José de Ribas nació alrededor de 1749 en una familia de la nobleza catalana. Su madre era irlandesa, y su padre había sido nombrado cónsul de España en el reino de Nápoles, de forma que el pequeño se formó allí, bajo las directrices ilustradas. Siendo un niño ya hablaba seis idiomas, y a los dieciséis años se había convertido en segundo teniente en la Guardia Napolitana. Como tal, conocería a Alexéi Orlov, entonces comandante de la flota rusa en el Mediterráneo. El ruso advirtió algo valioso en él, porque, a pesar de su juventud, le ofreció un puesto como ayudante y un viaje a Rusia. Catalina la Grande estaba centrando sus esfuerzos en ampliar su imperio, con la vista puesta en el mar Negro. Se avecinaba un enfrentamiento con el Imperio otomano, y la zarina iba a necesitar militares capacitados. Ribas sería uno de ellos.
Su papel en la academia de cadetes reveló