los colaboradores, el Profesor Ernesto H. Trenchard. Don Ernesto había dedicado casi 50 años a la causa evangélica en España. Fue director de Cursos de Estudio Bíblico y autor de varios libros de exposión bíblica. Escribió 46 artículos para el DICCIONARIO ILUSTRADO DE LA BIBLIA.

Una vez pasados por el proceso editorial, los artículos se sometieron a varias redacciones. Agradecemos a los redactores, señores Otto Minera, Ronaldo Ross, Juan Rojas y Pedro Vega, su importantísimo trabajo; también a la mecanógrafa señorita Marta González, que sacó en limpio los artículos editados y redactados. Agradecemos también la hermosa obra del dibujante cartógrafo, Edwin Morris.

Finalmente, el editor general da gracias a la compañera de su vida, Thelma Agnew de Nelson, quien estuvo a su lado los siete años de la confección del DICCIONARIO, fortaleciéndole y ayudándole en diversas maneras.

Sobre todo da gracias al Dios que inspiró a los profetas y apóstoles para que pusieran en forma escrita su revelación a los hombres. Quiera El usar este DICCIONARIO para hacer que la Escritura sea más útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud, para que el hombre de Dios esté capacitado y bien preparado para hacer toda clase de bien (2 Ti. 3:16, 17 VP).

Wilton M. Nelson

Editor General

San José, Costa Rica

Enero, 1974

DICCIONARIO

ILUSTRADO

de la BIBLIA

iv45

A

AARÓN. Hijo de Amram y Jocabed, de la tribu de Leví (Ex. 6:20), hermano mayor de Moisés (Éx. 7:7) y de María (Nm. 26:59; 1 Cr. 6:3). Su esposa fue Elisabet y sus cuatro hijos fueron Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.

A. se presenta en la historia como boca de Moisés (Éx. 4:16) ante Faraón. Parece que A. tenía fama de orador, mientras Moisés se sentía torpe de lengua (Éx. 4:10,14). Por tanto, fue escogido por Dios para ayudar a Moisés a redimir de Egipto al pueblo de Israel (Éx. 4:27). Al principio siempre acompaña a Moisés (Éx. 5:1,4,20; 6:13; 7:6,10,20; 8:5,12,16,25; 9:8,27; 10:13,16; 11:10; 12:1,31; 17:10–12). Pero después del cruce del Mar Rojo parece dejar esta responsabilidad y Moisés habla directamente al pueblo (Éx. 14:13).

A. figuró entre los dirigentes de Israel (Éx. 19:24; 24:9; 34:31) y estuvo con ellos cuando vieron a Dios. Sin embargo, no tuvo cualidades de dirigente. Cuando reemplazó a su hermano al subir éste al monte Sinaí, no supo mantener el orden (Éx. 32:25) ni pudo resistir las exigencias del pueblo de Israel. Para complacerlos hizo un becerro de oro. Es posible que tuviera en mente al sagrado buey Apis de Egipto o el toro de los cananeos.

El momento cumbre de la vida de A. fue cuando se le nombró sumo sacerdote (Éx. 28:1; Lv. 8:2). Se confeccionaron vestidos especiales para este servicio (Éx. 28:2ss.; 39:1ss.), como señal de su autoridad religiosa y de su representación de Israel ante Dios. El relato de su consagración es minucioso (Éx. 29:1–37; Lv. 8). El punto central de su ministerio fue el día de expiación, al entrar en el lugar santísimo como único representante del pueblo de Israel (Lv. 16:13,14). Dios sostuvo la autoridad de su sacerdocio frente a una rebelión (Nm. 16) y la confirmó con el milagro de la vara que floreció (Nm. 17).

A pesar de su oficio sagrado, A. demostró grave carnalidad al envidiar la posición de preeminencia que tenía su hermano Moisés. Quiso justificar sus celos alegando que Moisés había tomado una mujer cusita (Nm. 12:1,2). Sin embargo, Jehová intervino para reafirmar que Moisés había sido escogido para ser boca de Dios.

Por su falta de fe, no se le permitió entrar en la tierra prometida (Nm. 20:12). Entregó el sumo sacerdocio a su hijo Eleazar en el monte Hor (Nm. 20:26; Dt. 10:6), Jonde murió a la edad de 123 años (Nm. 33:38,39). ( iv42 SUMOSACERDOTE). P. S.

ABADÓN (heb. = ‘perdición’). Nombre poótico para el mundo de abajo. En Job, Sal. y Pr. denota simplemente la morada de los muertos ( iv42 SEOL). Pero en la literatura rabínica designa específicamente el lugar de condenación y castigo, o sea un departamento de las regiones infernales reservado para los inicuos. Este matiz se refleja en su empleo como nombre del ángel del abismo en Ap. 9:11; Juan lo traduce por Apolión (‘destructor’). R. F. B.

ABANA Y FARFAR. Ríos de Siria mencionados por Naamán en 2 R. 5:12. Son ríos claros y Naamán sostenía que eran mejores que todas las aguas de Israel, y en nada comparables con el iv42 Jordán. Y en verdad lo eran. Probablemente el A. es el actual río Barada, que nace en el Antilíbano unos 30 km al NO de Damasco. Pasa por la ciudad fluyendo hacia el SE y desemboca en un lago pantanoso 30 km más al E. Riega los llanos y provee de agua a la ciudad de Damasco. Por eso Naamán habló de su grandeza.

El río F. probablemente es el moderno Awaj, que nace en el mte. Hermón y corre unos 14 km al S de Damasco; fluye de O a E. Es perenne y riega la región entera.

J. E. G.

ABARIM (‘más allá’ o ‘del otro lado’). Mte. situado al E del mar Muerto y del bajo Jordán, frente a Jericó, en el territorio de Moab y en la tribu de Benjamín (Nm. 33:48; Dt. 32:49). El uso del plural (Nm. 33:47,48), sugiere una cadena de montañas. Los mtes. Nebo, Pisga y Peor formaban parte del A. (Nm. 27:12; 33:47,48; Dt. 32:49; 34:1). Los israelitas acamparon dos veces en Ije-abarim (Nm. 21:11; 33:44).

iv46

El río Abana, visto aquí, reoorre toda la ciudad de Damasco, tornándola en un vergel frondoso y fértil en tnedio del desierto que la rodea. MPS

ABBA. Forma enfática del arameo ab (‘padre’), usada corrientemente para expresar una relación filial íntima. Raras veces se usa para referirse a Dios, y menos aún en oración, como lo hace Jesús en Mr. 14:36 (donde se añade la traducción griega). Probablemente se dirigíó así a Dios, no sólo en la ocasión citada, sino también en otras en que los evangelistas han traducido a. como padre, padre mío, o mi padre. A. expresa la relación única de plena comunión y confianza del Hijo con el Padre, y, según parece, la iglesia primitiva adoptó el término, especialmente para la oración (Ro. 8:15; Gá. 4:6), pues el Espíritu de adopción incorpora al cristiano en esa nueva relación.

J. M. B.

ABDÍAS (‘siervo de Jehová’). Nombre hebreo de 6 hombres del AT. Se traduce al español por Abdías o por Obadías.

1. El mayordomo de Acab (1 R. 18) que salvó de la furia de Jezabel a 100 profetas de Jehová.

2. El cuarto de los profetas menores (Abd. 1).

3. Los otros cuatro se mencionan en 1 Cr. 3:21; 27:19; 2 Cr. 17:7; 34:12.

E. A. N.

ABDÍAS, LIBRO DE.

Este libro fue escrito por el profeta Abdías, de quien no tenemos ningún dato biográfico.

No se sabe con certeza la fecha de esta profecía. Se ha sugerido que fue escrita durante el reinado de Joram (ca. 848-841 a.C.), cuando los filisteos y árabes invadieron y saquearon a Jerusalén (2 Cr. 21:16,17; Jl. 3:3–6; Am. 1:6). En aquel tiempo los idumeos eran también enemigos acérrimos de Judá (2 R. 8:20–22; 2 Cr. 21:8–10; cp. Éx. 15:15; Nm. 20:14ss.; Sal. 83:6; Is. 63:1–6; Jl. 3:19), y bien pudo entonces suceder lo que se narra en los vv. 10–14 tocante a la ofensa de Esaú a Jacob. También se ha mencionado que es posible que Jeremías y Amós se hayan referido a este libro (Jer. 49:7–22; Am. 1:11,12).

Sin embargo, muchos eruditos ven en Ab. 10–14 una descripción de lo acontecido en la ocasión de la caída de Jerusalén a manos de los babilonios, en 586 a.C., y creen que Abdías pudo haber escrito su profecía un año después de aquel suceso.

Es el libro más pequeño del AT y su tema principal es el juicio divino que vendría sobre Edom, o sea los descendientes de Esaú, por su malévola actitud hacia los hijos de Judá. La primera parte del libro (vv. 1–14) describe la soberbia de Edom, su falsa confianza en la posición estratégica que disfrutaba su capital ( iv42 SELA), y su falta de misericordia para con los habitantes de Judá cuando éstos fueron humillados por el enemigo. Por estas causas, los edomitas sufrirían el juicio de Dios (vv. 4,8,9).

En la segunda sección (vv. 15–21) se anuncia la venida del día de Jehová, que significará venganza sobre todas las naciones y exaltación para el pueblo de Israel. El v. 21 es mesiánico (cp. Ap. 11:15).

E. A. N.

ABED-NEGO. Nombre babilónico de Azarías, uno de los tres compañeros de Daniel en Babilonia (Dn. 1:7). Junto con Sadrac y Mesac, fue nombrado para el servicio real de Nabucodonosor (Dn. 2:49). Cuando los tres rehusaron adorar a la estatua de oro que éste había levantado, se les condenó a morir en un horno de fuego (Dn. 3:13–22). Dios intervino para salvarlos (Dn. 3:24–26), y sus puestos oficiales les fueron restituidos (Dn. 3:30). Su fe ha sido ejemplo tanto para judŕos (1 Mac. 2:59) como para cristianos (Heb. 11:33,34).

J. C. H.

ABEJA. Insecto himenóptero, muy común en la Tierra Santa por la abundancia de flores. Había tantas que era natural que Palestina se llamara tierra que fluye leche y miel (Éx. 3:8; Dt. 6:3), y que se usaran frases como: Me rodearon como a. (Sal. 118:12), o se aludiera a las a. en enigmas, como en el caso de Sansón (Jue. 14:8).

El nombre iv42 Débora significa a., (Gn. 35:8; Jue. 4:15).

S. C.

ABEL (‘hálito’ o ‘lo transitorio’).

1. Segundo hijo de Adán y Eva (Gn. 4:2) y primer pastor del mundo, Cristo lo consideró como hombre recto (Mt. 23:35).

Con Caín, su hermano mayor, hizo sacrificio a Jehová. Su ofrenda fue bien recibida, mientras que la de Caín fue rechazada (Gn. 4:3–10). El sacrificio de A. fue aceptable, pero no por tratarse de un cordero, pues a Dios le agradaban tanto los sacrificios líquidos (Nm. 15:4,7,10) y vegetales (Nm. 15:4,9) como los animales. Según Heb. 11:4, lo que le valió a A. fue su fe al reconocerse culpable ante Dios e identificar la vida de la víctima con la suya (Lv. 17:11).

Algunos creen que la aceptación de A. se manifestó cuando el fuego divino cayó sobre su altar. Pero en 1 Jn. 3:12 se puede inferir más bien que Caí iv410 notó en A. la serenidad y el gozo de un hombre perdonado y no lo pudo soportar. El relato del primer homicidio atestigua las horrorosas e imperecederas consecuencias de derramar sangre humana (Gn. 4:8–14; Lc. 11:51; Heb. 12:24).

2. Prefijo de algunos nombres toponímicos. En tales casos A. significa prado o valle. V.g.: Abel-sitim (Nm. 33:49), Abel-mehola (Jue. 7:22), Abel-bet-maaca (1 R. 15:20), Abel-main (2 Cr. 16:4), Abel-mizraim (Gn. 50:11). Se usa como voz independiente en 2 S. 20:18.

W. G. M.

ABEL-BET-MAACA (‘prado de la casa de opresión’). Ciudad en el N de Palestina en la latitud de Tiro, que en 2 Cr. 16:4 se llama Abelmaim. Tiene importancia histórica por ser el lugar adonde huyó Seba al rebelarse contra David (2 S. 20:13–22). Ochenta años después la tomó Ben-adad, rey de Siria (1 R. 15:20). Tiglat-pileser, rey de Asiria, la incorporó a su imperio 200 años después (2 R. 15:29). En la antigüedad se conoció por su fidelidad a las costumbres israelitas (2 S. 20:18). Actualmente se identifica con Tel-abil, cerca del pantano Hulé.

J. E. G.

ABEL-MEHOLA. Ciudad natal de Eliseo (1 R. 19:26), situada cerca del lugar donde Gedeón derrotó a los madianitas (Jue. 7:22). Es común identificarla con el actual Tel Abu Sifri, al lado O del Jordán, a media distancia entre el mar Muerto y el mar de Galilea.

J. E. G.

ABEL-MIZRAIM (‘prado’ o ‘lamento de los egipcios’). Nombre dado a la era de Atad, donde José y sus acompañantes lloraron a Jacob por siete días en camino a Mamre, donde tuvieron que sepultarlo. Hoy es un lugar desconocido. Gn. 50:10s. lo sitúa al otro lado del Jordán, pero algunos exegetas opinan que una mejor traducción sería en la región del Jordán.

J. G. C.

ABEL-SITIM. (Nm. 33:49) iv42 SITIM.

ABI. iv42 ABÍAS N.° 8.

ABIAM. iv42 ABÍAS N.° 6.

ABÍAS (‘el Señor es mi padre’). 1. Séptimo hijo de Bequer, hijo a su vez de Benjamín (1 Cr. 7:8).

2. Esposa de Hezrón, nieto de Judá (1 Cr. 2:24).

3. Segundo hijo de Samuel, nombrado juez con su hermano Joel. Su corrupción dio pretexto para que el pueblo pidiera rey (1 S. 8:1–5; 1 Cr. 6:28).

4. Padre de una familia sacerdotal que formó la octava clase cuando David dividió a los sacerdotes en 24 clases para desempeñar el servicio del templo (1 Cr. 24:10). Zacarías, padre de Juan el Bautista, fue de esta clase (Lc. 1:5).

5. Hijo de Jeroboam, primer rey de Israel. Murió joven y muy llorado conforme a la profecía dada a su madre por el profeta Ahías (1 R. 14:1–18).

6. Hijo y sucesor de Roboam, primer rey de Judá. Reinó durante tres años. Ganó una victoria notable sobre Jeroboam, rey de Israel (2 Cr. 13). Se llama Abiam en 1 R. 14:31; 15:1,7,8.

7. Sacerdote de la época de Nehemías; firmó el pacto (Neh. 10:7; 12:4,17).

8. Madre de Ezequías, rey de Judá (2 Cr. 29:1). Llamada Abi en 2 R. 18:2.

D. M. H.

ABIATAR. Hijo de Ahimelec, sacerdote de Nob. Escapó cuando Saúl asesinó a su padre y se unió a David (1 S. 22:20–22). Trajo consigo el efod, que le ayudó a conocer la voluntad de Dios (1 S. 23:6–12). Después de la entronización de David, sirvió como uno de sus oficiales (1 Cr. 27:34). Ayudó a llevar el arca a Jerusalén (1 Cr. 15:11,12). Él y su hijo Jonatán sirvieron de espías para David en Jerusalén durante la sublevación de Absalón (2 S. 15:35ss.). Ayudados por Husai, comunicaron a David los planes de Absalón (2 S. 17:15–17). Al fin del reinado de David, A. cooperó en el intento fallido de entronizar a Adonías (1 R. 1), por lo cual Salomón lo destituyó (1 R. 2:26,27). Con este acto se cumplió la promesa de Dios respecto de la casa de Elí (1 S. 2:27–36).

Durante el reinado de David hubo dos sumos sacerdotes, Sadoc y A. (1 Cr. 15:11), aunque parece que A. estuvo sobre Sadoc (1 R. 2:35). Después de la destitución de A., quedó solamente el linaje de Sadoc.

P. S.

ABIB (‘espigas maduras’). Primer mes del año litúrgico hebreo y séptimo del año civil. Su nombre deriva del palestino local y se llama así porque en ese tiempo se maduraba el grano. Especialmente la cebada se espigaba en este mes. El festival de los primeros frutos se ofrecía el 16 del mes. El día 10 de A. se iniciaba la preparación de la Pascua. Se mataba la víctima el día 14, hacia la puesta del sol, y era comida esa misma noche al comenzar el día 15. Los días 15 al 21 eran el tiempo de la fiesta del pan sin levadura, que terminaba con una convocación solemne (Éx. 12:1,2; 13:4,6; 23:15; 34:18; Dt. 16:1). Su nombre postexílico es Nisán. Hoy corresponde a marzo-abril. ( iv42 MES.)

G. D. T.

ABIEZER (‘padre es ayuda’). 1. Hijo de Galaad, nieto de Maquir y bisnieto de Manasés (1 Cr. 7:14–18), llamado también Jezer (Nm. 26:30). Sus descendientes, los abiezeritas, fueron los que primero se reunieron con Gedeón, cuando éste llamó a hombres para luchar en Jezreel contra los madianitas y amalecitas (Jue. 6:33,34).

2. Uno de los oficiales valientes de David (1 Cr. 11:28), benjamita (1 Cr. 27:12), natural de Anatot (2 S. 23:27).

H. P. C.

ABIGAIL (‘mi padre es gozo’).

1. Hermosa y prudente esposa de Nabal, el de Carmel, la cual intervino con su sabio razonamiento y regalos cuando David iba a vengarse de Nabal por su torpe mezquindad. David acató el consejo de A. y a los diez días Nabal murió sin que David derramara sangre. Después A. pasó a ser esposa de David, y fue madre de Quileab o Daniel (1 S. 25; 2 S. 3:3; 1 Cr. 3:1).

2. Hermana de David y madre de Amasa (2 S. 17:25; 1 Cr. 2:16,17).

J. M. H.

ABILINIA. Tetrarquía gobernada por iv42 Lisanias en el año 15 de Tiberio (Lc. 3:1), y situada en el Antilíbano. Las ruinas de su capital, Abila, se hallan a 30 km al NO de Damasco, sobre la línea del ferrocarril de Beirut, en un lugar llamado Es-suk. Se la llama Abilinia de Lisanias para distinguirla de otras.

S. C. C.

ABIMELEC (‘mi padre es rey’). 1. Rey de los filisteos en Gerar; llevó a Sara a su harén, luego que Abraham había dicho que era su hermana. Reprendido por Dios en sueños, se la devolvió a Abraham después de reconvenirlo por el engaño que había cometido (Gn. 20:1–18). Posteriormente A. y Abraham hicieron un pacto (Gn. 21:22–34).

2. Otro rey de Gerar, posiblemente hijo del anterior, a quien Isaac le dijo la misma mentira con respecto a su esposa, Rebeca. Aunque los filisteos no la tomaron, cuando A. descubrió el embuste, reprendió a Isaac (Gn. 26:1–13). Sin embargo, siguieron en buenas relaciones (Gn. 26:26–33).

3. Hijo de Gedeón y su concubina (Jue. 8:31). Se hizo rey de Siquem después de la muerte de su padre y mató a 70 hijos de éste. Sólo se salvó Jotam, el hijo menor, que se escapó.

A. murió ignominiosamente cuando una mujer le dejó caer una piedra de molino sobre la cabeza (Jue. 9:50ss.).

4. El título del Salmo 34 menciona a un A. Evidentemente se refiere a Aquis, rey de Gat (1 S. 21:10–15). Es probable que A. se use aquí como título real y no como nombre propio.

D. M. H.

ABINADAB (‘padre generoso’). 1. Hombre (probablemente levita) de Quiriat-jearim en cuya casa permaneció el arca de Jehová desde que fue devuelta por los filisteos hasta el reinado de David (1 S. 7:1; 2 S. 6:3ss.; 1 Cr. 13:7).

2. Segundo hijo de Isaí y uno de los tres que fueron con Saúl a la guerra contra los filisteos (1 S. 16:8; 17:13; 1 Cr. 2:13).

3. Uno de los cuatro hijos de Saúl. Murió con dos hermanos y su padre en la batalla de Gilboa (1 S. 31:2; 1 Cr. 8:33; 9:39; 10:2).

4. Padre de un yerno de Salomón, gobernador de la región de Dor (1 R. 4:11).

J. M. Br.

ABIRAM (‘el excelso es mi padre’). 1. Bisnieto de Rubén que se levantó con Datán, Coré y otros, contra Moisés y Aarón. Perecieron juntamente con sus familiares cuando por el juicio de Dios la tierra los tragó (Nm. 16:1–32; 26:9; Dt. 11:6; Sal. 106:17).

2. Primogénito de Hiel. Murió en cumplimiento partial de la maldición de Josué (Jos. 6:26) cuando Hiel reedificó Jericó, ca. 870 a.C. (1 R. 16:34).

J. M. Br.

ABISAG (‘mi padre es errante’). Hermosa virgen de Sunem, escogida para cuidar a David en su vejez (1 R. 1:1–4). Cuando iv42 Adonías la solicitó como esposa, el nuevo rey Salomón mandó matarlo por haber pretendido el trono, pues las concubinas del muerto habían de pasar a su heredero (1 R. 2:13–25).

I. W. F.

ABISAI (‘mi padre es Isaí’). Primer hijo de Sarvia, hermana de David; hermano de Joab y de Asael (1 Cr. 2:16), y uno de los más valientes soldados de David (2 S. 23:18,19). Sólo él entró con David en el campamento de Saúl en Zif (1 S. 26:5–12). Con Joab siguió a Abner, general del ejértito de Isboset (2 S. 2:18,24). Derrotó a los edomitas (1 Cr. 18:12); dirigió parte del ejértito de Joab contra los amonitas (2 S. 10:10,14); libertó a David y mató al gigante filisteo Isbi-benob (2 S. 21:16,17). Era guerrero cruel (2 S. 16:9; 19:21), pero se destacaba siempre por su valor, su intrepidez y su lealtad a David, aun durante las rebeliones de Absalón y Seba (2 S. 16:9–11; 20:6,7).

J. M. Br.

ABISMO (del gr. abyssos, ‘sin fondo’). Término usado en la LXX para traducir la palabra hebrea que significa hondura.

En el AT a. expresa el concepto antiguo de océano, una vasta masa de agua sobre la cual flotaba el mundo (Gn. 1:2; 7:11), y alude a un elemento del caos primitivo (Job 28:14).

En el NT el a. se presenta como la morada o el calabozo de los demonios (Lc. 8:31; Ap. 9:1ss.; 11:7; 17:8; 20:1–3) y el lugar de los muertos (Ro. 10:7 iv42 SEOL).

J. M. R.

ABlÚ. Segundo hijo de Aarón y Elisabet (Éx. 6:23). Por ser miembro de esta familia fue consagrado al sacerdocio (Éx. 28:1). Acompañó a su padre, los ancianos de Israel y Moisés cuando subieron al mte. Sinaí y vieron la gloria de Dios (Éx. 24:1,9,10). Se le recuerda como ejemplo de la desobediencia, porque ofreció fuego extraño delante de Jehová y fue drásticamente castigado (Lv. 10).

P. S.

ABNER. Hijo de Ner, primo de Saúl y general de los ejércitos de éste y de Is-boset (1 S. 14:50; 26:5; 2 S. 2:8).

Estuvo al lado de Saúl cuando David salió al encuentro de Goliat (1 S. 17:55,56) y fue quien posteriormente lo presentó a Saúl (1 S. 17:57). Estaba sentado a la mesa cerca de Saúl cuando éste, en un arranque de furia, intentó matar a Jonatán (1 S. 20:25,33). Acompañó a Saúl mientras éste perseguía a David (1 S. 26:5ss.). Sin embargo, David lo reprendió severamente por su negligencia en cuidar al rey (1 S. 26:15). Muerto Saúl, A. se encargó del cuidado del hijo que aquél dejó, Is-boset, y lo proclamó rey (2 S. 2:8,9). Reprendido por Is-boset debido a su conducta con Rizpa, concubina de Saúl, hizo un pacto con David para que éste reinase sobre todo Israel (2 S. 3:6–21). Fue asesinado traidoramente por Joab, en venganza de la muerte de su hermano Asael; David lamentó su muerte y compuso una elegía a su memoria (2 S. 3:33,34).

H. P. O.

ABOGADO. Profesional que en una corte defiende la causa de otro. En la época de Cristo, dentro del sistema político-religioso judío, no se ejercía la profesión en el sentido clásico, salvo en casos como el de iv42 Tértulo, quien acusó a Pablo delante de Félix (Hch. 24:1). Pero sí había doctores e intérpretes de la ley que compartían con los iv42 escribas las funciones de a. (cp. Lc. 7:30; 11:45s.,52). No se sabe si iv42 Zenas (Tit. 3:13) era experto en la ley judía o en la romana.

Con la palabra a. se traduce el vocablo griego Parákletos que quiere decir uno llamado al lado de otro para ayudar y consolar. En tal sentido se aplica al Espíritu Santo en el Evangelio de Juan (14:16,26; 15:26; 16:17) y a Cristo en las epístolas (1 Jn. 2:1; cp. Ro. 8:34; Heb. 7:25). Nuestro Señor abogó por Pedro (Lc. 22:32), y por el ciego de nacimiento (Jn. 9:35–41). ( iv42 PARÁCLETO, iv42 INTERCESIÓN.)

A. R. D.

ABOMINACIÓN. Término que traduce cuatro vocablos hebreos en el AT, y en resumen señala la repugnancia que produce un objeto, persona o práctica que violenta los postulados religiosos del sistema dominante.

I. VARIOS USOS

A. La violación de un tabú. V.g., la frase: porque los egipcios no pueden comer pan con los hebreos, lo cual es a. a los egipcios (Gn. 43:32; cp. 46:34; Éx. 8:26).

B. Los ídolos de los gentiles eran a. por excelencia frente a Jehová, Dios único y verdadero, y su pueblo Israel: Astoret era la a. de los sidonios, Quemos, a. de Moab, etc. (2 R. 23:13).

C. Las prácticas idolátricas eran a., por sus implicaciones tanto religiosas como éticas, pues combinaban la deslealtad a Jehová con la degradación moral (2 R. 21:2–7). Incluían la adivinación, magia, etc. (Dt. 18:9–14).

D. Pecados y actitudes ajenos al pacto de Dios con Israel. Véanse las muchas referencias a la a. en Proverbios, v.gr. labios mentirosos (12:22).

E. Meros actos rituales, y sacrificios ofrecidos sin humildad y espíritu de adoración eran a. (Is. 1:11–14). Los mismos conceptos pasan al NT bajo el término griego bdelygma. Jesús declaró que aun lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es a. (Lc. 16:15).

II. LA ABOMINACIÓN DE DESOLACIÓN

Jesucristo hace referencia a una funestá señal futura, ya predicha por Daniel profeta, y la llama to bdelygma tes eremóseos (Mt. 24:15; Mr. 13:14) o sea, la a. que causa devastación y que había de ser colocada en el lugar santo. En Daniel la frase (con variantes) se halla en 9:27; 11:31 y 12:11. Dn. 11:31 alude, sin mucho lugar a duda, a la profanación del altar de holocaustos en Jerusalén por orden de Antíoco Epífanes (168 a.C., período de los macabeos).

Las referencias que el Señor recoge pueden tener un cumplimiento doble, siendo el primero anticipo y sombra del segundo. El lugar santo fue profanado por los zelotes judíos durante el sitio de Jerusalén (66–70 d.C.), mientras los cristianos de Judea, guiados por la advertencia del Señor, huían a Pella (Mr. 13:14–16). La siguiente profanación del templo por los romanos bajo Tito fue puramente destructiva.

Antes del fin, del cual profetizó Cristo, el anticristo se sentara en el templo de Dios, como Dios (2 Ts. 2:3ss.; 1 Jn. 2:18; cp. Ap. 11:1,2 y cap. 13), como señal de las grandes tribulaciones que precederán a la manifestación del Señor en gloria.

E. H. T.

ABORRECIMIENTO. Actitud emotiva caracterizada por una gran aversión o disgusto profundo. Es un sentimiento complejo que puede incluir iv42 ira, iv42 temor, disgusto, enemistad, iv42 odio o mala voluntad, junto con el deseo de perjudicar algún objeto o persona. Èl a. al hermano o al prójimo es condenado (Gn. 27:41; 37:4s.; Lv. 19:17; 2 S. 13:22). La Biblia, por lo mismo, distingue entre el asesinato accidental y el malicioso o intencional (Dt. 4:42; 19:4,6,11; Jos. 20:5).

El que aborrecía a su mujer, alegando causas falsas, debía ser castigado y no podía abandonarla (Dt. 22:13–19). Pero si existía razón justa, la mujer aborrecida no podía ser tomada de nuevo por su marido (Dt. 24:3,4). El amor basado exclusivamente en la atracción sexual puede convertirse en a. (2 S. 13:15).

A menudo en las Escrituras el a. expresa lo contrario del amor, o un grado menor de amor (Gn. 29:30,31; Dt. 21:15; Pr. 13:24; Lc. 14:26). En estos pasajes a. no significa odio, sino amar menos, dando preferencia a otro objeto o persona. Es en su aspecto negativo, como a. hacia el semejante quien lleva la imagen de Dios, cuando se vuelve pecaminoso. Sin embargo, no siempre el a. u odio es pecado. Dios aborrece los pensamientos y caminos pecaminosos y el carácter de los pecadores (Sal. 5:5,6; Jer. 44:4). Tal como su Salvador, el creyente debe aborrecer el pecado (Heb. 1:9), pero amar al pecador (Ro. 5:8).

J. J. T.

ABRAM (‘el padre es exaltado’) Después se le llamó Abraham (‘padre de multitudes’, Gn. 17:5). Descendiente de Sem e hijo de Taré; fundador de la nación judía, de los ismaelitas y de otras tribus árabes. La historia de su vida se relata en Gn. 11:26–25:10; hay una recopilación de ella en Hch. 7:2–8. Tres grupos religiosos lo reconocen como patriarca: judíos, cristianos y mahometanos.

Nació en Ur, ciudad caldea, donde vivió con su padre y sus hermanos, Nacor y Harán, y donde se casó con Sarai. Llamado por Dios, abandonó a su parentela idólatra (Jos. 24:2) y se trasladó a Harán, en Mesopotamia, donde murió su padre (Gn. 11:26–32). A la edad de 75 años se fue a Canaán con su esposa y Lot, pasando por Siquem y Bet-el (Gn. 12:1–9). Obligado por el hambre, fue a Egipto donde hizo pasar a Sarai por hermana suya. Volvió enriquecido a Canaán y con espíritu generoso dio a Lot el fértil valle del bajo Jordán. Luego se estableció en Mamre (Gn. 13:1–18). Entonces Dios renovó su promesa a A. (Gn. 13:15–18). Al volver de rescatar a Lot de manos del rey elamita (Gn. 14:1–16), Melquisedec, sacerdote-rey, le salió al encuentro y le dio su bendición (Gn. 14:17–24).

A pesar de haberle sido prometido un hijo (Gn. 15:4), cuando tenía 86 años, A. tomó a la esclava Agar y de ella nació Ismael (Gn. 16). Trece años después Dios reconfirmó su pacto con él; estábleció la circuncisión como señal y a Abram le puso por nombre Abraham (Gn. 17). A. intercedió por Sodoma (Gn. 19), viajó por el Neguev, y se estableció en Cades y Gerar (Gn. 20). Allí nació Isaac, cuando A. tenía 100 años de edad. Luego Agar e Ismael fueron echados de casa. Por ese mismo tiempo A. hizo pacto con Abimelec, asegurando los derechos de éste en Beer-seba (Gn. 21).

Después de veinticinco años, Dios probó la fe de A. ordenándole que sacrificara a Isaac, su hijo y heredero de la promesa (Gn. 22). Doce años después Sara murió y fue enterrada en Hebrón. Rebeca, nieta de Nacor, él hermano de A., fue escogida como esposa, de Isaac. A. tomó también otra esposa, Cetura, quien tuvo 6 hijos. Regaló todo lo que tenía a Isaac, dio dones a los hijos de sus concubinas, y a los 175 años murió.

La ciudad de Ur de los caldeos, de la cual había llamado Dios a Abram, era centro próspero de una civilización brillante. Entre sus ruinas aparece la de este templo-torre (zigurrat), que muestra la forma en que posiblemente fuera construida la torre de Babel. MPS

iv47

A. depositó su fe en un solo Dios (en contraste con el politeísmo de sus antecesores, Jos. 24:2), creador de los cielos y la tierra (Gn. 14:22), juez justo y soberano de las naciones y toda la tierra (Gn. 15:14; 18:25), eterno (Gn. 21:33) y exaltado (Gn. 14:22). Atribuía a Jehová justicia y misericordia (Gn. 19:19). Aceptó el juicio de Jehová (Gn. 18:17; 20:11) y sin embargo intercedió por Ismael (Gn. 17:20) y Lot (Gn. 18:27–33). Se mantuvo en íntima comunión con Dios (Gn. 18:33; 24:40) y se distinguió por ser amigo de Dios (Stg. 2:23). Su fe se demuestra por la obediencia al mandato divino de: (1) salir de Ur (Gn. 11:31; 15:7; Hch. 7:2–4); (2) trasladarse de Harán a la tierra de promisión (Gn. 12:1–4); (3) sacrificar a su único hijo, confiando que Dios podía incluso levantarlo de los muertos (Gn. 22:12,18; Heb. 11:19). Su amor a los demás se ve en su generosidad (Gn. 13:9; 14:23), su fidelidad y su hospitalidad (Gn. 18:2–8; 21:8). Mostró valor ante sus enemigos (Gn. 14:15), pero cobardía al anteponer la seguridad de su propia vida al honor de su esposa (Gn. 12:11–13; 20:2–11).

El puesto que A. ocupa en la historia bíblica es único. Jehová se reveló a Moisés como El Dios de A. y esta expresión se usa en las Escrituras desde Isaac en adelante. En el NT es antecesor reverenciado de Israel (Hch. 13:26), del sacerdocio levítico (Hch. 7:5) y del mismo Mesías (Mt. 1:1). Todo lo que A. recibió por la elección divina, lo hereda su simiente: la promesa (Ro. 4:13), la bendición (Ga. 3:14), la misericordia (Lc. 1:54), el juramento (Lc. 1:73) y el pacto (Hch. 3:25). La unidad de los he iv42 breos como hijos de A. se presenta como ana iv42 logía de la unidad de los creyentes en Cristo (Gá. 3:16,29), pero Juan él Bautista (Mt. 3:9) y Pablo (Ro. 9:7) refutan la idea de que la descendencia racial supone bendición espiritual.

Debido a los descubrimientos arqueológicos, la mayoría de los expertos aceptan la historicidad de lo que narra el libro de Génesis referente a la vida y época de A. Los acontecimientos concuerdan con los tiempos del segundo milenio a.C. y Albright y de Vaux opinan que A. vivió entre 1900 y 1700 a.C., y Rowley 1800–1600 a.C. ( iv42 PACTO iv42 FE iv42 JUSTIFICACIÓN iv42 SENO DE ABRAHAM.)

J. B. B.

ABROJOS. iv42 CARDOS.

ABSALÓN (‘padre de la paz’). Tercer hijo de David y el único que tuvo con la extranjera Maaca, hija de Talmai (2 S. 3:3). Fue notable por su hermosura y por su cabello (14:25,26). Amnón, otro hijo de David, violó a Tamar, hermana de A., y éste, para vengarse, lo mató (13:1–29). Luego huyó a Gesur donde su abuelo era rey (13:37–39).

Después de tres años de exilio, A. regresó a Jerusalén por la intervención de Joab, pero no vio a su padre David sino hasta dos años después (14:28). Habiéndose reconciliado con su padre, A., heredero evidente del trono, comenzó un complot para hacerse rey (15:1–6). Fue proclamado como tal en Hebrón (15:7–13), donde David había comenzado su reinado. David huyó a Jerusalén y A. tomó posesión de la ciudad.

Con la ayuda de Husai y Joab, David reorganizó sus fuerzas y se preparó para reconquistar a Jerusalén. Derrotó a A. en el bosque de Efraín (al E del Jordán). Cuando A. huía en un mulo, se le enredó el cabello en una encina, y fue alcanzado y muerto por Joab y sus escuderos (18:8–18). David, aunque la victoria le había restituido el reino, lamentó amargamente la muerte de este hijo amado (18:32–19:8).

A. tuvo tres hijos y una hija llamada Tamar (14:27), la cual fue madre de Maaca, esposa de Roboam (2 Cr. 11:20,21).

D. M. H.

ABUBILLA. Ave migratoria, del tamaño de un tordo grande, que llega en primavera a Palestina. Tiene plumas largas en la cabeza que forman una cresta semicircular eréctil típica. Anida en huecos de árboles y paredes. Por la suciedad de su nido y por alimentarse de gusanos, insectos y larvas, fue considerada inmunda (Lv. 11:19; Dt. 14:18). Entre los egipcios era emblema de la piedad filial y figura en relatos populares del Talmud.

F. U.

ACAB. 1. Séptimo rey de Israel, hijo y sucesor de Omri. Reinó en Samaria durante veintidós años (ca. 870–850 a.C.). Fue contemporáneo de Asa y Josafat, reyes de Judá, e hizo lo malo más que todos los que reinaron antes de él (1 R. 16:29–33).

A. se alió con los fenicios al tomar por esposa a la hija de Et-baal (rey de los sidonios), la impía iv42 Jezabel, quien le indujo a la idolatría (1 R. 21:25,26). Incluso edificó en Samaria un templo a Baal.

Jezabel procuró la destrucción de todos los profetas de Jehová, pero Dios levantó al profeta Elías para denunciar el pecado de la nación y llamarla al arrepentimiento (1 R. 18:1–13). El juicio divino se manifestó primero en una prolongada sequía (1 R. 17:1; 18:1,41–46; Stg. 5:17,18). Luego, Elías desafió y dio muerte a los profetas de Baal (1 R. 18:20–40).

Las Escrituras mencionan también la alianza de A. con Ben-adad rey de Siria (1 R. 20:1–21), la cual tampoco fue agradable a Jehová (1 R. 20:22–34). La inscripción monolítica de Salmanasar III, rey de Asiria, revela que A. se unió a Ben-adad contra los asirios en la batalla de Karkar, al N de Hamat, en 853 a.C.

A. hizo además una alianza familiar y militar con Josafat. Joram, hijo de Josafat, tomó por esposa a Atalia, hija de Acab (2 R. 8:18,26; 2 Cr. 18:1; 21:6; 22:2). Apesar de que Micaías había profetizado la derrota de Israel y Judá (1 R. 22:13–28), A. y Josafat persistieron en su plan de pelear contra los sirios para recuperar a Ramot de Galaad. A. se disfrazó antes de entrar en la batalla, pero una flecha lo hirió mortalmente (1 R. 22:29–40).

Como gobernante, A. tuvo buen éxito económico y político. Por medio de sus alianzas logró que Israel fuese en aquel tiempo una nación próspera y respetable. Pero su idolatría tuvo funestas consecuencias aun para las generaciones futuras en Israel (Os. 1:4; Mi. 6:16).

2. Profeta falso en el tiempo de Jeremías (Jr. 29:21).

E. A. N.

ACACIA. Árbol de la familia de las mimosáceas, de cuya madera se construyeron el tabernáculo y su mobiliario (Éx. 25–27; 30; 35–38; Dt. 10:3). Hay varias especies de a. Probablemente Moisés uso la a. addiana, variedad muy común en la península sinaítica. Ésta alcanza unos 5 m. de altura, es de tronco grueso y follaje copioso. Sus hojas, pinadas pequeñas, presentan estípulas en forma de espinas largas y agudas. Las florecillas amarillas se agrupan en racimos. El fruto es una vaina torcida en espiral, de muchas semillas. De su nombre hebreo, sitim, se derivan los nombres de varias localidades mencionadas en el AT. De algunas variedades de a. se extrae la goma arábiga.

J. A. G.

ACAD. Ciudad fundada por Nimrod (Gn. 10:10), cuya ubicación exacta se ignora. Era la capital de Babilonia durante el reinado de Sargón I, conquistador semítico que fundó la dinastía acádica en el siglo XXIV a.C. en la baja Mesopotamia.

Situada cerca de Ur, su civilización se unía con la de Sumer, que ocupaba la ribera opuesta del río Éufrates. Su alto nivel cultural destaca el medio social que heredó Abram y que después decidió abandonar.

El idioma acádico persistió como lengua franca varios siglos después del fin político de A. Escritos acádicos se han encontrado en Meguido y Jericó.

W. G. M.

ACAICO (‘de Acaya’). Miembro de la iglesia en Corinto que acompañó a iv42 Estéfanas y iv42 For iv42 tunato en una comisión que alegró

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