Noticias clickbait, juegos de azar, compras, videojuegos, mensajes de texto, sexting, Facebook, Instagram, You-Tube, tuits… El mundo ha dejado de ser un lugar donde reinaba la escasez a convertirse en uno donde hay una extraordinaria abundancia. Sobre todo de bits, información desmaterializada cuyo coste marginal de distribución y replicación es próximo a cero.
De este modo, el aumento en el número, la variedad y la potencia de los estímulos altamente gratificantes procedentes del ámbito online es inédito en la historia de la humanidad. El smartphone se ha convertido en la aguja hipodérmica moderna que proporciona placer digital las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, para una generación permanentemente conectada.
En un mundo interconectado, donde los estímulos visuales y auditivos están a solo un clic de distancia, la dopamina, el neurotransmisor que dirige la danza entre la expectativa y la recompensa, se ha convertido en el vehículo químico del placer instantáneo.
Aunque se asociaba principalmente con los centros de placer del cerebro, recientes avances en la neurociencia apuntan a una función más compleja. Por ejemplo, también parece que la dopamina ejerce un papel crucial en el efecto adictivo que tienen en nosotros ciertas sustancias, como la cocaína. Sin embargo, esta