Nutrida desde la más tierna infancia con series japonesas, cuentos contados por padres abnegados y abuelas felices, convencí a mis padres que lo más sensato era enseñarme a leer (o así lo decidiero...ver másNutrida desde la más tierna infancia con series japonesas, cuentos contados por padres abnegados y abuelas felices, convencí a mis padres que lo más sensato era enseñarme a leer (o así lo decidieron, y yo, encantadísima). Pasé de perseguirles con un libro en las manos, al compás de "léeme", a pasar largas y silenciosas tardes tras libros, con la clase de silencio que preocupan a los adultos, al punto de asomarse para ver qué diablura tramaba.
(No digo que no me haya mandado alguna, pero eso es otra historia).
Nacida y criada en un país cuyo estado normal es "crisis", donde se enseña supervivencia práctica cada vez que se intenta algo nuevo, los frutos de mi culturización temprana se materializaron de diversas maneras. Uno de ellos es el galardón otorgado a uno de mis cuentos, lo cual me animó a desempolvar viejas ideas y plasmarlas con más énfasis en palabras. El resultado ha sido positivo, siendo Smashwords uno más de los eslabones en la misión de darle al mundo la clase de historias que adoras, que lees hoy y en diez años, y que crean una oleada de sucesos que conectan personas, unen humanos, alientan a seres de la especie a intentarlo, y muestran cuán buena es la lectura a temprana edad, y en las otras edades también.ver menos